AUNIA 30

U dA 2010 VARANO

N^’ B O Z

Flysch, el libro geològico de Zumala

•

t

Los Aretxabala / ^ y el ron cubano

•<■<..’«■>

■ ’> ' '' ¿^ ^

Rituales de posesión

La pesfe^

Pànico en la Vitoria del sigio XVI

k

3.50€

Japón, Mon¿,olU Kut» Sf.dt, Rut« Mireo Polo,

XinkiiD¿, Kashgar, Yunan.., Tibet.

Nepal. Bhutan, La India: del Xortc, taehemira, SikW im t^"' del Estei del Sur..^ Srilanka.

Indonesia.

Birmania. .¿i Laos >’ Camboya,»m»*-

Vietnam.

Kuta Caravanas, Irán, Tajikistan.

Armenia y Georgia, Siria y Jordania, Yemen e Isla de Socotra.

Omán y Dubai.

K^ipto, 6 ifl el Kebir. , - i“. .V'.'

Marrtieros, Sur de Argelia,

Xi¿er Tenere y GereM ol.

m*

libia.

Chad.

‘

;

;

iMalí y Burkina Faso, Senegal.

To¿o. Ghana y Benim. .sCamerún.

^ /• >

Con^o, Namibia, Botswana,

' MMNil. tm m ú .

ntimiíá:

MMCnci4«lá.'

'

Ruta del Nilo, Norte de Sudán, Ktiopía y Danakil, Tanzania, Mozambique,

v*

Madagascar, Islas Comoros, Canada, Alaska, P.N. EEUU, Ruta Maya, Guatemala, Costa Riea, Venezuela,

C/Lertesma 10-bis, 2“ - 48001 BILBAO Tel: 94 435 5119 - e-mail: bio@banoa.com Ronda de Sant Pere 11, ¿.tic 3* - 08010 BARCill.ONA Tel: 93 318 9600 - e-raail: bcn@banoa,com

www.banoa.com

Colombia, Brasil y Amazonas, Bolivia, Perú, Patagonia, \ueva Zelanda...

Decía el recientem ente fallecido escritor y premio Nobel José Saramago que las creencias en Dios y en la muerte convivían bajo un mismo techo: en el del ser humano. Argumentaba para ello que, de haber sido inmortales, no hubiésemos tenido la necesidad de inventarnos un ser todopoderoso y supremo.

Pero aquel Dios del que ahora tan fácil renegamos, era el único consuelo, el único bálsamo para aliviar a aquellos antepasados que se enfrentaban desarmados al tétrico manto de la peste de fines del siglo XVI. Cofradías, ermitas a San Roque. San Sebastián... procesiones, humi­ lladeros y otras muchas muestras de desesperada pleitesía florecieron como por arte de magia en cada uno de nuestros pueblos y barrios. Y es que la peste bubónica, la llamada Dama Negra, no entendía ni de clases ni de privilegios a la hora de saciar su hambre de muerte.

Gracias a la documentación generada por la entonces amurallada villa de Casteiz, hemos podido casi pintar el cuadro de angustia y deses­ peranza de aquellas gentes que huían despavoridas de un enemigo que. para colmo de males, no eran ni siquiera capaces de identificar. Situa­ ciones exportables a la historia local de cualquiera de nuestros pueblos.

Pánico y desesperación, injusticia y dolor... porque era más cruel el temor a la muerte que la muerte en sí.

Pero pasó la epidemia y, a la vista de la documentación, todo apa­ renta volver a la normalidad en el mundo de los mortales: como si nada hubiese sucedido, en gran demostración de esa capacidad de la Huma­ nidad para regenerarse continuamente. Y se dejó de mirar al cielo para volver a poner, una vez más, los ojos en la tierra.

Y sin salir de Álava, hemos querido también fijarnos en el pequeño pueblo de Bujanda. Lo hacemos porque hasta él acuden cada año cien­ tos de peregrinos, en especial unos venidos desde la lejana Líeida, con el fin de venerar las reliquias incornjptas de San Fausto, su santo. Tiempos de religiosidad, ritos barrocos, asoman así a nuestros días, irreverentes, como si despreciasen el paso del tiempo. Al igual que el momificado cuerpo que tanta gente mueve. Allí descansa desde liace siglos, imper­ turbable, sereno, gozoso al ver cómo generaciones de devotos lloran, ' ríen, claman y susurran ante sus restos. Relatos de milagros y favores se agolpan en las bocas de sus fieles, tantos y tan bonitos como para no poder ser creídos. Porque la realidad ha sido siempre desesperada, y tan cruel como para cuestionarse por qué la injusticia ha castigado desde siempre a los más débiles.

Esa duda dogmática debió desconcertar a la desdichada María de Otaola, que sin haberse aún podido enjugar las lágrimas del luto por la cercana muerte de su marido, se vio desamparada en la calle, expulsada de su hogar tras llevar a cabo unos extraños rituales. Teja y rama, tierra y hierba se aliaron aquel verano de 1777 para llevar la ferocidad de la vida hasta sus extremos más insoportables.

Y seguro que María lloró mientras suplicaba a aquel Dios la conce­ sión del favor de su muerte, porque en cualquier caso era más dulce que la nueva vida que debía afrontar. Pero aquel día, una vez más, la omnipresencia quedó en ausencia, y el Cielo no concedió merced alguna. Por­ que la muerte sólo viene cuando no se desea, porque la muerte es, al fin y al cabo, la gran traición de Dios. Pero esa idea no es nuestra: ya la dijo el gran poeta, también fallecido, Mario Benedetti.

A '' b :

i/ \

1» K .

La

C ki •

_rw

P á n ico e n l ï , V ito ria d ç h P g jo XVI

Látexypintura fingen ser heridas de la peste en et rostro del ayatés Juarì Antonio Alaña

N.“ 30 Zk UDA C ecilia Arrozarena Jav ier Carballo Ism ael G arcía Gómez Asier H ilario Orús Iñ igo Jaureguì Hzquibcia S o n ia Pacios Jo sé Rxxlríguez Kepa Sojo

?

ARGITARATZAÍLEA

A U N IA K U LTU RA HLKARTEA Otszu, lA - Behea B 0 1408 I LUIAONDO « 9 4 5 8 9 1 976 I 688 6 6 6 203 www.aunia.oi^

S

U

M

A

R

I

O

ZUZENDARITZA ETA ERREDAKZIO TALDEA_______ Juanjo Hidalgo I Félix Mugurucza DISEINUA ETA MAKCTAZlOA______ Dunba Argicalpen lan ak S.L. M O L D iriE C tA ________________

4 Un episodio de peste en la Vitoria de finales del siglo XVI ]osÉ Rodríguez

Gráficas Lizarra

D.L.;NA3úS5 - 2002 1.5.B.N.: aza-84-nj5m,^ !■I (f-ftn rpmpfag 1.5.B.NJ Sre-M-SÍÓTii-S-É (Miuiutii 30) UftMcáeUm th m an lA V filA -Uè» Aimitn tdiuuU f t r U uécmUn n i n n i Umimmá.

Ai’NlA a ta mwAn f m t nmi niitMtÉili tn m u nwfa

JwatwiétftnrUtm¡jmàtyetmftmJeâlftriêdê rvMnûnMa

32 San Fausto Labrador, de la superstición a la devoción Iñigo ]auregui Ezquíbela

Lé r m O f M ^ A t i U r a U i s , m t m t u t e t U U n m

fiiHinmiánkmíntemlftifráirmfttim.

Mtytniíá.ñ»inttnier¿thtctuma,Am* a a m lm J n U iE » M H tn it.im u m U a in i m t rcmuwúi s U f n f r nJU i J i r m emm iii .

Gneitit tmmnmjit'iuuísIttttmftinmJmr tmUrnùunfmneitit UCakiMVntct.

fm , U H M f i r n m w <¿110« M f t k te i> tm tr à jé

52 Exvotosjeligiosldad

popularen Bujanda Kepa So )o

74 LosAretxabala y el ron cubano C e c il ia A r r o z a r e n a

90 El Flysch de Zumaia: 50 millones de años de historia AsiER H il a r io O

124 Publicaciones recibidas 126 Nuestras publicaciones

rús

112 Ritos en los actos de posesión Fe l ix M u g u r u t z a

z

‘f t '

«Í - *

Sì..

V

GUANDO LA MUERTE LLE GA A LA CIUDAD.. un episodio de peste en la v ito r ia de finales del si<jlo xvi texto «JQ S É RODRÍGUEZ

L a peste es una enfermedad infectocontagiosa causada por la bacteria Yersinia pestis, que afecta tanto a anim ales como a humanos. Su aparición está documentada desde muy antiguo -p este de Justiniano-, aunque nues­ tros lectores conocerán seguram ente mejor la peste negra bajomedieval; estudios actuales estim an que causó la m uerte de aproxim ada­ mente un tercio de la población europea.

es son los principales vehícuno los únicos. En realidad, el vector de la enfermedad es la pulga de la rata {Xenopsylla cheopis) bajo determi­ nadas condiciones favorables.

Existen cuatro formas de peste: bu­ bónica, septicémica. neumónica y neuro­ lògica. Las más frecuentes son las dos primeras. Las últimas suelen presentarse como complicaciones de la septicémica.

La variante bubónica -cuyos sínto­ mas hemos adoptado como clásicos gra­ cias al cine o la literatura- se caracteriza por fiebre, dolor de cabeza, escalofríos, hinchazón y dolor de los ganglios linfáti­ cos, generalmente los axilares, cervicales e inguinales. Se puede producir la fistulización del ganglio, con drenaje de su contenido, y también aparecen trombos con áreas isquémicas en determinadas zonas de la piel -color azulado o negruz­ co de la piel-, circunstancia ésta que dio nombre a la enfermedad. Si se produce diseminación septicémica apa­ rece una sintomatologia respiratoria -síndrome gripal, neumonía, es­ putos san­ guinol e n -

tos- o nerviosa co n vu lsio n e s, opistótonos, etc.- con muy mal pronóstico.

Los avances en materia de medicina e higiene han eli­ minado la peste en el pretencio­ samente denominado “ Primer Mundo", pero todavía muestra su viru­ lencia en otras áreas menos favorecidas.

Tras siglos de horror, la peste sigue cons­ tituyendo una verdadera amenaza.

Pero veamos cómo era la peste o cómo era percibida en otras épocas. Para ello nada mejor que la descripción que de la misma hace Alonso de Chirino (1420): "En los tiempos de la pestilencia en­ ferman más deste mal; de primero sien­ ten grant afogamiento, e huéleles mal la boca, e están vascando, e tienen encen­ dimiento e vomitan feas vmores de di­ versas colores.

Entonces deuen los sanos, lo primero, con­ formar con la boluntat del Señor Dios, e regir sus ánimas con sanctos e claros pensamientos. E, lo principal es salir de aquella tierra onde cavsa o

i

está cavsada la pestilencia, e lo más ante que pudiere: e asconderse del ayre quanto podiere.

E apoque el vañarse en río nin en vaño, e vse muy poco de las mugeres.

Riegen el suelo con vinagre, sofumen la casa con grasa o engiensso. e tengan fumo de tomillo, e huelan vn paño moja­ do en vinagre e agua rosada: veuiendo de sus mesmas orinas cada vno algunas mañanas quanto cabe en las manos.

E, el que sintiere algo de la pestilen­ cia, bien es tyrar vnas seys ongas de san­ gre en dos días. Los que sienten el mal de la landre en la yngle e en el cuerpo toviera las dichas señales, poner encima azeyte e, si más fuer menester pongan engima pollos, o ranas, o siesos del gallo, o perrillos chicos aviertos en calientes.

Sájenle en las piernas, en el sobaco, o garganta, o tras la oreja e échenle vento­ sas encima de saja".

Espigar la documentación histórica ofrece en ocasiones pequeños placeres para el investigador que, aunque limitado por su objetivo previo de la investigación principal, no puede sino fijar su atención y dejarse llevar por la riqueza descriptiva de ciertos pasajes que, al fin y al cabo, constituyen las pequeñas historias que nutren la Historia. Una de ellas, la que nos va a ocupar en las próximas líneas, es la epidemia de peste que sufrió Vitoria entre los años 1597 y 1600.

No era la primera vez que la terrible enfermedad golpeaba con fuerza, y no será desde luego la última. La triste in­ fluencia de la peste negra en la coyuntura socioeconómica de los siglos XIV y XV es bien conocida por los historiadores. A co­ mienzos del siglo XVI la epidemia asola­ ba de tal manera la ciudad que, prácticamente todos los habitantes que no habían sucumbido, abandonaron los muros otrora protectores para refugiarse en las aldeas cercanas. Vitoria se quedaba vacía. En la segunda mitad de la centuria renacentista se producen oleadas perió­ dicas que dejan una huella imborrable en

los ciudadanos, episodios que se van a extender a años posteriores. Y cuando la peste deje de ser un problema mayor será sustituida por la viruela o la gripe, nuevos "asesinos" biológicos especializa­ dos en grandes aglomeraciones humanas.

El propósito de este artículo es doble.

Por un lado, conmover, acercar al lector a una situación extrema que afortunada­ mente no tiene paralelo en la actualidad, por mucho que los medios de comunica­ ción se empeñen en propagar periódica­ mente el fin del mundo. Los vitorianos de antaño sentían horror ante un mal que se sabía mortal, pero cuyo origen y tratamiento transitaban por aquel en­ tonces en el límite entre lo tangible y lo religioso. Hemos tratado de captar una fotografía de la desesperación que im­ pulsó los actos de miles de personas que, de repente, se enfrentaron a vida o muerte con una enfermedad que no te­ nía cura médica real.

Por otra parte, junto al drama indivi­ dual se presenta el colectivo. La peste provocaba una situación excepcional que variaba radicalmente la vida cotidiana de los habitantes de Vitoria hasta el punto de colapsar por completo las actividades económicas y la vitalidad sociaL Precisamente la desintegración de un or­ den establecido es una ocasión inmejo­ rable para aprehender las estructuras de esa organización social. En otras pala­ bras, utilizaremos la peste como vehículo para viajar en el tiempo y ofrecer una panorámica histórica de la ciudad.

La narración se apoya en la docu­ mentación de época, más concretamen­ te en las noticias plasmadas por el gobierno municipal en los Ubros de Actas y Acuerdos conservados en el Archivo Municipal de Vitoria. Únicamente hemos introducido algunas matizaciones y ex­ plicaciones que creimos adecuadas para mejorar la comprensión del relato. Nada mejor que los testimonios directos para describir una sociedad que, por encima de todo, tiene miedo a morir.

i

■ J--

N IP R I- S IO N A N T I- O l U iA IM N T O U F L A M I- N C O B u r H < ii ir . i. i-:i. v ii- io , T m i.A D o í : i . T u i r x r o d k i .a m i i -k t i : '. p i n t a d o h a c i a

año SI- K x n i i J i : i -:n i : i . m i s i -o d i ^i . p u a d o , m a d h i d

'5. -â&#x20AC;¢'.r'A

primeras noticias.

Recelo Y prevención

E N E S T A PÁ G IN A ; F O T O A N T IG U A D E L P O R T A L D E A R R IA G A . A LLÍ SE E N C O N T R A B A U N A D E L A S T R E S P U E R T A S QUE S E M A N T U V IE R O N A B I E R T A S A L C O M IE N Z O D E L A P E S T E E N L A P A G IN A SIG U IE N T E : R E P R E S E N T A C IÓ N D E E X T R E M A U N CIÓN .

R. W E Y D E N . M U SEO A M B E R E S

eí

8 e n e r o d e 1597

‘jo b ie r n o

municipal de Vitoria recibe con inquietud noticias que hablan de la presencia de peste en ciertos puertos cántabros. La cercanía y las fluidas relaciones comercia­ les con estos lugares obligan a tomar me­ didas inmediatas de control: "En este ayuntamiento Los dhos señores Justicia y regimiento abiendo tratado y conferido que por abisos que a tenido esta ciudad de la de Burgos y otras partes adonde a enviado a hazer diligencias se entiende que en las villas se Santander, Laredo y Castro ay enfermedad contagiosa de pes­ te y que en esta ciudad se tenga la guarda y custodia que conbiene para su preserva­ ción. Acordaron y mandaron se cierren las puertas desta ciudad ecepto las necesa­ rias que son la Puerta del rrey y la puerta de santa clara y la puerta de las barreras y la puerta de santo domingo y la puerta de aldabe en las quales se pongan guardas de los vecinos de las vecindades mas cer­ canas a ellas que tengan quenta de no dexar entrar personas ni cosa nenguna que benga de las dhas villas y su comarca

y que los señores regidores y procurador general den la orden en ello".

Un mes después, de las cinco puertas citadas sólo se mantienen tres abiertas, necesarias para mantener el abasteci­ miento y la floreciente actividad comer­ cial de la ciudad: la del Rey que da paso a Cipuzkoa a través del paso o túnel de San Adrián, la de Santa Clara hacia Miranda de Ebro y la meseta castellana, y la de Arriaga que mira a Bizkaia. Para reforzar la vigilancia, los propios miembros del ayuntamiento acudirán diariamente jun­ to con los vecinos a la guarda de los por­ tales. La preocupación se extiende a los arrabales periféricos. Se entiende que las cercas de la ciudad pueden mantener a salvo a los habitantes intramuros, pero sí el contagio llegara a los barrios exteriores el mal se extendería irremediablemente.

Por ello, se adoptan duras medidas res­ trictivas: "Que en las dhas casas no se acoxa a nenguna persona porque tocado en ellas la ynficion es luego en la ciudad y para remedio dello acordaron y manda­ ron los dhos señores se pregone que en nenguna casa y morada de las huertas y rredobas desta dha ciudad los moradores dellas ni otras personas reciban ni rrecogan en ellas a nengunas personas de qualquier calidad y condicion que sean a comer ni dormir que no sean vecinos desta ciudad y su jurisdicción ni a estraño nenguno ni rregiban rropas ni otras cosas sopeña de du^ientos acotes y destierro perpetuo desta giudad".

El ayuntamiento envía regularmente a personas de confianza para que notifi­ quen la situación real en lugares "sospe­ chosos de aver tocado la enfermedad".

Se forman listas y se distribuyen entre los pueblos de la jurisdicción para que no acepten mercadurías ni personas prove­ nientes de ellos. Años de lucha contra la peste han demostrado que el principal instrumento, el único realmente eficaz, es evitar el contagio. Poco importan los rue­ gos y las peticiones de villas y pueblos que antes mantenían una cordial relación

con Vitoria. En adelante serán tratados como apestados y rotos todos los lazos de unión. El miedo comienza a atenazar el tranquilo discurrir cotidiano que, sin embargo, pugna por sobrevivir. Los habi­ tantes se resisten a las severas medidas que ahogan sus actividades diarias y se cuelan por las puertas cerradas para in­ troducir o sacar víveres, bastimentos o, simplemente, para acudir a sus trabajos.

I

I

Para evitarlo, el concejo blinda los tres portones abiertos durante el día, "de ma­ nera que no se pueda entrar por arriba ni baxo dellos". También se compran “can­ dados para los postigos" e incluso cons­ truyen “un cobertizo en la puerta del rrey donde se pueda rrecoger la guardia de la dha puerta en tiempo de lluvias".

En marzo de 1597 la peste se va ex­ tendiendo y Vitoria rompe con uno de sus principales puntos de aprovisiona­ miento de pescado. El mal puede en­ trar por cualquier sitio y, siguiendo el razonamiento de la época, todo lo que es tocado por personas apestadas se contagia inmediatamente: "...que de los arrieros y traxineros q bienen a esta ciudad con frescura no se puede tener seguridad y satisfacción y que el pesca­ do fresco que truxeren puede tener contagio por las muchas personas que mueren y an muerto en las dhas villas y lugares de los puertos del mar. Y en esta ciudad conbiene se tenga mucho rrecato y guarda acordaron y manda­ ron los dhos señores que por agora y asta tanto que se tenga certera de los lugares donde a tocado la dha enfer­ medad no se dexe entrar en esta ciu­ dad nengun pescado fresco de los puertos délas dhas villas".

La ignorancia sobre las verdaderas causas de la enfermedad y su posible cu­ ración unidas a un irracional temor son una mezcla explosiva. Se apunta a cier­ tos grupos concretos, casi siempre mal considerados socialmente, de no obede­ cer las medidas, de aprovecharse de la si­ tuación. Domingo Esteban, dueño de un mesón en las inmediaciones de la actual plaza de la Virgen Blanca -por entonces Plaza i^ayor o Principal-, sede de merca­ dos y ferias, es conminado bajo pena de 10.000 maravedíes a no alojar a “gente portuguesa", arrieros acusados "por su codicia" de seguir comerciando con pes­ cado de los lugares infectados. Curio­ samente, el mismo Domingo Esteban era portugués.

La ciudad refuerza la limpieza de sus calles y también el fervor religioso: se co­ mienzan a efectuar rogativas, misas y li­ mosnas. En mayo se prohíbe la presencia de “personas estranjeras" que no hayan certificado su lugar de origen. En las puer­ tas que se mantienen abiertas se constru­ yen unas "barreras" -empalizadas- a modo de puntos de control que manten­ drán alejados entre sí a guardas y sospe­ chosos; el listado de lugares apestados que tienen los guardas en sus “tablas" irá aumentando exponencialmente en los próximos meses. La vigilancia se mantie­ ne día y noche debido a que los habitan­ tes de Vitoria necesitan mantener el contacto con el exterior y no dudan en entrar y salir ilegalmente de aquella cár­ cel de piedra. Incluso se documenta cómo los guardas de las puertas, por hacer más llevadera la celosa vigilancia, prenden fo­ gatas con que calentarse y el humo man­ cha las imágenes religiosas y escudos que hay sobre ellas. Las actas municipales re­ gistran la necesidad de contratar a un profesional para repintarlas.

En una situación así, nadie puede es­ tar seguro. La situación es similar a la de cualquier asedio militar. Incluso en el portal de Santa Clara sobre el arroyo Zapardiel -la entrada a la Plaza Mayorse cierran con maderos los arcos del puente para evitar las entradas y salidas clandestinas por el río. Por otra parte, los vecinos que se turnan para hacer guar­ dias, sacrificando su vida y oficios. Así, el 28 de mayo del año 1597 el tundidor Francisco de Revilla pide que le sustitu­ yan en la guarda de una de las puertas, pues lleva más de un mes sin poder atender su taller. El ayuntamiento acuer­ da pagarle por su trabajo pero no renun­ cia a que sea guarda.

