ANÁLISIS CRÍTICO DE LA UNIDAD CURRICULAR PROTECCIÓN CIVIL Y ADMINISTRACIÓN DE DESASTRES EN EL MARCO DEL PROGRAMA NACIONAL DE FORMACIÓN EN HIGIENE Y SEGURIDAD LABORAL
Autor: Julián Alberto Rivas Alfonzo
Punta de Mata, Mayo de 2012
INTRODUCCIÓN La idea de considerar a la educación como factor indispensable para el desarrollo y fortalecimiento de las capacidades nacionales ha llevado a los gobiernos de las distintas naciones a implementar políticas y estrategias que promueven el acceso, permanencia y prosecución exitosa de estudios en forma masiva, especialmente a partir de la segunda mitad del siglo pasado. Específicamente en Venezuela, el subsector de la educación universitaria ha experimentado el surgimiento de diversas instituciones, programas y modalidades que ofrecen soluciones educativas a amplios sectores de la población, los cuales por diversas razones no habían podido iniciar o proseguir estudios a nivel superior. Es así que en el año 2008 surgen los Programas Nacionales de Formación en el marco de las Misiones Sucre y Alma Mater,
creados por disposición del Ejecutivo
Nacional, a través del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria (MPPEU), los cuales vienen a diversificar y ampliar aún más las posibilidades de tener acceso a una educación universitaria de calidad y con pertinencia social, pues pueden ser administrados en todo el territorio nacional y hacer uso de medios, estrategias y recursos no convencionales. En ese orden de ideas, el Programa Nacional de Formación en Higiene y Seguridad Laboral (PNFHSL), de acuerdo con el MPPEU (2010) se constituye en: "una propuesta educativa innovadora, que a través de actividades de formación, de creación intelectual y vinculación social, forma profesionales integrales con conciencia sociocrítica de sus actuaciones, corresponsables y comprometidos con el proceso de transformación del país". Mediante el PNFHSL se plantea la formación de profesionales que coadyuven en la protección de la vida y la salud de los trabajadores y trabajadoras, realizando importantes aportes para la creación de condiciones seguras en ambientes laborales y en las comunidades, en la preservación del medio ambiente y siendo participes de procesos investigativos para el diseño, innovación y aplicación del conocimiento que contribuyan a satisfacer las necesidades de la sociedad, lograr la independencia tecnológica, y mejorar de esta manera, la vida de los venezolanos, apuntalando el desarrollo de la conciencia
ciudadana y protagónica, para la promoción de la salud, higiene, seguridad y conservación ambiental (MPPEU, 2010, p. 6). Como una estrategia para hacer valer estos propósitos del PNFHSL en vinculación con las comunidades, se contempla en su diseño curricular la unidad Protección Civil y Administración de Desastres, la cual se encuentra ubicada en el trayecto inicial para ser administrada durante doce (12) semanas a razón de dos (02) horas de trabajo asistidas directamente por el docente y una (01) hora de estudio independiente semanal. De acuerdo con el MPPEU (2010, p. 134) el propósito de la unidad curricular Protección Civil y Administración de Desastres es: "proporcionar los elementos conceptuales y las técnicas básicas utilizadas en situaciones de desastre y emergencia, colaborando de esta manera con el afianzamiento de la cultura de seguridad en el futuro profesional de la Higiene y Seguridad Laboral". Es importante destacar, que en la malla curricular del PNFHSL se encuentran sólo dos (02) unidades curriculares vinculadas directamente a la temática de la gestión comunitaria de riesgos, una de ellas es Protección Civil y Administración de Desastres y la otra se denomina Administración de Emergencias y Contingencias, ubicada en el trayecto III, lo cual de entrada consideramos como una debilidad del diseño curricular del PNFHSL en ese aspecto, pues los perfiles de egreso tanto del Técnico Superior Universitario como del Ingeniero en Higiene y Seguridad Laboral, contemplan como ámbito fundamental de su accionar ciudadano y profesional los espacios comunitarios (MPPEU, 2010, p. 93). En tal sentido, el propósito central de este trabajo fue realizar
un análisis y
reflexión crítica sobre nuestra práctica docente en la unidad curricular Protección Civil y Administración de Desastres, lo cual naturalmente nos condujo a proponer una nueva unidad curricular en el marco del PNFHSL, que hemos denominado Poder Popular y Gestión Comunitaria de Riesgos, dirigida a promover y acompañar la construcción colectiva junto al Poder Popular de los procesos necesarios para una efectiva gestión comunitaria de riesgos de emergencias y desastres, mediante la aplicación de elementos conceptuales, métodos y técnicas participativas, como un aporte a la conformación de una cultura preventiva y al logro de la Suprema Felicidad Social de nuestro población.
SECCIÓN I SISTEMATIZACIÓN DOCENTE
EN
LA
Y
REFLEXIÓN
UNIDAD
CRÍTICA
CURRICULAR:
SOBRE
LA
PROTECCIÓN
PRÁCTICA CIVIL
Y
ADMINISTRACIÓN DE DESASTRES En estos primeros años del siglo XXI, pareciera existir un consenso a nivel mundial, sobre la importancia que reviste la educación universitaria como condición indispensable para el logro de adecuados niveles de desarrollo social, cultural, político y económico en todos los países, pero especialmente en las naciones calificadas históricamente como del "tercer mundo". También se insiste en diversos foros nacionales e internacionales en que los modelos locales, nacionales y regionales de desarrollo deben estar sustentados en valores universalmente aceptados como la democracia, la solidaridad, la paz, el respeto a las diferencias, la justicia, entre otros; en aras de potenciar las capacidades propias de cada nación pero de una manera ecológicamente sostenibles en el tiempo. A decir de la UNESCO (2009), esta inmensa pero inaplazable tarea, plena de limitaciones y dificultades, demanda de los gobiernos, instituciones de educación universitaria, docentes, estudiantes y de la sociedad toda, asumir un compromiso cada vez mayor por una permanente y radical transformación universitaria que permita, superar la visión meramente economicista e impulsar a las sociedades hacia un devenir más espiritual y ético, en fin más humano. En ese sentido y en virtud del fenómeno de la masificación, la UNESCO plantea la necesidad de diversificar los modelos, sistemas y modalidades de educación universitaria como una forma de garantizar la igualdad de oportunidades de acceso, prosecución, egreso y reingreso de los estudiantes a lo largo de toda su vida. Asimismo, ese organismo internacional señala la importancia de ensayar nuevos métodos, contenidos, prácticas y medios de construcción de saberes centrados en los estudiantes y que propicien en estos el desarrollo de competencias para la comunicación, la creatividad, la innovación, el análisis crítico y reflexivo, así como las aptitudes necesarias para el trabajo colaborativo en entornos pluriculturales, tomando en cuenta tanto sus realidades sociohistóricas como los más avanzados adelantos científicos y tecnológicos, a nivel mundial.
