Monografía Final - Intervención Urbanística - Cátedra Dr. Arq. Héctor Floriani

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INTERVENCIÓN DEL ESPACIO PÚBLICO EN UN BARRIO MARGINAL COMO ESCENARIO DE IDENTIFICACIÓN Y ENCUENTRO.

Examen Final ÁREA TEORÍA Y TÉCNICA URBANÍSTICAS INTERVENCIÓN URBANÍSTICA Taller Floriani Profesor Tirular: Dr. Arq. Héctor Floriani Jefes de Trabajos Prácticos: Arq. Graciela Baglione Arq. Gustavo Chialvo Mg. Arq. Ana María Cicchini Dr. Arq. Roberto Kawano Arq. Esp. Mariana Monge Alumno: Juan Palumbo 2016


INDICE - Introducción - 1. El espacio público como generador de encuentro 1.1.- Concepto 1.2.- El espacio público en los asentamientos marginales 1.3.- Mangrullo - Encuentro en el corazón del barrio: símbolo e identidad - 2. El abordaje del espacio público en sus distintas escalas 2.1.- Concepto 2.2.- Las distintas escalas del espacio público 2.3.- Mangrullo – Intersticios barriales - 3. Habitar la calle: mezcla de usos, contactos y diversidad urbana 3.1.- Concepto 3.2.- Casos de estudio 3.3.- Mangrullo – La dimensión humana - 4. Propuesta en el barrio El Mangrullo - Conclusión - Bibliografía


Introducción “La vereda ocupa una zona intermedia entre los privado –las viviendas familiares, los comercios y oficinas- y lo público, la vereda es un puente entre ambos; es el primer espacio compartido, el primero en el que el ciudadano pasa a formar parte, lo quiera o no, de una experiencia colectiva.”1

Existe un proceso muy tendencioso en la arquitectura, de referirse al espacio público para hablar de las grandes extensiones de verde de los parques y de las plazas. Muchas veces, los grandes proyectos de libros y revistas, y grandes urbanizaciones de un sector de las ciudades, devuelven a la sociedad lo que les “sobra” de su diseño como espacio público, amparados en el recurso simplista de la teoría de los espacios abiertos. “Pregunten a un urbanista cómo su urbanización planificada mejora a la vieja ciudad y les citará, como una virtud evidente, la teoría de Más espacios abiertos… ¿Más espacios abiertos para qué? ¿Para crear vacíos deprimentes entre los edificios? ¿O para que lo usen y lo gocen las personas normales? Pero la gente no utiliza los espacios abiertos urbanos simplemente porque estén cerca de sus viviendas, ni porque los diseñadores y urbanistas deseen que los usen”2 Hay que rechazar las recetas que dicen ser ciencia cierta para lograr un buen espacio público. Cada espacio, y cada escala del mismo es diferente según el lugar donde se encuentre, las sociedades que implique y con ellas sus costumbres. Cada espacio público es hijo de su entorno, de lo que lo rodea, lo moldea y de la gente que lo habita, que lo camina todos los días. Por eso es importante saber reconocer en primera instancia la existencia o no del espacio público en los distintos sectores de la ciudad, más aun en los espacios de la periferia rosarina, donde muchas veces abundan los espacios abiertos, pero no existe la apropiación de los mismos. Lugares que primero deben resolver cuestiones más 1 2

EVA TOLOT| Elogio de la vereda, revista Ñ, diario Clarín, 2013 JANE JACOBS | Muerte y vida en las grandes ciudades, 1961, pág. 129


fundamentales del hábitat, donde prevalece la preocupación de no tener límites propios entre una casa y otra, la superposición de las mismas que generan grandes dificultades de acceso y ventilación, provocando el hacinamiento de muchas familias. Teniendo en cuenta los conflictos que conllevan estas complejidades, y contemplando el hecho de que toda decisión arquitectónica y urbanística afecta al espacio público y por ende al modo de vida del sector, esta monografía pretende hacer foco en distintos aspectos importantes a tener en cuenta al tomar estas decisiones. Por lo tanto se aborda en ejes diferentes pero que sin embargo deben pensarse en conjunto, abarcando desde los grandes equipamientos que potencian un sector y su espacio público, hasta la vida en la calle, la que se potencia a través de la mezcla de usos y revive con la convivencia de los desconocidos, y con cada encuentro entre vecinos.


1. El espacio público como generador de encuentro. 1.1.- Concepto “El espacio público tiende fundamentalmente a la mezcla social, hace de su uso un derecho ciudadano de primer orden, así el espacio público debe garantizar en términos de igualdad la apropiación por parte de diferentes colectivos sociales y culturales, de género y edad…El espacio público es en última instancia el derecho a ejercer como ciudadano que tienen todos los que viven y que quieren vivir en las ciudades”3 El espacio público es un órgano fundamental en el desarrollo de una sociedad más justa e inclusiva. Durante cada recorrido diario, como podría ser de la calle a un parque o una plaza, los espacios públicos exponen a las personas a convivir en un mismo espacio y a relacionarse. La tranquilidad, el disfrute del sol, jugar, conversar, descansar son puntos e intereses comunes en la mayoría de las personas, y en cada uno de estos aspectos nos reconocemos semejantes al otro. Además, en un parque, al tomar mate o jugar a la pelota al lado de otra persona, deja de trascender el tipo de yerba que se consume, o si se juega con botines o no; se colectiviza la acción y no el modo. El espacio público es el medio por el que la sociedad se hace visible, es un espacio físico, simbólico y político, que no pertenece a nadie en particular sino que otorga el derecho de estar y circular por él con total libertad. Por su multifuncionalidad y dominio público, tiene la potencialidad de mejorar la participación, apropiación e identidad dentro de una comunidad. Este espacio tiene la cualidad de estimular, de identificar simbólicamente, la expresión y la integración cultural, de incentivar el intercambio entre los distintos sectores de un barrio y la ciudad. “Democratizar el espacio público tiene que ver con su masificación, con el despliegue de pequeñas intervenciones a través de las urbanizaciones y las comunidades populares del municipio, de la ciudad; desde lo más céntrico hasta lo más alejado, desde lo más urbano hasta lo más suburbial, tomando en cuenta a cada momento a todos sus posibles usuarios”4 El espacio público es la base para que cualquier territorio pueda ofrecer a sus ciudadanos, lugares de encuentro y confluencia, recreación y esparcimiento. Es la calle “con sus infinitas variables…un itinerario que actúa a la vez de hueso y arteria de la ciudad”, la plaza “como lugar de concentración y origen de dispersión”, el parque “una interrupción urbana con un fragmento de naturaleza artificiosamente equipada, el jardín, el callejón, la vereda, etc. La superposición de estos espacios públicos lejos de limitar, construye el entramado vital de la ciudad. Así, el espacio público debe prever la suficiente especificidad programática para que cada ciudadano halle su lugar y la vez permitir ciertos niveles de inestabilidad, para propiciar la interrelación entre los distintos tipos de usuarios posibles.

