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Órgano de Difusión Anarquista

no. 7, 19 de julio 2010 Publicación espontánea y atípica

Hoy, como mañana: “Conciencia para ser Libre” MISIÓN REVOLUCIONARIA DEL ANARQUISMO La miseria es causa de la ignorancia y es inútil predicar instrucción mientras aquélla subsista. Verdad es que el pueblo, precisamente porque no ha tenido nunca conciencia de sus derechos, se ha dejado engañar en cada revolución, y que aún en la próxima es posible que se deje engañar otra vez. Entre la masa popular hay ya bastantes hombres que, aunque no sean francamente anarquistas, están por la abolición de la autoridad y principian a tener conciencia de su significación. Por otra parte, el pueblo no tiene ya confianza en nadie, y si a veces nos mira de soslayo a los anarquistas y no nos hace caso, es porque supone que también somos, como los políticos, fabricantes de programas que queremos dirigir y mangonear, cuando precisamente queremos lo contrario, o sea que el pueblo obre por sí mismo, sin delegar en nadie su soberanía. Deber de los anarquistas es enterar al pueblo con hechos repetidos, constantes, para la revolución; para que aprenda a dejar de reverenciar leyes y autoridades; para que con actos populares destruya todo lo que significa opresión. Por otra parte, la causa real de la revolución está en la misma organización social: independientemente de nuestra acción revolucionaria, la está incubando, y fatalmente estallará. Y cuando el pueblo se insurreccione, nuestra misión, la misión de los anarquistas, será oponernos con todas nuestras fuerzas a que se constituyan nuevas autoridades. Puesto que el pueblo desconfía ya de todas, es posible que entonces nos escuche si le decimos que obre por cuenta propia y no atienda a los que quieran dirigirle para mandarle. La revolución social no es cosa de un día, de un mes o de un año. A través de mil errores el pueblo irá adquiriendo conciencia de sus derechos. Inútil pretender que los conquiste antes. Verdad es que cuanta más propaganda se haya hecho, menos durará el período violento de la revolución, doloroso, pero necesario; mas también es cierto que nuestras ideas se comprenderán mejor al resplandor de la lucha. Los síntomas precursores de la revolución se ven ya en todas partes. Puede estallar cuando menos se piense. Estamos en pie de guerra y no debemos descuidarnos.

“Quien se dice revolucionario y habla de dictadura no es más que un pardillo o un bribón, un imbécil o un traidor; imbécil y pardillo si la preconiza como auxiliar de la Revolución social, como un modo de transición del pasado al futuro, pues se trata siempre de conjugar la autoridad en presente de indicativo; bribón y traidor si la contempla como un medio de ocupar un lugar en el presupuesto y de jugar al mandatario en todos los modos y todos los tiempos verbales”.


no. 7, 19 de julio 2010

Editorial

L a P alabr a

Índice La Acción como Propaganda... pág. 3 Rhodakanaty y el anarquismo en México... pág. 4 La Debacle (cuento)... págs. 5-6 La Revolución mercadería del Capitalismo... pág. 7 No escuchan la voz del Pueblo... pág. 8 La medida del Progreso... pág. 9-10 Correlativos en esperanto... pág. 10 Un tonto sueño americano... pág. 11 Arcilla Negra: poemario... pág. 12 Caín y Abel (cuento bíblico)... págs. 13-14 La autoridad de los “Revolucionarios”... pág. 14 Notas anarquistas: De dónde el marxismo... pág. 15 www.kclibertaria.comyr.com

SENTENCIAS BREVES

Nos encontramos en un momento mistificado por la fecha, por la violencia y por los esperanzados en ver la panacea a todo en un par de números, ironía, tal vez simplemente una manera de convertir y sustituir una cosa por otra del mismo origen y fin. Buscar en esto las soluciones a los males que nos rodean es como levantar los brazos al cielo; los cambios no se lograrán con “místicos suspiros”, oraciones o confiados a los procesos históricos repetitivos y esperando de ellos la solución a los males cernidos al pueblo, si uno no lo hizo, dos menos, entonces por qué esperar de un tercero la solución. La transformación a un orden superior, no sólo más justo ni más libre que el existente, sino justo y libre, para ello no necesitamos de vanguardias, dirigentes, partidos, líderes, cabecillas, sectas, demagogos o intelectuales creídos a más, viendo despectivamente al pueblo, etiquetándola despectivamente como “masa”, haciendo apología a la lucha de clases, viendo a los individuos sólo como parte de una “masa”, aplastando al individuo en pro de lo colectivo, y lo colectivo en pro del círculo intelectual, el círculo intelectual a la idolatría “personal”: el que sabe más. No pretendemos que se nos libere, ni prendemos liberar, lo que es mejor cada uno liberarse, que el individuo se vea como tal, con sus necesidades y sus deseos, que de lo individual se vayan creando las condiciones para la trasformación, es ahí donde radica el cambio y no en la centralización de todos en una verdadera “masa” amorfa e inerte. Los cambios se lograran de abajo hacia arriba, de lo individual a lo colectivo. Para finalizar, recordar que éste puede ser el último número de nuestra publicación: La Vorto. “Las palabras de los anarquistas van rectas al corazón de las instituciones, la tinta es la dinamita. La elocuencia de los hechos, he ahí su principal mérito…” Kolectivo Conciencia Libertaria “Conciencia para ser Libre”

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Sobre Anarquismo... – El discurso oficial de la historia y la pedantería del discurso de la izquierda científica han puesto al anarquismo como un pensamiento políticamente incorrecto. Lástima que sus conjeturas estén sustentadas en débiles argumentos y carencias de un estudio real. El anarquismo como tal, es la negación suprema a los campos de verdad históricamente implantados desde dichos centros de poder. – Somos sujetos históricos. La historia nos condiciona y nos añade verdades estorbosas que no nos dejan pensar libremente. De esta manera, una sociedad donde no exista el Estado se nos hace imposible de imaginar, más por el peso aplastante de nuestro condicionamiento, que por nuestra naturaleza misma. – Bakunin tuvo toda la fuerza pragmática e intelectual suficiente como para haber impulsado un desarrollo más contundente del pensamiento anarquista; lástima que dedicó mucho tiempo al ego de Marx. Principal error evidente en la obra fragmentada de este gran revolucionario. – El anarco-comunismo no es, como muchos piensan, la degradación de ambos pensamientos, es probablemente el logro más importante del discurso de la izquierda radical; un proyecto revolucionario que carezca en sus bases de este postulado teórico, no es un proyecto real ni serio. – Los anarquistas odiamos cualquier sujeto con túnica de sacerdote. Hay sacerdotes de todo tipo, derechistas, evangelistas, izquierdistas, centralistas, etc.… Sobre Libertad… – Amamos las cadenas porque nos enseñan a amarlas, no porque sea nuestra naturaleza ser esclavos. – La libertad es la condición sine qua non de la vida. – La libertad está fundamentada en el concepto de contradicción, concepto que no aceptan los dueños de la “verdad”, ellos hacen pétreas sus conjeturas e ignoran la sentencia de séneca que enuncia: “Decir lo que sentimos, sentir lo que decimos”. – Ser contradictorios, poder contradecirnos, que no pase nada en nuestro ego: he ahí un paso importante hacía la libertad. – La libertad del sujeto está fragmentada en dos: una parte descansa en el seno de su conciencia interna; allí sólo el sujeto es su propio liberador. Por otro lado, hay un fragmento que habita en las condiciones materiales de existencia; en este caso, como decía Freire: “Nadie libera a nadie, ni nadie se libera solo. Los hombres se liberan en comunión”. Diego Noreña. Caos. 2010.

La Vorto


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... cuál es su posición?

LA ACCIÓN COMO PROPAGANDA Por Johann Most

H

emos dicho cien o más veces que cuando los revolucionarios modernos lleven a cabo acciones, lo que es importante no son solamente estas acciones por sí mismas, sino también el efecto propagandístico que son capaces de lograr. Por eso, aconsejamos no sólo la acción en y por sí misma, sino también la acción como propaganda. Es un asunto fenomenalmente sencillo, todavía conocemos gente una y otra vez, incluso gente cercana al centro de nuestra idea, que no entiende o no quiere entender. Recientemente hemos tenido una ilustración lo suficientemente clara de esto con el caso de Lieske... Así que nuestra pregunta es ésta: ¿Cuál es el propósito de las amenazas de los anarquistas -ojo por ojo, diente por diente- si no son seguidas por la acción? ¿O son tal vez la muchedumbre de “la ley y el orden”, todos ellos extraordinarios sinvergüenzas, para ejecutarla lejos en una esquina oscura de tal manera que nadie sepa el porqué ni el para qué de lo que sucedió? Sería una forma de acción, ciertamente, pero no acción como propaganda. Lo grandioso de la venganza anarquista es que proclama fuerte y claro para que todos lo escuchen, que: este hombre o ese hombre

debe morir por esta y esta razón; y que a la primera oportunidad que se presente en sí misma para la realización de tal amenaza, el bribón en cuestión es real y verdaderamente enviado al otro mundo. Y esto es, de hecho, lo que ocurrió con Alexander Romanov, con Messenzoff, con Sudeikin, con Bloch y Hlubeck, con Rumpff y otros. Una vez que tal acción sea llevada a cabo, lo importante es que el mundo aprenda de los revolucionarios sobre eso, para que todos sepan cuál es su posición. La impresión abrumadora que esto provoca se muestra por cómo los reaccionarios han tratado repetidamente de acallar las acciones revolucionarias que han tenido lugar, o las presentan bajo una luz distinta. Esto ha sido frecuentemente posible en Rusia, especialmente, por las condiciones que gobernaban la prensa ahí. Para alcanzar el éxito deseado en la medida más completa, inmediatamente después de que se ha llevado a cabo la acción, especialmente en la ciudad donde ocurrió, deberían colocarse posters para especificar las razones para la acción ejecutada de esa manera, para sacar de ellas el mayor beneficio posible. Y en aquellos casos en donde no se hizo esto, la razón fue simplemente que eso probaba que no era aconsejable involucrar al nú-

