Alasraices

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ALASRAICES TRABAJO DE GRADO Artes Plรกsticas JUAN SEBASTIร N ACOSTA



“Cantando y bailando manifiéstase el ser humano como miembro de una comunidad superior: ha desaprendido a andar y a hablar y está en camino de echar a volar por los aires bailando. Por sus gestos habla la transfiguración mágica.” (Nietzsche, 1989)



ALASRAICES

Hecha de cielo, mi alma brota en mi cuerpo de tierra.

TRABAJO DE GRADO DE ARTES PLร STICAS Juan Sebastiรกn Acosta Cรณdigo 323680 Asesor: Victor Laignelet Sourdis

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA Bogotรก D.C., 2013-2014


Rector: Ignacio Mantilla Prada Vicerrector sede Bogotá: Fernando Montenegro Lizarralde Decano de la Facultad de Artes: Rodrigo Cortés Solano Director de la Escuela de Artes Plásticas: María Teresa Pardo Directora del trabajo de grado: Victor Leignelet Sourdis Director asignatura trabajo de grado de la Escuela de Artes: Gloria Elena Merino Diseño y diagramación: Nats Garu © 2014 Juan Sebastián Acosta Estrada Bogotá, Colombia.


CONTENID O Pag. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 9.1. 9.2. 9.3. 9.3. 9.5. 10. 11. 12. 13.

Partir del Vacío.......................................................................................................................9 (In)Definición..........................................................................................................................10 Camino al Cuerpo: Reconocer................................................................................13 Dinamismo y Fragmentación..................................................................................16 Series y Sucesiones.........................................................................................................18 Experimentos con la dualidad: Y\O.................................................................20 Éxtasis: el yo reconfigurado....................................................................................25 Espíritu de la Danza.......................................................................................................28 Acciones del cuerpo: Elementos para un acto inmóvil...................33 Respiración..........................................................................................................................33 Cuerpo en tierra..............................................................................................................34 Trance de Volar................................................................................................................36 Vértigo y Gravedad.......................................................................................................38 Caída o ascensión..........................................................................................................40 Cuerpo Suspendido...........................................................................................................42 Bibliografía................................................................................................................................45 Créditos........................................................................................................................................46 Agradecimientos...................................................................................................................47



A mi Madre y mi Padre.


Caminante del Cielo

Carboncillo sobre papel. 25x35cm 2013

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Partir del vacío Voy reconociendo en la presencia, la clave de evacuación de las tensiones de la dualidad que condiciona al ser corpóreo. La duración, la conciencia de estar siendo, de perdurar intensamente, la experiencia de permanecer, el sentir en carne viva, son maneras de referirse al modo en que, en medio de la temporalidad del cuerpo, se hace manifiesta la potencia eterna del alma. De la sucesión de estados heterogéneos hacia la permanencia y la duración, el proceso ha estado enmarcado en una reflexión sobre el ser/estar presente. Indagando en la tensión de los pares opuestos, revisé conceptos como integración, individuación, subjetivación; a la par, atravesé experiencias inéditas en todos los niveles de mi ser, coincidieron por momentos el alimento teórico con la vivencia encarnada. Uno y otro extremos de la polaridad fueron redimensionados por el pasaje, la suspensión, el tránsito, nociones que se prestan a una descripción compleja, que realzan la posibilidad como criterio y eluden un cierre definitivo, una solución última de las antinomias. Afrontar la división entre polaridades binarias con la que el cuerpo-persona atraviesa la existencia material supone un ejercicio que excede a la estética, plantea una cuestión irresoluble para la mera técnica; es la suspensión, la búsqueda del vacío, el acallamiento de toda intención. Acceder a una experiencia de esta índole requiere cierto grado de sacrificio, de entrega. En el camino se aligeran las cargas, soltando, despojándose de todo aquello que se resiste a la trasformación; es preciso invertir el orden, confundir los márgenes, desapegarse de la razón lógica para adecuarse a una razón paradójica, atravesar la frontera para distinguir el límite. Busco irrumpir en el entorno desde dentro, engendrar movimiento a partir de la quietud, deseo volar a otros territorios con los pies en la tierra, desplegar las alas aferrando las raíces.

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(In)Definición Lo que concebía al inicio eran tan sólo memorias dispares, rasgos y series de estados que había alcanzado a través de variadas prácticas corporales; esta pluralidad me enfrentaba ante la necesidad de singularizar, de determinar, especificar, delimitar y concretar. Era este coro de voces, divergencias, hibridaciones, alteridades, la materia de la que disponía, con la cual me fue necesario trabajar para llevar a cabo una labor sincera; no me interesaba ya la consecución de un objeto estético o de un espectáculo de formas, había entendido, no sin dificultad, que no podía anticipar ni someramente el resultado y que debía enfrentar temores y angustias acogiéndolos como motivos, que la construcción de sentido surgiría al otro lado de la travesía. El viaje sirve como metáfora de movimiento, de itinerancia, de recorrido para anunciar el carácter de mi trabajo, entendiendo esta búsqueda como una ruptura o una iniciación, huida y encuentro, partida y regreso, alejamiento y acercamiento, azar y necesidad; es un tránsito, ir hacia lo extraño, lo que está por conocer, lo propio y lo ajeno, atravesando sensaciones y percepciones, emociones y pasiones, donde lo importante no es tanto el destino, sino el camino, el entre, el puente que une dos orillas. Esta actitud nómade, parte de la resistencia a lo establecido y codificado, de la sensación de ausencia, de la constatación de la fragmentación, de la contingencia de creencias y definiciones, del vacío vertiginoso. Lo que parece hoy la principal tarea identitaria pasa por reconocerse en la crisis, entre complejidades difíciles de gestionar y arbitrarias simplificaciones; representarse entre estabilidad y cambio, entre pertenencias y diferencias entendidas como polaridades antinómicas por integrar. Asumir la creación desde la crisis me llevó al sujeto corporizado como estrategia de destitución del sujeto soberano, basado en la razón unívoca, en el dualismo y la separación. Más allá de las elaboraciones concretas, mi trabajo de grado ha sido un viaje a lugares insospechados de mí mismo; visualicé en ocasiones un resplandor que podía enceguecerme y en muchas otras sentí que caminaba en medio de una oscuridad espesa.

