Revista de psicología

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REVISTA DE PSICOLOGÍA

2017

TRASTORNOS DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA

Trabajo previo a la graduación del Diplomado en Trastornos de la Niñez y Adolescencia Autora: Karina Rosero Tutora: Scarleth Hernández

Quito - Ecuador

Cuarta Formación en Trastornos de la Niñez y Adolescencia 30/01/2017


TRASTORNOS DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA

REVISTA DE PSICOLOGÍA TRASTORNOS DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA N° 1 Enero 2017 Karina Rosero Autora Scarleth Hernández Tutora Verónica Jiménez Directora Karina Rosero Editora Teléfono: 0998055913 Correo electrónico: karyross15@hotmail.com Poliestudios Ecuador Quito - Ecuador

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TRASTORNOS DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA

En la actualidad, los niños y jóvenes están viviendo en un mundo diferente a lo que fue años atrás, ahora existen más tecnologías y más avances para tener la vida en las manos. Es por estas razones, que ser padre y madre es un reto ya que tenemos que lidiar con nuestros hijos, brindándoles amor y cariño como también apoyándolos en todo momento, sin embargo, tenemos que estar atentos a lo que hacen y dejan de hacer debido a que todo se encuentra al alcance de cada persona. Y así, tanto los padres como los educadores tenemos que coordinar para darles un futuro próspero y un desarrollo emocional como también un crecimiento sano.

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TRASTORNOS DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA

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1 Directorio

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21 Trastornos emocionales

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2 Editorial

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23 Depresión

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4 Trastornos del aprendizaje

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25 Ansiedad

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6 Discalculia

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27 Bipolaridad

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8 Dislexia

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29 Duelo en niños y adolescentes

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10 Disgrafía

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31 Primeros auxilios psicológicos

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12 Trastorno por déficit de

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33 Trastornos conductuales

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35 Agresividad

atención e hiperactividad

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14 Intervención psicopedagógica en TDAH

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pág 37 Abuso de sustancias y estupefacientes

16 Áreas de intervención psicopedagógica en TDAH

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39 Bullying

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18 Estrategias de apoyo en el aula

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41 Conflictos familiares

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20 Estrategias de apoyo en la

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43 Glosario técnico

pág

45 Bibliografía

familia

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Trastornos del aprendizaje Los trastornos del aprendizaje constituyen un conjunto de problemas que interfieren significativamente en el rendimiento en la escuela, dificultando el adecuado progreso del niño y la consecución de las metas marcadas en los distintos planes educativos. Son trastornos de base neurobiológica, a menudo con un componente genético que condiciona que un niño con un nivel de inteligencia normal, a pesar de recibir una instrucción adecuada, no consiga avanzar en uno o más aprendizajes de forma adecuada. La prevalencia de los TA se sitúa entre el 5 y 15% de la población en edad escolar. A pesar de que suelen presentarse conjuntamente con alteraciones en el funcionamiento del sistema nervioso central, no son el resultado de un retraso mental asociado, de una privación sensorial o de un trastorno emocional grave. Por el contrario, estos trastornos surgen de alteraciones de los procesos cognoscitivos. Es probable que exista alguna alteración biológica secundaria, sin embargo, lo que los caracteriza es que el déficit se plantea en un área muy concreta. Los TA persisten a lo largo de la vida. Hay que diferenciarlos de las dificultades transitorias que pueden presentar algunos niños al inicio de determinados aprendizajes. Las dificultades que presentan los alumnos con TA son persistentes y tienen una repercusión negativa en el progreso del niño durante toda la escolaridad. Las características de cada TA, sin embargo, van a ir modificándose según el momento evolutivo y la edad del niño. Los TA pueden afectar al lenguaje de forma global, al lenguaje escrito, al cálculo matemático, etc. A veces, la dificultad está en la capacidad para prestar atención, concentrarse o aprender a organizar y planificar adecuadamente las tareas. Otras veces, la discapacidad está en la esfera de la conducta: dificultad en el control de impulsos y la actividad motriz, o en la destreza para la motricidad fina y la orientación en el espacio. Muchas de estas habilidades son las que pueden estar afectadas en los

niños con distintos aprendizaje.

trastornos

específicos

de

Estas alteraciones son mucho más frecuentes en niños que en niñas y hay que advertir que suelen pasar desapercibidas en un primer momento ya que los niños, como se ha apuntado, no tan sólo no presentan problemas en otras áreas sino que su rendimiento en ellas puede ser superior a la media La O.M.S. especifica que para efectuar el diagnostico deben existir déficits específicos del rendimiento escolar, pero éstos no serán consecuencia de problemas neurológicos importantes, discapacidad visual o auditiva sin corregir, retraso mental o alteraciones emocionales. Lo que sí suele producirse, es que este tipo de déficits específicos, estén acompañados de otros trastornos del habla o lenguaje e incluso de conducta, así como problemas emocionales secundarios y alteraciones en la dinámica familiar. No hay que confundir los Trastornos específicos del Aprendizaje con los Trastornos Generalizados del Desarrollo. Los primeros hacen referencia a problemas delimitados a áreas concretas (lectura, cálculo, etc.), no presentando el niño déficits significativos en las otras áreas. Mientras que los segundos (T.G.D.) se utilizan para designar a problemas que pueden ser severos y afectan a todas las áreas del desarrollo infantil (conductual, comunicativa, cognitiva, social, etc.) Respecto a los factores causales no se puede apuntar hacia una dirección unívoca, no obstante, se acepta la primacía de factores neurobiológicos en interacción con otros factores no orgánicos, como las oportunidades para aprender, la calidad de la enseñanza, el nivel cultural de su entorno, la implicación de los padres, etc. Los niños con estos trastornos suelen mejorar con la intervención psicopedagógica no presentando, en la mayoría de los casos, más problemas en la vida adulta. Sin embargo, si las dificultades de aprendizaje

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TRASTORNOS DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA no son precozmente tratadas pueden producir, a parte del retraso educativo, un conjunto de situaciones “secundarias” indeseables para el proceso de enseñanza-aprendizaje: los repetidos fracasos suelen llevar a la desmotivación, aversión por la escuela conjuntamente con respuestas emocionales inadecuadas. La reeducación durante la Educación Primaria persigue mejorar la capacidad del niño para un determinado aprendizaje incidiendo en las funciones cerebrales deficitarias. Posteriormente, en Educación

Secundaria, la capacidad de modificación o de plasticidad cerebral es muy baja y la reeducación se basa, fundamentalmente, en la adaptación al trastorno y la búsqueda de estrategias para compensar las dificultades. El pronóstico a medio-largo plazo depende de la detección y tratamiento precoz, y de la adaptación escolar.

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Discalculia La discalculia es una condición cerebral que afecta la habilidad de entender y trabajar con números y conceptos matemáticos. Algunos niños con discalculia no pueden entender conceptos numéricos básicos. Se esfuerzan mucho para aprender y memorizar datos numéricos básicos. Puede que entiendan qué hacer en la clase de matemáticas pero no entienden por qué lo hacen. En otras palabras, no entienden la lógica del proceso. Otros niños entienden la lógica de las matemáticas pero no están seguros cómo y cuándo aplicar su conocimiento para resolver problemas. La discalculia se conoce con otros nombres. Algunas escuelas públicas la llaman ”discapacidad del aprendizaje de las matemáticas”. Los médicos a veces la llaman “trastorno de las matemáticas”. Muchos niños y padres la llaman “dislexia de las matemáticas”. Las dificultad de su hijo con las matemáticas ser confusas, sobre todo si le está yendo bien en otras asignaturas. Esto puede causar ansiedad y baja autoestima, pero los padres tienen el poder para cambiar la ecuación. Hay muchas herramientas y estrategias que pueden ayudar con la discalculia. El truco está en encontrar las que funcionen mejor para el niño o adolescente. La discalculia es una condición que dura toda la vida, pero eso no significa que su hijo no pueda ser feliz y exitoso. La discalculia puede afectar varias áreas del aprendizaje y el desempeño en matemáticas. Diferentes niños enfrentan desafíos diferentes. El problema más común es “entender los números”. Esto se refiere a la comprensión intuitiva de cómo funcionan los números y cómo comparar y estimar cantidades en una

secuencia numérica. La mayoría de los investigadores están de acuerdo que entender los números es la base del aprendizaje de las matemáticas. Si los niños no entienden lo básico sobre cómo funcionan los números, aprender matemáticas y usarla en la vida diaria puede ser muy frustrante. Un estimado del 6 al 7 por ciento de los estudiantes de primaria podría tener discalculia. No es inusual que los niños tengan más de una dificultad de aprendizaje. De hecho, el 56% de los niños con un trastorno de lectura también tienen un desempeño deficiente en matemáticas. Y el 43% de los niños con una discapacidad de las matemáticas tienen un desempeño deficiente en lectura. Los investigadores no saben con exactitud qué causa la discalculia, pero han identificado ciertos factores que indican que es una condición cerebral.

¿Cuáles son las causas?  La discalculia puede ser genética.  Hay investigaciones que están usando herramientas modernas de imágenes cerebrales para estudiar el cerebro, el estudio encontró diferencias en la superficie, grosor y volumen de ciertas áreas del cerebro, relacionadas con el aprendizaje y la memoria, con la planificación y la supervisión de tareas y con recordar datos matemáticos.  El nacimiento prematuro y con bajo

peso puede que también tengan un rol en la discalculia.  Los estudios muestran que lesiones en ciertas partes del cerebro pueden resultar en lo que los investigadores llaman “discalculia adquirida”.

La discalculia incluye diferentes clases de dificultades con las matemáticas. Los

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TRASTORNOS DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA síntomas de su hijo puede que no sean exactamente iguales a los de otro niño. Observar a su hijo y tomar notas para discutirlas con maestros y médicos es una buena manera de encontrar las mejores estrategias y apoyos para su hijo. Los síntomas de la discalculia varíansegún la edad, y tienden ser más aparentes a medida que los niños crecen. Pero esta condición se puede detectar tan temprano como a nivel de preescolar.

¿Qué habilidades se afectan? La discalculia afecta más que la habilidad de su hijo para manejar la clase de matemáticas y la tarea escolar. Las destrezas y conceptos matemáticos son utilizados en todos lados, en la cocina, el parque, el trabajo.  Destrezas sociales: La baja autoestima puede afectar la disposición de su hijo para hacer amigos nuevos o participar en actividades después de la escuela. Puede que también evite participar en deportes y juegos que requieren usar las matemáticas y llevar la cuenta de los resultados.  Sentido de la orientación: El niño puede tener problemas para diferenciar la

izquierda de la derecha y, por lo tanto, para llegar a un lugar leyendo mapas o siguiendo direcciones. Algunos chicos con discalculia no pueden imaginarse las cosas.  Coordinación física: Puede afectar cómo el cerebro y los ojos trabajan en conjunto. Así que el niño podría tener problema para estimar la distancia entre objetos.  Manejo del dinero: Puede dificultar atenerse a un presupuesto, balancear una chequera y estimar costos. También puede hacer difícil calcular una propina y dar el cambio exacto.  Manejo del tiempo: Puede afectar la

habilidad de medir cantidades, inclusive las unidades de tiempo, incapaz de estimar cuán largo es un minuto o cuánto tiempo ha pasado. Esto dificulta seguir un horario.  Otras destrezas: Los chicos pueden

tener problemas para calcular cuánto de un ingrediente deben usar en una receta. También pueden tener dificultades para estimar cuán rápido se está moviendo un carro y a que distancia está.

