HABLEMOS DE
PATRIMONIO CULTURAL
RECTORA CECILIA MARÍA VÉLEZ
VICE-RECTORA ACADÉMICA MARGARITA PEÑA BORRERO
DECANO FACULTAD DE ARTE Y DISEÑO ALBERTO SALDARRIAGA
DIRECTOR DE BIENESTAR UNIVERSITARIO HUGO RENÉ RIVEROS
JEFE CENTRO DE ARTE Y CULTURA ALICIA LLORENTE
CONCEPTO GRÁFICO JUAN SOLANO
COORDINACIÓN GENERAL CLAUDIA DE GREIFF
Recordemos que el patrimonio fue definido por la UNESCO en 1998 como “nuestro legado del pasado, nuestro equipaje en el presente y la herencia que les dejaremos a las futuras generaciones para que ellas puedan aprender, maravillarse y disfrutar de él”. El Patrimonio Cultural puede ser material, inmaterial o intangible y natural. El material se encuentra el mueble que corresponde a las colecciones bibliográficas, documentales, los monumentos en espacio público, las esculturas, las obras de arte y los utensilios de uso doméstico. El inmueble es representado por ciudades, plazas, parques y edificios, entre otros. El Patrimonio Inmaterial o Intangible comprende las manifestaciones, expresiones, conocimientos y prácticas que le dan a una comunidad y a un grupo humano un sentido de identidad, pertenencia y continuidad histórica. Estas manifestaciones pueden ser heredadas de una generación a otra. Desde la expedición de la Ley 1185 de 2008, el Carnaval de blancos y negros; las Tradiciones de los Nukak-Makú, el Concurso Nacional de Bandas de Paipa, la Institución del Palabrero Wayuu y el Carnaval de Riosucio han sido reconocidos como manifestaciones del Patrimonio Cultural Inmaterial Colombiano. Igualmente el Carnaval de Barranquilla y el Espacio Cultural de San Basilio de Palenque forman parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Igualmente las áreas naturales protegidas de Colombia, forman parte de nuestro Patrimonio Cultural Natural teniendo en cuenta que
la UNESCO reconoce como Patrimonio Natural a las formaciones: “físicas y biológicas que tengan valor estético o científico…” “geológicas y fisiográficas que constituyen el hábitat de especies animales y vegetales amenazadas, que tengan valor desde el punto de vista científico o de la conservación…” “Los lugares naturales que tengan valor para la ciencia, la conservación y la belleza natural…” Desde este contexto, el Centro de Arte y Cultura de la Utadeo, dentro de su Programa: Reflexiones Culturales con la Academia, propuso a docentes y estudiantes re-pensar la noción de Patrimonio Cultural a través de distintas áreas de conocimiento. Patrimonio, arquitectónico, fotográfico, fílmico, literario, ecológico fueron tema de clase de diferentes cátedras correspondientes a los diversos programas académicos de la Tadeo. Ciudad y territorio, la arquitectura inglesa en Bogotá, el Museo del Siglo XIX, las mejores fotográficas del siglo XX, la recuperación de memoria a través del rescate del patrimonio fílmico, el patrimonio y el marketing cultural, fueron algunas de las reflexiones de la comunidad tadeísta, con el apoyo de docentes y decanos. La cátedra de campañas publicitarias del Programa Académico de Publicidad y el análisis del marco normativo desde Pedagogía Constitucional, se constituyen entonces, en aportes significativos de la Academia contribuyendo así a la apropiación del Patrimonio Cultural por parte de la comunidad universitaria tadeísta.
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BOGOTÁ. CIUDAD MODERNA Y PATRIMONIO. EL CENTRO URBANO ANTONIO NARIÑO. Carlos Eduardo Hernández Rodríguez EL PATRIMONIO CULTURAL, UNA REFLEXIÓN DESDE EL MARKETING Liliana Catherine Suárez Báez & David Augusto España Espinoza LA PUBLICIDAD FACTOR CLAVE PARA PROMOVER EL PATRIMONIO Andrés Rodríguez Martínez UNA REFLEXIÓN CRÍTICA SOBRE EL CIERRE DEL MUSEO DEL SIGLO XIX EN BOGOTÁ David Rodríguez
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PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO David Praszka Tapia
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PATRIMONIO FÍLMICO Mauricio Laurens
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PATRIMONIO LITERARIO Lucía Hernández
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PATRIMONIO NATURAL Francisco de P. Gutiérrez Bonilla & José Jairo Escobar Ramírez
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PATRIMONIO FOTOGRÁFICO Sandra Liliana Suárez Quintero
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LEY GENERAL DE LA CULTURA Ley 397 de 1997
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CONTENIDO
FOTOGRAFÍA NICOLAS JACOB
HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
BOGOTÁ. CIUDAD MODERNA Y PATRIMONIO. EL CENTRO URBANO ANTONIO NARIÑO. CARLOS EDUARDO HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ La ciudad como conjunción de la totalidad de los hechos urbanos, ha tenido que guardar la memoria de generaciones completas de seres humanos. Esta memoria se eleva en la ciudad no solamente en arquitectura histórica o pasada, es el resultado de la decantación de muchos procesos que atañen a una sociedad y que se encuentran en permanente cambio. Es en esta dirección donde la noción de Patrimonio aparece como un reconocimiento a una construcción colectiva de un proceso de valoración de bienes materiales e inmateriales, que adquieren significado en una sociedad y que en el caso de la ciudad, afectan el espacio urbano, construyen lecturas y asociaciones complejas con la cultura, entendida esta, como producto de la totalidad del acontecer del ser humano y de su registro como memoria.
Al acercarse a ciudades como Bogotá desde esta noción, se abre un espacio donde cobran valor espacios, arquitecturas e infinidad de procesos que le subyacen a su producción. No es necesario remitirse siglos atrás para encontrar ejemplos que puedan apoyar consideraciones patrimoniales y es precisamente en el ejercicio de otorgar a la arquitectura o a cualquier obra humana, la capacidad para dar valor y sentido a una sociedad, donde procesos de diversa naturaleza adquieren real valor patrimonial. Uno de estos procesos, es el caso particular de las arquitecturas que existen actualmente en la ciudad de Bogotá y que han adquirido el rótulo o la denominación de”modernas”. Arquitecturas y hechos urbanos, que permiten reconstruir la memoria y develar los modos de vida que se configuran a partir de discursos e ideas instaladas en la ciudad bajo la denominación de ”moderno” y que se presentan como un cambio
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BOGOTÁ. CIUDAD MODERNA Y PATRIMONIO. EL CENTRO URBANO ANTONIO NARIÑO
en estructuras que presuponen un mundo definido como no moderno, donde la no existencia de determinados valores y comportamientos son los que definen la diferencia de estas apreciaciones.
es posible encontrar, en el resultado físico de una disposición de arquitecturas que construyen una manera muy particular de entender el espacio urbano y los problemas planteados allí en torno al habitar.
Una de las maneras como ha sido reconfigurado el espacio urbano desde la mirada de la arquitectura y el urbanismo moderno ha sido la manera como se ha desarrollado la conceptualización de la habitación familiar en la ciudad. Como lo anota la profesora Ana Patricia Montoya1”La estructura interna de la familia urbana e industrial llevó a dejar de pensar en la casa unifamiliar y a dirigir la mirada hacia la casa de departamentos de varios pisos y finalmente al edificio de viviendas con servicios comunitarios como alternativa de solución masiva al problema habitacional urbano”.
Una propuesta que tiene su génesis en doctrinas que son desarrolladas en otras latitudes, décadas atrás y que son respaldadas en el país años después, en manos de jóvenes arquitectos formados en Europa y en Estados Unidos, así como de propuestas urbanas desarrolladas en Colombia, en cabeza de algunos de los mayores exponentes del movimiento moderno, como lo son Le Corbusier, José Luis Sert y Paul Lester Wiener, quienes participaron activamente en la difusión de las ideas del movimiento del urbanismo moderno en varios lugares del mundo.
El Centro Urbano Antonio Nariño (CUAN) complejo de habitación desarrollado en la ciudad de Bogotá, es uno de estos ejemplos, que se presenta como parte de la huella y la memoria de un proceso de ideas y discursos en torno a la modernidad en la ciudad y que finalmente deja una huella concreta que
1 Montoya Ana Patricia. Vivienda moderna en Colombia. Centro Urbano Antonio Nariño. Bogotá. Revista Textos. No 10. Pág 21. Documentos de Historia y Teoría. CIDAR. Facultad de Artes. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. 2004
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El CUAN, complejo de vivienda, que apareció en la ciudad como una aproximación urbana de carácter moderno,”nació como una propuesta de vivienda para la clase media, profesionales jóvenes y empleados públicos. Fue un proyecto autosuficiente en el que el único contacto cotidiano de sus habitantes con la ciudad sería el trabajo, ya que todo lo que tenía que ver con abastecimiento, educación, recreación y algunos servicios e incluso los primeros niveles de salud eran suplidos dentro de la misma unidad habitacional.”2 2 Ibid 1.Pág 76.
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Para acercarse a la propuesta del Centro Urbano Antonio Nariño, en tanto corresponde cercanamente a la doctrina expuesta por el discurso moderno, se propone un filtro de análisis como la Carta de Atenas, documento que intenta consignar las máximas del movimiento moderno y que surge en el año de 1944, redactado por el propio Le Corbusier. Esta será una oportunidad para entender la forma como se acoplaron ideas construidas principalmente en Europa, a una ciudad Americana. “A comienzos de 1951, durante el gobierno de Laureano Gómez y bajo su iniciativa, el Ministro de Obras Públicas, Jorge Leyva, adelantó la construcción de una gran unidad habitacional de carácter ´moderno´ dentro de los conceptos más innovadores que se aplicaban en aquel entonces”.3 Quince bloques de vivienda se dispusieron en un terreno de 150,815m2 del cual sólo 16,589 m2 fueron construidos, ocupación que planteaba una redefinición de la relación entre la arquitectura y el espacio que esta dejaba libre y que se destinaba para parques, calles y plazas y que en el caso del CUAN necesitaría de otra explicación para soportar esta diferencia planteada en la ciudad. De los quince bloques de vivienda, nueve se planteaban de trece pisos y seis de cuatro pisos, así como una serie de edificios de apoyo donde funcionarían equipamientos como la escuela, el mercado, lavandería, cine, kinder y la iglesia con elementos de 3 Ibid 2. Pág 75.
apoyo como parqueaderos y espacio para juegos infantiles. El restante porcentaje de área corresponde a un vacío planteado para la naturaleza donde se implanta una red de caminos peatonales que comunican a todo el sistema. El desarrollo del CUAN, se da de 1951 a 1958 y discurre su comienzo en los años finales de la elaboración del Plan Director de Bogotá, liderado este, por Le Corbusier en su fase del Plan Piloto y por José Luis Sert y Paul Lester Wiener en la fase final llamada del Plan Regulador. En este Plan se concentran los planteamientos de la ciudad futura de Bogotá y su desarrollo para cincuenta años. La propuesta planteada por Le Corbusier en la primera fase hace explícita su relación con La Carta de Atenas y su vínculo con planteamientos como las cuatro funciones: habitar, trabajar, recrear el espíritu y circular. Algunos de los apartes y soportes plantean una ciudad para ser concretada a través de proyectos que como en el Centro Antonio Nariño, pueden entablar una relación diferente entre el espacio edificado por la arquitectura y el espacio que se concreta en el vacío que deja la disposición de la misma. Un sistema arquitectónico de esta naturaleza, que tiene una correlación con los principales argumentos consignados en La Carta de Atenas, permite plantear un análisis sobre dos aspectos que son esgrimidos por la misma Carta: La liberación del suelo con la incorporación de la naturaleza en la ciudad y la abolición de la calle corredor.
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LA ABOLICIÓN DE LA CALLE CORREDOR Y LA LIBERACIÓN DEL SUELO El reconocimiento de los problemas resultado de la explosión urbana en Europa y de su relación con los denominados males generados por la aparición de la revolución industrial en la ciudad, como el hacinamiento, la aparición de ambientes mal sanos de los que se ocupan miradas como el higienismo, la aspiración a recobrar el aire limpio o la misma noción de tranquilidad pérdida por la irrupción de la máquina, son oportunidades para acoger planteamientos como los expuestos por el movimiento moderno donde en un proceso de más de cuarenta años se logra depurar un discurso que se proyecta mundialmente y que basa su aproximación en torno a la crítica a elementos que ha producido la ciudad a lo largo de la historia como el caso de la calle corredor. La calle corredor, como producto físico de la relación arquitectura y vacío es criticada y llevada al punto de plantear su disolución, con la aparición de arquitecturas que se esfuerzan por comportarse como elementos individuales, dentro de un espacio no contenido y donde la noción de contenedor es cambiada por la de un espacio continuo.
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Con la aparición de ejemplos como la Unidad de Habitación, edificio propuesto por Le Corbusier y que es puesto a prueba en diferentes lugares del mundo, aparece el referente que posibilita garantizar la concentración de la densidad de población en edificios especializados para la habitación con una consecuente liberación del suelo. Este suelo liberado, se ocupa de nuevas preocupaciones, como la incorporación de la naturaleza en la ciudad y es capaz de absorber las circulaciones del peatón con la construcción de una dupla hombre y naturaleza. Este comportamiento espacial aparece en un momento, donde la arquitectura y el urbanismo buscan reivindicar al hombre en la ciudad, conectándolo con la producción de un espacio más acorde a los tiempos de los nuevos medios de comunicación y las nuevas técnicas constructivas. El CUAN en Bogotá, refleja estas preocupaciones, comportándose como un planteamiento de una porción de ciudad que redefine el espacio que la ciudad ha construido sobre la relación entre arquitectura y vacío y donde la respuesta plantea nuevos comportamientos y nuevas interacciones hombre y espacio. La abolición de la calle corredor es asumida por el CUAN por barras de edificios de habitación que se disponen aisladas unas de otras y que no conforman bordes definidos como calles.
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La ciudad es transformada estructuralmente, la concepción del espacio de la calle es revaluada y sus elementos constitutivos son redefinidos por una espacialidad diferente, que apunta a incorporar los nuevos medios de transporte como el vehículo particular y las nuevas arquitecturas que se instalan en este nuevo espacio natural, comportándose individualmente y dotados de características monumentales.
El Centro Antonio Nariño de la ciudad de Bogotá incorpora esta argumentación, convirtiendo esta porción de ciudad en el espacio por excelencia para el habitar, el recrearse y el circular a nivel peatonal. La conexión que se plantea con el resto de la ciudad se define en el Trabajar soportada por la circulación vehicular, siendo las bolsas de parqueaderos el filtro de conexión con las actividades internas del complejo.
Estas nuevas características de la arquitectura son entendidas como nuevas e innovadoras, más si se observa que ciudades como Bogotá conservaron arquitecturas modestas que correspondían a continuidades que apoyaban la construcción de los frentes de calles y de plazas a la mejor manera de los trazados iniciales fundacionales.
Cabe mencionar en este análisis, que la misma Carta de Atenas abre un espacio para indagar sobre el”Patrimonio Histórico de las Ciudades” reflexionando sobre la posibilidad de dar cabida a una noción de arquitectura patrimonial en ciudades como las Europeas sometidas a los rigores de la guerra: ”… Si su conservación no implica el sacrificio de poblaciones mantenidas en condiciones malsanas...” puntualización que es ratificada en varios de los ejemplos de intervenciones de los años veinte y treinta del siglo XX donde la disolución de la calle y la liberación del suelo aparecen en zonas consolidadas de centros históricos como Berlín o París. En el caso del CUAN este desarrollo es dado en la periferia, presentado como el inicio de la nueva ciudad y sin generar conflictos con la ciudad existente. Hoy se instala en uno de los puntos centrales de una urbe cercana a los nueve millones de habitantes.
Así mismo, la defensa de la jornada solar, que corresponde al sistema condicionado por las actividades desarrolladas en el marco de las 24 horas del día, justifica la separación de los edificios para aprovechar al máximo la orientación y las horas del sol en la habitación. Así mismo, es posible encontrar afinidad en la incorporación de la reflexión sobre las cuatro funciones en la ciudad, que han sido conocidas como el pilar del funcionalismo del movimiento del urbanismo moderno: habitar, trabajar, recrearse y circular.
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EL CUAN Y SU VALOR PATRIMONIAL. LA APARICIÓN DEL TIEMPO Y LA INCORPORACIÓN DE NUEVOS ELEMENTOS. EL CERRAMIENTO. La incorporación de un cerramiento en malla a todo el perímetro del complejo en años posteriores, es la oportunidad para plantear el paso de transformaciones en el tiempo, como parte integral del análisis de la misma propuesta, donde cobra mayor fuerza la definición del valor patrimonial de este hecho urbano. El cerramiento, de aparente fragilidad y transparencia, se convierte en el elemento de ruptura con la propuesta original y se instala como parte integral de la mayoría de las propuestas de las supermanzanas que plantean los conjuntos residenciales de la ciudad en las últimas décadas. El cerramiento instalado años después en el complejo, plantea la transformación de la disposición urbana y una fractura de la continuidad espacial, surgida por la necesidad de otorgar una seguridad que no tenía antecedentes en la propuesta inicial. El nuevo elemento del cerramiento, crea un espacio confinado al interior y se encarga de definir el borde de las mismas calles que desde su concepción habían sido replanteadas, construyendo un límite que ha generado espacialidades sin vitalidad, convertidas hoy en día, en el prototipo de la relación del conjunto habitacional actual con la ciudad: el espacio natural fluido ha pasado a ser un espacio introvertido y entre rejas, que construye una noción de calle sin actividades, sin sentido y sin vitalidad para la ciudad.
“Las construcciones levantadas a lo largo de las vías de comunicación y en las proximidades de los cruces son perjudiciales para la habitabilidad: ruidos, polvo y gases nocivos.” 4 Con este enunciado la Carta de Atenas justifica la decisión de disolver la calle corredor, la liberación por parte de la arquitectura del suelo y la aproximación a la conformación de un espacio que incorpora la naturaleza. Con el pasar de los años, muchos de estos planteamientos con elementos como los cerramientos, configuraron los mismos espacios que pretendieron abolir y terminaron siendo los frentes que definieron calles, con una clara redefinición de la relación entre lo público y lo privado. La calle se convirtió de esta manera, en un sistema cerrado para el circular de los vehículos, apartando al peatón y planteando una nueva relación entre la arquitectura y el espacio que esta construye en la ciudad. Una nueva propuesta de calle, con calidades muy inferiores a las ya vistas por la historia de la ciudad. El CUAN, arquitectura de valor patrimonial, que revela parte de la memoria de la ciudad en torno a temas como el habitar. Su presencia, supera la génesis de su concepción y se incorpora a diversos procesos que la misma ciudad ha propuesto con el paso de los años, constituyéndose en hecho urbano de importancia y registro del acontecer de una sociedad. 4 La Carta de Atenas. Pag 21. Edt Ariel, S.A. Quinta Edición 1981. España
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EL PATRIMONIO CULTURAL, UNA REFLEXIÓN DESDE EL MARKETING LILIANA CATHERINE SUÁREZ BÁEZ 1 DAVID AUGUSTO ESPAÑA ESPINOZA 2 El mercadeo tradicionalmente ha sido asociado a organizaciones que buscan lucro, organizaciones comerciales que desean a través de las herramientas del mercadeo tener éxito comercial.
1 Profesional en Mercadeo y Publicidad, Maestra en Mercadotecnia del Tecnológico de Monterrey. Profesora de tiempo completo del programa de mercadeo de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano.E-mail: Liliana.suarez@utadeo.edu.co 2 Economista (UR), Especialista en Gerencia de mercadeo (UJTL) y MSC. Mercadeo Agroindustrial (UJTL). Profesor asociado y decano del programa de Mercadeo de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano. E-mail: augusto.espana@utadeo.edu.co
Sin embargo, el mercadeo no se limita únicamente a lo lucrativo, también tiene aplicación en esferas distintas a la comercial como puede ser en lo social, donde busca la aplicación de las herramientas del marketing para lograr cambios en la sociedad que impacten en el bienestar y la calidad de vida (Kotler P y Zaltman G. 1971). Otras aplicaciones del mercadeo se desarrollan en el ámbito político (mercadeo político y electoral), en la promoción de destinos turísticos, con elmercadeo de turismo o de localidades e incluso en la gestión y administración pública con el mercadeo público. Finalmente, el marketing lleva ya recorrido un camino de más de cuarenta años (Azulea J, Sanzo M y Fernández B. 2010) en labores asociadas al arte y a la cultura.
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El mercadeo cultural es una aplicación del marketing que se encarga de crear, ejecutar y controlar la(s) estrategia(s) de difusión de productos culturales3 que pueden clasificarse en cuatro grandes categorías: A. Productos relacionados con las artes plásticas (pintura, escultura, etc.). B. Productos audiovisuales (cine, producción musical, productos culturales radiofónicos, televisivos, en Internet, etc.). C. Productos de la industria de espectáculos (artes escénicas como teatro, danza, música, ópera, circo, etc.). D. Productos editoriales (productos literarios, productos culturales de periódicos y revistas, catálogos de exposiciones, etc.).4
3 Amado, A. (2006). Marketing cultural. Recuperado el 4 de junio de 2012 de: http://www.catedraa.com.ar/articulos-periodisticos/archivos/aas-ludica-mkt-cultural.pdf 4 Martínez, A. (2010). Marketing cultural. Recuperado el 4 de junio de 2012 de: http://cienciasempresariales.info/marketing-cultural/
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En el caso de los productos audiovisuales y de espectáculos, es más usual que se utilicen estrategias de segmentación, investigación, y que se trabaje en pro del consumidor. Caso contrario ocurre con los productos relacionados con las artes plásticas y las editoriales, pues sus productos son, con frecuencia, el resultado del ingenio, expresión ideológica y talento de su creador. Del marketing cultural se desprende el marketing de patrimonio cultural, el cual en ocasiones ha sido mal comprendido y muchas veces criticado por los defensores del patrimonio cultural, un ejemplo claro de esta postura es el artículo publicado en el diario la Jornada de México con el titulo “Al patrimonio cultural no le hace falta marketing, sino respeto y atención: expertos”5 en referencia a la polémica alrededor de la campaña comercial para declarar Chichén Itza como nueva maravilla del mundo. En este articulo de Ana Mónica Rodríguez, Carlos Paul y Fabiola Palapa se recogen opiniones de expertos, donde el mercadeo sale mal librado, y se hacen comentarios como lo siguientes: Sergio Raúl Arroyo, etnólogo y ex director general del INAH: “Me parece que todo este proceso debería ser parte de una promoción que debiera haber surgido del propio gobierno mexicano y no por una cuestión externa, y que además contemplara todas las prevenciones en 5 Jueves 5 de julio de 2007
FOTOGRAFÍA CRISTIAN RODRÍGUEZ
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términos de control y alcance en favor de la protección y salvaguarda del patrimonio arqueológico. Hay un aspecto que es un tanto artificioso y que también hay que cuidar con el objetivo de no convertir esto en un asunto de marketing. Esto me parece que es algo mucho más importante y serio.”6. O Ida Rodríguez Prampolini, historiadora de arte y Premio Nacional de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía 2001: “Me parece una barbaridad atraer indiscriminadamente el turismo. En otros países es muy controlado y esto es sólo comercial. Es absurdo que el turismo acabe con todo lo que es la cultura, en lugar de planificar. Me da tristeza lo que está sucediendo en el país, por ejemplo, apenas se está recuperando el arrecife de la isla Sacrificios y por el turismo la quieren abrir.” o Arturo Montero, arqueólogo y jefe de arqueología subacuática del INAH: “Simplemente creo que es una maniobra de mercadotecnia y el problema es que no tendremos la capacidad para atender tantos visitantes en caso de que sea considerada maravilla del mundo. No existen siete maravillas en el mundo ni siete mujeres hermosas ni siete continentes, esto sólo fue una labor de mercadeo y venta con intereses privados.
6 http://www.jornada.unam.mx/2007/07/05/index. php?section=cultura&article=a05n1cul
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Hay un aspecto que es un tanto artificioso y que también hay que cuidar con el objetivo de no convertir esto en un asunto de marketing. Esto me parece que es algo mucho más importante y serio”. Estos comentarios hacen parecer los esfuerzos de mercadeo no aplicables a la promoción de patrimonio cultural, de hecho el marketing se estigmatiza y se convierte en un adjetivo que enfatiza la mala gestión en el cuidado y promoción del patrimonio cultural. Sin embargo las acciones de mercado no necesariamente deben ser vistas como la mercantilización que conlleva al deterioro del patrimonio cultural, sino como acciones que fortalecen la difusión de nuestro patrimonio, que contribuye a la construcción de una identidad nacional fuerte y se convierte en un vehículo para lograr la autofinanciación de procesos de conservación. Es bueno recordar la definición que la ley colombiana le da al patrimonio cultural, en Colombia, la ley 1185 de 2008 define el patrimonio cultural como “aquel que está constituido por todos los bienes materiales, las manifestaciones inmateriales, los productos y las representaciones de la cultura que son expresión de la nacionalidad colombiana, tales como la lengua castellana, las lenguas y dialectos de las comunidades indígenas, negras y creoles, la tradición, el conocimiento ancestral, el paisaje cultural, las costumbres y los hábitos, así como los bienes materiales de naturaleza mueble e inmueble a los que se les atribuye, entre otros, especial interés histórico, artístico, científico, estético o simbólico en ámbitos como el plástico,
EL PATRIMONIO CULTURAL, UNA REFLEXIÓN DESDE EL MARKETING.
arquitectónico, urbano, arqueológico, lingüístico, sonoro, musical, audiovisual, fílmico, testimonial, documental, literario, bibliográfico, museológico o antropológico”. Los productos que hacen parte de esta clasificación son conocidos como Bienes de Interés Cultural – BIC –y deben registrarse ante el Ministerio de Cultura, que es la entidad encargada de regular la gestión de los BIC en el país a través de la ley 1185 de marzo del 2008, “buscando mantener actualizada la legislación sobre el patrimonio cultural de acuerdo a la evolución de un concepto que remite a la memoria y a la identidad de los ciudadanos, y que por lo tanto es clave para el futuro de los Colombianos”7. En esta norma, “se dan las bases para que los proyectos de gestión, protección y salvaguardia del patrimonio cultural no se piensen y se ejecuten de manera aislada. En efecto, la planeación y la sostenibilidad deben ser una guía fundamental de estas acciones, así como la concepción del patrimonio cultural como un elemento complejo en el que lo material y lo inmaterial confluyen y para cuya gestión es indispensable la participación activa de las instituciones públicas, la empresa privada y, por supuesto, la sociedad civil”8. 7 Ministerio de Cultura. (2008). Normas generales para la gestión, protección y salvaguardia del patrimonio cultural en Colombia. p.5 8 Ministerio de Cultura. (2008). Normas generales para la gestión, protección y salvaguardia del patrimonio cultural en Colombia. p.5
Ángela Rojas define la gestión del patrimonio como “el desarrollo de una serie de estrategias de intervención que sirviéndose de las nuevas tecnologías de planificación y de una adecuada administración de los recursos patrimoniales, humanos y económicos, tienen como objetivo conseguir el desarrollo de la conservación, investigación, difusión, y disfrute de dicho patrimonio.”9 Francisca Hernández, considera que para que la gestión sea eficiente debe contar con los recursos adecuados, así como con la información y el marketing imprescindibles para hacer posible el diálogo entre la sociedad y unos nuevos profesionales definidos como gestores del patrimonio.10
9 García, P. (2012). Patrimonio cultural: conceptos básicos. p.128. 10 García, P. (2012). Patrimonio cultural: conceptos básicos. p.128.
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Dichos gestores del patrimonio deben supervisar la intervención de los BIC11 cuando fuese necesario, así como ceñirse a lo planteado en la normativa del Ministerio de Cultura y al Plan Especial de Manejo y Protección12 – PEMP – si llegara a existir. Cabe aclarar que estos gestores del patrimonio, deben registrarse ante el Ministerio de Cultura para adquirir el título de profesionales para la supervisión de intervenciones de BIC13 y de esta manera poder ejercer y gestionar los BIC en el país. 11 Según la ley 1185 de marzo de 2008, se entiende por intervención de un BIC todo acto que cause cambios al BIC o que afecte el estado del mismo. Comprende, a título enunciativo, actos de conservación, restauración, recuperación, remoción, demolición, desmembramiento, desplazamiento o subdivisión, y deberá realizarse de conformidad con el Plan Especial de Manejo y Protección si este existe. La intervención comprende desde la elaboración de estudios técnicos, diseños y proyectos, hasta la ejecución de obras o de acciones sobre los bienes. 12 La ley 1185 de marzo de 2008 en su artículo 14 define un PEMP como un instrumento de gestión del Patrimonio Cultural de la Nación, mediante el cual se establecen acciones necesarias con el objetivo de garantizar la protección, conservación y sostenibilidad de los BIC o de los bienes que pretendan declararse como tales si a juicio de la autoridad competente dicho Plan se requiere. 13 Ver artículo 45 al 51 de la ley 1185 de marzo de 2008.
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Así que también podemos encontrar expertos en Patrimonio cultural que le ven sentido a la acción del mercadeo para promover el patrimonio cultural y podría ser labor importante de los gestores de patrimonio realizar acciones de mercadeo dentro de una política pública nacional de promoción del patrimonio cultural. Una forma de entender el mercadeo parte de su quehacer en las organizaciones, donde podemos decir que tiene una labor de conocer las necesidades y deseos de los consumidores, de entretener los mercados, de análisis de competencia y entorno, por lo tanto, esta primera parte del quehacer del mercadeo se concentra en conocer. El mercadeo se ha apropiado de las metodologías de investigación de las ciencias sociales y las ha aplicado a su trabajo de investigación de mercados. La segunda parte del trabajo de las acciones de mercadeo en una organización podría definirse como el desarrollo de una propuesta para satisfacer necesidades y deseos y se centraría en la propuesta de desarrollo de productos, marcas, establecimiento de precios, desarrollo de estrategias de promoción y comunicación y definición de la distribución, además de las funciones de auditoria de mercadeo. Visto así, el campo de acción del marketing se reduce cuando se habla de patrimonio cultural, pues las variables como producto, precio y distribución, están definidas y son reguladas por el Ministerio de Cultura, sin embargo, es papel del marketing explo-
EL PATRIMONIO CULTURAL, UNA REFLEXIÓN DESDE EL MARKETING.
rar y encontrar la manera adecuada de promocionar los BIC,de sensibilizar a la sociedad alrededor de la importancia de los BIC y de acercar al país a su patrimonio,finalmente apoyaría en el fortalecimiento de una conciencia y orgullo nacional, lo cual tocaría el espacio del mercadeo social.¿De qué sirve un patrimonio cultural en estado de preservación aséptica, donde los dueños del patrimonio que somos todos no podemos tener contacto y vivir nuestro patrimonio?. Aquí la labor del mercadeo de patrimonio cultural seria fundamental. Por lo tanto si el mercadeo es una herramienta integrada a una política nacional seria alrededor del patrimonio cultural, no seria un elemento dañino sino un impulsor de la difusión, además de una fuente de recursos para hacer auto sostenible el cuidado del patrimonio cultural en cualquier país. Los beneficiospueden ser múltiples e irían especialmente ligados a la creación de una imagen cultural positiva, sólida y fuerte ante el mundo y ante nosotros mismos así como crear sentido de pertenencia y amor patrio en los ciudadanos Colombianos. Estas acciones se pueden complementar con otras desarrolladas desde el mercados social y el mercadeo de turismo y de localidades impulsando la industria a del turismo asociado a la cultura.
Entonces, las acciones del marketing como apoyo al desarrollo del patrimonio cultural se pueden resumir así:
1. Lograr la correcta promoción de los BIC por medio de alianzas estratégicas con la empresa pública y privada que respeten las regulaciones definidas por el Ministerio de Cultura; sin que esto signifique que las estrategias a implementar carezcan de creatividad o impacto; al contrario, cuanto mayor sea la creatividad, la cobertura y el impacto generado por las estrategias, mejor será la labor del profesional del marketing en este aspecto.
2. Conseguir aliados estratégicos que contribuyan en la
restauración, mantenimiento o reparación de los BIC obedeciendo los parámetros fijados en la ley 1185 de marzo del 2008 – con el fin de contribuir en la conservación de los mismos y de esta manera velar por la preservación cultural del país.
3. Identificar los mejores destinos para realizar exportaciones temporales de los BIC siguiendo las regulaciones definidas por el Ministerio de Cultura14.
14 Ministerio de Cultura. (2008). Normas generales para la gestión, protección y salvaguardia del patrimonio cultural en Colombia. p.49.
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4. Trabajar de la mano con el Ministerio de Turismo para REFERENCIAS intensificar la promoción de destinos turísticos del país por medio de los BIC y así generar un aumento en el interés de colombianos y extranjeros por el patrimonio cultural del país.
5. Convertirse en una fuente de recursos que apoye la conservación y difusión del patrimonio cultural.
BIBLIOGRÁFICAS Amado, A. (2006). Marketing cultural. Recuperado el 4 de junio de 2012 de: http://www.catedraa.com.ar/articulos-periodisticos/archivos/aas-ludica-mkt-cultural.pdf http://www.jornada.unam.mx/2007/07/05/index.php?section=cultura&article=a05n1cul Azulea. J. &Sanzo, M. & Fernández, B. (2010). El marketing de la cultura y las artes: una evolución. Revista nacional de administración México. Enero – junio. pp. 23 – 36. Kotler, Ph. &Zaltman, G. (1971). Social marketing: Anapproachtoplanned social changed. Journal of marketing vol 35. pp. 3 -12. Martínez, A. (2010). Marketing cultural. Recuperado el 4 de junio de 2012 de: http://cienciasempresariales.info/marketing-cultural/ Rodríguez, A. & Paul, C. & Palapa, F. (2007). Al patrimonio cultural no le hace falta marketing, sino respeto y atención: expertos. La jornada México. Cultura. Recuperado el 2 de junio de 2012 de: http:// www.jornada.unam.mx/2007/07/05/index.php?section=cultura&article=a05n1cul
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HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
LA PUBLICIDAD FACTOR CLAVE PARA PROMOVER EL PATRIMONIO ANDRÉS RODRÍGUEZ MARTÍNEZ 1 La persuasión es el eje de la comunicación publicitaria. No se concibe una pieza publicitaria sin un objetivo que la encauce y, mucho menos, sin un sistema de signos que abone a la construcción del mensaje. En esencia, la publicidad constituye un sistema de información con el que se pretende influenciar a los
1 Publicista de la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá. Especialista en Gerencia de Mercadeo de la Universidad Central. Magíster en Mercadeo Agroindustrial de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Creativo publicitario, redactor publicitario. Trabajó en agencias de publicidad como director creativo. Actualmente es profesor de tiempo completo de la Universidad Jorge Tadeo Lozano (Asociado II), adscrito al Programa de Publicidad. Pertenece al grupo de investigación Publicidad: sociedad, cultura y creatividad. Dirección: Calle 25 No. 4A – 49, Tercer piso. E-Mail: guillermo.rodriguez@utadeo.edu.co Teléfono: 242 7030 Ext. 1669.
públicos sobre una idea determinada, teniendo siempre como marco el progreso de las sociedades, desde una óptica económica, social cultural. En ese orden de ideas, cuando se construye un mensaje publicitario, no sólo se tiene a buen recaudo el nivel elevado de competencia narrativa2 por parte del emisor, sino que también se estipulan apropiadamente los propósitos que el respectivo anunciante persigue dentro de las dinámicas (comerciales o ideológicas) en las que se mueve su organización. Justamente dependiendo de la naturaleza del anunciante, es común insertar a la publicidad dentro de diversas categorías, que incluyen lo institucional, el mensaje de bien público, el
2 La noción de competencia narrativa, desde la lingüística chomskyana, alude al conjunto de condiciones necesarias para la interpretación y el ejercicio de la enunciación (Argüello, 1992, pág. 23).
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netamente comercial, el de contenido ecológico, social, político, etc. Así, al entender que dentro del quehacer publicitario se dirimen estrategias encausadas hacia uno u otro fin, conviene tener perfectamente afinado el campo de acción del mensaje, esto es, el tipo de contenido que lo define y los lineamientos funcionales que lo engendran, para pretender estructurar una campaña en uno u otro sentido (no es lo mismo anunciar una gaseosa que un programa de educación para niños discapacitados). A pesar de que ciertos aspectos estratégicos subyacen en toda campaña publicitaria (objetivo, audiencia, elemento central de persuasión, tono, posicionamiento buscado, etc.), el abordaje de cada problemática conduce a diferentes soluciones, a mensajes que se construyen con uno u otro sistema retórico, con uso o no de narraciones testimoniales, con manejo de específicos ejes visuales, se insiste, dependiendo de la naturaleza del objeto de la respectiva comunicación publicitaria. Si el objeto o razón de ser de una determinada publicidad fuese promover la divulgación, preservación y valoración del patrimonio de la humanidad o de una colectividad específica (llámese país, región, ciudad, etc.), ¿qué debiera tomarse en consideración y qué elemento central de persuasión tendría que definirse desde la planificación de esa campaña publicitaria?
