“Honro la memoria de cada uno de los fallecidos. Valoro y resalto la fe, esperanza, tenacidad y optimismo mostrados por quienes en mayor o menor proporción vivieron este durísimo momento. Ofrezco disculpas por la sencillez de mis palabras, pero no sé describir eso que siento cuando alguien, antes de mostrarme una cicatriz, me muestra una sonrisa. La comunidad vive, sus recuerdos la hacen más fuerte y sus sueños la llevan hacia adelante”. Elmer Castañeda, Presidente de la Veeduría Ciudadana para el Proceso de Intervención de Ecopetrol en el Departamento de Risaralda. (Fragmento de la carta para la presentación del libro)
Imagen de portada: Monumento “Huellas de esperanza y paz” en homenaje a las personas fallecidas, situado en el Parque de Villa Carola, municipio de Dosquebradas.
Huellas de esperanza
Huellas de esperanza
© Veeduría Ciudadana para el Proceso de Intervención de Ecopetrol
en el Depatamento de Risaralda / veeduriaaecopetrol@colombia.com Ecopetrol S.A. / www.ecopetrol.com.co Fundación Social Cooplarosa / www.cooperativalarosa.net
Javier Genaro Gutiérrez Pemberthy / Presidente Ecopetrol Jaime Bocanegra Bernal / Vicepresidente Transporte y Logística Ecopetrol María Tonelli / Directora Gestión Social Ecopetrol Luis María Potes Satizábal / Líder de Gestión Social Regional Occidente Ecopetrol Leonardo Herrera Yonda / Coordinador Social Programa Dosquebradas Ecopetrol Hernán Enrique Lozano Tascón / Coordinador de Gestión de Riesgo Regional Occidente Ecopetrol Diego Alberto Buitrago Echeverry, Elmer Castañeda Ospina, Rodrigo Rendón Vallejo Miembros de la Veeduría Ciudadana para el Proceso de Intervención de Ecopetrol en el Departamento de Risaralda Mauricio Téllez / Jefe de Comunicaciones Corporativas Ecopetrol Leonardo Ortiz, Pedro Felipe Rodríguez / Coordinación periodística Ecopetrol Carmen Adriana Hennessey / Líder Social Regional Huila-Tolima Ecopetrol Juan Carlos Ramírez Jiménez, Claudia Toro Raga, Juan David Giraldo Alarcón Investigación y redacción Gustavo Colorado Grisales / Asesor de redacción y corrector de estilo Marilyn Ramírez Soto / Directora Ejecutiva Fundación Social Cooplarosa Machado y Molina Asociados / Concepto gráfico y diagramación Grupo OP Gráficas / Impresión ISBN: 978-958-9287-33-0 Primera edición, febrero 2015. Impreso en Colombia en papel colombiano totalmente reciclable, fabricado100% con caña de azúcar. Todos los derechos reservados. Se prohibe su reproducción parcial o total por cualquier medio, sin autorización escrita de los editores. Información de contacto: fundacion@cooperativalarosa.com
Exoneración de responsabilidad
Por su característica de crónica construida a partir de un conjunto de testimonios, este libro contiene declaraciones de personas que en forma directa o indirecta hicieron parte del proceso de recuperación del tejido social de la comunidad de Villa Carola, posterior al evento del 23 de diciembre de 2011. Por lo tanto las entidades que auspician la presente publicación no se hacen responsables de las opiniones particulares o conceptos personales en él emitidos y que son del resorte exclusivo de los entrevistados.
Huellas de esperanza Historia, testimonios y enseñanzas de cómo, a través del diálogo y la construcción colectiva, se logró una intervención integral en el municipio de Dosquebradas y el departamento de Risaralda, luego de la emergencia del 23 de diciembre de 2011.
Agradecimiento
Agradecemos a todos los actores que hicieron posible la elaboración de este libro. A la comunidad afectada por la emergencia del 23 de diciembre de 2011, por abrir sus puertas y recuerdos para darnos los testimonios que son eje fundamental de la redacción del libro. A la Veeduría Ciudadana, que plasmó en sus páginas su experiencia en el proceso de seguimiento a las acciones desarrolladas por Ecopetrol en la Comuna 10 de Dosquebradas. A los representantes de las instituciones y aliados estratégicos, quienes aportaron sus testimonios de las experiencias del trabajo realizado de la mano con Ecopetrol. A cada uno de los funcionarios de Ecopetrol, quienes estuvieron siempre atentos a responder cualquier inquietud del equipo de investigadores y redactores. Y gracias a usted señor lector, que se dispone a leer el resultado de un proceso de intervención que dejó grandes experiencias para la empresa y la comunidad, que hoy queremos compartir.
Este libro está dedicado a la memoria de los 33 fallecidos en el evento del 23 de diciembre de 2011
Carlos Arturo Guerrero Flor de María Julián Suárez Elizabeth Agudelo Guerrero Santiago Guerrero Julián Argenzola Bueno Moreno María Diomar Fernández Grijalba Juan Camilo Maturana Chiquito León Jairo Moscoso Escobar Carlos Arturo Navarro Fernández Carlos Arturo Navarro Valencia José Helmer Ríos Cardona Martha Cecilia Buitrago Díaz Natalia Ríos Buitrago Alejandra Ríos Buitrago Jhon Fanor Sánchez Jhon Fredy Salazar Orozco Jesús Alexander Orozco Mariela Henao Osorio Edilberto de Jesús Cruz Campiño Amparo Quintero de Penagos Julián Eduardo Villa Zapata Paola Andrea Henao Osorio Edith Cristina Sánchez Giraldo María Camila Jiménez Sánchez Hernando Galeano Londoño Luis Rubiel Cruz Castrillón Romelia Castrillón Cruz José Uridel Cruz Castrillón Jhonatan Mayo Bueno María Smith Silva William José Parra María Emilsen Marín López Olga Lucía González Ospina
Contenido
Prólogo / Luis Carlos Villegas Echeverri
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Carta de la Veeduría / Elmer Castañeda
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Carta de Ecopetrol / Javier Genaro Gutiérrez Pemberthy
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Introducción
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Capítulo 1. Alegría inconclusa
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Un inesperado despertar
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Manos a la obra
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Un hogar provisional
66
Noche gris
71
Año nuevo… casa provisional
74
Capítulo 2. La senda de la esperanza
79
La comunidad se organiza
82
Construyendo entre todos
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Programa Dosquebradas en acción
88
Atención en salud
88
Gestión social: atención inicial
100
A definir techo
104
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HUELLAS DE ESPERANZA
Recuperar el entorno
106
Diagnóstico para la solución
111
La estrategia social: una nueva fase
112
De vuelta a la escuela
113
Programa de Capacidades Productivas: un modelo de participación
124
Parque Ecológico de la Salud y el Deporte de Villa Carola
127
Centro de salud
132
Daños menores
135
Gestión del riesgo: la fuerza de la comunidad
136
Jurídica: el valor del diálogo
149
Empleo y comunidad
156
A la hora del balance
160
Huellas de esperanza y paz
161
Doce meses de superación y trabajo
173
Capítulo 3. Los frutos de la crisis
179
La salud
180
Atención de primera calidad
189
Centro Regional de Rehabilitación Física
194
Objetivo: el bienestar social
196
La vía de la cultura ciudadana
197
De frente por la educación
203
La fuerza de los líderes
211
Mejor prevenir que curar
216
Los buenos dividendos
223
Cosechando lo sembrado
224
contenido
En busca de una casa
227
Cierre de conciliaciones
229
De frente a la sociedad
232
Misión cumplida
235
Capítulo 4. Lecciones aprendidas
238
La mirada de Ecopetrol
238
Con la lupa de la Veeduría
243
Visión de la Fundación Social Cooplarosa
249
Capítulo 5. El coro de la vida 251 Epílogo. SuperJuan 262
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Prólogo
DICEN LOS ESTUDIOSOS QUE UNA DE LAS CLAVES para la buena gestión pública o privada reside en la capacidad para convertir las dificultades en oportunidades. Este concepto vale tanto para los obstáculos habituales de la vida, como para los desastres ocasionados por situaciones fortuitas. Colombia y su Eje Cafetero vivieron un episodio que supuso un antes y un después en términos de atención de emergencias y del posterior desarrollo de procesos en la fase de reconstrucción, tanto material como del tejido social afectado. Me refiero al terremoto del 25 de enero de 1999 y su impacto en la vida personal, económica y social de miles de familias, empresas y organizaciones de la región. Una vez atendidas las demandas iniciales de la emergencia, el gran desafío se dirigió a diseñar una serie de estrategias para reconstruir lo perdido con un enfoque integral. Fue así como surgió el Fondo para la Reconstrucción del Eje Cafetero (Forec), cuyo capital inicial estuvo constituido no tanto por los necesarios recursos económicos, sino por la idiosincrasia de un pueblo acostumbrado a reinventarse en medio del infortunio. Desde múltiples frentes empezaron a gestarse proyectos encaminados a atender a cada uno de los sectores afectados y, a partir de entonces, el Forec se convirtió en punto de referencia, no solo en Colombia sino en otros países enfrentados a circunstancias similares. Todas esas experiencias volvieron a mi memoria la mañana del 23 de diciembre de 2011, cuando me enteré de la emergencia que se presentó en el noroccidente de Dosquebradas por la rotura del
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HUELLAS DE ESPERANZA
poliducto que pasa por un municipio que desde mediados del siglo pasado se convirtió en sede de un importante conglomerado de pequeñas, medianas y grandes empresas que le valieron el calificativo de “municipio industrial”. La información inicial daba cuenta de un representativo número de familias afectadas, viviendas destruidas, niños, jóvenes, adultos y ancianos muertos o heridos, así como un visible impacto ambiental. A pesar de tratarse de dos eventos de distinta naturaleza, resultaba claro que en Dosquebradas también se requería que, una vez superada la atención inicial a las familias afectadas, los esfuerzos se concentraran en lograr una reconstrucción en un sentido amplio e integral. Es decir, no solamente se trataba de reparar lo material, sino de ayudar a curar las heridas del cuerpo y del alma de las personas afectadas, lo que significaba trabajar por restablecer el proyecto de vida de unas personas y de una comunidad. El reto era lograr un nuevo sentido para la existencia. Hoy, a dos años del evento que cambió para siempre la vida de muchas de esas familias, el ineludible balance nos deja como saldo un grupo de proyectos y experiencias de vida que pueden y deben servirle de ejemplo a nuestra sociedad. Entre esas experiencias, que por su valor constituyen un punto de referencia, destaco de manera especial el caso de Juan Esteban Sánchez, el niño que se convirtió para todos, a pesar de su corta edad, en ejemplo de tesón y capacidad para hacerle frente al infortunio. No por casualidad su historia, contada por él mismo, constituye el epílogo de este libro. El aprendizaje más importante que dejó la atención de este incidente se relaciona con la necesidad de tender lazos y establecer canales de comunicación claros, precisos y respetuosos entre la institucionalidad, la comunidad y sus líderes. Al hablar de institucionalidad no aludo únicamente a Ecopetrol, sino a los órganos Ejecutivo y Legislativo, así como a los entes responsables de la atención en este tipo de emergencias. Lo ocurrido en Dosquebradas deja como legado un modelo de espacios de diálogo y conciliación vitales para este tipo de situaciones, surcadas por maneras distintas de vivir, padecer y resolver los problemas. Una prueba de ello es este libro, concebido y escrito de manera conjunta entre Ecopetrol y la Veeduría Ciudadana como una manera
prólogo
de dejar testimonio de lo que puede hacerse cuando se precisa de todas las fuerzas para recuperar lo perdido por una comunidad. Los resultados de ese primer ejercicio deberán obrar de ahora en adelante a manera de modelo digno de ser imitado por quienes, dentro o fuera de nuestro territorio, enfrenten situaciones parecidas. Acompañar a una familia en medio de su profundo dolor demanda una sensibilidad especial, para que la aproximación no corra el riesgo de convertirse en un agente adicional de discordia. Combinar la satisfacción de las necesidades materiales con la frágil condición emocional de los afectados requiere de unos métodos y lenguajes capaces de sortear esa difícil atmósfera. Con el propósito de gestionar y fortalecer frentes de acción dirigidos a recuperar el tejido social y brindar opciones de vida, el modelo de trabajo con la comunidad y la institucionalidad, diseñado y ejecutado por Ecopetrol, constituye en sí mismo la prueba de que la organización eligió el camino acertado. Frentes como salud, ambiental, infraestructura, gestión social y jurídica respondieron de forma ordenada y efectiva a cada una de las necesidades planteadas. Un componente clave en las empresas contemporáneas reside en el manejo ambiental como uno de sus ejes para lograr la sostenibilidad. Esa idea atraviesa hoy todos los proyectos de desarrollo. Por eso, de manera paralela a la atención a los afectados, se trazó una línea de trabajo dirigida a minimizar el impacto inicial del evento en quebradas y afluentes, así como a recuperar las áreas de bosque y zonas verdes impactadas. Más de tres mil árboles en proceso de crecimiento son una muestra de la tarea adelantada, acompañada además de un importante componente en materia de prevención. Y es aquí, en el concepto de prevención, donde las lecciones aprendidas empiezan a jugar un papel vital. En términos generales en Colombia hemos sido buenos para atender la primera fase de las emergencias. Pero la prevención de eventuales situaciones futuras registra serias deficiencias. Por eso, desde estas líneas me atrevo a proponer la creación, con el concurso de Ecopetrol, así como de otros sectores públicos y privados, de una Escuela Nacional de Gestión del Riesgo. Con una institución capaz, que se encargue de condensar y replicar estos conocimientos, estaríamos convirtiendo los hechos dolorosos del 23 de diciembre de 2011 en una oportunidad para desarrollar y fortalecer todos los instrumentos de detección, preven-
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HUELLAS DE ESPERANZA
ción y atención del riesgo. Siempre habrá riesgos, pero siempre podrán preverse o mitigarse si hay una buena gestión. Los invito a leer este libro con la convicción de trabajar para mejorar la atención de emergencias en Colombia, estar mejor preparados frente a eventuales desastres naturales y evitar que se repitan historias dolorosas como las de los 33 colombianos fallecidos en Dosquebradas. Como colombiano e hijo de esa zona del país, me reconforta ver que ha renacido la esperanza en la comunidad y que la vida vuelve a tener sentido para un grupo de personas que, dos años después de haberlo perdido casi todo, han logrado, con tenacidad y trabajo en equipo, darle un nuevo sentido a sus vidas. Luis Carlos Villegas Echeverri Presidente de la Andi y miembro de la Junta Directiva de Ecopetrol hasta 2013.
Carta de la Veeduría
ES DIFÍCIL RESUMIR EN ESTAS LÍNEAS el profundo sentimiento de respeto, admiración y aprecio que siento por las comunidades afectadas de los barrios Villa Carola, La Divisa, La Romelia y la vereda Aguazul. También por aquellos hogares que perdieron uno o varios de sus familiares. Además, quienes resultaron lesionados y llevan en su piel alguna cicatriz o secuela permanente. En fin, por todos los que en ese amanecer del 23 de diciembre de 2011 vieron alterado el ritmo de sus vidas. Honro la memoria de cada uno de los fallecidos. Valoro y resalto la fe, esperanza, tenacidad y optimismo mostrados por quienes en mayor o menor proporción vivieron este durísimo momento. Ofrezco disculpas por la sencillez de mis palabras, pero no sé describir eso que siento cuando alguien, antes de mostrarme una cicatriz, me muestra una sonrisa. La comunidad vive, sus recuerdos la hacen más fuerte y sus sueños la llevan hacia adelante. Reconozco todo el esfuerzo de mis compañeros de la Veeduría, su entrega constante, madrugadas, trasnochos, disgustos, acuerdos: Diego Buitrago y Rodrigo Rendón Vallejo, quienes a sus familias, así como a sus quehaceres personales les han robado horas, días, semanas y meses entregados a este trabajo con amor y sabiduría. A los otros integrantes de la Veeduría, a la asociación Reconstruyendo Sueños de Vida, a la organización de arrendatarios, a la comunidad en general, por depositar en nosotros su confianza, guiando nuestro accionar con su acompañamiento y respaldo permanente, mi más sincero reconocimiento.
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HUELLAS DE ESPERANZA
A Ecopetrol con ese gran equipo de hombres y mujeres que aplicaron en cada una de sus labores emprendidas no solo la responsabilidad social de la empresa, sino su profesionalismo y sensibilidad humana, permitiendo llegar a lo que hoy presentamos en este libro, toda la admiración. Agradezco la labor de los organismos de socorro, autoridades locales, socios estratégicos y aliados de Ecopetrol, los cuales a la hora de realizar sus propios balances, algunos, aún con su aporte, sentirán que podían haber hecho algo más. Otros tendrán la plena satisfacción del deber cumplido. Creo que el ejercicio de este libro nos permitió reflexionar sobre diversos temas, uno de ellos, lo que significa la participación comunitaria, con la que el aprendizaje es muy grande. Es muy importante lograr en este tipo de procesos que la comunidad se sienta representada por sus organizaciones, las cuales deben trabajar por el bien colectivo y no el particular. Asimismo, esta experiencia deja la necesidad de articular las asociaciones de Juntas de Acción Comunal en lo referente a la solidaridad requerida, apoyo, trabajo en equipo y articulación con otras organizaciones comunitarias en situaciones como la vivida en la Comuna 10. Por último, todo mi respeto para usted, querido lector, a quien deben llegar las memorias de este proceso. Este libro le permitirá conocer los resultados de la sumatoria de esfuerzos para que la memoria, el dolor, la historia, la incertidumbre, pero también la confianza, la luz de un nuevo amanecer y la pujanza de la gente, no queden en el olvido. Al final, de manera libre, imparcial y espontánea, usted hará sus propias valoraciones, sus aportes, enriqueciendo esta experiencia. Haber sacado adelante tan dispendiosa tarea en lo concerniente a la reparación y restitución de derechos a la comunidad afectada. Erigir un monumento a la vida, la solidaridad, así como al esfuerzo de la comunidad. Brindar atención en salud física y mental. Recuperación y fortalecimiento del tejido social. Ser apoyo en programas de formación ciudadana. Fortalecer técnica y logísticamente a los organismos de socorro y también a las instituciones locales. Marcar la ruta para que tanto el municipio como sus comunidades direccionen la gestión del riesgo como modelo de desarrollo. Capacitar
carta de la veeduría
y dotar unidades productivas para el crecimiento económico de la zona. Modernizar la infraestructura de salud. Entregar herramientas tecnológicas y pedagógicas que mejoran la calidad de la educación. Lograr el reconocimiento y sentido de pertenencia que hoy se tiene por parte de la comunidad. Todo esto, enmarcado en la prospectiva de desarrollo regional, y de la mano con la comunidad, nos permite a nosotros y le permitirá a usted concluir que, por adversa que sea una situación, si actuamos como debe ser, siempre encontraremos “Huellas de esperanza”. Elmer Castañeda Presidente Veeduría Ciudadana
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Carta de Ecopetrol
Amigo lector: Las explosiones en la Comuna 10, en el municipio de Dosquebradas, en el departamento de Risaralda, en la madrugada del 23 de diciembre de 2011, por un derrame de combustible del poliducto Puerto Salgar-Cartago, cambiaron para siempre la historia de sus habitantes y, sin lugar a dudas, la de Ecopetrol. Como consecuencia de estos hechos, que afectaron los barrios Villa Carola, La Divisa, La Romelia y la vereda Aguazul, 33 personas perdieron la vida, 110 resultaron heridas, 117 viviendas sufrieron daños, 38 quedaron destruidas y 6 familias perdieron sus negocios. Nunca antes en 60 años de vida Ecopetrol había sufrido una tragedia de tal magnitud. Desde las primeras horas de ese viernes 23, los habitantes de Dosquebradas, y en especial los de la Comuna 10, así como las personas de Ecopetrol que llegaban a la zona para atender la tragedia se unieron para enfrentar la difícil tarea. Unos y otros, impactados por el dolor humano, con sus angustias, sus miedos y sus expectativas, lograron entrelazarse para recorrer juntos un largo camino y convertirse en los protagonistas de las historias que aquí se narran. Estas páginas son el resultado de un trabajo conjunto, por iniciativa que presentaran Diego Buitrago, Elmer Castañeda y Rodrigo Rendón de la Veeduría Ciudadana y la participación de varias personas del equipo de Ecopetrol en Dosquebradas. Estamos orgullosos del resultado.
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HUELLAS DE ESPERANZA
El libro cuenta paso a paso cómo se fue dando esa labor conjunta, con avances y retrocesos, éxitos y fracasos, pasando de atender lo personal y familiar a lo comunitario y municipal, hasta construir esta nueva realidad que hoy se vive en Dosquebradas, de la cual Ecopetrol se ha hecho parte integral con sus empleados y como empresa. Con esta publicación queremos rendir un homenaje a las 33 personas fallecidas, cuyos nombres han quedado indelebles. No fue fácil asimilar su desaparición y aceptar que nada podíamos hacer para remediarla. La vida sigue rauda pero su recuerdo nos acompaña. También este libro es un reconocimiento a todas las personas de Dosquebradas y de Ecopetrol que hacen parte de sus páginas; algunos identificados y muchos anónimos, seres que con amor y dedicación han hecho posible estas nuevas realidades personales, familiares y sociales, permitiendo que la alegría retornara poco a poco a los rostros de los habitantes de la Comuna 10. Un reconocimiento especial merece la Veeduría Ciudadana por su loable labor, ejemplo de tesón y optimismo. Para Ecopetrol esta ha sido una gran experiencia de aprendizaje y humildad que nos ha llevado a ir más allá del relacionamiento tradicional con las comunidades y volvernos parte de ellas, construir desde la escucha, relacionarnos de tú a tú, llamarnos por nuestros nombres y dejar salir la persona que hay en cada uno de nosotros, dejando a un lado el caparazón de empresa. Ojalá que experiencias y aprendizajes como éstos los repitiéramos en muchos lugares de Colombia. Dosquebradas ha permitido que hagamos gala de lo mejor de la humanidad de las personas que trabajamos en Ecopetrol. Un reconocimiento muy especial a Jaime Bocanegra y todas las personas de la Gerencia de Dosquebradas por su genuino compromiso. Sólo en la medida que seamos capaces de volvernos parte de las regiones lograremos hacer una verdadera integración. La experiencia nos ha enseñado que quienes más conocen de las comunidades son las personas que las conforman, nuestro papel es facilitar que sus necesidades y anhelos se cristalicen. La historia continúa y seguiremos ligados a Dosquebradas; nuevas ideas, nuevos proyectos, nuevas oportunidades para contribuir a mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
carta de ecopetrol
Gracias a Dios porque en medio de la muerte, el dolor y el sufrimiento nos ha permitido plantar semillas de esperanza, de fe y de amor que están dando sus frutos y, como en el Evangelio, pasar de la muerte a la resurrección, pasar a una nueva vida. Juntos caminamos y tras nuestros pasos vamos dejando Huellas de Esperanza.
Javier Genaro Gutiérrez Pemberthy Presidente Ecopetrol
PD: Una mención especial para la Escuela Nacional de Formación en Gestión del Riesgo a la que se refiere Luis Carlos Villegas en su carta que ya se va haciendo realidad. Desde allí compartiremos con personas de todos los lugares del país para aprender de estas experiencias y desarrollar planes de contingencia con el fin de salvar muchas vidas.
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Introducción
CUANDO EN MARZO DE 2012 “SUPERJUAN”, como lo conocen desde entonces sus pequeños amigos y compañeros de clase, inició su fase de rehabilitación, para muchos era como si la vida entera reiniciara su curso. El niño fue una de las personas afectadas por el evento del 23 de diciembre de 2011, cuando la ruptura de un tramo del poliducto cambió de manera definitiva la existencia de muchos habitantes de la Comuna 10, en el municipio de Dosquebradas, Risaralda. El pequeño no solo había sufrido lesiones graves en su cuerpo. Las más delicadas estaban en el alma: entre esa víspera de Navidad y el fin de año murieron sus padres, así como una tía, aparte de los abuelos maternos. Por esas razones, su caso se convirtió en ejemplo de lo que vendría después: una descomunal tarea individual y colectiva dirigida a restablecer, dentro de lo posible, la estructura de una comunidad golpeada en sus cimientos. Para lograrlo, fue necesario el concurso de la voluntad, la inventiva y la capacidad de trabajo de todos los involucrados. Para empezar, se trataba de hacer de las personas directamente afectadas, es decir, los habitantes de la Comuna 10 de Dosquebradas, protagonistas de un reto dirigido a sanar, por distintos caminos, las heridas del cuerpo y el alma. Para eso deberían contar, desde el mismo momento en que se dieron los hechos, con el compromiso y acompañamiento perma-
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HUELLAS DE ESPERANZA
nente de Ecopetrol, a la que le asistía la responsabilidad de asumir el liderazgo. Un componente significativo de los recursos humanos, técnicos y financieros de la empresa fue dirigido tanto a atender las necesidades y urgencias surgidas durante las primeras horas, como a tejer una primera instancia de comunicación con los líderes de la comunidad, los organismos de socorro, las autoridades del orden local, nacional y regional, las organizaciones sociales, los gremios y los medios de comunicación. De esa fecha hasta ahora han transcurrido dos años, que podemos resumir como una suma de dolorosos, y por eso mismo, valiosos aprendizajes. En primer lugar, debemos hablar de lo que significa la oportuna respuesta a un evento en el que se ve afectada la tranquilidad y la vida misma de las personas. Para los organismos de socorro y para las entidades de atención y prevención de desastres, experiencias como estas remiten al imperativo de una permanente formación de las personas, paralela a la actualización de los recursos materiales y tecnológicos indispensables para la atención de una emergencia. Para Ecopetrol, lo vivido se traduce en el reconocimiento de unos actores locales, regionales y nacionales con los que debe mantenerse una constante comunicación para alcanzar una oportuna atención y gestión del riesgo. Esos desafíos no pueden enfrentarse sin el reconocimiento y valoración de las comunidades, como protagonistas de sus circunstancias históricas favorables o adversas. En el caso de la Comuna 10, la rápida identificación de los líderes y la oportuna creación de una veeduría ciudadana, surgida a instancias de las comunidades, supuso un terreno ganado en medio de lo que significa atender una emergencia de esta magnitud. Ese trabajo conjunto con la ciudadanía y sus líderes permitió sortear, en menos tiempo del esperado, los escollos surgidos, entre ellos la necesidad de concertación entre los distintos organismos, la atención y valoración de las necesidades de los afectados, tanto como la gestión de recursos profesionales, financieros y materiales provenientes de otros sectores. Enfrentar este tipo de situaciones deja como legado una suma de experiencias, cuyas conservación, clasificación y difusión se convierten en insumo, no solo para Ecopetrol, sino para todas las entidades
introducción
comprometidas en la atención de emergencias. Este libro es una de las primeras muestras del valor que pueden tener esas acciones después de documentadas. Una vez superada la primera fase de atención, es decir, la que correspondía al restablecimiento de la salud física y psicológica, paralela a la reubicación de quienes perdieron sus viviendas, surgió el reto de la reconstrucción de los lazos de solidaridad y la capacidad de gestión colectiva. Qué hacer ahora era la gran pregunta a resolver. Para responderla se hacía necesario apelar a uno de los grandes patrimonios de la región, según lo documentan historiadores y sociólogos: el civismo, la voluntad para trabajar en común y, sobre todo, una al parecer inagotable dosis de creatividad para hacerle frente al infortunio, y por ese camino construir las bases del futuro. Fue así como surgieron ideas que después se convirtieron en empresas dotadas para garantizarles ingresos a personas que antes del evento del 23 de diciembre de 2011 se debatían en la informalidad y el desempleo. También se crearon estructuras de formación enfocadas a capacitar a los líderes en prevención y gestión del riesgo. Al mismo tiempo se potenciaban incipientes muestras de organización social enfocadas hacia la solución de las carencias. Un ejercicio de memoria de estas características no es posible sin la presencia de la voz viva, de la aventura vital de los seres humanos de carne y hueso, que han participado como protagonistas desde el momento hasta la fecha. Es decir, los vecinos de la Comuna 10, los profesionales y la instancia directiva de Ecopetrol, los integrantes de los organismos de socorro, las entidades de salud, las autoridades civiles locales, nacionales y regionales, sin omitir el importante papel desempeñado por los medios de comunicación. Presentar este libro representa, entonces, para Ecopetrol y la Veeduría, no un punto de llegada, sino uno de partida para empezar a edificar entre todos alternativas para una región y un país que por distintas razones deben enfrentar constantes situaciones de riesgo.
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CAPÍTULO 1
Alegría inconclusa
D
esde campos distintos, la madrugada del 23 de diciembre de 2011 cambió las rutinas, la visión de mundo y las prácticas personales, comunitarias y corporativas de varias personas y organizaciones radicadas en Dosquebradas, segundo municipio en importancia de Risaralda. Personas como Héctor Fabio Osorio, María Victoria Ortiz, Consuelo Sánchez, Carmen Milena Sánchez y Rodrigo Rendón, entre otros, dormían en sus camas animadas por la inminencia de la Navidad. La música parrandera se escuchaba desde varias casas con sus puertas abiertas. En estos barrios populares la confianza entre los vecinos permite darse ese tipo de lujos, sobre todo en la época de diciembre, cuando todo es ambiente de fraternidad y fiesta. Era 22 de diciembre, “juernes”, como suelen llamar en esta región del país el casi comienzo del fin de semana. Los cerca de 200 mil habitantes del municipio de Dosquebradas, Risaralda, se preparaban para recibir a familiares y amigos al son de un villancico y del simple pero impagable gesto de compartir un plato de natilla con buñuelo. El barrio Villa Carola, situado a la orilla de la quebrada Aguazul, al noroccidente de Dosquebradas, no era ajeno a ese ambiente propio de los reencuentros. Además, algunos de sus líderes lo habían decorado de manera especial, animados por la ilusión de ganar uno de los premios ofrecidos cada año por algunas estaciones de radio a las cuadras más vistosas y mejor organizadas.
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HUELLAS DE ESPERANZA
Como es característico en estos barrios de casas edificadas con ladrillo a la vista, los vecinos vivían bastante unidos y se encargaban de preparar y realizar las actividades para la llegada de la Navidad. El jueves 22 de diciembre de 2011, en Villa Carola y los 42 barrios de la Comuna 10 de Dosquebradas reinaba el ambiente festivo. Lucecitas, adornos en los portones y ventanas de las casas, cadenetas o colgandejos que le daban brillo a las calles, hechos a mano por la comunidad, eran pinceladas de alegría, paz y unidad que se vivía en estos días. La música parrandera paisa y los villancicos, le ponían el sabor a este tiempo pintado de un color especial. Entre las “natilladas” programadas, estaba la de don Héctor Fabio Osorio, habitante del barrio La Divisa, un trabajador incansable quien ya pensaba en celebrar con los suyos. Lo que se estaba planeando, como familia pobre, era bregar hacer una natilla, llamar a los familiares más cercanos, reunirnos. La casa tenía un espacio grande y estaba para la comunidad, para hacer algo el 24”, dice don Héctor Fabio, sentado en su nuevo taller. La Navidad en el barrio Villa Carola era la época más alegre y parrandera, porque en torno a ella se generaba la unión familiar, la camaradería, la natilla, los buñuelos y el tamal, que convocaban a propios y extraños, niños y adultos, en una sola celebración. Doña Carmen Milena Sánchez, líder comunitaria del barrio, es una de las fundadoras, siempre preocupada por generar mejores oportunidades para todos, buscando el progreso de la comunidad. Nos estábamos alistando para la Navidad porque éramos una familia de tres hermanas con nueve sobrinos. Mi casa era el punto de encuentro de todos. Ya estaba todo preparado para el 24”, rememora Carmen Milena con la voz todavía tocada por la nostalgia. En las calles se veían grupos de niños expectantes, esperando su último día de novenas, motivados por la comida y regalos que tendrían para ellos. Padres que recibieron su prima navideña y al día siguiente saldrían a comprar el “estrén”, los juguetes y los detalles que faltaban por colocar debajo del arbolito, como era el caso de María Victoria Ortiz, más conocida como doña Vicky, quien vivía en
capítulo 1 / Alegría inconclusa
Villa Carola con su esposo, sus tres hijos y ese día celebraba el cumpleaños de su pequeña. El 22 mi hija estaba cumpliendo años. Habíamos partido una torta, invitamos a los amiguitos del barrio, vecinos, familiares, porque en Villa Carola éramos como una familia. Yo llevaba seis años trabajando en el aeropuerto de Pereira. Ese día me habían dado una platica allá y el 23 íbamos a comprarles a los muchachos unas cositas que les hacían falta”. Con las novenas de aguinaldos en la Comuna 10 de Dosquebradas fue concluyendo el 22 de diciembre, al son de “Mi burrito sabanero”, repartición de dulces, risas y expectativas. Elmer Castañeda, quien se desempeñaba como presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Galaxia, hace memoria sobre cómo despidió a los niños esa noche: Mañana 23 los esperamos más temprano, será una novena especial. Ustedes saben que cada año el 23 de diciembre hacemos la fiesta de Navidad para nuestros niños, les hacemos la natilla, los buñuelos y entregamos los regalos, ¿les quedó claro?”. Se apagaron las luces, se cerraron los ojos, se venía un nuevo día para los casi 24 mil habitantes de la Comuna 10. Era momento para descansar y dormir arrullados por el sonido de la quebrada Aguazul, aguardando por un fin de semana muy esperado por grandes y pequeños. Pero la vida y los acontecimientos determinaron otra cosa. Las ilusiones amasadas desde finales de noviembre, se convirtieron en dolor y ansiedad en un abrir y cerrar de ojos. En la madrugada del 23 de diciembre el aroma cálido de la Navidad en Villa Carola se empezó a mezclar con un fuerte olor a gasolina. Consuelo Sánchez, quien vivía con su papá de 92 años, su hija y su nieto, fue una de las primeras en percibirlo. Me levanté al baño, sentí olor a gasolina, pero no me alarmé ni nada porque en mi casa guardaba la moto mi sobrino. Miré de todas maneras y no era la moto. Me volví a acostar”.
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Entretanto, en la capital de la República la madrugada era fría y lluviosa. Los operarios del turno de la noche del Centro de Control de Operaciones de Ecopetrol monitoreaban la infraestructura de la empresa en todo el país. Este centro parece salido del futuro por la cantidad de equipos y pantallas que lo componen. Hacia las 3:46 de la mañana, el sonido de una alarma alertó a los funcionarios. El sofisticado sistema de detección identificó una baja de presión en el poliducto Puerto Salgar - Cartago. Siguiendo el protocolo establecido, el operario de turno ordenó la suspensión del paso de gasolina a las 3:49 de la mañana. Verificado el incidente en el sistema y suspendida la operación, así como ejecutadas las labores operativas adicionales para aliviar y controlar el flujo, era inevitable que quedaran excedentes de combustible en el interior del poliducto, pero esta acción evitó una tragedia mayor. Dentro de la activación del Plan de Contingencia, asegurada la suspensión de bombeo a las 3:50 de la mañana, el Grupo Operativo de Seguridad de la Policía Nacional (Goes), inició el desplazamiento después de ser informado por Ecopetrol. Entre las 4:05 y 4:25 de la mañana, la Policía le informó a Bomberos de Dosquebradas y Pereira, así como a la Defensa Civil sobre lo acontecido. A las 4:28 de la mañana se le informó a la Oficina Municipal de Atención de Desastres de Dosquebradas (Ompade). En otra parte de Dosquebradas, en la estación de bomberos, inaugurada en 2002, en la que se habían atendido muchas emergencias ocurridas en el municipio, el cabo Geovanny Galán Gutiérrez, maquinista, se encontraba de turno en la madrugada del 23 de diciembre, que había transcurrido sin novedades, aunque todos estaban alertas a cualquier llamado de la comunidad. De repente el guardia de la estación le informó que una patrulla de la Policía había llegado a comunicar que en la vereda Aguazul había un olor a gas, pero que no estaban seguros de su origen. Debemos dejar claro que nunca hubo una llamada de la comunidad para alertar sobre el olor a combustible. Aquí se acercó una patrulla del cuadrante del sector y dijeron: ‘mire, estamos escuchando por el radio que al parecer hay un hurto de combustible hacía la vereda Aguazul, pero no está confirmado, esperemos’”, informó la teniente Lina María Marín, comandante de bomberos de Dosquebradas.
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Según el protocolo de los bomberos, el cabo Galán salió con su grupo a revisar la zona, comenzando desde el puente de La Romelia, punto que fue referenciado inicialmente por la patrulla que se acercó a la estación de bomberos. Iniciamos revisión desde el puente de La Divisa. Ahí no se percibía ningún olor. Cuando comenzamos a subir, llegamos a la planta de tratamiento de Acuaseo, y allí sí percibimos el olor de gasolina más fuerte. Ayudamos a cerrar las válvulas de los tanques, cerramos una, pero la otra no la pudimos cerrar”, dijo el cabo Geovanny Galán. El olor a gasolina era muy fuerte y la concentración encontrada en la planta de Acuaseo alertó a los bomberos. Estos solicitaron a la patrulla de la Policía ubicada en el lugar que comenzara la evacuación de la comunidad, mientras ellos se dirigían al lugar del origen del derrame, labor que se inició a las 4:29 de la mañana, de acuerdo con la minuta consignada en la institución. Al iniciar el proceso de evacuación con la comunidad, la unidad de bomberos que se encontraba presente en Villa Carola solicitó refuerzos a la estación para que apoyaran con la evacuación en la parte baja y en el barrio La Divisa. Mientras los bomberos se ocupaban de lo suyo, algunos habitantes del barrio emprendían su propia interpretación de los hechos y reaccionaban de acuerdo con la misma. Como a las 4:20 de la mañana yo me desperté por un olor muy fuerte, pero no podía descubrir de qué se trataba. Sí se podía percibir que era algo inflamable, mas no si era gasolina, petróleo o gas. No sabía qué era. Yo me levanté. Mi esposo es ciclista aficionado, por eso él mantiene una botellita de gasolina en la cocina para limpiar la cadena de la bicicleta. Pensé que el perro, un labrador dorado grande que teníamos, había tumbado el tarro y se había derramado la gasolina. Vi en la cocina que el tarro estaba completo. Fue entonces cuando salí al patio. Al abrir la puerta se entró todo el vapor de gasolina que solo se había podido filtrar por debajo de las puertas. Inclusive se veía como cuando hay neblina, o sea que se había vaporizado la gasolina del suelo y estaba en el aire”, afirma Victoria Ortiz, habitante de Villa Carola.
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Según doña Vicky, los bomberos ya rondaban el sector desde las 3:30 de la mañana. Mi patio da contra la planta de agua de Acuaseo. Cuando salí, los bomberos estaban en la planta, cosa que voy a reclamar toda mi vida en cualquier lugar donde esté, porque me informaron que los bomberos estaban desde las 3:30 de la mañana y yo me desperté a las 4:20 de la mañana. Cómo es posible que no toquen. Si eran 24 casas, por qué no colocar una sirena desde la hora que llegan, ir puerta a puerta, no sé, hacer cualquier cosa para que nosotros nos diéramos cuenta. Yo siempre he dicho que nadie se muere la víspera, y el día que es, ese día es. Yo sí creo en el destino y pienso que eso estaba marcado para nosotros desde el día en que nacimos”. Doña María Victoria Ortiz siempre fue una persona muy dispuesta a ayudar, a conseguir mejores oportunidades para su comunidad. Al despertarse, lo primero que pensó fue en salir con su familia y ayudar a evacuar a los demás vecinos que aún estaban dentro de sus casas sin enterarse de lo que estaba sucediendo. Al salir con sus hijos y su esposo, de manera precavida guardó los documentos de identidad y salió, no sin antes llamar a su madre, que vive en otro sector de la ciudad, a informarle lo que estaba sucediendo y que iría a su casa para dejarle los niños. Mi mamá vive cerca a la alcaldía de Dosquebradas. Tuve tiempo de llamarla y decirle: Mamá, voy para allá porque yo creo que el poliducto está roto, están robando, lo que sea, pero esto huele terrible, estamos en peligro”. Alrededor de las 4 de la mañana, uno de los nietos de don Héctor Fabio se despertó en medio del olor a combustible cada vez más fuerte. Fue entonces cuando su esposa y su hija se levantaron a ver qué sucedía. “Dentro de la casa había cuatro motos. Ellas pensaron que alguna estaba botando gasolina. Fueron, las revisaron, y nada. Cada una se fue para su cuarto de nuevo”, dice don Héctor mientras recuerda que su señora lidiaba por esos días con un problema de rodilla debido a un accidente que tuvo en una de las motocicletas.
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Doña Consuelo Sánchez también recuerda cómo sus familiares la despertaron en ese momento. “A esa hora yo sentí que me iban a tumbar el portón dándole pata. No tocaron. Una hija de mi sobrina me dijo: Consuelo, salga que esto está inundado de gasolina y puede pasar algo. Salgan”. De inmediato levantó a su familia, siempre pensando primero en su padre, y les dio unas toallas mojadas para que se pusieran en la cara. Salieron de la casa y se unieron al grupo de vecinos que ya se habían movilizado. Mientras eso sucedía, el teniente Joaquín Ocampo, subcomandante del Cuerpo de Bomberos de Dosquebradas, dormía esa madrugada del 23 de diciembre. A las 4:15 de la mañana, recibió la primera llamada, en la que sus hombres le informaban de un fuerte olor a combustible en la parte alta de Aguazul y que ya habían despachado las máquinas. Se empezó el proceso de alistarse. Lo que me pasaba por la cabeza era que esta situación podía ser muy crítica… en ese momento comienza la cadena de llamado, dando aviso como primera medida a la teniente Lina María Marín, comandante del Cuerpo de Bomberos de Dosquebradas, al Comité Regional para la Atención de Desastres del departamento de Risaralda (Crepad), al ingeniero de Ecopetrol, Robinson Sánchez, y al cuartel de bomberos”, recuerda hoy el teniente Joaquín Ocampo. De manera muy acelerada se vistió y mientras abrochaba el último botón de su camisa, recibió la segunda llamada de sus hombres, quienes le confirmaban que en la planta de tratamiento de Acuaseo había alta presencia de gasolina y que la situación era muy compleja. En ese momento el imperativo consistía en salir rápido de su casa para llegar a la estación lo más pronto posible y así gestionar toda la acción necesaria para atender la situación. Cuando me estaba acabando de poner los zapatos, escuché la primera explosión y salí a la calle. Pude ver todo desde mi casa y mi esposa me dijo: mi amor, no vayas por favor. Pero mi hijo Juan José, que tenía diez años, me dijo: papito, vete para que ayudes a los bomberos. Mi instinto fue salir lo más pronto posible para la estación”, continúa el teniente Joaquín Ocampo.
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Panorama del barrio Villa Carola en horas de la mañana luego de las explosiones en la quebrada Aguazul. Diciembre 23 de 2011.
A las 4:20 de la mañana, Jhon Jairo de la Pava, coordinador de Socorro de la Cruz Roja, seccional Risaralda, recibió un reporte de la central donde se le notificó que la comunidad del sector de la Romelia había llamado alertando sobre un fuerte olor a gasolina. Los protocolos establecidos en esta zona de Dosquebradas en desarrollo del Programa de Gestión del Riesgo que se adelanta desde el año 2005 entre Cruz Roja y Ecopetrol, estipulaban que debían llamar a este organismo de socorro cuando se presentara una novedad. Un equipo de socorristas llegó 15 minutos después a la zona cuando ya habían ocurrido dos explosiones y el incendio evidenciaba la gravedad de los sucesos. Cuando nosotros llegamos a la zona, apenas desembarcamos en el puente de la Romelia, sucedió la tercera explosión. Por eso solo pudimos llegar hasta ahí, ya el incendio era muy grande y las voces de auxilio se escuchaban”.
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Ver la gravedad de los hechos generó en de la Pava una reacción de desespero por saber qué había pasado con las personas residentes en esos barrios, muchas de las cuales conocía muy bien, tanto que había establecido lazos de amistad producto de las capacitaciones dadas con anterioridad. Sabiendo que ya habíamos hecho talleres y capacitaciones con la comunidad, cuando llegué al sitio mi preocupación era por la gente, mucha de ella era conocida mía y de mi equipo. Otras personas nos contaban cómo había sido el momento del impacto. Afortunadamente muchas personas que se prepararon, fueron conscientes del riesgo y tomaron medidas como la de no devolverse al sitio después de evacuado”.
Un inesperado despertar El peligro era inminente, el olor intenso y el desespero crecía con el correr de los segundos. Siendo las 4:35 de la madrugada del 23 de diciembre de 2011, la tierra se empezó a mover en el entorno y lo que comenzó como un derrame de gasolina desde el poliducto, desembocó en una serie de explosiones. El firmamento se tornó escarlata por completo en la Comuna 10 del municipio de Dosquebradas. Quienes continuaban dormidos despertaron aturdidos por las explosiones, conmocionados y confundidos. Mientras tanto, los habitantes de Villa Carola, La Divisa y un sector de La Romelia seguían luchando por sobrevivir ante la inmensidad y el avance de las llamas que iban consumiendo todo lo que encontraban a su paso. No poder hacer nada frente a ellas, solo huir, abrumaba a los residentes que veían cómo parte de su parentela y varios vecinos quedaban entre el fuego, así como sus casas y todo lo que en ellas había. En el kilómetro 169+700 del poliducto, se produjo un derrame del combustible que llegó a cuerpos de agua de la quebrada Aguazul y al encontrar un punto caliente, aproximadamente a las 4:30 de la mañana, causó varias explosiones y la posterior conflagración a lo largo de la quebrada. Una vez ocurrido el hecho, Ecopetrol, de manera inmediata, activó el Plan de Contingencia del Poliducto, de acuerdo con lo previsto en el Decreto Ley 2811 de 1974 –Código de Recursos Naturales
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Renovables–, la Ley 99 de 1993 y el Decreto 321 de 1999 –Plan Nacional de Contingencia para Derrame de Hidrocarburos en Cuerpos de Agua. De estos hechos se dio aviso inmediato, entre otras, a las autoridades ambientales, Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) y a la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (Carder), como se observa en el reporte inicial de la emergencia. Por la naturaleza y características del evento, el control del derrame perdió foco y los servicios de emergencia se concentraron en atender la situación de rescate y atención médica. Ecopetrol se enfocó en ponerse a disposición para el sistema de respuesta local, que en poco tiempo conformó un Puesto de Mando Unificado. En La Divisa, mientras su esposa se acostaba de nuevo, con la dificultad que le generaba mover su rodilla, don Héctor Fabio recuerda que sintió el estallido. “Cuando fue la explosión ella me dijo: ¡Negro, los niños¡ Entonces yo me senté en la cama. En ese preciso momento me sentí rodeado de fuego, como un remolino de fuego. Las tejas, las ventanas, volaron lejos. Cuando ya pasó eso, ella volvió a decirme: ¡Negro, los niños!”. Esa era la preocupación de una abuela que justo en ese momento no pensaba en sí misma sino en la vida de los suyos, aun sin saber que su cuerpo estaba sufriendo los efectos de las llamas. “Yo pensé que no era tanto el daño que ella tenía y me fui a ver a los niños. Yo cogí al nieto más grande y mis hijas a los más pequeños y salimos”. Doña Carmen Milena Sánchez levantó su familia al lado de sus dos hermanas, que vivían en la misma cuadra, a no más de cuatro casas cada una. Eran unas líderes del barrio, que siempre velaban por el bienestar las unas de las otras… pero ese amanecer del 23 de diciembre cambiaría su destino para siempre, y solo dos de ellas saldrían bien de esta prueba que la vida les había puesto. Al amanecer del 23, cuando nos encontramos con este horrible despertar, una de mis hermanas no se encontraba, estaba laborando porque es enfermera y estaba de turno. Yo me encontraba en mi casa con mi esposo y mis hijos. Mi otra hermana vivía a cuatro casas con cinco hijos y el esposo. En el momento en que despertamos y nos informaron lo que estaba sucediendo, la primera reacción fue: hay que desocupar. En el momento no había incendio, solo el olor, por eso mi esposo dijo: nos vamos, desocupemos”.
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Para ella la prioridad era sacar pronto a los niños. Por eso se fue hasta la casa de su hermana mayor, y se llevó a sus tres sobrinos más pequeñitos. En su carro se contaban nueve personas, entre ellas sus tres hijos, su cuñado y la familia de su otra hermana, que en ese momento se hallaba trabajando. Ya estábamos en el momento de salir del barrio cuando se inició el incendio. Desocupamos el carro, nos bajamos y nos ubicamos en el lugar hacia donde todo el mundo corría. Mi hermana mayor vivía cuatro casas más arriba, yendo hacia la planta de Acuaseo, y se había quedado en la casa con dos de las niñas mayores. Yo llevaba los tres menores, los tres bebés. No sé qué pasó, se demoró más para salir y cuando se presentó la explosión de los tanques de Acuaseo tocaron la casa de ella y ella quedó ahí”, relata Carmen Milena con su voz entrecortada. Luego de ser elevada por la onda explosiva, y vivir un instante en el que se sintió como muerta, doña Vicky vio a su esposo y se reincorporó. “Cuando vi a mi esposo que me comenzó a volear la mano me di cuenta que seguía viva. Él me decía: yo estoy acá, yo estoy acá”. La angustia aumentó cuando no encontraron a sus hijos. Los niños se nos perdieron. Nos juntamos él y yo. Comenzamos a gritar. Nadie nos escuchaba. Eso prendía fuego y pum pum. Hasta que escuché una amiga que me gritaba: yo tengo los niños, yo los tengo. Ellos fueron a dar lejísimos corriendo, no sé cómo. Fuimos hacia ellos y nos abrazamos”. Unidos al grupo, empezaron a caminar todos tomados de la mano. Llegaron a la cancha de fútbol, lugar que hacía un mes habían cercado con alambres de púa y que tenía una pequeña brecha por la que pudieron pasar. A medida que iban cruzando el boquete rodeado por las puntas de los alambres, varios empezaron a notar que sus familiares y algunos vecinos habían quedado entre las llamas, por lo que pidieron ayuda para ir a rescatarlos. Hombres como el esposo de doña Vicky y los sobrinos de doña Consuelo se devolvieron para buscar a los perdidos, con la esperanza de sacarlos con vida, cosa que se hizo realidad en pocos casos.