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Dislexia Una buena manera de entender lo que es la dislexia es establecer claramente lo que no es. La dislexia no es un signo de poca inteligencia o de holgazanería. No es causada por una visión deficiente. La dislexia es una condición común que afecta la manera en que el cerebro procesa el lenguaje escrito y el lenguaje hablado. La dislexia está asociada, principalmente, a la dificultad para leer. Algunos médicos, especialistas y educadores podrían referirse a ella como un “trastorno de la lectura” o una “discapacidad para la lectura”. Sin embargo, la dislexia puede también afectar la escritura, la ortografía e incluso el habla. Las personas con dislexia pueden entender ideas complejas, pero a veces necesitan más tiempo para entender la información. Incluso, podrían necesitar un modo diferente para procesar la información, como escuchar un audiolibro en lugar de leerlo. Si un niño o adolescente tiene dislexia es importante que un adulto entienda que no va a superar ese trastorno. La dislexia es una condición que dura toda la vida. Eso no significa que no pueda ser feliz y exitoso. Hay muchas estrategias efectivas de enseñanza y herramientas que pueden ayudar a mejorar las habilidades del niño. De hecho, muchas personas con dislexia tienen carreras profesionales exitosas en el área de los negocios, la ciencia y las artes. Es importante señalar que las personas con dislexia son por lo general muy creativas. No está claro si esa creatividad tiene relación con el hecho de pensar fuera de las convenciones tradicionales o con que sus cerebros están estructurados de manera ligeramente diferente. Es muy importante tener en cuenta que los problemas con la lectura y otras dificultades

relacionadas con la dislexia pueden causar frustración y disminuir la autoestima. El estrés de la tarea escolar puede ocasionar que los niños con dislexia pierdan motivación para seguir intentando. Debido a que la dislexia afecta a algunas personas más severamente que a otras, los síntomas que presenta su hijo podrían ser diferentes a los de otros chicos. Algunos chicos con dislexia tienen dificultades con la lectura y la ortografía, otros presentan problemas al escribir o al diferenciar la izquierda de la derecha. Algunos niños parecen no tener problemas con la lectura y la escritura a temprana edad, pero más tarde los tienen con las habilidades del lenguaje complejo, como la gramática, la comprensión de la lectura y la escritura compleja. La dislexia podría también dificultar que las personas se expresen con claridad. Puede llegar a ser muy complicado estructurar pensamientos durante la conversación y encontrar las palabras adecuadas. Otras tienen dificultad para entender lo que están escuchando, especialmente cuando alguien utiliza el lenguaje no literal, como por ejemplo en las bromas y el sarcasmo. Por otra parte, los síntomas podrían manifestarse de manera diferente según la edad. Por ejemplo, algunos de los señales de advertencia de la dislexia, como el retraso del lenguaje, aparecen antes de que los niños comiencen el kínder. Sin embargo, la dislexia es identificada con mayor frecuencia en la escuela primaria. En la medida que el trabajo escolar se vuelve más exigente la dificultad para procesar el lenguaje se hace más aparente. En algunas ocasiones muchos chicos tienen una o dos de estas dificultades. Sin embargo, los chicos con dislexia tienen varias

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TRASTORNOS DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA de estas dificultades y éstas no van a desaparecer.

¿Qué habilidades se afectan?  La dislexia puede afectar la vida social

del niño. Los problemas en la escuela pueden hacer que él se sienta inferior en comparación con los otros chicos y que no desee hacer nuevas amistades o, incluso, evitar las actividades de grupo. Podría también tener problemas para entender las bromas y el sarcasmo.  Las personas con dislexia tienden a ser

mejores oyentes que lectores. Sin embargo, la dislexia puede dificultar su capacidad para filtrar los ruidos de fondo. Esto significa que su hijo podría tener problemas para seguir lo que el maestro está diciendo en un salón de clase ruidoso. Algo que puede ayudar en este caso es sentarse cerca del maestro y así reducir las distracciones.

 A los chicos con dislexia le puede tomar mucho tiempo leer una oración, lo cual podría causar que no recuerden la oración que leyeron antes. Esto les complica mucho entender el significado del texto en su totalidad. En este caso, podría ser de ayuda que utilicen una versión de audio del texto o que utilicen otra clase de tecnología de asistencia.  Los chicos con dislexia podrían tener

dificultad con los conceptos espaciales como “izquierda” y “derecha”. Esto puede llevar a que teman perderse en los pasillos de la escuela y en otros lugares familiares. Podría ser de ayuda tener un sistema de acompañante para que los asistan en la transición de clase a clase.  La dislexia puede dificultarles decir la

hora o que se ajusten a un horario. Una alarma de un teléfono celular, un horario gráfico o con imágenes, y otros estímulos pueden ayudar a los chicos (y a los adultos) a tener control.

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Disgrafía La disgrafía es una condición que causa dificultad con la expresión escrita. El término viene de las palabras griegas dys (“impedido”) y grafía (“hacer forma de letras a mano”). La disgrafía es una dificultad que se basa en el cerebro y no es el resultado de que un niño sea perezoso. Para muchos niños con disgrafía el simple hecho de sostener un lápiz y organizar las letras en una línea es muy difícil. La escritura a mano de estos niños tiende a ser desordenada. Muchos batallan con el deletreo, la ortografía y para poner sus ideas en un papel. Estas y otras tareas de escritura, como poner las ideas en un lenguaje organizado, almacenarlas en la memoria y luego utilizarlas, podrían agregarse a la batalla de la expresión escrita. Los profesionales podrían usar diferentes términos para describir las dificultades con la expresión escrita. El Manual Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales-5 (DSM5, por sus siglas en inglés) no utiliza el término disgrafía, pero sí utiliza la frase “impedimento en la expresión escrita” bajo la categoría de “trastorno específico del aprendizaje”. Este es el término utilizado por la mayoría de los médicos y psicólogos. Algunos psicólogos escolares y maestros utilizan el término disgrafía como una manera corta para hablar de los “trastornos de las expresiones escritas”. Para calificar para los servicios de educación especial, un niño debe tener una dificultad nombrada o descrita en la Ley para la Educación de los Individuos con Discapacidades (IDEA, por sus siglas en inglés). A pesar de que IDEA no utiliza el término de “disgrafía”, sí lo describe bajo la categoría de “discapacidad de aprendizaje específica”. Esto incluye las dificultades con la comprensión o el uso del lenguaje (hablado o escrito) que dificulta

escuchar, pensar, hablar, leer, escribir, deletrear o, incluso, hacer cálculos matemáticos. Cualquiera que sea la definición utilizada es importante entender que la escritura lenta o desordenada no es necesariamente un signo de que su hijo no esté tratando lo mejor que él puede. La escritura requiere un conjunto complejo de habilidades motoras finas y del procesamiento del lenguaje. Para los niños con disgrafía, el proceso de escribir es más complicado y más lento. Sin ayuda, podría tener dificultades en todas las actividades de la escuela. Los expertos no están seguros cuáles son las causas de la disgrafía y de otras dificultades con la expresión escrita. Normalmente, el cerebro toma la información a través de los sentidos y los almacena para usarlos más tarde. Antes que una persona comience a escribir, él rescata la información de su memoria a corto o a largo plazo y la organiza para comenzar a escribir. En una persona con disgrafía, los expertos creen que uno o ambos de los siguientes pasos en el proceso de la escritura se descarrilan: 1. La organización de la información que está guardada en la memoria. 2. Plasmar las palabras en el papel escribiéndolas a mano o con un teclado Esto resulta en un producto escrito que es difícil de leer y lleno de errores. Y lo más importante, esto no tiene nada que ver con lo que el niño sabe y con lo que él intentó escribir. La memoria funcional podría también tener un rol en la disgrafía. Un niño podría tener dificultad con lo que se llama la “codificación ortográfica”. Esta es una habilidad que almacena las palabras escritas que no son familiares en la memoria funcional. Como

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TRASTORNOS DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA resultado, el niño podría tener problemas para recordar cómo escribir a mano o escribir una letra o una palabra.

de su severidad. Estas son algunas áreas comunes problemáticas para los niños con disgrafía:

También se cree que pudiera haber un enlace genético cuando la disgrafía se repite en las familias.

 Académica: Los chicos con disgrafía

Los síntomas de la disgrafía caen en seis categorías: visual espacial, motora fina, procesamiento del lenguaje, deletreo/escritura a mano, gramática y organización del lenguaje. Un niño podría tener disgrafía si sus habilidades para escribir se retrasan comparado con los compañeros de clase y, además, presenta por lo menos algunos de los siguientes síntomas: dificultades viso espaciales, motoras finas, del procesamiento del lenguaje, para el deletreo/dificultades para la escritura a mano, problemas de gramática y de usos de palabras u organización del lenguaje escrito

¿Qué habilidades se afectan? El impacto de la disgrafía en el desarrollo de un niño varía, dependiendo de los síntomas y

pueden retrasarse en el trabajo escolar porque les toma mucho tiempo escribir. Tomar notas es un desafío. Podrían sentirse desalentados y evitar escribir las tareas.  Habilidades básicas de la vida: Las habilidades motoras finas de algunos niños son limitadas. Se les hacen difíciles las tareas de todos los días, tales como abotonarse una camisa y hacer una lista simple.  Social-emocional: Los

niños con disgrafía podrían sentirse frustrados o ansiosos acerca de los retos académicos y de sus vidas. Si ellos no han sido identificados, los maestros podrían criticarlos por ser “perezosos” o “desorganizados.” Esto podría agregar aún más estrés. La autoestima baja, frustración y sus problemas de comunicación pueden hacer aún más difícil socializar con otros niños.

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Trastorno por déficit de atención e hiperactividad Es un problema de falta de atención, exceso de actividad, impulsividad o una combinación de estos. Para diagnosticar estos problemas como Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), deben estar por fuera del rango normal para la edad y desarrollo del niño.

organizar sus tareas y actividades, evita o le disgusta comprometerse en tareas que requieran esfuerzo mental, pierde juguetes, tareas escolares, lápices, libros o herramientas necesarias para las tareas o actividades, se distrae fácilmente y se muestra a menudo olvidadizo en las actividades diarias.

El TDAH puede ser hereditario, pero no está claro qué lo causa exactamente. Cualquiera que sea su causa, parece iniciarse muy temprano en la vida a medida que el cerebro se está desarrollando. Los estudios imagenológicos sugieren que los cerebros de los niños con Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) son diferentes de los cerebros de otros niños.

Síntomas de hiperactividad: Juega

La depresión, la falta del sueño, las dificultades de aprendizaje, los trastornos de tics y los problemas de comportamiento se pueden confundir con o aparecer junto con el TDAH. Cuando se sospecha que un niño padece este trastorno, debe ser examinado cuidadosamente por un médico para descartar otras posibles afecciones o razones de este comportamiento. La mayoría de los niños con TDAH también tienen, al menos, otro problema de desarrollo o de comportamiento. Igualmente, pueden tener otro problema psiquiátrico, como depresión o trastorno bipolar, ansiedad, TOC, entre otros. Los síntomas de TDAH encajan en tres grupos:

Síntomas de falta de atención: No logra prestar atención cuidadosa a los detalles o comete errores, dificultad para mantener la atención en tareas o juegos, parece no escuchar cuando se le habla directamente, no sigue instrucciones y no logra terminar las actividades que inicia, tiene dificultad para

con las manos o los pies o se retuerce en su asiento, abandona su asiento cuando lo que se espera es que se quede sentado, corre y trepa excesivamente en situaciones inapropiadas, tiene dificultad para jugar en forma silenciosa, a menudo habla excesivamente, está en movimiento constante.

Síntomas de impulsividad: Emite respuestas antes de que termine de escuchar la pregunta, dificultades para esperar su turno, se entromete e interrumpe, es agresivo, tiende a perderse o abandona el aula de clase Esta sintomatología tiene consecuencias en el desarrollo del niño y provoca alteraciones sociales, afectivas y de aprendizaje en la escuela, que se van manifestando en las distintas etapas de desarrollo: 1.En la época pre-escolar existen alteraciones del comportamiento. 2.En la edad escolar se mantienen las alteraciones del comportamiento, problemas académicos, problemas de interacción social, que acaban generando problemas de autoestima. 3.En la adolescencia estos problemas se mantienen y aparecen otros nuevos asociados a los anteriores. Así van apareciendo problemas con las drogas, problemas legales y, en ocasiones, lesiones y accidentes.

