El ataúd - Juan Pablo Cifuentes Palma

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EL ATAÚD

JUAN PABLO CIFUENTES PALMA

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Juan Pablo Cifuentes Palma

EL ATAÚD

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El ataúd Juan Pablo Cifuentes Palma Montecristo Cartonero 2016 Diagramación a cargo de Juan Cifuentes Diseño por Juan Cifuentes Ilustración: “Ataúd”, Juan Barjola, 1992 Impreso en los talleres de Montecristo Cartonero Corregidor Fernando de Alvarado 8, Hacienda Los Fundadores, Chillán Viejo, Chile Esta obra está licenciada bajo la Licencia Creative Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

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EL ATAÚD

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A mi padre Juan Bautista Cifuentes Matamala

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Por eso la mayoría de los seres humanos vive tan irrealmente; porque creen que las imágenes exteriores son la realidad y no permiten a su propio mundo interior manifestarse. Se puede ser muy feliz así, desde luego. Pero cuando se conoce lo otro, ya no se puede elegir el camino de la mayoría. Sinclair, el camino de la mayoría es fácil, el nuestro es difícil. Caminemos. (“Demian” Hermann Hesse)

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Primera parte: ÂżSoy o no soy quien digo ser?

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San Pedro de la Costa, San Pedro, Chile.

- ¿Qué es esto? - ¿Carlos? - Sí. ¿Qué es esto? - ¿Carlos Muñoz? - Sí soy yo. ¿Qué es esto? - Un ataúd. - ¿Un qué...? - Adiós.

Y así comenzó todo, de un día para otro llegó este cajón a mi casa, algo o alguien me debe estar jugando una broma, fue lo primero que pensé, intenté por un largo rato concentrarme en mis acusados, busqué respuestas a través de los hechos que había realizado los últimos días para poder encontrar al responsable de semejante bromita, pero no había caso, esto se trataba de una gran equivocación, pero no, ahí estaba, frente a mí, me estaba mirando, por favor Carlos, que estúpido eres, es solamente un poco de madera, buena madera, debe ser roble, se nota muy sólido, creo que debería acercarme y 12


tocar su superficie, creo que debo llamar inmediatamente a la funeraria para que devuelvan este objeto a su fábrica porque aquí se han equivocado rotundamente, eso me pasa a mí por abrir la puerta, tres de la tarde, con una resaca incontrolable de la fiesta de anoche, eso es, estás soñando, solamente debo lavarme la cara, parece que queda un poco de jabón y si no el shampoo deberá servir como sustituto, eso es, me lavo la cara, me la refriego hasta quedar pálido como la harina, me doy unos golpecitos en las mejillas, para comprobar que estoy despierto y cuando regrese nuevamente aquí al comedor no voy a encontrarme con esto: Un ataúd, que extraño sueño, eso me pasa por beber más de la cuenta, lo sé, debo controlarme, debo controlar mis impulsos, no hacer nada alocadamente, pero si fueron unas cuantas copitas de ron, bueno y un poco de pisco sour y, por supuesto, su whisky con hielo, el infaltable trago de hombres, pero no creo que haya bebido en exceso, yo sé controlarme, hace más de tres años que no se me apaga la tele, claro que me acuerdo de lo que pasó ayer, no recuerdo que nadie estaba enfermo, o tal vez sí y no lo recuerde, tal vez mi mejor amigo me contó la historia de su padre que le habrá dado un ataque al corazón y estaba grave en el hospital, y que anoche nos juntamos para pasar las penas, no, no creo, lo recordaría, es mi mejor amigo, basta, Carlos, contrólate, eso jamás ha pasado, el papá de tu amigo está bien, es más fuerte que tú mismo, ¿Y si no?, ¿Y si de verdad ocurrió eso?, ay, me duele la cabeza, parece que de verdad tomé en exceso, pero no me acuerdo haber solicitado ningún ataúd, estas no son cosas que se piden así, de forma rutinaria, no es como pedir una pizza a domicilio, una con extra queso, jamón, atún, un poco de orégano, aceitunas negras y una pincelada de tocino, delicioso, se me hace agua la boca, tengo sed, claro, todos los que beben tienen sed al otro día, debo tomar agua, pero, y si me hace mal, entonces, no tomo nada, me aguanto la sed, total, es solamente psicología, por 13


lo menos eso le escucho decir a mi jefe, el hambre es psicológico Carlos, y si el hambre es psicológico también debe ser psicológica la sed, aunque, pensándolo bien, cada vez que mi jefe decía eso, era porque nos quedábamos trabajando horas extras y qué manera de sonarme las tripas, un verdadero concierto, y yo que le pedía al jefe que nos fuéramos para la casa, que ya era tarde, pero él, dale que dale con esa cosa de que el hambre es psicológico y si lo es, odio la psicología, no hay mayor placer que el de comer, y comer bien, cosa de quedar hastiado con tanta comida, pero no deja de ser curioso todo esto que me está pasando, hablo de comer y no tengo hambre y que yo sepa me levanté alrededor de las dos y media de la tarde y no he comido nada, un par de vasos de agua para humedecer la garganta y de pronto, esto, un muchacho con cara de funeral, serio, formal, un hombre del más allá, o del más acá, depende, en qué posición se encontraba su funeraria con respecto de mi casa, ni siquiera le pregunté de donde venía, cielos, ni siquiera pregunté cómo se llamaba, o peor aún, no recuerdo a qué hora abrí la puerta o lo que es más lamentable aún a qué hora escuché el timbre para ir a abrir esa maldita puerta que está abierta, ¿No la cerré?, juraría que sí, el muchacho se fue y me dejó hablando solo, yo me senté un rato en el cómodo sofá negro que compré en cómodas treinta y seis cuotas sin interés, y prendí la televisión, todos los canales estaban fuera de servicio, no, nunca prendí la televisión, me senté, tomé el control remoto y lo tiré en el otro sofá, me quedé pensando un rato en la insistencia de ese tipo por querer entregarme este ataúd, es que acaso yo lo necesitaba y para qué lo quiero, que yo sepa no ha muerto nadie, o tal vez sí, espera, no olvides la idea de que estás durmiendo y todo esto es un sueño raro producto de tu resaca, sí, eso debe ser, pero qué real es entonces este sueño, si esos vasos de agua que tomé me parecieron de una normalidad extraordinaria, algo está mal, definitivamente, debo concentrarme, dudo de que 14


