AUNIA 16

UnAZKi NA 2006 O t o ñ o • • ■ - .í-

■^írí;

.V

Castillos sobre la Rio Alavesa

Whitburn La tumba del minero Meteorologías La predicción tradicional

Gorbeialdea Explotación histórica del bosque

EL PECIO DE URBIETA (Gernika. Bizkaia)

« íi

Hace ocho años, cerca de Gernika, una pala excavadora extrajo de los lodos de la ría algunos fragmentos de extrañas maderas trabajadas: eran los restos de una embarcación, la más antigua de las conocidas en el Cantábrico, como pudimos saber más tarde gracias a una minuciosa investigación arqueológica.

Se trataba de una pinaza, de 12 metros de eslora y 4 de manga, construida en un astillero de ribera a fines del siglo XV, poco antes de que Colón descubriera América, con el casco de tablas de roble solapa­ das siguiendo tradiciones nórdicas aprendidas por los vascos hacía 400 años. En sus últimos viajes transpor­ tó hierro de las minas encartadas a las ferrerías de la cuenca del río Oka (Urdaibai).

Hoy, tras un largo proceso de restau­ ración, está temporalmente atraca­ da en el Museo Marítimo de Bilbao, donde puede visitarse, constituyen­ do ya un sólido referente de nuestra historia.

a V ^

Horarios: - De abril a septiembre: de 10:00 h a 20:00 h - Resto del año: de 10:00 a 14:00 h y de 16:00 a 18:00 h (lunes cerrado, salvo festivos) Investigación, conservación y restauración: Ondare Historikoko Zerbitzua I Servicio de Patrimonio Histórico.

Bizkaiko Foru Aidundia / Diputación Forai de Bizkaia.

Exposición: Bilboko Itsasadarra Itsas Museoa / Museo Marítimo de ría de Bilbao.

Bizkaíko Foru Aidundia Diputación Forai de Bizkaia

Muelle Ramón de la Sota, 1. Bilbao.

El nombre de Stmon W hitburn se había dormido en nuestra libreta de anotaciones y no había manera de salir adelante con él. A l final, el tiempo se encargó de abrim os parte de su misterio y, de apenas una anécdota en el paisaje de Baranbio, logram os entretejer una hermosa historia de la vida real Así, uno tras otro, buena parte de nuestros sueños van saliendo a la luz, creciendo en la fértil tierra de la ilusión y del trabajo. Son ya decenas las notas de cam po o de archivo, tom adas tras una larga conversación o fruto del estudio, incluso de la casualidad, las que han podido desarrollarse en form a de artículo para las páginas de Aunia. Páginas en las que tam bién los sueños de otros se han materializado, personas que han llam ado a nuestra puerta y a las que hem os invitado a entrar con sum o placer. Todo un castillo de sueños se ha hecho piedra ya en nuestra revista, y el cam ino que comenzó a andar en el otoño de 2002 ha cum plido ya cuatro años y 16 números, 2.126 páginas, 163 artículos y m ás de 90 autores distintos, adem ás de dibujantes, fotógrafos y demás profesionales técnicos. Un inapreciable trabajo de todos, de los que escriben y de los que leen, pero, todavía, un pequeño sueño que no ocupa m ás de 15 dim inutos centímetros de estantería.

Va a ser nuestra aportación al m undo de la cultura, sin duda, a nuestra querida tierra vasca, a las gentes que han sido y son, y han trabajado y trabajan en ella. Pero, todavía tenem os más anotaciones en nuestras libretas dispuestas a nacer com o historias, y seguirem os acogiendo los trabajos de otros y, también, haciendo llam adas de socorro cuando necesitemos cubrir una urgencia porque, aunque parezca que no, cada vez que llega a tus m anos un nuevo ejemplar de Aunia ha sucedido un pequeño milagro.

Sin embargo, podem os decir que Aunia es ya un proyecto consolidado y que la experiencia recogida en el cam ino le ha dado una consistencia de la que carecía en un principio. Pero, a pesar de su buena salud, en m odo alguno podem os decir que Aunia está libre de los peligros que acucian a una publicación independiente y frágil com o la nuestra, en la que todo pasa por el riguroso tam iz de la calidad. Cultura de calidad para ser m ás exactos.

H em os de confesar, a pesar de todo, y queremos hacerlo sin complejos ni recelos, que seguim os necesitando sueños soñados por otros, personas ávidas de escribir sus pensamientos, sus Investigaciones, sus conclusiones. N o son los tem as lo que m ás nos preocupa a quienes dirigimos Aunia -p u e s son infinitos en número y en form a-, sino la falta de cabezas que transformen esos tem as en hojas escritas, susceptibles de ser m aquetadas y publicadas en papel; esa falta de cabezas pensantes que nos aporten ideas, nos procuren temas, indicios, docum entos o fotografías de un paisaje dorm ido a quienes sí tenem os gan as de escribirlas.

Si continúa el proceso en marcha, si prosiguen los mercaderes de historias llam ando a nuestra puerta y nosotros a las puertas de ellos, sí no se extinguen los mensajeros de la cultura... no habrá por qué temer, y Aunia seguirá andando el cam ino y produciendo nuevos sueños.

Y podremos decir tranquilos que habrá más. ¡Serán historias dorm idas que van despertando, com o la de Sim ón W hitburn!

Vkente

Olabarria Ana. hoyjubilado, entregó su vida labora! a tas trabajos de tala y extracción de bosques

N .M 6 Z k UDAZKENA

Ti

C laudio Albisu M ikel Cíorrocxategi N ieto Francisco Etxcbcrria Iñigo Jauregui Ezquibcla Ixjurdcs Herrasti Jürgen Lange José M iguel Llano Pello Zabala

" i:

■ ■

Iníbgrafías: Fernando G . Baptista M apas: N O N D IK

S

U

M

A

R

I

O

6 Explotación y ARGITARATZAILEA

AUNIA KUITURA ELKARTEA rorrea. 16 - OM08 - LUIAONDO * 9 4 5 891 976 www.aunia.urg ZUZENDARITZA ETA F.RREDAKZIO TAl.DEA

Juatijo Hidalgo Felix Mugunitza DISEINUA ETA MAKETAZlOA

hziar Baskaran Txaro I^iego M O in iZ lE G lA _________________

Ciráíica.s I.izarra • l.IZARRA

D.L:NA 3055-2002 I.S.S.N.: 1695-3932 Eskerronak Luiaondoko Administrazio Batzarrari

transformación del monte en Corbeialdea ( 1650- 1750) JÜRGEN L a n g e

24 Simen Whitburn, la tumba del minero }U A N ]o H i d a l g o

48 Centinelas de Toloño Iñ i g o Ja u r e g u i E z q u ib e l a

114

-€ /l^

72 Cruz del Castillo, Julita eta Kirikoren bizileku zaharra . Fé l ix M

ugurutza

82 La metereología

114 Miren y María, las liíjas de Miriam M

ik e l

G o rro txateg í N

ie t o

122 Publicaciones recibidas 126 Nuestras publicaciones

tradicional Pe l l o Z a b a l a

98 El jaspe del Valle de Llodio Fé l ix M

ug urutza

z

A ra b a k o F oru A ld u n d ia

D ip u ta c iรณ n F orai d e A la v a

a ld V 3 .net

.....................

EN EL EXTREM O NORTE DEL P U EB LO D B U IA G N O Q Y

iiii i i ii i i i ii i i ii i

y prox el esp práctic espacio i obliga trata d< rigen bí datació ^ajo su ( n una c molino es el últ tre aqu' movic

texto « JÜRGEN LANGE fütGs

« FELIX

ehipLotación v transformación del mont e en

^1650 - 1850^ En e l presente trabajo se parte de la existencia de aL menos tres etapas de e«pLotación fo re sta l que pueden aplicarse a Los montes de La región que abarca Gorbeialdea. En la primera etapa, se hacía uso del bosque ta l v como se presentaba en su estado natural V sólo en menor medida se transform aba éste según las necesidades.

En La segunda, e l hombre explotaba eL bosque de forma mucho más intensiva v plantaba especies según sus necesidades. Finalm ente, hubo una tercera de transform ación in d u strial hacia e l monocultivo.

i

n lo que a las especies de árboles se refiere, parece ló­ gico que en un bosque na­ tural y salvaje haya más di­ versidad d¿ árboles autóctonos. A partir de la Edad Media se extendió el roble se­ guido por el castaño, pues éstos eran los árboles que se reducían a carbón vegetal y se quemaban en las terrerías de nues­ tros pueblos. Principalmente debido a la sustitución del carbón vegetal por el car­ bón mineral, en el XIX tuvo lugar otra transformación del bosque, aquella en la que las especias autóctonas fueron susti­ tuidas por otras de crecimiento más rápi­ do, en la zona de Corbeialdea el pino so­ bre todo.

La imagen o representación que la población tiene sobre el monte ha sufrido tantos cambios como el bosque mismo.

En un tiempo, con el bosque se relaciona­ ban figuras como el mismo Olentzero, la sorgina Mari y el gentil-hombre, que eran algo como mensajeros entre diferentes mundos o sociedades. La imagen que nuestros ante­ pasados tenían del bosque se correspondía con un bos­ que animado y viviente al que se debía un respeto y que podía ser incluso peli­ groso. Esta representación del monte cambió al intensi­ ficarse su explotación. Los pastores vivían gran parte del año en él con sus rebaños y una multitud de carboneros pasaba semanas sin volver a casa. A medida que aumentó la explo­ tación del monte y del bosque, éste se convirtió para muchos en una base im­ portante de la economía familiar. Conse­ cuentemente, la población perdió el mie­ do que había sentido previamente aunque todavía no el respecto hacia él. Con todo, siguió siendo lugar de seres vivos reales y también peligrosos, como el oso y el lobo,

hoy en día especies protegidas, pero ya no era el bosque encantado de la etapa anterior. Durante la fase de monocultivo del pino, el bosque perdió su salud y be­ lleza, y nosotros no solamente perdimos el miedo sino también todo el respeto hacia el monte y sus habitantes. En las décadas más recientes ha aumentado la función del monte como espacio de re­ creo y ocio y, a la par, empezamos a con­ cienciarnos de nuevo sobre la naturaleza que nos rodea.

La intención del presente trabajo no es describir las tres etapas mencionadas de forma igual y equilibrada sino exten­ dernos en la segunda y, de esta forma, aportar datos que clarifiquen el cambio en la región de Gorbeialdea. A tal fin se mencionan en primer lugar los motivos y las consecuencias del cambio.

La revolución del m aíz Partimos de la idea de que el motor que promovió las transformaciones del mon­ te fueron las necesidades económicas de cada momento. Cuan­ do en la Inglaterra de A PARTIR D E los siglos XV! y XVII la Ed ad M edid se habla de endosure, los historiadores se se extendió el refieren generalmente roble se gu id o a medidas para una P O R EL intensificación de la C A ST A Ñ O agricultura, que a ni­ vel europeo se pudo denominar "revolución agraria" y en Euskal Herria, hace unos 30 años, recibió el nombre de "revolución del maíz". Esta mejora de la agricultura conllevó un au­ mento de producción cuyo excedente se

HASTA HACE PRÁCTICAMENTE MEDIO SIGLO EL CONJUNTO DE ÍTXINA ESTABA SIN NINGÚN ÁRBOL POR LA EXPLCTTACIÓN A QUE HABIAN s id o SOMETIDOS. POR ESO SUS BOSQUES ACTUALES SON DE HAYAS JÓVENES Y SIN TRASMOCHAR

ofrecía en el mercado y constituyó una condición para la industrialización. La consecuencia de la intensificación agraria fue el aumento de la misma a costa de la ganadería y de la economía forestal. Se puede describir la revolución del maíz, a grandes líneas, con los siguientes térmi­ nos: ■ Expansión de la agricultura a través de la transformación de pasto y bosque en tierras de cultivo.

■ intensificación de la agricultura por supresión del barbecho.

■ Especialización regional.

■ Introducción de nuevos cultivos.

■ Retroceso de la autosuficiencia.

■ Producción para el mercado.

■ Cambio de hábitos alimentarios.

Sobre el último de los puntos -el de los hábitos alimentarios- existen datos más específicos. El consumo de vino es­ taba gravado con diferentes impuestos: así, por ejemplo, en 1770 se aumentó la sisa municipal por ocho cuartos para pa­ gar con ello el camino real de Bilbao a Burgos. Este tipo de impuestos nos per­ miten calcular el consumo total de vino en Zeberio durante algunos años y deLA M AYO R terminar así la sustiPARTE d e i a le ñ e » tución de la sidra por C IT IW C íltY ierite co rta d ú en

lo s p u e b lo s

el vino como bebida popular, a conse­ cuencia de la revolu­ ción del maíz produ­ cida entre 1711 y 1 7 3 1 . A la vista de

de ZO n^ d e G o r b e ío id e c i

ios datos puede obsen/arse el enorme

se d e s t in a b a A

aumento de consu-

los m ontes com unes de

lA S FER RERÍA S

^ g >

entre la primera y la tercera décadas del siglo XVIII. Por ello, vemos cómo en el Zeberio de 1731 se consumen casi cuatro veces más litros de vino que en el de 1701, aumento espectacular que no se puede explicar con un aumento de población.

El proceso transfo rm ad or Sin duda el XVlll fue el siglo del roble. En 1804 el 84 % de los bosques de Bizkaia eran robledales seguidos por castañales (14%). La misma estadística (UriarteAyo, 1988, pp. 83 y 88-89) indica que de los 40 montes comunes de Zeberio 36 eran robledales y 4 hayales. Además de robles, castaños y hayas, en Zeberio durante el XVlll existían también encinas y alisos.

Todas ellas sirven para hacer carbón ve­ getal lo que parece haber sido su función primordial Sin embargo, el bosque tuvo también una función alimenticia tanto para el hombre, que consumía castañas, como para el ganado que engordaba con castañas, hayucos y bellotas.

La supresión del barbecho exigió un mayor uso de abono, el cual se obtenía mediante helecho seco u hoja del bosque que se extendía en la cama del ganado, en el establo, donde se mezclaba con los excrementos. La necesidad del abono ve­ getal del bosque aumentó en el mismo grado en que se intensificó la agricultura a lo largo del siglo XVlll. Frente a esta nueva demanda, el ayuntamiento reac­ cionó con la privatización del monte co­ mún. En Zeberio en 1755 se subastó por primera vez la hoja del monte común lla­ mado Estenagorta.A partir de ése y entre los años de 1758 y 1765, así como en 1771 y en 1780 se reflejan ingresos deri­ vados de la hoja del monte común en las cuentas anuales de este municipio. Esto conllevaba que el vecino debiera pagar por aquello que previamente había esta­ do a su libre disposición. Pese a la trans­ formación de monte común en propiedad privada, algunos campesinos mantuvie­ ron la vieja costumbre del autoabastecimiento del monte "de siempre" haciendo uso de todo lo que éste ofrecía: "...no sólo los árboles que hay en ellos, y su leña, sino también su hoja, helecho, broza, árgoma; y demás de su producto."

(Pleito por denuncia de robo de basura, Archivo Municipal de Zeberio).

\

N

ANTICUA HACHA ELABORADA EN ALCUNA DE LAS PERRERÍAS DE OROZKO

La ma­ yor parte de la leña anual­ mente cortada en los montes comu­ nes de los pueblos de la zona de Corbeialdea se destinaba a tas terrerías. Como intento de aproximación al consumo anual de leña utilizamos la relación siguiente: 4 toneladas de leña producen 1 tonelada de carbón y se nece­ sitan 4,1 toneladas de carbón para la pro­ ducción de 1 tonelada de hierro. En 1799 las cuatro terrerías produjeron 162,2 to­ neladas de hierro en barra, a saben Olaba-

rria 27,6 t, Zubibarria 34,51, Santa Cruz 48,3 t y Arbitdu 51,8 t Estas 162,2 to­ neladas de hierro requi­ rieron 665 de carbón y éstas 2.660 de leña. Con esta enorme cantidad no es de sorprender que el escribano del Ayuntamiento de Zeberio en respuesta a un formulario es­ cribiera que "La mayor parte de los veci­ nos de este pueblo, y aún mujeres se ocu­ pan en la elaboración y demás trabajos adherentes a dichas Perrerías." (Archivo Municipal de Zeberio, Interrogatorio Soler, n °4 ) Una medida para conseguir el máximo rendimiento de leña consistía en la plan­ tación densa. En 1736, Pedro Bernardo Villareal de Berriz describió distancias de 20 pies (5,6 m) y menores entre (os robles

como habituales en los montes de Bizl<aia.

Otra medida consistía en el corte de las guías superiores,de los árboles, logrando, de esto modo, que el árbol creciera hacia los lados y adoptara una forma de "T".Así se producían muchas ramas laterales, a poca altura del suelo, que podían cortarse fácilmente. Además, de esta manera, se reducían los intervalos de corte a entre 7 y 14 años. En consecuencia, según Emilia­ no Fernández de Pinedo (1984, p. 101) "La idea de un bosque natural es totalmente ajena a la realidad vasca. El bosque se plantaba, podaba y talaba en función de unas concretas necesidades humanas" Los municipios tenían la obligación de reforestar y de demostrarlo al Corregidor por medio de un libro de montes. Hasta 1722 los vecinos de Zeberio eran quienes participaban en la reforestación, pero como el trabajo comunitario no resultó muy efectivo, fue sustituido por la labor de profesionales y, en consecuencia, en las cuentas municipales se refleja un gas­ to de esta naturaleza. Así comprobamos que en algunas de ellas se reflejan exclu­ sivamente los costes laborales, que as­ cendían a cuatro maravedíes -34 mara­ vedíes sumaban 1 real- por árbol durante la primera mitad del siglo. Observamos también que desde 1730 y hasta 1784, fueron plantados como mínimo 57.895 árboles. Esto demuestra cómo fue trans­ formado de forma masiva el monte co­ mún de una localidad concreta.

Reflejo en ]a faur\a La transformación del monte también afectó a su fauna, empezando con la in­ corporación de un creciente número de vacas, ovejas y cabras en los pastos del Corbeia durante gran parte del año. La intensificación de la agricultura provocó la extensión de los terrenos de cultivo en los valles a costa de bosques y pastos. En consecuencia, se veían cada vez más obli­ gados a llevar aquel ganado, que ya no

tenía pasto en el pueblo, a los montes le­ janos que no servían de cultivo. Existía un tipo de contrato denominado admetería por medio del cual los dueños de ganado podían ceder un número de reses a un pastor para que éste se encargara de ellas durante un periodo de tiempo. Un perito solía valorar cada animal de modo previo a la firma del contrato. El pastor se res­ ponsabilizaba de un rebaño compuesto por animales de varios dueños normal­ mente durante un periodo aproximado de cuatro años. Cuidaba de los animales durante el tiempo establecido y perma­ necía con ellos en el monte durante unos seis u ocho meses. Cuando finalizaba el contrato se distribuían las ganancias y pérdidas al 50% entre el dueño de las re­ ses y el pastor.

La vaca de la sie­ rra pastaba en el monte desde mayo hasta noviembre y se alimentaba en los pastizales del valle y en los establos los cinco meses restan-

I-A ID E A D E u n

bosque r\aturá\ g g tO tC íln ie n te ^ nc ai m A n V A b L .A

tes. Estas vacas esta­ ban destinadas a la producción de carne, y algunos novillos eran elegidos para las labores del campo. El único obligado de carne "tablajero" de Areatza vendía am­ bos tipos de carne de vaca: carne cebonada y carne de sierra o "larra-haragi". Las monjas del Convento de Santa Clara de Areatza (Villaro) apuntaron los siguientes precios en sus libros de cuentas: la carne de vaca cebonada, que en invierno pasta­ ba en el valle, era 4 maravedíes más cara por libra que la carne de vaca montesina, que desde primavera o verano hasta fina­ les del año se encontraba en Corbeia. La razón que justifica la diferencia de precio es sencilla: la vaca de mónte pastaba li­ bremente y exigía poco esfuerzo al due­ ño, pero la vaca que se encontraba en el establo tenía que ser alimentada, con los consecuentes costos y esfuerzos que esto conllevaba para su dueño. En el gráfico 1

estas diferencias de precio son claramen­ te visibles. A comienzos de cada año na­ tural el precio de carne encarece 4 mara­ vedíes en relación al precio estival ante­ CA BR A S, rior. y se mantiene YEGUAS y así hasta que las O V E IA S sufren condiciones clim áti­ cas permitan trans­ u n a dutcnticd portar las reses de ca z a EN TRE vuelta al Corbea. A i 7 9 o y 1 8 2 6 partir de este mo­ mento. la carne de vaca restablece el precio estival. En el gráfico también se observa que las inte­ rrupciones en la línea en la línea de pre­

cios coinciden con los periodos de Cua­ resma, durante las cuales las monjas no ingerían carne (con contadas excepciones de las hermanas enfermas).

A la iglesia parroquial de Santo Tomás de Olabarrieta de Zeberio perteneció un gran rebaño vacuno que se mantenía en los pastizales en el Arrabako Zelaia del monte Corbeia. Comprometía a pastores mediante contratos de admetería: "se en­ gordan un rebaño de ovejas y una vacada en los seles de Arraba. y su producto que­ daba para la fábrica" (Ramos Martín.

1989. p.412) A menudo los mayordomos de Santo Tomás de Olabarrieta, con la ayuda de

los pastores que habían firmado el con­ trato de admetería, subastaban unas ca­ bezas de ganado.de su rebaño en el mon­ te Corbeia. Así también en 1760: "mediante hera útil y conbeniente que dicho Ganado Bacuno bajase del pasto y erbaje de Gorbeya propio de dicha fabri­ ca y conducirlo a los pastos y erbajes de Aldanondo" (AMZ, protocolo Río Barañano, 16.8.1760) Las cabras y las ovejas eran bastante más abundantes que las vacas. Las cabras y las ovejas podían vivir perfectamente fuera del establo durante todo el año y, consecuentemente, requerían un menor esfuerzo laboral y una menor cantidad de

pienso. A diferencia del número de vacas, la cantidad de ovejas, cabras y yeguas descendió en los pastizales del País Vasco a partir de finales del siglo XVlll porque dañaban las plantas jóvenes de árboles: "Cabras, yeguas y ovejas, por este orden, sufren una auténtica caza entre 1790 y 1826 (Fernández Albaladejo, 1975, p.

194) La ley establecía además premios y recompensas por la caza y sacrificio de diferentes alimañas, porque éstas eran depredadoras y, por lo tanto, podían agre­ dir al ganado o, sin más, porque podían perjudicar a la agricultura. Éste es el caso del jabalí, que podía causar daños consi-

LAS OVEJAS TUVIERON SERIAS LIMITACIONES A PARTIR DE FINES DEL XVlll VA QUE DAÑABAN LAS PLANTAS JÓVENES DE LOS ARBOLES, PRIORITARIAS PARA MANTENER LA RIQUEZA PROCEDENTE DE LA EXPLOTACIÓN DEL BOSQUE. EN LA FOTO: OVEJA PASTANDO EN CORBEIACANA. AL FONDO. EL MONTE LEKANDA Y, CUBIERTOS POR U NIEBLA, LOS PASTIZALES DE ARRABA

PARA UNA MAYOR EXPLOTACIÓN DEL BOSQUE, LAS HAYAS ERAN TRASMOCHADAS PARA QUE CRECIESE ABUNDANTE RAMAJE HACIA LOS LADOSY NO UN TRONCO RECTILINEO HACIA ARRIBA. EN LA FOTO: HAYAS TRASMOCHADAS EN ECIRIÑAO (CORBEIA)

derables en un maizal. Cuando el cerdo salvaje no encontraba suficientes alimen­ tos en el monte, bajaba hasta los campos de maíz. En el maizal tumbaba una canti­ dad de plantas para comer preferente­ mente la cabeza del maíz joven. A partir de 1720 aumenta el número de jabalíes capturados, lo cual además puede ser in­ dicativo del cultivo creciente de la gramí­ nea a partir de este año en el valle de Zeberio.

El Ayuntamiento de este pueblo pagó cuotas por raposos, lobos, jabalíes y lin­ ces. En los 85 años transcurridos entre 1700 y 1784 en Zeberio se pagaron re­ compensas por 1017 raposos, 434 lobos, 215 jabalíes y 15 linces. Estos últimos aparecen denominados en los documen­ tos como "tigres". Las cuotas por animal cazado dependían, en primer lugar, del tipo de animal y, en segundo, de su tam a­ ño: se solían pagar 3 reales por un raposo, entre 9 y 15 reales por un lince, entre 15 y 20 reales por un jabalí y entre 8 y 30 reales por un lobo. En tiempos cuando el jornal diario de un peón ascendía a 4 rea­ les, la recompensa por la caza de un ani­ mal dañino podía equivaler al sueldo de varios días.

Para evaluar las consecuencias ecoló­ gicas de la caza de animales dañinos hay que considerar que todos los ayunta­ mientos de la zona de Corbeialdea paga­ ban cuotas parecidas. El número total de los animales capturados fue, por lo tanto, un múltiplo de los encontrados en Zebe­ rio. En todo caso, se puede afirmar que en el XVIII la caza de estos animales era constante, y lo mismo es aplicable a sus consecuencias para la fauna del monte de esta zona.

El bosque en las cuentas municipales Como las cuentas municipales son datos seriales, representan una fuente idónea para determinar el auge del proceso

transformador en el XVIII y el fin del mismo en el XIX. Por ello, recurro a ellas para determinar el momento de máximo explotación.

Prácticamente no había más que dos tipos de ingresos de consideración que figuran en las cuentas municipales de Ze­ berio del XVIII, entre otras razones, por­ que sus habitantes, a excepción del año 1711, no pagaron impuestos directos por cabeza- en los 85 años aquí contem­ plados (1700-1784). Et único impuesto indirecto - de consumo- de cierta im­ portancia estaba vinculado con el vino, ingreso, como ya se ha mencionado ante­ riormente, fue parcialmente destinado a la construcción del camino real.

Ambos ingresos, el generado por el vino y por la explotación de los bosques, generaron conjuntamente unos años de oro para la economía municipal de Zebe­ rio. En las siguientes líneas intentamos a analizar este cambio económico porque estamos convencidos que se repitieron de forma muy parecida en sus pueblos vecinos. La época de bonanza se inició a principios de los años veinte, con un fuer­ te aumento de los ingresos derivados del vino; entre 1716 y 1722 estos ingresos subieron de 1.667 reales a 3.766 reales, es decir, nada menos que un 225% Qürgen Lange, 1996).

Posteriormente, a partir de 1724, se produjo un fuerte aumento de las per-

cepciones deriva­ das del monte común, las cuales a partir de 1727 superaron casi permanente­ mente a todos los restantes in­ gresos. Este fenómeno se debió tanto al aumento de la cantidad de carbón vendido como a varios aumen­ tos del precio por carga de esta materia.

Durante el primer cuarto del siglo XVIII se vendía una media de 2200 cargas de carbón al año a las ferrerías del pueblo.

Esta cantidad anual fue prácticamente doblada a partir de 1728. Gracias a este aumento, la media de los 85 años con­ templados (1700-1784) fue de 3.575 cargas.

