Propuestas de reflexi贸n y actividades para abordar el problema de la violencia escolar
CC 29008882 ISBN 9789501311334
Convivencia sin violencia Propuestas de reflexión y actividades para abordar el problema de la violencia escolar Gerencia de Contenidos y Soluciones educativas: Diego Di Vincenzo. Autoría: María Elena Prenafetta. Actividades: María Elena Prenafetta. Mónica Jurjevcic. Proyecto: Carolina Venesio. Mónica Jurjevcic. Edición: Pabla Diab. Diseño y diagramación: Jimena Ara Contreras.
Para contactar a la autora, Lic. María Elena Prenafeta: escucharlaescuela@gmail.com Capacitaciones y talleres para docentes, alumnos y padres. Prenafetta, María Elena Convivencia sin violencia : propuestas de reflexión y actividades para abordar el problema de la violencia escolar . - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Kapelusz, 2014. 40 p. ; 21x14 cm. ISBN 978-950-13-1133-4 1. Violencia Escolar. 2. Formación Docente. I. Título CDD 371.782
© KAPELUSZ EDITORA S. A., 2014 San José 831, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. Internet: www.kapelusznorma.com.ar Teléfono: 5236-5000. Obra registrada en la Dirección Nacional del Derecho de Autor. Hecho el depósito que marca la Ley N.º 11.723. Libro de edición argentina. Impreso en la Argentina. Printed in Argentina. ISBN 978-950-13-1133-4
Ø PROHIBIDA LA FOTOCOPIA (Ley N.º 11.723). El editor se reserva todos los derechos sobre esta obra, la que no puede reproducirse total o parcialmente por ningún método gráfico, electrónico o mecánico, incluyendo el de fotocopiado, el de registro magnetofónico o el de almacenamiento de datos, sin su expreso consentimiento.
Introducción
Nuestro propósito Las páginas que les acercamos desarrollan la problemática del bullying, motivo de interés, y de especial y dolorosa preocupación para quienes se desempeñan en las escuelas con estudiantes, sean niños, niñas o adolescentes. Abordar el tema de la violencia en las instituciones escolares, del maltrato entre pares y, específicamente, del bullying implica el desafío y la responsabilidad de formarnos para poder hacer prevención e intervenir cuando se torne necesario desarticular situaciones y prácticas que consideramos negativas, fundamentalmente, para los y las menores en pleno proceso de crecimiento. Sabemos que la tarea docente se ha complejizado en los últimos tiempos: por la cantidad y la calidad de las demandas que se reciben; por las exigencias que se han multiplicado, y por las responsabilidades civiles que son miradas cada vez con mayor detalle, entre otros motivos. También sabemos que esa suma de factores no se condice con el reconocimiento ni económico ni social que la docencia percibe. Lo cierto es que, a pesar de esta situación, y como si sucediera algo mágico desde su comprometida subjetividad, quienes se dedican a la enseñanza siguen trabajando sin resignar el ideal de educación como medio para alcanzar la libertad y la felicidad de sus estudiantes. Por tal motivo, estas páginas pretenden constituirse en una herramienta para reflexionar y abordar el problema de la violencia entre pares. Con ese fin, en los apartados que siguen realizaremos un recorrido del concepto de violencia, con sus prácticas más habituales en el ámbito escolar, sin olvidarnos del contexto socio-histórico y cultural que habitamos ni las familias con las que hoy en día se trabaja en las escuelas. Para terminar, ofreceremos estrategias y dinámicas grupales como posibles oportunidades para generar una convivencia mejor.
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Contexto actual del problema La familia y la escuela La escuela y la familia son organizaciones que estructuran la sociedad; en ese sentido, sostienen y producen significaciones fundamentales en la vida de los seres humanos. Entendemos, entonces, estas instituciones como espacios de pertenencia, de contención, de desarrollo social y, especialmente, entendemos la escuela y la familia como formadoras de la propia subjetividad, es decir que influyen de manera decisiva en la construcción de quienes somos. Sin embargo, sabemos que, como todo producto fruto del interactuar Entendemos la escuela y la familia como formadoras de humano, estas dos instituciones son la propia subjetividad susceptibles de transformaciones a lo largo del tiempo. Por un lado, quienes trabajan en escuelas viven –igual que el resto de la sociedad– inmersos en un clima de aceleración y de cambios vertiginosos. Han sido testigos de la mutación que experimenta la vida familiar y del modo como ha ido variando el perfil de niños, niñas y jóvenes en cuanto a sus intereses, su manera de comunicarse y expresarse, y sus formas de diversión entre otros aspectos. Por otro lado, un aspecto notable en la actualidad es el hecho de que ambas organizaciones, la escuela y la familia, se demandan mutuamente. Se reclaman y se reprochan. Se desconfían y se enjuician. De ahí que inferimos que el lazo de confianza mutua que unía a ambas instituciones (lazo basado en el convencimiento de que cada una cumple funciones claramente establecidas, y en el compromiso tácito de colaboración recíproca) ha sido debilitado o desdibujado. Todo esto nos lleva a confirmar que ambas instituciones son sistemas dinámicos y que, como tales, se ven afectadas por los cambios del contexto en el que se insertan. Ahora bien, lejos de instalarnos en una posición nostálgica (identificada con los versos del poeta español del siglo xv Jorge Manrique, “Cualquier tiempo pasado fue mejor”, transformados ya en lugar común), sostenemos que explicar esta nueva realidad y aprehenderla resulta fundamental para poder trabajar en el ámbito que nos toca.
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Contexto actual del problema Las familias en la actualidad Las familias actuales no responden en su mayoría al modelo de familia nuclear burguesa integrado por padre-madre casados en primeras nupcias para toda la vida y con hijos. Así –la escuela debe comprenderlo–, nos encontramos con diversidad de uniones, con alianzas contingentes, divorcios, familias ensambladas, familias homoparentales, familias monoparentales. Otro tema que suele abordarse junto con el de la familia y lo que en su seno sucede es el de la autoridad. Desde el nacimiento de la escuela como institución en la Modernidad, el poder del padre era delegado a la escuela para que esta continuara con la formación del niño. Vemos que, también aquí, nos encontramos con un escenario cambiado. Resulta interesante considerar la situación de las familias y la autoridad en la actualidad en función de la noción de fin del patriarcado propuesta por el sociólogo español Manuel Castells en su libro La era de la información.1 Según este autor, la familia patriarcal ha sido amenazada por la transformación de la economía y del mercado laboral, en estrecha asociación con la apertura de las oportunidades educativas para la mujer. A esto se suma la planificación familiar y la rápida difusión de las ideas en una cultura globalizada y en un mundo interrelacionado, por el que viajan y se mezclan diferentes perspectivas, y no hay un modelo hegemónico de vínculo. Vivimos, pues, un tiempo en el que, en principio, la atribución de la autoridad en la familia y la división de las tareas (madre en casa cuidando a los hijos y padre que trae el pan) se desdibuja y, en consecuencia, se reordenan los vínculos, la distribución del poder y el lugar de la autoridad. En este nuevo encuadre sociocultural, los padres han dejado de ocupar ciertos lugares y funciones (la impronta de la legalidad, la posibilidad de tramitar y poner palabras a los afectos, el ejercicio de la convivencia, entre otros), y esto invita a la escuela a ocuparlos. 1 Castells, Manuel, La era de la información. Volumen III: El poder de la identidad. Siglo xxi Editores. México, 2000.
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Contexto actual del problema En cuanto a la niñez, el historiador y filósofo argentino Ignacio Lewckowicz2 se refiere al agotamiento de la infancia: pensar en niños y adolescentes que usan armas o que delinquen sería incompatible con el concepto de infancia como institución de la Modernidad. En el contexto de la crisis del patriarcado, el posicionamiento deja de ser el del hijo bajo el poder del padre. Lo mismo ocurre respecto del saber acerca de la vida; hoy ya no lo transmite solo el padre, sino que los hijos abrevan en diferentes y nuevas fuentes. Esta resignificación de la autoridad del padre lleva a que los vínculos que adquieren mayor fuerza no se los verticales sino los laterales u horizontales. Si, como hemos visto, roles y lugares han ido variando, debemos aceptar que la definición de “padre” o de “niño” depende de lo que cada sociedad en un contexto definido sancione como tal. No obstante, el vínculo parento-filial sigue siendo la trama más importante donde se tejen los vínculos más estructurantes de la personalidad.
