Ernest Shackleton (I) “Pensé que preferirías un burro vivo a un león muerto”
Ernest Henry Shackleton nació en 1874 en un pueblecito del condado de Kildare en Irlanda. Falleció muy joven, en 1922, en las cercanías de Georgia del Sur. Sin duda la Antártida le pasó factura. Fue el mayor de 10 hermanos. Desoyendo los consejos de su padre, que quería que estudiara medicina, a los 17 años ingresa en la marina mercante. Tres años después era Teniente y con 24 fue nombrado Capitán. En 1901, la Royal Geographical Society organiza la Expedición Antártica Británica, que fue más conocida por el nombre del barco, el Discovery. Para liderarla fue designado un hombre de la Armada Británica, el capitán Scott. La Real Armada no pudo prescindir del suficiente número de oficiales como necesitaba el gobierno del Discovery, así que Shackleton, enterado de esta circunstancia, y por medio de contactos, consiguió ser uno de los marinos mercantes contratados embarcando como tercer Oficial. Su responsabilidad eran los víveres y provisiones y también las actividades de entretenimiento. La empresa era de matiz eminentemente científico, pero también se organizó una partida para intentar llegar lo más al sur posible. La integraron Scott, Wilson y el propio Shackleton. El equipo cosechó un gran éxito al lograr superar el récord anterior que había establecido Borchgrevink en 1900 llegando el 30 de diciembre de 1903 a los 82º 17' de latitud sur. Como anécdota, y en el intento de llegar al Polo, el día de Navidad lo celebraron con ración doble de comida y con pudding que Shackleton había llevado escondido durante todo el tiempo entre sus calcetines. El viaje no estuvo exento de problemas; perdieron la totalidad de los perros y Shackleton se llevó la peor parte pues enfermó de escorbuto. Al regreso al campamento base, el Discovery, continuaba atrapado entre los hielos, tal y como lo habían dejado antes de partir y así seguiría hasta el verano siguiente. Las autoridades británicas habían enviado como posible rescate al Morning. Scott decidió repatriar a Shackleton al no estar recuperado de la enfermedad.
Mucho se ha escrito de esta decisión. Hay quien sostiene que Scott sentía envidia por la popularidad del tercer oficial y usó la excusa de la enfermedad para librarse de él. También se ha apuntado en numerosas ocasiones que tuvieron una gran discusión en el viaje al sur. Pero cuando estas circunstancias empezaron a conocerse, los principales protagonistas ya habían fallecido, así que es difícil confirmarlas o desmentirlas. Un hecho nos puede dar luz sobre la posible falsedad de esas especulaciones. Cuando el Discovery regresó a Inglaterra en 1904, Shackleton era uno de los que estaban en primera fila para recibirlo y, poco después, escribió una carta muy cordial al que había sido su jefe en la expedición. Sí es cierto que, cuando Scott publicó "El viaje del Discovery" en él de alguna forma estaba contemplado de manera implícita que la enfermedad de Shackleton fue una de las causas que motivaron que el récord del sur hubiera sido más mediocre de lo esperado. Este hecho sí que distanció a los dos exploradores. Más adelante, como veremos, hubo más problemas entre ambos. Tras la aventura del Discovery y las dificultades de salud por las que pasó, nadie pensaba que a Shackleton le quedarían ganas de volver a la Antártida. Pero a Shackleton la Antártida le contagió otra enfermedad de la que no logró curarse como del escorbuto: la pasión por esos inhóspitos lugares. Se le ofreció el puesto de primer oficial del Terranova, que acompañaría al Morning por si el Discovery necesitara rescate tras su segunda invernada. Pero su mirada estaba más allá; declinó la oferta, pero contribuyó en gran medida al equipamiento y organización de la expedición. También ayudó a preparar el Uruguay, buque argentino que acudió al rescate del explorador Otto Nordenskjöld. Aunque no es muy conocido, por esa época también hizo un intento por dedicarse a la política, presentándose por el partido unionista; pero al no ser elegido la abandonó definitivamente.