Es pertinente mencionar que la UNESCO recomienda también estimular la participación protagónica y organizada de los estudiantes en todo lo relativo a la transformación de la enseñanza en la educación universitaria, lo cual según el mencionado ente debe incluir la formulación de políticas, métodos pedagógicos, programas, evaluación y gestión compartida de las instituciones y sus procesos. Partiendo de la necesidad por construir una respuesta articulada a los diversos problemas de carácter global que afectan en la actualidad a la educación universitaria tales como: la masificación, la igualdad de oportunidades de acceso y prosecución, el desarrollo de la planta profesoral, el mejoramiento de la calidad, la pertinencia de los planes de estudio, la utilización de las tecnologías emergentes y la investigación, el gobierno nacional de la República Bolivariana de Venezuela ha desarrollado diversas experiencias y propuestas de solución, tales como la creación de la Misión Sucre, Universidades Especializadas, Universidades Politécnicas Territoriales, Programas Nacionales de Formación, entre otras, las cuales requieren ser evaluadas y fortalecidas mediante un proceso cíclico y recursivo de acción - reflexión para la instalación definitiva de una lógica de mejoramiento continuo del complejo quehacer universitario, con miras a la concreción de una real y efectiva transformación universitaria. Una de esas interesantes innovaciones, vigente desde el año 2008, la constituye los Programas Nacionales de Formación (PNF) en el marco de la Misión Sucre y la Misión Alma Mater, los cuales según el artículo 2 de la resolución Nº 3.072 del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria (MPPEU) contenida en la Gaceta Oficial Nº 39.876 de fecha 05 de marzo de 2012, consisten en: El proceso académico que tiene como propósito la realización de experiencias formativas, éticas, culturales, humanísticas, artísticas, sociocomunitarias, territoriales, socioproductivas, políticas, de innovación, científicas y tecnológicas creadas por iniciativa del Ejecutivo Nacional, a través del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, que propicien el cambio de conciencia de las y los educandos para desarrollar y transformar conocimientos, saberes, saberes hacedores, modos para ser y convivir, para favorecer y afianzar proyectos y procesos que impliquen y transformen sustantivamente a la sociedad, para ser gestionados en distintos espacios educativos del territorio nacional. Este proceso conduce a Certificaciones de Estudios, Títulos y Grados en áreas específicas del saber. (MPPEU, 2012).
Como parte integrante de los PNF y para sustentar el presente análisis crítico de nuestra práctica docente, es preciso abordar algunos aspectos conceptuales relativos al Programa Nacional de Formación en Higiene y Seguridad Laboral (PNFHSL). De acuerdo con el MPPEU (2010), el PNFHSL se constituye en: una propuesta educativa innovadora que integra las dimensiones del ser humano (conocer, hacer, ser y convivir), las funciones universitarias de formación, creación intelectual y vinculación social; la transversalidad de los ejes integradores de formación: Epistemológico, Ético Político, Socio – Ambiental, Estético – Lúdico y Trabajo Productivo, éste último como columna vertebral del diseño curricular; formará profesionales integrales con conciencia sociopolítica de sus actuaciones, corresponsables y comprometidos con el proceso de transformación del país; que trabajen en la defensa de la vida y la salud de los trabajadores y trabajadoras; que fomenten condiciones seguras en los ambientes de trabajo y en las comunidades de manera sostenible y sustentable; que participen activamente en la investigación para el diseño, innovación y aplicación del conocimiento en la solución de necesidades sociales, contribuyendo con la independencia tecnológica, y el fortalecimiento de la cultura de la higiene y la seguridad en la vida de las ciudadanas y ciudadanos del país. (p.viii). Según el MPPEU , mediante el PNFHSL se plantea la formación de profesionales que coadyuven en la protección de la vida y la salud de los trabajadores y trabajadoras, realizando importantes aportes para la creación de condiciones seguras en ambientes laborales y en las comunidades, en la preservación del medio ambiente y siendo participes de procesos investigativos para el diseño, innovación y aplicación del conocimiento que contribuyan a satisfacer las necesidades de la sociedad, lograr la independencia tecnológica, y mejorar de esta manera, la vida de los venezolanos, apuntalando el desarrollo de la conciencia ciudadana y protagónica, para la promoción de la salud. De otra parte, dentro de la estructura curricular del PNFHSL los cursos o unidades de formación, son concebidos como un conjunto de conocimientos conceptuales, procedimentales y actitudinales, relacionados con una serie de innovadoras estrategias de aprendizaje y evaluación, basadas en el trabajo del estudiante, que incluye el estudio acompañado por el profesor, el estudio individual, las prácticas de laboratorio, desarrollo de proyectos y elaboración de informes.
En el caso que nos ocupa, la unidad curricular Protección Civil y Administración de Desastres, se encuentra ubicada en el trayecto inicial de la malla curricular del PNFHSL y por ende es administrada durante doce (12) semanas a razón de dos (02) horas de trabajo asistidas directamente por el docente y una (01) hora de estudio independiente semanal. Esta unidad curricular, de acuerdo con el MPPEU (2010) contempla como propósito: "proporcionar los elementos conceptuales y las técnicas básicas utilizadas en situaciones de desastre y emergencia, colaborando de esta manera con el afianzamiento de la cultura de seguridad en el futuro profesional de la Higiene y Seguridad Laboral". En el sentido de hacer realidad este propósito se plantea, en la sipnosis de contenido de la referida unidad curricular, la construcción en colectivo de un conjunto de saberes (conocer, hacer, ser, convivir), aspirando así que los estudiantes estén en capacidad de: •
Discriminar los conceptos básicos de la protección civil.
