TFG: La vivienda plurifamiliar con perspectiva de género. Feminismo y arquitectura en Sevilla.

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LA VIVIENDA PLURIFAMILIAR CON PERSPECTIVA DE GÉNERO: FEMINISMO Y ARQUITECTURA EN SEVILLA

Grado en Fundamentos de la Arquitectura Trabajo de Fin de Grado Autora: Julia Campos Pérez Tutor: Fernando Díaz Moreno ETSAS, Universidad de Sevilla Sevilla, Septiembre de 2018



Agradecimientos En primer lugar mi agradecimiento a José Pérez de Lama, profesor de la ETSAS, por compartir conmigo sus conocimientos y por su incondicional colaboración. Agradecer también a las arquitectas Isabel Martín y Ángela Lara por su tiempo y sus recomendaciones sobre referencias. A las intengrantes del Col·lectiu Punt 6 de Barcelona por haberme facilitado material para este escrito. Agradezco a mis compañeras de Brigada con V por haberme introducido en la arquitectura con perspectiva de género y por inspirarme en el ámbito académico y personal. Finalmente, de la misma forma, agradezco a mis profesores de TFG Mario Algarín, Montserrat Díaz y, en especial, a mi tutor Fernando Díaz por sus buenos consejos e indicaciones.



ÍNDICE 1. Resumen/Abstract......................................................................................................................................................................5 2. Introducción................................................................................................................................................................................6 3.

Objetivos y metodología de trabajo.............................................................................................................................................8

4.

Antecedentes y estado de la cuestión.......................................................................................................................................9

5. Anteriores modelos de viviendas colectivas.........................................................................................................................13 5.1. Análisis y descripción de los modelos.........................................................................................................................13 5.1.1. Casa Comuna de Barshch y Vladimirov, URSS. (1929)...................................................................................................13

5.1.2. Casa Coletiva de Sven Markelius y Alva Myrdal, Estocolmo. (1935)............................................................................17

5.2. Discusión sobre los modelos.........................................................................................................................................23

6. Arquitectura de género a nivel vivienda en el s.XXI.............................................................................................................25 6.1. Ejemplos actuales..............................................................................................................................................................25 6.1.1. El modelo de Planificación de Viena................................................................................................................................25 6.1.2. La casa sin género de Col•lectiu Punt 6..........................................................................................................................33 6.1.3. Recomanacions per a un habitatge no jeràrquic ni androcèntric de Zaida Muxí.....................................................37 6.1.4. Urbanismo y arquitectura de género en algunas ciudades españolas en la actualidad.........................................43

6.2. Encuesta sobre vivienda con perspectiva de género..............................................................................................49 6.2.1. Metodología seguida en la realización de las encuestas..............................................................................................49 6.2.2. Análisis de las preguntas y los resultados..........................................................................................................................51 6.2.3. Conclusiones........................................................................................................................................................................58

7.

Panorama actual del feminismo y arquitectura en Sevilla..................................................................................................61 7.1. Localización y fichas de espacios okupados en Sevilla...........................................................................................66

8.

Conclusiones finales......................................................................................................................................................................76

9. Bibliografía..................................................................................................................................................................................79



1. RESUMEN

1. ABSTRACT

La desigualdad entre hombres y mujeres sigue siendo un hecho en la actualidad. Aunque hay muchos aspectos que ya han sido superados, el movimiento feminista cada vez se complejiza más y se adentra en cuestiones que tienen que ver con la vida diaria y el entorno más próximo. Para intentar resolver estas desigualdades, la arquitectura es una de las materias que pueden ayudar notáblemente a conseguir este objetivo.

Inequality between men and women is still a fact today. Although there are many aspects that have already been overcome, the feminist movement becomes increasingly more complex and delves into issues that have to do with daily life and the immediate environment. To try to resolve these inequalities, architecture is one of the subjects that can help to achieve this goal.

Las ciudades, los barrios, los espacios públicos y las viviendas han obviado tradicionalmente la perspectiva de la mujer, por lo que todos estos espacios pueden presentar carencias para estas. Es por ello, que se ve necesaria una innovación desde la arquitectura incluyendo esta perspectiva de género en todos sus ámbitos para crear así una ciudad, una vivienda y, en definitiva, una vida más inclusiva. Si bien estos aspectos del feminismo pueden parecer a priori novedosos, no es así. Existen diferentes corrientes y profesionales que desde el siglo pasado se han dedicado a repensar la ciudad y la vivienda desde una perspectiva no androcéntrica. En lo que se refiere a la vivienda en particular, han existido y existen modelos que no priorizan el beneficio económico, si no que van más allá y se construyen con el objetivo de crear una comunidad y una forma de vida que resulten lo más beneficiosas e inclusivas posibles. Este tipo de arquitectura con perspectiva de género no solo se da en el extranjero, si no que también la podemos encontrar en el ámbito español y en particular en Sevilla, donde existe un amplio movimiento feminista que trata todas estas cuestiones. El presente trabajo supone una reflexión sobre la arquitectura que se hace a nivel vivienda en el entorno urbano y como esta no responde a las necesidades de las mujeres. De este modo, este escrito pretende ser una demostración de que hacer otro tipo de arquitectura más comprometida a la hora de eliminar las desigualdades es posible. Palabras clave: viviendas colectivas - feminismo - arquitectura de género - Sevilla

Cities, neighborhoods, public spaces and housing have traditionally obviated the perspective of women, so all these spaces may have shortcomings for them. That is why, it is necessary to innovate from the architecture including this gender perspective in all areas to create a city, a home and, ultimately, a more inclusive life. Although these aspects of feminism may seem a priori novel, this is not the case. There are different currents and professionals that since the last century have dedicated themselves to rethinking the city and housing from a non-androcentric perspective. With regard to housing in particular, there have been and there are models that do not prioritize the economic benefit, but go further and are built with the aim of creating a community and way of life that are the most beneficial and possible inclusions. This type of architecture with a gender perspective not only occurs abroad, but also can be found in Spain and particularly in Seville, where there is a broad feminist movement that deals with all these issues. This work is a reflection on the architecture that is done at the housing level in the urban environment and how it does not respond to the needs of women. In this way, this paper aims to be a demonstration that making another type of architecture more committed to eliminate inequalities is possible.

Keywords: collective housing - feminism - gender architecture - Sevilla 5


2. INTRODUCCIÓN El motivo de elección de la temática que ocupa el presente Trabajo de Fin de Grado surge a partir del estado actual del movimiento feminista y de los problemas y las temáticas que pone en cuestión, en particular respecto a la arquitectura. El movimiento feminista, como la sociedad, avanza y se vuelve más complejo, por lo tanto no es de extrañar que cada vez profundice más en todos los aspectos referidos a la vida cotidiana y que ponga en entredicho los modelos familiares y el papel que cada individuo juega dentro de la familia. Nos encontramos en un contexto en el que el modelo familiar que hemos ido heredando desde, esencialmente, el siglo XX, se está poniendo en duda y está siendo objeto de diversas críticas. El modelo estándar de familia nuclear responde al papel que cada individuo de la familia tomaba en el pasado, y es por esto que, en el momento en el que ese papel cambia, el modelo tradicional deja ver sus carencias. Tradicionalmente, se nos asignan unos roles de género1 que nos condicionarán y definirán en cierta medida. En el presente, encontramos distintas teorías2 que critican duramente estos roles y las limitaciones que suponen, ya que consideran que el género, las identidades y las orientaciones sexuales no están directamente relacionadas con la naturaleza humana, sino que son, en gran parte, una construcción social y cultural, y que, por lo tanto, clasificar el género3 únicamente en las categorías de hombre o mujer no sería certero. Teniendo en cuenta lo expuesto anteriormente, la vivienda juega un papel importante y decisivo ya que es donde se escenifican ciertas 1 Los roles de género son el conjunto de papeles y expectativas diferentes para mujeres y hombres que marcan la diferencia respecto a cómo ser, cómo sentir y cómo actuar.

Figura 1. Illustración de Emecé Eseene basada en Femme maison de 1947 de Louise Bourgeois. (https://www.instagram.com/p/BkiOiE4lVlC/?taken-by=emece_ eseene)

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2 La teoría queer rechaza la clasificación de los individuos únicamente en categorías universales y fijas como: varón, mujer, heterosexual, homosexual, bisexual o transexual; pues, considera que están sujetas a restricciones impuestas por una cultura en la que la heterosexualidad es obligatoria; así como la heteronormatividad y el heteropatriarcado. 3 Construcción social y cultural basada en las diferencias biológicas entre los sexos que asigna diferentes comportamientos y características emocionales e intelectuales a mujeres y hombres, variables según la sociedad y la época histórica. A partir de estas diferencias biológicas, el género configura las relaciones sociales y de poder entre mujeres y hombres.


relaciones sociales. Actualmente, en la sociedad occidental, se entiende la vivienda como un lugar de protección y de descanso, un lugar seguro en el que el espacio nos pertenece y, en general, donde desconectar de lo que sucede fuera de este ámbito. Pero realmente este concepto de la vivienda como lugar de descanso es relativamente nuevo, ya que encontramos su origen en la casa victoriana del siglo XIX y posteriormente a comienzo del XX donde se estandariza la estructura familiar (Fonseca, 2014: 84).

A raíz de esto, la necesidad de una nueva forma de hacer arquitectura se hace visible, de forma que los espacios sean iguales para hombres y mujeres. En particular, este trabajo se centra en lo que a la vivienda plurifamiliar se refiere, aunque también se exponen brévemente algunos aspectos que tienen que ver con la ciudad y el urbanismo.

Históricamente, ha existido una diferenciación espacial directamente relacionada con el género, ya que se han asignado diferentes espacios a hombres y mujeres. Tradicionalmente, el espacio público se relaciona con el género masculino, donde se hace la vida pública y se toman las decisiones. En cambio, el espacio interior, donde sucede lo doméstico, se relaciona con el género femenino. Debido a esta asignación, la vivienda es muy diferente para el hombre y la mujer, ya que para el hombre sí es un lugar de descanso, mientras que para muchas mujeres es su lugar de trabajo. El espacio doméstico, además, siempre se ha entendido como secundario en lo referido a las cuestiones sociales (Fonseca, 2014: 85). Las relaciones sociales que se producen en el entorno de la vivienda han cambiado poco realmente. Lo mismo pasa en cuanto a los espacios que componen la vivienda. La forma en la que se ha proyectado tradicionalmente la vivienda no admite demasiada flexibilidad de espacios ni adaptación a actividades que se producen en el entorno doméstico y que no sean las que cubren las necesidades básicas de los habitantes (Fonseca, 2014: 88). Según Marta Fonseca, “Nuestras sociedades, todavía androcéntricas y con ellas la academia y por extensión, el modo de proponer y hacer las viviendas, han ido priorizando y simplificando las relaciones entre las personas y su hábitat. Los modelos de vivienda tienden por ejemplo a: esquematizar las actividades en su interior, menospreciar los ciclos vitales, obviar las circunstancias temporales, abolir los espacios que acompañan el trabajo doméstico incluso no tienen en cuenta las aspiraciones y contingencias personales, etc.” (Fonseca, 2014: 84). 7


3.

OBJETIVOS Y METODOLOGÍA DE TRABAJO

Objetivos El presente Trabajo de Fin de Grado pretende abordar la temática del diseño de la vivienda desde una perspectiva de género, lo que supone el análisis de los espacios del habitar contemporáneo y ciertos antecedentes para una posterior propuesta y recopilación de estrategias de diseño a tener en cuenta en la futura proyección de viviendas plurifamiliares en el entorno urbano y por tanto a la hora de hacer ciudad. El tema en el que se centrará este trabajo se reduce a una tipología de vivienda concreta como se mencionaba: la vivienda plurifamiliar en el entorno urbano. Se ve necesaria esta acotación para que la metodología de trabajo resulte más concreta y por tanto las conclusiones más exactas. El trabajo se ha realizado de forma que siguiera un orden cronológico desde lo más antiguo hasta la actualidad. Además, se ha intentado también abordarlo empezando por lo más amplio para llegar después a elementos más concretos. Se ha intentado con ello que la información resulte lo más entendible y ordenada posible. Metodología La metodología llevada a cabo para el presente Trabajo de Fin de Grado consta de varias fases. En primer lugar, una fase de análisis bibliográfico, donde se han consultado algo más de una treintena de títulos. Se ha realizado un proceso de recopilación y análisis, es decir, se han estudiado distintos ejemplos y referencias que posteriormente han sido expuestas y analizadas de forma que se han extraído unas conclusiones específicas. En segundo lugar, una fase de trabajo de campo. Esta fase ha consistido, en primer lugar, en la realización de una encuesta con una serie de preguntas muy concretas referidas a la vivienda, el bloque y la comunidad con el objetivo de detectar las carencias que, en este caso las mujeres, encuentran en estos espacios. La metodología concreta 8

sobre las encuestas se expone en su apartado correspondiente más adelante. Posteriormente, la fase de trabajo de campo se centra en el entorno de la ciudad de Sevilla en particular. Para ello no solo se ha usado bibliografía escrita, si no que se ha recurrido también a información obtenida por diferentes personas del colectivo feminista a nivel académico, con las cuales me he puesto en contacto y han prestado totalmente su colaboración; y en experiencias personales basadas en la asistencia a distintas actividades, charlas y congresos, la mayoría promovidas desde la Universidad de Sevilla. La última fase ha sido la reflexiva, donde se han realizado unas conclusiones finales fruto de la síntesis de toda la información anteriormente expuesta. De este modo, el trabajo finaliza con unas ideas personales de lo que todo el análisis y el estudio me han proporcionado, intentando tomar para ello una actitud crítica.


4.

ANTECEDENTES Y ESTADO DE LA CUESTIÓN

Las cuestiones anteriormente introducidas se encuentran en consonancia con la etapa actual del feminismo que se está conociendo como “la tercera ola”4 del feminismo. En este nivel del movimiento se ponen en cuestión más que nunca los conceptos de trabajo productivo frente a trabajo reproductivo los cuales están directamente relacionados con el habitar. Se entiende como trabajo productivo aquel que es capaz de generar riqueza material y que tiene la capacidad de cambiar el valor de uso de las mercancías. Por otro lado, se entiende como trabajo reproductivo como al conjunto de atenciones y cuidados necesarios para el sostenimiento de la vida y la supervivencia humana como son: alimentación, cuidados físicos y sanitarios, educación, formación, relaciones sociales, apoyo afectivo y psicológico, mantenimiento de los espacios y bienes domésticos. Estos tipos de trabajos son realizados mayoritariamente por la mujer. Económicamente, existe una clara diferencia en cuanto a que el trabajo productivo se entiende vinculado a un salario, mientras que el reproductivo suele carecer de asignación económica y no tiene asignado un precio de mercado. Desde el feminismo se denuncia esta diferencia y se aboga por la consideración del trabajo reproductivo como productivo ya que se considera que es fundamental en el mercado para el sostenimiento de la vida. El trabajo reproductivo, además, es el que tradicionalmente se ha llevado a cabo en la vivienda y se ha considerado siempre “trabajo de mujeres”, el cual se hace sin recibir dinero a cambio como se venía exponiendo. Ninguna sociedad industrial ha conseguido nunca resolver la problemática de la división sexual de este tipo de trabajos. Los problemas que suponen la localización en el hogar de estos trabajos tampoco han sido abordados por ninguna sociedad para las mujeres que son amas de casa o las empleadas que vuelven del trabajo externo a un segundo trabajo que es el del hogar (Pérez de Lama, 2017a). 4 Se entiende como “tercera ola” del feminismo a aquella cuyo activismo e investigación se inician en 1990 y se extiende hasta el presente.

Uno de los orígenes de la reivindicación del trabajo reproductivo lo encontramos en Estados Unidos entre el final de la Guerra Civil (1865) y el principio de lo que se conoció como la Gran Depresión (1929). Las feministas de aquel entonces trataron los temas en torno a lo que denominaban “esfera de las mujeres” y el “trabajo de las mujeres”, planteando así diversas cuestiones esenciales al respecto. El capitalismo industrial fue uno de los objetos principales de sus críticas ya que cuestionaron los conceptos que este favorecía como son la separación física del espacio de la casa respecto del espacio público, y la separación económica de la economía doméstica respecto de la economía política. Estas consideraban que el espacio doméstico aislaba a las mujeres e invisibilizaba su trabajo, por lo que procedieron a desarrollar nuevas formas de organización de los barrios, diseñaron nuevas tipologías de viviendas, como por ejemplo las casas sin cocina; incluyeron guarderías, cocina pública y grupos y espacios comunitarios en los que cooperar y colaborar entre los vecinos, así como la creación de lo que llamaron cooperativas de amas de casa. Pensaron la ciudad desde el feminismo redefiniendo el trabajo doméstico y las formas de habitar de las mujeres y sus familias e instaron a pensar y reflexionar sobre estos conceptos a los arquitectos y urbanistas. La idea principal de estas feministas suponía que las mujeres debían crear hogares feministas con el trabajo doméstico y el cuidado de los niños socializados, y asumir este concepto como condición previa para convertirse en miembros de la sociedad verdaderamente iguales (Pérez de Lama, 2017a). Todas estas ideas sentaron las bases para la crítica al trabajo doméstico y a la vivienda actual la cual es fundamentalmente individualista y cuyo modelo de habitar no contribuye al progreso de las mujeres. Todas estas teorías, reflexiones y escritos pasaron desapercibidos durante años en EEUU y eran prácticamente desconocidos nombres como los de Charlotte Perkins Gilman, Melusina Fay Peirce, Marie Stevens Howland, Victoria Woodhull, Mary Livermore, Ellen Swallow Richards, Mary Hinman Abel, Mary Kenney O’Sullivan, Henrietta Rodman y Ethel Puffer Hows, las cuales contribuyeron activamente a las ideas de transformación feminista de la vivienda. 9


En los años 60, con la “segunda ola” del feminismo se volvieron a visibilizar las cuestiones referidas a la ciudad, la vivienda y el trabajo doméstico respecto al feminismo. Betty Friedan5 a principios de los 60 retomaba los escritos de Charlotte Perkins Gilman, en particular Mujeres y Economía (2008) para describir lo que denominó “los problemas que no tienen nombre” de las amas de casa. Friedan escribió sobre el sueño americano y la insatisfacción de las mujeres tratando esto desde la perspectiva de la casa, el urbanismo y el territorio. En su obra más conocida La mística de la feminidad abordaba las patologías autodestructivas como la ansiedad, el alcoholismo, neurosis, el desmedido deseo sexual e incluso el suicidio que la imposición de estereotipos y roles de género favorecían en las mujeres estadounidenses de la posguerra. El papel como esposa y madre al que los estereotipos relegaban a la mujer suponían el aislamiento de estas y que estuvieran ajenas a todo lo que ocurría fuera del hogar y el núcleo familiar. También en los años 60 es de gran importancia el trabajo de Jane Jacobs6 sobre las teorías del urbanismo feministas. Jacobs pasó su vida estudiando las ciudades y sus estudios se materializaron en distintas publicaciones entre las que destaca su libro Muerte y vida de las grandes ciudades publicado por primera vez en 1961. En este libro la autora critica las teorías más comunes sobre urbanización y reconstrucción de ciudades. Ante esto, Jacobs presenta nuevas teorías y estrategias para la planificación y reconstrucción de las ciudades en contra de las enseñanzas urbanísticas de las escuelas de arquitectura de la época. Jane Jacobs concreta en su escrito que se referirá esencialmente a cosas y temas totalmente comunes y ordinarios como pueden ser las calles, los parques, los barrios, los “centros” de las ciudades, las áreas comerciales, etc. Objeto de su crítica son los barrios marginales que se han convertido en centros de delincuencia y vandalismo; las viviendas de clase media que se diseñaron en masa y de forma monótona y que no enriquecen los barrios ni la vida; los barrios residenciales de lujo 5 Betty Friedan (1921-2006) fue una teórica y lider feminista estadounidense formada en psicología social. Su activismo feminista tuvo lugar en la década de los años 60 y 70. 6 Jane Jacobs (1916-2006) fue una divulgadora científica, teórica del urbanismo y activista sociopolítica nacida en EEUU y canadiense desde el año 1974.