Con la llegada del verano la peste pa­ rece dar una tregua. En julio de 1597 las noticias de Cantabria son esperanzadoras y los vitorianos están deseosos de volver a una cierta normalidad. Se abren más puertas y se relaja la vigilancia, limi­

E N 1 5 9 7 S E P R O H IB IÓ L A E N T R A D A D E P E S C A D O F R E S C O E N G A S T E IZ PEN SA N D O Q U E P O R T A B A LA P E S T E

tada sólo a la noche. Debemos tener en cuenta que la mayoría de habitantes tie­ nen huertas fuera de las murallas. La in­ dustria también se localiza en los arrabales: molinos, tenerías, batanes, te­ jerías... Por resumir, todos los recursos de primera necesidad llegan del exterior.

Una ciudad aislada no puede sobrevivir mucho tiempo.

No obstante, la calma dura apenas tres semanas: nuevos brotes aparecen en Tierra de Campos y se vuelven a clausurar las puertas. Esta vez se dejan abiertas la del Rey, Santa Clara, Arriaga y Aldabe, aproximadamente una en cada punto cardinal Se busca asimismo la protección del cielo y así la fiesta de San Roque, en agosto, debe ser guardada por "todos los

vecinos y moradores" bajo pena de 5.000 maravedíes "por tenerlo como abogado de la enfermedad contagiosa de la peste".

Aún así, el primer día de septiembre los vitorianos reciben con escalofrío una noticia: Madrid ha vedado la entrada en la Villa y Corte a las personas que proce­ den de Burgos “diciendo ay enfermedad en aquella ciudad y tanbien se dize que entierran los difuntos sin tocar canpanas y que se ban saliendo de la dha ciudad algunas personas de temor de la enfer­ medad y que conbenia saber y entender lo que pasa para que esta ciudad este con rrecato... se enbie una persona a la dha ciudad de burgos que con toda disimula­ ción bea y se informe bien de lo que en ella pasa".

I

LQ peste se acerca. e1miedo a lo inevitable

R E P R E S E N T A C IÓ N M U R A L D E CÓM O F U E R O N L A S M U R A L L A S EN E L L U G A R . P A R T E A N T IG U A DE G A S T E IZ

LQ in fección a v a n z a sin p ie d a d .

Ya ha entrado en Portugalete. Se cierra la puerta de Aldabe -hacia el Norte- y la co­ municación con el exterior se limita hasta la asfixia. Se mandan tapiar todas las huertas que dan al arroyo Zapardiel -lími­ te occidental de la ciudad- y las puertas traseras de las casas que dan a la corriente de agua. Se busca aislar por completo la ciudad. La gente comienza a tener miedo a las aglomeraciones. Se consideran espe­ cialmente peligrosos los martes, jueves y sábado, días de mercado. Así, to que siem­ pre ha sido el corazón de la dinámica Vitoria ahora se vuelve un riesgo.

El pesimismo aumenta. El ayunta­ miento comienza a darse cuenta de la imposibilidad de evitar el contagio.

Encarga a cabildos y monasterios rogati­ vas y procesiones "para que dios por su misericordia libre a esta ciudad de la dha enfermedad". De hecho, se ordena a los diferentes conventos -muchos de ellos fuera del recinto amurallado- que no acojan a nadie a pesar de su función asistencial y que se aíslen. También se

P O R M IED O . N O S E P E R M IT ÍA E N T R A R A LO S A P E ST A D O S

decreta que los médicos y cirujanos de la ciudad deben estar siempre dis­ ponibles: a todas horas y todos los días.

Asimismo, los botica­ rios deben tener a pun­ to los suministros necesarios. Queda estric­ tamente prohibido acumu­ lar basura en la calle y las labores de limpieza se intensifican en los espacios públicos y privados. La suciedad, el olor y la "corrupción del aire” facilitarán la in­ troducción y propagación de la enferme­ dad. Incluso se sacan todos los pescados fuera de la ciudad. Los mayorales -espe­ cie de alcaldes de barrio- deben hacer listados de todos los vecinos de Vitoria que se encuentran fuera, indicando dón­ de están. Se recomienda a los gasteiztarras que viven en las huertas extramuros que entren a la ciudad en tos dos días si­ guientes o que se marchen a sitio segu­ ro. Algunos vecinos protestan alegando que si abandonan sus casas y haciendas morirán de hambre y además sufrirán el pillaje de oportunistas desalmados.

Sin embargo, ciertas infraestructuras que se consideran necesarias deben se­ guir funcionando: molineros y pastores del ganado común pueden seguir habi­ tando en sus casas, bajo su responsabili­ dad, así como los numerosos vecinos de

los arrabales en tor­ no a Vitoria. Todos ellos son abandonados a su suerte, pues la única premisa es que la infección no traspase los muros.

Los representantes políticos y econó­ micos “forasteros" son conminados a abandonar la ciudad. Los comerciantes son “excusados" -obligados- a no acudir a las ferias mercantiles de localidades vecinas. La ciudad agoniza en su deses­ peranza: el 3 de octubre de 1597 se su­ prime el oficio femenino de corredoras -vendedoras a pequeña escala-, no pudiendo vender por las calles mercancías “sopeña de dos años de destierro".

Ese mismo día se ordena a todas las personas que viven fuera de la ciudad que deben dormir dentro del recinto amurallado. Las noticias no pueden ser peores y cada vez se tiene noticia de nuevos sitios y contagios: San Sebastián, Bilbao, Oñati, Legazpi, Lekeitio... La pre­ vención llega a límites insospechados. El 5 de diciembre se prohíbe recibir cartas procedentes de lugares infectados.

i

R E P R E S E N T A C IÓ N D E U N E N T E R R A M IE N T O . E N L A S P IN T U R A S M U R A L E S M E D IE V A L E S D E L

i

Queda patente que el principal peligro de contagio es la cercanía, el contacto. El último día del año 1597 entran en la ciu­ dad dos carros cargados de enebro con la intención de repartirlos por las vecinda­ des y quemar la planta en las calles. Las medidas “sanitarias” se alternan con las espirituales, como un todo. Se realizan periódicas procesiones generales para evitar una peste “que se va acercando”.

El mismo celo que mantuvo Vitoria con los lugares de su entorno, rompien­ do todos los contactos comerciales y personales, comienza a ser ahora padeci­ do. En sesión de gobierno municipal del 10 de agosto del año 1598, los represen­ tantes exponen que los molineros de Treviño no quieren tratos con el grano de la ciudad por miedo a que la peste ya esté presente en la jurisdicción. Un dipu­

P U E B L O D E A L A I T Z A , E N IR U R A IZ -G A U N A (A R A B A )

tado del ayuntamiento acompañado por un médico trata de solucionar el asunto en vano. Como represalia. Vitoria prohíbe la entrada en la ciudad de vecinos del Condado "por razón de la fama en que a esta ciudad hablan puesto". Inútil gesto provocado por el despecho. Nadie quiere ya acercarse a la peste. Pese a los enor­ mes esfuerzos por aparentar normalidad, en los meses siguientes otras ciudades y

villas comunican que no recibirán nada proveniente de Vitoria. Ante lo que se avecina, los “ pobres forasteros" que esta­ ban recogidos en el Hospital de Santiago son examinados y “enviados a sus tie­ rras" bajo el pretexto de que ya hay sufi­ cientes pobres autóctonos. La verdadera razón es que la ciudad va a necesitar para sus vecinos todo el espacio y asis­ tencia posible.

LQ muerte a las puertas.

pánico

L A C A S A D E L A D E H E S A . S IR V IÓ P A R A R E F U G IO D E IN F IN ID A D D E APESTAD O S

e

1

27 d e a g o s t o d e l a ñ o 1598

se reconoce por primera vez la presencia de enfermos dentro de la jurisdicción vitoriana, en las aldeas de Elorriaga, Askartza y Betoño. Ese mismo día, ago­ biado por los ingentes gastos extraordi­ narios que soporta el municipio, se debe pedir "dinero a censo" y también se acu­ de al Consejo Real para pedir apoyo en forma de exención de impuestos reales.

En estos duros momentos -tal vez cuan­ do más se necesitan- no se puede con­ tar con los recursos de los pueblos del entorno, vitales para el abastecimiento de la ciudad. Representantes del ayunta­ miento visitan Bilbao buscando medidas efectivas para tratar la peste. Otro grupo marcha a Lekeitio -localidad que según parece ya ha superado el brote- en bus­ ca de mujeres cuidadoras con experien­ cia.

También traerán hombres enterradores. Obviamente, Vitoria con­ taba con personas preparadas para tales labores, pero no estaban dispuestas a convivir con la enfermedad. Cierta­ mente. el trabajo es desolador y extre­

madamente peligroso: "regir y curar los enfermos y enterrar los que van murien­ do y limpiar las cassas y ropa apestada y sospechosa". ¿Cómo se combate la enfermedad?

Con aislamiento, principalmente. Como ejemplo ilustrativo expongamos el de la familia de Juan de Azua -mujer, hijas y criadas y su suegro Juan de Zumarraga-: "ha muchos dias están detenidos en la hermita de santa marina [extramuros de la ciudad] a causa de la enfermedad con­

tagiosa que toco en casa del dho Juan de agua [fallecido] y que aunque la dha su mujer salió herida de la dha enfermedad a muchos dias que curo y esta buena y todos ellos están buenos y sin ninguna ynficion". Cuando un miembro de una familia o unidad habitacional enferma, los demás se convierten en apestados potenciales y son enviados a un lugar aislado. Transcurrido cierto tiempo, y si no muestran síntomas, "conviene se mu­ den a otra cassa donde mudados de los

I

I

vestidos y ropa que tienen puedan estar algún tiempo asta que aya seguridad de­ llos". Es decir, comienza una segunda cuarentena en otro lugar -en este caso, la ermita de Santa Lucía- dejando atrás todo lo materialmente sospechoso, in­ cluida la ropa. No solo eso: cualquiera que haya estado en contacto con ellos o sus enseres también recibe el mismo tra­ to. Aquí, seis personas que “se ocuparon en sacar la rropa sospechosa de casa de juan de a<;ua y aberle enterrado" son ex­ pulsados de la ciudad y recluidos en la ermita de Santa Marina cuatro meses, hasta confirmar que no se contagiaron: "porque por la misericordia de dios ellos están muy buenos y no se les ha descu­ bierto daño nenguno". La familia de Juan de Azua debe costear todos los gastos, incluida la ropa nueva que se les propor­ ciona a los desterrados.

La documentación expresa una y otra vez la bondad de recluir a enfermos por un lado y sospechosos por otro en tér­ minos de mejor y más pronta asistencia

médica, pero también para que “ los luga­ res queden libres para poder limpiar y desarraigar de las cassas la ynficion". El Concejo y la Hermandad -entidad supraminiclpal antecesora de las cuadrillas alavesas actuales- disponen guardas en las puertas de hospitales y ermitas, en puentes, en caminos... para delimitar las áreas peligrosas y "para que nadie pase a tierra infectada". Los vecinos incomuni­ cados que no están contagiados prota­ gonizan pequeñas revueltas e intentan escapar de sus aldeas: el Concejo de Vitoria y su Tierra, siempre intolerante en estas cuestiones, hace "guardar las hordenes que se les a dado" por la fuerza si es necesario. Eso provoca que, en ocasio­ nes, los contagiados no den parte a las autoridades, sabiendo el duro futuro que les espera de hacerlo. El ayuntamiento envía periódicamente guardias a revisar la situación y a llevarse a los enfermos, que son ya multitud y precisan de nue­ vos lugares -dehesa de Olarizu- para alojarlos.

La tensión es insoportable en los cen­ tros de cuarentena: antiguas rencillas personales y la lucha por la superviven­ cia provocan diversos episodios de vio­ lencia. Así, el 2 de diciembre de 1598, el alcalde de Aretxabaleta y su mujer, apes­ tada, llegan a la casa-hospital de Olarizu convenidos con el ayuntamiento vitoriano en busca de cura. Gentes de allí les impiden la entrada bajo "amenza de dis­ pararle un arcabuzazo". El ayuntamiento de Vitoria procede contra los agresores y ese mismo día decreta la incomunica­ ción total del improvisado hospital. La razón es lógica: los familiares van de visi­ ta y luego vuelven a sus casas, portando tal vez la enfermedad y propagándola a otros lugares. Se pone una guardia para evitarlo que, por cierto, pagan los pro­ pios enfermos.

Si ciertas actitudes hacia la peste nos pueden parecer completamente inadecua­ das desde nuestra perspectiva actual otras nos resultarán más cercanas. Los médicos de Vitoria -algunos venidos de Francia,

Madrid...- acuden “cada dia por semana a la casa que llaman de adurza que esta fue­ ra de la ciudad" y allí examinan “la orina de cada enfermo y conforme a ella hordenen y rrecepten lo que vieren sea necesa­ rio para su rreparo y curación". Las asistentes a los enfermos -casi siempre mujeres- llevan diligentemente la orina, apuntando también el estado del paciente -presencia o no de fiebre, pústulas, dolo­ res, etc. - para afinar el diagnóstico.

Cada vez que se suceden varios días sin noticias de nuevos contagios, las ac­ tas municipales reflejan esperanza. El 14 de octubre de 1598 un veedor del ayun­ tamiento ha visitado lugares del Señorío de Bizkaia, Cipuzkoa y Tierra de Ayala para buscar rutas seguras a las mercadu­ rías que vienen de Flandes y Francia, "y el camino que han de traer para esta ciu­ dad sin entrar en sitio sospechoso". El mercado sigue funcionando, a trompico­ nes. No obstante, se evitan las aglomera­ ciones que pueden generar contagios masivos. Lo peor está por llegar...

I

'*-'

-

.• n « H ' ^ i . .v - " * ^ ^ ■' E

'W ? à i -

■'• ^ ■

5 f ? i'

- 4 ííé ^ < i,

LQ peste entra en vitoria.

caos Y muerte en a ciudac

G A S T E IZ SE C E R R Ó A GAL Y C A N T O P A R A E V IT A R C O N T A G IO S

A lber< jam os c ie r ta s d u d a s co n la familia de Juan de Azua, pero a partir de febrero de 1599 podemos afirmar sin género de dudas que el contagio ha tras­ pasado los recios muros de Vitoria. Todos los esfuerzos han sido inútiles. Una vez dentro, la peste va a extender su negro manto con rapidez. Horror. Caos. A Tomás Díaz de Mendibil, carretero de profesión que vive en la calle Santo Domingo de dentro, se le ha muerto de peste una hija en su casa.

Inmediatamente toda la familia, com­ puesta por ocho personas, es desalojada y trasladada a la ermita de Santa María de Olárizu. Se les debe dar de comer, pues "no tienen a nadie que les lleve sus­ tento". El alcalde de la albóndiga prepara los víveres necesarios.

En las aldeas de la jurisdicción el mal va remitiendo: e l 1 1 de marzo de 1599 “se declara libre de peste a los lugares de Gamarra, Betoño, Elorriaga, Araya, Arcaute, Escarza, llarraza. Hendióla, Gardelegui y Arechavaleta. Sean limpia­ das todas las casas y quemadas todas las

ropas contagiosas". No ocurre así en la ciudad, donde el número de contagiados y sospechosos aumenta dramáticamen­ te. Uno de los cirujanos -maese Herreraexpone ante el ayuntamiento que su salario es muy bajo para el riesgo que corre. Como respuesta, “fue preso y estubo en la cárcel de esta ciudad" hasta que reflexionó lo suficiente sobre sus pala­ bras. Así estaban las cosas. Comienza el éxodo de habitantes, que buscan refugio ahora fuera de las murallas. Para evitarlo, el 4 de junio el ayuntamiento prohíbe la salida de vecinos bajo pena de 10.000 maravedís y ordena a los pueblos de la jurisdicción que no acojan a nadie prove­ niente de Vitoria. No lo tienen fácil los que consiguen huir con parte de sus bie­ nes aprovechando la noche o sobornan­ do a la guardia. Nadie recibe de buen grado a posibles apestados. La salida na­ tural es pedir alojamiento a familiares y allegados pero hay noticias de grupos enteros que acaban vagando durante meses sin rumbo fijo.

El 3 de julio todo cambia. La situa­ ción es de verdadero pánico y el ayunta­ miento trata a duras penas de mantener la compostura. Ese día "se dio licencia para que los vecinos de la ciudad puedan salir della". Con esta medida se busca evitar “alborotos" y fingir ambiente de relativa tranquilidad. Pueden salir los que no sean sospechosos de contagio pero no pueden sacar "bastimento alguno", y además deben dejar su limosna para los enfermos. Es un mundo irreal, porque la ciudad se muere de enfermedad y de ais­ lamiento. Como de costumbre, los estra­ tos más débiles de la sociedad pagan las consecuencias. Los pobres tienen prohi­ bido pedir por las casas, al considerárse­ les un grupo extremadamente peligroso para el contagio. Muchos mercaderes se quejan de que no pueden ejercer su acti­ vidad: “ No hay recueros que quieran en­ trar en la ciudad". Por lo tanto, esos comerciantes tienen muy difícil salida para sus productos. Los taberneros -en

esa época las tabernas son principalmen­ te tiendas de comestibles- cierran sus locales por miedo al contagio. El Concejo trata de impedirlo amenazando con reti­ rarles el permiso en el futuro. Los arrieros se quedan en pueblos de la jurisdicción por miedo a entrar en la ciudad, que casi no dispone de alimentos básicos. Al no entrar productos, no se recogen impues­ tos. Para el resto del mundo, Vitoria y sus habitantes son la peste. Sirva como ejemplo el trato que reciben en la cerca­ na aldea de Arangiz algunos vecinos hui­ dos de la ciudad: "se le maltrata de obras y de palabras". Algunos lugares situados en rutas comerciales -Armiñón, Lapuebla de Arganzón...- detienen los transportes que se dirigen a la ciudad y aprove­ chan para hacer negocios con las mercadurías.

El número de infectados au­ menta con el calor. El 8 de julio de 1599 el cirujano Esteban de Uriarte declara a viva voz su frustración: "como la enfermedad es tan contagiosa y toca por la mayor parte a gente pobre necesi­ tada hay muchos dias que sangro y curo sin pre­ mio”. En efecto, las sangrías extracción de una determi­ nada cantidad de sangre- son vistas como un remedio útil, pero en realidad no hacen sino empeorar el ya de por sí debilitado cuerpo del paciente. Todos los vecinos con ciertos recursos se han ido, y la ciudad es una mezcla de pobreza y muerte: "Es notorio a causa de la enfer­ medad contagiosa que a tocado a esta ciudad se a despoblado de los vecinos della que tenian alguna posibilidad y soto an quedado los pobres necesitados de los quales se a bisto algunos por su mucha

I

P R O C E S IÓ N P A R A ROGAR E L F IN D E L A PESTE

necesidad an benido a enfernnar de con­ tagio y si no se probee de sustento bendran a enfermar de la mesma contagion y se destruirá la ciudad totalmente". Es imposible mantener el orden:"... en algu­ nas casas de esta ciudad que de noche an entrado en ellas y tomado y rrobado de los bienes que habia de arina, tocino, vino, ropa, calzado y otras cosas, y entre ellas algunas contagiosas que estaban ce­ rradas". Esto se debe, entre otras cosas, a que los miembros del gobierno municipal y otros cargos públicos también han sali­ do de la ciudad: "que los regidores de la ciudad y otras personas del ayuntamien­ to della por la falta que en ella hay de sa­ lud se an salido e ydo a otras partes teniendo la obligación por sus oficios de no desamparar la ciudad. Se ordena que vuelvan bajo amenaza de perder su ofi­ cio".

Todos los recursos son escasos y el día a día se ve reducido a intentar sobre­

vivir. Ermitas, iglesias, hos­ pitales son in­ suficientes para albergar enfermos.

Se construyen a marchas forzadas nue­ vos camastros de madera y "arcas" o ataúdes para llevar a enterrar a las nu­ merosas víctimas. Llegan cirujanos y bar­ beros -encargados de realizar las sangrías- de Madrid, en ocasiones para suplir a médicos contagiados: hemos do­ cumentado la muerte de al menos dos médicos y varios barberos y cirujanos, nada extraño al descubrir que las medi­ das de seguridad que utilizaban se limi­ taban a paños con vinagre o esencias para la cara y delantales de "bocací" tela de hilo más grueso que lo habitualpara el cuerpo. Las calles se llenan de hogueras donde arden ropas, muebles y esencias para intentar frenar lo inevita­ ble. Las casas se limpian con hogueras, - “ahumando con enebro" - y lavando con vinagre. Como curiosidad apunta­ mos que en la carnicería municipal se desollaban las reses menores "soplando con el aliento de la piel": ahora en cam­ bio, se compran barquines -especie de fuelles- para realizar tal tarea. Las tradi-

clónales visitas de mojones de jurisdic­ ción se suspenden. También los banquetes comunitarios de las vecinda­ des con motivo de las navidades: “por­ que es costumbre en esta ciudad de q en semejantes dias [...] vecinos de cada ve­ cindad della se juntan en sus vecindades y por q este presente año rrespecto del mal contagioso de peste q ha abido en ella no convenia óblese comunicación de gente...". El dinero previsto se repartirá entre los pobres. NI siquiera hay quien administre los últimos sacramentos a los moribundos en Olarizu. Incluso hemos advertido por estas fechas un cambio en la grafía del propio escribano, que podría Indicar una sustitución por muerte o hui­ da del anterior. El Concejo y Regimiento, reunido -los escasos miembros que que­ dan dentro- el 13 de octubre del año 1599 reconoce que ya sólo están en ma­ nos de Dios: "avlendose tratado del re­ medio de la enfermedad de peste que al presente corre en esta ciudad y para q cese no se aliaba otro remedio sino pedir con muchas veras a dios".

La vida en Vitoria durante esos meses se puede re­ sumir a través de te­ rribles experiencias personales. El 24 de septiembre de 1599, la viuda del cirujano Francisco de la Cruz protesta ante el Ayuntamiento la parte del salarlo que se le debe a su marido. Necesita el dinero porque cuando murió su mari­ do ella fue conducida y aislada en la er­ mita de Santa Lucía. Aunque se le dio de comer a costa del erario público, su casa fue literalmente arrasada al contener los "aires putrefactos de la peste". Todos sus enseres fueron quemados y en las habi­ taciones se encendieron hogueras con hierbas. Hay situaciones peores. El núme­ ro de niños/as expósitos/as que aparecen

desamparados, sin familia, aumenta du­ rante estas fechas hasta límites insoste­ nibles. Multitud de personas sospechosas de padecer peste son recluidas en sus ca­ sas, obligadas a no salir. Las autoridades municipales procuran alimentos en casos de urgencia o extrema necesidad, pero durante un cierto tiempo florece un ne­ gocio que podemos calificar cuanto me­ nos de poco ético: algunas personas procuran alimentos a los aislados a cam­ bio de una cantidad de dinero. Por el contrario, muchas casas están vacías por­ que sus habitantes están enfermos, en cuarentena, se han marchado o, simple­ mente, han muerto. Eso facilita la labor de ladrones necesitados y miserables; las quejas de algunos habitantes se dirigen hacia los propios enterradores: “por rapi­ ñas que habian echo en las casas de los enfermos muertos y de cohechos y exce­ sivos dineros que habian llevado...".

