Benemérita Escuela Normal “Manuel Ávila Camacho” Licenciatura en Educación Preescolar “Reenfocando para el futuro actuar” Curso: Proyectos de Intervención Socioeducativa Titular del curso: Dra. Beatriz Hernández Sánchez Por: Karla Daniela Ortega Román Sexto Semestre Mayo, 2016
"La vida es como una cámara: sólo enfócate en lo que es importante, captura los buenos momentos, saca de lo negativo un aprendizaje revelador, y si las cosas no salen como las deseabas, intenta una nueva toma"
Por medio de la lectura del presente texto será posible al lector sumergirse en un profundo análisis de la más reciente jornada de prácticas, desde una visión enteramente reflexiva. Tópicos como los sentimientos y actitudes presentes a lo largo de todo ese tiempo, desde el momento de planeación hasta el último día dentro del aula; conocimientos y estrategias puestas en marcha, así como las adquiridas en el proceso; relaciones establecidas con la comunidad escolar serán abordados en este momento con la finalidad de reconocer los aciertos y errores cometidos desde mi papel de educadora en formación, que permitirán reconocer y reformular mi práctica educativa para buscar la mejora en futuras intervenciones. Pero de manera focal, se espera dar en el núcleo de la problemática más recurrente dentro del Jardín de Niños; la cual se abordará mediante el próximo proyecto de intervención socioeducativa. Al terminar una jornada de prácticas o simplemente con el día a día dentro del proceso es fácil determinar cuándo nos equivocamos, y en la mayoría de los casos, al menos desde mi experiencia, enfrascarnos solo en esos errores cometidos, dejando de lado los logros alcanzados. Es por ello que la realización de un trabajo como el texto en cuestión, brinda la oportunidad de regresar en el tiempo, de visualizarnos dentro del aula pero esta vez ya no como la docente a cargo, sino como un espectador más; capaz de vislumbrar la realidad vivida; qué se hizo, qué no se hizo, actividades planteadas, actividades ejecutadas,
resultados
obtenidos,
adecuaciones
realizadas,
contingencias
presentadas así como formas de resolverlas. Pero de una forma imparcial, siempre teniendo en mente que la finalidad del análisis no es reprochar los errores sino identificar sus causas y soluciones para que la próxima intervención sea más exitosa y productiva no solo para los alumnos y la institución, sino para la misma educadora practicante.
-“La Jornada de prácticas comienza la próxima semana”-exclamó un compañero Unas simples y sencillas palabras desataron un mar de sentimientos y emociones en mí, el día finalmente había llegado y era momento de regresar a ese ya conocido Jardín de Niños “Tenamaztle”. Un sinfín de ideas invadían mi cabeza; nuevas estrategias, actividades divertidas y llamativas para mis veintidós pequeños, regalos, juegos, en fin el verdadero problema era organizar todo lo que tenía por hacer. Y ante ese mundo de ideas el entusiasmo se apoderaba de mí, me emocionaba que fuera en un Jardín y en un grupo que ya conocía, me ilusionaba volver a ver a esos niños tan cariñosos y tiernos, solo pensaba en todo lo que podría hacer para lograr que aprendieran cosas nuevas de manera divertida. Sin embargo y muy a mi pesar, también pensaba en esos pequeños que tanto trabajo me dan y que no logran aceptar del todo a la “nueva maestra”, esos niños que no hacen caso, que pelean, que no trabajan, eso realmente me afligía mucho al pensar en que las actividades no pudieran resultar debido a dichas conductas, de manera especial las reacciones y comportamiento de Edwin me provocan un gran dolor de cabeza en cada una de las jornadas y esta situación disminuía en algunos momentos ese entusiasmo por volver al mismo sitio a practicar. Lamentablemente, otro aspecto preocupante era la falta de participación de los padres, pero al mismo tiempo pensaba e imaginaba ese proyecto de intervención que se está cocinando y que nos ayudaría a acercarlos de manera notable. Pensar en que la relación establecida con los docentes del jardín y la directora había resultado satisfactoria durante los acercamientos previos me animaba un poco a volver, el saber que con mi maestra titular se había establecido un vínculo muy agradable, de confianza y apoyo mutuo resultaba muy reconfortante. Y ni qué decir de los alumnos, que en su mayoría me habían aceptado, lo que me permitía sentirme cómoda dentro del grupo.
