Revista digital albricias (1)

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ÍNDICE Crítica/ Reseña Más allá de las apariencias. William Blake, Dios y Satán............................. 7 Luis Carlos Rubio Lopez

¿Goethe, Bécquer y Cernuda?............................................................................................ 10 Inés Iz. Teba

Arthur Rimbaud o la juventud del poema ....................................................................... 14 Joel Del Olmo

Gustavo Adolfo Bécquer vs. Edgar Allan Poe ................................................................. 16 Rebeca Ferreira

Biografía/ Curiosidades JANE AUSTEN Y EL AMOR: LO QUE SE OBVIA DE SU VIDA ......................................... 24 Inés Iz. Teba

Walt Whitman: el pájaro americano ................................................................................ 27 Joel Del Olmo

Bécquer ..................................................................................................................................... 29 Rebeca Ferreira

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Victor Hugo .............................................................................................................................. 34 Elena Basanets

Edgar Allan Poe ....................................................................................................................... 39 Rebeca Ferreira

Literatura vs… Drácula ...................................................................................................................................... 48 Rebeca Ferreira

Historia de la Historia LINEAS LEY ................................................................................................................................ 53 Irene Izquierdo Teba

LOS JUICIOS DE SALEM ......................................................................................................... 56 Irene Izquierdo Teba

El espiritismo ........................................................................................................................... 62 Rebeca Ferreira

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Mitología LITERATURA VS ODISEA ........................................................................................ 70 Inés Iz. Teba

PROMETEO Y HERMES ........................................................................................ 78 Irene Izquierdo Teba , Rebeca Chamorro

Viajes JAPÓN ................................................................................................................... 84 Inés Iz. Teba, Irene Izquierdo teba

CHINA .................................................................................................................... 86 Inés Iz. Teba, Irene Izquierdo teba

Entrevistas JAUME PONT…………………………………………………………………………………………….…….89 Cinta Sànchez Curto.

MEGAN MAXWELL ................................................................................................ 96 Inés Iz. Teba

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Refranes El refranero español ........................................................................................... 103 Laura Català Martínez

Literatura lúdica SOPA DE LETRAS ................................................................................................. 106 Inés Iz. Teba

CRUCIGRAMA ..................................................................................................... 107 Inés Iz. Teba

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La revista Albricias ha nacido para ofrecer una nueva perspectiva del mundo de la literatura y la lengua. Para ello, contamos con un equipo de redactores dispuestos a sudar tinta para sorprendernos con los temas más dispares e insospechados, como la literatura y la lengua no entienden ni de edad, ni de sexo, ni de religión, ni carrera… nuestra familia está compuesta por colaboradores proceden de lugares muy dispersos y de carreras de lo más distintas, desde derecho hasta filología pasando por graduados. Nuestra intención no es otra que hacer llegar la literatura y la lengua a todos, desde enterados en la materia hasta las personas que no han tocado un libro en su vida, porque en este mundo hay cabida para todo tipo de especímenes. Para este cometido se han confeccionado una serie de secciones que se irán desplegando en la revista. Albricias significa ―buenas noticias‖ nombre que fue escogido porque nos interesa llegar a cuantas más personas mejor y poder dar vida a los autores y obras cubiertas por telarañas así como a los nuevos que tratan de hacerse un huequecito a duras penas. Si deseas formar parte de nuestra familia no lo pienses dos veces y contáctanos en: www.facebook.com/revistadigitalalbricias

Inés Iz. Teba Directora Revista digital Albricia

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Más allá de las apariencias. William Blake, Dios y Satán.

«Is all that we see, or seem, but a dream within a dream?1»

Edgar Allan Poe. A Dream Within A Dream. 1849. Quiénes somos, hemos sido y seremos, probablemente, no sería lo mismo si hubiéramos leído, escuchado, pensando y expresado algo diferente de lo que hemos hecho. La imaginación tiene la cualidad de hacer ver cosas de distinta manera a como siempre se habían visto, como nunca. Es por eso que la razón, pura y objetiva, es un chiste generaciones después de haber sido predicha, hasta el punto de parecer increíble que personas den su vida por unos ideales (todas). Las creencias superan toda lógica, y cuando lo hacen, es sólo el esfuerzo, la ilusión y la creatividad humanas lo que impulsan el desarrollo; creación y destrucción, son fuerzas constantes. ¿Qué alimenta esa imaginación? Ante todo, inconformismo, de otra forma, no existiría siquiera la necesidad de re-interpretar algo. Quizás sólo aquellas personas con el valor y la perseverancia suficiente para ver, o percibir, algo distinto, sean los únicos que puedan dar cuenta de ello. Los incalculables espacios vacíos y los nuestros, muestreos eternos que parecían pertenecer a mundos más lejanos (o mucho más profundos) que éste, fueron inspirados en Lovecraft, por ejemplo, ante la imagen de las vastas montañas de Arkham, que no dejaba de existir, ni de no existir, en su cabeza, y fuera de su casa. El matrimonio del cielo y el infierno (1790-1793) de William Blake (1757-1827), es quizás un ejemplo aún más vivo de una psicología que, unida a una mitología que adaptó a sí mismo, individualizó en letras y dibujos, paradojas y contradicciones a la vez tan bellas y tan horribles con las que convivimos día a día. La privación de los sentidos es lo que nos hace darnos cuenta, y agradecer, que existe algo más allá de la línea recta y el círculo, algo que no se detiene, y siempre se detiene, a la vez, y que los sentidos clasifican y racionalizan (dan sentido) sin parar. Coinciden con momentos de lucidez o consciencia.

1 ¿Es todo lo que vemos, o nos pareció ver, sino un sueño dentro de un sueño?

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William Blake dijo, y cierto grupo americano de los sesenta añadió las primeras palabras al nombre, que «si las puertas de la percepción fueran purificadas, todo (a)parecería como en realidad es, infinito». En la literatura, el concepto de Dios (el/lo ―otro‖) versus humano (el ―yo‖) ha estado desde siempre muy arraigado, ya los antiguos griegos combinaban la osadía de los humanos con la providencia de los dioses en sus escritos. Más allá de religiones organizadas e intereses de todo tipo, Blake abogaba por una reconciliación de ambos contextos. También explica como Milton, en realidad, «escribió del lado de Satán sin saberlo» y el posterior romanticismo adoptaría este pensamiento rebelde, además de la crítica socio-política-religiosa-intelectual que él ya había llevado a cabo previamente. La mente preclara de Blake, anticipándose a todo romanticismo e incluso atisbando el modernismo y la necesaria antítesis que la propia ilustración acabaría arrastrando, alabando la razón y negando la falta de ésta y la discordia (o en palabras de Nietzsche, la necesaria disputa entre lo apolíneo y lo dionisíaco), fue ignorada e incluso crucificada como muchas otras; indudablemente influenciado por el libro por antonomasia, y más aún, la versión de Milton en su Paraíso Perdido (1667). El autor inglés fue catalogado de insano y murió en la miseria, con su trabajo a penas criticado en su tiempo, no sería hasta bastante después, lejos ya de su muerte en 1827, e incluso hoy día, que sus poemas en apariencia infantiles («Tiger, Tiger, burning bright, in the forests of the night, what immortal hand or eye could frame thy fearful symmetry2») fueran estudiados académicamente, como unas de esas pocas obras de arte que no se dejan ver claramente debido a su simplicidad. No obstante, él ya se dio cuenta que simplicidad y dificultad, ironía y canon o cielo e infierno, eran conceptos necesarios e imprescindibles el uno del otro, pero incluso la cabeza se ponía casi siempre de una u otra parte, periódica, invariablemente, en perspectiva, dando gracias o condenando, o como el ya fallecido cantante Ronnie James Dio exclamara en el grupo Black Sabbath, en su breve estancia el año que Ozzy Osbourne se encontraba en rehabilitación: «...so it's on, and on, and on, it's Heaven and Hell» (así que esto sigue, y sigue, y sigue, es el cielo y el infierno).

2 Tigre, tigre, ardiendo brillante, en los bosques de la noche, que mano u ojo inmortal pudo definir tu aterradora simetría.

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Quizás todo lo que nos pase no sea más que las líneas de otro personaje en la novela de la vida, aun así, afrontar lo inafrontable, darnos cuenta de la repercusión de lo invisible en el mundo, quizás los hilos que mueven todo lo que podemos ver en un momento determinado, es lo único que nos queda. Como la poesía, al final algo que no somos nosotros, cualquier cosa, pero ajena a nosotros, es lo único que nos queda, a lo que nos aferramos, para al final perderlo como nos perdemos también nosotros. «Though wise men at their end know dark is right, Because their words had forked no lightning they Do not go gentle into that good night. Good men, the last wave by, crying how bright their frail deeds might have danced in a green bay, rage, rage against the dying of the light.3»

Dylan Thomas. Do Not Go Gentle Into That Good Night. 1953.

Luis Carlos Rubio López

3 Aunque los hombres sabios a su final saben que la oscuridad es acertada/ pues sus palabras no han desviado ni las ha ensartado ningún relámpago ellos/ no van suavemente a esa noche-buena. Buena gente, la última oleada, llorando cómo/ de brillantes sus frágiles hazañas podrían haber danzado en una verde parata/ rabia, rabia contra el fallecimiento de la luz.

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¿Goethe, Bécquer y Cernuda? Las desventuras del joven Werther fue escrita por Johann Wolfgang von Goethe en el siglo XIX, la novela provocó un gran furor y una enorme controversia, ya que muchos lectores imitaron a Werther suicidándose por amor. Se trata de una novela epistolar que narra el amor imposible que Werther le profesa a Charlotte. Dicho amor lo atormentará hasta el punto de trasladarse a otro pueblo para olvidarla, sin éxito. Todo esto desembocará en un suicidio muy bien orquestado. Pero detrás de una gran obra siempre está el escritor: ―¡Pobre Leonor! Y la verdad del caso es que yo fui inocente. ¿Qué culpa tenía yo de que se encendiese tal pasión en su pobre corazón, mientras los encantos caprichosos de su hermana me proporcionaban grata diversión? Y, sin embargo ¿Soy inocente del todo? ¿No he alimentado yo sus sentimientos? ¿No me deleité yo mismo con sus dichos tan naturales que a menudo nos hacían reír, aunque nada tenían de risibles?‖P.55 Antes de nada aclararemos que el nombre de Leonor no volverá a aparecer, se dice que no corresponde a ninguna amistad de Goethe, por lo tanto, algunos lo achacan a una disculpa y explicación al abandono de Friederike Brion por parte del autor. ―¡Ay! ¿Por qué se fue la amiga de mi juventud? ¿Por qué tuve que conocerla?- Yo diría ¡eres un loco! ¡Buscas lo que aquí abajo no se puede encontrar! Pero fue mía, sentí su corazón, esa alma grande en cuya presencia me parecía ser yo mismo más de lo que era, por cuanto era todo lo que podía… ¡Ay! Los años que me llevaba la condujeron a la tumba antes que a mí. No la olvidaré jamás, jamás su firme juicio, nunca su divina inteligencia.‖ P.60

Se habla de una mujer mayor que, por lo que hemos podido saber, sería Sussanne Von Kletenberg, fallecida en 1774. No formaban una pareja, sino que ella lo introdujo en la materia religiosa cuando él pasó una temporada enfermo. Aún así, es curioso ver

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cómo se arrepiente de haberla conocido de alguna forma, ya que nadie puede llenar el vacío que ella dejó. En Werther se vislumbra un parecido con Bécquer: para empezar podemos comparar la historia del rayo de luna, en la parte que dice: ―En el fondo de la sombría alameda había visto agitarse una cosa blanca, que flotó un momento y desapareció en la oscuridad. La orla del traje de una mujer, de una mujer que había cruzado el sendero y se ocultaba entre el follaje, en el mismo instante en que el loco soñador de quimeras o imposibles penetraba en los jardines.‖ El fragmento de Werther dice así:‖ Alcancé a vislumbrar todavía allí abajo, en la sombra de los altos tilos, su vestido blanco a la entrada del jardín, tendí los brazos y desapareció‖.

No obstante, la historia es muy parecida; mientras que Manrique persigue a una mujer idealizada, imposible de alcanzar que termina siendo un rayo de luna, Werther intenta estar con Lotte; exactamente tratamos el fragmento de la partida de los esposos tras estar con Werther, es una especie de despedida; Werther nunca podrá estar con ella, la ha intentado olvidar por todos los medios posibles, pero siempre regresa a ella. Manrique se obsesiona también por la misteriosa mujer y la busca hasta que se da cuenta de la verdad, el jardín de Werther equivale al bosque de Manrique.

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Pero esto no se quedaría aquí, ya que en otro fragmento podemos observar el ritmo de ―Rima LIII‖ cuando leemos: “Volverán las oscuras golondrinas /en tu balcón sus nidos a colgar,/y, otra vez, con el ala a sus cristales / jugando llamarán;/pero aquéllas que el vuelo refrenaban /tu hermosura y mi dicha al contemplar,/aquéllas que aprendieron nuestros nombres… /ésas... ¡no volverán!‖ y en el libro encontramos:―También son dichosos quienes saben dar títulos pomposos a sus miserias ocupaciones o incluso a sus pasiones y las presenta al género humano como hazañas gigantescas, para su salvación y bienestar.-!Feliz quien pueda ser así¡ Pero quien ...‖ La similitud no es tanto por el contenido sino por la exclamativa al final del verso en el caso del poeta, y en la frase en caso del autor. Sucesivamente podemos encontrar otro fragmento de la P.179: “Yo quisiera que me enterraseis al borde del camino o en un valle solitario para que sacerdotes y levitas al pasar de largo junto a la piedra en la que está grabado mi nombre se santigüen y el samaritano derrame una lágrima‖ Que nos recuerda a otro poema de Bécquer; ―LXVI‖: ―¿De dónde vengo?... El más horrible y áspero /de los senderos busca; /las huellas de unos pies ensangrentados /sobre la roca dura; /los despojos de un alma hecha jirones /te dirán el camino /que conduce a mi cuna. / ¿Adónde voy? El más sombrío y triste /de los páramos cruza, /valle de eternas nieves y de eternas /melancólicas brumas; /en donde esté una piedra solitaria /sin inscripción alguna, /donde habite el olvido, /allí estará mi tumba.‖ Incluso Cernuda se inspirará en los versos de Bécquer para escribir: ―Donde habite el olvido‖ En los vastos jardines sin aurora;/Donde yo sólo sea Memoria de una piedra sepultada entre ortigas/Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios./Donde mi nombre deje Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,/Donde el deseo no exista./En esa gran región donde el amor, ángel terrible, /No esconda como acero/En mi pecho su ala,/Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento./Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,/Sometiendo a otra vida su vida,/Sin más horizonte que otros ojos frente a frente./Donde penas y dichas no sean más que nombres,/Cielo y tierra nativos en torno

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de un recuerdo;/Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,/Disuelto en niebla, ausencia,/Ausencia leve como carne de niño./Allá, allá lejos;/Donde habite el olvido.‖ Se repite ―valle solitario‖, ―camino‖ y ―piedra‖. El concepto es el mismo, básicamente los dos quieren ser enterrados en un lugar solitario donde sólo los que hacen vida retirada puedan llegar hasta su tumba. Es algo bastante común en los románticos pensar en lugares misteriosos y solitarios alejados de la mano de Dios.

Inés Iz Teba

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Arthur Rimbaud o la juventud del poema

Arthur Rimbaud. Seguramente no hallaremos un caso igual

en

toda la historia de la literatura. Arthur Rimbaud fue un poeta inusual. Joven, porque no podemos llegar a decir hombre, que cultivó la poesía de los sentimientos a las entrañas, de una forma única e inigualable. A continuación hablaremos de su vida y de sus aventuras por el mundo que tan bien supo dibujar en sus versos. En una noche de octubre de 1854, en una granja perdida en Charleville, nace Jean Nicolas Arthur Rimbaud. Muy pronto el joven abandonará la familia, con tan solo diez años, para descubrir las mejores y peores cosas de este nuestro mundo. Con tan sólo catorce años escribe, secretamente, unos hexámetros latinos que enviaría al príncipe imperial. En la escuela todos sus maestros se muestran asombrados por su extraordinaria habilidad a la hora de escribir versos en latín. Es a los quince años, en 1869, cuando escribió su primera obra en francés: El aguinaldo de los huérfanos. En 1870 el joven Arthur compone poemas sin cesar, pero entonces estalla la guerra franco-prusiana y se ve obligado a partir hacia París. Allí le espera con los brazos abiertos la prisión, pues no había pagado su pasaje. Tuvo la dicha de ser rescatado por un antiguo profesor, y después partió hacia Bélgica con el sueño de convertirse en periodista; pero fracasa y es devuelto a su madre por la policía. Todo había salido mal hasta el momento… En 1971 se instala de nuevo en su casa pero ―vive‖ en la biblioteca de su ciudad, donde lee largas horas, sin importar el paso del tiempo. Sólo libros. Libros que crecen en su interior como el fuego en un incendio. Entre sus lecturas hay autores socialistas tales como Proudhon, así como novelas del siglo XVII y obras de ocultismo. El 25 de febrero, regresa a París, y sus ojos contemplan el triunfo del primer experimento socialista: la Comuna. Muy pronto ésta fracasa y el joven, que deambula por la vida, se instala en casa de su amigo Paul Verlaine. Durante los próximos tres años van a convivir juntos entre viajes y el rumbo de una vida desenfrenada. Sin embargo, estos son sus años de mayor producción literaria: primero

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llega Iluminaciones (1872); y luego Una estancia en el infierno (1873). Su relación con Verlaine termina desastrosamente, pues éste le dispara tras una discusión y termina en la cárcel. Ya en libertad, Verlaine va en busca de Arthur, quien le golpea. Golpe que termina definitivamente con su extraña relación poética. Tras un viaje por Europa que inicia en 1880, se dirige hacia Egipto, y luego permanece unos años viajando por el continente africano. Se dedica a actividades comerciales (café, pieles, armas, etc.). En 1891, aquejado de un tumor en la rodilla, decide regresar a Francia, moribundo. Arthur Rimbaud, el joven poeta cuya poesía no puede ser definida más que como inmortal, muere una lluviosa tarde de noviembre de 1891. Las lágrimas de madame Rimbaud todavía parecen caer sobre su lápida, manchada de todos los años que le arrebató a Arthur la muerte. Arthur Rimbaud fue uno de los poetas malditos, un exótico joven que no encontró nunca su lugar en el mundo, el eterno viaje por el desorden, la relación homosexual que tuvo con Verlaine, la bajada a los infiernos en busca de la locura, la luz de sus iluminaciones, la poesía como revolución total. Decía Rimbaud, en uno de sus poemas: Alors l’âme pourrie Sentiront ruisseler tes malédictions. (Y, así, el alma sentirán chorrear tus maldiciones.)

et

podrida

y

l’âme el

alma

désolée desolada

Quizás estos versos definan la esencia de Rimbaud, la existencia del poeta que dejó de escribir a los veintiún años para sufrir el resto de su realidad en silencio. La poesía o Rimbaud. Rimbaud o la poesía. Joel Del Olmo

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Gustavo Adolfo Bécquer vs. Edgar Allan Poe Pese a ser dos novelistas del romanticismo y tener como referente al gran Lord Byron, concebían una manera de escribir algo distinta, ya que aunque los dos se dedicaron a escribir en la mayoría de sus ocasiones relatos fantásticos, Bécquer los adornaba quizás con más luz y misticismo, en cambio Poe nos adentra en un mundo oscuro y de terror psicológico. Véase, por ejemplo, su relato El cuervo. En su poema podemos advertir la oscuridad, el terror que siente el personaje y el final que queda grabado en la memoria de todo lector apasionad, quizá en los tiempos que corren este terror ya no tenga efecto en las mentes ya cansadas e inmunizadas de la sociedad, pero con seguridad, en la época más de una noche algún lector quedaría desvelado.

Aquí se muestra este gran poema que muestra el terror que quería infundir Poe en sus lectores:

EL CUERVO

UNA VEZ, AL filo de una lúgubre media noche, mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido, inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia, cabeceando, casi dormido, oyóse de súbito un leve golpe, como si suavemente tocaran, tocaran a la puerta de mi cuarto. ―Es —dije musitando— un visitante tocando quedo a la puerta de mi cuarto. Eso es todo, y nada más.‖ ¡Ah! aquel lúcido recuerdo de un gélido diciembre; espectros de brasas moribundas reflejadas en el suelo; angustia del deseo del nuevo día; en vano encareciendo a mis libros dieran tregua a mi dolor. Dolor por la pérdida de Leonora, la única, virgen radiante, Leonora por los ángeles llamada. Aquí ya sin nombre, para siempre.

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Y el crujir triste, vago, escalofriante de la seda de las cortinas rojas llenábame de fantásticos terrores jamás antes sentidos. Y ahora aquí, en pie, acallando el latido de mi corazón, vuelvo a repetir: ―Es un visitante a la puerta de mi cuarto queriendo entrar. Algún visitante que a deshora a mi cuarto quiere entrar. Eso es todo, y nada más.‖ Ahora, mi ánimo cobraba bríos, y ya sin titubeos: ―Señor —dije— o señora, en verdad vuestro perdón imploro, mas el caso es que, adormilado cuando vinisteis a tocar quedamente, tan quedo vinisteis a llamar, a llamar a la puerta de mi cuarto, que apenas pude creer que os oía.‖ Y entonces abrí de par en par la puerta: Oscuridad, y nada más. Escrutando hondo en aquella negrura permanecí largo rato, atónito, temeroso, dudando, soñando sueños que ningún mortal se haya atrevido jamás a soñar. Mas en el silencio insondable la quietud callaba, y la única palabra ahí proferida era el balbuceo de un nombre: ―¿Leonora?‖ Lo pronuncié en un susurro, y el eco lo devolvió en un murmullo: ―¡Leonora!‖ Apenas esto fue, y nada más. Vuelto a mi cuarto, mi alma toda, toda mi alma abrasándose dentro de mí, no tardé en oír de nuevo tocar con mayor fuerza. ―Ciertamente —me dije—, ciertamente algo sucede en la reja de mi ventana. Dejad, pues, que vea lo que sucede allí, y así penetrar pueda en el misterio. Dejad que a mi corazón llegue un momento el silencio, y así penetrar pueda en el misterio.‖ ¡Es el viento, y nada más! De un golpe abrí la puerta, y con suave batir de alas, entró un majestuoso cuervo de los santos días idos. Sin asomos de reverencia,

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ni un instante quedo; y con aires de gran señor o de gran dama fue a posarse en el busto de Palas, sobre el dintel de mi puerta.

Posado, inmóvil, y nada más.

En cambio a Bécquer lo podríamos denominar como un relator fantástico más ―afable‖, sus historias, aunque se centren en temas como la muerte, son tratadas con más luminosidad, todo lo contrario a Poe. Se aporta una sensación de calidez, como hallarse en otro lugar y sentirse feliz y cómodo leyendo sus famosas ―Leyendas‖; no quiero decir con esto que leer a Edgar Allan Poe sea incómodo, ni mucho menos, sino que antes de leer se debería estar predispuesto a sentir el auténtico terror psicológico como podríamos ver en El corazón delator.

A continuación vemos una muestra de la literatura de Bécquer, en su leyenda dieciocho, ―El miserere‖:

Hace algunos meses que visitado la célebre abadía de Fitero y ocupándome en revolver algunos volúmenes en su abandonada biblioteca, descubrí en uno de sus rincones dos o tres cuadernos de música bastante antiguos, cubiertos de polvo y hasta comenzados a roer por los ratones.

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Era un Miserere. Yo no sé la música; pero la tengo tanta afición, que, aun sin entenderla, suelo coger a veces la partitura de una ópera, y me paso las horas muertas hojeando sus páginas, mirando los grupos de notas más o menos apiñadas, las rayas, los semicírculos, los triángulos y las especies de etcéteras, que llaman llaves, y todo esto sin comprender una jota ni sacar maldito el provecho.

Consecuente con mi manía, repasé los cuadernos, y lo primero que me llamó la atención fue que, aunque en la última página había esta palabra latina, tan vulgar en todas las obras, finis, la verdad era que el Miserere no estaba terminado, porque la música no alcanzaba sino hasta el décimo versículo.

Esto fue sin duda lo que me llamó la atención primeramente; pero luego que me fijé un poco en las hojas de música, me chocó más aún el observar que en vez de esas palabras italianas que ponen en todas, como maestoso, allegro, ritardando, piú vivo, a piacere, había unos renglones escritos con letra muy menuda y en alemán, de los cuales algunos servían para advertir cosas tan difíciles de hacer como esto; Crujen... crujen los huesos, y de sus médulas han de parecer que salen los alaridos; o esta otra: La cuerda aúlla sin discordar, el metal atruena sin ensordecer; por eso suena todo, y no se confunde nada, y todo es la Humanidad que solloza y gime, o la más original de todas, sin duda, recomendaba al pie del último versículo: Las notas son huesos cubiertos de carne; lumbre inextinguible, los cielos y su armonía... ¡fuerza!... fuerza y dulzura. -¿Sabéis qué es esto? -pregunté a un viejecito que me acompañaba, al acabar de medio traducir estos renglones, que parecían frases escritas por un loco. El anciano me contó entonces la leyenda que voy a referiros.

