Arte Paleocristiano. El arte paleocristiano es el nexo de unión entre dos grandes etapas de la cultura y el arte occidental. Nos referimos a la Antigüedad Clásica y a la Edad Media Cristiana. Para el estudio del arte europeo de la Edad Media es imprescindible realizar un
acercamiento al arte paleocristiano pues en él se van a gestar dos manifestaciones artísticas de la importancia del templo basilical y la iconografía narrativa y simbólica del Cristianismo. De esta última, por ejemplo, sobresale el crismón, que será ampliamente utilizado en periodo romano. Por tanto, se denomina Arte Paleocristiano al desarrollado en las primeras comunidades cristianas de los siglos II y III hasta la caída del Imperio Romano de Occidente.
El arte paleocristiano es un estilo de arte que surge durante los primeros cinco siglos de
nuestra era. Va desde que apareció el cristianismo, durante la conquista romana, hasta la invasión de los bárbaros, sin embargo, en oriente continuó desarrollando este arte hasta llegar al arte bizantino. El Arte Paleocristiano puede decirse que fue como una evolución del arte romano tardío, siendo la religión cristiana la que le dé un nuevo espíritu al arte y lo cargue de símbolos, convirtiéndolo en un arte simple, estilizado, que renuncia a la perspectiva y a la profundidad espacial, se eliminan las proporciones y los rasgos del cuerpo humano acentuando los aspectos religiosos, haciendo que predomina el fondo sobre la forma. Hasta el año 315, el arte escultórico de los cristianos se centró en la excavación de las catacumbas y el reforzamiento de sus estructuras. Éstas eran cementerios romanos, excavados, en un principio, en los jardines de algunas casas de patricias cristianos, como las de Domitila y Priscila en Roma. Más tarde en el siglo V, y ante el aumento de creyentes, estos cementerios se hicieron insuficientes adquiriendo terrenos en las afueras de las urbes donde surgen los cementerios públicos, en los que se excavan sucesivos pisos formando las características catacumbas que ahora conocemos. Roma era el centro y emblema de la cristiandad es por eso por lo que en esta ciudad se desarrollan las primeras manifestaciones artísticas de los paleocristianos. Características principales del arte paleocristiano Podemos distinguir varias características principales de este tipo de arte entre las que están: 1. Tiene una variedad de colores un poco limitada.
2. Se conforma con representar a un número pequeño de figuras y con diferentes objetos.
3. Es una pintura que sugieren en vez de figurar. 4. Todas las figuras están dirigidas al espectador, colocadas de frente. 5. Utilizan catacumbas que son derivadas de los panteones públicos. 6. Es muy difícil encontrar alguna obra que contenga representaciones divinas ya que la esencia divina les era imposible de representarlas, aunque a partir del s IV se pueden ver algunas.
7. Desde una vista formal es común los niveles de jerarquización de las figuras, las más importantes se representaban más grandes que el resto, también es común la perspectiva inversa, las figuras que están detrás tiene un tamaño mayor, también es habitual el interés del gesto, la desproporción y en alguna que otra ocasión el desnudo aunque este último desaparecerá con el tiempo.
El arte paleocristiano se puede dividir en dos grandes periodos: • •
Periodo de persecución y clandestinidad (siglos II y III), Periodo del gran arte paleocristiano en tiempos del Cristianismo como religión oficial del Imperio (parte del siglo IV). En esta fase será, por contra, un arte protegido e impulsado por las grandes jerarquías eclesiásticas de la época.