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mero de participantes que se hubiera requerido; o que faltaba dinero. Todo era de lo más natural en estos casos para que la prensa anarquista glorificara y explicara las hazañas en cada oportunidad. Para que ella hubiera adoptado una actitud de indiferencia hacia tales acciones, o incluso las hubiera negado, hubiera sido perfectamente estúpida traición. 'Freiheit' siempre ha perseguido esta política. No es nada más que insípida, cetrina envidia la que hace a esos demagogos que están continuamente burlándose de nosotros con chillidos de “Continúen, entonces, continúen” condenar este aspecto de nuestra conducta, entre otros, siempre que pueden, como un crimen. Esta miserable tribu está bien consciente de que ninguna acción que lleven a cabo los anarquistas puede tener su apropiado efecto propagandístico si aquellos órganos de quienes es la responsabilidad, ni les dan la importancia adecuada a esas acciones, ni lo hacen aceptable para la gente. Es esto, sobre todo, lo que pone furiosos a los reaccionarios. From: Freiheit, July 25, 1885. Anarchy Archives. Traducción al español de María Hernández.

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... a principios de 1861

S. G. Santacruz El anarquismo en México tiene una larga tradición, no como se piensa por ahí, que llegó por una forma de vestir o un estilo musical, no, el anarquismo en México tiene sus orígenes a mitades del siglo XIX y los podemos encontrar a la llegada de un griego políglota de nombre Plotino Constantino, mejor conocido por su apellido: Rhodakanaty. Pero antes de él, hubo personas de gran renombre en la historia de este país quienes conocían las ideas libertarias, pero como buenos enemigos de la libertad nunca pensarían en esparcirlas al grueso de la población, entre los intelectuales conocedores de las ideas anárquicas podemos encontrar a: Lucas Alamán, Melchor Ocampo e Ignacio Ramírez. Estos dos últimos tuvieron un acercamiento considerable al anarquismo. Pero no sería sino hasta la llegada de Rhodakanaty a México que las ideas socialistas comenzarían a esparcirse por todo el país, así a principios de 1861 llega el griego. Dentro de sus ambiciones traía la ilusión de construir una comunidad al estilo de un falansterio,1 idea surgida gracias a que era un asiduo lector de Proudhon y de Fourier, de quienes estaba fuertemente influido, pero su llegada a esta región trajo consigo las desilusiones, ya que al llegar encontró un territorio devastado por años de guerra civil y sumido en la miseria por las luchas fraticidas, a pesar de la desolación vio aquí el germen de una nueva sociedad y en un par de unos años logró fundar una organización y una escuela de corte anarquista aunado al patrocinio de huelgas y sociedades de resistencia. Si bien Rhodakanaty no era un anarquista declarado, o su pensamiento no estaba bien definido, ese mismo logró fecundar a un grupo de jóvenes que pronto serían un verdadero dolor de cabeza para Benito Juárez primero y después para Porfirio Díaz. El pensamiento del griego se movía entre el panteísmo y el socialismo, era un pacifista que creía en la destrucción natural del capitalismo para llegar una sociedad de hombres y mujeres libres. Lo trascendental del hombre, del cual no se conoce su apariencia física, es el aliento que logró trasmitir a la población gracias a la gran influencia de su personalidad y de sus ideas. Si bien Rhodakanaty se transformaría en el dirigente de una secta religiosa con el pasar del tiempo, durante sus años de lucha

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social fueron de gran actividad y de gran valía, ya que logró fundar un grupo de orientación semi-ácrata de nombre La Social, que a la postre se declararía anarquista, surgida a iniciativa de Rhodakanaty, un grupo de trabajadores y el grupo Estudiantes Socialistas. El grupo influido por Rhodakanaty destacarían y se convertirían en el espíritu del movimiento obrero y revolucionario de México: Villavicencio, Zalacota y Villanueva, sus nombres, su ideal: una nueva humanidad. Con el tiempo tendremos que estos hombres tradujeron las ideas de Plotino en una realidad, cabe destacar lo hecho por Santiago Villanueva quien fundó el Gran Círculo de Obreros de México, le animaba la atención de llevar adelante el espíritu de organización y lucha que orientaba la AIT (Asociación Internacional de los Trabajadores) y junto con Francisco Zalacosta y otros simpatizantes publicaron el periódico La Internacional. De orientación libertaria. Más tarde el grupo formado por Rhodakanaty cambiaría su nombre de la Social a La Social, Sección Internacionalista. El nombre es un indicio de la lealtad emocional -ya que no material- a la facción bakuninista de la Primera Asociación Internacional de los Trabajadores. Así los miembros más destacados de La Social se esparcirían por el territorio difundiendo el Ideal, por un lado Villanueva y Villavicencio permanecieron en la capital de la República con el encargo de seguir activando el movimiento obrero por ellos iniciado. De otro lado, Rhodakanaty y Zalacosta se dirigieron a la villa de Chalco para fundar una colonia agrícola y alimentar entre los campesinos el espíritu de la revolución social, ya palpitante entre los obreros Así se creó una escuela socialista para los campesinos en Chalco de la cual surgiría un revolucionario, que mucho antes de dar inicio la revolución, proclamaba los ideales de tierra y libertad, era el campesino Julio Chávez López, Plotino desde que lo vio entre el grupo de asistentes le llamó la atención, ya que

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escribió a Zalacosta refiriéndose a él: “… entre ellos hay un joven que trabaja en una hacienda cerca de Texcoco. Ya sabe decir un discurso con cierta elocuencia. Me informó que pronto dirá un discurso sobre las virtudes del socialismo. Le hablé de usted y me dijo que pronto le escribiría. Su nombre es Julio Chávez”. Con el tiempo Chávez López se convertiría en el más radical de todos los influidos por Rhodakanaty y se levantaría en armas, siendo el azote de hacendados. Chávez López hizo suya la causa de los desheredados, y al lanzarse en armas en contra del despotismo escribía un documento que lleva por título: Manifiesto a todos los oprimidos y pobres de México y del Universo, y en algunos párrafos dice así: 1

Los falansterios son pequeñas comunidades imaginadas y descritas por Fourier- donde las personas cohabitan en igualdad de condiciones, viven, comen y duermen todos juntos dentro de grandes casas, todos trabajan según su posibilidad y donde quieren, en sí son colectividades de hombre y mujeres libres e iguales.


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«Ha llegado la hora de conocer a los hombres con el corazón bien puesto; ha llegado el día en que los esclavos se levanten como un solo hombre reclamando sus derechos pisoteados por los poderosos. Hermanos: ha llegado el momento de despejar el campo, de pedir cuentas a los que siempre nos las han exigido; es el día de imponer deberes a quienes sólo han querido tener derechos. «…» Los que se han aprovechado de nuestra debilidad física, moral e intelectual, se llaman latifundistas, terratenientes o hacendados. Los que pacientemente nos hemos dejado arrebatar lo que nos corresponde, nos llamamos trabajadores, proletarios o peones. Los peones hemos entregado nuestras vidas e intereses a los hacendados y éstos nos han sometido a los mayores abusos; han establecido un régimen de explotación por el que estamos condenados a no disfrutar de la vida. ¿En qué consiste el régimen de explotación establecido?

