Editorial
Villa de Paterna El número uno de la revista Villa de Paterna que llega hoy a sus manos pretende ser un vehículo de comunicación entre el Ayuntamiento y el pueblo, una puerta abierta a la participación de los vecinos en el trabajo diario de la corporación municipal, un puente de unión entre la compleja y fría burocracia de las administraciones y las necesidades reales de los ciudadanos, un camino de ida y vuelta que nos permita andar juntos para garantizar el desarrollo económico, la justicia social, el dinamismo cultural y, en definitiva, un futuro mejor para nuestro pueblo. Para lograr este objetivo, es nuestra intención que esta revista llegue no sólo a cada casa, a todos y cada uno de los vecinos de Paterna del Campo, sino que pretendemos ir más allá y acercar la vida diaria del pueblo a los emigrantes, a todos aquellos que por alguna razón han tenido que marcharse, de tal manera que la distancia física que les separa de su tierra -en algunas ocasiones miles de kilómetros- se reduzca al mínimo mediante estas páginas en las que ellos, como todos los paterninos, tendrán un amplio espacio. La fecha en la que la revista ve la luz ha determinado que el grueso de este primer número esté dedicado a las Fiestas Patronales de San Bartolomé, uno de los festejos más esperados y más arraigados en el corazón paternino, por lo que hemos intentado que no falte dato alguno sobre los actos religiosos y el extenso programa lúdico, cultural y deportivo que la nueva corporación municipal ha preparado para que las celebraciones se prolonguen día y noche y para que participen todos los vecinos, hombres, mujeres, niños y mayores. Pero no sólo las fiestas ocupan esta edición: la historia, reflejada en el devenir de la calle La Plaza a lo largo del tiempo; el trabajo minucioso de conservación de oficios a punto de desaparecer que hacen los artesanos, en esta ocasión los guitarreros; la gastronomía heredada de generación en generación y que preservan los cocineros de Paterna; el esfuerzo por promover la cultura musical que realizan la Banda Municipal y la Peña Flamenca; la vida de un paternino tan ilustre como Manuel Domínguez; el recuerdo del escultor José Guzmán; la prosa poética de Juan Fernández Gabarro, la sabiduría de Paco Garrido; la pasión por el deporte de la Peña Ciclista el Cañoñazo y el ingente patrimonio natural de nuestro pueblo son otros de los asuntos que completan estas páginas. En adelante, la revista, que llegará a vuestras casas cada dos meses, dará cumplida información sobre la actualidad en Paterna, dejará amplio espacio a la cultura, al deporte, a la naturaleza y expondrá en profundidad el trabajo, los proyectos y los retos del Ayuntamiento. Pero la única manera de hacer posible este desafío es que todos los paterninos os embarquéis en esta singladura que no llegará a buen puerto sin vuestras aportaciones, sin vuestras sugerencias, sin vuestras ideas, porque la revista Villa de Paterna es vuestra voz.
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3 EDITORIAL · 4 SUMARIO · 7 SALUDA DEL ALCALDE · 8 NUEVO EQUIPO DE GOBIERNO · 11 FIESTAS Paterna festeja a San Bartolomé · 1213 ACTUACIONES Hugo, Manu, Marta Quintero y Blanca Villa · 14 PROCESIÓN La devoción de un pueblo · 16-18 LA BANDA DE MÚSICA MUNICIPAL Melodías de juventud · 20-28 ENTREVISTAS Los artistas presentan sus conciertos · 30-32 LA PEÑA FLAMENCA FERNANDO VERGARA Primera edición del Certamen de Fandangos · 34-35 EL CARTEL Rafael Salazar anuncia las Fiestas Patronales · 38-39 LUTHIERS FLAMENCOS Los guitarreros de Paterna · 42-44 EL PATERNERO DEL SIGLO XX Manuel Domínguez, vecino ilustre · 47-48 EN EL RECUERDO El escultor José Guzmán · 50 UNA DEUDA PENDIENTE Fernando Claro Pabón · 53 EL RINCÓN POÉTICO Por Juan Fernández Gabarro · 56-59 DE GUISANDEROS A COCINEROS Tradición entre los fogones · 62-63 PARADOJAS DEL EMIGRANTE Por Mª Carmen Borrero · 67 EMBELLECIMIENTO Mi pueblo, más bonito · 69-70 DEPORTES PARA TODOS Competiciones veraniegas 73-74 CLUB CICLISTA CAÑOÑAZO Vivencias sobre pedales 76-77 DEL HUMILLADERO A LA LIBERTAD Nuestras calles 78 SERVICIOS
Staff
Edita y distribuye: Excelentísimo Ayuntamiento de Paterna del Campo · Coordinación: Carmen Prieto · Redacción: Rosa de la Peña, R. Durán, Alfredo Guardia, Teresa Montaño, Charo Martín, María del Carmen Borrero, Francisco Garrido Sauro y Cristina Ortega · Maquetación: Carlos A. Domínguez · Diseño Gráfico: Carlos A. Domínguez, José Manuel Mouriz Susinos, Alejandro Bejarano López · Colaboradores: Juan Fernández Gabarro, José Peinado, Manuel Vázquez Domínguez, Francisco Vergara e Ildefonso Vergara · Fotografía: R. Durán, Alfredo Guardia y Carlos A. Domínguez· Publicidad: Ale Domínguez Gómez · Imprime: Gam Impresiones & Creaciones Plaza de España, Paterna del Campo (Huelva). email: sugerencias.villadepaterna@yahoo.es
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Emilio Vergara Camacho Alcalde de Paterna del Campo
Paterna hacia el futuro ún no hemos podido ni calentar los asientos y se nos vienen encima las Fiestas Patronales, un importante motivo para poner en marcha todos los mecanismos de este nuevo equipo que afronta con ilusión gobernar nuestro pueblo durante esta etapa. Paterna es un pueblo muy prolífico en fiestas, en aproximadamente dos meses coinciden cinco citas de verano. Se escapan muchos recursos en estos cinco eventos y tenemos que ser conscientes de que no llegamos a 4.000 habitantes. Por tanto en el futuro sería bueno plantearnos cómo podemos hacer para satisfacer a todos los paterninos, desde el ayuntamiento pretendemos aunar esfuerzos en conseguir unas fiestas al gusto de todos, hay que tener en cuenta que los gastos salen del bolsillo de todos nosotros y existe la sensación de que no nos luce todo lo que nos gustaría. Las fiestas patronales se han planteado desde la normalidad y conscientes de hacer lo mejor que podamos con los recursos disponibles. Las actuaciones, todas de buen nivel, se desarrollarán en la Plaza de España, un espacio singular y único en la provincia de Huelva, para celebrar la noche de las fiestas. Artistas como el humorista Manu, el sevillano Hugo de OT, la cantante Marta Quintero, una de las mejores voces de la canción actual andaluza, y la onubense Blanca Villa, así como la actuación de la Peña Flamenca Fernando Vergara, serán el eje central de la atracción de cada jornada festiva. Uno de los primeros propósitos que esta nueva corporación quiere cumplir es cambiar la imagen que damos de nuestro pueblo, para ello, entre otras iniciativas, queremos contar con el talento de los jóvenes preparados, que son afortunadamente muchos. Sólo es cuestión de motivarlos y entusiasmarlos. Ahora hablo de los universitarios, pero seguro que en el futuro serán todos los que estén preparados y quieran sumarse a este proyecto que se llama Paterna del Campo. Unos diez periodistas de nuestro pueblo se han ofrecido para escribir en esta revista bimestral, bajo el título de Villa de Paterna, experiencia que nace con el número tradicional de las Fiestas Patronales. Dado el poco tiempo que hemos tenido para contactar con ellos, sólo algunos han podido entregar sus reportajes y artículos, pero para las siguientes ediciones serán los responsables de llevar la imagen de nuestro pueblo, tanto dentro como fuera del mismo. Creemos firmemente que este medio, con un diseño y formato apropiado para estos tiempos, será el principio de una extraordinaria experiencia. Cada dos meses, una revista a color llegará a todas las casas del pueblo. Nuestro propósito es ir más lejos: queremos que cada paisano que esté fuera de Paterna, reciba un ejemplar, nos da igual que esté en Mallorca o Madrid, en Cataluña o en Sevilla, en Ámsterdam o en Buenos Aires. Es un compromiso que podemos asumir y queremos que se sientan orgullosos del pueblo que les vio nacer. Esto sólo será el principio, luego vendrá una página web actualizada y con vida propia, que sirva no sólo como medio de información sino como herramienta comercial de todas las empresas locales. Podría llenar la revista entera con todas las ideas, proyectos y deseos que tengo como paternino, y ahora alcalde de todos vosotros, para llevar a nuestro pueblo al lugar que le corresponde. Quiero compartir con todos, tanto en mi nombre como en el de todo el equipo de gobierno, el agradecimiento por el apoyo que nos habéis demostrado. Ahora tengo la responsabilidad de hacer cumplir todo lo que hemos prometido, aunque desde que entré en el ayuntamiento casi no he tenido tiempo nada más que para atender a todo el que quería expresar al alcalde lo que necesitaba. Intentaré satisfacer a todos, dentro del marco legal en el que nos tenemos que mover. Ahora, a divertirse en las fiestas y que esta revista sólo sea el principio de una gran aventura en la que todos estáis invitado a participar. Un fuerte abrazo a todos.
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n las pasadas elecciones municipales -celebradas el 27 de mayo- los paterninos eligieron en las urnas a un nuevo alcalde: Emilio Vergara. El primer edil, junto a otros siete concejales -todos ellos del grupo municipal socialistacomponen el equipo de gobierno que tendrá la enorme responsabilidad, durante los próximos cuatro años, de dirigir los designios de la Villa.
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Emilio Vergara Camacho Alcalde y edil de Urbanismo, Sanidad y Consumo
Felipe Fernández Fernández Primer teniente alcalde y concejal de Economía y Hacienda, Personal y Empleo, Agricultura y Medio Ambiente
Mª Rocío Álvarez Polo Segunda teniente alcalde y concejala de Igualdad y Bienestar Social
Juan Salvador Domínguez Ortega Tercer teniente alcalde y concejal de Seguridad Ciudadana
Rubén Peinado Ortega Concejal de Juventud y Deportes
Dolores Carmen Del Valle Bermúdez Concejala de Educación y Cultura
Juan Carmelo Gómez Romero Concejal de Festejos
Francisco Javier Álvarez Polo Concejal de Desarrollo Local, Turismo y Formación
Carmelo Vázquez Garrido
Encarni Miranda del Valle
Francisco Sauro García
Ignacio Paz García
Lola Martínez Garrido
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Juan Carmelo Gómez Romero Concejal de Festejos
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stimados vecinos y vecinas de Paterna del Campo, tengo la satisfacción de dirigirme a todos vosotros por primera vez, así como de invitaros a disfrutar de los actos programados para todas las edades, con motivo de las Fiestas Patronales de nuestro pueblo, ya que sin cada uno de vosotros esto no sería lo mismo. En esta nueva etapa que se abre para nosotros, hemos querido dar, a través de esta nueva revista, una imagen más moderna e innovadora, para que Paterna consiga creer en sí misma, que recupere la ilusión, la autoestima, que se crea de verdad que puede llegar a ser una de las localidades más atractivas de la zona, porque realmente creo que tiene potencial suficiente para conseguirlo. Desde que vengo desempeñando mi labor, he podido sentir lo gratificante que resulta organizar actividades para la diversión de los demás, encontrar fórmulas de atención a las necesidades de nuestro pueblo y trabajar estrechamente con aquellos voluntarios que de forma continua y desinteresada prestan un servicio más a este Ayuntamiento Igualmente, las respuestas de participación que los paterninos y paterninas dan a las actividades, eventos y programas que se desarrollan no desaniman a ninguno de los que de alguna forma desarrollamos todas aquellas tareas de organización necesarias para la ejecución de las mis-
Toda persona que este interesada y sepa la dirección de un familiar natural de paterna y quiera que esta familia reciba gratuitamente la revista cada dos meses, nos haga llegar di-
mas. Invito a niños y a mayores a participar de las fiestas, abiertos al dialogo y a la tolerancia, dispuestos a compartir nuestros sentimientos de alegría, con el espíritu participativo que da vida al vecindario. Ha llegado el momento de disfrutar, hagamos que la colaboración, la hospitalidad y el respeto sean las señas inequívocas de identidad de Paterna. A los jóvenes que en los últimos tiempos han venido comprendiendo que no todo vale, que no todo lo que se les ofrece es bueno y deseable, les felicito e incito a buscar fórmulas para que todas las edades encuentren su espacio y tiempo en estas fiestas. Deseo sinceramente que entre todos vivamos las fiestas con intensidad y espero que todos cuantos hemos participado en la organización veamos su justa compensación con vuestra alegría. Por último, a todos vosotros, a todos los que nos visitan estas fechas, desde este Ayuntamiento y como representante de la Concejalía de Festejos, os reitero mi más sincero agradecimiento y os animo a que disfrutéis y colaboréis de nuestras Fiestas Patronales, para que se recupere en su más esplendorosa y tradicional elegancia, pues es el pueblo quien con su inestimable participación, hace grande sus fiesta
cha dirección al ayuntamiento para poder enviarle por correo dicha revista. Lola Del valle Bermúdez, Concejala de Cultura
El éxito no significa nada si no tienes a alguien con quien compartirlo
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Un verano de fiestas E
l intenso calendario festivo de Paterna del Campo llega con el verano a sus días álgidos. La Virgen del Carmen, alcaldesa perpetua del municipio, abre la veda a las noches de fiesta hasta el amanecer e inicia un ciclo con las procesiones de las tres imágenes que aglutinan las devociones paterninas. Y cuando aún perduran los buenos ratos pasados junto a la Virgen de las Virtudes, la patrona,
el pueblo se prepara para celebrar la onomástica de su patrón, San Bartolomé. Hugo, Manu, Marta Quintero y Blanca Villa configuran el mejor cartel de actuaciones que jamás ha pasado por el escenario de la Plaza de España. Los juegos de agua refrescarán estos días las mañanas de los más pequeños y las vaquillas entretendrán las tardes los días 25 y 26.