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que tampoco aportan nada; los centros culturales que no hacen honor a su nombre ya que están totalmente desprovistos de espacios de calidad; los centros cívicos-recreativos cuyo uso se ha desvirtuado; los centros comerciales y los paseos que no tienen ningún sentido concreto ni pensado y que carecen de utilización; etc… Para la autora, todo esto supone un saqueo a las ciudades que a falta de enriquecerlas las desprovee de calidad y no las hace funcionales a la vida. Jacobs hace una interesante reflexión sobre las calles de las ciudades. Las calles son elementos con más entidad y que sirven para algo más que para albergar el tráfico rodado. La autora introduce el concepto de la seguridad en las aceras de las grandes ciudades, exponiendo que el éxito de las calles reside en que sus transeúntes, sean habitantes o no de la zona, se sientan seguros al transitarlas a cualquier hora del día. Jacobs ve el problema más allá de los barrios marginales, ya que también sucede en barrios bien considerados en los que su vecindario prefiere no utilizar las calles durante la noche aunque el barrio sea en principio apacible y amable. Para ella, este concepto de la seguridad está directamente relacionado con el diseño de las aceras y las calles y barrios en general, y por lo tanto no depende solo de los grupos sociales que habiten cada tipo de barrio. El feminismo actual está tratando mucho el tema de la seguridad en las calles, en particular para las mujeres, ya que es un problema que sigue estando presente. En el prólogo escrito por Zaida Muxí en la reedición en español de Muerte y vida de las grandes ciudades (2011) esta explica el porqué de la vigencia de las teorías y pensamientos de Jane Jacobs y por qué su obra es muy atemporal. Aunque la forma de vida haya cambiado considerablemente desde los años 60 hastas nuestros días, los conceptos que trataba Jacobs siguen suponiendo problemáticas en las ciudades como puede ser la inseguridad que la segregación de usos en las ciudades provoca, la destrucción de los barrios para la “modernización” de la ciudad, la supremacía del coche en las calles, etc. Por todo esto el trabajo de Jacobs sigue siendo un referente a la hora de hacer ciudad.


A finales de la década de los 70 del pasado siglo, otra importante autora, Dolores Hayden7, escribía también sobre ciudad y feminismo. En su escrito ¿Cómo sería una ciudad no sexista? expone en primer lugar los motivos por el que la vivienda convencional de aquellos años no favorecía al desarrollo de la mujer que trabajaba fuera de casa, sino que solo estaba diseñada para la mujer que estaba recluida en el hogar realizando el trabajo doméstico, lo que limitaba a las mujeres física, social y económicamente. La frase “el lugar de la mujer es el hogar”, que se usó como eslogan en EEUU a principios del siglo XX, se usó como principio para el diseño arquitectónico y el planeamiento urbano en Norte América. La ciudad y el hogar, expone Hayden, han estado diseñadas y construidas por hombres, por lo que la perspectiva de la mujer no había sido introducida en estos campos. Según Hayden, es imprescindible que se establezca un nuevo paradigma de casa, de barrio y de ciudad que apoye las actividades de las mujeres trabajadoras fuera del hogar y a sus familias en lugar de limitarlas. La vivienda suburbana del siglo XX se convirtió en el escenario sobre el que se estableció la división sexual del trabajo. Esto ha ido sucediendo independientemente de cuál fuera la tipología y la condición de la vivienda, ya que la mayoría de las viviendas están casi invariablemente organizadas en torno al mismo tipo de espacios como son cocina, comedor, salón, habitaciones, garaje o zona de aparcamiento. Estos espacios requieren de alguien que los trabaje, es decir, que haga la comida, limpie, cuide a los niños y se ocupe del transporte privado. La vivienda típica, además, tendía a eliminar físicamente cualquier espacio público compartido. Con la incorporación al mundo laboral de la mujer de forma extendida a mitad del siglo XX, empiezan a surgir los problemas para compaginar el trabajo fuera del hogar con el doméstico, sobre todo el cuidado de los niños. En el escrito de 1979 Hayden expone que, en general, se 7 Dolores Hayden (nacida en 1945) es una arquitecta, historiadora urbana, autora y poeta. Actualmente enseña arquitectura, urbanismo y estudios americanos en la Universidad de Yale. Es internacionalmente conocida por sus trabajos y publicaciones sobre arquitectura y feminismo.

espera que las mujeres trabajadoras dediquen más tiempo al cuidado de los niños que el hombre trabajador, lo cual sigue siendo un tema vigente en la actualidad. La autora se interesa por la problemática de la movilidad en los barrios suburbanos de EEUU. Según explica, las mujeres empleaban, en aquel momento, más tiempo en desplazarse que los hombres debido a su dependencia del transporte público. En los años 70 el 70% de los adultos que no tenían coche en Norteamérica eran mujeres. Hayden afirma que los barrios residenciales tienen carencias a la hora de proporcionar apoyo a las actividades laborales de las mujeres, ya que un “buen” barrio en aquellos años se definía en términos de compras, escuelas y quizás tránsito público, en vez de en términos de servicios sociales para padres trabajadores, tales como guarderías o clínicas con atención nocturna. Estos problemas de movilidad y servicios siguen estando a la orden del día en España, y el feminismo actual los está abordando a nivel urbanístico, como se verá más adelante en el presente trabajo. Otra temática interesante que Hayden aborda en su trabajo es respecto al hogar en el que existe maltrato de género. Según la autora, este tipo de familias son más vulnerables a sufrir inadaptación en los barrios en cuestión. La mayoría de los maltratos suceden en la cocina o en el dormitorio. Como se exponía anteriormente, la vivienda tradicional tendía a suprimir los espacios comunes y otorgaba independencia absoluta a cada estancia, lo cual podía favorecer a que se dieran situaciones de maltrato. La autora afirma que existe una relación directa entre el aislamiento de la familia y el trabajo doméstico no remunerado con el maltrato, en cuanto a que las víctimas tienen pocas relaciones personales fuera del núcleo familiar, lo que puede hacer que el maltrato sea más prolongado y recurrente. La autora explica que existían pocas alternativas fuera de la vivienda aislada o el piso para las mujeres divorciadas o maltratadas que buscan una vivienda, un empleo y una guardería simultáneamente. Se podrían resolver muchos problemas en un entorno que incluyera viviendas, servicios y trabajo, pero el sistema gubernamental, que pretendía establecer para las familias y los vecindarios de forma que se aseguraran las mínimas condiciones de vida adecuadas para todos los estadounidenses, casi siempre asumía que la familia tradicional con un varón trabajador y una esposa que no 11


gana un sueldo era el objetivo que debía lograrse o simularse. El trabajo de Hayden también sigue muy vigente hoy en día por la actualidad de los temas que trata tanto a nivel social como desde la arquitectura. En España, actualmente se están tratando estos temas a distintos niveles. Uno de los colectivos más activos son las mujeres de Col•lectiu Punt 6 en Cataluña. Son una cooperativa de arquitectas, sociólogas y urbanistas que empezaron su andanza con la aprobación de la llamada ley de Barrios en 2004. El equipo está compuesto por Roser Casanovas, Adriana Ciocoletto, Marta Fonseca, Blanca Valdivia y Sara Ortiz. Llevan más de una década repensando los espacios desde la experiencia cotidiana buscando en ello una transformación feminista. Sus trabajos van desde la arquitectura y planificación urbana, la dinamización comunitaria y la sensibilización, hasta la formación y la investigación. Dicha cooperativa tiene una proyección tanto local, como estatal e incluso a nivel internacional. Su trabajo se centra principalmente en la equidad de género en el uso del espacio urbano y los equipamientos, lo cual es el punto 6 de los 8 puntos que componen la ley de Barrios, de ahí el nombre de la cooperativa. Las mujeres de Col•lectiu Punt 6 ven necesaria la transformación social repensando los espacios desde un nuevo paradigma que rompa con las discriminaciones y jerarquías. Todos sus proyectos se realizan mediante la acción comunitaria, haciendo totalmente participativo y comunicativo el proceso de elaboración de los proyectos promoviendo así la diversidad social sin discriminaciones. Consideran necesario conocer las necesidades y deseos de las personas que habitan los barrios para poder repensar los espacios domésticos, comunitarios y públicos. Muchos de los proyectos que se han elaborado de forma teórica también han sido puestos en práctica en diferentes barrios no solo de España sino también en otros países, obteniendo resultados muy interesantes a la par que satisfactorios. En cuanto a la arquitectura y planificación urbana, Col•lectiu lleva a cabo acciones de asesoramiento para la inclusión de la perspectiva de género en Planes Urbanísticos. También realizan diagnósticos y auditorías de evaluación urbana con perspectiva de género así como de 12

seguridad urbana, las cuales se traducen en la aplicación de dichas investigaciones en los barrios. Sobre estos temas tratan algunas de sus publicaciones como Entornos habitables. Auditoría de seguridad urbana con perspectiva de género en la vivienda y el entorno (Valdivia, et alii, 2017) o Espacios para la vida cotidiana. Auditoría de Calidad Urbana con perspectiva de Género (Ciocoletto, 2014), en ambas publicaciones recogen una serie de recomendaciones y de estrategias a la hora de planificar la ciudad o de diseñar las viviendas, aplicando también dichas estrategias en casos de estudio concretos en barrios de Buenos Aires o en barrios de municipios de Cataluña. El trabajo de Col•lectiu Punt 6 está notablemente inspirado en el de Zaida Muxí, profesora de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona. Muxí es conocida por su experiencia en cuestión de espacio y género. En cuanto a la vivienda en particular, una de sus publicaciones principales es el libro Recomendaciones para una vivienda no jerárquica ni androcéntrica, el cual se desarrollará con más profundidad en otro apartado del presente trabajo. A partir de aquí, a continuación, se exponen varios ejemplos de modelos de viviendas que se han considerado que son interesantes para el presente trabajo por su relación con el género. Los que se han denominado como modelos anteriores, aunque pertenezcan a los primeros años del pasado siglo XX, ya tenían en cuenta las necesidades de las mujeres y en particular la liberación de estas del ámbito doméstico.


5.

ANTERIORES MODELOS DE VIVIENDAS COLECTIVAS

5.1.

Análisis y descripción de los modelos

5.1.1. Casa Comuna de Barshch y Vladimirov, URSS (1929). Contexto histórico

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PROYECTO, PROGRESO, ARQUITECTURA

Las casas comunas de la URSS surgen tras la Revolución de Oc35 tubre8 debido a que el gobierno Soviético necesitaba hacer frente a la escasez de vivienda obrera. Tras los decretos de nacionalización de la tierra y la abolición de la propiedad privada, el gobierno se encontraba en una situación importante de realojo de familias obreras que vivían en pésimas condiciones. Para ello, se decidió por parte de las instituciones, alojar a las familias en las viviendas de entidad burguesa que en el pasado habían albergado a una sola familia. Esta medida sería temporal, ya que la intención sería la de una adaptación completa de la ciudad a la nueva mentalidad. Las viviendas existentes tendrían que cubrir las necesidades respecto a la vivienda hasta que la ciudad se dotara de infraestructuras necesarias para la completa transformación de la ciudad, sobretodo en ciudades industriales como Moscú o San Petersburgo (Movilla y Espegel, 2013: 27).

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Esta necesidad de dotación de viviendas fue lo que dio lugar a la convocatoria del concurso de vivienda comuna convocado por el Mossovet9 de 1925. En las bases del concurso se especificaba la necesidad de de la mujer de la esclavitud del ámbito doméstico, VIVIENDASla TIPOS A,liberación B, C Y D permitiendo así0 la incorporación de la mujer al ámbito laboral y al pro1 5m c ceso D de industrialización del país. Estas premisas suponían la ruptura del B B modelo de familia burguesa que se imponía antes del nuevo sistema A A en el que los individuos miembros de la familia eran económicamente D dependientes unos de otros. En contraposición, el nuevo modelo de vivienda debía suponer la desaparición de las cadenas que ataban a C

Figura 2. Axonometría de la propuesta de dom-kommuna elaborada por Barshch y Vladimirov. (Movilla y Espegel, 2013: Pág.47, Fig.18)

8 También conocida como Revolución bolchevique y como Gran Revolución Socialista de Octubre. Fue la segunda fase de la Revolución rusa de 1917 tras la Revolución de Febrero.B 9 (Моссовет) Abreviatura de Diputados Soviéticos del Pueblo de Moscú.

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la mujer al hogar, como son por ejemplo la cocina, el cuidado de los niños, los baños y duchas; reduciendo así al máximo la esfera privada (Movilla y Espegel, 2013: 28-29).

Edificio de adultos Edificio de los escolares Edificio de los preescolares

El concurso especificaba también la necesidad de la introducción de espacios comunales como la lavandería y el comedor que anteriormente se habían entendido como parte del espacio privado individual. Los habitantes podrían disfrutar de las ventajas y el descanso que suponía relegar esas actividades a la vida común (Movilla y Espegel, 2013: 29).

Zona deportiva Parque para paseo y descanso de los adultos Zona de juego de los preescolares Zona de huertas

Se planteaba también la implantación de espacios destinados al descanso y la cultura. Los modelos de viviendas comunas primaban la educación y la cultura sobre el consumo, lo que suponía que debían ser proyectados espacios como bibliotecas, salas de lectura, jardines de infancia incluso espacios que promovieran nuevas interacciones entre las personas y definiendo así nuevas relaciones humanas (Movilla y Espegel, 2013: 29). La baja calidad de las propuestas presentadas al concurso hizo visible la necesidad de estudios rigurosos sobre la dom-komuna de definición que permitieran establecer un modelo certero y de calidad a la par que económico, ya que las propuestas seguían teniendo un coste elevado y seguían demasiado ancladas al modelo burgués. Este estudio y experimentación sería llevado a cabo por los arquitectos de la OSA10 que estaban comprometidos con el Estado como cliente y con la clase trabajadora frente al encargo de la minoría adinerada. La investigación tendría como premisas principales los avances tecnológicos, las restricciones económicas y las nuevas relaciones sociales del nuevo sistema (Movilla y Espegel, 2013: 29).

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El edificio a analizar es el modelo de comuna de los arquitectos Barshc y Vladimirov que fue fruto de este concurso. Análisis espacial

Figura 3. Axonometría de la propuesta de dom-kommuna elaborada por Barshch y Vladimirov. (Movilla y Espegel, 2013: Pág.47, Fig.18). Modificada.

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10 Organización de Arquitectos Contemporáneos.

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Edificio de adultos Edificio de los escolares Edificio de los preescolares Zona deportiva Parque para paseo y descanso de los adultos Zona de juego de los preescolares Zona de huertas

El edificio se proyectó con el propósito de albergar 1680 habitantes. La mayoría de sus habitantes serían adultos mayores de 16 años siendo este número de 1000 personas. 320 habitantes serían niños de edades comprendidas entre 8 y 16 años, y por último, 360 habitantes serían niños menores de 8 años. El número de adultos corresponde al cálculo que se estimó para el que una cocina mecanizada resultaría rentable, el resultado ascendió a 1000 servicios al día (Movilla, 2015: 245). La parcela elegida para la ubicación del complejo abarcaba 4,6 Has en las que la edificación suponía un 10% de la ocupación. Dicha edificación se asentaba en el entorno en forma de cruz dividiendo el espacio edificado en 3 sectores diferenciados pero interconectados. El edificio con orientación norte-sur era el edificio destinado a los adultos, transversal a este, en la zona oriental, se encontraba el edificio de los escolares y en la zona occidental se situaba el edificio destinado a los preescolares. La forma del edificio, además, divide la parcela en cuatro áreas diferentes tanto en superficie como en carácter (Figura 2) (Movilla, 2015: 245). En el sector noroeste se proyectó un parque destinado al descanso y el paseo de los adultos. La zona destinada a los preescolares se situaba en el sector suroeste en el cual se encontraba un gran espacio de juegos al aire libre. Las instalaciones deportivas se encontraban en el sector noroeste y el sector sureste se destinó a un conjunto de huertas en el que poder cultivar verduras y árboles frutales (Figura 3)(Movilla, 2015: 245).

Figura 4 . Secciones transversales del edificio para adultos, del edificio para niños en edad escolar y del edificio de los niños en edad preescolar. (Movilla, 2015: Pág. 244, Fig.251). Modificada.

El abastecimiento de la comunidad se producía desde el sector sureste a través de la planta sótano. En ese nivel se encontraban desde las despensas, neveras, almacenes, depósitos de combustibles y hasta la sala de calderas para la calefacción central. Los productos de consumo, como ropa limpia u otros objetos, se repartían por toda la casa a través de elevadores que también servían para la recogida de ropa sucia y de basura. Esta distribución se facilitaba gracias a la conexión de estos núcleos por medio de dos vías por las que circulaban vagonetas de transporte (Figura 4) (Movilla, 2015: 245). 15 0

10

20

40

60 m


Todos los edificios del conjunto estaban interconectados a través de pasarelas y corredores a través de la planta primera. Esta cohesión era fruto del esfuerzo que los arquitectos hicieron a la hora de diseñar el conjunto queriendo otorgarle cierta identidad a cada edificio y grupo de edad, y a la vez entendiendo el conjunto como un circuito cerrado e interconectado. Desde la planta primera se podía acceder a cualquier parte de la Casa Comuna, lo que le otorgaba una gran funcionalidad al conjunto. Aparte de las conexiones a través de la planta primera, también se producían conexiones puntuales entre otros edificios pero en estos casos eran más bien pasos auxiliares, ya que no estaban determinados por el programa como pasaba en las conexiones principales (Figura 5-7) (Movilla, 2015: 245-246). La Casa Comuna no se puede entender sin la importancia que suponía la cocina en todo el conjunto. Ubicada en planta baja de los edificios de adulto y de niños, la cocina daba servicio a todo el complejo, lo que justificaba su posición central. Era la única dependencia que ligaba físicamente dos bloques y suponía la conexión de los tres edificios debido a la actividad (Movilla, 2015: 246). En cuanto a la tipología residencial, Barshch y Vladimirov únicamente llegaron a proyectar un modelo de célula residencial para el edificio de adultos denominada tipo E-1. Los condicionantes seguidos para el diseño de este espacio fueron el de proyectarlo para un único habitante y una altura libre de la estancia de 2’50m (Movilla, 2015: 255).

Figura 5-7. Perspectivas interiores de la Casa Comuna, donde se pueden apreciar las galerías y dobles alturas. (Movilla, 2015: Pág. 244, Fig.252-257). Modificada.

16

Siguiendo el paradigma de pensamiento de la sociedad de la URSS, se optó por reducir el espacio privado al mínimo, por lo que la superficie de la célula habitacional era mínima, siendo estos valores de 6 m2 de superficie habitable y 3’71m de fondo útil. La estancia se dividió en dos partes, produciéndose esta separación por el núcleo húmedo que se encontraba en el centro. En uno de los laterales se encontraba todo el mobiliario y lo componían un armario, estantería y cama abatible para poder así ganar algo más de espacio. Dotaron también la habitación de una zona de estudio con una mesa. El núcleo húmedo constaba de una ducha por vivienda y un lavabo y un inodoro compartido cada dos


1

Vivienda nº1

2

Vivienda nº2

células. Las células estaban diseñadas de tal forma que pudieran unirse por cada dos en caso de necesidad (Figura 8)(Movilla, 2015: 255).

1

Núcleo húmedo central

5.1.2. Casa Colectiva de Sven Markelius y AlvaMyrdal, Estocolmo (1935). Contexto histórico

Zona compartida del núcleo húmedo

En la década de 1930 existía en Suecia un grave problema en relación con la vivienda. Se enfrentaban a una sobrepoblación urbana sumada a unas rentas demasiado altas, condiciones de vida muy precarias y un bajo índice de natalidad. Todos estos problemas fueron el motor para las nuevas iniciativas de vivienda sostenible que se llevaron a cabo desde las instituciones (Vaccarino, 2016: 2). Se llevó a cabo un censo nacional de viviendas que reflejó que la mitad de las viviendas 2 en Suecia consistían únicamente en una habitación y una cocina de entre 30 y 50 m2 en total para una familia con hijos, lo que significaba que toda la familia compartía la misma habitación (Vaccarino, 2016: 7). Esta problemática hizo que el gobierno movilizara a arquitectos y urbanistas para que llevaran a cabo la ideación y el diseño de modelos de viviendas alternativos a los existentes hasta la fecha. Surgen así las denominadas viviendas cooperativas, las cuales se consideraron como el modelo más rentable y funcional debido a los altos costes de la vivienda tradicional en aquella época. Este modelo permitió el acceso de familias de clase trabajadora a viviendas higiénicas y de calidad. Las iniciativas de programas de viviendas asequibles fueron uno de los motivos por los que en los años 30 Suecia se convirtió en un colaborador importante de la contemporaneidad en el contexto europeo y estadounidense de la arquitectura (Vaccarino, 2016: 2).

Unión cada 2 células

1

2

Figura 8. Axonometría y plantas de dos células habitacionales del tipo E-1. (Movilla, 2015: Pág. 252, Fig.265). Modificada.

Los dos proyectos más significativos de viviendas colectivas en Estocolmo fueron la Casa Colectiva (Figura 9) y Elfvinggarden (Figura 10). Sin embargo, estas edificaciones difieren de los primeros modelos de viviendas colectivas. Los dos proyectos se caracterizan por su diseño claramente influido por el Movimiento Moderno ya que fueron diseñadas por destacados arquitectos que se movían dentro de la vanguardia de 17


la Suecia que heredaba las prácticas de dicha tendencia. Ambos proyectos atendían a una clientela de clase media, en contraposición de los primeros proyectos que estaban únicamente destinados a la clase obrera. La Casa Colectiva y Elfvinggarden no solo proporcionaban servicios de guardería y comidas como en las primeras viviendas colectivas, estas también incluían servicios de limpieza y lavandería llevados a cabo por profesionales con la idea de liberar a aquellas familias en las que ambos padres estaban empleados (Vaccarino, 2016: 2).

Figura 9. Fachada de la Casa Colectiva de Sven Markelius y Alva Myrdal. (Pérez de Lama, 2017b).

Figura 10. Fachada de Elfvinggarden de Sven Backström y Leif Reinius. (Vaccarino, 2016: Pág. 36, Fig.3).