I

Hace ya muchos años, en una noche lluviosa y oscura, llegó a la puerta claustral de esta abadía un romero, y pidió un poco de lumbre para secar sus ropas, un pedazo de pan con que satisfacer su hambre, y un albergue cualquiera donde esperar la mañana y proseguir con la luz del sol su camino. Su modesta colación, su pobre lecho y su encendido hogar, puso el hermano a quien se

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hizo esta demanda a disposición del caminante, al cual, después que se hubo repuesto de su cansancio, interrogó acerca del objeto de su romería y del punto a que se encaminaba. -Yo soy músico -respondió el interpelado-, he nacido muy lejos de aquí, y en mi patria gocé un día de gran renombre. En mi juventud hice de mi arte un arma poderosa de seducción, y encendí con él pasiones que me arrastraron a un crimen. En mi vejez quiero convertir al bien las facultades que he empleado para el mal, redimiéndome por donde mismo pude condenarme.

Como las enigmáticas palabras del desconocido no pareciesen del todo claras al hermano lego, en quien ya comenzaba la curiosidad a despertarse, e instigado por ésta continuara en sus preguntas, su interlocutor prosiguió de este modo: -Lloraba yo en el fondo de mi alma la culpa que había cometido; mas al intentar pedirle a Dios misericordia, no encontraba palabras para expresar dignamente mi arrepentimiento, cuando un día se fijaron mis ojos por casualidad sobre un libro santo. Abrí aquel libro y en una de sus páginas encontré un gigante grito de contrición verdadera, un salmo de David, el que comienza ¡Miserere mei, Deus! Desde el instante en que hube leído sus estrofas, mi único pensamiento fue hallar una forma musical tan magnífica, tan sublime, que bastase a contener el grandioso himno de dolor del Rey Profeta. Aún no la he encontrado; pero si logro expresar lo que siento en mi corazón, lo que oigo confusamente en mi cabeza, estoy seguro de hacer un Miserere tal y tan maravilloso, que no hayan oído otro semejante los nacidos: tal y tan desgarrador, que al escuchar el primer acorde los arcángeles, dirán conmigo cubiertos los ojos de lágrimas y dirigiéndose al Señor: ¡misericordia!, y el Señor la tendrá de su pobre criatura.

El romero, al llegar a este punto de su narración, calló por un instante; y después, exhalando un suspiro, tornó a coger el hilo de su discurso. El hermano lego, algunos dependientes de la abadía y dos o tres pastores de la granja de los frailes, que formaban círculo alrededor del hogar, le escuchaban en un profundo silencio. -Después -continuó- de recorrer toda Alemania, toda Italia y la mayor parte de este país clásico para la música religiosa, aún no he oído un Miserere en que pueda inspirarme, ni uno, ni uno, y he oído tantos, que puedo decir que los he oído todos. -¿Todos? -dijo entonces interrumpiéndole uno de los rabadanes-. ¿A qué no habéis oído aún el Miserere de la Montaña?

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-¡El Miserere de la Montaña! -exclamó el músico con aire de extrañeza-. ¿Qué Miserere es ése? -¿No dije? -murmuró el campesino; y luego prosiguió con una entonación misteriosa-. Ese Miserere, que sólo oyen por casualidad los que como yo andan día y noche tras el ganado por entre breñas y peñascales, es toda una historia; una historia muy antigua, pero tan verdadera como al parecer increíble.

Es el caso, que en lo más fragoso de esas cordilleras, de montañas que limitan el horizonte del valle, en el fondo del cual se halla la abadía, hubo hace ya muchos años, ¡qué digo muchos años!, muchos siglos, un monasterio famoso; monasterio que, a lo que parece, edificó a sus expensas un señor con los bienes que había de legar a su hijo, al cual desheredó al morir, en pena de sus maldades.

Hasta aquí todo fue bueno; pero es el caso que este hijo, que, por lo que se verá más adelante, debió de ser de la piel del diablo, si no era el mismo diablo en persona, sabedor de que sus bienes estaban en poder de los religiosos, y de que su castillo se había transformado en iglesia, reunió a unos cuantos bandoleros, camaradas suyos en la vida de perdición que emprendiera al abandonar la casa de sus padres, y una noche de Jueves Santo, en que los monjes se hallaban en el coro, y en el punto y hora en que iban a comenzar o habían comenzado el Miserere, pusieron fuego al monasterio, saquearon la iglesia, y a éste quiero, a aquél no, se dice que no dejaron fraile con vida.

Después de esta atrocidad, se marcharon los bandidos y su instigador con ellos, adonde no se sabe, a los profundos tal vez.

Las llamas redujeron el monasterio a escombros; de la iglesia aún quedan en pie las ruinas sobre el cóncavo peñón, de donde nace la cascada, que, después de estrellarse de peña en peña, forma el riachuelo que viene a bañar los muros de esta abadía. -Pero -interrumpió impaciente el músico- ¿y el Miserere? -Aguardaos -continuó con gran sorna el rabadán-, que todo irá por partes. Dicho lo cual, siguió así su historia: -Las gentes de los contornos se escandalizaron del crimen: de padres a hijos y de hijos a nietos se refirió con horror en las largas noches de velada; pero lo que mantiene más viva su memoria, es que todos los años, tal noche como en la que se consumó, se ven

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brillar luces a través de las rotas ventanas de la iglesia; se oye como una especie de música extraña y unos cantos lúgubres y aterradores que se perciben a intervalos en las ráfagas del aire. Son los monjes, los cuales, muertos tal vez sin hallarse preparados para presentarse en el tribunal de Dios limpios de toda culpa, vienen aún del purgatorio a impetrar su misericordia cantando el Miserere.

Los circunstantes se miraron unos a otros con muestras de incredulidad; sólo el romero, que parecía vivamente preocupado con la narración de la historia, preguntó con ansiedad al que la había referido: -¿Y decís que ese portento se repite aún? -Dentro de tres horas comenzará sin falta alguna, porque precisamente esta noche es la de jueves Santo, y acaban de dar las ocho en el reloj de la abadía. -¿A qué distancia se encuentra el monasterio? -A una legua y media escasa...; pero ¿qué hacéis? ¿Adónde vais con una noche como ésta? ¡Estáis dejado de la mano de Dios! -exclamaron todos al ver que el romero, levantándose de su escaño y tomando el bordón, abandonaba el hogar para dirigirse a la puerta. -¿A dónde voy? A oír esa maravillosa música, a oír el grande, el verdadero Miserere, el Miserere de los que vuelven al mundo después de muertos, y saben lo que es morir en el pecado.

Y esto, diciendo, desapareció de la vista del espantado lego y de los no menos atónitos pastores. El viento zumbaba y hacía crujir las puertas, como si una mano poderosa pugnase por arrancarlas de sus quicios; la lluvia caía en turbiones, azotando los vidrios de las ventanas, y de cuando en cuando la luz de un relámpago iluminaba por un instante todo el horizonte que desde ellas se descubría. Pasado el primer momento de estupor, exclamó el lego: -¡Está loco! -¡Está loco! -repitieron los pastores; y atizaron de nuevo la lumbre y se agruparon alrededor del hogar.

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Como ya he dicho, se trata de dos grandes novelistas, uno en que se recuerda por su terror y oscuridad en sus relatos y otro por su fantasĂ­a realista.

Rebeca Ferreira Chamorro

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JANE AUSTEN Y EL AMOR: LO QUE SE OBVIA DE SU VIDA Para muchos, Jane Austen es una gran escritora que vivió en el siglo XIX en pleno romanticismo, pero se deja de lado a su persona, y lo que es más importante, a sus pretendientes.

En

total,

Austen

fue

pretendida por cuatro caballeros, pero el más sonado y el que pasó a la historia fue Tom Lefroy. Se habla de un amor más allá de la muerte, ya que se llegó a decir que cuando Tom Lefroy fue mayor confesó a sus sobrinos que el amor de su vida había sido Jane. ¿Cuándo tenemos constancia de Jane Austen

este nombre? Salió a la luz por primera vez en 1796 en una carta enviada por Jane a su

hermana Cassandra, pero las cosas no salieron como las tenían preparadas. Ambos amantes decidieron viajar a Irlanda para escapar de la opresión de las familias, mas aun durante el viaje Jane se enteró de que Tom era el sustento de toda su familia y temió ser una carga para él, lo abandonó al instante. La ruptura no fue limpia ya que ella se marchó sin decir adiós, pero Tom no se dio por vencido, regresó al poco tiempo a ver a Jane, aunque ambas familias se interpusieron. Para más inri Tom se casó con otra mujer presionado por sus allegados y regresó a Irlanda, donde tuvo una hija, como veremos más adelante.

La señora Lefroy, para intentar limar asperezas, decidió presentarle a un joven párroco llamado Samuel, quien buscaba esposa. Pero no funcionó; Jane lo rechazó alegando que lo de Tom aún estaba muy reciente. De esta forma tenemos al segundo. Del tercero se sabe bien poco, porque este chico salió a la luz a raíz de unas cartas de Cassandra donde confesaba que Jane había conocido a un muchacho. La relación de amistad entre ellos siguió hasta que ambos jóvenes quedaron en verse otro verano. El destino regresó para enturbiar la situación, el chico falleció y el encuentro nunca se llegó a propiciar. De momento Jane había sentido un intenso amor por Tom, un amor por el que fue capaz de huir de su propia casa para establecerse en Irlanda y fundar una familia allí, pero no

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funcionó. Posteriormente rechazó la pedida de mano y fracasó al intentar una relación con otro joven. No obstante, lo sorprendente viene a continuación: Jane Austen estuvo prometida, ni siquiera por un día, pero lo estuvo.

En 1802, cuando Jane y Cass regresaron a la casa de su infancia, un joven le propuso matrimonio y Jane aceptó, mas tras pasar la noche sola en su habitación se dio cuenta de que todo era un error, y a la mañana siguiente rompió el compromiso ¿por qué rompió dicho compromiso? Se especula con la posibilidad de que Jane soñara con Tom a raíz de unas cartas, pero no es algo que se pueda asegurar con firmeza. Ya van cuatro pretendientes. Tras los fracasos ella decidió convertirse en una mujer mayor y dejar el amor de lado ¿dónde quedó la niña que escribía su nombre en un registro eclesiástico junto a apellidos masculinos para ver cuál quedaba mejor? Se esfumó.

Tras Tom Lefroy, para muchos Jane Austen nunca levantó cabeza y siempre estuvo perdidamente enamorada de él,

así

lo

populariza La joven Jane Austen, por lo que se aviva la historia a pesar de no saber la censura impartida por Cassandra en la correspondencia a petición de Jane. Lo que es

La joven Jane Austen

seguro es que el diez de enero de 1796 aparece por primera vez Lefroy en escena En primer lugar espero que vivas 23 años más. Ayer fue el cumpleaños del señor Tom Lefroy, así que tenéis casi la misma edad. Éste es el fragmento de la carta antes mencionada donde se habla de Tom. Pero la cosa no se queda aquí: Me regañas tan duramente en la larga y agradable carta que acabo de recibir, que casi tengo miedo de decirte cómo nos comportamos mi amigo irlandés y yo. Imagina las cosas más libertinas y escandalosas en la manera de bailar y de sentarnos uno junto al otro. Sin embargo, puedo exponerme solo una vez más, porque se marcha inmediatamente del país después del viernes próximo.

¿Fue un capricho de Jane Austen? En mi más sincera opinión diría que no, ya que, más adelante, Jane se atreve a bromear sobre las lágrimas que brotarían tras la partida del joven Lefroy. En 1796 Jane consigue información de Tom por parte de su tía: No mencionó ni una sola vez el nombre del primero ante mí, y yo fui demasiado

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orgullosa para hacer preguntas; pero cuando mi padre le preguntó – luego – dónde estaba, me enteré de que había regresado a Londres de camino a Irlanda, donde obtuvo su titulación y piensa establecerse como abogado. La relación se estaba enfriando entre los dos, y ella no quería reconocerlo. Se especula con que tras la partida de Tom, Jane creó a Mr. Darcy inspirándose en el joven que se marchaba de su vida. Finalmente, en 1799, Tom se casaría y su primera hija se llamaría Jane ¿Coincidencia? Puede ser, porque un familiar cercano a él portaba el mismo nombre. Verdad o mito lo que es fehaciente es que Cassandra hizo un buen trabajo borrando las huellas de su hermana.

La joven Jane Austen

Inés Iz. Teba

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Walt Whitman: el pájaro americano

Si

pensamos en la poesía norteamericana del siglo XIX,

automáticamente nos vienen a la mente dos grandes nombres: Edgar Allan Poe y Walt Whitman. En el presente artículo trataremos la figura de este segundo, haciendo una pequeña biografía acompañada de algunas pinceladas de sus versos. Walter Whitman nace en West Hills, cerca de Long Island, en 1819. El haber crecido en el seno de una familia humilde es algo que marcará años después su poesía, donde aparecerán sujetos que trabajan con las manos y el corazón. Tras terminar sus estudios elementales en una escuela de Brooklyn, Whitman entra como aprendiz de tipógrafo en una empresa de artes gráficas de la ciudad en 1835. Durante las dos siguientes décadas se dedica a trabajar como tipógrafo, director y redactor de diversos periódicos en Nueva York, así como de carpintero junto a su padre. Pero en 1855, de forma anónima, el propio Whitman imprime la primera edición de la que será su Magnus opum, esto es Leaves of Grass (Hojas de hierba, en la versión española). Dicha obra será revisada y ampliada varias veces hasta el fin de sus días. En 1861, sucede un hecho importante que cambiará el modo de vivir y de ver los acontecimientos por parte del poeta, pues estalla la Guerra Civil estadounidense (1861-1865), hecho importantísimo en la historia reciente de los Estados Unidos de América, marcado por la abolición de la esclavitud. En este conflicto Abraham Lincoln fue asesinado y Whitman compuso dos de sus poesías más célebres: ―Redobles de tambor‖ y ―La última vez que florecieron las lilas en el jardín‖.

Más tarde, en 1871, Whitman sufre un infarto y en 1873 un ataque de parálisis. En 1888 volvería a sufrir de poca salud, pus experimentó un nuevo ataque de apoplejía. En 1892, y tras la revisión final de su obra capital el año anterior, tiene lugar el fallecimiento del poeta Walt Whitman en Camdem, donde también fue enterrado. Es menester destacar

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dos acontecimientos de 1882: conoció a Oscar Wilde y publicó Días ejemplares, volumen en prosa con ideas y pensamientos del poeta. Walt Whitman ha ejercido una fuerte influencia sobre todo tipo de autores contemporáneos, tales como Ezra Pound, Jorge Luis Borges o Pablo Neruda. Además, uno de sus más famosos poemas dedicados a Lincoln, ―¡Oh capitán, mi capitán!‖, aparece recitado por el reciente fallecido actor Robin Williams, en la película El club de los poetas muertos (1989): ―Oh Capitán, mi Capitán: levántate aguerrido y escucha cual te llaman tropeles de campanas. Por ti se izan banderas y los clarines claman. Son para ti los ramos, las coronas, las cintas. Por ti la multitud se arremolina, por ti llora, por ti su alma llamea y la mirada ansiosa, con verte, se recrea. Oh Capitán, ¡mi Padre amado! Voy mi brazo a poner sobre tu cuello. Es sólo una ilusión que en este Puente te encuentres extendido, helado y muerto.‖ Walt Whitman, el pájaro americano, homosexual declarado, es mucho más que uno de los padres de la poesía americana moderna, es un poeta universal, individualista, pero, al mismo tiempo, como el propio Whitman decía: ―soy ancho, puedo contener las multitudes‖; un enamorado de las cosas normales, un héroe de una nación formada por muchas naciones, Estados Unidos, un cantor que transformó la poesía tradicional en tesoro de todas las gentes. En definitiva, todo esto fue, o mejor dicho, es, Walt Whitman.

Joel Del Olmo

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Bécquer

Gustavo Adolfo Domínguez Bastida, o como era más conocido, Gustavo Adolfo Bécquer fue un poeta español, perteneciente al movimiento del romanticismo. Por ser un romántico tardío, ha sido asociado igualmente con el movimiento posromántico. Aunque en vida ya alcanzó cierta fama, solo después de su muerte y tras la publicación del conjunto de sus escritos alcanzó el prestigio que hoy se le reconoce.Su obra más célebre, asimismo, son las Rimas y Leyendas. Nació en Sevilla el 17 de febrero de 1836, hijo del pintor José Domínguez Insausti, que firmaba sus cuadros con el apellido de sus antepasados como José Domínguez Bécquer. Su madre fue Joaquina Bastida Vargas. Por el lado paterno descendía de una noble familia de comerciantes de origen flamenco, los Becker o Bécquer, establecida en la capital andaluza en el siglo XVI; de su prestigio da testimonio el hecho de que poseyeran capilla y sepultura en la catedral misma desde 1622. Tanto Gustavo Adolfo como su hermano, el pintor Valeriano Bécquer, adoptaron Bécquer como primer apellido en la firma de sus obras. Sus antepasados directos, empezando por su mismo padre, José Domínguez Bécquer, fueron pintores de costumbres andaluzas, y tanto Gustavo Adolfo como su hermano Valeriano estuvieron muy dotados para el dibujo. Valeriano, de hecho, se inclinó por la pintura. Sin embargo, el padre murió el veintiséis de enero de 1841, cuando contaba el poeta con cuatro años de edad y esa vocación pictórica perdió el principal de sus apoyos. En 1846, con diez años, Gustavo Adolfo ingresó en el Colegio de San Telmode, Sevilla, donde recibe clases de un discípulo del gran poeta Alberto Lista, Francisco Rodríguez Zapata, y conoce a su gran amigo y compañero de desvelos literarios Narciso Campillo. Al año siguiente, el de 1847, los hermanos Bécquer

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quedaron huérfanos también de madre, y fueron adoptados entonces por su tía materna, María Bastida, y Juan de Vargas, que se hizo cargo de sus siete sobrinos.

Suprimido por Isabel II en 1847 el Colegio de San Telmo, Gustavo Adolfo quedó desorientado. Fue entonces a vivir con su madrina, Manuela Monnehay Moreno, joven de origen francés y acomodada comerciante, cuyos medios y sensibilidad literaria le permitían disponer de una mediana pero selecta biblioteca poética. En esta biblioteca empezó Gustavo Adolfo a aficionarse a la lectura. Inició entonces estudios de pintura en los talleres de Antonio Cabral Bejarano, y más tarde en el de su tío paterno Joaquín Domínguez Bécquer, que le pronosticó: ―Tú no serás nunca un buen pintor, sino un mal literato‖, aunque le estimuló a los estudios y le pagó los de latín. Tras ciertos escarceos literarios (escribe en El trono y la nobleza de Madrid y en las revistas sevillanas La Aurora y El Porvenir), en 1854 marchó a Madrid con el deseo de triunfar en la literatura. Sufrió una gran decepción y sobrevivió en la bohemia de esos años. Para ganar algún dinero escribió, bajo el pseudónimo de Gustavo García, comedias y zarzuelas como La novia y el pantalón (1856), en la que satiriza el ambiente burgués y antiartístico que le rodea, o La venta encantada, basada en Don Quijote de la Mancha. Ese año fue con su hermano a Toledo, a fin de inspirarse para su futuro libro Historia de los templos de España.

En 1857 apareció la enfermedad de la tuberculosis que por desgracia habría de llevarle a la tumba. Tuvo un modesto empleo dentro de la Dirección de Bienes Nacionales y perdió el puesto. Su pesimismo iba creciendo día a día y sólo los cuidados de su patrona en Madrid, de algunos amigos y de Valeriano, le ayudaron a superar la crisis. Ese año empieza un ambicioso proyecto inspirado por El genio del Cristianismo de Chateubriand, se trataba de estudiar el arte cristiano español uniendo el pensamiento religioso, la arquitectura y la historia. Pero sólo saldrá el primer tomo de su Historia de los templos de España, ilustrado por su hermano. Hacia 1858 conoció a Josefina Espín, una bella señorita de ojos azules, y empezó a cortejarl, aunque pronto se fijó en la que sería su musa irremediable, la hermana de Josefina y hermosa cantante de ópera Julia Espín. Gustavo se enamoró (decía que el amor era su única felicidad) y empezó a escribir las primeras Rimas, como Tu pupila es

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azul, pero la relación no llegó a consolidarse porque ella tenía más altas miras y le disgustaba la vida bohemia del escritor, que aún no era reconocido. En 1863 padeció una recaída en su enfermedad. Para recuperarse, se trasladó con su hermano a vivir al Monasterio de Veruela en Zaragoza, situado en las faldas del Moncayo y cuyo aire puro era conocido como tratamiento para la tuberculosis. Este antiguo monasterio poseía un gran encanto romántico y fue un lugar de inspiración para ambos hermanos. Gustavo Adolfo escribió allí las cartas agrupadas después en "Desde mi celda". Y también varias de sus leyendas están ambientadas en el Moncayo. A pesar de la breve estancia (no llegó a un año), esta etapa constituye una parte fundamental de la producción artística de los hermanos Bécquer. En 1866 ocupa de nuevo el cargo de censor hasta 1868; es este un año tétrico para Bécquer: Casta le es infiel, su libro de poemas desaparece en los disturbios revolucionarios y para huir de ellos marcha a Toledo, donde permanece un breve tiempo. En diciembre nace en Noviercas su tercer hijo, Emilio Eusebio, dando pábulo a su tragedia conyugal, pues se dice que este último hijo es del amante de Casta. Es más, Valeriano discute con Casta continuamente. Sin embargo, los esposos aún se escriben. Pasa entonces otra temporada en Toledo, de donde sale para Madrid en 1870 a fin de dirigir La Ilustración de Madrid, que acababa de fundar Eduardo Gasset con la intención de que lo dirigiera Gustavo Adolfo y trabajara en él Valeriano, como dibujante. En septiembre, la muerte de su inseparable hermano y colaborador le sume en una honda tristeza. En noviembre fue nombrado director de una nueva publicación, El Entreacto, en la que apenas llega a publicar la primera parte de un inconcluso relato.

Su final llegaría el veintidós de diciembre de 1870 a causa de su terrible enfermedad; sus amigos Ferrán y Correa se pusieron inmediatamente a disposición de su familia y a preparar la edición de sus obras completas, la cual salió en 1871 en dos volúmenes, aumentadas en sucesivas ediciones. Los restos de los dos hermanos fueron trasladados en 1913 a Sevilla, donde actualmente reposan.

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Curiosidades y frases del autor Como ya hemos mencionado en su biografía, Bécquer consiguió trabajo gracias a un amigo; un trabajo aburrido pero que pagaba sus facturas, el tedio trabajo hacía que el poeta buscase otras distracciones como el dibujo. Así que se encontraba una vez dibujando una escena de Hamlet cuando entró en su despacho uno de sus jefes. A sus espaldas le preguntaron sobre que hacía y este respondió pensando que se trataba de un compañero: ―Es Hamlet. En concreto la escena en que Ofelia...‖. ―Y éste es un cesante que acaba de perder su empleo‖ fue la respuesta que recibió el poeta y, por lo tanto, acabó siendo despedido. Gustavo Adolfo Bécquer, durante la guerra perdió el manuscrito en donde se encontraban muchas de sus obras, las cuales tuvo que volver a escribir. En 2007 Bécquer se convirtió en policiaco al descubrirse que una obra atribuida a él en 1930, era una traducción literal de un poema de Lord Byron, publicado en 1813. Sesenta años después de la desaparición de Bécquer, en 1930, se publicó en quioscos en una edición barata y con una nota que explicaba que el manuscrito estaba en manos de un amigo del poeta y tenía la dedicatoria ―A la señorita M. L. A.‖ Bécquer también nos ha aportado frases tan bellas y profundas que podemos optar como filosofía de vida por su gran contenido espiritual, he aquí una muestra:

▪―El amor es un rayo de luna‖.