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TRASTORNOS DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA 4.Finalmente, durante la edad adulta, a los anteriores problemas se asocian los problemas de tipo laboral. Los niños con TDAH que no reciben un tratamiento correcto suelen alcanzar en la edad adulta trabajos o profesiones por debajo de su capacidad. En aquellas personas, niños y adultos, en los que exista sospecha de TDAH es esencial realizar un buen diagnóstico psicológico y neuropsicológico (Bosch et al., 2004). Finalmente, debemos pensar que aunque puede ser un verdadero desafío educar a un niño con TDAH, es importante recordar que los niños que padecen este trastorno no son "malos", no "intentan hacerse ver" ni se portan mal a propósito. Los niños diagnosticados con TDAH tienen dificultades para controlar su comportamiento, a no ser que reciban medicación y/o tratamiento conductual. El niño debe someterse a una evaluación por parte del psicólogo y neurólogo si se sospecha TDAH. El tratamiento del Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es una coalición entre el médico, los padres o tutores y el niño. Para que la terapia sea eficaz, es importante: establecer metas específicas y

apropiadas para guiar la terapia, iniciar la terapia farmacológica y la psicoterapia conductista y tener controles regulares con el médico para revisar las metas, los resultados y cualquier efecto secundario de los medicamentos. Una combinación de medicamentos y psicoterapia funciona mejor. Hay varios tipos de medicamentos para el TDAH que se pueden usar solos o combinados. Los psicoestimulantes son los fármacos que más comúnmente se utilizan para el TDAH. Aunque estos fármacos se denominan

estimulantes, realmente tienen un efecto tranquilizante en las personas con este trastorno. La psicoterapia, tanto para el niño como para la familia, puede ayudar a todos a entender y controlar las sensaciones estresantes relacionadas con el TDAH. Los padres deben usar un sistema de recompensas y consecuencias para ayudar a guiar el comportamiento de su hijo. Es importante aprender a manejar los comportamientos disociadores. Los grupos de apoyo pueden ayudarle a conectarse con otros que tengan problemas similares. El TDAH es una afección crónica y prolongada que, de no tratarse apropiadamente, puede llevar a:    

Drogadicción y alcoholismo. Bajo rendimiento escolar. Problemas para iniciar un trabajo. Problemas legales.

Aproximadamente la mitad de los niños con TDAH continuarán teniendo síntomas problemáticos de falta de atención o impulsividad como adultos. Sin embargo, los adultos con frecuencia son más capaces de controlar su comportamiento y de disimular sus dificultades.

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Intervención psicopedagógica en TDAH El tratamiento del Trastorno por déficit de atención e Hiperactividad (TDAH) debe plantearse desde un enfoque multidisciplinar y multimodal. Debido al impacto que tiene el trastorno sobre las diferentes áreas de la vida del afectado, es necesario atender e intervenir sobre los aspectos cognitivos, conductuales, educativos, afectivos, familiares y sociales con el objetivo de mejorar los síntomas nucleares del trastorno (hiperactividad, impulsividad y déficit de atención), reducir la aparición de problemas asociados al TDAH, reducir el impacto del trastorno en el entorno del afectado (familia, escuela, entorno social, plano personal) y adquirir las competencias básicas para un funcionamiento global óptimo, mejorando la calidad de vida de la persona con TDAH y su familia.

Las dificultades que este alumnado puede encontrar dependen de factores como el nivel o curso académico, tipo de materia, las habilidades personales, el entrenamiento recibido hasta el momento, la posibilidad de recibir apoyo extra, la exigencia del profesor o la sobrecarga de deberes.

El desarrollo de una formación eficaz y una intervención temprana reducirán considerablemente el riesgo de padecer algún otro trastorno comórbido que habitualmente acompaña al TDAH.

Los niños con TDAH requieren una formación más sistemática e intensiva en estos aspectos que sus compañeros y su evolución estarán en función de la exigencia del entorno, la estimulación recibida y la educación.

Dentro del ámbito educativo, los niños con TDAH no están abocados necesariamente al fracaso escolar, aunque lo cierto es que, a medida que se acercan a la Educación Secundaria, aumenta el riesgo de que muestren un rendimiento insatisfactorio (que consigan aprobar, pero con un rendimiento por debajo de lo esperado para su capacidad intelectual o para las horas de dedicación y esfuerzo) o un rendimiento insuficiente (que provoque incluso que suspendan asignaturas).

Dentro de este enfoque multimodal, la intervención psicopedagógica tiene como objetivo favorecer la adaptación académica y comportamental del afectado de TDAH a través de un programa individual diseñado por un especialista o grupo de especialistas en función de las características sintomatológicas y las circunstancias que rodeen al caso.

Este bajo rendimiento académico que presentan los niños con TDAH, es debido, en parte, a las propias dificultades organizativas, de planificación, priorización, atención y precipitación de la respuesta que obedecen a las alteraciones de las funciones ejecutivas, aunque también pueden influir otros aspectos conductuales, afectivos, familiares y sociales.

La adaptación de estos niños al entorno depende de la estimulación y la educación que cada individuo recibe. En este sentido, la familia y la escuela son responsables de que los niños tengan estrategias cada vez más reflexivas para afrontar y resolver problemas cognitivos, académicos pero, también, sociales, y que aprendan a inhibir sus impulsos en situaciones de conflicto, así como a demorar las gratificaciones y a tolerar frustraciones.

En el centro educativo existen una serie de profesionales que de manera coordinada hacen frente a la respuesta educativa del niño: el profesor-tutor, los profesores especialistas (de Pedagogía Terapéutica y de Audición y Lenguaje) y el Psicopedagogo, Pedagogo o Psicólogo, para abordar de manera coordinada los problemas de aprendizaje, conductuales y sociales que presenta el niño con TDAH, así como para establecer una relación coordinada con los padres y llevar a cabo un seguimiento a través de una relación familia-centro.

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TRASTORNOS DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA Respecto a las familias, recibir el diagnóstico de un hijo con TDAH supone, para cualquier padre o madre, tomar conciencia de que su papel como educador se intensificará y prolongará en el tiempo más que con cualquiera de sus otros hijos. Organizarse, saber delegar en los profesionales adecuados, coordinar esfuerzos y mantener una buena relación con el profesorado son aspectos clave para sobrevivir a los años de escolaridad y prevenir el fracaso escolar.

para la detección de señales de alerta del TDAH, y para el manejo del TDAH en niños y adolescentes en la escuela.

Dicho programa deberá de implicar, además de a la familia, a la mayor parte del cuadro docente (en especial al profesorado que están en contacto con el alumno) para facilitar su eficacia. Así mismo, es recomendable que los docentes reciban formación que les capacite

Una buena intervención psicopedagógica por parte del centro escolar y las familias permitirá llevar a cabo cambios positivos en los siguientes ámbitos: mejora de síntomas nucleares, aspectos conductuales, educativos, afectivos, familiares y sociales.

La formación del profesorado permite que éstos reciban psicoeducación sobre el trastorno, modifiquen pensamientos y opiniones en cuanto al alumnado con TDAH, se entrenen en pautas de conducta y se capaciten para la detección de señales de alerta del TDAH, favoreciendo así la detección precoz.

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Áreas de intervención psicopedagógica en TDAH La intervención psicopedagógica en el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) debe plantearse desde un enfoque multidisciplinar y multimodal (especialistas psicopedagógicos, psicológicos, docentes y familias). Dentro de este enfoque multimodal, la intervención psicopedagógica tiene como objetivo favorecer la adaptación académica y comportamental del afectado de TDAH a través de un programa individual diseñado por un especialista, o grupo de especialistas, en función de las características sintomatológicas y las circunstancias que rodeen al caso. El desarrollo de una formación eficaz y una intervención temprana, reducirán considerablemente el riesgo de padecer algún otro trastorno comórbido que habitualmente acompaña al TDAH. Dicha intervención, de cara al afectado, deberá de implicar, además de a la familia, la mayor parte del cuadro docente (en especial al profesorado que está en contacto con el alumno) para facilitar su eficacia. Así mismo, es recomendable que los docentes reciban formación que les capacite para la detección de señales de alerta del TDAH, y para el manejo del TDAH en niños y adolescentes en la escuela. La formación del profesorado permite que éstos reciban psicoeducación sobre el trastorno, modifiquen pensamientos y opiniones en cuanto al alumnado con TDAH, se entrenen en pautas de conducta y se capaciten para la detección de señales de alerta del TDAH, favoreciendo así la detección precoz. Una buena intervención psicopedagógica, ya sea por parte de un equipo de especialistas o del equipo del centro escolar,

permitirá llevar a cabo cambios positivos en las siguientes áreas: Mejora de síntomas nucleares de TDAH: Mejora y control de los síntomas asociados al TDAH. Pautas y estrategias en el aula en función de los síntomas. atención y concentración, impulsividad e hiperactividad. Capacidad Cognitiva: Entrenamiento y uso de técnicas que favorezcan el desarrollo de diferentes áreas cognitivas: pensamiento, atención, lenguaje, memoria, percepción, flexibilidad cognitiva y razonamiento. Aspectos Conductuales: Conocimiento y uso de técnicas que favorezcan la adaptación conductual del alumnado como técnicas de modificación de conducta en el aula y cognitivoconductuales, manejo del autocontrol y uso de autointrucciones. Aspectos Educativos: Mejora de las competencias y aptitudes académicas. Pautas y estrategias en el aula. Medidas a nivel de centro y adaptaciones curriculares. Dificultades de aprendizaje: lectura, comprensión oral y escrita, escritura y cálculo. Formación y entrenamiento docente. Técnicas de estudio. Orientación escolar y expectativas educativas. Aspectos afectivos: Seguimiento y cuidado de aspectos emocionales del alumno como autoestima, motivación, clima educativo, expresión emocional, gestión emocional de los conflictos, manejo de la frustración Aspectos familiares: Establecimiento y seguimiento de las relaciones familia-centro como el papel coterapeuta de las familias, intervención familiar, comunicación familiacentro, modificación de pautas en la dinámica familiar, pisoeducación a las familias.

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TRASTORNOS DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA Aspectos sociales: La adquisición y mantenimiento de las habilidades sociales como factor de adaptación social y escolar, como socialización y competencia social, inclusión

social, habilidades sociales básicas e instrumentales, resolución de conflictos, asertividad, y cognición social y teoría de la mente.

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Estrategias de apoyo en el aula Cuando un niño padece TDAH es muy inquieto, manifestando impulsividad y agresión. En muchos de los casos el docente lo cataloga como el niño que frecuentemente da problemas, molesta a sus compañeros, por lo que el docente en la mayoría de los casos no sabe cómo controlar a estos alumnos. Es importante tener en cuenta que los alumnos con TDAH no progresan de un modo adecuado con el uso de metodologías y procedimientos usuales en el aula ordinaria. Se debe tener muy presente que estos niños requieren ser apoyados adecuadamente para el cumplimiento de los propósitos de aprendizaje. Por lo que al docente le compete desarrollar estrategias de aprendizaje para hacer progresar a estos alumnos no teniéndoles miedo ni catalogándolos como los niños que frecuentemente dan problemas, sino entendiendo que no es culpa del niño comportarse de esa forma reflexionando y apoyándolo para que progrese en su aprendizaje. Entre algunas las estrategias que ayudan a la atención del TDAH en el aula regular están:  El fomento de conductas positivas

manteniendo la cercanía adecuada que permita una corrección de la conducta y la atención del niño.  Es importante el uso de expresiones

faciales y contacto visual como: una sonrisa, guiñar un ojo, o aprobar con la cabeza. Esto es fundamental para el reforzamiento de una conducta positiva.  Mantener la cercanía con el niño que

padece TDAH a través de un abrazo, una palmada en el hombro, una caricia, le permitirá mantener un lazo más estrecho con este tipo de

niños por lo que en muchos de los casos el niño responderá positivamente a dichos estímulos.  Mantener la calma es lo mejor que

puede hacer, pues estos niños no son verdaderamente conscientes de la dificultad que presentan, por lo que hablarles de una forma suave manteniendo un tono de voz medio es una manera de no excitar a los niños con TDAH.  Es fundamental que se le presenten

actividades que motiven su atención con el uso de materiales atractivos y divertidos. El uso de juegos como memoramas, rompecabezas, crucigramas, escribir en máquina o computadora, juego de cartas, encuentra las diferencias o el copiar diseños, entre otros, permitirá captar mejor la atención de estos niños.  El reconocimiento a través de frases

como: lo estás haciendo bien, excelente, le ayudara a que la conducta positiva vuelva a presentarse.  Ayúdelo al comenzar la actividad y no

lo forcé si el niño no quiere desarrollarla pues fomentara más la conducta negativa. Tome en consideración el no etiquetarlo ni ridiculizarlo ante sus compañeros, pues muchos de estos niños presentan baja autoestima. Cuando el niño no este respondiendo positivamente al término de la actividad hable con él e invítelo a participar.  Promueva un clima de aceptación y ayuda mediante dinámicas de interacción puede desarrollar juegos como: conejos y conejeras, canasta de frutas, el barco, entre otros.  Es de suma importancia la eliminación de distractores pues estos niños pierden la atención fácilmente.  Ayúdelo a establecer un pensamiento

organizado mediante ejercicios como: ilustraciones que presenten secuencias de

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TRASTORNOS DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA hechos. Así mismo, promueva la conciencia del niño ante actos que son riesgosos para el invitándolo a tomar conciencia de que es lo que sucedería en caso de algún accidente o situaciones de riesgo para su persona.  El uso de consignas o instrucciones

precisas con estos niños es de vital importancia para el desarrollo de actividades lúdicas como escolares.  El uso de técnicas conductuales

el comportamiento del niño en muchos de los casos, no olvidando el establecimiento de reglas firmes y específicas, sancionándolo en caso de no cumplirlas. Cabe destacar que el apoyo de padres de familia en estos casos es de gran ayuda para un mejor resultado en las estrategias antes mencionadas. La comunicación con los padres es de gran apoyo para un mejor aprovechamiento escolar del niño con TDAH.

