construcción el taller de
Los textos e ilustraciones que siguen han sido elaborados por los alumnos Roberto de la Cruz y Jon Zabala, recogiendo fotografías, cuadernos y notas de compañeros de cursos previos. La dirección y coordinación de la presente publicación ha corrido a cargo del profesor Julián García. El taller de construcción ha sido coordinado, desde 2000, por los profesores Ana Alonso, Carmen Antuña, Julián García, José Pablo González, Juan Andrés López, Ismael Rodríguez y José Javier Sarría. Por el taller ha pasado la práctica totalidad de los Arquitectos Técnicos que han cursado estudios en la IE Universidad. Para realizar este trabajo se han empleado materiales (fotografías, notas, dibujos, cuadernos) elaborados por todos ellos. Suya es también esta publicación. Se sugiere la reproducción parcial o total de los contenidos de esta publicación citando fuente.
1. Introducción. El presente volumen recoge una experiencia singular en la enseñanza práctica de la Construcción en Ingeniería de Edificación y Arquitectura Técnica; un taller de construcción. En este taller los alumnos, bajo la dirección de los profesores de la asignatura, construyen con sus propias manos diferentes unidades de obra. El taller de construcción ha funcionado ininterrumpidamente en la IE Universidad desde el curso 2000-01, con resultados excelentes. La experiencia de estos años permite afirmar que el trabajo en el taller fomenta la participación e implicación del alumno, mejora su capacidad para trabajar en equipo y consigue, por añadidura, acercar al alumno a la realidad que le espera al término de sus estudios. Además, genera gran interés por todo lo relativo al oficio del Arquitecto Técnico y posibilita que el alumno se desenvuelva con cierta soltura en sus primeras experiencias laborales.
Las prácticas de campo en Arquitectura Técnica. Los comienzos. En el curso 2000-01 D. José Javier Sarría Odiaga, profesor entonces de la asignatura de Construcción, incluyó en el proyecto docente un taller de construcción. Su intención era fomentar el acercamiento práctico del alumno al mundo de la construcción, incluyendo un contacto directo con los procesos de ejecución, los materiales y la pequeña maquinaria. Se decidió dedicar al taller una hora semanal. Durante aquel primer curso los alumnos levantaron, organizados en grupos y ayudados por un oficial, pequeños módulos, casi edificios en miniatura. Cada una de estas construcciones incluía varias unidades que se trataban, de forma teórica, en el temario de la asignatura: hormigones, fábricas de ladrillo, revocos, etc. Se habilitó para el taller el patio situado junto al laboratorio de materiales de construcción, lo cual permitía compatibilizar trabajo y equipos con las tareas que se desarrollaban en las asignaturas de ensayos.
El taller en la actualidad. Con el tiempo, el planteamiento del taller se ha hecho, máxime en los últimos cursos, más ambicioso. Los alumnos ya no construyen sólo pequeños módulos sino, además, partes mayores de un edificio completo. Esto permite ampliar el ábaco de unidades de construcción que se tocan en el taller para incluir elementos estructurales de relevancia (cimentaciones, pilares, vigas, forjados) sin dejar de lado cerramientos o acabados.
En la actualidad, cada año se construye una crujía de tres zapatas y tres pilares, además de un forjado que la comunica con la crujía anterior y sus correspondientes fábricas. El proyecto de trabajo anual forma parte de un diseño de edificio coherente, para el que se crea no sólo una estructura sino un sistema de saneamiento, un esquema de usos o unos cerramientos concretos. Con todo, en cada curso se plantean pequeñas variantes, de modo que los alumnos tengan la posibilidad de comparar la solución que construyen con las realizadas en cursos anteriores. Se han construido en el taller cimentaciones centradas y excéntricas, de zapatas individuales, unidas por vigas de atado, centradoras, zapatas corridas, pilares de hormigón de sección rectangular y circular, pilares metálicos y muros de contención, así como fábricas, solados y revocos de varios tipos.
El museo de construcción. El resultado de los trabajos realizados cada año en el taller se conserva, o al menos parcialmente, para servir como museo para los alumnos de los primeros cursos. Aunque las unidades construidas se renuevan periódicamente, esto siempre se hace de modo que sea posible visitar en el taller cimentaciones, estructuras o fábricas en ejecución. Para incrementar este carácter de museo que deseamos darle al taller, las unidades de obra que se construyen en él se dejan, en muchas ocasiones, voluntariamente inacabadas: muros o pilares con parte de sus armaduras vistas, forjados parcialmente hormigonados o fábricas revestidas hasta media altura. Las visitas al taller permiten, de este modo, conocer de un modo real la composición de estas y otras unidades. Diferentes asignaturas de Ingeniería de Edificación, Arquitectura y Arquitectura Técnica (desde las instalaciones a las estructuras) pueden así ilustrar sus contenidos teóricos con visitas a ejemplos prácticos sin abandonar el recinto de la universidad. Las fotografías, videos y croquis realizados en el taller pasan a formar parte de un banco de imágenes que está a disposición de los usuarios de la IE Universidad. Estas imágenes se emplean frecuentemente como material gráfico para las presentaciones en clase de diversas asignaturas.
Algunas conclusiones. El taller de construcción ha funcionado ininterrumpidamente desde el curso 2000-01, con resultados excelentes. La experiencia de estos años permite afirmar que el trabajo en el taller fomenta la participación e implicación del alumno, mejora su capacidad para trabajar en equipo y consigue, por añadidura, acercar al alumno a la realidad que le espera al término de sus estudios. Además, genera gran interés por todo lo relativo al oficio del Ingeniero de Edificación y del Arquitecto Técnico y posibilita que el alumno se desenvuelva con cierta soltura en sus primeras experiencias laborales.
El taller de construcción y el Espacio Europeo de Educación Superior La experiencia de las prácticas de construcción en la IE Universidad comenzó en el curso 200001, antes de que arrancara el actual proceso de adaptación de la docencia universitaria al Espacio Europeo de Educación Superior. Sin embargo, tal y como se plantearon desde un principio, las prácticas se ajustan de un modo exacto a las pretensiones de los modos de enseñanza que exigen los nuevos modelos; es evidente que fomentan la participación activa del alumno y evitan que el horario lectivo se limite a la asistencia, más o menos pasiva, a las llamadas clases magistrales y al desarrollo de ejercicios teóricos.
Primeras experiencias en el mercado laboral. El primer contacto del recién titulado con la obra suele ser difícil. Muy pocas veces las escuelas de Ingeniería de Edificación o Arquitectura Técnica preparan para un contacto real con los distintos oficios que intervienen en la construcción de un edificio. La principal intención del taller es adelantar, en la medida de lo posible, ese contacto. Es muy común que los primeros trabajos que el alumno desarrolle en su vida profesional sean revisiones de ejecución o de replanteo de unidades de obra, tanto desde el trabajo en una empresa constructora como en el ejercicio liberal de la profesión. Para poder realizar cualquiera de estas labores es fundamental un buen conocimiento de oficios y materiales. Es necesario conocer la precisión necesaria para la ejecución correcta de una unidad de obra, los métodos que debemos emplear para garantizarla, el peso real de los materiales que utilizamos, sus propiedades básicas. Siempre es importante, por ejemplo, una idea de orden. Por lo general, el recién titulado no sabe si un metro cúbico es una cantidad grande o pequeña. Y tampoco sabe diferenciar la arena de río de la de miga. Las ha estudiado, pero no ha podido tocarlas, comprobar por sí mismo las diferentes cualidades de estos materiales, o de otros cualesquiera. Las prácticas de campo son una oportunidad única en este sentido, ya que ofrecen al alumno la posibilidad de conocer, de primera mano, muchos de los problemas y soluciones que encontrará en su futuro profesional.
Entrevista a D. José Javier Sarría Roberto De La Cruz y Jon Zabala. Mayo de 2007. Javier Sarría ocupó el sillón de Rector de la IE Universidad desde 2006 hasta 2008. Arquitecto de carrera y profesor de vocación, sus responsabilidades le obligaron a apartarse de las tareas docentes; no obstante, afirma que desea volver a dar clase más adelante. En cuanto al tema que motiva esta entrevista, el Taller de Construcción, expresa que desde su función actual tratará de apoyar cualquier iniciativa en ese sentido, incluso para ampliar las prácticas que se realizan si fuese preciso.
– ¿Con que objetivo y motivación surgió el Taller de Construcción? – Poco tiempo después del inicio de las actividades de la universidad en el año 1997 se produjo un cambio de plan de estudios, que se implantaría dos años más tarde. Yo había estado dando clase de Construcción en 2º de Arquitectura Técnica el último año del plan antiguo, por lo que me correspondió realizar las reformas en el proyecto docente para adecuarlo a las nuevas exigencias. Mi experiencia personal era que en las escuelas siempre se había prestado muy poca atención a la aplicación práctica de los conocimientos. Había muchas enseñanzas teóricas que en el mejor de los casos se podían completar con visitas a la obra. Por eso, entendimos que podría ser muy interesante que desde la universidad se pudiera poner en marcha ese tema. En aquel momento, aparte de profesor de Construcción era Coordinador de Arquitectura Técnica y, por tanto, mi responsabilidad iba más allá de la propia asignatura. En ese sentido conté con la ayuda de profesores del Departamento de Construcción. Fue una idea bien acogida que se presentó a la dirección de la universidad, la cual en un primer momento se mostró algo recelosa hasta que conseguimos hacer ver la importancia de las prácticas in situ, del trabajo directo con los materiales, etc. Finalmente, con algún inconveniente que otro, comenzó la andadura del taller. Se consiguió que se aprobara una partida presupuestaria para ello, pues el taller cuesta dinero: la máquina para preparar el terreno, la compra de materiales, el personal no docente que colabora el las prácticas preparándolas previamente y ayudando
en su desarrollo aportando su experiencia, etc. Todo esto supone un coste. Poco a poco, con el transcurso de los años se ha ido perfeccionando. – ¿Existían precedentes en otras universidades? – No, no había ninguna escuela en España que tuviera ese tipo de taller de construcción. De hecho, en el año 2003 hubo aquí una conferencia de directores de escuela de Arquitectura Técnica y se sorprendieron mucho por lo que estábamos haciendo en la IE Universidad. Desconozco si en la actualidad otras escuelas desarrollan talleres parecidos pero en aquel momento éramos pioneros con esa iniciativa. – ¿Cuándo surgió la idea? ¿Ha desarrollándose ininterrumpidamente entonces?
venido desde
– Sí, se ha venido desarrollando de forma continua durante este tiempo. Respecto al momento en que surge la idea, como ya he dicho, es en el año 1999, aprovechando que teníamos un cambio de plan y había que reestructurar las asignaturas. Pasamos, si mal no recuerdo, de una asignatura con 7,5 créditos a una con 12 y aprovechando que había que rehacer el proyecto docente y la ampliación del número de créditos incorporamos a la asignatura esta idea del taller. Se han ido introduciendo algunos cambios; hoy día no solamente son actividades que desarrolláis los alumnos con el profesor sino que incluso se realizan jornadas de aplicadores externos. Hace menos de una semana se celebró una jornada en la que se enseñaba el método de realización de refuerzos estructurales con fibra de carbono; hace dos meses se construyó una escalera tabicada al estilo tradicional, etc.
– ¿Qué cree que aporta el taller de construcción a los alumnos? – Creo que fundamentalmente le aporta una pequeña toma de contacto con la realidad, con lo que se van a encontrar en la obra. Una cosa es lo que se ve en clase, en transparencias, presentaciones de ordenador… y otra es tener la oportunidad de salir a medir in situ, replantear, entender espacialmente cómo se componen los elementos constructivos, su secuencia y su importancia. Cuando uno visualiza consigue asociar mejor las cosas que le han ido explicando. Sobre todo es una oportunidad para que se formulen preguntas, es el momento de debatir qué solución es mejor, el porqué de la idoneidad de unas u otras decisiones, etc. Todo esto se ve en obra y se juega con elementos constructivos reales, a escala 1:1.