Primer Periodo del Arte Paleocristiano. Siglos II y III -Etapa Primitiva antes del edicto (313)
Se desarrolla entre Finales del siglo II y siglo III, años en los que las comunidades cristianas son perseguidas e el Imperio. Las dos manifestaciones arquitectónicas de este periodo son las Domus Ecclesiae y los Cimeterios (cementerios) Domus Ecclesiae Las Domus Ecclesiae fueron lugares para la celebración del rito cristiano, por tanto son equivalentes a las iglesias parroquiales posteriores. No tenían una forma especial debido a que se empleaban normalmente viviendas romanas normales de dos pisos adaptándola a las funciones que necesitaban dividiéndola con tabiques. Cimeterios (cementerios) Durante esta fase los enterramientos cristianos tenían lugar en dos posibles lugares: los areae y las catacumbas. Areae Lugares donde las tumbas estaban cubiertas por losas. Por el ritual funerario de la época, era frecuente encontrar en estos cementerios salas o lugares con mesas donde se celebraban los ágapes funerarios que se celebraban tras el entierro. Catacumbas Los cristianos encontraron problemas, durante este periodo de clandestinidad, para conseguir terrenos para sus enterramientos. Cuando las conseguían y se completaban se veían obligados a aprovechar los terrenos abriendo galerías subterráneas entrecruzadas. Aunque estos lugares eran estrechos, podían tener decoración, especialmente si el difunto pertenecía a clases adineradas, como los patricios romanos, construyéndose, incluso, pequeños mausoleos.
Segunda etapa del Arte Paleocristiano
El año 311 fue una fecha especialmente significativa para explicar el cambio que se va a producir en el arte cristiano, de un arte típico de comunidades pobres y semiclandestinas a un arte monumental y rico. En esta fecha se promulgó el primer edicto de tolerancia, el Edicto de Valerio Augusto, aunque tendrá más importancia el Edicto de Milán, del año 313, del mismo carácter tolerante que permite el culto cristiano sin ningún tipo de cortapisas. Ambos fueron promulgados por el emperador Augusto Valerio, pero al acceder al trono el emperador Constantino se da un cambio, si cabe, más favorable para la iglesia cristiana puesto que una gran parte de la familia de Constantino se va a convertir al cristianismo e incluso se especula sobre si el propio emperador se hubiese convertido al final de su vida. Este proceso de dignificación del cristianismo culmina en al año 380 cuando el emperador Teodosio proclama a la iglesia cristiana como iglesia oficial del Imperio. A partir del año 313 los altos dignatarios de la Iglesia se van a convertir paulatinamente en autoridades del Imperio. De este modo, las jerarquías eclesiásticas van a pasar a ocupar importante cargos de la administración pública y la Iglesia cristiana se convierte gradualmente en una institución de poder estrechamente ligada al emperador y a la administración imperial. Como consecuencia de ello, la liturgia cristiana comenzó a adoptar elementos característicos del protocolo imperial. Se va a solemnizar y, en consecuencia, va a necesitar un nuevo vocabulario artístico que iguale los edificios cristianos con los grandes edificios públicos, palacios y templos de la sociedad romana. En esta nueva etapa el arte cristiano es financiado por el alto clero y por las clases patricias e incluso por los propios emperadores. Consecuencia de este alto poder económico nos encontramos con un arte con tendencia al lujo muy considerable y realizado, por tanto, con materiales nobles especialmente costosos. Las principales manifestaciones de este arte van a ser dos: la arquitectura eclesiástica y la pintura monumental que se va a plasmar a través de los mosaicos (musivaria, el arte de los mosaicos). Los nuevos templos cristianos: las basílicas El principal problema que se plantea la Iglesia en estos momentos es encontrar un modelo arquitectónico para realizar sus celebraciones litúrgicas con toda pompa. Evidentemente tiene muchos tipos de edificios a su alrededor que pueden inspirarles, como los propios templos romanos, pero pronto se deshecha esta idea debido por un lado a planteamientos puramente religiosos (reminiscencias de religiones paganas no