Una vez trabajando dentro del aula, ese entusiasmo se desplazaba de arriba abajo, hubo días magníficos en que sentía que todo había resultado a la perfección, pero también estaban esos días en que nada resultaba, me sentía decepcionada y frustrada, es que realmente nunca he sido muy tolerante al fracaso. Fue justamente en uno de esos días tan frustrantes en que llegue a sentir que nada tenía que hacer en un aula, a sentir que la profesión me quedaba muy grande y a confirmar eso que me venía repitiendo hace tiempo; “me había equivocado de profesión”. Pero una vez más tranquila en mi casa y después de un largo rato de reflexión me di cuenta de cuánto necesitan los niños en contextos como este de una buena educadora, y de todo lo que me falta por aprender para llegar a serlo, pero a la vez de que es algo que quiero intentar, y sé que de lograrlo eso significaría una gran satisfacción personal y profesional. Realmente considero que debo valorar y aprovechar esta oportunidad que se me ha presentado de practicar en un contexto tan necesitado, para darme cuenta que la educación no es color de rosa, que no llegaras siempre a un aula preciosa, decorada de mil colores y repleta de material didáctico y tecnológico. Con un grupo pequeño de alumnos, alumnos sin problemas, contando con el apoyo total de las familias y el personal docente y directivo. No! eso definitivamente no existe. Y es que talvez el problema reside en que hasta este momento no tengo claridad en cuanto al estilo docente que desempeño dentro del aula, lo que me da un poco de inseguridad al no saber de qué manera operar ante los alumnos y ante las diversas situaciones que se me presentan. Es por ello que he considerado necesario apoyarme en cuestiones teóricas para poder identificar dicho estilo, pues a lo largo de mi formación docente nunca me había detenido a pensar en cual era ese estilo que me definía como docente y creo sinceramente que aún no he logrado definirlo del todo, sin embargo gracias a esta reflexión puedo reconocer algunas de las teorías del aprendizaje que más permean mi práctica y que me han caracterizado dentro del aula hasta el día de hoy;
En primer lugar identifico que el enfoque cognoscitivista de mi quehacer docente ha sido la que me ha permitido reconocer siempre los saberes previos que poseen los niños para con ello emprender acciones pertinentes que promuevan nuevos aprendizajes pero tomando de base lo que los niños ya conocen. Así mismo me ha brindado la posibilidad de tomar en cuenta el proceso que sigue cada niño en el aprendizaje más que el producto que arrojen y teniendo siempre a la mano el contexto y cultura en que se desarrolla el pequeño, y aunque siempre voy con esa mentalidad constructivista en repetidas ocasiones me pierdo del camino, pero creo que con esfuerzo podré consolidar esta teoría como una característica primordial de mi estilo docente. A su vez, el conductismo aunque por muchos visto como algo perverso y digno de condena es para mí una gran estrategia para controlar las conductas negativas de los niños así como para motivarlos dentro del aula, aunque claro cuidando siempre no dañar la integridad de los alumnos. Insólitamente, a partir
de incorporarme al Jardín de Niños Tenamaztle he
experimentado el humanismo de manera notable, pues el estar por una buena temporada en la misma institución así como la comunicación con mi docente titular ha posibilitado el alto grado de conocimiento de las situaciones que viven mis alumnos en sus hogares, lo que ha provocado en mí una gran necesidad de comprensión hacia sus conductas y formas de ser, y más que nada buscar brindarles un espacio agradable dentro del aula, donde puedan jugar, platicar, aprender y sobre todo ser escuchados y queridos. Pues como bien dicen por ahí, hay que propiciar que el niño reciba en el jardín la alegría de la que carece en su hogar. Y precisamente con el fin de dar sentido y seguir el camino que dichas posturas me dictan, es que en especial esta jornada decidí dejarme llevar por lo que veo, fue así que para la planeación de las actividades me dispuse a rescatar esas cosas que veo que hacen felices a los alumnos, tal es el caso de los juegos, los globos, la manipulación de masas, el trabajo con pinturas, la observación de videos y la