El contexto social actual El ser humano como individuo es parte de un todo colectivo, y en la sociedad cada uno logra satisfacer sus necesidades y desarrollarse. Pero en una sociedad volcada hacia un individualismo creciente, la preservación de los lazos de solidaridad y reciprocidad se desvanece, y en este ambiente, la tendencia a la exclusión del otro se potencia. El tejido social que siempre sostuvo a los miembros de una sociedad, que los ligaba, conectaba, unificaba, y establecía reciprocidad y ayuda mutua está debilitado, fragmentado. Quizás sea en los vínculos dentro de las dos instituciones que venimos trabajando –familia y escuela– donde encontramos más indicios de esta transformación. Por esa razón, hay que re-aprender continuamente a lidiar, convivir, acompañar y enseñar a estudiantes que tienen la particularidad propia de este contexto. En este sentido y dado este panorama, estamos todos desafiados a hacer algo, y la tarea sería construir, conectar, enlazar, vincular.
Lewckowicz, Ignacio y Corea, Cristina, ¿Se acabó la infancia? Ensayo sobre la destitución de la niñez. Buenos Aires, Lumen-Humanitas, 1999.
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El bullying (violencia escolar) Hacia una definición de violencia La palabra violencia proviene del latín violentia, cualidad de violentus, que, a su vez, significa “el que continuamente usa la fuerza”. Comparte su raíz con violar y con violación. El Diccionario de la lengua española de la RAE define el término como “acción y efecto de violentar” –una conducta y una consecuencia– y como “una acción contra el natural modo de proceder”. Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la violencia es “el uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho o como amenaza, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones”1.3 Desde el psicoanálisis, la violencia supone un comportamiento vincular coercitivo, arbitrario, de poca complejidad, y en donde se sustituye la palabra por la acción. Un acto violento trae consigo la intención de dominio o daño a la capacidad de pensar, desear o actuar del otro. A la persona violentada se la ubica en un lugar de sometimiento, desvalimiento e indefensión, por eso su subjetividad se fragiliza. Esto se traduce en una violación de sus derechos, en daño y dolor que afectan diversamente a esa persona según su edad, género, historia personal, recursos afectivos y sociales, entre otros aspectos. En el ámbito de la escuela, observamos violencia a través de, por ejemplo, faltas de respeto, daños físicos, descalificaciones unidireccionales o mutuas, prepotencia, agresividad injustificada. A menudo, las cuestiones de violencia suelen ser leídas como problemas de disciplina. Ahora bien, al referirnos al bullying, denotamos algo muy específico que, en general, se confunde con otro tipo de prácticas. Aclaremos: si alguien se niega a ser amigo de otro, no es bullying. Tampoco lo es una pelea a piñas por una chica o por alguna diferencia en un partido de vóley. Informe mundial sobre la violencia y la salud: resumen. Washington, D.C., Organización Panamericana de la Salud, Oficina Regional para las Américas de la Organización Mundial de la Salud, 2002. Disponible en: http://www.who.int/violence_injury_prevention/ violence/world_report/en/summary_es.pdf [Última consulta: 28 de mayo de 2014].
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El bullying (violencia escolar) ¿Qué es el bullying? En el caso del bullying, el término proviene del inglés y significa toreo, embate, maltrato sistemático y continuado hacia un o una joven que se convierte en la víctima del vínculo. Hay que subrayar que este tipo particular de violencia trasciende el hecho aislado y esporádico, puesto que se trata de una constante de abuso de poder de alguien o de un grupo sobre una víctima elegida. Los motivos conscientes o explícitos son del orden del prejuicio. A saber, por algún rasgo de la persona que, además, resulta imborrable: color de piel, identidad sexual, nacionalidad; por algún defecto físico o discapacidad, o por motivos que no pueden ser precisados. El bullying tiene por objeto humillar y someter abusivamente al acosado, y, desde quien lo ejerce, es muy clara la intención de hacer daño. Como suele ocurrir lejos de la mirada de personas adultas, resulta difícil identificar esta práctica. Protagonistas Los sujetos involucrados en esta forma de violencia ocupan las siguientes posiciones, cuyas características describimos a continuación. HOSTIGADOR/ES seguidores TESTIGOS ADULTOS DOCENTES Y PADRES
VÍCTIMA O ACOSADO/A
GRUPO DE PARES TESTIGOS
espectadores
Universo Escolar
El acosado (o quien sufre el acoso) es una persona que fue elegida y que, en relación con sus posibilidades de defensa, está en inferioridad de condiciones respecto del agresor. Las constantes agresiones deterioran su autoestima y su seguridad. El abuso al que está sometida le impide salir por sí misma de esa situación. Siente que debe silenciar su sufrimiento, y que un nuevo ataque la va a
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El bullying (violencia escolar) sorprender en cualquier momento. Por esa razón, la víctima vive en una percepción de peligro inminente; puede sentir, además, miedo, terror, pánico, vergüenza, culpabilidad, resignación, sumisión, desesperanza. El hostigador (o quienes ejercen el acoso) es una persona con problemas en el control de sus impulsos, y esto le permite concretar las acciones cuyos propósitos son humillar, hacer sentir inferior a la víctima o alterarle su estado de bienestar. Dispone, también, de mecanismos de coerción e imposición. En este protagonista se observa cierta dificultad en su pensamiento reflexivo, en la posibilidad de poner y asociar palabras al impulso que pueda invadirlo. Además de que suele costarle percibir el efecto o las consecuencias de una situación determinada, presenta susceptibilidad y baja tolerancia a las diferencias que plantea el otro. Sus actos de acoso pueden adoptar las siguientes formas: • Física directa (golpear, agredir físicamente al acosado, esconderle la tarea o útiles, o ensuciarlo, entre otras). • Física indirecta (hacer que otro golpee a la persona acosada). • Verbal (por ejemplo, insultar, poner sobrenombres o burlar). • Social (como excluir, esparcir rumores e inventar historias sobre el acosado). • Cyberbullying, es decir, acoso a través de internet.
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Los seguidores son quienes se suman al maltrato apoyando al líder hostigador. Pueden concretar el acoso filmando las diferentes situaciones. Frente a este grupo de seguidores, el hostigador adquiere aval para realizar sus acciones. Los espectadores o testigos pertenecen al grupo de pares o al grupo de adultos de la comunidad educativa, sean o no docentes. En cuanto a los pares, mantienen una actitud que no genera ningún cambio de la situación de maltrato. Pueden mirar en silencio o reírse. Si denuncian, temen ser considerados “buchones” y el riesgo de transformarse en la próxima víctima. Respecto de los adultos, pueden no ser cómplices, pero sí tolerantes. Lo cierto es que, frente a estas realidades, es necesario que el adulto se comprometa para intervenir, para cuestionar y para dar su testimonio.
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Indicios para reconocer a una persona acosada Frente a las diferentes formas de hostigamiento, el acosado puede responder con una acción de evitación/huida o con un ataque defensivo, es decir que sus conductas varían entre lo agresivo y la manifestación de indefensión. Debemos considerar que en la reacción también influye el tiempo que lleva la víctima soportando las agresiones. Cuando la o el joven acosado reacciona de manera agresiva, lo habitual es que quede en inferioridad de condiciones. En el caso de que responda de manera pasiva, puede quedarse al margen, asustado y con sensación de fragilidad. Se ha observado que en varias oportunidades el acosado se ubica en el lugar de “payaso” y después se queja de las cargadas o se presta para ciertas bromas a otros o quiere imitar la conducta del hostigador. Todas estas son reacciones fallidas para solucionar el problema de fondo que sufre, y quizás, también, para enmascararlo, para ocultarlo. A pesar de que la persona acosada suele sufrir en silencio y pocas veces denuncia lo que sucede, las señales que siguen nos ayudarían a los adultos a inferir que algo ocurre. En relación, entonces, con el sujeto violentado: • Manifiesta poco deseo de ir a la escuela, suele faltar mucho. • Se observa un descenso en su rendimiento escolar. • Presenta dificultad para concentrarse o focalizar su atención en cuestiones escolares. • Suele asumir equívocamente la responsabilidad de algunos hechos. • Se muestra apático y desganado. • No le interesa salir con compañeros o participar de salidas grupales. • Ostenta conductas de huida o evitación. • Tiene síntomas de pánico, como temblores o palpitaciones. • Carece de apetito. • Sufre trastornos del sueño.