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Veladas festivas en la Plaza de España E
l alumbrado festivo ilumina las noches de Paterna del Campo desde mediados de julio. Las fiestas en honor de la Alcaldesa Perpetua del municipio, la Virgen del Carmen, llenaron de colorido y alegría las calles de esta localidad habituada a las fiestas. Y aunque la nueva corporación municipal pretende dar un vuelco a las celebraciones de agosto y conceder a la Patrona, la Virgen de las Virtudes, la dedicación que se merece, este año se ha volcado en conseguir el mejor cartel de actuaciones para festejar por todo lo alto el día del Patrón, San Bartolomé, que recorrerá las calles de Paterna la tarde del próximo día 24. Culminado el besamanos de la Virgen de las Virtudes, en el que la patrona ha lucido la saya que con motivo del 150 aniversario de la proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción bordó el tristemente desaparecido José Guzmán, aún con los recuerdos frescos de las noches de música en la Plaza de España, en la carpa de la hermandad, el toro de fuego recorriendo las calles del centro, el desfile de los cabezudos de Disney y de los ratos de oración junto a la Patrona, los días de su novena o en la procesión, Paterna se prepara para festejar por todo lo alto los días grandes de su Patrón. El concejal de Festejos, Juan Carmelo Gómez Romero, anuncia: “Las fiestas van a experimentar un cambio radical”. Y esta transformación empieza por un cartel de actuaciones “que no ha tenido parangón previo” en las celebraciones de San Bartolomé y en el municipio, a excepción de las fiestas que organizan cada una de las cruces en septiembre, y por un pre-
supuesto que supera los 70.000 euros. El humorista Manu; el cantante sevillano Hugo, ex concursante de Operación Triunfo, y las artistas Marta Quintero y Blanca Villa protagonizarán las noches en la Plaza de España, amenizadas, como siempre por una orquesta, en esta ocasión: Guaycan y Alborada. Las mañanas serán para los más pequeños. La cita, también en la Plaza de España, a las 12.00 horas, recuperará los juegos tradicionales, aunque el agua también tendrá su papel estelar. “Coincide con las horas centrales del día, con las de más calor, así que a todos les gustará refrescarse a la vez que se divierten”, comenta el técnico de Deportes del Ayuntamiento, Pepe López, responsable de estas actividades, así como de la programación deportiva. También la exposición con los trabajos realizados por los vecinos en los talleres cambia de ubicación. La propia Casa Consistorial acogerá la muestra con la intención de que se acerque más gente a visitarla, ya que la Casa de la Cultura, un tanto alejada de la plaza, centro neurálgico de las fiestas, no ha tenido el éxito de público deseado. Todo está preparado. El castillo de fuegos artificiales, listo para encender el cielo mientras San Bartolomé regresa a la parroquia. Las cuerdas vocales de los artistas, a punto. Los juegos, esperando a los pequeños… Por esto, con mucha ilusión, la corporación municipal invita a todos los vecinos a disfrutar de estas fiestas “porque sin ellos, no hay fiesta”. Reportaje: Carmen Prieto. Fotos: Carlos A. Domínguez
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La devoción de todo un pueblo U
na hermandad cuidaba de los cultos a San Bartolomé ya en el año 1500 y fue esta corporación la que encargó a Jerónimo Hernández, maestro del insigne imaginero Martínez Montañés, en 1560, la magnífica talla que aún hoy recibe devoción en Paterna, que se salvó del fuego en la Guerra Civil y que cada mes de agosto consigue atraer de nuevo a los emigrantes hasta este municipio del Condado onubense. Hoy, cuando la Virgen de las Virtudes regresa a su altar después de presidir en el altar mayor los cultos en su honor y la procesión por el recorrido tradicional, San Bartolomé recupera su lugar en la parroquia y los nardos perfuman el templo y las calles aledañas. Aunque en Paterna hay muchas fiestas y sus vecinos reparten su fervor entre muchos titulares de hermandades y cofradías, San Bartolomé es el santo que congrega a todos. De hecho es la fiesta en la que todos participan. Rosalía del Valle, la Moza estandarte, como ella misma se denomina, abanderada de esta devoción –pues ya no existe una hermandad que se encargue de los cultos al Patrón-, promueve cada año la cuestación popular con la que se sufragan la novena, el rosario y la procesión. “Como no tiene hermandad y es el Patrón, la responsabilidad es de todos”, explica. Hace años, el Ayuntamiento asumía todos los gastos, pero “con la democracia” los cultos se separaron de los actos festivos y cada uno se encarga de una parte, “y así creo que debe ser”, añade. Esto no va en detrimento del esplendor y la solemnidad propia de estas celebraciones: el coro parroquial canta la novena, una capilla musical procedente de Sevilla hace lo propio en la función principal de la mañana
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Perú en la mirada
Antonio Fidalgo, el párroco de Paterna y Escacena, no puede ocultar su “gran satisfacción”. El compromiso que los vecinos de ambos municipios han contraído con los años con Yurimaguas, en Perú, da muestra de que “se van concienciando de las necesidades que hay en otros países más pobres”. A través de iniciativas como la Feria de la Tapa, los mercadillos y otros eventos, los paterninos y escaceneros recaudan los fondos –entre 10.000 y 12.000 euros- que cada verano lleva este sacerdote nacido en Nerva, acompañado por jóvenes de ambas parroquias –este año han ido tres de Paterna-, al convento de Yurimaguas, para las niñas que viven allí, y para que dos chicos puedan construir las dependencias de un supermercado y comprarse una mototaxi con las que granjearse un futuro. Pero la contribución de Paterna da para más y esta ayuda llega incluso al obispo de Ayacucho, que, agradecido, ya ha pasado algunos días en el pueblo onubense.
del 24 y la soprano onubense Rocío Botella, acompañada por el organista Juan González, reza el Rosario la víspera de la festividad de San Bartolomé en el interior del templo. “Antes el Rosario también se hacía en la calle, pero en este pueblo hay ya muchas procesiones y quisimos que esto se diferenciara un poco. De este modo, este acto es más íntimo, invita más a la oración”. La procesión es justo lo contrario. Es la mayor expresión de júbilo. Las calles del recorrido oficial –calles Virgen del Carmen, Rafael Ballesteros y La Plaza- están abarrotadas de gente. La corporación municipal y todas las hermandades del municipio conforman el colorido cortejo con sus varas y estandartes. La Banda de Música Municipal toca en honor del Patrón y el pueblo entero arropa a su santo en su paseo en andas en torno a la parroquia mientras perfuma todo con los característicos nardos. Cerca de las 22.00 horas comenzará el recorrido, que se cubre en apenas dos horas. “Sale ya con la fresquita y terminamos a tiempo para poder disfrutar de la música y la fiesta en la plaza, que debe haber tiempo para todo”, apostilla Rosalía. Y es justo al final cuando se produce el momento más entrañable para esta feligresa: “Cuando sale, ya estoy deseando que entre”, confiesa. Y es que, mientras el santo sube los escalones de la puerta de la iglesia de la calle La Plaza y ya no cabe un alfiler, comienza el castillo de fuegos artificiales. En este momento, toda Paterna está con su Patrón. El párroco de Paterna del Campo desde hace siete años, Antonio Fidalgo, invita a todos a vivir estas fiestas “en paz, en concordia”, para que todos “podamos participar y disfrutar”. Reportaje: Carmen Prieto. Fotos: Carlos A. Domínguez.
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Banda Municipal de Música: Melodías de juventud E
l Himno de la Alegría, El Patio de mi casa y Quinto levanta fueron las primeras melodías que cinco niños y una niña de apenas diez años aprendieron a tocar, restando tiempo a sus juegos, para formar la Banda Municipal de Música de Paterna, una agrupación que desde 1995 se ha convertido en el alma musical de todas las fiestas y acontecimientos importantes del pueblo. La creación del Aula Municipal de Música fue la primera nota de una partitura que desde entonces no ha parado de llenarse de sones, pese a la dificultad que entrañaba llegar al corazón de un pueblo acostumbrado a otro tipo de agrupaciones. A Juan Emilio, Francisco Javier, Ismael, Manuel Antonio, Miguel Ángel y Sonia se han ido uniendo desde entonces otros muchos jóvenes, hasta llegar a conformar el grupo de 36 músicos, menores todos de 25 años, que en la actualidad integran la Banda Municipal, dirigida desde hace ocho años por Rafael González, que a su vez tomó la batuta de Juan Manuel Ortiz, primer maestro de aquellos niños que abrieron el camino de la música en su pueblo. Con muchas dosis de esfuerzo, ilusión y energía, poniendo imaginación y trabajo para vencer las dificultades, y después de muchas horas de aprendizaje y ensayos, la Banda Municipal de Música ha acabado con siglos de ausencia de tradición musical en Paterna. Desde el 22 de noviembre de hace doce años, fecha en que por primera vez se enfrentó al público, la agrupación pone la banda sonora a todos los momentos especiales del pueblo, e incluso, ha traspasado sus fronteras y lleva el nombre de Paterna del Campo por toda la provincia de Huelva y por otros muchos lugares de Andalucía. Este afán de ser el fondo musical de Paterna y de seguir luchando para mejorar la agrupación ha permitido que en tan poco tiempo de andadura, la Banda Municipal haya ampliado su arco de instru-
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Rafael González, director y hombre orquesta
Quizás el ambiente musical que se respira en su localidad natal, Carrión de los Céspedes, cuya Banda Municipal de Música, con 200 años de historia, es la más antigua de Andalucía; quizás la influencia de músicos allegados y la fascinación que le provocaban los viejos instrumentos musicales guardados en las vitrinas familiares fueron los factores que llevaron a Rafael González a convertirse en Licenciado en Música en la especialidad de clarinete. Ahora, la música es el camino de este joven de 30 años, que con poco más de 23 asumió el reto de dirigir la Banda y el Aula Municipal de Música de Paterna, donde tiene que transformarse poco menos que en hombre orquesta para enseñar todas las claves para tocar cualquier instrumento.
mentos para contar en la actualidad con el sonido de trompetas, trombones, clarinetes, saxofones y un gran abanico de percusión. Además, la agrupación renueva cada día su repertorio, y a las partituras tradicionales se suman temas de bandas originales de películas y canciones de moda, todo bien afi-
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nado para acercar la música a todos los vecinos del pueblo. Todo este trabajo, poco a poco, va obteniendo recompensa. La Banda Municipal despierta a los vecinos al son festivo de su Diana, les anima a bailar cada día de celebración y envuelve de música los actos religiosos en los festejos de la Virgen del Carmen y de la Virgen de las Virtudes, en las fiestas patronales de San Bartolomé, en las Cruces de septiembre, en los carnavales, en las romerías y en todos aquellos días que aparecen marcados en rojo en el calendario paternino. Y la Semana Santa, que se vive en Paterna desde hace cientos de años con un hondo sentir cofrade y una profunda devoción, no ha sido nunca tan emocionante y sobrecogedora como desde que la Banda Municipal acompaña con la solemnidad de sus marchas procesionales a las hermandades de penitencia en su recorrido por las calles del municipio. Además, la Banda Municipal no para de dar pasos adelante y ya no sólo está presente en las fiestas populares, sino que organiza diversos conciertos especiales, como el celebrado el pasado Domingo de Resurrección en la iglesia parroquial, convertida ese día en escenario privilegiado para una actuación que quedará en la memoria de Paterna. Esta sinfonía de juventud, fuerza y tesón han permitido también que la Banda Municipal haya dado ya el gran salto al vacío de crear composiciones propias, una aventura creativa
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Cantera de artistas
El Aula Municipal de Música de Paterna del Campo abrió sus puertas a mediados de la década de los noventa. Desde entonces, esta escuela acoge cada año a más de 35 alumnos que disponen de tres días a la semana para adentrarse en el lenguaje y la interpretación musical. Rafael González, el director de la Banda, es también el único profesor de este aula don-
que se plasma, por el momento, en las partituras de sendos himnos en honor de la Virgen del Carmen y de la Virgen del Mayor Dolor, melodías que demuestran que la Banda Municipal lejos de correr el riesgo de quedar muda tendrá cada vez mayor volumen. Aquellos niños que no eran mucho más altos que un piano cuando hicieron posible la creación de la Banda Municipal de Paterna, los jóvenes que en la actualidad, con su pertenencia a la agrupación, han hecho de la música una forma de vida, y todos aquellos que algún día ingresarán en la Banda Municipal de Música, aún no lo saben, pero ya forman parte de la historia del pueblo: son el alma musical de Paterna del Campo. Reportaje: Rosa de la Peña. Fotos: Archivo.
de se ofrece a todos los vecinos, aunque especialmente a los más jóvenes, un espacio donde adentrarse en el mundo de la música. González en solitario debe encargarse de enseñar solfeo y el manejo de trompetas, percusiones, saxofones y una larga lista de instrumentos, de ahí que entre los próximos retos de este espacio municipal se encuentre el de ampliar la platilla para que el Aula de Música siga siendo cantera de artistas.
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Hablamos con Marta Quintero
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“El público de Paterna no se olvida” L
a cantante sevillana regresa a Paterna del Campo con la intención de renovar las buenas sensaciones que le dejó el concierto tres años atrás. Marta Quintero (La Rinconada, 1982) se ha consolidado como una de las nuevas voces de la canción ligera andaluza. Con su quinto disco a punto de salir al mercado, apura las oportunidades que las fiestas de los pueblos dan a los cantantes. Pregunta: Marta, ésta no es tu primera visita a Paterna, ¿no? Respuesta: No, la verdad es que no. Estuve allí hace unos tres años. ¡Ese día no se me olvida! La actuación fue muy bonita, la gente me apoyó mucho, creo que me veían en la cara que estaba malita. Tenía gastroenteritis y lo pasé bastante mal encima del escenario. P: ¿Estás promocionando tu nuevo disco? R: El nuevo disco saldrá en septiembre. Este verano nos habíamos olvidado un poco de las galas y estábamos centrados en el nuevo disco, pero nos han sa-
lido actuaciones y estamos apurando las rentas de ‘Besos de Miel’ que sacamos al mercado en 2005. P: Para los que no te conozcan mucho, ¿cuál es el estilo de música que se escucha en tus conciertos? R: Verás, hice un primer disco de coplas pero con arreglos modernos, aunque lo que realmente hago en el directo es cantar canciones de los dos últimos discos, mezcladas con bulerías y flamenquito en general. Es algo muy de nuestra tierra que la gente disfruta mucho, porque incluyo canciones que me han hecho David de María o El Barrio. P: Adelanta algo de lo que va a pasar el próximo 23 de agosto. R: Estoy muy feliz de volver a Paterna porque la experiencia de hace tres años fue muy bonita. Es uno de los públicos que no se olvida. Me arroparon mucho y este año quiero devolverles encima del escenario ese calor y ese cariño que sentí, aunque estaba malita. Entrevista: R. Durán. Foto: Archivo
Hablamos con Manu
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“El humor es el motor de la vida” T
iene la capacidad de sacarte la mayor de las carcajadas en medio minuto y en cuatro años de carrera humorística, Manu Sánchez parece haber encontrado la fórmula mágica para hacer reír, porque no para. Lo mismo te encuentras a este joven sevillano sobre el escenario de un pueblo, que te topas con él al zapear por los canales de televisión. Continúa con sus monólogos en directo; ha tenido su propio programa en Canal Sur, De la Mano de Manu; está como colaborador habitual en el programa de María del Monte y este verano se asoma por Antena 3 presentando La primera vez. Su currículo es muy extenso y todo un logro siendo tan joven, pero ¿qué edad tiene exactamente? Pocos lo saben. “Nunca contesto porque la edad me puede cerrar puertas con las mujeres” argumenta Manu entre risas. Pregunta: ¿Qué supone el paso de Canal Sur a Antena 3 y el de tener tu propio programa de televisión? Respuesta: Te sientes orgulloso porque se han interesado por ti y eso halaga. La única diferencia que yo veo con respecto a mi trabajo hasta ahora en Canal Sur es que yo me asomo a una ventanita y detrás de ella ahora hay más gente. Ya no sólo me verán los andaluces, sino el resto de España. Y además tener mi propio programa es una responsabilidad muy grande pero se vive con mucha ilusión porque hay gente que ha confiado mucho en mí. P: ¿Cómo empezaste en el mundo del humor y cómo fue tu salto a la tele? R: Empecé con un monólogo a modo de encerrona, pero realmente fue cuando Tomás Summers se cruzó en mi camino y a raíz de ahí he sido presentador, tertuliano, he trabajado algo como actor y guionista. P: Con la marcha a Antena 3 ¿Manu se ten-
drá que mudar de ciudad? R: Puedo prometer y prometo que seguiré viviendo en Dos Hermanas. P: ¿Recuerdas cuál fue el primer día en que te subiste a un escenario para hacer un monólogo? R: Mi primer monólogo fue el 3 de enero de 2003, pero ya en la Feria de Dos Hermanas mis amigos del baloncesto me hicieron una encerrona y allí me vi, haciendo reír a la gente. P: Y ¿cómo fue? ¿Pasaste mucha vergüenza? R: Al principio lo pasé fatal pero una vez que estaba ahí arriba se me despertó el gusanillo demasiado y aún sigo montado. P: ¿Qué prefieres: el monólogo en directo o la televisión? R: Son cosas muy diferentes. En las actuaciones en directo veo al público y eso representa inmediatez, cambio, puedo improvisar a medida que voy viendo la respuesta de la gente que me está viendo. Eso la tele no te lo da. P: Todo te lo tomas con mucho humor pero ¿cuál ha sido el momento más embarazoso o decepcionante? R: Cuando tomo conciencia del personaje público en el que me he convertido. Escuchas cosas buenas pero también malas, ya sean mentira o verdad. Me gustan los halagos pero también estoy expuesto a que se comenten barbaridades. P: Hay gente que opina que el humor andaluz es muy exagerado. R: Están equivocados. No hay humor ni andaluz ni segoviano. Sólo hay humor bueno y humor malo. Yo hago humor en andaluz porque soy andaluz y estoy orgulloso de serlo. Igual que la empanada es gallega y la paella es valenciana, en Andalucía el humor se trabaja muy a diario y vamos muy por delante. Desgraciadamente o no, aquí de cualquier acontecimiento o suceso, y sin saber cómo, al rato ya hay 20 chistes. P: ¿Es difícil hacer reír al público que no es de Andalucía o el andaluz es más exigente? R: El público responde mejor fuera. La clave está en no ir de gracioso. Hay que hacer un humor inteligente, jugando con el doble sentido. En Andalucía se disfruta de la broma y no de la forma, porque todos hablamos así. Fuera no. Cuando actúo fuera disfrutan no sólo de la broma sino también de la forma. P: El humor se ha convertido en tu manera de ganarte la vida pero ¿qué es en lo personal? R: Para mí no es sólo un trabajo. El humor es el motor de la vida. Creo haber descubierto qué es la felicidad: tener las necesidades cubiertas y disfrutar de la vida, sobre todo riéndome. P: Algo que te haya hecho reír sin parar. R: Difícil. Al cabo del día me dicen muchas cosas graciosas con las que me río bastante. Sería incapaz de decir una sola. Hay mucha gente con mucho arte. Entrevista: Cristina Ortega. Fotos: Archivo.