esté borracho, no, si los efectos de la embriaguez duran un par de horas y hace rato que llegué a mi casa y me puse a dormir, o dormí en otra casa y hace poco llegué y me encontré con que alguien pidió un ataúd en mi ausencia y justo, cuando yo llego lo recibo, pero si es verdad, entonces, dónde está el muerto, quién llamó a la funeraria, definitivamente, sí, definitivamente, algo no está funcionando bien, ya me estoy desesperando, tranquilízate Carlos, no sacas nada con enfadarte, tómalo con calma, debe existir una explicación coherente para todo, lo malo es que yo soy el incoherente ahora, que hago, que hago, y tú porqué me miras, maldición, si es solo un ataúd, pero debería responder, no es bueno que nadie conteste cuando alguien formula una pregunta, no sé, creo que eso es parte de la educación, en todo caso, qué extraño es este ataúd, qué muerto puede caber en él, es ilógico, su forma, jamás había visto un ataúd de esa forma, si no me dice el muchacho que es un ataúd, yo no lo creo, pero debe ser un ataúd, y si no, creo que lo primero que debo hacer es verificar que esto es un ataúd, yo lo dudo yo estoy acostumbrado a otros tipos de ataúd, ¿A otros?, que yo sepa conozco solamente un tipo de ataúd, el clásico, ese rectangular, dudo de que

pueda existir otros tipos de ataúdes, no, imagina, un ataúd puede ser un cuadrado si muere un niño, o una niña, o un enano, o una enana, o un perro, ¿Un perro?, ¿Porqué no?, los perros son parte de la familia, por qué enterrarlos aparte, si yo tuviera un perro que se llamara Terry, cosa que dudo, y si muere, yo lo colocaría en 15


TERRY (2003 –2009)

un ataúd cuadrado, sí, eso haría, pero ese es un solo tipo de ataúdes distinto al original, no son muchos tipos de ataúd, además para qué me sirve éste, no tiene forma de nada, quizás para alguien cabezón de piernas flacas, o para un cabeza chica de piernas gordas y peludas y con gangrena, que asqueroso, me dieron ganas de vomitar, no sé si por lo que pensé o por todo el revoltijo que tengo en mi estómago, creo que tengo acidez estomacal, y si esto es para mí, ya basta Carlos, no seas nervioso, piensa, cómo va a ser esto para ti, que yo sepa yo estoy vivo, y con sed, y con una acidez tremenda, a menos que alguien, alguien piense que estás muerto, en ese caso, es lógico que envíe un ataúd a esta dirección, pero quién puede pensar que yo estoy muerto si estoy vivo, alguien habrá venido ayer y como no me encontró debió suponer que estaba muerto, muerto de borracho estaba como a las tres de la mañana, pero que yo sepa, a nadie se le trae un ataúd por estar muerto de borracho, o sí, no, claro que no, o si no los empresarios de las funerarias se harían millonarios, imagínate, después de cada ronda de cervezas o a la salida de un local nocturno, la cantidad de cuerpos para ser llevados en ataúdes, hasta yo me haría empresario de ese rubro si eso fuera factible, que estúpido, y adónde nos llevarían, digo, si existe un cementerio para los muertos -muertos, a dónde llevarían a los muertos-borrachos, y qué diría el sacerdote, murió en el décimo trago pero esperamos que resucite como a las tres de la tarde, con mucha sed y con un dolor de cabezas que ni el mismo diablo soportaría, debo relajarme, debo concentrarme en el único objetivo que me queda, sacar este maldito 16


ataúd de mi casa, bueno, esta no es mi casa, es la casa de mis padres, pero es como si fuera la mía, hace más de veinte años que vivo en esta casa, por lo tanto, tengo derechos sobre ella, esa ventana rota yo la quebré por ejemplo, así que esa decoración del inmueble me pertenece, además yo cambié la cerradura del baño y de la puerta principal, para que no entraran nuevamente esos malditos ladrones, que se llevaron mi colección de revistas Triunfo que yo había estado juntando por alrededor de ocho años, los miserables, recuerdo que lloré amargamente ese día, cuando regresé no sé de donde, lo concreto es que había regresado, y me encontré con la lamentable escena de mi casa, la puerta principal estaba dañada, la cerradura estaba destruida, de inmediato supuse que algo malo había ocurrido, lo primero que hice fue tomar las precauciones debidas en estos casos, entrar sigilosamente, en una de esas los ladrones todavía estaban en la casa y válgame Dios, yo no quería un secuestro ni un encuentro cercano con el homicidio, así que, silenciosamente, entré y fui caminando rumbo al baño que estaba al otro lado del pasillo, entré y cerré la puerta, no recuerdo cuanto tiempo estuve encerrado en el baño, ni recuerdo porqué me encerré, ni a qué hora me quedé dormido en el inodoro, solo desperté cuando escuché crueles sonidos que intentaban destruir la cerradura del baño, oh Dios mío, pensé, llegó mi hora, tragué un montón de saliva que a duras penas pudo transitar por mi laringe y esperé, resignado el desenlace, seguramente eran los ladrones que venían por mí, si tan solo fueran ladronas, decía, para darme ánimos, pero no, me imaginé a los peores criminales que pueden haber existido en la historia del mundo bajo, imaginé a un gordo hediondo a axila que me asfixiaba con sus manos engrasadas y negras por tanta suciedad, y yo rogaba clemencia, no me acordaba del padrenuestro ni de la madredeaquella ni del hijastrotuyo, de nada, me acordé del ave María, pero al ver las axilas de ese obeso pensé que era un ave mala, muy carroñera, y se 17