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JORDI BORJA | ZAIDA MUXI, El espacio público, ciudad y ciudadanía, Barcelona, 2000 ALCALDÍA DE MUNICIPIO SUCRE | FUNDACIÓN ESPACIO | UNIVERSIDAD SIMON BOLIVAR, Intervenciones de espacios públicos en barrios de municipio Sucre, Caracas, 2012


Pedra do Sal, Río de Janeiro, 2016

Av. Paulista – San Pablo, 2016


1.2 El espacio público en los asentamientos marginales “Lejos están los tiempos cuando los grandes barrios urbanos eran intencionalmente “borrados de las bases cartográficas o aparecían en los planos reguladores como zonas verdes”5 La conformación de la mayoría de las grandes ciudades latinoamericanas de hoy en día, podría simplificarse en dos categorías, que han sido muy difundidas en las disciplinas urbanas y de la arquitectura: por un lado la ciudad planificada, llamada ciudad formal y por el otro la ciudad autoconstruida, llamada ciudad informal. Estas dos categorías establecen a grandes rasgos, sin necesidad de aclarar, a qué tipo de situaciones urbanas se refieren.

Sucre, Venezuela

Río de Janeiro, Brasil

En referencia a la aparición de la ciudad informal en Argentina, el sociólogo Denis Merklen explica el proceso puntualizándose en Buenos Aires, pero bien vale para el resto de las grandes ciudades. Describe que “el proceso de ocupación inicial de terrenos en Buenos Aires que dio origen a las villas se remonta a los finales de la década del 30 y se consolida en los años 40, durante los primeros gobiernos peronistas. Tal proceso tuvo la marca del importante movimiento migratorio de la época desde el interior rural hacia las ciudades más grandes, como Buenos Aires, Córdoba, Rosario o Tucumán. Puede decirse que el motor motivacional de estos nuevos habitantes de 5

GONVERNEUR | GRAUER, ¿Llegarán los asentamientos informales a ser ciudad?, artículo revista Quaderns.


las ciudades era su incorporación como obreros al proceso productivo industrial en pleno desarrollo o al Estado como empleados del sector público. (…) Los otros rasgos característicos de las villas han sido su configuración y localización urbana. La localización de las villas en la ciudad estuvo determinada por la proximidad de los terrenos elegidos a los lugares de trabajo o a los medios de transporte que llevan a ellos.”6 “El Mangrullo” es un barrio de la zona sur de Rosario, que figura en el Plan Especial Brazo Seco del Saladillo y el Mangrullo, perteneciente al Plan Maestro de la Costa y el Plan Especial Arroyo Saladillo 7. Su origen responde a lo descripto por Merklen, ya que se corresponde con la instalación del frigorífico Swift, en 1924. En relación al proceso migratorio antes mencionado, la zona adquirió rápidamente el carácter barrial de la clase obrera que se consolida, fundamentalmente por la cercanía al lugar de trabajo. Las crisis económicas del país y de la industria frigorífica en particular determinaron el cierre de las instalaciones en reiteradas oportunidades a través del tiempo, repercutiendo directamente sobre la población del barrio. Ante la ausencia de trabajo en el sector, impidió la mejora progresiva en la calidad de vida de los asentamientos produciendo, por el contrario, un crecimiento de la marginalidad, no solo en las condiciones de vida sino también en las posibilidades de conexión con el resto de la ciudad sin un transporte público que lo relacione y sin infraestructura que contribuya al mejoramiento del hábitat. “El tejido informal de estos barrios es el resultado de construcciones y reconstrucciones auto gestionadas, sin planificación alguna, y sin noción de orden, accesibilidad o servicios urbanos.” 8 Estas deficiencias definen generalmente las urgencias que deben atenderse en estos barrios y hacen, en primera instancia, de entender en igual o mayor importancia, el rol del espacio público para lograr una correcta planificación del barrio y su integración a la ciudad planificada. Uno de los problemas principales que generan estas situaciones en los barrios es el hacinamiento. En palabras de Denis Merklen “el hacinamiento es producto de la necesidad de aprovechar al máximo las buenas localizaciones de los terrenos respecto del lugar de trabajo. Pero también de la falta de planificación del uso del suelo por parte de los ocupantes” 9 El proceso de ocupación progresiva del territorio que se va dando en los barrios deja una serie de espacios vacantes propios de una estructura que no respeta un orden. Dentro de esta dinámica de construcción que va estableciendo la conformación del barrio, la única que está garantizada por la misma comunidad es la vivienda. Los intersticios y los vacíos que van quedando no tienen dueño y pasan a ser lugares improvisados de depósito o almacenamiento de residuos provocando mayor hacinamiento. El espacio público es un derecho del cual deben gozar en igualdad de condiciones todos los habitantes de la ciudad. La sociedad se visibiliza en el espacio público y allí se manifiesta de manera evidente las condiciones socio-culturales de quienes lo circundan y las falencias que acarrea un entorno degradado.

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DENIS MERKLEN| Un pobre es un pobre, Publicación Facultad de Ciencias Sociales UBA, Buenos Aires, 1991. PLAN URBANO ROSARIO 2007-2017. 8 ALCALDÍA DE MUNICIPIO SUCRE | FUNDACIÓN ESPACIO | UNIVERSIDAD SIMON BOLIVAR, Intervenciones de espacios públicos en barrios de municipio Sucre, Caracas, 2012. 7


“El efecto psicológico que tiene sobre una sociedad vivir en un ambiente degradado no se puede negar. La insalubridad, el deterioro físico, la acumulación de desechos sólidos y la ausencia de una formalidad espacial que facilite la movilidad, la permanencia y la recreación afectan negativamente el bienestar de quienes viven en asentamientos marginales. A su vez se ha comprobado que esta falta de organización formal está estrechamente relacionada con la violencia” 10 En síntesis, tal como lo expresan en su libro Zaida Muxi y Jordi Borja “…la pobreza del espacio público, los hace aún más pobres.”11

Invasión del espacio público. Fuerte Apache

Pasillos. Barrio el Mangrullo. Fotografía Ines Martinel

Una buena distribución del espacio público potencia positivamente todas las distintas componentes de un barrio: viviendas, calles, veredas y pasillos, plazas y patios (comunes o privados), también sus centros de salud y escuela. Si bien es cierto que, como se ha mencionado, los vacíos urbanos muchas veces terminan siendo lugares para la acumulación de basura. También existen espacios protegidos por los propios habitantes del barrio, preservando ciertos lugares para actividades deportivas o el mero disfrute, en el intento de garantizar, principalmente a los jóvenes y niños, cierta calidad de vida. "La oportunidad de recrearse y de disfrutar el espacio amplio de un parque puede hacer toda la diferencia en el desarrollo y crecimiento de un niño y en el bienestar de adultos."12 10

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ALCALDÍA DE MUNICIPIO SUCRE | FUNDACIÓN ESPACIO | UNIVERSIDAD SIMON BOLIVAR, Intervenciones de espacios públicos en barrios de municipio Sucre, Caracas, 2012 JORDI BORJA | ZAIDA MUXI, El espacio público, ciudad y ciudadanía, Barcelona, 2000


En estos espacios preservados por la propia comunidad del barrio es donde más claramente se cristaliza la importancia del espacio público dentro de los asentamientos marginales. No sólo es la oportunidad de una mejora sustancial del lugar del recorrido diario de sus habitantes, que los lleva del trabajo a la casa y de la casa a un parque o una plaza, sino también es un símbolo de identidad. Si el espacio público del barrio está preservado, generará el mismo orgullo e identificación que genera la preservación de una canchita de futbol. Por otra parte, los espacios públicos en tanto no son preservados, se asocian generalmente a zonas de mayor inseguridad. “El espacio público no provoca ni genera los peligros, sino que es el lugar adonde se evidencian los problemas de injusticia social, económica y política. Y su debilidad aumenta el miedo de unos y la marginación de los otros y la violencia urbana sufrida por todos” 13 Es precisamente en los asentamientos marginales donde este aspecto se hace más evidente. El mejoramiento de los espacios públicos invita a la gente a salir a la calle, relacionarse y compartir. Esto potencia la posibilidad de identificarse entre ellos, respetarse y hacerse respetar, factores importantes para compensar, parcialmente, la habitual segregación que sufren por parte de la ciudad formal. La propuesta de intervención sobre los espacios públicos del Barrio El Mangrullo de la ciudad de Rosario busca integrar los aspectos mencionados en la concepción de espacio público como lugar de encuentro.