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• Presenta síntomas somáticos de ansiedad, por ejemplo, síntomas gastrointestinales, malestar generalizado, cansancio. • Padece nerviosismo, inquietud, pesimismo, sensación de ahogo y fatiga. • Siente miedo de estar solo. • Revela conductas de ataque, agresividad, bajo autocontrol, miedo de perder el control. • Sufre sentimiento de culpa. • Se aísla respecto de sus pares. • Niega los hechos o los refiere con incongruencias. • Manifiesta labilidad emocional: llanto incontrolado, respuestas extremas. • Amenaza con suicidarse o lleva a cabo intentos de suicidio.
En relación con la persona que acosa u hostiga, no debemos dejar de tener presente que, así como la persona acosada, es, en primer lugar, un menor; en segundo lugar, y aunque no manifieste indicios concretos de sufrimiento, se trata de alguien que necesita la ayuda y la asistencia del adulto para superar este posicionamiento subjetivo y vincular. Aclarado este punto, podemos afirmar que el hostigador buscará la manera de llevar adelante la agresión en lugares donde no se encuentren adultos. Sin embargo, ciertos rasgos del actuar habitual de un acosador podrían ayudar a observar con detenimiento e identificar situaciones de vulnerabilidad. Entre esas señales, pues, mencionamos las que siguen: • Agresividad verbal y física. • Insultos. Amenazas. • Bajo autocontrol. Impulsividad. • Conductas violentas y abuso de poder. • Agresiones contra la propiedad. • Lenguaje corporal, miradas y gestos de rechazo. • Coacciones.
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Indicios para reconocer a una persona acosadora
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El cyberbullying ¿Qué es El cyberbullying? La vida y la convivencia de los seres humanos del siglo xxi no solo transcurren en el espacio físico real sino también en el espacio virtual. El trabajo, las compras, la comunicación con la familia y con los amigos, el estudio, entre otras situaciones y experiencias, las podemos desarrollar a través de las tecnologías de la información y comunicación (TIC). No podemos contrariar el fenómeno de que el espacio virtual se ha convertido, a través de las distintas posibilidades que ofrece (redes sociales, juegos, comunicación), en un espacio de socialización. Sin embargo, lo cierto es que también se presenta como un medio propicio para que los jóvenes lo utilicen con el objetivo de agredir u hostigar a otros. El llamado cyberbullying es un tipo de acoso que ha adquirido gran prevalencia, y se trata de una práctica que por sus características es muy difícil de detectar, abordar y erradicar. Esto es así ya que las nuevas tecnologías tienen la particularidad de que pueden gestionarse desde el anonimato y la invisibilidad, con efectos inmediatos, a través de muchos y diversos canales, y ocasionando un efecto multiplicador y en cadena difícil de limitar. El escenario digital permite el acoso más allá del ámbito escolar, por lo que las agresiones pueden suceder en cualquier momento y en cualquier lugar, ya que los canales están siempre abiertos. Así como en el bullying, en esta práctica hallaremos acosados o víctimas, hostigadores o acosadores, seguidores y espectadores. Y en consonancia con lo que dijimos respecto de la violencia y el bullying, aclaramos que no toda agresión transmitida por el celular o por la web se considera cyberacoso. Por ejemplo, si entre dos menores en situación de paridad de poder o de simetría se produce un intercambio de mensajes ofensivos, no sería cyberacoso. Tampoco lo serían las acciones on line, conocidas como grooming, con las que un adulto pretende disminuir las inhibiciones de un menor de edad para alcanzar un objetivo sexual. Entonces, en el cyberbullying existe la intencionalidad de producir daño, y una diferencia de poder que somete, fragiliza e impide la posibilidad del intercambio para solucionar diferencias.
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El cyberbullying
Indicadores para reconocer víctimas del cyberbullying La propia familia del acosado es la que habitualmente reconoce que un niño, una niña o adolescente es víctima de cyberbullying. A los indicadores presentados anteriormente de posibles víctimas de bulliyng, sumamos, ahora, algunas situaciones más específicas propias del cyberacoso: • Ansiedad e irritabilidad al mirar su teléfono o su computadora. • Tristeza mientras lee o escribe en la computadora. • Apuro y obsesión por conectarse. • Tristeza después de la conexión o de la recepción de un mensaje.
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En este desequilibrio de poder entre quien acosa y el acosado, el control de la situación la tiene el hostigador. En la víctima hay imprevisibilidad, confusión, indefensión, vergüenza, y el sentimiento de ser poco popular. Cuando la víctima no conoce o no puede descubrir quién es el acosador y quiénes son los que podrían apoyar esta acción, se genera una situación de mayor malestar; y entonces se complejizan la recepción y elaboración del mensaje y su defensa. Además, el hostigador puede estar favorecido por el mayor conocimiento y manejo tecnológico. Por la particularidad de las redes sociales y la apertura a lo público, sabemos que pueden ser numerosísimos los espectadores de la situación, quienes, por supuesto, podrían multiplicar exponencialmente la divulgación ampliando la audiencia y la permanencia-replique de las agresiones en el contexto virtual. El cyberacoso puede darse a través de diferentes acciones, como las que siguen: mensajes insultantes o amenazantes; difusión de rumores o mentiras difamatorias; revelación de información privada o de secretos; publicación de fotos, incluso editadas con pericia e intención de daño; exclusión de la comunicación en línea; suplantación de la identidad de alguien para crear una cuenta o página denigratoria o descalificatoria de sí mismo; robo de contraseña; llamadas o mensajes anónimas con el fin de asustar.
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Nuevas tecnologías: estrategias para formar usuarios responsables Frente a la práctica del ciberacoso, la escuela tiene posibilidades de intervenir. Si bien está claro que este tipo de hostigamiento traspasa los muros de la institución, el uso de las TIC supone una responsabilidad para los alumnos y las alumnas, pero también para los docentes y las familias que deben velar por su seguridad. En este sentido, trabajar en conjunto con las familias la cuestión de la comprensión de las edades evolutivas y el nivel madurativo de sus hijos e hijas en relación con el grado de vulnerabilidad frente a internet podría ser un estímulo para que colaboraran en la enseñanza de ciertos cuidados. En cuanto a la escuela, puede generar espacios de acciones de prevención, que permitan la reflexión y el debate entre el estudiantado. Sugerimos el trabajo, entonces, sobre los siguientes temas: riesgos implicados en
publicar contenidos de la intimidad y datos de la privacidad
chatear con desconocidos
postear fotos o subir videos, en especial si la persona se muestra con poca ropa o desnuda
compartir las contraseñas
ya que
podrían ser empleados por otras personas de una forma que lastimen.
existe la posibilidad de grooming (definido en página 10) o sexting*.
podría hacerse un uso indeseado de esas imágenes.
podrían trascender contenidos o conversaciones privadas.
* La práctica del sexting consiste en el envío de contenido erótico o pornográfico, fotografías y/o videos, producidos por el propio remitente, a otras personas por medio de teléfonos móviles.
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Es sustancial advertir al alumnado que frente a algún agravio es recomendable contestar con calma o no contestar o, si las agresiones continúan, es importante abandonar la conexión y solicitar ayuda de un mayor. Si bien es cierto que los espacios virtuales habilitan con mayor facilidad la reacción inmediata del acosado, porque se siente “más protegido” detrás de la pantalla, responder a la agresión puede empeorar la situación. Si alguien es acosado virtualmente, será valioso que guarde las pruebas para alguna ocasión en donde esta situación pueda ser abordada desde la escuela o en el marco de otra instancia. Al respecto, es pertinente realizar la advertencia a los alumnos y a las alumnas de que quien acosa está cometiendo una falta grave y que está atentando contra los derechos de la persona acosada. Por otro lado, desde la escuela es importante observar las respuestas de los espectadores que reaccionan con indiferencia a la difícil situación de la víctima o si amplían la resonancia de las agresiones a través del replique, del “me gusta” o del “retwitteo”.
Es fundamental, también, ayudar a los alumnos a no olvidar que detrás de las pantallas se hallan personas con afectividad y distintos grados de sensibilidad y vulnerabilidad. En este sentido, es necesario trabajar la convivencia en la red para evitar conflictos ya que se es responsable también en internet, es decir, en la convivencia dentro de las redes sociales. Por esto mismo, orientar al estudiantado a medir las palabras con las que se expresa o a pedir permisos para postear fotos de otros o etiquetar a otros, serían “buenos modales” dentro de las redes sociales.
