Manual de Normas, estructura y rutina en un hogar de una persona con TDAH
Autora: Karla Amanda Pincay Cortez DIPLOMADO EN TRASTORNOS DE LA NIĂ‘EZ Y LA ADOLESCENCIA
ÍNDICE
ÍNDICE ............................................................................................................................. 3 INTRODUCCIÓN ............................................................................................................ 4 PALABRAS CLAVES ..................................................................................................... 5 ¿QUÉ ES EL TDAH? ....................................................................................................... 7 DIAGNÓSTICO ADECUADO ....................................................................................... 8 COMORBILIDAD ......................................................................................................... 11 PROCEDIMIENTO PARA EL DIAGNÓSTICO .......................................................... 13 TRATAMIENTO ........................................................................................................... 16 CLAVES PARA INICIAR EL TRATAMIENTO: .................................................... 16 TRATAMIENTO MULTIDICIPLINAR ................................................................... 17 ESTRATEGIAS ............................................................................................................. 18 ESTRATEGIAS DE APOYO EN LA ESCUELA..................................................... 18 ESTRATEGIAS DE APOYO EN EL ÁREA SOCIAL............................................. 21 ESTRATEGIAS DE APOYO EN CASA ............................................................... 23 NORMAS QUE SE PUEDEN APLICAR EN CASA ............................................... 24 RUTINAS ................................................................................................................... 25 TIPS DE MANEJO DE CRISIS .................................................................................... 28 BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................ 29
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INTRODUCCIÓN Al hablar del trastorno por déficit de atención con hiperactividad, se hace énfasis a un sin números de acontecimientos complejos que encierran este trastorno. Si bien este trastorno afecta en gran medida los diferentes ámbitos de la vida de las personas con TDAH; sin embargo en este Manual dirigido a padres, el enfoque esta direccionado a la familia, ya que es de vital importancia que la familia, como fuente de socialización primaria amplíen sus conocimientos, apliquen estrategias, manejen momentos de crisis, en sí que pueden comprender el trastorno y actuar convenientemente, así como también ser conscientes del trastorno que padecen sus hijos/as y el porqué de sus comportamientos. Por tanto, una adecuada información sobre el TDAH y su manejo favorecerán que, tanto los padres como los cuidadores, perciban el trastorno de una manera objetiva y equilibrada que les permita afrontar la situación con una actitud apropiada y contribuir así a mejorar su pronóstico y evolución. En la actualidad, es una temática preocupante no solo a padres sino a docentes, puesto que a medida que el niño/a se desarrolla, las exigencias tanto educativas como sociales van aumentando, por lo que es imprescindible la participación de la familia en todo el proceso. Este Manual dirigido a padres fue realizado con la finalidad de informar sobre la temática anteriormente mencionada y como un material de apoyo a la familia.
Karla Amanda Pincay Cortez AUTORA
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PALABRAS CLAVES Activación: preparación para la acción. En este contexto, alerta. Con el cuerpo y la mente dispuestos a actuar. Acontecimiento estresante: algo que, al ocurrir, genera nerviosismo y tensión psicológica. Ansiedad: sensación subjetiva de aprensión y temor que se acompaña de síntomas físicos como sensación de falta de aire, temblor, palpitaciones, aceleración del ritmo cardiaco, etc., que ocurre sin que exista un estímulo externo aparente que la provoque o con estímulos que no suelen producir una respuesta tan exagerada en la mayoría de la gente. Atención: capacidad cognitiva que permite la relación de un ser con su entorno a través de tres funciones fundamentales: el alerta, la orientación y la función ejecutiva (resolución de conflictos). Crisis: en el curso de una enfermedad, una crisis es una etapa de florecimiento o incremento de los síntomas. Período especialmente difícil. Comorbilidad: Hace referencia a que pueden existir más trastornos o enfermedades adicionales al trastorno principal, es decir, que el TDAH puede estar acompañado de otros problemas psiquiátricos.
Comportamiento desorganizado: conducta inapropiada con respecto al contexto (de repente, se agita y se confunde o se sienta y mira fijamente, como si estuviera inmovilizado). Empatía: capacidad de entender cómo se siente el otro, es decir, de ponerse en su lugar y entenderle. A veces se utiliza como una habilidad para conectar con los demás. Estimulantes: grupo de fármacos que producen activación en las personas que lo toman. En personas con TDAH, puede mejorar la capacidad para focalizar la atención, disminuir la impulsividad y reducir la inquietud psicomotriz. Estrés: sensación subjetiva de tensión psíquica. Generalmente está provocada por hiperestimulación y suele acompañarse de nerviosismo. Funciones ejecutivas: Estas son las capacidades cognitivas para atender a un estímulo, planificar y organizar una acción, reflexionar sobre las posibles consecuencias de las acciones e inhibir la primera respuesta automática, cambiándola por otra más adecuada.