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Por su parte, mientras don Héctor Fabio ya estaba fuera de su casa con sus hijas y sus dos nietos, pudo ver cómo su esposa salió, claramente afectada por las llamas y pidiendo ayuda del cielo para lo que sentía en su cuerpo. ¡Señor, Señor, quítenme este ardor. Señor, Señor, qué hago con este ardor!, decía ella, y uno impotente. Yo también estaba quemado, tenía los niños. Las niñas gritando. Fue un caos. Algo que yo no le deseo a nadie. Sin embargo, salimos”. Don Rodrigo Rendón, residente en La Romelia, a una cuadra del lugar de la primera explosión, relata lo que vivió en su hogar en ese momento. Sentí que la casa se caía, mientras con mi esposa acudíamos a la alcoba de nuestra hija, quien yacía vencida en su aposento lleno de vidrios. Nos abrazamos por inercia, siendo expulsados de la alcoba por las ondas expansivas de las explosiones que iluminaban hasta el interior de la casa”. Luego de haber recibido una llamada del Centro de Control de Operaciones (CCO) que le notificaba la baja de presión, el ingeniero Pedro Rosales se preparó para salir hacia su oficina más temprano y continuar su encargo en la Presidencia de Ecopetrol. Mientras se dirigía a las instalaciones de la empresa se enteró de los hechos que pocos minutos después serían reportados por las principales emisoras del país. En conversación con el Centro de Operaciones de Ecopetrol, pregunté por el problema, me dijeron que efectivamente había una caída de presión. Llamé al vicepresidente de Transportes de ese momento, que era Álvaro Castañeda. Le comenté la información que tenía, le pedí que nos encontráramos en el aeropuerto y saliéramos hacia Dosquebradas. Llamamos, pedimos que nos coordinaran un viaje y salimos. Mientras iba para el aeropuerto llamé al ministro de Minas”. Por lo que había escuchado en la radio, Rosales presintió una emergencia de grandes proporciones. Por eso le pidió al ministro de
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Minas, Mauricio Cárdenas, que lo acompañara a Dosquebradas: era indispensable la presencia del Gobierno Nacional. Mientras esperaban en el puente aéreo de Bogotá, el presidente de Ecopetrol encargado adelantó acciones vía celular. Su principal preocupación era la gente que había resultado herida. Con la responsabilidad del momento comenzó a tomar decisiones. Lo primero que hicimos fue llamar a nuestros equipos locales dispuestos en el área. También a la gente que desde el nivel central apoya este tipo de respuesta, de la dirección DHS, que tiene a cargo el frente de seguridad física, higiene, salud ocupacional y comunidades. Así comenzamos a coordinar para ver qué tipo de respuesta teníamos en el área y qué capacidades para atender lo que se pudiera presentar. En ese momento no teníamos clara la dimensión de lo que estaba ocurriendo”. Mientras dormía, el ingeniero Jaime Bocanegra Bernal, jefe del Centro de Control de Operaciones de Ecopetrol, recibió la llamada de uno de sus subalternos. Ante el tono de la comunicación, Bocanegra intuyó que se trataba de algo grave. Me informaban de personas que habían fallecido, de muchos heridos, de casas que se habían caído en las que seguramente había gente atrapada”. Bocanegra Bernal llegó a su oficina a coordinar labores logísticas para la atención. En ese momento ya era consciente de la magnitud de la emergencia. De allí en adelante se trataba de actuar en correspondencia con la dimensión de los hechos. Nunca imaginé una emergencia de esta magnitud. Cuando recibí las primeras informaciones en la mañana empecé a imaginar cómo sería la dimensión de lo sucedido. Solo al ver en los noticieros las imágenes que pasaban empecé a aterrizar en la magnitud de la situación”. En más de veinte años de servicio, este ingeniero de petróleos nunca se había enfrentado a un evento de estas características. Las
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noticias emitidas por los principales medios del país evidenciaban los alcances de lo sucedido. Atendiendo a una solicitud de la Vicepresidencia de Transporte, viajó a la zona en horas de la tarde. Cuando llegué en la tarde-noche a Dosquebradas experimenté una sensación de impotencia al ver la dimensión del evento. En ese instante me concentré en qué hacer para que la gente fuera recibiendo atención urgente y prioritaria. Como profesional uno nunca quiere que se le presente una emergencia, pero tampoco se alcanza a imaginar la magnitud de una situación de estas. Uno las ve en informes de seguridad que le comparten otras compañías. Las ve dentro de los diferentes programas de formación para atención de emergencias y manejo de riesgos. Pero uno cosa es verlas desde afuera y otra estar inmerso en una situación como esta”. Faltaba un cuarto de hora para las cinco de la mañana. Los habitantes del sector habían vivido diez minutos fatídicos. Fue en ese momento cuando, sin saber cómo, empezaron a llegar taxis de diferentes empresas, los cuales se pusieron al servicio de la comunidad. Comenzaron a transportar heridos a los hospitales y centros de salud más cercanos, sin cobrar un solo peso, como acto de solidaridad. Se empezaron a escuchar los llamados de gente pidiendo ayuda, los lamentos de quienes perdieron a sus familiares, el llanto de los que veían sus casas destruidas por las explosiones. A lo lejos sonaban las sirenas de las ambulancias y patrullas que anunciaban la llegada de los organismos de socorro. Aquí hay una situación muy caótica, la segunda unidad de reacción no alcanza a llegar al sitio del derrame, porque el proceso de todo el incendio del combustible empieza desde el puente de la Romelia. Allí se genera toda la emergencia en el barrio La Divisa, de donde empiezan a salir personas quemadas y heridas. Entonces el personal empieza a hacer el control de incendios que había allí y adicional a esto a atender heridos. Al cuartel llegaron heridos en carros, taxis, motos, para que nosotros los lleváramos a los centros asistenciales”, afirmó en su momento Lina María Marín, comandante del Cuerpo de Bomberos de Dosquebradas.
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En casos de emergencia y necesidad es cuando se conoce la solidaridad de las personas, y esta no fue la excepción en el municipio de Dosquebradas. Taxistas, motociclistas y cientos de ciudadanos se hicieron presentes en el momento posterior a las explosiones y comenzaron a apoyar en la labor de dirigir los heridos a los centros asistenciales. Comenzó a llegar respuesta de muchos lados, como los bomberos de Santa Rosa, de Pereira, de Chinchiná, rescatistas voluntarios se hicieron presentes en la zona de la emergencia”, agregó la teniente Lina María Marín. En otra parte de la ciudad, Jaime Andrés Acevedo, rescatista voluntario de la Defensa Civil de Dosquebradas, a las 4:35 de la mañana estaba iniciando su jornada laboral como conductor en Megabus, sistema de transporte masivo de Pereira y Dosquebradas, cuando en su radioteléfono escuchó sobre el caos generado por la emergencia, y el mensaje repetitivo: “necesitamos refuerzos, atención, la situación es muy crítica, por favor voluntarios hacerse presentes en la zona del impacto”. Para don Jaime Andrés Acevedo, voluntario desde hace más de 16 años, era una situación de vida o muerte: de ir a salvar vidas, de servir a su comunidad, pero estaba en la encrucijada de cumplir con su deber como empleado, o seguir su instinto como rescatista voluntario y correr a la zona de Villa Carola a ayudar a sus vecinos. Me comuniqué con mi jefe inmediato y le comenté la situación. La respuesta que me dio fue que no podía abandonar mi turno, y a mí me entró ese desespero, esa lucha interna entre lo que debía y lo que en realidad quería hacer. La sangre me empezó a correr más rápido, y tardé unos cuantos minutos en tomar la decisión correcta, parqueé la buseta en el intercambiador de Cuba, me devolví para el patio, saqué mi moto y me fui para Dosquebradas, donde sabía que podía servir mucho más”, recuerda Jaime Andrés. Cuando la teniente Lina María Marín, comandante del Cuerpo de Bomberos de Dosquebradas llegó a la zona, por su mente pasaron muchas imágenes de emergencias atendidas, pero nunca olvidará lo que sintió cuando empezó a adentrarse en la zona afectada:
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Organismos de socorro coordinan labores de rescate. Diciembre 23 de 2011.
Al llegar a la curva de Villa Carola, el panorama fue distinto. Nosotros sabíamos que había una emergencia pero nunca imaginamos la magnitud de la misma, y ver casas totalmente destruidas, no lo imaginamos. Lo más impactante fue ver personas que fallecieron por devolverse a salvar a sus familiares y lo que pasó fue que no lograron salir y murieron”. Como es el procedimiento en emergencias de este tipo, los organismos de socorro se reunieron en la parte baja, frente al barrio La Divisa, para comenzar la evacuación de los heridos y prestar la ayuda necesaria a todas las familias que la solicitaban para sacar a sus familiares con vida. Lo más bonito de los organismos de socorro es que los socorristas veteranos llegaron y no tuvimos ni que llamarlos, ni decirles qué debían hacer. Fue muy grata la manera como nos articulamos para trabajar en equipo, con el fin de sacar lo más pronto posible a los heridos y en menos de 50 minutos evacuamos a más de 100 lesionados. Eso fue casi que inmediato”, declara el teniente Joaquín Ocampo.
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Para el Hospital Santa Mónica del municipio de Dosquebradas, esta emergencia puso a prueba todas sus capacidades. Fue allí donde se recibieron los primeros heridos, de los cuales 28 fueron hospitalizados, pero la capacidad instalada y la complejidad de las heridas de muchos pacientes, hizo urgente que fueran trasladados a otros centros asistenciales de Pereira. El primer centro de atención fue Santa Mónica; este colapsó y empezamos a enviar al San Jorge, y a todas las clínicas de Pereira. Aquí se vio mucha colaboración de las ambulancias, de los organismos de socorro, incluso bomberos de Chinchiná nos envió una ambulancia para apoyar el traslado de heridos”, continúa la teniente Lina María Marín. Solo tres personas aguardaban en la sala de urgencias del Hospital San Jorge de Pereira. A las 5:15 de la mañana el coordinador de la sala, Mario Osorio López, se encontraba en casa en su turno de descanso. Una llamada realizada desde el centro asistencial lo alertó sobre una emergencia en Dosquebradas por un derrame de gasolina. En ningún momento se sospechó ni la magnitud del problema ni el volumen de pacientes afectados. Yo suponía que era algo muy leve, donde se afectaba un grupo pequeño de personas, que si probablemente era robo de gasolina, serían los mismos delincuentes los que habían terminado lesionados, un grupo pequeño, tres o cuatro, pero nunca me imaginé que iba a presentarse una situación como la que se dio”. Al Hospital San Jorge ingresaron 29 pacientes con quemaduras serias y diferentes traumas. Ante la gravedad del evento se dispuso una sala especial para el manejo de la emergencia. Hubo alas del hospital que se definieron para el manejo de esos pacientes. Hubo evacuación de pacientes que no necesitaban estar hospitalizados. Se agilizaron altas, traslados, toda la red hospitalaria. Estamos hablando de que todo el departamento se dispuso solidariamente para atender a los heridos”, agregó Osorio. A las 5:45 de la mañana, Doris Amparo Vásquez, gestora social de Ecopetrol para el Eje Cafetero, quien tiene su base de operaciones
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en Manizales, llegó al lugar de los hechos. De inmediato se dio a la tarea de establecer los primeros contactos para hacer frente a la situación. Así resume su experiencia de esa mañana. Una vez enterada del evento trágico, me desplacé a Dosquebradas para atender la situación y estar pendiente de la comunidad afectada, que siempre fue nuestra prioridad”.
La vida sigue Tímida, triste y celosamente fue apareciendo la tan esperada aurora, demarcando el horizonte de un entorno borroso por el humo gris, con olores a tragedia y que sin querer demostraba una cruel realidad: la muerte de varios vecinos y amigos; niños y adultos gravemente heridos, la desgracia arropaba familias enteras”, recita don Rodrigo Rendón, un líder comunitario quien desde la fecha del evento participa de manera activa en el proceso de reconstrucción. Solo a las 6:15 de la mañana, don Elmer Castañeda, el mismo que despidió la novena la noche anterior y que debe desplazarse en silla de ruedas debido a su situación de movilidad reducida, pudo salir a observar lo sucedido. Las ambulancias seguían pasando, la zona estaba acordonada, personal de los organismos de socorro y policía por todo lado. No pude ingresar en busca de unos amigos ni a ver en qué podía ayudar. No pude comunicarme con ninguno de mis amigos que vivían en el sector, no pude ingresar, no pude hacer nada, no me pude comunicar con nadie”. Regresó a su casa, encendió la radio. En las diferentes estaciones empezó a escuchar los titulares, las noticias y la información que manejaban los medios en ese momento. Anunciaban que los heridos estaban siendo trasladados al Hospital Santa Mónica, al Hospital San Jorge y a otros centros asistenciales de la ciudad. También que había varios muertos, aunque no decían cuántos. Aseguraban que en pocos minutos tendrían un reporte oficial de las personas trasladadas a los centros asistenciales. No sé
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por qué cambié de emisora y fue cuando escuché: atención, atención alertamos a nuestros oyentes por explosiones causadas en el poliducto Puerto Salgar - Cartago. El barrio Villa Carola en el municipio de Dosquebradas ha sido totalmente destruido. Tenemos un reporte de aproximadamente 30 viviendas colapsadas y un número sin determinar de otras viviendas con graves daños, más las afectaciones a los acueductos del sector, que deja sin el suministro de agua a cientos de familias”. Apagó su transistor. Empezó a hacerse una imagen mental de Villa Carola, a dimensionar lo ocurrido. Recordó en especial a unos pequeños que había visto dos días atrás jugando por las calles del barrio, con cascabeles en las manos, listos para la novena. De inmediato llamó a sus compañeros de la junta y canceló la actividad programada para la noche. Luego de la llamada empezó a darse cuenta del fallecimiento de varios de sus conocidos. No pudo contenerse y volvió a la zona del evento, donde se puso a disposición de los organismos de socorro para ayudar en lo que pudiera. Pude acercarme a alguien de la Defensa Civil, no sé quién, y le dije: mire yo tengo vehículo con equipo de perifoneo por si puedo ayudar en algo. Me respondió: voy a consultar y ya le aviso. Esperé cerca de dos horas y no lo volví a ver. Como en carro no había arrimadero y yo en mi silla de ruedas simplemente era un obstáculo más, me retiré de la zona”, relata don Elmer con resignación.
Energías en acción Cuando amaneció nos encontramos con un panorama muy desgarrador: personas muy quemadas, casas destruidas y muchas necesidades juntas. Son imágenes que a mí no se me han borrado”, recuerda el teniente Joaquín Ocampo. Esas primeras horas de la mañana del 23 de diciembre de 2011, para la comunidad afectada por la emergencia no fueron la mismas que tuvieron los demás habitantes de Dosquebradas, quienes pensaban salir temprano a comprar los aguinaldos y regresar a casa a disfrutar con los suyos. Ese 23 de diciembre no sería igual porque
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todo Villa Carola, parte de La Divisa y La Romelia estaban destruidos y no había casas adonde llegar, sino atrapados que rescatar y pertenencias por recuperar. Uno de los dramas que me tocó fue encontrar regalos, cartas al niño Dios, dinero. Me detuve a leer las cartas de los niños, se observaban los regalos y fue muy triste ver todas las ilusiones de esa comunidad truncadas, fue muy triste… son imágenes que nunca olvidaré, ver todas esas esperanzas y sueños truncados”, rememora el teniente. Cuando el patrullero Breiner Vargas de la Policía Comunitaria se encontraba en formación, recibió instrucciones de dirigirse con sus compañeros a la zona de la emergencia para apoyar en el control del orden público. Siempre recordará el panorama que se encontró al llegar. Nosotros hemos estado presentes en muchas emergencias, pero como la de Villa Carola ninguna, no solo por el impacto de la misma; es muy triste ver tanta destrucción, tanto dolor y una comunidad desolada y sin tener certeza de lo que va a ser de ellos”, relata el patrullero. La tarea inicial de la policía era recuperar el control de la zona, para lo cual se dispusieron cerca de 200 hombres de la institución que acordonaron inicialmente el área de Villa Carola. El segundo anillo de seguridad se estableció unos metros más abajo con el fin de evitar el ingreso de “los amigos de lo ajeno” para aprovecharse de la vulnerabilidad de las personas y la soledad de las casas que aún quedaban en pie. El último fue en el puente de La Romelia, donde iniciaron las explosiones y donde había varias casas destruidas, muy cercanas a las vías principales, lo cual les daba mayores oportunidades a los saqueadores y curiosos. Las labores de los organismos de socorro se concentraron en evacuar a los heridos hacia los centros asistenciales, así como en el rescate de las personas atrapadas debajo de los escombros, labor que demandó una coordinación de las entidades de atención de desastres para completar el duro trabajo adelantado desde tempranas horas de la mañana.
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En medio de todo este dolor y angustia se dio un proceso muy bonito y fue la coordinación y camaradería que se generó entre todos los organismos de socorro; esa solidaridad en la que todos pueden estar apoyando, trabajando por un mismo objetivo. Era un escenario con una mancha de colores, naranja, rojo, azul, verde, no había distinción”, explica el teniente Joaquín Ocampo. Mientras transcurrían las horas, la necesidad de encontrar a quienes estaban debajo de los escombros se volvió un reto para todos. Cuando salió el sol ya teníamos todo un esquema de trabajo montado. Logramos ver el impacto del evento: escombros, cuerpos, y comenzamos la labor de búsqueda de los desaparecidos, un total de 11. A medio día ya habíamos encontrado la mayoría de ellos. En ese momento empieza la tarea de buscar un bebé de dos años y a un niño de nueve años”, relata el teniente Ocampo. Encontrar estos dos menores de edad se convirtió en una tarea prioritaria, de la que muchos hicieron parte: los organismos de socorro, los perros adiestrados en búsqueda y rescate, además de quienes estaban al lado de los padres y familiares de los niños. La situación era de caos, tristeza y desesperanza. Debemos decir que en esas primeras horas, como había tantas personas fallecidas, se concentró una angustia tremenda en el sitio. Todavía no habían encontrado a dos menores de edad y desde lo social en esta situación tan compleja, lo importante era acompañar el duelo de esas familias. Todavía se me hace un nudo en la garganta al recordarlo, había un señor y otra familia que no encontraban a sus familiares debajo de los escombros”, afirma Martha Irene Ruiz, gestora social de Ecopetrol. Durante más de 20 años de oficio, Jhon Jairo de la Pava se convirtió en uno de los socorristas más calificados del país. Por esta experticia ha sido llevado en representación de Colombia a asistir emergencias internacionales como los terremotos de Haití y Chile. Uno de los principales retos de él y su equipo era rescatar el mayor número de personas con vida o cuerpos de fallecidos. Un hombre se
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acercó y le dijo que su hijo pequeño se encontraba en la casa cuando colapsó. De inmediato se dieron a la tarea de encontrarlo. El papá de un niño nos decía que él estaba allí, que no lo dejáramos de buscar. Fue tanto el ánimo de encontrarlo que después de las 10 de la noche seguimos buscándolo, creíamos en la palabra del papá que nos decía que el niño estaba allí. Al momento de sacarlo nos sentamos, no nos hablamos, tomamos un respiro y analizamos la necesidad de creerle a la gente, de ponerle cuidado a los testigos cuando manifestaban que alguna persona se encontraba desaparecida”, comenta Jhon Jairo. La meta de todos los socorristas era salir de la zona sin dejar un solo desaparecido, recuerda el teniente Joaquín Ocampo. Hubo algún mago que dijo: ‘está muy oscuro, paremos la búsqueda’ y yo les dije, ¡no, no y no!, prendan linternas, o en lo oscuro, pero no nos vamos hasta no encontrar los niños. A un socorrista no se le puede decir eso, porque nuestro deber en la vida es ayudar y nunca abandonar”. Al niño de nueve años lo encontraron a las 10 de la noche de ese 23 de diciembre. Para entonces ya habían hallado al bebé de dos años. En medio de una tristeza generalizada, la comandante de bomberos de Dosquebradas aseguró haber cumplido su deber de sacar hasta la última persona de los escombros, comenzar con la labor de ubicación de los damnificados y acompañar en el duelo a quienes habían perdido sus seres queridos y sus pertenencias.
Ponerle el pecho a la ventisca Faltaban solo ocho días para que Víctor Manuel Tamayo entregara su cargo como gobernador de Risaralda, cuando una llamada de su secretario de Gobierno, a las seis de la mañana, lo puso en contexto de la grave situación. Como era su costumbre, el mandatario había madrugado para realizar sus oraciones diarias, actividad que tuvo que suspender para reunirse en el palacio gris con algunos miembros de su despacho, con el fin de trazar acciones de atención a la emergencia.
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A las 6:30 de la mañana me reuní con los secretarios de Gobierno y de Salud para analizar la situación. Se hablaba de una válvula ilícita que había provocado una explosión que dejó personas muertas y otras heridas. Llamé telefónicamente a la coordinadora del Comité Regional para la Atención de Emergencias, quien tenía mayor información que la registrada por los medios hasta ese momento. Di instrucciones a mi equipo de seguridad y salimos rumbo al sector de la emergencia”. Cuando la comitiva se aproximaba al parqueadero de la gobernación, Tamayo Vargas recibió una llamada de su asesora de comunicaciones. Desde el otro lado de la línea las noticias eran más preocupantes aún. Me dice Adriana Mercedes: gober, como le parece que en ese barrio de la tragedia vive Fabián Ortiz, nuestro camarógrafo, y hasta el momento no se sabe nada de él ni de su familia. En ese momento la tragedia había tocado también a mi gente, me preocupé porque sabía que ese muchacho había sido papá tan solo unos días atrás”, afirma Tamayo, antes de hacer una pausa para recordar más detalles. Mientras el gobernador se dirigía al sitio coordinó algunas ayudas primarias para los afectados. Dos camiones con mercados y elementos de hogar salieron rumbo al lugar de la tragedia. Al llegar al sitio, el gobernador se dio cuenta de que era la primera autoridad civil en hacer presencia. Sus ojos se llenaron de lágrimas al ver las casas en el piso, la evacuación de los heridos y los cadáveres cubiertos con sábanas. Al ver esas escenas tan desgarradoras no pude contener el llanto, más cuando algunos de los damnificados se me abalanzaron a contarme lo sucedido. Eso es algo que nunca olvidaré: más que a pedirme ayuda, me contaban lo que vivieron. Al momento llegó Jhon Jairo Posada, uno de mis periodistas, y me dijo: gober, encontramos a Fabián, está en mi casa con su bebé y la señora. Lamentablemente los suegros y un cuñado murieron. Llegó a mi esa sensación de tristeza combinada con alegría, porque aunque mi camarógrafo se había salvado, su familia, o parte de ella había fallecido”.
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En su periodo de gobierno, Tamayo Vargas había tenido que afrontar múltiples inundaciones en La Virginia y deslizamientos en varios municipios, pero nunca una tragedia como esta en un municipio del Área Metropolitana y a solo una semana de entregar el cargo. Uno hubiera querido hacer más, la verdad esos dos camiones con ayudas era lo único que teníamos para entregar. Sin embargo, departamentos como Caldas y Quindío enviaron otras ayudas que fueron recibidas por mi equipo y distribuidas entre los afectados”.
La palabra oficial Al mediodía del 23, la zona se llenó de más policías y soldados. De pronto se empezó a percibir un inusual movimiento de periodistas y cámaras. Había llegado la voz oficial del país: el presidente de la República, Juan Manuel Santos, estaba en el lugar, junto al ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón. Allí se reunieron con el ministro de Minas y Energía, Mauricio Cárdenas, y con la ministra de Vivienda, Beatriz Uribe.
Llegada del Presidente de la República, Juan Manuel Santos, a la zona de la emergencia, acompañado del Ministro de Minas y Energía Mauricio Cárdenas y el Gobernador de Risaralda Victor Manuel Tamayo. Diciembre 23 de 2011.
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Pronto le mostraron al presidente la zona, escuchó a los damnificados y se puso frente al micrófono. A su derecha la alcaldesa de Dosquebradas, Luz Ensueño Betancur, y a su izquierda el gobernador de Risaralda, Víctor Manuel Tamayo. Detrás del presidente estaban su ministro de Defensa y el director de la Policía Nacional, el general Óscar Naranjo. Las transmisiones de los noticieros nacionales y regionales, que ya habían hecho algo de cubrimiento del evento a tempranas horas de la mañana, se volcaron hacia Villa Carola. En vivo y en directo, a las 12:40 de la tarde del 23 de diciembre de 2011, el presidente Juan Manuel Santos le comunicaba a Colombia lo sucedido y las medidas que se iban a tomar en la Comuna 10 de Dosquebradas. Quiero ante todo y sobre todo expresarles mis condolencias a todos los familiares de las víctimas de esta tragedia que estamos presenciando. Decirles que nuestro corazón está con ellos, nuestra solidaridad está con ellos y estamos aquí para darles una voz de aliento, de apoyo. Realmente la magnitud de la tragedia es grande”. Mientras hablaba el presidente, las labores de rescate se vieron obstaculizadas por el revuelo que causó su presencia en la zona, según opina Elmer Castañeda. A mí me contó personal de la Cruz Roja cómo incluso les desconectaron una máquina con la que estaban perforando escombros para buscar gente, con el fin de conectar las cámaras y grabar al presidente. Si vienen a ayudar bienvenidos, pero es nefasto lo que sucedió. Robó la atención. La atención era el presidente, eran los representantes a la cámara, los ministros, los senadores y de ahí en adelante todo el que quisiera venir a tomarse la foto”. El cubrimiento periodístico de lo sucedido, continúa Elmer Castañeda, incrementó la incertidumbre: La espectacularización de la noticia por parte de los medios de comunicación, la predilección de estos por contar personas fallecidas y el tono utilizado en estas trasmisiones, generó mayor desesperanza e incertidumbre en la comunidad”.
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El presidente de la República hizo énfasis en el compromiso de Ecopetrol de asumir los costos de todas las recuperaciones y cirugías que se harían a los quemados, así como la reparación de los daños en los acueductos y otros aspectos en los que colaboraría el Gobierno Nacional. A las familias que perdieron su vivienda o que tuvieron daños serios en ellas, la Dirección Nacional de Riesgo les dará un subsidio de arrendamiento por algunos meses y al mismo tiempo con el Sena se va a evaluar el costo del daño y se va a subsidiar para que, en un proceso de autoconstrucción con colaboración del Sena, las casas que están ubicadas en sitios estables puedan reconstruirse. También se les van a dar todos los alimentos necesarios a los que han perdido totalmente sus viviendas y que están en situación difícil. Aquí ya está presente la misión de riesgo con todas las ayudas humanitarias necesarias. Nadie aquí va a tener por qué sufrir por hambre o por techo, luego podremos recuperar con más cuidado las viviendas que han sido afectadas”, afirmó el presidente, quien luego agradeció a los organismos de socorro, las autoridades locales, regionales y a la institucionalidad presente. Don Rodrigo Rendón recuerda que el presidente hizo entrega de algunos kits familiares dispuestos por Ecopetrol. El presidente hizo presencia y al mismo tiempo Ecopetrol consiguió unos kits familiares donde incluía lo más necesario de la casa. El presidente los entregó a las personas a las que directamente se les destruyeron las casas. Por mi casa, por la carrera 15 en La Romelia, donde ubicaron algunos damnificados que quedaron sin nada, ahí llegaron el presidente y los representantes de Ecopetrol e hicieron entregas de los kits. Eso fue el caos. Cuando el presidente llegó, todo el mundo quiso saludarlo. Los familiares al recibir estos kits de parte del presidente, no sé si lo vieron como algo de apoyo o algo politiquero”. Para don Elmer Castañeda esas palabras del primer mandatario se las llevó el viento, ya que, como él mismo enfatiza: “En el proceso de reconstrucción y ya de restitución de derechos las acciones de la Presidencia de la República no se volvieron a ver”.
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Fue así como luego del discurso y tras un contacto con la comunidad, los organismos de socorro, las autoridades y los medios de comunicación, prosiguió el trabajo del equipo que había estado durante todo el día ayudando a remover escombros, consolando a las familias, rescatando sobrevivientes. Se sumaban cada vez más personas al equipo de Ecopetrol para ponerse al frente de la atención al evento, entre ellas el ingeniero Jaime Bocanegra y el resto de refuerzos para atender la emergencia. Una de las profesionales que se sumó a la labor fue la doctora Martha Vélez, líder de la Unidad de Salud de Occidente de Ecopetrol en Antioquia, quien atendiendo instrucciones del líder social de Occidente, se desplazó vía terrestre desde Medellín, arribando a Dosquebradas en horas de la tarde. La profesional destacó el compromiso de sus colegas del Hospital San Jorge en la atención de la primera fase de la emergencia. A pesar de ser 23 de diciembre, los residentes, los estudiantes, todos se mostraron dispuestos a colaborar. Prácticamente en la tarde ya todos los pacientes estaban direccionados: los hospitalizados, los que estaban de alta y los que tuvimos que remitir a otras localidades”. La carencia de una unidad de quemados en la ciudad implicó una urgencia adicional, pues el traslado de los pacientes suponía unas condiciones especiales, según la doctora Vélez. Aunque teníamos gente muy grave, no se trataba de remitir a los pacientes por el mero hecho de hacerlo y correr el riesgo de que murieran en el traslado. No era solo conseguir la cama en Cali o Manizales. Se trataba de estabilizarlos y prepararlos para que pudieran soportar el viaje”. La tarde cayó, y como lo recita don Elmer Castañeda, “ya no había pitos ni sirenas de ambulancias. Un solidario silencio llegó con la noche”. Cuando la alcaldesa de Dosquebradas, Luz Ensueño Betancur, se disponía a salir del lugar sobre las 7:30 de la noche de ese 23 de diciembre, fue abordada por don Carlos Vélez, un carpintero que se desempeñaba como presidente de la Junta de Acción Comunal de La Divisa. Don Carlos narra lo que vivía su comunidad en ese momento y lo que tuvo que hacer para conseguir la ayuda necesaria.
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Yo estuve tratando de subir a Villa Carola desde las 3 de la tarde, pero solo pude pasar dos anillos de seguridad a las 6:30. Solo pude llegar a la mitad del camino. Yo era un líder comunal y les decía a los policías: necesito colaboración para el barrio, pero nada. Serían las 7:30 de la noche cuando vi que salía el carro de la alcaldesa. Bajé corriendo y junto al puente me le atravesé, me identifiqué y le dije: doctora, en el barrio no ha entrado ni una gota de agua, la gente está sin comer nada. Inclusive hasta lágrimas le costaron, porque de ver la situación se conmovió. Ella vino personalmente a las 8:30 de la noche y trajo personas para ayudar”. Cuenta don Carlos Vélez, que mientras buscaba alimento para sus vecinos, vio como la segunda planta de su casa se desplomaba.
Manos a la obra La mañana del 23 de diciembre en el aeropuerto de Bogotá se mostraba agitada. La inminente llegada de la celebración de Navidad impulsó a cientos de viajeros a buscar sus hogares de origen para reunirse en familia. A su vez, en la base aérea de Catam se preparaba un grupo de hombres y mujeres vestidos de azul. A diferencia de los otros, ellos no viajaban a ninguna celebración: lo hacían para enfrentar la mayor emergencia vivida por la compañía a la que pertenecen. Los que se preparaban para viajar hacían parte del plan de acción organizado por Ecopetrol para atender la emergencia. Pedro Rosales, presidente encargado, y Álvaro Castañeda, vicepresidente de Transporte y Logística, el ministro de Minas y Energía, Mauricio Cárdenas Santamaría y el general Rodolfo Palomino, de la Policía Nacional. Al llegar a Dosquebradas, encontraron que la situación era mucho más grave de lo que imaginaban. Lo mostrado por los medios de comunicación era solo una parte de lo que verdaderamente había pasado: casas destruidas, árboles incinerados, familias llorando a sus víctimas y a sus heridos. De inmediato la delegación de Ecopetrol se puso manos a la obra. Yo nunca había tenido una experiencia tan aterradora. Tengo 24 años trabajando en Ecopetrol y buena parte de mi carrera la he desarrollado en el área de hidrocarburos. Infortunadamente antes de este también tuve que manejar otros asuntos complejos, como
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El ingeniero Pedro Rosales, presidente encargado de Ecopetrol y el Ministro de Minas y Energía, Mauricio Cárdenas, escuchan los testimonios de habitantes del barrio luego de lo vivido. Diciembre 23 de 2011.
derrames o incendios ocasionados por atentados. Pero cuando llegamos en helicóptero, dimos un sobrevuelo por el área y no lográbamos entender lo que había pasado. Claramente la dimensión de lo que sucedió desbordaba cualquier previsión que nosotros hubiésemos tenido, porque en primer lugar se trataba de un poliducto pequeño, de un diámetro de 6 pulgadas. Normalmente nuestras tuberías son incluso más grandes. Y segundo, cuando ocurre algún tipo de derrame hay algún incendio, pero no la devastación tan fuerte que se ocasionó en Dosquebradas, en donde no solamente se produjo un incendio en la cuenca en un tramo largo, sino esas explosiones en las casas que en un principio no lográbamos entender qué relación tenían con el evento. Eso desbordó todas las previsiones que pudiéramos tener y, en un primer momento, quedamos bastante desconcertados con lo que vimos”, afirmó Pedro Rosales. Desde la distancia, Javier Genaro Gutiérrez, presidente de Ecopetrol, no colgaba su celular y ayudaba a coordinar la atención de la emergencia. Sabía muy bien que, aunque estaba en vacaciones, debía hacer total presencia en la zona. Pero mientras coordinaba su viaje de regreso solo podía liderar la atención desde su teléfono móvil.
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Recordemos que el evento fue sobre las 4:35 de la mañana, cuando se presentó la explosión, y prácticamente desde las 6:30 hizo presencia toda la gente de Ecopetrol y vale la pena decirlo, no solamente funcionarios de Ecopetrol, sino también autoridades. El ministro de Minas y Energía, el doctor Mauricio Cárdenas, nos acompañó en todo este proceso y nos brindó su respaldo con toda su actitud generosa para apoyar las acciones que se estaban tomando por parte de las personas de Ecopetrol para atender primero a las personas afectadas, pero también a sus familias y coordinar toda la situación”, declaró el presidente Gutiérrez. Ya en la zona, el personal de Ecopetrol empezó a organizar la atención de las personas afectadas. La articulación de autoridades nacionales, del equipo principal de la compañía y de las entidades que atendieron la emergencia, permitió obtener un primer informe sobre la cantidad de heridos, las personas que se atendieron en las carpas, traslados a hospitales y un número aproximado de fallecidos. Varias instituciones, entre ellas empresas prestadoras de servicio de ambulancias y la Fuerza Aérea Colombiana, jugaron un importante papel en el traslado de heridos a otras ciudades, según lo recuerda la doctora Martha Vélez. Nuestro papel corporativo en ese momento era facilitar, apoyar, identificar los recursos. De esa manera, se aprovechó la presencia de la Fuerza Aérea para el traslado de algunos pacientes a Cali y Bogotá, así como la colaboración de los prestadores locales de servicio de ambulancias para la movilización desde un centro asistencial a otro”. Otra de las preocupaciones del equipo de Ecopetrol que llegó a la zona era cómo atender la alimentación de las personas afectadas, pues en su mayoría habían quedado solo con la ropa que llevaban puesta en ese momento. Por esta razón se tomó la decisión de suministrar alimentos, no solo a los directamente afectados por haber perdido su casa, sino también a las personas de los barrios aledaños a quienes se les interrumpió el flujo de electricidad, y a todo el personal que estaba colaborando en la atención de la emergencia.
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“¿Qué va a pasar con mi casa? ¿Con mis parientes heridos? ¿Hasta cuándo nos van a dar comida? ¿Dónde vamos a vivir?”. Estas y muchas otras preguntas eran planteadas por los afectados a los funcionarios de Ecopetrol. Esto evidenció que entregar información clara y oportuna era un elemento clave para atender a la comunidad. Por tal razón se establecieron dos puntos de información, con el fin de que los afectados y los habitantes de la zona pudieran tener respuesta a sus inquietudes. Estos cuestionamientos eran revisados y redireccionados a las áreas correspondientes para darle una solución oportuna a la comunidad. Para Ecopetrol, la prioridad en ese momento era la gestión social y por medio de ella darles atención inmediata a las personas afectadas. La directora de Gestión Social de la compañía se encontraba en Argentina visitando a sus padres. María Tonelli tuvo que coordinar a través del teléfono y de los medios tecnológicos disponibles las acciones necesarias. Sin embargo, se encontró con que muchos de los miembros del equipo se vieron impactados por el evento. Muchos no aguantaban, hubo gente que fue, estuvo un día, día y medio y el dolor fue tan grande que no pudieron estar más. No podía decirle a la gente ‘aguántese el dolor’ porque una cosa tan triste no era para todos los profesionales. Muchos sacaron energía y fuerzas de donde no tenían, entendieron la situación y pudieron sacar el valor para acompañar todo este proceso que estaba viviendo la gente de Dosquebradas. Creo que fue, como dice el presidente, un antes y un después para Ecopetrol, bastante duro”. Con la barrera de la distancia como su principal enemiga, María Tonelli sentía que debía estar en el sitio. Para ella, la comunicación vía telefónica solo estaba generando alguna molestia en el personal que se encontraba en la zona afectada. Yo sentía que se molestaban cuando llamaba. Después empecé a mandar mensajes porque decía: bueno, ellos están corriendo y preocupados. Y uno llama y ellos sienten que llamo a pedir cuentas y no era así, yo entendía en lo que ellos estaban. En una situación de mucha confusión, las distancias son tenaces. Me di cuenta de lo pegado que está uno a su compromiso como empleado de la empresa”.
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La quebrada Aguazul se contaminó en un tramo de dos kilómetros, entre la vereda Aguazul y el puente de la calle 80 en el barrio La Romelia. Diciembre 2011.
La preocupación de Tonelli no era para menos si se tenía en cuenta que el área social dirigida por ella era muy importante en la zona de emergencia, dada la cantidad de familias y personas afectadas. A eso se sumaba la destrucción de sus casas y sobre todo la pérdida de sus seres queridos. A tres horas de viaje por carretera, en Cali, el ingeniero Luis María Potes, quien en ese momento lideraba la gestión social de la Regional Sur de Ecopetrol, se mantenía al tanto del avance de la gestión en la emergencia ocurrida en Dosquebradas, dispuesto a desplazarse en cualquier momento. El 25 de diciembre, después de toda la avanzada que había desplegado la empresa, María Tonelli, conociendo su desempeño y experiencia, le solicitó viajar a la zona a apoyar el proceso. Llegué el 26 de diciembre a ayudar porque yo no lideraba esta zona. Sin embargo, cuando llegué me pidieron elaborar un plan que le presenté en ese momento al presidente encargado de la empresa. Dijimos que había unas personas que se iban a quedar en el albergue, otras se iban a quedar consolidando el censo, unas cuantas suministrando la
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alimentación, y así nos distribuimos. Me traje a Hernán Lozano, a Leonardo Herrera y al grupo de Gestión Social que tenía con Corporiesgos: Diana Saavedra, Diego Iglesias y Cristina Hurtado. De Bogotá mandaron unas personas y en total formamos un equipo de 26 integrantes de Gestión Social. Armamos unos turnos, que iban de miércoles a miércoles, para que tuvieran tiempo de descansar el fin de semana y así se hizo”, recuerda el ingeniero Luis María Potes. Había personas encargadas de gestionar todo para los sepelios, entregar las ayudas, otros en los albergues, otros atendían los daños menores, se abordaban todos los frentes que desde lo social se pudieran apoyar. Antes de llegar aquí me dijeron simplemente que viniera a apoyar, pero ya con el plan en marcha, acordamos que yo coordinaba todo el trabajo de campo que se hacía desde gestión social y Juan Manuel Moncada estaba pendiente de las instituciones, del relacionamiento con la Alcaldía y ese tipo de cosas”, puntualizó Potes. En las primeras setenta y dos horas este frente de trabajo se encargó del suministro de alimentación, la ubicación temporal de las familias, el alojamiento de personas que llegaron desde otras ciudades buscando a sus seres queridos y el contacto con líderes de la zona y con las Juntas de Acción Comunal. También de la coordinación de los sepelios. El transcurso de la mañana del 23 no solo dejó en evidencia la estadística de personas fallecidas, heridas, casas colapsadas y otras afectadas. También mostró el grave impacto ambiental. La quebrada Aguazul, de la cual se surtían de agua varias veredas y barrios de la Comuna 10 estaba totalmente contaminada: por su corriente bajaron 1.400 barriles de gasolina motor que se derramaron por la ruptura del tubo. A eso se sumaban los árboles incinerados y la tierra impregnada de combustible. En desarrollo de las acciones ambientales, Ecopetrol coordinó actividades con el Instituto Colombiano del Petróleo para el desplazamiento de personal y recursos, con el objetivo de hacer monitoreos a la quebrada Aguazul y al caño N.N. La descontaminación del agua y su rápida limpieza eran prioridad.
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En conjunto con la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (Carder), se realizó un recorrido por la zona afectada para determinar la logística, los equipos y las herramientas necesarias para la limpieza y la eliminación de los desechos de hidrocarburos concentrados en las orillas de la quebrada o retenidos en las piedras. Desde el mismo momento de la emergencia ambiental, Ecopetrol estuvo presente y no escatimó esfuerzos para lograr los resultados. Es una empresa responsable ambientalmente y lo demostró en la atención de Aguazul y Villa Carola”, afirma Juan Manuel Álvarez, director de la Carder. Ecopetrol sabía que una de las acciones prioritarias era restablecer el servicio de agua a los sectores aledaños afectados y que recibían el agua potable por parte de la compañía de Servicios Públicos Domiciliarios Acuaseo, una de las responsables del servicio en el sector. Con ellos se efectuó una limpieza de sus instalaciones, así como reparaciones menores para restablecer el suministro. En cuanto a la empresa Acuaseo, los daños que se presentaron fueron básicamente en equipos de dosificación de esta planta y alguna infraestructura, como techos e implementos que tenían ubicados en su planta de distribución de agua. Ecopetrol lo que hizo fue la entrega de equipos a Acuaseo, los de dosificación para iniciar nuevamente con la potabilización de agua, y comenzar con el suministro de agua apta para consumo humano. También se dispuso de la instalación de una tubería de captación alterna de agua, dado que la bocatoma principal de Acuaseo se vio afectada por la presencia de hidrocarburo en la quebrada Aguazul. La planta de tratamiento como tal quedó operativa el 29 de diciembre”, informa María Isabel Cabarique, profesional de Ecopetrol, coordinadora ambiental en el proceso de Dosquebradas. La emergencia también generó daños en los acueductos comunitarios de La Romelia y La Divisa. En La Romelia, la afectación que se presentó fue en tuberías y mangueras. Ecopetrol suministró los accesorios para la reparación de las mismas. Este acueducto entró en funcionamiento el mismo 23 de
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diciembre. En el acueducto La Divisa, la mayor afectación fue en las mangueras de distribución y Ecopetrol entregó más o menos tres kilómetros de mangueras y accesorios para la reparación. Este acueducto entró en funcionamiento el 1º de enero de 2012”, añade María Isabel. Como respuesta inmediata, Ecopetrol gestionó con Bomberos la instalación de tanques provisionales para el suministro permanente de agua en el sector. Así lo recuerda Diego Buitrago, habitante del barrio Tejares de la Loma. Todos los que tuvimos problemas con la suspensión del servicio, gozamos de acceso al agua potable. En el caso nuestro entregada por Bomberos”.
Rumores… rumores “Estaban robando gasolina y dejaron esa llave abierta, la gasolina explotó y vea lo que causaron esos delincuentes”, decía un habitante del sector entrevistado por un medio nacional de televisión. Esa era la hipótesis en la zona afectada y en el país; y no sin razón, porque había antecedentes de emergencias por robo en el sector. Uno de ellos en el año 2002, cuando se generó un incendio de magnitud por un derrame de gasolina a causa de una válvula ilegal. Una de las directrices de acción para los funcionarios de Ecopetrol era determinar la causa del derrame de gasolina. La Carder realizó una primera valoración, contenida en el concepto 4288 del 29 de diciembre de 2011, en cuyas conclusiones iniciales no desestimó como causa probable una posible falla de mantenimiento, actualmente descartada en función de estudios especializados posteriores. A continuación se expone el concepto inicial de la Carder. Se requerirá de la complementación de la información sobre vulnerabilidad, incluyendo factores endógenos (propiedades físicas de la tubería, comportamiento mecánico, aspectos metalúrgicos, entre otros) así como factores exógenos (geológicos, sociales y sectoriales) que permitan evaluar integralmente la vulnerabilidad tanto por resistencia como por exposición. Asimismo sobre aspectos geotécnicos para la determinación de la estabilidad y dinámica de la ladera, que permitan precisar en detalle los procesos de deformación de la misma”.
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Poliducto Puerto Salgar - Cartago en el punto de ruptura, vereda Aguazul. Diciembre 23 de 2011.
Por su parte, Ecopetrol contrató estudios especializados que permitieran determinar la causa de la ruptura del poliducto. De acuerdo con las conclusiones que presentan los estudios realizados por compañías especializadas en estas materias, se determinó que, derivado de la ola invernal, se produjo una sobresaturación de agua en el terreno donde se encuentra instalada la tubería. Lo anterior aceleró un movimiento de tierra conocido como reptación, que produjo una excesiva tensión sobre la tubería, generando una tracción que superó el límite de resistencia para el cual está diseñado el sistema”, señala Alejandra Echeverry, coordinadora jurídica de Ecopetrol en Dosquebradas. Según la autoridad climática en Colombia, Ideam, la ola invernal presentada en los meses de octubre, noviembre y diciembre de 2011 en el municipio de Dosquebradas fue la más fuerte de los últimos cuarenta años. Esta afirmación respaldaba los estudios adelantados. Los estudios indicaron además que este tipo de movimiento de terreno es extremadamente lento y puede intensificarse durante los periodos de mayores lluvias y actividades de deforestación”, precisa Alejandra Echeverry.
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Tres estudios, dos nacionales y uno internacional, dejaron como conclusión que la ruptura del poliducto fue provocada por un fenómeno natural. Luego de varios meses de análisis e investigaciones, el perito Alejandro Toro Betancurt, adscrito a la Fiscalía Tercera Especializada de Pereira, entregó como resultado la siguiente conclusión: Concepto de falla: la fractura de la tubería se produjo por una combinación de esfuerzos de tracción (dominantes) y flexión, distribuidos sobre toda la sección circunferencial. No se detectaron evidencias de la incidencia de factores localizados, como ataque químico, intervención mecánica (cortes, perforaciones, etc.) o existencia de entallas. La respuesta del material fue dúctil y no se encontraron deficiencias o irregularidades en su calidad metalúrgica, química o mecánica”.
El reto continúa Al terminar la evacuación de los heridos, el desafío se enfocó en la atención de las personas lesionadas y que presentaban un delicado estado. Las mismas fueron remitidas a diferentes centros asistenciales de Pereira y Dosquebradas, como los hospitales Universitario San Jorge y Santa Mónica, además de las clínicas Comfamiliar, Los Rosales, Cardiovascular del Niño, Cruz Verde y Saludcoop. Muy pronto las unidades de sangre escasearon y la capacidad de sus profesionales se puso a prueba en todo nivel. Consciente del compromiso inicial, Ecopetrol dio respuesta a las exigencias del momento. Fue así como asumió los gastos de la atención de los heridos, de las cirugías requeridas y de los medicamentos para garantizar una atención oportuna y de la mejor calidad. Me acuerdo del caso de una bebé. La mamá se acercó a decirme: doctora, lo que pasa es que mi niña está hospitalizada. Ella estaba en buenas condiciones de salud y me dijo que no tenía tetero, ni leche, ni compotas y eso no se los daban en el hospital. Insistía en que por favor le colaborara. Todas esas atenciones las realizamos, a todas las solicitudes se les daba respuesta”, asevera Beatriz Yara, gestora social de Ecopetrol en el Valle del Cauca.