•
Reconocer las bases legales referentes a la protección civil y la administración de desastres.
•
Identificar las amenazas y vulnerabilidades ante emergencias y desastres.
•
Reconocer el ciclo de los desastres.
•
Aplicar la prevención y autoprotección ante desastres.
•
Aplicar nociones elementales de primeros auxilios, incendios, emergencias y desastres.
•
Internalizar la aplicabilidad de las nociones elementales de primeros auxilios., incendios, emergencias y desastres; en pro del bien propio y comunitario.
•
Transferir las habilidades y destrezas de actuación ante emergencias y desastres, contribuyendo al desarrollo de la cultura de prevención. Es así que para la construcción de estos saberes la referida sipnosis contempla la
aplicación de estrategias pedagógicas basadas en: interacción dialógica facilitador – participante, investigación acción, talleres, seminarios y exposiciones. En ese sentido, nuestra práctica docente ha requerido de unos fundamentos tanto epistemológicos como pedagógicos para su concepción, desarrollo y valoración. Con la intención de ir precisando la esencia de tales fundamentos desde el campo de los riesgos,
desastres, su reducción y atención, es necesario realizar una breve reseña de los dos modelos digamos extremos esbozados por Lavell (2006), los cuales pretenden explicar, cada uno a su vez, tanto el proceso de construcción social del riesgo de desastre, como el proceso de intervención social en su reducción. De acuerdo con Lavell, el primer modelo denominado naturalista – fisicalista contempla los siguientes elementos: a. Enfoque en cuanto al proceso de conocimiento del riesgo: el conocimiento de las causas y riesgos de los desastres puede ser precisado mediante un proceso que permita identificar las amenazas físicas, su magnitud, extensión territorial y duración. Para ello es indispensable incrementar de manera sostenida la capacidad de las ciencias básicas para pronosticar, prever y analizar las amenazas y sus interrelaciones. b. Enfoque en cuanto al proceso de intervención social: la sociedad debe intervenir en la problemática de los desastres "naturales" por medio del control directo e indirecto de las amenazas y sus impactos sobre la sociedad, de la alerta temprana de esos impactos, la protección de personas y bienes, así como de la organización de mecanismos adecuados de respuesta y recuperación. c. Conceptos básicos: los desastres son producto del impacto de amenazas físicas sobre la sociedad de manera que los desastres son sinónimos de amenazas extremas y constituyen desastres naturales. El riesgo de desastre es una función directa de la exposición a la intensidad y magnitud, el periodo de recurrencia y otras características de las amenazas físicas en si mismas. d. Definiciones claves: Los desastres constituyen las pérdidas y daños causados por el impacto de eventos físicos sobre la sociedad cuando ésta es incapaz de responder a ellos sin ayuda externa. El riesgo de desastre es la probabilidad de que se materialice una amenaza extrema. La gestión de los desastres comprende un proceso de intervención en las causas y características de las amenazas y en las respuestas de la sociedad frente a ellas. De otra parte, Lavell propone un segundo modelo denominado sistémico – social basado en los siguientes componentes:
a. Enfoque en cuanto al proceso de conocimiento: Las causas de los desastres pueden determinarse mediante un proceso de investigación multidisciplinaria que permita conocer las características de las amenazas físicas, el grado de exposición a ellas y las vulnerabilidades particulares de la sociedad expuesta, donde el proceso de construcción del riesgo es básicamente de carácter social, vinculado estrechamente con los modelos de desarrollo económico, social y político pasados y vigentes en la sociedad, los cuales determinan la manera como se distribuye el riesgo tanto territorial como socialmente. b. Enfoque en cuanto al proceso de intervención: La intervención debe enfocarse en el riesgo generado por la interrelación de factores de amenaza y vulnerabilidad en las comunidades expuestas y en que la reducción se logrará en la medida en que haya participación activa, descentralizada, multidisciplinaria, multi-institucional y multi sectorial. La variable riesgo es considerada en la formulación y ejecución de los planes sectoriales y territoriales de desarrollo, previa identificación de las amenazas y vulnerabilidades más relevantes. c. Conceptos básicos: la construcción social del riesgo es un proceso mediante el cual la sociedad transforma y configura el riesgo por medio de un proceso diferenciado de generación de vulnerabilidades, resistencias y resiliencias a amenazas distintas. La interacción particular entre sociedad y su medio sirve a veces también para transformar recursos naturales y fenómenos físicos determinados en amenazas, las cuales al interactuar con una sociedad vulnerable construye riesgo y eventual desastre. El riesgo de desastres se basa en escenarios de pérdidas potenciales producto de
la
interacción
de
amenazas
con
vulnerabilidades
en
comunidades,
infraestructuras y sistemas de producción y servicios expuestos, como consecuencia de procesos sociales que surgen del modelo de desarrollo vigente. Por su parte, los desastres son el resultado de riesgos que se realizan a partir del impacto de eventos físicos particulares en un tiempo y lugar determinado, siendo el resultado tangible de problemas o desequilibrios entre la sociedad y el