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Hiperactividad: en un contexto clínico hace referencia a una inquietud psicomotriz continua y perturbadora, y se acompaña de connotaciones negativas. Fuera de este contexto puede referirse a una actividad muy variada y productiva que generalmente tiene connotaciones positivas. Impulsividad: es un acto que se lleva a cabo sin evaluar previamente las consecuencias del mismo. La impulsividad es la tendencia a llevar a cabo conductas sin haber evaluado previamente las consecuencias de las mismas. Si las consecuencias son finalmente negativas, de forma habitual, la impulsividad puede constituir un síntoma psiquiátrico. Inatención: Esta característica se manifiesta en niños que presentan dificultades de TDAH, ya que tienen dificultad priorizar información relevante. Trastorno: Cambio o alteración que se produce en la esencia o las características permanentes que conforman una cosa o en el desarrollo normal de un proceso. Síndrome: conjunto de signos y síntomas que caracteriza a una entidad patológica. Signo: expresión objetivable de algún proceso que está sucediendo (por ejemplo, enrojecimiento, inflamación). Síntoma: Expresión subjetiva, por tanto no objetivable, de algún proceso que está sucediendo (dolor, visión borrosa, pitidos en los oídos).
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¿Qué es el
TDAH?
El trastorno por déficit de atención con (TDAH) se considera un trastorno del neurodesarrollo y puede definirse como, una afección neurobiológica que se caracteriza por un nivel inapropiado de inatención
Trastorno neuropsicobiológico más frecuente en la edad infanto-juvenil.
(concentración), hiperactividad e impulsividad que resulta desadaptativo e incoherente en relación al nivel de desarrollo de la persona e interfiere en las actividades diarias del mismo y está presente antes de los 12 años de edad.
Los estudios neuropsicológicos han demostrado que los niños y niñas
con TDAH presentan
alteraciones ejecutivas,
en que
las les
funciones causan
dificultades en la organización, en la planificación, y en la priorización, además de déficit de atención y precipitación de la respuesta.
En un alto porcentaje los niños que presentan TDAH asocian otros trastornos, siendo los más frecuentes el trastorno negativista desafiante, los trastornos de aprendizaje (dislexia, discalculia), trastornos por tics y los trastornos de ansiedad.
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DIAGNÓSTICO ADECUADO El primer paso para atender la problemática del TDAH, es realizar un diagnóstico preciso y a tiempo, debido a que cuando se realiza un diagnóstico precoz se puede tratar adecuadamente los diferentes problemas o complicaciones que puedan surgir a lo largo de su desarrollo. Hay que reconocer que el TDAH no solo afecta a la persona que lo padece, puesto que las consecuencias de la misma, altera el ámbito familiar, social y educativo donde la persona se desenvuelve, razón por la cual es importante su detección temprana, ya que cuando no ocurre de esta manera, hay muchas repercusiones negativas en su vida; tales como fracaso escolar, baja autoestima, dificultad para establecer relaciones sociales satisfactorias, desavenencias y hostilidad entre los padres, etc.
Los primeros datos para un diagnóstico lo proporcionan los familiares y las personas a cargo de la educación del niño (docentes), a través de conductas desadaptadas que observan de forma cotidiana; sin embargo es imprescindible que el diagnóstico lo realice un equipo multidisciplinario integrado por médicos, psicopedagogos y psicólogos con conocimientos sobre el TDAH, lo cual permitirá determinar claramente cuál es la condición del niño/a a nivel físico, emocional y de aprendizaje. De ésta forma se asegurará que no sean otras las causas de su comportamiento o de los múltiples factores que este trastorno conlleva.
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Dentro de los criterios para diagnosticar existen dos sistemas de clasificación para los trastornos psiquiátricos: CIE-10 (Organización mundial de la Salud, 1992) y DSM-V (American Psychiatric Association, 1994). INATENCIÓN: *No presta suficiente atención a los detalles, o comete errores por descuido en sus tareas escolares o en otras actividades. *Tiene dificultades para mantener la atención en tareas o actividades lúdicas. *Con frecuencia parece no escuchar cuando se le habla directamente *No sigue las instrucciones y no finaliza las tareas escolares *Tiene dificultad para organizar las tareas. *Evita dedicarse a tareas que requieren esfuerzo mental sostenido. *A menudo pierde objetos necesarios para unas tareas o actividades, como material escolar, libros, etc. *Es descuidado en las actividades de la vida diaria.