▪ ―La soledad es el imperio de la conciencia‖

▪ ―El alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada‖

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▪ ―El que tiene imaginación, con qué facilidad saca de la nada un mundo‖

▪ ―Los suspiros son aire y van al aire. Las lágrimas son agua y van al mar, dime mujer, cuando el amor se olvida, ¿sabes tú a donde va?‖

▪ ―Podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía‖

▪ ―Mi cerebro es el caos, mis ojos la destrucción, mi esencia la nada‖

▪ ―La soledad es muy hermosa… cuando se tiene alguien a quien decírselo‖

▪ ―El amor es un misterio. Todo en él son fenómenos a cual más inexplicable; todo en él es ilógico, todo en él es vaguedad y absurdo‖

▪ ―Por una mirada, un mundo; por una sonrisa, un cielo; por un beso… ¡Yo no sé qué te diera por un beso!‖

▪ ―Podrá nublarse el sol eternamente, podrá secarse por un instante el mar, podrá romperse el eje de la tierra como un débil cristal… ¡Todo sucederá! Podrá la muerte cubrirme con su fúnebre crespón, pero jamás podrá apagarse en mi la llama de tu amor‖

▪ ―Y el pensamiento es necesario ejercitarlo, se debe cada día y de nuevo y de nuevo pensar, para conservar la vida del pensamiento‖

Rebeca Ferreira Chamorro

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Victor Hugo Un frío veintiséis de febrero de 1802, nacía en Besanzón (Francia) un bebé que, años más tarde, se convertiría en uno de los escritores más queridos y leídos de fama mundial: Victor Marie Hugo. Nació en el seno de una familia acomodada en la época de esa Francia victoriosa que parecía que iba a dominar medio mundo. Su padre era Joseph Léopold Sigisbert Hugo, general del Imperio y conde nombrado por José I Bonaparte. Su madre, de origen bretón, fue Sophie Trébuchet, una dama que se prestaba como la perfecta imagen de la desenvoltura y ama de casa. Victor Hugo, a su vez, era el pequeño de tres hermanos. Su infancia estará marcada por los frecuentes viajes que la familia Hugo realizaba como consecuencia de las destinaciones militares de su padre a Nápoles y España. Así, en 1811 se trasladarán a Madrid, donde, junto con su hermano mediano Eugène, ingresarán en una residencia religiosa. Sin embargo, en 1813, Sophie (que se había separado del padre de sus hijos por un romance con el general Victor Lahorie, del cual Victor Hugo recibe el nombre) y sus hijos se instalan en París, aunque en 1815, Victor y Eugène son separados de su madre e internados en la pensión Cordier, lugar en el que permanecerán hasta 1818. Ésta es la etapa en la que nuestro autor da sus primeros pasos para llegar a ser un escritor, ya que empieza a escribir y componer su Cuaderno de versos francés en el que, curiosamente, escribe: ―Quiero ser Chateaubriand4 o nada" con apenas 14 años de edad. Precoz, ambicioso y autodidacta se nos presenta un Victor Hugo que aprende a usar la rima y la métrica, apoyado por su madre y Eugène, quienes leen sus escritos y lo colman de elogios. Llegados a 1817, Hugo participa en un concurso de poesía de la Academia francesa, del que no llega a ser ganador y solamente recibe una mención por el presuntuoso título de su poema ―Apenas tres lustros‖. Sin embargo, en 1819 gana, en uno de los concursos organizados por la Academia de los Juegos Florales de Toulouse, una «Lis de oro» por ―Le rétablissement de la statue de Henry IV‖ y un «Amaranto de oro» por ―Les Vierges de Verdun‖ así como un premio en 1820 por ―Moïse sur le Nil‖. 4

François-René, vizconde de Chateaubriand (Saint-Malo, Bretaña, 4 de septiembre de 1768 - París, 4 de julio de 1848) fue un diplomático, político y escritor francés considerado el fundador del romanticismo en la literatura francesa.

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Animado por sus éxitos, abandona el estudio de matemáticas para introducirse de lleno en el mundo de la escritura y labrarse una carrera literaria llena de gratificaciones. Ya en 1819, junto con sus hermanos, funda la revista ―Le Conservateur littéraire‖ que atrae la atención del público por su talento. Año 1821: fallece prematuramente la madre de Victor Hugo, acontecimiento que le afecta profundamente y le lleva a casarse en 1822 con Adèle Foucher, una amiga de la infancia con la que tendrá cinco hijos. Un dato curioso: este matrimonio lleva a su hermano Eugène, que estaba enamorado de la misma dama, a la locura, una esquizofrenia que tendrá como consecuencia su reclusión hasta su muerte en 1837. No todo iban a ser triunfos y glorias para la familia de Hugo, pues tal como él dijo: ―A nadie le faltan fuerzas; lo que a muchísimos les falta es voluntad‖. Ese año comienza la redacción de ―Han de Islandia‖ (publicado en 1823) que recibe una tibia acogida. Participa en las reuniones del cenáculo de la Bibliothèque de l'Arsenal (parte de la Biblioteca Nacional de Francia), cuna del romanticismo. Durante este período, Victor se reconcilia con su padre, pero éste fallece en 1828. Algo cambia dentro de Hugo y escribe ―Cromwell‖ en las que se opone a las convenciones clásicas de Aristóteles de tiempo y lugar, estableciendo así las bases del drama romántico, y convirtiéndose en el máximo propulsor en Francia del romanticismo como corriente literaria, ganará, en consecuencia, la supremacía en todos los géneros literarios: en la lírica, con las ―Orientales‖ (1829); en teatro, con el drama romántico Hernani (febrero de 1830), seguido de ―Marion de Lorme‖ (1831); en narrativa, con la novela histórica Nuestra Señora de París (marzo de 1831). Para ese entonces, Victor Hugo ya era conocido por el rey Luis XVIII, quien le había asignado una pensión para que se pudiera dedicar plenamente al oficio de escritor. Como persona grata y acomodada, traba amistad con los más importantes representantes del romanticismo artístico francés como Lamartine5, Delacroix6, Mérimée7 y Chateaubriand entre otros. En la misma época, la esposa de Hugo mantiene una relación amorosa con el crítico Sainte-Beuve (1831). 5

Alphonse Marie Louis Prat de Lamartine (Mâcon, 21 de octubre de 1790 – París, 28 de febrero de 1869) fue un escritor, poeta y político francés del período romántico. 6 Ferdinand-Victor-Eugène Delacroix (Charenton-Saint-Maurice, Francia, 26 de abril de 1798 - París, 13 de agosto de 1863) fue un pintor francés. 7 Prosper Mérimée (París, 28 de septiembre de 1803 – Cannes, 23 de septiembre de 1870) fue un escritor, historiador y arqueólogo francés. En una de sus novelas está basada la famosa ópera Carmen.

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Siguiendo con la cronología que nos atañe, Victor Hugo publica El último día de un condenado a muerte (1829) y es seguida por Claude Gueux en 1834; en estas dos novelas cortas, Hugo muestra su rechazo hacia la pena de muerte, pues también es conveniente destacar, en cuanto a realidad social, la opinión de éste, nuestro escritor, sobre la esclavitud: ―Decimos que la esclavitud ha desaparecido de la civilización europea, pero esto no es cierto. La esclavitud todavía existe, pero ahora se aplica sólo a las mujeres y su nombre es la prostitución.‖ (Los miserables). Es interesante destacar, asimismo, que Victor Hugo no sólo experimentó una época de novelista o poeta, sino que también escribió teatro entre los años 1830-1843. Volviendo sobre la ya mencionada Hernani, obra de teatro que provocó un gran enfrentamiento entre los que defendían el teatro tradicional y los que querían modernizarlo y saltarse las barreras de tiempo y lugar que había establecido siglos atrás Aristóteles. Así pues, estos conflictos pasaron a la historia de la literatura bajo el nombre de «La batalla de Hernani», con la victoria de los modernos, encabezados por Victor Hugo. Sus obras de teatro más destacables son: Marion de Lorme (prohibida inicialmente, 1829-1831); Lucrecia Borgia y María Tudor, estrenadas en 1833; Angelo, tirano de Padua (1835), entre otras. Entretanto, en su vida sentimental, en 1833, aparece Juliette Drouet, quien se convierte en su amante a quien le consagrará su vida, pero no es la única a la que Hugo tendrá por amiga especial a lo largo de su vida. Hugo accede a la Academia francesa en 1841, después de tres tentativas infructuosas, a causa de un grupo de académicos que se oponían al romanticismo y lo combatían ferozmente. Dos años más tarde, las desgracias aún no habían cesado, pues su obra Los burgraves no obtiene el éxito esperado; durante el proceso de creación de sus obras, se enfrenta contra todo tipo de dificultades materiales y humanas. A todo esto se le ve añadido lo acaecido el cuatro de septiembre de 1843: Léopoldine, su hija, muere trágicamente en el río Sena, ahogada junto con su marido. Hugo se entera de dicho fallecimiento a través de la prensa. El escritor se ve afectado terriblemente. Desde esta fecha y hasta su exilio en 1851, Hugo no publicará nada, aunque seguirá escribiendo furiosamente. Algunos autores ven en la muerte de Léopoldine y en el fracaso de Los burgraves, un punto de inflexión en su vida, una

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posible razón del desafecto del autor hacia la creación literaria; mientras que otros atisban una posible atracción hacia la política. Profundizando un poco en su vida e ideas políticas, el escritor posee el espíritu del monarquismo y muestra interés por la democracia. Consecuente con sus ideas, Victor Hugo pretende conquistar el régimen para poder tener la influencia y el poder suficiente para llevar a cabo sus ideas. Se hace, pues, confidente de Luis Felipe I en 1844, par de Francia en 1845 y pronuncia, dos años más tarde, un discurso a favor del derecho de regreso de los desterrados. Al inicio de la Revolución francesa de 1848, es nombrado alcalde del octavo distrito de París, y posteriormente diputado de la Segunda República. Durante los motines obreros de junio de 1848, Hugo participará personalmente en la matanza, comandando tropas frente a las barricadas. Sin embargo, más tarde desaprobará la sangrienta represión desarrollada tras la revuelta. En agosto de 1848 funda el periódico L'Événement; apoya la candidatura de Carlos Luis Napoleón Bonaparte (1848). En 1849 es elegido para la Asamblea legislativa y pronuncia su Discurso sobre la miseria. Rompe con Luis Napoleón Bonaparte por su apoyo al envío de una expedición francesa contra la República Romana instaurada en 1849 y, progresivamente, se enfrenta contra sus antiguos amigos políticos y reprueba su política reaccionaria.Cuando se produce el golpe de Estado del 2 de diciembre de 1851, Hugo intenta huir, pero es retenido; sin embargo un comisario francés se niega a detenerlo, asimismo Hugo se exilia voluntariamente en Bruselas y condena con fuerza el golpe de Estado. Expulsado de Jersey en 1855 por haber criticado la visita de la reina Victoria a Francia, se instala en la Hauteville House en Guernsey. Hugo forma parte de un grupo de proscritos que se niegan a volver a Francia tras el decreto de amnistía que permite el regreso de todos los expulsados tras el golpe de diciembre. Estos difíciles años son muy fecundos desde el punto de vista literario: publica ―Los castigos‖ (1853); ―Las contemplaciones‖, poesías (1856); ―La leyenda de los siglos‖ (1859), así como una de sus obras más significativas: la novela Los miserables (1862). Finalmente regresa a Francia en septiembre de 1870, después de la derrota del ejército francés en la Batalla de Sedán, y recibe una acogida triunfal por parte de los parisinos. , además, activamente en la defensa de París durante el Sitio de París de 1870.

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Es elegido para la Asamblea nacional en 1871. Por otro lado, visto como «radical» debido a su voluntad de amnistiar a los comuneros, el mismo año, Hugo se traslada de nuevo a Guernesey, donde escribe la novela Noventa y tres. En 1873 reside en París y se consagra a la educación de sus dos nietos, Georges y Jeanne. En su discurso de apertura del Congreso Literario Internacional de 1878, Hugo se posiciona por el respeto de la propiedad literaria, pero también por el fundamento del dominio público. En junio de 1878 se siente indispuesto y se traslada a reposar cuatro meses a Guernesey. Este mal estado de salud pone fin a toda su actividad como escritor. No obstante, continúan apareciendo regularmente numerosas selecciones, que recopilan poemas que datan de sus años de excepcional inspiración (1850-1870). La Tercera República Francesa lo honró a su muerte (1885) con un funeral de Estado, y sus restos fueron inhumados en el Panteón de París. Hasta su muerte, Hugo fue una de las figuras claves de la recuperada república, así como una indiscutible referencia literaria. Según la leyenda, sus últimas palabras fueron: «Ceci est le combat du jour et de la nuit... Je vois de la lumière noire.» —Es el combate del día y de la noche... Veo la luz negra—. Conforme a sus últimas voluntades, la ceremonia se efectúa en el llamado «coche fúnebre de los pobres». Antes del traslado de sus restos, su ataúd es expuesto una noche bajo el Arco de Triunfo, sobre el que se coloca un crespón negro; coraceros a caballo velan toda la noche el catafalco coronado con las iniciales VH. Actualmente, sus restos reposan junto a los de Émile Zola y Alejandro Dumas, trasladados desde otras necrópolis en 1908 y 2002 respectivamente. Apreciamos, así pues, que fue uno de los escritores más populares de su tiempo cuyo reconocimiento ha sobrevivo hasta nuestros tiempos. Está, además, considerado uno de los pilares centrales de la literatura francesa.

Elena Basanets

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Edgar Allan Poe Edgar Allan Poe, nació el diecinueve de enero de 1809 en la ciudad de Boston, donde ya había nacido su hermano mayor, William Henry Leonard (1807) y su hermana menor, Rosalie. Edgar pudo haber recibido dicho nombre por un personaje de William Shakespeare que aparece en la obra El rey Lear. David Poe, padre de Edgar, abandonó a su familia en 1810, y su mujer, Elizabeth, murió un año, a sus veinticuatro años, después de tuberculosi. Lo único que conservó Edgar de sus padres biológicos fue un retrato de su madre y un dibujo del puerto de Boston. El motivo por el cual Edgar y Rosalie fueron adoptados fue que, al morir su madre, los niños quedaron totalmente desamparados, en Richmond, mientras que los abuelos, que residían en Baltimore, se hacían cargo de William Henry, que ya vivía con ellos. En cualquier caso, Edgar fue acogido por una de las familias caritativas que habían cuidado de los niños al morir su madre: el matrimonio formado por Frances y John Allan. Su padrastro, del cual Edgar tomaría el apellido, fue un acaudalado comerciante de ascendencia escocesa. Sus negocios incluían el tabaco, tejidos, tés y cafés, vinos y licores, grano, lápidas, caballos y aun el comercio de esclavos; hombre colérico e intransigente, desempeñó un papel destacado —negativamente hablando— en la vida del escritor. Por ejemplo, nunca demostró simpatía alguna por sus ambiciones literarias. Los Allan acogieron al niño, pero nunca lo adoptaron formalmente aunque le dieron el nombre de "Edgar Allan Poe". Su madrastra, que no había podido tener hijos, sentía verdadera devoción por el muchacho, a quien trató siempre dulcemente. A los cinco años empieza sus estudios primarios, pero pronto, al año siguiente (1815), la familia Allan viajó a Inglaterra. El niño asistió a un colegió en Escocia, durante un corto periodo, pero que fue suficiente para ponerlo en contacto con la cultura y el viejo folclore escocés. Posteriormente la familia se trasladó a Londres (1816). Edgar estudió en un internado de Chelsea hasta el verano de 1817. Más tarde ingresó en el colegio del Reverendo John Bransby en Stoke Newington, que entonces era un suburbio al norte de la ciudad. Allí aprendió a hablar francés y a escribir en latín. De estas vivencias y de la contemplación de los paisajes y arquitecturas góticos de Gran Bretaña nacerían años después relatos como William Wilson. Con todo, el recuerdo que conservaría Poe de su estancia en este país fue de tristeza y soledad, sentimientos

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compartidos por su madrastra. A este respecto, John Allan manifestó: «Frances se queja como de costumbre».

En 1823, a los catorce años de edad, ya había hecho sus primeros pinitos literarios, y se enamoró apasionadamente de la madre de un compañero de estudios, a quien dedicó el conocido poema "To Helen". Esta mujer, llamada Mrs. Stanard, era de una gran belleza y contaba, a la sazón, de treinta años; murió meses más tarde. Fue su primer gran amor. A los quince años era pacífico, aunque no del todo sociable. Tuvo pocos conflictos con sus compañeros, pero se sabía que no toleraba ningún tipo de manipulación. También era aficionado a las mascaradas. A imitación de su gran héroe, Lord Byron, en cierta celebrada ocasión, un caluroso día de junio, el joven emprendió una travesía a nado de ocho kilómetros a contracorriente por el río James, en Richmond. Cuando se dudó de su hazaña, buscó testigos presenciales que la corroborasen por escrito.

En 1824 se empieza a gestar el desentendimiento entre él y su padre de adopción. En una carta dirigida por éste al hermano mayor de Edgar, William Henry, afirmó: « ¿De qué somos culpables? Es algo que no entiendo. Y que yo haya soportado durante tanto tiempo su conducta todavía me extraña más. Este muchacho no tiene una onza de afecto por nosotros ni un poco de agradecimiento por todos mis cuidados y toda mi bondad para con él». En esta carta Allan se queja sin fundamento de las "amistades" de Edgar, y llega incluso a sugerir maliciosamente que Rosalie, la hermana menor, era en realidad hermanastra, posibilidad que siempre atormentó a Edgar.

Con dieciséis años, Edgar mantuvo una relación sentimental con una muchacha de la vecindad, Sarah Elmira Royster, quien reaparecería al final de su vida. En carta a un amigo, ella describió muchos años después al futuro escritor de esta forma: Edgar era un muchacho muy guapo, no muy hablador. De conversación agradable, pero de comportamiento más bien triste. Nunca hablaba de sus padres. Estaba muy ligado a la señora Allan, así como ella a él. Era entusiasta, impulsivo, no soportaba la menor grosería verbal.

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Esta relación fue previa a su matriculación en la Universidad de Virginia, en Charlottesville, en febrero de 1826, para estudiar lenguas. La universidad, en sus primeros años, acataba los ideales de su fundador, Thomas Jefferson. Estos eran muy estrictos en lo tocante al juego, los caballos, las armas, el tabaco y el alcohol, pero estas normas en la realidad apenas se respetaban. Jefferson había establecido un sistema de autogobierno para los estudiantes, permitiendo a los mismos elegir sus materias de estudio, organizar su propia manutención e informar a las autoridades de las irregularidades o faltas que se cometiesen. Este régimen tan singular había convertido a la comunidad escolar en un caos, registrándose una tasa muy elevada de absentismo.

Poe abandonó la universidad finalmente al cabo de un año y, no sintiéndose a gusto en Richmond (especialmente al enterarse de que Elmira acababa de casarse con un tal Alexander Shelton), se desplazó, primero a Norfolk, y en abril de 1827 a Boston, donde «existe la oscura evidencia de que intentó ganarse la vida como periodista» y tuvo también algún trabajo relacionado con el comercio. En esta etapa usó el pseudónimo Henri Le Rennet.

Contrajo secretamente matrimonio con su prima el veintidós de septiembre de 1835. Ella contaba trece años en ese momento, aunque en el certificado de matrimonio que se expidió meses después aparecía registrada con una edad de veintiuno. Poe tenía veintiséis. Según su biógrafo Joseph W. Krutch, Poe era impotente, y por este motivo, aunque tal vez inconscientemente, escogió por esposa a una niña de trece años, con la cual le era imposible mantener relaciones maritales normales. Edmund Wilson afirma a este respecto que no hay evidencias de ello, aunque sí de que, a causa de los escrúpulos de Poe, el matrimonio de los dos primos resultó de algún modo insatisfactorio, jugando un «extraño papel» en la obra del escritor. Rafael Llopis recuerda, en este punto, la justa apreciación de Baudelaire de que en toda la obra de Poe no hay un solo pasaje que se refiera a la lujuria o a los goces sensuales, lo que, según Llopis, apunta al edipismo subrayado en su día por la psicoanalista Marie Bonaparte: Poe fue para su mujer, Virginia, a la vez esposo, hijo y hermano. Y en opinión de Harry Levin, el escritor buscó siempre en las personas de su entorno consuelo maternal, y su esposa hizo más bien para él de hermana menor.

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En el verano de 1839, logró convertirse en redactor jefe de la revista Burton's Gentleman's Magazine. En ella sacó a la luz numerosos artículos, relatos y críticas literarias, lo que contribuyó a incrementar la reputación de que ya gozaba en el Southern Literary Messenger. También en 1839, la colección (Cuentos de lo grotesco y arabesco), su sexto libro, se publicó en dos volúmenes; el escritor hizo poco dinero con esta obra, que recibió críticas de distinto signo. Los Tales integran algunos de los grandes relatos de su autor, como "La caída de la Casa Usher", "Ligeia", "Manuscrito hallado en una botella", etc. Poe dejó el Burton's después de colaborar en él durante aproximadamente un año. Más tarde se enroló en otro periódico, surgido del traspaso a otro editor de aquél: el Graham's Magazine. Las ventas de este periódico crecieron espectacularmente, debido al aporte literario de Poe y a la buena política editorial de su propietario, George Rex Graham. Estos trabajos permitieron al escritor mejorar la situación de su esposa y de la madre de ésta. Se trasladaron a vivir a una casa más agradable, la primera vivienda digna desde los tiempos de Richmond. La casa estaba en las afueras de la ciudad, y el escritor tenía que caminar varios kilómetros diariamente para acudir al trabajo. En este periodo de bonanza Poe desarrolló el germen de la novela policíaca a través de sus relatos "Los crímenes de la calle Morgue", "El escarabajo de oro", etc. Gran parte de su obra más importante apareció en el período del Graham's. A lo largo de los años treinta también publicó obras de envergadura (como los relatos "La cita", "Un cuento de las Montañas Escabrosas", "La caja oblonga" y "El barril de amontillado") en la más importante revista de la época: la Godey's Lady's Book, radicada en Filadelfia. En 1840 publicó una información en la que anunciaba su intención de crear su propio diario, el Stylus. Su primera idea fue llamarlo The Penn, ya que estaría radicado en Filadelfia, Pensilvania. Una tarde de enero de 1842, se produjo un acontecimiento decisivo en las vidas de Poe y su familia. Su esposa, Virginia, mostró los primeros signos de consunción propios de la enfermedad hoy conocida como tuberculosis. Ella sólo se recuperó momentáneamente y el escritor comenzó a beber más de la cuenta debido a la ansiedad que le producía la enfermedad de su mujer. El veintinueve de enero de 1845, su poema "El cuervo", inspirado en un pájaro parlanchín aparecido en la novela Barnaby Rudge,

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de Charles Dickens, salió a la luz en Evening Mirror, convirtiéndose de la noche a la mañana en un gran éxito popular, el primero de su carrera. Virginia, que no había podido superar la tuberculosis, murió el treinta de enero de 1847. Los amigos de la familia recordarían después cómo Poe, cuya salud ya no se repondría del todo, siguió el cortejo fúnebre de su mujer envuelto en su vieja capa de cadete, que durante meses había constituido el único abrigo de la cama de Virginia.

A partir de la muerte de Virginia, la conducta del escritor «es la del que ha perdido su escudo y ataca, desesperado, para compensar de alguna manera su desnudez, su misteriosa vulnerabilidad>>. Cada vez más inestable, intentó cortejar a otra mujer: Sarah Helen Whitman, poetisa mediocre pero mujer llena de inmaterial encanto, como las heroínas de Poe. Sarah vivía en Providence, Rhode Island. Sus relaciones no cuajaron, presumiblemente debido a los problemas de Poe con el alcohol y a su conducta errática. El tres de octubre de 1849, Poe fue hallado en las calles de Baltimore en estado de delirio, ―muy angustiado, y

necesitado de ayuda inmediata‖. Fue

trasladado por su viejo amigo James E. Snodgrass al Washington College Hospital, donde murió el domingo, siete de octubre, a las 5:00 de la madrugada. En ningún momento fue capaz de explicar cómo había llegado a dicha situación, ni por qué motivo llevaba ropas que no eran suyas. Tanto los informes médicos, como el certificado de defunción se perdieron.Los periódicos de la época informaron de que la muerte de Poe se debió a "congestión" o "inflamación" cerebral, el eufemismo que solía utilizarse para los fallecimientos por motivos más o menos vergonzantes, como el alcoholismo. Actualmente, su fallecimiento sigue siendo un misterio.

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Curiosidades de Edgar Allan Poe: ▪A pesar de su oscuro cuento sobre un gato negro y maligno, Poe amaba a los gatos. Caterina, la gata que le hacía compañía, se deprimía cada vez que su amo viajaba; de hecho, cuando Poe murió, ella también falleció.

▪Su famosa historia sobre A. Dupin, el detective francés, sirvió de inspiración a Sir Arthur Conan Doyle en sus libros de Sherlock Holmes.

▪ ―El cuervo” surgió como un reto personal que se realizó a sí mismo. Decidió escribir un poema de 100 versos, que contuviera los elementos más comunes en los poemas famosos.

▪Luego de la muerte de su esposa, en 1847, intentó suicidarse, pero no tuvo éxito. Cuatro días después se tomó este daguerrotipo que tanto conocemos, y es quizás la razón por la que lo recordamos como un ser triste y solitario.

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▪Las fotografías más difundidas son de la época cercana a su muerte, un momento donde no tenía la mejor apariencia. En los años en que ―El Cuervo” lo popularizó mundialmente, Poe era un hombre atractivo y destacado por su apariencia física. Sobre su tumba: La tumba de Edgar Allan Poe se encuentra en Maryland, Baltimore. Es una losa más bien sencilla en la que se halla un cuervo esculpido, ese símbolo que más identifica su obra gracias al famoso poema con el mismo nombre, ―The raven‖. Son muchos los testigos que han podido ver, año tras año, una figura vestida de negro abriéndose paso en las madrugadas del diecinueve de enero; su objetivo, dejar tres rosas y una botella de coñac en la tumba del escritor y periodista. Hay años en que varios equipos de las televisiones locales aguardan estratégicamente escondidos en el cementerio con el fin de ―cazar‖ a ese personaje, pero nunca han podido dar directamente con él, no hay más testimonios de extrañas fotografías con sombras difusas… pero lo que sí queda claro son esos elegantes regalos que descansan al pie de la tumba de Edgar Allan Poe por las mañanas. La prensa valora que, tal vez, no se trata de una sola persona, alguien que desde 1949 tomó la decisión de realizar esta peripecia de tintes románticos. Según explican, se trata de varias personas unidas por un mismo fin y una misma admiración a los que denominan coloquialmente como ―Poe Toaster‖.