El otro elemento que definía la canti­ dad del ingreso forestal era el precio por carga. El precio de una carga apenas varió durante los primeros 25 años y solía estar alrededor de 1,5 reales. A consecuencia de la creciente de­ manda entre 1725 y 1750 ascendió hasta LA SUSTITUCIÓ N llegar a entre 2 y 3 DE C C irb Ó n reales. Durante la v e d e t e li p o r segunda mitad del m in e r c il

durante lá

guió subiendo lenta. , mente hasta los 5 P â m e r a m it a d reales. En conseXIX, t c r m ir t O cuencia, a partir de CON ESTE 1750 los ingresos SIST EM A forestales solían aportar más del 50% de los ingresos netos. A partir de este año, se aprecia la creciente diferencia entre los ingresos derivados al consumo de vino y los ingresos forestales. ^ Resumiendo, los cincuenta años pos­ teriores a 1723 constituyeron el periodo económicamente más próspero del siglo

I

XVlll y quizás de toda la historia de Zebe­ rio. Estos cincuerita años están situados entre el periodo de principios del siglo, marcado por sus moderados gastos y el final del siglo XVlll. la época de deudas crecientes. En estos 50 años se constru­ yeron el camino real y la mayoría de los edificios importantes del valle: la ermita de San Antonio de Padua, el Ayuntamien­ to, la casa del sacristán y la torre de la parroquia así como un gran número de caseríos. Aunque no pueda determinarse una vinculación directa entre ingresos y gastos de los presupuestos municipales de aquellos años, parece razonable pen­ sar que si el impuesto sobre el vino fue utilizado para la construcción del camino real (Juntas Generales de Gernika de 18.5.1770), entonces los ingresos del monte común fueran destinados, en gran parte, a la construcción de edificios.

Conclusión

I

cia que el monte de la zona de Gorbeialdea tuvo en la economía de los pueblos de esta región y cuya explotación tantas transformaciones causó en su fauna y flora. La época del auge de esta explota­ ción tradicional parece remontarse a la segunda mitad del XVlll. La sustitución de carbón vegetal por mineral terminó finalmente con el sistema aquí descrito, durante la primera mitad del XIX. Algunos de los cambios mostrados son aún visibles, como los rebaños de reses, la densa reforestación y la forma ar­ tificial de los árboles trasmochados: otros nos pasan más desapercibidos pero han sido igualmente influyentes en el ecosis­ tema, como la caza o extinción de algu­ nos animales considerados dañinos. Claro está que en los últimos siglos el monte de la zona de Corbeialdea ha sufrido nu­ merosas transformaciones que perduran hasta el día de hoy.

JÜRGEN LANGE M istoriador y autor de la tesis 'Econ om ía rural tradicional

En el presente artículo se ha querido su­ brayar, una vez más, la enorme importan­

en un valle vasco - sobre el desarrollo de estructuras mercantiles en Zeberio en el siglo XVlll"

b a sa u ri 2006-2007 informazioa/informaciรณn - tfnoa.: 944 666 388

I

udal kultur etxea casa municipal de cultura w w w .basauri.netw w w .socialantzokia.com

C ASA RURAL LANDETXEA

anem irenetxea Una estancia inolvidable

--i- ■-

Larrazabol, 18 B - O U O O L LO D IO -LA U D IO (Alava) Tino-: 94 672 6 6 83 ■Fox: 94 672 84 28 - M6vil: 656 70 66 46 E-mail: onemirenetxeo@llodio.ner

w w w .llodio.net

(MpuucUn

fortKHAi».

Asesoría

• FISCAL • LABORAL • CONTABLE • JURÍDICA Foru Kálea, 2 - AMURRIO Tel.: 945 393 351 /891 596 Fax. 945 393 362

Anbdu

FoniAidumK

olova mucho.mas.cercQ

a r o b o askoz.e re .urb llo go

www.elkarlan.com Correduría de SEGUROS

\ S

/

ELKARLAN U&P

asesores

INMOBILIARIA

Lamuza,12 ■LAUDIO Tel. y Fax: 946 722 137

Ruta Mercaderes, Ruta Caravanas, Ruta de la Seda, Tibet, China, Tunan, Nepal, Pakistàn,"' India Norte, India Este, India Sur, Sri Lanka, Indonesia, Papua, Sulawesi, >lyanmar, Laos y Camboya, Vietnam, Uzbekistán y Kirguzistán, Irán, Tiu^iía, Annenia, Siria y Jordania, Temen y Soqotra, Egipto, Marruecos, Bw de Argelia, Libia, Tiger, Senegal, Guinea Conakry y Bissau, i^Ialí y Burkina Faso, Togo, Ghana y Benin, Camenín, Namibia, Botswana, nita del Nilo, Etiopía, Tanzania, Mozambique, Madagascar, Alaska, Terranova, Canadá, P.N. EEUU, Ruta Maya, Jtiatemala, Costa Rica, Venezuela, Coloml)ia, Brasil, Bolivia, Pmí, Cliile y Argentina, Patagonia, Australia, Nueva Zelanda...

o ® SSt^èiS) soffi S S

Elaborados artesanalraente, en gmpos redu­ cidos y siempre con giiías de la casa. Realizados para acercamos a culturas y modos de entender la vida que, afortiuiadamente, no siempre coinciden con los nuestros. ^ W jVIuchos destinos, ^ un amplio programa de trekMng y la posibilidad de hacer tus viajes a medida.

Pide nuestro catálogo, estamos en:

Ronda de Sant Pere, 11 - átic 3* - 08010 BARCELONA Tel: 93 318 9600 - Fax: 93 318 0037 - e-mail: bcn@banoa.com Ledesma, 10 - bis, 2° - 48001 BILBAO Tel: 94 435 5119 - Fax: 94 423 2039 - e-mail: bio@banoa.com

www.banoa.com

texto y fotos « JU A N JD HIDALGO

C o m enzó esto historio com o empiezan

Iq

maimona de

ellos, por cosuolidod Recorríamos el olorpodo caserío de Boronbio en busco de imopenes poro documentor un artículo sobre las minos de plom o g zinc, ublcodos en el monte llom odo San fìntón, unos

h abláb am os con

otros, pentes de edad avanzado, siempre

buscando o lp o Que pudlero suscitar nuestro Interés.

im o n ítb u m

.h •A 'i

h . " ! '

y Ä '!

111

W W Ê

/ % l resguardo del macizo de CorJ 4 beia, en su parte más occidental, JL J L y encajado en el valle que con­ forma el río Altube se reparte el pueblo, a ambos lados de la carretera. No en vano, Baranbio Abajo, diferente del tradicional mundo de los caseríos de Baranbio Arriba, había surgido junto a un importante ca­ mino de arriería, el de Vitoria a Bilbao, que habría ayudado a determinar la disposi­ ción de un pueblo-calle al estilo de Luiaondo, Laudio y tantos otros. Sus cuadrados caserones debieron notar un aumento en el trasiego de mercancías cuando la insu­ ficiente vía de comunicación fue converti­ da en camino real a comienzos del s. XIX. Era Baranbio, pues, un lugar de paso continuo de productos entre Vitoria y el mar y, por lo tanto, de mesones y ventas para el aprovisionamiento de viajeros, arrieros y bestias de carga.También era un pueblo de canteros, exportador de exce­ lentes muelas de molino; de carboneros y leñadores; y como no, de agricultores y pastores. Aún se conservan los restos de chabolas de las antiguas majadas en las laderas de. Nafarkorta y Arralde. Además, su río aportaba el caudal de agua necesa­ rio para mover los martillos de varias te­ rrerías y las ruedas de los molinos harine­ ros. Sin embargo, no acababa aquí la cosa, puesto que al mismo tiempo que se es­ trenaba el camino real -obra del arquitec­ to Olaguibel-, comenzaban los primeros golpes de pico en la mina San Antón, don­ de una compañía alemana se afanaba en sacar de la tierra la galena y blenda nece­ sarias para rentabilizar su inversión. Y fue así como, parte de los hombres, mujeres y niños de Baranbio, se convirtieron en asa­ lariados de estas compañías, formando parte del proceso extractivo o de lavado y cribado de los minerales. Hoy, salvo algu-

i

VISTA DEL NÚCLEO PRINCIPAL DE BARANBIO. AL PIE DE LAS LADERAS QUE DESCIENDEN DESDE NAFARKORTA (CORBEIA).

PUEDE VERSE LA IGLESIA DE ANDRA MARI. EL FRONTÓN. ALGUNAS CASAS Y EL CEMENTERIO CON SUS DOS ESBELTOS CIPRESES.

UBICACIÓN D ELA SEPULTURA.AL PIE DEL MURO PRINCIPAL DEL CEMENTERIO,Y DETALLE DE LA INSCRIPCIÓN GRABADA EN LA LOSA DE CABECERA CON EL NOMBRE DE SIMON WHITBURN

nos agujeros de galerías, ocultas y semiderruidas. no queda apenas nada que de­ late el reciente pasado minero de esta localidad delAltube.

Ccimino del cementerio Una anciana señora nos señalaba el cami­ no del cementerio, donde su fresca me­ moria recordaba el enterramiento de un miliciano y de algunos recién nacidos en la zona de la entrada. Era un día frío de otoño de 2003 y el solo hecho de acudir a un lugar desconocido aportaba un cierto aliciente. Abrimos la puerta de hierro para colarnos en el recinto indicado por la mu­ jer, donde un descuidado césped precedía a las escalerillas que daban acceso al ver­ dadero campo santo. Allí, bajo la pared suroeste y extramuros de la tierra sagra­

da, se localizaba una tumba bien delimi­ tada por losas verticales hincadas en el suelo y talladas al efecto -seguramente conformando las paredes del enterra­ miento-, y con cubierta, asimismo, de tres losas cuadrangulares y bien labradas que se ajustaban perfectamente al perí­ metro de las laterales. La losa de cabecera, orientada al sur, había sido rebajada para obtener un resalte rectangular a lo ancho de la misma y que parecía contener una inscripción totalmente oculta bajo la hier­ ba y el musgo que habían crecido sobre la piedra. Con las manos arranqué los hierbajos y con la ayuda de un palo limpié las letras lo mejor que pude, hasta poder leer su contenido: SIMON W HÍTBURN. Estaba claro que aquella no era la tumba de un miliciano, ni la de un niño. A los milicianos los enterraban sin mira­ mientos, sin señales al exterior, y nunca

TODOS LOS 1 DE NOVIEMBRE. FESTIVIDAD DE TODOS LOS SANTOS. ALGUNA MUJER DEL PUEBLO DEPOSITA FLORES SOBRE LA TUMBA DE SIMON, QUIZA PENSANDO QUE LA SEPULTURA CONTIENE EL CUERPO DE ALGÚN MILICIANO O LOS RESTOS DE NIÑOS FALLECIDOS ANTES DE HABER RECIBIDO EL BAUTISMO

bajo sepultura de piedra labrada por la que hubiera que pagar algún honorario, ni siquiera cuando se trataba de algún brigadista internacional de los que llegaban en apoyo de los republicanos. Aquella era sin duda la tumba de un inglés, pero no la de un soldado inglés. A quién pertenecía y por qué había sido enterrado fuera de lo sagrado era lo que más aguijoneaba mi curiosidad en aquel momento, preguntas ambas que no iban a tener respuesta fácil. ¿Podría la probable condición de anglica­ no del tal Simón haber sido causa y efec­ to de que aquella sepultura hubiera sido ubicada en aquel lugar?

ta s prim eras pesquisas No sé por qué, pero desde el primer mo­ mento tuve el presentimiento de que aquel hombre había tenido algún tipo de relación con la explotación minera del pueblo. Lamentablemente, las compañías que habían operado en el coto minero de Baranbio no existían en la actualidad y, probablemente, tampoco sus archivos. De hecho, tanto en la Dirección de Energía y Minas del Departamento de Industria como en los Archivos Centrales del Go­ bierno Vasco sólo se conservan los planos de labores, tanto de galerías como de es-

combreras y lavaderos, así como de los registros de las concesiones y arrenda­ mientos a las diferentes compañías, pero se carece totalmente de listados en los que aparezcan nombres de trabajadores y técnicos de las minas, salvo los de las per­ sonas físicas responsables de firmar los registros y los mencionados planos. Por lo tanto, de haber habido alguna vez un Si­ món Whitburn minero en el coto de Ba­ ranbio, de momento, se nos ocultaba a los ojos.

El siguiente paso fue establecer con­ tacto con el cura de la localidad, Juanjo Tellaetxe, un joven sacerdote que quizá pudiera aclararnos cosas. Le pedimos que escudriñara los libros de defunciones de la parroquia, sobre todo los referidos a la se­ gunda mitad del s. XIX y primera década del s. XX. Pero, una vez más, a pesar de su buena disposición, los resultados fueron decepcionantes. El cura encargado en aquel momento de presidir el entierro de Simón W . no había consignado el particu­ lar hecho en ninguno de sus libros, segu­ ramente porque se le había dado sepultu­ ra en el cementerio "de los disidentes o no católicos" -así se denominaba a esta franja de tierra extramuros del recinto sa­ grado según hemos podido comprobar recientemente-, en cuyo caso no había obligación de documentarlo. Por desgra­ cia y después de dar muchas vueltas, como suele ocurrir tantas veces, estába­ mos de nuevo en el punto de partida, ante la tumba de un inglés al que presumía­ mos minero y sin otro horizonte que el de la espera.

El fíncil de \a espera El nombre de Simon Whitburn se había dormido en mi libreta de anotaciones, y es que no siempre salen las cosas como

I

uno quiere. A veces, como el buen vino, se dice que deben reposar antes de madurar.

Y así fue, trascurridos dos largos años des­ de entonces, había llegado la hora de des­ pertarlo.

Fue en enero de 2006 cuando nos pu­ simos en contacto con Francisco Etxeberria, profesor titular de Medicina Forense de la Universidad del País Vasco y presi­ dente de la Sección de Antropología de la

Sociedad de Ciencias Aranzadi. Además de realizar estudios de antropología y paleopatología sobre los restos humanos de numerosos yacimientos arqueológicos, seguía colaborando con el Departamento

"entretenerse" un sábado en un, cuanto menos, raro asunto. Debí, no obstante, ex­ plicarme muy bien o trasmitirle toda mi ilusión en el proyecto, ya que aceptó de buen grado desde el principio. Sin duda, la persona comprometida y trabajadora que lleva dentro ayudó mucho a ello.

Pusimos nuestras agendas en común y fijamos un día: 1 de abril de 2006. Estába­ mos a punto de desvelar parte del secreto que guardaba Simón Whitburn, su edad aproximada, las causas de su muerte, aca­ so algún objeto personal o pequeño indi­ cio que ayudara a desentrañar la identi­ dad del personaje, un nombre oculto por el musgo de los años que había llevado a los habitantes de Baranbio a creer, erró­ neamente, que se trataba de la sepultura de un miliciano o de algún niño fallecido prematuramente.

Los perm isos

NUMEROSOS VECINOS DE BARANBIO VISITARON EL CEMENTERIO PARA SEGUIR DE CERCA EL CURSO DE LA INSPECCIÓN REALIZADA EL 1 DE ABRIL EN LA SEPULTURA DE SIMON W.

de Justicia del Gobierno Vasco como di­ rector del grupo de trabajo creado para la investigación de las personas desapareci­ das en la Guerra Civil Española. Pensé, con buen criterio, que este hombre de gran experiencia sería el idóneo para realizar una labor como ésta: desenterrar a Simón.

Sin embargo, dada la puerilidad del pro­ yecto -no existía familiar alguno que so­ licitara la exhumación-, dudaba que el bueno de Paco, a quien, dicho sea de paso, no conocía, aceptara el reto de venir has­ ta Baranbio desde la lejana Donostia para

Antes de proceder a ello, antes de que lle­ gara el día, hubimos de dar los pasos ne­ cesarios para que todas las partes e insti­ tuciones implicadas dieran su visto bueno al proyecto. Por parte de la Iglesia no ha­ bía ningún impedimento, ya que juanjo Tellaetxe era partidario, incluso, de trasla­ dar los restos al interior del cementerio.

Distinta era, en cambio, la posición de la Junta Administrativa de Baranbio, preocu­ pada por lo que pudieran pensar los veci­ nos sobre un asunto que consideraban delicado. Ante tales dudas, lógicas en bue­ na medida, nos comprometimos a inspec­ cionar y no exhumar los resto, y tras la actuación y el posible estudio, a dejar en el mismo lugar todo lo encontrado, man­ teniendo, así mismo, la disposición origi­ nal de una tumba que, independiente­ mente del nombre de su ocupante, parecía estar perfectamente asimilada en el pai­ saje funerario de Baranbio como un ele­ mento cultural propio y no extraño. Sin duda, la antropología se enriquece aquí con este tipo de matices.

I

TEXTO t FRA N C ISCO ETXEBERRIA, LO URDES HERRASTI Y C L A U D IO ALBISU. SOCIEDAD DE CIENCIAS ARANZADI

w

m

A solicitud de Juanjo Hidalgo y Félix M ugurutza de A V N IA Kultura Elkartea, en fecha 1 de abril de 2006 intervenimos en la inspección de un enterramiento situado en el exterior del cementerio de la localidad de Baranbio, en el municipio alavés de Am urrío, con el fin de confirmar la existencia de restos hum anos en su interior y estudiar sus características antropológicas.

En este actO/ se encuentran presentes, además de los citados, Andoni Aldama, Jesús Emilio Glez. Urquijo, Eleder Zalbide, A n e Zaragüeta, Marta Estanga, Igone Etxeberria, Lourdes Herrasti y Francisco Etxeberria.

DE SC R IP C IO N ^

^

DE

LAS

L A B O R E S R E A L IZ A D A S

El enterramiento se encuentra en el exterior del cemente­ rio y ¡unto a su pared SW.

Está

delimitado por piedras talladas al efecto y la cu­ bierta es asimismo en piedra bien labrada en tres piezas rectangulares que se ajustan a las laterales.

De estas tres piezas de cubierta, la que se encuentra en el extremo Sur, esto es en la zona correspondien­ te a la cabecera, presenta una inscripción con letras mayúsculas en la que se lee S IM O N W H IT BU R N .

Tras levantar las tres losas de la cubierta, la sepultura se encuentra colmatada con tierra y abundancia de piedras de pequeño tamaño en forma de cantos ro­ dados. Una vez retirada la tierra hasta una profundi­ dad de 60cm aparece un féretro de zinc forrado de madera.

Este féretro presenta una ventana ovalada en la zona de la cabecera con cristal que se encuentra roto por la presión de la tierra. De igual modo, el féretro se encuentra deteriorado y deformado por efecto de la humedad.

En el interior de! féretro observamos la existencia de un esqueleto humano completo inhumado en posi­ ción de decúbito supino con abundancia de puparios correspondientes al desarrollo larvario de insec­ tos durante el proceso de putrefacción. Como parte del proceso funerario llevado a cabo, en el interior del féretro se introdujo una gran cantidad de sales de calcio que suelen ser habituales para la conserva­ ción de los restos. Esta circunstancia se une al em­ pleo del féretro de zinc que es habitual también por la misma circunstancia. En algunos lugares del es­ queleto, como en las extremidades inferiores, se constata la existencia de telas o tejidos propios de los que debía vestir el difunto. En la extremidad superior derecha presenta restos de tela de una chaqueta.

Entre los objetos personales asociados encontramos tres botones de nácar en la región torácica, coxal izquierdo y muñeca del mismo lado, así como un botón de hueso en la zona de la sínfisis del pubis que debe corresponder al pantalón.

D ES C R IP C IÓ N DE LO S RESTOS H U M A N O S

Los restos humanos representan a un individuo com­ pleto de sexo masculino cuya edad a juzgar por pa­ rámetros antropológicos estándar corresponde con la adulta senil teniendo en cuenta que presenta una calcificación completa del cartílago cricoides.

De conformidad a la longitud de los huesos largos de las extremidades inferiores, su estatura aproximada sería de unos 170 cm.

Durante la inspección llevada a cabo los restos no fueron extraídos de su sepultura, a excepción de la mandibula para su estudio in situ que fue depositada nuevamente en su inte-

w

j

En la arcada superior presenta una prótesis dental parcial de caucho que consta de 12 piezas y un retenedor en el 17 El grupo incisivo está montado a tope. Ha permanecido funcional en boca bastantes años, durante los

^ É n |f|fl

cuales ha sufrido un mínimo de cuatro modificaciones; para añadir la pie­ za 23; para añadir la pieza 25; para añadir la pieza 13 (que está perdida); y para añadir la pieza 14 y una rotura del paladar

eia parietal izquierda presenta una lesión que pue­

hasta el 17 Se trata de una prótesis típica de la prime­

de ser descrita como una "erosión craneal" de as­

ra mitad del siglo XX que fue colocada en un indivi­

pecto ovalado y de casi 3cm de diámetro mayor.

duo con paradontosis severa. Fue colocada inmedia­

Dicha lesión muestra signos de regeneración del

tamente después de la extracción del grupo incisivo

hueso a favor de la tabla externa con signos de os-

anterior superior del individuo.

teolisis tal y como se manifiestan las lesiones trau­

En el maxilar inferior presenta abundancia de caries

máticas que alcanzan las partes blandas de la super­

de gran desarrollo en cuello dentario de varios dien­

ficie craneal hasta el periostio. En definitiva, esta le­

tes, con importante enfermedad

sión se justifica como consecuencia de un golpe

penodontal w

generalizada

a

todas las piezas.

directo y de importancia en la cabeza que cursaría sin secuelas salvo las estéticas (cicatriz) en cuero ca­ belludo.

ñor existe un aspecto

de

En definitiva, la sepultura contiene los restos esquelé­ ticos de una persona masculina adulta senil, de una

patología

edad próxima a los 60 años, que presenta una lesión

que tiene in­

ya curada en la cabeza y cuya causa de muerte -ocu­

terés, ya que

rrida en una fecha no muy alejada de principios del

en la eminen-

s. XX- nos resulta imposible de precisar

Tampoco puso ningún problema el Ayuntamiento de Amurrio, de quien de­ pende administrativamente el pueblo de Baranbio desde 1976, año en que todo el antiguo ayuntamiento de Lezama pasó a formar parte de él. Por último, logramos el visto bueno del Departamento de Pa­ trimonio de la Diputación Forai de Álava, ya que las losas monumentales del ente­ rramiento, de más de cien años, labradas y con inscripción, así lo requerían.

Arqueología e internet

I

A tenor de los resultados obtenidos por el grupo de Feo. Etxeberria cabe una re­ flexión que no es, en modo alguno, trivial, y que nos puede dar una idea de lo difícil, lenta y hasta frustrante que puede ser la investigación de nuestros prehistoriado­ res y arqueólogos. Conocer el pasado, cuando se carece de documentación es­ crita, con la sola ayuda de los resultados obtenidos tras la excavación es tarea ar­ dua, sobre todo si se cuenta con unos res­ tos materiales -aparentemente mudosque sólo hablan cuando los relacionamos con otros y la fortuna nos sonríe. Así, a pesar de los esfuerzos realizados, jamás hubiéramos pasado de conocer ciertos datos anecdóticos sobre la persona de Si­ món W . de no haber mediado un par de realidades sustancialmente importantes: que el tal Simón había sido un hombre del siglo XIX -es decir, de hoy, en términos arqueológicos- y que vivimos en un tiem­ po donde las modernas tecnologías globalizadoras ponen a nuestro alcance in­ formación de todo tipo, incluida la más insospechada en cada momento.

Jesús Emilio Clez. Urquijo, prehistoria­ dor y codirector del yacimiento de Axlor, y presente en la inspección durante toda la mañana, había regresado a su casa al mediodía con el ánimo inquieto por saber más acerca de aquel Simón. Su carácter investigador le llevó directamente a las teclas del ordenador conectado a inter­

net, en uno de cuyos buscadores colocó las palabras "Simón Whitburn".

Simón W. de Gwennap (Cornualles) Acabábamos de colocar en su sitio la últi­ ma de las pesadas losas que cubrían la sepultura cuando recibimos una llamada de Jesús Emilio dándonos nuevas sobre Simón. Al parecer, había encontrado a un individuo de 16 años de edad con idénti­ co nombre y apellido en el censo de 1841 de la localidad de Gwennap, en el extre­ mo suroeste de Inglaterra. Podría tratarse, por lo tanto, de la misma persona, ya que para finales del s. XIX tendría una edad entre 60 y 70 años, coincidiendo con la estimación que Paco había asignado al esqueleto hallado en la sepultura. Lo más espectacular de todo era que, en censos posteriores, aparecía ya relacionado con la minería. ¿Estaríamos en el buen cami­ no?

Apenas unos días después el cura de Baranbio, Juanjo Tellaetxe, quien a pesar de no haber podido asistir a la inspección no se había olvidado para nada del asun­ to, nos llamó para anunciarnos el hallazgo del acta de defunción de Simón W . en los viejos libros del extinto ayuntamiento de Lezama, hoy en el archivo del registro civil de los juzgados de Amurrio.

Así, pues, parecía que el haber removi­ do un poco la tierra había actuado de re­ vulsivo para que la información oculta asomara a la superficie y pudiéramos sa­ car del anonimato al bueno de Simón.

Todo lo que sabem os sobre Simón VWiitburn La información procedente del estudio del esqueleto y de la propia sepultura, más los datos obtenidos de los censos pa­ rroquiales de Gwennap mediante inter­ net, junto a los procedentes del acta de

5WENNAP

Poco se sabe sobre el santo que dio su nom bre a esta población del sureste de Redruth, cuya iglesia anglicana -cons­ truida en el s. XV- también se dedica a San Wenappa. Otro movimiento protestante sería, no obstante, el que terminaría imponiéndo­ se en Gwennap al aprovechar las penosas condiciones de vida de una sociedad minera.

El Gwennap del s, XVlll constituía, efectiva­ mente, el centro minero más importante de Cornualles, un escenario siempre convulso, ideal para las pretensiones de Jhon Wesley de recabar seguidores de su doctrina, Y parece que así fue, tal y como lo documenta en su diario: "El viento era fuerte aquella tarde del 5 de septiembre de 1752 y no permitía estar en el lugar que habitualmente utilizábamos para predicar en Gwennap -de lo que se deduce que ya había estado en anteriores ocasiones-. A corta distancia de allí había un hoyo en la tierra capaz de contener a más de mil personas..,’’.

Desde entonces, fue aquel hoyo el lugar utiliza­ do por Wesley en sus doce prédicas posteriores, acaecidas en las décadas de los anos 60, 70 y 80 del s. XVlll. La última de ellas en 1789, dos años antes de su muerte en la capital londinen­ se. Pero, la herencia de Wesley había quedado profundamente arraigada entre la población, metodista en su mayoría, y no sería demasiado aventurar que el propio padre de Simón, James Whitburn, se encontrara presente en alguno de aquellos sermones históricos, ¡unto a sus progenitores o en compañía de otros niños.

El famoso hoyo se había formado, con toda probabilidad, por un hundimiento en superficie de la bóveda de una vie¡a mina abandonada, cuya oquedad no habría podido aguantar más empu¡es y habría originado el colapso.