Nimrod
En 1907, organizó y lideró la Expedición Antártica Imperial Británica. La meta era clara: alcanzar el Polo Sur. Con tal objetivo no debe extrañar la calurosa acogida que tuvo el proyecto en la sociedad británica. A pesar de ello, Shackleton no contó con grandes apoyos institucionales y el mayor aporte económico fue sufragado por contribuciones particulares, siendo la mayor la del magnate Beardmore. La Royal Geographical Society no lo apoyó debido a que con carácter previo se había comprometido con la nueva expedición que iba a liderar Scott. La necesidad de adquirir un barco apto para navegar en ambientes polares llevó a Shackleton a Noruega. Quiso comprar el Bjorn, fabricado expresamente con esas consideraciones, pero su elevado coste le hizo desistir. Curiosamente, más adelante, el mismo barco fue utilizado por Filchner en su aventura antártica, gracias al asesoramiento de Shackleton. El único que encontró viable económicamente fue un barco foquero, el Nimrod, pequeño para sus planes y además, en muy mal estado. Una vez acondicionado, el Nimrod partió rumbo a la Antártida en agosto de 1907. Cuando se aproximó al continente, intentó establecer el campamento en la tierra de Eduardo VII, pero las condiciones de la banquisa lo hicieron imposible. Shackleton, antes de dejar Inglaterra, se había comprometido con Scott a respetar "su territorio" y no utilizar como base de partida la zona que Scott había empleado. Ante esa situación, sólo le quedaba renunciar a todo o romper la promesa por causa de fuerza mayor. Fue esto último lo que decidió. Una vez hubo concluido la construcción de la cabaña (Nimrod Hut) para pasar el invierno, el Nimrod regresó a Nueva Zelanda. Era el 22 de febrero.
Nimrod Hut Poco después se logró uno de los grandes éxitos de la expedición: la ascensión, por primera vez en la historia, del Erebus, volcán activo de 3794 m de altitud que se encuentra en la isla de Ross. Lo coronaron Edgeworth David, Douglas Mawson y Alistair Mackay el 9 de marzo de 1908. El invierno transcurrió con los trabajos de impresión y encuadernación del libro “Aurora Australis” y, sobre todo, con la planificación y preparación de los grandes retos que les esperaban al verano siguiente: los dos polos, el magnético y el geográfico. A.G.M. (Continuará)
Ernest Shackleton (II) “El descubrimiento del Polo Sur no será el final de las exploraciones antárticas”
El 15 ó 17 de enero de 1909 (la fecha varía según la fuente consultada), el mismo equipo que coronó el Erebus, Edgeworth David, Douglas Mawson y Alistair Mackay, repitieron triunfo alcanzando el polo sur magnético. El mismo día 17, pero dos años más tarde, Scott sería el segundo en llegar al extremo sur del eje del mundo. El tercer hito de la expedición, el Polo Sur geográfico no pudo ser alcanzado. El 29 de octubre de 1908, Shackleton junto con Marshall, Adams y Wild iniciaron el asalto al polo. El grupo inicial previsto tuvo que ser reducido al haber muerto durante el invierno la mitad de los caballos. Joyce, a pesar de ser el hombre con más experiencia antártica y gozar de la total confianza de Shackleton, fue de los que se apearon del grupo. En la decisión pesó sin duda el examen médico que hizo dudar de su capacidad física. La marcha hacia el polo fue muy dura, pereciendo todos los ponis. Descubrieron el mayor glaciar del mundo, que posteriormente Shackleton bautizaría como Beardmore, el nombre del magnate que fue su principal patrocinador. Ante las inmensas dificultades encontradas, el 4 de enero de 1909 Shackleton admite su derrota y se replantea su objetivo conformándose con alcanzar la cifra simbólica de menos de 100 millas del polo. El día 9 de enero alcanzan el punto de latitud 88º 23', a 97 millas de su objetivo y, habiendo sobrepasado el límite de su capacidad para regresar, emprenden la vuelta. Fue una lucha contra la inanición, contra la enfermedad y contra el desánimo. Casi al final del viaje, Adams y Marshall tuvieron que quedarse en un refugio con provisiones al no poder continuar por el lamentable estado en que se encontraban. Se había superado la fecha tope prevista y temían que el Nimrod hubiera partido. Cuando consiguió llegar al campamento, le esperaba la fatal noticia: en una nota se confirmaba que el buque había partido 2 días antes. En lugar de desesperarse, Shackleton buscó un lugar propicio, y con los materiales que encontró prendió una hoguera en la esperanza de