– Las prácticas de construcción se enmarcan en la asignatura de Construcción II que se imparte en 2º de A.T. El proyecto docente de esta asignatura tiene unas unidades bastante determinadas en las que se habla del sistema estructural del edificio, su realización en diferentes materiales como hormigón, madera o metal, la envolvente del edificio, junto con albañilería y acabados; por tanto, como es lógico, las prácticas hacen referencia a estos temas. Por otra parte, hacer prácticas en Construcción I tampoco tiene mucho sentido ya que la mayoría de alumnos no saben nada al comienzo y la asignatura pretende ser una introducción al conocimiento teórico del sistema constructivo. Es en segundo cuando se profundiza en los conocimientos de esta materia.
– ¿Qué cambios ha sufrido en la metodología el taller de construcción? ¿Se hacían las mismas unidades de obra que ahora? – La idea era la misma que se mantiene ahora y, salvo pequeñas modificaciones, el esquema es que con el comienzo del curso se inicie desde cero, desde el replanteo, y luego se vayan desarrollando distintas unidades: cimentación, pequeños elementos estructurales, forjados, pilares, elementos de albañilería, etc. Se pretendía que cada quince días se hiciesen prácticas como complemento y desarrollo de las clases teóricas. Después, durante verano, la máquina limpiaba la zona para poder volver a empezar el año siguiente, igual que ahora. Han podido darse pequeñas diferencias; por ejemplo, en aquellos primeros años no se hormigonaban los forjados, aunque daba lo mismo porque se entendía como un ejercicio didáctico en el que lo importante era ver el desarrollo constructivo de la estructura, los tipos de apoyo, al igual que ahora. Preocupa más ver cómo se colocan las armaduras y otros elementos constructivos que materializar una obra que unos meses después la máquina va a retirar. – ¿Han podido surgir diferencias porque ahora se reciba más dinero que antes? – Los cambios se producen en la medida que los profesores que impartan la asignatura en cada momento, y los alumnos, entiendan que es más importante realizar unas prácticas que otras. – ¿Alguien decide que unidades de obra hacer? ¿Todos los años se hace lo mismo?
También es verdad que al haber diferentes profesores impartiendo la asignatura, algunas prácticas se han realizado de distinto modo en cada grupo, aunque básicamente todo lo que sean las prácticas se coordina desde el departamento. Puede haber algunos ajustes por inclemencias climatológicas, que pueden producir pequeñas modificaciones en tiempo y forma, pero en líneas generales todos los grupos en los que se imparte la asignatura hacen prácticas similares.
Espacio Europeo de Educación Superior y, por tanto, la revisión de los planes de estudio en su conjunto afectará de forma individualizada a cada asignatura. Actualmente, el plan de estudios de A.T. tiene 225 créditos repartidos en tres años y habrá que reconvertirlo a 240 créditos ECTS, que son diferentes a los actuales, y con una duración de cuatro años. Incluso las previsiones, como has indicado antes, apuntan a que también habrá un cambio de denominación: Ingeniería de la Edificación. – Según hemos entendido, los nuevos planteamientos del plan Bolonia acentúan el aspecto práctico de las carreras. ¿Esto puede ser beneficioso para este tipo de actividades? – ¿Siempre se ha llevado a cabo en el mismo lugar? – Sí, ya que no existen muchas más posibilidades de ubicación, aunque se ha ampliado en relación a lo que había en principio, aprovechando el triángulo Noroeste, al final de la parcela de la universidad. – ¿No se ha aprovechado alguna intervención en la universidad, alguna reforma, para llevar a los alumnos como práctica? – Sí, eso se hizo en los primeros años. En la medida que se realizaban las obras de rehabilitación del edificio los alumnos iban visitando cada una de las actuaciones. Siempre que había una actuación concreta o singular dentro de la universidad, en aquellas asignaturas que han considerado que era de interés como apoyo a sus programas, han tenido posibilidad de visitarlas. – ¿Se oferta tanto a los alumnos de Arquitectura Técnica como de Arquitectura? – El taller surge para alumnos de Arquitectura Técnica, pero esto no quiere decir que se excluya a los alumnos de Arquitectura. De hecho, en algunas ocasiones estos alumnos visitan el taller pues hay prácticas que resultan de interés para ambas titulaciones. Pero el Taller de Construcción es una práctica específica dentro de la asignatura de Construcción II de Arquitectura Técnica. – ¿Se seguirán realizando estos talleres una vez se adopten las nuevas titulaciones previstas en el plan de Bolonia, es decir, cuando la titulación se convierta en Ingeniería de la Edificación? – ¿Por qué no? No son excluyentes. – ¿Aunque cambien los proyectos docentes? – Los proyectos docentes de cada asignatura tendrán que modificarse, pues van a cambiar las propias titulaciones. Habrá que rediseñar los planes de estudio para que sean acordes a la nueva estructura del
– En este sentido se podría considerar que el taller de construcción ha sido un poco “pionero”. Lo que Bolonia propone son cuestiones que en muchos aspectos se llevan desarrollando aquí desde hace años. Se habla de tutorías, (en la Universidad SEK se hacen tutorías), del trabajo autorizado que el alumno desarrolla fuera, etc. Este Taller de Construcción podría ser un buen ejemplo de eso. – Basándonos en esta experiencia, ¿cree que sería interesante y posible crear otros talleres con la misma proyección práctica sobre otros aspectos importantes de nuestra profesión? Por ejemplo, un taller de seguridad o uno de patologías. – El taller de construcción en sí mismo debiera ser un compendio, es decir, un marco en el que los alumnos diriman cuestiones relacionadas con la construcción, y la construcción lo es todo; la patología y la seguridad no son algo aparte, sino que se incluyen en ella. Lo que permite la patología es adquirir conocimientos para construir mejor mediante el análisis y estudio de las lesiones de los edificios. Durante la propia ejecución de las unidades constructivas se debe aprovechar para revisar o para determinar aspectos que luego encontraremos en la obra. Quizás no sea preciso que haya talleres para cada una de las asignaturas, sino que tengamos uno solo que englobe a todas ellas. Precisamente uno de los profesores que imparte actualmente la asignatura Construcción II también ha sido profesor de Seguridad, y por lo tanto, conoce muy bien ambas asignaturas. – ¿Quienes son hoy día los responsables del Taller de Construcción? – La ETSEIA esta organizada en tres departamentos, el de Urbanismo, el de Proyectos y el de Construcción, y a este último le corresponde la gestión del Taller de Construcción. El departamento tiene coordinadores a nivel interno y, aunque no es una tarea oficial, son los profesores de Construcción II los que llevan las riendas del taller.
2. Las prácticas de campo. A continuación se acompaña un resumen de las principales prácticas de campo que realizan los alumnos de Ingeniería de Edificación y Arquitectura Técnica dentro del programa de la asignatura Construcción II. En el texto que sigue hemos intentado recoger las distintas variantes que, sobre una misma práctica, se han ido realizando a lo largo de varios cursos. Por ello, algunas de las imágenes que las acompañan pueden no ser totalmente coherentes con las siguientes. La intención de este estudio no es tanto ilustrar la manera correcta de construir las diferentes unidades que en él se recogen -que también- como mostrar los trabajos que los alumnos llevan a cabo durante las prácticas.
Figura 2.1.1. Vista general del replanteo de cimentación.
01 Cimentación Descripción de la unidad La primera práctica consiste en la ejecución de una cimentación de hormigón armado. Se realizarán tres zapatas de 80x80x50 cm., separadas 300 cm. y arriostradas con dos vigas de atado de 30x30 cm. de sección. El conjunto se levanta sobre un terreno arcilloso semiduro, cuya tensión admisible aproximada es de 2kg/cm2. Para la ejecución se prevé emplear hormigón HA-25/P/20 y armaduras de redondos de acero corrugado B500S de diámetros 8 y 12 mm.
Proceso constructivo La práctica se divide en 4 grandes partes. Durante varios días se llevan a cabo trabajos que afectan a todas las unidades de obra que intervienen en el proceso. En lo que se refiere al replanteo, los planos, que se analizan en clase previamente, se plasman sobre el terreno mediante cinta métrica, hilo y yeso. Las alineaciones de zapatas, vigas de atado y pilares se marcan sobre camillas de madera, que permanecen colocadas durante todo el proceso y servirán como referencia para otras prácticas.
Figuras 2.1.2 a 2.1.5. Replanteo de la cimentación. Camillas de replanteo. Hormigón de limpieza.
Para la excavación y encofrado, las zapatas y vigas riostras se vacían hasta la profundidad indicada en planos, que se ha replanteado previamente. Sobre el vaciado se vierte una capa de hormigón de limpieza. Para alcanzar una alineación superior uniforme se llevan a cabo encofrados de ladrillo sobre el terreno. Los alumnos realizan manualmente el montaje de la armadura de pilares y zapatas, con barras dobladas en taller. Las armaduras se colocan sobre el hormigón de limpieza vertido en el fondo de la zapata, y se calzan sobre separadores. Las esperas del pilar se aploman y ajustan correctamente. El hormigón se prepara en amasadora, se transporta al tajo mediante carretillas y se vierte en la zapata, vibrándolo para eliminar el aire ocluido. Se enrasa el hormigón con el encofrado de ladrillo mediante un fratás y se deja fraguar, regándose de forma frecuente. Replanteo. Durante el transcurso de una obra es preciso realizar numerosos replanteos, cuyo objeto es trazar elementos estructurales, fábricas de cerramiento, particiones o huecos. El más importante es el replanteo inicial del edificio, ya que su objeto es marcar sobre el terreno las líneas que definen la implantación del mismo y la posición de los elementos estructurales en que se apoya. Se trata, en definitiva, de trasladar al plano del terreno el plano de cimentación, dibujando a escala 1:1 todos sus componentes. Figura 2.1.6. Vista del vaciado.
Para realizarlo es imprescindible contar con los planos de situación y cimentación del edificio. A partir de estas referencias se van trazando alineaciones sucesivas; sobre ellas se marcan las longitudes que figuran en el plano hasta completar su planta. El replanteo se puede hacer a ejes o a caras de los elementos de cimentación, según convenga. Las camillas siempre se colocarán fuera de la zona de trabajo, intentando que las cuerdas que las unen estén lo más horizontales posible para poder medir correctamente las distancias sobre ellas. Una vez colocado el entramado de cuerdas que marcan los ejes de los distintos elementos, éstos se marcan en el terreno, emplando generalmente un puñado de yeso que se deja caer sobre el terreno.
Una vez se han marcado todos los elementos necesarios retiramos las cuerdas. En ningún caso quitaremos las camillas, pues servirán después para realizar comprobaciones y nuevos replanteos. Las camillas no estorbarán a los trabajos posteriores, ya que se han colocado fuera del área de trabajo. Excavación y encofrado. Terminado el replanteo se realiza la excavación según lo definido por las trazas previstas y a una profundidad que marca el proyecto. Como la consistencia del terreno es suficientemente podremos emplearlo como encofrado. En nuestro caso nos ayudamos además, en el remate superior, de un encofrado de ladrillos que facilita la nivelación. Para concluir la preparación previa a la colocación de la armadura vertemos una capa de hormigón de limpieza. Esta capa tendrá un espesor aproximado de 10cm y se aplicará tanto en zapatas como en vigas de arriostramiento. Montaje y colocación de armaduras. Para realizar y montar las armaduras debemos saber qué piezas van a componer nuestra estructura y qué unidades componen esas piezas para poder realizar un pedido detallado. Contamos con los siguientes elementos estructurales de acero en nuestra cimentación: tres enanos de zapata, tres parrillas de zapata y dos vigas de atado.
Figuras 2.1.7 a 2.1.10. Vista general del vaciado. Armado de la parrilla de cimentación. Colocación de separadores.