Es un sistema que exclusivamente se dirige a mancillar la existencia de un peón. Nuestros padres fueron comprados por la hacienda, al precio de un real diario de jornal, y como no era posible poder sustituir con un real, porque en los mercados establecidos en las haciendas se compraban los artículos a los precios más exagerados, aun aquellos artículos que nosotros hacemos producir con nuestra mano, mes por mes y año por año, se iba haciendo una deuda a cargo de nuestros padres. ¿Quién podría solventar aquella deuda, cuando el jornal no pasaba de ser el misérrimo real? ¿Quién había de prestar a nuestros padres para cubrir sus adeudos? ¿Quién les había de abrir crédito, cuando el crédito siempre está en manos de los detentadores de la producción?» Lo cierto es que la llegada de este griego internacionalista a México respondió a la necesidad de la época, una necesidad de cambio

... debemos buscar necesitada por el país, las ideas traídas por este sabio fueron el inicio de un largo proceso que no se vería culminado, pero sí un intento de realización varias décadas después. Su trabajo se vio trabado por la difícil situación del país, sus discípulos continuaron promulgando los ideales revolucionarios de Plotino, pero sería Ricardo Flores Magón y su sequito los que dieron cause y rumbo a las ideas ácratas, desterrando al culpable, si es cierta esa teoría que culpa a Díaz de haber causado la despedida obligada de Plotino Constantino Rhodakanaty de México, al que dio tanto y del que recibió poco. Plotino se convertirían en uno de los primeros en difundir y defender las ideas socialistas, en especial las anarquistas, ese griego y su grupo de adeptos las introdujeron y esparcieron, siempre vislumbrando un porvenir dichoso para la humanidad, con el tiempo encontrarían eco en cientos de personas quienes seguirían las enseñanzas del griego, y es ahí donde debemos buscar los orígenes del anarquismo en México. Plotino Rhodakanaty salió del país rumbo a Europa apenas iniciada la década de los 80 del mismo siglo que lo vio llegar, después de su partida no se tiene registro de qué fue de él, y más aún es difícil saber del por qué decidió dejar el país. Varias son las hipótesis de ello, una es la decepción de ver sus proyectos fracasados y la desilusión que le causaron ver sus frutos caer una y otra vez, otra tal vez la más aceptable es la llegada de Porfirio Díaz al Poder.

sus tentáculos, son menos ásperos que el hombre pegado por todos sus apetitos al viejo orden de cosas. El peligro, que inspira la ferocidad de la bestia, despierta en el hombre los mismos instintos. Se ha visto en el incendio de la Opera Cómica a hombres dar puñetazos a las mujeres que les entorpecían el paso. El fin de este libro es un lado de la debacle con sus luchas de león en peligro, sus blancuras de alba que enrojecen la aurora del nuevo día. El sol se levanta en San Petersburgo: los árboles, cubiertos de flores de escarcha, centellean como diamantes. La perspectiva Newski está de fiesta, sobre todo sus paseos: el único árbol de la libertad que ha sido plantado en Rusia es la horca, cuyos frutos sazonan hoy hermosos y llenos de savia para dar de comer a los cuervos. Alrededor de la ciudadela, corre el agua amplia y profunda del Neva; el acercarse a ella parece tan imposible, que tienta la audacia y se toman mil precauciones más que de ordinario, precauciones multiplicadas que no valen nada; los puentes, bordeados de soldados, semejan parapetos. Todo el semicírculo de la perspectiva Bomberg está lleno, los baluartes están cubiertos.

La Debacle

Luisa Michel

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uando los mares cambian de lecho, las cimas de las montañas se convierten en islas y los hombres edifican sobre las vertientes por donde pasan las cabras. La Naturaleza, al armonizarse sobre bases nuevas, no empleaba ningún resto del antiguo orden de cosas. Las distancias están rotas, como las notas perdidas de una música; a veces la marcha hacia el progreso es de una espantosa lentitud, pero es segura. Después de la bestia humana aislada, ha venido el rebaño. Así vendrá el hombre libre sobre la tierra libre. Las fórmulas que vemos borrarse en los cataclismos, se pegan á la existencia, diferenciándose en esto del animal, que en las catástrofes olvida su voracidad á medida que la ola sube. El vampiro, el pulpo pegado á su presa por todos los chupones de

La Vorto

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despertar de la libertad

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En el muelle Gagarine, con su línea de cuarteles, el Campo de Marte, el Jardín de Verano, abundan los uniformes. Existen un montón de palacios que guardar: el palacio de Tauride, el convento de Smolensk... Por todas partes se remueven las tropas. Los mujiks1 en trajes de fiesta pasan como pueden por entre los coches, algunos de los cuales, cerrados, conducen a los altos dignatarios del Estado, que prefieren ver sin ser vistos. Desde la ciudadela, por las vías más anchas y largas, por el puente de Troisk, por las calles que costean el Jardín de Verano, el palacio Miguel, la perspectiva Newski, se conduce a la horca a tres jóvenes, a través de la ciudad del zar, padre de Rusia. Desde luego se pensó en hacerlos desaparecer sin ruido; fueron llevados a la ciudadela a fin de que ella les absorbiese como a tantos otros de quienes nadie ha tenido noticias, pero la necesidad de esparcir el terror se hizo sentir. El pueblo comenzaba a decir que desde el fondo de la ciudadela podía tenerse correspondencia con la ciudad, con la Rusia, con el mundo, y que de allí podían salir vivientes: para hacer callar la leyenda, el gobierno erigió la horca públicamente. Eran los peores medios que podían emplear los amigos del zar y el mejor para obtener el silencio que se llama orden, en el cual, incubadas por la muerte, nacen y se engrandecen las conspiraciones. Hoy son diez y ocho los que comparecen ante un consejo de guerra: de éstos, a tres les llegó la hora doblemente matinal de la aurora del día y del despertar de la libertad. Quiere ahogarse este despertar. Los condenados, como siempre, marchaban valientes; levantaban la cabeza, en la que la idea flameaba en sus ojos abiertos sobre el porvenir. Marchaban con el resplandor que la muerte les hacía ver más próximo. Al llegar a la plaza de Alejandro, los aparatos de la ejecución les aparecieron sin turbarles: ¡se está tan acostumbrado en Rusia a estos espectáculos, que ni el mismo actor en ellos hace caso! La máquina de matar era sencilla: en una plataforma, que debe ponerse para la ejecución, estaba montada la horca; las cuerdas pendían allí movidas suavemente por el aire matinal. Un cuervo más hambriento que los demás estaba situado sobre el montante, esperando los frutos que picotear; una bandada de ellos aguardaba suspendidos en los árboles de la perspectiva. A los soldados llegados por los caminos visibles se juntaron los que surgían de debajo de tierra. Entre los mujiks se deslizaron los compañeros de los que iban á morir, llegados algunos por rutas misteriosas, otros junto con la multitud. Deseaban ser vistos de los reos. En cuanto a enseñarles cómo se muere, no hay necesidad cuando se tiene un corazón de hombre. Ellos, los condenados, piensan en los que les precedieron. Después del negro período de treinta años (el sueño de muerte de Rusia sangra en blanco), el despertar se ha hecho y hay nueva sangre que derramar por la libertad. Hertzen, Bakounine, Sermontoff y Pouskine dieron el grito de alerta, y vean ahí la idea engrandecida que lo llenó todo con su aliento abrasador. Nicolaeiff, Straede, y tantos otros fueron a la Siberia; Nit-

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chevé comunicaba desde el barranco de la fortaleza, a través de toda la policía del zar. Esa historia se les aparecía viva, como si junto a la muerte hubiesen comprendido mejor las redes que les envolvían. Nitcheve había muerto a Iván tomándolo por un traidor, y no era allí donde estaban los traidores. Los días de triunfo, es decir, aquellos en que los nihilistas comparecían en número enorme, el proceso de los ciento noventa y tres, todo aquello se les aparecía como sablazos que el viento arroja al rostro. Ellos también estaban en esos sablazos en que la tormenta revolvía las épocas y en que se confundían el pasado de un instante y el pasado de mil años. Los seres azotados por esas tempestades, semejantes a los átomos, invadían los rayos de la idea. Los sexos, y también las edades, van mezclados en esas luchas gigantescas: los niños, los viejos, las mujeres Juvelienne, Sweskow, Sophie Perowokaia y los ciento veintiséis estudiantes de Petersburgo, Rogatcheff, el Hércules, Kovalik, presidente de una cámara de instrucción, con su mujer Mikacloff y los demás. ¡Qué de fantasmas! Fantasmas también iban a ser; ellos menos aún que fantasmas. La comitiva había llegado a la plaza del Marchéaux-Chevaux. De un lado el claustro y de otro la horca. Cien mil espectadores miraban con todos sus ojos. El cuervo situado en la horca elevó el vuelo, lanzando un gran graznido, y posándose sobre una rama de árbol, esperó. El primero de los condenados subió la plataforma y miró á la multitud, en la que reconoció a sus amigos y a su novia, por lo que sus bodas fueron unas bodas rojas. No pudo observarse ni un temblor en el rostro del condenado, ni uno en el de sus compañeros, ni uno, sobre todo, en el rostro de su novia. Se habían visto y bastaba. Otra, una viuda, tenía á sus hijos en los brazos para que su padre les diera la última mirada. El verdugo puso el saco negro al primero, ajustó la cuerda, colocó la plataforma, tocándole el turno al otro. Cuando, semejantes a enormes frutos, los tres sacos negros quedaron suspendidos en la cuerda, la muchedumbre lentamente se retiró, haciendo lo mismo los soldados. Entonces el cuervo volvió y otros con él. Alejandra y la madre con sus hijos los miraron largo rato. Los caminos subterráneos no existen solamente en Petersburgo, y de ciudad en ciudad, cazadores y cazados se cruzan con frecuencia bajo la tierra. 1

Nombre empleado para referirse a los campesinos rusos.