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Aunque ambos edificios fueron financiados y promovidos de una forma muy similar, se diferenciaban significativamente en ambiente y clientela. El proyecto que se analiza, la Casa Colectiva, fue diseñado y construido en Suecia en 1935 por el arquitecto Sven Markelius en colaboración con la erudita feminista y Premio Nobel de la Paz11 Alva Myrdal. La edificación se encuentra situada en el centro de Estocolmo y, como bien se explicaba con anterioridad, se dirigía a las familias de clase media. En contraposición, Elfvinggarden, se encuentra en Alvik, un distrito residencial en la parte occidental de la ciudad y estuvo destinado solo a mujeres solteras y de buena educación. El edificio fue diseñado y construido entre 1939 y 1940 por los arquitectos Sven Backström y Leif Reinius. Elfvinggarden fue la consecuencia del impulso que supuso la Casa Colectiva en materia de vivienda cooperativa. Los historiadores coinciden en que estos dos proyectos son claros ejemplos de un estilo de vida e ideología que iba destinado a la mejora de la sociedad y su forma de vida. Se conoce la Casa Colectiva como un trabajo de arquitectura que incorpora los valores del funcionalismo, eficiencia y minimalismo con los que tanto se experimentaba en la época. Además, la Casa Colectiva representaba un modelo de vivienda cooperativa que se elegía, ya que al estar destinado a clase media y no solo a la clase obrera, suponían que quienes vivían allí habían elegido ese modelo por interés en esa ideología y no estaban allí simplemente por necesidad por ser viviendas más asequibles, como pasaba en las primeras viviendas colectivas. Según la académica Eva Rudberg12, el proyecto representó un esfuerzo por mejorar la individualidad de sus habitantes, sobre 11 Alva Myrdal (1902-1986) fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 1982. 12 Eva Rudberg (nacida en 1944) es una arquitecta y autora sueca investigadora en el Centro de Arquitectura y Diseño de Estocolmo.


todo la de las mujeres que realizaban un trabajo remunerado fuera del hogar. La idea que prevalecía era la de crear una sensación de comunidad (Vaccarino, 2016: 3). No obstante, pese a los éxitos de muchos aspectos del modelo de la Casa Colectiva, y siendo este el ejemplo del que muchos arquitectos suecos se influenciaron para continuar desarrollando nuevos proyectos de viviendas colectivas, este no tuvo el éxito suficiente debido a que los apartamentos eran demasiado pequeños para las familias con hijos. Esta limitación fue provocada, en gran parte, por la implantación del edificio, ya que al estar situado en el centro de la ciudad las dimensiones tuvieron que ser reducidas. Esto sin embargo no pasó en Elfvinggarden, que al estar situado a las afueras de la ciudad, permitió ser más generoso con los espacios (Vaccarino, 2016: 7). Figura 11. Restaurante de la Casa Colectiva de Sven Markelius y Alva Myrdal. (Pérez de Lama, 2017b).

Análisis espacial La Casa Colectiva fue financiada con fondos privados, aunque inicialmente Myrdal y Markelius esperaban que el gobierno apoyara el proyecto. El proyecto incluía 57 pequeños apartamentos de un diseño elegante, de hecho, algunos de ellos podían ser usados como oficinas o estudios. Cabe destacar que Sven Markelius no solo diseñó la urbanización, si no que se mudó a ella y trabajó como personal de mantenimiento de forma extraoficial durante 30 años con la idea de comprobar que toda la comunidad funcionaba correctamente y demostrar su compromiso con las viviendas sociales (Hayden, 2002: 111). La Casa Colectiva fue un experimento social que tuvo una influencia significativa al entender la vivienda como un todo. Una de las premisas principales a la hora de diseñar el edificio fue la de liberar a las mujeres casadas trabajadoras, sobre todo si tenían hijos, de las tareas domésticas como la cocina, limpieza y cuidado de los niños. Esto se llevó a cabo proporcionando los servicios domésticos desde la propia comunidad. La urbanización incluía instalaciones comunes como la cocina 19


Restaurante Cocina central Despensas Centro de cuidados infantiles Pasillo central distribuidor

central y un restaurante (Figuras 11 y 12). En cuanto al personal que desarrollaba los servicios domésticos, se procedió al empleo de un personal común de forma que todos pudieran pagarlo. Markelius y Myrdal eran conscientes de la controversia que el proyecto podía ocasionar, ya que suponía un nuevo modelo de vida que podría no gustar a todos, de hecho, según Eva Rudberg, el proyecto tuvo más éxito entre los “intelectuales radicales” (Vaccarino, 2016: 10). La idea de hacer la Casa Colectiva asequible a todos era primordial para el proyecto. RestauranteUno de los servicios que consideraron primordial para liberar a las madres era el servicio de guardería (Figura 13). Contratar a Cocina central una cuidadora particular de niños suponía un esfuerzo económico alto Despensas por lo que Myrdal abogó por la necesidad de la implantación de una guardería comunitaria y por los servicios de limpieza (Vaccarino, 2016: Centro de cuidados infantiles 11). Pasillo central distribuidor

En1945, la revista estadounidense Life, publicó la Casa Colectiva y la sugirió como modelo a copiar para las viviendas americanas de modo que se facilitara la continuidad en el trabajo de las mujeres que querían continuar su carrera profesional tras la II Guerra Mundial. Sin embargo, otra desventaja del modelo fue que los residentes cuyos hijos ya habían crecido no deseaban abandonar la comunidad, por lo que nuevas familias no podían acceder a la edificación por falta de espacio. Esto supuso que el servicio de guarderías tuvo que acoger a niños de fuera de la comunidad para poder continuar como negocio y el restaurante dejó de ser tan rentable en el momento que abrieron nuevos negocios de comida más barata en los alrededores (Hayden, 2002: 111).

Figura 12. Planta baja de la Casa Colectiva de Sven Markelius y Alva Myrdal. (Hayden, 2002: Pág. 112, Fig. 4.9a). Modificada.

Myrdal intentó buscar un equilibrio entre la crianza y el trabajo para las mujeres y visibilizó cuestiones como cuál debía ser la relación correcta entre el trabajo y el matrimonio o cómo debía definirse el trabajo doméstico y cómo debía ser para encajar en el marco económico de la vida moderna (Vaccarino, 2016: 11). En cuanto a la morfología del edificio, se trata de un inmueble rectangular de 7 pisos y donde los 57 apartamentos se disponían a ambos lados del gran corredor central (Figura 14). Los apartamentos están en

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voladizo sobre una planta baja empotrada, que además, posee un sótano que contiene los servicios compartidos. Los pisos se hacen notorios en la fachada frontal por los balcones que sobresalen de la fachada haciendo con esta un ángulo de 20º. Existen grandes ventanales abiertos a los balcones, cada uno perteneciente a un apartamento, que tienen orientación sur para captar mejor el sol y que tienen vistas a un lago cercano. Todos los pisos eran de alquiler, lo que significa que lo inquilinos no eran dueños de la vivienda, sino que pertenecían a una empresa llamada Gumpel y Bengtsson. Los inquilinos pagaban una renta anual que incluía el alquiler de la vivienda, los costes del hogar y los servicios, incluido el comedor. La comida se servía diariamente en el restaurante que también estaba abierto al público exterior, o podían pedirse a la vivienda y era mandada a través de unos ascensores diseñados para este cometido (Vaccarino, 2016: 13). Figura 13. Guardería de la Casa Colectiva de Sven Markelius y Alva Myrdal (Pérez de Lama, 2017b).

Para el servicio de guardería, se contrató a los profesionales con mejor capacitación teórica y práctica para que cuidaran a los niños. Al lado de la guardería existía un dormitorio y una sala de trabajo para los niños en edad escolar (Vaccarino, 2016: 14). Los restaurantes se ubicaban en la parte sur de la comunidad, cerca de la entrada principal desde la calle. Los servicios tanto de comidas, guarderías como de tiendas eran accesibles tanto desde el interior como desde el exterior de la urbanización (Vaccarino, 2016: 16). Los residentes acceden a la planta baja desde los pisos usando un pequeño ascensor o una escalera de caracol ubicados en el núcleo del edificio. La planta baja del edificio se distribuye a través de estos núcleos facilitando así el recorrido de las madres que dejaban directamente a sus hijos en la guardería en su camino al trabajo (Vaccarino, 2016: 16).

Figura 14. Planta primera y tipo de los apartamentos de la Casa Colectiva de Sven Markelius y Alva Myrdal. (Hayden, 2002: Pág. 112, Fig. 4.9b).

En lo que respecta a las viviendas, existían diferentes tipologías de viviendas. En la planta superior se situaban los pisos individuales y del primer al quinto piso tenían el mismo diseño aunque cambiando las superficies. En general los tamaños eran: 15 o 18 m2; 34 o 38 m2; 43 o 45 m2; y 74 o 85 m2 (Figura 15). Los apartamentos más pequeños constan 21


de una habitación que incluye la cocina y el baño; los apartamentos más grandes tienen 7 habitaciones. Cada apartamento está conectado a la cocina central a través del elevador de alimentos que se mencionaba con anterioridad. Los apartamentos estaban provistos de las nuevas mejoras tecnológicas en materia de hogar. Cada apartamento contenía una cocina de gas, fregadero de acero inoxidable y nevera de manera que pudieran cocinar por sí mismo si no querían usar el servicio de comedor (Vaccarino, 2016: 17).

Figura 15. Interior de uno de los apartamentos de la Casa Colectiva de Sven Markelius y Alva Myrdal. Fotografía hecha en la exhibición de la inauguración del edificio. (Vaccarino, 2016: Pág. 42, Fig.14).

El criterio de diseño de las viviendas pretende enfatizar el mantenimiento de la privacidad. Aunque el edificio funcionase de una forma colectiva en cuanto a los servicios, los residentes podían decidir no comprometerse con los vecinos en los espacios comunes de la planta baja. Esto se favorecía por ejemplo con la opción de comer en la vivienda con la comida proporcionada de los ya mencionados elevadores o simplemente cocinando en la propia vivienda. Sin embargo, una de las críticas del modelo que fue surgiendo fue la referida al espacio de la cocina, ya que los residentes la encontraba algo pequeña y solo favorecía su uso individual en cualquier caso (Vaccarino, 2016: 18). Los apartamentos que tenían las superficies de 34/38 m2 y 43/45 m2, que estaban destinados a parejas o familias más pequeñas, tienen un diseño abierto de forma que la mayor parte del interior de este es un espacio continuo con pocas paredes que únicamente delimitan las habitaciones. En general, las únicas habitaciones definidas por 4 paredes son la cocina y los baños, que se componían de inodoro, bañera y lavabo. Las áreas de estar, el comedor y el dormitorio solían estar contenidos en una gran habitación, aunque el dormitorio se escondía parcialmente del resto de la vivienda. Esto se lograba colocando la cocina y el baño al lado de la entrada, creando el espacio para dormir al lado del baño en la esquina del apartamento y también a través de la fachada frontal que acentuaba la autonomía de la zona de dormir del resto de la vivienda (Vaccarino, 2016: 18). Los apartamentos que dan al patio trasero, las zonas privadas y públicas de la vivienda están claramente diferenciadas: el dormitorio y el salón son habitaciones separadas. En algunos de los pisos que dan a

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la calle, existe un armario de almacenamiento independiente que se ubica en el centro separando visualmente los diferentes espacios de vida de la vivienda. El armario actúa de pared independiente a la vez que de pequeño pasillo diferenciando el dormitorio de la sala de estar (Vaccarino, 2016: 19). En cuanto a los balcones, están diseñados de forma que garanticen la vista al lago cercano pero sin que se vean los balcones de los vecinos consiguiendo así mayor privacidad en la vivienda. Las múltiples prácticas que se llevaron a cabo a la hora del diseño de la Casa Colectiva expresan la intención del proyecto de alentar la vida colectiva a la vez que se preserva la intimidad e individualidad de los residentes (Vaccarino, 2016: 20). 5.2.

Discusión sobre los modelos

Los dos modelos surgen como respuesta a la problemática de la vivienda en sus respectivos contextos y situaciones. Ambas propuestas buscaban ser una alternativa a las viviendas existentes, las cuales eran de baja calidad, pequeñas, poco higiénicas o muy caras para la clase trabajadora. En ambos casos, la idea inicial estuvo promovida por el gobierno y las instituciones, aunque la Casa Colectiva estuvo finalmente financiada con fondos privados como se explica en el apartado anterior. Es importante recalcar que ambos ejemplos suponen modelos que buscaban promover cambios sociales buscando un cambio de mentalidad y de forma de vida. La mejora de la calidad de vida se hace visible como concepto de gran relevancia en ambos modelos que a su vez pretendían crear una sensación de comunidad. Es evidente que el contexto histórico al que pertenecen los modelos expuestos es muy diferente al actual, en particular la Casa Comuna, al pertenecer a un modelo de sociedad muy determinado como era el de la antigua Unión Soviética. Si bien hay conceptos a nivel de diseño que se pueden extrapolar hasta nuestros días, se entiende que hay otros que ya han sido absorbidos y asimilados por la sociedad occidental. En cualquier caso ambos conceptos son sugerentes a la hora de ser tratados.

En cuanto a los conceptos que se consideran asimilados por la sociedad occidental actual, podemos encontrar, en el caso sobretodo de la Casa Comuna, la proyección de elementos culturales y dotacionales como son las bibliotecas, salas de lectura, pistas deportivas, etc. Actualmente, son las instituciones las que se ocupan de abastecer los barrios de elementos dotacionales, ya que se obliga desde el planeamiento a incluir este tipo de edificios en los barrios de forma que cubran todas las necesidades de sus habitantes. Es cierto que esto no se cumple siempre de la misma forma en todos los municipios, barrios y distintas áreas, pero sí que se asume que las instituciones son las que prevén este tipo de espacios, por lo que no se plantea como necesaria la inclusión de estos espacios en los edificios residenciales. Lo mismo podríamos decir que ocurre con el servicio de guarderías por ejemplo. No obstante, las guarderías sí que son elementos dotacionales que se siguen demandando por parte de la sociedad, en este caso la española, que considera que no existen las suficientes para cubrir las necesidades de todas las familias. En el caso de la Casa Colectiva, resulta muy moderna la idea de que la guardería tenía que estar situada de forma que estuviera en el camino hacia el trabajo de los padres. Este concepto es extrapolable a la actualidad, ya que se está hablando y debatiendo mucho sobre la movilidad de los padres trabajadores, sobretodo de las madres, ya que estas dependen más del transporte público que los hombres. Es una reivindicación actual la que las guarderías y todo lo que tenga que ver con el cuidado de los niños facilite la movilidad de las madres que realizan un trabajo fuera del hogar. En cuanto al abastecimiento de bienes como ropa, alimentos u otros objetos que se producía en la Casa Comuna, sí que se podrían considerar que estarían algo obsoletos hoy en día, ya que el modelo de consumo ha cambiado radicalmente desde principios del siglo pasado hasta hoy. Igualmente, la mentalidad de la Unión Soviética tendía a reducir el ámbito privado al máximo, lo cual tampoco tendría cabida hoy en día en ciertos aspectos. Sin embargo, el modelo de la Casa Colectiva sí resulta bastante contemporáneo ya que en esta se buscaba favorecer la privacidad de la misma forma que se promovía un modelo comunitario y colaborativo. 23


Uno de los problemas comunes a los dos modelos fue también la escasez de espacio en los apartamentos. En el caso de la Casa Colectiva los habitantes encontraron las cocinas demasiado pequeñas restringiendo así su uso a una sola persona e incapacitando la simultaneidad de uso. Actualmente la tendencia a la hora de diseñar los espacios de cocina, comedor y salón suele ser la de ser generosos con los metros cuadrados que se le otorgan a estas estancias. Por lo tanto los modelos que se han expuesto como ejemplos estarían un poco anticuados en este sentido. Sin embargo, sí que se puede encontrar bastante actualidad en los diseños de los apartamentos de la Casa Colectiva en cuanto a que tendían a suprimir los tabiques y crear espacios más abiertos e interconectados, lo cual se lleva usando los últimos años a la hora de proyectar viviendas. En ambos proyectos se estableció como una de las premisas principales la de liberar a los padres, y en especial a las mujeres, de los trabajos domésticos para facilitarles la compatibilidad de la vida familiar con el trabajo fuera de casa. Se podría decir que esta idea incluía la socialización de los cuidados y ponía en valor el trabajo doméstico entendiéndolo como imprescindible para la sociedad sin invisibilizarlos. Volviendo a la idea inicial, resulta interesante como se buscaba el cambio social, entre otras medidas, a través de la arquitectura. Es además una idea que se sigue practicando y teniendo en consideración en nuestros días. La arquitectura se ha usado muchas veces como herramienta del cambio para intentar reparar o incentivar positivamente un entorno cuyo contexto es precario o crítico. Los arquitectos han jugado un papel muy importante en la evolución de las ciudades, no solo en cuanto al cambio formal como es la construcción y planificación urbanística, si no en lo que se refiere al progreso social. Por esto, en el presente trabajo se considera de gran importancia que el arquitecto se comprometa con el cambio social siendo consciente de la importancia que su papel juega en esta evolución. Es por tanto primordial que el arquitecto se forme en materia referida al proyecto o planificación que vaya a llevar a cabo. En el caso del género, es un concepto el cual no está lo suficientemente integrado en la mentalidad arquitectónica, 24

aunque sí es cierto que cada vez los profesionales son más conscientes de este aspecto y se va incluyendo poco a poco en la arquitectura y la planificación de las ciudades.


6.

ARQUITECTURA DE GÉNERO A NIVEL VIVIENDA EN EL S.XXI

6.1.

Ejemplos actuales

6.1.1. El modelo de planificación de Viena Origen

Figura 16. Viñeta cubana de los años 70 ironizando con las condiciones de vida y trabajo de las mujeres. (Pérez de Lama, 2017b).

Para entender el modelo de Planificación de Viena, es preciso exponer con anterioridad el concepto de “vida cotidiana”. Este concepto feminista de Nueva Vida Cotidiana fue creado por las mujeres escandinavas en 1979 a partir de la idea común de una vida futura más coherente. Esta idea se basa principalmente en los conceptos anteriormente tratados de trabajo reproductivo frente a trabajo productivo. En este sistema, contrariamente a lo que ocurre tradicionalmente en el sistema capitalista, la producción está al servicio del mundo de la reproducción. Esto supone poner en primer plano los trabajos destinados al cuidado de los niños y de las personas mayores. Bajo esta premisa, surge una sociedad en la que el trabajo se redefiniría y en la que el trabajo remunerado no estaría por encima del no remunerado, si no que se valorarían de igual forma. No sería necesario por lo tanto recurrir a estereotipos de género. Las mujeres, actualmente, siguen siendo las que se dedican a los trabajos de cuidados y, aunque cada vez hay más mujeres que realizan trabajos remunerados fuera del hogar, es una idea que sigue estando arraigada en nuestra sociedad y cultura. Las responsabilidades respectos a los cuidados se siguen relegando en la mujer, incluso aunque lleve a cabo otro trabajo asalariado, por lo que son las mujeres quienes sufren más el diseño inadecuado de barrios y servicios al intentar cumplir todas sus responsabilidades (Gilroy y Booth, 2004: 44). En los años 70 y 80, se abre en Viena el debate sobre el espacio público y privado en relación con las mujeres. Como se viene hablando anteriormente en el presente trabajo, el espacio urbano y público ha estado tradicionalmente dominado por los hombres y es a partir de esta premisa sobre la que se ocasionaron diversas discusiones en la ciudad 25


de Viena. Es a raíz de este debate por lo que surge un seminario sobre la forma en la que las mujeres entendían y vivían la ciudad. En 1991 se realiza una exposición sobre la vida diaria de las mujeres en la ciudad y sobre la pregunta de a quién pertenecen los espacios públicos. Surge la iniciativa de realizar un cuestionario sobre esto que obtuvo como resultado 4.000 respuestas en muchas de las cuales también se incluían ideas para efectuar cambios en su entorno y que eran importantes para ellas (Gilroy y Booth, 2004: 44). Las encuestas dejaron ver la diferencia de entendimiento que tenían las mujeres de la ciudad frente a las de las instituciones. Es por esto que, en 1992, se vio necesaria la creación de una Oficina para la Mujer denominada la Frauenbüro. La Frauenbüro fue capaz de incluir las ideas de las mujeres sobre planificación y diseño de modo que las políticas llevadas a cabo por parte del ayuntamiento de la ciudad tuvieran en cuenta las demandas de estas. Entre estas políticas, destacaba la de abordar las desventajas y discriminación que sufrían las mujeres, y que las cuestiones de estas fueran consideradas como acciones normales y de rutina dentro de cada departamento del ayuntamiento con la idea de generar una auténtica inclusión. En 1998 se crea la Oficina de Coordinación para la Planificación y la Construcción orientada a los requerimientos de la vida diaria y a las necesidades específicas de las mujeres y que sigue vigente en la actualidad (Gilroy y Booth, 2004: 45). Desde 2001, se incluyen en las instituciones los trabajos centrados en la transversalidad de género y se han planteado alrededor de 50 proyectos pilotos, hasta ahora, que tratan esta temática. La Oficina de Coordinación se establece en el nivel más alto de administración de la ciudad. Trabaja junto a 12 departamentos de planificación y tráfico combinando requerimientos técnicos con habilidades sociales (Irschik, 2009). En cuanto al ámbito de la planificación en la ciudad de Viena, ha estado tradicionalmente centrada en lo referido al ámbito laboral y al tiempo de ocio. La planificación sensible al género se entiende como una extensión fundamental y trata temas esenciales como son las tareas domésticas, la sensación de seguridad en las calles, los modelos 26

de movilidad, etc. (Irschik, 2009). En cuanto al ámbito de actuación se establecen diferentes categorías: -

La vivienda con perspectiva de género

- El diseño de parking y zonas de juego con perspectiva de géne ro -

La seguridad en el espacio público

- La planificación del tráfico y el transporte con enfoque de género -

La edificación pública con perspectiva de género

-

El desarrollo urbano con perspectiva de género

Todo esto se traduce en la dirección de investigaciones, evaluaciones y proyectos pilotos, la preparación de listas de comprobación y recomendaciones de planificación, etc. Es importante destacar que todas estas iniciativas y acciones han sido por y para las mujeres, poniendo en primer plano a las urbanistas y arquitectas que han llevado y llevan a cabo esta labor de progreso e inclusión de la mujer tanto en el ámbito laboral como en el de la vida cotidiana. En cuanto a la vivienda con perspectiva de género, en 1997 se llevó a cabo el proyecto denominado Frauen-Werk-Stadt I y al que le siguieron en 2004 Frauen-Werk-Stadt II y en 2010 Frauen-Werk-Stadt III. El proyecto-piloto Frauen-Werk-Stadt El proyecto se llevó a cabo en un terreno urbanizable en la zona norte de Viena que contaba con 2,3 hectáreas de extensión (Figura 17). El proceso que se siguió para la construcción del proyecto fue diferente al habitual, ya que al ser un proyecto gestionado íntegramente por mujeres, decidieron cambiar el procedimiento. En lugar de elegir a un constructor, se decidió, aplicando la selección positiva, elegir a


la única cooperativa de construcción del país que estaba gestionada por una mujer. De la misma forma, para el proyecto, solo se eligieron funcionarias. Al margen del debate sobre si es o no ingenuo pensar que solo las mujeres pueden trabajar para las mujeres, este proceso de selección positiva tenía como objetivo la puesta en valor de los conocimientos de la mujer en el ámbito laboral así como crear un modelo que sirviera de ejemplo (Gilroy y Booth, 2004: 45).