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La innegable connotación existencial es tal vez lo más significativo de este ejercicio académico, que en todo caso se me presenta como un abrebocas de la labor artística profesional. Se trata del cierre de un ciclo y por eso mismo del comienzo de otro tal vez más amplio e indefinido, que como tal constituye en parte un objetivo prefijado, pero también y sobre todo una puerta hacia una construcción incesante. Ir concretando unas palabras, unos gestos, determinando unos pasos firmes, aunque fuesen cortos, que me ubiquen y me den consistencia, frente a hondas paradojas, donde las categorías tienden a desdibujarse y los principios universales solo se asientan a partir de vivencias singulares. En el presente trabajo reflexiono alrededor de la compleja estructura del cuerpo como campo multidireccional, culminando una etapa de exploración de mi corporalidad con acciones que evocan diferentes niveles de expresión de mi conciencia subjetiva. Deseo trazar marcas, rastrear memorias y modos de habitar el cuerpo, abriendo perspectivas a la identidad a través de la sensorialidad, la conciencia del peso, el control de la fuerza y todo un conjunto de planos sensibles que pueden enfocar la atención hacia el ritmo del presente, generando una experiencia de duración, de permanencia en medio del constante transitar de lo cotidiano. Este trabajo nace en la tensión de un anhelo que busca materializarse bajo el riesgo de su imposibilidad de realización, apunta tal vez a algo inalcanzable. Esbozar un cosmos, localizar la identidad, trazar una forma de unidad en medio de la multiplicidad informe. Si bien, trato de componer un transcurso y de cierta manera desarrollar y concluir un asunto, siguen siendo un conjunto de acciones y reflexiones que me han llevado a valorar lo indefinido, lo irracional, lo ilimitado de mi propia identidad y por tanto no pretenden agotar sus horizontes. Presento pues una síntesis inconclusa, una serie de ejercicios, abordajes, sospechas e indefiniciones que tal vez construyan una especie de prólogo a algo indecible.

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ImproLAB, Mandala Humano. Fortaleza, Brasil. 2013 FotografĂ­a Digital. Muestra del Laboratorio Cano, Museo de Arte, UN Febrero, 2013.

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Camino al Cuerpo: RECONOCER “Trato de rastrear en mis recuerdos, momentos en los que accedí al movimiento como una experiencia, me inclino por buscar en mi primera infancia aunque tal vez no alcanzo a rememorar más allá de cuando aprendí a montar en bicicleta sin ruedas de apoyo a mis 8 años, ese día en la calle cerrada a la vuelta de mí casa, después de muchos golpes y raspaduras, logré dominar la dirección y el equilibrio. Ahora podía andar por ahí pedaleando, iba cada vez más rápido para sentir la velocidad, fue la primera vez que recuerdo que cerré los ojos para sentir el viento e imaginar que volaba.” En mi proceso de formación artística tuve oportunidad de experimentar con una amplia variedad de lenguajes, materiales y conceptos; con una experiencia técnica más cercana a la industria y con una marcada influencia del pensamiento científico conseguí ingresar en la escuela de artes y en los primeros semestres encontré en los ejercicios de dibujo y escultura cierto disfrute de aprender con mis manos, afinar mi mirada y mi atención. Posteriormente y en clara relación con prácticas alternativas a las ofrecidas por la escuela, fui encontrando en el cuerpo un camino de conocimiento y expresión que disfruté explorando varios años. La danza, el yoga, la acrobacia y otras disciplinas corporales me abrieron las puertas de un universo profundo y lleno de matices, la percepción de mi mundo más propio. Junto a otras experiencias vitales como los viajes, las labores colectivas o la intensa soledad, hallé en el trabajo con mi cuerpo una fuente de crecimiento y expansión de mi conciencia; aunque mis habilidades motoras mejoraron notablemente y divisé el vasto mundo del espectáculo escénico, más allá de entrenarme en técnicas, obtuve grandes satisfacciones interiores, revelaciones íntimas que transformaron por completo mi concepción de la vida y el mundo. En este proceso, me aventuré a proponer experimentos con el movimiento, convoque personas interesadas en la danza y la meditación, realicé un laboratorio de improvisación para intervenir espacios públicos concibiendo el movimiento no como un espectáculo sino como una expresión sincera de libertad, jugué a bailar sin coreografías como una manera de habitar el cuerpo, activando conexiones emotivas, reflexionando sobre

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nuestra facultad de fluir, de captar resonancias, de avivar nuestra sensibilidad. De allí surgieron muchos encuentros, sesiones de improvisación de los que quedaron fotos, textos y videos, pero sobre todo preguntas, indicios sobre las dimensiones sutiles y las corrientes invisibles que también nos constituyen. Estos antecedentes digamos informales son más bien un modo de reconocer el camino que me llevó al performance como medio de expresión, pero también es un recuento con él que mantengo presente que dichas prácticas nunca estuvieron separadas de mis intereses digamos psicológicos, ni (podían estar) exentas de cierta continuidad en mis intenciones de desarrollar la conciencia de sí. Tengo ahora más certeza para afirmar que estos actos inmóviles son ejercicios que hacen parte de una búsqueda profunda de identidad, no pueden justificarse tan sólo en razón del disciplinamiento técnico, la estética o la representación, pues están orientadas hacia la trasformación, contienen una carga ritual en el sentido de que pretenden operar un cambio; de allí mi interés por la intervención del espacio público, maniobrando sobre mi propio espacio personal y privado deseo realizar un movimiento que irrumpa a la vez adentro y afuera. Aquí resulta conveniente la palabra RECONOCER, uno de los enfoques del trabajo de experimentación, es un palíndromo, se lee igual al derecho y al revés, sirviendo de metáfora para aludir a la dualidad como fenómeno primordial. ¿Qué implica reconocer al revés? Como en la contemplación del reflejo, ALASRAÍCES nace como juego de tensión entre opuestos binarios, acudiendo a la sombra, al inconsciente, al otro lado como componente inseparable y necesario para la verdadera integración.