me olvidó hasta esta plegaria, pero no, no había ningún ladrón que estuviera forcejeando esa puerta, era mi familia, mi hermano menor, estaba desesperado con un hacha, al estilo de Nicholson en la película El Resplandor, y yo lo miraba demasiado sorprendido y entonces, se abrió la puerta, y mi madre llorando, entró y me abrazó y siguió llorando, mi padre, que no es muy apegado a los cariños, revolvió mi pelo y me preguntó si estaba bien, yo no comprendía nada de lo que ocurría, esto me pasa por llegar tan temprano a la casa, dije, y me prometí no regresar nunca más al hogar antes de las once de la noche, cosa de llegar a comer, ver un poco de televisión y a la cama inmediatamente, así me evito escenas como esta del baño que me tiene sorprendido, cuanta no iba a ser mi sorpresa cuando mi madre, ahogándose en unos hipos, trataba de explicar lo que estaba ocurriendo, fue mi hermano menor el que tomo la iniciativa, comenzó diciendo que alrededor de las cinco de la tarde entraron unos ladrones en la casa y que se habían llevado algunas cosas y que estaban preocupados por mí, porque la vecina dijo que el hijo mayor, es decir yo, había llegado alrededor de las cinco y media, por lo que sospechaban que me había pasado algo ya que no me encontraba en la casa, y que después al comprobar que el baño estaba cerrado, creyeron que me habían dejado secuestrado adentro de él, y así fue, por lo menos eso fue lo que yo ratifiqué, qué podía decir, que me dio miedo y me fui a encerrar voluntariamente en el baño y me quedé dormido y no escuché ningún grito de mi madre que me llamaba, no, había que seguir el juego, quedé como víctima, pensé, algún beneficio puedo sacar de esto, pero todo se fue a la basura cuando tuve la genial idea de preguntar qué es lo que se habían llevado los ladrones, y mi hermano no pudo aguantar la risa, el muy hijo de mi madre, me dijo entre espasmos risibles que eso era lo más curioso, que los ladrones no se habían llevado nada, cómo que nada, dije yo, algo se habrán llevado, dale con 18


que va a llover, bueno, dijo mi padre, se llevaron tus revistas Triunfo, mija, a qué hora vamos a cenar, me dio hambre, y eso fue todo, ahí quedé, o mejor dicho ahí quedó la víctima, se llevaron mis revistas Triunfo, los miserables, años coleccionándolas, lunes tras lunes para entregárselas a unos malditos en tan solo unos minutos, y ahora esto, qué hago yo con este ataúd, para qué me sirve a mí esto, piensa Carlos, quizás te sea de algún beneficio, y si hay alguien adentro, oh no, eso sí que no, muertos de verdad en mi casa no quiero, mira que hasta el momento mi casa está invicta, ni un solo muerto en ella, no como la de mi vecina la copuchenta, ahí es casi rutinario, que la abuela muerta, que el hijo asesinado, que el papá muerto de borracho, que los hijos muertos de frío, que el perro atropellado, en fin, siempre hay algún muerto, creo que se acostumbraron a esa vida, pero esta familia no, en mi casa no, sí, en mi casa, porque esta es mi casa, basta de todos, voy a tomar el control de la situación, lo primero que debo hacer es verificar que esto es un ataúd, perfecto, solo debo buscar el método para verificar que esto es un ataúd porque en apariencia no parece nada, pero qué cosa, qué puedo colocar dentro del ataúd, espera, no has visto si el ataúd ya está ocupado, e ese caso, ahí tendría mi prueba concreta, cielos, siempre le he tenido miedo a los ataúdes, nunca me he acercado a uno de ellos, y hay gente que le encanta mirar la cara de los muertos, reconozco que cuando pendejo yo igual miraba, pero una vez, en un funeral, se escuchó un estallido y después un olor tan insoportable que terminamos todos vomitando dos cuadras más lejos del epicentro, por respeto a los familiares del finado, había explotado el muy desgraciado, se infló como globo y alguien lo pinchó, nadie me saca de la cabeza de que fue una pulga la responsable de eso, porque qué manera de andar pulgas en esa casa, que manera de haber gatos en esa casa, uno prácticamente no podía caminar sin pisar a un felino, ay Dios, tengo miedo de mirar, desde ese día, cuando mi 19


padre me explicó que ese olor y esa explosión que escuchamos se debió a que el muerto había reventado, lo peor es que minutos antes, de curioso había ido a ver su rostro, nunca imaginé semejante espectáculo, ni semejante olor, no lo he podido superar, definitivamente, debo descartar esa idea de ir a ver si hay algún muerto adentro del ataúd, se hubiera algún muerto, el muchacho no habría podido traer solo ese ataúd, pero era un muchacho o un viejo, era una muchacha, basta Carlos, concéntrate, piensa, lo mejor es llamar a la funeraria, sí eso debo hacer, pero a cual, hay tantas, si tan solo recordara al muchacho, por qué siempre ocurren cosas cuando estoy solo en la casa, porqué no recibió este ataúd mi padre o mi vieja o hasta mi hermano, no, tenía que ser yo, al igual que con los ladrones, yo tenía que ser el primero en llegar a la casa, eso me pasa por andar tomando anoche, maldición, no fui al trabajo, me van a despedir, seré un cesante, nadie me va a contratar nuevamente, todo por estar vigilando a este ataúd, espera, eso, ahí está tu salida, si te llaman tú solamente di que murió alguien, total, ya tienes el ataúd, eso, piensa, mata nuevamente a tu abuelo, eso, di que el tata Jaime murió de un infarto fulminante y que no pude asistir al trabajo porque me encontraba realizando los trámites de la defunción, no creo que mi jefe sepa que mi tata Jaime murió hace más de doce años de cirrosis, como sea, tengo una explicación coherente para esto, gracias muchacho, gracias querido ataúd, me has salvado, ya no seré un cesante, no tendré que sentarme en la plaza para ver el diario y darle comida a las palomas, nadie me indicará con el dedo, mira, ese hombre perdió su trabajo porque el día anterior se puso a tomar como condenado y no fue a trabajar al otro día, me río en su cara, qué inteligente soy, que bueno que este ataúd esté conmigo, así, a mi lado, es mi garantía, mi fórmula para salir adelante, incluso, piensa Carlos, puedes utilizar este ataúd para evitar otros compromisos, por ejemplo, pagar las cuentas, no puedo pagar las cuentas porque mis últimos 20