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El proceso de atención no solo se dio en la red hospitalaria de Risaralda. Debido a la gravedad de las heridas y quemaduras, se debieron trasladar personas a hospitales de Manizales y Cali, para lo cual se firmaron convenios con Corporiesgos en Cali y con la Cruz Roja de Caldas, con el fin de abarcar todas las necesidades que en materia de salud se presentaban en ese momento. Recuerdo a una señora que había enterrado a uno de sus hijos y que tenía a otro muy grave a quien iban a trasladar a Cali. Ella dijo que debía acompañarlo, pero no conocía a nadie allí, no tenía donde llegar, ni dinero. Por eso solicitaba ayuda. Casos como este se empezaron a atender, cubriendo también todos los gastos de los acompañantes que fueran a estar con los heridos fuera de la ciudad”, explicó Beatriz Elena Yara. Para quienes debían trasladarse a otras ciudades, se creó un modelo de subsidios mediante convenios, como una manera de acompañarlos en los momentos de mayor dificultad. Había una persona que se llama Ana Sir Leidy. Ella trabaja en Corporiesgos, es una trabajadora social, muy espiritual, y no hizo solo la tarea de llevar el subsidio, sino que atendía a las familias en algo más. Por ejemplo, ellas no conocían la ciudad, y como cada hospitalizado tenía un acompañante, gente que no tenía ropa, entonces con ese dinero que les daban, ella les decía, venga, yo lo acompaño para que compren algo de ropa. Les enseñó también a transportarse en el sistema masivo para que no siempre tuvieran que tomar taxi. Estuvo muy cerca de los familiares de los hospitalizados en Cali, y me llamaba a decirme las novedades y las situaciones que se presentaban”, añadió Beatriz Elena Yara.
Dolor animal Los animales también fueron atendidos por diferentes instituciones que se hicieron presentes, entre voluntarios y asociaciones protectoras de animales públicas y privadas, que quisieron proteger a aquellos que se quedaron sin hogar y muy lastimados por el impacto de las explosiones.
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Animales domésticos que resultaron lesionados luego de las explosiones fueron atendidos por la Asociación Protectora de Animales de Pereira. Diciembre 25 de 2011.
En el evento se vieron afectadas especies animales. De su atención se hizo cargo nuestro aliado, la Fundación Gente Ecopetrol, a través de unos convenios con algunas fundaciones protectoras de animales de Dosquebradas y Pereira, para prestar asistencia médica a los 180 animales afectados, de los cuales fallecieron 34, entre perros, gatos, mascotas domésticas más que todo”, informó María Isabel Cabarique, coordinadora ambiental de la gerencia de Dosquebradas. A esta labor se sumaron varias asociaciones y fundaciones, entre ellas la Asociación Protectora de Animales y Plantas de Pereira. Nosotros llegamos a la zona aproximadamente a las 10 de la mañana. A partir de ese momento se realizaron las labores de reconocimiento, búsqueda y rescate hasta las 8 de la noche. Ese día se rescataron 31 pollos, 9 caninos, un felino y un garrapatero. El sábado y domingo fueron atendidos con medicamentos, alimentación y asistencia veterinaria un total de 98 animales de la zona”, sostuvo Mónica Londoño, directora de la Asociación Protectora de Animales y Plantas de Pereira (Apap).
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Para quienes estaban pasando por esta situación, sin sus pertenencias, con heridos y familiares fallecidos, lo último de lo que podían encargarse en ese momento era de sus mascotas. Por eso, con la gestión de Ecopetrol y de la Apap ingresaron a la clínica 67 animales, distribuidos así: 45 aves (de las cuales murieron 14); 8 gatos, de los cuales uno se sacrificó el mismo día por tener quemaduras de tercer grado en el 80% del cuerpo; y 14 perros. Hubo 6 perros, 6 gatos y 6 pollos que prácticamente entraron a cuidados intensivos desde que llegaron. Tenían lesiones muy graves en los ojos y quemaduras en la cara y las orejas. Los ojos estaban muy lastimados y a todos los animales que ingresaron les aplicábamos gotas para hidratárselos. Las gallinas fueron las que más salieron lesionadas, se les hizo de todo a esas pobres gallinas, hasta en cuidados intensivos estuvieron”, explica Mónica Londoño. El proceso de atención de los animales duró varios días. En el momento de llevarlos a la clínica se tomaron los datos de 40 propietarios que se encontraban presentes en la zona, y cuando estuvieron en buen estado de salud, la Apap se comunicó con los dueños y algunos de ellos fueron a reclamarlos, pero otros no contaron con la misma suerte. Se devolvieron a sus dueños 16 animales, pero hubo muchos animalitos que se quedaron mucho tiempo en la Apap. Recuerdo el caso de una perrita que tenía cachorritos. Esos fueron dados en adopción”, añade la funcionaria.
Un hogar provisional El 23 de diciembre la comunidad esperaba respuestas. La Oficina Municipal de Atención de Desastres de Dosquebradas (Ompade) se hizo presente para colaborar en la elaboración del censo y la entrega de ayudas humanitarias a las familias que lo habían perdido todo. Luz Adriana Mejía, profesional de la Ompade, estuvo presente desde temprano en el sitio donde se instaló el Puesto de Mando Unificado. Después de que las entidades operativas terminaran con la
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labor de rescate de los desaparecidos, comenzó la tarea de consolidar el censo, labor que presentó ciertos inconvenientes por el caos y el pánico de la gente y por las condiciones de la zona, presentándose inconsistencias en el levantamiento de la información. Sin embargo, con el pasar de las horas, se logró levantar el censo que identificaba las personas afectadas por la emergencia. Nos tocó visitar varias veces las viviendas, revisando los registros de las familias. Durante tres días estuvimos en un auditorio verificando casa por casa, familia por familia, para llegar a algo más acertado. Según el censo, el total de núcleos familiares afectados fue de 133. Viviendas con daños menores 106, colapsadas 21 y no habitables 16. De igual manera resultaron comprometidas 69 familias. Igualmente sufrieron daños un parqueadero, una empresa de manejo de residuos sólidos que es de una asociación comunitaria. Súmele dos lesionados de la empresa Acuaseo”, informó Luz Adriana Mejía. Desde el primer día de la emergencia se estableció un albergue en el colegio Bosques de la Acuarela, sitio escogido por la comunidad con miras a estar cerca de sus viviendas y que estuviera dentro de la Comuna 10. En este colegio se adecuaron 3 salones, que inicialmente recibieron a 15 familias, en los cuales se brindó acompañamiento constante por parte del área de gestión social de Ecopetrol y de la Alcaldía. En la tarde y noche del 24 me asignaron el albergue del colegio Bosques de la Acuarela, donde estaban llegando todos los familiares de los afectados. Había que coordinar el suministro de la alimentación a los que se encontraban en el albergue”, recuerda Beatriz Yara. Después de definido el lugar, la Ompade, con el apoyo de Bienestar Familiar, la Cruz Roja y psicólogos de la Comisaría de Familia y Ecopetrol, se dispusieron a establecer allí varias áreas de trabajo, como la adecuación del lugar para que las personas se pudieran instalar. Con ese fin se determinó dónde preparar los alimentos y dónde instalar las unidades sanitarias y la zona de recreación para los niños.
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Fue una experiencia terrible. Porque una cosa es ver a los vecinos y compartir con ellos una torta, una Navidad, un partido de fútbol, una rumba, ir al río, y otra es convivir con las personas, es algo muy complejo. Sin embargo tratamos de resistir y lo hicimos por una semana”, recuerda doña María Victoria Ortiz. Las ayudas humanitarias llegaron poco a poco. Los recursos provenían en algunos casos de particulares y en otros de entidades nacionales y locales. Llegaron de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, de la Gobernación de Risaralda y de Ecopetrol, que estuvo siempre apoyando cada uno de los procesos. Una vez conocido el censo de los adultos, menores de edad y adultos mayores, y supimos en qué condiciones estaban, empezamos a definir qué ayudas les entregábamos: colchonetas, cobijas, kits de cocina y todas las otras que se les fueron entregando a las familias”, manifiesta Luz Adriana Mejía. En el albergue se dispuso todo lo necesario para que las personas estuvieran bien. Con la seguridad que prestaba la Policía Comunitaria se logró controlar el ingreso y las situaciones de orden público que se pudieran presentar. Sin embargo, otras personas difieren de esa percepción. El 24 de diciembre, un hecho causó desazón y agudizó los sentimientos de rechazo de la comunidad hacia las autoridades municipales: una tanqueta policial fue estacionada frente a la puerta del albergue. Para don Elmer Castañeda fue indignante ver esa imagen y recuerda su encuentro con uno de sus vecinos, don Antonio Villa. Finalmente logré hablar con el señor Antonio Villa. La primera pregunta que le formulé fue ¿qué hacia esa tanqueta allí? Entonces me respondió: ah, ese fue el regalo de la alcaldesa, instalarnos ese aparato acá como si nosotros, que lo perdimos todo, fuéramos los peores delincuentes. ¡Yo estoy de acuerdo con don Antonio! Creo que la Alcaldía ahí no mostró eficiencia, sino poder. ¿Cómo es que no expide el decreto mediante el cual el municipio de Dosquebradas se ampara para la atención de la emergencia, y sí les instala un amenazante tanque de guerra frente al albergue?” critica indignado
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don Elmer, quien pudo gestionar junto con los líderes comunales el retiro del vehículo. Más allá de eso, lo más fuerte para quienes estuvieron allí fue presenciar la muerte y el sepelio de los familiares y vecinos que llegaban poco a poco, generando gran tristeza y desolación. Cuando alguien se moría y llegaban con la noticia al albergue, era un ambiente muy desolador, se sentía mucha angustia de la gente, mucha tensión. Por esa razón se decidió desde la Secretaría de Desarrollo Social, y con ayuda del equipo de psicólogos, brindar un tratamiento a las familias. En este proceso estuvieron presentes las psicólogas de la Comisaría de Familia y de Ecopetrol”, relató Luz Adriana. Dentro del albergue se vivieron situaciones de mucha tristeza, pero también de esperanza, cuando llegaban las ayudas humanitarias, en las actividades que realizaban los miembros de la Policía con los niños, los adultos mayores y las mujeres. Las necesidades y la incredulidad de la gente estaban a la orden del día. Todos querían una solución inmediata a sus preocupaciones, situación que puso a prueba a todo el equipo técnico de Ecopetrol. Cuando me llegaban con una pregunta, trataba de tranquilizar a la gente, porque tenían mucho temor. Las personas son muy incrédulas: muchas pensaban que nosotros nos íbamos a ir corriendo de la noche a la mañana. Algunas nos decían: miren, llegó diciembre y mínimo en enero esto se acaba y nosotros nos vamos a quedar aquí. Ante eso les respondíamos: no, no, tranquilos nosotros no nos vamos a ir así, aquí hemos estado todos los días”, resaltó Beatriz Yara. La tranquilidad y el orden llegaron poco a poco al albergue. Con la Policía Comunitaria se entregaron unas manillas para regular el acceso al lugar, con lo cual podían tener un control de quienes ingresaban y salían, situación con la que se debía tener especial cuidado, teniendo en cuenta que en el sitio estaban presentes menores de edad.
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Pescando en río revuelto Según versiones de quienes hoy son veedores, siendo las 8 de la mañana del 24 de diciembre, llegaron al albergue personajes bien vestidos, elegantes, algunos con maletín al hombro. Comenzaron a repartir dinero, sacaban fajos de billetes, 50 mil pesos para quien se fuera atravesando en su camino. Así fue la entrada de los abogados al albergue –insisten– con un interés disfrazado de generosidad, atosigando a quienes habían perdido algún familiar y a los afectados. Varios eran integrantes del equipo de trabajo de prestigiosos penalistas del país. Vinieron de Medellín, Cali, Bogotá, hasta del exterior. Intentaban convencer, luego llegaban al punto de exigir a las familias que les firmaran papeles; constantemente les decían que demandaran, que era mucho el dinero que se podía sacar a Ecopetrol por esta tragedia”. Otros integrantes de la comunidad tienen una percepción similar: No hubo respeto por el dolor, por el duelo, antes bien, los afectados eran vistos como presas fáciles de devorar. Cualquiera que mostraba debilidad e ignorancia ante la situación, de inmediato era cazado por los ilustres representantes del derecho en Colombia”, contaron algunos vecinos como doña Carmen Milena Sánchez, quien perdió a dos de sus seres queridos días después del evento. Yo creo que desde el día siguiente llegaron varios abogados al albergue, principalmente un abogado muy reconocido en Pereira que fue el que más presionó. Nosotros como familia siempre tuvimos muy claro que era un evento de Ecopetrol y que ellos debían responder. Hasta no tener una conversación con ellos, saber qué ofrecían, pues no aceptaríamos ningún abogado. Pero él fue muy insistente. Hubo muchos abogados, de Medellín, Cali, Bogotá, aparecieron muchos, todo el tiempo por el celular o lo buscaban a uno, vea que tienen que demandar, el Estado tiene que responder, ustedes tienen derecho a mucho dinero”, relata con decepción, recordando que los alcances de estos personajes llegaron aún hasta el sepelio de su hermana.
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El día del entierro de mi hermana tuvimos hasta dificultad con uno de los abogados, porque ni ese día lo respetó. Era encima de mi papá –vea, ustedes tienen que firmar, ya los documentos están listos. Tienen que demandar. Firme ya– No respetó ni el dolor, tocó decirle al señor que por favor respetara, que no era el momento de hacer eso. Pero el esposo de ella en medio de ese dolor, rabia y tristeza, firmó. Después yo sé que fueron muchos los que se arrepintieron porque realmente no había necesidad de dejarle la plata a un abogado. Ecopetrol estaba pagando lo justo”, afirma doña Carmen Milena. Tanto para doña Carmen Milena y su familia, como para los demás hogares afectados por la emergencia, los abogados se volvieron una presencia constante. Los buscaban varias veces al día y generaban una presión muy fuerte en la comunidad. Varios accedieron a las propuestas que les presentaban. Otros decidieron no hacerlo, como don Héctor Fabio Osorio, quien recuerda su firme respuesta ante el negocio que le planteaba uno de ellos luego del fallecimiento de su esposa, 22 días después de las explosiones. Eso parecían pirañas allá. Me sucedió algo en el preciso momento que estaba sacando el cadáver de mi esposa para ir a enterrarlo. Me llamó un abogado y me dijo que él me sacaba, como mínimo, mil millones de pesos por la pérdida de mi esposa. Le respondí: vea doctor, con el respeto que usted se merece, no hay plata que resucite esta mujer que llevo para enterrar, por favor déjeme en paz”, señala don Héctor con enojo por la falta de comprensión mostrada por todos aquellos que se querían aprovechar de esta situación.
Noche gris La novena más esperada se vivió en un tono triste, lúgubre. Las maracas no se agitaron, las panderetas no se escucharon. El coro de niños y niñas, que sonó con gran fuerza los días anteriores, se silenció como acto simbólico. No había razones para festejar, ni aún la misma Navidad. Por obvias razones llegaron menos niños de lo acostumbrado. Esta vez no fue necesario pedir silencio para iniciar la novena. Simplemente
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nos miramos y empecé: niños, la novena de hoy la dedicamos a las niñas y los niños de Villa Carola, a los que murieron, a los que están heridos, a los que perdieron sus padres, algún familiar o ser querido, a los que perdieron sus amiguitos, sus pertenencias y mascotas. Hoy entonces haremos una novena con mucha dedicación, con mucha fe para pedir por todos ellos y por quienes están en situaciones difíciles. Y como muestra de nuestra solidaridad hoy no cantaremos villancicos. Así fue, se terminó la novena, repartimos dulces, nadie preguntó por los regalos ni por la fiesta de Navidad. El silencio y la soledad que había en el barrio indicaban que cada uno había salido para su casa. Yo también lo hice. La tristeza como que produce cansancio, así que me acosté temprano”, relata don Elmer Castañeda. Villa Carola había colapsado. El olor a gasolina se había ido, ahora se percibía un aroma a devastación. Familias con dolor en el alma por la partida de sus seres queridos. La comunidad golpeada por un evento inesperado que los dejó sin viviendas, sin calles, sin barrio. Habitantes de La Divisa viviendo el mismo drama. Cientos de damnificados en los vecindarios más cercanos. Ese era el panorama. ¿Se pensaba en Navidad? No, ni los más pequeños lo hacían. La situación ameritaba un silencio de duelo y una reflexión en el interior que no le daba pie a ningún tipo de festejo. En esa noche de Navidad la solidaridad de la Comuna 10 de Dosquebradas se hizo sentir. La comunidad expresó un apoyo natural y espontáneo. Para los líderes comunales de la zona, esa fue la mejor manera de expresarles a todos los afectados que el evento realmente tocó las fibras de cada hogar de este sector del municipio industrial de Risaralda.
Réquiem por las víctimas El domingo 25 se realizaron entierros colectivos. Era un momento difícil para la comunidad por la tristeza de despedir a seres queridos, amigos y vecinos. Pocas palabras, mucho llanto. Entretanto, quienes tenían a sus familiares hospitalizados iban y venían, entre visitas y averiguaciones de qué pasaría con su reubicación y el estado de salud de los suyos.
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En la última semana del año el reto fue convivir. Eran alrededor de 25 familias en el albergue, por lo cual era complicado mantener un ambiente de armonía. Los organismos de socorro continuaban su labor. Comenzaba la consecución de casas en las que vivirían los damnificados. Los días pasaban en el albergue, las tristezas iban y venían y también llegaba la resignación de muchos. Esperanzados en un mejor futuro comenzaron a anhelar salir del albergue. No deseaban estar allí para Año Nuevo. Siempre procuramos desde que llegaron las familias al albergue, que no tuvieran que pasar el Año Nuevo allí. Se agilizó con la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo el asunto de los auxilios de arrendamiento y buscar las casas a las familias para que se ubicaran, para que compartieran con los suyos y no estuvieran en esa situación tan difícil, hacinados en un albergue temporal”, recuerda Luz Adriana Mejía. La labor comenzó entre todas las personas y entidades que estaban al mando en el albergue y por parte de la Ompade, gestionando la consecución de las viviendas cerca de la zona de la emergencia, porque la gente a pesar de la dificultad que pasaba no quería desapegarse del sector. La Secretaría de Gobierno y Control Físico fue la que nos apoyó buscándoles las viviendas. Desplazaron un grupo de funcionarios y se fueron por toda la Comuna 10 a buscar las casas. Con un trabajo muy arduo encontraron unas rápidamente. Ese proceso fue muy efectivo y se pudieron ubicar las familias”, afirma Luz Adriana Mejía. A su vez, Ecopetrol trabajaba en esa misma dirección, según el ingeniero Luis María Potes, líder de gestión social de la empresa. Yo le dije a Ana Milena Gaviria, líder del Programa Formación para el Empleo de Ecopetrol, que necesitábamos el albergue desocupado y todas las personas con contrato de arrendamiento firmado y casa donde vivir. Ella asumió esa tarea y el 30 de diciembre todos nos pusimos la camiseta y ayudamos con las mudanzas de las personas. Así cumplimos la meta”.
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Por medio de la Fundación Gente Ecopetrol, fueron entregados kits de vivienda a las familias afectadas. Diciembre 25 de 2011.
Año nuevo… casa provisional Al momento de irse para sus casas en arrendamiento, las familias recibieron un kit de vivienda, el cual fue gestionado y donado por la Fundación Gente Ecopetrol, que desde el primer momento estuvo presente en la gestión de la dotación. El conjunto incluía televisor, nevera, estufa, sala, equipo de sonido, todo el equipo de cocina, comedor y camas. Es decir, todo lo necesario para ubicarse en sus viviendas sin que nada les hiciera falta. El primer kit se le entregó a una señora que era arrendataria, doña María Victoria Ortiz, quien pensaba que esos kits eran pequeñitos, pero esa señora se puso feliz. El número de dotaciones que entregamos fueron 54. Estas se le daban a las personas que vivían en casas que colapsaron”, aseguró el ingeniero Luis María Potes.
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Así culminó 2011 para la Comuna 10 de Dosquebradas. Un fin de año amargo, marcado por este evento que conmocionó a todo el país. La noche del 31 de diciembre algunos la pasaron en sus casas y otros en los hospitales acompañando a sus familiares. Nadie olvidará ese año viejo, que contrario a lo que dice la canción, no dejó nada bueno. La comunidad asumía el año 2012 llena de incógnitas, traumas psicológicos, expectativas y en el fondo, la esperanza de salir adelante. La primera semana de 2012 trajo una serie de sucesos en los que la comunidad se vio excluida, como lo menciona don Elmer Castañeda: Las autoridades locales se estaban reuniendo para hacer el seguimiento de la situación, pero le negaban la posibilidad a la comunidad de hacer parte de estas mesas. Tanto que llegaron a cambiarle de sitio a una reunión, con el fin de desorientar a los representantes de la comunidad. Además, existía la queja de que la Oficina Municipal para la Prevención y Atención de Desastres había ofrecido un mercado semanal para que salieran del albergue y este no les estaba llegando”. Entretanto, las maestras de la Escuela Cartagena, sede Boqueroncito de la vereda Aguazul, en la cual estudiaban la mayoría de los niños de Villa Carola, decidieron regresar a la institución el 6 de enero. Fue muy triste saber que muchos fallecieron, ya que nos los encontrábamos casi todos los días en el camino, en especial a Jonathan, un estudiante de La Rivera, alegre, jovial, quien tenía grandes deseos de superarse y salir adelante”, recuerda la docente Alba Lucía Idárraga, quien llevaba cinco años trabajando en la escuela, dedicada a la formación de los pequeños. Al pasar por la zona, el panorama era impactante. Fue un momento de angustia, de tristeza. No pudimos contener las lágrimas ante tanto horror. Cada una de las casas destruidas, juguetes destrozados, ropa quemada y muchas personas removiendo escombros”, agrega la profesora Alba.
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Ante los inconvenientes de los afectados, don Elmer Castañeda se contactó con dos líderes de la zona que podían colaborar para dar solución a los problemas de la comunidad: los señores Rodrigo Rendón y Diego Buitrago. El primero recuerda cómo inició este proceso: Empezamos a convocar a la gente, a escucharlos. Los primeros ocho días fueron muy difíciles. Después se tomó un respiro y se pudo poco a poco, a pesar de la confusión y desesperación de la gente, que nos escucharan, y se fue dando la confianza entre nosotros para iniciar unas reuniones. Fue así como unos les comentaron a otros y en el transcurrir de unos días, gracias al conocimiento de don Elmer y don Diego Buitrago sobre cómo dirigir las comunidades, nació la asociación Reconstruyendo Sueños de Vida, solo de damnificados. Por este mismo tiempo se pudo crear también la Veeduría Ciudadana”, cuenta don Rodrigo Rendón, integrante de la mencionada Veeduría. Por su parte, don Diego Buitrago, quien ya había participado en el equipo de apoyo social tras el terremoto de Armenia en 1999, resalta que la iniciativa desde un principio fue desinteresada, solo pensando en ayudar a los damnificados. La primera reacción de nosotros tres como amigos fue decirle a la gente, de manera personal y espontánea: no le vaya a entregar su caso a ningún abogado, no le paren bolas a ningún abogado. De pronto ese es el primer elemento que nos dice: a la comunidad hay que reunirla y organizarla”, relata don Diego, licenciado en filosofía y reconocido entre la comunidad por ser un hombre frentero, sin pelos en la lengua. Las reuniones se realizaban los viernes en la noche en la sede comunal del barrio Galaxia. Hubo dificultades. Muchos comentarios desde afuera decían que eso no servía para nada. Tanto Elmer, como Rodrigo y Diego tuvieron que demostrar que no había intereses particulares ahí. No es lo mismo que haya tres líderes muy de la familia diciéndoles: venga, usted no le coma cuento a los abogados, cómanos cuento a
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nosotros, y los abogados diciéndoles: tenga estos cuatro milloncitos de pesos mientras miramos cómo le ayudamos. Entonces hablar de un proceso de organización cuando el otro está ofreciendo toda la plata del mundo, dándole dinero a la gente, no era fácil frente a esta situación”, declara Diego Buitrago. Según esta misma fuente, hubo otros momentos en los que la situación se presentó en distintos escenarios. Hay dos momentos muy críticos: dos misas celebradas por un sacerdote de Pereira, muy prestigioso, que muchos consideran un cantante, aunque yo no. Es un cura con orquesta. Coincidencialmente sus dos misas dedicadas a las víctimas y a la emergencia se oficiaron de manera simultánea con asambleas de la comunidad y de las organizaciones que hasta ese momento se estaban gestando. Curiosamente, en el intermedio de sus dos misas, interviene un abogado ofreciéndole el oro y el moro a la comunidad. Por supuesto creemos que esas eran acciones dirigidas a entorpecer el trabajo que estaba haciendo la comunidad”, puntualizó don Diego. A medida que avanzaba el proceso de organización de la comunidad más personas se adherían a él. La oposición era fuerte. Hubo inconvenientes con el equipo de abogados de un jurista reconocido del país, a tal punto que interrumpían las asambleas y generaban discusiones con los asistentes a la reunión. No obstante esas circunstancias se alcanzó el objetivo de organizar a la comunidad, como punto de partida para las tareas que se avecinaban. Con la mirada puesta en trabajar por la comunidad, este equipo, existente desde meses atrás, inició la construcción de un plan de desarrollo para la Comuna 10 de Dosquebradas. Atendiendo a la magnitud de la emergencia, el Ministerio de Salud y Protección Social emitió la Resolución Declaratoria de Catástrofe 066 del 23 de enero de 2012, en la cual se declaró como evento catastrófico la emergencia del 23 de diciembre de 2011. Lo anterior, en virtud de la solicitud que en dicho sentido hiciera la empresa. Ecopetrol, después de realizar la atención inicial, se disponía a adelantar una intervención que abarcaría todas las necesidades más
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sentidas de la comunidad afectada, lo que traería unas acciones que cambiaron la historia de la Comuna 10. Para ello no solo dispuso de lo mejor de su experiencia, así como de sus recursos humanos y financieros, sino de su capacidad para concretar alianzas con la comunidad y las instituciones de carácter público y privado. Así nacería el Programa Dosquebradas.
CAPÍTULO 2
La senda de la esperanza
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l año 2012 comenzó no solo con los recuerdos nostálgicos de un fin de año de pérdidas y afectaciones de los habitantes de Villa Carola y en general de la Comuna 10 de Dosquebradas. También llegó con el reto y el compromiso para Ecopetrol de restablecer el tejido social y reconstruir la infraestructura afectada en la Comuna 10 de Dosquebradas. Pedro Rosales, presidente encargado de Ecopetrol, tuvo que pasar el comienzo de año en Dosquebradas, planificando y ejecutando acciones para la atención de la emergencia. Su trabajo se desarrollaba entre Bogotá y la zona afectada. Nuestra presencia en Dosquebradas comenzó a ser permanente. De hecho era muy importante porque a diario se hacían diferentes tipos de reuniones, tanto con el Comité Local para la Prevención y Atención de Emergencias y Desastres (Clopad) como con la Alcaldía, la Gobernación, las autoridades, reuniones internas con nuestro equipo, que cada día se consolidaba más para atender los diferentes frentes a cubrir. Cada día encontrábamos mayores necesidades y confirmábamos la importancia de consolidar gente dedicada a desarrollar los distintos frentes. Era absolutamente primordial estar allá y apoyar este esfuerzo”. La primera semana de enero el hotel seleccionado como centro de operaciones por Ecopetrol se encontraba totalmente copado, no por la temporada alta de turistas, sino por la presencia del personal
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de la petrolera que convirtió este edificio en una base de operaciones para planear, coordinar y desarrollar las acciones de atención a las personas afectadas. Luis María Potes recuerda cómo el personal de Ecopetrol pasaba las horas en este lugar, lejos de sus familias pero trabajando en equipo con un solo propósito. Nosotros nos reuníamos en el hotel, desde las 8 de la noche, todo el equipo, y nos acostábamos a las 11 o 12, para madrugar de nuevo a las 5 de la mañana”. Rostros cansados producto del agotamiento físico empezaron a aparecer en los miembros del equipo. Sin embargo la responsabilidad asignada a cada uno de ellos para hacer parte del reto nunca se iba de sus mentes. Así lo recuerda Beatriz Yara, quien hizo parte de las extensas jornadas. Las reuniones por la noche eran a muy, muy altas horas los primeros días y luego se comenzó a normalizar porque el equipo se empezó a agotar. Por esto se empezaron a hacer a las 5 de la tarde”. A mediados del mes de enero en una de esas jornadas de trabajo el presidente de Ecopetrol, Javier Gutiérrez Pemberthy, tomó la decisión de que todas las acciones que se empezaran a desarrollar en Dosquebradas debían estar respaldadas por la presencia permanente de la compañía. Por consiguiente tomó forma la idea de que la empresa tuviera una sede temporal en el municipio. Fue entonces cuando nació el Programa Dosquebradas, enfocado a implementar acciones dirigidas al restablecimiento del tejido social de la población afectada por el evento del 23 de diciembre de 2011. La noticia causó agrado y aceptación entre el equipo. Ellos eran conscientes de que la presencia permanente de la empresa generaría mayor confianza en la comunidad, algo con lo que no contaban por esos días. El trabajo del equipo con la comunidad era bastante exigente en muchas cosas. Con frecuencia solicitaban el cubrimiento de múltiples necesidades. Era un equipo que, aparte de ser muy diferente por la
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diversidad de profesiones, también estaba cargado de una tensión, una carga anímica, porque no es fácil hacer interacción con familias que tienen dolor, que han tenido pérdidas. Era un equipo que estaba en una situación bastante especial”, argumenta el ingeniero Jaime Bocanegra. La decisión tomada por Ecopetrol de poner en funcionamiento una sede en Dosquebradas debía tener un líder, una cabeza visible, una persona no solo de experiencia sino de confianza para asumir uno de los mayores retos de la empresa en su historia. Sin embargo, lo que parecía una tarea difícil no lo fue: el nombre estaba sobre la mesa. Pedro Rosales, quién retomaba su cargo como vicepresidente, rememora esa madrugada de trabajo: “Recuerdo que cuando se definió quién iba a ser el líder del equipo, Jaime Bocanegra, yo fui quien lo sugirió debido a su experiencia y profesionalismo”. Así fue. El ingeniero de petróleos, Jaime Bocanegra Bernal, a sus 43 años de edad y con más de 20 años de experiencia en Ecopetrol, era el designado para conducir el equipo que se encargaría de realizar una atención integral a la comunidad afectada. Cuando recibí al grupo la tarea no fue fácil. No conocía a muchos de ellos, pero logramos poner de plano y manifiesto algo: todos estábamos trabajando por un mismo objetivo. Creo que eso fue lo que nos unió, nos sacó adelante. Lo que generó que tuviéramos una relación tan especial como la que hoy día tenemos. Todos sabíamos quién era nuestro cliente, quién era el que finalmente iba a recibir nuestro trabajo y cuál era el objetivo: atender a una comunidad que estaba atravesando un dolor y una situación muy complicada”, enfatiza Bocanegra. En las dos décadas de experiencia de Bocanegra Bernal, nunca se había enfrentado a un reto de estas características. Por eso el primer mes del año 2012 se convirtió en un periodo de investigación de casos exitosos en emergencias similares. Tuve la oportunidad de conocer personas que participaron en la reconstrucción del Eje Cafetero después del terremoto, de escuchar lo
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que habían hecho para que eso fuera un éxito. Me reuní con el equipo y lo que hicimos fue tener la claridad de que aquí necesitábamos resultados ciertos, tangibles y oportunos. Eso requería tener los mejores aliados”. En este proceso de investigación y recolección de experiencias positivas aplicables al caso Dosquebradas, el ya gerente de Ecopetrol designado para la zona encontró otra preocupación más. Algo que temíamos era que esto se fuera a convertir (y nos lo habían advertido las personas que trabajaron en el Forec) en un caballito de batalla para algunos políticos o líderes comunales que pudieran aprovechar la situación. Por eso, lo primero que se hizo fue blindar el proceso y hacerlo de la mejor manera. La clave estaba en que la comunidad realmente envuelta en esa situación de dolor fuera la que nos midiera, nos acompañara, hiciera el seguimiento y nos obligara a cumplir”.
La comunidad se organiza Paralelamente a las medidas tomadas por Ecopetrol para actuar en Dosquebradas, la comunidad afectada tenía una necesidad latente: organizarse. Fue así como los líderes Elmer Castañeda, Diego Buitrago y Rodrigo Rendón se unieron, teniendo como única meta organizar a los habitantes afectados y mostrar una comunidad propositiva, con la capacidad de integrarse en torno al desarrollo. Así lo aseguran “Los tres mosqueteros”, como son reconocidos ahora Elmer, Diego y Rodrigo en el sector, quienes emprendieron este camino con las ideas claras. Nosotros empezamos a hablar de dos organizaciones: una es la asociación Reconstruyendo Sueños de Vida, integrada exclusivamente por las personas víctimas del evento. Paralelo a eso empezamos a hablar de que era importante que todo ese proceso, lo que se viviera de ahí en adelante, tuviera una veeduría. La primera decisión fue constituir la asociación, permitiendo que la comunidad afectada escogiera sus delegados, su directiva y sus representantes. Esta se constituyó a mediados del mes de febrero de 2012”.
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La comunidad se unió a la causa. Como muestra de su compromiso por sacar esto adelante, unidos, todos aportaron de acuerdo con su alcance una “colectica o vaca” para la inscripción de la asociación Reconstruyendo Sueños de Vida en la Cámara de Comercio y el resto de trámites que se debían realizar. El mensaje era claro: “en la medida en que nos dejemos dividir, ese será el fracaso de ese proceso. Sentimos que la comunidad captó ese mensaje”, relata don Elmer Castañeda, quien estaba al frente de esta iniciativa. Carlos Vélez, presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio La Divisa en ese entonces, tiene presente el valor que se le dio a la organización de la comunidad. Antes de ser Veeduría, ellos nos organizaron. Buscaron que no fuéramos por separado, como animal pa’l matadero. Nos empezaron a mostrar nuestros derechos y que organizados podíamos lograr algo”, cuenta don Carlos, quien en ese momento buscaba de todas las formas ayudar a las personas afectadas en su comunidad.
Primer encuentro oficial con la presencia del presidente de Ecopetrol y la comunidad afectada organizada. Marzo 23 de 2012.
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Conformada la asociación Reconstruyendo Sueños de Vida, se realizaron los trámites para la constitución legal de la Veeduría Ciudadana. Para ese entonces se empezaba a construir un plan de desarrollo para la Comuna 10 de Dosquebradas, con la participación activa de la comunidad. Al tiempo, inició el contacto con la gente de Ecopetrol. En algunos encuentros entre la comunidad y el sociólogo Leonardo Herrera y el ingeniero Luis María Potes, entre otros, había tensión entre las partes. A pesar de eso, esta interacción tuvo un grado de tolerancia, respeto y altura, permitiendo el diálogo Ecopetrol-Comunidad. La empresa mostró un firme interés por acercarse y unirse a los afectados para trabajar en la reparación. Diego Buitrago resalta lo que enmarcó estos primeros acercamientos. No fue fácil, hoy seguimos creyendo que no había paso que nosotros diéramos, que Ecopetrol no lo supiera. No fue un camino sencillo. Es apenas obvio que si hay una emergencia de las características que se presentó, cualquier persona de la comunidad, incluidos nosotros como líderes, buscara un responsable y el más fácil de encontrar era Ecopetrol. Sin embargo, debemos admitir que la altura y la calidad con la que se hicieron los primeros encuentros con la gente de Ecopetrol fueron fundamentales. A mí me parece que la capacidad de diálogo y conciliación del sociólogo Leonardo Herrera y el equipo de Ecopetrol fue fundamental. Uno percibía la preocupación de Ecopetrol por acercarse, por mirar cómo se vinculaba a ese proceso, cómo contribuir. Y nosotros, hay que decirlo, con esa puerta prácticamente cerrada”, recuerda Buitrago. La Veeduría, que aún no estaba legalmente constituida, y la Contraloría General de la República, concertaron un espacio para facilitar el encuentro entre Ecopetrol y la comunidad: una audiencia pública deliberativa. Ese sería el primer gran paso para incluir dentro de la conversación a quienes fueron excluidos desde un principio por las autoridades locales, los cuales tenían que ser protagonistas de su propio desarrollo como comuna, así como en la recomposición del tejido social de este sector de Dosquebradas. La audiencia fue convocada para el día 23 de marzo de 2012. Sería el primer encuentro oficial con Ecopetrol. Se presentaría una comunidad
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organizada y en plena construcción de un plan de desarrollo para su comuna. Enterada de la fecha de esta audiencia, la organización comunitaria empezó a trabajar en la elaboración de un documento de peticiones, el cual quedó conformado por 42 puntos que serían expuestos ese día ante la empresa petrolera. Días antes del encuentro, el 15 de marzo, la Veeduría Ciudadana consiguió ser registrada legalmente ante la Personería Municipal. Otro logro importante. Todo estaba listo, la comunidad preparada, pero llegaría una noticia que cambiaría por completo el curso de este proceso de articulación comunitaria. Faltando 48 horas nos notificaron de la Contraloría: no hay audiencia, se aplaza. Usted no se imagina la desinflada que nos pegaron. Porque era la primera actividad nuestra y era lo que le había generado una expectativa muy grande a la comunidad. ¿Por qué razón? Antes de que se citara a esa audiencia, en la Asamblea Departamental se había citado a Ecopetrol a un debate. Allí habló una persona en representación de las víctimas sin el reconocimiento de estas, y sin haber sido siquiera afectada. La primera acción que teníamos nosotros para mostrar, para ganarnos la confianza, la credibilidad de la comunidad o reforzar este proceso, era la audiencia. La desilusión fue muy grande. La comunidad contaba con que ese 23 de marzo se iba a desahogar y decir: mire nosotros sentimos, nosotros creemos que aquí hay un responsable. Esperaban el reconocimiento que hasta entonces no habían tenido como víctimas. Si bien nosotros habíamos tenido acercamientos importantes con Ecopetrol, tampoco teníamos reconocimiento como Veeduría, aunque ya estábamos constituidos legalmente”, precisan los veedores. Luego de este revés, Ecopetrol, desde su presidencia, hizo el gesto que rompió el hielo en esta relación. Una iniciativa que partió de la empresa, abrió las puertas y le mostró a la comunidad que en esta ocasión sí sería escuchada y jugaría un papel fundamental. La Veeduría cuenta lo sucedido. Cuando se da al traste con esa audiencia, que para nosotros no fue aplazada, sino cancelada, se marca un antes y un después en estas relaciones con Ecopetrol. Cuando el doctor Javier Genaro Gutiérrez, presidente de la compañía, dice: yo voy y me siento con la comunidad
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independientemente de si hay audiencia o no. Era la decisión de responderle a la comunidad. De alguna manera, con cierta timidez todavía, no se plantea la audiencia como estaba prevista pero sí la presencia de algunos líderes concretos de la comunidad”. Superado este paso, en el que peligró por un momento el encuentro comunidad-Ecopetrol, la reunión se mantuvo en pie. El 23 de marzo de 2012, en un hotel de la ciudad de Pereira, se dio el primer encuentro oficial entre Ecopetrol y la comunidad afectada por el evento del 23 de diciembre de 2011 en Villa Carola y la Comuna 10 de Dosquebradas. El sitio, discreto, en una zona poco céntrica, albergaba cierta tensión, nerviosismo. El inicio de la reunión fue clave. La presentación del presidente de Ecopetrol, para los veedores, fue la que rompió el hielo. Él tenía clara la importancia de este encuentro. Hizo sentir a la comunidad el valor tan grande que representaba para Ecopetrol trabajar de la mano con ellos. Entiendo la importancia y la trascendencia de la situación, lo que representan los intereses y los sentimientos. Claramente se trata de invitar a todos quienes trabajamos en Ecopetrol para sentarnos y trabajar con la comunidad, reconocer que podemos construir de la mano con ella”, asegura Javier Genaro Gutiérrez, presidente de Ecopetrol, al ser consultado sobre este acercamiento. Se presentaron los demás participantes en la reunión. El ambiente era favorable, ameno. La comunidad, en cabeza de la Veeduría, hizo lectura de las peticiones a la espera de muchos “no” de parte de Ecopetrol. La sorpresa fue que a ninguno de los puntos de este documento se le dio una respuesta negativa. Los aspectos que generaban inquietud quedaron para el estudio en conjunto, entre ellos los que dependían de la administración municipal. Conclusiones y planteamientos que a la postre beneficiarían a todos los afectados, fueron el balance de este diálogo: El Programa de Capacidades Productivas, que era un proceso de generación de empleo. La gran estrategia de gestión del riesgo en el municipio, planteada como plan integral de intervención en la Comuna 10.
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La participación en los diferentes escenarios de discusión del proceso, es decir, lo que es hoy la Mesa Sistemática de Desarrollo Territorial, donde se discute todo el proceso de intervención de Ecopetrol. El Comité Municipal de Gestión del Riesgo. El Comité Operativo del Plan Nacional de Contingencia. Fueron escenarios que, si bien no se crearon en esa reunión, sí se presentaron como un abrebocas de lo que son hoy”, señalan los veedores, haciendo remembranza de los acuerdos logrados en dicha reunión. Con este encuentro se inició un proceso de participación, intercambio e interlocución de las partes. Se descubrieron todos como eran y se aceptaron. La comunidad reconoció que había un Ecopetrol dispuesto a dar la cara y a trabajar con ella. A su vez, la empresa vio a una Veeduría proponente, sin intereses particulares, luchando por conseguir un espacio inexistente al comienzo. También identificó unos habitantes que, a pesar de la tragedia, se dispusieron a escuchar, aportar y colaborar. A las 12 del día terminó la reunión. Se encaró lo que venía con un color esperanzador para todos los afectados por el evento. Ahora ellos eran parte activa de toda la intervención.
Construyendo entre todos Uno de los resultados más destacados por los actores de esta reunión fue la entrada de la comunidad, representada por la Veeduría, a la Mesa Sistemática de Desarrollo Territorial, espacio que convocaba a Ecopetrol, autoridades municipales y regionales, así como organismos de socorro y organizaciones vinculadas al proceso. Aquí se tomaban decisiones que impactarían el desarrollo del municipio. Se trataban en ella aspectos de suma importancia, como la inversión en infraestructura y sus responsables, entre otros. La responsabilidad era de la administración municipal, que debía presentar los proyectos avalados con presupuestos y plazos. Para el alcalde del municipio, Jorge Diego Ramos, esta fue una muestra de lo que se puede lograr mediante la unión de los diferentes organismos y el compromiso firme de sacar adelante a Dosquebradas.
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Han existido diferencias, pero hemos socializado mucho. Primero con la comunidad. No hay que desconocerlos, ellos son primero, las decisiones que hemos tomado han sido acordadas con ellos y con la Veeduría”, afirma el mandatario de los dosquebradenses. Según la Veeduría, el proceso pudo tener mejores resultados si la Alcaldía hubiese tenido en cuenta la propuesta de nombrar un gerente para la relación con Ecopetrol. “Eso hubiera facilitado enormemente toda la gestión que desde la administración pública se tendría que hacer. Así se hubieran tenido menos dificultades”, señalan los veedores ciudadanos. Continuó así un contacto directo entre Ecopetrol y la comunidad, con la participación en diferentes mesas de trabajo, planteando las oportunidades de mejora presentadas en algunos aspectos de la atención programática de la emergencia. Eran jornadas extensas, las cuales sirvieron para que la empresa tuviera información de primera mano. La Veeduría estaba de día con la empresa y de noche con la comunidad, contando los avances que se lograban en esta interacción.
Programa Dosquebradas en acción Para el Programa Dosquebradas de Ecopetrol, la labor principal se concentraba en establecer un plan de trabajo que respondiera a las necesidades de la comunidad. Por eso, al llegar a la zona de Villa Carola, se podían contar más de 200 funcionarios de la empresa, todos trabajando en torno al mismo propósito: visitar familias, levantar información de las viviendas colapsadas, atender psicológicamente a los afectados y demás frentes de acción que desde el mismo 23 de diciembre se comenzaron a articular en función de responder de manera oportuna y eficaz. Estos frentes fueron los siguientes:
Atención en salud Superado el periodo de la atención inicial de la emergencia continuaban pacientes hospitalizados en los diferentes centros asistenciales de Pereira, Cali y Manizales, a quienes se les garantizaba su atención integral. Una vez finalizada la fase de hospitalización, la
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premisa de la empresa era continuar asegurando el proceso de recuperación de cada uno de los pacientes, a través de la hospitalización en casa, servicio del que ya eran beneficiarios los lesionados leves desde los primeros días de enero de 2012. Con la hospitalización en casa se buscaba llevarles a los pacientes atención a sus hogares, lo cual ofrecía ventajas como la disminución del riesgo de infecciones por hospitalizaciones muy largas. Adicionalmente, con un cuidado adecuado, se acortaba el tiempo de recuperación, gracias a los beneficios psicológicos y físicos que les traía estar rodeados de sus familiares. En casa se les garantizaron a los pacientes los cuidados por medicina general, enfermería, clínica de heridas, fisioterapia, psicología, psiquiatría, trabajo social y un profesional especialista en cicatrización con el uso de las lycras de recuperación. Alba Cielo Castaño, habitante del barrio La Divisa, quien sufrió graves quemaduras producto del evento, fue una de las pacientes que recibió atención en casa y recuerda cómo fue la recuperación. La atención en casa para mí fue mejor porque en el hospital me sentía muy estresada y me hacía falta estar con mi familia. A mi casa iban constantemente enfermeras para tratar mis quemaduras y la psicóloga a acompañarme en toda mi recuperación. Me gustó mucho que me atendieran en casa. Ellos eran muy profesionales en lo que hacían, cumplidos en las citas y estuvieron conmigo hasta que me recuperé del todo”. Paralelamente a la atención en casa continuaban las cirugías reconstructivas, con el fin de minimizar las secuelas y mejorar su calidad de vida. Una vez el equipo de salud de la Regional Occidente de Ecopetrol retornó a la cotidianidad de sus labores en la Compañía, se designó al profesional Juan David Lenis, médico y cirujano, para asumir esas funciones. Lo haría desde el 14 de febrero de 2012. Conoció el balance de la atención inicial y el censo que se manejaba. Recibió las indicaciones pertinentes y se puso al frente de la atención integral de los 33 lesionados que permanecían en tratamiento por la gravedad de sus heridas.
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Llegué a través de la Unidad Integral de Salud de Ecopetrol. La doctora Martha Vélez, actual líder en Salud de la Regional Occidente de Ecopetrol y la Jefe de Enfermería Gloria Mejía, Auxiliar Administrativa de la Unidad Integral de Servicios de Salud (Unis) Medellín, fueron las que lideraron el proceso y me pusieron al tanto de cómo se había intervenido inicialmente a los pacientes y el manejo que se le estaba dando a la atención. También sobre cuáles eran las metas de la empresa para la atención de esta población”. El reto pasó de la atención primaria de los lesionados en las clínicas y hospitales a la recuperación integral de sus heridas. También el acompañamiento psicológico, no solo de ellos sino de sus familiares y cuidadores, quienes hacían parte fundamental del objetivo trazado por la gerencia de Dosquebradas en el campo de la salud: brindar una atención en la cual no se escatimaran esfuerzos económicos y profesionales para garantizar un acompañamiento constante en su recuperación.
La salud del cuerpo Uno de los objetivos centrales del Programa Dosquebradas era la recuperación física de las personas lesionadas. Para cumplir con ese propósito se contó con un acompañamiento personalizado en todas las actividades asistenciales para cada uno de los pacientes. Luz Helena Piedrahita es enfermera profesional con más de 20 años de servicio en salud y experiencia en el manejo de pacientes en consulta externa, promoción y prevención, urgencias y hospitalización. Desde el mes de marzo de 2012 asumió la responsabilidad de acompañar la atención a los lesionados. El acompañamiento a los pacientes a las citas programadas con los especialistas, las cirugías, los exámenes y demás atenciones se verificó en todos los casos para darles seguridad. Para ellos ha sido de suma importancia, porque se sienten guiados, su tiempo de espera se reduce y han tenido acceso a los medicamentos, las cremas para el cuidado de la piel y los suplementos nutricionales a tiempo”, relata Luz Helena.
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Se realizó un trabajo articulado en el área de salud, con el fin de cumplir con los objetivos y los planes de manejo de cada paciente, garantizando toda la atención a través de especialistas idóneos. Se les brindó la atención en las especialidades requeridas, dependiendo de las lesiones padecidas. En su mayoría fueron atendidos por cirujanos plásticos, psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales. Algunos requirieron de ortopedia, neurocirugía, neurología, oftalmología, otorrinolaringología, terapia física. Fue un grupo de especialistas bastante amplio”, recuerda Juan David Lenis.
Tiempo de cirugías Como parte del plan de manejo integral de los pacientes se coordinaron cirugías con entidades de la región. Un total de 706 intervenciones y procedimientos fueron practicados durante el año 2012. El acompañamiento en este caso también fue permanente. Se coordinaron con las instituciones que prestaron los servicios de atención inicial de los pacientes, para que fueran ellas mismas quienes continuaran con la atención y programación de las cirugías. Esto permitiría una continuidad en el manejo de las lesiones”, asegura el doctor Juan David. El evento del 23 de diciembre dejó secuelas físicas y psicológicas considerables para don Rafael Arteaga y su familia. Todos sufrieron quemaduras, pero sobrevivieron. Este comerciante, quien vivía en La Divisa, resalta la labor de Ecopetrol en el cubrimiento total de las intervenciones quirúrgicas que los suyos han requerido. Mi esposa y mi niña fueron operadas. Ellos corrieron con todos los gastos. Las operaciones fueron en la Clínica Marañón y en Comfamiliar. La atención fue excelente. Ecopetrol se portó muy bien con nosotros. Además nos vincularon a la Fundación del Quemado. De Bogotá venían unas doctoras que todo el tiempo estaban pendientes de nosotros”. La Fundación del Quemado es una institución sin ánimo de lucro con sede en Bogotá, especializada en el manejo de pacientes con
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lesiones y secuelas de quemaduras. Por su reconocida experiencia asesoró a los especialistas de la región en el manejo de los lesionados por el evento. La idoneidad de la Fundación fue articulada al proceso de recuperación física de los afectados. De esta manera, los especialistas viajaban desde la capital del país para valorar la evolución de los pacientes y definir los procedimientos, tratamientos y cirugías que ameritaban.