No se conoce su nombre, pero este viejo encargado del cementerio donde se hallan los restos de Edgar Allan Poe, afirma que se trataba de dos personas. Un hombre inició esta costumbre en 1949, y murió tan solo un año después. Posteriormente, la tradición fue retomada fielmente por su hijo, quien añadió un pequeño cambio que todo el mundo agradeció: dejó pequeños mensajes, cartas encriptadas al más puro estilo de Poe, algo que levantó aún mayor expectación entre la prensa y los admiradores de los ―Poe Toaster‖. Lo triste de esta historia es que desde el 2010 no ha vuelto a repetirse esta curiosa aventura. La tumba del escritor vuelve a quedar vacía. Ya nadie ha vuelto a dejar esas tres rosas y la botella de coñac para el alma maldita de Edgar Allan Poe… y seguramente lo eche de menos, al igual que la prensa y los vecinos de Maryland, acostumbrados desde 1949 a esta grata curiosidad.

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Frases célebres del autor: ▪ ―La ciencia no nos ha enseñado aún si la locura es o no lo más sublime de la inteligencia‖.

▪ ―El hombre que quiere contemplar frente a frente la gloria de Dios en la tierra, debe contemplar esta gloria en la soledad‖.

▪ ―Todo lo que vemos o parecemos es solamente un sueño dentro de un sueño‖.

▪ ―Los que sueñan de día son conscientes de muchas cosas que escapan a los que sueñan sólo de noche‖.

▪ ―En la crítica seré valiente, severo y absolutamente justo con amigos y enemigos. Nada cambiará este propósito‖.

▪ ―Me volví loco, con largos intervalos de horrible cordura‖.

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▪ ―Cuando un loco parece completamente sensato, es ya el momento de ponerle la camisa de fuerza‖.

▪ ―En el amor desinteresado de un animal, en el sacrificio de sí mismo, hay algo que llega directamente al corazón del que con frecuencia ha tenido ocasión de comprobar la amistad mezquina y la frágil fidelidad del Hombre natural‖.

▪ ―No es verdaderamente valiente aquel hombre que teme ya parecer, ya ser, cuando le cuadra, cobarde‖.

Rebeca Ferreira Chamorro

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Drácula Drácula es una novela publicada en 1897 por el irlandés Bram Stroker, quien ha convertido a su protagonista en el vampiro más conocido de la historia. Se dice que el escritor se basó en las conversaciones que mantuvo con Arminius Vámbéry, quien le habló de Vlad Draculea. La novela, escrita de manera epistolar, presenta otros temas, como el papel de la mujer en la época victoriana, la sexualidad, la inmigración, el colonialismo o el folclore. Como curiosidad, cabe destacar que Bram Stoker no inventó la leyenda vampírica, pero la influencia de la novela ha logrado llegar al cine, el teatro y la televisión.

Desde su publicación en 1897, la novela nunca ha dejado de estar en circulación, y se suceden nuevas ediciones. Sin embargo, hasta 1983 no abandonó el terreno marginal de la literatura sensacionalista para incorporarse a los clásicos de la Universidad de Oxford. Todo comienza cuando Jonathan Harker, un joven agente inmobiliario, debe realizar un viaje a Transilvania para concluir el trabajo de su compañero, George Renfield, el cual era el encargado de terminar de comprar unas propiedades en Londres para el Conde Drácula, quien también le pide que le explique relatos y curiosidades acerca de Londres. Renfield se encuentra ingresado en un manicomio desde su viaje a dicho paraje de la cordillera de los Cárpatos. En un principio la estancia de Jonathan en la morada del Conde Drácula acontece con normalidad, pero a medida que pasan los días se comienza a dar cuenta de la extraña naturaleza de su anfitrión (ve que no se refleja en los espejos). A raíz de este hallazgo, el anciano agradable que Jonathan había conocido en un principio, se convierte en un ser despreciable, ruin y despiadado, hasta el punto que llega a hacer prisionero al joven agente. Mientras en Londres Mina Murray, prometida de Jonathan Harker, comienza a impacientarse por su tardanza.

Teniendo al joven Harker prisionero en su castillo, el Conde decide viajar a Londres, pero éste debe realizar el viaje metido en cajones con tierra de Transilvania, ya que debe descansar en la tierra sagrada de su patria. Para alcanzar su destino se ve

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obligado a viajar en carruaje hasta un puerto cercano, ―el Bósforo‖, y en barco hasta un puerto hasta la costa sur de Inglaterra. Al mismo tiempo, la joven Mina decide pasar una temporada con su amiga Lucy Westernra para encontrar un poco de descanso. Lucy es una joven de clase acomodada que vive en una lujosa mansión (lo sabemos por lo que cuenta de las criadas, pero se muestra con mayor explicidad en la película). Pasa el tiempo, y Jonathan sigue recluido en el castillo de Drácula. Mientras, en Londres, Lucy sufría unos extraños síntomas: palidez extrema, debilidad y dos pequeños orificios en su cuello, producidos por una supuesta enfermedad, pero lo que en realidad le pasaba a la joven, era que estaba convirtiéndose en vampiresa (o en No-muerta) debido a que Drácula le absorbía la sangre, pues la necesitaba para sobrevivir y rejuvenecer. Al no mejorar la salud de Lucy su prometido Lord Arthur Holwood, Quincey Morris y Lord Godlaming junto con Mina, pidieron consejo al doctor Seward. Este médico es el director del manicomio en el que se encuentra el perturbado o no tan perturbado Renfield. Al observar que la salud de la que había sido su amada no mejoraba, decidió pedir consejo al doctor Abraham Van Helsing, un atípico médico, experto en temas acerca de murciélagos, y que había sido su profesor en sus años de carrera. Tras realizar numerosos tratamientos y probar infinidad de remedios y de transfusiones, Lucy muere. El doctor Van Helsing sospechaba que se había convertido en No-muerta, por lo que tuvieron que realizar un rito para que esta pudiera descansar en paz (le hincaron una estaca en el corazón).

Anteriormente, el cautiverio de Jonathan Harker ya había finalizado, porque consiguió escapar del castillo descendiendo por los altísimos muros. El Conde ajeno a a la huida de su prisionero, continuó en Londres y, encontrándose con la prometida del que había sido su prisionero, quien le recordaba a su amada Mina, guardó un extraño sentimiento hacia el Conde; mezcla de odio y amor. Ambos personajes tenían la extraña sensación de conocerse, aunque esto último se muestra con mayor claridad en la película. En su huida, Jonathan llegó hasta un convento en el que las monjas se pusieron en contacto con Mina para que ésta acudiese a buscar a su amado. Jonathan y Mina, tras haberse casado en el convento, llegan a Londres.

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Mina, al volver de su boda, compartió su experiencia con el doctor Van Helsing, al cual contó todo lo que sabía. Este fue quién averiguó que el conde Drácula era el rey de los vampiros, por lo que decidieron darle muerte. Primero intentaron acabar con él en Londres, pero no lo consiguieron. El Conde, acorralado, partió hacia su castillo en Transilvania. Todos los que querían acabar con él, Jonathan, Arthur, Van Helsing, Quincey Morris, Godalming y Mina, sospechaban que el conde había huido porque en las sesiones de hipnosis que le practicaban a mina, ésta decía que oía agua y olas (podía introducirse en la mente del conde ya que se estaba convirtiendo en No - Muerta, lo cual beneficiaba y a la vez perjudicaba a todos). Tras días de viaje llegaron al castillo, donde algunos estuvieron esperando la llegada del No muerto (se habían separado en tres grupos). Drácula llegó poco después metido en un cajón de tierra, llevado y flanqueado por los cíngaros leales que también lo habían conducido hasta el puerto en su viaje a Londres. Se libró un combate desigual, el cual terminó cuando el puñal de Jonathan cortó el cuello del Conde al tiempo que Morris, antes de caer por la puñalada mortal propinada por un cíngaro, atravesó el corazón del Conde, terminando para siempre con el sangriento vampiro de Transilvania.

En la novela podemos saber e interiorizar lo que piensa y siente cada uno de sus personajes, ya que está escrito en un formato similar al de un diario, por lo que se aprecian las inquietudes y vivencias de sus personajes. Abordamos una novela que

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pretendería ser de terror pero que, personalmente, el lector no puede evitar sentir cierta empatía hacia él, porque anhela el amor perdido. Tal y como se aprecia en la película, desea volver con su amor, Mina, quien en la película se retrata como su antigua princesa, que se suicida al creer que su príncipe ha muerto, quien, al volver de la batalla y encontrar el cuerpo inherte de su amada, vende su alma al diablo porque ya no le queda nada por lo que vivir, y convierte a Dios en su enemigo, hasta que vuelve a encontrar la reencarnación de su princesa en Londres, en el cuerpo de Mina, y ansía recuperarla.

Esta novela convirtió al histórico Vlad Tepes en el Vlad, conocido como Vlad el Empalador, un vampiro que bebía sangre de sus víctimas para poder seguir viviendo en su inmortalidad; aunque según la historia, dista mucho de parecerse el personaje de Bram Stroker con Vlad Tepes, ya que éste es un héroe nacional en su Rumanía natal, pues luchó contra el expansionismo otomano. No obstante esta leyenda fue avivada al saber que el príncipe guerrero tenía como emblema al dragón, el cual se podría decir que es el símbolo del diablo. Y de esta forma ha llegado a nuestros días como el príncipe de los vampiros, un personaje oscuro y casi místico.

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A partir de la novela, como ha pasado con otras muchas, se plasmó en el cine. La más conocida podría decirse que es “Drácula, de Bram Stoker” que sería, a mi parecer, la más fiel al libro. Es una película que te introduce en el mundo de Drácula y, como se ha mencionado antes, crea una empatía que casi logra desear que su amor con Mina regrese y permanezcan juntos eternamente.

Se han hecho muchas versiones sobre el mito de los vampiros y Drácula, como podría ser una de las películas más famosas del cine antiguo “Nosferatu”. También encontramos retratada la figura de un Dracula más moderno en “Van Helsing”, en que podemos ver la pugna entre Van Helsing, que nada tendría que ver con el de la novela de Bram Stoker, excepto por su odio hacia los vampiros. Aquí se muestra un Drácula que intenta por todos los medios conseguir la manera de dar vida a sus hijos, concebidos con sus tres novias. Una de las últimas películas, finalmente, muestra quizás a un Drácula más semejante al Vlad Tepes histórico conservando el mito del vampiro, ya que vende su alma al diablo y se metamorfosea para salvar a su pueblo de los otomanos. Personalmente, escojo la película que plasma casi a la perfección la novela de Bram Stoker. Pero sobre todo me inclino por la novela, porque tienes la sensación de que son los propios personajes quienes te cuentan la historia.

Rebeca Ferreira Chamorro

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LINEAS LEY ¿Qué es una línea ley? Hay muchas definiciones, entre ellas las que afirman que son alineaciones alegadas de varios lugares de interés o una especie de rutas de energía, o incluso una red telúrica invisible que une lugares sagrados. Ambas definiciones coinciden al establecer que estas líneas de energía se cruzan, en el lugar exacto, siempre hay un monumento megalítico, una ermita, una catedral o cualquier otro lugar sagrado, y que siempre se edifican en partes altas del terreno natural y vados uniéndolos es una línea recta a algunos de ellos, formando múltiples hileras. Como es lógico, hay diversas teorías, aunque no se conoce realmente su origen, lo que ha dado pie a la especulación en diversos ámbitos, como, por ejemplo, el religioso, el racional, el natural, la arquitectónica y la geometría sagrada. Sin embargo, se cree que su origen tuvo lugar en gran Bretaña con la religión Druida, la cual estaba convencida de que estas líneas de energía de la tierra se extendían por el suelo creando corrientes telúricas, es decir, vías espirituales que recubren todo el planeta, en definitiva, la religión Druida alegaba que las líneas ley eran la manifestación de la vida sobre la tierra y el origen de su fertilidad. Creían que dichas energías surcaban los cielos y el interior de la tierra, como si fueran cauces energéticos que gozaban de mejores condiciones en según qué parajes, marcando el punto exacto donde la corriente era más fuerte con dólmenes, los cuales pasaban a ser un sitio privilegiado donde establecer su lugar de culto y ceremoniales, donde se favorecían estas manifestaciones energéticas por la madre naturaleza y las aguas subterráneas simbolizadas por Dana, Diosa primigenia, otorgadora de la Vida, y la Serpiente Cósmica, quien sacaba de sí el Huevo Cósmico (balain, balaun), repleto de nueva Vida y Energía. Esto provocó que los druidas se consideraran a sí mismos como ―Hijos de la Serpiente cósmica‖, (Naddred, Adder), los cuales se dirigían a estas zonas de poder para recibir los beneficios físicos y espirituales. En 1925 Alfred Watkins redescubrió el concepto de ―red de poder‖ formada por líneas energéticas que conectan lugares altamente cargados de energía psíquica, y en 1922 publicaría el

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libro Early British Trackways, ampliando sus teorías en su otro libro The Old Straight Track, 1925. Descubrió, además, las líneas ley después de visitar y fotografiar varios lugares en Gran Bretaña, que se mostraban alineados en sincronía. Watkins acuñó el término de líneas ley, (ley lines) a partir del hecho de que los lugares donde estas líneas se cruzaban o terminaban, tenían a menudo nombres que acababan en -ley, -ly o -leigh, y,

asimismo,

determinó

que

se

trataba

de

antiguas

vías

comerciales

y procesionales paganas, que conectaban los antiguos lugares de adoración. Pese a sus teorías y libros, su teoría no fue aceptada por la arqueología oficial, y se argumentó que las antiguas civilizaciones no poseían el conocimiento necesario ni los instrumentos

para alinear de tal forma

los

distintos

monumentos, por lo que se catalogaron esas líneas como ―mera casualidad‖. En cambio, en contraposición, la teoría de línea ley adquirió mucha relevancia y popularidad entre los movimientos místicos y religiosos.

En este último ámbito, la discordancia es más que evidente, mientras que para el catolicismo gnóstico y el cristianismo metafísico serían medios espirituales para reconocimiento de los seres espirituales (parecidas son las creencias con los demás grupos no cristianos) los proponentes de esta disciplina teológica y espiritual creen que las líneas fueron construidas con propósitos demoníacos,

y las abolen por su

destrucción, pues pensaban que los satánicos hacían sus rituales y sacrificios en los puntos de más energía. En 1969 John Michell escribiría su libro The view over Atlantis, en el cual expondría que las líneas ley, al igual que las grandes pirámides y demás monumentos, formaban parte de un antiguo sistema basado en la Geometría Sagrada, el cual una vez canalizado, una sutil "corriente dragón" derivada del magnetismo polar sobre todo el mundo, podía producir algunos fenómenos terrestres. Las antiguas tradiciones esotéricas le dan un papel muy relevante en sus ceremonias, y se apegan al sentimiento de que las tradiciones han ido sobreviviendo hasta nuestros días, aunque con el paso del tiempo se han conocido con diversos nombres, como el que

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utilizaban los espiritualistas al llamarles ―Líneas Dragón‖, la cual está simbolizada con la serpiente, tal y como la simbolizaban los druidas. Diversas teorías y creencias sostienen que las líneas ley no necesariamente están cargadas de energía positiva, sino que también es posible hallar líneas cargadas de energía negativa, de las cuales se nutren los satánicos. Dichas líneas negativas marcan lugares donde vivir resulta difícil, tratamos las líneas Hartmann. Las líneas Hartmann o "Líneas H" es una rejilla electromagnética que crea una radiación que se extiende por toda la tierra, la cual es denominada ―Red Global de Radiación‖. Esta red puede ser detectada en todas partes. El Dr. Ernst Hartmann, en 1951, midió por primera vez la resistencia eléctrica de diversas personas en diversos lugares. Sus investigaciones le llevaron a descubrir una red constituida por bandas de unos 21 centímetros de ancho y separadas por 2,50 metros en sentido N-S (polaridad negativa ―-―) y de 2 metros en sentido E-O (polaridad positiva ―+‖).

En España, finalmente, nos podemos encontrar con bastantes líneas, sobre todo en Cataluña, donde se congregan la mayoría en lugares de culto religioso. En https://www.google.com/maps/d/viewer?mid=zH5DVnAYvsdM.ktJjf0Aq7ntY&ie=UT F8&hl=es&msa=0&t=h&z=3 , además,se puede consultar un mapa donde están presentes multitud de líneas por todo el mundo.

Irene Izquierdo Teba

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LOS JUICIOS DE SALEM En el octubre de 1692, en la colonia de la bahía de Massachusetts, se inició la famosa caza de brujas, que acabó con veinte ahorcados y más de cien personas detenidas acusadas de brujería. Cotton Mather fue requerido por el gobernador de la colonia para que pusiera fin a lo que entendían como ―un ataque del demonio‖, quien reclutaba a las brujas para cumplir con sus fines malévolos, así como a brujos que vendían sus almas a cambio de la vida eterna, y también de los más tórridos deseos carnales. No obstante, lo que no sabían era que, diez meses antes, los sucesos habían comenzado en una colonia a cincuenta quilómetros de Boston, en la idea de Salem, que está en plena pugna por las tierras, dinero y la religión, creando, de esta manera, furiosas facciones, especialmente desde que se construyó la iglesia, pues el salario del pastor Samuel Parris era el principal foco de discordancia.; pero, este foco, pronto pasó a ser su familia, pues su hija y su sobrina empezaron a mostrar signos de que estaban siendo víctimas del demonio, dicho veredicto fue emitido en enero de 1692 por el doctor que así tipificaba cuando no se comprendía lo que ocurría, como, evidentemente, ocurría con la brujería. En la Nueva Inglaterra del siglo XVII, se acepta la brujería y, además, se recoge en el marco jurídico constitucionalizo de aquella época con una doble calificación como delito y como pecado penado con la muerte. Una de las pruebas que se utilizaba para determinar si alguien era una bruja, consistía en hacerle recitar el padre nuestro, pues se tenía la firme creencia de que las brujas no podían recitar el padre nuestro con exactitud. La brujería, ante este punto, tiene sus orígenes en la magia popular. En tiempos prehistóricos se ha creído que los hechizos podían ser utilizados positivamente para ayudar en la cosecha, fertilidad, castigar a los enemigos… La imagen tradicional del demonio se extrae a partir de uno de los dioses paganos, quien era mitad cabra y mitad humano. Los primeros cristianos le añadieron unas alas en señas de ángel caído y lo convirtieron en Satanás, el cual agarraba un libro donde se inscribían todos sus tratos firmados con la sangre de las brujas.

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En el siglo XV se organizó, por parte de las iglesias y los estados controlados por éstas, una campaña para borrar cualquier vestigio de paganismo que aún pudiera subsistir. En 1610 se pasa a los gobiernos seculares y ciencias. Lo peor de las caza de brujas, entonces, ya ha pasado, y los habitantes tienen otra mentalidad, todos a excepción de los puritanos. En 1628 fundaron la colonia de la bahía de Massachusetts y la bautizaron con el nombre de ―Ciudad resplandeciente sobre la colina‖ la cual es únicamente dirigida por estrictos preceptos e interpretaciones bíblicas. Su objetivo era purificar a la iglesia inglesa de los restos del catolicismo todavía latente. En la creencia de los múltiples poderes que poseía la bruja, había uno que consistía en poder proyectarse astralmente sin ser vista para atormentar a sus víctimas, lo que se creía que les ocurría a los familiares de Parris. Un vecino, así pues, propuso un método popular para averiguar quién era la bruja consistente en hacer un pastel con harina y orina de los infectados. Este pastel de brujas se daba a un perro que indicaba el camino hacia la bruja. Esta práctica no proviene del puritanismo, como pueda imaginarse, sino de la creencia popular, justo lo que el puritanismo intentaba erradicar. Se intentó con el ayuno y el rezo, pero no funcionó. Hoy en día existen varias teorías que intentan explicar el porqué de esos ataques, una de ellas se basa en la educación ético-cultural que se les inculcaba a los niños de las familias altamente religiosas, como en el caso la de un pastor: se creía que los niños debían ser conducidos constantemente hacia el buen camino, porque eran pecadores, lo que fue creciendo hasta el punto de que los jóvenes se obsesionasen por qué le deparaba su muerte: si irían al cielo o al infierno. Otra teoría más científica, al igual que difundida, apunta

a un envenenamiento

registrado en Salem, se debe a centeno que ha contaminado el cereal, lo que llega a provocar alucinaciones y demás síntomas físicos así como disfunciones nerviosas apreciables en muchas de las víctimas que se retuercen de dolor. El hongo causante se denomina cornezuelo, y crece en el centeno, por otro lado, para que podamos hacernos una idea clara, el LSD es uno de sus derivados. No obstante, esta teoría ya ha sido rebatida por científicos.

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Ambas niñas, a veces ocurría, sufrían los ataques a la vez, sobre todo cuando había visitas; por eso muchas personas dicen que podían haber sido fingidos, cosa que les pudo haber provocado que muriesen en la horca como acusadas, pues recordemos que es un delito. Parris presiona a las niñas para que confiesen de quién es el espectro que las está atormentando, y ellas señalan a su criada Tituba, una esclava india, originaria de barbados, que guardaba cierta relación con los wuabanaquis, a juzgar por su piel oscura, rasgo que compartían, enemigos de los puritanos. Se creían seguidores incondicionales del diablo, pero no tenían derecho a las tierras porque no las cultivaban. Los wabanaquis fueron apresados y vendidos como esclavos, lo que provocó un fuerte conflicto que se hizo más que notorio en

1675, donde

empiezan a atacar a los ingleses sin piedad. Mery Louis trabaja como criada en la aldea de Salem, y fue testigo de uno de los primeros y más letales a taques de los indígenas, en el cual arrasaron con la aldea de Main. York fue atacado en 1692. Al conocer la noticia, Mery Louis empieza a mostrar síntomas de sufrir brujería. Varias de las victimas acusan de nuevo a Tituba. Efectivamente, Tituba fue procesada ante las acusaciones cruciales que se vertieron sobre ella. En marzo del mismo año, siete niñas y mujeres parecen afectadas con el mal de la brujería, de nuevo se vierten acusaciones formales, cosa que provoca que se pase a un proceso legal. Jonh hozor y Jonathan Holguín, magistrados de un pueblo cercano, serán los encargados de investigar dichos sucesos. Hozor tenía una larga trayectoria en este campo y sabía que para obtener una condena en un caso capital se necesitaba la confesión del acusado o dos testigos del propio acto, por lo que era más fácil obtener condena mediante confesión.

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Al final, Tituba, por miedo a más represalias físicas, acaba confesando, pero negando que sucumbiera a las malévolas intenciones del demonio. En el juicio las niñas afectadas repetían una y otra vez lo que la bruja confesa repetía. Lo importante desde un punto de vista jurídico era la confesión que convierte la brujería en una realidad. Tituba, además, acusa a tres supuestas brujas más y a un hombre, alegando que había visto el libro del diablo con dichas firmas, lo que provocó la ferviente convicción a la comunidad de que debían buscar más brujas, pues existían. Como esto sólo era un dictamen y no un juicio, ambos magistrados no tenían potestad para sentenciar y condenar, pero sí para detener a sospechosos. Tituba sigue apuntando con el dedo, en total a nueve, lo que, irremediablemente, desata la cacería. Las nueve personas inicialmente acusadas eran marginados de la aldea (algo bastante común en este tipo de incidentes), a excepción de una que era una feligresa respetable de la Iglesia, detonador que provoca la emergencia de creencia de que si esa honorable señora era una bruja, entonces cualquiera lo podía ser. Se basan en lo que denominan ―pruebas espectrales‖ que consistían en que un testigo atormentado por una bruja reconocía el espectro de dicha persona (los feligreses de aquella época creían que cuando firmabas le dabas permiso al demonio para adoptar tu forma para sus fines, esa forma invisible se denominaba espectros). En abril la locura se ha apoderado de Salem, sumiéndolo en una caza de brujas que se extendió fuera de la aldea cundiendo el pánico y la paranoia así como extendiendo la creencia de la acusación de bruja a la familia de ésta: ―se considerará bruja hasta que se demuestre lo contrario‖. La acusación de brujería, aunque quedases libre de ella, te marcaba de por vida. Durante la encarcelación, así pues, se desnudaba a las acusadas para buscar la denominadas ―tetillas de bruja‖, que era la creencia de que el diablo se comunicaba con sus siervos a través de los animales domésticos, ratones o pájaros que chupaban la tetilla de la bruja dejando una marca característica. Las acusadas, ante este punto, debían pagar su estancia en la cárcel, lo que reportaba grandes beneficios que incentivaban dichas cacerías, sin tener en cuenta las confiscaciones ilegales que se efectuaban por parte de algunos sheriffs, entre ellos el sobrino de Corwing y varios familiares de ellos que se lucraban con estos procesos, otros, en cambio, utilizaban la acusación de brujería para

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zanjar viejas venganzas que fomentaban la violencia física, cosa que los puritanos sustituyeron las pelas por los tribunales. Existe una relación entre las facciones que resultaron de la construcción de la Iglesia, dado que algunos eran partidarios de tener una iglesia propia en la aldea, y otros iban caminando quilómetros hasta la iglesia del pueblo, así se ahorraban pagar el doble de impuestos por tener una iglesia propia, y las acusaciones de brujería. Eso se prueba en el hecho de que ciento ochenta y una acusaciones fueron hechas por una familia partidaria del reverendo Parris. Los Pugnan, por su parte, donde estaba Mery Louis y sus familiares, fueron activos partícipes en los juicios, cacerías acusaciones. Barrous, el antiguo pastor, fue acusado de brujería por un antiguo conflicto que tuvo con dicha familia al poder ganar el juicio en el que fue encausado por culpa de los Pugnan, lo que no le perdonaron. La hija de esta familia, años después, lo acusó de ser el líder de las brujas y de haber matado a sus dos primeras esposas y la hija de su predecesor, y de haber embrujado a los soldados que luchaban contra los indígenas, a los cuales ganaron. Tras todos estos sucesos, el veintisiete de mayo, se instituye un tribunal especial por orden del gobernador compuesto por un jurado masculino de todo el condado y el tribunal por jueces de renombre sin formación jurídica. No tenían derecho a un abogado, por lo tanto, era la autodefensa la que se utilizaba en el siglo XVII. En conjunto, se puede vislumbrar el porqué de la cacería de brujas, basado a veces en un fraude deshonesto involuntario que consistía en comportamientos deshonestos e involuntarios, como se denomina en psicología actualmente, ―trastorno psicógeno masivo‖. Todas querían ser el centro de atención, por lo que se copiaban los síntomas de las demás, tratamos ahora con la ―hipocondría masiva‖. En 1692 el 2 de junio se dicta la primera sentencia de muerte por brujería y, a partir de ese momento, los juicios prosiguen y los delatores se retractan a causa de sus remordimientos.