ahorros los entregué en el sepelio de mi querida abuela Margarita, eso es, debo cambiar de muerto, total mi abuela Margarita vive en Loncoche, en el sur, qué se va a enterar y está más sorda la pobrecita que aunque le dijeran la verdad no la comprendería, perfecto, oh ya estoy despertando de esta pesadilla, que bien me siento ahora, ya ni siento la acidez estomacal, claro, este ataúd me ha salvado la vida, qué importa si hay alguien adentro, es más puedo decir que lo hago por caridad, excelente, imagínate cómo caerían las muchachas a mi sombra cuando supieran que Carlos, ayuda a los necesitados en la hora de su muerte, fue un gran amigo diría, o lo poco que la conocí, si es mujer, fue lo suficiente para enamorarme perdidamente de ella, siempre la amaré, quedaré como un héroe, el pobre Carlos que perdió a su tata Jaime, el pobre Carlos que perdió a su abuela Margarita, el pobre Carlos que perdió a su amigo o el pobre Carlos que perdió a su amada, es más incluso puedo adentrarme en esas locas ideas que pensé hace unos instantes, como este ataúd es raro, perfectamente puede estar diseñado para los perros por ejemplo, eso, es un ataúd de perros, entonces, debo buscar a un perrito, uno que esté a punto de morir, rápidamente lo bautizo como Terry y después espero a que muera, y si no muere, no tengo tanto tiempo, es más creo que en cualquier momento vendrán a buscarme, mi jefe, mis amigos, la vecina copuchenta, o mi familia que regresará, no sé, ni siquiera sé que día es hoy, ayer era Viernes, o jueves, qué importa, debo buscar un perro que esté muerto, sí, pensaré que se llama Terry y lo depositaré de inmediato en el ataúd, eso debo hacer, pero, y si salgo quien me dice que cuando vuelva el ataúd va a estar nuevamente en mi casa, y si no es más que una broma y apenas salga venga el mismo muchacho, viejo o muchacha que me trajo el ataúd y se lo lleve así como así, no, no puedo permitir eso, el ataúd me sirve, es mi garantía, no voy a dejar que nadie se apodere de él, y si de verdad se equivocaron y el 21


ataúd era para otro Carlos Muñoz, entonces, vendrán desesperados a buscar este ataúd, eso sí que no, el que da y quita con el diablo se desquita, lo siento le diré, pero el ataúd y yo hemos establecido una relación muy cercana y yo lo necesito, no puedo entregárselo y si se pone porfiado el empleado, entonces le pago el ataúd, espera, no tienes plata, todavía no ha llegado el fin de mes, lo último que tenías te lo tomaste ayer con tus amigos, que son frescos ellos, ahora que pienso, yo pagué las dos rondas de cervezas y los tragos, ellos pusieron apenas los cigarrillos, entre cuatro compraron una miserable cajetilla de cigarrillos, debería a ellos meterlos aquí en este ataúd por estafadores, pero no, por ahora no me puedo mover, y si muevo el ataúd y lo escondo en mi pieza, nadie puede entrar en ella, todos en la casa saben que tienen el acceso absolutamente denegado a mi habitación, pero y si el ataúd no está hecho de roble como pensé si resulta ser más frágil de lo que he imaginado y yo como soy un poco bruto, capaz que lo haga tira, eso sería el fin, no puedo permitir que se me cierre esta mina de oro, debo esperar, ya sé, debo esperar a que alguien llegue a la casa, si es el empleado que viene a buscar su ataúd entonces, mala suerte, y me voy con él a los combos, en una de esas si lo mato ahí tengo el cuerpo que necesito, aunque me apasiona más la idea de un perro, sí, de mi querido Terry que debe estar por ahí a punto de morir atropellado o qué se yo, con tal de que muera, eso es, si llega mi hermano, mi vieja o mi padre les digo que debo salir un instante y que cuiden mi ataúd y que por ningún motivo lo muevan o se lo entreguen a un desconocido, que ese ataúd lo pedí yo, así que se queda adonde lo encontraron, debo esperar a que regrese alguien, porqué se demoran tanto, me voy a sentar un ratito, ahora sí que voy a prender la televisión, ya me dio sed nuevamente, espera, te olvidas de algo, y si todo esto que has estado haciendo con tu querido ataúd no es más que parte de un sueño que estás teniendo tú en estos momentos como 22


consecuencia de tu resaca, debo salir de dudas, voy a ir al baño, me lavaré la cara, me golpearé mi rostro para comprobar que estoy despierto y regresaré aquí nuevamente, ojalá todo esto sea real, no quiero ni pensar de que todo esto fue un sueño, porque, entonces, cómo le explicaré a mi jefe la ausencia al trabajo.

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Segunda Parte: Vale otro

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Lagunillas, Coronel, Chile.

- ¿Qué es esto? - ¿Boris? - Sí. ¿Qué es esto? - ¿Boris Aravena? - Sí soy yo. ¿Qué es esto? - Un ataúd. - ¿Un qué...? - Adiós.