como economía de fichas le ayudará a controlar

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TRASTORNOS DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA

Estrategias de apoyo en la familia Dentro de cada familia, dependiendo el número de integrantes, la edad, el género y las situaciones específicas, suele ser frecuente que los hijos desconozcan qué le sucede al integrante con TDAH; por lo tanto, perciben las relaciones padres-hijos como injustas, carentes de amor y con preferencias para quien tiene el trastorno. Al igual, suelen sentir vergüenza de su propia familia y niegan la existencia de que exista un problema. Considerar la comunicación como el recurso más importante que existe en las familias, sobre todo cuando de TDAH se trata, tiene su razón de ser con base en los siguientes aspectos:  Es a través de la comunicación que se enseña y se aprende. Por lo tanto, los hábitos, actitudes, creencias, valores, normas, estrategias, etc., necesitan de una comunicación adecuada para tener éxito en su enseñanza y aprendizaje.  Es a través de la comunicación familiar

que los padres conocen, comprenden y saben qué les sucede a los hijos; a la vez, los hijos entienden la situación y las condiciones en que los padres se encuentran.  Es el lenguaje como medio de comunicación el que orienta a las personas y permite seleccionar aquella información relevante para la actividad a realizar (atención). Esto es, por medio del lenguaje se facilita la atención voluntaria, a través de su primer eslabón, la orientación.  Por lo tanto, también a través del

lenguaje del padre, los hijos se orientan y seleccionan aquello que hay que observar de sí mismos y los demás.  Al

mismo tiempo, es importante interpretar y dar significado a las situaciones y condiciones cotidianas.

 La comunicación de los padres, a

través del lenguaje, es el camino que enseña el lenguaje interno a los hijos, esto es, el diálogo interno, lo que se dicen a sí mismos. Por lo tanto, la comunicación adecuada es el recurso más necesario y elemental para establecer cualquier tipo de aprendizaje, enseñanza, habilidad, y para establecer cualquier tipo de norma familiar y estratégica que se quiera utilizar, sin importar la edad de los hijos, el número de miembros de la familia, las condiciones específicas de pareja o las relaciones particulares que se establecen en cada sistema. Lo anterior, de ninguna manera quiere decir que sólo hay que señalar los triunfos y elogiarlos a cada instante y momento. Por el contrario, se afirma la necesidad de que se utilice adecuadamente el recurso familiar de "cómo te veo lo comunico y cómo me ves me veo". Por lo tanto, resulta importante ver a los hijos con aquellos recursos, habilidades, actitudes que se encuentran presente en ellos, de igual manera que observar aquellas conductas o hábitos que tienen que modificarse para lograr una mejor adaptación. Recuerde que cada familia tiene siempre sus propios recursos (que indudablemente existen) y que, de una u otra forma, han beneficiado a cada uno de sus integrantes; cada uno de esos recursos únicos, incomparables e irrepetibles se pueden utilizar en forma consciente para beneficio del integrante o integrantes con TDAH.

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Trastornos emocionales En la actualidad, los trastornos emocionales son condiciones que exhiben una o más de las siguientes características a través de un periodo de tiempo prolongado y hasta un grado marcado que afecta adversamente el rendimiento académico del niño. a. Una inhabilidad de aprender que no puede explicarse por factores intelectuales, sensoriales o de la salud. b. Una inhabilidad de formar o mantener relaciones interpersonales satisfactorias con sus pares y maestros. c. Conducta, sentimientos inapropiados bajo circunstancias normales. d. Un humor general de tristeza o depresión. e. Una tendencia a desarrollar síntomas físicos o temores asociados con problemas personales o escolares. Esta definición incluye a los niños con esquizofrenia. Los niños que se han identificado como socialmente malajustados (con excepción de los niños con trastornos emocionales) son excluídos de esta categoría. Los problemas que más nos encontramos en la infancia es la baja tolerancia a la frustración. Niños que les cuesta mucho asumir las normas y los límites, que están aprendiendo a leer o a escribir y no les sale algo y se enfadan. Esto les afecta no solamente en el aprendizaje porque se frustran y ya no son capaces de aprender, sino que les interfiere mucho en las relaciones sociales. También la baja empatía es otro de los problemas que nos encontramos con los niños cuándo son pequeños. Para desarrollar la empatía los niños tiene que ser capaces de ponerse en el lugar del otro, esto no ocurre hasta que tienen 4 o incluso 5 añitos, pero es un concepto que hay que trabajar.

Muchas veces se traducen en dificultades de conducta. Son estos niños pues que les cuesta interiorizar normas, les cuesta interiorizar límites. Que rápidamente tienen conductas muy desproporcionadas. El principal motivo por el que los padres vienen a consulta son las dificultades de conducta de los niños y en muchos casos también de los adolescentes, y en este caso la variable que casi siempre va a predecir mejor el éxito de la terapia es la intervención con los padres, que los padres sepan en cada momento, que es lo que tienen que hacer, cómo tienen que controlar las conductas, en qué casos tienen que cortar y decir “por aquí no” y en qué casos sí que hay que trabajar con el niño, hay que dialogar con el niño. La inteligencia emocional afecta a la vida académica, de hecho la capacidad de aprendizaje disminuye entorno a un 20% y a un 30% si hay problemas de autorregulación emocional. Y es que no hay solo que educar a nivel académico, también a nivel social y a nivel emocional. Las personas que tienen una mayor inteligencia emocional se ha demostrado que son más felices, que tienen una mejor salud, que tienen más amigos tanto en calidad como en cantidad, qué son más líderes en su empresa, de hecho el 85% de las competencias que se buscan en los directivos son de inteligencia emocional. Luego es importante desde bien pequeñitos ir trabajando esta inteligencia emocional. Hasta el momento, las causas de los trastornos emocionales no han sido adecuadamente determinadas. Aunque algunas causas pueden incluir factores tales como la herencia, desórdenes mentales, dieta, presiones y el funcionamiento familiar, ningún estudio ha podido demostrar que alguno de estos factores sea la causa directa de los trastornos emocionales o del comportamiento.

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TRASTORNOS DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA Algunas de las características y comportamientos típicos de los niños con trastornos emocionales incluyen: • Hiperactividad (falta de atención, impulsividad); • Agresiones/un comportamiento que puede resultar en heridas propias; • Retraimiento (falta de iniciar intercambios con los demás; el retiro de los intercambios sociales; temores o ansiedades excesivas); • Inmadurez (el niño llora en ocasiones inapropiadas; temperamento; habilidad inadecuada de adaptación); • Dificultades en el aprendizaje (rendimiento académico por debajo del nivel correspondiente al grado). Los niños con los trastornos emocionales más serios pueden exhibir un pensamiento distorsionado, ansiedad, actos motrices raros, y un temperamento demasiado variable. A veces son identificados como niños con una psicosis severa o esquizofrenia. Muchos niños que no tienen un trastorno emocional pueden experimentar algunos de estos comportamientos durante diferentes etapas de su desarrollo. Sin embargo, cuando los niños

tienen trastornos emocionales, este tipo de

comportamiento continúa a través de largos períodos de tiempo. Su comportamiento nos indica que no están bien dentro de su ambiente o entre sus compañeros. Los trastornos emocionales no son iguales, cada uno tiene sus propios síntomas, manifestaciones, y tratamientos. Por eso, es importante acercarse a los recursos disponibles en cuanto al trastorno de su interés personal o profesional. Por ejemplo, la Academia Estadounidense de Psiquiatría del Niño y del Adolescente opera diferentes Centros de Recursos, los cuales ofrecen su conocimiento especializado al público y a los profesionales involucrados en el bienestar emocional de los niños y adolescentes. Las familias de niños con trastornos emocionales pueden necesitar ayuda para comprender la condición de su niño y aprender a trabajar efectivamente con él o ella. Pueden recibir ayuda de psiquiatras, psicólogos u otros profesionales en salud mental que trabajan en el sector público o privado. Los niños deben recibir servicios basados en sus necesidades individuales, y todas las personas que trabajan con ellos deben estar al tanto del cuidado que están recibiendo. Es importante coordinar todos los servicios entre hogar, escuela y comunidad terapéutica, manteniendo abiertas las vías de comunicación. Muchas comunidades están preparándose para proveer estos servicios, y cada día más agencias y organizaciones trabajan para establecer servicios de apoyo en la comunidad.

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Depresión La depresión es un trastorno del estado de ánimo que afecta tanto a niños como a adultos; resulta altamente incapacitante y cursa con un elevado nivel de malestar en ambos casos. Sin embargo, si tenemos en cuenta la falta de madurez emocional y la falta de recursos para manejar sus propias emociones, comprenderemos que en el caso de los más pequeños este trastorno puede ser altamente interferente en su desarrollo. La prevalencia de la depresión infantil es similar a la de la depresión en los adultos. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud estima que un 3% de la población infantil sufre depresión, que representa entre el 10 y el 15% de las consultas de psiquiatría infantil según diferentes autores. La depresión infantil presenta los mismos criterios diagnósticos que los de la población adulta, si bien, existen diferencias en cuanto a su expresión:  La duración del episodio depresivo

debe ser como mínimo de dos semanas y no estar relacionado con el consumo de ninguna sustancia.  Presencia de 2 de los síntomas: o Humor depresivo: estado de ánimo deprimido o irritable. o Pérdida de interés hacia el entorno,

o incapacidad para disfrutar con el juego o con las actividades escolares. o Falta de energía: no juega, rechaza ir al colegio, en casa se le ve desanimado, no habla, etcétera.  Presencia de uno o más de los

siguientes síntomas: o Pérdida confianza y autoestima, y

sentimientos de inferioridad.

o Reproches: mediante una auto-

desvalorización o un sentimiento de culpa excesivo o inapropiado. o Ideas o intentos autolíticos: se observan signos no verbales de conducta suicida como realizar acciones en las que corre riesgos de forma reiterada, o adopta comportamientos autolesivos. o Incapacidad para concentrarse o

tomar decisiones, problemas de conducta o un bajo rendimiento académico. o Actividad psicomotriz agitada o

inhibida. o Alteraciones del sueño. o Variaciones de peso  Quejas somáticas (dolor de cabeza, tripa, etcétera). Muy frecuente en niños.