deseadas…) y por otro lado porque en los templos romanos no entra la multitud, pero en las celebraciones cristianas sí. Una vez que el cristianismo fue legalizado y posteriormente elevado a la categoría de Religión Oficial, los cristiano llegaron a tener una enorme influencia política en el Imperio, por lo que sus construcciones van a ser de gran calidad y valor. Para la construcción de los templos cristianos se rechazó el modelo de templo anterior romano por su asociación al paganismo. Se adoptó entonces la basílica, edificio de múltiples usos ya que no tenía ninguna función específica y menos aún de carácter religioso. Las basílicas romanas eran edificios de forma rectangular de tres o más naves en número impar separadas por columnas, que solía tener una cabecera sobreelevada respecto al resto rematada en una exedra Edificios de planta centralizada: martyria y baptisterios Si las basílicas para el culto tienen planta longitudinal, Las plantas centralizadas se van a reservar para los martyria y para los baptisterios, con funciones litúrgicas distintas. Los martyria fueron construcciones de carácter funerario. En occidente van a tender a convertirse en plantas de cruz griega y normalmente estarán unidos a la iglesia, mientras que en oriente adquieren una gran monumentalidad y se convierten en templos normalmente poligonales que estarán exentos. Los baptisterios, en occidente serán de planta octogonal y estarán próximos a la iglesia, pero exentos, mientras que en oriente serán pequeñas salas de planta cuadrangular unidas al templo. Mosaicos y sepulcros Al margen de la arquitectura, el arte paleocristiano tiene en los mosaicos y la escultura funeraria de los sepulcros dos de sus más importantes manifestaciones artísticas.
La técnica del mosaico paleocristiano es la misma que el periodo anterior, pero lógicamente, cambia la iconografía. Se eligen temas de carácter fuertemente simbólico y religioso.
Por su parte, en los sarcófagos paleocristianos de los siglos IV y V, frente a los del siglo III que sólo nos ofrecían aspectos puntuales de la doctrina cristiana, se pretende resumir los principios básicos de la doctrina cristiana en su totalidad.
Los sarcófagos se leen de izquierda a derecha y, si tienen dos registros, primero se lee el registro de arriba y luego el de abajo. Arquitectura y Arte Paleocristiano en España En la Hispania tardorromana, dada su amplia romanización y también por su pronta cristianización, debieron ser muchos los edificios paleocristianos construidos.
Lamentablemente, las guerras incesantes e invasiones que sufrió España durante siglos apenas han dejado muestras de su arquitectura. Entre ellas, tenemos: Mausoleo de Centcelles El Mausoleo de Centcelles es lo único que se conserva de mediados del siglo IV y se encuentra en Constatí en Tarragona. Parece que formaba parte de una villa romana construida inicialmente en el siglo III y reconstruida en la mitad del siglo IV, cuando se añaden los dos mausoleos, ambos de planta centralizada, una cuadrilobulada y otra circular que presentaba cuatro nichos en forma de pequeñas exedras.
Este último es el que se conserva, aunque en muy malas condiciones. Está cubierto por una gran cúpula con decoración en 4 frisos: el inferior representa una cacería, en el segundo hay escenas de las comendatio funebre entre columnas salomónicas, el tercero representa las estaciones, símbolo de inmortalidad, y en el cuarto no se sabe. Entre los cazadores, hay uno mirando al frente, se cree que el difunto. Del segundo hay restos de un león que parece que era de gran calidad y del tercero, amorcillos con racimos de uvas. Basílica de Santa María de Abajo de Carranque. Se trata de la basílica cristiana más antigua que se conserva de España. Fue descubierta, tras intensos trabajos de excavaciones y actualmente es parte del Yacimiento Arqueológico o Parque Arqueológico de Carranque (Toledo), Se cree que esta basílica paleocristiana fue erigida por orden del emperador romano cristiano Teodosio, a fines del siglo IV.
Martiriun de la Alberca El Martirium de la Alberca es probablemente obra del siglo V. Se percibe influencia de un heroa griego de planta más bien basilical. El piso inferior está lleno de tumbas y el superior está rematado en exedra. El inferior está cubierto con bóveda rebajada y el superior con techumbre de madera a dos aguas. Basílicas de ábside contrapuestos En Vega del Mar (Málaga) del siglo V, quizá IV, con pórticos que suelen tener finalidad funeraria. Otra muy similar es la iglesia de Casa herrera (Badajoz), en la que aparecen salas junto a los ábsides, las pequeñas eran probablemente sacristías pero las grandes es posible que estuviesen empleadas por una comunidad monástica.