Figura 17. Vista aérea del conjunto Frauen-Werk-Stadt. (Irschik, 2009).

A la hora de establecer los criterios de diseño para la urbanización, la Frauenbüro tuvo en cuenta los resultados obtenidos en las encuestas y en el seminario realizado previamente cuyo criterio fundamental era la necesidad de las mujeres y de la vida cotidiana. Desde el Colegio de Arquitectos se llevó a cabo la difusión de información y de cuestionarios para la captación de arquitectas que estuvieran interesadas en formar parte del proyecto. En 1995 se realizó un concurso de ideas convocado por la Frauenbüro en el que se invitó a 8 arquitectas para que presentaran propuestas de la urbanización y las viviendas. El jurado, que estuvo formado únicamente por mujeres, falló el concurso a favor de la propuesta de Franziska Ullman y su equipo, compuesto por otras tres arquitectas: Gisela Podreka, Else Prochazka y Liselotte Peretti. El jurado consideró como punto a favor la variedad de viviendas que poseía el conjunto, la sensibilidad en el diseño de los espacios abiertos y la clara perspectiva de género que estaba presente en todo el diseño de la urbanización. (Gilroy y Booth, 2004: 45). Criterios de diseño Como en todo concurso, el pliego de condiciones establecía una serie de principios a la hora de diseñar los espacios que debían cumplirse. Estos principios, aunque tuvieran un origen ligado a las mujeres, suponían también una mejora en la calidad de vida tanto de los hombres como de los niños (Gilroy y Booth, 2004: 45). FLEXIBILIDAD ESPACIAL Uno de los criterios de diseño más importantes se basaba en el concepto del cambio. La vida es continuo cambio, por lo que los espa27


cios debían amoldarse a las distintas fases. Los pisos serían flexibles para adaptarse a los cambios y las etapas de la vida, pero sin que el modelo habitacional perdiera calidad. Debían ser prácticos y cubrir las necesidades de cada familia (Gilroy y Booth, 2004: 46).

Habitación de adultos Habitación de adolescentes Habitación de niños Habitación de bebés Habitación auxiliar Cocina y comedor

Figura 18*

* En este caso, al ser una tipología de vivienda destinada a 1 habitante únicamente, el dormitorio estaría incluido en el espacio de la cocina-comdedor-salón. Figuras 18-21. Tipologías de viviendas del proyecto Frauen-Werk-Stadt. (Irschik, 2009). Modificada.

Figura 19

28

Figura 21

Figura 20

Tradicionalmente, los criterios de diseño que se siguen para proyectar los espacios interiores de una vivienda corresponden a una jerarquía social y espacial que se hace visible sobre todo en los dormitorios. Normalmente, el dormitorio principal es notoriamente más grande que los demás dormitorios, que en principio estarían destinados a los niños. Esto realmente no funciona a medida que pasa el tiempo y los niños crecen, ya que limita mucho los objetos que se pueden introducir en la estancia. Sí es verdad que la condición de los menores ha mejorado y su posición en la familia también -ya que actualmente suele haber un dormitorio para cada niño- el espacio sigue restringiendo mucho el uso que se le da a dicha estancia (Gilroy y Booth, 2004: 46). En la planimetría de las diferentes tipologías se aprecia claramente como la superficie y geometría de todas las habitaciones son iguales en todos los casos. La cocina es el espacio central como se mencionaba con anterioridad. Las tipología varían dependiendo de el número de habitantes y de la condición de estos. Existe una tipología más diáfana destinada a un único habitante o a una pareja (Figura 18*), donde los espacios de habitación-cocina-comedor-estar suponen un único espacio común. A medida que el número de habitantes de la familia crece, aumenta el número de estancias individuales. Dependiendo de la edad de los niños, las habitaciones están separadas o son un espacio común para ellos (Figura 19). En el caso de la tipología destinada a una pareja con bebés, se añade una habitación auxiliar (Figura 25). Se ve también como en ciertas tipologías existe una habitación para la madre y otra para el padre, condeciéndoles así más privacidad y espacio individual (Figuras 20 y 23). Este principio de flexibilidad también se aplicó a los espacios exteriores, donde se proyectaron espacios destinados a usos sociales que se usarían para diversos fines y actividades. Se consideró de gran importancia que hubiera numerosos espacios libres que fueran accesibles


para todos los grupos sociales, ya fueran jóvenes, ancianos, hombres, mujeres, etc. Estos principios respondían claramente al concepto de vida cotidiana y de comunidad equilibrada que se pretendía desde el inicio del proyecto, satisfaciendo así las necesidades de todos los individuos y cuyo diseño sirviera para crear una comunidad inclusiva (Gilroy y Booth, 2004: 46).

Habitación de adultos Habitación de adolescentes Habitación de niños Habitación de bebés

OPORTUNIDADES DE INTERACCIÓN

Habitación auxiliar Cocina y comedor Figura 22 Figuras 22-24. Tipologías de viviendas del proyecto Frauen-Werk-Stadt. (Irschik, 2009). Modificada.

Figura 23

En el diseño actual de edificios de vivienda plurifamiliar se suele primar más la idea de la intimidad que la de crear interacciones entre los vecinos. Sin embargo, en Frauen-Werk-Stadt, se buscó fomentar desde el diseño la convivencia vecinal que entienden es importante para el desarrollo de la comunidad. Es por esto que, a los espacios comunes, se les conceden bastantes metros e inciten a las personas a hacer una pausa. La idea es que los vecinos no vean las zonas comunes como simples espacios de tránsito, si no que estos espacios inviten a la convivencia para que estos pasen el rato y se comuniquen entre ellos. El objetivo final es el de crear un espacio social que fomente las relaciones vecinales y para conseguirlo se disponen una media de cuatro viviendas por piso que facilitan el hecho de conocer a la gente que vive alrededor (Gilroy y Booth, 2004: 46). En cuanto a la mujer, estos principios de interacción vecinal suponen más que una simple convivencia. Estos encuentros facilitan el intercambio de bienes y servicios e incluso la posibilidad de encontrar trabajo. Además, crear relación con un círculo más amplio que el propio núcleo familiar facilita el reconocimiento de posibles casos de violencia de género para poder actuar ante ellos. Es necesario resaltar la importancia de estas nuevas relaciones en cuanto a la violencia de género, ya que es más complicado detectarla si la víctima solo interactúa con los miembros de la familia y en el interior de la vivienda particular, como sucede habitualmente (Gilroy y Booth, 2004: 46). CONEXIONES ENTRE LAS VIVIENDAS

Figura 25

Figura 24

Existen espacios comunes de paso cubiertos que responden, en parte, 29


a las condiciones climáticas en este caso de Austria. Esto facilita el contacto social entre los vecinos haga el tiempo que haga. Estos espacios conectan el exterior y el interior del edificio, entre el piso, la escalera, la galería, los patios, etc (Gilroy y Booth, 2004: 46). SERVICIOS COMUNITARIOS

Figuras 26. Espacio comunitario interior para el juego de los niños del proyecto Frauen-Werk-Stadt. (https://www.wien.gv.at/stadtentwicklung/alltagundfrauen/wohnbau.html). Modificada.

El proyecto está pensado bajo la idea de la vida cotidiana, por lo que es necesario cubrir las necesidades del día a día. El proyecto debía incluir espacios destinados a tiendas para satisfacer la demanda de los vecinos de la comunidad, un dispensario médico, un centro de aprendizaje destinado a mujeres que se hayan vuelto a incorporar al trabajo tras la crianza de los niños, un centro de comunicación y una comisaría local. Es notable como en el proyecto siempre está presente la idea de inclusión de la mujer en la vida cotidiana de una forma que vaya más allá de los cuidados, formándola y empoderándola para el día a día. El propio nombre “Frauen-Werk-Stadt” incluye en su significado la relación entre mujeres, trabajo remunerado, responsabilidades asistenciales y domésticas, y micro-entorno (Gilroy y Booth, 2004: 46). LA IMPORTANCIA DEL JUEGO Existen diversos espacios para el juego de los niños de tamaños y densidades adecuados para que puedan jugar de forma segura fuera de casa (Figuras 26 y 27). Se pone en valor la importancia de estos espacios que a menudo quedan en segundo plano. Esto, además, facilita las tareas de cuidados en las que la sociedad incluye a las mujeres (Gilroy y Booth, 2004: 46). LA SEGURIDAD

Figuras 27. Espacio comunitario interior para el juego de los niños del proyecto Frauen-Werk-Stadt. (https://thelongandshort.org/cities/ gender-design-cities). Modificada.

30

El tema de la seguridad es muy recurrente siempre que se habla de urbanismo de género y del diseño de viviendas desde el género. Es, además, un tema que se podría decir que está a la orden del día, ya que desde el movimiento feminista se reivindican continuamente espacios seguros para las mujeres. Es un hecho que las calles y en general las ciudades, resultan más inseguras para las mujeres que para los hombre


y así lo reconocen las estadísticas. Por lo tanto, no es de extrañar que en Frauen-Werk-Stadt se diera gran importancia a este aspecto.

Figuras 28. Espacios exteriores visibles desde las zonas privadas tanto para favorecer el cuidado de los niños como para crear sensación de seguridad general. (https://undiaunaarquitecta.wordpress.com/2015/08/16/franziska-ullmann-1950/).

Se siguen criterios de diseño que hagan la urbanización segura, como son por ejemplo las distancias cortas o las rutas, vestíbulos y zonas de escaleras abiertas a la vista de todos (Figura 28 y 29). Se planifican los garajes de forma que no creen sensación de miedo. Otro aspecto importante es la luz. El espacio que pertenece a las escaleras es transparente y está bien iluminado para evitar la sensación de inseguridad. Este aspecto que parece simple es más complejo de lo que parece. Según Rose Gilroy y Chris Booth “Las mujeres dominan el miedo en gran medida por previsión, y eso puede ser realista en lo que concierne a evitar ciertos caminos o espacios públicos, o, en menor medida, transporte público inseguro. No obstante, dado el acceso frecuentemente desigual de las mujeres a la vivienda, muchas tienen menor oportunidades de elegir dónde van vivir. Un diseño que sea sensible al miedo a la delincuencia es, por tanto, de la máxima importancia a la hora de pensar nuevos proyectos de construcción de viviendas. Hay amplia literatura sobre la influencia de los malos diseños en la generación de delincuencia y de un comportamiento antisocial, y su posible contrario, a saber, que un diseño bien pensado puede prevenir tales situaciones. […] Es posible que la combinación de buenos diseños en Frauen-WerkStadt derivada de la profunda implicación de las mujeres (aunque no de los propios habitantes) cree mayor sensación de seguridad que cada elemento por su cuenta.” (Gilroy y Booth, 2004: 46). UTILIZACIÓN DE ESPACIOS ACCESORIOS El edificio posee espacios de guardado para elementos cotidianos como las bicicletas o los coche de niño en zonas de fácil acceso, al igual que la lavandería comunitaria. Existe también bajo los edificios de los apartamentos un garaje al que se accede desde la escalera de cada edificio. Las plazas de aparcamiento que no estén siendo utilizadas pueden ser destinadas a otras actividades como locales de ocio (Gilroy y Booth, 2004: 46).

31


ESPACIOS COMUNES DENTRO DE LA VIVIENDA PARTICULAR Las cocinas son el lugar central de la vivienda ya que son la estancia de mayor importancia en lo que se refiere al trabajo doméstico. Se le otorga una gran espacialidad al conjunto de cocina-comedor-salón que compone una habitación única. En todos los apartamentos, estas estancias, están provistas de luz y ventilación natural a través de las ventanas las cuales están orientadas al terreno común o la calle. De esta forma, es más fácil vigilar a los niños en las zonas de juegos exteriores desde las zonas de mayor uso de la vivienda. Transmite tranquilidad la idea de que tanto los propios padres como el resto de vecinos estén controlando a los niños jugando mientras pueden realizar otras tareas en el interior de la vivienda (Gilroy y Booth, 2004: 46). Instalaciones comunitarias Figuras 29. Zonas de tránsito transparentes para favorecer la sensación de seguridad en el proyecto Frauen-Werk-Stadt. (http://masqueunacasa.org/es/experiencias/frauen-werk-stadt-viena-austria). Modificada.

Se consideró necesaria la creación de una guardería dentro de la urbanización para facilitar todo lo referido a la maternidad y paternidad de los vecinos. Esta idea ha sido un existo rotundo por varios motivos. Por un lado a favorecido el encuentro de las madres de la comunidad entre ellas de forma que han ido organizando redes de apoyo entre ellas. Por otro lado, gracias a las facilidades que tener la guardería dentro de la comunidad conlleva, muchas familias han tomado la decisión de mudarse a Frauen-Werk-Stadt para poder acceder a este servicio, lo que ha generado que la demanda sea superior a la oferta (Gilroy y Booth, 2004: 47). En Viena existe un problema respecto a los centros para menos de 3 años. Esta falta evidente de guarderías se ha puesto de manifiesto ya que limita la reincorporación de las madres a la vida laboral. El servicio de guardería de Frauen-Werk-Stadt supuso una mejora importante en la calidad de vida de las madres y en general de los miembros de la comunidad que pretendía combinarse con el centro de formación para mujeres. Desgraciadamente el centro de formación no llegó a materializarse nunca debido a problemas respecto a la normas de planificación y a la dificultad de recursos económicos. La creación de las tien-

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das dentro de la comunidad tampoco llegó a desarrollarse tal como estaba proyectado, aunque sí existe un supermercado en la acera de enfrente que forma parte de otro proyecto (la Ciudad Compacta). No obstante, Frauen-Werk-Stadt ha servido como ejemplo de diseño sensible al género ya que muchas de las necesidades de la vida cotidiana han sido cubiertas. La utilización de métodos incluyentes y la aplicación de la idea de comunidad culminaron con éxito siendo el proyecto referente para futuras construcciones y de ideas a la hora de hacer ciudad. En la actualidad es habitual en Viena tener en cuenta la perspectiva de género a la hora de planificar la ciudad y sus espacios lo cual ayuda a crear un entorno más funcional, no solo para las mujeres, sino para todos los miembros de la sociedad (Gilroy y Booth, 2004: 47-48). 6.1.2. La casa sin género de Col•lectiu Punt 6 Atendiendo a la cuestión referida a los roles de género en relación a la vivienda, Col•lectiu Punt 6 lanza una reflexión que se traduce en un taller donde se pensará de forma colectiva cómo influye la configuración del espacio domésticos en las personas que lo viven y en las actividades que llevan a cabo dentro de él. Col•lectiu Punt 6 es una cooperativa catalana que trabaja la arquitectura y el urbanismo desde la perspectiva de género. Para su metodología de trabajo consideran primordial la participación como elemento indispensable y fundamental del proyecto, así como la sostenibilidad como criterio esencial para el desarrollo. Su visión inclusiva de la arquitectura y el urbanismo les lleva a reflexionar sobre ello desde la perspectiva de género poniendo en práctica dichas reflexiones tanto a nivel de ciudad como de vivienda en diversos ámbitos: participación, cooperación, formación, reivindicación e investigación. El taller denominado La casa sin género es un proyecto que Col•lectiu Punt6 ha elaborado conjuntamente con el Laboratorio de la Vivienda del Siglo XXI de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC). El taller ha tenido 10 ediciones y según explica Marta Fonseca –arquitecta de la cooperativa Col•lectiu Punt 6- “No es un taller de diseño, ni de elabo-

ración o aplicación de herramientas técnicas para solucionar la vivienda. Propone la incorporación de un parámetro necesario en el ámbito académico, para desvelar que en la forma de abordar el proyecto de la vivienda, las relaciones entre las personas y los lugares donde habitan, se han ido sistematizando en formulas falsamente neutras, sin atributos.” (Fonseca, 2014: 84). Desde el taller se pretende visibilizar la influencia que tiene el género desde su construcción social y cultural respecto a la forma en que se usa y se proyecta la vivienda. Se ponen en cuestión y se critican los modelos estandarizados y normativos de las viviendas y los roles de género que la sociedad asigna a las personas. Es una realidad que vivimos en una sociedad que sigue siendo fundamentalmente androcéntrica13, lo que significa que la academia y la forma de proponer las viviendas siguen simplificando las relaciones entre las personas y tu entorno. Fonseca afirma que “Los modelos de vivienda tienden por ejemplo a: esquematizar las actividades en su interior, menospreciar los ciclos vitales, obviar las circunstancias temporales, abolir los espacios que acompañan el trabajo doméstico incluso no tienen en cuenta las aspiraciones y contingencias personales, etc.” (Fonseca, 2014: 84). Se entiende como necesaria la introducción del género en el diseño de la vivienda y desde el taller se crean propuestas partiendo de esta premisa que se llevan a cabo desde un planteamiento colectivo, abierto y donde las conclusiones no son únicas ni cerradas (Fonseca, 2014: 84). Para la realización del taller se han establecidos varios objetivos. Fonseca explica que “Una finalidad ha sido dar lugar a especulaciones que permitan leer en los modelos de vivienda la influencia de los roles de género en su configuración, en las relaciones que se dan entre las actividades o su influencia en el ámbito próximo de los espacios urbanos. La segunda ha sido aprender a indagar, a hacer preguntas para deshacer el concepto socio-espacial de funcionamiento único. Y la tercera, incorporar el conocimiento empírico que tenemos de los lugares donde vivimos para visibilizar las relaciones de género cambiantes de 13 El androcentrismo hace referencia a la práctica, consciente o no, de otorgar al varón y a su punto de vista una posición central en el mundo, las sociedades, la cultura y la historia.

33


la sociedad y la época histórica que vivimos. En definitiva, la casa sin género aporta al proceso proyectual de la vivienda, una reflexión sobre el concepto socio-cultural-espacial para adecuarla a las necesidades de las personas y del lugar donde se inscribe.” (Fonseca, 2014: 84). Los ejercicios del taller trabajan 3 partes fundamentalmente: la introspección, el análisis y la discusión. En primer lugar, la introspección supone la puesta en valor de las experiencias personales, los recuerdos y las percepciones. Los argumentos obtenidos de las reflexiones y discusiones serán fundamentales a la hora de establecer argumentos que sirvan para desarrollar las distintas propuestas. El taller, además, se desarrolla en torno a 4 preguntas surgidas de las reflexiones anteriormente expuestas (Fonseca, 2014: 85). La primera pregunta que se plantea es la de si la construcción de género asigna espacios a mujeres y hombres. Como se explicaba en la introducción del presente trabajo, la sociedad androcéntrica entiende como espacio principal y exterior el espacio público cuya pertenencia reside en el hombre. Es el lugar donde se produce la vida pública y donde se toman las decisiones importantes para la sociedad. En cambio, se entiende como secundario el espacio referido al ámbito doméstico otorgado en este caso a la mujer de la misma sociedad (Fonseca, 2014: 85). En este aspecto, el taller no solo aborda reflexiones referidas al interior de la vivienda, si no que se entiende como necesaria la reflexión en cuanto a los espacios intermedios entre el interior y el ámbito urbano público. Esto supone la puesta en valor de las relaciones que se producen en el vecindario y la cotidianidad de las personas (Fonseca, 2014: 85).