La preparación del acero en taller. La acería suministra las armaduras normalmente en formato de barras rectas de 12 m. La primera fase de la preparación en taller consiste en estudiar los pedidos; de esta forma, las barras se cortan según las necesidades de cada jornada, siempre intentando que los despuntes y las pérdidas de material sean las menos posibles. El corte se realiza por medios mecánicos y nunca por soplete o electrodo. Para pequeños trabajos se emplean cortadoras portátiles, generamente cizallas manuales, que con las que podemos cortar armaduras una vez colocadas gracias a su reducido tamaño y peso, aunque no permiten cortar barras de diámetro mayor de 14mm. Para trabajos de mayor envergadura se emplean cortadoras de obra o cizallas fijas, no portátiles, de peso aproximado 200Kg., con las que pueden cortarse barras de hasta 25mm. En taller se emplean cortadoras fijas de alto rendimiento, propias de instalaciones fijas de elaboración de ferralla. Son eléctricas o hidráulicas, y pueden cortar barras de gran diámetro. Una vez cortada la barra a la medida deseada ésta se dobla en frío para conformar la armadura. Se emplean distintas herramientas manuales y mecánicas de doblado, de diversos tipos, que permiten doblar la barra sobre los mandriles de doblado que establece la normativa. En taller se emplean normalmente dobladoras de alto rendimiento, pensadas para instalaciones fijas, con las que podemos doblar barras de grandes diámetros. El atado de la ferralla es el conjunto de operaciones destinado a fijar la armadura entre si, de forma que las barras de ferralla mantengan su forma durante su transporte, montaje y hormigonado. El atado tradicional es el realizado mediante alambre. Normalmente se utiliza alambre negro de acero, de diámetro comprendido entre 1,2 y 1.6 mm, realizando el apriete con tenaza. La unión debe quedar fija y no se pueden producir deslizamientos entre las partes. También puede realizarse la unión entre barras mediante puntos de soldadura, por electrodo o por resistencia. La soldadura garantiza la resistencia de la unión y no debe reducir la sección, ductilidad y resistencia de las barras en la zona en la que se suelda.
Figuras 2.1.11 y 2.1.12. Ejemplos de soldadura y atado en armaduras.
Para evitar que la armadura entre en contacto con el terreno y asegurar un recubrimiento mínimo utilizamos separadores de hormigón. Estudiamos los componentes de cada pieza estructural y su dimensionado y procedemos a rellenar una hoja de pedido. El acero llega a la zona de prácticas cortado y doblado, un proceso que se lleva a cabo, en nuestro caso, en taller, pero que en muchas ocasiones se hace directamente en obra. En el cuadro adjunto se resumen los procesos de preparación del acero en taller.
Figura 2.1.12. Colocación de la armadura.
Los alumnos montan en el tajo las armaduras, dobladas y cortadas, que suministra el taller. El atado se hace mediante alambre y tenazas, empleando mesas de trabajo generalmente compuestas por dos borriquetas.
Figura 2.1.13. Armadura en proceso de colocación .
La colocación de la armadura de forma previa al hormigonado es una operación mediante la que debemos garantizar que las barras, estribos y demás armaduras quedarán finalmente situadas en las posiciones que definen los planos, dentro de las tolerancias admitidas. Para ello, la armadura debe fijarse de modo que las operaciones de vertido, vibrado y compactado del hormigón no la afecten. En el caso de la cimentación, la parrilla de zapata se tiende sobre el hormigón de limpieza; sobre ella se ata el enano de arranque de pilar, unido a su vez a un entablillado auxiliar de sujeción que fuerza al enano a su posición correcta. Para evitar que la armadura entre en contacto con el terreno y asegurar un recubrimiento mínimo utilizamos separadores. En este caso se han utilizado separadores de hormigón bajo las barras de la parrilla de cimentación y de plástico para evitar el contacto con el terreno. Hormigonado y vibrado. El hormigón se prepara en el tajo, en una hormigonera eléctrica de 200 l. de capacidad, aunque el hormigón que se emplea en elementos estructurales no puede ser nunca de este tipo. Se emplea una dosificación de una parte de cemento, media de agua, tres de arena y cinco de grava, lo que equivale en la práctica a un saco de cemento de 35 Kg (8 paladas), cuatro cubos de 5 litros de agua, veinticuatro paladas de arena y cuarenta paladas de grava de diámetro máximo 20mm. Figura 2.1.14. Vertido de hormigón.
Amasamos durante 20 minutos para obtener una masa homogénea y uniforme. Una vez colocadas las armaduras y antes de verter el hormigón se limpia la superficie del hormigón de limpieza. Transportamos mediante carretilla el hormigón de la hormigonera a la zanja y procedemos a verterlo en tongadas de unos 25cm. Después de cada tongada el hormigón se vibra con un vibrador de aguja. El vibrado se realiza en vertical, con la intención de coser las tongadas en las que se ha vertido. La junta de hormigonado se hace a 45º, a 1/5 de la distancia entre pilares. Terminado el hormigonado fratasamos con una llana la superficie de la viga riostra y las zapatas, exceptuando la zona del arranque de los pilares, donde se deja un acabado rugoso que mejore el agarre del hormigón del pilar. Figura 2.1.15. Vibrado del hormigón.
Definición completa de la unidad Cimentación de hormigón armado compuesta por tres zapatas de 80x80x50 cm., separadas 300 cm. y arriostradas con dos vigas de atado de 30x30 cm. de sección, sobre terreno arcilloso de tensión admisible aproximada 2kg/cm2. con hormigón hecho en el tajo según dosificación adjunta, armada con acero corrugado B500S y encofrada contra el terreno.
Figuras 2.1.16 y 2.1.17. Camillas de replanteo. Nivel de agua.
Materiales, medios auxiliares, maquinaria y mano de obra empleados Materiales Hormigón: 1,40 m3 de hormigón de consistencia plástica y dosificación en peso de 1 parte de cemento (CEM II/B-M), 3 de arena de río, 5 de grava (árido 20) y ½ de agua. Acero: 80 kg. de acero B500S incluyendo 6Ø12 para cada parrilla de cimentación, 4Ø12 para vigas y para arranques de pilares, con cercos Ø8 a lo largo de cada una de éstas armaduras, aproximadamente cada 20cm. Auxiliares: Separadores de PVC. Medios auxiliares y maquinaria Replanteo: clavos, cuerda, azulete, cinta métrica, miras, plomada, escuadras, camillas y estacas, yeso, nivel de agua, nivel de burbuja. Ferrallado: tiza, tenazas, alambre de atado. Encofrado: maceta y martillo, cuñas de madera. Hormigonado: hormigonera, carretilla, cubo, pala, vibrador de aguja.
Figura 2.1.18. Pequeña herramienta.
Figura 2.2.1. Vista general de la cimentación.
02 Cimentación de muro Descripción de la unidad La práctica consiste en la ejecución de una zapata corrida de 80x680x50cm situada paralela a las zapatas arriostradas que servirá de cimentación para un muro de contención. El conjunto se levanta sobre un terreno arcilloso semiduro, cuya tensión admisible aproximada es de 2kg/cm2. Para la ejecución se prevé emplear hormigón HA-25/P/20 y armaduras de redondos de acero corrugado B500S de diámetros 8 y 12 mm.
Proceso constructivo El proceso de ejecución de esta unidad es semejante, como es lógico, al de la anterior. Los trabajos que se llevan a cabo en varios días, incluyendo esencialmente las mismas fases que se enumeraron en el capítulo anterior. Replanteo. Los planos, que se analizan en clase previamente, se plasman sobre el terreno mediante cinta métrica, hilo y yeso. Aprovechando el replanteo de las zapatas y vigas riostras trazamos el replanteo del nuevo elemento. Procedemos a situar las camillas, siempre ligeramente apartadas de la zona de trabajo, intentando que la cuerda que las une esté lo más horizontal posible para no desvirtuar la medición de distancias sobre ella. Las camillas las situamos referenciándolas respecto a la cimentación anterior. Una vez colocadas las cuerdas que actuarán como ejes, pasamos a marcar las dimensiones de la zapata continua en el terreno mediante yeso espolvoreado. Marcado todo el elemento podemos retirar las cuerdas de las camillas para que no estorben al excavar, sin olvidarnos de dejar referenciada en cada camilla la posición de las caras del muro, ya que las necesitaremos de nuevo para realizar comprobaciones.
Excavación y encofrado. Vaciamos hasta la profundidad indicada en planos, que se ha replanteado previamente. La excavación se realiza según lo definido por las trazas del replanteo y a la profundidad indicada en proyecto. La consistencia del terreno, semiduro, nos permite ahorrarnos un posible encofrado. Sobre el vaciado se vierte una capa de hormigón de limpieza. Esta capa tendrá un espesor aproximado de 10cm y se aplicará a lo largo de toda la superficie de la zapata. Para alcanzar una alineación superior uniforme se puede realizar un encofrado de ladrillo sobre el terreno. El hormigón de limpieza separa la cimentación del terreno, aislando la armadura de posibles agentes corrosivos del terreno. También consigue que el muro transmita uniformemente la carga al mismo mediante la armadura de cimentación, aportando una base horizontal uniforme. Normalmente se trata de un hormigón de menor calidad del que usaremos posteriormente para la estructura. La normativa vigente establece que puede emplearse en estos casos un hormigón ciclópeo. Figura 2.2.2. Hormigón de limpieza.
Figuras 2.2.3 a 2.2.5. Colocación de la armadura.
Montaje y colocación de armaduras. El muro de hormigón armado se monta con armaduras dobladas y electrosoldadas en taller, por lo que en este caso no es necesario un proceso de atado. En primer lugar se monta la parrilla inferior tal como se hizo en la zapata individual anterior. A continuación se colocan las armaduras verticales en posición con ayuda de unos tablones preparados para el replanteo de las esperas, colocados de forma similar a los listones del arranque del pilar, que marcan las caras del armado del muro. Entre las dos caras de la armadura se colocan unas U de montaje que mantendrán la distancia fija entre las dos hojas de la armadura.
Figuras 2.2.6. a 2.2.8. Encamillado y fratasado del hormigón.
La colocación de las armaduras es una operación de gran importancia desde el punto de vista de la calidad, durabilidad y seguridad de las obras de hormigón armado. Las barras, estribos y demás armaduras deben quedar finalmente situadas en las posiciones que definen los planos, dentro de las tolerancias admitidas. También es necesario fijar bien los solapes y anclajes. La armadura debe fijarse para que durante las operaciones de vertido, vibrado y compactado del hormigón no se desplacen. Parte de la armadura, la parrilla de zapata, se introduce atada en su posición sobre el hormigón de limpieza y luego se le añaden otras partes, atándose in situ el enano de zapata, al que se le coloca un entablillado auxiliar para evitar que se mueva. Para evitar que la armadura entre en contacto con sustancias nocivas peligro de corrosión y problemas de adherencia y asegurar un recubrimiento mínimo utilizamos separadores de armadura. La armadura vertical de espera del muro está compuesta en este caso por dos grandes piezas que llegan a obra ya dobladas y electrosoldadas, con lo que nos evitamos el proceso de atado. Sin embargo sí que tendremos que realizar un proceso de atado entre elementos pero con el fin de facilitar el proceso constructivo. Por un lado crearemos una unidad vertical mediante el uso de redondos en forma de U que ataremos a las mallas verticales que mantienen las caras de la estructura paralelas entre si y a la distancia estipulada en los planos de estructura, y por otro uniremos los dos conjuntos estructurales, horizontal y vertical, para evitar que se muevan durante el vertido del hormigón. Para desarrollar este proceso de colocación y atado nos ayudamos de tablones que nos servirán para que la armadura del muro no se mueva durante el hormigonado. Hormigonado y vibrado. El hormigón se prepara en amasadora, se transporta al tajo mediante carretillas y se vierte en la zanja excavada, siempre sobre el hormigón de limpieza. El hormigón se enrasa con el encofrado de ladrillo mediante un fratás y se deja fraguar, regándose de forma frecuente.
