OSCURIDAD
No puedo detener los espacios del dolor, aún las espinas de los rosales me lastiman, las flores más bellas me miran con desconcierto, la muerte ronda cotidianamente mi alcoba.
Levanto la frente y procuro la distancia, la más cercana a los caminos del destino, todo está a oscuras, la luz ya no brilla, el sol no calienta y quema los potreros.
Parece que el mundo está violentado, en la noche las estrellas están dormidas, el silencio y la oscuridad son el todo.
Un rayo de esperanza atraviesa mi ventana, la luna ha pasado velozmente, como el trueno, dejando la esquela que anuncia el fin existencial.
JUSAVÍ. Chachagüí, 24 de Enero del 2015