Sea como fuera, su función posterior lo había

convertido, sin duda, en un lugar de veneración y culto. Esto es, al menos, lo que se deduce de la remodelación que sufrió en 1806 para realizar trece gradas o terrazas concéntricas regulares a¡ustadas al terreno -al modo de los teatros griegos-, con el fin de sentar en ellas a 2000 personas. Desde que fuera reabierto en 1807, el hoyo ha venido siendo utilizado continuamente por los metodistas para predicar y celebrar en él sus principales fiestas religiosas, una de las cuales es el Whitmonday o ’’fiesta del lunes blanco”, en el tiempo de Pentecostés, En la actualidad es un gran anfiteatro al aire libre, totalmente cubierto de cuidado césped, y con unas características acústicas notables.

En una de las gradas se mantienen en pie dos pilares de piedra conocidos como "pulpito de Wesley", desde donde el predicador se dirigía a las miles de personas que solían reunirse para escucharle. Todavía hoy, en la tarde de domingo de los meses de verano, se llevan a cabo en él servicios ecuménicos dirigidos por clérigos de diferente concepción religiosa: anglicanos, del

A S E¡ército Católico, de la iglesia Pentecostal, de Salvamento y de otros. También se suele utilizar el hoyo de manera ocasional, cuando llegan visitas de dignatarios y políticos de otras partes.

Pero no hay que olvidar que la verdadera historia de Gwennap se for¡ó en el subsuelo, en las entrañas de la tierra. Las cantidades de cobre y estaño extraídas de las minas de Gwennap debieron ser enormes, como también lo fue su importancia económica. Sin embargo, las vacas flacas llegaron cuando se cerraron las explotaciones a finales del s, XIX y comienzos del s. XX, lo que obligó a emigrar a buena parte de sus traba¡adores y a transformar la econo­ mía del lugar en otras fuentes de ingresos.

defunción, suponen las tres patas de apo­ yo en las que nos hemos basado para es­ bozar una biografía que, indudablemente, se enriquecería -no sabemos si mucho o poco- con los aportes que podría propor­ cionar un viaje a Cornualles, donde nos aguardaría el escenario en el que desarro­ lló buena parte de su vida nuestro prota­ gonista y, posiblemente, alguno de sus descendientes.

Simón Whitburn y Luke nació en la lo­ calidad de Gwennap en 1825, situada al sureste de Redruth y formada por cinco aldeas dependientes de su administración.

Con partes del territorio de esta parroquia se crearon otras dos en 1833 y 1845: Saint Day y Lanner respectivamente.

Creemos que Simón pudo haber nacido en la zona de Gwennap que más tarde pasó a depender de la parroquia de Saint Day, ya que, en el acta de defunción apa­ rece esta última como la localidad en la

que Simon vino al mundo. A este respecto hay que decir, sobre las actas de defun­ ción de los registros civiles de hace cien años, que la cantidad de información que podemos extraer de ellas es muy superior a la que nos ofrecen las actuales, gracias a lo cual hemos podido cotejar la abundan­ cia de datos obtenidos en el acta con los sacados de internet.

El acta de defunción dice así: "En el Juzgado Municipal de Lezama, provincia de Álava, a la una de la tarde del día 9 de marzo de 1890, ante D. Manuel Aldama y Visiola, Juez municipal, y D. An­ drés Lacuz, Secretario accidental, compa­ reció D. José Estévez y Lachondo, natural del pueblo y término municipal de Elantxobe, mayor de edad; estado civil casado: de oficio hojalatero: domiciliado en Bil­ bao, calle de las Cortes, letra B, piso 5®; manifestando en calidad de encargado del finado que D. Simon Whitburn y Luke,

c a s e r ío d e l b a r r io OE BERCANTZA. e n u n o d e e l l o s , n u m e r a d o c o n e l 73 EN 1890. MURIÓ SIMON. HOY, DEBIDO A LOS NUMEROSOS CAMBIOS EFECTUADOS EN LA NUMERACIÓN DE LAS CASAS, ES IMPOSIBLE RASTREAR CUAL PUDO HABER SIDO AQUEUA

ID E't)EFU N C IÓ N .

acta

.deldía jÍ£ ¿z Z A de mil ochocientos üuAwwíí«

á

EBO.

de

-

ante D.

Juezrm m icipal,y D ._. .

if ^

j'-

cdm pateció ü J /S U -^ ^ él¿V tJL,

con ¡tucédulapersoTial número j.__ natural dey᣿£^^/¿¿*u^ mayor de edad; estado civil___

;

; domidliúdo

manifestando

en calidad de_

— q^ie

D ,.^¡É ¿itú 3± .^

natural de, edad de

y domiciliado en faUedóA

^ del ííia._v^V-v2íí¿¿¿íñÁz:^A¿¿zí^ en^

á consemiència de. ¿la

^

ta /rlfi4 u J> i4 im ta í^ o :tá ^ CLUlÀaMaf-MÀita^ -r

tegún certificación facultativa que presenta para ohteixer la co­ rrespondiente licencia de enterramiento.

JÍh- vista de esta manifestación y de dicha certificaxnon facul­ tativa, que queda archivada.^

S r, Juez m unicipal dispuso que

se extendiese la presente acta* consignándose en ella, además de ¡o expuesto por el cfecíai\»8|^ en virtud de las noticias que it iian ^^pódido

siguientes: tÉ k th c

EL METODISMO... ¿LA RELIGIÓN DE SIMON WHfTBURN?

El te ó lo go inglés Jhon W e sle y fue el principal valed or de este m o vim ie n to originado en 1729 en la universidad de Oxford, cuando un grupo de estudiantes comenzó a reunirse para practicar el culto y los servicios cristianos. Sus compañeros de universidad denominaban al grupo "el club santo" y a sus miembros "me­ todistas", haciendo alusión al modo tan metódico con que realizaban las distintas prácticas que su sentido de responsabilidad cristiana y ritual religioso les indicaba.

El propio Wesley crearía en Londres, diez años más tarde, la primera congregación metodista, y a sus labores de predicador añadiría las de prolifico escritor. El baio precio al que se vendían sus obras hizo que sus ideas se extendieran con rapidez, incluso entre las clases más pobres de la sociedad.

Juntos, Jhon y su hermano Charles, lograron crear una verdadera revolución espiritual, un movimiento que, según algunos historia­ dores, sirvió para desviar las tensiones que existían en Inglaterra a finales del siglo XVIII, evitando así una posible revolución política.

Dos son los sacramentos admitidos: el bau­ tismo y la llamada "Cena del Señor",

El primero es administrado por inmersión, y el segundo conmemora la presencia de Cristo. La teología de los hermanos Wesley rechazaba la creencia calvinista en la predestinación y abrazaba la doctrina de la perfección cristiana y de la salvación personal por medio de la fe. Así, John Wesley fue ganando adeptos entre las clases obreras inglesas, hastiadas del formalismo que les exigía la tradicional iglesia anglica­ na. Los clérigos ingleses -conscientes del peligro- prohibieron a los Wesley predicar en iglesias parroquiales, lo que les llevó a celebrar sus reuniones metodistas al aire libre.

Las asambleas fueron logrando que se reavi­ vara el fervor religioso en Inglaterra, en espe­ cial entre las clases menos pudientes. Tanto el mensaje como las actividades personales que John Wesley desarrollaba entre estos grupos sociales, estimularon una conciencia social que nunca ha dejado de existir entre sus se­ guidores y que se transformó en el sello que identifica la tradición metodista. El número de sus seguidores creció muy deprisa y en 1744 se celebró la primera conferencia de trabajadores metodistas. A pesar de todo, John Wesley jamás rompería su vinculación con la Iglesia de Inglaterra. Tras su muerte, ocurrida en 1791, sus seguidores comenzarían a dividirse en distintos grupos religiosos con pequeñas diferenciaciones doctrinales tanto en Gran Bretaña como en Estado Unidos, y cada uno mantendría su propia versión de las enseñanzas de John Wesley. A pesar de todo, cada cinco años, los metodistas de todo el mundo celebran un encuentro ecuménico con el fin de coordinar los distintos grupos, cuya "iglesia madre" continúa siendo la Iglesia Metodista del Reino Unido.

conveniente, se estampó en ella el sello del Juzgado municipal y la firmaron el Sr. J up.z , todo ello, como Secretario, certifico,

■*'

PARTE FINAL DEL ACTA DE DEFUNCIÓN DE SIMON, EN LA QUE PUEDEN APRECIARSE LAS FIRMAS DEL JU EZ SECRETARIO DECLARANTE,TESTICOSY SOBRINO DEL FINADO.

súbdito inglés natural del pueblo de Saint Day, provincia de Cornwall, edad de 65 años; ingeniero de Minas y domiciliado en este pueblo y término municipal de Lezama, falleció a las 2 de la madrugada del día 6 del corriente en este dicho pueblo y su barrio de Berganza, n® 73, a consecuen­ cia de infarto pulmonar crónico que ha terminado por reblandecimiento, según certificación facultativa que presenta para obtener la correspondiente licencia de enterramiento.

El Sr. Juez municipal dispuso que se extendiese la presente acta, consignándo­ se en ella, además de lo expuesto por el declarante y en virtud de las noticias que se han podido adquirir, que el referido fi­ nado estaba casado en su nación en el acto del fallecimiento con Dña. Mrs. Nan­ ny, natural de Pool, provincia de Cornwall (Inglaterra), de 60 años de edad, dedicada a las labores propias de su sexo y domici­ liada en dicho pueblo de Saint Day; ha­ biendo tenido de este matrimonio cinco hijos llamados Isabela, Elena, Emilia, Enri­

que y Jorge, de los cuales falleció la pri­ mera, viviendo los otros cuatro. La Emilia casada en Saint Day; la Elena soltera en compañía de su madre, y el Enrique y Jor­ ge también solteros residentes en Sur de África y Londres respectivamente.

Simón Whitburn era hijo natural de D. Santiago Whitburn, natural de Saint Day y profesión minero, ya difunto, y de D® Isa­ bel Luke, natural de Busbeal (Inglaterra) y dedicada a las labores de su sexo y tam ­ bién difunta.

Que según noticia, escribió él mismo horas antes de morir un papel fechado el 5 de marzo, como última disposición de sus bienes en su idioma inglés, el cual hizo firmar a Jacinto Ligarte y hacer una cruz a Valentín Larrazabal, como testigos.

A su cadáver se habrá de dar sepultura en el cementerio de los disidentes o no católicos del pueblo de Baranbio.

Asimismo se hace constar que se ha presentado a dar las noticias del finado otro súbdito inglés que dice llamarse Es­ teban S. Whitburn y ser sobrino de D. Si­

PUERTO PESQUERO DE MEVACISSEY, SITUADO EN LA SOLEADA COSTA SUR DE CORNUAU.ES

á

món, el cual firma también con el decla­ rante y testigos al final de la presente acta.

Fueron testigos presenciales D. Maxi­ mino Zulueta, natural de este pueblo de Lezama, mayor de edad, soltero y alguacil, y D. Rondano Cochicoa, natural del pue­ blo de Amezaga, mayor de edad, casado, peón-caminero de profesión y domicilia­ do en Lezama.

Leída íntegramente esta arta e invita­ das las personas que deben suscribirla a que la leyeran por sí mismas, s¡ así lo creían conveniente, se estampó en ella el sello del Juzgado municipal y la firmaron el Sr. Juez, el declarante y los testigos".

Como puede apreciarse en ella, la ri­ queza informativa que contiene nos ha ayudado mucho a esclarecer la identidad de Simón Whitburn, ya que coincide en gran medida con la aportada por los cen­ sos ingleses colgados de internet. Unos

censos -los de 1841,1851,1861,1871 y 1891- que, dicho sea de paso, hemos consultado para el tema que nos ocupa y que han aportado luz sobre muchas de (as dudas que teníamos. Así, los nombres de pila aparecidos en el arta de defunción reflejan, en todos los casos, la versión cas­ tellanizada del original inglés en los cen­ sos. De esta forma, el padre de Simón se llamaba James -el Santiago del arta- y aparece en el censo de Gwennap de 1841 con una edad de 62 años. Nacido en 1779, habría tenido el oficio de minero en una explotación de cobre. La madre, por su parte, Elizabeth Whitburn -la Isabel Luke del arta, gracias a lo cual conocemos el apellido de soltera que más tarde, al ca­ sarse, perdería por su condición de mujer como ocurre en muchos países del mundo-, con 55 años de edad y nacida, por lo tanto, en 1786, en la localidad de Busbeal.

Sus hermanos -que no se mencionan en

el acta- fueron Stephen (nacido en 1815), Richard (1820), Joseph (1823) y Mary (1827). El propio Simón cuenta con 16 años en este censo, por lo que su naci­ miento debe corresponder a 1825. Sin duda, una familia numerosa, con los hijos todavía jóvenes y unos padres bastante mayores, demasiado, quizá, para verlos crecer y llegar a la edad adulta.

Simón Whitburn contrajo matrimonio -seguramente en una ceremonia meto­ dista, aunque esto no es seguro- con Nanny Whitburn, de la que desconoce­ mos su apellido de soltera. Sabemos que nació en lllogan en 1830, una localidad cercana a Gwennap y que no se corres­ ponde con el Pool mencionado en el acta de defunción.

En el censo de 1861 aparecen ambos con cuatro de sus cinco hijos. Simón, de 36 años, es agente de minas -represen­ tante comercial o técnico de alguna com­ pañía-, lo que quiere decir que había lo­ grado una cierta cualificación y que se había alejado de los peligrosos puestos de producción a pie de galería, desempeña­ dos por esforzados mineros, mineros del cobre como su padre. En cuanto a los hi­ jos, la primogénita Elizabeth -la Isabela del acta-, bautizada con el nombre de su abuela paterna, contaba con ocho añitos y estaba escolarizada, al igual que sus otras dos hermanas: Emily y Helen -las Emilia y Elena del acta-, gemelas y de 6 años de edad. El más pequeño es Henry -Enrique en el acta-, con tan sólo once meses de vida, un bebé que, como sabe­ mos, no sería el último de la familia. Por los años de la mayor, ocho, podemos de­ ducir la fecha del enlace entre Simón y Nanny, en torno a 1852, con 27 y 22 años de edad respectivamente.

Una década más tarde, en 1871, apa­ rece censado George -el jorge del actacon siete añitos, tres menos que su her­ mano Henry, y ambos escolarizados. En lo que respecta a las hermanas, todas ellas han abandonado ya el colegio y se citan con sus respectivos oficios. Así, Elizabeth,

la mayor de las hijas con 18 años y solte­ ra, parece que ha dejado Cornualles y ha cruzado el Atlántico para irse hasta los do­ minios británicos de ultramar en la zona de Chile, donde trabaja como ayudante en una pañería. Las gemelas, por su parte, aparecen como costureras a la edad de 16 años. Es extraño, sin embargo, que en la profesión de Simón haya desaparecido el rasgo de "agente de mina" para pasar al de "minero del cobre", no sabemos si con algún tipo de cualificación técnica.

Lamentablemente, el censo corres­ pondiente a 1881 sólo está introducido en un 5 % y no aparecen los Whitburn, por lo que hemos de irnos al de 1891. Sin duda, un período de tiempo demasiado prolongado para la vida de una familia, y en el que, indefectiblemente, se nos ocul­ tarán datos de gran importancia. Así, lo único que podemos certificar es el estado civil de Nanny Whitburn, esposa de Simón y viuda de él en este momento. Este dato viene a corroborar la muerte del minero en Baranbio en 1890, pero no nos aclara si llegó a Euskal Herria antes o después del censo de 1881. Otra información oculta es la de sus hijos, de los que únicamente sabemos lo que el propio Simón escribió un día antes de fallecer y que su sobrino.

Esteban, seguramente tradujo para el acta de defunción. En este sentido, el censo coincide en el hecho de que la viuda Nan­ ny, de 61 años, viva en Gwennap en com­ pañía de su hija Ellen, soltera y con 36 años de edad, confirmando lo expuesto en et acta un año antes.

Vemos, pues, cómo para esta fecha de 1891 tenemos al núcleo de los Whitburn bastante roto, con la muerte del cabeza de familia en una remota población vasca; con el fallecimiento prematuro de la hija mayor, Elizabeth, en las lejanas tierras de América, probablemente de alguna enfer­ medad: y con la marcha del hogar de los dos hijos, Henry y George, de 30 y 27 años de edad respectivamente, obligados, seguramente, por la crisis minera y las malas condiciones económicas que reina-

I

ban en su querido Cornualles. George ha­ bría encaminado sus pasos a un Londres acogedor y de prometedor futuro, donde encontraría no sólo trabajo, sino también

una esposa con quien formar familia se­ gún mandaba el estilo de vida de la época.

Henry, por su parte, habría posado sus ojos en Sudáfrica, una colonia -por aquel

CORNUALLES

El condado de Cornualles -CornwollQn inglésjunto a tas islas Scilly, constituyen el extremo más suroeste de Inglaterra, conformando una península que limita al sur con el llamado Canal de la Mancha y al norte y oeste con el océano Atlántico. Un océano que invade y modela la costa hasta convertirla en una estirada punta de flecha donde, al igual que en el Finisterre gallego, encontramos un evocador Land's End o cabo "Fin de la Tierra". Un océano que muerde la costa y produce en ella profundas escotaduras donde se ubican las más bellas localidades portuarias rodeadas de acantilados rocosos. Tal es así que, la suavidad de su clima húmedo, su variada vegetación y la belleza de sus paisajes, han hecho de Cornualles una tierra acogedora de turistas de todas las partes del Reino Unido. Su generosa temperatura y sus días de sol hacen posible que madure la fruta y se recoian flores y hortalizas para el mercado interior. Penzance y Falmouth son las ciudades más grandes e industriales, mientras que Truro se considera el centro administrativo.

Cornualles tiene una superficie similar a la del territorio de Álava, y por ella han pasado diferentes culturas desde el Neolítico y la Edad de los Metales, incluidos pueblos celtas, romanos y salones. De algunos de ellos quedan vestigios en los espectacu­ lares monumentos megalíticos por todo el sur de Inglaterra, y quienes los levantaron, quizá se

entendieron en la lengua local: el cómico o cornuallés, de raíz celta y hablada hasta finales del siglo XVill. Hoy, por desgracia, agoniza en el recuerdo de lo que fue y ha pasado a formar parte de la extensa colección de lenguas muertas.

Fueron los celtas de Gales e Irlanda quienes, en el temprano s. V, introduieron el cristianismo en Cornualles. Sin embargo, esta población cristianocatólica, obligada más tarde a abrazar el anglicanismo, llegaría -durante el s. XVIII- a consolidar en su tierra un fuerte movimiento metodista que, desde entonces, se ha consagrado como la principal religión en el extremo occidental inglés.

Pero, si en algo ha sobresalido Cornualles a lo largo de la historia, ha sido en el capítulo de la minería.

De hecho, el paisaje de Cornualles y del oeste de Devon sufrió una enorme transformación durante el s. XVIII y principios del XIX debido al auge de la explotación minera del cobre y estaño y, en menor medida, del caolín, productos que han sido ampliamente codiciados y obieto de comercio desde la protohistoria hasta la época actual. Así, al menos, lo documenta la arqueología, sacando a la luz los vestigios de grupos humanos del llamado "vaso campaniforme", llegados desde el continente hace casi 4000 años para comerciar con cobre, cerveza, oro y plata. A ellos se debe la primera artesanía de los metales y la construcción -entre otras- del santuario de Avebury, la montaña artificial de Silbury Hill, los monolitos de Callanish y la segunda estructura de Stonehenge, en ninguno de los cuales llegaron a enterrar a sus muertos. La necesidad de aprovisionamiento de metales había destapado ya el tarro de la codicia en Europa y no tardaron en desembarcar tribus de armoricanos -actual Bretañaen busca de minas de cobre y estaño para fabricar el valioso bronce. Así, descubrieron los mayores yacimientos de estaño de Europa y se enriquecieron con su comercio, lo que les sirvió para imponer su cultura superior (Wessex) a la población indígena. A ellos se debe la reconstrucción de Avebury y la fábrica de la tercera estructura de Stonehenge.

Tal ha sido la impronta de la minería en este paisaje que la U N E S C O no ha dudado en declararlo como

entonces- de la todopoderosa metrópoli británica. Dada la riqueza minera de aquel lejano territorio, rio sería demasiado aven­ turar que su marcha estuviera relacionada

'i

NASAS Y BARCOS D£ PESCA EN EL PUERTO DE CADCWITH '

CORTADOS EN EL CABO DE LANDS END

■w r

m

m

m

precisamente con ello, con las explotacio­ nes mineras que allí tenían las compañías europeas. Finalmente, destacar que sólo Emily habría contraído nupcias y, aunque

patrimonio mundial en Id última lista de cataloga­ ciones -¡uiio de 2006-, en la que también aparece, curiosamente, nuestro muy querido Puente Bizkaia.

Las profundas minas subterráneas, los talleres, las fundiciones, las ciudades nuevas y los puertos e industrias asociadas reflejan el prolífico espíritu innovador que fue el motor de aquel desarrollo industrial que a principios del s. XIX producía dos tercios del cobre mundial. Los numerosos vestigios dan cuenta de la contribución de Cornualles y del oeste de Devon a la conocida Revolución Industrial británica y de la influencia decisiva de esta región en la minería mundial. Por citar un eiemplo, ¡unto al cabo Cornualles se encuentra el grisáceo pueblo de St. Just In Penwith, antiguo centro de la industria del cobre y del estaño, con su hilera de adornadas casas de campo que, de manera radial, salen desde Bank Square como testigos mudos de la apiñada comunidad minera que existió allí hace más de cien años. Al igual que ocurriera en Gwennap, al aire libre se halla el anfiteatro de hierba donde se representaban los antiguos misterios de Cornualles, utilizado más tarde por los predicadores metodistas y los luchadores locales. También en New/lyn, Indian Queens y Whitemoor hay hoyos semejantes al de Gwennap, aunque no tan antiguos ni tan grandes.

La tecnología de Cornualles, basada en las máqui­ nas, los edificios para contenerlas y el equipamiento minero, se exportó al resto de países y contribuyó a meiorar las condiciones de trabaio en las explotacio­ nes. La lámpara de seguridad, el motor de balancín a vapor y la barrena fueron algunas de las innova­ ciones más destacadas. Sin embargo, la gran infraestructura de hombres y herramientas montada durante siglos dejó de funcionar en la década de los años 60, cuando las entrañas de la tierra exhalaron su último suspiro y se decidió el cierre de la mayor parte de las minas. Esto obligó a muchos trabajado­ res a emigrar a otras comunidades mineras esparcidas por el mundo y que habían surgido, siguiendo la tradición de Cornualles, en lugares como Sudáfrica, Australia o América Central, donde todavía subsisten viejas máquinas procedentes de esta región del suroeste inglés.

RECUBRIMIENTO CON TIERRA DE LA SEPULTURA DE SIMON W. UNA VEZ CONCLUIDA LA INSPECCIÓN DE LA MISMA

I

residente en la zona pues vivía en Saint Day, bastante difícil de rastrear debido al cambio de apellido. No obstante, tanto Emily como Ellen. las dos hermanas ge­ melas. habrían de ser el único apoyo de Nanny en lo que le restara de vida, sobre todo desde la muerte de Simón. Sin duda, para cuando recibieron la noticia amarga de la muerte de su padre ya haría tiempo que se habrían acostumbrado a vivir sin él.

Simón Whitburn y Luke salió de Gwen­ nap entre 1872 y 1890. es decir, en algún momento comprendido entre el último censo en que aparece citado allí y el año de su fallecimiento. No podemos precisar más, por el momento, esta eventualidad, aunque sí podríamos pensar que llevaría aquí algunos años y que quizá no hubiera sido éste et primer destino desde que un día abandonara las minas de su querida Cornualles.

Nada hemos podido averiguar, sin embargo, sobre el hombre que llegó a Bergantza y que el acta refleja como so­ brino de Simón, Esteban (Stephen) S. Whitburn. Vendría, seguramente, con la intención de llevarse los objetos persona­ les de su tío y... ¿acaso también para repa­ triar el cadáver a Inglaterra? Así parecen confirmarlo las sales de calcio halladas en el interior del féretro y la cubierta de zinc del propio féretro, habituales en los tras­

lados para cumplir las preceptivas medi­ das sanitarias. No sabemos qué circuns­ tancia impediría al Sr. Stephen llevar a cabo su cometido, aunque no habría que menospreciar las razones económicas ni las dificultades de transporte en todo ello.

Las minas de Baranbio comenzaron a explotarse en 1825, aunque probable­ mente antes ya se había abierto algún agujero en busca de galena, blenda y zinc, los tres minerales objetos de extracción.

El último estertor lo dieron en 1946 pero, para entonces, hacía años que había de­ clinado su rendimiento hasta el punto de ser totalmente inviables económicamen­ te. Durante la época en que Simón trabajó en el coto de Baranbio había dos persona­ jes al frente de la propiedad: Amador Guilarte, vitoriano. y Alfonso García Morales, gijonés. Es muy probable que el primero fuese mentor del segundo y que trabajara con ahínco por la demarcación de algunas minas y la compra de las más antiguas San Antón n® 1 y Demasía a San Antónen favor de Morales, un hombre que ya poseía las de Benita, Demasía a Benita, Jacinta y Herminia, entre otras. No obs­ tante, ninguno de los dos actuó directa­ mente en la explotación, ya que las arren­ daban a terceras personas tales como la Sociedad Minera Euskalduna. encargada de extraer el mineral y de contratar los servicios de trabajadores y técnicos, entre ellos, los de nuestro protagonista Simón.

Simón, un hombre de Cornualles, mi­ nero y con la experiencia suficiente como para haberle valido la designación de "in­ geniero" en el acta de defunción, una titu­ lación que no sería equivalente, en modo alguno, a la de hoy en día. Metodista o anglicano en lo religioso, padre de familia que llegó un día a Baranbio para trabajar y -sin tenerlo previsto- morir y ser ente­ rrado aquí, en el cementerio de los disi­ dentes o no católicos. Descanse en paz Simón Whitburn.

JUAHJO HIDALGO

Jrea, èguzkia,lurra etai^yr^, " lau energla^iturrijj

laubifP-itur

Parke O R D U T EG IA H O RA RIO D E A PER T U RA '9.iloc»-dütó9ia Horario de invierno, uk ftiartxora/ De Octubre a Marzo

Aste^etlk '!n:0 0 etatik-)1 De martes a domir»go: De 10:00 a 14:00 horas ..

■■

-

‘ i

I U

A m u f io

.

V

»

i

,

i' - J' -A m rrio

;egia ,' Horario | | iV e ra ^ P 2ra / DI<Abril a Séptiemp^. . rtetj_____ 06

e ta tj|B B } 0 etara

6:O0^at?K^:OOetara De martes a domingo: De 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 2 0 : 0 0 ho l

T

.Ardbako 'fúru Aldundia ÍJíp u tació n fo ra i de Alava

E U SKO 1AUKLARIT2A 6 O B ( U N O VASCO

■PsM^Tiendi parkea •ftirke Aresketómes^

tel. 619 777 633

aresketam^ndi Energía Berriztagarrien Parke Temalikoa Porque Temático de tas Energías Renovables

www.aiaratur.org Cuadrilla Ayala

Cü O

Ubicada en el Valle de Ayala, la villa de Artziniega se fundó en 1272, con su carac­ terística forma almendrada y tres calles principales, trazado medieval, además de

í

(L>

majestuosas casa-torre, escudos, casas blasonadas y palacios del siglo XVI hasta el XIX, el empedrado de las calles... Es Conjunto Monumental desde 1996.