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ANSES
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El papel del docente La intervención pedagógica institucional es una política de cuidado. (Guía federal para la intervención educativa en situaciones complejas relacionadas con la vida escolar. Ministerio de Educación de la Presidencia de la Nación. Mayo 2014.)
Grupo de pares y subjetividad Se deviene sujeto a partir del encuentro con el otro-par. Sería imposible, en este sentido, pensar el mundo interno de un sujeto desmembrado de sus redes vinculares y sociales. En la paridad es esperable que se geste una dinámica de regulación mutua donde se permita la multiplicidad y las diferencias. En tal escenario puede darse la “comunidad humana”, el “sentirse parte de”, a pesar de las diferencias; y es aquí, entonces, donde la solidaridad y la ayuda recíproca pueden tener su lugar. Entre estos pares se constituye un lazo horizontal pasible de tensarse por la semejanza y la diversidad que cada uno de los integrantes ofrece. Sin embargo, somos contemporáneos, hoy, de guerras fratricidas, de pérdidas en cuanto a los contornos del lazo social, de la violencia banalizada... Lo escolar no escapa a esta situación.
El docente y el grupo de pares A pesar de la horizontalidad y de la importancia de “hacer con otro”, no podemos olvidar que en la escuela se desarrolla también un vínculo intergeneracional entre docentes y estudiantes. Este lazo, que modificará subjetivamente a ambos, ubica a cada uno en un lugar especial para la mirada, el reconocimiento, el estímulo y el afecto mutuos. La asimetría de un vínculo tal establece la responsabilidad del adulto frente al menor y garantiza el cuidado integral de niños, niñas y adolescentes. Así, la participación del docente con un trabajo sobre la diversidad, la aceptación, la reciprocidad, la solidaridad y la confianza en el grupo de pares es fundamental para potenciar mejores vínculos. Del mismo modo funcionará la atención del docente sobre aquellas situaciones de malestar, segregación, exclusión o maltrato de cualquier tipo. Pero, en este caso, la intervención temprana también podrá evitar la escalada de los conflictos.
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Debemos tener en claro que a partir de lo que el o la docente observa en los vínculos de sus alumnos, anticipa que algo puede instalarse como una modalidad vincular entre pares, y que les genera malestar. En compañía de sus equipos de supervisión, de dirección, de orientación y de otros docentes para juntos pensar alternativas y estrategias de trabajo con mayor seguridad y asertividad, el o la docente tiene que abordar este tipo de situaciones con la víctima y también con el agresor, el grupo de pares y las familias. En principio, es fundamental tener en claro que los prejuicios pueden obstaculizar nuestra óptica y obturar un trabajo a tiempo de las cuestiones vinculares. En ese sentido, no corresponden las “etiquetas” ni “estigmatizaciones”, puesto que, entre otros ejemplos, nada garantiza, en relación con la familia de origen, que un estudiante sea acosador o acosado. Ante una situación de violencia observada directamente, la intervención docente en el conflicto es una pieza fundamental para el procesamiento de las diferencias y un estímulo para el crecimiento de la vida en comunidad. En cambio, si la situación de acoso es informada pero no observada, la escucha permitirá decidir si es necesaria la intervención del adulto. A veces la familia de quien es acosado se acerca a la escuela a denunciar el hostigamiento. Aquí, también, validar la preocupación expresada puede ser un primer paso para desarticular aquello que está sucediendo. No es provechoso caer en ideas como “se trata de una familia que sobreprotege a su hijo y están dramatizando”. Estrategias (no aconsejables en el comienzo de una intervención)
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Acerca de la intervención
Efecto negativo posible
Enfrentar a los protagonistas del acoso.
Posibilidad de redoble del hostigamiento si el acosador sabe que se notificó a un adulto.
Comenzar con una mediación.
Desventaja de poder del acosado frente al acosador.
Reunir a las partes y estimular el diálogo.
Se han observado mecanismos de simulación del acosador. El acosado puede no estar dispuesto a comenzar un período de reparación de lo sufrido.
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Estrategias de intervención Respecto del acosado La reacción violenta de la persona acosada no es argumento para minimizar o descalificar la información sobre el maltrato. Organizar uno o varios encuentros con quien sufre el acoso puede ser una oportunidad para que entable con su docente un lazo de confianza que, por un lado, le permita expresar lo que le está pasando, y por otro, que le asegure que va a ser ayudado. Siempre hay que creer en la percepción subjetiva de sufrimiento que pueda tener el alumno o la alumna. Es indispensable vigilar que los hechos no se repitan, así como guardar confidencialidad. Puede evaluarse la derivación a una consulta psicológica.
Respecto del acosador Estimular a quien acosa a la reflexión y a “ponerles palabras” a los hechos sucedidos. No inculparlo, pero promover su compromiso para solucionar la situación. Transmitirle que se va a mantener la confidencialidad de lo que se habla con él y que se realizarán otros encuentros para pensar y evaluar juntos cómo sigue el conflicto. Recordar a la persona acosadora que podrían tomarse medidas de sanción enmarcadas en las normas de convivencia y que eso no es una amenaza, sino establecer que se espera de él un cambio y que sus acciones son punibles desde un acuerdo previo. Puede evaluarse la derivación a una consulta psicológica.
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Respecto del grupo de pares Valorar el compromiso y reconocer la importancia de haberse preocupado por un par, cuando el grupo informó sobre el acoso. Si el acoso nunca fue denunciado, trabajar el valor del respeto, del compromiso con el otro-par y la empatía para tomar contacto con el sufrimiento de quien es hostigado. Trabajar en la reflexión con los seguidores y/o espectadores podría ayudar a revertir y parar el acoso. No minimizar ni ignorar lo que expresa el grupo. Hacer notar que el adulto actúa inmediatamente cuando se entera de una situación de hostigamiento. Finalmente, luego de toda estrategia de intervención, es fundamental realizar acuerdos y compromisos entre ambas partes. Ambas acciones (intervenciones y compromisos) deberían quedar documentadas para poder recurrir a ese subsidio con el objetivo de evaluar y contrastar lo acordado con las características que presentó el devenir posterior al acuerdo. Toda medida adoptada, y sus resultados, deben ser comunicados a las familias, puesto que se manifiesta así el compromiso de la escuela para solucionar aquello que obstaculiza la convivencia pacífica.
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Respecto de las familias Gestionar un trato hacia las familias implicadas sin profundizar la culpa ni estimular una respuesta reactiva redunda en la posibilidad del entendimiento y la reparación. Respecto de la familia de la persona hostigada, la tarea del docente comienza con tranquilizarla e informarla acerca de los recursos (institucionales y hasta legales) y para desarticular este tipo de situaciones. En relación con la familia de quien acosa, pedir su colaboración para frenar el acoso, estimular el diálogo con su hijo o hija, y explicar las posibles sanciones.
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El marco normativo La convivencia pacífica es regulada y garantizada por la legislación nacional y las normas de convivencia acordadas en las escuelas. El cumplimiento de esta preceptiva por parte del grupo de niños, niñas y/o adolescentes ayuda en la comprensión de que todos somos portadores de derechos y deberes, y en la vivencia de la igualdad ante la ley. El respeto por las normas y la sanción de sus transgresiones son parte, en consecuencia, de la enseñanza socializadora de las instituciones educativas. Sabemos que en la escuela siempre habrá conflictos, porque son muchas las personas que conviven diariamente durante muchas horas. Pero, justamente, no se trata de evitar ni de negar los conflictos, sino de que a través de la intervención adecuada puedan transformarse en una oportunidad para el crecimiento, tanto de las y los estudiantes involucrados como de la comunidad educativa que logra resolver estas cuestiones.
El respeto por las normas y la sanción de sus transgresiones son parte de la enseñanza socializadora de las instituciones educativas. Ley anti bullying El 11 de septiembre de 2013 se sancionó la Ley Nacional 26.892, bajo el título de “Ley Para la Promoción de la Convivencia y el Abordaje de la Conflictividad Social en las Instituciones Educativas”, cuyo objetivo es garantizar el derecho a la convivencia pacífica libre de violencia física y psicológica. Establece un amplio marco para trabajar en función de la mejora de la convivencia, a la vez que determina alcances y niveles de intervención por parte de las escuelas y otros organismos de diferentes jurisdicciones. Lo que sigue es una síntesis de los puntos sobresalientes de esta ley, conocida popularmente como “ley anti bullying”, en particular, de aquellos que refieren a la acción concreta de los y las docentes en su tarea diaria.