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Cuerpo Elástico

Performance. Museo de Arte Universidad Nacional de Colombia Bogotá, Marzo de 2013

...necesitaba moverme, utilizar toda mi energía no solo con la cabeza o las manos, empecé a experimentar con mi cuerpo buscando nuevos campos de acción, fuerzas desconocidas, formas extrañas, sentía que no hallaba todavía la manera de conectar todas mis partes en un mismo empeño. Iba a clases de pintura, dibujo, escultura, historia pero en los primeros semestres me cautivó fue la cuerda floja, me la encontré amarrada por ahí entre dos árboles del campus y de inmediato comencé a entrenarme. Conseguir el equilibrio, concentrarse en no caer, atravesar hasta el otro lado sin perder el centro, caminar sobre una línea suspendida en el aire era la mejor forma de concentrar toda mi voluntad, se convirtió en el juego más poderoso, fuente de cierta magia que expande y potencia. Allí de nuevo viví por instantes suspendido en el espacio y el tiempo. En los años siguientes seguí estudiando, viajé mucho y fui conociendo más el circo, el teatro, la danza, apasionándome por la acción en vivo. Según lo veo ahora, las maneras más innatas de conocer, las que me han sido más efectivas para aprender son andar, jugar y experimentar.

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Dinamismo y Fragmentación “Cada individuo constituye en sí mismo un cosmos. Lleva en sí sus multiplicidades interiores, sus personalidades virtuales, una infinidad de personajes quiméricos, una poliexistencia en lo real y en lo imaginario, el sueño y la vigilia, la obediencia y la transgresión, lo ostensible y lo secreto, hormigueos larvarios en sus cavernas y simas insondables. Cada cual contiene en sí galaxias de sueños y fantasmas, impulsos no saciados de deseos y amores, abismos de infelicidad, inmensidades de indiferencia helada, abrazos de astros ardientes, desencadenamientos de odio, extravíos débiles, relámpagos de lucidez, tempestades dementes […] Cada cual lleva en sí una soledad increíble, una pluralidad inaudita” (Morin, 2003) A escala de la diversidad del mundo, dentro de nosotros existen divisiones, juegos de luz y sombra; la unidad de nuestra conciencia es contingente frente a la gran variedad de nuestras pulsiones y formas de reconocer nuestro yo. Como sujetos con una personalidad compuesta de complejos y múltiples atributos, en la vida cotidiana respondemos a las circunstancias con diferentes reacciones según nos afectan nuestras percepciones, emociones y pensamientos en cada momento o situación. Fuera de lo patológico, el fenómeno de la personalidad alberga innumerables discontinuidades psicológicas y afectivas, según los humores, el amor, el odio, el desprecio, la indiferencia, el deseo, el fervor, el éxtasis, la adoración, el miedo. La hipótesis de una estructura no unitaria, plural, de la identidad personal, ha sido desconocida por la tradición occidental. Desde Platón, quien separó ánima y cuerpo, pasando por la idea cartesiana de un sujeto siempre presente a sí mismo, ha sido manifiesta la supremacía de la racionalidad sobre la corporalidad. No conceder valor a la esfera de los afectos, de las emociones y sentimientos, en tanto que se atribuye a la intensidad e inmediatez de reacción, la causa de disturbios, relega siempre a las pasiones connotaciones negativas.1 Esta devaluación del sentir como manifestación de lo corpóreo frente al pensar lógico de la mente, ha sido un motivo permanente de mi experimentación con el cuerpo.

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Autores como Foucault, Derrida, Deleuze y Guattari han trabajado ampliamente conceptos que plantean una filosofía política del cuerpo en la que este es entendido como un sistema abierto y dinámico de intercambio, que produce constantemente modos de sometimiento y control, así como de resistencia y devenires. El cuerpo en palabras de Consuelo Pabón, es una masa que varía a medida que es atravesado por diferentes fuerzas que se efectúan y se relacionan afectándolo: cada relación de fuerzas introduce sobre la textura infinita del cuerpo, ciertos gestos, ciertos rasgos, ciertas zonas de intensidad. A medida que las relaciones varían, la textura del cuerpo sufre ella misma deformaciones y transformaciones que la hacen diferenciarse cada vez más de la textura procedente, hasta crear una nueva textura, con nuevos rasgos y gestos, que conformarán un nuevo cuerpo. (Pabón, 2002)

Tres. Autoretrato Lapiz sobre papel. 25x35cm 2011.

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Series y Sucesiones Pensando en este cuerpo-flujo de fuerzas, me interesé en un primer momento por trabajar alrededor de una serie; pensaba en que prefería construir un texto que hallará su significado solo a través del acoplamiento de varias partes o de la sucesión de un conjunto de piezas de diferente tono, que armadas juntas, resolverían como una clave un enunciado demasiado complejo, que trazaría un discurso con numerosos pliegues. Fue así que comencé trabajando con las emociones y los elementos primordiales de la naturaleza. Usando el movimiento a la vez como fuente y resultado de cada nivel o frecuencia y basado en mi experiencia con el proyecto de Laboratorio de Improvisación2 lleve a cabo un par de experiencias guiadas con grupos de 4 o 5 personas, en donde el tránsito por diferentes estados intensos, aproximaba a los participantes a una experiencia límite, en la que el objetivo era observar o atestiguar la potencia de esta mutabilidad para reconocerse en lo múltiple y crecer en soberanía de sí, a partir de la facultad de entrar o salir de las tensiones emotivas sin identificarse con ninguna de ellas. Si bien, el trabajo con un grupo de personas participantes constituye aún uno de mis principales campos de trabajo e investigación, noté que era precisamente su carácter experimental lo que lo hacía valioso y apuntaba más hacia una labor independiente que podría aportar mucho en experiencia y reflexión pero era muy incierto en cuanto a los recursos, principalmente de tiempo, para ensamblarse como material escénico.3 Lo que realmente encontré luego de decenas de sesiones de movimiento fue una profunda conexión entre las dinámicas emocionales y la narración de los acontecimientos, siendo esta última una herramienta vital en la construcción de identidad. Fue así que reoriente mis experimentaciones hacia mi propia corporalidad, indagando a través de mi propia carne.