ambiente, generados y/o no resueltos por los modelos de desarrollos pasados y vigentes. La gestión del riesgo se refiere a un proceso social y político mediante el cual la sociedad se plantea controlar los procesos de construcción del riesgo o su disminución como una estrategia para el fortalecimiento de los planes de desarrollo ecosustentables y la seguridad integral de la nación. d. Definiciones claves: el riesgo se define como la probabilidad de pérdidas y daños asociados con la presencia de amenazas y vulnerabilidades en comunidades, bienes y sistemas de producción expuestos a amenazas. El desastre constituye un nivel de pérdidas y daños en la sociedad vinculado con el impacto de un evento físico o eventos físicos particulares sobre una sociedad vulnerable, que excede sus capacidades de respuesta y que demanda apoyo externo para su atención, recuperación y rehabilitación. Por ultimo, la gestión es el proceso social, político y operacional mediante el cual se logra manejar el riesgo de desastre y sus posibles consecuencias. Ahora bien, el hecho de que en el "mundo real" coexistan diferentes formas de llevar a cabo la gestión de riesgos de desastres, que oscilan entre los modelos extremos descritos por Lavell, realza el valor de su trabajo, pues este provee elementos referenciales que facilitan la comprensión de escenarios específicos de riesgo y la formulación de estrategias de intervención más acordes con la realidad en estudio. De otra parte, luego de una revisión preliminar de las principales escuelas filosóficas que han servido de base para el desarrollo de las ciencias sociales, parece lógico pensar que los modelos propuestos por Lavell pudieran tener raíces en algunas de esas escuelas. En primer lugar, el modelo naturalista – fisicalista para el estudio y manejo de riesgos de desastre, pudiera estar enmarcado en una postura filosófica afín al positivismo, el cual a decir de Briones (2002, p. 28 - 29) proclama que: "El progreso del conocimiento sólo es posible con la observación y el experimento y, según esta exigencia, se debe utilizar el método de las ciencias naturales". Asimismo, a decir del precitado autor esa corriente filosófica contempla que la función de la teoría consiste en coordinar los hechos observados
por las ciencias y de ninguna manera buscar las causas de su ocurrencia. Es decir, su función es netamente contemplativa. No obstante, el modelo sistémico – social propuesto por Lavell desde el punto de vista filosófico consideramos que se acerca a la corriente del materialismo dialéctico, cuyos máximos representantes (Marx y Engels) afirmaron que: El materialismo dialéctico tiene como una de sus preocupaciones centrales el cambio de la realidad. Consecuentemente, considera al mundo como un proceso en el cual, históricamente, se dan fenómenos nuevos y cada vez más complejos a partir de los más simples, siguiendo las leyes de la dialéctica. (Briones, 2002, p. 22). En ese orden de ideas, asumimos una visión de la problemática del riesgo de emergencias y desastres considerada como un proceso complejo cuyos elementos generadores se encuentran no sólo en la existencia de amenazas o peligros de todo tipo y origen, sino que fundamentalmente se afincan en las condiciones precarias de "vida" en que son obligados a subsistir amplios sectores de la población a nivel mundial como producto de la interrelación de un conjunto de vulnerabilidades ambientales, económicas, físicas y sociales, consecuencias estas a su vez de la imposición de modelos de "desarrollo" que tienen en común la lógica de la apropiación indebida y la acumulación desmedida del capital en todas sus expresiones, por parte de grupos minoritarios, en detrimento de consideraciones sociales, ambientales y humanas, que son finalmente tratadas
como
simples daños colaterales. Debido a ello, estamos negados a contribuir desde nuestra práctica docente con la continuidad de un modelo naturalista – fisicalista – positivista que promueve un abordaje de la problemática del riesgo evadiendo el estudio de lo que consideramos como el nudo crítico del asunto, el cual no es más que la hegemonía a nivel global, regional y/o nacional de modelos de "desarrollo" capitalista, los cuales generan
condiciones de vida
infrahumanas las que a su vez incrementan los factores de vulnerabilidad de las poblaciones ante múltiples amenazas de origen natural, socionatural o antrópico. A la par, de que esos modelos contribuye a fomentar en las poblaciones la falsa creencia de que así es como debe ser la realidad, es decir que debemos conformarnos con las condiciones de vida que nos hacen vulnerables y que es poco o nada lo que podemos hacer para su superación,
reafirmando una visión fatalista que termina por inhibir las iniciativas sociales enfocadas hacia una verdadera transformación política, económica y social, que coloque al ambiente y al ser humano como su primera prioridad. En tal sentido, consideramos que nuestra práctica docente ha estado más cerca del modelo sistémico – social como referente no sólo para el estudio de la problemática del riesgo sino para promover su transformación, pues este modelo considera al riesgo de desastres como un proceso complejo, multifactorial, generado y distribuido socialmente como producto del modelo de desarrollo social, político y económico vigente. Esta visión del riesgo como una construcción social nos ha permitido impulsar, desde el quehacer universitario – comunitario y en nuestro rol de profesor, tutor y asesor de trabajos de grado, servicios comunitarios estudiantiles y proyectos socioproductivos, diversas acciones de intervención social para la reducción de los riesgos de emergencias y desastres en el territorio de influencia de nuestra institución, tales como: análisis de riesgos a la salud y seguridad en comunidades, elaboración y divulgación de mapas comunitarios de riesgos, diseño de planes para la gestión del riesgo en escuelas y comunidades, organización de brigadas para la prevención y atención de emergencias, simulacros de incendios, emergencias y desalojos, entre otras. Estas actividades nos han ofrecido la oportunidad de participar en el fortalecimiento de las capacidades existentes en diversas organizaciones públicas, privadas y en nuestras comunidades, mediante la orientación a los actores sociales en la utilización de una serie de métodos y técnicas que facilitan el análisis crítico de las condiciones materiales de vida que tienen incidencia en el incremento de las vulnerabilidades en diferentes escenarios locales de riesgo. Específicamente nuestra práctica docente en la unidad curricular Protección Civil y Administración de Desastres, desde el año 2009 hasta la actualidad, ha estado vinculada a la promoción de la participación de nuestros estudiantes en la conformación de sus saberes, mediante la aplicación de un conjunto de estrategias, métodos y técnicas didácticas, entre las cuales destacan: a. Análisis y reflexión socializada de lecturas sobre el origen y desarrollo histórico de la protección civil en el mundo y en Venezuela.