Figura 2.2.9. Vertido y vibrado del hormigón.
Primeramente procedemos a la preparación del hormigón en una hormigonera eléctrica de 200 l de capacidad. Empleamos la siguiente dosificación: una parte de cemento, media parte de agua, tres 3 partes de arena y cinco partes de grava. Que equivalen en la práctica a un saco de cemento de 35 Kg (unas ocho paladas), cuatro cubos de cinco litros de agua, veinticuatro paladas de arena y cuarenta paladas de grava (árido de diámetro máximo 20mm). Amasamos durante unos veinte minutos para obtener una masa homogénea y uniforme. Una vez colocadas las armaduras y antes de verter el hormigón se limpia de impurezas la superficie del hormigón de limpieza. Transportamos mediante carretilla el hormigón de la hormigonera a la zanja y procedemos a verterlo creando tongadas de unos 25 cm. de espesor. Después de verter cada tongada lo vibramos con un vibrador de aguja con la intención de extraer el aire de la masa y conseguir que ésta asiente mejor. Como junta de hormigonado tomamos 1/5 de la longitud de la zanja, dejando la junta a 45º. Finalmente fratasamos la superficie de la zapata, exceptuando la zona donde se encuentran las armaduras de espera. De esta nacerá el muro, y debe tener un acabado rugoso para que agarre mejor el hormigón del elemento vertical.
Definición completa de la unidad Cimentación de hormigón armado compuesta por una zanja de 80x680x50cm, sobre terreno arcilloso de tensión admisible aproximada 2kg/cm2. con hormigón hecho en el tajo según dosificación adjunta, armada con acero corrugado B500S y encofrada contra el terreno.
Materiales, medios auxiliares, maquinaria y mano de obra empleados Materiales Hormigón: 2,80 m3 de hormigón de consistencia plástica y dosificación en peso de 1 parte de cemento (CEM II/B-M), 3 de arena de río, 5 de grava (árido 20) y ½ de agua. Acero: 190 kg. de acero B500S incluyendo Ø12 para la parrilla de cimentación, Ø12 para el arranque de muros. Auxiliares: Separadores de PVC. Medios auxiliares y maquinaria Replanteo: clavos, cuerda, azulete, cinta métrica, miras, plomada, escuadras, camillas y estacas, yeso, nivel de agua, nivel de burbuja. Ferrallado: tiza, tenazas, alambre de atado. Encofrado: maceta y martillo, cuñas de madera. Hormigonado: hormigonera, carretilla, cubo, pala, vibrador de aguja.
Figuras 2.2.10. a 2.2.12. Separadores. Pequeña herramienta. Vibrador.
Figura 2.3.1. Vista general de arqueta.
03 Arqueta de saneamiento Descripción de la unidad La práctica consiste en el replanteo y construcción de un sistema de saneamiento enterrado formado por 2 arquetas de paso y dos arquetas sifónicas y los tubos de unión entre ellas. La red de saneamiento se encarga de evacuar el conjunto de aguas residuales y pluviales de los edificios. La red puede ir colgada o enterrada(como es el caso) y estaría compuesta de una red de recepción de aguas horizontal( red individual de cada cuarto húmedo, desagües de azoteas, aguas de baldeo..) una red vertical (bajantes), arquetas ( a pie de bajante, de paso, sifónicas…), colectores o conductos horizontales, pozos…..
Proceso constructivo Replanteo. El saneamiento debe replantearse minuciosamente, dando suma importancia a las cotas de fondo de arqueta, ya que de lo contrario la evacuación de las aguas no se produciría correctamente. Los colectores deben tener una pendiente mínima del 1 al 3%, y también las arquetas, en su fondo, deben estar pendienteadas. A la hora de diseñar el saneamiento es importante prever, en el replanteo, posibles interferencias con el conjunto de cimentación. Lo ideal es disponer ambos elementos de forma que puedan coexistir sin interrumpirse, pero si no fuera así deberemos prever pasatubos en los elementos de cimentación.
Figuras 2.3.2. a 2.3.4. Ejecución de la arqueta.
Arqueta de paso. Realizamos la excavación necesaria que corresponda a la profundidad de la arqueta. En el fondo y tras limpiar un poco la superficie vertimos el hormigón de limpieza. A continuación comenzamos a construir sus muros elaborados a partir de una fábrica de ladrillo macizo de ½ pie de espesor. En el centro de lo que será la arqueta hincamos una varilla de acero donde marcamos con azulete una referencia de las distintas cotas en altura que vamos a necesitar. Es importante dejar previstas mediante pasa tubos las acometidas de los colectores. El interior de la arqueta se bruñe y se les hace una media caña a las aristas internas para evitar estancamientos. Arqueta sifónica. El proceso de ejecución se similar al de la arqueta de paso, aunque su función varía. Estas arquetas tienen la misión de conseguir crear un cierre hidráulico mediante la interposición de una capa de agua que sella y evita la transmisión de olores. Para ello debemos prolongar el conducto de acometida añadiendo un codo , que nos permite conseguir que la entrada de agua quede por debajo de la salida. Red horizontal. Mediante colectores de diferentes secciones, diseñados para la instalación según el caudal de cada tramo, unimos las distintas arquetas, pozos, etc. Para asentarlos correctamente disponemos una cama de arena de río, que nos permite comprobar el pendienteado del tubo con precisión.
Materiales, medios auxiliares, maquinaria y mano de obra empleados Materiales Mortero de cemento y arena 1:6, arena de río, tubería de PVC Ø110 y ladrillo macizo.
Definición completa de la unidad Arquetas de paso y sifónica, de 51x51 cm. interiores, asentadas sobre base de hormigón, de medio pie de ladrillo macizo tomado con mortero de cemento, interconectadas con tubo de PVC de 110 mm.
Medios axiliares. Para el replanteo, bota de azulete, nivel de burbuja para comprobar pendientes de los conductos y varillas de ayuda de replanteo vertical. Para el montaje del colector, sierra para cortar el tubo de PVC y pegamento de montaje. Para el de hormigonado, hormigonera, pala, cubeta y carretilla, fratás y llana. En seguridad, guantes de trabajo.
Figura 2.4.1. Pilares hormigonados y desencofrados.
04 Pilar de hormigón armado Descripción de la unidad Una vez finalizada la cimentación los alumnos proceden a la construcción de los pilares. Se trata de estructuras verticales de hormigón armado que se unen a la cimentación mediante las armaduras dejadas en espera para tal fin. Son los elementos estructurales que transmiten las cargas del edificio a la cimentación; por tanto, sobre ellos recae gran parte de la responsabilidad estructural del conjunto. En el taller se construyen principalmente pilares de sección rectangular, aunque en ocasiones también se realizan circulares. Son elementos de pequeña altura (entre 1,00 y 1,20 m., generalmente) que buscan servir de ejemplo para ilustrar los problemas que surgen en la ejecución de un pilar real.
Funcionamiento estructural La función de los pilares es transmitir a la cimentación las sobrecargas y el peso propio de los forjados. Además de esta función vertical, en una estructura de hormigón tipo, generalmente no arriostrada, los pilares deben asumir también las acciones horizontales a las que pueda estar sometido el edificio.
Proceso constructivo El proceso constructivo del pilar ha comenzado al arrancar la cimentación, en el momento en que se introduce la armadura del enano de arranque en la zapata. De esta manera se asegura la continuidad de entre cimentación y estructura. Las fases en las que se realiza un pilar de hormigón armado en el taller de construcción son las siguientes: Replanteo. Una vez endurecido el hormigón de la zapata se comprueba la alineación de la armadura de arranque, estudiando la desviación de la misma, si es que la hay, y comprobando si es admisible. Para ello se utilizan las camillas que instalamos en el replanteo de cimentación. A continuación se marca definitivamente en el hormigón la posición final del pilar (su perímetro), con un lápiz y azulete. Si la armadura no ha sufrido desviaciones durante el hormigonado de la cimentación quedará centrada en el nuevo replanteo, en el que se cuidará la dimensión del recubrimiento a cada lado. Sobre estas líneas se coloca después el encofrado.
Figuras 2.4.3 a 2.4.5. Replanteo de la base del pilar.
Figuras 2.4.6 a 2.4.8. Armado del pilar. Aplicación de desencofrante.
Figura 2.4.2. Armado del pilar.
Los alumnos elaboran la armadura del pilar con redondos de acero corrugado. Elaboración y montaje de la armadura. Los alumnos elaboran la armadura del pilar con redondos de acero corrugado, atados entre sí mediante cercos circulares o rectangulares, según el diseño establecido previamente en las clases teóricas. Normalmente se montan 4Ø16 para pilares rectangulares y 6Ø12 para pilares circulares, con cercos Ø10 a lo largo de esta armadura, aproximadamente cada 20cm. Las armaduras de los pilares se han montado junto a las de cimentación, por lo que permanecen almacenadas en el taller hasta su colocación definitiva. Con la armadura elaborada, el siguiente paso consiste en encajar el armado del pilar con el de la espera prevista entrelazando los redondos longitudinales. Para ello suele ser necesario desatar algún cerco del enano, de modo que el pilar pueda entrar correctamente en su sitio. Los cercos del pilar deban recoger, una vez colocado, todas las barras longitudinales del nudo, incluyendo las del propio pilar y las de espera. Si se ha previsto correctamente una reducción en el arranque del pilar esta operación será sencilla, y no necesitará de doblados innecesarios e incorrectos de la armadura de espera. Encofrado. Una vez fijada la armadura del pilar procedemos a colocar los elementos del encofrado metálico sobre las líneas marcadas en el replanteo. Este sistema se basa en el solapado de paneles rectangulares mediante machihembrado, consiguiendo así la altura y la sección deseadas. Se trata de un encofrado metálico reutilizable. Antes de su colocación damos una fina capa de desencofrante sobre las placas para evitar que se peguen al hormigón. Sobre la armadura se colocan separadores de plástico para asegurar que el acero tenga un recubrimiento constante y suficiente en toda su sección.
Figuras 2.4.9. y 2.4.10. Encofrado del pilar y separadores.
Figuras 2.4.11 a 2.4.14. Armadura y encofrado del pilar circular. Pasado de niveles. Elaboración del hormigón.
Figuras 2.4.15 a 2.4.17. Vertido y vibrado del hormigón. Aplomado del pilar.
Se montan entonces las piezas de encofrado metálico, partiendo de unas chapas de arranque que se ajustan al replanteo. Sobre ellas se montan las chapas, de 50 x 50 cm. Una vez se ha alcanzada la altura de encofrado necesaria colocamos las piezas de cierre del encofrado, que buscan evitar que éste se bajo el empuje del hormigón. En el caso de pilares de sección circular, en los que se optó por utilizar un encofrado desechable de cartón, también se cosieron las cabezas mediante moldes de madera y abrazaderas metálicas. Terminado el encofrado se realiza un primer aplomado del encofrado, para lo que insertamos unas cuñas de madera bajo el arranque del mismo y comprobamos la verticalidad de dos de las caras con una plomada. Hormigonado. Antes de hormigonar se marca la cota de terminado del pilar en el mismo encofrado. Los alumnos transportan esa cota con un nivel de agua desde un pilar ya fraguado. Una vez dosificado y preparado en la amasadora, el hormigón se transporta en carretillas hasta el tajo. El vertido se realiza mediante cubos, en tongadas de 30 cm, cada una de las cuales se vibra mediante un vibrador de aguja. El vibrado sirve para homogeneizar el hormigón y eliminar el aire ocluido. Para que los alumnos sean conscientes de los defectos que pueden general el exceso o la ausencia de vibrado, en ocasiones se hormigonan pilares sin vibrar o excesivamente vibrados.
