Kokoro Connect (Volumen 7)

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—He escuchado que algunas cosas locas sucederán.

—Personas intercambiando cuerpos y cosas así.

—O leyendo mentes.

—Loco, ¿verdad?

—Más allá de si es una locura, si me preguntas... Supongo que así es como funciona o algo así.

—Oh, y escuché que te transportan a otro lugar.

—Sí, escuché sobre eso. Y una vez que estás allí, ¿no puedes irte, supuestamente?

— ¿No suena un poco sombrío?

—Sí, no hay forma de que... Bueno... supongo que así es como funciona.

••• Habían pasado cuatro meses desde el último día del viaje a Hokkaido, el día en que «Fuusenkazura» dijo adiós para siempre.

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Capítulo 1: Solo otro día —Date prisa y termina tu desayuno. Hoy me voy al trabajo un poco temprano.

—Sí, mamá, — Yaegashi Taichi respondió distraídamente, su mente medio despierta, mientras se sentaba en la mesa del comedor y lentamente se abría paso a través de su comida de huevos, tostadas y fruta.

— ¡Deja de tomar pequeños bocados! ¿Qué eres, una ardilla? ¡Estarás así por horas!

Las molestias de su madre entraban por un oído y salían por el otro. Siempre gritaba por algo a todas horas del día, y era agotador lidiar con ello.

Sus párpados se arquearon. Anoche, su hermana Rina de sexto grado (pronto en séptimo) le había rogado que se quedara despierto hasta tarde viendo una película de terror con ella, y como resultado, estaba un poco falto de sueño. De acuerdo, solo estuvieron «despiertos hasta tarde» según la métrica de un estudiante de primaria, pero sin embargo, había perdido su rutina habitual de acostarse. Esto, a su vez, había dificultado salir de la cama esa mañana.

—Muy bien, ¡he terminado de esperar! Quien quiera que sea el último que salga de la casa, asegúrese de limpiar, ¿entendido?

— ¡Pero Mamaaa! ¡No he terminado de peinarme!— Rina se quejó mientras devoraba sus rodajas de pomelo.

—No es mi problema. ¡De acuerdo, me voy!

Y entonces su madre salió corriendo de la sala.

—Mamá, espera, ugh, ¡bien! ¡Nos vemos después de la escuela!

—Que tengas un buen día, mamá...

—Muy bien, Taichi, ¡te dejo la tarea de limpieza!

—Buen intento. Si eres la última en salir de casa, tienes que ocuparte de eso, como dijo mamá.

— ¡Dije que no he terminado de prepararme!

—No seas perezosa, Rina. A nadie le gusta una vagabunda.

— ¡No soy perezosa! Estoy ayudando con la cena esta noche, ¿recuerdas? ¡Eres un idiota!

—Parlotea menos, mastica más.

— ¡Olvídalo! Ni siquiera quería esta tostada. ¡Terminé!

— ¡Hey! ¡No desperdicies tu comida!

—Suenas como papá. ¡No es un desperdicio si ya me comí la mitad!

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Y con eso, Rina desapareció arriba. Se estaba convirtiendo una verdadera maleducada últimamente, y como su padre no estaba en estos días, le tocaba a Taichi enderezarla. Decidió que le hablaría severamente después de la escuela.

La familia Yaegashi era la familia nuclear estándar: madre, padre y dos hijos. El Sr. Yaegashi estaba trabajando actualmente fuera de la ciudad, por lo que no había estado en casa por un tiempo, y la Sra. Yaegashi era una trabajadora temporal en una gran corporación. Su casa estaba vacía cinco días a la semana.

Taichi terminó su leche y se levantó de su silla. —Bien, — murmuró.

Luego apiló el plato de Rina sobre el suyo y los llevó a ambos al fregadero.

Tan pronto como salió, fue inmediatamente abordado por el viento frío del invierno. Se encogió ligeramente sobre sí mismo, encorvándose y cruzando los brazos. Iba a ser una dura caminata hasta la estación de tren.

El día de San Valentín llegó y se fue, y ahora se acercaba finales de febrero. Los inviernos japoneses no solo eran fríos por lo general, sino que hoy estaba nublado y el informe meteorológico había advertido que estaba produciéndose una ola de frío.

Se bajó del tren en la estación más cercana a la Preparatoria Yamaboshi. A poco de ahí. Era una locura pensar que había asistido a esta escuela durante casi dos años completos.

Mientras caminaba por la calle, pudo ver a otros estudiantes delante de él, caminando en grupos inusualmente grandes. Tal vez era su forma de evitar el frío.

— ¡Buenos días, Taichi!— una voz alegre llamó, derritiendo el amargo frío del aire invernal. Entonces sintió que alguien le daba una palmada en la espalda.

— ¡Ah! Buenos días, Nagase. Veo que estás más alegre que nunca.

— ¿Quién, yo? ¡Nahhh! — Nagase Iori sonrió.

Cuando ella sonrió, sintió que el viento y las nubes y todos sus otros deseos y preocupaciones ya no importaban: si ella era feliz, entonces todo el mundo era feliz. Por supuesto, él sabía que esto era una exageración masiva, pero aun así, así era lo radiante que estaba. Ella caminó a su lado, su cabello largo, sedoso y oscuro soplando detrás de ella en la brisa.

Podía recordar un momento en que los dos habían estado enamorados... pero ese romance nunca condujo a nada más. En cambio, ahora era una de sus amigas más confiables, siempre presionándolo para a ser su mejor yo.

—Cuando hace tanto frío afuera, ¡Sabes que el final del año escolar está a la vuelta de la esquina! No queda nada por delante, — suspiró Nagase, exhalando una niebla blanca.

—Todavía nos quedan los finales. Ah, y presentaciones del club.

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—Sí, ¡pero eso no es divertido, Taichi! Y ya tenemos todo preparado para nuestra presentación, ¡así que no queda nada por hacer!

—Eso me recuerda --- ¿Harás otro show de cosplay1 a alta velocidad este año?

Fue un gran éxito, sabes.

— ¡Demonios sí! --- Usaré un traje de baño, un traje de sirvienta y, por supuesto, el favorito de “dark horse” del año pasado, el disfraz de lucha profesional... ¡No! ¡No volvería a hacer esa basura ni aunque me pagases! ... De acuerdo, tal vez si me pagases... ¡No, no, definitivamente no!

Solo Nagase tenía la energía para subvertir sus propios chistes tan temprano en la mañana.

Las presentaciones del club fueron tanto un escaparate de las actividades de cada club como un desempeño calificado que determinaría directamente la financiación de dicho club para el próximo año escolar. Este año, similar a su presentación del año pasado, el CIC planeaba presentar una «Edición Especial» del Boletín Cultural. Sin embargo, a diferencia del año pasado, tuvieron la prudencia de comenzar a preparar sus materiales de presentación con anticipación.

—Bueno, si no tienes nada que estés esperando, ¿por qué no proponemos algo nosotros mismos?— Sugirió Taichi.

—Espera... Diablos, ¡eres un genio!

— ¿Genio? Por favor. Es solo sentido común.

—Sí, ¡pero tú eres la última persona de quien esperaría eso!

—... Crees que soy estúpido, ¿no?

— ¡Jaja! Caray, Taichi, estoy bromeando. Mi punto es que es una gran idea. Sé que ya estamos planeando una salida del CIC durante las vacaciones de primavera, pero sería increíble si pudiéramos reunir a toda la clase para algo también. ¡Tal vez una pijamada gigantesca!

— ¿Una pijamada? Suena divertido.

— ¡Claro! ¡Voy a hablar con algunas personas y ver si podemos hacer que suceda!

Sonriendo de oreja a oreja, Nagase saltó como un perrito alborotadizo.

Fue solo otro día tranquilo.

••• Tan pronto como Taichi llegó al aula, dejó su mochila en su escritorio y volvió a salir. La asamblea escolar semanal estaba programada esa mañana en el gimnasio.

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Creo es en el vol 4.5

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El edificio era lo suficientemente grande como para tres canchas de baloncesto, pero al acomodar a casi mil personas, todo el cuerpo estudiantil más el personal, las cosas podrían ponerse un poco estrechas. Esta semana, tanto el director como el presidente del consejo estudiantil estarían presentando discursos.

—El primer y segundo año están preparándose para los finales, mientras que los de tercer año están ocupados estudiando para los exámenes de ingreso a la universidad. Les animo a todos a practicar el autocuidado para que puedan seguir operando al 100 por ciento durante los próximos días... " Taichi no sabía cómo alguien podría encontrar el coraje para dar un discurso frente a literalmente cientos de personas, pero fue una hazaña impresionante como sea que lo veas.

— Es impresionante, ¿no?

— ¡¿Que...?! ¡Deja de asustarme así! ¡Me hiciste pensar que podías leer las mentes por un segundo!

Era Fujishima Maiko, ex presidenta de la Clase 1-C y actualmente autoproclamada «apóstol del amor», siendo habitualmente enigmática. Por alguna razón, sus destinos se mantenían uniéndolos, a menudo en momentos muy inoportunos.

Después del dramático enfrentamiento durante el viaje a Hokkaido, sin mencionar las travesuras en las que se había metido recientemente con Enjouji y Chihiro2, Fujishima parecía estar nuevamente en la cima de su juego. Con el pelo recogido, el flequillo recogido y las gafas impecables, lucía tan elegante como siempre.

— Para que conste, Yaegashi-kun, no necesitaba leer tu mente. Literalmente dijiste «Whoa» en voz baja en este momento.

—Oh. El resto de la clase se había alineado en orden alfabético, pero Fujishima había llegado tarde debido a sus deberes matutinos del club, y el único espacio disponible para ella estaba directamente detrás de Taichi.

—De todos modos, sí, su carisma es realmente otra cosa. Al instante puedes decir por qué ganó las elecciones del consejo estudiantil, — señaló Taichi.

—Ese es Katori Jouji para ti. Tiene aspecto y cerebro en igual medida.

—Whoa. Es un gran elogio, viniendo de ti.

—Quizás lo es. Como miembro del Comité de Apoyo del Consejo Estudiantil, es mi trabajo hacer cumplir las reglas establecidas por el consejo estudiantil, y este presidente actual ciertamente se ha ganado mi respeto. Él podría soportar ser un poco menos exigente con nosotros, pero en nuestra línea de trabajo, eso no

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es raro. ¡Si él no tuviera el mordisco para respaldar su ladrido, lo habría derrocado hace mucho tiempo! " Katori Jouji era un estudiante de segundo año. Con una cara hermosa, un cuerpo atlético y un cabello tan perfecto que podría ser un modelo de salón, no era de extrañar que fuera popular. No solo eso, sino que era un estudiante diligente y un líder nato. Taichi nunca había compartido una clase con él, por lo que apenas conocía al chico, pero habían hablado al menos en una ocasión.

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—Por supuesto, sé que algunos de nosotros estamos más concentrados en las vacaciones de primavera, — continuó Katori, y la multitud se echó a reír. No solo pudo pronunciar este discurso sin parecer nervioso, sino que también logró hacer una broma.

—Siempre hay una persona de tu edad destinada a la grandeza, ¿eh?— murmuró Taichi, en parte para Fujishima, pero en parte para sí mismo. Entonces se le ocurrió: —En realidad, ahora que lo pienso, conozco a algunas personas que cumplen con los requisitos. Por supuesto, está Inaba...

Por alguna razón, su promoción estaba plagada de líderes de todas las tendencias.

—Sí, tenemos muchas manzanas buenas en nuestro barril, — respondió Fujishima. —Personalmente, me inclinaría a agregar tu nombre en esa lista también.

— ¿Yo? Nah. No soy bueno en esto de hablar en público.

— ¿Oh? Me parece recordar que pronunciaste al menos un discurso apasionado... aunque no fue frente a una gran multitud, supongo. Bueno, una vez que tengas un poco de experiencia en tu haber, no me sorprendería si convirtieras a nuestro trío en un cuarteto. Hablando de experiencia, por cierto, ¿Tú e Inaba-san finalmente ---?

—No creo que pueda compararme con Katori.

Taichi no era en absoluto un alhelí, por supuesto, pero tampoco era una personalidad fuerte.

—Debes pensar muy bien de él. No te culpo sin embargo, pero... Para mí, él podría usar un toque de color, ¿sabes? Tal vez un poco rosa, como yo. Lo que me lleva de vuelta a mi pregunta anterior: ¿Tu e Inaba-san...?

—Estoy de acuerdo en que eres un... personaje colorido... pero no sé a qué te refieres con «rosa».

—Solo quiero saber si tu relación está clasificada o no como R, por así decirlo.

—No voy a responder eso, ¡así que deja de preguntar! ¡Acabo de despertar, por el amor de Dios! Últimamente ella no fue la única que se burló de él de esta manera.

Personalmente, él deseaba que dejaran de intentar manchar su amor puro por Inaba.

—Solo estoy jugando contigo, Yaegashi-kun. Cualquiera sabría eso sin meter la nariz en tu vida amorosa. Dicho esto, es un poco vergonzoso referirte a tu propio romance como «puro», ¿no te parece?

—Está bien, ¡definitivamente no lo dije en voz alta esa vez! ¿Puedes realmente leer mi mente?

—Oh, estaba alardeando. Sin embargo, parece que valió la pena. Eww.

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—Wow, eres muy buens para alardear... ¡Hey! ¡No digas «eww»! ¡Eso es grosero!

— ¡Yaegashi! ¡Fujishima!

Taichi sintió que alguien lo agarraba por la cabeza. Miró y descubrió que Fujishima había sido capturada de manera similar.

— ¡Presten atención al discurso del director!

Fue Gotou Ryuuzen, asesor de la Clase 2-B y supervisor del Club de Investigación Cultural.

—De lo contrario, el director me va a regañarme de nuevo. Ayúdame aquí, ¿de acuerdo?

Si solo hubiera guardado esa parte para sí mismo, habría sonado como un maestro real por una vez.

••• — ¡Oye, Yaegashi! Escuché que te estabas poniéndote amistoso con Fujishimasan durante la asamblea de esta mañana. ¿Es verdad?— preguntó Watase Shingo, el «semental del fútbol» de pelo puntiagudo (Según sus palabras, no las de Taichi), una vez que terminó el primer período. ¿Intentas llegar a ella a mis espaldas? ¿Es así? ¿Eh? Watase había estado enamorado de Fujishima desde el otoño de su primer año, y no había mucho que Taichi pudiera decir en su defensa, excepto: —Es tu culpa por perderte la asamblea.

—Bueno... digo, no te equivocas...

—Mira, si te molesta tanto, entonces quizás deberías decirle cómo te sientes.

—Te lo dije, yo... ¡ya lo hice! Pero ella solo... Cuando se trata de su propia vida amorosa, ¡es tan densa como un ladrillo!

— ¿Estás seguro? No puedo imaginar a Fujishima siendo «densa» alguna cosa... aunque a veces salta a conclusiones locas.

— ¡Exactamente! Y cada vez que llega a una conclusión, es casi imposible sacarla de allí... Haahh... tengo que irme.

Y así, con una mirada distante en sus ojos, Watase salió de la habitación.

Siempre actuaba como si pudiera conseguir a cualquier chica que quisiera, pero tal vez su vida amorosa no era tan optimista como parecía...

Luego, como si fuera una señal, Miyagami se acercó.

— ¿Qué fue eso? No estás tratando de hacer un harén para ti, ¿verdad? ¡Hombre, guarda algo para el resto de nosotros!

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Con cabello ondulado y gafas rectangulares, Miyagami era el tipo de persona que siempre estaba al día con las últimas tendencias. No solo era miembro del Club de Fotografía, también era uno de los buenos amigos de Taichi.

—No necesito un harén. Ya tengo novia.

— ¡Ahí vas de nuevo, presumiendo de tu novia otra vez! Conozco a los de tu tipo: ¡siempre tienen dos! ¡O tal vez incluso tres! ¡Así es como nos mantienen oprimidos los solteros perdedores!

También tenía la tendencia de creer lo que sea que leyera.

—Amigo, no voy a engañarla. Los tramposos son los más grandes perdedores de todos.

—Has estado leyendo esas revistas de hombres otra vez, ¿no?— comentó Sone, otro de los buenos amigos de Taichi. Era un otaku regordete afiliado al Club de Manga.

— ¿Y qué si es así? Me gusta estar a la vanguardia. Además, ¿qué te importa?

Solo te gustan las chicas 2D. — ¡Eso no es cierto! ¡Solo porque me guste el manga y sea... de huesos grandes... no significa que sea uno de esas personas repulsivas! ¡Yo también quiero una novia 3D! — ¿Qué, además de tu novia 2D?— preguntó Taichi.

— ¡No! ¡No tengo una novia 2D! Hace mucho tiempo decidí que no me dejaría engañar tanto... Dicho eso, en realidad no estoy enamorada de alguien IRL3.

—Bueno, probablemente deberías comenzar allí.

—Amigo, ninguna chica saldrá con un chico que la llame su novia 3D, — dijo Miyagami con tristeza.

—Tampoco van a salir contigo, ¡así que ahí lo tienes!— Sone disparó de vuelta.

Pero justo cuando parecía que iban a comenzar a discutir de nuevo, ambos se volvieron hacia Taichi.

—Pensándolo bien...

—... ¡¿Por qué tienes que ser tan sabelotodo, Yaegashi?!

— ¡¿Qué...?!

— ¡Es por eso que no puedo soportar a tipos así!

—O tal vez así es como él consiguió una novia en primer lugar...

Y entonces Miyagami y Sone se turnarían para molestarlo, como el equipo perfecto.

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—Rrgh... ¡Debí aprovechar la moda del amor mientras tuve la oportunidad!— Miyagami gimoteó, levantando sus lentes para limpiarse las lágrimas imaginarias.

—Lo que no daría por intercambiar cuerpos con Yaegashi por un día, — suspiró Sone.

— ¿Cambiar cuerpos...?— Taichi reflexionó sobre esto por un momento. — Supongo que podría ser divertido ver si el césped es realmente más verde desde el otro lado.

Normalmente, tal cosa sería imposible, por supuesto, pero aun así fue divertido soñar.

—Veamos... ¿De quién es el césped que me gustaría revisar...? Oh, lo tengo. ¡Tanaka-sensei, el maestro de estudios sociales! ¡El tipo está viviendo su mejor vida!

— ¿Qué? ¿Por qué él? ¡Es viejo!

—Idiota, ¿has olvidado con quién está saliendo?

— ¡OH! Él está saliendo con la maestra más popular en Yamaboshi... ¡Hirata Ryouko-sensei!— Sone jadeó dramáticamente.

Mientras tanto, Taichi recordó el evento que reunió a esos dos maestros: la foto de Inaba. El CIC lo publicó en la edición especial del Boletín Cultural, luego imprimió un montón de copias y las arrojaron desde el techo. A partir de ahí, una cosa llevó a la otra, y los dos tortolitos confesaron sus sentimientos frente a toda la escuela.

— ¡También es dulce, extrovertida, divertida, hermosa y súper fotogénica! Sin mencionar ese escote... ¡Está tan apilado que apenas puedo prestar atención en clase!

— ¡Lo sabía! ¡Pensé que te había visto mirando sus pechos!

Ante esto, se le ocurrió a Taichi que el próximo período era la clase de matemáticas... y Hirata-sensei siempre aparecía un poco temprano para conversar con los estudiantes antes de que sonara la campana...

Efectivamente, allí estaba ella.

—N-No, sensei, ¡no es lo que piensas! ¡Sólo era una broma!— Miyagami soltó en pánico. Por lo general, era un tipo bastante relajado, pero cuando se trataba de pensar en pie, a menudo tropezaba.

Afortunadamente, Hirata-sensei parecía realmente imperturbable. Ella sonrió y le dio unas palmaditas en la cabeza. —No me importa dónde vaguen tus ojos, pero será mejor que escuches y tomes notas cuando hablo. No quiero que falles tu examen de matemáticas, ¿entiendes?

— ¡S-Sí, señora! ¡No se preocupe, lo haré!

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—Oh, Dios, mira esa estúpida sonrisa en su rostro... Va a mencionar a Hiratasensei durante días, — se quejó Sone, y Taichi asintió sabiamente.

Solo quedaba una clase antes del almuerzo: clase de arte.

—Hoy es la última clase de arte del semestre... y para aquellos de ustedes que hayan elegido el curso de ciencias para su tercer año, esta podría ser su última clase de arte, punto. ¡Entonces intentemos algo diferente!

Su tarea: un proyecto de arte grupal.

—Todos ustedes compartirán un lienzo gigante. ¡Usen las herramientas que quieran y enloquezcan! Pueden dibujar, pintar o escribir lo que quieran, pero con una condición: ¡todo el grupo tiene que contribuir de alguna forma u otra! ¡Ahora, vamos a dividirlos a todos!

Con eso, su profesor de arte perpetuamente alegre recorrió las filas, asignando un número a cada uno de sus estudiantes.

—Parece que podría ser divertido, — murmuró Taichi.

—Sí, suena como un concepto interesante, al menos. Quizás también debería tomar arte en mi tercer año, — reflexionó Setouchi Kaoru, presidenta de la Clase 2-B, una chica con cabello corto y oscuro y muchos piercings en las orejas.

Podía oírla tarareando para sí misma en voz baja, y le alegraba el corazón saber que ella se estaba divirtiendo sinceramente en estos días. Si tan solo no hubiera desperdiciado su primer año fingiendo ser una rebelde... Al menos ahora había llegado a un acuerdo con quién era realmente por dentro.

—Te daría un descanso de todo ese estudio, al menos, — sugirió Taichi.

—Toda nuestra vida no tiene que girar en torno al estudio, Yaegashi-kun.

Entiendo que estás emocionado de tomar el curso de ciencias, pero ya sabes lo que dicen. Hay que dejar algo de tiempo para la diversión4.

Con una actitud como esa, realmente se había ganado bien su posición como presidenta de clase.

— ¡Todos reúnanse alrededor del lienzo! ¡Oh, esto es muy emocionante! ¡Puedo sentir mis jugos creativos fluyendo!

En agudo contraste con el comportamiento relajado de Setouchi, estaba Nakayama Mariko, una chica con coletas y energía de sobra.

—Se nos permite escribir palabras si queremos, ¡¿verdad?! ¡Me encanta combinar palabras con imágenes! Muy bien, muchachos, ¡voy a comenzar con mi favorito de todos los tiempos!

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Los otros miembros de su grupo, Setouchi, Taichi y el novio de Nakayama, Ishikawa Daiki, dieron un paso atrás para darle su espacio. Ella recogió su pincel.

—Bien, aquí voy... ¡Oh, espera, no sacamos la pintura! ¡Un segundo!

— ¡No seas tan tonta, Nakayama-chan! ¿Qué color quieres?— preguntó Setouchi.

Mientras tanto, Taichi se volvió hacia Ishikawa. —Parece que tu novia se está divirtiendo.

—Estoy de acuerdo. Dudo que se aburra pronto.

Ishikawa era un jugador de béisbol alto y corpulento. Él y Nakayama habían hecho oficial su relación el otoño pasado, y aunque nadie imaginó que una habladora vivaz como Nakayama se juntaría con el fuerte y silencioso Ishikawa, resultaron tener más química de la que se había pensado. A pesar de que ambos eran bastante tímidos, esto se resolvió al arrastrarlos a una cita grupal; después de eso, fue fácil navegar desde allí, y desde entonces tuvieron varias citas más, o eso había escuchado Taichi.

—Ahora bien... ¡Listo o no, aquí voy!

Frente al lienzo, sostuvo su pincel en alto, sus grandes cerdas recubiertas de pintura roja brillante. Respiró hondo y se quedó completamente quieta. Al instante, algo en el aire cambió, y pudieron sentir que estaba enfocando cada fibra de su ser en el papel frente a ella. Tal vez estos fueron sus más de diez años de experiencia en la caligrafía.

Y entonces Nakayama procedió a escribir AMOR en letras gigantes en el centro del lienzo.

— ¡Dios, Nakayama-chan, tomaste la mitad del papel! ¡Ahora parecerá que todo nuestro proyecto tiene como tema el amor! ¿Ves a alguien más haciendo eso? — Setouchi se quejó, señalando a los otros grupos.

—... Solo quería comenzar con algo dulce y alegre, pero... supongo que mi amor fue demasiado intenso...

—Oh ya veo.

—Tiene sentido.

— ¡¿Ustedes chicos dejarán de mimarla?!

—Ahora, ahora, el objetivo principal de esta lección es descubrir cómo trabajar juntos como un equipo, — explicó el profesor de arte, abriéndose paso entre los estudiantes. —Entonces, ¿cómo vas a expandirlo? Depende del resto del grupo si lo entierran o lo ayudan a florecer.

—Uh... Wow... ¡Esta lección es realmente profunda! ¡Siento que me está enseñando algunas lecciones de vida serias! ¡¿No crees, Kaoru-chan?!

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—T-Tienes toda la razón, Nakayama-chan! Sabes, Uejima-sensei, siempre pensé que eras un poco aburrido, ¡pero ahora entiendo que tienes algunos pensamientos profundos realmente ocultos!

—No es tu mejor cumplido, Setouchi,— replicó Taichi en voz baja.

Mientras tanto, Ishikawa agarró un marcador. —Veamos qué puedo hacer con esto.

— ¡¿V-Vas a arreglarlo, Ishikawa-kun?! ¡Lo sabía! Eres mi... ¡No, eres nuestro héroe!

—Personalmente, no me importa ser solo tuyo.

— ¿Huh? ¿Qué tipo de héroe solo ayuda a una persona?

—... Buen punto, supongo.

—Esos dos son un buen par, — murmuró Setouchi a Taichi.

—No están exactamente en la misma página, pero eso en realidad parece funcionar para ellos, — respondió.

Ishikawa eligió una esquina en blanco y presionó la punta de su bolígrafo contra el papel. Luego dibujó una serie de líneas: derecha, abajo, arriba, izquierda.

—Allí. — Satisfecho, volvió a tapar su pluma.

Taichi lo miró sin comprender. — ¿Que...qué es?

— ¡Usaré mis poderes de novia para decodificarlo! Un segundo... Uhh... Lo siento, no tengo nada.

—Es una persona, obviamente. Una persona gritando «AMOR» desde el borde de un acantilado.

— ¡¿Ese garabato desgarbado es una persona?! ¿Y la línea horizontal es un acantilado? — Gritó Setouchi.

La habilidad artística de Ishikawa era sorprendentemente mala.

—Ahora que lo pienso, supongo que esta es la primera vez que te veo dibujar algo...

—Seguramente no es tan horrible como ustedes piensan que es. Continúa, Yaegashi, es tu turno.

— ¡¿Quién, yo?! Confía en mí, tampoco soy artista. Jaja...

— ¡Oh Dios!, no me digas... ¿no tenemos un solo buen artista entre nosotros...?

Efectivamente, Setouchi resultó tener razón... y la «obra de arte» resultante que surgió de sus esfuerzos conjuntos fue suficiente para hacer que el maestro se echara a reír.

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Durante el almuerzo, Taichi le explicó el accidente de la clase de arte a su novia, Inaba Himeko, mientras caminaban por el pasillo.

— ¿Ahora también te estás haciendo amigo de Setouchi? Ugh, como sea. Este parece abierto, — dijo, señalando un aula en el ala norte. Era una sala que solo se usaba ocasionalmente para clases especiales y, como tal, no había nadie allí durante el almuerzo.

—Sí, no veo a nadie, — respondió Taichi mientras lo comprobaba para asegurarse. A Inaba le gustaba su privacidad, después de todo.

Entraron y ella cerró con fuerza la puerta detrás de ellos.

—Bueno, somos... solo nosotros dos ahora, — continuó, su voz teñida de excitación.

—Sí. Solo nosotros dos.

Mirándose a los ojos, los dos se acercaron, poco a poco. Taichi estaba cautivado por su cabello brillante, sus largas pestañas, sus ojos almendrados, su cuerpo delgado y sexy...

Parados en el centro del aula vacía, estaban en un mundo propio.

—Bueno, entonces... Comencemos, ¿de acuerdo?

Inaba se agachó... y sacó sus cajas de bento.

Los dos se reunían una vez por semana para almorzar juntos y, a menudo, aunque no siempre, Inaba traía comida casera para compartir. Pero almorzar como pareja en la escuela los abrió a muchas burlas de sus compañeros, e Inaba en particular realmente no quería que nadie más viera su comida casera, por lo que terminaron haciendo todo lo posible para encontrar un lugar apartado.

—Gracias. Trataré de compensártelo la próxima vez. ¿Cuándo fue la última vez que cocinamos? ¿Hace dos semanas?

—Sí. Pero pasé esas dos semanas investigando mucho... y ahora creo que he encontrado la respuesta que estaba buscando.

—Oh. Genial.

Inaba no era de ninguna manera una cocinera terrible, pero... tampoco era tan buena. Según ella, odiaba seguir las recetas porque la redacción a menudo era «demasiado vaga», por ejemplo, «una pizca de sal» o «sazonar al gusto».

Más recientemente, ella intentó hacer calabaza hervida. Los resultados fueron desastrosos. ( —Esta vez me aseguré de incluir muchos colores diferentes. De esa manera no te puedes quejar de lo «marrón» que está todo.

—Lo siento...

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La última vez que Inaba trajo su cocina, le pidió que le diera su «opinión honesta ». Y cuando lo hizo, ella se molestó por eso. Las chicas son muy complicadas.

Puso su adorable caja de bento de dos capas sobre la mesa, quitó la capa superior y la colocó frente a Taichi. Luego levantó la tapa de ambas capas simultáneamente.

— ¡Deleita tus ojos con esto! ¡Es la comida más colorida que jamás hayas visto!

— ¡Whoaaa! ¡Mira el contraste rojo y verde en los espárragos envueltos en tocino! ¡Y mira estas mini croquetas doradas! ¡El rojo del camarón realmente compensa el tamagoyaki amarillo brillante! ¡Y hay granos de maíz amarillos en las espinacas salteadas! ¡Pero lo mejor de todo es que ha conservado su forma maravillosamente!

— ¡¿Lo sé, verdad?! ¡Parece que salió de una foto en un libro de cocina!

— ¡No estás equivocada! Esto es increíble... Realmente debería agradecerle a no importa que tienda donde hayas comprado esto. ¡Bam! --- Ella lo golpeó con fuerza en el hombro. Ouch.

— ¡Cállate! ¿Cómo te diste cuenta?

—Es algo obvio, ¿no te parece? El tamaño y la forma de todo es demasiado uniforme para ser casero.

—Rrgh... Bueno, ¡al menos sabrán bien! No soy el mayor fanático de la comida congelada, ¡pero sé que todos los demás la comen todo el tiempo!

—Un poco rompe el propósito, ¿no crees?

Personalmente, Taichi esperaba una hora de almuerzo más romántica, pero al ritmo que iba, podrían haberlo hecho en la Clase 2-B. —Bueno, yo solo... pensé que te gustaría más de esta manera, — murmuró Inaba, jugueteando con sus manos mientras levantaba la mirada tímidamente hacia él. Fue tan adorablemente patético que Taichi no pudo resistirse a estirarse y acariciarle el pelo.

—Tengo la suerte de poder comer tu cocina, Inaba.

Desafortunadamente, ella todavía parecía insegura. —Pero... ¿y si no soy lo suficientemente femenina...?

—No necesito que seas femenina. Cualquier cosa que cocines es genial.

De alguna manera, ella todavía no estaba convencida. —Pero...

—No tienes nada de qué preocuparte. No voy a dejar de amarte, — insistió.

Levantó la vista, sin dejar rastro de ansiedad en su rostro. —Realmente te tengo en la palma de mi mano, ¿no? Todo lo que tengo que hacer es empezar a lloriquear y en seguida caerás en mis manos.

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— ¡Lo sabía! ¡Sabía que fingías, al menos parte de eso!

Nunca podría decir que tanto de eso era un acto.

—De todos modos... sé que preferirías a alguien que pudiera cocinar, así que... he estado practicando en casa.

—Y es bastante difícil, por lo que parece. ¿Qué pensó tu familia cuando empezaste?

—Bueno... mi madre está emocionada de comenzar a enseñarme cosas, como hacer sopa sustancia, pero todavía no creo que esté en ese nivel. Mi padre está... nervioso por eso, supongo. Todavía no he hecho nada para ellos. Ah, y mi hermano ha sido completamente desagradable; se niega a dejarme sola. Sin embargo, mi hermano mayor, el que tiene su propio lugar, se ofreció a comprarme mi propio juego de cuchillos personalizado. Lo juro, me malcría demasiado... Espera, ¿por qué te estás riendo?

—Porque estás haciendo todo lo posible para que esto suene como algo malo, pero puedo decir que te hace feliz. ¡Escúchate, tratando de volverlo una tormenta!

Siempre hablaba de su familia como si realmente no se preocuparan por ella, pero estaba claro que eso estaba muy alejado de la verdad.

— ¡No te burles de mí! Es todo --- no voy a alimentarte más. ¡Tendrás que comerlo tú mismo!

—Si realmente quisieras castigarme, ¿no deberías quitarme la comida...?

—Eso estuvo delicioso. Me aseguraré de lavar la caja bento antes de devolverla.

—No, me encargaré de eso. Quiero llevar a cabo esta misión hasta el final.

Taichi quería respetar su agencia, por lo que decidió aceptar su oferta. Con el vientre ahora lleno, dejó escapar un suspiro de satisfacción.

Fue entonces cuando los intrusos irrumpieron.

— ¡Bien, bien, bien! ¿Y ahora qué tenemos aquí? — preguntó Kurihara Yukina, una chica del equipo de atletismo (sin mencionar que era la mejor amiga de Kiriyama Yui), mientras entraba al aula. Su cabello corto y ondulado estaba recién decolorado.

— ¡Basta, Yukina! ¡No los molestes!

Detrás de Kurihara se encontraba Oosawa Misaki, otro miembro del equipo de atletismo, que permanecía vacilante junto a la puerta. A pesar de su corte pixie juvenil, ella era muy mansa y femenina en situaciones románticas; Taichi e Inaba la habían espiado una vez durante una cita, por lo que sabían esto a ciencia cierta. Fue un contraste de personalidad adorable. Por cierto, ella se sentía atraída por los chicos y las chicas, y durante su primer año, se enamoró de Kiriyama.

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—Cajas Bento, ¿eh? Bueno, sé con certeza que Yaegashi casi nunca trae comida de casa... lo que significa que debe haber sido la comida casera de Inaba-san, ¿verdad?

— ¡Ya es suficiente, Yukina! Ugh... Perdón por esto, chicos.

Tanto Kurihara como Oosawa tenían una constitución alta y esbelta. Lado a lado, eran amenazadoramente encantadoras.

—No, está bien, — respondió Taichi con brusquedad.

— ¡Oh! Nada agita tus plumas, ¿eh, señor novio? ¿Tu relación es demasiado sólida para sacudirse?

—Suenas como un viejo borracho, — replicó Inaba.

—Estoy en el proceso de descubrir un nuevo yo... ¡Al que le gusta espiar a parejas felices!

—Tendrás que perdonarla, está fuera de control hoy. Acaba de descubrir que su último objetivo ha estado haciendo movimientos con otras chicas a sus espaldas.

—Sí, ¡Y acabo de regresar de apabullarlo! ¡Hmph!

—Y decidí acompañarla, ya sabes, en caso de que las cosas se... salieran de control. Últimamente Kurihara tenía la mala costumbre de salirse de los rieles de vez en cuando. Evidentemente, Oosawa fue su niñera designada para hoy.

— ¡Deberías haberme dejado patearle el culo, Misaki! ¡Justicia vigilante! ¡Es lo que la escoria como él se merece! — gritó, balanceando sus puños a un oponente imaginario.

Si bien a primera vista Kurihara puede haber parecido el tipo de chica que lo tenía todo, no era el caso. Cuando se trataba de romance, todo estaba fuera de su alcance. Así fue como Taichi e Inaba quedaron atrapados en esa cita triple, entre otras cosas.

—En serio, genial. — Oosawa administró un movimiento sólido en la frente de Kurihara, poniendo fin a sus golpes de práctica.

— ¡Ay! De acuerdo, bien... lo siento.

—El hecho de que tu vida amorosa no vaya bien, no significa que puedas meterte con los demás. Realmente necesitas dejar de hacer esto.

—Sí... tienes razón... Confía en mí, lo sé... trabajaré en ello. — Kurihara dejó caer los hombros.

Taichi se rio entre dientes. —Ahora entiendo por qué ustedes dos son tan buenas amigas.

— ¿Qué es tan gracioso, Yaegashi?— Kurihara preguntó dudosa.

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—Oosawa es tu amiga «hermana mayor», de la misma forma que lo eres para Kiriyama.

—Tienes toda la razón... Oh, Dios, eso es vergonzoso... ¿Cómo puedo ser una «hermana mayor» si yo misma necesito una...?

—Oh, interesante. No sabía que tú y Yui-chan tenían ese tipo de amistad, — murmuró Oosawa, su mirada apuntando hacia arriba en la contemplación.

— ¿Así que actúas como un bebé a mi alrededor, pero cuando ella está cerca, de repente quieres ser la mamá?

—M-Misaki, ¡¿Dejarás de avergonzarme?! ¡Dios!

Inaba sonrió maliciosamente. —Le diré a Yui sobre esto.

— ¡Noooo! ¡No te atrevas! ¡Moriré!

••• El tiempo pasó en un abrir y cerrar de ojos, y antes de que se dieran cuenta, el día escolar había terminado.

— ¡Una vez más subamos esta formidable escalera a nuestra querido centro de operaciones!

— ¿Formidable? Son solo tres pasos.

—Taichi, estoy tratando de aprovechar al máximo cada momento, ¿de acuerdo? ¡Solo sigue la corriente!

Y entonces Taichi y Nagase subieron las escaleras. Era un camino que habían recorrido tantas veces, que podrían hacerlo con los ojos vendados en este punto.

Su destino: Sala 401, hogar del Club de Investigación Cultural y todas sus travesuras.

Cuando abrieron la puerta, encontraron a dos personas ya adentro.

— ¿Tareas? Solo me preocupan las cosas que tenemos que entregar. De lo contrario, ¿a quién le importa?

— ¡Qué vergüenza, Chihiro-kun! ¡No es justo! ¡Tienes que seguir las reglas, igual que todos los demás!

— ¿Qué está pasando aquí, chicos? ¿Peleando?

— ¡Ayúdame, Iori-senpai! ¡Chihiro-kun es injusto y se niega a hacer su tarea!— gritó Enjouji Shino, uno de los dos miembros del CIC de primer año. Con su pelo marrón y su cara redonda y juvenil, era difícil sentirse amenazado, incluso cuando estaba furiosa. Era como un algodón de azúcar con patas.

—Apenas es tarea. Es solo una hoja de trabajo, y ni siquiera necesitamos entregarla. Es una pérdida de tiempo, — respondió Uwa Chihiro, el otro primer año, permaneciendo perfectamente sereno a pesar de las afirmaciones de Enjouji. Con sus rasgos andróginos y su corte de pelo desordenado y asimétrico,

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probablemente era muy popular con un cierto subconjunto del alumnado; incluso Taichi, un compañero, podía decir que era guapo.

Al parecer, los de primer año estaban peleando de nuevo.

—Bien, bien. Cálmense todos. Entonces, si estoy en lo cierto, Shino-chan no quiere que Chee-hee5 corte las esquinas, pero Chee-hee quiere usar su tiempo de manera eficiente. ¿Cierto?

—Exactamente. No estoy tratando de deshacerme de mi tarea; si parece que vale la pena, entonces estoy feliz de hacerla.

—Es... ¡No importa si «vale la pena» para ti! ¡Es tu tarea!

—Dices eso, pero te pateé el trasero totalmente a mitad del período, ¿recuerdas?

— Qué... Pero... ¡N-No vas a madurar como ser humano si solo te enfocas en números difíciles! ¿Cierto, Taichi-senpai? Oh, espera... Olvidé que lo único «maduro» de ti es tu voz.

—-¡H-Hey! Soy más que solo mi voz, ¿de acuerdo?

A Enjouji le gustaba mucho la voz de Taichi... Tal vez demasiado, se podría decir. Ella no parecía prestarle mucha atención al resto de él. S-Sí, es su culpa por no prestar atención, eso es todo...

—Oh, bien hecho, Enjouji. Ahora has herido los sentimientos de Taichi-san. ¿Tienes algo que decir?

— ¡¿Eh?! ¿Qué...? ¡¿Cómo pasó eso?! ¿Qué parte de eso te hizo llorar?

Enjouji a menudo era completamente ajena a sus propios agravios. Y para que conste, ¡NO estoy llorando!

—Taichi-senpai... Lo admito, podría haberlo dicho un poco mejor. Considerando el increíble poder de tu voz... ¡Sí, creo que eres un ser humano increíble en sí!

— ¡Ooh, Taichi recibió el sello de aprobación de Shino-chan!

— ¡Y tú también eres increíble, por supuesto!

— ¡Aww, gracias, Shino-chan! Sin embargo, no soy nada especial.

— ¿Increíble cómo? ¿Cuál es tu métrica para esto? — Chihiro se quejó por lo bajo.

—No lo sé. Todo lo que sé con certeza es que no eres increíble.

—Entonces tú tampoco.

— ¿D-Disculpa? ¡Puedo entender si estás celoso de mí, pero me temo que tú y yo no somos iguales!

— ¿Quién diablos estaría celoso de ti? ¿Qué hay de bueno en ti?

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—B-Bueno... ¡muchas cosas, en realidad! ¡No juzgues un libro por su portada!

—En ese caso, por qué no vamos a una cita y yo decidiré por mí mismo...— intervino Taichi, imitando la voz de Chihiro.

— ¡¿Qué?!— Los dos de primer año se giraron para mirarlo.

—Oh, lo siento. Pensé que era a donde iba esta conversación... ¿Me equivoqué?

— ¡N-No me asustes así, Taichi-senpai! ¡Casi me da un ataque al corazón!

—En serio, Taichi-san!

Naturalmente, ese fue el momento exacto en que Nagase decidió agregar más leña al fuego: —Honestamente, tal vez ustedes dos deberían ir a una cita. Ya actúan como una vieja pareja de casados.

— ¡No, no es así!— gritaron al unísono.

— ¿Ven? Están haciendo eso otra vez.

Ella tenía un punto. Últimamente, Enjouji y Chihiro estaban perfectamente sincronizados entre sí. Pero si esa química conduciría a algo más adelante en el futuro, bueno... eso era una incógnita.

— ¡Mira quién está aquí! ¡La verdadera pareja casada! — Nagase anunció cuando Kiriyama Yui y Aoki Yoshifumi entraron.

—Haahh... no puedo creerte, — se quejó Kiriyama mientras arrojaba su mochila sobre la mesa y se dejaba caer en una silla. Luego se cruzó de brazos y dejó escapar otro suspiro. Cada centímetro de su pequeño cuerpo irradiaba una miseria abyecta; sus largos mechones castaños se veían agotados y, sin embargo, ni siquiera parecía darse cuenta.

—Te dije que lo sentía, ¿no? ¡Fue solo una sugerencia!— Aoki se quejó, presionando sus palmas juntas en disculpa. Normalmente era un tipo genial e íntegro, pero en este momento sus movimientos agitados, su cuerpo larguirucho y su cabello ondulado se combinaron para crear un perfecto caso de cringe6.

— ¡No lo creo, señor! Examinen esto, chicos. ¿Quieren saber dónde sugirió que fuéramos para nuestra próxima cita?

—O-Oh vaya... Bueno, considerando lo furiosa que pareces estar, mi mejor conjetura es... ¿el cementerio...?

—Shino-chan, este no es el momento para tus bromas locas, ¿de acuerdo? A veces incomodan a todos. De todos modos... ¡Sugirió que fuéramos a un restaurante italiano! Ya sabes, ¡el tipo de lugar que pone ajo en todo!

—B-Bueno, sí, pero...— Aoki dejó caer los hombros.

— ¿Qué está mal con eso?— Taichi preguntó, perplejo. —El ajo es delicioso.

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— ¿Verdad? Me gusta un poco de ajo de vez en cuando...

— ¡Espera, Taichi! No digo que el ajo sea asqueroso, ¿de acuerdo? Porque no lo es. Es bueno para tu cuerpo y ayuda a desarrollar resistencia, y me gusta mucho. ¡Pero piénsalo! ¿Ajo? ¿En una cita? ¡¿UNA CITA?! ¿Qué tipo de novia quiere apestar a ajo cuando está con su novio? ¡Eso no es nada lindo!

Como notoria super-fan de todas las cosas lindas, Kiriyama tenía ciertos estándares estéticos que solo tenían sentido para ella.

—Si. No es como si pudieras besarte con aliento de ajo.

— ¡Exactamente! ¡No quiero que nuestros besos sepan a ajo! Eso es así...

Espera... ¿Chihiro-kun? Yo no... ¡No nos besamos!

—Si lo hicieron, — murmuraron Taichi y Nagase al unísono.

— ¡Hey! ¡Ustedes! ¡Cállense de una buena vez!

—Je je je... En realidad... ¡Ouch!

— ¡Sin risitas presuntuosas!

—Chihiro-kun... me alegra que te hayas recuperado hasta el punto de que puedas burlarte de Yui-senpai al respecto... Realmente has madurado, ¿no?

— ¿De qué demonios estás hablando, Shino-chan...? ¡Ugh, olvídalo! —Kiriyama agitó una mano despectivamente. — ¡Mi punto es que es una idea horrible para una cita!

— ¡O-Ok, ok! ¡Nada de ajo! Espera, pero... ¿qué pasa con la barbacoa y el ramen? ¡Esos también usan ajo!

—B-Bueno... ¡está bien si es solo un poco! ¡Me niego a abandonar la barbacoa y el ramen!

—Muy bien, supongo que eso no cuenta.

— ¡Hurra! ¡Gracias Aoki! Espera... ¡¿Por qué diablos te estoy agradeciendo?!

—Y ellos vivieron felices para siempre. Fin, — Taichi gruñó por lo bajo.

—Hombre, es una locura ver a Yui y Aoki salir en citas. Parece que su relación es finalmente oficial, ¿sabes? — Nagase comentó.

Ante esto, Kiriyama se sonrojó y se rascó la mejilla avergonzada. —Bueno, obviamente vamos a tener citas... quiero decir, yo y... y...

Por alguna razón, ella vaciló a mitad de la oración. Taichi la miró. — ¿Hmm? Parpadeando, Kiriyama le dio a Aoki una mirada amable pero severa a su vez, su expresión perfectamente en blanco.

—Espera... ¿qué...? Espera... ¿Quién eres de nuevo?

— ¡Oh, muy gracioso, Yui! ¡No finjas que no sabes quién soy! — Aoki disparó de vuelta con toda su fuerza.

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—... ¡Oh! No... ¡Cierto! ¡Aoki, Aoki, Aoki!

—Está bien, ¡ahora lo estás haciendo sonar como si realmente lo hubieras olvidado!

—No... No, estaba... ¡estaba bromeando! ¡Solo bromeaba! — Frente a las travesuras nerviosas de Aoki, Kiriyama puso una sonrisa.

Por un minuto, Taichi realmente pensó que hablaba en serio, pero después de reflexionar más, eso no tendría mucho sentido. Después de todo, el Club de Investigación Cultural era un grupo muy unido de amigos cercanos. ¿Cómo podría alguien olvidar a Chihiro o Enjouji, mucho menos a Aoki o Kiriyama o incluso...?

Espera... ¿Extrañé a alguien hace un momento? Chihiro, Enjouji, Aoki, Kiriyama... Nagase. Sí, esos son todos. Supongo que mi mente solo me estaba jugando una mala pasada.

Entonces Inaba entró, y el tema fue abandonado por completo.

—Bueno, eso seguramente tomó mucho más de lo que esperaba, — se quejó Inaba mientras se sentaba en la mesa y abría su computadora portátil.

Finalmente, los siete miembros del Club de Investigación Cultural de la Preparatoria Yamaboshi estaban presentes.

— ¡Muy bien entonces! ¡Vamos directo a las actividades del club de hoy! — La presidenta del club, Nagase, declaró alegremente.

— ¡Sí por favor! ¡Oh, estoy tan emocionada! — Enjouji brotó, a pesar de que no tenían nada especial planeado.

—Quiero decir, no tenemos ninguna actividad real, sabes. Para que puedas «ir directo» en lo que quieras.

—Oh, no seas tan gruñóna, Inaban. ¿Estás de mal humor hoy?

— ¿Estás quejándote por algún papeleo atrasado? Desperdicio de mi maldito tiempo.

—No es que cualquier tiempo que pasen en esta habitación sea productivo, — señaló Chihiro acertadamente.

—Je. Ese es nuestro Chihiro para ti.

— ¡Taichi, deja de sonreírle a Chee-hee y ayuda a Inaban a sentirse mejor ya! ¡Despierta su Ina-bashful7 interior o algo así!

—Oh, Dios, ¿estamos a punto de ver a Inaba volverse realmente linda?

—Alto. Ina-bashful no despertará, ¿entendido?

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Con los siete miembros presentes, las cosas se volvieron cada vez más ruidosas en el salón del CIC. Pero eventualmente el alboroto se calmaría, y todos se acomodarían en sus propias actividades separadas: Salvo cuando se abría la puerta.

La sala del club nunca veía visitantes. Después de todo, nadie en su sano juicio se molestaría en hacer la caminata hasta este remoto rincón del campus. Si alguien necesitara hablar con ellos por cualquier razón, generalmente le pedirían al CIC que vinieran en lugar de eso.

Era una puerta que solo los siete miembros del CIC abrían... pero ahora, la mano de otra persona estaba en la perilla de la puerta.

Entonces, ¿quién era?

Todos los ojos se volvieron hacia la puerta... y allí estaba Gotou Ryuuzen, asesor de Clase 2-B y supervisor del Club de Investigación Cultural. A los 25 años, estaba en el extremo más joven de la escala en lo que respecta a los maestros, pero a juzgar por su lenguaje corporal, parecía estar un poco... cansado...

—Haahh... Hombre, me mata subir tres tramos de escaleras... ¿Nunca se cansan ustedes, chicos?

Hablado como alguien al menos del doble de su edad.

—... ¿Qué quieres, Gotou? No todos los días arrastras tú flojo trasero hasta aquí, — exigió Inaba, sin una pizca de respeto por su autoridad.

—Oh, eh, sí, así que... Espera, ¿qué era de nuevo?

— ¡¿Te olvidaste?! — Nagase gimió.

—Uhhh... ¡Oh sí, es cierto! Inaba, déjame ver esas formas que te di. Debería estar allí en alguna parte...

Poniendo los ojos en blanco, Inaba cumplió con su pedido a regañadientes.

—... ¡Bingo! Sí, mira, se supone que debo aferrarme a este.

—... ¿Eso es todo?— Aoki preguntó, atónito.

—Sí, eso es todo, — respondió Gotou sin perder el ritmo. —Oh, y, eh... estaba pensando en tratar de hacer tiempo para visitarlos más a menudo de ahora en adelante. Al menos tengo que fingir que actuamos juntos, ¿saben? ¡De lo contrario, los otros maestros comenzarán a supervisarme! De todos modos, ustedes, chicos, diviértanse. ¡Pero no demasiado!

Y así, agitando la hoja de papel recuperada en una mano, Gotou salió de la sala del club.

—Sabes... Cada vez que veo a ese tipo...— murmuró Chihiro.

—Él siempre está holgazaneando tanto como sea posible, ¿no?— Enjouji respondió.

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Parecían asombrados de que todavía estuviera empleado.

••• Durante esta época del año, el sol siempre se desvanecía rápidamente bajo el horizonte. Como resultado, la mayoría de los estudiantes se dirigían a casa un poco antes de lo que lo harían usualmente, incluido el CIC. Cuando salieron afuera, el viento frío del invierno los abofeteó a todos en la cara.

— ¡Gaahhh, hace tanto frío! ¡Ayúdame, Inabaaaan!

—Whoa! ¡Dios! ¡Quítate de encima, idiota!

— ¡Pero eres tan calidaaa! ¡Entra aquí, Shino-chan!

—Oh, vaya... um... ¿Estás segura de que no le importará...?

—Tsk... Bien, fuera de combate. Y sí, te veo mirándome con esos ojos de cachorrito, Aoki, pero demonios no, no estás invitado a este abrazo grupal.

—Nnrgh... Bien, ¡entonces vamos a poner en marcha un grupo solo para chicos! ¡Vengan a compartir el calor, muchachos!

—Difícil. Preferiría morir.

—Mira, Aoki, eh... te quiero como un hermano, pero...

— ¡No seas idiota, Chihiro! ¡Y maldición, Taichi, eso duele!

—Esos idiotas... Olvídalo, me uniré al grupo de chicas...

En ese momento, Kiriyama vio a alguien y se detuvo.

— ¡Oh, oye, si no es Yui! Era su mejor amiga Kurihara Yukina del equipo de atletismo. Su cabello ondulado y decolorado estaba atado en una cola de caballo, lo que sugiere que acababa de terminar la práctica de atletismo. Cuando vio a Yui, trotó.

— ¡Hola, gente del CIC! —Yukina, ¿dónde está el resto del equipo de atletismo? ¿No están contigo?

—Oh, en realidad, hoy estoy... ¡Vaya! Ese es mi teléfono, ¿eh?

Y luego el cuerpo de Kurihara cedió.

— ¿Y-Yukina?— Kiriyama chilló. Ella se lanzó hacia adelante.

Taichi se dio la vuelta.

Cuando las piernas de Kurihara cedieron debajo de ella, su teléfono celular salió volando de su mano.

— ¡Yuki-na!— Afortunadamente, Kiriyama se deslizó entre Kurihara y el suelo y la atrapó justo a tiempo. —Oh, Dios mío, Yukina, ¿estás bien?

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—Mmm... Sí, estoy... ¿Eh? ¿Yukina?

— ¡Sí tú! ¿Qué pasa contigo?

— ¿Eh...? ¿Espera, que?

— ¡Tierra a Yukina! ¿Todavía estás fuera de sí?

Fue entonces cuando Nagase, Inaba y Aoki la alcanzaron.

— ¡¿Estás bien, Yukina-chan?!

— ¡Casi nos das un ataque al corazón, Kurihara!

— ¡¿Deberíamos llamar a una ambulancia?!

Mientras tanto, Taichi se había detenido para recuperar su teléfono. Luego se acercó y se lo devolvió. — ¿Estás bien? Aquí, dejaste caer esto.

Pero Kurihara estaba tan sorprendida que casi lo deja caer por segunda vez.

— ¡Whaaagh!

— ¡Oye! ¡Cuidado! Vas a romper la pantalla. En serio, ¿te sientes bien?

—Nnn...— Agarrando firmemente su frente, Kurihara sacudió la cabeza vigorosamente como si estuviera tratando de recuperar sus sentidos. —Yo, eh...

Sí, estoy bien. Estoy segura de que solo estoy viendo cosas, eso es todo.

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Capítulo 2: Para cuando se dieron cuenta, ya había comenzado —Ve ahora. Y asegúrate de prestar atención en clase, ¿me oyes?

— ¡Que tengas un buen día, Taichi!

— ¡Lo mismo para ti, Rina! ¡Corta la plática y ve a la escuela!

—Okaaaay...

Y así, con las voces alegres de su familia a sus espaldas, Taichi se dirigió a Yamaboshi. Esta vez no tuvo la suerte de encontrarse con amigos en el camino, pero de todos modos llegó sano y salvo.

Cuando entró en el aula, sin embargo, vio a Kurihara Yukina y recordó lo mal que había parecido ayer. Al menos no se había reportado enferma hoy, pero aun así... Quería preguntarle cómo se sentía, pero estaba hablando por teléfono con alguien.

—Te digo que no tienes de qué preocuparte. Solo ven a la escuela y hablaremos de eso en persona, ¿de acuerdo? Adiós. — Colgó el teléfono y dejó escapar un suspiro agravado.

Sin embargo, antes de que Taichi pudiera caminar hacia ella, Kiriyama se apresuró a interrumpir. — ¡¿Oye, ¿estás bien?!

—Cálmate, ¿quieres? Son las 8 AM. Y estoy bien.

—Buenos días, ustedes dos. ¿Cómo te sientes?

—Buenos días, Taichi.

—Buenos días, Yaegashi. ¿Incluso estás preocupado por mí ahora?

— ¡Claro que lo estoy! Realmente nos asustaste.

—Está bien, bueno, solo voy a decir esto una vez, así que escucha: estoy sana como una manzana.

— ¿Estás segura? No nos estás mintiendo, ¿verdad? ¡Porque literalmente te desmayaste ayer!

— ¡No me desmayé! Estuvo cerca, eso es todo. ¿Por qué te mentiría?— Kurihara respondió con una sonrisa, como para calmar las preocupaciones de Kiriyama enfatizando su propio buen humor.