Revolución; madre querida que nos devora Dando igualdad, toma nuestros rotos destinos Y haz de ellos un amanecer. Haz libertad Vuela por encima de nuestros queridos muertos. Cuando las campanas del siniestro mayo toquen otra vez, despiértanos a tu luminiscente claridad.

La Vorto

Febrero de 1882. Louise Michelle.


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La revolución no iba dirigida contra el orden en general, sino contra un estado de cosas determinado. Ella derribó ese gobierno, y no al gubernamentalismo, la revolución mató viejos abusos inmorales, para establecer sólidamente usos morales, es decir, que no hizo más que poner el vicio en lugar del ocio (tan diferentes como democracia y república). Desde entonces, el principio revolucionario no ha cambiado: atacar más que a una que otra institución determinada, en una palabra, reformar. Cuando más se ha mejorado, más cuidado pone la reflexión que viene inmediatamente a conservar el progreso realizado. Siempre un nuevo señor es puesto en lugar del antiguo, no se demuele más que para reconstruir, y toda revolución es una restauración, es siempre la diferencia entre el viejo y el joven usurpador. La revolución ha comenzado, como pequeña burguesa, por elevación del estado de derecho, y va caminando sin haber salido de la trastienda.

“No es oficio de hombre el de conquistar cuerpos para someterlos y después devorarlos, que eso es propio de animales rapaces; el oficio del hombre es el de crear luz. Por eso dijo Stirner: “Soy como una vela que alumbra y se consume”. Una vela, es decir, una luz. Y ese fue su oficio”. Quien es libre no es el hombre en cuanto individuo y solo, él es hombre: el burgués, el ciudadano, el políticamente correcto, que no es un hombre sino un ejemplar de la raza humana, y más especialmente un ejemplar de especie adinerada, un ciudadano libre. En la revolución no fue el individuo quien actuó en la historia mundial sino un pueblo: la nación soberana quiso hacerlo todo, es una entidad artificial, imaginaria, una ilusión (la nación no es nada más); la que se revela obrando; los individuos no son más que los instrumentos al servicio de la idea y no escapan al papel de ciudadano. La burguesía obtiene su parte en el Estado se reconoce en su moral, estrechamente ligada a su esencia, lo que exige ante todo, es que se tenga una ocupación seria, una profesión honrosa, una conducta ética; el comerciante informal, la prostituta, el ladrón, el mendigo, el adicto y el vagabundo ebrio, son personas inmorales y el burgués experimenta por estas gentes la más viva repulsión. Lo que les falta a todos es una especie de derecho de domicilio en la vida, un negocio sólido: medios de existencia seguros, rentas estables; como su vida no reposa sobre una base segura pertenecen al grupo de los individuos peligrosos, al peligroso proletariado y pauperismo. ¡Cuánto se engañaría él que creyese al rico capaz de desear la desaparición de la miseria y de consagrar a ese fin todos sus esfuerzos! Nada, por el contrario, conforta al buen rico como la convicción consoladora, de que un sabio decreto de la providencia ha repartido de una vez y para siempre las riquezas y la dicha. La miseria que se amontona en las calles a su alrededor, no turba al verdadero ciudadano hasta el punto de solicitarlo a hacer algo más que congraciarse con ella, echándole una limosna o fundando una organización benefactora para alguna buena persona trabajadora y necesitada de educación.

El individuo no es...

Pero siente intranquilidad en disfrutar de su situación cómoda, por los gritos de algunos miserables descontentos con deseos de cambio: por esos pobres que no sufren ni penan ya en el silencio, sino que comienzan a agitarse y frustrarse. Entonces arrojan unos mendrugos de convencionalismo para calmar las cabezas calientes y exaltadas; un ajuste por aquí, otro por allá y, crean un fondo laboral de ayuda para la minoría del grupo excluido de la sociedad. Un capital produce intereses; el capital es el fondo, lo dado, lo heredado (nacimiento), el interés es el esfuerzo dedicado (trabajo): el capital trabaja y hay que disfrutar, ¡pero nada de exceso, nada de radicalismo! Burgueses y obreros creen en la verdad del dinero; quienes no lo tienen están tan penetrados de esta realidad, como los que lo tienen, los laicos como los religiosos, los ateos como los creyentes, el dinero rige al mundo, es la tónica de los tiempos modernos, un filántropo y un trabajador sin solvencia son igualmente sin valor, nada son, ni la buena intención ni el esfuerzo, sólo el dinero es fuente del valor, el Estado gobierna, pero los propietarios eligen entre los no propietarios a sus siervos y les distribuyen algunas sumas (salarios, sueldos, comisiones, cortesías) en la medida en que administren (gobiernen) con decencia. El Estado es un Estado burgués, es el status del dinero, concede su protección al hombre no en razón de su esfuerzo, sino en razón de su docilidad (lealtad), según usa, los derechos que el Estado le concede, conformándose a la voluntad del capital. El estado de los hombres, el reino de la plutocracia, su principio: el hurto. El individuo no es estimado en su labor como hombre si no es sobre-explotado, el esfuerzo ajeno es siempre el botín del explotador lujurioso por el poder. ¡El Estado está fundado sobre la esclavitud del trabajo! Cuando el trabajo sea libre, se desmoronará el status de la civilización.

La Vorto

(Entiéndase hombre, como el género humano).

“Hombre: abre la ventana de tu intelecto a todos los vientos y cuando te hayas bañado en ellos, juzga y dinos, con criterio sereno, cuál fue el más puro. Será locura, aunque bella locura, plantear el problema del armonioso vivir humano; pero es posible, y magnífico, resolverlo en sí mismo”. Miguel Gimenez Igualada La nigraj vizagoj

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No conviene...

No escuchan la voz del pueblo Santiago. G. S

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a vena poética de Augusto Bagase es pujante, directa, natural, sin efectismo ni rebuscamientos. Se diría que, más atento a la angustia y la pena, o a la alegría y la esperanza que quiere transmitir, descuida deliberadamente el metro y la armonía para hacernos sentir con fuerza esa rebeldía, esa afirmación de libertad que respiran honradamente sus versos. Esos cantares al pueblo son pocos, y más escasos como los de Bagase, pero hay demasiados ignominiosos que de sus labios lanzan las penas del pueblo, se camuflan con él, su tinta lucida, elocuente y estética se discurre en el lienzo fino en pro de la libertad de los de abajo, eso dicen quienes cogen la pluma con guante, pero en sí, ella misma incongruente, intolerante e inalcanzable para los mismos a quienes pretende incitar a deshacerse de sus lastres. No conviene a aquéllos, está claro, pero ellos dicen escribir por la libertad de los oprimidos, contra la opresión de los explotados, contra la emancipación de los abatidos, por la resurrección de los hombres, son incoherentes aquéllos; hacen con sus plumas obras magnificas y odas contra la tiranía, escriben en pos de la humanidad pero no son capaces de mirarla de fren-

te, la ven desde su peldaño, desde su altar miran a los hombres, a la sociedad y al mundo convertidos en Calíope reluciente de amarillo fulgurante, aspiran a ella, le codician, la convierten en horrenda inspiradora de su oportunismo. Los vates creadores y creados por los opresores tachan a los poetas del pueblo con epítetos, que en su prosa atacan férreamente, pero que no se tientan en lanzarlas contra hombres como Bagase: reaccionarios, extremistas, violentos y terroristas; con esas insignes palabras ocultan las creaciones inspiradas en la musa hermosa que es la libertad, pues lo que menos quieren es que los oídos atentos de los de abajo escuchen las mejores prosas que desmientan el oprobio de los tartufos serviles del capitalismo y del Estado. Las líneas creadoras surgen y a pesar de aquéllos florecen, se expanden y llegan para quienes fueron escritas. El libro de Augusto Bagase es un ejemplo de ello,

gran talante se siente en sus poemas, líneas inspiradas en las bajezas de algunos seres deleznables, pero su inspiración sublime llegó de los esfuerzos heroicos de hombres y mujeres que defendieron las causas del pueblo durante la guerra civil española. Él vivió durante la dictadura del yugo y las flechas, su infancia, adolescencia y juventud miró a su pueblo pisoteado por la bota fascista de Franco, de ahí surge su vena poética, reduciendo el horizonte al solar Ibérico, asoma el caudal de lugares que cantaron con voz del pueblo y para el pueblo, sus amores, sus pesares, sus tragedias y su heroísmo…

BENDÍGOTE LUCIFER (2-Febrero-1975)

¿El hombre es semejante a Dios? Si, es tan duro y perverso, de malignos pensamientos y tan cobarde su acción. Maldígote, hombre y Dios, que traicionas mis principios, y encoleras mis sentidos de hermandad y comprensión. Máldígote, Dios y hombre, que en los cielos y en la tierra, tu traidora maldición hasta los niños recogen. Bendígote, buen diablo, que, sin aceptar tirano, te rebelas a su mando y buscas liberación. Bendígote, Lucifer, porque si Dios es maldad, tu debes ser el amor, tu sentir la libertad, y tus llamas el perdón.