La depresión afecta también a los niños. Su falta de madurez los hace más vulnerables, y no siempre saben describir lo que sienten. Existe una interacción de distintas variables, tanto de carácter biológico como social, que están presentes en la aparición de la depresión infantil. Sin embargo, es necesaria la existencia de una vulnerabilidad personal, familiar y ambiental que facilite el desarrollo del trastorno. Entre las principales causas de depresión infantil está el hecho de que el niño no se siente querido por su familia y esto lo generaliza a los demás. En algunos casos esta sensación responde a un sentimiento real (por ejemplo, los padres expresan que no cumple sus expectativas), mientras que en otras no es así, a pesar de que el pequeño así lo entienda. Pero la depresión infantil también puede responder a otros motivos, como:

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TRASTORNOS DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA  Estar sometidos a un estilo educativo excesivamente estricto.  La pérdida de alguno de progenitores –por fallecimiento o divorcio–.

los

 Padres muy perfeccionistas.  Problemas físicos.  Dificultades en la interacción con otros niños o conductas agresivas de éstos hacia ellos (por ejemplo bullying).

Por otro lado, las explicaciones que da el niño a lo que le ocurre son fundamentales a la hora de hablar de los factores determinantes de este trastorno. Así por ejemplo, un niño que considera que lo que le ocurre no depende de él entra en un bucle de indefensión que probablemente le conduzca a la tristeza y desesperanza. La repercusión de los síntomas de la depresión se apreciará enseguida en el área escolar debido al bajo rendimiento académico del afectado. Por otro lado, las relaciones sociales y familiares de los pequeños se verán alteradas por su inestabilidad emocional y su posible tendencia al aislamiento. Todo ello desemboca en un retraso en el desarrollo intelectual y social del menor. Al igual que en el caso de la depresión adulta, el tratamiento de la depresión infantil debe ser individualizado, adaptándolo al niño y a su fase de desarrollo, y teniendo en cuenta su funcionamiento cognitivo, maduración afectiva y su capacidad de mantener la atención. Resultará indispensable que en el tratamiento se involucre a los padres, interviniendo en el entorno del niño (familiar, social y escolar). El tratamiento de la depresión infantil podrá ser sólo de índole psicológica, o combinado con fármacos prescritos por el médico especialista. Desde el punto de vista psicoterapéutico se incluyen técnicas cognitivoconductuales con las que se le ayuda a detectar

y modificar sus distorsiones acerca de cómo interpreta ciertos acontecimientos (por ejemplo, cómo puede entender una crítica de sus padres o de sus amigos, cómo juzga su comportamiento, etcétera). A nivel conductual se le debe enseñar también a manejar adecuadamente sus emociones (por ejemplo, cómo decir que no en lugar de ceder a todo lo que quieren sus amigos). Estas técnicas aplicadas directamente con el pequeño deben acompañarse de otras terapias de orden más dinámico y sistémico que ayuden a identificar los patrones de interacción patológicos, y los posibles conflictos familiares que designan al niño como paciente. En el hogar es muy importante que los padres muestren un cariño incondicional hacia su hijo, y respeto hacia sus preferencias e intereses, dejando de lado estilos educativos rígidos y autoritarios que desatienden los sentimientos de los pequeños. El ambiente familiar debe favorecer la adecuada expresión emocional, con el fin de permitir a los niños que desahoguen sus emociones. Para ello los padres deben hablar con sus hijos de sus propios sentimientos y preguntarles cómo se sienten ellos. Los padres, además, nunca deberían cansarse de decir a sus hijos cuánto les quieren, y al mismo tiempo es bueno que les faciliten jugar con otros críos y que fomenten sus relaciones sociales con grupos de su misma eda

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TRASTORNOS DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA

Ansiedad Los niños y adolescentes con trastornos de ansiedad suelen experimentar un miedo intenso, preocupación o inquietud que puede durar largos períodos de tiempo y afectar significativamente sus vidas. Si no se trata con prontitud, los trastornos de ansiedad pueden derivar en:  Ausencias a clase o una incapacidad

para terminar clases.  Deterioro en las relaciones sociales.  Baja autoestima.  Abuso de alcohol y drogas.  Problemas en situaciones laborales.  T. Ansiedad en edad adulta.

¿Cuáles son los tipos y características de los trastornos de ansiedad? Trastorno de ansiedad generalizada: Los niños y adolescentes con este trastorno se preocupan en extremo por sus actividades, ya sea por su rendimiento académico, deportivo o incluso por ser puntual. Esta clase de personas suelen ser muy responsables, se sienten tensos y necesitan mucha seguridad. Trastorno de ansiedad por separación: Los niños con este trastorno suelen tener dificultad en dejar a sus padres para ir a la escuela o campamento de verano, quedarse en casa de un amigo o estar solo. A menudo, se “aferran” a sus padres y tienen problemas para quedarse dormidos. Fobias: Los niños y adolescentes con fobias tienen excesivos miedos no reales de ciertas situaciones u objetos. Sienten verdadero pavor a ser criticados o juzgados duramente por

los demás. Intentarán evitar los objetos y situaciones temidas, por lo que el trastorno puede limitar gravemente sus vidas. Trastorno de pánico: Los ataques de pánico son períodos de intenso miedo acompañados por fuertes latidos del corazón, sudoración, mareo, náuseas o sentimiento de muerte inminente. La experiencia es tan terrible que viven con el miedo de que puedan sufrir otro ataque que suelen hacer cualquier cosa para evitar la situación que provoque otro ataque. Trastorno obsesivo-compulsivo: Los niños y adolescentes con trastorno obsesivocompulsivo, se ven atrapados en un patrón de pensamientos y comportamientos repetitivos. Aunque puedan reconocer que éstos parecen sin sentido y traumatizantes, son muy difíciles de parar. El comportamiento compulsivo puede incluir lavarse repetidamente las manos, contar o poner en orden objetos una y otra vez. Trastorno de estrés posttraumático: Pueden desarrollar un estrés posttraumático después de haber experimentado un acontecimiento sumamente estresante, como experiencias de abusos físicos o sexuales, ser testigo de un hecho violento, la vivencia de un desastre como un bombardeo o un huracán. Los jóvenes con dicho trastorno suelen experimentar el acontecimiento una y otra vez en forma de fuertes recuerdos, instantáneas, u otra clase de pensamientos perturbadores. Como resultado, pueden intentar evitar todo lo que se encuentra asociado con el trauma. También sobreactuar al sobresaltarse o tener dificultades del sueño. Los trastornos de ansiedad se encuentran entre los más comunes de los problemas mentales, emocionales y de comportamiento que se presentan en la niñez y la adolescencia. Aproximadamente, 13 de cada 100 niños y adolescentes de entre 9 y 17 años

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TRASTORNOS DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA experimentan algún tipo de trastorno de ansiedad; Las niñas se ven más afectadas por el problema que los niños y cerca de la mitad de los niños y adolescentes con estos trastornos padecen un segundo trastorno de ansiedad u otro trastorno mental o de comportamiento, como la depresión.

 Biofeedback (control del estrés y tensión muscular)

Los niños y adolescentes con estos trastornos pueden beneficiarse de una variedad de tratamientos y servicios. Tras un adecuado diagnóstico, pueden ser los siguientes:

Mientras que las terapias cognitivoconductuales son efectivas en el tratamiento de algunos trastornos de ansiedad, la medicación trabaja bien en otros. Algunas personas con trastornos de ansiedad se benefician de una combinación de ambos. Se requiere más investigación para determinar qué tratamiento funciona mejor para los diversos tipos de trastornos de ansiedad.

 Tratamiento cognitivo-conductual, mediante el cual los jóvenes aprenden a tratar sus miedos modificando las formas en que piensan y se comportan;

 Terapia familiar;  Formación familiar; y  Medicación.

 Técnicas de relajación;

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Bipolaridad El trastorno bipolar es un trastorno cerebral crónico caracterizado por episodios de cambios extremos y alteraciones en el humor, la energía, el pensamiento y la conducta. Los síntomas más evidentes a nivel externo son los de comportamiento, sin embargo, la enfermedad suele tener signos menos visible, pero graves a nivel cognitivo, cardíaco y metabólico.

presencia de marcada irritabilidad de forma más o menos continuada y permanente. También es frecuente que en la infancia se pueda confundir con el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad o con Trastornos de Conducta.

Los síntomas pueden aparecer gradual o repentinamente durante la infancia, la adolescencia o la edad adulta. Los investigadores han identificado casos de trastorno bipolar en todos los grupos de edad estudiados, incluyendo los niños preescolares.

- Alteraciones del estado del ánimo: humor eufórico, irritabilidad, depresión: tristeza, llantos

El trastorno bipolar no afecta a todos los niños de la misma manera. La frecuencia, intensidad y duración de los síntomas y la respuesta del niño al tratamiento varían dramáticamente.

- Síntomas conductuales y cognitivos: marcada hiperactividad, desobediencia, oposicionismo, negativismo, dificultades de atención, deshinibición sexual, iniciar actividades sin terminar, pensamiento muy acelerado, conductas arriesgadas.

Si una persona padece trastorno bipolar, sus hijos tendrán más riesgo de desarrollar la enfermedad que los hijos de una persona que no la padece. Este riesgo se sitúa alrededor del 15-20% cuando uno de los dos padres tiene la enfermedad, con una probabilidad algo mayor por parte de la madre que por parte del padre. Si el trastorno bipolar lo padecen ambos padres, el riesgo es del 50-75%. No siempre existe una herencia inmediata, ya que a veces la enfermedad se puede saltar una o dos generaciones. Es difícil diagnosticar el trastorno bipolar en un niño porque hay características propias de la infancia que se pueden confundir con los síntomas de la enfermedad, por ejemplo, los síntomas psicóticos pueden pasar por ser "fantasías del niño". Los niños con trastorno bipolar es frecuente que presenten hipersexualidad, es decir, un interés más elevado por el sexo del que sería adecuado en esa edad. Es común la

Los síntomas más frecuentes que suelen presentarse durante la infancia so:

Los cambios en el estado del ánimo suelen ser rápidos y pueden aparecer de forma explosiva.

- Alteraciones de tipo psicofisiológico: enuresis (orinarse encima), alteraciones en el sueño (insomnio, terrores nocturnos) Los niños también son medicados con fármacos reguladores del humor pero a dosis más bajas. El valproato sódico se utiliza con preferencia al litio en niños y adolescentes. Además, cuando aparecen síntomas de excitabilidad, irritabilidad e inquietud motora importante, suelen prescribirse neurolépticos. Si se presenta ansiedad, se utilizan las benzodiacepinas ya que producen mejoría en la inquietud psicomotora y regularizan el sueño. En ocasiones puntuales de la enfermedad, también se prescriben los antidepresivos.

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TRASTORNOS DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA ¿Cómo saber si el niño tendrá la enfermedad antes de que nazca?

Recomendaciones generales a tener en cuenta por los padres:

Actualmente, los estudios genéticos no permiten realizar un diagnóstico precoz a partir de un estudio genético. Por el momento, no hay ninguna forma de saber si su hijo padecerá la enfermedad.

 Mostrar una actitud firme ante los

Mi hijo tiene trastorno bipolar, ¿qué podemos hacer los padres? Cuando hayan observado comportamientos que les hagan sospechar que su hijo podría presentar un trastorno bipolar y decidan consultarlo con el médico, es recomendable que lleven información detallada sobre los cambios de comportamiento de su hijo. Asimismo, es necesario que colaboren con los especialistas que tratan a su hijo y se involucren totalmente en el tratamiento. Por otro lado, es recomendable que se informe acerca de la enfermedad y de los tratamientos disponibles en la actualidad.

problemas de comportamiento de su hijo  Ser tolerantes con problemas que no

sean realmente importantes  Aprender técnicas de relajación y respiración para poder ayudar a su hijo

Además de la medicación, ¿hay algún tipo de tratamiento psicológico eficaz? Durante la fase aguda, no es posible hacer ningún tipo de tratamiento de tipo psicológico debido a la falta de colaboración. Cuando el niño y adolescente se va recuperando, se puede iniciar un plan de tratamiento psicológico integral que tenga en cuenta las esferas afectivas, conductual, familiar y escolar.

