proyecto
india
Este proyecto surgió como iniciativa de los profesores Juan Antonio Rodríguez, Julián García y Joaquín Grau y de los responsables de la Fundación Vicente Ferrer. Las estancias en la India y los trabajos realizados allí han sido dirigidos por el profesor Julián García, como también la presente publicación. La coordinación de los proyectos de arquitectura ha corrido a cargo del profesor Juan Antonio Rodríguez. El profesor Joaquín Grau se encargó de la asesoría a proyectos de cooperación. Los textos y las fotografías e ilustraciones que los acompañan han sido elaborados por los alumnos Nelson Bardón, Juan Hidalgo, Aritz Izkue, Luis Miguel Martín, Albia Merino, Iñaki Múgica, Jacobo San Frutos, Gonzalo Villanueva, Juan José Zaera, Efrén Bernaldo De Quirós, Ignacio Lopez de Maturana, Ramiro Fumanal, María Astrid Fornielles, Pedro Santisteban y Juan Hidalgo, bajo la dirección de los profesores Julián García, Joaquín Grau y Juan Antonio Rodríguez. Se sugiere la reproducción parcial o total de los contenidos de esta publicación citando fuente.
La IE Universidad en Anantapur. La IE Universidad está desarrollando en la actualidad una activa participación en los trabajos que la Fundación Vicente Ferrer tiene en marcha en la provincia india de Anantapur. Los alumnos de la escuela de Arquitectura redactan proyectos de hospitales o viviendas para la Fundación, y los alumnos de la escuela Arquitectura Técnica se desplazan hasta la zona para colaborar en su construcción. Las colaboraciones con la Fundación Vicente Ferrer se enmarcan en el grupo de iniciativas de prácticas de la IE Universidad. La intención es que los trabajos que habitualmente se exigen para la formación del alumnado tengan una utilidad real allí donde son más necesarios. Como es lógico, esto aumenta la implicación del alumno y mejora también su formación.
La colaboración entre la IE Universidad y la Fundación Vicente Ferrer. Presentación. Desde el año 2001 vienen produciéndose diferentes colaboraciones de carácter institucional entre la IE Universidad y la Fundación Vicente Ferrer. En 2003, dada la creciente importancia de estas colaboraciones, se firmó un convenio de cooperación educativa entre ambas entidades, promovido por los profesores la IE Universidad D. Juan Antonio Rodríguez, D. Joaquín Grau y D. Julián García y D. Iñaki Barba, coordinador del Departamento de Arquitectura de la Fundación. Gracias a este convenio han sido muchos los alumnos de la IE Universidad que han podido cooperar, en diferentes grados, con la Fundación Vicente Ferrer. Con la edición de este texto pretendemos dar a conocer el trabajo de estos estudiantes y premiar su esfuerzo altruista y comprometido. El primer trabajo realizado por la IE Universidad para la Fundación Vicente Ferrer fue el diseño y redacción del proyecto de ejecución de un Hospital para Enfermos de Sida en Anantapur, en la India central. El Departamento de Arquitectura de la FVF, a través de su coordinador Iñaki Barba, había convocado un concurso para el diseño de este edificio. Los proyectos presentados por los alumnos de arquitectura de la IE Universidad estuvieron coordinados por el profesor D. Juan Antonio Rodríguez, responsable de la asignatura de Proyectos Arquitectónicos. El proyecto elaborado por los alumnos Efrén Bernardo e Ignacio López de Maturana obtuvo el primer premio y fue elegido por los responsables de la fundación como base para el edificio que posteriormente se ha construido en Anantapur. La alumna María Astrid Fornielles visitó durante un mes la sede de la Fundación en Anantapur, inaugurando los viajes de estudiantes de la IE Universidad a la zona. A raíz de esta primera experiencia, los profesores de la IE Universidad D. Juan Antonio Rodríguez, D. Joaquín Grau y D. Julián García propusieron a la Fundación Vicente Ferrer participar en la ejecución de estos proyectos en la zona, a través de un Convenio de Cooperación Educativa. Desde entonces y gracias a este convenio, los proyectos redactados desde la IE Universidad son gestionados y construidos en Anantapur por alumnos de Arquitectura Técnica. Estos alumnos, dirigidos por el profesor D. Julián García, cursan su periodo de prácticas de Proyecto Final de Carrera en Anantapur, desarrollando labores de gestión de obra, de control de ejecución y de toma de datos para el diseño de nuevos proyectos por parte de alumnos de arquitectura. Los alumnos permanecen en la zona durante periodos de cinco meses, transcurridos los cuales son sustituidos por alumnos nuevos. Éstos coinciden durante 15 días con los anteriores en Anantapur para coordinar el relevo. Los trabajos desarrollados allí sirven como base para la redacción de su Proyecto de Fin de Carrera.
La Fundación Vicente Ferrer. La Fundación Vicente Ferrer es una ONGD (Organización No Gubernamental para el Desarrollo) cuya área de acción está limitada a la provincia India de Anantapur. Anantapur pertenece al estado de Andhra Pradesh y es, después del desierto del Rajasthán, la segunda zona más árida de la India. La Fundación está organizada en dos grandes bloques: de un lado está la Fundación Vicente Ferrer, con sede en España, que se encarga de recaudar los fondos necesarios para intentar resolver los problemas de los habitantes de Anantapur, una de las zonas mas pobres de Asia. Para ello la Fundación emprende campañas de apadrinamiento de niños y de donaciones de instituciones públicas y privadas. Todos estos fondos son gestionados en la India por Rural Development Trust, la compañía fundada por Vicente Ferrer cuando llegó a Anantapur en 1969. Rural Development Trust es la encargada de distribuir estos fondos, asignando los recursos obtenidos por la FVF a los muchos proyectos que la Fundación tiene en marcha en Anantapur. En Anantapur (Ciudad del Infinito en la lengua local) no existen graves conflictos puntuales sino carencias extremas y continuadas. Las intervenciones esporádicas son insuficientes para combatir las dificultades que afectan a la población rural. Rural Development Trust trata de paliarlas en distintos ámbitos: Vivienda, Sanidad, Educación, Discapacitados, Mujer y Ecología. Todas las acciones se llevan a cabo en cualquiera de estas áreas se destinan a los habitantes más pobres de la India, los de casta más baja: los dálits o intocables. La intención de la Fundación Vicente Ferrer es que esta población, la más pobre y desfavorecida de Anantapur, pueda salir de la marginación social en la que vive.
La IE Universidad. Desde enero de 2007 el Instituto de Empresa, una de las principales escuelas de dirección europeas, adquiere la titularidad de la Universidad SEK. Se inicia así una nueva etapa para convertirse en referencia internacional, que proyectará el modelo de excelencia desarrollado por el IE, su carácter innovador y una particular visión humanista. La nueva Universidad del IE se sitúa dentro del conjunto monumental de Santa Cruz la Real fundado en el S. XIII y reconstruido a finales del periodo Gótico localizado en un enclave estratégico, a menos de media hora del centro de Madrid en AVE y en la vega del río Eresma paraje natural de belleza incomparable a tan sólo unos minutos a pie del casco antiguo. Lugar donde se integran las nuevas tecnologías con el patrimonio histórico, y es este respeto por nuestro legado y la naturaleza que nos rodea lo que nos hace diferentes. La Universidad ofrece una excelente formación integral no sólo académica para que el alumno adquiera tanto conocimientos instrumentales como de desarrollo personal, que se complementa con numerosas actividades extracurriculares y un amplio programa de prácticas adaptado a cada titulación. Las escuelas de Arquitectura y Arquitectura Técnica forman parte de esta Universidad desde su creación en el año 1997. Desde ese momento fundacional han superado el periodo inicial de su implantación con gran éxito, pasando ambas a consolidarse como escuelas de gran prestigio en el ámbito nacional.
Alumnos y cooperantes. Este libro es de los alumnos que han tenido el valor y la generosidad necesarios para sacrificar su tiempo y su trabajo en proyectos de cooperación. De los que han viajado hasta allí: María Astrid Fornielles, Aritz Izkue, Luis Miguel Martín, Albia Merino, Iñaki Múgica, Jacobo San Frutos, Gonzalo Villanueva, Pedro Santisteban, Juan Hidalgo y Ramiro Fumanal. De los que han trabajado, de un modo u otro, desde aquí: Juan José Zaera, Nelson Bardón, Ignacio López de Maturana y Efrén Bernardo. También es de los colaboradores y cooperantes de la Fundación Vicente Ferrer: Jordi Folgado, Pilar Valladolid, Iñaki Barba, Irene Schiess o Jordi Puyol. Y, por supuesto, de Ana y de Vicente. Deseamos que todos ellos se vean reflejados aquí, y que este pequeño esfuerzo contribuya en lo posible a facilitar la continuidad de su labor.
La IE Universidad en Anantapur Voluntariado y aprendizaje. Las prácticas en la India. Los alumnos de Arquitectura Técnica de la IE Universidad que cursan sus prácticas de Fin de Carrera como cooperantes en la Fundación Vicente Ferrer desarrollan su trabajo en las instalaciones que la Fundación posee en Anantapur. Los alumnos se integran en un equipo de voluntarios, la mayor parte de los cuales son médicos o maestros, aunque también hay algunos ingenieros y arquitectos. Los objetivos de la Fundación son fundamentalmente humanitarios, de modo que las actividades prioritarias son la enseñanza y el tratamiento médico. La Fundación construye edificios (escuelas, hospitales y residencias para el personal) sólo para dar servicio a estas necesidades. La labor de los alumnos de Arquitectura Técnica, dentro del organigrama de la Fundación en Anantapur, es la de controlar la ejecución de las distintas obras en curso y gestionar el mantenimiento de los edificios existentes. A ello dedican la práctica totalidad de sus intensas jornadas de trabajo, de lunes a sábado. También colaboran ocasionalmente con la Fundación en otras tareas, que van desde la redacción de nuevos proyectos hasta la entrega de donativos y material a niños apadrinados. Además de estos trabajos, los alumnos elaboran allí su Proyecto Final de Carrera. El proyecto recoge los detalles de las prácticas realizadas ajustándose, tanto en lo administrativo como en lo académico, a un modelo similar al previsto por la IE Universidad para la modalidad de prácticas en empresa. Se desarrollan, por lo tanto, trabajos en las áreas de Construcción, Estructuras, Instalaciones, Seguridad y Mediciones, y se elabora además un diario de obra al que se dedica especial atención. En éste se reflejan todas las incidencias relacionadas con aquellos trabajos que la Fundación Vicente Ferrer esté desarrollando en la zona bajo el control de los alumnos de la IE Universidad.
El plan de trabajo. La planificación de los trabajos que el alumno va a realizar para la universidad se redacta de forma conjunta por un equipo de profesores y alumnos ya experimentados antes de la partida de un nuevo cooperante. El plan de trabajo es distinto para cada alumno, e incluye generalmente: A.- Toma de datos sobre cuestiones relacionadas con la construcción en la zona. La información que el alumno recoge en sus prácticas pasa a complementar toda la anterior, formando parte de una gran base de datos. Nuestra intención es que a través de estos datos podamos comprender los sistemas de construcción en la zona de un modo suficientemente amplio. La información obtenida pasa a estar a disposición de todos los alumnos de la universidad, de modo que puedan, si lo desean, implicarse en el proyecto. Asociado a este primer punto se desarrolla también un registro de la experiencia del alumno en la zona, que generalmente se condensa, como se ha dicho anteriormente, en un diario de trabajo. En este apartado se incluyen también recomendaciones para el viaje y la estancia. La información incluida aquí se utiliza para organizar las siguientes visitas. B.- Ensayo de propuestas técnicas, realizadas por la universidad, por la fundación o ideadas por el alumno, que tienen por objeto solucionar problemas técnicos concretos. Nuestro deseo es proponer soluciones a problemas técnicos que hemos detectado previamente, empleando soluciones que sean factibles en la zona.
Archivo de documentos. Con todo el material obtenido a través de los Proyectos Final de Carrera elaborados en Anantapur, que incluye gran cantidad de documentación en soporte papel, pero también muestras de materiales de construcción o videos, estamos creando un centro de documentación. Entre nuestras prioridades está la de complementar la documentación generada por profesores y alumnos con textos relacionados con la construcción de edificios en zonas en desarrollo. Actualmente el archivo alberga copia de las principales normas de aplicación en la zona, así como de los métodos de cálculo que se emplean. También numerosos textos dedicados a la construcción tradicional (Casas y templos, de Eduardo Sacriste, o el Manual del arquitecto descalzo, de Johan Van Lengen) o al urbanismo en zonas en desarrollo (The new Landscape, Charles Correa, y varios textos del urbanista norteamericano Nezar Alsayyad).
La toma de datos. Tal como se ha dicho, estamos elaborando una toma de datos sobre cuestiones relacionadas con la construcción en la zona. A grandes rasgos, los datos que estamos registrando
pueden incluirse en tres bloques principales; técnico, histórico y antropológico. Hemos creido interesante organizar la información obtenida en estos tres apartados por motivos prácticos, aunque no los entendemos como compartimentos separados: muchos de los datos que se incluyen en el enfoque técnico, por ejemplo, son interesantes también desde un punto de vista histórico, y viceversa. Los datos técnicos. Los datos registrados desde el punto de vista técnico son los más obvios y fáciles de registrar para un arquitecto técnico. Además, son los que más interesan a los alumnos para elaborar su proyecto final de carrera. Caben aquí casi tantos capítulos como asignaturas cursan durante sus estudios, aunque, simplificando, hemos considerado interesante analizar los siguientes. Procedimientos de trabajo. Este está siendo uno de los capítulos más importantes en el desarrollo de la investigación que estamos llevando a cabo en Anantapur. Hemos estudiado el proceso de construcción de diferentes edificios, detallando cada una de las fases necesarias para poder conocer los detalles específicos de los modos de construcción en la zona: cómo se replantea, cómo se coloca el ladrillo o cómo se encofra. La comparación con el modelo español está siendo inevitable, y permite a los alumnos asentar, relativizándolos, los conocimientos obtenidos a lo largo de sus estudios. Hemos elaborado, además, algunos estudios sobre el modelo de organización de la obra. A través de ellos estamos intentado comprender el complejo modelo de planificación y organización que existe en la India, en el que la estructura social de castas y sexos está presente en todos los niveles. Hemos diseñado diagramas de producción y organigramas teóricos para comprender las relaciones que se establecen entre trabajadores, o entre empresas contratadas y subcontratadas (en los casos en los que existen). También estamos haciendo un análisis del peculiar lugar en la cadena que desempeñan allí tanto los cooperantes como la Fundación Vicente Ferrer. Paralelamente a estos capítulos hemos registrado detalles acerca de otras cuestiones menores relacionadas con los procesos de construcción. Se ha evaluado el modo en que se emplea allí la topografía, estudiando tanto los procesos de replanteo sobre el terreno como los aparatos utilizados, casi siempre antiguos taquímetros y niveles cuya precisión hemos verificado. En lo relativo a los medios auxiliares y de seguridad se ha estudiado el andamiaje, el transporte y acopio de materiales o la existencia de instalaciones de higiene del personal. También hemos analizado la maquinaria que se emplea en obra, tanto la utilizada en movimiento de tierras como la maquinaria menor de obra (hormigoneras, sierras, etc.) desde el punto de vista de su rendimiento y su seguridad.
“Los alumnos se integran en un equipo de voluntarios, la mayor parte de los cuales son médicos o maestros, aunque también hay algunos ingenieros y arquitectos”. Materiales. Otro de los capítulos principales para el análisis técnico del trabajo de la Fundación en Anantapur está siendo el estudio de los materiales con los que se construye en la zona. Aunque pueden parecer similares a los que se emplean en Europa, la realidad es que son completamente diferentes, tanto en los que se refiere a los procesos empleados para su fabricación como a sus características técnicas. Para estudiarlos hemos recogido gran cantidad de información acerca de su fabricación, visitando plantas de hormigón, hornos de ladrillo o canteras, y documentando los procesos tradicionales e industriales que se emplean. También hemos realizado diferentes ensayos sobre testigos y probetas de hormigón, piezas de cerámica o barras de acero. Los ensayos más sencillos los han llevado a cabo los alumnos en las instalaciones de la fundación; para los más complejos hemos acudido a laboratorios de la zona y, cuando ha sido posible, a centros españoles, casi siempre con el objeto de contrastar los datos. Se han recogido datos sobre distintos tipos de ladrillo, el hormigón, aceros corrugados y laminados, morteros empleados en revocos, imprimaciones y pinturas bituminosas para cubierta, revestimientos cerámicos, prefabricados e incluso sobre la madera empleada en elementos provisionales. Mediciones, valoraciones y presupuestos. En sintonía con la labor del Ingeniero de Edificación en España, estamos tomando datos también acerca de todo lo relacionado con el control de costes: de material, de mano de obra, indirectos. También nos interesa el tipo de contratación que se lleva a cabo, la existencia de garantías, plazos de penalización, o de precios tipificados con o sin actualización. Los datos obtenidos están siendo suficientes para conocer algunos valores de interés, como el coste del metro cuadrado construido, el porcentaje de ese valor que supone la mano de obra, el material o los medios auxiliares. La comparación con los parámetros europeos vuelve a ser inevitable, y muy interesante.
Tipologías de edificación. También hemos realizado un estudio sobre las tipologías de edificación que la fundación construye allí en la actualidad. Hemos intentado comprender cuáles se repiten, cómo, qué motivos hay para ello, y si responden a la herencia de los formatos tradicionales, a nuevos gustos o a adecuaciones a la normativa. Lógicamente los formatos tipo están condicionados no solamente por estas cuestiones sino también por los sistemas de construcción empleados, por las estructuras que los sostienen y por las instalaciones que albergan. Los datos históricos. A través de este punto de vista estamos pretendiendo comprender la evolución histórica de la construcción en la zona, evaluando todos los apartados especificados en el enfoque técnico. Se han realizado estudios sobre todos los puntos antes citados: sobre los antiguos materiales (adobe o tapial), sobre procedimientos tradicionales (bóvedas de fábrica), sobre la antigua organización del trabajo (analizando oficios que han desaparecido) o sobre tipologías de edificación (estudiando las diferencias entre los modelos antiguos y los actuales). En este sentido, la investigación histórica ha estado claramente enlazada con el enfoque antropológico, ya que muchos de los datos que hemos empleado ha sido tomados de las entrevistas realizadas a los trabajadores de más edad. Los datos antropológicos. En la actualidad estamos desarrollando un estudio antropológico sobre el sector de la construcción en la zona. Para ello, a modo de introducción, se han analizado el entorno y la cultura de la zona, con especial énfasis en su arquitectura y otras áreas asociadas: religión, actualidad política, etc. Para estudiar estas cuestiones estamos encuestando a un buen número de trabajadores. No hemos pretendido extraer datos rigurosos desde un punto de vista estadístico, sino realizar algo parecido a un estudio de personajes. El cuestionario diseñado indaga en algunos datos básicos: nombre, edad, procedencia, clase social, titulación, funciones, posición en el organigrama de la obra, sueldo, ¿colabora con la fundación o trabaja para ella?, etc... También se ha estudiado la visión del sector que tienen los trabajadores locales. Se han recabado datos en respuesta a las siguientes preguntas: ¿Cuáles han sido, en su impresión, los principales cambios en el sector de la construcción en la zona?¿Puede recordar exactamente qué ha cambiado en los últimos 5, 10, 15, 20 o 25 años en cuanto a materiales, procesos, organización del trabajo, tipologías de vivienda, sueldos y costes, etc? ¿Qué ha motivado estos cambios? Movimientos migratorios, medios de comunicación, nivel de vida... ¿Qué papel tiene la fundación en estos cambios? ¿Qué ventajas o inconvenientes ha generado el proceso de cambio? ¿Valora el cambio positiva o negativamente?
