Staff
Horacio Gómez Rodríguez Director General
Jazmín Pajarito Reportera
Juan José Ríos Mora Diagramador
Juan González Reportera
Nayeli Martín del Campo Diagramadora Ivan Serrano Jauregui Reportero
Luis Vicente Botello Reportero Alejandra Carrillo Reportera
Indice Cayendo al pozo
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Modus Operandi: el gobierno y su actuar en Ayotzinapa
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Por ellos tu, los otros y nosotros: #OcoAlzaLaVoz
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Violencia desde el hogar, para llevar
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Indignacion, una sola razon: Ayotzinapa
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Experiencia de intercambio académico en Colombia Texto : Luis Vicente Botello / Fotografía: Luis Vicente Botello
“Acostumbro a arrepentirme de lo que dejo de hacer, es por ello mi fuerte deseo de realizar este intercambio académico. Considero el riesgo que implica dejar a mi familia, amigos y lugar de origen; pero bienvenido, estoy dispuesto a afrontarlo, porque este intercambio me marcará, tanto en el ámbito laboral como en el académico…”
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sas, fueron sólo algunas de las palabras que escribí en mi carta de exposición de motivos, para realizar el intercambio, en la Universidad del Norte, Colombia. Fueron seis meses de trámites, desde sacar copias fotostáticas a mis credenciales, hasta hacer largas filas para solicitar mi VISA; y todo para cumplir con los requisitos solicitados, mi única meta: recibir la noticia de aprobación para el intercambio. Y fue en el mes de noviembre de 2013 cuando me respondieron, y leí en mi carta de aceptación: “Felicidades por ser aceptado como estudiante de intercambio en la Universidad del Norte! - Nosotros en Uninorte esperamos darte la bienvenida en Barranquilla, Colombia y en nuestro campus el próximo semestre”.
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Luego, en enero de 2014 llegó el momento de abandonar mi país: México; ese día descubrí que los abrazos más sinceros se dan en las despedidas y que cuesta trabajo dejar lo que amas para conseguir un sueño que te has propuesto. Subí a un avión y ni en mis maletas cabían las ganas que tenía de pisar suelo colombiano, cortas se me hicieron las 12 horas de vuelo para recordar lo que dejé en México, tampoco me alcanzaron para imaginarme todo lo que haría en Barranquilla. Fue un jueves 16 de enero cuando llegué a Colombia, con exceso de emociones en el equipaje, sabía que no había vuelta atrás, sino hasta que culminará mi estadía en “Curramba la Bella” . Después de haber cursado un semestre de la licenciatura en comunicación social y periodismo en la Uninorte, me doy cuenta que valió la pena todo el esfuerzo y trayecto. Puedo decir que me sentí como en casa. Los servicios que brinda la Universidad a los extranjeros hacen que la estancia sea más agradable. Recuerdo aquél curso donde me explicaron sobre la vida estudiantil, donde degusté de la gastronomía típica de Barranquilla, y di un tour por la ciudad; ese no fue simplemente el curso de inducción a la Universidad, fue el curso que me indujo a lo que sería mi nueva vida en este país. Con las materias que tomé en la
Uninorte, me bastó para afirmar que el cuerpo docente es excelente y las áreas para estudiar son variadas; si prefieres silencio, la biblioteca es el mejor lugar, o también está la opción de estudiar cerca de los jardines, en armonía con la naturaleza, donde las iguanas y gatos son parte del paisaje. Sin duda alguna, fue el comienzo de una nueva experiencia que abrirá caminos y oportunidades a todos los extranjeros que estuvimos de intercambio en Universidad del Norte. Y como dice la canción de Joe Arroyo: “en Barranquilla me quedo”… me quedo con la alegría que caracteriza a las personas de esta tierra linda y tropical, me quedo con el buen sabor de boca que te deja una arepa después de beber aguardiente, me quedo en este mar de cultura y tradiciones, con la ropa manchada de maicena, con los dulces que venden las negritas, con el jugo de corozo, con la rumba en las calles y el tinto colombiano. Claro está que regresé a mi universidad de origen: La Universidad de Guadalajara, donde terminaré la licenciatura en periodismo, pero hasta acá me traje lo mejor de Colombia. Mi nombre es Luis Vicente Botello Hernández, un estudiante más, que la Universidad de Guadalajara, impulsó a la movilidad internacional estudiantil.
Secretario Rizo Castelo.