Figuras 30. Dibujos del taller La casa sin género de Col·lectiu Punt 6. (https://caixaforum.es/ tarragona/fichaactividad?entryId=221997).

34

Otro de los aspectos a criticar es el rango de importancia de los espacios en el interior de la vivienda. Ya se comentaba en el anterior apartado sobre la planificación de Viena, que el tamaño de los espacios dentro de la vivienda suele responder a una jerarquización que se hace visible en la distribución y en el tamaño de las estancias de la


vivienda. Tradicionalmente se asocia al padre pasando más tiempo en el salón descansando, espacio muy amplio, y a la madre en la cocina, espacio que suele ser más reducido que el del salón. Estas actitudes se reflejan también en la disminución de tamaño que se le concede a los espacios de trabajo doméstico como puede ser la desaparición del lavadero (Fonseca, 2014: 85). La segunda pregunta expuesta es si las relaciones de géneros estereotipan actividades y espacios domésticos. Los espacios se han ido especializando para cubrir las necesidades básicas como son comer, lavarse o dormir. De esta forma, se han ido estereotipando los espacios donde se llevan a cabo estas actividades y la casa se compone de piezas muy específicas referidas a los usos: habitación, baño, cocina y estar-comedor. Además, no se ha replanteado la vivienda desde quienes la proponen, la promueven o la usan. Es por esto que, el taller busca alternativas que promuevan cambios en la vivienda y en su entorno (Fonseca, 2014: 88). Algunas de las medidas planteadas son: - La incorporación de nuevos grupos de convivencia fuera del núcleo familiar patriarcal para establecer nuevas relaciones. - Tener en cuenta diferentes patrones de temporalidad y atender a los ciclos vitales, lo que se traduce en una mayor flexibilidad de los espacios de la vivienda. -

Añadir espacios para la realización del trabajo remunerado.

- Añadir lugares de almacenaje para objetos de distintos tamaños tanto de uso individual como compartido. - Dar lugar a cambios de comportamientos para que las tareas individuales puedan realizarse de forma colectiva. Figuras 31. Dibujos del taller La casa sin género de Col·lectiu Punt 6. (https://caixaforum.es/tarragona/fichaactividad?entryId=221997).

- neo.

Compartimentar las partes del baño para permitir su uso simultá35


- Flexibilizar los pasillos para que tengan otros usos y no sean simples espacios de tránsito. La tercera pregunta planteada en el taller pretende responder a si en las relaciones de género se menosprecia el trabajo destinado a los cuidados. Sobre esto, no podemos perder de vista que el discurso patriarcal que sigue vigente en nuestra sociedad subestima los trabajos destinados a los cuidados (Fonseca, 2014: 88). El modelo patriarcal dentro del capitalismo antepone en nuestra economía el trabajo productivo al reproductivo ya que, como su propio nombre indica, es el primero el que genera beneficios económicos.

Figuras 32. Ejercicio: Cartel. Máster Laboratorio Vivienda s.XXI, ETSAB 2008-09. Elaborado por Renata Fragoso Coradin, estudiante. (Fonseca, 2014: Pág. 86, Fig.2 ).

En el año 1995 en Cataluña, según las estadísticas, las mujeres entre 25 y 50 años que realizaban trabajo productivo suponían un 65% frente al 95% de los hombres. En cambio, entre los jóvenes de entre 20 y 24 años la tasa estaba mucho más equilibrada siendo incluso la de las mujeres un poco mayor: 69,8% mujeres frente al 69,2% de los hombres. Sin embargo, el porcentaje en cuanto a quién realiza las tareas del hogar seguía estando muy descompensado ya que en el 61,34% de los casos, según respuestas de los dos miembros que componen el núcleo del hogar, las tareas domésticas eran realizadas por mujeres. Es evidente que las cosas han cambiado, aunque no lo suficiente. Las generaciones más jóvenes realizan más trabajo compartido igualitariamente que las parejas más mayores, además, en general, cuanto más nivel de estudios tiene el hombre más comparte el trabajo doméstico con su pareja. No obstante, la media del trabajo doméstico sigue siendo muy desigual ya que las mujeres realizan el trabajo en el 72,1% de los casos frente al 22,7% en los hombres. Esta división del trabajo ha influido en el diseño del hogar y en su desarrollo (Muxí, 2009: 8). Los trabajos domésticos y reproductivos merecen especial atención ya que, aunque no son remunerados, consumen tiempo, dedicación y son imprescindibles para la sociedad. Estos trabajos que se realizan, habitualmente, en el interior doméstico, pertenecen al rol femenino establecido en nuestra sociedad y se tiende a invisibilizarlos. Además, normalmente son trabajos que se realizan de forma individual, que como

36


bien indica Marta Fonseca “[…] tienen recorridos poco eficientes, no se consideran tareas gratas y se han ido desarticulando de actividades afines o funciones similares en el interior y en el entorno próximo de la vivienda.” (Fonseca, 2014: 88).

DISTRIBUCIÓN DEL ALMACENAJE Vivienda Tipo A Superficie de almacenaje: 6 m2

En lo que se refiere a este tipo de trabajos, en el taller se reflexiona sobre los espacios en los que estas actividades se llevan a cabo. Surge que “lavar y secar la ropa es tarea de máquinas vinculadas a la ubicación de instalaciones, aunque las condiciones medioambientales proporcionen otras alternativas; planchar es un mueble ambulante, una tarea anticuada antes que un beneficio saludable y mimoso; cocinar, con todas las labores y necesidades que conlleva, se propone en espacios de dimensiones reducidas y desarticulados de otras actividades de convivencia; coser es tarea portátil sino directamente una tarea externalizada, etc.” (Fonseca, 2014: 88). ? altres

estris cuina

menjar

gran format

? roba de vestir

neteja casa/roba

roba blanca

?

El taller determina la importancia de dar visibilidad a estos trabajos que además serviría para enriquecer, no solo la vida cotidiana de las personas que los realizan, sino las condiciones espaciales de la vivienda, haciéndolas más funcionales e inclusivas (Fonseca, 2014: 88). Por último, la cuarta pregunta hecha en el taller es si la falta de perspectiva de género desarticula las necesidades cotidianas. En respuesta a esta pregunta Fonseca aclara que “El taller no propone formas nuevas de habitar, trabaja con la mirada, la observación, la percepción, el análisis, es decir, propone incorporar la experiencia como conocimiento para promover la intervención de usuarias y usuarios en el desarrollo de las viviendas. Se trata de poner en primer plano las vivencias pasadas, las contingencias actuales y las aspiraciones, que plantean los lugares donde vivir en consonancia con la sociedad y la época actual.” (Fonseca, 2014: 88).

PROPUESTA DE APLICACIÓN DE LAS RECOMENDACIONES en la vivienda Tipo B Superficie de almacenaje: 7 m2

6.1.3. Recomanacions per a un habitatge no jeràrquic ni androcèntric de Zaida Muxí

Figuras 33. Opciones de almacenaje. (Muxí, 2009: Pág. 31). Modificada.

El taller de Col•lectiu Punt 6, se basa, en gran parte, en la base 37


UTILIZACIÓN DE LA COCINA Vivienda Tipo A Cocina multipesonal: No Relación cocina-comedor: Sí (única posibilidad)

PROPUESTA DE APLICACIÓN DE LAS RECOMENDACIONES en la vivienda Tipo A Cocina multipesonal: Sí Relación cocina-comedor: Opcional

teórica que Zaida Muxí –arquitecta, profesora de la ETSAB-UPC y codirectora del Laboratorio de Vivienda Sostenible- expone en su publicación Recomanacions per a un habitatge no jeràrquic ni androcèntric (Recomendaciones para una vivienda no jerárquica ni androcéntrica). La publicación también recoge aportaciones del taller. En dicha publicación, Muxí se plantea la pregunta de si los espacios se han proyectado alguna vez desde la mirada y la vivencia de las mujeres. Por lo tanto, presentan una serie de indicaciones que responden a cuestiones planteadas desde la perspectiva de las mujeres como responsables sociales y culturales de la esfera reproductiva. No se pretende formalizar unos modelos cerrados, sino que, al igual que en el taller, se sientan unas bases que posibiliten la reflexión de nuevas tipologías y actitudes (Muxí, 2009: 17). En el trabajo de Muxí, al igual que en La casa sin género, se establecen varias premisas que deben ponerse en cuestión a la hora de repensar los espacios de la vivienda. Por un lado, los usos que hay dentro del hogar y los espacios e este no deben ser cerrados para reflexionar sobre qué necesidades específicas existen en la cotidianidad de cada individuo y dónde y quiénes se realizan estas actividades. Sería un error considerar los espacios de las tareas del hogar como espacios individuales y cerrados, ya que el objetivo es crear una vivienda más inclusiva. La modificación de la distribución de los espacios de la vivienda podría favorecer al cambio de hábitos y a la visibilización de los trabajos domésticos. Para ellos, una opción certera podría ser la de abrir la cocina a otros espacios como puede ser el salón-comedor, lo que actualmente se está poniendo bastante en práctica, y de esta manera hacer visible este trabajo y hacer a quien lo realiza partícipe de otras actividades y situaciones de la vivienda. Es importante no recluir a la persona que realiza las tareas que se llevan a cabo en la cocina ya que suele pasar más tiempo en esta estancia que en otras, por lo que se entiende la necesidad de conceder especial atención a este espacio (Muxí, 2009: 17). En cuanto al edificio, Muxí plantea varios criterios de diseño:

Figuras 34. Utilización de la cocina. (Muxí, 2009: Pág. 34). Modificada.

38

-

Romper con los límites de interior-exterior. Es necesario que exis-


ALTERNATIVAS DE DISTRIBUCIÓN DE LAS HABITACIONES SEGÚN LA ABERTURA DE LOS ARMARIOS Vivienda Tipo A

tan espacios de tránsito entre el espacio exterior público y el interior privado de la vivienda. Al igual que en el taller, se considera que estos espacios favorecerán la redes de relaciones personales y sociales. - Para garantizar la seguridad, es importante la visibilidad desde las viviendas a los espacios comunitarios e intermedios. También deben estar bien iluminados y ser visibles los espacios comunitarios y las escaleras, que, a su vez, servirían de espacios de juegos para los niños, no solo como simples espacios de tránsito. El factor de la iluminación también debe estar presente en los garajes. - En cuanto a la sostenibilidad, deben favorecerse el uso de energías renovables y la presencia de elementos naturales que proyecten sombra.

x2 sup. <10m

2 relación cama/mesa

el armario no abre

espacio insuficiente no hay opciones de uso

x1 sup. <10m

2

espacio individual d

d

sí hay opciones de uso

d

Figuras 35. Utilización de la cocina. (Muxí, 2009: Pág. 35). Modificada.

- En relación con la flexibilidad de espacios y la interacción vecinal, es importante proyectar espacios para otros usos que no sean solo la vivienda con el fin de crear otros usos compatibles dentro de la comunidad. Por ejemplo, espacios donde se puedan realizar trabajos remunerados para garantizar proximidad a la vivienda pero sin tener que estar en ella obligatoriamente. La incorporación de usos comerciales y equipamientos en las plantas bajas también suponen un enriquecimiento de la comunidad en cuanto a la facilidad que supone para la vida cotidiana. - Respondiendo a los usos comunitarios, se deben proyectar espacios que puedan servir tanto para reuniones como para realizar servicios de cuidado de niños improvisados o autogestionados. Importante también la existencia de lugares de guardado de elementos como bicicletas, carritos de niños etc., para cada vecino. Además, serían necesarios espacios para los juegos de los niños que se adapten a dicha actividad de forma que cause el menor ruido posible; o la variedad de oferta incorporando por ejemplo lavadero o comedor comunitario e incluso huertos comunitarios (Muxí, 2009: 23-24). En cuanto a la vivienda, hay que favorecer la vida comunitaria y a la vez preservar la individualidad de cada componente de la familia: 39


PROPUESTA DE APLICACIÓN DE APLICACIONES de la vivienda Tipo A

x2 sup. <10m

2

2

sí hay opciones de uso

Figuras 36. Utilización de la cocina. (Muxí, 2009: Pág. 36). Modificada.

40

espacio de juego

espacio individual

Condiciones globales de la vivienda.

- Una de las condiciones principales es la flexibilidad de la vivienda, de tal modo que pueda adecuarse a las diferentes necesidades y recursos de cada familia. Esto podría llevarse a cabo mediante tabiques móviles o mediante la adición o sustracción de módulos. Uno de los ejemplos que Muxí menciona respecto a esta condición en el Edifico Walden 7 (1975) del Taller de Arquitectura en Sant Just Desverm, donde se proponen módulos de 30 m2 que se pueden sumar entre ellos hasta 5 en horizontal o vertical para construir espacios de diferentes tamaños. También permite la constitución de espacios desagregados que puedan utilizarse como espacios de trabajo productivo.

espacio mín. insuficiente no hay opciones de uso

x1 sup. <10m

1.

- Conseguir la neutralidad espacial es importante, de forma que los espacios no estén únicamente condicionados por su uso y que permita diferentes apropiaciones dependiendo de quién los habite. Para ello las estancias deben proyectarse de superficie y proporciones similares, y diseñar espacios que no tengan sus usos definidos y sirvan de estancias multiusos. - Volviendo a la flexibilidad de la vivienda, esto debe producirse de forma que ni las instalaciones ni los elementos estructurales la condicionen. Los elementos estructurales deben ser modulares y claramente definidos, si es posible puntuales, de modo que no interfieran con la planta para el libre desarrollo de la redistribución. A través de la separación de tabiques e instalaciones o de la agrupación de áreas húmedas se puede conseguir también una mayor libertad de distribución. Las instalaciones deben situarse por los cerramientos no prescindibles para liberar los demás y los pavimentos deben colocarse antes de los tabiques de forma que sean continuos de forma que se puedan eliminar los tabiques sin tener que cambiar el pavimento. Los espacios para almacenar no deben condicionar la aparición o el cambio de espacios habitables. Y por último, el acceso debe colocarse lo menos situado en extremo de la vivienda posible para permitir la transformación de su distribución.


ESQUEMA DE OCUPACIÓN DE HABITACIONES Vivienda Tipo A

2.

Espacios para almacenar

- Cada acción y cada actividad que se produce en el interior de la vivienda necesitan espacios específicos de guardado. Por un lado, debe haber trasteros o espacios de almacenamiento exteriores a la vivienda para elementos cuyo uso no es diario o tiene gran tamaño. Por otro lado, la existencia de roperos para almacenar la ropa de uso diario es fundamental así como los destinados a la ropa que pertenece a otras estaciones y que no se está usando en esa época del año (Figura 33). El almacenamiento de utensilios de las tareas domésticas también reclama su propio espacio de almacenaje al igual que la ropa sucia y limpia o la de cama. La vivienda además debe estar bien provista de espacios para el almacenamiento de comida como son las despensas. PROPUESTA DE APLICACIÓN DE LAS RECOMENDACIONES en la vivienda Tipo A

3.

Salón y comedor

- El salón debe ser capaz de albergar diferentes actividades: ocio, ocio y trabajo reproductivo; ocio y trabajo productivo; trabajo reproductivo y estudio; trabajo productivo y estudio. - La estancia cocina-salón-comedor (Figura 34) no es recomendable que configuren una única estancia para que la persona que lleve a cabo las tareas de cocina no entienda como lugar de trabajo todo lo demás, por lo que es más recomendable que cocina y comedor se puedan unir o segregar temporalmente. - La integración de la cocina y el comedor separados del salón da la posibilidad de tener dos espacios comunitarios y de encuentro para el grupo. - Sería beneficioso favorecer la integración de este tipo de espacios con otro exterior que se pueda integrar a los usos cotidianos.

Figuras 37. Utilización de la cocina. (Muxí, 2009: Pág. 37). Modificada.

4. Dormitorios 41


UTILIZACIÓN DE LOS BAÑOS Vivienda Tipo A

- Deben ser espacios no jerárquicos y que, como se indicaba con anterioridad, todas las habitaciones tengan una superficie similar (10 m2 como mínimo si es posible) que permitan variedad de usos y de amueblamiento. Todos los dormitorios deberían tener condiciones similares de vistas, ventilación y orientación. No debe haber un baño exclusivo para una habitación (Figura 35, 36 y 37). - Debe garantizarse la posibilidad de cambios en la distribución del mobiliario, que cada grupo pueda determinar el uso de cada espacio y la integración de los espacios mediante elementos móviles. Los armarios no deben estar abiertos hacia los dormitorios. 5. Cocina - Hay que evitar las medidas mínimas ya que esas medidas corresponden a una idea de que la cocina es un puesto de trabajo en solitario, por lo que se debería favorecer la idea de la cocina como una tarea multipersonal (Figura 33).

PROPUESTA DE APLICACIÓN DE LAS RECOMENDACIONES en la vivienda Tipo A

- La cocina debe tener sus propios espacios de guardado para comida, utensilios de cocina, ropa de cocina, reciclaje de basuras, etc. 6. Baño - La distribución de los baños debe ser más eficiente y que facilite su uso simultáneo (Figura 38). De esta forma se facilitaría, por ejemplo, el cuidado y la limpieza de los niños, así como de la gente con movilidad reducida. Evitaría además la jerarquización de una de las habitaciones. - Debe tener espacios de almacenamiento para los elementos de higiene personal y toallas. 7. Pasillos

Figuras 38. Compartimentación de baños. (Muxí, 2009: Pág. 40). Modificada.

- Se debe evitar el uso de los pasillos como simples espacios de tránsito y paso por ejemplo con la colocación de los armarios. De esta 42


CICLO DE LA ROPA Vivienda Tipo A

2 4

3

1

1

5

5 1

1

? 1

ropa sucia

? 2

?

3

lavar

4

colgar

5

doblar planchar

ropa limpia

3* armario que completa todo el ciclo de la ropa 1. Ropa sucia 2. Lavadora 3. Productos de limpieza 4. Tendedero interior 5. Tendedero exterior 6. Planchar y doblar 7. Ropa limpia 8. Almacenamiento

8 6

7

3

1

2

4

4

1

5

3*

2

1

5

5 3

PROPUESTA DE APLICACIÓN DE LAS RECOMENDACIONES en la vivienda Tipo A Figuras 39. Utilización de la cocina. (Muxí, 2009: Pág. 43). Modificada.

forma, el dormitorio ganaría espacio y flexibilidad pudiendo convertirse en espacios de juego, espacios para las tareas domésticas o espacio de estudio. Para posibilitar estas funciones, sería conveniente que los pasillos contasen con condiciones de iluminación y ventilación adecuadas. 8.

Espacios para las tareas del hogar

- Es un error eliminar el lavadero. Sería conveniente la existencia de un espacio de lavadero que facilite el tendido de la ropa. El lavadero debería estar en relación con las habitaciones y los baños en lugar de la cocina para facilitar el recorrido de la ropa sucia hasta que se limpia y se guarda. Debe contener un espacio para almacenar la ropa durante este proceso y para los utensilios de limpieza y plancha (Figura 39) (Muxí, 2009: 28-42). Muxí considera que para que estos condicionantes tengan éxito es necesaria la continua revisión y aprendizaje de los modelos. Para ello sería recomendable la realización de encuestas de satisfacción residencial para realizar posibles mejoras posteriormente. Es necesario conocer la opinión de los usuarios para establecer un sistema de corrección de las propuestas (Muxí, 2009: 45). 6.1.4. Urbanismo y arquitectura de género en algunas ciudades españolas en la actualidad Sigue siendo un concepto bastante desconocido lo que se conoce como “urbanismo de género”. Resulta curioso este desconocimiento, ya que, además de que no es un concepto nuevo – anteriormente se exponía el trabajo de por ejemplo Jane Jacobs que data de los años 60 del pasado siglo –, en España hay leyes estatales, por ejemplo la de Igualdad de 2007, que establecen que los planes urbanísticos deben integrar los aspectos que sean relevantes en materia de género e incluir un informe de evaluación de impacto de género. Existen además leyes a nivel autonómico – como en Cataluña, País Vasco y Madrid – que también obligan a este cumplimiento. 43


Aunque este trabajo de fin de grado se haya decidido centrar principalmente en la vivienda y en los edificios residenciales, se ha considerado interesante incluir también las medidas que ya se están llevando a cabo en distintos municipios españoles en materia de género aunque sean mayoritariamente referidas al urbanismo y la planificación. No obstante estas medidas también abarcan a las viviendas aunque sea en menor medida. Aunque el urbanismo de género aún sea un aspecto algo desconocido a la hora de la planificación urbanística el panorama nacional está empezando a cambiar. Una de las pruebas de este cambio reside por ejemplo en la sentencia judicial del año 2017 que anula los Planes Generales de Loeches y Boadilla del Monte – ambos municipios de la Comunidad Autónoma de Madrid – por carecer de una evaluación de impacto de género en su documentación (Pastor, 2018). No obstante, aunque se está empezando a apreciar el cambio, algunos colectivos, como la ONG Ecologistas en Acción, denuncian que en muchos casos que sí incluyen el informe correspondiente “se reduce a un mero trámite para solventar la nulidad judicial” en lugar de crear conciencia real sobre el género en las ciudades y proponer medidas reales (Figura 40) (Pastor, 2018).