La villa enclavada en un extraordinario paisaje natural, ofrece al visitante una amplia gama de posibilidades para disfrutar de la naturaleza; senderismo, paseos a caballo, deportes de aventura, etc.

Tiene también una variada oferta cultura!. El monumento más conocido de !a villa es el majestuoso Santuario de la Virgen de la Encina. Este edificio, gótico - rena­ centista. guarda en su interior la joya mas apreciada del templo, el retablo mayor, obra del siglo XVI y de estilo gótico-flamenco que esta considerado uno de los mas bellos ejemplares del Pais Vasco.

No sin menos importancia, el Museo Etnográfico de Artziniega, recoge con mimo testimonios de los oficios y modos de vida más antiguos del Valle de Ayala.

Acercándonos a nuestras olvidadas tradiciones, aperos de labranza, herrería, la escuela, el barbero, la tienda. (Información y reservas: 945 39 62 10] Y sin duda alguna Artziniega. hace posible que todas estas tradiciones puedan vivirse en un solo día mediante el Mercado de Antaño, que se celebra todos los años el primer domingo de septiembre, donde el casco potencia la autenticidad de esta fiesta sin igual, adentrándonos por completo en el medievo; caballeros, jinetes, hermosas doncellas, juglares, tirititeros, saltimbanquis, y por supuesto, recreación de oficios antiguos cetreria, productos artesanales.

a

en

tim p o /

Kexaa/Quejana

O FICINAS DE TU R ISM O DE LA COM ARCA E SK U A L D E K O T U R ISM O B U L E G O A K OFICINA DE TURISMO DE ARTZINIEGA Goiko Plaza (Antiguo Consistorio, Planta Baja) Te!: 944.03.49.30 Ayuntamiento Tei. : 945.396 353 turismo.artziniega@telefonica.net OFICINA TURISMO LAUDIO/LLODIO Parque Lamuza,11 Tei: 944.03.49.30 of<cinadeturismo<S laudiokoudala.net OFICINA DE TURISMO DE URDUÑA/ORDUÑA Fo ru Plaza, 3 - Bajo Te): 945.384.384 t u rts m o @ u rc lu n 3 k o u d a la .o r9

OFICINA DE TURISMO DE OROZKO Plaza Zubiaur (Museo Etnográfico) Tei: 946.339.823 museoa.orozko@btzkaia.org OFICINA DE TURISM O DE AYALA OUEJANA/KEXAA Santuario de Quejana {Museo de Arte Sacro) Tel. 945.39.94.14 turismo.avala@telefonica.net

c e n t i n e l d s

7

o

L

o

M

texto y fotos « iNlGO JAUREGUI EZdUIBELA

o

O

C

v✓ ^ O /

a mitad septentrional de lo que hoy conocemos con el Inombre genérico de la Rioja formó parte, allá por los siglos IX y X, de un territorio fronterizo objeto de continuas disputas y de luchas sin cuartel en las que los nobles cristianos del norte de la Península se enfrentaban, con más o menos fortuna, a los emires y cali­ fas omeyas de Córdoba o. en su defecto, a sus aliados del clan, de origen tal vez vascón, Banu Qasi. El límite entre estas dos potencias contendientes, la tierra de na­ die, se iniciaba en las estribaciones del Pirineo, penetraba profundamente aguas arriba del Ebro y, a continuación, recorría cientos de kilómetros hasta finalizar en las costas lusas, junto al Atlántico.

La mitad septentrional de lo que hoy conocemos con el nombre genérico de la Rioja formó parte, allá por los siglos tX y X, de un territorio fronterizo objeto de continuas disputas y de luchas sin cuartel en las que los nobles cristianos del norte de la Península se enfrentaban, con más o menos fortuna, a los emires y califas omeyas de Córdoba o, en su defecto, a sus aliados del clan, de origen tal vez vascón, Banu Qasi. El límite entre estas dos po­ tencias contendientes, la tierra de nadie, se iniciaba en las estribaciones del Pirineo,

penetraba profundamente aguas arriba del Ebro y, a continuación, recorría cien­ to s de kilóm etroSi hasta finalizar en las costas lusas, junto al Atlántico.

Los cristianos, pocos, mal organizados, peor abastecidos y conscientes de su de­ bilidad intentaban eludir los enfrenta­ mientos directos recurriendo a la defensa pasiva; repliegues, huidas, dispersión de­ mográfica, destrucción de bienes mue­ bles e inmuebles, edificación de castillos en lugares estratégicos y fácilmente de­ fendibles, etc. En el otro extremo, sus en­ carnizados enemigos, los musulmanes, no sólo llevaban la iniciativa sino que confia­ dos de su capacidad militar y estratégica emprendían anualmente expediciones de castigo y de hostigamiento -aceifas- du­ rante las que destruían y saqueaban lo poco que encontraban a su paso. Puestos a elegir, preferían consolidar su dominio sobre la mitad meridional del país y ex­ plotar la feracidad de sus recursos que ocupar un territorio estéril, montuoso, carente de ciudades, escasamente pobla­ do y lleno de salvajes que se expresaban en un idioma completamente ininteligi­ ble.

Durante este periodo de inestabilidad, los confines del valle medio del Ebro y la Bureba adquirieron un enorme valor tác­ tico. La Sierra de Oña, los Obarenes, las estribaciones delToloño y de Codés y los desfiladeros que atraviesan estos escar­ pes montañosos para dejar paso a los cur­ sos fluviales, se convirtieron en una de­ fensa natural contra las razzias de los agresores y, simultáneamente, en la puer­ ta que era necesario franquear para acce­ der al saltus vasconum y a los territorios que se extendían hasta el Cantábrico. El contendiente que lograba consolidar su dominio sobre estos puntos clave no sólo era capaz de atacar impunemente a sus enemigos sin sufrir grandes pérdidas sino que además podía abastecerse de alimen­ tos con relativa holgura dada la feracidad cerealera, vinícola y olivarera de las tierras circundantes.

Los pocos vestigios que sobreviven de este pasado glorioso, o simplemente tor­ mentoso, se reducen a un puñado de rui­ nas. de noticias dispersas y de topónimos que exceden ampliamente los límites riojanos y van desde Peña Amaya, en Burgos, hasta la ciudadela de Iruña o, incluso, más allá, hasta las sierras exteriores del Piri­ neo, entre los que destacan: Poza de la Sal, Frías, Pancorbo, Castro Muriel, Cellorigo,Tedeja,Toba, Castrobarto, Bilibio, Monjardín, Sádaba, Sibirana, Roita, Loarre o Monte Aragón.

CASTILLO DE PANCORBO (MONTES OBARENSES)

VISTA DEL EBRO Y EL CASTILLO DE DAVALILLO CON LA SIERRA DE TOLOÑO AL FONDO

o

O /

o - o

ntre 1118 y 1120 Alfonso I el Batallador, rey de Navarra y Aragón, decide emprender una ofensiva' militar con el fin de quebrar la resistencia de los ejércitos musulmanes, expulsarles del Valle del Ebro y forzar su repliegue hacia el sur. El éxito de las hues­ tes cristianas es definitivo y provoca la evacuación o la entrega de las ciudadelas que hasta entonces habían permanecido en manos de los invasores o de sus cola­ boradores conversos. Zaragoza, Tarazona yTudela son liberadas tras varios siglos de hegemonía islámica y las minorías cristia­ nas se convierten en mayorías recuperan­ do el poder y los privilegios perdidos. Sin embargo, la muerte del perro no acaba con la rabia y la resolución del conflicto primordial no desemboca en la pacifica­ ción automática de los territorios en dis­ puta sino en la aparición de un antagonis­ mo que ya no viene determinado por diferencias culturales o religiosas sino por intereses más prosaicos.

Una vez que la acción combinada de los monarcas navarros y castellanos ha logrado conjurar o alejar la amenaza islá­ mica, la fe y los valores compartidos de­ jan de funcionar como factores de cohe­ sión y, en consecuencia, los intereses particulares de cada uno de estos domi-

nios se transforman en prioridades. El buen entendimiento establecido entre los combatientes enfrentados al enemigo común deja de tener sentido y da paso a un escenario dominado por la rivalidad, la pretensión de controlar o administrar las comarcas recientemente arrebatadas a sus antiguos señores y la inevitabilidad de la guerra. Las coronas de Navarra y Casti­ lla retoman las armas pero en esta oca­ sión lo hacen para pelear entre sí. La con­ tienda, llena de treguas y escaramuzas, se prolonga durante cuatro siglos, desde el XII hasta el XV, y al contencioso territorial se le van sumando otros motivos: ambi­ ciones de las dinastías reinantes, intereses comerciales, agravios reales o imaginarios y por encima de todo, como apunta el ar­ queólogo Iñaki García Camino, el afán de las distintas familias nobiliarias por ex­ tender su dominio jurisdiccional y político al mayor número posible de campesinos y de hombres libres.

En un contexto semejante, no puede extrañar que la desaparición de la amena­ za y del factor árabe de la depresión del Ebro no se traduzca en una alteración sustancial del estatus de gran parte de las tierras que hoy constituyen la Comunidad de La Rioja y el Territorio Histórico de Ála­ va. Pasará mucho tiempo hasta que éstas dejen de ser consideradas una marca, una frontera en litigio o algo más que un acantonamiento militar.

En la actualidad, basta recorrer cual­ quiera de las orillas de este sector del Ebro para comprobar la presencia de numero­ sos testimonios de arquitectura castrense y concluir que el valor defensivo de esta trinchera fluvial no es ninguna fórmula retórica. Labastida, Haro, Briones, San Vi­ cente de la Sonsierra, Davalillo.Torremontalbo, Laguardia, Logroño, Monte Can­ tabria, Corvo, Labraza, Viana, Agoncillo, Aradón, Resa, Calahorra o Alfaro -por ci­ tar algunos emplazamientos- albergaron o fueron en sus inicios modestos baluar­ tes destinados alternativamente al hosti­ gamiento del enemigo y a la protección

CONCHAS DE HAROY CERRO BURADÓN

I

ALJIBE DEL CASTILLO DE BURADÓN I

de los confines de cada uno de los reinos en litigio. Ahora bien, en este catálogo también merecerían figurar los fortines que la historia ha descuidado, los que han corrido peor suerte, barridos por el tiem­ po o los fenómenos meteorológicos y cuyo origen tal vez haya que buscarlo más atrás en el tiempo, en las postrimerías de los siglos !X y X. Lugares y castillos ruino­ sos, alejados de los núcleos habitados, in­ documentados e inaccesibles, de los que ni siquiera los medievaiistas han oído ha­ blar.

Buradón, Tabuérniga, Alcázar, Herrera, Vallehermoso,Toroy Marañón ocupan las posiciones más inaccesibles y estratégi­

cas de la Sierra de Toloño extendiéndose desde las Conchas de Haro hasta las estri­ baciones del Joar. Otras fortalezas ubica­ das en Cellorigo, Foncea, Jembfes y Bilibio cumplirían idéntica función en el sector de los montes Obarenes, comprendidos entre las Conchas de Haro y Pancorbo, si bien, centraremos nuestro trabajo en la alineación de Toloño por limitarnos a un espacio concreto y suficientemente am­ plio.

Aunque no hay nada seguro acerca de su origen remoto o de la fecha de su fun­ dación, su empleo durante el periodo de ocupación sarracena es difícilmente de­ mostrable porque no existe ninguna do-

cumentación concluyente al respecto, sin embargo, es posible que en más de un caso se haya producido un solapamiento o reutilización de estos enclaves.

Seir de las siete construcciones cita­ das. Tabuérniga es la excepción, cumplían funciones puramente militares y fueron erigidas para acosar y protegerse de los rivales, representar y defender la autori­ dad de los soberanos navarros o castella­ nos sobre sus respectivas jurisdicciones y controlar la circulación de bienes y perso­ nas. De ese modo, y al estar erigidas sobre resaltes rocosos a decenas o centenares de metros por encima del valle y de los caminos más frecuentados, podían avistar

las incursiones enemigas, dificultar su ac­ ceso. mantener la posición con pocos efectivos o enviar señales a los acantona­ mientos militares. Casi todas contaban con un perímetro amurallado, una torre de vigilancia y un humilde patio de armas en el que los soldados levantaban refugios temporales para cobijarse. Nunca fueron centros de poder y tampoco contribuye­ ron a la fundación de villas o aldeas. Los lugares en los que se ubican eran, y siguen siendo, escarpados, reducidos e incómo­ dos. carecían de agua corriente, de pro­ tección contra los elementos y de tierras de labor. Por si esto fuera poco, los rete­ nes que los defendían eran muy vulnera­

bles por su aislamiento y porque necesi­ taban ser avituallados periódicamente, ninguno podía soportar un asedio prolon­ gado. Y así fue hasta que la desaparición del Reino de Navarra les privó de su senti­ do original, dictando su abandono defini­ tivo y su olvido. Una autoridad en cons­ trucciones militares,Julio Altadill, describía

gráficamente en una de sus obras, Casti­ llos Medioevales de Nabarra (Itxaropena, Zarautz, 1934-1936), el efecto que le causaba la visión de estas defensas: "Con la imaginación en la guerra, alar­ gando la vista hasta los montes de Can­ tabria y Toloño, me representé en los siglos medioevales com o la Verdún moderna de la guerra mundial y a pasada, a esta Laguardia, relativamente garantida con las atalayas de Buradón que guardaba los p a ­ sos angostos, dominados p or los celosos milites de Toloño y Ferrera - o Herrera), casi cerrados p or los bravios riscos del cas­ tro de Toro, simultáneos observadores de Bernedo y Punicastro, completando con cierre casi hermético la posición de Labraza, más la de San Vicente;y a mayor abun­ damiento las torres y fortalezas de Cripán. el Villar. Landego, Viñaspre, Yécoray M o ­ reda. A sí pues. Laguardia era la llave d e ‘ aquella seductora comarca, la Reina y Se­ ñora de la zona rica y risueña, garantía del trono nabarro".

El valor histórico de las guarniciones a las que nos estamos refiriendo es muy modesto -lo mismo puede decirse de los alcaides y castellanos que estuvieron a su mando- y ni siquiera las leyendas y tradi­ ciones medievales han prestado excesiva atención a su importancia o a la memoria y gestas de sus defensores. Los únicos acontecimientos que las sacan del anoni­ mato tienen-lugar a finales del siglo XII y principios del XIII cuando Sancho VI el Sa­ bio, rey de Navarra, rompe el vasallaje que presta a Castilla e inicia una ofensiva que le lleva a ocupar la mayor parte de la Rioja. Pasarán diez años -desde 1162 a 1173- para que Alfonso VIII reaccione re­ cuperando lo perdido y seis más hasta la firma de un tratado de paz que trace níti­ damente la frontera entre ambos reinos y adjudique a Navarra la práctica totalidad del territorio alavés. Fijada la muga, San­ cho VI decide reestructurar sus posesio­ nes en distritos o tenencias y las más me­ ridionales, correspondientes a las actuales comarcas de Rioja y Montaña Alavesas,

serán conocidas por el nombre de sus principales plazas fuertes: Buradón-Portilla, Laguardia-Marañón y Punicastro-Antoñana. La muerte de Sancho VI en 1194 y la ascensión al trono de su hijo, Sancho Vil el Fuerte, suponen la ruptura del ar­ misticio establecido en 1179 y el reinicio de las hostilidades que llegan a su térmi­ no cuando en 1199 Alfonso VIII se apode­ ra de la totalidad de Álava. Desde este momento y hasta 1461, la hegemonía castellana es irreversible y la única por­ ción que los navarros retendrán bajo su poder será la ribera izquierda del Ebro y el corredor montañoso que da continuidad a este territorio y lo une al resto de Nava­ rra, es decir, la Sierra deToloño.

Al margen de las palabras de Altadill, el principal testimonio documental que refleja la existencia de cuatro de los siete

fortines aludidos en este artículo se loca­ liza en el testamento dictado por Alfonso VIII en 1204, diez años antes de su muer­ te, y dice así: "Prometo también que, si Dios me da salud, restituiré al rey de Nava­ rra todo lo que tengo desde Ponte de Araniello hasta Fuenterrabía y los castillos de Buradón. de San Vicente de Toro, de Marañón, de Alcázar, de Santa Cruz de Campezo. de la villa de Antoñana y el castillo de Atauriyde Portilla de Corres".

En cualquier caso, si alguien quiere acompañarnos e Inspeccionar ocularmen-

te las pocas ruinas que sobreviven de este frente de guerra, no sólo debe proveerse de grandes dosis de paciencia o de un buen guía para evitar desviarse de la ruta, también necesita contar con alguna ex­ periencia en la montaña y disponer de varias jornadas para recorrer los diferen­ tes caminos que unen la depresión del Ebro con las principales cúspides de la Sierra deToloño.

Buradory (Lcibcistidci) Este castillo se alza sobre los primeros es­ carpes de la ribera izquierda del Ebro y puede ser considerado una réplica del castro de BIlibio. Buradón -no confundir con el pueblo amurallado de Salinillas de Buradón- se encuentra ya enclavado en

los contrafuertes de la Sierra de Toloño, sin embargo, su posición estratégica y la altura a la que se alza permite suponer que ambas fortalezas formaban parte del mismo complejo defensivo y que su tarea principal no era otra que la vigilancia y defensa de las Conchas de Haro y del ca­ mino que las atravesaba.

Los orígenes de Buradón se remontan a una fecha bastante anterior al 964 a juzgar por la atención que le presta el Cartulario de San Millán de la Cogolla y por la antigüedad de los restos arqueoló­

I

gicos hallados al pie del farallón sobre el que se levanta. El Cartulario (759-1076) lo cita hasta siete veces y la excavación de urgencia que se llevó a cabo entre 1990 y 1993, coincidiendo con la remo­ delación de la N-232 y a instancias del Departamento de Cultura de la D. F. de Álava en colaboración con el Museo de Arqueología, encontró evidencias de una ocupación que se iniciaba en la Edad del Hierro y se extendía hasta más allá del siglo X. El Diccionario de Govantes confirma la presencia de cuatro fortificaciones si­ tas a escasa distancia del término de Briñas: "Briñas está sobre el Ebro á la izquier­ I TORRE OE TABUÉRNIGA. CERCANAA LABASTIDA

i

da (...) Dista del antiguo castillo del monte Tolonio poco mas de una legua.

Del castillo de Buradon, en las Conchas, á la izquierda del Ebro. está media legua S.. otra media del antiquísimo castillo de Bili­ bio, que está á la derecha del rio, y 3 le­ guas al E. del famoso castillo de Cellorigo".

Becerro de Bengoa en su obra más di­ fundida, El libro de Álava, insiste, algunos años después, en la existencia de dos de estos baluartes y al referirse a Salinillas escribe: “Fue villa muy fuerte repoblada en 1Z89,ytom ó su nombre del inexpugnable castillo de Buradón alzado en la termina­ ción de la Cordillera Cantábrica, frente al

de Bilibio puesto en la altura opuesta de la orilla del Ebro".

Sea como fuere, el paraje en el que se encuentra Buradón es de muy difícil acce­ so porque ha quedado confinado entre la carretera que besaba la orilla del Ebro y la actual variante que atraviesa los acantila­ dos calizos que se elevan varias decenas de metros sobre sus aguas. Por este moti­ vo, es imprescindible extremar las precau­ ciones al realizar la visita, sobre todo en el momento de atravesar a pie la N-232.

Tras dejar atrás el restaurante conoci­ do con el nombre de "Portal de La Rioja”, se toma la primera y única desviación existente en la rampa que conduce direc­ tamente hacia el túneL Sin apartarse del camino principal, la pista acaba por morir en una pequeña vaguada, junto a una viña. Los dos itinerarios que parten desde aquí facilitan la realización de una excur­ sión circular. El que elegimos, obliga a cru­ zar la calzada hasta las ruinas det templo y del pequeño asentamiento que se des­ cubrieron durante las tareas de perfora­ ción mientras que el segundo sube a campo través por unos bancales abando­ nados hasta el portillo que separa Peña Parda (674 metros) de la plataforma so­ bre la que se apostó el fuerte. Seguimos el primero de ellos y, tan pronto como llega­ mos a la excavación, protegida por una alambrada, continuamos por la carretera vieja que se desliza a escasa distancia del río, alcanzamos el corredor que separa los dos riscos e iniciamos la ascensión. La tro­ cha, más apta y frecuentada por cuadrú­ pedos que por bípedos, trepa hacia la ca­ becera del pasillo dejando atrás los bosquetes de boj y la maraña de arbustos que tapizan el congosto. La vegetación se aclara progresivamente hasta que en lo alto observamos, adosado a la breña, un muro transversal de color pardo-grisáceo que no ofrece dudas acerca de su origen y que debió utilizarse como cerramiento o como parte del perímetro exterior de la fortaleza. Esta pared es de mampostería, se encuentra muy deteriorada y alcanza

los 3'5 metros en su punto más alto. Las hiladas de cal y canto que no se han des­ prendido y rodado pendiente abajo están muy erosionadas por los elementos y muestran muchas irregularidades.

El recinto aterrazado al que se accede tras sobrepasar el paramento anterior comparte la orientación este-oeste del espolón en el que se encuentra. Una al­ mena natural de 25 metros de altura y 2 0 0 de longitud protege su flanco sur y por el norte un precipicio insalvable impi­ de cualquier intento de aproximación por esta vertiente y lo deja a merced de las inclemencias meteorológicas. Estas dos defensas naturales convierten en super­ fluo cualquier muro lateral. La parte prin­ cipal del baluarte, el terreno que ahora pisamos, está cubierto de encinas de gran porte y los arbustos de boj ocultan el piso y las estructuras principales. Para hallar evidencias más concluyentes hay que examinar el farallón calizo que se alza ha­ cia el sur y que recibe el nombre de Pico­ ta. El tramo de escaleras y los pasillos ta­ llados en la roca viva que descubrimos en el extremo este, además de corroborar la función militar de este conjunto, facilitan y hacen más transitable el ascenso a la cota 631 y a las ruinas -¿almenas?, ¿gari­ tas?- que salpican aquí y allá la cresta que hace las veces de cima. El elemento más destacable entre todas ellas es una excavación artificial con forma de pozo de 2,5 x 2 me­ tros, perfectamente acabada y revestida de cal, que es posi­ ble que se utilizara como aljibe.

RESTOS DELALCAZAR SOBRE LA CIMA DEL TOLOÑO

Tabuérniga (Lc?bcistida)

I

Este lugar, y la torre que en él se alza, constituyen un caso singular si se compa­ ra con el resto de las fortificaciones que figuran en este artículo. Su origen históri­ co es anterior en varios siglos a los alter­ cados protagonizados alternativamente por navarros y castellanos a lo largo de su frontera común, de ello se infiere que su

papel en este conflicto debió ser muy modesto o irrelevante. Algunos autores, basándose en el Cronicón Albeldense, su­ ponen que la fundación de Tabuérniga, Cabornican, Carbonárica o Carbonaria denominaciones bajo las que aparece se­ gún el documento consultado- data de mediados del siglo VIII y es fruto de una repoblación atribuible al rey asturiano Al­ fonso I. Otros, entre los que se encuen­ tran J. M. Pérez y Marcelo Vigil, aseguran, por contra, que hay que remontarse más atrás en el tiempo, al periodo visigótico, para explicar su existencia y la proceden­ cia de las advocaciones religiosas (San Julián, San Ginés, Santa Eulalia, San Mar­ tín) y los topónimos presentes en la juris­ dicción de Labastida. En cualquier caso, no hay duda de que el conde castellano

1 ALCÁZAR DE LA CIMA DEL MONTE TOLOÑO

Fernán González alude a esta población en fecha relativamente temprana, en unos votos datados en el año 934 que incluyen la expresión: “Cabuernica, tota subserra".

Su localización en el fondo de un valle, sobre laderas poco pronunciadas protegi­ das de los vientos del norte y junto a un manantial de agua dulce, permite supo­ ner que las condiciones de vida de la guarnición de este recinto fueron bastan­ te mejores que en el resto de los casos.

Tanto es así que el Diccionario Ceográfico-Histórico de Govantes señala la pre­ sencia de un emplazamiento humano permanente formado por dos vecinos se­ glares, algo verdaderamente insólito si se compara con las incomodidades prácticas que debieron sufrir todos los demás des­ tacamentos.

El itinerario que conduce a Tabuérniga dura poco más de una hora y no ofrece dificultades dignas de mención. Su inicio se halla en las inmediaciones de la ermita de San Ginés, a dos kilómetros por enci­ ma de Labastida, de donde parte una pis­ ta bien trazada que bordea la falda de la montaña en dirección oeste sin ganar al­ tura. Paulatinamente el camino va giran­ do hacia el norte hasta internarse en un vallejo angosto cubierto por una frondosa vegetación de pinos de repoblación y ca­ rrascas. Este lugar, aparentemente cerra­ do por las estribaciones calcáreas que descienden de la cumbre del Toloño, cuenta en su cabecera con dos puertos naturales. El llamado Portillo del Aire con­ duce a la vertiente norte de la sierra, a Berganzo y al valle del río inglares, mien­ tras que el otro permite acceder a Salini­ llas de Buradón soslayando las Conchas de Haro. El término y la torre de Tabuérni­ ga aparecen en la confluencia de ambas rutas, a una altura de 750 metros y al pie de un monolito rocoso inconfundible por sus dimensiones.

El único edificio superviviente de este antiguo despoblado es una torre desmo­ chada de dos pisos, orientada al sur, con fábrica de sillería y planta cuadrangular carente de motivos ornamentales si ex­ ceptuamos el remate que decora la parte superior del ventanal abierto en la facha­ da principal La puerta de ingreso, acom­ pañada por otros dos vanos, se sitúa en la parte posterior de la construcción comu­

I

nicando la parte más noble y mejor con­ servada con otras dependencias de las que apenas quedan algunos muros semiderruidos ocultos por la vegetación. El frontón curvo y las molduras que flan­ quean la ventana citada más arriba hacen suponer que esta construcción data de los siglos XVI o XVII.

A lcázar (Lcíbastidci)

i 62

Es, sin duda y debido a su inaccesibilidad, el secreto mejor guardado de toda la Sie­ rra de Toloño. Su origen legendario se re­ monta a los inicios del siglo IX coincidien­ do con la llegada al trono de la primera dinastía navarra, fundada por Eneko Aris­ ta. Sin embargo, la documentación me­ dieval no arroja ningún dato hasta el siglo XII, en el que se constata el registro de los nombres de los alcaides encargados de proteger este bastión. Hay constancia de que Lope de Toloño o Lope López -her­ mano de Diego López de Haro, Señor de Bizkaia- fue gobernador de esta fortaleza allá por 1162 y que desde entonces e ininterrumpidamente diversos jefes mili­ tares navarros fueron sus custodios -Lope García, Juan Ortiz de San Millán, Lope Ruiz de San Vicente, Juan Díaz de San Vi­ cente...-, hasta que en 1430 Sancho Díaz Dávalos es obligado a ceder temporal­ mente el enclave a los castellanos para más tarde, en 1461, perderlo definitiva­ mente.