HIPERACTIVIDAD: *Mueve en exceso las manos o los pies o se remueve en su asiento. *Abandona su asiento en el aula o en otras situaciones en que se espera que permanezca sentado. *Corre o salta excesivamente en situaciones en las que es inapropiado hacerlo. *Tiene dificultades para jugar o dedicarse con tranquilidad a actividades de ocio. *Con frecuencia está `ocupado`, actuando como si `lo impulsara un motor` (por ejemplo, se siente incómodo estando quieto. *Con frecuencia habla excesivamente.
IMPULSIVIDAD: *Responde inesperadamente o antes de que se haya concluido una pregunta *Con frecuencia le es difícil esperar su turno (por ejemplo, mientras espera una cola). *Con frecuencia interrumpe o se inmiscuye con otros.
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*Los síntomas hayan persistido por lo menos durante 6 meses. *Algún síntoma haya aparecido antes de los 7 años. *La intensidad y frecuencia de la conducta hiperactiva, impulsiva y/o déficit de atención están por encima de lo esperado para la edad cronológica y mental del niño/a. *Los síntomas creen dificultades de adaptación escolar, social o familiar. *Los síntomas se presentan en dos o más contextos. *Los síntomas que presenta pueden deberse a otro tipo de trastorno.
Para establecer el diagnóstico de TDAH se pueden incluir diversas valoraciones:
Valoración psicológica.
Valoración psicopedagógica.
Valoración médica.
Es importante señalar que no todo niño/a inquieto, despistado, desorganizado tiene un trastorno o TDAH, si bien uno de los factores que lleva en si al diagnóstico será la frecuencia y la intensidad del comportamiento, así como las complicaciones dentro del ámbito escolar, familiar y social, por lo que es imprescindible evaluar a fondo, descartando otro tipo de problemas que pueden ser el motivo real de esa desatención o actividad excesiva, ya que si no se hace un buen diagnóstico, NUNCA se va a poder ayudar de manera correcta al niño, a sus padres, ni a sus profesores.
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COMORBILIDAD Cuando hablamos de TDAH, nos encontramos con un grupo de población infantil – adolescente que por las diversas posibles causas (genéticas, ambientales, etc.) se ve afectada, lo que la convierte en una población altamente vulnerable a nuevos agentes externos, ya que presentan una mayor probabilidad de desarrollar junto con el TDAH nuevos trastornos psiquiátricos, que afecten a su desarrollo evolutivo normal. Estos trastornos son lo que llamamos trastornos comórbidos. Los estudios clínicos sobre el TDAH en diferentes edades han demostrado que la comorbilidad psiquiátrica está presente entre el 70% y el 80% de los casos, por lo que es muy importante la detección de TDAH, por parte de profesionales en el tema, ya que así se puede prevenir y disminuir el riesgo de aparición de nuevos trastornos.
Es importante resaltar que sólo podemos hablar de trastorno cuando las manifestaciones de éste se presentan con mayor frecuencia que las observadas en niños de su edad y con su mismo grado de desarrollo. Dentro de los trastornos comórbidos más frecuentes están: TR
TRASTORNO DE ANSIEDAD En el niño con TDAH, puede llegar a desarrollarse un trastorno de ansiedad, que suele presentarse como inquietud o impaciencia, cansancio frecuente, problemas para concentrarse irritabilidad, tensión muscular o alteraciones del sueño (dificultad para conciliar el sueño, sensación de falta de descanso al despertar). Los trastornos de ansiedad (emocionales) más frecuentes son las fobias, el trastorno de ansiedad generalizado, el trastorno de ansiedad de separación y la ansiedad social. En general los niños tienden a actuar, a irritarse y a comportarse mal, cuando se encuentran nerviosos o tristes, para expresar su malestar. No tienen la misma capacidad para expresar sus dificultades emocionales que los adultos, por los que es habitual que se estresen al realizar alguna actividad (realizar las tareas, ordenas sus libros, mantener la atención). El trastorno de ansiedad tiene una prevalencia de 30% a 34% en niños con TDAH.