Muchos vecinos convalecientes se han quedado sin nada, ni siquiera vesti­ dos, fruto de hurtos o pasto de las llamas que quieren acabar con la pes­ te. Bien es cier­ to que, norm alm ente, la ropa se apila en el portal de Urbina -una de las entradas de la ciudad- don­ de se limpia para luego ser devuelta a los due­ ños. Si nadie reclama se dis­ tribuye entre los pobres. La limpieza es concienzuda: primero se lava en una corriente Importante como el Zadorra -no es fácil encontrar lavande­ ras que quieran desempeñar el trabajo, suele ser gente pobra, desesperada- para luego pasar por las tintorerías, donde ‘‘se cuecen" en las calderas. Tras aprobar un examen visual del Concejo pueden vol­ ver a utilizarse.

i

LQ e p i d e m i a v a r e m itie n d o

E p í l o g o

paulatinamente en los primeros meses del año 1600. Las gentes que han tenido la suerte de irse a tiempo regresan a me­ dida que la situación se hace más segura.

Muchos de ellos han estado vagando sin domicilio fijo, incapaces de encontrar co­ bijo en las aldeas cercanas. Buena parte de los que se quedaron han muerto y la mayoría ha perdido algo o a alguien, cuando no todo y a todos. El ayunta­ miento impone una limosna a lös que en­ tran de nuevo, para sufragar en parte los altísimos costes de la peste. En términos económicos, los efectos se notarán du­ rante varios años pues se han tenido que pedir créditos y el perdón de impuestos reales como las alcabalas. Los médicos emiten informes favorables que funcio­ narios hacen llegar a distintos puntos con lazos comerciales, para tratar de reactivar las relaciones habituales. En poco tiempo, las preocupaciones reflejadas en las actas y acuerdos municipales volverán a ser las de siempre: ni una sola mención a una enfermedad que, durante más de dos años, golpeó a los habitantes de Vitoria y su jurisdicción, cambiando de una mane­ ra traumática sus modos de vida. Parecen empeñados en esconder y olvidar la crisis, aunque por desgracia muchos de los per­ sonajes deberán vivir de nuevo la expe­ riencia en años posteriores.

Lo relatado es un pequeño episodio dentro de la dilatada historia de la ciu­ dad, que hemos gustado de presentar en formato de obra teatral, tal vez porque al escribirlo nos hemos identificado con al­ gunos héroes y hemos reprobado la acti­ tud de otros villanos. Hicimos nuestro el miedo, la esperanza, el horror o la fe de todos y cada uno de los protagonistas.

Nos dimos cuenta de que los convencio­ nalismos, la estructura social no funciona cuando el caos aparece. Ante la muerte, sólo la vida merece la pena.

m i RDDRÍBUEZ Historiador y arqueólogo

>i“

Iifj % \

I

V m b ÍW i *.*!^.. V-lkf4»4rí.~rf

a z k e n a b o c k f e s t iv a l

'c Í p E O W O

EU RO PEO 0 E ™ » T U Ó »

Í;s tiV / > U 1 N T E B » » N A L 0 E JUEGO S ju lio

m a g ,a l d .a

->=e s t > v a

- -•.*.'-‘•rjM aL Dt"

l ,n t l ,.-.-

F E S T íVAL D E RADIO V TELEV ISIO N septiem bre

m e r c a d o m e d ie v a l

• S « L .« E R » A C » N A U O E te a tro o c tu b re

Viioria-Gasieiz JB

* X E I IIin D

OFICINA DE TURISM O Tel.: 945 16 15 98 / www.turism o.vitoria-gasteiz.org

I« ■

M- alavanBt A rab ako Foru A ld u nd ia D iputación Fora! de Á lava

Cuadrilla de Salvatierra-AgurainEskualdea SanJulÉySantateilisadeAistra(Zaiduondo) La construcción de la ermita de San Julián y Santa Basìlisa debe remontarse a los siglos IX o X, tal y como parece corroborar la preciosa ventanita prerrománica de su ábside, En princi­ pio. deberíamos tomarla como el elemento más antiguo del despoblado de Aistra que existió en este mismo lugar, pero en realidad se trataría más del punto final de una larga ocupación desa­ rrollada, quizá, a lo largo del primer milenio de nuestra era.

El despoblado medieval de Aistra se sitúa en término municipal de Zalduondo y aparece docu­ mentado a partir del año 1025, pero no debió perdurar mucho más allá del siglo XI. coinci­ diendo con una serie de importantes transfor­ maciones acaecidas en las aldeas cercanas. La ermita de San Julián, no obstante, siguió en uso durante toda la Edad Media, tal y como ha po­ dido constatarse mediante los enterramientos hallados en su entorno.

Aistra es, además, un enclave arqueológico de gran importancia y ha sido objeto de intensas investigaciones desde la Universidad del País

I I I I I I I I I I I

I I I I I I I I I I I H I I I I I I I

I I I I I I I I I I I I I I I I I H

Vasco, lideradas por J. A. Quirós, en los últimos años, lo que ha permitido establecer que en tos siglos VI y VII se construyeron una serie de terra­ zas y viviendas en dicho asentamiento. Entre los hallazgos más destacados figuran los espacios de cultivo utilizados en aquel tiempo, además de cerámica, semillas y los silos empleados para el almacenamiento del cereal cosechado. También se han podido documentar importantes cambios que transformaron profundamente el lugar en el siglo VIII, momento histórico al que correspon­ derían una amplia necrópolis y varias viviendas de planta irregular y semiexcavadas en la roca.

El yacimiento continúa aportando abundan­ te información sobre uno de los períodos más desconocidos de nuestra historia, cual es el que media entre el final del Imperio Romano y la for­ mación de las primeras aldeas, tipo Gasteiz o Agurain. Sin embargo, al margen de! yacimiento, lo que se percibe en Aistra es la sensación de estar en un lugar único, tocado por la magia de la pequeña ermita de San Julián y el entorno na­ tural de las sierras de Urkilla y AItzaina.

I I I I I H

I I H

I I I I I I I I

líÉ

i 11 11 T 11 M 11 I IIII ! U 11

textD

« IÑIGO JAUREGUIEZDUIBELA

DE LA SUPERSTICIÓN A LA DEVOCIÓN D e n tro de las e xp re sio n e s de re lig io sid a d p o p u la r q u e ca ra cte riza n la E u ro p a occidental, el c u lto a los s a n to s m ila g ro s o s o p ro te c to re s ne\/iste especial im p o rta n c ia p o rq u e esta clase de prácticas, adem ás de re ve la r la existencia de c e re m o n ia s ^ t r a d i c i ó n ^ .

“

j

i

que se p ie rd e n en la n o c h e de los tiem pos, ilu stra la co m p licid a d existente e n tre los rito s pa ga n o s de la fe rtilid a d o las cre e n cia s m ágicas en g e n e ra ly la ic o n o g ra fía ^ piedad cristianas.

f

Mircea EÍíade, una de las m ayores autoridades en el ámbito de la Historia de las Religiones, nunca dejó de repetir que la religión popular de la Europa precristiana, le/os de extinguirse, fue capaz de sobrevivir disfrazada o transformada, gracias a la inesrimable colaboración de la l3:lesia y de dos herramientas de adoctrinamiento especialm ente eficaces: el santoral y el calendario eclesiástico. Éste es el contexto que hemos elegido para situar la figura d e San Fausto Labrador, patrón de Bufanda, y para intentar esclarecer alguno de los enigmas que rodean su vida. devoción y milagros.

^

■'.\ U

rv;-- ' í f

Vida de San Fausto

\

'-U'

'Ji /

A* »

ÍÉ'

a versión más completa de la 'vida y andanzas de San Fausto es recogida por el historiógrafo alavés Joaquín José Landázuri en el capítulo XII de una publicación editada a finales del siglo XVill y que lleva por título Historia

eclesiástica de ta Muy Noble y Muy Leal Provincia de Álava. Este capítulo, ade­ más de ofrecer toda suerte de datos

VISTA GENERAL DE BUJANDA EN UN REMANSO DE NATURALEZA

acerca de su persona, deja bien claro desde el principio que el protagonista de los acontecimientos que están a punto de relatarse nada tiene que ver con el mártir del mismo nombre que fue deca­ pitado en Zaragoza a comienzos del siglo IV por orden del prefecto Daciano y que la fuente de la que procede la informa­ ción es un pergamino conservado en la parroquia de Bujanda desde hace varios siglos. Al parecer, este documento sin fe­ cha, obra de un notario llamado don Luis, es la transcripción de un texto apócrifo

hallado en los Archivos de Cataluña y fue realizada a petición de un personaje del que sólo se conoce su nombre, Diego de Gauna.

Según se puede leer en el resumen que Landázuri elabora a partir de este manuscrito, San Fausto nace en Alguaire, una pequeña localidad leridana de la co­ marca de Segriá, y tras pasar algunos años en su pueblo natal, toma la deci­ sión -sin que figuren los motivos- de abandonar su residencia para embarcar­ se en uno de los numerosos bajeles que

I

i

surcan el Mediterráneo. Al poco de hacerlo, el barco en el que navega es apresado en alta mar por un grupo de corsarios sarracenos y Fausto es trasla­ dado al continente africano y convertido en esclavo. Su dueño, el único que se menciona en la crónica, decide emplear­ le como agricultor pero al descubrir los rezos que interrumpen continuamente las tareas de su siervo monta en cólera y comienza a maltratarlo con insultos y golpes. Después de varios días de casti­ gos, Fausto intenta alcanzar un acuerdo con su propietario y para ello le propone "que le señalase y determinase en la huerta aquella porción de terreno que quería le cultivase a fin de que finalizada y concluida la labor se dedicase al obse­ quio y culto de su Creador”.

El amo, tras aceptar estas condicio­ nes, decide fijar la cuota de trabajo para la próxima jomada y ambos se retiran a descansar. Al llegar la mañana, Fausto re­ gresa a la huerta con la intención de cumplir su parte del trato pero justo an­ tes de echar mano de sus herramientas se retira a rezar y es entonces cuando se obra el milagro: "el Autor de las maravi­ llas y padre de las misericordias dispuso que el mismo instrumento del cultivo, sin que recibiese impulso humano, diese cumplimiento a toda la tarea que señaló al Santo su amo". Mientras esto sucede, su amo. que le está espiando en secreto a través de un orificio, sufre tal conmoción que pierde el conocimiento quedando medio muerto. Al recobrarse del desvane­

cimiento, Fausto le persuade para que abrace el cristianismo y después de lo­ grarlo regresan juntos a Cataluña para establecerse definitivamente en Alguaire.

El segundo hecho prodigioso, del que existen bastantes ejemplos en la hagio­ grafía cristiana, está relacionado con las instrucciones que nuestro protagonista

dirige a sus familiares y amigos poco an­ tes de morir. En ellas les hace saber que su deseo es ser enterrado en el lugar que la divina providencia y su propia montura dispongan para él: "después de mi muerte pondréis mi cuerpo sobre la caballería que tengo y en aquel sitio a donde Dios la condujese, allí me dejareis". Dicho y

EN EL TEMPLO PARROQUIAL DE BU)ANDA SE VENERA EL CUERPO INCORRUPTO DE SAN FAUSTO

I

FUENTE DE SAN FAUSTO. EN ANCÍN (NAVARRA), SEGÚN lA CREENCIA POPULAR EL AGUA BROTÓ ALLÍ TRAS PISAR EL SEDIENTO CABALLO QUE TRANSPORTABA A SAN FAUSTO EN SU DESPLAZAMIENTO DE ALGUAIRE ÍLLEIDAJ A BU/ANDA A SUS AGUAS SE LES ATRIBUYEN CUAÜDADES MILAGROSAS

hecho. Al pronto de fallecer, caballo y car­ ga parten en dirección desconocida atra­ vesando cuatro ríos (Ebro, Pinta, Aragón y Ega), tres reinos (Aragón, Navarra y Castilla) y un obispado (Calahorra).

Transcurridos varios días, la cabalgadura llega a un promontorio situado a escasa distancia de Bujanda y se detiene frente a tres grandes piedras. A continuación y ante la sorpresa de los presentes, se pros­ terna tres veces consecutivas con el fin de advertirles que acaba de alcanzar su destino, la localidad que a partir de en­ tonces deberá encargarse de custodiar y administrar los despojos, la memoria y los beneficios dispensados por el santo.

Fin de la historia.

Aunque esta versión de la biografía de San Fausto carece de referencias cronoló-

gicas que permitan si­ tuarla en el tiempo, Landázuri comparte la opi­ nión expresada por el canó­ nigo Joseph González de Tejada en su Historia de

Santo Domingo de la Calzada, Abrahan de la Rioja según la cual murió a comienzos / del siglo Vil, en el 614 para ser más ser así, exactos.

De vida conel relato de su cronismo ya tiene un anaque es muy poco probable que el amo de Fausto o los piratas que lo capturaron fueran sarracenos o practicaran la religión islámica. Esta imposibilidad se debe a que todos los historiadores que han investi­ gado este periodo coinciden en señalar que la nueva fe no fue desvelada y predi­ cada por Mahoma y sus seguidores hasta el año 612 ó 613 y que su difusión por las costas del Mediterráneo se retrasó dos o tres décadas más.

Del anonimato a la celebridad / a primera prueba documentaiiiiM ^da del culto a San Fausto es muy posterior al año de su supuesta muerte y data de 1556. Hasta ese mo­ mento no hay un solo dato o referencia escrita que arroje luz sobre las prácticas religiosas realizadas en su honor, sus orí­ genes, la continuidad histórica de las mismas o el modo en el que resultaron afectadas por la conquista y ocupación musulmanas. En cualquier caso, esta no­ ticia se la debemos a un visitador ecle­ siástico de la diócesis de Vitoria que al pasar por Bujanda decidió dejar un testi­ monio escrito de las numerosas ocasio­ nes en las que se celebraban fiestas en su honor {14 de octubre, Pascua de Pentecostés, domingo y lunes de la Trinidad...) y de la existencia de una co­ fradía fundada bajo la doble advocación de la Santísima Trinidad y San Fausto.

Medio siglo más tarde, en 1618, un clérigo que recala en Bujanda a resultas de otra visita pastoral establece las con­ diciones que deben darse para proceder a la apertura del féretro en el que yacen los restos del santo y explica, de paso, el poder que las creencias populares le atri­ buyen a la hora de combatir las incle­ mencias meteorológicas. El comentario textual de este sacerdote es el siguiente: "que no abran el arca del santo a cual­ quier persona, sino en las fechas señala­ das (...) damos permiso y licencia para que en las tempestades de nublados que suelen sucederse se abra el arca en la for­ ma acostumbrada". Sin embargo, la pro­ tección que ejerce el cadáver momificado de San Fausto va mucho más allá del ám­ bito atmosférico. Landázuri amplía sus competencias taumatúrgicas a fenóme­ nos tan dispares como las enfermedades

ÚLTIMA DE lAS TRES CRUCES DE MADERA QUE SEÑALAN LOS LUGARES EN LOS QUE. LLEGANDO A BUJANDA SE ARRODILLÓ EL CABALLO DE SAN FAUSTO

y obsesiones demoníacas: la defensa con­ tra las plagas de moscas, gusanos, polillas e insectos en general: la ausencia de pre­ cipitaciones y la resolución de cualquier tipo de problema relacionado con la es­ terilidad humana. Estas son las capacida­ des a las que, sin lugar a dudas, obedece su fama y el gozo que reproducimos a continuación:

á

I 39

“ Dais agua en la sequedad, la langosta ahuyentáis y a las estériles dais frutos de fecundidad desterrando el dolor.

Danos a todos consuelo ¡oh, San Fausto Labrador!”

A pesar de su amplio y variado reper­ torio de portentos, buena o la mayor parte del reconocimiento popular que San Fausto alcanzó a lo largo de los si­ glos XV!I, XVÜI y X!X se debe a sus logros como abogado contra la esterilidad. Su reputación ante "los que invocan su auxilio para conseguir frutos de bendi­ ción en los más estériles e infecundos

matrimonios" no sólo se extendió fuera de Álava hasta llegar a la capital del rei­ no sino que también captó el interés de su nobleza y de miembros muy destaca­ dos de la dinastía borbónica, la reinante por aquel entonces. El primer caso del que tenemos noticias fue protagonizado por el segundo marqués de Mejorada, Pedro Cayetano Fernández del Campo y Salvatierra (¿?-1721), y su mujer a fina­ les del siglo XVII. El resultado de su inter­ cesión debió ser tan satisfactorio que decidieron agradecérselo levantando una capilla en su honor. El lugar elegido fue el interior de la iglesia de la Natividad de Mejorada del Campo y su inauguración se produjo en 1691.

EL CUERPO MOMIFICADO DE SAN FAUSTO ES VENERADO CON GRAN DEVOCIÓN. A HONRARLO ACUDEN GENTES DE LOS PUEBLOS DEL ENTORNO Y DE ALGUAIRE ÍLLEIDA)

Los ejemplos restantes son posterio­ res en el tiempo y resultan mucho más asombrosos porque involucran a tres pa­ rejas reales, las formadas por María Luisa de Parma y Carlos IV, María Isabel de Braganza y Fernando VII, e Isabel II y Francisco de Asís de Borbón (popular­ mente conocido con el sobrenombre de Paco Natillas). Las tres decidieron enco­ mendarse a los buenos oficios de San Fausto empleando el mismo método.

Para ponerlo en práctica, necesitaban ob­ tener previamente uno de los siete velos o paños que envolvían y amortajaban el cuerpo incorrupto del santo. Una vez que se hacían con él, lo colocaban en la cabe­ cera o al pie del lecho en el que dormían o en el que tenían previsto dar a luz y es­ peraban a que surtiera efecto. Realmente, los resultados de esta práctica basada en la noción que sostiene que el contacto fí­ sico de dos objetos crea unos lazos invisi­ bles que se mantienen a larga distancia (magia contagiosa o contaminante), no fueron todo lo buenos que cabría esperar.

María Luisa de Parma (1751-1833) tuvo un total de veinticuatro embarazos, diez de los cuales acabaron en aborto; María Isabel de Braganza (1797-1818) falleció a resultas de las complicaciones deriva­ das de su segundo embarazo y su prime­ ra hija lo hizo antes de cumplir los seis meses; Isabel II (1830- 1904), por su par­ te, perdió prematuramente cuatro vástagos de un total de nueve.

Sea como fuere, la gratitud de los re­ yes por la protección atribuida al santo se tradujo, salvo en el caso de la segunda mujer de Fernando VII, en prebendas o recompensas económicas de cierta im­ portancia. El nacimiento del infante Fernando Fausto, que con el tiempo se convertiría en el rey Fernando Vil, el 14 de octubre de 1784, fue saludado por Carlos IV con una generosa limosna y con una provisión real fechada el 29 de noviembre de 1787 concediendo al con­ cejo de Bujanda la facultad de nombrar alcaldes ordinarios. Algunos años más tarde, alrededor de 1854, Isabel II hizo lo propio al donar un total de 3.000 reales de vellón a la parroquia de San Juan Bautista de Bujanda como recompensa por el envío del manto que fue utilizado en el alumbramiento de la infanta María Cristina. El responsable de gestionar la cesión y de remitirlo a Madrid fue un vitoriano, Pedro de Egaña, que más tarde, entre 1864 y 1868, alcanzó el nombra­ miento de Diputado General de Álava.

I

Orígenes de la devoción un cuando resulta extremadaC -X vm en te difícil establecer con cla­ ridad el origen remoto o los motivos del fervor que los habitantes de la Montaña Alavesa y otras comarcas limítrofes sien­ ten por San Fausto Labrador, su culto y la aceptación de su capacidad apotropaica (del griego apotropein: 'rito, invoca­ ción o fórmula de carácter mágico destinada a propiciar el bien y alejar el mal') participan de la misma lógica que alimenta la piedad religiosa dirigida al resto de santos sanadores, una lógica que se refleja en la siguiente explicación de Lemaítre: "tas bendiciones pertenecen a esta forma que han tenido las liturgias oficiales de tejer el tiempo campesino y de encontrar respuesta a las angustias de un mundo amenazado constantemente en un lenguaje ritual en el que la expre­ sión de sus preocupaciones pueda ser real”. Sin embargo y por lo general, el poder protector y las facultades curati­ vas que la mentalidad popular adjudica a estas bendiciones no son gratuitas y de­ ben estar sólidamente fundamentadas o tener una base hagiográfica que las justi­ fique.

El primer factor que se toma en con­ sideración cuando se intenta respaldar y otorgar verosimilitud a este tipo de creencias y ritos propiciatorios que tam ­ bién aparecen asociados a San Gregorio Ostiense, Santa Felicia de Labiano, San Prudencio, Santa Quiteria del Vallés, San Pedro de Osuna o al celebérrimo San Isidro, pasa por analizar los sufrimientos, torturas, martirio, humillaciones, etc. a las que fue sometido el santo antes de expirar. Sus padecimientos son compara­ dos con el del enfermo que solicita la mediación y si son similares, lo más se­ guro es que las oraciones de éste y de

sus familiares sean escuchadas y consi­ gan lo que se proponen: aplacar el dolor, neutralizar los síntomas de la dolencia o facilitar el tránsito al más allá. En otras ocasiones, la ejemplaridad de la muerte queda eclipsada o pasa a un segundo plano y es reemplazada por las activida­ des y, sobre todo, por las curaciones pro­ digiosas e inexplicables que el santo realizó a lo largo de su vida. Estos he­ chos, autentificados gracias a la coopera­ ción de testimonios escritos de diversa índole, son los que validan, dan consis­ tencia a la devoción y sirven de señuelo para que otros fieles se sumen al grupo de sus seguidores. La tercera fuente de legitimidad tiene que ver con la inercia de la tradición. Si la invocación de un protector invisible rindió buenos resulta­ dos en una ocasión, es muy probable que todos los que se encuentren en aprietos o trances parecidos reclamen su auxilio contribuyendo, de ese modo, a la difu­ sión de su figura y al establecimiento de sus cualidades y competencias. Por últi­ mo, hay veces en las que la clave del po­ der asociado a los santos reside, simple y llanamente, en el significado de sus nombres de pila y en las connotaciones positivas que se desprenden de ellos al pronunciarlos.