La duración estimada de esta excur­ sión es de dos horas y el acceso más di­ recto se realiza, como en el caso anterior, desde la ermita de San Ginés. Llegados a este punto, se toma un camino pedregoso que asciende hacia el norte hasta alcan­ zar un pinar y una pista que a los pocos minutos conduce a un cruce. La pendien­ te se incrementa notablemente y siguien­ do los carteles indicadores se arriba a un edificio en ruinas del que sólo restan cua­ tro paredes. Es la ermita del Humilladero.

A partir de aquí hay que superar un zóca­

lo desprovisto de vegetación para coronar los contrafuertes rocosos sobre los que se decidió edificar el convento Jerónimo de Santa María de Toloño y el olvidado casti­ llo de Alcázar. Éste se ubica al oeste, ocul­ to en la cumbre de la peña que domina las ruinas monacales, y a una altitud de 1263 metros.Aunque existen varios itine­ rarios de ascenso, seguiremos el que dis­ curre por el lado oriental, por ser el más directo, evidente y menos expuesto, ya que sólo requiere superar una pequeña chimenea muy visible para situarse en la cima.

Los restos visibles de la edificación se extienden a lo largo de unos cincuenta metros de escarpadura y permiten hacer­ se una idea aproximada de las dimensio­ nes y elementos que integraban este con­ junto defensivo. En el extremo este, protegido del norte y por debajo del nivel principal sobrevive un nicho excavado en la roca viva cuya factura, dimensiones -5 X 2 X 2 metros- y entalladuras debieron servir para acomodar una construcción de madera destinada al cobijo o a la protec­ ción de la tropa. Un poco más allá existe una pequeña puerta adintelada muy de­ teriorada por el paso del tiempo, un corto pasaje semienterrado, el arranque de un paramento de cal y canto cubierto de li­ qúenes y, por último, en el extremo opuesto, varias hiladas de piedra que deli­ mitan la base de un cubo y el final de la plataforma rocosa.

H errera iVeñacerrada) En 1199, tras una campaña llena de éxi­ tos militares, et rey castellano Alfonso VIII logra extender su dominio por la totali­ dad de las tenencias alavesas desalojando a sus rivales navarros y arrebatándoles to­ das sus posesiones, entre las que se inclu­ ye el castillo de Herrera o Ferrera. Unos años después, en 1204, el Reino de Nava­ rra consigue algunas concesiones territo­ riales y la restitución de varias plazas

**^- ''•*

•*^^'T'

...

t.

I

:>

\ A

I 7l

■ ,,^ p « w p <

EN EL LUGAR QUE HOY OCUPA LA GRAN A M E N A DEL MONTE SAN LEÓN SE UBICABA EL CASTILLO DE HERRERA EN LA EDAD MEDIA, IttCONSTRUIDO EN EL S. XIX DURANTE U 3» GUERRA CARLISTA

fuertes, entre las que se halla este bas­ tión, a cambio del reconocimiento de la pérdida de todas las demás. La devolución del fuerte es confirmada hasta 1379 y se prolonga hasta bien entrado el siglo XV.

Durante ese lapso de tiempo, se suceden varias decenas de alcaides como Juan García de Ablitas, Roderico Ferrándiz de Medrano, Amalt de Saint Pault, Raolín de Cays, Arnaldo de Alza o Juan Cruzat.

TALLA DE ESCALONES EN LA CRUZ DEL CASTILLO, EN CUYA CIMA ESTUVO UBICADA LA FORTALEZA DE TORO. ABAJO PUEDE VERSE LA LLANURA DE LA RIOJA ALAVESAY EL VALLE DEL EBRO

>1

CRUZ DEL CASTILLO

I

Muchos años después, en 1875, du­ rante el transcurso de la tercera y última Guerra Carlista, las tropas rebeldes deci­ dieron acantonarse y reforzar las defensas de esta construcción medieval, y para ello no dudaron en desmontar unas instala­ ciones mineras destinadas a la extracción de asfalto que se hallaban junto al vecino

pueblo de Loza. Becerro de Bengoa en sus Descripciones de Álava se refiere a estos acontecimientos en los siguientes térmi­ nos: "(los carlistas) apearon las obras, arrancaron las tejas y las maderas (para construir) el fuerte de San León Fortún en lo alto del puerto de Herrera".

Para visitar esta fortificación, situada justamente en la cumbre del monte San León (1228 metros), es preciso acercarse hasta el Puerto de Herrera (1101 metros) por la carretera autonómica A-2124 para, desde este punto kilómetro 32,5, buscar la pista de servicio utilizada para acceder a las instalaciones que erizan esta cima y todas las circundantes. Las torres, ante­ nas, cableados, pararrayos, conducciones eléctricas y edificios ruinosos que proliferan por doquier, además de constituir un magnífico catálogo de arqueología indus­ trial at aire libre o del abandono y la ne­ gligencia que sufren algunos bienes patri-

moniales, ocultan parcialmente las dimensiones y las características de la edificación. El elemento más llamativo de ésta es un lienzo de grandes proporciones - 5 x 5 metros- y magnífica hechura que protege, refuerza y dificulta el acceso por la vertiente norte. A partir de este punto y hacia el oeste, sin abandonar el cordal, se suceden durante más de 250 metros las ruinas de lo que bien pudo ser un ca­ mino de ronda o un largo muro defensivo.

Aunque muchos tramos han desapareci­ do, tragados por la vegetación, o se han derrumbado, las dimensiones y diversi­ dad del conjunto le hacen merecedor de una visita.

Vdllebermoso o Vciilebermosci iPefracerrada) En principio, la única prueba documental de su existencia procede de Gerardo Ló­ pez de Guereñu Iholdi y de la obra titula­ da Mendiak en la que se afirma que este castillo desempeñó un importante papel defensivo durante la última carlistada.

La ruta que se debe seguir para visitar este lugar es muy exigente y requiere bastante experiencia montañera a fin de sortear los obstáculos que se van suce­ diendo a lo largo del ca­ mino. El itinerario arranca en el Puerto de Herrera, continúa en dirección este por el Puerto de Pipaón, atraviesa un paraje repleto de palo­ meras y de refugios de caza y se interna en las faldas del pico Eskamelo {1292 metros). Desde su cúspide, la sen­ da, si puede llamársela así, prosi­ gue por el filo del cordal y se vuelve más y más abrupta por lo que hay que extremar la pruden­ cia buscando los terrenos y pasos menos expuestos.Tras una hora de

cresteo y de precauciones se gana un últi­ mo resalte cuyo buzón marca la cumbre del Castillo de Vallehermoso (1262 me­ tros).

A primera vista, no hay ningún vesti­ gio visible que atraiga nuestra atención, la única nota reseñable es la existencia de una plataforma herbosa sobre la que se eleva un solitario espino albar. Sin embar­ go. un examen más atento delata la pre­ sencia de varias hiladas de piedra sin la­ brar ocultas tras unos arbustos de boj, prueba evidente de que la superficie so­ bre la que nos encontramos es artificial, y de un camino de acceso muy deteriorado, pero en cuyos márgenes pueden detec­ tarse algunos rebajes y algunas filas de sillarejos colocados en seco y destinados a salvar la pendiente.

Toro iLaguard\a) La fundación de este baluarte roquero, que nunca pasó de ser una simple atalaya o torre de señales, es atribuida nueva­ mente a uno de los primeros monar­ cas navarros, concretamente al rei­ nado de García Iñiguez (851-882).

No obstante, la prueba más tem­ prana de su existencia se remon­ ta al año 1239 cuando Sancho Ramírez de Piédrola presta ho­ menaje al rey Teobaldo por los castillos de Toro y Troion. Su vida útil no debió prolongarse más allá de 1460 cuando Enrique IV ocupa el puesto y lo incorpora a Cas­ tilla.

Las únicas hue­ llas que han sobre­ vivido del castillo de Toro surgen en la parte más alta de Peña Castillo -más conocida, aunque erróneamente, bajo el nombre

i 65

z

de Cruz del Castillo-, varias decenas de metros por encima del puerto de monta­ ña que ios arrieros y mercaderes han uti­ lizado tradicionalmente para unir comer­ cialmente las dos vertientes de la cordillera. Su altura (1432 metros) y centralidad geográfica lo convierten en el testimonio histórico más alto y de mayor valor estratégico de toda la Sierra de To­ loño.

Ascender a la cumbre de Peña Castillo no exige estar en posesión de cualidades físicas especiales ni esfuerzos desmesura­ dos. Existen dos rutas diferentes, una por cada ladera: la de Lagrán, corta y mejor señalizada, y la de Laguardia, algo más larga y con desniveles más acusados. Para emprender esta última es necesario to­ mar la pista asfaltada que comienza junto al poblado de La Hoya hasta un pabellón ganadero o un campo de tiro sito en la misma base de la montaña. A partir de aquí la trocha es clara y continuándola se acaba por acceder a un estrecho valle ta­ pizado de verde que finaliza en el Puerto del Toro. En este punto hay que girar y to­ mar la embocadura de una senda muy angosta que se interna en un bosque po­ blado de bojes, hayas y ocasionales tejos.

El tramo final, libre de árboles, ofrece vis­ tas panorámicas de todos los alrededores y la cumbre está presidida por una cruz erigida por la Sociedad Montañera Ma­ nuel Iradier en 1963. Unos metros el este

de la cima se observa una depresión, la misma a la que hace referencia el Diccio­ nario CeográficO’Histórico de España, pu­ blicado en 1802 por la Real Academia de la Historia, en la entrada correspondiente a Toro: "(...) á un lado de esta cúspide hay en peña viva una excavación ó rebaxo casi quadrado com o de 6 pies de largo, que parece tallado á pico, con 4 de profundi­ dad y cerca de él á poco que se cave se en­ cuentran cascos de tejas, y cierta mezcla de tierra que parece ser mortero: aquí es­ tuvo situado el antiguo castillo de Toro (...) En el siglo XIII tenía sus alcaydes ó gobernadores militares p or los reyes de Navarra, y en el año 1Z94 ío era Juan de Videnio".

Un detalle que no se menciona en este texto es la presencia de varios esca­ lones descendentes tallados en la caliza que indican que la entrada al recinto se hacía por el sur.

Mdrciñón (Lcipoblcidón) Aunque las crónicas medievales hablan insistentemente del castillo de Marañón, llegando a recoger el nombre de los alcai­ des que lo gobernaron durante el siglo XIV -Hugo de Conflans, Martín Sánchez, Aibar Diez, Pedro Martínez...-, lo cierto es que en la actualidad es imposible locali­

zar con exactitud su emplazamiento. Esta desaparición repentina tal vez obedezca a una confusión terminológica y es posible que el castillo de Marañón no se encuen­ tre donde se le supone, dentro de su tér­ mino municipal, sino en el vecino de Lapoblación. Los hechos probatorios para apoyar esta hipótesis se encuentran en lo alto del pico de Lapoblación (1245 me­ tros), donde efectivamente existe una fortaleza de dimensiones más que respe­ tables, con el nombre que los vecinos de Marañón utilizan desde siempre para re­ ferirse a la cima: Castillo de Marañón o El Castillo.También el libro XVlll de la His­ toria de las Bienandan<;as e Fortunas -obra de Lope García de Salazar- refuerza esta tesis, refiriéndose al rey Enrique IV como responsable de la destrucción, a media­ dos del siglo XV, de alguno de los castillos que hemos estudiado en este artículo: "E derribó los castillos de Población e de Bi-

llibio e de Buradón e fizo otros daños m u­ chos en el dicho reino (Navarra) e vínose a Castilla", Uno de los itinerarios de subida arran­ ca en el puerto que comunica La Rioja Alavesa con Bernedo o Puerto de La Al­ dea. Una umbría y una pista cubierta por un dosel de hayas contornea la peña has­ ta un otero desde el que se domina una parte de los campos de labor de Marañón.

Tras abandonar este camino hay que vol­ ver a la derecha por un sendero ascen­ dente que busca el sur y las primeras es­ tribaciones rocosas. Alcanzadas éstas, y DETALLE DEL RECINTO DEL CASTILLO DE MARAÑÓN SOBRE LA CUMBRE DEL PICO LAPOBLACIÓN

MURO DEL CASTILLO DE MARAÑON EN LA CIMA DEL PICO DE LAPOBACIÓN

CUMBRE DE LAPOBACIÓN Y SIERRA DE TOLOÑO

después de serpentear entre grandes ro­ cas y ganar altura, se arriba a una cresta por la que hay que continuar hasta coro­ nar la cima.

El aterrazamiento y la posterior cons­ trucción de una plataforma de hormigón para albergar un repetidor de televisión, felizmente desaparecido, han destruido parcialmente el yacimiento sin embargo, todavía es posible apreciar varias estruc­ turas originales y un tanto dispersas. La primera se halla fuera de la vista, sobre el abismo que delimita la cumbre y al norte

del vértice geodésico. Consiste en varias hiladas de cantos unidos con mortero que debieron servir para salvar las irregulari­ dades del terreno o como basamentos. La segunda, un muro continuo formado por sillarejos colocados en seco que supera los 15 metros de longitud y los 4 de altu­ ra en algunos puntos, se levanta hacia el sur, por debajo de una plataforma en la que crecen bojes y otras plantas arbusti­ vas. Este lienzo finaliza abruptamente, junto a los cimientos de dos cubos y muy cerca de un plano inclinado por el que discurre el camino. La última es una mu­ ralla muy deteriorada que se inicia en este mismo punto, visible en algunos trechos, oculta en otros, orientada al este y para­ lela al cordaL Este castillo prestó su último servicio durante la tercera y última Guerra Carlis­ ta, cuando albergó un reducto rebelde.

Esta guarnición, formada por 76 soldados de tropa, 5 oficiales, un médico y un ca­ pellán, fue la última en deponer las armas y en aceptar la rendición el 2 de marzo de 1876.

IÑIGG JAUREGUI EZQUIBELA Antropólogo y escritor

LABASTIDA A Y U N TA M IEN TO DE LA B A STID A T E L . 9 4 5 3 3 18 18/10

a b e b e r el vino de nuestras fiestas, a d e g u s ta r nuestra tra d ic ió n , a g o z a r de n u e stro p a trim o n io

LOS PASTORES

FIESTAS DEL CRISTO [18 o 25 de noviembre, según cuando acabe la ven> dimia (mejor confirmar)]

Es la fiesta de la vendimia,una acción de gracias por los fru­ tos recogidos en los viñedos

-ar'V-v

LA ROMDA

[24 y 25 de didem bre]

[7 de diciembre]

Es la Nochebuena y Navidad de Labastida cuando puede disfrutarse de una danza cívico-religiosa que data de finales del s. XVI. Se trata de una adoración que doce pas­ tores, el abuelo y la zagala, guiados por el Cachimorro, hacen al Niño Jesús.

El pueblo recorre las calles de la villa, en las que se han preparado hogueras a lo largo de todo el casco histó­ rico, hasta llegar a la Plaza, donde se reparten castañas asadas y zurracapote.

O FIC IN A OE TU RISM O C/ Frontón, 3 Tel. 945 33 10 15 turismolabastida@euskalnet.net www.labastida-bastida.org www.thabuca.com

A rtzin ie g a M USEOA

Zentzum enen M u se ^ a v I, .

mtC

i |é M ^

! S » *»f

V ^ ^ p IR R is e o

de io s se n tid o s C/ Arteako Aldapa. 1 2 • 0 1 4 7 4 ARTZINIEGA «Araba - Álava Tel.: 9 4 5 3 9 6 2 1 0 E-mail: artziniegamuseo@euskalnet.net • www.artziniegamuseoa.org

«

TUBACEX

LIDER EN TUBO INOXIDABLE SIN SOLDADURA

euskal hotí m n dimimujaoruppknEnaiMikToluüii menilklilEamia izangpk iiaeatíéssi. HDirá, kliman, lanilarEÉnt\í kulhiraiia oik hisitirianm izandHuoniloripak. errazuIetilaifíkE, beraz,^erfandptfsarakiigaztóuramlukiiakeraikiizana, lauhiño\ém ^h ariikíiluanlüip Daureji ezkjVdakM azaldu)mk /^i|ralitfakDjohirlEkuMoi ariflik, hdal^aímenilikiiMidi taku oso jomaiilajaiTiatoa: GaztduHaitza (1 4 3 2 1 . táarteaia izanei«, azkfliurtfírian, aiizédcñlikm éísiém m P É siáaáb ¡zenáinEreEzapadena.

\I

-* \i

. : C "

r

ik

M? -i

:# T , i^?¡ 1U

c

•••if;

'Z1\ 1 t.

V

•fr

DULITO GTO KIRIKOR6N BIZILGKU

ertako gazteluak, muga zainBidé horren garrantziagatik edo, kontzeaz gain, Errioxa eta Arabako tua da Lagran oso pisuduna izan zela bere barrualdea elkartzen zituen gaeskualdean. Bere estreinako berria 1165 rraio-bide historikoari babesa ematen urtean dugu Errioxako Guardia fiiriaren zion.Toro izeneko lepotik gainditzensortze-gutunean, zuen mugak zehaztean. Antso Arabako eskualde biak hain irmoki banaVI Azkarrak Lagral (sic) izeneko toki batetzen zituen mendialdea. Horregatik, ezaraino iristen zirela esaten duenean. gutzen ditugun tehen aipu dokumentaleLeku estrategikoa zen dudarik gabe. letan Castillo de Toro esaten zaio gure henago aipatutako garraio bidea eta Ega gailurrari, goian zegoen eraikuntza militaibaiaren arrotik zetorrena bertan gurutzarrari erreferentzia eginik, jakina. tzen zirelako. Baina bere garrantzia histoGeroagokoa da gaztelu beraren ondorikoaren lekukorik onena. hiri osoa ingurariozko Peña del Castillo izena eta. askoz tzen zuten liarresiak dira. Izan zirenetik. berriagoa oraindik, Cruz del Castillo, menelementa bakar bat geratzen zaigu: mendiaren gailurrean bertan Lagran herriko debaldeko atea, Kristoko Atea (el Portal udalak eta Manuel Iradier Gasteizko mendel Cristo) izenaz ezaguna. dizale elkarteak 1963 urtean jarritako Bere eliza XVI. mendean eraiki zen leburdinazko gurutzeagatik. henagoko erromaniko baten gainean. HoGailurrera iristeko Lagranetik abiatuko rrez gain, badira bere inguruan tradizio gara eta,azkeneko igoera ezik, ibilaldi osoa handiko baseliza batzuk. Horien artetik arestian esandako arraina eta ardoa joanbat. Interes handikoa guretzat, mendlaren etorrian garraiatzeko, Errioxa eta itsasoa bihotzean dagoelako kokatua eta. nolaelkartzen zituen bidé zaharretik egingo bait, berezia delako: San Kiriko eta Santa dugu.

Julitari eskainitakoa.

B

I

Kristautasunaren martiri hauen historiak hamaika aldaki ditu baina, gutxi gorabehera, honakoa da: 303 urtean, ama bat hiru urteko bere semearekin bizi zen Turkiako Licaonia herrian. Kristau izateagatik hil nahi zituztenez, iheslari ibili ziren, Tarso herrian errefuxiatu età, gerora, harrapatu zituzten arte. Bertan era guztietako torturak jaso zituen Julitak. Biluzik età lurrean etzanda burdinazko barra batzuekin kolpatzen zuten behin età berriro, borreroen haserrerako, "kristaua naiz!!" oihukatzen zuen bitartean.

Oinaze guzti horiek ikusten, negar bizian, Kiriko bere urne txikia zegoen. Jaungoikoaren laguntzarekin,“ Neu ere kristaua naiz" zarataka esaten liasi zen. Borreroak, orkatilatik heldu età harmaiia batzuen

kontra bota zuen indarkeria osoz. Bertan hit zen, burua apurtuta. Semearen heriotza ikusita garrasika hasi zen ama lepoa moztu ziezaioten eskatuz, bere kristautasuna behin età berriro aldarrikatzen zuen bitartean. Età halaxe egin zuten. Geroztik, martiri izateagatik, santu bihurtu zituen Eliza Katolikoak.

Toloño mendiaidean haitzulo bat bai­ no gehiago egon da Gol Erdi Aroko anakoreten bizileku izandakoak, età geroago baseliza bilakatu direnak. IHorrelakoak ditugu Bernedo aldeko San Tirso età, seguruenik, Lagran ondoko San Joan età aipatutako Santa Julita età San Kirikorenak.

Gure gailurraren iparraldeko leize-zulo batean dago ama età seme santu bi hauek gurtzeko tokia. 1932 urterà arte irudi bat

ornen zegoen bertan, urte horretan desagertuko zena, batzuen esanetan, Errepublikaren ondorioz.

Herriko kondairek diotenez, behin bâ­ tez haitzuloaren Inguruetatik zebilen lagrandar batí agertu zitzaizkion santu biak.

Certatutakoarekin handikiro miretsita, zerbait gogoangarri egin behar zuela erabaki zuen. Halatan, ikusita leku hura ez zela oso duina izango geroztlko elizaospakizunetarako, herrikoen guztien artean baseliza bat eraikitzea erabaki zen, santuak Lagrandik hurbitago egon zitezen.

Eta egin egin zen. Hala ere -eta hórrela diote herriko esamesek- lekualdatze hura ez zitzaien santu titularrei larregi gustatu, euren ustetan, benetako kristauentzat ez

zelako sakrifizio handiegia izan beharko betiko goiko haitzulora igotzea.

Beste behin, inguru haietan herriko gazte batzuk basolanetan ari zirela, bihurrikeria bat egitea otu ei zitzaien eta irudiak leizetik kanpora atera zituzten. Une hartan sekulako ekaitza izan zuen, inoiz ikusia ez zen indarrekoa. Tximistekin eta tmmoi orroekin erabat kikilduta, berriro sartu zituzten ohiko tokira. Une horretan eta bat-batean amaitu zen ekaitza eta atertu egin zuen.

Historia “zilegira" itzulita, jakin badakigu 1553an dokumentatzen déla baselizaren existentzia. Debozio handiko erromeria izango zen bertakoa, mende bat beranduago-1649 urtean hain zuzen ere-

-

'* ^

Â

eta herritarrek behin eta berriro eskatu izanagatik, Julita eta Kiriko Lagran hiriaren zaindari izendatu zirelako. 1799an tenpiua egoera txarrean zegoela esaten da eta 1827 urterako amaitutzat ematen dira bertako elizkizunak. Hala ere, azken urteotan bere onomastikaren -ekainak 15inguruko asteburuetan ospatzen da meza bat goiko leize-zuloaren aldamenean.

Esan bezala, Lagran herritik abiatuko gara gure gailurrera iristeko. Herriko iturri ikusgarritik irtengo gara, errepide nagusitik ekialderantz metro batzuk ibiltzeko.

Hor,'‘Laguardiabidea" izena duen kale bat ikusiko dugu, mendialderantz doana. la ki­ lómetro bâtez -autoz ere egin daitekeena- landa-bide batetik joango gara.

Bidea aldapatsuago bihurtzen da pago eta ezpel basoan sartzen garenean. Hemendik aurrera, bide zabala izan arren, oinez egin beharko dugu gure bidea. Ez dago galtzeko arriskua, Errioxa eta itsasoa elkar­ tzen zituen behialako garraio-bidetik goazelako, gaur egun ibiltarientzako GR-38 bihurtua eta, ondorioz, pintura marka batzuez seinaleztatua.

Ibilbidean zehar, hainbat kartel edirengo dugu, ikus daitezkeen landare meta ezberdinak zeintzuk diren identifikatzen laguntzeko.

Gorago, beste kartel batzuk izango ditugu, ikatz-txondorrak non eta nola egiten ziren azaltzeko. Txondor berri batzuk ere aurkituko ditugu helburu didaktikoz jarri­ ta.

Gaudenetik irten gabe, bide-buru batera helduko gara. Bertako seinaleek diotenari jarraiki, eskuin aidera eginez gero, San Joanera -baseliza izandakoajoango ginateke. Eta jarraitu nahi izanez gero, Pipaon herrira, hemendik 7,8 kilometrora edo bi ordura.

Baina guk ezkerraldekoa hartuko dugu, gure mendira eta, nahi izanez gero, Guardiara garamatzana 2,45 orduko eta 9,4 kilometroko ibilaldian.

Tarte bat ibilita daramagunean eta be­ hin azkeneko ikaztobiak igarota, basabidea zidor bihurtzen da eta aldapa areagotzen da. Gorago, beste bide-buru bat, Bernedo edo Guardiara joateko aukerak ematen dizkiguna eta, harago, beste bat, harri batzuekin markatuta, jakin dezagun eskuinera doan bidea aukera zuzena delà.

Aldapa gogorlzen da eta goi aldearen hurbiltasuna sumatzen da. Zidorra basotik irten eta harkaitz batzuen paretik joango gara. Berriro nagusiki ezpel eta pagoz osaturiko beste basora sartu eta berriz irten.

Gailurreraino ez dugu zuhaitz gerizpe gehiago izango. Mendialdearen hegoaldera igaroko gara Toro izeneko lepo gailenera iristean. inguruetan hartzen da Santa Juli­ ta eta San Kirikoren haitzulora joateko bi­ dea baina zaila da oso aurkitzea, ezagutzen duen batekin lagunduta ez bagoaz,

Z

I

bederen. Corago egingo dugu, gertu ikus­ ten ditugun gure mendietarantz.

Eskuin aidera, gailurra markatzen duten gazteiuaren aztarnak -horma età harkaitzean indusitako lauki bat- eta burdi­ nazko gurutze handia. Lepotik, genekarren bidetik ehun bat metro jarraituz gero, ezkerretara irtengo zaigu bidexka bat aldats gora Larrasa mendira eramango gaituena. Bere 1453 metroekin, Toloño men-

rrela dirudi, behintzat, erreparatzen badiegu 1726 urtean idatziz bildu ziren Lagrango abeltzaintzarako ordenantzei. Bertan, esaten da noia deitu behar diren animaliak. Bistan da, euskaraz baliatzen zirela.

Egungo grafiara egokitua, honela dio agiri liluragarriak: "...el pastor de las vacas lla­ mará su ganado con una grande bocina de Medellin y los bueyericos harán su recla­ mo en mitad de la Calle Reai de esta Villa,

dialdearen goreneko puntua da. Caztelu Haitzetik -Peña del Castillo- zein Larrasatik, gozatuko ditugun ikuspegiak liluraga­ rriak dira, batez ere, oinen azpian sentituko ditugun amildegiengatik.

Amaitzeko, ezin da Lagranez idatzi bat egin bere euskararen presentzia historiko bitxiari erreferentzia bat egin barik. Beste askotan bezala, ez dago dokumentu bakar bat ere jakiteko noiz galdu zen euskara Araba hegoaldeko herri honetan. Baina, itxura batean, uste baino beranduago. Ho-

llamando 'okela-okela-okela'; y el pastor de los machos haga su reclamo 'manduamandua-mandua' 0 a son de golpe de campana; y el pastor de cabras haga su re­ clamo con bocina; el de los cerdos haga su reclamo 'urdiak-urdiak-urdiak' y el corderizo haga su reclamo llamando 'ardiak-ard ia k -a r d ia k '. Ikus daltekeenez, bere gainean dagoen mendi zorrotza ez ezik, baditu Lagranek bestelako gauza ederrak....