No escuchan la voz del pueblo lo puedes descargar de la página del Kolectivo

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C

omencemos haciendo una pregunta muy sencilla: ¿Cuál es la medida del progreso humano? No hay necesidad de discutir si tal progreso existe o no, pues hasta para arribar a una conclusión negativa debemos tener una medida. En la revolución humana ha habido siempre cierto grado de coherencia social. Los más remotos anales de nuestra especie muestran organizaciones en grupo: la horda primitiva, las tribus nómades, las poblaciones sedentarias, las comunidades, las ciudades, las naciones. A medida que estos grupos progresaban en número, riqueza e inteligencia, se subdividían en agrupaciones especializadas: clases sociales, sectas religiosas, asociaciones eruditas y gremios profesionales y obreros. Esta complicación o articulación de la sociedad, ¿es en sí misma un síntoma de progreso? No creo yo que pueda definirse como tal, en cuanto que es solamente un camino cuantitativo. Pero si implica una división de los hombres de acuerdo con sus facultades innatas, de modo que el hombre fuerte realice una faena que demanda gran fuerza y el hombre ingenioso se aplique a labores que exigen habilidad o sensibilidad, es obvio que el conjunto de la comunidad se halla en mejores condiciones para sobrellevar la lucha por una vida cualitativamente mejor. Estos grupos dentro de una sociedad deben distinguirse según que, como un ejército o en una orquesta, actúen como un cuerpo único; o que se hallen unidos simplemente para defender sus intereses comunes y por lo de-

LA

Tal es, en rigor...

MEDIDA DEL

P ROGRESO Herb ert R ead

“La libertad, la moral y la dignidad humana del hombre consisten precisamente en esto, en que hace el bien, no porque le es ordenado, sino porque lo concibe, lo quiere y lo ama”. Mijail Bakunin. más actúen como individuos separados. En un caso, un agregado de unidades impersonales para formar un cuerpo con un propósito único; en el otro, una suspensión de las actividades individuales con el fin de prestarse ayuda mutua. El primer tipo de grupo -el ejército, por ejemplo- es históricamente el más primitivo. Es cierto que las agrupaciones secretas de hechiceros aparecen en escena muy temprano; pero pertenecen en realidad al primer tipo, actúan como grupo más bien que como individuos separados. El segundo tipo de agrupación -la organización de individuos para la promoción activa de sus intereses comunesse presenta relativamente tarde en el desenvolvimiento social. Lo que yo quiero destacar es que, en las formas más primitivas de la sociedad, el individuo es tan sólo una unidad; en formas más perfeccionadas, es una personalidad independiente. Esto me conduce a mi medida del progreso. El progreso se mide por el grado de diferenciación dentro de una sociedad. Si el individuo es una unidad en una masa colectiva, su vida será limitada, opaca y mecánica. Si es en sí mismo una unidad, con espacio y potencialidad para la acción aislada, se hallará quizás más sujeto al accidente o el azar, pero puede al menos expansionarse y manifestarse, desarrollar -en el único verdadero sentido de la palabra- la conciencia de la fuerza, la vitalidad y la alegría. Todo esto parecerá muy elemental, pero constituye una distinción fundamental que divide aún a los hombres en dos campos. Se podría pensar que el deseo natural de todo hombre es el de desenvolverse como personalidad independiente; pero no parece ser cierto. A causa de una predisposición económica o psicológica, muchos hallan seguridad en el número, la felicidad en el anonimato y la dignidad en la rutina. No piden nada mejor que ser ovejas de un pastor, soldados de un capitán, esclavos bajo un mayoral. Los pocos que en-

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riquezcan su personalidad se convertirán en los pastores, los capitanes y los caudillos de esos voluntarios seguidores. Hombres tan serviles existen por millones; mas yo pregunto nuevamente: ¿Cuál es nuestra medida del progreso? Y respondo nuevamente que sólo en la medida en que el esclavo es emancipado y la personalidad diferenciada, podemos hablar de progreso. El esclavo puede ser dichoso, pero la dicha no basta. Un perro o un gato pueden ser dichosos, pero no por ello concluimos que estos animales son superiores al ser humano, aunque Walt Whitman, en un bien conocido poema, los exalta para nuestra emulación. El progreso se mide por la riqueza e intensidad de la experiencia, por una más amplia y profunda comprensión del significado y perspectiva de la existencia humana. Tal es, en rigor, el criterio consciente e inconsciente de todos los historiadores y filósofos. El mérito de una civilización o cultura no se valúa en los términos de su riqueza material o de su poderío militar, sino por la calidad y obras de sus individuos representativos, sus filósofos, sus poetas, sus artistas. Podemos, en consecuencia, enunciar nuestra definición del progreso con algo más de precisión.* El progreso, podríamos decir, es el gradual establecimiento de una diferenciación cualitativa de los individuos en una sociedad. En la larga historia de la humanidad, el grupo debe ser considerado como un expediente, un instrumento auxiliar de la evolución. Es un medio para la seguridad y el bienestar económico; esencial para el establecimiento de una civilización. Pero el paso siguiente, mediante el cual se imprime a una civilización su cualidad o cultura, sólo se alcanza por un proceso de división celular, en cuyo curso el individuo se diferencia, se hace distinto e independiente del grupo paterno. Cuanto más progresa una sociedad, más nítidamente se recorta el individuo como antítesis del grupo. * Merece señalarse que ésta es la medida del progreso de Platón en La República.

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El individuo volvió... En ciertos períodos de la historia universal, una sociedad ha adquirido conciencia de sus personalidades: quizás sería más verdadero decir que ha establecido condiciones sociales y económicas que permiten el libre desenvolvimiento de la personalidad. La magna edad de la civilización griega es la edad de las grandes figuras de la poesía, el arte, la oratoria; y pese a la institución del esclavismo puede definirse, con relación a las precedentes, como una era de liberación política. Pero más próximo a nuestra época tenemos el llamado Renacimiento, inspirado por aquella civilización helénica, y más compenetrado todavía del valor del libre desenvolvimiento individual. El Renacimiento europeo es una época de confusión política; mas a pesar de las tiranías y la opresión, no hay duda que comparado con el período anterior,* fue también una era de liberación. El individuo volvió nuevamente por sus fueros, y se cultivaron y apreciaron las artes como nunca hasta entonces lo habían sido. Pero, cosa más significativa aún, se despertó la conciencia de que el valor de una civilización depende de la libertad y variedad de los individuos que la componen. Por primera vez la personalidad se cultiva deliberadamente como tal; y desde entonces hasta nuestros días no ha sido posible separar las conquistas de una civilización de las conquistas de los individuos que la forman. Aun en las ciencias tendemos ahora a pensar, acerca del avance del conocimiento, en términos particulares y personales; de la física, por ejemplo, como una sucesión de individuos que se extiende entre Galileo y Einstein. * Estilísticamente ya no es posible considerar al Renacimiento como una época que comienza arbitrariamente alrededor del 1400. El Giotto y Massaccio pueden muy bien ser tenidos por la culminación del arte gótico, no menos que como los precursores del arte renacentista. Hubo realmente un continuo proceso de crecimiento, que comenzó en forma imperceptible cuando la nueva fuerza del cristianismo penetró las formas muertas del postrero arte romano, que alcanzó madurez en el estilo gótico de los siglos XII y XIII, y que luego cobró riqueza y complejidad al hacerse más personal e individual durante el siglo XIV y los dos siguientes. Desde el punto de vista estético, las primeras y últimas fases de este proceso (gótico y renacimiento) no pueden juzgarse de un modo absoluto: lo que el uno gana en la unidad cooperativa, lo pierde en variedad, y viceversa. Este texto forma parte del ensayo titulado Filosofía del Anarquismo, capítulo I, de libro “Anarquía y orden”, de Herbert Read. Puedes consultar la versión electrónica en: www.kclibertaria.comyr.com

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CORRELATIVOS... ESPERANTO Hay unas palabras muy útiles, que son parte de un sistema regular y abierto. Estas palabras se llaman correlativos. El significado de cada correlativo es el resultado combinado de su raíz (prefijo) y de su terminación (sufijo). Cómo ya vimos anteriormente las oraciones interrogativas cuando su respuesta es Prefijo kitiicineni-

Significado qué, quién, interrogativo demostrativo alguien todo, cada uno nadie

RAÍZ

kio - qué cosa kiu - quién kia - qué clase

tio - eso tiu - ese tia - esa clase

kiel - de qué manera

tiel - de esa manera

kie - dónde

tie - allá, allí

kiam - cuándo

tiam - entonces

kiom - cuánto

tiom - tanto

kial - por qué

tial - por eso

kies - de quién

ties - de ese

si o no. Ahora veremos las oraciones para hacer preguntas cuando la respuesta es más amplia que simplemente si o no, con sus respectivas respuestas. Las palabras interrogativas y sus respectivas respuestas están ordenadas en una tabla que consiste de cinco principios y nueve terminaciones y sus combinaciones. Sufijo -o -u -a -el -e -am -om -al -es

Significado algo individuo, algo definido cualidad manera lugar tiempo cantidad causa posesivo

TERMINACIÓN

io - algo iu - alguien ia - alguna clase iel - de alguna manera

cio - todo ciu - todos cia - toda clase

cie - en todas partes ciam - siempre

nenio - nada neniu - nadie nenia - ninguna clase neniel - de ninguna manera nenie - en ninguna parte neniam - nunca

ciom - todo

neniom - nada

cial - por todos los motivos cies - de todos

nenial - por ningún motivo nenies - de nadie

ciel - de todas maneras

CORRELATIVOS ie - en alguna parte iam - alguna vez iom - algo, un poco ial - por algún motivo ies - de alguien

Ci: La palabra ci expresa proximidad y se usa antes o después de las palabras ti- y ci-. Ejemplos: tie ci/ci tie - aquí; tiu ci/ci tiu este; cio ci/ci cio - todo esto. Ajn: La palabra ajn significa “cualquier/a”: kiam ajn - cuando sea; kiu ajn quien sea. Relativos: Las palabras ki- se usan también como relativos. Tio, kion li diris, estas bona. - Eso que él dijo está bien. La knabino, kiu staras tie. - La muchacha, que está allí. Gi estas granda kiel domo. - Es grande como una casa.

