MAGIA BAJO EL
EL CARNÍVORO MÁS PEQUEÑO
DEL REINO ANIMAL
Su adorable aspecto contrasta con su carácter agresivo y huidizo que lo convierten en un cazador nato. Y es que, pese a su pequeño tamaño, es capaz de abatir a presas mucho más grandes que ella.
ALIMENTACIÓN
Se adapta a todo tipo de suelos, prefiriendo los campos de cultivo terrenos con matorral bajo, muros de piedra, matorrales cercanos a prados, en especial los terrenos no muy húme dos pero con agua cerca, rehuyendo de los bosques.
Su minúsculo tamaño no le impide capturar presas ma yores que ella, como ratas, ratones y topillos, roedores a los que sorprende introduciéndose en sus pro pias madrigueras en las que cabe gracias a su extremada finura.
ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS
Una tarde calurosa de verano estaba Alicia en el río junto a su hermana. Trataba de matar el abu rrimiento como podía cuando de repente pasó por allí un conejo que llevaba puesto un chaleco.
- ¡Voy a llegar tarde! - decía el animal mirando su reloj
Intrigada por la escena que ha bía presenciado, le siguió hasta su madriguera en el tronco de un árbol. Pero, cuando se asomó al interior... ¡Oh cielos! Inició una larguísima caída.
Cuando aterrizó, vio pasar al Conejo Blanco quien se metió por un pasadizo.
Le siguió y llegó a una gran sala. En ella había una diminuta puerta y a través de su cerradura vio un magnífico jardín.
Vio un brebaje en un frasquito que ponía “Bébeme” y, cuando lo hizo, su cuerpo comenzó a encoger tanto, que logró pasar por aquella puerta. También comió un pastelillo que tenía un cartel que indicaba “Cómeme”, y comenzó a crecer tanto, tanto que llegó a chocarse contra el techo y tuvo que sacar brazos y piernas por las ventanas.
- ¡Socorro!, gritó Alicia. Pero su voz era tan potente que el Conejo Blanco se asustó y salió corriendo.
Alicia comenzó a llorar, y tantas lágri mas cayeron que inundó la sala. De pronto, su cuerpo comenzó a encoger de nuevo y casi tuvo miedo de morir ahogada. Pero pudo salir de aquel mar de lágrimas.
Retomó su camino en busca del Conejo Blanco y encontró una oruga que fumaba en pipa, a una extravagante duquesa que mecía entre sus brazos a un cerdito y a la nerviosa Liebre de Marzo, que la invitó a tomar el té con otros extraños perso najes: el Sombrerero Loco y un adormi lado lirón.
Tras tomar el té, encontró en un árbol una puerta que daba a un fantástico jardín gobernado por la Reina de Co razones.
Alicia fue conducida a la Sala del Tribu nal, donde estaba el Rey de Corazones, que era el juez; los naipes del reino y una muchedumbre de animalillos. Y sí, también estaba el Conejo Blanco, que era el mensajero real.
- Se acusa a la señorita Alicia, de haberse reído en público de su magestad, proclamó el Conejo.
- ¡Que le corten la cabeza!, sentenció la Reina.
Todos los naipes se abalanzaron sobre la niña y, cuando estuvieron a punto de apresarla, Alicia se despertó. Estaba tendida a la orilla del río y todavía impresionada por todo lo que había visto, se dispuso a contarles a su gatita y a su hermana todas sus aventuras de ensueño, en el País de las Maravillas.