Quesque se moverán sobre ruedas Texto y fotografía: Iván Serrano Jauregui
“El sistema es eficiente y ahora a los jóvenes no les está costando llegar a su escuela”, dice el secretario Salvador Rizo Castelo
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amiones y bicicletas nuevas llegaron al Centro Universitario de La Ciénega de la Universidad de Guadalajara de Ocotlán; la promesa que había hecho el gobernador Aristóteles Sandoval al iniciar su mandato en el 2013 de que los estudiantes de Jalisco podrían llegar a su plantel educativo gratuitamente al fin se aplicaría en la Región Ciénega.
A la par, 382 bicicletas fueron exhibidas en la explanada de la Biblioteca - Mediateca Fernando del Paso del CUCiénega para que se diera a conocer el otro apoyo que vino a entregar el secretario. Con llantas nuevecitas y el escudo de la entidad cromado en la base del manubrio, la hilera de los vehículos no motorizados hacía pensar que el préstamo de bicicletas ya era una realidad, además de que algunas de ellas fueron entregadas a jóvenes entre aplausos y frente a cientos de personas y medios de comunicación que cubrían el acto público. Todo parecía excelente pero hoy la realidad es otra: al menos en Ocotlán es fecha que las bicicletas no han sido entregadas a quienes desde antes del inici del presente
ciclo escolar hicieron el trámite para tener en qué moverse durante el semestre. Hasta ahora, mes de noviembre, a pocas semanas de concluir el siclo escolar, la declaración del área de Extensión y Difusión del CUCI es que falta hacer un inventario y que por eso no se han podido prestar; mientras tanto éstas se empolvan en filadas en el auditorio del plantel. Pero también los camiones que tienen el propósito de conectar las escuelas con las zonas rurales son un caso incierto, pues de los seis viajes al día que se deberían hacer, no se sabe siquiera si ya se están haciendo, pues estos buses no son vistos usualmente y públicamente tampoco se conocen sus rutas. ¿Como para cuándo se hacer efectivo el apoyo, oigan?
Ya era hora de que el programa del gobierno del estado impulsado por la Secretaría de Desarrollo e Integración Social, aquel nombrado “Programa de apoyo al transporte multimodal” que costó casi 18 millones de pesos de inversión inicial, saliera de la Zona Metropolitana de Guadalajara. Todo lucía viento en popa, el Secretario Salvador Rizo Castelo se presentó en nombre del gobernador, que no pudo venir a Ocotlán, a decirnos cómo trabajarían los trece autobuses amarillos con el escudo de la autoridad estatal y el logotipo del programa social Bienestar: que los transportistas ya habían sido capacitados por la Secretaría de Movilidad, que los municipios se habían comprometido a cubrir el costo del diésel y el sueldo de los choferes, que las rutas por donde viajarían los camiones ya estaban trazadas y avaladas, más que listas para ser recorridas, y que esto significaría un ahorro de entre 300 y 500 pesos al bolsillo de las familias. Las llaves de las unidades fueron entregadas a cada alcalde o representante de alguno de ellos, la mañana del 29 de octubre en el evento de entrega de apoyos en dónde también estuvieron autoridades de la Universidad de Guadalajara, estudiantes de diversos niveles educativos que fueron testigos del acto protocolario y por supuesto, el
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Bibliotecamediateca Fernando del Paso: el tesoro devaluado de CUCIÉNEGA Texto y fotografía: Alejandra Carrillo
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a biblioteca-mediatéca del centro Universitario de la Ciénega es un lugar preciso para pasar el tiempo, no sólo para realizar tareas en silencio o tomar prestado el Internet gratuito, también es el lugar ideal para acercarse o enriquecer los hábitos de lectura que bien hacen falta en el país. Esta biblioteca lleva el nombre de uno de los escritores contemporáneos más importantes, Fernando del Paso, autor del que se encuentran disponibles, en esta misma biblioteca, sus obras completas en diferentes ediciones, desde las más importantes como Océano y otras independientes. Muy pocos lo saben, pero esta es una de las bibliotecas más grandes de iberoamerica, su estructura arquitectónica fue ergidida en el años 2007, un 14 de mayo y fue surtida con una donación de aproximadamente 5 millones de pesos en libros que ahora pueden deleitarnos. La construcción de nuestra querida biblioteca inicia con un concurso de portafolios en el 2000 y la eventual asignación del proyecto a LeAP Laboratorio en Arquitectura Progresiva (Habitátika en ese momento) . Este proyecto representó un reto profesional importante para LeAP en el sentido de ligar un programa arquitectónico que trabaja básicamente con la información (escrita y digital) y la coyuntura que el año 2000 representó en términos de significado social, como parteaguas entre un presente incierto y un futuro promisorio, especialmente por la rápida propagación de tecnologías que borraban fronteras y nos facilitaban el acceso a prácticamente cualquier tipo de información en tiempo real. Es actualmente la biblioteca pública más grande de la región occidente del país. Partiendo de la premisa que una biblioteca no podría entonces ser concebida igual en el siglo XX como tendría que ser entendida en el
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siglo XXI, siglo de la información, del internet y de la globalización, los arquitectos encargados de esta obra decidieron acercarse al proyecto desde varios puntos distintos a la vez y siempre con una visión nueva, sin pre-concepciones o ideas ya hechas. Comenzó el proceso de diseño bajo la idea de dejar actuar fuerzas aleatorias durante el inicio, mismas que van prefigurando una imagen sugerente que más tarde se cristalizaría en el partido inicial del proyecto. Es en la calidad del espacio interior donde las ideas iniciales finalmente se convierten en la biblioteca que merecíamos, una biblioteca que siempre tuviera en exhibición su acervo, el cual a manera de un gran muro de libros da la bienvenida al usuario. Los planos oblicuos del espacio principal generan fugas constantes hacia el resto del edificio invitando al usuario a moverse, a descubrir el resto del edificio, el cual no se desvela de inmediato, requiere de la constante curiosidad por parte del usuario y a cambio ofrece una experiencia espacial particular, con cambios de escala que acentúan las intenciones primeras de crear un espacio dinámico, cambiante y siempre bajo la mirada silenciosa de los libros.