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Hablamos conHugo
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“OT queda en el pasado” H
ugo Salazar tiene aires andaluces en su rostro y, cómo no, en su voz. El joven catante sevillano está logrando poco a poco hacerse un hueco en el complicado panorama de la música. Desde muy pequeño apuntaba maneras de artista: “Con tan sólo ocho años ingresé en el Coro de la Hermandad del Salvador”, comenta Hugo. Pero lo más divertido para él fue su etapa en la que con un grupo de amigos actuaba en los bares “de manera pachanguera”. Fue en 2003 cuando vio que su sueño podría hacerse realidad. Su singular voz logró llamar la atención entre los 80.000 aspirantes a la segunda edición de Operación Triunfo. Éste fue el despegue definitivo de la carrera musical de Hugo. El 7 de julio de ese mismo año no lo olvidará nunca. Su primer disco, El héroe de tu vida, ya estaba en el mercado. Con el paso de los años Hugo está demostrando que no es sólo una voz con fuerza sino que tiene alma de artista. Sus propias composiciones están cada vez más presentes en sus nuevos retos discográficos. Pregunta: Han pasado casi dos años desde que salió al mercado su último disco, Hugo. ¿Tendremos que esperar mucho para poder escuchar un nuevo trabajo? Repuesta: Sólo unas semanas. Acabo de terminar de grabar mi tercer disco. Espero que salga a la venta en la segunda quincena de septiembre. En este nuevo trabajo se sigue un poco la onda más pop pero sin olvidar, por supuesto, las raíces andaluzas a través del modulado de la voz. P: ¿Cómo se titulará el nuevo álbum? R: (Risas) Eso me lo voy a reservar, sólo diré que está compuesto por diez temas. Ocho de ellos los he compuesto yo mismo. La diferencia con los dos trabajos anteriores es que no sólo se habla de amor. También de la infancia, de la juventud, de temas más comprometidos. P: ¿Cómo se presenta el verano? R: Se presenta movidito. Seguiré con los conciertos que aún vengo arrastrando del disco anterior. Estoy muy contento, desde que salió a la venta llevo casi 70 actuaciones en diferentes puntos de España. P: ¿Cómo ve uno de los artistas andaluces más jóvenes el panorama musical actual? ¿Cree que atraviesa un buen momento?
R: La verdad es que el panorama musical está un poco complicado, sobre todo con la piratería. Pero ahí estamos, en la lucha, porque merece la pena. P: ¿Cómo recuerda su paso por Operación Triunfo? R: Me quedo con lo bueno. Últimamente se critica mucho, pero yo lo tengo claro: ha sido una experiencia bonita, pero queda en el pasado. P: Desde que salió de la academia tiene uno de los clubes de fans más constantes. R: Sí, es verdad. Estoy muy contento con mi club de fans. Me ha dado y me da mucho cariño y respaldo. Por eso no lo puedo olvidar, lo tengo siempre presente y mi mejor manera de devolverle todo su apoyo es haciendo un buen disco, mi tercer álbum. P: Vivió un tiempo en Barcelona, luego regresó a Sevilla ¿es éste su sitio o se plantea un cambio? R: No. Ésta es mi tierra y estoy muy a gusto. Sé que ahora, con las promociones del nuevo trabajo, tendré que viajar mucho, sobre todo a Madrid. Pero hoy en día, con las comunicaciones que existen uno se puede permitir el lujo de vivir en el lugar donde le apetece. Y el mío está en Sevilla. P: Desde que inició su carrera musical ¿cuál ha sido el momento más duro que ha vivido? R: Cuando me partí la rodilla, entre mi primer y segundo disco. Estuve nueve meses paradillo, se me hicieron eternos. Pero gracias a Dios ya pasó, salió el segundo disco y ahora, ¡a por el tercero! P: ¿Y el momento de mayor alegría y satisfacción? R: Quiero creer que éste. Justo ahora. Estoy muy orgulloso de haber hecho este disco, de haberlo parío. P: Una vez que su tercer disco está a punto de caramelo para lanzarse al mercado ¿cuál es su reto, su ilusión? R: Sin duda, hacerme un hueco guapetón en el mundo de la música (risas). Entrevista: Cristina Ortega. Fotos: Archivo.
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Hablamos con MARTA QUINTERO
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Rancheras con sabor onubense D
espués de más de veinte años, la cantante Blanca Villa, natural de la localidad onubense de Villablanca, actuará para los paterninos el próximo 26 de agosto en la Plaza de España a partir de la una de la madrugada. Con su directo y voz inconfundibles, Blanca presentará su último disco y hará un recorrido por los principales temas de su discografía. Para esta cantante, ser onubense es un motivo de orgullo y es algo que lleva a gala allá donde actúa porque para ella “Huelva es muy grande”. De hecho, su nombre artístico no es más que un homenaje a su tierra, pues es el nombre de la localidad que la vio nacer, Villablanca, pero invertido. Muchos son los temas que le hacen sentirse bien sobre un escenario y muy importantes los compositores, tanto letristas como musicales, de su variado repertorio, pero siente especial predilección por las rancheras de José Alfredo Jiménez. A pesar de no poseer un gran número de discos en el mercado, la carrera de Blanca Villa está muy consolidada. Se trata de una trayectoria profesional avalada por sus interpretaciones, su voz y el sinfín de directos que ha protagonizado tanto en España como fuera. Tras siete discos en la calle, la cantante de coplas, rancheras, boleros, flamenco y todo el folklore onubense y andaluz, afronta la grabación de un nuevo disco básicamente de boleros y rancheras, proyecto que realizará lejos de aquí, en Méjico o Miami. Reportaje: Charo Martín. Fotos: Archivo.
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Una Peña Flamenca llena de vida L
lena de vida, en continuo movimiento, en actividad permamente, siempre a la búsqueda de nuevos proyectos, siempre pensando en lo que se hará mañana. Éste es el espíritu de trabajo que mueve a la Peña Flamenca de Paterna del Campo, y todo para que este arte que nace de lo más profundo de las entrañas y se hace cante, música y baile llegue a cada casa y se resucite una forma de expresión que desde hace tiempo venía perdiendo ritmo y compás en el pueblo. Con este firme propósito, en el año 1999, un grupo de hombres y mujeres decidieron unir sus fuerzas para recuperar las raíces del flamenco en Paterna y extender la afición a este hermoso arte por todo el pueblo. La primera gran meta fue recuperar el festival que el gran aficionado Cristóbal Domínguez organizara con notable éxito en la década de los setenta y que, poco o poco, sin que se sepa muy bien por qué, entró en decadencia hasta desaparecer sin dejar rastro de guitarras, cantaores y taconeos. Aquel primer grupo dio sus primeros pasos sin tener siquiera un lugar donde
reunirse para trabajar en el objetivo que se había marcado. Comercios, cooperativas agrarias, casas del pueblo y locales municipales fueron los espacios prestados donde comenzaron su andadadura hasta transformarse en el embrión de lo que hacia 2003 se convertiría por fin en la Peña Flamenca de Paterna del Campo. Pero aún antes de constituirse, pese a las dificultades, de la mano de Ildefonso Vergara, uno de sus integrantes, el grupo logró reunir, editar y grabar más de 250 fandangos de todos los estilos de la provincia de Huelva, un ingente trabajo que impedirá que estos cantes se pierdan con el paso del tiempo que todo lo borra. Fue entonces cuando el grupo comprendió que debía recabar apoyos que permitieran hacer realidad sus proyectos. Inmediatamente empezaron a contactar con los responsables municipales y después de varias reuniones para presentarles sus iniciativas, consiguieron que el Ayuntamiento paternino hiciera suya una de sus propuestas, la creación del Aula Municipal de Flamenco, un espacio de formación que desde entonces se ha convertido en cantera de futuros artistas flamencos.
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Poco después se dio el paso definitivo de constituir la Peña Flamenca Fernando Vergara, dedicada a un personaje que la historia de la Paterna señala como uno de los grandes impulsores del flamenco en el municipio a lo largo del siglo pasado. Una mujer, Josefina Carrillo, dirigió los destinos de la Peña en una fructífera primera etapa en la que entre los hitos más destacados se encuentra la integración en la Federación Provincial de Peñas Flamencas, lo que permitió ampliar horizontes y cruzar los límites del pueblo. Pasada la primera etapa, ya en 2007, se renueva la junta directiva, y con el gran legado que había dejado la anterior, Francisco Vergara se hace cargo de representar a una Peña Flamenca que se encuentra en pleno período de consolidación y que no para de trabajar diariamente para que Paterna del Campo se convierta en otro referente del flamenco en la provincia de Huelva. La cesión el pasado mes de marzo de la casa situada en el número 14 de la calle San Bartolomé es el primer gran logro en este nuevo período, que comienza así con un espacio propio donde llevar a cabo la triple tarea de enseñanza, programación de espectáculos y promoción del flamenco dentro y fuera del municipio que se encomienda a sí misma la agrupación. La historia de la Peña Flamenca es corta, pero en su andadura acumula ya un largo listado de espectáculos como la participación en los circuitos de la Federación Provin-
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cial, los intercambios con peñas de ciudades de gran tradición como Sanlúcar, las actuaciones en ferias y fiestas y, sobre todo, la organización del I Concurso de Fandangos de Paterna -en página 32-, que ha supuesto el broche de oro de una temporada a la que le a buen seguro le quedan todavía muchos retos por asumir. Reportaje: Rosa de la Peña. Fotos: Archivo.
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Fandangos para Eslovenia
La Peña Flamenca se ha comprometido con la nueva corporación municipal, presidida por Emilio Vergara, a participar en un proyecto que marcará un antes y un después en el municipio: el hermanamiento de Paterna y Escacena con el pueblo esloveno de Ig. La Peña ya puso todo su arte en la estancia de la delegación de Eslovenia aquí, y pronto viajará a este país con la maleta cargada de fandangos, contribuyendo así a darle voz y crear lazos de unión a través del lenguaje universal de la música.
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Cantaores y público hacen del primer certamen de fandangos un éxito L
a primera edición del certamen de fandango organizado por la Peña Cultural Flamenca Fernando Vergara y el Ayuntamiento de Paterna del Campo, el pasado 28 de julio, fue un rotundo éxito. Tanto la categoría de los participantes como la excelente acogida de público, a pesar de tratarse de su primera convocatoria y de coincidir en fechas con otros eventos dedicados a este cante ya plenamente consolidados en la provincia, contribuyeron a hacer de este even-
to una cita inolvidable que, seguro, tendrá continuidad en años venideros. Más de un millar de personas se dio cita en la Plaza de España de la localidad para disfrutar durante unas tres horas de las excelentes interpretaciones de muchos de los partici-
pantes -la gran mayoría de ellos con un alto nivel-. La onubense Cristina Soler se hizo con el máximo galardón del certamen, dotado con 1.000 euros y patrocinado por Caja Rural del Sur, tras una magnífica actuación que encandiló tanto al público como al jurado. El segundo premio -consistente en 600 euros y patrocinado por la Fundación Cajasol- fue para la joven pi leña María Isabel Garrido Diago. En tercer lugar, el jurado reconoció la buena actuación de María de los Ángeles Pérez Navarro, también procedente de la capital onubense. El bar El Potro y la Bodeguita El Campero aportaron los 300 euros con los que estaba dotado el tercer premio. Finalmente, en la categoría de menores de 14 años, la palerma Tania Cumbreras Martín completó la lista de galardonados de la noche. La dotación económica, de 300 euros, corrió a cargo de la cafetería La Ruta. El jurado del certamen estaba compuesto por Francisco Vergara y Antonio Guzmán, presidente y secretario, respectivamente, de la Peña de Paterna, y Eustaquio Mora, presidente de la Peña de Sanlúcar La Mayor. El gran nivel exhibido por los participantes y la fantástica acogida por parte del público, tanto local como procedente de distintos puntos de las provincias de Huelva y Sevilla, han motivado que la organización marque en su agenda, tras los meses estivales, el arranque de los preparativos de la segunda edición de este certamen Villa de Paterna del Campo para consolidarlo como evento fundamental a nivel provincial en la difusión y disfrute del fandango. El presidente de la Peña Fernando Vergara confía en cosechar el mismo éxito en las próximas citas y contar nuevamente con el respaldo del público. Reportaje: Rosa de la Peña. Fotos: Archivo.