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Cenital.

Serie Fotogrรกfica. 2013

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Experimentos con la dualidad: Y\O Experimentaba aun en un terreno basto, trataba de condensar, de elegir solo un objeto de investigación, intuía que a través de la variedad podría señalar un principio, aludir un factor común y esencial, pero seguía aturdido con la pluralidad. Pensando en lo irreductible, en la abundancia de modalidades y matices, encontré en un ejercicio de dibujo un modo de abreviar aquel conjunto universal. Las polaridades binarias me permitieron simplificar lo múltiple en lo dual, pasando de órdenes de cuatro y cinco dimensiones a una línea con dos extremos. Inmediatamente entendí que había retornado a una cuestión ancestral, el encuentro de las dos fuerzas primordiales, motivo común en culturas de todos los tiempos y lugares. El sinfín de pares opuestos con que puede describrise el mundo, las inacabables identidades del YinYang, integraban aún un conjunto extensísimo, aun estaba en terrenos filosóficos y poco prácticos, sin embargo continué encontrando coincidencias y resonancias que me ayudaron a hacer clasificaciones, barajar, volver y revolver las antinomias hasta determinar aquellas que eran más definitivas. Hice un listado de las polaridades que había ido identificando y las clasifique hasta encontrar jerarquías y tendencias: Unidad/Multiplicidad Potencia / Acto Aéreo/Terráqueo Público/Privado Brahman / Maya Intentio / Distentio Peso / Levedad Adentro / Afuera Identidad / Alteridad Móvil / Inmóvil Estable/Inestable Abierto /Cerrado Profundo/Superficial Continuo/Discontinuo Suspensión/Precipitación Visible/Invisible Infinito/Infinitesimal Apolíneo/Dionisiaco Moderación/Exuberancia Propio/Ajeno Liberación/Condición Permanente/Efímero Elevación/Caída Sujeto/Objeto Semiótico/Semántico Diacrónico/Sincrónico Atracción/ Repulsión Individuo/Colectivo Cuerpo/Alma Montaña / Rio ALAS / RAICES Vocal/Consonante

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Apresuradamente despacio las tinieblas luminosas hacen un estruendo mudo en la estática danza de la vida encontrando el movimiento pausado nos permitimos hablar en silencio para encontramos con el enamigo interior y recoger los frutos de las raices que nos sirven como venenos que curan. Dharana Lunar Identidad individual, son palabras que hacen clara referencia a la unidad, a lo que no está dividido, sin embargo, son las partes, los niveles, las dimensiones, las capas las que hacen de la materia viva una entidad perfecta, son los rasgos particulares en últimas, los que hacen a un ser único, hacen falta Padre y Madre para engendrar al hijo. El mismo pronombre YO está compuesto por dos letras que son signo de conjunción y disyunción respectivamente, de un lado la Y, la suma, la inducción, la unidad, el todo, por otro lado la O, la resta, el cero, el vacío, la nada. Así es que el YO está hecho de junturas y distancias, de vacío y lleno, de caras y cruces.

EMET. Autodibujo, arte digital. 2013

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A su vez la clasificación me llevó a establecer varios planos o dimensiones de la dualidad. Definí tres ejes en relación a los principales niveles de información:

• • •

Físico, relacionado con la percepción, el instinto y las funciones vitales. Emocional, relacionado con los sentimientos y la sociabilidad. Mental, en relación con el pensamiento, la razón y las funciones intelectuales.

Ordenando sobre el listado de polaridades, tres principios que estructuran mi reflexión, correspondientes a tres niveles de información corporal:

Movilidad, centro de las funciones motoras y vitales, asociado al instinto y la percepción, intervalo en la dimensión temporal (continuidad/discontinuidad, sincronía/diacronía) donde el Ritmo opera como principio, en la tensión entre la quietud-inquietud.

Afectividad, centro de las emociones, asociado a la sociabilidad y el temperamento, intervalo de fuerzas (pesadez/ligereza) ámbito del carácter (aéreo/terráqueo) donde la Resonancia regula las dinámicas de atracción/repulsión.

Espacialidad, centro de las funciones intelectuales, asociado a la mente racional y el lenguaje, intervalo territorial (adentro/afuera, propio/ajeno) ámbito de la comunicación y el tránsito, donde la Navegación concentra y dirige la interacción público/privado.

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Estos principios funcionan como categorías, Cuerpo y movimiento (tiempo), cuerpo e identidad (observador), cuerpo y territorio (espacio), que me permitieron plantear el trabajo en tres fases relacionadas con el contexto: Acción Intima, operar en el espacio personal activando experiencias singulares, trabajo de performance en el contexto de lo cotidiano efectuando intervenciones sobre los hábitos, estudiando los alcances de documentación y registro.

Acción en calle, operando en el espacio público interviniendo en el contexto urbano donde el cuerpo deviene agente de comunicación entre lo individual y lo colectivo, manifestando posibles identidades con experiencias de otros.

Montaje y proyección de los elementos reunidos en un contexto expositivo. Performance/Instalación que busca poner en dialogo la realización de acciones en vivo y la producción mediatizada.

Con esta estructura clara y enfocado en el aspecto de la dualidad, fui estudiando sus principios estructurales. Concentrando atención y sensibilidad en mi vida diaria por las situaciones de oposición relativa, de interdependencia y complementariedad, de fusión y fractalidad, de equilibrio dinámico y generación mutua, de ambivalencia y reciprocidad, y finalmente de constante tránsito y transformación. La reflexión constante sobre las dos caras de la moneda, me recordaron mis constantes preguntas por el in-dividuo, por el sujeto de las teorías del psicoanálisis. Consulté a Freud y a Lacan buscando el subconsciente, haciendo llamados al inconsciente, finalmente sacié mis consultas con Jung y los arquetipos como la Sombra, el Anima y el Animus. La individuación como verdadero trabajo alquímico me reveló lo desconocido e imprevisible que sería el portal al que debía entrar para conseguir entender mejor el equilibrio de los polos. Los asuntos del ocultismo, recurrentes en mis intereses y de referencia obligada, me hacían reafirmar que lo que estaba persiguiendo era una experiencia límite o cumbre, pretendía cruzar un umbral, necesitaría llegar al fondo para volver a ascender, o viceversa.