escucha de canciones para lograr atrapar su atención e interesarlos en el trabajo, buscando obtener con ello mejores resultados del proceso de aprendizaje. Adentrándonos de manera más directa a lo que abarco la intervención docente, es realmente fundamental hacer mención de lo realizado dentro y fuera del aula con el grupo de práctica, fueron dos semanas de trabajo intenso, planeación y adecuación constante, preparación de materiales, revisión de trabajos, etcétera. En un primer acercamiento, el día de visita previa estuvo destinado a la observación del estado actual del grupo, sus avances o estancamientos en cada uno de los campos formativos, así como una entrevista informal con la educadora titular con la finalidad de establecer el campo formativo y temática que debiera ser abordada durante la jornada, por sugerencia o más bien petición de la maestra se instituyó trabajar de acuerdo al campo formativo de pensamiento matemático, en el aspecto de número. Muy a mi pesar tuve que aceptarlo, pues realmente no es un contenido que me agrade trabajar, sumándole a eso que ya una vez lo había abordado en un acercamiento previo. Tome la iniciativa de planear con la modalidad de secuencia didáctica, ya que debido al poco tiempo con que se contaba un proyecto probablemente no diera los resultados esperados, pero la secuencia por su parte me permitiría abordar un contenido global desde diferentes temáticas cada día, pero todo encaminado al mismo fin y complementando una competencia general. Así fue que, la primera semana se llevaron a cabo actividades enfocadas a la apropiación del concepto número, como siempre Edwin, Lupita y Christian los más avanzados que mostraban cierto fastidio al ya saber ciertas cosas, pero en general el trabajo fluyo de buena manera. En esa búsqueda por ofrecer a los niños cosas novedosas decidí trabajar temáticas que a mi parecer eran un poco avanzadas y de difícil tratamiento en preescolar, de tal manera que las actividades enfatizaban en los principios de la adición y el uso de los signos mayor que, menor que e igual; a lo que
los niños respondieron favorablemente ante los nuevos conceptos, adquiriéndolos de manera casi inmediata, y en palabras de la maestra titular sin haber tenido antecedentes de ello. Los resultados fueron realmente satisfactorios, podría decir que un 90% del grupo es capaz de distinguir cada uno de los signos mencionados, así como de resolver problemas sencillos de adición de objetos. El otro 10% pertenece a chicos un poco distraídos a los que les cuesta trabajo mantener la atención y claro a esos chicos que faltan de manera considerable a clases. Después de trabajar durante cuatro días con el aspecto número percibí que los chicos mostraban un poco de apatía a seguir con ello, por lo que decidí en conjunto con la educadora titular que lo mejor sería cambiar de campo formativo, eligiendo por sugerencia mía la temática del Sistema Solar, integrada en el campo de Exploración y Conocimiento del Mundo, buscando integrar conocimientos del aspecto número pero de forma indirecta para evitar el rechazo de los pequeños. La aceptación del tema por parte de los alumnos resulto aún mejor de lo esperado, fue un tema muy atractivo para ellos, permitiendo la realización de actividades divertidas que ayudaron a que adquirieran fácilmente características claves de cada planeta, fases de la luna, conceptos como rotación y traslación, los cuales sinceramente no creí que pudieran comprender tan fácilmente,
el único
inconveniente se presentó en cuanto a los tamaños de los objetos del espacio a contar, ya que los niños no contabilizaban los objetos por características sino por tamaños y eso dificulto un poco la actividad. Fue muy gratificante y sorprendente darme cuenta que Edwin sabia muchísimo más de lo que yo pudiera imaginar, antes de iniciar el tema, él ya mencionaba al menos cuatro planetas, hacía referencia a la ley de gravedad y la capa de ozono, algo que en su momento me estreso un poco pero que a la vez permitió que el resto del grupo añadiera esos conceptos a su conocimiento al escucharlo de un compañerito.
De igual forma Lupita realizo una inesperada reflexión, pues al cuestionarle sobre las fases de la luna, ella argumento que habían muchas lunas, una redonda, algunas en forma de bananas, etcétera. Y una vez que se les mostró un video ilustrando las cuatro fases, ella se puso de pie y exclamo; “Entonces no son muchas lunas, es solo una que gira”, a lo que el resto de los compañeros comenzaron a comentar sus propias apreciaciones. Dicha temática del Sistema Solar me permitió poner en práctica la habilidad para la diversificación de materiales, pues trate de que cada aspecto del sistema solar hiciera uso de materiales sencillos pero prácticos para facilitar su comprensión, así; la preparación de una masa permitió a los niños moldear las fases de la luna, los note muy atentos y concentrados en la actividad, de hecho también resultaron trabajos muy sorprendentes, pues Edwin y Christian sin indicación de nadie decidieron dar sombra a sus fases cortando el mismo cartoncillo que se les entregó de base, a lo que el resto del grupo incluida yo, reaccionamos sorprendidos. También la implementación de globos y una dinámica musical permitió que realizando con nuestro propio cuerpo movimientos de traslación y rotación los chicos se apropiaran de dichos conceptos. Y finalmente, la construcción de planetas con cartón, periódico, engrudo y pintura fue una actividad muy llamativa pues incluso los chicos más inquietos dejaron de lado el juego para dar forma al planeta asignado, todo con el fin de crear ese planetario en el aula. Debo destacar que el resultado final de la secuencia didáctica del Sistema Solar, no respondió en nada a lo planeado, ya que no fue posible dar forma al planetario como se había establecido, faltaron muchos alumnos, estaban un poco inquietos. Pero en fin, al analizar el proceso me di cuenta que los chicos realmente habían aprendido, y que no había sido necesario realizar el cierre tal cual para que fuera un aprendizaje significativo para ellos. Incluso y aunque pudiera resultar sin sentido o hasta cierto grado “cursi”, se me ocurrió regalar a cada chico una estrella que brilla en