—Bueno, me alegra saber que estás mejor — ¡AAAAAAAAHHHH! De la nada, Kurihara dejó escapar un grito y cayó de su silla al suelo.

Taichi no pudo procesar esto. — ¿Huh? — ¡¿Yukina?!— Sorprendida, Kiriyama le ofreció una mano apresuradamente para ayudarla a levantarse.

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— ¡No! ----Pero Kurihara se apartó. Casi como si tuviera miedo de Kiriyama.

—Yukina, ¡¿qué te pasa?! ¡Dime que está mal!— Kiriyama chilló en pánico. Y después de los últimos dos días, Taichi solo podía imaginar lo preocupada que debía haberse sentido por su mejor amiga.

— ¿Qué... qué sucede...?— Kurihara tartamudeó delirantemente mientras miraba alrededor de la habitación.

Mientras tanto, la conmoción había llamado la atención de sus otros compañeros de clase.

— ¿Hey, qué pasa?

— ¿Estás bien?

—Espera, ¿qué pasó?

Entonces Kurihara se volvió hacia Taichi y Kiriyama.

—No... ¡NOOOO!— ella gritó sin control. Luego se puso de pie de un salto y salió corriendo de la habitación.

— ¡Yukina, espera!— Kiriyama gritó mientras perseguía.

A su paso, murmuraron susurros por toda el aula.

— ¿Se encuentra bien?

— ¿Qué fue eso...?

••• Al final, Kurihara regresó al aula a la mitad del primer período, acompañada por Kiriyama. Una vez que terminó la clase, Taichi (y varios otros) se acercaron a ella.

—Escuché que no estabas muy bien esta mañana, Yukina-chan. ¿Qué pasó?— preguntó Nagase, su tono cuidadosamente equilibrado en algún punto entre alegre y serio.

—Oh, um... Sí, realmente estaba fuera de sí, — respondió Kurihara, su rostro pálido, su sonrisa rígida.

Hablando de eufemismos.

—Tal vez deberías irte a casa por hoy, —sugirió alguien más.

—Sí, deberías descansar para tener la energía para pasar la semana de finales,— intervino un tercero.

—No te preocupes por eso. Lamento haberte asustado, pero ahora estoy mejor, y estoy lista para el resto del día, — insistió Kurihara, dejando caer su libro de texto sobre su escritorio con un golpe sordo, como diciendo que esta conversación se termina ahora.

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El tercer período estaba programado para llevarse a cabo en un aula diferente, por lo que después de que terminó el segundo período, Taichi, Nagase, Kiriyama y el resto de la clase salieron al pasillo.

—Me preocupa un poco Yukina-chan, — murmuró Nagase en voz baja. La chica en cuestión había dejado el salón de clases delante de ellos, acompañada por otros amigos.

—Definitivamente algo está pasando con ella, — respondió Taichi. No es que haya mucho que pueda hacer al respecto, por supuesto, pero eso todavía pesaba en su mente.

—Esta mañana ella estaba tratando de esconderse en el baño de las chicas, así que la llevé a la oficina de la enfermera y... permaneció totalmente apartada.

Como que eso no es normal, — dijo Kiriyama, con el ceño fruncido.

—Bueno, estamos hablando de Yukina-chan, así que supongo que podemos tachar «estudiar demasiado » de la lista, —reflexionó Nagase en tono de broma.

En ese momento, los gritos estallaron en algún lugar más adelante, y el corazón de Taichi casi se detuvo. Asustado, miró en la dirección del sonido.

Había dos chicas paradas allí: Taichi las reconoció como compañeras de segundo año, pero eran de una clase diferente, y no sabía con certeza sus nombres. Se miraron unos a otros... luego miraron a los tres miembros del CIC... luego se miraron unos a otros.

—Hey, uh... ¿qué pasa?— Preguntó Nagase, y una fracción de segundo después, las dos chicas se apresuraron a correr con una expresión de terror grabada en sus rostros.

— ¿Q-qué fue eso?— Kiriyama miró sobre su hombro y miró por el pasillo.

—Lo más importante... ¿por qué parecían estar un poco... asustadas de nosotros?— Taichi preguntó cuándo se le ocurrió la idea. Ese era el sentido que tenía, al menos.

— ¿Por qué lo estarían? ¿Les hicimos algo alguna vez? Esas chicas eran del equipo de atletismo, ¿verdad? ¿De la clase 2-A? — preguntó Nagase.

—Honestamente, realmente no he hablado mucho con ellas...— Luego Kiriyama levantó la vista cuando una cierta comprensión la golpeó. —Espera, pero... ¿Yukina no parecía asustada también? ¡Nos miró y gritó!

— ¿Estamos causando esto de alguna manera? Si es así, ¿cómo? No se me ocurre ninguna razón por la que... excepto tal vez...

Si sucedía algo fuera de lo común, bueno... ciertamente sabían de una entidad en particular que podría estar detrás de esto. Pero... les había prometido que nunca volvería a mostrarse.

—Tal vez sea una coincidencia, — dijo Taichi, tratando de mantenerse optimista.

—Tal vez estábamos en el lugar equivocado en el momento equivocado.

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—Cierto...

—Sí, eso podría ser...

Las dos chicas asintieron pensativamente.

—De todos modos, llegaremos tarde, ¡así que vamos rapido!

—¡Ack! ¡Tienes razón!

Y así, con Nagase a la cabeza, los tres corrieron por el pasillo.

Habían sido testigos de sucesos anormales dos días seguidos ahora. ¿Pero era la fuente puramente externa? O... ¿podrían ser de alguna manera responsables? ¿Qué pasaría si sin saberlo sembraran las semillas del desastre donde quiera que fueran? El pensamiento fue aterrador.

A mitad de camino, pasaron junto a dos estudiantes varones en medio de una conversación. Y dado que Taichi ahora estaba hiper-consciente de todos, su mirada naturalmente se desvió hacia ellos.

—….

—….

Aparentemente estaban teniendo una conversación privada. Podía ver sus bocas moviéndose, pero no podía entender lo que decían. De hecho, no podía escuchar sus voces en absoluto... ni siquiera cuando pasaba a corta distancia. ¿Que? Confundido, Taichi se detuvo.

Los muchachos no se tapaban la boca ni nada; al contrario, hablaban como si no tuvieran nada que ocultar. Entonces, ¿por qué no podía escuchar sus voces? ¿Estaban pronunciando muy bajo las palabras o algo así...?

—Bastante loco, ¿eh?

—Sí, amigo, ¡es una locura! ... ¿eh? ¿Necesitas algo?— Uno de los chicos miró y se encontró con la mirada de Taichi.

— ¡Oh! No lo siento. — Con una sonrisa incómoda, corrió tras Nagase y Kiriyama.

Supongo que mi mente solo me estaba jugando una mala pasada.

••• Durante el almuerzo, Taichi se dio cuenta de que se había olvidado de traer su termo de casa, por lo que decidió visitar la máquina expendedora más cercana.

Los calentadores siempre estaban en pleno funcionamiento durante los meses de invierno, y de forma similar al ardiente verano, el aire seco tenía una forma de darle sed.

Mientras se dirigía por el pasillo, vio al azar a Inaba más adelante, caminando junto con dos de sus otras amigas. Mientras se acercaba, se picó el canal auditivo con un dedo... y como su novio, esta no era la vista más atractiva.

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Entonces, una de sus amigas vio a Taichi, — ¡Oh!, — Y consecuentemente, también Inaba. Por alguna razón, tenía el ceño fruncido en su rostro.

Las otras dos chicas intercambiaron una mirada... luego asintieron al unísono.

—Está bien, bueno, ¡es mejor que nos vayamos!

— ¡Sí, tenemos que hacer otra cosa! ¡Lo siento!

Apenas ocultando sus sonrisas con las manos, se alejaron rápidamente.

—Ugh... Es por eso que no me gusta tropezar contigo en la escuela. Todos comienzan a burlarse de mí.

—Oh por favor. No se están burlando de ti.

Como una pareja abiertamente confirmada, ocasionalmente estaban sujetos a este tipo de bondad errada por parte de sus amigos.

—Caramba. ¿Por qué están tan convencidos de que constantemente quiero estar a solas contigo a toda hora del día? Bien, como sea.

—Probablemente disfruten viendo esa pequeña sonrisa que tienes en la cara cada vez que tratas de hacerlo bien. Ya sabes, la que tienes ahora.

— ¡Hyah!— Ella lo golpeó el pecho.

— ¡Ouch!

—No necesito tu análisis racional, ¡¿de acuerdo?! ¡Soy tu novia! ¡Si estoy sonriendo, entonces deberías estar sonriendo aún más!

Desafortunadamente, eso era una tarea difícil; Taichi realmente no podía imaginarse a sí mismo sonriendo alegremente sin que pareciera espeluznante.

—Bueno, no quiero retenerte si estabas en camino a alguna parte.

—No, está bien. Simplemente regresaba a clase.

—Ah, vale. Y también... por favor no piques tu cerumen en público. Es desagradable.

—No lo hago todo el tiempo, ¿de acuerdo? He tenido problemas para escuchar a las personas últimamente.

— ¿Qué quieres decir?

—Antes había un tipo cuya voz no pude escuchar por alguna razón... ¿Tiene sentido? O para ser más exactos, había todo un grupo de personas, y podía escuchar a todos los demás, pero no a él.

— ¿Casi como si no estuviera pronunciando las palabras?

— ¡Si, exacto! Eres bastante rápida en la aceptación.

—En realidad... también me pasó recientemente. ¿Fue solo una coincidencia, o... podría haber alguna causa común?

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— ¿Fue así? Dame los detalles.

En un abrir y cerrar de ojos, su expresión se endureció y toda la alegría se evaporó del aire.

Al final resultó que, Inaba había experimentado la misma «sordera selectiva» extraña que Taichi, aunque con una persona diferente.

Personalmente, Taichi quería creer que simplemente lo estaban pensando demasiado, e incluso Inaba había admitido que «a veces ciertas voces son más difíciles de escuchar que otras; ya sabes, su tono o lo que sea». Pero también estaba el incidente con Kurihara a tener en cuenta, además de las otras dos chicas... Todas estas pequeñas rarezas estaban empezando a sumar. ¿Sumar a qué, sin embargo? ¿No se suponía que eso terminaría ahora? No es que Taichi realmente creyera que ya sabes quién se había ido para siempre; obviamente quería creerlo, pero al mismo tiempo, también quería estar preparado para el peor de los casos. Sus deseos eran mutuamente excluyentes.

Para el caso, ¿qué hay con las personas que experimentaron los fenómenos antes que el CIC? Ya sabes quién dijo que no eran sus primeros conejillos de indias, ¿Verdad? Entonces, ¿cómo volvieron esas personas a sus vidas normales después?

Todo este tiempo, nunca se sintió que realmente habría «terminado», pero pronto, Taichi y los demás tendrían que aceptarlo. La historia había terminado y ahora tenían que escribir el epílogo. Todo lo que sucedió... Todo lo que cambió...

Todo lo que sintieron... Tendrían que encontrar una manera de llevarlo consigo por el resto de sus vidas.

Este tren de pensamiento inactivo se detuvo cuando se dio cuenta de que solo quedaban quince minutos para la campana final. El pizarrón ahora estaba cubierto de letras de tiza y, sin embargo, Taichi apenas había copiado más que la primera línea.

Junto a él, Setouchi miró sus notas y parpadeó sorprendida. Luego golpeó su cuaderno con su portaminas y le dirigió una mirada que decía: ¿Quieres que te preste el mío? Taichi sonrió, sacudió la cabeza y levantó una mano ligeramente para declinar. No, él necesitaba tomar sus propias notas, sin atajos. No tenía sentido preocuparse por una amenaza que en realidad podría no existir.

Su mirada vagó distraídamente hacia Nagase y Kiriyama, ambas ocupadas garabateando. Sentada delante de ellos en una fila diferente no estaba otra que Kurihara Yukina. Sus ojos se encontraron.

Kurihara se estremeció un poco, e inmediatamente bajó la cabeza... como para esconderse de su mirada.

••• Después de la escuela, los cinco de segundo año del CIC se reunieron en la sala del club.

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—Aparentemente, Chihiro y Shino están teniendo una sesión de estudio con sus compañeros de clase, — informó Inaba a los demás.

—Interesante... Parece que Chee-hee y Shino-chan finalmente han salido de sus pequeños cascarones... Espera, ¿por qué te están informando de sus ausencias y no a mí? ¡Soy la presidenta, maldita sea! — Nagase sollozó ruidosamente y fingió secarse las lágrimas.

Como se acercaban los finales, todos sacaron sus materiales de estudio, incluso Aoki, aunque la expresión de su rostro sugería que preferiría estar haciendo literalmente cualquier otra cosa.

Y así, los cinco garabatearon en sus cuadernos, con una conversación ligera aquí y allá.

—... Algo me ha estado molestando últimamente, — dijo Taichi finalmente, después de debatir si traer el tema o no. Luego les habló sobre Kurihara, sobre las otras dos chicas del equipo de atletismo y, finalmente, sobre los dos chicos cuya conversación era físicamente incapaz de escuchar.

Quería que le dijeran que estaba exagerando, que estaba paranoico.

Desafortunadamente, eso no fue lo que consiguió.

—En realidad, — respondió Inaba lentamente, —sabes, después de que te encontré en el almuerzo... hubo un estudiante de primer año que huyo desesperadamente de mí por el pasillo. Estaba completamente fuera de control, como si estuviera en pánico por algo.

— ¿Espera? Entonces... ¿te chocó o algo así? — Nagase preguntó.

—No, no. Se detuvo justo en frente de mí y dijo «No quise hacer eso» y se fue corriendo.

—Eso es realmente extraño, — reflexionó Kiriyama, inclinando la cabeza con una mano pensativa en su barbilla.

—Sin embargo, la verdad eso me recuerda... ¡Hubo un momento en el que hice contacto visual con Oosawa-san y ella escapó con todas sus fuerzas! ¡Mirando al suelo y todo!

— ¿Tal vez simplemente no le gustas?

— ¡Oye! ¡Sé amable con tu novio, Yui! Y para que conste, normalmente ella siempre sonríe y me pregunta cómo te van las cosas, así que... realmente no estoy seguro de qué hice para que se ponga así.

—Parece que las cosas son raras por todas partes. Aterrador, —comentó Nagase alegremente. —Yo personalmente, no he notado nada. Bueno, excepto por lo de Yukina-chan. Pero todos estábamos allí.

Desafortunadamente, su alegría forzada sonó hueca. Todos pensaban lo mismo, pero nadie estaba dispuesto a decirlo en voz alta. Claro, tal vez solo estaban paranoicos, pero... parecía que el simple hecho de ponerlo en palabras lo haría real. Como una especie de maleficio.

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Se dijeron a sí mismos que todo estaba en el pasado... pero ellos no fueron los que lo terminaron, por lo que no podían descansar tranquilos.

—... ¿Un fenómeno?— Taichi murmuró en voz alta.

Se negó a decir su nombre. Uno pensaría que ya lo habría superado, pero hasta el día de hoy, la simple mención de cierta planta tropical fue suficiente para acelerar su pulso.

Al principio, nadie respondió, y se preguntó si debería haber esperado.

—Dijo que terminó con nosotros. Y me pareció bastante serio, — dijo Inaba. Ella estaba allí con Taichi cuando «Fuusenkazura» apareció para dar su última despedida. —No sugiero que debamos confiar en él, pero... Me gustaría observar y ver un poco más.

Inaba siempre era la líder de facto a la hora de elaborar estrategias contra los fenómenos, y no era ningún misterio por qué. En opinión de Taichi, ella tenía la idea correcta... pero, por otro lado, le preocupaba que fuera solo una excusa para meter la cabeza en la arena.

—Pero por ahora, vamos a plantear una hipótesis. Suponiendo que esto fuera un fenómeno, ¿de qué tipo sería? De nuevo, puramente hipotético. Piensen en ello como un ejercicio creativo.

Oh, ahora lo entiendo, pensó Taichi para sí mismo. Ella está logrando un equilibrio cuidadoso. Clásico de Inaba.

—B-Bien. Hipotético. Bueno, pensemos en ello, — dijo Kiriyama. Su expresión era rígida, pero su voz era firme.

— ¡De acuerdo! ¡Supongo que es un fenómeno donde «las personas se asustan al azar sin razón»! — Aoki sugirió ansiosamente, aunque su energía fue un poco forzada.

—Solo porque Misaki-chan piensa que eres asqueroso no significa que algo sobrenatural lo esté causando, Aoki.

— ¡Yui! No estoy poniendo excusas, ¿vale? ¡Y ella no cree que sea asqueroso!

—Definitivamente sé lo que es hacer que otras personas se alejen de ti por miedo. Nngh... No estoy segura de poder manejarlo, — dijo Nagase con una mueca.

—Otras personas nos tienen miedo... Nos temen... ¿Y porque tienen miedo...?— Reflexionó Inaba. Claramente estaba tratando de encontrar una explicación de por qué un primer año arremetería contra ella al azar.

— ¿Parecía que iba a atacarte, Inaba? Si es así, tendremos que tomar precauciones independientemente, —dijo Taichi.

—Es una hipótesis, tonto. Solo estoy considerando todas las posibles interpretaciones.

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—Buena idea... Bueno, con un fenómeno como ese, ¡hipotéticamente podríamos necesitar que las parejas permanezcan juntas en todo momento! ¡Por razones de seguridad! Y como soy una chica extraña, ¡puedo seguirlos y tomar notas!

—Guarda tus fantasías de fangirl para ti, Nagase.

— ¡Oof! ¡Eso ofende, Taichi!

—Espera, pero ¿qué pasa con el problema de «Sordera aleatoria»?— preguntó Kiriyama.

—Eso podría haber sido algo único, — respondió Inaba.

—Sí... es difícil ver cómo la sordera selectiva se relacionaría con otras personas que nos temen.

—Todavía hay muchas cosas que no sabemos, — murmuró Aoki. —Pero, de nuevo, si realmente supiéramos algo de verdad, entonces esta lluvia de ideas hipotética dejaría de ser hipotética, ¿eh? Él tenía razón, por supuesto.

—Bien entonces. Como experimento, tengamos todo en cuenta, — dijo Inaba.

—Dado que tenemos «personas que nos temen» y «voces apagadas», tal vez el fenómeno es... no sé, «aislamiento del mundo que nos rodea». O si agregamos «intento de asalto», tal vez es hostilidad del mundo que nos rodea.

Al principio parecía absurdo, pero... cuanto más Taichi reflexionaba sobre ello, más comenzaba a tener sentido. Claro, los fenómenos pueden haber comenzado poco a poco, pero con el tiempo comenzaron a afectar constantemente el mundo que los rodea. Quizás este fue el siguiente paso lógico.

— ¿Fue demasiado tétrico? Lo siento, — dijo Inaba después de que la habitación cayó en un silencio contemplativo.

— ¡No es así! Estamos impresionados de lo bien que puedes armar todas las piezas del rompecabezas, Inaban.

—No hay rompecabezas. Es solo un... un ejercicio creativo, — insistió Inaba.

Aunque para ellos o para ella misma, no estaba claro.

Una vez que terminó la conversación, los cinco amigos volvieron a sus estudios... pero era obvio que nadie podía concentrarse. Después de una disculpa por «asustar innecesariamente a todos», Inaba sugirió que todos empacaran y estudiaran en casa. Era demasiado temprano para decir que era un día, pero nadie se opuso... así que Taichi y los demás salieron del salón y cruzaron el campus.

—Oye, no te sientas mal. Uno de nosotros tendría que decirlo eventualmente, — dijo Inaba en un intento de consolarlo.

—Sí, supongo... Gracias por todo su apoyo hoy.

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—Igualmente. Gracias a ti, tuvimos una buena y productiva discusión. Deberías estar orgullosa de eso.

A veces ella lleva los pantalones mejor que yo.

—Hoombre, ¿realmente voy a estudiar cuando llegue a casa? Porque siento que la respuesta es no...

— ¿Alguien más como que realmente odia a los hombres débiles de carácter, o soy solo yo?

— ¡Pensándolo bien, voy a estudiar!

—Sabes, estoy empezando a pensar que eres lo mejor que le ha pasado a Aoki,— le comentó Nagase a Kiriyama. —Pero si no tienes cuidado, él podría superarte.

— ¡Eso no pasara! Si Aoki obtiene mejores calificaciones que yo, ¡destruirá el equilibrio de poder en nuestra relación! ¡Tengo que ser superior o no puedo dominarlo!

Parecía una conversación divertida, por lo que Taichi decidió unirse. —Tal vez Kiriyama es la motivación que necesita para...

—...Tú allí...

Pero entonces hubo una voz.

Una voz helada e inhumana que sonaba como si se retorciera desde las profundidades del infierno.

Directamente detrás de ellos.

Taichi sabía que necesitaba darse la vuelta... y, sin embargo, su cuerpo se negó a ceder. No necesitaba ver al dueño de la voz, su presencia ya había atrapado su corazón. ¡Muévete!

Lento pero seguro, volvió la cabeza. El resto de su cuerpo hizo lo mismo.

Allí estaba un estudiante que no reconoció, tal vez un estudiante de primer año, mirándolos con ojos vacíos y sin vida... y, sin embargo, su mirada era palpablemente intensa.

—Entonces... ¿ustedes son los «fascinantes», hmm...?

Era un chico común que acababa de hablar de una manera extraña y lenta.

Ja. Sí claro. Ojalá.

—Así que esto es lo que« Fuusenkazura» dejó atrás...

Tan pronto como pronunció ese nombre, toda duda desapareció. Este chico estaba poseído por alguien, algo, que sabía sobre «Fuusenkazura».

Una vez más, los cinco se encontraban bajo la lente de un ojo sobrenatural. Y lo que es peor, ya habían llegado a esperar este «giro de la trama» en el que

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bajaban la guardia solo para descubrir que su terrible experiencia no había terminado. Era repugnante.

— ¿Qu-quién eres?— Exigió Inaba, su voz temblando ligeramente.

—No te preocupes por eso.

—Oh, nos vamos a preocupar por eso, — respondió Taichi. Porque estas entidades estaban tan interesados en las emociones y conexiones humanas, parecían no tener casi ninguna comprensión de la naturaleza humana.

— ¿Qué quieres con nosotros?— Nagase preguntó con cautela.

—Oh, solo quería ver más de cerca... Eso es todo...

— ¿Eso es todo?— Aoki presionó.

Sin respuesta. ¿Qué seguía?

—Muy bien... Solo una pregunta...— Quienquiera que fuera, su manera de hablar era mucho más directa que «Fuusenkazura» o «El Segundo». — ¿Qué piensas de «Fuusenkazura»?

—... ¿Qué quieres decir?— Kiriyama preguntó, en silencio desconcertada.

A decir verdad, había una conexión extraña entre el CIC y «Fuusenkazura».

Pero para ponerlo en palabras... Lo que me vino a la mente más rápido fue la ira, el resentimiento, la hostilidad, y sin embargo, había más que eso. Después de haberlo sabido durante tanto tiempo, había algunos sentimientos en conflicto en juego que no podían resumirse en una sola palabra. No es que lo apreciaran de ninguna manera, pero cuando se tiene en cuenta cómo habría sido su vida sin su intromisión...

—Pensándolo bien... no importa. Me iré ahora, — continuó antes de que alguno de ellos tuviera la oportunidad de responder, y una fracción de segundo después, la cabeza del chico se desplomó hacia adelante y se tambaleó hacia un lado.

Afortunadamente, logró recuperarse antes de perder el equilibrio por completo.

Luego levantó la vista de nuevo.

— ¿Hmm...? Espera... ¿eh? Qué... ¿Necesitaban algo? — les preguntó a los cinco estudiantes mayores que estaban frente a él. Ahora que la luz había vuelto a sus ojos, parecía perfectamente normal. Solo otro estudiante de Yamaboshi.

—... No, no es nada, — respondió Taichi. No es como si hubiera algo más que pudiera decir en realidad.

—Ah, vale. Bueno, nos vemos —murmuró el chico perplejo. Mientras se alejaba, pudieron verlo inclinando la cabeza confundido.

—Por el momento... volvamos a la sala del club, — dijo Inaba.

Su voz era plana y sin emociones.

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■□■□■

Y así, los cinco de segundo año volvieron a la sala del club y volvieron a los mismos asientos en los que estaban sentados solo unos minutos antes.

—Bueno, eso no era «Fuusenkazura»... y tengo la sensación de que tampoco era «El Segundo»...— Exclamó Kiriyama, mirando en dirección a Taichi para confirmar.

—No, eso definitivamente no era «El segundo». Es... algo más. Algo nuevo.

Aunque sus interacciones con «El Segundo» fueron pocas y distantes entre sí, Taichi todavía se consideraba el más informado, ya que los demás apenas le habían hablado. Y sí, estaba seguro de que la entidad con la que hablaban no era «El Segundo».

—Está bien, entonces... Para nuestro propósito, llamémoslo... No sé, ¿«El tercero»?— Inaba sugirió, ya que no se había presentado exactamente.

Sí, esto no era «Fuusenkazura» o «El Segundo», sino una entidad completamente nueva. La pregunta era: ¿se presentaría este ser de otro mundo como una broma?

No. De ninguna manera. Su presencia solo podía significar una cosa. Y al final, fue Nagase quien asumió la carga de decirlo en voz alta: —Nos están haciendo pasar por otro fenómeno.

—O eso, o están a punto de hacerlo, —dijo Inaba con un suspiro.

—Cada vez que algo extraño nos sucede, solo puede significar una cosa, —asintió Aoki en voz baja, como si se hubiera resignado a su destino.

—«Fuusenkazura» dijo que había terminado con nosotros, — murmuró Kiriyama, agarrando el borde de su falda hasta que sus nudillos se pusieron blancos. —Pero supongo... nunca dijo nada acerca de que ninguno de los demás entrometiéndose con nosotros...

En cuyo caso, dependiendo de cuántos más de estos seres sobrenaturales estaban allí, podrían pasar toda su vida atrapados entre un fenómeno y el siguiente.

Inaba exhaló pesadamente. —No podemos mantener esta mierda en secreto para siempre. ¿O están tratando de ver cuántos aros podemos saltar antes de que finalmente nos derrumbemos? ¿La parte más aterradora? Ninguno podía decir con certeza que «ellos» no estaban persiguiendo precisamente eso.

—Alguien comenzará a darse cuenta, lo queramos o no, — dijo Taichi.

Teniendo en cuenta cuántos fenómenos y su índole «Fuusenkazura» había causado hasta ahora, seguramente tenía que haber alguna razón por la que nadie se había enterado. ¿O fue su primera vez experimentando con estudiantes

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de Yamaboshi? Probablemente no, pensó Taichi para sí mismo.

«Fuusenkazura» admitió haber experimentado con otros antes de reunirse con el CIC. Y otra cosa: ¿cómo ocupaba exactamente su tiempo entre fenómenos...?

—Bueno, no veo ninguna razón para que esto nos deprima, — dijo Nagase con una voz firme pero alegre, y Taichi se encontró admirando la forma en que siempre lograba llegar a un equilibrio cuidadoso entre el optimismo y el pesimismo.

Ella tenía razón, por supuesto. No necesitaba llorar por sus circunstancias, pero tampoco estaba obligado a tomarlas a la ligera. En cambio, necesitaba aceptarlo como realidad... y desde allí, podría ser un participante activo en el proceso de toma de decisiones con su propia visión del futuro.

Potenciado por esta nueva filosofía, Taichi declaró: —Vamos a vencerlos en su propio juego. Y esta vez, lo terminaremos definitivamente.

No se sabía lo que estos seres podrían tratar de hacerles. Cada nuevo fenómeno aumentaba cada vez más las apuestas. Y esta vez, no estaban tratando con «Fuusenkazura». Pero no obstante...

—Si juntamos nuestras cabezas, los cinco podemos lograr cualquier cosa.

Iba a tomar un papel activo esta vez. Iba a tallar el camino hacia adelante.

—O, al menos, creo que deberíamos intentarlo.

Por una vez, había dejado su opinión personal explícitamente clara.

Aoki puso una sonrisa tonta y levantó un puño triunfante. — ¡Lo de siempre!

—Sabes, me estoy cansando de que nos subestimen, — Kiriyama resopló, cruzando los brazos.

—Chicos, no me importa que se asusten mientras estén seguros de poder manejarlo... Oh, ¿a quién estoy engañando? Por supuesto que pueden manejarlo, — se corrigió Inaba, sacudiendo la cabeza divertida.

— ¿Qué hay de ti, Inaba?— Preguntó Taichi, preocupado.

Inaba generalmente terminaba en una posición de liderazgo, lo que significaba que sus necesidades a menudo eran las últimas. Incluso ella tendía a olvidar que tenía necesidades. Por lo tanto, dependía de él recordárselas.

—Eh, estoy bien. Me alegra que los cinco estemos del mismo lado.

El último fenómeno había causado una grieta en su grupo, pero Taichi no estaba dispuesto a permitir que eso volviera a suceder. —Esta vez lo hablaremos como un equipo, — declaró con firmeza.

Unidos, los cinco asintieron al unísono. Juntos eran imparables...

—Si tan solo supiéramos con lo que estamos luchando...

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—Amigo, Taichi, ¡no lo arruines! ¡Sé un hombre! Mantén tu cabeza en alto y di «¡Trae eso aquí!» — Aoki disparó de vuelta.

— ¡Sí, Taichi!— Kiriyama intervino. — ¡Sabes que cuento contigo mucho más que Aoki, por lo que debes levantar tu peso!

—Uh, ¡¿Yui?! Sabes que soy tu novio, ¿verdad?

—Sin embargo, Taichi tiene razón, —dijo Inaba. —Hicimos un intento decente para generar una lluvia de ideas sobre posibles teorías, y estoy segura de que lo discutiremos más en el futuro, pero tal como está, hay demasiado que no sabemos en lo que respecta a lo que estamos tratando. ¿Ya ha comenzado? Y si es así, ¿algún idiota vendrá a explicárnoslo?

Mientras cruzaba los brazos en contemplación, Nagase levantó la vista. —Bueno, «El Segundo» nunca se mostró, ¿verdad?

—Sí... Ahora que lo pienso, «Fuusenkazura» fue más considerado de lo que creíamos. — Inaba hizo una mueca amargamente.

—Entonces tal vez deberíamos prestar mucha atención a todo lo que sucede e intentar resolverlo por nosotros mismos, —sugirió Kiriyama, y Taichi se inclinó a aceptar.

—Eso suena como un buen comienzo.

De aquí en adelante, su lista de cosas por hacer solo crecería. Pero su objetivo principal estaba claro: mantenerse firmes, pase lo que pase.

—Me imagino que ninguna parte de esto será fácil. Especialmente cuando se acercan los finales, — comentó Inaba.

— ¡Oh mierda!— Aoki se agarró la cabeza con desesperación.

De hecho, ninguno de ellos realmente tenía espacio en su plato para más problemas.

—Así que será mejor que los aplastemos rápido, —continuó con una sonrisa siniestra.

La novia de Taichi era fuerte.

+++ — ¡Estoy en casa!— Llamé mientras abría la puerta principal.

La casa estaba oscura y fría. Dejé escapar un suspiro.

—Genial... Otra molestia, —murmuré para mí mientras me quitaba los zapatos.

—Dos fueron suficientes, pero ahora hay un «Tercero»...

Pero mientras guardaba mis zapatos, noté que los zapatos de trabajo favoritos de mi madre también estaban puestos allí: —Bienvenida a casa, Iori.

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— ¡Whoa!— De repente, las luces se encendieron, cegándome brevemente mientras mis ojos se ajustaban. —H-Hola mamá. No te vi allí.

—Acabo de regresar. Hubiera dicho algo antes, pero estaba hablando por teléfono.

Oh ya entiendo. Debe haber estado demasiado ocupada hablando para encender las luces.

— ¿Cómo estuvo la escuela hoy?— preguntó. El sentimiento era cálido, pero su tono era suave y helado.

Nagase Reika, 37 años. Otras personas a menudo la describieron como «etéreamente hermosa». Habíamos pasado por mucho (y quiero decir mucho) juntas, y no siempre nos veíamos cara a cara, pero en su mayor parte estábamos tan cerca como una madre y su hija podrían estar.

—Divertida como siempre, — respondí, luego me dirigí a mi habitación. Por lo general, no me importaba que me preguntara sobre la escuela, pero después de lo que acababa de murmurar en voz alta, realmente no quería entrar en detalles.

En general era del tipo callada y de voz suave, así que esperaba que no insistiera en el tema...

— ¿Es eso cierto?

Oh dios, aquí vamos. — ¿Huh? ¿Qué quieres decir?

—Justo ahora estabas diciendo algo sobre «otra molestia», ¿no?

—B-Bueno, sí, tal vez...

—Parece que algo anda mal. ¿No quieres contarme al respecto?

—Quiero decir... sí, hubo... algunas cosas molestas que sucedieron...— Divagando bajo la aguda mirada de mi madre, supe que tenía que seguir hablando. —Mira, cómo pongo esto... Básicamente, tenemos que aguantar algunas cosas bastante estresantes de vez en cuando. Y justo cuando creíamos que éramos libres por fin... descubrimos que está sucediendo de nuevo. Así que sí.

—Por «nosotros», ¿te refieres a tu club?

Afortunadamente, ella no pidió detalles; todo lo que quería saber era quiénes estaban involucrados.

—S-Sí...

— ¿Estás segura de que puedes manejarlo?

— ¡Sí, por supuesto! Todos estamos trabajando juntos en eso.

—Hmmm... Bien, buena suerte con eso, — respondió ella. Entonces su voz generalmente suave se endureció. —Pero no hagas nada inseguro. Si las cosas se ponen peligrosas, puedes contar conmigo.

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Retrocedí un poco. Sabía que era solo una prueba de que ella se preocupaba por mí, pero...

—No te preocupes, mamá. No haré nada para asustarte.

—De vez en cuando, tu comportamiento puede ser tan... anormal...

Mi corazón dio un vuelco del miedo. ¿Estaba al tanto de mí?

—Pero esta vez se siente... diferente de alguna manera...

— ¡Estoy bien, lo juro! Si pasa algo, te lo diré. Lo prometo.

—Espero cumplas eso.

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Capítulo 3: No del todo bien Al final, decidieron mantener los detalles esenciales entre ellos sin arrastrar a Uwa Chihiro o Enjouji Shino. Hasta donde sabían, los de primer año estaban a salvo del fenómeno. Luego, al día siguiente, se encontraron en la sala del club a primera hora de la mañana.

—Ya saben, no he notado nada extraño desde la última vez que los vi, — dijo Aoki.

—Esperaba que sucediera algo que eliminara toda duda, — respondió Inaba, su expresión en conflicto.

—Hmmm, — murmuró Nagase. —Este parece ser el momento perfecto para que uno de ellos aparezca y nos cuente qué está pasando.

Del mismo modo, Taichi tampoco había notado ninguna rareza flagrante.

—Pero, como... probablemente sea algo bueno que no hayan... ¿verdad...?— Murmuró Kiriyama, confundida.

—Mirándolo a través del lente de nuestra hipótesis de ayer, es posible que simplemente no se haya disparado porque no había objetivos válidos. Tal vez no se aplica a los miembros de la familia o algo así, — sugirió Inaba.

Sospecha. Hostilidad. Aislamiento. Estos fueron los síntomas que habían detectado hasta ahora.

—Buen punto. El último fenómeno solo se aplicaba a las personas en la escuela,— concordó Taichi, recordando la Percepción de Sueños.

Inaba asintió con la cabeza. —Exactamente. Y es muy posible que el mismo tipo de restricción pueda estar en juego con este también. Tenemos que estar en guardia.

A Inaba y Aoki se les asignó deberes de clase esa mañana, por lo que salieron antes que los demás, con el grupo 2B, Taichi, Nagase y Kiriyama, siguiendo su ejemplo poco después. Casi nadie pasaba por esta parte del campus tan temprano en la mañana.

—Estoy emocionado de ver a los demás, pero al mismo tiempo, tengo miedo de lo que pueda pasar cuando los vea, — admitió Taichi con ansiedad.

— ¡Mi querido Taichi-kun! ¿No prometimos poner fin a esta pesadilla de una vez por todas? — Nagase exigió con una voz teatral.

—Sí, lo sé, pero... necesitamos asegurarnos de que tenemos la comprensión correcta de cómo funciona realmente este fenómeno.

—Si cierto. No quisiera que nadie salga lastimado.

—Sabes lo que dicen, — intervino Kiriyama mientras daba dos pequeños pasos hacia adelante. — ¡La fortuna favorece a los que se arriesgan!— Ella saltó hacia adelante en un salto largo.

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—Realmente es un salto arriesgado el que hiciste allí, —comentó Taichi.

—Sin mencionar que fue un flash de bragas bastante audaz, — sonrió Nagase.

—Buen intento, pero estoy usando pantalones cortos de voleibol aquí abajo. ¡Lo único que estoy «flasheando» es spandex!

Al llegar al edificio principal de la escuela, subieron las escaleras e inmediatamente vieron a Kurihara Yukina, Oosawa Misaki y otras tres chicas del equipo de atletismo caminando por el pasillo.

— ¡Yukina! ¡Misaki-chan! ¡Buenos días!— Kiriyama llamó con su voz más alegre. Naturalmente, todas las chicas se giraron para mirar.

Pero cuando vieron a Kiriyama... y Nagase... y Taichi... sus expresiones se congelaron de miedo. ¿De qué tenían tanto miedo estas chicas? ¿Qué les había hecho el CIC? ¿Había más cosas que Taichi y los demás no sabían?

Sorprendidos por esta reacción inesperada, los tres se detuvieron, indecisos en si acercarse o no.

—Vamos, — susurró una de las chicas. Luego el equipo de atletismo se apresuró a retirarse por el pasillo.

En este punto, casi parecía que lo estaban haciendo por despecho.

••• El siguiente incidente ocurrió poco después de que sonó la campana del almuerzo.

— ¿Me has estado ignorando?— Kiriyama le preguntó a Kurihara Yukina directamente.

Mientras tanto, Taichi decidió no meterse en la confrontación, sino escuchar a distancia. Del mismo modo, Nagase miraba distraídamente, pero él podía decir que ella también estaba escuchando.

— ¿N-No...? ¿Por qué piensas eso?

— ¡Porque esta es la primera conversación que hemos tenido en todo el día!

—No, bueno, bueno, tal vez lo sea, pero...

—Traté de hablar contigo durante el primer y segundo período de descanso, pero te levantaste y te fuiste las dos veces. ¡Y parece que ni siquiera me observaras! ¿Qué hice mal?

Cuanto más presionaba Kiriyama, más se preocupaba Taichi de que lo llevara demasiado lejos. Después de todo, era completamente posible que este nuevo fenómeno obligara a sus amigos a actuar en contra de su voluntad.

Kurihara sacudió la cabeza. — ¡No eres tú, lo juro...!— ella gimió con una voz acuosa.

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Kiriyama frunció el ceño ligeramente. —Bien. Lo siento, te prometo que no estoy enojada contigo, ¿de acuerdo?— Ella le ofreció a Kurihara una sonrisa tranquilizadora. — ¿Quieres que almorcemos juntas?

—Yo...— Kurihara vaciló, luego miró furtivamente a la puerta del aula como si estuviera buscando a alguien. —Yo, um, ya tengo planes para el almuerzo con el resto del equipo de atletismo. Lo siento...

— ¡La próxima vez, supongo!

Normalmente Kurihara adulaba a Kiriyama como si fueran hermanas, pero hoy se levantó de su asiento con una mueca en la cara. En cualquier otro día, estando de pie junto a la pequeña Kiriyama solo serviría para resaltar aún más cuán alta era... pero en este momento, parecía francamente minúscula en comparación. Tal vez estaba en la forma en que estaba parada: encorvada, los hombros caídos, como si estuviera tratando de encogerse.

— ¡Yukina!— Kiriyama llamó, y Kurihara se congeló en seco. —Probablemente estoy pensando demasiado, pero ¿está pasando algo contigo y con el resto de mi club -?

Pero antes de que pudiera terminar su pregunta, Kurihara la ignoró y comenzó a caminar.

— ¡H-Hey! Kiriyama corrió tras ella. Del mismo modo, Taichi y Nagase hicieron lo mismo.

Ahora estaban seguros de que algo sospechoso estaba sucediendo.

— ¡Espera!

Necesitaban averiguar qué era, lo antes posible.

—Disculpen, ustedes tres.

Pero justo cuando salieron al pasillo, un estudiante se les acercó. Miró a Taichi, Kiriyama y Nagase a su vez.

—Lo siento, pero ¿podrían venir conmigo?

Detrás de él estaba Aoki y una muy descontenta Inaba.

■□■□■ —Lamento enviar a alguien después de ti de esa manera. Aunque dije que podría esperar hasta que todos terminaran de comer.

—Sí, bueno, tenemos cosas que hacer. Ahora terminemos con esto, — Inaba respondió bruscamente.

Estaban parados en la oficina del consejo estudiantil, invitados por nada menos que el presidente del consejo estudiantil, Katori Jouji. Claramente debe haber tenido algunos asuntos con los cinco segundos años del CIC, aunque Taichi no podía imaginar lo que podría ser.

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—Debatí si convocar a los de primer año, pero finalmente decidí no hacerlo por ahora. Vamos, tomen asiento.

Taichi nunca había interactuado mucho con Katori, y lo mismo parecía ser cierto para los otros miembros.

También estuvieron presentes en la sala con ellos el vicepresidente, así como el secretario que había venido a buscarlos.

—Voy a ir al grano: ¿Qué quieres con nosotros?— Inaba exigió sin dejar rastro de temor. —Porque nosotros no tenemos asuntos con ustedes.

—Oh, ven ahora. Somos compañeros, ¿no es así? No seamos tan hostiles, — respondió Katori, señalando las sillas con una sonrisa afable.

—Él tiene un punto allí, — dijo Kiriyama mientras tomaba asiento.

Del mismo modo, Inaba sacó una silla para ella. —Eres débil ante cualquier cosa con una cara bonita.

— ¡¿Disculpa?! ¡No es por eso que me senté primero! ¡No elegí este asiento a propósito para poder mirarlo desde el ángulo más óptimo!

—¡¿Uh, Yui?! ¡¿Te importaría explicar esa negación sospechosamente específica?! — gritó Aoki.

—Algunas personas solo me ven por mi apariencia, supongo, ¿estoy en lo cierto?— Katori sonrió en dirección a Nagase.

— ¿Qué?

—Oh, me imaginé que probablemente recibes mucho el comentario de la «cara bonita».

—Ah, entiendo. Eh, realmente no me molesta. Si alguien quiere llamarme bonita, simplemente digo « ¡Genial, gracias!»

—Sí, de igual modo. — Se rio amablemente sin una pizca de sarcasmo.

—... Es prácticamente perfecto, — murmuró Nagase por lo bajo.

— ¿Qué fue eso?— Taichi preguntó.

—Oh nada. Solo hablaba conmigo misma.

Cuanto más hablaban, más comenzó a suavizarse la tensión en el aire. Pero el vicepresidente y el secretario no se unieron activamente a la conversación, solo sonrieron y asintieron, y casi parecía que estaban tratando de esconderse a la sombra del presidente (En sentido figurado, no literalmente). ¿Estaban simplemente tratando de dejarlo tomar el centro del escenario?

— ¿Sabes lo que me encanta del CIC? Todos ustedes son tan buenos amigos.

Originalmente estaba en el Club de Kendo, pero tuve que renunciar una vez que me uní al consejo estudiantil. Lo extraño todos los días.

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En Yamaboshi, donde la membresía del club era obligatoria, el consejo estudiantil se consideraba un «club» por derecho propio.

—Pero no hacemos ningún deporte... ¿Cómo exactamente te hacemos recordar el Club de Kendo?— preguntó Taichi, confundido.

—No se trata de sus actividades, el CIC solo tiene ese factor X especial. No sugiero que tu club sea especialmente popular o impresionante en ningún aspecto en particular... y aun así logran ser influyentes a tu manera.

— ¿De Verdad? No pensé que éramos algo especial, —dijo Aoki.

—Piénsalo. Inaba y Nagase siempre obtienen altas calificaciones en las pruebas, Kiriyama tiene una increíble capacidad atlética, y Yaegashi mostró un poderoso carisma durante el viaje escolar a Hokkaido. Diría que eres el único sin una sola habilidad especializada, Aoki.

— ¡¿Cómo es que ya sabes cómo tratar conmigo?!

—Whoa, tiene razón... ¡Aoki realmente es la única persona promedio en nuestro club!

— ¡¿Podrías no restregármelo, Iori-chan?! ¡Me estás lastimando, amigo!

— ¿Estoy saliendo con el tipo equivocado...?

— ¡Me estás asustando, Yui! —Y aquí tenemos la verdadera habilidad de Aoki: actuar como el pegamento entre los otros miembros, —explicó Katori como si hubiera planeado todo.

—Oh... Uh... Eso es... me vas a hacer sonrojar...

—Bruto.

— ¡¿No puede un hombre tener emociones humanas básicas, Inaba-chan?!

—Tienes razón... Con Aoki cerca, la conversación nunca se queda en pausa, ¿verdad?— Taichi comentó, impresionado.

Katori se rio de buena gana. — ¡Ustedes son geniales! No es de extrañar que Fujishima te encuentre tan entretenido.

— ¿Cómo tú y Fujishima-san? ¡Oh, espera, lo entiendo!— Exclamó Kiriyama, aplaudiendo en comprensión. —La conoces a través del Comité de Apoyo del Consejo Estudiantil, ¿verdad?

—En efecto. Pero si me preguntas, ella es la más entretenida de todas.

En serio. Ella es como un cruce entre Inaba y Aoki, pensó Taichi para sí mismo.

—Entonces, si ella piensa que eres alguien increíble, esa opinión tiene mucho peso, ¿ves?

—En ese caso, debes ser bastante impresionante, teniendo en cuenta cuánto te respeta.

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— ¿Qué? ¿Ella te dijo eso? De ninguna manera. ¡Me halaga!

El resto del consejo estudiantil sonrió en respuesta... pero no habló en voz alta.

—No es por ser aguafiestas, pero ¿podríamos llegar al punto ya?— Exigió Inaba, cambiando de tema.

—Como habrán notado, algo extraño está sucediendo en nuestra escuela, — respondió Katori.

— ¿Eh...?— Inaba se sorprendió por su absoluta falta de seguridad.

—Ustedes están ocultando algo, ¿no? — continuó sin esperar una respuesta.

Todo fue tan repentino... El CIC estaba demasiado desconcertado para protestar.

—Wahaha! Eso fue fácil, ¿No? Inaba, te gusta tomar la iniciativa para poder controlar el ritmo, ¿verdad? Pero cuando alguien jala la alfombra debajo tuyo, te desmoronas.

— ¡Que... no, yo...!— Inaba balbuceó, completamente desafinada.

Por mucho que Taichi quisiera poder decir que Katori no tenía razón sobre ella, desafortunadamente sí. Aun así... para eso estaba Taichi.

— ¿Extraño? ¿De qué va todo esto? Y para que conste, no recuerdo que hayamos escondido nada.

—Oh, deja de tratar de actuar inocente, ¿quieres? Solo se están haciendo parecer más sospechosos. ¿El resto de la escuela había comenzado a notar el comportamiento peculiar causado por el fenómeno actual? ¿Katori lo había rastreado de alguna manera?

Y si es así, ¿qué pasaría después? Normalmente, «Fuusenkazura» les advirtió que no permitieran que extraños se enteraran del fenómeno, pero «El Tercero» no había especificado nada por el estilo... ¿Eso significaba que no estaba en contra de las reglas esta vez...? No, tal vez era más sensato asumir que las reglas no habían cambiado, esta vez no eran tan explícitas.

—Caray, realmente no puedo pensar en nada, — reflexionó Inaba sarcásticamente, su tono desafiante, aunque Taichi no podía fingir que no veía una pizca de desesperación apenas oculta en sus ojos.

—Estas personas no están actuando de manera normal, — insistió Katori, su expresión muy seria. El resto del consejo estudiantil miró fijamente al CIC. — ¿Puedes darnos un ejemplo?— preguntó Nagase.

Pregunta inteligente, pensó Taichi. De esta manera, tal vez podrían leer cuánto sabía Katori.

— ¿Como si no lo supieras ya?

— ¿De qué estás hablando? ¿Se trata de Yukina o... mmph?!

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Inaba rápidamente puso una mano sobre la boca de Kiriyama. —No hables fuera de turno, Yui. Era evidente que ambas partes estaban tratando de extraer información de la otra a través de preguntas indiscretas. El ambiente en la habitación no era bastante hostil, pero ciertamente ya no era amigable.

— ¿Fueron ustedes quienes comenzaron todo esto?— Katori preguntó.

— ¡No seas ridículo!— Taichi exclamó al instante.

—Eso pensé, — respondió, inmediatamente retrocediendo como si hubiera sabido la respuesta todo el tiempo.

Taichi estaba completamente perdido. Katori parecía estar al tanto de algo, por eso los convocó a todos aquí... pero ¿de qué sospechaba exactamente? Parecía tener más información que ellos. Entonces, ¿Qué papel tenia él, y por extensión, el resto del consejo estudiantil, en todo esto?

Para el caso, ¿con qué tipo de fenómeno estaban lidiando realmente? ¿Era «El Tercero» realmente el que estaba detrás? ¿Y tenían razón al pensar que «Fuusenkazura» no estaba involucrado esta vez?

— ¿Podríamos negociar algún tipo de intercambio de información, si es posible?— Aoki sugirió gentilmente.

—Entonces dime todo lo que sabes.

—Uhh...

Aoki se calló ante las demandas de Katori. Sin lugar a dudas, estaba tratando de sacar algo de ellos.

—Realmente eres Katori, ¿verdad?— preguntó Inaba, y al principio Taichi no entendió la pregunta, hasta que la siguió, —No solo estás usando su cuerpo como un títere, ¿verdad?

Normalmente, lo que ella sugería era imposible. Normalmente, él probablemente respondería con algo como « ¿De qué estás hablando? Eso es una locura».

Pero en lugar de eso sonrió y dijo: —No lo sé. Dime tú.

Nadie tuvo una respuesta a eso. Katori tenía el control total de la conversación.

—Estás tan extrañamente confiado, es extraño. ¿Hay algo mal contigo?— Preguntó Inaba, su voz llena de veneno.

—Desde donde estoy parado, hay algo mal con todos ustedes, — se encogió de hombros.

—Bueno, entonces, supongo que estamos en un callejón sin salida, — exclamó. ¿Katori siempre fue tan abrumador? La posibilidad estaba ciertamente allí. Pero también había una posibilidad diferente: que el fenómeno lo había hecho así. No

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para sugerir que había reescrito su personalidad por completo, por supuesto, pero según su teoría actual, era más que capaz de hacer que parecieran enemigos ante sus ojos.

—Entonces, ¿Dónde está el punto en todo esto?— Preguntó Inaba sin rodeos.

—Solo estoy haciendo mi trabajo como presidente del consejo estudiantil.

— ¿Tu trabajo...?

—Los estudiantes ordinarios no tienen nada de qué preocuparse. ¿Ordinarios? Estamos lidiando con un fenómeno sobrenatural aquí. ¿Qué parte de esto es ordinario?

Pero al final, Katori los dejó salir con una sola advertencia: —No intenten nada gracioso, CIC. ■□■□■ Después de la escuela, Taichi y los otros de segundo año se encontraron en la sala del club. Tampoco tenían que preocuparse por los de primer año; ahora que se acercaban los finales, Chihiro y Enjouji habían solicitado tiempo libre de las actividades del club para estudiar.

Inaba golpeó su puño contra la mesa. — ¡¿Qué diablos fue eso?!

—Relájate, Inaban, — dijo Nagase, colocando una mano suave sobre el hombro de la otra chica.

—Está bien, pero como... ¿Qué pasa con este tipo Katori, de todos modos?— Murmuró Kiriyama, su expresión en conflicto.

—Parecía saber un poco más que el presidente promedio del consejo estudiantil, eso es seguro, — respondió dudoso Aoki.

—La pregunta es, ¿realmente ha descubierto a qué nos enfrentamos?— Taichi se preguntó en voz alta. — ¿O el fenómeno lo está volviendo hostil?

—Buena pregunta, — respondió Inaba. —Ya sabemos que Kurihara y el equipo de atletismo están actuando de manera extraña a nuestro alrededor; ahora ha sucedido con Katori. Y cuando ocurren dos anomalías al mismo tiempo, es difícil creer que no estén relacionadas. En ambos casos, nos trataron con sospecha... Debe haber algún tipo de conexión allí.

—Nnngh, — gimió Nagase. —No es que haya sucedido algo sobrenatural todavía, pero de nuevo... «Fuusenkazura» y sus amigos seguro que les encanta usar sus fenómenos para causar un montón de problemas mundanos en nuestras vidas...

—Lamento interrumpir, pero estoy un poco confundido: ¿quiénes son ustedes y qué estamos haciendo aquí?

Taichi reconoció la voz, pero las palabras que pronunció fueron tan increíbles que le llevó un segundo más analizar a quién pertenecía.

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—... ¿Qué? Aoki, estamos tratando de tener una discusión seria aquí. Puedo apreciarte tratando de aligerar el estado de ánimo, pero vamos. Elige una broma mejor, — respondió Nagase.

— ¿Broma...? Quiero decir, ¡cierto! ¡Sí, eso fue una broma! Menos mal... Sólo un chiste malo. ¡Jajaja!

Pero la risa de Aoki sonó increíblemente forzada, y Taichi estaba empezando a pensar que tal vez realmente olvidó quiénes eran por un segundo... ¿Espera, en serio? Él tragó saliva.

—Oye, um...— Normalmente Kiriyama era la mayor crítica de los malos chistes de Aoki, y sin embargo su expresión era grave. —Solo me preguntaba, pero... ¿alguien más ha tenido momentos en los que olvidas quiénes son los demás por un segundo?

Taichi reflexionó sobre su pregunta. —Ahora que lo mencionas... El otro día, cuando estábamos todos en el salón del club, bueno, creo que todos excepto Inaba, hubo un momento en el que no podía recordar uno de sus nombres.

—Correcto, y tuve ese momento en el que olvidé el nombre de Aoki.

—Espera, entonces... ¿mi cerebro no estaba jugando conmigo esa vez...?— Nagase murmuró. Evidentemente, también le había sucedido a ella en algún momento.

—Creo que esa es otra parte del fenómeno, — comentó Inaba.

— ¿Espera? ¿Esto también forma parte del fenómeno? — Taichi respondió, desconcertado.

—Por supuesto que lo es. ¿Por qué olvidaríamos otra vez los nombres de las personas más cercanas a nosotros?

—Sí, ¡es efecto del fenómeno! Espera, pero... ¡eso no lo hace menos aterrador! ¡Obviamente todo vuelve a ti, pero por un par de segundos, te olvidas de todo en serio!

— ¡Pero al menos vuelve! ¡Es pan comido! —Kiriyama comenzó brillantemente, pero su alegría rápidamente comenzó a desvanecerse. —Simplemente... te olvidas al azar de alguien, eso es todo...

—Espera un minuto, — dijo Nagase. —Entonces, todos nos miran de manera extraña, y nos estamos olvidando unos de otros... ¿y ambos son causados por el fenómeno? ¿Cuántos elementos están involucrados aquí, exactamente?

—Al ritmo al que nos dirigimos, podríamos terminar completamente aislados de todos, — reflexionó Taichi cuando lo pensó.

Olvidado por sus amigos... Despreciado por todos los demás... ¿Qué pasaría entonces?

— ¿Es eso lo que es esto? ¿Un fenómeno de «aislamiento global»?

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Viniendo de Inaba, sonaba completamente plausible. De alguna manera, a Taichi le pareció precisamente el tipo de cosa que «Fuusenkazura» y los demás encontrarían entretenido.

—Todos a nuestro alrededor comienzan a vernos como sus enemigos... y luego nos olvidamos de nuestros aliados más cercanos... hasta que finalmente somos nosotros contra el mundo. Una batalla solitaria.

Todas sus experiencias pasadas con los fenómenos les habían enseñado la importancia de las relaciones humanas. Al final, esos lazos fueron lo que les ayudó a sobrellevarlos. Entonces, si esta fuera a sellar su arma más grande, entonces tal vez sería su desafío más difícil hasta ahora.

Pero aun así...

—Todo lo que tenemos que hacer es creer en nosotros mismos y seguir luchando... así que eso es exactamente lo que voy a hacer, — declaró Taichi.

Quería liderar la carga, incluso si eso significaba que estaba un poco fuera de su alcance, y lo diría tantas veces como fuera necesario. En silencio, juró poner fin a la pesadilla sobrenatural de una vez por todas... con sus propias manos.