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De entrada, lo primero que los planificadores tienen que tener presente es el concepto de patrimonio (casi sobra decirlo), para que de verdad el visual publicitario logre plasmarlo, a sabiendas de que es un concepto aparentemente voluble, no del todo tangible y, por ende, no fácilmente imaginable. Tal y como lo subraya Niño (2003, pág. 117), “patrimonio es lo que heredamos de nuestros padres y antepasados, sean recientes o muy lejanos. Constituye el fundamento de la tradición y por tanto del desarrollo, en una acumulación de experiencias y aportes que se transmite generación tras generación como irremplazable legado para toda la comunidad”. Nótese cómo en esa definición, de manera latente está anclada la noción «identidad», en tanto que es la respectiva comunidad la que hace eco de sus propias tradiciones y quien, de alguna manera, las inmortaliza, en tanto haga un ejercicio (deliberado o no) por preservarlas a lo largo del tiempo. Estas tradiciones tienen entonces la posibilidad de identificar a ese grupo, pudiéndolo diferenciar de otro, lo que no significa que la suma de tradiciones venidas de diferentes colectividades no pueda configurar un patrimonio más generalizado, esto es, el patrimonio de un país, de una región, o, incluso, de la humanidad. Por citar un ejemplo, no es lo mismo el patrimonio de los europeos que el patrimonio de Venecia3. 3 Saldarriaga (2003, pág. 13), al referirse al concepto específico del patrimonio de una ciudad, comenta que “es aquello que representa algo en la mentalidad ciudadana, sea por la memoria que alberga, por su representatividad histórica o por el papel que cumple en la en la vida cotidiana”.
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Pero, ¿cuán importante resulta ser el ejercicio de utilizar la persuasión al servicio de la valoración y preservación del patrimonio? Para responder a este interrogante, conviene cotejar, primeramente, el concepto de persuasión, con sus principales significaciones y lineamientos definitorios. Luego, tendría que inspeccionarse si uno de los propósitos de la publicidad se puede ceñir a la exultación del patrimonio, esto es, si le cabe a la publicidad el derecho de ejercer un acto pro-patrimonial.
LA PERSUASIÓN Y SUS VARIABLES Por persuasión se entiende el mecanismo por el cual un grupo o individuo (persuasor) busca deliberadamente convencer a otro (receptor-persuadido) sobre una idea determinada, sin que haya un castigo o consecuencia funesta para quien sea objeto del acto persuasivo si no llegase a aceptar lo que le propone el persuasor. Tal y como lo menciona Mastrodoménico (2011, pág. 55), “en la persuasión, la comunicación es utilizada por el persuasor, quien de antemano pretende dirigir la situación hacia sus fines”; pero aclara que en la medida en que en ese proceso se respete la libertad del otro en cuanto a poder escoger por sí mismo lo que le conviene, estamos hablando de
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convivencia civilizada, porque de no ser así, se estaría en presencia de la coerción, de un acto propio de la barbarie, asociado a la intimidación, al uso de la fuerza.4 Para ejercer la persuasión, quien la emite o construye muchas veces se vale de argumentos sustentados en la racionalidad y la lógica (persuasión por la vía central), pero en ocasiones apela a aspectos de forma que despiertan las emociones de los persuadidos (persuasión por la vía periférica5); allí, en la interacción de los argumentos racionales y de las emociones generadas desde un cuerpo de comunicación persuasivo se configura el mensaje publicitario, pues justamente contiene proposiciones amparadas en la razón, adornadas con
4 En la teoría de la persuasión se discute profundamente sobre el verdadero libre albedrío que tiene el persuadido a expensas de que el persuasor maneja herramientas y técnicas psicológicas que lo colocan en ventaja frente a su interlocutor. Así, autores como Roger Mucchielli plantean que la situación interhumana de la persuasión está manejada por el persuasor, configurándose en realidad un falso diálogo (Mastrodoménico, 2011, pág. 57). 5 Para Mastrodoménico (2011, pág. 61), la ruta periférica es un cambio actitudinal que tiene lugar en respuesta a factores no racionales como el atractivo, la experiencia o el estatus de los posibles persuasores; “cuando la relevancia del asunto es baja, interviene la ruta periférica, y cuando es alta, la ruta central”.
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elementos de forma tales como la música, las frases retóricas, el uso de modelos (prototipos) y una serie de artilugios que para muchos profesionales de la publicidad se conocen con el nombre de guimmick publicitario.6 Pero, independientemente de la manera en que se construya el mensaje persuasivo, es conveniente acotar que existe un grado de persuasibilidad en cada uno de los intentos, que está mediada tanto por la calidad del producto persuasivo como por la resistencia que pueda ofrecer el persuadido. A este último respecto, diversos autores plantean que el ser humano en general tiene una tendencia a exponerse preferiblemente a aquellos mensajes que son coherentes con sus opiniones (exposición selectiva), y que este hecho, sumado a factores como la reactancia, la inmunidad y la contrasugestión no le garantizan a persuasor un éxito en su intento: por el contrario, sucede que los persuadidos colocan barreras ante los mensajes persuasivos, entrando muchas a veces a jugar el predominio de la autoestima, por lo que los expertos en persuasión saben que lo mejor es presentarse ante el persuadido sin apariencia de persuasor. Con todo y eso, cada vez que en nuestro mundo contemporáneo el público se ve expuesto a la publicidad, de alguna manera sabe o intuye que detrás de su mensaje existe una intencionalidad deliberada, lo que para muchos teóricos de la persuasión suma a la resistencia a recibir el mensaje. Aunque, debe decirse, es 6 También gimmick, que significa «gancho».
justamente el buen persuasor el que logra modificar las actitudes7, desde una combinación estratégica de argumentos y elementos de forma. Y por supuesto, si la temática central de la persuasión va en coherencia con las actitudes de las personas frente a esa temática, el acto persuasivo tendrá más probabilidades de ser exitoso. Ante ese panorama, ¿qué tan arraigada está en la mente del público en general la idea de preservar, valorar y difundir el patrimonio? Si fuera cierto que la mayoría de las personas son proclives a atesorar el patrimonio como un baluarte esencial de la vida misma, ¿por qué no insistir en esa idea y apelar a una persuasión construida con elevado profesionalismo para de esta manera convalidar al patrimonio como algo necesario para el progreso social y cultural de la humanidad? Y si hubiese una reactancia previamente configurada en el público, si existiera una prevención hacia el hecho de valorar el patrimonio, ¿qué estrategia persuasiva debiera tejerse para lograr cambiar la actitud de las personas hacia algo que en últimas nos conviene a todos, como es luchar por la preservación de nuestro patrimonio?
7 Actitud acá debe entenderse desde una óptica psicológica, es decir, como una predisposición valorativa en el plano intrapsíquico de la persona que condiciona su conducta.
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Tal vez una de las claves para estructurar un mensaje persuasivo que redunde a favor del patrimonio sea la elección del llamado elemento central de persuasión: ¿qué beneficio puede ofrecerle a las personas el hecho de valorar y preservar su propio patrimonio, sea de la naturaleza que sea, material, inmaterial, cultural, social, artístico, histórico, arquitectónico, etc.? ¿Qué ganamos todos los que pertenecemos a un respectivo tejido social al elevar al patrimonio a una categoría tan apreciada como la vida misma? Posiblemente la respuesta a esta pregunta está dada en el planteamiento que hace Niño (2003, pág. 118) en el sentido de poner en primer plano la necesidad de educar y mostrar la trascendencia de los elementos culturales con el fin de proteger nuestra identidad: Una profesión y un país sin memoria son como una persona amnésica, que no sabe quién es ni cómo se llama, que no reconoce a quienes mira ni comprende dónde está, por lo cual es incapaz de decidir hacia qué dirección caminar, pues no tiene idea de para dónde va. En ese orden de ideas, una campaña publicitaria que se centre en la importancia de preservar el patrimonio podría mostrarle a las personas cómo esa preservación les daría una clara visión de quiénes son como grupo y, en ese sentido, una
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mejor manera de definir sus horizontes, esto es, un más certero camino para planificar el futuro: en esa premisa estaría sintetizado un posible elemento central de persuasión, que fácilmente podría enriquecerse con elementos periféricos de persuasión. La ciudad como espacio patrimonial y como medio publicitario Por su integridad física y por su permanencia, “toda una ciudad es potencialmente memoria construida pero no todo en ella es valorado como patrimonio” (Saldarriaga, El patrimonio urbano y la construcción reciente de la ciudad, 2003, pág. 147). De hecho, esa catalogación que un respectivo ámbito le otorga a un elemento material o inmaterial, en el sentido de valorarla o no como parte del patrimonio, bien es sabido que es selectiva y se basa en criterios de diverso orden8. Pero por encima de una discusión que llevara a cuestionar si los criterios que se aplican para determinar qué es patrimonio y qué no, se hace necesario entender que las culturas tienen una memoria y que esa realidad intrapsíquica, material o documentada se vuelca 8 Acá salen a relucir las categorías de patrimonio tangible e intangible, inscritas dentro del plano citadino. Considerado en su totalidad, el concepto de patrimonio cultural intangible cubre un campo inmenso. He aquí algunos ejemplos: lengua tradicional y patrimonio oral; religión y ritos tradicionales; música, poesía, teatro, danza, vestidos, artesanía y oficios manuales; cocina, raza, prácticas médicas, métodos de resolución de conflictos, etc. (Prott, 2001, pág. 157).
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sobre la definición de patrimonio. Justo como lo reseña (Niño, 2003, pág. 118), es evidente la existencia de una memoria colectiva, conformada por hitos culturales o mentales que la sociedad reconoce y sobre los cuales sustenta su reproducción y su creatividad. Tómese en consideración que la persuasión, como factor perenne de la naturaleza humana, sin duda ha mediado en la elaboración de esa memoria, pues los procesos de transmisión de la cultura, muchas veces regulados por sistemas educativos arquetípicos, incluyen el acto deliberado por convencer a alguien sobre un conjunto de ideas, así la aceptación del público incluya la obediencia o la conformidad como mecanismo para acceder a la aceptación:9 ¡la persuasión está presente en la educación! Y la educación se hace presente en la construcción de la memoria colectiva, pues para nadie es un secreto que muchas veces la pedagogía es otro mecanismo de poder y control, debido a que integra y desintegra subjetividades, con lo que reproduce los discursos dominantes. Así, el proceso pedagógico actúa directamente sobre la construcción del sujeto al incidir en sus representaciones simbólicas (Mastrodoménico, 2011, pág. 117). 9 La conformidad es un tipo de respuesta que se da por la influencia social en la que los individuos cambian sus actitudes o comportamientos para cumplir las normas existentes. Por su parte, la obediencia consiste en hacer algo en cumplimiento de una orden, independientemente de si se está de acuerdo o no con ella (Mastrodoménico, 2011).
Ante esa panorámica, se hace evidente que los medios de comunicación que aportan en esa educación se convierten en agentes de socialización que transfieren cultura de una generación a otra. Así, los medios operan, no sólo como fuente de persuasión, sino como agentes para la construcción de la memoria colectiva. En ese orden de ideas, la publicidad se suma a la realidad de los conglomerados sociales y a la mismísima integridad física de la ciudad, cuando se hace manifiesta en vallas, mupis (carteles en los paraderos), anuncios luminosos, neones, pantallas, etc. Es por ello (entre otras razones) que la publicidad es parte de la cultura. Y lo es también porque el mensaje persuasivo se alimenta de la cultura. Habría aquí una especie de mutualismo, una simbiosis en la que la publicidad se nutre de la cultura y la cultura logra construirse también desde la publicidad. A fin de cuentas, los mensajes persuasivos se han articulado en nuestras costumbres y han reafirmado muchos de nuestros valores. La siguiente cita haría eco a esa proposición: Toda imagen colocada en el espacio público comunica indefinidamente un espectro impredecible de mensajes. Además de transmitir el mensaje específico que la ha generado, también contribuye a la construcción de la cultura en el más amplio sentido de la palabra, promoviendo modelos de pensamiento y conducta que influyen en la manera en que la gente se relaciona con otros mensajes, con las cosas y con otra gente (Frascara, 2006, pág. 13).
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Desde esa perspectiva, y sabiendo que la publicidad encuentra en la ciudad uno de los lugares más propicios para existir y multiplicarse (como consecuencia de ese lugar es núcleo esencial del consumo), la urbe es, sin que haya ningún manto de duda, un hervidero de cultura en el que el patrimonio vive, junto a medios de comunicación (masivos, interpersonales, públicos, privados, etc.) que pueden ayudar al constructo de una comunidad pro-patrimonial. Con la comunicación persuasiva (publicitaria o educativa) el patrimonio podría tener una omnipresencia en la memoria colectiva, partiendo de la ciudad como eje para la transmisión de mensajes que bien podrían trascender desde estrategias que contemplen la virtualidad y, por consiguiente, la multiplicación cultural de la ciudad al mundo entero. Siguiendo esa línea de ideas, puede argüirse que todos los objetos físicos publicitarios, esto es, las vallas, los afiches, los carteles en paraderos, los spots, etc., fácilmente pueden convertirse en instrumentos que apoyen una estrategia encaminada a generar conciencia en los individuos sobre la importancia de conocer, valorar, respetar y hacer propio el patrimonio, posibilitando, en simultanea, que diversas colectividades conozcan los objetos e ideas patrimoniales existentes en otras culturas, gracias a la globalización de los mensajes desde el uso de las redes virtuales de información. Es un hecho que muchas veces ni siquiera los propios pobladores de un
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respectivo núcleo social logran aprehender su propio patrimonio, incluso porque les resulta difícil decodificar la simbología que los rodea. Tal y como lo menciona (Frascara, 2006, pág. 29), es aparentemente más difícil decodificar las propias simbologías que decodificar el significado de las formas de otra cultura, puesto que “muchas veces la propia cultura se hace visible sólo cuando visitamos otra, y descubrimos que esas cosas que nos parecían naturales eran culturales”. Así, la publicidad podría ejercer un rol como agente visibilizador de las costumbres y del patrimonio, aprovechando la cercanía que muchos medios de comunicación tienen con los públicos; los objetos publicitarios tangibles, con toda su carga persuasiva, no pasarían desapercibidos, especialmente si se sabe trazar una buena estrategia en términos de contenidos (persuasión por la vía argumental) y de forma (persuasión por la vía periférica), tomando siempre de presente los niveles de competencia narrativa de las audiencias blanco de la publicidad. Con este modelo, se estaría en presencia de una promoción del patrimonio (que se sumaría a la consolidación de una identidad cultural10) haciendo eco a uno de los planteamientos de Jorge Frascara (2006, págs. 82 - 83):
10 En la definición sugerida por Elie Cohen (2001, pág. 66), la identidad cultural queda situada como un modo de expresar la inevitable especificidad de estilos de vida, modelos de trabajo y consumo, así como de las instituciones políticas y administrativas.
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La noción de cultura material, desarrollada por la antropología, inicialmente con el propósito de reconstruir la vida social de un pueblo sobre la base de objetos existentes, provee un marco conceptual para comprender cómo los modelos culturales pueden ser promovidos por objetos materiales.
HACIA LA FORMULACIÓN DE UNA ESTRATEGIA PUBLICITARIA A FAVOR DEL PATRIMONIO Los seres humanos siempre han inventado e intercambiado elementos culturales; por ello, la diversidad cultural siempre ha formado parte de la experiencia del hombre (Arizpe, Jelin, Rao, & Streeten, 2001, pág. 24). Si se toma en consideración que al traslapar información se obtienen asociaciones genuinas, base para los productos creativos, es un hecho que la diversidad cultural aporta al desarrollo creativo del hombre. De alguna manera, la memoria colectiva de un pueblo en sí misma reviste un potencial creador de importante envergadura, lo que le confiere gran valor de cara al progreso y a la búsqueda de un máximo bienestar para todos. De hecho, la razón de ser de la memoria colectiva es que ella, por estar conformada por hitos culturales o mentales que la sociedad reconoce, le da sustento a su propia reproducción y a su evolución creativa (Niño, 2003, pág. 118). No es un secreto decir que, en ese marco, la
publicidad tiene una seria posibilidad de aportar a esa evolución creativa, en tanto que desde la elaboración de mensajes impactantes se puede apoyar la divulgación no sólo de hitos culturales sino también de la importancia de preservarlos y saberlos valorar. Es precisamente en este punto donde se hace necesario tomar en consideración las reglas esenciales de la publicidad, especialmente aquella que expresa la obligatoriedad de plantear una U.S.P. (Unique Selling Proposition): tal y como lo plantea Moliné (2000, pág. 191): Todo anuncio debe hacer una proposición concreta; esa proposición no debe tratarse de una serie de palabras más o menos bonitas, ni de extraordinarias alabanzas a un determinado producto: todo anuncio debe decir a su receptor: al comprar este producto se obtiene exactamente esta ventaja. Esa ventaja a la que alude Moliné es justamente el concepto que para los expertos en persuasión se denomina «elemento central de persuasión», del que ya se hizo mención con anterioridad. Tendría todo el sentido del mundo, en el momento de pretender apoyar desde una campaña publicitaria la divulgación y preservación del patrimonio, sustentar la estrategia de comunicación en una U.S.P. que verdaderamente egoimplicara a la comunidad. Para consolidarla, sugerirla y convertirla en el eje temático del esfuerzo publicitario, se hace indispensable recaudar información sobre la mirada que el público en general
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le da al patrimonio, para que desde ella se puedan esgrimir insights11 decisivos para la estructuración creativa del mensaje. Al encontrar ese valor de uso que el patrimonio tiene para las personas, se gestaría una comunicación que fácilmente se insertaría en la lógica del marketing, circunscribiendo a la cultura en un objeto anhelado y valorado. Bien lo remarcaron Klamer &Throsby (2001, pág. 132), cuando hacían referencia al consumo de la cultura:
centrado en la promoción del patrimonio, hay que subrayar la importante tarea que los profesionales de la comunicación en general tienen para con la aprehensión de la cultura. El reto está colocado sobre la mesa, y tendrá que hacerse un buen esfuerzo para que no suceda lo que muchos críticos ya han mencionado (con buen sustento) en el sentido de relacionar muchas campañas publicitarias de bien público al concepto de «producto efímero»:
Cuando un objeto del patrimonio tiene un valor de uso directo para las personas, las leyes de mercado sí pueden entrar en juego. La gente compra cuadros, va a exposiciones o visita edificios y lugares históricos porque “el consumo cultural” les parece importante.
El dinero que se gasta en patrimonio cultural se compara a menudo con lo que se gasta en un helado: una vez que se termina, desaparece y lo único que queda es un recuerdo “dulce” (Klamer & Throsby, 2001, pág. 138).
Independientemente de la estrategia de comunicación elegida, más allá de la definición de una u otra U.S.P., y por encima de las guías ejecucionales que encaucen un ejercicio publicitario 11 La noción insight fue introducida originalmente por Köhler, uno de los autores de la teoría de la gestalt. Los resultados de sus experimentos lo llevaron a formular el concepto de intuición, en alemán Einsicht, traducido al inglés por insight (Ricarte, 1998, pág. 201). En publicidad, este término sirve para designar tanto las deducciones clave para la elaboración de un concepto creativo de campaña como los aspectos relevantes para un consumidor en su relación con lo anunciado en el mensaje publicitario.
Sea esta publicación entonces una invitación a que todas las entidades gubernamentales, empresas, agencias de publicidad, y todos los que puedan promover el patrimonio, sumen esfuerzos para valorar y hacer respetar la herencia patrimonial. La publicidad tiene que convertirse en uno de los pilares para la promoción de la cultura y la identidad.
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BIBLIOGRAFÍA Argüello, R. (1992). La muerte del relato metafísico. Bogotá: Signos e imágenes. Arizpe, L., Jelin, E., Rao, J. M., & Streeten, P. (2001). Diversidad cultural, conflicto y pluralismo. En UNESCO, Informe mundial sobre la cultura 2000 - 2001. Diversidad cultural, conflicto y pluralismo (págs. 24 - 42). París: Ediciones UNESCO y Ediciones Mundi-Prensa. Cohen, E. (2001). Globalización y diversidad cultural. En UNESCO, Informe mundial sobre la cultura 2000 - 2001. Diversidad cultural, conflicto y pluralismo (págs. 66 - 91). París: Ediciones UNESCO y Ediciones Mundi-Prensa. Frascara, J. (2006). El poder de la imagen. Reflexiones sobre comunicación visual. Buenos Aires: Ediciones Infinito. Klamer, A., & Throsby, D. (2001). La factura del pasado: la economía del patrimonio cultural. En UNESCO, Informe mundial sobre la cultura 2000 - 2001. Diversidad cultural, conflicto y pluralismo (págs. 130 145). París: Ediciones UNESCO y Ediciones Mundi-Prensa. Mastrodoménico, H. (2011). Democracia en el aula de clase. ¿Las conclusiones a las que llegan los grupos de discusión en el aula son tomadas libremente? Berlín: Editorial académica española. Moliné, M. (2000). La fuerza de la publicidad. Madrid: Mc Graw Hill, Universidad Antonio de Nebrija.
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UNA REFLEXIÓN CRÍTICA SOBRE EL CIERRE DEL MUSEO DEL SIGLO XIX EN BOGOTÁ DAVID RODRÍGUEZ 1
davide.rodriguezv@utadeo.edu.co
INTRODUCCIÓN
1 Diseñador con estudios de postgrado en campos de design research. Profesor Asociado I de la Facultad de Ciencias Humanas, Artes y Diseño de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano. Consultor en temas de investigación y desarrollo de productos. Mis intereses de investigación incluyen: la investigación cultural, análisis de mercados y los métodos de diseño e innovación. Diseñador industrial graduado con honores de la Universidad Nacional de Colombia (2003), con estudios de Maestría en Design History and Material Culture de Brighton University, Inglaterra (2009).
Varias opiniones han sido expresadas desde que a finales del 2011 se conoció la noticia de que la casa, de estilo republicano, sede del Museo del Siglo XIX en Bogotá había sido vendida para ser sede del Ministerio del Interior. Algunas expresan descontento, otras resaltan la falta de legislación que proteja la conservación de este tipo de patrimonio y otros permanecen en silencio, viendo inmunes como los objetos, las fotografías y los vestidos que conformaban la colección son puestos en cajas de madera sin futuro predecible. La mayoría de las voces reclama ante las decisiones que pueden poner en riesgo el patrimonio cultural, otras voces se lamentan en consideración a los huérfanos (colecciones tradicionales de arte y una colección de alrededor de 2500 piezas de arte decorativo) y a la memoria misma del museo; sin embargo, muy pocas otras
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voces resaltan la debilidad de nuestras instituciones culturales a la hora de tener que renovarse rompiendo las concepciones tradicionales de la noción de museo para repensarse en un sentido más amplio como instituciones de intercambio cultural. El siguiente texto, que toma como punto de partida el cierre del Museo del Siglo XIX en Bogotá, propone una reflexión en torno a las consecuencias de la clausura de este tipo de instituciones, pero por otro lado también intenta subrayar la necesidad urgente de implementar procesos que les permita a estas instituciones romper la dependencia de otros entes (estado, ONG´s, corporaciones, etc.) además de renovarse conectando la institución con los deseos y necesidades actuales de las audiencias. El artículo inicia entonces indagando sobre cuáles podrían ser las alternativas que permitan pensar proyectos museísticos eficientes, durables, cambiantes y sostenibles proponiendo el pensar los museos como proyectos expandidos (expanded museum2), en otras palabras lugares en donde converjan los discursos y las preguntas, es decir los diálogos, manifestados a través de dispositivos de interpretación mucho más cercanos a las audiencias.
2 Chris DERCON. The Museum Concept is not Infinitely Expandable? En: Я[á:r] issue 01, pp. 22,27. 2002, Kanazawa, Japón.
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Así entonces, se podría esperar que el museo se redefina como institución social y como espacio para valorar, ordenar e interpretar los discursos sobre el patrimonio, la identidad y la cultura, en sentido amplio. Se propone que muchas de estas preguntas que entonces surgen sobre la actualización de las nociones del museo como institución “pública” pueden encontrar respuestas clave en el estudio minucioso de las audiencias, y en la recuperación de la misión fundamental del museo como espacio para la educación universal. Esta indagación hace emerger una pregunta necesaria y urgente en los proyectos museísticos: ¿Cuál es el futuro deseable y posible para este tipo de museos en Colombia? Una posible respuesta a esta pregunta tiene que ver necesariamente con la creación de contenidos nuevos a partir de interpretaciones que propongan la construcción de un conocimiento transversal, y por otro lado, con el desarrollo de nuevas intervenciones museográficas que permitan al visitante interactuar con los dispositivos y por esta vía permitir al visitante participar en la construcción misma del sentido del museo, resaltando su rol como lugar de intercambio.
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EL MUSEO COMO RED SOCIAL Con el cierre del Museo del Siglo XIX en Bogotá se ponen en riesgo varias cosas. En primer lugar la invaluable colección compuesta por obras de arte de la época, representada en pinturas y miniaturas, y alrededor de 2500 de piezas de “arte decorativo” en donde se representan claramente muchas de las prácticas sociales de la época relacionadas con las formas de vestir, decorar los espacios, comer, cocinar e incluso algunas prácticas curativas, estas últimas representadas en el salón llamado la Botica de los Pobres. El Museo del Siglo XIX fue desde su comienzo, en 1980 una apuesta del Fondo Cultural Cafetero por apoyar iniciativas que claramente intentaban rescatar y proteger el patrimonio cultural del país. En la casa de estilo republicano donde empezará a funcionar el Ministerio del Interior, se albergaron miles de objetos, obras e imágenes que ahora reposarán en el Archivo General de la Nación sin destino predecible.
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Consecuentemente con el tipo de colección que el Museo recogía, y desde el punto de vista del investigador, el cierre de la colección representa la pérdida de una importante fuente primaria de información3. En otras palabras, todo el cumulo de objetos y obras constituyen un recurso importante para comprender no solo el paisaje material, sino también el paisaje ideológico que permitió a nuestros antecesores construir el concepto de nación en el siglo XIX. Claramente, los vestidos femeninos, algunos de fabricación local siguiendo patrones europeos, y los jarrones art nouveu fabricados por el reconocido diseñador francés del siglo XIX Emile Gallé, son muestra clara de lo que algunos expertos han llamado la “temprana europeización de los hábitos de consumo en Latinoamérica4.” Por otro lado, muestras de vajillas producidas localmente con motivos dibujados por José Manuel Groot, representan también uno de los intentos de la sociedad ilustrada por estar actualizada con los temas manufactureros.
3 En particular el proyecto de investigación “Estudio social de la cultura material en Colombia en el siglo XIX” realizado por los profesores David Rodríguez y Alberto Romero de la U. Tadeo tenia bastantes expectativas de trabajo con el Museo. 4 Bauer, A. J. (2001). Goods, power, history: Latin America’s material culture. Cambridge, UK: Cambridge. University Press.
Es evidente entonces que con la pérdida de acceso a las colecciones, los investigadores interesados en indagar los patrones de formación de la cultura material latinoamericana en el siglo XIX encuentran un gran obstáculo. Dentro de este panorama desolador vale la pena resaltar el trabajo hecho por la reconocida historiadora Aida Martínez Carreño5, quién principalmente trabajó sobre las colecciones de moda y vestidos y con su investigación dio un interesante aporte a la comprensión de los aspectos sociales y culturales que dieron forma al siglo XIX colombiano y latinoamericano. Así entonces, este acontecimiento tiene varias formas de ser visto. Por un lado, como una manera de poner en riesgo el patrimonio material de la Nación, en particular aquella parte del patrimonio que está relacionada directamente con las formas de vivir lo cotidiano, que valga la pena decirlo, es un campo de investigación que todavía presenta terrenos baldíos en nuestro contexto académico; como un hecho que llama la atención sobre la falta de legislación en el tema, que procure proteger el patrimonio en cualquiera de sus formas; y 5 Martínez, A. (1995). La prisión del vestido: Aspectos sociales del traje en América. Santa Fe de Bogotá, D.C: Planeta Colombiana Editorial.
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como un síntoma de la débil gestión cultural en nuestro país, así como una clara señal de los ordenes y prioridades del gobierno nacional. Sin embargo, lejos de las lamentaciones que expresan la mayoría de la voces, este acontecimiento también puede ser visto como un síntoma de la necesidad de renovación de los conceptos fundamentales sobre los cuales se basa este tipo de museo en nuestro contexto. El Museo del Siglo XIX era un museo de formato tradicional y fuera de tiempo. Presentaba sus colecciones de manera lineal y organizadas temáticamente, agrupando vestidos con sombreros, y platos con cubiertos. La presentación de los objetos intentaba recrear espacios domésticos interiores, que en muchas ocasiones no coincidían con el estilo de la época y que en muchas otras parecían inhabitados. A pesar de algunos intentos, el museo no presentaba mayor interés intelectual para sus visitantes, a quienes no proponía algo más que la contemplación silenciosa de algunas cosas puestas en vitrinas. El Museo, visto de esta forma, no representaba mayor interés para la ciudad y sus transeúntes (incluyendo turistas). En otras palabras, el Museo como institución pública, no hacia mayores esfuerzos por actualizar sus mensajes y los medios a través de los cuales se comunicaba con sus audiencias.
Lo que en últimas propone este artículo es que aunque es lamentable que se cierren los museos, la pregunta, antes de proponer victimas y victimarios, que debería cuestionar a todos los gestores culturales es: ¿Por qué se cierran los museos? Me atrevo a afirmar que mucho tiene que ver la debilidad de estas instituciones para repensarse a s, entre otros.ra repensarse a sis fundamentales sobre los cuales se basa este tipo de muí mismas como nodos de redes sociales constituidas tanto presentes como futuras. Podría en parte también tener que ver con la ausencia de canales suficientes y eficientes que les permita a estas instituciones construir relaciones con todos los grupos interesados (stakeholders), base fundamental para mejorar continuamente los mensajes que quieren transmitirse a las audiencias, trátese de visitantes, proveedores, empleados, patrocinadores, gobiernos e instituciones pares. Los museos, independiente de sus intereses y sus colecciones, deben convivir todos con el trajín del siglo XXI, y por lo tanto deben ser capaces de construirse como potentes símbolos que atraigan la atención de visitantes y patrocinadores a la vez.
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LA NECESIDAD DEL MUSEO EXPANDIDO Podría decirse que el final del siglo XX ha sido testigo de una de las transformaciones más importantes en una de las instituciones emblemáticas de la era moderna: el museo. El ahora director de la Tate Modern en Londres, Chris Dercon nos recuerda que “en 1977, cuando el Centro Pompidou abrió sus puertas, el sociólogo Pierre Bourdieu profetizó que la desacralización de diversos temas de importancia cultural en un entorno desacralizado con varias funciones culturales podría poner al museo en la posición de institución pública por excelencia. No sólo las categorías estéticas tradicionales desaparecerían, dijo, pero la cara perversa del consumo cultural también tomaría un giro para mejorar6.” El Centro Pompidou y la profecía de Bourdieu prescriben tanto desde la práctica como la teoría la reinvención del museo como centro de intercambio social y cultural. El camino trazado por este innovador centro cultural concebido por Renzo Piano y Richard Rogers fue seguido por la reinvención de varias instituciones internacionales del mismo carácter7. 6 Chris DERCON. Op. Cit. 7 Ver: Tate modern, MOMA New York, Centro Cultural Banco do Brasil, Museum of London, National Museum of Korea, entre otros.
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Propone Dercon que lo que el Centro Pompidou logró proyectar fue una audiencia diferente, no propuso el concepto del “museo expandido” como un problema, sino mejor como una solución a la pregunta fundamental por el futuro del museo (Dercon). En esencia, lo que propone la idea de museo expandido es reconsiderar la noción tradicional de museo de arte como una forma aceptada de catalogar y difundir el conocimiento en torno a la obra, para convertirse en un lugar desacralizado en donde pueden confluir diferentes inquietudes intelectuales, prácticas culturales, formas educativas y en términos más amplios cualquier manera de intercambio cultural y social. Los museos expandidos estarían caracterizados entonces por una visión a futuro amplia y plural que les permita convertirse en nodos de convergencias, fuertes centros de pensamiento en donde la sociedad misma tiene la oportunidad de verse reflejada, aprender, comprender y reflexionar. Una especie de centros neutrales que promuevan los intercambios culturales y sociales entre diversos ámbitos de la investigación, la creación y la innovación y distintos grupos sociales, rompiendo de esta manera las formas tradicionales del museo atado a la obra de arte y a la audiencia como elite.
FOTOGRAFÍA VIVIANA DÍAZ
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Vale la pena resaltar la necesidad de los museos expandidos por escuchar fielmente a sus audiencias y dejarse orientar por ellas. En nuestro contexto nacional la legislación pareciera acercarse en algún sentido a estos aspectos. Según la más reciente versión de la legislación y normas generales para la Gestión, Protección y Salvaguardia del Patrimonio Cultural en Colombia (Ley 1185 de 2008), “las políticas públicas reconocen a las comunidades el papel fundamental de identificar y valorar sus manifestaciones culturales materiales e inmateriales. En este sentido, se concede que son las comunidades las que, como usuarias, lo crean, lo transforman, lo heredan y le otorgan valor, lo que significa velar por su gestión, protección y salvaguardia8.” Lo anterior puede ser interpretado como un intención explicita para que los intereses de los museos sean propuestos por una clara comprensión de las audiencias. El aproximarse eficientemente a las audiencias claves presupone entonces un reto para los museos, en donde como instituciones públicas estas deben proponer estrategias que les permitan no solo comprender la manera como las audiencias se aproximan a ellas, en particular, sino la manera como cada una de las diferentes audiencias (colaboradores, 8 Protección y Salvaguardia del Patrimonio Cultural en Colombia La Ley 1185 de 2008 y sus decretos reglamentarios Ministerio de Cultura.
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proveedores, empleados, visitantes, investigadores, educadores, patrocinadores, etc.) piensa, siente y actúa. El comprender estos síntomas le permitiría a los museos orientar las formas de catalogar, conservar y difundir el patrimonio. Evidentemente las formas de interactuar con las audiencias debe concordar con la época y las formas como se movilizan mensajes dentro de las diferentes audiencias (stakeholders). En este sentido, y volviendo a la reflexión sobre el cierre del Museo del Siglo XIX en Bogotá, vale la pena resaltar la debilidad de este para proponerse como un espacio de reflexión sobre y a través de las colecciones, la colección comprendida como un medio y no como un fin en si mismo, un lugar en donde se orientan preguntas y se sugieren respuestas a través de las intervenciones museográficas, pero sobretodo a través de las interacciones que se proponen entre el visitante y los dispositivos museográficos.
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HACIA NUEVAS FORMAS DE CATALOGAR, CONSERVAR Y DIFUNDIR Las nuevas formas del planeta exigen que las instituciones encargas de pensar sobre y desde el patrimonio cultural se piensen comprendiendo que el mundo ha experimentado un proceso de cambio, y que sobre la vía de estas nuevas transformaciones se deberían proponer nuevas formas de catalogar, conservar y difundir el patrimonio. Particularmente se quiere proponer que Colombia no es un territorio ajeno a ese cambio, y que por lo tanto las instituciones culturales en Colombia deberían pensarse desde estas perspectivas. ¿Cómo enfrentan los museos y los archivos en Colombia el impacto de la tecnología en el flujo mismo de la comunicación y la hipervisualización de la cultura?
La respuesta en la mayoría de museos en Colombia sería, de ninguna forma. Sin embargo, algunos pocos9 han comprendido que una forma seria de responder a estos intereses es a través de la creación de contenidos que otorguen sentido a la gente, en medio de un ambiente renovado con un publico diferente también, y sobre todo con un rol actualizado del museo como ente educador. La creación de estos contenidos debería surgir de la creación de contenidos nuevos a partir de interpretaciones que promuevan conocimientos transversales, y por otro lado con el desarrollo de nuevas intervenciones museográficas que permitan al visitante interactuar con los dispositivos (tanto digitales como análogos) y por esta vía permitirle participar en la construcción misma del sentido del museo, resaltando su rol como lugar de intercambio.
¿Cómo enfrentan los museos, por ejemplo, el surgimiento veloz de redes multiusuarios gracias a las llamadas tecnologías sociales?
9 Ver: http://www.culturacaribe.org/Parque_Cultural_del_Caribe. Museo del Caribe. Barranquilla, Colombia.
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CONCLUSIÓN
REFERENCIAS
Pareciera que la mayoría de las opiniones convergen en culpar a un Estado descuidado de las instituciones culturales, pero también vale la pena resaltar la responsabilidad de las instituciones culturales en cuanto a la comprensión en tiempo real de sus propios públicos.
Bauer, A. J. (2001). Goods, power, history: Latin America’s material culture. Cambridge, UK: Cambridge University Press.
En otras palabras, nos encontramos ante el reto de renovar el museo como institución política, social y cultural, o de otra forma presenciar la clausura de más museos y con ello el olvido de interesantes colecciones debido en parte a que los museos no logran convertirse en atractivos símbolos de y para la ciudad y por esta vía focos de conciencia de la sociedad misma. La necesidad de crear nuevos museos autónomos capaces de repensarse orientados por las audiencias y en pro de un crecimiento sostenible en el tiempo es urgente. Museos que asuman el reto de pensar sobre futuro posible y deseable del concepto mismo de museo.