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Meditaci贸n Urbana Performance Septiembre de 2103 Calle 100- Cra. 15 Bogot谩. 24


Éxtasis: el yo reconfigurado La sensación acerca de la posición, tono, temperatura y otras magnitudes propioceptivas existen desde nuestros primeros días de vida y van estructurándose poco a poco con el crecimiento, desarrollo de los sistemas psicomotores y ordenamiento a nivel neuronal. La costumbre y el olvido se encargan de que cada uno se desentienda de las vicisitudes que implicó la construcción de nuestro yo, e incluso, de las que día a día aún enfrenta, justamente para seguir sosteniéndonos sin hacérnoslo saber, para que, en medio del espacio e importancia que tiene, pueda pasar desapercibido, aunque omnipresente. Es el yo el que nos alerta cuando algún cuerpo extraño entra en contacto con nosotros, y tal vez por eso, no reparamos en que él mismo se constituyó de esa manera, como cuerpo extraño. Sólo en la locura, en la emergencia de algunos síntomas elocuentes y más o menos molestos o en algunas experiencias muy puntuales por las que pasamos rápidamente ignorándoles cuanto antes, el yo se nos manifiesta como ajeno, poco familiar y desconocido; pero ese fue su origen y nunca se desprende de este sello de marca. En medio de la omnipotencia de la que gusta vanagloriarse, reforzada en la época contemporánea por un creciente mandato de supuesta autonomía, su origen nos convoca a la angustia y la desazón, a la fragilidad y extranjería originaria. Vincent Crapanzano, antropólogo neoyorquino define el trance como una “disociación completa o parcial, caracterizada por cambios en funciones tales como la identidad, la memoria, las modalidades sensoriales y el pensamiento. Puede incluir la pérdida del control voluntario sobre el movimiento y puede estar acompañado de alucinaciones y visiones”. (Camprazano, 1981) En 1902 William James en su libro Las variedades de la experiencia religiosa realiza un análisis filosófico y antropológico de la religión, allí son descritos cuatro rasgos principales de lo que denomina estados de conciencia mística: el primero es la

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inefabilidad, el estado de lo místico se caracteriza por ser inarticulable lingüísticamente, es un tipo de experiencia que no corresponde a la capacidad representativa del lenguaje. El segundo es cierta cualidad noética, es decir, lo místico supone no sólo un estado de ánimo en el que se produce la unión mística con el todo, con un poder que excede los límites del individuo, sino también cierto tipo de conocimiento, una revelación, un contenido noético supraempírico, trascendental, un saber Dionisiaco. Los otros dos rasgos son la transitoriedad, un estado místico no es duradero, y la pasividad, el estado místico le ocurre a uno, le pasa, se sufre, no se tiene control sobre él, pese a que se haya posibilitado su acontecer mediante determinadas técnicas. Uno de los principales referentes en cuanto a estas ‘técnicas’ es sin duda el historiador Mircea Eliade quien describe ampliamente las modalidades del chamanismo en diferentes culturas y analiza a profundidad la simbología y la estructura de los cuadros místicos en su carácter histórico. En Mito y Realidad, Eliade afirma que el único contacto real del hombre moderno con la sacralidad cósmica es efectuado por el inconsciente, ya se trate de sus sueños o de su vida imaginaria; esta conexión entendida como una abertura o participación de un orden superior es representada en los ritos, en donde las drogas, el ritmo y los atuendos simbólicos operan en conjunto con el canto y la danza movilizando la energía a nivel físico y psíquico. Es ampliamente conocido que algunos sonidos, ritmos y combinaciones de estos con colores o movimientos pueden, en relación a la atención y a factores del ambiente, llevar a un sujeto a vivir una experiencia intensa, inducirlo a un estado extraordinario en el que la percepción y otros procesos vitales se ven alterados. Miles de años de tradición ancestral en culturas de todo el planeta demuestran la poderosa fuerza del sonido de tambores o los movimientos y cantos repetitivos que invaden el cuerpo con una especie de voluntad irrefrenable, enfocan la mente en escenarios oníricos o fabulosos, convocan energías avallasadoras que plantean para la persona que lo experimenta un tránsito hacia otros modos de la presencia.

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ImproLab II

Videodanza 9’ 08’’ Junio de 2012 Bogotá.

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Espíritu de la Danza ...Omito decir que no es posible encontrar ningún antiguo rito de iniciación sin danza, por supuesto los de Orfeo y Museo, y los más importantes bailarines de la época que establecieron tales ritos, al disponer como algo bellísimo que la iniciación se hiciera con ritmo y danza. Aunque las ceremonias son así, debo callarme por los no iniciados, pero todos han oído decir que a los que anuncian los misterios la gente los llama "los danzantes". Luciano de Samosata, Sobre la danza (XV, 177) Siento el baile como un camino hacia la libertad y la libertad como nuestra tarea sagrada. Cada uno de nosotros es un centro motor, un espacio del misterio divino. Y a pesar de pasar la mayor parte de nuestro tiempo en la superficie, en los detalles de la vida cotidiana, la mayoría de nosotros estamos hambrientos por conectarse a este espacio interior, para abrir un camino a la felicidad, a participar en algo más grande que nosotros mismos. Siendo joven, salvaje y libre, no me di cuenta que, para entrar en un profundo estado de éxtasis, tendría que estar dispuesto a cambiar absolutamente todo lo que me mantiene. Esto incluye todas las formas de la inercia: la inercia física de los músculos tensos y estresados, la carga emocional de la depresión, los sentimientos reprimidos, el equipaje mental de los dogmas, las actitudes y filosofías. En ese momento yo estaba estudiando el movimiento en prácticas guiadas con decenas de personas que asistían al laboratorio, en ellos, empecé a ser testigo de la división en mi cuerpo/espíritu propio. Entre la cabeza y los pies de una persona, hay mil millones de kilómetros de desierto inexplorado. El movimiento se convirtió en mi medicina y mi meditación. Muchos de nosotros estamos buscando un ritmo, algo sólido y arraigado en lo que podemos refugiarnos y comenzar a explorar la fluidez de estar vivo, para investigar por qué tan a menudo nos sentimos atrapados, insensibles, rígidos, inertes e incapaces de ponernos de pie o sentarnos o descifrar