—Espero que no sea solo tu maldito lado «mártir» hablando, — bromeó Inaba.

—Tú de todas las personas debe saber la respuesta a eso, — respondió.

—Touché.

—Bueno, incluso si el fenómeno tiene efecto en nosotros momentáneamente, nuestra amistad en realidad no va a ninguna parte, — intervino Kiriyama alegremente. —Las cosas siempre vuelven a la normalidad al final.

— ¡La cadena roja del destino nos unirá a mí y a Yui para siempre!

—Eh... no puedo decir con certeza si eres el pretendiente apropiado, pero definitivamente eres el pretendiente apropiado ahora.

— ¡¿Es una broma...?!

—Bueno, amigos, parece que tendremos que asegurarnos de que nuestro trabajo en equipo sea el adecuado esta vez, — dijo Nagase. Todos los ojos se volvieron hacia ella, y ella sonrió. —Solo tenemos que tener fe en todo lo que hemos construido juntos. Mantengan sus ojos en el premio.

—Oyeron a la dama. Hagamos esta mierda, — declaró Inaba con aire de suficiencia.

Cuatro puños se alzaron en el aire al unísono.

— ¡Si! ••• Después de que su reunión había terminado, Taichi y los demás salieron del salón del club. Una vez que llegaran a casa, probablemente todos sacarían los libros de texto; fenómeno o no, todavía tenían finales por los que preocuparse.

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—Si solo afecta a las personas en Yamaboshi, entonces deberíamos estar bien una vez que lleguemos a casa, — murmuró Nagase para sí misma mientras caminaban.

—Probablemente no se puede aplicar a todas las personas del mundo, ¿verdad?— Kiriyama preguntó vacilante. —Digo, ¡eso es demasiado ridículo!

—Estoy de acuerdo. Si pudieran controlar a cada persona en el planeta, entonces no tendrían que apuntar a los cinco específicamente. Tampoco tendrían que preocuparse de que no se lo contáramos a nadie más.

— ¡Esa es nuestro Inaba-chan con sus poderes de análisis épicos!

Si su campo de batalla estaba restringido a la escuela, eso solo hacía que fuera diez veces más fácil de tratar.

Los cinco amigos cruzaron el campo de atletismo, escasamente poblados por los pocos equipos deportivos que aún practicaban a esta hora. Cerca de las puertas delanteras había un grupo de tres estudiantes varones, tiritando de frío; tal vez estaban esperando que alguien más llegara.

Cuando Taichi se acercó, pudo ver que estaban hablando sobre algo...

—…

—…

—…

---Pero al pasar, descubrió que no podía escuchar una sola palabra. +++

— ¡Estoy en casa!— una voz molesta llamó desde la puerta principal. — ¡Mamá! ¡Cenaré en casa esta noche! ... Oh, hola, Himeko.

Miré a mi hermano en edad universitaria, parado en la puerta de la sala de estar. Solo estaba sentada aquí en el sofá porque me había puesto ansiosa en mi habitación y necesitaba el cambio de escenario... esperaba evitarlo, pero no tuve tanta suerte.

—No a menudo te veo aquí. ¿Dónde diablos está mamá? ¿Volverá a tiempo para cenar o qué?

—Ella dijo que llegaría un poco tarde. Pero incluso si no fuera el caso, no te va a hacer comida.

— ¡Claro que lo hará! ¿Por qué no prepararía algo para su hijo favorito que casi nunca está en casa?

— ¿Porque eres un perdedor que en realidad no va a clase?

— ¿Huh? ¿Dijiste algo?

— ¡No!

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Me puse de pie. Este no era el momento de entretener a mi hermano mayor sin cerebro; tenía que lidiar con mi propia mierda.

— ¡Hey, espera! ¿Ya te vas? ¡Vuelve y habla! ¡No muerdo!

De alguna manera, también podría imaginarlo usando esta misma línea con una chica en algún bar. Por qué me molesto tanto... tal vez podría ordenar mis pensamientos más fácilmente si lo hablara. Está bien, lo que sea.

—Está bien, entonces... A juzgar por la experiencia pasada, estoy 100 por ciento convencida de que esto se desarrollará igual que todos los demás.

—Wow, esto ya suena complicado. ¿De ningún modo?

—Últimamente está empezando a extenderse... De acuerdo, vi venir esto.

— ¿O-Ok...?

—Pero... es posible...

De hecho, por el momento más breve, encontré otra posibilidad: —Si mi suposición es correcta... podrían cambiar el guion por completo.

Estaba bastante segura de que solo estaba siendo paranoica, pero si lo pensaba al revés, había partes que tenían mucho sentido. Por supuesto, incluso entonces, todavía quedaba demasiado sin explicar...

—... No, no puede ser. Solo hay una explicación para eso.

Solo un fenómeno podría explicar sus episodios de pérdida de memoria.

—Supongo que es eso, entonces.

— ¡Espera, Himeko! ¡No tengo idea de lo que estás hablando!

— ¿Qué más hay de nuevo?

— ¡Heyyyy! ¡Himeko-saaaan! ... Sheesh... Y aquí pensé que te habías ablandado últimamente...

Salí de la sala, dejando a mi hermano atrás.

— ¡Espera! ¡Al menos déjame darte un consejo fraternal! ¡En serio, espera! ¡Escúchame!

Sonaba tan desesperado; decidí entretener momentáneamente su pedido.

—No conozco todos los detalles, pero hablar como alguien que te conoce desde toda tu vida...

Me volví para mirarlo. Por más descabellado que solía ser, al menos era un tipo guapo.

—... Eventualmente encontrarás tu respuesta. Solo espéralo. Y una vez que la encuentres, ve por ello con todo lo que tienes.

Fue... un consejo bastante sólido...

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—Es como si intentaras evaluar si tienes una oportunidad con una chica; no lo sabrás a menos que lo intentes. ¡Suéltate un poco, y una vez que creas que tienes luz verde, ve con todo! ¡Pero no trates de seducir a todas las chicas que conoces, porque se enojarán contigo por eso!

—Muérete.

—... ¡Sheesh! ¡Solo estaba tratando de aligerar el estado de ánimo de mi hermanita! ¡Vamos!

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Capítulo 4: La historia de alguien más A la mañana siguiente, Taichi y sus amigos se encontraron en la sala del club una vez más. Juntos, decidieron que investigarían no solo sus alrededores inmediatos, sino también toda la escuela, y al mismo tiempo se preocuparían de no asustar a nadie. Si el CIC era de hecho el catalizador detrás del fenómeno, entonces tendrían que comportarse con la mayor precaución.

Luego, al salir del salón del club...

—Hola.

— ¡B-Buenos días! ...Se toparon con los dos del CIC de primer año, Uwa Chihiro y Enjouji Shino.

—Espera, ¿qué demonios? ¿Chihiro-kun y Shino-chan? ¿A dónde van?— preguntó una nerviosa Kiriyama.

—Este idiota no puede encontrar el libro de texto que necesita para la clase y cree que podría haberlo dejado en la sala del club. Personalmente, no creo que necesite un chaperón para recuperarlo, pero todos me gritaron que fuera con ella, así que aquí estoy.

—... ¿Qué hay de ustedes? ¿No se cancelan las actividades del club hasta después de los finales...?

Los cinco segundos años se quedaron en silencio, sin saber cómo responder.

—... Tenemos una pequeña tarea que atender, — dijo Nagase, su voz alegre con un ligero toque de frustración.

—Oh, ¿está pasando algo? Digo, para no espiar o lo que sea.

—Chihiro-kun parece realmente preocupado por ustedes, chicos. Creo que quiere que le hagan saber si hay algo en lo que pueda ayudar.

—No necesito que traduzcas en mi nombre, ¡Muchas gracias! ¡Eso no es lo que quise decir!

—De todos modos, um... ¿Pasó algo malo?— Enjouji preguntó con ansiedad.

Al principio, Taichi estaba confundido sobre cómo podrían haber captado tan rápido, pero pensándolo bien, estos chicos los habían conocido durante meses en este momento. Por supuesto que se darían cuenta cuando algo estaba pasando. La pregunta era: ¿Deberían decirles?

—Creo que deberíamos decirles, — decidió Inaba.

—No me gustaría arrastrarlos a eso, — protestó Taichi.

—Cierto, pero estaban a salvo de la Percepción de Sueños, ¿Recuerdas? Además, «Fuusenkazura» ya los persiguió una vez, podría volver a hacerlo. Estarán más seguros sabiendo a qué se enfrentan.

Estaba claro que lo había pensado bien.

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—Yo voto que les digamos. Forman parte del club, igual que nosotros, — dijo Kiriyama.

—Estoy de acuerdo, — dijo Nagase.

—Por supuesto, — dijo Aoki.

Si bien Taichi tenía algunas dudas sobre la idea, no se opuso estrictamente a ella, por lo que al final cedió.

—Veamos, ¿cuánto tiempo tenemos...? Muy bien, tenemos unos quince minutos.

Le daremos una visión general de lo que estamos tratando.

••• —Los fenómenos todavía están sucediendo... y esta vez, ¿no es «Fuusenkazura»...?

— ¿Y ni siquiera saben las reglas esta vez?

Tanto Enjouji como Chihiro parecían escépticos, probablemente porque gran parte de la explicación eran conjeturas.

—Todavía no tenemos ninguna prueba concreta, — explicó Inaba.

—Pero la gente definitivamente está actuando raro, ¿verdad? ¿Y siguen teniendo problemas de memoria?

Chihiro hizo una mueca. Esta conversación probablemente le recordó el momento durante la Proyección Fantasma8 cuando accidentalmente borró los recuerdos de Taichi y Kiriyama.

—Siento mucho que los sigamos arrastrando a esta basura— se disculpó Nagase, inclinando la cabeza. El resto de los de segundo año se sentían tan culpables como ella, y siguieron su ejemplo.

—No, no, ¡no es su culpa! ¡Es... la culpa del enemigo!

— ¡Pero si no te hubieras unido a nuestro club, entonces no tendrías que preocuparte por ningún «enemigo»!— Kiriyama gimió, sus ojos húmedos.

—Sería mucho más aterrador compartir el mundo con ellos sin saber que existen, Yui-san.

—Oh, Chihiro-kun... ¡Eres tan... eres tan tsundere!

— ¡Corta eso, Enjouji!

Sin novedades para los primeros años del CIC. —Ustedes chicos se han vuelto más fuertes... Estoy impresionado.

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—Bueno, Taichi-san, creo que quizás mi visión de «Fuusenkazura» es diferente a la tuya, ya que nunca antes había estado en el extremo receptor de un fenómeno.

Tenía un punto; La Proyección Fantasma era algo que controlaba a voluntad, y se libró de los efectos de la Percepción de Sueños.

—Sí... nunca hemos experimentado realmente ninguno de los fenómenos, — coincidió Enjouji, y Taichi se sintió aliviado al saber que su sufrimiento hasta ahora era limitado. —P-Pero... en ese sentido, parece que somos terceros... quiero decir, no es que quiera participar en un fenómeno, pero, ya sabes... da miedo pensar que tal vez nunca podamos relacionarnos realmente...

—Si te sientes ajena al asunto, Shino-chan, entonces depende de nosotros hacerte sentir mejor, — declaró Aoki en voz alta. — ¡No te sientas obligada a involucrarte!

—N-No, eso no es todo— Enjouji gritó de vuelta. —Solo... quiero ayudar donde sea que pueda. No quiero ser el tipo de persona que... ya sabes... no quiero ser un espectador, — explicó lentamente, pero con firmeza. Cualquiera que confundiera su suave personalidad con debilidad estaba muy equivocado; en el fondo, ella era más fuerte de lo que sabían.

—Además, ya metí mi nariz en esto una vez, — Chihiro continuó apresuradamente, como si no quisiera dejar que Enjouji acaparara la atención.

—Sería bastante lamentable por mi parte retroceder ahora. Así que sí, he terminado de huir.

Taichi podía escuchar una convicción inquebrantable detrás de sus palabras que transmitía precisamente lo serio que era.

Había pasado casi un año desde que conocieron a Enjouji y Chihiro, y esa cantidad de tiempo fue más que suficiente para el crecimiento personal. Estos chicos probablemente estaban trabajando duro de una manera que los de segundo año no podían comenzar a imaginar. Y aunque al principio ambos dejaron algo que desear, ahora eran confiables kouhai por derecho propio.

—Muy bien, ambos dieron a conocer sus opiniones. En ese caso, queremos que nos ayuden siempre que se sientan cómodos, — anunció Inaba.

— ¡Yay! —Cool.

Tanto Enjouji como Chihiro parecían encantados de ser tratados como iguales.

—Nnnn... Chihiro-kun ha crecido... ¡voy a llorar...!— Kiriyama sollozó.

— ¡Aww, Yui! Eres como una mamá pájaro cuidando a tu bebé, ¿verdad?— Aoki reflexionó para sí mismo, asintiendo.

Sin embargo, los de primer año parecían más preocupados por Taichi y los demás.

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—P-Pero, ¿y ustedes? Hay tanto que aún no sabes... ¿No tienen miedo?— preguntó Enjouji.

—En serio, no se excedan demasiado, — agregó Chihiro.

—Esta es la parte en la que normalmente diría «No hay nada de lo que ustedes dos tengan que preocuparse», pero... entonces recuerdo lo que sucedió durante la Percepción de Sueños, — suspiró Inaba. De hecho, sus luchas internas habían provocado muchas tardes incómodas.

—Esta vez será diferente, — declaró Taichi.

— ¡Si! ¡Esta vez voy a actuar como la senpai competente que siempre estuve destinada a ser! — Nagase intervino con confianza.

El Pentágono del CIC original había ganado dos caras nuevas, y ahora los siete eran más fuertes que nunca.

Con todos en la misma página, Inaba comenzó a delegar tareas: —En este momento tenemos que averiguar exactamente a qué demonios nos enfrentamos. Necesito que pregunten por incidentes extraños e informen si encuentra algo.

— ¡Sí, señora, Inaba-senpai!

—Entendido.

—Además... dudo mucho que esto suceda, pero en el caso de que nos olvidemos de nuestros amigos o del club... intenten recordarnos, ¿de acuerdo?

—O-Ok... ¡lo intentaré!

—Lo haré.

Los dos de primer año asintieron firmemente.

—Por último... No sabemos qué podría suceder en el futuro, así que no nos frecuenten demasiado. Piense en ustedes como un generador de respaldo, o una unidad satelital.

— ¡Bien!

—Entendido.

—Ah, y solo para estar segura, traten de mantenerse unidos tanto como puedan.

— ¡Dios mío, Inaban, suenas como una mamá helicóptero!

—C-Cállate, ¡¿Bien?! ¡Solo estoy tratando de cubrir todas nuestras bases! ¡Más vale prevenir que lamentar! Ahora bien, ¿Me estoy olvidando de algo...?

Pero en ese momento fueron interrumpidos por la campana que sonó sobre los altavoces de la escuela.

—Espera... ¿No es esa la campana de cinco minutos?— Aoki preguntó en voz baja.

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Un momento después, todos comenzaron a correr.

— ¡Adiós, Shino-chan! ¡Adiós, Chee-hee! — Nagase llamó cuando los dos de primer año se dirigieron a su salón de clases.

Entonces Inaba y Aoki se separaron para dirigirse a su aula. Afortunadamente, mientras mantuvieran este ritmo, todos llegarían a tiempo para la campana final.

—Caray. No puedo creer que tengamos a nuestros kouhais preocupados por nosotros, — murmuró Nagase.

Kiriyama asintió con la cabeza. —Necesitamos darles un mejor ejemplo. Lo que me recuerda, aparentemente toda mi familia está preocupada porque últimamente estoy «actuando raro». Como, aprecio su preocupación, obviamente, pero a veces se siente tan sofocante, ¿sabes? No puedo dejar que se enteren de esto.

Personalmente, Taichi estaba asombrado de que ella pueda decir todo eso de una sola vez mientras corría por el pasillo a toda velocidad.

—Sí, mi hermana pequeña dijo algo en ese sentido anoche. Lo último que quiero es que se vea atrapada en esto, — respondió.

Una vez que comenzaba un fenómeno, su comportamiento cambiaría en respuesta a él... y en ese punto, sus familias generalmente lo notarían.

(Específicamente, Rina había comentado: « ¿Estás teniendo otro de tus episodios de estrés? Entiendo, Taichi»).

—Lo mismo aquí, — dijo Nagase. —Mi madre dijo que mi comportamiento era anormal. Me hizo prometer mantenerme a salvo y hablar con ella si las cosas se ponían peligrosas.

Su situación familiar era probablemente la más compleja de todas, ya que ella y su madre solo tenían que confiar la una en la otra. El suyo era un vínculo profundamente complicado.

—Cada vez que comienza un nuevo fenómeno, hay momentos en los que desearía no tener que irme a casa, —bromeó Taichi.

—Estoy de acuerdo, — respondió ella. —Quiero decir, ya nos estamos reuniendo muy temprano y nos quedamos hasta muy tarde, así que también podríamos hacerlo.

La mayoría de las veces, honestamente, era mejor quedarse juntos como grupo.

—Y cuando sucede todos los días, cada vez es más difícil encontrar excusas, — murmuró Kiriyama, sonriendo con ironía. —Si tan solo captaran las indirectas y nos dejaran hacer lo nuestro cuando sea necesario.

Evidentemente, Taichi no era el único que luchaba con problemas familiares en este momento.

■□■□■

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Cuando Taichi llegó al aula y se sentó, notó que uno de los escritorios todavía estaba vacío. Y cuando se dio cuenta de a quién pertenecía, su estómago dio un vuelco cuando la piel de gallina se enalteció en sus brazos.

Era el escritorio de Kurihara Yukina.

Llegó a la escuela alrededor del final del primer período, su cabello ondulado, una vez prístino, ahora seco y crespo. Cuando sus amigos la llamaron con preocupación, ella les dio a todos una respuesta poco entusiasta y superficial.

Luego se sentó y miró su escritorio, casi como si estuviera silenciosamente deseando que todos se mantuvieran alejados... A los ojos de Taichi, no parecía que le estuviera yendo demasiado bien.

—Buenos días, Yukina, — llamó Kiriyama, un poco más gentil de lo habitual.

Kurihara y Kiriyama eran mejores amigas; Kurihara en particular siempre le gustó sofocar a Kiriyama con afecto como si fuera su hermana pequeña. Pero hoy, Kurihara simplemente miró en dirección a Kiriyama, luego desvió la mirada. Claramente la estaba ignorando.

—Yuki--- no importa. Hablaré contigo más tarde.

Al principio, Kiriyama parecía preparada para intentarlo de nuevo, pero luego retrocedió; evidentemente ella había decidido no causar revuelo. Mirando hacia atrás, Kurihara también había evitado abiertamente al CIC ayer...

Entonces Nagase trató de hablar con ella, pero los resultados fueron los mismos.

Y después de que terminó el segundo período, Kurihara salió tambaleándose del aula.

—Yukina-chan no está tan bien. ¿Ella está deprimida? ¿Rompió con otro novio malo o algo así? — Nakayama Mariko le preguntó a Taichi, agarrando sus coletas con angustia mientras miraba furtivamente en la dirección en que Kurihara había desaparecido. ¿Espera, que?

Un bulto no identificado se levantó en su pecho como humo.

— ¿Yaegashi-kun?

—Oh, eh... sí, parece que no se siente muy bien. Tal vez no debas colgarte sobre ella hoy.

—No te preocupes, no lo haré. ¡Pero para que conste, no me «cuelgo sobre ella»! ¡Se me permite ser cariñosa con mis amigos, idiota!

Y con eso, ella (en broma) se fue furiosa.

Fue durante esa conversación que Taichi se dio cuenta de algo: otras personas se habían dado cuenta de la condición de Kurihara. Bueno, ella no estaba haciendo exactamente un buen trabajo para ocultarlo, por lo que cualquiera que prestara atención lo vería, pero... ¿no se suponía que el CIC era la causa del

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miedo de Kurihara? Si es así... ¿por qué estaba actuando de manera extraña con otras personas también?

Este era el fenómeno del CIC... ¿no?

••• Al final, Kurihara nunca regresó para el tercer período. Ahora toda la clase había comenzado a notar que algo le pasaba.

—Realmente creo que debería irse a casa y descansar, pero sé que solo dirá que está bien, — suspiró la presidenta de la clase, Setouchi Kaoru, con expresión preocupada.

Mientras tanto, Taichi, Nagase y Kiriyama estaban teniendo una discusión propia. En este punto, parecía que tendrían que obligarla a salir de sí.

—No podemos hacer nada hasta que sepamos qué está pasando con ella, y dudo que esté en peligro inmediato una vez que nos lo diga, — dijo Kiriyama.

—Ella solo tiene que decirnos qué está mal. Luego, después de eso, si sinceramente quiere que nos mantengamos al margen, respetaremos sus deseos, — dijo Nagase.

—Sí, nada más, me gustaría poner fin a esta situación de Kurihara, —acordó Taichi.

Es cierto que se estaban poniendo un poco impacientes, pero como Kurihara era tan buena amiga de ellos, confiaban en que al final podrían arreglar las cosas.

A la hora del almuerzo, Kurihara se alejó una vez más... pero esta vez, los tres la persiguieron. Cruzó el pasillo en silencio, sin darse cuenta de que la seguían.

Luego bajó las escaleras y salió del edificio principal de la escuela en dirección a los salones deportivos.

Aquí no había nadie más, lo que significaba que era hora de atacar. Todos se acercaron a ella a la vez.

— ¡Yukina, espera! ¡Por favor escúchame!— Kiriyama gritó mientras corría en frente de Kurihara.

Mientras tanto, Taichi y Nagase caminaron desde atrás, cerrando su salida.

—Te lo ruego, por favor, ¡dime qué te pasa!— Kiriyama suplicó.

Kurihara se apartó de Kiriyama, luego vio a Taichi y se volvió, luego se volvió de nuevo y vio a Nagase. El pánico se apoderó de ella cuando se dio cuenta de que estaba rodeada. Si el fenómeno realmente hizo que el CIC le pareciera monstruoso, entonces esto probablemente era aterrador más allá de lo creíble, pero por ahora necesitaban que ella lo asimilara.

—Vamos, Yukina. Somos amigas, ¿no?

La desesperación en la voz de Kiriyama era tan clara como el día. Pero Kurihara no respondió; ella simplemente sacudió la cabeza con miedo.

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— ¡Vamos!

—Cálmate, Yui. No podemos obligarla a sacarla de sí, — interrumpió Nagase.

—Nngh... Lo siento...

Entonces Nagase se volvió hacia Kurihara. —Está bien, pero en serio, ¿qué está pasando? Si estás luchando con algo, podemos escucharte. O si es algo que hicimos mal, podemos corregirlo.

Afortunadamente para ellos, parecía que esta rutina involuntaria de «policía bueno, policía malo» había funcionado a su favor.

—Mira... no estoy haciendo esto porque quiero, ¿de acuerdo?— Gritó Kurihara.

—Es solo que... Él me dijo que me mantuviera alejado... ¿Quien?

— ¡Nngh...!

Hizo una mueca como si el gato hubiera salido de la bolsa, y luego salió corriendo.

— ¡Y-Yukina-aah!

Kiriyama extendió la mano para tratar de detenerla, pero Kurihara apartó la mano. Luego, volviendo a sus sentidos, se volvió.

—Lo siento, Yui... ¡No es tu culpa!

Con eso, se alejó corriendo, con lágrimas en los ojos... y ninguno de ellos pudo ir tras ella un paso más allá.

—Yukina, — Kiriyama gimió suavemente, y Taichi solo pudo imaginar el dolor que debió haber sentido en ese momento. Tenía tantas ganas de ayudarla de alguna manera.

—Lo hizo sonar como... como si alguien la obligara a mantener su distancia de nosotros, — murmuró Taichi, pensando en el pequeño detalle que Kurihara había dejado escapar.

— ¿Pero quién haría eso?— Nagase murmuró. ¿Había alguien ahí fuera, tirando de las cuerdas en secreto?

—... ¿Otro impostor?— Kiriyama preguntó desde la parte superior de su cabeza.

—Eso tendría sentido, — asintió Taichi. — ¿Qué pasaría si hubiera otro tipo de Proyección fantasma que usara nuestras imágenes para amenazar a las personas?

La posibilidad estaba ahí.

—Pero ella dijo rotundamente que no era culpa de Yui, —respondió Nagase.

—Correcto... Bueno, no vamos a encontrar nuestra respuesta aquí, — murmuró Taichi. Su mente era un desastre, y no podía pensar con claridad.

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Se sentía como si hubiera una enorme contradicción que los hizo tropezar en alguna parte... Uno de sus cálculos estaba equivocado y, a su vez, estaba arrojando todo el resto de sus datos...

Justo entonces, el celular de Taichi sonó en su bolsillo. Alguien lo estaba llamando.

—Es de Inaba, — explicó, y con el permiso de los demás, respondió. ¿De qué podría tratarse esto? — ¿Hola?

—Hola, Taichi. Sé que no estábamos planeando encontrarnos a la hora del almuerzo, pero surgió algo.

— ¿Si? ¿Qué pasa?

—Tiene que ver con lo que sabes. ¿Alguien está escuchando?

—Solo Nagase y Kiriyama.

—Perfecto. Básicamente, pensé un poco más en nuestra hipótesis, y... — Ella dudó. — ¿Has notado que... solo unas pocas personas selectas parecen encontrarnos aterradoras?

De hecho, Nakayama Mariko no lo había encontrado aterrador en absoluto. En todo caso, era solo...

—Oosawa Misaki, Kurihara Yukina y esas otras tres chicas.

Todos los cuales casualmente estaban en el equipo de atletismo.

—Pero, ¿qué pasa con las conversaciones que se silencian al azar?— Taichi preguntó. —Eso parece suceder con un montón de gente últimamente.

—Deja eso a un lado por ahora. Obviamente no es normal, pero llegaremos a eso. En términos de personas que parecen rechazarnos activamente... ¿quién viene a la mente?

—... El equipo de atletismo. Como dijiste.

—Correcto, — respondió ella en voz baja.

—Entonces... ¿cuál es el significado allí?

—No lo sé. Solo quería llamar la atención de todos.

Y con eso, la llamada telefónica llegó a su fin.

— ¿Qué dijo ella?— preguntó Nagase.

—Bien...

Solo unas pocas personas selectas se estaban comportando de manera extraña y rechazando activamente al CIC. O más bien, rechazando activamente a todos a su alrededor. ¿Qué pasa si el enfoque no estaba en el CIC?

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El bulto de humo no identificado de antes comenzó a cambiar de forma hasta que estuvo justo en la punta de su lengua. Si solo pudiera pronunciar las palabras, todo haría clic... pero simplemente no vendrían...

— ¿Uh, hola? ¡Tierra a Taichi! — Nagase gritó, trayéndolo de vuelta a la realidad.

—Oh, hola, es Misaki-chan, — comentó Kiriyama, y se volvió para mirar.

Efectivamente, Oosawa Misaki, alta, delgada y de pelo corto se dirigía hacia ellos, con una mirada vacía en sus ojos. Ella era uno de los cinco miembros del club de atletismo que había comenzado a evitarlos; ¿Iría al mismo lugar que Kurihara? En cuyo caso, la conclusión más lógica era que todos se estaban reuniendo en su salón del club. ¿Estaban... escondidos allí?

Entonces vio a Taichi y a los demás y se detuvo abruptamente, con la expresión rígida y los labios apretados.

Kiriyama la miró y se acercó lentamente. —En serio, ustedes... ¿Qué pasa...?

—Yui, espera, — llamó Nagase, luego se apresuró a seguirla. Taichi rápidamente hizo lo mismo.

Mientras tanto, Oosawa los miró fijamente... y un momento después, se relajó.

Parpadeando, miró a su alrededor. Luego su mirada regresó al CIC. Sus labios se torcieron en una sonrisa dolorida, como si estuviera conteniendo las lágrimas... o la necesidad de gritar.

—Se honesta... ¿Me creerías si te dijera... que soy Kurihara Yukina?

Eso fue todo lo que se necesitó para poner el mundo de Taichi al revés. La revelación hizo girar su cabeza. Y luego [Oosawa] fue directo al punto.

— ¿Qué si te dijera... que las personas pueden cambiar de cuerpo en la vida real?

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Después de eso, [Oosawa] se escapó, gritando: — ¡Imagina que nunca dije eso!

No pudieron detenerla. Estaban demasiado ocupados tambaleándose por la bomba que ella arrojó.

— ¿Estaba escuchando cosas o... ella dijo «cambiar de cuerpos»? Eso... eso no puede ser, ¿verdad?— Kiriyama preguntó, su voz temblorosa.

—Está sucediendo un fenómeno, si... pero no nos está sucediendo a nosotros.

Lo que solo podía significar que le estaba sucediendo a... No, eso es ridículo. ¿Verdad?

—-S-Solo hipotéticamente, eh...— comenzó Nagase, su voz inusualmente plana, —Tal vez... uno de ellos la hizo decirnos eso a propósito... ¿Para... crearnos dificultades?

Buen punto. Eso sonaba plausible. Era el tipo de broma cruel que «Fuusenkazura» y los de su tipo seguramente disfrutarían.

—O... si quieres una teoría aún más salvaje...— Ella tragó saliva, y Taichi tuvo la sensación de que sabía lo que venía: — ¿Tal vez están infligiendo fenómenos a las personas que nos rodean para...meterse con nosotros de esa manera?

—Estás bromeando, —susurró Kiriyama, mirando fijamente al espacio.

Fue tan surrealista. Necesitaban tiempo para digerirlo. Y así volvieron a clase.

Pero, naturalmente, Taichi no pudo concentrarse en la conferencia por un solo momento.

Sus ojos estaban fijos en Kurihara, encogiéndose en su escritorio como si estuviera tratando de no existir.

■□■□■ Después de la escuela, los cinco segundos años se reunieron alrededor de las largas mesas en el salón del club.

— ¿Estás loco? --- ¿por qué no viniste directamente a mí?— Inaba se enfureció cuando le contaron lo que había sucedido en el almuerzo.

—Lo siento, Inaba, —se disculpó Taichi.

— ¡E-Escucha, Inaban! Todos necesitábamos tiempo para procesarlo por nosotros mismos, y... y queríamos ver a Yukina-chan cuando volvimos a clase, y... Ugh, solo estoy poniendo excusas, ¿no? Lo siento.

—Es tan difícil de creer...

Nagase y Kiriyama bajaron la cabeza en tono de disculpa. Afortunadamente, Inaba estaba entendiendo. —No, está bien... Solo puedo imaginar el golpe que debió haber sido presenciarlo de primera mano.

—Pero, ¿cambiaron de verás?— preguntó Aoki con atención.

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—... E-Es difícil de decir, — respondió Taichi.

— ¿No te aseguraste? ¡Vamos hombre! ¿Que estabas pensando?

—... Todo sucedió muy rápido, ¿de acuerdo?— Kiriyama escupió, frustrada.

—Está bien, tienes razón. Eso fue algo idiota que decir. Lo siento. — Aoki se rascó la cabeza con torpeza.

—Entonces, ¿o hicieron que dijera esa frase para asustarnos, o... es un fenómeno directo que inflige a otras personas a asustarnos?— Reflexionó Inaba, reflexionando sobre las posibilidades que Nagase había presentado antes.

Teniendo en cuenta que «El Tercero» se había presentado ante ellos, y sus recuerdos mutuos vacilaban aparentemente al azar, sería más extraño si no hubiera un fenómeno actualmente dirigido al CIC...

—Creo que esas serían las teorías más viables, — concluyó Inaba.

— ¿Cierto? Estoy de acuerdo, — respondió Taichi, reforzado por su confirmación. —Sé que suena ridículo, pero--—En realidad, espera un segundo, — interrumpió Inaba, mirando al espacio. — —Esta es una posibilidad remota, pero ¿y si..,?— Ella entrecerró los ojos. — ¿Qué tal si se trata de...?

Justo entonces, la puerta se abrió.

—L-Lo siento, llegamos tarde...— Enjouji Shino gimió mientras miraba ansiosamente en la habitación. —No importa si interrumpimos, ¿verdad?

Ahora que estaban al día con los últimos sucesos extraños, los de primer año esencialmente funcionaban como los mensajeros de los de segundo año. Su repentina entrada cambió el estado de ánimo en la habitación, pero en el buen sentido; la tensión disminuyó, aunque solo sea un poco.

Nagase les dio una cálida bienvenida. — ¡Por supuesto que no! Entra. Tú también, Chee-hee.

—Tuve la sensación de que los encontraríamos aquí, — comentó Chihiro.

— ¿Alguna noticia? Deberías haber terminado la tarea de limpieza hace un rato... ¡Oh, eh, ven a sentarte! — dijo Kiriyama, señalando las sillas vacías.

—En realidad, sí. Esta vez tenemos algo sólido.

—Whoa, ¿en serio?

—... Esto es lo que quisiste decir cuando dijiste que te informara, ¿verdad?— Chihiro confirmó con Inaba, quien asintió.

—En este punto, cualquier pequeño detalle podría ser relevante. Adelante.

— ¡Eh... hubo una pelea...!— Tímidamente, Enjouji se encogió en su asiento como si volviera a revivir el recuerdo. —Simplemente estábamos pasando por allí en ese momento, pero fue grande. ¡Incluso los maestros se involucraron!

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—Eso suena bastante serio, especialmente para nuestra escuela, — dijo Taichi, con las cejas arqueadas. —No escuchas sobre muchas peleas aquí.

—... y también había algo extraño al respecto. Uno de los muchachos seguía diciendo cosas como «No quise hacer eso. Admito que estaba enojado contigo, pero nunca quise llevarlo tan lejos. Había una [Voz] en mi cabeza y mi cuerpo se movía solo.» Aterrador, ¿no crees? ¡Como algo sacado de una película de terror!

La actuación de Enjouji fue bastante apasionada, y Taichi se sintió impresionado por sus habilidades de actuación... pero ese era solo su cerebro tratando desesperadamente de evitar pensar en las implicaciones detrás de lo que ella había descrito. Porque para él, sonaba mucho como el fenómeno de Liberación.

Seguramente sería una locura saltar directamente a esa conclusión, y sin embargo...

—Espera un minuto... ¿Estás diciendo...? O-Ok, espera un minuto. ¿Podrías describirlo para mí? — preguntó Inaba. El pánico estaba escrito en toda su cara.

— ¿Describirlo cómo?

—Cualquier cosa que sepas sobre él. ¿Cómo es él? ¿Alguna característica definitoria?

—Oh... Bueno... ¿Está en nuestra clase...? En cuanto a características definitorias, um... él...

— ¿Es bastante bajo?— ofreció Chihiro en lugar de Enjouji, ya que ella parecía estar luchando.

— ¿Podría ser ese mismo tipo...?— Inaba murmuró en voz baja.

— ¿De qué estás hablando, Inaba?— preguntó Kiriyama nerviosamente.

— ¿Recuerdas cuando te dije que me atacó uno de primer año? Me dijo que «no tenía la intención de hacer eso» también.

Espera, entonces... ¿estás diciendo...?

—Creo que es probablemente el mismo tipo, 3 continuó Inaba con voz vacía.

—Pero dado el momento, lo malinterpreté por completo... ¡Maldita sea! Si hubiera tenido la sensatez de considerar las otras posibilidades en ese entonces... Ah, pero de nuevo... si consideramos nuestra hipótesis en ese momento...

— ¿Espera, que? ¡Retrocede, Inaba-chan!

Aoki claramente no podía mantenerse al día con la línea de pensamiento de Inaba, y ciertamente, tampoco Taichi. Estaba en la punta de su lengua, pero simplemente no pudo lograr que la pieza final del rompecabezas encajara.

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Inaba hizo una pausa para pensar por un momento, luego habló. —Chihiro.

Shino Lamento molestarlos, pero ¿podría darles otra tarea? — preguntó ella, su voz casi... mecánica.

—Uh... claro...

— ¡P-Por supuesto que puedes!

—Quiero que descubran si hay otras personas como él. Gente que haya hecho algo que «no quiso» hacer.

—... ¿Q-Qué buscamos, exactamente...?

—Pregunte por cualquier persona que haya hecho declaraciones similares a la que escuchaste. O cualquiera que haya estado actuando dramáticamente.

Supongo que probablemente querrás comenzar con personas cercanas a este tipo, personas en su club, por ejemplo.

— ¿Su club...?— Enjouji susurró, mirando a los de segundo año.

— ¿Y si encontramos alguno? ¿Qué hacemos entonces?— preguntó Chihiro.

—Date la vuelta e infórmanos. Probablemente no es seguro acercarse a ellos.

Los de primer año deben haber captado la gravedad de la situación, debido a que saltaron a la acción de inmediato.

—Muy bien, ¡volveremos más tarde!

—Nos vemos.

— ¡Buena suerte!— Nagase los llamó con ansiedad.

Y así eran solo los cinco una vez más. Sus números solo habían disminuido en dos, y sin embargo, la habitación se sentía palpablemente vacía sin los de primer año. Durante un largo momento, todos simplemente se sentaron en silencio... hasta que...

—E-Entonces, uh, ahora en serio Inaba-chan, estoy totalmente perdido aquí, — se ofreció Aoki de repente. — ¿Dices que están haciendo que los fenómenos le ocurran a otras personas ahora? ¿Por qué demonios...?

— ¡Aquí estoy mmm...!— una voz llamó cuando la puerta se abrió. Y esta vez, fue un invitado no invitado.

Así fue como su «historia» siempre comenzaba... cuando uno de ellos entraba inevitablemente...

— ¡¿Quién eres tú?!— Kiriyama gritó, saltando de su silla y adoptando una postura de batalla. Del mismo modo, Taichi también se puso de pie.

Esto no era Gotou. Demonios, ni siquiera era hombre en absoluto. Era Hirata Ryouko, la maestra de matemáticas, su cuerpo se balanceaba ligeramente, sus ojos entrecerrados.

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— ¿...Hola...?— preguntó con una voz suave y flotante que parecía deslizarse por delante de ellos.

—Sé quién eres, comenzó Inaba.

—Sí... «El segundo»...— respondió, revelando su identidad sin dudarlo.

—Estás bromeando, — susurró con voz temblorosa.

De alguna manera, la habitación siempre se sentía un poco diferente cada vez que «Fuusenkazura» la invadía... pero esta vez, ni siquiera era «Fuusenkazura».

Entonces, ¿hasta qué punto se extenderían los fenómenos? ¿Cuándo terminaría? Esto no iba a durar toda su vida, ¿verdad?

— ¿Te conocí antes...? Muchas veces, según recuerdo... — preguntó «El Segundo», señalando a Taichi. En el segundo en que su mirada se movió hacia él, un escalofrío lo atravesó, perforando como un cuchillo.

— ¿Es eso cierto, Taichi? Porque no puedo decir que alguna vez conocí a este, — dijo Nagase, claramente nerviosa.

—Estoy bastante seguro... No, sí, definitivamente habló mucho así. Además, siempre eligió poseer cuerpos femeninos por alguna razón.

Es seguro decir que esto era (Casi seguro) «El Segundo».

—No importa si este es «El segundo» o «El tercero»... o maldita sea, incluso «El cuarto» en lo que a mí respecta, — espetó Inaba. —De cualquier manera, no eres bienvenido aquí.

—Sí, lo sé... Pero parecía que... Estabas luchando, así que...

— ¿Luchando con qué? ¿Qué sabes que no sabemos? — preguntó una desconcertada Kiriyama.

—Está bien, entonces... Ya que estás tan confundida... ¿Creo que puedo darte una pista?— se ofreció voluntariamente, como por la bondad de su corazón.

—Me das asco. ¿Por qué estás haciendo esto?— Exigió Inaba, aunque su voz temblaba.

— ¿Por qué...? ¿Porque ustedes parecen pensar... que les está ocurriendo un fenómeno...? ¿Solo estoy tratando de responder esa pregunta...?

Evidentemente, estos seres de otro mundo los vigilaban, aunque hasta qué punto, no estaba claro.

—Bueno, ¿qué más sería?— gritó Nagase, luciendo como si estuviera a punto de embestir en cualquier momento.

Pero «El Segundo» ni siquiera parpadeó. —No hay un fenómeno activo.

Hubo una pausa. Nadie movió un músculo. Como si el tiempo mismo se hubiera detenido.

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— ¿De que estas hablando? Sabemos que hay un fenómeno. Hemos visto personas actuando de forma extraña, — insistió Aoki, aunque la incertidumbre en su voz era palpable.

—No, no lo hay... Oh, pero... sí, lo hay...

— ¿Cuál es? Por favor, solo explícanoslo, — dijo Taichi con impaciencia.

—No hay ningún fenómeno activo que te afecte. Pero para otros... sí. ¿Otros?

—No se involucren en lo más mínimo. ¿Son... forasteros...? Sí, forasteros9.

Entonces, ¿no estamos en el centro... ni en la periferia? ¿No estamos en la situación en lo más mínimo?

—Entonces... entonces, ¿qué estás diciendo?— Preguntó Inaba, su respiración dificultosa. — ¿Que está ocurriendo un... un fenómeno de intercambio de cuerpos? ¿No para nosotros, sino para el equipo de atletismo? ¿Y hay un fenómeno de Liberación que le sucede a... a algunos de primer año al azar?

—Sí, — respondió «El Segundo», de manera tan casual, de hecho, Taichi estaba perdido. —En su mayor parte, todo está gestionado por... ¿«El Tercero»...?

—B-Bien, ¡este tercer tipo! Si somos «forasteros», ¿por qué viniste a hablar con nosotros? — Kiriyama exigió.

— ¿«El Tercero» alguna vez dijo algo acerca de un fenómeno que sucediéndoles...?— «El segundo» se encogió de hombros.

Ante esto, Taichi pensó en el encuentro.

— ¿Qué quieres con nosotros?

—Oh, solo quería ver más de cerca... Eso es todo...

Cuando dijo «Ver más de cerca», nunca les especificó. De hecho, nunca se dirigió al CIC en absoluto... ¿Simplemente habían llegado a conclusiones acerca de sus intenciones...?

—Espera un minuto. ¿Qué quisiste decir con «en su mayor parte»? — Inaba preguntó dudosa.

—Bueno... no podemos olvidarnos de «El Cuarto», ¿O si...?

Inaba acababa de mencionar «El cuarto» como una broma descartable. Eso no significaba que estuvieran listos para la noticia de que «El Cuarto» realmente existía. Después de tantas bombas, los sentidos de Taichi se estaban entumeciendo.

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—De todos modos... Como saben, «El Tercero» y «El Cuarto» están jugando con otras personas en este momento... haciendo todo tipo de cosas... pero no es de su incumbencia.

— ¡Por supuesto que nos preocuparemos! ¡Hay personas sufriendo en este momento! — Taichi disparó de vuelta.

—Actúen fuera de línea y podrían ponerse en peligro... ¿y sus amigos también...?

—... ¿Qué quieres decir?

—Bueno, es en contra de las reglas que forasteros se enteren de lo que está sucediendo, ¿recuerdan...? ¿No era así como funcionaba cuando era su turno...?

Evidentemente no se les permitía interferir. Esta era la historia de otra persona ahora.

—Mira... ¿Es este otro de los esquemas de «Fuusenkazura»? ¿Ver cómo nos retorcemos? — Nagase preguntó como si estuviera agarrando pajitas.

— ¿No...? Su historia ha terminado ahora.

Aparentemente «Fuusenkazura» decía la verdad cuando decía que había terminado con ellos.

—Pero, independientemente, ¡tienes que reconocer el hecho de que todavía nos están sucediendo cosas extrañas! ¡Seguimos olvidándonos al azar! ¡Tiene que haber algo con eso!— Inaba soltó desesperadamente.

— ¿Hmmm...? Hmmm... — «El Segundo» inclinó la cabeza por un momento, luego asintió pensativamente. —Eso es fascinante...

— ¡No, no lo es!

—Algo está tratando de ocurrirte... o tal vez... algo está tratando de que no te ocurra...

— ¿Que se supone que significa eso?— preguntó Taichi.

—... No puedo hablar demasiado o ellos se enojarán conmigo... creo... ¿Quiénes «Ellos», maldición? La forma de hablar vaga y serpenteante de «El Segundo» estaba empezando a volver loco a Taichi.

—De todos modos... No están involucrados, así que no se metan con las personas que lo están... Eso es todo lo que quería decir... ¿Adiós ahora...?

— ¡E-Espera! Qu -... ¿Por qué molestarte en decirnos en primer lugar? — preguntó Aoki, justo al final.

«El Segundo» volvió a inclinar la cabeza, primero a la izquierda, luego a la derecha.

—Porque... ¿es entretenido...?

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Y con eso, llevó su cuerpo prestado directamente desde la sala del club.

Simplemente podría haber cambiado de nuevo con el propietario del cuerpo, pero por alguna razón, decidió no hacerlo.

Quizás, como «Fuusenkazura», tuvo el buen sentido de volver a colocar las cosas donde las encontró.

■□■□■ Fue entonces cuando Taichi se dio cuenta de que había permanecido de pie durante toda esa conversación. Derrotado, se derrumbó en su silla. Ahora que «El Segundo» había desaparecido, toda la sala del club se sintió desolada.

— ¿Cómo podrían simplemente valsar así...? ¿Cuándo decidimos permitirles caminar por sobre nosotros...? — Kiriyama se lamentó.

Inaba presionó una mano contra su frente. — ¿Toda esta escuela es una locura, o son solo las personas que nos rodean? Esto no es normal, ¿verdad? Dios, ya no sé... Todo lo que sé con certeza es... — Respiró hondo, exhaló y terminó:— Están usando a otras personas para sus fenómenos sobrenaturales ahora. Ahí lo dije.

Hablado casi con la misma naturalidad que «El Segundo» en sí.

— ¿Entonces nos dejaron como noticia de ayer y prosiguieron con nuestros amigos? ¿Es eso posible? Digo, «El Segundo» literalmente dijo eso, así que supongo que la respuesta es sí... ¿Van a seguir haciendo esto...? — Nagase murmuró para sí misma. — ¿Cuáles son estos fenómenos, de todos modos? ¿Esto sucede en todo el mundo y nunca lo supimos hasta ahora...?

—Tal vez estas cosas «sobrenaturales» son más naturales de lo que pensábamos,— respondió Taichi, culminando con una risa vacía.

—Dios, odio esto, —gruñó Kiriyama en voz baja. —Odio cómo juegan con la vida de las personas. ¡Son monstruos!

Taichi estaba firmemente inclinado a estar de acuerdo. Más que nada, lo que sintió fue una profunda sensación de vacío, pero debajo de eso había ira por la injusticia de todo.

—Pero dijo que no nos va a pasar nada, ¿verdad?— Aoki preguntó, y al instante su furia vaciló.

Todavía estaban enojados, por supuesto. Enfurecidos, incluso. Pero esa ira ardió a una temperatura diferente esta vez. Habiendo pasado por eso ellos mismos, podrían empatizar completamente con las víctimas actuales... pero eso fue todo lo que tenían para ofrecer. El dolor de sus amigos simplemente no era lo mismo que sus propias experiencias vividas.

Era como ver un programa de televisión; no importa cuán realistas sean los eventos de la historia, nunca sería verdaderamente «real». Siempre hubo una barrera entre lo tuyo y ese mundo ficticio.

—No vas a sugerir que abandonemos a nuestros amigos, ¿verdad?— Kiriyama presionó de vuelta.

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— Claro que no, — respondió Aoki sin perder el ritmo.

Después de un momento de reflexión, Taichi levantó la vista. —Deberíamos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para ayudarlos.

No porque no pudiera soportar ver sufrir a la gente, sino porque quería romper el ciclo y terminar con el reino de terror de «Fuusenkazura» de una vez por todas.

— ¡Entonces aquí está nuestro primer paso!— exclamó Inaba, su expresión era dura, como si ahuyentara todo el pesimismo de la habitación. Su lado suave y cariñoso no se había mostrado en mucho tiempo. —Averigüemos si podemos deshacernos de «El segundo» y «El Tercero» de alguna manera.

Tendrían que tomar medidas drásticas si iban a combatir este flagelo... pero...

—Honestamente, no creo que sea fácil, — dijo Nagase, en conflicto. —«El segundo» no parece interesado en pelear con nosotros, y dudo que «El tercero» nos visite pronto.

—Correcto, — Inaba asintió. —Sería más fácil formular un plan si tuviéramos algún tipo de conexión directa con ellos, pero no es el caso.

—Somos «forasteros», después de todo, — murmuró Taichi.

—Oho, ¿estás de acuerdo?— Inaba parpadeó sorprendida y luego sonrió a sabiendas.

—... Bueno, ¿qué opción tengo?— No como si quisiera aceptarlo, obviamente.

—Lo siento, eso fue grosero de mi parte, — se disculpó, suavizando las cosas.

—Entonces, esto nos lleva al Plan B: aceptamos que no hay nada que podamos hacer sobre «El segundo» o «Tercero» y simplemente esperamos hasta que se aburran. En otras palabras, la misma estrategia que siempre hemos implementado. Pero esta vez, se lo pasaremos a los estudiantes afectados y los ayudaremos a superarlo.

— ¡Sí, eso tiene mucho sentido!— Kiriyama asintió con la cabeza.

—Las mismas tácticas, solo con diferentes jugadores. No veo por qué no funcionaría, — intervino Aoki.

Lamentablemente, no era tan sencillo.

—Dicho esto, antes de hacer cualquier otra cosa, tendremos que evaluar si este tipo de interferencia directa cuenta como «actuar fuera de línea», continuó Inaba.

—En cuyo caso... ¿qué podemos lograr exactamente...?— Nagase entrelazó sus dedos, luego presionó sus manos contra su frente en contemplación.

—No lo sé... siento que recibimos mucha ayuda de los llamados «forasteros» durante nuestro fenómeno, — reflexionó Taichi, pensando en el último año y medio.

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—Oh, sí, fue así. Pero la cuestión es que no sabían sobre los fenómenos. No estaban tratando de resolver nuestros problemas sobrenaturales, solo los normales.

— ¿Cuál es tu punto?

—Mi punto es que es complicado. Cuando se trata de los fenómenos, tenemos mucha información a nuestra disposición; ¿Cómo entrará en juego si intentamos ayudar a las nuevas víctimas? ¿Cómo sabrá quién lo ve? ¿Decidirán que las víctimas deben de habernos divulgado el secreto? Para el caso, ¿son estos fenómenos realmente tan comunes? Si es así, ¿por qué las víctimas antes de nuestro tiempo no saltaron a ayudarnos?

—Chicos, no peleen, — susurró Kiriyama débilmente.

Ante esto, Taichi volvió a sus sentidos. —Lo siento...— Él miró al suelo.

—Yo también lo siento, — respondió Inaba, evitando su mirada incómoda.

—Sabes, es divertido... nunca pensé que estos fenómenos me harían sentir excluida, pero aquí estamos.

Su voz temblorosa impregnaba todo su cuerpo. Deberían haber estado en la luna para saber que su «historia» había terminado... y, sin embargo, Taichi no se sentía feliz en lo más mínimo. En cambio, sus cielos estaban cubiertos por una gruesa capa de nubes mientras contemplaba la lejana tormenta.

Quería hacer algo, pero ¿qué? Tan listo como estaba para liderar la carga, no quería entrar en conflicto con «sus» reglas e infligir más sufrimiento a las víctimas. Mientras existiera esa posibilidad, limitaba las acciones que podían tomar.

Al final. No podría dirigir la nave sin la cooperación de todos a bordo.

—No sé si lo recuerdas, — comenzó Inaba, rompiendo el silencio, —pero durante la Percepción de Sueños, me mantuve diciendo «no tenemos que dejar que esta historia comience». Bueno, esta vez, no es así ni siquiera tengo esa opción... porque esta vez, es la historia de otra persona.

Esta era la analogía preferida de Inaba. Para otras personas, la historia avanzaba, justo ahora... pero para ellos, no estaba pasando nada. La historia se negaba a comenzar. Y si no formaran parte de la historia, seguirían siendo forasteros.

—... ¿Hmm? ¿Qué pasa, Iori-chan?— preguntó Aoki. —Te veo echando un vistazo hacia nosotros.

—Oh, me preguntaba, ¿quién podría ser esta buena gente?— Nagase preguntó sin una pizca de vacilación.

Su expresión era tan inocente... La sangre de Taichi se congeló. Esto no era una broma alegre; fue una pregunta honesta.

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—Espera... No, ¡eso fue una broma!— Nagase gritó con los ojos muy abiertos. Se puso de pie de un salto, derribando su silla en el proceso. — ¡Solo una broma! ¡Jaja! ¡Un gag divertido!

Pero el sudor brillante en su frente les dijo todo lo que necesitaban saber. ¿Qué les estaba pasando? Si no hubo un fenómeno activo que los afectara, entonces ¿por qué se olvidaban mutuamente al azar? ¿No había terminado su historia?

O tal vez... ahora que había terminado, ¿estaba «Fuusenkazura» tratando de destruir la evidencia...?10 Y entonces la puerta se abrió de nuevo.

10

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Capítulo 5: Finalmente, comienza En este punto, ya no era inusual que el CIC recibiera visitantes. Hubo un momento en que solo eso era una señal de que pronto entrarían en una nueva pesadilla sobrenatural. Y ahora la puerta se abrió lentamente, crujiendo cuidadosamente una vez más.

La brecha se hizo cada vez más amplia hasta que se reveló una figura: Un maestro alto con traje de oficina.

Era Gotou Ryuuzen.

Excepto que no era así.

Su postura era lánguida. Sus ojos estaban entrecerrados. Su presencia instantáneamente puso a todos en la sala al límite. Exudaba un aura de otro mundo que ningún ser humano podía replicar.

No podía haber ningún error: «Fuusenkazura» había regresado y su historia comenzaba por fin.

La mente de Taichi se puso en blanco... y luego, como para recuperar el tiempo perdido, toda la sala explotó.

— ¡Bastardo! ¡Cómo te atreves a mostrar tu cara aquí otra vez!, — Rugió Inaba.

— ¡¿Por qué está pasando esto otra vez...?!— Nagase se atragantó, incapaz de reprimir sus emociones.

—Lo sabía... ¡Sabía que estabas involucrado de alguna manera!— Kiriyama gritó, rebosante de furia.

—Siempre eres tú, ¿no? ¿No es así? —Aoki gritó.

—Entonces parece que vamos a tener que luchar contigo. Esto tiene que resolverse de una vez por todas, — declaró Taichi.

Justo cuando pensaban que había terminado, sorpresa, no fue así. «El Segundo» estaba equivocado. Con la llegada de su verdadero enemigo, su pasión marchita estalló una vez más.

—No entienden... No es que yo quiera estar aquí tampoco...

La voz de «Fuusenkazura» era letárgica y tibia, como si se estuviera quejando consigo mismo.

— ¿Entonces no elegiste esto por tu propia voluntad?— Taichi le preguntó al ser de otro mundo.

—Correcto... Honestamente... Mi intención era terminar las cosas la última vez...

— ¿Cómo podríamos creerte? ¡Literalmente le dijiste a Taichi e Inaba que nunca regresarías!— Kiriyama gritó con una voz acusatoria.

—Bueno, hice lo mejor que pude para alejarme, pero...

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— ¿Hiciste lo mejor que pudiste? ¿Bromeas? , escupió Inaba. —Fuera, entonces: ¿Qué quieres? Primero es «El Tercero», luego «El Segundo», y ahora tú... Si esto es una especie de broma, se está echando a perder. Pero la peor parte es que... en realidad espero tener una conversación contigo. Que desagradable.

De hecho, por mucho que Taichi odiara interactuar con «Fuusenkazura», una parte de él sentía que era preferible a sus otras opciones. Así de insensible se había vuelto para el horror de todo.

—Sí... Hay una conversación muy importante... pero primero...— «Fuusenkazura» hizo una pausa, no es que alguien en la habitación tuviera problemas para seguir el ritmo. — ¿De qué hablaste... con «El Segundo»... y «El Tercero»...?

— ¿Qué, entonces... no estuviste viendo todo el tiempo?— Preguntó Nagase.

—He estado ocupado con cosas, entiendes, —respondió con la voz más ociosa del mundo.

Mientras tanto, Inaba estaba perdiendo la paciencia. —Aparentemente no vamos a llegar a ningún lado a menos que te lo digamos, así que a la mierda, te lo diré. «El Tercero» dijo algo acerca de querer «Observar más de cerca», y «El Segundo» nos dijo que «El Tercero» y «El Cuarto» nos están infligiendo fenómenos no a nosotros, sino a otras personas. Nos dijo que nos mantuviéramos al margen, básicamente. ¿Feliz ahora?

—Ah... Sí, eso es lo esencial... Estos «fenómenos», como los llamas, no les afectarán de ninguna manera...