Un ejemplo de vida Uno de los casos más representativos en lo que se refiere a las intervenciones quirúrgicas y recuperación positiva fue el de Juan Esteban Sánchez, un niño que al momento de la emergencia tenía seis años. Producto del evento perdió a sus padres, sus abuelos maternos y una tía. A pesar de todo lo vivido y de la gravedad de sus lesiones que exigieron 51 cirugías, logró salir adelante y llenar de esperanza a quienes conocieron su caso. Juan Esteban pasó 81 días en la Unidad de Cuidados Intensivos y en la Unidad de Cuidados Intermedios de la Clínica Comfamiliar de Pereira, donde estuvo bajo el cuidado de un equipo de especialistas que estructuraron un plan de manejo interdisciplinario que permitió su recuperación, sumado al acompañamiento permanente de su abuela, fundamental en el apoyo físico y emocional del niño. El 13 de marzo de 2012 salió de la clínica y continuó con las atenciones ambulatorias. Se integró al modelo de atención estructurado por Ecopetrol, con una excelente evolución en su recuperación general. Cuando uno habla con Juan Esteban encuentra que es un niño feliz. Uno aprende de él, porque a pesar de ser aún tan pequeño y de haber sufrido tanto, es un chico que salió adelante, es juicioso en el colegio y atiende los tratamientos. Es un sobreviviente… eso me toca el alma bastante. Como el caso de Juan Esteban, existen otras historias exitosas de recuperación que han sido posibles gracias al esfuerzo conjunto entre el paciente, su familia y el modelo de salud implementado por el Programa Dosquebradas”, añade Juan David Lenis.
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Actividades de apoyo En el Centro de Atención al Ciudadano, ubicado en la Cámara de Comercio de Dosquebradas, oficina dispuesta por Ecopetrol para la atención de la comunidad afectada, se hacía la recepción de las fórmulas médicas, las cuales se tramitaban para la posterior entrega de los medicamentos. Allí también los familiares de los lesionados podían reclamar el dinero del transporte para ir a las citas. Se les entregaban los medicamentos ordenados por los especialistas, sin restricción de la presentación o nombres de los mismos”, expresa el líder del frente de salud. Con los pacientes menores de edad, se dispuso una evaluación nutricional que contó con el apoyo del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. Los menores de edad requerían para su recuperación integral un soporte nutricional, dado que se encontraban en pleno crecimiento y en recuperación de sus lesiones. De acuerdo con lo anterior se incluyeron en su dieta suplementos alimenticios, los cuales eran entregados de la misma manera que los medicamentos. María Alejandra Lopera, una joven madre, resultó con quemaduras producto de la emergencia, al igual que su pequeña hija, quien en el momento de los hechos tenía cuatro meses. En el momento del evento mi niña estaba muy chiquitica. En las revisiones realizadas por la nutricionista cuando le dieron de alta, nos recomendaron que le diéramos suplementos especiales, porque debido a las quemaduras debía recibir más nutrientes para sanar más rápido”, manifestó doña María Alejandra. Atendiendo las recomendaciones de los especialistas, se incluyó también a un grupo de adultos, quienes debido a las necesidades del tratamiento requerían apoyo nutricional.
La salud mental Como parte del manejo integral que Ecopetrol había proyectado para la atención de las personas afectadas, además de las atenciones
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para la recuperación de la salud física, se inició un arduo trabajo para la intervención en salud mental. Acciones que eran necesarias para la recuperación de los pacientes y sus grupos familiares. Juan David Lenis recuerda cómo inició este proceso. Se empezó con una sensibilización de los pacientes con lesiones físicas y sus grupos familiares. Esto con el fin de que participaran activamente de los programas, los cuales complementaban la atención médica, abordando aquellas afectaciones psicológicas secundarias al evento del 23 de diciembre de 2011. Inicialmente fue muy difícil que las personas aceptaran recibir la atención, porque decían que no estaban locos”. Inicialmente la atención psicosocial domiciliaria se pactó con el mismo prestador del servicio en salud física, con el fin de integrar los planes de tratamiento y hacer un mejor seguimiento. La metodología de atención consistía en terapias psicológicas individuales a las personas con lesiones físicas, acompañadas de sesiones familiares. Este mismo proceso se realizó con psiquiatría y trabajo social. Al inicio de la atención la comunidad empezó a manifestar varias inconformidades relacionadas con el acceso a las citas y el incumplimiento de los horarios pactados para las atenciones domiciliarias. El coordinador de salud relata por qué se dio esta situación. Al inicio de la atención se evidenció que el prestador requería aumentar el número de profesionales para suplir la atención psicosocial. Por esa razón necesitó contratar más psicólogos y psiquiatras, con lo que mejoró la oportunidad en la atención. Posteriormente se constató que el prestador llamaba a los pacientes y les agendaba las citas, pero no les definía un horario exacto. Por esa razón los pacientes a veces tenían que esperar todo el día. Muchos de ellos se iban y al llegar los profesionales no encontraban en el domicilio a nadie. Esto se solucionó solicitándole al prestador establecer un periodo de tiempo para la visita de máximo dos horas”. Lo que más dificultades generó para el equipo de salud fue poder prestar una atención psicosocial que abarcara un grupo poblacional tan amplio, que incluyera a todos los potenciales afectados
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por el evento, sumado a que era la primera vez que Ecopetrol se enfrentaba a una situación de estas características. Se inició así un proceso para evaluar la necesidad de un programa de mayor cobertura, que se convertiría posteriormente en el Programa Interinstitucional de Atención Psicosocial a los Afectados de Dosquebradas (Piapad). Sin embargo, no todo fue negativo: el grupo al cual se enfocó la atención psicosocial inicial estaba recibiendo los servicios de manera adecuada. Iván Darío Cruz, habitante de la Comuna 10 afectado por el evento, manifiesta los resultados positivos para él y su familia, derivados de las atenciones psicológicas con el prestador inicial. Con la atención psicológica inicial nos fue bien, nos atendían muy bien, las citas fueron cumplidas por ellos y por mí. La psicóloga nos daba atención a mí y a mi familia, nos reunían y nos hacían terapias psicológicas y psiquiátricas. Fue un acompañamiento fundamental para que mi familia y yo lográramos superar lo vivido”. Para la Veeduría Ciudadana, la atención psicosocial brindada por el prestador inicial no generó el impacto esperado en un grupo de la comunidad afectada. Esto alargó el tiempo de recuperación emocional. La atención brindada no fue suficiente en su integralidad. Esto no puede volver a suceder en caso de otro evento similar en cualquier región del país. La atención psicológica es determinante para salir adelante”. Para los veedores, si las ayudas económicas no van acompañadas de una atención oportuna y eficaz a nivel psicológico, la solución se queda a medio camino. Esto se hacía más notorio a medida que llegaba la asistencia mediante subsidios, bonos, medicamentos, entre otros, pero la psicosocial no avanzaba en su totalidad. Según ellos, los efectos en la comunidad eran evidentes. Algunos niños no podían escuchar cualquier sonido asociado con explosión: de inmediato salían a correr. Madres que llevaban a sus hijos a la puerta de la escuela y los esperaban, ahí estacionadas, durante toda la jornada. Personas que no se podían quedar solas en casa. Otros que no conciliaban el sueño.
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Teniendo en cuenta que la atención psicológica era uno de los aspectos más importantes de esta primera etapa del Programa Dosquebradas y consciente de que había una inconformidad de la comunidad en la prestación de este servicio, Juan David Lenis, con su equipo de trabajo, emprendió una labor de ir casa por casa a conocer las quejas y sugerencias de la comunidad, las cuales eran revisadas con el prestador de atención domiciliaria en las reuniones semanales que se hacían con él para emprender las acciones correctivas necesarias. A la par de la retroalimentación que le hacíamos al prestador realizábamos visitas domiciliarias a las personas que incumplían las citas. Esto con el fin de conocer sus inconformidades e invitarlas a participar activamente en el proceso de atención en salud”. Paralelamente al trabajo que se venía realizando con el prestador domiciliario, Ecopetrol planeaba un proceso de atención psicosocial que aumentara la cobertura, no solo para los lesionados y sus grupos familiares sino también para las personas afectadas de la comunidad. Los lineamientos de este trabajo se basaban en la “Guía Práctica de Salud Mental en Desastres” de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y de las experiencias recopiladas en la atención de la emergencia del terremoto del Eje Cafetero en 1999. Gracias a esto, llegaría unos meses después el Programa Interinstitucional de Atención Psicosocial a los Afectados de Dosquebradas (Piapad), que empezaría a ejecutarse a mediados de agosto de 2012 con la Universidad Tecnológica de Pereira, UTP. Simultáneamente, por sugerencia del Concejo Municipal de Dosquebradas, se hizo la recepción de propuestas de varias instituciones como la Corporación Temeride, Seisa, Universidad Nacional Abierta y a Distancia (Unad), la ESE Hospital Santa Mónica y la Universidad Tecnológica de Pereira, siendo esta última la que cumplió con los requisitos y con el perfil para atender de manera integral a los afectados por el evento. La razón por la que la atención psicosocial se migró al contrato de la Universidad Tecnológica de Pereira, fue por la necesidad de brindar respuesta integral a la comunidad y cubrir un grupo mayor de población. La UTP nos presentó un proyecto y empezamos a construirlo
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entre todos. Como acción institucional se garantizó el traslado de los pacientes de una entidad a otra”, explica el doctor Juan David. La atención psicosocial brindada por el prestador inicial finalizó al trasladar los pacientes al programa con la UTP en el mes de agosto de 2012. Durante su permanencia reportó 3.803 actividades en recuperación de la salud física y 3.690 para la recuperación de la salud mental. Fueron en total 7.493 atenciones. Se amplió el proceso y se incluyó la atención básica de la comunidad; se quería impactar la reestructuración del tejido social, de la familia. La comunidad necesitaba atención más allá de la psicológica. Era urgente recuperar los lazos de amistad. Esto permitió darles un direccionamiento para construir un nuevo estilo de vida”, finaliza Juan David Lenis. Hoover Saulo Valencia, un arriero residente en la vereda Aguazul, recorre el camino que desde su hogar le lleva a la zona urbana del municipio de Dosquebradas. Camina firme, con su sombrero bien puesto y el zurriago en la mano derecha. Mientras golpea con el bastoncito de guadua las piedras de la vía, este campesino de voz gruesa y posturas firmes, recuerda la labor de la Universidad los días posteriores al evento. Nosotros quedamos muy traumatizados. Yo fui uno. No dormía, me desvelaba, con cualquier ruido me parecía que era otra explosión o que la casa se me caía, porque mi casa quedó muy afectada. También mis nietos, mi esposa, mi suegra. Era diario que venían a atender psicológicamente a los que estaban con ese trauma, porque varios teníamos una crisis nerviosa muy espantosa. Le ayudaban a la gente espiritual y emocionalmente”, relata don Hoover. Tres grandes frentes de acción apoyaron esta iniciativa. El primero tuvo que ver con la atención mental. En este se realizó todo el acompañamiento de psiquiatría y psicología a los afectados, sus familiares y a todas las personas de la comunidad. Uno de los aciertos más significativos de este proyecto fue la instalación de una sede denominada “Mi Casita”, ubicada en el barrio Bosques de la Acuarela de la Comuna 10. Fue escogida por su
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cercanía y su objetivo era prestar la atención psicológica a la comunidad. Desde un comienzo se contó con dos consultorios, con atención de lunes a sábado en horario de oficina. Culminando el año 2012 se habían realizado más de 200 consultas psiquiátricas y psicológicas en este centro de acompañamiento. El segundo frente de acción se enfocó en la reconstrucción del tejido familiar. Se identificaron familias que sufrieron pérdidas humanas que afectaron su composición y sus dinámicas. Quedaron familias con las madres o los abuelos como jefes de hogar. El trabajo se hizo puerta a puerta, desarrollando talleres con las familias, además de actividades en grupos especiales como madres, niños, líderes y adultos mayores. Además, reunir a la comunidad en espacios propicios para la interacción fue un reto fundamental. Así lo recuerda Claudia Marín, directora del Piapad. Intentamos reunir esta comunidad en torno a actividades lúdicas para que volvieran a encontrarse, pasaran rico, volvieran a ver a sus vecinos, a constituirse como comunidad que se disgregó. Para eso hicimos unos encuentros mensuales: el primero se llevó a cabo el 28 de octubre de 2012 en el lago La Pradera, al cual asistieron más de 250 personas de esta comunidad”. Doña Rosalba Rojas fue una de las habitantes de Villa Carola que vivió el evento del 23 de diciembre de 2011. A pesar del hecho de tener que salir de su barrio, ella y sus familiares se acogieron a este programa, asistiendo a uno de los encuentros organizados por la UTP. Me he sentido mejor, he visto personas que hace mucho tiempo no veía, he estado compartiendo con ellos, muy bueno. Esto le ayuda a uno a subir la autoestima y descansar un poco de lo vivido en ese momento”. El tercero es un componente institucional, en el que se trabajó la reinserción del individuo y su familia a la sociedad. Para lograrlo se efectuaron reuniones con la comunidad en las que se les mostraron sus derechos y sus deberes, cómo acceder a las instituciones y a los servicios de salud, y cómo reintegrarse. El prestador articuló varias entidades, entre ellas el Hospital Santa Mónica, el Sena, la Secretaría Municipal del Salud, la Secretaría de Educación, la
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Encuentro de reconstrucción del tejido familiar liderado por la Universidad Tecnológica de Pereira como parte del programa de atención psicosocial. Julio de 2012.
Alcaldía Municipal y la Cámara de Comercio, así como varios colegios del municipio. Simultáneas con este trabajo, Ecopetrol desarrolló sus propias líneas de acción en términos de asistencia integral. Fue así como se puso en marcha el Programa de Prevención y Mitigación de la Salud Mental en Equipos de Atención Inmediata. Obedeciendo a las inquietudes planteadas por los integrantes de los grupos de rescate, en cuanto a la necesidad de recibir acompañamiento para mejorar sus propias condiciones emocionales, la compañía designó a la psicóloga Paulina Jiménez como responsable de esa tarea. En desarrollo de la idea, adelantamos cinco actividades básicas por cada grupo de socorro, entre ellas el manejo de la pérdida y el síndrome del duelo. También comprendía dinámicas de relajación y métodos encaminados a asumir las consecuencias propias de ese tipo de trabajo, todo ello dentro de los parámetros trazados por la Organización Mundial de la Salud”, concluyó la profesional. Al finalizar 2012 las atenciones en salud superaron las 14 mil, entre las que se contaban cirugías, consultas con especialistas, procedimientos y atención domiciliaria. En esta instancia algunos pacientes lograron su alta médica, gracias a su compromiso con el plan de salud. En materia de salud el año 2013 llegaría con nuevos retos.
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Gestión social: atención inicial Pago de los arrendamientos Según el censo realizado por la Oficina Municipal de Atención y Prevención de Desastres de Dosquebradas, 117 viviendas resultaron afectadas por la emergencia, de estas, 38 colapsaron. Estas cifras solo significaban para Ecopetrol un reto más en la atención del evento. La solución de vivienda temporal era una prioridad, por ende las acciones fueron inmediatas. Quizás sin saberlo, una de las estrategias para ayudar en el campo prioritario de las viviendas temporales se había trazado el mismo día de la emergencia, cuando Pedro Rosales, presidente encargado de Ecopetrol en ese momento, decidió llamar a representantes del Gobierno Nacional para su acompañamiento en los primeros días. Ese mismo día el presidente de la República anunció el otorgamiento de subsidios de arrendamiento temporales para los afectados a través de la Unidad Nacional de Riesgos y Desastres. Se les otorgará un subsidio de vivienda a través de la Dirección Nacional de Riesgo y al mismo tiempo, con el Sena, se evaluará el costo del daño en un proceso de autoconstrucción. Las casas ubicadas en sitios estables pueden reconstruirse”. Durante tres meses las familias que perdieron sus viviendas recibieron el subsidio de arrendamiento otorgado por el Gobierno Nacional. Muchas de estas personas nunca tuvieron claro de dónde provenía este dinero. Algunas se lo atribuían a Ecopetrol y otras a la Alcaldía Municipal. Al llegar el mes de marzo, cumplido el tiempo otorgado para los subsidios, Ecopetrol realizó gestiones con el Gobierno Nacional y logró la adjudicación de recursos por otros tres meses. Este periodo era trascendental para la compañía, con el fin de cerrar procesos de indemnizaciones por viviendas colapsadas o declaradas inhabitables. Sabíamos que en solo tres meses no sería posible cerrar procesos de conciliación con propietarios de viviendas colapsadas. Por eso hicimos
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la gestión para lograr otros tres meses de subsidio y así avanzar a contrarreloj con las mesas jurídicas”, dijo Jaime Bocanegra. Ecopetrol era consciente de que seis meses no serían suficientes para cerrar conciliaciones. A través de la Fundación Gente Ecopetrol, se aseguró la continuidad de los pagos, según lo señala Diana María Ceballos: En algunos casos la Fundación GE cubrió el valor del arrendamiento por seis meses adicionales a los otorgados por el Gobierno. Esto se pagaba a través de la Cruz Roja Risaralda y se desembolsaban directamente a los propietarios de las casas en alquiler”. Antes de instalarse en su casa provisional, don Segundo Isidoro Peña, habitante de Villa Carola y cotero de profesión, tuvo que recorrer un largo camino, incluso hizo presencia en los medios de comunicación, donde leyó una carta también entregada a Ecopetrol, en la que exigía solución pronta a su necesidad de vivienda. A pesar de los daños siguió viviendo en la casa de su propiedad, hasta que fue reubicado ocho días después del evento. De la misma manera fue beneficiado por las ayudas que entregaban los aliados estratégicos de Ecopetrol en el marco de los convenios. Me reubicaron y me dieron los 250 mil pesos de arriendo durante siete meses. Me dieron un auxilio de un millón y medio, además, los kits que venían con lo básico que uno necesitaba en la casa”.
Vivienda y alimentación El proceso de acompañamiento y atención a los afectados tenía que ser integral. Mientras se lograban acuerdos conciliatorios se debía garantizar no solo su atención médica y psicológica: también asegurar su vivienda y alimentación. En la mayoría de los casos, las personas afectadas por el evento quedaron inhabilitadas para continuar con sus actividades económicas, bien fuera en su calidad de empleados o independientes. Algunos presentaron heridas por quemaduras y otras afectaciones psicológicas que debían ser tratadas para volver a su cotidianidad.
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Consciente de esto, la Fundación Gente Ecopetrol, como entidad ejecutora del convenio celebrado con Ecopetrol para el efecto, realizó la entrega mensual de Bonos Canasta, cargados cada uno con 300 mil pesos por cada integrante de la familia. Esta ayuda era usada por los beneficiarios para compra de ropa y elementos de aseo personal. En la actualidad se continúa con la entrega de estos bonos a varias personas con las que aún se llevan procesos de conciliación y sufrieron afectaciones en su integridad que no les permiten reincorporarse al mercado laboral. A quienes resultaron con heridas físicas de consideración mensualmente se les cargan las tarjetas”, confirma Leonardo Herrera, coordinador de Tejido Social del Programa. Don Octavio de Jesús Gutiérrez López fue uno de los heridos graves. La magnitud de sus quemaduras en extremidades superiores y rostro, así como lesiones en la garganta derivadas de las cirugías, exigieron su hospitalización por casi dos meses. Durante ese tiempo y con posterioridad a su hospitalización en casa fue sometido a tres intervenciones quirúrgicas sufragadas en su totalidad por Ecopetrol. Pero el milagro más grande para este antiguo empleado de una fábrica de tubos fue la salvación de su nieta Isabela, de 11 días de nacida, que sobrevivió a la caída de la pared de su habitación. A pesar de ese milagro, la mayor afectación que sufre mi familia no es por los daños ocasionados por las explosiones, ha sido por el solo hecho de pensar en lo que pudo haberle pasado a la bebé”, dice don Octavio, mientras recuerda cómo recibió las ayudas ofrecidas por Ecopetrol. Teníamos el apoyo de Ecopetrol con el arriendo, con un bono mensual de 300 mil pesos para gastarlo en un almacén de cadena. Esa era la ayuda que tenía en ese momento, más las incapacidades que me pagaba la empresa en la que trabajaba. Eso me ayudó a sostenerme durante un año y medio”, finaliza don Octavio.
El pan nuestro de cada día Diariamente, Jaime Alberto Salazar se despertaba a las 4:30 de la mañana para abrir las puertas de su restaurante en la vía que
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Ecopetrol entregó alimentación diaria a las familias afectadas mientras se adelantaban los tratamientos para su recuperación y los procesos conciliatorios. Marzo de 2012.
comunica a Pereira con Santa Rosa de Cabal. Con el día aún oscuro preparaba más de 30 desayunos. Llegaba a las 7:30 de la mañana con los primeros alimentos para las personas que resultaron con heridas producto de las quemaduras y su núcleo familiar. Luego de valoraciones con especialistas estas personas recibieron una incapacidad médica. Con este dictamen Ecopetrol, a través de uno de sus aliados, asumió la alimentación diaria de los integrantes de la familia mientras se adelantaban los tratamientos para su recuperación y los procesos conciliatorios. Jaime Alberto recuerda que se convirtió en una rutina sagrada llevar los alimentos recién hechos a las 7:30 de la mañana, 12 del día y 6 de la tarde de lunes a domingo. Llueva, truene o relampaguee, fue la instrucción dada a Salazar. Recuerdo que la persona con quien me entendía en Ecopetrol me entregaba algunas dietas especiales que debían seguir varias personas. En algunos momentos era difícil porque a muchas de ellas no les gustaba lo que les preparaba. En varias ocasiones recibí malos
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comentarios e incluso algunas decidían no comer. Otras veces me retrasaba por el tráfico o porque llovía y cuando llegaba la familia ya estaba de mal humor. Fue una experiencia difícil pero muy positiva”. Don Segundo Isidoro Peña también fue una de las personas que recibió la alimentación diaria. Durante un mes nos dieron comida. Las traían a la casa, las tres comidas, hechas”, relata don Segundo.
A definir techo Surgía un nuevo reto para Ecopetrol, sumado a todos los demás que se daban en el desarrollo de la atención. La empresa sabía que el dinero de los avalúos no sería suficiente para adquirir de nuevo una casa, que a diferencia de la colapsada, cumpliera con unos requisitos de construcción y ubicación que no representaran un peligro para la seguridad del grupo familiar y cuya adquisición garantizara la idoneidad del título jurídico de adquisición. Por eso inició conversaciones con el Fondo Nacional de Vivienda (Fonvivienda), entidad del Gobierno Nacional que tiene entre sus funciones otorgar subsidios para compra de vivienda de interés prioritario. Esta gestión tuvo resultados positivos: 19 propietarios de viviendas afectadas recibieron un subsidio para compra de vivienda usada. Este recurso ha sido entregado a través de la Caja de Compensación Familiar de Risaralda (Comfamiliar). Varios de los avalúos realizados por la Lonja nos decían que las casas valían doce, quince, máximo veinte millones. Es más: hubo una que fue avaluada en ocho millones, es decir, todas estaban por debajo del avalúo oficial de una casa de interés prioritario, que es de 39 millones de pesos. Ecopetrol, por ley, tenía que pagar lo avaluado, pero sabíamos que las personas con ese dinero no podrían comprar otra casa, por más económica que fuera”, afirma Óscar García, coordinador de Gestión Inmobiliaria de Ecopetrol. Doña Martha Ligia Ramírez vivía en la casa heredada de sus padres, colapsada en la emergencia del 23 de diciembre. Ecopetrol
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realizó el avalúo de la vivienda, que arrojó un valor de 35 millones de pesos, es decir 4 millones por debajo del avalúo de una vivienda de interés prioritario. Paralelamente a los procesos conciliatorios y con el acompañamiento de la empresa petrolera, doña Martha Ligia fue postulada ante Fonvivienda para acceder a un subsidio que le permitiera comprar su casa. Mientras se cumplían los tres meses que Ecopetrol decía que se demoraba para desembolsar los dineros de la conciliación, Óscar García me notificó que me habían postulado para el subsidio ante Fonvivienda con el fin de completar lo de una casita digna. Sin embargo llegó primero el dinero de la conciliación. Con esta plata compré una casita del mismo valor que me dieron”.
Alternativas para los arrendatarios Villa Carola era un barrio tranquilo, de gente amable, emprendedora, de casas de todos los tipos y tamaños. También albergaba arrendatarios, personas que a pesar de no tener una vivienda propia vivieron su propia tragedia: la de perder todos sus muebles y enseres. Las necesidades de los arrendatarios no eran muy diferentes de los demás afectados de la emergencia. Los deseos de conseguir su vivienda propia tampoco dejaban de ser una prioridad para ellos. Doña Victoria Ortiz, líder del grupo de arrendatarios, en compañía de doña Consuelo Sánchez, han buscado oportunidades en la administración municipal y departamental, para poder garantizar las condiciones necesarias de acceso a los subsidios de Fonvivienda. La expectativa de nosotros como arrendatarios es cumplir con nuestros sueños y con los de nuestros niños. Todo el año Ecopetrol nos ha acompañado en este proceso. El alcalde ya nos dijo oficialmente en una reunión que tuvimos en noviembre de 2012, que nos iba a entregar el lote con los servicios públicos garantizados, que en diciembre nos iban a llevar en un bus a ver el lote todos juntos con él. Pero no se ha tenido respuesta de qué día nos van a llevar”, aseguró doña Vicky finalizando 2012.
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Recuperar el entorno Reparar el daño ocasionado por el derrame del combustible y las posteriores explosiones, fue una de las metas propuestas por Ecopetrol desde la parte ambiental. Trabajar en armonía y respeto por el ambiente es una de las premisas de la empresa, razón por la cual no se escatimaron esfuerzos para la recuperación completa de la quebrada Aguazul, las especies vegetales afectadas, el bosque protector y el suelo. Para alcanzar ello la compañía invirtió 1.600 millones de pesos y empleó a más de 200 personas durante 2012. María Isabel Cabarique, ingeniera de Ecopetrol, llegó desde principios de 2012 al equipo de Dosquebradas a coordinar el frente ambiental. Recibí las obras que adelantaba la dirección de DHS (Dirección de Higiene, Seguridad y Ambiente) y Gestión Social de Ecopetrol por parte del ingeniero Luis Alberto Peláez, quien lideraba los trabajos y gestionaba las relaciones con las autoridades competentes para adelantar la recuperación ambiental. Se hizo un trabajo de recuperación alineado a las afectaciones que se presentaron, básicamente en infraestructura y otros componentes ambientales”. En infraestructura se diseñó un plan de trabajo para la recuperación de los acueductos. Los que se vieron afectados fueron La Romelia, La Divisa y la empresa de Acuaseo, como ya se mencionó antes.
A sanar la tierra Para la recuperación de 3.968 metros cuadrados de suelo afectados por la emergencia, Ecopetrol efectuó un recorrido con la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (Carder), con el fin de identificar toda la zona afectada y asimismo generar recomendaciones para emprender un buen plan de limpieza. Ecopetrol, acatando las recomendaciones de la Carder, por medio del concepto técnico 4288 emitido el 29 de diciembre de 2011, diseñó su plan de trabajo para iniciar la limpieza y degradación del producto impregnado en el suelo. Para esto se apoyó en la firma contratista Morelco.
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Ecopetrol realizó trabajos para recuperar las capas vegetales afectadas por las llamas, sembrando nuevas especies. Junio de 2012.
Este consistió especialmente en la identificación de puntos críticos, donde podía existir presencia de bolsas de hidrocarburos en algunas áreas donde se presentó el derrame. Se inició con la aplicación de un tensoactivo Emulgrossón, que es como un jabón biodegradable cuyo propósito es encapsular las partículas de hidrocarburo y llevarlas a flote para sacarlo de la tierra”, añadió Cabarique. Lo que se hizo fue lavar la tierra con este producto biodegradable y hacer una intervención en el sitio, así como una degradación con bacterias mediante un agente llamado Ecomaxbact, manejado por el Instituto Colombiano del Petróleo (ICP). El propósito era hacer la degradación del hidrocarburo recogido a través del tensoactivo. Esta labor se hacía de manera diaria, desde el momento en que ocurrió el evento hasta finales de 2012, haciendo el lavado del terreno y limpieza, atendiendo a un sistema de control en respuesta a la presencia de bolsas de concentraciones de hidrocarburos en el terreno”, insiste la ingeniera.
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Miguel Patiño, ingeniero ambiental del ICP, fue el encargado de realizar los monitoreos al suelo. El funcionario explicó que las visitas correspondieron a los trabajos de mitigación. Se comenzó en diciembre de 2011. En enero se hicieron tomas de muestras, posteriormente se realizaron otros estudios en julio, agosto y noviembre de 2012. Lo importante fue haber sido constante con la aplicación del Emulgrossón y el Ecomaxbact para que el proceso mostrara efectividad en menor tiempo”, puntualizó. Esta fase estuvo complementada por la remoción de la tierra y su traslado para efectos de bio-remediación. En vista de que el terreno estaba tan impregnado de combustible, la mejor opción fue recoger toda esa tierra que resultó contaminada, almacenarla de manera temporal y luego llevarla a un lugar de bio-remediación, ubicado en Cundinamarca. Ecopetrol dispuso un total de 409 toneladas de tierra, a través de una empresa llamada Ecosoluciones para bio-remediación fuera del área. Una vez limpia fue devuelta al lugar de origen”, aseguró María Isabel Cabarique. Durante todo 2012, Ecopetrol continuó realizando unos planes de limpieza con el Instituto Colombiano del Petróleo, en vista de que aún se seguían presentando de manera repetitiva rastros de producto en un punto específico de los que se delimitaron. Esta situación llevó a que se hiciera una malla de 24 perforaciones a diferentes profundidades: tres y cinco metros, para determinar si aún había presencia de hidrocarburos en el área del derrame. Al final del año, gracias a las acciones ejecutadas para recuperar el suelo, esta meta estaba cumplida en un 95%, con presencia de sustancias volátiles solo en un punto específico conocido como predio La Mayola.
El revivir de la flora Para la recuperación de las 3,96 hectáreas de vegetación afectada, se definió conjuntamente con la Carder un plan de trabajo, realizando inicialmente el retiro de las especies que se vieron cien por ciento comprometidas.
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Se hizo una poda de árboles cuando evidenciamos que estaba comprometido el 50% de su cuerpo. Se realizó el corte de la guadua afectada en diferentes anillos. Se retiraron las especies con mayor inestabilidad, así como los árboles que estaban quebrados, partidos y tirados en la mitad de la quebrada”, continuó la ingeniera María Isabel. La Carder solicitó a Ecopetrol un estudio para el aprovechamiento forestal de las especies afectadas. La empresa efectuó el inventario de 184 árboles, 141 arbustos, 3.738 guaduas y 265 plantas de cañabrava, para un total de 4.328 unidades vegetales por aprovechar. Se solicitó un permiso de aprovechamiento forestal. La Carder avaló el inventario y dio el permiso. Para iniciar el trabajo de erradicación y restitución de las especies afectadas, realizamos el plan de reforestación”, explicó Cabarique. Como parte de ese proyecto de reforestación se sembraron 3.744 individuos, ya que los restantes eran recuperables. La siembra se hizo en los márgenes de la quebrada Aguazul. Entre las especies se cuentan guadua, guayacán, aguacatillo, guamo y gualanday. Nosotros no solo llegamos hasta restituir los árboles. Tenemos que cumplir con un programa de mantenimiento que dura aproximadamente dos años más”, concluye la experta. Hernán Lozano, coordinador de Gestión del Riesgo en Dosquebradas durante 2012, se refirió a la importancia de garantizar que estas áreas no fueran invadidas de nuevo. Había que garantizar que no se volviera a poblar la zona. Se trataba de devolverle ese lugar a la naturaleza, mediante la reforestación de toda esa zona, partiendo de la adquisición de los predios donde estaban las casas, posteriormente entregados al municipio”.
El agua y la vida Producto del derrame, se vieron afectados un caño, que para su identificación se denominó como N.N., así como la quebrada
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Aguazul. Como parte inicial de la intervención, se hizo la limpieza de estos cuerpos de agua, mediante tres lavados en los dos tramos: en el caño N.N. aproximadamente en 180 metros y en la quebrada Aguazul, en 2.000 metros. María Isabel Cabarique añadió que se retiró el hollín generado por la conflagración, además de la remoción y recolección de remanentes de hidrocarburos que se concentraban en sectores focalizados. El lavado de material rocoso y de los márgenes de la quebrada se hizo piedra a piedra, con el mismo producto biodegradable utilizado para la limpieza del suelo. En cuanto a la recuperación en el agua, con la Carder se determinaron 13 puntos de monitoreo, donde lo que hacíamos con el ICP era tomar muestras, determinando el comportamiento de la presencia de producto en la quebrada. Ese trabajo lo realizábamos inicialmente una vez por semana, haciendo monitoreos. A medida que íbamos haciendo limpieza del material rocoso de los márgenes de la quebrada íbamos removiendo la tierra impregnada”, explicó Cabarique. Por esta razón el ICP y la Carder sugirieron que se hicieran monitoreos una vez por semana, buscando la presencia de hidrocarburo en algunos puntos específicos. Después se disminuyó la frecuencia a 15 días, y de la misma manera por la reducción de la presencia de los puntos, se redujo a una vez por mes. En abril de 2012 ya no había presencia de hidrocarburos en el agua y se le dio garantía a la empresa Acuaseo para abrir la bocatoma principal de suministro de agua potable. En una de las visitas realizadas con la Carder a la zona del evento, dada la concentración de hidrocarburos evidenciada en el suelo, se sugirió que de manera preventiva Ecopetrol adelantara monitoreos de aguas subterráneas. Para ello se construyeron dos pozos. Esta caracterización finalmente se hizo con resultados favorables. Por fortuna, la contaminación no llegó hasta las aguas subterráneas”, finalizó la ingeniera María Isabel. Esta fase fue de suma importancia para la estabilidad ambiental que hoy se tiene en las más de tres hectáreas intervenidas.
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Juan Manuel Álvarez, director de la Carder, destacó todas las acciones ejecutadas durante el año 2012. Desde la Corporación somos conocedores de que Ecopetrol ha venido realizando un trabajo muy arduo e importante para la recuperación ambiental en Villa Carola, casi que lo podríamos decir, desde el mismo momento de la emergencia. Nosotros como la autoridad ambiental hemos realizado las recomendaciones del caso, el acompañamiento a los procesos, pero tenemos que decirlo, al día de hoy la empresa ha cumplido con lo planteado”.
Diagnóstico para la solución Los estudios especializados iniciales para identificar la causa de la ruptura del poliducto definieron que esta se produjo por un movimiento de tierra, acelerado por la fuerte temporada de lluvias que afectó la zona días antes del incidente. Esa evidencia generó en Ecopetrol un nuevo desafío: determinar si el reptamiento continuaba presentándose. Para este fin se contrató la firma norteamericana Intertek, empresa especializada en análisis de carga e infraestructura, que con avanzada tecnología aportaría un diagnóstico. Por más de seis meses, herramientas denominadas inclinómetros y piezómetros arrojaron reportes quincenales del movimiento, aunque lentos, casi imperceptibles, pero ahí estaban. Los trabajos fueron enfocados hacia obras alrededor del poliducto en la zona donde se registró el reptamiento, con el fin de asegurar la tubería ante nuevos movimientos. En cada uno de los espacios de socialización de los avances de la atención, Jaime Bocanegra explicaba los trabajos realizados en la tubería para garantizar su integridad. Los análisis nos decían que la tierra, lenta, muy lentamente se seguía moviendo, sobre todo en esta zona tan propensa a fuertes lluvias. Por eso se realizó un encamisado de la tubería, es decir, tomamos la que teníamos, que es de seis pulgadas de diámetro y la metimos dentro de una de 36 pulgadas. Si se volvía a presentar un movimiento de tierra, la nueva tubería lo contendría”, sostiene Bocanegra.
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Como parte de los trabajos de control y seguimiento al poliducto, Ecopetrol instaló siete cámaras de inspección para realizar mediciones y monitoreos constantes.
La estrategia social: una nueva fase Basándose en sus principios de responsabilidad social empresarial, Ecopetrol adelantó en la Comuna 10 de Dosquebradas un programa de inversión social para la vigencia 2012. Estas acciones debían estar dirigidas a cumplir los principales objetivos de la compañía con la creación de la Gerencia Dosquebradas. El reto para el equipo de gestión social era grande. Ellos sabían de la responsabilidad y la importancia que estas acciones tendrían para restablecer el tejido social y recuperar la infraestructura de la zona afectada. Para la gerencia, era claro que la intervención social en la Comuna 10 debía ser prioritaria y acertada. Nosotros hicimos un análisis y primero que todo salió un daño particular en las familias, que exigía restitución. En esa pérdida había una situación moral de la gente. También concluimos que había una ruptura del tejido social. Con base en eso, se dieron tres frentes de gestión social que se trabajan desde el momento de la emergencia, y son: gestión del riesgo, el acompañamiento a familias y el mencionado tejido social. Este último tiene tres componentes que son: Educación, Competitividad, además de Ciudadanía y Democracia”, afirmó Luis María Potes, líder de Gestión Social de la Regional Occidente. Una de las principales estrategias para lograr los objetivos de gestión social propuestos era buscar aliados, para que por medio de convenios se pudieran ejecutar las acciones y obras de infraestructura planeadas. En Dosquebradas los convenios eran orientados a apoyar directamente a las familias afectadas y los relacionados con la recuperación del tejido social. Siempre fue claro para la empresa el reconocimiento y la idoneidad de los aliados estratégicos con los que se llevarían a cabo las diferentes acciones”, manifiesta Luis María Potes haciendo referencia a esos aliados.
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De vuelta a la escuela La Institución Educativa Cartagena, sede Boqueroncito, ubicada en la vereda Aguazul, a dos kilómetros de Villa Carola, era el punto de aprendizaje de 53 estudiantes entre los 5 y 14 años, los cuales cursaban desde preescolar hasta grado quinto de primaria. Ellos llegaban a recibir sus clases, dictadas por las profesoras Alba Lucía Idárraga y Ademid Vela, desde Villa Carola, La Divisa, Galaxia, Bosques de la Acuarela y la misma vereda. Un lugar rodeado de riqueza vegetal, de diversidad animal: pájaros barranqueros, mariposas, ranas diminutas, loros, tucanes, cangrejos, ardillas, insectos de todo tipo. El ambiente natural era propicio para educar y adquirir conocimiento académico. Pero el aire puro que se respiraba en esta zona, la vegetación y la fauna, no eran suficientes. La estructura física de la escuela estaba en condiciones deficientes, hasta peligrosas para quienes recibían allí sus clases. Esto se sumaba a la problemática social vivida por las familias del sector. Así lo recuerda la profesora Alba Lucía, quien desde su llegada, cinco años antes del evento, se propuso en su corazón dar lo mejor por la educación de estos niños. Al llegar a la escuela pudimos notar que esta comunidad desbordaba de muchas necesidades económicas, emocionales, psicológicas. Encontramos niños con graves problemas de desnutrición, familias desplazadas por la violencia. La escuela daba un panorama desalentador, una infraestructura deprimente, grietas en las paredes, mobiliario en pésimo estado, tejados rotos y ni qué hablar de los implementos deportivos o didácticos, y lo que faltaba: la escuela no tenía agua potable”.
La necesidad de una nueva escuela Una de las primeras directrices entregadas por Ecopetrol el mismo día de la emergencia fue emprender las acciones necesarias para reparar el tramo del tubo afectado por el movimiento de tierra. Esta labor demoró varios días, sumada a otras obras que permitieran mantener la integridad del poliducto. Dichos trabajos involucraban el uso de herramientas sofisticadas que debían mantenerse en un lugar seguro y de rápido acceso
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Sede de la antigua Institución Educativa Cartagena Boqueroncito en la vereda Aguazul. Mayo de 2012.
para ahorrar tiempo en la ejecución de las obras. Ecopetrol formuló la solicitud a la Secretaría de Educación para el préstamo de las instalaciones de la institución educativa que funcionaba en la vereda. Allí fueron guardadas las herramientas por varios días. Mientras los profesionales de mantenimiento de línea sacaban e ingresaban herramientas a la Escuela, se percataron de que, aunque la planta física no había sido afectada por el evento, sí presentaba graves condiciones estructurales por falta de mantenimiento. No podían creer cómo estudiaban allí tantos menores de edad con el riesgo que generaba el deterioro de las instalaciones. Pedro Rosales, vicepresidente de Ecopetrol recuerda los comentarios de los profesionales: Ellos me decían que esa escuela estaba en unas condiciones que podían ser peligrosas para los niños. Y con una gran preocupación manifestaron: no podemos dejar que eso continúe operando en ese sitio hasta tanto tengamos una escuela que dé tranquilidad. En ese momento se planteó la necesidad de buscar un sitio diferente para que ellos pudieran tomar sus clases y la decisión de hacerles una escuela digna de ese nombre”.
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La decisión de construir una nueva sede de la escuela llenó de alegría y esperanza a los 53 niños y niñas de las veredas Aguazul y El Cofre y los barrios Villa Carola, Bosques de la Acuarela y sectores aledaños que cursaban allí sus estudios de básica primaria. También a las dos docentes encargadas de formarlos para el futuro. Comenzó aquí un tiempo nuevo para la Institución Educativa Cartagena, sede Boqueroncito. Los acercamientos entre Ecopetrol y la comunidad de la vereda fueron abriendo caminos de solución para los estudiantes.
Aulas improvisadas Se pensó en lugares aledaños. Visitaron algunas fincas pero ninguna era apta para el propósito requerido. Luego de analizar alternativas, encontraron una solución: llevar a los niños lejos de la vereda, a un ambiente tranquilo, amplio y natural. El sitio escogido fue el lago La Pradera en Dosquebradas. Ecopetrol lo adecuó. A través de la Fundación Oleoductos de Colombia se cubrieron el transporte y la alimentación. Todo se hizo con la previa autorización de los padres y la Secretaría de Educación Municipal. Además se diseñó con el equipo psicosocial y familiar de la Fundación, todo un plan pedagógico para la atención en crisis. Ivonne Libreros, coordinadora del convenio entre Ecopetrol y la Fundación, señala una de las actividades realizadas dentro de este acuerdo. Realizamos un acompañamiento social con la comunidad educativa de la sede Boqueroncito que incluyó los estudiantes, las docentes, padres de familia y acudientes”. Luego de varias conversaciones, basados en la propuesta del rector Arturo Sánchez, llegaron al acuerdo de llevar a los niños a la sede Boquerón, ubicada en la vereda del mismo nombre, cerca de Santa Rosa de Cabal. Una vez más Ecopetrol colaboró con la adecuación de la institución a la que llegarían. Además, la empresa se hizo cargo del transporte y la alimentación para todo el centro educativo. En Boquerón fueron recibidos con amor y entusiasmo. Allí estaban la docente Mónica Yaneth Burbano y sus estudiantes, con quienes se logró una relación de amabilidad, confianza, apoyo,
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Estudiantes de la Institución Educativa Cartagena sede Boqueroncito, acompañados de “Niño”, su perro mascota. Junio de 2012.
amistad y cariño. Ellos estaban muy agradecidos por las mejoras realizadas a la sede a través de Ecopetrol y la Fundación Oleoductos de Colombia. Por esos días, los estudiantes recibieron un bono de parte de la Fundación Gente Ecopetrol por un valor de 300 mil pesos, destinado a la compra de útiles escolares, uniformes y ropa. Así lo cuentan el rector y las profesoras de la institución. La experiencia fue gratificante. Ver cómo los hermanos hacían acuerdos, reuniendo la cantidad del bono para obtener su primer computador. Se ayudaban los unos a los otros, las caras de alegría no tenían precio. Los niños representantes del gobierno estudiantil enviaron una carta de agradecimiento a las personas vinculadas en esta actividad”. La ola invernal causó derrumbes en la vía que conduce a la vereda, por lo cual los niños debían bajar a pie hasta Villa Carola, donde los esperaban los buses. Al ver esta complicada situación, las maestras acudieron a la Fundación Oleoductos de Colombia, que gestionó
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ante Ecopetrol kits de invierno para los estudiantes. Ángela Patricia Naranjo, una de las psicólogas de todo el proceso en la institución, recuerda ese momento. Comenzamos a conocer las distancias que los niños debían recorrer desde la institución educativa hasta su casa. En ese momento estábamos en época de invierno. Entonces se reconoció que había una necesidad adicional y era que los niños pudieran cubrirse adecuadamente para recorrer esos trayectos. Ecopetrol les entregó un kit que constaba de capas, botas y sombrilla”. Los días en Boquerón terminaron. Allí los estudiantes escogieron su gobierno en ejercicio democrático. Además, realizaron una reunión con el ingeniero Luis María Potes y el sociólogo Leonardo Herrera de Ecopetrol. En este encuentro hicieron una oración por los funcionarios, les agradecieron lo hecho hasta ese momento y les pidieron continuar el acompañamiento psicosocial con la institución.
Una escuela más que temporal Luego de cuatro meses los alumnos volvían a la vereda. Ecopetrol, de la mano de su aliado estratégico, la Fundación Oleoductos de Colombia, decidió construir una escuela temporal, una estructura con todas las especificaciones técnicas que les permitiera a los menores recibir sus clases mientras se les construía la estructura definitiva. El 14 de junio del año 2012 la escuela temporal fue entregada a los estudiantes. Ese fue un día de alegría, de unión, de esperanza. Los 53 menores volvieron a sentirse en su segundo hogar, recuerda la profesora Alba Lucía. Era volver a estudiar en la vereda, era volver a recibir clases cerca de sus casas. Los que llegaban caminando lo hacían de nuevo con alegría. Era tanto el amor por su escuela y su estudio que hasta los fines de semana dábamos clases”. Valentina Rincón, una niña de 10 años de edad, quien durante el proceso se había convertido en portavoz de sus compañeros, no podía ocultar sus emociones divididas en dos: una en la alegría de saber que sus compañeros tendrían un mejor lugar
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Escuela temporal construída por Ecopetrol mientras se edificaba la nueva sede de la institución. Junio de 2012.
para estudiar y otra la tristeza de recordar que era su último año escolar y que no estaría en los próximos años para conocer la escuela nueva. Estoy muy contenta porque allí van a seguir estudiando mis compañeritos y mi hermanito. Esta escuela quedó muy bonita y a nosotros nos gusta mucho estudiar, gracias a Ecopetrol”. Para la construcción de la sede temporal fueron invertidos 192 millones de pesos. Los estudiantes podrían disfrutar de dos aulas de clase, un comedor y baterías sanitarias mientras se construía la escuela definitiva. Ese día la presidenta del gobierno estudiantil, Valentina Rincón y el vicepresidente estudiantil, Juan Daniel Campuzano, expresaron sus sentimientos en un discurso, del cual reproducimos algunos fragmentos:
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“Dosquebradas 14 de julio de 2012 SEDE BOQUERONCITO HEMOS APRENDIDO... Que por encima de todo está Dios y por eso a Él queremos agradecer todas las bendiciones recibidas hasta el día de hoy. Hemos aprendido a ser agradecidos. Por eso queremos reconocer y exaltar a cada persona e institución que ha aportado un granito de arena para hacer realidad la escuela provisional. Hemos aprendido a confiar en Ecopetrol y en especial en el ingeniero Luis María Potes, que más que un funcionario, es nuestro amigo. Hemos aprendido que la vida se construye con valores y con esfuerzo. Por eso de parte de todos mis compañeros gracias y que Dios los bendiga. QUÉ ESPERAMOS... Esperamos que los compromisos que Ecopetrol y la administración han hecho con nosotros se hagan realidad. Esperamos que mejore nuestro bienestar y se fortalezcan nuestras familias con el apoyo familiar y psicológico. Dios los bendiga, gracias”.
Comenzó la construcción de la nueva escuela. Los niños fueron los veedores. Cada día, al pasar por el sitio, preguntaban a los obreros cómo iban los trabajos. Pidieron a sus profesoras ir al lugar y hacer una oración pidiendo a Dios que todo saliera bien.
Fundación Oleoductos de Colombia en acción Otro acontecimiento importante para los estudiantes fue el acompañamiento pedagógico integral de la Fundación Oleoductos de Colombia. Este abarcó tres grandes componentes: individual, familiar y formativo. El primero de ellos fue el individual, trabajando en los aspectos del comportamiento emocional y los procesos de enseñanza - aprendizaje. También hubo un abordaje familiar, a través de pautas de crianza, solución de conflictos, interiorización de normas y procesos comunicativos.
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Nueva sede de la Instituci贸n Educativa Cartagena sede Boqueroncito en la vereda Aguazul. Diciembre de 2012.
Estudiantes de la instituci贸n educativa en el acto de entrega de la nueva edificaci贸n. Diciembre de 2012.
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Entre todos los aspectos positivos de este acompañamiento, Juan Daniel Campuzano, un estudiante de la escuela de la vereda Aguazul, reconoce los cambios generados en su entorno familiar y en el de sus compañeros. Había familias de mis compañeros que durante años no se daban ni siquiera un abrazo. Esto cambió con las sesiones que nos realizaron, las familias se han unido más, se han amado más, no hay tantos problemas, y los pocos que se presentan nos han enseñado cómo resolverlos”. Por último, se trabajó el abordaje formativo, donde idearon estrategias de formación en habilidades para la vida, escuela de padres y la conformación de una red comunitaria.