Cultura Bizantina
El desarrollo del cristianismo ortodoxo En materia religiosa, el Imperio bizantino se caracterizaba por ser un estado cristiano. De hecho, su poder político estaba fundado en la autoridad de la iglesia. El emperador era el segundo en jerarquía eclesiástica, porque siempre, por encima de él se encontraba el Papa en Roma. Dentro del Imperio bizantino se dio origen a la Iglesia Cristiana Ortodoxa. Esta tendencia religiosa tuvo una gran importancia en los territorios de Bulgaria, Rusia y Serbia y actualmente es una de las iglesias más grandes del mundo.
El desarrollo comercial Gracias a su ubicación estratégica entre Europa, Asia y África, el Imperio bizantino era una de las principales terminales de la ruta de la seda y el centro comercial más importante durante la Edad Media. Debido a esto, la invasión otomana ocasionó una ruptura en la ruta de la seda, lo cual obligó a las potencias europeas a buscar otras rutas comerciales. Búsqueda que concluyó en el Descubrimiento de América.
El desarrollo cultural El Imperio bizantino tuvo un amplio desarrollo cultural y una participación fundamental en la conservación y transmisión del pensamiento clásico. Su tradición historiográfica mantuvo con vida la tradición artística, arquitectónica y filosófica. Por este motivo, se considera que el desarrollo cultural de este imperio fue importante para el desarrollo cultural de toda la humanidad.
El legado artístico Uno de los principales aportes culturales del Imperio bizantino fue su legado artístico. Desde los inicios de su decadencia, los artistas del imperio buscaron refugio en países cercanos, donde llevaron su trabajo y su influencia que más tarde nutriría el arte del renacimiento. El arte bizantino fue muy apreciado en su época, por lo tanto, los artistas occidentales estuvieron abiertos a sus influencias. Un ejemplo de ello es el pintor italiano Giotto, uno de los principales exponentes de la pintura del renacimiento temprano.
El legado arquitectónico El estilo arquitectónico bizantino se caracteriza por un estilo naturalista y por el uso de las técnicas de los imperios griego y romano, mezclado con los temas propios del cristianismo. La influencia de la arquitectura bizantina puede encontrarse en diferentes países desde Egipto hasta Rusia. Estas tendencias, son especialmente visibles en los edificios religiosos como la catedral de Westminster, propia de la arquitectura neobizantina.
Las discusiones bizantinas Una de las principales prácticas culturales que caracterizaron al Imperio bizantino, fueron los debates y los discursos filosóficos y teológicos. Gracias a estos, se mantuvieron vivas la herencia científica y filosófica de los antiguos pensadores griegos. De hecho, el concepto “discusiones bizantinas” cuyo uso se mantiene vigente hasta la actualidad, proviene de esta cultura del debate. Particularmente se refiere a las discusiones que se daban en los concilios de los inicios de la iglesia ortodoxa, donde se discutían temas sin mucha relevancia motivados por un gran interés en el hecho mismo de debatir.
El papel de la mujer La sociedad en el Imperio bizantino era sumamente religiosa y familiar. Las mujeres tenían un estatus espiritual igual al de los hombres y además ocupaban un lugar importante dentro de la constitución de los núcleos familiares. Aunque se les exigían actitudes sumisas, algunas de ellas participaban en la política y en el comercio. Además tenían derecho a heredar e incluso en algunos casos poseían una riqueza independiente a la de sus maridos.
Los eunucos Los eunucos, hombres que habían sufrido la castración, eran otra característica del Imperio Bizantino. Existía la costumbre de practicar la castración como castigo a ciertos delitos, pero también solía aplicarse a niños pequeños. En este último caso, los eunucos llegaban a ocupar altas posiciones en la corte porque se les consideraba dignos de confianza. Esto debido a su incapacidad para reclamar el trono y tener descendientes.