—Espera un minuto, entonces ¿por qué demonios estás aquí? Si esto no nos afecta, ¿qué asuntos tiene con nosotros?— Exigió Inaba.

Esta era una pregunta válida, por supuesto. Si su tiempo en el centro de atención sobrenatural había terminado, entonces ¿por qué «Fuusenkazura» se molestaría en aparecer? ¿Con qué propósito?

— ¿No es obvio...? ¿No están sus recuerdos... empezando a parpadear...?

Al instante, hizo clic. Aparentemente, sus problemas de memoria eran un problema separado.

—Hmph... lo entiendo ahora. Entonces, esta cosa de la memoria está sucediendo independientemente de los otros fenómenos, ¿Es eso? Bien entonces, ¿qué es esta vez? ¿Algún tipo de fenómeno de borrado de memoria? — Inaba preguntó como si ya hubiera juntado todas las piezas.

Pero «Fuusenkazura» sacudió la cabeza.

— ¿Fenómeno...? Ah... No, no del todo...

— ¿No lo es? ¿Qué quieres decir? — preguntó Aoki.

—Lo que estás experimentando no es un fenómeno... Es la eliminación.

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Eliminación. La palabra tenía un tono extraño. Casi como si fueran máquinas en una cinta transportadora, dirigidas a un compactador de basura.

—Estas fallas de memoria no ocurren al azar... ni nada por el estilo... La eliminación será permanente.

La mente de Taichi se tambaleó. ¿Permanente? ¿No al azar?

—P-Pero todavía es solo otro fenómeno, ¿verdad? Los recuerdos permanecerán desaparecidos mientras esté activo, pero una vez que termine, ¿todo volverá a la normalidad? ¿Correcto?— Nagase preguntó en voz alta, su voz llena de alegría forzada. Normalmente no intentaría sonar tan emocionada por ningún fenómeno, pero en comparación con el peor de los casos que Taichi acababa de imaginar, cualquier cosa era preferible.

—Ah... Quizás esto tenga más sentido...

Los cinco no lo entendieron del todo, no querían comprenderlo, por lo que «Fuusenkazura» simplificó su explicación para ellos.

—Todo lo que sucedió durante los fenómenos... se desvanecerá... y su mundo volverá a la normalidad... como si los fenómenos nunca hubieran sucedido.

Hubo un momento de silencio en el que los cinco miraron, atónitos, a «Fuusenkazura».

—Ah... Tal vez debería comenzar con un esquema general...— reflexionó después de un momento.

A partir de ahí, explicó que los de su clase existía en gran número, infligiendo fenómenos en todo el mundo. En la mayoría de los casos, el experimento terminaría después de un solo fenómeno, en cuyo punto todos los recuerdos relacionados serían borrados de todas las partes afiliadas.

—Este mundo de ninguna manera está lleno de fenómenos... pero... tampoco son desconocidos... ¿Entonces está en todas partes? ¿No somos los únicos? No, olvídalo. No es momento de preocuparse por otras personas. Primero tenemos que descubrir nuestra propia situación. No podemos tomar medidas sin una base sólida.

—Cuando dices que nuestros recuerdos «desaparecerán», ¿de qué... de qué escala estás hablando?— Preguntó Inaba, como si estuviera rogando por el menor indicio de un lado positivo.

—Todos los rastros del impacto del fenómeno desaparecerán... completamente...

Y todo lo que sucedió como resultado del fenómeno... se deshará.

— ¿Desaparecer por completo? ¿Deshecho? ¿Y qué quieres decir con «todo lo que sucedió como resultado»?

—De acuerdo, entonces, por ejemplo... definitivamente olvidaremos que alguna vez cambiamos cuerpos entre nosotros, ¿verdad?— Inaba preguntó tentativamente.

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—Correcto...

— ¿Qué pasa con los secretos que aprendimos durante el intercambio?

—Esos, también.

— ¿Y algún trauma que, en consecuencia, superamos?

—Si es algo que de otro modo no habría superado... entonces se revertirá.

— ¿Qué pasa con las amistades que se profundizaron a través de la Liberación?

—Esos serán revertidos, también...

— ¿Qué pasa con las relaciones románticas que se forjaron durante una de estas pesadillas infernales?

—Si hubiera sucedido lo contrario, la relación permanecerá intacta... De lo contrario, me imagino que se revertirá...

Tienes que estar bromeando.

—Debes estar bromeando... Tú... ¡No puedes hablar en serio!— farfulló Taichi impotente.

Mientras tanto, Nagase estaba temblando visiblemente. —Seguramente no podremos olvidar todo eso, ¿verdad?— Preguntó con voz hueca. —Esos fenómenos me cambiaron. Si olvido todo lo que sucedió, ¡ya no seré yo! Los lazos que hice con todos simplemente... ¡desaparecerán!

—No diría eso... Incluso si perdieras los recuerdos directamente relacionados con los fenómenos... estoy seguro de que tus vidas continuarán bien...

Quiero decir, sí, tal vez... pero aun así...

—P-Pero... si eliminas literalmente años de nuestros recuerdos, ¡¿no crees que nos daríamos cuenta?! ¡Esa es una brecha enorme, hombre! — señaló Aoki.

—Ah... Para ser claros, no perderás todos los recuerdos de ese período de tiempo... Solo las partes que pertenecen directamente al fenómeno... Después de todo, seguramente todavía hubo momentos en los que mantuviste conversaciones mundanas con amigos... almorzaste, fuiste a la ciudad, hiciste tu tarea... Esas cosas habrían sucedido de cualquier manera, por lo que no se borrarán.

Taichi dudaba sinceramente que fuera tan simple como «Fuusenkazura» lo hizo sonar. Simplemente no era factible.

—Bien, aquí hay una pregunta: ¿qué pasa con las entradas de diario que escribimos durante el fenómeno?— preguntó. —Esos no desaparecerán, ¿verdad? Entonces, ¿no deberíamos recordar todo de nuevo? Lo mismo para las fotos o videos que tomamos.

—Esos, de hecho, desaparecerán. Seguramente recuerdas... que las alteraciones físicas drásticas no están más allá de nuestro poder...

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— ¿Q-Qué, entonces puedes alterar el universo o algo así? De ninguna manera...

Eso es... Eso es imposible... — Kiriyama gruñó.

— ¿Lo es...? Te volvimos a convertir en tu yo del pasado, ¿no...?

De hecho, anteriormente, regresaron a su yo del pasado, tanto física como mentalmente.

—Lo haces sonar tan descabellado, Kiriyama-san... Todo lo que estamos haciendo es pintar sobre el pasado... y dado que limitamos la duración y el número de personas afectadas por cualquier fenómeno... el impacto es mínimo...

— ¿«Pintar sobre el pasado» tendrá un «impacto mínimo»? ¡No seas ridículo! ¡Sin esos recuerdos, no seríamos quienes somos hoy! Y además...

—Incluso si borraras nuestros recuerdos, otras personas aún recordarían los eventos tal como sucedieron, ¿no?

—No, no será el caso. — «Fuusenkazura» disparó su cuestión sin rodeos. —No estoy seguro de que lo entiendas... Tu mundo volverá a ser como hubiera sido si estas cosas nunca te hubieran sucedido... Naturalmente, los recuerdos de tus amigos se ajustarán en consecuencia...

Como lo explicó «Fuusenkazura», todos los eventos relevantes se borrarían de los registros de la historia; cualquier brecha que se considere antinatural se suavizaría de la manera que tuviera más sentido. En la mayoría de los casos, estas brechas eran bastante pequeñas para empezar, así que por lo general no era un problema.

— ¿«Bastante pequeñas»? ¡Hemos pasado la mayor parte de los últimos dieciocho meses tratando contigo! — protestó Inaba, abiertamente nerviosa.

—Oh, ya veo... Así que eso es lo que les preocupa... Porque no he explicado esa parte... Ahora lo entiendo...

—No me importa si lo entiendes. Ayúdanos a entenderlo, — escupió Nagase.

—Básicamente... ustedes cinco son un caso especial... No solo todavía poseen sus recuerdos... pasaron por muchos, muchos fenómenos diferentes...

Normalmente la duración es mucho más corta... resultando en un impacto menor en general... Palabra clave: normalmente...

— ¿Qué parte de esto es normal?— Kiriyama chilló, y estaba claro que había llegado al límite de lo que podía tolerar.

—Normalmente, un fenómeno dura una semana... tal vez dos como máximo...

Luego, una vez que termina, todos los recuerdos relacionados se borran de la historia... Fin... ¿Una semana? ¡Ninguno de los nuestros fue tan bajo! ¡Nos llevaría una semana simplemente descubrir qué estaba pasando!

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—En otras palabras... Siguen poseyendo algo que debería haber desaparecido hace mucho, mucho tiempo...

El número de fenómenos... La duración promedio... La cantidad total de recuerdos acumulados durante el último año y medio... ¿Todas estas cosas fueron anomalías?

—Espera un minuto, ¡déjame aclarar esto!— agarrando firmemente su cabeza, Nagase cerró los ojos y comenzó a murmurar para sí misma. —Así que hay fenómenos ocurriendo en todas partes... Normalmente solo duran una o dos semanas, y después de eso se borran de la historia... Pero en nuestro caso, hemos pasado por un montón de ellos durante un período de tiempo anormalmente largo, y todavía podemos recordarlos...

Del mismo modo, Taichi comenzó su propia revisión mental de los hechos.

—... ¿Por qué no han desaparecido nuestros recuerdos?— preguntó Inaba. Era la siguiente pregunta lógica, por supuesto, ya que sus propios eventos relacionados con los fenómenos estaban muy presentes y explicados.

—La razón más importante es porque... todos ustedes son fascinantes...— «Fuusenkazura» hizo una pausa. —No... Demasiado fascinante, tal vez.

Fascinante. Divertido. Entretenido. Siempre empezaba con eso, ¿no?

— ¡¿Qué mierda es tan fascinante para ti?!— gritó Inaba.

—Por ejemplo... cuando el cambio de cuerpo estaba en el apogeo de su complejidad... todos ustedes duraron un mes entero... Esa duración habría quebrantado a la mayoría de las personas...

Evidentemente, no estaban completamente fuera de lugar cuando sospechaban que su capacidad para soportar los fenómenos era parte de la razón por la que fueron sometidos a ellos en primer lugar.

—Básicamente... Me gustaría dejar los eventos intactos, si pudiera... Después de todo, una vez que ustedes sean borrados de la historia... mis recuerdos se borrarán junto con ellos...

—Espera un minuto... ¿Qué quieres decir con que tus recuerdos se borrarán?

«Fuusenkazura»: un ser que busca entretenimiento infligiendo fenómenos a otros. Los criterios para «entretener» varían entre individuos. Una vez que termina un fenómeno, los recuerdos de «Fuusenkazura» son borrados, dejando solo los datos más esenciales. Y luego el ciclo se repite.

Cuando se le preguntó por qué se sentían obligados a hacer esto, la única respuesta fue: —Es simplemente lo que hacemos.

— ¿Eso es lo que es un «Fuusenkazura »...?— Taichi murmuró aturdido.

Si «Fuusenkazura» también estaba en peligro de perder sus recuerdos, entonces eso sugería un par de cosas. Uno: «Fuusenkazura» no era completamente

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omnipotente. Dos: había algo allá afuera aún más poderoso que «Fuusenkazura».

Esto quizás estaba más allá de la comprensión mortal de Taichi.

—Digamos que... comencé a juntar dos y dos... Por lo tanto, me gustaría evitar que mis recuerdos se deshagan... si es posible...

Este era un sentimiento bastante humano, viniendo de «Fuusenkazura».

—Muy bien, bien. Lo entiendo, — Inaba se encogió de hombros. — No borraste nuestros recuerdos a propósito porque querías conservar los tuyos. Por tu bien, seguiré adelante e ignoraré todas las preguntas logísticas que quiero hacer...— Soltó una risa sin alegría y continuó: —Entonces, ¿por qué están empezando a parpadear?

Estaban teniendo una conversación metafísicamente imposible sobre un escenario metafísicamente imposible. ¿Era esa su única opción en esta etapa?

Taichi no estaba seguro. Sus percepciones de lo «realista» estaban totalmente deformadas en este punto.

—Bueno... no están destinados a permanecer intactos... y como tal... actualmente se están tomando medidas para eliminar esos últimos rastros... Eso es todo...

—Entonces, ¿quién está detrás?— Taichi preguntó.

—Quizás la respuesta más fácil... sería «El Tercero» y «El Cuarto»...

—Entonces, ¿Así es como «El Tercero» se relaciona con todo esto? Espera... ¿Y qué hay de «El Segundo»? ¿Ese también está involucrado? — preguntó Kiriyama.

«Fuusenkazura» asintió. —Probablemente... Aunque el comportamiento anormal de «El Segundo» es... algo así como un caso irregular...

—Está bien, así que para resumirlo todo: una vez que el fenómeno terminara, se suponía que todos los recuerdos y eventos relevantes se borrarían, pero elegiste no hacerlo... así que ahora «El Tercero» y sus amigos están aquí para terminar el trabajo.

—Sí... diría que es un resumen muy agradable... Ahora, como expliqué, un fenómeno generalmente solo dura una o dos semanas como máximo... Parte de la razón de esto es mantener la cantidad de recuerdos en un tamaño manejable...

—Espera, pero... ¿no sería nuestra cantidad bastante grande en este punto?— preguntó Aoki.

—Precisamente... es por eso que «El Tercero» trajo ayuda... Para borrar los recuerdos a esa escala, tomará un poco de preparación... Sí, el «parpadeo» que están experimentando es simplemente una señal de que esos preparativos están en marcha...

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En cierto sentido, tenía sentido, pero todavía no se sentía real, más bien como la trama de una película de ciencia ficción.

—Dicho eso, — «Fuusenkazura» continuó, — ¿Estarían dispuestos a... formar un equipo?

Ahora había una línea que Taichi nunca imaginó que escucharía.

—Si trabajamos juntos... podemos evitar que suceda...

La furia estalló dentro de él. — ¿Por qué debemos confiar en ti? ¿Después de todas las veces que nos engañaste?

—Entiendo que... pero en este momento, compartimos un objetivo común... No quieres que esos recuerdos se borren, ¿Correcto...? Ciertamente no... ¿Un objetivo común? ¿Fue su situación realmente tan grave que no tenían más remedio que unir fuerzas con el mismo ser que los antagonizó todo este tiempo? ¿Quién apareció de la nada y se entrometió en sus vidas y contenido de su corazón? ¿Y quién se atrevía a pararse delante de ellos y pedirles ayuda?

Tiene que ser una broma.

—Chicos, ¿realmente vamos a creer esto? ¿Quiero decir, nuestros recuerdos? ¿Siendo Borrados? — preguntó Kiriyama, intentando (y fallando) sonreír.

— ¿Qué hay de ustedes tres...? Seguramente saben mejor que nadie lo posible que es... que nuestras manos borren sus recuerdos...

Ante esto, Inaba, Nagase y Aoki se pusieron completamente pálidos; «Fuusenkazura» se refería al momento durante la Proyección Fantasma cuando Taichi y Kiriyama temporalmente perdieron sus recuerdos.

—En aquel entonces... Taichi y Yui se olvidaron de nosotros, — dijo Inaba.

—Ni siquiera podían recordar que formaban parte del CIC... En cambio, se dieron cuenta de que estaban en otro club... Al igual que sus mentes inventaron la respuesta más fácil posible, y simplemente la aceptaron, — dijo Nagase.

—Creo que... tal vez deberíamos aceptar que esta pérdida de memoria es legítima, — dijo Aoki.

En aquel entonces, Taichi y Yui no se vieron afectados permanentemente, eventualmente volvieron a la normalidad. Esta vez, sin embargo, la eliminación sería a gran escala. No solo perderían sus recuerdos, sino también todos los que los rodeaban. Y no habría vuelta atrás.

En este punto, Taichi se sintió tentado a salir corriendo de la sala del club y nunca volver a mirar atrás.

— ¡Rrrgh! ¡Maldición! ¡Maldita sea! ¿Hay algo... cualquier cosa que podamos hacer para combatir esto... no sé, «Borrar el registro» o como quieras llamarlo?

— Preguntó Inaba. Estaba a punto de angustiarse, pero, como siempre, se negó a rendirse.

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— ¿Borrar el registro...? Ah, sí... Estas cosas son más fáciles de entender una vez que les das un nombre, ¿no es así...? Mucho más fácil... El poder de un nombre nunca debe subestimarse... Oh, pero... veamos... Como punto de partida...

Actualmente estoy intentando... preparar una contramedida...

Dejando de lado la crisis, «Fuusenkazura» estaba siendo terriblemente detallado en su explicación esta vez. Esta fue posiblemente la conversación más larga que hayan tenido con él. ¿Era esto una señal de que la situación era tan urgente para «Fuusenkazura» como lo era para ellos? Taichi no estaba seguro... pero si iban a aprovechar su generosidad, tendrían que actuar rápido antes de que cambiara de opinión.

—Dicho eso... agradecería cualquier ayuda que pudieran ofrecer... Por ejemplo, si pudieran... transmitirme cualquier información que obtengan... manténganse alejado del grupo de «El Tercero».... y tomen medidas para preservar sus recuerdos...

—No estoy segura acerca de los dos primeros, pero si conoces una forma de preservar nuestros recuerdos, ¡Escuchémoslo! ¡Ahora!— Ordenó Inaba.

—Bueno... podrías intentar crear algo que pueda... ayudarte a recordar luego del hecho...

— ¿Espera? ¿No dijiste que esto iba a borrar registros físicos? ¿O estoy equivocado? — preguntó Aoki en voz baja.

—Sí, sí...

— ¡Deja de joder con nosotros!— Inaba se enfureció.

—Ah, pero... si no tiene una conexión visible con los fenómenos... puede que no esté sujeto al borrado de registros... Así que trata de encontrar algo que pueda ayudarte a recordar... en un estilo más abstracto...

— ¿Entonces no fotos o documentación explícita?— preguntó.

—Correcto...

—... ¿Qué, quieres que lo cifremos de alguna manera?

—No puedo garantizar que sea efectivo, pero... tal vez podrías disfrazarlo lo suficiente...

—Espera un minuto, — interrumpió Nagase. — ¿Entonces estamos operando bajo el supuesto de que definitivamente vamos a perder nuestros recuerdos?

—Bueno... no hay mucho que puedas hacer para evitar que suceda... En todo caso, ese es mi trabajo... pero a juzgar por tu condición actual... es posible que puedas perder algunos recuerdos mucho antes de que actué el borrado de recuerdos...

— ¿Cuánto tiempo nos queda? No nos va a actuar ahora, ¿verdad? — Kiriyama gimió. Quizás inconscientemente ya había aceptado la realidad de que sus recuerdos iban a desaparecer.

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—Todavía tienen algo de tiempo. Parece que sus preparativos no están del todo completos... Sin mencionar, «El Tercero» y el resto también tienen otras cosas que atender... así que imagino que estarán ocupados por un tiempo... Bueno, esto es solo una conjetura...

Entonces su única opción era... crear algo que de alguna manera pudiera sobrevivir a una alteración de la historia a gran escala. En otras palabras, estaban jugando a la defensiva. Y eso significaba que no podían simplemente confiar en ello.

—Está bien, déjame revisar esto una vez más, — comenzó Inaba, con los ojos entrecerrados, su tono letárgico. —Por lo tanto, se suponía que los eventos o recuerdos relacionados con nuestros fenómenos debían «deshacerse», con todos los vacíos suavizados. Pero lo pospusiste porque querías mantener tus recuerdos... y al hacerlo, rompiste las reglas, lo que llevó a «El Tercero» y a todos los demás a aparecer. Y ahora están preparando un Borrado de Recuerdos para terminar lo que comenzaste.

Se pellizcó el puente de la nariz y cerró los ojos. Del mismo modo, Taichi podía sentir una migraña. Luego dejó escapar una risa seca.

—Así que ahora todos nosotros, incluido tú, tenemos que encontrar una manera de combatirlo. Y tenemos que encontrar alguna forma de codificar nuestros recuerdos en algo para que podamos recuperarlos después del hecho... Qué idiota.

Evidentemente, ese fue el final de la explicación en lo que respecta a su historia.

Por el momento, no, más específicamente, durante las próximas 24 horas, necesitaban algo de tiempo para procesar todo lo que acababan de aprender.

Pero esta vez, la conversación aún no había terminado.

—Está bien, ¡ahora explica por qué estos fenómenos le están sucediendo a otras personas!— gritó Kiriyama, su voz temblorosa. En este punto, su amor por sus amigos en el equipo de atletismo fue probablemente lo único que la mantuvo en pie.

—Oh... Podemos hablar de eso en otro momento...

— ¡No! ¡Estamos hablando de eso ahora! — ella rugió ferozmente.

En respuesta, «Fuusenkazura» la miró con su habitual mirada fría y poco entusiasta. — ¿Por qué...?

— ¡Porque! Yukina y Misaki-chan son mis amigas y... ¡y están luchando!

—Entonces... ¿no te importa el resto, entonces...?

—Ja, ja, muy gracioso, — interrumpió Inaba sardónicamente. —No tenemos tiempo para tus pequeños juegos, idiota. Primero, confirmemos: a otros estudiantes les están ocurriendo fenómenos, ¿sí? ¿Específicamente, cinco chicas del equipo de atletismo, así como algunos chicos de primer año?

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—Sí, hay fenómenos activos... En cuanto a las personas que especificaste, eso me parece correcto... Lo admito, no he compilado exactamente una lista de todos sus nombres... así que no puedo recitar de corrido...

— ¿Entonces «El Tercero» realmente es el cerebro esta vez?

—Sí, eso es correcto... La misma persona que busca... borrar sus registros de historia...

—Espera, pero... ¿no era ese el punto de que estuvieran aquí? Entonces, ¿por qué se están metiendo con otras personas? — exigió Aoki, sonando completamente perdido.

—Buena pregunta, — «Fuusenkazura» murmuró, mirando por la ventana. —Su principal objetivo aquí es borrar sus registros, estoy seguro de eso... y los preparativos están en marcha... pero... parece que están haciendo otras cosas en su tiempo libre, — reflexionó.

—Me pregunto—, dijo Inaba, — pero ¿es posible iniciar un segundo fenómeno justo después de que termine el primero?

—Eso sería bastante infrecuente... pero, de nuevo, también se llevan a cabo dos al mismo tiempo muy cerca uno del otro... Normalmente evitamos eso para que los grupos no interfieran entre sí...

—Entonces, ¿por qué lo están haciendo?— Kiriyama siseó.

—Bueno, el trabajo de preparación para el borrado de recuerdos está tomando bastante tiempo, así que... tal vez sea... algo a hacer mientras tanto...

Ante esto, la ira de Taichi estalló. ¡Guarda tus comentarios insensibles para ti mismo, bastardo!

Sin embargo, «Fuusenkazura» pareció percibir esto, porque rápidamente modificó su declaración: —O tal vez no... Aunque existe la posibilidad. Se necesita esfuerzo para llevar a cabo un fenómeno... así que eso sugeriría... que tienen algún otro objetivo...

— ¿Cómo cuál?— Inaba preguntó sin perder el ritmo.

—Quién sabe...

— ¿Cuánto sabes sobre el grupo de «El Tercero» y su plan, de todos modos?

Porque parece que te estás rebelando contra el resto de tu especie.

«Fuusenkazura» se congeló por un momento... de una manera que se sintió diferente en comparación con todas las otras veces.

—De hecho... supongo que estamos en lados opuestos... es por eso que me tomó tanto tiempo resolver su próximo movimiento... por lo que, llegué tarde... No atacarán directamente, pero... una vez que borren sus recuerdos... los míos se borrarán junto con ellos... al igual que mi rebelión... o eso es lo que probablemente esperan...

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Ni siquiera «Fuusenkazura», en toda su omnipotencia, tenía la historia completa esta vez. Incluso tenía límites que no podía superar... Por alguna razón, «Fuusenkazura» estaba empezando a sentirse un poco identificable. O tal vez todo estaba en la cabeza de Taichi. Si, probablemente.

—De todos modos... creo que he repasado todos los detalles pertinentes, así que... ahora todo lo que queda es que hagan su mejor esfuerzo...

— ¡Espera!

Todos se habían movido para decirlo, pero Taichi fue el más rápido.

—Deberías saber que... no podemos hacer la vista gorda a las víctimas del fenómeno actual.

Miró a su alrededor a cada una de las caras de los demás. Efectivamente, todos compartían el mismo sentimiento: tenían que hacer algo.

— ¿No les advertí... que se mantuvieran alejado del grupo de «El Tercero»...?

— ¿Hablar con sus víctimas cuenta como «acercarse» a ellas?

—... Sí, si cuenta...

— ¿Qué hay de malo con eso?— preguntó Aoki.

—No queremos que comiencen a prestar atención... Si descubren que están tratando de evadir el borrado de registros, las cosas podrían volverse... complicadas... Pero ahora están ocupados con otras cosas, así que... si dejamos que se mantengan distraídos... retrasará el borrado de registros mucho más tiempo...

—Oh, ¿entonces quieres usar a Yukina y las otras víctimas como cebo? Eres despreciable, — espetó Kiriyama. Pero «Fuusenkazura» la ignoró.

— ¿No será un poco arriesgado tratar de evitar su aviso? Quiero decir, pueden espiarnos cuando quieran, ¿verdad? — preguntó Nagase. Su aprehensión estaba bien justificada, por supuesto.

—Bueno... creo que estarán a salvo por el momento... Asumen que sus recuerdos simplemente se borrarán más adelante, por lo que no están prestando tanta atención...

—Entonces seguro podemos ayudar a las víctimas hasta cierto punto, — presionó Taichi. Y no era su lado «mártir» hablando; sinceramente quería ayudar a aquellos que sufrían de la misma manera que él lo había hecho en el pasado. Él estaba comprometido.

— ¿Sigues hablando de eso...?— Sorprendentemente, «Fuusenkazura» en realidad parecía un poco molesto. — ¿En serio...?

Sus palabras parecían una amenaza implícita, y Taichi podía sentir que comenzaba a titubear, pero luego el respaldo llegó de Inaba.

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—Puedes amenazarnos todo lo que quieras, pero me temo que estar sentado de espaldas simplemente no es una opción para nosotros.

— ¿Crees que podemos dejar que nuestros amigos sufran?— Espetó Kiriyama.

—No será el caso, amigo, — intervino Aoki.

—Todo este tiempo, hemos estado tratando de no permitir que estos fenómenos nos quiebren. Pero en mi caso, en realidad tuvo éxito una vez.

El corazón de Taichi se fue hacia Nagase mientras hablaba.

—Pero nunca nos dimos por vencido, «Fuusenkazura». Así es como llegamos hasta aquí.

Sus palabras hicieron eco del sentimiento en todos sus corazones.

—Además, — agregó Inaba, — si has terminado de jugar con nosotros, entonces este es nuestro último obstáculo. Venzamos a «El Tercero», y habremos terminado de verdad.

Esta fue la verdadera batalla final.

—Así que seguiremos luchando, hasta el final. Tiene que haber algo que podamos hacer para ayudar a las víctimas actuales, ¿verdad?

Solo Inaba tenía la fuerza de voluntad necesaria para ladrar órdenes a una entidad sobrenatural.

—Tengo la sensación de que todos ustedes saben muy bien qué tan mala idea es esto, pero si insisten...

De mala gana (?), «Fuusenkazura» explicó que su especie no puede detener un fenómeno que alguien más había comenzado. Se estima que el fenómeno de «El Tercero» duraría una o dos semanas, terminaría, y luego el borrado de registros entraría en vigencia, borrándolo todo.

El fenómeno terminaría después de alcanzar una de dos condiciones: o el autor lo encontraba lo suficientemente «entretenido», o el fenómeno duraría lo suficiente como para que el riesgo de molestia durante el borrado de registros se volviera demasiado grande como para ignorarlo. Normalmente, el borrado de registros borrará todos los eventos relacionados con los fenómenos, así como todo lo sucedido a través del efecto mariposa11, pero también parcharía los agujeros cuando sea necesario.

—Dicho eso... en tiempos de emergencia, también hay una opción nuclear...

— ¿Qué quieres decir con «tiempos de emergencia»?— preguntó Inaba.

Hubo una pausa.

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— ¡Dinos la verdad, maldita sea! ¡No tienes razón para ocultarnos esta mierda!

— insistió. En este punto, estaba demasiado desesperada para contenerse.

—Si te digo... tengo la sensación de que las cosas podrían... ir en la dirección equivocada... pero... si ayuda a convencerte de que trabajes conmigo... muy bien, — murmuró «Fuusenkazura». Deliberando un poco. —Normalmente... hacemos todo lo posible para no borrar más de lo absolutamente necesario... de esa manera reducimos nuestro impacto tanto como sea posible... Además, es menos trabajo de esa manera... Por supuesto, cuando se trata de parchar agujeros... algunos pequeños detalles deben ser sacrificados... pero estas cosas suceden...

Sin embargo... hay una opción de cierre de emergencia...

A Taichi realmente no le gustó el sonido de eso.

—En el caso de un cierre de emergencia... el resultado se parece a lo que le sucedió a Yaegashi-san y Kiriyama-san... El sujeto perderá todos los recuerdos de sus amistades con otros en su grupo... y volverán a ser simplemente conocidos.

— ¡¿Q-Que...?! ¿Por qué diablos pasaría eso? ¡Eso no tiene sentido!— Nagase gritó, visiblemente nerviosa.

—Este problema se evita si el fenómeno termina de manera segura... pero en caso de que ocurra un problema... se producirá el apagado de emergencia.

Borrará todo el bloque de memoria... sin ninguno de los ajustes habituales que hacemos.

—Si siente la necesidad de borrar una o dos semanas de nuestras vidas, eso... eso es una cosa. Podría aceptar eso, — tartamudeó Inaba.

Para Taichi, su percepción de lo que era «aceptable» estaba claramente disminuyendo.

— ¡Pero me niego a dejar que unos idiotas nos hagan olvidar a nuestros amigos!

—A veces simplemente no hay forma de evitarlo, — «Fuusenkazura» se encogió de hombros.

Si el fenómeno se revela a un tercero, causa un escándalo social o da como resultado un colapso mental completo para uno o más participantes, básicamente, cualquier cosa que se considere «demasiado complicada para deshacer», desencadenaría el cierre de emergencia. Evidentemente, era su última medida de seguridad para evitar cualquier efecto duradero a gran escala en la sociedad humana.

—Irónico. Este «cierre de emergencia» parece mucho más complicado que el otro, — comentó Nagase sardónicamente.

—Ah, pero... curiosamente, realmente no lo es... Dicho esto, también representa el mismo riesgo para nosotros, así que... generalmente evitamos usarlo lo más posible...

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— ¿Qué hay de la última vez?— Kiriyama gritó esperanzada. —Después del fenómeno de Chihiro-kun, todo volvió a la normalidad, ¿verdad? Quiero decir, ¡recuerdo a todos muy bien!

—Eso fue... algo así como una falla en el sistema... No fue un cierre de emergencia real, en sí...

—Está bien, así que... básicamente, deberíamos evitar este cierre de emergencia a toda costa, ¿Verdad?— Preguntó una descontenta Inaba. —Lo que significa que, a la inversa, sería más ideal dejar que el fenómeno termine de manera segura... ¿Es eso en lo que debemos enfocarnos? Solo perderían los eventos de un par de semanas... Bastante insignificante, en comparación con la alternativa.

—...Tal vez...

—Hmmm, — murmuró Nagase. — «Fuusenkazura» siempre se aburría de nosotros una vez que alcanzábamos cierto nivel de estabilidad... así que ¿tal vez deberíamos dirigir las cosas en esa dirección? ¿Enseñarles a ignorar el fenómeno y seguir con sus vidas?

Quizás su mejor estrategia era, de hecho, la misma que ellos mismos habían usado para sobrevivir a sus propios fenómenos. Después de todo, había demostrado ser efectivo.

—... Bueno, «Fuusenkazura», te agradezco que nos hables sobre esto, — dijo Taichi con un pequeño toque de afecto. Luego, Inaba lo arregló con una mirada fulminante que decía: Dame un maldito descanso, a lo que él respondió: —Piénsalo: ahora sabemos lo que tenemos que hacer. No podemos simplemente sentarnos y dejar que borren nuestro pasado.

Necesitaban ponerse de pie y luchar, y por buenas razones.

—Permítanme confirmar una última cosa muy rápido, — dijo Inaba. — ¿Se nos permite hablar con las víctimas sobre sus fenómenos? Porque «El Segundo» nos dijo que no lo hiciéramos.

Como de costumbre, ella estaba un paso por delante del resto.

—Me imagino que la advertencia fue una especie de formalidad... Francamente, siempre y cuando no sea demasiado excesivo, debería estar bien... Si bien preferimos limitar la difusión de información... ya eres consciente de lo que hacemos... por lo tanto, no tiene sentido ocultártelo... Sin embargo... Veamos...

Si fuera a decir --- infórmenle sobre las reglas que no conocían anteriormente... u otros detalles innecesarios... esa sería otra historia...

Las líneas no estaban explícitamente dibujadas para ellos, por lo que tendrían que improvisar... pero al menos no eran completamente impotentes.

—Hmm... Parece que he cometido algún tipo de error al contarles todo esto, — reflexionó «Fuusenkazura». Evidentemente, podía sentir arrepentimiento.

Quizás por eso sus últimas palabras sonaron como una advertencia:

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—Solo recuerden... su primera prioridad debe ser ustedes mismos... Continúen y velen por los demás, pero... no por su propia cuenta, por favor...

Y con eso, «Fuusenkazura» salió.

■□■□■ El ambiente en la sala del club, después de «Fuusenkazura», no era alegre ni sombrío. No había una emoción única, y como tal, se sentía un poco diferente de alguna manera.

Nadie habló en la sala. En cambio, se quedaron quietos, sumidos en la contemplación, ocasionalmente aligerando su carga o murmurando. Era solo... mucho que asimilar.

Esto era diferente a todo lo que habían experimentado, y sus sentimientos hacia «Fuusenkazura» estaban mezclados con sus sentimientos hacia sus nuevos enemigos. ¿Cómo se suponía que debían sentirse? No podían elegir entre la esperanza y la desesperación.

Pero cuando apareció «Fuusenkazura», todos sus cerebros cambiaron al modo de combate, como una especie de respuesta pavloviana. Su comportamiento, posteriormente, fue influenciado por esas emociones, los cinco, unidos en corazón y mente. Así era como se apoyaban mutuamente a través de sus fenómenos... y esta vez, también es cómo apoyarían a sus amigos a través de ello.

—Está bien, seamos realistas por un minuto, — dijo Inaba, rompiendo el silencio en el aire opaco y turbio. —En el peor de los casos... sobrevivirán perdiendo una o dos semanas de sus vidas.

—No es lo ideal, pero... es mucho mejor que una situación de cierre de emergencia, — acordó Nagase, su expresión en conflicto. Después de todo, un cierre de emergencia tenía el poder de borrar amistades enteras.

—Pero en nuestro caso, pasamos por tantos fenómenos diferentes durante tanto tiempo que... ahora todo es complicado, — continuó Inaba.

Habían pasado aproximadamente dieciocho meses desde el comienzo del intercambio de cuerpos, y durante ese período de tiempo, habían sobrevivido a seis fenómenos diferentes. La pregunta era: ¿cuánto del último año y medio solo sucedió debido a «Fuusenkazura», y cuánto habría sucedido independientemente? ¿Qué eventos eran seguros y cuáles estaban en el tajo?

—Si tan solo no fuéramos tan anormalmente fascinantes... Si tan solo nunca hubiéramos tropezado con la anomalía que es «Fuusenkazura»...— reflexionó. ¿Hubo algo que pudieran haber hecho para evitar su destino?

—Bueno, por ahora, solo tenemos que hacer lo mejor, —les aseguró Taichi.

—Nuestros registros aún no se han borrado. Todavía somos nosotros.

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— ¡Claro! ¡Tenemos que ayudar a Yukina! ¡Y todos los demás! — Kiriyama intervino.

— ¡Quizás nuestras experiencias pasadas los ayuden a aguantar hasta el final!— Aoki agregó.

—Podemos hacer esto. Hagamos que suceda, — declaró Nagase, con los ojos llenos de voluntad para luchar.

Mientras tanto, una vez más, Inaba estaba un paso por delante de ellos. —En primer lugar, asegurémonos de evitar un cierre de emergencia. Todo lo que tenemos que hacer es asegurarnos de que todos volamos por debajo del radar durante las próximas dos semanas. Solo tengan cuidado de no pasar demasiado tiempo con ellos para que no atraigamos ninguna atención no deseada.

Quizás su historia podría servir de referencia.

—Bien, — asintió Nagase. —Aparte de eso, todo lo que tenemos que hacer es... tratar de prepararnos para el borrado de registros.

—Sí, tendremos que encontrar alguna manera de dejar un mensaje codificado para nosotros... Primero, tratemos de llegar a algo por nuestra cuenta. Luego, si piensan en algo brillante, compártanlo con el resto de nosotros.

— ¡De acuerdo!— dijo Aoki.

— ¡Lo tengo!— dijo Kiriyama.

—Todo saldrá bien... Nos aseguraremos de ello, — declaró Taichi. Cuando los cinco juntaban sus cabezas, eran imparables.

Habían pasado el último año y medio luchando contra las reglas de «Fuusenkazura». Esto no cambió nada. La única diferencia era que, a diferencia de «Fuusenkazura», estos nuevos enemigos parecían realmente querer arruinar sus vidas... pero incluso así, no cambió su plan de juego.

Es la misma cosa, pase lo que pase.

■□■□■ Con la batalla oficialmente declarada, Taichi y los demás finalmente se pusieron en acción. Hasta donde ellos sabían, había dos grupos que estaban sufriendo actualmente: el equipo de atletismo y los chicos de primer año. El primer paso del CIC: comunicarse con el equipo de atletismo e intentar hablar con ellos.

También estaban preocupados por los primeros años, por supuesto, dado que parecían estar experimentando el fenómeno de Liberación, pero cuando se pusieron en contacto con Chihiro y Enjouji, les dijeron que los chicos en cuestión ya habían dejado la escuela por hoy. Pero por el lado positivo, habían reducido las víctimas a cuatro chicos en su clase.

No había una práctica de atletismo programada, pero sin embargo, Kurihara y las otras chicas estaban encerradas en el salón del club de atletismo. Deben

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haber llegado a la misma conclusión que una vez tuvo el CIC: Permanecer juntos era la opción menos riesgosa.

Las salas del club deportivo estaban ubicadas en su propio grupo al lado del campo deportivo. No solo era pleno invierno, sino que se estaba haciendo tarde y no se veían otros equipos deportivos.

— ¿Hola chicas?— Kiriyama llamó a través de la puerta a Kurihara y las demás.

Estas chicas habían estado evitando a los miembros del CIC por bastante tiempo. Al principio pensaron que era el efecto de un fenómeno... y técnicamente tenían razón. Pero ahora sabían quién estaba realmente en la mira.

El equipo de atletismo evitaba a otras personas, probablemente forzadas a guardar silencio. Estaban sufriendo en secreto en su propio pequeño mundo aislado. Y estaban experimentando intercambios de cuerpo. Tal vez no quieran hablar ahora... pero si es así, está bien. Tarde o temprano, el CIC los sacaría de la desesperación.

— ¡Entendemos que estás atravesando un momento realmente difícil en este momento!— Kiriyama gritó. Como la persona que tenía una relación cercana con varios miembros del club de atletismo, ella estaba a cargo de la divulgación.

—Y tal vez no se les permita decirlo, ¡así que no preguntaremos! Pero si lo hiciera, ¡podríamos intentar ayudar a encontrar una solución! ¡Una solución segura!

La puerta estaba abierta solo una grieta, lo suficientemente amplia como para permitirles confirmar que las chicas del club de atletismo estaban --ciertamente --- adentro. No respondieron... pero seguramente la súplica apasionada de Kiriyama resonó con ellos de todos modos.

—Pero si el estrés llega a ser demasiado... si alguna vez necesitas a alguien con quien hablar... solo recuerda, el CIC está aquí para ti.

— ¡Puedes hablar con cualquiera de nosotros! ¡Yo, Yui, Inaban... y si eres buena desahogándote con un chico, también están Yaegashi Taichi y Aoki Yoshifumi!

— Nagase terminó alegremente.

Esta es nuestra batalla +++ Hablando en serio, estoy totalmente perdido.

Ahí estaba yo, sentado en la sala de estar. La televisión estaba encendida, pero en realidad no la estaba viendo, solo un poco fuera de lugar.

Cuando todos los demás decían «Maldición, sí, ¡hagamos esto!» Yo también participé, traté de mantener la moral. Pero obviamente lo estaba forzando.

Todos lo estuvimos.

Quiero decir... este borrado de registros va a borrar el pasado. Para mí, para el CIC, e incluso para algunas personas fuera del club. Como, vamos. Es una

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locura. Sin esos «Registros», ya no sería yo. En pocas palabras, es como renacer... pero desde una perspectiva pesimista, es como morir. ¿Eso significa que mi vida está en juego aquí? Al instante se me heló la sangre.

Brrr. ¿Por qué tengo que sentirme así? ¿No es hora de que alguien me despierte de esta pesadilla?

Sé que acordamos arriesgarnos al peligro para luchar por nuestros amigos, pero... sinceramente, hombre, no sé si tenemos espacio en nuestro plato para esto. Quiero decir, ¡Somos adolescentes normales! ¡Sin poderes especiales!

Pero cuando están en juego amistades enteras, de ninguna manera vamos a ignorarlo.

Dicho esto, creo que estábamos mintiendo al menos parcialmente como un mecanismo de defensa... así que si perdemos la moral y comenzamos a retroceder, todo habrá terminado. La culpa de abandonar a nuestros amigos comenzará a pesar sobre nosotros, y lentamente perderemos el control de nuestras propias vidas. Entonces, para nuestra propia salud mental, es mejor que adoptemos una postura más agresiva, sin importar el riesgo.

Queremos luchar tanto por nosotros mismos como por nuestros amigos.

Idealmente, me gustaría dedicar todos nuestros recursos a ambas causas, pero con enemigos tan poderosos, el 100 por ciento podría no ser suficiente.

Vivimos cada día lo mejor que podemos: lo mejor posible, como si fuera el último. Soy del tipo de «no hay tiempo como el presente», pero... ¿es esa mentalidad suficiente para ayudarnos a superar esto? ¿Es seguro pensar así?

—Parece que estás pensando realmente duro sobre algo. ¿Quién eres y qué has hecho con mi hermano pequeño?

—Oh, hola hermana. Bienvenido a casa.

Entonces entró mi hermana, vestida con su traje de negocios. (Después de graduarse de la universidad, comenzó a trabajar en una empresa de ropa).

— ¡Ugh, hace tanto frío aquí! Yoshifumi, tráeme un poco de sake caliente, ¿quieres? — Se dejó caer y se deslizó debajo de la mesa de kotatsu sin siquiera molestarse en cambiarse la ropa de trabajo.

—Claro, a la hora de la cena.

— ¡Oww, vamos! ¡Tu hermana mayor necesita calentarse después de estar afuera en el frío!

Seguía siendo una bella dama, incluso cuando me estaba poniendo ojos de cachorro. Dicho esto, esta era probablemente la razón por la que no podía mantener un novio estable.

—Entonces, ¿qué tienes en mente? Vamos a resolverlo para que no haga que la cena sea miserable.

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—... ¿Estas borracha?

—Me obligaron a asistir a esta estúpida función después del trabajo, y cuando llegué allí, fue incluso más estúpido de lo que imaginé, ¡así que bebí una jarra y me fui!

—Maldición, eso es rudo... pero digo, ¡no destruyas tu hígado!

—Oh por favor. Apenas tengo veintitantos años; Puedo manejarlo. ¿Qué tal?

—Ugh, eres tan molesto cuando estás borracho. Bueno, hay muchas cosas malas en mi vida en este momento, y siento que tengo el destino de todos en mis manos... así que me pregunto si debería manejarlo de la misma manera que siempre lo hago. —, Le expliqué vagamente, ya que no podía entrar en detalles.

—No. —Sheesh, ¡eso fue rápido!

— ¿Qué quieres decir con «de la misma manera que siempre lo haces»?

— ¿No deberías preguntar eso antes de contestar...? Bueno lo que sea.

Básicamente, me gusta vivir el momento, ¿sabes?

—Hmmm... En ese caso, sí, definitivamente no.

— ¿P-Por qué no?

—No eres lo suficientemente fuerte como para tener el destino de nadie en tus manos. Vuelve a ponerlo donde lo encontraste.

— ¿Cómo sabes lo fuerte que soy?

—Porque te has ido temprano y has llegado tarde a casa estos días. Eso es algo recurrente contigo de vez en cuando, ¿no?

Ugh, oh. De acuerdo, mi hermana nunca fue alguien que se quejara de esas cosas, pero aparentemente todavía había estado prestando atención.

—Si fueras solo tú, entonces eso sería una cosa. Mientras no te mate, es asunto tuyo. Pero cuando se trata de ser responsable de la vida de otras personas.

Simplemente no estás hecho para eso.

Esto me molestó un poco. — ¿De que estas hablando? ¡He manejado toneladas de basura como esta!

— ¡Ja! Eso es lo que piensas. Más bien, te tambaleaste y tuviste suerte.

—...Olvídalo. Ya terminé de hablar.

— ¡Ooooh, el pequeño bebé está de mal humor!— bromeó mientras se dejaba caer al suelo y se retorcía más profundamente debajo de la manta de kotatsu.

Grrr. Pero antes de que pudiera pensar en una buena réplica, ella comenzó de nuevo.

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—No me malinterpretes, me gusta quién eres como persona. Eres optimista y siempre intentas ver la imagen completa. ¿Era este su lado borracho hablando? No podía ver su rostro, así que era difícil saber si hablaba en serio.

—Pero a veces eso no es suficiente. Y tal vez ese momento es ahora.

Sus palabras me cortaron como un cuchillo.

—Si esa actitud optimista tuya te empuja a morder más de lo que puedes masticar, bueno... no puedo permitir que mi hermanito cause problemas. — Se obligó a volver a sentarse. —Si se trata de eso, te detendré yo misma.

La mirada en sus ojos era muy seria.

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Capítulo 6: Oveja y Pastor —... Nos vemos después de la escuela, — murmuró mi hermano mayor Yaegashi Taichi, como una ocurrencia tardía, mientras salía de la casa.

—Parece un poco deprimido últimamente... y sigue saliendo de la casa muy temprano, — comentó mi madre en voz baja. Personalmente, me incliné a estar de acuerdo.

Cuando Taichi llegó a casa ayer, parecía que algo realmente lo estaba deprimiendo. Traté de presionarlo al respecto, pero todo lo que dijo fue «Necesito ayudarlos de alguna manera».

Naturalmente, lo reprendí: — ¿Qué tal si te preocupas por ti mismo para variar?

Cálmate.

Solo quería que él fuera el hermano mayor responsable que sabía que podía ser.

Pero, en cambio, me despidió, alegando que estaba «ocupado» y que debía «ir a estudiar».

Así que, por supuesto, fui y le conté a mi madre. ¡Hmph! Le dio su merecido.

Claro, hubo otras ocasiones en el pasado en las que actuó de manera extraña, y siempre se recuperaba de eso eventualmente, ¡pero aun así! ¡¿Qué diablos está pasando?!

Sé que mi hermano es un blandengue total al que le encanta ayudar a la gente.

Asumirá problemas sin que nadie se lo pida. Y lo amo por eso, de verdad. Solo deseo que disminuya el ritmo y preste más atención a sus propias necesidades.

Desafortunadamente, él es el tipo de tonto que prefiere sacrificarse para terminar el trabajo --- lo cual es donde yo entro. Si su condición empeora...

—Necesito ayudarlo de alguna manera. ¡Dios, mi hermano mayor es un dolor!

— ¡RINAAAA! ¡Baja aquí y desayuna!

— ¡Eep! ¡Si mamá!

+++ A la mañana siguiente, su primera tarea del día fue convocar a los de primer año a la sala del club y transmitir todo lo que «Fuusenkazura» y «El Segundo» les había dicho.

El CIC ya había experimentado tanto el intercambio de cuerpos como la Liberación.

El intercambio de cuerpos implicaba cambiar al cuerpo de otra persona al azar.

Los intercambios duraban entre dos minutos y dos horas, y no siempre era un intercambio perfecto de 1:1; los barajos de tres o cuatro personas no eran ajenos.

La Liberación desencadenaría aleatoriamente uno de los deseos de la víctima, por lo general el que sentían con más fuerza en ese momento, haciendo que omitiera por completo su proceso racional de toma de decisiones. Pero debido a

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que la duración de la Liberación era relativamente corta, la víctima generalmente no tenía tiempo suficiente para actuar de manera plena en dicho deseo. Finalmente, como efecto secundario del fenómeno, la víctima usualmente escuchaba una [voz] en su cabeza hablando sobre el deseo.

Ahora que estos mismos fenómenos estaban afectando a otros estudiantes en la Escuela Yamaboshi, solo podían asumir que las reglas eran las mismas. De hecho, habían presenciado (Y luego malinterpretado) los signos reveladores.

Pero cuando apareció «El Segundo», seguido de «Fuusenkazura», descubrieron que su hipótesis estaba completamente fuera de lugar. No eran las estrellas de la historia esta vez.

Esta vez, los cabecillas eran «El tercero» y «El cuarto». Si no se tomaran medidas, los fenómenos terminarían en una o dos semanas, los eventos relacionados con dichos fenómenos se borrarían de la historia y las víctimas serían liberadas. Sin embargo, si ocurriera un problema importante, podría desencadenar un «cierre de emergencia» que borraría todo, potencialmente amistades enteras. Esto era algo que debían evitar a toda costa.

Peor aún, ese no era el único objetivo de «El Tercero»; estaba planeando borrar toda la historia relacionada con los fenómenos del CIC. Taichi y los demás estaban en peligro de perder sus recuerdos, permanentemente.

Dado todo lo que habían aprendido ayer después de la escuela, no era de extrañar que todos se hubieran ido tambaleando a casa como zombis.

Francamente, fue un milagro que hubieran logrado comunicarse con el equipo de atletismo.

—Así que actualmente hay un Intercambio de Cuerpos...

— ¿Y...y una...Liberación...?

—Afectando a un grupo de cinco chicas en el equipo de atletismo...

— ¿Y... y cuatro chicos en... nuestra clase de primer año...?

Chihiro y Enjouji les devolvieron la mirada en estado de shock. Esta reacción fue perfectamente comprensible, por supuesto.

—Está bien si no nos crees, —dijo Kiriyama.

— ¡N-No! ¡Eso no es, Yui-senpai! ¡Te creo! Es solo que...

— ¿Van a... borrar los registros...?

—Entonces... ¿todos terminarán como Yui-senpai y Taichi-senpai en aquella vez...?

Ambos parecían aterrorizados.

—Solo estoy comprobando, pero ¿alguno de ustedes ha experimentado algún parpadeo de memoria?— preguntó Nagase, su expresión seria.

—N-No, no he notado nada...

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—No lo creo, no.

Dado que supuestamente el borrado de registros afectaría todos los eventos relacionados con los fenómenos, los de primer año seguramente perderían sus recuerdos de «Fuusenkazura» y la Proyección Fantasma... pero al menos estaban a salvo por el momento.

—Entonces... ¿qué nos sucederá después de que se borren nuestros recuerdos, er, «registros»? ¿Volveré a ser inútil...?

—Las palabras no pueden describir cuánto cambié después de lo que sucedió...

Ese es un pensamiento bastante extraño, en realidad.

—Obviamente no solo nos vamos a sentar y dejar que nos quiten estos recuerdos, — declaró Nagase, con la esperanza de tranquilizar a los de primer año.

—De verdad, sin embargo, todo estará bien. ¡Voy a pelear como si fuera el único que puede!— Proclamó Aoki, aunque se sintió un poco forzado... Por otra parte, probablemente no era el único.

—Entiendo si te sientes ansioso. Estamos viviendo momentos de terror, — intervino Taichi, actuando como la voz de la razón en contraste con su optimismo.

—S-Sí... creo que... um... yo...— Enjouji vaciló, con los ojos llorosos, pero empujó las palabras de todos modos: —Me prometí a mí misma que ya no pondría mi cabeza en la arena, pero... creo que nunca me pareció real hasta ahora, ya que... ya sabes... no estábamos allí para eso.

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Parecía casi decepcionada de sí misma.

—No diría que «tuviste la cabeza en la arena» en absoluto, — Chihiro la tranquilizó. —Simplemente no lo tomamos tan en serio como deberíamos haberlo hecho, y eso me incluye a mí. Se necesitó esta crisis para que todo finalmente se hundiera... Hombre, soy tan idiota.

—No, no lo eres. Le pasa a todos, — murmuró Inaba.

Ahora había un peso opresivo sobre la sala del club, y Taichi sabía que necesitaba sacudirlo.

—Esto va a ser más difícil que cualquier cosa que hayamos enfrentado... y es exactamente por eso que necesitamos trabajar juntos, los siete.

— ¿Y cuántas personas necesitamos proteger, exactamente...?— Enjouji preguntó débilmente.

—Bueno, somos siete... cinco chicas en el equipo de atletismo, y cuatro de primer año... En total, eso es dieciséis... aunque ese número podría aumentar...

—Lo que significa que es importante que estemos atentos a cualquier otro estudiante afectado, — ordenó Inaba.

Tan difícil como era, alguien necesitaba decirlo: necesitaban la ayuda de los de primer año.

—Todo lo que deben hacer es vigilar a sus compañeros de primer año e informar si notan algo extraño.

Tal como estaban las cosas, Enjouji y Chihiro eran activos invaluables para el equipo.

—Sin embargo, creo que nuestra primera prioridad debería ser hacer una lluvia de ideas para contramedidas en lo que respecta al borrado de registros, — señaló Chihiro, y no estaba exactamente equivocado.

Pero la batalla había comenzado, y tenían poco tiempo.

••• — ¿Fue un error contarles todo? Seguramente se dan cuenta de que se verán afectados, —murmuró Inaba una vez que los de primer año habían salido del salón del club.

—No, teníamos que decirles. No podríamos haberlo mantenido oculto, — respondió Taichi, y estaba bastante seguro de que los demás sentían lo mismo.

—Tenemos mucho de lo que aún tenemos que ocuparnos...— Kiriyama apretó los puños.

—Entonces, ¿cómo nos sentimos? En general, quiero decir, — Inaba preguntó a la habitación en general.

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—Bueno... todo esto es bastante loco, —respondió Nagase, aun luchando con incredulidad.

—Sí, sí... Fue casi más fácil cuando solo era « ¡oh, no, el fenómeno!» ¿Sabes?— dijo Aoki.

—Estoy de acuerdo. En cierto modo, es un poco anticlimático... que es en parte por lo que me siento tan inquieto. Odio la idea de no poder hacer nada, — admitió Taichi.

—Sí... No es nuestro fenómeno, así que no es nuestro lugar, — respondió Inaba.

Hizo una pausa por un momento, luego continuó: — Entonces... ¿qué haremos respecto a este Borrado de Registros?

—Oh, um... escribí un montón de cosas en mi cuaderno. Todo tipo de cosas.

Espero que parte de esto me ayude a recordar, — se ofreció Kiriyama.

—Sí, yo también, — dijo Nagase. —Ah, e hice copias de todas mis fotos. Sin embargo, no tengo idea de si ayudará.

—Sí, pero... no estoy seguro de qué más podemos hacer realmente, — respondió Aoki.

—Todavía estoy tratando de entender el concepto de que nuestra historia se borre. Simplemente no se siente real, — murmuró Taichi. Era la verdad sincera de cómo se sentía.

—El problema es que no sabremos qué funciona hasta que suceda. No es que quiera que suceda, eso sí. Es solo que... Ugh, desearía que pudiéramos probar nuestras teorías por adelantado, — gruñó Inaba, agarrándose el pelo.

Conociéndola, probablemente estaba analizando todas las contramedidas posibles en las que podía pensar.

—En todo caso, me siento mal por las víctimas actuales, ya que ni siquiera saben que sus recuerdos están en peligro, — dijo Nagase.

Ella tenía un punto, por supuesto. «El Tercero» casi seguramente no les había dado tanta información a sus sujetos actuales.

—No sé qué, en todo caso, podemos hacer por ellos... pero si somos los únicos que lo sabemos, entonces somos los únicos que podemos tomar medidas, — declaró Taichi. Más que nunca, comenzaba a sentirlo como su misión jurada.

Tenían que hacerlo, por el bien de aquellos que aún no conocían el verdadero miedo, como ellos.

No por ellos mismos. Por sus amigos ¿Verdad?

■□■□■

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Evidentemente, las chicas del club de atletismo también se habían presentado temprano esa mañana, debido a que el CIC se topó con ellas en el camino a clase.