Con estos datos estamos elaborando perfiles de los distintos intervinientes en el proceso de construcción, incluyendo al cooperante, al ingeniero o a los trabajadores (en sus distintos oficios y responsabilidades). Para cada oficio se han insertado cuestiones específicas (en el caso de los cooperantes, por ejemplo, ¿qué motivo les lleva hasta allí? ¿han trabajado en Europa? ¿están para ayudar o para ayudarse?) También se han añadido al cuestionario algunas preguntas específicas acerca de temas históricos, o de construcción actual, orientadas principalmente a los responsables técnicos en la zona.
Conclusiones. Con estos datos pretendemos poner en su contexto el problema que habíamos detectado: los nuevos procedimientos industriales de construcción implican nuevos esquemas de producción, como se avanza en el texto dedicado a la colonización tecnológica e industrial. Los esquemas de mando occidentales, inspirados en una mecánica piramidal, casan mal con la organización social Hindú, históricamente basada en el rígido sistema de castas. Las funciones que requieren mayor cualificación no son necesariamente desarrolladas por el personal más cualificado, sino por aquellos cuya casta les faculta para ello. ¿Cómo encajan estas particularidades en los esquemas globales?¿En qué se han reconvertido los oficios tradicionales desaparecidos? ¿Qué implicaciones tiene esa reconversión? La conclusión principal es que el modelo de edificación que debe plantearse en la zona debe tener en cuenta todas las dificultades de integración que implican los nuevos modos tecnológicos impuestos por la globalización. Debe tenerse en cuenta que los procesos de producción han buscado históricamente y de forma automática (para algunos autores habría un componente homeostático en el proceso) cierta eficiencia energética en sus procesos, mientras que la tecnología que la globalización implanta está basada en la eficiencia de producción, un concepto nuevo para algunas culturas. Hemos pretendido comprender como afecta todo esto a los capítulos anteriormente citados. En lo que se refiere a los materiales, ¿qué implicaciones tiene el uso del hormigón –en cuanto al medio ambiente, al abandono de otras instalaciones, etc-?. En la construcción, ¿desaparecen los oficios tradicionales o se reciclan? ¿se mantienen o se actualizan los esquemas de mando tradicionales? ¿suponen estos cambios un menor coste? Las tipologías de edificación, ¿cambian totalmente? ¿se adaptan? ¿qué elementos se mantienen? Nuestra principal pretensión con este proyecto es proponer, una vez hemos comprendido las dificultades del entorno, un modelo que palie, en la medida de lo posible, los principales problemas del sector en la zona, integrando correctamente las técnicas actuales y utilizando la construcción tradicional como base para las nuevas soluciones.
Las notas de prensa. El trabajo de los alumnos de la IE Universidad en Anantapur ha sido divulgado por diferentes medios de comunicación, en especial por los de la ciudad de Segovia. En muchos casos han sido los mismos alumnos los que han fomentado esta divulgación, participando en charlas y coloquios. El interés que la colaboración entre la IE Universidad y la Fundación Vicente Ferrer ha generado, tanto en la universidad como en toda la ciudad, se ha hecho patente en el incremento del número de padrinos segovianos de niños de la Fundación. La divulgación por parte de cooperantes y medios de comunicación de este tipo de iniciativas es de gran importancia para su continuidad, ya que la labor de la Fundación Vicente Ferrer depende de las aportaciones voluntarias que realizan padrinos, socios, empresas y administraciones públicas.
Reflexiones sobre las prácticas en Anantapur La colonización tecnológica e industrial Joaquín Grau Engüix Julián García Muñoz El siguiente ensayo fue presentado por el Dr. Joaquín Grau Enguix y el Prof. Julián García Muñoz en el II International Congress on Constrution History, celebrado en la Universidad de Cambridge en Marzo de 2006. Se encuentra publicado en las actas de dicho congreso. Introducción. Al iniciar el proyecto de investigación que estamos todavía dirigiendo en Anantapur, una pequeña región situada en el centro de La India, nuestra primera intención fue la de trazar un mapa de conexiones históricas entre las tradiciones de construcción en aquella zona, (principalmente las relativas a obras de fábrica: muros, arcos y bóvedas) y las de algunos lugares de España cuya raíz parecía similar. Pretendíamos registrar y comprender los procesos tradicionales de construcción en Anantapur para proponer, con base en lo sucedido en España hace poco tiempo, un modelo para hacer compatibles estas tradiciones, en la medida de lo posible, con la nueva tecnología industrial.
“El empleo de novedades tecnológicas en la industria de la construcción de regiones ajenas al desarrollo de estas tecnologías es hoy común”. Pronto comprendimos que la evolución en el sector en aquella zona, como en otras de características semejantes, ya había generado una particular mezcla de novedad y tradición que dificilmente podría dar marcha atrás. El estudio cambió de orientación: se trataba, entonces, de comprender cómo y por qué se habían insertado aquellas novedades en la tradición, cómo había evolucionado la tradición a consecuencia de ello, y cuales eran las ventajas y cuales los inconvenientes de aquel modelo de integración. La experiencia de algunos compañeros y profesores de la Universidad SEK en zonas con niveles de integración tecnológica similar –desde Guinea hasta distintas zonas del norte de África– fue fundamental, ya que permitía establecer comparaciones con otros modelos. Con todo ello hemos intentado construir una base de datos orientada a comprender estos sucesos, tanto en Anantapur como en otras regiones. Una base de datos que ha acabado convirtiéndose, finalmente, en un registro -por supuesto, incompleto- del cómo y del por qué de la desaparición de algunas técnicas tradicionales. Entendemos que la Historia de la Construcción, una disciplina aparentemente orientada a documentar y comprender antiguas técnicas de construcción, debe funcionar como un registro nacimiento pero también de su desaparición. Conocer un procedimiento es saber dónde, cuándo cómo y por qué surge, pero también dónde, cuándo, cómo y por qué acaba. Muchos de los ensayos que conocemos aportan todo tipo de información para reivindicar el primer lugar en tal o cual técnica para tal o cual hito de la ingeniería o de la arquitectura. Vivimos, sin embargo, un tiempo en el que los finales, las muertes de estas técnicas, procedimientos, materiales, son incluso más numerosos que los nuevos nacimientos. La Historia de la Construcción debe comprender y registrar estas técnicas desaparecidas o a punto de hacerlo; su final (o, más interesante aún, su reconversión) y los motivos que lo han causado, son parte de esa historia. Las consideraciones de este estudio se basan en datos de partida incompletos. No podía ser de otro modo. Los ejemplos de las zonas periféricas escogidas, y las correspondencias históricas establecidas con otros lugares más cercanos al foco emisor de la innovación son sólo una pequeña parte de un todo inabarcable, y sin duda ofrecen una visión sesgada. La voluntad de este ensayo no es la de ofrecer una resumen general del estado de la cuestión, sino la de proponer un modelo de análisis que permita comprender, desde esta óptica, qué problemas y soluciones han originado estos procesos, ofreciendo datos concretos de algunas zonas. El objetivo último de este registro de desapariciones y reconversiones, y en general de todo el estudio, es, como se ha dicho, comprender la realidad de
la zona para plantear finalmente algunas propuestas generales de mejora. Para elaborarlas hemos partido de algunos criterios previos: · El modo de construir de un pueblo es una representación del mismo. Corresponde al modo de expresar y de interpretar su sociedad. · El sistema constructivo es el modo de hacer y de entender de un pueblo. Es un elemento eminentemente cultural. · Una misma cosa es hecha de distintos modos según el lugar y la época. La totalidad de los distintos modos de hacer es un patrimonio cultural de la humanidad. De la industria y tecnología de la construcción. La introducción de novedades tecnológicas en la industria de la construcción de regiones ajenas al desarrollo de estas tecnologías –un proceso que arranca al tiempo que la revolución industrial– está generalizándose hoy de manera evidente. La adaptación de algunas de estas innovaciones a las particularidades de cada zona ha generado, y sigue generando, numerosos problemas, ya que las condiciones en las que se producen estos injertos tecnológicos no siempre son las más adecuadas. La tecnología contemporánea se instala en cualquier medio, sin ningún tipo de análisis previo que permita amoldarla a las realidades pre-existentes en cada zona. Los problemas que pueden detectarse como consecuencia de este proceso resultan especialmente evidentes: la industria de muchas de las zonas receptoras de novedades tecnológicas carece de una infraestructura mínima (imprescindible en el nuevo esquema de procesos) o de mano de obra especializada (acostumbrada a otros procedimientos y organizada según otros cánones) y, sin embargo, levanta edificios siguiendo nuevos modelos tecnológicos, o mezclando estos modelos con elementos tradicionales. Los problemas que a posteriori generan estas construcciones van desde las patologías menores a los derrumbamientos masivos, a los que desgraciadamente ya estamos acostumbrados en caso de catástrofes naturales. Debe tenerse en cuenta que los procesos de inserción de tecnología a los que se refiere el párrafo anterior afectan en la actualidad a amplias zonas del mundo, incluyendo regiones desarrolladas, en desarrollo y subdesarrolladas. Los problemas a los que vamos a referirnos no son, desde luego, nuevos; lo que sí es nuevo es su escala. La generalización (¿mundialización? ¿globalización?) de la tecnología de la construcción es sin duda una de las revoluciones de mayor importancia, debido a su velocidad y entidad, en la historia del sector. Y es, probablemente, el elemento más definitorio del momento histórico en que nos encontramos.
De la globalización. Parece haber consenso en entender la llamada globalización (un término cuyo significado actual ha sido acuñado en fechas recientes por un buen número de estudios) como un fenómeno social de escala mundial, surgido a la sombra de la creciente facilidad para el intercambio de información, cuya plasmación más evidente encontramos en cierta tendencia a la homogeneidad en los modos de hacer de distintas culturas. Se trata de un proceso en desarrollo, en el que muchas tradiciones culturales parecen estar siendo mezcladas con otras procedentes de zonas lejanas, creando una mixtura que afecta a los ámbitos lingüístico, religioso, artístico, tecnológico y, en general, a todo lo que tiene que ver con nuestras necesidades y hábitos vitales. Algunos estudios (Robbie Robertson: Tres olas de Globalización. Alianza Editorial. Madrid, 2005, o Niall Ferguson: Coloso. Auge y decadencia del imperio norteamericano. Debate, Barcelona, 2005) consideran que la globalización no es sino una nueva forma de colonialismo, un moderno y complicado engranaje para el ejercicio del poder imperial. En el esquema que proponen estos análisis el uso de la tecnología es un elemento básico: estaríamos viviendo, desde su óptica, una fase de colonización industrial tecnológica, un momento en el que la tecnología, y la información que vehicula, habrían sustituido a la violencia, e incluso al dinero, como elemento de control. Otros ensayos ponen el énfasis, sin embargo, en ciertas contradicciones implícitas a lo global. Para estos estudios, frente a esta tendencia a la homogeneización estaría surgiendo un movimiento de reacción por parte de las culturas afectadas. La mayor parte de estas culturas parecen muy poco dispuestas a una homogeneización total, y reivindican por ello lenguajes, costumbres o religiones distintas. En el mundo de la cultura sin espacio (Alsayyad, Nezar y Castells, Manuel: Europa musulmana o euro-islam. Alianza editorial, Madrid, 1999) convivirían, entonces, la homogeneidad global y determinadas especificidades de las culturas locales, reivindicadas en ocasiones incluso por encima de su importancia real. Lo que interesa a estos estudios es comprender cómo funciona esta mezcla, como interactúan las dos piezas; en qué medida lo global puede llegar a funcionar como una plataforma de reivindicación de la diferencia, por ejemplo, o como la reivindicación de la diferencia es envasada, preparada y utilizada por distintas tendencias políticas y comerciales para fines semejantes a los estrictamente homogeneizadores. De la tecnología de la construcción ¿Igualación o diferencia? Existirían, en fin, ámbitos de actuación en los que la globalización parece conducir a una cierta igualación (impuesta o no), mientras que en otros ayudaría a poner de manifiesto la diferencia. Esta contradicción no es nueva, ya que puede, aparentemente, detectarse en otros momentos globalizadores de la historia (desde el románico hasta algunos colonialismos, aunque este
hecho no ha sido suficientemente documentado) (1). Como se ha dicho, lo que la globalización ha cambiado es su escala. Pero ¿qué sucede, en este marco, con la tecnología de la construcción? ¿Es generalmente aceptada, incluida en la igualación, como parece suceder con el resto de la homogeneización tecnológica? O, por el contrario, ¿es asociada a lo tradicional e incluida en las reivindicaciones de diferencias locales a la manera de los dialectos, las vestimentas, los ritos? A favor de la igualación, de la mundialización de la tecnología de la construcción hay factores de orden estrictamente práctico. Las posibilidades de mecanización, la organización del trabajo y la economía de obra favorecen la implantación de los nuevos sistemas, en tanto que éstos parecen, en algunos entornos, más óptimos (más tarde trataremos este punto). También están a favor de la igualación las nuevas posibilidades arquitectónicas que la tecnología de la construcción ofrece, la seguridad de las nuevas construcciones o los factores estéticos, campo estricto de los estudios culturales. A favor de la diferencia deberían tenerse en cuenta las profundas raices de las tradiciones de construcción. Los oficios, sistemas, modos a los que las nuevas tecnologías desplazan son tan antiguos y específicos como muchos de los lenguajes o los ritos que reivindican los globalizados. Sin embargo, raramente estas tradiciones forman parte de las reivindicaciones de lo propio. Los trabajos de Fathy y la arquitectura en arcilla son ejemplos aislados. Las nuevas tecnologías de la construcción se asumen, por lo general (en las zonas que trata este estudio), con relativa rapidez, y los oficios asociados a la tradición se diluyen, al menos en apariencia, con más facilidad que las religiones o los ritos. ¿Hay motivos para que la tecnología de la construcción sea considerada parte de las raices de un pueblo? Fontana argumentó que la construcción de una identidad regional se cimenta contra terceros (Fontana, Josep: The Distorted Past: A reinterpretation of Europe. Oxford, Blackwell, 1995). Un rasgo identitario no existe por sí mismo sino por oposición a otros, presuntamente antitéticos. Manuel Castells ha desarrollado recientemente esa idea, estableciendo tres modos de construcción de una identidad asociados a posiciones sociales distintas y a distintos modos de enfrentamiento a las convenciones (Castells, Manuel: La era de la información. Economía, poder y sociedad. Alianza Editorial, Madrid, 1998) Las tradiciones de construcción de cada zona son rasgos propios, sin duda, pero las nuevas tecnologías de la construcción, y sus industrias asociadas, no son su opuesto. En muchas de las zonas en las que se ha centrado este estudio no hay conciencia de que exista un centro emisor de la tecnología de la construcción contra el que reaccionar. La tecnología es un elemento transversal, y esto hace que las diferentes culturas sean mucho más permeables a ella.
Los mecanismos de introducción. ¿Cómo se introduce hoy este tipo de innovación tecnológica e industrial en las regiones afectadas? Nos han interesado dos vías principales, basadas las visiones que aportan dos modelos de estudio teórico ya asentados. De un lado están los estudios que ponen el acento en la importancia que tienen en este proceso las instituciones y los instrumentos de poder establecidos en los países afectados. De otro, aquellos que defienden que, a través de las distintas vías actuales de globalización, esta colonización ha empezado a producirse en el ámbito de lo individual. 1.- El profesor E. Said denunciaba hace unos años (Said, Edward: Orientalismo. Libertarias, Madrid, 1990) que la idea de oriente (y, en general, de cualquier región no perteneciente al occidente oficial) que se tiene desde el pensamiento occidental no es libre. Para Said, lo que conocemos como oriente no es sino una proyección, una construcción casi literaria, preelaborada desde antiguo y, desde luego, falsa. Los estudios que realizan los eruditos occidentales –según los cuales, oriente es un campo del conocimiento definido por ellos, sobre el que sólo ellos tienen derecho al análisis y que sólo a ellos interesa; un círculo cerrado sin aparente posibilidad de escapatoria– no tienen, en realidad, el ánimo de conocer al otro, sino la intención de confirmar su propia visión previa. Said opinaba que el problema, tras el aparente final del periodo colonial, es que quien proyecta con más fuerza esta visión sobre las sociedades orientales son sus propios gobernantes, que han asumido su papel de culturizadores al modo occidental. La tarea de las élites de estas regiones, máxime tras la implantación de la economía de mercado, parece ser la de promover cierta modernización. Said critica alguna de estas politicas modernizadoras, en algunos casos innecesarias, y analiza los modos en los que se injertan, a través de ellas, distintos elementos occidentales. Aunque Said no lo trata especificamente, en el sector de la construcción existe una lectura evidente asociada a esta idea: la Normativa que afecta al sector, y que los gobiernos imponen, está basada (cuando no traducida directamente) en normas procedentes de países con desarrollos tecnológicos diferentes. Los procesos de desarrollo de las normativas locales no suelen tener en cuenta los procedimientos tradicionales, ni para preservarlos ni para adaptarlos. En España, un lugar con cierta tradición en la ejecución de obras de fábrica, el volumen de normativa dedicada a controlar la obra de acero u hormigón es treinta veces superior al dedicado a las obras de fábrica, y en la escasa normativa que existe sobre el tema apenas se hace referencia a la construcción de arcos o bóvedas.
2.- Algunos estudios postcoloniales reflexionan largamente sobre las vías de introducción de los modos globales en contextos no occidentales. La facilidad actual para el transporte y para el intercambio de información aparece como principal motivo de estos cambios, muy por encima de la labor gubernamental. Para algunos de estos estudios, lo occidental se introduce directamente en el individuo –se inocula casi– sin mediación de instituciones oficiales, bien sea mediante desplazamientos migratorios a paises ricos, bien mediante el trabajo en fábricas occidentales instaladas en países orientales, bien mediante televisión, conexiones a internet, etc. Esta capacidad de lo occidental para introducirse directamente en el ámbito de lo individual es la que proporcionaría a este fenómeno la velocidad que denuncian los analistas. De las posibles actuaciones. Ante el complejo fenómeno de la colonización tecnológica cabe considerar, con carácter previo, los siguientes temas de reflexión: Primera cuestión: ¿Cómo puede incidir una implantación tecnológica sobre la realidad existente en el ámbito colonizado? Segunda cuestión: ¿Qué medidas habría que tomar para adecuar la implantación? En los objetivos a considerar cabe contemplar tanto los efectos culturales como los técnicos en orden a la corrección y calidad de la actuación. Tercera cuestión: Considerando un proceso multidireccional de la colonización, ¿cual es el horizonte próximo en occidente para vislumbrar un proceso continuo de colonización? Ciertamente, es difícil plantear medidas ante la incertidumbre, pero en este tema no cabe la abstención. Tampoco sería admisible el negarse a la evolución y al progreso, ni el lanzarse irreflexivamente a actuaciones con visos de irreversibles. Primera cuestión. La primera reflexión sobre la importancia de la colonización tecnológica cabe plantearla con respecto de la tradición, considerando incluso su posible pérdida. Hoy entendemos la tradición como un bien cultural; en nuestro caso, el relativo al patrimonio arquitectónico. Hoy somos conscientes de la necesidad de conservar el patrimonio arquitectónico; para ello se requiere fundamentalmente saberlo hacer y mantener. Por ello son necesarios los oficios que lo han realizado, representando estos el modo de hacer de una sociedad, de entender, de sentir y de expresarse. Pensemos a modo de ejemplo en una bóveda de cañón, se trata de una forma sencilla, fácil de imaginar e incluso de manipular su imagen, como si se tratase de un render en la mente; cada pueblo y cada época la ha realizado de distinto modo y, además la han divulgado. El hombre siempre se ha desplazado al tiempo que desplazaba sus conocimientos, enseñándolos o aprendiéndolos.
