Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos. (Martin Luther King)
Cuando en enero de 1988, inicié mi carrera como Oficial de la Fuerza Aérea Colombiana, nunca mis expectativas abarcaban la sabiduría de Dios reflejada en todo lo que hacemos, simplemente sueños y metas entusiastas que en nada expresaban una dirección de Dios, uno simplemente hacia cosas a voluntad propia sin consultar nunca su aprobación, pero finalmente y como siempre, el Señor es capaz de transformar todo en una bendición para la vida propia y para la de los demás. Es así como el hecho de volar, me enseña que la experiencia de los sentidos nunca será igualada por una foto o por un relato, pero si por el arte de soñar e imaginar, sueños los cuales siempre deberán estar sujetos al Señor para que despertando de ellos no nos encontremos vacios (Isaías 29:8). A lo largo de tantos años como piloto he tenido la fortuna de conocer muchos países, culturas, regiones, etnias y paisajes y en todos ellos siempre obtuve recuerdos tales como fotografías y objetos, que cuando al llegar a casa y enseñar a mis familiares y amigos palidecían al lado de realmente lo allí vivido. Es por ello que motivo al lector a dejar su imaginación en manos de lo que el Señor pueda mostrar en la descripción de mis vivencias que aquí narro. No se encontraba en mis planes, conocer un lugar como lo es Afganistán en donde he tenido la oportunidad de trabajar como piloto de helicóptero y recorrer todo su territorio bien fuera de lo común (para nosotros los occidentales), y ver allí plasmada también la mano de Dios en su creación, este país se encuentra en el centro de la zona Asiática donde las estaciones tienen toda su influencia, inviernos muy frios y veranos muy, pero muy calientes. En este país volar es una experiencia bien rara, diferente pero hermosa, grandes desiertos abarcan todo el territorio, sus montañas escarpadas y compuestas por solo rocas y piedras presentan un paisaje inigualable, siendo el pie de monte de la cadena montañosa mas alta del mundo presenta un contraste de alturas que el asombro es mucho, volar entre cañones donde el espacio visual lo lleva a uno a tomar medidas de precaución un poco mas altas de lo normal, lugares en donde en la parte baja cruza un rio el cual se encuentra alrededor de 300 mts sobre el nivel del mar, mientras volamos cerca de los 3000 mts (primer límite de la fisiología humana en una aeronave no presurizada como lo es un helicóptero), y continuar viendo cadenas
montañosas que se extienden a lado y lado como rascacielos de mas de 5000 mts y en medio de los cuales se encuentra uno, sintiéndose como un papel a la deriva por tan imponente espectáculo, …es hermoso. Volar sobre interminables desiertos y encontrar con sorpresa en el mapa que adelante se topará con otro desierto, llena de incognitos la cabeza aún del más audaz, hasta que imponente sobre el terreno desértico visualizamos algo difícil de describir, como si hubiéramos llegado a las costas de un océano, de un mar totalmente rojizo donde sus aparentes olas terminaran contra una figurada costa y nos recuerdan las imágenes de un planeta lejano como lo es Marte, es otro desierto que se extiende por kilómetros y kilómetros con interminables dunas que asemejan un mar embravecido, … es espectacular. Volar en época de invierno donde la nieve hace resplandecer de blanco todo aquello que antes fue gris, cambiando las tormentas de arena que duraban días y que no permitían ver más allá de unos metros, por cielos infinitos de azul, realmente el contraste es sin igual evocando dentro de nosotros sentimientos de tranquilidad y paz, reconociendo en esta diversidad de paisajes la perfección de Dios. Volando sobre valles que durante la época de primavera solo eran arenales ahora se extienden cultivos de las mejores frutas de la región, cruzando por el centro de ellos un rio alimentado todo el tiempo por el deshielo de las majestuosas montañas,… es grandioso. Finalmente y como dice el refrán “todo lo que se eleva tiene que volver” regresamos a tierra, después de disfrutar al ver todo bajo esta increíble perspectiva, nos regresamos al campamento en el vehículo que nos transporta, en ocasiones con personal armado que nos escolta, y comienzo a mirar por la ventana