El día anhelado El entusiasmo y la alegría se apoderaron de la comunidad educativa cuando se enteraron de que ya había fecha para la entrega de la nueva escuela. Empezaron a planear la actividad. Durante esos días los pequeños y sus maestras tuvieron un acto de agradecimiento con los trabajadores de la obra. Reunieron entre todos los ingredientes y prepararon natilla con buñuelos. Compartieron este detalle con los obreros y personal de Ecopetrol. Llegó el día. El 18 de diciembre de 2012, luego de un año intenso y movido, los estudiantes de la Institución Educativa Cartagena, sede Boqueroncito, de la vereda Aguazul, eran recibidos en su nueva escuela por una calle de honor compuesta por todos los asistentes a la inauguración. Cada niño portaba la camiseta de la selección Colombia como muestra de patriotismo y unión. Se realizaron los actos protocolarios. Jaime Bocanegra, gerente de Ecopetrol para la zona, afirmó en su intervención que “este modelo de escuela debe ser aplicado a todas las del país, sin importar la ubicación rural que tengan. Aquí debemos impartir educación de buen nivel”. La construcción de la nueva sede se realizó en tiempo récord. Era apremiante que los estudiantes tuvieran la nueva planta física para comenzar su año escolar en 2013. Cinco meses duraron los trabajos para entregar la nueva estructura con todos los estándares exigidos por el Ministerio de Educación Nacional. Sigifredo
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Marín, director de Núcleo Educativo Rural de Dosquebradas insiste, basándose en su experiencia, que esta es la mejor escuela rural del país. Yo he conocido varias sedes rurales a lo largo del país. En encuentros nacionales realizados por el Ministerio he visto varias, pero sin duda, la Institución Educativa Cartagena, sede Boqueroncito, se convirtió por sus instalaciones en la mejor a nivel nacional”. La nueva sede de la institución, de 331 metros cuadrados, tuvo una inversión de 700 millones de pesos. Consta de dos aulas de clases, un aula multipropósito, baterías sanitarias, cocina, comedor, oficina para la coordinación, un oratorio y zonas de recreación. Además debe anotarse que las aulas, el comedor y la cocina fueron dotados con todo su mobiliario. Luis María Potes afirma que si bien en la anterior institución estudiaban 53 menores, la nueva sede se hizo pensando en un número mayor de estudiantes. Sabemos que en estas zonas rurales existe un número muy grande de estudiantes que prefieren estudiar cerca de sus hogares. Por eso la nueva sede se construyó para una capacidad de 83 niños, es decir 30 cupos más de los que se tenían”. Por su parte, el rector de la institución, Arturo Sánchez, dijo: Es la oportunidad que los niños esperaban y estamos muy agradecidos con este proceso. La escuela contribuirá a mejorar la calidad de vida y de educación de todos estos niños que tanto lo necesitan”. Jaime Bocanegra siempre recuerda lo especiales que fueron los niños durante todo el proceso. Según él, la mejor manera de retribuir eso es con esta nueva sede educativa, que sin duda sabrán aprovechar. Siempre que asistíamos a reuniones con las profesoras, los estudiantes nos recibían con abrazos, besos. Aunque la mayoría eran muy pequeños todos sabían que Ecopetrol les estaba construyendo su escuela,
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su segundo hogar. La institución Educativa Cartagena será sin duda formadora de hombres y mujeres de bien”, anota Bocanegra.
La Veeduría en la escuela Llegar a este punto implicó además la participación activa, aunque muchas veces silenciosa, de sectores de la comunidad entre los que se encuentra la Veeduría Ciudadana. Entre sus acciones se cuenta un seguimiento permanente a los avances de la obra. Nosotros hicimos parte de todo el proceso de socialización y de la construcción de una escuela nueva. Esto implicó estar presionando para la entrega de los planos y que estos fueran validados por el Ministerio de Educación. Una vez aprobados se procedió al diseño de un cronograma para racionalizar la fase de construcción. En esa tarea es importante destacar el cumplimiento de los compromisos pactados con la comunidad en el sentido de contratación de mano de obra no calificada propia del lugar. Resaltamos además el reconocimiento de Ecopetrol hacía la Veeduría, ya que cada paso fue concertado entre las partes, como la adición presupuestal requerida”, relatan los veedores. A lo anterior debe sumarse un aspecto tan importante como el mejoramiento de las vías de acceso. Como parte complementaria a la construcción de la escuela, debemos resaltar el mejoramiento de la vía no solo a la vereda Aguazul sino de la ruta de acceso a la escuela, pese a no estar contemplado en el proyecto inicial de construcción”, concluye la Veeduría. En la adecuación de dichas obras, Ecopetrol, a través de Morelco, invirtió 2.160 millones de pesos, representados en la adecuación total de 2 kilómetros de vía, desde el sector de Villa Carola hasta la vereda Aguazul, con su afirmado y cunetas, más la adecuación de huellas para el acceso vehicular a la institución. Una muestra del estado de las cosas antes de la intervención, es el testimonio de don Hoover Saulo Valencia, quien afirma: “Esto era un camino de herradura, no tenía canaletas, no tenía huellas, esto estaba llevado del berriondo, ya las obras quedaron muy buenas”.
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Programa de Capacidades Productivas: un modelo de participación Para que Ecopetrol lograra restablecer el tejido social en la comunidad afectada por el evento del 23 de diciembre de 2011, debía estar acompañado con acciones que les permitiera, no solo a los directamente afectados, sino a la Comuna 10 en general, reactivar su economía, generar recursos para su sustento y el de sus familias. Algunas de las familias tenían en sus hogares, propios o alquilados, negocios de los cuales vivían. Para Ecopetrol era una premisa que esas familias volvieran a tener sus actividades productivas. Esto generaría de nuevo en la comunidad las ganas de salir adelante. Surgió entonces el convenio para el Fortalecimiento y Emprendimiento de Unidades Productivas de la Comuna 10 de Dosquebradas, como una estrategia de inclusión social que ha aportado para que el proceso de restablecimiento sea integral. El objetivo específico de este convenio era seleccionar 75 ideas de negocio, existentes o planeadas y fortalecerlas a través de capacitaciones, con la entrega de la dotación e insumos para comenzar a producir. Para cumplir con los objetivos, Ecopetrol eligió como aliado estratégico a la Cámara de Comercio de Dosquebradas, con el apoyo de la Secretaría de Desarrollo Económico y Competitividad del municipio. Para la Cámara de Comercio esta alianza con Ecopetrol era de suma importancia, pues la reactivación de la economía de la Comuna 10 aportaría resultados significativos, no solo para el propósito de la empresa petrolera de restablecer el tejido social, sino también para alcanzar logros dentro de la razón de ser de la Cámara. El presidente ejecutivo de la entidad, Jhon Jaime Jiménez, resumió así los objetivos del convenio, que tuvo una inversión de aproximadamente 600 millones de pesos. Es un proceso que tiene la intención de identificar las microempresas formales e informales existentes en la Comuna 10 de Dosquebradas, con miras a ayudarles a potenciarse en sus insumos básicos: administrativo, financiero, económico y comercial. De igual manera, dotarlos de elementos necesarios para la productividad, y con base en ello que puedan mantenerse en el mercado”.
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Se definieron varias líneas económicas en las que se debía trabajar. Esto con el propósito de delimitar los negocios objeto de beneficios. Entre las líneas escogidas estaban las confecciones, metalistería, metalmecánica, estética, tiendas y comidas típicas. Con el acompañamiento de la Veeduría Ciudadana, se dio comienzo a la selección de las 75 unidades productivas que serían beneficiadas. Los veedores recuerdan estas jornadas de trabajo para identificar a las ideas de negocio objeto de inversión. En principio se pensó en una convocatoria de carácter masivo. Pero por sugerencia nuestra se optó por una socialización en cuatro barrios distintos de la comuna. El propósito era alcanzar un mayor cubrimiento para facilitarles a todas las partes el acceso a la información. La estrategia permitió la presencia de más de 600 personas de la Comuna 10 y la vereda Aguazul”. Juliana Marín fue la profesional designada por la Cámara de Comercio de Dosquebradas para coordinar este convenio con Ecopetrol. Ella recuerda como después de que se hiciera la socialización del proyecto en los diferentes barrios de la Comuna 10, se presentaron más de 231 personas con ideas de negocio. Marín explica los criterios para seleccionar a los 75 beneficiados. Una vez se inscribieron 231 personas, determinamos cuáles serían para emprender sus negocios y cuáles para fortalecerlos. Entonces procedimos a realizar un primer filtro en el que se descartaron 31 ideas por estar por fuera de las líneas económicas del convenio. En total se realizaron 200 visitas domiciliaras a las ideas de negocio que estaban en las líneas. Entre ellas, luego de valorar diferentes factores como las instalaciones donde operarían, se seleccionaron las 75 definitivas”. Entre las 75 había 55 que eran negocios ya existentes que requerían ser fortalecidos y 20 que comenzarían de cero. Doña María Lucy Labrador fue una de las habitantes de la Comuna 10 de Dosquebradas beneficiadas con este convenio. Esta mujer, entre muchas cualidades, posee una en especial: su habilidad para la culinaria. Por más de 15 años esta ama de casa ha
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Algunos beneficiarios del programa de capacidades productivas, con el que se busca reactivar la economía de las familias afectadas por la emergencia. Noviembre de 2012.
derivado su sustento y el de su familia de la venta de tamales tolimenses. Ella encontró en esta iniciativa, la oportunidad de ampliar su producción. Con este proyecto lo que más quiero es ampliar el negocio, mejorar las condiciones de producción. La calidad está y es el sabor de mis tamales, pero además necesito elementos para poder elaborar mayor cantidad. Como mi empresa es familiar, quiero generar empleo, darle trabajo a alguna otra mujer cabeza de hogar”, añade doña María Lucy. El convenio de Capacidades Productivas contempló durante su primera fase una serie de capacitaciones que les permitirían a los beneficiados mantener la continuidad de sus negocios. Entre los campos de formación se encontraban contabilidad y mercadeo. De la misma manera las 75 unidades de negocio tuvieron la asistencia técnica por parte de profesionales financieros y administradores de empresas, quienes les ayudaron a planificar sus ideas de negocio.
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La selección de esos profesionales contó con el acompañamiento de la Veeduría Ciudadana, que tuvo como criterios: experiencia en procesos de capacitación, de acompañamiento a la comunidad y presencia en campo. Durante el proceso de intervención de Ecopetrol en la zona, se puso en evidencia que el desempleo era una de las mayores problemáticas sociales. Por eso este aspecto fue incluido en el convenio a través del Programa Formación para el Empleo. Leonardo Herrera, gestor técnico de Ecopetrol para el convenio, sabía que la empresa debía contribuir a ampliar las posibilidades laborales de los habitantes. Aparte de las 75 unidades productivas, comenzamos a formar a 118 personas en diferentes áreas como las confecciones, panadería, estética y la administración de tiendas. La idea era darles más herramientas para que tuvieran la oportunidad de ser empleados”. En total, 118 personas cumplieron los talleres de formación, recibiendo su título por parte de las instituciones responsables del proyecto. Las fases de formación avanzaron con éxito durante 2012. Para el año siguiente quedaría la entrega de las dotaciones industriales a los favorecidos y con ellas el comienzo o la continuidad de los sueños de salir adelante de más de 500 personas, entre beneficiados y sus familiares.
Parque Ecológico de la Salud y el Deporte de Villa Carola Villa Carola se forja una nueva cara La afectación de viviendas en el sector de Villa Carola por el evento fue la de mayor proporción de la Comuna 10. De las 38 casas colapsadas, 26 fueron de este sector, ocho eran del barrio La Divisa, tres en la vereda Aguazul y una más en La Romelia. Días después del evento, en la primera conversación que sostuvieron Leonardo Herrera y don Carlos Vélez, el funcionario de Ecopetrol le preguntó al líder comunitario cuál era la prioridad para el barrio. Vélez respondió que se tenía pensado hacer unos juegos
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infantiles en la zona de abajo. Al mirar todo el terreno. Herrera fue más allá y le dijo: “Yo veo aquí un parque más grande, que cubra absolutamente todo”. Don Carlos aún se admira del alcance que tuvo esa charla. No sé con quién estudió la idea, quién más la propuso, pero ahí fue donde empecé a conocer la propuesta que me pareció muy buena. Ese parque quedó excelente y es único en Dosquebradas”. Ecopetrol se propuso planear una obra de infraestructura que cumpliera con tres objetivos: cambiar la cara de la zona afectada, mitigar el riesgo de futuros asentamientos urbanos en la zona aledaña a la quebrada Aguazul y brindar un espacio de sana ocupación del tiempo libre a los habitantes de la Comuna. Surgió entonces la iniciativa de la construcción del Parque Lineal, como fue denominado de manera inicial. Se trataba de la obra de infraestructura social de mayor inversión e impacto en la zona más afectada por la emergencia. Más tarde tomaría el nombre de Parque Ecológico de la Salud, la Recreación y el Deporte de Villa Carola, denominación que agrupaba todos los beneficios que este brindaría. Este parque no solo sería una obra física: estaba concebido para ser la materia misma de reconstrucción del tejido social en los años venideros. Finalizados los diseños del parque, quedaron definidos sus tres componentes: el de la salud, porque allí sería construido el Centro de Salud de la Comuna 10; el deportivo, representado en la construcción de tres canchas sintéticas de fútbol 5 y una cancha múltiple. Además el componente recreativo por sus áreas de juegos infantiles y estructuras para practicar gimnasia al aire libre. Una vez definido y presentado por la Alcaldía de Dosquebradas el anteproyecto del parque, Ecopetrol firmó un convenio con la Cruz Roja Colombiana seccional Risaralda, para la ejecución de las obras. Juan Carlos Toro, voluntario de la Cruz Roja Risaralda y arquitecto de profesión fue el designado por la entidad como coordinador técnico. Cuando me presentaron el anteproyecto, vi que se trataba de una gran obra, no solo por sus componentes técnicos sino también por lo que
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significaría para Dosquebradas. Cuando me presentaron los cronogramas me preocupé, porque vi que era muy poco tiempo; sin embargo, decidí asumir ese reto y dedicarme a él de domingo a domingo hasta su final”, dice Toro mientras recuerda las duras jornadas de trabajo nocturno para cumplir con la meta. Para no perder el ritmo de los tiempos planteados por Ecopetrol en el proceso de recuperación de la zona, se fijó un plazo de tres meses para construir el parque, iniciando el 11 de septiembre de 2012, un tiempo récord para la magnitud de los trabajos. Sin embargo, el compromiso con la comunidad y la meta de entregar las obras en la conmemoración del primer aniversario eran razones suficientes para hacerlo. Mauricio Ospina, ingeniero civil, recuerda el día cuando se definió el tiempo para la entrega del parque. Recibí ese reto con el mayor de los gustos pero muy preocupado por lo que podría venir. No era fácil construir 7.000 metros cuadrados en tres meses, que incluían el centro de salud, las canchas sintéticas, la cancha múltiple y el área administrativa. Me enfrentaba a mi mayor compromiso profesional, pero estaba dispuesto a hacerlo”. Pero no solo el plazo para la entrega de la obra era una preocupación: el invierno, característico en la zona, se convertía en un enemigo para los trabajos. Ospina recuerda los intensos días de lluvia, ligados a los planes de contingencia. Tuvimos la presencia constante de lluvias, fueron 109 horas de agua durante la construcción, las cuales registramos al final de las obras. Prácticamente los aguaceros no nos dejaban trabajar. Teníamos planes de choque de trabajo. Establecimos un plan de acción para eso, con elementos apropiados. Nos tocó instalar filtros para que el agua se fuera rápido. No tuvimos sino dos semanas continuas de verano”. Jhon Jairo de la Pava, coordinador de Socorro de la Cruz Roja Risaralda, recuerda con admiración el compromiso que tuvieron los obreros participantes en la obra. Sin ellos, afirma, no se habría cumplido el objetivo.
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Construimos esto en un tiempo maratónico. Sabíamos que íbamos a lograrlo, pero tuvimos que trabajar muchas horas extras, días enteros con sus noches, fines de semana continuos trabajando. Gracias a los trabajadores porque si no hubiera sido por ellos no hubiéramos podido mostrar los resultados”. El alcalde Diego Ramos aseguró que estas obras aportarían al desarrollo de la comunidad. Hoy vemos con mucho orgullo la construcción de estas obras que benefician a alrededor de 25 mil personas que tiene la Comuna 10. Bueno por ellos, pero yo sé que también va a beneficiar la parte rural, el Alto de Boquerón, la vereda Aguazul y aledañas. Vemos la buena voluntad de Ecopetrol, porque dijo que para el 23 de diciembre iban a estar inauguradas las obras y yo nunca lo dudé porque trabajaron día y noche, con muchos empleados, que garantizaban que estas obras sí iban a ser entregadas a tiempo” aseguró el burgomaestre. Hubo una persona apasionada con la construcción del parque: Luis María Potes, a quien constantemente se le veía correr entre la oficina de Dosquebradas y la zona de Villa Carola. Para mí el parque fue un gran reto, no solo por el beneficio que traería sino por las oportunidades de libre esparcimiento que se le daría a la Comuna 10. Allí se impactan otras comunidades: Villa Carola, La Romelia, La Divisa, la Comuna 10 y el resto de la población de Dosquebradas. Encontramos que el parque agrupa la comunidad y podemos recuperar la interacción entre los vecinos. La zona médica va a beneficiar al sector que requiera atención primaria en salud. Las personas que quieran hacer deporte van a ser bienvenidas porque tendrá canchas múltiples, gimnasio y la zona recreativa, alejando así de los malos hábitos a niños, jóvenes y adultos”. Luis María Potes se ganaría el amor y respeto de muchos miembros de la comunidad. Ese respeto se volvía recíproco al escuchar las necesidades de la gente, de cómo querían recuperar los lazos de amistad con su comunidad, en el sector que vio crecer a sus familias.
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Panorama al inicio de la construcción del Parque Ecológico de la Salud, la Recreación y el Deporte de Villa Carola. Septiembre 11 de 2012.
En vista de ese objetivo, el equipo social, de la mano con la Veeduría y la administración municipal emprendieron esta tarea. Como la zona tenía un ritmo de vida que ya no existía, había unos vínculos que se tejían allí. Los restituimos mediante un parque donde pueda estar toda la comunidad, es como una excusa para que la gente se vuelva a reunir a conversar, practique deporte y haga uso del centro de salud, que va a generar muchos beneficios”, resaltó Potes.
La hora de la apertura En su totalidad las obras fueron entregadas en 99 días. La meta había sido cumplida, los obreros habían dejado el sudor en la tierra. Fueron jornadas de trabajo de 16 horas. Durante su ejecución el personal prácticamente no tuvo descanso. El día esperado llegó. El 20 de diciembre de 2012 fue la fecha establecida para la entrega del Parque Ecológico de la Salud, la
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Recreación y el Deporte de Villa Carola. Cientos de personas entre comunidad, actores sociales, personajes públicos, funcionarios de la administración municipal, de la Cruz Roja, la Fundación Oleoductos de Colombia y Ecopetrol, se dieron cita para conocer el escenario que a partir de la fecha se convertiría en espacio cultural, de integración y de formación. Jaime Bocanegra Bernal, gerente de Ecopetrol para Dosquebradas, Diego Ramos alcalde del municipio y Alberto Araméndiz, presidente de la Cruz Roja Risaralda, descubrieron la placa en donde quedaron plasmados todos los nombres de quienes hicieron posible esta construcción en la que se invirtieron 4.800 millones de pesos. Un partido de fútbol amistoso entre Ecopetrol y la Alcaldía cerró el acto de entrega.
Centro de salud La ola invernal que vivió el municipio de Dosquebradas en el año 1997 movilizó a los habitantes de Comuna 10, “Estación Gutiérrez”, a luchar por la instalación de un puesto de salud en el sector, debido a las inundaciones que ocasionaron diferentes virus e infecciones en los habitantes de la zona. Desde entonces, según la Veeduría, esta comuna vivió de “frustración en frustración”, decepcionada por las promesas que llegaban desde sucesivos gobiernos para la construcción del puesto de salud. En cada periodo, al mandatario de turno se le daba a conocer la necesidad. El desorden en los demás centros de salud, los cambios de alcalde y hasta las diferencias políticas impidieron el desarrollo de esta iniciativa. La comunidad necesitaba un lugar de atención para sus problemas de salud. Con los mandatarios municipal y departamental, elegidos para el periodo 2008-2011, reapareció la esperanza del puesto de salud. Pero las diferencias políticas surgidas entre los dos gobernantes hicieron que, según la Veeduría, los recursos destinados por el gobierno departamental no se lograran canalizar, debido a la poca gestión de la administración municipal para adjudicar el lote. Pero el evento del 23 de diciembre le dio un vuelco total a esta lucha de la comunidad.
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Con el evento no solo se dieron las condiciones para el logro de este sueño, sino que se mejoró el proyecto. Primero, se evidenció la necesidad. Segundo, surgió un actor dispuesto a contribuir con esta obra; y tercero se pasa, de puesto de salud a centro de salud”, sostienen los veedores. El problema era el lote. El municipio no lo tenía ni contaba con los recursos para comprarlo. Como alternativa propusieron construirlo en las instalaciones del Club del Adulto Mayor, modificando sustancialmente los usos del suelo de esos predios. De ser así, quedaría retirado de la mayor concentración de habitantes de la comuna, y como si fuera poco, a corta distancia de un centro de salud existente en el barrio Santa Teresita. Gracias al respaldo y movilización de la comunidad se impidió su construcción en ese sector. En la búsqueda de la solución, tras varios recorridos, Veeduría y administración municipal acordaron estudiar la posibilidad de construir el centro de salud en los predios de Villa Carola. La idea también buscó hacer de este sitio una zona de recordación, un campo de vida y esperanza para la comunidad. Se consultó con los habitantes del sector. Se hicieron los trámites respectivos y así comenzó la construcción, al lado de un gran complejo deportivo y un armónico parque ecológico, de un completo centro de salud. La ejecución de estas últimas obras demandó una inversión total de 1.200 millones de pesos. El ingeniero Jorge Mauricio Ospina sentía como propio el objetivo de dejar un centro de salud bien dotado, que pudiera ofrecer una buena atención a los habitantes de la Comuna 10, abarcando todas las necesidades. Creímos valiosa la articulación del centro de salud a todas las áreas contempladas dentro del parque, porque consideramos importante aprovechar al máximo ese gran lote. Y además el punto de ubicación era estratégico, porque está en el epicentro de la vereda Aguazul y los sectores circunvecinos. El centro de salud fue una obra ejecutada con todos los estándares que ordena la construcción de este tipo de edificaciones. Está regida por las exigencias de la Secretaría de Salud Departamental, cuenta con consultorios médicos, control de crecimiento y desarrollo, consultorios odontológicos, farmacia, cuartos
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Nuevo Centro de Salud de la Comuna 10, ubicado en el Parque de Villa Carola. Segundo centro de atención más importante de Dosquebradas. Diciembre de 2012.
para destinación de desechos, áreas amplias para la zona de espera y recepción, área administrativa y zonas específicas para atención al público y facturación”. El centro de salud no solo le daría comodidad a los habitantes de la Comuna 10: también significó tranquilidad para los directivos del Hospital Santa Mónica de Dosquebradas, que dentro de sus políticas de calidad contemplaba la descentralización de los servicios de primer nivel, prestándolos a través de centros de salud cercanos a los habitantes. En el centro de salud, el mantenimiento y operación se va a realizar a través del Hospital Santa Mónica. Esta institución asignará sus funcionarios, médicos, enfermeras y todo lo que necesita para darle funcionamiento y cobertura en el nivel uno a todas las familias de este sector”, explicó el alcalde Diego Ramos.
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Javier Alejandro Gaviria, gerente del Hospital, resaltó que en la Comuna 10 gran parte de sus habitantes están vinculados al sistema de seguridad social en calidad de afiliados al régimen subsidiado. Añadió además que la nueva situación representa ventajas para ellos, pues les ahorra tiempo y recursos en materia de pasajes. Esta es una obra que le lleva mayor oportunidad en las atenciones y en la prestación del servicio a los habitantes de la Comuna 10. La idea es ir descongestionando los servicios de primer nivel que se prestan directamente en el hospital y empezar a prestarlo directamente en las zonas aledañas a las comunas”. La construcción del centro de salud contó con el acompañamiento de la Veeduría, a través de los comités técnicos de seguimiento efectuados una vez a la semana. De los mismos también formaban parte directivos de las Juntas de Acción Comunal de los barrios afectados, aparte de los profesionales de los otros organismos involucrados. En desarrollo del proceso surgieron dificultades técnicas, debidas a modificaciones a los diseños entregados por la propia Secretaría de Salud Departamental, que ahora hacía las solicitudes. Un jueves el ingeniero Luis María Potes nos citó de emergencia en la sede de la obra del centro de salud. El objetivo era compartir inquietudes surgidas ante los planteamientos de la Secretaría de Salud, empeñada en modificar unos diseños ya en ejecución. Ante la situación, Ecopetrol nos solicitó la intervención ante el señor gobernador, con el fin de solucionar la dificultad, para no verse en la obligación de detener las obras. Al lunes siguiente ya se había resuelto el problema”, declaró la Veeduría.
Daños menores La emergencia dejó no solo casas destruidas y personas fallecidas: también inmuebles con daños menores en los barrios aledaños a Villa Carola. Por tal motivo, y siguiendo la línea de Responsabilidad Social que se había manejado, se firmó un convenio con la Fundación Oleoductos de Colombia para acometer las reparaciones a las viviendas afectadas.
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Reparación de daños menores en viviendas afectadas por la emergencia. Agosto de 2012.
En una primera fase reparamos alrededor de 139 viviendas e hicimos la caracterización y acompañamiento inicial a las familias. Para ello aportamos alrededor de 1.000 millones de pesos. En una segunda etapa se repararon 25 viviendas, por un valor aproximado de 347 millones de pesos”, explica el ingeniero Luis María Potes. Ivonne Libreros, coordinadora del convenio celebrado con la Fundación Oleoductos de Colombia, manifestó que dentro de las líneas manejadas a través del convenio con Ecopetrol, se realizaron las obras de reparación de vivienda por daños menores en los barrios La Romelia Alta, Lara Bonilla, La Divisa, Villa Carola y la vereda Aguazul.
Gestión del riesgo: la fuerza de la comunidad Dentro de sus políticas empresariales, Ecopetrol desarrolla programas de gestión del riesgo en comunidades, con todos los
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municipios vecinos al área de influencia de su sistema de transporte. Dosquebradas no ha sido ajena a estas acciones. Desde 2007, en convenio con la Cruz Roja seccional Caldas, adelantaba tareas en torno a la gestión del riesgo en las veredas y barrios de la zona de influencia del poliducto Puerto Salgar - Cartago a su paso por Dosquebradas. Hemos trabajado el frente de la gestión del riesgo con las comunidades del área de influencia directa, no como Villa Carola que no está cerca al tubo sino que está a una distancia prudente. En octubre de 2011 habíamos realizado unas acciones a través del convenio de gestión del riesgo, donde la Alcaldía Municipal por medio de la Ompade hacía un aporte en capacitación en los mismos asuntos que venimos trabajando y ellos habían capacitado ya a la comunidad de Villa Carola”, recuerda Jhon Jairo de la Pava, coordinador de Socorro de la Cruz Roja seccional Risaralda. Sin embargo, la Veeduría Ciudadana tiene otra mirada. A pesar de las políticas diseñadas y los recursos dispuestos, la respuesta de la comunidad en el momento del evento no fue la esperada”, enfatizan sus voceros. Asimismo resaltan: Gran mayoría de habitantes de la zona conocían la existencia del poliducto, habían vivido alguna experiencia relacionada con fuga de combustible. Sabían de la falla geológica del Romeral en el sector, pero nunca se imaginaron que un movimiento interno de la tierra (fenómeno de reptación), partiera literalmente el poliducto generando, no una fuga, sino un derrame continuo de combustible. Esto, sumado a la poca capacidad de respuesta de la comunidad, hizo que no supieran cómo actuar frente a un olor o derrame de combustible”, finalizan los veedores. Luis María Potes y Hernán Lozano tenían una pasión que les movía el alma. Desde hacía mucho tiempo trabajaban en gestión del riesgo, porque sabían que una comunidad capacitada puede
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gestionar mejor su desarrollo y responder de manera efectiva ante cualquier calamidad. Todo ese trabajo y esa visión de futuro se potenciaron a través de un convenio firmado con Corporiesgos de Cali, que traería una renovada visión sobre el desarrollo y preparación a toda la comunidad, desde organismos de socorro, entidades municipales, amas de casa, hasta los trabajadores y los estudiantes. En el componente de gestión del riesgo tuvimos un único convenio con la Corporación para la Gestión del Riesgo (Corporiesgos), que hace parte del grupo de entidades reconocidas por Naciones Unidas para trabajar en los proyectos de resiliencia en ciudades, ciudades más seguras, escuelas y hospitales más seguros. Esta ONG está reconocida como embajadora de buena voluntad de las Naciones Unidas. A través de ellos adelantamos toda la gestión del riesgo, aportamos 700 millones de pesos a este programa”, continuó el ingeniero Potes. Cuando la empresa llegó a atender la emergencia del 23 de diciembre de 2011, se hizo necesario un proceso reflexivo de aprendizaje. Lo anterior, dados los desafíos afrontados tanto por la institucionalidad del municipio como por Ecopetrol. Con el liderazgo del ingeniero Luis María, quien en su momento era el líder social de la Regional Sur y dado que en esa regional y en la Occidente se tenían programas de gestión del riesgo con muchos más años de aplicación, se resolvió traer lo mejor de esa experiencia para Dosquebradas. Así se contempló el proceso formativo, tanto a comunidades como a las instituciones para la gestión del riesgo. Allí hicimos una primera intervención, con un énfasis en las comunidades afectadas: Villa Carola, La Divisa, La Romelia, vereda Aguazul y la vereda El Cofre, que aunque no tuvo afectación es una vereda aledaña”, sostuvo Hernán Lozano, coordinador de Gestión del Riesgo en Dosquebradas durante 2012. Con estas comunidades se adelantó un trabajo de sensibilización y formación frente al aspecto de riesgos, no solo con la industria petrolera, sino de riesgos en general que se tienen en el territorio y cómo la comunidad debe asumirse en tanto sujeto activo para
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Primera graduación de Líderes Gestores de Riesgos de la Comuna 10 de Dosquebradas. Noviembre de 2012.
dinamizar una capacidad de gestión, emplazando a las instituciones a que desarrollen una intervención frente a los distintos riesgos. En este proceso se tuvo como referente lo ocurrido en Villa Carola, pero no se quedaron ahí, sino que se buscó apoyar con mayor intensidad una potenciación de las fortalezas locales. De igual manera se aprovechó la capacidad de las comunidades en la articulación con las instituciones, para gestionar en conjunto los diversos riesgos presentes en el territorio. Las acciones adelantadas dejarían preparadas a las comunidades para ser gestoras de sus propios riesgos, a las instituciones dotadas con los implementos necesarios para dar una buena atención en
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caso de una emergencia y al municipio como pionero en la aplicación del Comité Operativo Local del Plan Nacional de Contingencias frente al derrame de Hidrocarburos, Derivados y Sustancias Peligrosas.
Los actores La comunidad es la principal responsable de su propio desarrollo y la primera encargada de responder cuando ocurren las emergencias. Eso es claro para Ecopetrol y la administración municipal. Por eso y para potenciar los conocimientos que se tenían previos al evento, se implementó la estrategia de capacitar gestores del riesgo, donde estaban presentes desde niños hasta adultos mayores, quienes en cerca de 50 talleres aprendieron todo lo que necesitaban para gestionar riesgos y proteger su vida, así como ayudar a proteger la de los demás. En los primeros meses de 2012 se llevaron a cabo varios encuentros en distintos espacios de la empresa con organismos de socorro, secretarías de despacho, así como la Ompade. De esa manera se empezó a planear el alcance de la formación, aprovechando que Ecopetrol venía desarrollando un programa de gestión del riesgo. Lo que se hizo fue potenciarlo y abrir un campo de formación para gestores del riesgo en comunidad. Nosotros decidimos primero conformar unos grupos comunitarios de gestión del riesgo. Para conformarlos se precisan 8 talleres básicos, sumados a la elaboración de una cartilla. Empezamos a constituir esos grupos con los barrios afectados por la emergencia y con líderes de la Comuna 10, así como en las veredas Aguazul y El Cofre, por donde pasa el poliducto. Después acometimos el fortalecimiento de esos grupos a través de unas técnicas relacionadas con primeros auxilios, bomberotecnia, además de búsqueda y rescate, no para que se volvieran socorristas sino para que tengan idea. Luego entrenamos esos grupos con unos talleres llamados Respuesta y Autoprotección Comunitaria, que significa: yo primero cuido mi vida y colaboro en proteger la de los demás. De allí vienen simulaciones de escritorio y el simulacro que realizamos el 17 de octubre de 2012”, explicó Potes. Fueron cinco grupos con un promedio de diez talleres cada uno, de los cuales en noviembre se graduaron 173 gestores del riesgo.
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La comunidad ha sido capacitada, atendiendo a la Ley 1523 de 2012, que habla del conocimiento de riesgo. En esta parte no solo los organismos de socorro o la Ompade debemos tener conocimientos sobre gestión de riesgos sino también la comunidad. Afortunadamente, con la colaboración que hemos recibido de Ecopetrol, la comunidad ya está capacitada, sobre todo la Comuna 10. En otras comunas hemos dado capacitaciones a través de un convenio con la Cruz Roja”, resaltó Jhon Franklin Montes, director operativo de la Ompade. Doña Luz Enith Vélez, presidenta de la Junta de Acción Comunal de la vereda El Cofre, es una líder innata que desde varios escenarios locales y departamentales ha trabajado para llevar mejores condiciones de vida a sus vecinos. Es una de las gestoras del riesgo, quien muy juiciosa asistía a los talleres programados por Ecopetrol. Esta preparación es importante para nosotros, porque aprendimos qué hacer y cómo actuar en caso de emergencia, cómo proteger la familia, los vecinos en cada una de nuestras veredas. Aprendimos sobre primeros auxilios, cómo evacuar, qué hacer en caso de un acontecimiento catastrófico, Dios no lo quiera. Yo espero que esta preparación no sea lo único que hagan, que nos sigan capacitando cada día más”, pidió doña Luz Enith. Para don Carlos Vélez, quien en su momento fue un digno representante de la comunidad del barrio La Divisa, la labor de Ecopetrol en cuanto a la preparación de los habitantes de la Comuna 10 como gestores de riesgo ha sido impecable. Este ebanista ha vivido momentos difíciles durante el proceso, debido a inconvenientes para readecuar su vivienda, ubicada en zona de alto riesgo según la administración municipal. A pesar de eso, se abstrae por un momento de su situación personal y exalta los esfuerzos de Ecopetrol por generar conciencia del riesgo en la gente del sector. Hemos tenido cuanta charla, cuanta capacitación se ha podido. Somos gestores de riesgo graduados por Ecopetrol. Podemos identificar el riesgo, buscar una solución práctica para mitigar los daños, todo eso
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gracias a Ecopetrol, que en eso no ha escatimado esfuerzos. Ha sido una meta trazada por la empresa: que todos seamos conscientes del riesgo. Tanto, que lo primero que decía la comunidad un día después del evento era que quitaran el tubo. Ahora sabemos convivir con él, que es un riesgo presente, sabemos cómo enfrentarlo, sin desconocer que genera ingresos y desarrollo para el municipio”. Al ser elegido presidente de Asojuntas, don Audonías Ávila apuntó a dos objetivos claros: uno de ellos fue la capacitación de los comunales, con el fin de aumentar la competitividad y formar líderes integrales dentro de la misma comunidad. El segundo objetivo estuvo enfocado a la preparación en gestión del riesgo para la Comuna 10. De esta manera influyó desde su posición para aprovechar activamente estas herramientas brindadas por Ecopetrol. Ecopetrol ha respondido, ha ido un poco más allá de lo que la comunidad esperaba. El diplomado de Gestión de Riesgo en la comunidad, que también está sectorizado, es como tener ese capital humano dispuesto, preparado para un posible evento más adelante. No podemos desconocer que el poliducto de Ecopetrol sigue allá, pero también tenemos la falla de Romeral en la parte de arriba y que de por sí somos área sísmica. Es una realidad con la que debemos convivir”.
El valor de las alianzas Por su actividad económica y los riesgos que esta trae consigo, Ecopetrol siempre ha tenido a los organismos de socorro como aliados estratégicos. En concordancia con esto, la empresa adelanta en todas las regiones de influencia programas de gestión del riesgo en convenio con la Cruz Roja, los Cuerpos de Bomberos y la Defensa Civil. En el análisis de la emergencia y durante la ejecución del Programa de Gestión del Riesgo en Dosquebradas, Ecopetrol, en conjunto con los organismos de socorro y la Oficina de Atención y Prevención de Desastres del municipio, identificaron algunas necesidades en cuanto a dotación de implementos para sus actividades de búsqueda, rescate, atención de incendios y traslados de pacientes.
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La idea aquí es que las instituciones tengan la capacidad de responder ante las emergencias. Si bien en un derrame de combustible Ecopetrol es el responsable de atenderlo con sus elementos y plan de contingencia, alrededor del derrame hay una emergencia y esa sí es responsabilidad de atención por parte del municipio”, manifestó el ingeniero Luis María Potes. Hernán Lozano tiene claro que si bien la responsabilidad de dotar y fortalecer a los organismos de socorro es de la administración municipal como ente rector, Ecopetrol, enmarcado en su política de responsabilidad social empresarial, mediante la estrategia de fortalecimiento institucional, tomó la decisión de entregar una serie de elementos teniendo en cuenta algunas debilidades identificadas. Los organismos de socorro en Risaralda, y en general en todo el país, tienen mucha voluntad, un talento humano muy valioso, pero carecen de muchos elementos para potenciar esa voluntad, así como de recursos para prevenir y atender emergencias. Por eso la iniciativa de la empresa no solo fue oportuna sino necesaria”. La teniente Lina María Marín, del Cuerpo de Bomberos de Dosquebradas, relaciona las dotaciones entregadas por Ecopetrol en el Programa para la Gestión del Riesgo. Ecopetrol nos entregó en una primera instancia un detector de gases, el cual no teníamos, dos radios de comunicación y dos equipos de protección especial. Esto nos ha ayudado a mejorar el equipamiento que nosotros tenemos, pues los equipos que manejamos son costosos. Cualquier ayuda de la empresa privada o del sector público es bienvenida”. Si nos referimos a los índices de accidentalidad en Pereira y su Área Metropolitana es inevitable hablar de los accidentes de tránsito como la causa de mayor atención para los organismos de socorro. Según las autoridades, durante el año 2011 se registraron entre Pereira y Dosquebradas cerca de 1000 accidentes de tránsito, en los cuales 40 personas fallecieron y más de 400 resultaron heridas. Estas cifras llevaron a Ecopetrol a pensar en aumentar la capacidad de
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respuesta de la Cruz Roja, que es de los primeros respondientes ante un accidente de tránsito. Una ambulancia medicalizada fue entregada a la entidad. Alberto Araméndiz, es el presidente de la Cruz Roja Colombiana, seccional Risaralda. El funcionario explicó la relevancia de esta dotación. Con este nuevo vehículo aumentamos nuestra capacidad de respuesta. Muchas veces nos encontramos atendiendo un accidente y nos llaman para otro pero tenemos las ambulancias ocupadas. Ecopetrol nos dio en buena hora esta ambulancia. Este vehículo cuenta con elementos médicos de atención mientras se realiza el traslado, lo que podría salvarle la vida en cualquier momento a un paciente”. La Defensa Civil también recibió dotación por parte de Ecopetrol. Cerca de 100 uniformes institucionales, elementos de búsqueda y rescate, aparte de radios de comunicación fueron entregados en Dosquebradas. Este equipo que nos dio Ecopetrol será utilizado para la atención de la misma comunidad del municipio de Dosquebradas. Este es un aporte de Ecopetrol para poder nosotros ayudar a la comunidad”, dice Alfredo Muñoz, director de la Defensa Civil para Risaralda. Pero no solo la entrega de estos elementos ha sido clave en el trabajo mancomunado entre Ecopetrol, organismos de socorro y la Oficina para la Prevención y Atención de Desastres. La empresa petrolera ha realizado capacitaciones a estas entidades para fortalecer sus acciones frente a una emergencia. Una de ellas es el Sistema Comando de Incidentes, un modelo de trabajo ideado para el manejo y control de emergencias utilizado por los bomberos forestales de Estados Unidos, el cual debe ser replicado en los países latinoamericanos que hacen parte del Sistema de Atención de Desastres de este organismo internacional. Don Jhon Franklin Montes resaltó la importancia de estas capacitaciones y valoró la iniciativa de Ecopetrol para multiplicar estos talleres con la Ompade y los organismos de socorro.
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Entrega de ambulancia a la Cruz Roja Risaralda como parte del fortalecimiento de los organismos de socorro. Noviembre de 2012.
Aquí nos formamos en el Sistema de Comando de incidentes, capacitación sobre las acciones que debemos realizar para atender una emergencia según lineamientos internacionales. Esta formación fue gracias al apoyo de la empresa Ecopetrol”.
Pioneros Los riesgos con los que convivimos día a día no solo se ven reflejados en los sistemas de transporte de gases, gasolina y demás sustancias inflamables: también existen riesgos tecnológicos y químicos, que se deben gestionar de la misma manera como se hace con los generados dentro y cerca de las casas. Fue así como la empresa motivó y acompañó la constitución de un ente encargado de analizar los riesgos mencionados. Desde el mes de febrero de 2012, comenzó a organizar una serie de reuniones con los organismos de socorro y la Ompade para aterrizar la idea y ejecutar una estrategia que respondiera a esta necesidad.
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En una de esas reuniones dijimos: construyamos y planifiquemos en torno al riesgo tecnológico. Existe el Decreto 321, que manda a crear en cualquier parte del territorio nacional un Comité Operativo Local del Plan Nacional de Contingencia (Colpnc). El decreto estaba desde el 99, pero no se había materializado en ninguna parte del país. La primera reunión, que incluyó al sector privado, fue el 24 de abril, cuando estuvieron el Concejo Municipal la Ompade, los empresarios de la industria química, de gases, de gasolina y organismos de socorro. Ese día nació la iniciativa de crear un Colpnc en Dosquebradas”, afirma Hernán Lozano. Ecopetrol participó en todo el proceso, incluso en la formulación del Decreto Municipal, como lo hicieron la oficina jurídica de la Alcaldía, la Ompade y el mismo Cuerpo de Bomberos. Todos aportaron a ese decreto, que fue sancionado el 14 de junio de 2012 como Decreto Municipal 224. Ahí nace esa herramienta para conocer y gestionar el riesgo tecnológico. Las reuniones aún se adelantan una vez al mes. Hemos venido trabajando en lo que es el análisis de riesgo. Ecopetrol, al ser miembro de ese COLPNC, también ha desarrollado fortalecimiento a organismos de socorro para que puedan responder de mejor manera frente al riesgo tecnológico y químico, así como frente ante cualquier tipo de emergencia que se pueda presentar”, finalizó el coordinador Hernán Lozano. Según Jhon Franklin Montes, la articulación de los organismos de socorro es fundamental ante cualquier emergencia, pero gestionar los riesgos en todos sus escenarios también lo es. Por tal motivo se sentía respaldado con el Decreto 224 de 2012, que lograría gestionar los riesgos tecnológicos generados por las sustancias químicas, los gases, los residuos peligrosos y demás.
Una nueva generación de líderes Una vez establecido el Programa Dosquebradas de Ecopetrol, Jaime Bocanegra Bernal, gerente del proyecto, decidió aplicar en el municipio un convenio desarrollado por la empresa en otras zonas
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del país. Se trataba de la Red de Liderazgo, un programa adelantado en convenio con la Universidad de los Andes. Bocanegra consideraba que un valor agregado para el municipio de Dosquebradas en el restablecimiento del tejido social, residía en fomentar el liderazgo entre los estudiantes e identificar a los líderes del futuro, quienes tendrán la responsabilidad de tomar decisiones en su territorio. Implementar la Red de Liderazgo en Dosquebradas no estaba relacionado directamente con el evento del 23 de diciembre. Se trataba de aplicar esta iniciativa en un municipio que necesita formar líderes para el futuro. De hecho algunas instituciones educativas participantes no están ubicadas dentro de la Comuna 10”. Para la ejecución de este proceso en la región, y coherentes con el propósito de buscar aliados estratégicos para la implementación del mismo, Ecopetrol y la Universidad de los Andes firmaron un convenio con la Universidad Eafit, sede Pereira. Sería en esta institución de educación superior donde los futuros líderes comenzarían a formarse. El objetivo de la Red de Liderazgo Juvenil era claro: abordar el liderazgo desde el mismo momento en que los jóvenes hacen parte del sistema escolar y así considerar el desarrollo humano como pieza fundamental de la formación de un líder. En conjunto con la Secretaría de Educación de Dosquebradas se definieron seis instituciones educativas para iniciar con el programa. Fueron seleccionadas las instituciones Nueva Granada, Santa Sofía, Fabio Vásquez, Manuel Elkin Patarroyo, Juan Manuel González y Agustín Nieto Caballero. Con el acompañamiento de los rectores fueron seleccionados estudiantes de grados noveno y décimo con características de liderazgo. Un total de 60 alumnos y 12 docentes comenzaron a formarse. Luis María Potes resumió el proceso considerado en tres etapas. De las sedes educativas se mandan 10 estudiantes entre grado noveno y décimo y cada mes construyen el modelo de liderazgo que se necesita en Dosquebradas, esto durante el primer año. El siguiente año lo que
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Estudiantes de las seis instituciones educativas de Dosquebradas que hacen parte de la Red de Liderazgo Juvenil. Noviembre de 2012.
hacen es validar ese modelo con la comunidad y el tercer año lo replican mediante proyectos. Así quedan en red, no solo en Dosquebradas sino con todas las redes existentes en Colombia”. Laura Jaramillo, estudiante de grado noveno de la Institución Educativa Manuel Elkin Patarroyo, se ha caracterizado desde pequeña por su dinamismo en el colegio. Es representante de los estudiantes ante el consejo directivo y se proyecta como la personera estudiantil. Conocedores de estas características, el rector y algunos docentes no dudaron en integrarla al proyecto. Laura reconoce la importancia de esta actividad para ser multiplicadores de lo aprendido en las instituciones educativas y en los sectores donde viven.
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Nos han puesto como propósito apadrinar a dos compañeros del colegio para desarrollar diferentes actividades que nos asigna el profesor. Es decir, cada una de las tareas y ejercicios que hagamos nosotros se los compartimos a nuestros compañeros para que también se vayan formando”. Miguel Ángel Rivas es otro de los estudiantes de la Red que hace parte de este proceso desde el inicio de su formación académica. Ha fomentado la organización de torneos deportivos interclases y representa a su colegio en la selección de fútbol. Miguel resalta las expectativas que se tienen con este proyecto, planteado para tres años. No solo nos estamos formando como líderes, también como buenas personas. La idea es que la gente conozca las capacidades que tenemos como líderes, el compromiso es que nuestros compañeros también sean líderes. Por eso estamos comprometidos con la Red”. Esta experiencia exitosa ya fue aplicada en Cartagena y Barranquilla, donde luego de tres años dejó resultados positivos. Paralelamente a Dosquebradas, la Red se viene desarrollando en los municipios de Rionegro, Antioquia, y Soledad en el Atlántico.