“¿Qué se puede hacer para proteger la tradición? Los oficios están desapareciendo al mismo ritmo que desaparecen especies animales”. La primera cuestión que podíamos plantear es ¿qué se podría hacer para proteger la tradición? La difícil respuesta conduce, inicialmente, a las siguientes consideraciones: 1.- Los oficios están desapareciendo hoy día al mismo ritmo que desaparecen las especies animales. 2.- La necesidad de mantener el patrimonio histórico requiere la conservación de los oficios. Este concepto de protección entraña una importación más, ya que es un sentimiento reciente del mundo denominado occidental. Por ello, se está tratando de tomar conciencia en el riesgo de las actuaciones desde la perspectiva del que coloniza. 3.- Más difícil de formular es la necesidad de crear un puente entre lo existente y lo nuevo, evitando rupturas y confrontaciones y, sobre todo, intentando crear una adición que potencie la actuación. El problema principal estriba en el desconocimiento de un nivel respecto del otro. Este enunciado es muy complejo, y requiere de la intención para aprender. También es necesaria una actitud muy abierta, capaz de intentar acceder a los orígenes y a la comprensión de las intenciones, sentimientos y modos de lo antiguo. El conjunto “patrimonio-oficios” requiere de instituciones y organizaciones duraderas con un objetivo común ante los dos elementos del conjunto, pues la tradición crea tradición y, sobre todo, requiere continuidad. Cabe también reflexionar sobre nuestra actual preocupación sobre lo sostenible de las realizaciones del presente como un modo de entender un futuro viable, olvidando que este presente lleva a cuestas el pasado y con él al patrimonio. Nos preocupamos de que el presente pueda desaparecer o ser reciclado sin consideraciones serias sobre nuestro valor como patrimonio. Segunda cuestión. El segundo punto pasa por cuidar el impacto en los modelos culturales y potenciar la exigencia de calidad y seguridad en la implantación de las colonizaciones tecnológicas. La idea de calidad se asocia cada vez más a la de seguridad, e incluso a la de durabilidad. Se dice que no apreciamos lo que tenemos, y quizá por eso empezamos a necesitar más de la seguridad,.
Entendemos la idea de colonización tecnológica como inserciones de una sociedad industrialmente más desarrollada en otra de inferior nivel técnico. En este trasvase cabe distinguir varias situaciones: 1.- La sociedad receptora no interviene en ninguna actuación responsable. Un caso límite de esta modalidad sería la realización de un producto llave en mano. Pero esto no dejará de tener influencia en el medio en el que se ha realizado, pudiendo ser de impacto en el caso extremo. El impacto no tiene porqué deberse al producto realizado sino, más bien, a la intervención, aunque secundaría, de la población local, especialmente de los oficios de la construcción. Estas modalidades son habituales incluso en aplicaciones internas dentro de un mismo nivel emisor y receptor, pero si ocurren entre niveles muy distintos se debe a que éstos están manifestando la necesidad de importación tecnológica. 2.- La sociedad receptora importa la tecnología para abordar programas en gran escala. En este caso también se requerirá una estructura importada que comprenderá personal cualificado, equipos e incluso la reproducción en escala de organismos, empresas o instituciones. Se podría decir que se está actuando bajo una tutela global. Un prematuro abandono de la tutela puede conducir a un fracaso de la colonización y, por el contrario, un exagerado mantenimiento de la tutela podría representar otra modalidad de colonización. Todo ello puede ser manipulado por los poderes políticos, como es, desgraciadamente, demasiado común. Generalmente el final está definido por una sustitución del personal colonizador por el local, lo que requiere tiempo e importantes inversiones. El personal que se prepara en instituciones extranjeras corre el riesgo de no regresar a su país y, en el caso de hacerlo, de ser destinado a actividades administrativas y alejadas de su preparación técnica. 3.- La sociedad receptora toma autonomía, planteando pequeñas actuaciones con apoyos técnicos y logísticos puntuales. En este caso el nivel de realización corresponde a un bajo nivel industrial y se suele conseguir una calidad muy deficiente e incluso inaceptable. La importación incompleta de tecnologías de la construcción, sin medios suficientes, ni personal preparado y por lo tanto sin control, conduce a unas realizaciones deficientes y peligrosas.
Generalmente, en los casos anteriores suele ocurrir que el desconocimiento de cada una de las dos culturas respecto a la otra es manifiesto. La diferencia estriba en la escala, ya que el colonizado es toda la cultura, mientras que el colonizador puede incluso estar de paso. Por ello, la desproporción es enorme, lo que da un indicio del enorme poder de la acción colonizadora. Si descartamos por el momento las actuaciones aisladas, y nos centramos en aquellas que representan una influencia continuada, podríamos plantear las siguientes dudas respecto a la tradición existente en el ámbito local de la implantación: 4.- ¿Cabría pensar en una optimización de los modos locales de actuar? Esa optimización podría consistir en una mayor capacitación del personal involucrado en el sector de la construcción. También podría pensarse en una mayor mecanización. En cualquier caso no tendrían que cambiar los modelos culturales arquitectónicos, aunque si cabe pensar en una progresiva evolución. Todo ello supone un conocimiento profundo del medio de la actuación por parte del colonizador y una amplia colaboración. A veces ocurre que el personal local está condenado al nivel más inferior de peonaje, ya que no se concibe su preparación ni su desarrollo cultural. Con ello se aumenta la distancia entre el personal ejecutivo y el trabajador, lo que requeriría modelos especiales para manejar estos casos. 5.- Si se implanta la nueva tecnología como una innovación, ¿qué opciones de adaptación de lo tradicional cabría pensar? El aspecto más importante en este caso estriba en el peligro de una ruptura en los modelos arquitectónicos, de modo que se pierdan posibilidades culturales y se obligue a una adaptación forzada a modelos extraños. A veces, la demanda del colonizado es la de nuevos modelos arquitectónicos con el objetivo de presentar una imagen discutiblemente más progresista. Tercera cuestión. La evolución del proceso de industrialización, el efecto globalizador que se desarrolla y la potente -y creciente- influencia de los medios de comunicación, conducen a la necesidad de intentar vislumbrar, en lo posible, hacia donde se dirige el cambio vertiginoso que sentimos e intuimos. Algunos son los puntos de reflexión que interesa tener en cuenta: 1.- La evolución de la comunicación y su influencia. 2.- La posible aparición de un nuevo orden de valores, de modo que cada configuración de ellos no sea otra cosa que otro paso intermedio hacia un objetivo desconocido. 3.- La evolución del planteamiento industrial en cuanto a los sistemas de producción y distribución.
Sobre estos puntos cabe anotar algunos aspectos, ya existentes de modo incipiente, que apuntan a una nueva configuración del sector de la construcción. De un lado está la singularidad industrial, por la que un producto puede ser realizado de un modo único por procedimientos industriales con una realidad económica competitiva con un procedimiento artesanal. De otro está el kit como modo de producción industrial que modifica la cadena profesional de la construcción y acerca al usuario hacia una aparente autoconstrucción o, al menos, autosuficiencia. La suma, en un único sistema, de soportes y kit, en una organización que diferencia los ámbitos público y privado dentro del edificio, crea otra estructura en el sector de la construcción y otra jerarquía en la estructura de los elementos. El concepto de consumismo alcanza a la globalidad del edificio, con lo que aparecen otros criterios de funcionalidad y de durabilidad de los elementos. El sistema de generación de necesidades, en consecuencia, se agranda exponencialmente. Estos son ejemplos indicativos, que no tienen porqué representar aspectos negativos. Se trata únicamente de pasos intermedios en un proceso difícil de vislumbrar nítidamente, pero que puede modificar la realidad actual. Evitarlos porque si sería una posición inmovilista; acentuarlos y promocionarlos sin reflexión o ensayo puede ser inconsciente. En cualquier caso, parece evidente que nadie está a salvo de un cambio que modifique su realidad y ponga en riesgo alguno de los valores más importantes de la misma. En conclusión: sobre esta llamada a tomar medidas, cabe resumir las dos primeras cuestiones en dos enunciados simples. De un lado, no perdamos lo que vale y queremos. De otro, procuremos hacer lo nuevo de la mejor manera posible. (1) “Sería muy provechosa para el pensamiento académico una obra histórica comparativa que contrastara los procesos actuales de interacción de tecnología, globalización, de la economía y las comunicaciones con una experiencia pasada de una transformación similar. [...] Hasta el momento, los escasos intentos que conozco prestan, en mi opinión, una atención insuficiente a los procesos radicalmente nuevos en la tecnología, las finanzas, la producción, las comunicaciones y la política, de tal modo que [...] no queda claro por qué el presente es sólo una repetición de la experiencia pasada, más allá de la opinión de que no hay nada nuevo bajo el sol.” Castells, La era de la información. Economía, poder y sociedad. Alianza Editorial, Madrid, 1998.
1. Los proyectos de arquitectura.
Coordinados por el profesor Juan Antonio Rodr铆guez, los alumnos de Arquitectura de la IE Universidad SEK proyectado varios edificios para la Fundaci贸n Vicente Ferrer en Anantapur. Algunos de estos edificios, como el hospital para enfermos de sida, est谩n actualmente en construcci贸n. En este apartado se detallan algunas propuestas y proyectos .
Los proyectos de arquitectura Las primeras colaboraciones Juan Antonio Rodríguez La idea de colaborar con la Fundación Vicente Ferrer para la realización de proyectos de arquitectura con carácter humanitario surge de un encuentro fortuito, a finales del año 2002, con Iñaki Barba, un viejo amigo y compañero de estudios de la E.T.S.A.M. Iñaki era por entonces arquitecto colaborador de la Fundación Vicente Ferrer, y dirigía tanto la redacción de los proyectos de la Fundación. como la ejecución de los mismos a pie de obra. Tras este reencuentro quedó establecida una primera declaración de intenciones, que se iría formalizando durante los meses siguientes gracias a la actuación coordinada de Iñaki Barba desde la India y la mía desde España. La primera experiencia surgida de ese contacto fue el viaje a Anantapur de María Astrid Fornielles, una antigua alumna de mi taller del curso 2001-2002. María Astrid se interesó por la idea y viajó por su cuenta a la India para conocer de primera mano la forma de trabajo de la Fundación y participar en lo posible en los trabajos de la Fundación durante su estancia.
En los que se refiere a los proyectos, barajamos varias opciones. La que nos pareció más viable fue dar la posibilidad a los alumnos, como ejercicio de curso, de proyectar uno de los edificios demandados por la Fundación, con la posibilidad real de llegar a ser construido. Esta opción de trabajo aunaba las intenciones del proyecto docente de la asignatura de proyectos arquitectónicos en el curso académico 2002-03 dentro del taller número seis (en el que se plantearon ejercicios lo mas próximos a la finalidad última del proyecto de ser llevados hasta la realidad constructiva) y las necesidades de la Fundación Vicente Ferrer de atender a múltiples necesidades sociales, que precisan de edificios apropiados para cada una de ellas. Los alumnos aceptaron de manera unánime y entusiasta esta propuesta. Entre los proyectos planteados por la Fundación Vicente Ferrer figuraban una cantina, con biblioteca, sala de reuniones, club, talleres, sala de clases, baños, cocina, comedor y terraza en cubierta.; una oficina principal, con sala de reuniones, estudio de arquitectura, despacho de dirección, taller para desarrollo de la mujer; un colegio, en cuyas instalaciones deben acogerse ciegos, sordomudos, y disminuidos psíquicos para ser autosuficientes; y un centro para enfermos de SIDA, opción por la que nos decantamos finalmente. El ejercicio de curso se denominó "Centro de SIDA en la india". Con la información remitida por Iñaki Barba se desarrolló el enunciado ejercicio del taller 6, colaborando en la elaboración del programa del edificio que proyectaron los alumnos tres profesores de proyectos de la Escuela de Arquitectura de la IE Universidad; Cesare Battelli, José Luis Luque y José Vela.
[Inter]acciones, el proyecto de Ignacio L贸pez de Maturana, fue uno de los elegidos por la Fundaci贸n Vicente Ferrer para construirse en Anantapur.
El Centro para enfermos de SIDA. Enunciado del ejercicio del taller 6. En la India los enfermos de SIDA son considerados como apestados, personas non gratas que han de ser mantenidas al margen de la sociedad. De igual forma, por el carácter irreversible de su enfermedad, no reciben ningún tipo de tratamiento medico, siendo abandonados a su suerte. Este ejercicio plantea la concepción de un espacio donde dignificar la vida de estas personas. No se trata de un lugar donde esperar la muerte, sino donde vivir hasta la llegada de una muerte, no solo cierta, sino prematura. Se tratará pues de un complejo autosuficiente y aislado de la sociedad en la medida en la que ésta quiere aislarse y aislarlo. Por parte del autor del proyecto es fundamental no plantearlo como un simple ejercicio de curso, sino como un proyecto de arquitectura que va a ser construido, respondiendo a las necesidades de un grupo social, adquiriendo el compromiso personal que esto supone como arquitectos y personas. Los condicionantes reales (emplazamiento, climatología, medios técnicos y económicos, incluso el programa) son muchos, variados y, sobre todo, muy distintos de los que estamos acostumbrados. Emplazamiento: La ubicación del ejercicio es indeterminada. Esto es así de forma intencionada, ya que el proyecto debe tener la capacidad de ser repetido en tantos emplazamientos como sea posible y necesario. Las características topográficas de los solares tampoco están definidas, por lo que se consideraran con pendiente 0. Climatología: El primer centro de estas arquitecturas clon se construirá en el sur de la India, próximo a la ciudad de Bangalore, capital del Karnataka, antiguo Estado de Mysore. Bangalore está situada a 260 km al oeste del puerto de Madrás, y es hoy una de las ciudades universitarias e industriales más importantes de la India, con una población de 5,5 millones de habitantes. La orientación, a efectos solares, no debe considerarse, ya que por su situación geográfica el sol permanece prácticamente en la vertical desde las 9:00 horas hasta casi el atardecer. (amanecer 6:30 - atardecer 18:30, con variaciones de una hora). Debido a estas circunstancias, el estudio del ajardinamiento y la correcta ubicación del arbolado será fundamental en la concepción global de la edificación. Por otro lado, la dirección de los vientos si es determinante, ya que la brisa es aprovechada como único medio de climatización. Los vientos soplan en dirección este-oeste de forma permanente, a excepción de la época del monzón en la que cambia de sentido. Debido esta época de lluvias torrenciales los edificios deben elevarse del terreno para evitar los daños que producirían las habituales inundaciones. Medios técnicos: Los medios técnicos serán limitados, pero el bajo costo de la mano de obra permite emplear soluciones semi-industriales que en España hoy día serían prohibitivas. La estructura se realizará con hormigón in situ, sin poder abusar de grandes luces (no mayores de 6,50 m). Para la construcción de estructuras ligeras los perfiles estructurales disponibles son tubos conformados en frío. Los cerramientos ciegos se realizarán con ladrillo, empleándose como único tratamiento térmico las cámaras ventiladas de los muros orientados a sur. Las celosías se emplean con profusión como cerramiento porque favorece el oscurecimiento y el aprovechamiento de las corrientes. La habilidad manual de los trabajadores permite el diseño de cualquier modelo, tanto en hormigón como en acero.
Las carpinterías interiores y exteriores serán de madera, también con cualquier diseño dentro de lo razonablemente ejecutable y siempre incluirán mosquiteras. Los acabados interiores suelen ser pintados y alicatados en las paredes. Los solados de piedra son muy variados y podrán ser diseñados por el autor del proyecto. El número máximo de plantas será dos, con alturas comprendidas entre los 3,25 y 3,75 m. Programa: El programa presentado por quien podemos considerar nuestro cliente, la Fundación Vicente Ferrer, es amplio. En él no se definen metros cuadrados sino necesidades. Será tarea del autor del proyecto establecer la mejor relación entre usos y metros cuadrados construidos. Se pueden considerar tres grupos que conforman el programa completo: A- Hábitat Residencia: 4 unidades, 2 para hombres y 2 para mujeres. Cada unidad albergará a 20 personas y dispondrá de aseos. Inicialmente se construirá solo una, destinada a mujeres. Zona de estar comunitaria: Espacio de estancia donde se recibirá a las visitas. Guardería. Área de recreo: Espacio exterior con partes porticadas y un escenario para representaciones. Talleres: Yute, cerámica, tejidos, bordados etc. Huertos: Cultivo de alimentos. Tanto los talleres como los huertos se destinarán a la elaboración de artículos para el autoabastecimiento y el comercio. B- Servicios Cantina: Dará de comer hasta 60 personas con posibilidad de servir varios turnos. Cocina: Estará contigua a la cantina pudiendo ser una única edificación. Lavandería-Tendedero. Ambulatorio: Dispondrá de una consulta, un despacho privado para el médico fijo y otro para los médicos visitantes. Administración: Con dos despachos y una zona común. Viviendas de trabajadores: Darán albergue a una cocinera, dos enfermeras, un miembro de seguridad y el medico permanente. Cementerio Para creyentes musulmanes e hindúes. Dispondrá de una pequeña capilla. C- Instalaciones Agua potable: El agua sanitaria se obtiene de un pozo situado en la parte más baja y de un depósito general situado en el punto más alto para favorecer la distribución por vasos comunicantes. A.C.S.: El agua caliente sanitaria se produce con calderas de leña. Electricidad: No hay apenas suministro general por lo que es necesaria la ubicación de un generador y un cuarto de control del mismo. La iluminación habitual es el tubo fluorescente y la bombilla incandescente. Saneamiento Fosas sépticas, pozos negros. Finalmente plantear el tratamiento de residuos para el abono de cultivos. Se contempla la posibilidad del empleo de placas solares tanto para a.c.s. como para electricidad.
El concurso y los trabajos premiados. El trabajo de curso se realizó durante los meses de abril, mayo y junio dentro de mi taller 6, durante las clases semanales, a las que acude en dos ocasiones Iñaki Barba a su regreso temporal de la India, para realizar correcciones directas a los alumnos en la IE Universidad. Asimismo Emilio Illarregui, profesor de la Historia de la Arquitectura de la IE Universidad colabora con los alumnos, atendiendo a sus consultas relativas a la diversidad cultural y religiosa de la zona geográfica donde se encuentra ubicado el ejercicio. Una vez finalizados los ejercicios y recogida la documentación elaborada por los alumnos, Iñaki Barba y yo mismo, como coordinadores directos de esta actividad, realizamos una preselección de 10 alumnos entre los 31 proyectos presentados. Los preseleccionados corresponden a los alumnos Efrén Bernaldo De Quirós, Hugo Calvo, Oscar Caselles, Ignacio Lopez de Maturana, Guillermo Marcos, María Martín, Álvaro Palomares, Marta Ruíz de Alda, Rubén Sánchez y Pablo Tío. Iñaki Barba, a su vuelta a la India, lleva consigo los trabajos seleccionados para mostrárselos a D. Vicente Ferrer, director de la fundación que lleva su nombre. De la selección final salen elegidos dos trabajos, los realizados por Efrén Bernaldo De Quirós e Ignacio Lopez de Maturana.