1.3 –Encuentro en el corazón del barrio El Mangrullo: símbolo e identidad. Si se tienen en cuenta los antecedes de la ciudad de Rosario en cuanto a decisión política e ideológica de apertura de espacios públicos para la ciudadanía en relación a su borde costero, la posición geográfica del barrio “El Mangrullo” ofrece una situación privilegiada. Sin embargo, al tratarse de un sitio moldeado por la autoconstrucción, la mayor extensión de verde en relación al río presenta 4 bordes muy consolidados que limitan su extensión: dos frentes urbanos, donde radica la mayor concentración de viviendas marginales del barrio, un frente licitado para un emprendimiento privado junto a un astillero, y el río. Cada escala del espacio público responde a la sociedad de una manera diferente y a un sector diferente. “Podemos pensar fácilmente – demasiado fácilmente- en los parques como fenómenos específicos y describirlos como adecuados o inadecuados en términos de metros cuadrados por habitantes pongamos por caso. Este enfoque nos dice algo sobre los métodos urbanistas, mas no nos dice nada útil sobre el comportamiento o valor real de los parques vecinales. Una mezcla de usos, para ser lo bastante compleja como para sostener la seguridad urbana, el contacto público y el cruce de funciones y actividades, necesita una enorme diversidad de ingredientes.” 14

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JANE JACOBS | Muerte y vida en las grandes ciudades, 1961, pág. 175.


En este caso podríamos limitarnos a pensar en la consolidación y unificación de este parque con el resto de los parques de la región a escala metropolitana. Sin embargo, su escala responde a lo que Jane Jacobs llama “Parques vecinales” y su potencial no se limita solo a su extensión, sino también en el refuerzo de su identidad con el barrio. El hecho de que se encuentre dotado de infraestructura existente, la cual cumple una función social fundamental para los habitantes del Mangrullo, como lo es la copa de leche, potencia la posibilidad de fortalecer los lazos de la comunidad con el sector. En uno de los bordes del barrio, se encuentra otro lugar emblemático del Mangrullo: la cancha de futbol, actor fundamental en la vida social de jóvenes y niños y en el disfrute de los adultos que valoran y defienden esta posibilidad de igual a igual con los más chicos. La posibilidad de juntar estos dos sectores emblemáticos en el corazón del barrio, multiplicaría y diversificaría las situaciones de uso del espacio público, permitiendo que el parque empiece a gozar no solo de sus propias virtudes paisajísticas sino del acercamiento de la comunidad que utiliza de manera frecuente estos espacios en forma separada. La generalidad con la que debe ser abordado un proyecto urbanístico, pone de manifiesto las relaciones directas que establece el nuevo parque de escala urbana, no solo con la comunidad barrial sino también para la integración del barrio a la ciudad formal. La posibilidad de integrar nuevos actores que utilicen y se apropien de este espacio está directamente ligada al concepto de ciudad. La ciudad es la gente en la calle, y para que haya ciudad debe haber diversidad, heterogeneidad, y debe ser posible el intercambio entre individuos y colectivos diferentes. Para lograr esto es necesaria la colectivización del espacio público. Sin embargo, tal como reflexiona el arquitecto y urbanista Oriol Bohigas, afirmar que el diseño de la ciudad es fundamentalmente el diseño del espacio público es una afirmación demasiado simple y restrictiva. ''(...) el espacio público viene definido formal y funcionalmente por la arquitectura que lo rodea y le da significado, y si hablamos de espacio colectivo –en un sentido más amplio que el espacio público–, lo encontramos implicado en la misma arquitectura e incluso en los espacios privados”15 esa complementariedad entre el espacio público y la arquitectura que lo rodea, inaugura de algún modo lo que es el espacio colectivo. Aquí es cuando el proyecto urbano y el proyecto arquitectónico dependen uno del otro para garantizar una solución adecuada. Se busca ampliar infraestructura actual con un nuevo edificio de gran escala que dé lugar a nuevas actividades de recreación y permanencia para la ciudadanía en su conjunto, preservando la huella de lo existente. Así el nuevo edificio potenciaría también las actividades históricas del barrio con un nuevo espacio para la copa de leche y sumaría nuevas instalaciones que definan un club barrial con vestuarios, tribunas y, fundamentalmente, torres de iluminación. “La iluminación se vuelve un factor crucial una vez que oscurece. Proveer un nivel óptimo de luz para las personas y uno aceptable para las fachadas y las esquinas de las calles es indispensable para lograr que la población use las vías peatonales y aumente su sensación de seguridad, como así también la seguridad real…”GEHL Una buena iluminación permite una ampliación de la franja horaria de uso, garantizando más gente en la calle en distintos horarios. En este caso, las torres permitirían el uso nocturno de la cancha y además proveen una iluminación general para el parque y los sectores aledaños, como la calle que divide al parque de las viviendas. Esta

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BOHIGAS, O. | Contra la Incontinencia Urbana. Reconsideración moral de la arquitectura y la ciudad. Barcelona: Electa. Grupo Editorial Random House Mondadori, S.L., 2004.


calle se convierte en el nuevo eje principal de movilidad donde empiezan a concentrarse las diferentes infraestructuras de transporte que vinculan al barrio con la ciudad (parada de ómnibus, bicicendas) y futuros usos en sus inmediaciones (mercados, comercios, ferias).

Parque biblioteca pública León de Grieff, Medellín

Cesc Pompeia, Lina Bo Bardi, San Pablo

La oportunidad de generar nueva infraestructura de escala urbana busca no solo potenciar el sector, sino una ruptura con la escala barrial. Se busca generar un nuevo foco de atracción en la ciudad, generando nuevas oportunidades de acceder a talleres de oficio, culturales, deportivos y fundamentalmente generando una conexión de los parques públicos de la zona y la región logrando entrar en contacto directo con el río. En este sentido, Manuel Castells dice: “…hay un problema: si nos limitamos a (…) la importancia de lo local, a la importancia del lugar, a la identidad de los lugares y además reforzamos, como ha de ser la expresión de estas identidades mediante operaciones urbanísticas que subrayan la significación de los espacios residenciales (…) se puede producir, y de hecho se está produciendo, el peligro de la disociación creciente entre el espacio de la instrumentalidad y el espacio de la identidad (…) no solamente se pierde la conexión con lo instrumental, sino que pierde comunicación entre cada identidad. Porque si cada identidad se hace específica y los puntos de conexión pasan por una instrumentalidad que es global y que está cortada de lo expresivo, tenemos entonces a la vez un mundo de instrumentos globales con una cultura cosmopolita ahistórica y un fraccionamiento en tribus locales. De aquí se deduce la importancia de dos viejos temas del urbanismo y arquitectura: la monumentalidad y la centralidad. Porque la monumentalidad como capacidad de emisión simbólica entre diferentes localidades y entre las localidades de los instrumentos de poder con los que ha de coexistir, negociar, interactuar, luchar. La lucha es una relación. El peligro hoy no es el conflicto, sino la separación entre lo local y lo global, y debido a ello, construir instrumentos globales desconectados de las sociedades locales. La centralidad desde el punto de vista urbanístico no tiene