Jurídica: el valor del diálogo Con el objetivo de atender la emergencia desde todos sus ámbitos, la empresa se encontraba diseñando las acciones a ejecutarse en Dosquebradas. Entretanto, en Bogotá se realizaban diversas reuniones con el equipo jurídico para determinar cómo se iba a manejar la emergencia. El propósito de estos análisis consistía en definir si era o no posible conciliar directamente con las víctimas, sin necesidad de acudir a largos y desgastantes procesos judiciales que se veían venir. Cuando se decidió que sí podían entrar a conciliar un grupo de abogados viajó a Dosquebradas con el fin de visitar a todas las familias que habían sufrido la pérdida de un familiar. Previamente en Bogotá se había hecho un análisis jurídico profundo con abogados internos y externos de Ecopetrol para determinar la viabilidad de buscar acuerdos con las familias afectadas; acuerdos que
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les hicieran sentir que la empresa los trataría con respeto, igualdad y justicia. Por su parte Ecopetrol podría prevenir litigios e iniciar el camino de reconciliación con la comunidad”, manifiesta Diana Ceballos, quien fue designada por el vicepresidente jurídico como la líder judicial del evento Dosquebradas. La líder jurídica recuerda que cuando el equipo de abogados de Ecopetrol, acompañado por el grupo de gestión social, acudía a las casas de los familiares de los fallecidos, el mensaje que transmitían era que la empresa estaba dispuesta a conciliar, a hacer reconocimientos económicos con base en las decisiones del Consejo de Estado y que el ofrecimiento obedecía a parámetros ya establecidos por la jurisprudencia colombiana. Por lo tanto, el valor a reconocer no sería impactado en la negociación directa por la intervención o no de un abogado. El trabajo comenzó puerta a puerta con las familias afectadas, proceso en el que los profesionales del área jurídica se encontraban con situaciones difíciles de manejar, por las condiciones psicológicas y de salud de los afectados. Cuando llegábamos a las casas encontrábamos de todo: una total desolación, gente triste, derrotada: ese es el recuerdo más claro que tengo. Y así como uno encontraba gente que le recibía amablemente a pesar de su inmenso dolor, también había gente con rabia y su forma de expresarla era agrediéndonos. Este ha sido un proceso difícil para todos y más para ellos que tuvieron una pérdida tan importante”, explica Diana Ceballos. Los profesionales jurídicos de Ecopetrol sabían que se encontrarían con mucho dolor y molestia, así como con personas e instituciones en busca de culpables. Pero esto no fue impedimento para que, basados en el censo de la Ompade, se dedicaran de noche y de día a cumplir con la labor de identificar a los propietarios y a aquellas personas con quienes la empresa buscaba sentarse a conciliar, en términos que siempre beneficiaran a la comunidad y que impidieran entrar en procesos jurídicos desgastantes para ambas partes. Ecopetrol, dentro de sus políticas de responsabilidad social empresarial, comenzó un trabajo con las familias afectadas, sin desconocer la
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institucionalidad local ni nacional, como la Alcaldía de Dosquebradas, el Área Metropolitana y el Ministerio de Minas y Energía, cuyos representantes manifestaron tener la certeza de que la compañía asumiría el proceso. El equipo jurídico de Ecopetrol dividió la negociación con las familias en tres fases: la primera era la negociación con los familiares de los fallecidos. Una segunda fase era la negociación directa con los propietarios de las viviendas colapsadas la cual, en la medida de lo posible, se agotaba simultáneamente con la primera. Esto se desarrolló así debido a que normalmente donde había viviendas colapsadas también habían fallecidos. La tercera fase, que se agotaría en 2013, sería la de negociación con los lesionados y sus grupos familiares. Este plazo se había definido debido a que la prioridad en 2012 con ellos era estabilizarlos y llevarlos al mayor grado de recuperación posible, dando cumplimiento de esta manera al Decreto 917 de 1999 que establece: “para poder determinar el ofrecimiento económico a una persona que ha sufrido una lesión, se requiere una calificación definitiva de su pérdida de capacidad para laborar, la cual solo puede darse cuando el afectado no requiera más tratamiento”.
Las mesas de negociación Todo el trabajo de campo se realizó entre las dos últimas semanas de enero. En febrero comenzaron las mesas de negociación. Estas implicaban que nosotros, ya con una propuesta clara, nos reuníamos con cada una de las familias, los citábamos en la Cámara de Comercio de Dosquebradas, si querían venir solos o si querían hacerlo con sus abogados y ahí les presentábamos la propuesta. Así arrancó la primera etapa de conciliaciones”, explica Diana Ceballos. Cuando comenzaron las mesas de negociación Ecopetrol tenía claros los nombres de las 31 personas fallecidas hasta ese momento. Iniciado el proceso de negociación directa con las familias, murieron las dos últimas personas, para cerrar la lista oficial de fallecidos en 33. Este espacio sirvió para conocer a sus familiares. De ese modo se consolidó con mayor exactitud la información, determinando así cómo estaba conformado el grupo familiar de la persona fallecida, cuántos hijos y hermanos tenían y si tenían los padres y/o
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abuelos vivos. A su vez, se identificó a los propietarios que perdieron sus viviendas. Toda esa información después fue confrontada con los respectivos registros civiles, para determinar la existencia legal del parentesco. Estos registros fueron recopilados por el doctor Hans Suárez de la Unidad Judicial y Extra Judicial. Él recogió casi el 80% de esos documentos en todo el territorio nacional. Recuerdo uno de los casos, en Cimitarra, Santander. Hasta allá fuimos a conseguir la documentación”, añade Diana Ceballos. Dentro de estas mesas de negociación se produjo un nuevo acercamiento con los afectados, con el fin de conocer sus expectativas, mostrarles cuáles eran las posibilidades que tenía la empresa para hacer compensaciones, basadas en el tope máximo definido en los fallos del Consejo de Estado. Proceso que además estuvo acompañado por la Procuraduría. La líder jurídica explicó las etapas de las conciliaciones con los afectados. El primer paso eran las mesas de negociación, que como se dijo se surtían en la Cámara de Comercio directamente con las familias. Si se lograba un preacuerdo en las mesas, Ecopetrol en un hecho sin antecedentes en la historia jurídica colombiana, convocaba a la familia a una audiencia de conciliación que debía surtirse en la Procuraduría Delegada en Asuntos Judiciales. Digo que fue un hecho sin antecedentes porque normalmente el que convoca a una conciliación es el que pretende que se le pague una indemnización. En este caso nosotros convocábamos con el fin de ofrecer esta indemnización y finalizábamos el proceso con la aprobación judicial del acuerdo de conciliación”. Las conciliaciones se extendieron durante todo 2012 y cerraron el año con un balance de 299 acuerdos pagados. Algunas empresas esperan a ser demandadas y manejan unos tiempos que en sede administrativa toman de 10 a 15 años. Esa circunstancia genera un dolor adicional para las familias. Como alternativa Ecopetrol diseñó un plan consistente en unas mesas de concertación
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con las familias afectadas, acompañadas por la Procuraduría General y los abogados de las partes. Todo esto ha logrado que se llegue a un resultado tan favorable, que de los 33 fallecidos, hayamos conciliado con 32 grupos familiares reclamantes. Eso es algo muy importante a menos de un año de la tragedia. Es un ejercicio que muestra el respeto de la compañía hacía la comunidad”, manifestó el ingeniero Jaime Bocanegra Bernal.
Proceso por viviendas colapsadas Óscar García, ingeniero catastral y funcionario de Gestión Inmobiliaria de Ecopetrol, tenía planes familiares para ese fin de año y comienzos de 2012. Acababa de terminar el levantamiento catastral para el proyecto del Poliducto Andino. Llegó a la zona el 25 de diciembre en un largo viaje por tierra, para apoyar en la identificación de viviendas y realizar los levantamientos catastrales necesarios para comenzar tanto las conciliaciones como las reparaciones. Llegué como coordinador del proceso: conformamos un equipo multidisciplinario por parte de la coordinación de Gestión Inmobiliaria. Éramos varias personas las que estábamos en la zona con la tarea de levantar el inventario de viviendas colapsadas y de reparación por daños menores”, asevera Óscar García. Para cumplir con ese propósito se apoyaron en el Instituto Geográfico Agustín Codazzi de Pereira, donde adquirieron fotografías e imágenes satelitales de la actualización catastral más reciente. De ahí se hizo la actualización catastral. Mientras tanto el perito iba a campo y hacia las mediciones. Con la información de catastro, las imágenes y las mediciones, íbamos armando el Sistema de Información Catastral. El profesional de valorización hacía las investigaciones de mercado en zona; cuando se tenían los valores se montaban los datos. Fue un trabajo adelantado en aproximadamente 20 días, muy rápido, trabajando casi 24 horas diarias”, recuerda el ingeniero García.
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Después de tener esa información levantada, basados en la Resolución 620 del Instituto Geográfico Agustín Codazzi, empezaron a revisar cuál sería la metodología de valoración y sobre cuál podrían soportar los valores, que fueran ajustados a la realidad. Ecopetrol no podía pagar basado en costo y oportunidad: tenía que existir la curva de oferta y demanda. A partir de estos criterios, empezamos a determinar la metodología, sobre la cual trabajamos con los ingenieros Héctor Sanabria y Jorge Delgado. Nos sentamos a definir lo que se debía y no se debía hacer. Así se trazó la ruta”, explica Óscar García. En un trabajo articulado con el área jurídica, definieron cuál iba a ser el mecanismo para reparar a los afectados, guiados por la política de Responsabilidad Social y de Gestión del Riesgo. Ahí se entró en la fase de las mesas de negociación. Inicialmente la cifra que se estaba manejando de viviendas colapsadas era alrededor de 27 o 28. Luego comenzamos a aumentar, llegando hasta 48. Después volvieron a disminuir, debido a que se reconfirmó el análisis, llegando así a la cifra que manejamos actualmente de 38 viviendas”, dijo Óscar García. En el caso de los propietarios de vivienda, la empresa llegó a acuerdos en mesas directas con 35 de los 38 reclamantes. Durante el trabajo del año 2012 no se logró la negociación con tres predios: bien por problemas jurídicos insuperables o en otros casos porque la expectativa económica de sus titulares era mayor. La conciliación con los propietarios de las 38 viviendas colapsadas se realizó de manera simultánea con la de los grupos familiares de los fallecidos. El balance en 2012 demuestra la intención de reparar de manera oportuna a los afectados. Este tendría unas variaciones en 2013. Son 30 viviendas negociadas, 6 en proceso y 2 fallidas a la fecha. Los 6 predios en proceso son los que están embargados y no van a recibir ningún dinero de indemnización. Motivo por el cual desde el punto de vista social se buscaron alternativas y socios estratégicos dirigidos
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a que los propietarios de los seis predios embargados pudieran acceder a una vivienda de interés prioritario”, finalizó el ingeniero Óscar García. Doña Carmen Milena Sánchez, una de las propietarias afectadas, manifestó: Fuimos de los primeros en negociar con Ecopetrol, nos fue muy bien gracias a Dios. En este momento tenemos nuestra vivienda nueva. Lo triste es que los vecinos quedamos divididos en diferentes barrios, pero mi hermana y yo tuvimos una buena negociación. Las personas que nos atendieron allá con los abogados fueron excelentes, estuvimos siempre incluidos en todo el proceso”. Las acciones jurídicas durante 2012 pusieron a prueba la capacidad profesional de todos los funcionarios de Ecopetrol. No solo por la situación especial que afrontaban, sino por el paro judicial adelantado entre el 21 de octubre y el 8 de noviembre de 2012. Esa circunstancia atrasó las conciliaciones que venían con buen ritmo desde comienzos del año, pues como se explicó anteriormente el proceso de conciliación finalizaba con la respectiva aprobación judicial. Pese a los atrasos generados con el paro judicial, como balance de 2012 se debe destacar la celebración de 299 acuerdos conciliatorios, entre los reclamantes de los 33 fallecidos y los propietarios de viviendas colapsadas. Finalizaba 2012 y el balance era muy positivo, pero aún faltaba iniciar la conciliación con los 33 lesionados y sus grupos familiares, quienes habían sufrido afectaciones en su integridad personal, esencialmente indemnizables. Eso requeriría de varios elementos para comenzar 2013 con un paso firme que llevara a culminar la reparación de todos los afectados. Para el inicio de esta etapa dependemos totalmente de los distintos especialistas que tratan al paciente para arrancar a conciliar, porque necesitamos esa calificación definitiva y hasta tanto esos especialistas no le den de alta a estas personas no podemos iniciar nuestra conciliación”, concluyó Diana Ceballos.
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El 8 de noviembre de 2012 en Comité de Conciliación y Defensa Judicial de Ecopetrol, se aprobó el Manual de Conciliación con Lesionados. Este define una herramienta para establecer la indemnización en cada caso concreto, la cual tenía en cuenta las líneas jurisprudenciales vinculantes del Consejo de Estado y los factores propios de cada persona (edad, expectativa de vida y porcentaje de déficit funcional, entre otros). Llegaría 2013 con el objetivo de aplicar este Manual de Conciliación con Lesionados y continuar así con las acciones jurídicas establecidas por la empresa para la reparación total a los afectados por el evento del 23 de diciembre.
Empleo y comunidad Las palabras de Ecopetrol no quedaron en el aire, porque dentro de las obras de infraestructura vincularon a más de 300 empleados que ayudaron en la recuperación de la vía, en el parque de Villa Carola, en el centro de salud y en la recuperación ambiental”, reconoció el alcalde Diego Ramos. Ecopetrol, basado en sus políticas de responsabilidad social empresarial, tiene como premisa la contratación de la mano de obra con las comunidades vecinas a los proyectos que desarrolla. Las obras en Dosquebradas dejaron ver a través de sus contratistas que también se cumplió con este requisito, vinculando a personas de la Comuna 10 y de la zona aledaña a la vereda Aguazul, llevando de esta manera desarrollo y mejores condiciones de vida a los beneficiados. Solo en la construcción del parque se generaron cerca de 220 empleos directos, entre oficiales de la construcción, personal técnico y ayudantes de construcción, así como 18 profesionales en las áreas de ingeniería, arquitectura, medio ambiente, salud ocupacional y seguridad industrial. Si bien Ecopetrol no intervino en la selección del personal, sus políticas institucionales insisten en darle oportunidad a la gente del sector. Para ello los ejecutores coordinaron con los presidentes de Juntas de
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Trabajo de recuperación ambiental con mano de obra de la Comuna 10 de Dosquebradas y las veredas El Cofre y Aguazul.
Acción Comunal (JAC) y se llegó a una planeación sobre este punto. Las solicitudes llegaban a través de las JAC para garantizar que la gente que llegaba allí a solicitar su empleo era del sector. Si el contratista requería determinada mano de obra utilizaba estos listados que presentaban los presidentes a los ejecutores. Debemos aclarar que la participación de mano de obra local en el parque fue bastante amplia. Podemos hablar de un 70%”, afirmó el ingeniero Jorge Mauricio Ospina. Las mujeres también hicieron parte activa de esta contratación. Entre ellas, estuvieron las llamadas paleteras, controlando la circulación de vehículos en las obras. Al finalizar los trabajos, cuando se requirió hacer la limpieza general se les dio participación a las mujeres cabeza de hogar.
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En el parque y en la escuela se vincularon las damas. Hubo una vinculación de cerca de 30 mujeres haciendo el remate de las obras: la limpieza, aseo general. Se le dio importancia a que fueran mujeres cabeza de hogar las que prestaran ese servicio. Todas de la vereda y barrios aledaños”, puntualizó Jorge Mauricio. Para la Fundación Oleoductos de Colombia, interventora técnica de las obras del parque y constructora de la escuela, la contratación con habitantes de la zona, además de ser un requerimiento de Ecopetrol y la comunidad, forma parte de sus políticas internas. Como fundación apoyamos el crecimiento de las comunidades, contamos con ellas para el desarrollo de nuestros proyectos. Por lo tanto hicimos un proceso de selección del personal técnico y operativo donde ellos han sido nuestra prioridad. Un 96% de las personas que tuvimos empleadas estaban dentro de la Comuna 10 y de la vereda Aguazul”, resaltó Ivonne Libreros, coordinadora del convenio para la construcción de la escuela definitiva. En la fase de contratación para las obras y los trabajos a realizar en reparación ambiental e infraestructura, la Veeduría pidió que fuera tenida en cuenta mano de obra de la comunidad, a lo cual los aliados contratistas accedieron. Para los representantes de la comuna estaban claros los requisitos de las entidades contratistas que los empleados contratados debían cumplir a cabalidad. No obstante, hubo inconvenientes. Según los veedores, algunos concejales tenían hojas de vida y prometían trabajo en las obras. Otro problema fue la llegada de personas ajenas al sector que decían pertenecer a la Comuna 10. Por estos casos, los actores involucrados en la contratación llegaron a un acuerdo, como lo recuerda la Veeduría. Nosotros dijimos: no. Eso no lo maneja ni Ecopetrol ni sus socios estratégicos. Tampoco la Veeduría. Eso lo van a manejar los presidentes de las Juntas de Acción Comunal porque ¿quién conoce su comunidad, sino el presidente? Entonces se les dijo: ustedes reciben las hojas de vida de su comunidad, hacen la relación y las entregan. Ya eso era responsabilidad de cada líder. Si incluían una persona que no era de su comunidad, ellos debían responder”.
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Con estas hojas de vida, las empresas hacían la selección. Hubo aspectos que afectaron el ritmo de trabajo en la zona, como la deserción por diferentes circunstancias. Los contratistas se comunicaban con los veedores y les comentaban la situación. La solución fue permitirles contratar a las personas con las cuales estaban acostumbrados a trabajar. Con esto se normalizaron las cosas. Se constituyó un comité de seguimiento a los acuerdos y a las obras con los líderes comunales. Se reunían una vez a la semana a las 7 de la mañana. Unas reuniones se hacían en la obra, otras en una sede comunal. Allí se revisaban los pormenores, avances y problemas que se presentaban. Morelco fue una de las empresas comprometidas con la recuperación ambiental. Para ello contrató mano de obra de la comunidad. Con ellos trabajó don Elmer Henao, quien recuerda la ayuda económica significativa que le generó estar trabajando con esta entidad. Yo estuve trabajando con ellos un año. Hacía oficios varios: lijar, sacar tubos, todo eso. Eso me sirvió mucho, pagaron muy bien”. Otro habitante de la vereda Aguazul que trabajó con Morelco fue don Hoover Saulo Valencia, quien encontró una posibilidad de emplearse durante ese tiempo. Él recuerda su función y la duración de su contrato. Yo era paletero y estuve con Morelco 10 meses. Por una parte estoy muy agradecido porque pagaban muy bien. Pero yo salí, se me terminó el contrato en noviembre y no me han vuelto a llamar”, señala don Hoover, quien depende del trabajo de la tierra. Estos trabajos también les brindaron una oportunidad a las amas de casa, como doña María Cruzana Garzón, quien recuerda cómo se beneficiaron. Cuando estuvieron trabajando por acá todos nos beneficiamos mucho porque tuvieron a nuestros esposos trabajando. El sueldo era muy bueno, nos fue bien en esa parte. El marido mío trabajó ahí. Nosotras como mujeres también nos beneficiábamos vendiéndoles los alimentos a los trabajadores y a los ingenieros”.
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De esa manera la comunidad fue tenida en cuenta. Las obras de recuperación generaron empleo para los habitantes de la Comuna 10 de Dosquebradas y las veredas El Cofre y Aguazul.
A la hora del balance La inauguración de las obras fue el momento para hacer balances de todo el trabajo realizado por el bienestar de una comunidad que afianzaba sus relaciones de confianza con la empresa y entre sus mismos vecinos. Respecto a lo que nos habíamos planteado para 2012, creo que terminamos con un cumplimiento superior al 90%. Seguimos trabajando para que esa pequeña brecha que no se alcanzó a cumplir la podamos cerrar un poquito más y empecemos 2013 con muy pocos de los compromisos pendientes. Estamos avanzando con un convenio del Hospital San Jorge, que nos va a permitir llegar a un nivel de cumplimiento favorable y dejar una unidad de cuidados intensivos en Pereira, una de las más importantes del país”, afirmó el ingeniero Jaime Bocanegra. El buen relacionamiento en el trabajo con la Administración Municipal fue uno de los cimientos para cumplir con todo lo propuesto durante 2012, razón por la que el alcalde de Dosquebradas también hizo un balance de la gestión lograda con Ecopetrol. A escasos tres días de cumplirse un año de esta tragedia que enlutará para siempre a nuestro territorio, hoy podemos estar muy felices de ver unas obras maravillosas, por más de 4.000 millones de pesos, que le han traído el desarrollo a toda esta comuna. Ecopetrol cumplió, no fueron palabras al viento”. Durante muchas reuniones realizadas con el equipo de trabajo, Javier Gutiérrez Pemberthy, presidente de Ecopetrol, dejaba claro que esta emergencia y la atención brindada a las familias había partido en dos la historia de la empresa en todos los sentidos, por la manera en que se trabajó de la mano con las instituciones y la comunidad, aspecto que también reseña en su balance final del año 2012.
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Hay un trabajo que se ha venido haciendo con la comunidad y las autoridades. Hoy lo que podemos mostrar es un trabajo que hemos construido entre todos con amor, tolerancia, respeto y comprensión. Más que decir si Ecopetrol ha cumplido, creo que el mejor testimonio es la misma comunidad con sus criterios, sus opiniones, la representación por parte de sus líderes en todo lo que se ha llevado a cabo. Este trabajo lo hemos desarrollado de manera conjunta, con una inversión de 12.500 millones de pesos y apenas estamos empezando”.
Huellas de esperanza y paz Mientras se elaboraba el documento de peticiones para la audiencia con Ecopetrol, era constante la búsqueda de una forma de recordar por siempre a las víctimas, al territorio. Surgieron ideas: una placa, un mural, un parque, entre otras. En una de las asambleas, la Veeduría propuso erigir una escultura, acompañada de una llama eterna. Esta fue la propuesta mejor recibida, a pesar de considerar el fuego como elemento que traería a la memoria lo ocurrido el 23 de diciembre de 2011. De esta manera, el punto fue incluido en el pliego de peticiones: Proponemos abrir un proceso de concertación con la comunidad para la construcción de un monumento en el sector, que recuerde y resalte para siempre las víctimas de esta tragedia”. El 23 de marzo fue el primer día en el que, oficialmente, se habló del monumento. Así lo recuerdan los veedores: Es el primer momento en el que se oficializa la solicitud de la comunidad de generar un hito que recuerden para siempre los habitantes de Villa Carola, las víctimas, pero como una expresión de vida. La manifestación del presidente de Ecopetrol ese 23 de marzo fue que lo iban a considerar. Cuando él nos dijo eso, con el grado de confianza que nos dio en esa reunión, nosotros dijimos: tenemos monumento”. Durante los meses siguientes comunidad, Veeduría y Ecopetrol avanzaron en la propuesta. Permanecía la idea de un fuego eterno, pero la decisión final no se tomaba. Entonces los veedores plantearon
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convocar un concurso para que fueran los habitantes de la Comuna 10 quienes diseñaran la obra, de acuerdo con unos criterios establecidos. Esta iniciativa fue aceptada y avalada de inmediato por Ecopetrol. Con la autorización de la empresa, comenzó un diálogo de ideas sobre cómo desarrollar el concurso. Funcionarios de la administración municipal querían extenderlo a nivel departamental, pero la Veeduría pidió que se hiciera exclusivamente en la Comuna 10. Ecopetrol apoyó la posición de los representantes de la comunidad y les dio autonomía para liderar este proceso. Fue así como la Veeduría diseñó la convocatoria, la cual se denominó “Concurso para el diseño del monumento conmemorativo de las víctimas de la tragedia de las explosiones consecuentes a la ruptura del Poliducto Puerto Salgar - Cartago - Yumbo sucedidas el 23 de diciembre de 2011”. Los requisitos para participar eran claros, entre ellos estaban: ser mayor de 12 años, ser habitante de la Comuna 10 y presentar una propuesta original, inédita. Dentro de la misma había un criterio innegociable: El diseño propuesto no será un homenaje a la muerte, a la derrota, a la desesperanza, la resignación, o al sufrimiento. Por el contrario debe ser un grito de vida, de pujanza, de fortaleza, de construcción de sueños, de integración familiar y comunitaria, de reencuentro del pasado, con base en el presente y con proyección de futuro”, decía en el documento que sustentaba el concurso. El diseño se entregaba en medio pliego de cartulina blanca. La técnica era autónoma de cada artista. Además, debían elaborar un documento para sustentar y dar un significado al boceto presentado. Todo esto se presentaba en un sobre sellado, adjuntando en la cara posterior del mismo los datos personales del participante. La urna en la cual se depositarían los diseños se ubicó en el Centro de Atención Inmediata de la Policía de Bosques de la Acuarela del 7 al 21 de septiembre de 2012, días habilitados para participar en el concurso. Esta información se difundió por toda la Comuna 10 de Dosquebradas. Así lo sostiene la Veeduría Ciudadana. Hay que decirlo, fue una idea bien socializada. Podría decirse con absoluta autoridad que no hubo un solo rincón en la Comuna 10 que no se
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Lanzamiento del concurso para el diseño del monumento en homenaje a las personas fallecidas por el evento del 23 de diciembre de 2011. Agosto 29 de 2012.
enterara, primero que iba a haber un concurso en el que podían participar, y segundo, cuáles eran las metas. Se le dio una muy buena difusión”. El 29 de agosto se realizó el lanzamiento oficial del concurso en el Country Club La Estación de Dosquebradas. Asistieron 197 personas, entre ellas el alcalde del municipio, Jorge Diego Ramos; el gobernador de Risaralda, Carlos Alberto Botero: el gerente de Ecopetrol para Dosquebradas, Jaime Bocanegra con su equipo de trabajo; así como funcionarios de la administración municipal, la Veeduría Ciudadana, las organizaciones sociales y comunitarias, los habitantes de la Comuna 10 y de otros sectores de Dosquebradas. Se expusieron las bases del concurso, sus alcances y condiciones de participación. La comunidad y sus líderes comenzaron a pasar la voz. Se repartió la publicidad. Había un concurso novedoso.
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El 7 de septiembre se instaló y selló la urna para la recepción de los trabajos en el CAI de la Policía Nacional localizado en el territorio de la comuna, con la presencia de funcionarios de Ecopetrol, delegados de Asojuntas Comuna 10, la Veeduría Ciudadana y la comunidad. Los veedores, a la expectativa de la respuesta de la gente a este llamado, comenzaron a especular sobre el número de propuestas que llegarían. Hicieron una “polla”. Para don Elmer, si llegaban 20 diseños se daba por bien servido, Rodrigo Rendón le apuntó a los 35 y Diego Buitrago, el más optimista, pensaba en 55 trabajos. Como teníamos esa polla, permanentemente pasábamos por el CAI y decíamos: no hay una propuesta. Iban llegando los días. Cuando finalmente pasamos, vimos como dos propuesticas en la urna, faltaban ocho días para el cierre. Nosotros dijimos: no, con qué iremos a salir”, recuerdan los veedores. El 21 de septiembre terminaba la entrega de trabajos. Durante varios días doña Martha Cecilia López, una mujer del vecindario, ama de casa, de pocas palabras pero muy sustanciosas, veía cómo su esposo, don Audonías Ávila, presidente de Asojuntas, estaba al tanto de la recepción de las propuestas. Ese día, horas antes del cierre de la urna, doña Martha decidió elaborar su diseño. Mi esposo Audonías asiste a unas reuniones como presidente de Asojuntas y la Junta de Acción Comunal del barrio. El me comentó que iba a haber un concurso. Nunca pensé hacerlo. Mi esposo me dijo que él lo iba a hacer. En ningún momento pensé participar. Vine a hacerlo el mismo día que cerraban la urna”. La motivación fue la correcta. El deseo era hacer algo que perpetuara la memoria de los 33 fallecidos. Doña Martha se inspiró. Su esposo la ayudó. El 21 de septiembre de 2012 en el hogar de la familia Ávila López, se empezó a gestar un diseño que quedaría para la posteridad. Me motivaron las ganas de decir y mostrar: esto fue lo que pasó. Y surgió la idea, en unos cuantos minutos, de hacer ese dibujo. Claro, con el
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apoyo de mi esposo. Yo comencé a decirle: quiero esto acá. Él dibujaba. Así fue como surgió la idea”. Cuando doña Martha se dispuso a empezar su diseño, pensó: “estas personas que murieron no pueden quedar en el olvido, dejaron una huella”. Esa fue la base del dibujo: las huellas. Estas representan a cada una de las víctimas, lo que dejaron para sus familias y los habitantes de la Comuna 10. Encima se incluyeron unas manos entrelazadas, las cuales reflejan a todos los actores que se unieron para contribuir a la reconstrucción del tejido social de este sector de Dosquebradas. Así lo señala Martha Cecilia. Sin importar si la persona tiene o no estudio, su raza, lo que sea. La tragedia trajo a todo mundo el deseo de apoyar a esa comunidad, de luchar y salir adelante. Es la fuerza de la comunidad. Eso representan las manos”. Luego de hacer las manos, quiso representar un pacto de esperanza. Recordó la historia bíblica de Noé, en la cual el arco iris fue la señal de lo que Dios pactó con el hombre. Esto, para ella, significaba seguridad, una promesa de apoyo, el cual, según doña Martha, toda la comunidad espera de Ecopetrol, “ese trabajo por dar un mejor cuidado, una mejor atención a las personas”. Por esto el tercer elemento de su diseño es un arco iris. Por último pensó en la libertad, la pureza y la paz. Así agregó unas palomas como parte final de su dibujo. El 21 de septiembre de 2012, tanto doña Martha, como otras personas, llevaron sus diseños. La urna se cerró a las 6 de la tarde en punto. Se cumplieron las normas al pie de la letra. Estaba por saberse el resultado de la apuesta de los veedores. Lo que no imaginaron estaba por suceder. El pliego de condiciones decía que el día 21 a las 6 de la tarde se cerraba la urna y cumplidamente a esa hora se cerró. Llegaron personas con propuestas a las 6:03 de la tarde y se devolvieron porque estaban rompiendo ya el protocolo. Se hizo el acta. Se presentaron 80 propuestas. Esa fue una sorpresa, fue una cosa aterradora. No nos imaginábamos esa cantidad de trabajos que se presentaron. Obviamente algunas no clasificaban totalmente porque, o bien
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presentaban el dibujo y no hacían la carta de justificación o no traían los datos. Pero se seleccionaron 73 que cumplían con todos los requisitos. Afortunadamente ninguno ganó esa apuesta”, relatan los veedores. La selección de trabajos constó de dos etapas. La primera tuvo como jurados a los maestros Gabriel Duque, director de la Escuela de Escultura, y Carlos Ayala, profesor de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Tecnológica de Pereira, quienes junto a un grupo de estudiantes de esta institución, pusieron todo su conocimiento, entrega, dedicación y profesionalismo a esta causa de manera voluntaria. La segunda etapa contó con la asesoría de los maestros de la UTP, a estos se sumaron tres jurados más: Ángela Jazmín Hidalgo Escobar, delegada por el señor alcalde, Luis María Potes Satizábal, en representación de Ecopetrol y Adriana Rivera, delegada del gobernador. Este equipo escogió los tres trabajos premiados. El 27 de septiembre se efectuó el acto de premiación. Fueron 253 personas las que se dieron cita en el Country Club La Estación para presenciar la elección del diseño ganador. En este evento se hicieron presentes las delegadas del alcalde y el gobernador. Por parte de Ecopetrol estuvieron el ingeniero Jorge Uriel Avendaño, encargado en ese momento de la gerencia Dosquebradas y su equipo de trabajo. Además, los maestros Gabriel Duque y Carlos Ayala, así como funcionarios del Estado, organismos de socorro, organizaciones sociales y comunitarias. Y, desde luego, los habitantes de la Comuna 10. Hubo un espacio exclusivo para los concursantes, se instalaron 100 sillas a un lado del lugar solo para ellos. También se hizo un reconocimiento a cada uno. Todos los trabajos se exhibieron en las paredes del salón. Los asistentes podían observar lo plasmado por los habitantes que se involucraron activamente en esta iniciativa. Lo sucedido esa noche mostró el espíritu de la Comuna 10. Un espíritu de unidad, solidaridad y memoria por sus víctimas. Nos conmovió mucho ver la calidad de gente que participó. Desde niños y jóvenes. Uno diría: bueno los jóvenes andan en el cuento del reggaetón, el reggae, el rap, no diseñando monumentos. También había adultos mayores. Mirábamos la población, su nivel cultural
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La ganadora del concurso para el diseño del monumento, Martha Cecilia López (en el centro), acompañada por otros participantes, los veedores ciudadanos y representantes de Ecopetrol. Septiembre 27 de 2012.
y sabíamos que había gente de estratos 1 y 2, pero también 3 y 4. Esa fue otra manera de integración de la comunidad, donde la gente dijo: no importa quienes ni en qué condiciones vivimos, tenemos que aportar a la memoria de estas 33 víctimas. Eso nos causó mucha admiración. Ver la cantidad y la calidad de la gente que participó”, recuerdan los veedores. Cuando doña Martha llegó al lugar de la premiación empezó a observar los diseños en una de las paredes. No vio el suyo, pensó que estaba al otro lado. Procedió a sentarse, lo hizo en las primeras sillas. Sentía expectativa. Su esposo, por su parte, se dio a la tarea de mirar cada uno de los trabajos, buscando el de su compañera. Tampoco lo encontró. Por un momento pensó que lo habían
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desechado. Se sentó al lado de su esposa, no quiso decirle nada. Transcurrió la ceremonia. Al llegar al momento cumbre sonó el nombre de Martha Cecilia López, con su diseño titulado “Huellas de esperanza y paz”, como la ganadora del concurso. Un momento inolvidable para esta ciudadana. Me hice bien adelante. Cuando lo dijeron quedé muy sorprendida. Quedé como pasmada, yo no creía, no sabía si pararme o no. Iba con mi nieto, él me decía: abuela, abuela, es usted. Mi esposo también. A mí se me nubló todo. Una sensación muy extraña”, narra doña Martha, quien a pesar de ser una mujer de pocas palabras, habló durante 22 minutos al recibir el premio. El alcalde de Dosquebradas expresa su gratitud hacia Ecopetrol y exalta la participación de la comunidad en todo el proceso del concurso. Me parece un acto de mucho respeto por parte de Ecopetrol apoyar esta iniciativa. Por eso se invitó a toda la comunidad para que participara en este concurso. Queríamos que participaran los cultores, los artistas, los estudiantes, las amas de casa, para poder elegir el mejor diseño que representara la memoria de las víctimas, porque nosotros no hemos olvidado nuestra gente y por medio de esta obra podremos recordarles a las nuevas generaciones que allí hubo un barrio y una comunidad que siempre estará presente en nuestros corazones”, aseguró el alcalde municipal. El monumento fue concebido desde la comunidad como un acto de respeto a los afectados por la emergencia, una manera de recordarlos, de partir de su memoria y construir la esperanza en la Comuna 10. Uno de los participantes en la construcción del parque, el ingeniero Jorge Mauricio Ospina, comparte la experiencia. El trabajo en el monumento fue apasionante y muy bonito porque la idea que se plasmó vino de un concurso abierto con participantes de la Comuna 10. Viendo el monumento se puede notar que plasma lo que la comunidad vivió, cómo se recuperó y la esperanza de salir adelante”.
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Definido el diseño, Ecopetrol se planteó un objetivo: construir el monumento para el 23 de diciembre de 2012, día en el que se conmemoraba el primer aniversario del evento de Villa Carola. Empezaba una carrera contra el tiempo. Para llegar a la elección de quién sería el escultor que desarrollaría la idea de doña Martha Cecilia, se abrió un proceso de selección, en el cual participaron artistas con vasta experiencia. El maestro Ramón Giraldo fue elegido el 23 de octubre, por lo cual contaba con solo 45 días para elaborar la obra en su totalidad. La obra se hizo dentro de los plazos establecidos para la construcción del parque. Estuvo a cargo del maestro Ramón Giraldo, artista reconocido, creador del César Rincón que está al lado de la Plaza Santamaría de Bogotá. Muy prestigioso en el terreno del arte. Él se encargó de ejecutar la obra con unas especificaciones técnicas que debía cumplir y presentó una idea a nivel de maqueta que finalmente llevó a cabo en la realidad”, finaliza Ospina. Mientras el maestro elaboraba el monumento en su lugar de trabajo, Ecopetrol adecuaba la zona en la cual se instalaría la escultura. Eran jornadas muy extensas y la comunidad estaba pendiente del avance de los trabajos. Así lo ratifica la Veeduría Ciudadana. En el mes de octubre Ecopetrol empezó a hacer las bases, fuertes para sostener el tonelaje del monumento. Debían estar terminadas en noviembre. La gente que iba al lugar decía: ¿Ese es el monumento? Preguntaban: ¿cuándo lo van a hacer, sí lo van a hacer? Claro, pasaban los días y la gente decía: no, pero yo estoy viendo y lo que están haciendo es una cosa diferente allá. No sabían que eso lo traían armado y lo montaban ahí”. Para mediados del mes de diciembre el maestro terminó la obra y la escultura fue instalada en la plazoleta del parque. La Veeduría resalta esta obra de arte como el símbolo máximo y reflejo más importante del trabajo mancomunado entre los actores. El monumento ‘Huellas de esperanza y paz’ es, sin lugar a dudas, la prueba fehaciente del ejercicio de participación ciudadana y construcción
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Monumento “Huellas de esperanza y paz” en homenaje a las personas fallecidas, situado en el Parque de Villa Carola. Diciembre de 2012.
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colectiva que se vive en el municipio de Dosquebradas, a propósito del compromiso de desarrollo y responsabilidad social puesto en marcha por Ecopetrol en nuestra municipalidad. De otro lado, se ha convertido en el sitio de encuentro no solo para los habitantes de la Comuna 10, sino para todo el municipio, pues es hoy el monumento más importante de Dosquebradas y uno de los más destacados del Área Metropolitana Centro Occidente. Es un modelo de movilización social, de civismo, de solidaridad, de grandeza e integración social, comunitaria y ciudadana. Esta gran obra permitirá que la historia y sus protagonistas no olviden a quienes hoy no están entre nosotros y a la comunidad que en este sitio construía familia, convivencia y país”. El 23 de diciembre de 2012, en un solemne acto litúrgico con una ofrenda floral, ante no menos de 1.200 personas, Javier Gutiérrez Pemberthy, presidente de Ecopetrol, hizo la entrega oficial del monumento “Huellas de esperanza y paz” a los habitantes de la Comuna 10 de Dosquebradas. La obra, además del diseño de doña Martha, tiene a su alrededor 33 pilares, cada uno con el nombre de los fallecidos, en tributo a su memoria. Para Jaime Bocanegra, gerente de Ecopetrol en la región, el monumento es, junto con la escuela, la obra más importante ejecutada por la empresa en el municipio de Dosquebradas. En ese monumento confluyen la paz, los sueños, ese evocar a las personas que se fueron, pero también el propósito de recordar hacia dónde vamos como municipio en el mañana y que nos dice: aquí estamos estas 33 personas siendo el motor de lo que este municipio debe ser. Es un sitio en el que siento paz, un sentimiento de mucho amor y hermandad si se quiere. Es un monumento creado por la comunidad para recordar a estas personas, pero también es un homenaje a la vida, a la vida que viene, a la vida que es hoy, lo que podemos y debemos construir. Por eso lo sumo a la escuela, porque ese construir debe ir acompañado de una formación para nuestros niños”. La ceremonia de aniversario fue para muchos un pretexto para regresar después de un año a Villa Carola. Ese día descubrieron el monumento. Algunos lo miraban y lloraban. Sentían a sus víctimas
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Acto solemne en conmemoración del primer aniversario del evento, encabezado por el presidente de Ecopetrol, Javier Gutiérrez Pemberthy, y el alcalde de Dosquebradas, Diego Ramos. Diciembre 23 de 2012.
ahí representadas. Los veedores hacen memoria de lo experimentado por los visitantes del lugar. Una cosa bonita es que la gente va y lo visita. Ya después de eso, cuando subimos, ve uno familiares de las víctimas allí. Eso nos parece muy bueno, la gente siente que es como visitar a su ser querido, se vienen satisfechos de pasar por ahí”. Para los visitantes el monumento es una representación física que mantiene viva la memoria de los fallecidos en el evento. Para doña Martha, autora intelectual, la escultura es un llamado a seguir hacia adelante. No creo que la comunidad, ni los que partieron, querían que hubiera quedado un pueblo, una comunidad llena de tristeza y dolor, no.
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Había que levantarse, reflejar que aquellas personas no pasaron por este mundo en vano, sino que dejaron huellas inolvidables”.
Doce meses de superación y trabajo Llegó el 23 de diciembre de 2012, una fecha trascendental tanto para la comunidad como para Ecopetrol. Se cumplía un año de la mayor emergencia de la historia de Dosquebradas. Un año de la partida de seres queridos, de logros, aprendizajes, alegrías, nostalgias, doce meses de trabajo. La fecha no pasó desapercibida. El Parque Ecológico de la Recreación, la Salud y el Deporte, recién inaugurado, fue el escenario para una solemne celebración eucarística en memoria de las 33 personas que perdieron la vida. Cerca de las once de la mañana llegaron 1.200 personas a cumplir una cita con la memoria. Muchas de ellas no habían vuelto a ese lugar desde el día de la emergencia. Llanto, abrazos y demás demostraciones de solidaridad se hicieron presentes alrededor del monumento. Los claveles blancos arrojados en los terrenos donde estaban las casas colapsadas, contrastaban con el negro del luto de los familiares. Javier Gutiérrez Pemberthy, quien encabezaba la conmemoración, dedicó su discurso a resaltar cómo esa comunidad se había sobrepuesto a las adversidades. Hace un año a las 4:35 de la mañana, se registraron las explosiones de Dosquebradas, originadas por el derrame ocasionado por la rotura del poliducto Puerto Salgar - Cartago, lo que cambió para siempre la vida de todos los que estaban allí. Estos hechos provocaron la muerte de 33 personas, afectaciones a 77 habitantes de la zona, así como daños a 117 viviendas, al medio ambiente y a la infraestructura de servicios públicos. Como lo he dicho en otras oportunidades, para Ecopetrol y todos los que trabajamos en la empresa, nuestra historia también se partió en dos desde el pasado 23 de diciembre. En el transcurso de este año, ustedes los habitantes de Dosquebradas y nosotros, los trabajadores de Ecopetrol, poco a poco hemos aprendido a conocernos, nos hemos acercado, hemos superado las barreras de la
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desconfianza para conversar, compartir y construir juntos. Hoy sus nombres y los nuestros ya no son extraños y en cambio, ahora nos son muy familiares. Nos hemos reunido muchas veces a dialogar, hemos tenido puntos en común y también hemos estado en desacuerdo, pero finalmente, y eso es lo que nos debe importar, hemos trabajado unidos. ¡Gracias por habernos abierto las puertas y dejarnos entrar a sus vidas! Hoy, 23 de diciembre, nos hemos reunido para rendir un homenaje a las 33 personas que fallecieron pero que permanecen vivas en nuestras mentes y corazones. Nos hemos encontrado en la Santa Eucaristía para pedirle a Dios que continúe acompañándonos, como estoy seguro lo hizo en la madrugada del 23 de diciembre. Y qué mejor momento para encomendar a Dios a quienes hoy no están con nosotros y pedirle que traiga a nuestra memoria todos esos gratos recuerdos que tenemos de cada uno de ellos. También hemos venido aquí para orar por todos quienes estaban allí, sus familiares y amigos y quienes fueron testigos de lo sucedido. Esta ha sido la ocasión propicia para recogernos en oración y compartir nuestras plegarias y para renovar nuestros propósitos de estrechar los lazos de convivencia y amistad. Que la expresión de nuestros sentimientos nos permita hacer realidad en esta celebración las palabras de Jesucristo en el mandamiento del amor: ¡Amar a Dios por sobre todas las cosas y amar al prójimo como a ti mismo! pues el amor es lo único que nos permitirá avanzar juntos. A pocos metros de aquí están el monumento, el parque lineal y la escuela, al igual que otras obras, fiel representación de sus ideas y sus deseos. Pero las obras en sí mismas no son importantes, lo verdaderamente importante es lo que ellas representan; el uso que se les dará, las oportunidades que ofrecen para compartir, para vivir mejor, para dejar brotar nuestra alegría y disfrutar la vida. Estas obras y otras que hemos construido en equipo con cariño y comprensión –fomentando la participación y aún en medio de las diferencias– contribuirán a que los que se han ido estén siempre vivos entre nosotros y que su recuerdo nunca se borre. Sea este el momento para agradecer el compromiso, el apoyo y permanente acompañamiento de las autoridades nacionales, regionales
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y locales, a la Fuerza Pública, a la Iglesia, a los gremios, a todas las instituciones que han sido partícipes de este proceso, pero muy especialmente nuestro agradecimiento a la comunidad de Dosquebradas y en particular a los habitantes de los barrios La Romelia, Villa Carola, La Divisa y la vereda Aguazul y sus líderes, por su disposición para trabajar unidos. Y, por qué no, también agradecerles a todos por las críticas y los aportes que nos han hecho en beneficio de nuestro proceso de aprendizaje. Al equipo de Ecopetrol, y en particular a la gerencia de Dosquebradas, le agradezco su dedicación y entrega y, sobre todo, el haberse vuelto un miembro más de esta comunidad. Gracias por habernos enseñado que las vivencias y los dolores de las comunidades también son los nuestros. Ellos nos han demostrado a todos en la empresa que es posible escuchar y construir sobre las ideas, propuestas y necesidades de los demás trabajando en la búsqueda de un mismo objetivo. Ojalá este aprendizaje, que se ha convertido en modelo para Ecopetrol, lo podamos replicar en todas las regiones del país en donde estamos. Hoy más que nunca estamos convencidos de que la construcción conjunta con amor, tolerancia, dedicación y paciencia, es el mejor homenaje que le podemos rendir a la memoria de los que hoy no están con nosotros, pero que con nuestro Señor a la cabeza nos están inspirando y guiando por este camino que juntos apenas comenzamos a recorrer. Aunque los años pasen, tengan la certeza de que Dosquebradas y sus habitantes seguirán siendo muy importantes para Ecopetrol y quienes trabajamos en ella. Muchas gracias”.
Por su parte, doña Carmen Milena Sánchez dedicó unas palabras en memoria de los fallecidos, entre los que se encontraban su hermana y su sobrina. Esta fue su intervención:
Buenos días para todos, reciban un cordial saludo. Estamos hoy aquí reunidos en este hermoso lugar, para conmemorar el primer aniversario de la muerte de nuestros familiares, quienes fallecieron en el infortunado evento del pasado 23 de diciembre de 2011. Hoy tengo la responsabilidad y el honor de estar aquí frente a ustedes,
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dando unas palabras para recordar con mucho cariño a todos aquellos que se fueron dejando un gran vacío en nuestras vidas. Y espero que a través de estas cortas palabras todas las familias que perdimos seres queridos se sientan representadas. Quiero empezar con la familia Navarro, para recordar su entrega y dedicación por todas las personas de nuestro barrio. La familia Cruz, su tranquilidad, su respeto y entrega total a su entorno familiar, quienes siempre fueron un gran ejemplo de bondad. Y cómo no recordar a la familia Guerrero, una de las fundadoras de nuestro barrio, por el cual trabajaron incansablemente y quienes con su gran número de integrantes eran ejemplo de cariño y unión familiar. Sea este el momento de recordar a Argenzola y a su hijo, quienes siempre se demostraron mucho amor y entrega familiar, recordando especialmente que vimos crecer a Jonathan corriendo por las calles de nuestro barrio. Recordemos ahora a Alexander y Jhon Fredy, quienes con su buen humor y amabilidad siempre se hicieron querer por todos nuestros vecinos. Amigos y vecinos, es momento de recordar a la familia Ríos, cuyos padres fueron grandes líderes del sector, siempre buscando conseguir mejores oportunidades para todos. Quiero recordar ahora con especial cariño, a la familia Henao, donde doña Mariela siempre fue ejemplo de amabilidad, cariño y respeto por su comunidad. Cómo no pensar en doña Olga Lucía, una de las más serviciales de nuestro barrio, y en cuya casa muchos de nosotros encontramos un refugio, donde siempre hubo ejemplo de amabilidad y bondad. Julián Eduardo Villa, uno de los más recientes inquilinos del barrio, demostró ser un gran amigo y colaborador. Elizabeth y León Jairo, quienes a pesar de su juventud, siempre demostraron un gran amor y entrega por su pequeña hija. Señores asistentes, quiero recordar de manera especial a nuestros amigos del barrio La Divisa, quienes también partieron dejando un gran vacío en nuestros corazones. Ellos son: María Emilsen Marín López, María Smith Silva, Hernando Galeano Londoño, Jhon Fanor Sánchez y Amparo Quintero. Queridos amigos, hubo tres personitas que llenaron de alegría, risas y felicidad nuestro barrio y nuestros corazones, pero por la voluntad de Dios se fueron demasiado pronto. Ellos son Santiaguito, Juan Camilo y María Camila, mi hermosa sobrina.
capítulo 2 / La senda de la esperanza
Quiero recordar a mi amada hermana mayor Edith Cristina, quien con su amor y ejemplo de dedicación supo ser nuestra guía y nuestro soporte. Hermanita, siempre te recordaremos con esa gran sonrisa que nos brindabas y con la que nos iluminabas a todos. Sea este el momento para darle gracias a Dios por todos nosotros, por haber sobrevivido, y poder estar hoy aquí compartiendo con nuestras familias y con el deseo de seguir adelante en homenaje a la memoria de nuestros familiares. Así que todos unidos pidamos a Dios que tenga en su gloria a nuestros seres queridos y que nos dé la tranquilidad y la fortaleza que tanto necesitamos. Para terminar quiero decirles a todos que siempre los llevaré en mi corazón, porque no solo he perdido a mis seres queridos sino también a una gran comunidad y a unos grandes vecinos con los cuales compartí momentos muy especiales de mi vida. Muchas gracias”.
El año 2012 finalizó dejando en la comunidad tristes evocaciones al conmemorar un año de la partida de sus seres queridos, de la pérdida de su vivienda, o de solo el recuerdo de un mal momento. Para Ecopetrol finalizaba un año lleno de retos, de atender de la mejor manera a las personas afectadas por el evento del 23 de diciembre, de largas jornadas de trabajo para los colaboradores, lejos de sus familias y de sus hogares. El balance incluía importantes obras de infraestructura y de recuperación ambiental que le cambiaron la cara a la zona afectada por la emergencia y mejoraron la calidad de vida de todos. A lo anterior deben sumarse las enseñanzas dirigidas a la comunidad para que conociera, identificara y gestionara los riesgos a los que está expuesta. A su vez, para la Veeduría ese fin de año implicó un ejercicio participativo ejemplar, del que hizo parte una rendición de cuentas a la que fueron citados todos los actores involucrados en el proceso, entre ellos los organismos de control y las autoridades locales. Era la primera rendición de cuentas desde y hacia la comunidad. Entre sus conclusiones más importantes se destacó el cumplimiento de los objetivos de cada uno de los convenios, así como el nivel de empoderamiento alcanzado por las comunidades involucradas, expresado
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en la asistencia de más de 200 personas, quienes recibieron con beneplácito el informe presentado. Llegaría el año 2013, otros 12 meses de labores comprometidas dirigidas a restablecer en su totalidad el tejido social y a la consolidación de obras de infraestructura que le aportarían socialmente no solo a Dosquebradas sino a su Área Metropolitana.