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las pantallas que reflejan nuestra locura colectiva. Yo hallé en la danza un camino rápido y directo a la verdad, no a una gran verdad que es de todos, sino una verdad más profunda personal e inmediata. Sagrados o profanos participamos del baile principalmente como divertimento, para reclamar nuestra brillante habilidad de desaparecer en algo más grande, algo seguro, un espacio sin un crítico o un juez o un analista. Bailar espontáneamente es una oportunidad para enamorarnos del espíritu en todas las cosas, para acabar con la memoria o transformarla en movimientos que nadie más puede hacer, porque no los ha experimentado. Bailamos para conectarnos con nuestro verdadero genio oculto detrás de toda la confusión, para buscar refugio en nuestra originalidad y nuestra capacidad de reinventarnos, para borrar el pasado, olvidar el futuro y tan sólo entregarse al momento inmediato. ¿Recuerdas estar 15 minutos poseído por el ritmo, la emoción de la música a un volumen lo suficientemente alto como para ahogar todo lo que has conocido? Nos encantan los ritmos que se mueven más rápido de lo que podemos pensar, ritmos que nos llevan cada vez más para adentro, hasta el shock de nuestros mundos, rompiendo paredes y haciéndonos sudar nuestras oraciones. Bailamos para intensificar la vida, y el ritmo es ese camino de ladrillos amarillos para cruzar el caos que es el momento de nuestro tiempo. Bailamos para lanzar pieles, arrancar las máscaras, romper moldes y experimentar el colapso, romper los límites entre el corazón, la mente y el cuerpo, entre los sexos y las generaciones, entre las naciones y los nómadas. Somos la generación de transición. Esta es nuestra danza.

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Danza de la Oscuridad Performance Cra. 30 Calle 45. 01 de Noviembre de 2013 Direcci贸n: Brenda Polo

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Vale la pena señalar aquellos procesos, digamos extracurriculares, en los que me fui envolviendo durante la carrera. Entre algunas de esas practicas con el cuerpo, cabe desatacar que además de los espacios de experimentación y creación auspiciados por mi labor con ImproLAB, también participé de numerosos encuentros de danza improvisación y de talleres, entre ellos uno de creación colectiva en Danza Butoh o Danza de la Oscuridad gestado por el Laboratorio de Investigación en Conciencia Corporal y Estética Transpersonal de la Facultad de Medicina. Esta técnica oriental está basada en la conexión y liberación del inconsciente a través del movimiento; durante tres semanas construimos una intervención del espacio público, con una veintena de cuerpos retorciéndose en cámara lenta, activando memorias animales, soportando la tensión al máximo, traspasando nuestra resistencia física y mental. Tanto tiempo aprendiendo movimientos y secuencias de danza, esta vez había encontrado en la quietud la fuerza necesaria para permanecer, para suspender la realidad común; tenía en la mente-corazón la idea de accionar hacia el cielo y hacia la tierra, el gesto performático habría de ser mínimo, el trance operaria como motivo, el dominio de sí, la principal herramienta.

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Contracci贸n. Fotograf铆a Digital. 32


Acciones del cuerpo: Elementos para un acto inmóvil A partir del trabajo con los hábitos y en relación con mi espacio íntimo, empecé a explorar rutinas en las que me relaciono con mi propia corporalidad: Respiración El aire que entra y sale, el imparable ciclo de respiraciones es la función vital por excelencia. El movimiento primordial de expansión y contracción conecta desde el insecto más ínfimo hasta el ser más corpulento, todo lo que está vivo respira incluso la tierra y el sol. Representa la dualidad esencial, el aliento de vida que absorbemos al nacer y hálito de la muerte que exhalamos en nuestro último lecho. Como función orgánica es también un fenómeno de paso, de tránsito, de vaivén y está situado a medio camino entre lo voluntario y lo involuntario, constituyendo por tanto un medio, una vía de enorme poder respecto de la conciencia en todas sus dimensiones. En el trabajo corporal es indispensable la educación de la capacidad pulmonar así como del ritmo y la intensidad para mantener un equilibrio entre el esfuerzo y la recuperación físicas, asimismo unos buenos hábitos respiratorios ayudan al cerebro y a todos los sistemas del cuerpo humano a mantenerse sanos. En las prácticas meditativas los ejercicios respiratorios o pranayamas son objeto de hondas consideraciones pues albergan un inmenso poder respecto del dominio del cuerpo y del sí mismo como totalidad. Es tal vez la relación de movimiento-quietud más íntima que pueda establecerse, la respiración concierne en lo más profundo al ser vivo, el ritmo de vida y la conciencia del tiempo parecen depender de la velocidad cardiaca y respiratoria. Por todo esto, toma un lugar protagónico en mi acto de auto reconocimiento.

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Enraizando Literalmente, poner los pies en la tierra, fue un gesto natural para balancear tanto aire y volatilidad. Necesitaba aterrizar, bajar del mundo de las ideas, sentía que todo estaba nublado, las certezas eran pocas y leves, vivía una intensa incertidumbre que me daba la sensación de andar por ahí sin asidero para el alma. Mis sueños, mis ideales, mis fantasías, mis aventuras románticas... en el mundo terrenal solo hallaba el frío materialismo, la vida sobre la tierra con todas sus dificultades y todos sus sufrimientos. Me había obsesionado con las dimensiones sutiles, meditaba hasta acceder a ensoñaciones etéreas de las que muchas veces ya no deseaba regresar, solo quería fluir, suspenderme, ser pájaro. Sin embargo en el fondo comprendía que no podía simplemente elevarme hasta desaparecer; para danzar necesitaba también hacer uso del peso, debía pisar firme y caer muy conscientemente. Fue este el punto crucial donde comprendí que requería asentarme, redirigir el viaje hacia las raíces. Ya no procuraba metáforas y simbolismos; me fui directo al campo a cavar, a probar qué se sentía estar enterrado, allí sólo, encontré una experiencia singular, un acto simple que fue suficiente para activar nuevas dimensiones de sentido. ALASRAICES adquiría forma, invité algunos amigos a experimentarlo, finalmente lo hice en la calle, vestido de paño, en una acera en la carrera décima.