La diplomacia Una de las más importantes características del Imperio bizantino fue la capacidad de permanecer vivo durante más de 1000 años. Este logro no se debió a la defensa armada del territorio, sino a las capacidades administrativas que incluían un manejo acertado de la diplomacia. Los emperadores bizantinos estaban inclinados a evitar las guerras tanto como fuera posible. Esta actitud fue la mejor defensa, teniendo en cuenta que, debido a su ubicación estratégica, podrían ser atacados desde cualquiera de sus fronteras. Gracias a su actitud diplomática, el Imperio bizantino también se transformó en un puente cultural que permitió la interacción de diferentes culturas. Una característica que fue determinante en el desarrollo del arte y la cultura de Europa y de todo el mundo occidental.
Visión de si mismos greco-romana Una de las características más importantes del Imperio Bizantino fue la visión que tenían de si mismos. Esta era una mezcla entre su consideración de ser los auténticos romanos tras la desaparición del imperio y su herencia cultural griega.
En el primer caso, llegó un momento en el que se sintieron los únicos herederos de la tradición romana, llegando a menospreciar al resto de los europeos que habían sido conquistados por los bárbaros. Los escritos de Ana Comneno, hija del emperador Alejo I, refleja bien a las claras la opinión de los bizantinos sobre la forma de ser, bárbara para ellos, de los caballeros cruzados que pasaron por Constantinopla. Por otra parte, la cultura griega oriental era evidente en las costumbres bizantinas. De ahí nace el concepto de “discusiones bizantinas”, que los cruzados ridiculizaron tachándolas de blandas, intelectuales y demasiado parecidas a las orientales. En un aspecto práctico, la influencia griega se vio reflejada en el nombre de su monarca. En el siglo VII cambiaron el viejo título romano de “augusto”, por el griego “basileus”. De igual manera, el idioma oficial pasó a ser el griego.
Auge Justiniano Fue durante el reinado de Justiniano cuando el Imperio Bizantino alcanzó su máximo esplendor y, por tanto, cuando mejor reflejaron sus características. El reinado ocurrió en el siglo VI y, durante el mismo, se produjo una gran extensión territorial. Aparte, Constantinopla fue el centro mundial en cuanto a la cultura. Se construyeron grandes edificios, como la Basílica de Santa Sofía y el palacio imperial. Este se encontraba aprovisionado de agua por un acueducto en las afueras y numerosas cisternas subterráneas que recorrían la ciudad. Sin embargo, los gastos en los que incurrió el emperador terminaron pasando factura a las arcas públicas. A eso se le unió una gran epidemia de peste, que mató a casi un cuarto de la población.
Sociedad y política El ejército era una de las claves en la sociedad bizantina. Conservó las tácticas que habían llevado a Roma a conquistar toda Europa y las unió a algunas de las que desarrollaban los ejércitos de Oriente Medio. Esto le dio la fuerza para resistir las acometidas de los bárbaros y, posteriormente, para expandirse por un amplio territorio. Por otra parte, la situación geográfica de Bizancio, en plena ruta entre occidente y oriente, hizo que el control marítimo fuera primordial para el Imperio. Su marina controló las principales vías comerciales, así como evitó que la capital fuera nunca asediada y no pudiera abastecerse de suministros. En cuanto a la estructura social, esta estaba fuertemente jerarquizada. En la cumbre se encontraba el emperador, llamado “basileus”. Su poder provenía directamente de Dios, por lo que quedaba legitimado ante sus súbditos. Para ello contó con la complicidad de la Iglesia. Bizancio tenía como religión oficial al Cristianismo y, aunque hubo algunas herejías que lograron cierta fuerza, al final se estableció firmemente un punto de vista muy ortodoxo de las escrituras.