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Dercon, C. (2002). The museum concept is not infinitely expandable? [á:r] issue 01, 22-27. Morente, . M. M., & en Universidad de Málaga. (1996). El Patrimonio cultural. Málaga: Universidad de Málaga. Rodríguez, D.E, Romero, A.C. (2012). Interpretando la cultura material en Latinoamérica. (documento de trabajo) (Este producto es resultado de investigación del proyecto “Estudio social de la cultura material en Colombia en el siglo XIX”, FCHAD, Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano) Tallon, L., & Walker, K. (2008). Digital technologies and the museum experience: Handheld guides and other media. Lanham: AltaMira Press. Universidad Nacional de Colombia. (2012) Historia del siglo XIX se archivó en guacales. UN Periódico, Bogotá D.C. No. 153, domingo 11 de marzo.
FOTOGRAFÍA ANGÉLICA ULLOA
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FOTOGRAFÍA A N A M A R I A G A LV I S G U E R R E R O
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PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO EL DETRIMENTO DEL PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO A PARTIR DE LAS TRANSFORMACIONES URBANAS Y LAS ACCIONES COTIDIANAS DEL TEJIDO HUMANO, ¿ES INMINENTE O SE PUEDE CONTRARRESTAR? DAVID PRASZKA TAPIA 1 INTRODUCCIÓN La pérdida del patrimonio arquitectónico a partir de las transformaciones urbanas en Colombia está marcada por causas similares generadas en las diferentes ciudades que tienen la fortuna de poseer esta riqueza tangible. Sin embargo esta pérdida es un proceso ineludible en las sociedades urbanas en constante transformación, y aunque en el papel la norma es clara, en la praxis es un asunto totalmente distinto.
Si bien a nivel urbano se habla del crecimiento vegetativo de las poblaciones y como consecuencia el crecimiento de la estructura urbana, a nivel del patrimonio hay un equivalente que está dado por las transformaciones de la sociedad misma, es decir lo que podríamos llamar el tejido humano. Los cambios en las dinámicas socio culturales son inevitables y hacen parte de las lógicas urbanas y obedecen a diversos factores que hacen parte del movimiento incesante de las ciudades, a su crecimiento y al cambio de sectores que se transforman generalmente por cambios de tipo económico y/o traslados de grupos humanos, estratos sociales y rangos de la sociedad que bajan o suben en sus condiciones económicas.
1 Docente de catedra programa de arquitectura - UJTL, Bogotá d.c. 16-04-2012.
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FACTORES DE LA TRANSFORMACIÓN Como se menciono al inicio las causas o factores de la transformación se establecen como de diferentes clases, a pesar de esto la causa fundamental de dicha trasformación está basada en un aspecto que denominamos “proceso de renovación urbana”. Tal proceso puede fácilmente propiciar consecuencias favorables o desfavorables en la medida en que sea planificado o no. La visión de los proyectistas en las ciudades apunta por efecto lógico a que las transformaciones de sectores sea en la mayoría de los casos previendo situaciones favorables a la transformación de los sectores urbanos y al conglomerado social que haga parte de éstos; sin embargo los procesos de renovación urbana, al igual que el crecimiento vegetativo de que se hablaba al inicio, también surge como un comportamiento espontáneo de las personas, afectando de manera directa la estructura urbana y en consecuencia las zonas donde se localizan edificaciones que hacen parte del patrimonio arquitectónico, que es primordialmente el tema que nos ocupa. En este escenario se encuentran muchas ciudades de diversos países en Latinoamérica y por supuesto de nuestro país Colombia que no escapa a este asunto. El enfoque conservacionista que pueden tener los países de Europa e incluso nuestros países latinoamericanos en los que se medita muy bien y
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se generan incluso polémicas antes de la intervención de una edificación de carácter patrimonial no es suficiente para evitar las “acciones a puerta cerrada” que se fraguan cotidiana y primordialmente al interior de las edificaciones. A pesar de este enfoque conservacionista con el que nos identificamos, vemos casos en el país en los que la desidia le gana ampliamente a la salvaguarda de nuestra riqueza patrimonial, se pueden mencionar casos muy conocidos en Cartagena de Indias, como por ejemplo el de la Plaza de Toros de La Serrezuela en el Centro Histórico de la ciudad, que se cae a pedazos o deberíamos decir madero a madero; pero hay casos quizá más sorprendentes en los que no sólo se trata de un edificio en particular, sino de centros históricos completos que se desmoronan en la cotidianidad de la indiferencia, por mencionar sólo algunos, Mompós y Calamar, ambos en el departamento de Bolívar. De manera indirecta la desidia también hace parte de los procesos de renovación urbana, bien sea ésta planificada o espontánea, en la medida en que son precisamente los cambios en las dinámicas sociales, en la estratificación de sectores y en las variaciones de condiciones socio económicas los que generan el abandono de estas edificaciones de carácter patrimonial, aún cuando se conserven títulos de propiedad de los inmuebles. A pesar de la declaratoria de estos inmuebles
FOTOGRAFÍA NICOLAS JACOB
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como Patrimonio Arquitectónico de la Humanidad, el abandono de sus propietarios y el descuido de los entes reguladores del Patrimonio son inminentes. Siempre hay una disputa constante entre propietarios y estos entes que se atribuyen la responsabilidad para la salvaguarda, desde el punto de vista más difícil de dirimir, el económico. Debido a circunstancias como la que se esbozó anteriormente, se presentan situaciones que para los cineastas pueden verse desde un punto de vista jocoso, como en el film Colombiano “La Estrategia del Caracol” , en el que se muestra fielmente un escenario en el que el inmueble que perteneció a una familia prestante en Bogotá, pasa a ser abandonado y ocupado por habitantes de la calle, quienes literalmente se lo van llevando a pedazos por razones de su cosmogonía y peculiar sentido de pertenencia. Casos como éste hay muchísimos en el país, son el pan de cada día en el cotidiano vivir de nuestro patrimonio arquitectónico olvidado. En este sentido con el patrimonio arquitectónico sucede lo mismo que con los otros componentes del amplio concepto de patrimonio, nos acostumbramos tanto a ver y a escuchar nuestro patrimonio, que hacemos caso omiso a su desmoronamiento u olvido.
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De acuerdo a las anteriores consideraciones se pretende entonces dar una mirada rápida a estos aspectos en los barrios de estilo ingles en la ciudad de Bogotá, como tema central de esta ponencia y que constituyen un ejemplo fehaciente de los cambios y riesgo constante a los que esta expuesto el patrimonio arquitectónico, a partir de las transformaciones urbanas y el accionar cotidiano de los habitantes.
LOS BARRIOS DE ESTILO INGLÉS EN BOGOTÁ Bogotá, geográfica e históricamente reconocida como epicentro de tendencias, estilos y propuestas artísticas, como impulsadora de vanguardias y nuevas creaciones; desarrollada, avanzada, pero también caótica, recopilada, dinámica, dramática; suma de ideologías. Capital colombiana. Adjetivos, resultado latente de una ciudad de más de 450 años de edad, que no pueden ser menos que la descripción acertada de casi cinco siglos de arquitectura. Bogotá se presenta como el entorno más cosmopolita del territorio nacional e incluso en lo regional. Ciertamente el crecimiento y desarrollo de un conglomerado cultural es la suma de muchos factores, internos y externos, en lo social y lo individual; crecimiento que en el
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caso de Bogotá ha sido enmarcado por la influencia directa del primer mundo, de países industrializados y de tradición, profundamente explorada. Es una reflexión profunda que debemos hacer, sin embargo este aspecto es sólo la antesala de posteriores acontecimientos que generarían en Bogotá la aparición de barrios de estilo Inglés como lo son Quinta Camacho, Teusaquillo o La Merced, por mencionar algunos. Por cada Casa Real en Inglaterra, se estableció un estilo arquitectónico diferente. Pero es realmente la Casa Real de Los Tudor, en el siglo XVI, la que consolidó la arquitectura inglesa y la impulsó para ser reconocida en el ámbito europeo y mundial. La arquitectura de ese entonces se pensó orientada a lo secular y no a lo eclesiástico; el trasfondo de esta particularidad no es más que el de la figura de Enrique VIII y su reforma a la Iglesia. Las características del estilo Tudor se encuentran por doquier en el modelo “copiado” de dicha corriente por los bogotanos de la década del 30 hacia atrás, tales como los arcos Tudor, las chimeneas que se establecieron arquitectónicamente, como un ornamento casi obligado en el estilo, además del uso de ladrillo en exteriores y la disposición de éstos en entramados como el de “espina de pescado”, que le daban un carácter
diferente a las fachadas y rompían la monotonía del uso del material, y que además trajo como consecuencia el desarrollo de mamposteros expertos en la ciudad. Complementando lo anterior las pendientes levantadas en las cubiertas también generaban características particulares diferenciadoras del estilo en la Bogotá de esa época. Estas implementaciones eran copiadas muchas veces por fotos y postales provenientes de Inglaterra, que daban estatus y distinción a las familias que las empleaban para la construcción de su casa. La implantación de la arquitectura inglesa en Bogotá, va más allá de una simulación “snob”, es también la representación de una contracorriente española y de los estilos anteriores. Pues bien ese es en esencia un panorama de la implementación del estilo en Bogotá, sin embargo el tema que nos ocupa que es el de la transformación de estos barrios se centra mas en la situación actual de éstos y pone de manifiesto las dinámicas que a lo largo de varias décadas han convertido estos sectores en zonas predominantemente comerciales con un bajo porcentaje de usos habitacionales que se han especializado incluso en vivienda estudiantil por la cercanía de algunas universidades sobre todo en las proximidades a Chapinero. Los cambios han sido significativos a través del tiempo y en la medida en que las transformaciones urbanas se van dando,
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se pierden cada vez más las características del estilo que se mencionaron anteriormente; vemos entonces como cada edificación va sufriendo cambios en algunos casos paulatinos, pero en otros muy drásticos y en corto tiempo. Dichos cambios se evidencian en acciones como la evolución de tejados reemplazados por materiales más modernos, la pintura de los ladrillos en algunas fachadas, la apertura de puertas para locales comerciales, la aparición de elementos arquitectónicos tales como rejas, marquesinas y otra serie de transformaciones en fachada, sin contar las transformaciones inimaginables en los pisos originales, los techos y los elementos en madera al interior de estas edificaciones. A esto hay que sumar las transformaciones en los barrios, dadas por la ruina de algunas de estas edificaciones de estilo que se descuidaron antes de que entraran en vigencia en Colombia las disposiciones de la UNESCO para la salvaguarda del Patrimonio Arquitectónico, extraídas de la Convención de Granada de 1.985 y otras consideraciones anteriores, que si bien ayudan al proceso de conservación de inmuebles patrimoniales, no alcanzan a contrarrestar la acción cotidiana y la desidia de la población que reside y vivencia éstos.
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CONCLUSIONES A pesar de la visión actual sobre la preservación del patrimonio arquitectónico y los esfuerzos por salvaguardar edificaciones pertenecientes a una época y estilo particular, apreciación cargada de un alto contenido romántico por supuesto, es inminente la transformación de sectores en la ciudad a partir de la transformación individual de edificio por edificio en el cambio cotidiano e incesante de la ciudad. Si bien hemos visto que los sectores cambian de acuerdo a las lógicas de la urbe, la transformación de las arquitecturas esta más supeditada a los cambios de actividad concreta en las edificaciones, esto es, que con el tiempo, y aun cuando se ejerzan acciones concretas para la preservación de inmuebles de carácter patrimonial, el uso que se le da a estas edificaciones va cambiando de acuerdo a la voluntad de sus propietarios o a las exigencias del momento en el sector. No es extraño ver como edificaciones que pudieron empezar su historia de existencia arquitectónica siendo dedicadas al culto religioso, terminan siendo utilizadas como establecimientos de comercio, o en el caso de la reedificación de lotes en sectores de la ciudad donde coexisten edificaciones de carácter patrimonial, en cuyo caso se erigen edificaciones sobre los cimientos de otras. Un ejemplo de estos casos es el del hotel Santa Clara en la ciudad
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de Cartagena de Indias, que inició su historia como inmueble en 1.621, siendo primero un convento de la comunidad religiosa de las Clarisas, pasando luego a tener diversos usos entre los que se cuentan orfanato o anfiteatro entre otros, y actualmente como hotel de gran lujo. Son estas transformaciones puntuales las que ineludiblemente afectan la preservación de edificaciones y de sectores completos de la ciudad con características de patrimonio. Aun cuando las transformaciones sean intervenidas por los entes que regulan el patrimonio en nuestro país, los mismos procesos de restauración de inmuebles no garantizan su integral conservación y mucho menos la preservación de sectores patrimoniales en originales condiciones, en razón de los cambios de uso a que se ven sometidos los inmuebles y a las adaptaciones de acuerdo a las necesidades de la época. El asunto es más grave cuando se presentan situaciones en las que sólo se conservan las fachadas y al interior se transfiguran completamente los edificios, de manera que sólo evidenciamos características estilísticas en la medida en que recorremos el sector, en algo que podríamos llamar una “publicidad engañosa del patrimonio”. Persistentemente nos preguntaremos que le aguarda a las futuras generaciones, pero invariablemente la respuesta será incierta y siempre estará influenciada por factores políticos, económicos, pero por sobre todo de índole social, porque aunque la UNESCO como ente internacional y otros entes nacionales
y locales se esfuercen por la preservación de nuestro patrimonio, los propietarios de los inmuebles y las exigencias del momento serán factor decisivo en la inevitable transformación del Patrimonio Arquitectónico de la ciudad. Siempre veremos ofrecimientos en clasificados de prensa como este: “Casa estilo inglés, no es de conservación, calle 65 cra. 18. área lote: 176m2, construcción: 219m2, 1 garaje cubierto, 2 descubiertos, calle tranquila. cita previa”, en los que incluso se aclara a los posibles inquilinos o compradores que no es de conservación, porque debido a la necesidad de hacer adecuaciones dependiendo del uso que se quiera dar al inmueble, es un inconveniente el hecho de que éste sea de conservación. A pesar de esto la favorabilidad de sectores para el establecimiento de comercios específicos que requieren localizarse en zonas económicas emergentes de la ciudad, dejan de lado estas restricciones y terminan estableciéndose y transformando edificación por edificación y como consecuencia, sectores completos de carácter patrimonial. Es evidente que existen hoy en día entes que regulan el patrimonio en la mayoría de las municipalidades colombianas, sin embargo es urgente definir legislaciones más fuertes para la salvaguarda y más entes en municipios en los que no existen entre sus oficinas de control. Este aspecto se evidencia en municipios pequeños del territorio nacional que pueden tener
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características de centros fundacionales que se están perdiendo por la indiferencia de sus gobernantes y la ignorancia de sus propios habitantes. Por estas razones es necesario tomar acciones pertinentes y concretas en todo el país, municipio por municipio en una acción que internacionalmente se plantea que es la de patrimonializar sectores que pueden incluso verse más allá del patrimonio arquitectónico que quizá sea lo más tangible, potenciando aspectos que están más “de moda” en el contexto mundial, como lo son manifestaciones dentro de lo que se conoce como el Patrimonio Natural Intangible, ejemplo de esto podría ser en Colombia el paisaje cultural del eje cafetero, u otros casos a nivel mundial que se consideran dentro del llamado “Criterio (vi)” como el campo de concentración y exterminio de la Alemania Nazi en Auschwitz, o el monumento a la paz de Hiroshima en Japón; esto ha hecho que últimamente se de otra connotación a la valoración del patrimonio, centrando la importancia en contextos más singulares dentro de las ciudades, concluyendo que la importancia patrimonial no radica sólo y específicamente en el estilo o estilos de las arquitecturas que conformen dichos contextos, sino en que estos conglomerados o contextos eventualmente hagan parte fundamental e inequívoca de la memoria colectiva.
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FOTOGRAFÍA ANA MARIA G A LV I S G U E R R E R O
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FOTOGRAFÍA JHONNY VARGAS
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PATRIMONIO FÍLMICO PELÍCULAS RESTAURADAS DEL PATRIMONIO AUDIOVISUAL (1915-1965)
MAURICIO LAURENS La Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano, creada en 1986, tiene como funciones principales la custodia, restauración y preservación del acervo audiovisual colombiano de imágenes en movimiento. Dos instituciones públicas y tres entidades privadas fueron sus socios fundadores: el Ministerio de Comunicaciones --a través del entonces existente Focine--, el Instituto Distrital de Cultura y Turismo que cambió de razón social, el Cine-Club de Colombia –presidido por el crítico e historiador Hernando Salcedo Silva--, Cine Colombia y la Fundación Rómulo Lara. Veinticinco años después difunde sus resultados con cintas debidamente restauradas, que contribuyen a crear memoria e identidad para hacer posible acceder y visualizar en soporte de 35mm., o por medios digitales, aquellos bienes cinematográficos considerados como “de interés cultural de la Nación”.
Testimonios históricos y manifestaciones de nuestra idiosincrasia en películas documentales y argumentales de varios formatos cinematográficos, anteriores a 1950 y en soportes auto inflamables de nitrato de celulosa, que requirieron ser transferidos --fotograma por fotograma-- a materiales menos peligrosos y más duraderos tales como acetatos clásicos y otros medios digitales modernos. Sus políticas y normas técnicas se han sometido a las indicaciones de la Federación Internacional de Archivos Fílmicos (FIAP). En alguno de sus apartes, dice: “Realizar la pesquisa y acopio de las obras y registros audiovisuales nacionales para conformar un inventario histórico desde sus orígenes a la actualidad”. Cabe anotar que el Archivo Nacional Audiovisual se construye en predios cedidos por Radio Televisión Nacional de Colombia.
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LARGOMETRAJES MUDOS BAJO EL CIELO ANTIOQUEÑO (ARTURO ACEVEDO VALLARINO, 1925). 124 MIN. Melodrama costumbrista con énfasis en los valores tradicionales antioqueños. Producción de Compañía Filmadora de Medellín (Gonzalo Mejía) y dirección fotográfica de Gonzalo Acevedo Bernal. Intervienen damas y cabellos de la alta sociedad medellinense, encabezados por Alicia Arango de Mejía y Gonzalo Mejía Trujillo. Primera pieza restaurada en Colombia (1999), gracias al apoyo de las filmotecas de México y Venezuela; acompañada de música nacionalista y de fusión compuesta por Francisco Zumaqué. No obstante su larga duración, un rollo de la última parte se estropeó y no fue posible recuperarlo.
Fragmentos de las primeras películas argumentales o de ficción: LA TRAGEDIA DEL SILENCIO (ARTURO ACEVEDO VALLARINO, 1924). 26 MIN. Producida por Casa Cinematográfica de Colombia y estrenada en el Teatro Faenza el 20 de julio del mismo año. Primitivo melodrama bogotano que revela el desespero de quien cree haber adquirido una penosa enfermedad, abandona el hogar y su joven esposa es cortejada por un estudiante. Todo se soluciona cuando el laboratorio reconoce haberse equivocado. Para destacar: el discreto comportamiento de los caballeros y el exagerado histrionismo de las damas.
ALMA PROVINCIANA (FÉLIX JOAQUÍN RODRÍGUEZ, 1926). 126 MIN.
MADRE (SAMUEL VELÁSQUEZ, 1924). 21 MIN.
Fotografía y edición de él mismo, con producción de Félix Mark Film. Versión en imágenes ‘blanco y negro’ a partir de su novela folletinesca Con el nombre de Isabel en los labios. Filmada en el centro capitalino y en páramos y haciendas de Santander. Preservada y restaurada en su totalidad, gracias a la copia única en nitrato que doña Clementina Pedraza de Rodríguez guardó celosamente durante cincuenta años. Música compuesta por el maestro Óscar Acevedo en la versión completa del año 2001.
Primera exhibición en los teatros Faenza y Olympia de Bogotá, el 10 de marzo de 1924. Ambientación campesina, con una historia de amor protagonizada por arrieros y pequeños propietarios de extracción presuntamente popular.
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FOTOGRAFÍA PA O L A S O P O
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Trilogía de Pedro Moreno Garzón y Vincenzo Di Doménico. (1924-26). Di Doménico se acredita como director de fotografía, edición y escenografía. Planos bien encuadrados y cuidadosa dirección de arte en exteriores de calles, parques y solares que armonizan con los paisajes sabaneros. Las tres cintas, protagonizadas por Roberto Estrada Vergara, fueron producidas por la Sociedad Industrial Cinematográfica Latinoamericana (SICLA). AURA O LAS VIOLETAS (1924). 18 MIN. Basada en la novela homónima del escandaloso José María Vargas Vila. Llegada de Bogotá de un joven estudiante y reencuentro con la madre y las hermanas; matrimonio por interés de Aura con un rico hacendado; visita al jardín de las violetas y cruce de miradas desde la platea al palco; reencuentro de los antiguos enamorados y carta explicativa del no. COMO LOS MUERTOS (1925). 12 MIN. Basada en la pieza teatral homónima de Antonio Álvarez Lleras. Melodrama de salón, en donde desapareció la protagonista femenina Matilde Palau. Estrenada en el legendario
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Salón Olympia --propiedad de la familia Di Doménico--. En los escasos minutos preservados, se suceden dos escenas con sus respectivas anécdotas: relato del padre de una joven leprosa que fue arrebatada por los gendarmes y conducida a Agua de Dios, y reencuentro con el viejo tío hacendado quien narra la historia del poeta melancólico de la familia cuya muerte inesperada sigue siendo un misterio. EL AMOR, EL DEBER Y EL CRIMEN (1926). 28 MIN. Debuta en nuestro medio la diva italiana Mara Meba. Ambiente urbano sofisticado, con bailes y comparsas del Carnaval Estudiantil, cartas de amor y el primer crimen callejero que registra nuestro cine según los cronistas de la época. Unas pocas tomas se repiten para relievar el auxilio a un hombre asaltado y postrado en su lecho de muerte. GARRAS DE ORO (P.P. JAMBRINA, 1926). 56 MIN. El seudónimo corresponde al intelectual caleño Alfonso Martínez Velasco. Alegoría política en torno a la desmembración de Panamá (“contra uno que despedazó a nuestro escudo y abatió nuestras águilas”). Segunda película restaurada por la Fundación Patrimonio Fílmico, con los auspicios del Museo de Arte Moderno de Nueva York y el Instituto Goethe de México.
PATRIMONIO FÍLMICO
MARÍA (MÁXIMO CALVO Y ALFREDO DEL DIESTRO, 1921). SÓLO EXISTEN 25 SEGUNDOS. ¿Qué ha pasado con el largometraje más antiguo y legendario filmado en el país? Apenas se pueden ver unos escasos fotogramas, cuando el jinete Efraín atraviesa el río Cauca a caballo. A partir de lecturas de la novela inmortal de Jorge Isaacs, en los sitios originales de la hacienda El Paraíso, los cineastas Jorge Nieto y Luis Ospina realizaron en 1985 una graciosa investigación de naturaleza histórico-literaria titulada En busca de María.
ARCHIVO ACEVEDO / NOTICIERO NACIONAL Colección histórica y cinematográfica de Acevedo e Hijos. Sección de Cultura Popular bajo la dirección de Gonzalo y Álvaro Acevedo Bernal, conjuntamente con Luis David Peña. Se conservan 17 min. 50 seg. Entre muchos extractos, aparecen: el colegio León XIII de los padres salesianos, una cena de gala con el presidente Eduardo Santos, la Beneficencia de Cundinamarca, los hospitales de Sibaté y San Juan de Dios, el centenario de la muerte del Libertador Bolívar en Santa Marta (y Maracay), los presidentes de Venezuela y Colombia (excelentísimos José Vicente Gómez y Enrique Olaya Herrera).
COLOMBIA VICTORIOSA (ÁLVARO Y GONZALO ACEVEDO, 1933). 90 MIN. En guerra fronteriza con el Perú, tropas nacionales comandadas por el General Vásquez Cobo. Filmada entre septiembre de 1932 y junio del año siguiente. APOTEOSIS DE OLAYA HERRERA (ACEVEDO E HIJOS, 1934). 8MIN. 48 SEG. Parte del largometraje sonorizado e inconcluso Olaya Herrera y Eduardo Santos o De la cuna al sepulcro. Estrenado en Guateque (su lugar natal), dos meses después de la muerte del expresidente. Igualmente contiene apariciones y discursos durante la campaña presidencial de Eduardo Santos. Otros títulos de alcances históricos: Funerales de Olaya Herrera (1937), Proclamación de la candidatura liberal de Jorge Eliécer Gaitán –incluye marcha de antorchas para protestar por la violencia en los campos--, El regreso del exilio del doctor Laureano Gómez (1944, 6 min.), y Viaje a Estados Unidos y regreso del presidente Mariano Ospina Pérez (1946, 11 min.). Algunos cortos institucionales: Construcción del Nuevo Acueducto de Bogotá (1934-38), Coltabaco (1934-41), Ferrocarriles Nacionales (1936), Despedida de Gardel (en el aeropuerto de Techo), Escuela de Cadetes (en Cartagena, 1945) y Creación de la Flota Mercante Grancolombiana (1949).
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DOCUMENTALES
MANIZALES CITY (FÉLIX RESTREPO, 1925). SE CONSERVAN 52 MIN.
DE BARRANQUILLA A CARTAGENA (FLORO MANCO, 1913-16).
Producida por Manizales Film Company para conmemorar los 75 años de su fundación. Plaza de mercado, calles comerciales, sedes bancarias y suntuosa arquitectura republicana – Palacio municipal, Banco de Caldas y del Ruiz, corrida de toros, desfiles de coches de la época, carrozas y comparsas--. El 3 de julio de 1925, un pavoroso incendio destruyó parte del centro histórico.
Primer largometraje documental del cual “no se conserva ningún elemento”. El italiano Manco, pionero del cine, en Barranquilla (Puerta de Oro) y Colombia. LA FIESTA DEL CORPUS (BOGOTÁ, 1915). 114 SEG.
GENERAL JORGE HOLGUÍN (FÉLIX JOAQUÍN RODRÍGUEZ, 1926). 9 MIN. 15 SEG.
Niños de colegio y banda militar bajando el atrio de la Catedral, con dos portaestandartes: Guillermo Uribe Holguín y José Joaquín Casas.
El niño Francisco Vargas Holguín y su caballo. Noble familia, hacienda señorial.
EL DRAMA DEL 15 DE OCTUBRE (VINCENZO DI DOMÉNICO, 1915).
EXPEDICIÓN AL CAQUETÁ (CESAR URIBE PIEDRAHITA, 1930-31). 7 MIN.
No se conserva un solo fotograma. Su reconstrucción se hizo a un año del magnicidio de Rafael Uribe Uribe.
Dirigida, producida, fotografiada y editada por el médico Uribe Piedrahita de Popayán. Canoa con motor fuera de borda en los ríos Orteguaza y Caquetá; indígenas de la etnia Coreguaje; ambientes ribereños y moderna hacienda ganadera, que años después se transformaría en Larandia –hoy base militar--.
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PATRIMONIO FÍLMICO
LA HUERTA CASERA (AGRÓNOMO JOSÉ INFANTE, 1947). 11 MIN. Producción ejecutiva: Marco Tulio Lizarazo, con el Departamento Nacional de Agricultura del Ministerio de Economía. Presentado y narrado por la primera dama Berta Hernández de Ospina, con los ex presidentes Laureano Gómez –manguera en mano-- y Alberto Lleras Camargo –cultivo de verduras en su casa campestre de Chía--. PÁRAMO DE CUMANDAY (GABRIELA SAMPER, 1965). 22 MIN. Espacio auspiciado por una empresa petrolera (Intercol) y fotografía a color de Ray Witlin. Esta mítica investigadora fusiona el documental naturalista con la representación de un espanto, que acecha sobre la recua de mulas en uno de los parajes altos de la Cordillera Central. Concuerda su relato en off con la brumosa y fría atmósfera de primeros planos de frailejones y panorámicas generales del tan característico paisaje andino. Otros pioneros que aportaron al nacimiento del cine nacional:
Oswaldo Duperly Angueyra, los hermanos Jorge y Leopoldo Crane, el fotógrafo suizo Hans Brückner y el sonidista de origen alemán Carlos Schroeder quien trabajó al lado de los Acevedo.
PRIMERAS CINTAS SONORAS LOS PRIMEROS ENSAYOS DEL CINE PARLANTE NACIONAL (1937) Gonzalo Acevedo Bernal presenta su nacimiento frente a la cámara, muestra los equipos que han contribuido a la consolidación de una industria nacional. También se hace notar el técnico colombo-alemán Carlos Schroeder. PEREIRA ES LA QUE INVITA A SU GRAN CARNAVAL DE 1936 (DEL 26 DE DICIEMBRE AL PRIMERO DE ENERO). 5 MIN. 53 SEG. Primer cortometraje documental sonoro y musical, en blanco y negro, a 24 cuadros por segundo. Producido por la Casa Filmadora Venus (de Medellín), un material promocional por encargo de incuestionable valor histórico. Lamentar que Nido de cóndores, filmada en Pereira 1926, desapareció para siempre.
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FLORES DEL VALLE (MÁXIMO CALVO, 1941). 67 MIN.
ANTONIA SANTOS (MIGUEL JOSEPH Y GABRIEL MARTÍNEZ, 1944). 45 SEG.
Primer largometraje argumental con sonido --catorce años después de El cantor de jazz--, y segunda película del español Máximo Calvo (codirector de María). Comedia musical costumbrista. Canciones románticas, bambucos y bailes típicos protagonizados por una niña del campo que viaja a Cali y debuta en sociedad. Los cronistas de la época se refieren a otros dos proyectos inconclusos que le preceden: Al son de las guitarras y Bambuco y corazones. Sólo se conservan 45 segundos, o aproximadamente mil fotogramas.
Único registro del celuloide nacional con temática biográfica y patriótica.
ALLÁ EN EL TRAPICHE (ROBERTO SAA SILVA, 1943). 28 MIN. Comedia musical romántica. Con la actuación protagónica de Lily Álvarez y música del maestro Emilio Murillo (canciones El trapiche, El guatecano y Dos corazones). GOLPE DE GRACIA (EMILIO ÁLVAREZ CORREA Y OSWALDO DUPERLY ANGUEIRA, 1944). 90 MIN. Comedia musical de ambiente radial, en Cali.
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SENDERO DE LUZ (EMILIO ÁLVAREZ SIERRA, 1945). Significo el fracaso comercial y la quiebra definitiva de Ducrane (Duperly-Crane) Films. A partir de la Ley 9ª de 1942 promulgada por el presidente Alfonso López Pumarejo, fue filmada en los studios de una finca de Sasaima (Cundinamarca). “Película de genuino ambiente patrio, de argumento movido e intenso, con escenas de amor, celos, odios y venganza” –según la publicidad de la época--. EL SERENO DE BOGOTÁ (GABRIEL MARTÍNEZ, 1945). 60 MIN. Relato trágico y romántico basado en la novela de José Neira. Vigilante nocturno le narra sus miserias y fracasos sentimentales a un caballero trasnochado. Con aires primitivos e ininteligibles, tantas desventuras desatan el humor en los espectadores.
PATRIMONIO FÍLMICO
LA GRAN OBSESIÓN (GUILLERMO RIBÓN ALBA, 1955).
AÑOS SESENTA
Primer largometraje nacional a color, rodado en locaciones de Cali y algunas poblaciones vallecaucanas. Con la participación de Carlos Julio Ramírez.
RAPSODIA EN BOGOTÁ (JOSÉ MARÍA ARZUAGA, 1963). 24 MIN.
EL MILAGRO DE SAL (LUIS MOYA, 1958). 105 MIN. Drama social de implicaciones sentimentales. Filmada en las minas de sal de Zipaquirá (Cundinamarca), con la rigurosa descripción del peligro constante que acecha a los mineros sepultados a decenas de metros de profundidad. Paralelamente brota una tragedia pasional que enfrentará a sus implicados en una serie de ansiosas esperas y rivalidades. Protagonizada por el artista plástico David Manzur, acompañado del periodista Julio E. Sánchez Vanegas y el dramaturgo Bernardo Romero Lozano –entre otros--.
Corresponde a la célebre composición de George Gershwin titulada Raphsody in Blue, en contrapunteo con algunos fragmentos musicales extraídos de la banda sonora de Un americano en París. Documental panorámico cuya estructura circular cubre las diversas actividades capitalinas del amanecer a una vida nocturna prolija en grilles RAÍCES DE PIEDRA (JOSÉ MARÍA ARZUAGA, 1963). 79 MIN. Drama social en el suroccidente de Bogotá, con las dificultades cotidianas y las premuras en el tiempo cuando su protagonista –labriego y albañil-- debe acudir al centro en busca de una droga para salvarle la vida a su madre. Ejempló único de la herencia límpida y transparente del neorrealismo italiano de posguerra --quince años después--.
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PATRIMONIO FÍLMICO
EL RÍO DE LAS TUMBAS (JULIO LUZARDO, 1965). 87 MIN. Producción de Héctor Echeverri Correa, con fotografía del brasileño Helio Silva. Clásico por excelencia del cine colombiano referido al período de dictadura militar, violencia rural y comienzos del Frente Nacional. Principal exponente de la estética narrativa de tierra caliente, en años marcados por el sectarismo político. Filmada en Villavieja (Huila), posee uno de los mejores comienzos del viejo cine colombiano –cacería humana y persecución en los rastrojos del desierto de La Tatacoa--. Sus arquetípicos personajes: alcalde perezoso, cura párroco, cabo soñoliento, loco borrachín, bandolero matón y bobo del pueblo. Su tema central: la irrupción de la violencia en un pueblo donde aparentemente no pasaba nada y todos hacían la siesta o estaban de fiesta. Destacables las actuaciones de auténticos talentos de nuestro teatro: Santiago García, Carlos José Reyes, Carlos Perozzo y Carlos Duplat.
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BIBLIOGRAFÍA Historia del Cine Colombiano. Hernando Martínez Pardo (1978). Crónicas de cine (1897-1950). Hernando Salcedo Silva (1981). El vaivén de las películas colombianas. Mauricio Laurens (1988). En tiempos del Olympia. Jorge Nieto y Diego Rojas (1992). Documentales Colombianos (1915-1950). Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano Largometrajes colombianos en cine y video (1915-2004). Publicaciones periódicas de cine y video (2006). Colección Cine Silente Colombiano (2009). Colección 40/25 Joyas del Cine Colombiano (2011).
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PATRIMONIO LITERARIO EDUCACIÓN Y PATRIMONIO LITERARIO COMO BIEN MATERIAL
LUCÍA HERNÁNDEZ «Todos los usos de las palabras para todos» me parece un buen lema, tiene un bello sonido democrático. No para que todos seamos artistas, sino para que ninguno sea esclavo. Gianni Rodari en: Gramática de la fantasía
INTRODUCCIÓN Escribo desde el contexto de la Universidad, en la que confluye la diversidad propia de una sociedad como la bogotana. Esta perspectiva me ha llevado a ver el patrimonio literario como un bien común que tiene unas condiciones materiales, cuyo origen continuo está en los escenarios donde ejercitamos las habilidades para leer y escribir. La educación, en efecto, despierta el interés de indagar por lo pertinente, lo relevante para las personas, en la acción de cuidar ciertos bienes (y ciertos otros, no).
En tal sentido, la reflexión que propongo a continuación se inspira en la definición de patrimonio que plantea la investigadora Beatriz Santamarina. En sus palabras, el patrimonio es “lo que una sociedad considera suyo y de lo que echa mano para enfrentar sus problemas”. (Santamarina, 2005: 47-48). Se trata de una definición que puede enriquecer una consideración sobre el patrimonio literario, en la medida en que apela al sentido de proteger lo heredado en un presente específico, con sus condiciones materiales. ¿Por qué preservar y, para qué legar? A partir de estas inquietudes, el propósito de este escrito es explorar las razones por las cuales nuestra comprensión del patrimonio literario debería incluir las prácticas concretas de lectura y de escritura que se promueven desde la educación.
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PATRIMONIO LITERARIO
PANORAMA El Índice de Historia de la Literatura Colombiana, ihlc, proyecto de la Universidad de Antioquia, define el patrimonio literario en los siguientes términos: Se entiende por patrimonio literario la creación literaria, la crítica y la investigación, las traducciones de escritores, el legado etnoliterario y la tradición oral, como también las producciones relacionadas con el tema, divulgadas en formatos diferentes al impreso. Por sector literario, los actores del campo literario, autores, lectores, docentes, investigadores, editores y gestores, que hacen la vida literaria de un país y promueven su circulación en las diversas esferas y espacios de recepción en los que se producen las diversas formas del intercambio del signo literario; las entidades que de una u otra manera se relacionan con el desarrollo del sector: las bibliotecas, la academia, las editoriales, las instituciones culturales; los concursos literarios y talleres de escritores; los medios de divulgación de la literatura y de la crítica, especializados o abiertos al público en general, entre otros. (ihlc, 2012). La noción de patrimonio connota la idea de recuperar, de proteger. Según el planteamiento del ihlc , estas acciones involucran no solo las producciones lingüísticas, sino también
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el trabajo de quienes conforman el sector y las instituciones que hacen posible dicho trabajo, tanto en términos de producción o creación, como de circulación. Estos aspectos, como iremos desglosando, nos permiten comprender en qué sentido el patrimonio literario es un bien material, en la medida en que su existencia se concreta en disposiciones institucionales que encauzan recursos puntuales, en prácticas de resultados visibles y en agentes individuales que trabajan solos y en equipo. La definición del ihlc es un aporte a la abstracta consideración de la unesco 1 sobre bienes culturales. Al respecto, es de resaltar que los lineamientos para definir y regular el patrimonio a preservar son un interés reciente de las sociedades, de común acuerdo con una alianza de Estados. En esta tendencia, los gobiernos destinan recursos públicos según postulados oficiales sobre los criterios para determinar cuáles serán los bienes patrimoniales. Tales criterios, sin embargo, no suelen nacer de lo que efectivamente los ciudadanos reconocen como suyo, de manera que el uso real que se le da a los recursos 1 La unesco ha sido la encargada de marcar los lineamientos de la noción de patrimonio, cuyas primeras definiciones surgieron en la década de los 50. La convención más reciente en torno a tales lineamientos extiende la noción hasta los bienes inmateriales. Cf. Convención para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial, 2003.