porque ser un centro, puede ser multinuclear. Se plantea así la idea de que la ciudad no es solamente unos elementos simbólicos centrales a los que se agregan espacios residenciales que se hacen significativos, sino que la centralidad es la difusión de esta monumentalidad en diferentes centros que articulan significado y función en el conjunto del territorio.16 La planificación del espacio público en sus distintas escalas no se aparta del todo sino que por el contrario, busca integrar los distintos factores que componen a la ciudad, relacionándolos. La sociedad se manifiesta a través del espacio público y también aprende lo que este le devuelve. Para que esto suceda deben estar amalgamadas todas las decisiones que contribuyen al mejoramiento de la ciudad, quedando intrínseca la necesidad del mejoramiento del espacio público.

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CASTELLS, M (1998) CITA DENTRO DEL JORDI BORJA | ZAIDA MUXI, El espacio público, ciudad y ciudadanía, Barcelona, 2000


2. La proyección de las distintas escalas del espacio público 2.1 – Concepto “La prioridad empieza con la imagen que se nos presenta a la altura de los ojos y finaliza con la que se observa a vuelo de pájaro. Por supuesto que en el mejor de los mundos, la idea es tratar a las tres escalas conjuntamente, de forma holística y convincente”17 Definir las diferentes escalas del espacio público forma parte del entendimiento territorial sobre el cual un proyecto urbano pretende situarse. Así, los elementos a tener en cuenta en una escala de plan especial no son los mismos que al desarrollar un plan de detalle. Un plan de detalle debe tener en cuenta aspectos de la cotidianeidad de los habitantes y de sus modos de vida, volviendo único a cada intento de intervención a esa escala. Esta particularidad es aún más evidente cuando se trata de un asentamiento marginal, donde la idea de generar un sentimiento de conservación, orgullo y cuidado debe ser trabajado a la par de la proyección de los espacios Generalmente, los sistemas de vinculación entre dos sectores de la ciudad antes desconectados suelen ser abordados desde un sistema único y complejo de vialidad que abarque la totalidad de la ciudad entera. Pero existen casos donde la trama urbana de un sector de la ciudad, dictaminado por el crecimiento espontáneo, difiere del de la ciudad planificada no solo formalmente. Estos sectores, agregan nuevas estructuras circulatorias y de acceso que generan modos de vida distintos y, por ende, necesitan un abordaje diferente. Estas complejidades no son sólo físicas, sino sociales y psicológicas de quienes allí habitan. La siguiente cita podría aplicarse a la situación del Mangrullo: “Allí no pueden distinguirse calles, manzanas ni lotes y el lugar carece prácticamente de espacios verdes o de recreación. El pasillo, espacio principal de circulación, se ha convertido en el elemento folclórico de las descripciones paisajísticas de la villa”18 Si definimos la planificación del espacio público como el elemento organizador vinculante entre los distintos componentes de la ciudad, estamos hablando justamente abordar desde el pasillo que posibilita el ingreso a una vivienda atrapada en el hacinamiento que provoca la superposición de viviendas, hasta su vinculación con los grandes parques que se organizan para conformar una red de espacios verdes a escala metropolitana. En estos sectores, la intervención en la pequeña escala puede empezar a pensarse desde la recuperación de espacios y la organización de los mismos y de manera que estos antecedentes sean los que vayan contagiando nuevas intervenciones, incluso desde la espontaneidad de las propias vecindades.

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JAN GEHL | Ciudades para la gente. CABA. Ediciones infinito . pág. 198. DENIS MERKLEN| Un pobre es un pobre, Publicación Facultad de Ciencias Sociales UBA, Buenos Aires, 1991.


“Los cambios positivos en el asentamiento vendrán a través de un proceso que comenzará a escala doméstica y eventualmente, a medida que el tiempo y la circunstancia vayan dictando su capacidad de extensión y su escala de expansión, se tornará urbano.” 19 Así, en el caso de los asentamientos marginales el abordaje de esta escala pequeña se debe tener en cuenta tanto lo proyectual como los aspectos que exceden a la arquitectura antes mencionados. Es en el reconocimiento de estos intersticios que se busca potenciar no solo la organización de la trama urbana, sino el sentido de representación e identidad que un buen espacio público puede generar, cualquiera sea su escala.

Espacios intersticiales. Buenos aires, 2014

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JANCHES | ROHM, Interrelaciones Urbanas, Editorial Piedra, Papel y Tijera, Buenos Aires, 2012. pág. 63.


2.2 – Las distintas escalas del espacio público. El espacio público puede clasificarse en múltiples escalas determinadas por la relación de este con su entorno inmediato y por si vínculo con el territorio. Para encuadrar en este aspecto las intervenciones en el espacio público abordadas desde distintas escalas en El Mangrullo es pertinente hacer referencia a las definiciones que utilizan Flavio Janches y Max Rohm, autores del libro Interrelaciones Urbanas, y quienes fueron partícipes del programa de urbanización de Villa Tranquila, en Buenos Aires. -“Escala Urbana (grande): - Espacios de integración: están ubicados sobre las líneas periféricas del barrio, conformando nodos de actividades compartidas entre la población interna y externa del barrio. Los espacios que conforman este nivel de asociación potencian a través de su lógica de ubicación la capacidad para integrar el asentamiento con la ciudad”. Podría decirse que aquí se engloba el tratamiento como un todo, la ciudad que se refiere a los distritos, a los servicios y las infraestructuras de transporte. Es donde puede predominar la mirada aérea de los hechos, desde esta escala se vislumbran las posibles conexiones entre los distintos parques de la ciudad, pudiendo elaborar o no una idea de interconexión de los mismos para unirlos en la escala urbana. Un ejemplo de intervención a la escala urbana es la descripta en el punto 1.3 de esta monografía donde se busca potenciar a través de su lógica de ubicación la capacidad para integrar el barrio EL MANGRULLO con la ciudad y la vinculación a una red de parques mayores. -“Escala institucional (mediana): - Espacios de interrelación. Están distribuidos en el interior del barrio siguiendo la lógica de las instituciones socioculturales existentes. De esta manera, los nuevos ámbitos públicos estarán asociados no sólo a una institución específica que posibilitará la sustentabilidad en el tiempo del nuevo programa, sino también a su ámbito urbano de influencia, lo que potenciará un proceso de transformación urbana evolutiva que ayudará a revertir la fragmentación social interna del asentamiento” Se podría hablar de la escala del proyecto, donde empieza a delinearse como ciertos sectores van a diseñarse, como se va a organizar el espacio urbano y los distintos edificios. Para el abordaje de esta escala, se explicará en el punto 3 la importancia de la calle en el proceso de una “transformación urbana evolutiva” a raíz de la incorporación de una nueva manzana y nuevos programas, como así también diferentes modos de ocupación del suelo para vivienda, teniendo en cuenta no solo la cantidad de posibles hogares, sino fundamentalmente la vitalidad urbana que se pretende incorporar y contagiar al resto del barrio. Por otro lado la importancia de su localización, la cual ocupa no solo la huella de uno de los lugares más importantes del barrio como lo es la cancha de futbol, sino su relación directa con el centro de salud, una de las instituciones emblemáticas que hoy existen en el Mangrullo. -“Escala familiar (pequeña): -Espacios de contención: Se encuentran distribuidos siguiendo la lógica de asociaciones familiares o afectivas mediando entre el espacio doméstico y el espacio público. Son espacios de pequeña escala que permiten conformar lugares semipúblicos de fácil control y mantenimiento” De esta escala surge la imagen que los habitantes experimentaran a la altura de sus ojos. El objetivo principal son las personas que se desplazan por el barrio, la arquitectura a pie. En el punto 2.3 se hará referencia a una estrategia de intervención de una escala similar a la descripta haciendo eje en la preservación de las viviendas existentes pero reforzando sus límites, devolviéndoles representación ante la sociedad a través de la regularización de un loteo. La iniciativa busca hacer hincapié en reforzar la identidad y el orgullo de los habitantes del barrio, incluso aquellos que no logran contar con un lote frentista, y siguen dependiendo del pasillo para acceder a sus hogares.