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(TC TRASTORNO DE CONDUCTA DISOCIAL (TC) En el niño con TDAH, puede llegar a desarrollarse un trastorno de ansiedad, que suele presentarse como inquietud o impaciencia, cansancio frecuente, problemas para concentrarse irritabilidad, tensión muscular o alteraciones del sueño (dificultad para conciliar el sueño, sensación de falta de descanso al despertar). Los trastornos de ansiedad (emocionales) más frecuentes son las fobias, el trastorno de ansiedad generalizado, el trastorno de ansiedad de separación y la ansiedad social. En general los niños tienden a actuar, a irritarse y a comportarse mal, cuando se encuentran nerviosos o tristes, para expresar su malestar. No tienen la misma capacidad para expresar sus dificultades emocionales que los adultos, por los que es habitual que se estresen al realizar alguna actividad (realizar las tareas, ordenas sus libros, mantener la atención). El trastorno de ansiedad tiene una prevalencia de 30% a 34% en niños con TDAH.
TRASTORNO DE AFECTIVOS La mayor parte de los estudios sitúan el rango de presencia de un trastorno afectivo en el TDAH (ya sea una depresión mayor o una distimia y un trastorno bipolar) El trastorno distímico se puede caracterizar como una depresión crónica de bajo grado, irritabilidad persistente y un estado de desmoralización, a menudo con baja autoestima. El niño o adolescente con Trastorno Bipolar, se caracteriza por haber padecido más de dos episodios en los que su estado de ánimo y nivel de actividad parecen alterados. Cambios de humor extremos, aumento del nivel de energía, pensamiento acelerado, disminución del sueño, síntomas psicóticos como alucinaciones o delirios. La comorbilidad del TDAH con depresión está también asociada a comorbilidades con trastornos conductuales La prevalencia de este trastorno asociado al TDAH es del 4%.
TRASTORNO DE TICS (TOURETTE) Se caracteriza por movimientos o vocalizaciones involuntarias de forma rápida y recurrente, no rítmica que comienza repentinamente y en apariencia carece de finalidad. El estrés aumenta su frecuencia de reproducción y desaparecen durante el sueño. Este trastorno crea un gran malestar y deterioro de las relaciones sociales. Un 11% de los niños con TDAH padece este tipo de trastorno asociado.
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Procedimiento para el diagnóstico El diagnóstico del TDAH es exclusivamente clínico, esto es, mediante la información obtenida de los niños o adolescentes, padres y educadores, la cual debe estar sustentada en la presencia de los síntomas característicos
del
trastorno,
con
una
clara
repercusión a nivel familiar, académico y/o social, tras haber excluido otros trastornos o problemas que puedan justificar la sintomatología observada.
El diagnóstico se basa en una evaluación, realizada por un EQUIPO MULTIDISCIPLINARIO
(médico,
psicológico
y
pedagógico)
orientada
respectivamente a determinar las condiciones físicas del niño, su estado emocional, sus capacidades y su nivel de aprendizaje. El diagnóstico incluye: 1.- Entrevistas a la familia y al niño/a, en la cual se recaba información sobre:
Historia perinatal: El embarazo, parto, los primeros meses de vida; toda esta información resulta importante debido a que se han asociado complicaciones como el consumo de alcohol, tabaco o drogas durante el embarazo con el TDAH y exploración física.
Presencia de otros trastornos psiquiátricos: Tanto en el paciente como en sus familiares. Se intenta descartar de esta forma un posible caso de TDAH u otro trastorno en los padres.
Síntomas: Cuándo se los observaron por primera vez, cuánto duran, en qué ocasiones se producen, cómo le afectan a nivel funcional. También se evalúa si existe acuerdo sobre los síntomas entre ambos padres, la comunicación entre el niño y los padres, los factores traumáticos.
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Antecedentes familiares: Esta parte de la entrevista clínica es importante debido a la evidencia científica demostrada de los factores genéticos en el desarrollo del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad.
2.- Exploración física (examen médico) y realización de pruebas diagnósticas: Estas exploraciones son imprescindibles para descartar la presencia de cualquier enfermedad que pueda explicar los síntomas que presenta el paciente o que pueda contribuir a su presencia, Por ejemplo, se debe descartar en casos de síntomas de déficit de atención, que el paciente no presente problemas de audición, es posible que además de la exploración física, se realice alguna prueba diagnóstica, aunque en ocasiones no es necesario, todo depende de la claridad del diagnóstico.