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El marco normativo La ley 26.892 • Se funda en los principios del respeto por la dignidad e intimidad de las personas, su identidad y cultura. Establece el rechazo de todo tipo de discriminación, violencia y exclusión entre los integrantes de la comunidad educativa, y alcanza también a aquellas situaciones que se produzcan en el contexto virtual. • Determina que la metodología para la identificación y resolución de los conflictos es el diálogo; a la vez que sostiene que el respeto por las normas y la sanción de sus transgresiones es parte de la enseñanza socializadora de las instituciones educativas. • Considera la posibilidad del reconocimiento y reparación del daño u ofensa a personas o bienes de las instituciones educativas o miembros de la comunidad educativa por parte de la persona o grupos responsables de esos hechos. • Señala la importancia de la contextualización de las transgresiones en las circunstancias en que acontecen, según las perspectivas de los actores, los antecedentes previos y otros factores que inciden en ellas, manteniendo la igualdad ante la ley. En ese sentido, remarca el derecho del estudiante a ser escuchado y a formular su descargo ante situaciones de trasgresión a las normas establecidas. • Reconoce la competencia de las instituciones educativas para elaborar y revisar periódicamente sus propios códigos o acuerdos de convivencia garantizando la participación de la comunidad educativa y adecuándose a las características específicas de los diferentes niveles, modalidades y contextos.
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El marco normativo Respecto de las sanciones, la ley es también muy clara: • Deben tener un carácter educativo, y enmarcarse en un proceso que posibilite al educando hacerse responsable progresivamente de sus actos. • Deben ser graduales y sostener una proporcionalidad en relación con la trasgresión cometida. • Deben aplicarse contemplando el contexto de las transgresiones en las circunstancias en que acontecen, según los diferentes actores, los antecedentes previos y otros factores que inciden en las mismas, manteniendo la igualdad ante las normas. • Deben definirse garantizando el derecho del estudiante a ser escuchado y a formular su descargo. • Quedan expresamente prohibidas las sanciones que atenten contra el derecho a la educación o que impidan la continuidad de los educandos en el sistema educativo.
ANSES
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Estrategias de prevención El proceso de socialización La escuela es un agente de socialización y un ámbito propicio para el ejercicio de la convivencia. Como hemos visto en páginas anteriores, es el lugar donde encontramos un entramado de vínculos complejos, tanto desde lo vertical y asimétrico como a través de experiencias de paridad. Hemos dicho, también, que esos vínculos se encuentran enmarcados por pautas y acuerdos previos que garantizan la convivencia pacífica. ¿Qué entendemos por socialización? Socialización es un proceso que se desarrolla durante toda la vida y a través del cual el individuo incorpora pautas, valores y recursos que le permiten desempeñarse con cierto éxito en la sociedad en la que está inmerso. Desde el psicoanálisis, la socialización se vincula con la posibilidad del individuo para controlar sus impulsos, que si bien forman parte de su naturaleza, el ingreso a la cultura acalla para garantizar cierto orden social. Ser parte de la cultura, entonces, supone estar anclado en una serie de prohibiciones, prescripciones y valores que se le transmiten al niño desde su nacimiento a través de los padres y que luego son mantenidos por las instituciones sociales. El lazo social, constituido por esta serie, es lo que hace posible el acceso del sujeto a un sentimiento de pertenencia a un conjunto. En este nivel comunitario, sabemos que no somos todos iguales; al contrario, nos caracteriza la diferencia. Los seres humanos nos hemos organizado en grupos de diferentes tipos para satisfacer necesidades de todo orden. El reconocimiento de las necesidades y de las diferencias que presenta el ser humano torna posible el desarrollo de la capacidad de ayuda mutua, de solidaridad y de empatía.
La ruptura del lazo social De acuerdo con la psicoanalista francesa Félicie Nayrou, “Cuando se resiente el lazo social, se favorece a la destructividad. Se trata de una trama que ya no sostiene ni garantiza la satisfacción de las necesidades de todos ni la solidaridad mutua ni el respeto de los derechos de quienes forman parte de ese grupo”.
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Estrategias de prevención Por otra parte, “en el proceso de desligazón social, el individuo queda colocado –en parte o totalmente– fuera de lo que enlaza o enlazaba de manera simbólica y relacional a sus semejantes en la misma pertenencia”.4 En el contexto descrito por Nayrou pueden instalarse situaciones de acoso-hostigamiento o de violencia en términos generales. La convivencia, pues, se altera, el lazo de solidaridad se rompe, las pautas no se cumplen y la anomia y la “ley de la selva” se imponen. Hay malestar y sufrimiento, poco registro del sufrimiento del otro, fragmentación de los vínculos. Es decir, se diluye el sostén de la confianza y emerge el “sálvese quien pueda”. Aquí, se vuelve necesario realizar un trabajo que genere en alguien la posibilidad del contacto con la situación subjetiva del otro y la posibilidad de tejer un lazo de identificación del individuo con el conjunto humano. De lo contrario, la violencia, en sus diferentes manifestaciones, tendrá un lugar protagónico.
Empatía: una capacidad al servicio de la convivencia ¿Cómo lograr, en el ámbito escolar, un funcionamiento capaz de albergar y garantizar las diferencias, donde se respete y se acepte la singularidad que cada uno posee? Responder a esta pregunta es uno de nuestros objetivos. Creemos que este escenario comunitario de ligazón social podría ser construido, en parte, desde el estímulo y el trabajo en la escuela sobre el recurso de la empatía; esto es, sobre la capacidad de interpretar las emociones de los demás que implica un esfuerzo por reconocer y comprender los sentimientos de otro o las circunstancias que lo afectan. Por otro lado, consideramos que la capacidad de la empatía produce herramientas que colaboran para la convivencia en armonía. Una persona que desarrolla su empatía puede defender los derechos propios y los del otro; puede comprender los conflictos y su posible solución. Nayrou, Félicie. “El imposible objeto de transmisión en la anomia de la desligazón social”. En Los laberintos de la violencia. Colección Intersecciones de la Asociación Psicoanalítica Argentina. Buenos Aires, Lugar Editorial, 2008.
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Las personas podemos aprender a conocer nuestros sentimientos. La pregunta educativa en este caso sería: ¿la escuela es un lugar que favorece el encuentro con la propia experiencia pasada y presente o estar en la escuela es más bien sentirse presionado por encubrir esta historia? (Programa Nacional de Convivencia Escolar. Formación de supervisores y directores como asesores en convivencia escolar - Documento de trabajo. Ministerio de Educación de la Presidencia de la Nación, 2009.)
De lo hasta aquí expuesto, podríamos concluir que la forma de evitar situaciones de violencia no pasa por una actitud exclusiva de vigilancia de parte de la escuela ni por establecer una política de temor a la autoridad. Todo lo contrario: se impone, por un lado, el trabajo de lo vincular, el estímulo de la empatía y el ejercicio de la convivencia, a través de la aceptación de las diferencias y en contra de los prejuicios que estigmatizan y etiquetan; por otro, el trabajo transversal sobre el marco normativo y el respeto de los derechos humanos. La serie de actividades para trabajar en el aula que proponemos a continuación pretenden constituirse como un recurso que ayude a las y los docentes a construir espacios de reflexión con sus estudiantes, y que posibilite la puesta en palabras de aquellas situaciones que puedan obturar la convivencia en armonía. Corresponde a cada docente interpretar el momento adecuado para llevar adelante una actividad y evaluar la necesidad y madurez de su grupo para desarrollar determinadas dinámicas. Por otra parte, como responsable de la coordinación y la orientación de estas actividades, el o la docente debería tener una predisposición a la escucha de la palabra de sus estudiantes y de los conflictos libre de prejuicios. De esta manera, el objetivo de establecer un clima de participación y confianza, al tiempo que le permitirá intervenir de manera pertinente, se presentará mucho más cercano.
Herramientas
La prevención en la escuela
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Actividades 24
Tema: La empatía. La importancia de “ponerse en el lugar del otro”.