Si aplicamos estos requisitos a la bio­ grafía o a las tradiciones y leyendas po­ pulares que rodean a San Fausto comprobaremos que su personalidad en­ caja en todos los supuestos anteriores menos en el primero. Para empezar, su semblanza hagiográfica recoge dos acon­ tecimientos fuera de lo común que indi­ can o prefiguran sus competencias futuras. Uno guarda relación con la azada milagrosa, la azada que, en palabras de González Tejada: "cavaba sin haber ma­ nos que la movieran”. Curiosamente, las actas de canonización del patrón de Madrid, San Isidro Labrador (1080-1130 ó 1172), contienen un episodio muy se­ mejante que sólo se diferencia por algu­ nos detalles: el dueño de la finca no es un

I

ROMEROS DE R0SSELLÒ -PUEBLO MUY CERCANO A ALGUAIRE- AGUARDAN ANSIOSOS PODER VER A SAN FAUSTO. CUSTODIADO EN lA HORNACINA DE LA IZQUIERDA IMAGEN DE lA VISITA DE 2010

I

sarraceno sino un cristiano llamado Juan o Iván de Vargas y la azada que labra sin que nadie la maneje es reemplazada por un arado tirado por una yunta de bueyes que trabajan sin guía o con la asistencia de dos ángeles del cielo. El segundo he­ cho maravilloso alude al desvanecimien­ to que poco después sufre su amo que “enajenado de sus sentidos cayó desma­ yado a tierra” y con la rápida interven­ ción de Fausto sin cuya asistencia es posible que hubiera muerto. Por otro lado, las fuentes escritas ofrecen varios ejemplos que confirman y ponen de re­ lieve las habilidades del santo en todas sus dimensiones: fecundadora, curativa, antiparasitaria o evangelizadora. A los ca­

sos de Cayetano Fernández del Campo y de las tres parejas reales citadas más arri­ ba habría que añadir el arrepentimiento de un excomulgado y el castigo reserva­ do a una comitiva navarra entre cuyos miembros había un ladrón (Landázuri); el cese de una plaga de carcoma o gardama que asolaba los montes de Izki, la madu­ ración de la cosecha de Antoñana y la sú­ bita fertilidad de un matrimonio de Apellániz y de un guardia civil riojano (Gerardo López de Guereñu) y los exvo­ tos que, en prueba de agradecimiento, se guardan en la iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora de Bujanda, o de San Juan Bautista. Para finalizar, no debemos olvidar que el nombre propio "Fausto” forma parte de una familia se­ mántica más amplia que incluye los si­ guientes términos latinos: fauste: ■felizmente‘;/a^^t^'5'‘f®l‘z, favorable, prós­ pero, de buen augurio'; fautor o fautrix: 'defensor, favorecedor'; faveo: ‘ser favora­

ble, favorecer, proteger’, o que Faustitas era el nombre de una diosa romana cuya misión, según una de las Odas de Horacio, consistía en acompañar a Ceres por las granjas para proteger al ganado: "tutus bos etenim rura perambulat/ nutrit rura Ceres almaque Faustitas". Por consi­ guiente, es muy probable que la reputa­ ción de San Fausto se viera acrecentada o apoyada por el significado intrínseco o las connotaciones simbólicas que ence­ rraba su nombre y que éste se empleara como un encantamiento, un conjuro o un sortilegio para invocar la prosperidad y la protección de hombres, bestias y cultivos.

Aunque cualquiera de las hipótesis a las que acabamos de referirnos resulte bastante verosímil, existe la posibilidad de que la excepcionalidad de este santo y del culto que lo rodea no dependa tan­ to de ellas como de otro ingrediente mu­ cho más eficaz y evidente. En realidad, el secreto del éxito de San Fausto reside en su cuerpo incorrupto, ésta es la peculiari­ dad sobre la que descansa su fama y, so­ bre todo, su eficacia taumatúrgica o mágica. Si sus reliquias se redujeran a unos pocos huesos irreconocibles como en los casos de sus homólogos San Víctor (Gauna), San Segismundo (Gámiz), la Legión Tebana (Mártioda), San Benito (Vitoria-Gasteiz) o San Formerio (Pangua), nadie le hubiera presta­ do excesiva atención ni se hu­ biera encomendado a él para solicitar su ayuda. Como no es así, es lógico pensar que el éxito cosechado por San Fausto, o por San Isidro Labrador, entre los fieles cristianos se deba en buena medida al excelente estado de conservación de su cuerpo y a la indivi­ sión del mismo. Estas cualidades son las que más peso han tenido a la hora de cautivar la imaginación y las esperanzas de los creyentes, las que han reforzado y amplificado su fama hasta convertirlo en un depósito rebosante de sacralidad y de poder sobrenatural

Cofradías, celebraciones y liturgia. |i prescindimos de la alusión de 1556, los primeros registros que 3 corroboran la existencia en Bujanda de una cofradía específica destinada al cul­ to simultáneo de la Santísima Trinidad y de San Fausto se remontan a 1661. Sus estatutos recogen todo tipo de datos pero los más destacables tienen que ver con el número de sus integrantes, -54 en el siglo XVIII (12 sacerdotes y 42 segla­ res) o 62 en 1806- y con los requisitos exigidos para formar parte de ella.

Algunas de las condiciones de ingreso eran: ser honrados, limpios de sangre y manifestar buenos hábitos: personarse en los entierros de todos los cofrades y en la misa celebrada anualmente en me­ moria de los fallecidos o asistir a los ofi­ cios celebrados durante el domingo y lunes de la Trinidad y el 14 de octubre, festividad de San Fausto.

A mediados del siglo XVII!, el 26 de mayo de 1749, se constituye una segun­ da institución vinculada al culto de sus reliquias llamada "Concordia". El fin per­ seguido por este organismo supralocal en el que concurren Bujanda, Antoñana, Corres y San Román de Campezo -"ro­ gando, pidiendo y deseando se conti­ núen y difundan sus misericordias y

I

I

favores en todos, y aumente su devo­ ción, culto y veneración”-, consiste en buscar la participación y la corresponsa­ bilidad de los pueblos limítrofes en los asuntos relacionados con la organización y administración de las ceremonias ofrendadas al santo. El documento fun­ dacional incluye siete capítulos en los que se especifican las obligaciones que deben cumplir los pueblos comprometi­ dos por la Concordia. En ellos se trata de asuntos tan variados como las circuns­ tancias en las que hay que comunicar la celebración de las novenas al resto de pueblos: el protocolo que hay que seguir para proceder a la apertura del arca don­ de reposan los restos del santo; las san­ ciones que lleva aparejada la inasistencia a determinadas funciones religiosas o las aportaciones económicas que cada pue­ blo debe realizar para sufragar los gastos corrientes o extraordinarios que generen las misas y el resto de actos religiosos que se lleven a cabo.

A lo largo de 1850, y según puede leerse en un decreto eclesiástico que se exhibe en el interior de la iglesia parro­ quial de Bujanda, diversas personalida­ des religiosas acuerdan la concesión de indulgencias a favor de los fieles que vi­ siten o asistan a la novena de San Fausto. Los artífices de esta medida son Juan Bruneli, que ostenta el cargo de nuncio apostólico: Antonio, obispo pa­ triarca de Indias: juan José Bonel y Orbe, arzobispo de Toledo: Fermín Sánchez, obispo de Cuenca: Juan Nepomuceno Cascallana y Ordóñez, obispo de Astorga y un tal Miguel José Irigoyen. El docu­ mento, del que sólo reproducimos una parte, se inicia con las siguientes pala­ bras: "El Emmo. Sr. D. Juan Bruneli Nuncio Apostólico, en decreto de 16 de marzo de 1850, concede a todos tos fie­ les 80 días de Indulgencia, cada vez que con corazón contrito asistieren en la Iglesia del pueblo de Bujanda a la Novena de San Fausto compuesta por D. José de Atauri. Y además otros 80 días

que podrán ganar una vez en el día los que arrepentidos de sus pecados rezaren un Padre nuestro, una Ave María, y el acto de contrición ante el cuerpo de di­ cho Santo".

El ciclo ritual y las celebraciones po­ pulares consagradas a San Fausto tienen una duración de cerca de seis meses ini­ ciándose el 25 de abril, día de San Marcos, y prolongándose hasta el 14 de octubre o el domingo más próximo a esa fecha. Dentro de este periodo, existen dos fechas particularmente importantes tanto por su simbolismo como por el nú­ mero de fieles y de curiosos que se acer­ can hasta Bujanda para contemplar sus restos o recibir sus bendiciones. La pri­ mera es fija y coincide con la que acaba­ mos de citar del 14 de octubre; la segunda, sin embargo, es móvil y tiene lugar el domingo de la Trinidad, es decir, el primer domingo después de la festivi­ dad de Pentecostés.

La estación más activa desde el pun­ to de vista ceremonial es la primavera y lo es por pragmatismo, es decir, porque ninguno de los que acude al santuario durante los meses de abril, mayo y junio quiere desaprovechar la oportunidad de pedir at santo que vele por sus intereses protegiendo sus bienes de las tormentas, del pedrisco, de la sequía o de las plagas que amenazan sus cultivos. De hecho, todos los actos que los pueblos limítro­ fes han desarrollado en su honor y que se repiten año tras año desde hace varios siglos -misas, novenas, peregrinaciones, rogativas, procesiones, letanías, rome­ rías...- tenían y siguen teniendo un fin práctico: atraer la atención, generosidad y benevolencia del santo para evitar la destrucción de sus bienes y, en caso de que sea posible, para incrementarlos.

A pesar del enorme prestigio que goza en la comarca de la Montaña Alavesa, la influencia de San Fausto tam ­ bién se ha dejado sentir, y mucho, en las provincias limítrofes de Burgos, Navarra y La Rioja.Así era antes de que la moder­

nización de las costumbres, la industriali­ zación o la emigración a las ciudades hicieran estragos en la sociedad rural. Las localidades que se movilizaban y acudían a Bujanda para cumplir con la tradición y presentar sus respetos a las reliquias del santo superaban la veintena y lo hacían por turno, en rápida sucesión y dentro del plazo o del periodo que se les había asignado previamente. Los integrantes de la Concordia -Bujanda, Corres, San Román y Antoñana- no necesitaban pa­ sar por este trámite porque para algo eran los responsables de la administra­ ción del culto. Apellániz, Maestu, Atauri, Quintana, Urturi, Obekuri y Bajauri com­ partían fecha, domingo de la Trinidad, y todos, salvo las dos aldeas del Condado de Treviño, acudían con sus respectivos

RELICARIO CON FRAGMENTOS ÓSEOS DEL SANTO Y QUE 5E UTILIZA PARA RITUALES QUE EXIGEN MOVILIDAD COMO PROCESIONES. PLEGARIAS. VISITAS A OTROS LUGARES. ETC.

cabildos. Durante el mes de mayo lo ha­ cían: Bernedo y todo su valle, Santa Cruz de Campezo, Zúñiga, Ancín, Cenevilla, Cabredo, Orbiso, San Vicente de Arana, Sabando, Oteo, Valle de Laminoria (Cicujano.Alecha, Leorza.Arenaza, Ibisate y Musitu), Antoñana, Corres, Labraza y Barriobusto. El último en sumarse a esta lista fue Alguaire, el pueblo leridano en el que se sitúa el nacimiento de San Fausto.

La primera visita procedente de este mu­ nicipio se produjo en 1933 y la fecha que entonces eligieron y que se ha man­

I

tenido hasta hoy para homenajear a San Fausto fue el primer domingo de julio.

La liturgia destinada a solicitar la in­ tercesión y los favores de San Fausto es muy sencilla, mucho más que en el pasa­ do porque de ella se han eliminado los elementos superfluos -novenas, rogati­ vas, letanías...- o los que requerían el concurso de una población más numero­ sa o entusiasta, y consta de dos partes. La primera tiene lugar durante la celebra­ ción del oficio religioso, momentos antes de la consagración eucaristica, y consiste en la bendición solemne de los objetos de uso cotidiano o de las ofrendas que los presentes han entregado al sacerdote o depositado sobre el altar. La presencia o la propiedad de estos objetos persona­ les cargados de valor simbólico y que re­ presentan tanto a sus propietarios como a los pueblos de los que proceden, garan­ tiza a unos y otros la protección divina contra toda clase de accidentes y calami­ dades. La segunda se inicia al finalizar la misa y, a diferencia de la anterior, no re­ quiere la presencia de un sacerdote sino la del seglar que se ocupa de custodiar las reliquias de San Fausto. Esta res­ ponsabilidad, que durante los últi­ mos años ha sido desempeñada por una vecina llamada Teresa Alda, incluye la apertura de la reja que protege el habitáculo en el que descansa el ataúd de ma­ dera y la re­ cepción de las prendas per­ sonales -lla­ ves, relojes, pulseras, ani­ llos, gafas...que los c o n g re g a ­ dos le van proporcio­ nando para

que los frote contra el acristalamiento bajo el cual se halla el cráneo de San Fausto, la única parte visible de su esque­ leto. En esta parte del ritual, los fieles que hacen fila en el interior del templo espe­ rando pacientemente que les llegue el turno buscan una relación más íntima y personalizada con el santo y si pueden no dudan en arrodillarse para besar el cristal y, de paso, pedir un deseo o susurrar una oración.

Aunque nunca han dejado de organi­ zarse procesiones, ya no son tan nume­ rosas como cuando la inexistencia de vehículos a motor hacía que los vecinos de los pueblos de alrededor se desplaza­ ran a pie. En la actualidad, han quedado reducidas a tres, las celebradas durante el domingo de la Trinidad, el primer do­ mingo de julio y el 14 de octubre. La co­ mitiva que se forma en cada una de estas ocasiones recorre los alrededores del templo entonando letanías y dete­ niéndose ante cada una de las cruces que señalan los lugares en los que, según la tradición, se arrodilló el caballo que acarreaba el cadáver del santo. La ima­ gen que se porta durante este acto es un relicario de plata regalado por la familia Álava y Guevara en 1596 que representa a San Fausto de cuerpo entero mientras que las cruces datan de 1995 y fueron donadas por un vecino de Alguaire para reemplazar a otras mucho más antiguas.

Durante los últimos años, un grupo de entusiastas de la figura de San Fausto ha intentado reconstruir el itinerario que siguió su corcel desde Alguaire hasta Bujanda. Esta iniciativa, conocida bajo el nombre de "Camino de San Fausto”, no solamente intenta reeditar el éxito de otros proyectos semejantes sino favore­ cer los intercambios culturales y el desa­ rrollo socio-económico de los pueblos y comarcas por las que discurre. Esperemos que tenga éxito.

IÑIGD JAUREGUIEZQUIBELA Antrapúlogo y escritor

El seguro d e autom óvil d e Caja Vital Kutxa*

Solicita un presupuesto en cu a lq u ie r o fic in a d e

Caja Vital Kutxa, a tra v é s d e w w w .cajavital.es o llam an d o a Línea Vital 945 16 22 22

Eskatu aurrekontua Caja Vital Kutxako edozein bulegotan, w eb gunearen bídez ^vww.cajavítal.es) ed o Línea Vital-era deítuta: 945162222

konprom isorik gabe

Sigue ie\caminó mas

segura

Caja Vital ®

Vital Kutxa

w w w .cajavital.es

liAáiÁnÁ^ri lotutA

.# a É z SISTEMAS FERROVIARIOS

Arantzar, z/g

infor@jez.es

:

w w w .jez.es

Tfno.: 94 672 12 00

Fax: 94 672 00 92

M A G IA

ili GALA INTERNACIONAL DEMA6IADEBASAURI M AIATZAK 9 MAYO • 19:00 • 1 0 € A N T Z E R K IA ^ E A T R O

^

LOS MODERNOS Fo A ZA R O A K 27 NOVIEM BRE • 20:30 • 1 5 € M U 8 IK A /M Ú S IC A

VÍCTOR MANDEL Vivir para cantarlo A BEN D U A K 4 D ICIEM BRE • 20:30 • 20-15 €

SOCIAL ANTZOKIA BASAURI

2010

U M O R E A /H U M O R

EAEMINO Y CANSADO Parecido, no es lo mismo A B EN D U A K 11 D ICIEM BRE • 20:30 • 20-15 € A N T Z E R K IA /T E A T R O

BEATRIZ CARVAJAL, MAGUI MIRA El cerco de Leningrado A BEN D U A K 18 DICIEM BRE • 20:30 • 20-15 € A N T Z E R K IA M U 8 IK A L A /T E A T R O M U S IC A L

PINOCHO, EL MUSICAL A BEN D U A K 19 DICIEM BRE • 16:00 • 8 € D A N T Z A /D A N Z A

CÍA. RAFAEL AMARGO íntimo A BEN D U A K 26 DICIEM BRE • 20:00 • 20-15 €

IN F O R IV IA Z IO A /IN F O R M A C IO N : 9 4 4 6 6 6 3 9 0 / 3 9 3 • w w w .s o c ia la n t z o k ia .c o m

UN EJEMPLO DE RELIGIOSIDAD POPULAR te xto « KEPASDJD

Los exvotos son objetos de gran arraigo populary que

fotos «FELIX MUGURUTZA

eran ofrecidos a santos, vírgenes, etc. como agradecimiento público por la intercesión de éstos en algún problema. En la localidad alavesa de Bujanda -Kanpezu- contamos con cinco buenos ejemplos.

¿:l .fciiorOr ,%ttií.>nt*.>A< ¿4i)C) O t 'í L 3 ? i'tiíi tlaí /'Vlariy p e ía:

nai da^l'ab’fa , b"itot icí o

fcf rno. í’anó pov ubcrl< ríovo jy hhiiAto. Ilci >a Un aspecto poco estudiado del arte, la etnografía y la antropología de España en general y del País Vasco en particular, es el de los exvotos. Si bien en lo tocante a lo artístico los exvotos no suponen piezas de una gran calidad y riqueza en la mayoría de los casos, son de una gran importancia como fuente de información histórica, etnográfica e incluso antropológica, valederos para el conocim iento de un tema tan en boga hoy día como es el de la historia de las mentalidades.

En la página anterior, exvoto del marco ovalado, en Bujanda En esta página, detalle del texto del exvoto del enfermo, en Bujanda

En este sentido, según el investigador francés M. Vovelle: "{...) el exvoto es uno de los raros medios de investigación en el mundo del silencio de los que no han tenido expresión escrita: una confesión individual también que introduce, por poco que sea, el secreto de las concien­ cias Es decir, el exvoto narrativo nos permite entrar en el controvertido, pero apasionante mundo de la historia de las mentalidades.

En el País Vasco hay escasos trabajos sobre el tema que nos ocupa, mientras en el resto de España, el estudio de los exvotos, como punto importante de la religiosidad popular, está más generaliza­ do. Las zonas peninsulares que cuentan con mayor representación, en este senti­ do son Castilla, Cataluña y, sobre todo, Andalucía y Extremadura. Las regiones del sur de España siempre han tenido más arraigado el sentimiento religioso desde un punto de vista populista y de ese modo esa religiosidad se ha mostra­ do en manifestaciones religiosas popula­ res tan características como las procesiones y otros ritos relacionados con el arraigo del cristianismo en estos lugares. El norte, por el contrario, siem­ pre ha expresado su fervor religioso de manera más sobria. No obstante la reli­ giosidad es patente en zonas como el País Vasco donde tanto costó entrar al cristianismo que finalmente penetró de manera tan profunda o más que en el sur de la península.

I

Definiciónytipos

i

Pero antes de seguir adelante tenemos que centrar el tema y saber explícita­ mente que son los exvotos, sus varieda­ des y particularidades. Etimológicamente la palabra "exvoto" es un término culto procedente del latín que designa al obje­ to ofrecido a Dios, la Virgen o los santos, como resultado de una promesa o favor recibido. Es decir, una promesa materiali­ zada en un objeto.

Normalmente los exvotos se relacio­ nan con la persona que ha recibido el fa­ vor y el suceso portentoso que lo motiva.

Así, el exvoto describe el hecho milagro­

so y los datos personales del beneficiario, o bien es una réplica del miembro o par­ te del cuerpo sanada, o un objeto perte­ neciente al oferente, o incluso un retrato del beneficiario.

Siguiendo las clasificaciones tipológi­ cas utilizadas por los autores que más han trabajado sobre el tema, observamos la presencia de dos grandes tipos de ex­ votos: los narrativos y los simbólicos.

Los narrativos o descriptivos son aquellos que describen las razones por las que la persona invocó a los poderes celestiales prometiendo hacer donación de un objeto. Los procedimientos más comunes son la expresión pictórica y la escrita, en concreto libros de milagros, cuadritos pictóricos, fotografías y textos.

Sobresalen en esta tipología los cuadri­ tos votivos pintados que unen a su valor estético, expresión del arte popular, el valor histórico y descriptivo de las cos­ tumbres y formas de vida de épocas pa­ sadas y recientes que de otra forma hubieran desaparecido o serían de muy difícil reconstrucción.

De otra parte tenemos los exvotos clasificados como simbólicos. Son aque­ llos en que su objeto material representa o simboliza toda una acción milagrosa o portentosa. Y dentro de este tipo de ex­ votos podríamos distinguir, a grandes rasgos, cuatro grandes grupos: □ Objetos artesanales o industriales que reproducen el cuerpo entero de una persona o animal, partes del mismo, o bien órganos o visceras.

O Objetos relacionados directamen­ te con la dolencia o el mal que se ha tenido: muletas, bastones o aparatos ortopédicos. □ Cintas de seda de diferentes ta­ maños y colores colocadas junto a las imágenes que simbólica­ mente expresan la curación de que han sido objeto sus donantes. □ Objetos personales o del propio cuerpo: trenzas del pelo, cálculos renales, dientes, etc.

v‘/ f s l o j w i u ^

“

9“

9 “ e ./o ír-

d esra .Sun C c.pcH d ^

d a C 0 n r.u c .i 0 ~ M if/o ñ e

locia /,e‘ jTeij

fu.,-■P'S^'-crza M ie n c ü o

,i (.(«m J«

Los exvotos pictóricos Una vez conocida la clasificación tipoló­ gica de los exvotos, sin duda alguna los más interesantes desde el punto de vista histórico y etnográfico son, dentro del grupo de los narrativos, los cuadritos vo­ tivos pictóricos, ejemplo de los cuales son los exvotos de la alavesa localidad de Bujanda que analizaremos posterior­ mente.