— ¡Hola señoritas! ¿Pensaron en lo que dije ayer? — Kiriyama llamó, su tono gentil.

Las chicas se volvieron, vieron al CIC y retrocedieron. Del mismo modo, el CIC se detuvo en seco. Ambos grupos ahora estaban congelados en su lugar.

—Chicas, miren, — comenzó Nagase, eligiendo sus palabras con cuidado. —Si al menos pudieran reconocer que estamos de su lado...

— ¡Solo para!— gritó una de las chicas. — ¡No nos hables! ¡Dejarnos solas!

—V-Vamos, no seas así. No vamos a lastimarte, — balbuceó Aoki, visiblemente nervioso.

— ¡Pero... pero él-!

Recordando, Kurihara también había mencionado un «él». En aquel entonces, deberían haberse dado cuenta de lo que ella quería decir: que habían conocido a un «Fuusenkazura», ya sea «El Segundo», «El Tercero», «El Cuarto», o cualquier otra persona.

— ¡No! ¡Sabes que no podemos hablar de eso!

— ¡Bueno, nos siguen molestando!

Las chicas comenzaron a discutir entre ellas.

— ¿Pasa algo? ¿Algún bicho raro intentó hablar contigo o algo así? — Preguntó Inaba.

Al instante, el aire entre los dos grupos se congeló como el Polo Norte. No estaba claro si Inaba tenía la intención de que esto sucediera, pero de cualquier manera, confirmó sus sospechas de un solo golpe.

Supuestamente era seguro hablar sobre los fenómenos... hasta cierto punto, de todos modos. No sabían dónde se trazaría la línea, pero si querían ofrecer incluso los consejos más básicos, al menos tendrían que intentarlo.

—... ¿Estarías dispuesta a hablarnos sobre eso?

— ¡No seas ridículo! ¡No podemos!

Como era de esperar, derribaron a Taichi a la velocidad de la luz... pero el CIC no estaba listo para rendirse.

Luego, fue el turno de Nagase.

—En realidad, sabemos mucho más de lo que crees.

—No, no es así. Sois extraños.

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En un abrir y cerrar de ojos, habían levantado un muro entre ellas y el CIC, prohibiendo la entrada.

— ¡Yukina...Misaki-chan...!— Kiriyama gimió, invocando los nombres de sus dos amigas cercanas que, hasta ahora, aún no habían dicho una palabra.

—Yui...

—Yui-chan...

Ambas hicieron una mueca en respuesta: — ¡Aah! — ¡Gah! — ¿Qué...?

En ese momento, tres de las chicas (incluida Oosawa) reaccionaron en voz alta.

— ¡¿Qué pasó?!— Gritó Kurihara.

—Oh... Cambiamos...

— ¡¿De nuevo?!

—Espera, ¿quién es quién? Estoy--Desafortunadamente, el límite de tiempo fue despiadado; fue entonces cuando sonó la campana.

—Oh... tengo que llegar a clase...

Y entonces el equipo de atletismo se alejó aturdido, con el CIC de pie allí, incapaz de detenerlas.

Pasó la siguiente hora fingiendo escuchar a su maestra, y después de eso, fue el tiempo de descanso. Kurihara había llegado un poco tarde para el primer período; una vez que sonó la campana al final de la clase, se puso de pie de un salto y se dirigió directamente al baño.

—Oh, Yukina... solo quiero ayudarte, — Kiriyama gimió con una voz acuosa mientras veía a su mejor amiga salir del aula.

—El baño es probablemente el lugar más seguro para ellas, — comentó Taichi.

No iba a tratar de detenerlas, por supuesto.

En cambio, los tres, Taichi, Kiriyama y Nagase, decidieron verificar a los otros cuatro miembros del grupo de seguimiento. Durante cada período de descanso entre clases, caminaban por el pasillo y se asomaban a las otras aulas de segundo año.

En la primera habitación que visitaron, una de las chicas del club de atletismo estaba acostada boca abajo sobre su escritorio. En la habitación contigua, otra chica estaba exactamente en la misma posición, mientras que una tercera estaba

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visiblemente ausente. Al menos, les pareció evidente, ¿o fue solo porque estaban prestando más atención?

En cierto modo, estaban haciendo exactamente lo que los «Fuusenkazura» odiaban más --- poniéndose al tanto, haciendo preguntas, reuniéndose de vez en cuando, y Taichi estaba preocupado de que sus acciones pudieran desencadenar un cierre de emergencia.

Mientras observaba a las chicas del club de atletismo, sin embargo, se le ocurrió otra idea: —Hombre... Es una locura pensar que sobrevivimos a esta misma pesadilla durante un mes completo.

—Eventualmente te acostumbras, sabes, — respondió Nagase.

— ¿O simplemente somos realmente raros?— Kiriyama preguntó.

—Tal vez es por eso que ya sabes quién decía que éramos tan interesantes... ¿Es por eso que pasamos por tantos...?— reflexionó Taichi.

Finalmente, terminaron sus rondas haciendo una visita a la clase de Oosawa Misaki. A diferencia del resto de su grupo, ella estaba hablando con sus amigos como si nada estuviera mal. Demonios, ella incluso estaba sonriendo.

Los tres miembros del CIC se pararon en un círculo fuera de la habitación, fingiendo «charlar» mientras la espiaban.

—Maldición, Misaki-chan lo aceptó totalmente. Quiero decir, ella está siendo afectada, ¿verdad? — susurró Nagase.

—Misaki-chan es el tipo de persona que puede hacer cualquier cosa que se le ocurra. Ella es, como, muy sensata, — explicó Kiriyama con orgullo.

—Sí, parece que tiene la mayor compostura de todas ellas. Tal vez ella sea el «pilar de apoyo» para su grupo. Ya sabes, la forma en que Inaba es para nosotros, — comentó Taichi.

Cuando el CIC experimentó su primer fenómeno, fue Inaba quien se mantuvo en calma y analizó los datos disponibles para ellos. En cierto modo, eso fue lo que los mantuvo a todos cuerdos. Quizás era Oosawa quien mantenía a este grupo unido en la escuela.

—Aguanta, equipo de seguimiento, — susurró Kiriyama, juntando sus manos al nivel del pecho como si estuviera rezando.

—En este punto, creo que todo lo que podemos hacer es rezar, o... Espera un minuto. — Nagase se detuvo en seco.

Taichi siguió su mirada hacia Oosawa. Donde solo hace unos momentos estaba sonriendo, ahora su expresión estaba en blanco.

Uh. Oh.

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Efectivamente, una fracción de segundo después, Oosawa corrió hacia la puerta.

Tropezando en el pasillo, vio al CIC y se tambaleó hacia atrás con un grito.

Luego giró 180 grados y salió corriendo en la dirección opuesta.

— ¡Espera! Misaki-chan, ¡o quienquiera que seas! ¡Oye!— Kiriyama comenzó a seguirla, pero pronto se detuvo.

Mientras tanto, todos en el aula estaban mirando a [Oosawa] con miradas dudosas en sus caras.

El intercambio de cuerpos debe haberse disparado... pero no había nada que pudieran hacer al respecto.

—Espero que estén bien, — murmuró Nagase, agarrando su brazo.

De hecho, todo lo que podían hacer era tener esperanza. Las circunstancias sobrenaturales no los perjudicaban directamente; estaba bien y realmente no era asunto suyo. Eso era dolorosamente obvio.

Sentarse al margen no resolvería el problema y, sin embargo, no podían seguir presionando al equipo de seguimiento para que les ayudara. Necesitaban hacer algo, pero hasta que supieran exactamente lo que estaba sucediendo, no podían.

Querían salvar el día, pero al final, solo eran personajes secundarios.

Y si su deseo de ayudar nunca diera como resultado el tomar acciones, entonces era funcionalmente lo mismo que no querer ayudar en absoluto.

■□■□■

Durante el almuerzo, todo el CIC (primer año incluido) se reunió en la sala del club.

—Dado que los fenómenos no nos afectan, no estamos obligados a continuar con nuestras vidas normales... Podríamos saltarnos la clase si es necesario, — reflexionó Inaba letárgicamente.

—Está bien, pero solo en una emergencia, — respondió Taichi.

Inaba parpadeó sorprendida. —Esperaba que todas las personas rechazaran esta idea.

Luego se turnaron para informar sus actividades matutinas. Personalmente, Taichi estaba más preocupado por los primeros años enfrentando la Liberación.

—Por lo que he escuchado, definitivamente hay cuatro hombres en el grupo Liberación, — explicó Chihiro.

Afortunadamente (?), Esos cuatro de primer año eran compañeros de clase con Chihiro y Enjouji. Como mínimo, facilitaría un poco el proceso de informar.

—T-Todos hicieron comentarios como «Escuché una [voz]...» y «Mi cuerpo se movió de manera automática» y «En el fondo, una parte de mí realmente quería» y cosas así, —agregó Enjouji.

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Aunque toda esta información era de segunda mano, en este punto era seguro decir que el fenómeno de los primeros años era de hecho la Liberación.

—Todos están realmente asustados, y ya han tratado de decirle a la gente al respecto, pero hicimos lo que dijiste y les advertimos que se callaran. Ah, y dijeron que todo comenzó hace dos días.

Aparentemente, los «Fuusenkazura» aún no se habían acercado a ellos al respecto.

—Parece que solo ha sucedido un par de veces hasta ahora.

—Entonces están en las primeras etapas... Bueno, no podemos darnos el lujo de esperar hasta que empiecen a evitarnos, así que démosles todos los consejos que podamos, lo antes posible. Escribiré todo lo que necesites contarles y te lo daré más tarde.

—Seguro.

— ¡E-Entendido, Inaba-senpai!

—Se siente como si estuviéramos por delante del juego por una vez, — comentó Nagase.

—Espero que podamos ayudarlos esta vez, — acordó Kiriyama, acariciando su barbilla pensativamente.

—Es mejor dejar que Chihiro y Shino lo manejen, — interrumpió Inaba. —No van a abrirse a un grupo de estudiantes mayores que nunca han conocido. Dicho esto, probablemente deberíamos tratar de encontrarnos con ellos en algún momento.

—Muy bien, entonces, ¡contamos con ustedes dos! ¿Cierto, Inaba-chan? — Aoki exclamó, y los de primer año sonrieron tímidamente.

Mientras la conversación avanzaba... Taichi comenzó a sentirse un poco incómodo sobre hacia dónde se dirigía. ¿Era realmente seguro confiar esta misión a Chihiro y Enjouji? Después de todo, la Liberación era posiblemente el fenómeno más peligroso de todos, no solo para sus víctimas, sino también para las personas cercanas.

Aun así, no podían esperar que los de primer año leyeran sus mentes. Alguien tenía que acercarse a ellos. ¿Su estado de «extraño» lo estaba volviendo paranoico lentamente?

De cualquier manera, su tiempo era limitado, y con tantos elementos de alta prioridad en la lista, parecía que su importancia relativa se estaba perdiendo en la confusión. El almuerzo ya casi había terminado... y aún no habían hablado extensamente sobre sus contramedidas para el Borrado de Registros.

■□■□■

Sorprendentemente, las cosas dieron un giro más favorable después de la escuela.

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—Entonces, eh...

Poco después de la campana final, Kiriyama recibió un correo electrónico de Kurihara, solicitando que sus dos grupos se reunieran. Naturalmente, el CIC dejó todo para acomodar esta solicitud... y ahora los cinco miembros del equipo de atletismo estaban parados en el salón del club del CIC. Como sabían que la habitación iba a estar abarrotada (sin mencionar que la presencia de estudiantes más jóvenes y desconocidos posiblemente incomodaría a sus invitados), les habían pedido a Chihiro y Enjouji que salieran un rato.

—Umm...— Kurihara Yukina vaciló. Al parecer, su grupo la había designado como su representante. Entonces las chicas comenzaron a susurrar entre ellas.

—Quizás no deberíamos hacer esto.

—Es muy arriesgado...

—Pero...

— ¿Quieres que lo diga?— Oosawa Misaki le preguntó a Kurihara.

—N-No, está bien, — respondió ella, sacudiendo la cabeza. Luego respiró hondo... exhaló lentamente... y soltó: —O-Ok, um, ¡hemos decidido confiar en ti! ¡Así que, por favor, escúchanos!

Luego bajó la cabeza lo más que pudo.

Los cinco miembros del equipo de atletismo se sentaron frente a los cinco miembros del CIC. Desafortunadamente, tenían pocas sillas, por lo que Taichi y Aoki optaron por pararse atrás.

Justo como sospechaban, Kurihara y los demás habían entrado en contacto con una entidad que presumían ser «El Tercero».

—Los cinco... cambiarían de cuerpo a intervalos aleatorios...

—Solo hay dos reglas... Continúa con tu vida diaria... y no dejes que otros se enteren...

—Mientras sigas viviendo tu vida de manera normal... todo terminará eventualmente... o más bien, es decir, bastante pronto...

—No rompas las reglas... o si no... Buena suerte...

Cuando las chicas transmitieron lo que les había dicho, el cerebro de Taichi lo «tradujo» automáticamente a su extraña forma de hablar.

—El tipo hizo que pareciera que algo malo pasaría si alguien se enterara, así que... todos decidimos mantener nuestra distancia de ti, — dijo Kurihara.

— ¡Incluso nombró a tu club específicamente! Dijo que pasaron por algo similar en el pasado, así que ya lo sabes todo, — dijo otra chica.

— ¿Salió de su camino para señalarnos? Qué halagador, — gruñó Inaba.

Ciertamente explicaba por qué mantenían al CIC a una distancia en particular.

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—Pero ya no podemos hacer esto solos. Necesitamos ayuda... incluso si no estamos todos de acuerdo en ese tema, — dijo Oosawa. Mientras hablaba, miró a la chica que llevaba el pelo recogido en una cola de caballo, mirando al suelo con una mueca en la cara. Dicho esto, Oosawa habló más clara y firmemente que el resto de su grupo; evidentemente ella todavía había logrado mantenerlas juntas.

Mirando a la chica de la cola de caballo, Inaba se volvió hacia los demás.

—Puedo entender por qué no querrías romper sus reglas. Sin embargo... ya hemos confirmado por nosotros mismos que cierta asistencia menor está dentro de los límites.

— ¿Lo «confirmaste»? ¡¿Cómo?!— la chica de cola de caballo exigió, poniéndose de pie.

—... Tenemos un informante. Una entidad diferente, no con la que hablaste.

Y entonces Inaba habló (algo vagamente) de lo que «Fuusenkazura» les había dicho, con Taichi y los otros ocasionalmente entrando.

—Esa descripción coincide completamente con la que conocimos...

—O fueron testigos del momento en que lo conocimos, o... lo conocieron por si mismos...

Como resultado, las chicas del club de atletismo pronto se convencieron de que el CIC había experimentado su fenómeno en el pasado.

—Así que, tienen experiencia previa, entonces... todos salieron bien, ¿verdad?

Eso es un alivio. Ahora parece que quizás también estaremos bien, — suspiró Oosawa. La esperanza había vuelto a sus ojos.

—Sin embargo, de verdad, esta basura es horrible para mi salud mental.

Especialmente porque no sabemos cuándo terminará, — agregó Kurihara. —Sé que hemos sido un poco maleducados con ustedes, y podría ser demasiado tarde para preguntar esto, pero... si tienen algún consejo, soy todo oídos.

Intentaron manejarlo por su cuenta, pero ahora estaban en sus límites.

Aparentemente habían estado debatiendo si aceptar la oferta del CIC durante bastante tiempo.

—Solo porque estás cansada, ¿crees que podemos romper las reglas y... y decirles todo?

— ¡C-Cálmate, Akemi!— Kurihara tartamudeó de vuelta. —Bien, déjenme preguntar esto: ¿Alguna vez se lo dijeron a alguien?

—En realidad... esta es nuestra primera vez discutiendo con alguien fuera de nuestro club, — admitió Inaba.

— ¿No crees que tal vez la única razón por la que saliste ilesa es porque no lo contaste?— Akemi, la chica de la cola de caballo, siseó de vuelta.

—Akemi, ¿por qué estás tan obsesionada con las estúpidas reglas? ¡¿Por qué deberíamos escuchar a ese asqueroso, de todos modos?!

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— ¿Qué pasa si nos castiga con esta basura por el resto de nuestras vidas?

— ¡No podemos dejar que se salga con la suya!

— ¡Chicas! ¡Relájense!— Llamó Nagase, interviniendo justo cuando la discusión comenzó a estallar. De alguna manera, logró tener el momento perfecto en una situación en la que nadie más podía interferir.

— ¿Toda esta lucha interna? Es exactamente lo que quieren. Nunca lo olviden, todos comparten un enemigo común: el bastardo que los maldijo con el intercambio de cuerpos. Serán más fuertes como equipo.

Ella tenía un punto tan fuerte que la discusión se desvaneció rápidamente.

A partir de ahí, la conversación progresó sin problemas. Taichi y los demás explicaron al equipo de seguimiento sobre la importancia de trabajar juntos y hacer un esfuerzo por ignorar el fenómeno. En lo que respecta específicamente al intercambio de cuerpos, su mejor consejo era mantenerse en contacto el uno con el otro tanto como sea posible, evitar la atención pública, mantener la calma y, en situaciones en las que se vieran obligadas a interactuar con otras personas, intentar «actuar» como esa persona.

Algunas de las chicas todavía parecían estar en negación, pero todas escucharon atentamente y acordaron seguir el consejo del CIC. —Por último... Es importante recordarse a sí mismo que esto no es gran cosa.

Ayuda mucho, — recomendó Inaba.

Mientras más hablaban, más preguntas tenía el equipo de atletismo: ¿Qué está pasando exactamente? ¿Cómo nos está pasando esto? Lamentablemente, la única respuesta del CIC fue «No tenemos los detalles».

—Está bien... Ahora que sé que hay un final a la vista, creo que puedo aguantar.

—Todo lo que tenemos que hacer es... actuar normal, ¿verdad? Eso es todo lo que tenemos que hacer...

—Lo entendemos... Va a estar bien...

Mientras las chicas murmuraban para sí mismas, Oosawa se volvió hacia el CIC. —Hey, um... Gracias por ayudarnos, muchachos... y perdón por arrastrarlos a eso.

A pesar de todo lo que estaba sucediendo, todavía tenía espacio en su plato para preocuparse por ellos. Si bien Taichi personalmente apreció el gesto, estaba un poco preocupado de que ella se sobrecargara y tuviera un colapso.

—No nos arrastraste a ello, Misaki-chan. Nosotros--—Yui. Kiriyama probablemente estaba a punto de decirle que era culpa del CIC que los «Fuusenkazura» estuvieran jugando con ellos, pero Inaba la detuvo.

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Técnicamente no estaban mintiendo, solo por omisión, pero todavía era doloroso de soportar.

—Puedo hacer esto... puedo hacer esto...— Kurihara murmuró por lo bajo, como si tratara de convencerse a sí misma. +++ Era un día laborable, pero mi madre llegó temprano a casa por alguna razón.

Afortunadamente, ese día no tenía ningún plan con mis amigos, así que las dos decidimos ir de compras juntas. Luego, cuando llegamos a casa, la ayudaría a preparar la cena. ¡Eso es lo que Taichi consigue por llamarme floja! ¡Se lo mostraré!

Como íbamos a la ciudad de todos modos, decidimos tomar el tren a una de las elegantes tiendas de comestibles. Fue agradable tener una pequeña excursión familiar para variar; mi madre era del tipo «joven de corazón», así que pasar tiempo con ella siempre era divertido.

—Rina, ¿no tienes frío?

—No, estoy bien.

Después de bajar del tren, nos dirigimos calle abajo, una al lado de la otra. No había viento, y no íbamos tan lejos... Honestamente, probablemente también habría estado bien si no hubiera usado una bufanda.

Justo entonces, escuché un « ¡Oh!» más adelante. Curiosa, miré hacia arriba... y vi a una mujer que llevaba una chaqueta blanca hasta la rodilla con una bufanda blanca. Diablos, incluso su piel estaba realmente pálida. Pero ella no era completamente blanca de pies a cabeza; ella también tenía unos jeans puestos.

Aun así, se veía tan angelical y hermosa... Si tuviera que adivinar, probablemente tenía unos treinta años, pero si me dijera que era más joven, probablemente le creería.

Escudriñé su rostro. ¿Por qué me recordó a alguien...?

—... ¡Oh! ¿Eres la madre de Nagase-san? Lo eres, ¡¿No?! — exclamó mi madre, como si acabara de recordarlo. ¡Mamá, eso es grosero!

Aun así, con la palabra «madre», todo hizo clic. Al parecer, esta señora era la madre de uno de los compañeros de club de Taichi.

—Sí, soy yo. Aprecio que tu hijo siempre trate a mi Iori con amabilidad, — respondió la mujer cortésmente, con una reverencia.

— ¡Igualmente! Tú eres... Reika-san, ¿Verdad? Tu hija es una santa por aguantar a mi idiota hijo.

Entonces mi madre se inclinó, como una ocurrencia tardía. Ugh, mátame ahora.

—Oh, y esta es mi hija, Rina. En este momento está en sexto grado, ¡pero pronto comenzará la secundaria!

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— ¡Encantada de conocerte! Soy Yaegashi Rina. — Luego me volví hacia mi madre. —Entonces, ¿cómo conoces a la madre de Iori-san?

—Nos conocimos durante el festival Cultural de Taichi, ¿recuerdas? Oh, espera...

Así es, no estabas allí para eso. ¿Me lo perdí? ¡Dang!

—Fue un placer conocerte. Ya sabes, Iori habla de su club todo el tiempo...

A partir de ahí se lanzaron a la conversación estereotipada de padres: turnándose para hablar de sus hijos. El discurso de Reika-san fue suave y lento, lo que en comparación hizo que mi madre pareciera que estaba divagando a toda velocidad. Dicho esto, parecían ir bien juntas, y la conversación que tuvieron fue entretenida.

Como no tenía nada que agregar, me quedé allí en silencio... Tras una inspección más profunda, me di cuenta de que el abrigo de Reika-san era una imitación barata de un emporio. Por la forma en que lo usaba, uno pensaría que era una marca de diseñador... ¡Necesito tomar notas del estilo!

—En realidad... antes de dejarte ir, tengo una pregunta, — dijo Reika-san.

Evidentemente, la conversación estaba llegando a su fin. —Últimamente Iori parece... en conflicto sobre algo. Ella se pone así de vez en cuando, pero al final parece que siempre se le pasa, así que probablemente no debería preocuparme.

Aun así...

Esto tocó un acorde conmigo. —Eso suena como mi hermano, — le respondí.

— ¿Yaegashi-kun es igual?

Ella fijó su mirada en mí y me estremecí. —S-Sí. De vez en cuando se pondrá extraño como si estuviera preocupado por algo.

—Durante esos momentos, ¿sale mucho de la casa para ir a las «actividades del club»?

— ¡Si! ¡Exactamente!— ¿Es algún tipo de código?

— ¿Espera? No estoy segura de estar al tanto...

—Mamá, ¡realmente necesitas comenzar a prestarle más atención a Taichi!

—Quiero decir, claro, a veces se pone un poco raro, pero ¿qué adolescente no?

— ¡Lo ignoras con demasiada facilidad! De todos modos, Reika-san, ¿te ha hablado Iori-san sobre eso?

—Supuestamente, son arrastrados a algún tipo de desastre con bastante frecuencia, y ahora ha sucedido nuevamente.

—Escuché a mi hermano decir «Necesito ayudarlos de alguna manera». ¡Quizás deberíamos comparar notas!

— ¡Rina! ¡Soy el adulto aquí!

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+++ El fin de semana llegó... pero, sin embargo, el CIC se reunió en la sala del club.

Después de todo, solo porque no había escuela, no significaba que los fenómenos se tomarían un día libre.

—Para el cambio de cuerpo, es más fácil si todo el grupo se junta en la misma habitación. Pero para la Liberación... ¿Supongo que podrían esconderse durante los descansos...? — Reflexionó Inaba.

—La cuestión es que todavía no los ha golpeado, ya que solo ha sucedido un puñado de veces, — explicó Chihiro.

—Sí... Podríamos tratar de decirles que es un fenómeno, pero probablemente no nos creerán, — murmuró Taichi.

—Probablemente todavía están saliendo con sus amigos como si nada estuviera mal, — suspiró Inaba. —Meh... supongo que están bien por ahora.

—He estado consultando con ellos por correo electrónico, ya sabes, cosas como « ¿Qué estás haciendo?» Hasta ahora, dos personas respondieron «Comiendo». ¿Y tú? — Chihiro le preguntó a Enjouji.

—Oh, sí... también recibí algunas respuestas. Cosas normales como « ¿Harás algo más tarde?» Así que sí, no veo ningún motivo de preocupación...

— ¿Estás segura de eso? Porque me preocuparía si fuera tú.

— ¿Huh? ¡¿Por qué?! ¿Soy solo yo, o Chihiro se ve un poco disgustado?

—Bien, entonces, vamos a ponerlos en segundo plano por ahora y volver al equipo de atletismo, —dijo Inaba.

El CIC planeó usar este fin de semana para tener una larga conversación con las chicas del club de atletismo. Habían pasado cinco días desde el comienzo de su intercambio de cuerpos, y en este punto, probablemente habían acumulado una tonelada de estrés. Por lo tanto, el plan era tratar de facilitarles un poco las cosas.

—Lo tengo todo planeado, — declaró Kiriyama con orgullo.

Mientras tanto, Nagase miró a Taichi y Aoki por turnos. —Estoy tratando de averiguar si deberíamos llevar a los chicos con nosotros.

— ¡Nunca se sabe cuándo podrías necesitarnos!— Aoki respondió juguetonamente.

—No lo olvides, todavía tenemos que llegar a algo en lo que respecta al Borrado de Registros, — murmuró Taichi en voz baja.

Hasta ahora habían estado ocultando fotos y notas en todo tipo de lugares, pero ninguno de ellos había ideado un plan a prueba de fallas.

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••• Las chicas del club de atletismo se habían reunido en dos grupos según la proximidad de sus casas. Del mismo modo, el CIC se dividió en dos grupos para ir a verlas: Taichi y Nagase en un grupo, Kiriyama, Aoki e Inaba en el otro. Su plan tentativo era visitar cada grupo alternadamente; después de todo, era posible que algunas de ellas se sintieran más cómodas hablando con ciertos miembros del CIC. Y entonces Taichi y Nagase tomaron el tren para encontrarse con Kurihara y Akemi. Mientras salían de la estación a pie, charlaron sin hacer nada.

—Sé que se supone que debemos encontrarnos con Yukina-chan y Akemi-chan, pero es posible que para cuando lleguemos allí, hablemos con alguien completamente diferente. Un poco tonto, ¿no?

—Sí... es una locura.

Esa posibilidad, a su vez, tenía el potencial de echar una llave en todo su plan.

—En el peor de los casos, siempre hay un mañana... Pero sabes, cuando salía de la casa esta mañana, mi madre me seguía interrogando. « ¿A dónde vas? ¿Qué vas a hacer?» Fue muy molesto.

—Ahora que lo pienso, mi hermana menor también estaba siendo realmente curiosa.

Peor aun así, cuando él respondió «Voy a la escuela para las actividades del club», ella lo miró con ojos saltones. Fue un poco extraño.

—Familia, ¿tengo razón?— Nagase se rio.

—No es como si pudiéramos pedirles que dejen de hacer preguntas, — gruñó Taichi.

—La lucha es real... De todos modos, volviendo a lo que hablabas antes, — continuó Nagase, —es una especie de pesadilla, tener nuestros recuerdos en peligro, ¿eh?

—Creo que «pesadilla» es un eufemismo.

—Sí, como... Creo que esto establece un nuevo récord para la mayor amenaza posible de nuestras vidas. Realmente deberíamos estar pensando en esto mucho más de lo que hemos estado...

No solo perderían sus recuerdos de eventos pasados, sino que los mismos eventos serían borrados de los registros de la historia. Dieciocho meses de amistad estaban en el pabellón de la muerte; no se sabía qué efecto tendría la ausencia de ellos. Y si cambiaban como resultado, ¿qué tipo de efecto causarían a su vez?

Pronto, Nagase vio dos figuras de pie más adelante. —Oh, bien, ya están aquí.

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Y entonces los dos corrieron hacia las chicas del club de atletismo. Su conversación tendría que esperar... En este momento, tenían que concentrarse en el problema en cuestión.

— ¡Me alegro de que pudieran venir!— Kurihara los saludó alegremente.

En cuanto a la otra chica, Akemi, parecía temerosa y reacia. Aun así, significaba mucho que estuviera dispuesta a reunirse con ellos.

Juntos, el grupo de cuatro se dirigió a una sala de karaoke. Después de todo, ningún padre dejaría entrar a un adolescente al azar a la habitación de su hija sin supervisión, por lo que, en términos de privacidad, no había mejor lugar que una sala de karaoke.

Pidieron suficientes bebidas para todos, luego se acomodaron en la pequeña habitación. Nadie alcanzó los micrófonos. En cambio, comenzaron las cosas con una pequeña charla.

— ¡Esta es la primera vez que visito esta parte de la ciudad!— Nagase comentó.

—Solía venir aquí de vez en cuando para los juegos de béisbol en la escuela secundaria, — respondió Taichi.

A partir de ahí, Kurihara y Akemi discutieron sus experiencias viviendo aquí.

Nadie intentó sumergirse en el tema principal.

Luego, cuando llegaron las bebidas, la conversación se acabó. Era hora de comenzar. Pero como no sabía cuál era la forma «correcta» de liderar, Taichi falló al hacer una pregunta perezosa: —Entonces... ¿cómo les va?

—Ustedes tenían razón, si se dicen a sí mismos que no es gran cosa, ¡realmente comienza a sentirse así! Cada vez que ocurre un intercambio, todo lo que tenemos que hacer es sentarnos allí y permanecer en silencio. No es que ya no lo estuviéramos haciendo, obviamente, pero... es realmente tranquilizador que alguien nos diga que estamos haciendo lo correcto, ¿sabes? — Kurihara explicó alegremente, aunque su voz estaba ronca por alguna razón.

—Sí, claro. Es muy molesto cambiar de cuerpo cuando estás estudiando, ¿verdad? ¡En un momento estás viendo matemáticas y al siguiente es inglés!— Nagase se rio.

En momentos como este, Taichi siempre se sorprendía de la capacidad de Nagase para mantener el estado de ánimo ligero. Sin ella, esto habría ido mucho peor.

—Dios, ¿qué pasa si cambiamos durante la prueba? Sería una cosa si los dos fuéramos buenas en la asignatura del otro, pero si terminamos con nuestra peor asignatura... Ugh, ni siquiera quiero pensar en eso...

—Sí, también tuvimos que preocuparnos por eso.

—Hey, Akemi----

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—Sí realmente lo tomas en serio, — interrumpió Akemi, ignorando a Kurihara, —esta situación en la que nos encontramos es realmente escalofriante. ¿Qué pasa si nos quedamos atrapados en los cuerpos de los demás para siempre?

—Oh, eso no sucederá. Terminó bien, — dijo Taichi.

— ¿Y qué? ¡Eso no significa que no nos va a pasar a nosotras!

—Akemi-chan…— comenzó Nagase, pero Akemi la ignoró.

— ¡Esto ni siquiera debería estar sucediendo! ¡Piensa en todos los problemas que causa! No salir con amigos o novios, ya que pueden notar un cambio...

—Y cuando estamos en casa, tenemos que escondernos en nuestras habitaciones, pero como podemos cambiar en cualquier momento, ¡no podemos hacer nada remotamente privado!— Kurihara intervino.

— ¡Y no hay forma de pasar por alto un cambio a mitad de una conversación, por lo que la otra persona siempre te manera extraña!

— ¡Y dado que hay una pequeña brecha en la que pierdes el control de tu cuerpo, ni siquiera puedes sostener un cuchillo de cocina!

La presa había estallado, y las quejas se apresuraron una tras otra.

—El otro día, cambié con Yukina justo cuando estaba comiendo un estofado de kimchi súper picante, ¡y comencé a ahogarme! ¡No soporto la comida picante!

— ¿Crees que lo has tenido mal? ¡Toda mi familia me estaba mirando como si me hubiera crecido una segunda cabeza! Y para que conste, eso no fue «súper picante», ¡solo eres un bebé!

—Ooooh, ahora quiero probar esta teoría. ¿Quieres pedir la pizza picante del menú y tener una prueba de sabor?

— ¡Iori, no! Ni siquiera soy tan fanática de la comida picante, ¿Vale?

Esta reunión resultó ser mucho más divertida de lo que Taichi esperaba. Tal vez esto en realidad estaba demostrando ser un buen alivio del estrés.

—Hombre... se siente como si hubiera pasado una eternidad desde que me reí tanto. Yo solo... no he tenido mucho de qué reír últimamente, ¿sabes?— Kurihara murmuró en voz baja.

—Estamos felices de ayudar de cualquier manera que podamos, — respondió Taichi.

—La buena noticia es que, por ahora, no tenemos nada de qué preocuparnos, — continuó Kurihara. —Incluso si cambiamos, estaremos bien. ¡Y a diferencia de nuestras casas, no tenemos que preocuparnos de que alguien vea algo demasiado personal!

—Es un poco más fácil tratar cuando estamos en un lugar seguro, — admitió Akemi, y su expresión se suavizó ligeramente. —No me di cuenta de que tenías algo que esconder de nosotros, Yukina.

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— ¡Yo no! Quiero decir, no realmente. Pero me daría vergüenza si vieras, como... el registro de chat con mi antiguo ex o algo así, ¿sabes?

—Está bien, eso es justo. Definitivamente--De repente, por una fracción de segundo, las dos chicas se congelaron en su lugar.

—... Whoa! ¡¿Hay otro yo?! Espera, no, debo haber cambiado con Akemi. Bien, muchachos, solo para su información, ¡esta es Kurihara Yukina hablando! dijo [Akemi] (Kurihara).

—Ohhh, lo entiendo. Entonces eso significa que Akemi-chan fue intercambiada en... El cuerpo de [Yukina-chan]... ¿verdad...?

La voz de Nagase vaciló; [El cuerpo de Kurihara] había comenzado a temblar tan violentamente que le castañeteaban los dientes.

— ¿Q-Qué pasa? Espera... perdón, ¿quién eres? — Taichi preguntó.

Pero [Kurihara] no estaba escuchando.

—Espera un minuto... solo estaba... guardándolo... Sabía que iba a tener visitas, así que... quería estar a salvo y... solo iba a tomar un minuto... Solo un minuto...

Se suponía que iba a estar bien... Me dije a mí misma que no pasaría nada... ¡Se suponía que nadie debía ver eso...!

Más tarde se enterarían de que la persona en [el cuerpo de Kurihara] era en realidad Oosawa Misaki. +++ —Por favor, por favor, por favor, — susurré mientras sostenía mi teléfono en mi oído. Sonó... y sonó... y sonó... hasta que por fin, el correo de voz se escuchó.

Normalmente, nunca dejaría un mensaje de voz porque son muy cringes, pero esto era una emergencia.

— ¡Misaki-chan! ¡¿Qué pasó?! Si algo te sucedió, ¡puedes decirme! ¡Siempre estaré de tu lado, lo prometo! — Grité desde el fondo de mi corazón, luego presioné el botón Finalizar llamada.

El sábado, Misaki reveló accidentalmente algo privado a otra persona, y realmente la asustó. Estaba en camino a su casa en ese momento, así que no estaba segura de qué hacer, pero luego Iori y Taichi se pusieron en contacto para decirme que [Yukina] (Misaki) quería que nos mantuviéramos alejados. En ese punto, todo lo que pude hacer fue esperar.

Luego, una hora más tarde, todos volvieron, y los tres (Inaba, Aoki y yo) nos encontramos con Misaki. Al principio parecía un poco nerviosa, pero a medida que pasaba el tiempo, se tranquilizó. Del mismo modo, comencé bastante preocupada, pero finalmente decidí que iba a estar bien.

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A principios de esta tarde, sin embargo, dejó de responder a nuestras llamadas y correos electrónicos. Al principio pensé que probablemente estaba ocupada, pero han pasado horas desde entonces y todavía no puedo pasar. Nadie puede.

— ¿Qué hago, qué hago...? ¿Qué es lo que le ocurrió a ella? ¿Debo correr directo a su casa? ¿Qué debo hacer?

Normalmente no me preocuparía demasiado por eso, pero teniendo en cuenta todo lo que está sucediendo, no pude evitar pensar que tal vez sucedió algo malo. Como, muy malo.

Entonces escuché a mi hermanita Anzu llamándome escaleras abajo: — ¡Yui! ¡Hora de la cena!

No importa cuán locas se vuelvan nuestras vidas, el resto del mundo sigue girando.

Por ahora, mejor ceno. No puedo pelear con el estómago vacío, después de todo.

— ¿Qué te ha pasado hoy?

Volví a la realidad para encontrar a Anzu mirándome.

— ¿Dónde está tu apetito? ¡Normalmente estarías pidiendo un segundo plato ahora mismo!

Mi arroz estaba empezando a enfriarse y apenas había tocado el cerdo con jengibre.

— ¿Estás enferma? Si es así, entonces debes acostarte. En estos días te has quedado hasta tarde haciendo quién sabe qué, — intervino mi madre, preocupada.

—No, mamá, no estoy enferma. Estoy bien.

Genial, ahora hice las cosas incómodas. No ayudó que mi papá no estuviera en casa para comer con nosotros, todavía estaba en el trabajo. Al igual que yo, llegó a casa más tarde de lo normal en estos días.

—No te ves bien, hermana. ¿Estás segura de que estás bien?

Cada vez que había un fenómeno activo, siempre era súper estresante para mí. Y como no soy una buena actriz, siempre sería muy obvio para todos los que me rodean. Como resultado, mi familia se ha preocupado mucho por mí varias veces durante el último año y medio.

Pero esta vez, el «fenómeno activo» estaba afectando a otras personas. ¿Lo están manejando bien?

—Escucha... Si algo está pasando, quiero que seas sincera conmigo, — insistió mi madre.

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No quería que entraran en pánico por mí más de lo que ya lo habían hecho, así que decidí hablar sobre eso... solo un poco. Tal vez podrían indicarme la dirección correcta.

—Bueno... Básicamente, nos han sucedido muchas cosas locas durante el año pasado, pero ahora les está sucediendo a nuestros amigos, — le expliqué, eligiendo mis palabras con cuidado. —Así que obviamente quiero ayudarlos con eso, pero... en este momento, ya tengo mucho en mi propio plato.

Eufemismo del año. Después de todo, podría olvidarme de mis mejores amigos como… o… o… o... ¿Espera? ¡No! ¡El CIC! ¡Aoki e Iori e Inaba y Taichi! ¡Además Chihiro y Shino! ¿Ves? ¡Los recuerdo! Nunca... nunca podría... olvidarlos... ¿verdad...? ¿Por qué mis recuerdos siguen parpadeando? ¿Realmente van a desaparecer?

En el fondo, una parte de mí realmente esperaba que esto fuera solo otro fenómeno. Otra amenaza vacía de «Fuusenkazura», y luego, al final, todo volvería a la normalidad. Pero... ¿y si no podemos escapar de esto esta vez? ¿Qué pasa si esos recuerdos nunca vuelven? ¡No! ¡No quiero eso! ¡Por favor!

—Nngh...

Estaba empezando a sentirme enferma. Tan enferma, de hecho, me caí de la silla.

— ¡¿Yui?!— mi madre y mi hermana gritaron al unísono.

Me tapé la boca con la mano y mis ojos se llenaron de lágrimas. Sin embargo, no hay nada de qué preocuparse. Solo me sentí enferma por un momento.

—T-Tal vez deberíamos llevarte al hospital, —tartamudeó mi madre.

—... estoy bien, mamá... estoy bien...

— ¡¿Qué pasa, hermana?! ¿Estreñimiento? ¿Dolor de cabeza? ¿Náuseas matutinas? ¿Qué medicina necesitas?

—... Anzu, ¿sabes qué significa «náuseas matutinas»?

Una y otra vez, les insistí que estaba bien, hasta que por fin se calmaron y me dejaron volver a mi asiento en la mesa. Era mi culpa por asustarlos, obviamente, pero aun así... su preocupación era agotadora.

—Yui, solo voy a decir esto una vez, — comenzó mi madre, mirándome fijamente a la cara. —Eres mi hija y te amo. No quiero que te lastimes.

—Lo sé...

Normalmente ella no era tan directa, así que fue un poco incómodo.

—Francamente, no me importa lo que le pase a otras personas, siempre y cuando eso signifique que estás a salvo.

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— ¿Qué?

Sabía que probablemente solo estaba siendo honesta conmigo, no, sí, definitivamente, pero se sentía como el tipo de cosas que tal vez no debía admitir en voz alta a su hija. Y sin embargo, ella lo dijo de todos modos.

—Uhhh...— Todavía sosteniendo un bocado de comida en sus palillos, Anzu nos miró a mí y a mamá.

—Así que no quiero que hagas nada imprudente, Yui. No quiero que te pongas en peligro.

—Lo sé, ¿de acuerdo? No tienes que decírmelo. — Porque solo me hará las cosas más difíciles más tarde.

—Sí. De lo contrario no lo entenderás.

Por supuesto que entiendo. Como, entiendo totalmente de dónde viene esto.

Pero eres mi madre y no puedo permitir que me crucifiques con precisión láser.

Eres demasiado buena en eso.

—Pero... pero yo...

Lo que quería que entendiera es que no se trataba solo de mí. Se trataba de proteger a otras personas. Y cuan aterrorizada estaba de perder las cosas que me importaban, más quería asegurarme de que no le pasara a mis amigos. Esos dos deseos estaban directamente conectados.

—Sin peros, — respondió ella.

Ella normalmente era tan agresiva; ¿Por qué estaba siendo tan dura conmigo hoy? ¿Por qué ahora, de todos los momentos, cuando tenía cosas importantes que hacer?

—Yui, es muy virtuoso de tu parte querer ayudar a otras personas, — continuó, y pude escuchar el amor fuerte en su lengua. —Pero tienes que ponerte a ti misma en primer lugar.

Desafortunadamente, no podía estar de acuerdo con eso.

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Capítulo 7: Dejado atrás —Oh, eso me recuerda, Taichi. Me topé con la madre de Nagase-san el otro día, — anunció la Sra. Yaegashi de la nada esa mañana.

De alguna manera, Taichi rápidamente tuvo un mal presentimiento sobre esto.

—Lo siento, mamá, pero tengo que llegar temprano a la escuela hoy. ¡No hay tiempo para el desayuno!

Esto no era una mentira, realmente tenía poco tiempo, pero también quería la oportunidad de hablar con Nagase al respecto primero.

—Espera, señor. Al menos deberías comer algo primero.

— ¡Taichi! ¿Qué diablos son estas «actividades del club» que estás haciendo?

Pero ignoró tanto a su madre como a su indignada hermanita...

—... ¡Oye! ¡No solo me ignores! ¡OYE! ... y salí por la puerta.

Sabía que tendría que sufrir las consecuencias cuando llegara a casa, pero en este momento tenía cosas más importantes que atender. Por frustrante que fuera quedarse sin lugares para relajarse, en realidad no tenía otra opción en este momento. Tenía que darse prisa.

En el tren, su impaciencia aumentaba con cada parada. Había recibido un correo electrónico aterrador esa mañana, y necesitaba averiguar lo que estaba sucediendo, lo antes posible.

Al llegar al segundo piso del edificio de la escuela, la sección con todas las aulas de segundo año, encontró a Nagase, Kiriyama y Kurihara.

— ¿Cuál es la situación? ¿Dónde están Oosawa y el resto del equipo de atletismo?

—Ellos, eh... todavía no están aquí, — respondió Nagase, su voz teñida de pánico.

— ¿Oye, Taichi? Todo va a estar bien, ¿verdad? ¿Misaki-chan va a estar bien?

Quiero decir... esto no puede estar pasando, ¿verdad? — Kiriyama jadeó, temblando.

Mientras tanto, Kurihara simplemente miraba por la ventana, completamente quieta, como si estuviera balanceando una taza de agua sobre su cabeza.

Entonces llegaron Inaba y Aoki, y todos se trasladaron a una esquina del pasillo.

Esa mañana, habían recibido un mensaje escalofriante del equipo de atletismo...

Entonces, finalmente, Oosawa Misaki llegó a la escuela: alta, delgada, con un corte de duendecillo. Ella caminó por el pasillo, saludando a sus amigos con un saludo.

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—Oh, hola, Yui-chan... e Iori-chan... Oh, veo que todo el CIC está aquí. — Ella entrecerró los ojos dudosa por un momento, luego rápidamente se encogió de hombros. — ¡Buenos días!

Su sonrisa era radiante, como si todos sus problemas mundanos hubieran desaparecido.

— ¡Misaki!

Kurihara Yukina llamó a su amiga cercana en el equipo de atletismo.

—Oh, buenos días, Kurihara-san.

Pero aunque Oosawa solía llamarla Yukina, hoy se refirió a ella solo por su apellido. Como si el mundo mismo hubiera sido alterado retroactivamente.

—No... No, no puede ser... ¡No, no, no, no!— Llorando, Kurihara se tambaleó hacia Oosawa. — ¡Misaki, por favor! ¡Llámame Yukina, como siempre haces! ¡No me hables como si fuéramos de primer año de nuevo!

— ¿W-Whoa? ... ¿De dónde viene todo esto?— Oosawa tartamudeó alarmada.

—Muy bien, lo prometo, te llamaré Yukina de ahora en adelante. Heehee... Se siente raro, pero en el buen sentido.

Ella sonrió tímidamente, como si fuera la primera vez que decía el nombre en voz alta.

Pero ese destello brillante, a su vez, proyectaba una oscura sombra de desesperación.

Oosawa Misaki había perdido toda la memoria del fenómeno, así como el recuerdo de sus amistades con los otros cuatro miembros de su grupo. Eso no quería decir que había olvidado hasta el último detalle sobre ellos; ella todavía las reconocía como compañeras estudiantes de Yamaboshi, así como también como miembros del equipo de atletismo. Pero no recordaba el tiempo que había pasado con ellas.

Otras personas podían decir que algo era extraño entre ella y el resto, pero no fue lo suficientemente drástico como para justificar su mención. En otras palabras, fue exactamente como cuando Taichi y Kiriyama perdieron temporalmente sus recuerdos del club como resultado de la Proyección Fantasma.

El sábado, alguien descubrió el secreto de Oosawa. Al principio tuvo un colapso, pero lentamente recuperó la compostura, y luego todo estuvo bien...

Pero aparentemente algo más había sucedido desde entonces.

En cuanto a los otros cuatro miembros del club de atletismo, bueno... después de enterarse de la condición actual de Oosawa, perdieron la voluntad de asistir a clase como si algo estuviera mal.

—No puedo creer esto... ¡Esto no puede estar sucediendo!

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— ¡¿Ella perdió sus recuerdos?!

—Esto tiene algo que ver con el intercambio de cuerpos... ¿verdad...?

— ¡Misaki...Misaki...!

—Chicas, por favor, cálmense, — Kiriyama llamó débilmente.

— ¡¿Cálmate?! ¡Buen chiste, cabeza hueca!

—Chicas, lo entiendo, lo prometo. Solo... vengan con nosotros, — dijo Nagase, y con eso, los llevó a la parte más segura del campus: el salón del CIC. Habían renunciado rápidamente a su deber diario de asistir a clase. En cambio, mientras la escuela estaba en sesión, Kiriyama y Nagase se concentraron en ayudar a las chicas a mantener la calma.

En un momento, Taichi reunió el coraje para hablar con Kurihara.

— ¿Qué pasó con ella, de todos modos? Supongo que debes saber al menos parte de la historia, ¿verdad?

—Misaki estaba realmente en pánico el sábado. Luego, el domingo por la tarde, perdimos contacto con ella. Todos estábamos aterrorizados de que algo malo hubiera sucedido... pero esa misma noche, finalmente contestó su teléfono. La cuestión es... que estaba muy alegre de repente, ¿sabes? — Kurihara sonrió mientras las lágrimas corrían por su rostro. —Y ella actuó como si fuera tan extraño de mi parte llamarla por teléfono... y... ella me llamó Kurihara-san... ¿Qué pudo haber pasado en el lapso de unas pocas horas para que Oosawa perdiera sus recuerdos?

— ¿Por qué estaba entrando en pánico?

—...Lo siento.

Kurihara parecía tener una idea de la respuesta, pero sus labios estaban sellados. ¿Se habían vuelto descuidados? Podría decirse que sí. Debido a que resultaron estar bien, y porque el grupo de seguimiento parecía estar bien desde una perspectiva externa, el CIC se había convencido de que no había nada de qué preocuparse.

Qué suposición tan idiota. ¿No les había dicho «Fuusenkazura» que el fenómeno normalmente duraba una o dos semanas? Todavía era tiempo más que suficiente para que sucediera algo como esto. Cualquiera de ellos debería haber visto venir esto... pero no. Nunca se detuvieron a pensar realmente en ello.

Ahora Oosawa Misaki había perdido sus recuerdos del fenómeno, junto con cualquier conexión humana involucrada. Según todos los informes, fue el resultado de un cierre de emergencia, lo único que habían prometido evitar a toda costa.

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Habían cometido un error que, muy posiblemente, nunca podría deshacerse.

Peor aún, esto desencadenó otro evento en una reacción en cadena... o tal vez fue mera coincidencia que «ellos» eligieran este momento de todos los tiempos para actuar.

—Hey, ¿Taichi-san?

— ¡Taichi-senpai!

Entre clases, Chihiro y Enjouji subieron corriendo las escaleras hacia la sala del club.

— ¿Que está pasando? ¿Paso algo?

—Se trata de nuestros compañeros de clase... ¿Sabes, el grupo que enfrenta la Liberación?

—Parece... que «Fuusenkazura» o... alguien similar... ¡Se ha puesto en contacto con ellos!

Y así, ahora que «El Tercero» se había revelado a los de primer año, la historia de su liberación había comenzado en serio.

■□■□■ Con el permiso de las chicas del club de atletismo, los siete miembros del CIC se reunieron en el salón del equipo de atletismo en el almuerzo. Esto se debió a que, bueno, las chicas del equipo de atletismo ocupaban actualmente el salón del CIC. Inaba dejó escapar un suspiro largo y exhausto, luego comenzó a espetar órdenes.

— ¡Actualizaciones de estado! Primero, el equipo de atletismo.

—Correcto, — dijo Nagase. —Yukina-chan y las demás todavía están experimentando el fenómeno del intercambio de cuerpos. Pero... uno de los miembros, Misaki-chan... ha perdido todos sus recuerdos del intercambio de cuerpos, así como los de sus amistades con los otros miembros de su grupo, y no está claro si alguna vez irá a volver a la normalidad. Nuestra teoría actual es que fue sometida a un cierre de emergencia.

—Ya sabes, no me di cuenta de que podría pasarle a una sola persona. Pensé que afectaría a todos al mismo tiempo, —comentó Aoki.

—Yo también, — respondió Inaba. —Pero al eliminarlos uno por uno, pueden infligir un mayor pánico a los supervivientes... La pregunta es, ¿qué sucede si los otros miembros logran mantenerse unidas hasta el final del fenómeno? ¿Seguirán recordando su amistad con la víctima del cierre...?

Si esa historia compartida se dejara intacta, tal vez todavía había esperanza.

Quizás, mientras al menos una persona lo recordara, otros podrían recordarlo también.

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—... De alguna manera siento que eso sería demasiado conveniente para nuestros propósitos, —continuó Inaba. —Al conocerlos, probablemente suavizarán las cosas al borrar los recuerdos de amistad de todos.

— ¡Inaban, detente! ¡Me estás asustando! Quiero decir, sé que podrías tener razón, pero aun así... De acuerdo, eh... De todos modos, el hecho es que el estado actual de Misaki-chan tiene a las otras cuatro realmente asustadas. En este punto, es posible que alguien más pueda... ya sabes... cerrar.

Luego, Inaba se volvió hacia Chihiro y Enjouji. — ¿Qué hay con los primeros años que enfrentan la Liberación?

—Esta mañana, entraron en contacto con «El Tercero», poseyendo el cuerpo de un estudiante de segundo año que apenas conocían, —declaró Chihiro.

—Y-Y... les dijo... b-básicamente lo mismo que le dijo al equipo de atletismo, — agregó Enjouji.

—Ya estaban estresados por la Liberación tal y como es, ya que los hacía pelear con otros muchachos y molestar a todas las chicas. Pero ahora finalmente aceptan que lo que están pasando es un fenómeno sobrenatural. Parece que finalmente nos creen.

—P-Para ponerlo simple, están realmente asustados. « ¿Esto significa que no tenemos que ir a la sala de psiquiatría? ¿Qué nos va a pasar?»

—Parece que su situación también se está volviendo bastante crítica, — murmuró Inaba. —Ahora bien, avanzando... El Borrado de Registros.

—Bueno, los cinco todavía estamos experimentando parpadeos ocasionales, — respondió Taichi. —No está claro qué efecto pueden tener sobre nosotros.

Nuestra única esperanza de una contramedida es crear algo que pueda traer de vuelta los recuerdos, y todos han estado tomando medidas para hacerlo, pero hasta ahora no ha habido desarrollos importantes... al menos, que podamos decir, de todos modos.

— ¿Alguna actualización sobre «Fuusenkazura» o de algún otro?

—Bueno, como decían nuestros alumnos de primer año, «El Tercero» se mostró a los chicos afrontando la Liberación, pero nada más hasta ahora, — respondió Aoki. —Seguro que no nos hemos encontrado con ninguno de ellos desde la última vez que hablamos con «Fuusenkazura».

—Así que supongo que ahí es donde estamos, ¿eh?

Nada de esto era información nueva, pero a sugerencia de Inaba, cada uno se turnaba para presentarla al grupo. Honestamente, era la única forma en que podían recapitular. De lo contrario, era probable que fuera bastante chocante.

Era demasiado surrealista.

— ¿Algo más que alguien quisiera decir?

Ante esto, Kiriyama habló. —Hey, um... sobre los recuerdos de Misaki-chan... ¿Crees que ella estará bien? Estoy eligiendo creer que lo estará, pero...

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—No lo sé. Ninguno de nosotros lo sabe.

—Entonces... crees que nuestros recuerdos... nuestros «registros» o lo que sea... ¿estarán bien...?

Lento pero seguro, por mucho que no quisieran admitirlo, el Borrado de Registros finalmente comenzó a sentirse real. El miedo comenzaba a aparecer...

Pero entonces, llamaron a la puerta, y un visitante se asomó. Era el chico que se desempeñaba como secretario del consejo estudiantil.

—Efectivamente, ¡aquí están! Hola chicos, el presidente quiere hablar con ustedes. ¿Podrían venir conmigo?

Y así, otro obstáculo surgió en su camino.

••• —Muy bien, CIC. Ahora sé que algo raro está sucediendo, —declaró el presidente del consejo estudiantil, Katori Jouji, al otro lado de la mesa.

Su convocatoria fue dirigida a los cinco miembros de CIC de segundo año, pero Kiriyama y Nagase se dirigieron al salón del club para consolar al equipo de atletismo, mientras Chihiro y Enjouji regresaron a su salón de clases para seguir con sus compañeros de clase enfrentando la Liberación. Por lo tanto, los únicos que asistieron a esta reunión fueron Taichi, Inaba y Aoki.

Realmente no tenían tiempo para esto, pero como Katori lo hizo sonar como si estuviera sobre ellos, no pudieron hacer de la vista gorda. Los tres se pararon frente a él; del mismo modo, no los invitó a tomar asiento.

— ¿Qué quieres decir con algo raro?— Inaba preguntó con una cara de póquer perfecta.

—No te hagas la tonta conmigo. Estoy hablando de las chicas del equipo de atletismo y esos cuatro chicos de primer año.

De alguna manera había logrado identificar a las víctimas actuales con precisión.

— ¿Qué hay de ellos?

—Me dijeron que cada uno de ellos se saltó la clase esta mañana... al igual que cada uno de ustedes.

Cualquiera podría haber notado eso, así que sus sospechas... ¿realmente tenían sentido?

—Como presidente del consejo estudiantil, creo que tengo derecho a saber exactamente lo que estaban haciendo durante ese tiempo. ¿No es así?

Junto a él, el vicepresidente y el secretario asintieron vigorosamente. Una vez más, no parecían ansiosos por unirse a la conversación; Taichi tampoco estaba contribuyendo mucho para ser exactos.

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— ¿Tienes ese derecho? Tendré que revisar mi manual del estudiante.

—Muy gracioso. Solo trato de mantener a nuestros estudiantes seguros, ¿de acuerdo?

Tal vez lo decía sinceramente.