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En octubre, el gobernador clausula el tribunal y se reabren los tribunales ordinarios, sin embargo, para cuando eso ocurri贸, la prueba espectral ya no estaba permitida, y se acaba condenando a tres personas m谩s, quienes, afortunadamente, fueron indultadas por el gobernador. Todo esto, como vemos, se corresponde con una cultura inflexiblemente regida por el puritanismo y las creencias populares que alentaban la incultura. La sociedad se dej贸 llevar por los elementos econ贸micos, socioculturales y la histeria generalizada por miedo a lo desconocido, propagando ignorantes acusaciones devastadoras.

Irene Izquierdo Teba

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El espiritismo El espiritismo es una doctrina en la que se sostiene que es posible entablar una comunicación con el espíritu de un muerto a través de un médium, persona que, tras haber sufrido una experiencia cercana a la muerte, es capaz de comunicarse con aquellos que ya han fallecido. Como doctrina filosófica surgió a mediados del siglo XIX, a partir del análisis de los libros codificados por el francés Allan Kardec. Su objeto de estudio es el origen, la naturaleza y el destino de los espíritus y las características de los vínculos que éstos establecen con el mundo físico. El espiritismo sostiene la existencia de los espíritus y asegura que es posible comunicarse con ellos. La reencarnación y el karma son otros conceptos considerados válidos dentro de este contexto.

El espiritismo no es una religión, por lo tanto no tiene sacerdotes ni templos. Los encuentros de los espiritistas son considerados como reuniones para entablar comunicación con los espíritus. La cultura popular, ante este punto, suele aceptar ciertas prácticas espiritistas como la ouija, que consiste en un tablero en el que se encuentran grabados y representados todos los caracteres del alfabeto, los números del 0 al 9 y en un lugar preferente el SI y el NO. Como guía se utiliza una tablilla acabada en punta; estas sesiones se practican en lugares muy tranquilos alrededor de una mesa y con un mínimo de cuatro participantes. También está aceptado el juego de la copa que es similar a la ouija, pero más rudimentario, pues se escribe con cartulinas pequeñas individuales, se colocan en una mesa en la misma posición en que se encontrarían en un tablero ouija y en medio un vaso de cristal en que todos los participantes pondrían su dedo índice, sin levantarlo.

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Una de las razones de la falta de credibilidad en los médiums es que muchos de ellos realizan espectáculos en teatros y cadenas de televisión, ofreciendo audiencias de la supuesta posibilidad de contactarse con parientes fallecidos, y en más de un caso se detectaron tácticas fraudulentas como el uso de personal infiltrado entre el público para sonsacar información que después utilizaban en las sesiones. Por otro lado, dado que la mayoría de las personas no podemos dar fe de poder hablar con los espíritus, el hecho de que no todos los médiums describan sus experiencias de la misma forma, genera un cierto descreimiento. Por ejemplo, algunos aseguran que el encuentro con los muertos se da de forma espontánea y que no se trata de una comunicación nítida o estable, mientras que aquellos que hacen de su supuesta habilidad un espectáculo con fecha y hora preestablecida, no parecen tener problemas en forzar la conexión cada noche y obtener una gran cantidad de datos acertados de manera consistente.

Lamentablemente, el espiritismo entra en la misma categoría de otras prácticas que tradicionalmente reciben el desprecio y la desconfianza de la sociedad, porque existen demasiados estafadores que se aprovechan de quienes han perdido a un ser querido y se encuentran especialmente vulnerables; un acto de este tipo genera rechazo inmediatamente y hace que la gente tema creer; como un mecanismo de defensa. Sin embargo, si nunca hemos tenido un contacto con el más allá, no tenemos la suficiente autoridad para descartar la posibilidad de que alguien lo consiga.

El espiritismo nació en 1848 en Hydesvillie (Nueva York) cuando dos niñas de once y catorce años, Kate y Maggie Fox, empezaron a recibir mensajes del Más Allá en forma de golpes, que en realidad hacían con una manzana atada a un cordón y con los nudillos de los dedos de los pies para tomar el pelo a su madre. Se hicieron famosas y pronto tuvieron competencia. A mediados de la década de 1850, había en EE UU unos cuarenta mil médiums, intermediarios entre este mundo y el de los muertos, que celebraban sesiones en gabinetes a oscuras donde las mesas se movían, se materializaba el ectoplasma y los espíritus consolaban a los vivos. En 1860, en una sociedad con una altísima mortalidad infantil, superaban el millón y medio los estadounidenses fieles del nuevo credo, que ya se había extendido por Europa.

Como practicar una sesión espiritista Primero se ha de tener creencia en lo que se hace, si se toma a broma podría ser peligroso. Un espíritu burlado puede convertirse en un enemigo terrible aunque no lo manifieste de una

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manera directa. Tampoco debemos olvidar que la misma dificultad que tenemos nosotros para comunicarnos con ellos la tienen también los espíritus, pero una vez que logramos el contacto los resultados siempre son interesantes, salvo que nuestra actitud haya sido negligente o burlona. Las voces, los ruidos, las apariciones y hasta la mala suerte continuada, sería la explicación racional de que un espíritu indignado se manifieste ante nosotros. Para que todo esto cese o nunca llegue a ocurrir, se impone por tanto realizar una nueva sesión seria y con expertos, con el fin de comunicarnos con la entidad causante de los problemas y pedirle las disculpas que sean preceptivas.

Otra aplicación, quizás la más entrañable de todas, sería la de poder comunicar con nuestros seres queridos ya fallecidos. En estas circunstancias hay que diferenciar el hecho de que las sesiones se celebren en la casa del fallecido o en otro lugar, ya que los resultados serán distintos. En el supuesto de que la llamada a algún difunto podamos hacerla en la misma habitación donde dormía o cerca del sofá donde solía descansar, el contacto podrá lograrse incluso en la primera sesión, ya que la entidad seguramente no habrá abandonado el lugar que le era familiar. Lo importante es que el fallecimiento haya ocurrido recientemente, ya que posteriormente los espíritus se integran en otro orden de vida y se despegan bastante de sus anteriores compañeros. Incluso pretender establecer contacto con algún familiar con el cual nuestra vida no haya sido muy armónica, puede provocar su rechazo, ya que le estamos obligando a volver a vivir aquello que le hizo sufrir. Si a pesar de esto insistimos en ello, hay que dejarle notar desde los primeros intentos que no pretendemos molestarle, sino todo lo contrario, pedirle perdón por nuestros errores anteriores. Si no lo hacemos así, un espíritu perjudicado de nuevo puede convertirse en alguien peligroso. Otra aplicación más factible para una sesión de espiritismo sería poder curar enfermedades, y en esto nos podemos basar en las experiencias de otras entidades que estén a su alrededor. Lo que ocurre es que en función de la fuente de procedencia –nos referimos al espíritu consultado- así serán las terapias a aplicar, y puede suceder que para un dolor de muelas nos recomiende masticar esencia de clavo, tomar un antibiótico o coger una pelota con los dedos de los pies. Cualquiera de estos remedios podrá ser efectivo y nunca hay que tomárselos a broma, salvo en caso de auténticas barbaridades. No olvidemos tampoco que el espíritu necesita educarse y culturizarse, y si a nosotros nos hace falta experiencia para realizar buenas sesiones, a él también; por eso, cuando la ayuda que le solicitamos es importante, debemos utilizar a una entidad adulta, nunca a alguien que se acaba de adentrar en esta práctica.

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Una aplicación más razonable de estas sesiones es pedir al espíritu la solución de algún problema matemático y sobre todo físico, ya que en estos casos solamente deberán utilizar la lógica, algo de lo que están sobrados. Preguntándoles adecuadamente, y durante varias sesiones, podremos encontrar el fallo que perjudica el buen funcionamiento de nuestra lavadora o automóvil, por poner un ejemplo. No obstante, a lo que ninguna identidad accederá es a provocar daño a alguna persona que odiemos, puesto que su sentido del honor se lo impide, y hasta es posible que se vuelva contra nosotros de manera airada si insistimos. Lo que sí puede indicarnos es la actitud que debemos adoptar con esa persona odiada y quizá también nos pueda descubrir sus puntos débiles.

Sesión de Ouija: Cualquier sesión de ouija debe prepararse previamente, así que no dudes en tener claras tus preguntas. Es necesario asimismo encender incienso y una vela durante el desarrollo de la Ouija. El incienso purifica el cuerpo astral y la vela sirve de testigo indicador de la habitación. Además, el fuego también es purificador. Reza de corazón llamando a tu guía con el fin de que pueda asistirte en tus pasos espirituales. Este paso no debe ser omitido ya que tu ángel (o guía) va a servirte de intermediario entre tu mundo y el mundo de los espíritus, y también alejará a los espíritus que podrían querer haceros daño. Una vez hayas terminado, reza otra vez. Y, sobre todo, agradece a los espíritus que han presentado su presencia y su testimonio. A continuación os dejamos unos consejos de aspectos que debemos evitar llevar a cabo durante una sesión ouija. Muy importante es evitar interrumpir precipitadamente la experiencia. Nunca nadie debe salir del círculo sin finalizar, ya que la energía acumulada de repente se rompe y la experiencia podría tornarse peligrosa. Tampoco os dejéis llevar por el temor o el miedo. Si aparece un espíritu maligno mantén la calma y clama con el corazón al ángel de la guarda con el fin de que te ayude.

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Nunca pidas peticiones de videncias, ya que el espiritismo no está hecho para eso. Tampoco exijas nunca un resultado o un fenómeno, ya que puedes sentirlo posteriormente. Y en las sesiones evita la presencia de personas desequilibradas o demasiado emotivas, así como las personas escépticas. No seas irrespetuoso con los espíritus que se presentan en la sesión y tampoco lo seas con las sesiones en sí. Es decir, no te las tomes cómo un juego y mantente al cien por cien inmerso cuando las practiques. Respecto al número de sesiones, no es aconsejable abusar. El espiritismo requiere y usa demasiada energía. Dos a tres semanas como mucho al mes son las aconsejables.

El espiritismo no se improvisa. Una sesión mal preparada puede traerte problemas importantes. Por tanto, antes de intentar lo que sea, te animamos fuertemente a que te documentes completamente sobre el asunto y, sobre todo, sobre el mundo con el que vas a tratar de comunicarte. No olvides estos consejos, pues son fundamentales. El espiritismo puede llegar a ser una técnica muy peligrosa.

Escritor y espiritista famoso De familia católica y médico, Arthur Conan Doyle (1859-1930) se adhirió a la naciente religión cuando todavía no era un escritor de éxito. Había leído sendas obras del juez y legislador estadounidense John Edmonds y del naturalista inglés Alfred Russel Wallace, ambos devotos espiritistas, y le habían convencido. ―Después de sopesar la evidencia, no podía dudar más de la existencia de los fenómenos [mediúmnicos] de lo que podía dudar de la de leones en África, a pesar de que he estado en ese continente y nunca he tenido oportunidad de ver uno‖, escribía en una carta a la revista espiritista Light el 2 de julio de 1887. Doyle ha asistido días antes a una sesión espiritista y dice estar ―absolutamente seguro de que la inteligencia puede existir al margen del cuerpo‖. En noviembre de ese mismo año, llega a las librerías Estudio en escarlata, la primera novela de Sherlock Holmes, el detective racional por excelencia. El escritor participa en incontables sesiones mediúmnicas e investiga fenómenos extraños como miembro de la Sociedad para la Investigación Psíquica (SPR), la primera organización parapsicológica del mundo. Pero mantiene sus creencias en un discreto segundo plano durante más de treinta años, hasta que una sucesión de muertes le lleva a sacarlas a la luz. En 1918, fallece su hijo Kingsley, al que sigue en 1919 su hermano Inner y, poco después, dos cuñados y dos sobrinos. El espiritismo experiment un boom a consecuencia de la Primera

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Guerra Mundial y sus más de dieciséis millones de muertos, y Doyle se convierte en su principal apóstol. Casado en segundas nupcias con la médium Jean Leckie en 1907, un año después del fallecimiento de su primera esposa por tuberculosis, el ya famoso escritor expone su credo en dos opúsculos: La Nueva Revelación (1918) y El mensaje vital (1919). Confiesa que en su juventud había sido ―un ferviente deísta‖, convencido de que la muerte es el final de todo. ―Tal era mi estado de espíritu cuando los fenómenos espiritistas atrajeron mi atención. Siempre había considerado este tema perfectamente absurdo; había leído sobre el desenmascaramiento de los médiums falsarios y me preguntaba cómo podía prestar fe un hombre sensato a semejantes cosas‖, dice en La Nueva Revelación. Él, que ―consideraba el espiritismo como una vulgar ilusión de los ignorantes‖, cambia de opinión tras comprobar que ―hombres cuyos nombres constituían un galardón en las ciencias‖ -como Wallace, el químico William Crookes y el astrónomo Camille Flammarion- creen en la vida después de la muerte. Otros sabios, como el naturalista Charles Darwin y el neurocientífico español Santiago Ramón y Cajal, no comparten ese entusiasmo. ―Pena da pensar que, en los absurdos de la moderna brujería, hayan caído hombres de ciencia como Crookes y Richet, y filósofos como Krause y William James. Yo confieso, un poco avergonzado, mi irreductible escepticismo‖, dice el Nobel aragonés en Charlas de café. Pensamientos, anécdotas y confidencias (1920). Ramón y Caja, no obstante, asiste a exhibiciones mediúmnicas y le sorprende lo que ve: ―Lo admirable en aquellas sesiones no eran los sujetos, sino la increíble ingenuidad de los asistentes, que tomaban cual manifestaciones sobrenaturales ciertos fenómenos nerviosos (autosugestión sobre todo) de los médiums, o la mera coincidencia de hechos, o los efectos del hábito mental, o, en fin, los fáciles y conocidos ardides del cumberlandismo, tan exhibido después en los teatros‖, sentencia en Historia de mi labor científica (1905). Doyle participa en sesiones de mesas parlantes, un fenómeno que hizo furor en EE UU y Europa Occidental en la segunda mitad del siglo XIX. Consistía en que un grupo de personas se sentaba alrededor de una mesa con las manos apoyadas en ella y se concentraba para que se tambaleara o girara en un sentido determinado, después de establecer un código de comunicación con el supuesto espíritu. En la década de 1890, por ese medio, un espíritu femenino cuenta al novelista y a dos mujeres que le acompañan, que Marte está habitado por una especie mucho más avanzada que la nuestra y que los canales son artificiales. En aquella época, los canales marcianos eran tan reales para mucha gente como el de Suez, abierto en 1869, y el de Panamá, que se había empezado a construir en 1880. Hoy sabemos que nunca existieron más que en la mente de quienes los querían ver.

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―Sir Arthur cree de verdad. En su gran mente, no hay ninguna duda‖, admite su amigo Harry Houdini (1874-1926) en su libro A magician among the spirits (Un mago entre los espíritus, 1924). El novelista atribuye algunas proezas del mago húngaro-estadounidense a que tiene poderes paranormales, algo que Houdini niega. ―Sería difícil determinar cuándo fue la primera vez que sir Arthur Conan Doyle y yo hablamos sobre espiritismo, pero, desde esa primera charla hasta ahora, nunca hemos estado de acuerdo‖. A pesar de sus discrepancias, se admiran mutuamente, aunque eso no impide que se enfrenten en la Prensa a través de cartas al director en las cuales Doyle defiende su fe y su amigo americano la ataca. Para el escritor, el espiritismo es una religión compatible con todas las demás, pero con mayores pruebas a favor de su realidad; para el maestro de la ilusión, un engaño.

Houdini fue el mago más famoso de su tiempo. Al principio de su carrera, como parte de su repertorio, actuó como médium. ―En aquel tiempo, apreciaba el hecho de que sorprendía a mis clientes y, aunque era consciente de que les engañaba, no veía ni entendía la gravedad de trivializar tal sentimiento sagrado [el duelo] y el resultado funesto que inevitablemente seguía. Para mí, era una broma‖. Al morir su madre el diecisiete de julio de 1913 mientras él estaba de gira por Europa, fue tal el dolor que le invadió que se sintió culpable de haber simulado en sus inicios hablar con los muertos: ―Me di cuenta de que rayaba lo criminal‖. Hasta entonces, no había visto en ninguna sesión espiritista nada que desafiara a la razón; pero creía en la existencia de un ser superior y de otra vida después de la muerte, e idolatraba a su madre. Y fue de médium en médium intentando conectar con ella. En vano. Sólo descubrió los trucos con los que engañan a la gente y cómo ésta se engaña a sí misma.

Doyle y Houdini se conocieron en abril de 1920, cuando el ilusionista actuaba en Brighton (Reino Unido). Dos años después, durante la gira americana que le llevó a intervenir ante los miembros Sociedad de Magos de Estados Unidos, el escritor y su esposa invitaron al matrimonio Houdini a visitarles en Atlantic City. El 17 de julio de 1922, tras pasar las dos familias el día en la playa, Jean Leckie, el novelista y el mago se sentaron alrededor de una mesa en la habitación de los Doyle del hotel Ambassador. Ella iba a invocar a un espíritu. La sesión empezó con una plegaria del escritor, tras la cual a la médium ―las manos le temblaban y golpeaban la mesa, le vibraba la voz y pidió a los espíritus que le dieran un mensaje‖. La mujer escribió un mensaje de la madre de Houdini, repleto de frases cariñosas y tranquilizadoras. ―Estaba dispuesto a

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creer, incluso quería creer‖, reconocía años después el mago. No pudo. Su madre se había comunicado con él en inglés, cuando nunca lo había hablado ni leído; había

garabateado una cruz al principio del mensaje, cuando era judía; y, además, no había hecho ninguna referencia a que aquel día se cumplían nueve años de su muerte. El incidente marca el principio del fin de la amistad de Doyle y Houdini. Para el mago, Jean Leckie no es diferente de los otros dotados de poderes paranormales que ha desenmascarado. El novelista admite que los intermediarios con el mundo espiritual hacen trampas, pero sólo a veces. ―Muchos médiums -como Eusapia Palladino- han podido incurrir en fraude cuando les faltaban sus facultades, mientras que en otros momentos no puede ponerse en duda la autenticidad de su talento‖, escribe. Que cazaran a un médium haciendo trampas no implica que las hiciera siempre, a ojos del inocente Doyle.

Rebeca Ferreira Chamorro

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LITERATURA VS ODISEA Blancanieves ―Fuera del patio, cerca de las puertas, hay un gran huerto de cuatro yugadas y alrededor se extiende un cerco a ambos lados. Allí han nacido y florecen árboles: perales y granados, manzanos de espléndidos frutos, dulces itigueras y verdes olivos; de ellos no se pierde el fruto ni falta nunca en invierno ni en verano: son perennes. Siempre que sopla Céfiro, unos nacen y otros maduran. La pera envejece sobre la pera, la manzana sobre la manzana, la uva sobre la uva y también el higo sobre el higo. Allí tiene plantada una viña muy fructífera, en la que unas uvas se secan al sol en lugar abrigado, otras las vendimian y otras las pisan: delante están las vides que dejan salir la flor y otras hay también que apenas negrean. Allí también, en el fondo del huerto, crecen liños de verduras de todas clases siempre lozanas. También hay allí dos fuentes, la una que corre por todo el huerto, la otra que va de una parte a otra bajo el umbral del patio hasta la elevada morada a donde van por agua los ciudadanos.‖P.88. Hemos apreciado una descripción del palacio de Alcínoo que se asemeja al Edén descrito en la Biblia. Llego a esta conclusión tras leer que nunca faltan frutos en los árboles. El paisaje es idealizado, no llegamos a un locus amoenus como el de Garcilaso de la Vega, pero era algo parecido, y como en todo buen paraíso, encontramos el manzano, se le hace una distinción notable al calificar sus frutos como esplendidos y no enumerarlos como se había hecho con los perales y los granados. Es un lugar donde la naturaleza siempre es verde, no falta comida nunca y se puede vivir sin alteraciones.

La manzana es un fruto muy recurrido, como es sabido, ya se encontraba en el Edén, pero la descubrimos, también, en otro mito griego: la manzana de la

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discordia de Paris. Asimismo la vemos en un cuento clásico de la literatura infantil: Blancanieves, la manzana tiene las mismas connotaciones negativas, ya que es la causante de la casi muerte de la protagonista. Y en el caso de Paris enfrenta a tres deidades, que como ya sabemos, compitieron entre ellas para lograr la manzana. Otro tema recurrente entre los dos mitos es la belleza. En el mito de Paris la hechicera alega que la manzana es para la más bella de toda la celebración, dándose por aludidas tres dehesas comienza la rivalidad; en Blancanieves la belleza es la desencadenante de todo. La bruja siempre se dibuja pendiente de mantenerse joven y hermosa, y no duda en emplear la brujería para lograrlo; si recordamos el cuento, vemos que su arma principal para lograr mantenerse joven y seguir siendo la mujer más hermosa del reino es un espejo. Con él logra averiguar quién la supera en belleza y eliminarla. Sin embargo los acontecimientos se ven modificados: hay alguien que la supera en hermosura pero no puede matarla, por ello manda a un cazador para que termine con su vida, mas no lo logra. Con toda esta explicación quiero dejar latente que ―unos nacen y otros maduran. La pera envejece sobre la pera, la manzana sobre la manzana, la uva sobre la uva y también el higo sobre el higo‖. El tiempo pasa para todos, y aunque intente mantenerse joven, ahora es Blancanieves quien posee ese título.

La Bella y la Bestia La figura de Ulises se desmitifica ya que llega a sentir miedo cuando acaba en el mar y casi muere, esto nos lleva a pensar que no es tan gran guerrero como nos pensábamos, pues los guerreros tienen que ser valerosos y no temer a nadie, lo que no es cumplido por Ulises, quien por suerte es salvado por una deidad. Si recordamos al personaje de La Bella y la Bestia, Gastón, apreciamos que se presenta el mismo arquetipo. Siempre fuerte, siempre valeroso, siempre alerta, no le tiene miedo a nada hasta que se encuentra cara a cara con Bestia y termina reducido a un hombre prepotente sin visión de futuro. También es ingenioso, si recordamos al principio nadie cree a Maurice cuando dice que Bestia ha secuestrado a Bella en su castillo. Gastón había intentado proponerle matrimonio a Bella pero ésta lo había rechazado, bien llegados a este punto, Gastón ingenia un plan maestro que le permitirá casarse con Bella. Lo único que tiene que hacer es demostrar que Maurice está loco y obligar así a Bella, es un chantaje bien planteado,

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pero nunca pensó que Bella sería más inteligente y se adelantaría a sus movimientos. Bestia y Gastón pelean en las escenas finales, y cuando Gastón lo ve todo perdido, suplica por su vida y Bestia, al ver a Bella afligida, lo perdona. Aquí encontramos una antítesis con Ulises debido a que aunque los pretendientes supliquen por su vida, Ulises no los perdona. No podemos olvidar, por otro lado, que Ulises bajó a los infiernos como Hércules, Dante o Eneas, lo que significa que era un guerrero favorecido por los dioses. Telémaco también representa al arquetipo de guerrero, aunque él tiene más cosas en común con Perseo, ya que los dos intentaron proteger a sus madres. Por un lado Perseo fue a matar a la Gorgona para liberar a su madre de un rey que la quería como esposa, y Telémaco fue en busca de noticias de su padre para salvar a la madre de los pretendientes. En el terreno de los cuentos tenemos a Bella de La Bella y la Bestia, que decide salvar a su padre intercambiándose con él. La escena se corresponde con principio del cuento cuando el padre se pierde mientras va a la ciudad a hacer negocios, comienza una tormenta y tras desorientarse termina en el castillo de la Bestia. El pobre hombre no hace nada reprochable, simplemente entra para resguardarse. No obstante, Bestia no lo ve de la misma forma y lo encarcela en la torre para evitar que escape. Es allí donde Bella lo encuentra y decide quedarse en su lugar. Ambos tienen suerte y consiguen salvarlos, aunque el medio es muy distinto: Telémaco emplea la violencia al dejar que su padre se vengue y participar en los planes, mientras que Bella usa la inteligencia y no levanta la mano en ninguna ocasión

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La bella durmiente ―Hilanderas dispusieron al hilar el hilo cuando su madre lo dio a luz‖P.90. Referencia mitológica a las Parcas o Moiras, eran tres hermanas llamadas Cloto, Láquesis y Atropos; fijaban el destino de los humanos, incluso tenían poder sobre Zeus. Las tres hermanas hilaban con lana blanca e iban poniendo hilos negros e hilos dorados que simbolizaban los malos momentos en la vida de alguien (negro) y la felicidad que tendría a lo largo de su vida (dorado). Las tres Parcas también escribían en un muro el destino de las personas, y nadie lo podía borrar. Quien nombra a estas deidades es Alcínoo haciendo referencia al nacimiento de Ulises. En La bella durmiente vemos cómo se intenta de alguna forma vaticinar el destino de Aurora y sale a relucir el problema de la rueca. Ir en contra de las Parcas, aparte de ser inútil, es algo arduo; si recordamos bien, en el cuento se intenta alejar a la niña de todas las agujas, y casi lo consiguen, pero el destino tenía que jugar su última mano y ganó a los simples mortales sumiéndolos en un sueño irrefrenable. El final es tan azucarado como el de los otros cuentos, un príncipe la besa y se salvan todos. Seguimos con La Bella durmiente, pero en este caso quiero enlazarlo con el mito de Paris. La manzana fue entregada por una hechicera que no había estado invitada a la boda que se celebraba y como castigo, y para hacerse notar, decidió interrumpir. Pasa exactamente lo mismo con el nacimiento de Aurora, nadie invita a la bruja a la celebración, y a modo de represalia, ella decide que el futuro de la niña no será tan agradable. Aurora es la hija del rey, lo que la convierte en princesa, y en alguien al que tener de tu lado, lo que quiero decir es que de todos los elementos que se podían usar para la maldición, el escogido es una aguja. Penélope teje y desteje un manto donde se supone que estaría plasmada su elección, tenemos pues el mismo elemento en las dos historias, aunque usados de distintas formas; mientras que para Aurora es un elemento

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nefasto que no volverá a aparecer en toda la obra, para Penélope es una forma de ganar tiempo hasta que el engaño es descubierto.