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Duelo en niños y adolescentes El dolor por la pérdida de un ser querido se siente a cualquier edad, también en la infancia. La mayoría de los adultos no saben cómo actuar para ayudar a sus hijos o niños/as y jóvenes a su cargo y a veces equivocadamente, padres y adultos suelen evitar mostrar sus sentimientos. Hablan poco o nada del tema sin darse cuenta de que con su comportamiento enseñan a los niños/as a actuar igualmente, por lo que acallarán también sus sentimientos.

Los niño/as y adolescentes están creciendo a cada instante tanto física, como mental, emocional y espiritualmente, lo que les ayudará a ir comprendiendo poco a poco lo que representa la muerte.

Quizá la vida moderna, más material y superficial, ha ido provocando que emociones y realidades de la vida como la enfermedad, la muerte y todo lo que le rodea, sea alejado del entorno familiar y haya ido desviándose hacia hospitales y tanatorios, más “asépticos y prácticos”.

Es frecuente que los niño/as que ya entienden lo sucedido, pero que aún son demasiado pequeños, pospongan inconscientemente ese “trabajo” y lo elaboren en la adolescencia o de adultos. Probablemente el suceso marcará su vida, aunque esto no quiere decir que vaya a producirle un problema grave (patología).

A la falta de “formación” se une la educación recibida en cuanto a no exteriorizar los sentimientos ni las emociones -sobre todo a los varones: “los chicos no lloran” “hay que ser fuertes".

Habrá que tener muy en cuenta además de la edad del niño, su comprensión de conceptos.

Cuando los adultos tienen que enfrentarse a la difícil tarea de explicar a un niño/a que una persona cercana ha fallecido, a veces optan por decirle que se fue de viaje, de vacaciones, que está dormido, o simplemente determinar que: “es mejor no decirle nada”... “ya se lo diremos cuando vaya siendo mayor”. Ese temor a hablar de los sentimientos ocurre incluso en situaciones más “llevaderas” aunque también traumáticas para un niño/a, por ejemplo ante la muerte de su mascota. Por no saber qué hacer o decir, o no enfrentarse a lo duro de la situación, los mayores pueden decidir una rápida solución: comprar otro animalito; en vez de hablar de lo sucedido y de cómo se siente el niño/a por ello.

La ayuda de sus mayores -padres, familia, profesores- será primordial, puesto que una pérdida muy cercana en la infancia o primera juventud, conllevará un gran trabajo emocional por parte del niño/a.

No se debe temer porque se noten ciertos cambios en su carácter como baja autoestima, timidez, ensimismamiento y aislamiento, euforia…. ya que suelen ser más o menos pasajeros y no son demasiado graves. Puede ocurrir un cierto estancamiento en su madurez, pero la pérdida de un ser querido puede hacerles desarrollar un profundo concepto y sentido de la Vida, lo que les ayudará a evolucionar psíquica y emocionalmente con una mayor riqueza. Algo que muchos adultos no llegan a alcanzar aún en una larga vida. El concepto de muerte-vida es mínimo en la primera infancia. Los niños/as muy pequeños no saben siquiera diferenciar entre ellos mismos y los demás, lo vivo y lo muerto, lo animado y lo inanimado. De los dos a los tres primeros años toman mayor conciencia de sí mismo y los más

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TRASTORNOS DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA cercanos en su entorno, padre, hermanos, etc. Hacia los 4 a 5 años, comienzan a usar términos como: vida, vivir, estar vivo, muerte o morir. Van diferenciando lo vivo (personas, animales) de lo que no lo está (juguetes, objetos). Aun así no son conscientes de la posibilidad de la muerte ni del concepto en sí. La idea sobre la muerte varía según el entorno, tradición, costumbres, religión y sobre todo la madurez del niño/a. En la infancia y adolescencia, se percibe el mundo egocéntricamente. La realidad cambia según el propio pensamiento y personalidad, y suele corresponderse con la edad psicológica o “edad mental”. Hay niños/as pequeños muy maduros, mientras que otros más mayores son aún muy infantiles. Su imaginación infantil puede hacerles creer por ejemplo, que la muerte es como cuando uno se duerme y se despertará después. Es el tiempo de ir conociendo cuentos y películas con final feliz y en los que nadie muere aunque exista cierta violencia. Así su pensamiento imaginativo les hace difícil saber lo que ha ocurrido realmente si alguien cercano fallece. Hacia los ocho o nueve años suelen

pensar que juguetes, dibujos, piedras, tienen “vida” y que la muerte es algo pasajero. El concepto de tiempo también tiene una medida distinta; mañana, pasado mañana o para siempre, se mezclan entre realidad y fantasía. Aun así el sentimiento de separación y soledad que les produce la pérdida, les hace mantener un sentimiento doloroso de abandono. El duelo de los niños/as será proporcional a la intensidad de la relación que tuviera con el fallecido. Durante la infancia es primordial sentirse protegido, si sienten que han perdido esa protección a causa del fallecimiento de la persona querida, le producirá inestabilidad emocional y sentimientos de rabia y miedo. Los niños/as pueden vivir la pérdida con un gran sentimiento de culpa. Pueden creer que el/ella mismo/a provocó el mal. Ya sea porque se enfadaran tiempo atrás con el fallecido, por creer que no se portó bien con o porque fue desobediente. No se debe olvidar que los niños/as tienen sus propios recursos para luchar contra la tristeza que la pérdida les produce, como su mentalidad de fantasía. La relativa inmadurez emocional y psicológica también les servirá de escudo y ayuda para reducir el grado de angustia

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Primeros auxilios psicológicos Los primeros auxilios psicológicos (PAP) son un enfoque modular, basado en evidencias y destinado a ayudar a niños, adolescentes, adultos y familias afectadas por un incidente crítico. Son la primera atención que reciben los afectados por este tipo de incidentes y, por tanto, se aplican en las primeras horas tras el impacto, considerándose que tras las primeras 72 horas ya no son la técnica de elección. La aplicación de los PAP está diseñada para lograr tres objetivos muy importantes: 1. Reducir el nivel de estrés inicial causado por el evento traumático 2. Fomentar la adaptación a corto, medio y largo plazo 3. Potenciar las afrontamiento

estrategias

de

Los primeros auxilios psicológicos incluyen formas de recogida de información para ayudar a los proveedores a hacer evaluaciones rápidas de las necesidades inmediatas de los afectados y poder así aplicar los PAP de forma flexible. Parten de estrategias basadas en evidencias científicas. Deben adaptarse de forma adecuada y rigurosa a los diferentes contextos culturales y a las distintas franjas de edad en que son utilizados. La aplicación de los PAP requiere del uso de material psicoeducativo (folletos, pautas que se pueden descargar desde una página web, etc.) que ofrezcan información importante para la recuperación de los jóvenes, los adultos y las familias. Los beneficiarios de los PAP son cualquier persona o grupo de personas expuestos a un incidente crítico como puede ser

un accidente, un atentado, una catástrofe, etc. Pueden ser: Niños Adolescentes Adultos Padres/madres y cuidadores principales Intervinientes Otros profesionales que trabajan con personas afectadas Los primeros auxilios psicológicos pueden ser aplicados por cualquier persona que haya sido entrenada para ello y que forme parte de los equipos y las organizaciones de respuesta a los incidentes críticos. En las emergencias masivas, los proveedores de PAP deben intervenir siendo coordinados por los equipos de primera respuesta y/o los servicios de atención a los incidentes críticos. En los incidentes críticos cotidianos, los PAP suelen ser aplicados por personas del contexto habitual de la familia afectada (maestros, enfermeras, religiosos, líderes comunitarios) que hayan sido formados en esta técnica. En las emergencias masivas, los primeros auxilios psicológicos se aplican en los centros de recepción de familiares y afectados: centros cívicos, polideportivos, aeropuertos, etc… Es importante que estos lugares sean tranquilos y seguros, que estén aislados lo máximo posible de los medios de comunicación y que, si son cercanos al lugar de la emergencia, estén protegidos de la vista y de los sonidos de la catástrofe. En las crisis cotidianas, los PAP suelen aplicarse allí dónde se producen las malas noticias: hospitales, consultorios, escuelas, comisarías de la policía, etc. Cuando se aplique los primeros auxilios psicológicos, es muy importante tener en cuenta los siguientes principios:

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TRASTORNOS DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA  Modelar respuestas saludables: actuar con calma, amabilidad, de forma organizada y respetuosa.

 Si fuese necesario, referir a las personas que lo necesiten a centros y/o profesionales adicionales

 Mantenerse visible aunque sin resultar invasor

 Si se está interviniendo con otros profesionales y/o voluntarios, ser respetuoso y atenerse a las indicaciones de la coordinación.

y

cercano,

 Asegurar la confidencialidad  Por difícil que sea la situación, no exceder las competencias ni ultrapasar el marco de la aplicación de los PAP

 No olvidar el propio auto cuidado y estar atento a las propias necesidades físicas y emocionales.

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Trastornos conductuales Los "desórdenes de la conducta" en los jóvenes constituyen un grupo complicado de problemas emocionales y del comportamiento. Los niños y adolescentes que sufren de estos desórdenes tienen mucha dificultad en seguir las reglas y en comportarse de manera socialmente aceptable. Otros niños, los adultos y las instituciones sociales los consideran "malos" o delincuentes en lugar de enfermos mentales. Muchos factores pueden contribuir al desarrollo de los desórdenes de la conducta en el niño, incluyendo un daño al cerebro, el haber sufrido abuso, vulnerabilidad genética, el fracaso escolar y las experiencias traumáticas de la vida. Los niños y adolescentes con problemas de la conducta pueden manifestar algunos de los siguientes problemas del comportamiento: Agresión hacia las personas y los animales: acosa, intimida o amenaza a los demás, a menudo inicia peleas físicas, ha usado un arma que puede causar daño físico serio a otros, es físicamente cruel con las personas o animales, roba a sus víctimas mientras las confronta, obliga a otro a llevar a cabo una actividad sexual. Destrucción de la propiedad: deliberadamente prende fuegos con la intención de causar daño, destruye la propiedad de otros, fuerza la entrada en el edificio, casa o automóvil de otros, miente para que le den las cosas, para obtener favores o para evitar las obligaciones, roba artículos sin confrontar a la víctima. Violación seria a las reglas: se queda la noche fuera de la casa aun pese a la objeción de sus padres, se escapa de la casa, deja de asistir a la escuela cuando le parece. Los niños que demuestran estos comportamientos deben de recibir una

evaluación comprensiva. Muchos niños que exhiben una conducta desordenada pueden tener condiciones coexistentes tales como desórdenes del humor, ansiedad, abuso de substancias, problemas con el aprendizaje, o pensamientos desordenados, los cuales también pueden ser tratados. Las investigaciones demuestran que los jóvenes con desórdenes de la conducta tendrán problemas de continuo si ellos y sus familias no reciben un tratamiento comprensivo a tiempo. Sin el tratamiento, muchos de estos muchachos con desórdenes de la conducta no lograrán adaptarse a las demandas que conlleva el ser adulto y continuarán teniendo problemas en sus relaciones sociales y manteniendo un empleo. A menudo contravienen la ley o se comportan de manera antisocial. El tratamiento de los niños con desórdenes de la conducta puede ser complejo y retador. El tratamiento se puede proveer en una variedad de escenarios dependiendo de la severidad de los comportamientos. Además del reto que ofrece el tratamiento, se encuentran la falta de cooperación del niño/niña y el miedo y la falta de confianza de los adultos. Para poder diseñar un plan integral de tratamiento, el siquiatra de niños y adolescentes puede utilizar la información del niño, la familia, los maestros y de otros especialistas médicos para entender las causas del desorden. La terapia de comportamiento y la psicoterapia generalmente son necesarias para ayudar al niño a expresar y controlar su ira de manera apropiada. La educación especial puede ser necesaria para los jóvenes con problemas de aprendizaje. Los padres frecuentemente necesitan asistencia de los expertos para diseñar y llevar a cabo programas de administración especial y programas educativos en la casa y en la escuela. El tratamiento puede también incluir medicamentos

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TRASTORNOS DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA para algunos jóvenes, como aquéllos que tienen dificultad prestando atención, problemas con sus impulsos o aquéllos que sufren de una depresión.

actitudes y patrones de comportamiento. Sin embargo, el tratamiento a tiempo ofrece una oportunidad para considerable mejoría en el presente y una esperanza de éxito en el futuro.