b. Estudio, por equipos de estudiantes, de casos reales de emergencias y desastres ocurridos preferiblemente en el estado Monagas, para luego ser discutidos con el resto de la clase. Este método ha brindado en primera instancia la oportunidad de construir, analizar, reflexionar e internalizar los conceptos básicos relacionados con gestión de riesgos, así como posteriormente estudiar las etapas del ciclo del desastre. c. Análisis retrospectivo y dialogo socializado sobre los diferentes instrumentos jurídicos que rigen la materia, lo cual ha permitido establecer comparaciones entre el enfoque asistencialista de la Defensa Civil prevaleciente hasta 1998, en contraposición con el avanzado concepto de la Protección Civil como espacio para la participación popular en la Seguridad Ciudadana, establecido por primera vez con rango constitucional en Venezuela en 1999. d. Elaboración y presentación, individual o por equipos, de croquis, planos o maquetas de sus viviendas donde señalen las amenazas, vulnerabilidades y capacidades existentes, lo cual ha permitido la construcción colaborativa de saberes significativos y con pertinencia social en materia de reducción de riesgos. e. Realización por equipos, de inspecciones de riesgos en ambientes institucionales, comunitarios y familiares, con la finalidad de identificar amenazas, vulnerabilidades y capacidades disponibles para hacer frente a eventos adversos, para luego socializar los resultados de la inspección con el resto de la clase. f. Exposiciones por equipos, sobre las acciones a tomar antes, durante y después de los diferentes tipos de emergencias y desastres, como una manera de socializar con el resto de la clase las medidas de prevención y autoprotección ante eventos adversos. g. Participación activa y protagónica de los estudiantes en simulacros de incendio, rescate, primeros auxilios y desalojo, lo cual ha propiciado que conozcan de primera mano y a un nivel muy básico algunas técnicas, herramientas y equipos relacionados con la atención de emergencias y desastres, así como socializar e intercambiar saberes con funcionarios pertenecientes al Cuerpo de Bomberos del
Estado Monagas, Unidad de Respuestas y Control de Emergencias de PDVSA, Cruz Roja y Protección Civil. Ahora bien, el relativo éxito logrado con las cohortes que han cursado la unidad curricular Protección Civil y Administración de Desastres, se hace evidente tanto en la evaluación positiva que realizan los estudiantes sobre el desarrollo de las actividades, así como en la retroalimentación satisfactoria que recibimos en su momento por parte de los niveles de coordinación académica de nuestra institución y las comunidades organizadas. A nuestro juicio, tales prácticas docentes han estado dirigidas a favorecer la apropiación por parte de las comunidades, nuestros estudiantes y colegas, de la gestión del riesgo como un proceso social y político mediante el cual es posible la transformación de las condiciones materiales de vida, disminuyendo la pobreza material e intelectual en pro de disminuir también el riesgo de emergencias y desastres, a la par de constituir una contribución al logro progresivo de las directrices I, II, III y V contenidas en las Líneas Generales del
Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007 – 2013,
específicamente en los siguientes aspectos: •
Nueva Ética Socialista: Incidiendo en la transformación material y espiritual de la sociedad mediante el rescate de valores como la solidaridad humana con los actores sociales más vulnerables ante amenazas de todo tipo. Así como la contribución al desarrollo de la conciencia revolucionaria mediante la realización de actividades voluntarias de fortalecimiento de las capacidades de las comunidades para hacer frente a diversos escenarios de riesgo.
•
Suprema Felicidad Social: Colaborando en la profundización de la atención integral en salud de forma universal por medio de la prevención de accidentes y hechos violentos.
•
Democracia Protagónica Revolucionaria: Fomentando la capacidad en la toma de decisiones por parte de la población expuesta a riesgos mediante la formación y organización comunitaria para hacer frente a las amenazas y vulnerabilidades.
•
Nueva Geopolítica Nacional: Contribuyendo a la disminución de la vulnerabilidad de la población mediante el estudio de los escenarios de riesgo hemos aportado a la ordenación del territorio asegurando su base de sustentación ecológica.
No obstante, consideramos que el carácter netamente introductorio de la unidad curricular Protección Civil y Administración de Desastres, así como el tiempo disponible para el desarrollo de las actividades presenciales (sólo 24 horas académicas), han limitado el desarrollo pleno de acciones sistemáticas dirigidas a transferir hacia las comunidades las habilidades y destrezas elementales en gestión de riesgos recién adquiridas por los estudiantes, por lo que percibimos que nuestra contribución como institución universitaria al desarrollo de una cultura de reducción de riesgos en nuestro territorio de influencia ha tenido un desarrollo incipiente, es decir falta mucho por hacer, lo cual es absolutamente positivo. Y decimos que es positivo lo que falta por hacer en gestión comunitaria de riesgos, pues esta problemática nos brinda la oportunidad de contribuir con el encargo social de nuestra novísima Universidad Politécnica Territorial del Norte de Monagas "Ludovico Silva", creada mediante el decreto presidencial Nº 8.802 de fecha 13 de abril de 2012, el cual en su artículo 3 señala que esta institución: tiene como encargo social contribuir activamente al desarrollo endógeno integral y sustentable en su área de influencia territorial, con la participación activa y permanente del Poder Popular, abarcando múltiples campos de estudio, bajo enfoques inter y transdisciplinarios, para abordar los problemas y retos de su contexto territorial, de acuerdo con las necesidades del pueblo, a partir de las realidades geohistóricas, culturales, sociales y productivas, ayudando a conformar una nueva geopolítica nacional. (Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, 2012). Es por ello que en la próxima sección de este documento se propone complementar la formación inicial de nuestros estudiantes en materia de Protección Civil y Administración de Desastres con la inclusión en el trayecto 1 del PNFHSL de una nueva unidad curricular que hemos denominado Poder Popular y Gestión Comunitaria de Riesgos, la cual estaría fundamentalmente dirigida a promover y apoyar la construcción en colectivo de modelos de gestión comunitaria del riesgo de emergencias y desastres en nuestro territorio de influencia, bajo un enfoque netamente sistémico – social – dialéctico.