Alí Babá ―Cobra ánimo, no te preocupes ahora de esto; coloquemos ahora mismo tus riquezas en lo profundo de la divina gruta a fin de que se conserven intactas y pensemos para que todo salga lo mejor posible. Así hablando, la diosa se introdujo en la sombría gruta buscando un escondrijo por ella, mientras Odiseo la seguía de cerca llevando todo, el oro y el sólido bronce y los bien fabricados vestidos que le habían donado los feacios. Conque colocó todo bien y arrimó un peñasco a la entrada Palas Atenea, la hija de Zeus, el que lleva égida‖. Este fragmento recuerda a Alí Babá y los cuarenta ladrones, el cuento es el reflejo de la historia de unos ladrones que ocultaban las riquezas que conseguían en una cueva tapada con una piedra que se accionaba con una palabra secreta. Recordemos ante este punto que Atenea oculta las posesiones de Ulises en una gruta muy parecida a la que se describe en el cuento, tras cubrir la entrada con una piedra se marcha. El fragmento representa la llegada de Ulises a Ítaca. Es curioso que siendo una diosa que puede hacer lo que quiera esconda las riquezas en una cueva. ―Mas, ea, no se hable más de ello, que ambos somos peritos en astucias; pues si tú sobresales mucho entre los hombres por tu consejo y tus palabras, yo soy celebrada entre todas las deidades por mi prudencia y mis astucias‖ Canto XIII. La misma Atenea se compara con Ulises, un semi-dios, lo que nos lleva a establecer que ella eleva a Ulises a la categoría de Dios. La metáfora de ―perito en astucias‖ hace referencia a que los dos, al ser guerreros, tienen que ir con cuidado al planificar sus estrategias, las cuales no dejan de ser trampas para el enemigo. Prudencia y astucia, dos adjetivos

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calificativos empleados por Atenea para definirse, los mismos empelados para definir a Ulises. Alí Babá también podría ser comparado con ellos, ya que cuando descubrió el tesoro no se dejó cegar por las riquezas, sino que obró en consecuencia al peligro que tenía delante.

Mulan Proseguiremos hablando de los personajes y de sus arquetipos, para empezar el más importante es Ulises, un guerrero que fue a conquistar Troya, valiente y astuto. Su arquetipo es el del guerrero, al igual que Aquiles, hijo de la ninfa Tetis y Peleo, fue sumergido por la madre en la laguna Estigia y dio muerte a Héctor para vengar el fallecimiento

de

Patroclo.

Otro valeroso guerrero fue Alejandro

Magno,

consiguió

fundar

quien ciudades

mientras seguía conquistando territorios. La ciudad más famosa

que

Alejandría.

Y

fundó el

es

último

ejemplo que propondré, se relaciona con Perseo, hijo de Dánae, una humana, y del mismísimo Zeus, quien mató a la Gorgona. En la literatura infantil nos encontramos cara a cara con Mulan, una jovencita que no tenía las cualidades de una señorita y decidió ir a la guerra a sabiendas de que no se aceptaban mujeres, tomó la decisión para poder proteger a su padre ya que el emperador había mandado reclutar a un hombre de cada familia. Desgraciadamente, Fa Mulan era hija única y solo había un hombre en la familia, su padre, ya demasiado mayor para combatir. Escapó de noche disfrazándose de hombre y pasó desapercibida. Hasta que el disfraz le falló, igual que le falló a Ulises ante una de sus sirvientas cuando regresó a su palacio como mendigo. Regresando a Mulan, ella consiguió salvar a China; acto que podemos equiparar perfectamente a cualquiera de las victorias de Ulises. Otro punto en común es ―el guardián‖: en el caso de Ulises la encargada de velar por su seguridad es Atenea; para Mulan las cosas no son tan sencillas, tras su huida los

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ancestros de la familia mandan a Mushu a que despierte al gran dragón, pero éste lo destroza y va en busca de la chica. Finalmente, todo es favorable y se le asciende a guardián oficial de la familia.

La Cenicienta Penélope es la esposa de Ulises a la cual pretenden un grupo de hombres adinerados que tramarán la muerte de su hijo. Tras la marcha de su marido, ocupa sus días en tejer una tela que después desteje para no tener que casarse con ninguno, pues había matrimonio

prometido con

uno

contraer de

sus

pretendientes al finalizar el tapiz. No obstante, su engaño es descubierto. Su papel es pasivo ya que se limita a sufrir por su desaparecido esposo. Representa el arquetipo de la esposa fiel, al igual que Andrómaca, esposa de Héctor primera en perder a su esposo en la guerra de Troya; llega a ser tal el dolor, que le pide a Hades que le devuelva al esposo unas horas. Tras estar con él se suicida. La otra versión es que manda hacer una estatua de cera de su marido con la cual duerme hasta que su padre la manda quemar. La Cenicienta puede encajarse en este arquetipo debido a su sumisión versus la madrastra, hasta que decide seguir su instinto y conseguir un príncipe que la saque del infierno donde vive. Las mujeres son libres siempre, y nunca deshonran a sus maridos. Cenicienta no tenía ninguno, pero quería una vida mejor, la cual sólo puede lograrlo que casándose. En el caso de Penélope, ella quiere a Ulises y espera su retorno sin pensar que le puede estar siendo infiel, por eso demora tanto la elección del nuevo consorte. Se le puede dar la vuelta a la historia poniendo al príncipe de la Cenicienta en el lugar de Penélope: Él está cumpliendo con los deseos de su padre y decide buscar una esposa. Para ello celebra un baile (Penélope no lo convoca, pero sí permite que los pretendientes

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se queden en su casa sin ponerles restricciones), es allí donde conoce a Cenicienta y empieza a rebelarse al buscarla y no desistir en su empeño. Penélope pasa por la misma situación, se revela al no querer terminar el tapiz y tomar una decisión.

Inés Iz. Teba

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PROMETEO Y HERMES Prometeo

Prometeo era hijo de Jápeto y la oceánide Asia o de la también oceánide Clímene. Era hermano de Atlas, Epimeteo y Menecio, a los que superaba en astucia y engaños. No tenía miedo alguno a los dioses, y ridiculizó a Zeus y a su poca perspicacia. Sin embargo, Esquilo afirmaba en su Prometeo encadenado que era hijo de Gea o Temis. Prometeo fue un gran benefactor de la humanidad. Urdió un primer engaño contra Zeus al realizar el sacrificio de un gran buey que dividió a continuación en dos partes: en una de ellas puso la piel, la carne y las vísceras, que ocultó en el vientre del buey y en la otra puso los huesos pero los cubrió de apetitosa grasa. Dejó entonces elegir a Zeus la parte que comerían los dioses. Zeus eligió la capa de grasa y se llenó de cólera cuando vio que en realidad había escogido los huesos. Desde entonces los hombres queman en los sacrificios los huesos para ofrecerlos a los dioses, pero la carne se la comen.

Indignado por este engaño, Zeus privó a los hombres del fuego. Prometeo decidió robarlo, así que subió al monte Olimpo y lo cogió del carro de Helios o de la forja de Hefesto, y lo consiguió devolver a los hombres en el tallo de una cañaheja, que arde lentamente y resulta muy apropiado para este fin. De esta forma la humanidad pudo calentarse.

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En otras versiones, Prometeo robaba las artes de Hefesto y Atenea, se llevaba también el fuego porque sin él no servían para nada, y proporcionaba de esta forma al hombre los medios con los que ganarse la vida. Para vengarse por esta segunda ofensa, Zeus ordenó a Hefesto que hiciese una mujer de arcilla llamada Pandora. Zeus le infundió vida y la envió por medio de Hermes al hermano de Prometeo: Epimeteo, en cuya casa se encontraba la jarra que contenía todas las desgracias (plagas, dolor, pobreza, crimen, etcétera) con las que Zeus quería castigar a la humanidad. Epimeteo se casó con ella para aplacar la ira de Zeus por haberla rechazado una primera vez a causa de las advertencias de su hermano para que no aceptase ningún regalo de los dioses, quien en castigo sería encadenado. Pandora terminaría abriendo el ánfora, tal y como Zeus había previsto. Tras vengarse así de la humanidad, Zeus se vengó también de Prometeo e hizo que lo llevaran al Cáucaso, donde fue encadenado por Hefesto con la ayuda de Bía y Cratos. Zeus envió un águila (hija de los monstruos Tifón y Equidna) para que se comiera el hígado de Prometeo. Siendo éste inmortal, su hígado volvía a crecerle cada noche, y el águila volvía a comérselo cada día. Este castigo había de durar para siempre, pero Heracles pasó por el lugar de cautiverio de Prometeo de camino al jardín de las Hespérides y lo liberó disparando una flecha al águila. Esta vez no le importó a Zeus que Prometeo evitase de nuevo su castigo, al proporcionar la liberación más gloria a Heracles, quien era hijo de Zeus. Prometeo fue así liberado, aunque debía llevar con él un anillo unido a un trozo de la roca a la que fue encadenado. Agradecido, Prometeo reveló a Heracles el modo de obtener las manzanas de las Hespérides. Sin embargo, en otra versión, Prometeo fue liberado por Hefesto tras revelar a Zeus el destino de que si tenía un hijo con la nereida Tetis, este hijo llegaría a ser más poderoso que su padre, quien quiera que éste fuera. Por ello Zeus evitó tener a Tetis como consorte y el hijo que tuvo ésta con Peleo fue Aquiles quien, tal y como decía la profecía, llegó a ser más poderoso que su padre. La Biblioteca mitológica recoge una versión según la cual Prometeo fue el creador de los hombres, modelándolos con barro. Prometeo se ofreció ante Zeus para cambiar su mortalidad por la inmortalidad de Quirón cuando éste fue herido accidentalmente por Heracles, lo que le produjo una herida incurable.

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Hermes

Hermes era hijo de Zeus y de la ninfa Maia, hija de Atlas, uno de los 12 dioses del Olimpo. Tenía múltiples funciones, pues era mensajero de su padre, guía de las almas de los muertos en el Averno, símbolo de la prosperidad entre los humanos y protector de los viajeros, los mercaderes y los ladrones. Era ingenioso, diestro y astuto, como un joven sin problemas a la hora de gastar bromas o mentir sin que le descubriesen. Su aspecto era el de un joven atractivo con un sombrero alado y unas sandalias también aladas que le daban una extraordinaria movilidad. En su mano llevaba una vara que le servía para hacer magia o para hipnotizar a la gente. Hermes llegó al mundo en Arcadia, donde Zeus visitó a su madre en la cueva del monte Cilene. Inmediatamente después de su nacimiento, el joven precoz inventó un instrumento musical, la lira, tensando cuerdas sobre el caparazón de una tortuga. Esa misma noche, en Macedonia, robó quince de las vacas de Apolo y las llevó al Peloponeso borrando sus huellas. Sacrificó dos de ellas a los dioses y luego regresó a la cueva a descansar en su cuna. Apolo lo buscó y lo encontró gracias a Bato, el pastor locuaz que traicionó a Hermes y fue convertido en basalto por los dioses; el pequeño Hermes afirmó no haber robado nada, pero después de acudir a Zeus se llegó al acuerdo de hacer un intercambio. Hermes se podría quedar con el ganado si le regalaba la lira a Apolo. En adelante los dioses serían amigos y Hermes hizo de protector de pastores, rebaños y manadas. Como patrón de los viajeros, Hermes viajaba también a menudo, pues era responsable del correo. En la antigua Grecia, el hermaiherm, pilar fálico de piedra rematado con la

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cabeza de Hermes, servía como punto de entrega del correo en las carreteras. Provenían de las pilas de piedras que los viajeros depositaban una a una en puntos concretos del camino. Tiempo después en las ciudades, los hermaiherm fueron también ubicados frente a las puertas de las casas y de los gimnasios, ya que éste era un dios especial para los atletas. Hermes tuvo todo tipo de romances. El más importante de sus descendientes fue el dios Pan, nacido de su relación con una ninfa. De su romance con Afrodita nació el bello Hermafrodito, que después adquirió también rasgos femeninos debido a una ninfa, y Príapo, poseedor de un gigantesco falo. Según otras versiones, Príapo sería hijo de Dioniso. El pastor Dafnis fue otro de sus hijos. Las mortales le adoraban, entre ellas Herse, hija del rey ateniense Cecrops. Su hermana Aglauro, terriblemente celosa, sólo permitió que el dios se acostase con su hermana a cambio de dinero. Como castigo, Hermes la convirtió en una estatua de basalto. Otro de los amores del dios fue la habilidosa Apenosien, que al principio era demasiado rápida para él, pero que al final fue superada después de haber escapado una vez. Como mensajero y hombre diestro, Hermes hizo trabajos para los dioses y otros importantes seres inmortales. Apoyó a su padre en sus aventuras fuera del matrimonio, ya fuese para eliminar al monstruo de 100 ojos Argo, guardián de lo (ver lo) o para llevar a los toros a la playa donde quería seducir a Europa. El rey troyano Príamo viajó con Hermes hasta la tienda de Aquiles, donde le rogó al héroe que le entregase el cuerpo de su hijo Héctor. Odiseo, no menos astuto que Hermes, recibió del Dios unas hierbas que le hacían inmune a las tretas de Circe. Hermes realizó, también, una gran labor como guía de las almas en su tránsito hacia el otro mundo. Todos llegaban de la mano de Hermes Psicopompos («guía de las almas») hasta la laguna Estigia, donde debían pagar un óbolo para subir en la barca que llevaba Caronte hasta el reino de Hades. Mercurio, el dios romano que se igualaba con Hermes, fue originalmente el dios del comercio y por ello se le representaba con un monedero en sus manos.

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Originalmente, Hermes era representado como un dios fálico, viejo y barbudo, pero en el siglo VI a.C. este Hermes tradicional fue reimaginado como un joven atlético. Estatuas de este nuevo tipo de Hermes se erigieron en los estadios y gimnasios de toda Grecia. Entre las cosas a él consagradas pueden nombrarse la palmera, la tortuga, el número cuatro y varios tipos de peces, y los sacrificios que se le dedicaban consistían en incienso, miel, pasteles, cerdos y especialmente corderos y cabritillos. No es de extrañar, así pues, que el siglo XX pasara a denominarse el siglo de Hermes, ya que primaron la razón a las supersticiones del siglo XIX, o mejor conocido como el siglo de Prometeo, ya que fue ese titán quien desobedeció a los dioses y le dio el fuego a la humanidad para protegerlos. No podemos olvidar que en el romanticismo, sobre todo, se buscaban las raíces de un pueblo, el sentirse orgullosos de lo que eran, de su tierra, lengua, raíces, cultura, antepasados…

Rebeca Ferreira Chamorro e Irene Izquierdo Teba

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JAPÓN El origen de la ciudad es reciente, aunque se ha convertido rápidamente en una de las ciudades más pobladas de todo el mundo, por lo tanto, tiene una gran aglomeración urbana. Tokio esta situada en el centro de la isla de Honshu en la región de Kanto, y Japón se establece en el borde de tres placas diferentes: placa Asiática, Filipina y Norteamericana; Tokio, por su parte, se encuentra en la desembocadura, aunque ha ido ganando territorio gracias a los drenajes.

Nikki ha sido declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco, y es famoso, aparte de por lo templos, por su parque nacional.

Kamakura es famosa por sus templos y las gigantescas estatuas en honor a Buda.

Kioto es reconocido por mantener intacto su patrimonio histórico, no en vanos posee quince que han sido nombrados patrimonio de la humanidad por la Unesco.

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Castillo de Himeji, situado en Honshú, forma parte del patrimonio de la humanidad y está compuesto por ochenta y tres edificios preparados para una guerra feroz; data de principios del siglo XVII.

El templo de Todaiji, en la ciudad de Nara, posee la estatua más grande de Buda de todo Japón, además es un templo

construido

únicamente

con

madera, siendo el más grande de Japón.

Inés Iz. Teba e Irene Izquierdo Teba

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CHINA El Museo de Shanghai, situado en la Plaza del Pueblo, en el distrito de Huangpu de Shanghai, cuenta con la mayor colección de arte antiguo chino.

Aquí tenemos La Gran Muralla China, que les iba a proteger de las

invasiones.

La ciudad prohibida en Pekín es donde residía el emperador, estuvo, asimismo, cerrada al público durante mucho tiempo.

La plaza de Tiananmen en mitad de Pekín es uno de los escenarios más famosos por ser el lugar donde millones de estudiantes manifestarse.

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salieron

a


Los guerreros de Xi’an: más de ocho mil figuras de terracota a tamaño real que tenían como misión proteger al emperador. Datan del 210 a.C.

El Gran Buda de Leshan, a pocas horas en autocar de Chengdu, fue tallado en el acantilado que da a un río. Tiene mil trescientos años de antigüedad.

Inés Iz. Teba e Irene Izquierdo Teba

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JAUME PONT Buenos días Jaume, bienvenido al primer número de la revista Albricias. Inicialmente, queríamos agradecerte que nos hayas brindado esta oportunidad de tenerte con nosotros. Gran parte de la redacción de la revista ha podido conocerte como profesor, nuestro profesor poeta por excelencia. Por este mismo motivo y con el fin de iniciar la entrevista, queríamos que todo lector pudiera conocerte mejor. Así, pues, háblanos de ti. 1. Filosofía y letras, ¿por qué letras? ¿Qué hizo decantar tu balanza profesional hacia el mundo de la filología? En realidad estudié Filosofía y Letras porque lo entendí como un paso previo a lo que verdaderamente me interesaba por aquel entonces: estudiar cine y, más en concreto, dirección. Poco a poco la literatura, la poesía sobre todo, fue ganando la partida. 2. ¿Cuál fue la opinión, de dicha elección, en tu entorno más inmediato? ¿Fue una sorpresa? No encontré ningún problema. Muy al contrario, mis padres siempre me apoyaron. Yo venía de una familia trabajadora que se dejó la piel y no poco dinero para que el niño pudiera estudiar en Barcelona. 3. ¿Obtener tu cátedra en Literatura Española Moderna y Contemporánea fue en reto difícil de conseguir? Las oposiciones a cátedra son una especie de sacrificio que ofreces a los dioses. Nunca sabes si ellos van a responder como esperas. Pero sí, claro, costaron. El camino que has de recorrer no es nada fácil. Pero, a mí la dificultad me estimula. 4. ¿Cambiarias algunas de tus elecciones tomadas respecto a tu trayectoria profesional? Las elecciones tienen un espacio y un tiempo concretos. Poco importa que después te arrepientas de algo. La decisión ya está tomada y de los errores se aprende. Sin traicionarte nunca, lo que importa en toda elección es saber tomarla y asumirla con todas sus consecuencias.

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5. Tus premios –PremiVicent Andrés Estellés de poesia (1982), Premi Crítica Serra d'Or de poesia (1991 y 1997)y Crítica de poesía catalana (2000)– muestran tu faceta y gusto por la poesía en lengua catalana; ¿existe alguna razón para ello? En propiedad, no se trata de faceta ni de gusto. Escribir mi obra poética en catalán es pura cuestión de identidad, sin más: es ―mi‖ lengua. 6. ¿La narrativa entra en tus planes como escritor o te limitas a la poesía? De momento me he limitado a la poesía. Pero, no excluyo la posibilidad de escribir una novela en el futuro. Si lo hago, eso sí, supongo que será algo muy cercano a la novela de un poeta. 7. ¿Profesor o poeta? La poesía, para mí, va delante. Forma parte de mi manera de entender el mundo. Es mucho más que una mera profesión. Pero ambos menesteres no se excluyen. Buena parte de la modernidad literaria va unida a esos entes bicéfalos llamados poeta-profesor. 8. Como profesor, ¿cuál es tu opinión sobre el futuro de la filología y, por consiguiente, de sus estudiantes? Como decía la canción de Golpes bajoslos nuestros son ―malos tiempos para la lírica‖. Las humanidades en los actuales planes de estudio brillan por su ausencia y el proceso de desertización del pensamiento en nuestra sociedad es un hecho poco discutible. Y, sin embargo, yo creo que lo que sigue faltando en este mundo de encefalograma plano son ideas. Los estudiantes de filología deberían aprender eso: deberían aprender que en el mundo de las ideas —en USA esto lo tienes claro— ellos llevan ventaja. Y resistir, claro: resistir ―activamente‖ ahora y después cueste lo que cueste. 9. Como poeta, ¿de qué color es el futuro de la literatura? ¿Afecta a groso modo el avance de la tecnología a la creación literaria y su divulgación? (ebooks, descarga gratuita de libros, etc. No creo que ambos órdenes sean incompatibles. Pienso que el libro digital y el libro impreso convivirán. Nuestro primer número de Albricias versa entorno al Romanticismo; ¿qué puedes decirnos como especialista?

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10. Defínenos brevemente, si se puede, qué es el movimiento romántico. Algunos se han pasado toda una vida con el tema… Pero, bueno, me atrevería a decir que el Romanticismo pone de manifiesto la primera gran crisis de la modernidad después del espíritu de la Ilustración. Hablo, claro está, del romanticismo revolucionario, de aquel deseo insatisfecho que alentó el ámbito del espíritu y las libertades; del romanticismo que hizo del ―corazón‖ su órgano noble, del romanticismo que fue capaz de poner en boca de Víctor Hugo aquellas hermosas palabras: el romanticismo es a la literatura lo que el liberalismo a la política. Afectó a todo y fue, más allá de su extraordinaria manifestación en el arte, una cuestión de actitud. 11. ¿Qué tiene de especial el Romanticismo? Su capacidad inagotable para imaginar y crear. 12. ¿Autor romántico por excelencia? Puestos a escoger, me quedo con Lord Byron y en el XIX español con Espronceda. 13. ¿Alguna obra literaria en particular? El Hyperionde Hölderlin, L’infinito de Leopardi y los cantos primero y segundo de El diablo mundo de Espronceda. 14. Ros de Olano es uno de los autores que has podido trabajar, conocer más de cerca, ¿cuál sería su mecánica de trabajo entorno a lo romántico? Antonio Ros de Olano es un rara avis en la literatura decimonónica y en el romanticismo español. En mi edición sobre sus Relatos creo que queda suficientemente claro. Su tratamiento del humor y de lo fantástico-grotesco no tiene parangón. Parece un surrealista avant la lettre. Menéndez y Pelayo decía que su narrativa tenía algo de Hoffmann y algo de Quevedo. Y no le faltaba razón. En este sentido, tengo que decir que de lo romántico, como de toda la literatura que he trabajado hasta la fecha, lo que más me interesa son las obras que transitan en los márgenes, en lo raro, subliminal o heterodoxo.