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para preservación patrimonial, muchas veces va en una dirección distinta a la de prácticas por las cuales las personas se apropian de lo que su pasado en común les hereda. Este hecho nos muestra que, contrario a los preceptos jurídicos sobre el pasado, “la «patrimonialidad» no proviene de los objetos, sino de los sujetos, y el proceso de patrimonialización es un proceso de construcción de la memoria colectiva.” (Tugores, 2006: 19). Puesto que la Nación se compone de individuos reales, no de figuras abstractas como la de ‘pueblo’, es a ellos mismos a quienes concierne la memoria que comparten al vivir en sociedad y el legado que deciden perpetuar, a partir de las condiciones de su entorno inmediato. A partir de esta idea, entendemos que hay dos ámbitos que son propios del llamado patrimonio literario. Uno es el de la literatura, que nos remite a la tradición del canon. Lo abordaremos a partir de algunos planteamientos del teórico literario Harold Bloom. Otro, es el de la pericia en el uso de la lengua materna, que abordaremos más adelante desde la perspectiva de la educación.
EL CANON: INUTILIDAD SOCIAL DE LA LITERATURA El acervo de la literatura universal no solo implica las obras valiosas que han producido el ingenio y la disciplina individuales, sino también los destinos, en términos de circulación y de investigación, a que han sido conducidas dichas obras. Para alcanzar un lugar en la historia de la literatura, no habría bastado, por ejemplo, la dedicación de Gabriel García Márquez a la elaboración rigurosa de sus novelas, si nadie hubiera hecho el trabajo de editar sus escritos, estudiarlos y escribir sobre ellos. Y, aun con esta labor realizada, la obra del Nobel tampoco lo habría sido, si nadie la hubiera leído: si no circularan los libros, en librerías (incluso de segunda, a mejores precios, o hasta en Internet, en algunos casos), en diversas bibliotecas o, si no se leyera a García Márquez en las aulas de clase por las que pasan los doctores, los obreros, los padres de familia. Las narraciones de García Márquez, en primer lugar, registran una idiosincrasia propia de la región Caribe y hechos históricos que son parte del pasado compartido por los colombianos2. 2 La noción de patrimonio inmaterial trasciende las convenciones fronterizas y, hoy por hoy, se habla de los patrimonios de la humanidad.
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De ahí, su vínculo con la memoria colectiva y el interés que puede tener como documento. Pero dichas narraciones deben su lugar en el canon de la Literatura Universal más bien al virtuosismo con el que están escritas. “Uno solo irrumpe en el canon por fuerza estética, que se compone primordialmente de la siguiente amalgama: dominio del lenguaje metafórico, originalidad, poder cognitivo, sabiduría y exuberancia en la dicción.” (Bloom, 2005: 40).
de Chaucer o de Rabelais, consiste en contribuir al crecimiento de nuestro yo interior. Leer a fondo el canon no nos hará mejores o peores personas, ciudadanos más útiles o dañinos. El diálogo de la mente consigo misma no es primordialmente una realidad social. Lo único que el canon occidental puede provocar es que utilicemos adecuadamente nuestra soledad, esa soledad que, en su forma última, no es sino la confrontación con nuestra propia mortalidad.” (Bloom, 2005: 40. Cursivas mías).
En este sentido, el trabajo de quien escribe con particular ingenio es digno de ser considerado un bien común, pues lega a los lectores por venir un saber universal, que habla de inquietudes elementales como la muerte o el amor. Lega, así mismo, una muestra de las infinitas potencias creadoras de la palabra. Ambas cosas serán útiles para quienes, a su vez, decidan crear sus propias historias escritas, pues sin la inspiración de antecesores, nadie escribe. Y, serán de utilidad, también, para quienes hallen placer en las horas de lectura. Al respecto, Bloom continúa:
Desde esta perspectiva, la literatura incide en la vida espiritual de las personas, pues en la actividad solitaria del leer entablamos un diálogo con autores lejanos, en el tiempo y en las geografías, que han escrito sobre los temas que desde siempre han perturbado a los humanos, como la desazón provocada por la finitud y la certidumbre de la muerte. Dichos autores han llegado hasta nosotros, por el trabajo obstinado que los ha llevado a escribir con sagacidad, por el diálogo que ellos mismos han tenido con sus predecesores y con su presente.
La recepción de la fuerza estética nos permite aprender a hablar de nosotros mismos y a soportarnos. La verdadera utilidad de Shakespeare o de Cervantes, de Homero o de Dante, Esta amplitud aporta a la riqueza cultural de las personas mucho más de lo que pueden hacerlo los discursos sobre la identidad nacional.
Así, en este encuentro entre individuos que dedican sus horas solitarias a leer lo que otros han escrito, también de manera solitaria, se despiertan reflexiones que los hacen mirar su propia vida de un modo distinto, y comprender la complejidad de lo real desde ángulos diversos y ampliados. En tal sentido, la literatura no es útil a la sociedad: no modifica nuestro desempeño como ciudadanos ni reduce los índices de pobreza.
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Pero sí es una alternativa para que las personas nutran sus tiempos de soledad. Cuando leemos escritos virtuosos, al tiempo que nuestra sensibilidad se ve afectada, nuestras competencias lectoras se ven favorecidas. La literatura, en efecto, es determinante en el desarrollo de niveles eficaces de comprensión lectora, que son, en sí mismos, un bien que es deseable preservar y promover.
UTILIDAD INDIVIDUAL EN EL LEER Y EL ESCRIBIR DE UN MODO HÁBIL Las dinámicas de libre publicación y circulación solidaria del conocimiento en Internet nos recuerdan que “la totalidad de los rasgos culturales son potencialmente portadores de patrimonio” (Santamarina, 2005: 38), porque en la red circulan los contenidos que millones de personas se empeñan en preservar para que otros accedan a ellos y que, en efecto se perpetúan en la continua consulta y revisión por parte de los receptores. Las posibilidades de autoría que conocen los nativos digitales (y que hemos ido aprendiendo quienes no lo somos), confieren a los ciudadanos un nuevo poder sobre el saber comunitario; sobre las técnicas, los códigos, las creencias y las prácticas
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que, en sentido estricto, constituyen el bien común que queremos preservar y enriquecer para legar a otros, en la medida en que nos damos a la tarea de ejercerlo, consultarlo, usarlo, modificarlo y promoverlo. […] es necesario tener presente que también hemos pasado de una concepción estática y aproblemática del patrimonio, como un conjunto de objetos caracterizados por su estética, a una visión dinámica y problemática del mismo, definida a partir de su carácter social y donde interesan más los procesos de elaboración, circulación y asignación de significados. Esta nueva concepción ha permitido examinar los conflictos y negociaciones entre grupos y clases sociales, señalar los procesos de clasificación y legitimación de los recursos patrimoniales y poner de manifiesto cómo el patrimonio supone un ejercicio de distinción, o lo que es lo mismo cómo a través de él podemos observar mecanismos de exclusión o inclusión a partir de la jerarquización de ciertos valores. (Santamarina, 2005: 41). Tanto desde la perspectiva estatal, como desde la perspectiva del ejercicio ciudadano, la producción, la circulación y la preservación de los trabajos escritos tienen un carácter político. Pues, en ambos ámbitos se definen las ideas y las historias a ser conservadas, resguardadas a trazo de la acechanza de los totalitarismos. La esencia misma del escribir es la vocación de fijar las ideas, de imprimir la historia; de embalsamar
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con grafismos convencionales las historias susceptibles de escapar a la memoria de la gente, en ausencia de la narración oral como práctica extendida, o en ausencia de la propia memoria. Por eso ella, en sí misma, constituye desde que fue inventada, un bien del todo apreciable para cada cultura, ya que desde que existen tintas, imprentas (y editores y editoriales), plumas y pergaminos, la escritura es de por sí un acto de preservación. Así dice asumirlo el Estado moderno, al disponer la enseñanza de la lengua materna como una de las columnas en la formación del ciudadano promedio: ¿qué habilidades, disponen los gobernantes, han de ser desarrolladas en colegios y universidades? Y, ¿de qué maneras específicas creen los gobernantes, administradores de los recursos en común, se debe desarrollar el intelecto que preserve las ideas; de qué maneras concretas consiguen hacerlo sus decretos y leyes? Estas preguntas por la educación en cuanto escenario de circulación de muchas ideas escritas, regulado por un gobierno, ameritan una investigación continua que nos permita reflexionar sobre los fracasos y desaciertos de nuestro sistema educativo. Pero, dentro de los límites de este escrito, son preguntas que incitan a indagar por lo que las personas que se sienten parte de una comunidad, reconocen como suyo. Para las personas que tienen un título de bachiller y al menos uno profesional, así como para las personas que son parte de su entorno, ¿qué preservar y, para
qué? En las condiciones concretas con las que contamos los alfabetizados, ¿cómo vamos a preservar aquello que reconozcamos como nuestro? He pasado la mayor parte de mi vida en aulas de clase, en pupitres y en tableros. Allí he aprendido que las habilidades intelectuales son un legado, que se hace posible por el alcance real de un sistema educativo (masificado). Éste se sirve, en gran medida, de la disponibilidad de variados escritos propositivos. Mediante el estudio de estos textos, mediante la familiaridad con el pensamiento humano y la fascinación por los hallazgos, se espera que leer con perspicacia y saber escribir de manera clara y aguda, se constituyan en un bien material, heredado a partir de nuestra ejercitación con el registro escrito; un bien específico del que las personas puedan echar mano para solucionar sus problemas. Actualmente, en Colombia3, se establece para los colegios un promedio de seis horas semanales de clases de Español. La alfabetización, y el reconocimiento de los textos y autores más representativos del contexto social propio, inspiran un proyecto
3 La Ley 115 de febrero de 1994 dispone que el 80% del tiempo semanal de trabajo en aula durante toda la vida escolar, debe destinarse a las áreas obligatorias. Una de ellas es ‘Humanidades, lengua castellana e idiomas extranjeros’.
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de ciudadanía. Ésta se ejerce, desde la conformación de una esfera de lo público4, mediante la habilidad para reconocer los documentos públicos y para actuar, a partir de su comprensión. Desde que aparece la imprenta, documentos como los periódicos, los decretos, las leyes, los edictos, los libros, las revistas y los fanzines (hoy, también los foros), configuran un lugar de encuentro entre las personas. Éstas se ven convocadas allí, por asuntos que a todas les conciernen al vivir en comunidad, como los recursos destinados a educación y a patrimonio; la definición de las acciones delictivas; el cuidado de los ríos y páramos aledaños; las patentes de los medicamentos, o la distribución de las cosechas, entre muchos otros que se incluyen en lo que llamamos ‘público’.
4 Esta noción, en el pensamiento político moderno, es inaugurada por Habermas. Tal esfera tiene como función cuidar de lo público o, en otras palabras, discutir sobre los efectos del ejercicio del Estado, cuestión que concierne a todos los ciudadanos. El alcance político de esta definición se materializa, en palabras de Habermas, en la posibilidad de incidir en la decisiones jurídicas, por medio de la presión pública que está llamada a ejercer la esfera de lo común: “Solo cuando el ejercicio de la autoridad pública está, de hecho, subordinado al requisito del carácter público de la democracia, solo entonces la esfera pública adquiere una influencia institucional sobre el gobierno, a través del cuerpo legislativo”. (Cf. Habermas, 2002: 105).
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Debido a estos planteamientos, sostengo que saber leer y escribir y, saber hacerlo hábilmente, es un bien concreto, cuya apropiación por parte de las personas es deseable. Porque su capacidad de intervenir en la realidad, de actuar frente a las decisiones que otros toman e incidirán en su presente, se potencia con las habilidades de entender lo que se lee y de hacer circular las propias ideas, expresadas de un modo claro. Sin embargo, no hay curso, ni rápido ni prolongado, que le garantice a una persona un nivel competente de lecto -escritura, si esta persona, teniendo la voluntad de hacerlo, no puede dedicar suficientes horas para el desarrollo de la habilidad. Pues, para aprender a leer y a escribir bien, suficientes sólo son muchas horas: el conocimiento profundo de una lengua es una labor inagotable. Por estas razones, los programas de Educación superior en nuestro país, desde la autonomía curricular, acogen la continuidad en la formación lingüística de los futuros profesionales. Todos los programas universitarios cuentan al menos con una clase enfocada en la producción escrita y en la comprensión lectora. Así, luego del proceso orientado por los docentes y alimentado por el entorno vital de los niños y jóvenes, se esperaría que tal enfoque fuera un estímulo para profundizar en los laberintos del conocimiento y en la elaboración de las propias ideas.
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No obstante, el acto de leer y el acto de escribir son siempre una decisión individual. Ningún programa ni ninguna indicación pueden forzar en otro el impulso de estas actividades, cuya ejercitación es determinante para alcanzar un uso eficaz de la lengua escrita. Por eso, para la preservación del bien que es este conocimiento y este arte, es deseable que las personas encuentren motivaciones para animarse a escribir, y a leer (que es más difícil de querer). También es deseable, para tal fin, que la corrupción y la burocracia no absorban los recursos destinados a entornos educativos que, en toda la sociedad, favorezcan la producción y la circulación de las ideas. Reflexionando en la escritura como registro de la cultura de un pueblo, de una producción que puede favorecer su independencia, su autonomía, no deja uno de mirar con cierta malicia el mayor estímulo de algunos organismos internacionales e instituciones nacionales a la promoción de la lectura y a la investigación de la comprensión de ésta, en relación con el estímulo a la escritura en cuanto construcción de universos referenciales, emotivos y poéticos; no deja uno de encontrar en dicho estímulo la voluntad de mantener e incrementar la diferencia entre pueblos constructores y pueblos consumidores de conocimiento. (Arboleda, 1991: p. 9-10. Cursivas mías).
Desde esta perspectiva, podemos considerar incompleto el patrimonio literario de una cultura, si las herencias que nos deja la alfabetización se convierten en trabajo concluido, en piezas arrumadas de museo ruinoso. En otras palabras, los recursos destinados al cuidado de libros y documentos de interés histórico perderán trascendencia, si no inciden en las comunidades que mantienen viva una lengua. Esto, debido a la función social de la escritura, al ser vehículo de diálogo entre las personas; de conocimientos entre científicos e investigadores; de ideas entre seres humanos, y de argumentos entre ciudadanos. De ahí que en las sociedades sea tan importante el incentivo a la escritura, pues si escribir se convierte en labor del pasado, estaremos entregando al olvido los saberes y vivencias del presente. Escribir es, entonces, parte del patrimonio material cultural, porque las personas lo aprenden en aulas con condiciones específicas y en entornos reales; con obras tangibles a las que dedican horas de trabajo. Y escribir es un patrimonio también en el presente mismo, por lo que aporta a la vida de los individuos la experiencia estética de la palabra hecha para ser leída: una vivencia por definición solitaria y libre.
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FOTOGRAFÍA ANGELA MAS
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UNA IDEA AMPLIADA DEL PATRIMONIO LITERARIO Recibimos de nuestros antecesores, no solamente los frutos de su inteligencia y los temas que merecen ser discutidos, sino también las maneras de hacer que van marcando las tendencias estéticas en una sociedad. “Todo escritor, tanto hombre como mujer, enfrenta el problema de la autoridad textual o de la voz poética ya que, desde el momento en que empieza a escribir, establece relaciones de afiliación o de diferencia para con los ‘maestros’ del pasado”. (Franco, 2008: 29). Retomamos entonces la idea del canon literario como patrimonio, en la medida en que acudimos al ingenio de los autores favoritos para inspirar la propia escritura: si, en nuestro contexto específico, aprendemos a familiarizarnos con las páginas inmortales de la literatura, se potenciará entonces nuestro gozo estético con la palabra escrita. Así, el sentido de la preservación no está dado sólo por la existencia misma de las obras, sino, sobre todo, por el lugar que se les da en el presente: por los recursos que se destinan a su visibilidad y a su protección; por los fines a que obedecen tales recursos; por el tiempo invertido en ellas y por las personas
en quienes pueden incidir. Y, por supuesto, el sentido de preservación está dado también por los conocimientos con que cuenta una sociedad, y por las posibilidades y los deseos de sus miembros para ejercer dichos conocimientos, pues, si algo descubrimos mientras nos dura el asombro en la escuela, es que el conocimiento es acumulativo: que las buenas ideas son el primer bien común de los humanos. En tal sentido, los caminos puntuales que recorra la educación, en una sociedad como la colombiana, son parte de los intereses propios de un llamado patrimonio literario. A pesar de que en nuestro sistema educativo se dispone una buena cantidad de clases dedicadas a la lengua materna, la mayoría de ellas, sin embargo, no dan para disfrutar a Gabriel García Márquez o a Juan Rulfo, ni, mucho menos, para que su lectura despierte el interés en escribir. Las razones por las que esto ocurre son variadas y complejas; su consideración excede los alcances de este escrito, si bien es fácil intuir la incidencia de las exigencias burocráticas. Pero, al menos para quienes hemos pasado por la escuela básica, es evidente que hay una limitación cuando no se han desarrollado las habilidades para entender lo que se lee. La limitación comienza cuando dejamos de aprender el placer que puede despertar la lectura y se agudiza, en consecuencia, cuando nos hacemos torpes para expresar con claridad y
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corrección nuestras propias ideas. Por eso, es deseable producir y preservar formas de educación que den ánimo a la voluntad de escribir y que tengan éxito en el desarrollo de las competencias para hacerlo. Recapitulando, este saber que emerge en la educación es heredable, porque saber leer y escribir de un modo correcto les permite a los ciudadanos dialogar con otros en el marco de la esfera pública, y porque la experiencia estética del leer y de recrear las propias ideas por escrito, es una alternativa enriquecedora para el uso del tiempo libre. Por estos motivos, los espacios vigentes con los que se cuente para el estímulo de la escritura, en las instancias que por ahora cuenten con los recursos para ello, son bienes concretos, materiales, que es valioso preservar. Es cierto que leer y escribir son decisiones individuales que son fructíferas si emergen de la libertad, luego la educación, inmersa en una sociedad saturada de información que no deja espacio a la soledad, tiende a fracasar en el avivamiento de tales actividades. Sin embargo, para quienes quieran y puedan escribir sus ideas, que haya espacios de circulación y de encuentro. Si estas ideas tienen un encanto, si despiertan curiosidad, incidirán en la vida de las personas y, si son útiles, quienes accedan a ellas las harán crecer; entonces, mejor aún si muchos quieren leer. La superación plena del analfabetismo constituye una invaluable riqueza, que se potencia de un modo notable si se
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estimulan las producciones locales, en tanto dan cuenta de los intereses, los referentes simbólicos y los conocimientos que, desde un presente activo, dan soporte al legado por venir. Es también invaluable la decisión de apropiarse de los conocimientos que el marco jurídico (además de otras circunstancias) direcciona en nuestra educación. Pues, somos seres sociales no solo desde la convivencia de los demás con nosotros en contextos compartidos, sino que también lo somos a partir del ejercicio autónomo, casi siempre anónimo, de nuestras facultades y recursos disponibles. De este modo, además de los grandes nombres del acervo intelectual, podemos incluir en la comprensión del patrimonio literario de nuestra nación, el reto continuo (éste sí, un bien inmaterial) que tenemos quienes ejercemos como docentes, estudiantes, u otros agentes productores de conocimiento. Es, entonces, parte de nuestro patrimonio que, en las clases dedicadas al trabajo con la palabra, se lea a Gabo y a Poe; a Arciniegas y a Nietzsche. Que, en las demás clases, la comprensión lectora nos permita ampliar nuestro conocimiento. Que se dedique tiempo en las clases y fuera de ellas, a leer y, a quienes les guste escribir, que cuenten con un entorno que les permita hacerlo con vigor. En este orden de ideas, la noción de patrimonio literario incluye la existencia de instituciones dedicadas a incentivar el
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trabajo de quienes tienen el interés y la habilidad de perpetuar, mediante la escritura, la memoria de lo que vive la sociedad. Lo que vive, digo, en términos de los conocimientos que preserva y de su historia, narrada desde un presente específico. En esta línea cabe destacar, por ejemplo, las publicaciones universitarias, escenario de encuentro entre los docentes investigadores; la Maestría en Escrituras Creativas de la Universidad Nacional de Colombia; la Red Nacional de Talleres de Escrituras Creativas (Renata), del Ministerio de Cultura, así como las becas de creación que éste ofrece, y los Talleres de Escritores de la Universidad Central. Como experiencia local de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, podemos mencionar las revistas hechas por estudiantes universitarios para la circulación de sus trabajos, como La Brújula, y el concurso La Tadeo Al Pie de la Letra, promovido por su Centro de Arte y Cultura, para que se publiquen los mejores escritos producidos por los estudiantes en sus asignaturas, en distintos géneros como el cuento, el ensayo y la poesía. En general, los circuitos locales de producción y de circulación de textos escritos son parte del patrimonio literario, porque despiertan nuestra atención a los contextos reales en los que nos desenvolvemos como individuos, y ello nos hace seres más sensibles a la complejidad de las experiencias humanas y a nuestra posición en el entorno inmediato. Pero dichos circuitos sólo son posibles si contamos en el presente y en el futuro
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con lectores que entiendan correctamente y, ojalá de manera crítica, lo que leen; y se mantienen vivos si, además de su competencia lectora, quienes leen tienen deseos de conocer y de dialogar como autores, y cuentan con los medios para hacerlo. En este sentido, una noción ampliada de patrimonio literario debe incluir el desarrollo de las aptitudes propias de quien aprecia la palabra escrita. Estas aptitudes no son espontáneas ni etéreas, de manera que los recursos, orientados por una comprensión del patrimonio literario, deben dirigirse también a que las personas reconozcan como suyas las competencias para leer y escribir, y a que las ejerzan. Por eso, es legítimo considerar los ámbitos educativos como un patrimonio en sí mismos, pues en ellos se gesta el desarrollo de las destrezas lectoras y escriturales. De ahí se sigue, entonces, que también a su investigación y análisis deben orientarse recursos. Porque la educación concierne no solo a quienes hemos pasado por las aulas, como docentes y estudiantes, sino también a padres de familia y a la totalidad de los ciudadanos, que reciben los beneficios (y también los perjuicios) del saber profesional de los egresados.
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CONSIDERACIONES FINALES Asistimos apenas al despertar de las transformaciones que vive la noción de patrimonio a partir de las nuevas tecnologías. La revolución que ha supuesto Internet es equiparable a la que nos heredó la imprenta. Por eso, la discusión sobre los derechos de autor, para autores recientes y sobre políticas de digitalización, para obras clásicas, es del todo pertinente en reflexiones ulteriores en torno al patrimonio literario. Lo es, también, el acceso que favorece esta revolución, de la gente del común a la cultura cibernauta, porque la publicación en Internet libera los espacios de circulación de las producciones artísticas y de los saberes. El libre acceso a Internet aviva, de ese modo, las posibilidades de encuentro entre personas, porque permite la publicación de propuestas que los circuitos formales no permitirían circular. En nuestra época, empezamos a comprender la “capacidad [de la tecnociencia] para alterar el entorno simbólico y natural que habitamos, amenazando a veces los bienes compartidos que, como las plazas, la lengua, las matemática, el aire, las selvas o el genoma, son el fundamento sobre el que se asienta nuestra vida en común”. (Lafuente, 2007: 2). En este sentido, hablar
de patrimonio literario desde y para las nuevas generaciones va más allá de darles a conocer grandes obras que pueden divertirlas, enseñarles, ampliar sus perspectivas y enriquecer sus horas. Implica, también, invitarlas a reconocer de qué herencias y recursos pueden valerse para conducir hacia libres destinos sus propias producciones; sus miradas de la realidad; sus aportes al entorno inmediato que comparten. En síntesis, el patrimonio literario es al mismo tiempo el de la lengua y el de la literatura. El de la lengua, porque lo que hemos aprendido a hacer en nuestro idioma a través de la palabra escrita intensifica nuestras vivencias estéticas; define nuestras posibilidades de intervención en la esfera de lo público; despierta nuestras motivaciones para apropiarnos de la cultura a la que pertenecemos y de los aportes que podamos legar a la sociedad. Y, es el de la literatura, porque en la producción escrita se cifra el conocimiento que puede ser difundido y, por lo tanto, en ella se transmiten las perspectivas que van a ser propagadas, en el presente y en el futuro. La literatura es patrimonio, también, porque los poderes de la lengua registrados en las grandes obras son inagotables, luego los placeres de su hallazgo, también. Concluimos entonces con la idea que dio origen a este escrito: el patrimonio es lo que la gente reconoce como suyo y a lo cual acude para enfrentarse a su presente. Heredar es al mismo
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tiempo legar. Perderían todo sentido los esfuerzos por preservar la labor de los grandes pensadores, si no se hiciera con un propósito relevante para las personas que mantienen viva la lengua. Sería una quijotada cuidar del pasado, si no se hiciera algo con lo que de él se recibe, conforme a fines que emergen del ejercicio de la libertad, de la conciencia crítica del presente y de las vivencias estéticas particulares. Por eso es deseable que la educación tenga un lugar privilegiado en la conformación del patrimonio literario, desde el cual sea posible también abordar los cuestionamientos a que dan lugar nuestras maneras de enseñar a leer y a escribir. Después de todo, sabemos que en un contexto como el colombiano, es deseable al menos que los niños y los jóvenes cuenten con maneras alternativas y vivificantes de pasar sus horas libres.
BIBLIOGRAFÍA Arboleda Toro, Rubén, (1991). “Lengua escrita y rendimiento escolar” en: Forma y función, N° 5. Bloom, Harold, (2005) El canon occidental. La escuela y los libros de todas las épocas. Barcelona. Editorial Anagrama. Índice de Historia de la Literatura Colombiana (2012). Disponible en: http://ihlc.udea.edu.co/ Franco, Jean, (2008) “Apuntes sobre la crítica feminista y la literatura
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hispanoamericana” en: “Hispanoamérica”, s/d, p. 41. Citado en: Yáñez, Mirta (comp). Estatuas de sal. Cuentistas cubanas contemporáneas. La Habana. Ediciones Unión. Habermas, Jürgen (2002). “The public sphere” en: Goodin, Robert, Pettit, Philip (eds.). Contemporary Political Philosophy. Massachusetts. Blackwell. Ley General de Educación, 115 de febrero de 1994. Disponible en: http://www.mineducacion.gov.co/1621/articles-85906_archivo_pdf. pdf Lafuente, Antonio (2007). El carnaval de la tecnociencia. Diario de navegación entre las nuevas tecnologías y los nuevos patrimonios. Madrid. Gadir Editorial. Santamarina, Beatriz et. al. (2005). La memoria construida. Patrimonio cultural y modernidad. España. Tirant lo Blanch Editores. Tugores, Francesca; Planas, Rosa, (2006). Introducción al patrimonio cultural. España. Trea Ediciones. Unesco, (2003). Convención par la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial, en: http://unesdoc.unesco.org/images/0013/001325/132540s.pdf
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PATRIMONIO NATURAL FRANCISCO DE P. GUTIÉRREZ BONILLA1 & JOSÉ JAIRO ESCOBAR RAMÍREZ2 Gran Bretaña necesitó la mitad de los recursos del planeta para poder acceder a la prosperidad, ¿Cuántos planetas necesitará la India para desarrollarse? Mahatma Gandhi.
1 Biólogo Marino. M.Sc. Doctor en Ciencias Biológicas. Universidad Jorge Tadeo Lozano. 2 Biólogo Marino. M.Sc. Ex asesor del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
INTRODUCCIÓN La praxis sobre el devenir de la Tierra es un tema que la humanidad no ha querido asumir, pues discute, formula decisiones, signa compromisos internacionales, pero aplaza las decisiones. La ciencia genera conocimiento, información y alertas, que la política global, regional y local desoyen y desconocen, pues su meta es el desarrollo económico a cualquier precio. Como especie tenemos la tendencia a considerarnos eternos y no temporales, pero la naturaleza dice lo contrario, genera señales, da alertas insinuando el cambio de conductas, pero nada ocurre y evidentemente todo está cada día en peores condiciones medioambientales y biológicas. El sueño de la restauración, la recuperación biológica y ecosistémica, es eso, un sueño, pues devolverse a estados anteriores es un imposible, que posee costos socioeconómicos muy altos. En el inmediato
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futuro, deberemos tomar acciones y no hacerlo tendrá consecuencias profundas para las siguientes generaciones. Aunque parece que estamos tarde. La diversidad biológica -biodiversidad- ha evolucionado durante los últimos 3,8 billones de años dentro de los aproximadamente 5 billones de años de historia del planeta. Durante los cinco grandes eventos de extinción de los que se tienen evidencia, todo ha vuelto a resurgir. Al final del Pérmico, de las especies existentes, sólo unas veinticinco dejaron descendencia, derivándose de diez de ellas el 98% de las familias contemporáneas de vertebrados que comprenden más de cuarenta mil especies. La sexta extinción está en marcha y tiene un nuevo agente el Homo sapiens, sin éste, con seguridad todo estaría mejor. Ante cualquier escenario, y frente a lo que sabemos y manejamos, lo siguiente no es una fábula, no es retórica, pero imaginemos“un mundo en el que los cambios del medio ambiente pusiesen en peligro la salud humana y biológica en general, la seguridad física, las necesidades materiales y la cohesión social. Un mundo asolado por temporales cada vez más intensos y frecuentes por la subida del nivel del mar producto del calentamiento global, escenarios cada vez más comunes en donde algunos sufren grandes inundaciones, mientras otros soportan intensas sequías, con un común denominador global
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de extinción de especies a tasas nunca vistas antes en la historia de la Tierra, escasez de alimentos, desertización y desertificación, agua cada vez más escasa y contaminada, superación de las leyes naturales básicas -capacidad de resiliencia, conservación del tamaño de las poblaciones, de la diversidad genética y aprovechamiento insostenible de los recursos-“. Este no es el definitivamente el mundo del mañana, es el de hoy, y los documentos globales al respecto lo han constatado. Y es un contrasentido a lo concluido por la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo [Comisión Brundtland] hace 25 años, “la humanidad tiene la capacidad de generar un desarrollo sostenible”, pero a 2012 parece un imposible, lo discursivo impera, la ciencia no permea la política -por ejemplo lo ocurrido con el Protocolo de Kyoto- y los políticos, son a su vez una plaga impensada por la naturaleza que ronda por la Tierra, soportando el discurso del desarrollismo a costa del patrimonio natural del cual unos pocos se sienten dueños, toman decisiones, trazan directrices, haciendo lo que les place sin respetar que son un bien común. Y algunos de los clásicos gobernantes latinoamericanos -que por ignorancia-, intentan sin sentido emular a Simón Bolívar al repetir su equivocada expresión: “Y sí la Naturaleza se opone lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”. Así mismo, la expresión: “La supremacía del hombre sobre la Tierra”, es una afirmación que no cobra importancia frente a la naturaleza. Donde el hombre
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aparece, la naturaleza desaparece; la naturaleza es la biología en su forma pura: animal, vegetal y ecosistémica. La aparición del hombre dicen otros: “civiliza la Tierra”, pero al esfumarse el hombre la naturaleza toma de nuevo su lugar, reaparece. Si el H. sapiens se desvanece, la naturaleza y sus leyes naturales se recomponen entrando en equilibrio. La razón de ser de la naturaleza, nunca necesitó al ser humano para funcionar, éste fue un accidente biológico más, que posee la posibilidad de explicarla y explicarse asimismo, pero no más. Los recursos biológicos de la Tierra y sus ecosistemas son vitales para el desarrollo económico y social de la humanidad. Ellos constituyen un “capital natural” que tienen el potencial de proveer bienes y servicios necesarios para las presentes y futuras generaciones. Gran parte de las riquezas que lo conforman, están siendo valoradas conforme al grado de importancia que prestan para el buen vivir, algunas son subestimadas o ignoradas y otras desconocidas, sin embargo, cada vez más se reconocen más funciones, servicios y el rol que desempeñan para mantener la capacidad de vida del planeta. Algunos ecosistemas han sido identificados como estratégicos y prestan servicios ya sea directamente o a través de enlaces ecológicos vitales, otros son ecosistemas subsidiados debido a su dependencia, unos relativamente pequeños y otros muy grandes, pero todos están en mayor o menor grado afectados, disminuidos y otros incluso extintos o en vía de serlo.
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DISTRIBUCIÓN DE LA DIVERSIDAD BIOLÓGICA Y ECOSISTÉMICA La biodiversidad ha sido generalmente descrita a partir de la identificación de los diferentes componentes estructurales que representan la vida, los cuales pueden ir desde lo molecular y lo genético hasta los ecosistemas y paisajes. La tierra cubre aproximadamente el 29% de la superficie del planeta y no está simétricamente distribuida. Hay más tierra en el norte que en el Ecuador y que en el sur. Cerca del doble de área terrestre sólida se localiza en el hemisferio oriental. Sí se toma el océano Pacífico como centro de los hemisferios, comparativamente con la mitad del lado opuesto de la Tierra, la inigualdad es grande. Con excepción de la Antártida, todos los continentes están conectados por archipiélagos o se localizan cerca de ellos. El principal sistema de continentes está arreglado de forma tal, que al norte de los trópicos, existen grandes masas de tierra que están conectadas muy cerca, y en los trópicos separadas entre sí. Al sur de los trópicos, las masas terrestres pequeñas, están ampliamente aisladas [Darlington 1957]. Debido a estas cercanías y a estos aislamientos, la diversidad biológica y ecosistémica se distribuye conforme a esos arreglos y a patrones ambientales definidos -clima, temperatura, salinidad, etc.-, donde actúan mecanismos y medios de dispersión -entre ellos las corrientes marinas- muy com-
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plejos, variados y limitados por barreras ecológicas y físicas. Dentro de estos límites en que se mueve la biodiversidad, existen factores intrínsecos o bióticos, como la abundancia, la dinámica y las variaciones funcionales entre sus componentes que regulan dentro de los ecosistemas la magnitud y variabilidad de los procesos ecosistémicos, que unidos a los factores extrínsecos determinan las propiedades específicas de los ecosistemas, su estabilidad, fertilidad y susceptibilidad a la invasión, definiendo el tipo de ecosistema -tierras secas, aguas interiores, bosques, costas, estuarios, litorales, tierras costeras etc.-. El gradiente de la diversidad biológica declina a medida que se avanza en latitud, desde el Ecuador hacia los polos y desde las costas hacia el océano y disminuye desde la plataforma continental a los fondos oceánicos, razón por la cual, no se encuentra regularmente distribuida y algunos con amplios rangos de dispersión [Chown et al. 1958; Mace et al. 2005]. Los ecosistemas acuáticos son los más productivos y diversos del planeta con una productividad primaria comparable con la del bosque húmedo [Gattuso et al. 2006]. En los océanos y mares tanto la distribución de los organismos vivos como la producción biológica distan de ser uniformes. La mayor parte de la producción pesquera mundial ocurre dentro de las 200 millas, principalmente sobre la plataforma continental [Hoggarth et al. 2001]. Los peces de agua dulce se presentan aun en climas adversos, como en islas más remotas. Tienen
distribución muy variada a causa de su tolerancia a la salinidad y a su comportamiento, existiendo familias de peces marinos que migran o frecuentan aguas dulces y estuarinas. En las costas, los ecosistemas, se extienden globalmente desde 300.000 a 1.000.000 de km de longitud [McCain et al. 2003], ocupando el 30% del área global de la plataforma continental. Incluyen marismas, lagunas y pantanos costeros, deltas, manglares, arrecifes de coral, praderas marinas, lechos de algas etc. Hay más de 255.000 km2 de superficie marina con corales, y rangos de productividad y diversidad de especies de la más alta conocidas. La gran barrera de coral en Australia tiene más de 700 especies de coral, 1.500 especies de peces y 4.000 especies de moluscos, de las que dependen entre uno y tres millones de especies. La productividad primaria de los corales es tan alta, que supera la de los bosques tropicales y es 20% más alta que la del océano abierto. De los 177 países del mundo, menos de la mitad [44%] tienen coral y la mitad de estos, manglares. Australia e Indonesia tienen cada uno cerca de 50.000 km2 de cubierta coralina, con cerca del 35% de los arrecifes de coral del mundo e Indonesia tiene entre 35%25%-del bosque global de manglar [UNEP-WMCC 2006]. Seis países contienen más de la mitad de los arrecifes coralinos del mundo: Australia, Indonesia, Filipinas, Papúa y Nueva Guinea, Fiji, y Maldivas. Las praderas marinas presentan una mayor distribución, encontrándose a lo largo de las líneas costeras de todos los continentes, desde las costas de Alaska, donde
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se encuentran creciendo por debajo de la cubierta de hielo a temperaturas menores a los 0oC, hasta las lagunas tropicales con aguas que exceden los 40oC. En algunas zonas son tan abundantes en términos de área y de diversidad de especies como al sur-occidente de Australia, donde se ubica la tercera parte de las especies de fanerógamas marinas conocidas [Carruthers et al. 2007]. Los lechos de macro algas están presentes en todas las costas. Los estuarios -áreas donde los ríos alcanzan el mar- siendo 1.200 los estuarios grandes que abarcan 500.000 km2 y contienen más del 80% del total del agua descargada por los ríos al mar. Algunos ecosistemas y hábitats son propios de los ambientes helados y otros, de regiones distantes como los trópicos, unos son tan raros como las comunidades que habitan las fumarolas volcánicas de los lechos marinos o se encuentran en regiones permanentemente heladas y espacios desérticos y otros ambientes con condiciones extremas [extremófilos]. El Neotrópico y el Afrotrópico ostentan los niveles más altos de riqueza de especies y endemismos [Mace et al. 2005]. La mayoría de los organismos macroscópicos tienen por lo general rangos pequeños de distribución, dando espacio para crear niveles altos de endemismo.