Pies en la Tierra.

Meditación colectiva. Registro en video

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Enraizado Performance individual. Registro en video. 12min.

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Trance del Volar “Creo estar en el mejor de los Mundos. Me muevo con la libertad que me permite mí espacio líquido. Arriba, abajo… me dejo llevar por el irresistible impulso que recorre mis miembros. Una fuerza interior me empuja a obedecer el ritmo armonioso que regula mis cadencias… Me dejo sumergir y afloro. El viento de altamar se lleva mis cabellos. Mis pies descalzos saltan y vuelven a apoyarse en la arena bajo una orden que emana de las entrañas. Hay un dialogo sinfónico entre la ondulación de las caderas y el ir y venir de las olas. Como si la armonía del universo regulara a la vez la fuerza poderosa del océano y la danza de mi cuerpo” Isadora Duncan En el aire, antes de volver a caer, hay un instante para contener la respiración y detener el tiempo. La condición terrena, densa y grávida de nuestra experiencia corporal está salpicada, a lo largo, ancho y profundo de nuestra memoria, de momentos sublimes y fugaces en los que nos envuelven sensaciones de tibieza, ligereza o vivacidad que nos dejan temporalmente privados del peso, suspendidos como en una paradoja, a la vez abandonados y encontrados, al mismo tiempo afectados e impasibles. Esta purga o catarsis, iluminación (Samadhi en la India, Satori en Japón) este Kairós o tiempo divino, esta elevación y caída alternativa, embelesamiento supremo, reino de la unidad absoluta, paroxismo extático, pertenecen pues a un orden espiritual, sin embargo intuyen inevitablemente una condición corpórea. Estas circunstancias excepcionales en las que el plano físico es redimensionado por la emotividad, donde el cuerpo es contagiado, restablecido, sugestionado, estos clímax, constituyen, a mi modo de ver, las pautas de sentido con las que elaboramos el relato de nuestra conciencia.

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Vuelo Nº !. Fotografía Digital 37


Vértigo y Gravedad Leve como una pluma, como el polvo que flota, como aquello que mañana ya no existirá En palabras de Milan Kundera, ‘Todo estado del alma puede expresarse mediante una metáfora referida al peso. Decimos que sobre la persona cae el peso de los acontecimientos. La persona soporta esa carga o no la soporta, cae bajo su peso, gana o pierde.’ Según Camus somos lanzados a la existencia. El vértigo incuba la caída. El alma, en momentos de profunda incertidumbre parece precipitarse, decantarse, los órganos densos, tensionados parecen resguardarla. El abismo es a la vez repulsivo y magnético. El cuerpo es arrastrado, como enganchado desde las entrañas, donde hondas corrientes atraviesan, reverberan fatales las fuerzas gravitacionales. El alma está ligada por un hilo infinitamente delgado y elástico. El cuerpo soporta la inercia. Sin embargo el gran contraste es más bien una gradación de matices, la insondable polaridad concierne en todo el trayecto entre uno y otro extremo, a la unidad, como es arriba es abajo, es en el medio donde habría de corroborarse la identidad. En la transición, en la interminable transición, donde puede procurarse un centro.

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Cuerpo Suspendido Nº 1 Fotografía Digital Bogotá, 2103

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Caída o ascensión Minha alma tem o peso da luz. Tem o peso da música. Tem o peso da palavra nunca dita, prestes quem sabe a ser dita. Tem o peso de uma lembrança. Tem o peso de uma saudade. Tem o peso de um olhar. Pesa como pesa uma ausência. E a lágrima que não se chorou. Tem o imaterial peso da solidão no meio de outros. Clarice Lispector Alcanzar el cielo, levantarse por los aires, construir una morada en las nubes. El sueño mítico del humano, sigue parcialmente incumplido; si bien la ciencia ha conseguido crear maquinas voladoras, la fantasía de volar con el solo cuerpo, autónomo, casi desnudo, es todavía un mito, supone una destreza mística, la elevación representa una metáfora de la realización suprema, la libertad debe tener alas. La variedad amplísima de abordajes próximos al vuelo controlado constituye una categoría de prácticas vastísima, desde la levitación yoguica hasta inventos como el paracaídas; más aún, en una perspectiva poética, la suspensión puede ser alcanzada sin despegar los pies del suelo, emociones fuertes, sentimientos profundos, grandes pasiones, traen al cuerpo la sensación de ligereza, hacen volar el alma. A su vez las experiencias traumáticas, las decepciones, los desengaños, la incertidumbre, la ansiedad y la angustia atribulan la mente, hacen denso y pesado el entorno, la sensación del vacío que corresponde al fenómeno de la caída.

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Danza Aérea

Performance. Sundays Matinee. ç Museo de Arte Contemporaneo. Bogotá, Agosto 2013.

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Cuerpo Suspendido Subí al puente, amarré la cuerda y me deslicé hasta la posición invertida, estaba con zapatos y ropa corriente, con las manos pegadas al cuerpo y los ojos cerrados. Estaba concentrado en mi respiración, iba perdiendo sensibilidad en los pies, de cierto modo disfrutaba esa quietud, sentía que las personas que pasaban me tomaban fotos, luchaba por durar el mayor tiempo posible. Estuve colgado de cabeza durante veinte minutos amarrado de los pies al puente vehicular mediante una cinta roja, sobre la portería de la calle 45 del campus universitario. “La figura completa representa un péndulo en reposo. Él está inmóvil o inmovible porque comprende que ninguna persona jamás piensa, se mueve o actúa por sí misma, sino que simplemente expresa el pensamiento, el movimiento y la acción de la identidad UNA” El Colgado, arcano 12 del Tarot. Toda suspensión en el espacio participa, pues, de este aislamiento místico, sin duda relacionado con la idea de levitación y la de vuelo onírico. Por otra parte, la posición invertida simboliza de por sí la purificación (por subvertir analógicamente el orden terreno o natural). Dentro de este sistema simbólico encontramos la leyenda del ahorcado como posesor de poderes mágicos y también el mito de Odín. Se decía que éste se había sacrificado a si mismo por colgamiento. En los versos de Havamal puede leerse: “Sé que he estado colgado en el borrascoso árbol durante nueve noches seguidas, herido por la lanza, dedicado a Odín: yo mismo a mi mismo" De la inversión de la perspectiva, del abandono de los comunes esquemas mentales, a través de la experiencia de la soledad y del dolor, nace la idea clara e iluminadora, base para la aceptación y la transformación de uno mismo. 42