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El cartel de las fiestas C
ada año, una persona vinculada a Paterna del Campo tiene el privilegio y la responsabilidad de plasmar en una pequeña obra de arte el significado de las fiestas de agosto de esta localidad, el resultado: el cartel anunciador de las Fiestas Patronales de San Bartolomé. Desde 1997 hasta hoy, once personas han sido responsables de esta encomiable labor. El primero en enarbolar la bandera de la cartelería paternina fue José Osorno Marín, natural de la localidad de Manzanilla, quien supo reflejar las señas de identidad de estas fiestas representando la figura de San Bartolomé sobre la iglesia que lleva su nombre, un cartel de gran calidad. El hilo conductor en la evolución de los carteles dedicados a esta festividad es precisamente la figura de este santo, generalmente recogido en todas las obras apoyado en monumentos propios de esta tierra, tales como: la iglesia parroquial, las capillas de las hermandades o el castillo de Alpizar. No todas las composiciones han sido pictóricas. Las correspondientes a los años 2002, 2003 y 2004, son fotográficas, al igual que la de este año, obra del creador Rafael Salazar. En palabras del historiador Paco Garrido “destacamos sobre todo la obra de Francisco Llonís Santiago, un cartel excepcional”, del año 1998, un autor hijo de esta localidad, pergaminista de profesión y afincado en la capital onubense. Otro aspecto a resaltar del conjunto de carteles destinados a ilustrar las Fiestas Patronales de Paterna es la calidad de los mismos, “carteles que han tenido una gran aceptación por parte de los paterninos, especialmente los que viven fuera, gente de Barcelona, de Madrid...”. Desde que comenzaron estas fiestas, alrededor del año 1500, no se han interrumpido nunca, ni siquiera durante las distintas repúblicas o la Guerra Civil. Reportaje: Charo Martín. Fotos: Archivo.
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“Mi obra aúna modernidad y tradición”
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acido en Paterna en 1983, Rafael Salazar, autor del cartel anunciador de las Fiestas Patronales de San Bartolomé del presente año, es licenciado en Bellas Artes en la especialidad de Conservación y Restauración. Actualmente trabaja en las obras de conservación y restauración de la iglesia de Santa Ana de Guadalcanal. De su pueblo le gusta todo, el color, el olor, su gente, la luz de sus calles, su gastronomía y un sinfín de sensaciones y nostalgias que le son muy difíciles de describir. Como él mismo afirma, “tengo en mi pueblo mis raíces, mis entrañas, por decirlo de alguna manera, soy de Paterna y paternino hasta los huesos”. Pregunta: ¿Qué significa para usted ser de Paterna? Respuesta: Para mí ser de Paterna es presumir de mi pueblo, de su gente, de sus fiestas, de ahí mi infancia, mis amistades. Ahí tengo a mis padres, ejemplo del camino que debo seguir, a mis abuelos y, hasta hace unos escasos meses a mi abuela Puri, una persona muy especial y querida y que, con todo lo demás, forman el nombre de mi pueblo, Paterna. Cada letra que forma parte del nombre de mi pueblo es una sensación y una vivencia que han marcado mi madurez, mi cultura, mi desarrollo… y han hecho de mí un paternino que, donde quiera que va, se siente orgulloso de sí. Y eso es para mí ser de Paterna, estar formado en un pueblo, que rodeado de su gente y su bienestar hacen de una persona un ser con un futuro determinado, con una cultura común y con un amor ycariño hacia su gente y su localidad que no se puede explicar; y vosotros,
como paterninos, me podéis entender. P: ¿Qué ha querido reflejar en el cartel? R: A petición de nuestro Ayuntamiento, he realizado gustosamente el cartel de las Fiestas Patronales de este agosto de 2007, en el que he representado a nuestro patrón San Bartolomé apóstol y a nuestra patrona la Santísima Virgen de las Virtudes, cómo no, ineludibles en este trabajo. Este cartel tiene como fondo el escudo de nuestro pueblo que hace con sus colores rojo y azul que la composición tome un determinado atractivo y significante; que juegan entre estos dos tonos con los colores de nuestra bandera, de nuestra enseña, y que junto con los retoques que se le ha dado a las imágenes de los patrones de la localidad hacen que la composición quede armónica y compensada. P: ¿Cuál es el estilo? R: El cartel desde mi punto de vista se adapta a la imagen publicitaria, al diseño gráfico, al siglo XXI. Es de estilo contemporáneo y de alguna manera rompe con la tradición cartelística a la que estamos, de alguna manera, acostumbrados, haciendo uso de lo que la tecnología y la informática ponen a nuestro alcance, haciendo que el diseño gráfico sea el ente y el fin de este cartel. P: ¿Destacaría algo en concreto de esta obra? R: Sí, destacaría la mezcla del estilo contemporáneo con el barroquismo y la tradición propia de nuestro pueblo, y agradezco de corazón que me hayan encomendado esta labor y desde aquí aprovecho para dar las gracias al Ayuntamiento. Espero que sea del agrado de todos mis paisanos. P: ¿Qué celebran en San Bartolomé? R: Como bien su nombre indica, celebramos y rendimos culto a nuestro Santo Patrón San Bartolomé, aparte de los festejos que hacen que el paternino se una y posibilitan a aquellos que están fuera de su lugar de origen que regresen por estas fechas, por tanto, celebramos la convivencia con nuestros paisanos y amigos; celebramos una fiesta que tiene en cuenta al adulto y al joven y que, creo que cada vez más, está tomando gran auge y haciéndose característica en nuestro entorno. P: ¿Cuáles son sus proyectos inmediatos? R: Actualmente me encuentro realizando las labores de restauración y conservación en la iglesia de Santa Ana de Guadalcanal (Sevilla) y, una vez que finalice este trabajo, comenzaré a prepararme las oposiciones para profesor de Secundaria por la especialidad de Dibujo. Por otro lado, impartiré clases de monitor de pintura en el Ayuntamiento de Manzanilla, al que mando un afectuoso saludo tanto a la institución como al grupo de alumnos que han significado mucho para mí; y cómo no, realizaré los numerosos cuadros y trabajos de restauración que tengo encargados por particulares. P: ¿Cómo será el futuro de su tierra? R: Espero como paternino que a mi pueblo lleguen tiempos positivos, tiempos que traigan frutos y que exploten todos sus recursos: campiña, sierras, parajes naturales, productos de la tierra… y desearle fuerza y suerte a este nuevo equipo de gobierno, para que siga llevando a cabo este cambio que haga de Paterna un lugar insigne y propio de ser visitado y habitado por su gente. Entrevista: Charo Martín. Fotos: Archivo.
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Luthiers flamencos M
úsica y artesanía se funden en Paterna del Campo en dos nombres. Los de dos hombres que han convertido a este pueblo en pionero en la construcción de guitarras flamencas en Huelva. Que se sepa, tan sólo Pedro Fernández Leal y José Antonio Gómez Fernández desarrollan esta labor artesana en la provincia. Ésta es la historia de cómo la pasión por la guitarra flamenca ha llevado a estos dos carpinteros a convertirse en luthiers, palabra francesa que designa a los constructores de instrumentos de cuerda, o por afinar un poco más, en guitarreros. Lo suyo con la guitarra flamenca le viene a Pedro Fernández desde chico. Empezó a tocarla de oído, escuchando la radio y las
cintas de sevillanas de la época. Él lo recuerda como si fuera ayer: “Mi primera guitarra me la compró mi madre en Ramblado, en Huelva, cuando tenía 14 años y ahora, después de tantos años, la he restaurado”. Con esa guitarra habría de estar horas y horas para arrancarle esos sonidos por sevillanas que le harían recorrerse las fiestas de los pueblos y ciudades y grabar hasta catorce Lps con tres grupos distintos: Voces campesinas, Solera-4 y Brumas, su grupo más conocido. Pedro deja de tocar profesionalmente en el año 95. Abandona los escenarios por la carpintería cuando dos de sus tres hijos se hacen mayores y comienzan a trabajar con él. Pero la pasión por la guitarra sigue viva. Su dominio de la madera y un encuentro casual hacen que pase a convertirse en guitarrero a fuerza de arte, destreza, paciencia y mucho trabajo. “Aprendí gracias a Felipe Díaz Mazo, componente de Amigos de Gines, con el que coincidí en una actuación; me preguntó por la forma de dar el barniz y le estuve enseñando”, cuenta Pedro. “Después me regaló unas tablas e hice la primera guitarra para mí; me empezó a picar el gusanillo y, en estos doce años, he hecho más de veinte”. Porque también para esto de fabricar guitarras ha sido Pedro Fernández autodidacta. Los apuntes de Díaz Mazo –primero las tapas y los aros, el diapasón, el mango, el puente…– le sirvieron de guía para una labor que ha ido perfeccionando a base de esfuerzo y horas de trabajo, un perfeccionamiento al que ha
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contribuido, sin duda, su doble condición de carpintero y guitarrista. Construir una guitarra, siempre en sus ratos libres, le lleva a este artesano algo más de dos meses. De todo el trabajo destaca la laboriosidad que supone el barnizado, todo un rito que se hace a muñequilla y es importantísimo para el sonido: “Una buena guitarra con un barniz mal dado es como un buen traje con unos malos zapatos”, subraya. Sus guitarras, realizadas por encargo, cuestan entre 1.500 y 3.000 euros, dependiendo de la calidad de la madera. Frente al polisandro o palosanto, que suena como a piano, Pedro prefiere la madera de abeto o de ciprés, “que dan un sonido más llorón”, algo que los flamencos saben bien y que expresaba Lorca cuando decía: “Se rompen las copas/ de la madrugada/ empieza el llanto/ de la guitarra”. Pero, a pesar de los materiales y el esmero, Pedro sabe que la guitarra es un misterio, “nadie sabe cómo va a salir hasta que no tiene las cuerdas puestas”. En esto coincide su sobrino José Antonio Gómez Fernández que, también carpintero, comenzó en 2002 a seguir los pasos de su tío y a dedicar sus ratos libres a construir guitarras. Quizás sea la juventud lo que ha movido a José Antonio a plantearse este oficio de un modo distinto y a lanzarse a la comercialización de guitarras flamencas bajo dos marcas, una con su nombre y otra con el sello de Gómez&Dovao, en sociedad con el guitarrista y profesor de la Peña Flamenca de Huelva Antonio Dovao, que posee también una tienda de música en Huelva, en la calle Nicolás Orta, 48. “Somos –destaca orgulloso José Antonio- los únicos en darnos de alta en la construcción de guitarras en la provincia de Huelva y, aunque aún es pronto y sólo llevamos un año vendiéndolas en la tienda de Antonio, nuestra idea es expandirnos porque nos está dando muy buenos resultados”. En la tienda venden modelos que van desde los 300 euros, guitarras hechas con montaje rápido a base de maderas prefabricadas, a los 2.500 euros, con cajas hechas de ciprés español o palosanto de la India, tapas de pino-abeto alemán, diapasón de ébano y mástil de cedro de Honduras. Todo un muestrario de maderas para un resultado de lujo al que José Antonio añade un par de secretos: “El sonido será de mayor calidad cuanto más juntas y rectas estén las vetas de la madera, a la que se recomienda que pase un proceso de cinco años de secado”.
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En lograr la máxima calidad basa José Antonio la realización de un sueño: “Llegar a lo más alto. Me gustaría ser una marca conocida, porque una guitarra que aquí cuesta 2.500 euros puede alcanzar en otro sitio los 6.000 euros por el hecho de tener un nombre”. Antonio Dovao corrobora esta circunstancia al asegurar que antes de conocer a su socio tocaba con guitarras de 6.000 euros, “y ahora que estoy aprendiendo de construcción, me doy cuenta de que esas guitarras, a pesar de ser mucho más caras, tienen muchos defectos, como que no afinan bien o que rozan la cuerda con el traste y dan un sonido muy metálico”. Para Dovao, guitarrista, profesor y vendedor de guitarras, los objetivos se amplían: “Queremos potenciar el flamenco y la artesanía en Huelva, que no se están apoyando todo lo que se debería por parte de los organismos y de los medios de comunicación. Aquí hay muchos artistas que están triunfando fuera y en Huelva no se conocen”. Con trabajo y tiempo, Dovao confía en lograr su propósito: “Antes yo llamaba a los medios y ahora son ellos los que me llaman a mí”. Reportaje: Teresa Montaño. Fotos: Carlos A. Domínguez
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Manuel Domínguez Martín, el paternino del Siglo XX Sorprende sobremanera su semblante sonriente y plácido de hombre que ha vivido mucho y que no renuncia a seguir viviendo. Atento, inquieto, afable, casi servicial, Manuel Domínguez, Manolo o Lolo (como gusta llamarle su bisnieto Vicente) rezuma sabiduría antes de abrir la boca. Sus ojos profundos, velada la mirada por la edad, las líneas de expresión de su
cara y la sonrisa que acompaña a sus precisos recuerdos de Huelva desde los años 20 avisan de la excelencia de la persona que se tiene delante. Su mera existencia es una lección de vida, de constancia y de convencimiento de que vivir no es ver pasar los días, sino hacer que los días tengan un sabor especial. Los que han tenido el privilegio de trabajar con él dicen que es “mejor persona que economista” y ya debe serlo cuando le llueven los reconocimientos profesionales y personales, sin que su carácter modesto y desenfadado se inmute. Como muestra, un botón. El pasado 23 de marzo leyó su tesis doctoral en la facultad de Ciencias Empresariales de la Onubense sin que le acompañara ninguno de sus familiares.