FEUX M U6URUTU

CASERIO

MUSEO

IGARTUBEITI BASERRI

MUSEOA

Un espacio para conocer la vida cotidiana del caserío guipuzcoano ambientado en el año 1630 G ip u zk o a r b aserrien eg u n e ro ko b izitza e z a g u tz e k o g u n ea

V is ita s guiadas Sem ana de la Sidra:

p r o c e s o d e e la b o r a c ió n a r t e s a n a l (o c tu b r e )

T alleres de aniinación ( ju lio - a g o s t o )

Abierto de m artes a domingo

B isita gidatuak Sa g a rd o Astea: a rtis a u - t a n tz e p ro z e s u a (u r r ia )

A n im a z io t a ile r r a k ( u z t a íla - a b u z t u a )

A ste arte tik igandera zabaiik

20709 EZKIO-ITSASO. (Gipuzkoa) igartubeiti@gipuzkoa.net - TI.: + 34 943 722 978 http://www.gipuzkoakultura.net/museos/igartu

M

AIARAKOVII.JARDUNALDIUISTORIKOAK VII. JORNADAS HISTÓRICAS DE AYALA 2006ko azaroak

k,11,18,25 noviembre 2006]

IA z a r o a k 4 n o v i e m b r e ( 1 8 : 3 0 ) La determinación de fa enfermedad en fas poblaciones prehistóricas. Enfermedades y lesiones en restos humanos.

FRANCISCO ETXEBERRIA Profesor de M edicina Fo rense de la U n iversid ad del Pa ís Vasco.

Presid ente de la Secció n de A ntrop ología de la So cied ad de C ien cias Aranzadi

A z a r o a k 11 n o v i e m b r e ( 1 8 : 3 0 ) Iruña-Velela Ciudad, comercio y cultura en la Antigüedad vasca ELISEO GIL D irector del yacim ien to arq ueológico de Iruña-Veleia

A z a r o a k 18 n o v ie m b r e (1 8 :3 0 ) El papel de Jesús de Gatindez en el M adrid sitiado.

Un hombre justo en tiempo de guerra.

JOSU CHUECA Pro feso r de H* C ontem poránea de la U n iversid ad del País Vasco

A z a r o a k 25 n o v i e m b r e (1 8 :3 0 ) Curiosidades arqueológicas en la Sierra Salvada ANA ISABEL ORTEGA A rq ueóloga y espeleóloga

LEK Ü A :

BabesI

UdaL bulego berriak/ Nuevas oficinas municipales

Arespalditza-Aiara

A X 'N lA S íJ É

K u ltu r a E lk a rte a

’’

*1

Urriak 21, larur^ata

Òabado

o 2 f d e o & ta é f^ e

09:00 - 1 1 : 3 0 „

Alta Edad Media (Tardoantigüedad...) ± V - V III (2,5 h)

11:30 - 1 2 : 0 0 _

Descanso (café)

12:00 - 1 4 : 3 0 _ Plena Edad Media ± V III- X II (2,5 h)

14:30 - 1 6 : 3 0 _ Comida 16:30 - 18:30

Baja Edad Media ± XIII-XV (2,0 h)

Urriak 22, igM d e a

,

Uomm^o 2 2 ae o&tabf^e

09:30 - 13:00__, Excursión-visita de Carai y Elorrio

Urríak 28, ^ a ¿ ?a d o

09:30 - 14:00.

14:00 - 16:30

Excursión-visita de Laño Comida y clausura del curso

DIRECTOR DEL CURSO: -Iñaki García Camino m

Kultura Elkartea

DESDE SIEMPRE. EL BASERRITARRA HA DIRIGIDO LA MIRADA AL CIELO CON MUCHA FRECUENCIA, PREOCUPADO DEL TIEMPO QUE LEVENfA ENCIMA PARA EL NORMAL DESARROLLO DE LASTAREAS EN EL ENTORNO DEL CASERÍO

texto « PELLO ZABALA fotos « JQ SÉ MIGUEL LLAND

El vivir tan cercanos a la propia tierra y a sus caseríos ha obligado a los vascos a sentir y vivir un enorme interés por el tiempo que les ha de acompañar.

Y este interés, tanto en la costa como en el interior: los pescadores han de salir a la mar, los leñadores adentrarse en el bosque, los campesinos saber cuándo podrán labrar la tierra o cuándo llegará el momento de recoger la cosecha, etc.

A todos les conviene conocer con antelación el tiempo.

T~<

1

- J l progreso de la humanidad, en gran parte, ha sido debido a teM ^ ner que actuar ante las diversas necesidades. Así, los campesinos, los pes­ cadores y los pastores, cuyas profesiones están tan vinculadas a la naturaleza, han ido aumentando sus conocimientos so­ bre la predicción del tiempo. Claro que no se podrá hablar de conocimientos cientí­ ficos y universitarios: ellos no saben qué es la meteorología, pero sí que saben del tiempo que llega y ha de venir. En cual­ quier caso, la necesidad les ha obligado a ser moderadamente sabios en buscar pis­ tas sobre el viento reinante y el tiempo que coincide con cada uno de los vientos.

Por eso, nuestros antepasados han sido especialistas en los vientos que le llegan al paraje en el que desarrolla su vida: de ahí tantos distintos nombres de los diver­ sos vientos.

Actualmente, los conocimientos que nos quedan en herencia sobre esta mate­ ria se los debemos a todas aquellas per­ sonas que se dedicaron en cuerpo y alma a hallar cualquier indicio que les permi­ tiera acertar con el tiempo, empujados por la necesidad, y bajo la finalidad de no desperdiciar sus fuerzas. ¡Y eso que ape­ nas tenían medios! En el campo eran las tareas y las prisas las que apuraban; debi­ do a la premura de los diversos trabajos, los hijos de los campesinos no siempre podían acudir a la escuela. Los calenda­ rios no empezaron a colgarse en nuestras cocinas hasta muy tarde, adelantado ya el siglo XX.

I

Hwmildcid proverbicil Los antepasados nuestros eran gente humilde en su trabajo. En cuanto algún hijo lanzaba una apuesta, '¡a que mañana sale un día despejado!', el padre de fami­ lia no tardaría en apaciguarlo: ¡Mejor se­ ría que añadieras si Dios quiere! Bien di­ cho, pero había que reconocer que era

^S*

NT

sumamente difícil predecir el tiempo.

Más valía dejar esas cosas en manos de Dios...

Esos conocimientos que poco a poco iban atesorando se plasmaban después en anónimos refranes en los que se recogía la sabiduría popular. Nos han legado un fas­ tuoso tesoro que además no lleva rúbrica.

El elegante y variopinto refranero sobre la meteorología consta de un millar amplio de proverbios que se emplean en distintas zonas de la geografía vasca. El hecho de que muchos de ellos, más de 200, estén vinculados al santoral, da buena muestra de la estrecha relación que existía entre la iglesia y el calendario. Las diversas épocas del año estaban condicionadas al recuer­ do de los diversos santos y santas o al tiempo litúrgico de la Iglesia. Año tras año iban comparando la marcha del año y de las estaciones en esos mojones que ve­ nían a ser la Navidad, la Candelaria, la Cuaresma, la Semana santa y Pascua, así como la Ascensión, o los santos patronos de cada parroquia y pueblo...

El Yefrar\ero como càìerydarìo Coiz gorrí, galgarri; arrats gorrí, ongarri (‘amanecer rojo, pernicioso: tarde roja,

bienhechora'). Centenares de proverbios han encerrado mucha sabiduría popular. Éste en concreto recoge en un solo re­ frán el significado de las nubes rojas, dado que los vascos, al igual que los an­ tiguos habitantes de Babilonia y Persia, dirigían su mirada hacia el cielo con fre­ cuencia. Una sociedad tan ligada a la na­ turaleza, atribuye una función a cada generación: Gaztetan abestu, gizoneEL R EF R A N ER O tan gogoratu, zahaSO B R E Id rretan esaerak esan m eteorología ('los jóvenes a can­ co n sta de un tar, los adultos a re­ m illar am plio memorar, y los ma­ de proverbios yores a refranear').

Por ese mismo mo­ que se em plean tivo, estos refranes en d istin ta s populares, en euskezo n a s de LA ra, se llaman atsotitz G E O G R A F ÍA o esaera zahar, por­ V A SC A que en efecto, la ve­ jez es la época más apropiada para lanzar este tipo de pro­ verbios. que tratan de recordar en pe­ queñas dosis la sabiduría secular del ca­ serío.

Casi la mitad de los refranes relacio­ nados con la vida del campo y su labor tendente a saber el tiempo adecuado a

la labranza, están en relación íntima con el santoral religioso. Y es que el santoral recordaba el calendario de las labores a realizar en el campo, tanto la siembra, como la poda o las diversas recoleccio­ nes. Es también de pensar que, al rela­ cionarlos directamente con la fecha del santo o la santa devocionaria, ponían al mismo tiempo la labor bajo la advoca­ ción religiosa que pedía colaboración. Y es que todo hacía falta, en aquella vida exenta de seguros y seguridades.

En la inmensa mayoría de refranes se descubre, por otra parte, una especie de hilo conductor, y es que todos ellos de­ sean que el tiempo sea el adecuado para el tiempo de la estación á que apuntan.

Es decir, que el invierno sea invernal, y que el verano sea veraniego. Que cada estación se comporte como le correspon­ de. Porque los desequilibrios, especial­ mente los del invierno, alteran por com­ pleto el transcurso normal de las demás estaciones. N egu bigunegiak, uda go go-

\

f

V«

=

«

\

é é m

M

í

»

rregia ('tras un invierno demasiado suave, llega un verano excesivamente duro').

U n e elurtsua, urte.garitsua ('año de nie­ ves, año de trigo'). Eguberritan eguzkia, Pazkotan elurra ('sol en Navidad, nieve en Pascua')...

De todos modos, dada la gran varie­ dad de refranes sobre la meteorología que tenemos los vascos y que con tanta frecuencia empleaban nuestros antepa­ sados, el tema del tiempo no sólo servía para saludar, sino también para entablar conversaciones. Cada estación, recordan­ do siempre la recién acabada, daba lugar a un sinfín de comentarios, diálogos y conversaciones.

Medios cmcestrales Los medios de los que se servían nuestros antepasados eran bastante más rústicos y económicos que los actuales Meteosat, radares, mapas del tiempo, servicio de In­ ternet, chats diversos y demás artilugios.

Se fijaban, eso sí, porque primaba la ob­ servación y el ojo avizor, en todos los as­ pectos, con los cinco sentidos, para que en la siguiente ocasión no se les escapara ningún detalle y poder así adivinar el tiempo y tratar de perfeccionar la adivi­ nación.

Sus aliados más fieles eran, sin duda, el viento y la niebla, pero también los pá­ jaros y las aves, las ovejas y e( ganado, las mariposas y los mosquitos, los gusanos, los sapos y caracoles...

Era siempre un buen augurio ver ya de madrugada a un mirlo golpeando con su pico un caracol contra una piedra, porque ese hecho anunciaba la llegada de un día sano. Exactamente igual que cuando una malviz extraía un gusano de la tierra. Los gusanos embrollados al tra­ bajar el campo con las layas o azadas indicaban que las sequías estaban próxi­ mas, pero cuando serpenteaban y se movían inquietas, las lluvias no tardarían en llegar.También la actitud de los sapos

era significativa: Zapoa klin klon, bihar eguraldiona (‘cuando el sapo canta klinklon, es que mañana tendremos un buen día').

Las mañanas brumosas convenía re­ parar en los limacos. gusanos y caracoles: si corrían a esconderse, magnífico, pero si se quedaban tran­ quilamente expues­ EL M E T O D O tos a la intemperie, M Á S infalible las precipitaciones que anu n ciab a no andarían lejos. la Wegada de En los caseríos, lluvias con sistía dondequiera que esté el ganado, siem­ en o b se rv a r las pre suele haber mos­ telas de a ra ñ a quitos alrededor. Si de las A^*gas del revoloteaban pacífi­ desván y tra ta r ca y tranquilamente, de b u sc a r A LA los augurios serían ARAÑA buenos, pero si se mostraban latosos, pelmas, obstinados... señal de que se avecina tormenta. Euliak pikante, denbora txarra (‘cuando las moscas pican, mal tiempo llega'), euli-mandoak haserre, euria dator (‘cuando los moscones se mues­ tran enfadados, lluvias llegan')...

El método más infalible que anuncia­ ba la llegada de lluvias consistía en obser­ var las telas de araña que colgaban de las

I

ESAERA ZAMARRA: "OILOA ZORRIKETAN HASIAZ CERO, EGURALDIATXARTUKO DA'

vigas del desván y tratar de buscar a la araña. Si la araña estaba escondida en su propio nido de la tela, el tiempo sería apacible, pero si se mostraba visible en la red que había tejido o deambulaba por fuera, ¡mal presagio! Armiarmak bistan, euriaseguru {‘cuando la araña se muestra visible, lluvia segura'), Armiarma pareten korrika, euría ondotika (‘cuando la araña corretea por las paredes, no tardarán en llegar las lluvias').

Pájaros pronosticcidores En las cercanías del caserío siempre me­ rodeaban los pajarillos: y más al bosque, los pájaros mayores e incluso las rapaces.

La obser\'ación de sus costumbres y can­ tos o trinos era de mucho valor: la me­ teorología, tanto por la presión como por la humedad, influye rápidamente en los seres vivos. Los volátiles no tienen disi­ mulo para estas influencias: basta con observar cómo y cuándo cambian las costumbres y cómo coincide el cambio de las costumbres con el cambio del tiempo. Es esa sabi­ duría popular de observación de la naturaleza la que de abuelos a nie­ tos se iba traspasando en los caseríos.

Veamos algunos ejemplos recogidos en los refranes: Kukuak kantatzean, euri ta eguzki (‘cuando el cuco canta, lluvia y sol'). El cuco suele cantar en época primaveral, en una estación en la que se combinan bre­ ves precipitaciones con momentos solea­ dos. Su canto se escucha desde Cuaresma a San Pedro. Incluso había quienes se mo­ lestaban en contar durante cuánto tiem­ po cantaba: 20 astez kuku, San Pedrotan mutu (‘el cuco canta durante 2 0 sema­ nas, estará ya mudo por San Pedro').

Kukuak txantxangoma iñude, eguterak masailbatainube. Los petirrojos tienen la facultad de pronosticar la llegada de las precipitaciones. Los días en que sopla viento del oeste, a través de su canto in-

V

dica que en pocas horas necesitarás un paraguas.

Tanto en el País Vasco peninsular como en el continental, se le suele pres­ tar especial atención al pájaro carpintero, cuyo agudo y monótono canto anuncia la llegada de lluvias. Okilak kantetan, egarrí da eta laster da euría ('cuando los pájaros carpinteros cantan, pronto llegarán las lluvias'). En el País Vasco continental se fijaban ade­ más en el lugar en que entonaba su canto, mientras que se hacía lo propio respecto al zorzal: al igual que sucede con el pájaro carpintero, es muy impor­ tante averiguar dónde emite su monóto­ no canto, si entre la maleza, anunciando la lluvia, si en las ramas más altas de los árboles, pregonando un día soleado... En otras zonas atribuyen similares faculta­ des al mirlo: Zozoa sasi tartean kantuan, gaberako euría ('cuando el mirlo canta entre las zarzas, lluvia habrá al anoche­ cer').

Enarak goizean txio-txioka, eguraldi ona ('cuando las golondrinas pían al amanecer, buen tiempo llega'). Enarak goian hara eta bona, íuzaro eguraldi ona ('cuando las golondrinas revolotean en lo alto, perdurará el buen tiem po'). Ena­ rak lur inguru, ekaitza seguru ('cuando las golondrinas vuelan por lo bajo, anun­ cian torm enta'). Enarak ur-bazterrean, euría seguru ('cuando las golondrinas re­ volotean en la orilla, anuncian lluvia’)... ¿Dónde suelen andar las golondrinas?

Allí donde abundan las moscas y los mosquitos. Cuando hay anticiclón, los mosquitos vuelan en lo alto; cuando se levanta el viento, las depresiones que se forman las arrastran hacia zonas más bajas, y entonces también las golondri­ nas vuelan a ras del suelo...

Otrcis aves Se dice que cuando el gallo canta más de lo habitual, o sien-

te los bichos en su cuerpo y los busca con el pico, anuncia cambios en el tiempo.

Oiloa zorriketan hasiaz gero, eguraídia txartuko da ('cuando el gallo se impa­ cienta, el tiempo empeora'). Si canta du­ rante las primeras horas de la tarde, hora nada frecuente para su canto, o si al ano­ checer se sube a las ramas de los árbo­ les, las lluvias no tardarán en llegar.

Incluso puede que vengan acompaña­ das de tormentas...

Nuestros antepasados observa­ ban asimismo el vuelo de los buitres, alimoches y milanos para saber qué viento soplaba en altura y adivinar así si se aproximaba algún cambio. También se fijaban en los ánsares, conscientes de que su marcha auguraba algún tipo de em­ peoramiento: Coian antzarak, artzainak egun txarrak! (‘cuando los ánsares vuelan en lo alto, malos días llegan para el pas­ tor').

El qanado El comportamiento del ganado, de las cabras y de las ovejas, de los caballos y de las vacas, siempre era observado con la máxima atención: si permanecían muy en silencio, o inquietos en el esta­ blo, si en los prados tendían a ir hacia arriba o hacia abajo... todo tenía un sig­ nificado de cara a la previsión del tiem ­ po. Behiak isilik badaude. laster eguraldi txarra ('si las vacas callan, mal tiempo se aproxima').

El burro es también un animal al que el campesino prodiga un cariño especial: Garagarrak egiten astoa, laster da busti lastoa ('cuando el burro se revuelca por el suelo, poco tardará en mojarse la paja').

Al burro, manso él, se le atribuían dotes predictivas: En tiempos en que los anima­ les hablaban, el burro solía decir: Cauaz ihintza, egunez bero, ¡farra bela, hegoa bero (‘rocío de noche, calor de día, el nor­ te fresco, y el sur caluroso’). Fácil lo tenía, ¿no?

i

ESAERA ZAMARRA: "CARACARRAK ECITEN ASTOA, LASTER DA BUSTI U STO A "

La actitud de los perros y gatos tam­ bién era tenida en cuenta respecto a la estimación del tiempo. Zakurra belarjale, euria laster (‘cuando ei perro empie­ za a comer hierba, señal de que la lluvia se aproxima'). El gato, mucho más tran­ quilo, merodeaba junto al calor del fue­ go. Katua portera begira aurpegigarbiketan, denbora txarra, sutera begiratzen badu, euriaseguru (‘si el gato se limpia la cara mirando hacia el norte, mal día se avecina; si lo hace mirando al fuego, llue­ ve seguro');. Katuak sutondora arrimetan badirez, euria seguru (‘si los gatos se arri­ man al hogar de la cocina, llueve segu­ ro'). Sin embargo, cuando salían fuera de casa, ya fueran de caza o a tumbarse al sol, anunciaban buen tiempo.

Lds estaciones Solían vigilar con tiento la evolución de las plantas, cada una en su propia esta­

ción, y lo hacían con mucho detenimien­ to, puesto que las hojas y la flor, y la pos­ terior cosecha, dependían en gran medida del tiempo. Para su adecuado crecimien­ to y esplendor, estas plantas necesitaban lluvia en su justa medida, y un tiempo lo más sano posible.

También dependían en gran manera del buen tiempo los trabajos del campo y la buena marcha del ganado: casi todo en la vida de caserío estaba supeditado al tiempo. Algo ya sabía quien dijo aque­ llo de Maiatzetik Sanmigeletara ardiak ñire kontu; Sanmigeletatik maiatzera, nagusiaren kargu (‘de mayo a San Miguel, ya me ocupo yo del rebaño; de San Mi­ guel a mayo, que se ocupe el propieta­ rio').

Lo que en especial había que vigilar eran las tormentas, ya que al ser resulta­ do del choque entre las altas y bajas tem ­ peraturas, todos los avisos serían pocos.

Podían afectar a las flores y a los frutos y causar verdaderos estropicios.

Al abuelo le encantaba aleccionar al más atento y responsable de sus nietos cuando, finalizadas ya las tareas del cam­ po, se descalzaba ante el fuego que ar­ SI día bajo la chime­ nea. ¿Cuántos pája­ ESCU CH ABAN ros has escuchado A L búho y h o y ? ¿H as visto al­ á\ cá ra b o guna nube? ¿Esta­ "wlulcindo por ban cerca o lejos? tres veces" a ¿Y...? ¿Q u é tiempo primerci h o ra nos espera para m a­ ñ an a?

Según la de ]a ta rd e e ra atención que el jo­ seguro que ven prestaba, las se a c e rca b a preguntas vendrían U N FUERTE seguidas de una lec­ T EM PO R A L ción. H oy el búho ha comenzado a ulular bastante temprano; me temo que no viene nada bueno para mañana... Era impor­ tante vigilar al búho y al cárabo desde muy de mañana. Pero si llegaba a escu­ charlos a primera hora de la tarde, mien-

AMANECER SOBRE LA ERMITA OE LA VIRGEN OE ETXAURREN. PATRONA DE AYALAAL PARECER, NO VENDRÍA UN BUEN DIa SI ATENDEMOS AL VIEJO REFRÁN: "AMANECER ROJO. PERNICIOSO; 0 TARDE ROJA, BIENHECHORA' r

mm m -

SIERRA SÁLVADA EN INVIERNO. CON LA REDONDEADA MOLE DEL PICO UNCINO SOBRE LOS PUEBLOS DE LA SOPEÑA AYALESA. PASTORES Y BASERRITARRAS SIEMPRE HAN CREÍDO QUE "TRAS UN INVIERNO DEMASIADO SUAVE, LLEGA UN VERANO EXCESIVAMENTE DURO” Y QUE "EN AÑO DE NIEVES, AÑO DE TRICO"

; n >.I

tras trabajaba en el campo, -generalmen­ te, en esas horas extraordinarias,“ululando por tres veces"-, entonces podía estar se­ guro de que se acercaba un desagradable temporal.

Uncí universidcid en ]a ncJturcilezci

I

La humanidad ha ido aprendiendo todo cuanto sabe en (a universidad de la natu­ raleza, entre el ganado, las aves, los pajarillos, entre los árboles y las plantas, entre los vientos y las lluvias, las nubes y la nie­ bla, entre las tormentas y el arco iris. Las actuales matrículas de la ciencia nos han demostrado que las lecciones que nos ha impartido la naturaleza tenían su punto de verdad. El tiempo era un factor clave de cara a las tareas que había que realizar en la naturaleza.

Deseoso de satisfacer su curiosidad, supo que allá por Castilla, en el mes de agosto, solían pronosticar el tiempo de

todo el año. No llegó a aprender su nombre: "cabañuelas". Les llamó “días augurales", pero al ser agosto un mes de altas temperaturas y de muchos menes­ teres, decidió posponer la prueba hasta enero. Pocos fueron los que llegaron a confiar en los augurios de esos días y lo abandonaron y, poco a poco, se fue olvi­ dando.

Sí que asimiló lo concerniente a las témporas tal y como le había sido trans­ mitido por sus antepasados, pero el tiem ­ po ya le había dado demasiados sustos. Y es que también en las témporas tenía al­ gunos meses lunares muy difíciles de ex­ plicar...

Pero, claro, en esto del tiempo, como en todas las cosas, la experiencia resulta fundamental Y es la experiencia rural y del campo, la que le ha valido al labrador y al pastor, para enriquecer su sabiduría popular.

PELLO Z A B A U M eteorúlogo y m iem bra de EH arask

N uevo Eos. Play with the weather.

La luz atraviesa tus o jo s cerrados p ara despertarte. Sol. El hom bre del tiem p o se q u ed a sin sa b e r qu é d e c ir a m ed io p rogram a. Sol. H oy va a se r un buen día. ¿Sol? E stá llovien do. El cielo e stá tan tap a d o q u e p are ce q u e n o v a a d e ja r de llover n u n ca. H oy v a a ser un b u en día. Pones en m arch a el E o s y sales a dar una vuelta.

Nuevo Eos

G a r a j e Y e s Iritxusi, 1 - Tel. 94 5 8 9 0 334 - 01470 A m urrio G am a nuevo Eos: con sum o m edio (1/100 km); de 8.2 a 8,4. Em isión m ed ia d e CCh(g/km ): d e 197 a 202. C on sulta las con dicion es especiales d e flnanciación d e Volkswagen ñ n an ce.

C O N F E R E N C IA

LAHISTORIAOELROCK ^ESOTRAHISTORIA R o g é B l a s c o / / C ir c u s R o c k B a n d iT ,

Situada en el sudeste d e Australia, Sydney es la m ás antigua ( 37S 8 } y populosa de sus ciudades. En ella se alza el edifìcio m ás conocido de Australia, la S y d n e y O p e r a H o u s e , que imita en su form a las velas de los navios. O bra del danés Jorn Utzon, es uno de los edificios más em blem áticos de la arquitectura del siglo XX. Frente al famoso edificio d e la Ópera posa una s y d n e y s id e r -lugare­ ña- descendiente, co m o la mayoría de sus habitantes, de colonos europeos.

Foto enviada por el suscriptor Alvaro Caballero Bilbao (Bilbo)

j

»Australia. y tu, aun no eres suscriptor '

Gtzek Suscíipciones Hafpidetzak Suscíipciooes

W^àtà Suscíipciones Haíp

/

I

www.aunia.org I

\

\

■suscripción V

4 números

■ v% ^ m

'fl»*ná»d5?S ■ s ^ K i' '■ ■’

^ ■V ] i^ofhoiaídeA''^,^-pr '

^ J—

4 fiffitotacón n is t ó f fc lw l b o y y r i» ^

1 2 € Estatu barrua / Estado ■ ■

10€

Atzerria / Extranjero

HARPIDETZARAKD DATUAK / BOLETÍN DE S U S C Í M N IzE na

/ Nombre.

Helbidea / Direcciún P K / CP.........................Herria / Pablacifln................................................................

Herrialdea / Provincia..............................................................................................

Telefonoa / Teléfono.................................................................................................

B-posta / B-mail.....................................................................................................

G Harpidatza adierazitako zenbakiarekin (hori barnej hasi nahi dut / Desen suscribirme a la revista Aunia a partir del número (incluido): □ 15 - □ IG - □ 17

Drdaintzeko madua / Forma de paga □

Banketxea / Entidad b a n c a ria ..............................................................................

Kontuaren jabea / Titular de la cuanta....................................................................

TT~nm r D

T

I I I I I I I I n

Drdaindu den banketxea / ingreso realizado an: □ CAJA LABORAL...3D35 D245 II 245I0DG5IG □ BBK ............... 2D95 D5Gg ID 9104488715 □ VITAL KUTXA .... 2Ü97 0221 57 DID452B59B

AUNIA • Torrea, IG - 0I4D8 LIIIADNDD ■ Tel. 945 891 97B ■ E-mail: info@aunia.org ■ www.aunia.org

de

aei

Le J

oc

lExtG y fotGs«. FELIX MUGÜRÜTZA

FUERA DE LA INFORMACIÓN QUE NOS APORTAN LOS INFALIBLES DOCUMENTOS HISTÓRICOS, NO EXISTE NI EL MÁS MÍNIMO RECUERDO DE LA GRAN IMPORTANCIA

QUE

ANTAÑO

TUVIERON

LAS

CANTERAS DE MÁRMOL DE BITORIKA EN LAUDIO UNA IMPORTANCIA TAL QUE MUCHAS DE LAS PIEZAS EXTRAÍDAS DE DICHO LUGAR FORMAN O FORMARON PARTE DE TEMPLOS Y PALACIOS NO SÓLO DEL ENTORNO SINO DE PROBABLEMENTE, TODO EL REINO DE ESPAÑA

osas de la vida, la mayor informa­ ción de aquellas canteras se la debemos a la iniciativa de un soña­ dor, Tomás López, que nació y murió en Madrid (1703-1802).