SECCIÓN II PROGRAMA PARA UNA NUEVA UNIDAD CURRICULAR EN EL MARCO DEL PROGRAMA NACIONAL DE FORMACIÓN EN HIGIENE Y SEGURIDAD LABORAL DENOMINADA: PODER POPULAR Y GESTIÓN COMUNITARIA DE RIESGOS El Diseño Instruccional (DI), de acuerdo con Polo (2003), se concibe como un proceso dialéctico, sistémico y flexible, cuyas múltiples fases y componentes de planificación se abordan y se trabajan de manera simultánea. Igualmente, el DI requiere de la aplicación de un proceso de análisis y evaluación, para seleccionar adecuadamente los medios y estrategias de aprendizaje, de manera que permitan la construcción de saberes significativos por parte de la población-usuario, en función de los tipos de conocimientos que deberán aprehenderse. Entendemos entonces con Polo que el DI es un proceso dialéctico debido a que demanda de una racionalidad, de un orden lógico, flexible porque debe estar presto a integrar los procesos generados por los estudiantes en sus entornos de aprendizaje, sean estos planificados o no por el diseñador y sistémico por la interrelación existente entre todos sus componentes y fases. En ese sentido, estamos de acuerdo en que el DI requerido para la construcción de los saberes en cualquier área del conocimiento se lleva a cabo mediante un proceso no lineal de análisis, reflexión y creación, dirigido a la adaptación de la situación ideal diseñada a la realidad de la instrucción. Siendo así, un abordaje efectivo de las labores vinculadas con el DI deberá considerar el hecho de que todo proceso de construcción de saberes está conformado por un conjunto de actividades, acontecimientos y cursos de acción alternos, complejos, inciertos, caóticos, a ratos monótonos y que no obstante, constituyen un gran reto, la extraordinaria oportunidad de marcar una ruptura con lo dicho, hecho o logrado por otros en otros tiempos y contextos, experiencias que como ya sabemos no son transferibles. En el caso que nos ocupa las etapas de análisis y reflexión que fueron sistematizadas en la sección anterior nos proveyeron de un conjunto de evidencias que nos han permitido
pensar que el desarrollo incipiente de los procesos de formación, creación intelectual y vinculación social del PNFHSL relacionados con la problemática de la gestión comunitaria de riesgos, por una parte dificultan o limitan la concreción en su totalidad de los perfiles de egreso tanto del Técnico Superior Universitario como del Ingeniero en Higiene y Seguridad Laboral, los cuales poseen una clara orientación sociocomunitaria (MPPEU, 2010, p. 93). De otra parte, de mantenerse tal debilidad curricular en el PNFHSL en materia de gestión comunitaria de riesgos, el logro plenamente exitoso del encargo social asignado a nuestra Universidad Politécnica Territorial del Norte de Monagas "Ludovico Silva" estaría comprometido. Con la intención de dar respuesta a las debilidades curriculares señaladas, la unidad curricular propuesta pretende constituirse en un espacio abierto para el encuentro de saberes orientado a la satisfacción de las necesidades, requerimientos y expectativas tanto de las organizaciones del Poder Popular como de la comunidad universitaria y otros actores sociales, en cuanto a la lucha por ambientes comunitarios en los cuales la seguridad y salud de la ciudadanía sea la base para la consolidación de una cultura preventiva. Para ello, la propuesta ofrece un conjunto de estrategias, recursos, herramientas y saberes acordes para la realización de manera efectiva de los procesos de aprendizaje e interacción que permitan la construcción colectiva de saberes significativos, partiendo de la valoración y el reconocimiento de la intersubjetividad de todos los involucrados. Estas consideraciones nos condujeron de manera natural a la etapa de creación de una posible solución a la debilidad curricular observada, estando dicha propuesta centrada en la inclusión de una nueva unidad curricular en el PNFHSL que hemos denominado Poder Popular y Gestión Comunitaria de Riesgos, cuyo principal propósito será promover espacios de investigación, acción y formación compartidos entre el Poder Popular, la comunidad universitaria y otros actores sociales, enfocados a la construcción colectiva de los procesos necesarios para el logro de una efectiva gestión comunitaria de riesgos de emergencias y desastres, mediante la aplicación de un conjunto amplio de elementos conceptuales, métodos y técnicas participativas, todo ello como un aporte fundamental para la conformación de una cultura preventiva en nuestra área de influencia y el logro de la Suprema Felicidad Social de nuestra población.
Se plantea que la nueva unidad curricular Poder Popular y Gestión Comunitaria de Riesgos, esté ubicada en el trayecto I de la malla curricular del PNFHSL y que sea administrada durante treinta y seis (36) semanas a razón de tres (03) horas de trabajo asistidas directamente por el docente y dos (02) horas de estudio independiente semanal. Para cumplir con el propósito planteado en la sipnosis de contenido de esta nueva unidad curricular se aspira que los estudiantes y docentes estén en capacidad de desarrollar progresivamente los siguientes saberes: •
Promover la participación activa y protagónica del Poder Popular en la gestión comunitaria de riesgos.
•
Asesorar a los actores comunitarios del Poder Popular en lo referente
a la
organización de sistemas de gestión comunitaria de riesgos, tomando en cuenta el basamento jurídico. •
Apoyar a las organizaciones del Poder Popular en la construcción colectiva de los procesos participativos para conocer y reducir el riesgo de emergencias y desastres en las comunidades.
•
Orientar la planificación, ejecución y evaluación de actividades para el conocimiento y reducción del riesgo de emergencias y desastres en el ámbito comunitario.
•
Colaborar con las organizaciones del Poder Popular en la sistematización y divulgación de experiencias en materia de gestión comunitaria de riesgos de emergencias y desastres.
•
Manifestar un comportamiento ético basado en la solidaridad humana con los actores sociales más vulnerables expuestos a amenazas de todo tipo.
•
Evidenciar y promover el desarrollo de una conciencia revolucionaria mediante la realización de actividades voluntarias de fortalecimiento de las capacidades de las comunidades para hacer frente a diversos escenarios de riesgo.
•
Demostrar un genuino interés por que las organizaciones del Poder Popular se apropien de los conocimientos, métodos y técnicas necesarios para asumir de manera exitosa y sostenible la gestión comunitaria de riesgos de emergencias y desastres.