—Ahora dime lo que saben, CIC. ¿Por qué los atacaría a ellos de todas las personas? ¿Solo por información? ¿O había algún otro objetivo en juego?

—No me importaría responder sus preguntas si explican por qué eligieron identificarnos. Trato justo, ¿no crees?

—Eso no es posible. ¿De verdad crees que no protegería a mis informantes?

—Francamente, es extremadamente sospechoso que necesites «informantes».

—No iré a ninguna parte contigo. Yaegashi, no planeas saltarte el próximo período, ¿verdad? Explica tu ausencia.

—Lo siento, Katori, pero fue importante.

En este momento, no tenían tiempo para sentir un compromiso.

— ¿Aoki?

—Sí, hombre, tenemos algunas cosas sucediendo.

—Esta es una preparatoria. Ustedes se dan cuenta de que no pueden simplemente optar por no asistir a clase, ¿verdad?

—Consejo estudiantil esto, preparatoria aquello. Siempre eres tan rápido para ejercer tu autoridad, ¿verdad? — Inaba sonrió de lado.

Los ojos de Katori se entrecerraron. —Te aconsejo que no te metas conmigo. No te gustará lo que pueda pasar.

Su aura intimidante envió un escalofrío por la columna vertebral de Taichi.

— ¿Oh si? Inténtalo.

— ¡Ja! Estás mintiendo, — resopló Katori, luego se tensó una vez más. — ¿Que será después?

—Que gracioso; eso es lo que te iba a preguntar.

Tanto Katori como Inaba se negaron a ser superados... pero al final, fue Inaba quien retrocedió.

—... Lo admito, nuestro comportamiento ha sido un poco extraño últimamente.

Si prometemos explicarnos más adelante, ¿podrías dejarlo pasar ahora mismo?

—Me temo que no. Mira, en cierto sentido, ustedes son el enemigo.

Ahora que se había trazado una línea, tal vez el compromiso ya no era una opción.

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—Eso es un poco extremo, — murmuró Taichi en voz baja.

—Lo siento, pero me niego a tolerar la actitud de su club. Dales una pulgada y se tomarán una milla. Ahora solo sigan las reglas y continúen con su vida diaria.

—Seguir las reglas...

—... ¿y continuar con nuestra vida cotidiana...?

Esto golpeó a Aoki e Inaba particularmente fuerte. Después de todo, esas frases particulares les recordó en cierta forma más a los «Fuusenkazura». ¿Fue esto una advertencia?

—Verán, esta tarea finalmente me corresponde a mí, — explicó Katori, mirando a sus compañeros miembros del consejo. —Quiero decir, normalmente un maestro manejaría esto, y sin embargo ninguno de ellos ha tomado medidas.

Pero supongo que ya sabrán eso, ¿no?

Sus últimas palabras fueron mezcladas con sarcasmo.

••• —Sé que estamos actuando fuera de la línea... ¡Lo entiendo, maldita sea!— Inaba escupió mientras se dirigían a la sala del club CIC desde la oficina del consejo estudiantil.

—Bueno, al menos ahora Katori centrará su atención en nosotros, ¿verdad?— Ofreció Taichi.

De hecho, la razón por la que tomaron una postura tan agresiva con Katori fue para distraerlo de los de primer año y de las chicas del club de atletismo.

Después de todo, lo último que necesitaban las víctimas del fenómeno en este momento era un interrogatorio, o de lo contrario podrían dejar pasar algo... y el CIC no quería arriesgarse a que nadie disparara otro cierre de emergencia.

—Katori tiene razón, sin embargo, — murmuró Aoki, cruzando los brazos con la mano en la barbilla. —Es un poco extraño que los maestros se encojan de hombros con tanta facilidad. ¿Nuestra escuela siempre fue tan laxa? No han sido... hipnotizados ni nada, ¿verdad?

No había solución a la vista, nada más que especulaciones negativas hasta donde alcanzaba la vista.

Antes de que terminara el almuerzo, Taichi y Nagase decidieron pasar por su salón de clases para revisar las cosas. Si sus compañeros de clase hubieran notado su ausencia, tendrían que considerar quedarse para las clases de la tarde.

— ¿Dónde estaban ustedes? En serio, hombre, ¿Todo su club se saltó las clases?

— Miyagami llamó tan pronto como Taichi entró en la habitación. —Quiero decir, las chicas están calientes, así que lo entiendo.

— ¿Qué? Amigo, no es así.

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—Entonces, ¿Qué es lo que pasó?— preguntó en voz baja, sus ojos brillaban traviesamente detrás de sus lentes rectangulares.

Pero Taichi se encogió de hombros: su mente estaba más preocupada por lo que sucedía a poca distancia.

—Has estado saliendo del aula durante cada descanso. Lo entiendo; esa es tu prerrogativa. ¿Pero faltar a clase cuando ni siquiera estás enfermo? Eso es cruzar la línea.

Setouchi Kaoru, presidente de la clase 2-B, actualmente estaba reprendiendo a Nagase.

—…Lo siento...

—Lo que quiero saber es, — dijo Nakayama Mariko al otro lado de la habitación a Taichi y Nagase, — ¿qué está pasando con Yukina-chan y el resto del equipo de atletismo?

El corazón de Taichi dio un vuelco.

—Yo también quiero saber, — dijo una nueva voz. Era Sone, miembro del Club de Manga, acariciando su vientre después de otra buena comida... pero su actitud relajada habitual no se veía por ningún lado. —Algo está pasando con ellos. Y sea lo que sea, no es normal.

— ¿Están involucrados con eso?

Evidentemente, Miyagami también había terminado de bromear.

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¿Estaba el gato fuera de la bolsa? ¿Todos estaban con ellos? ¿Fue el acto de saltarse la clase como grupo su última perdición? Si tan solo no hubieran perdido tanto tiempo pensando que un fenómeno los estaba atacando. Tal vez podrían haber tomado medidas para cubrir al equipo de atletismo; quizás entonces esto nunca hubiera sucedido. ¿Qué pasaría si toda su clase se entera de los fenómenos? ¿Se consideraría «problemático» hasta el punto de otro cierre de emergencia? ¿Acabarían todas las chicas del club de atletismo como Oosawa?

—Ah, y escuché que algo similar está sucediendo con algunos de primer año,— comentó Setouchi como si acabara de recordar.

— ¿D-Dónde escuchaste eso?— Nagase preguntó nerviosamente. —Y... ¿cuánto has escuchado?

—Uno de mis kouhai me dijo que hay un rumor sobre algunos de primer año que comenzaron a saltarse las clases.

Efectivamente, los de primer año estaban en una posición similarmente precaria. Taichi se acercó a Nagase.

—Nagase...

—Probablemente deberíamos investigar eso, ¿eh?

—No hay tiempo que perder.

—Correcto.

No solo buscaban una excusa para irse; tenían que tomar medidas y no podían permitirse el lujo de esperar. Estaban luchando con todas sus fuerzas, y este fue el resultado final.

Taichi y Nagase intercambiaron una mirada... luego salieron corriendo.

— ¡Lo siento chicos!

— ¡Volveremos en seguida!

— ¡Oye! — ¡¿A dónde van?!

— ¡Está sonando la campana!

Pero Taichi fingió no escucharlos. Sabía que era un movimiento brusco... y si seguía actuando así, comenzaría a lastimar a sus amigos... pero...

Afuera en el pasillo: — ¡Fujishima!

Bloqueando su camino no estaba otra que su mayor pesadilla, Fujishima Maiko.

Durante el fenómeno de Percepción de Sueños, se había enterado de sus circunstancias sobrenaturales, y no había forma de que los dejara pasar...

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O eso pensaba él... pero luego ella se hizo a un lado en silencio sin siquiera preguntarles a dónde iban. ¿Por qué se veía tan culpable?

Juntos, Taichi y Nagase llegaron justo afuera de la Clase 1-B, donde se había formado una multitud... con Chihiro y Enjouji en el centro.

—Vamos, Uwa. Sé que sabes por qué se están saltando las clases.

—No sé lo que quieres que diga.

— ¡Cuéntanos, Shino-chan! ¡Estamos preocupados por ellos!

—S-Sí... entiendo que... Chihiro-kun y yo también estamos preocupados...

— ¡Uwa! Enjouji-san! ¡Todos sabemos que han estado actuando de manera extraña últimamente! ¡No intenten fingir lo contrario!

El estudiante que gritaba más desagradable no era otro que Kimura, el niño que una vez había arrastrado a Taichi de todas las personas a un debate formal sobre el club de tenis.

—Probablemente deberíamos rescatarlos... ¿verdad?— preguntó Nagase.

No es que estuvieran en peligro real, pero claramente estaban luchando frente a este interrogatorio. Y así, haciendo uso de su condición de estudiantes de segundo año, Taichi y Nagase se abrieron paso a la fuerza.

—Lo siento, niños, ¡pero vamos a necesitar que nos los presten!

— ¡¿I-Iori-senpai?!

— ¡¿Nagase-san?!

Ella agarró a Chihiro y Enjouji por el brazo.

—Lo siento, pero surgió algo urgente, — explicó Taichi, haciendo una reverencia de disculpa a los estudiantes más jóvenes mientras miraban alarmados.

■□■□■

Finalmente, terminarían obligados a saltarse sus clases de la tarde también.

—Esto se está poniendo muy serio. A este ritmo, podrían comenzar a llamar a nuestros padres — le murmuró Taichi a Nagase. Como el equipo de atletismo todavía usaba el salón del CIC, habían sacado esta conversación detrás del auditorio.

Eludían demasiado su trabajo escolar; los maestros estaban obligados a darles una conferencia por ello. Peor aún, ya que su madre y su hermana habían empezado a molestarse con él últimamente, tenía la sensación de que probablemente terminaría castigado o algo así.

—Si lo hacen, mi madre se volverá loca, — murmuró Nagase con ansiedad.

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Pero el CIC no estaba en posición de retroceder, sin importar las consecuencias.

En estos momentos, Taichi se encontró deseando no tener una familia de la que preocuparse.

Más tarde, en el salón del club CIC: — ¡Todo esto sucedió porque nos abrimos a ustedes! ¡Es su culpa!

Habiéndose recuperado de su pánico y desesperación, las chicas del club de atletismo habían pasado a la ira... dirigida al CIC. Si bien el CIC no quería molestar más al equipo de atletismo, ahora se sentían obligados a explicar el cierre de emergencia, aunque solo sea parcialmente.

— ¡¿Qué quieres decir con que nuestros recuerdos serán borrados?! ¿Por qué no dijeron nada antes?

— ¡Nos lo escondiste a propósito!

— ¡Chicas, no! No estábamos tratando de ser idiotas. Solo estamos tratando de hacer lo mejor para todos, — argumentó desesperadamente Kiriyama.

— ¡No puedes decidir qué es lo mejor para nosotras!

—Te dije que era un error confiar en ellos. Traté de detenerte... ¡Todo esto es culpa de Yukina!

—Yo...

Mientras las otras tres aullaban de rabia, Kurihara miraba al suelo, parecía herida.

—Misaki tampoco es inocente. Tanto ella como Yukina siguieron arrojando esa mierda sobre « ¡Creamos en el CIC!» Y ahora miren a dónde nos llevó. Te lo digo, hubiese sido mejor quedarnos calladas como él dijo. Te lo garantizo — siseó Akemi, con los ojos muy abiertos con furia desenfrenada. —Todo es culpa de ellos... ¡Si no fuera por Misaki y Yukina...!

Mientras tanto, Kurihara rompió en sollozos.

—En lo que a mí respecta, Misaki consiguió su merecido. ¿Por qué deberíamos sufrir el resto de nosotras?

— ¡Retira eso!— Taichi gritó de vuelta reflexivamente, ya que la pregunta había tocado un nervio.

— ¡¿Que te importa?!— la chica replicó enfurecida. — ¡Ustedes fueron los que empeoraron las cosas! Todo esto es solo un juego para ti, ¿no? ¡No es tu problema, así que no debería importarte una mierda!

Taichi quería decirle que estaba equivocada, pero... no pudo. La verdad del asunto era que podrían haber tomado más precauciones; sucedieron tantas cosas que no habían tenido los recursos para cubrir cada base. No tenían suficientes manos para hacer malabares con todo. Demonios, ellos... ni siquiera tuvieron tiempo de preocuparse por si mismos.

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Mirando a las chicas del club de atletismo, finalmente estaban comenzando a comprender lo que significaba perder recuerdos... experiencias... amistades... permanentemente.

Estos seres sobrenaturales trataban a los humanos como sus juguetes. Por el contrario, el tratamiento de «Fuusenkazura» hacia ellos fue bastante amable; fue la excepción a la regla. Por eso necesitaban establecer sus propias medidas de seguridad. ¿Era solo otra parte de su juego? La presión comenzaba a hundirlos...

—Esta es una verdadera pesadilla... ¿Por qué nosotras...?

Quedaba una pequeña esperanza para el equipo de atletismo: que los miembros restantes sobrevivieran al período de una a dos semanas y lograran salir con el mínimo borrado de registros. Pero el CIC no era tan afortunado. Nada los salvaría del Borrado de Registros.

Entonces, ¿qué se suponía que debían hacer exactamente?

Con la excepción de Kurihara, todas las chicas del equipo de atletismo salieron del salón del CIC. No importa que las clases aún estuvieran en sesión: se iban a casa, y en este punto, no había una sola cosa que alguien pudiera hacer para detenerlas.

La fuerza se drenó del cuerpo de Taichi.

— ¿Por qué tuvo que pasar esto...?— Kiriyama susurró entre lágrimas, limpiándose los ojos una y otra vez.

—Solo... quería ayudarlas de alguna manera...— Nagase se derrumbó en el suelo y se puso las rodillas hasta la barbilla.

—No importa cuánto tratemos de tranquilizarlas, no se comunicarán entre sí...

Ahora solo somos personas ajenas a la confianza. —Inaba apretó los dientes como si estuviera maldiciendo su propia impotencia.

— ¿No es esto alguna clase de problema...? Quiero decir, ¿van a aparecer mañana? ¿Y qué pasará si no lo hacen? — preguntó Aoki.

La respuesta fue que se consideraría que habían roto la regla de «continuar con su vida diaria». ¿Pero qué pasaría entonces?

—Aparecerán... No querrán perder sus recuerdos, ¿verdad...?— Kurihara sugirió débilmente. Abandonada por el resto de su grupo, se sentó en el viejo sofá negro, mirando al suelo. —Hagan lo que hagan, por favor no las culpen por esto... Están siendo forzadas a intercambiar cuerpos entre ellas, y ahora incluso podrían olvidarse por completo...— Parecía completamente exhausta, como si estuviera al borde del desmayo. —Quiero decir, Misaki ya...

De repente, Kurihara se congeló.

—Espera... ¿Misaki...?

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Parecía perpleja... casi como si no reconociera el nombre. ¿Estaba perdiendo algo frente a sus ojos?

— ¡YUKINA!— Kiriyama gritó, y las ventanas temblaron ligeramente.

Kurihara salió de su aturdimiento, luego volvió a enfocar su mirada en Kiriyama. —... ¿Qué pasa, Yui? —Estabas actuando raro justo ahora... como si hubieras olvidado a Misakichan...

— ¿D-Disculpa? Nunca podría olvidar a Misaki. Eso es una tontería... Sí, eso es una tontería...

Pero su negación era demasiado reveladora.

— ¿La angustia emocional causó eso? Porque se nos dice que el estrés excesivo también puede provocar cierres de emergencia, — balbuceó Inaba, aterrorizado.

—En realidad, sobre eso... quise preguntarte algo antes, pero todos estaban demasiado ocupados lanzando un ataque. Entonces... ¿qué quiso decir exactamente cuando dijo que no podemos dejar que nos afecte?

—Bueno... De acuerdo, esto son en su mayoría conjeturas, pero querrás evitar cualquier inestabilidad emocional severa. Pánico, depresión, desesperación...

A la luz de la conversación anterior, Inaba profundizó en más detalles sobre el cierre de emergencia como se les fue transmitido previamente por «Fuusenkazura».

— ¿Desesperación...?— Kurihara ahora estaba más pálida de lo que Taichi la había visto alguna vez. —P-Pero estamos hablando de un gran trauma, ¿verdad? ¿Como... no ser morboso ni nada,... como violación o asesinato...?

—Probablemente, pero...— Inaba vaciló.

Estaba claro por la forma en que Kurihara formuló su pregunta que quería que la respuesta fuera afirmativa... pero rápidamente se hizo evidente que Inaba había decidido que ya no tenía sentido ocultarle la verdad.

—... Creo que la definición de «trauma mayor» variará de persona a persona.

Algo que puede parecer menor para ti puede tener un impacto masivo en otra persona internamente y viceversa.

Era el individuo quien finalmente decidía qué le importaba y cuánto.

—Oh, Dios mío... ¡Entonces eso fue probablemente lo que sucedió...!— Kurihara se llevó una mano temblorosa a la boca.

— ¡¿Acabas de tener una epifanía, Yukina?! No te descontroles, ¿de acuerdo?— Kiriyama soltó, nerviosa.

—Debido a que no sabían en lo que ella estaba metida... o con quién ella solía salir...

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—Oh, ¿te refieres al hecho de que ella es bi-?

— ¡Yui!— Kurihara miró a su alrededor señalando a las otras personas en la habitación.

—Está bien. Todos hemos sabido esto sobre ella por un tiempo, — explicó Inaba.

De hecho, Oosawa le había pedido una cita a Kiriyama. Así fue como el CIC se enteró de que ella se sentía atraída por los chicos y las chicas.

—Oh, está bien entonces. Bueno, la cosa es que... nunca supimos eso de ella.

Pero luego nos enteramos. A través del intercambio de cuerpos.

Al intercambiar los cuerpos de otras personas puramente al azar, fue demasiado fácil descubrir ese tipo de secretos.

—Personalmente, no me incomoda, y nunca dejaría de ser su amiga por eso.

Pero sé que hay muchos homófobos por ahí, así que entiendo por qué estaría asustada. Diablos, lo admito, me sorprendió un poco al principio, pero... creo que Misaki interpretó mal mi sorpresa y pensó que estaba asustada.

Y a veces esos secretos, que habrían sido un total problema en cualquier otra situación, se revelaron de la peor manera posible.

—Nuestras reacciones realmente la lastiman...

Algunas personas podrían proteger innecesariamente esos secretos menores.

Y cuando todas estas circunstancias se superpusieron... la tragedia fue inevitable.

••• Esa noche, Taichi se dirigió a casa solo a través del frío invernal.

Qué día tan agotador había sido. Habían pasado tantas cosas, demasiado para un solo día, sinceramente. Sin mencionar que dolió escuchar al equipo de atletismo arremeter contra ellos después de todo lo que habían hecho para tratar de ayudar.

Sin embargo, hablando objetivamente, podía ver por qué reaccionarían de la forma en que lo hicieron. Una persona ya había perdido sus recuerdos; cualquiera se pondría nervioso por eso. Y dado el momento, tendría sentido que asumieran que fue culpa del CIC. De hecho, quizás lo era; Taichi no podía decirlo con certeza.

Existía un futuro alternativo en el que el CIC nunca se involucró con el equipo de atletismo, pero ya era demasiado tarde, ese camino estaba cerrado ahora. Y durante el fenómeno Percepción de Sueños aprendieron cuánta responsabilidad se requería para tomar esa decisión. ¿Sus acciones fueron completamente contraproducentes?

Ya habían despertado las sospechas del presidente del consejo estudiantil, Katori Jouji. Si bien no estaba claro qué era exactamente lo que estaba pasando

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con él, el hecho era que era mejor no ponerse en su contra si podían evitarlo.

Además, no ayudaba en nada el hecho de que hubiera sentido que estaba sucediendo «algo extraño» que involucraba a las víctimas del fenómeno actual; después de todo, si querían mantener la regla de «continuar con su vida normal», entonces tendrían que seguir asistiendo a la escuela.

En el peor de los casos, el CIC también podría dejar de ir a la escuela... Oh, pero entonces sus familiares entrometidos se ocuparían de su caso.

Ningún lugar era seguro. No tenían a nadie a quien llamar un aliado (aunque aún estaba por verse si realmente tenían enemigos). ¿A dónde pertenecían?

No importa adónde fueran, eran atacados, criticados, cuestionados. Las personas en sus vidas habían pasado de ser útiles a ser un verdadero obstáculo.

En momentos como estos, Taichi deseaba egoístamente poder eliminarlos de su vida, pero naturalmente eso no era factible. Esas conexiones eran cadenas que lo ataban.

Por el contrario, ahora «Fuusenkazura» se había ofrecido como voluntario para unirse a la lucha con ellos.

Cuando era su enemigo, las cosas eran mucho más simples. Solo había dos lados de la historia; todo lo que tenían que hacer era luchar contra sus intenciones sin pensar demasiado. ¿Pero ahora? En estos días, Taichi había prometido tener su propia agencia... pero esas cadenas lo estaban oprimiendo.

Todo en el mundo se interponía en su camino. Estaban librando una batalla precipitada en cada coyuntura, y nadie los apoyaba.

Pensaron que un solo cambio de opinión podría cambiarlo todo, pero la vida real no era tan fácil. Tal vez así funcionaba en su mundo, pero en el mundo real, eso no era suficiente. Sus sentimientos no eran suficientes. Ellos mismos no eran suficientes. ¿Era así simplemente como iban las cosas en la vida real? ¿En el mundo más allá de su club?

Todo era tan confuso; Taichi no quería nada más que llegar a casa y dormir durante mil años, encerrarse y descender a una perfecta oscuridad como la tinta.

La pregunta era: ¿Podría volver a la luz después? No había ninguna garantía.

Después de todo, podría despertarse una mañana sin sus recuerdos... sin sus amistades más preciadas. En este punto, sabía muy bien que esta vez no era motivo de risa.

Después de ver a Oosawa «reiniciarse» con sus propios ojos, el resto del equipo de atletismo perdió la compostura. Pero en cierto sentido, Taichi se había distanciado de ellas; lo entendía ahora. No para sugerir que no se había preocupado por su difícil situación; por el contrario, estaba constantemente deseando una forma de ayudarlos. Pero no se había sentido realmente genuino para él. Como si estuviera viendo un programa en la televisión, no importa cuán

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emocionalmente involucrado se volviera, nunca llegó al 100 por ciento. Su corazón no estaba por completo en ello.

Pero ahora, finalmente, había alcanzado el 100 por ciento.

Pérdida de memoria. Borrado de registros. Un vacío negro permanente. Y en su caso, no era la consecuencia de equivocarse, era la consecuencia de no hacer nada. A diferencia de los fenómenos, no se trataba de entretener a «Fuusenkazura» y, como tal, no tenía medidas de seguridad para ello.

Alguna entidad incognoscible estaba intentando arrojarlos al abismo sin fondo, y ahora mismo, Taichi sintió como si hubiera vislumbrado su mano invisible, grande y sombría. Incapaz de detenerlo, solo pudo ver cómo enroscaba sus dedos alrededor de su cuerpo, arrastrándolo hacia un mundo de oscuridad.

Poco a poco, su miedo tomó forma.

Todo este tiempo, nunca se sintió realmente genuino... y además, estaba demasiado ocupado con otras cosas para pensar de verdad en ello... pero sobre todo, nunca quiso creerlo. Ahora, sin embargo, se había manifestado hasta el punto de que podía tocarlo, oírlo, olerlo.

Iba a perder sus recuerdos, perderse a sí mismo. Era hilarante, trágico, absurdamente aterrador.

Su cuerpo se estremeció hasta el punto de que no pudo mantenerse erguido; se tambaleó contra la pared. El hormigón frío se sintió firmemente reconfortante.

Con su apoyo inquebrantable, descubrió que podía volver a ponerse en pie.

Pero sabía que la tranquilidad era solo fugaz.

El miedo se estaba acercando. No podía luchar contra él. No tenía tiempo para pensar. No podía hacer nada.

Le dio ganas de tirar la toalla en ese mismo momento. Después de todo, él simplemente no tenía la capacidad de ayudar a nadie más en este momento.

Todo lo contrario: se estaba ahogando y nadie podía molestarse en arrojarle un salvavidas. En cambio, lo estaban empujando hacia abajo, bajo la superficie.

Había trabajado tan duro, hizo todo lo posible por considerar todos los ángulos.

Seguramente se había ganado un descanso. Todo lo que importaba era el CIC. Eso era suficiente para él. Los humanos solo pueden hacer mucho por otras personas, ¿Sabes?

Efectivamente, sus deseos de «autosacrificio» se mostraban como puramente egocéntricos por naturaleza. En el segundo en que parecía que era demasiado difícil, estaba listo para darse por vencido. Y con esta caótica contradicción, Taichi perdió su camino hacia adelante, así como el camino que había recorrido para llegar allí.

Estaba listo para admitirlo: en el fondo, simplemente había asumido que resultarían victoriosos una vez más. Que no había nada que los cinco no pudieran lograr si juntaban sus cabezas.

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Después de todo, habían llegado bastante lejos, ¿No? Desafortunadamente, esta fue muy posiblemente una batalla que no podían ganar. Debido a que solo habían conocido la victoria, por lo que no sabían cómo enfrentar la derrota.

Tal vez esta era la etapa en la que necesitaban admitir que habían perdido y comenzar a controlar los daños... pero Taichi no pudo hacer esa llamada.

Conociéndolo, mañana por la mañana volvería a ayudar a la gente.

■□■□■ Egoístamente, parte de él había esperado que cuando despertara al día siguiente, todo volviera a la normalidad. Pero no, los recuerdos de Oosawa Misaki no regresaron convenientemente solo porque él quería que fuera así.

En el lado positivo, contrariamente a las preocupaciones del CIC, las cuatro chicas restantes y los cuatro chicos de primer año vinieron a la escuela ese día... pero todos estaban claramente al límite de su cordura. Cualquiera podía decir de un vistazo que algo estaba pasando.

Estaban en la escuela... estaban sentados en sus pupitres... pero no respondieron a una sola palabra que alguien dijera. Los de primer año se apartaban un minuto y luego actuaban al siguiente; eventualmente, los otros estudiantes empezaron a reconsiderar la interacción con ellos. Luego, sus miradas pasaron de la preocupación a la aprensión.

Y todo lo que Taichi pudo hacer fue mirar desde el margen.

— ¿Crees que Yukina-chan... está bien?— Nakayama preguntó a Taichi y Nagase después de que terminó el primer período.

Juntos, miraron a Kurihara, sentada sin alma en su escritorio.

—Probablemente deberíamos... dejarla en paz por ahora, — respondió Nagase.

Fue la única respuesta que tuvo.

—Algo está pasando con ella. Siento que deberíamos hablar con un maestro al respecto, —insistió Nakayama.

—Estoy de acuerdo, — dijo la presidenta de la clase, Setouchi Kaoru.

— ¡¿Ven?! ¡Kaoru-chan lo entiende!

Las dos comenzaron a discutir más sobre Kurihara; mientras tanto, Taichi y Nagase salieron de la conversación y salieron al pasillo.

—Esto es muy malo, — murmuró Nagase, pálida. —Si alguien le dice a los maestros, el equipo de atletismo será llamado para interrogarlas. No serán capaces de salir de ahí con palabras... ¡y entonces sus recuerdos se habrán esfumado!

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—Pero... no podemos evitar que todos se lo digan a los profesores, — respondió Taichi de mala gana. Por muy reacio que estuviera a admitirlo, no había una solución visible a la crisis actual.

—Pero si los maestros se enteran, lo informarán a las familias de las chicas. ¡Entonces se quedarán sin lugares adonde ir!

De alguna manera, el CIC siempre se las había arreglado para contener sus fenómenos. Pero una vez que el comportamiento irregular comenzaba a extenderse al resto de sus vidas, comenzaba a tener un efecto dominó inmediato y peligroso.

—Incluso mi familia está empezando a sospechar algo, — murmuró Taichi. ¿Cómo era la vida en casa del equipo de atletismo? Porque una vez que sus familias comenzaran a interrogarlas, se verían obligadas a permanecer constantemente en guardia durante cada momento de sus vidas.

—Sí... Mi mamá ha comenzado a prestar mucha más atención. Ni siquiera puedo estar en mi teléfono sin que ella me escuche... Puede ser bastante tonta la mayor parte del tiempo, pero de vez en cuando su intuición se activa, supongo...

En ese momento, ambos teléfonos se iluminaron con una notificación por correo electrónico. Era de Inaba Himeko, y solo tenía una frase: —Ya sabes quién quiere hablar.

Ahora que tenían algo más importante que atender, los cinco de segundo año del CIC abandonaron rápidamente el segundo período para reunirse en el salón del club. En este punto, esencialmente estaban tirando sus registros de estudiantes por el desagüe, pero tendrían que lidiar con eso más tarde.

Así que allí estaban, cara a cara con una entidad de otro mundo como si fuera la cosa más común del mundo... y en ese sentido, ellos mismos eran más que un poco de otro mundo.

—Me ha quedado claro... lo que están tratando de hacer... así que vine aquí para informarles...

— ¿Q-Qué quieres decir con «lo que están tratando de hacer»?— Taichi tartamudeó, su mente confusa.

Como siempre, «Fuusenkazura» estaba pilotando el cuerpo de Gotou Ryuuzen. ¿Gotou tenía clases durante el segundo período? Ojalá no. De lo contrario, habría problemas.

— ¿No les dije... están llevando a cabo estos otros fenómenos... por una razón...?

Espera... Si lo has olvidado, quizás no necesite informar después de todo...

Ante esto, recordó: no se consideraba un comportamiento normal que múltiples «Fuusenkazura» se reunieran en un solo lugar y causaran múltiples fenómenos al mismo tiempo. Por lo tanto, habían sospechado que tenía que haber otro motivo detrás... pero últimamente estaban tan abrumados que no podían ver el bosque por los árboles.

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—Al parecer... una de ellas ha tenido un cierre de emergencia... y perdió sus recuerdos, ¿correcto...?

—Vaya, me alegra ver que te tomo por sorpresa, — gruñó Inaba, abiertamente irritada.

—Tengo que decir que su momento fue muy inusual... Simplemente la apagaron sin ninguna hipnoterapia para ninguno de los otros miembros... Seguramente habrían sabido la histeria masiva que causaría... Que negligente...

— ¿Hipnoterapia?— Repitió Nagase dubitativa.

—Algo así, de todos modos... Después de todo, si el cierre de emergencia hace que un miembro comience a actuar de manera extraña, es natural que los demás entren en pánico como resultado...

El CIC había discutido esto mismo en un momento.

—A partir de ahí, es muy fácil que las cosas se salgan de control... Es por eso que normalmente usamos la hipnoterapia para suavizar las cosas, pero no se molestaron... Se siente tan descuidado... en muchas maneras...

«Fuusenkazura» balbuceaba una y otra vez, inclinando la cabeza pensativamente.

—Bueno, yo personalmente... elijo poner esfuerzo... así que me gustaría que todos hicieran lo mismo... con respecto a sus recuerdos...

— ¿Pensé que dijiste que habías descubierto algo sobre ellos? Así que escúpelo ya. Estamos a oscuras aquí, — espetó Inaba... pero estaba claro que estaba frustrada.

—... Te agradecería que no dispararas al mensajero...

«Fuusenkazura» se detuvo allí para mirar a cada uno de ellos por turno con sus ojos vacíos y sin alma. ¿Qué estaba buscando? ¿Qué estaba pensando?

—Parece que están planeando... involucrar a la mayoría de las personas en esta escuela en algún... fenómeno a gran escala. Sus fenómenos actuales son una especie de... ensayo general.

— ¿Qué? ¿«Ensayo general»?— Kiriyama estaba desconcertada. Taichi también estaba teniendo problemas para procesarlo.

—Básicamente... Están planeando algo aún más grande...

— ¡Básicamente, y una mierda!— Inaba aulló con toda la furia de un volcán en erupción.

El cambio de cuerpo. Y la Liberación. Y el Borrado de Registros. ¿Y esto era solo el comienzo? Increíble. Inaceptable.

Ya estaban luchando por mantener la cabeza fuera del agua, más y se ahogarían.

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—L-Lo siento, hombre, pero eso es un poco... difícil de creer. — Incluso Aoki el Optimista estaba teniendo problemas para aceptarlo.

Mientras tanto, Nagase había llegado al punto en el que todo lo que podía hacer era minimizar la situación en su cabeza y luego aferrarse a esa fantasía.

— ¿Estás seguro de que este no es solo otro de tus trucos destinados a asustarnos? Todo esto es solo una ilusión, ¿no?

Es cierto que Taichi podría corresponder. Se sentía como si estuviera en caída libre. Ya no entendía nada, ni una sola cosa.

— ¿Cuál es el punto de todo esto...?— murmuró sin darse cuenta.

—Como dije... el grupo de« El Tercero» está planeando un evento a gran escala... además de su Borrado de Registros...

—Eso no. Quiero decir, ¿qué sentido tiene el cambio de cuerpo o la Liberación o cualquiera de ellos?

Era una pregunta nacida de pura frustración, y no esperaba una respuesta.

«Fuusenkazura» nunca había respondido ni una sola vez a ninguna pregunta sobre su existencia o propósito.

Entonces, naturalmente, cuando realmente dio una respuesta, Taichi asumió que estaba bromeando.

—Esto es... digamos... un experimento.

— ¿Qué...?— Taichi parpadeó como un idiota.

— ¿Qué tipo de experimento?— Preguntó Nagase, aparentemente por reflejo, su voz plana.

—No nos preocupemos por eso... En este momento deberíamos centrarnos en el problema en cuestión, — respondió «Fuusenkazura» con evasión. ¿Les dijo estas cosas simplemente por capricho, o había un motivo detrás de eso? Su rostro inexpresivo era imposible de leer.

—Uno de estos días haremos que lo digas, — gruñó Inaba. —Entonces, dime, ¿cómo planean involucrar a la mayoría en esta escuela? ¿Van a hacer un montón de fenómenos por todos lados? Porque siento que eso se volvería insostenible muy rápidamente, ¿no crees?

—Oh, ciertamente... Cuanto más agregaban... más fácilmente se filtraría al resto del mundo... No quiero sugerir que no lo haya hecho ya, por supuesto...— Se acarició la barbilla como si contemplara.

— ¿Qué, entonces se volverán locos con el fenómeno, dejarán que se convierta en una pesadilla y luego apagarán a todos de emergencia? ¿Una y otra vez?

Taichi se erizó.

Pero si era un experimento... un experimento donde los que estaban en el poder tenían el control total... y eran los conejillos de indias, entonces...

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Por muy reacio que estuviera a admitirlo, si todo esto era un «experimento», entonces... muchas cosas empezaron a tener sentido.

—En verdad, mucho de esto todavía está bajo investigación... pero una cosa es segura... Encontrarás pistas en los rumores flotando...

— ¿Rumores?— Taichi murmuró, confundido.

—Ah, sí... Olvidé que no puedes escucharlos... gracias a la hipnosis...

— ¿Qué rumores? ¿Qué maldita hipnosis? ¡Nadie nos dijo nada de esta mierda!— Inaba farfulló desconcertada.

—De hecho... El grupo de« El Tercero» se tomó un gran esfuerzo para asegurarse de que no lo averiguaran... Seguramente no harían eso sin razón alguna... Sí, sospecho que debe haber algún objetivo mayor...

Así que había más. El cerebro de Taichi había alcanzado su capacidad de reacción emocional y ya no podía producir la respuesta adecuada. Bueno, eso apesta, pensó impasible.

No tenía ninguna posibilidad de procesar esta información; cualquier fuerza de voluntad que pudiera haber tenido para intentarlo era probablemente solo para mostrar. Exteriormente estaba bien, pero internamente estaba fracasando.

Como una marioneta sin vida.

—No se preocupen... Me he encargado de solucionar este pequeño problema...

Anteriormente habrían notado que la gente movía la boca sin escuchar sus voces, pero ahora... si piensan en retrospectiva, deberían poder recordar--— ¿Algún experimento gigante, dijeron?

—No nos van a atrapar en serio, ¿verdad?

—Escuché que lo llevaran a cabo en la escuela con, TONELADAS de personas.

—Hmm... Escuché que la gente va a intercambiar cuerpos.

—Escuché que algunas personas podrán leer la mente. ¡Ay! —Si te ves obligado a decir solo mentiras, ¿no podrías explicar que estabas mintiendo justo después? No lo entiendo.

—Entonces, ¿cuándo empieza? Y... ¿cuándo termina? ¿Alguien sabe? ¿Cómo no se habían dado cuenta durante todo este tiempo? Todo el mundo hablaba de ello: en el aula, el pasillo, la cafetería, los baños, en todas partes. De repente, el mundo había cambiado tan drásticamente que se sentía como si hubieran tropezado con una línea temporal alternativa por error.

Pero no, este era inconfundiblemente el mismo mundo. Su cambio fue gradual, sucediendo a su alrededor; en todo caso, fue su culpa por no darse cuenta antes.

Habían observado claramente situaciones en las que no podían escuchar a las personas, a pesar de estar dentro de un rango perfectamente razonable... pero

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en algún momento, ese pequeño problema se había perdido en medio de problemas más grandes y urgentes. Y eso simplemente no era aceptable.

Rumores extraños y misteriosos flotaban en Yamaboshi. El resto del mundo estaba cambiando, dejando atrás al CIC. En el curso de una investigación extremadamente tardía que abarcó los períodos de descanso de la mañana, la hora del almuerzo y los períodos de descanso de la tarde, revisaron todo el edificio de la escuela y preguntaron hasta que finalmente encontraron la respuesta.

Los rumores se habían extendido predominantemente entre los de primer y segundo año, posiblemente porque los de tercer año estaban demasiado ocupados con los exámenes de ingreso a la universidad, y en este punto, asistir a clases era puramente opcional.

Durante cada receso entre clases, viajaban por el campus. Luego, cuando llegaba el momento de la siguiente clase, se sentaban en su escritorio y esperaban a que terminara, hasta que finalmente sonaba la campana final.

En este punto, francamente, Taichi ya no veía el sentido de asistir a clase. Sus libros de texto y cuadernos no habían sido tocados durante las últimas horas; los metió en su mochila y se puso de pie.

Hizo contacto visual con Nagase, luego con Kiriyama, pero no hablaron. En cambio, todos abandonaron el aula por separado. De pie cerca de la entrada estaba Nakayama Mariko con su novio Ishikawa Daiki.

—Suena un poco intenso que tu afecto por alguien cambie al azar, ¿eh?

—Ni siquiera puedo imaginar cómo se debe sentir.

Incluso ellos estaban cotilleando sobre los rumores.

— Hey, ¿chicos?— Taichi llamó.

— ¡Oh, hey! ¿Qué pasa, Yaegashi-kun?

—Ese rumor que mencionaste hace un momento, ¿dónde lo escuchaste?

—Bueno, eh... Hmm... ¿Dónde lo escuchamos? Ishikawa-kun, ¿te acuerdas?

—Estoy bastante seguro de que lo escuché de ti, Nakayama...

— ¿Qué? ¡No, creí haberlo oído de ti! Mmrgh... Oh bien. Supongo que así es como funcionan estas cosas, ¿eh?

Ninguna de estas personas podía recordar dónde escuchó por primera vez los rumores. No había una fuente clara. Y, sin embargo, ninguno de ellos pareció encontrar ese hecho ni siquiera un poco espeluznante.

La «hipnosis» de «El Tercero» había impedido que el CIC escuchara estos rumores; tal vez había lanzado alguna otra hipnosis sobre el resto de los estudiantes para evitar que cuestionaran algo. Toda la escuela estaba bajo su

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control, como un pequeño espectáculo de títeres... y los estudiantes eran los títeres.

Taichi decidió revisar los hechos antes de dirigirse al salón del club. Tenía la sensación... una pequeña sensación de esperanza... de que tal vez encontraría una solución milagrosa por ahí. Así que allí estaba, vagando por los terrenos de la escuela, cuando se topó con Inaba.

— ¿A dónde crees que vas?— exigió.

—Oh, solo estoy investigando un poco... ¿Qué hay de ti? ¿Por qué no te diriges al salón del club?

—... Igual que tú, más o menos.

Cada uno intuyó las intenciones del otro y juntos empezaron a caminar. No hablaron mucho, no hablaron de contramedidas. Desde una perspectiva externa, tal vez parecería que estaban tomando medidas, pero en realidad, se habían topado con un callejón sin salida. Incluso Inaba no tuvo la respuesta correcta de inmediato esta vez.

Fue entonces cuando se encontraron con la última persona a la que hubieran querido ver: —Hey, CIC. Oí que han estado preguntando sobre esos rumores, — dijo el presidente del consejo estudiantil, Katori Jouji.

—Sí, nosotros… — comenzó Taichi, pero Inaba lo detuvo.

— ¿Qué hay con ello?— ella respondió, su tono desafiante.

Parecía tener un rencor contra Katori que la impulsaba a tratar constantemente de superarlo, un rencor que, según todos los informes, era mutuo. Por otra parte, tal vez no ayudó que estuviera acompañado por una Fujishima Maiko.

Juntos, los dos estaban bloqueando su camino.

—Ahora, ¿qué querría de nosotros el gran presidente del consejo estudiantil todopoderoso y la estrella del Comité de Apoyo del Consejo Estudiantil?

—Quería preguntarte...— Katori lanzó una rápida mirada a Fujishima a su lado.

— ¿Cuánto sabe su club sobre estos rumores? Por ejemplo, ¿saben cuántos hay en total?

— ¿En total?

Inaba se quedó en silencio, sin saber cómo responder. Pero aunque probablemente ella tenía sus propias ideas sobre cómo jugar sus cartas, Taichi determinó que probablemente no tenía sentido preocuparse por las tácticas de negociación en esta etapa. Después de todo, Katori era solo otro estudiante en esta escuela... lo que significaba que no era su enemigo.

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—Solo aprendimos sobre ellos hoy, por lo que no tenemos nada concreto. Si tienes algo que puedas decirnos, te lo agradeceríamos, — les dijo Taichi. Su plan: simplemente ser honesto y pedirles ayuda.

— ¿Hoy? Eso no puede ser cierto. ¡Estos rumores están por todas partes! ¿En serio?

—Es la verdad, — intervino Inaba. —Así que... uh... por favor, dinos lo que sabes y haremos lo mismo. — Una vez más, había sentido la intención de Taichi y se adaptó en consecuencia.

Todo este tiempo, estaban convencidos de que Katori parecía saber algo, que había algo sospechoso en él. Pero tal vez, al final, el remate fue que ellos estaban en la oscuridad. En cuyo caso, existía la posibilidad de que Katori pudiera ayudarlos después de todo.

Pero esas esperanzas se desvanecieron rápidamente.

—En ese caso... no importa, — respondió, desanimado.

—... ¿Q-Qué quieres decir con, no importa?— Taichi presionó, forzando las palabras a salir de su garganta.

—Siempre pensé que ustedes tenían algún... algún papel crítico, ya saben, en algún lugar de todo esto, — explicó Katori mientras Fujishima continuaba de pie en silencio. —Pero... si honestamente no tienen nada que ver con eso, entonces... creo que llegué a la conclusión equivocada. Siento haberlos arrastrado a la oficina tantas veces. Solo te ataqué porque Fujishima insistió en que eran la gente más sospechosa en esta escuela. ¿Fujishima? Taichi la miró y la encontró mirando incómodamente al suelo.

—Oh, pero para que conste, no estoy tratando de culparla a ella. Yo fui quien hizo la llamada para actuar en base a su inteligencia. Entonces, si hay alguien a quien culpar aquí, soy yo, — aclaró en defensa de Fujishima. —De todos modos, pongámonos en contacto si sucede algo más. Me aseguraré de compensarlo en otro momento.

Y con eso, se marchó, dejando atrás a Fujishima con Taichi e Inaba. Luego, finalmente, habló.

—... Lo siento mucho, de verdad. Pensé que los rumores eran bastante peculiares, y sentí que deberíamos investigar, y... a juzgar por la naturaleza de esos rumores, no pude evitar pensar que... tal vez el CIC estaba involucrado de alguna manera, — explicó, luciendo culpable.

Para ser justos, técnicamente no estaba equivocada; el CIC había pasado por las mismas cosas que las víctimas actuales estaban experimentando ahora.

—Pero parece que me equivoqué. Cualesquiera que sean las rarezas en las que estén involucrados, están separadas de estas rarezas en particular. Lamento haber hecho que el presidente sospechara de ustedes y lamento haberles hecho perder el tiempo.

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Con esto, aparentemente habían escapado a las sospechas del consejo estudiantil, y ahora ya no tenían que preocuparse por Katori o Fujishima.

Probablemente esto fue algo bueno. Pero para Taichi, sentía que sus conexiones con el mundo exterior se estaban cortando lentamente, una a la vez.

Fujishima hizo una profunda reverencia, luego se volvió para disculparse.

—No, espera... ¡Espera!— Inaba llamó apresuradamente, su voz casi quebrada.

—Fujishima... ¿Crees que hay algo extraño en los rumores?

—Sí.

—Ya veo... Bien... ¡Eso es bueno!

— ¿Cómo así?— Taichi susurró, confundido.

— ¡Piénsalo, idiota! ¿Sabes quién nos dijo que estaban todos hipnotizados, recuerdas? ¡Es por eso que nadie piensa que estos rumores son espeluznantes!

Pero a diferencia de todos los demás con los que habían hablado, Fujishima se mostró en desacuerdo con los rumores.

—Conociéndote, probablemente estés haciendo tu propia investigación independiente, ¿verdad? ¿Has rastreado la fuente de los rumores, por casualidad? — Inaba preguntó esperanzada.

— ¿La fuente? No, simplemente lo recogí de algún lado. Así es como funcionan los rumores, ¿no? ¿Espera?

Incluso Inaba vaciló, aunque sólo por un momento. Luego se recuperó.

—B-Bueno, sí, pero... Espera, espera. Sin embargo, piensas que son raros, ¿verdad? ¿Extraño de qué manera?

—

—Bueno, simplemente no hay forma de que se hayan extendido por toda la escuela a la vez, ¿no crees? ¡Es absurdo!

—Claro, sí... pero...— Inaba murmuró para sí misma, luego se estremeció levemente, como si no estuviera segura de sí seguir presionando.

Para Taichi, sin embargo, solo había una opción... así que convocó su determinación. —Está bien, pero los rumores en sí mismos son bastante extraños también, ¿verdad?

— ¿Lo son?

Oh. — —Pensé que eran rumores bastante normales.

Bueno.

—No hay nada que destacar.

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Y ese fue el momento en que se dieron cuenta de que era demasiado tarde para salvar a uno solo de ellos. +++ — ¡Iori! ¡Suficiente es suficiente!— mi madre, Nagase Reika, me grita enojada mientras entro al apartamento esa noche.

La ignoro y me dirijo a mi habitación.

— ¡Iori, estás blanca como una sábana!

Sí, apuesto. —Estoy muy cansada, así que me voy a la cama. Eso es todo. No te preocupes.

— ¡Alto ahí, jovencita! ¡Dime qué está pasando! ¿Podrías callarte? ¿Por qué no me dejas vivir mi vida?

—No lo entenderías.

—Dime.

—No, en serio— ¡Dime!

No seas un dictador. ¿Qué pasa si deciden que esto cuenta como una «fuga de información» y hacen un cierre de emergencia? Es una situación volátil, así que no me presiones ahora.

Me abro paso junto a ella. Intenta bloquear mi camino con su brazo, pero me agacho. Sé que estoy siendo una total perra12, pero no tengo tiempo para arreglar las cosas con ella en este momento. Entro en mi habitación, cierro la puerta detrás de mí y me hundo rápidamente en el suelo.

— ¡Iori!— ella ruge detrás de mí, y me estremezco.

Lo sé, ¿de acuerdo? Sé que estás muy preocupada por mí. Eres mi mamá y te preocupas por mí. Lo entiendo. Pero a veces eso me pone en una posición difícil.

No necesito que me ayudes, pero te agradecería que no tuviera que mantener la guardia cerca de ti constantemente. Puede que no seas mi enemiga, pero seguro que actúas como tal. Aquí tienes una idea: no acoses a tu hija solo para que puedas tener un poco de tranquilidad.

Por otra parte, estoy bastante centrado en mí misma... y como resultado, eso también la está estresando. Al final, ambas nos ponemos a nosotras mismas en primer lugar. Supongo que eso es solo la naturaleza humana, ¿eh?

Las personas en mi vida están en problemas y quiero ayudarlas... pero sé que hay límites para lo que puedo manejar razonablemente. Primero necesito ocuparme de mis propios asuntos; luego puedo pensar en amigos y familiares.

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Solo después de eso podré empezar a pensar en los demás. Antes de comenzar a señalar con el dedo, asegúrate de que tus manos estén limpias, como dicen.

En este momento, estamos a punto de perder la memoria y pasamos cada día que pasa con miedo. En mi caso, estoy en peligro de perder el momento que me ayudó a cambiar para mejor. Sin él, volveré a esa oscuridad que existía antes de tener idea de quién era realmente como persona. ¿Habría llegado a comprenderme a mí misma sin los fenómenos? Si es así, genial. Pero si no, ¿entonces qué?

Honestamente, hay mucho más que eso. Durante el último año y medio, he madurado de muchas formas. ¿Qué pasará con esta versión de mí? Y sobre todo, ¿qué pasará con mis amistades con las personas que más importan?

En un momento, el Borrado de Registros solía ser hipotético. Pero ahora se manifiesta en nuestra realidad con los colmillos al descubierto. Va a borrar todos los eventos pasados relacionados con los fenómenos... lo que significa que todo lo que sucedió como resultado también será eliminado. Eso significa que cambiaré... y eso significa que mi relación con mi mamá cambiará, y... ¿Espera?

Parece que el alcance del Borrado de Registros es mucho más grande de lo que le he estado pensando... ¿Es por eso que «El Tercero» tuvo que traer un grupo completo y dedicar tanto tiempo a configurarlo?

Entonces, ¿qué se supone que debo hacer con este horizonte de sucesos que se cierne sobre mí en todo momento? Hay una decisión en mi frente y todo lo que puedo hacer es tomarla. Incluso si esa decisión es cruel e irresponsable, tenemos muchas opciones disponibles.

He aprendido mis límites. Entiendo mi insignificancia. Mi impotencia.

—... Debería ponerme en contacto con los demás...

En la puerta, mi madre murmura algo... pero mi mente está tan preocupada con otras cosas que no lo entiendo del todo.

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Capítulo 8: Semillas sembradas en secreto A la mañana siguiente, descubrieron que la preparatoria Yamaboshi había dejado de funcionar.

A pesar de la «hipnoterapia» de «El Tercero», los estudiantes no aceptaron todo ciegamente. Habían notado claramente la situación que estaba sucediendo con el equipo de atletismo, y algunas personas preocupadas habían llevado sus inquietudes a la facultad. Pero la única respuesta que obtuvieron fue «No hay nada de qué preocuparse. Todo está bien» Si solo fuera un profesor específico encogiéndose de hombros, Taichi podría aceptarlo, ¿pero todos? Además, no importa cuántas clases hayan abandonado el CIC, ninguno de ellos lo comentaba.

Algo estaba pasando. Algo antinatural. Simplemente no estaba claro qué, ni dónde, ni cómo, ni en qué medida.

Mientras tanto, la propagación de rumores estaba en su punto más alto. Dondequiera que fueran, todo el mundo hablaba de ello... y el contenido de dichos rumores también había evolucionado.

—Sabes, eh... ¿No son un poco raros estos rumores?

—Estoy de acuerdo. No pueden ser reales... pero toda la escuela está hablando de ellos, y nadie puede nombrar una fuente... Además, ahora se están volviendo más detallados...

—Algo sobre esto es extraño, hombre.

—Y ya hay un puñado de personas actuando aún más extraño...

— ¿Esto va a empeorar?

—Seguro que se siente así...

—Quizás no deberíamos estar aquí.

—Sí, pero quiero decir... tenemos que ir a la escuela, ¿verdad?

—Ocurrirá... ¿no es así?

—Quizás alguien nos ayude...

Los estudiantes habían comenzado a sentir que algo serio estaba sucediendo. Uno pensaría que habían sospechado algo desde el principio, pero, por desgracia, solo ahora expresaron sus dudas. Además, aunque sabían que la situación se agravaría, se negaron a evacuar y optaron por esperar.

La hipnosis había manipulado cuidadosamente los estados mentales del alumnado para dar forma a su consenso general. Lenta pero segura, el grupo de «El Tercero» estaba sentando las bases para un fenómeno a gran escala que abarcaba a toda la escuela... y todo lo que el CIC podía hacer era mirar.

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En el almuerzo, los cinco de segundo año celebraron otra reunión. Su propósito: discutir el Borrado de Registros. Dado que sus esfuerzos eran independientes entre sí, con frecuencia todos se olvidaban de informar sobre el tema, pero hoy estaban haciendo un esfuerzo activo para hablar de ello. No porque alguien dijera que deberían hacerlo, sino porque sabían que se estaba quedando sin tiempo.

Claro, el equipo de atletismo les había enviado un correo electrónico para decirles que «no podían soportarlo más». Y Oosawa Misaki todavía no recordaba los eventos del cambio de cuerpo o sus amistades con las demás. Y, según los informes, dos de los chicos que sufrieron la Liberación estaban en la escuela, pero no en clase. Y Chihiro y Enjouji se habían puesto en contacto con ellos para confirmar que ninguno de los de tercer año había escuchado los rumores, solo los de segundo año. Y la madre de Taichi había amenazado con interrogar a Nagase y a sus otros amigos si seguía actuando de esta manera. Y sus compañeros de clase ahora estaban tan asustados que ya no se daban cuenta ni les importaba si se saltaban la clase. Y algo se cernía sobre toda la escuela, algo grande, algo que excluía por completo al CIC. Pero el Borrado de Registros había estado en un segundo plano durante demasiado tiempo y no tenían otra opción.

— ¿Entonces, qué debemos hacer? ¿Deberíamos establecer alguna forma de recordarnos a nosotros mismos después que suceda? — Taichi preguntó.

—Claro, si todavía tenemos tiempo, — respondió Inaba. —Pero si damos pistas demasiado directas, quedarán atrapadas en el Borrado de Registros, por lo que debemos ser lo más vagos posible... Pero al mismo tiempo, no podemos ser demasiado vagos o no funcionará…

Aunque el Borrado de Registros borraría los eventos de los fenómenos, no borraría ni una sola cosa que sucedió dentro de ese período de tiempo. Por lo tanto, su plan tentativo era comenzar con un recuerdo «seguro» y dejar un rastro que pudiera guiarlos de regreso a lo que fue borrado.

De los cinco de segundo año, Taichi y Kiriyama tenían experiencia de primera mano recuperando recuerdos perdidos, y fue Kiriyama quien habló a continuación.

—Tejeré muñequitos a juego para todos en el club, — se ofreció como voluntaria. —De esa manera, incluso si olvido que éramos amigos, podría tropezar con ellos y al menos preguntarme por qué los hice... Quizás entonces los recuerde.

— ¡Yoooo, eso es increíble!— Aoki exclamó. —Yo, escribí todos nuestros próximos planes en mi calendario. Si solo están borrando el pasado, es posible que no piensen en borrar el futuro, ¿sabes? Por otra parte, supongo que técnicamente los escribí en el pasado...

Para prepararse para el Borrado de Registros, lo máximo que podían hacer era intentar crear oportunidades para que sus futuros yo se encontraran. Pero el

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Borrado de Registros podía borrar objetos, por lo que debían mantenerse fuera de su alcance. Necesitaban que sus objetos se categorizaran como algo que habría existido independientemente de los fenómenos. Naturalmente, esta era una pauta bastante arbitraria. Aun así, todo lo que podían hacer era elaborar un plan y esperar que hubiera alguna elusión que lo acomodara.

Al principio, dudaron en empezar. Después de todo, en el segundo en que comenzaran a tomar en serio el Borrado de Registros, esencialmente estarían admitiendo que la amenaza de pérdida de memoria era real. Incluso Taichi era culpable de esta inútil resistencia selectiva, algo que lamentaba profundamente.

—Hmmm. ¡Ustedes chicos son muy creativos! Yo... — comenzó Nagase.

Pero en ese momento, la puerta del salón del club se abrió de golpe.

—Se -... Se -... Senpais...— Enjouji Shino jadeó mientras jadeaba por respirar.

—Estás completamente fuera de forma, ¿sabías?— Uwa Chihiro comentó casualmente. Su respiración era elevada, pero no en la misma medida. —Chicos, los de primer año con la Liberación están en problemas. Se desató una gran pelea y, como probablemente puedas adivinar, aparecieron los maestros.

—Sí... Lo que dijo... Los de primer año... están en problemas...

Los de segundo año habían encargado a Chihiro y Enjouji vigilar a sus compañeros de clase sufriendo la Liberación precisamente por esta razón.