Actividad 1 Objetivos: Que el/la alumno/a • tome contacto con los afectos que le provocan las situaciones de maltrato. • tome contacto con los posibles afectos de quienes son protagonistas de situaciones de maltrato. • descubra la importancia de la empatía para una buena convivencia. Consignas 1. Reflexionar acerca de estas situaciones y completar las frases escribiendo los afectos o sentimientos que provocan las diferentes situaciones propuestas. 2. Puesta en común coordinada por el o la docente. 1. a. Amenazás a un/a compañero/a con pegarle a la salida del colegio. Vos te sentís… La persona amenazada debe sentir…
1. b. Un/a compañero/a te amenaza con pegarte a la salida del colegio. Vos te sentís… Quien te amenaza debe sentir…
2. a. Vos revelás a alguien de tu clase un secreto que te confió otra persona del curso. Vos te sentís… Quien confió en vos debe sentir…
2. b. Alguien del curso a quien confiaste un secreto se lo cuenta a otra persona del curso. Vos te sentís… Quien reveló el secreto debe sentir…
3. a. Vos editás negativamente una foto de un/a compañero/a y la subís a a una red social. Vos te sentís… Quien ve su foto editada debe sentir…
3. b. Alguien de tu curso edita negativamente una foto tuya y la sube a una red social. Vos te sentís… Quien editó tu foto debe sentir…
4. a. Escribís en el Facebook de alguien de tu curso sin su permiso. Vos te sentís… La persona a la que le usaste la página debe sentir…
4. b. Alguien escribe en tu página de Facebook sin tu permiso. Vos te sentís… Quien escribió debe sentir…
5. a. Escribís en Twitter cosas que aluden a algo por lo que otra persona es burlada. Vos te sentís… La persona burlada debe sentir…
5. b. Alguien de tu curso escribe en Twitter algo que te produce malestar, o se burla de tu aspecto. Vos te sentís… Quien escribió sobre vos debe sentir…
Tema: La convivencia.
Actividad 1 Conceptos clave: La convivencia con armonía o con violencia se construye entre todos. Importancia de hablar con un adulto frente a situaciones de malestar. Derechos vulnerados. Normas de convivencia. Objetivos: Que el/la alumno/a • perciba posibles situaciones de malestar respecto de la convivencia y pueda manifestar su percepción. • se involucre en el clima de la convivencia escolar en armonía. Consignas Elaborar una encuesta que indague acerca de situaNota: Este recurso ciones de maltrato entre pares. Utilizar los formudebe ser la plataforma larios de Google Drive, una herramienta que sirve para trabajar desde la para realizar encuestas, publicarlas en la web y enviarintervención en aquellas situaciones que hayan las por correo electrónico. También permite visualipodido descubrirse. Por zar los resultados en forma de tablas, gráficos, etc. Es otro lado, también, es posible revisar un tutorial en esta dirección: http:// preciso que el/la docente goo.gl/OMoKzMa. pueda dar orientaciones a. En la clase, formular las preguntas que tendrá la pertinentes hacia sus encuesta. Conviene que no sean más de cinco. Por estudiantes sobre cómo actuar en caso de ejemplo: “¿Fuiste víctima alguna vez de maltrato hostigamiento. por parte de personas de tu curso o de la escuela?”; “¿Fuiste testigo de situaciones de maltrato entre pares?”, “¿Cuáles te parecen las causas del maltrato?”. b. Decidir quiénes serán las personas encuestadas: estudiantes de la institución, jóvenes de otras escuelas. c. Administrar la encuesta: enviar formulario, organizar resultados en tablas y gráficos. d. Analizar los resultados. Si utilizan Google Drive, consultar la opción “mostrar resúmenes de respuestas” para verificarlos. e. En clase, comparar los resultados obtenidos por todos los grupos. f. A partir de las conclusiones de la discusión en clase, proponer acciones que generen cambios positivos en relación con la convivencia. Difundir esas propuestas en un formato que puedan compartir (afiche, video, presentación, etc.). Subtema: Los prejuicios y la convivencia.
Actividad 2 Conceptos clave: Prejuicios. Racismo. Etnocentrismo. Importancia del encuentro con el otro, diferente de uno. Respeto por las diferencias.
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Actividades
Objetivos: Que el/la alumno/a • pueda reflexionar sobre los prejuicios raciales. • descubra al otro-par como persona única y singular. • reconozca el respeto por el otro y las diferencias como ingrediente fundamental para una convivencia en armonía. • pueda desarticular prejuicios étnicos. Consigna 1. El 8 de enero de 2013, el Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina sancionaron la Ley Nº 26.809 que declara el 12 de junio como Día de los Adolescentes y Jóvenes por la Inclusión Social y la Convivencia contra Toda Forma de Violencia y Discriminación, en conmemoración del natalicio de Ana Frank. A partir de aquí se considera esta fecha en los calendarios escolares de las distintas jurisdicciones educativas como también la realización de las actividades en conmemoración que se estimen necesarias para difundir los ideales de Ana Frank, introducidos a través de su diario para promover el protagonismo de adolescentes y jóvenes en la lucha contra el prejuicio, las prácticas discriminatorias y la opresión, con el objetivo de fortalecer así una sociedad más democrática, y la plena vigencia del paradigma de los derechos humanos. a. Visitar la página Ana Frank, testimonio de su vida (http://www.anafrank.educ.ar/) realizada por educ.ar, el portal educativo del Ministerio de Educación de la Argentina (www.educ.ar). b. Seleccionar y realizar las actividades que se consideren pertinentes para llevar a cabo con los diferentes grados o cursos. Subtema: Convivencia y derechos humanos.
Actividad 3 Conceptos clave: Vulneración de los derechos. Normas de convivencia. Diferencias y dificultad para aceptarlas. Respeto por el otro. Violencia y sufrimiento. Objetivos: Que el/la alumno/a • pueda analizar los obstáculos para una convivencia en armonía. • tome contacto con la gravedad de las situaciones a las que se puede llegar en el caso de que no se tenga una convivencia en armonía. • reconozca estas situaciones a nivel del círculo de influencia más cercano –la escuela, su ciudad, su país– como también a nivel mundial o global. Consignas 1. Buscar en internet las siguientes noticias y leerlas: • “La guerra nos persigue desde 2011”, de Natalia Sancha, en diario El País, de España, 20 de junio de 2014 (disponible en http://goo.gl/TWnnz4).
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• “Miles de niños sirios se arriesgan a morir en el Mediterráneo este verano en su huida del conflicto”, Informe de Save the Children, Europa Press, Madrid, 26 de junio de 2014 (disponible en http://goo.gl/mxUNH0). • “Una Corte europea apoya la prohibición del velo islámico en Francia”, en diario Clarín, 2 de julio de 2014 (disponible en http://goo.gl/zxmd0H) . 2. Sintetizar, en pequeños grupos, la información de cada uno de los textos leídos. En una oración, formular el conflicto que plantea la situación informada. 3. Leer con toda la clase cuáles son los derechos humanos. Pueden hacerlo en lel portal de las Naciones Unidas: http://goo.gl/IYcvAG. 4. Determinar, entre todos, cuáles serían los derechos humanos contra los que se atenta en las noticias que leyeron. Subtema: Normas de convivencia.
Actividad 4 Conceptos clave: Normas y pautas de convivencia. Respeto por las reglas. Las sanciones como consecuencias acordes al actuar. La convivencia alterada por la anomia. Objetivos: Que el/la alumno/a • reconozca la función de las normas de convivencia. • comprenda la importancia de los acuerdos previos para una buena convivencia. • valore el respeto de las normas de convivencia para una convivencia en armonía. Consignas 1. Completar los siguientes enunciados y responder a las preguntas. • En el fútbol, una falta dentro del área, se sanciona con un… • En el básquet, el tiempo máximo de posesión de la pelota es de… • En el ajedrez, los peones se mueven siempre hacia… ¿Creés que se podría jugar alguno de estos juegos si no existieran reglas? ¿Qué podría ocurrir si no se respetaran las reglas o si no hubiese acuerdos previos acerca del modo de jugar? 2. Debate con el conjunto de la clase coordinado por el o la docente. Subtema: El valor del grupo y de la ayuda mutua.
Actividad 5 Conceptos clave: Convivencia sin violencia. Derechos y responsabilidades. Compromiso de todos los integrantes de la comunidad educativa para construir una convivencia en armonía. Los valores implícitos en una convivencia pacífica. Resolución de conflictos. Respeto por las diferencias.