la oscuridad para que siempre recordaran el tema trabajado y porque no, a su maestra practicante. No obstante, ante todos esos aciertos y logros alcanzados durante las dos semanas, no todo fue miel sobre hojuelas, existieron algunos inconvenientes que hicieron un poco más pesada la carga de trabajo durante la jornada. Por ejemplo, he constatado que dentro del aula la disciplina se ve siempre afectada por los mismos chicos, Edwin por su parte no atiende ninguna llamada de atención y eso ya me lo había advertido la maestra de USAER incluso me indico llevarlo con ella en caso de que fuera imposible trabajar con él, y aunque en varias ocasiones el acompañamiento en las actividades me ayudo a tranquilizarlo, en una ocasión si me vi en la necesidad de llevarlo con la USAER, aunque después de un rato reflexione que había hecho mal. Por otro lado Lucero, quien es otra niña muy inquieta que no trabaja destaca que al brindarle atención directa se mantiene atenta y realiza los trabajos con entusiasmo, esperando siempre palabras de halago. Con base en lo experimentado antes y ahora dentro del grupo de práctica y en general en el Jardín de Niños, los aspectos que más dificultad me representan giran en torno a la forma de mantener una adecuada disciplina dentro y fuera del aula, al establecimiento de límites y reglas con los alumnos, al fomento del respeto y el compañerismo. Pues constantemente me enfrento a actitudes negativas por parte de los alumnos que impiden una sana convivencia y una adecuada realización de ciertas actividades, sobretodo la que se plantean en equipos o de forma grupal. Y aunque con el propósito de evitar dichas situaciones mis planeaciones han ido encaminadas más al trabajo individual, reconozco la necesidad de propiciar el trabajo colaborativo y adquiero ese compromiso en la futura intervención. En cuanto a este aspecto de que en ocasiones las actividades no resultan como las planeo, para la segunda semana decidí entregarle la planeación por escrito a mi maestra titular, pero al mismo tiempo y con el fin de realmente dársela a conocer,
pedí un tiempo para comentarla completamente con ella en persona, eso me permitió recibir sugerencias y modificar algunas acciones antes de ponerlas en marcha, así como recibir apoyo en actividades gracias a que eran de su conocimiento. De igual forma el trato con los niños se ha ido tornando un poco más estricto, ya que debido a que en jornadas pasadas trate de ser amable y comprensiva, esta vez los note un poco más desatentos hacia conmigo, elemento que también influye de manera negativa en la realización del trabajo docente. Podría llegar a creerse que el volver a un jardín ya conocido es una actividad rutinaria, que es más sencillo por el hecho de ya conocer, pero no es así. La oportunidad de volver al Jardín de Niños Tenamaztle me ha brindado muchas oportunidades de aprendizaje, reconocimiento y reflexión, no hablo solo del contexto y los alumnos, sino también y en mayor medida de mi práctica y formación docente. Durante esta jornada pude darme cuenta del sinfín de opciones que tengo al alcance de mis manos a la hora de enseñar, desde la búsqueda de información en diversos medios hasta las formas novedosas de explicar a los niños aún sin necesidad de utilizar grandes medios tecnológicos o materiales didácticos costosos, incluso la creación de nuevos dispositivos de aprendizaje, que talvez en este momento sean muy básicos o sencillos pero con practica se pueden llegar a crear grandes cosas. Pude experimentar en carne propia, que la innovación no es solo cosa de materiales sino que el simple hecho de atreverme a tratar temas que podrían parecer complicados para la edad preescolar es innovador y permite llevar a los niños a niveles más altos de los esperados, pues al manejar el lenguaje correcto te das cuenta de que los niños que son seres muy inteligentes y capaces logran adquirir el lenguaje científico desde esta edad si se les sabe guiar. Ante todo esto, sin duda he logrado cumplir ciertos retos en mejora de los alumnos y en mejora propia, pero espero que mediante el proyecto de intervención socioeducativa que se está gestando hace ya tiempo entre mis compañeros