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En las regiones montañosas, la pendiente y la latitud son determinantes para la diversidad biológica. La posición geográfica así como la latitud y la distancia al océano afectan el clima y los patrones locales de tiempo haciendo que unas montañas estén permanentemente húmedas y otras sean secas por lo que su diversidad biológica es diferente, también contribuyen con las variaciones en la diversidad de vida el sustrato geológico y la influencia del tipo de suelos [GEO-3 2010; Secretariat CDB 2010]. En las montañas, los bosques ocupan un poco más de la cuarta parte [26,5% o 95,106 km2] de la extensión global de los bosques cerrados del planeta. Las plantaciones forestales se presentan principalmente en países temperados que tienen el 75% del área global, el resto de las plantaciones se encuentran en los países tropicales [GEO-3 2010]. La mayoría de los bosques se ubican en los trópicos y producen más de dos tercios de la productividad primaria en tierra [conversión de la energía solar en materia vegetal]. El 3% de la flora global y el 2% de la fauna terrestre se encuentran en el Ártico, con un decrecimiento en el número de especies a medida que se avanza hacia el Norte [GEO 3-2010]. Los bosques, ocupan aproximadamente el 31% de la superficie terrestre y contienen más de la mitad de los animales terrestres y de las especies de plantas conocidas.
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Las regiones montañosas son comúnmente más diversas que las tierras bajas, albergando cerca de un cuarto de la biodiversidad terrestre, con cerca de la mitad de los hot spots de la biodiversidad global [GEO-3 2010]. Ocupan una quinta parte de la superficie terrestre, la mayoría de ellas se encuentran en el hemisferio Norte y en las latitudes subtropicales temperadas [Cordilleras de Norte América y Euroasia]. Más de la mitad de la población del planeta depende de las montañas, y el 21% de esa población mundial viven allí o en su piedemonte y la mitad de ellos, dependen de una u otra forma de sus recursos. A nivel global, sólo el 7% de las áreas montañosas están clasificadas como aptas para agricultura, el 25% para silvicultura y pastoreo y el 10% reservada para la conservación. El 78% del área montañosa global es no apta para la agricultura, proporciona a la mitad de un billón de personas medios de subsistencia [GEO 3 2010]. Las tierras secas cubren aproximadamente el 41% de la superficie, abarcando, desiertos, áreas de pastoreo, matorrales desérticos y bosque espinoso y son el resultado de lluvias escasas y alta evaporación. Estas tierras muestran un gradiente en el incremento de la productividad primaria extendiéndose desde tierras hiperáridas, hasta áreas secas sub húmedas [Safriel et al. 2010]. Las desigualdades en la ostentación de biodiversidad han dado origen a que algunos países sean más biodiversos que otros, razón por lo cual han sido catalogados como megadiversos -Colombia hace parte de estos-.
EL CAPITAL NATURAL EN EL CONTEXTO INTERNACIONAL Por su importancia y calidad, el capital natural, -entendido como la diversidad ecosistémica y la específica- ha llegado a constituirse en objeto de tutela internacional, lo que se refleja, en parte, con la suscripción de la Convención de las Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica -CDB [Junio 5 de 1992, vigente desde Diciembre 29 de 1993] y en sus acuerdos complementarios, y en otros instrumentos vinculantes de diferente alcance, tales como, en el Programa 21 de la Conferencia de la Naciones Unidas sobre Ambiente y Desarrollo [Río de Janeiro, junio de 1982], en la Carta Mundial de la Naturaleza -Carta de la Tierra- que es un documento civil internacional, sin fuerza jurídica donde se señala que “la capacidad de recuperación de la comunidad de vida y el bienestar de la humanidad dependen de la preservación de una biosfera saludable, con todos sus sistemas ecológicos, una rica variedad de plantas y animales, tierras fértiles, aguas puras y aire limpio… la capacidad de recuperación de la comunidad de vida y el bienestar de la humanidad dependen de la preservación de una biosfera saludable, con todos sus sistemas ecológicos, una rica variedad de plantas y animales, tierras fértiles, aguas puras y aire limpio..”
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y en otra legislación blanda, como “Nuestro Futuro Común” o “Informe Brundtland” elaborado en 1987 que introdujo el concepto de “desarrollo sostenible” para implicar la necesidad de un cambio en el contexto ecológico y económico-social del desarrollo. La CDB, representa un paso más allá del aspecto meramente científico de la diversidad biológica al abordar la dimensión social y económica de los ecosistemas, representando un avance importante para su conservación y uso sostenible. La CDB, abarca tres objetivos que se complementan mutuamente: la conservación de la diversidad, la utilización sostenible de sus elementos y la participación justa y equitativa de los beneficios que surjan de la utilización de los recursos genéticos. La CDB es casi universal e internalizada prácticamente por toda la comunidad internacional, siendo adoptada y adaptada en las legislaciones nacionales, con sus correspondientes manifestaciones políticas, jurídicas, económicas e institucionales. A la fecha, el 87% [170] de los Países Parte [190 países] están desarrollando estrategias nacionales para la biodiversidad y planes para su aplicación. Adicionalmente se destaca, la Cumbre del Milenio, en la que representantes de 189 Estados, convocados por Naciones Unidas en septiembre del 2000 en Nueva York reafirmaron a través de la “Declaración del Milenio” los compromisos adquiridos en los 90’s, entre otros “haber reducido y haber ralentizado considerablemente la pérdida de diversidad biológica en 2010” [objetivo 7º].
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BIENES Y SERVICIOS PROPORCIONADOS POR EL CAPITAL NATURAL Todos los ecosistemas proporcionan bienes y servicios fundamentales para el desarrollo humano y en este sentido constituyen parte del capital natural. El Programa “Evaluación de los Ecosistema del Milenio -EMA-”, en el 2005 involucrando a 95 países y más de 1.300 expertos y científicos, reconoció cuatro categorías de servicios: [1] provisión de bienes: alimentos, drogas, material de construcción etc.; [2] protección: mantenimiento de costas, calidad del agua etc.; [3] culturales: ejemplo turismo, esparcimiento y [4] apoyos: mantenimiento básico de la vida. El valor de los servicios ecosistémicos para 16 biomas ha sido estimado en promedio en US$ 33 trillones/ año-1, con un rango entre US$ 16-54 trillones/año-1, valor que dadas las incertidumbre debe ser considerado como un mínimo, pues el producto nacional bruto global está cerca de US$ 18 trillones/año-1. De éste valor estimado, cerca del 63% proviene de los ecosistemas marinos [US$29,9 trillones/año-1], la mayoría aportado por los sistemas costeros [US$ 10,6 trillones/año-1]. El 38% proviene de los sistemas terrestres, principalmente de los bosques [US$ 4,7 trillones/año-1] y US$ 4,9 trillones/año-1 por los humedales [Constanza et al, 1997]. TA B L A 1 .
VALOR ESTIMADO US$ / año-1 X 109
BIOMA
Mar
20,949
Océano abierto
8,381
Costas
12,568
Estuarios
4,110
Praderas marinas
3,801
Arrecifes de coral
375
Plataforma continental
4,283
Terrestres
12,319
Bosques
4,706
Tropicales
3,813
Temperados/boreales
894
Pastizales/tierras de ganado
906
Humedales
4,879
Marismas/manglares/salinas
1,648
Planos de inundación
3,231
Ríos /lagos
1,700
La pérdida de la biodiversidad hace que los ecosistemas sean más vulnerables y tengan menor capacidad de auto recuperación, resultando menos aptos para suministrar los servicios necesarios a la sociedad. La pérdida afecta a la sociedad en general, pero es crítica para comunidades humanas que tienen marcada dependencia de sus servicios de manera directa, especialmente para las poblaciones rurales, los pescadores artesanales, los colonos etc. Desde este punto de vista, la diversidad biológica es también un asunto de seguridad nacional y estabilidad socioeconómica. Por ejemplo, el deterioro y pérdida de los bosques y humedales costeros protectores, ha permitido el incremento del daño causado por las tormentas e inundaciones. Millennium Ecosystem Assessment - EMA [2005] ha confirmado que “la pérdida de la biodiversidad obstaculiza significativamente que las necesidades de los más pobres sean satisfechas”. De los 24 servicios de los ecosistemas evaluados recientemente por EMA, 15 están decreciendo, e incluyen la provisión de agua potable, la pesca marina, el número y calidad de áreas con valor escénico, paisajístico, religioso y espiritual, la atmósfera limpia, los peligros naturales, la polinización y la capacidad de los ecosistemas agrícolas como control de plagas.
Desiertos TOTAL
33,268
TA B L A 1 .
VALOR ESTIMADO DE L OS SERVICIOS ECOSISTEMAS PARA LOS PRINCIPALES BIOMAS. ADAPTADO DE: CONSTANZA ET AL. [1997].
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Las capturas anuales sostenibles de la pesca de los arrecifes varía entre 0,2 a 30 ton.año-1/km2 con un promedio de 5 ton. año-1/km2 [Jenning & Polunin 1995]. Dependiendo del valor de la pesca, las pesquerías de los arrecifes podrían generar ingresos entre US$ 2,4 billones/año-1. En el Sudeste de Asia, aportan US$ 300 millones/año-1 [Burke et al. 2002; Burke & Maidens 2004]. La pesca deportiva basada en los arrecifes genera cerca de US$ 100 millones anualmente [Cesar et al. 2003]. Similarmente gran cantidad de especies de peces y otros invertebrados marinos del mercado internacional de los acuarios provienen de los arrecifes, en un comercio que conecta cerca de 52 países, que produce ganancias e involucra entre 1,5 a 2 millones de personas, generando por ejemplo en Sri Lanka 50.000 empleos e ingresos de US$ 5,6 millones/año-1. Los servicios ecológicos de las praderas marinas han sido estimados en 32.000 euros/ha/año o US$ 3,81 trillones/año-1 [Bann 1997; Constanza 1997; UNEP-WCMC 2006; Wilkinson 2008]. El valor de los servicios ecosistémicos de los bosques de manglar [incluyendo marismas] han sido estimados en US$ 1,648 trillones/año-1 [Constanza et al. 1997]. En Samoa, los manglares tienen un valor estimado de US$ 104,000 millones/ año-1, o US$ 104,000/km2 [Constanza et al. 1997]. A su vez, los manglares pueden absorber entre un 70 a 89% de la energía de los vientos y olas generadas por los huracanes y tormentas tropicales. En Malasia, el valor de los manglares palustres in-
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tactos como medida de protección contra tormentas y control de inundaciones han sido valorados en US$300.000/km, que sería el costo por sustituirlos parcialmente por piedra [Ramsar 2000]. El valor estimado de la cosecha anual de pesca obtenidas de los manglares oscila en Estados Unidos entre US$6.200/km2; US$ 60.000 /km2 en Indonesia. Se estima que más del 75% de la captura comercial de peces y camarones en Queensland [Australia] depende de los manglares [Bann 1997]. El valor comercial de las pesca proveniente del manglar ha sido estimado entre US$7.500-US$ 167.500/km2 [Millennium Ecosystem Assesstment 2005]. En Matang -occidente de Malasia- los manglares en un aérea de 400km2, soportan una pesquería que produce rendimientos económicos cercanos a los US$100 millones anuales [US$ 250.000/km2/año-1] y en el Golfo de Panamá, la pesca del camarón genera ingresos estimados en US$ 95.000/km de línea de costa [Talbot & Wilkinson 2001]. La conversión de los bosques de mangle en tierras de cultivo y pastoreo para ganado ha aumentado en años recientes. En México y en Centroamérica extensas áreas de manglares han sido convertidas en tierras para ganadería. Además, de la maricultura, la construcción de carreteras, la ampliación de la frontera urbana, la construcción de canales y represas han alterado los manglares, siendo ejemplo de esto Ecuador, Colombia y Panamá. De manera parecida, la construcción de estanques para la producción de sal por evaporación ha contribuido a la degradación de los manglares de Costa
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Rica y El Salvador. En Guatemala y Honduras se usan grandes volúmenes de madera de mangle para evaporar agua y aislar la sal en hornos. El 15% de la leña que se consume en la región sur de Honduras se utiliza para la producción de sal, y la mayoría de esta madera proviene de los manglares.
año-1 [Constanza et al. 1997]. La reducción en la fijación del carbono atmosférico producido por el deterioro ocurrido entre 1980 a 2003 producido por las sabanas se estima en cerca de un billón de toneladas [similar o equivalente a las emisiones anuales de carbono por la Unión Europea] [Secretariat CDB 2010].
Los hábitats costeros son muy eficaces en el secuestro de carbono, especialmente las marismas, los bosques de manglar que secuestran cerca de 111 GT/año en los sedimentos [Duarte 2008] que equivale a cerca del 50% de todo el carbono secuestrado por los sedimentos oceánicos y cubren menos del 2% de la superficie oceánica. Los manglares fijan cantidades significativas de carbono y juegan un papel importante en su secuestro absorbiendo una cantidad estimada de 25,5 x 106 tC/ año-1 [Ong 1993]. Las praderas son igualmente muy eficientes en absorber nutrientes y secuestrar carbono. Posidonia spp, por ejemplo puede absorber hasta 5,8 kg/año-1 de nitrógeno, que equivale a la capacidad de tratamiento de los efluentes de 780 personas y hasta 166 g de carbono por m2/año-1 equivalente a la emisión de CO2 por un automóvil en un viaje de 12.000 km. [Duarte 2008].
A nivel mundial, el turismo muestras cifras sorprendentes impulsando la economía mundial al alcanzar en el 2007 más de un billón de dólares de Estados Unidos en el 2007. Ocupando el cuarto lugar en las exportaciones mundiales por debajo de los combustibles, los productos químicos y los automóviles, ubicándose en los países en desarrollo entre los primeros renglones generadores de divisas. Entre 1950-2007, la cifra de turistas aumentó de 25 millones a 903 millones. En América ha crecido en un 5%, con más de 142 millones de turistas internacionales en 2007. Más de la mitad de las llegadas del turismo global, 456 millones, se deben al ocio, al recreo y a las vacaciones [Organización Mundial del Turismo -OMT 2007; World Travel & Tourism Council -WTTC 2008]. En el Caribe y las Islas Pequeñas el turismo es una industria bien establecida con múltiples actividades, con altos niveles comerciales y una infraestructura sólida. Cerca de un 80% de las motivaciones turísticas es debido a los atractivos naturales que poseen los destinos turísticos. La contribución del turismo al crecimiento del Producto Bruto Mundial para el 2009 se estimó en US$ 5.474 billones de dólares, y llegará a 9.5% más [US$ 10.478 billones de dólares] en el 2019 [OMT 2007; WTTC 2009].
Cerca de l,5 billones de personas dependen directamente de los servicios proporcionados por las sabanas terrestres y el valor económico de sus servicios ecológicos [como áreas de pastoreo y pastizales] ha sido estimado en US$ 109 trillones/
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PÉRDIDA DE DIVERSIDAD BIOLÓGICA Y DE ECOSISTEMAS La pérdida de la biodiversidad hace que los ecosistemas sean más vulnerables y tengan menos capacidad de auto recuperación, por lo tanto, resultan menos aptos para suministrar servicios necesarios a la sociedad. En sensu estricto, la pérdida de la diversidad biológica y ecosistémica se traducen en pérdida del patrimonio y capital natural, generando graves amenazas en áreas donde la demanda de recursos ha sido angustiosamente desproporcionada. La extinción de especies, la destrucción de hábitats, el cultivo excesivo, la contaminación, la introducción de especies foráneas y el cambio climático interactúan para producir estas pérdidas. Por ejemplo, en los Estados Unidos más de la mitad de sus estuarios han sido sustancialmente alterados y la mayoría de las costas de Centro América, Sur de Asia e Islas del Caribe, lo son, no sólo por el avance de la frontera urbana, sino por el incremento en la penetración de tormentas, mayor poder de pesca, etc. El deterioro y pérdida de los bosques y humedales costeros protectores ha permitido el incremento del daño causado por las tormentas e inundaciones. Durante las temporadas de huracanes de 2000, 2001 y 2002, los corales de Mesoamérica y del Caribe Oriental resultaron afectados repetitivamente. En
esas ocasiones se observaron destrozos masivos. En Belice, más del 75% de la cubierta de coral se perdió y una situación igual se observó en los corales de otras regiones [PNUMA 2006]. Un estudio en la región del Sudeste de Asia, señaló que cerca 88% de los arrecifes de la región están en riesgo, la mayor parte por acción de las tormentas [Burke et al. 2002; Church et al. 2004; Done 2004]. Los efectos combinados de una mayor frecuencia en los huracanes, y los efectos del calentamiento global el clima, arrojan un futuro crítico de supervivencia para estos ecosistemas. Básicamente la mayor parte de la pérdida de biodiversidad y de los daños a los ecosistemas se desprende del acelerado crecimiento de la población humana. Ahora la Tierra tiene una población que es el doble de la que tenía hace 50 años, -pasó de 1,5 billones en el siglo XX, a cerca de 6 billones en el 2000, y amenaza con incrementarse en un 30% para el 2050, lo que resulta preocupante para los requerimientos ecosistémicos futuros. Se ha afirmado que “la humanidad ya ha superado la capacidad de carga del planeta” [número máximo de individuos que pueden soportar una superficie]. Este crecimiento ha venido siendo acompañado de una demanda desmedida de recursos y en un consumo elevado de servicios ecosistémicos, que se reflejan en un avance, nunca antes visto, de la frontera agrícola y la urbana. Menos de la mitad de la población mundial urbana vive en ciudades menores de un millón de
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habitantes y un 10% vive en ciudades mayores de 10 millones de habitantes, [United Nations 2002; McGranahan et al. 2012]. Los niveles de urbanización son altos en los países con ingresos altos y aun en países con ingresos bajos y medios [ingreso nacional menor de US$ 3.000 per cápita en el 2001], donde vive el 60% de la población urbana global o un tercio de la misma [McGranahan et al. 2012]. A pesar de que el área ocupada por una ciudad representa en términos generales menos del 0,1% de la extensión del ecosistema que esta ocupa, esta fracción significa que en la actualidad no hay ninguna ciudad que haya sido construida en forma tal que pueda autoabastecerse, por esta razón, el incremento de la frontera urbana ha significado un acceso y demanda cada vez mayor a los bienes de los ecosistemas productores. En la actualidad las áreas urbanas representan el 2,8% de la superficie terrestre y albergan el 50% de la población mundial, siendo responsables, por ejemplo del 70% de la contaminación de las aguas del mar que ingresa con las descarga de los ríos y entre el 80%- 90% de pérdida del bosque nativo protector, y del consumo de aproximadamente el 75% de la producción mundial de combustibles fósiles [McGranahan et al. 2012]. Similarmente la agricultura se ha hecho cada vez más mecanizada y dependiente de insumos agrícolas, con impactos negativos sobre el capital natural, afectando su renovabilidad y auto recuperación. Ya es posible hablar de monocultivos, en contra de la diversidad biológica de antaño.
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Globalmente, la reclamación del suelo en la costa para desarrollo urbano es muy alta y conforme a McGranahan et al. [2012], en algunos países es tan alta como el promedio de sus reclamaciones de tierra a su interior para expandir la frontera urbana, como en Norte América y Europa, que tienen sus costas urbanizadas ligeramente más altas que el promedio continental [84% y 90% en las zonas costeras respectivamente, comparado con sus respectivos promedios continentales de 71% y 84%]. Hoy las áreas costeras tienen densidades poblacionales muy altas, siendo casi un 45% más grande que el promedio global de las áreas urbanas. Las predicciones sobre el aumento de la población en las costas sugieren que para el 2025, el 50% de la costa global estará hipotecada y las ciudades costeras incrementarán en más de un cuarto su población, incremento que se elevará sensiblemente debido a un aumento, cada vez mayor del turismo. Benoit & Cameau [2006], pronostican que en el 2025 las costas del Mediterráneo albergarán 90 millones de personas y recibirán más de 300 millones de turistas [GEO-3 2010]. En el Caribe, algunas de las pequeñas islas duplican su población en la temporada de turismo.
FOTOGRAFÍA CAMILO MARTÍNEZ
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El crecimiento de la población en las costas amenaza seriamente el ecosistema de corales, por lo que globalmente el 40% de los arrecifes de coral están en riesgo por sobreexplotación, el 30% por el desarrollo costero, el 20% está afectado por la contaminación costera, por la erosión y un 10% expuesto a la contaminación marina. Cerca del 60% de la cubierta coralina global remanente podrá perderse antes del 2030, sí continúan las actuales tendencias de deterioro [UNEP-WCMC 2006]. De acuerdo con estimativos del programa “The Global Coral Reef Monitoring Network” el 34% de la cubierta coralina global ha sido destruida o está en eminente riesgo de desaparecer y el 20% de los corales están amenazados [Wilkinson 2008]. En Caribe, los estudios muestran que su cubierta coralina se ha reducido en un 57%, y el porcentaje de corales duros en un 90%. Sí la degradación continua, se reducirán los beneficios de la pesca, del turismo submarino y la protección de las costas, pasando de US$ 350 millones estimados para 2030 a US$870 millones en 2050 [Gardener et al. 2003; Burke & Maidens 2004]. El aérea de las marismas ha disminuido entre 1-2%/año y las praderas marinas se han reducido entre el 2 y el 5%/año, con una velocidad de reducción anual media global entre el 3 y 7%/ año y acelerada entre el 5,5 al 8,0%/año. Estos valores sugieren que desde 1980, el área global cubierta por praderas marinas ha disminuido en un 29%, con una reducción anual media de 110 km2/año [Duarte 2009; Dennison 2009]. Todos estos valores exceden la proporción de reducción global del bosque tropical, que ha sido estimado en 0,5%/año [Archad et al. 2002].
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Para el año 2000, el área global del bosque tropical se redujo en un 30% [IPCC, 1990, 1995, 2007] y en el 2007, el 30% de los humedales costeros del planeta se habían perdido [IPCC 2007]. Entre 1950-1990, el bosque tropical y la tundra han perdido sustancialmente su cubierta vegetal para dar paso a la agricultura y al pastoreo. En el bosque Mediterráneo y en los pastizales temperados la conversión ha sido tan acusada que en 1950, sólo tenían un 30% de sus bosques nativos. La pérdida ha continuado, en forma tal que casi todos los biomas presentan perdidas adicionales de su cubierta vegetal, como la floresta seca con l6, 1% de pérdida [Mace et al. 2005]. Las modernas prácticas agrícolas, especialmente la mecanizada ha traído como consecuencia una simplificación y pérdida de biodiversidad y el análisis global de degradación del suelo, citado en GEO-3 [2010], estimó que entre 1980-2003 cerca de un cuarto [24%] de los suelos están en proceso de degradación. Entre 1970-2006 la población de vertebrados silvestres ha disminuido globalmente en cerca de un 31%, con una reducción marcada [59%] en los trópicos y en los ecosistemas de agua dulce [41%]. Las especies de aves y mamíferos utilizados como alimento y medicina tienen riesgo promedio de extinción mayor que otras especies no utilizadas para estos propósitos. En 2009, el 36% de 47.677 especies evaluadas fueron considera-
PATRIMONIO NATURAL
das como en riesgo de extinción y el 21% de 25.485 especies completamente evaluadas [mamíferos, aves, anfibios, corales, cangrejos de agua dulce, coníferas], se encontraron amenazadas, además, el 70% de 12,055 especies de plantas se encontraron en riesgo [Secretariat CDB 2010].
COLOMBIA Colombia posee amplia diversidad de clases y tipos ecosistémicos y acorde con el “Mapa de ecosistemas continentales, costeros y marinos de Colombia” [IDEAM et al. 2007], el país posee tres grandes biomas continentales: desierto tropical con cerca de 758.536 ha [0,7%], bosque seco tropical con una extensión de 7.658.131 ha [6,7%] y bosque húmedo tropical con cerca de 105.632.472 ha [92,5%]. Cada uno de estos grandes biomas está constituido por diferentes clases y extensiones de tipos de coberturas, identificándose cerca de 311 ecosistemas continentales y costeros. Contando con 61,2 millones de hectáreas de bosques naturales que corresponden al 53.5% del territorio continental de país. Entre los tipos de bosques nativos más representativos del país están: [i] húmedo tropical [50.873.638 ha]; [ii] Andino y otros sistemas montanos [9.861.097 ha]; [iii] bosques secos tropicales [203.242 ha]. Los páramos representan el 1,7% del territorio
colombiano [1.933.039 ha], cerca de la mitad de los páramos del planeta [Morales et al. 2007]. Adicionalmente, Colombia posee seis masas glaciares. La extensión total de las áreas de glaciares son 47,2 km2, equivalentes a cerca del 2%, de los glaciares tropicales en Suramérica. Los humedales representan el 2,7% del territorio nacional [3.019.965 ha] todos altamente afectados. Los manglares ocupan 294.636,3 ha, de las cuales 62.245,3 ha se encuentran en el Caribe y 232.391 ha en el Pacífico. Las mayores coberturas se encuentran en la ciénaga Grande de Santa Marta, el canal del Dique y los deltas de los ríos Sinú y Atrato [Invemar 2010]. La extensión total de áreas coralinas en Colombia son 2860 km2, de los cuales 1090,8 km2 son de cobertura coralina viva relevante [Díaz et al. 2000]. Otros ecosistemas son los pastos marinos [43.223 ha], los litorales rocosos [1.037 km] y los fondos blandos con 889.400 km2 [IDEAM et al. 2007]. Las zonas secas ocupan el 21,5 % [24.534,200 ha]. Se calcula que la desertificación afecta un 78,9% de las zonas secas del país, amenazando su biodiversidad [MAVDT 2004]. La comunidad vegetal, o tipo de vegetación, como un conjunto de especies vegetales con características bien definidas y constantes en el tiempo, en un lugar dado, pueden ser identificadas a partir de especies características-dominantes,
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donde se utilizan una o varias especies dominantes para identificar un grupo más grande de especies como los presentados en la sintaxonomía [Rangel 2004]. De acuerdo con esta aproximación, en Colombia existen cerca de 366 asociaciones fitosociológicas y comunidades vegetales [Rangel 1997]. Diferentes autores reportan más de 1.188 comunidades vegetales en el país, con algo más de 1500 especies dominantes y 700 especies dominantes principales. De acuerdo con este mismo trabajo, las regiones altoandinas son las que mayor número de comunidades tienen [339 en páramos y 236 en otros ecosistemas andinos], seguidas de la Amazonía y la Orinoquía, Pacífico y Caribe con 193, 164, 129 y 127 comunidades vegetales respectivamente. La riqueza generalmente ha sido el indicador más común para referirse a la biodiversidad a través de la representación del número de especies presentes en un territorio determinado [Groom et al. 2006]. Aunque en Colombia no existen inventarios biológicos detallados y completos para todo el territorio, los estimativos actuales ubican al país en los primeros lugares en cuanto a la diversidad de especies a nivel mundial, siendo por grupo taxonómico el primero en anfibios y aves, el tercero en especies de plantas y reptiles y el cuarto en mamíferos. Dentro de estas cifras cabe resaltar cómo Rangel [1995, 2000] reporta 26.500 especies de plantas con flores [lo que significa el 12% de la riqueza vegetal del globo], 927 especies de
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musgos, 840 especies de hepáticas, 1.515 especies de líquenes, 1.400 especies en helechos y plantas afines. Se destacan grupos como las orquídeas que representadas con cerca de 3500 especies, es decir, el 15% del total de especies de orquídeas del mundo La riqueza en aves es de 1.860 especies [Restall et al. 2007], que representa ser el primer país respecto a éste grupo, con cerca del 19% del total mundial y el 60% de las especies registradas en Suramérica. En ecosistemas acuáticos dulceacuícolas, se registran cerca de 1.357 especies de peces [Maldonado et al. 2008]. En ecosistemas costeros y marinos se calculan 2.500 especies de moluscos, 2.000 de peces, 35 de mamíferos y 82 de aves [Invemar 2008]. Respecto a especies endémicas -especies exclusivas de Colombia- las mejores estimas indican que se poseen: 32 especies de mamíferos, 400 de anfibios, 66 de aves y una tercera parte de las especies de plantas [Gleich et al. 2000; Franco et al. 2006]. En especies migratorias, se han identificado 549 que incluyen insectos, peces marinos y de agua dulce; tortugas marinas, mamíferos marinos y de agua dulce, murciélagos y aves [Naranjo & Amaya 2009; Amaya-Espinel 2009]. Muchas podrían ser las cifras sobre transformación de ecosistemas y en consecuencia pérdida de los servicios am-
PATRIMONIO NATURAL
bientales y de biodiversidad, ante lo cual se consignarán algunas cifras relevantes esperando que llamen a la reflexión. La intervención de los ecosistemas en el Caribe, los Andes incluidos los valles interandinos, es reportada entre otros autores como Villareal [2006] y Romero et al. [2008] con tasas del 72%, 59 y 67%, siendo en el Caribe el caso más agudo el de los ecosistemas secos [Villareal 2006; Romero et al. 2008]. Estimaciones realizadas por el IDEAM [2010], muestran para los periodos 1990- 2000 y 2000-2005, tasas de deforestación de 322.705 ha/año y 273.334 ha/año, respectivamente. Para este último periodo las regiones que mayor tasa de deforestación presentaron fueron la Amazonía con 109.046 ha/año y la Andina con 73.499 ha/año [IDEAM 2010]. Morales et al. [2007] calculan que el 24% [463.929 ha] de las áreas de páramo han sido transformadas, debido a actividades agrícolas, pecuarias, mineras, poniendo en riesgo la provisión de servicios ecosistémicos derivados de estos ecosistemas. Los ecosistemas marinos y costeros también han sido ampliamente transformados. En el caso de los manglares, la cobertura total de manglar en 2007 evidenció que en el Pacífico la disminución era de 17.390 ha [Invemar 2009]. El estado de los arrecifes de coral es en términos generales preocupante, ya que tanto en el Caribe como en el Pacífico, la cobertura de corales duros ha disminuido entre 1997 y el 2007, arrojando una cifra del 65% de los arrecifes con algún grado de amenaza.
En el caso pecuario, la relación entre los sistemas de ganadería bovina y la diversidad biológica se ha percibido en general como negativa por los grandes efectos que esta actividad tiene sobre los ecosistemas naturales y el empobrecimiento biológico que se evidencia en los paisajes ganaderos. Según información de diversos institutos, 40 millones de hectáreas se destinan a esta actividad en el país, a pesar de que las áreas con potencial uso para la misma apenas suman 10 millones de hectáreas. En relación con otras actividades productivas con gran impacto en la biodiversidad colombiana, se destaca la transformación y pérdida de biodiversidad que puede haber producido cierto tipo de actividades mineras, en especial aquellas desarrolladas a cielo abierto. El impacto de la minería en los paisajes colombianos no es asunto nuevo, de hecho, entre 1600 y 1850 esta actividad dominó la economía colombiana, con un papel relativamente menor de la agricultura y la ganadería [Etter et al. 2008]. Sin embargo, los impactos sobre la biodiversidad fueron puntuales y relativamente bajos. Caso contrario a lo que ha venido ocurriendo en las últimas décadas. En efecto, la minería es un sector que según la Contraloría General de la República [2008], a partir de datos suministrado por el Ministerio de Minas y Energía, el Instituto Colombiano de Geología y Minería -Ingeominas- y la Unidad de Planeación Minero Energética -UPME-, está experimentando un incremento acelerado. Los
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títulos mineros solicitados y otorgados para actividades como la extracción de carbón aumentaron en un 87% entre los años 2004-2007, concentrados en los departamentos de Antioquia, Boyacá, Cesar, Cundinamarca, Norte de Santander y Santander, trayendo como resultado un aumento del 77 % en la actividad entre los años 2000 y 2007. Para la actividad aurífera el mismo informe reporta que el número de títulos solicitados para oro se quintuplicó entre el año 2003 al año 2007 [UPME 2009]. A mayo 30 de 2011, habían sido tituladas para minería 4,8 millones de hectáreas, a lo que debe sumarse según Ingeominas 3,7 millones de hectáreas como solicitudes ya aprobadas y que están para la firma del titular.
Respecto a las especies marinas y dulce acuáticas el 90% se encuentran en estado de sobreaprovechamiento [Barreto & Borda 2008]. En la cuenca del Magdalena-Cauca, la disminución de la producción desembarcada y registrada entre 1974 y 20109 es de un 85%, estando identificadas 30 especies con algún grado de amenaza.
Los represamientos de agua y su relación con los ciclos de vida de las poblaciones generan impactos, que son superficial y tardíamente analizados. Colombia cuenta con 33 embalses que cubren 56.042 ha, equivalentes al 6% de los cuerpos lénticos del país y un volumen de almacenamiento de agua superior a 9831 Mm3. Están ocurriendo transformaciones y eventuales que son indebidamente cuantificadas y valoradas biológicamente. Estas situaciones deben ser consideradas frente a los desarrollos hidroeléctricos propuestos que contemplan 9 embalses nuevos [Pescadero-Ituango, Quimbo, Sogamoso y Porce IV, que ya cuentan con licencia ambiental; La Miel II, con licencia ambiental en trámite; y Amoyá, y Cucana aún sin licencia ambiental], que buscan aumentar la capacidad energética nacional en aproximadamente 3068 MW [DNP 2010].
En términos de tráfico ilegal, a 2009, las Corporaciones Autónomas Regionales reportaron 211.571 individuos decomisados, siendo los reptiles, aves y mamíferos los grupos biológicos más afectados [MAVDT 2011].
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Adicionalmente, las especies de los litorales rocosos también están sufriendo de sobreexplotación, llevándolas a niveles de amenaza, como es el caso del caracol Cittarium pica en el Caribe colombiano de la langosta espinosa Panulirus spp., pulpos, quitones y peces como meros, chernas y pargos.
Se calcula que cerca de 16.136.983 ha, se encuentran degradadas, en relación con 35.335.870 ha equivalentes a las transformadas; siendo las coberturas de cultivos, pastos y la vegetación secundaria las que representan el mayor grado de perturbación [45,6%]. Por otra parte, las coberturas naturales presentan una degradación del 12,2%, correspondiente a 9.615.845 ha de 78.713.516 ha del total del país.