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15. ¿Pautas que nos ayuden a distinguir una obra fantástica? Lo ―fantástico‖ siempre acontece en nuestra realidad ordinaria.Esto es importante: el fondo de la anécdota siempre tiene lugar en nuestra realidad. Hasta que un hecho extraordinario o sobrenatural viene a subvertir las leyes de nuestro mundo. El resultado de este choque es la pura manifestación (en los personajes de la obra y en el lector) de un suceso inexplicable, de un estado de latencia o de arrobamiento, de miedo, en el que no sabemos a ciencia cierta si lo acontecido responde a nuestra realidad o, por el contrario, solo puede explicarse con las leyes de un mundo ajeno al nuestro. Esta indefinición es, en puridad, lo fantástico. 16. ¿Qué tiene de especial lo fantástico? Que pone al descubierto los difusos límites entre nuestro mundo y ―lo otro‖, entre el yo y el fantasma o doble que todos llevamos dentro. 17. ¿Has escrito algunas líneas a propósito del género fantástico? Sí, claro, he dedicado buena parte de mi labor investigadora a la literatura fantástica en el siglo XIX. 18. A modo de consejo y como promotor de publicaciones literarias como Quaderns de Ponent o Scriptura, ¿qué podrías decirnos sobre las revistas? Las revistas literarias, y con ellas la actividad de la crítica o de la creación que estas vehiculan, es uno de los termómetros del estado cultural de un país (hay ciudades que por tener no tienen ni un suplemento cultural o literario en la prensa). Así que a las revistas habrá que añadir los suplementos literarios en los periódicos, en otros tiempos tan boyantes, y que hoy, debido a la crítica domesticada y al fastfoodliterario o mediático, dejan mucho que desear.Y digo bien, porque las críticas a que nos tienen acostumbrados parecen, por lo común, pastillitas de almax. Se trata de digerir, cuando en una crítica lo fundamental es estimular…Las mejores revistas literarias son las que nos llegan motivadas por proyectos independientes. 19. ¿Qué te llevó a participar en alguno de los proyectos anteriores? ¿La pasión por la literatura y el lenguaje o bien la remuneración económica? Siempre la pasión por la literatura y la creación literaria.

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20. ¿Qué temáticas has tratado más? En lo que he hecho en las revistas que habéis citado, por ejemplo, y también cuando he colaborado en otras, como poeta o crítico, siempre me ha guiado un espíritu digamos que ―poetizante‖. La poesía ha sido el centro de mi labor creadora. En cuanto a las temáticas, la literatura fantástica y las neovanguardias literarias en la España de posguerra han ocupado mayoritariamente mi trabajo crítico. 21. ¿Alguna anécdota? Recuerdo las primeras reuniones del consejo de redacción de la revista Quaderns de Ponenten la sede universitaria de El Roser, en la calle Caballeros. Eran puros actos asamblearios, con ideas vociferadas a raudales, imaginación y más imaginación, toneladas de café y algún croissant, y mucha, mucha utopía. Participaban profesores, alumnos y creo que hasta nuestro querido bedel. De aquellas reuniones gozosas salió una revista estupenda. 22. ¿Qué fue lo más duro como colaborador? La crítica semanal, durante muchos años, en el suplemento de libros del diario Avui. Duro porque era un trabajo muy exigente, esforzado, que te obligaba a una mirada atenta y constante al panorama literario del momento.

Finalmente, nos gustaría dar énfasis en tu creación literaria, sobretodo, en tu última publicación L’altrallumcon Pagès Editors. 23. L’altrallum es una antología poética en la que haces una selección de todos tus poemas; ¿seguiste alguna pauta electiva? La única pauta fue releerme desde mi poética actual. Los poemas son al fin y al cabo tatuajes, y esos, los deL’altrallum, son los más indelebles. Para mí, pues, más que una antología es un libro nuevo, con singularidad propia. 24. ¿Cuál es tu poema en mayúsculas? Me gustaría creer que no lo he escrito todavía. O mejor aún: que no lo escribiré nunca.

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25. Como admiradores de tu lectura poética, nos gustaría que nos dieses algún truco para ello. Cuando leemos un poema hemos de hacernos uno con él, en pura continuidad con la palabra ahí latente: hacernos uno, pues, con su ritmo y su música, con sus pausas y sus silencios. Los poemas tienen alma. Hay que saber encontrarla en la lectura. Y leer sin prisas. Todo está ahí: en los justosrecovecos de la palabra. Nada más y nada menos. Pero atención: exagerarla, impostarla en demasía, es caer en la filigrana efectista y deturpar el sentido del poema. 26. ¿Tienes algún proyecto entre manos? ¿Cuál es tu meta como escritor? La vida, los estímulos cercanos o la memoria personal —creo yo— marcan el quehacer, más que los proyectos, de un escritor. Ahora me tienen sorbido el seso dos libros de poemas (uno terminado y el otro en proceso de elaboración) y me dejo llevar. La poesía como género lo permite. La escritura de una novela es otra cosa. Exige cierta disciplina. Pero no creo en las metas de un escritor. Pienso que la mejor meta, si hablamos de escritura, es no tenerla. Lo fundamental es ser fiel a tus presupuestos y no traicionarlos nunca. Solo así, lo creo firmemente, podrás y podrán reconocerte.

Batería de preguntas rápidas Puedes responder a las preguntas que desees. 1. Un siglo en el que vivirías El siglo XIX. 2. Una profesión (que no sea la tuya) La dirección cinematográfica. 3. Viviría la vida de…(cine) …AntoineDoinel, el personaje de la saga de François Trufaut. 4. Viviría la vida de…(literatura) …Edmundo Dantès en El conde de Montecristo, de Alexandre Dumas padre. 5. Un personaje histórico Leonardo da Vinci.

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6. Por amor haría… Vivir la vida y escribir. Creo que es suficiente. 7. Para mí la literatura es… …el mundo (pienso en la Alicia de Lewis Carroll) que hay al otro lado del espejo. 8. Un error que haya cometido… No quiero hacer recuento. Esta entrevista no terminaría nunca. 9. Mejor momento de mi vida… Hay varios. Uno de ellos el día que nació mi hijo. 10. No puedo vivir sin… …mis paseos diarios por el campo. 11. Me gustaría cerrar los ojos y… …y pensar, a la vista de tanta degradación con la que el ser humano nos obsequia día a día, que la vida es solo un sueño 12. Un deseo por cumplir… La vida es puro deseo insatisfecho, no nos engañemos. Ahí va el mío: vivir en una sociedad donde las humanidades ocupen, desde la escuela primaria, la educación del ser humano en su sentido integral. 13. Por ahí no paso… Por la envidia, la hipocresía y la mezquindad. 14. Nunca escribiría sobre… Los reyes godos. Aprendérmelos en el colegio fue mi martirio. 15. Si me despertara y fuera la persona con la que peor me llevo… Intentaría comprenderla. No creáis, esto acostumbra a suceder a diario con el ―otro‖ que todos llevamos dentro. 16. Creo que la literatura de aquí a un tiempo… Seguirá luchando por su supervivencia, que es lo que siempre ha hecho. Mientras haya palabra habrá literatura. 17. El peor error que se ha cometido en el mundo editorial… Dejar de ser editores para pasar a ser comerciantes. 18. Si pudiera cambiar un hecho histórico seria… Sin ninguna duda las guerras, claro. 19. La persona que más me ha influido ha sido…

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Quizás el poeta Carlos Edmundo de Ory, con el que mantuve, hasta su muerte en 2010, una estrecha amistad de casi cuarenta años. 20. No le veo la utilidad a… Odio la inútil fiebre consumista. 21. La educación de aquí en un tiempo… No soy un augur. Pero espero que la ley histórica del péndulo nos devuelva la sabiduría que mentes obtusas como el ministro Wert, pongo por caso, intentan año tras año arrebatarnos. 22. Mi sueño más descabellado… Y duro y sufrido. A veces sueño que estoy en una isla desierta sin un triste libro. 23. Si me cambiara de nombre… ……………………….. 24. Un personaje de mi infancia… El Capitán Trueno, el héroe de cómic que creara mi buen amigo el novelista Víctor Mora. 25. La persona a la que admiro y me gustaría conocer es… Julián Assange. 26. Mi libro favorito es… Cántico espiritual, de San Juan de la Cruz. 27. Mi poema favorito es… ―Entréme donde no supe‖, del mismo San Juan de la Cruz. 28. Me fugaría con (algún personaje de tus libros)… Con Odiseo, sin duda. 29. Soy lo que soy gracias a... Sobre todo al trabajo. Pero no olvido a los hados… Mil gracias por tu tiempo y ayuda; significa mucho para nosotros. Cinta Sànchez Curto.

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MEGAN MAXWELL Buenos días Megan, bienvenida al primer número de la revista Albricias, te queremos agradecer que nos brindes esta oportunidad de poder tenerte con nosotros. Gracias a vosotros, por permitirme estar aquí, en un momento tan especial. 1. -¿Por qué te dedicaste a este mundo de la literatura? Fue por casualidad. Siempre he sido lectora y muchas veces cuando acababa un libro pensaba ―si yo lo hubiera escrito, hubiera hecho que pasara esto o aquello‖ Y un día que estaba en casa aburrida, cogí papel y bolígrafo y comencé a escribir. Al principio no sabía que estaba escribiendo una novela, pero según pasaron los días vi que había comenzado a construir unos personajes, una historia, me gustó la idea y lo acabé. Así fue como comencé a escribir. 2. -¿Tu entorno recibió bien la noticia de que escribieras novelas eróticas o surgieron prejuicios? Mi entorno está feliz si yo estoy feliz. Ellos solo quieren mi felicidad. 3. -¿Cómo ves a la mujer en la literatura? ¿Cómo te ves a ti misma de aquí a unos cuantos años? Desde mi punto de vista la mujer en la literatura está al mismo nivel del hombre. A mí misma, dentro de unos años, me veo escribiendo siempre y cuando mis guerreras y guerreros quieran que siga haciéndolo. 4. -Has ganado muchos premios y eso es muy loable ¿Cuál te hizo más ilusión ganar? ¿Cuál quieres ahora? Y ¿Con cuál te sentirías realizada completamente? Ganar un premio sea el que sea siempre hace ilusión y para mí todos son especiales. Con los ganados me siento realizada pero si vienen más ¡bienvenidos sean! 5. -Cuéntanos algo que poca gente conozca sobre ti Ah nooooooooooo ¡eso lo reservo solo para mí! 6. -¿Cuál es la pregunta más rara que te han hecho?

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Me han hecho muchas, pero por decirte una te diré una que me hizo reír a carcajadas durante un buen rato y que me preguntaba ¿Cuántas veces te has casado y divorciado? 7. -¿Qué piensas sobre la situación de la literatura hoy en día? (ebooks, descarga de libros gratis…) Pienso lo que piensa la gente que como yo trabaja escribiendo o cantando y luego su trabajo a los diez minutos de salir está pirateado ¡es una gran putada! 8. ¿Qué piensas de los pseudónimos? ¿Qué crees que lleva a un autor a usarlo? ¡Me encantan los pseudónimos! Mi nombre es un pseudónimo. No sé que llevará a otros autores a llevarlos, pero yo lo llevo simplemente ¡porque me gusta! Pídeme lo que quieras 9. -Es cierto que escribes varios géneros pero una de las sagas que ha tenido más éxito ha sido Pídeme lo que quieras ¿Cómo se te ocurrió una historia como esta? ¿Tiene algún trasfondo personal oculto? ¿Qué fue lo más complicado de la novela? Pídeme lo que quieras se me ocurrió como primera idea a la hora de escribirla como novela. El título me pareció sugerente y morboso y simplemente intenté que fuera una novela plagada, de erotismo, sensualidad y romanticismo con unos personajes que te llegaran al corazón. Como novela no tiene ningún trasfondo oculto personal. Cuando siempre me preguntan que si todo lo que escribo lo he practicado, mi respuesta es que los escritores que escriben sobre asesinatos ¿matan para escribir? Jajaja. Por cierto, también he escrito novelas de viajes en el tiempo o del siglo XIII y tampoco he vivido en ese siglo ni viajado en el tiempo. Simplemente quise escribir una novela erótica y salió Pídeme lo que quieras, como luego salió Sorpréndeme, Adivina quién soy y Adivina quién soy esta noche y espero que en el futuro muchas más. Lo más complicado cuando escribí Pídeme… fue saber contar una escena de sexo. Una vez lo conseguí ¡todo fue mucho mejor! 10. -Seguimos con la saga un poco más, ¿la concebiste como trilogía desde un principio? Y si no fue así, ¿en tú opinión que te hizo alargar la historia?

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La concebí como bilogía desde un principio. Pero una vez mis lectoras Las Guerreras Maxwell, la leyeron, quisieron saber más de esta historia y de esos personajes y por ellas escribí el tercero de la trilogía. Se puede decir que fue un encargo de ellas. 11. -A lo largo de la saga hemos visto que Eric y Judit han tenido encuentros y desencuentros: ¿te planteaste un final feliz desde el principio o tenías dudas? ¿Crees que la novela hubiera tenido tanto éxito si no acabaran como acaban?, ¿cuál fue el punto de inflexión entre los personajes? Todas mis novelas tendrán un final feliz. Soy escritora de novela romántica y me niego a escribir un final triste para este tipo de novela. Pienso que las penas y las desgracias ya las tenemos todos en el día a día, y cuando uno lee una novela donde dos personas se conocen lo que quieren es que todo acabe bien. 12. -¿Has practicado motocross? Hace poco confesaste que no has hecho todo lo que escribes en esta novela, ¿qué has experimentado por ti misma? No. No he practicado motocross pero mi marido y yo hemos tenido motos y somos muy aficionados al Mundial de motos. Mi vida es tan normal como la de cualquier persona y simplemente la vivo como cualquier persona. Literatura y proceso de creación 13. -De todos los personajes que has creado, ¿cuáles han sido los más complicados de visualizar? ¿Estás decepcionada con el resultado de alguno? Quizá el más complicado para mí fue Eric Zimmerman, precisamente por el tipo de sexo que practicaba, pero estoy encantada con él, pues supe entenderle y darle la personalidad que yo quería y él exigía. Y no. No estoy decepcionada con ningún personaje que he creado. Todos son fantásticos para mí, a su manera. 14. -Pongamos por caso que puedas retroceder en el pasado y cambiar algo de tus novelas ¿qué cambiarías?

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No cambiaría nada. Si lo hiciera, el resultado no sería el que ahora mismo estoy teniendo. 15. -¿Ya sabemos cómo surgió el titulo Casi una novela pero de dónde salen los otros, especialmente Los príncipes azules también destiñen, Las ranas también se enamoran y Llámame bombón? Soy una maniática de los títulos. Por norma elijo título de la novela antes de escribirla y una vez tengo el título la escribo. Busco títulos originales y que te hagan sonreír al leerlos. Por lo tanto, salir, salen de mi cabeza. 16. -¿Cómo trabaja Megan Maxwell? Algunos escritores se ponen delante del ordenador cuando ya lo tienen todo pensado y empiezan a escribir sin guión mientras que otros lo necesitan tener todo bien hilado. Yo soy de los escritores que se ponen ante el ordenador sin tener hilada la historia. Por norma sé cómo comienza y como acaba, pues tiene que terminar bien. El resto va surgiendo. Son los propios personajes quienes me van guiando en el camino hasta que pongo la palabra fin. 17. -¿Hasta qué punto ―estás al loro‖ de tus novelas? ¿Colaboras en todo el proceso de maquetación, diseño de páginas, diseño de portadas, etc.? ¡Al loro! Intento estarlo de todo jajaja Participo todo lo que puedo en su creación y en cuanto a las portadas tengo la suerte de que puedo decir lo que me gusta o no y con mi editora buscar lo que a ambas nos guste. 18. -¿Cuánto tardas en escribir tus novelas? ¿Lo haces por encargo? Todo depende del proceso de documentación. Pero una vez obtenido digamos que de tres a seis meses. Por encargo no escribo. Por suerte, sigo escribiendo lo que quiero, como quiero y cuando quiero. Pero si me proponen algo y me parece interesante, como fue escribir una novela erótica, ¡voy a por ello! 19. Te llaman un día y te dicen que quieren llevar unas de tus novelas al cine ¿Cuál te gustaría que fuera?

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Me daría igual. Todas ellas son tan especiales que sería feliz con cualquiera de ellas. 20. ¿Por qué no se publicaron El día que el cielo se caiga y Las calles de la vida? ¿Verán la luz algún día? Esas novelas no se han publicado todavía, pero se publicarán. Todo a su tiempo. Nueva novela y gira 21. -Gracias a Facebook hemos podido ver cómo fue tu gira pero ¿qué resaltarías de esa experiencia? ¿Dónde te gustaría poder ir? La gira ha sido increíble. Ha superado las expectativas que como autora tenía y también las de la editorial. Se puede decir que ―Las Guerreras Maxwell‖ nos han sorprendido. En cuanto a donde me gustaría ir, me gustaría poder visitar a TODAS mis guerreras, sean de donde sean. 22. -El momento que más te gustó de toda la gira. Son tantos momentos bonitos, que elegir uno no sería justo. 23. -Gracias a Facebook también hemos podido ver que tienes nuevo libro a puntito de salir (5 de Febrero) y se llama Sígueme la corriente ¿Qué puedes contarnos sobre el libro? ¿Qué es lo que resaltarías? Sígueme la corriente es una comedia divertida de uno de los personajes de la bilogía Adivina quién soy y Adivina quién soy esta noche. Del libro os puedo contar que es una preciosa historia de amor donde el sexo también está presente y de él resaltaría la fuerza de Ruth, la protagonista de la novela. 24. ¿Qué hace a Tony Ferrasa tan irresistible? Es un Ferrasa ¿Qué esperas? Jajajaja. Tony es el típico hombre que podría enamorar a cualquier mujer, por su sencillez, su carisma, su sensualidad y su buen humor.

25. ¿Tienes algún otro proyecto más del que nos puedas hablar? Tengo varios para el 2015, pero prefiero que los vayáis descubriendo poco a poco.

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Batería de preguntas rápida Puedes poner los motivos a las respuestas que desees. 30. Un siglo en el que vivirías – En el Siglo XIII para conocer a Duncan McRae y que se enamorara locamente de mí, jajaja. 31. Una profesión (que no sea la tuya) - Matrona 32. Viviría la vida de…(cine) – Estela Ponce. Es la actriz de ―¿Y a ti qué te importa?‖ 33. Viviría la vida de… (literatura) – Cualquiera de mis heroínas de novela. 34. Por amor haría… - Locuras 35. Para mí la literatura es… - Vivir otras vidas a través de la lectura. 36. Un error que haya cometido… - No ser buena estudiante. 37. Mejor momento de mi vida… - El nacimiento de mis hijos. 38. No puedo vivir sin… - Mis hijos 39. Me gustaría cerrar los ojos y… - Haber acabado mi siguiente proyecto. 40. Un deseo por cumplir… - Muchosssssssssssssssssssss 41. Por ahí no paso… No permitiré que nadie le haga daño a mis hijos. 42. Si me despertara y fuera la persona que peor me cae… -Aprovecharía y me daría de guantazos. 43. Creo que la literatura de aquí a un tiempo… -Seguirá siendo imparable. 44. El peor error que se ha cometido en el mundo editorial… -Ni idea, y no quiero saberlo. 45. Si pudiera cambiar un hecho histórico sería… - Sin dudarlo algo que tuviera que ver con mi familia. 46. La persona que más me ha influido ha sido… - Mi madre 47. No le veo la utilidad a… -La falsedad 48. La educación de aquí a un tiempo… - Espero que mejore. 49. Mi sueño más descabellado… - Que todas mis novelas se hagan película. 50. Si me cambiara de nombre… - Sería Megan. 51. Un personaje de mi infancia… - Penélope Glamour. 52. Mi libro favorito es… El rescate de Julie Garwood. 53. Mi poema favorito es… No soy de poemas. 54. Me fugaría con (algún personaje de tus libros)… Cualquiera de los hombres de mis libros, jajaja.

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55. Soy lo que soy gracias a‌ - Mi madre y mi familia. Mil gracias por tu tiempo y ayuda; significa mucho para nosotros. InÊs Iz. Teba

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El refranero español Los refranes han sido, desde tiempos inmemoriales, uno de los elementos más característicos de la lengua española, especialmente por su gran abundancia. De este modo, se ha convertido, posiblemente, en el aspecto cuya adquisición supone una mayor dificultad a la hora de abarcar el total aprendizaje de la lengua. Pero ¿qué es exactamente un refrán? Un refrán es una sentencia breve de autor desconocido que señala la actitud que el individuo debe adoptar ante según qué circunstancias, de igual modo que ejemplifica las consecuencias que tienen lugar reiteradamente en una situación determinada. Ante este punto, Felipe C. R. Maldonado8 afirmó que: “los refranes señalan qué actitud conviene adoptar en cada situación, o definen la razón de una determinada conducta, o extraen las consecuencias de una circunstancia, entrañando en cualquier caso un fin didáctico y aleccionador y convirtiendo la anécdota humana en tema de reflexión”. De esta forma, como el lector puede suponer, la mayor parte de las frases literarias, así como bíblicas, han pasado a formar parte del refranero popular9, siendo, la gran mayoría, observaciones acuñadas por la experiencia colectiva a lo largo de los siglos. Ante esta afirmación, resulta menester destacar que los refranes tienen su origen en la cultura popular, cuando la tradición oral era la única vía transmisora de la sabiduría de unas generaciones a otras. Así pues, como no puede ser de otra manera, los refranes están constituidos mayormente por el paralelismo, pues esta figura retórica facilita sumamente la perpetuación oral así como el recuerdo de los términos. En la lengua española, la palabra refrán ha adquirido tal difusión que se ha extendido hasta el concepto de paremia10 o proverbio bíblico. Sin embargo, ésta es una palabra cuyo origen etimológico nos remite a la lengua francesa y al vocablo refrain, que significa “sentencia corta”. Por otro lado, la ciencia dedicada al estudio de los refranes, sus composiciones y significados, es la paremiología. Miguel de Cervantes, reconocidísimo escritor por ser el autor de Don Quijote de la Mancha, definía al refrán como “sentencias breves sacadas de la experiencia y 8

Conocido estudioso del refranero español. Refranero popular. Colección de enunciados breves sentenciosos populares o popularizados que constituyen el compendio de la sabiduría de un pueblo. 10 Paremia. Enunciado breve, sentencioso e ingenioso que transmite un mensaje instructivo que incita a la reflexión intelectual y moral. 9

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especulación de nuestros antiguos ancianos” y su utilidad como aquello que nos sirve para expresar nuestros pensamientos. Debemos centrarnos, por ende, en el personaje Sancho Panza, quien decoraba siempre sus discursos con numerosas sentencias nunca equívocas. Ante este punto, Don Quijote afirma “Me parece, Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la mesma experiencia, madre de las ciencias todas…” (Don Quijote de la Mancha I, Capítulo XXI, página 272). No obstante, Don Quijote advierte a Sancho, y directamente al lector, de que existen refranes que, dado el paso del tiempo, así como un mal empleo de la sentencia, pueden parecer disparates, por lo que siempre deben ser usados cuando su significado no pueda percibirse erróneamente: “También, Sancho, no has de mezclar en tus pláticas la muchedumbre de refranes que sueles; que puesto que los refranes son sentencias breves, muchas veces los traes tan por los cabellos, que más parecen disparates que sentencias.” Tras afirmación, Sancho alega: “Eso Dios lo puede remediar –respondió Sancho-; porque sé más refranes que un libro, y viénenseme tantos juntos a la boca cuando hablo, que riñen por salir unos con otros; pero la lengua va arrojando los primeros que encuentra, aunque no vengan al pelo. Mas yo tendré cuenta de aquí adelante de decir los que convengan a la gravedad de mi cargo; que en casa llena presto se guisa la cena; y quien destaja no baraja; y a buen salvo está el que repica; y el que dar y tener, seso ha menester.” (El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha II, Capítulo XLIII, página 398). Apreciamos, en conclusión, que Don Quijote de la Mancha es uno de los más firmes e igualmente antiguos testimonios del refranero español. Los refranes, por su parte, no se limitan a acuñar una única temática, sino que albergan motivos y disciplinas muy distintas, así como lenguas y zonas geográficas también dispares. Encontramos, asimismo, sentencias que abordan las palabras, los marineros, la sociedad, los locos, los niños, médicos, molineros, abogados, vecinos, hidalgos y peregrinos, las bodas, gatos, gaviotas, golondrinas, besos, amor, amistad, respeto, educación, etc. por lo que se encuentran habitualmente en nuestros discursos, pues cualquier tema al cual queramos hacer referencia, podemos hallar una sentencia acorde con la idea que pretendemos transmitir. Tanto es así, que la sociedad española suele dejar los refranes a medio terminar, pues el receptor conoce cómo finaliza y, por lo tanto, lo que el emisor trata de expresar.

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Sin embargo, con las nuevas generaciones, el uso de los refranes se está viendo afectado, pues la influencia de otros idiomas, como las nuevas palabras añadidas al diccionario consecuentemente a la evolución de las tecnologías, está relegando el uso de ellos, aspecto que muchos creen nocivo, pues, de este modo, se pierde una de las esencias primeras de la lengua española. Finalmente, una biblioteca virtual que puede servir de apoyo intelectual, de igual manera que satisfacer la curiosidad de nuestros lectores, es la siguiente: REFRANERO CASTELLANO. Refranes castellanos clasificados por temas [en línea]. Disponible en: http://www.refranerocastellano.com/

En ella pueden encontrar numerables ejemplos de las temáticas anteriormente citadas, así como muchas otras que tal vez los anime a practicar el uso cotidiano del refranero, pues no olviden que “cada día tiene su refrán y su afán”, pues “de refranes y cantares tiene el pueblo mil millares”, ya que “cien refranes, cien verdades” y “saber refranes poco cuesta y mucho vale”.