El tratamiento raras veces es corto, ya que toma mucho tiempo establecer nuevas

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Agresividad La agresividad infantil es uno de los trastornos que más invalidan a padres y maestros junto con la desobediencia. A menudo nos enfrentamos a niños agresivos, manipuladores o rebeldes pero no sabemos muy bien cómo debemos actuar con ellos o cómo podemos incidir en su conducta para llegar a cambiarla.

físico (patadas, empujones,...) como verbal (insultos, palabrotas,...). Pero también podemos encontrar agresividad indirecta o desplazada, según la cual el niño agrede contra los objetos de la persona que ha sido el origen del conflicto, o agresividad contenida según la cual el niño gesticula, grita o produce expresiones faciales de frustración.

Un buen pronóstico a tiempo mejora siempre una conducta anómala que habitualmente suele predecir otras patologías psicológicas en la edad adulta.

La familia constituye el lugar por excelencia en donde los niños aprenden a comportarse consigo mismos y con los demás, es decir es un agente de socialización infantil.

Un comportamiento excesivamente agresivo en la infancia si no se trata derivará probablemente en fracaso escolar y en conducta antisocial en la adolescencia y edad adulto porque principalmente son niños con dificultades para socializarse y adaptarse a su propio ambiente.

Es la agresividad, una de las formas de conducta que se aprenden en el hogar, y en donde las relaciones intrafamiliares ejercen una influencia en su generación y mantenimiento.

El comportamiento agresivo complica las relaciones sociales que va estableciendo a lo largo de su desarrollo y dificulta por tanto su correcta integración en cualquier ambiente. El trabajo por tanto a seguir es la socialización de la conducta agresiva, es decir, corregir el comportamiento agresivo para que derive hacia un estilo de comportamiento asertivo. Ciertas manifestaciones de agresividad son admisibles en una etapa de la vida por ejemplo es normal que un bebé se comporte llorando o pataleando; sin embargo, estas conductas no se consideran adecuadas en etapas evolutivas posteriores. Hablamos de agresividad cuando provocamos daño a una persona u objeto. La conducta agresiva es intencionada y el daño puede ser físico o psíquico. En el caso de los niños la agresividad se presenta generalmente en forma directa ya sea en forma de acto violento

Cuando los niños exhiben conductas agresivas en su infancia y crecen con ellas formando parte de su repertorio conductual, se convierten en adolescentes y adultos con serios problemas de interrelación personal, que pueden generar conductas antisociales, alcoholismo, dificultades en la adaptación al trabajo y a la familia, y en el peor de los casos llegan a exhibir una conducta criminal y a sufrir afectación psiquiátrica grave. La conducta agresiva es un modo de actuar de los niños caracterizada por: accesos de cólera, actos de desobediencia ante la autoridad y las normas del hogar, amenazas verbales, daños a cosas materiales, deterioros en la actividad social y académica por episodios de rabias, discusiones con los hermanos, con los padres y otros integrantes de la familia, gritos, molestar a otros integrantes de la familia, mostrarse iracundo o resentido y pleitos. Todas estas características deben presentarse en una frecuencia, intensidad y

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duración adecuados para pensar se trate de un patrón conductual. Algunas características casi universales del comportamiento agresivo son: altamente impulsivos, relativamente refractarios a los efectos de la experiencia para modificar su conducta problema, carencia de habilidad para demorar la gratificación, baja tolerancia a las frustraciones. La mayoría de los padres han aprendido a desempeñar su rol a través de la observación de su propia crianza, es por ello una generalidad que se repitan los mismos patrones de crianzas que sus padres usaron con ellos. Como parte del proceso de socialización, los padres necesitan estar conscientes de la influencia que ellos ejercen sobre sus hijos a través de su ejemplo, lo cual según el aprendizaje social nos dice que los niños aprenden formas de comportarse en base al comportamiento de sus padres. Partiendo de la premisa que las conductas agresivas tienen su origen y mantenimiento en el seno familiar, se debe mantener un buen estilo de crianza y educación de los hijos, por lo que se recomienda que exista una comunicación frecuente y satisfactoria entre padres e hijos,

incentivar la colaboración mutua entre todos los integrantes del hogar, demostraciones de afecto, la reunión familiar para establecer las normas, dar y recibir afecto y compartir, estimular la confianza, propiciar la asertividad, tomar en cuenta la recreación como parte de la vida, establecer en el hogar de forma clara y precisa, los deberes y derechos de cada uno de los integrantes de la familia y exponer la responsabilidad de asumir las consecuencias de los actos cometidos. Aplicar de forma adecuada el binomio afecto-autoridad. Bianco (1991), Coleman (1996), Kasdin (1989), Moles (1991), Satir (1991), proponen el siguiente plan de tratamiento de las conductas agresivas en niños: Diagnóstico preciso y evaluación eficiente de la conducta agresiva Terapia de la Conducta Infantil Terapia Familiar Entrenamiento a los padres como generadores de conducta. Terapia Cognitiva a través de la intervención de los procesos cognitivos.

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Abuso de sustancias y estupefacientes El consumo de sustancias entre los adolescentes puede ir desde la experimentación a trastornos graves por consumo de sustancias. Todo el consumo de sustancias, incluso el uso experimental, pone a los adolescentes en riesgo de problemas a corto plazo, tales como accidentes, peleas, actividad sexual no deseada y sobredosis. Los adolescentes son vulnerables a los efectos del consumo de sustancias y tienen un mayor riesgo de desarrollar consecuencias a largo plazo, como trastornos de la salud mental, bajo rendimiento en la escuela y trastorno por consumo de sustancias. En la sociedad occidental moderna, el consumo de sustancias es una manera fácil para los adolescentes de satisfacer la necesidad normal de desarrollo que inclina a asumir riesgos y buscar emociones. No es sorprendente que el consumo de sustancias sea frecuente cuando los adolescentes crecen, y alrededor del 70% de los adolescentes prueban el alcohol antes de graduarse de la secundaria. Sin embargo, el consumo recurrente o continuo de sustancias es mucho menos frecuente. Incluso el consumo ocasional de sustancias es arriesgado y no

debe ser trivializado, ignorado o permitido por los adultos. Las actitudes de los padres y el ejemplo que dan con respecto al consumo de alcohol, tabaco, fármacos y otras sustancias ejercen una poderosa influencia en el adolescente. En el 2007, cerca del 47% de los estudiantes de bachillerato (entre 16 y 18 años de edad) habían consumido o probado drogas ilícitas alguna vez en su vida, y el 25% había tomado drogas distintas de la marihuana. Cerca del 2% de los estudiantes de último año de bachillerato (hacia los 18 años de edad) habían consumido esteroides anabolizantes en algún momento de sus vidas. Aunque el consumo de estas sustancias es más frecuente entre los atletas, no solo ellos están expuestos a este problema. El uso de esteroides anabolizantes se asocia con una serie de efectos secundarios entre los que se encuentran el cierre precoz de las placas de crecimiento en los extremos de los huesos, dando como resultado una baja estatura permanente. Otros efectos secundarios son frecuentes tanto en adolescentes como en adultos.

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TRASTORNOS DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA Los siguientes comportamientos deben considerarse motivos suficientes para que los padres comenten su preocupación con sus hijos y el médico: Conducta errática Depresión o humor cambiante Cambio de amigos Descenso del rendimiento escolar Pérdida de interés en aficiones y actividades recreativas Los padres que encuentren drogas u objetos relacionados con su consumo (pipas, jeringas y balanzas) deben comentar su preocupación con su hijo.

le haga preguntas confidenciales acerca del uso de sustancias. Los médicos pueden ayudar a determinar si un adolescente sufre un trastorno por consumo de drogas y desarrollar una intervención adecuada o dirigirlo hacia otro profesional. En general, con los adolescentes se utilizan los mismos tratamientos que con los adultos que sufren trastornos por consumo de sustancias. Sin embargo, el tratamiento debe adaptarse a las necesidades de los adolescentes. Los adolescentes deben recibir asistencia mediante programas específicos y por parte de terapeutas especializados en el tratamiento de adolescentes con trastornos por consumo de sustancias. En general, los adolescentes no deben participar en los mismos programas que los adultos.

Durante las visitas médicas rutinarias, los padres deben esperar que el médico de su hijo

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Bullying El acoso escolar es una amenaza que puede afectar a cualquier niño. Bullying es una palabra inglesa que significa intimidación. Desgraciadamente, esta palabra está de moda debido a los inumerables casos de persecución y de agresiones que se están detectando en las escuelas y colegios, y que están llevando a muchos escolares a vivir situaciones verdaderamente aterradoras. El bullying se refiere a todas las formas de actitudes agresivas, intencionadas y repetidas, que ocurren sin motivación evidente, adoptadas por uno o más estudiantes contra otro u otros. ¿Qué es el acoso escolar o bullying? La persona que ejerce el bullying lo hace para imponer su poder sobre el otro, a través de constantes amenazas, insultos, agresiones o vejaciones, y así tenerlo bajo su completo dominio a lo largo de meses e incluso años. La víctima sufre callada en la mayoría de los casos. El maltrato intimidatorio le hace sentir dolor, angustia y miedo, hasta tal punto que, en algunos casos, puede llevarle a consecuencias devastadoras como el suicidio. El hostigamiento y el maltrato verbal o físico entre escolares es bullying. Es un acoso sistemático, que se produce reiteradamente en el tiempo, por parte de uno o varios acosadores a una o varias víctimas. La definición de Dan Olweus que dice que "un estudiante se convierte en víctima de acoso escolar cuando está expuesto, de forma reiterada y a lo largo del tiempo, a acciones negativas llevadas a cabo por otro u otros estudiantes”, es la más aceptada. Los expertos señalan que el bullying implica tres componentes clave:

Un desequilibrio de poder entre el acosador y la víctima. Este desequilibrio puede ser real o sólo percibido por la víctima. La agresión se lleva a cabo por un acosador o un grupo que intentan dañar a la víctima de un modo intencionado. Existe un comportamiento agresivo hacia una misma víctima, que se produce de forma reiterada. Tipos de acoso escolar Con frecuencia aparecen varios tipos de forma simultánea: Físico: consiste en la agresión directa a base de patadas, empujones, golpes con objetos. También puede ser indirecto cuando se producen daños materiales en los objetos personales de la víctima o robos. Verbal: es el más habitual. Sólo deja huella en la víctima. Las palabras tienen mucho poder y minan la autoestima de la víctima mediante humillaciones, insultos, motes, menosprecios en público, propagación de rumores falsos, mensajes telefónicos ofensivos o llamadas, lenguaje sexual indecente… Psicológico: se realiza mediante amenazas para provocar miedo, para lograr algún objeto o dinero, o simplemente para obligar a la víctima a hacer cosas que no quiere ni debe hacer… Social: consiste en la exclusión y en el aislamiento progresivo de la víctima. En la práctica, los acosadores impiden a la víctima participar, bien ignorando su presencia y no contando con él/ ella en las actividades normales entre amigos o compañeros de clase.

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TRASTORNOS DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA Bullying en los colegios En España, se estima que un 1,6 por ciento de los niños y jóvenes estudiantes sufren por este fenómeno de manera constante y que un 5,7 por ciento lo vive esporádicamente. Los datos se repiten alrededor del mundo, el acoso escolar afecta a niños de todas las condiciones sociales, está presente en colegios públicos y privados, en ciudades grandes y en pueblos más pequeños. Casos y tragedias de bullying

últimas palabras que dejó escritas Jokin Zeberio, de 14 años, antes de suicidarse, tirándose al vacío con su bicicleta, desde lo alto de la muralla de Hondarribia, España, en septiembre de 2004. Jokin venía sufriendo el acoso de sus colegas desde hacía años. Las continuas amenazas, humillaciones, insultos, golpes, palizas, le hicieron sufrir y lo llevaron a la muerte. El hecho hizo sonar la alarma social, política y educativa. Pero, lamentablemente, no frenaron el fenómeno. Los casos de bullying afloran y cada día nos percatamos de que no son recientes ni raros.