Para alcanzar el fin último de esta colaboración y llevar los proyectos hasta su ejecución material, me puse en contacto con el también profesor de la IE Universidad Ismael Rodríguez, encargado del Estudio de Arquitectura. Llegamos al acuerdo de elaborar los proyectos seleccionados, desde su estado de anteproyecto hasta el nivel de proyecto de ejecución, para remitirlos posteriormente a la India donde Iñaki Barba se encargaría de su construcción. El desarrollo de dichos proyectos de ejecución estuvo a cargo de sus propios autores y otros alumnos de la IE Universidad interesados en participar. Estos trabajos fueron reconocidos como prácticas de empresa y por ellos se convalidaron hasta un total de 12 créditos a los alumnos participantes. Además de la ya gran satisfacción que para un alumno es la construcción de un proyecto propio, se brindó, por parte de la Fundación, la posibilidad de acudir a la India para participar en la dirección de las obras. Juan Antonio Rodríguez, profesor de proyectos del taller 6 de la Escuela de Arquitectura de la IE Universidad. Codirector y coordinador desde la IE Universidad de proyectos de colaboración con la Fundación Vicente Ferrer.
Proyectos e informes técnicos Además de los proyectos citados, los alumnos de la IE Universidad colaboran en distintos proyectos e informes menores, de los que precisa con frecuencia la Fundación Vicente Ferrer. Casi siempre se trata de dotar de un mínimo soporte gráfico y de cálculo a los pequeños edificios que la Fundación construye en Anantapur. En ocasiones, estos proyectos e informes son necesarios para que los proyectos de la Fundación tengan acceso a ayudas oficiales. Los trabajos que los alumnos realizan en estudio para la Fundación Vicente Ferrer son de distintos tipos; los más habituales son peritajes de estructura, cálculos de instalaciones o diseños de detalles constructivos. También se adecuan algunos de los edificios proyectados o en ejecución a la normativa española, ya que algunas administraciones exigen el cumplimiento de estas normas (muy diferentes a las que se emplean en Anantapur) para conceder ciertas ayudas. Todos estos trabajos se incluyen como ejercicios de curso en las asignaturas de Construcción, tanto en Arquitectura como en Arquitectura Técnica, y son coordinados por los profesores Joaquín Grau y Julián García.
2.1. Voluntariado y prácticas. Los alumnos de la escuela de Arquitectura Técnica de la IE Universidad pueden viajar hasta Anantapur para desarrollar allí su periodo de prácticas. A modo de introducción sobre su trabajo, y para familiarizar al lector con las peculiaridades de la vida del cooperante en la zona, se acompaña a continuación un resumen de los procesos de construcción locales. Hemos seleccionado la construcción de una vivienda tipo, en la que se mezclan cuestiones técnicas o de personal con rituales religiosos. La experiencia de la estancia en la zona, y la especial cercanía al componente material del trabajo que proporciona, da al alumno una nueva visión práctica del oficio para el que se ha estado formando de un modo teórico.
Figura 2.1.1 Planta de distribución de las casas de personal médico.
Los procesos de construcción Casas para el personal médico Uno de los principales campos de actuación de la Fundación Vicente Ferrer es la sanidad. En 2005 la FVF construyó cuatro hospitales generales (dotados de las mejores instalaciones sanitarias de la región, donde se proporciona cobertura sanitaria a la población sin recursos), un centro de planificación familiar en Anantapur (donde las mujeres dan a luz a sus bebés), y otras instalaciones (pozos, canalizaciones de aguas, etc.) para evitar infecciones. También se construyeron, lógicamente, viviendas para alojar al personal encargado de atender estas instalaciones. La FVF cuenta con un personal sanitario fijo formado por 30 médicos, 100 enfermeras y 725 trabajadoras de la salud que forman una tupida red de asistencia rural. Encontrar médicos que estén dispuestos a trabajar con la fundación es una tarea difícil. Hay que intentar proporcionarles ciertas facilidades para que su vida fuera del duro entorno del hospital sea lo más agradable posible. Para ello, la FVF construye unas viviendas especialmente habilitadas para el personal médico, con agua caliente sanitaria, cocina equipada y amueblada y otras comodidades. Los alumnos de la IE Universidad han participado activamente tanto en las tareas de construcción del futuro hospital como en la ejecución de varias de estas viviendas, las más recientes, y sus pertinentes accesos. Se trata de viviendas tipo, que siguen un modelo que la Fundación Vicente Ferrer ha levantado ya en otros emplazamientos. Están construidas con una forma cúbica poligonal, en la que un porche o Verandha da paso directo a la vivienda. Se trata de viviendas de una sola planta, con una distribución fija y prácticamente idéntica para todas las casas, que sólo se diferencian en sus superficies. Por lo general, tras la entrada principal se dispone una zona de recepción, en la que existe además un pequeño sector destinado a sala de estar. En otra estancia aneja se sitúa el salón-comedor, con acceso desde el exterior del edificio y desde la citada zona de recepción. Al lado de este último se localiza la cocina, que comunica igualmente con el exterior y con el comedor. Cada vivienda dispone de uno o dos dormitorios, un baño y porche de acceso. Las viviendas comparten una zona ajardinada y de ocio común. Las superficies construidas por vivienda son de, aproximadamente, 110 m². Las de invitados son similares, rondando los 70 m². El esquema de distribución más común es el que muestra la figura 2.1.1. A continuación se describen las principales fases del proceso de construcción de estas viviendas de personal médico.
Replanteo. Las obras comienzan con el replanteo de la cimentación y ubicación de las viviendas. El marcado se realiza a eje de pilares, colocando en los mismos redondos de acero, y empleando cinta métrica y cuerda, para unión de los ejes (figuras 2.1.2 a 2.1.4). Se unen los redondos con una cuerda formando el polígono que de forma el edificio, en este caso un rectángulo. Posteriormente se comprueba que la distancia entre los pilares exteriores es la adecuada y a partir de ahí y sobre la cuerda se toman medidas con cinta métrica de los pilares perimetrales. Una vez marcados los pilares perimetrales y clavados en sus ejes los redondos, se unen estos con una cuerda, de tal forma que se unen redondos que estén enfrentados, formando una cuadrícula. Luego, midiendo directamente sobre esas cuerdas, se sitúan los ejes de los pilares interiores.
Figuras 2.1.2 a 2.1.4. Medición de replanteo con cinta métrica.
Figuras 2.1.5 a 2.1.8 Construcción de las camillas de ladrillo.
Figuras 2.1.9 a 2.1.11. Camillas. Marcado del eje de pilares.
Figuras 2.1.12 y 2.1.13. Ritual del replanteo de las viviendas. Ofrendas utilizada para el ritual. Se delimita la futura excavación de la cimentación con yeso, como muestran las imágenes 2.1.3 y 2.1.4, y posteriormente se levanta fuera de lo que será la línea de fachada una camilla que servirá para mantener los ejes una vez comenzada la excavación (figuras 2.1.5 a 2.1.11). Durante el proceso de marcado o replanteo de todos los tipos de viviendas, llamado Bhoomipuja en telugu (lengua de Anantapur), se realiza un ritual religioso, mediante el cual los ingenieros realizan unas ofrendas a la Diosa Tierra antes de empezar con la construcción de las viviendas. A este ritual acuden los trabajadores (beneficiarios a la vez), constructores e ingenieros, y ellos mantienen que una vez finalizado este rito un espíritu festivo les seguirá durante la construcción de la obra. Los objetos utilizados en el ritual serán guardados por los propietarios como talismán. En las figuras 2.1.12 y 2.1.13 se muestran las ofrendas que los ingenieros locales utilizan para el ritual. El peto (camilla) para mantener los ejes puede ser tanto de fábrica de ladrillo como de bloque de hormigón y servirá para atar las cuerdas que nos sitúen los ejes de los pilares La dosificación del mortero de unión no supera los 1:10 (una parte de cemento por diez de arena), ya que es un elemento que se derruirá posteriormente y las piezas que lo forman puedan ser recuperadas y reutilizadas. El resultado es el que se observa en la figura 2.1.8. Se delimita la futura excavación de cada una de las zapatas con yeso. Teniendo unas dimensiones aproximadas de 1,20 x 1,20 metros cada una de ellas, en función del edificio en cuestión.
Figuras 2.1.14 y 2.1.15. Excavación manual y replanteo en la excavación para zapata aislada.
Movimiento de tierras. En este tipo de obras se trabaja únicamente con medios manuales, empleándose para ello herramientas como pico, pala y punzón metálico. La profundidad de excavación varía desde los 1,50 m. hasta los 2,50 m., dependiendo del elemento a cimentar y del terreno en el que nos encontremos. Para la elección de la profundidad de excavación se atiende, además de a los cálculos preceptivos, a la experiencia de los técnicos y del constructor de la obra, así como al transcurso de la fase del movimiento de tierras. En caso de encontrar piedra en la excavación, ésta se intenta romper también manualmente con punzón y maza. Si este método resulta inviable se procede a utilizar otros medios, fundamentalmente explosivos. Durante la estancia en obra no procedimos a ninguna excavación mediante explosivo, y los técnicos locales confirman que estos medios se emplean en contadas ocasiones debido a su elevado coste. En muchas ocasiones se hormigona sobre la piedra. La tierra extraída se mantiene en obra, apilada, ya que más tarde se empleará como relleno. En ocasiones resulta necesario aportar terreno, ya que el almacenado no siempre es suficiente. Una vez acabada la excavación de la zapata se procede al refinado y limpieza de ésta.
Cimentación. La tipología empleada es la de zapatas de altura variable, de forma acampanada. Estas están formadas por una base de hormigón de limpieza de unos 10cm, sobre la que se marcan el eje y límites del pilar correspondiente. Con ello se consigue situar la armadura del pilar correctamente. La dosificación empleada para este hormigón de limpieza es de 1:5:10 (1 parte de cemento por 5 de finos y 10 de grava).
Figuras 2.1.16 a 2.1.18. Herramientas para el doblado de redondos.
Figuras 2.1.19 a 2.1.21. Armado de la cimentación.
Figuras 2.1.22 a 2.1.24. Elaboración y montaje de separadores.
Figuras 2.1.25 a 2.1.27. Montaje de la armadura del pilar.
Sobre la cimentación se levanta un murete de mampostería para evitar inundaciones durante el monzón. Posteriormente se procede a la colocación de las parrillas de las zapatas que previamente han sido conformadas manualmente en obra (figuras 2.1.19 a 2.1.21). Las parrillas que se utilizan para las zapatas, tanto bajo pilares cuadrados como bajo pilares circulares, están compuestas por redondos de acero corrugado de 12mm. de diámetro, con cercos cada 15cm. y unidos con alambres. Las parrillas tienen unas dimensiones aproximadas de 1.00 x 1.00m. y se terminan siempre en patilla de 15cm. Una vez hecho esto se colocan los separadores prefabricados y, a renglón seguido, las parrillas de las zapatas. Los separadores empleados pueden ser tanto piedra labrada como cascote de mortero, también realizados en obra para ese fin. En la figura 2.1.22 se puede ver cómo se elaboran. Las dimensiones rondan los 4 x 4 x 2,5 cm. La colocación de la armadura del pilar se realiza entre varios operarios, que consiguen aplomarlos mediante diferentes sujeciones; al nivel del terreno dos camones de madera sujetan la base, y a media altura se colocan otros en forma de puntales. La armadura dispuesta para los pilares ha de ser sujetada por los operarios hasta que se comprueba que el apeo es correcto y el conjunto no vence lateralmente. Estos puntales se dejan colocados hasta que se hormigone el pilar a nivel del suelo. No hay, por lo tanto, esperas de pilar; se coloca directamente la armadura entera del elemento, evitando enanos y solapes.
Figuras 2.1.28 a 2.1.30. Hormigonado de la zapata. Vertido de hormig贸n.
Figuras 2.1.31 a 2.1.33. Hormigonado de la zapata. Apeo del pilar.
Figuras 2.1.34 a 2.1.37. Hormigonado de la zapata. Acampanado.
Figuras 2.1.38 a 2.1.40. Encofrado del primer tramo de pilar.
Posteriormente se lleva a cabo el hormigonado manual. El hormigón empleado generalmente es de dosificación 1:2:4 (una parte de cemento, dos de arena y cuatro de grava). El vibrado se ejecuta mediante picado. Al finalizar el hormigonado se da forma acampanada a la zapata con la paleta. Una vez fraguado el hormigón de la zapata, se procede a encofrar el arranque del pilar hasta el nivel del suelo (figuras 2.1.38 a 2.1.40), para posteriormente hormigonarlo. La sección del pilar es de 23 x 23cm, armado habitualmente con 9 redondos de 12mm. La dosificación del hormigón empleado es de 1:2:4 (una parte de cemento por dos de arena y cuatro de gravas). Las chapas de encofrado se unen mediante tuercas y tornillos. Tras el desencofrado, y dadas las temperaturas del lugar, debemos mantener cierta humedad para el curado, lo que se consigue por medio de sacos que deben mantenerse permanentemente mojados. En la figura 2.1.42 se observa el estado en el que queda la zapata, previo al trabajo de atado mediante muretes de mampostería y vigas riostras. Figuras 2.1.41 y 2.1.42. Pilar hormigonado y en fase de curado.
A continuación se procede a la excavación de las zanjas para los muretes de mampostería, que serán el soporte de las vigas riostras (existen vigas riostras y mampostería en cada partición existente, de modo que cada muro de fábrica se apoye en una viga riostra). El vaciado se realza hasta el nivel inferior de la zapata; una vez terminado, se dispone una base con grava gruesa o de hormigón de limpieza, según sea el caso, teniendo siempre un espesor de aproximadamente 10 cm. En caso de ser de hormigón, la dosificación es de 1:5:10 (1 parte de cemento por 5 de finos y por 10 de gravas). Esta base es siempre apisonada antes de ejecutar el muro de mampostería.
Figuras 2.1.43 a 2.1.45. Excavación y base de grava gruesa y hormigón pobre bajo el muro de mampostería.
Figuras 2.1.46 a 2.1.48. Ejecución del muro de mampostería.
Figuras 2.1.49 a 2.1.51. Armado de la viga riostra. Ejecución.
Figuras 2.1.52 a 2.1.54. Armado de la viga riostra. Detalles.
Figuras 2.1.55 a 2.1.56. Encofrado de de la viga riostra.
Figuras 2.1.57 a 2.1.58. Hormigonado de de la viga riostra.
Sobre esta base se ejecuta un murete de mampostería (Figuras 2.1.49 a 2.1.51). Este murete se realiza con el fin de levantar la vivienda lo suficiente como para que en época monzónica no sufra inundaciones. Los mampuestos son labrados a martillo en obra cuando es necesario. La altura mínima del murete es de 60cm., y su anchura no supera los 45cm. Posteriormente servirá de encofrado inferior de las vigas riostras. El mortero de agarre empleado tiene una dosificación de 1:6 (1 parte de cemento por 6 de arena). Una vez finalizado el muro de mampostería se rellena el resto de la zanja con tierras procedente de la excavación. A continuación se coloca la armadura correspondiente a las vigas riostras, nuevamente armadas con redondos de acero de diámetro 12mm. y cercos cada 15 cm. El montaje de la armadura se realiza in situ. La armadura pasa de negativo a positivo mediante el doblado de una sola pieza (figura 2.1.59). El acero es extremadamente caro en la zona y la mano de obra resulta muy barata, lo que justifica este hecho; un peón puede cobrar alrededor de 1 euro por día, mientras que un kg. de acero cuesta 0,40 euros. El encofrado puede ser metálico, generalmente mediante chapas, pero también de madera, con tablero o incluso con pequeños petos de fábrica construidos para ello. El hormigonado también se realiza manualmente. El vibrado de la viga se realiza en dos fases: un picado a la vez que se hormigona (figura.2.1.57) y un vibrado con vibrador de aguja (foto.2.1.58).
Figura 2.1.59. Armado de refuerzo continuo.
Los porches o Verandha, como se verá posteriormente, se construyen con estructura de hormigón armado o con estructura metálica. Si son con estructura de hormigón armado constan de dos pilares circulares y una losa inclinada en la cubierta; si por el contrario son de estructura metálica están formados por pilares circulares de 8cm de diámetro y un sistema de pares y correas metálicas bajo cubierta de teja o de paneles de fibrocemento. En los porches de hormigón armado se construye una cimentación corrida de poca importancia, de aproximadamente 45x45cm., sobre la que se hormigonarán los pilares circulares. Si la estructura es metálica, la base de los pilares es una zapata de hormigón de 30x30x50 cm.
Figura 2.1.60. Picado del hormigón del pìlar una vez encofrado y hormigonado.
Estructura. La estructura se apoya sobre quince pilares, de aproximadamente 4m de altura (desde la cimentación). Doce de ellos, correspondientes a la zona interior de la vivienda, son cuadrados, mientras que los tres restantes son de sección circular y se utilizan para sustentar las marquesinas de hormigón que cubren el porche de acceso. También es habitual realizar estas marquesinas con estructura metálica. En la figura 2.1.61 se pueden observar los dos tipos de pilar realizados en la estructura de hormigón armado. Para la formación de armadura de los pilares se utilizan dos tipos de armado, dependiendo de si estos son cuadrados o circulares. Los pilares cuadrados, de 23 x 23cm, se arman con 4 redondos de acero corrugado de diámetro 12mm, con estribos de acero corrugado de 6mm de diámetro cada 20cm unidos con alambres. Los pilares redondos de las marquesinas, de 22cm de diámetro, se arman con 6 redondos de acero corrugado de diámetro 12mm, y con estribos de acero corrugado de 6mm de diámetro cada 20cm unidos con alambres. Generalmente se emplean, tanto para unos como para otros, encofrados metálicos. En casos excepcionales se han utilizado encofrados de madera para los circulares.
Figura 2.1.61. Pilares de de sección cuadrada y circular.
Las armaduras son aplomadas al tiempo que se encofra el pilar. Cada uno se hormigona con el procedimiento tradicional, y se vibra con el procedimiento de picado con aguja. Los encofrados se retiran transcurridas las doce horas. Posteriormente se colocan sacos de tela, tal como ilustra la figura 2.1.62, que se riegan con frecuencia para mantener el pilar con la humedad necesaria para un curado aceptable. De lo contrario, a causa de las altas temperaturas, el curado es excesivamente rápido y genera figuraciones y problemas en el hormigón. Al finalizar el desencofrado es habitual es que levanten los cerramientos, que a posteriori sirven de encofrado inferior para las vigas dintel que se sitúan a nivel del cargadero de ventana. Los pilares hormigonan, en una primera fase, hasta ese nivel. Levantadas las fábricas, se procede al encofrado lateral de la viga dintel y a su consiguiente hormigonado. Una vez que el hormigón ha fraguado se desencofra se prosigue del mismo modo hasta llegar al forjado de cubierta, teniendo en cuenta que juntamente con la viga dintel se encofran y hormigonan las ménsulas sobre las ventanas. Debido al problema de pandeo de los cerramientos que supone el uso de los mismos como encofrado, se está empezando a cambiar este método de construcción por el encofrado con madera o metálico inferior de las vigas, unido a un apuntalado inferior de la estructura. Así se consigue no cargar excesivamente la estructura de hormigón armado antes de que obtenga su resistencia adecuada. Con este método se construye primero la estructura como elemento exento, para luego levantar los cerramientos.