las calles de Kabúl atestadas de carros viejos en su mayoría, circulando en un increible desorden que solo la imaginación mas loca describiría aquello tan inverosimil, seres humanos con las marcas de lo que un clima de estos hace a todo los que aquí habitan, rostros de afganos marcados por condiciones extremas no solo del hábitat sino de lo que ellos viven a diario, pobreza en cualquier punto donde uno fije su mirada y basura que inunda la ciudad ante la mirada despreocupada tanto de habitantes como de extranjeros, situaciones políticas, económicas, culturales y religiosas agobian a este país y sus pobladores quienes en ocasiones una mejor salida es inmolarse contra un llamado “enemigo de Alá” lo cual les permitirá tener privilegios en el cielo según sus creencias musulmanas, una continua sensación de inseguridad ante lo impredecible de la violencia que afecta a este pais donde el versículo "aunque ande en valle de sombra de muerte..." (Salmo 23) cobra mayor valor, en resumen, lo que disfrutaba arriba ya no es lo mismo abajo, todo aquello que se disfrutaba en una armoniosa belleza ahora vista desde abajo se pierde la perspectiva y se hace contacto con el detalle, aquí desde donde miramos en individual ese conjunto armonioso que nos permitía
belleza ahora nos permite ver otra realidad, a todo esto mi racionamiento plagado de preguntas sin respuesta queda congelado en una sola, y allí en mi oración en conversaciones con el arquitecto de esta creación le pregunto: como es posible que estas dos cosas coexistan?, como es que lo hermoso del paisaje se compone de detalles tan imperfectos?, como sucede que al mirar por encima vemos tanta tranquilidad y al llegar a tierra descubrimos una naturaleza embravecida?. El Señor en su misericordia y con la paciencia que solo de él puede venir me responde: "Así mismo se comporta el corazón del hombre", en el espíritu comenze a comprender uno de los procesos por los que atraviesa toda relación humana y que da origen y propósito a este escrito. Todas nuestras relaciones, comportamientos y filosofías basadas en los principios y valores que nos ofrece el mundo están regidos bajo este concepto, -Querer ver la belleza, pero nunca mirar el detalle que la compone-, asombrosamente en las largas meditaciones que me permite el Señor mediante este trabajo, todo empieza a llegar hacia el mismo punto en todas y variadas escenas de nuestra vida diaria, es el caso en el trascurrir de un noviazgo en el cual la hermosura de esos primeros días en donde ni el hambre, ni el frio, ni el calor, ni la falta de dinero nos impide esas largas conversaciones con el ser amado, tampoco el correr impetuosos hacia una cita donde podremos disfrutar un poco mas de esa belleza que Dios le proporcionó a esa persona; ejemplos de situaciones en las que conocemos una nueva familia donde encajan perfectamente nuestros hijos y el compartir se vuelve una experiencia sensacional; llegar a un nuevo empleo donde todo parece perfecto, nuestros nuevos compañeros de trabajo se unen con nosotros para tomar un descanso y conversar de otra tema que no sea la oficina, parece el lugar ideal; conocer una nueva iglesia, unos nuevos pastores en donde las instalaciones, los predicadores, la doctrina nos parecen espectaculares y nos sentimos como en casa por la amabilidad de las personas y los servidores; ese nuevo grupo de amigos del barrio, de la universidad, del colegio, de la iglesia en el cual todos parecen estar muy felices y en el cual yo parezco la perla que le faltaba al collar; y allí en medio de todas estas situaciones parecen repetirse frases como, “esta si es…”, “este si es..”, “estos si son…” las cuales nos afirman y nos hacen sentir cómodos y muchas veces basamos nuestras vidas y nuestra felicidad en esas frases y en esos momentos. Pero cuando llega el momento de aterrizar, vemos como esa mujer o ese hombre que tanto nos maravillaba ahora tiene algunas ideas, también algunos comportamientos que al mirarlos al detalle ya no nos gustan tanto y que antes no eran fácilmente visibles; esa nueva amistad, esa nueva familia que conocemos hacen o dicen cosas que ya no nos parecen que encajan tan bien, hacemos ya