Podemos decir que, en general, en España predomina este tipo de exvotos -el de los narrativos- en el siglo XVIII y en parte del XIX, época en que tuvo gran

J '" '“

ie c o r im

P**^

i^ c le c / r a .- ^ c r ^ G X ■>"»' ■

impulso esta modalidad de manifesta­ ción religiosa. Estos exvotos suelen apa­ recer frecuentemente acompañados de texto, que normalmente ocupa más de un tercio de la superficie total del lienzo, si bien puede ser también de menor es­ pacio. El texto suele colocarse en la parte inferior de la pintura y excepcionalmente aparece en cartelas.

Efectivamente, todo exvoto de este tipo suele constar de tres partes bien di­ ferenciadas: escena, imagen y texto, nor­ malmente separados por gruesas líneas.

Desde el punto de vista de la investiga­ ción etnográfica, la Importancia de este tipo de exvotos es grande al suplirse la calidad de la pintura, modesta en la ma­ yoría de los casos, por rasgos interesan­ tes para el estudio histórico de las conciencias humanas, sus devociones y pensamientos religiosos.

Dentro de la variedad temática que aparece en los exvotos pictóricos, desta-

I

ca con luz propia el tema de las enfer­ medades y las milagrosas curaciones obtenidas por los enfermos. Así, en la composición entran casi siempre el en­ fermo o accidentado y la persona que ruega por él, así como el objeto o animal que ha provocado el accidente. Otros te­ mas interesantes serían: interiores de vi­ viendas, vestidos, mobiliario y aspectos urbanísticos y arquitectónicos de los pueblos donde ocurrían los accidentes o enfermedades.

Los cinco exvotos pictóricos de Bujan­ da y que trataremos a posteriori, coinci­ den claramente con lo anteriormente expuesto. No obstante, antes de pasar a su análisis y estudio, veremos un estado de la cuestión acerca de los exvotos en el País Vasco. Seguidamente, analizaremos el caso concreto de la devoción a San Fausto Labrador en esta localidad alavesa.

El tema votivo en tierras vascas

I

Prácticamente carecemos de estudios acerca de los exvotos en el País Vasco: simplemente tenemos la constancia de algunos de ellos en publicaciones tales como catálogos monumentales o peque­ ñas obras de ámbito locaL En la Comunidad Autónoma Vasca los dos tipos más frecuentes de exvotos son, por un lado, los relacionados con la vida marinera, frecuentes en el ámbito coste­ ro vizcaíno y guipuzcoano, si bien tam ­ bién pueden aparecer tierra adentro tal y

como se vio en el artículo de Xabier Armendariz “ Exvotos: el mar en Orduña" publicado en el número 8 de AUNIA. Suelen consistir en maquetas de barcos colgados en los techos de las iglesias o ermitas, tan comunes, como decimos, en las villas de gran tradición marinera.

Por otra parte los exvotos narrativos o cuadros votivos dedicados a la venera­ ción de santos, andramarís y otras figu­ ras relevantes con amplio eco en la religiosidad popular.

Los exvotos son objetos ofrecí dos a santos, vírgenes, etc. buscando la ayuda de éstos ante cualquier problema.

Exvoto de barco en Lendonobeíti (Urduña),ya estudiado en AUNIA

Además, en las tierras del interior, la devoción se centra en figuras concretas como pueden ser: San Fausto Labrador en Bujanda, la Virgen de la Encina en Artziniega, la Virgen del Pilar en Laguardia, el Santo Cristo en Labastida o San Antonio en Urkiola, refiriéndonos en todo momento a exvotos pictóricos na­ rrativos entre otros, que suelen aludir a hechos milagrosos y curativos acaecidos en las localidades en que se venera a di­ chas advocaciones. Todos los casos cita­

dos, más algún otro como Berantevilla, se ubican dentro de la provincia de Álava, a excepción del caso vizcaíno de Urkiola. Nos sirven de ejemplo de los numerosos exvotos que habrá escondi­ dos en multitud de iglesias vascas y li­ mítrofes del norte de Burgos o La Rioja.

En general, todos estos exvotos serán de época moderna, principalmente de los siglos XVII, XVIII y XIX, aunque algunas veces aludan a hechos acaecidos ante­ riormente.

I

A-i-'.

Rincรณn de Bujdnda

' f .t S

Un paradigma; Bujanda y San Fausto Un ejemplo, ya citado, de exvotos pictó­ ricos es el que encontramos en la parro­ quia de la Asunción de la aldea alavesa de Bujanda. sita a unos 35 km al sur de Vitoria-Gasteiz. La elección de Bujanda y no de una localidad de la región de mayor importancia como Artziniega, Labastida o Laguardia se debe a que

Bujanda y su advocación a San Fausto son menos conocidas que las tradicio­ nes religiosas populares de las localida­ des citadas anteriormente. Por otro lado, los cuadritos votivos de Bujanda son, dentro del escaso interés artístico de este tipo de obras, de mayor calidad y variedad a los conocidos en otras zo­ nas.

Bujanda es una pequeña localidad alavesa que pertenece al municipio de Kanpezu en la comarca de la Montaña Alavesa. En este modesto enclave, la de­ voción popular a San Fausto, proviene desde época antigua según cuenta la tradición recogida por Landázuri y Romarate. El San Fausto que nos ocupa nació en Alguaire (Lleida). Según las re­ ferencias de Landazuri en Historia ec/esial de Álava (1928) "(...) San Fausto

caridad, hasta la muerte de San Fausto, que debió ocurrir hacia el año 614 (...)

Siguiendo el expreso deseo del Santo que habría dicho: «(...) después de mi muerte pondréis mi cuerpo sobre mi ca­ ballería y en aquel sitio donde Dios la conduzca, allí me dejaréis {...)». A su fa­ llecimiento lo colocaron en su muía y soltándola inició su camino atravesando los ríos Ebro, Pinta, Aragón y Ega hasta llegar a Bujanda, en donde después de tres genuflexiones, paró la muía y murió en el lugar en donde se halla hoy la igle­

1 I

El cuerpo Incorrupto del santo se conserva en este altar-relicario de estilo rococó de cascarón, datado en el sigloXVIIly obra deJuan JosédeMendaza

desde niño practicó las virtudes cristia­ nas, en especial la caridad. Por motivos desconocidos, navegando en el Mediterráneo, fue hecho prisionero por los sarracenos y conducido a África, donde estuvo cautivo varios años. Su cruel amo no le permitía dedicarse a la oración y un día el Santo convino con éste en que le limitaría el trabajo de manera que al terminar podría hacer la oración deseada. Dejó la azada y se puso a orar. La azada movida milagrosamente realizaba sola el trabajo impuesto. Vio esto el Moro y sufrió un desmayo.

Acudió San Fausto en su auxilio aprove­ chando ia ocasión para inculcarle piado­ sas ideas cristianas. Se convirtió el Moro y embarcándose en secreto regresaron a Alguaire. Allí vivieron durante algunos años haciendo el bien y ejercitando la

sia {.■■)"■ También J. I. Vegas Aranburu añade en "El románico en Álava", Cuaderno de Artes Plásticas y Monumentales (1986) algunas interpretaciones milagrosas de San Fausto sobre la muía en su periplo desde la localidad catalana hasta Bujanda: ‘‘(...) En la localidad de Mués, la muía pidió agua y al no recibirla dijo: Muesines, Muesajas, casas haréis y cuan­ tas más casas hagáis, más rajas. En Ancín (Nafarroa) existe la fuente de San Fausto, que surgió al golpear la muía en el suelo, ya que tampoco en este pueblo quisieron darle agua (...)".

Los vecinos de Alguaire conservan aún la tradición de peregrinar anualmen­ te a Bujanda durante la festividad de San Fausto, para orar ante el cuerpo inco­ rrupto del santo, conservado en la parro­ quia y datado supuestamente en 614.

Este hecho, correspondido también por los vecinos de Bujanda que han visitado Alguaire, confirma el importante arraigo popular que este santo conserva en las localidades citadas.

La veneración popular hacia San Fausto, tradicionalmente ha ido enfoca­ da en tres vertientes claras, reflejo de las cuales nos quedan los exvotos: la prime­ ra es la solicitud de agua en tiempos de secano por parte de los moradores de la comarca, como bien apunta Landázuri.

La segunda es la petición de descenden­ cia por parte de los matrimonios estéri­ les e infecundos que será reflejada en los

■

i ■

.o .

' • >

: :

>C; •

-

T

i

f j Fí"

-

.

».

O

I

- S

exvotos en forma de agradecimiento a San Fausto. La tercera será una vertiente frecuente en todo tipo de advocaciones que cuentan con exvotos narrativos, la curación de enfermos.

Aparte del cuerpo incorrupto del san­ to conservado en el altar-relicario de San Fausto -de estilo rococó de cascarón, datado en el siglo XVIIi y obra de Juan José de Mendaza- en la parroquia de Bujanda se conservan otras representa­ ciones artísticas que aluden a San Fausto. Entre ellas destacan la estatuarelicario de plata del santo, del XVI, y obra de Juan de Nápoles Mudarra, artífi­ ce de la escuela vallisoletana, el retablo barroco dedicado al santo, obra de la se­ gunda mitad del XVII, cuatro pequeñas tallas que lo representan con sus atribu­ tos, y un cuadro de escasa calidad con escenas de su vida.

Los exvotos de Bujanda Como ya se ha adelantado, cinco son los exvotos de la parroquia de Bujanda, ob­ jeto principal de este texto.

Exvoto del enfermo Se trata de un exvoto de tipo narrativo cuyo espacio plástico se halla dividido en tres partes. En la parte derecha nos en­ contramos con un niño enfermo postra­ do en la cama. En el lado izquierdo vemos a San Fausto Labrador con sus

atributos propios: cadena y azada sobre nube. Por otro lado, la zona inferior está demarcada por una línea doble y aloja la siguiente leyenda: “ (.•■) El señor don Antonio Adán, hijo del señor don Fernando Adán y de la señora doña Bernarda Tabira. Estando enfermo sanó por aberle ofrezido dicha señora su ma­ dre, al glorioso San Fausto, llebando a su capilla el retrato de dicho niño de edad de cuatro años Centrándonos en la descripción físi­ ca del exvoto, se trata de un óleo sobre tabla que mide 58 x 75 cm. Desde el punto de vista formal e iconográfico esta modesta pintura trata el tema de la enfermedad, muy difundido en los exvotos de los siglos XVII-XVIll, con la aparición del santo local en vez de la Virgen, que era lo más frecuente. Como hemos dicho el exvoto entra dentro del género religioso relacionado con la cu­ ración de los enfermos. Extrañamente se alude en la leyenda al tipo de enfer­ medad y a su gravedad, datos indicati­ vos del estatus social del enfermo y su familia.

En cuanto a la composición y cons­ trucción del exvoto, se puede dividir el cuadro en tres partes. A la derecha el en­ fermo, en un primer plano, ocupa mayor espacio sobre la inscripción, que el santo.

A la izquierda, en un segundo plano, la aparición de San Fausto con sus atribu­ tos típicos envuelto en una aureola. En la zona inferior se narra la leyenda que ocupa mayor espacio en la parte izquier­ da que en la derecha.

En lo que concierne al colorido, pre­ dominan los tonos oscuros debido al es­ tado de conservación y condiciones ambientales en que se ha movido el cua­ dro. Alternancia de tonos fríos, azules y blancos de la ropa del enfermo y la cama frente a las gamas cálidas de los rojos de los hábitos del santo y el dorado de la aureola. No se trata de una composición plana y se sugiere la perspectiva diagonal cuya línea de fuga sería la puerta del ex­

tremo izquierdo de la habitación, detrás de San Fausto. El espacio pictórico y la leyenda quedan demarcados por una do­ ble línea que ocuparía casi un tercio de la superficie del cuadro. El estado de conservación del mismo es regular y se puede situar cronológicamente a inicios del XVIII. En conclusión, en cuanto al esta­ mento social del devoto, se puede seña­ lar después de analizar los rasgos de la habitación: cama, decoración de la al­ mohada etc., que se trata de un exvoto promovido por miembros de la clase acomodada.

Exvoto del niño con la paloma Se trata de un exvoto narrativo de tipo retrato. En cuanto al espacio plástico, se observa una imagen central en que se representa a don Manuel de Sagardiburu

i

y Aguinaga ataviado con lujoso vestua­ rio y una paloma en la mano. Al fondo se observa un cortinaje, y a la izquierda una jarra con una planta. Consta de una leyenda que se encuentra en la zona in­ ferior del cuadro, inserta en una peana sobre la que se alza el efigiado. La le­ yenda dice lo siguiente: “ (...) Este retrato es de don Manuel Joaquín de Sagardiburu y Aguinaga, quien sus pa­ dres ofrecen a Dios nuestro señor por mediación de San Fausto No apa­

I

rece la fecha.

Se trata desde el punto de vista físico de un óleo sobre tabla cuyas medidas son 64 X 97 cm. En el aspecto formal, se

trata de un retrato de época, barroco, muy popular. En un primer plano central se encuentra el efigiado. Al fondo, como línea de fuga un cortinón y el cielo con la decoración de un jarrón sobre una ba­ randa de piedra dando una sensación de profundidad y de conocimiento de las perspectivas geométrica y aérea. En cuanto al colorido, predominan los tonos fríos, blanco-negro-azul del fondo, frente al tono vivo del rojo que ofrece el cortinaje.

Existe una demarcación, que por una parte se en­ cuentra en el pedestal so­ bre el que se asienta el niño y por otra, a la iz­ quierda, en la columna pétrea con decoración de jarrón. En este exvoto, la luz reside en el color, utili­ zándose la técnica denomi­ nada color-luz.

La composición no es pla­ na habiendo una perspectiva a partir del cortinaje del fondo, el azul oscuro, y el jarrón con la planta. Predomina un tipo de cons­ trucción y composición triangular. El estado de conservación del exvoto es re­ gular con evidentes síntomas de deterio­ ro en la policromía. Se puede datar a mediados del XVItl. En cuanto al estamento social de los promotores de este exvoto, por el trata­ miento del tema y dignidad del represen­ tado, se puede señalar que ha sido promovido por miembros de clase aco­ modada, como sucedía en el exvoto an­ terior.

Exvoto del marco ovalado Se trata de un exvoto narrativo, segura­ mente del último tercio del siglo XIX, que representa al hijo de los Marqueses de Mejorada. Tras pedir un hijo al santo, la intercesión de éste dio buenos frutos en esta familia de nobles.

Es un retrato en el que se representa a un niño de corta edad vestido con ricos ropajes que aluden a su estamento so­ cial. Es un óleo sobre lienzo cuyas medi­ das son 47 X 33 cm. Este tema del retrato se encontrará muy difundido du­ rante gran parte del siglo XIX entre las clases acomodadas con influencia del re­ trato francés de estilo Fontalnebleau. Se representa en primer plano al efigiado no apareciendo ninguna leyenda en el lienzo. Predominan las tonalidades frías azules-ocres sobre fondo oscuro. El per­ sonaje figurado presenta adornos de en­ caje en su vestido, así como en el cuello, además de un rico peinado con adornos.

En cuanto al espacio plástico, predo­ mina una distribución central con equili­ brio en la composición. El estado de conservación del lienzo es regular con saltados en una de las zonas inferiores.

De todos modos, de los cinco exvotos analizados, éste es sin duda el único que tiene un mínimo interés artístico.

Exvoto del Marqués de Elio Exvoto de tipo narrativo, cuyo espacio plástico se divide en espacio central, donde se encuentra el efigiado, y un se­ gundo espacio en el extremo inferior de­ recho que es donde se ubica una leyenda en la que se puede leer el siguiente tex­ to: “{...) Sin sucesión, por dilatados años vivió el ¡lustre y gran Marqués de Elio, pero libre se vio de tales daños al mo­ mento que a San Fausto acudió pío.

Pues, con favores célebres y extraños a su ruego, acudió tan sin desvío, que en un hijo con grata providencia eternizó su noble descendencia. Igualmente cortés que religioso, el marqués al favor agrade­ cido, le dedicó rendido y obsequioso, el retrato de su hijo esclarecido, porque del santo el garvo generoso fuese, con esta ocasión más conocido, honrando con ella con discreto acopio a Dios, al mundo, al Santo y a sí propio En cuanto a la descripción física del exvoto, nos hallamos de nuevo ante un

.1

óleo sobre tabla cuyas medidas son: 64 x 97 cm. En el aspecto formal, este retrato se ubica dentro de este tema tan recu­ rrente y difundido durante los siglos XVII y XVIII. Se representa al personaje refe­ rente en un primer plano con atuendo tí­ pico y característico de la época que denota su pertenencia a un status social acomodado.

I

tremo izquierdo de la tabla, no destaca el excesivo colorido del atuendo del retra­ tado sino todo lo contrario. De nuevo predominan los tonos fríos con el azul marino, dándose el único esbozo de con­ traste, en el tono ocre del cortinaje del fondo. Respecto a la iluminación, no exis­ te un foco de luz que ilumine la escena, ya que la luz reside en el color. En este caso, el rostro del niño y el cortinaje son las zonas que irradian mayor iluminación.

El estado de conservación es regular ob­ servándose deterioros en el lado izquier­ do y zona inferior de la tabla donde se ha perdido el cromatismo originario.

Exvoto de la campesina

I

En lo que concierne a la composición, ya se ha señalado con anterioridad que existe un predominio del espacio central, si bien el conjunto ofrece un desplaza­ miento hacia el lado derecho respecto al izquierdo, dominado por los cortinajes del fondo, la leyenda y el propio efigiado.

El eje central estaría establecido a partir del personaje representado, mientras que la perspectiva se sugeriría a través del cortinaje del lado derecho. En cuanto al color, señalar que sobre un fondo neutro, en este caso muy deteriorado, en el ex­

Se trata, desde el punto de vista tipológi­ co, de un exvoto de carácter narrativo.

En cuanto al espacio plástico hay que destacar una zona central donde se ubica la figura representada. No se conserva leyenda alguna pero hay constancia do­ cumental de este exvoto en el libro de Fausto Cucurull quien reproduce la le­ yenda, perdida en la actualidad, y que era la siguiente: “(...) Don Agustín Navarrete y Montiel y Vicenta Deuzabal y Ugarte, consortes, habiendo obtenido en el año de 1763 una hija, Vicenta Fausta (...)".

Se trata de un óleo sobre tabla cuyas dimensiones son 64 x 17 cm, siendo en esta ocasión un retrato popular de co­ mienzos del XIX que representa a la cita­ da Vicenta Fausta, en un primer plano, con atuendo de campesina, portando sombrero en la mano, correspondiente a su estatus social.

En lo que respecta a la composición, existe un predominio del espacio central, con perspectiva a través del fondo casi inapreciable y la figura femenina adelan­ tada. En lo que atañe a color e ilumina­ ción, se advierten fondos neutros.

Debido a la oscuridad, se puede hablar de monocromatismo, con un atisbo de colorido en el delantal floreado blanco y el vestido granate.

A modo de conclusión

I

Una vez analizados los exvotos de la lo­ calidad alavesa de Bujanda, se pueden establecer una serie de conclusiones extrapolables al ámbito territorial vasco e incluso al cuadrante noroeste de la Península Ibérica.

La mayoría de los exvotos de las iglesias y ermitas del norte de España son pictóricos y es­ tán dedicados a la advoca­ ción del santo patrono del lugar, generalizándose a todos los estamentos sociales e incidiendo principalmente en el estatus del donante.

Normalmente los santos a los que es­ tán dedicados los exvotos cuentan con un gran fervor popu­ lar, no sólo de los ha­ bitantes de la zona sino también de un ámbito territorial ma­ yor, como sucede en el caso de San Fausto, que sirve para unir a dos lo­ calidades tan dis­ tantes entre sí como son Bujanda (Álava) y A lgua i re (Lleida).

Otro aspecto destacable es el escaso interés artístico de ios exvotos pictóri­ cos que se pueden encontrar en estas localidades menores de la Comunidad

Autónoma Vasca. Este escaso valor con­ trasta, sin embargo, con la importancia de los exvotos como fuente indispensa­ ble para la reconstrucción de las cos­ tumbres, la vida cotidiana, las mentalidades y la religiosidad popular de la zona de estudio desde la época moderna hasta nuestros días. Por ello, no debemos desdeñar el valor etnográfi­ co y antropológico de los cuadros voti­ vos a pesar de su dispersión territorial, su mal estado de conservación y su ubi­ cación, muchas veces desconocida en recónditas ermitas o en manos de parti­ culares.

No se puede olvidar tampoco que, aunque algunos santuarios y ermitas guarden objetos votivos anteriores a 1940, éstos son pocos y todavía más re­ ducido es el número de lugares que guardan ingentes cantidades de exvo­ tos. Esto se debe a las quemas periódi­ cas u ocasionales que han sufrido este tipo de obras a lo largo de los siglos, a los robos y a la venta, en otras épocas era muy frecuente, y sobre todo, como ya se ha constatado anteriormente, a las grandes quemas durante la Guerra Civil española. Los exvotos pintados, práctica unida fundamentalmente a una época anterior a 1900, representan una gran pérdida. A pesar de todo, este tipo de objetos, juntam ente con los barcos votivos, son los exvotos anterio­ res a 1939, que encontramos más a menudo en el País Vasco.

El caso concreto de Bujanda que he­ mos expuesto en las líneas precedentes, puede servir a los estudiosos de etnogra­ fía, antropología e historia de las menta­ lidades, como inicio de estudios e investigaciones más ambiciosas, sobre este controvertido tema, más desarrolla­ do en otros ámbitos territoriales españo­ les como Castilla, Andalucía, Aragón o Cataluña.

KEPA SflJD GIL PrafBsor de la EHU / UPV

NO DEJESQUETUS REVISTASACABENASÍ-

ARCHIVADORES PARA COLECCIONAR

A V N IA

.

Puedes comprarlos a

12€

cada uno

gosfos dt Mvio no induidos^

POR FIN, HEMOS C O N SE G U ID O FABRICAR UNOS

ELEGANTES A R C H IV A D O R E S ARTESANOS EN SÍM IL P IE L C O N E STA M PA CIO N E S D O R A D A S .

PARA QUE PUEDAS CONSERVAR EN PERFECTO ESTADO T U C O L E C C I Ó N DE REVISTAS A V N I A

Haz tu p e d id o (de 10:00 a 14:00 h.)