Figuras 2.1.63 a 2.1.65. Montaje del acero en vigas sobre fábrica.
Figuras 2.1.66. a 2.1.68. Encofrado bajo losa y bajo viga.
Figura 2.1.62. Montaje del acero en vigas sobre encofrado.
Para el apuntalado se usan pies derechos de madera, calzados a menudo con ladrillo e incluso piedra. Como se puede observar en la figura 2.1.62, el montaje de la armadura también se realiza in situ. Una vez terminado con el encofrado de las vigas lo más corriente es armar y hormigonar las vigas por un lado para posteriormente armar y hormigonar el forjado sobre ellas, aunque en ocasiones también se en arma y hormigona conjuntamente toda la estructura horizontal. En la figuras 2.1.66 a 2.1.68 se puede observar la vista inferior del encofrado metálico de una losa de cubierta apuntalada y sopandada. El armado de la losa está formado por una trama de redondos de 12 mm. colocados en las caras superior e inferior de la misma, y separados 15 cm. entre sí. A la vez que la armadura se montan los tubos y cajas de electricidad correspondientes a la distribución interior de la vivienda, que quedarán posteriormente embutidas en el hormigón. En las figuras 2.1.70 a 2.1.72 se observa la disposición de las armaduras de la losa y de las vigas, así como el tubo de distribución. El hormigonado se realiza por el procedimiento tradicional, formando una de las cadenas humanas más numerosas de las que pueden verse en obra dado el volumen de hormigón que es necesario mover.
Figura 2.1.69. Hormigonado de losa inclinada.
Para el curado del forjado de cubierta, se procede al llenado de agua de la losa una vez endurecido el hormigón. Para ello se realizan pequeños diques de contención con mortero y fábrica para el acuartelado interior y el marcado de los límites exteriores (figuras 2.1.73 a 2.1.76). Este llenado de agua se hace por la misma razón por la que los pilares y vigas, tanto riostras como de dintel y superiores, son regados habitualmente. La ventaja es que no necesita una atención constante como la que suponen los tres regados diarios del resto de los elementos. Es suficiente con llenarlo una vez. El tiempo de curado, manteniendo el encofrado en este caso, es de diez a catorce días, el mismo tanto para las vigas como para la losa. Pasado este tiempo se procede al desencofrado. En el caso de las losas inclinadas, no es posible este llenado de agua final, por lo que sí es necesario un regado continuo del hormigón, siendo idéntico el tiempo de curado, y por lo tanto de desencofrado.
El uso de cerramientos como encofrado de vigas genera grietas en ellos por problemas de pandeo. Cada vez se construyen más estructuras exentas.
Figuras 2.1.70 a 2.1.72. Armado de losa y viga. Instalaciones en la losa.
Figuras 2.1.73. a 2.1.76. Maestras para el llenado de agua para curado de la losa.
Figura 2.1.77. Ejecución de la fábrica de ladrillo.
Cerramientos y Albañilería. Todos los cerramientos, tanto interiores como exteriores, se ejecutan con un espesor de un pie (23cm, aproximadamente) variando según constructor y zona el tipo de aparejo empleado. Los aparejos más comunes son el inglés, el belga y el flamenco. Normalmente se emplea el ladrillo cerámico estudiado en al apartado de materiales, tanto en su variante manual como en la mecánica. Los cerramientos se reciben con mortero de dosificación 1:6 (una parte de cemento por 6 de arena), que puede realizarse con hormigonera o manualmente, como muestra la figura 2.1.78. La ejecución de las fábricas es similar a la que se realiza actualmente en España. El proceso arranca con un replanteo de la fábrica, se realiza trazando sobre el soporte la hilada de arranque. Para el alzado de los muros se coloca en cada esquina de la planta una mira recta, escantillada con marcas en la altura de cada hilada. Igualmente se disponen miras aproximadamente cada 4 mts. en tramos rectos, y en todas las zonas de quiebros o mochetas. Se tienden cordeles entre las miras, atados sobre sus marcas, y se van elevando con la altura de una o varias hiladas a medida que se ejecuta la fábrica, para asegurar su horizontalidad. En las miras se marcan también los niveles correspondientes a dinteles y antepechos de los huecos previstos en la fábrica. Las dimensiones de todos los elementos de fachada, tanto las zonas ciegas como los huecos de luces o de paso, se diseñan teniendo en consideración la modulación del ladrillo y la suma de juntas la pieza que se utilice en su ejecución.
Figura 2.1.78. Mortero realizado manualmente.
El ladrillo se humedece antes de su empleo en la ejecución de la fábrica. La cantidad de agua embebida en el ladrillo es la necesaria para que no varíe la consistencia del mortero, sin succionar agua de amasado ni incorporarla. También el soporte se humedece al colocar la primera hilada, para facilitar su unión con la fábrica. El ladrillo se coloca según la técnica tradicional del restregón. Las fábricas se levantan por hiladas horizontales en toda la extensión de la obra, realizándose la trabazón mediante enjarjes (entrantes y salientes en la fábrica, denominados tradicionalmente adarajas y endejas). El mortero llena las juntas de la fábrica al completo, realizándose después el rejuntado y llagueado.
Figuras 2.1.79. a 2.1.81. Medios auxiliares y materiales empleados para la ejecución de las fábricas.
Figuras 2.1.82. a 2.1.84. Ejecución de la fábrica de ladrillo. Detalles de la colocación y de los enjarjes.
Una vez terminadas las fábricas se riegan abundantemente, a causa de nuevo de las altas temperaturas, para impedir que el ladrillo absorba un exceso de agua del mortero de rejuntado. Este hecho podría producir una reacción de hidratación insuficiente del cemento, lo que implicaría una resistencia menor de la esperada. Para que la apertura de huecos se ajuste al replanteo previsto se montan los premarcos, una vez alcanzado el nivel correcto. A la altura del dintel este se encofra lateralmente (el premarco sirve como encogrado inferior, ya que su espesor es el de la fábrica), se arma y finalmente se hormigona. En ocasiones esto se hace juntamente con los voladizos sobre las ventanas, formando una viga dintel que es muy común en las construcciones de la Fundación Vicente Ferrer. Sobre la cubierta, aunque no siempre, se construye un peto de unos 30cm de alto. En él se dejan dos salidas para el agua de lluvia.
Figura 2.1.85. Regado de las fábricas.
Figuras 2.1.86. a 2.1.88. Detalle de los ventilators, huecos para la ventilación natural.
Figuras 2.1.89. a 2.1.92. Mobiliario de fábrica.
Las fábricas se riegan abundantemente para impedir que el ladrillo absorba un exceso de agua del mortero de rejuntado. Además de estos huecos, en todas las construcciones se dejan aperturas en la parte superior de los muros exteriores. Son los llamados Ventilators, que son de 20-30cm de alto y 80-100cm de largo (aunque existen excepciones, como el reflejado en la figura 2.1.88). La finalidad de estos huecos es la ventilación de las dependencias interiores, creando una corriente que renueva permanentemente el aire. Gran parte del mobiliario se hace de obra, realizándose de la misma forma. Se levantan muretes de 2 m. de alto y una profundidad que no excede los 50cm En ellos se apoyan las láminas de hormigón armado, realizadas en obra, armadas con una malla de acero de 6 mm. cada 10 cm. y hormigón de dosificación 1:1,5:3 (una parte de cemento por 1,5 de arena y tres de grava). En las figuras 2.1.89. a 2.1.92. se aprecia el proceso de fabricación del mobiliario.
Figura 2.1.93. Ejecución de la fábrica de ladrillo sobre andamio.
Figura 2.1.94. Ejecución de la carpintería en obra.
Toda la carpintería es de madera y se hace a medida en obra Carpintería Toda la carpintería que se emplea, interior y exterior, es de madera. A medida que se van levantando los muros de fábrica se van colocando también los cercos de madera, ya que no existen precercos en el sentido en que se emplean en España. Estos cercos pasarán a ser los de acabado final de la futura carpintería, apenas complementados por un tapajuntas. La colocación del cerco de las puertas se hace sobre la solera, apoyando el marco en puntales de madera. El muro se va levantando contra el cerco. En el caso de las ventanas, estas se colocan una vez levantado el peto de fábrica, replanteándolas debidamente en ese momento. Toda la carpintería se fabrica y pinta en obra, y toda está hecha a medida. Los cercos suelen tratarse con pintura impermeabilizante de modo previo a su colocación, con lo que se protege de la humedad derivada del regado continuo de la fábrica. Las hojas, tanto de las puertas como de las ventanas, se colocan con los acabados finales, y no se emplean en ningún momento vidriería para cerrar los huecos en este tipo de construcción. El vidrio sólo se emplea en construcciones climatizadas. En el interior se dispone generalmente una mosquitera de acero inoxidable ayudada de una rejilla metálica (figura.2.1.179), que se pinta, como la carpintería, una vez colocada. La mosquitera se fija en la parte interior del muro para que la completa apertura de las hojas sea más fácil. La carpintería se pinta, como ya se ha comentado, al final de la obra. En el caso de que las ventanas o puertas no correspondan a fachadas protegidas con marquesina, éstas se protegen con un voladizo de unos 40cm. La intención de este elemento es la de evitar el paso del agua y la radiación solar excesiva. Este voladizo es de hormigón armado y se realiza in situ, encofrado y hormigonado junto a la viga dintel.
Figuras 2.1.95. y 2.1.96. Detalles del recibido del premarco y de la carpintería terminada.
Figuras 2.1.97. a 2.1.101. Cuadros eléctricos. Centralización de interruptores.
Figuras 2.1.101. a 2.1.106. Material eléctrico utilizado.
Instalaciones
Un cubo bajo las griferías permite reducir el gasto inútil de agua.
En este tipo de construcción se realizan tres tipos de instalaciones: electricidad, fontanería y saneamiento. Las tres son muy básicas, ya que no se trata de viviendas con presupuestos elevados. Se intenta únicamente que los futuros usuarios de las viviendas no echen en falta ningún elemento y que vivan en un hogar con condiciones de habitabilidad adecuadas. Electricidad. En muchos campus de la Fundación existen generadores eléctricos de gasoil, sobre todo en aquellos en los que hay hospitales. Por ello, en casi todas las viviendas se han realizado dos instalaciones exteriores eléctricas; una proviene de la red gubernamental y otra del generador propio del campus. Los generadores solo se utilizan en caso de fallo de la red general, ya que supone un gasto extra. El cableado de la red es conducido por vía aérea a través de postes de madera, por vía aérea, mientras que el procedente de los generadores es enterrado desde el recinto donde se encuentra el generador hasta la conexión de cada usuario. Las instalaciones eléctricas se entierran a una profundidad de unos 80cm bajo el nivel del suelo.
Figura 2.1.107. Ventilador de techo.
La red gubernamental suministra corriente trifásica, por lo que cada campus cuenta con un transformador. Desde el transformador, convenientemente conectado a tierra mediante varias picas, se conduce la línea eléctrica hasta las viviendas, donde están el contador y la caja general de protección. Estos elementos están situados en la entrada de la vivienda (figura 2.1.196), protegidos de la intemperie por la marquesina de entrada. Los contadores son monofásicos e individuales para cada vivienda, y están perfectamente cerrados y sellados para que no puedan manipularse por alguien ajeno a la compañía eléctrica o al encargado del campus en materia de electricidad. La tensión de consumo en las viviendas es de 220V.
La instalación eléctrica se monta, de forma similar a como se hace en España, dentro de tubos corrugados de PVC, generalmente blancos, empotrados en los muros. Normalmente esto se lleva a cabo mediante rozas, exceptuando la línea repartidora que, como vimos en el capítulo de estructura, se dispone a través de la losa de cubierta. Las rozas se realizan con martillo y cincel, y se tapan con mortero de cemento. Las viviendas se construyen con un grado de electrificación muy básico. La iluminación prevista es de un máximo de 10 lámparas, y tan sólo se montan 5 o 6 enchufes. Nunca cuentan con aire acondicionado o sistemas de calefacción eléctrica. La cocina cuenta con un frigorífico, aunque a veces éste no se instala (en cada campus existen cantinas donde se sirven comidas. Cada dependencia cuenta al meno con un ventilador (figura 21.195), colocado en el techo, cuyo soporte es previsto en la estructura. Para la iluminación se colocan luminarias simples en cada estancia. En la entrada de la vivienda se suele colocar una luminaria de lámpara incandescente o de descarga (fluorescente). Los interruptores son simples, nunca conmutados. Hay uno por cada luminaria y uno para el ventilador eléctrico. Fontanería. Debido al grave problema de sequía que sufre la región de Anantapur durante gran parte del año, la Fundación construye uno o varios tanques de agua, de una altura considerable (unos 25-40m), en cada campus (figura 2.1.200). Estos tanques están conectados a pozos subterráneos mediante sistemas de bombeo sumergibles, de aproximadamente 6CV de potencia. En ocasiones, estos tanques tienen que ser periódicamente rellenados por camiones bomba. Desde estos tanques se suministra agua a los campus correspondientes. No es necesaria una bomba para la impulsión de agua hacia las viviendas, ya que la altura de los tanques proporciona la suficiente presión como para abastecer a todo el campus.
Figuras 2.1.108. a 2.1.112. Tanque de agua. Detalles de la instalación de fontanería.
A modo de orientación, en caso de un solo tanque de 60.000 litros de capacidad y 20m de altura, las tuberías de llenado de los tanques son aproximadamente de 12cm de diámetro interior, y las tuberías de suministro son aproximadamente de 20cm de diámetro. La distribución desde el tanque hasta las viviendas es enterrada, y en ella se disponen varias arquetas de registro. Toda la instalación de fontanería se realiza con tubería de hierro galvanizado.
Figuras 2.1.113. a 2.1.116. Detalles de arquetas de saneamiento. Fosa séptica circular.
Llegados a las viviendas, encontramos la llave de paso en un armario a la entrada. La instalación es en su mayor parte exterior, realizada rodeando el edificio. En puntos concretos, cuartos húmedos generalmente, las tuberías atraviesan el muro y se conectan a los aparatos sanitarios correspondientes. Se suele dejar una toma de agua en el exterior de las viviendas, donde se instala un lavadero de ropa. Debido a la necesidad de proporcionar facilidades al personal médico, hay además un calentador eléctrico en el cuarto de baño principal que suministra agua caliente a la vivienda. Un cubo instalado bajo las griferías permite reciclar y reducir el gasto inútil de agua. Saneamiento. La red de saneamiento general se realiza una vez acabada la instalación de fontanería y desagües. Es de tipo colectivo, recogiendo las aguas fecales de una serie de viviendas agrupadas en una fosa séptica que es vaciada periódicamente. Para todas las instalaciones de saneamiento se emplea tubería de PVC. Las arquetas se ejecutan con ½ pie de ladrillo, enfoscadas, y son registrables mediante tapa metálica, como se muestra en las siguientes figuras. En el baño no se instalan platos de ducha ni bañera, sino un solado pendienteado hacia un sumidero en el centro de la sala. Se montan tanto inodoros como placas turcas; estas últimas deben orientarse al oeste, lo cual condiciona su distribución y diseño. Siempre se instala un grifo próximo a la placa del inodoro, dadas las costumbres en India. Inodoros o placas desaguan a una arqueta propia, que conecta con el saneamiento horizontal. El lavabo desagua al mismo sumidero empleado para ducha. Se conecta con una manguera, tal como muestra la figura 2.1.201. Todos los sumideros llevan sifones individuales. También se instala un lavabo en el salón (figura 2.1.202), necesario dada la costumbre de comer con la mano; a tal efecto, se alicata la zona.
Solados y Alicatados. Los solados se ejecutan sobre las soleras que se han preparado junto con la estructura. Se trata de varias capas de grava compactada, sobre la que se vierte una capa más de arcilla de acabado, o de un hormigón pobre realizado con grava gruesa. El solado que se suele colocar sobre este soporte es de piedra natural, labrada en obra. Se utilizan dos tipos de piedra distinta para realizar los solados, una en el exterior y otra en el interior. La piedra utilizada en el exterior se llama piedra de Cuddapha. Es una piedra laminar, de color gris oscuro, similar a la pizarra, que se suele suministrar en piezas de gran formato. Es una piedra muy abundante en el lugar, por lo que es muy utilizada. Su coste no es excesivamente elevado. En el interior se utiliza un segundo tipo de piedra natural, sin nombre específico. Es una piedra caliza, que puede obtenerse en una gran variedad de colores. Estas piezas se suelen utilizar en tamaños pequeños, de 30x30cm o similar, aunque en ocasiones se han observado piezas rectangulares. Las piezas de solado, de 3-4cm de espesor, son recibidas con una cama de mortero de unos 6 cm. de espesor y dosificación 1:8 (una parte de cemento por ocho de arena) sobre la solera. En ocasiones, sobre la base de hormigón con grava gruesa se tiende una cama de arena de 3-4cm y se reciben las piezas con mortero de cemento. No se realiza ninguna nivelación del solado; a pesar ello queda perfectamente dispuesto, como puede verse en la figura 2.1.118. El pavimento se rejunta con un mortero de cemento gris con dosificación 1:3 (una parte de cemento por tres de finos).
Figuras 2.1.121 a 2.1.123. Materiales para solados.
Figuras 2.1.117. a 2.1.120. Detalles de ejecución de solados de piedra y cerámicos.
Figura 2.1.124. Solado con baldosa de cemento.
La piedra se labra a mano en el tajo, con un nivel de detalle espectacular.
Figuras 2.1.125. a 2.1.127. Materiales para alizacatos.
Figuras 2.1.128. a 2.1.131. Herramienta para solados y alicatados.
La piedra se labra a mano en el tajo, consiguiendo un nivel de detalle espectacular. En la figura 2.1.117. podemos observar el proceso de labrado. Sobre la pieza ya pulida se marca con carbón la figura que se desea obtener, para posteriormente tallarla con martillo y cincel. Los juegos con las formas y colores del solado resultan muy vistosos. En estos momentos la Fundación está empezando a utilizar piezas cerámicas cortadas a medida, lo cual es nuevo para los trabajadores. Los alicatados sí se hacen normalmente con piezas cerámicas, aunque en ocasiones se ha llegado a utilizar pizarra local. Los baños se alicatan hasta una altura de 1.70 m, y las cocinas hasta 1.35 m.
Figuras 2.1.132. y 2.1.133. Revoco interior y exterior de una vivienda.
Es muy habitual realizar murales en las fachadas, con motivos naturales o ensalzando la labor de la Fundaci贸n.
Figuras 2.1.134. a 2.1.136. Material y herramienta para el emplastecido y la pintura.
Figuras 2.1.137. a 2.1.139. Malla para evitar figuraciones en el revoco.
Figuras 2.1.140. y 2.1.141. Muestras de pinturas.
Acabados. Todos los paramentos, verticales y horizontales (techos, se entiende), se revocan y pintan. Es muy habitual realizar murales en las fachadas, con motivos naturales o ensalzando la labor de la Fundación. Es normal emplear sistemas similares a los que se usan en España; enfoscados con mortero de cemento, o, en ocasiones, morteros monocapa preparados. Normalmente se refuerza el enfoscado con una malla metálica, tal como se aprecia en la figura 2.1.137. Sobre la superficie revocada se procede a aplicar, tanto en el interior como en el exterior de los cerramientos y las particiones, una lechada muy consistente cemento blanco. Este producto de acabado se aplica con una rasqueta o espátula, de plástico, con un borde metálico apara sujetarla, similar a las que usa el pintor para emplastecer. Sobre el revoco terminado se aplican dos manos de pintura, generalmente plástica, que puede ser de distintos colores. Si la pintura no es blanca, se mezcla con los pigmentos previstos en obra, utilizando las manos del operario para realizar la mezcla. La base de color blanco viene en recipientes de 25 kg. y los colorantes utilizados en envases de entre 5 y 10 kg. La pintura se aplica con brocha común, casi nunca con rodillo. También se emplean las plaquetas citadas para el acabado de los revocos. La cerrajería, por lo general conformada en taller, se pinta en obra con esmaltes.