Deslumbrado por todos aquellos tra­ bajos estadísticos y geográficos que se estaban haciendo al alimón de los aires renovadores de la Ilustración en Europa y especialmente en Francia, no dudó Tomás López en acometer una obra tan faraóni­ ca como imposible para su época: un dic­ cionario histórico-geográfico que reco­ giese información de todos y cada uno de los pueblos que se encontrasen en el marco de la Corona. Una obra a la que entregó nada menos que treinta años de su intensa vida...

Ni corto ni perezoso, y valiéndose de la estructura interna de la Iglesia, dirigió un simple cuestionario de quince pregun­ tas a arzobispos y obispos para que éstos, a su vez. se lo remitiesen a aquellos sa­ cerdotes y clérigos que estaban bajo su mandato. La infinidad de respuestas, ma­ pas y otras informaciones recibidas se conservan hoy en la Biblioteca Nacional de Madrid. A pesar de la gran y valiosa información recogida, su material perma­ nece prácticamente en el anonimato.

Como se podía prever, una empresa tan ambiciosa pero acometida con tan pocos recursos, coordinada por una sola persona y dependiente en su desenlace de la buena voluntad de quien recibiese

C

I

la carta-cuestionario, no podía tener unos resultados extraordinarios, y mucho menos homo­ géneos. Así, mientras la mayoría de los sacerdotes ni siquiera se dignaron a con­ testar, los que respondieron lo hicieron de una manera desigual: unos realizando el mínimo esfuerzo y otros explayándose en demasía, obsesionados con que su pueblo quedase reflejado lo mejor posi­ ble en aquella obra que barruntaban tras­ cendente.

En resumen: que el resultado fue me­ diocre por lo disforme de las aportacio­ nes, algo que también había sucedido en otros proyectos similares acometidos en Europa.

Sin embargo, aquella iniciativa tan va­ liente y honrosa nos aporta una informa­ ción clave para conocer hoy ciertos as­ pectos del municipio de Laudio a fines del XVIII, una época en que la bonanza económica es la mayor conocida hasta el momento, en la que acaba de reedificarse una nueva iglesia y en la que las tres fe­ rrerías mayores no dan a basto para pro­ ducir hierro. Un tiempo difícil de imaginar para nosotros, en el que la adecuación del camino real que unta Castilla con los puertos del Cantábrico iba a hacer pasar

'V V

por la alargada vega de Laudio irìconta-

de la Parroquia de este valle de Llodio",

bles carruajes y arrieros, y con ellos las

M anuel Fernando de O ribe, en una carta

noticias de otras realidades diferentes a

datada el 26 de diciembre de 1791.

las que secularm ente se había tenido que

En ella hace una descripción del m u­

lim itar la población local. Un siglo en

nicipio en la que dice que “ ...se denom ina

el que, en definitiva, comienza la m oder­

Valle y se com pone de quatro quadrillas o

nidad.

barrios que se intitulan Larrea, Cogenurl,

Según lo planificado, una de aquellas

Larrazabal y Olarte...". A l final de la carta

misivas que rogando inform ación fuese

de contestación, y después de haberla in­

enviada por el inquieto Tomás López re­

cluso firmado, añadió nuestro sacerdote

caló en la parroquia de Laudio. Se encar­

una nota, un postscriptum , que pretende

gó de contestarle el "cura y beneficiado

subsanar el despiste del que acababa de

PIEDRA DE SILLERÍA. UN MATERIAL LEGENDARIO moros" la construcción de iglesias o edificios en que la labor de cantería era notable. No cabe duda de que los moriscos, hasta su expulsión a finales del CASA TORRE DE UCARTE (LAUDiO)

•i***

0 »‘

■-

XV, fueron excelentes y reconocidos canteros pero en este caso, como sucede en otras situaciones similares, la atribución a los moros de infinidad de elementos más bien parece ser una referencia a "lo desconocido", sin ningún rigor.

*

■'

Se quejaba de ello Santiago de Mendia, Secretario de Ayala, cuando en su obra

El Condado de Ayala (1892) decía al hablar de las casas torre "..-torres cuya antigüedad se pierde en la noche de los tiempos, por lo cual (hay) quien atribuye ser obra de moros y quien que pertene­ cieron a señores feudales; pero diremos que ambas creencias son producto de la ignorancia de la historia patria".

En las cercanías de las canteras de Laudio sabemos de dos de estos casos, aunque probablemente fueron más. El primero, Sin intención d e p re te n d e r a c o m e '

el de la torre medieval de Ugarte,

te r la in te re san te y rica la b o r d e la

en el barrio Goienuri, cuya construcción

cantería e n to d a s su s facetas, no

fue obra de los moros, según nos hace

podemos sin embargo dejar pasar la

saber Andrés Ibarretxe Larrazabal (1919),

ocasión sin dar testimonio de algunos

tal y como comentaban los mayores

aspectos que parecen hacer en cierto

cuando él era ¡oven. Al margen de

modo legendario este oficio.

nuestro excelente informante, pocos o

Hasta no hace mucho tiempo, ha sido

nadie conocerán ya ese origen legendario

relativamente común atribuir a "los

para la torre medieval.

ser víctima. Ésa es la pista que nos interesa y la que aportará la in­ formación clave J-ante la falta de otros documentos- para saber de la importancia de las canteras de mármol de Laudio. Actualizada la ortografía, dice así: "Se me ha pasado por alto en la pregunta 14 -en la que se pregunta por fuentes, minas y canteras- el decir que este Valle tiene canteras de un mármol muy exquisito y fino, de fondo negro y

tanta copia de vetas que parecen pintadas, teniendo vetas blancas, amarillas y unos negros muy subidos, como si fuera azabache, formando muchas figuras extraordinarias.

Recibe el pulimento con mucha facilidad

Más popular es el caso de una casa -que por sus elementos debió construirse en torno al año 1500- ubicada en el barrio Ugarte de Belandia, una de las cuatro aldeas que conforman la Junta de Larruazabal (Ruzabal) de Urduña.

Es común entre los vecinos del lugar incluso sus propietarios- y los de los pueblos vednos oír comentar que dicha casa "la hicieron los moros".

Al margen de todo ello, el uso por parte de los canteros de unas jergas especiales para comunicarse añade aún más misterio si cabe al oficio. Parece que los afamados canteros vascos no tuvieron dicho problema porque su uso del euskera les hacía ser impenetrables para los oídos de los no euskaldunes. Pero, en la paulatina transmisión del oficio hacia occidente, aparecen casos extraños como el de la

pantojo, un lenguaje usado por los canteros de la Trasmiera cántabra, abundante en palabras eusquéricas.

Lo mismo sucede con el latin o verba de los canteiros y pedreiros, de Galicia, ese lugar de la Península en donde todos los antiguos oficios parecen encontrar la inmortalidad.

Mención aparte y merecedora de un estudio más extenso es, cómo no, el lenguaje misterioso de las marcas que los canteros grababan en las piedras.

i 103

im

•y.*-

DETALLE DEL PÓRTICO DE LAUDIO. DONDE SE APRECIA LA PIEDRA CAUZA CO N Y SIN PUUMENTO

y queda resplandeciente como un espejo o cristal" Al parecer el sacerdote había sido uno ^ de los que más interés había puesto en lo extraordinafc. rio de las canteras de Bitorika ya que él mismo se había ocu­ pado de registrar el j material: “Yo envié a J Madrid muestras, las J pulieron y salieron M primoro-sas, de ® modo que al instante las llevaron al Gabi­ nete de la Historia natural, donde se en­ contrarán con la deno­ minación de Jaspe de Orduña, por haber ido di­ chas muestras a manos de unos hijos de dicha ciudad de Orduña, a la que quisie­ ron adoptar estas canteras, que con mucha abundancia

hay en este Valle, y ninguna en dicha ciu­ dad, por lo que para que el público no re­ ciba engaño se debe corregir este yerro cometido con cuidado, quitando de di­ chas muestras el título de Orduña, po­ niendo en su lugar Jaspe del Valle de Llodio" Como puede apreciarse, los intereses suscitados por la calidad del material eran muchos y aquellos orduñeses en los que Manuel Fernando de Oribe había confiado el transporte de las muestras, en cierta manera le fueron traidores, regis­ trándolo a nombre de la ciudad vizcaína y no del municipio de origen.

Por la abundante documentación, sa­ bemos además que en la construcción del nuevo retablo de la Virgen de la Anti­ gua de Urduña, en el lugar más importan­ te de aquel templo para el que se estaban importando los más exquisitos materia­ les de construcción del momento, se ha­ bía usado el mármol de Laudio. El retablo en cuestión fue diseñado y dirigido por Esteban de Alegría, siendo finalizado en

■A EXTRACCION DE LA PIEDRA ser sus reacciones ante la acción mecánica

cion de la madera la piedra acababa cediendo. Más

del cantero.

Antes que nada

llamativo y desconoci­ do es el sistema que

era necesano explorar bien la

nos comunica Iñaki Pereda y que consistía en rellenar

peña para ver qué trozo era

los pequeños orificios con cal viva para después añadir

el que mejor se ajustaba a las necesidades.

H e m o s d e d istin gu ir la la b o r d e la extracción d e la piedra en la cantera

Posteriormente se examina­ ba la misma para ver cómo estaban dispues tas las vetas y así poder

fre n te a la d e la labra y re fin a m ie n to d e la m is*

fracturarla en el tama­ ño más adecuado. Una

m a. La primera -realizada por los pedreros- es la que

vez trazada la línea de corte, se practi­

se lleva a cabo en la cantera ya que la segunda -la labor

caban unos orificios en tramos de unos

de los canteros- suele

diez centímetros, que serían la base para la

realizarse en el lugar de la obra, lejos ya de la cantera.

agua. La fuerte reacción quí­ mica se encargaba del resto.

También se usó la pólvora hasta prácticamente nuestros días.

Su explosión era

.

menos efectiva pero más noble que la

, -‘i

de la dinamita. Ésta

^• ; •

ruptura del bloque,

Nosotros nos referiremos a la primera de las dos labores.

Para ello, tradicionalmente se usaron

« .

Ai parecer, lo pnncipal para la extracción de la piedra es

cuñas de fiierro que se introducían con

-V*.

tener un buen ojo, algo que sólo se consigue con la expe­

magistrales toques de

Í

‘

^3 ^

última "tiene más veneno" -nos dice el que fuera cantero José Luis Laburu- y fractura tanto la piedra que no puede ser

riencia, Hay que aprender a

porra hasta que el pétreo material cediese. También

utilizada luego en labores de sillería. Por ello, en estos

ver cuando se mira la piedra, a corteiarla sin prisas

se sabe del uso de cunas de madera de roble a las que,

casos, era usada la dinamita.

para prever cuáles pueden

una vez bien encajadas, se les añadía agua.

Con la dilata-

Una vez extraído el bloque, los golpes cer­ teros del cantero con el mallo -martillo de canteros de gran pesoy el uso de las barras harían el resto. Aquí la maestría del operario era fundamental para obtener buen material con el mínimo esfuerzo.

Conseguidos los bloques, tan sólo restaba el transpor­ te en carros de bueyes hasta la obra, donde los canteros se encargaban de desbas­ tar, dar forma y montar cada una de las piezas

pasa desapercibido incluso muchos años después de su elaboración. Eso parece desprenderse de la descripción de Bizkaia El Oasis - Viaje al País de los Fueros realiza­ da por el escritor catalán Juan Mañé y Flaquer (1879) cuando habla del sonado templo de Urduña: "El mayor (altar) está formado por dos soberbias columnas

1805, y no dudó en flanquear la imagen de la Virgen con dos gigantes columnas de orden corintio, realizadas con el famo­ so jaspe o mármol laudioarra, perfectas para un retablo neoclásico de estas ca­ racterísticas.

La calidad de las columnas en cues­ tión es algo digno de admiración que no

!L MÁRMOL n o e s sin o u na p ie d ra caliza

fuentes, suponiendo que las técnicas serían similares.

con u n as c o n d ic io n e s tales q u e a d m ite el p u lim e n to

La primera labor, una vez afinada la talla en

P o r definición, el m á rm o l

p o r ro zam ie n to , adquiriendo

"

^

' ',»•'

el lugar de destino,

así el brillo que le caracteriza.

Remitiéndonos al caso

era la de

de las

* quitar a la obra todas las rugosidades y

canteras de Bitorika (Laudio), el material fue sin duda excelente para ello. Un buen lugar para observar las cualidades de la piedra con y sin pulimento es el

asperezas frotándola con una piedra arenisca, normalmente

pórtico de la iglesia San Pedro

acompañándose de agua para hacer un mejor pulimento. La

de Lamuza, obra encargada por el Marqués de Urquiio y llevada a cabo en los años 1892-93. En la parte superior de los asientos se le dio el oportuno pulimento, frente al resto, sin tratar, tal y como se puede apreciar aún.

Similar transformación sufren

consistencia de las piedras areniscas también variaba progresivamente a menudo que se necesitaba un acabado más fino, de manera similar a como se hace en la madera con el

aquellas partes sometidas al roce

grano del papel de lija.

Cuando la superficie era plana,

o manoseo de la gente.

Pero a pesar de lo reconocido y

solía ser suficiente con frotar la pieza con otro pedazo de

sonado de la elaboración de los

mármol u otra piedra dura, acompañadas de arena y agua.

mármoles en otros tiempos, no se sabe prácticamente nada de

En aquellos casos en que el

las técnicas tradicionales para dar el pulimento, ya que la aparición

trabajo requería un acabado

.

de los sistemas mecánicos borró radicalmente de la memoria todas aquellas referencias a los sistemas manuales. Tampoco se sabe nada al respecto en las investigaciones históricas de otras canteras vascas. Por ello hemos debido de recurrir a otras

exquisito, se frotaba posteriormente con un trozo de barro cocido, también mojado. También podía usarse arcilla muy humedecida. Pero

^

DETALLE D€ UNA D i LAS COLUMNAS DEL SANTUARIO DE NTRA, SRA, Di LA ANTICUA ÉN URDUÑA

corintias, de mármol negro de Llodio, de una sola pieza...".

Sin duda orgulloso de ello, y retroce­ diendo de nuevo en el tiempo, no deja nuestro sacerdote pasar por alto dicho aspecto y lo añade también en su escrito: "...de donde han llegado a la misma ciu­ dad de Orduña, columnas de a 18 pies de

básicamente ta labor consistía en un fatigoso y repetitivo bruñido de toda la superficie de la pieza.

Este pulimento era la base para, en otras ocasiones, realizar operaciones de lustre más avanzadas, como es el caso de las columnas del altar de S^ de la Antigua de Urduña (Bizkaia). Por ello había que prestar la mayor atención posible para realizarlo con un movimiento tan firme como regular.

Para conseguir un mayor lustre aún, se tapaban los poros de la piedra ya pulida con un mastique -especie de masillacompuesto normalmente con cera y pez mezclados con un poco yeso y azufre tamizado al que se le da el color del mármol imitar Para los mármoles negros, como el de Laudio, se le añadía hollín y colcótar, un óxido férrico usado para los pulimentos de vidrio, etc. Tras aplicar esta pasta se sometía a un buen pulido como al resto de la pieza.

El mayor grado de finura se conseguía con un tercer y optativo proceso consistente en pasar un piedra pómez dura y abundante agua sobre el mármol.

'

largas y otras muchas piezas para formar el retablo del Santuario de Nuestra Seño­ ra, llamada de la Antigua, que se venera con mucha devoción por los naturales y pueblos comarcanos". Continúa expla­ yándose y aporta más información aún sobre la verdadera importancia que tuvo la fabricación de mármol de este lugar: “ Han llevado a la Corte piezas de dicho jaspe para mesas y adorno de chimeneas, sacando todas un lustre tan sobresaliente que admira. Se pueden sacar columnas aunque fueran de 30 y 40 pies de lar­ gas".

En una segunda misiva, ésta enviada el 5 de enero de 1795, es decir, tres años después de la primera, el sacerdote insis­ te de nuevo en que se corrija el error his­ tórico, aún sin subsanar: “Suplico a Vues­ tra Merced se llegue algún día al Gabinete de la Historia Natural y pregunte por el jaspe o mármol de Orduña, para que se deshaga el engaño y error en que se im­ pone al público, no habiendo tales cante­ ras en aquella ciudad y sí en este Valle de Llodio, de donde yo mismo envié las muestras que se pusieron en ese Gabine­ te; y que se ponga en ellas ser en Llodio y de Llodio las canteras que las hay sobre el mismo camino real que va a Bilbao, pero muy grandes y fáciles de sacar columnas primorosas".

La importancia adquirida por aquellos mármoles debió, sin duda, ser notable.

Ello queda también reflejado con una es­ cueta cita que dice que "Hay también en sus términos canteras de már­ mol que reciben bello pulimento" en el Diccionario

Geográfico-Histórico elaborado por la Real Academia de la Historia en 1802, en la época, según los Indicios, más esplen­ dorosa de la producción de jaspe en la cantera.

Parece que posterior y paulatinamen­ te, sin llegar a desaparecer su actividad, sí se ve menguada su importancia. No las cita el estadista navarro Pascual Madoz (1850) al hablar de Laudio ni Becerro de Bengoa en su LibrodeÁlava (1877) mien­ tras que sí hace referencia a la cantera de "preciosos mármoles negros" de Anda (Kuartango).

Sin embargo, su explotación, aún sin tener excesiva repercusión, parece conti­ nuar, a tenor de lo publicado por el cata­ lán Mañé i Flaquer en su obra más arriba citada de 1879: "los montes son muy

frondosos en algunos sitios y en otros abundantes en canteras de jaspe que per­ mite el pulimento" La desaparición de la actividad de pu­ limento de la extraordinaria caliza laudioarra parece producirse a finales del XIX y principios del XX. Según la escasa docu­ mentación se deja de elaborar debido "a lo difícil y costoso de los transportes".

En efecto, el gran problema de estas columnas, tanto más preciadas cuanto mayor sea su volumen, es el del transpor­ te en carros, donde se fracturaban gran número de ellas. Así, -y según nos hace saber Iñaki Pereda, estudioso de la explo­ tación histórica de las canteras vizcaínas de Markina y Ereño- aún hoy en día po­ demos ver los restos de una gran colum­ na pétrea fracturada y abandonada en el

PALACIO DEANUNTZ1BAI

i

borde de la carretera de subida a Urkioia, aunque en esta ocasión se trata de mate­ rial procedente de las canteras de Markina (Bizkaia).

Volviendo a nuestro caso, probable­ mente más que la dificultad aducida del transporte -a partir de 1863 ya funciona el ferrocarril Bilbao-Castejón y por tanto no sería necesario hacerlo en carro- sería el de la falta de rentabilidad económica de un trabajo tan costoso como el puli­ mento de la caliza, frente a la simple ex­ tracción de la misma.

No debemos olvidar que a finales del XIX una saga aristocrática de nuevo cuño, la de los Marqueses de Urquijo, elige Lau­ dio para la uÑcación de su palacio cen­ tral. Especialmente con el primero de ellos, Estanislao Urquijo Landaluze (18161889) el pueblo sufre una auténtica transformación en lo que a edificios se refiere y se erigen nuevos y rimbomban­ tes construcciones (palacio, plaza, fron­ tón, cementerio, escuelas, depósito de aguas...) la mayoría realizados con piedras de sillería. Por ello, hemos de suponer

que, con tan sólo la extracción de la pie­ dra. en dichos años la actividad en las canteras de Bitorika sería frenética.

Como punto contrapuesto, nos relata el laudioarra José Luis Laburu Ugarte (1920), propietario de una de las dos canteras de Bitorika, que las últimas pie­ dras extraídas de para ser labradas fue­ ron las usadas en la construcción en 1941 de la casa de campo de la aristó­ crata María López de Ceballos. Se trata del edificio que hoy acoge un prestigioso restaurante en el incomparable paraje de Anuntzibai.

A partir de dicho año, la actividad de su cantera se limitó exclusivamente a la arena, grijo -guija- y grava hasta su clau­ sura en el año 1980. Otra próxima y de propietarios foráneos, duró algunos años más pero su evolución y desaparición fue similar. Hoy las canteras se encuentran abandonadas a la espera de ser reconver­ tidas en un espacio verde de uso y disfru­ te por parte de todos los vecinos.

FELIX HUGURUTZA

Egitaraua •• Laudio /M daketa e s k a tz e n d ig u m u rx iu a k

E U R O P A K O M U G IK O R T A S U N IR A U N K O R R A R E N A S T E A 2 0 0 6 k o IR A IL A R E N 16tik - 22ra

/Udaketa e s k a tz e n d ig u m u n d u a k LA U D IO k aidaketa eskatzen digu

Ir a iia k 16, la r u n b a ta 1 0 : 3 0 D o r t s a l e ta J a k i-h o r n im e n d u b a n a k e ta .

1 1 : 0 0 - 1 3 :0 0 S P IN N IN G . H erriko p lazan. E z a g u tu e zazu m o d u a tse g in e a n kirola e gite ko era berri bat, hurbiidu zaitez eta parte hartu ezazu IParte-hartzaile g u z tie k h o r n im e n d u a e ta o p a ritx o a iz a n g o dute.

Gainera, parte-hartzalleen artean opari u gari zozket a t u k o dira (bizikle tak, kirol m ate riala. e ro s k e ta txartelak, tren txartelak etab.)

Laguntzaileak: A r a b a F itn e ss eta K iden g im n a s io a k 1 7 : 0 0 - 2 1 : 0 0 P U Z G A R R I A K . H e rr ik o p la z a n .

Ir a ila k 17, ig a n d e a 0 9 . 1 5 D o r t s a l e ta j a k j - h o r n im e n d u b a n a k e ta .

1 0 . 0 0 B I Z I K L E T A M A R T X A . H e r r ik o P la z a tik , L a g u n t z a ile a : L a u d io a r T x ir r in d u la r i E lk a rte a .

1 1 :3 0 D o r t s a l e ta J a k i* h o r n im e n d u b a n a k e ta .

1 2 :O O O IN E Z K O E D O P A T IN E Z K O M A R T X A . Herriko plazatik. L a gu n tz a ile a : G o ik o g a n e M e n d i Taldea.

1 3 :3 0 Z O Z K E T A K . H erriko p lazan . Parte-hartzaile gu z tie n arte an bizikletak, e ro sk e ta txartelak, kirol e k ip a m e n d u a k , tren txartelak etab. b a n a tu k o dira.

1 8 : 0 0 D A N T Z A L D I A B a i s a l a t a ld e a r e n e s k u .

H erriko plazan. Eto r zaitez eta o n d o p a s a g o rp u tz a m u g it z e n l L a g u n t z a ile a : B a is a la d a n t z a ta ld e a .

Ir a ila k 2 0 a s t e a z k e n a M O D U E R A G IN K O R R E A N G ID A T Z E K O IK A S T A R O A (EEE). l O O - 13:OOeckJ 1 5 :0 0 -1 9 :0 0 . U d ale tx e ko hitzaldi a r e t o a n e ra j a s a n g a r r ia n g id a t z e k o ik a s t a r o a .

E n e r g ia au rre z tu e ta k u t s a g a r r ia k m u rriz tu i (15 p e r t s o n a k o b i t x a n d a , g o iz e z e ta a r ra tsa ld e z ). izena e m ate ko udaletxeko in gu ru m e n sailean izango da, azkarl In sk rip z io m u g a t u a l E E E re n la g u n t z a (E n e rg ia re n E u s k a l E ra k u n d e a ). ira ila k 2 1 , o s t e g u n a 19:30. H IR IT A R R E N P A R T E -H A R T Z E R A K O F O R O A .

G a ia : M u g ik o r t a s u n a L a u d io n e ta L a u d io k o Herri A n to la m e n d u r a k o P la n gin tz a N a g u sia r e n aidaketa.

U d a le tx e k o hitzaldi aretoan . L a u d io k o m u g ik o r ta su n are kin arduraturik bazaude, e m a g u z u zure iritzia eta e gizkiguzu iradokizunak. D e n o n artean bizitzeko L a u d io e g o k ia g o b a t e g in g o d u g u l I ira ila k 22, o s t ir a ia 9 :3 0 E Z O H IK O U D A L B A T Z A , E s k o le ta k o u m e a k z in e g o tz i m o d u a n a ritu k o dira eta g a u r e g u n e k o in g u ru m e n arazoari b u ru z d u te n ik u s p u n t u a e z a g u tz e ra em ango d u te .

O n d o r e n H erriko P la z a n b ild u ko dira beraien e sk o * letara o in e z jo a te k o .

•

17:00 - 21.00 P A IL A Z O A , T A IL E R R A K , H E Z K U N T Z A B IA L A ETA JO LASAK H e r r ik o P la z a n , 18:00 L E H E N S O R O S P E N E R A K O T A IL E R R A K . U d a ­ le tx e k o h itzaldi a re to a n . P a rte h a rtz a ile g u z tie k o p a ria j a s o k o dute.

1 8 t ik , a s t e f e h e n a , 2 2 r a . e s t í r a la , b it a r t e a n : K L IM A A L D A K E T A R E N IN G U R U K O E R A K U S K E T A E T A B ID E O A . L a m u z a p arke k o B e ira zk o J a u re g ia n Izen-ematea aidez aurretik: s p in n in g , m artxa bimodala, m o d u eraginkorrean gidatzeko ikastaroa eta Iahen so rospertetarako tailerrak. Udaletxeko ingurum en sailean.

L a g u n tz a iie a k : A ra b a Fitness. Baisala. E E E , Eroski, Euskaltel. G o ik o g a n e M e n d i Taldea . Gurutze Gorria, Kiden, LaudioarTxirriridulari Elkartea, O lym p u s, Renfe Cercanías, Spiuk.

\ I7u r e e s k u j i t a g o g u r e lu r r a re n o rk iz u n o , p u n t a k o k n o lo g ia n a tu ra e rre s;to tz e n d u e n g e st io t e m a e r a g in k o r n e sk u ro , H o u .b ò it a , Z e n h e lb u r u g a r r o n t s u e n e t a r f l< o a , in g u r u e n o r e k in k o n p ro m e 10, g u r e h e r r ia r e k ik o in o r o m e z u a .

I í

,'n

fe

LUDI

v e ie ie N s e s

H IST O R IA B E R R E R A I K U .

m m v i

HA RD U N

..D

J O R N A D A S DE R E C O N S T R U C C I Ó N H IS T Ó R IC A Tokia / Lugar r j r. -; - Ve I e ! r

I r 3 í p C' n i e -b ¡

En Iruña-Veleia. Trespuentes-Villodas (Álava).

16 - 17 de setiembre. ¿ í 11 a 14 horas.