Laura Català Martínez

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SOPA DE LETRAS

Inés Iz. Teba 106


CRUCIGRAMA  Autora de los Pazos de Ulloa.  Autor de El paso de las aceitunas.  Libro escrito por Carlos Ruiz Zafón titulado con nombre de mujer.  Nombre del autor de La Celestina.  Autor romántico que se suicidó en el despacho de su casa con una pistola.  Nombre que le da Ulises a Polifemo y que será el titulo de una novela de Carmen Laforet.  Apellidos del creador del Esperpento.  Ciudad que fundó Alejandro Magno y que fue la sede de una importante biblioteca.  Obra de Mariano José de Larra que va en contra de la burocracia y comienza por V.  Completa el siguiente título: últimas tardes con...  Nombre del caballo del Quijote.  Nombre de la esposa del Mio Cid.  Escritora del Caballero de las botas azules.  Escritora de Frankenstein.  Nombre que recibe el siglo XIX que tiene que ver con la mitología.  Nombre que recibe el siglo XX que tiene que ver con la mitología.

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 Apellido del autor de La Colmena.  Escritor al que se hace referencia constante en El infierno de Gabriel que bajó al inframundo.  Apellido de la mujer adultera más conocida en la literatura francesa. 

Nombre donde deja el Cid a su mujer e hijas.

Inés Iz. Teba

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POEMAS Más allá de los sentidos Entre esencias y fragmentos Entre célebre leyendas, Desembocas tu belleza A las páginas de un cuento Fiel a la noche.

Romántica capilla de desvelos Fóculo de latentes sueños, De inmensidad y sin veneno Te muestras desfilando Con fortuna entre destellos, Que lanzan a la noche Acompañados de doncellas Desamparadas al vacío, Como afirmando el tiempo.

Cristalina rosa De vivos y de muertos, Fantasma entre las sombras Entre hombres y hechiceros, Páginas y cantos Merecen tu recuerdo. Luz de símbolos, luz de encuentros No viajes tan de prisa No dejes morir tu vuelo, Invítame a tu morada Sin testigos, sin festejos, Con la esperanza De renacer en el Universo.

Claudia Lorena Salas Rosas 109


Solitario caminante Avanza, avanza, caminante, el camino está sembrado de rosas, las espinas no te hieren, te ayudan, impulsan tus acelerados pasos. El sendero goza del ramaje del bosque, acolchonado por la hojarasca suave, te arropará más adelante en su seno, a la llegada del cansancio y del sueño. No pienses en la meta, piensa el objetivo, la jornada intensamente apremiante, apresura tus intenciones de pronto llegar, mas no es preciso escuchar, se aproxima. Duerme tranquilo, aprovecha la natura, al despertar no tendrás que preocuparte, será otro instante, otro mundo diferente, sólo tu espíritu vivirá y la muerte habrás vencido.

JUSAVÍ

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Depresión

Terrorismo espiritual de la mente, que invade espacios de la psiquis, lastimando en pleno el pensamiento, acortando los senderos de la vida. Negativa conducción de demencia, que implora el silencio permanente, que procura cercanía con la muerte, en lamentables despertares cotidianos. Huyendo del camino de la lucha, requiere abandonar a quienes hieren, la integridad de su vital positividad, buscando otros lares diferentes. Plenitud de sueño, plenitud de encierro, tranquilizan su acervo de incoherencias, y tranquilizan su duelo existencial, auto-murmurando que pronto llegará.

JUSAVÍ

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Botana Retornar al pasado es vivirlo nuevamente, desde ―La Loma‖ contemplo el panorama, hermoso valle, mi sueño, valle de mi niñez, ―El Sitio‖, más allá ―Juandayán y Campanero‖.

Los caminos carreteros, estrechos senderos, conducen mis pisadas por potreros y cañadas, hasta cerca de la campiña y de su estancia, rica en recuerdos, en armoniosas leyendas.

El cantar de los gallos mañaneros me ilusiona, el cacareo de las gallinas ponedoras vitaliza, las chozas, las casas del laborioso campesino, siempre pronto a la siembra y la cosecha.

Las sembrados, verdusco color de los papales, el oro amarillo de cebadales y trigales, avivan el espíritu y vaticinan el rencuentro, con la naturaleza que me brinda sus abrazos.

La vacada, los toros, los bueyes en el potrero, terneros, la leche en las cantinas multiplican, la fortaleza, la grandeza de los campos, la virtualidad de la mujer en la sabana, articulando con el hombre el noble desafío, que la vida le impone en la labranza.

La crianza de sus hijos de nata sapiencia, ausente de toda corrupción citadina, ennoblece por eterno su inmortal Historia, encarnando para siempre el vital principio.

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Pero, allá en medio de frondosos frutales, la huerta de capulíes, chilacuán y de ovos, en la zanja, los lulitos, las moras y arrayanes, evidencian la permanencia aún de la estancia, que fuera la cuna del desarrollo de poetas.

Hoy troje de variados alimentos y semillas, sus corredores, alcobas en ladrillo maltrechos, sus pilares, puertas, tapias moribundas, parece esperar quien la recuerde y la observe, para cantar su última canción de la existencia.

JUSAVÍ

Chachagüí, 23 de Octubre del 2014.

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Amo vivir

Existe la alegría en el campo, existe la alegría en los rostros, de quienes en soleados días, aman más su terruño.

En las noches estrelladas, sueñan al contemplarlas, ser una de ellas brillante, y amar el infinito universo.

Felicidad grandiosa del ser, caminando por senderos de recuerdo, encontrar la brisa mañanera, y respirar la fortuna de la vida.

La luna, los claros espacios, ignotos en horizontes no soñados, tocan la corriente consanguínea, de similares corazones en el mundo.

Solo vivir es gritarle a la existencia, soy feliz, jamás querré morir, amo el amor, soy loco enamorado, de la dicha de estar siempre presente.

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JUSAVÍ


Javier Navarro Tomás

Mi piel es la fina membrana de una crisálida de rabia.

Crisálida de miedo. Cristal. Frágil aire sobre un paso de cebra. Barrotes de la cárcel al centro de la tierra.

Madrid es una cárcel de ventanas, de hojas caídas. Son los sueños, las hojas.

Cuando somos jóvenes engañamos con hojas verdes. Mentiras. Pero siempre llega el otoño del frío y las mentiras caen poco a poco, empujadas por su propio peso.

Fíjate en el asfalto, lleno de miedo. En forma de hojas marrones que pisan, ausentes, las figuras de cera. Evitando mirar a los árboles desnudos diciendo, en sus esqueléticos cuerpos... lo que acabamos siendo de verdad.

Sin ornamentos, llegamos al otoño. Sin hojas que maquillen nuestro miedo.

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Gritan traición las ramas de agua. A la piel. Fina membrana de la crisálida del miedo.

Lloré las hojas del otoño. Alguien tenía que hacerlo.

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Keys Ruiz Resendiz

El cielo se delata, cuando la lluvia cae entre los techos de la cuidad y queda atrapada en un cemento gris, cuando los truenos no dejan de gritar y demuestran su lamento, su ego. El cielo se delata cuando el arco iris muestra sus atributos con sus excitantes matices... Âżves el sol? son capas que tratan de alumbrarte desde el alma, es el cielo que ha permitido soltar su resplandor, Âżves esa luna? la que se deja apreciar, cuya hermosura teja las estrellas es un mantra astral, es el orgasmo del cielo que se estĂĄ delatando.

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CUENTOS “Ratoncito feroz “ de Leo Sanamede En tal día como hoy de unos cuantos años atrás, hice mi mejor foto. En serio, no he vuelto a hacer nada igual. La tienen presente, ¿verdad? Justo, ésa, la que me valió dos premios internacionales, uno nacional y más de una docena de portadas, además de un repaso exhaustivo a mi carrera profesional de quince años y pico por esos campos de batalla de Dios. Y miren que nunca había llamado la atención ni siquiera un poquito, ¿eh? Uno es correcto, pero no un genio. ¡Qué más quisiera yo que tener el ojo y el cuajo de un Robert Cappa! Así y todo, ahora estoy hecho un señorón de la cosa de la imagen. ¡Hasta doy clases en una Facultad de Periodismo y todo, fíjense! No me acostumbraré jamás, dicho sea de paso. No he sido bendecido con la vocación profesoral, qué le vamos a hacer. En fin. Recuerdan ustedes cuándo y dónde fue hecha la fotografía, ¿no? Pues ahora, atención, les voy a explicar cómo fue hecha. Porque hubo un cómo. Un por qué no, no lo hubo. O al menos no un porqué que pueda entenderse fácilmente. Es más, yo mismo no lo entiendo, y no será que no le he intentado... pero sí hubo un cómo. No me miren así, por favor, que no voy a rasgar el séptimo velo. Se me van a decepcionar… A ver, por el principio. Mi agencia me había pedido amablemente, so amenaza de despido inmediato si me negaba, que me encargase de cubrir los combates entre las tropas leales al gobierno y los rebeldes por el control de la única ciudad del país a la que se le podía aplicar el calificativo de industrial. Lo cual era un modo de hablar, tanto por lo de ciudad, como por lo de industrial, como por lo de combates. Así que, haciendo de la capa un sayo y por respeto a la sana costumbre de mi organismo de comer al menos una vez al día, me fui para allá y… bueno, qué les voy a explicar. Decir que aquello era el infierno es quedarse corto. Era un infierno de baja pero persistente intensidad, y puedo asegurarles que eso mismo lo convertía en el peor de los infiernos posibles. Los ―capos‖ de las tropas de asalto rebeldes, después del desastre sufrido en su último ataque, habían decidido echarle paciencia al asunto, y avanzar lentamente, ―limpiando‖ casa por casa, desde la periferia al centro, apoyados por una mínima pero testaruda artillería que cada día lanzaba unos cuantos proyectiles sobre unos barrios u otros siguiendo un patrón aleatorio.

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Ya se imaginan, ¿no? Caos, desabastecimiento, cansancio, miedo, destrozos por todas partes… No se podía entrar, no se podía salir. Lo peor, los francotiradores simpatizantes de los rebeldes. Desde ventanas y azoteas disparaban a cualquiera que osase moverse por las calles. Y cuando digo cualquiera quiero decir cualquiera. No eran combates, eran cacerías. Lo peor de lo peor, aún no sé si porque eran torpes o unos perfectos hijos de puta, que nueve veces de cada diez no acertaban a matar, con lo cual el herido se quedaba tirado en mitad de lo que quedaba de los adoquines, berreando. Nadie que no fuese aspirante a cadáver se atrevía a ir a buscarle. Una vez vi intentarlo a un tipo. No había dado ni dos pasos y ya estaba frito. Allí nadie se movía hasta que no aparecían los de la Cruz Roja, los únicos a los que aquellas bestias respetaban. ¿Que si lo intentamos nosotros? Hombre, ¿pero ustedes se creen que el carnet de prensa es la capa de Superman? Mi intérprete se limitaba a encogerse y a rezar a sus dioses, que por lo visto andaban de vacaciones, y yo a encogerme y a pulsar el disparador de mi Nikon. ¿Qué esperaban? Sólo soy un corresponsal. Y allá estábamos, moviéndonos como podíamos por una ciudad a cada minuto más devastada y más peligrosa, sorteando ruinas y grupos de irregulares de uno y otro bando, intentando captar algo que valiese la pena sin que una bala perdida o un imbécil impresionable nos rompiese los morros. Al tercer día de picotear por aquí y por allá apareció la chica. Con la cámara al hombro. Una Polaroid de última generación, nuevecita. Se nos presentó como Juncal. Metro y medio a todo estirar, cuarenta y cinco kilillos como mucho; nadaba en el chaleco antibalas y el casco le venía grande. Más que cara, tenía carita; una carita chiquita e infantil. Si no hubiese sabido que era imposible, le habría calculado quince añitos todo lo más. Se la veía un poco asustada, bastante despistada y un mucho entusiasmada. Como un ratón en una despensa. Exacto, me recordó a uno de aquellos ratoncillos campestres que se colaban en la cocina de mi abuela. Y para colmo, llevaba trenzas. Palabra. Colaboraba con una agencia modesta y desconocida en los grandes medios y, tal y como había imaginado, era su primer trabajo de campo. No, si ya, se notaba a la legua. No me gusta cargar con novatos. Como ya les he dicho antes, no he sido bendecido con la vocación pedagógica, pero aun así le propuse que se quedase con nosotros por lo menos unas horas. Y no se me pongan sentimentales que no fue un acto

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de caballerosidad, ni amor a primera vista, ni mucho menos un arranque de compañerismo. Para nada. Fue sólo que ella tenía cigarrillos y yo, que me había acabado los míos hacía horas, me moría por un Chester. Fue una mañana sosa. No pasó nada digno de mención o de retrato. Ella hizo algunas fotos de edificios dañados, de barricadas y eso. Lo de costumbre. Miraba hacia todos lados, inquieta, como si esperase ver saltar de entre los cascotes una panda de feroces guerreros dispuestos a comérsela cruda, se sobresaltaba al menor ruido, se parapetaba en los portales sin venir a cuento, en fin… Es lo que tienen las guerras, que impresionan lo suyo. Viéndola de esas trazas, yo no daba un céntimo por ella. Si la cosa se pone fea, pensé, a esta chiquilla voy a tener que sacarla de aquí a caballito. A mediodía, la hora más tranquila, nos dirigimos hacia el hospital que Cruz Roja había improvisado en unas oficinas ex-gubernamentales, a ver si tenían alguna noticia fresca que llevarse a la crónica. Pero no llegamos. En un cruce con una de las cuatro avenidas de la ciudad, un francotirador se había apostado en una galería y estaba controlando la calle. Uno, que estaba ducho en esos cambalaches, se dio cuenta por los destellos que despedía el cañón de su arma. Aquel tipo era tan bruto que en vez de cubrirlo con una capa de mugre para que no brillase, lo había engrasado, el muy cernícalo. Típico de los espontáneos, que acostumbran a destilar chulería por todos los poros. Hay que ser corto de entendederas para hacer algo así. Obligué a los demás a retroceder hasta la esquina y eché un vistazo. Al otro lado, una pequeña tienda de comestibles estaba abierta. Vale. El tirador no tenía más que esperar cómodamente sentado, con unos bocadillos y unas latas de cerveza a mano, a que alguien se viese obligado a cruzar para llegar hasta allí. Seguro que se había calzado una gorra de cazador y todo. Maldije una y mil veces y destapé el objetivo. El ratoncito ya lo llevaba preparado y sólo tuvo que ajustarlo un pelín. Se le había puesto cara de ―atención, a sus marcas‖, pero en aquel momento estaba demasiado ocupado como para sacar conclusiones. El tipo se asomó un poco. Justo, sí señor. Llevaba una gorra y estaba apuntando hacia el centro de la avenida. Maldije nuevamente, pero con más fuerza, cuando me di cuenta de que ella se estaba desplazando hacia la posición idónea para conseguir un buen encuadre del francotirador y al mismo tiempo adoptaba la posición ideal para conseguir que éste nos matase. Oí como mi intérprete musitaba, rezando sin duda para

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que el tipo fuese cegato y no captase los reflejos del sol sobre la lente. Si se percataba, mal asunto. Yo sólo había visto que tenía un arma, pero no qué tipo de arma. ¿Han luchado alguna vez contra un ataque de pánico que les impulsa a hacer exactamente lo contrario de lo que hay que hacer? ¿No? Pues no saben lo que se pierden. Es toda una experiencia. No me podía acercar a ella y arrancarle la cámara delatora de las manos porque cualquier movimiento brusco podría llamar la atención del tirador, no la podía atraer utilizando la voz porque en el silencio sonaría como una bocina y podría llamar la atención del tirador, no le podía pegar un castañazo, que era lo que el cuerpo me estaba pidiendo desesperadamente, porque podría llamar la atención del tirador… total, que no podía hacer absolutamente nada porque cualquier cosa que hiciese podría llamar la atención del tirador. Y ella seguía deslizándose por la acera como si nada, abandonando la protección del muro. No hacía ni diez minutos la espantaba el vuelo de una mosca y ahora pretendía hacer la foto del siglo en descubierta. No me lo podía creer. Estaba tan pendiente de sus movimientos que ni les vi. Los disparos me sobresaltaron, en buena parte porque hubiese jurado que se dirigían contra nosotros. Luego oí el grito y el llanto. Dos personas. Cerca. Asomé la cabeza con cuidado. Un hombre yacía en el suelo, a su lado una niña de unos seis o siete años chillaba. O estaba herida o estaba aterrada. O las dos cosas. Miré hacia la galería donde seguía apostado el francotirador. Estaba recargando el arma. Vamos, que era un fusil lo que utilizaba. O una escopeta, vaya usted a saber. Aquellos tíos no le hacían ascos a nada. Oí el clic del disparador de la cámara de Juncal e inmediatamente sus botas arañando el asfalto. Pasó por mi lado como una exhalación. Corría en dirección a la niña. La cogió en brazos al vuelo, sin pararse, y siguió corriendo. Más tiros. Maldije, dirigí el objetivo hacia ellas, accioné el disparador y arranqué a correr yo también, persiguiéndolas. No me pregunten por qué, no tengo ni puñetera idea. Me dio un pronto, miren. ¿No les ha dado nunca un pronto? Pues eso. O sería que aquello prometía ser un reportaje cojonudo. Los instintos de la profesión no perdonan, ya lo verán. Cómo supo cual era la dirección que debía tomar para llegar al hospital de Cruz Roja es para mí un misterio. Quizás lo intuyó. Aunque más bien supongo que habría estudiado un montón de planos del país y la ciudad antes de tomar el avión. No me extrañaría un pelo. Seguimos corriendo como locos, sin fijarnos, por el centro de la

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calle, con las balas silbando y rebotando a nuestro alrededor, ella delante con la niña en brazos, yo detrás con mi cámara, haciéndoles fotos sobre la marcha, de cualquier manera. Hasta que al fin llegamos. Cómo lo conseguimos, tampoco lo sé. Tal vez por lo que les he dicho al principio, porque aquellos tíos, a lo mejor, eran torpes. O unos perfectos hijos de puta que se esforzaban por herirnos sin matarnos y por eso no acertaban. O corríamos demasiado rápido para su puntería. O las oraciones de mi intérprete, que se había quedado atrás, consiguieron espabilar a sus dioses. O tuvimos suerte. Yo qué sé. El ratoncito atravesó las puertas de la Cruz Roja a toda velocidad. Yo entré tras ella, prácticamente derrapando. Juncal se quedó de pie en el vestíbulo, esperando a los sanitarios, con la niña apretada contra su pecho. Tenía las mejillas encendidas y jadeaba. El casco se le había ladeado, el chaleco estaba cubierto de sangre por el lado donde la cría se apoyaba, su equipo de fotógrafo colgado sobre su cadera y su espalda. La niña ya no lloraba. Tenía una de las trenzas de Juncal en la mano y jugueteaba con ella. Y las dos se miraban. Hice la foto silenciosamente, desde el estómago, enfocando sin utilizar el visor, por intuición; regulando al tacto el diafragma y llevando suavemente el objetivo hasta lo que creí era la posición correcta. Clic. Después se me acabó el gas. Me arramblé a la primera pared que encontré y me dejé caer en el suelo, hecho unos zorros. Esa fotografía, ya saben, me valió dos premios internacionales, uno nacional y más de una docena de portadas, además de un repaso exhaustivo de toda mi carrera, convertirme en un señorón de la cosa de la imagen… y una bronca colosal, leyenda de la profesión, obsequio del ratoncito Juncal. Juro que me costó seiscientos treinta cafés con leche más croissant, cuatrocientos treinta y dos Martinis, ciento cuarenta y cuatro almuerzos y ochenta y tres cenas, más miles de millones de justificaciones, razonamientos y lecturas del código de honor del periodismo, aplacarla. Y así y todo… aún después de tanto tiempo y tanta invitación y tanta justificación… aún hoy…, bueno, les aseguro a ustedes que, cuando entro en la redacción, me mira raro.

Javier Apolinar

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Mis negritos Ayer por la noche, luego de un tranquilo y productivo día de trabajo y justo antes de que se cumplieran tres años de completa estabilidad, se me volvió a aflojar el tapón. Sí, el tapón. Un tapón que fabriqué y que me separa de todo el dolor que no me deja vivir. Como cadavéricos negritos sudaneses que se resisten a cerrar los ojos durante una sequía interminable, se escaparon y volvieron a interpelarme las emociones de mi infancia. – ¿Dónde está papá? – No está... – ¿Y mamá? – No está... – ¿Van a volver alguna vez? ¿Los vamos a conocer? – Es muy tarde para eso... ya les expliqué. Habría que nacer de vuelta, no se puede volver el tiempo atrás... Nunca entendieron ellos que esos dos fantasmas que salieron de los calabozos de la dictadura militar en el ochenta y dos eran sus verdaderos padres. Que esta vez sí, eran de verdad. Esperaban con ansias conocerlos, y cuando no recibieron más que golpes, maltratos, amenazas incomprensibles y gritos desgarradores, se aferraron tercamente a la ilusión de que ellos no eran, de que papá y mamá aún estaban por venir. Y no he podido convencerlos; aún los esperan. – ¿Y tu hermano? – No está... – ¿Y tu hijo? ¿Tuviste un hijo? ¿Podemos verlo? ¿Podemos jugar con él? – Basta... váyanse, por favor. – ¿Falta mucho? – ¡No sé!

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– ¿No llorás un poco, para nosotros? Tenemos hambre y sed... – Basta, no puedo, no puedo... Todavía no tengo nada para darles. ¡No he sido irresponsable ni un minuto, ni un minuto! No hay nada más que yo pueda hacer, váyanse por favor, váyanse... Con la mirada fría e imperturbable, fija en el suelo y sin atreverme a mirarlos, desenfundé lentamente y los encandilé con el filo de mi espada, con gesto amenazante. Comprendieron, mis negritos. Bajaron la cabeza resignados y se prepararon para otro inciertamente largo ostracismo. Lejos de temerme, saben que pueden matarme en pocos días si se quedan. Saben que fabriqué esa espada implacable para defenderlos y que no descansaré hasta que ellos descansen. Nunca. Contemplar mi indignación, la serena furia que me invade cuando los veo, les da esperanzas de vivir, de llegar, algún día. Por eso me obedecen y se van. Ya puedo respirar. Coloco el tapón y lo aprieto con todas mis fuerzas, preguntándome cuándo se volverá a aflojar. Mis negritos son inmortales: nacieron conmigo y estarán allí cuando yo muera, contemplándome fijamente; gorditos y con ojos felices, si tengo éxito; con silencioso agradecimiento, si al menos lo intenté; o con ojos acusadores de decepción, si los llego a olvidar y descuidar. Están a mi cuidado, pero no puedo vivir con ellos y por eso los encierro en una oscura caverna sellada, donde están a salvo de las miradas desde hace veintiséis años, cuando luego de una larga agonía y desamparo finalmente murieron de alexitimia, a mis once años, y tuve que enterrarlos para seguir viviendo. Olían a podrido, a dolor añejo, y nadie los quería. «Algo habrán hecho», pensaban todos. Tampoco puedo vivir sin ellos. Pero mientras tanto, si me dan tiempo y me dejan respirar, puedo pensar con claridad y actuar. Puedo buscar, incansablemente, y morder el polvo luchando por ellos una y otra vez sin que se enteren. Para renacer, me piden tantas cosas simples, tantas cosas bellas, que yo no puedo darles... y no dejan de pedirlas, de llorarlas. Cosas que no puedo mencionar, por vergüenza. Porque yo me sentiría un egoísta de porquería atendiendo sólo sus necesidades, y sentiría que no merezco vivir, cuando hay otros, hay otros, cuyos negritos me esperan con ilusión, y a los que yo sí pude alimentar y todavía puedo. Mis negritos no quieren afecto prostituido. No quieren consuelo. Mis negritos no quieren explicaciones, ni palabras de ánimo ni de aliento: las odian. Mis negritos se

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niegan a beber orina y llenarse la panza con toda esa bosta: de los amigos, prefieren la comprensión del silencio. Mis negritos tienen hambre, hambre de verdad; están famélicos, quieren morder. Como muertos vivientes, mis negritos quieren encontrar y perseguir a Luis Miguel, Chayanne, Arjona y otros cantores pseudorrománticos, y arrancarles la carne a mordiscones hasta que se retuerzan y se les salgan los ojos de las órbitas. Mis negritos sienten rabia cada vez que los oyen, los odian a ellos y a todos los parásitos del corazón, porque aparecen demasiado seguido en sus canciones. Dicen mis negritos que los parásitos del corazón son la peor clase de defraudadores, que viven de prostituir las ilusiones de la gente inocente, de prostituir palabras como amor, amistad, corazón. Y me piden Silvio Rodríguez; lo llaman «su hermano». Mis negritos han visto y ven todavía demasiada gente alrededor viviendo en una nube de pedos de colores, llorando por un iPhone 5, anunciando públicamente que se suicidarán porque los dejó la novia, exaltando sus caprichos vulgares con un egoísmo imbécil y descarado, un egoísmo que duele. Mis negritos son hijos de la injusticia y del dolor en un grado que no puedo calcular, pero que no me deja respirar. Algún día, esté yo vivo o muerto, ellos verán la luz, y como una horda de inmaculados y brillantes pájaros salvajes, poblarán con sus colores un cielo diáfano, acariciado por un Sol tibio y dorado. Pero antes seguirán arrastrándose por la Tierra, preguntándome por qué, y pidiendo tantas cosas simples, tantas cosas bellas, que no les puedo dar, cosas de las que no puedo hablar por vergüenza, no puedo... Mo'ámmer al-Muháyir Se permite su reproducción total citando al autor, bajo licencia de Creative Commons, 2013.

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