3.- Diagnóstico diferencial: la dificultad de diagnosticar el TDAH y la posible confusión con otros trastornos hace necesario que se realice un buen diagnóstico diferencial en el que podamos identificar correctamente si hablamos de TDAH, de algún otro trastorno o de si hay comorbilidad. Debido a la alta probabilidad de padecer trastornos comórbido asociados al TDAH 4.- Evaluación psicológica y psicopedagógica: Hacer una evaluación psicológica del niño/a es necesario y vital. Para tener una idea clara de la condición emocional del niño, incluyendo pruebas de capacidad intelectual y de desarrollo cognitivo.Podemos decir que es una parte del diagnóstico esencial y que además, nos permite identificar mejor síntomas y hacer un diagnóstico diferencial más completo, además de poder investigar si existen trastornos del aprendizaje y se evalúa el rendimiento académico del niño a lo largo del tiempo. 5.- Evaluación familiar: conocer a la familia es muy importante tanto para el diagnóstico como para la futura intervención, por ello, seguramente, además de la entrevista inicial, se presentaran sesiones en las que la familia solicite más información sobre el trastorno, medidas de acción y material de información sobre el TDAH, lo cual es beneficioso pues ayudara de manera óptima al progreso del niño/a – adolescente.
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6.- Evaluación en el centro escolar: Como se mencionó anteriormente, el diagnóstico y trabajo se lo realiza con un equipo multidisciplinario, es por esto la importancia de conocer también los cambios que el niño/a ha vivido en el centro educativo, lo cual permitirá recabar mayor información para el diagnóstico, pero también será útil para crear un plan de acción mucho más completo, en donde se logre responder a las necesidades de la persona con TDAH.
El diagnóstico del TDAH se debe adaptar a las condiciones de cada persona que se evalúa. Es decir, que en cada caso ha de valorarse las pruebas que han de llevarse a cabo para conseguir realizar un diagnóstico apropiado. Algunos de los métodos que se han mencionado, son fundamentales, como la historia clínica, y otros son facultativos, en función de las necesidades de cada caso. Este es el principio de un tratamiento individualizado.
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TRATAMIENTO CLAVES PARA INICIAR EL TRATAMIENTO:
Para iniciar el tratamiento se debe tener en claro que es un trabajo en conjunto, si bien los especialistas tienen el conocimiento; sin embargo para un progreso efectivo es fundamental la implicación tanto de la familia como de los docentes. Quienes deben aceptar lo que el niño/a presenta.
Además deben tener una actitud positiva ante el tratamiento, ya que la manera en que se afronta el proceso terapéutico determina en gran medida el éxito de éste (motivación, interés, ganas de trabajar en cooperación con los diferentes especialistas, profesionales y personal docente), posibilita el manejo eficaz de posibles situaciones que vayan surgiendo.
Confiar en los diferentes profesionales implicados en el caso de afrontamiento de los problemas desde una visión realista pero al mismo tiempo optimista reconociendo las mejoras y los aspectos positivos, además de tener predisposición a participar en el tratamiento (escuela de padres, reuniones con los docentes, reuniones con el servicio médico, intervención psicológica, intervención en el hogar, etc.), lo cual beneficiara a todos.
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TRATAMIENTO MULTIDICIPLINAR Un tratamiento precoz y bien organizado ayudará a controlar los síntomas principales del TDAH (hiperactividad, inatención e impulsividad).El tratamiento combinado "multimodal" e individualizado es el que ofrece mayor efectividad. Esto supone la inclusión de padres, profesores, médicos y psicólogos en todos los niveles de la terapia, coordinando simultáneamente tratamientos de tipo farmacológico si así lo requiere, psicológico y psicopedagógico.
Tratamiento farmacológico El objetivo del tratamiento farmacológico se trata de hacer remitir los síntomas básicos del trastorno. Los medicamentos más utilizados son los estimulantes; sin embargo es fundamental que la medicación sea controlada por un médico experto en el trastorno.
Tratamiento psicopedagógico El tratamiento psicopedagógico trabaja sobre la repercusión del TDAH en el proceso de enseñanza-aprendizaje, paliando los efectos negativos que puede presentar, así como dotándolo de las herramientas adecuadas para abordar las situaciones de aprendizaje de un modo más eficaz. Tiene como objetivo mejorar el rendimiento académico del niño o adolescente en la escuela mediante la reeducación psicopedagógica y la intervención a través adaptaciones curriculares individualizadas, es decir adaptadas a las necesidades del estudiante
Tratamiento psicológico Los tratamientos psicológicos han demostrado mayor eficacia para el TDAH, ya que la intervención psicoterapéutica atiende a los aspectos cognitivos, emocionales, afectivos, sociales y conductuales. Este tratamiento se basa en los principios de la terapia cognitivo-conductual 17
ESTRATEGIAS ESTRATEGIAS DE APOYO EN LA ESCUELA Dentro del aula es necesario introducir adaptaciones ambientales y metodológicas que puedan beneficiar tanto al alumnado con TDAH como a todos sus integrantes.
