Lineas de tiempo

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LĂ­neas de tiempo


Prefacio

Sirenas y remolinos de palabras. por MarĂ­a A. Revelo Imery


Las páginas rojas, de un cuadernillo tamaño pasaporte, fueron el primer lienzo para transcribir los sonidos e imágenes de tentaciones compartidas. En el transcurso de nuestra vida, nos exponemos una y otra vez a momentos y situaciones que alimentan o despiertan impulsos interiores. Dialogar con estas las ideas o dudas que se manifiestan en cada una de nuestras percepciones alimenta (mucho) el proceso de crecimiento y aprendizaje. Observemos un mismo paisaje y quizás no veamos lo mismo, sino una conversación propia entre el momento y las diferentes escenas que nos han marcado. Se mezclan allí en nuestra visión las caras de desconocidos y los lugares familiares, factores que se animan lo que nos rodea y distorsionan la realidad. El viaje no termina, sobre todo si no tenemos donde descansar; como un bucle de preguntas y respuestas y escudos. La expresión de sentimientos, de desgaste; sarcasmos fáciles y polisemia... se deforman hasta cobrar un tono universal, a medida vemos algo de nosotros y de la sociedad que nos rodea en estas piezas experimentales. La expresión de sirenas que escuchamos se dibuja con trazos, pero también con palabras. Distintos puntos de referencia, de diferentes artistas, son un mismo remolino.


Parte I Lado A: Preceptos para el manejo de la culpa Poemas de Jacobo PeĂąaranda Ilustraciones de Ulises Vaquerano


Preámbulo Olvídese Entre los renglones De su cotidianidad; Manténgase alejado de todo alcance Antes de llegar más lejos En sus meditaciones.


Herejía Apócrifa Apócrifa Deidades varias, Os propongo Que juzgue al primer mortal Aquella de entre vosotros Que jamás Haya usado la culpa para adoctrinar A sus adeptos.


Idealista que camina por ahí Paseando ausencias -Y rogándoles un plazo más Para pagar aquella redenciónQue tanto prometía.


Ausencias 1. Composición al olvido Los olvidos No valen tangos Ni boleros, Ni tan siquiera Baladas. De todos modos, Ya no están acá. 2. Ese segundo Ella estaba Aquí hace un rato. Temo que Ese segundo Ha pasado ya. 3. El presente Justo cuando Me decidía a vivirlo Se me ha ido ese presente Esquivo; Vuelvo al recuerdo.


Lluvia de verano Si el agua No perdona ya al verano, No queda esperanza Para los que esperรกbamos el sol.


Ingenuos Cuando la luz Brillรณ sobre su desnudez Aun se declaraban inocentes.


Parte I Lado B: Reincidencias Textos por MarĂ­a Pinto Ilustraciones de Ulises Vaquerano


Reempezar Mi excusa es que me perdí en el camino. Sin compás y sin quien me dirija, suelto las riendas de quién soy y no me encontré. No escuché las voces de mis deseos, con quienes había procurado mantener una relación estrecha y duradera. Ciega y sin rumbo, el chucho sin dueño del que tanto hablaba mi mamá. Perdida entre los pleitos de mi cabeza y mi cuerpo, te perdí para encontrarme. Nuestras palabras se tropezaron con mis acciones, mis abrazo-patadas, hasta que en la crisis se despejan las nubes, porque ya no aguanto más estos malditos golpes; me duelen las rodillas. (Y eras vos, lo que quería y lo que quiero y soy yo quien) busco caminar para atrás. Quiero llegar nuestro principio y decirte que no empecemos, o empezamos con abrazos rotos. Dejar dejan pasar los errores para que puedan pasar los amarres debían pasar más amores, pero suele pasar que se amarran ve pasar la promesa de hacerse pasar por mentaras, necesario pasar por heridas hacía pasar tradiciones cuando vio pasar ilusiones pudiera pasar horas aquí, debemos pasar juntos deberá pasar un castigo haciéndose pasar por horas debió pasar semanas soñando con lo que quiere pasar, y no dejaba pasar al olvido los celos que se hicieron pasar, dejando pasar y huir los estragos y estallidos que le regalan, quepermite pasar