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Actividades
Objetivos: Que el/la alumno/a • reflexione sobre el concepto de convivencia. • identifique los ingredientes para una convivencia en armonía. Consignas 1. Seleccionar, entre los que siguen, los “ingredientes” necesarios para una buena convivencia. Proponer otros si se considera que faltan. CONFIANZA SINCERIDAD HUMOR TOLERANCIA GENEROSIDAD RESPETO
DIÁLOGO DEBERES NORMAS CLARAS
IGUALDAD RISA SERIEDAD INTERÉS 2. Indicar qué cantidad de cada uno de esos ingredientes es necesaria para una buena convivencia: un montón, mucha, bastante, algo, una pizca. 3. En pequeños grupos, escribir una receta. Proponer título, por ejemplo: “Receta para convivir mejor” o “Cómo preparar una buena convivencia”; escribir cantidades de cada ingrediente y redactar la preparación. “Servir” en afiches al resto de la escuela. 4. A partir de lo trabajado en la receta, completar individualmente los enunciados que siguen. Para una mejor convivencia en mi escuela, necesito… Para una mejor convivencia en mi escuela, me comprometo a…
Nota: Las actividades 4 y 5 son adecuadas para realizar con alumnos de Primaria.
Subtema: Los conflictos. El acoso. El maltrato.
Actividad 6 Conceptos clave: Convivencia. Diversidad y diferencias. Tolerancia. Diálogo. Acoso. Sufrimiento. Derechos Humanos. Normas de convivencia. Vínculos. Objetivos: Que el/la alumno/a • logre analizar una película a la luz de los conceptos trabajados en clase sobre diversidad y convivencia. • reflexione acerca de la importancia de los vínculos y la empatía para una buena convivencia. • identifique el prejuicio como un pensamiento arbitrario y de poca complejidad que obstaculiza el encuentro con el otro. • logre asumir una actitud crítica y comprometida respecto de las prácticas de la violencia. Consignas 1. Seleccionar una película en la que se ponga en escena alguna forma de discriminación, dificultades en la convivencia o acoso. Películas sugeridas con las que podría trabajarse:
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Elephant, de Gus Van Sant (2003). Crash. Vidas cruzadas, de Paul Hagáis (2005). La Ola, de Dennos Gansel (2008). Invictus, de Clint Eastwood (2009). Bullying, de Josecho San Mateo (2009). Documental La Masacre de Carmen de Patagones, realizado por Discovery Channel (2010).
Nota: Es indispensable que el o la docente seleccione la película en función de la madurez de sus estudiantes para ver y analizar los contenidos que plantea el film.
2. Luego de ver la película seleccionada, resolver en pequeños grupos las siguientes consignas. a. Escribir el argumento de la película vista. Incluir la ficha técnica al comienzo o al final del argumento. b. Determinar quiénes son los personajes principales, caracterizarlos física y moralmente y enunciar las acciones que llevan a cabo. c. Formular los obstáculos para la convivencia que se ponen de manifiesto en la película. d. Relevar el tipo de discriminación que se pone de manifiesto en la película y el modo como se lleva a cabo. Luego, explicar cuál es el sufrimiento de los personajes. e. Explicitar el tipo de vínculos que mantienen entre sí los personajes de la película. f. Discutir acerca del modo como en el film se trata el conflicto y acerca de la solución que se le da. g. Considerar la posibilidad de haber llegado a otro desenlace: ¿qué debería haber ocurrido en la situación planteada por la película para que terminase de otro modo? h. A partir de las respuestas anteriores, formular las conclusiones que se pueden extraer respecto de la diversidad y la convivencia. 3. Puesta en común y debate con coordinación y orientación docente.
Actividad 7 Conceptos clave: Hostigamiento. Hostigador. Acosado. Espectador. Seguidores. Violencia. Respeto. Sufrimiento. Objetivos: Que el/la alumno/a • descubra qué es una situación de maltrato y acoso. • identifique a los protagonistas de la situación de violencia. • tome contacto con los afectos que se desprenden de las situaciones de violencia en cada uno de los protagonistas. Consignas 1. Leer individualmente el texto del recuadro. Luego, resolver por escrito las consignas que le siguen. El caso de Julián Julián, como el resto de la clase, llega al colegio y acomoda sus cosas en
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Actividades
el banco. Sin embargo, desde hace algún tiempo, apenas se distrae o sale del aula, dos compañeros toman sin permiso su mochila, le sacan los útiles y se los tiran por el piso o los desparraman por toda el aula. Cada vez que ocurre eso, todos se ríen, excepto sus dos amigos, que se quedan paralizados sin saber qué hacer para ayudar a Julián. En una ocasión trataron de ayudarlo, pero al día siguiente sus mochilas también fueron saqueadas. Nunca más lo ayudaron. Un día, llegaron al extremo de tirarle en el inodoro del baño algunas hojas de la carpeta. Julián no sabe qué hacer y se pregunta: “¿Por qué a mí?”. a. Enumerar los sentimientos que te produce la lectura del texto. b. Ubicar al lado de cada rol el protagonista de la historia de Julián que corresponda. Luego, explicitar los sentimientos que te provoca cada uno. Justificar tus respuestas. Víctima: Acosador/a/s: Seguidores/as: Espectadores: c. Responder: ¿son habituales en tu curso o en la escuela este tipo de conflictos? d. Proponer alguna acción para evitar esta clase de situaciones. 2. Puesta en común y debate entre los alumnos, coordinado por el o la docente.
Actividad 8 Objetivos: Que el/la alumno/a • identifique las diferentes manifestaciones del acoso. • interprete el efecto de sufrimiento en la víctima de las prácticas de acoso en cualquiera de sus expresiones. Consignas 1. Ubicar las acciones de maltrato de los recuadritos en la columna que corresponda de una tabla como la que sigue. insultar
golpear
despreciar
descalificar
amenazar
romper las cosas de alguien del grado o del curso hacer gestos de asco
robar
humillar
esparcir rumores
criticar de forma despectiva y a espaldas
pedirle a alguien que le pegue a otra persona del grado o del curso FÍSICA
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GESTUAL
VERBAL
2. Ver el comercial “Words Hurt” (“Las palabras lastiman”), realizado por The Ohio Commission on Dispute Resolution and Conflict Management (disponible en http:// goo.gl/dg5DVZ). a. Discutir acerca de si es necesario o no tener conocimientos de inglés para comprender el mensaje del comercial. b. Poner en relación con las acciones de maltrato clasificadas en el cuadro y discutir acerca del alcance metáfórico de las palabras que “golpean” a la víctima. 3. Puesta en común y síntesis coordinadas por el docente. Tema: Cyberbullying.
Actividad 1 Conceptos clave: No consentimiento del maltrato. Registro de situación de maltrato. Pedido de ayuda a un par o adulto de confianza. Importancia de no dejar solo a quien sufre el maltrato. No minimizar la situación. Vulneración de los derechos en relación con la privacidad y la identidad. Diferencias entre “pedir ayuda” y “buchonear”. Diferencia de poder entre hostigadores/as y víctima. Importancia de los espectadores para desanudar la situación. Empatía. Sufrimiento y soledad frente al dolor. Objetivos: Que el/la alumno/a • se informe, a partir de la investigación en medios impresos y virtuales, sobre el fenómeno del ciberbullying y sus consecuencias. • reflexione acerca de las acciones que deberían tomarse ante un caso de ciberbullying. • desarrolle su capacidad empática para que sea capaz de ponerse en el lugar de quienes están provocando o sufriendo el ciberbullying. Consignas 1. Leer en pequeños grupos la situación hipotética del recuadro y conversar a partir de las preguntas que le siguen. Rocío es alumna de un colegio; no tiene muchos amigos, habitualmente es objeto de burlas y dejada de lado. Rocío es tímida y callada. Un día, un grupo de compañeros crearon un perfil de Facebook con la identidad de Rocío y desde allí insultaron al resto de la clase. Al día siguiente, como consecuencia de ese perfil y de los contenidos posteados por otros, a los desprecios habituales que Rocío sufre, se le sumaron amenazas e insultos de parte de la mayoría del grupo. a. ¿Creen que Rocío debería intentar aclarar la situación? b. ¿Consideran que Rocío debería aguantar hasta que a sus compañeros se les pase el enojo? c. ¿Les parece una buena idea que Rocío cuente lo sucedido a un/a docente para
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Actividades
que intervenga? ¿Sería mejor que pidiese ayuda a una compañera con la que se lleve bien? d. ¿Qué otras acciones y actitudes debería asumir Rocío? 2. Puesta en común con la coordinación y orientación del docente. 3. Leer el siguiente texto en pequeños grupos y conversar a partir de las preguntas que le siguen. Rocío intenta aclarar la situación a sus compañeros, pero no logra nada. Incluso, recibe más insultos y descalificaciones. Entonces, Rocío decide no decir nada más porque piensa que con el tiempo la situación se calmará. Ha pasado casi un mes, pero la situación no mejora. Los compañeros que hicieron el perfil de Facebook continúan posteando en nombre de ella. Por parte del resto, solo recibe maltrato. Rocío está cada vez peor, con pocas ganas de ir a la escuela, desanimada, muy triste. a. • • • b. 4.