Terminado el hormigonado, el pilar se aploma definitivamente, usando las cuñas insertadas en la primera aplomada y siguiendo el procedimiento que se ha especificado anteriormente. Desencofrado. Después de un tiempo prudencial de fraguado se desmonta el encofrado con la ayuda de un martillo. El haber aplicado el desencofrante facilita la tarea. Se desmontar las chapas una a una y se comprueba el estado del pilar, analizando el hormigón resultante, la existencia de coqueras, etc.
Definición completa de la unidad Pilar de hormigón armado, ejecutado sobre cimentación del mismo material, de 30x30 cm. o de 30 cm. de diámetro y de 1 m. de altura, con hormigón hecho en el tajo según dosificación adjunta, armado con acero B500S, encofrado con chapas metálicas machihembradas de 50x50 cm. o con encofrado de cartón y hormigonado con medios manuales.
Materiales, medios auxiliares, maquinaria y mano de obra empleados Materiales Hormigón: 0,10 m3 de hormigón de consistencia plástica y dosificación en peso de 1 parte de cemento (CEM II/B-M), 2 de arena de río, 3 de grava (árido 20) y ½ de agua. Acero: 15 kg. de acero B500S incluyendo 4Ø16 para pilares rectangulares y 6Ø12 para pilares circulares, con cercos Ø10 a lo largo de esta armadura, aproximadamente cada 20cm. Auxiliares: Separadores de PVC.
Figura 2.4.18. Croquis de la unidad.
Medios auxiliares y maquinaria Replanteo: clavos, cuerda, azulete, cinta métrica, miras, plomada, nivel de agua, nivel de burbuja. Ferrallado: tenazas, alambre de atado. Encofrado: maceta y martillo, cuñas de madera. Hormigonado: hormigonera, carretilla, cubo, pala, vibrador de aguja.
Figuras 2.4.19 y 2.4.20. Separadores y acero B500S.
Figuras 2.4.21 a 2.4.24. Medios auxiliares y maquinaria empleada: Tenazas, hormigonera, carretillas y vibrador de aguja.
Figura 2.5.1. Transporte del hormigón desde el camión hormigonera.
05 muro de hormigón armado Descripción de la unidad En esta práctica se construye un muro de hormigón armado sobre una zapata corrida. Se trata de un elemento estructural vertical de gran superficie y forma paralelepipeda, en el que predomina, en este caso, la longitud sobre la altura. El muro que se lleva a cabo es de 1,5 m de alto por 4-5 m de largo. Su espesor es similar al de un pilar; no obstante, su funcionamiento estructural es diferente. Puede ser un elemento de contención de tierras, de cerramiento y carga a la vez, etc.
Funcionamiento estructural La función principal del muro diseñado es transmitir a la cimentación tanto las sobrecargas como el peso propio de los forjados, aunque también se contempla la posibilidad de que asuma las solicitaciones horizontales que pudiera tener la estructura debido a empujes del terreno. El muro ejecutado es fundamentalmente es un elemento lineal que transmite las cargas por toda su masa hasta la cimentación.
Proceso constructivo La construcción del muro sigue a la construcción de una cimentación corrida, ejecutada en una práctica anterior. Las fases en las que se realiza un muro de hormigón armado en el taller de construcción son las siguientes: Replanteo. Una vez fraguado el hormigón de la zapata se procede a comprobar la alineación de las armaduras de arranque del muro. Además de esto, se realiza un replanteo vertical tanto de la cota superior de la armadura como de la superficie de la zapata. Esto facilita que el posterior encofrado se ajuste a las irregularidades de la zapata. Una vez comprobadas todas estas cuestiones se marca sobre la cimentación el perímetro del muro, bien con un lápiz o con azulete. Para ello se utilizarán las camillas instaladas en el replanteo de cimentación. Armado. El muro de hormigón armado se arma con redondos de acero doblados y electrosoldados en taller, por lo que en este caso no es necesario un proceso de atado. Se trata de armaduras de gran tamaño, por lo que se requieren varios alumnos para colocarlas. Entre las dos caras de la armadura se colocan unas U de montaje que mantendrán la distancia fija entre las dos hojas.
Figuras 2.5.3 a 2.5.4. Replanteo del muro. Aplicación de desencofrante.
Figura 2.5.2. Transporte del hormigón desde el camión hormigonera.
Figuras 2.5.5 a 2.5.6. Arranque del encofrado. Tubos de sujeción y pasatubos en muro.
Figuras 2.5.7 a 2.5.9. Tubos de sujeción en muro. Albarán de entrega. Muro encofrado y hormigonado.
Encofrado. Sobre las trazas marcadas en la zapata colocamos las guías de arranque para el encofrado. El encofrado utilizado es de placas metálicas rectangulares machihembrado de 50 x 50cm. Antes de su colocación se da una fina capa de desencofrante en la cara interior de las placas, para evitar que se peguen al hormigón. Para mantener la distancia mínima de recubrimiento de las armaduras se montan separadores de PVC, similares a los empleados en el pilar. La colocación de las chapas de encofrado sobre los arranques se hace, como en el caso del pilar, contrapeándolas, para conseguir que todas ellas trabajen como una unidad. A medida que se monta la hilada de chapas se corrige la verticalidad del conjunto, empleando para ello una serie de cuñas colocadas bajo los arranques. Las dos caras que forman las chapas se unen con un sistema de pasadores de PVC atravesados por flejes metálicos que mantendrán constante el ancho del muro. Además, en el taller se previó el paso de dos tubos de saneamiento atravesando el muro. Se introdujeron al efecto dos pasatubos de PVC fijados con alambre de atar a las armaduras del muro. Figura 2.5.10. Camión hormigonera.
Para finalizar el encofrado, el muro se aploma y apuntala al terreno mediante tablones y puntales.
Hormigonado. En esta ocasión, debido al volumen necesario, se empleó hormigón preparado en central. Los alumnos no tuvieron que preparar el hormigón en el tajo pero sí verterlo desde un camión hormigonera. Se realizó una recepción del material, revisando el albarán en todo lo relativo a tipo de hormigón, horas de vertido, aditivos, etc. Antes de proceder al vertido se marca en el interior del encofrado el nivel al que queremos que llegue el hormigón de acabado con un nivel de agua. A continuación los alumnos vierten al hormigón en tongadas homogéneas de 20 cm, vibrando cada una para homogeneizar la masa. Desencofrado. Después de un tiempo prudencial de fraguado de una semana (forzado por el intervalo entre prácticas) se desmonta el encofrado. Las placas se retiran de forma homogénea, evitando que se desplomen. A medida que los alumnos desmontan el encofrado se quitan también los flejes.
Figura 2.5.11. Muro desencofrado.
En esta ocasión, debido al volumen necesario, se empleó hormigón preparado en central. Los alumnos no tuvieron que preparar el hormigón en el tajo pero sí verterlo desde un camión hormigonera. Definición completa de la unidad Muro de hormigón armado, ejecutado sobre cimentación del mismo material, de 30 cm. de espesor, 1 m. de altura, y 5 m. de longitud, con hormigón hecho en central, armado con acero B500S, encofrado con chapas metálicas machihembradas de 50x50 cm. y hormigonado con medios manuales.
Materiales, medios auxiliares, maquinaria y mano de obra empleados Materiales Hormigón: 2 m3 de HA-25, de consistencia plástica y tamaño máximo del árido 20 mm., traído desde central. Acero: 150 kg. de acero B500S en armado vertical y horizontal de muro, con Ø12 a 20 cm. en superficies interior y exterior. El grueso de las armaduras viene soldado de taller debido su gran tamaño, no obstante, también se utilizan unos redondos en U de menor diámetro atados con alambre fino. Auxiliares: Separadores de PVC, tubos de PVC para flejes y pasatubos de saneamiento. Medios auxiliares y maquinaria Replanteo: clavos, cuerda, azulete, cinta métrica, miras, plomada, nivel de agua, nivel de burbuja. Ferrallado: tenazas, alambre de atado. Encofrado: chapas de encofrado, maceta y martillo, cuñas de madera. Hormigonado: carretilla, cubo, pala, vibrador de aguja.
Figura 2.5.12. Chapa de encofrado.
Figura 2.6.1. Ejecución de fábrica de ladrillo para cerramiento.
06 Fachada convencional Descripción de la unidad Sobre la solera y las cimentaciones construidas en prácticas anteriores, los alumnos levantan muros de fábrica de ladrillo. Casi siempre se plantean muros de fachada, aunque también se hacen, en algunos casos, particiones. Normalmente se construye un local de una sola planta, con muros de medio pie de ladrillo macizo y trasdós de ladrillo hueco doble. Entre ambos paramentos se deja la correspondiente cámara de aire y se introduce el aislamiento térmico.
Funcionamiento El muro de fábrica construido en el caso que vamos a tratar -no estructural, ya que el peso de la cubierta recaerá sobre los pilares de hormigón armado o metálicos- está pensado para formar la hoja exterior de un cerramiento. El tabique interior y el aislamiento que se construirán posteriormente tienen la función de dar al local las condiciones mínimas de habitabilidad. En ocasiones se construyen en el taller muros para soportar cargas, de fábrica de un pié de ladrillo macizo. Un muro de carga sí es un elemento estructural, un sistema de superficie activa en el que las cargas se reparten uniformemente por todo el elemento hasta la cimentación.
Figuras 2.6.2. a 2.6.4. Replanteo del muro.
Figuras 2.6.5. a 2.6.9. Colocación de las miras de replanteo.
Antes de comenzar el muro se realiza un replanteo pieza a pieza del ladrillo, tanto en el plano horizontal como en el vertical. Proceso constructivo Replanteo. Como en todas las unidades de obra, el primer paso antes de iniciar la ejecución es el replanteo de los elementos proyectados. Antes del replanteo definitivo los alumnos practican replanteando tabiquería mediante azulete y bota. Antes de comenzar el muro se realiza además un replanteo pieza a pieza del ladrillo, tanto en el plano horizontal como en el vertical. El primero se lleva a cabo mediante una hiladla provisional de ladrillos, que permite calcular la cantidad de piezas necesarias y la disposición de las mismas. Se trata de que cuadren piezas completas, encajando correctamente esquinas y huecos. El segundo se realiza sobre las miras, elementos imprescindibles para el alineado del muro. Son elementos longitudinales de metal y con una altura aproximada de 1.60m. Se aploman y se fijan al suelo firmemente con yeso. Sobre ellas se marcan las hiladas de ladrillo, teniendo en cuenta que en el reparto vertical entren también hiladas enteras.
Figura 2.6.10. Replanteo de fábricas.
Construcción del muro. Después de fijar las miras, los alumnos atan la primera cuerda de alineado para comenzar a colocar los ladrillos. Una vez preparado el mortero de cemento en la hormigonera del taller, comienzan a colocar la primera fila de ladrillos, para lo que se tiende un primer tendel de mortero sobre la solera. Sobre él se colocan los ladrillos a restregón, rellenando las llagas convenientemente. Terminada esta operación, se sube el hilo para marcar la siguiente hilada. Nuevamente se coloca primero el mortero del tendel y sobre el mismo se coloca el ladrillo a restregón, como se ha comentado anteriormente. Los alumnos prestan especial atención a la ejecución de puntos singulares, como las esquinas y el paso por pilares. En el caso de las fábricas de cerramiento, los pilares se protegen cubriéndolos con plástico para independizar la estructura del cerramiento. El muro se levanta así hasta la cota marcada. En algunos casos es necesario subir las miras, ya que la altura con la que se colocaron al principio de los trabajos resulta insuficiente. Figura 2.6.11. Miras empleadas para el replanteo.
Figuras 2.6.12. a 2.6.15. Primera hilada de ladrillo.
Figuras 2.6.16. a 2.6.19. Segunda hilada de ladrillo. Remate de esquina y colocación de plástico en pilares.
Figuras 2.6.20. a 2.6.23. Huecos de fachada.
Figuras 2.6.24. a 2.6.27. Cargaderos sobre hueco.