No recuerdo con precisión la hora en que ese hombre me ha entregado esto, lo único que recuerdo con claridad es que fue en la mañana de un viernes ya olvidado, yo estaba a punto de salir a mi trabajo cuando me encuentro con este hombre en el umbral de la puerta de mi casa, trato de acordarme de su rostro, 25


pero me es difícil recordar algo ese día, la noche anterior había recibido una lamentable noticia, una noticia que me tenía muy preocupado, apenas pude dormir esa noche, sentía cada latido de mi corazón como si fueran monedas que entregaran a los vagabundos de las calles, sentí que temblaba completamente y contra mi voluntad, no podía hacer nada, me dejé llevar por esa corriente, tenía que de una forma u otra soportar semejante dolor que me agobiaba, así, descubrí que soy débil, soy demasiado sensible, no sé porqué lloro, cual es la razón para comportarme de esta manera, es indebido, es trágicamente una ironía, debo superar esto, no puedo desfallecerme, debo continuar viviendo, pero, cómo, todo cambió, otra vez, me he quedado con las ganas de celebrar, nuevamente, el mismo sentimiento de frustración, perdimos, se perdió la esperanza, y en penales, porqué diosito, solo una vez te pedí misericordia, me has castigado con la indiferencia, nos has castigado a todos, a todo un país, tan cerca de la gloria y terminamos en la miseria, éramos campeones, en el fondo, fuimos campeones, pero, a quién le importan los triunfos morales, a nadie, el caso es que nuevamente los chilenos tenemos que sufrir, perdimos la final, malditos penales, jueves horrible, qué difícil fue llegar a la casa, qué difícil fue levantarse para ir al trabajo, qué inútil fue escuchar a ese hombre que me entregaba esta cosa que está en mi casa, según él, esto es un ataúd, ¡Un ataúd!, y para qué quiero un ataúd, quien se burla de este hombre, ya sé, debo enterrar la esperanza que puse ayer en la final, los gritos de triunfo, de sentirme por primera vez en mi vida feliz, sentirme un dios, tocar el cielo y agarrar las estrellas, eso debo enterrar, debo enterrar la ilusión de toda una vida, de todo un maldito proceso que ha terminado en u fracaso, cuántas cosas postergué por esperar este minuto, cuantas otras dejé de realizar por enfocarme solamente en esto, mi momento, el momento en que debía gritar, campeón, te gané maldito destino, tú que has controlado toda mi vida, que has 26


hecho y deshecho con ella, tú que te has atrevido a moldearme como si fuera una arcilla, te gané pequeño dios de los cristianos, de las monjas, de los canutos, de los curas pedófilos, de las viudas, de los enfermos, de los ricos, te derroté, por primera vez puedo soñar con la esperanza, todo era alegría, todo estaba destinado a la felicidad, pero eso no existe, no existe, definitivamente, no existe nada de eso, pero, a todo esto, porqué está este ataúd en mi casa, yo no he llamado a ninguna funeraria para que en un acto simbólico entierre todos mis sueños en este extraño ataúd, no, yo recuerdo que ayer llegué a mi casa, destrozado, ni siquiera tuve ánimo para beber unos tragos, me acosté inmediatamente, así, tal como venía, lo único que hice fue sacarme los zapatos y listo, dormir, no, llorar desconsoladamente, temblar como si estuviera desnudo jugando en la nieve, reír de impotencia, maldecir, sí, maldecir esta vida tan ingrata y en algún momento, dormir, no recuerdo haber llamado a nadie, no se me pasó por mi cabeza pedir este ataúd, sin embargo, aquí está, frente a mí, mirándome, observando mi torpe comportamiento, cómo debo actuar, tengo la sospecha que esto es una cruel broma de alguien, seguramente esto no es un ataúd, debe ser otra cosa, pero qué, han pasado ya tres días desde que tengo esta cosa en mi casa, lo moví porque en la noche casi me saqué la cresta cuando choqué con esta urna cuando iba al baño, me dio tanta rabia, le saqué la cresta a palmetazos, lo insulté, lo traté violentamente, pero él, impertérrito, no me dijo nada, se quedó ahí, quietecito, mudo, aunque sospecho que tenía una risa irónica, qué cosas digo, y lo peor es que pienso tantas otras imbecilidades que a veces, a veces me asusto de mi inútil imaginación, si tan solo utilizara esta creatividad en algo productivo, hace tiempo que me hubiera mandado a cambiar de este pueblo de mierda, yo quiero vivir en Santiago, en la capital, quiero dejar de ser un provinciano, quiero intoxicarme con el humo de la envidia y de la crueldad, sé que puedo sobrevivir 27


a todo, esta ciudad ya se me ha hecho insoportable, necesito nuevos aires, gente nueva, un trabajo nuevo, este maldito trabajo de ser profesor, me estoy quedando sin voz para ganar un miserable sueldo, no, definitivamente, debo cambiar de aires, sí, debo utilizar mi imaginación con un fin productivo, en lugar de pensar tantas estupideces, por ejemplo, se me ha ocurrido que este supuesto ataúd es en realidad un ataúd, pero un ataúd misterioso, a mí nadie me saca de la cabeza de que este ataúd ya está lleno, es decir, hay un finado adentro, me quieren meter en un lío, algún hijo de puta, me quiere meter en un maldito conflicto, pero, quién será el muerto, debe ser algún conocido para que me involucren en el caso, entonces, ay, entonces si que estoy condenado, quién puede ser ese conocido, conozco a tanta gente, creo que debo tomar más en serio este caso y no dejar que el tiempo continúe con su tormentosa marcha, sí, ya bastante he esperado para que vinieran de la funeraria a buscar este ataúd, esperando que se equivocaran de casa, o lo que no es descabellado, que se habían equivocado de destinatario, lamento señalar que no debo ser el único Boris Aravena que exista en el mundo, trato de pensar de que soy único, pero casos como éste, que evidentemente debe ser un error, me confirman que no soy único, soy uno más en la sociedad y lo que es peor, soy uno más de los tantos Boris Aravena que existen, y si hilo más fino, soy uno de los tantos chilenos, uno de los tantos coronelinos, o peor aún, uno de los tantos vecinos de esta mugrienta calle que tienen la maldita coincidencia de llamarse Boris Aravena, qué puedo hacer en este caso, no hay solución, debo aceptar mi destino, soy esto, uno más de los tantos, uno entre miles, entre millones, pero debo resolver este enigma, debo enfocarme en este ataúd, mi ataúd, porque desde este momento, no lo entrego a ningún otro Boris Aravena que venga a reclamarlo, aunque adentro esté su padre, su madre, su esposa, sus hijos, su amante, su amigo, su abuelo o lo que sea, perro, gato, ratones, 28