En cuanto a la orientación metodológica más apropiada para el despliegue comunitario planteado con la nueva unidad curricular propuesta, consideramos que la Investigación Acción Participativa (IAP) nos brinda el soporte necesario para establecer de manera igualitaria, respetuosa y solidaria las relaciones con las diversas organizaciones y actores sociales del Poder Popular, indispensables para la construcción de una cultura preventiva con bases sólidas. En tal sentido, el objetivo inmediato de la IAP en comunidades inmersas en escenarios de riesgos, será identificarlos y construir un conocimiento colectivo de las magnitudes, tipos, exposiciones y tasas de frecuencia que adoptan tales riesgos en el territorio comunal. Se pretende también que la IAP como enfoque metodológico principal a ser aplicado en la unidad curricular propuesta permita promover la organización y consolidación de un Poder Popular con capacidad para poner en marcha procesos de acción comunitaria que mejoren la efectividad en la reducción de los riesgos e induzcan la superación de las carencias básicas, base de la vulnerabilidad global de las comunidades ante las múltiples amenazas a la salud y seguridad ciudadanas. Asimismo, la IAP aplicada a la gestión comunitaria de riesgos y su conjunto de técnicas participativas nos permitirían integrar las funciones universitarias de formación, creación intelectual y vinculación social en un conjunto de acciones y saberes coherentes con el logro del encargo social de la nueva Universidad. Por último, es importante señalar que la selección de los elementos que constituyen el programa sinóptico de la unidad curricular propuesta (ver Cuadro Nº 1) se basó tanto en el análisis y la reflexión previa sobre nuestra práctica docente en el área, como en la respectiva revisión bibliográfica sobre el estado del arte en materia de gestión comunitaria de riesgos, en cuanto a la forma se adoptó la actualmente utilizada en el documento rector del PNHSL para las unidades curriculares vigentes.
Cuadro Nº 1. Programa sipnotico propuesto para la nueva unidad curricular Poder Popular y Gestión Comunitaria de Riesgos en el marco del PNFHSL EJE EPISTEMOLÓGICO: PODER POPULAR Y GESTIÓN COMUNITARIA DE RIESGOS Trayecto: 1
HTE: 180
HTA: 108
HTI: 72
UC: 04
Código:
Propósito(s): Realizar acompañamiento solidario a las comunidades organizadas y otras expresiones del Poder Popular durante la promoción y construcción colectiva de los procesos necesarios para el logro de una efectiva gestión comunitaria de riesgos de emergencias y desastres, mediante la aplicación de variados elementos conceptuales, métodos y técnicas participativas, como un aporte para la conformación de una cultura preventiva y el logro de la Suprema Felicidad Social. Conocer Hacer Ser / Convivir Aproximaciones conceptuales. • Promueve la participación • Manifiesta un Amenazas, vulnerabilidades, comportamiento ético activa y protagónica del capacidades, riesgos, construcción basado en la solidaridad Poder Popular en la gestión social del riesgo, emergencias, humana con los actores comunitaria de riesgos. desastres, gestión de riesgos, sociales más vulnerables organizaciones del Poder Popular, • Asesora a los actores expuestos a amenazas de comunitarios del Poder gestión comunitaria de riesgos. todo tipo. Popular en lo referente a la Perspectivas jurídicas. organización de sistemas de • En sus relaciones con los Constitución Bolivariana de actores comunitarios gestión comunitaria de Venezuela, Plan de Desarrollo evidencia y promueve el riesgos, tomando en cuenta el Económico y Social de la Nación, desarrollo de una basamento jurídico. Ley de Gestión Integral de conciencia revolucionaria Riesgos Socionaturales y • Apoya a las organizaciones mediante la realización de del Poder Popular en la Tecnológicos, Ley Orgánica de actividades voluntarias de construcción colectiva de los los Consejos Comunales, Ley de fortalecimiento de las procesos participativos para los Consejos Locales de capacidades de las conocer y reducir el riesgo Planificación Pública, Ley comunidades para hacer de emergencias y desastres en Orgánica del Poder Popular. La frente a diversos las comunidades. participación comunitaria en la escenarios de riesgo. gestión de riesgos. Actores • Orienta la planificación, • Demuestra un genuino comunitarios, estrategias de ejecución y evaluación de interés por que las participación, escenarios locales actividades para el organizaciones del Poder de riesgo. conocimiento y reducción del Popular se apropien de los La gestión comunitaria de riesgo de emergencias y conocimientos, métodos y riesgos desde el enfoque de desastres en el ámbito técnicas necesarios para procesos. Procesos claves: comunitario. asumir de manera exitosa Generar conocimiento sobre el • Colabora con las y sostenible la gestión riesgo de desastre en sus organizaciones del Poder comunitaria de riesgos de diferentes ámbitos, Prevenir el Popular en la sistematización emergencias y desastres. riesgo futuro, Reducir el riesgo y divulgación de experiencias existente, Preparar la respuesta, en materia de gestión Responder y rehabilitar, comunitaria de riesgos de Recuperar y reconstruir. Procesos emergencias y desastres. de dirección y apoyo. Selección y utilización de técnicas e instrumentos participativos para el análisis comunitario de peligros, vulnerabilidades, capacidades y riesgos. Análisis de fuentes secundarias, Datos de base comunitarios, Entrevista semiestructurada, Diálogo en
CONCLUSIONES A manera de conclusión de este análisis crítico de la unidad curricular Protección Civil y Administración de Desastres en el marco del Programa Nacional de Formación en Higiene y Seguridad Laboral podemos destacar que desde el punto de vista epistemológico es posible identificar, según Lavell (2006), dos modelos extremos en el abordaje de la temática de la gestión del riesgo. En primer lugar, está el modelo denominado naturalista – fisicalista, el cual se basa en la identificación, estudio y control de las amenazas y de su impacto sobre la sociedad, este modelo no cuestiona, ni reconoce a los procesos sociales, políticos, económicos y culturales, como factores claves en la generación de los riesgos de emergencias y desastres que afectan a las poblaciones. De otra parte, el modelo denominado sistémico – social asume que las causas de los desastres pueden determinarse mediante un proceso de investigación multidisciplinaria que permita conocer las características de las amenazas físicas, el grado de exposición a ellas y las vulnerabilidades particulares de la sociedad expuesta, donde el proceso de construcción del riesgo es básicamente de carácter social, vinculado estrechamente con los modelos de desarrollo económico, social y político pasados y vigentes en la sociedad, los cuales determinan la manera como se distribuye el riesgo tanto territorial como socialmente.
