Construir imágenes en el espacio bi y tridimensional Mariana Spravkin
Ya sea en la bi como en la tridimensión, el nivel evolutivo de los niños, el desarrollo de sus capacidades y sus concepciones acerca de la representación son las mismas. La bidimensión Uno de los problemas inherentes al trabajo en la bidímensión reside en el hecho de que es necesario resolver de qué forma serán representados, en dos dimensiones, tanto los que tres como las espaciales que entre ellos se establecen. Ahora bien, tres dimensiones no «caben» en dos y dadas las restricciones propias del plano (tener sólo alto y ancho y carecer de profundidad) es necesario entonces crear una re-presentación del objeto: convertir al objeto en imagen. Para ello hay que decidir cuáles serán las partes representadas y desde qué punto de vista. En el caso de los niños, prima la necesidad de dar identidad al objeto. El criterio utilizado respecto de las partes seleccionadas es el de reunir la mayor cantidad de características significativas del objeto a representar. (Arte egipcia) Respecto de la elección del punto de vista, para dibujar o pintar los objetos tal como se ven es necesario muchas veces sacrificar información importante acerca del mismo. Por ejemplo, si un objeto oculta parcialmente a otro, los niños pequeños dibujarán uno sobre el otro o buscarán recursos como la transparencia, para de este modo no tener que sacrificar información visual respecto de los objetos representados. Los niños priorizan en su dibujo un encuadre que ponga de manifiesto la información efectiva procedente del objeto, sin importar que se contradiga con lo que ve y aun con las leyes de la física; es decir que eligen lo que se denomina una imagen centrada en el objeto. En cambio, los adultos eligen mostrar la forma aparente del objeto desde cierto punto de vista, es decir, la imagen centrada en quien mira, o sea centrada en el espectador. La tridimensión En este caso se cuenta con tres dimensiones para representar objetos también de tres dimensiones, lo cual permite considerar la totalidad del objeto y obliga a establecer relaciones entre los distintos puntos de vista: la visión frontal, la posterior, la lateral, la base y el interior-exterior. Las formas escultóricas tienen un cuerpo, una densidad, y un peso que provienen de la materia con que han sido realizadas.
La imagen escultórica tiene que tomar en cuenta no sólo el equilibrio compositivo sino también necesita resolver distintos aspectos relacionados con el equilibrio físico: relaciones de peso, tamaño, altura, resistencia de los materiales, etcétera El trabajo en la tridimensión permite y obliga abordar en forma simultánea los aspectos físicos, expresivos y técnicos de la imagen.
A través del trabajo en el espacio tridimensional, los chicos podrán:
Operar plásticamente en el espacio de tres dimensiones Enfrentarse a los problemas físicos y técnicos propios de la tridímensionalidad y elaborar estrategias para resolverlos. Desarrollar una comprensión significativa de la forma y la estructura de los volúmenes. Desarrollar una calidad de manipulación distinta (más directa, menos mediatizada por la herramienta) en donde intervenga no sólo lo visual sino también, en gran medida, lo táctil. Comprender más profundamente, mediante esta doble percepción, las cualidades de los materiales (visual y táctil).