Entorno Físico:
Ubicar al alumno o alumna cerca del profesor o profesora, facilitando el contacto visual y la supervisión de las tareas, así como el control de los distractores.
Trasladar estímulos fuera de su campo visual (mapas, carteles, objetos atractivos). Esta medida reducirá las posibilidades de que otros estímulos visuales o auditivos distraigan al alumno o alumna de la actividad que está realizando en cada momento.
Propuestas Didácticas:
Utilizar una comunicación asertiva y la empatía.
Proponer actividades significativas para el alumno o alumna, relacionadas con sus conocimientos previos o que tengan que ver con su vida cotidiana y que le susciten interés.
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Otorgar un rol activo en clase, que implique movimiento, ya sea repartir material a los compañeros, recoger cuadernos, etc.; esto le permitirá tener la oportunidad de levantarse y moverse (atendiendo su necesidad de movimiento). Así como también se sentirá tomado en cuenta.
Proporcionar pistas visuales que le ayuden a organizarse. Así por ejemplo, láminas con dibujos que informen de qué tipo de tarea está realizando en cada momento. Estas pistas, junto con un apoyo visual que actúe de recordatorio de las reglas o normas de convivencia en el grupo, deberán estar en lugar visible.
Establecimiento de normas y límites que regulen el funcionamiento del aula:
Estructurar el ambiente dentro del aula estableciendo reglas de forma clara y precisa y manteniéndose firmes en la exigencia del cumplimiento a la norma.
Determinar de forma consensuada con todo el equipo docente las consecuencias del incumplimiento de las normas.
Utilizar un tono firme, emocionalmente neutro y meramente informativo.
Ir aumentando el nivel de exigencia de acuerdo con los resultados obtenidos.
Formular las normas en positivo (caminar poco, hablar bajito…), para enseñar conductas adecuadas.
Control del Comportamiento:
Recodar brevemente y con frecuencia las normas sociales de comportamiento a toda la clase; por ejemplo: no masticar chicle, pedir permiso para hablar, etc.
Hacer uso de puntos para conseguir premios colectivos por conductas que deben ser entrenadas en todos los alumnos sin excepción alguna: subir y bajar de forma ordenada, levantar la mano para hablar, espetar el turno de la palabra, cambiarse a tiempo en gimnasia, etc.
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Utilizar la negociación a través de contratos, entre el alumno y el profesor (contrato de contingencia), en donde se establezca las acciones que el alumno está dispuesto a realizar y donde se explique las consecuencias del cumplimiento y del no cumplimiento de cada acción, por lo que la conducta exigida debe ser posible y la recompensa inmediata. Las recompensas deben estar especificadas, de forma que el alumno tenga evidencia de hasta qué punto lo ha cumplido. Además el contrato debe ser claro, justo, honesto y positivo para las dos partes y aceptado por el alumno.
Ayudarle a analizar las consecuencias de sus actos, para así poder adaptar su comportamiento a las diferentes situaciones.
Ayudarle a utilizar auto-instrucciones, para que así logre modificar pensamientos y conductas disruptivas sustituyéndolos por otros más útiles para alcanzar los objetivos.
Usar lenguaje positivo y valoraciones concretas constantemente, realizando un feedback o retroalimentación en sus avances y logros.
Enseñarle a respetar los turnos de participación en tareas grupales.
Enseñarle técnicas de relajación que podrá poner en marcha cuando note la activación o se le avise de ella. Por ejemplo, según la edad y características del niño o niña, podemos enseñarle a que cuando se note activado procure respirar profundamente al tiempo que se da autoinstrucciones: «tranquilo», «cálmate», etc.
Presentarle la tarea conforme vaya finalizando la anterior, dándole un tiempo para su realización y corrigiéndola inmediatamente.
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ESTRATEGIAS DE APOYO EN EL ÁREA SOCIAL Las personas con TDAH se caracterizan por su inmadurez y su gran dependencia emocional, debido a que por su comportamiento, lo cual es algo natural por la condición que presentan, desemboca problemáticas, entre ellas el rechazo de los demás, por lo que su umbral de tolerancia a la frustración desciende, ya que en gran medida se ve afectada el aspecto social. Entre las estrategias que se pueden aplicar están:
Ámbito Escolar:
Procurar que sienta proximidad afectiva, potenciando las relaciones interpersonales y los vínculos sociales a través de juegos, trabajos en grupo, etc.
Ayudarle a que conozca sus fortalezas y debilidades, concienciándole de sus capacidades y trabajando sus debilidades. Aprovechar también el trabajo en grupo para entrenar este aspecto.