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Bueno, ha sido un placer el introducir este idioma en esta publicación. Aunque fue sólo un burdo esbozo de resumen de este asombroso lenguaje, esperamos que haya servido a uno que otro, para que se introduzca en el aprendizaje de Esperanto. Dejamos por último, algunas fuentes para los interesados en ahondar más en él, adiau amikoj, gis ciam: es.lernu.net/index.php es.wikipedia.org/wiki/Esperanto www.kurso.com.br/index.php?es www.esperanto-mexico.org es.wikibooks.org/wiki/Esperanto www.nodo50.org/esperanto


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Un tonto sueño americano... – Ya me voy, me largo pal’ norte, aquí no hay dinero, ya no hay ventas, ¿a qué me quedo a sufrir más carencia?, yo ya no aguanto, esto ya ni es negocio; apenas si saco pa’ puras preocupaciones, entre la renta del mugroso cuarto, la cuota pal’ lugar y lo que me agandallan esos puercos de la camioneta no’mas puros corajes, ya ves que’ ora pasan todos los días, están bien pinches hambriados, hay que estarles coyotiando pa’ que no te apañen, tantito te descuidas y te friegan; el otro día cuando me cayeron, no’mas del puro coraje que les tiro el enbarque entre las patas y que me echo a correr, ya no me alcanzaron, que me escondo en una esquina… yo los miraba y me carcagiaba, ellos miraban pa’ todos lados y se cagaban del coraje, ora ya me train de encargo y si perdí pero a lo menos me desquite. Si’aquí estamos bien organizados de eso no hay queja, todos los compañeros son bien cuates igual te tiran esquina,… los ojetes son esos del gobierno, que nos echan a sus perros de plano pa’ no dejarnos trabajar a gusto,… antes estábamos bien, las ventas eran buenas; ofrecías de todo y de todo te compraban, Y cuando las marchas; que los maestros, que los electricista, en fin,… no entonces si que la pasaba bien: ya en la tarde me iba a “La licuadora” invitaba a todos los cuates, y ora no’mas no, al principio del día nada y al final nada y hasta pior, pus’ todos están igual bien

jodidos. Yo ya no estoy pa’ seguir aguantando, por eso me largo… ¡Si ya sé lo que me vas a decir; que esa gente si no se muere hogada en el río se muere de se o de frío en el desierto y eso lo menos por que si los narcotraficantes los pescan los llevan a trabajar pa’ ellos y si se niegan les pegan hasta cansarse y se quedan porque se quedan, que la paga en los ranchos de los gringos es que no los entrieguen a la migra, que esos desgraciados les dan más que sed y que hambre, les dan calor,… y luego frío, pero cuando te urge la necesida no queda lugar pal’ miedo! ¡Y tú me dices quédate… ¿y pa’ que, pa’ lo mismo?, allá siquiera hay dólares, ¿aquí qué?, pesos, centavos que no’mas te pesan los pantalones! Eso mismo le decían a mi primo Juaquin en el pueblo cuando dijo que se iba al norte, el me invitaba, no le hice caso,… y yo decía ¿pa’ qué?, y me quede onque me insistía… ¿cómo pa’ que?, pus’ pa’ traise hartos dólares pa’ que levantes una casota y parquearse una troca en su garache, ¿apoco no le gustaría pasearse por el pueblo pa’ que todos lo miren? Yo ni caso le hacia… ¿yo onde, y pa’ que diablos? Y ya ves luego se hizo rico y ora ni le entiendo pus’ habla al inglés… sí, entonces me aguante como orita con harta necesidad, por eso, la neta… sí me largo no creas me

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... other? da tristeza, ¿pero qué cosa? El mismo sentimiento me dio cuando tuve que salir del pueblo; mi mamá me decía lo mismo que tú, ¿pa’ qué te vas mi’jo? Allá no’mas matan, no quieren a los que llegan de fueras, los tratan pior que a los animales de carga, los desprecian por ser pobres, quédate mi’jito no te vayas aquí no pasas hambre pa’ que quieres que te maltraten,… pero necio no le hice caso y aquí estoy sufriendo, ora no’mas de indio güevon inorante no me bajan, por eso ora que me acuerdo hasta quiero chillar no’mas del puro coraje me aguanto,… igual como entonces… refregada situación, pobre allá pobre aquí y esos pendejos con su jetota en la televisión no’mas puro verso!, ques’que la fiesta del bicentenario, del centenario…¿Qué celebran que ya no son indios los que se mueren de hambre que ora son endijenas los que se mueren buscando que comer?... se hacen mensos y no’mas nos dicen hermanos, onde estuvieron que nunca los vi en la mesa comiendo tortillas con sal?, ganas me dan de escupirles el pinche trajecito almidonado de costura extranjera que train, ¡te lo digo con los pantalones bien fajados, si a cualquiera de esos pendejos lo tuviera aquí enfrentito te lo juro por mi madrecita que lo escupo¡, ques’que doscientos años de ser libres ¿Cuál liberta?, no’mas con ese pinche cuentito nos train zumbando las orejas, fiesta por aquí fiesta por allá, lo fiesta, lo train por dentro y la bailada que nos están metiendo,… onde quedo la revolución? ¡Pus’ muerta y enterrada junto con Zapata y Villa, si me lo preguntas!, todo eso ya quedo atrás en el pasado en el sueño de los que ya están muertos y enterrados, por eso ora yo tengo otro sueño y es largarme pal’ norte,… digo que me voy, y me voy. – Ya mano mejor échale un trago a tu pulque, pa’ las fuerzas te vas mañana hoy ya se hizo tarde. – Ta’ bueno pero mañana segurito me voy. Melo P.

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Soledad de apenas

SOLDADO HORTELANO Sobre el traje de campesino, ropa verdusca que lo encierra. El fusil de un asesino y un pase para la guerra. Un mirar hacia todos lados y un ver hacia ninguno. Ojos que suplican desolados dentro de su atardecer moruno.

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Ropa de soldado, hecha jirones, descubre bajo el viento pasajero, un traje campesino sin galones vistiendo a un muerto quinceañero. Sobre el tiempo, todavía hoy flota cadenciosa, ante una pradera que su vergüenza esconde… aquella pregunta silente y temblorosa… ¡del porqué y hacia donde!

SOLEDAD

Y Pascual, el hortelano ignorado el porqué y el hacia adónde, con el fusil en la mano amaga el propio miedo que esconde.

HAY UNA ESPAÑA…

Quince años cumplió ayer. Su primer peldaño sobre la vida. Hoy se va para tal vez no volver ignorando la razón de su partida.

Hay una España de ayer y otra España de hoy. Mas entre ambas se puede ver una tercera donde yo estoy.

Sobre la calle principal veinte jóvenes alineados en doble hilera marcial, son declarados soldados.

Ahí donde se sueñan Recuerdos nunca vividos. Pasados que se adueñan de pechos conmovidos.

Y hacia un costado veinte madres llorando están, por el hijo arrebatado que tal vez ya nunca verán.

Donde el dolor es rey omnipotente con un solo color que enardece la mente.

Veinte olivos uniformados marchan ya sobre la calzada. Veinte rostros callados formando patética avanzada.

Una España de fiestas que es regio pino plantado entre arenas siniestras donde nunca se verá cuajando

Ante la partida del Hortelano la madre Tierra se empieza a secar, como los pechos sin leche, bajo la mano que un pequeño no cesa de apretar.

No pertenece al ayer de la guerra y amargura. Por eterno anochece sin pertenecer a Hoy de dictadura.

Humo… Cenizas… Metralla… Uno que cojea, otro que no ve. Toda la garganta calla y toda razón pregunta el porqué.

Y en un gélido estío se convierte en una cosa que fallece de frío como en el invierno, la rosa.

Mas, entre un olivo sanguinoliento, con una herida mortal… yace el cuerpo sin aliento, de nuestro amigo, pascual.

Hay una España de ayer… Hay una España de hoy… Mas entre ambas puedo ver otra que se pegunta… ¿Quién soy?

