5 minute read
Palabras del Pregonero 2022
Todo poco a poco va volviendo a la normalidad. Poco a poco, las manillas del reloj van avisando que los días van pasando, sin que nos demos cuenta, acercándonos a esa fecha que con tanta ilusión soñamos con su llegada.
Advertisement
Una ilusión que sin esperarla, a mí, me llegó en aquel doce de octubre del año dos mil diecinueve. Un día que para el que os habla en estas líneas, coincidió con el día más grande que marca en su calendario. Ya que ese año, en ese día, salía a la calle en procesión mi Virgen del Rosario.
Fue tras salir de la Función Principal de mi Hermandad del Rosario, cuando el presidente de la Junta de Gobierno que se encontraba en esa fecha, se acercó y me dijo que tenía que comentarme algo. Aunque no lo creáis, supe al instante, que me iba a comunicar esa noticia que desde unos años antes, los rumores rondaban de que ya me tocaba. Y así fue, no sé ni lo que sentí cuando Manuel Jesús Pérez Luna, me dijo, que ya llegó mi hora de pregonarle a mi Hermandad Centenaria. Al cual, mi respuesta fue: para delante. Si la Virgen del Rocío ha querido que sea yo el próximo en pregonarle a través de nuestro Simpecado azul y plata, es por algo.
Todo al principio, fue al igual que en la noche antes de la Romería. Nervios, deseos, sueños… Pero al igual que avanza el camino, pasando las horas, los momentos, lo días…, han ido pasando las semanas, los meses, incluso años. Dos largos años que nos ha marcado de una manera que no podremos olvidar nunca por todo lo que hemos pasado.
Pero en el mes de octubre del pasado año, volvió la luz de la esperanza a brillar por las calles de nuestro pueblo, en forma de mujer con un niño en brazos y con un rosario de corales en sus manos. Sí, porque fue Ella, quien nos comunicó a través de su dulce mirada, de que ya llegó la hora de comenzar a prepararnos, porque nuestros sueños iban a comenzar a cobrar vida de nuevo.
Pasó el día de la Pureza, pasó esa ansiada cuaresma que no podremos olvidar. Y ahora, nos llegó el momento de prepararnos para ese bendito Lunes de Pentecostés.
Desde que comencé a escribir mi pregón, he experimentado al escribir momentos de emociones, momentos duros, momentos de paz, momentos de gloria.
Momentos de emociones, porque he recordado tantas y tantas cosas vividas, escuchadas, sentidas de los caminos del Rocío, o todo lo relacionado al Rocío, a Benacazón, o a la Stma. Virgen.
Momentos duros, porque al igual que pasa en la Raya Real, al llegar a esos bancos de arena, que cuesta tanto trabajo de avanzar, llegaron momentos que me quedé bloqueado, en blanco… porque de tanto que me gustaría expresar y decir, no encontraba las palabras correctas.
Momentos de paz, porque gracias a lo que me dedico, miro una y otra vez mis trabajos realizados asunto el Rocío. Y al verla en mis fotografías y en mis videos, me ha ayudado así a recordar que Ella siempre estará ahí para guiarme, para tranquilizarme, para enseñarme de nuevo este camino tan duro y a la vez bonito que he emprendido, como es el camino del Pregonero.
Y aún me queda un momento que experimentar, que será el momento de gloria. Ese momento siempre le temeré, siempre me quitará el sueño, mi tranquilidad… porque será el momento en el que me suba a ese atril y me ponga frente a mi pueblo para pregonar.
Solo espero que ese momento, no solo sea un momento de gloria para mí, sino también, sea un momento de gloria para todo los rocieros y para todo mi pueblo de Benacazón. He tenido la suerte de tener buenos maestros que me han enseñado a ser un buen rociero, que me han enseñado a quererla, que me han enseñado a seguir ese camino que un día comenzaron por y para la Blanca Paloma.
Pero para este camino de pregonero, no hay maestro que enseñe, ya que es un camino propio, un camino que el maestro eres tú mismo. Porque cuando llegue el momento, eres el que tienes que enseñar a todo el mundo, lo que es para ti los caminos que van hacia la Aldea Almonteña: Lo que se siente en esos momentos de la salida de tu pueblo, en el Vado El Quema al rezar la Salve, en Villamanrique junto a nuestra madrina al subir los escalones de gloria, en esa Raya Real al rezar el Ángelus junto al Cajón de Madera de nuestra vecina Hdad. de Umbrete, en la noche de Palacio, en el Puente del Ajoli… y lo más importante, contar lo que se siente al verla allí en su altar tras llegar del duro camino, al verla salir en hombros de sus hijos los almonteños, o ese bendito momento, cuando la Virgen del Rocío llega a nuestro Simpecado en el Lunes de madrugá.
Solo espero poder estar a la altura de los grandes pregoneros que han pisado ese atril. Solo espero que los nervios no me la jueguen, porque los que hemos estado en ese atril para pregonar alguna vez, sabemos que estar delante del pueblo para expresar sus sentimientos y vivencias no es tarea fácil.
Solo me queda dar las gracias al Presidente y a toda su Junta de Gobierno del Rocío que se encontraba en la pasada candidatura, por contar conmigo para este acto tan importante. Y a la actual, por estar ahí cuando los he necesitado.
Todos los pregones, son sentimientos y vivencias de la persona que lo da. Por eso, todo el mundo tiene un pregón guardado en su corazón. Hay quien lo expresa solo con palabras, a través de la poesía, a través del rezo… y yo, lo expresaré como mejor sé hacerlo…