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El perfil
bre la puerta con una agilidad impropia de un hombre que se asoma a los 94 años. La sonrisa de su boca no se borra. Recibe en su casa a una desconocida que quiere saber dónde reside el secreto de su excepcionalidad. El piso es coqueto, sencillo, si eso es posible cuando se tiene frente a la ventana la belleza de la Ría de Punta Umbría. El único lujo a la vista es el derroche de amabilidad de la pareja y la señora que les acompaña en su retiro veraniego, es esa cortesía demodé que sólo tienen las personas de educación clásica. Me cede el paso y empezamos a charlar. Manuel prefiere hacerme un resumen de su vida antes de que comencemos la entrevista, todo un lujo cuando el objetivo es contar cómo es el Paternino del Siglo XX. Es metódico. Recuerda, como si hace un par de semanas hubiera estado por allí, el colegio de su pueblo. El tintero compartido, las bancas largas y el suelo “de cemento, no; de alquitrán o algo así, … de mala calidad”. Los ejercicios de palotes con los que empezó a escribir o la finca, “no de recreo, sino de labranza” que tenía su casa de Paterna en la parte de atrás, “con su silo, su era, con todas esas cosas que se usaban”. Además es sincero. “Todavía me sorprende que me hagan tantos homenajes. Me llamó la alcaldesa para decirme que me habían nombrado Hijo Predilecto de mi pueblo por unanimidad. Fue un honor y se lo agradezco de corazón, pero lo más importante es
Paterna del Campo, 28 de diciembre de 1913 93 años de edad Casado con Josefa Pérez Calvo. Padre de dos hijas, Pepita y Manuela, tiene cuatro nietos y otros tantos bisnietos Cursó estudios de Magisterio, se licenció en Filosofía y en Derecho y se doctoró en Ciencias Económicas y Empresariales el pasado mes de marzo Onubense del año en 1997 por petición popular Hijo Predilecto del Ayuntamiento de Paterna del Campo por unanimidad de todos los partidos políticos Economista de Honor de Andalucía (2003) Medalla de Oro de la Provincia concedida por la Diputación de Huelva (2006) Medalla de Oro del Ayuntamiento de Huelva (2007)
que todos los partidos políticos estuvieron de acuerdo. Si no hubiera sido así, no lo habría aceptado”, relata con un desapasionamiento impropio de uno de los talentos más reconocidos de la provincia. “Después fue una locura. Vinieron de la Diputación, con una cámara de televisión y quisieron que les acompañara a Paterna, donde no había estado salvo de visita en casi 70 años. Quedé impresionado y pensé: ¡Si los antiguos levantaran la cabeza! Desde entonces he escrito un libro en el que cuento cómo era Paterna cuando yo era pequeño y los cambios que he podido observar. Y es que ¡yo soy un antiguo que ha levantado la cabeza sin haberla agachado aún!”, bromea el alumno de doctorado de más edad de todas las universidades europeas. “No entiendo muy bien a qué vienen tantos homenajes, los agradezco, pero no los he pedido ni los espero. Ahora son todos reconocimientos y ¡los que quedan por llegar!, según me han dicho”, anuncia. A pesar de haber estado tanto tiempo lejos de su Paterna natal, conoce perfectamente a sus gentes y no deja de pensar en cómo podría ser el futuro. “La gente de Paterna siempre ha sido muy trabajadora, un poco especial y dada a enfrascarse en causas encontradas, pero muy trabajadora, de hecho, muchos de ellos han comprado fincas en los pueblos de alrededor, incluso en Castilleja, y eso que es provincia de Sevilla. Nada que ver con la de Escacena y eso que está a 500 metros. Siempre que hablo de las diferencias entre mi pueblo y el vecino, me
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acuerdo de una anécdota: Resulta que los de Escacena veían pasar los camiones llenos de verduras, de pipas de girasol y de otras cosas y decían los paisanos que los campos de Paterna tenían dos pisos”, cuenta risueño. Entre sus deseos o sueños de futuro está un pueblo “que se llamaría Dos Hermanas del Campo. El ayuntamiento y los servicios estarían justo entre Paterna y Escacena. Así podríamos tener un gran pueblo, el más próspero e importante e la zona”. Una vida dedicada al estudio y la enseñanza
Manuel Domínguez Martín es un abuelo, pero no uno cualquiera. La mente privilegiada que mantiene frescos sus recuerdos de infancia en Paterna, es la misma que le ha permitido a lo largo de sus años sacar adelante sus estudios de Magisterio, de Filosofía, de Derecho y ejercer desde 1947 hasta su jubilación como profesor, primero en el Instituto Ferroviario, que dirigió desde su fundación, y muchos años más tarde en la Escuela Universitaria de Estudios Empresariales de Sevilla, donde ejerció como catedrático de Contabilidad Aplicada. Su trayectoria profesional no acaba ahí, de forma paralela a su labor docente, Manuel Domínguez ha ejercido como asesor privado –“colaboré con los americanos cuando montaron la Refinería de La Rábida o en las empresas que se establecieron en el Polo”, reconoce- o conferenciante dentro y fuera de España. Su modestia apenas le permite asumir la admiración que le profesan personas ajenas a su círculo, aunque reconoce sentirse orgulloso de lo lejos que han llegado algunos de sus alumnos o sus hijas y nietos, que han seguido los pasos de don Manuel. “Mi hija Manoli fue la primera abogada de Huelva y todos mis nietos han sacado las carreras de Derecho o Empresariales”, cuenta lleno de satisfacción. Joven de mente y espíritu
Si envidiable es el currículo de este gran hombre merecedor del título de Paternino del siglo XX, más admiración despierta su vitalidad intelectual. “El secreto para mantener el interés por las cosas es no dejar de hacerlas. Desde de que me jubilé hace 23 años, me he dedicado a hacer todas las cosas para las que antes no tenía tiempo como escribir para los periódicos”, explica mientras me muestra una carpeta con textos aún sin publicar. “Todos los días
leo el periódico para estar al día de lo que pasa en el mundo. La gente no presta atención a su alrededor, yo no creo ser más listo que los demás, pero sí miro atentamente lo que ocurre cada día”, reconoce. Ni esos días en los que se despierta con pocas ganas de levantarse ni la disminución de la visión que le han dejado los años han puesto freno a don Manuel. “El ordenador no lo utilizo porque ya no veo bien, pero la Universidad me pone una becaria a la que dicto los textos”. Y es que el jovencísimo espíritu de Manuel Domínguez no se detiene ni ante las dificultades que le impone su cuerpo. Reportaje: R. Durán. Fotos: R. Durán y Odiel Información
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uisiera recordar la faceta humana y artística de un hombre de nuestro pueblo que el pasado 15 de junio nos dejó para siempre y que tras de sí, mediante una labor callada y continuada a lo largo de toda su vida, nos ha dejado su arte expresado en un importante patrimonio cultural-religioso digno de ser recordado en los anales de nuestra historia local. Ese hombre no es otro que José Guzmán Vázquez, Joseíto Guzmán como cariñosamente le conocíamos. Hombre sencillo, afable, respetuoso con todos, profundamente religioso, que a pesar de su soltería, estaba arropado por una gran familia: su hermana Magdalena y su cuñado, su sobrina y sobrinos, sus amigos. Siempre estaba rodeado de cuantos le apreciaban, porque era digno de apreciar. Siempre daba sin esperar nada a cambio. José Guzmán nace un 30 de diciembre de 1924, en el número 56 de la calle de La Plaza de Paterna del Campo, en el seno de una familia campesina, de clase media. Hijo de Antonio Guzmán Bermúdez y Magdalena Vázquez López. Desde niño siente especial predilección por las artes y a los 9 años comienza, con los escasos medios de entonces, una navajita y raspando con un cristal, a realizar sus primeros trabajos en la escultura, en un principio en barro y posteriormente en talla de madera. Detalles artísticos que no pasaron por alto al párroco de entonces, José Domínguez Becerra, que veía en las manos de ese niño unas cualidades extraordinarias para la escultura, por lo que intentó, sin éxito, que sus padres enviaran a su hijo a Sevilla a estudiar Bellas Artes. Las precarias condiciones de la postguerra de las familias paterninas hacían necesarias todas las manos disponibles para llevar adelante las tierras de labor de la familia y José se quedó en Paterna. En su pueblo, año tras año, fue compaginando su labor como agricultor, con su afán por aprender las diversas formas artísticas. Uno de los primeros maestros que tuvo fue el Padre Melquíades, persona amante del arte, quien le orienta en sus trabajos escultóricos. A partir de ahí, con las visitas a talleres y artesanos, preguntando aquí y allá, fue aprendiendo. Recuerdo su peculiar inicio de la talla de una imagen. Primero moldeaba con su cuchillo de marojal, luego, ya con la gubia, el formón y la lima iba dándole la forma definitiva. Su primera obra escultórica fue la talla de la Virgen de la Esperanza, que se encuentra en la ermita de San Isidro Labrador en la aldea de Tujena, realizada en los años sesenta.
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Posteriormente, realizó la imagen de la Virgen del Rocío de Paterna en el año 1972. En 1985, fue bendecida la talla de la Virgen de las Virtudes, patrona de nuestro pueblo, quizás su obra más entrañable y querida, ya que supuso la restitución de la devoción a nuestra Patrona entre nuestras gentes. En la década de los noventa, llevó a cabo la realización de diferentes tallas de imágenes de la Virgen del Rocío, trabajos particulares y para iglesias de la zona levantina, como la realizada para la parroquia de San Bartolomé de Benicarló (Castellón) y otra, muy especial, para la ciudad de Curitiba, capital del Estado de Paraná, en Brasil. Por otra parte, son innumerables los crucificados realizados para particulares e instituciones. Destaca el Cristo tallado para el Acuartelamiento del Regimiento de Caballería Sagunto 7 de Sevilla. Su obra escultórica se completa con la ejecución de la talla del Cristo de la Borriquita para la parroquia de Rociana del Condado y el Niño Dios (1992) bajo la advocación del Dulce Nombre para su hermandad de la Virgen de los Dolores y que actualmente se encuentra en su hornacina en el Sagrario de la Iglesia Parroquial de San Bar-
tolomé. La restauración también ha sido una ocupación constante a lo largo de su vida. Así, imágenes como las de San Isidro Labrador, Nuestro Padre Jesús Nazareno de Manzanilla, de niños de Dios, de santos de particulares han pasado por sus manos. Pero su labor no se ha ceñido solamente al arte escultórico. Su peculiaridad de ser una persona autodidacta ha abarcado otras manifestaciones artísticas. Cabe destacar sus trabajos, últimamente, en el bordado en hilo de oro, realizando toquillas, sayas, mantos y estandartes para distintas hermandades locales. En este sentido, podemos resaltar el manto de salida de la Virgen de las Virtudes, el estandarte de la hermandad de la Virgen del Carmen y distintos mantos de camarín, sayas, faldones del paso de palio de la Virgen de los Dolores, así como un juego de trajes para la imagen del Niño Dios de su hermandad. Toda esta manifestación artística, la compaginó con sus dotes como vestidor de imágenes y el exorno de sus pasos de salida durante años. Así, prestó su colaboración a las hermandades locales como la de San Isidro, la Virgen del Rocío, la Virgen del Carmen, la Virgen de las Virtudes y la Cruz de la Victoria de Cristo. Colaboró con la Parroquia en el exorno de los pasos de San Bartolomé y de la custodia del Corpus, trabajo que también desempeñó en poblaciones vecinas. Fue vestidor de las hermandades de la Virgen de la Victoria y la Virgen del Valle de Manzanilla, las hermandades de la Virgen de los Dolores de Escacena del Campo y de Aznalcóllar, entre otras.Su ansia por aprender no tenia límites y todo lo que se proponía lo hacía. Quería confeccionar las flores de cera rizadas para su paso de la Virgen de los Dolores y buscó cualquier recurso para conseguirlo. Las técnicas para su confección eran escrupulosamente guardadas por los que la sabían realizar. Recuerdo cómo nos contaba que para aprender a hacer estas flores de cera tuvo que hacerse amigo de una persona de la localidad sevillana de Benacazón que las comercializaba y llevarse todo un día de copas con él hasta
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que, cuando estaban más alegres de la cuenta, le pudo sonsacar las técnicas para realizar este tipo de flores. No puedo terminar sin destacar lo que ha sido el eje en torno al que ha girado toda su vida: su devoción y amor a la Virgen de los Dolores en su Soledad y a su hermandad. Por lo que ha luchado hasta el último instante de su vida. Fe y devoción que vivió de niño en su casa, ya que su padre, Antonio Guzmán Bermúdez, fue hermano mayor en el período 1930-1946; su tía Josefa Guzmán Bermúdez fue camarera de la Virgen en esos años; su hermano, Manuel Guzmán Vázquez, hermano mayor en el período 1957-59, y, en la Cuaresma del año 1963, fue elegido hermano mayor hasta el pasado 15 de junio de 2007, que la Virgen de los Dolores se lo llevó con Ella al cielo. Su personalidad de hombre bueno, profundamente religioso, servicial, sencillo y respetuoso con todos, le ha valido para ostentar este cargo de tanta responsabilidad durante los últimos 44 años. José Guzmán Vázquez ha sido una persona entregada a nuestras hermandades y cofradías, incrementando enormemente su patrimonio artístico y contribuyendo con ello al enriquecimiento cultural de nuestro pueblo. Su labor nos hace sentirnos orgullosos y su obra siempre nos hará recordar su figura, que, por méritos propios, ha entrado a formar parte de la historia contemporánea local. Reportaje: Francisco Garrido Sauro. Fotos: Archivo
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Una deuda con Fernando Claro Q
uiero evocar con estas letras a uno de los hijos más prolíferos en la faceta literaria nacido en Paterna. Si tenemos en cuenta que su formación fue autodidacta, el mérito, indudablemente, es mucho mayor. Sólo fue a la escuela un día, con tan mala fortuna que el maestro le pegó. No consintió volver a la misma. Pocos en la actualidad le recuerdan; algunos habrán oído hablar de él, casi nadie sabrá quién fue, y muy pocos sabemos de su obra. Se preguntarán cómo es posible. Sin embargo, tiene su explicación aunque sea una paradoja. Al personaje en cuestión, le cupo en suerte ser de una familia humilde, campesina, sin más recursos que el jornal de su progenitor para alimentar cinco bocas hermanas, más las de sus siempre amadas madre y abuela, con lo que las penurias de la casa se pueden imaginar, tanto más, si nos remontamos a la última década del siglo XIX, que es cuando nace. Transcurren las primeras décadas del siglo XX, y sin dejar de trabajar como bracero en todas las tareas del campo, aprende música, se hace maestro racionalista, escribe teatro, novela y artículos de opinión en la prensa nacional (CNT, Madrid; Solidaridad Obrera, Barcelona; Páginas Libres, Sevilla; Despertad, de Vigo; Tierra y Libertad, Madrid y Barcelona; Revista Naturalista Helios, de Valencia; El amigo del pueblo, Azuaga, Badajoz; y otros) que le acarrean detenciones por parte de las autoridades locales. Sin embargo, puesto a disposición judicial en La Palma del Condado, siempre quedaba en libertad a los pocos días, en cuanto el juez observaba las causas de su encarcelamiento, que en ningún momento eran constitutivas de delito alguno. Artículos, como La obra de los políticos, La tiranía del estómago, Quiénes son los vagos y otros muchos, que pueden ser leídos y consultados en las hemerotecas y archivos, dan fe de lo que digo. En teatro, obras como Un sujeto peligroso y La luz so-
bre las tinieblas. En novela, Redimida, que se encuentra en la Biblioteca Nacional; Apóstatas, Una víctima, Mi amigo Clementito, A merced de las ola (Instituto de Historia Social de Ámsterdam) y algunas más. Documentos de análisis políticos, como El pacifismo en las luchas sociales, Frente a una leyenda, La división del proletariado (I.H.S.G. Ámsterdam), dan muestra de su prolífica actividad literaria. En toda su obra no es posible encontrar una palabra mal sonante, ni de odio ni rencor a nada ni a nadie, preconiza la libertad de culto religioso, de expresión, la libre educación, la formación en igualdad para todos, la igualdad de todos los seres humanos, sin distinción de raza, religión, sexo e ideas, de los valores humanos, de la verdad, de la obra de los políticos, lo que prometen y no cumplen, tantas y tantas cosas... Pero esa libertad de ideas no gustaba ni a unos ni a otros, esa reciedumbre en sus actos y en su comportamiento hacían que fuera odiado por casi todos. Llegaron a desterrarlo de su pueblo, tenía que ir a visitar a sus seres queridos de noche, oculto, como un… “sujeto peligroso", nombre que dio origen a la obra de teatro antes mencionada. Y cuando llegó el odio, la intolerancia, la barbarie, no solamente eliminaron su persona, sino también su obra. No se podía ni tan siquiera hablar de él, procuraron que todo su pensamiento escrito fuera destruido, para no dejar rastro, como si ese ser nunca hubiera existido. Pero la verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo, y organismos librepensadores, han hecho que hoy podamos leerle y disfrutar de su lectura y pensamiento. Quizá por desconocimiento, las distintas corporaciones democráticas de este pueblo le han ignorado y le siguen ignorando. Creo que el pueblo de Paterna del Campo debe conocer su obra y quién fue. El personaje de quien escribo, se llamó Fernando Claro Pabón. Reportaje: Francisco Garrido Sauro. Fotos: Archivo
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El rincón poético
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Batallas de moras y al rico palmito del cisquero L
a sirena del Colegio Sánchez de Arjona era la señal de partida para una desbocada carrera por las calles de Paterna. Alfonso, el Amapolo, casi siempre salía vencedor, de hecho sólo cabe constancia de una derrota, la gesta la consiguió Javier, el Sereno, (dicho por el propio Alfonso). Mientras el Carl Lewis, hijo del viento se aleja calle Andalucía abajo, hoy me toca almorzar en casa de los abuelos maternos: Diego, el Sereno, y Dolores, la de Pastora. Mi abuela aventaba el carbón en los huecos de la cocina de ladrillo y arcilla. El pan se estaba dorando lentamente, con un olor… me relamía el gusto: “¡Anda deja de lamurciear y ve por el atún! Pepe Margarita vendía el atún al peso en papel estraza con un olor y sabor que aún hoy añoro. Tras darnos el banquetazo, mi abuela recogía la casa y el abuelo dormía la siesta. Rafaela, la de los huevos, me llevaba a su patio a jugar con Fernando, Ana Mari, Macarena e Inma. Nos reíamos en el columpio hecho por Fernando padre con cuerdas y una tabla. Macarena e Inma se pelean por el uso de éste, por lo que me voy con Fernando. Mientras los Finfis trabajan la madera, un partido de fútbol de tres contra tres se prepara: por un equipo, de portero, Mandanga; delantero, Castaño y segundo delantero (¡Todo era fútbol de ataque!), Eduardo Mora. Por el otro equipo, de portero, Rafael María, de delantero, Manolo el de Tolillo Villalba y segundo delantero, Fernando. “¡Tú eres mú chico!”. Me quedaba ir a verlos jugar y reír. A las cinco me despedían desde sus puertas la Romera, Rafaela, Ana, Amparo la Mosca, Bartolina y Juan la Canela y todas las vecinas de Francisco Mendoza. Y de un extremo a otro, al Prado San Roque, a mi casa. En el paseo de las cooperativas, el bien más preciado de los niños traeros: las moreras. Motivo de grandes batallas con los niños del pueblo: Domínguez, el Canito, Castillo, Núñez, Luis de Rodrigo, Reinoso, Juan Salvador, Juan el Pezuño, Bartolomé, Alfonso el Corcha, el Sillero y un ruinoso y (perdón por la expresión) porculero Pepe Toro. Los rivales traeros: Quinini, el Rubio, el Nono, Carmelo, Santi el Rengao, Pepino Sacaculos, los Pelotes (todo un ejército: Juan, Julián, José Manuel, Antonio el Manteca y Miguel Ángel, Nene), el Cordobés, Pepe el Gorito y a veces yo en las labores de vigía (mi padre no me permitía las luchas), Juan el de Angelita la del Sereno y Juan el Piro. Los traeros esperábamos a que se subieran a los árboles, un silbido y las hordas salían por el Cerro del Pollito a terronazo limpio con los invasores. La batalla empezaba con ventaja nuestra, pero a la vez que tomaban
algunas de nuestras posiciones la cosa se ponía más peliaguda. “Ahí vienen más rengaos. Antonio Culo Bajo y José el Titi. ¡Bien, refuerzos!”. Pero Antonio y José hoy pasan de largo, muy arreglados y con un macuto cada uno: “¿Dónde vais, rengaos?”. “Anda déjalos, no ves que se van a Paradas a ver a sus novias mellizas”. Una ceja se interpone en la trayectoria de un pedrusco: el Canito sangra. Mientras un Juan Pelote grita: “¡Le he dado, le he dado!”. Hoy termina la batalla y las moras son nuestras (no ocurría siempre así). Llegamos los abuelos y yo a casa. Mi abuelo fabrica una pértiga con una caña a la que hace varios cortes en el extremo, introduciéndole una pequeña piedra y atándola con una soga. El instrumento es para coger higos chumbos de las pitas que hacen las veces de cerca. Los barre para qui-
El Sereno gritaba: “El mejor cisco de Paterna. Salid”, recuerdan los niños de entonces tarles las espinas, los mete en agua y los pela con unas tenazas de avivar la copa y un cuchillo. Los mete en el frigorífico pero alguna vez se quedaban en el camino en el intestino de uno que yo me sé, taponándose. Mi padre llegaba deslomado de los palos, dice que pronto lo va a dejar, que destroza las espaldas. Pelamos tomates y los troceamos para hacer conserva. A mí me tocaba fregar los botes de zumo. Esta tarde hay partido de fútbol en el estadio (secadero de pipas hace poco y almacén de Quitoli). Los Tigres se enfrentan a un equipo de Escacena. Viene casi todo el pueblo, ocasión que aprovecha mi padre para cortar unas lechugas criadas en la barranca para venderlas en la tapia del Bosni. Ahí estamos vendiendo lechuga y escuchando las imprecaciones al árbitro (hay cosas que no cambian). Cuando el balón sale del campo con uno de los numerosos pepinazos, algún niño distrae algún esférico para ir luego a por el de los girasoles. Los jugadores se cambian juntos en el horno de Juan Domínguez; éste tiene respiraderos para la combustión, por donde algún desaprensivo chaval dona su agüita amarilla al rival de Escacena. “Hoy a mi chaval lo han chocado en las moreras y tu Juan estaba allí”.