PATRIMONIO NATURAL
Recientemente Colombia, se ha concientizado del problema derivado de las especies exóticas o foráneas, identificando que hay 176, de las cuales 17 se encuentran en el listado de las 100 más invasoras del planeta, según lo señala el Grupo Internacional de especialistas de especies invasoras -ISSGdominando el panorama nacional las introducciones intencionales relacionadas con el comercio [Baptiste et al. 2010; MAVDT 2010]. La contaminación química afecta a todos los ecosistemas con impactos altamente negativos sobre la biodiversidad, incluido el suelo y el aire. Entre las principales causas de este tipo de contaminación pueden citarse los residuos industriales [como metales pesados o petróleo], vertimientos humanos producidos por la actividad doméstica, la navegación que derrama varios tipos de hidrocarburos y en especial los derramamientos de petróleo que causan serios daños ecológicos. En relación con la presencia de metales pesados, en la cuenca media del río Bogotá, a la salida de Bogotá, se midió una carga de cerca de 900 kilogramos-día, siendo los principales metales cromo [430 kg] y zinc [410 kg] [IDEAM 2004]. El uso de plaguicidas es parte integral del proceso de producción de cultivos como el banano, palma africana, pastos, arroz, algodón, caña de azúcar, flores, papa, coca y amapola, los cuales han afectando principalmente las cuencas de los ríos Magdalena y Cauca así como las ciénagas de Zapatosa y Grande de Santa Marta; la
cuenca alta y media del río Meta, las cuencas de los ríos Saldaña y Coello, la cuenca baja y media del río Cesar, humedales del altiplano cundiboyacense y cuerpos de agua del Amazonas. La evaluación de la vulnerabilidad de ecosistemas ante la amenaza climática, muestra que los ecosistemas de alta montaña [bosques altoandinos, páramos, glaciares y humedales], las zonas secas y las áreas marino-costeras e insulares, son los tipos de ecosistemas más vulnerables [IDEAM 2010]. En tal sentido, la evaluación de vulnerabilidad 2011-2040 muestró que en los ecosistemas de montaña las áreas potencialmente más afectadas por el cambio climático abarcarían cerca del 70% [4.300.000 ha], impactando las áreas en Boyacá, Nariño, Tolima, Cauca y Cundinamarca [IDEAM 2010]. De otro lado, la vulnerabilidad de los ecosistemas boscosos será mayor en los departamentos de Boyacá, Valle del Cauca, Bolívar, Magdalena y Antioquia. Respecto a las áreas marino costeras e insulares, el aumento del nivel del mar de un metro, inundaría de manera permanente cerca de 4.900 km2 de costas bajas y causaría el anegamiento de 5.100 km2 en las áreas costeras continentales. En la isla de San Andrés, la situación puede ser crítica ya que con el ascenso de un metro en el nivel del mar, se podría causar una inundación mayor del 10% de la isla y 3,8% en las islas de Providencia y Santa Catalina [IDEAM 2010]. Estas inundaciones
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afectarían una población del orden de 1,4 a 1,7 millones de habitantes. En zonas nivales, superpáramos y páramos, por el aumento de la temperatura, podría ocurrir la extinción de un número importante de especies propias de esos ecosistemas, en especial en zonas por encima de los 4.000 m.s.n.m. La desertificación es un problema de deterioro de los suelos que se acentúa por el cambio climático y que afecta principalmente a las zonas secas del país, las cuales representan el 21,5% del territorio. Actualmente, el 78,9 % de las zonas secas presentan desertificación derivada, principalmente, de fenómenos como erosión, salinización, compactación y contaminación. El 42% de las zonas con procesos de desertificación en marcha se localizan en la región Caribe, el 32% en la Orinoquia [sabanas de Meta, Arauca y Vichada], el 24% en la zona Andina [valles interandinos de los ríos Magdalena y Cauca, los Santanderes y los altiplanos cundiboyacense y nariñense] y el 1% en la Amazonía. Algunas valoraciones sobre los servicios ecosistémicos, se estima que las áreas que conforman el Sistema Nacional de Parques Nacionales -SNPNN-, abastecen de agua de manera directa al 31% de la población colombiana y de manera indirecta al 50%. Igualmente, estas áreas protegidas incluyen cuatro de las seis estrellas hidrográficas más importantes del país y más del 62% de los nacimientos de los acuíferos
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nacionales; también protegen el 7% de las lagunas y ciénagas naturales que contienen el 20% de los recursos hídricos que abastecen de energía eléctrica al país. Por tales motivos la conservación de las coberturas naturales presentes en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas -SINAP-, es estratégica en la regulación hídrica [la regulación de caudales se estima en 700.000 mil millones de pesos al año] y en la disminución de la sedimentación [estimada en dos mil quinientos millones de pesos anuales]. Además de lo anterior, del área total de los distritos de riego de mediana y gran escala del país, 176.745 ha se proveen de fuentes hídricas provenientes de estas áreas del SINAP. Igual sucede con el servicio de captura de carbono, donde los beneficios económicos del SNPNN en este campo pueden oscilar entre $830.000 a $2.500.000 por hectárea protegida [DNP 2010]. De otro lado, la estimación de contenidos o reservas totales de carbono [biomasa aérea] en Colombia, empleando un nivel de detalle intermedio, muestra que los bosques naturales almacenan entre cerca de 7.459.762.323 t de carbono. Los tipos de bosque que mayor contenido de carbono almacenan en su biomasa aérea son, el bosque húmedo tropical [6.239.655.586 tC], el bosque muy húmedo tropical [372.958.761 tC] y el bosque muy húmedo premontano [215.562.351 tC] [IDEAM 2010].
PATRIMONIO NATURAL
De acuerdo con el World Travel & Tourism Council - WTTC-, se espera para el periodo 2006-2015 un crecimiento real anual de 4.5% de la demanda de viajes y turismo en Colombia, pasando de US$ 9800 millones a US$ 14300 millones en 2015, superando así el crecimiento esperado de 4.1% para América Latina. El ecoturismo corresponde al 7% de turismo mundial total, el cual se estima en US$ 514 mil millones al año. En este campo, el país presenta una tendencia hacia el crecimiento en la visita de regiones naturales como parques nacionales o dirigidos a la observación de aves. Se estima que tan solo las áreas que conforman el SNPNN, registran un promedio anual de visitas de 411.476 personas y que los beneficios totales anuales por ecoturismo oscilan en un rango entre $2,3 y $6,9 mil millones de pesos. Estos resultados muestran la fuente potencial de ingresos que podría derivarse de estas actividades para pobladores tanto de zonas rurales como de aquellas asentadas en áreas de influencia de parques y reservas naturales.
Respecto a la pérdida de especies, se estima que solamente en los últimos 50 años tres especies se han extinto para el país así como para el mundo: la foca monje [Monachus tropicalis], el zambullidor Andino [Podiceps andinus] y el pez graso [Rhizosomichthys totae]. Respecto al número de especies que pueden considerarse como amenazadas a la extinción se estima que son 1.117, afectando principalmente algunos grupos de plantas así como de mamíferos, aves, reptiles, anfibios, peces [de agua dulce y marinos] y algunos invertebrados [Amaya-Espinel 2009]. Finalmente, en el territorio colombiano se encuentran amenazadas de extinción 377 especies de fauna, de las cuales 43 son mamíferos, 112 aves, 25 reptiles, 48 anfibios, 28 peces marinos, 34 peces dulceacuícolas, 7 corales, 14 moluscos marinos, 7 crustáceos marinos, 1 crustáceo terrestre, 13 mariposas, 3 coleópteros, 31 himenópteros, 6 arañas y 5 alacranes [MAVDT 2010].
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PATRIMONIO NATURAL
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FOTOGRAFÍA FELIPE PINZÓN
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HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
PATRIMONIO FOTOGRÁFICO LOS ARCHIVOS QUE GUARDAN LA MEMORIA. APUNTES PARA UN ACERCAMIENTO A SU DEFINICIÓN Y CARACTERÍSTICAS.
SANDRA LILIANA SUÁREZ QUINTERO1 Proponer un texto de acercamiento al patrimonio fotográfico requiere de varios elementos en su consideración. En el siguiente texto se exponen algunos de ellos partiendo desde la revisión del término patrimonio en el marco de la denominada economía de la culturaadvirtiendo de la presencia de los organismos multilaterales (de orden político y económico) con programas en sus agendas de desarrollo que abordan implican relaciones entre economía, política y cultura.Desde aquí se hace referencia a las políticas desde el Ministerio de Cultura y se comparte una reflexión y un panorama crítico sobre el patrimonio en nuestro país para finalizar con dos referentes en el tema de manejo de archivos fotográficos.
1 Profesora Asociada Programa de Diseño Gráfico
Revisando la etimología y la evolución del término patrimonio, se hace necesario en un primer elemento enmarcar la presente apuesta desde los estudios hechos por la llamada Economía de la cultura o los varios esfuerzos existentes en la necesidad de relacionarlas e integrarlas. La economía de la cultura se puede entender como el estudio de las implicaciones socioeconómicas de las actividades y prácticas culturales; y también como la observación de las actividades de la vida social en la práctica cultural. Y uno de los fundamentos de la economía de la cultura lo constituye el doble reconocimiento de la cultura como sector y como campo. Son varios los esfuerzos y las críticas dedicadas a esta dupla - economía y cultura -, no sólo desde la Escuela de Frankfort con TheodorAdorno y Max Horkheimer; también Richard Florida, David Throsby, Scott, David Hesmondhalgh, Peter Senge, George Yúdice, Toby Miller,Pierre Bourdie, entre otros.
Universidad Jorge Tadeo Lozano
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El término patrimonio hace referencia directa con bien y este es entendido desde la economía como un tipo de producción conducente a satisfacer necesidades y pueden ser de varias clases: por su abundancia o escasez relativa (bienes libres o bienes económicos); por su destino (bienes de consumo, bienes de producción o de capital, bienes intermedios); por su grado de elaboración (bienes terminados o bienes no terminados); y por su naturaleza (bienes tangibles o bienes intangible); por su posesión (bienes privados o bienes públicos). De lo anterior pueden destacarse dos categorías en el marco del tema: bienes tangibles y bienes públicos. Pero también puede aparecer otra categoría a saber, bien cultural, que sirve para vincular y construir alianzas; es deseado y no necesario; satisface desde el punto de vista sicológico y aparece en lo afectivo. Bienes y servicios culturales evidencian un tránsito de las identidades nacionales desde diversas expresiones; un grupo social determinado puede señalar la legitimizaciónde unos bienes y servicios culturales o la invalidación de otros. Cuando se habla entonces de economía cultural, se habla de formas y posibilidades de ser y de construir. Varios términos acompañan esta búsqueda: bien cultural, producto cultural, servicio cultural, capital cultural, capitalismo cultural, sector cultural. Una gran preocupación redunda alrededor del tema y es la conciencia de las tareas que tiene la cultura. German Rey (2010) entiende que la cultura aporta al desarrollo identidades, diversidad e interculturalidad y también afirma que los produc-
HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
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tos culturales son muchos más que mercancías. Son soporte de la cohesión social y la democracia. La cultura es una línea transversal. Pero su definición genera una tensión continua entre la antropología y la estética y en ambos acercamientos por definirla no se concluye y se dilata en otros debates. Desde la antropología, se entiende la cultura como las formas de vida que los seres humanos construyen, contemplando tanto las creencias e imaginarios que dan forma a su pensamiento y a las relaciones sociales, hasta las tecnologías materiales que transforman su relación con el mundo que las rodea. Desde la estética, la cultura es un entramado de criterios que separan y discriminan categorialmente y en la consecuente distinción entre la alta cultura y la cultura popular. Pero hablar de patrimonio hace relación directa con el sector cultural en donde se habla de patrimonio material e inmaterial. Un segundo elemento que se debe tener en cuenta en el acercamiento a patrimonio, desde la dimensión internacional de la economía de la cultura, es la presencia de los organismos multilaterales de orden político - ONU, UNESCO y OEA - y de orden económico – Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional y Banco Interamericano de Desarrollo - que elaboran agendas con objetivos que implican relaciones entre economía, política y cultura.
FOTOGRAFÍA JHONNY VARGAS
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HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
La ONU establece escenarios basados en el desarrollo cultural apoyada en los conceptos de diversidad cultural y multiculturalidad. La UNESCO se erige como una organización intergubernamental dedicada a la cultura. La Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en su 17 versión celebrada en París en noviembre de 1972 señaló la importancia de la salvaguardia del patrimonio cultural y del patrimonio natural. Y a lo largo de sus convenciones ha reiterado las recomendaciones en estos dos ámbitos no sólo desde su definición y caracterización sino también desde la adopción e inclusión de otros como por ejemplo, patrimonio inmaterial (2003). La ONU y la UNESO parten de una nueva perspectiva centrada en el concepto de desarrollo sostenible que aparece a mediados de la década de los ochentas propone el desarrollo de los sectores culturales propios que son, entre otros, patrimonio, creatividad, arte, turismo cultural, industrias culturales. La OEA trabaja cuatro temas desde el Departamento de Educación y Cultura y entre esos está el de Protección y preservación del patrimonio cultural. El Banco Mundial formuló en el 2010 una nueva estrategia de cultura y educación que aplicará para el próximo decenio. Junto con el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial integró las industrias creativas y culturales en la financiación de sus proyectos buscando una alternativa de desarrollo social. Por último, el Banco Interamericano
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de Desarrollo cuenta con un Centro Cultural que desde 1994 agencia el Programa de Desarrollo Cultural y financia proyectos para la conservación, gestión y preservación del patrimonio cultural. Con estos antecedentes se identifica el interés de las diferentes organizaciones por el tema y se evidencia en la inclusión dentro de sus políticas, agendas, programas y proyectos. Es clara la tendencia global por desarrollar políticas que redunden en la conservación y difusión del patrimonio cultural. En Colombia, el Ministerio de Cultura establece la Dirección de Patrimonio asignándole la tarea de consolidarel desarrollo de la gestión, protección y salvaguardia del patrimonio cultural colombiano, y lograr la apropiación social del mismo:“Colombia le apuesta hoy a un enfoque integral para la gestión de su patrimonio cultural. Las políticas públicas para la gestión, protección y salvaguardia del patrimonio cultural colombiano, tanto material como inmaterial, otorgan a las comunidades el papel fundamental de reconocer y valorar sus bienes culturales materiales y sus manifestaciones culturales inmateriales. En Este sentido, son las comunidades quienes, como usuarias, lo crean, lo resignifican, lo heredan y le otorgan valor” . Con la entidad y varias normativas recoge las recomendaciones de las convenciones de la Unesco y retoma varias reglamentaciones a nivel internacional sobre el tema en especial sobre el patrimonio inmaterial.
PATRIMONIO FOTOGRÁFICO
El Ministerio de Cultura asume el patrimonio cultural “de manera incluyente, diversa y participativa” ; lo entiende como un conjunto de activos sociales de carácter cultural, material e inmaterial que le proporcionan a un grupo humano sentido, identidad y pertenencia.También lorelaciona como un factor necesario para el bienestar y el desarrollo. Así mismo hace un llamado alos colombianos y a las colombianas a comprometerse y responsabilizarse de él como parte de una comunidad que identifique herramientas o estrategias tanto para su conocimiento y valoración como para su uso y disfrute. “El patrimonio cultural de la Nación está constituido por todos los bienes materiales, las manifestaciones inmateriales, los productos y las representaciones de la cultura que son expresión de la nacionalidad colombiana, tales como la lengua castellana, las lenguas y dialectos de las comunidades indígenas, negras y creoles, la tradición, el conocimiento ancestral, el paisaje cultural, las costumbres y los hábitos, así como los bienes materiales de naturaleza mueble e inmueble a los que se les atribuye, entre otros, especial interés histórico, artístico, científico, estético o simbólico en ámbitos como el plástico, arquitectónico, urbano, arqueológico, lingüístico, sonoro, musical, audiovisual, fílmico, testimonial, documental, literario, bibliográfico, museológico o antropológico”.
En la Convocatoria de Estímulos 2012 el Ministerio de Cultura propone la consolidación de la cultura como eje fundamental del desarrollo cultural y de sus habitantes por medio del reconocimiento de seis líneas, una de ellas dedicada a la conservación y apropiación del patrimonio cultural. De esta manera dedica un capítulo a Patrimonio con el otorgamiento de becas, premios y pasantías que fomenten y promuevan “buenas prácticas que propicien la apropiación social del patrimonio cultural” . Aquí también se reconoce a la investigación como fuente de conocimiento y a la valoración de los archivos que guardan la memoria. Se proponen estímulos a docentes y maestros como fuente de divulgación y formación del patrimonio; y por último, se propone la valoración de diversos patrimonios como el industrial, el vernáculo y el gastronómico. Los textos de la convocatoria se contextualizan en el marco de la celebración de los cuarenta años de la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural–Unesco 1972. Frente al tema del patrimonio frágil y en riesgo de desaparición en esta convocatoria se explicitan como causas de riesgo de pérdida del patrimonio los desastres naturales, las acciones de grupos al margen de la ley, el robo, el abandono, el vandalismo, el tráfico ilícito, el desplazamiento forzado, el turismo y la urbanización descontrolada, la presión económica, el desconocimiento de culturas y saberes ancestrales.El objetivo que se propone es promover la identificación de riesgos y mecanismos
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HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
para mitigar el posible impacto sobre los bienes y las manifestaciones patrimoniales, de naturaleza material o inmaterial, que forman parte de una colectividad que comparte y vive en un territorio. Pero hay varias palabras que continúan apareciendo en el proceso de revisión de fuentes y de escritura de este documento y que merecen una detenimiento: patrimonio urbano y arqueológico; patrimonialización. Esta última es tema de estudio en un grupo conformado por Margarita Chaves, Mauricio Montenegro y Marta Zambrano, alrededor de una investigación que propone un marco analítico sobre el proceso de sanción patrimonial que se sanciona en Colombia examinando los retos que confronta la construcción de una denominada nación multicultural en torno a los estudios del patrimonio. El objetivo es propiciar una reflexión sobre los usos sociales y no sólo hegemónicos del patrimonio. En el artículo se señala que el estado ha centrado un especial interés en la salvaguarda del patrimonio arqueológico y la valoración de monumentos, edificios y vestigios arqueológicos; pero hay un carencia de políticas frente a la conceptualización, la conservación y la configuración social de los diferentes acervos, colecciones y bienes culturales, tangibles o intangibles; así como ausencia de estrategias de coordinación entre las diferentes entidades encargadas de la gestión del patrimonio cultural (Chaves, 2010).
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Como uno de los avances de la investigación del equipo de trabajo también se proponen cinco ejes transversales para reflexionar sobre posibles cruces con economía, política y cultura: 1. Políticas del patrimonio cultural, 2. Economía política y multiculturalismo, 3. Economía cultural, 4. Identidades, representaciones, diversidad y diferencia, 5. Prácticas de mediación y agenciamiento. El primer eje, políticas del patrimonio cultural, hace referencia directa ala construcción de marcos legales e institucionales para los objetos patrimoniales y a los usos políticos de esos mismos objetos. Es por esto que la identificación de la legislación vigente sobre patrimonio y procesos de patrimonialización y su lectura crítica, son indispensables para pensar en temas y problemas que cruzan transversalmente el campo de la patrimonialización. El eje Economía política y multiculturalismo se concentra en la observación de las consecuencias de la transición de lo social a lo cultural sobre le patrimonio. Entendido el patrimonio como un bien público de carácter nacional. Del giro cultural se pasa al multicultural en donde el interés se revierte hacia la reivindicación de la diversidad.
PATRIMONIO FOTOGRÁFICO
El tercer eje, Economía cultural, se sostiene como un método y un cuerpo conceptual y desde aquí se entiende el patrimonio como un objeto y un proceso cultural; y en este marco se propone una “economía del patrimonio” (Montenegro, 2010). Los dos últimos ejes - Identidades, representaciones, diversidad y diferencia, y Prácticas de mediación y agenciamiento -hacen relación directa con los diversos sujetos sociales en el marco de una perspectiva de las apropiaciones del patrimonio. Desde aquí se asume que la patrimonialización es un proceso que implica una construcción social. Un proceso de patrimonialización tiene que ver con identidad y en él alguien produce y otro legitima. Según Yúdice (2004), “…el patrimonio genera valor. Parte de nuestro desafío conjunto es analizar los retornos locales y nacionales para inversiones que restauran y derivan valor del patrimonio cultural, trátese de edificios y monumentos o de la expresión cultural viva como la música, el teatro y las artesanías indígenas”. Con esta propuesta conviene revisar la relación imagen y patrimonio cultural, o bien otro posible imagen y acervo cultural. Definir entonces la fotografía como un bien o una expresión cultural y justificar la razón de esta elección desde una mirada local y una nacional es otra tarea.Un bien cultural debe entonces entenderse como un patrimonio para la gente que tiene un lugar y un espacio para elloscomo portadores de patrimonio.
La noción de patrimonio se transforma continuamente (Melo, 2009) y varias son las razones de ello. Entre estas cabe destacar el cambio de perspectivas en la investigación histórica mundial que provoca giros lingüísticos y narrativos de la historiografía, que promueve estudios históricos centrados a fenómenos culturales marginales (como la cocina, el espacio doméstico, el juego) por muchas décadas. Una primera razón para conformar un archivo fotográfico: deben conservarse elementos valiosos del patrimonio cultural para su estudio y su conversión en parte de las representaciones colectivas del pasado. La fotografía estaría enmarcada en una primera categoría, la de patrimonio visual. Otra propuesta: La fotografía nos dice mucho del pasado y debe ser considerada como documento y someterse a proceso de interpretación, de crítica, de análisis e interpretación y de atribución de sentido. Melo realiza un recorrido histórico en donde hace notar el avance y al evolución de otras formas;identifica el patrimonio textual u oral (hace referencia a lo oral y no a lo escrito), el patrimonio bibliográfico o impreso (libros e impresos) y patrimonio documental (archivos históricos y administrativos); propone la presencia de un patrimonio escrito paralelo a un patrimonio visual; todas estas categorías devienen del continuo avance de la cultura que crea muchos bienes dirigidos alos sentidos: al gusto, al olfato, al tacto, a la vista, al oído.
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FOTOGRAFÍA C A M I L O M A R T Í N E Z
HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
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PATRIMONIO FOTOGRÁFICO
La fotografía deviene entonces en un bien producto del intercambio de objetos y cultura; la fotografía es entendida en el contexto de este texto, como un bien cultural que ofrece un sentido cultural con apropiación.Y entendida como expresión, tiene una alusión directa a bien tangible y su carácter debe ser público. La imagen, al igual que la palabra y el texto, deben ser conservados por que se constituyen en las huellas del pasado del hombre y de la vida. La fotografía debe conservar los rastros del pasado. La fotografía desde su aparición fue aclamada como un acontecimiento histórico pero anudada a la condición de ser documento de la realidad, un documento en sí mismo. Se le ha denominado como espejo de la realidad (Escorza, 2008) pero como toda creación humana, es susceptible de ser una interpretación que la instauran como testimonio subjetivo dado que el sujeto autor la otorga una acción o un efecto específico. La relación entre historia y fotografía inicia desde la invención misma de esta última. Los primeros fotógrafos captaban la realidad y sus imágenes se convertían en documentos para la memoria social. Pero por mucho tiempo se consideró que la fotografía representaba la realidad y por tal motivo las imágenes que se producían fijaban la historia. En el siglo XIX se hablaba de la fotografía como un retrato fiel de la realidad y al reproducir de manera exacta lo que el ojo reconocía, este
carácter le afianzó como documento verdadero. Con los años, críticos y fotógrafos identificaron la dualidad de la imagen fotográfica: documentar o mentir; reflejo o ficción. En un sentido amplio, toda creación humana es un documento, o mejor, una huella; y la fotografía puede considerarse en documento o huella de un periodo. Al lado de patrimonio aparecen la memoria y la historia. Los mecanismos para valorar, definir y crear una memoria compartida son muy similares a los que crean un pasado histórico. Pero en efecto, la primera es subjetiva y la segunda pretende someterse a criterios de verificación; la memoria es reciente y la historia produce textos que nos permiten comunicarnos más allá de nuestros abuelos; la memoria es el resultado de un proceso vivido y acrítico que elimina y olvida selectivamente, y la historia pretende luchar sistemáticamente contra el olvido; la memoria está basada en el interés, político o cultural, de crear solidaridades en quienes la comparten, y la historia está basada ante todo en la idea de introducir dudas y plantear problemas e inquietudes; la memoria es local o de grupo, sometida a intereses sociales, y la historia pretende mantener siempre vivas las relaciones entre lo local y lo universal y busca emancipar y liberar al individuo y a las sociedades del peso del pasado; la memoria privilegia las fuentes vividas, la experiencia de los que recuerdan, sobre todo para impedir que se borre el rastro de los que han sido perseguidos y, en cierto modo, derrotados, y
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la historia se abre a toda fuente posible y confronta el recuerdo con el documento para examinar su validez y su pertinencia. Melo plantea un panorama crítico en la conservación de material así como en el esfuerzo de reunir y conservar el patrimonio en manos de coleccionistas e investigadores, y propone que sean las bibliotecas oficiales las ejecutoras de esta labor:Definir, guardar, conservar y poner a disposición del público. No se debe desconocer por supuesto iniciativas como encuentros, aprobación de leyes y políticas, creación y fortalecimiento de entidades públicas y privadas. A nivel mundial esta función es ejercida en los países con un apoyo importante de entidades públicas; casos como el Sistema Nacional de Fototecas – SINAFO - de México y el del Archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín se constituyen en un buen referente no sólo por su organización y funcionamiento sino también por su robusto archivo. El SINAFO se crea en 1993 con el objetivo de regular y coordinar la conservación, catalogación, digitalización y reproducción de los archivos fotográficos bajo custodia del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) quien a su vez tiene la labor de resguardo del patrimonio cultural mexicano.La colección está constituido por veintinueve archivos fotográficos, veinte pertenecientes al INAH y nueve de otras instituciones
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públicas y privadas, ejerciendo una presencia nacional significativa en la República Mexicana. Actualmente, el Sistema resguarda alrededor de dos millones quinientas mil piezas fotográficas, que van desde 1840 hasta la fecha. La propuesta deSinafo es la de un proyecto de conservación fotográfica que va de la mano con la difusión y utilización respetuosa de la imagen. Propone el establecimiento de una red que ermita el intercambio y la consulta de los acervos fotográficos del país a través de plataformas digitales. Promulga el conocimiento como únicavía para la conservación de la fotografía al propiciar en las instituciones y en la sociedad la apreciación por el medio, lo cual idealmente debería desembocar en la formación de colecciones y en la generación de fototecas en cada estado o región, ya que es en el contexto local donde muchas imágenes renuevan sus significado. La valoración de la fotografía como uno de los componentes activos de la memoria juega un papel destacado en la elaboración de las historias locales y regionales, a la vez que constituye un elemento invaluable para la conservación del patrimonio cultural mueble, inmueble e intangible. En resumen, armonizar la salvaguardia del patrimonio con el servicio a la comunidad. El segundo caso es la Biblioteca Pública Piloto de Medellín creada en 1952 con el apoyo de la UNESCO, que ha consolidado un acervo de orden histórico universal y de manera particular de la región antioqueña, adoptando un carácter
FOTOGRAFÍA JHONNY VARGAS
HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
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HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
emblemático en el sector cultural como conservadora y difusora del patrimonio. La colección asciende a más de un millón setecientas mil imágenes que datan desde 1848 en diversos soportes y formatos, erigiéndose como uno de los archivosfotográficos más grande de Latinoamérica.El objetivo de la Biblioteca es la conservación, preservación y difusión del material visual, tareas combinadas con servicios de consulta y búsqueda para usuarios, así como trabajos de difusión y divulgación nacional e internacional de fotografías de sus diferentes fondos fotográficos. Su colección contiene piezas de fotógrafos antioqueños muy representativos como Benjamín de la Calle, Melitón Rodríguez y Gabriel Carvajal, entre otros. En nuestro país hay otras entidades que deben señalarse como referentes y son el Archivo del Patrimonio Fotográfico y fílmico del Valle del Cauca, la Biblioteca Luis Ángel Arango, el Archivo de Bogotá, el Archivo General de la Nación, la Biblioteca Nacional, entre otros. Por último, se debe señalar sobre la importancia de contribuir a la formación y el reconocimiento de las fuentes de memoria visual de nuestro país. Desde la asignatura de Fotografía que ofrece el programa de Diseño gráfico se realiza un ejercicio que se propone realizar un recorrido por momentos y autores que han contribuido y siguen contribuyendo al desarrollo y pleno reconocimiento de la fotografía como lenguaje creativo;
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con él se suscita una oportunidad para examinar algunos apartados de la historia de la fotografía en los siglos XIX y XX y se propone una reflexión sobre la realidad y lo representado con algunas fotografías que han configurado nuestra memoria visual.Este conjunto de imágenes son el resultado del trabajo de análisis, reinterpretación y homenaje en torno a la obra de diferentes fotógrafos y forman parte de la serie Reinterpretación fotográfica en cartel. Quedan varias preguntas luego de los diferentes recorridos: ¿hay usos políticos del patrimonio fotográfico? ¿quiénes son las identidades que se promueven en el proceso de patrimonialización? ¿a quién le sirve? ¿se debe hacer una distinción entre políticas del patrimonio y políticas de la memoria? ¿son suficientes las políticas y los programas en nuestro país para generar Planes de salvaguardia, de cuidado y de conservación del patrimonio fotográfico?
PATRIMONIO FOTOGRÁFICO
REFERENCIAS Escorza Rodríguez, Daniel (2008). Fotografía e Historia un modelo para armar. México: Instituto nacional de Antropología e Historia. Chaves, Margarita, Montenegro Mauricio, Zambrano Marta (2010). “Mercado, consumo y patrimonialización cultural” en Revista Colombiana de Antropología. Vol. 46. Melo, Jorge Orlando (2009). La conformación del patrimonio bibliográfico colombiano: algunas notas sobre su pasado y propuestas para hoy. Bogotá. Mendoza, Mayra (2005). Instructivo para el manejo de colecciones fotográficas. No. 6. México: Cuadernos del Sistema Nacional de Fototecas. Mendoza, Mayra y Rosangel Baños (2005). Imágenes de cámara: Identificación y preservación. No. 7. México: Cuadernos del Sistema Nacional de Fototecas. Rodríguez, José Antonio (2011). “La historia en documentos” en Revista Alquimia año 13 No. 38. México: Sistema Nacional de Fototecas.
Páginas de Internet Agentes sociales y expansión de las industrias culturales en Colombia. Chaves, Margarita, Montenegro Mauricio, Mignolo Paolo (2012). Bogotá: Unradio, Museos en vivo. Disponible en <http://www.unradio.unal.edu.co/detalle/cat/museos-en-vivo/cy/2012/cm/2/article/conservacion-y-restauracion-de-bienes-culturales.html>. Consultado en junio de 2012. Conservación y restauración de bienes culturales. Cárdenas, Marta y Ángela Pérez (2012). Bogotá: Bogotá: Unradio, Museos en vivo. Disponible en <http://www.unradio.unal.edu.co/ detalle/cat/museos-en-vivo/cy/2012/cm/2/article/conservacion-y-restauracion-de-bienes-culturales.html>. Consultado en junio de 2012. Biblioteca Pública Piloto de Medellín. Disponible en <http:// www.bibliotecapiloto.gov.co/>. Consultado en junio de 2012. Ministerio de cultura. Disponible en <http:// www.mincultura. gov.co>. Consultado en junio de 2012. Patrimonio fotográfico: estrategias para su gestión: Sistema Nacional de Fototecas. Disponible en <http://www.sinafo. inah.gob.mx/>. Consultado en junio de 2012.
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FOTOGRAFÍA ANGÉLICA ULLOA
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HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
LEY GENERAL DE LA CULTURA LEY 397 DE 1997
¿Qué regula la Ley 397 de 1997? Desarrolla los artículos 70, 71 y 72 y demás artículos concordantes de la Constitución Política y se dictan normas sobre patrimonio cultural, fomentos y estímulos a la cultura, se crea el Ministerio de la Cultura y se trasladan algunas dependencias. — ¿Cuál es el deber del Estado colombiano, con respecto al desarrollo cultural del país? Según lo dispuesto en los artículos 70 y 71 de la Constitución Política, es deber del Estado:
1. Promover y fomentar el acceso a la cultura de todos los colombianos en igualdad de oportunidades, por medio de la educación permanente y la enseñanza científica, técnica, artística y profesional en todas las etapas del proceso de creación de la identidad nacional. 2. Promover la investigación, la ciencia, el desarrollo y la difusión de los valores culturales de la Nación. 3. Crear incentivos para personas e instituciones que desarrollen y fomenten la ciencia y la tecnología y las demás manifestaciones culturales y ofrecer estímulos especiales a personas e instituciones que ejerzan estas actividades. Planes de desarrollo económico y social: Deben incluir el fomento a las ciencias y, en general, a la cultura.
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HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
¿A cargo de quién está la protección del patrimonio cultural de la Nación? Del Estado. —
¿Qué ley desarrolla los artículos 70, 71 y 72 de la Constitución Política? La Ley 397 de 1997, en la que encontramos: 1) Disposiciones sobre patrimonio cultural
¿Cuáles son las características del patrimonio arqueológico y otros bienes culturales que conforman la identidad nacional? 1. Pertenecen a la Nación
3) Se crea el Ministerio de la Cultura
2. Son inalienables
4) Se trasladan algunas dependencias.
3. Son inembargables
—
4. Son imprescriptibles
¿Qué podemos entender como cultura?
— ¿Qué sucede cuando el patrimonio arqueológico y otros bienes culturales que conforman la identidad nacional se encuentran en manos de particulares? La Ley establecerá los mecanismos para readquirirlos y reglamentará los derechos especiales que pudieran tener los grupos étnicos asentados en territorios de riqueza arqueológica. (Artículo 72 Carta Política)
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2) Fomentos y estímulos a la cultura
El conjunto de rasgos distintivos, espirituales, materiales, intelectuales y emocionales que caracterizan a los grupos humanos y que comprende, más allá de las artes y las letras, modos de vida, derechos humanos, sistemas de valores, tradiciones y creencias. (Art. 1, Ley 397 de 1997)
LEY GENERAL DE LA CULTURA
¿Cuál es el papel del Estado frente a la cultura, de conformidad con el artículo 1º de la Ley 397? 1. Impulsar y estimular los procesos, proyectos y actividades culturales en un marco de reconocimiento y respeto por la diversidad y variedad cultural de la Nación colombiana. 2. Valorar, proteger y difundir el Patrimonio Cultural de la Nación. 3. Garantizar a los grupos étnicos y lingüísticos, a las comunidades negras y raizales y a los pueblos indígenas el derecho a conservar, enriquecer y difundir su identidad y patrimonio cultural, a generar el conocimiento de las mismas según sus propias tradiciones y a beneficiarse de una educación que asegure estos derechos. 4. Reconocer la especificidad de la cultura caribe y brindar especial protección a sus diversas expresiones. 5. proteger el castellano como idioma oficial de Colombia y las lenguas de los puebles indígenas y comunidades negras y raizales en sus territorios.
6. Impulsar el fortalecimiento de las lenguas amerindias y criollas habladas en el territorio nacional, comprometiéndose al respeto y reconocimiento de éstas en el resto de la sociedad. 7. Garantizar la libre investigación y fomentar el talento investigativo dentro de los parámetros de calidad, rigor y coherencia académica. 8. Fomentar la creación, ampliación y adecuación de infraestructura artística y cultural y garantizar el acceso de todos los colombianos a la misma. 9. Promover la interacción de la cultura nacional con la cultura universal. 10. El Estado, al formular su política cultural, debe tener en cuenta tanto al creador, al gestor como al receptor de la cultura y garantizar el acceso de los colombianos a las manifestaciones, bienes y servicios culturales en igualdad de oportunidades, concediendo especial tratamiento a personas limitadas física, sensorial y síquicamente, de la tercera edad, la infancia y la juventud y los sectores sociales más necesitados.
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HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
¿Puede el Estado ejercer censura sobre la forma y el contenido ideológico y artístico de las realizaciones y proyectos culturales? En ningún caso, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 1º de la Ley 397 de 1997
¿Qué constituye el patrimonio cultural de la Nación? 1. Todos los bienes y valores culturales que son expresión de la nacionalidad colombiana, tales como: a. La tradición
—
b. Las costumbres
¿Con respecto a la cultura, qué debe tener en cuenta el Plan Nacional de Desarrollo?
c. Los hábitos
Los recursos públicos invertidos en actividades culturales tendrán, para todos los efectos legales, el carácter de gasto público social. (Artículo 1º de la Ley 397 de 1997)
2. El conjunto de bienes inmateriales y materiales, muebles e inmuebles, que poseen un especial interés histórico, artístico, estético, plástico, arquitectónico, urbano, arqueológico, ambiental, ecológico, lingüístico, sonoro, musical, audiovisual, fílmico, científico, testimonial, documental, literario, bibliográfico museológico, antropológico.
—
3.
El Plan Nacional de Desarrollo debe tener en cuenta el Plan Nacional de Cultura que formule el Gobierno.
¿Cuál es el objetivo primordial de la política estatal en relación con la cultura? La preservación del Patrimonio Cultural de la Nación y el apoyo y el estímulo a las personas, comunidades e instituciones que desarrollen o promuevan las expresiones artísticas y culturales en los ámbitos locales, regionales y nacional. (Art. 2, Ley 397 de 1997)
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Las manifestaciones, los productos y las representaciones de la cultura popular.
(Artículo 4, Ley 397 de 1997, modificado por el art 1, Ley 1185 de 2008)
LEY GENERAL DE LA CULTURA
¿Qué bienes son considerados como bienes de interés cultural? a. Los bienes declarados monumentos nacionales con anterioridad a la Ley 397 b. Los bienes integrantes del patrimonio arqueológico c. Previo concepto del Ministerio de Cultura, aquellos bienes que hayan sido objeto de reconocimiento especial expreso por las entidades territoriales. (Artículo 4, Ley 397 de 1997, modificado por el art 1, Ley 1185 de 2008)
— ¿Cuáles son los objetivos de la política estatal en relación con el patrimonio cultural de la Nación? La protección, la conservación, la rehabilitación y la divulgación de dicho patrimonio, con el propósito de que éste sirva de testimonio de la identidad cultural nacional, tanto en el presente como en el futuro.
¿Qué bienes integran el patrimonio arqueológico? 1. Aquellos muebles o inmuebles que sean originarios de culturas desaparecidas, o que pertenezcan a la época colonial 2. Así como los restos humanos y orgánicos relacionados con esas culturas. 3. Los elementos geológicos y paleontológicos relacionados con la historia del hombre y sus orígenes. 4. También podrán formar parte del patrimonio arqueológico los bienes muebles e inmuebles representativos de la tradición e identidad culturales pertenecientes a las comunidades indígenas actualmente existentes, que sean declarados como tal por el Ministerio de Cultura, a través del Instituto Colombiano de Antropología, y en coordinación con las comunidades indígenas. (Artículo 6º, Ley 397 de 1997; modificado por el art. 3, Ley 1185 de 2008)
(Artículo 5 de la Ley 397 de 1997, modificado por el artículo 2º de la Ley 1185 de 2008)
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HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
¿Qué debe hacer el particular que encuentre bienes arqueológicos? Deberá dar aviso inmediato a las autoridades civiles o policivas más cercanas, las cuales tendrán como obligación informar del hecho al Ministerio de Cultura, durante las veinticuatro (24) horas siguientes. (Artículo 6º, Ley 397 de 1997; modificado por el art. 3, Ley 1185 de 2008)
la declaratoria y el manejo del patrimonio cultural y de los bienes de interés cultural del ámbito municipal, distrital, departamental, a través de las alcaldías municipales y las gobernaciones respectivas, y de los territorios indígenas, previo concepto de los centros filiales del Consejo de Monumentos Nacionales allí donde existan, o en su defecto por la entidad delegada por el Ministerio de Cultura. (Artículo 8º, Ley 397 de 1997)
—
—
¿Cuál es el órgano encargado de asesorar al Gobierno Nacional en cuanto a la protección y manejo del Patrimonio cultural de la Nación?