afueras (que también pueden acudir al edificio a disfrutar de una tarde agradable de lectura). No es un secreto que contamos con una gran cantidad de libros de distintos y muy variados autores en español y en inglés, tenemos una colección envidiable de obras completas de José Emilio Pacheco, Octavio Paz, Jorge Ibargüengoitia, así como teorías del conocimiento y grandes clásico mundiales como Charles Dickens, Cervantes, entre muchos otros. El edificio permite una vista increíble hacia los cerros que rodean a la característica región de la Ciénega, durante el frío, se pueden percibir las nubes bajando por las laderas y cuando hace calor, su estructura y su circuito de aire acondicionado recrean un generoso ambiente para disfrutar.
La biblioteca también ha gastado parte de su presupuesto en inmobiliario que hace más cómoda la estancia dentro, pero la gran mayoría que se encuentran utilizando este espacio lo hacen para pasar las horas entre clases charlando o durmiendo, también. Lo cierto es que la gran influencia que tiene la biblioteca en occidente es mal aprovechada por los Sin embargo la afluencia de alumnos estudiantes del propio centro en préstamos de libros es baja. universitario y este patrimonio del Los que más tráfico tienen dentro CUCIÉNEGA, que cumple 20 años del recinto son los libros de química de existencia, sigue estando erigido e informática, lo que no quiere decir para circunstancias banales y no que esté mal, pero hay una baja como el tesoro que ya por sí mismo importante en cuanto al consumo de representa. literatura y en general de lectura, de los estudiantes del centro y de las
cadencioso.
Una noche acústica Texto : Daniel Rincón Foto: Difusión Cuciénega
Por los pasillos del Centro Universitario de la Ciénega (Cuciénega) en Ocotlán no andaban estudiantes con cuadernos bajo el brazo ni mochilas colgadas de la espalda durante la noche del viernes 31 de octubre. Nadie entraba a la Biblioteca-Mediateca Fernando del Paso a buscar los libros necesarios para la tarea del fin de semana.
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l escenario: la explanada del inmueble, que fue vestida elegante para el cierre de los festejos por el vigésimo aniversario del Cuciénega. El acto: la presentación de Radaid, el ahora octeto tapatío de sonido fusión que en los últimos 15 años de trayectoria ha recogido ritmos de distintas partes del mundo.
Las voces en el aire, de bocas a oídos, de micrófonos a altavoces, fueron acompañadas por la paleta instrumental de Radaid: guitarra, bajo, violín, batería y timbales, principalmente, más el ku chang, derbake, tar, oud, tablas y yembe, como complementos y características fundamentales de sus álbumes: Radaid (2003), Luz Escondida (2006), L’intent (2009) y The Willing Parte 1 (2012); símbolos de sus influencias hindúes, chinas, medio orientales, africanas, balcánicas, mexicanas, y más recientemente alternativas y contemporáneas, como el rock, trip hop, folk, post rock, electrónica y música experimental. El show místico fue diseñado para la especial ocasión. Enflaquecido de intensa espectacularidad que, ciertamente, no fue invitada ni necesaria. El concierto, el momento, la armonía, los aplausos, las fotografías, el vino y la frescura fueron elementos precisos y justos.