CAPÍTULO 3
Los frutos de la crisis
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l año 2013 había llegado para Ecopetrol. Con él la responsabilidad de continuar haciendo presencia en el municipio de Dosquebradas, tal y como lo había expresado su presidente al finalizar 2012. Habían culminado 12 meses de duro trabajo por parte de algunos funcionarios de Ecopetrol. El ritmo de trabajo inicial había disminuido. Por eso para Ecopetrol era hora de emprender relevos administrativos, y permitir así que los viajeros retornaran a sus sitios de origen. Con la satisfacción del deber cumplido, el ingeniero Jaime Bocanegra, gerente del Programa, retornó a la ciudad de Bogotá y retomó el cargo que había dejado al asumir el reto de la atención de Dosquebradas. De acuerdo con lo anterior, la gerencia Dosquebradas la asumió el ingeniero Jorge Uriel Avendaño Ríos, un manizaleño con más 20 años de experiencia en Ecopetrol, quien durante el proceso de atención de la emergencia se había desempeñado como coordinador del frente de trabajo de Empresa y Gobierno. Jorge Uriel Avendaño sabía que aunque se habían cerrado algunos procesos, tenía varios retos importantes: finalizar los tratamientos médicos y psicológicos con los pacientes que se dieran de alta según valoraciones de especialistas, cumplir con los lineamentos de la autoridad ambiental para el mantenimiento de la zona reforestada y mantener las buenas relaciones de la empresa con la comunidad y las instituciones administrativas.
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Asumí la gerencia teniendo como prioridad los proyectos anunciados al finalizar 2012. La región tenía muchas expectativas frente a lo que haría la empresa en Risaralda”, expresó Jorge Avendaño. Surgieron entonces grandes iniciativas en el ámbito de la salud, como la construcción de la nueva Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital San Jorge de Pereira, la adecuación de la Unidad de Fisioterapia del Hospital Santa Mónica de Dosquebradas y la dotación y puesta en funcionamiento del Centro de Salud de Villa Carola. Otros frentes como el de la educación tendrían también grandes proyecciones en zonas diferentes a la Comuna 10. Es decir, la inversión social de la empresa se destinaba al municipio en general, ampliándose incluso al Área Metropolitana. Avendaño argumenta los aspectos que llevaron a la empresa a planificar y ejecutar los proyectos para 2013. Luego de una fase de planeación que se comenzó a generar desde el año pasado, a medida que iban pasando los procesos de atención de la emergencia, se empezaron a planear los proyectos que se iban a ejecutar durante este año. Por ejemplo la iniciativa de construir una nueva UCI en el San Jorge nació en el momento mismo de la atención, cuando evidenciamos que el centro asistencial colapsó con la llegada de tantos pacientes. La Unidad de Fisioterapia del Santa Mónica surge también por la ausencia de un área especializada para recuperar la movilidad de pacientes. Otros proyectos educativos fueron concertados con la misma comunidad, coherentes con la relación y definición conjunta entre empresa y público de interés. Ecopetrol había dejado de ser protagonista en la región por la emergencia y su atención, y se había convertido en actor principal en el desarrollo social de Risaralda”, añadió el nuevo gerente para Dosquebradas.
La salud El año 2013 comenzó con la continuidad en la atención de 21 pacientes. Los 12 restantes estaban en proceso de alta médica. Durante el transcurso del año se continuó con la atención integral. Las visitas domiciliarias también disminuían. Debido a la evolución favorable de la mayoría de los lesionados, el proceso se realizaba
capítulo 3 / Los frutos de la crisis
Entrega de equipos especializados a la Fundación del Quemado en Bogotá para la atención de pacientes con afectaciones en la piel. Junio de 2013.
en consultas con los especialistas en atenciones ambulatorias. Las únicas actividades domiciliarias se desarrollaban con los procedimientos posquirúrgicos, solo en los casos que eran requeridas. Durante 2013 se practicaron cerca de 50 cirugías, lo que representa una disminución significativa. Es la tendencia natural, porque se han terminado los tratamientos, han mejorado hasta el punto que la medicina y la ciencia les ofrece. Ya los tratamientos no son quirúrgicos, sino que son seguimientos. Finalizando 2013 vamos a continuar con los tratamientos que requieren los ocho menores de edad. En general son cirugías reconstructivas para la gran mayoría”, finalizó Juan David Lenis. A lo largo de 2013 se continuó la atención integral en salud de los pacientes lesionados. Si bien las actividades comenzaron a disminuir con respecto a 2012, se tenía una gran labor por continuar. Siguieron las valoraciones por parte de un gran número de especialistas, quienes direccionaban los planes de manejo con el fin de lograr la mejoría de los pacientes. En muchos casos fue necesario realizar intervenciones quirúrgicas en especialidades diferentes a cirugía plástica.
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Dos de las labores que más impactaron la recuperación de los pacientes fueron el acompañamiento de la Fundación del Quemado y los procedimientos quirúrgicos realizados en la Fundación Santa Fe de Bogotá.
A la hora del milagro Cuando en el mes de diciembre de 2011 el joven Duberney Montoya fue remitido a la Clínica Amiga de la ciudad de Cali, su panorama era incierto. No solo había perdido a sus dos hermanos después del evento. Debido a la gravedad de sus lesiones este muchacho, que en el momento contaba 16 años, se encontraba en estado de coma. Pasó tres meses hospitalizado. Desde el punto de vista médico el pronóstico era reservado. Gracias al tratamiento brindado en la Clínica Amiga de Cali, fue recuperándose poco a poco de sus quemaduras. Su madre, doña María Miriam Orozco, estuvo con él todo el tiempo, pues era el único hijo que le quedaba. Yo le suplicaba a Dios que no se lo llevara, porque ahí sí quedaba sola del todo. A los doctores les decía: no dejen morir a mi niño por favor”. Ante los avances de su recuperación el personal de la clínica celebraba sus progresos. A raíz de estos se estableció un tratamiento médico cuyo propósito era ayudar a que este joven, ahora llamado el ‘niño milagro’, se recuperara lo mejor posible. De un momento a otro comencé a ver y hablar. Fue un milagro. Mi mamá entró al cuarto, yo le dije: hola. Ella casi se muere. Decían que no podría volver a hablar. Los doctores no lo podían creer”, recuerda Duberney. Para Duberney y su mamá la atención recibida en Cali fue excelente. Según ellos, el personal de la clínica se convirtió en su familia durante el tiempo que estuvieron allí. Al terminar la etapa de recuperación en la Clínica Amiga, fue remitido de nuevo a Pereira para continuar su tratamiento.
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Una vez retornados a Pereira, Ecopetrol continuó al tanto de todo lo que Duberney y su mamá necesitaran. Fue incluido en el plan de manejo integral establecido para la atención de los lesionados. Los especialistas de la Fundación del Quemado de Bogotá sugirieron practicar una cirugía con tecnología de punta. Este joven que hoy cuenta 18 años, recuerda la última intervención quirúrgica en su rostro. Veo los cambios, en la cara me quedó un nudo. Luego de la operación en la que me quitaron piel de la cabeza y me la pusieron ahí, la cara se me arregló. Ayudaron mucho también los masajes y las cremas que me aplicaron en Cali”. El doctor Lenis explica en detalle los pasos seguidos en la última intervención. Los especialistas de la Fundación del Quemado, luego de valorar a Duberney, nos recomendaron un tratamiento donde se implantaría un sustituto dérmico llamado Integra. Este cumple la función de regenerar la dermis, tejido que soporta la piel. Luego de 21 días se realiza un autoinjerto de piel. Después de la recuperación, la zona intervenida queda con las mismas características de una piel normal”. Sumado al tratamiento integral que había recibido, esta fue la cirugía que levantó el ánimo y la autoestima de Duberney. Este “niño milagro” ha visto cómo a medida que pasó el tiempo su cuerpo asimiló los medicamentos y recobró las fuerzas. Camina bien. Puede hasta correr. Ayuda en su casa con el aseo. Se comunica sin ningún inconveniente y su sentido de la vista se encuentra en condiciones óptimas. Quiere estudiar medicina, ayudar a los demás así como cada médico y especialista le ayudaron. A pesar de que las quemaduras son evidentes, él encara su recuperación con la mejor disposición. Sé que ahí siguen las quemaduras, pero si me tomo las pastas, me aplico las cremas, no me expongo al sol y sigo cumplido en las terapias voy a seguir mejorando. Si diosito no permitió que yo me fuera cuando muchos se iban, es porque tiene algo conmigo. Estoy muy agradecido
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con Ecopetrol porque en ningún momento han fallado en lo que tiene que ver con mi atención médica. Me han llevado donde los mejores y me han dado lo mejor. Al doctor Juan David, a Luz Elena, ellos son mis amigos, los quiero mucho”.
Curando cicatrices Durante el año 2012 el acompañamiento de la Fundación del Quemado a los lesionados fue fundamental para lograr la mejoría que presentan en la actualidad. Casos como el de Juan Esteban Sánchez y Duberney Montoya, son claros ejemplos de los resultados positivos de las cirugías practicadas por los especialistas. Testigo de la capacidad de esta Fundación y conocedor de la labor social que la misma realiza para las personas de escasos recursos afectadas por quemaduras, Ecopetrol, en el marco del convenio vigente con la Cruz Roja seccional Risaralda, adquirió dos equipos de alta tecnología y se los entregó en comodato a la Fundación para la atención de este tipo de pacientes. Con esta tecnología de punta no solo se terminaría de brindar atención a los pacientes de la emergencia en Dosquebradas, sino a todos los usuarios de escasos recursos que ven en esta institución la oportunidad de mejorar su condición física, teniendo en cuenta que ambos instrumentos están dirigidos al manejo y corrección de las cicatrices. La doctora Linda Guerrero es la directora ejecutiva y cirujana plástica de la Fundación del Quemado. Esta profesional ha estado en el acompañamiento durante todo el proceso de atención de los pacientes de Dosquebradas. Ella hace referencia a uno de los equipos entregados en comodato por Ecopetrol y su utilidad. Se trata de una máquina que fabrica las máscaras de Uvex. Está dirigida a la elaboración de unas máscaras que hacen presión sobre las cicatrices producto de las quemaduras, para evitar esa gran deformidad que nosotros llamamos queloide, que no solo molesta, duele o arde, sino que deforma la cara y las manos, quita funcionalidad. La idea con esta máquina es elaborar una máscara en la etapa más temprana para lograr que la cicatriz no crezca”.
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Otra de las ventajas de esta máquina es que las máscaras se fabrican en un material transparente, menos visible, lo que permitirá un mejor desarrollo psicológico mientras se adelantan los tratamientos. El otro equipo entregado es un instrumento láser, que en una etapa final de los tratamientos mejora las cicatrices cuando ya no hay más opciones de cirugía. Al suspenderse la presión con las licras y máscaras, ayuda a la coloración, la elasticidad y mejora la calidad de la piel. Estas máquinas se convierten en las únicas que existen en Latinoamérica, lo que representa ser pioneros en los tratamientos con esta tecnología. Juan David Lenis afirmó que a esta fundación asiste un gran número de personas con quemaduras, provenientes de todas las regiones del país. El sentido social de la Fundación y sus profesionales hacen que esta tenga un flujo importante de pacientes. Para quienes vienen de otras regiones existe un convenio con una fundación para su hospedaje y el de sus familias. Con esos equipos estamos garantizando la atención de los afectados por el evento”.
El final de un ciclo La asistencia psicológica y psiquiátrica brindada por la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP) desde agosto de 2012, tuvo una duración de 11 meses. Se realizó por un contrato con Ecopetrol, mediante el Programa Interdisciplinario de Atención Psicosocial (Piapad). Durante este lapso la comunidad recibió un acompañamiento eficaz, lo cual le permitió pasar por diferentes fases dentro de su recuperación, para entender cómo afrontar las secuelas emocionales y mentales causadas por el evento en las personas”, afirmó Claudia Marín directora del Piapad. Cubiertos los componentes del contrato, quedó un balance de 3.273 atenciones individuales, familiares y grupales. Ya terminamos el contrato con la UTP dirigido a la atención psicosocial. Para cubrir este servicio estamos con el Instituto Pro Integración
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de la Salud Mental (Ipis) y con profesionales en psicología y psiquiatría para los lesionados que aún requieren tratamiento”, expresó Juan David Lenis. Para la directora del Piapad, esta experiencia fue enriquecedora. Permitió un contacto directo y una atención óptima a los habitantes de la Comuna 10 de Dosquebradas. El proyecto adelantado por la universidad pudo recuperar en el campo psicosocial a la mayor parte de la población afectada por la emergencia de la Comuna 10. Se unió a la comunidad a través de actividades grupales, encuentros recreativos, actividades con líderes y dirigentes de las diferentes instituciones que le aportan beneficios a la comunidad. También se involucró de manera activa el sector público y privado”. Terminar satisfactoriamente este proceso es un logro para Ecopetrol, la UTP y la comunidad afectada. La doctora Claudia reconoce los aspectos que aún se pueden mejorar. A su vez, hace un balance personal de lo que dejó este acompañamiento psicosocial a los habitantes de la Comuna 10. El balance es muy positivo, la comunidad expresó su satisfacción con el trabajo de la universidad. Como aspecto a mejorar indicaron que hubiera sido muy bueno que este acompañamiento se hubiera realizado una vez presentada la tragedia. Hubo mucho acercamiento con la comunidad, a través del equipo interdisciplinario, también mediante la sede ‘Mi Casita’ que se desmontó al final de proceso. El modelo arrojó buenos resultados. Por eso se propone que sea utilizado en cualquier situación de desastre que requiera acompañamiento a la comunidad”. Para Juan David Lenis lo más importante fue terminar un proceso en el que la comunidad recibió lo necesario para emprender un camino hacia la recuperación de su tejido social. Hay gente que va a requerir tratamiento durante más tiempo. Por eso ya se redireccionaron a sus aseguradoras habituales, EPS del régimen contributivo y subsidiado”.
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Uno de los casos ejemplares de este acompañamiento es el de Manuel Mauricio Villa, de 23 años, quien además de perder a su hermano, quedó lesionado. Él y su familia recibieron la atención psicológica por parte de la UTP. Lleno de fortaleza y ganas de seguir adelante, este mecánico de bicicletas recuerda cómo fue ayudado por el equipo de profesionales del Piapad. Con cualquier sonido fuerte me asustaba. Nos atendieron muy bien, de hecho mi mamá y mi hermana recibieron la atención de psicología y psiquiatría. Recuerdo que los psicólogos nos ubicaban en las colchonetas a relajarnos un poco, a cerrar los ojos. Estuvimos en dos integraciones, eso nos ayudó mucho”. Al culminar esta fase el agradecimiento fue mutuo. Tanto los psicólogos como Manuel y su familia sabían que este tiempo no había sido en vano. Fue una ayuda mutua. Se puede superar todo poco a poco, no olvidar pero sí superar. Como familia buscamos relajarnos juntos. Nos sentamos a hablar, no tocamos el tema de mi hermano porque a mi mamá le da muy duro, por eso mejor empezamos a recochar, salimos a caminar, todo lo que podamos hacer para distraernos. Lo único que pensamos es en seguir pa’delante, luchando por nuestros sueños para alcanzarlos a como dé lugar”.
Centro de Salud en marcha Superados trámites administrativos, el Centro de Salud comenzó a operar a mediados de 2013. Conscientes de su responsabilidad con la comunidad, desde la gerencia del Hospital Santa Mónica se trabajó para mejorar sus condiciones de atención. Por esto llevaron a cabo acciones que les permitieran brindar un servicio óptimo. Así lo señala Javier Alejandro Gaviria, gerente de la entidad. Hemos mejorado en muchas condiciones el centro de salud. Nosotros trabajamos en línea todos los procesos, nuestras historias clínicas, laboratorio clínico, facturación, verificar las EPS de los usuarios. Por tal razón fue necesario invertir en conectividad para integrarnos a la red
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del hospital. Asumimos también la vigilancia del sitio, así como el aseo y el mantenimiento de prados alrededor. Nuestro compromiso es, en la medida que aumente la demanda de pacientes, aumentar el número de funcionarios y horas de trabajo”. En el centro de salud se prestan servicios de odontología, medicina general, enfermería y farmacia. El equipo de trabajo lo conforman un médico, un odontólogo, una higienista, auxiliares y una enfermera jefe. Finalizando 2013 se calcula un aproximado de más de 4.000 actividades de atención médica. A través del Hospital Santa Mónica, así como de la sede Santa Teresita, se está motivando a los usuarios para que se desplacen a Villa Carola y hagan uso de los servicios del centro de salud. Poco a poco son más las personas que acuden allí. En esa medida se refuerza el trabajo médico. Doña Zeneida Giraldo, presidenta de la Junta de Acción Comunal de La Romelia, es una de las habitantes que va al centro de salud. Ella cuenta cómo el servicio ha mejorado con el paso del tiempo. Todo mejoró en un mes. Están atendiendo bien. El centro de salud es un regalo muy especial para toda la Comuna 10, todos nos beneficiamos. A veces no había para los pasajes para bajar al Hospital Santa Mónica. Allá se demoran mucho para dar las citas, en cambio acá la atención es casi inmediata”.
Atención de primera calidad En los momentos posteriores a la atención del evento, cuando el sistema de salud en Pereira y Dosquebradas colapsó producto del número de heridos, Ecopetrol detectó una de las principales carencias de la región: la capacidad de atención intensiva en el Hospital Universitario San Jorge, el centro asistencial más importante de Risaralda, se resumía en tan solo doce camas de cuidados intensivos y diez de cuidados intermedios. Otra de las falencias identificadas en el hospital a raíz de la atención de las personas afectadas, era que no contaban en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) existente con camas para el manejo y cuidado de personas con quemaduras. Todo lo anterior llevó a
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Ecopetrol, de acuerdo con sus lineamientos de gestión social, a proyectar las obras para la construcción de una nueva y moderna UCI. Con ese fin, y conforme a sus políticas, Ecopetrol comenzó la búsqueda de aliados estratégicos para cumplir con la meta. Ellos serían la Gobernación de Risaralda como ente administrador del Hospital y el Ministerio de Salud Nacional como órgano rector en este sector. Luego de la firma del acuerdo de voluntades se comenzó a diseñar la que será la mejor Unidad de Cuidados Intensivos del Eje Cafetero. Se construirá en una nueva torre, duplicará la capacidad de atención del centro asistencial, tendrá 22 camas para cuidados intensivos, 18 para cuidados intermedios y adicionalmente 4 camas para el manejo de pacientes quemados. Carlos Alberto Botero López, gobernador de Risaralda, ha adelantado acciones para mejorar las condiciones de los empleados y de la prestación del servicio del Hospital San Jorge. Sin embargo, los escasos recursos destinados al sector salud por el gobierno nacional y por el departamental, no han sido suficientes. El mandatario departamental conoce de primera mano el déficit de camas de cuidados intensivos que presenta el San Jorge. En el hospital hay un déficit de cuidados intensivos de más o menos 80 camas. Con esta inversión se mejorará notablemente. La idea es seguir invirtiendo recursos para lograr un equilibrio. La decidida ayuda de Ecopetrol es muy importante para lograr la ampliación de la oferta de los servicios de este centro asistencial de quinto nivel”. Por su ubicación, al Hospital San Jorge de Pereira llegan pacientes de alta complejidad provenientes de municipios del Eje Cafetero, Norte del Valle y Chocó, por lo que la construcción de una moderna UCI podría marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Ha tenido pruebas de fuego en las emergencias más significativas padecidas en el Eje Cafetero, como el terremoto de 1999 y las explosiones de Villa Carola de 2011. Estos eventos hicieron colapsar la red hospitalaria debido a la cantidad de heridos de alta complejidad que llegaban en busca de atención. Hechos como este, sumados al déficit en la capacidad instalada, llevaron a solicitar apoyo de entes gubernamentales y empresas como Ecopetrol, con el fin de generar una obra de infraestructura que beneficiara a toda la región.
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Nueva Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario San Jorge de Pereira. Diciembre de 2013.
Juan Carlos Restrepo, médico y cirujano de la Universidad Libre de Cali, lleva más de 20 años trabajando en el sector de la salud en Risaralda. Había sido subdirector del Hospital en 1989, secretario de Salud Departamental y líder en otros escenarios risaraldenses. Desde 2012 es el gerente del Hospital Universitario San Jorge y su visión siempre había estado encaminada a generar una capacidad instalada que mejorara las condiciones de atención del primer hospital público del departamento. La región y el departamento tienen una necesidad, que es la baja oferta de camas de mediana y alta complejidad. El departamento puede tener un déficit cercano a las 200 camas hospitalarias: uno, por el cierre de la Clínica Risaralda; dos, por la disminución progresiva de camas que ha tenido el Hospital Universitario San Jorge, y tres, por la demanda creciente de atenciones especializadas. Además, con los cambios en el perfil epidemiológico, cada vez tenemos una población más envejecida. Eso, sumado a las enfermedades crónicas, degenerativas, la violencia y la accidentalidad. El departamento y el sector público deben tener una capacidad instalada para atender la problemática de segundo y tercer nivel”.
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La Secretaría de Salud hizo un estudio que demostró que existe déficit de camas de cuidados intensivos e intermedios, tanto en adultos como en pediatría, así como en neonatos. Con la emergencia vivida en el mes de diciembre de 2011 en Dosquebradas, el presidente de la República y el presidente de Ecopetrol se comprometieron con el departamento a cofinanciar un proyecto de inversión en el Hospital Universitario San Jorge, encaminado a ampliar la capacidad de oferta en la Unidad de Cuidados Intensivos y un pabellón de quemados. Así fue como se pusieron en la tarea de hacer los proyectos, planos y diseños. Al mismo tiempo tramitaban todos los avales técnicos con la Secretaría de Salud Departamental y el Ministerio de Salud, con el fin de acceder a recursos de cofinanciación tanto de Ecopetrol como del departamento y el ministerio. Ecopetrol ha sido un gran aliado nuestro y siempre ha estado atento y dispuesto a apoyarnos. Aportó 3 mil millones, el departamento dio 1.780 millones y el Ministerio de Salud 1.000 millones. Con estos recursos comenzamos la construcción. Las obras se van a dividir en dos fases: la primera es el acceso principal y la Unidad de Cuidados Intensivos e Intermedios de adultos. La segunda es la Unidad de Cuidados Intensivos de recién nacidos y pediatría. Esperamos en dos años llevar a feliz término este proyecto ambicioso, estamos con todo el compromiso, el optimismo y la dedicación de hacerlo”, apuntó el gerente del hospital. La construcción de los cerca de 2.800 metros cuadrados de la Unidad renovada se inició a mediados del mes de mayo de 2013, con el seguimiento permanente de Ecopetrol en cada una de las etapas. La arquitecta Luz Elena Zuluaga, de la Fundación Oleoductos de Colombia, ha estado presente acompañando las obras y, en nombre de Ecopetrol, se cerciora de que todas las actividades se cumplan de acuerdo con los cronogramas y las metas establecidas. Lo que hicimos fue acompañar todo el proceso precontractual, es decir, la preparación de los pliegos de condiciones. Íbamos a todas las reuniones que hacían la Gobernación de Risaralda y el Hospital San
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Jorge. Posteriormente se hizo la adjudicación de la obra. El mecanismo de selección dio como elegido al ingeniero Rodrigo Cárdenas García, una persona con toda la idoneidad para desarrollar un proyecto de arquitectura hospitalaria compleja. En eso fuimos muy enfáticos: queríamos un contratista capaz de asumir la responsabilidad de una obra de esta envergadura”. La contratación de la obra la desarrolló el hospital con la asesoría del ingeniero Antonio Bermúdez, gerente de Aguas Departamentales de la Gobernación de Risaralda, quien los apoyó en la elaboración del pliego de condiciones y en la evaluación de las ofertas. La UCI va a tener cuatro áreas. El acceso a la Unidad de Cuidados Intensivos de adultos va a ser por la carrera cuarta. Allí habrá un vestíbulo de 12 metros de altura, que da acceso a la unidad de cuidados intensivos e intermedios. Además una sala de espera y un oratorio. Ya tenemos un punto de facturación. Ahí está el primer filtro por donde se accede a la Unidad de Cuidados Intensivos y de Cuidados Intermedios. Están contemplados cuatro cubículos para aislados, para pacientes con quemaduras que necesitan una asepsia total, más de la que ofrece la Unidad de Cuidados Intensivos como tal. Tenemos también en los cubículos la posibilidad de hacer las diálisis. Muchos pacientes que ingresan a las UCI necesitan ese procedimiento, pero por no tener la capacidad instalada toca moverlos y para eso se necesita una infraestructura a nivel eléctrica y fitosanitaria”, relata la arquitecta Luz Elena Zuluaga. Juan Carlos Restrepo, gerente del hospital, se refirió a la importancia del pabellón de quemados para adultos. En la construcción de las unidades de cuidados tanto intensivos como intermedios se contemplará un pabellón de cuatro camas para quemados adultos, con lo que se podrá estar preparado para una eventual catástrofe de esta magnitud en el departamento”. Ecopetrol fue el encargado de dotar las unidades de cuidados intensivos e intermedios. Por un valor adicional de 1.500 millones de pesos, el hospital recibirá tecnología de punta en implementos, así:
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34 monitores, 44 camas, 40 aspiradores, 40 flujómetros y 12 computadores, entre otros. Los equipos con los que se dotará la Unidad de Cuidados Intensivos son de última tecnología, marca Dräger, alemanes, con tecnología de punta. En ese sentido el proyecto se ajusta a necesidades reales de la comunidad. Lo que me parece más interesante es que no solo va a beneficiar a Pereira y a Dosquebradas: está en pro de una región, generando un impacto a toda la red hospitalaria”, asegura la arquitecta Zuluaga. Durante las obras se generaron 119 empleos, 90 obreros y 29 profesionales, en su totalidad mano de obra local. La compra de materiales se hizo con las ferreterías de la región. Los veedores ciudadanos efectuaron el acompañamiento a todos los pasos que darían como resultado esta Unidad de Cuidados Intensivos. En primera instancia esto no fue muy conocido por la comunidad. Cuando la Veeduría se enteró del inicio de las obras, de inmediato se apersonó de la situación. Incluso se generó un espacio entre Ecopetrol, la Asociación de Ingenieros de Risaralda y la propia Veeduría, para iniciar el proceso de seguimiento de la unidad de cuidados intensivos del Hospital San Jorge. No solo en términos de la construcción, avances de la obra, sino en aspectos contractuales, en el proceso de elección de los diferentes oferentes. Posteriormente realizamos unas visitas a las instalaciones”. Para la Veeduría Ciudadana esta Unidad, si bien no estaba relacionada directamente con el evento, sí lo estaba con las víctimas. Esto porque ni Dosquebradas, ni los demás municipios del departamento contaban con una UCI preparada para atender esta emergencia. Queremos resaltar la importancia que esto tiene. El beneficio es inmedible. Este es un hospital que impacta de manera positiva, no solo a Risaralda, sino a Caldas, Quindío, Norte del Valle y Chocó, que permanentemente demandan de servicios vitales como son los cuidados intensivos. Aparte de ampliar la capacidad de cuidados intensivos e intermedios, los dinamiza, une y mejora”.
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Centro Regional de Rehabilitación Física La iniciativa de Ecopetrol de fortalecer el sector salud de Risaralda también benefició al Hospital Santa Mónica de Dosquebradas. A este centro asistencial fueron remitidas en primera instancia las personas lesionadas durante el evento del 23 de diciembre de 2011. El apoyo de Ecopetrol estaba dirigido a dos proyectos, atendiendo a solicitudes de la administración municipal y la gerencia del Hospital. El primero de ellos una unidad de fisioterapia. El segundo apuntaba a fortalecer al Hospital Santa Mónica en distintas áreas de servicios, de acuerdo con las necesidades existentes. En el segundo caso no hubo avances debido a que las entidades correspondientes no presentaron un proyecto viable y Ecopetrol tenía unos tiempos límites establecidos para la ejecución de presupuesto. De acuerdo con lo anterior, al establecerse la viabilidad técnica del primer proyecto y apoyado a través del convenio vigente con la Cruz Roja seccional Risaralda, se procedió a ejecutar la adecuación de una unidad de fisioterapia, dirigida a la rehabilitación física. Las instalaciones de la Clínica Rita Arango Álvarez de Pino, antigua sede del Instituto de Seguros Sociales en Dosquebradas, fueron las escogidas para la adecuación de la Unidad. Todas las adecuaciones fueron realizadas teniendo en cuenta las necesidades expuestas por el centro asistencial para la instalación de equipos de terapia y tratamiento. La obra tuvo una inversión de 190 millones de pesos y se adelantó de acuerdo con los lineamientos de la Secretaría de Salud de Risaralda para unidades de este tipo. Juan Carlos Toro, arquitecto de la Cruz Roja, encargado de la ejecución de las obras, manifestó que para estas adecuaciones se tuvieron en cuenta los detalles necesarios para brindarles a los usuarios no solo comodidad sino también seguridad. La Unidad se construyó con un piso antideslizante y con capacidad de impacto, ideal para los tratamientos. Se hicieron baños especiales para personas con movilidad reducida. Además el espacio para las maquinas está dotado con sistema de red de oxígeno y tiene todas las garantías para la atención de los pacientes”.
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Nuevo Centro Regional de Rehabilitación Física en el Hospital Santa Mónica. Noviembre 30 de 2012.
La dotación de la Unidad de Fisioterapia está a cargo de la administración municipal, a través de su Secretaría de Salud y del Hospital Santa Mónica. Gracias a la suma de recursos de Ecopetrol, el Hospital y la administración local, la unidad de fisioterapia se convertirá en un Centro Regional de Rehabilitación Física, que prestará servicios fisioterapéuticos y cardiopulmonares. A través de esta unidad se duplica el área de atención actual en fisioterapia por parte del Hospital Santa Mónica, con equipos nuevos. Para el doctor Javier Alejandro Gaviria, gerente del centro asistencial, esta adecuación y dotación amplió los campos de acción de la entidad. Esas áreas nos dan para aumentar la oferta de servicios en más de un 200% aproximadamente. Vamos a duplicar los servicios y ya tenemos en inducción a las personas que trabajarán en el centro. Acceden pacientes de Dosquebradas, Santa Rosa y Marsella. Pero dada la tecnología que tendremos y el volumen que podemos ofertar, hemos contactado a algunas aseguradoras para manejar pacientes de Pereira”.
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El 30 de noviembre de 2013 se había completado la entrega de la dotación, y solo faltaba su instalación en la nueva sede. Los veedores resaltan esta contribución como una más para el desarrollo. Unen componentes como el Centro de Salud de Villa Carola, La UCI del Hospital Universitario San Jorge y el Centro Regional de Rehabilitación Física, a la luz de una planeación en salud para el municipio, el departamento y la región. Encontramos un hecho que eleva el nivel cualitativo y cuantitativo de atención en salud en la región. Esto genera unos criterios de integralidad en la calidad de la prestación de ese servicio, que pone inicialmente a Dosquebradas y luego al departamento, en un nivel diferente al que podríamos haber evaluado 22 meses atrás. No nos cabe ninguna duda de que el departamento, por sí solo, en 12 años no hubiese logrado lo que se consiguió con la intervención de Ecopetrol en torno a infraestructura de salud. Nos lamentamos por la lentitud de las administraciones locales, que no permitió el inicio de las obras de la Unidad de Cuidados Intensivos e Intermedios en el Hospital Santa Mónica, pero confiamos que en un futuro esta obra se sacará adelante”.
Objetivo: el bienestar social Ecopetrol inició el segundo año de intervención en Dosquebradas con dos metas y propósitos generales. El primero, cerrar asuntos pendientes con las familias, lo cual compete especialmente a las áreas de salud y jurídica. El segundo fue reforzar y dejar una capacidad instalada en los procesos de desarrollo territorial emprendidos por la organización en el municipio. Leonardo Herrera, entonces coordinador de Tejido Social de Ecopetrol en Dosquebradas, llegó a apoyar el trabajo social durante la atención posterior a la emergencia. Su corazón y el amor por su labor y la comunidad han hecho más fuertes no solo su pasión por ayudar, sino las ganas de impactar de la mejor manera la vida de todos los habitantes de la Comuna 10 de Dosquebradas. Si bien es cierto que el primer año el plan de intervención fue ‘agresivo’ en obras e inversiones macro para generar infraestructura que
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dinamizara procesos en el municipio, este segundo año exigía definir cómo la comunidad realmente se apropiaba de ellas, cómo capitalizaba todo eso, a través de una capacidad local, que es sobre lo que estamos trabajando desde el Programa de Gestión del Riesgo”. Algunas de las acciones que Ecopetrol lideró a lo largo de 2013, de la mano de las comunidades y sus aliados estratégicos fueron: convenios en formación ciudadana, dotación de bibliotecas y de sala de sistemas, presencia de la Fundación Batuta, elementos escolares, la segunda fase de la Red de Liderazgo y de Capacidades Productivas, construcción de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital San Jorge, adecuación de la Unidad de Fisioterapia del Hospital Santa Mónica, formación de nuevos gestores del riesgo y la puesta en marcha de la Escuela Nacional de Gestión del Riesgo.
La vía de la cultura ciudadana Para Ecopetrol la atención brindada a la comunidad afectada por el evento del 23 de diciembre de 2011 implicó un trabajo continuo y de la mano de la ciudadanía, representada por la Veeduría Ciudadana. Así se lograron articular todos los procesos para garantizar la transparencia de los mismos, de modo que realmente impactara el desarrollo de la Comuna 10 y posteriormente de todo el municipio de Dosquebradas. Fue así como, basado en una de las solicitudes de los líderes comunitarios, Ecopetrol apoyó una iniciativa que buscaba fortalecer la cultura ciudadana desde los más pequeños hasta los adultos, a través de un convenio de Formación Ciudadana, el cual llegaría a generar varias acciones en torno a este objetivo, entre ellas, la publicación de un libro que recopilara las experiencias y aprendizajes. La Coordinación Social escuchó las solicitudes constantes de los líderes comunales, quienes se referían a la necesidad de fomentar y fortalecer la cultura ciudadana, aspecto que, según la visión de los comunales, no recibía la debida atención, ni en la Comuna 10 ni en Dosquebradas. Los veedores y los líderes quisieron recopilar y difundir el modelo de intervención en torno a las acciones ejecutadas por Ecopetrol en la atención a la comunidad
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afectada. Fue así como se lo plantearon a la Coordinación Social de la gerencia: Creamos una mesa técnica con la comunidad para ver qué podíamos hacer. Unos líderes de la Comuna 10 que recogen presidentes de acción comunal y miembros del Consejo Territorial de Dosquebradas, decidieron que iban a hacer la recopilación de la intervención de Ecopetrol en Dosquebradas como una experiencia exitosa de participación ciudadana”, aseguró el sociólogo Leonardo Herrera. Después de escuchar las sugerencias de la comunidad, se procedió a elegir el aliado estratégico que podría acompañar la construcción del libro que usted lee en este momento. Los veedores solicitaron que la empresa que los acompañara en ese propósito debía ser del municipio. A su vez, la Veeduría Ciudadana enfatizó la importancia de ese libro que hiciera las veces de memoria y punto de referencia sobre las lecciones aprendidas. La Veeduría Ciudadana planteó al presidente de Ecopetrol la conveniencia de escribir las memorias de este proceso, porque lo considerábamos ejemplar. A la vez solicitamos que era importante que cada uno de los municipios del país conociera, no solo cómo había sido la tragedia, sino cómo se dio toda la intervención, cómo participó la comunidad y qué lecciones nos dejó este ejercicio”. La Fundación Social Cooplarosa, debido a todo el trabajo realizado en Dosquebradas a través de los años, fue el aliado elegido entre varios proponentes. Así se empezó a cristalizar la idea de escribir y publicar un libro.
Participación ciudadana Por otro lado, el trabajo con la Fundación estará enfocado al fortalecimiento de la cultura ciudadana en Dosquebradas. La metodología comprende procesos formativos como diplomados, talleres, campañas y salidas de campo. Todos complementados con un socio
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Estudiantes del programa de Vigías Ambientales que busca la recuperación ambiental de la quebrada Aguazul. Noviembre de 2013.
estratégico de Ecopetrol y de la Fundación: un grupo llamado la Tropa Teatro que, mediante el lenguaje de las artes escénicas, sembrara una semilla en el corazón y la mente de las personas sobre el valor de las buenas prácticas ciudadanas. Marilyn Ramírez, directora de la Fundación Social Cooplarosa, comparte la esencia de su compromiso con el proyecto, enfocado en la articulación de esfuerzos institucionales para la transformación de la cultura ciudadana en Dosquebradas. El proyecto se enmarca en el trabajo interinstitucional para promover cambios en la cultura ciudadana de los dosquebradenses en los siguientes aspectos: participación ciudadana, convivencia, uso racional del agua, movilidad segura y separación de residuos. Este trabajo se desarrollará con líderes, madres comunitarias, niños y
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jóvenes, con el objetivo de empoderar estos grupos para que sean multiplicadores de estos cambios, ya que entendemos que para forjar una verdadera transformación en los hábitos y cultura de la gente, se deben masificar las acciones”.
Veedurías ciudadanas La labor de Ecopetrol y sus aliados, los líderes, no quedó ahí. Desde finales de 2012 se venía gestando un convenio con la Personería Municipal de Dosquebradas y la Fundación Norte Sur. La primera, por ser el Ministerio Público que ampara los derechos fundamentales de los ciudadanos, y la segunda, por su experiencia en formación en derechos fundamentales, a través de los cuales se buscaba generar acciones en tres líneas centrales de la cultura ciudadana: defensa de los derechos ambientales, las veedurías ciudadanas y los paladines de la justicia. La línea ambiental se desarrolló a través de un modelo llamado vigías ambientales, que forma a líderes comunitarios y a estudiantes de colegios en elementos esenciales para ser los primeros defensores del entorno. Eso les va a dar herramientas para defender derechos y tratar de asegurar el componente ambiental. Es darle instrumentos a la ciudadanía para que se organice y así defender ese patrimonio de todos que es el ambiente. El convenio les brinda a los estudiantes de grado 10 y 11 una opción de prestar su servicio social estudiantil aprendiendo algo que los dota de instrumentos para sacar adelante ejercicios exitosos en esa materia. Así no se dejará a los muchachos pagando una labor social donde los mandan a una oficina a archivar papeles y a escribir cartas”, explica Leonardo Herrera. La segunda línea, en veedurías ciudadanas, pretendía darles los elementos a los líderes comunitarios y estudiantiles para constituir veedurías y hacer seguimiento a diferentes aspectos que afecten los intereses de la comunidad. La Veeduría Ciudadana que se constituyó para hacernos seguimiento aquí en Dosquebradas ha sido una figura muy efectiva. Cuando nos ha tenido que decir algo para que lo corrijamos lo hemos aceptado de la mejor manera y de la misma forma han ayudado a que no se
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introduzcan manos sucias en los procesos. Se deben constituir veedurías ciudadanas bajo un modelo que contribuya a construir el territorio y no de una veeduría que se vuelva un palo en la rueda para obstaculizarlo todo”, explica Leonardo Herrera. La última línea de este convenio se refiere a los paladines de la justicia, enfocada en dar elementos a la comunidad para que pueda hacer exigibles y respetables sus derechos fundamentales, que puedan ser garantes y tener la ruta de saber adónde acudir en caso de su vulneración. Óscar Mauricio Toro es el personero del municipio de Dosquebradas, aliado estratégico de Ecopetrol para la ejecución del convenio de formación ciudadana. Este jurista resalta la importancia de la iniciativa. La importancia radica en el hecho de estar educando a los jóvenes a través de modelos pedagógicos innovadores, la transmisión de conocimientos por medio de la lúdica educativa y el fortalecimiento de la capacidad de autogestión frente a las autoridades estatales”. Para la Personería de Dosquebradas formar a los jóvenes en aspectos tan importantes como el de las veedurías ciudadanas, no solo enriquece conocimientos sino que estimula las características de liderazgo por las que propende Ecopetrol. Los jóvenes que estamos capacitando asumirían en sus comunidades roles de líderes, que con conocimientos sobre el Estado colombiano, su Constitución, su estructura, y conocimientos de la forma de defender los derechos de los colombianos. De esa manera podrán contribuir con el mejoramiento de las condiciones de vida de sus colectividades y su interacción con las entidades territoriales”, finalizó Toro. La Veeduría Ciudadana, que propuso en un principio reforzar el liderazgo de la comunidad, hizo un acompañamiento a estas acciones durante todo el proceso. De este modo garantizaban y constataban la ejecuciónjuiciosa de los programas que debían desarrollarse. Ellos recuerdan su papel en cuanto a formación ciudadana se refiere.
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Hemos estado pendientes: primero conociendo el contenido del diplomado, lo ayudamos a construir, en la conformación de los grupos y periódicamente haciendo recorrido en los salones, preguntando cómo se sienten los estudiantes. Ese programa es la oportunidad para que los muchachos presten su servicio social en esas ramas”. En estos diplomados fueron incluidos estudiantes, docentes y personas de diferentes organizaciones comunitarias del municipio. En el caso de la Institución Educativa Bosques de la Acuarela, por ejemplo, los jóvenes de grados 10 y 11 recibieron estas capacitaciones, así como algunos profesores, según lo señala el rector Isaías García. Nuestros estudiantes próximos a graduarse de su bachillerato cursan este diplomado. Han prestado su servicio social a través de su presencia en el mismo. Los profesores también están siendo preparados. Estos aprendizajes en Derechos Humanos y cuidado del medio ambiente nos ayudan a tener docentes competentes en todo sentido, lo que mejora la calidad de nuestra educación”. La Institución Educativa Bombay también vinculó estudiantes y profesores. Jhon Jairo Hincapié, coordinador general del centro educativo, cuenta que se capacitaron a ocho docentes y 30 estudiantes como paladines de la justicia, veedurías ciudadanas y vigías ambientales. Por su parte, la Institución Educativa Nuestra Señora de Guadalupe vinculó a sus estudiantes de grado noveno a estos diplomados. Hugo Fernández Barreto, rector del colegio cuenta la importancia de estos espacios de formación para las nuevas generaciones. Tenemos unos 37 estudiantes de grado noveno preparándose. Los escogimos a ellos para que sean multiplicadores de lo aprendido en los próximos años dentro de la institución. Es la primera vez que se hace este ejercicio, puede que haya sido producto del incidente pero da muy buenos resultados. Estamos comprometidos, sensibilizados y puntuales en la asistencia. En palabras de la fundación que está a cargo de estas capacitaciones, nuestros estudiantes van al frente en compromiso y asimilación de lo que allí les han enseñado”.
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Para la Veeduría Ciudadana esta es una prueba piloto que determinará la continuidad de las capacitaciones de este tipo en el futuro del municipio. Por lo pronto, ven como un logro la cantidad de personas formadas a través de esta primera experiencia. Queremos resaltar la formación de 360 líderes. La idea es conformar esto en redes, que haya red de veedurías, de paladines de la justicia y de vigías ambientales. Que esos ejercicios de liderazgo generen un impacto en la comunidad”.
De frente por la educación Ecopetrol, como promotor de la educación con calidad en Colombia impulsó diferentes iniciativas con sus aliados estratégicos, donde estudiantes de diferentes instituciones educativas del municipio se vieron beneficiadas de la siguiente manera:
El morral de la iguana María Camila Cárdenas, una niña de nueve años de edad, estudiante de grado tercero de primaria de la Institución Educativa de la
Alumnos de instituciones educativas rurales de Dosquebradas, ubicadas en la zona de influencia de Ecopetrol, recibieron un completo kit escolar. Febrero de 2013.
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vereda El Estanquillo, llevaba los apuntes de las seis materias que le dictan en solo dos cuadernos, los cuales cargaba en un morral maltrecho heredado de una prima. Cuando llovía se me mojaban los cuadernos, mi mamá les puso unos forros plásticos. Además tengo otros dos hermanos, el más grande es el que más cuadernos tiene”. Una de las mayores problemáticas de los estudiantes rurales de todo el país se centra en la falta de útiles escolares para el desempeño de las actividades diarias. Ecopetrol, en su trabajo social en el municipio de Dosquebradas, constató esta dificultad. Luego de varias aproximaciones con la Secretaría de Educación Municipal, la compañía tomó la decisión de entregar kits escolares completos a las instituciones rurales ubicadas en la zona de influencia de la empresa. Fueron entregados 1.200 kits escolares al mismo número de estudiantes de primaria y secundaria de las instituciones educativas de las veredas Aguazul, la Unión, Santa Ana Alta y Baja, Estación Gutiérrez, El Estanquillo, La Rivera, Filo Bonito, la Cima y La Esperanza. Cada dotación de útiles escolares la conformaban elementos esenciales para el proceso de aprendizaje. María Camila lo llamaba el morral de la iguana, abrazándolo con cariño junto a sus hermanos. Magda Córdoba, rectora de la Institución Educativa de la vereda El Estanquillo, destacó que con estos kits escolares los niños tendrían mayor sentido de pertenencia por sus estudios. Para ella el gesto de Ecopetrol es importante, teniendo en cuenta las precarias condiciones en las que estudian los niños. La inversión de Ecopetrol en educación ayuda a transformar vidas, se sensibilizan frente a la problemática social, sobre todo aquí en mi institución donde tenemos niños de muy escasos recursos. Es un obsequio que los niños sabrán valorar”.
Dígamelo con música Los 53 estudiantes de la Institución Educativa Cartagena, sede Boqueroncito, se han caracterizado por su liderazgo, deseos de aprender, compañerismo y calidad humana.
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Estudiantes de la Institución Educativa Cartagena sede Boqueroncito, recibieron instrumentos musicales para capacitarse en su manejo gracias al convenio con la Fundación Batuta. Diciembre de 2013.
Ecopetrol, considerando que el acercamiento a esta comunidad educativa no debía terminar solo con la entrega de la sede definitiva, decidió en convenio con la Cruz Roja adelantar un componente de inclusión y calidad de la educación, que les permitiría a los estudiantes participar de ciclos de aprendizaje integrales. Por lo anterior, la empresa determinó replicar en la vereda Aguazul un convenio nacional que tiene firmado con la Fundación Batuta, entidad especializada en la educación en artes musicales. Lo que se busca es que los niños y niñas a través de la música, generen mejores maneras de relacionarse en convivencia y valores, que los ayude a formarse como mejores personas”, afirma Leonardo Herrera, quien añade que la idea es replicar modelos nacionales en Dosquebradas.
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A mediados del mes de septiembre, la escuela recibió una dotación especial de parte de Ecopetrol: todos los instrumentos musicales para su banda. El cuerpo directivo y docente del centro educativo resaltó esta acción de la empresa, que contribuye al desarrollo artístico de sus estudiantes. Tuvimos un profesor de música para los niños que comenzó dando clases de canto. Nos dotaron de instrumentos, xilófonos, bombos, platos, maracas, redoblantes, marimba y más”. Gracias a este convenio, un total de 40 instrumentos musicales fueron entregados para la capacitación de los niños y niñas de la institución. Adicionalmente la Fundación dispuso de un docente licenciado en música, quien es el encargado de enseñarles a los estudiantes aspectos relacionados con técnica vocal e interpretación. Desde el inicio de las clases me he sorprendido con las capacidades vocales que he encontrado en varios de los niños, hay unos con mucho futuro y sobre todo que les gusta cantar. Ahora ya con los instrumentos me estoy dedicando a enseñarles a interpretarlos para también identificar fortalezas”, sostiene Cherenci Cardona, profesor de Batuta, encargado de los niños de la institución educativa. Desde muy pequeña, a Sara Campuzano, una niña de 10 años de edad, le ha gustado la música, en especial cantar. Entre su repertorio se encuentran villancicos, cumbias y uno que otro vallenato. Desde el inicio de las clases con Batuta, ha visto cómo sus interpretaciones han mejorado. Ahora quiere aprender a tocar guitarra. Ella a su vez es la actual representante de los estudiantes ante el Consejo Directivo. No nos cansaremos de darle gracias a Ecopetrol. Primero fue la escuela y ahora son estas clases de música y estos instrumentos. Ya los jueves para nosotros son un día de alegría, de cantos, de música. Esperamos a final de año poder cantarles las novenas para que vean que sí aprovechamos estas clases”.
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Del tablero a los teclados Desde el comienzo de su bachillerato, Leonardo García, un adolescente habitante del barrio Bombay de la Comuna 10 de Dosquebradas, nunca había tenido la oportunidad de manipular un computador durante la clase de informática. La falta de una sala de sistemas en la Institución Educativa Bombay no permitía que los estudiantes pudieran practicar lo que el profesor les enseñaba. La clase de sistemas en el colegio se hacía con el computador del docente encargado y la descripción de los pasos en el tablero de clase. El profesor llevaba siempre su computador. Él nos mostraba a todos como podía desde su pantalla, en el tablero nos dibujaba el monitor y los pasos para entrar a los programas. Las tareas que nos dejaba las teníamos que hacer en las casas de los amigos donde sí había computador o pagando en un café internet”, recuerda Leonardo. Luego de varias reuniones entre representantes del barrio Bombay, líderes comunales y funcionarios de Ecopetrol, se determinó que la mayor necesidad de este sector de Dosquebradas era fortalecer su colegio con la adecuación de una sala de sistemas. El salón estaba disponible, el docente también, solo faltaba lo más importante: las herramientas de estudio, los computadores. Este proceso colectivo en la toma de decisiones es resaltado por Jhon Jairo Hincapié, coordinador general de la institución. Tenemos que decir que fue una inversión asertiva y participativa. Ecopetrol hizo un diagnóstico rápido y eficiente en el que identificaron la necesidad. Con toda la comunidad educativa identificamos que era la sala de computación porque no teníamos acceso informático. Se convocó a toda la comunidad y organismos de participación ciudadana para tomar la decisión, fue participativo en todo sentido”. Luego de cumplir con los trámites de compra, Ecopetrol, en convenio con la Cruz Roja seccional Risaralda, entregaron a la Institución Educativa Bombay una moderna sala de sistemas compuesta por 40 computadores conectados en red y con acceso a internet.