practicantes y yo, logremos brindar un trabajo permanente y significativo para la institución en cuestión, que ayude a nosotros, al Jardín y a la comunidad en general. Dicho proyecto se encuentra aun flotando en el aire, pero este análisis ha permitido grandes avances para poco a poco ir dando forma y aterrizando esa idea de mejora. Durante la jornada además de lo curricularmente estipulado, pusimos en marcha como equipo la aplicación de una encuesta a padres de familia y docentes que nos permitiera vislumbrar aspectos como la importancia que dan los padres a la educación preescolar, su nivel de participación dentro del proceso educativo de su hijo, el acceso a las tecnologías en su contexto y finalmente por el lado del proyecto que tenemos en mente, sus hábitos de lectura. Todos los padres de familia a quienes se les solicito contestar la encuesta lo hicieron, sin embargo debido al alto grado de ausentismo en el jardín no fue posible realizarla a la totalidad de padres de familia, solo se obtuvieron 70 encuestas contestadas de 147 alumnos que existen en el jardín. De estas encuestas se puede rescatar el hecho de que la mayoría de los padres expresan que el jardín de niños es importante y que los niños aprenden cosas útiles para la vida cotidiana, de ahí la necesidad e importancia de asistir con regularidad. Sin embargo, al contrastar esos datos con la observación y vivencia diaria es fácil darnos cuenta de que los padres no son congruentes entre lo que dicen y lo que actúan, pues el ausentismo es como ya mencione un problema general de todo el jardín. En el aspecto que se refiere al grado de participación de los padres en reuniones escolares y actividades organizadas por el jardín, los padres fueron un poco más sinceros pues se percibe que la mitad de la población encuestada mantiene un buen hábito de participación dentro del Jardín de niños y la otra mitad se mantiene al margen, considero que era necesario o pertinente haber investigado las causas de esa ausencia y espero poder seguir averiguando al respecto, pues en lo observado hasta el momento me he dado cuenta que en mi grupo es mayoría los padres que no
se involucran en actividades del jardín; para el día del niño fue posible ver a casi la totalidad de los padres organizando el número a presentar, pero por otro lado el día en que se llevaría a cabo la faena los padres brillaron por su ausencia, por lo que deduzco que su participación e interés dependen de la motivación que las actividades les representen. Los datos obtenidos en cuanto al acceso a las tecnologías nos permiten como equipo darnos cuenta que gran parte de la población tiene acceso a la red por medio de un teléfono celular, son minoría los padres de familia que no hacen uso de la red en ningún momento. Además los padres expresan que usan el internet en su mayoría para la comunicación en redes sociales y para observar videos. Finalmente, es fácil darse cuenta que los padres tienen un ligero acercamiento al hábito de la lectura, pues expresan contar con varios libros en su hogar y leer a sus hijos aunque sea de manera irregular. De todo esto se pueden tomar invariables alternativas para trabajar con padres y alumnos, pues resalta la idea de que es apremiante motivar con actividades interesantes y atractivas a los padres de familia para mejorar esa visión e interés que ellos muestran hacia el Jardín de Niños. Así mismo, saber que en su mayoría tienen acceso a la red a través de un teléfono celular permite pensar en nuevas estrategias de comunicación con ellos por medio de las redes sociales que hacen mención y por qué no, quizás hasta fomentar el hábito de la lectura con este instrumento tan innovador. Y es que realmente se ha corroborado que el contexto social en que se desarrollan los niños limita mucho el desarrollo de conductas favorables en el aula y fuera de ella, incluso se ha tenido la oportunidad de pedir asesoría de la encargada de USAER y eso me permitió conocer un poco más las situaciones de algunos niños pero al mismo tiempo darme cuenta que no hay mucho por hacer en cuanto a lo familiar, así
que resta hacer todo lo posible por ayudar a los niños desde el aula, involucrando a los padres para obtener buenos resultados. Es por ello que hemos concretado la idea previa del proyecto de intervención socioeducativa, esperamos dar paso a un proyecto que tomando como “pretexto” el fomento a la lectura, propicie el trabajo colaborativo entre padres y alumnos, mejorando la convivencia y estableciendo relaciones favorables para el desarrollo integro de los alumnos, no solo padres-alumnos, sino entre padres-padres, padresmaestros, maestros-maestros, en pocas palabras estableciendo relaciones de armonía entre todos los miembros de la comunidad escolar. Culminando con el establecimiento de una biblioteca escolar al servicio de todos.
Referencias
SEP. Programa de Educación Preescolar 2011
http://es.slideshare.net/alfredo447/paradigmas-educativos-cuadro-comparativo
Encuestas realizadas a padres de familia
Diario de Clase