Para el modelo sistémico – social La gestión del riesgo se refiere a un proceso social y político mediante el cual la sociedad se plantea controlar los procesos de construcción del riesgo o su disminución como una estrategia para el fortalecimiento de los planes de desarrollo ecosustentables y la seguridad integral de la nación. Asimismo, desde la mirada filosófica el modelo naturalista – fisicalista pudiera estar cercano a la corriente positivista, cuya función a decir de Briones (2002, p. 28 - 29) es netamente contemplativa, no cuestionadora de la "realidad". Por el contrario, el modelo sistémico – social estaría más cercano al materialismo dialéctico, el cual tiene como preocupación central la transformación de la realidad. En ese sentido, asumimos una visión de la problemática del riesgo de emergencias y desastres considerada como un proceso complejo cuyos elementos generadores se encuentran no sólo en la existencia de amenazas de todo tipo y origen, sino que fundamentalmente se afincan en las condiciones precarias de "vida" en que son obligados a subsistir amplios sectores de la población a nivel mundial como producto de la interrelación de un conjunto de vulnerabilidades ambientales, económicas, físicas y sociales, consecuencias estas a su vez de la imposición de modelos de "desarrollo" que tienen en común la lógica de la apropiación indebida y la acumulación desmedida del capital en todas sus expresiones, por parte de grupos minoritarios, en detrimento de consideraciones sociales, ambientales y humanas, que son finalmente tratadas
como simples daños
colaterales. En tal sentido, consideramos que nuestra práctica docente ha estado más cerca del modelo sistémico – social como referente no sólo para el estudio de la problemática del riesgo sino para promover su transformación, pues este modelo considera al riesgo de desastres como un proceso complejo, multifactorial, generado y distribuido socialmente como producto del modelo de desarrollo social, político y económico vigente. Esta visión del riesgo como una construcción social nos ha permitido impulsar, desde el quehacer universitario – comunitario y en nuestro rol de profesor, tutor y asesor de trabajos de grado, servicios comunitarios estudiantiles y proyectos socioproductivos, diversas acciones de intervención social para la reducción de los riesgos de emergencias y desastres en el territorio de influencia de nuestra institución, tales como: análisis de riesgos
a la salud y seguridad en comunidades, elaboración y divulgación de mapas comunitarios de riesgos, diseño de planes para la gestión del riesgo en escuelas y comunidades, organización de brigadas para la prevención y atención de emergencias, simulacros de incendios, emergencias y desalojos, entre otras. A nuestro juicio, tales prácticas docentes han estado dirigidas a favorecer la apropiación por parte de las comunidades, nuestros estudiantes y colegas, de la gestión del riesgo como un proceso social y político mediante el cual es posible la transformación de las condiciones materiales de vida, disminuyendo la pobreza material e intelectual en pro de disminuir también el riesgo de emergencias y desastres, a la par de constituir una contribución al logro progresivo de las directrices I, II, III y V contenidas en las Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007 – 2013. No obstante, consideramos que el carácter netamente introductorio de la unidad curricular Protección Civil y Administración de Desastres, así como el tiempo disponible para el desarrollo de las actividades presenciales (sólo 24 horas académicas distribuidas en doce semanas del trayecto inicial), han limitado el desarrollo pleno de acciones sistemáticas dirigidas a transferir hacia las comunidades las habilidades y destrezas elementales en gestión de riesgos recién adquiridas por los estudiantes, por lo que percibimos que nuestra contribución como institución universitaria al desarrollo de una cultura de reducción de riesgos en nuestro territorio de influencia ha tenido un desarrollo incipiente. Estas consideraciones nos condujeron de manera natural a la etapa de creación de una posible solución a la debilidad curricular observada, estando dicha propuesta centrada en la inclusión de una nueva unidad curricular en el PNFHSL que hemos denominado Poder Popular y Gestión Comunitaria de Riesgos, cuyo principal propósito será promover espacios de investigación, acción y formación compartidos entre el Poder Popular, la comunidad universitaria y otros actores sociales, enfocados a la construcción colectiva de los procesos necesarios para el logro de una efectiva gestión comunitaria de riesgos de emergencias y desastres, mediante la aplicación de un conjunto amplio de elementos conceptuales, métodos y técnicas participativas, todo ello como un aporte fundamental para la conformación de una cultura preventiva en nuestra área de influencia y el logro de la Suprema Felicidad Social de nuestra población.
En ese sentido, la IAP como enfoque metodológico principal a ser aplicado permitirá promover la organización y consolidación de un Poder Popular con capacidad para poner en marcha procesos de acción comunitaria que mejoren la efectividad en la reducción de los riesgos e induzcan la superación de las carencias básicas, base de la vulnerabilidad global de las comunidades ante las múltiples amenazas a la salud y seguridad ciudadanas. Asimismo, la IAP aplicada a la gestión comunitaria de riesgos y su conjunto de técnicas participativas nos permitirían integrar las funciones universitarias de formación, creación intelectual y vinculación social en un conjunto de acciones y saberes coherentes con el logro del encargo social de nuestra novísima Universidad Politécnica Territorial del Norte de Monagas "Ludovico Silva". BIBLIOGRAFÍA Briones, G. (2002). Epistemología de las ciencias sociales. Bogota: ICFES. Decreto Nº 8.802 de la Presidencia de la República. (2012). Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela, 39.902, Abril 13, 2012. Lavell, A. (2006). Consideraciones en torno al enfoque, los conceptos y los términos que rigen con referencia a la reducción del riesgo y la atención de desastres en los países Andinos miembros del CAPRADE. Lima: PREDECAN. Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria. (2010). Programa nacional de formación de ingeniería en higiene y seguridad laboral (pnfhsl) en el marco de la misión alma mater. Caracas: Autor. Polo, M. (2003). Aproximación a un Modelo de Diseño: ADITE. Docencia Universitaria, 4 (1), 77-83. Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela. (2007). Líneas generales del plan de desarrollo económico y social de la nación 2007-2013. Caracas: Autor. Resolución Nº 3.072 del MPPEU. (2012). Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela, 39.876, Marzo 05, 2012. UNESCO. (2009). Conferencia Mundial sobre la Educación Superior - 2009: La nueva dinámica de la educación superior y la investigación para el cambio social y el desarrollo. Paris: Autor.