—Si hay maestros en la escena, entonces la pelea probablemente ya se haya calmado, ¿verdad?— Preguntó Inaba, enfocándose solo en la parte más crítica.

—Sí, probablemente.

—Bien entonces.

Y eso fue el final de eso. Nadie más tenía mucho que decir.

— ¿Eh...? ¿Pero no es un gran problema...? ¿No necesitan hacer algo...? O... ¿es esta tu forma de decirnos que nos encarguemos nosotros mismos...? —Enjouji comenzó a entrar en pánico.

—Tenemos algo mucho más grande con lo que lidiar en este momento, — explicó Taichi.

—Oh, cierto... Vas a perder tus recuerdos...

No les habían contado a los de primer año sobre el fenómeno de toda la escuela. No había ninguna razón para hacerlo... porque ni Chihiro ni Enjouji encontraron extraño los rumores.

Dos vértices del heptágono del CIC habían caído bajo la hipnosis de «El Tercero».

— ¿Así que vas a hacer la vista gorda a lo que está pasando?— Chihiro retrocedió desafiante.

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Tenía razón, por supuesto, pero... sus prioridades eran muy diferentes a las de Taichi. ¿Se sentiría igual si estuviera en su lugar?

—Es solo que... Tenemos que preocuparnos por nosotros mismos en este momento, — explicó Nagase, su tono pragmático.

—Oh. Cierto. Eso tiene sentido, — respondió Chihiro, esta vez con más calma.

—... Yo tampoco puedo permitirme perder nada, — intervino Enjouji. —Por eso estoy... estoy haciendo todo lo posible para pensar en ello... Oh, pero me las arreglé para sacar de entre manos una buena idea. Se los diré pronto.

Los de primer año del CIC estaban trabajando duro, tratando de combatir no solo los dos fenómenos separados sino también el Borrado de Registros.

Desafortunadamente, no se puede decir lo mismo de los de segundo año.

A medida que se acercaba el final de su período de almuerzo, los siete amigos salieron del salón del club. Pero en su camino de regreso a sus respectivas aulas, un chico se acercó a ellos a toda velocidad, con una expresión de terror abyecto. Les tomó un segundo reconocerlo como uno de los primeros años enfrentando la Liberación.

— ¡¿Hey, qué pasa?!— Chihiro gritó, su tono inusualmente compasivo.

Entonces el chico se detuvo abruptamente; no estaba claro si en respuesta a la pregunta de Chihiro.

— ¡Gah ...!— El impulso lo hizo tambalearse hacia adelante unos pasos más, y luego cayó de rodillas.

— ¿T-Te sientes mal? ¿Te está «controlando» de nuevo? — Preguntó Enjouji mientras corría a su lado.

—Solo... quería escapar... para salir de aquí, — murmuró, agachando la cabeza. —Y luego me di cuenta, y mi cuerpo comenzó a moverse en piloto automático, y...

Una gota de líquido cayó de su rostro al suelo del pasillo. ¿Esa carrera lo había hecho sudar, o…? — ¡Por favor... no puedo soportar esto más...!— No, no estaba sudando. Estaba llorando.

••• Y así Nagase, Kiriyama y Taichi regresaron a la Clase 2-B. Cuando llegaron, toda el aula estaba cotilleando sobre todo tipo de rumores. Fujishima, Nakayama, Watase, Setouchi, Miyagami, Sone, todos.

Ya nadie molestaba al CIC por información; estaban sucediendo demasiadas cosas en este punto. Asimismo, el CIC tampoco molestó a ninguno de ellos; la situación había aumentado hasta el punto de que ya no podían manejarla.

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Solo una persona se sentó perfectamente quieta, mirando al vacío en medio de la charla: Kurihara Yukina. De la nada, se estremeció. Luego miró alrededor de la habitación.

—Hah... Genial... No otra vez...

Burlándose, miró al techo y apoyó un brazo sobre sus ojos. Pero aunque tenían claro que había cambiado de cuerpo, ni uno solo se acercó a ella. Ni Taichi, ni Nagase, ni siquiera Kiriyama.

Estaban en sus límites simplemente lidiando con sus propios problemas.

Si hubo señales de advertencia, el CIC no las notó.

Ya se habían desconectado del resto del mundo.

Y para cuando se dieron cuenta, los estudiantes de la preparatoria Yamaboshi habían desaparecido.

■□■□■ — ¿Desaparecieron? Eso es absurdo, — murmuró Inaba, y Taichi estaba completamente de acuerdo.

Después de la escuela, los cinco de segundo año se reunieron en el salón del club mientras Chihiro y Enjouji se ocupaban de sus propios asuntos. Una hora más tarde, Nagase se cansó de estar sentada pensando en cosas, así que se fue a dar una vuelta por el campus --- solo para volver de inmediato. Presa del pánico, los condujo a todos fuera del edificio principal al campo de atletismo, donde no encontraron... absolutamente a nadie. Ni una sola alma. La gente que debería haber estado allí se había ido.

Aquí, al final del año escolar, era normal que la mayoría de los estudiantes se fueran directamente a casa, sin actividades del club a las que asistir. Pero eso no significaba que no hubiera clubes funcionando en este momento; además, a un puñado de estudiantes en general les gustaba quedarse atrás para estudiar o simplemente charlar con amigos. Y sin embargo, esas personas no se veían por ningún lado.

Pero cuando atravesaron el edificio de la escuela, encontraron maestros en la sala de profesores y alumnos de tercer año en la biblioteca y salas de estudio. Ante esto, Taichi exhaló un suspiro de alivio. Por un minuto pensó que habían entrado en una realidad alternativa, pero por supuesto que no. Estaba simplemente paranoico.

Decidieron hablar con algunos de los de tercer año, por si acaso.

— ¿Algo diferente hoy? Hmmm... Se siente extrañamente silencioso, ¿supongo?

Luego llamaron a uno de los profesores: Tanaka, el profesor de estudios sociales.

— ¿Se fueron los de primer y segundo año? ¿Qué tiene eso de extraño? — No importa a quién preguntaran, todos se encogieron de hombros.

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Es cierto que no era tan inaudito que los estudiantes más jóvenes se fueran temprano en este momento del año, pero... ¿realmente dejarían sus mochilas atrás?

Cada aula en la que se asomaba tenía papeles e instrumentos de escritura esparcidos por todos los escritorios, como si sus habitantes hubieran sido secuestrados en medio de sus vidas diarias. Pero incluso cuando explicaron esto, los profesores no se movieron.

La respuesta que obtenían era siempre la misma: «Estas cosas pasan». ¡No! ¡No, realmente no es así!

Aquí, en este mundo alterado, no quedaba nadie con quien pudieran tener una conversación razonable. Y sabían quién estaba detrás de eso. Los únicos que no se vieron afectados --- «Ah... las cosas se han puesto bastante interesantes, parece...»--- eran «Fuusenkazura» y sus similares.

—Los estudiantes todavía están en esta escuela... solo en un espacio aparte...

Desearía haberme dado cuenta antes, pero... Me temo que esto me tomó por sorpresa...

Los cinco de segundo año del CIC estaban en la ahora vacía Clase 2-B, tres filas más lejos de «Fuusenkazura», que estaba cerca de la puerta. «Surrealista» no estaba ni cerca de describirlo.

— ¡No están aquí! ¿De qué «espacio aparte» estás hablando? — Preguntó Nagase, su voz seca.

—No están aquí, pero están en esta escuela... Simplemente han sido aislados del resto de su mundo en una... Bueno... llamémosla una «Zona de Aislamiento», supongo... Sí, llamémoslo así... Tener nombres para estas cosas hace que todo sea mucho más fácil...

Supuestamente, los estudiantes desaparecidos estaban confinados dentro de esta «Zona de aislamiento» en una Yamaboshi alternativa que era un clon idéntico al real. Pero debido a que estaban atrapados en un espacio completamente aislado, ninguna llamada o correo electrónico podía llegar a personas en el mundo real.

Taichi rio para sí mismo. Sonaba como algo salido de un maldito cuento de hadas. ¿Cómo podrían pensar siquiera en este disparate?

—Realmente estás desafiando mi suspensión de la incredulidad con esto. ¿De qué diablos estás hablando esta vez? — se burló Inaba.

—Sí, el grupo de «El Tercero» estuvo planeando esto todo el tiempo... No es de extrañar que hayan tardado tanto en prepararse...

— ¿Planeando qué, exactamente?— demandó Kiriyama.

—Parece que podemos decir con seguridad... que su principal motivo es borrar todos sus recuerdos...

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Estaban bajo ataque y su enemigo era una entidad con la que apenas habían hablado. Todo se sentía tan irreal... y, sin embargo, eso solo aumentaba la sensación de peligro inminente de Taichi. Tal vez fue ingenuo de su parte creer que un verdadero enemigo se molestaría en revelarse a él.

—Me preguntaba por qué inducirían el intercambio de cuerpos y la Liberación con otros grupos, colocando al resto bajo hipnoterapia, y difundiendo esos rumores... Bueno, aquí está nuestra respuesta... Oh, claro... ¿Recuerdan? Les dije que han pasado un tiempo comparativamente largo bajo los efectos de los fenómenos... y por lo tanto, borrar esa historia sería bastante difícil...

Por supuesto, la actitud de «Fuusenkazura» seguía siendo tan lenta como siempre, pero... considerando las circunstancias actuales, parecía inusualmente hablador. Casi como si estuviera disfrutando de esto.

—Bueno, deshacer esos eventos no solo requeriría mucho tiempo... sino que necesitarían un lugar en el que hacerlo... Ustedes cinco interactuaron con muchas, muchas personas durante esos fenómenos pasados... requerirían muchos ajustes minuciosos... para un Borrado de Registros normal... pero me imagino que... pensaron que harían un esfuerzo adicional... mientras estaban en eso...

—Hombre, estoy cansado de esto. ¿Puedes ir al grano? — Aoki solía ser un tipo paciente, pero aparentemente incluso él había llegado a sus límites.

—Bien... como desees, Aoki-san... Básicamente... han creado esta Zona de Aislamiento... para un máximo valor de entretenimiento... y además de eso... imagino que planean.... Borrar los recuerdos afectados de cada persona que entró en contacto con el fenómeno. ¿Borrar los recuerdos de todos? ¿Por el «máximo valor de entretenimiento»?

— ¿De qué estás hablando...? ¿Por qué... harían eso... a toda la escuela...? — Taichi murmuró distraídamente.

—Por qué, de hecho...— «Fuusenkazura» respondió. —Es cierto que puedo pensar en al menos una hipótesis...— Justo en ese momento, escucharon el clac, clac de pasos caminando por el pasillo.

Este era el piso con las aulas de segundo año y, como tal, deberían haber tenido total privacidad. Pero ahora había un ruido aberrante atravesando el silencio: clac, clac, clac. Un sonido que solo podían hacer los tacones altos.

Entonces este tercer grupo apareció a la vista e interrumpió su conversación para anunciar: —Es porque ustedes son tan interesantes... como lo es «Fuusenkazura»... así que tal vez todos los demás también serán interesantes... ¿supongo...?

Era «El Segundo», pilotando el cuerpo letárgico y tambaleante de Hirata Ryouko, su profesora de matemáticas, directamente hacia el aula. Aparentemente, había escuchado su conversación.

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Ahora estaban cara a cara no solo con uno, sino con dos seres sobrenaturales. En el mismo cuarto. Al mismo tiempo. Esto era... nuevo, por decir lo menos.

El CIC miró conmocionado a «El Segundo» mientras «Fuusenkazura» hacía una mueca.

— ¿Qué pasa...? Soy yo, <El Segundo>...

Quizás sintió que esta introducción «resolvería» el silencio.

— ¿Podrías por favor mantenerte fuera de esto...?— respondió «Fuusenkazura».

— ¿Qué…? ¿Pero te he ayudado tanto...? Y no habrías aprendido la mitad de esas cosas si no los hubiera traicionado... ¿verdad...?

«Fuusenkazura» desvió la mirada y se quedó en silencio. ¿De qué estaban hablando? ¿Qué estaba pasando entre estos dos?

—De todos modos, volviendo a la conversación...— «El Segundo» se volvió hacia el CIC como si de repente estuviera a cargo de la discusión. —Ya que tenemos que borrar estas cosas de cualquier manera... y va a tomar mucho tiempo... y tenemos que crear este espacio vacío gigante... también podemos divertirnos un poco con él, ¿verdad?... Esa fue nuestra línea de pensamiento.

Entonces, como tenían que hacer el trabajo de todos modos, pensaron que lo aprovecharían al máximo.

—Espera, pero... eso es...

Habiéndose recuperado del impacto de la entrada de «El Segundo», el cerebro de Taichi comenzó a disparar a toda máquina. ¿Así que todo esto fue... culpa del CIC...?

Miró alrededor de la habitación, a los cuadernos y libros de texto que se habían dejado abiertos, a las botellas de agua abiertas, el protector labial destapado rodando por el suelo. Por lo que parece, estos estudiantes fueron llevados en medio de sus vidas cotidianas. Y aunque aparentemente el CIC causó que sucediera, se quedaron atrás, impotentes. Ni siquiera estaban autorizados a sufrir las consecuencias de sus actos.

—Espera un minuto, — dijo Inaba de repente, como si la idea se le acabara de ocurrir. — ¿De qué lado estás? ¿Dijiste que los «traicionaste»?

—Yo soy uno de ellos... pero también estoy ayudándolos. Al final... todo lo que me importa... es ver lo que quiero ver...

Evidentemente, los «Fuusenkazura» tenían una relación algo complicada entre ellos. No es que al CIC le importara.

—Ahora mismo, por ejemplo… sólo vine aquí por curiosidad… Uh, oh. ¿Parece que tengo que irme...? — Primero entró sin ser invitado a su reunión, y ahora se iba antes. Típico.

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—Supongo que nunca sabremos cuál es tu posición real, ¿verdad?— Inaba murmuró amargamente.

—Me voy ahora, pero antes de hacerlo... quiero que sepas... hablando como alguien que es tanto enemigo como aliado... todo lo que escuchaste hace un momento era la verdad... ¿Ta-ta....?— Y con eso, «El Segundo» se alejó tranquilamente.

Después de esa interrupción imprevista, la conversación volvió al punto de partida. Todo lo que sabían con certeza era que «Fuusenkazura» y «El Segundo» no parecían estar trabajando juntos para engañarlos.

Estaban siendo honestos.

—Los estudiantes atrapados en la Zona de Aislamiento, ¿cómo están ahora?— Inaba preguntó sobre la suposición de que todo lo que habían escuchado era cierto, aunque ni una sola vez dijo que realmente creía nada de eso.

—La Zona de Aislamiento está separada del mundo real... por lo tanto, las otras personas en sus vidas no pueden interferir... y por eso no hay necesidad de hipnoterapia... debido a que pueden hacer lo que quieran allí... imagino que las cosas deben ser... bastante interesantes...

Taichi recordó los rumores que había escuchado, los que solo se habían enterado mucho después de que todos los demás.

Atrapado.

Incapaz de escapar.

Fenómenos extraños. ¿Abarcando el curso de varios días...?

— ¿Va a durar varios días?— Taichi preguntó sin pensar.

—Bueno… Probablemente...

— ¿Y esto no afectará al mundo real? ¿En absoluto?— Nagase preguntó débilmente.

—Estoy seguro de que algunos notarán su ausencia, pero aparte de eso... no realmente, no...

— ¿En serio?— Taichi parpadeó.

—Sí... no importa lo que pase allí... todo habrá desaparecido para cuando regresen...

Entonces, ¿qué, no importa?

—Todo se va a borrar... Todos los recuerdos de los eventos que tuvieron lugar allí... así como... todos los eventos causados por sus fenómenos aquí en el mundo real...

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Espera, ¿qué? La última parte parecía ser información nueva.

—Cuando dices «todos los eventos que tuvieron lugar allí», estás hablando de los eventos que suceden en la Zona de Aislamiento... ¿verdad?— Taichi preguntó tentativamente.

—Eso es correcto...

—Está bien, ¿y qué fue lo que dijiste después de eso?

—Todos los eventos en el mundo real que se provocaron indirectamente bajo la influencia de los fenómenos... También se borrarán, ¿recuerdas?

Sí, lo hemos superado.

—Naturalmente... esto significa que necesitarían borrar los recuerdos de otras personas además de ustedes...

Por supuesto, Borrado de Registros borraría sus recuerdos. Después de todo, no sería suficiente borrar solo los del CIC; tendrían que ser completamente minuciosos o, de lo contrario, los eventos no se «borrarían» en absoluto. Taichi entendió eso; tenía sentido. Pero aunque debería haber estado siempre presente en el fondo de su mente, solo ahora fue que realmente lo comprendió.

El Borrado de Registros iba a borrar trozos de vida de otras personas. Ese era un hecho claro e indiscutible. Nadie puede vivir aislado, como dicen; en algún punto a lo largo de la línea, sus caminos se habrían cruzado de alguna manera. Entonces, si se borrara la historia del CIC, también desaparecerían por efecto dominó.

Pero hasta este mismo momento, no se le había ocurrido que estaba cargando esas otras vidas sobre sus hombros. En cambio, había estado mirando el mundo a través de una lente muy estrecha. Se habían engañado a sí mismos pensando que la pelea contra el Borrado de Registros solo afectaba al CIC, que la pelea estaba ocurriendo en su territorio, dentro de su contexto.

Pero eso no fue suficiente. No era consciente de la conexión entre él y el resto del mundo... y en un grado abrumador.

Nadie puede vivir aislado. Los humanos se necesitaban unos a otros para sobrevivir y, como resultado, tenían un impacto en la vida de los demás. Solo ahora finalmente lo notaron.

— ¿Y si... hubiéramos usado nuestros poderes del fenómeno para ayudar a que dos personas a comenzar a salir? ¿Esa pareja... perdería esos recuerdos? — Taichi preguntó, su voz temblaba.

—Sí, lo harán... Bueno, para ser precisos, se da prioridad a lo que mejor se adapte... y dado que existe la posibilidad de que hubieran salido independientemente... no puedo decirlo con seguridad...

La historia iba a ser reescrita. Las vidas iban a cambiar. Todos los eventos que solo sucedieron debido a los fenómenos serían borrados para devolver el mundo a la forma en que «debería haber sido»... y en cierto sentido, era lo correcto.

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Pero, ¿estaba realmente bien borrar el pasado? Sin esa base, ¿sobre qué estarían parados?

—Bueno, entonces, ¿qué se supone que debemos hacer con sus recuerdos perdidos? ¡No importa cuántas precauciones tomemos nosotros mismos si eso no los ayuda!

—Permítanme entrar en más detalles... Borrado de Registros no borra los recuerdos de cada persona individualmente... sino más bien, los «registros» mismos... Da la casualidad de que sus recuerdos se centran mucho en los fenómenos más que los de cualquier otra persona... por lo tanto, tienen prioridad... Esta es la clave...

—Entonces... ¿Qué estás tratando de decir?— Preguntó Aoki, presa del pánico.

—Lo que trato de decir es... si logran mantener sus recuerdos aquí en el mundo real... algunos de ellos pueden aprovechar ese éxito... y recuperar sus propios recuerdos...

— ¿Pero no todos?— Nagase preguntó en voz baja. Era difícil saber si era seguro hacer ilusiones.

«Fuusenkazura» dejó escapar un suspiro. —De todos modos, es interesante que no los llevaron a todos a la Zona de Aislamiento con el resto... Evidentemente no ven el sentido de hacerlos participar... ya que todo terminará antes de que se den cuenta...

— ¿Todo terminará?— Kiriyama repitió con una voz plana y sin emociones.

—Lo que quiero decir es... todos los experimentos de la Zona de Aislamiento llegarán a su fin... y todos volverán a un mundo donde ya no lo recuerden.

Al mismo tiempo, casi todo lo que habían construido hasta ahora desaparecería.

—Pero en su caso... basado en el esfuerzo que están poniendo aquí en el mundo real... es posible que consigan quedar con sus recuerdos intactos... no tendría sentido ponerlos en la Zona de Aislamiento después de todo... — «Fuusenkazura» estaba colgando una zanahoria bajo sus narices... pero Inaba lo ignoró.

— ¿Cuánto tiempo tenemos antes de que termine este asunto del aislamiento?

—Todo lo que puedo decir es... no mucho... Al menos, creo que es seguro asumir que...

Evidentemente, los estudiantes solo estarían en la Zona de Aislamiento por un corto período de tiempo, tan corto que el resto del mundo ni siquiera lo notaría. Quizás el tiempo pasaba a una velocidad diferente dentro de la Zona. Pero esto solo generó más preguntas: —Entonces… la gente normal no se dará cuenta de que los estudiantes aislados han desaparecido, ¿verdad? Si es así, entonces...

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¿Por qué nos dimos cuenta? Taichi preguntó. Después de todo, si el CIC se las había arreglado para darse cuenta, entonces tal vez todavía hubiera una posibilidad.

—Oh... Eso es solo porque tiene un efecto menor en las personas que tienen experiencias pasadas con nosotros... Por ejemplo, aquellos que han soportado nuestros fenómenos, o aquellos cuyos cuerpos hemos poseído... — Justo cuando creían encontrar un rayo de esperanza, se apagaba frente a sus ojos.

—... ¿Entonces no hay nada que podamos hacer?— Inaba preguntó claramente. Estaban completamente perdidos, y todo lo que pudieron hacer fue pedirle la respuesta a Fuusenkazura.

—No desde el exterior, no...

— Entonces, ¿qué hay desde el interior? Podríamos ir a la Zona de Aislamiento con todos los demás, ¿verdad? — Presionó Nagase.

Todos estaban desesperados. Desesperado por el menor indicio de una posibilidad.

—Con algo de fuerza bruta, sí, imagino que podrías entrar a la Zona de Aislamiento... y desde allí, podrías lograr algo... pero hacerlo sería arriesgado...

Es un espacio que diseñaron para su propio gusto... por lo que no se sabe lo que pueden encontrar allí...

Y, sin embargo, sus amigos estaban atrapados dentro en este mismo momento.

—Para el caso, ¿qué están planeando hacer ustedes…? Se están quedando sin tiempo... Deben concentrarse en crear una red de seguridad para sus recuerdos... aquí en el mundo real...

—Pero todos los demás están atrapados allí — respondió Taichi automáticamente.

— ¿Quieres... salvarlos...? Bueno, supongo que podrías... si realmente lo intentaras... pero si surgiera algún problema dentro de la Zona de Aislamiento... podría ocurrir un cierre de emergencia...

—¡¿… A-Así que todavía están bajo amenaza de olvidar a sus amigos?! Tartamudeó Inaba.

—Sí, pero... dicho eso... no tienen ninguna razón para preocuparse por ellos... intentaré mover algunos hilos de mi parte o algo... pero solo por mi propio bien... Después de todo... ellos pueden perder mucho, mucho menos que ustedes...

Comparativamente hablando, seguro. Pero si sus amigos estaban en peligro, ¿no era su deber acudir en su ayuda? O... ¿el acto de proteger sus propios recuerdos protegería a su vez los recuerdos de otras personas...?

Tal vez... ¿no tenían ninguna razón para ponerse en riesgo...?

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—Mi punto es, no se preocupen por los asuntos de otras personas... Recuerden que nadie saldrá lastimado, y por favor... solo concéntrense en lo que deben hacer.

Y así «Fuusenkazura» se fue.

De todas las cosas que se les había pedido que creyeran hasta el momento, esta era con mucho la más difícil... y, sin embargo, los estudiantes no regresaron al aula.

Nadie dio la orden, pero sin embargo, los cinco se separaron para revisar las aulas de primer y segundo año. Luego revisaron todas las aulas vecinas. Pero no importa dónde miraran, no había un alma a la vista.

Mientras Taichi caminaba por el edificio de la escuela, el único sonido era el de su propia respiración. Recientemente desprovista de vida, esta escuela ahora se sentía mucho más separada de la realidad que cualquier «Zona de Aislamiento» que los «Fuusenkazura» pudieran crear. Se sentía... inseguro. Estaba asustado.

— ¡Inaba!

En ese momento, vio a Inaba tropezando por el pasillo más adelante. Pero justo cuando se acercó a ella, su cuerpo se inclinó hacia los lados.

— ¡Inaba!

Por reflejo, corrió y la atrapó justo antes de que golpeara el suelo.

—Inaba, ¿qué pasa? ¡¿Estás bien?!— Un pánico abrasador se apoderó de él.

—Uh... Sí, estoy bien. Déjame ir.

Pero Taichi no estaba listo para dejarla ir todavía. No después de eso.

— ¿Estás segura de que estás bien?

—Me mareé un poco, eso es todo. Simplemente... están pasando demasiadas cosas.

Su voz era débil y su esbelto cuerpo temblaba. Para Taichi, esto era demasiado. Le dolía el pecho. Le dolía ver al amor de su vida tan asustada; no quería nada más que devolverle una sonrisa a la cara lo antes posible.

Después de todo lo que había sucedido últimamente, su corazón estaba tan agotado. E imaginó que todos los demás probablemente se sentirían de la misma manera.

— ¿Puedo ir a casa?— preguntó, sin pensarlo, como si fuera la conclusión más natural del mundo.

Supuestamente, la Zona de Aislamiento no era segura... pero no formaban parte de ella. No podrían hacer nada al respecto, e incluso si pudieran, solo sería una gota en la cubeta.

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Además, ya había algo que valía la pena proteger aquí, en el mundo real. Aquí mismo en sus brazos.

Su celular sonó. Comprobó la pantalla; era su hermana menor, Rina.

Puede que hoy esté en casa un poco más tarde de lo habitual. ¡Pero será mejor que estés allí cuando vuelva! Últimamente su familia había comenzado a regañarlo para que dejara de quedarse hasta tarde y volviera directamente a casa después de la escuela. En su mayor parte, los había ignorado, pero eso no significaba que no fueran importantes. Necesitaba arreglar las cosas con Rina para que ella pudiera potencialmente ayudarlo a recuperar sus recuerdos después del Borrado de Registros; además, quería sentarse con ella y simplemente hablar. Después de todo, esta era posiblemente la única oportunidad que tendría.

Por supuesto, planeaba poner todo su esfuerzo en evitar que ese fuera el caso. Si, todavía quedaba mucho por hacer aquí en el mundo real. Incluso si los eventos fantásticos se llevaran a cabo en una dimensión separada más allá de todo control mortal... Taichi tenía sus propios asuntos de los que ocuparse.

—Sí... Vámonos a casa, — murmuró Inaba después de un momento.

••• En algún momento después de eso, los cinco se habían reunido nuevamente para discutir... algo, pero Taichi no recordaba qué. Todo lo que recordaba era que fue bastante previsto, sin discusiones.

Luego, los cinco miembros del CIC abandonaron el edificio de la escuela, salieron del campus y se dirigieron a casa. +++ —No sé... ¿Estás seguro de que estás haciendo bien esto...? ¿Dejar que ellos hagan la llamada?

—Bueno... no creo que tenga muchas opciones...

— ¿Crees que funcionará, sin embargo...?

—Mientras yo esté allí para dirigir el barco... será imposible para ellos desviarse del curso...

—Hmmm... Yo sé que tienes tu propio trabajo preliminar que hacer... usando otros poderes... o algo así... Pero, ¿es seguro dejar el resto al... destino? ¿Al Azar?

—No todo será dejado al azar, no... Así que sí, tengo que intentar lograr un poco más... pero...

— ¿Pero qué...?

—Bueno... al final... el hecho es que lo único que puedo hacer es rezar...

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— ¿Tú...? ¿Vas a rezar...? Je... jejeje... Eso es tan extraño...

—Dadas las circunstancias actuales... agradecería que no señalaras y rieras... +++ Sucedió cuando volvía a casa desde la escuela primaria. De repente, comencé a sentirme mal, pero de una manera súper extraña, y realmente, realmente no me gustó. Todo lo que recuerdo es una sensación densa y espesa en mi cabeza...

Casi como si mi cuerpo estuviera siendo aspirado a otra dimensión...

— ¿Una preparatoria...? ¿Es esta la escuela de mi hermano?

Al mismo tiempo, por alguna razón, me vino a la mente una visión de la preparatoria Yamaboshi.

De pie en la acera, reajusté mi agarre en las correas de mi mochila y solté un silbido. Claramente estaba muy cansada... necesitaba llegar a casa...

Y sin embargo... por alguna razón, no podía dejar de pensar en eso. Algo malo estaba pasando en la escuela de mi hermano, podía sentirlo.

Eso sí, normalmente lo hubiera descartado como una tonta ilusión paranoica. Pero últimamente, Taichi ha estado actuando realmente raro... y Reika-san me dijo que Iori-san también estaba actuando raro. Tal vez fue solo mi intuición, pero... de alguna manera supe que algo estaba pasando con ellos.

Saqué mi billetera y revisé su contenido. Solo lo suficiente para un viaje en tren de ida y vuelta. Una parte de mí era reacia a gastar las últimas monedas de mi mesada... pero dejé eso de lado y me dirigí a la estación de tren.

Para cuando volví a mis sentidos, ya había salido de la estación. ¿Qué estoy haciendo?

Hace unos minutos me sentí atraída por ese lugar, convencida de que algo estaba pasando allí... pero ahora que lo pensaba, tal vez no era tan importante. En cambio, estaba un poco avergonzada de estar tan nerviosa por nada.

No pasa nada extraño.

—... Quizás debería irme a casa...

Se sentía extraño y un poco aterrador, usar mi uniforme escolar entre una multitud de personas en un lugar donde normalmente nunca iba. Tal vez eso fue una tontería de mi parte, ya que me habría ido bien con mi ropa de calle.

Miré el cronograma digital para ver a qué hora venía el tren con destino a Yamaboshi. Luego miré para ver cuándo llegaría el tren de regreso. No se enumeraron retrasos; ambos estarían aquí en unos pocos minutos. ¿Qué hago ahora?

Si uno de ellos llegaba drásticamente tarde, podría haber dejado que eso me decidiera... pero no.

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Atrapada entre dos opciones, estaba paralizada.

Quizás debería irme a casa. Hace frío aquí y oscurecerá pronto... No es seguro para una chica linda como yo caminar por la ciudad de noche... Sí, tal vez yo...

Pero antes de que pudiera convencerme de irme, vi a la última persona que esperaba ver. Con su ropa blanca, se destacó de manera prominente entre el resto de la multitud.

—... ¿Reika-san?

— ¿Hmm? ... ¿Rina-chan? — Efectivamente, era la madre de Iori-san, Reika-san. — ¿Estás sola? ¿Dónde está tu madre?

Tenía miedo de que se enojara conmigo si decía que estaba aquí sin ninguna razón, así que solté una excusa tonta. —Yo, um... solo... necesitaba ir a Yamaboshi, así que...

— ¿Tienes algún asunto del que encargarte allí?

—Uhhh... bueno...— Oh, Dios, ¿qué digo?

Pero justo cuando comencé a entrar en pánico, Reika-san dijo las mismas palabras que quería escuchar: — ¿Por qué no vamos juntas?

Pasando por los torniquetes, salimos a la calle y nos dirigimos hacia Yamaboshi. Por suerte para mí, todavía recordaba cómo llegar allí después de la vez en que vinimos a ver el Festival Cultural. Fue una caminata bastante corta.

—La verdad es... estaba pensando en visitar a Yamaboshi yo misma. Cuando llamé y hablé con los padres de los chicos en el club de Iori, y todos me dijeron que sus hijos estaban actuando de manera extraña, comencé a querer investigar.

—Oh, ¿hacia ahí es donde te dirigías cuando me encontré contigo?

—No exactamente. No estaba planeando ir allí en persona, pero estaba pensando en hacer una llamada telefónica a la sala de profesores para hablar con un profesor. Pero luego viniste... y me alegro mucho de que lo hicieras.

Asimismo, me sentí mucho más cómoda ahora que tenía un cómplice. En el mejor de los casos, tal vez podría acompañarla y tener la oportunidad de hablar con un maestro sobre Taichi.

—Pero tal vez no sea mi lugar estar sobre ella en la escuela... ¿Qué piensas? Nunca sé qué hacer en momentos como estos... simplemente no estoy segura de qué es lo mejor para mi hija...

—Solo estoy en sexto grado, así que tampoco estoy segura.

—Oh, cierto.

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Reika-san parecía tener un lado un poco tonto, pero de todos modos, estaba claro cuánto se preocupaba por su hija.

—En este momento, solo espero que... nadie esté siendo intimidado, — murmuré en voz baja. —De todos modos, aquí estamos en las puertas de entrada.

Como dije, fue una caminata corta.

—Bueno, entonces, entremos.

Reika-san pasó rápidamente a través de las puertas y yo hice lo mismo.

Pero tan pronto como puse un pie en el campus... un hilo de pavor goteó por mi columna mientras una sensación extraña y pegajosa envolvió todo mi cuerpo. Me sentía tan pesada... y me dolía la cabeza... ¿Por qué esto se sentía tan familiar...?

—… ¿… bien? ¿Estás bien querida?

— ¡¿Eh-qué?!

Lo siguiente que supe, fue que la cara bonita de Reika-san apareció a la vista.

—Pareces un poco enferma. ¿Te sientes bien?

—Oh... sí, estoy bien...

Después de unos momentos, la sensación de malestar comenzó a desvanecerse. ¿Qué fue eso?

Independientemente, cruzamos el campo de atletismo y nos dirigimos al edificio principal de la escuela.

—Oye, um... no veo a nadie...

Era inquietantemente silencioso, casi como un pueblo fantasma. Er.. . Escuela de fantasmas, supongo.

Juntas, las dos entramos por la entrada principal.

—Veamos... ¿Dónde está la sala de profesores...?

Reika-san miró fijamente el mapa cerca de la puerta. En cuanto a mí, estaba más preocupada por otra cosa.

— ¿Uh, Reika-san? Este lugar realmente se siente desierto. ¿No es eso... algo extraño? ¿Todos se fueron a casa temprano hoy? ¿O Yamaboshi siempre estaba tan callado después de la escuela? Fue francamente espeluznante.

—Me parece normal. ¿Normal? ¿En serio?

Llegamos a la sala de profesores sin encontrarnos con una sola persona en el camino... pero adentro, había profesores en sus escritorios, trabajando como

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siempre. ¡Gracias a dios! Nunca pensé que me sentiría tan aliviada al ver luces fluorescentes. Se sintió como una prueba de que todavía estábamos en un mundo normal con gente en él.

—Hola... soy la madre de Nagase Iori. Me gustaría hablar con el asesor de la Clase 2-B o con el supervisor del Club de Investigación Cultural... En realidad, pensándolo bien, creo recordar que son la misma persona...

Cuando Reika-san hizo su pedido, me escondí detrás de ella y escuché en silencio. Ahora que lo pensé, no era muy común que una madre viniera a irrumpir en la escuela de su hija... y definitivamente no era común que una hermana menor lo hiciera. ¿Estaba actuando raro? Tardíamente, me sentí un poco avergonzada de estar aquí.

— ¡Oh sí! Hola, Nagase-san. No te he visto desde la conferencia de padres y maestros. ¡Te ves preciosa, como siempre!

Uno de los profesores varones se acercó. No parecía tan viejo, pero al mismo tiempo, había hablado como un viejo espeluznante.

— ¡Ah, y veo que has traído a una linda señorita contigo! No sabía que tenías una hija menor.

—Oh, no, esta es la hermana menor de Yaegashi-kun.

—Bueno, esa es una pareja extraña si alguna vez vi una. Aquí, toma asiento...

Hombre, está extrañamente tranquilo hoy, ¿no?

El hombre que nos dirigió al (como era de esperar) vacío sofá de visitantes no era otro que Gotou Ryuuzen-sensei. Era consejero de la clase de Taichi y supervisor de su club. ¡Así que este es el tipo al que llaman «Gossan»!

—Entonces, ¿qué te trae por aquí hoy? Nagase-san no parece haber sido criada por padres helicópteros13, así que espero que sea algo sensato y razonable.

Fue honesto hasta un grado casi grosero. No sabía que a los adultos se les permitía ser así. Pero Reika-san no se inmutó por sus comentarios. En cambio, le explicó lenta y tranquilamente sus preocupaciones sobre Iori-san: que llegaba tarde a casa, que parecía preocupada por algo, que mencionó que estaba en algún tipo de problema, que parecía involucrar a su club, que ella había actuado de manera extraña en el pasado, que todo esto parecía aplicarse a los otros miembros del club.

—Y... y mi hermano ha estado realmente luchando con algo últimamente... No es la primera vez que actúa así, pero todas las otras veces no fueron tan malas. Y cuando trato de preguntarle al respecto, simplemente dice que «no es de mi incumbencia»...

13

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Estaba realmente nerviosa al hablar con un adulto que nunca había conocido antes, pero hice lo mejor que pude. Afortunadamente, Gotou-sensei me miró a los ojos, escuchó y asintió intensamente. Quizás sea realmente una buena persona.

—Ella nunca está en casa... y cuando lo está, siempre sale para hacer llamadas telefónicas, — continuó Reika-san.

—Ella no tiene un novio en secreto, ¿verdad? Está bien, broma de mal gusto. Lo siento.

Hay una línea muy fina entre «casual» y «grosero», Sensei, y estás empezando a cruzarla. ¡No es momento de bromear!

—De todos modos... puedo ver de dónde viene, — continuó Gotou-sensei, volviendo a un tono más serio. —Han estado lidiando con algún tipo de problema grave, y desde hace bastante tiempo. — Tan serio, que incluso este payaso logró darse cuenta.

—Pero yo, personalmente, he optado por sentarme y dejar que ellos hagan lo suyo.

— ¿Está seguro de que es la elección correcta? ¿Cómo su maestro? ¿Cómo su tutor? — Reika-san presionó intensamente.

—En mi opinión, sí, lo es. Claro, hay algunas cosas en las que los adultos tendremos que intervenir y resolver por ellos, pero en su mayor parte, es mejor dejar que resuelvan las cosas por sí mismos tanto como sea posible. ¿Y si cometen errores como resultado? Bien por ellos.

— ¿Cree que los errores son buenos? — Yo pregunté. La conversación se estaba complicando un poco, pero estaba haciendo todo lo posible para seguirla.

—Cometer errores es cómo aprende la gente. Si me preguntas, los niños deberían meterse en tantos problemas como puedan mientras aún son pequeños... Bueno, ¡dentro de lo razonable, por supuesto! ¿No es así, señorita?

Para ser un tipo que no se veía tan viejo, seguro que hablaba como un abuelo. Solo los abuelos decían «señorita».

—Pero... estoy tan preocupada, — repitió Reika-san.

Los padres se preocupan mucho por sus hijos.

—Ser familia es mucho más complicado de lo que parece a primera vista. Te preocupas por ellos, así que quieres ayudarlos... pero si los ayudas demasiado, nunca podrán dejar el nido. ¿Dejar el nido? ¿Tendré que hacer eso también?

—Eventualmente tendrá que dejarla ir, señora. Trate de tener un poco más de fe en ella. Ella es una chica muy capaz, lo sé a ciencia cierta.

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—Entiendo lo que está diciendo. De Verdad. Pero... solo tengo miedo de que cometa el tipo de error que nunca podrá deshacerse. Verá, no siempre fui una madre tan buena, y... hubo momentos en el pasado en los que no me importaba demasiado. Así que ahora estoy... aterrorizada de que ella se aleje demasiado...

—Pero ella te tiene a ti, ¿verdad? Ella tiene un lugar al que siempre puede llamar hogar.

Dejar el nido no siempre significaba mantenerse fuera.

—Básicamente, lo mejor que puedes hacer por ella como su madre es dejar la puerta abierta para que ella regrese en cualquier momento... ¿Eh, hola? ¿Señoritas? ¿Estoy siendo demasiado obtuso aquí? ¿Debería dejar de hablar ahora?

No tenía clase ni era refinado... pero seguía siendo un maestro increíble.

—No, no es eso en absoluto. Creo que realmente me has abierto los ojos.

Y a menos que estuviera viendo cosas, un toque de color había regresado a la perfecta piel de porcelana de Reika-san.

••• Cuando salimos de la sala de profesores, el resto del edificio estaba helado, pero no de una manera invernal. Fue simplemente... indescriptiblemente extraño.

—Mientras estamos aquí, ¿deberíamos pasar por su salón de clases?

— ¿No crees que este lugar se siente un poco extraño, Reika-san? Y otra cosa: ¿Estás segura de que podemos vagar por la escuela si no somos estudiantes aquí? Escuché que se han vuelto bastante estrictos sobre ese tipo de cosas.

—Eres bastante precoz para ser una estudiante de sexto grado, ¿no es así, Rinachan? Bueno, no te preocupes. Estaremos bien.

— ¡¿C-Cómo puedes estar segura?!

Mientras caminábamos, finalmente vimos a otras dos personas.

— ¡M-Mira! ¡Estudiantes! Espera... ¿Los conozco de alguna parte...?

— ¡Ch-Chihiro-kun! ¡¿No se siente un poco extraña la escuela?! ¡Es bastante raro, verdad! ¡Absolutamente! ¡Incluso más extraño que tu cara!

— ¡¿Qué tiene que ver mi cara con algo?! ¡Y deja de tirarme de la ropa, Enjouji!

Eran Enjouji-san y Uwa-san, peleándose entre sí. Eran los kouhai de mi hermano.

— ¡Hay gente sospechosa allí, Chihiro-kun!

— ¿Sospechosa? Me parece una pareja normal de madre e hija... Espera, ¿qué demonios...? — Uwa-san pareció reconocerme.

—H-Hola... me pasé para ocuparme de algunos asuntos, así que aquí estoy...—

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— ¡Oh, es Rina-chan!— exclamó Enjouji-san.

Los conocí por primera vez cuando el CIC vino a pasar el rato en nuestra casa.

—Oh, y esta es la mamá de Iori-san.

— ¡¿La mamá de Iori-senpai?! ¡E-Encantada de conocerte! ¡Soy Enjouji Shino! Iori-senpai es una gran presidente de club y, umm...

—Soy Uwa. Asimismo, también soy miembro del club.

—Hola a todos. Gracias por cuidar de mi hija, — respondió Reika-san, inclinándose ante cada uno de ellos.

—Entonces, eh, ¿qué la trajo aquí?— Preguntó Uwa-san. Parecía un poco tenso.

—Me di cuenta de que Iori... bueno, todo el club, de verdad... Todos parecían estar luchando con algo, así que quería hablar con un profesor al respecto, — explicó.

Los dos chicos se estremecieron como si los hubieran arrestado.

—Pero en cambio, lo que obtuve fue un consejo muy importante, — continuó Reika-san cálidamente.

Los chicos dejaron escapar un suspiro de alivio.

—Admito, Nagase-san y los demás parecen estar en un punto áspero últimamente. Tienen mucho con lo que tratar, y solo lo escuchamos de segunda mano... aunque tengo la sensación de que hay cosas que nos están ocultando para que no entremos en pánico.

—S-Sí... Además, nos mantienen a distancia para «servir como su equipo de apoyo» o lo que sea... ¿De qué están hablando?

—D-De todos modos, si usted pudiera estar ahí para Iori-senpai cuando ella lo necesite, ¡se lo agradecería mucho!— Enjouji continuó, inclinándose cortésmente.

—Aguanta, Enjouji. Ahora que lo pienso, solo los vamos a asustar si seguimos hablando de esto.

—Oh... C-Cierto ...

—Realmente no entiendo lo que está pasando, ¡pero no te preocupes! ¡Siempre estaré ahí para mi hermano mayor! — Anuncié, ya que podía decir que se preocupaban por Taichi y el resto del club.

Los dos chicos hicieron una pausa y se susurraron como mejores amigos. Luego se volvieron hacia nosotros.

—Mientras están aquí, ¿podemos pedirles un favor a ustedes dos?— preguntó Uwa-san, quien era bastante guapo ahora que lo veía bien.

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— ¿P-Podrían pasarles esto? Los ordenamos hace un tiempo, pero los acabamos de recoger hoy. Háganles saber que estamos bastante seguros de que ayudará.

Enjouji-san tenía una linda vibra de «hermana pequeña» en la forma en que hablaba. Me entregó un frasco de pequeños bultos negros, luego un segundo a Reika-san.

— ¿Quieres que le dé esto a Taichi?

—Si. Él sabrá qué hacer con él... creo...

—Y supongo que le daré el mío a Iori, entonces.

—Estábamos planeando entregárselos nosotros mismos, pero aparentemente todos ya dejaron la escuela por hoy.

— ¿Taichi también?— Dado su comportamiento reciente, era inusualmente temprano.

—Bueno, entonces, tal vez sea mejor que nos vayamos también, — sugirió Reika-san.

— ¡Ok! — Asentí.

Justo antes de separarnos, intercambiamos información de contacto con Uwasan y Enjouji-san con la solicitud de que se pusieran en contacto si algo terrible les sucedía a sus senpai del CIC. Las cosas que hago por Taichi, lo juro.

— ¿En qué dirección está tu casa, Rina-chan? Ahora que está oscureciendo, me gustaría acompañarte a casa.

— ¡Oh, no tienes que hacer eso! Espera... Mierda, me olvidé de preguntarles por qué la escuela se siente rara.

—…Veo que la joven Yaegashi-san se ha resistido a la hipnoterapia... Ah, por supuesto... Porque «El Segundo» la poseyó en el pasado, — arrastró una voz perezosa.

Un escalofrío recorrió mi espalda y mi estómago se revolvió. Fuera lo que fuera, parecía alterar el aire que nos rodeaba.

—Oh. ¿Necesitabas algo, Gotou-sensei? Preguntó Reika-san, volviéndose para mirarlo.

Pero aunque definitivamente se parecía a Gotou-sensei, sabía a ciencia cierta que era algo completamente diferente. ¿Cómo podría saberlo? Ni idea. Mejor pregunta: ¿Por qué Reika-san no sintió nada extraño?

—En ese caso... tal vez la pequeña Yaegashi-san aquí me resulte útil...— Luego se estiró para agarrar mi cabeza.

No... mi mente solo me está jugando una mala pasada. Después de todo, estábamos a metros de distancia. No puede alcanzarme desde tan lejos. Y sin embargo... sentí como si sus sensores se abrieran camino en mi cerebro.

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Imágenes aparecieron en mi mente... Sonidos, olores, sabores... Como si algo estuviera metiendo información sensorial en mi cabeza. Era tanto, todo a la vez, tan denso, todo mezclado en un remolino oscuro... una masa sin sentido, sin forma...

No, espera. Pude distinguir algo, apenas. Todo estaba borroso y, sin embargo, las palabras me golpearon todas a la vez. La verdad se repitió en avance rápido, moviéndose a mí alrededor como un caleidoscopio.

Cuerpos, intercambiados. Deseos, liberados. Edad, retrocedida. Sentimientos, transmitidos. Fantasmas, proyectados. Sueños, visualizados.

Hubo tantos fenómenos. Tantas amenazas. Tantos problemas. Todo extraordinario. Y todo se estaba derrumbando sobre mi hermano. Él soportó, soportó, soportó y soportó hasta el final. ¡Bien por ti, Taichi! Pero ahora... iba a... desaparecer Todo iba a dejar de existir. La pizarra se limpiaría con un trapo y nunca se restauraría. Era muy, muy triste... Tenía muchas, muchas ganas de llorar. ¡No puedes borrar todo lo que pasó! ¡Eso no es justo para Taichi!

De repente, un torrente de emociones se apoderó de mí. No podía respirar... me estaba ahogando... mi mente se estaba desvaneciendo...

—Eso es extraño… sólo quería poner a la pequeña Yaegashi-san al día…

— ¡¿R-Rina-chan?! ¡¿Qué pasa?! ¿Estás...?

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Capítulo 9: Palabras de despedida Escondido en su habitación, Taichi garabateó los eventos de los últimos dieciocho meses en un cuaderno. Apretó con fuerza el papel, esperando que incluso si la escritura en sí se borraba del papel, tal vez las huellas permanecerían en las hojas de debajo.

No quería olvidar; no podía permitirse que le hicieran olvidar. Incluso si el Borrado de Registros tenia éxito, podría usar esto para recuperarlo todo.

A continuación, abrió el cajón de su escritorio y sacó un álbum de fotos. La mayoría de sus fotos estaban en su cámara digital y teléfono celular, pero había aprovechado la oportunidad para imprimir algunas. Algo acerca de tener copias físicas lo hizo sentir más seguro. Después de todo, los objetos físicos no se pueden borrar... ¿verdad?

La primera foto fue una tomada en los primeros días del Club de Investigación Cultural en su primer año. Representaba a los cinco miembros originales, todos sonriendo rígidamente.

El siguiente era del viaje que hicieron ese verano. Todos se sentían mucho más cómodos entre sí para entonces, y las chicas se veían deslumbrantes con su ropa de verano. ¿Por qué a los humanos les gustaba dejar registros? ¿Era para que pudieran recordar el pasado? ¿Era para qué no se olvidaran?

En su caso, el olvido era el menor de sus problemas. No, los eventos de su pasado iban a ser reescritos por completo.

Suponiendo que «Fuusenkazura» dijera la verdad, cualquier evento que no hubiera sucedido sin los fenómenos estaba en peligro de ser borrado. Parte de él tuvo que preguntarse si realmente era tan fácil borrar estas cosas... pero al contemplarlo más, la única prueba real del pasado estaba en los recuerdos humanos u otros registros físicos, como fotos y videos. Entonces, si todas esas cosas fueran borradas, entonces, en esencia, borraría el pasado mismo. Sin ningún registro físico o alguien que recordara que sucedió, en realidad no era diferente de como si nunca hubiera sucedido en primer lugar.

Mirándolo de esa manera, el Borrado de Registros estaba empezando a parecer... algo mundano. La única diferencia era que el Borrado de Registros aseguraría, sin lugar a dudas, que no pudieran recordar.

La siguiente foto fue una tomada durante el Festival Cultural, con Kiriyama y Aoki con sus abrigos. Junto a ella, una foto conmemorativa de la Edición Especial del Boletín Cultural; la foto de paparazzi de Inaba se destacó en la portada.

Si el Borrado de Registros borrara cualquier conexión interpersonal que no hubiera sucedido sin los fenómenos... lo más probable era que eso también incluyera a los conocidos más lejanos. Se olvidarían de esas personas, y esas

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personas también las olvidarían. El CIC sería borrado de la vida de las personas... y, a su vez, no serían diferentes de los muertos.

Taichi se había enfrentado cara a cara con su destino final... y lo odiaba. ¿Por qué todo era tan frágil? ¿Era realmente demasiado pequeño e insignificante para dejar algún tipo de impacto en el mundo? Incluso entonces, se negó a dejar de intentarlo. Tal vez no tenía la solución perfecta, pero de todas formas iba a hacer todo lo que pudiera.

Antes que nada, necesitaba protegerse. Él mismo y el resto del club. No es que quisiera hacer la vista gorda con todos los demás; simplemente no tenía otra opción, dado el peligro.

Vio una foto tomada durante la excursión de otoño en su primer año, justo cuando comenzó su romance con Inaba. Luego, las presentaciones del club tuvieron lugar ese invierno; también había fotos del espectáculo de cosplay de Nagase. En ese momento, su romance con ella oficialmente llegó a su fin... porque su relación con Inaba Himeko comenzó oficialmente. ¿Cómo podía renunciar a todo eso sin luchar? El pensamiento lo llenó de una desesperación sin igual.

Otras personas también estaban en peligro. Probablemente estaban sufriendo tanto como él. Pero había demasiados en total, demasiado para comprender. Y no había nada que pudiera hacer para ayudarlos.

Eso fue lo que lo alejó de las luchas de otras personas.

Cada vez que veía gente haciendo daño, siempre podía imaginar vívidamente su dolor. Pero era solo un producto de su imaginación y, como tal, no tenía ningún peso. No había nada que pudiera hacer al respecto, por lo que no cavó más profundo que el nivel más superficial. Subconscientemente, no sintió la necesidad de hacerlo.

Taichi estaba tan abrumado con sus propios problemas que no tenía la capacidad mental para hacer malabares con los de nadie más. Ahora más que nunca, comprendió que el deseo de ayudar a los demás solo lo posibilita la seguridad en la propia posición.

Hojeó el álbum.

En la primavera, se les unieron dos nuevos miembros; luego, en el otoño, tuvieron el viaje escolar más grande de su trayectoria en la preparatoria. También había innumerables otros recuerdos, e incluso si solo perdieran un puñado de ellos, el resto aún carecería de significado como resultado.

Pasó la página y encontró una foto de él mismo con algunas personas que no reconoció. Quienquiera que fueran, parecían ser buenos amigos tanto de él como entre ellos. Parecía un momento feliz. Pero, ¿qué demonios…?

Espera un minuto. ¿Cómo diablos pude olvidarlo?

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Nagase Iori, Inaba Himeko, Kiriyama Yui, Aoki Yoshifumi. Significaban mucho para él; ¿Cómo podría olvidarlos? Era imposible. Solo las fuerzas sobrenaturales podrían causar tal cosa.

Asustado, Taichi tomó apresuradamente su lápiz y papel y anotó todos sus nombres, junto con una breve explicación de su relación con cada uno de ellos. Le temblaba la mano hasta el punto de estropear su letra, pero no le importó. Luego sacó el papel, lo dobló y lo metió en uno de sus libros de texto.

En ese momento, su celular sonó... pero no tenía tiempo para tratar con nadie en ese momento. Decidió que solo respondería si era miembro del club, ya que podría ser importante. Luego miró la pantalla: Yaegashi Rina. Ella no estaba en el CIC, por lo que no respondió.

Su teléfono siguió vibrando ruidosamente sobre su escritorio. Sonando... y sonando... y sonando. Pero Taichi no respondió. Estaba concentrado en su propio mundo en este momento; las conexiones externas eran sólo una distracción. Si se acercaba y apagaba su teléfono, podría aislarse por completo... y, sin embargo, el mundo exterior aún lo llamaba.

Pero no le importaba. Ya tenía suficiente en su plato. Podían acercarse a él todo lo que quisieran; no había nada que pudiera hacer por ellos... Ni siquiera su propia hermana menor...

Taichi respondió el teléfono. Luego, una fracción de segundo después, pensó: Espera, ¿qué demonios? ¿No decidí que no respondería?

— ¿T-Taichi? ¿Estás en casa?

—Oh, uh, sí. ¿Qué pasa? ¿Por qué recogió inconscientemente el teléfono?

—B-Bueno... estoy en la escuela ahora mismo, en tu escuela, quiero decir. Estoy en la preparatoria Yamaboshi.

—... ¿Por qué...?

— ¡Te lo explicaré todo más tarde! De todos modos, necesito que... ven a buscarme. Yo, eh... vi algo. Algo realmente aterrador. Tú... estabas...

Podía escuchar su voz temblando al otro lado de la línea.

— ¡¿Estás bien?! ¡¿Dónde estás específicamente?!

—La oficina de la enfermera... Oh, pero la mamá de Nagase-san está aquí conmigo, así que estoy bien.

Había al menos dos cosas en esa declaración que lo confundieron. — ¿Qué estás haciendo en la enfermería? — Mientras hablaba, tomó su billetera y su pase de tren.

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—Me sentí un poco mareada... ¡Ah, y otra cosa! ¿No es tu escuela un poco extraña? ¿Y espeluznante? Hay algo mal en este lugar, ¡lo sé! ¡Tengo miedo, Taichi!

Aún vestía su uniforme, así que lo único que necesitaba ponerse era un abrigo. Tenía lo mínimo que necesitaba. Hora de irse.

—Voy a buscarte. Espera ahí, ¿de acuerdo?

No tenía tiempo para otras personas... pero Rina era su hermana. Esta lógica irracional fue más que suficiente para empujarlo hacia adelante.

Como su hermano mayor, necesitaba ir a rescatarla.

■□■□■ De camino a Yamaboshi, se dio cuenta de la importancia de que Rina señalara el estado anormal de la escuela, por lo que envió un correo electrónico al resto del CIC para informarles lo que estaba pasando. En una posdata, mencionó que la madre de Nagase estaba allí (supuestamente) y unos minutos más tarde, recibió una llamada de la propia Nagase.

— ¡¿Mi mamá?! ¡Ugh, yo también voy! — Mientras tanto, Inaba respondió: Tengo curiosidad por ver qué tiene de «extraño» para estos terceros...

Ella no lo dijo abiertamente, pero sonaba como si ella misma los acompañaría.

Taichi se movió contra la corriente de personas, estudiantes y oficinistas por igual. Todos ellos simplemente estaban tratando de llegar a casa en una noche de invierno.

Cuando llegó a Yamaboshi, la escuela estaba a oscuras. No era irrazonable que algunos estudiantes estuvieran todavía en el campus a esta hora y, sin embargo, no podía ver ninguna luz encendida en ninguna de las ventanas. ¿Ya se habían ido los profesores?