El padre del herido me ha hecho un flaco favor: un mes sin tele y sin salir. Adiós a Vicky el Vikingo, Mazinger Z y los payasos. El castigo era cumplido a rajatabla. Sólo se me permitía salir a misa y a vender más lechugas para el tiro al plato, evento social de la fiesta. Lucha de nuevo entre los chavales, esta vez individualizada para coger los cartuchos vacíos que tiraban: Juan, Arguijuelas, el Niño Único, el Pastillas, el Purina, los Franguas, el Feo, Perdigones y su hijo Bernardo. Algún cartuchazo se perdía en la chapa del lanzador y el Rubio y Fran el Isco (otro rengao y es que estos padres tuvieron un equipo de fútbol por hijos) salieron protestando. Termina la tarde, Manolito el de los helados toca el cornetín. Desbandada de niños con el dinero dado por las madres, que guardan turnos con los cubos en la fuente para coger agua hasta las tantas de la madrugada, en horas en las que no faltará una pelea por el turno. La abuela tira la casa por la ventana y nos compra dos helados, uno para Francis y Lola, el otro para Ángel y Juan. ¡Hala, a lamer por turnos! Hace tiempo que el abuelo no se siente del todo bien. Hoy mi madre lo ha acompañado a su casa. Él se sentó en una piedra angular de la Cooperativa del Aceite, se ha vuelto y le ha dicho: “Angelita, déjame despedirme del prado que ya no lo veo más”. Diego el Sereno tenía la costumbre de cumplir su palabra. El cisquero, que se ganaba la vida en la sierra con su burra segando jara, haciendo el cisco y vendiéndolo a la voz de “¡El cisquero, el mejor cisco de Paterna, salid, Antonia, Carmen, María, Juana…!”; era recordado por los niños de entonces por otro grito: “¡El palmito, al rico palmito con muchas abuelas!” Para los cuatro siempre quedaba algún palmito que vender. Los comíamos con más fruición que los pelábamos. Dando buena cuenta de las abuelas con su cargadita de niño Dios, de los chupones y de la cabeza. El palmito, auténtico caviar de la infancia. Crecimos y ya nadie quería moras. Arrancaron las moreras pero buscamos otras excusas para ser adolescentes enfrentados. Hoy el cisquero, el palmitero Diego, no vende sus productos en el barrio, por desgracia se produce otro tipo de venta. Y cuando miro el Camino de Santiago en las noches de verano, una luna tiene un cigarro en las comisuras de los labios. Unos ojos con una gorra ladeada me lanza un guiño, vigilando mi caminar recto por este empedrado camino, donde las batallas de mora son sólo juego de niños. ¡Felices fiestas, paterninos! Por Juan Fernández Gabarro
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De los guisanderos a los cocineros L
levaba tiempo acordándome de que era hora de homenajear a quienes durante gran parte de sus vidas se dedicaron a hacer feliz la vida a los demás: los guisanderos, como se decía antiguamente, a los cocineros de hoy en día. La cocina tradicional de Paterna está ligada a su medio ambiente, al campo y a la sierra, y en ella predominan los guisos con garbanzos y las carnes, tanto de caza como de pastoreo. Antiguamente la mujer de la casa dedicaba gran parte de su jornada a avivar el calor del lento carbón para elaborar la olla de comida, denominación del campo andaluz para la única comida familiar y caliente del día. Este plato era fundamental para que los hombres de la casa recuperaran las calorías consumidas tras una dura jornada en el campo. Básicamente era el cocido o el potaje de garbanzos. Sólo cambiaba en función de la elasticidad de algunas afortunadas despensas o nutridos corrales de las casas. Los guisanderos son hoy los protagonistas, pero no olvidemos a nuestras madres y abuelas. Ellas han conservado y han vivido para alimentarnos con esta cocina tradicional, no sólo de comidas de garbanzos o vegetales de temporada, sino de guisos de matanzas, de chacinas o de riquísimos dulces e innumerables platos y recetas. En la sierra -que en Paterna empieza en La Viguera, el Chorrito o después de Tujena- la cocina predominante es la carne, sin dejar de lado los vegetales silvestres y las hierbas aromáticas, entre ellas el tomillo, uno de los sabores que podrían definir nuestros guisos. A través de la cocina de la sierra se incorporan los guisanderos a la cocina local. La mayoría de ellos tenía que pasar largas temporadas al cuidado del ganado o en las labores de las tierras de esas latitudes, a dos o tres horas de distancia del pueblo, que es lo que tardaban los animales en llegar al tajo. La sierra estaba diseminada de casas o portales que ser-
vían de alojamiento a estos hombres y la necesidad de la alimentación y el tiempo llevaban a la experimentación con los guisos. Platos cocinados con chivo, oveja, jabato, liebre o zorzal, sin desperdiciar los cardos borriqueros, las espinacas y los espárragos. Los tres platos primordiales en el guisandero de Paterna coinciden con los más singulares y conocidos de la localidad: el potaje de garbanzos, la caldereta y las migas. A partir de ahí, algunos se especializan en guisos de chivo, de cordero y carne de caza, así como aliños, paellas, pescado e incluso postres. El guisandero aparece ante la necesidad de cocinar fuera del ámbito doméstico. Las celebraciones más conocidas eran las bambanas y las quintas. La primera de ellas para conmemorar el final de la temporada del trabajo en los molinos, lagares o distintas labores en las que participaba un número considerado de trabajadores. Se guisaba utilizando chivo, borrego o cochino que regalaba el patrón. En la otra celebración, era la familia la que le regalaba al quinto un animal, que solía ser una gallina. Era necesario contar con alguien que pudiera lidiar con estos muchachos y guisar además la enorme cantidad de carne prevista. Uno de los más conocidos guisanderos es Rafael Delgado Caballero, Bastones. A punto de cumplir los noventa años, recuerda con afecto la cantidad de quintos que han comido de sus guisos. “Lo único que quería era que me dejaran guisar, luego ellos si querían pagarme algo, bien, si no, tampoco pasaba nada, porque no lo hacía por dinero”, señala. Rafael pasó mucho tiempo en la Cañá del Guijo o Cañá la Zarza. Allí aprendió a guisar. Entre sus predilecciones está el alcaucil silvestre de los cardos, que “se guisa en verde, antes de abrir la alcachofa”.
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Bastones desvela que utilizar mucho vino, tomillo, aceite de oliva de Paterna y hervir poco a poco son ”las claves” de un buen guiso. Rafael Delgado recuerda con afecto las bromas que en ocasiones ha tenido que aguantar, como cuando cocinaba para las reuniones en el Rocío y “me echaron un puñado de garbanzos del costal al potaje para convencerme de que me habían salido duros”. A José Fernández, Berea, también se le recuerda como guisandero en bambanas y en reuniones que iban a la aldea –antes de que Paterna tuviera hermandad- a principios de los sesenta, tal y como aparece inmortalizado en diversas fotografías. En una de ellas, una reunión de rocieros –Juan el Purina; Manolo, el Guapo; Rafael, el Tequete; Rafael Vargas, Antonio Menudo, Pedro Domínguez, José, el Comparito, entre otros- salían de una tertulia de amigos en El Guajiro, el bar de Luis Miranda, el cartero, en la que hoy se llama calle Romero San José. Todos ellos se alojaban en un jato, en los testeros de alguna casa de la aldea y cerca de un pozo. José Campos fue otro de los guisanderos de Paterna. Era un hombre muy natural, querido y apreciado al que le gustaban las cosas de su pueblo y participaba de ellas. Su hijo, también José, continúa con la tradición. Recuerda a su padre cuando trabajaba de guisandero en El Rocío, con un carro al estilo de las “carretas de Triana de hoy día”, en compañía de Pepe Juan Antonio, Salvador y Antonio Ortega, Rafael Vargas, Comparito; Andrés el Moreno, entre otros. “Para las quintas, venían a buscarlo para guisar. En época de Maroja se iba a la Acebuchosa para guisar y marojar, y cada quince días venía por el costo al pueblo con los burros y también recogía lo que cada familia enviaban a sus maridos o hijos”, señala. Sus especialidades eran las migas, el potaje de garbanzos y la caldereta, “con mucho ajo, laurel, perejil, tomillo y vino”, como recuerda su hijo, quien desde hace trece años va a la Santa Cruz de Abajo de Berrocal y, aunque es un trabajo duro, tiene su compensación, por “la
satisfacción de ver el gran número de amigos que tengo allí”, añade. Las patatas con chocos, la migas, las carnes y el potaje de garbanzos –para la ruta ciclista Sierra de Paterna hizo uno de 86 kilos- son sus mejores platos. Roque Hidalgo Ortega comienza a cocinar en los difíciles años sesenta. Trabajaba en las cuadrillas de Charcofrío y terminaba una hora antes que los demás para recoger la leña y preparar el guiso. Roque fue al Rocío antes de que existiera hermandad con sus cinco niños: Juan Romero el primito y varios amigos más, “lo hizo tan bien que, desde 1971 a 1995 fue cocinero de la hermandad de Paterna”. Roque recuerda con afecto la Garbanzá flamenca de Paterna y no olvida a Juanillo la Casimira, quien “guisaba, siempre con muy buena mano, la bambana del molino los frailes”. Manuel García Hidalgo, el Guapo, heredó de su padre la afición por los fogones. Su especialidad son las carnes de caza, y así se refleja en fotografías de la Peña de Cazadores de Paterna “Los Cocineros Reales”. En algunas de ellas aparece guisando un jabato en la montería del Madroñuelo, en compañía de Cristóbal Cortés Gil, el Inglés, otro gran guisandero; el recordado y querido Romualdo Caballero, Juan Manuel Casado el Ché y Ángel Romero Martín. Rafael García, el Guapo padre, pasaba largas temporadas en la Viguera donde aprendió de la necesidad de guisar para los hombres que con él trabajaban. La fotografía de la izquierda, recoge dos aficiones encontradas, la cacería y el guiso (de pié Martín Zarza, Fernando Marcela, Juan el Cosario de Huelva, Antonio García Vergara El Tena, Manolo Gerónimo, Rafael García El Guapo, y sentados Manolo Vaz García Rueda y Manuel Romualdo).