'Libre, libre. Mis ojos seguirán aunque paren mis pies.' Estas fueron algunas de las

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Conflictos familiares Cuando la familia atraviesa un conflicto se encuentra en un momento de desarmonía, desequilibrio y confusión, aparecen problemas que no fueron resueltos en el pasado y que ahora se han convertido en problemas mayores. Este conflicto aparece algunas veces cuando una situación de tensión presiona a la familia o bien cuando ya se ha llegado al límite de la paciencia, se requieren de ciertos cambios que no se pueden generar, porque no se sabe cómo o bien algún miembro no está dispuesto a cooperar. Dentro de un conflicto familiar las reglas y los roles de la familia se hacen confusos o se ven rebasados. Los valores y objetivos pierden importancia. Se ceden las expectativas y las prohibiciones. Una crisis de este tipo necesita un cambio decisivo y cada cambio implica una nueva adaptación. La familia es el marco que contiene a los miembros que crecen en ella. Se le concibe como un sistema abierto, como una totalidad. Cada uno de los miembros está íntimamente relacionado y, por lo tanto, la conducta de cada uno influirá en los demás. No existe la familia perfecta. Los conflictos y los cambios forman parte de la vida familiar. Cada familia se transforma con el correr del tiempo y debe adaptarse y reestructurarse para seguir desarrollándose. La familia puede identificar a uno de sus miembros como "el que causa el conflicto", al que se señala como "el problema". Este suele ser el más vulnerable. En la terapia familiar se lo denominará paciente identificado. Los conflictos no son situaciones patológicas, sino momentos evolutivos, de crecimiento de la familia que atraviesan todos los seres humanos. No obstante, hay crisis que se acarrean durante toda la vida y pueden convertirse en disfuncionales si no se logra una solución o cambio favorable.

Un problema fundamental es que las familias no saben cuál es la raíz del conflicto, esto es lo que les impide conocer el modo de resolverlo. Por tal motivo se hace necesaria la concurrencia a una terapia familiar para lograr una resolución exitosa. El terapeuta podrá descubrir cosas que la familia no ha podido ver. El conflicto es menos problemático si es manifiesto, ya que la familia puede recurrir a personas externas e incluso unirse para recibir ayuda. Si es oculto nadie se entera y resulta más difícil su solución. Si la tensión es habitual (siempre sucede lo mismo), puede resultar ser molesta, más que preocupar a la familia. Por ejemplo, cuando un miembro que se alcoholiza a diario. Un conflicto puede derrumbar a una familia, pero también pueden emerger de ella fortalecida y con mayores recursos. Esto dependerá de la capacidad que tengan para enfrentarla y reponerse de ella. Esto depende de muchos factores, como la comunicación que surja dentro ella, su organización, los recursos y limitaciones con los que cuenta, la forma habitual de resolver los problemas, los sistemas de creencias que la rigen, van a influir en el modo en que ésta enfrente la crisis. Es fundamental que los miembros colaboren entre sí y que se tengan confianza para poder superar con eficacia cada situación que se les presenta. Los procesos que van a ayudar a la familia a enfrentar más eficazmente las crisis y permitirle salir fortalecida de ella, pueden provenir del interior de la misma (amigos, familiares y los mismo miembros) o de exterior de la familia (terapeutas, psicólogos, sacerdotes, grupos, etc.) Para sostener los conflictos, crecer y aprender de ellos es necesario que la familia sea flexible, esté lo suficientemente cohesionada, su comunicación sea sincera y por último, que

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TRASTORNOS DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA cuente con una red social que pueda actuar de apoyo en circunstancias desfavorables. La psicoterapia familiar es de gran utilidad en el tratamiento de familias en crisis. El terapeuta cuenta con las habilidades necesarias para ayudar a la familia a resolver los conflictos exitosamente, logrando así un verdadero cambio que se adapte a sus necesidades. Además aparece como un "tercero” imparcial y formado para cumplir tal función que presenta una visión distinta de los hechos. Muchos estudios han descrito el impacto que tienen el abuso, el abandono y el maltrato que se sufre durante la niñez en el desarrollo cerebral. Pero sólo hasta ahora se conoce una investigación que se centra en analizar el impacto delas discusiones y los problemas familiares el desarrollo del cerebro de los niños y los adolescentes. Cuando se habla de una infancia traumática, sin duda alguna se piensa en las consecuencias que tiene esto en la salud mental. Abuso, abandono, maltrato y golpes son

sin duda la receta perfecta para quienes los padecen durante la niñez y la adolescencia tengan problemas relacionados con su salud mental, entre ellos se encuentran depresión, ansiedad, problemas de aprendizaje, pensamientos suicidas, entre otros. Solo hasta ahora se estudia el impacto de los conflictos familiares en el desarrollo cerebral de los niños y los adolescentes. Las discusiones entre padre y madre, la falta de afecto entre miembros de la familia, los problemas de comunicación, el abuso emocional y físico tienen un impacto importante en el cerebro, lo cual puede ocasionar enfermedades psiquiátricas más adelante en la vida. Se cabe recalcar la importancia de crecer en un ambiente libre de adversidades para promover un desarrollo cerebral sano y prevenir problemas de salud mental a largo plazo.

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 Neurológia: se ocupa de la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de todas las enfermedades que involucran al sistema nervioso central y periférico y autónomo.  Orgánico: daño cerebral  Plasticidad cerebral: permite a las neuronas regenerarse tanto anatómica como funcionalmente y formar nuevas conexiones sinápticas.  Reeducación: implica una serie de técnicas que se usan para que la persona pueda volver hacer uso de aquellas facultades que perdió por algún tipo de incidente.  Trastorno: alteración en el funcionamiento de un organismo o de una parte de él o en el equilibrio psíquico o mental de una persona.  Habilidades motoras finas: coordinación de los movimientos musculares pequeños que ocurren en partes del cuerpo como los dedos, generalmente en coordinación con los ojos. En relación con las habilidades motoras de las manos y los dedos, el término destreza se utiliza comúnmente.  Memoria funcional: habilidad mental básica. Es importante tanto para el aprendizaje como para realizar muchas tareas diarias. La memoria funcional permite al cerebro retener brevemente nueva información mientras se necesita a corto plazo. Y puede entonces ayudar a transferirla a la memoria largo plazo.  Viso espacial: habilidad de pensar y percibir el mundo en imágenes, se piensa en imágenes tridimensionales y se transforma la experiencia visual a través de la imaginación.  Psicoestimulante: una droga que aumenta los niveles de actividad motriz y cognitiva, refuerza la vigilia, el estado de alerta y la atención.  Impulso: tendencia que mayormente los seres humanos experimentamos aunque sea una vez en la vida y que implica el actuar movido por alguna emoción sin que haya mediado una deliberación previa de la razón.  Enfoque multimodal: enfoque psicoterapéutico de orientación cognitivo-conductual fundado por Arnold A. Lazarus, cuyo principio básico es la concepción de los humanos como seres biológicos que piensan, sienten, actúan, perciben, imaginan e interactúan; razón por lo cual cada una de estas «modalidades» debe abordarse en tratamiento psicológico.  Psicopedagogía: estudia los comportamientos humanos en situación de aprendizaje, como son: problemas en el aprendizaje y orientación vocacional.  Adaptación curricular: tipo de estrategia educativa generalmente dirigida a estudiantes con necesidades educativas especiales, que consiste en la adecuación en el currículum de un determinado nivel educativo con el objetivo de hacer que determinados objetivos o contenidos

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sean accesibles para todo el grupo, o bien modificar aquellos elementos del currículum que no sean funcionales para la totalidad de los estudiantes. Se trata de tener en cuenta las limitaciones metodológicas en las planificaciones didácticas, considerando las características y necesidades de todas y todos los estudiantes.  Memoramas: juego de mesa que ayuda al entendimiento del cerebro, dentro de la categoría de juego de naipes que trata de encontrar cartas parejas en una serie de cartas con diversas figuras en cada una de ellas; las cuales están en par, es decir cada dibujo está repetido en dos cartas.  Lúdica: juegos.  Esquizofrenia: enfermedad mental que se caracteriza por alteraciones de la personalidad, alucinaciones y pérdida del contacto con la realidad.  Inteligencia emocional: consiste en una serie de actividades que sirven para apreciar y expresar de manera justa las emociones propias y las de otros, y para emplear la sensibilidad a fin de motivarse, planificar y realizar de manera cabal la propia vida.  Comportamientos autolesivos: intentos repetidos de lesionarse a si mismos,  Quejas somáticas: los adolescentes pueden experimentar malestares físicos benignos y transitorios como dolor de cabeza, de estómago o cansancio excesivo. La señal de alarma aparece cuando estos síntomas se dan de forma recurrente y afectan al propio bienestar del adolescente.

 Psicofisiológico: estudia la relación entre los procesos biológicos y la conducta, intentando establecer los patrones de funcionamiento. Se centra en el estudio del sistema nervioso, y el aparato circulatorio, principalmente por su función de distribución hormonal.  Desinhibición: comportamiento de la persona que ha perdido la vergüenza o el miedo que le impedía actuar de acuerdo con sus sentimientos, deseos o capacidades.  Enuresis: micción involuntaria  Terrores nocturnos: trastorno de sueño que se caracteriza por producir un terror extremo y un estado de inhabilidad para recuperar la consciencia completamente. En este estado, la persona no tiene control de sus movimientos.

 Neurolépticos: que ejerce una acción sedante sobre el sistema nervioso  Hipersexualidad: aumento repentino o la frecuencia extrema en la libido o en la actividad sexual  Psicótico: enfermedad mental  Aséptico: que no se compromete o no muestra emoción ni expresa sentimientos.

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En los últimos años se ha detectado un aumento notable en el número de niños con problemas de aprendizaje en general, así como un incremento de los desórdenes emocionales como anorexia, bulimia, la enfermedad maníaco-depresiva y síndromes nuevos de autismo, como el de Asperger, en el cual el niño presenta características autistas pero tiene buenas habilidades cognoscitivas. Los desórdenes de comportamiento han aumentado también así como los desórdenes psiquiátricos severos como la esquizofrenia. La estimulación permanente de computadores y televisores ha acelerado el desarrollo en áreas como la concentración. Los niveles de atención se han tornado más cortos y dispersos y la exposición continua a nuevos y múltiples estímulos hacen que la dinámica de los cerebros de esta generación sea diferente. Es importante que padres y educadores examinen tales cambios, pues no se puede formar bien a una generación si se desconocen sus necesidades. "Como padres tenemos que estar preparados para contestar preguntas precoces de hijos precoces. El niño de hoy es más seguro de sí mismo, sabe lo que no le gusta, vive rodeado de muchos más estímulos y no acepta cualquier cosa. Esto exige que los padres no nos quedemos atrás. Nuestros límites y valores serán sometidos a prueba una y otra vez, pero no podemos desfallecer... Aunque precoces, los niños de hoy siguen necesitando una guía firme y amorosa, y nuestro deber es proporcionársela ajustándonos a las distintas circunstancias" dice Acevedo. Los colegios deben reflexionar profundamente sobre los cambios y adaptarse a nuevos estudiantes más inquietos físicamente y con una forma distinta de atender: les cuesta estudiar en un aula, seguir instrucciones secuenciales y ser anónimos dentro del grupo. Los maestros deben darse cuenta de que no es que estos alumnos tengan problemas de aprendizaje sino que aprenden de manera distinta. Ellos demandan el porqué de todo y el significado de lo que les enseñan, pues quieren conectarse con la realidad. Por eso las clases deben ser innovadoras y llenas de actividades prácticas y multisensoriales. Las actividades deberán ser variadas y no durar más de 20 minutos para optimizar el aprendizaje. Estos niños y jóvenes necesitan retroalimentación sobre su progreso permanentemente. "Los nuevos estudios sobre el cerebro y los problemas de aprendizaje son claros en afirmar la importancia de volver la mirada sobre el individuo y partir de ahí para brindar una enseñanza óptima" dice Acevedo.

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