drogas, armas, pornografía, lo que fuere, este ataúd es mío incluyendo lo que contenga en su interior, me aburrí de esperar a que viniera alguien a reclamarlo, esperé tres días, tiempo suficiente, ahora debo resolver este caso, lo prometo, resuelvo este caso y me marcho a Santiago, a la mierda todo, me voy a disfrutar de esta puta vida, debo aprovechar mi juventud, ya después me haré un anciano, me tendré que casar algún día, formar eso que llaman una familia, tratar de llevar una vida decente, pero ahora no, ahora hay que vivir, todavía no es tiempo de la esclavitud, debo enfocarme en mis dos objetivos y salir airoso, en el fondo, gracias a este ataúd, tengo una nueva oportunidad para demostrar que no soy un simple Boris Aravena, no señor, soy alguien especial, alguien diferente al resto, seré mi propio dios, eso, yo seré quien tome las decisiones, esto ha sido lo último que soporto, el que me haya entregado o enviado este ataúd ha sido la última persona que ha hecho algo por mí, de ahora en adelante yo seré quien resuelva todo, quien maneje la vida, quien haga y deshaga, en conclusión, si todos piensan que yo soy uno más del resto, yo pensaré que soy único, porque no existirá nadie más en este mundo que yo, yo el egocéntrico, yo el egoísta, yo el feliz, yo el dios, yo el gran Boris, yo todo, yo nada, yo absolutamente yo, aunque, primero lo primero, hay que resolver de una vez por todas esto, qué mierda hace este ataúd en mi casa, además cómo saber si esto es realmente un ataúd, a duras penas lo pude trasladar el otro día desde el living a la cocina para que no me estorbara el paso cuando voy en la noche a mear, es que últimamente ando con problemas, yo lo atribuyo al cansancio, a esta fatiga, incluso, puede ser por esto que ha pasado, por entregarme en cuerpo y alma ha eso grito de campeón y caer derrotado, sí, eso debe ser, el caso es que estaba muy pesado este artefacto, lo que me hace suponer que evidentemente es de una madera muy buena, a lo mejor es de roble, quién sabe, no conozco a ningún mueblista 29


para que me de su acertada opinión, lo otro, es que si es un verdadero ataúd, porque dudo de que sea realmente uno, debe estar con un muerto adentro, y ahí si se complica este asunto, capaz que sea una venganza de alguien, de una mujer, eso me pasa con meterme con cada muchacha, además, no olviden que soy un profesor, y en el colegio en donde enseño lenguaje hay algunos alumnos que me han amenazado con el infierno porque los he calificado mal, es que no hay derecho, parece que uno estuviera obligado a colocar solamente buenas notas y eso no es así, las notas hay que ganárselas por las buenas o por las malas, pero qué cosas digo, si el otro día tuve que resistirme ante la tentación del diablo, como dice mi madre, ya que una alumna quería evidentemente acosarme para que le subiera la nota en un trabajo de investigación sobre la obra de Bolaño, me acuerdo de Bolaño, nunca me voy a olvidar de ese escritor, recuerdo que lo conocí por un compañero de universidad, un lunático que escribía, cuantos carretes, cuantas fiestas, a veces, hecho de menos aquellos años de vida universitaria, fueron muy buenos, comparados con esta porquería de vida que llevo ahora, ya no sé que será de los muchachos, ese trabajo fue un homenaje a ese compañero, que siempre nos hablaba de Bolaño, cuando todos nosotros, unos incultos de mierda, lo confundíamos con que era Roberto Gómez Bolaño, el Chespirito, pero nada de eso, era solamente Roberto Bolaño, el escritor, lo último que supe es que está en Madrid realizando un doctorado o algo así, como sea, porqué estoy hablando de eso, ay, esta mente tan frágil, debo concentrarme en el ataúd y en mi posterior viaje a Santiago, pero de que estaba pesada esa urna, estaba pesada, no, me niego a creer que esto sea un ataúd, un ataúd no es así, bueno, no soy ningún experto en esta materia, de hecho ni siquiera me gusta asistir a los sepelios, funerales, velorios, menos al cementerio, todo lo que tenga relación con la muerte me provoca escalofríos, no sé, hay algo en mí 30


que rechaza tajantemente esa concepción, es que no puede ser que nosotros, los seres humanos, nacemos con el único propósito de morir, debe existir alguna otra esperanza, que ridículo, filosofar a estas horas, pero hay horas para andar filosofando por la vida, dicen que filosofar es ocupar el ocio, y mi madre dice que soy un flojo, un flojo ocioso, que tontera, esto soy, y pensar que una vez pagué por unas sesiones con un psicólogo, cuando yo mismo me puedo diagnosticar, no es tan difícil, de hecho es bien fácil, lo malo es que tenemos miedo a saber realmente como somos, nos preferimos encerrar en nuestra propia burbuja, eso, supongamos que yo soy el que está dentro de este ataúd, ahí estoy, ahí está Boris, Boris Aravena, uno más de los tantos Boris Aravena que existen, me encuentro encerrado entre cuatro paredes, me estoy sofocando, me falta la respiración, me estoy convirtiendo en algo inútil, obsoleto, listo para ser enviado al cementerio, o a la basura, o al pudridero o qué sé yo, la cosa es que estoy listo, estoy empaquetado, destinado a ser enviado a cualquier sucursal, listo para el matrimonio, para los hijos, para una casa, para un trabajo, para una vida normal, como cualquier otro Boris Aravena, es solo cosa de mirarse en el espejo, ya no tengo rostro, mi rostro es el de un moribundo, es idéntico a cualquier otro rostro, no hay diferencias, me miro en el espejo y lo único que encuentro es una gran interrogación, una gigantesca pregunta sin respuestas:

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por otro lado, está el Boris que se encuentra afuera del ataúd, el que intenta resolver este misterio para marcharse a Santiago, el que quiere vencer al destino y sobrevivir a la corriente de ser igual al resto, ese quiere ser el único dueño de su destino, ese no tiene miedo de mirarse en el espejo, no señor, ese confiado se mira, porque lo que hay en él no es el sueño, o la esperanza, es la convicción, es la obsesión, es el único destino que le espera, por lo tanto, mira el espejo y lo único que hace es reír:

1 Es el número uno de todos los Boris Aravena que existen, porque es el único Boris Aravena que existe en el mundo que va a crear, de hecho no va a existir nadie, ni Juanita, ni Pedrito, ni mamá, ni papá, ni hermanos, ni perros, ni nada, solo Boris Aravena, nada más que él, pero antes, hay que resolver esto, el ataúd tiene un portador adentro, alguien es el propietario de él, eso no me caben dudas, voy a suponer que esto es en verdad un ataúd, aunque no deja de sorprenderme sus características, no había visto un ataúd de tres capas, sí, de tres capas, en la primera qué irá, y en la segunda, y en la tercera, en una de esas son tres muertos y no uno lo que hay en este ataúd, pero cómo, eso es ilógico, físicamente es ilógico, como meto tres cuerpos en un espacio tan reducido, pero de que tiene tres capaz las tiene, para qué, ese es otro misterio

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que hay que resolver, pienso, así, a vuelo de pájaro, que la primera capa será en donde depositan al muertito, en la segunda, debe ser una particularidad de algún descabellado o exuberante hombre en la que disponga de un breve receptáculo en el que sitúe lo que el finado quiera llevarse para su tumba, no sé, pienso en discos, en libros, en revistas, no sé, depende de los gustos del muerto, fotos familiares, cartas, diplomas, medallas, y toda una pila de porquerías que quieran colocarle como recuerdo, como si alguien ocioso se diera el trabajo de abrir las tumbas y ver quienes eran esos muertos, pero en fin, uno nunca sabe como es el mundo, puede que a lo mejor este finado sea de otra cultura, eso es, debe ser de otra cultura, desde el ataúd hasta lo que me encuentre adentro de él, pero, qué puedo colocar en la tercera capa, en la primera el muerto, en la segunda, sus valiosos recuerdos y en la tercera, piensa, piensa, algún malintencionado puede colocar algo prohibido ahí, eso, la tercera capa será la de las cosas prohibidas, aquellos asuntos que la familia quiere que el muerto se los lleve a la tumba, que se lleve sus secretos, entonces, sin lugar a dudas, esta debe ser la capa más entretenida, porque no me entretiene contemplar a un muerto, parece alguien que estuviera durmiendo, pero que tiene todo el cuerpo helado, no me voy a dar el trabajo de ir a verlo cuando se esté descomponiendo, ahí si que sería un muerto realmente muerto, ahora parece un dormilón perezoso que no quiere levantarse, la segunda capa tampoco debe ser muy entretenida, descubrir que hay libros, discos, cassettes si es que es muy viejo, o discos vinilos, qué se yo, a menos que tenga revistas pornográficas, algo que fomente mi interés, no digo que me interesen solamente los desnudos, no limiten mis gustos, es un simple decir, pero el caso es que en esta segunda capa tampoco encontraré mucha diversión, en cambio, en la tercera capa, en la zona prohibida, en esa capa, ay señor, ahí sí que hay entretención, desde amoríos, cartas secretas, cuentas sin 33


pagar, testamentos falsos, corrupciones, mentiras, asesinatos, confesiones, sí, puede también ser la zona de las confesiones, todo lo que siempre le quisieron decir al muertecito mientras tuvo vida y que nunca se atrevieron a decírselo, ahora lo pueden redactar en una carta y meterlo en esa zona prohibida, quien sabe, en una de esas, porque, nadie sabe lo que hay al otro lado de la vereda, es decir, que hay después de la muerte, pienso, que este muerto debe leer lo que le envían, porque, entonces, no me explico para qué existe la segunda capa, esa de los recuerdos más preciados del muerto, sino es para que el difunto los utilice, así, cuando ande ocioso de un lado para otro, toma un libro que esté en esa segunda capa y comience a leerlo, o escuche música o vea su película favorita, claro que, para eso, hay que colocarle una tele, y no me parece que la segunda capa sea lo suficientemente grande para que una tele caiga en el interior, como sea, esto debe ser de una civilización más avanzada que la torpe cultura chilena, debe ser seguramente de los chinos, coreanos o japoneses, esas culturas son más avanzadas que las nuestras, bueno, son culturas milenarias comparadas con la nuestra que no lleva ni siquiera medio milenio de existencia, creo que lo más conveniente es que de una vez por todas me deje de andar con rodeos y me decida a abrir este ataúd, sí, pero por cual capa comienzo, la primera, aunque lleva tres días en mi casa, todavía me parecería como estar viendo a un hombre flojo que duerme y no a un verdadero muerto, sin embargo, quien me dice que apenas murió lo amortajaron y me lo embalaron hasta que llegó a mi casa, puede que se hayan demorado unos días, tal vez una semana, y si viene del extranjero, como es de otra cultura el ataúd, si vino de China antes del mes no llega, eso significaría que el muertecito se está descomponiendo realmente y podré comprobar por primera vez como luce un verdadero muerto, lo reconozco, tengo miedo de abrir la primera capa, además encuentro que no sale ningún olor a 34