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Rafael Fernández, el Tequete, una persona muy optimista y, posiblemente, con el mejor sentido del humor de Paterna. No sólo su familia le perdió sino todo el pueblo. Mi primo Fernando Vergara, el panadero, se comunicaba desde su casa, a voces, con el Tequete. “Rafaeeel, tráete el perooool que hemos cazado algo” y aparecía con el perol atado a la espalda y en los bolsillos sus cartuchitos de especias, tomillo y laurel. “Entraba en la casa causando a todos un sobresalto, tomaba un vaso de vino y al fuego con el perol, luego todo eran risas y tertulia, alrededor del guiso”. Cristóbal Soto, el Zanahoria, natural de Jerez de la Frontera, se ha convertido junto a Aurora, su mujer, en uno de los cocineros más afamados de los últimos tiempos y participa en la mayoría de actos que se organizan en Paterna. Francis Rodríguez Cabello en a foto, a la izquierda, se unía desde niño a las reuniones de los Almendrillos -los amigos de su padre- y allí aprendió del Pena, de Almendrito, del Guapo… Los amigos, entre los que me encuentro, todos los años nos quedábamos unos días en su casa y nos guisaba un cochino o una caldereta de chivo, que no tenía ningún secreto para él. En San Isidro se encargaba de las paellas -ganamos el primer
concurso organizado por la hermandad, con arroz bomba, conejo y alcauciles. Su hermano Carlis prepara un arroz con perdiz que “alcanza cotas de sibaritismo”. Adquirió su conocimiento en el mundo de los fogones de los Almendrillos, la escuela de su madre, y de su suegro, Antonio Romero Diago, Santiaguito, destacado guisandero. Pero otros muchos han destacado en la cocina de caza. Antonio Salazar -guarda del Alpízar durante muchos años- guisa las libres como nadie. Enrique Salazar, el Porro, Alfonso Moya Daza, Martín Zarza, Manolo Aquilino, Cristóbal Domínguez, Don Cristóbal, también sobresalieron en los fogones. Francisco Vergara Vázquez y Pedro Cartucho son especialistas en preparar múltiples formas del bacalao. Manolo Pérez Zarza, últimamente apunta formas muy refinadas con los peroles. Mi hermano Fernando Vergara tiene la escuela de mi madre. Cualquier cosa le sale bien, pero los guisos de carnes y las paellas son sus mejores logros. Es probable que me quede mucha gente por nombrar, pero sólo pretendía destacar otro tipo de riquezas que atesora nuestro pueblo y de éstas hemos participado con gozo la mayoría. Sólo es un pequeño homenaje a quienes nos hacen la vida mejor. Reportaje: Ildefonso Vergara Camacho. Fotos: Archivo
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Paradojas del emigrante
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ampo, campo y más campo. Esto es lo único que había en los años sesenta para los jóvenes de Paterna en el pueblo. Se trataba de una sociedad que comenzaba a tener ciertos indicios de aperturismo, en donde aunque pocos, sí comenzaron a verse ciertos receptores de televisión en el pueblo, a través de los cuales se veía un mundo muy lejano y muy distinto al que vivían nuestros padres cuando acudían al campo y cuando las parejas de novios hacían planes de futuro. Se daba por aquel entonces lo mismo que en cualquier otro lugar de la provincia. El campo comenzaba a sufrir una transformación, una mecanización que sólo podían afrontar los propietarios de grandes tierras. Esto hacía que escasease bastante el trabajo y, además, por otro lado, a los pequeños propietarios, se les antojaba harto difícil luchar contra esta tendencia progresiva, por lo que muchos tuvieron que vender sus pequeñas propiedades, eso quienes las tenían, claro. Los que no, ya se sabe lo que pasa. La cuerda, que siempre se rompe por el lado más débil: los jornaleros. Debían aceptar las condiciones de trabajo que se les imponían, “un trabajo de sol a sol, de gañán, incluso de noche, por cuatro perras chicas”, señala Manuel Domínguez, un vecino de Paterna que tuvo que hacer lo mismo que muchos otros, marcharse fuera. Pero como tantos otros, Manuel y Carmen, su mujer, regresan periódicamente y mantienen así su vínculo con su pueblo, con Paterna, aunque, eso sí, reconocen ambos que su vida está allí, en Hospitalet, donde decidieron marcharse y labrarse un futuro. Allí tuvieron a su hijo y allí continúan. Y es que además del mucho trabajar y cobrar poco, lo que más abundaba era la desesperanza. “Cuando uno miraba alrededor, sólo veía penurias”, comenta Manuel. Así, pese al arraigo que pudieran tener en su entorno, se hacía necesario para las gentes de Paterna buscar algo mejor, algo como lo que aparecía en el cine o en la televisión. Fuera existía otro mundo y la mayoría de los que se fueron querían descubrirlo, otros, simplemente, decidieron hacerlo ante la imperiosa necesidad de dar de comer a las muchas bocas hambrientas que dependían del triste salario paterno. Era una época en la que todos los miembros de la familia, grandes y pequeños debían aportar algo a la casa. Familias enteras se marcharon, la gran mayoría eligió Cataluña como destino, dado que se rumoreaba que allí había mucho trabajo y que, además, pagaban bastante bien. El rumor era cierto, puesto que Cataluña comenzaba a despuntar como potencia industrial y hacía falta muchísima mano de obra. Otros se decantaron por Mallorca, y aunque más de uno hubiese querido, como decía la canción, viajar allí sin ne-
cesidad de coger el barco o el avión, las comunicaciones todavía, por fortuna, no consienten tales despropósitos. Así es ahora y así era entonces. El auge del turismo en los sesenta en las Islas Baleares precisaba trabajadores por doquier para construir los grandes edificios destinados al uso turístico básicamente y ahí se destinó una gran parte de la mano de obra. Tampoco hay que olvidar que fueron muchos los españoles que acudieron con su contrato de trabajo, sus papeles en regla y el reconocimiento médico cumplimentado, a otros países que comenzaban también a salir del bache de la postguerra. Esto ocurrió con Alemania o Bélgica, por ejemplo. Precisamente fue a Bélgica a donde se marcharon dos hermanos de Carmen Rodríguez y allí hicieron sus carreras, se casaron y tuvieron hijos. En definitiva, fueron principalmente las zonas con mayor auge industrial las que recibieron la llegada masiva de andaluces y, en este caso, paterninos. Carmen y Manuel, como otros muchos, también se casaron y se marcharon. De hecho, la gran mayoría de los que se fueron lo hicieron siguiendo a otros. Es lo que ahora, con estos nuevos tiempos que corren, se ha dado en llamar el efecto llamada. Tal fue el caso de Manuel, quien recibió la noticia de un antiguo compañero de la mili, de Calañas, que ya se había marchado. Ellos fueron con la tristeza de haber dejado a su familia, su hogar detrás, pero, naturalmente, con la incertidumbre y la ilusión de quien empieza una nueva vida. Y como otros muchos paterninos comenzaron su odisea. Una peculiar luna de miel La historia de Carmen Rodríguez y Manuel Domínguez es la historia de muchos, son las vivencias de tantas parejas de recién casados en las que ambos cónyuges se daban fuerzas mutuamente para afrontar cualquier adversidad que pudiera presentarse, porque ante todo se tenían el uno al otro. Les ocurrió a ellos y, como digo, a otros muchos. A mis padres, sin ir más lejos. Carmen y Manuel cogieron sus maletas y subieron al cochecillo de Andrés, que en su furgoneta llevaba y traía a los pasajeros del tren de Escacena. ¡Y cuántas lágrimas debió de ver Andrés en esa estación! Dado que se casaron y se marcharon, la luna de miel de Carmen y Manuel fue muy poco romántica, la verdad, pero sí digna de recordar, puesto que sólo consistió en el trayecto hacia Barcelona y los dos días posteriores. Y es que Manuel no quiso ponerse a trabajar antes, por aquello de disfrutar, aunque fuese un poco de las mieles de matrimonio. “El viaje en tren duraba por aquel
¡Cuántas lágrimas de emigrantes vio verter Andrés cuando subían al tren con sus maletas!
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entonces, nada más y nada menos que 36 horas”, comenta Manuel, “pero, vamos, no como ahora, con las comodidades que tienen los trenes. ¡Qué va! En aquel entonces el billete sólo te daba derecho a permanecer dentro del vagón, si conseguías un asiento te podías considerar afortunado”. Los viajeros llevaban esperanzas, pero en unas condiciones prácticamente infrahumanas, en bancos de madera, “y ¡ay de ti! si te tenías que levantar para cualquier cosa, porque tu asiento era ocupado por otra persona y, claro, ¿cómo le ibas a decir que se levantara si todos íbamos igual?”, recuerda Carmen. Cuando llegaron allí se encontraron con muchísimos carteles en los que se alertaba de la necesidad de personal y eso hacía que muchos pasasen rápidamente de una empresa a otra con el fin de mejorar. “Hombre, es que si en Paterna, en el campo, se ganaba 75 pesetas en un día, allí podías ganar 70 en una hora”, afirma Manuel. Desde luego, se trata de un argumento que no admite réplica. Con lo que no contaban era con que el nivel de vida en Barcelona era muy distinto al de Paterna y debían hacer frente a todo tipo de gastos y, además, ahorrar, si querían tener su piso como así ocurriría después. Primero estuvieron compartiendo piso con dos matrimonios más, algo habitual en aquellos tiempos y también en éstos. A esta estancia le seguiría otra más larga en un piso, ya para ellos solos en alquiler y un tercero, ya en propiedad, hasta comprarse el que tienen en la actualidad. Manuel estuvo trabajando en un principio en el sector de la construcción, ése del que se dice que tarde o temprano sufrirá una recesión, pero continúa siendo el que más trabajadores precisa. Posteriormente, pasó por dos fábricas en las que duró muy poco para continuar su paso por una tercera, “allí sí estaba bien”, señala Manuel, que añade que “era una fábrica de juguetes, en la que estuve un tiempo, hasta que me llamaron de la SEAT, ya que, previamente había echado los papeles”. Y allí estuvo trabajando hasta que se jubiló. Otros, más jóvenes, más osados, se marcharon antes de cumplir la mayoría de edad, para hacer voluntarios la mili y labrarse su futuro dentro del ejército. De ellos, muchos continuaron sus carreras, otros se decantaron por otros menesteres, incluso muchos, terminaron trabajando para la compañía Telefónica cuando ésta era pública.
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el final del franquismo y la posterior entrada de la democracia. De eso han pasado ya 30 años y “los cambios han sido enormes, porque antes no había absolutamente nada y ahora se nota que hay trabajo y mejor nivel de vida. Además, Paterna se quedó con muy poca gente joven. Todos se iban”. Efectivamente, según datos extraídos del padrón municipal por el Instituto Nacional de Estadística, los habitantes de Paterna descendieron notablemente entre 1960 y 1970. En ese año, en 1960, la localidad tenía 4.440 vecinos empadronados, cifra que, por cierto, en los albores del siglo XXI, no ha vuelto a lograrse, puesto que en el 2006, el dato arrojaba un total de 3.763 personas en el municipio. Aunque el fenómeno ha invertido ligeramente el proceso y ahora Paterna recibe también inmigrantes, siguen sucediéndose los éxodos a otros lugares, aunque ya no tanto porque la necesidad ahogue, como antaño, sino porque la mayor formación de los jóvenes les hace querer trabajar en aquellas áreas en las que se formaron y en el pueblo no ven salida alguna o los sueldos son bajos. En este sentido, dos cosas. Por un lado, constatar el hecho de que, según los datos del padrón, en 2005 la población descendió en el municipio en ocho personas, en algo hemos ganado. Es cierto, aún es preciso hacer más, porque, y éste es el segundo factor que también es preciso tener en cuenta, la renta media declarada el año pasado, tras haber consultado los datos, hablan de que se encuentra en los 8.436 euros anuales, por debajo del vecino pueblo de Escacena, en donde se declararon 9.231 euros. Pero, por encima de todas estas consideraciones, es preciso destacar algo. Todos los que se fueron han seguido manteniendo vínculos con Paterna, han vuelto cuando han podido y, de hecho, quien ha podido, ha regresado para siempre. Y es que, no en vano, se dice que la tierra tira. Y es que cuando estás lejos, cuando abandonas esa cadena montañosa que divide Andalucía del resto de la península o cuando cruzas el mar, es cierto que te lanzas a esa aventura de lo desconocido, aventura que por un lado temes y, por otro, te atrae. Y no es menos cierto que, aunque guardes pocos vínculos con tu tierra, aunque tu carné de identidad ponga que naciste allende los mares, no sólo echas de menos a tu familia sino también el sol, la luz. Es… simplemente el acorde de una sevillana, la que tantas veces te has negado escuchar y la que ahora te hace erizar el cabello y te da un vuelco el corazón cuando la escuchas. Es, en definitiva, tu recuerdo que se hace patente y que, por otro lado, te hace sentir que tu sitio está allí donde tus pasos te lleven, sí, pero sin abandonar tus raíces. Son las paradojas de la vida, son las paradojas del emigrante.
En 1960, la localidad tenía 4.440 vecinos empadronados. Ahora cuenta con 3.763
Y no sólo echas de menos a tu familia, también el sol... El acorde de una sevillana
Apenas un latido de vida en Paterna Mientras tanto, una hermana de Carmen, Amparo, era la única de los seis hermanos que se quedaba en Paterna, puesto que otro de sus hermanos, Alberto, también guiaba sus pasos hacia tierras catalanas. Amparo fue, por tanto, testigo del devenir del pueblo, de su lento desarrollo, de su pequeña apertura durante
Reportaje: Mª Carmen Borrero
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Mi pueblo, más bonito uros blancos salpicados de flores tienen como vecinos a casas enlucidas, con ladrillos vistos o fachadas simplemente inacabadas, aunque en su interior sean viviendas de auténtico lujo. La nueva corporación municipal, encabezada por Emilio Vergara, se ha propuesto recuperar la identidad de Paterna del Campo como un pueblo andaluz, caracterizado por fachadas encaladas y el colorido que regalan las flores. La primera medida para lograr este objetivo ya está en marcha: van a distribuir jardineras por todo el municipio y habrá personas encargadas de su mantenimiento. Pero que Paterna vuelva a lucir tan bella como antaño depende de los vecinos. Los paterninos tienen en sus manos la posibilidad y la responsabilidad de mantener las fachadas de sus casas acordes con la tradición.