Construcción del muro. Después de fijar las miras, los alumnos atan la primera cuerda de alineado para comenzar a colocar los ladrillos. Una vez preparado el mortero de cemento en la hormigonera del taller, comienzan a colocar la primera fila de ladrillos, para lo que se tiende un primer tendel de mortero sobre la solera. Sobre él se colocan los ladrillos a restregón, rellenando las llagas convenientemente. Terminada esta operación, se sube el hilo para marcar la siguiente hilada. Nuevamente se coloca primero el mortero del tendel y sobre el mismo se coloca el ladrillo a restregón, como se ha comentado anteriormente. Los alumnos prestan especial atención a la ejecución de puntos singulares, como las esquinas y el paso por pilares. En el caso de las fábricas de cerramiento, los pilares se protegen cubriéndolos con plástico para independizar la estructura del cerramiento. El muro se levanta así hasta la cota marcada. En algunos casos es necesario subir las miras, ya que la altura con la que se colocaron al principio de los trabajos resulta insuficiente.
Figura 2.6.28. Construcción del muro.
Figuras 2.6.29. a 2.6.31. Arranque de la hoja interior.
Los huecos. Por supuesto no existe fachada sin huecos de puertas y ventanas. Los alumnos también deberán acometer estos trabajos. En el replanteo del muro los alumnos previeron una puerta de entrada al local. A medida que se construye el muro se va levantando un hueco de puerta de 0.82m mediante un retranqueo de ladrillos colocados a tizón y entrelazados con el muro alternamente. Se irá así levantando el hueco hasta una altura de 2.05m, donde colocaremos el dintel de la puerta, que en este caso es un cargadero prefabricado de hormigón armado. Sobre éste se seguirán colocando filas de ladrillos hasta llegar a los 2.50m, que es la altura que se desea construir. Los huecos de ventana se realizan de un modo similar. Una vez construido el muro hasta la cota del alfeizar de la ventana, los alumnos proceden a levantar las jambas de la misma. Se utiliza el mismo método que en la puerta, es decir, se hace un retranqueo de un pié de ladrillo, colocado a tizón y enlazado alternativamente con el muro. Para llegar a la parte más alta de la ventana se coloca un andamio. El hueco de ventana se cierra, en su parte superior, con un cargadero prefabricado de hormigón armado. Cámara y aislamiento térmico. Para conseguir un espacio habitable se requiere un aislante térmico y una cámara de aire que mejoren el funcionamiento térmico del sistema. Los alumnos construyen un tabique interior separado del muro de fachada e introducen unas láminas de poliexpán en el hueco resultante. Los alumnos replantean primero el tabique, dejando una distancia de unos 5cm. al muro exterior. Sobre el replanteo levantan la hoja interior del cerramiento, de ladrillo hueco doble tomado con mortero de cemento. Para ello se procede de modo similar al detallado para la fábrica de ½ pie de ladrillo macizo.
Figuras 2.6.32. y 2.6.33. Arranque de la hoja interior. Colocación del aislamiento.
Antes de levantar el tabique se introducen en la cámara que separa ambas hojas varias planchas de poliestireno expandido, separado mediante grapas de la hoja exterior, que funcionará como aislante térmico. El volumen restante del hueco sirve como cámara de aire, con lo que el agua que pueda filtrarse por las juntas del muro exterior no podrá llegar al interior del local.
Figura 2.6.34. Croquis de la unidad.
Definición completa de la unidad Muro de cerramiento compuesto por fábrica de ½ pie de ladrillo macizo, cámara de aire de 3 cm, poliestireno expandido de 2 cm. y hoja interior de tabicón de ladrillo hueco doble.
Figuras 2.6.35 a 2.6.37. Cemento y yeso empleados en la práctica.
Figuras 2.6.38. a 2.6.40. Ladrillo macizo, ladrillo hueco doble y aislamiento.
Figuras 2.6.41. a 2.6.43. Cargadero de hormig贸n. Herramienta empleada.
Materiales, medios auxiliares, maquinaria y mano de obra empleados Materiales Ladrillo macizo 24x11,5x7. Ladrillo hueco doble 24x11,5x7. Viguetas de hormig贸n prefabricado para cargaderos. Mortero de cemento 1:6 elaborado en amasadora. Poliestireno expandido en planchas, de 2cm. de espesor. Auxiliares: Separadores de plancha de poliestireno. Medios auxiliares y maquinaria Replanteo: clavos, cuerda, azulete, cinta m茅trica, miras, plomada, nivel de agua, nivel de burbuja. Ejecuci贸n: hormigonera, carretilla, cubo, pala, andamio.
Figuras 2.6.44 y 2.6.45. Hormigonera y andamios.
Figura 2.7.1. Vista general del forjado.
07 Montaje de forjado unidireccional Descripción de la unidad En esta práctica se montan todos los elementos de un forjado unidireccional de vigueta prefabricada de hormigón armado y bovedilla cerámica. Sobre la solera y los pilares ya construidos en prácticas anteriores, los alumnos colocan todas las piezas que componen en el sistema, aunque por lo general el forjado no se hormigona. En algunos casos se monta un forjado de tipo sanitario; en otros se monta un pequeño encofrado, con la intención de realizar el montaje a una altura cómoda y visible. Las viguetas descansan sobre un muro de fábrica como realizado también por los alumnos, así como sobre los pilares estructurales construidos previamente.
Funcionamiento estructural Un forjado unidireccional es un sistema de vigas y viguetas dispuestas de tal manera que transmitan las sobrecargas y el peso propio a pilares o muros de carga. Las bovedillas tienen la misión de aligerar el conjunto. Las distintas armaduras de refuerzo y montaje dan coherencia a los nudos en los que se relacionan los diferentes elementos del conjunto.
Figuras 2.7.2. a 2.7.4. Montaje del encofrado y vigueta.
Figuras 2.5.5 a 2.5.6. Arranque del encofrado. Tubos de sujeción y pasatubos en muro.
Figuras 2.7.5. a 2.7.7. Montaje de vigueta y bovedilla.
Proceso constructivo Encofrado. En ocasiones, cuando lo que se decide es montar un forjado sobre encofrado, se coloca una banda de encofrado perimetral sustentado mediante puntales de madera. Se emplea para contener el hormigón en la zona de macizado de la cabeza de vigueta y el apoyo de esta en el muro. También se sopanda la vigueta en la zona central. En algunos casos se emplea vigueta resistente, por lo que no es necesario encofrado. En todos los casos se colocan unas tabicas en los bordes de altura superior a la del forjado para contener lateralmente el hormigón. Replanteo y montaje provisional. Terminado el encofrado, cuando este es necesario, se estudia después la disposición de las viguetas, que se replantean sobre el soporte. La separación entre ellas será la marcada por el intereje previsto, dado por la longitud de una bovedilla. Se prevén huecos para bajantes de saneamiento, por lo que los alumnos deben tener en cuenta la posición de las arquetas de saneamiento que están en la solera. Se procede a la colocación provisional de las viguetas y de algunas de las bovedillas en ambos extremos de las viguetas. Montaje de vigueta y bovedilla. Se monta primero la vigueta prefabricada de hormigón armado, generalmente sin encofrado, ya que son autoportantes. Sobre las viguetas apoyarán las bovedillas cerámicas, aligeramiento del forjado y encofrado perdido para el hormigón de la capa de compresión al mismo tiempo.
Las viguetas descansan aproximadamente 10cm en el muro perimetral, asegurando el apoyo de la vigueta. Los huecos de las bovedillas se rematan con tapas de poliestireno expandido. Armado. Sobre la zona de apoyo de las viguetas se colocan las armaduras de las vigas, de diferente secciones en función de la posición teórica que van a tener; de borde o central. También se colocan distintos tipos de brochales y zunchos de borde. Terminados estos se disponen conectores metálicos desde las viguetas a las vigas en las zonas en las que se ha previsto un sistema de apoyo indirecto. Para asegurar el recubrimiento óptimo de las armaduras los alumnos colocan bajo ellas unos separadores de plástico. A continuación se coloca la malla electro soldada sobre el forjado, también con separadores sobre las bovedillas. Una vez montada ésta, se colocan los negativos bajo la malla, que se atan al armado de zunchos y vigas. Figuras 2.7.8. a 2.7.10. Detalles de armado.
Terminado el montaje, se riega abundantemente el forjado, que ya está preparado para el vertido de hormigón.
Los forjados se montan completos, con todos los elementos que los componen, durante las prácticas de campo, pero raramente se hormigonan.
Hormigonado. Los forjados, como se ha comentado, raramente se hormigonan en las prácticas de campo, pero sí se preparan como si fueran a hormigonarse realmente. Por ello, se marca sobre el encofrado el nivel hasta el que queremos que llegue el hormigón, para lo que se traslada la cota desde un pilar cercano mediante un nivel de agua.
Definición completa de la unidad Forjado sanitario de hormigón armado, con vigueta autoportante y bovedilla cerámica, de 30 cm. de canto y 3x3 m. de planta armado con acero B500S, encofrado con madera y hormigonado con medios manuales.
Materiales, medios auxiliares, maquinaria y mano de obra empleados Materiales Hormigón: 2 m3 de HA-25, de consistencia plástica y tamaño máximo del árido 20 mm., traído desde central. Acero: 100 kg. de acero B500S en armado de vigas, zunchos, negativos y conectores. 9 m2 de malla electrosoldada 15x15x6. Auxiliares: Separadores de PVC y hormigón, pasatubos para saneamiento. Medios auxiliares y maquinaria Replanteo: clavos, cuerda, azulete, cinta métrica, miras, plomada, nivel de agua, nivel de burbuja. Ferrallado: tenazas, alambre de atado. Encofrado: chapas de encofrado, maceta y martillo, cuñas de madera. Hormigonado: carretilla, cubo, pala, vibrador de aguja.
Figuras 2.7.11. a 2.7.17. Materiales y medios auxiliares empleados.
3. Otras actividades en el taller. Además de las prácticas de campo detalladas en el capítulo anterior, en el taller de la asignatura de Construcción II se realizan otras muchas actividades. Gran parte de ellas son prácticas complementarias al programa general de prácticas de campo, en las que un oficial experimentado ejecuta una unidad compleja, que difícilmente podría realizarse sin un mínimo de experiencia. El taller también sirve como espacio para desarrollar prácticas de otras asignaturas. Es el caso de las demostraciones que periódicamente empresas como SIKA hacen en la zona de prácticas para la asignatura de Patología. A continuación se acompaña un resumen de todas estas actividades.
Una escalera tabicada al aire La construcción tabicada es una técnica actualmente abandonada en España, pero de uso muy común hace pocas décadas. Se describe a continuación el proceso de ejecución de una escalera tabicada al aire, de dos tramos ortogonales de tres y ocho peldaños, respectivamente. El texto que sigue resume la práctica realizada por el maestro yesaire D. Carlos Martín en el Taller de Prácticas de Construcción de la Universidad SEK, en Segovia, durante el mes de Marzo de 2007. Replanteo. El replanteo de una escalera tabicada es la clave del éxito de su funcionamiento. La estabilidad de una estructura de fábrica depende de la Figura 2.3.1. Vista general de arqueta. correcta elección, composición y dimensionado de sus formas. No es tanto la resistencia del material de una bóveda como su forma y su relación dimensional con el resto de elementos de una estructura lo que posibilita la estabilidad del conjunto. El replanteo y puesta en obra de las formas diseñadas cobra por ello especial importancia en las estructuras de fábrica.
