Mi nombre es Karla Daniela Ortega Román nací un 28 de Agosto de 1995, un año después de que mis padres José Manuel y Lucila se casaran y planearan tener una familia, en la Ciudad de Zacatecas, a pesar de pasar toda mi vida en Fresnillo. Fui la primogénita, lo cual influyo demasiado en mi infancia y repercute hasta el día de hoy en mi personalidad, pues al ser mis padres primerizos existían muchos miedos e inseguridades hacia mi cuidado, esto provoco que siempre fuera una niña sobreprotegida, hasta cierto punto consentida. Sin embargo fue a la edad de cuatro años cuando mis padres me dieron la noticia de que tendría una hermana, eso lejos de preocuparme o hacerme sentir mal fue el hecho más maravilloso de mi vida, por fin tendría alguien con quien jugar, con quien hablar, con quien compartir los mejores y peores momentos de mi vida, Paola Alejandra que hasta el día de hoy es lo más importante para mí. Me resulta divertido mencionar, que mientras mis padres me esperaban el doctor siempre aseguro que sería niño, pasaron los meses y mis padres esperaban un niño, tenían todo color azul y ropa de niño, y su sorpresa el día de mi nacimiento fue…es una niña, mi padre tuvo que salir corriendo del hospital a comprar ropa rosa para vestirme y volver todos a casa. Este es un dato que mis padres recuerdan con mucha gracia y sinceramente a mí también me causa mucha risa, incluso hago bromas sobre ello. Mi madre ha sido siempre mi pilar de vida, ha estado conmigo en toda mi vida a pesar de que siempre ha trabajado incluso antes de que yo naciera, es la persona en la que más confió. Mi padre en cambio siempre fue reservado, serio, yo siempre lo vi como una autoridad, siempre hubo un muro que me impedía acercarme a él, y siento que eso es un aspecto fundamental que influye en esa dificultad de relacionarme con los hombres. Mi madre fue siempre muy dura conmigo, desde pequeña me exigía demasiado, incluso considero que más de lo que yo podía darle, aunque siempre mencionaba que lo hacía por mi bien, para mi mentalidad de niña ella era algo así como un verdugo y mi padre era mi héroe, el que siempre me salvaba de ella y me consentía. Esto influyo en lo que ahora soy, una persona muy exigente más que con los demás conmigo misma, incapaz de afrontar un fracaso. Pero al mismo tiempo, capaz de hacer muchas cosas gracias a esa preparación de mis padres. Desde mi nacimiento hasta los tres años, crecí jugando y corriendo en la oficina de Correos, el trabajo de mi madre, ella me cuenta que su jefe era muy buena persona y le permitía llevarme a la oficina, hasta el día de hoy cuando la visito ahí sus compañeros me saludan y me cuentan como era de pequeña, que me la pasaba de brazos en brazos y el hecho de estar en ese lugar me trae muy buenos y gratos recuerdos. El hecho de pasar todo el tiempo apegada a mi madre fue la causa de uno de los pasos más difíciles en mi vida, el separarme de ella al momento de ingresar al jardín de niños, recuerdo que lloraba cada vez que ella me dejaba en la puerta, pues sentía que no volvería. Un hecho que viene a mi memoria es un campamento organizado en la estancia, yo quise asistir y tenía todo preparado pero al momento de que mis padres me iban a dejar ahí, sentí un gran terror fue tanto mi miedo a separarme de ellos que termine por regresarme a mi casa y desde entonces nunca más volví a tratar de asistir a ningún campamento escolar. Mi educación preescolar la viví en la Estancia de Desarrollo Infantil No. 364 de Fresnillo, ya que mi madre trabajaba todo el día y era un derecho que ahí le ofrecían. Cabe mencionar que a pesar de ser una estancia y de tener servicio hasta tarde, a mis padres no les gustaba que yo pasara tanto
tiempo ahí y mi padre iba por mi ala una de la tarde, el horario era similar a un jardín de niños regular. Recuerdo que era una niña muy reservada, tímida, con miedo a expresar lo que sentía y pensaba, siempre he sido una persona muy insegura, y esto podría decirse que es una no muy buena herencia de mi madre. Recuerdo ciertas ocasiones en que mis maestras evidenciaban ante mis compañeros y mis padres mis trabajos y hacían buenos comentarios de ellos, siempre me ha gustado hacer las cosas bien, podría decir que soy un poco perfeccionista algo que provoca ciertos conflictos pero que como persona me ha ayudado a ser quien soy y llegar hasta donde estoy.