& 945 891 976 / 688 666 203 f info@aunia.org Y si q u ieres p erson alizarlo o e n cu a d ern a rlo a tu gusto

945 396 041 / 626 751 196 ^ www.encuadernaciongil.com

altxc^i c-¿kutatuaLte/oro/ocuto/

G

f i)rliz itsas Erietxe ^Fielioterapikoa

brlii. Sanatorio Marino

y kelioterápico

/I

,/ i

Bizkaiko Foru Aldundiak 1910etik 1919ra bitartean eraiki zuen tuberkulosiak jotako umeen osasun arazo larriari aurre egiteko; Mario Camiña arkitekto probintzialari agindu zioten lana, eta Euskal Herrian dagoen wagneriar oihartzuneko vienar sezesionismoaren adibiderik burutu eta perfektuenetariko bat egin zuen.

Construido entre 1910 y 1919 por la Diputación Forai de Bizkaia para combatir el grave problema sanitario de los niños afectados por la tuberculosis, se encargó el proyecto al arquitecto provincial Mario Camiña, que realizó uno de los ejemplos más acabados y perfectos del secesionismo vienés de resonancias wagnerianas en el País Vasco.

G o riiz k o E rie tx e a e ra ikin e ra b a t m o d e rn o a izan zen, d ise in u a razion a lta su n a ri e g o k itu b a itz itz a io n : h o rm ig o i a rm a tu a . g a in a ld e iauak -s o la riu m a -, p a ra m e tro soiiak, fo rm a tu h a n diko b a o e n ja b a ria , e re m u m algu e n e tà argiz b e te ta k o e n e g itu ra k e ta , e tà abar. B oium en g a rb i b ori v ie n a r o rn a m e n ta zio z le u n tze n da,

Ei S a n a to rio d e G o rliz fu e un e d ific io

zeina le rro h o riz o n ta ie n e tà g e o m e triza zio a re n

ra d ica lm e n te m o d e rn o al co n d ic io n a r su

e nfasian ig a rtz e n den, p a ra m e tro e n

d ise ñ o a !a b ú sq u e d a d e la racion a lid a d :

b ilijz ta s u n a re n n a b a rd u ra k m a rra zte ko a zu le jo e n le rro e ta n , e tà zuri e tà u rd in a re rì ko n b in a z io a re n o n d o rio z k o kro m a tism o a n .

uso d e l h o rm ig ó n a rm a d o , cu b ie rta s planas utilizadas c o m o so là rium , p a ra m e n to s d esnudos, d o m in io d e los h u e cos d e gran fo rm a to , a rticu la ció n d e espacios fle xib le s y lle n o s de luz, etc. Este v o lu m e n (im p lo se suaviza con

HELBIDEA: G o rliz . (A s to n d o ib ilto k ia z/g).

G o rliz k o h o n d a rtz a re n a u rre z aurre.

B isitak e g ite k o o rd u te g ia : S e n d a te g ia k o sp ita i b a te k du e n b is ita -o rd u te g ia dauka.

una o rn a m e n ta ció n vienesa q u e se revela en el énfasis d e las líneas h o rizo n ta le s y la ge o m e tñ za ció n , en las hileras d e azulejos para m atizar la de sn ud e z d e los p a ra m e n to s, y en el cro m a tism o d e riv a d o d e ia c o m b in a c ió n del b ia n co co n el azul.

G orliz. (A sto n d o ib ilto k i s/n}.

F rente a la playa d e G orliz.

H o ra rio d e visitas: El S a n a to rio fu n cio n a co n h o ra rio d e visitas d e h ospital.

J '

HURBIL OAUDEN BESTE TOKIINTERESGARRIBATZUK:

OTROS LUGARES DE INTERÉS CERCANOS: ERMITA DE ANDRA MARI (GORLIZ).

IGLESIA DE LA PURÍSIMA CO NCEPCIÓ N (GORLIZ).

BATERÍAS DE C AÑO NES DE C ABO VILLANO (GORLiZ).

e xto « CECILIA ARRDZARENA

7

No tuvieron los Aretxabala de Gordexola (Bizkaia) en tierras cab an as ni buen com ienzo ni buen final.

Abandonaron tierras parcas y juiciosas, para hacerse ricos en las A ntillas a base de trabajar con azúcares y alcoholes- Fueron los dueños del ron y de los caram elos, hasta que la Revolución Cubana co­ m an d a d a por Fidel Castro vino a hacer cuenta rasa de m uchas cosas anterio­ res. Sin em bargo, en Cuba y en todo el m undo se sigue consum iendo el ron de los Aretxabala.

é 'K [a f o t o Á t U Áobit p ^ Í K A AM-teVÍOV;

I-A C ^ r iÁ ^ Á , b o iiÜ A Á ¿ [

po5A con.

uhá

popuU r roK A v e^ M

O o íé A v e -tK A b A U

^d

Club

En 1878, en la cubana ciudad de Cárdenas, José Aretxabala Aldama fundó la industria La Vizcaya, que así se llamó en un principio, antes de adoptar la em­ presa el apellido del fundador, escrito en grafía castellana -Arechavala-, siguiendo la costumbre de la época.

José Aretxabala, natural de Gordexola, había llegado en un bergantín a La Habana con la intención de trabajar en los almacenes de Julián de Zulueta.

Corría el mes de diciembre de 1862 y contaba tan sólo con 15 años. En 1878, dieciséis años después de su llegada, el emprendedor José ya había establecido su propia empresa, La Vizcaya, operando con un pequeño alambique en el pueblo de Cárdenas. Pronto se convirtió en una de las mayores destilerías de la isla con una producción de ron de la mejor cali­ dad: el conocido Havana Club.

En aquella época Cárdenas era una ciudad nueva, próspera, llena de activi­

honor al pueblo en el que vio por prime­ ra vez la luz.

Pero fue su apellido, el que fue nom­ brando cada vez más cosas, a medida que aumentaba su éxito empresarial y fortuna. Hubo incluso un teatro llamado Arechavala en Cárdenas, edificado en 1919 y demolido en 1963.

dad comercial, con ferrocarril, puerto muy laborioso y millonarias nuevas for­ tunas. El negocio creció y la compañía era tan fuerte que pudo seguir prospe­ rando a pesar de sufrir los terribles que­ brantos que produjo el ciclón de 1888 y que tantas empresas desbarató.

José Aretxabala publicó asimismo una revista local llamada Gordejuela en

En 1921, la compañía adoptó el nombre de JoséArechabala. S.A. y para aquel en­ tonces el joven muchacho que acuciado

por la necesidad se habían embarcado años atrás hacia Cuba, ya era conocido como "don José". Cuando se convirtió en su primer presidente, ya contaba con 77 años de edad. Es por ello, por la edad, por lo que delegó las labores de dirección de la compañía en manos de su yerno, José Aretxabala y Sainz.Tan sólo dos años más vivió José el fundador, ya que falleció el 15 de marzo de 1923. Con su muerte, dará comienzo de una cadena de trage­ dias que llegó a desolar la familia, hasta ahora plena de bienestar y felicidad.

Al año siguiente, en 1924, unos se­ cuestradores que buscaban el pago de un buen rescate asesinaron al yerno sucesor.

Le sustituyó otro yerno, Gabriel Malet y Rodríguez, aunque falleció también, en plena juventud, dos años más tarde.

Poco después, la hija del José llegado de Cordexola, viuda del primer yerno, el asesinado, también se convirtió en blan­ co de extorsionistas que la amenazaban con violencia.

En esa ocasión la policía pudo captu­ rar a los criminales. Para ello, un agente se disfrazó de mujer haciéndose pasar por la hija, quien había acordado reunirse con ellos efectuar un pago con el que comprar su tranquilidad.

A pesar del éxito policial, todo pare­ cía había cambiado y cada vez veían más amenazado su bienestar, no sólo en la población de Cárdenas sino en toda la isla. Por ello, atemorizados por tanta des­ gracia, la mayoría de los herederos deci­ dieron volver a Europa, recibiendo allí sus dividendos, producto de las operaciones que la industria Arechabala, S. A. seguía haciendo en las tierras cubanas. Pero no todo acaba ahí...

Veinticuatro años antes, don José ha­ bía traído a trabajar con él a su sobrinonieto y ahijado de 12 años, José Fermín Iturrioz y Llaguno, conocido en todos los ámbitos con el diminutivo de "Josetxu'’ -escrito "Josechu", con la grafía castella­ na habitual en la época-, para poder así distinguirlo del José fundador. Josetxu

A quier» d esco n o z ca cóm o se fa b ric a el ron hay que in fo rm a rle q u e se e la b o ra a p a rtir de la c a ñ a de az ú car. La m ie l de p u rg a re su ltad o de la c ris ta liz a c ió n del a z ú ca r se tra s la d a de1 in g e n io a la f á b r ic a de ron, y se le a ñ a d e u n a dosis de le v a d u ra q u e g a r a n tic e la fe rm e n ta c ió n a lc o h ó lic a . En g ra n d e s a la m b iq u e s se d e stila n los alcoholes y a p a re c e el a g u a rd ie n te p rim a rio de 75 grado s. El a g u a rd ie n te se g u a rd a en b a rrile s de roble b la n co d u ra n te dos años co m p leto s, y es en to n ces c u a n d o se m e z c la con a g u a y c a ra m e lo y se d e ja re p o sa r d u ra n te otros 365 d ías en la q u ie tu d im p e rtu rb a b le de los to n e les de m a d e ra , a lm a c e n a d o s e n e s p e c ia le s c o n d ic io n e s de te m p e ra tu ra y p e n u m b ra . Es ah ora cu a n d o se d e c id e el tip o de ron, p a r a a ñ a d irle c ie r ta c a n tid a d de ron m a d re y d a rle el tie m p o de reposo co rre sp o n d ie n te . Las v a ria n te s p rin c ip a le s d el ron son el c a rta b la n c a , de tres años, tra n s p a re n te , el c a rta oro d e c in c o años, de to n a lid a d d o ra d a , y el ron añ e jo , q u e h a b rá e n v e je c id o d u ra n te siete años y h a b rá a d q u irid o un co lo r á m b a r oscuro.

\ avano LClub F

era fruto del matrimonio entre una so­ brina de "don José", Juana Llaguno y Aretxabala y el mayordomo de los alma­ cenes de la compañía, Fermín Iturriotz Mitxelena. La pareja contrajo matrimo­ nio en 1889 y tuvo cinco hijos.

Pero, por desgracia, Fermín Iturriotz murió en 1903, dejando viuda y cuatro pequeños hijos a su cargo, ya que uno de ellos también había fallecido. Josetxu era el mayor de aquella chavalería, por lo que le tocó espabilar a pesar de su tem­ prana edad. Así, con tan sólo 13 años, Josetxu ya asumió a todos los efectos el papel de "hombre de la casa”. Con 17

empezó a trabajar con su padrino y fue el hombre que la familia escogió para to­ mar las riendas de la compañía en 1926, al morir Gabriel Malet y Rodríguez, el se­ gundo de los yernos dirigentes.

Para aquel entonces, en el período comprendido entre "Don josé" y "Josetxu", la coyuntura económica había cambiado radicalmente. Eran momentos de crisis y la población de Cárdenas había decaído notablemente desde finales del siglo anterior. Dos eran las razones princi­ pales de tal declive. Por un lado, no tenía un puerto adecuado, dada la poca pro­ fundidad de la bahía. Así, a medida que

SE M IA U T O R ÍD A D Y MALHECHOR La p T im era causa, c r im in a l de la que se tien e n o tic ia en el Ju z g ad o de Colón, fue un p ro c e d im ie n to d irig id o poco d espués de c o n stitu id o el Ju z g ad o por el Ju ez Luis de A ld a c o n tra un a g e n te in fie l de la Ju s tic ia . Era este un vizcair>o lla m a d o Luis de A rre c h a v a la , q u e e je rc ie ra desd e a lg ú n tiem p o antes, con el g rado de Cabo, el m a n d o de los g u a rd a s m u n ic ip a le s que la te n e n c ia del Gobierno de C árdenas m a n te n ía p a ra g u a rd a r el orden en la zona de Nueva B e rm e ja , que lu eg o se lla m a r ía Colón.

O currió q u e el c o m e rc ia n te m á s a n tig u o que tuvo Colón, don Ju a n Gorostiza, m u rió in te stad o y sin d e ja r p a rie n te alg u n o co n o cid o . El Ju z g ad o , al q u e se dio c u e n ta , por p rim e ra p ro v id e n c ia , cla u su ró el e s ta b le c im ie n to y, no en c o n tra n d o d e p o sita rio de las m e rc a n c ía s m á s q u e el in d ic a d o , d esig n ó com o tal al p a is a n o del m u e rto y " s e m ia u t o r id a d ” y a m e n c io n a d o .

Luis de A r re c h a v a la que v io la B od eg a, d onde antes c o m p ra b a por “ c u a rtillo s y c h ic o s ” , e n te ra a su d is p o sició n , no pudo re sis tir a la p od erosa te n ta c ió n q u e lo a g u ijo n e ó y, al p rin c ip io tim id a m e n te y desp ués con im p u d ic ia que tra sc e n d ió p ú b lic a m e n te , fue s u strayen d o la s m e rc a n c ía s q u e se h a b ía n puesto b ajo su cu sto d ia. C onvicto d el feo d e lito , Luis de A rre c h a v a la fue s e n te n c ia d o a p risió n , pero c a re c ié n d o s e de c á rc e l to d a v ía , don Luis de A ld a solucionó el a p rie to m a n d a n d o a su tocayo al cep o que e x is tía en la f in c a m ás c e rc a n a ...

Así lo c u e n ta P e la y o V illa n u e v a en su h isto ria de Colón, a ñ a d ie n d o q u e Luis de A r re c h a v a la logró es ca p a rse del c a u tiv e rio , se g u ra m e n te con a y u d a de a lg u ie n , y n u n c a m ás se supo de él.

El cep o, d ich o sea de paso, e ra un g ra n tab ló n con ag u jero s en los c u a le s se in tro d u c ía el p ié , la m a n o o la cab e z a del reo ca s tig a d o . Con fre c u e n c ia e ra n los p ie s los p ren d id o s, y en ese caso, el a ju s tic ia d o d e sc a n s a b a sobre la e s p a ld a o sobre el p echo y el v ie n tre . El c a s tig o se c o n v e rtía en s u p lic io , d eb id o a la c lim a to lo g ía d el lu g a r, en la m e d id a en q u e se p ro lo n g ab a.

I

las naves iban creciendo en tamaño y ca­ lado. el puerto se quedaba cada vez más obsoleto, obligando a las líneas maríti­ mas a dejar Cárdenas a un lado en favor de los puertos de (Matanzas y La Habana.

Para no perder poderío comercial, se co­ menzaron a usar barcazas para cargar las naves mercantes, atracadas éstas fuera del puerto, pero con ello también se in­ crementaba demasiado el costo. Desde la

época colonial se habían trazado planes y se habían hecho esfuerzos para profundi­ zar el puerto de Cárdenas, pero la obra nunca se había llegado a ejecutar.

La segunda de las razones de la deca­ dencia local fue el hecho de que los Estados Unidos -el principal cliente de ron- se encontraban inmersos en la pro­ hibición de bebidas alcohólicas, más co­ nocida como la "Ley Seca", y que duraría

'

« ..V ,

B - .1

m \

-¿ r .

ÍSPI

casi tres lustros, desde 1919 has­ ta 1933.

Aunque la empresa Arechabala S. A. tenía sus propios muelles, a ella tam ­ bién la afectaban las limitaciones natu­ rales impuestas por la poca profundidad del puerto. El resto de los muelles de Cárdenas eran viejos, estaban en mal es­ tado y tiritaban infestados de ratas. Su ron se vendía con éxito en todo el mun­

do aunque, como se ha dicho, acusaba en buen grado la prohibición estadouni­ dense. Éste era el mundo, nada boyante, que heredó en 1926 el inquieto Josetxu Iturriotz; así es que, nada más tomar ta dirección de la compañía, trató de refor­ marlo a su manera.

á

^•- '.

.1

r

■ '

,"■•

'

■ / •

.•

• '

•. ,..'-s.;

f-

.k.-í'-’--.;- X

V".vrv/i A:-,vrV/i •'5/>''-"V' •^^--

■fit' '■“.'e^ ■J^^^Z*~-^-''jl''^ •

____

•"

^ - • '■ ’

'.r-V i^^ -rO ^f.-

• •v'.- ■■•r

:■*.• ■.. ., . '■ -iii'.: «iü\' - V ■ ■ • ••-■ •• ' tT*' ■ ,•- • --•« ..í-i-..''l\.- .*

•

'f- •..--/-

i^ g í^ ít/ v

^ » ^ 5 ^ S ír - .V V :-

-• '• • s ' !-•.' , i'-e-J. •'.

I

£•1 twbitmAilco

J^ o 5

(]o5on¿, tí^^A'CAÁt'Co

c ^ rA W -d o s

^ d e-xílio á

El 1 de septiembre de 1933, Cárdenas había sido azotada, una vez más, por un terrible ciclón que causó una treintena

de muertos y cuantiosos daños m ate­ riales. Las instalaciones de Arechavala, no fueron una excepción y sufrieron ta­ les destrozos que prácticamente obliga­ ron a su reconstrucción. Al poner acometer la restauración de la compa­ ñía, José Iturrioz asumió, por su cuenta y riesgo, la construcción de un puerto moderno y permanente para aquella

población. Así, Arechabala, S.A. movilizó grandes capitales en ingeniería y equi­ pos, y la mano de obra necesaria para llevar a cabo esta inmensa obra.

Comenzó en 1939 comenzó la de dra­ gado del puerto y construcción del es­ pigón, trabajo que proporcionó al pueblo de Cárdenas el malecón y litoral actuales. No cabe duda de que la dero­

gación de la Ley Seca americana en 1933, sería uno de los mayores alicien­ tes para motivar a aquel decidido Josetxu.

En los años 40, casi a la par que las obras del nuevo puerto, la compañía li­ derada por aquel avispado director, apro­ vechó la oportunidad de contratar con el gigante de caramelos norteamericano Charms la construcción una gran fábrica de caramelos en Cárdenas, para surtir el consumo en Cuba y en Estados Unidos.

Para hacernos una idea del volumen del negocio, tengamos en cuenta que, du­ rante la Segunda Guerra Mundial, llega­ ron a trabajar hasta 1.024 personas en esa fábrica, para satisfacer el insaciable gusto por las confituras que se apodera de la población de cualquier país en gue­ rra.

Además de las instalaciones para la elaboración de los caramelos, se habían edificado otras nue­ vas grandes soleras para atender no sólo el añejamiento de millones de litros de ron, sino también para aten­ der la gran variedad de productos que ya acometía aquella destacada Arecha­ bala, S. A.: azúcar re­ finado, ron Havana Club, brandy Relicario, cremas Arechabala, ver­ mouth Quirinal, coñac Arechabala, ron Caña, alcohol natural, combustibles... sin olvidar que fue empresa pionera en el uso de bagazo -desecho de la caña- como material pri­ ma en la fabricación del papel.

Era una de las más antiguas refine­ rías de azúcar de Cuba y una de las de mayor producción y dotada con los equipos más modernizados cuando fue estatalizada en los primeros años 60 por la revolución socialista liderada por Fidel Castro.

i 85

I

"Vivir como Carmelina”, es una frase co­ loquial en Cuba y hace referencia a 'vivir en la opulencia, con grandes riquezas’. Al perecer, tiene su origen en la vida de os­ tentación y derroche de Carmelina Aretxabala, nieta del industrial vasco que hiciera fortuna en Cárdenas a fines del siglo XIX y principios del XX. A diferencia de su abuelo y de su padre, que eran austeros, laboriosos y creativos a pesar de ser dueños de grandes destilerías de roñes y aguardientes, de astilleros, de terminal marítima con líneas propias de travesía y cabotaje, y de otras fábricas, Carmelina se dedicó a la vida elegante, frívola y al derroche descontrolado gra­ cias a los capitales que manaban de los ingentes negocios de su familia.

En 1942 se había inaugurado en la playa de Varadero el parque-retiro Josone, bajo los auspicios de José Iturrioz,

administrador de la ronera Arechabala S.A. de Cárdenas. Se convirtió en una de las propiedades más apreciadas de la ya bastante estimada península de Hicacos.

Hay árboles con sombra, cocoteros, una laguna artificial donde pasean los botes a la vista de aves acuáticas que nadan mansamente y estatuarios fla­ mencos rosados. Josone, nombre que es el resultado de unir las primeras letras del nombre del propietario Josetxu Iturrioz con los de su esposa. Onelia.

Derrotada la gran burguesía, y requi­ sada la hacienda por la revolución castrista, el parque Josone serviría de albergue a líderes políticos de visita en Cuba como Salvador Allende o Leonid Brezhnev. Hoy es uno de los principales ámbitos del polo turístico de Varadero, sin que apenas nadie sepa del origen de su nombre.

Los días de Josetxu Iturrioz finaliza­ ron en Nueva York, en donde falleció el primero de enero de 1969. Residía allí desde que huyese de la revolución. Dicen que vivió sus últimos años obsesionado por los recuerdos y por la frustración ha­ ber visto finalizar así aquel proyecto fa­ miliar. iniciado por el muchacho, José Aretxabala, que un siglo atrás abandona­ se con tan sólo 15 años su Gordexola natal para aventurarse en el próspero mundo de ultramar.

Hoy nada más nos queda que el ron. el elixir regalo del cielo que une a afortu­ nados y desafortunados y que, por razo­ nes de mercado, mantuvieron los nombres originarios de Havana Club y Arecha, forma con la que se abrevió el originario apellido Aretxabala.

Hay isleños que dicen que su ron blanco es luz destilada, y sol líquido el ron oro. La marca Havana Club, en sus diversas modalidades, lidera las exporta­ ciones cubanas de ron. En las bodegas y roneras populares, en cambio, se consu­ me desmedidamente la marca Arecha...

CEClUA ARROZARENA

Laudio aurpegi politaz Llodio una nueva imagen

La u d io ^ Llo d io

a

i

a

r

a

l

d

e

a

c

o

m

komunikazioielho.-

^

A rtziniega M U SEO A

- Jf.: S Í T n# ^ ^ ri_ .

»

■ Jj|^ ? S L 3 % "iíl"

i

15 Í 2

^ ^ P V R is e o

de los sentidos C/ Arteako Aidapa. 12 • 01474 ARTZINIEGA «Araba - Álava Tel.: 945 396 210 E-mail: artziniegamuseo@euskalnet.net • www.artziniegamuseoa.org

.

líü tríí?..