El primer replanteo de una escalera tabicada, en el que se marcan las líneas de terminado y gruesos de piso, es idéntico al de una escalera cualquiera. El oficial mancha con una traza de yeso el muro sobre el que ha de apoyar la fábrica para poder replantear sobre él. Sobre el yeso marca los terminados del arranque y cierre de la escalera; en función de estas dos cotas se calculan las medidas de huella y tabica. Decididas éstas según los criterios tradicionales de proporción y empleando cinta métrica y nivel de burbuja se marca el terminado de los peldaños. Bajo la línea quebrada que resulta de este replanteo se marca una segunda línea, en la que se descuentan los gruesos de material necesarios. En función de acabado previsto descontaremos entre 3 y 5 cm. Después de este replanteo se realiza el trazado de la curva del tablero en su encuentro con el muro, para lo que se emplea una regla flexible. En el caso de la escalera tabicada construida para este ejemplo, la traza se realizó partiendo del peldaño central, suponiendo que es aproximadamente allí donde el tablero estará más cerca del piso terminado. Se marcaron bajo él, perpendicularmente a la línea de máxima pendiente del tramo, los gruesos del tablero y, con base en ese punto, se trazó una línea cuya curvatura mínima vino dada por la distancia al peldaño en el arranque (doble, al menos, de la marcada bajo el escalón central) y en el desembarco (dónde la traza debía ser sensiblemente horizontal). El oficial realizó la traza a sentimiento; como se verá más adelante, la curvatura marcada de este modo no difiere demasiado de la que correspondería a una definición geométrica precisa, asociada a las líneas de empuje teóricas.
Materiales empleados y proceso de ejecución de la unidad.
Materiales empleados y proceso de ejecución de la unidad.
Materiales. El oficial empleó en este caso una rasilla de 20x10x2,5 cm. Se trata de un material manejable, muy ligero, que se utilizó aquí en las dos roscas previstas (y no tres, como solía hacerse). La rasilla sale del horno con una ligera curvatura, que el oficial aprovecha en la ejecución del tablero. Para el peldañeado y los rellenos se utilizó también ladrillo hueco doble 24x12x9 cm. La rasilla que se coloca en la primera rosca no se humedece, ya que su empleo en seco facilita el pegado rápido del yeso sobre ella. Tampoco se humedece el muro de soporte, por el mismo motivo. La rasilla que se utiliza en la segunda rosca sí que se humedece al modo tradicional, para permitir mejor cohesión entre ladrillo y mortero. Para tabicar un tablero de este tipo se emplea yeso grueso, nunca controlado. Se amasa al modo tradicional, vertiendo poco a poco varias almorzadas de yeso sobre agua limpia en una artesa o un esportón, hasta que el yeso cubra el agua, sin remover en ningún momento la mezcla. El oficial bate con el paletín tan solo la cantidad necesaria para untar cada pieza; de este modo, dispone siempre del yeso con la untuosidad precisa y consigue que éste no fragüe antes de tiempo. El arranque. Terminado el replanteo y preparados los materiales, se levanta una pequeña zapata de fábrica en el arranque de la escalera. La misión de este elemento es servir de contención de los esfuerzos horizontales que genera el primero de los tramos en su extremo inferior. En este caso se construyó con ladrillo hueco doble, ya que los esfuerzos previstos no eran excesivos: el primer tramo era de sólo tres tabicas.
La zapata se recibió con yeso al soporte, en este caso una solera de hormigón. El recibido de este elemento hubiera debido hacerse con mortero de cemento, por motivos evidentes; no se hizo así para facilitar y abreviar el comienzo del resto de los trabajos, ya que lo que se pretendía estudiar era la técnica de colocación de la rasilla. La primera rosca. La primera rasilla que se coloca, como es lógico, es la que apoya en la esquina entre el muro y la zapata. El albañil toma una pieza y estudia su curvatura, para colocarla a favor de la curva principal del tablero. Después unta de yeso la rasilla seca por sus dos caras de apoyo; aplica el yeso con el paletín, dejando en cada cara un volumen de yeso que forma, en sección, un triángulo equilátero. Coloca la pieza con un movimiento rápido y la golpea con el paletín de forma seca, ajustándola al ángulo en el que apoya. Hecho esto, y sin mover la pieza en ningún momento, la sujeta con un dedo o con la punta del paletín durante unos segundos, retirando el apoyo cuando la pieza se sostiene por sí sola. Este proceso se repite en adelante en todas las piezas de la primera rosca. Normalmente las rasillas se colocan a matajunta, por lo que es necesario cortar una de cada dos piezas en el arranque. Si la curvatura del tramo acabase forzando a que las juntas de dos rasillas contiguas estuvieran alineadas sería necesario cortar también una pieza intermedia para evitar esa alineación de las juntas. El orden de colocación de las rasillas es fundamental para la estabilidad de la primera rosca durante su ejecución. Se colocan primero las rasillas pertenecientes a las hiladas más próximas al muro, que deben irse complementando con las siguientes, tal como ilustra la imagen. De este modo cada rasilla colocada descargará provisionalmente no sólo sobre las piezas sobre las que apoya directamente sino, además, sobre todas las de las hiladas anteriores.
Llegados al final del primer tramo, el oficial remata la primera rosca contra el muro de apoyo. Para ello es necesario cortar, lógicamente, las últimas piezas. La tangente a la curva principal del tablero en el remate suele ser horizontal, no tanto porque mejore el funcionamiento de la estructura como porque minora el volumen de relleno necesario y posibilita que el arranque del segundo tramo, aún siendo curvo, no fuerce a una excesiva diferencia entre las cotas de arranque de las hiladas interior y exterior. El segundo tramo se arranca montando sobre el inicial. La primera rasilla que se coloca es, igual que en el caso anterior, la que apoya en la esquina entre el muro y el primer tramo. La pieza monta sobre el vivo superior del tablero, tal como se aprecia en la imagen, para evitar problemas de deslizamiento. Varios alumnos quisieron colaborar en la ejecución de la primera rosca del tablero. En algunos casos, el oficial les tendió una rasilla húmeda, que intentaron colocar sin éxito. Pudimos así comprobar cómo el yeso no es capaz de sujetar la cerámica húmeda -por otra parte más pesada- ya que el agua que ésta contiene hace deslizar la pieza en la superficie de contacto. La segunda rosca. Al tiempo que avanza con la primera rosca, el oficial puede ir detrás pasando la segunda. En función de la unidad que estemos construyendo, tal vez sea necesario pasar segunda y sucesivas casi inmediatamente después de la primera, ya que al avanzar demasiado con ésta podríamos impedir el acceso a la zona en la que hay que colocar las siguientes. Las roscas segunda y sucesivas deben cumplir una única condición: montar siempre sobre hiladas ya cerradas de la primera rosca. Lo contrario podría comprometer la estabilidad provisional del sistema. En el ejemplo que se construyó pudimos montar inicialmente toda la primera rosca, ya que el pequeño tamaño de la escalera no iba a impedir el acceso a ningún punto. La segunda rosca, además, no se montó completa, de modo que se pudiera apreciar también la primera. El mismo criterio se siguió con el peldañeado, que se dejó incompleto.
En nuestro caso la segunda y última rosca se ejecutó con la misma rasilla que la primera, en este caso húmeda, colocada ortogonalmente a las piezas de la primera rosca y buscando, como es lógico, matar las juntas. Para ello fue necesario romper al menos las piezas de borde de una de cada dos hiladas. La rasilla húmeda se tomó también con yeso. En la segunda rosca tanto la preparación de éste como la colocación de las piezas requiere menor precisión. El yeso se aplica en la tabla de la rasilla, no necesariamente en testa y canto, o se tira directamente sobre la primera rosca bajo la zona que vamos a recibir. Cada pieza se coloca con un ligero restregón, que permite conseguir el grueso de tablero necesario y rellenar parcialmente llagas y tendeles. La humedad de la rasilla posibilita en este caso que el yeso seque de forma más lenta, lo que mejora la unión entre ambas roscas. La última rosca se complementa siempre, en la zona de encuentro entre el primer y el segundo tramo, con una pieza que forma una boca de pato o media caña (una curva cóncava, en suma) a lo largo de toda esa línea, tal cómo ilustra la figura. Todas las roscas anteriores se han ejecutado, como se hizo con la primera, montando en ángulo la pieza del segundo tablero sobre el vivo superior del primero. En el encuentro entre los dos tramos se coloca una línea de rasilla más, centrada y perpendicular a la bisectriz del ángulo que forman. Esta línea se remata con abundante yeso y cascote, intentando eliminar el ángulo para crear en esa zona una curva cóncava (contrariamente a todas las anteriores) sobre el tablero. La nueva curva es parte esencial de la geometría definitiva del tablero. La intención de este elemento es colaborar a transmitir correctamente las tensiones de las curvas convexas superior e inferior. Sin la nueva hilada el tramo superior descargaría de forma lineal en el tramo inferior, algo que no resulta muy conveniente en estructuras de fábrica. La función de esta curva es desplazar esa responsabilidad estructural, en lo posible, al total de la superficie del tramo inferior y al muro de borde. Peldañeado. Terminada la segunda rosca se procede a peldañear la escalera. El peldañeado consiste en un simple relleno de los gruesos necesarios para alcanzar la línea replanteada. En este caso el relleno se ejecutó con ladrillo hueco doble y hueco sencillo tomado con yeso. Este proceso es semejante al peldañeado de una escalera cualquiera, bien es cierto que con las peculiaridades lógicas al partir de un tablero curvo. El relleno se ejecutó empleando para los huecos menores los restos de cascote que quedaban de la ejecución de los tableros, tomados con yeso. Una obra de este tipo apenas genera escombro, ya que el poco que pueda producirse se emplea en rellenos de este tipo. Sobre estos rellenos siempre se colocan piezas enteras, de modo que el soporte en el que apoya el pavimento terminado siempre sea una fábrica acabada.
Prácticas con el Grupo SIKA Descripción SIKA es una multinacional suiza especializada en productos químicos para la industria de la construcción. Fue fundada en 1910 y en la actualidad cuenta con fábricas y laboratorios propios en más de 70 países. En España tiene delegaciones en Barcelona, Madrid, Vizcaya, Málaga, Pontevedra, Sevilla, Valencia, Valladolid y Canarias, así como delegados en las principales ciudades del país. SIKA ESPAÑA S.A. es la empresa líder en la fabricación de soluciones para la reparación y protección del hormigón, el sellado de juntas, la impermeabilización estructural y el pegado rígido y elástico de distintos elementos en la construcción. Cuenta con una distinguida representación en las ferias más importantes del momento como Construtec, en Madrid, o Construmat, en Barcelona. Al mismo tiempo, promueve actividades informativas y experimentales de sus productos para universidades y empresas. La E.T.S.E.I.A. lleva años beneficiándose de estas actividades. Anualmente los técnicos de SIKA presentan a los alumnos de Arquitectura y Arquitectura Técnica, en el taller de construcción de la Universidad, sus productos más avanzados para la construcción. Algunos de los productos de la gama SIKA que se han presentado en el taller son los siguientes:
Angulares a base de fibra de carbono para refuerzo estructural (Sika Carboshear L). Son angulares de fibra de carbono resistentes a la corrosión que sirven para refuerzo de estructuras a cortante, especialmente vigas. Se pegan como una armadura externa al soporte con una resina. Laminados de fibra de carbono para refuerzo (Sika Carbodur) Se trata de polímeros armados con fibras de carbono (CFRP) diseñadas para refuerzo de estructuras de hormigón y madera. Como se observa en las imágenes, los alumnos montaron estos laminados en probetas de hormigón con la ayuda de un técnico de SIKA. Tejido a base de fibra de carbono para refuerzo estructural. (Sikawrap) es un tejido unidireccional a base de fibra de carbono que sirve para refuerzo de estructuras de hormigón armado, fábrica de ladrillo y madera, para incrementar su capacidad portante a flexión y cortante. El tejido deberá ser cubierto por una capa de cementosa por estética y por protección. Los alumnos de la Universidad aplicaron dicho producto a probetas circulares de hormigón después de presenciar la metodología de aplicación.