Cuerpo Suspendido Nº 5 Fotografía Digital Bogotá, 2103

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NOTAS 1. En contraposición y como una crítica radical a la concepción del sujeto como centro autónomo de decisión y unidad trasparente a sí misma podemos encontrar aportes desde Hume (con su “haz” de percepciones y la identidad ficticia que se atribuye a la mente del hombre) hasta Parfit (con el abandono total y radical de la identidad personal), pasando por Marx (el hombre como el conjunto de relaciones sociales y la conciencia social determinada por el ser social), Freud (y su formulación de la presencia del inconsciente y de la configuración del sujeto como resultado de un proceso en el que juegan las dimensiones del ello, del yo y del super-yo), James (yo material, yo social, yo espiritual), Mead (yo, mí, mi persona), Nietzsche (el cuerpo como “gran razón” y el individuo divisible), Heidegger (con el dasein), Merleau Ponty (cuerpo vivido), Lacan (yo pienso donde no estoy, soy donde no pienso), Jung (arquetipos), Levinas (alteridad radical) y Ricoeur (identidad narrativa). 2. IMPROLAB Laboratorio de improvisación y técnicas somáticas: Proyecto que formé desde 2011 con la intención de generar un espacio de encuentro para la experimentación y creación a partir del cuerpo. En sus diferentes versiones he trabajo en creación de videodanza, he asesorado procesos de performance colectivo y en la actualidad mezcla técnicas de danza y meditación ofreciendo una experiencia de reconocimiento integral para los participantes. 3. Los encuentros del laboratorio siguen aconteciendo, el proyecto más reciente es el Taller VIBRARELEMENTAL, work in progress de ocho sesiones de meditación dinámica y danza experimental alrededor de los Tattwas o elementos primordiales.

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BIBLIOGRAFÍA Crapanzano, Vincent. (1981). The Hamadsha, A Study in Moroccan Ethnopsychiatry. Universidad de California. Eliade, Mircea. (1999). Mito y realidad, Barcelona: Labor. James, William. (2006). Las variedades de la experiencia religiosa. México: Quarzo. Jung, Carl Gustav. (1989). Psicología y alquimia. Trad. Alberto Bixio. Buenos Aires: Santiago Rueda. Lepecki, André. (2009). Agotar la Danza. Centro Coreográfico Galego, Universidad de Alcalá Luciano, (1990). Obras, Vol. III. Madrid: Gredos. Morín, Edgar. (2003). El Método. La humanidad de la humanidad. La identidad humana. Madrid: Cátedra. Nietszche, Frederich. (2007 )El nacimiento de la tragedia. Madrid: Biblioteca Nueva. Pabón, Consuelo. (2002). “Construcciones de cuerpos”, en: Grupo de derechos humanos (Comp.), Expresión y vida: prácticas en la diferencia, Bogotá, Escuela Superior de Administración Pública –ESAP, pp. 36-79.

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CREDITOS Contenido: Cuerpo Suspendido Nº 8. Fotografía: Santiago Silva Mandala Humano Fotografía: Paulo Winz. Cuerpo Elástico Fotografía: Jairo Martinez. Cenital, Vuelo Nº1 Fotografía: Juliana Trisna Meditación Urbana Cámara: Fabian Bernal ImproLAB II Participantes: Paola Lopez, Habichuela Voladora, Muna Mouallen. Pies en la Tierra Participantes: Milena Olivella, Maria Fernanda__, Julio Castro. Enraizado Cámara: Alejandra Salazar Cuerpo Suspendido Nº 1, Nº 5 Fotografía: Paula Lopez. Grabación: Sindy Canaria Diagramación: Onírica.

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AGRADECIMIENTOS Damos gracias cada dia por cada paso, por cada momento de trsiteza o alegria, por cada dolor y cada placer, porque no deja de ser un milagro maravilloso poder experimentar la vida a través de las exigentes pruebas o las conquistas dichosas. Agradeco a todos mis compañeros y compañeras junto a los que aprendí del arte y de la vida, crecí con ellos, cada entrega en la escuela fue una oportunidad para navegar miles de universos. A todos las maestras y los maestros, a los que lo entregaron todo y los que solo cumplían ciertas funciones. Gracias a los que soportaron mis inacabables preguntas y con sinceridad procuraron guiarme hacia mis propias respuestas. De en etre ellos debo destacar la valiosa labor de Victor Laignelet, quien me acompaño en el presente trabajo y fue testigo de la trasformación, por su lucidez, su amabilidad y su amistad. Infinitas gracias a mis Padre, a mi Madre y a mis Hermanas por apoyarme en este camino, por siempre creer en mi , por admirar mis locuras, por la fe y la paciencia. Todas las Gracias a la Gran Madre Cosmica, a la magia de los elementos, del movimiento, a todos los seres visibles e invisibles con quienes he bailado, al Gran Espíritu, al Gran Misterio, al Gran Cacique Universal.

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ANEXOS DVD: Compilado de Videos realizados en el contexto dle Trabajo de Grado, FotorafĂ­as y copia digital del Texto.

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Copyright © 2014 Juan Sebastian Acosta Estrada Escrito trabajo de grado de Artes Plásticas Universidad Nacional de Colombia. Este texto se terminó de escribir en Enero de 2014. Se imprimieron 5 libros en papel calcio. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá.


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