Si fueras compañero/a de Rocío, ¿qué harías? Elegir una opción: No dirías nada porque te considerarían “buchón” o “buchona”. Hablarías con Rocío para apoyarla, y juntos pedirían ayuda a un/a docente. Hablarías con el resto de la clase para que supieran que Rocío está sufriendo. Proponer otras posibilidades. Puesta en común con la coordinación docente. Síntesis de lo trabajado.
Actividad 2 Conceptos clave: Intimidad. Privacidad. Riesgos en la web. Replique y rapidez de la información en la web. Objetivos: Que el/la alumno/a • se sensibilice sobre la necesidad de hacer un uso responsable de las TIC. • reflexione sobre sus propias prácticas virtuales y advierta las consecuencias. Consignas 1. Seleccionar la opción adecuada en el siguiente cuestionario. Podés publicar en internet las fotos que sacaste a tus amigos. SÍ. Puedo hacer lo que yo quiera con las fotos que saqué. NO. Tengo que preguntarles a ellos y también si quieren que se los etiquete. ¿Es seguro tener fotos guardadas en el celular? SÍ, mi celular lo veo yo solo. Depende del tipo de foto. No es del todo seguro porque, si me roban el celular o lo pierdo, cualquier persona tendrá esa información. Si te llega un video que muestra una broma pesada a un compañero/a del colegio, ¿qué hacés?
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Lo reenvío al resto de la clase porque es muy gracioso. Lo borro de inmediato. Aviso a un/a docente o a mis padres para que puedan ayudar a esa persona. Al cambiar el celular, tenés que asegurarte de… quitar la tarjeta de memoria. borrar la información del teléfono y quitar la tarjeta. Si te llega un mensaje de un contacto que no conocés para que te descargues un archivo. ¿Qué hacés? Lo abro para ver qué es. No lo abro porque no sé si es seguro. 2. Puesta en común con coordinación y orientación docente.
Actividad 3 Conceptos clave: Convivencia en la web. Privacidad. “Amigos” desconocidos de Facebook. Falsa identidad y grooming. Objetivos: Que el/la alumno/a • conozca los riesgos del cyberbullying. • experimente ser agente de prevención sobre el cyberbullying respecto de los alumnos de menor edad. Consignas 1. Buscar información sobre ciberacoso. Se sugiere la bibliografía que ofrece INADI para el programa Parlamento Federal de Jóvenes (http://goo.gl/tLB82k) y el material ofrecido por el portal educ.ar en la Colección educ.ar: Uso seguro y responsable de las TIC | CD 27 (http://goo.gl/cxkLLq). 2. Elaborar una síntesis sobre lo investigado. 3. Con orientación y supervisión docente, planificar y llevar adelante exposiciones sobre el tema para los cursos de estudiantes de menor edad. Pueden utilizarse recursos informáticos para tales presentaciones, como por ejemplo, programas para presentaciones (Power Point, Libre Office Impress) y videos, entre otros.
Actividad 4 Conceptos clave: Empatía. Sufrimiento. Maltrato y exposición. Prejuicios. Riesgos en la web. Objetivos: Que el/la alumno/a • se sensibilice sobre el efecto afectivo de una agresión en el ámbito virtual. • reconozca la seriedad y gravedad del maltrato en la web en función del nivel exponencial de espectadores y repliques.
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Actividades
Consignas 1. Leer el siguiente texto. Un alumno escribe el siguiente tweet: “Si querés saber qué es ser antisocial… preguntale a Luciana”. Jóvenes del colegio retweetean y además escriben comentarios ofensivos hacia Luciana. Cada vez que Luciana abre su Twitter, se siente angustiada y triste. 2. En pequeños grupos, responder a las siguientes preguntas. a. ¿Quiénes tienen el problema que se plantea en esta situación? b. ¿Cuáles suponen que son las consecuencias que pueden originar en Luciana recibir y leer este tipo de tweets sobre su persona? 3. Puesta en común, orientación y síntesis del/la docente.
Actividad final Conceptos clave: El otro y su necesidad. Vinculación social. Solidaridad. Concepción de que la convivencia en armonía se construye entre todos. Compromiso con el otro. Ciudadanía digital. Objetivos: Que el/la alumno/a • logre tomar contacto con situaciones de necesidad del otro que lo liguen afectivamente en una trama social. • valore los recursos propios que puedan favorecer al otro en situación de marginalidad o exclusión, para experimentar el valor de la solidaridad. Consignas 1. Investigar sobre alguna Organización no gubernamental (ONG) que lleve adelante una misión relevante para la comunidad. Ponerse en contacto con ella e indagar acerca de sus estrategias de promoción. 2. Diseñar una campaña para ser difundida en la red social Twitter. Las publicaciones que se realicen deben contener información acerca de la misión de la ONG, sus necesidades puntuales, los destinatarios de su acción, los datos de contacto, información sobre los responsables y principales temas de interés. Cada publicación debe ser identificada con una etiqueta o hashtag que se asocie a la ONG. Pueden observar ejemplos de estas campañas en el sitio web Hoy me comprometo – 100 acciones solidarias ( http://www.hoymecomprometo.com/). 3. Para evaluar las respuestas a las publicaciones y generar un historial de los tweets que se relacionan con la campaña pueden usar la herramienta Storify (https:// storify.com/). Este recurso permite asociar una cuenta de Twitter y generar un documento que incluya solo los tweets que usaron el hashtag acordado. Ese documento se puede insertar en otras publicaciones digitales (blogs, redes sociales, etc.) para compartir la campaña completa. 4. Analizar la repercusión de la campaña en función de su contenido y de su llegada (cantidad de seguidores y retweets).
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Índice
Introducción ............................................................................................................................ 1 Contexto actual del problema ......................................................................................... 2 La familia y la escuela ........................................................................................................ 2 Las familias en la actualidad............................................................................................. 3 El contexto social actual.................................................................................................... 4 El bullying (violencia escolar) ............................................................................................ 5 Hacia una definición de violencia ................................................................................. 5 ¿Qué es el bullying?............................................................................................................. 6 Herramientas ....................................................................................................................... 8 Indicios para reconocer a una persona acosada .................................................... 8 Indicios para reconocer a una persona acosadora ................................................ 9 El cyberbullying ......................................................................................................................10 ¿Qué es el cyberbullying?..................................................................................................10 Herramientas .................................................................................................................... 11 Indicadores para reconocer víctimas del cyberbullying ...................................... 11 Nuevas tecnologías: estrategias para formar usuarios responsables ............ 12 El papel del docente ............................................................................................................14 Grupo de pares y subjetividad .....................................................................................14 El docente y el grupo de pares ....................................................................................14 Herramientas .................................................................................................................... 15 Acerca de la intervención .............................................................................................. 15 Estrategias de intervención ........................................................................................... 16 El marco normativo ........................................................................................................... 18 La ley anti bullying ............................................................................................................ 18 Estrategias de prevención ............................................................................................... 21 El proceso de socialización ........................................................................................... 21 La ruptura del lazo social ............................................................................................... 21 Empatía: una capacidad al servicio de la convivencia ........................................ 22 Herramientas ................................................................................................................... 23 La prevención en la escuela ......................................................................................... 23 Actividades ........................................................................................................................... 24 Bibliografía .............................................................................................................................. 35
Propuestas de reflexi贸n y actividades para abordar el problema de la violencia escolar
CC 29008882 ISBN 9789501311334