2.3 - Mangrullo: Intersticios barriales La propuesta para el tejido urbano que conforma el Mangrullo no responde a contribuir a una nueva estética del sector, con renovados sectores de viviendas distribuidas a lo largo y a lo ancho del barrio. Por el contrario, hay un reconocimiento del tejido existente, que si bien es irregular, posee bordes muy definidos que desde hace años, conforman los límites del barrio sin haber sufrido grandes modificaciones. Otro es el caso de los integrantes más recientes que se sitúan en los bordes de las vías del ferrocarril, de forma más precaria, y de manera peligrosa. Por ende, se busca trabajar en la consolidación de un tejido urbano que si bien padece de hacinamiento en mucho de sus sectores, presenta aptitudes para ser regularizado. Esta operación implica no solo una intervención para el mejoramiento del espacio, sino que le propicia a cada habitante la posibilidad de tener un terreno a su nombre, empezar a tener servicios, recibir el correo y legitimar el reclamo de infraestructura sanitaria para pasar a mejorar sustancialmente las condiciones de habitabilidad con las que venían conviviendo. Vale la pena insistir en cómo se renuevan los lazos de los habitantes con el barrio, con el cuidado de las nuevas veredas, de las plazas y los parques, empezándolo a sentir propio al igual que ocurre en otras inmediaciones de la ciudad. Bien se podría decir en función de una mayor igualdad. “Sentirse orgullosos del lugar en el que se vive y a ser reconocidos por los otros, a la visibilidad y a la identidad, además el disponer de equipamientos y espacios públicos cercanos, es una condición de ciudadanía”20 Para poder lograr lotes de dimensiones similares y dentro de los parámetros aceptables, el ordenamiento del territorio obliga a la reubicación de algunas viviendas. Como se refieren D.Gouverneur y Oscar Grauer al Plan de Rehabilitación de Barrios del Area Metropolitana de Caracas: “Fue igualmente necesario identificar las áreas de re-urbanización, de re-densificación para la construcción de nuevas viviendas de sustitución, a fin de acomodar la población afectada dentro del mismo barrio, evitando así la desintegración del tejido social.” 21 Se consideró como parámetro para los terrenos que tuvieran dimensiones similares a los terrenos que entrega la Dirección Provincial de Vivienda y Urbanismo de la Provincia de Santa Fe para la autoconstrucción de los prototipos de vivienda universal (130/150m2). Se lleva a cabo un procedimiento por repetición donde a cada vivienda se le adecúa un lote de características similares buscando consolidar al menos un frente de la vivienda con un frente urbano, para facilitar el acceso y la localización del mismo. Es aquí cuando el pasillo, estructura circulatoria popular que se repite en todas las villas, empieza a jugar un papel central como nuevo acceso formal a las viviendas que se encuentran ubicadas en el centro del tejido. Nadie gozaría de entrar a su vivienda a través de un pasillo o un callejón sin salida si pudiera evitarlo. “Todo individuo es afectado por el espacio que lo envuelve.”22

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JORDI BORJA | ZAIDA MUXI, El espacio público, ciudad y ciudadanía, Barcelona, 2000, pág. 15. GONVERNEUR | GRAUER, ¿Llegarán los asentamientos informales a ser ciudad?, artículo revista Quaderns.

ALCALDÍA DE MUNICIPIO SUCRE | FUNDACIÓN ESPACIO | UNIVERSIDAD SIMON BOLIVAR, Intervenciones de espacios públicos en barrios de municipio Sucre, Caracas, 2012, pág. 18.


Allí es cuando la intervención quirúrgica cobra sentido y es en el reconocimiento de los pasillos existentes, y de los pequeños intersticios que van quedando disponibles producto del agrupamiento desordenado (que fue conformando el tejido) que se busca potenciar lo que en primera instancia sería un problema. Al tratarse de lugares desatendidos, sin un dueño aparente, la vinculación de los pasillos (garantizando siempre un ingreso y una salida por arterias principales de la movilidad) con estos intersticios, pasan a ser oportunidades para la creación del espacio público. Pasan a ser puntos positivos de encuentro, una plaza con equipamiento comunitario, pero por sobre todas las cosas pasan a ser los nuevos frentes de ingresos de las viviendas que dan al centro de manzana. La búsqueda de este espacio público no solo tiene el fin de mejorar la calidad de vida de los habitantes y prevenir que estas zonas vuelvan a ser contaminadas o utilizadas para fines que atentan contra los bienes comunitarios, sino también reforzar el sentido de identidad de los habitantes que se venía trabajando.

Plaza interna, Sucre, Venezuela

Espacios potenciales. Buenos aires, 2014

“Dentro del espacio habitable la repetición inaugura el tejido. Éste es casi una variación del intermedio, una extensión más o menos homogénea que construye una ilusión de conjunto. A su vez, la particularidad viene dada por la diferencia. Ésta caracteriza al tiempo que abre la posibilidad de que dentro de la repetición algo varíe. Es entonces cuando emerge el hito.”23

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ALCALDÍA DE MUNICIPIO SUCRE | FUNDACIÓN ESPACIO | UNIVERSIDAD SIMON BOLIVAR, Intervenciones de espacios públicos en barrios de municipio Sucre, Caracas, 2012 , pág. 60


Se pasa de llegar a la vivienda por un pasillo, a llegar por una vereda (con el mismo tratamiento de piso que las demás calles), y que esa vereda desemboque en una plaza que es un pulmón verde, y que busca dar solución al hacinamiento que se produce en esos lugares. Esta plaza es un pulmón verde para la urbanización, un ingreso a través de una plaza que puede contener un árbol (que caracterice cada uno de estos espacios), un banco. A su vez, brinda la posibilidad de tener una numeración fácil de localizar. Finalmente se generan nuevos frentes a las viviendas que dan a la plaza, impulsado por políticas de remodelación de los hogares afectados en busca de “el verdadero sentido clínico de actuar en un punto y sanar muchos otros, precisamente por haber afectado al sistema nervioso y al metabolismo en su propio conjunto.” 24 Las formas de apropiación del espacio público de la ciudadanía, el reconocimiento de la sociedad, y el refuerzo de la identidad, son síntomas contagiosos para los habitantes de un barrio, que acompañados de un plan urbano integral, pueden empezar poco a poco en la reconstrucción de un entorno cada vez más calificado.