Estado final de la vivienda. Una vez terminados los acabados y realizados los últimos remates, el aspecto definitivo de una vivienda para personal médico es el que muestran las figuras 2.1.142 y 2.1.143. Estas casas no se construyen individualmente en el campus. Lo normal es que se promuevan fases de diez o más viviendas, formando una comunidad dentro del vallado. En la figura 2.1.144 se puede apreciar el conjunto de viviendas de personal médico agrupadas dentro del campus.
Figuras 2.1.142. a 2.1.144. Viviendas de personal médico. Vista delantera, trasera y general.
2.2. Los materiales de construcción. Uno de los capítulos a los que se dedica mayor atención es al análisis de los materiales y medios con los que se construye en la zona. Aunque pueden parecer similares a los que se emplean en Europa, la realidad es que son completamente diferentes, tanto en los que se refiere a los procesos empleados para su fabricación como a sus características técnicas. Para estudiarlos hemos recogido gran cantidad de información acerca de su fabricación, visitando plantas de hormigón, hornos de ladrillo o canteras, y documentando los procesos tradicionales e industriales que se emplean. También hemos realizado diferentes ensayos sobre testigos y probetas de hormigón, piezas de cerámica o barras de acero. Los ensayos más sencillos los han llevado a cabo los alumnos en las instalaciones de la fundación; para los más complejos hemos acudido a laboratorios de la zona y, cuando ha sido posible, a centros españoles, casi siempre con el objeto de contrastar los datos.
Los materiales de construcción El ladrillo de adobe. El ladrillo manual de adobe. El ladrillo de adobe manual está fabricado con una masa compuesta de un 40% de adobe (a su vez 30% de barro y 70 % de excremento animal) y un 60% de arena. El nombre técnico que utilizan para definirlo es “Table Mould Mud Brick”, literalmente ladrillo de barro en mesa de molde. El nombre se debe a los utensilios que utilizan para darle forma. Sus dimensiones son de 22x10x7 cm. El acabado es bastante irregular. Son corrientes oquedades en el interior e irregularidades en el exterior, estas últimas debidas al tipo de moldeo al que se somete la pieza. Materiales. Los distintos tipos de materiales que se van a emplear en el proceso permanecen almacenados en zonas próximas al tajo, cubriéndolos en caso de lluvia para conservar su humedad. Se utiliza arena de río, la cual no debe contener agua. Debe estar limpia de impurezas, para lo cual se filtra a través de una rejilla que elimina las posibles sustancias orgánicas, terrones o piedras que pudiera tener. También se utiliza adobe, previamente almacenado, formado por barro y excrementos secos de animales mezclados en una proporción del 30 y 70 % respectivamente. Amasado. El amasado de los materiales se realiza de forma manual. Se inicia con el vertido del material en un cuenco gigante excavado en la tierra, de 6m. de diámetro y 0,5 m. de profundidad, llamado Pick. Se vierte un 60 % de arena y un 40 % de adobe, se riega abundantemente y se deja reposar 12 horas. Pasado este tiempo, se amasa la mezcla con la maquina que aparece en la imagen.
Figuras 2.2.2 a 2.2.4. Dep贸sitos de barro para fabricaci贸n de ladrillos.
Figuras 2.2.5. y 2.2.6. Trabajo del barro. Figura 2.2.7. La mezcla se prepara intercalando tongadas de barro y arena de r铆o.
Figuras 2.2.8. a 2.2.10. Moldes para la fabricaci贸n de ladrillo manual.
Figuras 2.2.11. a 2.2.14. Transporte y secado de las piezas.
Por su propio peso, la maquina se hunde hasta el fondo del pick. Con un motor de 2 CV de potencia hace rodar sus ruedas lentamente sobre la mezcla, de forma similar a una batidora. El operario que dirige la maquina se encarga de que ésta pase por todas las zonas del pick. Después de 4 horas, la masa ya está mezclada homogéneamente. En este momento la masa puede ser utilizada para fabricar ladrillos o bien, en caso de que no vaya a ser empleada inmediatamente, cubrirse mediante lonas. Moldeo. Una vez preparada la masa, parte de ésta se vierte sobre una mesa. Allí, un operario la golpea sobre una pequeña cama de arena fina, y la introduce en un molde. Éste consta de dos partes: un paralelepípedo metálico, en cuya parte inferior aparece el sello que quedará marcado en la masa, y una tapa de madera, que servirá para transportar el ladrillo recién moldeado.
Figuras 2.2.15. y 2.2.16. Elaboración de los ladrillos de barro en molde.
El operario vierte agua en el molde, para facilitar el desmoldado posterior, aplasta la masa y la arroja con fuerza dentro del molde, para evitar desperfectos superficiales. Luego lleva el molde hasta unas esperas metálicas, que encajan en las asas, y desmolda la pieza, que queda sobre el soporte de madera. Transporte y secado. Se transportan las piezas de tres en tres por el método tradicional indio a la zona de secado, una explanada donde se colocan las piezas en hileras. Sobre ellas se vierte una capa de arena y paja, y se las deja secar durante 48 horas. Pasado este plazo se apilan las piezas, posición en la que
permanecen otros 5 días. Transcurridos estos se llevan las piezas al horno para su cocción.
El ladrillo manufacturado de adobe. A este tipo de ladrillo se le llama “Wire Cut Mud Brick”, literalmente ladrillo de barro cortado por alambre. Está compuesto de un 50% de adobe y un 50% de arena, y se dice que es manufacturado debido a que utilizan maquinas extrusoras para la fase de moldeo e hilos para cortar las piezas. Sus dimensiones son de 22x 10x 7 cm. El acabado es mejor que en el manual. En el interior hay menos oquedades, debido a la extrusión a la que se somete a la pieza en la fase de moldeo. Exteriormente, las únicas irregularidades se producen en la tabla de la pieza debido al movimiento de los hilos durante el corte. Tiene un sonido metálico claro por percusión. También se diferencian de los “Table molde brick” en la ausencia de sellos o distintivos, y en que el tiempo de secado y almacenado es mayor. Materiales. Se emplean los mismos que en el “Table molde brick”: arena de río y adobe, fundamentalmente. La mezcla se prepara según el siguiente proceso: Se vierten en una zona de terreno capas de 30 cm. de espesor de adobe y de arena alternativamente, humedeciéndolas con agua cada dos capas -es decir, cada capa de arena y adobe se riega-. Se deja reposar el material durante 12 horas, transcurridas las cuales un operario rompe con un pico la montaña de material. Tras él, otros mezclan el producto resultante con azadas, y lo introducen en cestos de mimbre. Los cestos se transportan por el método tradicional indio hasta una cinta transportadora, que conduce el material hasta el interior de la fábrica. Moldeo. La cinta transportadora vierte el material en la máquina extrusora, en la que entra por unos rodillos que dirigen la masa a una vulva de almacenado, de forma troncopiramidal. La vulva deja caer poco a poco el material en un tornillo sin fin, movido por poleas, que hace que la masa se homogeneice, ala vez que evita las
oquedades en su interior. En esta fase la maquina añade un poco de agua a la masa. Después, el tornillo lleva la masa hasta la boquilla de la extrusora y la va empujando a través de ella. La mezcla coge la forma de la boquilla y, mediante unos rodillos, sale a la zona exterior, donde es recogida por un operario. Éste tiene una mesa móvil con dos posiciones: posición de corte y posición de recogida, de tal forma que recoge las piezas, mueve la mesa para cortarlas y luego las retira en la mesa para llevarlas a almacenar. El la mesa hay una serie de topes que marcan exactamente el corte de dos ladrillos. El operario impulsa una palanca que tiene dos hilos de alambre contra la mesa y corta la masa, consiguiendo dos piezas cerámicas de una vez. A renglón seguido, otro operario recoge esas piezas y las coloca sobre una mesa preparada con desencofrante para que no se adhiera el material a la superficie. Se colocan las piezas en un carrito con ruedas neumáticas, hecho lo cual se pasa a la fase de transporte y secado. Transporte y secado. Se llevan las piezas cerámicas a la zona de secado donde se separan los pares de piezas que se han cortado a la vez y se colocan una a una en el suelo en hileras, para proceder al secado. El secado se realiza en naves techadas y con paredes, pero sin ventanas cerradas, con lo que se mantiene en el interior una ventilación considerable. Las piezas están 6 días en esa posición y luego se apilan en otra zona, en la que permanecen 11 días más, con objeto de conseguir un secado uniforme. Transcurridos esos 17 días se introducen en el horno, donde se dejan secando 4 días más, acabando así la fase de secado y empezando, a renglón seguido, la fase de cocción.
Figuras 2.2.22 a 2.2.24. Transporte de la arcilla y moldeo del ladrillo manual.
Figuras 2.2.25 a 2.2.27. Desmoldeo y transporte del ladrillo manual. Extracción de la mezcla para ladrillo manufacturado.
Figuras 2.2.28 a 2.2.30. Transporte del material, corte y transporte del ladrillo manufacturado.
En algunos casos, los alumnos de la IE Universidad han redactado fichas de los procesos de elaboración de los materiales de uso más común. Con algunos de ellos hemos editado varios pequeños manuales, que también emplea el personal de la fundación. En el caso del ladrillo, además de los croquis y notas que aparecen aquí acerca de su fabricación, se enumeran las propiedades de los diversos tipos de ladrillo que pueden encontrarse en la zona, se resumen las recomendaciones para su uso y se facilitan direcciones de almacenes para comprarlos, laboratorios para ensayarlos, etc. Nuestra intención con esta pequeña iniciativa es facilitar el trabajo de los futuros cooperantes. Es difícil que los voluntarios que acuden a la zona tengan toda la información que necesitan; los datos que aportan estos documentos son los fundamentales para su trabajo diario.
El horno de ladrillo. En la fase de cocción, tanto del “Table molde brick” como del ladrillo manufacturado, se emplean dos tipos de horno. Uno de ellos, llamado “Support Klin” (que, traducido literalmente, significa horno de apoyo), está en desuso debido a que necesita demasiado tiempo para cocer las piezas. Sólo utiliza cuando hay una demanda muy grande o pocas piezas hay en stock.
Es en esta fase donde el ladrillo no adquiere las características exigidas a la cerámica en España, debido a que la temperatura de cocción en los hornos es relativamente baja. La temperatura de un horno para productos cerámicos en España sobrepasa los 1.000 grados, mientras que aquí no se superan los 370 grados en la fase de cocción.
El adobe esta formado por barro y excrementos secos de animales, mezclados en una proporción del 30 y 70 % respectivamente.
El horno está construido con fabrica de 1½ pie de ladrillo cerámico revestido de mortero. El ladrillo empleado para construirlo es del mismo tipo del que van a ser cocido en el interior del horno, que es considerado aquí como High Quality (máxima calidad). No se utiliza ladrillo refractario. Tampoco el cemento empleado en el mortero de revestimiento lo es (no incluye aluminato cálcico). Se utiliza exclusivamente cemento de 53 grados. Los materiales con los que está fabricado el horno no son de la calidad que debieran, de manera que la mayor parte del horno tiene grietas. En algunas zonas se ha derruido parte del muro de ladrillo, lo que hace muy difícil controlar la temperatura en el interior del horno. Se emplea madera como combustible. El control de tiempos y temperatura de cocción está basado en la experiencia. Son trabajos que pasan de generación en generación. En este caso se trata de un trabajo con poca antigüedad, ya que hasta hace poco se utilizaban tapiales o ladrillos de adobe secados directamente al sol. El horno consta de varias zonas. Las de entrada de materiales están situadas tanto en la parte superior como en los laterales cortos del horno. La de combustión se sitúa en el alzado mas largo del horno, y consta de 4 puertas para meter leña y quemarla; de esta forma se produce la cocción del material, que se acopia en la zona central. La zona de cocción se distribuye en dos o cuatro salas centrales, a cada una de las cuales corresponden dos compuertas o “Firing Places”. También existe una zona
de extracción de humos, con una chimenea común para cada dos salas, que facilita la extracción de los humos producidos en la fase de cocción. Los “firing places” son las compuertas por donde se introduce la madera y para hacerla arder, y están en contacto con los ladrillos colocados previamente dentro de las salas. Los ladrillos que están más próximos al fuego tienen una mayor calidad que los que están en la parte superior, debido a la diferencia de temperatura entre ambos. A través de cada compuerta se comprueba que hay suficiente combustible, y se introduce más si es necesario. La zona de combustión de la madera está 40 cm. por encima del suelo. Bajo las puertas existe una zona de apertura para que no se acumulen demasiadas brasas. Cuando éstas sobran, se sacan y apagan inmediatamente con agua. Durante el proceso se desarrollan dos fases fundamentales: Fase de cocción. Una vez que están todos los ladrillos dentro de las salas del horno (17.000 piezas por cada una), se introduce el combustible en los firings places. En este momento empieza la fase de cocción, sin cerrar aún los huecos por donde se han introducido los ladrillos. Se añade el combustible preciso para mantener una temperatura constante de aproximadamente 300 grados. En esta primera fase, que tiene una duración de 12 horas, se cuece el 50% de los ladrillos que hay en cada una de las cámaras.
Los ladrillos más próximos al fuego tienen mayor calidad que los de la parte superior, debido a la diferencia de temperatura entre ambos. Transcurridas 12 horas desde el comienzo de la combustión, se cubren las zonas de entrada de materiales con barro, o inclusive con lonas, si fuera necesario en caso de lluvia. En este momento se cuece el 50% restante de las piezas, debido tanto al calor desprendido por la combustión propia de la madera como a la temperatura que poseen los gases desprendidos en dicha combustión. Durante esta segunda fase, que dura 24 horas y en la que se alcanza una temperatura máxima de 370 grados, debe cuidarse el mantenimiento del barro utilizado para cerrar totalmente el horno, ya que debido al excesivo calor y a la mala calidad de los materiales empleados se producen muchos escapes de gases en zonas no deseados, que reducen la temperatura interior. Transcurridas 24 horas, y controlados los escapes de gases no deseados, empieza la fase de enfriamiento. Fase de enfriamiento. En esta fase se deja reposar el material durante otras 24 horas. Terminado el reposo, se vuelven a abrir las zonas de entradas de los materiales, y se quitan el barro y las lonas, en caso de que hubiera sido necesario utilizarlas. Una vez descubiertas las piezas, se dejan enfriar un mínimo de 10 horas antes de quitarlas de la parte interior del horno. Transcurrido este tiempo, se considera finalizado el proceso de fabricación del ladrillo y se envía a obra o se almacena para su venta.
Materiales pétreos. Los materiales pétreos que se extraen de las canteras de Anantapur son de buena calidad y muy abundantes. Se utilizan para usos muy distintos. Como se ha podido observar en los capítulos dedicados a la ejecución, son básicamente dos los tipos de piedra que emplea la Fundación Vicente Ferrer: el granito y la piedra Cuddapha.
Figuras 2.2.43 a 2.2.45. Extracción de áridos en la cantera.
Figuras 2.2.46 a 2.2.49. Instalaciones de machaqueo y tamizado. Áridos de 5 a 10 y de 10 a 20 mm.
Figuras 2.2.50 a 2.2.53. Obtención de los mampuestos a partir de un bloque de tamaño medio.
Figuras 2.2.54 a 2.2.56. Láminas de piedra Cuddapha. Otros materiales pétreos empleados en los solados.
70 mm Mortero "Brick Jelly" (1-2 % pendiente)
25-30 mm Cuddapha Viguetas 10x6 cm Intereje 80-100 cm
La explotación de los niños para estos trabajos es muy común en la India. El granito se utiliza, junto al cemento y la arena, como árido grueso en la elaboración del hormigón. Básicamente se usan dos tamaños, de 5-10mm y de 10-20mm. En las figuras 2.2.48 y 2.2.49 se pueden apreciar ambos tamaños con un objeto como referencia. El granito se utiliza además en los dinteles de las casas de los pueblos, y también como mampostería en las cimentaciones. En la figura 2.2.74 se muestran las piezas de dintel antes de ser cortadas a medida y colocadas, y en la 2.2.53 los mampuestos empleados en cimentación. También se emplea con frecuencia una piedra laminar, muy similar a la pizarra, llamada Cuddapha. Es un material muy apreciado por su de gran calidad y belleza. Se utiliza para solados exteriores y también como piezas de entrevigado en la formación de forjados. Se pueden obtener piezas de gran tamaño, como la que se muestra en la figura 2.2.59. En los solados interiores de las viviendas se suele utilizar una piedra natural, más porosa y de tamaño más modesto. Son de distintos colores y se trabajan en formas muy variadas, como se puede observar en la figura 2.2.56. Tanto la Cuddapha como la piedra natural de solado de interiores son piedras muy trabajables. Se tallan siempre en obra para conseguir la forma deseada.
Figuras 2.2.58 y 2.2.59. Piedra Cuddapha empleada en entrevigados y solados de exterior.
El trabajo en la cantera es similar al que se realiza en España. Tal vez lo más particular sea el empleo de mano de obra infantil, aunque la explotación de los niños para estos trabajos es muy común en la India. La Fundación Vicente Ferrer denuncia continuamente estos abusos.
Figuras 2.2.60 a 2.2.63. Vista general de la cantera. Maza y puntas empleadas en el despiece.
Figuras 2.2.64 a 2.2.66. Replanteo de las puntas e inserci贸n de las mismas.
Figuras 2.2.67 a 2.2.70. Rotura de la piedra y movimiento de la misma.
Figuras 2.2.71 a 2.2.74. Sillares y cargaderos obtenidos al finalizar el proceso.
Medios auxiliares El andamio de bambĂş. Los andamios empleados son extremadamente simples y bastante peligrosos. Se construyen con en pies derechos de madera o bambĂş, arriostrados con el mismo material mediante una pieza que funciona como plataforma de trabajo. Normalmente esta plataforma estĂĄ compuesta por dos o tres puntales de madera, pero puede llegar a estar formada por uno sĂłlo.
Para su montaje se prevén unos huecos en fachada durante la ejecución de los muros de fábrica. En ellos se insertan puntales de madera, a modo de canes, sobre los que se instala un andamio en cada cara del muro, arriostrado al resto del edificio. En caso de que la tabiquería esté ya terminada (huecos cerrados y paramentos enfoscados) se buscan otros métodos de atado del andamio al muro, como el empleo de la carpintería ya colocada para dicho objetivo. Las uniones se realizan con cuerda, y, al igual que en los apeos, es habitual la necesidad de calzar los pies derechos con ladrillo, piedra o madera, debido a las diferencias de longitud del material. Hay que tener en cuenta que éste, a pesar de su calidad, es reutilizado en una media de ocho puestas, cada una con una altura diferente. Cuando la altura a salvar supera la planta tipo, generalmente de unos 3m., algo que sucede frecuentemente en el hormigonado de elementos superiores de la edificación (vigas y losa de cubierta), resulta necesario disponer de un andamiaje escalonado para facilitar el flujo manual de hormigón hasta la zona de vertido. Normalmente se dispone un complejo sistema compuesto de varias plataformas, situadas a diferentes alturas y distancias de la fachada.