el (amor) que perdí II Lo voy a ver cuándo nos veamos, casualmente reclinada en la comodidad del reencuentro, y escucharé en su voz la manera en la que algunos de nuestros sentimientos han sido saqueados, quedándose solamente alguito de amor. Ubicados él por un lado emocional y yo por otro, la amistad fuera el territorio común en el que me le acerco para contarle la última mala idea que tuve y el más reciente autodiagnóstico de una enfermedad imaginaria. Te conozco tanto que sé adónde caen tus besos en el cachete y me dices muchísimo cuando callas. Esas son las onzas de amistad en las que habrás insistido cada vez que (no) habláramos de nosotros. Allí, aquí, es entonces (muy) difícil vaciar la imagen de nuestro amorío perpetuo. Cuesta borrar de mis ojos adelantados esa escena ficticia, de mis labios coquetos recordándole la última vez que nos vimos. ¿Sí te acordás que no servía la radio? Manejábamos de regreso de una parte de Y Tú Mamá También, pero sin Gael ni Diego. Te detuve el celular, poniéndotelo al oído por todo el camino. Ese fue el día en el que te me quedaste viendo, mudo. Tus ojos brillaban, al fondo de tu mirada, y tu sonrisa… pues, estabas tan ido que no escuchaste lo que te dije. Yo también te amo, ¿sabés?



Los amados El carro ya está un poco oxidado, como sus manos ya arrugadas. El amado siempre maneja, y ella se sube, y ambos dirigen. El amado va manejando sobre la 89, el lugar perfecto para insultar a la radio, pues qué mala es la señal. La amada, cuyos pensamientos se evaporan en el aura de un copiloto, siente un cosquilleo nostálgico y le pregunta por la canción que iban cantando el otro día. Con un ojo en el retrovisor y una mano en su pierna, le canta a letra y juntos recuerdan “There’s a light that never goes out” de The Smiths. Con un tarareo, lanzan al público pasajero pistas de esa noche en la que volvían de otra noche juntos, espacios nocturnos privados que envuelven a los amados en una sensación que no les cabía en el cuerpo. Cuando el amor es más grande que el cuerpo, hay que escoger, entre abrazos rotos, el camino que abra paso a que se sumen coartadas y canciones. Abrazados por ocasiones que chocan las pasiones, el amado y la amada veían las salidas a las trampas, baches y cráteres aparentes tendidos por decisiones que cada uno había tomado antes, por su lado. Quédate conmigo, amada, lo resolveremos siendo más, partiendo de lo que hemos sido.



Líneas de tiempo desde que te conozco el tiempo tiembla extraño nervioso se apresura ataca comisuras del cerebro tan serio y maduro y cambian lagunas grises y las escalas parámetros desgastados de moda que me alejan de mi nuevo ser pero también me acercan a aquellas partes que viven y respiran y entonces una la semana se precipitan corre serotonina que me dice que esto es todo esto es significado todo esto pesa esto es con el tiempo apresurado que desde que te conozco me acerca y me aleja sin remedio sin cuerdos que nadie se haya apresurado en presentarnos no escucho la prisa con la que se acerca el choque rabioso de tu línea de tiempo con la mía


12h36 del 4 del 11


Colaboradores. Jacobo Peñaranda

Nació en Bogotá, pero vive en París; lee sobre todo novelas, pero escribe cuentos y poemas para muchachitos; está haciendo un doctorado en literatura, pero prefiere discutir sobre la estructura narrativa del stand up comedy.

María Pinto Su primera mudanza fue en 1993 y aprendió inglés escuchando Madonna. Dejó la poesía en el 2008 cuando empezó su primera (de tres) novelas inacabadas. Toca el piano en secreto y volvió, en 2015, a escribir textos liricos y cortos.

Ulises Vaquerano Ulises dejó El Salvador en 2014, pero no lo olvida. Su viaje empieza con estudios de Diseño Gráfico y, a medida pasa el tiempo, incursiona en varias facetas del arte visual: ilustraciones, animaciones, Vj, y cuadernos rojos.

María A. Revelo Imery María Alejandra aprecia los detalles, colores y texturas de todas las formas de arte. Su territorio es la traducción, ese trabajo minucioso de decir lo mismo, pero diferente; con un gusto particular por los proyectos artísticos que requieren una mano para que pasen de una lengua a otra.


Lista de textos LADO A Preámbulo Herejía Apócrifa Idealista que camina por ahí Ausencias Lluvia de verano Ingenuos LISTA DE TEXTOS LADO B Reempezar Dejar el (amor) que perdí II Los Amados Líneas de tiempo


2017


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