24

Manuel De Sola Morales, ''La mirada estratégica''.


3. Habitar la calle. Mezcla de usos, contactos y diversidad urbana. 3.1 Concepto Muchas veces las planificaciones urbanas proyectan desde cero las estructuras que determinaran el futuro de un barrio y de quienes allí habiten. Es en estas proyecciones donde muchas veces las obligaciones (en general nuevas viviendas, la mayor cantidad posible) y la recurrente idea de un planeamiento urbano de tablero, dejan de lado la pregunta de cómo vivirán, y sobre todo cómo convivirán los nuevos vecinos que allí radiquen. Pero ante la posibilidad de interceder en un lote, o una manzana, de una estructura barrial consolidada (de buena o de mala manera) se vislumbra la posibilidad de incorporar argumentos no solo cuantitativos, que aumenten el número de pobladores, sino también cualitativos. Ideas amparadas en el mejoramiento de los espacios existentes a los alrededores, propuestas que contribuyan a mejorar la vitalidad urbana del sector. “El potencial que tiene la vida urbana para convertirse en un proceso que se retroalimenta está íntimamente ligado a que haya un cuidadoso planeamiento urbano capaz de concentrar e insuflarle vitalidad a nuevos sectores de la ciudad.25 Si bien no hay una receta para lograr vitalidad urbana, podemos basarnos en un hilo de pensamiento que hace hincapié en la importancia del individuo por sobre la de los edificios. Este hilo que busca la manera de garantizar que la gente salga a la calle para mayor seguridad antes que un buen sistema de rejas y que reclama la mezcla de usos en un sector que permita una ampliación de la franja horaria donde haya movimiento activo de la ciudadanía, por sobre la monotonía de las veredas de una zona solamente residencial, que resalta los vacíos en vez de llenarlos. Se podría pensar que esta corriente se ampara en las críticas al urbanismo del movimiento moderno, del Team X entre otros, quienes apuntaban a recuperar la riqueza y la complejidad urbana mediante la calle como lugar de encuentro y socialización, producto de la mezcla de vehículos y personas, tiendas y viviendas, diferentes clases sociales, argumentando que las premisas urbanas propuestas durante los CIAM diluían esta posibilidad. “Las calles deben diferenciarse según su destino: calles de vivienda, calles de paseo, calles de tránsito y arterias principales. Las calles, en vez de abandonarse a todo y a todos, deberán tener regímenes diferentes según su categoría. (…) Para que las viviendas y sus «prolongaciones» disfruten de la paz y la tranquilidad que necesitan, los vehículos mecánicos serán canalizados por circuitos especiales. (…) Las vías de tránsito o de gran circulación, bien diferenciadas de las vías de circulación menor, no tendrán razón alguna para acercarse a las construcciones públicas o privadas. Convendrá que estén bordeadas de espesas cortinas de vegetación.” 26 La posibilidad de trabajar sobre un vacío en medio de un barrio (como el sector del Mangrullo donde se ubicaba la cancha de fútbol y el centro de salud), acompañado de un plan urbano, que busca potenciar la consolidación del sector atendiendo la espacialidad urbana y las conexiones de movilidad, debería priorizar una estrategia que incluya nuevas intenciones de habitabilidad para contribuir no solo a su crecimiento sino a la mejora de lo preexistente.

25 26

JAN GEHL | Ciudades para la gente. CABA. Ediciones infinito, pág. 65 CARTA DE ATENAS


Van Eyck, Parques de juego, Spaarndammerbuurt, Á. Oeste 1948

Dijstraat, Ámsterdam centro, 1954

Alison y Peter Smithson, Robin Hood Gardens, 1969-1972 (INTEGRANTES TEAM X)

Jan Gehl indica que los nuevos procedimientos deben estar en línea con el siguiente principio: “primero la vida, después el espacio y por último los edificios”. Luego sentencia: “Plantear el orden vida-espacio-edificios no es una medida innovadora. Al contrario, lo novedoso es la ideología urbanística moderna y el planteamiento contemporáneo de tablero, que invirtieron este orden.”27 Si hablamos de vida en las ciudades, hablaremos de vida en el espacio público. Una mayor diversidad de usuarios y una combinación de diferentes usos “han de garantizar la presencia de personas fuera de sus respectivos hogares, en diferentes horarios y por motivos diferentes, que puedan usar en común una amplia gama de servicios”. También es necesario garantizar “una concentración de personas suficientemente densa, sea cual fuere su motivo para estar allí. Esto incluye a la gente que esté allí porque reside allí.” 28

27 28

JAN GEHL | Ciudades para la gente. CABA. Ediciones infinito, pág. 198. JANE JACOBS | Muerte y vida en las grandes ciudades, 1961, págs. 185 y 235.


3.2 Casos de estudio. Intervenciones de espacios públicos en barrios del municipio Sucre 29:

Plaza pública, Sucre, Venezuela

La intervención de espacios públicos en los barrios de Sucre busca ofrecer nuevos lugares de identificación y apropiación de los habitantes para la recreación, encuentro y descanso. Posee una estructura interdisciplinaria e interinstitucional que busca encontrar una propuesta conjunta entre el municipio, la academia, vecinos y líderes comunitarios. La intención del trabajo conjunto se basa específicamente en lograr que estos espacios sean moldeados a los requerimientos y necesidades reales planteadas por los vecinos para que puedan ser tanto utilizados y habitados por los mismos.

29

ALCALDÍA DE MUNICIPIO SUCRE | FUNDACIÓN ESPACIO | UNIVERSIDAD SIMON BOLIVAR, Intervenciones de espacios públicos en barrios de municipio Sucre, Caracas, 2012.


También se busca lograr lugares de encuentro para establecer nuevos vínculos entre diversos actores de la sociedad así como espacios que brinden mayor seguridad al entorno. “De esta manera, la imagen o el entendimiento del significado asociado al proyecto se construye mediante una agrupación de perspectivas, y no desde una voz singular (pág. 14) “. Así la búsqueda de la vitalidad urbana se proyecta con los propios ojos de la gente que recorre y habita la calle todos los días. Los lugares de intervención fueron elegidos a raíz de un diagnóstico conjunto de los equipos interdisciplinares y se buscaron las zonas con mayor uso. “Todas las lógicas de proyecto se suman en un accionar atomizado que toma posición en lugares específicos. Pero cómo ocurre tal determinación. De tanto andar Petare entiendes que hay lugares comunes por donde los petareños discurren día a día, de ida por las mañanas y de vuelta por las noches, lugares donde las gentes se acumulan para vender, para comprar, para intercambiar. Entonces las intervenciones empiezan a acumularse también en sectores críticos, aparecen unas en medio de otras y con el tiempo se acercan, estableciendo sistemas donde una condición pública nueva se vislumbra (pág. 63).” La lógica vida-espacio-edificio se vislumbra en el método utilizado para los barrios de Sucre. Luego de identificar los síntomas de vida clave en los barrios, el espacio se vuelve aún más importante, porque empieza a repercutir en los vecinos que tienen contacto directo con el lugar y se preocupan por cómo se verán sus viviendas desde las plazas y por cómo hacer para mirar desde adentro hacia ellas. “Por ello es fundamental trabajar desde el comienzo muy de cerca con la comunidad. Durante la construcción de los parques los que realmente construyen ese parque, los que le darán vitalidad y sentido son sus vecinos. Ellos fungen un roll de supervisión durante el proceso de construcción que es clave para garantizar la calidad del proyecto, y para expresar de forma cívica sus intereses y preocupaciones (pág. 22).” La manifestación de uno de sus vecinos, concluye no solo en reconocer el logro de mayor vitalidad urbana, sino también en una mayor franja horaria de uso del espacio público: “En las mañanas y en las tardes es cuando hay más gente disfrutando del espacio, justo cuando el sol ya ha bajado. Es utilizado por niños y adultos. Viene gente de afuera y son bienvenidos. Este bulevar es para la comunidad, siempre y cuando lo cuiden, todos pueden utilizarlo (pág. 119)”.