Asesoría • FISCAL • LABORAL • CONTABLE • JU RID IC A E ST R E LLA SEG URO S

www.elkarlan.com Correduría de SEGUROS x

3

y

INM O BILIARIA

ELKARLAN U&P

E ST R E L L A SEG URO S

asesores

Tel. V Fax: 946 722 137

Foru Kalea, 2 - AMURRIO Tel.: 945 393 351 / 891 596 •Fax. 945 393 362

Lam uza,12 • LLO D IO

Touran.

Con todo el espacio para todo la familia.

Touran Edition TD1105 C V BlueMotíon.

Touran

s

Gama Touran: consum o m edio (1/100 km): de 5,3a6,L Emisión de CO} (g/km): d e 140 a 193. M odelo visualizado: Touran Advance con opcionales.

Oaraje Vas Irítxusi, 1 - Tel. 945 890 334 - 01470 Amurrio

- ••

'

::Kh

*V**

W ,i

I

I

'jesv'-

La historia reciente de ta humanidad está escrita en los libros que ocupan los polvorientos estan­ tes de nuestras bibliotecas. Los viejos y estro­ peados manuscritos con­ servados en los museos nos trasladan a sociedades más antiguas, e incluso, el arte rupestre o los restos antropológicos de nuestra especie nos pueden dar una idea sobre la forma de vida de nuestros antepasados más lejanos.

En cualquier caso, la historia eso ita nunca va más allá de algunos miles de años y los restos humanos más antiguos pueden lle­ gar a unos pocos millones, apenas un 0,1% de la historia de nuestro planeta.

Nuestra especie es una mera anécdota en la historia geológica, una anécdota intensa y violenta, pero solamente una anécdota. ¿Q ué sucedió antes? ¿Cómo era la tierra antes de la expansión de nuestra especie? El registro rocoso de nuestro planeta representa un gran puzzle que forma la mayor enciclopedia de historia jamás escrita.

Diez kilómetros de acantilados ininterrumpi­ dos, 50 millones de años de historia protegidos en el “ Biotopo Litoral Deba Zumaia" constituyen una de las grandes maravillas de la geología internacio­ nal y atraen anualmente a numerosos científicos que buscan comprender el funcionamiento de nuestro planeta en el pasado.

Este gran libro se caracteriza prime­ ramente por su vistosidad y por sus di­ mensiones espectaculares, aunque el interés principal del mismo se encuen­ tra en la información que contiene.

Entender la dimensión de este aflora­ miento nos sumerge en un mundo de proporciones geológicas y nos ayuda a comprender cuestiones actuales desde un punto de vista diferente y sorpren­ dente. Toda una cura de humildad, en un apasionante viaje en el tiempo geo­ lógico.

Pero, ¿qué son estas capas? ¿Cómo se formaron las páginas de nuestro libro? ¿Qué información guardan?

I

LOS 8 KILÓAAETROS D E ACANTILADO REPRESENTAN U N GRAN LIBRO D E HISTORIA PA RA GEÓLOGOS D E TODO EL MUNDO

niSI

m s m É rn

La formación del gran libro de historia La geometría planar de las rocas, su composición carbonatada y la presencia de fósiles marinos en las mismas apunta ya pistas muy evidentes sobre su forma­

ción. Las capas del Flysch se formaron por decantación lenta y continua de se­ dimentos en el fondo de un mar profun­ do. Esta decantación fue amontonando grandes cantidades de sedimentos en capas horizontales que se fueron poco a poco acumulando en el lecho marino.

Este modelo implica que la zona de Zumaia, y por extensión todo el País Vasco, se encontraba sumergida bajo las aguas del mar, lo cual no nos debe de sorprender si tenemos en cuenta que el levantamiento de la cadena pirenaica es relativamente reciente. Durante el Cretácico y hasta el Terciario medio, la zona pirenaica estaba sumergida bajo el mar y los sedimentos provenientes del continente europeo y la Península Ibérica y los organismos marinos se iban depositando lentamente en el fondo marino. Durante el Terciario la Península Ibérica comienza a mo­ verse empujada por gran­ des fuerzas tectónicas y este movimiento, lento pero poderoso, provoca el choque entre la placa ibérica y el continente europeo.

Este gran accidente comprime, deforma, rompe y levanta todos los sedimentos que se habían depositado en el fondo marino, dando lugar a la cadena pirenai­ ca y a los Montes Vascos.

Este coloso levantamiento es pues el responsable de la emersión y la vertica­ lidad del Flysch de Zumaia. La lectura de los sedimentos acumulados en estos fondos, hoy convertidos en capas del Flysch, nos proporcionará una informa­ ción muy valiosa para entender todos los cambios climáticos, biológicos o geológicos sucedidos durante aquel lar­ go e intenso periodo de tiempo.

Por eso, leer el registro geológico es viajar en el tiempo e imaginar paisajes ya extinguidos que formaron nuestro entorno mucho tiempo antes de la apa­ rición de nuestros primeros antepasa­ dos.

i

EL FLYSCH DE ZUM AIA H A SIDO U N A SE C aÓ N REFER EN TE PARA EN TENDER LA BRUSCA E X T IN a Ó N DE LOS AMONTTES

Los fósiles: protagonistas de la historia

I

Cuando los organismos marinos mueren, sus caparazones caen lentamente hacia el fondo y van acumulándose en los le­ chos marinos, constituyendo así uno de los componentes principales de estas ca­ pas. Sus fósiles son hoy los personajes que permiten leer la larga historia escrita en el Flysch de Zumaia: una historia de vida y muerte, de paz y de guerra, de pa­ sado y presente.

Aunque los grandes fósiles de amonites, inocerámidos y equínidos sean los más vistosos, hay que tener en cuenta que la gran mayoría de los caparazones pertenecen al mundo de los microfósiles, más concretamente a los foraminíferos

planctónicos y bentónicos y a los nanofósiles cacareaos. Las diferentes especies de estos microfósiles van apareciendo y des­ apareciendo a lo largo de las capas, como si fueran los personajes de un libro que aparecen eri momentos puntuales de la novela para cumplir su función en la his­ toria y después desaparecer. Cada una de estas especies marca unas condiciones ambientales determinadas, y por lo tanto su evolución en el afloramiento permite reconstruir tendencias ambientales pasa­ das con bastante fiabilidad.

Existen también algunos personajes enigmáticos que han dejado sus huellas en las rocas, pero que apenas sabemos nada más de ellos. Estas huellas, conoci­ das como icnofósiles, representan los rastros y las trazas de los pobladores de aquellos fondos marinos cuando se des­ plazaban, alimentaban o escarbaban en

el sedimento. Estas curiosas trazas sor­ prenden muchas veces por la perfección de su geometría y por la variedad de for­ mas y tamaños que presentan.

LOS MICROFÓSILES SON LOS PERSONAJES PRINCIPALES DE N UESTRA HISTORIA. GRACIAS ELLOS PO D EM O S RECONSTRUIR TENDENCL2 lS AM BIEN TALES DEL PASADO

Una ciclicidad ¿climática? muy sospechosa El comportamiento del clima en la tierra representa uno de los temas de mayor interés en ia sociedad actual. El calenta­ miento progresivo que está sufriendo nuestro planeta ha desatado todo tipo de interpretaciones y ha despertado un gran interés en la sociedad, no en vano, este problema se plantea desde las institucio­ nes y los medios de comunicación como uno de los mayores retos del siglo XXI. El análisis del problema actual se pue­ de abordar desde muchas perspectivas diferentes, e incluso los mismos datos pueden ser interpretados de forma casi antagónica. En cualquiera de los caso, la mayoría de estos análisis se realizan con una escala temporal humana, lo cual li­ mita mucho la comprensión global de un fenómeno como el clima que lleva fun­ cionando millones de años en la tierra.

El estudio de las rocas nos dice que el clima era mucho más cálido en el Cretácico, el Paleoceno y el Eoceno, perio­ dos que comprende el Flysch de Zumaia.

Gozábamos de un clima más o menos tropical donde se formaron grandes arre­ cifes de coral, cuyos restos fósiles confor­ man hoy la mayoría de nuestras grandes montañas: Txindoki, Aizkorri, Anboto...

Además de este clima cálido general los fondos marinos donde se depositaban las capas del Flysch recogieron una ciclici­ dad sospechosa. La zona de punta Algorri

LAS TRAZAS FÓSILES REPRESENTAN HUELLAS DE M OVIM IEN TO 0 AUMENTACIÓN DE ENIGMÁTICAS CRIATURAS <?UE POBLABAN LOS FONDOS M A RIN O S

(Zumaia), definida por las calizas y mar­ gas del danés, representa un ambiente de sedimentación muy tranquilo, donde la decantación fue principalmente autócto­ na. Así, la mayor o menor decantación de sedimento terrigeno o pequeños capara­ zones planctónicos responde básicamen­ te al clima existente en cada momento y define una sucesión de calizas y margas cíclicamente intercaladas en tres niveles

MONTAÑAS CALCÁREAS COAAO ITXINA EN OORBEIA ESTAN F0BAf\ADAS POR ANTIGUOS A RRECIFES DE CORAL. QU E ATESTICJUAN UN C U M A M A S c a l i d o e n EL PASADO

á

de ciclicidad fácilmente apreciables cada 20.000, 100.000 y 400.000 años. Los ci­ clos de 20.000 años están definidos por cada pareja de caliza / marga que se repi­ ten constantemente formando grupos de 5 parejas que definen tos ciclos de 100.000 años y que se a su vez se repiten firmemente mostrando tendencias cícli­ cas cada 400.000 años, éstas ya más difí­ ciles de apreciar a simple vista.

Esta triple adicidad se relaciona clara­ mente con los ciclos astronómicos de pre­ cesión y excentricidad definidos por Miiankovitch. La interacción de estos mo­ vimientos controla la orientación y la dis­ tancia entre la Tien-a y el Sol y ejerce un control capital en el clima de la tierra, dan­

do como resultado una ciclicidad climática que hoy en día vemos reflejada en las ac­ tuales glaciaciones e interglaciaciones.

El tiempo geológico El registro geológico no muestra que la historia no es siempre gradual y agrada­ ble. Largos periodos de calma se ven in­ terrumpidos por grandes catástrofes que cambian el sentido de la historia y sirven

LA CICUCIDAD DE LAS CAPAS DURAS Y BLANDAS ESTÁ CONDICIONADA PO R LOS CICLOS ASTRONÓMICOS DE MILANKOVTTCH, ÇU E CONTROLAN EL COM PORTAMIENTO CLIMÁTICA DE LA TIERRA

La extinción de los dinosaurios

a los geólogos para dividir el tiempo geo­ lógico en diferentes capítulos. En este sentido el Flysch de Zumaia es un refe­ rente internacional de primer orden, ya que guarda entre sus capas, cuatro even­ tos importantes que marcan cuatro lími­ tes geocronológícos; el famoso límite K/P (Cretácico-Terciario), definido por la extinción masiva de los dinosaurios hace 65,5 millones de años; el reconocido lí­ mite PE (Paleoceno-Eoceno), marcado en este caso por un gran calentamiento global del planeta hace 55,8 millones de años, o los recientemente definidos estratotipos del Daniense-Selandiense (60,5 m. a.) y Selandiense-Thanetiense (58,7 m. a.).

El límite Cretácico-Terciario (K/P) de Zumaia, situado en la cala de Algorri y datado en 65,5 millones de años, está definido por una fina capa arcillosa y os­ cura que marca un cambio paleontológi­ co muy importante. Las capas situadas por debajo de este nivel, contienen amonites y multitud de especies dife­ rentes de microfósiles como reflejo de la rica biomasa existente durante el Cretácico. El nivel oscuro, de unos pocos centímetros de grosor, marca un des­ censo brusco y muy pronunciado del re­ gistro paleontológico ya que cerca del 75% de los foraminíferos planctónicos y los amonites se extinguen y desapare­ cen para siempre. Las capas posteriores del paleoceno muestran una progresiva recuperación con unas pocas especies

EL LÍM ITE KT ESTÁ REPRESENTADO POR UNA HNA CAPA D E COLOR NEGRO CON ALTO CONTENIDO EN IRID IO QUE NiARCA LA EXTINCIÓN D E M.ÁS DEL 70% DE LOS FORA M lN tFEROS PLANCTÓNICOS RECONOCIDOS HASTA ENTONCES

1

f' 1

Ás

I

.

t ti ,,

í ■

yy

;

% :■

¡.

H*'

supervivientes cretácicas, algunas espe­ cies persistentes que apenas tenían im­ portancia en el cretácico y que se expanden ahora ocupando nichos ecoló­ gicos vacíos y sobre todo una progresiva aparición de nuevas especies terciarias que antes no existían.

La fina y oscura capa arcillosa que marca esta extinción tiene la respuesta a este enigma ya que contiene elevados porcentajes de iridio, microesférulas ricas en níquel y hollín en su interior. Estas anomalías sugieren que esta catástrofe biológica tuvo algo que ver con el im­ pacto de un gran meteorito que provocó una serie de cambios ambientales que la mayoría de las especies, no pudieron so­ portar y desaparecieron para siempre marcando un límite entre dos épocas geológicas: el Cretácico y el Paleogeno.

La extinción masiva del K/P es la quinta gran extinción reconocible en el registro fósil y es posiblemente la más

conocida porque supuso el final de era de los reptiles, incluidos los dinosaurios, y el comienzo de la era de los mamíferos.

Ha habido cuatro grandes extinciones anteriores, entre las que cabe destacar la tercera, definida por una extinción masi­ va brutal que acabo con más del 95 % de las especies del planeta y que definió el final del periodo paleozoico. Actualmente la biodiversidad esté sufriendo una gran crisis que algunos autores ya empiezan a llamar la sexta gran extinción. Perder biodiversidad es perder vida.

':î % '/ * lvrîi

IA CAIA D E ALGORRI GUARDA UNO DE LOS MAYORES TESOROS DEL AFLORAMIENTO. EL LÍM ITE C R E TA aC O TERCIARIO

El gran calentamiento de la Tierra Diez millones de años después de la gran extinción masiva del K/P la tierra sufrió uno de los mayores y más rápidos calen­ tamientos de la historia geológica. Este evento, reconocido a escala planetaria, provocó serios cambios en la distribución global de carbono, en la composición oceánica y su circulación y en los ecosis­

temas, que se tuvieron que adaptar a las nuevas condiciones reorganizando su distribución. De hecho, este gran calen­ tamiento tuvo un impacto biòtico muy importante tanto en comunidades mari­ nas como terrígenas, provocando por ejemplo importantes migraciones de mamíferos hacia el Norte o una extin­ ción importante de bentónicos.

Este gran calentamiento quedó fiel­ mente registrado en los fondos marinos que hoy conforman las capas del aflora­ miento de Zumaia. El lím ite P/E se sitúa

I

en la mitad de la playa de Itzurun, cerca de las esculturas talladas que dan entra­ da a la playa y está definido por un tra­ mo arcilloso de color rojizo de unos 4 metros de espesor. El análisis detallado de este tramo muestra una serie de ano­ malías que definen claramente el límite P/E. La capa arcillosa tiene la peculiari­ dad de no contener apenas caparazones de organismos marinos (caída brusca del CaCOg) y de presentar cambios isotópi­ cos muy importantes, ya que los isóto­ pos de y caen bruscamente. En relación a estos cambios composicionales se pueden apreciar también variacio­ nes bióticas importantes en los microfósiles contenidos en la capas, ya que estos sufren importantes redistribu­ ciones e Incluso extinciones importan­ tes.

Parece que la intrusión de grandes cantidades de lava en el mar del norte

hace 55,5 millones de años descompuso materia orgánica del fondo del mar emi­ tiendo grandes cantidades de CH^, que al pasar a la atmósfera creó un gran efecto invernadero que provocó uno de los ma­ yores calentamientos de la historia del planeta. Algunos expertos indican que hoy estaríamos en los primeros estadios de un calentamiento similar. La tempe­ ratura ha subido aproximadamente un grado centígrado en el último siglo y la historia nos muestra que este calenta­ miento puede ser aún mucho mayor. Ya ha sucedido otras veces y las consecuen­ cias han sido severas.

Leer el registro rocoso y aprender del pasado es sin duda la mejor herramienta para entender el presente e incluso para prevenir el futuro.

ASIER HILARIO DROS Director científico del biotopo litoral Deba Zumaia

■il / i l j i i i y ¿ J j j - i i i p í J i f í i ü 'J J i í J G i ; } jp jia 3 ii> ■ UHII>.l\».clnii»Ji’>HKqi\t’HrH

^

P

TUBACEX

@

f

•

I n i’J / i ( ) / 7 ( / / ( l e c . ì n ì I s r U i s

CO N SU LTA M O D E L O S Y P U N T O S D E V E N T A EN w w w . n o n d lk . c o m

TUBACEX

LIDER EN TUBO INOXIDABLE SIN SOLDADURA

Egizu turismoa Aiarako bailaran 0

Visitas Guiadas: Txakolinería “ Arabako Txakoiina” Destilerías “Manuel Atxa”

bisita gidatuak/bisitas guiadas; KULTURA/CULTURA Artziniega, Quejana....

IPAR N ATU R Erekin balera Aiara ezaguíu.

Erreserbak / Reservas; 945 393 704 - 620 504 570

Historia Ezagutzeko Zentroa Ugao-IVliraballes Centro de Interpretación Histórica

K o n td ktu o /C o n ta cto

946 480 704 kultur-etxeci.ugcio@bizk£)ict.org

www.ugao-miraballes-museoa.org

OROZKO

1785-2010

Aurten Orozko udalak henria Bizkaian sartu zeneko 225. urtea ospatzen du. Horren gorazarrez, hainbat ekitaidi antolatuko du eta zeu ere partaide izatera gonbidatzen zaitu.

El ayuntamiento de Orozko conmemora este año el 225 aniversario de su irworporaclón a Bizkaia, Para ello ha organizado una serie de actos en los que te Invita a participar.

texto y fotos « FELIX \

W

"

V

' '

■ ■* ■-

EL CASERÍO G0IA5K0 EN EL BARRIO DE IZARDUI. LAUOlO

reN A

Por su abundancia V

diversidad,

podría afirmarse que eL conjunto de rituales populares constatados en Eushal Herria es innumerable, por no decir prácticamente infinito.

Sin embargo, en la práctica desconocemos la mayoría de ellos, va que son muy pocos los que consiguen un acuño en la documentación escrita.

r el ^ t r a r io , losjrituales suelen que­ dar re B a d o s a ambientes familiares siend«ransm itidos, de generación en ción, exclusivamente por la vía oral, con los riesgos de pérdidas, trans­ formaciones, inexactitudes ^ que ello conlleva. Sin embargo, existen excepcio­ nes.

Una de ellas es la que trataremos a continuación: la de los rituales o actos de posesión y que, por fortuna, al estar liga­ dos al traspaso de propiedades suelen quedar reflejados en los protocolos no­ tariales. Su presencia en la documenta­ ción es, por tanto, habitual y localizable en los archivos de cualquiera de nuestros pueblos. Sin embargo, es una parcela aún sin investigar en la profundidad que me­ rece, por lo que poco más que la descrip­ ción documental de los mismos podemos aportar. Sabemos que hacen presencia en tomas de posesión de edifi­ caciones, terrenos, montes... y que bási­ camente consisten en una serie de pequeños actos con los que el nuevo propietario da por rubricada la toma de posesión de los nuevos bienes inmuebles o lo que fuese. Son previos al acto jurídi­ co de posesión propiamente dicho y se encuentran dirigidos por una persona que la comunidad reconozca como capa­ citada para ello, normalmente el juez o alcalde. Corroboran el acto, asimismo, unos testigos que por su vida u oficio son considerados como buenos conoce­ dores del lugar.

Como primer paso de los actos de posesión, se anula de forma Inexcusable cualquier propiedad anterior. Ello se sim­ boliza en la expulsión de los anteriores dueños. Es entonces y sólo entonces cuando se procede con unas curiosas conductas por parte del propietario en­ trante, y por medio de las cuales se en-

J S Iw il

EL CASERÍO GOIASHO, EN IZARDUI, LUGAR DE LOS CURIOSOS RITUALES

tiende que ya es propietario simbólico del lugar en cuestión, fase previa al reco­ nocimiento de la propiedad con carácter jurídico.

Los llamativos actos, de origen remo­ to y al parecer relacionados con aspectos esenciales derecho romano, consisten en abrir y cerrar ventanas, hacer uso de los elementos de la propiedad, tocar mojo­ nes, cumbres, puentes, aguas... Pero veámoslo con ejemplos concretos. Y por acotarlo en cierta manera, lo ilustrare­ mos con dos ejemplos constatados en el municipio de Laudio. El primero hace re­

ferencia al caserío Coiasko del barrio de Izardui y el segundo a la casa-palacio de Etxebarri, recientemente arruinada por un incendio, y que en otras épocas de mayor gloria era la edificación principal de la que fuese la plaza secundaria d e l municipio como bien indican la docu­ mentación y el nombre del barrio, Coikoplaza, en el que se ubica. La aportacióil de la documentación del primero se la debemos Aketza Merino, ya conoci­ do en esta publicación, y la del segundo a la investigadora laudioarra Mariasun Laresgoiti.

íza n

A , t.

.4^

"V h

'Vt,,

***4

¿ J^/ano ^ û / n etxicû £¿c A ¿ ïÎæ

Caj'txia / 2 r^ S í'* i^ - ........

Ccvncíxuco^ s ita en clU a x x io ¿ú ^Z^xd u i^ ¿ú^í ^

^

\Jatle de ít lo d io , con t¿>das < slús^ exu m ^ íd ú j

~

tte % % £ ^ ¿ !Ú .p a n J s’ m ^ x a x , / r z ú n t c j, C a J-ta n a /^ d ^f7 7¿kjf iz £ x x ^ x ^ a ld ío j'^ e ñ c c ^ c i^ o J^ £ ¿ iC 2 í^ ? rifn ix . '^ y

3>

n ^ u .í J 2 L a Á ^ / o r A i^ d i ^ id c c o a .^

V a -íU d e O zúxco. a ñ o . i7 9 Z -

»

• l 'v

V e c in a l

?

.

i.... t ; ; * . -------------

IJP / íip U d e 2?o. B ^ ta ¿ ÍM / ih e a U s ,j c a ^

zu za d o ^

£

'

MINISTERIODECULTURA. ARCHIVOHISTÓRICO.PROVINCIALDEÁLAVA: MPD. 159.