Propuestas y ensayos La vigueta Prefabricada Objeto En Anantapur no se emplean prefabricados en la construcción de estructuras. El objeto de este ensayo fue el de analizar las posibilidades de crear viguetas prefabricadas, con los medios que teníamos a nuestro alcance, para forjar pequeñas construcciones. El procedimiento de construcción, así como los materiales empleados y los modos de ensayo fueron improvisados por el alumno Luís Miguel Martín Hernández siguiendo las indicaciones de Iñaki Barba y Julián García. El ejemplo que se construyó permitía cubrir una luz de 4 metros. Proceso de fabricación Las viguetas se confeccionaron con redondos de acero corrugado de diámetros 10 y 12 mm., redondos de acero sin corrugar de diámetro 8 y 6 mm. para los cercos, mortero de cemento de dosificación 1:6 y ladrillos de primera calidad. Se dispuso la armadura metálica del modo que se ve en la figura. Se realizaron dos viguetas con dos armaduras diferentes, la primera con unos redondos longitudinales de 10 mm de diámetro y con cercos de 6 mm. cada 23,5 centímetros y la segunda con redondos longitudinales del 12 con cercos del 8 cada 23, 5 centímetros. La figura refleja la armadura colocada al revés de cómo se montaría en realidad en obra.
“En Anantapur no se emplean prefabricados en la construcción de estructuras” El proceso de ejecución fue el mismo en ambos casos. Una vez tenemos la armadura preparada, se prepara una superficie para que quede lo más plana posible y nos ayude a la hora de ejecutar la vigueta. Sobre esta superficie se coloca la armadura. Realizado esto, se vierte una capa de arena de unos 4 cm. de espesor que, son los que en un futuro se cubrirán con la capa de compresión una vez montada la vigueta en el futuro edificio. Sobre la arena se monta una hilada de ladrillos, tal como se puede ver en la figura. Dichos ladrillos serán la parte superior de la vigueta una vez colocada en su verdadera posición. Posteriormente se prepara el mortero de dosificación 1:6, de forma manual. No es posible añadir grava y hacer hormigón de modo circunstancial, aunque esto no se considera importante ya que la misión del mortero va a ser exclusivamente de protección de la pieza; debe tenerse en cuenta que la vigueta está pensada para trabajar en un esquema de pieza apoyada-apoyada, por lo que su fibra inferior siempre trabajará a tracción. La cara superior, que se hormigonará, como se ha dicho, de modo conjunto con la estructura, sí deberá estar realizada con un hormigón convenientemente dosificado.
“Un año después las dos viguetas permanecían cargadas y sin ceder” El mortero se aplica a la primera hilada de ladrillos, ya colocada, introduciendo dicho mortero en los huecos que quedan entre la armadura y los ladrillos. Sobre un nuevo tendel de mortero se coloca la segunda hilada de ladrillo, como ilustra la siguiente figura. A renglón seguido se aplica el mortero entre los huecos que quedan entre los ladrillos y la armadura. Finalmente se cubre con mortero el redondo longitudinal superior (que será la parte inferior una vez colocada en su posición real) y se rematan las partes de la armadura que no estaban cubiertas con anterioridad. Las viguetas terminadas se dejan a curar durante un periodo de 8 días, regándolas frecuentemente para favorecer el curado. Puesta en carga Lo primero que se hizo para probar las viguetas fue colocarlas en la posición adecuada. Las piezas se voltearon y se colocaron sus extremos sobre unos soportes de mampostería de piedra. Las viguetas quedaron elevadas unos 10 centímetros sobre el nivel del pavimento.
El ensayo que se realizó a renglón seguido no fue demasiado homologable, debido a los medios de los que disponíamos, pero sí convincente. Se hizo una primera prueba de carga repartida, como se puede ver en las siguientes fotografías. En la primera participó todo el departamento de arquitectura de la Fundación Vicente Ferrer y uno de los ayudantes de la Fundación. La carga de 6 hombres supone unos 420 kilogramos de carga repartida, es decir, unos 100 kg. por metro lineal de vigueta. La segunda prueba de carga repartida se hizo con todas las operarias de una obra cercana, con un peso equivalente. También se hicieron pruebas con una carga más o menos puntual en el centro del vano, lo que se consiguió mediante la colocación de unas losetas de piedra que cada una pesa cerca de unos 25 kilogramos. Se colocaron 10 piezas, así que se le sometió a una carga puntual de 250 kg. aproximadamente. En la figura se puede ver como la vigueta ya cedía en su parte central, aunque debe tenerse en cuenta que estos ensayos se hicieron sin hormigón en la capa de compresión de la vigueta. Un año después las dos viguetas permanecían cargadas y sin ceder, así que podemos considerar que la prueba fue éxito.
Otros materiales. Además de estudios sobre los materiales tradicionales, los alumnos de la IE Universidad han hecho un gran número análisis y propuestas sobre otros materiales. Se ha estudiado y ensayado el hormigón llevando probetas a los laboratorios de a Universidad de Ingeniería civil de Anantapur, y se han propuesto y ensayado algunos aditivos para mejorar su rendimiento. También se ha estudiado el acero, visitando incluso algunas de las acerías que operan en la zona. Se ha ensayado el acero corrugado utilizado en las obras de la Fundación (en este caso, incluso se han traído algunas barras a España para contrastar ensayos) comprobando que cumple con los requisitos técnicos exigidos por la normativa de la zona. También se ha propuesto el empleo de baldosas de cemento con distintos motivos, o sistemas de prefabricación de carpinterías.
2.3. Diarios. La estancia en Anantapur. Los alumnos de la IE Universidad redactan un diario de su estancia en la zona. Aunque gran parte del mismo es un reflejo de la experiencia técnica que están adquiriendo allí, también registran en muchas ocasiones comentarios acerca del viaje, de las condiciones de vida en la zona o sobre la labor de la Fundación Vicente Ferrer. Son notas sobre el trabajo de la mujer y de los niños, o sobre los regalos que hacen llegar a los apadrinados, que sirven como referencia para futuros cooperantes. Se acompañan a continuación algunos ejemplos, así como un listado de consejos para el viaje elaborado por los alumnos de la IE Universidad y los voluntarios de la Fundación Vicente Ferrer.
El trabajo en Anantapur La mujer y el trabajo. Las mujeres representan en la India más del 80 % del personal que trabaja en una obra, efectuando en todos los casos y sin excepción aquellos trabajos que requieren una mayor fuerza física. Trabajan de sol a sol. Se podría decir que hacen la labor de los peones occidentales, mientras que los hombres ocuparían el cargo de oficiales, encargados y capataces.
El sueldo de las mujeres es de unas 1500 rupias, lo que equivale a 4500 de las antiguas pesetas. La mano de obra en Anantapur es muy barata. La Fundación Vicente Ferrer paga a cada operario como si fuera un funcionario, que es el máximo sueldo al que se puede aspirar en La India. El sueldo de las mujeres es de 1500 rupias, lo que equivale a unas 4500 de las antiguas pesetas. El de un hombre es de 2000 rupias (6000 pesetas). Uno de los trabajos que desarrollan más frecuentemente es el traslado de materiales mediante el método tradicional indio de acarreo. Con o sin cestas -dependiendo del material a transportaracarrean sobre su cabeza y hombros grandes pesos durante distancias cortas. Entre las imágenes más impactantes que se puede presenciar en las obras esté el hormigonado de las losas de cubierta, ya que se forman grandes cadenas humanas sobre andamios de bambú, que siguen a través de la cubierta que se quiere hormigonar. Se organizan dos carriles, uno de entrada del hormigón y el otro de salida de los recipientes vacíos -aunque en ocasiones se obvia esta última línea y se lanzan los recipientes vacíos directamente hacia el sitio donde se encuentra la hormigonera-. Normalmente, todos los miembros de esta cadena son mujeres. Las mujeres dan un ambiente especial a las obras con sus coloridos trajes de faena, los Sharis. Además, es común que, mientras están llevando a cabo los trabajos de hormigonado o transporte, las mujeres se animen entre ellas, arengándose e, incluso, cantando.
La estancia en la Fundación Esto es para poneros un poco en situación de cómo es donde yo vivo, que por cierto no tiene nada que ver con lo que hay fuera del recinto. La puerta que se ve a la izquierda es la de mi oficina, donde paso más tiempo del que me gustaría. Lo que se ve al fondo es la casa del father, más conocido como Vicente Ferrer. Nos tiene tan cerca que cada vez que se aburre, que es muy frecuentemente, nos viene contar cosas. Vicente es un sabio de 85 años, muy irónico, al que puedes estar escuchando horas sin darte cuenta. En la oficina, tecnología la justa. Los personal computer dejan bastante que desear, pero es lo que hay; somos los únicos afortunados que tenemos Internet en toda la fundación, o sea que no es poco. Internet funciona fatal, lo único que conseguimos usar es el correo. Ver cualquier otra cosa, como pueda ser una web con noticias de España, es obra imposible. Sé que hay televisión porque me lo han dicho, pero yo todavía no he visto ninguna.
“Puedes estar horas escuchando a Vicente sin darte cuenta”
“En cuanto atraviesas la puerta el mundo cambia y te conviertes en el hombre más rico de la zona” Esta es la salida de la fundación. En cuanto atraviesas la puerta que se ve al fondo el mundo cambia y te conviertes en el hombre más rico de la zona. Y encima, al ser blanco eres de casta alta. Lo que ellos denominan de raza superior. Estamos en la segunda zona más pobre de la India, no quiero imaginarme cómo será la primera. Aquí se conoce a la fundación como R.D.T. (Rural Development Trust) o ar di ti. Lo que viene hacia mi es un ritsau, una moto de tres ruedas que es lo que nosotros llamamos taxi. Hay de dos tipos; el normal, en el que pueden ir 16, y el comunitario que entran hasta 20. Nosotros también lo utilizamos como medio de transporte, dado que los jeep de la fundación solo se usan para el trabajo. Si quieres cogerlo para ti solo puedes hacerlo; el viaje mas largo, de unos 5 km, sólo te cuesta 15 rupias, unas 28 pesetas al cambio. Pero Vicente no ve bien que lo tomemos solos, es política de la fundación. Nosotros como los demás, que ya se encargan ellos solos de verse inferiores. A mí me parece muy bien. Dentro de la fundación vivimos the Father (Vicente), the Sister (Ana, la mujer de Vicente y la que maneja en realidad el cotarro), los voluntarios, que somos unos 10 y una serie de familias Hindis sin casta (y por lo tanto sin futuro si no fuera por R.D.T.). Los que viven aquí trabajan para nosotros: cocineros, limpiadoras, etc.
Las cabañas de los voluntarios están muy bien. Os contaría la fauna de animales que hay danzando dentro de la fundación, pero no quiero asustar a mi madre. Lo haré cuando llegue a España. No se ve bien, pero la mía es la 12. Cuantos Hindis quisieran una casa de este pelo para los 19 miembros de su familia. Por dentro, el palacete es de dos camas de 80 juntas (dado que la habitación es compartida, aunque yo hasta ahora he tenido suerte y estoy solito). Lo peor es que el somier es una chapa metálica sobre la que hay una colchoneta de lo más incomodo. La verdad es que me cuesta un poco coger el sueño, entre otras cosas por los 40 grados que hay de noche. Pero eso sí, una vez me quedo, me quedo hasta el día siguiente. Por la noche suena un silbato cada 2 o 3 minutos. Los usan los de seguridad para espantar a las serpientes, y para avisarse entre ellos y no quedarse dormidos. La verdad es que la cosa tiene su vidilla, y yo estoy bastante animado. Se podría currar un poco menos, pero no se puede tener todo. La canteen (cantina) sirve de comedor, de sala de reuniones, de conferencias... en fin, que vale para todo. Estos son a un grupo de padrinos catalanes que han venido para ver qué se hace con el dinerillo que envían mensualmente. Ellos y nosotros somos los únicos occidentales que hay en kilómetros a la redonda; el sur de la India no es un lugar muy turístico.
Y aquí tenéis a mis compañeros los voluntarios, una gente más maja y más lista que la leche. La mayoría hablan tres idiomas, además de ser médicos, enfermeros, o arquitectos… El de barbas es Jaume, y es el voluntario de por vida. Se vino en furgoneta, atravesando 14 países diferentes, y se conoce la mayor parte del mundo. Es posible que sea la persona con más conocimientos de todo en general que haya conocido en mi vida. Ha realizado todos los tipos de voluntariados habidos y por haber y es un coco con las ciencias y los números. El mundo debería de estar lleno de locos como éste, a todos nos iría mejor. Muchos me preguntáis por la comida. Aquí se come con la mano, aunque nosotros tenemos cubiertos para el que quiera. Aunque nunca lo pensé, lo que más echo de menos no es el jamón o un buen filete, que también; lo peor es que no existe aceite de oliva. Y te puedes tomar una buena ensalada o un lo que sea pero sin aceite de oliva….como que no. Existe aceite, sí, pero no se de qué es exactamente y parece refinado una docena de veces (es totalmente transparente). Aquí tenéis una muestra, el menú de hoy. Para las amas de casa y jubilados que hacen la compra os mando unos precios de referencia: 1 Kg. Alcachofas = 2 Rupias = no llega a 4 pts., 1 Kg. Berenjenas = 3 Rupias = unas 5 pts. Estos precios los he visto hoy, seguramente es posible encontrarlos más baratos. La mayoría de las cosas que comemos, de todas formas, no sé lo que son, pero es porque en España no las tenemos. Eso sí, lo de que los mejores plátanos son los de Canarias… aquí hay huertos con unos miniplátanos que están buenísimos. Aunque esos no están a la venta; esos nos les dan en las visitas a obra, donde eres un Dios. Ya os contaré más sobre estas visitas.
Camino hacia un mundo diferente. Tomo una dirección, que se presenta interesante, y pienso que es la acertada. Abrazo la mochila. Los dos días de viaje ya van pasando factura. Debe ser tarde. Un aeropuerto desocupado, sin vida. Gente durmiendo en el suelo a las afueras de Mumbai. Los continuos cambios de hora me han hecho despistarme con el tiempo. Mi objetivo es llegar a la Fundación Vicente Ferrer en Anantapur, en el centro-sur de la India. Desde que la Universidad SEK colabora con la Fundación, hemos sido varios los alumnos afortunados que nos hemos decantado por vivir esta experiencia. La idea, en un primer momento, no resulta complicada a nivel profesional; los edificios que construimos son sobre todo hospitales y escuelas de una planta, con fáciles desarrollos constructivos. Pero a nivel personal es un cursillo acelerado de vida y de conocimiento de uno mismo. En los primeros días, mi cabeza se esforzaba por entender qué me había decidido a lanzarme a un país tan extraño. Poco a poco, fui encontrando respuestas a mis interrogantes. Y haciéndome nuevas preguntas. Durante mi primera semana de trabajo conseguimos dar luz a todo un pueblo, un lugar donde muchos de los más jóvenes no habían avistado nunca un hombre de raza blanca. Como muestra de agradecimiento nos prepararon una gran fiesta. Colorido, música y rituales típicos. Una cena, todos en el suelo, utilizando como cubertería nuestra mano derecha.
También fui profesor. Daba clases de español a mujeres y hombres de mi edad. Aquí encontré a mis mejores amistades entre la gente de la India. Mostraban mucho interés por aprender una lengua tan distinta a la suya. Los resultados fueron notables y alcanzaron, gracias a su interés, un buen conocimiento de nuestra lengua en un corto periodo de tiempo. La pobreza de la zona puede leerse en algunas de las miradas de las personas que viven allí. Para la mayor parte de la población, la vida es una lucha continua por ver un nuevo amanecer sin que la hambruna, la enfermedad o la miseria les impida volver a parpadear. Niños descalzos expuestos a duras jornadas de trabajo, cadenas de mujeres trabajando doce horas seguidas, todos sin tiempo para engañar sus estómagos vacíos con una ración de arroz. Los diferentes y variados viajes que tuve ocasión de hacer me enseñaron otra manera de dar forma a mi tiempo. Viajes llenos de momentos excitantes, donde los sentimientos pueden fácilmente humedecerte los ojos. Durante los meses que duró la aventura descubrí un mundo lleno de vida, paralelo al que yo conocía. La India es el lugar donde la vida y la muerte van de la mano. Y eso no parece asustar a nadie.
Última carta. Mi llegada a la India fue por la puerta grande. En el mismo vuelo venía Maite, una pediatra con sus dos niños. A ella la venía a recoger un coche de la fundación (privilegio de médico) y yo, por supuesto no iba a perder una oportunidad como la de viajar hasta Anantapur en coche y además acompañada. A partir de ese momento, me unió una gran amistad con ella y sus hijos, Mikel y Gabi. Dos niños de 8 y 10 años que han tenido la oportunidad de vivir la mayor y mejor experiencia que tendrán en sus vidas, y ha sido aquí, en la India. Han acabado comiendo con la mano, hablan telugu (lengua local) o han ido al colegio (por supuesto con alguna regañina porque no deja de ser el colegio). Sólo aparecían por el campus el fin de semana o alguna escapada. A la primera que iban a ver era a su tía, es decir, a mi (se me cae la baba). Para algunos indios, madre, por dos cosas, primero por el parecido físico que hay entre Gabi y yo, y segundo por el cariño que nos hemos dado durante todo este tiempo. Os preguntareis por qué os hablo de esta gente. Pues porque estos dos niños han sido de las personas más importantes aquí y en mi vida. Porque sus besos, sus abrazos, me han ayudado a tirar para adelante en algún que otro momento. La entrada en el campus fue rara, muy diferente a lo que vi durante mi recorrido Bangalore-Anantapur (cinco horas de viajecito), limpieza principalmente, casas con buen aspecto, baños decentes, vegetación, árboles… Lo primero fue conocer al resto de voluntarios y a la gente con la que iba a trabajar. Es difícil entrar en una “familia”, aun así cuando llegas aquí, todos quieren ver caras nuevas, conocer nuevas historias…Poco a poco te das cuenta de que ya eres uno más. Aunque, por supuesto, hay sus más y sus menos, sus pros y sus contras. La convivencia diaria en un país como India es… no encuentro un adjetivo para poder describir este voluntariado, ¿maravilloso?, ¿bonito?, creo que me quedo con increíble. Pero vivir en el campus no solo es vivir con voluntarios españoles, también es una convivencia con la gente de este país, que trabaja para la fundación. Personas que te ofrecen una sonrisa cada mañana, un “Namaste” por la tarde y un “Good night” cuando vas a dormir. Los intérpretes, esa gente maravillosa que traduce las cartas de los apadrinados, te preguntan mil cosas porque quieren saber de ti, de tu tierra, tu familia, tus amigos… te acompañan para ver a tus niños (en mi caso los de mis amigas), te traducen cuando tienes que ir a ver una fábrica de ladrillos, o se sientan contigo para compartir una fruta y algo más importante, su vida. Esa vida, que la fundación ha ayudado a mejorar, pero que la sociedad, el país, las castas… no permiten cambiar.
repetir: ¡malditas castas!, ¡maldita cultura! Pero ¿cómo puedes obligar a un hijo o a una hija a casarse con alguien que no quiere, incluso que no conoce la mayoría de las veces? Es cruel, insolente. Y sé de qué os hablo, porque estuve en una de esas bodas. Pude ver a la novia (el resto de familia, incluido el novio, la conocerían dos días después), su cara de niña tapada con una larga melena negra, sus ojos llenos de tristeza, su cuerpo balanceándose, un temblor de manos casi insoportable… ¿esto es justo? Por supuesto, hay excepciones. Entre la gente de alta posición social no existen estos problemas; los padres están tranquilos porque saben que sus hijos sólo se rodearan de gente de la misma posición económica. Si vienes de vacaciones a India puedes no ver muchas de estas cosas si no quieres. Sólo hace falta ir a un resort en una de esas playas paradisíacas y, de vez en cuando, cerrar los ojos. No tienes por qué hablar con la gente, no tienes por qué interesarte por su cultura. Pero hay algo que no va a pasar desapercibido: la pobreza. La ves en cada ciudad, en cada esquina, cada rincón, incluso en sitios de lujo. Notas algo cuando la mujer de la limpieza no levanta la cabeza, cuando el chico que barre en un restaurante lo hace de rodillas, arrastrándose por el suelo. Por mucho uniforme que le pongan, sigue siendo un niño. La ves en las carreteras, en la gente que no tiene casa y duerme en el suelo o en las aceras, y en los que la tienen y duermen también a la intemperie porque es demasiado pequeña para dormir toda la familia dentro. Pero siempre, siempre, esta gente tiene una sonrisa para ti. Ya no solo en Anantapur, donde saben que todos los extranjeros estamos allí para ayudar, sino en toda India. Los niños, las niñas, las mujeres. Cuando unos padres tienen una niña, es una desgracia para la familia, además de alimentarla, en el momento que haya que casarla, hay que dar la dote. Los niños son bienvenidos, ya que será la familia la que reciba la dote. Aún ahora sigo sin saber por qué la mujer está tan discriminada. Cuando comienzas a conocer la India comprendes que si este país continúa existiendo es por ellas. Ellas son las que trabajan, las mulas de carga, tiran de los hijos, del marido y del resto de la familia. No es un comentario feminista, los que me conocéis sabéis que no es así. Pero hay situaciones en este país muy duras de llevar. Hay hombres que trabajan, por supuesto, aunque sean los menos. Es cierto que estoy hablando de una zona como Anantapur, muy rural, donde la evolución sólo ha llegado para aquellos que han podido comprarse un DVD o una cámara digital.