Programa favela-barrio30:

Núcleo habitacional en la Favela Rocinha, Rio de Janeiro – Brasil.

El programa Favela-Barrio nace con la intención de contraponerse a la idea de subsanar únicamente el déficit habitacional existente, sustituyéndola por la noción de superación del déficit urbano a través de la "producción de la ciudad". Es decir, substituir la acción aislada de construir casas, por la organización de una estructura urbana, donde los estratos de población excluidos de los servicios públicos se integren a la dinámica funcional y vital de la ciudad formal. El objetivo del programa se centraba en algunos aspectos conceptuales tales como el mantenimiento de las viviendas existentes, la complementación o configuración de una estructura urbana principal (saneamiento y accesibilidad), introducción de valores urbanísticos propios de la ciudad formal, como calles, plazas, infraestructuras de servicios públicos y sociales, la participación de la comunidad en las diversas etapas del programa, y solución de los problemas de riesgo físico-ambiental. 30

Favela-Barrio, un nuevo paradigma de urbanización para asentamientos informales”.


Las intervenciones previstas fueron en el área de transporte, educación, salud, generación de trabajo y equipamientos públicos. Al igual que en Sucre, fue muy importante la labor interdisciplinaria donde se destaca la participación de líderes comunitarios y habitantes del barrio. También se creó un Centro de Capacitación para el Empleo y el Emprendimiento: se brindaron talleres y clases para jóvenes y adultos orientadas a actividades productivas como forma de generar empleos en la favela y se organizó en cooperativas y asociaciones a las actividades productivas y comerciales existentes. “La asociación entre cambios urbanísticos y acción social, laboral, sanitaria y educativa crearon nuevas perspectivas para una población que siempre se consideraba al margen de la vida y la cultura urbana. Para el arquitecto urbanista es necesario tomar claras las determinaciones del sitio y la dimensión telúrica de un territorio, prestando especial atención a la dinámica de los lazos sociales y a las proximidades existentes, con el objetivo de que el espacio se torne apto al desarrollo de nuevos hábitos de convivencia e interacción.”31

3.3 El Mangrullo: “En sí misma, una acera urbana no es nada. Es una abstracción. Sólo tiene significado en conjunción con los edificios y otros servicios anejos a ella o anejos a otras aceras próximas. (…) Las calles y sus aceras, los principales lugares públicos de una ciudad, son sus órganos más vitales. ¿Qué es lo primero que nos viene a la mente al pensar en una ciudad? Sus calles. Cuando las calles de una ciudad ofrecen interés, la ciudad entera ofrece interés; cuando presentan un aspecto triste, toda la ciudad parece triste.” 32 El área vacante que resulta luego de trasladar la cancha de futbol al área del parque de escala urbana en el Mangrullo, deja dos datos claros. Un espacio vacío y un dispensario público como única representación institucional en el sector. Emerge la posibilidad, de pensar allí un nuevo espacio que busque no solo la incorporación de nuevas posibilidades de vivienda (teniendo en cuenta de base la necesidad de relocalizar a algunos habitantes mismos del lugar), sino un nuevo modelo de manzana. Con intenciones de proyectar desde la dimensión humana, se busca priorizar la generación de nuevos espacios de encuentro para el barrio, que revitalicen el sector y ayuden a reactivar las manzanas aledañas. Se empieza por respetar las preexistencias. “Respetar las preexistencias: Se continúan y se potencian los usos actuales de las distintas zonas del barrio a través del sistema de espacios públicos. – Complementar los programas existentes: Es necesario fortalecer las instituciones o comercios que ya están reconocidos, de modo que el espacio público complete y mejore la estructura socio-espacial reinante del barrio.” 33 La importancia que tiene un centro de salud dentro de los barrios se refuerza con una ampliación de su infraestructura para poder albergar más gente. Se aprovecha la imagen institucional que devuelve a la sociedad un centro de atención pública incorporando más programa, como un SUM donde se puedan dar charlas informativas, o usarlo para la interpretación de obras teatrales o cualquier complemento cultural (adaptando el antiguo dispensario a prototipos más completos que promueven hoy provincia y municipio). Se genera un nuevo frente creando una plaza de mediana escala, y poniendo a disposición servicios que provee la institución como una farmacia que funcione las 24 horas promoviendo en el barrio nuevos usos que abarquen mayor franja horaria. También se busca que la plaza permita a las personas alivianar las 31

JORGE JAUREGUI JANE JACOBS | Muerte y vida en las grandes ciudades, 1961, pág. 55 33 JANCHES | ROHM, Interrelaciones Urbanas, Editorial Piedra, Papel y Tijera, Buenos Aires, 2012. pág. 64 32


frecuentes esperas que se generan en estos centros, cumpliendo a su vez la función de atrio para cuando hay algún evento en el SUM, buscando fomentar el encuentro en el espacio público.

Biblioteca de niños que se instaló junto a una nueva plaza, Buenos Aires, Villa Tranquila

Centro de salud provincial, Flammarión al 5100, Rosario.

Para logar la mezcla de usos del nuevo sector, los límites de la plaza son establecidos por nuevos edificios, con la premisa de albergar locales comerciales, culturales y gastronómicos que traigan nueva productividad y fomenten el encuentro tanto de los habitantes del barrio como del resto de la ciudad. La escala de la plaza finalmente, busca ser lo suficientemente íntima pero espaciosa como lugar de disfrute, descanso y conversación. La vereda, empieza a ser así el actor principal de la nueva manzana, buscando ser protagonista entre los habitantes del Mangrullo y los nuevos lugares de encuentro.