que el Nimrod todavía no estuviera muy lejos. La idea funcionó, regresando el barco. Tras unas horas para recuperarse, Shackleton acudió personalmente para rescatar a los dos hombres que había dejado en el refugio. Más tarde, Shackleton escribiría una carta a su esposa en que, amargado por su ¿fracaso? le dice "he pensado que preferirías un burro vivo a un león muerto". A su regreso a Inglaterra, fueron recibidos como los héroes que eran. A Shackleton se le otorgó la Real Orden Victoriana y fue nombrado Sir. Durante casi tres años fue "the man who reached furthest to the south" (el hombre que había alcanzado el punto más lejano al sur). Los logros de Shackleton con el Nimrod ya le habían asegurado un lugar en el pódium de la exploración antártica. Pero él no se conformaba con eso. Todavía estaba planeando
su nuevo intento por alcanzar los 90º, cuando llegó la noticia de que Amundsen lo había conseguido, el 14 de diciembre de 1911. La decepción de Shackleton sólo encontró salida hacia adelante. Su planteamiento esta vez no fue llegar al polo, sino atravesar a pie todo el continente, lo que suponía un recorrido de más de 3000 km. Para ello concibió la que se llamó oficialmente Expedición Imperial Trans-Antártica. El plan era ambicioso: dos barcos y dos equipos. Uno partiría del mar de Weddell donde desembarcaría un equipo de 14 hombres. Ocho se dedicarían a trabajos científicos y los seis restantes, al mando de Shackleton, con 100 perros, emprenderían el cruce del continente hacia el mar de Ross. El otro equipo se dirigiría al mar de Ross y establecería depósitos de suministros para apoyar al equipo principal en la última etapa del viaje. No hubo problemas para conseguir las tripulaciones. Se cuenta que hubo más de 5000 peticiones, entre las que se encontraban tres chicas que quisieron enrolarse. El problema de la financiación fue una vez más resuelto en su mayor parte con aportaciones particulares. La más sustanciosa fue la del industrial escocés James Caird. Endurance
Los dos buque adquiridos fueron el Polaris, que se había construido en Noruega para el explorador Gerlache con especificaciones que le hicieran apto para la navegación polar y el Aurora, barco australiano que había utilizado su antiguo subordinado Douglas Mawson. El Polaris fue renombrado como Endurance (resistencia), por el lema familiar de Shackleton, "Fortitudine Vincimus" (by endurance we conquer, con resistencia conquistaremos) y en él embarcaría el equipo principal. El 1 de agosto de 1914 Inglaterra entró oficialmente en la primera guerra mundial. Ese mismo día estaba previsto que partiera la expedición. Shackleton se encontró en una encrucijada; por un lado, sus sueños estaban en el sur, por otro, su patriotismo le impulsaba a servir a su país implicándose en el conflicto que acababa de iniciarse. Triunfó el patriotismo, y Shackleton telegrafió al almirantazgo comunicando que tanto el buque como la tripulación y él mismo quedaban a disposición de las órdenes del gobierno. La respuesta no admitía réplica: "proceda". Así pues, el día 1 de agosto de 1914 parte a bordo del
Shakespeare
Endurance llevando, o al menos así lo creía, 27 tripulantes a bordo. El belga Perce Blackborow fue rechazado como tripulación por su juventud e inexperiencia y porque el barco ya contaba con suficiente personal. Sin embargo, se coló como polizón ayudado por dos miembros de la tripulación. Cuando fue descubierto era demasiado tarde para desembarcarlo. Realizó un magnífico trabajo en la expedición. Todos los planes se vinieron abajo cuando el Endurance, en un año que resultó inusualmente frío quedó atrapado entre los hielos. El barco empezó a derivar con el movimiento de la banquisa y todos los esfuerzos que se hicieron para liberarlo fueron inútiles. Se dieron cuenta que deberían pasar el invierno sobre el hielo. Construyeron lo que llamaron jocosamente "dogloos" con bloques de hielo para alojar a los perros, mientras en el barco vivía toda la tripulación. En el mes de octubre, tuvieron que abandonar el Endurance ante la tremenda presión de los bloques de hielo. En efecto, poco más tarde, se destrozó y hundió. Nada pudieron hacer por salvarlo a pesar de que, con la única excepción del Fram de Nansen era seguramente el barco más resistente jamás construido. Por supuesto, todos los planes iniciales se habían venido abajo. Un nuevo y más importante plan aparecía en el horizonte: sobrevivir.