Ellos quieren nuestra vida. ¿Por qué? La televisión, las películas de Hollywood y Bollywood, les enseñan otra forma de vivir que realmente tampoco es la nuestra. Les muestran una vida sin problemas; si aparece alguno enseguida se resuelve. También les enseñan que los protagonistas no lloran, que siempre se hace lo que se quiere…Pero hay que recordarles es algo que nosotros no tenemos y que ellos me han mostrado: humanidad.
Antes de despedirme quiero hablaros, otra vez, de esa gente que ha vivido conmigo tanto. Han sido muchos, hombres, mujeres; diferentes edades; diferentes pensamientos políticos; hippies, pijos, locos; unos con los pies en la tierra y otros en las nubes; médicos, profesores, periodistas, ingenieros, arquitectos y hasta una aparejadora; tranquilos, nerviosos; mas o menos fiesteros, viajeros, luchadores… Con esas personas he pasado la mayoría de mi tiempo, hemos reído juntos y hemos compartido lágrimas. Pero todos vinimos por lo mismo, para cumplir nuestro sueño.
¿Y el amor? Otro de los temas de los que quieren saber. ¿Es como en las películas? ¿Te puedes casar con quien quieras? No, no es como en las películas pero sí, sí te puedes casar con quien quieras. Quiero a esta gente y a este país, pero a veces he presenciado cosas y no he hecho más que
India es un país duro, donde no hay medias tintas. Lo odias o lo amas. Te va encandilando, te enamora poco a poco, como un pequeño ritual. Un día una mirada, luego una sonrisa y en el momento de la marcha unas lágrimas y el abrazo de hasta siempre.
Antes del viaje: los preparativos Estos son los principales detalles que debes tener en cuenta antes de viajar a la India para colaborar con la Fundación Vicente Ferrer: vacunas, visados, billetes y equipaje. La fundación se llama, en la India, Rural Trust Development (RDT), que es como la hallarás citada en lo sucesivo.
Vacunas. No dejes para el final los aspectos sanitarios de tu viaje. Prográmalo con tiempo, visita lo antes posible un centro de Vacunación Internacional. Es recomendable hacerlo con un mes y medio de antelación. ¿Dónde debo ir? Al centro de vacunación que te corresponda. Madrid. Centro de vacunación. C/ Núñez de Balboa, 111. 28006. Madrid. Telf: 91 561 61 95. Barcelona. Centro de sanidad exterior. C/Vergara nº 12. 08002 Barcelona. Telf. 93 482 05 78 ¿Qué vacunas me debo poner? No es obligatoria ninguna vacuna para entrar en la India, pero son recomendables: Hepatitis A+B: Se administra en 3 dosis (para que sea efectiva te aconsejamos que no te olvides de ninguna). La primera un mes antes del viaje, la segunda justo antes de viajar (debe haber un mes de margen entre la primera dosis y la segunda) y la tercera al cabo de seis meses de haberte puesto la primera. Prevención del paludismo. El paludismo o malaria es una enfermedad parasitaria potencialmente grave, muy extendida en casi todos los países tropicales y que se transmite por la picadura de mosquitos infectados. En la actualidad no se dispone de una vacuna eficaz pero sí existe una quimioprofilaxis recomendada. Las pastillas más habituales son las Savarine, que se deben tomar diariamente durante
el tiempo que estés en India y durante el mes siguiente a la vuelta de tu viaje. En el momento de la vacunación te darán la cantidad de pastillas necesarias para todo el viaje. Estas pastillas tienen efectos secundarios, por lo que no es muy recomendable tomarlas si piensas estar mucho tiempo en el país. Si quieres protegerte y disminuir el riesgo de infección, es conveniente que te protejas de las picaduras de mosquitos con productos antimosquitos de forma continuada, sobre todo cuando empieza a anochecer. No es necesario traer mosquitera si vas a estar únicamente en la Fundación, ya que todas las habitaciones están protegidas con mosquiteras en ventanas y puertas. Sí es recomendable que la traigas si tienes previsto viajar. También son recomendables las habituales: las del Tétanos, la Fiebre Tifoidea, la Poliomelitis y la Meningitis.
Visado. Para viajar a India es necesario tener visado. Hay que tener en cuenta que se necesita un margen de unos 15 días para tramitarlo, ya que se gestiona a través de la embajada de Madrid. Puedes pedirlo para 6 meses o 1 año. Es aconsejable hacértelo como turista y con múltiples entradas. Hay que tener en cuenta que aunque tengas el visado para un año tendrás que salir del país al cabo de 6 meses. El precio del visado depende del plazo de validez. El de un año cuesta 90 euros aproximadamente. Además del visado debes llevar el pasaporte en vigor con una validez mínima de un año. Embajada de la India en Madrid: Avenida Pío XII, 30-32. 28016 Madrid 91.345.04.06/02.09 Consulado de la India en Barcelona: Teodoro Roviralta 21-23 08022 Barcelona 93.212.04.22
El viaje.
Desde Bombay.
Billetes y compañías aéreas. Te detallamos a continuación diferentes opciones de vuelos y compañías aéreas para que te sirva de ayuda y orientación. Los precios son aproximados. La ruta depende del precio del billete y de la compañía aérea con la que vuelas. Lufthansa: Ruta: Barcelona – Frankfurt – Bangalore. Precio: 1.000 € Italia: Ruta: Barcelona – Milán- Bombay-Bangalore. Precio: 700€ Air France: Sólo vuela hasta Bombay, desde allí deberás coger un vuelo interno con alguna compañía nacional Air India o Jet Airways (precio de 120€) hasta Bangalore. Iberia/Air India: Ruta: Barcelona-Londres-Bombai-Bangalore. Precio: 960€ Dinero. No es necesario que traigas dólares. Puedes cambiar euros en el aeropuerto o en los bancos. Además en el propio campus hay una oficina de cambio. Es recomendable guardar un certificado de cambio de moneda para poder cambiar antes de la salida del país ya que la importación y exportación de la rupia está prohibida. Precio orientativo: 1€= 50 rupias aprox. Ten en cuenta que en algunas tiendas grandes aceptan Visa y cheques de viaje. Consejos para la mochila. No es necesario venir muy cargados de ropa o zapatos, ya que al convivir y trabajar con los indios es aconsejable vestir de forma similar a la suya. Además, la ropa está a muy buen precio y es muy barato hacérsela en las modistas del pueblo. Un pantalón te puede salir, entre la tela y la confección, por unas 110 rupias, poco más de 2€. De todas formas te aconsejamos un mínimo para la mochila. Ropa: Ligera y de verano. En India la gente es muy recatada y pudorosa por lo que no es conveniente traer camisetas de tirantes, faldas o pantalones cortos, ni ropa ajustada. Mejor camisetas de manga corta, algún pantalón o falda de hilo. Un jersey y alguna camisa de manga larga. Chubasquero para la época de lluvias. Y ropa interior que sea resistente, ya que con el agua del campus se desgasta enseguida. Calzado: Sandalias de verano, algún zapato cerrado (cuando llueve se agradece tener alguna bota de montaña impermeable) y zapatillas de deporte (te irán bien para hacer ejercicio por el campus) Ropa de cama y toallas: No es necesario que traigas, ya que en la Fundación te darán un juego de cada que lavan periódicamente. Higiene: En Anantapur puedes conseguir champú líquido y jabón para el cuerpo de pastilla. Es difícil conseguir gel en la ciudad, pero sí lo puedes comprar en Bangalore. También puedes conseguir fácilmente compresas en toda India, pero no Tampones. Es mejor que te los traigas de España. Botiquín: No es necesario hacer un gran botiquín pero sí que es aconsejable traer algunos medicamentos mínimos; algún analgésico, antidiarreico y antibiótico. Es recomendable traer suero oral, ya que son muy habituales los episodios de diarreas y es vital la hidratación constante. Varios: Tendrás tiempo libre pero las alternativas de ocio, tanto en el campus como en Anantapur, son limitadas. Por ello es conveniente que traigas libros, música, ordenador portátil, etc. No hace falta adaptador para la corriente; en la India también es de 220w. Dirección y teléfonos de la Fundación Vicente Ferrer en Anantapur Rural Development Trust RDT / FVF Bangalore Highway 515001 Anantapur A.P. India Para llamar desde España: 0091 8554 275503 / 275627 Para llamar desde dentro de la India: 08554 275503 / 275627 Email de la Oficina de Comunicaciones de FVF / fvfisdn@sancharnet.in Persona de Contacto: David Matamalas
RDT:
Si llegas a Bombay puedes coger un vuelo interno hasta Bangalore o coger un tren con destino a Anantapur que tarda unas 19 o 20h. Trenes Mumbai-Anantapur Tren numero 1013 diario, sale a las 21:25 pm de la estación LOKMANYA TILAK en MUMBAI y llega a Anantapur el día siguiente a las 16:20 pm. Trenes Anantapur-Mumbai Tren número 1014 diario. Sale de Anantapur a las 16:55 pm y llega Lokmanya Tilak el dia siguiente a las 12:20 pm. Desde Bangalore. Tienes varias alternativas para llegar a Anantapur: En tren. Desde la estación central salen trenes de forma regular hacia Anantapur. La duración del trayecto es de 5 o 6 horas (en función el tren que cojas). Hay distintos tipos de billete. Lo aconsejable es comprar billete para Sleeper Class que cuesta alrededor de 120 rupias. Pero en época de verano que hay mucho movimiento es mejor reservar con un día de antelación este billete. Si no es posible hacer la reserva, el mismo día se puede comprar un billete general (76 rupias) y en el tren subir a Sleeper Class, cuando pasa el revisor se le pide si hay algún asiento libre en este departamento (normalmente hay) y se le paga la diferencia del billete. Una vez llegas a la estación de tren tienes que coger un Rickshaw e indicarles que vas a RDT (“ar di ti” pronunciación en inglés) o a la Ferrer Office. Pide antes el precio del trayecto, te tiene que costar alrededor de 20 o 25 rupias teniendo en cuenta que vas con la mochila. Si no llevas peso como mucho paga unas 15 rupias. Los horarios son: Trenes Bangalore-Anantapur: Tren nº 2627, diario, sale a las 18:30 y llega a las 23:00 Tren nº 1014, diario, sale a las 12:45 y llega a las 16:55 Tren nº 6530, diario, sale a las 20:00 y llega a las 01:50 Tren nº 7686, diario, sale a las 17:00 y llega a las 21:25 Tren nº 6592, diario, sale a las 22:00 y llega 02:28 Jueves + sábados: Salida BGN 11:30 – Llegada Ananta.: 16:05 Tren nº 9775 Trenes Anantapur-Bangalore: Tren numero 2628, diario, sale a las 09:03 am y llega a las 13:55 pm Tren numero 1013, diario, sale a las 16:20 pm y llega a las 22:15 pm Tren numero 7685 diario , sale a las 01:34 am y llega a las 07:15 am Tren numero 6529 diario, sale a las 02:30 am y llega a las 09:45 am Tren numero 6591 diario, sale a las 00:20 am y llega a las 06:25 am En autobús. Desde la estación central de Autobuses de Bangalore (está enfrente de la de trenes) salen autobuses de forma regular. Hay que tener en cuenta qué tipo de bus coges ya que te puedes encontrar de diferentes niveles de confort. El viaje dura aprox. 5:30h. El precio es aprox. 86 rupias. En taxi. Puedes contratar un taxi, esta es la forma más cómoda de viajar hasta la Fundación. Si decides hacerlo desde el aeropuerto puedes tramitarlo en el mostrador de Pre-paid Taxi. Evitarás pagar cifras excesivas. Precio: 1.500 y 2.000 rupias aprox. Si tienes intención de pasar una noche en Bangalore antes de ir hacia RDT aquí tienes alguna dirección útil de hoteles para pasar la noche: Hotel Vellara. No.283, (old 126) Brigade Road. Bangalore 560 025 Teléfono: 00 91 80 253 69 116. Precio: 700 rupias aprox. Hotel Toms 1-5 Hosur Road. Bangalore 560 025 (junto a la gasolinera) Teléfono :00 91 80 255 75 875. Precio: 850 rupias aprox Estos dos hoteles están en una céntrica zona comercial y dirección al aeropuerto. Hotel Royal Lodge. 251-252 S.C.Road (near Kapali Theatre).Bangalore 560 009 Teléfono: 00 91 80 226 69 51- 226 65 75. Precio: 350 rupias aprox. Este hotel está en otra zona comercial y muy cercano a la estación de trenes y autobuses.
Desde Madrás. Si llegas de noche a Madrás (ciudad que también se llama Chennai) puedes alojarte en un Hotel bien de precio y que está a tan solo a 1 kilómetro del aeropuerto de Madrás: Hotel Mas, Madrás – 3 Stars. Tel: 044 22 64 15 23 / 22 64 01 61 Precio: 1000 rupias por una noche En tren. Al día siguiente puedes coger un tren hasta Gooty (a una hora en tren, coche o bus de Anantapur) o hasta Tadipatri (a una hora y media de Anantapur en taxi o bus). Trenes Chennai-Gooty Tren numero 6010 diario, sale a las 22.15 pm y llega a las 07.30 am Tren numero 6012 diario, sale a las 11.45 am y llega a las 20.05 pm Tren 1064, diario, sale a las 06:50 y llega a GUNTAKAL a las 14:50 Trenes Gooty-Chennai Tren numero 6009 diario, sale a las 19.30 pm y llega a las 05.40 am Tren numero 6011 diario, sale a las 07.55 am y llega a las 16.45 pm En autobús. Puedes coger un super bus de la compañía MARINA HIGHTECK, Chennai - Anantapur, que sale a las 6:00 pm (llega a Anantapur a las 5 de la madrugada) o a las 9:00 pm (llega a Anantapur a las 8 de la mañana). Se coge en la estación de bus de MOFUSSIL, cerca del aeropuerto. Cuesta 235 rupias en billete. Es un bus cómodo y llega directo a Anantapur. Para en la puerta de RDT Campus I. Seguramente antes verás un Hospital azul muy grande de RDT en Bathalapalli, pero esto está a media hora del Campus I. No te bajes en Bathalapalli. Espera a llegar a las afueras de la ciudad de Anantapur, donde está el campus uno de RDT. RDT se pronuncia "ar di ti" en inglés y es como se conoce a la Fundación Vicente Ferrer en la India. RDT son las siglas de "Rural Development Trust" o Asociación para el Desarrollo Rural.
Información de interés. Sobre la India Diferencia horaria: En invierno la diferencia es de 4:30h. más en la India. Y verano es de sólo 3:30h más. Clima y temperatura: El clima es monzónico-tropical. La época de lluvias, el monzón, transcurre de Junio a Septiembre. Marzo, Abril y Mayo son los meses de verano y es cuando las temperaturas alcanzan las cotas más altas (40ºC-45ºC) Sobre tu experiencia Durante todo el periodo que estés realizando el voluntariado en la Fundación tendrás alojamiento y manutención gratuitos. Es probable que tengas que compartir habitación. El baño está dentro de las habitaciones. Hay un equipo de cocina que prepara todos los menús para los voluntarios. El agua proviene de un depósito de agua potabilizada. Y además, hay agua mineral envasada. Podrás lavar la ropa en tu habitación. En el kiosco que hay enfrente a la salida de la Fundación podrás comprar jabón para lavar a mano. Además también encontrarás otros productos de higiene personal: pasta de dientes, suavizante etc. En el campus hay electricidad. La corriente es de 220v. No es necesario adaptador. En el campus de la Fundación se trabaja de lunes a sábado. El horario laboral depende del departamento en el que estés o de la función que desempeñes. Comunicación con los tuyos: En los kioscos que encontrarás frente a la entrada principal del campus tienes teléfonos públicos. Las llamadas salen bien de precio. En Anantapur tienes muchos servicios de internet. Vocabulario básico. En el campus te encontrarás con gente que sabe hablar español, en inglés te entiende la gran mayoría, pero el telugu es la lengua principal que se habla en el estado de Andhra Pradesh. A continuación te damos algunas de las principales expresiones o frases más usadas: Namastee ¿Baagunnaaraa? (Hola-bienvenido) (¿está bien?)
Baaguunnanu / naaku baagaa leedu (Estoy bien / No estoy bien)
Nii peru eemi? Naa peru Lakshmideevi (¿Cómo te llamas?) (Me llamo Lakshmideevi)
Naaku aakaligaa undi (Tengo hambre)
Nii vayas(u) enta? Naa vayasu iravai aidú (¿qué edad tienes?) (Tengo 25 años)
Recuerda que... Estamos en la India más rural, profunda y tradicional. Intenta ser respetuoso con la cultura y la manera de vivir y entender el mundo del lugar, aunque sea muy distinta a la nuestra. Hay que ser muy cuidadosos con la forma de vestir. Para evitar situaciones incómodas se aconseja que las mujeres utilicen ropa holgada, camisetas de media manga y pantalones largos. El consumo de alcohol y tabaco en público no está bien considerado, y aún menos por las mujeres. Por ello te aconsejamos evitar el consumo de alcohol y tabaco fuera y dentro del campus principal. Todos los voluntarios representamos a la organización y en Anantapur automáticamente se relaciona “blanco” con la Fundación Vicente Ferrer. Es importante que de cara al exterior tu conducta sea ejemplar. Tras muchos años de trabajo y lucha, ahora la Fundación es una institución respetada, reconocida y muy querida por el pueblo. Tú algún día te irás, pero RDT-FVF seguirá en el lugar.