descomposición, a menos que venga envuelto como una momia, en ese caso, puedo entregar este muerto en un museo, no, me harían muchas preguntas y no tengo tiempo para dar explicaciones, quiero irme cuanto antes a Santiago o a Buenos Aires, Madrid, o porqué no, a Japón o China, de donde vino mi ataúd, eso es, a conocer y reconocer esas culturas milenarias, allá seré único, ningún chino se debe llamar Boris Aravena, para qué decir de los japoneses, seré verdaderamente autóctono y auténtico, la segunda capa debe ser aburrida, además si viene de China, Corea o Japón u otro país asiático, debe estar en el lenguaje de esa cultura, y yo no sé chino mandarín, ni japonés, ni nada, con suerte trato de hablar correctamente este español de mierda, tan lleno de chilenismos, o hago el intento con el inglés, mira que los videojuegos vienen en la gran mayoría desde gringolandia, y eso sí, yo no dejaré de ser un fanático de los videojuegos, para nada, seguiré siendo el mismo en ese sentido, digamos que es el único legado que dejaré de mi antiguo yo, todo esto significa que la tercera capa, que es lejos, la que pretendo abrir, debe estar también llena del idioma del finado, a menos que sea un sujeto internacional, no lo creo, y cómo sabré entonces, si lo están insultando, si le están revelando algún secreto, si yo no sé nada de esas lenguas milenarias, y pensar en llevarlas a traducir no es una idea aceptada en estos momentos, no, eso significa dinero y tiempo, y el dinero lo quiero para mi viaje, si me voy a China necesitaré mucho dinero, tendré que sacar toda la plata que tengo en el banco, pedir créditos y buscar que me financien el viaje, pero cómo, la idea es desaparecer así, de un día para otro, sin dejar huellas, como huyo, y todavía no resuelvo qué hacer con este ataúd, y ya estoy pensando en qué hacer con mi futura vida, creo que antes de ir a China hay que ir a Santiago, por otra parte, porqué no llamar China a Santiago, quién me lo impide, todos los nombres son solamente circunstanciales, eso sí, puede que en esta nueva República Independiente de 35


China que forme, me encuentre con algún Boris Aravena, porque no voy a la milenaria China, sino a la ex Santiago, y ahí, hay de todo, para todos los gustos, en Santiasco existe todo lo posible y lo no posible, estoy en las mismas discusiones de hace dos horas, qué hago contigo ataúd, si tan solo me hablaras, a la mierda, te dejo, estoy perdiendo demasiado tiempo, total, este es el último acto del Boris Aravena que es igual al resto, este que no resuelve ningún problema, una vez que atraviese esa puerta seré otro, entonces, pueden enviarme cuantos ataúdes quieran porque estaré preparado para resolver los misterios, este ataúd que se quede aquí en esta casa, algún día alguien vendrá a buscarlo, pero yo, yo me voy a mi nueva República Independiente de China.

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Tercera Parte: Escรกndalo Iletrado

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Cañete, Chile.

- ¿Qué es esto? - ¿Jorge? - Sí. ¿Qué es esto? - ¿Jorge Flores? - Sí soy yo. ¿Qué es esto? - Un ataúd. - ¿Un qué...? - Adiós.

¡La historia se repite!. Eso dicen. Eso espera el lector. Espera que lo canse hasta el hartazgo. Quiere predecir el final, quiere sentirse importante, quiere ser mejor que yo, que cualquier idiota puede escribir un libro, si es que libro llaman a estas barbaridades. ¡Ingenuos!. No les doy el gusto. Me cansé de escribir este relato cuya idea era original (o eso creía), pero que nunca fui capaz de determinar su desenlace y me siento muy iletrado. ¡Qué escándalo!. 38


ÍNDICE

PRIMERA PARTE: ¿Soy o no soy quien digo ser?

SEGUNDA PARTE: Vale otro

TERCERA PARTE: Escándalo Iletrado

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EL ATAÚD Juan Pablo Cifuentes Palma

Se terminó de imprimir en el mes de Noviembre del 2016 En los talleres de Editorial Montecristo Cartonero

Tiraje según demanda

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EDITORIAL MONTECRISTO CARTONERO ESTÁ COMPROMETIDA CON EL DESARROLLO LIBRE DEL ESPÍRITU, LA CULTURA Y EL CONOCIMIENTO DEL SER HUMANO COMO VALUARTES DE NUESTRA SOCIEDAD. CADA LIBRO PUBLICADO POR NUESTRA EDITORIAL ES EN SÍ UNA OBRA DE ARTE CUYO TRABAJO ES MANTENER VIVA LA LLAMA DE LA SABIDURÍA.

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¿Qué es la realidad? Una condicionante que utiliza el ser humano para diagnosticar sus acciones positivas o negativas, un eterno sueño en el cual permanece el hombre o una inquietante necesidad por darle un sentido al sin sentido de la vida. Juan Pablo Cifuentes en su nuevo libro, aborda estas temáticas bajo la mirada de la ironía y el sarcasmo con una novela corta (tal vez demasiado breve para ser considerada novela). Producto de la postmodernidad presente en su temática, nos muestra lo absurdo de la vida, del día a día y lo absurdo de la muerte. Es necesario mirar desde una nueva perspectiva para entender cómo la llegada de un ataúd destapa emociones y pensamientos ocultos en los personajes desencadenando en ellos el caos. El Ataúd es un libro narrado con la complicidad del lector al cual el autor lo involucra directamente como un actor fundamental del desarrollo del conflicto literario, filosófico y humano que se evidencia en este libro y que lo situará con el ataúd que cada uno de nosotros lleva en su destino.

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