¿Cuál es la relación de las iglesias y el patrimonio cultural?
El Consejo de Monumentos Nacionales — ¿Quién es el responsable de la declaratoria y del manejo de los monumentos nacionales y de los bienes de interés cultural de carácter nacional? El Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Cultura y previo concepto del Consejo de Monumentos Nacionales. A las entidades territoriales, con base en los principios de descentralización, autonomía y participación, les corresponde
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Señala el parágrafo del artículo 8 de la Ley 397 de 1997, que: 1. Se reconoce el derecho de las iglesias y confesiones religiosas de ser propietarias del patrimonio cultural que hayan creado, adquirido con recursos o que estén bajo su legítima posesión. 2. Se protegen la naturaleza y finalidad religiosa de dichos bienes, las cuales, no podrán ser obstaculizadas ni impedidas por su valor cultural. 3. Convenios para establecer el régimen de estos bienes, incluyendo las restricciones a su enajenación y exportación y las medidas, para su inventario, conservación, restauración, estudio y exposición.
LEY GENERAL DE LA CULTURA
¿Qué bienes pertenecen al patrimonio cultural o arqueológico de la Nación?
¿Cuál es el procedimiento a seguir para realizar una exploración y remoción del patrimonio cultural sumergido y qué sucede si se produjere un hallazgo?
Por su valor histórico o arqueológico, que deberá ser determinado por el Ministerio de Cultura:
Independientemente de que lo realice una persona natural o jurídica; nacional o extranjera; requiere autorización previa del Ministerio de Cultura, y de la Dirección General Marítima, DIMAR, del Ministerio de Defensa Nacional, la cual será temporal y precisa.
1. Las ciudades o cementerios de grupos humanos desaparecidos. 2. Restos humanos. 3. Las especies náufragas constituidas por las naves y su dotación, y demás bienes muebles yacentes dentro de éstas, o diseminados en el fondo del mar, que se encuentren en el suelo o subsuelo marinos de las aguas interiores, el mar territorial, la plataforma continental o zona económica exclusiva, cualesquiera que sea su naturaleza o estado y la causa o época del hundimiento o naufragio. Los restos o partes de embarcaciones, dotaciones o bienes que se encuentren en circunstancias similares, también tienen el carácter de especies náufragas. (Artículo 9º, Ley 397de 1997)
Si en ejercicio de la autorización se produjere un hallazgo, deberá denunciarse el mismo ante tal Dirección, con el fin de que ésta acredite como denunciante a quien lo haya hecho, mediante acto reservado y debidamente motivado. Si como consecuencia de la denuncia se produce el rescate en las coordenadas geográficas indicadas por el denunciante, éste tendrá derecho a un porcentaje del valor bruto de las especies náufragas, “en el entendido que el porcentaje a que tiene derecho el denunciante, no puede ser pagado, total o parcialmente, con las especies náufragas que integran el patrimonio arqueológico y cultural nacional1”. (Artículo 9º, parágrafo 1, Ley 397 de 1997)
1 Sentencia C 474 de 2003
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HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
¿Cuál es la principal recomendación con respecto a los métodos utilizados para la exploración y remoción del patrimonio cultural sumergido? Deben evitar su destrucción, con el fin de otorgar la mayor claridad sobre el posible hallazgo y preservar la información cultural del mismo, aun si esto implicara dejarlo en su sitio en espera de otros métodos y tecnologías que permitan su rescate o estudio sin daño alguno. En cualquier caso, debe estar presente como supervisor, un grupo de arqueólogos submarinos debidamente acreditados por el Ministerio de Cultura. Para efectos de lo previsto, la Comisión de Especies Náufragos de que trata el Decreto 29 de 1984, rendirá concepto previo a la Dirección General Marítima, DIMAR, y obrará como organismo asesor del Gobierno en la materia. (Artículo 9º, parágrafo 2, Ley 397 de 1997)
¿A quién corresponde determinar el destino o uso de las especies náufragas rescatadas? Al Ministerio de Cultura, pudiendo celebrar convenios de administración con entidades públicas o privadas que tengan como una de sus actividades principales la ejecución de programas culturales abiertos al público. (Artículo 9º, parágrafo 2, Ley 397 de 1997)
¿Cuáles son las características de los bienes de interés cultural que conforman el patrimonio cultural de la Nación que sean propiedad de entidades públicas? 1) Inembargables, 2) Imprescriptibles 3) Inalienables. El Ministerio de Cultura autorizará, en casos excepcionales, la enajenación o el préstamo de bienes de interés cultural entre entidades públicas. Las alcaldías, gobernaciones y autoridades de los territorios indígenas y de las comunidades negras de que trata la Ley 70 de 1993, serán las encargadas de dar aplicación a lo previsto en el parágrafo 1º del Artículo 10 de la Ley 397 de 1997, modificado por el art. 6, Ley 1185 de 2008, respecto de los bienes de interés cultural declarados por ellas.
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LEY GENERAL DE LA CULTURA
Las autoridades señaladas en el citado parágrafo podrán autorizar a las entidades públicas propietarias de bienes de interés cultural para darlos en comodato a entidades privadas sin ánimo de lucro de reconocida idoneidad, hasta por el término de cinco (5) años prorrogables con sujeción a lo previsto en el artículo 355 de la Constitución Política, celebrar convenios interadministrativos y de asociación en la forma prevista en los artículos 95 y 96 de la Ley 489 de 1998 o en las normas que los modifiquen o sustituyan, y en general, celebrar cualquier tipo de contrato, incluido el de concesión, que implique la entrega de dichos bienes a particulares, siempre que cualquiera de las modalidades que se utilice se dirija a proveer y garantizar lo necesario para la protección, recuperación, conservación, sostenibilidad y divulgación de los mismos, sin afectar su inalienabilidad, imprescriptibilidad e inembargabilidad. (Artículo 10, Ley 397 de 1997, modificado por el art. 6, Ley 1185 de 2008)
¿Cuál es el Régimen Especial de Protección al que están sometidos los bienes materiales de interés cultural de propiedad pública y privada estarán sometidos?
1. Plan Especial de Manejo y Protección. La declaratoria de un bien como de interés cultural incorporará el Plan Especial de Manejo y Protección -PEMP-, cuando se requiera de conformidad con lo definido en la Ley 397 de 1997, modificada por la Ley 1185 de 2008. El PEMP es el instrumento de gestión del patrimonio cultural por medio del cual se establecen las acciones necesarias para garantizar su protección y sostenibilidad en el tiempo. Para bienes inmuebles se establecerá el área afectada, la zona de influencia, el nivel permitido de intervención, las condiciones de manejo y el plan de divulgación que asegurará el respaldo comunitario a la conservación de estos bienes. Para bienes muebles se indicará el bien o conjunto de bienes, las características del espacio donde están ubicados, el nivel permitido de intervención, las condiciones de manejo y el plan de divulgación que asegurará el respaldo comunitario a la conservación de estos bienes.
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HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
El Ministerio de Cultura reglamentará para todo el territorio nacional el contenido y requisitos de los Planes Especiales de Manejo y Protección y señalará, en dicha reglamentación, qué bienes de interés cultural de la Nación, de los declarados previamente a la expedición de la Ley 1185 de 2008, requieren de adopción del mencionado Plan y el plazo para hacerlo. 1.1. Cuando un bien de interés cultural del ámbito departamental, distrital, municipal, de los territorios indígenas y de los de las comunidades negras de que trata la Ley 70de 1993 sea declarado bien de interés cultural del ámbito nacional por el Ministerio de Cultura, el Plan Especial de Manejo y Protección, si se requiriere, deberá ser aprobado por dicho Ministerio, quien podrá atender posibles sugerencias hechas por las autoridades competentes para efectuar declaratorias en el ámbito territorial. 1.2. Incorporación al Registro de Instrumentos Públicos. La autoridad que efectúe la declaratoria de un bien inmueble de interés cultural informará a la correspondiente Oficina de Registro de Instrumentos Públicos a efectos de que esta incorpore la anotación en el folio de matrícula inmobiliaria correspondiente. Igualmente, se incorporará la anotación sobre la existencia del Plan Especial de Manejo y Protección aplicable al inmueble, si dicho plan fuese requerido.
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Del mismo modo se informará en el caso de que se produzca la revocatoria de la declaratoria en los términos de esta ley. Este tipo de inscripciones no tendrá costo alguno. 1.3. Incorporación de los Planes Especiales de Manejo y Protección a los planes de ordenamiento territorial. Los Planes Especiales de Manejo y Protección relativos a bienes inmuebles deberán ser incorporados por las autoridades territoriales en sus respectivos planes de ordenamiento territorial. El PEMP puede limitar los aspectos relativos al uso y edificabilidad del bien inmueble declarado de interés cultural y su área de influencia aunque el Plan de Ordenamiento Territorial ya hubiera sido aprobado por la respectiva autoridad territorial. 1.4. Plan de Manejo Arqueológico. Cuando se efectúen las declaratorias de áreas protegidas de que trata el artículo 6 del Título II de la Ley 397 de 1997, se aprobará por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia un Plan Especial de Protección que se denominará Plan de Manejo Arqueológico, el cual indicará las características del sitio y su área de influencia, e incorporará los lineamientos de protección, gestión, divulgación y sostenibilidad del mismo.
LEY GENERAL DE LA CULTURA
En los proyectos de construcción de redes de transporte de hidrocarburos, minería, embalses, infraestructura vial, así como en los demás proyectos y obras que requieran licencia ambiental, registros o autorizaciones equivalentes ante la autoridad ambiental, como requisito previo a su otorgamiento deberá elaborarse un programa de arqueología preventiva y deberá presentarse al Instituto Colombiano de Antropología e Historia un Plan de Manejo Arqueológico sin cuya aprobación no podrá adelantarse la obra. 1.5. Prevalencia de las normas sobre conservación, preservación y uso de las áreas e inmuebles consideradas patrimonio cultural de la Nación. De conformidad con lo preceptuado en los numerales 2 del artículo 10 y 4o del artículo 28 de la Ley 388 de 1997 o las normas que los sustituyan, las disposiciones sobre conservación, preservación y uso de las áreas e inmuebles de interés cultural constituyen normas de superior jerarquía al momento de elaborar, adoptar, modificar o ajustar los Planes de Ordenamiento Territorial de municipios y distritos. (Artículo 11, Ley 397 de 1997, modificado por el art. 7, Ley 1185 de 2008)
2. Intervención. Por intervención se entiende todo acto que cause cambios al bien de interés cultural o que afecte el estado del mismo. Comprende, a título enunciativo, actos de conservación, restauración, recuperación, remoción, demolición, desmembramiento, desplazamiento o subdivisión, y deberá realizarse de conformidad con el Plan Especial de Manejo y Protección si este fuese requerido. La intervención de un bien de interés cultural del ámbito nacional deberá contar con la autorización del Ministerio de Cultura o el Archivo General de la Nación, según el caso. Para el patrimonio arqueológico, esta autorización compete al lnstituto Colombiano de Antropología e Historia de conformidad con el Plan de Manejo Arqueológico. Asimismo, la intervención de un bien de interés cultural del ámbito territorial deberá contar con la autorización de la entidad territorial que haya efectuado dicha declaratoria. La intervención solo podrá realizarse bajo la dirección de profesionales idóneos en la materia. La autorización de intervención que debe expedir la autoridad competente no podrá sustituirse, en el caso de bienes inmuebles, por ninguna otra clase de autorización o licencia que corresponda expedir a otras autoridades públicas en materia urbanística.
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Quien pretenda realizar una obra en inmuebles ubicados en el área de influencia o que sean colindantes con un bien inmueble declarado de interés cultural, deberá comunicarlo previamente a la autoridad que hubiera efectuado la respectiva declaratoria. De acuerdo con la naturaleza de las obras y el impacto que pueda tener en el bien inmueble de interés cultural, la autoridad correspondiente aprobará su realización o, si es el caso, podrá solicitar que las mismas se ajusten al Plan Especial de Manejo y Protección que hubiera sido aprobado para dicho inmueble.
3. Exportación. Queda prohibida la exportación de los bienes muebles de interés cultural. Sin embargo, el Ministerio de Cultura, en relación con los bienes muebles de interés cultural del ámbito nacional, el Instituto Colombiano de Antropología e Historia respecto de los bienes arqueológicos y el Archivo General de la Nación respecto de los bienes documentales y archivísticos, podrán autorizar su exportación temporal, por un plazo que no exceda de tres (3) años, con el único fin de ser exhibidos al público o estudiados científicamente.
El otorgamiento de cualquier clase de licencia por autoridad ambiental, territorial, por las curadurías o por cualquiera otra entidad que implique la realización de acciones materiales sobre inmuebles declarados como de interés cultural, deberá garantizar el cumplimiento del Plan Especial de Manejo y Protección si éste hubiere sido aprobado.
Tratándose de bienes de interés cultural del ámbito territorial, con exclusión de bienes arqueológicos, esta autorización estará a cargo de las alcaldías y las gobernaciones, según corresponda.
(Artículo 11, Ley 397 de 1997, modificado por el art. 212 del Decreto 19 de 2012)
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La autorización podrá otorgarse hasta por el término de tres (3) años prorrogables por una vez, cuando se trate de programas de intercambio entre entidades estatales nacionales y extranjeras. El Ministerio de Cultura y demás entidades públicas, realizarán todos los esfuerzos tendientes a repatriar los bienes de interés cultural que hayan sido extraídos ilegalmente del territorio colombiano.
LEY GENERAL DE LA CULTURA
3.1. Exportación temporal de bienes muebles de propiedad de diplomáticos. El Ministerio de Cultura podrá autorizar la exportación temporal de bienes muebles de interés cultural de propiedad de los diplomáticos de Colombia acreditados en el exterior, o de bienes muebles destinados a la exhibición pública en las sedes de las representaciones diplomáticas de la República de Colombia, para lo cual deberán constituir garantía bancaria o de compañía de seguros, según lo establecido en el Estatuto Aduanero. 3.2. Transitarios, sociedades de intermediación aduanera, almacenadoras y empresas de correo. Los transitarios, sociedades de intermediación aduanera, almacenadoras y empresas de correo, así como cualquier otra que realice trámites de exportación, por vía aérea, marítima y terrestre, están en la obligación de informar a sus usuarios sobre los requisitos y procedimientos para la exportación de bienes arqueológicos y los demás de interés cultural. El Ministerio de Cultura reglamentará para todo el territorio nacional lo referente al procedimiento y requisitos necesarios para la exportación temporal de este tipo de bienes, sin perjuicio de las regulaciones en materia aduanera.
acreditarse por su propietario o por su tenedor legítimo en el caso del patrimonio arqueológico, el cumplimiento de lo previsto en este artículo en lo pertinente, así como la realización del correspondiente registro”. (Artículo 11, Ley 397 de 1997, modificado por el art. 7, Ley 1185 de 2008)
— 4. Enajenación. Quien pretenda enajenar un bien mueble de interés cultural, deberá ofrecerlo en primer término a la autoridad que haya efectuado la respectiva declaratoria, la cual podrá ejercer una primera opción de adquisición, en condiciones no menos favorables de aquellas en las que adquirirían los particulares y previo avalúo. Esta primera opción podrá ser ejercida por cualquier entidad estatal, según coordinación que para el efecto realice la autoridad que haya efectuado la declaratoria. La transferencia de dominio a cualquier título de bienes de interés cultural de propiedad privada deberá comunicarse por el adquirente a la autoridad que lo haya declarado como tal y en un plazo no mayor a los seis (6) meses siguientes de celebrado el respectivo negocio jurídico.
Para tener acceso a cualquier estímulo, beneficio tributario, autorización de exportación o cualquier otro que provenga de autoridad pública sobre bienes de interés cultural, deberá
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HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
Sobre las colecciones declaradas de interés cultural no podrá realizarse su desmembramiento o la disposición individual de los bienes que las conforman, sin autorización previa de la autoridad que haya efectuado la declaratoria.
1. Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial. Las manifestaciones del patrimonio cultural inmaterial podrán ser incluidas en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial.
(Artículo 11, Ley 397 de 1997, modificado por el art. 7, Ley 1185 de 2008)
Cualquier declaratoria anterior como bien de interés cultural del ámbito nacional respecto de las manifestaciones a las que se refiere este artículo quedará incorporada a la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial a partir de la promulgación de esta ley.
(Artículo 11-1, Ley 397 de 1997, adicionado por el art. 7, Ley 1185 de 2008)
— ¿Qué constituye el patrimonio cultural inmaterial? Entre otros, por las manifestaciones, prácticas, usos, representaciones, expresiones, conocimientos, técnicas y espacios culturales, que las comunidades y los grupos reconocen como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio genera sentimientos de identidad y establece vínculos con la memoria colectiva. Es transmitido y recreado a lo largo del tiempo en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia y contribuye a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana.
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2. Plan de Salvaguardia. Con la inclusión de una manifestación cultural en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial se aprobará un Plan Especial de Salvaguardia orientado al fortalecimiento, revitalización, sostenibilidad y promoción de la respectiva manifestación. El Ministerio de Cultura reglamentará para todo el territorio nacional el contenido y alcance de los Planes Especiales de Salvaguardia. 3. Identificación. Como componente fundamental para el conocimiento, salvaguardia y manejo del patrimonio cultural inmaterial, corresponde al Ministerio de Cultura, en coordinación con el Instituto Colombiano de Antropología e Historia, definir las herramientas para la identificación de las manifestaciones.
LEY GENERAL DE LA CULTURA
La identificación de las manifestaciones en mención, se hará con la participación activa de las comunidades. 4. Competencias. La competencia y manejo de la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial corresponde al Ministerio de Cultura en coordinación con el Instituto Colombiano de Antropología e Historia, y a las entidades territoriales según lo previsto en el artículo 8 Título II de la Ley 397 de 1997. En todo caso, la inclusión de manifestaciones en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial, deberá contar, según el caso, con el concepto previo favorable del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, o de los respectivos Consejos Departamentales o Distritales de Patrimonio Cultural. (Artículo 11, Ley 397 de 1997, modificado por el art. 7, Ley 1185 de 2008)
— ¿Qué entidades son las responsables del patrimonio bibliográfico, hemerográfico y documental de la Nación? De conformidad con lo dispuesto en el Art. 12 de la Ley 397 de 1997, el Ministerio de Cultura y el Ministerio del Interior, a través de la Biblioteca Nacional y el Archivo General de la Nación, respectivamente, son las entidades responsables de reunir, organizar, incrementar, preservar, proteger, registrar y difundir el patrimonio bibliográfico, hemerográfico y docu-
mental de la Nación, sostenido en los diferentes soportes de información. Así mismo, las bibliotecas departamentales y regionales, y los archivos municipales, distritales y departamentales, podrán ser depositarios de su patrimonio bibliográfico, hemerográfico y documental. El Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Cultura, velará por la recuperación, conservación y preservación del patrimonio colombiano de imágenes en movimiento. — ¿Qué sucede con los derechos que efectivamente estuvieren ejerciendo sobre el patrimonio arqueológico que sea parte de su identidad cultural, los grupos étnicos asentados en territorios de riqueza arqueológica? Los grupos étnicos asentados en territorios de riqueza arqueológica conservarán los derechos que efectivamente estuvieren ejerciendo sobre el patrimonio arqueológico que sea parte de su identidad cultural, para lo cual contarán con la asesoría y asistencia técnica del Ministerio de Cultura. Con el fin de proteger lenguas, tradiciones, usos y costumbres y saberes, el Estado garantizará los derechos de autoría colectiva de los grupos étnicos, apoyará los procesos de etnoeducación, y estimulará la difusión de su patrimonio a través de los medios de comunicación. (Art. 13 de la Ley 397 de 1997)
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HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
En relación con los bienes del patrimonio cultural y los bienes de interés cultural, ¿qué obligaciones y competencias se establecen? 1. Inventario de bienes del patrimonio cultural. Como componente fundamental para el conocimiento, protección y manejo del patrimonio cultural, corresponde al Ministerio de Cultura definir las herramientas y criterios para la conformación de un inventario del patrimonio cultural de la Nación, en coordinación con las entidades territoriales. Este inventario, por sí mismo, no genera ningún gravamen sobre el bien, ni carga alguna para sus propietarios, cuando los haya. 2. Registro de bienes de interés cultural. La Nación, a través del Ministerio de Cultura y de sus entidades adscritas (Instituto Colombiano de Antropología e Historia y Archivo General de la Nación), así como las entidades territoriales, elaborarán y mantendrán actualizado un registro de los bienes de interés cultural en lo de sus competencias. Las entidades territoriales, el Instituto Colombiano de Antropología e Historia y el Archivo General de la Nación, remitirán anualmente al Ministerio de Cultura, Dirección de Patrimonio, sus respectivos registros con el fin de que sean incorporados al Registro Nacional de Bienes de Interés Cultural. El Ministerio de Cultura reglamentará lo relativo al registro. (Artículo 14, Ley 397 de 1997, modificado por el art. 9, Ley 1185 de 2008)
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¿En qué faltas incurrirán las personas que vulneren el deber constitucional de proteger el patrimonio cultural de la Nación? a) Las que constituyen conducta punible: Si la falta constituye hecho punible por la destrucción, daño, utilización ilícita, hurto o receptación de bienes materiales de interés cultural, o por su explotación ilegal, de conformidad con lo establecido en los artículos 156, 239, 241 - 13, 265, 266 -4, y 447 de la Ley 599 de 2000 Código Penal, o los que los modifiquen o sustituyan es obligación instaurar la respectiva denuncia penal y, si hubiere flagrancia, colocar inmediatamente al retenido a órdenes de la autoridad de policía judicial más cercana, sin perjuicio de imponer las sanciones patrimoniales previstas en la Ley 397 de 1997 . b) Las que constituyen faltas administrativas y/o disciplinarias: 1. Exportar desde el territorio aduanero nacional bienes de interés cultural sin autorización de la autoridad cultural competente, o sustraerlos, disimularlos u ocultarlos de la intervención y control aduanero, o no reimportarlos al país dentro del término establecido en la autorización de exportación temporal. En cualquiera de estos eventos se impondrán sanciones pecuniarias entre cinco (5) a quinientos (500) salarios mínimos legales mensuales vigentes.
LEY GENERAL DE LA CULTURA
El bien de interés cultural que intente exportarse sin la respectiva autorización, o exportado sin esta, o que sea objeto de las acciones anteriores, será decomisado y puesto a órdenes del Ministerio de Cultura, el ICANH en el caso de los bienes arqueológicos, el Archivo General de la Nación en el caso de los bienes archivísticos o de la autoridad que lo hubiere declarado como tal, por el término que dure la actuación administrativa sancionatoria, al cabo de la cual se decidirá si el bien es decomisado en forma definitiva y queda en poder de la Nación. 2. Si la falta consiste, ya sea por acción o por omisión, en la construcción, ampliación, modificación, reparación o demolición, total o parcial, de un bien de interés cultural, sin la respectiva licencia, se impondrán las sanciones previstas en el artículo 66 de la Ley 9ª de 1989 y en los artículos 103 y 104 de la Ley 388 de 1997, o en las normas que las sustituyan o modifiquen, aumentadas en un ciento por ciento (100%), por parte de la entidad competente designada en esa ley. 3. Si la falta consistiere en adelantar exploraciones o excavaciones no autorizadas de bienes arqueológicos se impondrá multa de doscientos (200) a quinientos (500) salarios mínimos legales mensuales vigentes por parte del Instituto Colombiano de Antropología e Historia.
4. Si la falta consiste en la intervención de un bien de interés cultural sin la respectiva autorización en la forma prevista en el numeral 2 del artículo 11 de este título, se impondrá multa de doscientos (200) a quinientos (500) salarios mínimos legales mensuales vigentes por parte de la autoridad que hubiera efectuado la respectiva declaratoria. En la misma sanción incurrirá quien realice obras en inmuebles ubicados en el área de influencia o colindantes con un inmueble de interés cultural sin la obtención de la correspondiente autorización, de conformidad con lo previsto en el numeral 2 del artículo 11 del Título II del Art. 397 de 1997 También será sujeto de esta multa el arquitecto o restaurador que adelante la intervención sin la respectiva autorización, aumentada en un ciento por ciento (100%). La autoridad administrativa que hubiera efectuado la declaratoria de un bien como de interés cultural podrá ordenar la suspensión inmediata de la intervención que se adelante sin la respectiva autorización, para lo cual las autoridades de policía quedan obligadas a prestar su concurso inmediato a efectos de hacer efectiva la medida que así se ordene. En este caso, se decidirá en el curso de la actuación sobre la imposición de la sanción, sobre la obligación del implicado de volver el bien a su estado anterior, y/o sobre el eventual levantamiento de la suspensión ordenada si se cumplen las previsiones de la Ley 397 de 1997.
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HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
Lo previsto en este numeral se aplicará sin perjuicio de la competencia de las autoridades territoriales para imponer sanciones y tomar acciones en casos de acciones que se realicen sin licencia sobre bienes inmuebles de interés cultural en virtud de lo señalado en el numeral 2. 5. Si la falta contra un bien de interés cultural fuere realizada por un servidor público, ella será tenida por falta gravísima, de conformidad con la Ley 734 de 2002 Código Disciplinario Único, o las que la sustituyan o modifiquen. 6. Los bienes del patrimonio arqueológico son decomisables en forma definitiva por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia y se restituirán a la Nación, ante la realización de cualquier acto de enajenación, prescripción o embargo proscrito por el artículo 72 de la Constitución Política, o ante la ocurrencia de cualquiera de los eventos previstos en el artículo 19 del Decreto 833 de 2002, mediante el procedimiento previsto en el artículo 20 del mismo decreto. En el caso de los bienes del patrimonio arqueológico decomisados, se dará aplicación a lo previsto en el Decreto 833 de 2002 y demás disposiciones que lo complementen o modifiquen.
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El Ministerio de Cultura, el Instituto Colombiano de Antropología e Historia, el Archivo General de la Nación y las entidades territoriales en lo de su competencia, quedan investidos de funciones policivas para la imposición y ejecución de medidas, multas, decomisos definitivos y demás sanciones establecidas esta la ley, que sean aplicables según el caso. Para decidir sobre la imposición de las sanciones administrativas y/o disciplinarias y de las medidas administrativas previstas en el artículo 15 de la Ley 397 de 1997, deberá adelantarse la actuación administrativa acorde con la Parte Primera y demás pertinentes del Código Contencioso Administrativo. (Artículo 15, Ley 397 de 1997, modificado por el art. 10, Ley 1185 de 2008)
LEY GENERAL DE LA CULTURA
¿Quién podrá demandar el efectivo cumplimiento de las leyes o actos administrativos que tengan relación directa con la protección y defensa de los bienes que conforman el patrimonio cultural de la Nación? Podrá ser demandado por cualquier persona a través del procedimiento establecido para la acción de cumplimiento en la Ley 393de 1997 o en las disposiciones que la modifiquen o sustituyan. (Artículo 16, Ley 397 de 1997, modificado por el art. 11, Ley 1185 de 2008)
— ¿A quién corresponde el fomento de las artes en todas sus expresiones y las demás manifestaciones simbólicas expresivas? Al Estado a través del Ministerio de Cultura y las entidades territoriales, fomentará las artes en todas sus expresiones y las demás manifestaciones simbólicas expresivas, como elementos del diálogo, el intercambio, la participación y como expresión libre y primordial del pensamiento del ser humano que construye en la convivencia pacífica. (Artículo 17, Ley 397 de 1997)
¿A quién corresponde establecer estímulos especiales y promocionar la creación, la actividad artística y cultural, la investigación y el fortalecimiento de las expresiones culturales? Al Estado, a través del Ministerio de Cultura y las entidades territoriales. Para tal efecto establecerá, entre otros programas, bolsas de trabajo, becas, premios anuales, concursos, festivales, talleres de formación artística, apoyo a personas y grupos dedicados a actividades culturales, ferias, exposiciones, unidades móviles de divulgación cultural, y otorgará incentivos y créditos especiales para artistas sobresalientes, así como para integrantes de las comunidades locales en el campo de la creación, la ejecución, la experimentación, la formación y la investigación a nivel individual y colectivo en cada una de las siguientes expresiones culturales: a) Artes plásticas; b) Artes musicales; c) Artes escénicas; d) Expresiones culturales tradicionales, tales como el folclor, las artesanías, la narrativa popular y la memoria cultural de las diversas regiones y comunidades del país; e) Artes audiovisuales;
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HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
f) Artes literarias; g) Museos (Museología y Museografía); h) Historia; i) Antropología; j) Filosofía; k) Arqueología; l) Patrimonio; m) Dramaturgia; n) Crítica; ñ) Y otras que surjan de la evolución sociocultural, previo concepto del Ministerio de Cultura. (Artículo 18, Ley 397 de 1997)
¿Cuál es el régimen aduanero establecido para el intercambio cultural? Con el fin de favorecer el intercambio cultural, se señaló en el artículo 19 de la Ley 397 de 1997, como criterios generales, a los que debe sujetarse el Gobierno Nacional para la fijación del régimen aduanero, la supresión de aranceles del ingreso temporal de bienes culturales o la adopción de medidas que faciliten su entrada al país y la exención de impuestos de aduana y nacionalización a bienes de interés cultural que sean adquiridos a cualquier título o recuperados por una entidad pública. ¿A quién corresponde la difusión y promoción nacional de las expresiones culturales de los colombianos? De conformidad con lo dispuesto en el artículo 20 de la Ley 397 de 1997, según el caso, el Ministerio de Cultura organizará y promoverá sin distingos de ninguna índole la difusión y promoción nacional de las expresiones culturales de los colombianos, la participación en festivales internacionales y otros eventos de carácter cultural. Así mismo, el Ministerio de Cultura en coordinación con el Ministerio de Comercio Exterior y el Ministerio de Relaciones Exteriores, promoverá la difusión, promoción y comercialización de las expresiones de los colombianos en el exterior, sin distingos de ninguna índole.
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LEY GENERAL DE LA CULTURA
¿Existe algún derecho preferencial a la radio y a la televisión públicas, de conformidad con lo dispuesto en la Ley 397 de 1997? Dispone el artículo 21 de la Ley 397, que el Ministerio de Cultura, como socio de Inravisión, tendrá por derecho propio como mínimo, diez horas semanales para la difusión de actividades artísticas y culturales. — ¿A la luz de la Ley 397 de 1997, cómo ha sido establecida la infraestructura cultural? Señala el artículo 22 de la Ley 397, que el Estado, a través del Ministerio de Cultura y las entidades territoriales, definirá y aplicará medidas concretas conducentes a estimular la creación, funcionamiento y mejoramiento de espacios públicos, aptos para la realización de actividades culturales y, en general propiciará la infraestructura que las expresiones culturales requieran. Se tendrán en cuenta en los proyectos de infraestructura cultural la eliminación de barreras arquitectónicas que impidan la libre circulación de los discapacitados físicos y el fácil acceso de la infancia y la tercera edad.
El Fondo de Cofinanciación para la Inversión Social, FIS, cofinanciará con los municipios programas y proyectos de infraestructura cultural orientados hacia los grupos étnicos de población más pobres y vulnerables, de acuerdo con la Constitución Política, la Ley 115 de 1994 y el Decreto 2132 de 1992. Los establecimientos que ofrezcan los servicios de educación por niveles y grados contarán con infraestructura para el desarrollo de actividades artísticas y culturales, en cumplimiento del artículo 141 de la Ley 115 de 1994. El Ministerio de Cultura podrá cofinanciar las estructuras de carácter artístico y cultural, determinar los criterios para su adecuada y racional utilización con fines de fomento y participación comunitaria y prestar la asesoría técnica. Las instituciones de educación superior públicas y privadas deberán contar con infraestructura para el desarrollo de actividades artísticas y culturales, propia o garantizada mediante convenios, adecuada a la población estudiantil a la que prestan el servicio educativo, en un plazo no mayor de cinco (5) años, para lo cual podrán utilizar las líneas de crédito establecidas por el artículo 130 de la Ley 30 de 1992. De conformidad con lo establecido en el Capítulo III de la Ley 9a de 1989, el Ministerio de Cultura podrá adelantar en forma
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HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
directa o a través de las entidades territoriales o la entidad pública beneficiaria o vinculada, el proceso de enajenación voluntaria o de expropiación de inmuebles para efectos de los literales c) y f) del artículo 10 de la misma ley. Los proyectos de renovación urbana a que se refiere el artículo 39 de la Ley 9a de 1989 y los nuevos proyectos de urbanización que se aprueben a partir de la vigencia de la Ley 397 de 1997, deberán contemplar infraestructura para el desarrollo de actividades artísticas y culturales, que obedezca a las necesidades y tendencias de la comunidad en su zona de influencia según los concejos municipales. — ¿A quién corresponde la consolidación y desarrollo de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas? Los gobiernos nacional, departamental, distrital y municipal consolidarán y desarrollarán la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, coordinada por el Ministerio de Cultura, a través de la Biblioteca Nacional, con el fin de promover la creación, el fomento y el fortalecimiento de las bibliotecas públicas y mixtas y de los servicios complementarios que a través de éstas se prestan. Para ello, incluirán todos los años en su presupuesto las partidas necesarias para crear, fortalecer y sostener el mayor número de bibliotecas públicas en sus respectivas jurisdicciones.
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El Ministerio de Cultura, a través de la Biblioteca Nacional, es el organismo encargado de planear y formular la política de las bibliotecas públicas y la lectura a nivel nacional y de dirigir la Red Nacional de Bibliotecas Públicas. (Artículo 24, Ley 397 de 1997)
— ¿A quién corresponde la orientación y apoyo a las gobernaciones, las alcaldías municipales y distritales y a los cabildos indígenas en la realización de convenios con instituciones culturales sin ánimo de lucro que fomenten el arte y la cultura? El Ministerio de Cultura orientará y apoyará a las gobernaciones, las alcaldías municipales y distritales y a los cabildos indígenas en la realización de convenios con instituciones culturales sin ánimo de lucro que fomenten el arte y la cultura, con el objeto de rescatar, defender y promover el talento nacional, democratizar el acceso de las personas a los bienes, servicios y manifestaciones de la cultura y el arte con énfasis en el público infantil y juvenil, tercera edad y discapacitados físicos, psíquicos y sensoriales; así como consolidará las instituciones culturales y contribuirá a profundizar su relación interactuante con la comunidad. (Artículo 26, Ley 397 de 1997)
LEY GENERAL DE LA CULTURA
En el marco de la Ley 397 de 1997, ¿A quién se denomina “creador”? De conformidad con lo dispuesto en el artículo 27, se entiende por creador cualquier persona o grupo de personas generadoras de bienes y productos culturales a partir de la imaginación, la sensibilidad y la creatividad. Las expresiones creadoras, como expresión libre del pensamiento humano, generan identidad, sentido de pertenencia y enriquecen la diversidad cultural del país. En el marco de la Ley 397 de 1997, ¿A quién se denomina “Gestor Cultural” y cuál es su función? De conformidad con el artículo 28 de la Ley, será quien impulsa los procesos culturales al interior de las comunidades y organizaciones e instituciones, a través de la participación, democratización y descentralización del fomento de la actividad cultural. Coordina como actividad permanente las acciones de administración, planeación, seguimiento y evaluación de los planes, programas y proyectos de las entidades y organizaciones culturales o de los eventos culturales comunitarios.