Al principio pensó en revisar las aulas para ver si los estudiantes desaparecidos habían regresado, pero luego recordó que se suponía que debía concentrarse en sus propios problemas, así que se dirigió directamente a la oficina de la enfermera.

Cuando entró al edificio de la escuela, encontró que solo las luces de emergencia estaban encendidas. Pasó por los pasillos a oscuras, encendiendo las luces a medida que avanzaba. Por fin, la oficina de la enfermera estaba a la vista.

— ¡¿T-Taichi?!

La puerta se abrió y Rina salió corriendo al pasillo. Ella debió haberlo escuchado venir, porque su momento fue perfecto. Dicho esto, fue realmente surrealista encontrar a su hermana pequeña aquí de todos los lugares.

— ¿Qué demonios estás haciendo aquí, de todos modos? Y... ¿te sientes mejor? — Ella estaba llorando.

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— Taichi... ¡Taichi! — Sollozando, corrió por el pasillo hacia sus brazos.

—R-Reika-san... Ella estaba aquí... Dijo que se quedaría conmigo hasta que vinieras a buscarme... pero luego, hace un minuto, ella solo... ¡Se fue!

—Bueno, estoy seguro de que debe haber tenido sus razones, pero aun así... eso no fue muy amable de su parte.

—N-No, no fue su culpa... Estaba actuando un poco raro, — se atragantó Rina. — Y todos los profesores se fueron exactamente al mismo tiempo que ella... ¡Y yo estaba sola, y...! ¿Fue una coincidencia? ¿O fueron todos manipulados por algún poder mayor?

— ¿Entonces qué pasó? ¿Qué fue lo que te asustó? ¿Estás segura de que estás bien?

Rina era bastante madura para su edad, por lo que era raro verla tan alterada. No importaba cómo llegó aquí, por ahora, simplemente sostuvo su diminuto cuerpo en sus brazos y lo apretó con fuerza. ¿Qué había visto aquí en esta cáscara vacía de la preparatoria Yamaboshi?

De repente, hubo un fuerte golpe. Se volvió y miró en la dirección del sonido; pensó que podía sentir que alguien más venía por el pasillo, pero no podía ver a nadie.

—Oh, Taichi... ¡Has pasado por mucho! — Rina gimió en voz baja, su rostro enterrado en su pecho. — ¡Siento no haberme dado cuenta!

— ¿De qué estás hablando?

—Todo este tiempo... has estado luchando contra esa cosa, ¿no? Y no tenía ni idea todo el tiempo... ¡Lo siento mucho!

— ¿Peleando contra qué?

—Fue muy difícil para ti, ¿no? Debió serlo. Pasaste por todas esas cosas locas una y otra y otra vez... y todo lo que podías hacer era esperar...

Espera... Ella no sabe de «Fuusenkazura», ¿verdad...? No, no hay manera. Eso simplemente no es posible. ¿Quién podría habérselo dicho?

—Rina... ¿Sabes lo que ha estado pasando conmigo...?

— ¡No, en absoluto! ¡No tengo ni idea! — Rina gimió. Aparentemente, ella en realidad no sabía nada... y sin embargo, sus emociones estaban fuera de control.

—Mira, Rina... no sé qué te pasó, pero...

Ella levantó la cabeza para mirarlo, con la cara empapada de lágrimas.

— Todavía estás pasando por eso, ¿no?

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Todavía no entendía por qué estaba actuando de esa manera, pero al menos, entendía que estaba preocupada por él... y la amaba aún más por eso.

—Estoy bien, Rina. Tu hermano mayor está aquí mismo — la tranquilizó en voz baja, como invocando una canción de cuna para calmarla.

Es cierto que no estaba bien. Y es cierto que ya se había comprometido a no fingir lo contrario. Sin embargo, lo dijo de todos modos; después de todo, no era realmente una mentira. El trabajo de un hermano mayor era ser fuerte por su hermana menor.

Mientras ella continuaba sollozando incontrolablemente, él le acarició el cabello y esperó a que ella lo sacara todo de su sistema. Luego, gradualmente, recuperó la compostura.

— ¿Qué demonios...? ¿Porque estoy...?— murmuró, con los ojos muy abiertos, como si hubiera recobrado el sentido.

Luego, sus mejillas se enrojecieron. — ¡Gah! ¡Suéltame!

Por el tono de su voz, hizo que sonara como si su abrazo no fuera deseado.

—Rina, ¿estás segura de que estás bien? Te perdiste un poco allí.

— ¡¿D-De qué estás hablando?! ... ¡E-Estoy tan confundida como tú! Primero tomé el tren a Yamaboshi con Reika-san, luego hablamos con Gotou-sensei, luego decidimos echar un vistazo a las aulas, luego nos encontramos con Gotousensei de nuevo...

— ¿Eh? ¿Gossan? ¿Fue en realidad con Gotou Ryuuzen con quien hablaron, o... algo más?

—Al principio pensé que la escuela era extraña... pero luego me puse muy rara... y había tantas cosas nuevas pasando por mi cabeza... Cosas que no sabía antes...

Cosas locas que te sucedieron... y como fue muy difícil para ti, y... Espera, ¿de qué estoy hablando?

No lo sabía. Solo pudo hacer una suposición fundamentada. ¿Qué estaba haciendo ella en Yamaboshi, de todos modos? Todo lo que sabía era que sonaba como si hubiera tenido un encuentro con «Fuusenkazura» o uno de sus otros asociados.

—Sentí que debería hablar contigo... pero estoy tan confundida... De repente sentí la necesidad de revisar tu escuela... Entonces me encontré con Reika-san, y cuando llegamos aquí, me di cuenta de que algo andaba mal... Entonces casi me desmayo, así que vine a la oficina de la enfermera y te llamé... Pero entonces Reika-san y los otros adultos se pusieron raros...

Agarrando su cabeza, ella hizo una mueca.

—Estoy bien, Rina. No tienes que preocuparte por mí. Si algo---

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— ¡Vale! ¡Déjalo, de acuerdo!— ella se enfureció. — ¡No tienes que concentrarte en mí todo el tiempo! ¡Estoy harta de que nunca me hables de tus problemas! ¡Y nunca me hablas acerca de las cosas de la escuela!

Entonces su ira se apagó; evidentemente, todavía estaba luchando por procesar algunas cosas.

—Quiero decir... entiendo que probablemente no puedo hacer nada para ayudarte la mayor parte del tiempo, pero... es solo que... yo... uhhh...— Inclinó la cabeza, sus ojos se movieron rápida y furtivamente en todas direcciones.

— ¡Bueno, como sea! ¡Solo voy a decirlo! — Luego respiró hondo y continuó en voz baja: —Nunca te olvidaré, pase lo que pase.

Por extraño que parezca, eran las palabras exactas que más quería escuchar Taichi.

—Siempre estaré aquí para ti cuando me necesites. ¿Aquí en Yamaboshi, o...?

Ella lo miró directamente a los ojos. —Porque somos familia y nada puede cambiar eso.

Luego hubo una pausa cuando sus mejillas se sonrojaron.

—Dios, estoy diciendo lo obvio... ¡Gah, no! ¡Es aún más vergonzoso pensar que es obvio! Solo... no le digas a nadie que dije esto, ¿de acuerdo?

Gimiendo, bajó la cabeza.

—Por alguna razón, tengo la sensación de que... que tenías miedo de olvidar un montón de cosas... ¡Rrrrgh, estoy tan confundida!

—Nunca te olvidaré, pase lo que pase. Siempre estaré aquí para ti cuando me necesites. Porque somos familia y nada puede cambiar eso. ¿Cómo pudo ofrecerle de manera precisa exactamente lo que necesitaba escuchar? Estadísticamente era imposible. ¿Alguien la estaba haciendo decir eso? Quizás. Pero incluso así, ella todavía decía en serio cada palabra. Después de más de diez años de ser su hermano mayor, la conocía lo suficientemente bien como para poder decir eso.

Borrado de Registros borraría todo lo relacionado con el fenómeno. Como resultado, Taichi podía perder mucho y, para él, sentía que el mundo se estaba acabando.

Pero no iba a acabar.

Incluso si los recuerdos se borran y los eventos se deshacen, algunas cosas aún permanecerían. No lo perdería todo, porque algunas cosas nunca podrían borrarse. Cosas como los lazos familiares.

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Incluso si se distanciaran, se repudiaran formalmente, dejaran de estar en contacto durante décadas, cortaran todos los lazos y se olvidaran el uno del otro, seguirían llevando la misma sangre en sus venas para siempre.

Mientras la humanidad persistiera, mientras continuara el círculo de la vida, no importaba lo que les robaran, no importaba cuánto desgastaran sus vidas, mientras se tuvieran el uno al otro, siempre tendrían un lugar al que llamar hogar. Siempre.

— ¿Taichi? ¿Estás llorando?

Ante esto, Taichi volvió a sus sentidos. — ¿Qué? ¡Sí, claro!

Pero a decir verdad, esta fue la primera vez en varios días que se sintió realmente tranquilo. Había estado al límite constantemente, tratando de mantenerse en guardia en todo momento, como si el mundo entero estuviera tratando de atraparlo. Pero al final, siempre hubo un lugar donde podía descansar... justo a su lado todo el tiempo. La respuesta era tan obvia que no pudo pensar en ella.

Sin ese pequeño nido allí para mantenerlo a salvo y abrigado, nunca hubiera resistido contra los fenómenos tanto tiempo como lo hizo. Se habría derrumbado hace mucho, mucho tiempo.

Pero la suerte quiso que tuviera un hogar. Un lugar al que pertenecer. Gente digna de proteger, que lo protegería a él de la misma manera. Y eso era todo lo que necesitaba.

—Oh, Taichi, siempre estás mordiendo más de lo que puedes masticar, — suspiró Rina, dándole palmaditas en el estómago. —Trabajarías hasta los huesos si eso significara que pudieras ayudar a alguien.

—Me gustaría pensar que lo estoy haciendo mejor en estos días...

—No siempre es algo malo, — respondió. Empezaba a sonar menos como una hermana menor y más como una hermana mayor. —Pero tienes que mantenernos informados a mamá y a mí. No nos excluyas de tu vida, ¿de acuerdo? Somos tu familia.

Ahora estaba empezando a confiar demasiado en su suerte.

—No nos trates como a extraños, — insistió con firmeza, sinceridad, sin dejarle espacio para discutir.

Todo este tiempo, los había resentido por «agobiarlo» y «estorbar»... pero su sinceridad estaba comenzando a hacer que él quisiera repensar su actitud. Mientras ella cruzaba los brazos sobre su pecho con arrogancia, él extendió la mano y le revolvió el pelo.

— ¡Oye! ¡No arruines mi pelo! ¡Dios! ... De hecho, ahora que lo pienso...

— ¿Qué pasa?

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—Tus kouhais del club, Uwa-san y Enjouji-san... Me pidieron que te diera esto. — Mientras hablaba, metió la mano en el bolsillo. —Veamos... Espera, ¿dónde lo puse...? Oh, tal vez esté en mi mochila. ¡Entonces te lo daré más tarde!

—Sea lo que sea, por favor no lo pierdas, ¿de acuerdo? Podría ser importante.

— ¡Lo sé, lo sé!

Le sorprendió saber que se había encontrado con Chihiro y Enjouji. Evidentemente se habían quedado en Yamaboshi por alguna razón...

Pensándolo bien, conociéndolos, probablemente estaban buscando una solución para el Borrado de Registros.

Había mucha gente ahí afuera, haciendo todo lo posible, prestando su fuerza a la causa, y todos estaban conectados. Si en algún momento brotara una pequeña semilla de esperanza entre ellos, se pasaría a lo largo de la cadena hasta llegar a él. No todo estaba perdido.

Aunque tomó la decisión por voluntad propia, otros lo cuestionaron. Rechazado por las mismas personas a las que estaba tratando de ayudar. Interrogado sobre sus secretos. Acosado en su propia casa. Obstruido en cada paso del camino sin un estímulo como Rina.

Pensó que era impotente. No importa cuán profundamente le importara, la vida no era tan simple. El mundo estaba lleno de limitaciones, restringiendo cuántas cosas con las que maniobrar a la vez.

Pensó que era imposible. Pensó que no había forma de combatirlo, que nadie estaba de su lado... lo que significaba que, a veces, eran sus enemigos. Pero en otras ocasiones, también eran sus aliados.

El destino trajo a otras personas a su vida. A veces, las cosas no siempre salían según lo planeado. Pero fueron esos elementos restrictivos fuera de su control los que enriquecieron su vida de formas que nunca imaginó.

Cualquier cosa a su alcance era una conexión por derecho propio, entonces, ¿Esos lazos realmente lo encadenaban? ¿O eran las cadenas los lazos más fuertes de todos?

Con todos estos lazos sosteniéndolo... prestándole su poder... tal vez podría seguir luchando después de todo. Por fin, se sintió como si hubiera una luz en la oscuridad, iluminando el camino hacia adelante. Sólo un total pesimista se rendiría ahora.

—Está bien, Rina. Hora de ir a casa.

—Sí... Vámonos a casa, Taichi. +++ Si me hubieras dicho hace una hora que estaría viendo cómo se desarrollaba esto, me habría reído en tu cara.

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Cuando Taichi nos envió un correo electrónico para decirnos que su hermana estaba en Yamaboshi, mencionó que mi madre de todas las personas estaba con ella. Al principio me molestó que estuviera husmeando, pero luego me di cuenta de que fui yo quien la empujó hasta ese punto.

De cualquier manera, no podría pasarlo por alto. Por un lado, no quería que hablara con mis profesores sobre mí, pero sobre todo, no podía dejarla vagar por la escuela en su estado actual. Estaba aterrorizada pensando que podría verse atrapada en la pesadilla.

Me dije a mí misma que no tenía la capacidad mental para preocuparme por nadie más, pero mi mamá era una excepción. Al mismo tiempo, sin embargo, maldije mi aparente incapacidad para concentrarme completamente en el CIC. Me dije a mí misma que había llegado a un callejón sin salida. Que todo había terminado.

Y aun así...

—Espera, ¿qué diablos? ¡Chicos, vinieron aquí! — Le susurré por encima del hombro a Inaba Himeko, Kiriyama Yui y Aoki Yoshifumi. Todos volvieron a sus sentidos como si no estuvieran prestando atención, aparentemente todos estaban perdidos en sus pensamientos.

Los cuatro estábamos escondidos muy cerca, espiando a Yaegashi Taichi y su hermana menor Rina.

— ¡¿Vinieron aquí?! Entonces... ¿T-Tal vez deberíamos ir a saludar? — Sugirió Yui. — ¡No podemos simplemente salir y revelar que los estábamos espiando, idiota! ¡Sería extraño! — protestó Inaba. — ¡Y sería aún más extraño estar en medio de lo que sea que esté pasando con ellos!

—Por un lado, quiero preguntar qué quieres decir con «raro», pero por otro lado, creo que ya lo sé. No quiero ser parte de eso, — bromeó Aoki.

No es que nos propusiéramos espiar a los hermanos Yaegashi, eso sí. Cuando Taichi me envió ese correo electrónico sobre su hermana y mi mamá, entré en acción. Luego me reuní con Inaban, que quería escuchar lo que pensaban de la escuela en su estado actual. Y cuando les dejamos saber a Yui y Aoki lo que estábamos haciendo, se unieron a nosotros.

Luego, cuando Inaba le preguntó a Taichi dónde estaba, respondió que se dirigía a la oficina de la enfermera, así que hicimos lo mismo, y fue entonces cuando los cuatro casi entramos en este conmovedor momento hermano-hermana.

Después de tomar en consideración las opiniones de todos, ordené en voz baja: — ¡Entonces salgamos de aquí!

Al instante, los cuatro echamos a correr y salimos por la entrada principal. Simplemente podríamos haber corrido por el costado del edificio y

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esperar a que los Yaegashi se fueran, pero en lugar de eso nos dirigimos hacia las puertas de entrada.

— ¿Ahora qué? Conociendo a Taichi, probablemente querrá llevar a Rina-chan a casa, ¿verdad? — Yui preguntó con calma.

—No hay nada que podamos... hacer al respecto...— resopló Inaba, completamente sin aliento. —Todos tenemos... nuestro propio negocio que... atender, ¿verdad?

—Sí, — asentí. El momento hermano-hermana me había dado mucho en qué pensar, por decir lo menos. —Quiero ir a casa y asegurarme de que mi mamá esté bien. — Especialmente porque aparentemente la echaba de menos.

—Sí... debería irme a casa también, — reflexionó Aoki.

—Yo también, — dijo Yui. —Yo también, supongo, — dijo Inaba.

Cada uno de nosotros tenía una cuenta pendiente.

—Muy bien entonces... Vámonos a casa, — declaré.

—Bien.

—Si. — ¡Ok! +++ Cuando llegamos a casa, eran pasadas las 7pm.

De camino aquí con Rina, había tomado una decisión importante. Pero primero, había una conversación que necesitaba tener.

Estábamos en la sala de estar, el lugar donde había pasado gran parte de mi infancia.

—Sé que ambas han estado muy preocupados por mí últimamente, y lo siento. Las cosas se han puesto un poco complicadas, l— es expliqué a mi madre ya mi hermana desde el otro lado de la mesa.

— ¿Y ahora has arrastrado a Rina a eso?

— ¡N-No, mamá! ¡Decidí ir allí yo misma!

—Oho. ¿Así que eligió quedarse fuera después de su toque de queda?

— ¡Urk...!

Mamá estaba molesta con nosotros por no hacerle saber que llegaríamos tarde a casa. Por supuesto, era un comportamiento inaceptable para un adolescente, pero especialmente para un estudiante de sexto grado.

—De todos modos... ¿Es eso, o hay más?— ella me preguntó.

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Normalmente mantenía las cosas casuales y desenfadadas, pero hoy hablaba muy en serio. Incluso había dejado de cocinar para poder concentrarse en lo que tenía que decir. Dato curioso: esta noche comíamos curry y arroz.

—Bueno... ahora mismo, hay personas que todavía están enojadas. Yo incluido. — Ella asintió en silencio, animándome a continuar.

—Y quiero hacer algo para solucionarlo.

Pondría todo mi corazón y mi alma en esta decisión.

—Me pondrá en mucho peligro, pero es un riesgo que tendré que correr.

— ¡No tengo idea de lo que estés hablando! ¡Estás siendo muy vago! — Mamá respondió, golpeando la mesa. No podía negarlo, por supuesto.

Durante un largo rato, se quedó sentada en silencio, con los brazos cruzados.

—... Pero hay una razón por la que no puedes entrar en detalles, ¿verdad?

Ella me miró fijamente. No podía recordar la última vez que mantuvimos un contacto visual tan prolongado... No desde que me convertí en un adolescente, al menos.

—Si. — ¿Esto va a causar muchos problemas a otras personas?

—No... Pero estoy seguro de que ustedes se preocuparán por mí.

— ¿Costará dinero?

—No, no, nada de eso.

— ¿Es cuestionablemente ilegal?

—Va más allá de lo legal o ilegal, si eso tiene sentido....

El interrogatorio continuó una y otra vez. Pero en lugar de esquivar o rechazar sus preguntas, las respondí con sinceridad. Y mientras hablaba, me di cuenta de algo.

Había pensado en mi familia como cadenas que me pesaban, o incluso como enemigos potenciales. ¿Pero fue eso realmente su culpa? Si quería que estuvieran de mi lado, ¿No debí dejarles hacer el mínimo esfuerzo siquiera?

—Sigues hablando de «peligro» y «riesgo». ¿De qué tipo de riesgo estamos hablando?

—En pocas palabras, podríamos perder recuerdos que tienen un valor sentimental para nosotros.

—Hmm... Entonces estás tratando de defender algo, ¿es eso? ¿Qué, como un monumento escolar o algo así? ¿Tendrás que enfrentarte a estudiantes de otra escuela?

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—Este no es un manga de batalla, mamá...

—Sólo estoy bromeando.

No es el momento para bromas, pero está bien.

—Volverás a casa sano y salvo, ¿correcto?

—Lo intentaré.

—Y no vas a acobardarte a la mitad, ¿verdad?

—Estoy comprometido.

—Está bien entonces, adelante, — se encogió de hombros con una sonrisa, como si no fuera gran cosa. — Haz tu mejor esfuerzo. Mientras estés comprometido con tu causa, eso es todo lo que me importa.

No será una nerd, pero... Joder, mi madre es badass14. Espero ser así de genial con mis propios hijos algún día.

—En cuanto a tu padre... supongo que le daré un resumen básico, — reflexionó mientras se ponía de pie y regresaba a la cocina.

— ¿En verdad?

— ¿Qué, tienes más tiempo para matar? ¿Quieres ayudarme con la cena?

Ella era invencible. Siempre lo había sido, y conociéndola, probablemente siempre lo sería.

Una vez más, sentí una mano invisible envolviéndome... protegiéndome. Esta era mi conexión humana más importante y mi mayor fuente de fortaleza.

—Lo siento, no puedo. Tengo que irme. — Y con eso, me levanté de mi silla.

— ¡Ve por ellos, tigre!— respondió ella como una especie de entrenador de béisbol.

Probablemente me estaba quedando corto de tiempo, así que me apresuré a salir de la sala de estar al pasillo.

— ¡T-Taichi!— llamó Rina, rompiendo su silencio por fin. — ¿Te vas? No sé por qué, pero se siente como... como si fueras a un lugar muy lejano... Estarás bien, ¿verdad? ¿Volverás a casa sano y salvo?

Su tono era ansioso, y me sentí culpable por asustarla de manera continua.

—Está bien. Estaré en casa antes de que te des cuenta.

Esta era una promesa por la que tendría que trabajar duro para cumplir. Ella era mi preciosa hermanita, después de todo. Además... A Rina le gustaba cobrar intereses.

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—... ¡Voy a obligarte a eso!

— Nos vemos más tarde.

Y así salí de casa una vez más.

— ¡Buena suerte! ¡Ven a casa pronto! — insistió dulcemente. Ahora realmente tendría que apresurarme a casa.

— ¡Taichi!— mi madre llamó desde la cocina.

Volteé, esperando algunas palabras de aliento... pero lo que dijo a continuación fue mil veces más motivador que cualquier cliché.

— ¿Quieres que te guarde un poco de curry?

— ¡Sí por favor!

■□■□■ Tarde esa noche, Taichi regresó a la preparatoria Yamaboshi. Era su hogar lejos de casa... y fue el lugar donde comenzó su historia.

Uno pensaría que seguramente el lugar estaría cerrado a esta hora, y sin embargo, prácticamente entró como un vals. El lugar estaba desierto y todas las luces estaban apagadas... pero la escuela se sentía espeluznante por razones más que puramente mundanas.

Asimismo, el edificio principal tampoco estaba cerrado. ¿Se olvidó el conserje o...?

Para que no se volviera imprudente, se recordó a sí mismo la posibilidad de que alguien o algo, estuviera aquí con él. Mirándolo.

Para estar seguro, hizo un barrido completo de las aulas de primer y segundo año. Una pequeña parte de él esperaba que la situación se resolviera mágicamente, pero, por desgracia, esa esperanza se esfumó sumariamente. Las habitaciones todavía estaban llenas de mochilas y otras pertenencias olvidadas, como si los seres humanos que poseían esos artículos hubieran sido arrebatados sin previo aviso. Seguramente alguien tenía que estar asustado por su ausencia ahora, ¿verdad?

Dicho esto, ahora sabía que no todos fueron llevados a la Zona de Aislamiento; había descubierto esto cuando se encontró con un amigo de camino a la escuela.

Dado que técnicamente estaba entrando ilegalmente y no quería que lo atraparan, no encendió ninguna de las luces. En cambio, solo podía confiar en cualquier luz perdida que brillara a través de las ventanas mientras deambulaba sin rumbo por el edificio.

No tenía ningún destino definido en mente, pero él tenía un objetivo. Después de todo, sabía que mientras merodeara por aquí, eventualmente encontraría...

—... ciertamente no anticipé este desarrollo de trama...

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No le sorprendió esto, por supuesto. En todo caso, lo había visto venir a una milla de distancia.

El cuerpo lento y sin vida de Gotou Ryuuzen estaba al final del pasillo, poseído por una entidad conocida sólo como «Fuusenkazura». Bajo la luz de la luna, su rostro prestado parecía mortalmente pálido.

Taichi se detuvo lentamente frente a él. Ahora estaban cara a cara, y nadie estaba aquí para interrumpir su enfrentamiento.

— ¿Por qué estás aquí, Yaegashi-san...?

—Decidí que no puedo elegir mi propia seguridad sobre la de ellos. Simplemente no puedo.

—Parece que has tenido un cambio de opinión bastante abrupto... ¿Qué provocó esto...?

—Mi hermana me abrió los ojos a lo que realmente importa.

—Ah, sí, tu hermana... no le causé daño, ¿verdad...?

— ¿Qué hiciste con ella, bastardo? ¿Estabas tratando de manipularla?

—No, no... Solo traté de darle un poquito de información, eso es todo... Aunque parece que fue demasiado para ella, ya que «El Segundo» había poseído su cuerpo en el pasado... puedo asegurar, no estaba tratando de «manipularla»... ni nada por el estilo...

Ya que era un poco tarde en el juego para que Fuusenkazura comenzara a mentir, Taichi decidió creer en su palabra.

—Está bien, sé honesto conmigo. ¿Realmente vamos a perder la memoria de los fenómenos? — preguntó, solo para estar seguro.

— ¿Cuántas veces debes preguntarme esto...? La respuesta es sí...

—Parece que están creando más trabajo para ustedes al borrarlos, eso es todo. ¿No es una molestia hacer que los recuerdos de todos sean consistentes después del hecho? Quiero decir, básicamente estás reescribiendo el mundo.

—Pareces interpretar esto como una... empresa hercúlea, pero me temo que estás equivocado... Piénsalo... A escala global, tus recuerdos son puramente intrascendentes... Su ausencia no afectará mucho, en su mayoría...

—Sobre eso, en realidad...

Para él, la pérdida de sus recuerdos era un golpe crítico, pero para el resto del mundo, claro, básicamente no era nada. Para el resto del mundo, una sola persona era insignificante, y una fracción de los recuerdos de esa persona aún más. Pero estas cosas estaban conectadas desde todo tipo de ángulos.

Encadenados el uno al otro. Manteniéndolo todo junto.

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—Esos eventos «intrascendentes» forman la base sobre la que se construye este mundo.

Mirándolo de esa manera, los recuerdos de una sola persona eran de hecho vitales. El mundo simplemente no existiría sin las innumerables partes móviles que se unieron para crearlo.

—Entonces, a su vez, proteger esos pequeños detalles en realidad significa proteger al mundo entero.

La lucha por defender una pequeña pieza seguía siendo una lucha por defender todo.

—Y cuando te piden que protejas al mundo entero, ¿quién podría decir que no?

Algo en su tono de despreocupación le recordó a Inaba, y se rio entre dientes. No estaba tratando de imitarla, por supuesto; él era su propia persona. Pero después de todo el tiempo que habían pasado juntos, se habían influido mutuamente de formas inconmensurables.

—Esa es una forma interesante de verlo... Si eso es lo que te motiva a proteger tus recuerdos, que así sea... Sin embargo... ¿Qué planeas hacer con los demás...?

— ¿No es obvio?

Si no fuera así, simplemente lo haría obvio.

—También los voy a proteger.

—Pero sus recuerdos no tienen nada que ver contigo... Oh, lo entiendo... ¿Es este tu lado mártir en juego...? ¿Tu tendencia al autosacrificio...?

Hubo momentos en que los poderes sobrehumanos de percepción de «Fuusenkazura» hacían que pareciera que podía leer la mente, y sin embargo, no parecía entender la primera cosa sobre la forma en que funcionaba su mente.

O «Fuusenkazura» no tenía ni idea, o Taichi de alguna manera había superado el alcance de su comprensión.

—No. No se trata solo de mí. Esto se trata de algo más que eso.

No era la única persona en la Tierra a la que le importaba conservar sus recuerdos. Todos se sentían así; era la naturaleza humana. Y si no quería que le pasara a él, ¿podría realmente vivir sabiendo que dejaría que le pasara a otras personas? Sinceramente lo dudaba.

En cierto modo, esto era solo sentido común ordinario, pero ahora había comprendido por completo su significado.

—Ya terminé de ponerme en un pedestal.

No más trazar líneas en la arena y pretender que el otro lado era ficción. Era hora de mirar al resto del mundo como parte del suyo.

—Entonces, en otras palabras... su pelea ahora es tu pelea...

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—Exactamente. El mundo es más que solo las cosas que personalmente veo y escucho a diario. Demonios, hay cosas que nunca sabré mientras viva... pero aún importan.

El mundo no dejaría de existir fuera de su propio ámbito. Había mucho más ahí fuera, y al final, todo estaba ligado a él.

A decir verdad, probablemente no habría llegado a esta conclusión si no se hubiera detenido a restablecer sus vínculos con las personas más cercanas a él. Él estaba conectado con ellos, y ellos a su vez estaban conectados con otras personas, que estaban conectadas con otras personas, y así sucesivamente. En ese sentido, estaba conectado con el mundo entero.

Mirándolo de esa manera, finalmente se sintió real para él. Después de todo, había tantos grados de separación entre él y el resto del planeta.

—Y si es mi mundo, entonces necesito hacer algo al respecto, ¿no crees?

—Me parece que simplemente te has... engañado a ti mismo haciéndote sentir de esa manera...

No podía discutir con eso. No había ninguna necesidad absoluta de que él interviniera y soportara el peso de los problemas de otras personas...

—Pero nací en este mundo, así que no puede hacer daño preocuparme por él, ¿verdad?— Después de todo, la vida tenía mucho más que ofrecer cuando la veías de esa manera.

—Bueno... sí, supongo... Entonces, ¿cuál es tu punto...?

«Fuusenkazura» quería ir al grano. Y como Taichi quería salvar el mundo...

—Ponme en la Zona de Aislamiento.

Aquí era donde comenzaría su heroico viaje.

—... ¿Qué planeas hacer allí?

—Dijiste que podríamos ayudarlos desde adentro, ¿verdad? Así que tomaré el manto para protegerlos. Mira a dónde me lleva eso.

—No puedo garantizar que tendrás éxito... Es muy posible que fracases...

—Supongo que lo averiguaremos una vez que llegue allí, ¿no es así?

Desde el exterior, no había forma de saber qué estaba pasando ni qué resolvería la situación. Pero desde dentro, seguramente había algo que pudiera hacer para ayudar. ¿Era imprudente? Absolutamente. ¿Se estaba extendiendo demasiado para acariciar su propio ego? Indiscutiblemente. Pero tal vez había algunas cosas que solo estarían a tu alcance a menos de que te pusieras de puntillas y hagas el tonto.

Si quería lograr algo más allá de su propio poder, entonces tendría que esforzarse más allá de sus límites actuales. De lo contrario, nunca podría expandirlos. No puedes saberlo a menos que lo intentes.

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—Pase lo que pase en el mundo en este momento, voy a luchar... por ellos y por mí.

Pero no podía lograrlo por sí solo. Después de todo, ninguna cantidad de esperanzas u oraciones lo llevarían a la Zona de Aislamiento. Por eso había decidido convertir a un enemigo en amigo. — ¿Y qué te parece? ¿Qué dices si bajamos a la pandilla de «El Tercero»?

Su mayor enemigo se convertiría en su aliado más fuerte.

—Sería mucho más entretenido que dejar que te superen, ¿no crees?— presionó.

«Fuusenkazura» se congeló perfectamente; su expresión parecía llevar el más mínimo indicio de incredulidad.

Demonios, incluso Taichi no podía creer lo que estaba diciendo.

Pasó un momento de silencio, y luego «Fuusenkazura» respondió por fin: —Quizás es hora de que acepte las consecuencias... y me arriesgué...

No podía leer las emociones detrás de esa declaración, si es que había alguna. Pero por extraño que parezca, sintió una extraña sensación de camaradería, es decir, entre los dos.

Había fuerza en los números, siempre que no se atacara a ciegas. Había aprendido esa lección antes. La valentía y la imprudencia eran dos cosas muy diferentes; necesitaba ser responsable y comunicarse con el resto de su equipo.

Así que sacó su teléfono celular y comenzó a escribir un correo electrónico al resto del CIC... +++ En mi bandeja de entrada había un correo electrónico de mi novio. Era bastante extenso, lleno de sus pensamientos, planes y decisiones. Cosas fascinantes, de verdad --- siempre era un alboroto. Fácilmente el hombre más impresionante que he conocido. Por supuesto, de otra manera no me habría enamorado de él.

En esta ocasión, la crisis no solo nos afectaba a nosotros, sino a otras personas, y además a gran escala. Este nivel de peligro no tenía precedentes y, por lo tanto, se nos pidió que pensáramos con más cuidado que nunca.

Así que eso es exactamente lo que hicimos: nos rompimos la cabeza una y otra vez. Y al final, llegamos a la conclusión de que o necesitábamos centrarnos por completo en el Borrado de Registros que nos amenazaba, o necesitábamos proteger los recuerdos de todos, no solo los nuestros. Pero reconsiderando el riesgo y el beneficio, era imposible decir cuál era el curso de acción «correcto».

Patético, ¿no? Toda esa lluvia de ideas, y todavía no pudimos comprometernos completamente con uno u otro.

Pero bueno, tal vez no siempre haya una opción «mejor».

Así que decidí que lo que quiero es llegar hasta el final con Taichi a mi lado.

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En su correo electrónico, no nos pidió que nos uniéramos a él o que peleáramos con él. Simplemente dejó en claro sus propias intenciones. E iba a seguir mi corazón también.

Me puse mi abrigo de invierno y salí de mi habitación.

Este lugar era mi hogar y, como tal, quería ser franco con mis padres y decirles que me iba. En las escaleras, sin embargo, me encontré con mi hermano mayor, que regresaba de la universidad.

— ¿Que? Espera un minuto, Himeko. ¿A dónde vas tan tarde en la noche? ¿Vas a salir con tu novio?

Ahora que lo pensaba, incluso este idiota sin cerebro parecía preocuparse sinceramente por mi bienestar.

— ¿Cómo te sentirías si desapareciera? ¿Si dejo de ser yo misma?

—No sé... ¿Probablemente empiece a llorar incontrolablemente?

—Grosero.

—Bueno, ¿qué querías que dijera, entonces?

Pasé junto a él por las escaleras. Para ser justos, sin embargo, por muy molesto que pudiera ser, probablemente lloraría si él también desapareciera. Después de todo, él era de la familia.

Me volví en su dirección. —Oh, sí, eso me recuerda.

— ¿Hmm? —No me voy a casar por un tiempo todavía, pero cuando llegue el momento, me aseguraré de invitarte. No te preocupes.

—...... ¿Qué? ¡E-Espera, espera, espera! ¿Están tú y tu novio en esa etapa? No me digas que tienes un bollo en el horno --- ¡Himeko! ¡Espera! ¡Tenemos que hablar de esto! +++ Desafortunadamente, mis padres aún no estaban en casa, así que tuve que conformarme con mi hermana mayor.

— Tengo que irme. Voy a luchar para proteger a todos.

Ella me miró desde debajo de la mesa kotatsu.

— ¿De qué estás hablando? ¿Eres una especie de chuuni ahora?

— ¿Qué? ¡No! ¡Lo digo en serio!

— ¡Espera, lo recuerdo! ¿Es esto lo que mencionaste? ¿Acerca de «tener el destino de todos en tus manos»? Dios, eres un chuuni.

— ¡Ugh, olvídalo!

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— ¡Esta bien, perdón! ¡Me retracto! De todos modos, ¿Cómo estabas diciendo? ¿De dónde vino esto de repente?

— Si te lo digo, ¿te vas a burlar de mí?

— ¡Yo dije que lo sentía! ¡Vamos! Soy todo oídos.

Salió arrastrándose de debajo del kotatsu y se sentó con la espalda recta, pero esto solo me hizo más difícil explicarlo. Era tan vergonzoso decirlo en voz alta.

—Básicamente, eh... he querido hacer esto durante mucho tiempo, pero... sentí que no estaba bien de mi parte simplemente «improvisar» como lo hago normalmente, ¿sabes? Así que durante un tiempo no estuve muy seguro de qué hacer.

Este fue lo más honesto que he sido con mi familia en... un largo tiempo, en realidad.

—Pero ahora he tomado una decisión. Lo pensé mucho y luego recibí un correo electrónico de uno de mis amigos, y ahora estoy convencido. No importa el peligro, tengo que luchar.

Una parte de mí sentía que tal vez no debería haber dicho la palabra «peligro», ya que simplemente la asustaría más. Además, ella podría decirme que no —Muy bien entonces, rómpete una pierna. Te estoy apoyando, — respondió ella, su tono casual, pero aún directo. —... ¿Eh? ¿Por qué esa mirada?

—Quiero decir... no esperaba que hicieras el sordo con esto...

— ¿Por qué no? Lo pensaste mucho y tomaste tu propia decisión. Eso es lo que más importa, — explicó, y me di cuenta de que estaba a punto de lanzar otra de sus largas diatribas. —De todos los miembros de esta familia, siempre has sido el más flexible, Yoshifumi. Incluso cuando no te sales con la tuya, casi nunca te quejas. Por un lado, es uno de tus mejores rasgos, pero por otro lado, a veces me preocupa un poco. Como si tal vez fueras demasiado considerado, ¿sabes? ¡Vaya! No tenía la menor idea de que ella me veía de esa manera.

—Pero ahora estás haciendo demandas estúpidas y egoístas por una vez, y me alegro de verlo. Al crecer en la pobreza, siempre tuvimos que ir fuera... pero ahora que eres casi un adulto, quiero que persigas tus sueños, ya sea la universidad o una carrera. Y espero que compartas esas opciones conmigo... y mamá y papá también, por supuesto. Espera, ¿me estoy desviando? Toda esta conversación es un poco tonta, ¿no?

Su cara estaba sonrojada, y esta vez no era por el alcohol.

—Awww, hermana... estoy un poco conmovido...

— ¡Muy bien entonces! Ya ha tomado una decisión, ¡ahora sal y hazme sentir orgullosa! ¡Ah, y no regreses a casa con las manos vacías como lo hiciste cuando hiciste el viaje a la Prefectura M! ¡Quiero un poco de cerveza local!

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— ¡No le van a vender cerveza a un adolescente! +++ Misaki había perdido sus recuerdos; el resto del equipo de atletismo había perdido a una amiga. No podía permitirme que eso le sucediera a nadie más. Además, quería intentar que Misaki volviera a la normalidad de alguna manera... y tal vez la Zona de Aislamiento tenía la clave.

Si no arriesgas nada, no ganarás nada. Incluso si hubiera un 99 por ciento de posibilidades de perder, todavía quería estar a la altura del desafío. Pero significaría arriesgarme... y honestamente, estaba un poco asustada. Eso, y no estaba segura de sí mi mamá me lo permitiría.

Pero no podía simplemente sentarme y no hacer nada. No después de ver a Taichi abrirse con su hermana.

En lugar de evitar el conflicto, necesitaba ser honesta con mi familia por una vez.

—Mamá... Anzu... hay un lugar donde necesito estar. Quiero defenderme. — En la sala de estar, les dije exactamente lo que quería hacer.

—No puedo entrar en demasiados detalles, y hay cierto peligro involucrado... pero aun así quiero intentarlo.

— ¿Qué diablos estás ---? Está bien, dejaré eso a un lado. ¿Por qué sientes la necesidad de hacer esto, Yui? — preguntó mi mamá, luciendo desacorde y llorosa.

—No lo necesito, quiero. Porque si no lo hago, otras personas sufrirán.

— ¿No es eso su problema?

—... Soy la única que... Bueno, está bien, tal vez alguien más podría hacerlo en mi lugar, pero...

—Bueno, entonces, no es necesario que lo manejes.

— ¡¿Por qué no?!

—Porque yo lo prohíbo.

Mi madre era una mujer obstinada. Estuve tentada de preguntarle por qué lo prohibía, pero si la respuesta fuera «Porque he estado muy preocupada por ti», realmente no tendría un contraargumento. Al final de todo, esto era mi culpa.

— ¡Vamos, por favor...!

No pude pensar en nada más que decir. ¿Debería ignorarla e irme de todos modos? No podía hacer eso. Conociéndome, no podría luchar con todo mi poder con eso en mi conciencia.

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—... N-No sé de qué se trata todo esto, pero... ¡creo que sería genial verte en acción!— Anzu dijo nerviosamente. Claramente, la tensión en la habitación la estaba inquietando.

— ¿Quieres ver...?

— ¡Duh! ¡Eres realmente ruda cuando peleas!

Ella podría ser un poco tonta, así que no estaba segura de cuánto pensaba realmente en esto... pero sabía que sus sentimientos eran sinceros y que su corazón estaba en el lugar correcto.

— Además, mamá... ¿no dijiste que estabas feliz de ver a Yui poniendo tanto esfuerzo en el karate y sus estudios y todo eso?— Anzu presionó, ahora que tenía algo de viento en sus velas.

— ¿Anzu? ¿A dónde vas con esto?

— ¡Piénsalo! ¡Yui es una prodigio del karate! ¡Estoy segura de que hay algunas peleas que solo ella puede ganar! — Estaba siendo completamente irrazonable y, sin embargo, mi hermana menor me estaba defendiendo de todos modos.

A veces realmente se siente como si tú fueras la hermana mayor aquí, ¿sabías?

—Mamá... quiero hacer esto, — le dije honestamente... y de repente, sentí como si me hubieran transportado al pasado.

Hubo un largo, largo silencio... y luego mi madre dejó escapar un suspiro.

—Esto es lo mismo que me dijiste hace varios años cuando quería que dejaras de hacer karate, ¿No es así?

Correcto. Podía recordar vagamente ese momento, pero se sentía como si hubiera pasado una eternidad.

—En este punto, creo que no hay nada que te detenga.

— ¡¿Quieres decir...?!

—Solo prométeme que no te lastimarás, ¿de acuerdo? Prométemelo.

—Lo prometo. ¡Gracias, mamá!

Gracias por tolerar siempre mis tonterías. Y gracias también, Anzu. Y... gracias yo del pasado. Sin ti, no creo que hubiera llegado a ello.

—Pero si vas a esforzarte, espero que aguantes hasta el final.

Me pareció recordar que ella también me dijo lo mismo en ese entonces. ¿Ella recordaba eso? Si, probablemente. Conociéndola, no había olvidado ni un solo momento de nuestras vidas juntas.

— ¡Estoy tan feliz por ti, Yui! No tengo ni idea de lo que está pasando, ¡pero siempre seré tu fan número uno!

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Estas palabras de aliento un tanto tontas me recordaron por qué fui capaz de dedicarme al kárate todos esos años, porque mis amigos y mi familia siempre me apoyaron. No importa el torneo, no importa lo nerviosa que estuviera, siempre estaban ahí para darme el empujón que necesitaba... y esa era mi mayor fuente de fuerza.

Si escuchaba con atención, podía escuchar esas voces del pasado, resonando en mi corazón. Y mientras pudiera oírlas, podría seguir adelante. Podría seguir luchando.

Fortalecida por el verdadero espíritu de coraje, me puse de pie. +++ Cuando llegué a casa, pude oler el aroma dulce y salado de la salsa de soja. Mi madre no era una cocinera especialmente buena, pero aparentemente estaba dando lo mejor de sí esta noche.

— ¿M-Mamá? Solo estoy comprobando, pero... ¿fuiste a Yamaboshi hoy?

—Oh, ¿cómo lo supiste? Me encontré con la hermana pequeña de Yaegashi-kun y fuimos juntas. Oh, sí, y luego hablé con Gotou-sensei. Es un buen maestro, ¿Verdad? Me dio muchos buenos consejos.

Su tono era inusualmente alegre. — ¿Pasó algo extraño?

—Realmente no. Después de que salimos de la sala de profesores, decidimos echar un vistazo a las aulas y luego nos encontramos con Uwa-kun y Enjoujisan. Entonces Rina-chan no se sentía muy bien, así que... Espera, ¿qué? — El color desapareció de su rostro. —Según recuerdo, parecía bastante anémica, así que la llevé a la enfermería... ¿Por qué demonios la dejé allí...? Sentí como... como si escuchara una [voz] repentina que me decía que tenía que irme a casa...

—No te preocupes, mamá. Rina-chan está a salvo ahora.

— ¿En verdad? Eso es bueno. Me alegra oír eso. — Ella pareció sinceramente aliviada.

Por lo que podía decir, sonaba como si la hubieran hipnotizado brevemente para que se fuera a casa. Afortunadamente, no pareció tener ningún otro efecto en ella.

Se volvió en dirección a la cocina.

—Así que, eh… — la llamé, pero no pude encontrar las palabras para terminar mi oración.

Claro, me preocupaba por el resto de la gente de este planeta, pero no podía fingir que los amaba tanto como amaba a mi madre. Una cosa sería si pudiera decir con certeza que volvería a casa de nuevo, pero... en la remota posibilidad de que no lo hiciera... ¿podría realmente dejarla?

En ese momento, dejó de hacer lo que estaba haciendo y se volvió hacia mí.

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—Iori, si algo está pasando, quiero que me lo digas. Se honesta conmigo acerca de tus planes. No tienes nada que temer --- siempre estoy de tu lado.

Su sincronización fue misteriosamente perfecta. ¿Estaba tratando de ser más comprensiva que en el pasado? ¿O le pasó algo en Yamaboshi que provocó esto? De cualquier manera, fue un milagro que ella supiera de alguna manera exactamente lo que necesitaba escuchar en este preciso momento. Un regalo de madre a hija.

—Creo en ti, Iori.

La confianza de una madre.

—Además, ya te hice una promesa. Prometí que trabajaría duro para darte el tipo de vida que deseas.

Recordé esa promesa. Tuvo lugar durante mi último año de secundaria, en la primavera, cuando falleció mi quinto padre. Muchas lágrimas se derramaron.

Mirando hacia atrás, ese fue el momento en que realmente comenzó la historia de autodescubrimiento de Nagase Iori. ¿Fue culpa suya que perdiera de vista quién era yo? De ninguna manera. En todo caso, fue todo lo contrario: me ayudó a encontrarme de nuevo.

—Mamá, yo... te agradezco que hagas la cena y todo, pero... tengo un lugar donde necesito estar, — le expliqué, mis labios temblaban.

—No hay problema. Te pondré las sobras en el refrigerador.

Por la forma en que hablaba, parecía que ya sabía exactamente lo que estaba pasando. ¿«Fuusenkazura» hizo algo...? No, no era eso. Ella era solo... mi madre. Y las mamás siempre saben lo que es mejor.

—Sigue tu corazón, Iori.

Ella fue quien me crió. Ella fue la que me llevó tan lejos. Sin ella, no habría corazón el cual seguir.

—Estaré en casa pronto, — respondí, mi corazón se llenó de mil emociones.

Ella me miró y su sonrisa amorosa era más hermosa que cualquier otra.

—Estaré aquí cuando regreses.

Esas eran las palabras mágicas que ponían el viento bajo nuestras alas y nos ayudaban a dejar el nido. Era una promesa tácita de regresar, y la historia permanecería inconclusa hasta que lo hiciéramos.

Habíamos luchado durante años de incertidumbre y duda para encontrarnos a nosotros mismos, y ahora era el momento de embarcarnos en un viaje de nuestra propia creación. Luego, cuando por fin encontráramos el camino de regreso, escribiríamos la página final con las palabras: «Estoy en casa»

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Capítulo 10: Salida Yaegashi Taichi.

Nagase Iori.

Inaba Himeko.

Kiriyama Yui. Aoki Yoshifumi.

Los cinco miembros de segundo año del Club de Investigación Cultural se reunieron en la entrada del primer piso del edificio de la escuela Yamaboshi. Con ellos estaba «Fuusenkazura», pilotando el cuerpo de Gotou Ryuuzen.

Durante el último año y medio, «Fuusenkazura» fue una entidad de la que parecían no poder escapar... pero esta vez, las cosas eran diferentes. En lugar de luchar entre ellos, lucharían juntos.

—Bueno, entonces, me alegra que hayas decidido unirte a nosotros. Pero te voy a preguntar una última vez, «Fuusenkazura»: ¿Estás seguro de que no estás mintiendo? No has omitido ningún detalle inconveniente, ¿Verdad? —preguntó Inaba.

—No... Esta vez, he sido casi completamente honesto, — respondió «Fuusenkazura» con letargo.

— ¿Casi...?— Kiriyama repitió en voz baja, haciendo pucheros con los labios.

—Está bien, déjame preguntarte esto: ¿Por qué tú y los de tu clase se molestan en hacer todo este lío? Si eres tan todopoderoso, seguramente debe haber un método más lógico, ¿verdad?

Esto era algo que Taichi también se había preguntado. En cuanto a los experimentos, había demasiadas variables; «Fuusenkazura» siempre parecía dejar las cosas al azar.

—Bueno... esa falta de lógica es... en realidad preferible...

— ¿Cómo así?— Preguntó Aoki.

—Porque... los humanos son criaturas irracionales... Se podría argumentar que... eso es lo que te hace humano... y deseamos tanto ser humanos.

Las palabras enviaron una onda de choque a través del CIC. Todos se congelaron; Taichi apenas podía respirar.

Este era el «Fuusenkazura» más abierto y honesto que jamás había estado con ellos. De la nada, escucharon pasos fuertes en su dirección.

— ¡¿Ves?! ¡Te dije que estarían aquí!

Era Enjouji Shino, uno de los dos de primer año en el CIC. Y en cuanto al otro…

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— ¡Sí, sí, te escuché! ¡Ahora déjame ir!

Un Uwa Chihiro muy molesto tiró su mano fuera de su agarre.

—Espera, ¿qué demonios... qué están haciendo aquí?— Preguntó Nagase, sorprendida.

—B-Bueno, deben estar reunidos por alguna razón, ¿verdad? ¡No puedo creer que nos iban a dejar atrás! Nosotros... nosotros también estamos en este club, ¿Saben? — Enjouji gritó, su rostro sonrojado, y estaba claro que estaba desesperada por comunicarse con ellos.

— ¿Pero cómo supiste dónde encontrarnos?— preguntó Taichi. Seguramente el momento era demasiado perfecto para ser una coincidencia.

—Bueno, recibimos una llamada de la hermana de Taichi-san y la madre de Nagase-san, — explicó Chihiro.

— ¿En serio? ¿Cómo mi hermana tiene tu número...? — gimió Taichi.

— ¡¿Qué diablos te dijo ella?!— gritó Nagase.

—Que te habías ido de la casa, y que si supiéramos a dónde ibas, qué pudiéramos cuidar de ti. Ese tipo de cosas, — aclaró Chihiro.

—Ah, vale. Así que no está tratando de perseguirme... —Nagase dejó escapar un suspiro de alivio.

—Y si tuviéramos que adivinar a dónde te dirigirías, nuestro primer pensamiento fue el salón del club...

— ¡A-Así que aquí estamos!— intervino Enjouji.

—Vaya... Qué entretenido...

—Espera... ¿Eh...? ¡¿HUHWHAAAA?! ¿«FUUSENKAZURA»?

—Te tomó bastante, — replicó Chihiro. Aparentemente, Enjouji honestamente no se había dado cuenta de que estaba allí.

— ¡¿ Qu...Qu- Qué hacemos...?! ¡¿Cómo estás tan tranquilo con esto, Chihirokun?!

—No sé. Ya lo superé un poco en este punto.

—Basta de charla. Tenemos que poner esto en marcha, — ordenó Inaba, y los dos de primer año guardaron silencio de inmediato. —En pocas palabras, estamos a punto de dirigirnos al campo de batalla, y... estimamos que será bastante peligroso. Más peligroso que cualquier cosa que hayamos enfrentado. — Enjouji y Chihiro tragaron saliva.

—Así que no voy a andar con rodeos: Váyanse a casa.

Y sin embargo, a pesar de su tono severo, debió saber cómo responderían: — ¡N-No!

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—No se puede.

— ¿Por qué no?— Preguntó Inaba, probándolos.

—Si... si no vas a casa, ¡nosotros tampoco!— Enjouji gritó.

—Además, si conoces los riesgos y eliges hacerlo de todos modos, entonces debe ser importante, — agregó Chihiro con calma.

—Hemos visto cuánto están sufriendo nuestros amigos con la Liberación... ¡y cuánto están sufriendo ustedes también!

—Entonces, si hay algo que podamos hacer para contribuir, cuenten con nosotros.

Eran los protagonistas de sus propias vidas y habían llegado a esta conclusión por su propia voluntad. Sus mentes estaban decididas.

Inaba todavía parecía reacia. —Pero como no sabemos qué pasará allí... idealmente alguien debería quedarse atrás...

— ¿Por qué no se quedan atrás?— Sugirió Taichi.

—Si yo tuviera que permanecer así, estaría muy preocupado por el resto de ustedes.

—Bueno, entonces, ahí lo tienes.

— ¡Ugh! ¡Bien! ¡Como sea!

Dicho esto, no podrían arrastrar a los de primer año a la Zona de Aislamiento totalmente a ciegas, por lo que dieron una descripción general rápida de la situación en cuestión.

—Esto es ridículo...

—No puedes hablar en serio, ¿verdad...?

Pero aunque estuvieron brevemente tentados a evitar enfrentarse a la realidad, los dos de primer año finalmente insistieron en acompañarlos.

—Bien entonces. ¿Estamos listos?— Preguntó Inaba.

— ¡Vamos! —dijo Nagase.

— Sí, — dijo Kiriyama.

— ¡Hagámoslo!— dijo Aoki.

— ¡De acuerdo!— dijo Enjouji.

—Listo, — dijo Chihiro.

Por último, Taichi se volvió hacia la entidad sobrenatural que estaba con ellos. —Contamos contigo, «Fuusenkazura».

—Bueno, entonces, vayamos... Para que sepas, puse mucho esfuerzo en configurar esto...

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Y se fueron a la Zona de Aislamiento. +++ En la mesa, mamá y yo terminamos nuestra cena solas. Sin Taichi.

—Gracias por la comida, mamá.

—No hay problema. ¿Quieres una manzana o algo de postre? — Ella hizo una pausa. — Sabes, después de todo lo que dije esta noche, debo decir... Tengo curiosidad por saber a dónde se fue exactamente tu hermano. Tal vez debería hablar con los padres de los otros chicos.

Murmurando para sí misma, llevó los platos sucios al fregadero.

—Creo que me saltaré la manzana por esta noche, — le dije. Y con eso, me dirigí al piso de arriba.

Cuando pasé por la habitación de Taichi, pude sentir el vacío total que irradiaba desde adentro, y me picaba la nariz.

—Oh, eso me recuerda...

Ahora que lo pienso, Uwa Chihiro-san y Enjouji Shino-san me habían dado algo que debía darle a mi hermano. Claro, siempre podía esperar hasta que volviera a casa, pero... algo me dijo que podría olvidarlo.

Es raro que me sienta así, ya que parecía muy importante, pero bueno.

Entré en mi habitación, saqué el artículo del interior de mi mochila, luego entré en la habitación de Taichi. Mirando a mí alrededor con nerviosismo, me dirigí a su escritorio de estudio — ¡Ouch!

Luego tropecé con algo. Era su mochila.

— ¡Dios, eres un vago! Espera...

Pensándolo bien, tal vez este era el lugar perfecto.

Así que rebusqué en su bolso, escogí un cuaderno que parecía haber tenido mucho uso y deslicé el artículo entre sus páginas.

Fin

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Epílogo Dar a conocer mis trabajos al mundo es algo muy estresante. Siempre estoy nervioso, pensando que tal vez este sea el que ponga a todos mis lectores en mi contra.

Esto puede hacer que parezca que tengo «miedo a las críticas» o algo así, pero no es eso. Como autor, me siento honrado cuando las personas forman opiniones sobre mis libros, incluso si esas opiniones son negativas.

Dicho esto, si todas las personas que leen mi trabajo terminan odiándolo, probablemente tendría que detenerme y preguntarme si hay algún mérito en que lo escribiera en primer lugar. Por el contrario, si incluso una persona tiene una experiencia agradable leyendo mi trabajo, me da la motivación para continuar. Sí, lo contrario de «todo el mundo lo odia» no es «todo el mundo lo ama». Es que «no todo el mundo lo odia». Y eso es suficiente para mí.

Quizás esa persona eres tú. Y si es así, te lo agradezco.

Quiero decir, obviamente me encantaría que miles de personas disfrutaran de los libros y apoyaran mi trabajo, pero esos miles todavía están formados por individuos. Y ahora mismo, me gustaría agradecer a la persona que leyó este texto.

De todos modos, me estoy acercando al final, así que pensé que me pondría sentimental para variar. Ten en cuenta que tu apoyo individual contribuye directamente al éxito de Kokoro Connect.

Por último, me gustaría agradecer a todos los que me ayudaron a publicar este libro.

— Sadanatsu Anda Septiembre de 2012

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