Figuras 40. Cartel de Ecologistas en Acción sobre la convocatoria del debate para el PGOU de Boadilla del Monte, Madrid. (https://www.elboletin.com/noticia/164514/nacional/ciudades-para-la-igualdad:-que-es-el-urbanismo-con-perspectiva-de-genero. html).

Uno de los objetivos principales del urbanismo de género es el de hacer las ciudades más seguras, en especial para las mujeres, aunque este alcanza mucho más que eso. Este tipo de urbanismo pretende tratar las desigualdades de las mujeres en las distintas poblaciones y tiene en cuenta temas referidos a la movilidad, ubicación de comercios, espacios públicos, representatividad en las calles, autonomía, etc. Ante esto, hay municipios en España que sí han decidido incluir de forma activa el urbanismo de género en su planeamiento. A continuación se exponen brevemente algunos ejemplos de ello. Ayuntamiento de Pamplona (Navarra) En la primavera de 1997 y 1998 se realizaron desde el Ayuntamiento

44


de Pamplona dos talleres de participación para la realización del Plan General de la ciudad. Este taller iba enfocado directamente a la participación y por lo tanto a la toma de decisiones en la planificación por parte de las mujeres (Colectivo de Mujeres Urbanistas, 1998). Para el primer taller, desde la Concejalía de la Mujer del Ayuntamiento de Pamplona se invitó a más de cien mujeres que representaban diferentes asociaciones pamplonicas para que dieran su punto de vista respecto a la ciudad y reflejaran los problemas y las oportunidades que esta presentaba. El segundo taller fue para medidas más concretas y se estableció un proceso de seguimiento del Plan General y de la evolución de la ciudad que este planteaba. Esto se llevó a cabo a través de la creación de indicadores que resultaran claros y fáciles para que su utilización fuese abierta. Figuras 41. Representación del objetivo del urbanismo de género: igualar el trabajo reproductivo al productivo. (https://projekta.es/diagnostico-de-un-proyecto-de-urbanizacion-y-propuesta-de-medidas-correctoras-desde-una-perspectiva-de-genero/).

Fruto de estos talleres fueron unas propuestas de medidas concretas para el Plan General que abarcaban los barrios, la vivienda, las calles, el transporte, el comercio y los equipamientos. Los objetivos fueron los de mejorar la calidad de vida en el ámbito urbano de todos sus habitantes, en especial teniendo en cuenta las problemáticas que las mujeres encontraban en estas. Como podemos ver en las fechas de los talleres, esta iniciativa resultó bastante innovadora e incluso pionera en España, ya que las demás propuestas que se exponen son posteriores. Ayuntamiento de Irún (País Vasco) El Ayuntamiento de Irún ha considerado necesaria la inclusión del urbanismo de género en su Plan General. Como primera acción se ha promovido la participación de las mujeres en los procesos de planificación y decisión de forma que haya paridad a la hora de tomar decisiones. Otra de las medidas consiste en la adecuación de infraestructuras para la conciliación de la vida familiar, laboral y personal. Pone sobre la mesa la necesidad de seguridad y sensación de seguridad de las 45


mujeres en las calles y los distintos espacios públicos. El reconocimiento de las aportaciones de las mujeres a la sociedad a través de la representatividad en elementos urbanos y de valor simbólico también es un punto importante en el planeamiento de Irún (Pastor, 2018).

Figuras 42. Cubierta de la guía práctica de urbanismo y género Ciudades Igualitarias. (https:// planmadre.madrid.es/index.php/ciudades-igualitarias/).

En concreto, sobre la movilidad, el Ayuntamiento anunció que incluirá la perspectiva de género en su Plan de Movilidad Sostenible (PMUS) a través de medidas concretas que se plasmarán en el estudio denominado La movilidad del cuidado en Irún. El estudio será llevado a cabo por Inés Sánchez de Madariaga, experta en materia de género, urbanismo, ciencia e innovación que acapara un prestigio internacional. Este estudio analiza los recorridos que realizan los hombres y las mujeres, los cuales pueden ser muchas veces diferentes entre sí. Se analizan los desplazamientos no lineales que combinan varios puntos como por ejemplo a centros escolares o de salud y que son realizados en gran parte por las mujeres (Sagarzazu, 2018). Ayuntamiento de Madrid El Ayuntamiento de Madrid ha llevado a cabo, desde 2010, una guía práctica de urbanismo con perspectiva de género llamada Ciudades igualitarias (Pernas y Román, 2017) (Figura 42). Esta ha sido presentada en el presente año 2018 y recoge las cuestiones sobre planeamiento urbano y los parámetros sobre los que habría que incidir para conseguir una ciudad más igualitaria. Se tiene en cuenta, entre otros aspectos, el cuidado de familiares, la conciliación laboral y personal, la violencia de género, las oportunidades laborales, la brecha salarial o la visibilidad social. Algunas medidas tienen que ver con la movilidad. Al igual que en otros municipios expuestos, Madrid pretende abordar la cuestión de las distancias para favorecer las tareas diarias por ejemplo dotando mejor de servicios necesarios para que el entorno resulte más funcional. También se habla de seguridad en el espacio público, y como la visibilidad crea sensación de seguridad. En este aspecto se profundiza también sobre los edificios como configuradores del espacio urbano, los cuales deben tener fachadas abiertas, ventanales, múltiples accesos y espacio en

46


planta baja con más vida urbana para que generen más sensación de seguridad. Estas medidas resultan inclusivas porque no solo afectan al género, si no que favorecen a grupos como las personas mayores o personas con discapacidad. De este modo, se crearían espacios más amables, inclusivos y sin barreras que faciliten la autonomía de todas las personas. Como en todos los Planes en los que se suele incluir el urbanismo de género, el proceso en Madrid también será participativo y paritario. Junta de Andalucía En este caso la propuesta que se expone es a nivel autonómico. Desde el Instituto Andaluz de la Mujer se procede a la elaboración de un material de apoyo dirigido a los equipos técnicos y que complementa a los ya editados con anterioridad por la Unidad de Igualdad de Género (Figura 43). Está enfocado a integrar la perspectiva de género en el planeamiento urbano de forma que se avance hacia un modelo de ciudad más igualitario.

Figuras 43. Cubierta del libro Urbanismo con perspectiva de género de la Junta de Andalucía. (https://www.ecosia.org/images?q=urbanismo+con+perspectiva+de+genero+andalucia#id=A740A83DF98E35C3CDD4339890D1D27F31ED1331).

Según recoge este escrito (Sánchez de Madariaga, 2002), “el objetivo central del urbanismo actual se presenta en términos de sostenibilidad, entendida ésta como un equilibrio entre objetivos de eficiencia económica, equidad o justicia social, y conservación o protección del medioambiente”. Este escrito hace especial hincapié en el aspecto de la equidad social, ya que el urbanismo influye directamente en la accesibilidad de las personas y grupos sociales en cuanto a empleo, equipamientos y servicios, y en la forma que estos se usan. Partiendo del hecho de que la ciudad no es totalmente igualitaria y que por lo tanto estas posibilidades de acceso tampoco lo son, este escrito analiza estas diferencias centrándose sobre todo en las que hay entre hombres y mujeres. Principalmente, como se viene expresando en el presente trabajo, esta división viene dada por la denominada división sexual del trabajo, lo cual marca grandes diferencias a la hora de vivir la ciudad. Este documento aborda estos temas haciendo diferentes categorías: - Movilidad y transporte 47


-

El espacio público y la seguridad

-

La vivienda

-

La actividad económica

-

Equipamientos, comercio y ocio

- Participación -

Representación en la toma de decisiones

- Técnicas de planeamiento: clasificación del suelo, zonificación y acción sectorial

Figuras 44. Ilustración de EMEZETAEME para el diario Diagonal. (https://www.diagonalperiodico. net/colaboradores/emezetaeme).

48

-

Gasto público e inversión

-

Evaluación y seguimiento

Resulta bastante completo este análisis de los distintos aspectos que influyen en la ciudad. Además, recopila una serie de pautas para integrar la dimensión de género en el urbanismo para las infraestructuras para la vida cotidiana, para las cuestiones relativas al proceso y luego algunas recomendaciones en detalle que se centran en la unidad residencial – las cuales coinciden con el modelo de planificación de Viena o las expuestas por Zaida Muxí – y en la seguridad urbana.


Edad

6.2.

Encuestas sobre vivienda con perspectiva de género

6.2.1. Metodología seguida en la realización de las encuestas Preguntas Para la realización de las encuestas se han creado una serie de preguntas muy concretas basadas en los criterios de diseño que se proponían en los ejemplos anteriores. Se han dividido las preguntas de forma que hubiera una primera parte de preguntas generales que servieran como clasificación y determinación del perfil de las personas encuestadas; una segunda parte cuya temátima de preguntas iba dirigida al edificio de viviendas y la comunidad; y una tercera parte de preguntas acerca de la vivienda privada en sí. Con estas preguntas se persigue la obtención de unos resultados a interpetrar sobre la percepción que los habitantes tienen sobre su vivienda particular y su edificio o comunidad. Figura 45

Las preguntas de las encuestas han sido respondidas por 49 personas. Perfil de las encuestadas

Estudiante de estudios superiores

Se decide que las encuestas estén dirigidas únicamente a mujeres, ya que la idea es la de obtener resultados que hagan visibles las necesidades y consideraciones que estas tienen sobre la vivienda y la comunidad en la que viven. Se decide enviar las encuestas a mujeres que vivan en bloques de vivienda, mayoritariamente en la ciudad, ya que es el objeto del análisis.

Figura 46

Han sido encuestadas mujeres de distintas edades, aunque siendo todas ellas mayores de 18 años. Se establecen en la encuesta diferentes rangos de edad (Figura 45). Se puede apreciar en el gráfico que la mayoría de las encuestadas han sido mujeres de entre 35 y 60 años (21 mujeres); mientras que la minoría de mujeres que han contestado a las preguntas son mayores de 60 (2 mujeres). Del total, 10 mujeres son de entre 25-35 años y 16 de entre 18-25 años. Además, otra de las clasificaciones establecida ha sido la de determi49


¿Tienes hijas/os?

nar si son o han sido estudiantes de estudios superiores (Figura 46). Se puede ver en la figura que la mayoría de las mujeres que han contestado a las preguntas sí son o han sido estudiante de estudios superiores como pueden ser estudios universitarios o de formación profesional -el 65,3% contestaron sí-. Otro de los factores que se ha considerado muy importante a la hora de realizar las encuestas es el de si tienen o no hijos las encuestadas (Figura 47). Según la gráfica de resultados de la encuesta sobre esta pregunta, el 53,1% de las encuestadas no tiene hijos, lo que supone la mayoría de ellas. Por otro lado, se ha clasificado a las encuestadas respecto a si viven o no en el núcleo urbano (Figura 48). Se aprecia claramente en el gráfico que la gran mayoría, el 89,8%, vive en la ciudad, frente al 10,2% que vive en otras zonas. El 89,8% corresponde a 44 de las 49 encuestadas. Figura 47

¿Vives en la ciudad?

Figura 48

50


¿Consideras que tanto el edifico como la vivienda cubren todas tus necesidades?

6.2.2. Análisis de las preguntas y los resultados Primera parte Respecto a la primera parte general de preguntas, se han hecho dos preguntas genéricas sobre la vivienda y el edificio: 1. ¿Consideras que tanto el edificio como la vivienda cubren todas tus necesidades? En el gráfico (Figura 49) se puede comprobar que la mayoría, el 66,7% -que corresponde a 33 respuestas-, consideran que la respuesta a esta pregunta es sí. Sin embargo, esto difiere del resultado de la segunda pregunta. Además, hay un pocentaje del 33,3% que considera que la vivienda no cubre todas sus necesidades, el cual es un porcentaje que debe ser considerado ya que no es especialmente bajo.

Figura 49

¿Cambiarías zonas y usos del edificio o de la vivienda?

2.

¿Cambiarías zonas y usos del edificio o de la vivienda?

En esta pregunta, el 54,3%, que corresponde a 25 respuestas, respondió que sí cambiaría zonas de la vivienda o del edificio (Figura 50). Lo que se contrapone en cierta medida con la pregunta anterior, ya que aunque la mayoría consideran que sus necesidades están cubiertas, muchas harían cambios para estar más agusto o para que su vida y su entorno funcione mejor. Analizando las encuestas de forma individual respecto a esta pregunta, se ven los siguientes resultados:

Figura 50

- De las mujeres que contestaron que sí cambiarían zonas de la vivienda o el edificio, 8 están en el rango de 18-25 años, 3 son de entre 2535 años, 13 están comprendidas entre los rangos de 35-60 años y 1 es mayor de 60. Es lógico que el rango de entre 35-60 años suponga la mayoría ya que además son la mayoría de las encuestadas. - De las mujeres que contestaron sí, 12 tienen hijos y 13 no tienen hijos. Este porcenaje igualado supone que considerar cambios en la vivien51


da o el edificio no está únicamente ligado a tener hijos. Para las mujeres que contestaron sí, se planteó la pregunta con respuesta abierta sobre qué cambiarían de la vivienda o el edificio. Las respuestas son las siguientes: - El trastero de la azotea lo cambiaría por una estancia común. - Me gustaría que las viviendas tuviesen terraza y que se orientasen a la ubicación de la piscina. - Más áreas exteriores comunitarias y más grandes. Menos metros de vivienda destinados a pasillos. - Más usos domésticos compartidos. - Añadiría zonas comunes exteriores y zonas verdes. - Haría más zonas comunes y el patio más habitable. - Pondría más zonas verdes. - Zonas comunes con más actividad. - Pondría ascensor. - La propia distribución de la vivienda es muy individualista, no hay espacios que se comuniquen entre sí, toda habitación tiene su puerta. En el edificio hay un patio común para dos bloques al que se le ha anulado el uso y se usa como parking para bicicletas o motos; le devolvería su uso original. No conozco a los vecinos. - Ampliaría la zona de la piscina. - Necesidad de terraza. - Cambiaría la fachada y los soportales del edificio. - Necesitaría algo de terreno exterior. - Habitaciones más amplias, mejores calidades en los materiales. Me gustaría tener terraza y zonas comunes con más espacio para los niños. - Cambiaría el patio para hacerlo más accesible y útil. - Añadiría zonas de ocio, jardines y aprovecharía más las zonas comunes. - Cambiaría el acceso y la distribución interior de la vivienda. - Hecho en falta un balcón exterior. - Equilibraría el reparto de la superficie total entre distintas estancias, aunque fuesen menos unidades. - La distribución de la vivienda hace que una estancia que sirve de salita no tenga iluminación directa. La vivienda es pequeña. El aislamiento 52


¿Te gustaría que hubiera espacios comunes destinados al trabajo y a las tareas dentro de la comunidad? Pero que estuvieran fuera de la vivienda particular.

ante el ruido y el aislamiento térmico son malos. El almacenamiento es escaso. No se disfruta de los espacios exteriores (balcón, terraza, ni zonas comunes exteriores del edificio). - Quizás incluiría lavandería común, bicicletero y repensaría la azotea. Cabe destacar que la mayoría de las respuestas están centradas en el edificio más que en la vivienda. Se hace latente la necesidad de espacios exteriores de convivencia vecinal. Como veíamos anteriormente, la mayoría de las encuestadas vive en la ciudad, y se hace visible la carencia que las tipologías en el ámbito urbano tienen de espacios exteriores comunes y ajardinados. La mayoría reclama también la dotación de usos de ciertos espacios como patios interiores que se encuentran infrautilizados. La terraza también es un reclamo recurrente como se puede observar. Segunda parte

Figura 51

¿Te gustaría realizar ciertas tareas domésticas, que suelen ser individuales, de forma colectiva?

Respecto a la segunda parte en la que se dividen las encuestas, la cual corresponde al edificio y la comunidad, analizamos las siguientes preguntas: 1. ¿Te gustaría que hubiera espacios comunes destinados al trabajo y a las tareas dentro de la comunidad? Pero que estuvieran fuera de la vivienda particular .(Figura 51) A la gran mayoría, que es el 86,7%, sí le gustaría que hubiera espacios que estuvieran destinados a tareas y trabajos diversos y que estuvieran fuera de la vivienda particular. De las 6 personas que contesatron no a esta pregunta, 4 tienen una edad comprendida entre 25-35 años, 1 personas está entre 35-60 años y 1 es mayor de 60. 2. ¿Te gustaría realizar ciertas tareas domésticas, que suelen ser individuales, de forma colectiva? (Figura 52)

Figura 52

En este caso los porcentajes están menos descompensados. Aún así, el 65,2%, es decir, la mayoría, ha respondido que sí. De las 18 respuestas, las dos personas mayores de 60 años contestaron que no, 10 mujeres 53


¿Consideras que las zonas comunes deberían usarse para la convivencia en vez de como simples espacios de tránsito?

de entre 35-60 años contestaron que no, 4 de entre 25-35 años también contestaron no, y solo 2 mujeres de entre 18-25 años contestaron no. Se recuerda que del total de mujeres de entre 35-60 años que son 21 mujeres, prácticamente la mitad ha contestado no a esta pregunta. Podemos ver que, en general, las mujeres de mayor edad son las más reticentes a realizar las tareas domésticas, que tradicionalmente han sido individuales, de forma colectiva, ya que solo 2 de las 18 mujeres más jóvenes han contestado que no, lo que supone que a la gran mayoría sí le gustaría realizar las tareas domésticas de forma colectiva. 3. ¿Consideras que las zonas comunes deberían usarse para la convivencia en vez de como simples espacios de tránsito? (Figura 53)

Figura 53

¿Existe en tu comunidad un es- Si contestaste NO, ¿te gustaría pacio para almacenar elemen- que los hubiera? tos cotidianos (bicicletas, coches de bebés...)?

Las respuestas a esta pregunta se corresponden con las respuestas que las encuestadas dieron sobre las zonas que cambiarían en el edificio. Muchas de ellas reclamaban más zonas comunes o que se dotara a los espacios comunes de uso. Se puede apreciar en la gráfica que la gran mayoría, el 87,5% de los casos, las encuestadas contestaron sí acerca de dotar de uso los espacios comunes de tránsito. 4 y 5. ¿Existe en tu comunidad un espacio para almacenar elementos cotidianos (bicicletas, coches de bebés...)? Si contestaste NO, ¿te gustaría que los hubiera?(Figura 54 y 55) La gráfica de la figura x visibiliza la falta de espacios de almacenaje de elementos de uso cotidiano y de gran tamaño como son por ejemplo las bicicletas y los coches de bebés. En el 60,4% de los inmuebles no existen estos espacios, sin embargo, a las usuarias del inmueble sí le gustaría que hubiera este tipo de espacios, ya que como se ve en la gráfica, una gran minoría, solo 3 personas, han contestado que no les gustaría que los hubiera.

Figura 54

54

Figura 55


¿Consideras que el acceso a tu vivienda/bloque está lo suficientemente seguro y vigilado para entrar con seguridad a cualquier hora del día?

6. ¿Consideras que el acceso a tu vivienda/bloque está lo suficientemente seguro y vigilado para entrar con seguridad a cualquier hora del día? (Figura 56) Resulta llamativo que 35 de las 49 encuestadas consideren que el acceso a su lugar de residencia no esté lo suficientemente vigilado. Se hace visible la sensación de inseguridad que la mayoría de ellas tienen al entrar en su vivienda.

Figura 56

¿Te gustaría que en tu comunidad hubiera espacios para la crianza de los niños de forma compartida?

7. ¿Te gustaría que en tu comunidad hubiera espacios para la crianza de los niños de forma compartida? (Figura 57) La mayoría de las encuestadas está a favor de poder criar a sus hijos en grupo de crianza compartida. De las que contestaron que no, 9 tienen hijos. Se recuerda que, en global, han contestado 23 mujeres con hijos, por lo que no son mayoría. 4 que no tienen hijos contestaron no a esta pregunta. 8. ¿Te gustaría que hubiera nuevos grupos de convivencia en tu comunidad para establecer nuevas relaciones fuera del núcleo familiar? (Figura 58)

Figura 57

¿Te gustaría que hubiera nuevos grupos de convivencia en tu comunidad para establecer nuevas relaciones fuera del núcleo familiar?

El 79,6% de las encuestadas, lo que se traduce en 39 personas de 49 encuestadas, consideran que les gustaría establecer en su comunidad vínculos con personas que no solo sean de su entorono familiar directo.

Figura 58

55


A parte de tener cocina, comedor y lavadero particular en tu vivienda, ¿te gustaría que hubiera en tu comunidad este tipo de estancias compartidas?