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Seis metros cúbicos de aire. Un colchón para dormir. Tal vez un libro en el estante y el retrato de alguien que no ha de venir. Eso eres tú, soledad, cuando estoy yo en el centro. Pero… ¿Qué harás, soledad, cuando yo, simplemente siguiendo la metamorfosis natural, me haya convertido en nada? ¿Qué será de ti, soledad? ¿Qué harás cuando te quedes sola? ¿Qué harás cuando tus palabras, cuchillos de mil hojas para las fibras sensibles de un alma, lancen tajos de silencio a la nada? ¿Qué harás cuando grites al mundo y tu mundo sea un cuarto vacío? Qué pena me das, soledad. Soledad de apenas seis metros cúbicos de aire. Un colchón para dormir. Un libro ya leído en el estante. Y en la pared el retrato de alguien que acaba de partir. ¿Quién te hará compañía, soledad? ¿Quién beberá tus verdes lágrimas? Cuán solas estarás entonces, soledad, sobre tu cama amortajada. Porque desaparecido yo, soledad, tú te convertirás en nada.


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CAPÍTULO VI Caín, viéndose despreciado por Jehová, andaba cabizbajo y mohíno. La injusticia engendra mala sangre en el que se cree víctima de ella, y Caín creía que Dios era injusto con él. «Yo pensaba- me mato a trabajar, a fuerza de sudor y logro que la tierra me rinda exiguos frutos, voy con los mejores a Dios, y Dios no hace caso de ellos. Mi hermano, en cambio, que se pasa los días canturreando a la sombra de un árbol, sin más quebraderos de cabeza que el de ver cómo pastan sus ganados, cada vez que ofrece, aunque no sea más que un corderillo a Jehová, el Señor lo acepta, todo gozoso y regocijado. ¿No es esto una tremenda iniquidad?» – A ti te pasa algo -le decía Eva que sentía predilección por Caín, a causa de ser éste su primogénito-. Cuéntame tus penas y yo trataré de remediarlas. Caín no contestaba a su madre, ni se complacía con las caricias de su hermana y esposa, ni trabajaba ya con el ardor infatigable de otro tiempo. Cuando se encontraba con Abel, dirigía a su hermano miradas rencorosas, reveladoras de un odio mortal.

CAPÍTULO VII Estando los dos hermanos cierto día en la choza de sus padres, dijo Caín a Abel: – Ven conmigo; tenemos que hablar. – ¿No podemos hablar aquí? – No; salgamos fuera. Los dos hermanos sin cambiar más palabra, anduvieron uno tras de otro largo rato. Cuando llegaron a un paraje solamente hollado hasta entonces por las fieras, Caín se detuvo. – No pasemos de este sitio -dijo. – Habla -replicó Abel. – Te he sacado al campo para decirte que eres un adulador despreciable y que con tus rastreras lagoterías has sorbido el seso a Jehová. – Cada uno se entiende con Dios a su manera. – Yo tengo vergüenza. Cumplo como debo, pero no me arrastro. – ¿Y para decirme eso me has hecho venir hasta aquí? – Para decirte también que te aborrezco, que tú y yo no podemos vivir juntos. – Pues ancho es el mundo -dijo Abel.

– Menos de lo que tú te lo figuras, puesto que en él no cabemos los dos. – ¡Bah! Déjame en paz. Y Abel volvió la espalda y echó a andar camino del poblado. – No te irás -gritó furioso Caín, poniéndose delante de su hermano-. No te irás, sin que te llame mil veces hipócrita, sin que te repita que te detesto, sin que te escupa a la cara todo el veneno en que rebosa mi corazón. Y al decir esto, que le salía de los labios entre espumarajos de rabia, tenía cogido a Abel por un brazo. – Suelta -dijo el pastor. – ¡Soltarte! Si siento que mis manos se me van ellas solas a tu cuello. Abel trató de desasirse y ambos forcejearon. A este forcejo siguió una breve lucha, hasta que Caín, enardecido por la pelea, aun más que lo estaba antes de empezarla, cogió una piedra, y manejándola a guisa de martillo, dio con ella a Abel un tremendo golpe en la frente. Cayó el infeliz hermano tan largo como era, y Caín, ciego de cólera, se arrojó sobre él furioso y le machacó el cráneo. Saciada su furia, contempló espantado el cadáver, se miró con horror las manos tintas en sangre y se alejó despavorido sin volver la vista atrás.

CAPÍTULO VIII Se paseaba Dios aquella tarde, como de costumbre por el Paraíso, cuando de pronto al revolver de una alameda, se le presentó un ángel todo alborotado. – ¡Señor! ¡Señor! -dijo prosternándose delante de Jehová. – ¿Qué sucede? -preguntó el Padre Eterno frunciendo el entrecejo-. ¿Ha intentado Luzbel un nuevo asalto? ¿Se ha sublevado algún regimiento de querubines?... Habla, que me tienes en brasas. – Luzbel -respondió el ángel- sigue en el abismo sin decir esta boca es mía; en el cielo no se mueve una mosca. Es en la tierra donde… – ¡En la tierra! ¿De modo que se trata de ser pocos están mal avenidos?... ¡Voto va! -y lo soltó

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Abel trató de...

redondo-. ¡Ganas me entran de reducir a polvo a esa gentecilla vil! – Caín ha sacado al campo en desafío a su hermano Abel y le ha deshecho los sesos con una piedra. Oír esto Jehová y echar a correr remangándose la túnica, fue todo uno. De cuatro zancadas llegó a la puerta del Edén. El zaguanete de querubines se formó en dos filas y por en medio de ellos salió Jehová echando venablos, esto es, rayos y centellas.

CAPÍTULO IX El asesino, pasado ya su furor, sintió sobre su conciencia todo el peso de su crimen. Recordó su infancia, sus juegos con Abel, sus sueños inocentes cuando él y su hermano, cansados de corretear, se dormían, abrazados, en el regazo de Eva. Pensaba en el dolor de la madre al ver muerto a su hijo, en la indignación de Adán, en el horror con que a él, al fratricida, le mirarían sus hermanos. La tempestad producida por la cólera de Dios acababa de estallar. Una nube tan negra como jamás se había visto semejante, se extendió por toda la anchura del cielo. Los relámpagos, acompañados de truenos espantosos, se sucedían con vertiginosa rapidez. Bramaban los torrentes formados por la lluvia, y los árboles agitaban sus ramas como brazos amenazadores… Y Caín caminaba, caminaba sin saber adónde, en medio de la tempestad, pálido el rostro, erizado el cabello y ensangrentadas las manos.

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No es generoso... De cuando en cuando se detenía para meterlas en los grandes charcos formados por la lluvia. Los charcos quedaban rojos, pero las manos del fratricida seguían tintas de sangre. De repente una voz que dominaba el estruendo formidable de la tormenta dijo: – ¡Caín, Caín! ¿Qué has hecho de tu hermano?

CAPÍTULO X Se paró el asesino y vio frente a sí nada menos que al propio Jehová, encendido en cólera, en esa cólera que inflama al Señor cuando, «como varón guerrero», acaudilla los ejércitos o sacude el azote de la peste sobre los míseros mortales. – ¿Qué has hecho de tu hermano? -volvió a preguntar Dios con voz atronadora y severa. El fratricida, esquivando la mirada de Jehová, contestó con mal modo: – ¿Acaso soy yo guarda de mi hermano? – La sangre de Abel clama a mí desde la tierra. Maldito serás sobre ella y cuando la labres no te dará sus frutos y andarás siempre errante y fugitivo… Se quedó Caín, al pronto, anonadado bajo el peso de tan tremenda maldición, mas no tardó mucho en recobrar su soberbia energía. – Mi iniquidad es muy grande -murmuró roncamente… pero no es sólo mía. Dios que lee como en un libro de clara escritura, en el pensamiento de los hombres, le gritó iracundo: – ¿Te atreverás a acusarme?

no. 7, 19 de julio 2010 – Sí, te acuso -afirmó Caín, levantando arrogantemente la cabeza. Y en verdad les digo que estaba hermoso el hijo de Adán al desafiar la cólera de Dios. – Te acuso -siguió diciendo el fratricida con voz, no de temor, sino de rebeldía- de haber sido tú el instigador de mi crimen, el sembrador del odio en mi corazón. Tan sólo desdichas y miserias te debemos los humanos. Tú sacaste a mis padres de la nada, no para hacerlos felices, sino para someterlos a todo género de desdichas. Puesto que eres infinitamente sabio, de antemano sabías que no estaba en su poder resistir la tentación. – En cambio de esa resistencia les ofrecía los goces celestiales. Al que algo quiere algo le cuesta. – No es generoso dar con condición. No es justo exigir lo que se sabe que no puede ser cumplido. – ¡Calla! -dijo Dios. – Aunque callara -replicó Caín- tú verías lo que hay en mi pensamiento. – Yo te he dado la vida. – ¡Valiente regalo! Dolores, llantos, rudo trabajo, vejez, enfermedades, muerte… ¡Cierto que debo estarte agradecido! – Si tus padres no hubieran pecado… – ¿Y qué culpa tengo yo de que pecaran mis padres? ¿Por qué me ha de alcanzar el castigo de culpas que no cometí? – ¡Qué sabes tú de las leyes que a mí me ha placido imponer al mundo! – ¿Cómo las he de cumplir si las ignoro? Tiempo vendrá en que, a tu ejemplo, malos legisladores con la intención de tener pretexto para