Impregnante hidrófugo para fachadas, en base de agua. (Sikaguard) es una emulsión lista para su uso, a base de silanos y siloxanos, que actúa como hidrofugante. Se utiliza en fachadas para protegerlas frente a la penetración de agua, pudiéndose aplicar sobre hormigón, mortero, mampostería, ladrillo, piedra natural y fibrocemento. En esta ocasión, los responsables de sika emplearon una placa de fibrocemento que aparentemente no tenía ningún tratamiento, nada más lejos de la realidad según se observa en las fotografias. Perfiles hidroexpansivos para sellado de juntas. (Sikaswell) perfiles de sellado de juntas que se expanden al contacto con agua y agua de mar. Mortero de reparación. (Sikadur) producto de varios componentes a base de resinas epoxi. Es un mortero de consistencia seca especialmente indicado para reparación y relleno de oquedades. Desarrolla altas resistencias en un periodo de tiempo relativamente corto, por tanto, es idóneo para reparaciones.
Mortero de alta adherencia. Se imprime una resina de unión sobre el soporte, previa a la aplicación de morteros cementosos y yeso. Los soportes pueden ser: hormigón, mortero, ladrillo, fibrocemento, piedra natural y todos aquellos materiales que no tengan porosidad nula. Un operario de SIKA realizó una demostración con la ayuda de nuestros alumnos. Mortero autonivelante. Mortero autonivelante, monocapa, a base de cemento mejorado con resinas sintéticas. Se utiliza para reparación de elementos estructurales horizontales por vertido directo o elementos verticales (pilares, etc.) Por vertido con encofrado. En el taller de construcción se hicieron unas demostraciones vertiendo directamente mortero autonivelante sobre una superficie inclinada, con lo que los alumnos pudieron observar como la superficie del mortero quedaba totalmente horizontal, es decir, nivelada Malla de fibra de vidrio para revocos de mortero. (Armatex) malla de fibra de vidrio, con protección antialcalina, utilizada para absorber posibles tensiones que tienen lugar durante el fraguado y endurecimiento de los morteros de revocos y enfoscados. Los alumnos presenciaron como un especialista de SIKA aplicaba dicha malla en un revoco aplicado sobre fibrocemento.
Modelos empleados en las explicaciones teóricas.
Experimentando con arcos de fábrica Descripción Durante el curso 2005-2006 los alumnos de Construcción II de Arquitectura Técnica, bajo la tutela de los profesores José Pablo González y Julián García, realizaron una serie de experimentos constructivos al margen del plan docente, entre los que destaca el definido a continuación.
Arco de fábrica, construido sobre un apoyo móvil.
Los alumnos construyeron dos arcos de fábrica sobre diferentes apoyos. El objetivo era someterlos a diferentes solicitaciones con el fin comprobar in situ su comportamiento estructural. Ambos arcos fueron construidos con medio pie de ladrillo macizo, sobre pilares de fábrica de un pie. Los apoyos de serían diferentes, para permitir emular diferentes situaciones de colapso. En el primero de los arcos se empleó como apoyo un pequeño carrito, para emular un desplazamiento horizontal. El arco que se muestra en la secuencia de imágenes corresponde a este caso. En el segundo arco se empleó un cajón relleno de arena, para emular el desplazamiento vertical de uno de los apoyos.
Cimbra empleada para la construcci贸n del arco.
Arco asentado, en uno de sus apoyos, en un caj贸n de arena.
Rotura de un arco por desplazamiento horizontal de un apoyo. Modelos empleados en las explicaciones te贸ricas.
Soldadura Descripción Hay algunas unidades que los alumnos no pueden realizar por sí mismos, dada su complejidad. El oficial de prácticas lleva a cabo ante los alumnos las que se consideran de mayor importancia. Es el caso de la soldadura electrógena, que se realiza habitualmente empleando los equipos e instalaciones de mantenimiento de la Universidad.
Electrodos y pequeña herramienta.
Los alumnos presencian el proceso de ejecución de la soldadura, con la debida precaución, y examinan materiales y equipos con detenimiento. En ocasiones el oficial comete errores forzados, trazando cordones en los que pueden observarse irregularidades o problemas fuera de las tolerancias habituales. Se pretende con ello que el alumno conozca los problemas que encontrará en el futuro ejercicio profesional.
Cebado del arco y soldadura.
Arco asentado, en uno de sus apoyos, en un caj贸n de arena.
Cordones de soldadura.
Rotura de un arco por desplazamiento horizontal de un apoyo. Modelos empleados en las explicaciones te贸ricas. Soldaduras y estructuras de acero estudiadas en visitas de obra.
4. Las visitas de obra. Las prácticas realizadas en el taller de Arquitectura Técnica se complementan con diferentes visitas de obra. Durante los últimos años los alumnos de Construcción II han realizado visitas a las grandes obras en construcción en ciudades cercanas; el Aeropuerto de Barajas, el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, el Rocódromo de la Casa de Campo, las Torres Sacyr-Vallehermoso y Repsol de la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid, las instalaciones deportivas de La Caja Mágica o el auditorio de Ávila. También se realizan visitas a obras menores, generalmente en la provincia de Segovia, con las que se ilustran los contenidos incluidos en el temario; pequeñas estructuras de acero, hormigón o madera en ejecución. Las unidades de obra se comprenden así desde la escala de la vivienda, y los detalles reproducidos en el taller pueden ser entendidos en verdadera magnitud. .
Visita a las obras del rocódromo de la Casa de Campo de Madrid.
Las visitas de obra. En muchos casos es difícil que el alumno comprenda la escala del edificio a través de las prácticas de campo. En el taller se construyen unidades a pequeña escala; pilares de metro y medio de altura, zapatas de 50 cm. de profundidad… Para intentar completar la visión del alumno en lo relativo a la escala de las construcciones con las que va a tener que trabajar en el futuro, durante el curso se realizan frecuentes visitas a obras en construcción. En algunos casos son visitas a obras menores, generalmente en la provincia de Segovia, con las que se ilustran los contenidos incluidos en el temario; pequeñas estructuras de acero, hormigón o madera en ejecución. Las unidades de obra se comprenden así desde la escala de la vivienda, y los detalles reproducidos en el taller pueden ser entendidos en verdadera magnitud.
Visita a las obras del Palacio de los Deportes de la CAM.
También se organizan visitas a las grandes obras en construcción en ciudades cercanas, generalmente Madrid. En los últimos años hemos visitado las obras del Aeropuerto de Barajas, el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, el Rocódromo de la Casa de Campo, las Torres Sacyr-Vallehermoso y Repsol de la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid y las instalaciones deportivas de La Caja Mágica. Normalmente acompañamos estas visitas de una charla introductoria impartida por los responsables de su ejecución y diseño; han visitado la Universidad o impartido charlas en obra D. Carlos Rubio-Carvajal y D. Segundo Rodríguez (Arquitectos, respectivamente autor del proyecto de la Torre Repsol y gerente de SacyrVallehermoso), D. Álvaro Cano (Arquitecto Técnico, responsable de seguridad y salud del Palacio de los Deportes de la C.A.M.), D. Javier Córdoba y D. Francisco Pelluz (Ingenieros de Caminos, jefes de obra del Rocódromo de la Casa de Campo) o D. Carlos Cordero (Arquitecto Técnico, Gerente de la UTE de Barajas). En estas grandes obras es posible encontrar detalles poco frecuentes en edificación, aunque en la mayor parte de los casos es difícil comprenderlos todos.
Las obras en Segovia
Obras en la provincia de Segovia.
Entre 2002 y 2007 hemos visitado varias obras cercanas, muchas de ellas en las localidades de Espirdo y Los Ángeles de San Rafael, que en este periodo han tenido un gran volumen de obra. Los alumnos de la asignatura han podido seguir allí la ejecución de varias promociones en marcha, principalmente de viviendas unifamiliares, construidas casi siempre con sistemas diferentes. Para las visitas a estas obras solemos contar con la ayuda de los alumnos que realizan prácticas de Fin de Carrera en ellas. De este modo, los alumnos en prácticas exponen ante sus compañeros los métodos de construcción que están empleando, y nos acompañan en la visita. Han colaborado en este aspecto, en los últimos años, los alumnos Ismael Nacarino, Jacobo San Frutos, Antonio Miranda, Álvaro Domouso y Álvaro Pastor.
Las grandes obras En 2002 visitamos las obras del Rocódromo de la Casa de Campo, en visitas organizadas por los profesores Dª. Ana Marazuela y D. Julián García. Se visitaron las zonas construidas por Sacyr y Fomento de Construcciones y Contratas, en esos momentos en fase de ejecución de estructuras. Se pudo observar el montaje de la estructura de cubierta y de la estructura de las fachadas. La introducción a los sistemas de construcción empleados en la obra corrió a cargo de D. Javier Córdoba y D. Francisco Pelluz Ingenieros de Caminos, respectivamente Jefe de Departamento y Jefe de Obra de la empresa constructora. En 20r03 visitamos en dos ocasiones las obras del aeropuerto de Barajas, en visitas organizadas por los profesores Dª. Ana Marazuela y D. Julián García. Se visitaron las zonas construidas por Sacyr y Fomento de Construcciones y Contratas, en esos momentos en fase de ejecución de estructuras y cerramiento. Se pudo observar el montaje de la estructura de cubierta y del cerramiento de fachada. La introducción a los sistemas de construcción empleados en la obra corrió a cargo de D. Calos Cordero, Arquitecto Técnico y Gerente de la UTE de Barajas.
Visita a las obras de la Torre Sacyr Vallehermoso, en la Antigua ciudad Deportiva del Real Madrid.
Entre 2004 y 2005 visitamos en tres ocasiones el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, en visitas organizadas por los profesores D. Juan Andrés López, D. José Pablo González y D. Julián García. El edificio se encontraba en esos momentos en fase de ejecución de estructuras y cerramiento. Se pudo observar la ejecución de las cimentaciones mediante pilotaje, de las losas de forjado y de la estructura de cubierta. La introducción a los sistemas de construcción empleados en la obra corrió a cargo de D. Álvaro Cano, Arquitecto Técnico, antiguo alumno de la Universidad SEK y responsable de seguridad y salud del Palacio de los Deportes de la C.A.M. En 2006 visitamos las obras de las Torres Sacyr-Vallehermoso y Repsol de la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid, en visitas organizadas por los profesores Dª. Carmen Barderas y D. Julián García. El edificio se encontraba en esos momentos en fase de ejecución de estructura. Se pudo observar la ejecución de las losas de forjado y de los elementos verticales de estructura. La introducción al diseño del edificio y a los sistemas de construcción empleados en la obra corrió a cargo de D. Carlos Rubio-Carvajal y D. Segundo Rodríguez, Arquitectos, respectivamente autor del proyecto de la Torre Repsol y gerente de Sacyr-Vallehermoso.
Visitas a las obras de la Caja Mágica, al Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid y a la Terminal T4 del Aeropuerto de Barajas.
En 2007 visitamos las obras de las instalaciones deportivas de La Caja Mágica, en Madrid, en visitas organizadas por los profesores Dª. Carmen Barderas y D. Julián García. El edificio se encontraba en esos momentos en fase de ejecución de estructura. Se pudo observar el montaje de las grandes vigas de cubierta y de los pilares metálicos de la estructura. La introducción a los diagramas de producción y a los sistemas de construcción empleados en la obra corrió a cargo de D. Enrique Díaz y D. Francisco Pelluz, respectivamente jefe de obra y jefe de departamento de construcción de FCC Construcción.
5. El cuaderno de campo. Los alumnos recogen las experiencias vividas en el taller de construcción en un cuaderno de campo. En él se incluyen croquis de las unidades ejecutadas, descripciones de los procesos de ejecución, del funcionamiento de la unidad descrita y sus relaciones con otras unidades, análisis de materiales, medios auxiliares y maquinaria empleados o estudios sobre el personal necesario para la ejecución de cada unidad. A continuación se adjuntan algunos ejemplos. Corresponden a los cuadernos de Julia del Castillo, Mario Merino y Rodrigo Cano.