Realizar dinámicas grupales, con el objetivo de trabajar la cohesión y la inclusión de todos los miembros del grupo.
Fomentar las relaciones con sus iguales mediante juegos sociales, trabajo en grupo.
Establecer una relación de respeto, utilizando por parte del profesor un lenguaje claro y conciso.
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Trabajar las estrategias pro-sociales creando un adecuado clima de aula basado en el compromiso con las normas, el modelado de conducta a través del profesor y de alumnado que puede ejercer un liderazgo positivo.
Presentar positivamente al alumno ante sus compañeros por parte del profesor.
Evitar criticarle públicamente, hacer juicios de valor o ponerle en evidencia. Usar tono de voz neutro, no reticente ni sarcástico o irónico.
Ensenarle a utilizar medios constructivos para resolver conflictos, en vez de prolongarlos.
Ayudarle a entender la relación entre los sentimientos alterados o negativos y el mal comportamiento.
Ámbito Familiar:
Involucre a su hijo en actividades de grupo, siempre considerando sus intereses y habilidades.
Enséñele a empatizar con los demás. Para ello, usted puede utilizar el juego de roles, haciendo que él se ponga en el lugar del otro.
Incluirlos en reuniones familiares, evitando el rechazo.
Motive al niño a participar en conversaciones grupales, ya sea preguntándole algo mientras conversan entre todos, así se sentirá incluido y no aislado o rechazado.
Permitir que participe en actividades sociales estructuradas, por ejemplo, inscribirlo en un curso de teatro, baile o deportes de equipo (fútbol, baloncesto, balonmano, voleibol, etc.).
Enseñarle a hacer y aceptar cumplidos (“muy bien hecho cariño”, “da las gracias”…) y a pedir las cosas de forma adecuada (“¿me lo dejas, por favor?”).
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ESTRATEGIAS DE APOYO EN CASA Si se maneja adecuadamente, un niño/a con TDAH puede evolucionar hacia convertirse en un adulto responsable y consiente de sus actos.
Estructurar su ambiente, es decir
establecer reglas y normas claras, rutinas.
Motivación: muéstrele qué orgulloso están de sus logros por más pequeños que sean con elogios y afecto. Hágale notar cuando se porte bien. Dé su opinión en forma constructiva y sin emitir juicios. Puede decir, “estoy contento porque empezaste a trabajar en tu proyecto. Siempre hablándole en positivo.
Establezca una rutina regular para hacer los deberes y otras actividades (jugar, ver tv). Además de hacer participar a su hijo/a en la preparación de sus horarios, puesto que creara una mayor motivación y colaboración al hacer los deberes, ya que se lo está tomando en cuenta y se están respetando sus tiempos.
Cuando esté haciendo los deberes, programe descansos regulares cada 10 o 15 minutos. Permítale caminar, tomar agua o comer un snack. Use un reloj para controlar la duración de los descansos y el tiempo que dedica a hacer los deberes.
Planificar los cambios, es decir, si en algún momento se tiene que modificar el horario del niño/a por alguna razón (un festejo, un acontecimiento social diferente, etc.); se le debe preparar con antelación, ya que los cambios les causan ansiedad y frustración. Siempre tomando en cuenta la opinión de sus hijos.
Mantenga una comunicación regular entre el hogar y la escuela. Durante el primer mes de clases deberá ponerse en marcha un plan de comunicación con el maestro.
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Establezca líneas de comunicación abiertas desde que es pequeño. No tenga miedo de hablar con él sobre sus virtudes y sus necesidades, y sobre cómo lo afecta el TDAH. Debe “traerlo a la realidad” para que pueda entender qué es y qué no es el TDAH.
Introducir actividades amenas y entretenidas (jugar, ver películas, ir por un dulce), después de aquellas de obligada realización (por ejemplo, tareas escolares); de esta manera aumentaremos la motivación del niño/a y a su vez se relajaran.
Involucrarles en tareas extraescolares deportivas y culturales (música, teatro, deportes…) que les diviertan y al mismo tiempo contribuyan a mejorar su motivación para aprender.
NORMAS QUE SE PUEDEN APLICAR EN CASA Los niños con TDAH tienen mayor dificultad en cumplir las normas en comparación con otros niños, por lo que es importante que las normas sean:
Claras y estables
Realistas
Pocas y de una en una.
Ser explicadas en lenguaje sencillo para el niño
Deben tener consecuencias inmediatas; es decir si se incumple la norma inmediatamente se debe aplicar el castigo.
