5 minute read
Prólogo de John Douillard
from Meditación Vedanta
by Kōan Libros
Prólogo
En la India, David Frawley está reconocido como un vedacharya, un maestro de los Vedas, y probablemente sea el único occidental al que se le haya otorgado este título. Con esta obra me ha vuelto a dejar asombrado, pues el libro transmite la clase de experiencia auténtica que se siente al escuchar la voz de un maestro. Durante años he considerado al Dr. Frawley, autor de más de veinte libros, como la mayor autoridad del mundo occidental en el campo de la educación védica.
En Meditación vedanta, el Dr. Frawley deja claro que el vedanta y todas sus ramificaciones giran en torno a una sola premisa: la realización de nuestro verdadero Ser por medio de la práctica de la autoindagación.1 Sin esta comprensión, las prácticas del yoga, el ayurveda o el jyotish están incompletas.
Todos hemos experimentado la quietud que impregna la cima de una montaña, un valle o un bosque. A veces,
1. Self-inquiry en el original inglés, término que hace referencia a la búsqueda de nuestro auténtico Ser, nuestro verdadero Yo o nuestra Naturaleza original. Otros términos usados en este libro como «autoconocimiento» (Self-knowledge) o «autorrealización» (Self-realization), se han traducido en este mismo sentido. (N. del t.)
15
este silencio o esta quietud resultan tan penetrantes que nos llenan el cuerpo y el alma de una profunda sensación de asombro y fascinación. Buscamos refugio en el aire fresco de la montaña, nos regocijamos con las impresionantes vistas que nos ofrece el paisaje y apreciamos enormemente nuestra valiosa vida silvestre. Sin embargo, lo que nos atrae y nos rejuvenece es lo que sentimos en la naturaleza. El silencio que experimentamos en la quietud de la naturaleza es inherente a todo ser humano.
Lamentablemente, el estrés, nuestro ritmo de vida acelerado y la atracción que sentimos por la realidad externa —en lugar de interesarnos por nuestro propio interior— ahogan el silencio de nuestro corazón, nuestra mente y las células de nuestro cuerpo. Frawley explica que el viaje espiritual empieza por reemplazar el estrés por el silencio, y termina con un primer vislumbre de nuestro mayor potencial, lo que nos permite tener la visión de nuestra verdadera naturaleza.
Un huracán, un átomo o un sistema solar necesitan un centro inmóvil para resultar efectivos. Cuanto mayor es el centro silencioso del ojo de un huracán, más intensos y poderosos son los vendavales que genera. Este silencio es la clave para liberar todo nuestro potencial como seres humanos. Al combinarlo con la acción dinámica alcanzamos nuestro pleno potencial. Es lo que denominamos «coexistencia de fuerzas opuestas».
Los científicos coinciden en que tan solo alcanzamos el diez por ciento de nuestro potencial humano. En cambio, cuando establecemos el centro de nuestras actividades en el silencio, nuestro potencial se vuelve ilimitado. En el atletismo, cuando los deportistas rinden al máximo, la experiencia siempre parece no conllevar esfuerzo alguno: se trata de
16 meditación vedanta
una sensación de quietud, de euforia y silencio en la que para el atleta todo transcurre a cámara lenta a la vez que alcanza un nivel de actividad y rendimiento sobrehumanos.
Durante milenios, diversas religiones de todo el mundo se han dedicado a enseñar distintas técnicas con las que restablecer este silencio que yace en el núcleo central de nuestro ser. Estas técnicas se han visto sustentadas por determinadas disciplinas religiosas y códigos de conducta que preparan el camino para que podamos tener una experiencia directa de nuestro propio silencio, de nuestra propia espiritualidad. En los textos védicos y en el estudio del vedanta es donde más intacta se conserva esta comprensión hoy en día. En el vedanta se entiende que el silencio es nuestra propia conciencia humana, la cual reside en el corazón e impregna la totalidad del universo.
Según los Vedas, la sede del pensamiento, las acciones y los deseos no es la mente, sino el corazón humano. Si equiparamos el corazón con el ojo del huracán, la fuente del silencio y la conciencia, entonces la mente, siempre agitada y pensante, sería el equivalente a sus ráfagas de aire. Para la mayoría, la mente determina lo que pensamos, cómo actuamos y qué decimos. Estamos separados de la fuente de nuestra conciencia, del poder y la creatividad que residen en nuestro corazón. Al no haber integrado los pensamientos con el corazón, la mente y los sentidos se dedican sin descanso a tratar de alcanzar la plenitud y la satisfacción por medio de experiencias externas.
Los Vedas nos dicen que esta desconexión de la mente y el corazón es la causa de todo el sufrimiento que vemos hoy en el mundo. Los científicos creen que el estrés provoca el ochenta por ciento de las enfermedades que padecemos, pero lo que hace que el estrés sea tan predominante es la
Prólogo
17
falta de silencio. Tal como señala el Dr. Frawley, este es el motivo por el que resulta tan importante que incluyamos la práctica de la meditación en nuestra vida.
Los beneficios para la salud que conlleva la meditación ya son por sí mismos suficiente incentivo para comenzar la práctica, pero más convincente aún es el modo en que cambia nuestra calidad de vida cuando empezamos a experimentar el efecto huracán de la meditación. Hacer menos y lograr más no tarda en convertirse en una forma de vida, y la cólera y la frustración que conlleva el estrés se desprenden de nuestro cuerpo como el agua que resbala por el dorso de un pato. Con el estrés bajo control, es posible que te sientas tentado a adentrarte en la autoindagación. Este es el inicio de tu viaje espiritual.
David Frawley posee un don especial para describir la fuente, el proceso y el objetivo último de la espiritualidad. La fuente de nuestra espiritualidad es nuestra propia conciencia; el objetivo último es experimentarla en nosotros mismos, realizar nuestra verdadera naturaleza y acceder a todo nuestro potencial. La técnica de la meditación vedanta es el medio que nos permite alcanzar dicho estado.
Meditación vedanta es una lectura obligada para cualquiera que se halle inmerso en un viaje espiritual, pues constituye una semblanza pura y auténtica del vedanta, la esencia de las escrituras más antiguas del mundo: los Vedas.
John Douillard, director de Desarrollo de Jugadores de los New Jersey Nets, junio de 2000
18 meditación vedanta