PBOTOCOLO NOTARIAL DELVALLE DE LLODIO DE FRANCISCO ANTONIO DE ACHA N ' 11.586, FOÜDS 53-59. AÑO 1792

\ 7 /U ^

KABIER D EUñIA FIGURA COMO PROPIETARIO DE 60IASK0, EN EL MAPA DE 1792. ÉL FUE QUIEN HABÍA EMPULSAOG. QUINCE AÑOS ATRÁS. A SU CUÑADA MARÍA DE OTADLA, TRAS LLEVAR A CABO UNOS LLAMATIVOS A a O S DE POSESIÓN

'O 1 '5

a 0/ ■d

u

<

<

D

Muerte eN i^Ardui Gracias a un protocolo de 11 de julio de 1777 sabemos que Antonio de Uria vivió junto a su esposa, María de Otaola, en la casa llamada de Yzardui Goiazco (sic)...”. Pero al fallecer aquél, quedó pa­ tente la poca consideración para con su compañera ya que en su testamento ha­ bía dejado “ ...por único i universal here­ dero..." a su hermano Xabier de Uria, quedando la viuda sin ningún derecho sobre la vivienda.

Así, el legatario procede con los actos de posesión, siempre necesarios cuando existe una mutación en la línea lógica de la propiedad, es decir, que no se hubiesen llevado a cabo de haber sido la esposa o alguno de sus hijos/as los beneficiarios.

Para ello, y según reza el documento -modificado para la ocasión en grafía, ortografía, etc. para hacerlo más inteligi­ ble-, el que era el alcalde y juez ordinario de Laudio, Domingo de Zenagorta, "... tomó de la mano..." al heredero Francisco Xabier de Uria y "...abriendo su puerta principal, entró en dicha casa, echó fuera de ella a María de Otaola. viuda que es y quedó de dicho Antonio y otras personas que dentro estaban". Una vez cumplido el precepto obligado de echar fuera al antiguo habitante, el alcalde “...le hizo pasear por todo su centro de alto en bajo, caballerizas y camaratos, y le dio posesión de ella...". Y es. tras el paseo ri­ tual con acompañamiento de la máxima autoridad del Valle, cuando se llevan a cabo los rituales propiamente dichos y que reafirman la toma de posesión que se acaba de consuman “en señal de ver­ dadera [toma de posesión], cerró y abrió sus puertas y ventanas e hizo otros actos de tal. Y desde ella por su puerta trasera y escalera de piedra, salió a su huerta y

heredad de pan sembrar [trigo] que se halla detrás de la misma casa. Y tomado de la mano [del alcalde-juez], le metió en ella, se paseó por toda ella, derramó tie­ rra, arrancó hierba, cortó rama y se le dio teja e hizo otros actos de verdadera po­ sesión...''.

Es así, con la realización de esas esce­ nificaciones, como queda listo el cambio de de propiedad de "la citada casa, así como huerta y heredad (...) y bienes, montes, robredales, castañales, jaro y ja­ rales, tierra vacía [sin explotación] que son y fueren pertenecientes a esta ex­ presada casa de Yzardui Goiasco (sic)...".

A pesar de lo injusto de la situación, todo parece indicar que la resignada viu­ da no opuso resistencia alguna: "...se le dio [la casa con los pertenecidos] y tomó quieta, pacíficamente, sin contradicción de persona alguna...".

Desde un análisis de los aspectos simbólicos, todo parece indicar que el "abrir y cerrar puertas y ventanas" repre­ senta la propiedad sobre la edificación.

Gracias a la documentación de otros lu­ gares, podemos sospechar que este acto es de suma importancia cuando se trata de una edificación ya que, cuando ello no es posible, se hace constar expresa­ mente: “ ...e hizo otros actos de possession jurisdiccionales y no habrio ni cerró ventanas por no haverlas" (Vega de Pas, 1689). El "derramar tierra" parece simbo­ lizar la posesión de los huertos o incluso del mismo solar o tierra sobre la que se edifica. El "arrancar hierba” incita a pen­ sar en el dominio sobre los pastos; y so­ bre la explotación de la madera el "cortar rama”. Respecto al "darle teja", todos sa­ bemos la importancia de la teja como símbolo de propiedad, tal y como am­ pliamente se estudió en la revista AUNIA, número 14.

DETALLE DE ETMEBARRl

goikoplA ZA En el bario de Goikoplaza (Laudio) se en­ cuentran los restos de la casa Etxebarri.

En realidad es el primer y último expo­ nente de un potente mayorazgo, funda­ do en 1575, y compuesto por diversas propiedades que irán creciendo con el paso del tiempo. Así se entiende que fue­

i

íza n

RESTOS RUINOSOS DE ETHEBARRI, DE RICO PASADO

ra objeto de encarnizada codicia en aquellos casos en los que, por falta de herederos directos, eran varias las perso­ nas que aspiraban a hacerse con tan rico patrimonio. De ahí que se pleitease por ello y que haya quedado recogido en la información escrita.

En uno de esos litigios se recoge cómo en 1760 el conjunto de propieda­

des pasa a manos de Catalina de Zabala.

La toma de posesión de la casa principal y molino es rica en detalles y por ello la reproducimos íntegra, una vez acercada su grafía a las formas actuales para así hacer más fácil su compresión: De nuevo es el alcalde-juez el encar­ gado de formalizar el cambio de propie­ dad, mutación que comienza, tal y

como mandan los cánones del ritual, por echar a los anteriores propietarios: "...dicho Señor Alcalde don Pedro de Murga, volviéndose a tomar de la mano a la expresada Doña María Catalina, abriendo la puerta principal de la referi­ da casa entró en ella a la susodicha. Y echando fuera a los que dentro estaban la hizo pasear por su centro de ella, y la

dio su posesión real actual corporal del (?).Y en señal de ella la hizo pasear por sus altos y bajos, cerrando y abriendo sus puertas y ventanas, sus cuartos, co­ cinas, desvanes, caballerizos, bodegas, antuzano, soportal y demás de toda su consistencia. Y después de lo cual, pasó (...) a la huerta que llaman Aldapa y de­ más heredades de pan de sembrar que se hallan detrás de la referida casa. Y su circuito de ellas y todas, se la dio igual posesión, haciéndola pasear por ellas y, en señal de tal verdadera, se la dio y tomó a su mano teja, tierra y rama, arrancando hierba y haciendo otros se­ mejantes actos (...) y desde dichas here­ dades entrando y saliendo por la puerta principal que llaman Barrera (...) salió (...) a la presa y compuerta del molino (.,.) y se la dio igual posesión quitando y dando agua en dicha compuerta y pre­ sa, bajando y subiendo sus llaves (...) y desde allí pasó (...) al molino que en este valle llaman "el de la Plaza" (...) contiguo a la referida casa principal".

Así, una vez más, constatamos la exis­ tencia de un acto de toma de posesión simbólica previo al acto puramente ju­ dicial o notarial.

Pero en 1790 muere la citada Catalina, una vez más sin descendencia para heredar, y la rueda de los pleitos y luchas ambiciosas comienza de nuevo a girar. A partir de entonces y hasta su la­ mentable estado actual, diversos pro­ pietarios han tomado posesión de la flamante casa de Etxebarri. Algo de nuestra esencia se ha perdido para siempre en el camino y junto a ella la extravagante, llamativa e inexplorada costumbre de realizar los actos de po­ sesión.

FELIX HUGURUTZA

I

HA LLEGADO

Situado a una altitud de 3.600 m etros, el lago Karakul (Xinjiang, China) es el lago m ás alto de las montañas del Pam ir y el segundo^ del mundo.

Un joven pastor kirguis desatiende el rebaño para posar orgulloso sobre su caballo. fbto envi ada por el suscrí ptor /ULENREXETA ANTON

i

Estatubarrua/Estado

Atzerria / Extraifiero

HARPÌDETZARAKD DATUAK / BDLETfN DE SUSCRIPCION Izena / Nom bre................................................................................................

ii

St

p O

• If

Helbidea / DirGcciún..........................................................................................

sS

P K / C P ................................. Herria / P oblaciún.........................................................................

HErrialdea / Provincia...................................................................................................................

Telefonoa / Teléfono......................................................................................................................

B-posta / B-mall...........................................................................................................................

IJ-

l§ e_g :i-

ij I

•=i s S'*:

i n=

[ [ ] Harpidetza adierazítako zenbakiarekin (fiori barne) basi nahi dut / Deseo suscribirm e a la revista Aunia a pa rtir del núm ero (incluido): □ 3 0 - □ 31

Drdaintzeko modua / Forma de paga CU

Banketxea

/ Entidad

b a n c a r ia .................................................................................................

Kontuaren jabea / Titular de la cuenta...................................................................................... i l l

e.

r r m

J s€

•e«

“iJ

I l i i ¡i - s iili“

1 | i- i ÈJ Ll a u n ia

EH

m

~ n

m

r n T T T T T

r r

Ordaindu den banketxea / Ingreso realizado en; □ CAJA LABORAL.... 3D 35 0 2 4 5 II 245IÜ 0B 5IB □ BBK................... 2 0 9 5 0 5B 9 tO 9 ID 44 887I5 □ VITAL KÜTXA ..... 2 0 9 7 0221 5 7 0 104528590

• Otazu. lA Bebes B - 0I4Q8 LÜIAONOG ■ Tel. 945 891 97B / 688 BBB 202 • E-mail: in fo ia u n ia .o rg ■ www.aunla.arg

r f v i

<; t a s

y

l i b r o s

r e c i b i d o s.

ESTUDIOS DE ARQUEOLOGÍA ALAVESA N" 24

VASCOS CONTRA NAPOLEÓN

EDITA « Instituto Alavés de Arqueología______

AUTOR « Juan José Sánchez Arreseigor

EDITA« Editorial Actas / 504 págs.

AUTORES « Varios / Formato CP / 14 € ______

El presente tomo hace el n® 24 de la prestigiosa revista-anuario, nacida hace más de cuarenta años como soporte bibliográfico para publicar y dar conoci­ miento de las diferentes investigaciones científicas que en materia de arqueología tenían lugar en el territorio histórico de Alava, aunque no sólo. Pero desde hace seis números, el soporte se adaptó a las nuevas tecnologías y cambió el papel por los formatos digitales en Adobe Acrobat, válidos tanto para PC como para MAC, sin límite de páginas, croquis, fotografías y cualquier recurso imaginable.

En el CD que nos ocupa aparecen una quincena de artículos en los que intervienen más de una docena de autores diferentes.

Entre otros, es de mencionar el realizado por Armando Llanos sobre las pinturas rupestres de Portillo Lerón, en Valdereio, por ser las de más reciente aparición en el conjunto vasco.

Pero uno de los más prácticos será, sin duda, el elaborado por Paquita Sáenz de Urturi bajo el título "50 años de bibliografía arqueológica de Álava. 1957-2007" a efectos de consulta.

En temas que como las guerras napoleónicas tanta tinta han hecho NAP0LEÓN correr, resulta difícil aportar algo nuevo y re­ . r ■ levante a S historiogra­ fía. Pero, sin embargo, hay veces en las que se consigue y la presente es una de ellas.

No es la primera vez que Juan Sánchez se atreve con la arriesgada aventura de las publicaciones históricas y ello queda patente en este extraordinario trabajo. De gran paginación y con la siempre elegante tapa dura, sus líneas nos conducen con todo lujo de detalles por la invasión, ocupación y liberación del País Vasco, en 18 capítulos diferentes, planteándose en el último las conclusiones extraídas de las investigaciones del autor. Con ellas y con sus sólidas argumentaciones pretende romper con los numerosos tópicos y leyendas que, según sus palabras, encubren la verdad de ta Guerra de la Independencia.

Unos útiles índices de nombres de personaes y de autores, así como una completísima bibliografía temática ponen el broche de oro a tan recomendable trabajo. v A s r o s

EUSKAL HERRIA MUSEOA - KARTOGRAFIA BILDUMA EDITA « Bizkaiko Foru Aldundia - Kultura Saila

Z

a u to r es

« Museo Euskal Hema / 35 € / 239 págs

Con textos de Ramón Oleaga, Ainhoa Perdiguero, Felicitas Lorenzo y Leire Irazabal en esta obra de lujoso formato e impecables acabados y cali­ dades, se da un repaso por la excelente colección de mapas y grabados antiguos del País Vasco que acoge el Museo Euskal Herria, en Gernika.

Los diferentes documentos desfilan por estas páginas ilustradas y dise­ ñadas por el fotógrafo Xabi Otero, acompañados de los oportunos textos que nos aclaran cualquier duda.

La obra se perfecciona con unos capítulos referidos a la cartografía antigua, cómo interpre­ taría, índice de mapas, autores o incluso geográfico. Pero quizá lo más interesante es que el libro se acompaña con un CD en el que se ofrecen las imágenes en gran resolución para poder ser publicadas o reproducidas. Una interesante iniciativa que hace que el Museo Euskal Herria salga a nuestro encuentro, modemizándolo, para compartir con nosotros sus mayores tesoros.

CETXOKO IZENAK NOMBRES DE CASERÍOS Y LUGARES

LA CASA TORRE Y FERRERÌA DE LA ENCONTRADA

£D<TA « Ayuntamiendo de Cetxo

EDITA « Real Sociedad Bascongada de los

AUTO R« Mikel Gorrotxategi Nieto

Amigos del P a ís _______

10 € 7 381 págs._________________________

AUTOR « José Iturrate / 90 págs.

Basado en el traba­ jo de toponimia llevado a cabo por Sofia Suso y Ama­ góla Aurrekoetxea, el colaborador habitual de esta revista, Mikel Gorrotxategi, ha elaborado un libro de extraordinario porte y calidad, con el Que ha pretendido socia­ lizar los nombres de lugar entre los vecinos del municipio. En realidad se trata de una reedición mejorada de otra obra anterior, escrita por el mismo autor, y que se encuen­ tra agotada.

En ella se ha buscado un lenguaje simple, cercano con el que explicar las mil y un curiosidades que encierran los nombres de lugar getxotarras. En edición bilingüe, se acompaña de un gran número de imágenes, muchas de ellas inéditas. Al respecto, se han prlorizado aquellas imágenes antiguas, por el extraordinario valor documental aue poseen.

Ello enlaza muy bien con la idea Je la trans­ figuración de muchos de nuestros nombres en los últimos años.

Sobra decir que los planteamientos, etimo­ logías, etc. del autor gozan de gran solidez, algo no demasiado común en este tipo de trabajos: no en vano es el secretario de la comisión de Onomástica de Euskaltzaindia.

Se trata de una obra pòstuma de D.José Iturrate, sacerdote del Valle de Zuia fallecido hace unos pocos años. Este librito )retende ser un lomenaje hacia su íersona y también lacia su extensa obra, incansable en todo aquello que, concerniente a nuestra historia más cercana y oculta, significase rescatarla del olvido para nuestro conocimiento.

Uno de estos pasajes de la historia es, sin duda, el que tiene que ver con el increíble paraje de La Encontrada, un lugar enigmá­ tico, rodeado de leyendas y envuelto en la ruina, pero perfectamente documentado en la historia, tal y como ha podido investigar y rescatar el autor para todos nosotros.

La Encontrada se ubica en Zuia, junto al río Baias.y la naturaleza esconde entre la ma­ leza el antiguo solar de un importante linaje alavés, con su casa torre, puente, molino, ferreria y todo lo necesario para consolidar su poder económico y sociaL Perfectamente documentado, José Iturrate nos va desve­ lando todo el misterio que las zarzas y las hiedras se esforzaban en ocultarnos.

Z

V o

1

Ú M F, N E s

P U B L I C A D O S .

m

Si quieres conseguir alguno de estos volúmenes haznos el ingreso correspondiente (ver n.® de cuenta en la página 123) con tu nombre y comunícanos a qué dirección deseas que te la enviemos.

Estri«s: Us pl*4ras que hablan (tappel en «I Salto del N«fvión I la owva d« Maráiulo ( CasuAas y«nceras I Perderika Belaustegigoltia I UtduAa: la ciudad y la memoria

Uberat:

idrilobo I Latorred« )tena I La Petronila El robte deAtxondo ría delYermo

■enelAltoNervión i de Irui^a-Veieia i barrios de Orozko } de SantoTomás I Ara de Gordellz

«tndkiwalesdtiwión umentodelT’xarlaio itri I tutsvum ilumlrica I Mer^ires >intor}oaquinBarbaia

di unaluchimUciurla

Pico del frailey Naranjo de hilnes I Neandertales enAxior I El chocolate t Cofradía de San Roque de Lau^w I El castillo de Orduña

Z

A X / K Í I

A

Á A / k T l J

La teja, usos tradicionales

La boina y los vascos

Laudio,tradicióntejeia i losTxistus Gancedo I El Badady I Murales en Munjeta \ El puente Bizkaia I Agotes I El jamón I Eneko, Iñigo, Ignazio, Iñaki

La Encartada, una fábrica-museo I Sanfuan y Santa Eulalia I Hacer la colada I ¡Agua va!

I Amias vascas para un Imperki I Kortazar eta Irukutzeta I Petrus, Peni, Setiri, Kepa

ExplotKión y transformación del monte

Pipas tradicionales de arcilla

Simón Whitbum, tumba de minero I CentinelasdeToloño t Cruz de Castillo I la metereología tradicional I El jaspe delValie de llodio I MirenyMaria

La vieja del monte I Un cuadro de José Arrue recuperado I Dragones y serpientes I La cueva de Baltzola I La bellota, alimento de humanos I Mendaur

El Fuego Nuevo en la cultura vasca Las vírgenes <tela Antigua i La estación fe rrt^ d e Llodio I Elpoderdelacscrítura I Ruta megaVtica por E tx ^ I Megalitismo dkláccico I l^torresdeNandaresdelaOca

El Yermo, la romería de tos vizcaínos

Los cereales, primeros cultivos en Euskat Herria

Furtivisfflo en Kanpezu, actividad po r el ha m b n

Laudio: añoranzas vizcaínas I Septiembre mágicoenEmio l ¿Dóndeestuvolatonede Oozko? I La cueva de Pozalagua i Barrancos IstorayBerrabia i AinhoayArantzazu

Viejo camaval rural enAspárreru 1 El unicornio enEiskalHenia i Lekeitio,entreelmaryla tierra 1Aranekoani, la leyenda de pastordUa I Uxue y Usoa, nombres de altos vuelos

Ritos funerarios en Euskal Herria Ermitas juraderas I El balneario de Orduña en el XIX i Gorbeia, el medio subterráneo I Minas en Arditurri t Aiako Harria I El hongo trufa

Euskara Enkarterrin I Silbatos de hace 24 siglos I Grandes mamíferos cuaternarios I Las fiestas de Bilbao en 1876-1877 I El haya I Aitor,Amaia, Asier

; k i V A ' t m v Ivi

“

■

I

Hacer u l unoficio minal desaparecido

Banderasvascas: Ikurriña yAmno Bettza

AputsUsvascas;pilota,Man», bwyttyamns

Hacer cal, trabajo de vecindad I Conocer Silbao I Contencioso en Sierra Sálvada i El puente de Bitorilca i Sierra de Kodes I Estibaliz

Nombres con significado ofensivo I La Casa del Cordón I La ennita de Magdalena, Zuberoa I El pino radiata I Xabier, el santo navarro

Labres rupestres, arqueología del virto I El ritural de las cabezas cortadas i La Cueva de los Gentiles de llarduia I Magia y vernjgas t Aitziber

Castillosd( Biditii, historiadf RiyHy Señorts El Castillo de Untzueta i Ereñozar:

Naipesmuskalcs,skifuUrhistoriadtunabnia

M iitrtt 4 t un euskaldún en Altubt

La memoria de una pastor de Corbeia \ La ermita de San Martín de Mañana I El monasterio de Sasiola I Baserri nunca fue caserfo I Irati, Iratxe e Irantzu

La explotación de las abejas en et occidente vasco I Apicultura en Eltziego I Arquitectura modernista I Portugalete en elsi^ o X iX I DeAiaraaAíara

I

castillo, iglesia y necrópolis I Meñakako a^en galtzerdiealea Cocineras vascas I Jugatxi y E»olunbe

Carlistas, más aU i d« la gutrra

In d u m tn taria popular vasca

la vid silvestre, un tesoro amenazado I El cultivo de ia vid, historia del chacolí alavés I Lezama en la II República I El estomudo, el camino del diablo

El poblado romano de Fonia I Girantes, del mito al ser humano I Gigantes oe carne v hueso:JuanCazteadeArMlu I Zotorra,(a bruja deAgurain I Rituales del pan

-,

128

•3W fT<'■ -

jr'xtTí

_

' B SSÍ

Bilbotik Donostiara 38 minututan iristeko. Donostiatik

Para llegar en 38 minutos de Bilbao a San Sebastián. En dos

Madrilera bi ordutan, eta Gastciztik Parisera bost ordu inguruan.

horas de San Sebastián a Madrid, y en cerca de cinco horas

Pertsonak eta egitasmoak hurbiltzeko bidea da.

desde Vitoria a Paris. Es la vía para unir personas y proyectos.

www.euskalyvasca.com

^ Q d i P

tutkam nou* tana

E U S K A l_ O V A S C A j - bidea e trenbidea da

s

l a ví a

Itsas Kulturaren Zentroa Centro de là Cultura Marítima P A S A I A

C I P U Z K 0 A

Ondartxon itsasontzí tradizionalen bitartez euskaldunon eta itsasoaren artean d agoen harreman estua ezagutzeko aukera du bisitariak.

Ondartxo te descubre ¡a estrecha relación existente entre los vascos y el mar, a través del mundo de las embarcaciones tradicionales vascas.

TakJeetarako, aurretik hitzordua eskatzea gomendagarria da, 943 39 24 26ra deituz edo posta elektronikoz: albaola@albaola.com

Para grupos se recomienda corKertar cita previa llamando al 943 39 24 26 o por correo electrónico: alt»ola@albaola.com

Aste Santutik (barne) iraHaren 30 arte: Asteazkenetik larunbatera: 10:00-14:00/16:00- 19:00 Igandea: 10:00 -15:00

Desde Semana Santa (Irxjukla) hasta 30 Septiembre: Miércoles a sábado: 10:00 - 14:00/16:00 -19:00 Domingo: 10:00-15:00

Urriaren 1etik Aste Santura arte; Asteazkenetik larunbatera: 10:00 ■14:00 /15:00 -18:00

Desde 1 Octubre hasta Semana Santa: Miércoles a sábado: 10:00 -14:00 /15:00 -18:00

Cipuzkomko F o n i Aldundia Dipuimción F orai de Gipuzkoa

M y A LBA O LA

• 'y

^

rrsA Skuiturerakunde