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A continuación te menciono alguna de las normas y reglas que puedes establecer en casa:
Saludar al entrar a cualquier lugar, buenos días, buenas tardes, buenas noches.
Dejar la maleta en el cuarto al llegar de la escuela
Hacer las tareas después de un descanso de 20 minutos.
Cuando necesite algo pedir las cosas “por favor” y dar las “gracias”.
Hablar despacio y en voz baja, no gritar porque no se entendería (recalcar la finalidad).
Ver la televisión en el horario establecido.
Los muebles son para sentarse, no saltar sobre ellos (recalcar su utilidad).
Apagar la luz y cerrar la puerta del baño al salir.
Lavarse las manos antes y después de comer.
Cepillarse los dientes después de cada comida.
Jugar después de haber terminado las tareas.
Recoger y guardar los juguetes al terminar de usarlos.
RUTINAS
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EN LA MAÑANA
Establecer la hora en la que debe levantarse, mostrándole la hora cada vez que se levante, además procure llegar a acuerdos con los niños sobre cómo quieren que se les levante (encender la luz, poner la radio, etc.), para conseguir evitar esos gritos que en muchas ocasiones se generan.
Establecer la rutina de aseo, la cual puede ser una ducha rápida antes del desayuno.
Vestirse: ayudarles en la organización y planificación de los pasos para colocarse una prenda adecuadamente. No hace falta ayudarle a vestirle, sino ayudarle a que no se entretenga (únicamente estando en la misma habitación conseguiremos que se vista sin distracciones). Es necesario tener la ropa ordenada por la mañana, lo que exige una preparación de la misma la noche anterior.
Desayuno: establecer los tiempos, siempre con antelación.
Lavarse los dientes.
Coger la mochila previamente preparada por la noche anterior: nos aseguraremos en un principio que lleva todo el material necesario para ese día.
Desplazamiento hasta el colegio: poco a poco y en función de la edad de los niños, les procuraremos dar autonomía respecto a donde les dejamos.
Salida del colegio: les daremos la misma autonomía que se le ofrece a la llegada.
MEDIODÍA A la llegada a casa:
Se deberán colocar la mochila y los abrigos en su correspondiente lugar: para ello, es fundamental disponer de un sitio específico para esta tarea. No hay que olvidar que con las rutinas conseguiremos que lo vayan automatizando.
Lavarse las manos.
Comer
Lavarse los dientes.
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TARDE Deben:
Planificar actividades de tarde:
Horario de estudio.
Horario de ocio.
Horario de merienda.
Horario de cena.
Horario de baño.
Preparación de ropa y material necesario para el día siguiente.
RESPECTO AL HORARIO DE ESTUDIO:
Listado de las actividades que el niño realiza diariamente. Calcule el tiempo que su hijo necesita para realizarlas, de manera que se establezca un horario personalizado y realista.
Tenga en cuenta que no todas las semanas son iguales. A menudo deberá adecuar el horario a fiestas infantiles o acontecimientos familiares, por lo tanto, planee el horario al comienzo de cada semana.
Anote tareas concretas. En lugar de anotar "estudiar lengua", especifique concretamente qué es lo que el niño estudiará: "hacer oraciones sintácticas".
Dedique el comienzo del horario a las tareas difíciles, ya que siempre es mejor dejar para el final lo más fácil.
Modifique el horario en función de las necesidades del niño (priorizando). Si usted ve que a su hijo no le lleva demasiado tiempo una actividad, reduzca el tiempo necesario para hacerla, y cédalo a una actividad que le cueste más.
Procure que las horas de estudio sean siempre las mismas y en el mismo sitio. Hasta que el niño no termine sus deberes, no podrá ir a jugar con sus amigos o ver TV.
PLANIFICAR ACTIVIDADES DE JUEGO
Marcar los tiempos (planificar constantemente).
Tener cestos para guardar las cosas ordenadamente y de forma rápida.
LA HORA DEL BAÑO
Recomendar que se realice al final para que se relajen antes de irse a la cama.
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Cambio de ropa (acompañarle a tirar la ropa a lavar) Si es posible colocar un cesto de ropa sucia en el baño y sino acostumbrarse a llevar las cosas.
NOCHE La hora de dormir
Dejar tiempo entre actividades como el videojuego e irse a la cama.
Establecer la hora para dormir.
TIPS DE MANEJO DE CRISIS
Mantener la calma.
Ignorar las conductas y salir del foco de atención del niño.
Mantenga una actitud positiva.
No olvide que las conductas desadaptadas que manifiestan, son parte de la condición que presenta.
No use una comunicación hostil.
No emita juicios de valor sobre sus comportamientos.
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