ciertas advertencias a nuestros hijos de que no imiten determinados comportamientos de los hijos de nuestros amigos y cuando llegamos a casa iniciamos una conversación de todo lo malo que allí vimos y que antes no nos habíamos dado cuenta; el retorno a casa desde nuestros trabajos mientras viajamos en nuestro auto o en el transporte público va lleno de interrogantes acerca de esa nueva situación laboral en la que algunos con los cuales disfrutábamos de una buena charla ahora nos dieron la espalda; cuando somos adolecentes y a veces lloramos en nuestro cuarto porque ese grupo de amigos en el cual encajaba perfecto se han burlado de mi o de lo que yo pienso o hago; ese nuevo Pastor en el cual veíamos un ejemplo de vida, ahora no estamos de acuerdo con lo que dice y hace, hasta en el lugar de congregación iniciamos una crítica de todo lo que está mal ubicado o debería arreglarse; aterrizamos y ya no todo se ve tan hermoso, y tomamos decisiones de cambio, cambiamos de pareja, cambiamos de espos@, cambiamos de amigos, cambiamos de iglesia, cambiamos de trabajo, cambiamos de Pastor y entramos en una carrera de búsqueda del paisaje perfecto que se mantenga así y donde nunca tengamos que aterrizar. Él sabía eso, desde nuestra creación lo sabía, por eso el Señor trazo un plan, un plan perfecto para poder darnos todas las herramientas para que siguiéramos viendo el paisaje hermoso aún cuando aterrizamos, esto le fue revelado a Pablo cuando en su oración le pedía al Padre que le quitara un defecto, una debilidad, un aguijón en su vida a lo cual el Señor le responde –“Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad.”- A lo que Pablo responde -“Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.”- 2 Corintios 12:9 RVI. La hermosura del paisaje se compone de múltiples “imperfecciones”, lo hermoso de un panorama es el detalle de la infinita variedad de formas, Dios se hace perfecto en nuestros defectos, es allí cuando se manifiesta la grandeza del creador, cuando tenemos total dependencia de Él para que sea Él actuando en nosotros y no nuestro orgullo personal tratando de hacer las cosas por nuestras innumerables capacidades. El poder de Cristo, el cual Pablo quería que reposara sobre él, es el mismo poder que lo levanto de entre los muertos (Efesios 1:20), es el mismo poder que recibieron los Apóstoles para ser testigos del Señor y poder hacer milagros (Hechos 1:8), es el mismo poder que recibió el mismo Jesús al ser bautizado y comenzar su ministerio (Mateo 3:16-17), es el poder de la persona del Espíritu Santo quien da la sabiduría de Dios (1 Corintios 2:2-5), es el mismo consejero (léase Consolador) quien comienza una obra que no termina en esta vida, la obra de la transformación. Nunca me habían gustado las pinturas, ni las esculturas denominadas obras de arte; en un viaje a París, decidí visitar el museo del Louvre donde se encuentran la mayor cantidad de obras de arte reunidas en un mismo sitio en todo el mundo, dos
pisos enteros de solo pinturas e interminables esculturas a lo largo de todo su recorrido, según una estadística del mismo museo, afirma que si uno leyera todos los letreros de cada uno de los objetos allí expuestos sin descansar, tardaría alrededor de un año recorriéndolo; pues ya que estaba allí decidí tratar de entender un poco acerca de pinturas, emplee gran parte del día leyendo algunas cosas haciendo énfasis en el éxito de cada una de ellas, fue increíble lo que empezó a suceder, me empezaron a gustar, diría que raro desde el punto de vista de los que me conocían en aquel momento, pero es un ejemplo claro de cómo funciona el Reino de los Cielos, si tu empiezas a leer la palabra y a conocer, y pasar tiempo en compañía del Espíritu Santo vas a empezar a ver la belleza y la obra de arte del creador en cada persona, vas a comenzar a ver lo hermoso del paisaje sin siquiera haber despegado, vas a ver la imagen y semejanza de Dios en cada ser humano (Génesis 1:27), veras el Poder y la inigualable grandeza del creador, pero solo y solamente mediante esa persona que paso a vivir dentro de nosotros cuando Cristo murió en la cruz y resucitó, solo mediante el Gobernador del Reino de los Cielos esa persona maravillosa que cambia nuestro lenguaje, de un lenguaje de mundo a un lenguaje de Reino y da el verdadero significado de las cosas, como el significado de belleza