9. Además de tener cocina, comedor y lavadero particular en tu vivienda, ¿te gustaría que hubiera en tu comunidad este tipo de estancias compartidas? (Figura 59) Esta es la pregunta en la que encontramos más división de opinión. Como se puede ver en la gráfica, los porcentajes están muy igualados. Analizando las encuestas individualmente, 5/16 mujeres de entre 18-25 años contestaron que no a esta pregunta, por lo que a la mayoría sí le gustaría que hubiera este tipo de espacios en su comunidad. En el caso de las mujeres de entre 25-35 años, están divididas en el 50% ya que 5/10 respondieron no a esta pregunta. En el caso de las mujeres mayores de 60, las dos contestaron no a esta pregunta. En las mujeres de entre 35-60 años, 12/21 contestaron que no, por lo que también están divididas casi al 50%.

Figura 59

¿Te gustaría que ciertas tareas del hogar como cocinar, lavar o el cuidado de los niños, fueran compartidas?

Figura 60

56

10. ¿Te gustaría que ciertas tareas del hogar como cocinar, lavar o el cuidado de los niños, fueran compartidas? (Figura 60) En lo que respecta a esta pregunta, la gráfica presenta que la mayoría de las encuestadas respondió sí.


¿Te gustaría que los espacios de la vivienda fueran más flexibles y pudieran ir cambiando con el tiempo?

Tercera parte En lo que respecta a la tercera parte, las preguntas están destinadas a la vivienda particular: 1. ¿Te gustaría que los espacios de la vivienda fueran más flexibles y pudieran ir cambiando con el tiempo? (Figura 61)

Figura 61

¿Te gustaría que el baño estuviera compartimentado y no fuera una única habitación con todos sus elementos vistos?

La gran mayoría entiende que la vivienda debe ir cambiando en consonancia con los ciclos vitales y las fases de la vida de las personas. La gráfica representa que a la mayoría le gustaría que su vivienda tuviera espacios más flexibles. 2. ¿Te gustaría que el baño estuviera compartimentado y no fuera una única habitación con todos sus elementos vistos? (Figura 62) Existe más diferencia de opinión en esta pregunta, aunque igualmente, la mayoría de las encuestadas respondieron sí. Se ve la necesidad de experimentación que existe respecto a las piezas de los baños dentro del hogar, las cuales han cambiado poco en los últimos años.

Figura 62

¿Te gustaría que hubiera una habitación multiusos para poder ser utilizada para diferentes funciones por cualquier miembro de la familia?

3. ¿Te gustaría que hubiera una habitación multiusos para poder ser utilizada para diferentes funciones por cualquier miembro de la familia? (Figura 63) La gran mayoría de las encuestadas respondió sí a esta pregunta, ya que solo 3 de 49 encuestadas respondió no. Se hace visible la necesidad de estancias auxiliares dentro del hogar que no estén destinadas a una tarea específica, si no que puedan usarse para diferentes cosas y por cualquier miembro de la familia.

Figura 63

57


En cuanto al cuidado de los niños, ¿consideras que las zonas con más uso de la vivienda deberían estar orientadas a espacios comunes y de relación de la comunidad?

4. En cuanto al cuidado de los niños, ¿consideras que las zonas con más uso de la vivienda deberían estar orientadas a espacios comunes y de relación de la comunidad? (Figura 64) La mayoría respondió sí. De las 14 mujeres que respondieron no, curiosamente la mayoría, que son 11, tienen hijos. 5. ¿Consideras que las viviendas se adaptan a la maternidad, a la vejez, las minusvalías u otros grupos sociales específicos? (Figura 65) Esta pregunta presenta bastante acuerdo entre las encuestadas. La gran mayoría, el 91,8%, que responden a 45 encuestadas, está de acuerdo en que las viviendas actuales no se adaptanta a diferentes grupos sociales o etapas de la vida como pueden ser la maternidad o la vejez. 6.2.3. Conclusiones

Figura 64

¿Consideras que las viviendas se adaptan a la maternidad, a la vejez, a las personas con discapacidad u otros grupos sociales específicos?

Figura 65

58

Tras la realización de la presente encuesta se extraen varias conclusiones de los aspectos considerados como los más interesantes. En la pregunta abierta sobre qué cambiarían de su comunidad, se hace evidente la carencia que los bloques actuales de viviendas en la ciudad tienen en cuanto al espacio común. Actualmente, cuando se prevé un edificio, se tiende a pensar siempre únicamente en la rentabilidad que se le puede sacar al solar. Esto supone que se proyectan edificios con el máximo número posible de viviendas o de locales comerciales, es decir, se proyectan espacios que generen los máximos beneficios económicos. El resultado de esta práctica se traduce en la carencia que existe en los bloques de viviendas plurifamiliares, los cuales están destinados únicamente a albergar la vivienda privada sin enriquecerlas con ningún tipo de espacio común y de convivencia. Si bien estos usos comunales se suelen buscar en el espacio público exterior, cada vez más se está poniendo en práctica la introducción de espacios ajardinados y comunes con usos determinados o abiertos en los edificios de viviendas. Además, esta práctica obtiene resultados muy satisfactorios, ya que está siendo cada vez más demandada por


los usuarios que consideran que este tipo de espacios mejora notablemente su calidad de vida. Este aspecto favorece al género por distintos motivos. Por un lado, como se veía en el trabajo de Col•lectiu Punt 6 o en el modelo de Viena, estos espacios son necesarios para que las mujeres creen relaciones fuera del núcleo familiar, lo cual se ha visto que podría ayudar a detectar el maltrato machista si lo hubiera. Además, para las mujeres que solo realizan el trabajo vinculado al hogar y al cuidado de los niños, estos espacios facilitan estas tareas. Los niños pueden estar jugando o haciendo distintas actividades en un entorno seguro al estar dentro de la comunidad, lo que significa que estarían a la vista de los demás vecinos o de sus propios padres. Esto se enlaza con la pregunta nº4 de la tercera parte sobre si los espacios más usados de la vivienda deben estar orientados a los espacios comunes del edificio. A esta pregunta la mayoría de las mujeres encuestadas respondieron sí como se veía anteriormente, pero resulta curioso que de las que contestaron no la mayoría tuvieran hijos. Buscando una respuesta a este hecho, quizás esto responde a que las encuestadas entiendan esta medida como una falta de intimidad, lo cual es un aspecto interesante a ser considerado a la hora de diseñar edificios con estas tipologías. No obstante, esta medida funcionó muy bien en el modelo de Viena y suele funcionar bien en los modelos españoles en los que se implanta. Ni decir tiene que, además, este aspecto favorece al medioambiente de las ciudades, en las cuales nunca están demás los espacios verdes que son tan beneficiosos como necesarios. Se crearían así espacios intermedios entre la calle y el ámbito estrictamente privado. En relación con las preguntas que se refieren a cuidados y tareas domésticas, como se veía en los resultados, la mayoría de las encuestadas respondió que sí le gustaría realizar ciertas tareas domésticas de forma colectiva y que hubiera espacios comunes para ello. La necesidad de visibilizar y socializar las tareas de cuidados se hace latente en este apartado. La proyección de estos espacios podría favorecer a la liberación de la mujer de las tareas del hogar. Podría ayudar a la creación de grupos de convivencias que colaboraran en ciertas tareas como por ejemplo el cuidado de los niños o las comidas. De todos mo-

dos, estos aspectos quizás deberían ser totalmente opcionales, ya que, en la pregunta sobre la cocina compartida, el porcentaje de sí y no es prácticamente del 50-50. Esto supone que muchas de las encuestadas son reacias a compartir un comedor común con sus vecinos, por lo que se entiende que la cocina privada sigue siendo necesaria y esencial. En el modelo de Viena se producía este hecho, ya que existía un comedor común para quienes decidieran utilizarlo a la vez que cada apartamento estaba provisto con una cocina particular, la cual, actualmente, debería ser lo suficientemente grande como para ser usada de forma simultánea mínimo por dos personas. El concepto quizás más importante de la parte de la encuesta referida al edificio es el que hace referencia a la seguridad. Resulta preocupante que la mayoría de las mujeres encuestadas piensen que el acceso a su vivienda no es lo suficientemente seguro. Es llamativo que esto suceda en todos los rangos de edad. La necesidad que existe de crear sensación de seguridad en las ciudades se hace visible, por lo que la planificación debería abordar este aspecto. Veíamos como en las puestas en marcha de ayuntamientos españoles sobre urbanismo y género incluían el concepto de la seguridad como primordial e intentaban abordarlo mediante mejor iluminación, espacios más abiertos y transparentes, etc. En el modelo de Viena también se entendía como muy importante la sensación de seguridad en el propio edificio, lo cual resolvían dotando de transparencia y visibilidad los espacios de tránsito como escaleras, pasillos o garajes. Cuando se preguntaba en las encuestas sobre la vivienda particular, se evidencia la necesidad de que la vivienda sea más flexible de forma que se adapte a los ciclos vitales. Las encuestadas coinciden en que los espacios de la vivienda deberían poder ir cambiando con el tiempo. Esto podría conseguirse mediante tabiques móviles o incluyendo habitaciones multiusos sin un uso fijo. Esto podría favorecer por ejemplo a la maternidad, ya que en la etapa del embarazo o la lactancia se pueden reclamar espacios más específicos. Para terminar, la última pregunta refleja la inconformidad de las encuestadas con la vivienda y como esta no termina de adaptarse a las 59


etapas de la vida o a diferentes grupos sociales especĂ­ficos como son, aparte de las mujeres, los ancianos o las personas con discapacidad. SerĂ­a por lo tanto importante tener en consideraciĂłn a estos grupos a la hora de proyectar viviendas para asĂ­ poder crear una comunidad verdaderamente inclusiva.

60


7. PANORAMA ACTUAL DEL FEMINISMO Y ARQUITECTURA EN SEVILLA En Sevilla existe un movimiento bastante fuerte en lo que a feminismo y activismo se refiere. Son muchas las asociaciones, colectivos, grupos e iniciativas que existen en la capital andaluza en materia de género y feminismo. En este trabajo se ha hecho un esfuerzo de síntesis para recopilar las iniciativas, colectivos, asociaciones, etc., que tengan que ver específicamente con la arquitectura y el género.

Figura 66. Cartel de las V Jornadas de arquitectura, arte y urbanismo con una perspectiva de género. Género y patrimonio. (http:// master.us.es/marph/jornadas-arte-arquitectura-y-genero.html)

Figura 67. Cartel del I Seminario sobre arquitectura, ciudad y activismo social en escenarios de crisis permanentes. Modificado por José Pérez de Lama respecto del original. (https://www.facebook.com/ photo.php?fbid=10156025795912118&set=pb.507617117.-2207520000.1535394218.&type=3&theater)

En primer lugar, desde la Universidad de Sevilla se realizan ciertas actividades y jornadas que tienen que ver con esta materia. A finales del año 2017 se ha llevado a cabo la V Jornada de Arte, Arquitectura y Urbanismo con perspectiva de género. Género y Patrimonio (Figura 66), que se han organizado conjuntamente desde la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla y el IAPH. La actividad se organiza por el grupo de investigación HUM-700 y el Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico, financiadas con las Ayudas para el desarrollo de iniciativas en materia de igualdad de género de la Unidad para la igualdad de la Universidad de Sevilla. Las Jornadas se plantean como un foro abierto a la reflexión y puesta en común de planteamientos referidos a cuestiones patrimoniales y de arquitectura relativas al género. En especial, la I y la II Jornadas fueron dirigidas específicamente a arquitectura y género y al urbanismo. Además, en la última Jornada, hasta la fecha, la segunda sesión también estaba específicamente dirigida a estos aspectos y se denominaba Urbanismo y Género: Repensar la ciudad desde la diversidad, impartida por las arquitectas Maite Morgado Collado y Cristina Cabrerizo Machín. La coordinadora de las Jornadas y profesora de la ETSAS Lourdes Royo Naranjo también suele escribir sobre esta materia como por ejemplo en su publicación conjunta con Susana García Bujalance, profesora de la Universidad de Málaga, denominada La perspectiva de género en el urbanismo. Una aproximación conceptual adaptada (2012). O también su publicación El urbanismo desde una perspectiva de género, ¿es posible? (2009), conjuntamente escrita con María Teresa Pérez Cano, también profesora de la ETSAS. Por otro lado, en el curso 2017/18 también se ha llevado a cabo desde 61


la ETSAS el seminario Arquitectura, ciudad y activismo social en escenarios de crisis permanentes (Figura 67). Otra iniciativa interesante que se ha puesto en marcha en Sevilla es la conocida como Jane’s Walk. Esta iniciativa lleva unos años puesta en marcha en ciudades de todo el mundo. Su inicio fue en Toronto en el año 2007 y se expandió rápidamente por todo el mundo. En España se celebra en numerosas ciudades también como es el caso de Sevilla. Se realizan a principios de mayo, en el aniversario del nacimiento de la urbanista Jane Jacobs, la cual ya ha sido mencionada en el presente trabajo. Esta iniciativa consiste en realizar recorridos por los barrios de las ciudades liderados por guías locales con el objetivo de que la gente explore su propio barrio y su vecindario. El objetivo es el de crear comunidad y optimizar los barrios a la vez que se crea debate e incluso se llevan a cabo propuestas. Se intenta, además, mantener los ideales y teorías de Jane Jacobs. En el caso de Sevilla, uno de los recorridos que se realiza es el de El barrio desde un urbanismo feminista (Figura 68). En 2018, el paseo fue guiado por Isabel Jiménez, arquitecta y profesora de la ETSAS; y por la Asociación de Vecinos de La Revuelta del Casco Norte. El objetivo del paseo era el de transmitir la necesidad de incorporar el urbanismo feminista en la planificación de los barrios y las ciudades. El recorrido se realizó desde la Plaza Cristo de Burgos, pasando por el Casco Norte para acabar en la Casa Grande del Pumarejo (Figura 69). En el paseo se realizaron distintas paradas con distintos objetivos cada una: representatividad, autonomía, seguridad y proximidad.

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Figura 68. Fotografías del Jane’s Walk llamado El barrio desde un urbanismo feminista realizado en mayo de 2018.

En materia de movilidad, en Sevilla encontramos la iniciativa Mujeres a golpe de pedal. Esta iniciativa se puso en marcha en 2016 por la asociación A Contramano que trabaja sobre movilidad sostenible, conjuntamente con la Asamblea Ciclista de Sevilla y Santa Cleta (Centro de Ciclismo Urbano y Escuela de Movilidad de Sevilla). En 2016 en Sevilla, el porcentaje de mujeres que usaban la bicicleta era del 35%, el objetivo de Mujeres a golpe de pedal es el de “poner en marcha acciones encaminadas a incrementar y diversificar la proporción de mujeres que utilizan la bici como medio de transporte.” Desde la iniciativa se pretende mejorar la autonomía de las mujeres además de realizar diferentes itinerarios para conocer mejor la ciudad y enseñar a las usuarias a mo-


Inicio del recorrido El barrio desde un urbanismo feminista en la Plaza Cristo de Burgos. En este punto se procedió a introducir a los asistentes brevemente el concepto de urbanismo feminista y se explicó la historia del personaje histórico Doña María Coronel, ya que fue por la calle con el mismo nombre por la que continuó el recorrido. Plaza del Pumarejo

Las paradas que se hicieron en el recorrido que se han indicado con el punto verde corresponden a las paradas en las que se habló de espacio público, por un lado a nivel de género y por otro lado sobre turistificación y apropiación del espacio. Desde la Asociación de Vecinos La Revuelta se reinvindicó el uso el uso público de estos espacios que cada vez se encuentran más degradados. Esta parada se realizó en la calle Almirante Espinosa y estuvo enfocada en la accesibilidad y la seguridad de las calles y plazas. Este espacio carece de suficiente iluminación, por lo que crea una gran sensación de inseguridad al igual que otros espacios con las mismas características en la ciudad. Además no posee las suficientes rampas para que su uso resulte lo suficientemente accesible. La parada que se realizó en la calle San Luis se hizo delante del nº12, en el cual se ubicaba hasta hace poco la Corrala Okupada Autogestionada Feminista “La Revo”. Una de las mujeres representante de este espacio feminista habló sobre la naturaleza de este lugar y las actividades que aquí se realizaban. Criticó duramente el proceso de especulación urbanística al que está siendo sometido todo el Casco Norte de la ciudad. Se realizó una parada en la calle Peris Mencheta para hablar de la importancia del comercio de barrio.

Plaza Cristo de Burgos

Figura 69. Recorrido seguido en el Jane’s Walk llamado El barrio desde un urbanismo feminista realizado en mayo de 2018.

Esta parada estuvo destinada a hablar sobre la representatividad de las mujeres en la ciudad. Existen muy pocas calles con nombre de mujer en Sevilla y las que hay suelen ser de vírgenes o santas. En este caso, la calle Eustaquia Barrón estuvo hasta hace poco nombrada Eustaquio Barrón. El recorrido finalizó en la Plaza del Pumarejo enfrente de la Casa Grande del Pumarejo. 63


verse en bicicleta correctamente por la ciudad (Figura 70). La bicicleta podría suponer un instrumento de empoderamiento, independencia y de posibilidad de mejorar sus vidas. Para ello realizan clases e itinerarios gratuitos en diferentes puntos de la ciudad en las que las alumnas pueden llevar su propia bicicleta o solicitar una a la asociación.

Figura 70. Cartel de uno de los encuentros de Mujeres a golpe de pedal. (https://mujeresagolpedepedal.wordpress.com)

Otro aspecto interesante de Sevilla en torno al feminismo lo encontramos en los denominados espacios okupados. En primer lugar, es necesario aclarar que, el termino okupación hace referencia al movimiento okupa, el cual es considerado un movimiento social y como tal tiene fines sociales, políticos y culturales entre otros, ya que el objetivo es el de denunciar y reclamar el derecho a la vivienda entre otras cosas. En Sevilla, se han okupado ciertos espacios en lo que va de siglo, y la mayoría de ellos han estado situados en el Casco Norte de la ciudad. Esta zona de la ciudad se caracteriza por los movimientos sociales y las reivindicaciones vecinales desde que empezó el proceso de gentrificación14 y turistificación15. En general, los espacios que se han decidido okupar han sido en su mayoría edificios con cierto valor patrimonial que se encontraban vacíos y descuidados por parte de las instituciones. En cuanto al asunto que nos compete, muchos de estos espacios se declaraban feministas y trataban y debatían aspectos de género como una de las acciones principales que allí se llevaban a cabo. El espacio okupado feminista por excelencia es la COAF (Casa Okupada Atugestionada Feminista) La Revolucioná. También conocida como La Revo, se encontraba en el número 12 de la calle San Luis y ha sido desalojada recientemente en el año 2018 tras 3 años de actividad. Como su nombre indica, se autodefinen como casa feminista y normalmente consistía en un espacio no-mixto de debate, formación, empoderamiento y cultural. No obstante, sí que se realizaban reuniones y actividades mixtas, dependiendo de la temática. En La Revo se trataban habitualmente los temas referidos a la turistificación, gentrificación,

Figura 71. Cartel de la Mesa de debate sobre mujeres, ciudad y movilidad ciclista. (https://mujeresagolpedepedal.wordpress.com/2016/03/21/mesa-de-debate-mujeres-ciudad-y-movilidad-ciclista/)

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14 Término con el que se alude al proceso mediante el cual la población original de un sector o barrio, generalmente céntrico y popular, es progresivamente desplazada por otra de un nivel adquisitivo mayor. 15 Término con el que se alude al impacto que tiene la masificación turística en el tejido comercial y social de determinados barrios o ciudades.


evolución de la ciudad y el papel que la mujer juega en esta. Reivindicaban espacios no-mixto ante la inseguridad y opresión que consideraban existe en la ciudad actual, por lo que el objetivo era el de crear un espacio libre y liberado al margen del patriarcado y el capitalismo en gran parte. El origen de La Revo sin embargo, no lo encontramos en San Luis, sino en otro espacio anteriormente okupado en la Puerta Osario. El espacio y la actividad se detallan más en el siguiente apartado sobre espacios okupados en Sevilla, Ficha 1. En general, uno de los motivos principales de la okupación, como se venía explicando, es la especulación urbanística. En el caso de Sevilla, esta especulación tiene en gran parte su origen en la Expo 92, es de entender por lo tanto que las okupaciones en la ciudad comiencen desde los años noventa en adelante. Espacios como la conocida CSOA (Centro Social Okupado Autogestionado) Fábrica de Sombreros, también situada en el barrio de San Luis; o la CSOA EnDanza (también llamada AnDanza) surgieron como respuesta a estas especulaciones y a la crisis del ladrillo que estalló en el país desde 2007. Esta última, situada también entre los barrios de San Luis y El Pumarejo, fue al parecer en su día la casa okupa más grande de Andalucía, aunque desde 2015 se encuentra desalojado y tapiado. Ambos espacios, entre otros que no se han nombrado en el presente trabajo, se autodefinían feministas e intentaron influir en la evolución y transformación de las ciudades, entre otros aspectos, en lo que se refiere al género y la igualdad entre hombres y mujeres. Ambos espacios citados se encuentran más definidos en el siguiente apartado, Ficha 2 y Ficha 3.

se encuentran en Sevilla, y que, aunque no son específicamente feministas, resultan interesantes por su lucha y activismo contra la ciudad turistificada y reclaman un urbanismo ecológico y además de género. Estos espacios son, entre otros, La Casa Grande del Pumarejo, la cual resistió la construcción de un hotel gracias a la organización y lucha constante del vecindario que consiguió que actualmente sea el centro social del barrio de forma legal. Encontramos también el espacio del Huerto del Rey Moro o los espacios de la zona de la Plaza del Pelícano, que también reclaman activamente un turismo responsable que mantenga la esencia y la vida de los barrios y que simpatizan abiertamente con el feminismo y el género a nivel urbano.