A.G.M. (Continuará)
Ernest Shackleton (y III) "No tengo duda que la providencia nos ha guiado ... Yo sé que durante aquella larga y terrible marcha de treinta y seis horas sobre las montañas sin nombre y glaciares, a menudo me parecía que éramos cuatro y no tres
Arrastrando los botes salvavidas del Endurance, emprendieron una penosa marcha sobre el hielo con idea de alcanzar la isla Snow o bien la isla Paulet. La marcha fue imposible ante la subida de las temperaturas que hacían casi imposible andar sin hundirse hasta las rodillas. Se detuvo la marcha y se estableció el que llamaron “campamento Océano” en un bloque plano y aparentemente estable. Se hizo un nuevo intento por avanzar, pero a la vista de los resultados y que serían necesarios más de 300 días para alcanzar tierra firme, establecieron otro campamento, “campo de la Paciencia” lo llamaron, para esperar allí la ruptura definitiva del hielo. Tres meses duró la paciencia, en los que empezaron a escasear provisiones hasta el punto de tener que sacrificar a los perros, para ahorrar sus raciones y que su propia carne sirviera como complemento a la alimentación. Incluso el gato mascota del Endurance, Mrs. Chipps, tuvo que ser sacrificado. Antes de la ruptura definitiva de la prisión de hielo, los tres botes salvavidas fueron bautizados con los nombres de los tres principales patrocinadores de la expedición: James Caird, Dudley Docker y Stancomb Wills. El día 8 de abril el hielo se partió de repente. Los tres botes iniciaron una pavorosa navegación entre témpanos, encallando frecuentemente y con grandes posibilidades de perderse unos a otros. Decepción fue el destino que eligió Shackleton sabiendo que era frecuentemente visitada por balleneros, pero las circunstancias de la difícil navegación le obligaron a cambiar el destino por la isla Elefante. Lograron llegar y encontrar una zona apta para el desembarco, pero el problema ahora consistía en que esa remota isla era muy raramente visitada por los balleneros, así que no quedaba más remedio que buscar ayuda en otro lugar. Ante el agotamiento de todos sus hombres, Shackleton decidió que permanecieran en la isla e ir él mismo en busca de ayuda. Eligió a Worsley, el capitán del Endurance, como navegante y a cuatro más, partiendo los seis a bordo del James Caird en busca de Georgia del Sur, que aunque no era la tierra habitada más cercana, sí era la más fácil de alcanzar por los vientos y corrientes predominantes. Si no volvían antes de la primavera siguiente, Wild, al mando del grupo de isla Elefante tenía orden de intentar llegar a Decepción. Gracias a la increíble habilidad que demostró Worsley, y después de 14 días de navegación en las peores condiciones que imaginarse pueda, avistaron Georgia del Sur. Pero no acabó ahí todo. Tuvieron que desembarcar en la costa sur y la población ballenera se encontraba en el norte.