o hermosura, podríamos dar una respuesta a quien nos pregunte por alguna disertación acerca de estos términos tal como respondió la madre Sor Teresa de Calcuta cuando la interrogaron acerca de cómo hacia para atender los enfermos que realmente olían y se veían muy desagradables –“En cada uno de ellos veo el rostro de Cristo”- (Mateo 25:35-36), solo el poder del Espíritu Santo puede transformar lo que reciben nuestros sentidos y transformarlos en el lenguaje celestial y poder ver algo distinto de lo que muestra el mundo. El hombre está diseñado por Dios para vivir en sociedad, pero solo mediante su Espíritu tendremos las herramientas para lograrlo conforme a nuestro diseño, esto no quiere decir que tengamos que conformarnos con los defectos de los demás, significa que tenemos un deber de oración de los unos con los otros (Santiago 5:16), en el lenguaje del Reino no existen derechos, solo deberes y son para con nuestros hermanos en la fe y seguido para con los que se encuentran en el mundo, entendiendo muy bien que nuestra lucha es primeramente espiritual pero con un actuar en lo material (2 corintios 10:3-5); es la única forma en que aprenderemos a vivir como hermanos e impondremos a partir de ello el Reino de los Cielos aquí en la tierra. En mis años de trabajo en Afganistán no he aprendido mucho el lenguaje de sus pobladores porque no reviste mayor importancia, no es necesario para nada, no así el inglés que es el idioma dominante y necesario para el trabajo y todo lo que se requiere; algo similar susede cuando representamos mal a Cristo, nadie quiere aprender nuestro idioma, el idioma del Reino, porque no les da un valor agregado a las personas y por el contrario ellas solo ven peleas y disensiones entre hermanos, comportamientos
inadecuados o más de lo mismo que ofrece el mundo, no ven milagros entre nosotros, no ven el paisaje hermoso y divertido que es estar con el Señor. Finalmente, cuando se vive como hermanos y hermanos en Cristo dando ejemplo de vida siempre hay bendición, la comunidad empieza a prosperar, los unos con los otros construimos el Reino de Dios, con finanzas poderosas, con corazones totalmente sanos al ministrarnos unos a otros, con milagros y prodigios cuando oramos todos juntos, con la misma presencia de Dios andando continuamente con nosotros, la luz de Cristo en nuestro rostro resplandeciendo en medio de la oscuridad, resplandeciendo en medio del mundo, en medio de nuestros trabajos, en medio de nuestras familias, siendo ejemplo para la sociedad del mundo. Pero como todo esto tiene un principio, y si tú, que lees este escrito nunca has recibido a Jesús en tu corazón y quieres pertenecer a su Reino, decláralo hoy como tu Señor y tu salvador, despójate hoy de todo paradigma y grita al cielo pidiendo su presencia en tu corazón y Él, que perdona todos tus pecados pondrá en medio de ti, muy dentro de ti, el poder del Espíritu Santo y Él, y solo mediante Él obtendremos la gallardía de vivir como hermanos y lograr la transformación interna. Así es que, ahora eleva tu oración al cielo y con el poder que nos ha sido dado, despega del suelo, como Juan cuando fue llevado a las alturas para mostrarle desde allí una Visión para que él la plasmara como la palabra de Dios (Apocalipsis 4:1); ora con todo tu corazón y con toda tu fuerza guiado por el Espíritu de Dios para que Él te muestre toda la hermosura del paisaje, y como Jesús cuando subió a la montaña con tres de sus discípulos y después de la transfiguración, regresando abajo y una vez con la población, hacia milagros y todos se admiraban de la grandeza de Dios (Lucas 9:28-43); ora para que Él te muestre la infinita belleza de su creación y una vez lleno de su gracia vuelvas a tierra y continúes viendo en todo su presencia, y tengas la potestad y el poder de transformar todo tu alrededor unánime a su propósito; ora y conforme a lo que allí en ese vuelo, Él te haya susurrando al oído, y en su infinito amor te haya mostrado en visiones todo lo que Él quiere de ti y te encuentres en tierra, veas todos los detalles e imperfectos que componen el hermoso paisaje con la sabiduría que los vio JESÚS.
“El Señor llena las necesidades de sus hijos, pero lo hace a través de sus hermanos”
LEONARDO GARZÓN B. Afganistán, Junio 2012