Las palabras de Sofi, cortejadas por el tono soprano de Ana. Las cuerdas de Saúl, Emmanuel, Memo y Yolihuani, simetrizadas por las percusiones de Darco y Fer. Y más palmas y copas de cristal golpeando por el cumpleaños de la escuela. Antes de terminar, la agrupación invitó a los presentes a disfrutar de la propuesta de los alumnos del Taller de música del Cuciénega, quienes interpretaron no menos de tres canciones populares con guitarras, cajón y bajo eléctrico. Radaid se despidió para continuar con el trabajo de preparación del que será su quinto disco de estudio, que será anunciado durante 2015, y el cual contendrá algunas canciones tomadas de plegarias alegres de origen africano. No sin antes darse el tiempo de convivir y tomarse fotos para el recuerdo con las personas emocionadas que asistieron a escucharlos y celebrar los veinte años del Centro Universitario de la Ciénega en una noche acústica.
Poco antes de las ocho, y con la noche bien asentada, Ana Sandoval, Sofía Orozco, Fernando Arias, Darko Palacios, Yolihuani Curiel, Guillermo Ibarra, Emmanuel Macías y Saúl Ledesma, mejor conocido como “El Muerto”, subieron a un entarimado que los dejaba tan sólo un metro por encima del piso. Iluminados por unos cuantos reflectores que conservaban la intimidad y la galanura de las mesas blancas decoradas con flores y velas de fuego verde, y del público conformado por algunos estudiantes, profesores y el personal administrativo que botaron los estudios, pizarrones y el trabajo a un lado por poco más de 60 minutos para convivir, charlar, saludar a viejos conocidos, sonreír y beber una copa con un fondo musical suavemente
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Derrotan a al equipo campeón del CuCiénega. Texto : JAzmín Pajarito Fotografía: Archivo/Facebook
Los” Zancudos” de Periodismo le ganaron al equipo campeón “Rápidos y Bonitos” de Ingeniería Industrial.
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l partido terminó 9-6. Al inicio los Zancudos se sintieron más cómodos dentro del terreno de juego, en las canchas del Centro Universitario de la Ciénega, ya que al terminar la primera mitad del encuentro llevaban ventaja de cuatro goles a cero.
El primer gol del partido lo anotó Martín Navarro López, y los otros tres fueron obra de Jorge Villafuerte. Viilafuerte ahora se mostró más centrado en el partido ya que otras veces había fallado varias anotaciones por una nada.
poco las acciones del encuentro, hubo un momento de siete minutos donde no dejaban salir a los Zancudos, los presionaron desde la salida y los obligaban a dividir el balón, sin embargo, en algunas jugadas “Rápidos y Bonitos” robaron la pelota en la salida y anotaron tres goles consecutivos. La confianza regresó a ellos e intentaron seguir dando lo mejor de sí, para llevar ventaja en el partido.
Estrenaran uniforme. Las buenas noticias siguen, pues ya se dio a conocer el nuevo uniforme de los Zancudos, Es blanco con naranja y mangas largas, muy de invierno.
Después los Zancudos respondieron con un par de contragolpes para anotar dos goles más a su cuenta, ambos de Jorge Villafuerte que seguía adueñándose de la cancha.
El quipo fue fundado por antiguas personas de la carrera de periodismo hace un año, pero en vista de que no se completaban los jugadores, se le invitaba a jugar a otras personas. Después pasó a Manos de Eduardo y ahora lo conjuntan Jorge, Alejandro, Martín, Daniel, Carlos, Jesús.
Al final el partido se emparejó demasiado, hubo seis anotaciones más: tres por parte de “Rápidos y Bonitos” y otros tres de los Zancudos (dos de Eduardo Cuevas y uno de Alejandro Nájera). Para quedar con un resultado final de 9 goles a 6 a favor de los Zancudos para derrotar a los actuales campeones.
“¡Vean nada más qué uniforme, vamos a intimidar con la pura playera. Está verguísimamente retro!.” Comentó Eduardo Zapata, encargado del equipo.
Con esto, los Zancudos acumulan ya cinco victorias y sólo una derrota en lo que va del torneo. La esperanza de llegar a ser los nuevos campeones del CuCiénega crece.
Los gritos de las porristas nunca fallan ya que siempre se dan cita para ver los partidos. No van como amigas sino como apoyo de los mismos. En el intermedio los Zancudos planean estrategias al momento de estirarse, tomar agua, hasta de darse un buen fume de tabaco, contradictorio al deporte. Planean los cambios necesarios. Los Rápidos y Bonitos hacen lo mismo, descansan, toman agua, se relajan, también planean más estrategias. Ya en la segunda mitad el conjunto de “Rápidos y Bonitos” equilibró un
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