( D cD

bus

ÉurC'py ei^íít'k i'.;:iíiri'i. -•• • er«-£¡.i-5jbak.: vitoriíi-Casi:f:i2k.i: Existe un se rvicio d e a u to b u se s d e s d e el centro cívico E u ro p a al yacim iento. In form ación y reservas: O fic in a d e Tu rism o d e Vitoria-G asteiz, tel.; 9 4 5 1 6 15 98. babesleak/ patrocinadores:

O

wwwrm

EuskoTren C^lt# « «É « I «I ft#«,«

Obra Social

el Boulevard

■ D D Ém &B

B l ^ 0

«nriUOMKOMM

laguntzaikak / colaboradores: 9 radiovitoria

27¿!r

lil

T r in o s a

r

Sin lugar a ninguna duda, el nombre que en la versión latina de la Biblia se atribuye a la madre de Jesús, es decir. María, es el nombre de mujer más común de Europa. Ello no quita para que sufra unas ligeras adaptaciones para adecuarse a las diferentes lenguas.

Así en catalán es María, al igual que en italiano, alemán, rumano, polaco, portugués o ruso -escrito en este último caso con otros caracteres-, en inglés Mary y en castellano Mana, con acento gráfico.

J IS

De

M M IM

texto « MIKEL GORRDTXATEGI NIETO fotos « FEUX HUGURUTZA

O ID

P U D V E V ^

Maria -lo escribimos sin tilde por lo an­ teriormente explicado- y Miriam es un mismo nombre, que al igual que otros ‘muchos de la Biblia, ha tenido diferentes evoluciones, consecuencia de las traduc­ ciones de los nuevos testamentos. De hecho, uno de los mayores problemas al hacer las traducciones de los textos del hebreo al griego fue la adaptación de los nombres.

La solución más habitual para superar este tipo de dificultades fue similar a la que habrá observado quien haya viajado a países exóticos. Le habrá ocurrido que los nombres de lugares o de personas le son extraños y por eso es muy común que, ante la dificultad, los guías recurran a adoptar nombres más familiares.

En el caso que nos ocupa, el hebreo es una lengua semítica que tiene so­ nidos distintos a los del griego, lengua indoeuropea, como el latín. Cuando los

V Æ M 'B t i E ’

nombres del Antiguo Testamento fueron traducidos al latín se mantuvieron sus formas en la medida de lo posible y el antiguo Maryam fue escrito Miriam. En el caso de la madre de Jesús, sin embargo los griegos la llamaron Mariám o Maria y de esta forma surgió la variante latina de Maria, que fue adoptado por todas las lenguas de Europa.

No es el único caso de multiplicidad en las denominaciones. Así, Jacob y San­ tiago son un mismo nombre aunque hoy en día uno se use para el patriarca de Is­ rael del Antiguo Testamento y el otro para los apóstoles que acompañaron a Jesús: Santiago el Mayor y Santiago el Menor.

Pero el uso de las diferentes varian­ tes del nombre Maria para denominar a las personas está vinculado a su ve­ neración. Hasta el siglo V la devoción a María era relativamente discreta y, de hecho, su figura apa­ rece más bien poco en los Evangelios. Fue a partir del siglo VI cuando su culto se empezó a genera­ lizarse en la Penín­ sula, extendiéndose rápidamente. Parece ser que en muchos casos la devoción a la Virgen se instauró sobre las divinidades anteriores, como por ejemplo Juno, la dio­ sa del cielo, de ori­ gen romano. Parece que este fenómeno de suplantación es

"j

común en las zonas de Euskal Herria que no habían sido romanizadas en exceso. ¿Y cuál es nombre de Mana en euskera? El territorio del euskera no es una isla y aparece atravesado por varias rutas históricas. Un ejemplo son los caminos a Santiago de Compostela, tanto el más antiguo de la costa como el más conoci­ do que en Cares une las rutas de Orreaga y Somport.

Sin embargo, todo parece indicar que debemos remontarnos a épocas ante­ riores para detectar el inicio del nombre Maria como nombre de persona. La clave está en la cristianización del territorio, anterior a lo que hasta hace poco pensá­ bamos. De esta forma, según los escritos que recientemente han aparecido en la ciudad alavesa de Iruña entre los prime­ ros textos escritos en euskera tendríamos una referencia a la madre de Dios. En uno

de los textos se puede leer: “ lesus lose ata ta Mirian ama", que se puede traducir por ‘Jesús, padre José y madre María'.

En euskara, como en las lenguas an­ tes citadas, Maria fue la forma general de uso, aunque bastante tempranamente se difundió la forma Mari. De esta forma, en la Edad Media era común que para lla­ mar a las mujeres se usasen tanto nom­ bres de lugar como nombres de varón, e incluso adjetivos, a los que se anteponía Mari como método de indicar que eran mujeres las portadoras de este nombre.

Así, tenemos Maribertiz y Mariartze, con nombres de poblaciones navarras (Bertiz y Artze): Marieder, Maribeltz y Maiurdin, con adjetivos, y Mariesteban y Mariafermin con nombres de varón.

El éxito de la devoción hacia Maria fue tal que incluso parece haber sustituido al nombre primitivo de la diosa principal de la mitología vasca que adoptó el nuevo de Mari.

Pero, si la forma propia en euskera era Maria ¿de dónde surgió la forma Miren que tan común ha sido y es? Como en los otros casos comentados anteriormente en esta publicació.n Miren es una de las propuestas realizadas por Sabino Ara­ na, pero con una curiosa particularidad.

La apuesta onomástica del vascófilo de Abando consistía en que los nombres de mujer<Jebían acabar siempre en -e, como Edurne, Aintzane o Garbiñe. La excepción de la regla sería el nombre de María que el abandotarra prefirió hacer derivar del original hebreo, respetando su final en consonante.

Así surge el nombre Miren, una forma rápidamente aceptada por la sociedad vasca y que, pese a la prohibición que sufrió en la dictadura franquista, se ha convertido en un nombre muy común entre los vasco-hablantes, en cualquier caso, siendo más usado que el habitual de Maria.

M IKEL GDRRQ TXAHGI NIETO Secretario de la Com isión de Onom ástica de Euskaitzaíndia

Kantauriko u

URKIDETZA Consorcio de Aguas Dren Partzuergoa

Egizu turísmoa Aiarako baí/aran 0

bisíta gídatuak/bisítas guiadas: KULTURA/CULTURA Artzíniega, Quejana....

Visitas Guiadas: Txakolinerfa “ Arabako Txakolina” Destilerías “Manuel Atxa”

IP A R N A T U R E r e k in Datera Aiara ezagutu.

Erreserbak •• Reservas: 945 393 704 - 620 504 570

r '

Avda. Aiala, 3 ^

AMURRIO

@ Y '^ aw 94 ^9 09 36

ül

1 1

,

il: decoaM6leuskalnet.net

ESTOS SO N N U E ST R O S S E R V IC IO S

_£ Medicina Asittancid

Metfeiiw P rrn e *«

SanitarÍM

RocamKÍmiMMM pari6i8ce»

Dplo. d* Prevendón

OlTM Servicie«

SÑvSñSpñ Ptevmctán

Centrato de Análitis CKnícM

Eigonotnfa/ PwMio cicleflio

Jim»

SeflUfidod

Asasoria Jurtdko

Betiquinet de Emprwo AiiManda Sedal

I

Hiawne lndu»lriai |

IVirfondfldefaSaludI

Ceoi^j^Mpwniento cenÉn^mpQicomunas % MUIUA DE A C C C E M B Of TBABAJO V S n B M E D A D S PfO F BK W A U S Of lA S I N* 2

URDUNA-ORDUNA

Urriaren 6tik 8ra

P ' >l€V4AÓfl<t,

O A A /R

j g j l Ij ^ E u s k a l Komertzioa: Artilea eta Burdina’ EG I T A R A U A / P R O G R A M A "Comercio Uasco: lana y hierro OSTIRALA 6 VIERNES:

10:00 y 12:00: talleres dirígidos a escolares LARUNBATA 7 SABADO: Visitas guiadas

10:00 y 16:00; Santuario de La Antigua: camino y parada 12:00: La Aduana; entre Castilla y el mar 19:00: conferencia; "></oríoy/os enclaves romanos en el País Vasco. Vías de comunicación del comercio" a cargo de Don. Juan José Cepeda.

ICANDEA 8 DOMINGO: Visitas guiadas

10:00: Santuario de La Antigua: camino y parada 12:00: Aduana: Entre Castilla y el mar

INFORMACIÓN V RESERVAS; Urduña Turismo Bulegoa tel.; 945 384 384 Atezabal tel.; 616 574 132

R E V IST A S

Y

LIBROS

RECIBIDOS

ATO N DU. XXI. M E N D E R A K O P R O P O SA M E N A

EL REQUETÉ Q U E G RITÓ C O R A EU SKADI

ECILEA« Ane Albisu

AUTOR«Alberto Irigoyen EDITA«Ttarttalo {colecc.Abra, n° 34) 434 pág./22,50 €

ARCITALETXEA « Elkar (Ondarea bitduma)

151 orr./2 9,5 0e Euskal jantziari buruzkoa da liburu hau.

Baina, neurrí batean, jantzia­ ri berari baino garrantzi handiagoa eman zaiejanzteari, prestatzeari edo atontzeari.

Aurreko belaunaldietako jantziak berreskuratzeko nahiz berriak egiteko garaian, oso kontuan hartzekoa baita zergatik, zer, ñola, nolz eta zertarako janzten ditugun tradizioz jaso eta euskal jantzi bihurtu ditugun baserritar jantzia, poxpolin jantzia, arrantzale jantzía eta beste hainbat. Eta horixe da liburu honen ardatza: ohituran oinarritua etorkizunerako proposamena egitea.

Beren edertasunagatik, aipamen berezi bat egin behar zaie testuari laguntzen dioten argazki zahar eta berriei.

Gai honetan jaioa da idazlea,Ane,Argia Dantzari taldean, Eusko Ikaskuntzako Fo­ lklore sailean eta azken 21 urteotan Ikerfolk folklore ikerketa erakundean aritu baita.

Alberto Irigoyen, nacido en Montevi­ _ f Q U E G R IT Ó deo y descendiente G o r a E u sj de emigrantes vascos, nos presen­ ta aquí una novela basada en las vivencias de Ignacio Arguiñarena, quien nos conduce desde su niñez, en un ca­ serío navarro, hasta los últimos años de su vida, ya radica­ do en la campiña uruguaya. El protagonista, que participó en la guerra como requeté del Tercio Lacar, trabajó como listero en la cantera Orobe deAlsasua, donde los prisioneros "rojos" eran explotados hasta su último aliento. Tuvo que recurrir al "estraperlo" para poder alimentar a su familia, hasta que, cansado y desilusionado, emigra a Uruguay para rehacer su vida. Un testimonio real novelado con gran maestria.

RSq u e té

M A R EXTERIOR. E l O C C ID EN TE A TLÁN TIC O EN ÉPO CA R O M A N A EDITA« Diputación Forai de Gipuzkoa y ARKEOLAN

Z

Estamos ante un magnífico libro en el que se recogen las actas de un encuentro de historiadores y arqueólogos del mundo antiguo que en noviembre de 2003 se reunieron en unas jornadas de estu­ dio celebradas en la ciudad italiana de Pisa. Con ello se trataba de dar importancia a un tema necesitado de estudio como es el papel jugado por el Océano Atlántico en el contexto del mundo romano, un mundo volcado al mar, pero especialmente al Mediterráneo o "mar interior". ¿Existió una verdadera cultura atlántica en el seno del Imperio Romano y, en caso de que así fuera, cuales fueron sus caracteres, sus señas de identidad? Acaso los cada vez más abun­ dantes establecimientos portuarios en el Mar Cantábrico, como son el caso de Forua (Bizkaia) y Oiasso (Irun) ayuden a encontrar algún tipo de respuestas.

AUTOR« SantiagoYaniz

A R K E O IK U S K A Investigación Arqueológica 2 0 0 4

EDITA« SUA edizioak/ 125 págs. / 18,50 €

EDITA« Eusko Jaurlaritza-Kultura Saila

ARABA. LOS 100 PAISAJES

18C/481 págs.

Más de 20 años lleva nuestro amigo Santi persiguiendo con su objetivo un rincón de luz, una mirada luminosa o un paisaje escondido y emblemático.

Estamos, como puede adivinarse, ante un libro de fotografía exquisita en el que se han congelado instantes mágicos al paso de las estaciones, cargados de belleza y emoción.

Son cinco los títulos sacados al mercado, uno por cada territorio de Hegoalde y uno más para Iparralde. Los textos, en cuatro idiomas: euskara, castellano, francés e inglés, se reducen a los pies de fotos.

2004

La revista Arkeoikuska es una publicación anual del Centro de Patrimonio Cultural del Gobierno Vasco.

En ella se recogen todas las activida­ des arqueológicas realizadas en Euskadi durante el año 2004, sus intervenciones, metodología, objetivos, resultados y con­ clusiones, elaborado todo ello en forma de artículos redactados por tos propios investi­ gadores responsables de cada actuación. Un trabajo indispensable que ayuda a conocer, recuperar y mantener vivo el patrimonio arqueológico vasco.

< Í# I>

DE A D U A N A A BALNEARIO. Rehabilitación del edificio de la aduana de Orduña AUTOR y EDITOR «José Miguel Llano Hernaiz/ 110 pág / 20 € CONTACTO « jmllano@euskalnet.net

Estamos ante un nuevo libro de fotografía de este prolífico autor ayalés, persona clave, además, en el desarrollo continua­ do de la revista Aunia. El prólogo, del historiador José Ignacio Salazar, nos sitúa en un edificio neoclásico, nacido a finales del s. XVIII por orden del rey Carlos III para ser aduana, donde, "del negocio de las sacas de lana y otras mercaderías” se ha pasado al "ocio de las aguas termales y bañeras de hidromasaje".

El formato cuadrangular al que nos tiene acostumbrados Txemi, ADUANAITK BAINUETXERA recoge una publicación en b anco y negro sobre este emble­ mático edificio de la Ciudad de Orduña, convertid hoy en un balneario de lujo que aprovecha las aguas medicinales del manantial de la Muera. Y es, preci­ samente, el desarrollo de esas obras de conversión de un edificio en otro las que han llamado la atención del objetivo del autor, buscando el trabajo diario de los distintos gremios y las texturas de los diferentes materiales utilizados en la reconstrucción, todo ello en un escenario más que sugerente desde el puntos de vista del espacio.

DE ADUANA A BALNEARIO

RF. V I S T A S

S

Y

RFCIBIDQS

EDITA« Sociedad de Ciencias ARANZADI

E ST U D IO S DE A R Q U E O LO G ÍA ALAVESA, n° 22

CONTACTO « idazkaritza@aranzadi-zientziak.org

EDITA« Instituto Alavés de Arqueología

A R A N Z A D IA N A 2 00 5

12 € / Soporte digital CD

www.aranzadi-zientziak.org

CONTACTO « vww.euskalnet.net/iaa-aai

Esta publicación de 330 páginas es el anuario de la Sociedad de Cien­ cias Aranzadi y se distribuye gratui­ tamente entre sus socios. En ella se da cuenta de todas las actividades desarrolladas en los ^tiSSzhOMi diversos campos de investigación que conforman Aranzadi: Antropología, Arqueolo­ gía Histórica, Arqueología Prehistórica, Astro­ nomía, Botánica, Entomología, Espeleología, Etnografía, Geología y Micdogía. Tampoco se olvidan las publicaciones acometidas, conferencias, actuaciones y balances de todo tipo.

En los tiempos en que nos movemos cada vez tiene más sentido que sociedades de este tipo continúen entre nosotros, aunque todo parezca en contra.

ILLUNZAR.

Hay que saludar la llegada de un nuevo tomo, en soporte digital de la ya clá­ sica colección que recoge las últimas investigaciones en tema de arqueolo­ gía localizadas en el Territorio Histórico de Álava. El formato PDF de sus artículos permite, ade­ más, imprimirlos o archivarlos en el propio ordenador, con lo que se convierten en una herramienta de gran ayuda para el investiga­ dor a la hora de consultar los temas.

En esta ocasión, podemos disfmtar de una docena de trabajos escritos y bien docu­ mentados, en los que han participado buena parte de prehistoriadores y arqueólogos de Álava. El principal está dedicado a la memoria de Félix Murga, el sacerdote ayalés fallecido hace casi cinco años y descubridor de innumerables yacimientos arqueológicos.

5 . Revista de A C IR I Arkeologia Kultura Elkartea

EDITOR Y COORPINADOR « Juan Cartos López Quintana CONTACTO« agiri@arkeoagiri.org / www.arkeoagiri.org

Z

Los incansables amigos deAGlRI nos presentan un nuevo número de la revista ILLUNZAR, creada para sacar a la luz todos los trabajos e investigaciones que se desarrollen en el ámbito de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. En esta ocasión, centra su atención en temas que van desde los primeros testimonios de ocupación humana en el lejano Musteriense, localizados en la cueva de Atxagakoa (Forua), hasta el sorprendente hallazgo de un escondrijo carlista en la cueva de Abittaga (Amoroto).

Desde AUNIA todo nuestro apoyo a AGIR!, preocupados por la conservación del Patrimonio Arqueológico de Urdaibai, activos y tenaces organizadores de conferencias, exposiciones museísticas y responsables de un programa de prospección y excavación de yacimientos realmente ejemplar.

N U E V O

D

P Ó S I I O

I D A R ■O

S O

Eche una mano con sus ahorros

I

Gracias al nuevo Depósito Solidario de Caja Vital Kutxa, usted podrá invertir en solidaridad con quienes más lo necesitan en el Mundo y, a la vez, obtener un buen interés por sus ahorros.

Usted podrá elegir donar el 50% de sus intereses* a cualquiera de las siguientes acciones solidarias.

Además, la Obra Social de Caja Vital Kutxa aportará el doble de la cantidad que usted ingrese.

1^

.

im MANUEL IRAOIER

Ì M

-, ^ta o c iAODw afrk^anisTST Lugar: Perú Formación Promotores de Salu d y construcción de Botiquines Comunitarios de Salud

Lugar: Colombia “Programa de Resistencia frente a la Feminización de la Pobreza” para sensibilizar y fortalecer el movimiento social de las mujeres

I

n T3 ,

LugaPCogo (GiJÉBEcuatoríaO Proyecto para et desarrollo loca) mediante la promoción de la salud, la educación y el fortalecimiento del tejido social

CAJA VITAL KUTXA, UN COMPROMISO CON LOS DESFAVORECIDOS Infórmese en las oficinas de Caja Vital Kutxa o a través de www.cajavital.es 'Las cantidades donadas gozarán de deducción fiscal en el IRPF

Caja Vital ^

Vital Kutxa CRECIENDO JUNTOS

REVISTAS

3

€

Y

LIBROS

PUBLICADOS

S í q u ie r e s c o n s e g u i r a l g u n a d e e s ta s p u b li c a c i o n e s h a z n o s e l in g r e s o ^ c o r r e s p o n d ie n t e ( v e r n . ” d e c u e n t a e n l a p á g i n a 9 7 ) c o n t u n o m b r e y c o m u n í c a n o s a q u é d ir e c c ió n d e s e a s q u e t e la e n v i e m o s .

AHITÜTA

AHITÜTA

AGOTADA t

AGOTADA GOTADA

R c=j E stcU s: la s pl t dras que hablan Rappel en el Salto de( Nervión I La cueva de Maríazulo I Castafías y enceras I Perderíka Belaustegigoilia I Urduña: la ciudad y la memoria

El re to m o d el lo b o la sierra de Arrola I Latorrede Mariaka I Santxotena I La Petronila I Robert Laxait t EIroMedeAtxondo I Santa Maria del Yermo

AHITÜTA

AHÍTÜTA

AGOTADA

Cum bres d el A lt o Ne rvión Geología de Corbeia I Minas de Baranbio I Madres Agustinas deArtúniega t Arqueología medieval en LendoiV) I La gota fría I La patata

AGOTADA

Mtas y Junt» l i ^ tradkionilesie rtuniin Centenario del rrwnumento delTxariazo I José Paulo Ulibarri I Avestruces I Contamiriadón lumínica i Menhires en Corbeia I El pintor Joaquín Barbara

AflTUfA

nr* A tO T A ÍA

loberas; vestigios de una lucha milefHrú Pico del fraile y Naranjo de Bulnes I Neandeftdes en Axlor I El chocolate I Cofradía de San Itoque de Laudio I El castillo de Orduña

A

La meteorologi« en Alto Nervión La ciudad romana de Iruña-Veleia I El bacalao i Los barrios de Orozko I El empedrado de St° Tomás de Zeberio I AradeCordeliz

i

Etimologiai: los nombns en versión originil Jesús de Calindez I Batalla nxnana en Kuartango I Borenadores I Penaría de El Pobal I Trashumancia en lacena de Ayala I El bonito

Bolatoki: e l juego de tos b olos Etnografía de las raquetas de nieve I Cuevas artificiales en Alava I Craffiti romanos en Sáh«la I El curandera de Katuxa I La torre de Artziniega

¿AHITÜTA

fA G O tA D A

TIem de ^^ila; piso hada ComposteU La judería de Vitoria I Nombres de pila I ElbamodeAldama I Aralarla ruta de los gentiles I Los puentes de Bilbao I Intxaur-saltsa

'AHiTlfr^ : AGOTADA

-i

Et santuario rupestre de Arenata Brujas y lamias en Laudio I Túnel de San Adrián I Historia dellince en Co(teia I Arbitrios y fìeiatos I LacercadeViliaño I Los caracoles

V ik in go s en Euskal Herria El árbol Malato I Hospital de San Antón I Las muraUas de OrduAa I LaPistiade Domaikia I Anboto, ruta por Atxondo I Pastelerías y confiterías en Bilbao

Tram p as de caza ^laiAha Edad Media I Ganastatxu, paseo porGorbeia I SagadelosArbide I Ferreria deTorrelanda I Pastor centenario I Casas de »Ira I Carral de On>áo

Ritos funerarios en Euskal Herria Ermitas juraderas I El balneario de OrduftaendXIX I Cor^ia, el medio subterráneo I Minas en Arditurri I Aiako Harria I El hongo trufa

La teja, usos tradicionales Lau(fo, tradición tejera I LosTxistus Cancedo I El Sadady I Murales en Murueta i Et puente Sizkaia I Agites I Eljamón I Eneko, lAigo, Ignazio eta ll^ i

La Encartada, una fábrica-museo I San juan ySantaEulalia I Hacerlacolada I |Agua\«!

I Armasvascas para un Irnperio t Kortazar eta Imkutzeta I Petn&Ptru,Betiri.Kepa

La boina y tos vascos

-------- También puedes leer AVNLA. en las bibliotecas d e :_______ Agurain (AR) Amurrio (AR) Aramaio (AR) Arantzazu (Bl) Arraia-Maeztu (AR) Artzíniega (AR) Asparrena (AR) Astrabudua (Bl) Azkoitia (Cl) Azpeitia (C l) Barakaldo (Bl) Basaurí (Bl) Bastida (AR) Bermeo (Bl) Bilbo-Atdundia (Bl) Bilbo-Begoña (Bl) Bilbo-Bidebarrieta (Bl) Billar (AR) Donostia-Koldo Mitxetena (C l) Donostia-Udal Patronatua (Gl) Dulantzi (AR) Elgoibar (Gl) Elorrio (Bl) Eltziego(AR) Erandio(BI) Errenteria (Gl) Eskoriatza (C l) Foru Artxibategla (AR) Casteiz-EHU/UPV (AR) CastelZ'Sancho el Sabio (AR) Caubea (AR) Corliz (Bl) Guardia (AR) Gueñes (Bl) Hernani (Cl) Hondarribía (C l) Iruña Oka (AR) lurreta (Bl) Kanpezu (AR) Karrantza (Bl) Lantaron (AR) Lantzíego (AR) Laudio (AR) Legutiano (AR) Leioa (Bl) Leza (AR) Lezo (Gl) Moreta (AR) Mungia (Bl) Muskiz (Bl) Oion (AR) Okondo (AR) Ondarroa (Bl) Oñati (Gl) Ordizia (Gl) Puentelarra (AR) Santurtzi (Bl) Sodupe (Bi) Urduiiz (Bl) Urduña (Bl) Urizaharra (AR) Urkabustaiz (AR) Zalduondo (AR) Zuia (AR)

7

"t

l\

/Á

z

REV.ISTAS

Y

LIBROS

PUBLICADOS

CUENTOS VASCOS. PINCELADAS LLODIANAS A U T O R « Corka Urquijo (1895-1966) PRÓ LO G O « David Río Raigadas PRIMERA ED IC IÓ N « JunÍo 2005 / 80 págs. / 3 €

Un total de 15 cuentos componen la obra original de Corka, circuns­ critos casi exclusivamente al medio rural del Llodio de mediados del siglo XX, resultando una imagen literaria muy romántica del llamado mito rural vasco, en el que se idealizan las formas de vida tradiciona­ les del País Vasco de entonces, a la vez que se rechazan los modelos urbanos que iban surgiendo en cada uno de nuestros valles. El cariño hacia su pueblo y el humor hacen acto de presencia en cada una de los relatos, perfectamente analizados y comentados en la introducción que David Río nos presenta a modo de necesaria explicación para compren­ der mejor las lecturas que más tarde nos esperan.

LEYENDAS DE l A C A SA D E M A R IA K A V O T B O S fO C M A S IN tD fT O S

LEYENDAS DE LA C A SA DE M ARIAKA Y OTROS POEMAS INÉDITOS A U T O R « Luis de Lezama y Urquijo (1826-1899).

PRÓ LO G O Y C O M EN T A R IO S A LOS TEXTOS « juanjo Hidalgo PRIMERA E D IC IÓ N « Junio 2003 / 60 págs. / 2 €

Son nueve poemas breves, más el épico dedicado al Fuerte Mariaka y otros dos relatos en los que el protagonista es Fabián de Mariaka, perso­ najes de leyenda adscritos a la casa-torre del mismo nombre.

JOSE PAULO ULiBARRl

JOSÉ PAULO ULIBARRI (OKONDO, 1755 - ABANDO, 1847) EUSKAL HIZTECIA - DICCIONARIO VASCO AU TO R « Patxi Calé PRIM ERA E D IC IÓ N « Diciembre 2003 / 144 págs. / 3 €

I

Con esta obra se pretende acercar al investigador y al público en general una parte de la obra de Ulibarri, aquel euskaltzale nacido en el Okondo del siglo XVIII. El trabajo de Patxi Calé ha consistido en transcribir y pre­ sentar de manera ordenada el pequeño diccionario recogido en la obra epistolar de Ulibarri, el Cutunliburua, acercándonos un total de 3274 palabras en un euskara del s. X I X , procedentes de sus lecturas y conver­ saciones, lo que supone un testimonio lexicográfico nada desdeñable.

HiDotecas a 20, 30, 35 40... y hasta 50 anos, Ha’s ta e llO O % del valor de tasación y sin avales

te van a echar de casa

b t > K

como tú quieras

daV^

Ci a

S t

Congresos y Turism o B iltz a r e ta Turism oa

ÂŁ i l_

GUSK.ADĂ&#x152;

Vitoria-Gasteiz

O F I C I N A M U N I C I P A L D E T U R IS M O : TeL; 9 4 5 16 1 5 9 8 / 99. e-m ail: t u r ism o P v it o ria -g a s te iz .o rg w w w .v ito ria -g a ste iz.o rg / tu rism o