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El equipo de gobierno está preparando una ordenanza, similar a la que ya tienen en marcha en municipios como Higuera de la Sierra, que establezca sanciones a quien no mantenga limpia y saneadas las fachadas. Esta nueva normativa, que pretende poner freno a la dejadez de los últimos años en los que el Ayuntamiento entregaba la cédula de habitabilidad sin que los inmuebles nuevos estuvieran terminados, entrará en vigor a principios del próximo año. Aunque los pormenores de esta ordenanza están aún por perfilar, el alcalde, Emilio Vergara, ya ha adelantado que el consistorio “ayudará económicamente” a aquellos vecinos que lo necesiten para “culminar” las obras de su casa o para recuperar el estilo original de la fachada, si bien, aún no puede precisar de qué forma se distribuirán estas ayudas. Para completar el embellecimiento, el Ayuntamiento distribuirá entre los vecinos macetas procedentes del vivero que la Diputación posee en Puebla de Guzmán con la intención de que las pongan en sus balcones. “Nuestro objetivo es hacer atractivo nuestro pueblo para incluirlo en las rutas turísticas”, como detalla Rocío Álvarez, concejala para la Igualdad y el Bienestar Social. La conversión de algunas casas con encanto en casas rurales culminará este proyecto para enseñar a todos las maravillas de este municipio. Reportaje: Carmen Prieto. Foto: Carlos A. Domínguez
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Paterna reparte deporte entre sus vecinos L
a corporación municipal de Paterna del Campo tiene ante sí el reto de ofrecer a sus vecinos un programa deportivo que esté a la mano de cualquiera. El equipo formado por el concejal Rubén Peinado, José López Domínguez, técnico de Deportes, y Mario Ortega Domínguez, encargado del área de Cultura, se ha afanado este verano en organizar un abanico de actividades lúdicas y deportivas que llenen el tiempo de ocio de los paterninos. Los encuentros y competiciones de verano tienen como lugar de referencia la Piscina Municipal, que cubre una demanda importante en los meses estivales y que tiene su punto fuerte en la Campaña de Natación y la Fiesta del Agua que le pondrá colofón en los últimos días del verano, y el Pabellón Municipal Cubierto. A la espera de su concreción queda el proyecto de construir un campo de fútbol e incentivar la creación de un club de fútbol de categoría senior en un futuro más o menos inmediato. El hueco que deja el deporte rey en Paterna del Campo queda sobradamente cubierto por la afición local al fútbol sala, una modalidad deportiva de gran arraigo en la zona del levante español y que en Paterna ha encontrado un buen caldo de cultivo. Las posibilidades que ofrece una buena instalación como es el Pabellón Cubierto, así como el menor número de participantes en un partido son dos incentivos más para que el hermano pequeño del fútbol triunfe en este municipio onubense. En verano, el Campeonato de Fútbol Sala es uno de los principales atractivos de la programación que oferta el Ayuntamiento. Sin embargo, la fidelidad de los paterninos es para el ciclismo. Su club, El Cañonazo, es el responsable directo de la cita deportiva más interesante del año en Paterna: La Ruta Sierra de Paterna que se celebra por el mes de enero y que supone 95 kilómetros de competición en el Parque Natural Pata del Caballo. En agosto, coincidiendo con la celebración de las fiestas patronales, El Cañonazo pone en marcha otra competición ciclista en el núcleo urbano. El próximo 25 de agosto se disputará la cuarta edición del Circuito de Bicicleta de Montaña (BTT) de Paterna del Campo, que se inscribe dentro de un circuito provincial de verano. Las posibilidades de practicar deporte en verano en Paterna se
completan con un 3x3 de baloncesto, un campeonato de tenis de mesa y una Gynkana popular que coincidirá también con la celebración de las fiestas en honor de los patrones, San Bartolomé y la Virgen de las Virtudes. “Nuestro objetivo es hacer llegar el deporte a todas las personas que lo deseen y, al mismo tiempo, dar alternativas de ocio a la juventud, ya que ésta ha sido una de las asignaturas pendientes de nuestro pueblo”, comenta Rubén Peinado, concejal de Deportes y Juventud. “Un ejemplo claro es que en invierno ofertamos clases de aeróbic, step o cardioboxing para que cualquier persona, hombre o mujer, joven o no tan joven, que lo desee pueda practicar deporte en Paterna. Ahora en verano, como el calorno nos permite mantener estas actividades, hemos montado el acuaeróbic, además de las competiciones que se celebran a lo largo del período vacacional”. Otro
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ejemplo de la intención integradora que tiene el Consistorio es que intenta que “los deportes se disputen en todas las categorías o, al menos, en aquellas en las que haya gente suficiente”. Al tiempo que reconocen el abandono que ha sufrido el área de Juventud de Paterna, desde el Ayuntamiento se empeñan en darle un nuevo impulso con una oferta dispar “para que tengan cabida los más posibles”. A la Gynkana popular de las Fiestas de Agosto hay que sumar el viaje para presenciar la novillada en la Maestranza de una joven promesa local del toreo o el viaje al Aquópolis, un parque de atracciones de agua situado en Cartaya al que pueden sumarse jóvenes entre 17 y 30 años. La propuesta deportiva del Ayuntamiento de Paterna del Campo no se limita al verano. Las Escuelas Deportivas Municipales permiten a los paterninos de todas las edades –a partir de los 5 años– practicar deporte de competición a nivel comarcal o provincial. La Zona Sur en Juego es un proyecto del Área de Deportes de la Diputación de Huelva para acercar el deporte competición a quienes no pueden acceder al que organizan las federaciones deportivas. “En la campaña de natación tenemos este año a 121 niños, lo que supone un éxito para nosotros, y a lo largo del invierno movemos un número fijo que supera a los 130 deportistas locales”, comenta José López, técnico de Deportes. Las ambiciones de los técnicos de esta área municipal van más allá y ya piensan en cómo recuperar la ruta de senderismo que este año no se ha podido celebrar. “Vamos a esperar a las primeras lluvias del otoño para ponerla en marcha”, explica. Reportaje: R. Durán. Fotos: Archivo
Actividades deportivas: XIII CAMPEONATO DE TENIS DE MESA: celebrado en el mes de agosto en el pabellón polideportivo municipal. XIII TORNEO DE 3X3 DE BALONCESTO: se celebrara el día 10 de agosto para categoría señor, y el 11 para categoría infantil, en el pabellón polideportivo municipal, inscripciones gratuitas. I TRIANGULAR DE FUTBOL SALA FEMENINO: se realizara el viernes 10 de agosto. XXI CAMPEONATO DE FÚTBOL SALA SENIOR: la tradicional y mas antigua competición de nuestra localidad que se viene desarrollando en el pabellón municipal de nuestra localidad. 16 y 17 de agosto cuartos de final. 21 de agosto semifinales. 23 de agosto, tercer y cuarto puesto y gran final. XII CAMPEONATO DE FÚTBOL SALA INFANTIL: En las instalaciones del polideportivo municipal en la cual los mas jóvenes disfrutan y se divierten de esta competición lúdica IV CARRERA BTT PATRÓN SAN BARTOLOMÉ: prueba federada del circuito provincial de carreras BTT que se realizara en paterna del campo el sábado 25 de agosto. A las 18:30 de la tarde. GYMKHANA FIESTAS PATRONALES: donde los más pequeños disfrutaran de juegos populares y divertidas pruebas. ESCUELAS DEPORTIVAS DE NATACIÓN 2007: en los meses de julio y agosto en la piscina municipal, donde se llevan a cabo cursos de aprendizaje e iniciación a la natación. FIESTA DEL AGUA: actividades lúdicas y recreativas con motivo de la finalización de la campaña de natación. Se celebrara el día 28 de agosto. CAMPEONATO LOCAL DE NATACIÓN: que se celebrara la mañana del domingo 19 de agosto, a partir de las 11:00, entre los distintos participantes de las escuelas deportivas. ACUAEROBIC: se desarrolla por las tardes en la piscina municipal para el deleite de los practicantes de esta modalidad. NATACION PARA ADULTOS: clases de iniciación y perfeccionamiento, realizadas en colaboración con la asociación de mujeres. Actividades de juventud: Excursión a la plaza de la maestranza para ver la novillada de la joven promesa del toreo local. Excursión al acuopolis para el disfrute y la convivencia fructífera de la juventud de nuestro pueblo. V Jornadas de juventud e igualdad de genero
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Esos locos de la bici Viviencias de 15 años dando pedales
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n el año 1992 (famoso por la Olimpiada y la Expo), comenzó nuestra andadura en bicicleta por estos campos de nuestra tierra. Al principio hacíamos recorridos de 4 o 5 kilómetros y ni a a soñar que nos echásemos podíamos imaginarnos la cantidad de kilómetros que se pueden hacer dando pedales. Salíamos sólo Eduardo y yo, aunque nos cruzábamos algunas veces en la carretera de Manzanilla con Antonio Guzmán. Pronto empezamos a salir juntos y se fueron añadiendo José Gómez, Carlos, Villegas, Manuel, Gregorio, Márquez…
Las rutas se iban haciendo cada vez un poco más largas y, en enero de 1993, nos atrevimos a ir a Berrocal. Aquello fue una gran odisea en la que naturalmente invertimos todo el día. Poco a poco, el número de ciclistas se iba incrementando y comenzamos a hacer salidas fuera de nuestra tierra: subimos a Pradollano y, en otra ocasión, al Veleta. Por otra parte, Peinado, Manuel y Pedro comenzaron a salir aparte. En 1998 nos unimos los dos grupos y hacíamos las rutas juntos. En el año 2000, a Peinado, nuestro presidente, se le ocu-
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rrió la idea de formar un club, y de aquí nació nuestro Club Ciclista El Cañoñazo. Su nombre se lo debemos a Márquez, que cuando subíamos una cuesta y estábamos con el corazón al máximo de pulsaciones, nos decía: "¡Qué cañoñazo!". Ese mismo año, también a nuestro presidente, se le ocurrió hacer una ruta cicloturista por la Pata del Caballo y ésa fue la primera piedra para la creación de nuestra ruta que celebramos en el mes de octubre. En la actualidad, el club cuenta con unos 60 socios y tenemos salidas todos los martes y jueves por la tarde y en el fin de semana, de forma alternativa, el sábado o el domingo por la mañana. Hemos instaurado el Premio de la Constancia que premia a los ciclistas que más rutas hacen a lo largo del año. Son quince años dando pedales, plagados de experiencias, la gran mayoría buenas y algunas malas. ¿Qué ciclista puede decir que no le ha dado alguna vez el tío del mazo, también conocido en el argot ciclista como la temible pájara? Son momentos en los que te quedas sin fuerzas, pero hay algo en tu interior que te obliga a seguir pedaleando, sacas energías de donde no las hay, y cuando, por fin, después de tanto sufrimiento llegas al Pozo de la Libertad, estás tan satisfecho que parece que has ganado el Tour de Francia. Y son esos momentos cuando aprecias el compañerismo del grupo, siempre hay alguien que se queda contigo, que te quita el viento, que te da ánimos. Son quince años disfrutando de la naturaleza, recorriendo esos bellos parajes de nuestra sierra que quedan impregnados en nuestras retinas, de sentir la emoción de descubrir un camino nuevo (antes de salir con la bici no sabía donde estaba El Chorri-
to y ahora muy pocos caminos de los alrededores pueden decir que no los hemos pisado). Y, sobre todo, son quince años haciendo amigos. Son muchos los ciclistas que han salido con nosotros en todos esos años. Unos lo dejaron, otros siguen con nosotros, pero todos han dejado algún recuerdo. Formamos un grupo muy heterogéneo, pero en el que hay una gran sintonía y en la que todos hablamos con todos en algún momento. Son esos momentos de conversación los que le dan esencia a la ruta, esos momentos en los que pegamos tantas voces que seguro que se nos escucha hasta en Berrocal. ¿Hay algo más aburrido que hacer una ruta sin hablar con nadie? Y es lo que les digo: yo salgo en bicicleta para hablar (por algo soy hijo de Diego Perrera), lo de pedalear es algo secundario. Para terminar quiero hablar un poco de nuestra Ruta Sierra de Paterna, esa ruta que es conocida en toda Andalucía y que es donde tenemos puestas nuestras mejores ilusiones y a la que dedicamos más trabajo a lo largo del año. Este año celebraremos, si Dios quiere, su séptima edición, en la que ya se han inscrito 1.200 participantes. Hemos conseguido que toda Paterna la sienta como algo suyo y ese día se ha convertido en otra fiesta para nuestra localidad. Es un día en el que todos nos sentimos orgullosos de ser paterninos. Aprovechando el entusiasmo que levanta la ruta entre los niños, quiero lanzar una idea al aire. Es el momento de hacer una escuela deportiva de bicicleta de montaña, que saque al campo de forma organizada a esa juventud que está deseosa de hacerlo. Reportaje: Pepe Peinado. Fotos: Archivo
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Del Humilladero a la Libertad D
esde la pradera de San Roque hasta el término municipal de Escacena. Del antiguo pozo de La Libertad al lugar donde en tiempos remotos estuvo el humilladero. La calle La Plaza cruza en línea recta la villa y sirve de puente a la religión y a la poesía. Cruz y Unamuno; Virgen de las Virtudes y Lorca; Sagrado Corazón y Alexaindre son algunos de sus afluentes. Y es precisamente en Humilladero -en recuerdo de ese monumento levantado a las afueras del pueblo como en la mayoría de los núcleos de población- donde el viajero inicia, desde la vecina localidad, su recorrido en Paterna. Una calle amplia, sin comercios -excepción hecha de una tienda artesanal de muebles- y con casas muy distintas entre sí. Fachadas de ladrillos vistos y encaladas se alternan con otras de azulejos y remates de cerámicas en las azoteas. En muy poco tiempo el transeúnte se encontrará en medio de las cuatro esquinas, puesto que en este enclave se le ofrece al visitante la posibilidad de tomar otras tantas direcciones: Rafael Ballesteros, antigua calle del Travieso, (a la derecha); Cruz (a la izquierda), y Real (de frente). La calle La Plaza es la zona comercial por antonomasia y uno de los lugares más transitados por su privilegiado emplazamiento. Sucursales bancarias y bodeguitas –idóneas para hacer un alto en el camino- le disputan el protagonismo al Círculo de Labradores y al centro cultural Tayalta (cuyo nombre proviene del asentamiento romano de Tejada, ubicado en este condado y ocupado luego por los árabes), con el arco de la Misericordia (c/ Fernández Gutiérrez) como mudo testigo. Por si fuera poco, la iluminación especial que adorna la calle a finales de julio hace presagiar el inminente inicio de las fiestas patronales y le otorga, si cabe, mayor vida. Se trata de un tramo con mucha historia. Aquí coincidieron a escasos metros dos casinos: el Círculo liberal, 1908, y el conservador, en la Plaza de España. Hoy, el Círculo de Labradores y Ganaderos viene a cubrir el espacio dejado por ambas entidades. Desde 1956, esta institución, que cuenta con 450 socios, realiza diversas actividades, si bien es cierto que cada vez menos, porque “casi todos tenemos ya una
edad, hay menos ilusión y nos conformamos con tomarnos una cerveza, leer la prensa y ver los partidos de fútbol”, como comentan Cristóbal López y José López, ex presidentes del Círculo, sentados a las puertas del edificio, dejando por un momento la conversación que mantenían con otros cuatro tertulianos. Seguimos nuestro recorrido en línea recta
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que nos conduce a las plazas de España y Andalucía, donde se erigió un monumento a las ánimas benditas y posteriormente, un mercado de abastos. También frente a la Plaza de España estuvo el Palacio del Marqués de Paterna, donde hoy está el inicio de la calle Florencia Monge. La iglesia de San Bartolomé preside el magnífico conjunto. Pero no termina aquí nuestro camino, La Plaza –hablamos de la calle- tiene su continuación con el tramo de San Roque, que toma su nombre del santo que se encontraba en una cercana ermita, ya desaparecida. También la pradera situada a las afueras ha conservado esa denominación. En esta calle las casas denotan un acusado envejecimiento por el paso de los años. Casas que se heredan de padres a hijos y en las que viven y han vivido varias generaciones, como señala Aurora Herráez. Y los vecinos se encargan de darle la razón, como Josefita la del portal, quien a sus 101 años se ha convertido por derecho propio en el mejor exponente de la calle. Por encima incluso del Pozo de La Li-
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Círculo de amigos
El Círculo de Labradores y Ganaderos se ubica en una casa señorial que perteneció a José María Domínguez Cáceres, el rico andaluz, quien falleció a finales del XIX. De él se dice que utilizaba una pala para mover mone-
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bertad, construido en 1931 gracias al esfuerzo de hombres como Tomate y Niño Gómez, como recuerda Manuel Romero -por aquel entonces cumplía 11 años, ahora tiene 81-, con total convencimiento. El pozo, del que aún puede extraerse agua, marca el punto final de un recorrido compuesto en realidad por tres calles que el visitante va descubriendo sin solución de continuidad. Reportaje: Alfredo Guardia. Fotos: A. Guardia
das en una de sus habitaciones, de la ingente cantidad de piezas acuñadas que poseía. También cuentan que una vez se apostó con un rico personaje de Madrid quién ponía la mesa más lujosa para cenar, y que ganó el reto al quemar billetes para freír un huevo frito como si tal cosa.
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