“Para entender la ciudad hemos de ocuparnos abiertamente, como su manifestación esencial, de las combinaciones o mezclas de usos, no de estos por separado”.34 Pero la diversidad urbana viene no solo de la mano de plazas y variedad de comercios. Debe ser tenida en cuenta en todos sus aspectos y a la hora de pensar en ocupar la manzana incluso a la hora de pensar nuevas formas de vivienda. Basado en el programa de vivienda universal autoconstruida de la Dirección Provincial de Vivienda y Urbanismo de la provincia de Santa Fe, se analizó en una misma superficie donde entran 16 de estos lotes, distintas variables de ocupación que permitan además de construir una vivienda, generar diversidad y heterogeneidad en el tejido. Lo que se busca es evitar un borde duro, la monotonía de un frente urbano compuesto únicamente por viviendas y fomentar la mezcla de usos, otorgándole un 50% más de superficie a la mayor cantidad de lotes posibles que contemplen la posibilidad de un emprendimiento productivo, un comercio, o un futuro crecimiento dejando también abierta cierta posibilidad de adaptación de las circunstancias. Como resultado se logra llevar esas 16 futuras viviendas a 11 loteos de vivienda y un local comercial (ver gráficos), de los cuales 9 generan la posibilidad de una alternancia de fachada entre frente de vivienda y futuro kiosco, taller de soldadura, verdulería, gomería, futura ampliación para el alquiler de una habitación, etc. “Las calles que cuentan con bordes blandos tienen un impacto significativo en los patrones de actividad y en el grado de atractivo que tendrá un espacio urbano. Las fachadas abiertas, transparentes, que invitan a entrar, le otorgan al usuario un entorno a su escala, que puede sentir como cercano y que a su vez está a la altura de sus ojos”.35 La posibilidad de brindar hacia la calle nuevos programas y servicios para los vecinos, aumenta las probabilidades de encuentro y diálogo entre los mismos. Si dichas intenciones están acompañadas de un proyecto más amplio de infraestructura (alumbrado público y transporte contemplados en el plan urbano), podría decirse que contribuyen también a la seguridad del lugar, ya que no es la misma la espera del colectivo por ejemplo, si en frente hay una fachada urbana activa que una dormida. “Como puede suponerse, la incomodidad y la falta de vida pública de calle son simplemente dos de los subproductos de la monotonía residencial. El peligro es otro: el temor a las calles oscuras. Algunas personas temen quedarse a solas en sus casas durante el día…además el lugar carece de posibilidades comerciales y de interés cultural. Bien se ve lo mortal que es la monotonía.”36 Cuando surge la pregunta sobre si vale la pena repensar un loteo para generar esta variedad en vez de darle la oportunidad a 5 familias más de tener una vivienda propia es cuando la densificación y la aparición de los conjuntos de vivienda empieza a cobrar sentido. Pensar en una serie de conjunto de viviendas que aumente la cantidad de viviendas y por ende nuevos usuarios carece de sentido si previamente no se pensó (como se mencionó previamente) cómo vivirán, y sobre todo cómo convivirán los nuevos vecinos que allí se radiquen. Si bien un buen plan urbano contempla desde el primer momento todos los aspectos de su planificación es primordial que se haya pensado primero en garantizar una buena infraestructura de usos y servicios, que potencien el aumento de la franja horaria y los lugares de encuentro en el espacio público. Luego “se abre la posibilidad de formular nuevas necesidades para los edificios dentro de la primera etapa de planificación, para asegurar que sus servicios y su configuración apoyen y enriquezcan el espacio y la vida urbana”. Por ende, si se empieza por contemplar la importancia de replicar un modelo de manzana, priorizando la vida del lugar y los espacios, luego empezará a tener sentido pensar en los edificios. 34

JANE JACOBS | Muerte y vida en las grandes ciudades, 1961 JAN GEHL | Ciudades para la gente. CABA. Ediciones infinito. 36 JANE JACOBS | Muerte y vida en las grandes ciudades, 1961, pág. 176 35



Conclusión En referencia al abordaje académico en primera instancia, vale resaltar la metodología de trabajo implementada durante el año, donde siempre prevalecieron las preguntas por sobre las afirmaciones, no dando como terminante ninguna de las soluciones implementadas en el urbanismo, dejando en claro la infinidad de posibilidades existentes para darle solución a los problemas del territorio. El constante llamado a la reflexión crítica a la hora del abordaje de un ejercicio, abre cientos de puertas que exceden a la arquitectura pero que son necesarias de contemplar antes de proponer cualquier solución. Como segunda reflexión, el estudio de precedentes realizado permite vislumbrar claramente que la elaboración de un plan urbano debe ser abordado desde aspectos multidisciplinares y con un alto grado de participación ciudadana que muy difícilmente pueda verse reflejado en las intenciones plasmadas que permite un ejercicio teórico. Sin embargo, el trabajar sobre una problemática real de la ciudad de Rosario, nos permite aprender sobre falencias y virtudes de su Plan Urbano a la hora de abordar los modos de integración entre la ciudad planificada y la ciudad autoconstruida, sobre la importancia del rol del Estado en el reconocimiento o no de estos problemas, y en las consecuencias que tienen las decisiones que han de llevarse a cabo para amalgamar las distintas realidades en la unificación de un solo proyecto. A veces es necesario reconocer las excepciones integrándolas a la ciudad formal reconociendo el potencial de lo que los hace distintos y no intentar cambiar su configuración, borrando las diferencias. También nos permite reforzar la premisa de que un proyecto urbano, debe ir integrándose a partir de las distintas escalas del espacio público, con sus alrededores y hacia adentro suyo, buscando la revitalización de los sectores que lo necesitan y potenciando los focos de vida existentes. Integrar es democratizar los espacios, tratar de dirimir las diferenciaciones entre los distintos sectores de la sociedad, conviviendo todos en el mismo espacio como iguales. Pero para lograrlo debe haber una apropiación del espacio público de la ciudadanía, y lograr esa pertenencia en sectores que nunca la han tenido, requiere de múltiples variables que no pueden ser abordadas solamente desde un proyecto de arquitectura. “Es difícil desear algo que no conoces, es difícil querer (y amar) un espacio público, cargado de servicios, de libre movilidad y con animación urbana, si jamás lo has tenido.”37 Se puede pensar, en resumen, que un buen funcionamiento del espacio público será aquel que muestre a la sociedad conviviendo en las veredas y en los parques, promoviendo la seguridad urbana con los ojos en la calle, ocupando y haciéndose cargo de los mismos y sintiéndose identificados con ellos, y no recluyéndose en sus hogares. Puede entonces valer la pena intentar proyectar los espacios para fomentar la convivencia entre habitantes de una misma sociedad, de la cual uno es parte, a través del espacio público, a través del encuentro, en una sociedad cada vez más segmentada, que elige el aislamiento como modo de vida.

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ALCALDÍA DE MUNICIPIO SUCRE | FUNDACIÓN ESPACIO | UNIVERSIDAD SIMON BOLIVAR, Intervenciones de espacios públicos en barrios de municipio Sucre, Caracas, 2012













Bibliografía

ALCALDÍA DE MUNICIPIO SUCRE | FUNDACIÓN ESPACIO | UNIVERSIDAD SIMON BOLIVAR, Intervenciones de espacios públicos en barrios de municipio Sucre, Caracas, 2012 BOHIGAS, O.| Contra la Incontinencia Urbana. Reconsideración moral de la arquitectura y la ciudad. Barcelona: Electa. Grupo Editorial Random House Mondadori, S.L., 2004. DENIS MERKLEN| Un pobre es un pobre, Publicación Facultad de Ciencias Sociales UBA, Buenos Aires, 1991. GONVERNEUR | GRAUER, ¿Llegarán los asentamientos informales a ser ciudad?, artículo revista Quaderns. JAN GEHL | Ciudades para la gente. CABA. Ediciones infinito. JANE JACOBS | Muerte y vida en las grandes ciudades, 1961, JANCHES | ROHM, Interrelaciones Urbanas, Editorial Piedra, Papel y Tijera, Buenos Aires, 2012. JORDI BORJA | ZAIDA MUXI, El espacio público, ciudad y ciudadanía, Barcelona, 2000. ANDREATTA, VERENA. “Favela-Barrio, un nuevo paradigma de urbanización para asentamientos informales”. Articulo en Cuadernos Internacionales de Tecnología para el Desarrollo Humano, Federación Española de Ingeniería Sin Fronteras, 2005. JORGE JAUREGUI PLAN URBANO ROSARIO 2007-2017.


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