LA AUTORIDAD DE LOS “REVOLUCIONARIOS” ¡Salve a toda idea presente y por venir! La autoridad ha reinado durante tanto tiempo sobre los hombres, hasta tal punto ha tomado posesión de la humanidad, que por todos lados ha ido dejando guarniciones en su espíritu. Todavía hoy resulta difícil, salvo en la idea, socavarla desde sus cimientos. Cada civilizado es para ella una fortaleza que, guardada por los prejuicios, se alza como enemiga ante el paso de la libertad, esa amazona invasora. Así, algunos que se tienen por revolucionarios y no juran sino por la libertad, proclaman empero la necesidad de la dictadura; como si la dictadura no excluyese a la libertad y la libertad, a la dictadura. ¡Cuánto niño grande, en honor a la verdad, hay entre los revolucionarios! ¡Niños grandes que persisten además en su manía! Que necesitan la República democrática y social, sin duda, pero con un emperador o un dictador, que viene a ser lo mismo, para gobernarlos. Gentes montadas a horcajadas sobre una osamenta de asno y que, la cara vuelta hacia la grupa, los pies en la misma posición y los ojos fijos en la perspectiva del progreso, galopan del lado opuesto al hocico de la bestia y se alejan de aquél tanto más cuanto más camino hacen para alcanzarlo. Tales revolucionarios,

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castigar, promulgarán las leyes en caracteres tan confusos que nadie acertará a descifrarlos. – ¡Blasfemas! – ¡Qué importa si es verdad lo que digo! ¡Que la sangre de mi hermano clama a ti desde la tierra! ¿No ha de clamar? Con tus preferencias injustas pusiste orgullo en su corazón y odio en el mío. Tiernamente nos amábamos Abel y yo cuando niños; gozosos partíamos después los frutos de nuestro trabajo. Con pieles de sus ganados cubría yo mi desnudez y de los frutos que mis manos arrancaban a la tierra comía él. Empezó nuestro rencor cuando por cobardía o debilidad te rendimos culto. La religión trocó nuestro amor de hermanos en rencor de enemigos… ¡Oh! -añadió Caín con exaltación profética. Esta sangre que mancha mis manos malditas no será la última que se derrame por tu causa. El pecado de Caín será el pecado de la religión. El fratricidio ha nacido al pie del altar. – Anda, anda -gritó Dios- fugitivo serás sobre la tierra… – Grande ha sido mi iniquidad; sé que no merezco perdón; pero sé también que a ti te alcanzan salpicaduras de la sangre que he vertido. Y Caín, luego que hubo acabado de lanzar tan horribles blasfemias, acometido de un temblor que agitaba todos sus miembros, atrozmente ceñudo, desapareció entre las sombras de la noche, en tanto que Jehová se dirigía a lentos pasos hacia el Edén acariciándose suavemente la venerable barba; lo que en Él es, como en muchos mortales, señal evidente de honda preocupación.

Zeda

politiqueros de cuello pelado, han conservado, junto con la impronta del collar, la mancha moral de la servidumbre, la tortícolis del despotismo. ¡Y son, ay, tan numerosos en nuestras filas! Se dicen republicanos, demócratas y socialistas, pero no sienten inclinación y amor más que por la autoridad de brazo férreo, de frente férrea, de corazón férreo; son más monárquicos, en realidad, que los propios monárquicos, que a su lado casi podrían pasar por an…arquistas. Todo gobierno dictatorial, ya se conjugue éste en singular o plural, todo poder demagógico, no podrían sino retrasar el advenimiento de la revolución social sustituyendo la iniciativa anárquica, la voluntad razonada, la autonomía de cada uno por su iniciativa, cualquiera que ésta sea, su razón omnipotente, su voluntad cívica y forzada. La revolución social no puede hacerse sino mediante la intervención de todos individualmente; de otro modo, no sería la revolución social. Lo que es preciso, pues, aquello hacia lo que debe tenderse, es situar a todo el mundo en la posibilidad -es decir, en la necesidad de actuar, con el fin de que el movimiento, comunicándose del uno al otro, dé y reciba el impulso del progreso y, de tal manera, decuplique e incluso centuplique su fuerza.

La Vorto

J. D. Extractos.


no. 7, 19 de julio 2010

Pasatiempos...

... is very easy

Silueta oculta A manera de instrucciones: Existe la silueta oculta de una imagen. pasa un rato agradable descubriendo cual es ésta, es muy sencillo sólo tomando en cuenta la siguiente indicación. Y al terminar al fin sabrás cual es. Diviértete es muy fácil. Rellena los espacios marcados con un punto, para que aparezca la silueta de la imagen oculta.

Palabra escrita: Algunas sólo son y mueren en los labios de quien las pronuncia: sin idea, sin pretensión, sin vibración. Otras se manifiestan como afirmación de su propia existencia y por ello transgreden el tiempo y el espacio.

No existen en ella ideaciones que puedan considerarse originaOTAS ANARQUISTAS... les. ¡Ni siquiera en la terrible omnipotencia que su autoritarismo congénito le asigna al Estado! DE DÓNDE EL MARXISMO El concepto de la lucha de clases es anterior a Marx. Algunas décadas antes de su nacimiento, s preciso proclamar a gritos, ya que ese concepto era ya familiar a diversos penasí lo quiere la verdad histórica, que sadores y teóricos de la economía política. Marx no es el creador del sistema que lleva arTal afirmación no es dictada -y podríamos exbitrariamente su nombre. cusarnos de señalarlo- por el sectarismo antiNo lo es. Ni en aquella parte del mismo marxista, como dicen los fieles y los seguique es engendrada por un subjetivismo que dores sempiternos, sino por aquellos testientronca con el sofisma, ni en aquella otra monios históricos de que los parciales presque se basa más o menos en la lógica, en la obcinden al juzgar a su maestro, pero que nososervación objetiva de los fenómenos sociales tros -más ecuánimes y más afanosos de apoy de las realidades económicas. yar sobre bases inconmovibles nuestras apreResulta a todas luces absurdo atribuirle a ciaciones- hemos de tener siempre en cuenta. Marx la paternidad de ninguna de las tesis seBien es verdad que nosotros los tenemos ñaladas, base del sistema que lleva su nomen cuenta porque los conocemos, y que los bre. Y lo es en idéntico grado suponerle genimarxistas los menosprecian por serles en la tor de la famosa dialéctica. Lo prueban mil mayor parte de los casos, desconocidos. Nos documentos de un valor irrecusable. Todo el referimos -claro está- a los subalternos. mundo sabe hoy que la dialéctica marxista Porque tratándose de los capitostes, ya es saes... hegeliana. bido que están subordinados al pacto riguroEl gran fetiche del socialismo autoritario so que firmaron hace ya tiempo la ignorancia no crea. Ordena y sistematiza. Y es muy difíy la mala fe. cil, si no imposible, encontrar en su obra una La demostración palmaria, fehaciente, desola idea parida por su mente de punta a rabo. finitiva de que no corresponde a Marx la pa-

?N

E

La Vorto

ternidad del concepto de la lucha de clases la brinda. Caen en su libro, L'idée de lutte de classes au XVII siecle. Si no fuera porque ello habría de dar una extensión desmesurada a este trabajo, transcribiríamos párrafos y más párrafos de Caen, Deville y otros, demostrativos de que Marx se pasó la vida ofreciendo como propias las ideas ajenas, sin más molestia que la de cubrirlas ligeramente con un velo. Fue acusado en tal sentido públicamente y en alta voz por personalidades que irradiaban muchísimo más que él, sin que intentara defenderse. También probaríamos que antes, mucho antes que lo hiciera, Marx, habían hablado de la lucha de clases Turgot y Mirabeau, sin que lo que ellos dijeron tenga nada que envidiar a lo que de aquella se ha dicho posteriormente. Hemos de limitarnos a afirmarlo de una manera categórica, teniendo la seguridad absoluta de que nadie se atreverá a desmentimos, y añadiendo que al hacer suyos esos conceptos, Marx no les introdujo ni un simple detalle susceptible de modificarlos más o menos... Del libro La bancarrota fraudulenta del marxismo de Eusebio C. Carbo. Si desean leerlo completo descárguenlo de: www.kclibertaria.comyr.com

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Ilustraciones:

Portada, Dejadme Salir (1971), acuarela, Francisco Corzas. Contraportada, El indígena contra su creencia (2010), óleo, G. T.

En nuestra época actual, por lo general, se transfigura la concepción de las palabras obra de arte, pues el mejor artista -hoy más que nunca-, es el que más vende, abandonando la elevada esencia de artista para convertirse en usurero. Olvidando que el placer del artista está en la creación de la obra de arte, y no en la posesión de ésta.


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