Con Worsley y Crean (los otros estaban completamente agotados), emprendió entonces la casi imposible tarea de atravesar la isla escalando la cadena montañosa que la atraviesa. En una penosísima marcha marcada por el agotamiento y la desesperación y después de 36 horas sin descansar consiguieron alcanzar el poblado ballenero. Shackleton, que no era un hombre religioso, escribió después la frase que encabeza esta tercera parte de la reseña de su vida. Al día siguiente, un barco ballenero pudo recoger a los otros tres tripulantes del James Caird. Todavía quedaba el rescate del grupo de isla Elefante. Hicieron falta cuatro intentos y al final fue el buque chileno Yelcho, con Luis Pardo Villalón como capitán y, por supuesto, Shackleton a bordo, el que consiguió rescatarlos a todos. A pesar de las penalidades sufridas no hubo ni una sola baja. Sólo hubo que lamentar la amputación parcial de los dedos del pie izquierdo de Blackborow, afectados por congelación; la operación, efectuada en unas condiciones pésimas había sido un éxito. Al regreso a la civilización, la primera gran guerra estaba en su apogeo. Muchos integrantes de la expedición participaron en ella y algunos, que habían sobrevivido a las más duras condiciones que se puedan encontrar en el planeta, encontraron la muerte en la contienda. Shackleton tuvo más suerte; aunque también participó en la guerra después de una misión propagandística que se le asignó en Buenos Aires. Al terminar su servicio, organizó una nueva expedición antártica, la que se llamó expedición Shackleton-Rowett. En ella se pretendía, entre otras misiones, cartografiar determinadas zonas de la Antártida. Ese sería su último viaje. En las proximidades de las islas de Georgia del Sur, el 5 de enero de 1922, sufre una crisis cardiaca mientras estaba en el puente de su barco. Su cuerpo fue embalsamado para ser enviado a Inglaterra, pero cuando estaba en Montevideo, se recibió un telegrama de su viuda pidiendo que fuese enterrado en Grytviken (Georgia del Sur). Allí descansa, cerca de la Antártida que tanto había amado. Esta expedición pone fin a la que se llamó edad heroica de la exploración antártica que protagonizaron sobre todo los tres grandes del Polo Sur: Amundsen, Scott y Shackleton. Sin duda es Shackleton el más característico de los tres, a pesar de que, como su antecesor Cook, no tuvo éxito en ninguno de los viajes que emprendió. El vencedor del polo, Amundsen, se declaró abiertamente su admirador, y de los elogios que dejó escritos, quizá el más acertado sea: "Shackleton es al Polo Sur lo que Nansen es para el Polo Norte".
En su vida privada, Shackleton se casó con Emily Dorman con quien tendría tres hijos. Aunque mantuvo su matrimonio hasta el final y no cabe duda de su amor por Emily, es sabido que cometió numerosas infidelidades, siendo la más conocida la relación que mantuvo con la actriz americana Rosa Lynd a la que conoció en 1910 y con la que estuvo de forma intermitente hasta su muerte. En enero de 2009, para celebrar el centenario de la expedición del Nimrod, descendientes de los protagonistas de la aventura formaron un equipo que emuló los pasos de sus antecesores. Patrick Bergel, bisnieto de Shackleton, publicista de profesión formaba parte del grupo, aunque esta vez el liderazgo recayó en el Teniente Coronel Henry Worsley, descendiente del capitán del Endurance y auténtico responsable de que el James Caird llegara a Georgia del Sur. No podemos terminar sin hacer mención al famoso anuncio que supuestamente se publicó en The Times de Londres para reclutar la tripulación. Según la fuente que se consulte, el anuncio se insertó para la expedición del Discovery, del Nimrod o (la versión más extendida) para el Endurance. El caso es que nunca se ha encontrado el recorte original y, de hecho, hay ofrecida una recompensa simbólica de 100 dólares (el dato es del 21 de noviembre de 2011) ofrecida por The Antarctic Circle para el primero que lo aporte.
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A.G.M.