¿Quién es responsable del fomento de la formación y capacitación técnica y cultural del gestor y el administrador cultural? El Estado, a través del Ministerio de Cultura y las entidades territoriales, fomentará la formación y capacitación técnica y cultural, del gestor y el administrador cultural, para garantizar la coordinación administrativa y cultural con carácter especializado. Así mismo, establecerá convenios con universidades y centros culturales para la misma finalidad. El Ministerio de Cultura establecerá convenios con universidades públicas y privadas para la formación y especialización de los creadores en todas las expresiones a que se hace referencia en el artículo 16 de la Ley 397 de 1997. El Ministerio de Cultura, en coordinación con el Ministerio de Educación Nacional, promoverá en las universidades estatales, en los términos de la Ley 30 de 1992, la creación de programas académicos de nivel superior en el campo de las artes, incluyendo la danza-ballet y las demás artes escénicas. (Artículo 29, Ley 397 de 1997)
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HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
¿A quién corresponde definir los criterios, requisitos y procedimientos y realizará las acciones pertinentes para reconocer el carácter de profesional titulado a los artistas? El Ministerio de Cultura, en coordinación con el Ministerio de Educación Nacional, definirá los criterios, requisitos y procedimientos y realizará las acciones pertinentes para reconocer el carácter de profesional titulado a los artistas que a la fecha de la aprobación de la Ley 397 de 1997, tengan la tarjeta profesional otorgada por el Ministerio de Educación Nacional, con base en el Decreto 2166 de 1985. El Ministro de Cultura o su delegado participará en el Consejo Asesor para la Profesionalización del Artista, establecido según el Decreto 2166 de 1985. (Artículo 32, Ley 397 de 1997)
¿Qué carácter tienen los derechos de autor y conexos morales y patrimoniales de autores, actores, directores y dramaturgos? Se consideran de carácter inalienable por las implicaciones que éstos tienen para la seguridad social del artista; “en el entendido de que los derechos patrimoniales de autor se pueden ceder o enajenar libremente, siempre y cuando la cesión o enajenación no afecte el derecho irrenunciable a la seguridad social de sus titulares” 2 (Artículo 33, Ley 397 de 1997)
— ¿En atención a lo dispuesto en la Ley 397 de 1997, quienes tendrán derecho a la participación de regalías por reproducción de la obra en que actúen, conforme a la reglamentación de la misma Ley? Los actores, directores, dramaturgos, libretistas, guionistas. (Artículo 34, Ley 397 de 1997)
2 Sentencia C 155 de 28 de abril de 1998
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LEY GENERAL DE LA CULTURA
¿A quién corresponde el financiamiento del intercambio internacional con los demás países? El Estado, a través del Ministerio de Cultura, financiará sin distingos de ninguna índole el intercambio internacional con los demás países como medio de cualificación de los artistas nacionales y de la ciudadanía en general. El Estado, a través del Ministerio de Cultura y del Ministerio de Relaciones Exteriores, promoverá y financiará el establecimiento de programas específicos de desarrollo cultural en el ámbito internacional, con un tratamiento especial en las fronteras colombianas, que permitan la afirmación, el intercambio y la integración de las culturas. (Artículo 35, Ley 397 de 1997)
— Para el cumplimiento de las funciones relativas al fomento y el estímulo a la creación, investigación y a la actividad artística y cultural, ¿qué modalidades de contratos o convenios, se deben celebrar?
la mencionada ley 397, así como las asignadas respecto al patrimonio cultural de la Nación, el Ministerio de Cultura podrá celebrar las modalidades de contratos o convenios previstos en los Decretos 393 y 591 de 1991, con sujeción a los requisitos establecidos en la citada normatividad. — ¿Quiénes están autorizados para que ordenen la emisión de una estampilla “procultura”? Se autoriza a las asambleas departamentales, a los concejos distritales y a los concejos municipales para que ordenen la emisión de una estampilla «Procultura» cuyos recursos serán administrados por el respectivo ente territorial, al que le corresponda, el fomento y el estímulo de la cultura, con destino a proyectos acordes con los planes nacionales y locales de cultura. (Artículo 38, Ley 397 de 1997, modificado por el art. 1, Ley 666 de 2001)
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 36 de la Ley 397 de 1997, para el cabal cumplimiento de las funciones relativas al fomento y el estímulo a la creación, investigación y a la actividad artística y cultural a que se refiere el Título III de
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HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
Los recursos producidos de la emisión de la estampilla “Procultura”, ¿a que se destinan?
¿A quién corresponde determinar los asuntos referentes al uso obligatorio de la estampilla «Procultura»?
Para: 1. Acciones dirigidas a estimular y promocionar la creación, la actividad artística y cultural, la investigación y el fortalecimiento de las expresiones culturales de que trata el artículo 18 de la Ley 397 de 1997.
Se autoriza a las asambleas departamentales, a los concejos distritales y a los concejos municipales para que determinen las características, el hecho generador, las tarifas, las bases gravables y los demás asuntos referentes al uso obligatorio de la estampilla «Procultura» en todas las operaciones que se realicen en su respectiva entidad territorial.
2. Estimular la creación, funcionamiento y mejoramiento de espacios públicos, aptos para la realización de actividades culturales, participar en la dotación de los diferentes centros y casas culturales y, en general propiciar la infraestructura que las expresiones culturales requieran.
Las ordenanzas y acuerdos que expidan las asambleas departamentales, los concejos distritales y los concejos municipales en desarrollo de lo dispuesto en la Ley 397 de 1997, deberán ser remitidas para el conocimiento del Gobierno Nacional a través del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, Dirección General de Apoyo Fiscal.
3. Fomentar la formación y capacitación técnica y cultural del creador y del gestor cultural.
(Artículo 38-2, Ley 397 de 1997, adicionado por el art. 2, Ley 666 de 2001)
4. Un diez por ciento (10%) para seguridad social del creador y del gestor cultural. 5. Apoyar los diferentes programas de expresión cultural y artística, así como fomentar y difundir las artes en todas sus expresiones y las demás manifestaciones simbólicas expresivas de que trata el artículo 17 de la Ley 397 de 1997. (Artículo 38-1, Ley 397 de 1997, adicionado por el art. 2, Ley 666 de 2001)
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— ¿Cuál debe ser la tarifa con que se graven los diferentes actos sujetos a la estampilla «Procultura»? La tarifa con que se graven los diferentes actos sujetos a la estampilla «Procultura» no podrá ser inferior al cero punto cinco por ciento (0.5%), ni exceder el dos por ciento (2%) del valor del hecho sujeto al gravamen. (Artículo 38-3, Ley 397 de 1997, adicionado por el art. 2, Ley 666 de 2001)
LEY GENERAL DE LA CULTURA
¿A cargo de quién está la obligación de efectuar el cobro de la estampilla “Procultura”?
¿Quién ejerce el control sobre el recaudo y la inversión de lo producido por la estampilla «Procultura»?
A cargo de los funcionarios departamentales, distritales y municipales que intervengan en los actos o hechos sujetos al gravamen determinados por la ordenanza departamental o por los acuerdos municipales o distritales que se expidan en desarrollo de la Ley 397 de 1997.
Será ejercido:
El incumplimiento de esta obligación se sancionará por la autoridad disciplinaria correspondiente. Para el cobro de la estampilla los entes territoriales podrán determinar el mecanismo que les permita un mayor control y facilidad administrativa, siendo posible la utilización de cobros virtuales. (Artículo 38-4, Ley 397 de 1997, modificado por el art. 211, Decreto 19 de 2012)
a) En los departamentos por las contralorías departamentales b) En los distritos por las contralorías distritales c) En los municipios por las contralorías municipales o por la entidad que ejerza sobre ellos el respectivo control fiscal. (Artículo 38-5, Ley 397 de 1997, adicionado por el art. 2, Ley 666 de 2001)
— ¿Qué exenciones adiciona la Ley 397 de 1997 a las consagradas en el artículo 75 de la Ley 2a de 1976? a) Compañías o conjuntos de danza folclórica; b) Grupos corales de música contemporánea; c) Solistas e instrumentistas de música contemporánea y de expresiones musicales colombianas; d) Ferias artesanales. (Artículo 39, Ley 397 de 1997)
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HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
¿Cómo destaca el estado la importancia del cine para la sociedad? El Estado, a través del Ministerio de Cultura, de Desarrollo Económico, y de Hacienda y Crédito Público, fomentará la conservación, preservación y divulgación, así como el desarrollo artístico e industrial de la cinematografía colombiana como generadora de una imaginación y una memoria colectiva propias y como medio de expresión de nuestra identidad nacional. ¿Qué medidas deberá tomar el Ministerio de Cultura, encaminadas a la divulgación de la cinematografía colombiana? Para efectos de la divulgación de la cinematografía colombiana, el Ministerio de Cultura, a través de la Dirección de Cinematografía, podrá entregar materiales pedagógicos y de divulgación a las entidades públicas del orden territorial y a las entidades sin ánimo de lucro, que tengan dentro de su objeto el desarrollo de actividades culturales, que este determine, a título de cesión gratuita. (Artículo 40, parágrafo, Ley 397 de 1997, adicionado por el art. 12 de la Ley 1185 de 2008)
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Para lograr el desarrollo armónico de nuestra cinematografía, el Ministerio de Cultura, en desarrollo de las políticas que trace, ¿qué estímulos podrá otorgar? 1. Estímulos especiales a la creación cinematográfica en sus distintas etapas. 2. Estímulos e incentivos para las producciones y las coproducciones cinematográficas colombianas. 3. Estímulos e incentivos para la exhibición y divulgación de la cinematografía colombiana. 4. Estímulos especiales a la conservación y preservación de la memoria cinematográfica colombiana y aquella universal de particular valor cultural. 5. Estímulos especiales a la infraestructura física y técnica que permita la producción, distribución y exhibición de obras cinematográficas. (Artículo 41, Ley 397 de 1997)
LEY GENERAL DE LA CULTURA
¿Qué empresas se consideran como cinematográficas colombianas? Aquellas cuyo capital suscrito y pagado nacional sea superior al cincuenta y uno por ciento (51%) y cuyo objeto sea la narración hecha con imágenes y sonidos, impresa por medio de procesos ópticos sobre un soporte de celulosa, de impresión electrónica y otros que se inventen n el futuro con el mismo fin. (Artículo 42, Ley 397 de 1997)
— ¿Qué se entiende por producción cinematográfica colombiana de largometraje? La que reúna los siguientes requisitos: 1. Que el capital colombiano invertido no sea inferior al 51%. 2. Que su personal técnico sea del 51% mínimo y el artístico no sea inferior al 70%. 3. Que su duración en pantalla sea de 70 minutos o más y para televisión 52 minutos o más.
De la totalidad de los recursos destinados al fomento de la producción cinematográfica, por lo menos el 50% deberá ser destinado a producciones cinematográficas colombianas, y el resto para los proyectos de coproducciones. (Artículo 43, Ley 397 de 1997)
— ¿Qué se entiende por coproducción cinematográfica colombiana de largometraje? La que reúna los siguientes requisitos: 1. Que sea producida conjuntamente por empresas cinematográficas colombianas y extranjeras. 2. Que la participación económica nacional no sea inferior al veinte por ciento (20%). 3. Que la participación artística colombiana que intervenga en ella sea equivalente al menos al 70% de la participación económica nacional y compruebe su trayectoria o competencia en el sector cinematográfico. (Artículo 44, Ley 397 de 1997)
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HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
¿Quién otorga incentivos a los largometrajes colombianos? El Estado, a través del Ministerio de Cultura, otorgará incentivos industriales económicos a las producciones y coproducciones cinematográficas de largometrajes colombianos, mediante los convenios previstos en la ley, de acuerdo con los resultados de asistencia y taquilla que hayan obtenido después de haber sido comercialmente exhibidos dentro del territorio nacional en salas de cine abiertas al público o a través de la televisión local, regional, nacional o internacional. (Artículo 45, Ley 397 de 1997)
— ¿Quién preside el Fondo Mixto de Promoción Cinematográfica y cuál es su principal objetivo? La Ley 397 de 1997, en su artículo 46, autorizó al Ministerio de Cultura para la creación de éste Fondo, y para aportar recursos del presupuesto y señaló en la misma norma: El fondo funcionará como entidad autónoma, con personería jurídica propia, y en lo referente a su organización, funcionamiento y contratación, se regirá por el derecho privado.
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Siempre y cuando la participación pública sea mayoritaria, entendiendo por tal un porcentaje superior al cincuenta por ciento (50%) del fondo social, el fondo será presidido por el Ministro de Cultura. En este evento la aprobación de los gastos de funcionamiento para la vigencia fiscal respectiva, la decisión sobre su disolución, la compraventa de bienes inmuebles, así como la aprobación de proyectos de inversión cuya cuantía exceda el diez por ciento (10%) del presupuesto del fondo, deberá contar con el voto favorable del Ministro de Cultura. El resto de su composición, estructura, dirección y administración, será determinado en el acto de creación y en sus estatutos. El fondo tendrá como principal objetivo el fomento y la consolidación de la preservación del patrimonio colombiano de imágenes en movimiento, así como de la industria cinematográfica colombiana, y por tanto sus actividades están orientadas hacia la creación y desarrollo de mecanismos de apoyo, tales como: incentivos directos, créditos y premios por taquilla o por participación en festivales según su importancia. El fondo no ejecutará directamente proyectos, salvo casos excepcionales, que requieran del voto favorable del representante del Ministerio de Cultura, en la misma forma se deberá proceder cuando los gastos de funcionamiento superen el veinte por ciento (20%) del presupuesto anual de la entidad.
LEY GENERAL DE LA CULTURA
La renta que los industriales de la cinematografía (productores, distribuidores y exhibidores) obtengan, y que se capitalice o reserve para desarrollar nuevas producciones o inversiones en el sector cinematográfico, será exenta hasta del cincuenta por ciento (50%) del valor del impuesto sobre la renta. (Artículo 46, Ley 397 de 1997)
— ¿Qué destinación se da a los bienes que pertenecieron al Fondo de Fomento Cinematográfico, Focine? Serán trasladados al Fondo Mixto de Promoción Cinematográfica, con todos los rendimientos económicos. (Artículo 47, Ley 397 de 1997)
— ¿Qué medidas existen encaminadas al fomento del teatro colombiano?
país, quienes desarrollarán proyectos teatrales que serán difundidos en los órdenes nacional e internacional. (Artículo 48, Ley 397 de 1997)
— ¿Qué se entiende por museo y quiénes son responsables de estos? Señala el artículo 49 de la Ley 397 de 1997, que los museos del país, son depositarios de bienes muebles, representativos del Patrimonio Cultural de la Nación. El Ministerio de Cultura, a través del Museo Nacional, tiene bajo su responsabilidad la protección, conservación y desarrollo de los Museos existentes y la adopción de incentivos para la creación de nuevos Museos en todas las áreas del Patrimonio Cultural de la Nación. Así mismo estimulará el carácter activo de los Museos al servicio de los diversos niveles de educación como entes enriquecedores de la vida y de la identidad cultural nacional, regional y local.
Con el fin de salvaguardar, conservar y difundir el patrimonio teatral colombiano y las obras maestras del repertorio del arte dramático universal, el Ministerio de Cultura convocará anualmente a directores, dramaturgos, autores y actores profesionales pertenecientes a distintas agrupaciones del
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HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
¿Qué medidas existen, encaminadas al desarrollo de los museos existentes y el inventario y registro de sus colecciones?
¿A quién corresponde el impulso de la especialización del recurso humano encargado de los museos del país?
El Ministerio de Cultura, a través del Museo Nacional, hará entrega a los museos que este determine, de equipos de cómputo a título de cesión gratuita.
El Ministerio de Cultura, mediante convenios internacionales en coordinación con el Ministerio de Relaciones Exteriores, impulsará la especialización de los recursos humanos encargados de los museos del país y la tecnificación de las exhibiciones permanentes y temporales, así como la creación de programas de intercambio y cooperación técnica internacional en esta área.
(Artículo 49, parágrafo, Ley 397 de 1997, adicionado art. 13, Ley 1185 de 2008)
— ¿Quiénes son los responsables de los programas de estímulo a la investigación y fomento al incremento de las colecciones? El Ministerio de Cultura y las entidades territoriales, crearán programas de estímulo a la investigación y catalogación científica de los bienes muebles de patrimonio cultural existentes en todos los museos del país, a través de convenios con las universidades e institutos dedicados a la investigación histórica, científica y artística nacional e internacional, y fomentará el incremento de las colecciones mediante la creación y reglamentación de incentivos a las donaciones, legados y adquisiciones. (Artículo 50, Ley 397 de 1997)
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(Artículo 51, Ley 397 de 1997)
— ¿Qué señala la Ley 397 de 1997 sobre la protección y seguridad de los museos? El Artículo 52 dispone que el Gobierno Nacional reglamentará la aplicación de normas mínimas de seguridad para la protección y resguardo del patrimonio cultural que albergan los museos en todo el territorio nacional, con el fin de fortalecer las disposiciones regionales y municipales que sean implantadas en esta área.
LEY GENERAL DE LA CULTURA
¿Cómo se conservarán y restaurarán las colecciones y sedes de los museos?
¿Cómo son generados los recursos que financian el funcionamiento de los museos?
El Ministerio de Cultura fomentará y apoyará programas de conservación y restauración de las colecciones que albergan los museos del país, así como en los casos que sea necesario, programas de conservación, restauración, adecuación o ampliación de los inmuebles que les sirven de sede, a través de los organismos especializados en el área. Para ello creará y reglamentará las instancias de consulta, aprobación y control necesarias para su desarrollo y procurará la vinculación de entidades y gobiernos departamentales y municipales.
El Estado, a través del Ministerio de Cultura, estimulará y asesorará la creación de planes, programas y proyectos de carácter comercial, afines con los objetivos de los museos, que puedan constituirse en fuentes de recursos autónomos para la financiación de su funcionamiento.
(Artículo 53, Ley 397 de 1997)
Así mismo, el Ministerio de Cultura podrá adquirir y comercializar bienes y servicios culturales para fomentar la difusión del patrimonio y la identidad cultural dentro y fuera del territorio nacional. (Artículo 55, Ley 397 de 1997)
— ¿Cómo se realiza el control de las colecciones y la gestión de de los museos públicos y privados? El Ministerio de Cultura, a través del Museo Nacional, reglamentará la sistematización y el control de los inventarios de las colecciones de todos los museos del país. Así mismo, desarrollará programas permanentes de apoyo a la gestión de los museos, y procurará la creación de incentivos a las donaciones y contribuciones de mecenazgo para el funcionamiento y desarrollo de los museos públicos y privados.
— ¿Qué estímulos existen para los propietarios de bienes muebles e inmuebles declarados como de interés cultural, o los terceros que hayan solicitado y obtenido dicha declaratoria? Podrán deducir la totalidad de los gastos en que incurran para la elaboración de los Planes Especiales de Protección y para el mantenimiento y conservación de estos bienes aunque no guarden relación de causalidad con la actividad productora de renta.
(Artículo 54, Ley 397 de 1997)
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HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
Para tener derecho a este beneficio las personas interesadas deberán presentar para aprobación del Ministerio de Cultura o de la autoridad territorial competente para efectuar la declaratoria de que se trate, el proyecto de Plan Especial de Protección, el proyecto de intervención o de adecuación del bien mueble o inmueble de que se trate. El Ministerio de Cultura reglamentará la aplicación de lo previsto en el artículo 56 de la Ley 397 de 1997, para la salvaguardia y divulgación de las manifestaciones del patrimonio cultural inmaterial, en consideración a que este carece de propietario individualizado. (Artículo 56, Ley 397 de 1997, modificado por el art. 14 de la Ley 1185 de 2008)
— ¿Qué se entiende por Sistema Nacional de Cultura? Es el conjunto de instancias y procesos de desarrollo institucional, planificación e información articulados entre sí, que posibilitan el desarrollo cultural y el acceso de la comunidad a los bienes y servicios culturales según los principios de descentralización, participación y autonomía. (Artículo 58, Ley 397 de 1997)
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¿Quién conforma el Sistema Nacional de Cultura? Estará conformado por el Ministerio de Cultura, los consejos municipales, distritales y departamentales de cultura, los fondos mixtos de promoción de la cultura y las artes y, en general, por las entidades públicas y privadas que desarrollen, financien, fomenten o ejecuten actividades culturales. (Artículo 58, Ley 397 de 1997)
— ¿Quién coordina el Sistema Nacional de Cultura? Estará coordinado por el Ministerio de Cultura, para lo cual fijará las políticas generales, dictará normas técnicas y administrativas a las que deberán sujetarse las entidades de dicho sistema. (Artículo 58, Ley 397 de 1997)
LEY GENERAL DE LA CULTURA
¿Cuáles son las funciones del Ministerio del Consejo Nacional de Cultura? Como órgano asesor del Ministerio de Cultura. Sus funciones son: 1. Promover y hacer las recomendaciones que sean pertinentes para el cumplimiento de los planes, políticas y programas relacionados con la cultura. 2. Sugerir al Gobierno Nacional las medidas adecuadas para la protección del patrimonio cultural de la Nación y el estímulo y el fomento de la cultura y las artes. 3. Conceptuar sobre los aspectos que le solicite el Gobierno Nacional en materia de cultura. 4. Asesorar el diseño, la formulación e implementación del Plan Nacional de Cultura. 5. Vigilar la ejecución del gasto público invertido en cultura. (Artículo 58, Ley 397 de 1997)
¿Quién integra el Consejo Nacional de Cultura? Los siguientes miembros: 1. El Ministro de Cultura, quien lo presidirá, o en su defecto el Viceministro. 2. El Ministro de Educación Nacional, o en su defecto el Viceministro. 3. El Director del Departamento de Planeación Nacional, o su delegado. 4. Dos personalidades del ámbito artístico y cultural, nombradas por el señor Presidente de la República, quienes serán sus representantes. 5. Los presidentes de los Consejos Nacionales de las Artes y la Cultura en cada una de las manifestaciones artísticas y culturales. 6. Un representante de la comunidad educativa designado por la Junta Nacional de Educación. 7. Un representante de los fondos mixtos departamentales, distritales y municipales de promoción de la cultura y las artes.
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HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
8. Un representante de las asociaciones de casas de la cultura. 9. Un representante de los secretarios técnicos de los consejos departamentales y distritales de cultura. 10. Un representante de los pueblos o comunidades indígenas, y/o autoridades tradicionales. 11. Un representante de las comunidades negras. 12. Un representante del colegio máximo de las academias. 13. Un representante de las agremiaciones culturales de discapacitados físicos, psíquicos y sensoriales. 14. Un representante de cada una de las expresiones culturales a que hace referencia el artículo 16 de la Ley 397 de 1997, elegido por sus organizaciones. 15. Un representante de la Fundación Manuel Cepeda Vargas para la Paz, la Justicia Social y la Cultura. La elección de los representantes mencionados de los numerales 7 al 11 se efectuará según reglamentación que para tal efecto formule el Gobierno Nacional.
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Salvo los funcionarios públicos de libre nombramiento y remoción, los demás miembros tendrán un período fijo de dos años. El Consejo Nacional de Cultura será convocado por el Ministro de Cultura una vez cada semestre. (Artículo 59, Ley 397 de 1997)
— ¿Quiénes son los Consejos Departamentales, Distritales y Municipales de Cultura y cuál es función? Son las instancias de concertación entre el Estado y la sociedad civil encargadas de liderar y asesorar a los gobiernos departamentales, distritales y municipales y de los territorios indígenas en la formulación y ejecución de las políticas y la planificación de los procesos culturales. La Secretaría Técnica de los consejos departamentales, distritales y municipales de cultura es ejercida por la entidad cultural oficial de mayor jerarquía de los respectivos entes territoriales.
LEY GENERAL DE LA CULTURA
Los consejos departamentales, distritales y municipales de cultura tienen la representación de sus respectivas jurisdicciones ante los consejos de planeación respectivos. (Artículo 60, ley 397 de 1997)
— ¿Cómo están conformados los Consejos Departamentales de Cultura? Estará integrada así: 1. El Gobernador, o su delegado. 2. El Director de la Institución Departamental de Cultura. 3. El representante del Ministerio de Cultura. 4. Un representante de la Asociación Nacional de Alcaldes. 5. Representantes de los Consejos Municipales de Cultura según subre-gionalización departamental. 6. Un representante de los sectores de la producción y los bienes y servicios.
8. Un representante de los consejos de los territorios indígenas. 9. Un representante de la comunidad educativa designado por la junta departamental de educación. 10. Un representante de cada uno de los sectores artísticos y culturales. (Artículo 60, numeral 15, Ley 397 de 1997, modificado por el art. 15 de la Ley 1185 de 2008) 11. Un representante de la Asociación Departamental de las Casas de la Cultura. 12. Un representante de la Filial del Consejo de Monumentos Nacionales. 13. Un representante de ONG culturales con cobertura departamental. 14. Un representante de la Red Departamental de Bibliotecas Públicas. 15. Un representante de las agremiaciones culturales de discapacitados físicos, psíquicos y sensoriales. (Artículo 60, Ley 397 de 1997)
7. Un representante de la educación superior (preferiblemente de programas de formación cultural).
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HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
¿Cómo están conformados los Consejos Distritales de Cultura? Estará integrada así: 1. El alcalde, o su delegado. 2. El Director de la Institución Distrital de Cultura. 3. El representante del Ministerio de Cultura. 4. Representantes de las comunas y corregimientos, de conformidad con la distribución administrativa del Distrito. 5. Un representante de las agremiaciones o asociaciones de los comunicadores. 6. Un representante de los sectores de la producción, y los bienes y servicios. 7. Un representante de la Educación Superior (preferiblemente de programas de formación cultural). 8. Un representante de los artesanos en donde tengan presencia y sean representativos. 9. Un representante de los consejos de los territorios indígenas. 10. Un representante de la comunidad educativa designado por la Junta Distrital de Educación.
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11. Un representante de la filial del Consejo de Monumentos Nacionales. 12. Un representante de cada uno de los sectores artísticos y culturales. 13. Un representante de las organizaciones cívicas o comunitarias. 14. Un representante de las ONG culturales. 15. Un representante de las asociaciones juveniles en donde tengan presencia y sean significativas. 16. Un representante de las agremiaciones culturales de discapacitados físicos, psíquicos y sensoriales. (Artículo 60, Ley 397 de 1997)
LEY GENERAL DE LA CULTURA
¿Cómo están conformados los Consejos Municipales de Cultura?
11. Un representante de las organizaciones cívicas o comunitarias.
Estarán integrados así:
12. Un representante de las ONG culturales.
1. El alcalde, o su delegado.
13. Un representante de las agremiaciones y asociaciones de los comunicadores.
2. El Director de la Institución Cultural del Municipio. 3. Un representante del Ministerio de Cultura. 4. Un jefe de Núcleo. 5. Un representante de cada uno de los sectores artísticos y culturales. 6. Representantes de las comunas y corregimientos, de conformidad con la distribución administrativa del municipio. 7. Un representante de la filial de los monumentos en donde tengan presencia y sean representativos. 8. Un representante de los consejos territoriales indígenas. 9. Un representante de la comunidad educativa designado por la Junta Municipal de Educación. 10. Un representante de los artesanos en donde tengan presencia y sean representativos.
14. Un representante de los sectores de la producción y los bienes y servicios. 15. Un representante de las asociaciones juveniles en donde tengan presencia y sean representativos. 16. Un representante de los personeros estudiantiles en donde tengan presencia y sean representativos. 17. Un representante de las agremiaciones culturales de discapacitados físicos, psíquicos y sensoriales. La elección de los integrantes de los Consejos Departamentales, Distritales y Municipales de Cultura -excepto aquellos que por derecho propio o designación contemplada en la ley 397 de 1997 sean parte de los mismos-, así como la periodicidad de sus sesiones se realizará según reglamentación que para tal efecto formulen los gobiernos territoriales respectivos. (Artículo 60, Ley 397 de 1997)
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HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
¿Cuáles son los objetivos de los consejos municipales, distritales y departamentales? Desarrollan los siguientes objetivos dentro de su respectiva jurisdicción: 1. Estimular el desarrollo cultural y contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades en sus respectivos entes territoriales. 2. Actuar como entes articuladores de las actividades relacionadas con el fomento, la promoción y la difusión del patrimonio cultural y artístico de las entidades territoriales. 3. Promover y hacer las recomendaciones que sean pertinentes para la formulación, cumplimiento y evaluación de los planes, programas y proyectos culturales. 4. Vigilar la ejecución del gasto público invertido en cultura. (Artículo 61, Ley 397 de 1997)
¿A cargo de qué entidad está la creación y reglamentación de los Consejos Nacionales de las Artes y la Cultura y cuál es su función? El Estado a través del Ministerio de Cultura, creará y reglamentará los consejos nacionales de las artes y la cultura, en cada una de las manifestaciones artísticas y culturales. Los consejos nacionales de las artes y la cultura, serán entes asesores del Ministerio de Cultura para las políticas, planes y programas en su área respectiva. El Gobierno Nacional determinará su composición y funciones. Las Gobernaciones y los Distritos podrán crear los Consejos Departamentales y Distritales de las Artes y la Cultura, en cada una de las manifestaciones artísticas y culturales. Estos Consejos serán entes asesores de las entidades departamentales y distritales, para las políticas, planes y programas en su área respectiva. Su composición, funciones, régimen de sesiones y secretaría técnica, se regirá por la reglamentación general para los Consejos Nacionales de las Artes y la Cultura. (Artículo 62, Ley 397 de 1997) (Artículo 62, parágrafo, Ley 397 de 1997, adicionado por el art. 16 de la Ley 1185 de 2008)
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LEY GENERAL DE LA CULTURA
¿Para qué fueron creados los Fondos Mixtos de Promoción de la Cultura y las Artes? Con el fin de promover la creación, la investigación y la difusión de las diversas manifestaciones artísticas y culturales. Fue autorizado el Ministerio de Cultura, para participar en la creación de los fondos mixtos departamentales, distritales, municipales y de los territorios indígenas conforme a la reglamentación que para tal efecto expida el Gobierno Nacional, así como para realizar aportes y celebrar convenios de fomento y promoción de las artes y la cultura con dichos fondos. Los fondos mixtos son entidades sin ánimo de lucro, dotadas de personería jurídica, constituidas por aportes públicos y privados y regidas en su dirección, administración y contratación por el Derecho Privado sin perjuicio del control fiscal que ejercen las respectivas Contralorías sobre los dineros públicos. (Artículo 63, Ley 397 de 1997)
¿Qué es el Sistema Nacional de Formación Artística y Cultural? Señala el artículo 64 de la Ley 397 de 1997 que corresponde al Ministerio de Cultura, la responsabilidad de orientar, coordinar y fomentar el desarrollo de la educación artística y cultural no formal como factor social, así como determinar las políticas, planes y estrategias para su desarrollo. Para tal efecto, se creó el Sistema Nacional de Formación Artística y Cultural, que tiene como objetivos, estimular la creación, la investigación, el desarrollo, la formación, y la transmisión del conocimiento artístico y cultural. — ¿Para qué un Ministerio de la Cultura? Como organismo rector de la cultura, encargado de formular, coordinar, ejecutar y vigilar la política del Estado en la materia, en concordancia con los planes y programas de desarrollo, según los principios de participación contemplados en esta ley. El Ministerio de Cultura tendrá a su cargo, además de las funciones previstas en la Ley 397 de 1997, el ejercicio de las atribuciones generales que corresponde ejercer a los Ministerios, de conformidad con el Decreto 1050 de 1968.
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HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
El Ministerio de Cultura seguirá en orden de precedencia al Ministerio de Transporte. El Ministerio de Cultura será miembro, con derecho a voz y voto, del Consejo Nacional de Política Económica y Social, CONPES. (Artículo 66, Ley 397 de 1997)
— ¿Cuál es la estructura básica del Ministerio de Cultura? Despacho del Ministro. Despacho del Viceministro. Despacho del Secretario General. Direcciones Nacionales. Dirección de Patrimonio. Dirección de Artes. Dirección de Comunicaciones. Dirección de Cinematografía.
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Dirección de Fomento y Desarrollo Regional. Dirección de Museos. Dirección de la Infancia y la Juventud. Unidades Administrativas Especiales. Instituto Colombiano de Antropología. Biblioteca Nacional. Museo Nacional. Oficinas. Oficina Jurídica. Oficina de Planeación. Oficina de Control Interno. Oficina de Sistemas. Oficina de Relaciones Internacionales. Oficina de Prensa. Divisiones.
LEY GENERAL DE LA CULTURA
División Administrativa. División Financiera. División de Recursos Humanos. El Gobierno Nacional adoptará las medidas necesarias para que pueda operar la estructura básica del Ministerio de Cultura. Para tal efecto, creará los empleos que demande la administración, señalará sus funciones, fijará sus dotaciones y emolumentos y desarrollará dicha estructura con sujeción a la presente ley, respetando las políticas de modernización del Estado y racionalización del gasto público, y estableciendo para su cumplimiento mecanismos de control que aseguren su máxima productividad. El Gobierno al establecer y reglamentar la estructura orgánica del Ministerio de Cultura creará la Dirección Nacional de Etnocultura con las respectivas seccionales en las entidades territoriales.
¿Cómo está conformado el patrimonio y rentas del Ministerio de Cultura? Estará conformado por: 1. Las sumas que se apropien en el Presupuesto Nacional. 2. Los bienes muebles e inmuebles que adquiera a cualquier título. 3. Los bienes, derechos y obligaciones que pertenecían al Instituto Colombiano de Cultura, Colcultura, y los saldos del presupuesto de inversión del Instituto, existentes a la fecha de entrar a regir la presente ley. 4. Las sumas y los bienes muebles e inmuebles que le sean donados o cedidos por entidades públicas o privadas, nacionales o internacionales. (Artículo 69, Ley 397 de 1997)
(Artículo 67, Ley 397 de 1997)
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HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
¿Qué dispone la Ley 397 de 1997 sobre la planta de personal del Ministerio de Cultura?
¿Cuál es la participación del Ministerio de Cultura en los Fondos Mixtos de Promoción de la Cultura y las Artes?
Señala el artículo 72 que para el cumplimiento de sus funciones, el Ministerio de Cultura tendrá una planta de personal global, que será distribuida mediante resolución, atendiendo a la estructura orgánica, las necesidades del servicio y la naturaleza de los cargos.
A partir de la vigencia de la ley 397 de 1997, el Ministerio de Cultura será el representante de la Nación en los actuales fondos mixtos de promoción de la cultura y las artes, de los cuales forma parte el Instituto Colombiano de Cultura, Colcultura, sin perjuicio de lo previsto en el régimen de transición de la misma ley. Igualmente fue autorizado Ministerio para participar en la creación de nuevos fondos mixtos.
Los empleados del Ministerio de Cultura serán empleados públicos, de régimen especial, adscritos a la carrera administrativa, excepto aquellos que sean de libre nombramiento y remoción determinados en la estructura del Ministerio, así como los cargos actuales de la estructura del Instituto Colombiano de Cultura, Colcultura, ocupados por trabajadores oficiales, sin perjuicio de los derechos adquiridos convencionalmente. Así mismo formarán parte del Ministerio de Cultura la Orquesta Sinfónica de Colombia y la Banda Sinfónica Nacional. Los profesores integrantes de la Orquesta Sinfónica de Colombia y la Banda Sinfónica Nacional se vincularán a la administración pública mediante contrato de trabajo.
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(Artículo 73, Ley 397 de 1997)
— ¿Qué dispone la Ley 397 de 1997 sobre el Instituto Colombiano de Cultura COLCULTURA? El artículo 74 dispone su supresión. En consecuencia, a partir de la entrada en vigencia de la ley 397 de 1997, dicho instituto entró en liquidación. Sobre el liquidador del Instituto Colombiano de Cultura, dispuso el artículo 75 de la misma ley, que debería reunir las mismas calidades exigidas para el director del instituto, tendría su remuneración y estaría sujeto al mismo régimen de inhabilidades, incompatibilidades y demás disposiciones legales aplicables.
LEY GENERAL DE LA CULTURA
El liquidador del Instituto Colombiano de Cultura, Colcultura, ejercería las funciones prescritas para el director de la entidad en cuanto no fueren incompatibles con la liquidación, y actuaría bajo la supervisión del Ministro de Cultura o la persona que éste designara. —
En todo caso, los empleados de carrera administrativa y trabajadores oficiales que hicieren parte de la planta de personal del instituto, que no fuesen incorporados al Ministerio de Cultura, tendrían derecho a optar por la indemnización o una nueva vinculación, conforme a las disposiciones legales pertinentes.
¿Qué Ley 397 de 1997 sobre la prioridad en la vinculación del Ministerio de Cultura de los funcionarios de del Instituto Colombiano de Cultura, Colcultura?
—
Señala el articulo 77, que sin perjuicio de la evaluación sobre su capacidad y eficiencia, ni de la debida discreción para la designación de funcionarios que no pertenezcan a la carrera administrativa, los empleados de carrera del Instituto Colombiano de Cultura, Colcultura, tendrían derecho preferencial a ser vinculados como servidores públicos del Ministerio de Cultura y demás entidades y organismos del sistema nacional de cultura, de acuerdo con las necesidades del servicio.
Señala el artículo 78 de la citada ley, que el Ministerio de Cultura asumirá el reconocimiento y pago de las pensiones o cuotas partes de ellas causadas o que se causen, a favor de los empleados y trabajadores oficiales que se incorporen al ministerio, así como las demás prestaciones sociales y de seguridad social conforme a las disposiciones legales, sin perjuicio de los derechos adquiridos en convenciones.
La misma prioridad tendrían los trabajadores oficiales que tenían contrato de trabajo vigente, siempre que en la planta de personal del ministerio existiesen cargos con funciones equivalentes a las que venía desarrollando en el Instituto Colombiano de Cultura, Colcultura.
¿Qué régimen prestacional y de seguridad social estableció la Ley 397 de 1997 y a quiénes se aplica?
Los empleados públicos y trabajadores oficiales que no sean vinculados al Ministerio de Cultura o reubicados en otra entidad, se les reconocerá las prestaciones sociales a que tengan derecho, de conformidad con las disposiciones legales pertinentes, así como las convencionales vigentes a la fecha de entrar a regir la ley 397 de 1997, para el caso de los trabajadores oficiales.
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¿Señala algún régimen de transición la Ley 397 de 1997? El artículo 79 hace referencia a los contratos y actos en trámite, el artículo 80 al reconocimiento y pago de sentencias, el artículo 81 a la transferencia del derecho de propiedad de bienes inmuebles y por último sobre las apropiaciones presupuestales vigentes en favor de los fondos mixtos de promoción de la cultura y las artes.
HABLEMOS DE PATRIMONIO CULTURAL
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HABLEMOS DE PAT R I M O N I O C U LT U R A L CENTRO DE ARTE Y CULTURA UNIVERSIDAD DE BOGOTÁ JORGE TADEO LOZANO COLOMBIA, 2014