Fruto también de la crisis económica fue la okupación de la Corrala de Vecinas La Utopía. Esta estaba liderada por un grupo de mujeres, algunas de ellas con hijos, que decidieron ocupar un inmueble que no era de su propiedad para ejercer su derecho a la vivienda. Cabe destacar que la forma de vida de la Corrala era colaborativa y cooperativa, de forma que compartían recursos y tareas como las de cuidados, tanto a niños como a personas dependientes y mayores. Este espacio se encuentra más definido en el siguiente apartado, Ficha 4. Por último, se ha considerado relevante nombrar otros espacios que 65


7.1.

Localización y fichas de espacios okupados en Sevilla

En la Figura 72 se representan los espacios okupados de Sevilla en los últimos años. Todos ellos son CSOA o COAF, menos en el caso de la Corrala de Vecinas la Utopía. Este caso es diferente a los demás ya que su naturaleza no era la de centro social como la del resto, si no que se okupó para utilizarlo como viviendas. No es el único caso de estas características que se dió en Sevilla entre los mismos años, pero se ha decidido desarrollarlo por la trascendencia e impacto mediático que tuvo.

5 6

1 8 9

4

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2 7

11 12

Como se puede apreciar, la gran mayoría de los CSOA se encontraban dentro del entorno del casco norte de Sevilla. La mayoría de ellos han sido desalojados, algunos en un periodo corto de tiempo y otros con más trayectoria. A continuación se presentan una serie de fichas que complementan el apartado anterior sobre algunos de estos espacios okupados. La elección del desarrollo de los espacios responde a su interés en cuanto a feminismo y trascendencia en la ciudad de Sevilla. CSOA/COAF Espacios que fueron okupados y se han legalizado Espacios okupados como viviendas Espacios okupados que quedan fuera del plano

3

1. CSOA Endanza 2. CSOA Fábrica de Sombreros 3. CSOA La Huelga 4. COAF La Revo 5. CSOA Casas Viejas 6. Casa Grande del Pumarejo 7. Huerto del Rey Moro 8. CSOA La Grieta (Calle León XIII, 91) 9. CSOA La Hiena (Calle Metalurgia, 2) 10. CSOA Sin Nombre (Calle San Bernardo 42)

Figura 72. Localización de espacios okupados en la ciudad de Sevilla en los últimos años.

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11. CSOA Centro Social de la Soleá (Plaza Tomás Pavón) 12. Corrala de Vecinas La Utopía (Av. de las Juventudes Musicales


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FICHA 1 Nombre

COAF “La Revoluciná”/”La Revo”

Clasificación

Espacio okupado feminista

Ubicación

Barrio de San Luis. Calle San Luis, 12.

Periodo de actividad

Mayo de 2015 - Abril de 2018 Actualmente buscando nueva ubicación

Origen del espacio El espacio surge como una necesidad de un lugar no-mixto donde construirse ellas misma y al lugar de forma que puedan hacer llegar el feminismo a más mujeres creando un espacio de comunicación crítica y de producción de pensamiento colectivo. La Revo es un espacio físico liberado y libre de actitudes opresoras, donde se fortalecen, cuidan y conocen entre ellas, según las propias palabras de las integrantes del grupo. El grupo lo componen una veintena de mujeres de diferentes edades. Aunque el espacio es no mixto, también realizan actividades mixtas. La Revo no es nueva, surgió unos años antes en otro espacio ocupado que se situaba en Puerta Osario. Sin embargo, no sentían que aquel fuera su espacio, ya que no era un espacio únicamente feminista, si no que tenía otros usos e ideologías. La casa que okuparon en San Luis pertenecía a un banco y llevaba tiempo vacía, uno de los motivos principales por el que decidieron okupar este lugar.

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Definición de actividad Se definen como: “La Casa Okupada Autogestionada y Feminista “La Revolucioná” es un lugar de lucha, encuentro, debate, reflexión política, pensamiento crítico y creación colectiva, y desde el que proyectar nuestras ideas feministas. Se trata de un espacio no mixto; un espacio liberado y libre de actitudes opresoras, donde fortalecernos, cuidarnos y hacer que la lucha feminista se visibilice, multiplique y propague.” La Revo, era un centro social y cultural donde se llevan a cabo diversas actividades como debates, comidas colectivas, talleres de autodefensa y de baile, talleres de empoderamiento, conciertos, recitales de poesía, fiestas, etc. También se motiva desde el espacio a las mujeres que sean víctimas de violencia machista a que contacten con ellas en busca de apoyo y respuesta ante ese tipo de situaciones. Desde La Revo se critica el modelo tanto de vivienda como de familia tradicional, la especulación de la vivienda y la turistificación que están sufriendo los centros históricos de las ciudades; y entienden como necesarios espacios no mixtos para las mujeres. Tras el desalojo del colectivo del inmueble, las integrantes de La Revo se encuentran actualmente en La Casa Grande del Pumarejo mientras encuentran una nueva ubicación propia. *Para más información visitar el espacio web propio de la casa en la siguiente dirección web: https://larevoluciona.wordpress.com/acerca-de/


Figura 74. Fachada de la COAF “La Revo”. Figura 75. Interior de la COAF “La Revo”.

Figura 73. Fachada de la COAF “La Revo”

Figura 76. Interior de la COAF “La Revo”.

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FICHA 2 Nombre

CSOA “Fábrica de Sombreros”

Clasificación

CSOA (Centro Social Okupado Autogestionado)

Ubicación

Barrio de San Luis. Calle Heliotropo.

Periodo de actividad

Mayo de 2008 - 2 de junio de 2009

Origen del espacio El espacio que se dedice okupar pertenece a la antigua Fábrica de Sombreros que, una vez terminada su función productiva, en 2002 se encuentra en abandono fruto de la especulación por la inmobiliaria Grupo Tempa y por la administración. La okupación de este espacio fue fruto del conflicto que existe entre la gestión de la ciudad y la ciudadanía, el choque de intereses y las demandas ciudadanas y de diferentes colectivos socio-políticos. La especulación urbanística junto con la crisis económica y la falta de equipamientos en el barrio, fomentaron el deterioro de este edificio, el cual, consideraban muchas asociaciones y colectivos, poseía y posee gran valor patrimonial.

70

Definición de actividad Desde su okupación, la Fábrica de Sombreros se convirtió en el centro social y cultural del barrio de San Luis durante el año en el que estuvo activa. Desde esta se fomentaban las actividades destinadas a defender y difundir el patrimonio arquitectónico, cultural y social. Funcionaba de forma participativa con procesos inclusivos y abiertos basados en el consenso. Todo esto dio lugar a la creación de un espacio público y abierto para la organización de actividades políticas, culturales y vecinales. En ella se cuestionaban duramente las políticas de vivienda actuales y las de privatización de los espacios públicos. Poco después de su creación, la CSOA Fábrica de Sombreros se nombró en asamblea como espacio feminista, sienda esta una de las pocas etiquetas que asumieron durante la construcción colectiva del centro social. Esta autoproclamación surgió por la reivindicación de algunos grupos y colectivos feministas de la ciudad que reclamaban espacios que las mujeres pudieran sentir como propios y en los que sentirse seguras. La falta que la ciudad supone frente a este tipo de espacios dio lugar a que la ciudadanía considerara necesaria la creación de estos. *Para más información léase el Frente de Redacción CSOA Fábrica de Sombreros en la siguiente dirección web: http://ayp.unia.es/dmdocuments/ com08.pdf O léase el texto de feministas.org sobre la Mesa de Okupación Casa Fábrica de Sombreros en la siguiente dirección web: http://www.feministas.org/IMG/ pdf/15-2-Mesa_okupacion-_casa_de_sombreros.pdf


Figura 78.

Figura 79.

Figura 77. Patio exterior del CSOA “Fábrica de Sombreros”. (http://www.zemos98.org/eduex/spip.php?article40). Modificada.

Figura 78-80. Patio exterior e interiores del CSOA “Fábrica de Sombreros”. (http://elblogdejackdaniels.blogspot.com/2009/05/centro-social-ocupado-y-autogestionado.html). Modificadas.

Figura 80.

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FICHA 3 Nombre

CSOA “EnDanza” o “AnDanza”

Clasificación

CSOA (Centro Social Okupado Autogestionado)

Ubicación

Barrio de San Luis. Calle San Luis, 40.

Periodo de actividad

Enero de 2014 - Septiembre de 2015

Origen del espacio En Febrero de 2014 se decide proceder a la okupación de la antigua Sala Endanza por parte de un grupo de activistas sociales de la ciudad de Sevilla. La especulación urbanística surgida en Sevilla, en gran parte, por la Expo del 92 y la crisis económica con inicio en el año 2007, provocaron que el edificio en cuestión, el cual se encontraba abandonado, fuera okupado. El edificio posee valor histórico en el barrio por su anterior uso como sala cultural y del que surgieron diferentes iniciativas culturales para la ciudad. El edificio, propiedad de la Sareb (Sociedad para la Reestructuración de la Deuda Bancaria) se encontraba sin uso. Los activistas precursores de la okupación entendían que el espacio debía ser devuelto a la ciudadanía y por lo tanto su uso debería ser público, formando parte de los equipamientos del barrio.

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Definición de actividad Desde su okupación, la intención fue la de que el espacio formara parte del barrio para realizar actividades culturales, sociales y políticas que, según los usuarios, no tenían cabida en otros lugares. La intención por lo tanto era la de dotar de equipamiento al barrio y así lo alegaron para hacer frente a la justicia, la cual consideró que dicho alegato no justificaba la acción. El precursor del CSOA Endanza fue el COSA Fábrica de Sombreros, y antes de este el conocido como COSA Casas Viejas. Como en todos ellos, en Endanza, a veces también llamado Andanza, se llevaron a cabo diversas actividades como talleres, jornadas, conciertos, recitales de poesía, etc. Al igual que su predecesor, Endanza se autoproclamaba espacio feminista y por lo tanto se realizaron actividades que tenían que ver con esta cuestión. Como en los demás espacios, se procedió a su desalojo por parte de las fuerzas de seguridad tras el fallo de la sentencia que instaba a su desalojo inmediato por ocupar un inmueble de forma ilegal. *Para más información visitar el propio espacio web de la CSOA en la siguiente dirección web: https://csoaendanza.wordpress.com/category/noticias/


Figura 82. Exterior del CSOA “Endanza”. (https://www.diagonalperiodico.net/and a l u c i a / 2 1 8 8 4 - l i b e r a do-nuevo-espacio-sevilla-propiedad-del -sareb.html). Modificada.

Figura 83. Interior del CSOA “Endanza”. (https://aestrellaetsas.wordpress.com/cursos/curso-2014-15_aljarafe-sevilla-centro-2/taller-de-arquitectura-1-y-2-se villa-centro/planteamiento-del-curso-y-ejercicios-14 15t/). Modificada.

Figura 81. Exterior del CSOA “Endanza”. (https://www.diagonalperiodico.net/andalucia/27382-desalojan-sin-previo-aviso-csoa-andanza-sevilla.html). Modificada.

Figura 84. Fachada del CSOA “Endanza”. (https://www.burbuja.info/inmobiliaria/politica/672432-represion-policial-sevilla-desalojados-compan eros-de-endanza-3.html). Modificada.

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FICHA 4 Nombre

Corrala de vecinas “La Utopía”

Clasificación Ubicación

Barrio de San Lorenzo . Avenida de las Juventudes Musicales, 45.

Periodo de actividad

Mayo de 2012 - Abril de 2016

Origen del espacio El estallido inmobiliario que se produjo en 2008 a raíz de la crisis económica del país, provocó una profunda crisis en materia de vivienda. Se producían 517 desahucios diarios mientras que existían más de 4 millones de viviendas vacías. Desde el movimiento 15M, se okupa un edificio de viviendas vacío en la ciudad de Sevilla para gente que había perdido sus casas. Este grupo, inicialmente pequeño, estuvo encabezado por mujeres de distintas generaciones que decidieron ejercer su derecho a la vivienda y realojarse en un edificio que llevaba vacío unos dos años y que no era de su propiedad. El grupo decidió autodenominarse Corrala La Utopía y llegaron a alojarse 36 familias, muchas con niños, en este edificio. Esta okupación fue la chispa que encendió toda una llama que se tradujo en la okupación en Sevilla de muchos más inmuebles vacíos por familias que habían sido desahuciadas por los bancos.

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Definición de actividad Las familias que se alojaron en el inmueble llevaron a cabo numerosas protestas para reivindicar su derecho a una vivienda digna y para poder negociar con las instituciones y poder regularizar su situación. En cuanto a la forma de vida de la Corrala, las familias vivían en comunidad realizando las tareas domésticas y de cuidados de forma colectiva. Aunque la comunidad estaba liderada por un grupo de mujeres, las decisiones se tomaban de forma democrática entre todos los residentes del inmueble. Las familias se ayudaban unas a otras e intercambiaban servicios entre ellos. Desde las instituciones se prodeció al corte de la luz y del agua de todo el edificio. El banco Ibercaja, dueño del edificio, interpuso una demanda colectiva por okupación ilegal del inmueble tras la que los okupantes tuvieron que comparecer en juicio tras años de intento de negociación. En abril del año 2016 se procedió al desalojo de todas las familias que vivían en el inmueble. *Para más información ver el documental Habitar la Utopía que puede visionarse de forma gratuita en la siguiente dirección web: https://vimeo. com/112580604 O visitar el propio espacio web de la Corrala: http://corralautopia.blogspot. com/


Figura 86. Exterior Corrala de Vecinas “La Utopía”. (https://sevilla.abc.es/sevilla/sevi-audiencia-sevilla-absuelve-unica-condenada-corrala-utopia-201704062121_noticia.html). Modificada.

Figura 87. Fachada Corrala de Vecinas “La Utopía”. (http://arainfo.org/tag/corrala-utopia/page/2/). Modificada.

Figura 85. Exterior Corrala de Vecinas “La Utopía”. (https://www.diagonalperiodico.net/andalucia/27382-desalojan-sin-previo-aviso-csoa-andanza-sevilla.html). Modificada.

Figura 88. Fachada Corrala de Vecinas “La Utopía”. (https://sevilla.abc.es/sevilla/20140406/sevi-policia-nacional-comienza-desalojar-201404061137.html). Modificada.

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8.

CONCLUSIONES FINALES

A partir de lo expuesto anteriormente, tanto lel trabajo de campo como del bibliográfico y de referencias, se pueden apuntar diferentes conclusiones en lo que a arquitectura con perspectiva de género se refiere. En primer lugar, considero importante abordar la cuestión que produce controversia sobre qué estrategias de diseño son genuinamente de género y cuáles no. Es cierto que las estrategias seguidas al proyectar una vivienda o planificar una ciudad con perspectiva de género, a priori, no tendrían por qué tener este propósito únicamente. Si bien muchas de las ideas proyectuales expuestas se pueden dar en distintos proyectos que no tienen una ideología de género reconocida, sí que estos parámetros favorecen directamente al género. Crear espacios flexibles dentro de la vivienda o espacios comunes ajardinados en la comunidad, por ejemplo, son pautas que se utilizan habitualmente en la proyección de edificios plurifamiliares. Pero, como se ha explicado anteriormente en este escrito, estos aspectos constituyen un avance desde el punto de vista del feminismo y la arquitectura. Hacer arquitectura de género no implica que los elementos y estrategias usadas estén únicamente relacionados con la naturaleza femenina. El objetivo de la arquitectura feminista o del urbanismo con perspectiva de género es el de crear ciudades y comunidades más igualitarias e inclusivas, es poner en el centro los cuidados, es decir, el trabajo reproductivo, y hacerlo común. Las estrategias de diseño que se han ido desarrollando anteriormente colocan el trabajo reproductivo en el centro, dándole la misma importancia que al productivo, y liberando a la mujer así de esa carga que históricamente se nos ha asignado sin libre elección. Sí considero sin embargo que la proyección de espacios para compartir las tareas domésticas y de cuidados podría ser una estrategia específica del género precisamente por esa imposición de la labor de la mujer. Estos espacios contribuyen tanto a liberar a las mujeres de estas tareas como a compaginar más fácilmente la vida familiar con un trabajo fuera del hogar. Es evidente que también favorece a la paternidad, por lo que es un aspecto doblemente ventajoso. 76

El concepto del cambio y de los ciclos vitales también resulta interesante. Es cierto que hay aspectos de este concepto que pueden resultar algo utópicos, como la equiparación de todas las habitaciones de la vivienda para evitar una jerarquización dentro del núcleo familiar. Considero que esta idea es interesante pero que hay que tener en cuenta diversos factores como que en la habitación de matrimonio se albergan dos personas en contraposición con la de los niños que suelen ser individuales. Es por ello que quizás la equiparación no debería ser la de reducir la habitación de matrimonio, si no la de agrandar la de los niños para que, a medida que vayan creciendo, puedan ir albergando elementos necesarios para su evolución como puede ser una mesa de estudio o más capacidad de almacenaje. Añadir una habitación multiusos es una idea que se debería tener presente a la hora de diseñar viviendas para una familia. Ya se comentaba en otro apartado que esto puede favorecer a los ciclos vitales más específicos como pueden ser el embarazo o la lactancia, donde un espacio más específico para estas funciones podría resultar de gran utilidad. Por otro lado, me parece prioritario el concepto de la seguridad. Como se veía en las encuestas, las encuestadas coincidían en la sensación de inseguridad al entrar en sus respectivas viviendas. Diseñar los espacios comunes de las viviendas sobre este concepto es importante. Volvemos a la idea de que aunque las estrategias seguidas no tienen por qué ser de género, sí que lo favorecen. Proyectar los espacios comunes transparentes, abiertos y a la vista de todos, ayuda notablemente a crear sensación de seguridad. Es un hecho que las mujeres somos actualmente más vulnerables a sufrir agresiones, etc. en las calles, por lo que planificar la ciudad de forma que los espacios públicos estén bien iluminados o evitando los espacios cerrados es primordial. En cuanto a la movilidad dentro de las ciudades, se hace visible la creación de redes de proximidad. Como se ha explicado, los recorridos de las mujeres, en general, difieren de los de los hombres. Estos últimos suelen realizar desplazamientos más lineales, sin embargo, las labores de cuidados que suelen llevar a cabo las mujeres suponen que se realicen desplazamientos con más paradas y más complejos. Crear, a nivel de barrio, una red lo suficientemente dotada de equipamientos


es algo que debe tenerse en cuenta a la hora de hacer urbanismo. Los servicios son necesarios para facilitar las tareas de cuidados. Hay que tener en cuenta estos desplazamientos no lineales a la hora de diseñar líneas de transporte público. Estas redes de servicios y de transportes benefician también la vida de otros grupos sociales como pueden ser las personas mayores o las personas con discapacidad. El urbanismo de género prioriza el transporte público y los carriles bici respecto al vehículo privado, es por ello que este tipo de urbanismo está directamente relacionado con el urbanismo ecológico, ya que ambos buscan una ciudad que, a la vez de cómoda, sea cada vez más eficiente.

sociedad evolucione para conseguir los objetivos citados. La arquitectura siempre ha sido una herramienta fundamental para moldear las sociedades y por lo tanto la personalidad de los individuos, por lo que considero que la labor de los arquitectos es fundamental para con la sociedad.

Pienso que es evidente que existen muchas carencias en los modelos actuales de viviendas y a la hora de hacer ciudad. En ellos se tiende a priorizar únicamente el beneficio económico sin tener en cuenta a los individuos que serán usuarios de estos espacios. El urbanismo de género supone crear una planificación colaborativa teniendo en cuenta las necesidades de los ciudadanos. Esto por supuesto supone un mayor esfuerzo por parte de los profesionales y considero que las instituciones deberías proporcionar más medios para que esto sea factible. Aunque aún queda mucho por hacer en materia de género y arquitectura, es alentador ver como cada vez más esta ideología va calando en las instituciones y en los profesionales. La inclusión de esta perspectiva en las planificaciones de las ciudades o en los proyectos de viviendas suponen un gran paso hacia delante para conseguir una ciudad más igualitaria. Por último, concluir el presente trabajo lanzando una reflexión a los profesionales ligados con la creación de las ciudades y las viviendas en particular. Considero que es necesaria la formación de estos profesionales en materia de género para poder conseguir el objetivo de crear una ciudad cada vez más igualitaria. El presente trabajo intenta demostrar que otro tipo de arquitectura más eficiente, más igualitaria y más inclusiva es posible. Este cambio tiene también que producirse de la mano de un cambio de mentalidad social en lo que respecta a la igualdad de géneros. Es complicado no reproducir en el hogar la mentalidad de la sociedad exterior, por lo que es fundamental que la 77


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