COMPRENDER LA DIFERENCIA ES VIVIR
Difícil temática para desarrollar si se tienen en cuenta
las
resultantes
diversas de
actitudes
variadísimas
del
ser,
formas,
casi
siempre equivocadas, de posturas educativas, centradas
en
paradigmas
o
esquemas
formativos acordes con intereses de dominio, por
parte
de
quienes
detentan
el
poder
económico y social de un País. De vieja data ha sido expreso que tener un amigo es entenderlo por la diferencia. El papa Francisco expresa que la comprensión de la diferencia es la libertad. Pero eso no es todo. El concepto va mucho más allá de limitantes de esa naturaleza. Comprende, incluso actitudes estatales
y
no
debe
tener
límites
condicionados, es preciso abarcar estructuras y buscar su cambio. Muchos
de
nosotros,
consecuencia
de
la
formación tenida, hemos vivido una existencia equivocada,
que
quizá
no
nos
hace
merecedores de la comprensión de nuestros congéneres. No obstante, comprender esas grandes diferencias es vital. Sólo de ese modo actuamos en un espacio digno de ser vivido. Y de ser posible la existencia de seres de perfección,
estos
deberían
ser
los
más
llamados a comprender las diferencias de quienes hayamos vivido o vivamos en el error. Es de humanos errar, pero también de corregir. La dicotomía de lo bueno y lo malo no funciona. Lo bueno para uno puede ser malo para otro. Es más factible utilizar lo positivo y lo negativo. La naturaleza posee lo uno y lo otro, pero es deber del ser humano hacer uso siempre de lo positivo, jamás de lo negativo. No obstante, no somos
totalmente
positivos.
A
diario
cometemos errores y estos constituyen nuestra diferencia,
la
que
se
empezando por lo propio.
debe
comprender,
En San Juan 8,-11, al ser condenada una mujer por adúltera, se la conduce a Jesús para proceder a su castigo, de conformidad con la Ley de Moisés, esto es, apedreándola. Jesús expresa: “El que no tenga pecado, que arroje la primera piedra”. Nadie lo hace, porque no se trata de sancionar o castigar, se trata de comprender, de dignificar a cada ser humano, en virtud de que todos, algo o mucho de negativo tenemos y debemos ser comprendidos. La
dignificación
construcción
de
del su
ser
conduce
propio
cambio.
a
la
Todos
somos dignos de hacerlo, podemos lograr la felicidad cuando hayamos cambiado, cuando la positividad sea nuestra propia manera de vida y su comprensión su complemento y el principio de lucha por el cambio de los demás.
• Contempla en los errores de tus hermanos, mide su desgracia, y deja que tu alma esté triste hasta la muerte. La cólera, hijo mío, es madre de la injusticia; y el odio no corresponde
al
que
se
está
llamando
padre
de
sus
semejantes. Sea que corrijas, sea que manifiestes tu opinión acerca de una materia, usa de las fórmulas que la
sociedad
humana
ha
inventado
para
mantener el mutuo aprecio entre los hombres. * Mercurial eclesiástica. Juan Montalvo. Agrego,
¿Cuál
comprensión.
es
el
Quizá,
mutuo pero,
al
aprecio?:
La
observar
la
realidad recorrida, pienso en la balanza: si en ella pesáramos lo positivo y negativo, primero de lo propio ¿Qué pesaría más? De igual modo lo de la sociedad. Concluyo que no somos seres totalmente
positivos,
pero
quienes
nos
encaminamos por ese sendero, lograremos nuestro cometido. Vivir es comprender esta realidad y observarla a plenitud, caminar por los múltiples senderos del cambio. No sólo de nuestra humanidad, sino de la de todos, de la Patria. Mas no será jamás posible de no entender la diferencia.
Pese a todo, nadie se extrañe que vivir no significa no sufrir. Entre más se vive más se sufre porque la consciencia se ha encargado de señalar el camino de los errores cometidos, así hayan sido comprendidos. Lo negativo jamás dejará de ofender a quien fuese consecuencia de los errores, pero se espera el perdón porque es parte del principio. • ¿Qué se le da al bueno que los malos le llamen perverso? ¿Qué se le da al probo que los ladrones le echen el hollín de su corazón sobre la tersura de su alma? *Páginas desconocidas, Montalvo.
JUSAVÍ. Chachagüí, 27 de Julio del 2014.