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Nueva sala de sistemas entregada a la Institución Educativa Bombay, totalmente dotada y con conexión a internet. Julio de 2013.
Ese día los estudiantes de grado sexto fueron los primeros en encender los nuevos equipos. Las manifestaciones de alegría y agradecimiento no se hicieron esperar. El presbítero Aníbal Hurtado, canciller de la Diócesis de Pereira, encargada de administrar la sede educativa, manifestó su complacencia por la nueva sala. Es una alegría ver esta sala tan grande llena de computadores, y más alegría ver a estos pequeños que a pesar de no haber tenido computadores antes parece que ya los supieran manejar. Eso quiere decir que con las uñas el profesor había hecho un buen trabajo. Gracias a Ecopetrol y a la comunidad en general por esta iniciativa”.
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Adicionalmente a la sala de sistemas, Ecopetrol, en el marco del convenio con la Cruz Roja seccional Risaralda, entregó un circuito cerrado de televisión a la institución educativa, compuesto por 14 cámaras de video instaladas en cada uno de los salones y en las oficinas. María Eugenia Velásquez, rectora del colegio, manifestó que en la institución se presentan continuos robos y algunas peleas. Por eso la importancia de mantener la vigilancia en cada uno de los salones. Con solo saber que todos los salones están monitoreados, los amigos de lo ajeno que no faltan en las instituciones dejarán de robarles los útiles a sus compañeros. Se puede decir que este colegio será uno de los únicos del municipio con un circuito cerrado de televisión”. Para la Veeduría Ciudadana, presente en este proceso con la Institución Educativa Bombay, liderando reuniones y seguimiento continuo al trabajo de los actores involucrados, el logro con esta sala de sistemas es grande. Para nosotros eso es de un impacto enorme. Hemos hecho seguimiento y los niños están aprendiendo hasta a diseñar juegos en esos computadores. Era uno de los colegios nuevos y no tenía computadores. En ese sentido es importante resaltar el papel del señor Omar Dávila, uno de los impulsores. Además, a través de la Junta de Acción Comunal de Bombay se está capacitando a la comunidad de manera muy organizada”. Por iniciativa de la comunidad, esta sala también es utilizada en la capacitación de los vecinos, en horarios de fines de semana.
¡Todos a leer! Ecopetrol, dentro de su política de responsabilidad social empresarial busca impactar todos los frentes sociales posibles, pero la educación es uno de sus pilares. Por esto, a través de la línea Educación
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y Cultura, busca fortalecer los procesos formativos de todos los grupos de interés de su operación. Dosquebradas no fue la excepción. Durante 2013, gracias a su participación en el Programa Ondas de Colciencias y el Plan Lector del Ministerio de Educación, la empresa estableció acciones para beneficiar a las instituciones educativas Bosques de la Acuarela y Cartagena, con el fin de apoyar las actividades de lectura desde los más pequeños hasta los estudiantes de grado 11. El trabajo se centró en dos instituciones prioritarias para nosotros, que son la Institución Educativa Cartagena y Bosques de la Acuarela, con la que además hay una gratitud que yo diría de todo Dosquebradas y especialmente de Ecopetrol, porque su sede fue la que sirvió de albergue a las familias afectadas. Por eso nos sentamos con ellos a revisar cuáles eran los elementos prioritarios para facilitar ese tipo de procesos. De manera concertada se optó por la dotación de material pedagógico y bibliográfico que facilitaran el acceso de los niños a un conocimiento actualizado, porque como decía el rector, trabajaban a veces con Atlas donde todavía estaba la Unión Soviética. Para las cuatro sedes de Bosques de la Acuarela, Estación Gutiérrez, los Guamos y el Renacimiento se entregó un kit a cada una”, aseguró Leonardo Herrera. El rector de la institución, Isaías García, habla de la importancia de este aporte a la formación de los estudiantes. Este material ha sido de gran ayuda para la institución. Nos ha servido en gran manera para preparar a nuestros estudiantes en las pruebas Saber de este año. Tener los libros es tener el conocimiento al alcance de los niños”. En la Institución Educativa Cartagena, sede Boqueroncito, se priorizó la entrega de material pedagógico, aspecto resaltado por las profesoras de la escuela. Nos dieron 270 libros muy buenos: didácticos y de acompañamiento para uno como docente preparar en la lectura y la escritura a los niños. Los estudiantes nos dicen: profes, nos llegaron los libros nuevos, estamos muy contentos. Vienen clasificados por colores, para niños,
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jóvenes y ayudas para el docente. Incluye libros en braille para capacitación con estudiantes con discapacidad visual. Los niños dijeron: qué bueno aprender ese lenguaje para comunicarnos con ellos”.
La fuerza de los líderes Luego de un año de encuentros mensuales destinados a la identificación de jóvenes líderes en instituciones públicas de Dosquebradas, 2013 comenzaba con el firme propósito de Ecopetrol, la Universidad de los Andes y la Universidad Eafit de fortalecer el liderazgo en estudiantes del municipio. Los 60 nuevos líderes habían dedicado todo 2012 a identificar el modelo de liderazgo que necesita el municipio de Dosquebradas. Acto seguido fue replicado cada uno de los aprendizajes del líder en sus instituciones educativas. La formación estaba dirigida a validar el modelo de liderazgo con la comunidad de los diferentes sectores a los que pertenecen. El trabajo de los jóvenes va a ser con la comunidad, con la razón de ser del líder, que es propender por el bienestar de su entorno, formulando acciones de desarrollo”, asevera Angélica María Espejo, profesional de Ecopetrol y gestora del proyecto. Héctor Montoya, estudiante de grado décimo del Colegio Manuel Elkin Patarroyo, señala que cada mes todos sus compañeros están ansiosos por llegar a la Red de Liderazgo. Cuando finalizó el proceso en diciembre de 2012 y se retomó en enero, ellos pensaban que muchos no iban a continuar, pero el deseo de convertirse en los nuevos líderes de Dosquebradas y lo acertado de las capacitaciones hicieron que la totalidad de alumnos retornaran. Esta red es una experiencia maravillosa, hemos creado en Facebook la página de la Red de Dosquebradas. Por ahí hemos hablado con otros jóvenes que también están en la misma red. Nos hemos sorprendido con algunos municipios donde ya los nuevos líderes están haciendo cosas en sus colegios y en sus barrios; crean iniciativas y buscan quien se las apoye para ejecutarlas, eso lo queremos hacer también. El otro año será el momento para mostrar lo aprendido”.
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De la teoría a la práctica El año 2013 se convirtió, para los 75 beneficiarios del convenio de Capacidades Productivas, en el momento de pasar de las clases a la práctica. No era para menos, porque la Cámara de Comercio de Dosquebradas y Ecopetrol entregaron las dotaciones para que estas personas emprendieran o fortalecieran sus negocios. Las expectativas estaban a flor de piel. Ya habían culminado más de cuatro meses de formación, estaban su diploma, las ganas y solo faltaba empezar. En una casa del barrio Galaxia de Dosquebradas esperaba doña Luz Amanda Marín, junto a otras 10 mujeres que hacen parte de la asociación Sueños de Vida, una microempresa de confecciones conformada por diez madres cabeza de hogar desplazadas por la violencia. Aunque gracias a otros apoyos del gobierno nacional esta asociación disponía de seis máquinas de coser, aún no contaban con una en especial que les permitiera ampliar su oferta de servicios. Doña Luz Amanda, fundadora y gerente de la asociación, vio en la convocatoria de Ecopetrol la oportunidad de obtener la máquina que le faltaba. Por eso la esperaba con ilusión. Funcionarios de Ecopetrol y de la Cámara de Comercio de Dosquebradas, junto con representantes de la Veeduría Ciudadana, llegaron a la asociación. Las diez mujeres estaban ansiosas. Después de los saludos formales, dos hombres entraron con la máquina y con ella los deseos de estas mujeres de salir adelante. Luz Amanda manifestó su agradecimiento por la máquina de cadeneta de 24 agujas entregada por Ecopetrol y añadió que con ella ya podían ampliar su oferta de prendas de vestir. Según ella el cambio es total para las mujeres que integran la asociación y las 40 personas que conforman sus núcleos familiares. Con la máquina que nos dieron vamos a aumentar nuestros ingresos. Las mujeres que trabajan conmigo mantienen sus hogares con lo que se les paga”. Los sueños de vida de esta Asociación ahora son mayores. Doña Luz Amanda espera en los próximos meses empezar a fabricar productos propios, crear su marca y comercializarla.
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Acta de entrega de equipos y herramientas a los beneficiarios del programa Capacidades Productivas en Dosquebradas. Febrero de 2013.
Otro de los favorecidos con esta propuesta fue don Elmer Henao López habitante de la vereda Aguazul. Este padre de familia, querido por los habitantes del sector, expresó los beneficios derivados del Programa de Capacidades Productivas. Gracias al Programa de Capacidades Productivas logré montar una tienda, la única de este sector de la vereda. Mi familia y yo nos favorecemos con eso”. Doña María Cruzana Garzón es la esposa de don Huber, un hombre de voz gruesa y argumentos firmes. Ella, una mujer cuyo sueño siempre fue tener su propia empresa, divide sus ocupaciones entre el cuidado de los suyos y la atención de su café internet y papelería. Esta habitante de la vereda Aguazul, otra de las beneficiarias del programa, expresa cómo su empresa salió adelante con la dotación entregada por Ecopetrol.
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Se cumplió el sueño de algún día tener mi empresa. Me ayudaron para fortalecer mi café internet. Me dotaron con un computador, dos mesas, dos sillas, una impresora muy buena y material de papelería. Estoy muy agradecida con el programa”. Cerca de allí, en otro barrio de la Comuna 10, Bosques de la Acuarela, vive don Leopoldo Vigié. Este costeño se ha inclinado, gracias al legado de su padre, por las artes culinarias. Él se enteró del convenio por un volante que dejaron debajo de su puerta. “Las Bocatas de Leo”, como se llama su negocio de comidas rápidas y típicas, fue también una de las unidades productivas beneficiadas con formación y dotación por Ecopetrol. Una estufa industrial, un carro de perros, horno microondas, sillas y mesas hicieron parte de la dotación. Don Leopoldo manifiesta que lo más gratificante de su negocio es ver la cara de satisfacción de sus clientes, lo que significa para él la certeza de hacer las cosas bien. Para mi escuchar esas palabras de la gente que dicen: delicioso, que rico, eso para uno como cocinero es la mayor gratificación. Un cliente satisfecho son otros cinco comiendo en mi local”. Durante toda la fase de formación Leopoldo tuvo que mantenerse firme ante algunas objeciones de personas que dudaban del programa. Él siempre supo que lograría la meta propuesta y por eso les dice esto a quienes, como él, sueñan con tener su propio negocio. Lo único que les digo es ¡para adelante!, si tienen un sueño busquen la forma. Véanme a mí, yo empecé de la nada y gracias a Dios tengo mi negocio, no negocito, mi negocio. Voy a montar sucursales y esto va a crecer bastante”. De “Las Bocatas de Leo” derivan su sustento la mamá y un hermano de don Leopoldo. Hoy por hoy es uno de los negocios de comidas rápidas mejor acreditados de Bosques de la Acuarela en Dosquebradas. Mientras le corta el cabello a un habitante del sector, doña Beatriz Trejos habla orgullosa de su nueva peluquería. Se trata de
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“Betty Look´s”, otra de las ideas de negocio fortalecidas por el convenio. Beatriz pasó de ser empleada a tener su propia peluquería. Yo no pensé que mi sueño iba a ser realidad de la noche a la mañana. Pasé de tener un solo puestico de peluquería a tener tres. Aquí trabaja mi hija, la mayor, todos los días, arreglando las uñas de manos y pies. La otra trabaja los fines de semana”. La Veeduría Ciudadana, como en todas las acciones concertadas con Ecopetrol, hizo seguimiento a las etapas del programa de capacidades productivas, desde la selección de los profesores hasta la entrega de dotaciones e insumos y la fase práctica en las empresas de los beneficiados. Los veedores recuerdan las experiencias vividas en el momento de entregar las ayudas para sus negocios. Estuvimos en todas las entregas, en todas las visitas, redactando las actas de lo entregado a la gente respecto al análisis de necesidad. Si alguien tenía la observación de algún imperfecto se le hacía cambiar. Las entregas se realizaron hasta mayo. Se dieron dotaciones e insumos. La gente lloraba de la alegría, sentía mucha felicidad. Algunos eran escépticos porque habían pasado las capacitaciones y aún no les llegaban los suministros. Por eso cuando recibían el apoyo se notaban gratamente sorprendidos”. Las 75 unidades productivas de Dosquebradas beneficiadas por el Convenio arrojan resultados positivos. A septiembre de 2013 generaron 85 empleos directos y proyectaban crear 94 más al finalizar el año, lo que representa un número aproximado de 500 personas entre beneficiarios y familiares que derivan su sustento de los negocios creados o fortalecidos. La actividad económica que prevalece es la manufactura, seguida de los servicios y el comercio. En este sentido, de las 75 unidades, 45 se dedican al sector de las confecciones, las cuales ya comercializan sus productos y han participado en eventos masivos regionales como Eje Moda, donde tres beneficiados participaron en una pasarela con sus diseños. Es importante destacar que, como parte del convenio, la Cámara de Comercio de Dosquebradas ha realizado el acompañamiento
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a los 75 negocios para su registro mercantil, lo que ha fomentado la cultura de la legalidad.
Mejor prevenir que curar Continuar con las capacitaciones para formar en gestión de riesgos a los habitantes de las veredas y barrios de Dosquebradas, aledaños a la zona de influencia de Ecopetrol, era una premisa para la empresa. Los resultados obtenidos con la implementación del Programa para la Gestión del Riesgo en Dosquebradas durante 2012 llevaron a Ecopetrol a ejecutar el mismo programa en 2013 en otras zonas del municipio. En la actualidad, la experiencia se está incorporando en el nuevo esquema de gestión del riesgo en todo el país, como un caso exitoso de formación y autoprotección de las comunidades. En la vigencia de 2013 la empresa firmó un convenio con la Cruz Roja seccional Risaralda para la ejecución del proceso en las veredas La Cima, Filo Bonito, El Estanquillo, La Unión, Santa Ana y el barrio Campestre C. En total, 149 nuevos gestores se formaron durante el año. Hernán Lozano, coordinador del Programa para la Gestión del Riesgo en Dosquebradas, se refirió a algunos de los temas que hacen parte de las capacitaciones para este año. Nos estamos centrando en algunos temas específicos como la actualización en la normatividad con la nueva Ley 1523 de Gestión del Riesgo para Colombia. Estamos haciendo mucho énfasis en definir el concepto de riesgo en las comunidades, adaptándolo al enfoque que la nueva ley le quiere dar”.
Sumándose a la causa Alexandra Ortiz es una ingeniera ambiental quien desde 2012 acompaña las acciones de gestión del riesgo adelantadas a través del convenio entre Ecopetrol y Corporiesgos. Durante 2013 se conformaron seis nuevos grupos y han respondido bien. Hay mucho compromiso. Están conscientes de que es muy importante
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Habitantes de la vereda El Estanquillo, en Dosquebradas, formados como nuevos Líderes Gestores de Riesgo. Diciembre de 2013.
estar preparados para una emergencia y no esperar a que ocurra un desastre para que actúen. El nuevo enfoque es conocer el riesgo, evitarlo, mitigarlo y actuar frente a la emergencia”. Son 149 gestores del riesgo graduados a mediados del mes de diciembre de 2013, con un programa dividido en tres módulos: conocimiento del riesgo, reducción del riesgo y manejo del desastre. Se impartieron 14 talleres a cada grupo, para un total de 84. De este proceso quedaron unas memorias entregadas a la comunidad, las instituciones y demás entidades participantes. Doña Francy Marín, es habitante de la vereda El Estanquillo de Dosquebradas. Es madre de dos niñas. A esta mujer siempre le ha preocupado la manera de actuar frente a una emergencia, teniendo en cuenta que sus hijas son pequeñas aún. Luego de varios meses de capacitaciones se siente más preparada y segura. Aquí en esta vereda la mayoría de las familias cocinan con pipa de gas. Esa pipa toda la vida me ha generado mucho susto, pues he escuchado
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de accidentes provocados por ella. Ahora con los talleres he aprendido cómo evacuar, actuar en un incendio y controlar una fuga de gas”. En sus 70 años de edad, doña Cielo Ocampo, habitante de El Estanquillo, ha presenciado varios incendios e inundaciones en su sector. Nunca, quizá como dice ella “por la misericordia de Dios”, las emergencias han tocado a su familia, por eso considera importantes y necesarios los cursos recibidos. No me he perdido ninguno de los talleres que nos han dado. Ya sé cómo utilizar un extintor de incendios, cómo actuar ante un temblor o una inundación. Esto ha sido muy bueno, aquí cada ocho días estamos todos listos para seguir aprendiendo”. Diana Saavedra, apoyo del Programa de Gestión del Riesgo en Dosquebradas afirmó que en la vigencia de 2013, además de las comunidades, se han capacitado otros grupos de interés. Este año hemos formado en gestión del riesgo a los estudiantes de diferentes instituciones educativas de Dosquebradas, así como a miembros de la Policía Nacional. Los temas que tratamos con ellos estuvieron enfocados a la gestión ambiental vista como uno de los elementos más importantes en la gestión del riesgo”. Según los veedores ciudadanos, fue Ecopetrol la entidad que inició con la gestión del riesgo en el municipio de Dosquebradas. Había respuesta ante los problemas, pero no prevención. Esta iniciativa de la empresa le abrió la puerta a un cambio en el municipio en cuanto al riesgo se refiere, a partir de la capacitación a la comunidad, la dotación de los organismos de socorro, la implementación del Comité Operativo Local del Plan Nacional de Contingencias, así como la inscripción de la ciudad en el colectivo de Ciudades Resilientes de la estrategia internacional Reducción del Riesgo de Desastres de Naciones Unidas (Unisdr). Los representantes de la Comuna 10 señalan los pasos que se deben seguir en este modelo de desarrollo. En el caso de nuestra comuna llega el reforzamiento, el complemento de la capacitación. También la ejecución del plan de gestión del riesgo.
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Además, está por efectuarse el proceso de implementación del modelo de gestión del riesgo como una estrategia de carácter municipal a partir de la escuela de gestión del riesgo. Esperamos de Ecopetrol muchísima fuerza y apoyo en esta etapa. La comunidad está dispuesta a meterse de lleno en esta tarea”. La Veeduría Ciudadana destaca la ampliación del alcance de este programa en el municipio de Dosquebradas. Algo fundamental de esta segunda fase del Programa de Gestión del Riesgo es la cobertura a nuevas comunidades y grupos de población que hoy tienen la oportunidad de acceder a la primera fase de capacitación. Es una capacidad instalada muy amplia en gestores sociales de la comunidad. Nos parece un ejercicio digno de multiplicar en todos los departamentos. Una de las grandes fortalezas es que nos ha permitido visionar de manera diferente el territorio que ocupamos, cuáles son los escenarios de riesgo en los diferentes sectores y qué acciones se pueden emprender desde la institucionalidad para su mitigación”. Uno de los logros más significativos de este programa, según la Veeduría, es la iniciativa de la creación en Dosquebradas de una Escuela Nacional de Gestión del Riesgo, así como la inscripción del municipio en la campaña mundial de Ciudades Resilientes. Hoy los gestores del riesgo conforman su propia asociación, según lo aseguran los veedores ciudadanos. Los mismos gestores, con la ayuda de Asojuntas Comuna 10, conformamos una asociación de gestores de riesgo. Además, la acción comunal de Colombia ha asumido la tarea de incorporar en la estructura organizativa de las juntas el comité de gestores de riesgo, así como preparación académica respecto al tema. Esto a partir del modelo de Ecopetrol implementado en la Comuna 10, en Dosquebradas y en todo el país”.
Escuela de Gestión del Riesgo La atención de la emergencia de Dosquebradas por parte de Ecopetrol se convirtió a nivel nacional e internacional en un caso
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exitoso. Una de las acciones más valoradas a nivel de la industria en Colombia fue la forma como se le enseñó a la comunidad a identificar y prevenir los riesgos a los que está expuesta, teniendo en cuenta que en el país existen muchas amenazas relacionadas con el clima, con los suelos y los riesgos industriales. Por lo anterior, el entonces presidente de la Asociación Nacional de Industriales de Colombia (Andi), Luis Carlos Villegas Echeverri, le manifestó a Javier Gutiérrez, presidente de Ecopetrol, la idea de compartir de una manera pedagógica con los organismos de socorro de todo el país y con los actores tomadores de decisiones en los municipios, todo lo aprendido con la atención de la emergencia en Dosquebradas. Villegas propuso la creación de un centro de enseñanza para la gestión de riesgos y la atención de emergencias que pudiera operar desde Dosquebradas, liderado por Ecopetrol, con el concurso de las administraciones municipal y departamental, así como la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo. El presidente Gutiérrez Pemberthy, conocedor de los positivos resultados en la atención del evento, recogió esta propuesta y la convirtió en un proyecto denominado Escuela Nacional de Gestión del Riesgo. Jaime Bocanegra, vicepresidente de Transporte, resumió así los principales objetivos de este centro de formación. Con esta escuela se pretende divulgar y compartir las experiencias vividas tras el evento del 23 de diciembre. Queremos traer a Dosquebradas a las personas y actores involucrados en emergencias, como son las autoridades locales, organismos de socorro y gente de la comunidad para que se preparen”. Para la puesta en marcha de esta escuela, Ecopetrol buscó como aliados estratégicos a la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, como ente encargado en el país de la gestión de emergencias y desastres; la Escuela Superior de Administración Pública como centro de educación superior formador de servidores públicos y la Cruz Roja Colombiana. Hernán Lozano, coordinador de Gestión del Riesgo Regional Occidente de Ecopetrol aseveró que el proyecto avanza por buen camino: ya se estableció el primer curso piloto que tendrá la Escuela.
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Se espera comenzar el próximo año con las capacitaciones a personas provenientes de todo el país. El proyecto está en marcha. Para una primera etapa la escuela contempla dos cursos, que se ejecutarían en 2014 con representantes de alcaldías y organismos de emergencia de todo el país”. En estos primeros cursos piloto se invitarán representantes municipales y organismos de socorro en departamentos del área de influencia de Ecopetrol. La idea de que sean cursos piloto está dirigida a establecer si la Escuela de Gestión de Riesgo puede ubicarse en el municipio de Dosquebradas o si es más viable un centro de formación itinerante. Los primeros cursos piloto los dictaremos aquí en Dosquebradas en las instalaciones de la Cruz Roja Risaralda y de la Esap. Así veremos cómo nos va con el traslado de las personas. Debemos evaluar aspectos como disponibilidad y logística, entre otros”, precisó Hernán Lozano.
Es tiempo de adaptarse Ecopetrol, en su modelo de gestión del riesgo, busca dejar la capacidad instalada en las comunidades para que puedan responder ante las emergencias y sean las gestoras de sus propias soluciones. El municipio de Dosquebradas también hace parte de este concepto de prevención. Por eso, a partir de la estrategia mundial de las Naciones Unidas “Ciudades Resilientes, mi cuidad se está preparando” la empresa acompañó al municipio en su postulación, su inclusión y la autoevaluación que debe hacer para permanecer como ciudad resiliente de la ONU. A partir de todo lo que hemos estado viviendo acá, de la gestión del riesgo como modelo de desarrollo local, el municipio de Dosquebradas ha iniciado su trámite para certificarse como Ciudad Resiliente. Ya está inscrito en la estrategia a nivel mundial. Nosotros como Ecopetrol acompañamos ese propósito y llevamos toda la orientación de las intervenciones en que participamos para que sumen a ese objetivo, que sea un territorio mucho más seguro, más sostenible,
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con las garantías de mejorar los procesos de vida y generar las acciones de desarrollo que requiere la población”, explica Leonardo Herrera. Henry Peralta es uno de los promotores oficiales para Colombia de la campaña mundial. El profesional ha acompañado el desarrollo de las actividades que debe llevar a cabo el municipio para ser Ciudad Resiliente. Ya están inscritos oficialmente, han avanzado en una autoevaluación de los diez aspectos esenciales que plantea esta campaña, los cuales se refieren, entre otros, a la inversión y acciones puntuales que realiza el municipio en torno a la gestión del riesgo. Dosquebradas viene haciendo el ejercicio de manera juiciosa. Se han dado cuenta de que la autoevaluación permite identificar y orientar unos nuevos derroteros en los cuales tienen que estar inmersos”. Después de estar inscritos, se deben generar documentos como decretos, fotos, videos, y evidencias que demuestren el avance del municipio en los diez esenciales que son la hoja de ruta para la gestión de riesgos en ciudades. El hecho de estar inscritos le da la ventaja de hacer parte de una gran red de alcaldes y alcaldesas enfocados en la misma dirección, para generar intercambios de experiencias entre ellos. Son 1.123 municipios en el país. De esos hasta octubre solo tenemos inscritos en la campaña ocho municipios, eso es menos del 1%. Son Buenaventura, Cali, Cartago, Dosquebradas, Manizales, Bogotá, Medellín y el municipio de Suan. Este es un compromiso de aquí a muchos años. Sin importar quién es el alcalde, se debe comprometer en cumplir con los requisitos esenciales para que Dosquebradas sea una ciudad segura”, finalizó Peralta. El alcalde Diego Ramos resalta la importancia de la inscripción de Dosquebradas a esta campaña. El mandatario sabe las puertas que se abren para el municipio, así como el trabajo que hay que desarrollar para cumplir con lo que implica estar dentro de las Ciudades Resilientes del mundo.
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Esto nos lleva a capacitar al municipio para que esté dentro de esas ciudades privilegiadas, listos y preparados para cualquier evento que puede pasarle a una gran ciudad como Dosquebradas”. La Veeduría Ciudadana, conocedora de las estrategias que deben implementarse para finalmente alcanzar la certificación del municipio como Ciudad Resiliente del mundo, celebra la inscripción y espera el compromiso de los entes involucrados en esta iniciativa. Felicitamos la decisión que tomó la administración municipal de inscribirse con el acompañamiento de Ecopetrol. Hoy estamos expectantes. Nos enorgullece, nos parece un gran salto en todos los procesos de desarrollo, pero si no nos apropiamos desde la sociedad civil dosquebradense y la administración, corremos el riesgo de dar un salto al vacío”.
Los buenos dividendos Para la coordinación de Gestión Social de Ecopetrol, 2013 dejó un balance muy positivo desde tres puntos de vista: en el primer caso, entendieron que como empresa hacer gestión social de la mano con socios validados en el territorio es lo más importante, porque permite construir propuestas con las cuales se identifican los pobladores. Por eso mismo las rodean y buscan que sean exitosas. En un segundo aspecto, que es posible pensar un territorio en el que se pueda hacer una gestión social, involucrando la gestión del riesgo como modelo de desarrollo territorial. Así se potencia la capacidad de la comunidad para gestionar sus propios riesgos y actuar en caso de una emergencia. Otro logro fue generar acciones de gestión social que dejaran realidades en el territorio, a través de una capacidad instalada duradera y eficiente. Pensamos en dejar una capacidad instalada, entregarle por ejemplo una dotación a unidades productivas. Uno supone que con una buena administración les va a durar muchos años y los va a llevar a un nivel avanzado en su desarrollo empresarial. Toda la apuesta ha sido por un modelo de desarrollo que potencie la capacidad de Dosquebradas.
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Lo que buscamos es una sostenibilidad y pienso que en eso la gestión social ha seguido esa ruta en un trabajo conjunto con todos los aliados estratégicos”, concluyó Leonardo Herrera, coordinador Social de Ecopetrol en Dosquebradas.
Cosechando lo sembrado Los trabajos en materia ambiental realizados en la vereda Aguazul se han basado en la Resolución 0063 emitida por la Carder el 19 de enero de 2012, por medio de la cual se definían las medidas preventivas y acciones a realizar en la recuperación del componente suelo, componente biótico, zona forestal protectora y en infraestructura. Cumplida la primera parte, para 2013 la misión era el seguimiento y mantenimiento de la zona reforestada, así como todo lo relacionado con el agua y el suelo. La ingeniera María Isabel Cabarique explicó las medidas tomadas para dar cumplimiento a esa directriz de la Carder y continuar con las acciones emprendidas. Seguimos con los monitoreos de agua subterránea y suelos, pero según los resultados de los análisis del ICP debemos continuar con las actividades de mitigación, que consisten en la aplicación del Emulgrossón y de la bacteria Ecomaxbact. Esto ha disminuido la concentración de algunas sustancias presentes todavía en los muestreos”. Como un actor directo involucrado en la recuperación ambiental, la Veeduría Ciudadana cuenta su papel en el desarrollo de las acciones para dar cumplimiento a la resolución de la Carder. En el campo ambiental, aparte de participar en campañas de sensibilización, hemos estado vigilantes al cumplimiento de los requerimientos de la Carder. Como Veeduría hemos estado desde la formulación de las campañas desarrolladas hasta la ejecución de las mismas”. Dentro de las actividades de monitoreo y seguimiento a la reforestación, se identificaron afectaciones por terceros a las guaduas, las cuales fueron utilizadas para la construcción de diques o estanques artesanales en la quebrada. El ingeniero ambiental César
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Trabajos de mantenimiento en la zona reforestada por Ecopetrol. Agosto de 2013.
Chaux, quien apoya a la gerencia en el trabajo ambiental y de sensibilización a la comunidad, relató las medidas tomadas desde la empresa ante esta situación. Estos daños se han socializado ante la Carder, la Unidad de Gestión Ambiental Municipal (Ugam), ante Policía Ambiental y Acuaseo. En enero se hizo una reunión, en la cual se llegó a un plan de trabajo con instituciones educativas. De este trabajo se encargó la Policía Ambiental, que creó un grupo de vigías en la institución Educativa Bosques de la Acuarela. Nosotros desde el Programa de Gestión de Riesgo adelantamos un proceso de educación ambiental con los barrios La Divisa y La Romelia”. Los veedores identifican las razones por las cuales se pudieron presentar las afectaciones de guaduas en el lugar. A su vez, ven un potencial turístico por aprovechar en todo el perímetro de la quebrada Aguazul.
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Es un problema muy grave y no es solamente en el sector de la quebrada Aguazul, donde la gente acostumbra a bañarse y de pronto a hacer uso de las especies que hay en las riberas de las quebradas para construir sus charcos. Eso obedece a la falta de escenarios de recreación y sitios de esparcimiento en nuestro municipio. Hoy la quebrada tiene un potencial turístico, por los atractivos que se construyeron en este sector. Exigimos mayor compromiso de la Carder, no solo en la protección, sino en la reglamentación de los usos del suelo de esa zona, de modo que se pueda seguir utilizando para el disfrute de la comunidad bajo unas normas de responsabilidad, protección y cuidado claras”. Ante la situación, de nuevo se convocó a los actores involucrados en la recuperación ambiental. Pudieron construir otro plan de trabajo. Continuó la misma lucha, pero ahora con un enfoque definido: la sensibilización de la comunidad para el cuidado del sector. Una de las actividades ejecutadas para este fin, de gran impacto, fue la “Carrera de Observación por la Protección de la quebrada Aguazul” en agosto de 2013, en la cual se vinculó a la Institución Educativa Bosques de la Acuarela, así como a la comunidad de los barrios La Divisa, Bosques de la Acuarela, La Romelia y las veredas Aguazul y El Cofre.
Especies sembradas por Ecopetrol en la zona de reforestación afectada por la falta de cuidado de los visitantes. Junio de 2013.
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La comunidad participó y quedó comprometida respecto a su papel en el cuidado de la zona reforestada, así como de la quebrada. Varios habitantes dieron sus opiniones al finalizar la carrera. Para nosotros esto fue una aventura muy buena. Todo, todo me gustó porque simplemente las corridas, el estar en acción, corriendo para aquí y para allá, recogiendo basuras, mirando todo lo que se puede hacer por el medio ambiente le ayuda a uno a tomar conciencia”, afirmó María Elena. Otra de las actividades desarrolladas fue la construcción de las vallas comunitarias de sensibilización ambiental con los habitantes del barrio La Divisa, junto a estudiantes de las instituciones educativas Bosques de la Acuarela y Bombay, que hacen parte de los vigías ambientales. Cuando doña María Eugenia Betancurt asumió la presidencia de la Junta de Acción Comunal del barrio La Divisa, volcó sus esfuerzos en la elaboración de estrategias que llevaran a sus vecinos y personas del sector a ser conscientes del valioso tesoro que tienen junto a ellos: la naturaleza. La presidenta cuenta las acciones ejecutadas en pro de la sensibilización de la comunidad. Hubo unos talleres de sensibilización. De ahí elaboramos proyectos de la mano con la comunidad. Ya iniciamos un proyecto, fue el mural participativo. Lo que quisimos fue plasmar la recuperación de cómo era antes la naturaleza a cómo viene ahora. Empieza con sus campesinos lavando su café, hasta donde termina la ciudad que es solo construcciones, caras tristes. Así quisimos sensibilizar”. Esta habitante de La Divisa se enorgullece de la unidad de la comunidad y la conciencia desarrollada para el cuidado de la quebrada.
En busca de una casa A lo largo de 2013, hubo un sector de los habitantes afectados que se quedó sin respuestas por parte de la administración municipal para la solución de sus inconvenientes: los arrendatarios.
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A la espera de que esta situación mejorara y del cumplimiento de las expectativas generadas por la Alcaldía, los arrendatarios siguieron el ejemplo de la comunidad y se organizaron. Los veedores resaltaron el ejercicio de este grupo de habitantes. Dentro de la generación de procesos organizativos en la intervención, se creó un grupo de familias de arrendatarios que se reúnen periódicamente. La institucionalidad se ha comprometido a brindarles una solución de vivienda que hasta el momento no ha llegado”. Doña María Victoria Ortiz, líder de este grupo, espera que lo prometido por las autoridades locales se haga realidad. Los apartamentos en los que nos van a ubicar son en Villa Carola. El alcalde dice que ya tiene los lotes, nos postulamos para recibir los subsidios de Fonvivienda pero necesitamos tener una cuenta de ahorro programado. Tenemos plazo hasta finalizar el año, de lo contrario no quedamos dentro de ese proceso que hay para nosotros. El gobierno nacional y la Alcaldía prometieron un trato especial que no nos han dado, hasta nos podemos quedar sin apartamentos. La vida de los arrendatarios no es fácil, cambiamos de estrato. Muchos se quedaron desempleados, otros tenemos empleo pero vivimos con lo justo”. Frente a ello, la directora del Instituto de Desarrollo Municipal de Dosquebradas (IDM), Paula Vidal, asegura: El proyecto de vivienda en el que se ubicaría a los arrendatarios está aprobado. Está en estudios de diseños. Estamos esperando convocatoria pública para poderlo presentar al Gobierno Nacional. Se ha hablado con la comunidad y sus representantes quienes, a pesar de haber vivido la emergencia, deben cumplir los requisitos legales. Así estén en condición de arrendatarios deben cumplir con una política de vivienda nacional. La Ompade ya nos dio la lista de arrendatarios, va en 53. Este listado está por revisarse. Quienes cumplan con todo lo necesario deberán esperar hasta finales de 2014”, resume la directora. A pesar de que no se vislumbre una pronta solución a esta petición, tanto la comunidad como sus representantes conservan la
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esperanza y cultivan relaciones de respeto con la administración, aspecto reconocido por la misma directora del IDM.
Cierre de conciliaciones Comenzaba 2013 y las acciones en el área jurídica no bajaban su intensidad. Primero, por el compromiso de la empresa de responder oportunamente a todos los afectados. Segundo, por la prioridad de las conciliaciones con los lesionados. Y tercero, por la especial atención requerida por los menores de edad. Con objetivos claros en estos aspectos se inició el año 2013, que traía una dinámica positiva en materia de conciliaciones y de descongestión judicial. Día a día, con paso lento pero seguro, lograban los acuerdos y conciliaciones con cada uno de los afectados que no habían cerrado procesos durante la vigencia 2012. Los hitos que marcaron la labor en 2013 eran el cierre de las conciliaciones con los lesionados y la elaboración del manual de atención futura de los menores de edad. En 2012 se había definido el manual que se utilizaría para indemnizar a todos los lesionados, lo que permitió estandarizar todo el proceso y facilitar la definición de la propuesta económica que Ecopetrol presentaría a los lesionados y sus grupos familiares”, manifestó Diana Ceballos, líder judicial de Dosquebradas. La dinámica de las conciliaciones con los lesionados fue la misma utilizada con los familiares de los fallecidos. Este fue un trabajo desarrollado de la mano con la coordinación de salud. Cuando podíamos obtener el concepto de pérdida de capacidad laboral de un lesionado, los especialistas establecían lo que a futuro requeriría para llegar a su grado máximo de recuperación. Con esos dictámenes médicos y utilizando la herramienta elaborada para este fin, podíamos construir una propuesta económica, que presentábamos al beneficiario. La indemnización, por supuesto, se ajustaba a los parámetros establecidos por el Consejo de Estado”, aclaró la profesional del derecho Alejandra Echeverri, quien se integraría al equipo jurídico a mediados de 2012.
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La conciliación con las personas lesionadas representó para la relación Ecopetrol-Comunidad un desafío. Los afectados debían sentirse valorados y respetados, de tal manera que los trámites legales no se convirtieran en otra carga para ellos. Mientras hace memoria de las lesiones y secuelas físicas causadas por el evento, don Octavio de Jesús Gutiérrez señala que la mejor decisión tomada por él y su familia al momento de efectuar los procedimientos legales, fue entrar en conciliación con Ecopetrol. Ayudó mucho el hecho de que nos trataran con tanto respeto desde un principio. Nosotros quisimos esperar para tratar con ellos. Los acuerdos los realizamos en los mejores términos y Ecopetrol cumplió con su parte en todo sentido. En este momento me ayudan con todo lo relacionado con mi salud, cubrieron las cirugías. No hubo ningún inconveniente por eso. Con mis hijas acordaron lo de las casas. Ellos siempre facilitaron todo”. El segundo gran hito de la Vicepresidencia Jurídica de Ecopetrol para el año 2013 fue la construcción de una guía que regulara la atención médico asistencial futura de los menores de edad con lesiones. La idea de asegurar la recuperación de los menores de edad por parte de Ecopetrol, surgió de los planteamientos presentados por los delegados del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), seccional Dosquebradas, quienes manifestaron que les preocupaba que los representantes de los menores de edad gastaran el dinero de la indemnización pagada por Ecopetrol en cosas distintas a las directamente relacionadas con su salud”, aseguró Diana Ceballos. La elaboración de la matriz fue un trabajo muy arduo, de varios meses de labor conjunta entre el equipo jurídico y de salud, porque cuando se trata de los derechos fundamentales de los menores de edad la responsabilidad es mayor. El documento fue aprobado en el Comité de Conciliaciones y Defensa Judicial de Ecopetrol. De ahí surgió un preacuerdo que se compartió con los representantes legales de los menores de edad, dejando un mensaje de tranquilidad para ambas partes.
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Aquí es claro que para Ecopetrol hubiera sido mucho más sencillo pagar indemnizaciones, como lo hicimos en el caso de los adultos. Con los niños, en pro de esa responsabilidad social empresarial con la que hemos sido consecuentes, pensamos que lo mejor era asegurarles a estos menores de edad una atención de primera calidad. Para esto elaboramos un manual que va a hacer las veces de un contrato; de tal manera que la propuesta indemnizatoria de los niños tiene unos rubros que se pagarán en dinero, pero su salud, que es ese daño emergente futuro, será a través de las obligaciones de dar y hacer que Ecopetrol está asumiendo”, afirmó la coordinadora jurídica Alejandra Echeverry. A finales de septiembre de 2013, esa meta estaba cumplida al cien por ciento. El compromiso estaba en divulgarla y aprobarla en las procuradurías y juzgados. La aprobación del mismo se daría cuando el procurador y el juzgado avalaran el acuerdo, hecho que blindaba a la empresa y permitía aplicar el modelo con el fin de hacer las cosas de la mejor manera para acompañar, hasta donde sea posible, la recuperación integral de cada uno de los ocho menores de edad afectados por la emergencia del 23 de diciembre de 2011. El Procurador Nacional Delegado para las Conciliaciones Administrativas, Roberto Serrato, fue garante de las conciliaciones entre Ecopetrol y los afectados, revisando de cerca las acciones y los procedimientos seguidos con cada uno de ellos. La Procuraduría General de la Nación continuará acompañando las conciliaciones que aún están pendientes entre los afectados y la empresa petrolera. Nos hemos reunido con los procuradores delegados para establecer cómo va a ser este proceso, las garantías para los afectados, así como la importancia de contribuir para la consecución de un resultado exitoso. Estas conciliaciones efectuadas por Ecopetrol son un ejemplo del tipo de acciones que deberían adelantarse en el país con el fin de acelerar las acciones para la reparación de las víctimas”. El año 2013 finaliza con un balance que demuestra la efectividad de las políticas de conciliación implementadas por Ecopetrol, lo cual se vio reflejado en acuerdos con 32 de los 33 lesionados y sus grupos familiares.
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De frente a la sociedad Desde hace varios años, dando cumplimiento a la ley, Ecopetrol adelanta en diferentes regiones del país audiencias públicas de rendición de cuentas. Para la empresa estas sesiones son una herramienta de participación ciudadana utilizadas para que las comunidades conozcan lo que está haciendo en su zona y que sean los mismos funcionarios, en cabeza del presidente Javier Gutiérrez Pemberthy, quienes les cuenten sobre su gestión. Desde la oficina de Participación Ciudadana se decidió que una de las audiencias públicas que debía realizarse fuera en la ciudad de Pereira, donde los asistentes conocerían de primera mano todas las acciones de la empresa en la región Occidente, conformada por los departamentos de Caldas, Valle del Cauca y Risaralda. La Audiencia Pública tuvo un capítulo especial sobre todas las acciones e inversiones realizadas en Dosquebradas. El pabellón principal de Expofuturo en Pereira fue el escogido para la audiencia pública. El 29 de mayo a las 8 de la mañana, 1.200 personas de más de seis municipios de tres departamentos se dieron cita para conocer por parte de la compañía informes sobre inversión social, resultados de contratación, gestión de proveedores, gestión inmobiliaria, gestión ambiental, logros en gestión del riesgo y los detalles del proceso de intervención en Dosquebradas. Para la realización de esta jornada de participación ciudadana y comunicación pública Ecopetrol efectuó desde el mes de abril mesas de trabajo en las ciudades de Manizales, Cartago, Pereira y Dosquebradas con el fin de escuchar las inquietudes, inconformidades, planteamiento de proyectos y agradecimientos de la comunidad, fortaleciendo así la relación con los grupos de interés. De estas mesas de trabajo salieron los voceros que tuvieron la palabra en representación de la comunidad durante la audiencia. En sus intervenciones ellos manifestaron que Ecopetrol ha sido un buen vecino y agradecieron las acciones de inversión social reflejadas en el mejoramiento de la calidad de vida de todos. Para los veedores ciudadanos, esta audiencia pública tuvo tres momentos fundamentales: uno en el cual la Veeduría dialogó de manera particular con el presidente de Ecopetrol, según lo recuerdan los representantes de la comunidad.
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Hicimos nuestros planteamientos frente al seguimiento del proceso. Se plantearon las soluciones que se han venido cumpliendo. Ahí podemos dar un parte de victoria y un reconocimiento más para el señor presidente de Ecopetrol y su equipo de trabajo en la respuesta ante las exigencias”. El segundo momento estuvo a cargo de las autoridades locales. Según la Veeduría, esta intervención dejó mucho que desear en los habitantes de la comunidad. Van, hacen presencia. Pronuncian su discurso. Un discurso que no tiene mayor cosa qué ver con la realidad del proceso”. Por último, llegó el momento en el cual la comunidad, a través de sus representantes, realizó en plenaria de la audiencia sus observaciones sobre el proceso. Tuvimos la oportunidad de cuestionar de manera directa y confrontada la actitud de las autoridades locales en el caso de Dosquebradas. Nos parece que fue un evento en el que Ecopetrol hizo gala de su papel en la responsabilidad social empresarial, del reconocimiento que tiene por la comunidad de esta región. En términos generales quienes participamos del evento salimos satisfechos de los resultados. Eso sí, con esa inconformidad frente a las autoridades locales que llegan, pronuncian su discurso y se retiran del recinto”, rememoran los veedores. Las más de 1.200 personas presentes en la audiencia pública expusieron sus voces de agradecimiento por las acciones de Ecopetrol en el marco de su política de responsabilidad social empresarial. Al terminar las intervenciones, el presidente de Ecopetrol, Javier Genaro Gutiérrez, se dirigió a la comunidad manifestando su agradecimiento por las palabras de aliento, así como por las críticas constructivas que conducen a la autoevaluación de la manera en que la empresa está actuando. Sobre lo que presentaron los voceros vamos a hacer una publicación y le vamos a hacer el seguimiento correspondiente para mirar cómo es el avance de esas iniciativas, en esos compromisos que se han
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adquirido y que corresponden a lo que son las necesidades, los anhelos y los requerimientos por parte de las comunidades. Queda el compromiso de hacer el seguimiento correspondiente a las inquietudes de la comunidad. Quiero resaltar el agradecimiento de las comunidades por el trabajo que venimos desarrollando. Hay gran satisfacción de parte nuestra por lo que venimos logrando de forma conjunta. Este es un trabajo que requiere de una gran coordinación para que los proyectos respondan a las expectativas. Hay solicitudes en relación con lo que es la vivienda para quienes eran arrendatarios, el funcionamiento con el centro de salud, la UCI del San Jorge y otras. Ustedes deben saber que es un trabajo conjunto entre autoridades, de Ecopetrol, de las empresas y las comunidades, lo que debemos hacer aquí es fortalecer ese trabajo en equipo para así lograr una mayor coordinación con el fin de llegar al objetivo.
Audiencia pública de rendición de cuentas de Ecopetrol realizada en Pereira. Mayo 29 de 2013.
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Agradecemos las críticas porque se convierten en oportunidades de mejora para nosotros. Ustedes han visto este trabajo que queremos hacer aquí en la región, con personas distintas a Dosquebradas, porque es un modelo que se debe replicar gracias al éxito alcanzado en todos los aspectos de la intervención”.
Don Audonías Ávila, presidente de Asojuntas Comuna 10 de Dosquebradas también se refirió a la importancia de esta audiencia pública. Este espacio es importantísimo porque es la rendición de cuentas de lo que Ecopetrol ha realizado en nuestra comuna, que es como el resarcir de toda esa tragedia que vivimos y quiero aprovechar esta oportunidad para felicitar y agradecer a Ecopetrol, porque ha sobrepasado nuestras expectativas en cuanto a responsabilidad social empresarial en nuestra comunidad”.
Misión cumplida Para la Veeduría Ciudadana el año 2013 fue fructífero porque se enfocó en la formación ciudadana y esto realzó todo el trabajo de infraestructura de 2012. En 2013 se culminaron inversiones de gran impacto para la región en cuestión de salud y cultura ciudadana. Todas las acciones emprendidas por Ecopetrol fortalecieron su presencia en la región. Los veedores resaltan la consolidación del modelo de desarrollo. En este año se tomó la decisión de jugársela toda en prevención a partir de la Escuela Nacional de Gestión del Riesgo. Se presentó un fortalecimiento en educación del municipio con base en el apoyo material y cultural a las instituciones educativas. También un impulso y consolidación de la participación ciudadana, reconociendo el papel de sus actores: Veeduría, Juntas de Acción Comunal, Consejo Territorial de Planeación, así como las comunidades afectadas. También reforzó de manera significativa la infraestructura de salud del municipio. De nada serviría la infraestructura sin el componente humano. El empoderamiento de la comunidad en este tiempo ha sido vital para ver con vida la inversión en obras”.
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La Veeduría culmina este 2013 resaltando que, sin contraponerse al Plan de Desarrollo del municipio, Ecopetrol trajo una iniciativa diferente que lo complementó y vigorizó. Además, se empiezan a recoger frutos de la organización comunitaria. Lo que un día comenzó como una idea solidaria espontánea de apoyo a los habitantes afectados por el evento, ya se ve como un modelo de participación ciudadana digno de ser replicado donde quiera que la comunidad necesite articularse, tanto con el sector privado como con el público, lejos de intereses particulares, priorizando a quienes se ven más afectados por los sucesos que generan emergencia. Ese anhelo es posible. La Veeduría resalta la decisión de Ecopetrol de garantizar su presencia y gestión permanentes en Dosquebradas, en aras de la continuidad de sus proyectos, objetivos y relación con la comunidad. El año 2013 fue diferente para Ecopetrol y el Programa de Dosquebradas. Fue un año contrastado con el anterior. Si bien 2012 había sido el año de la atención de la emergencia y de la intervención social de la Comuna afectada por el evento, 2013 sería de inversión social en Risaralda. Los risaraldenses percibieron que Ecopetrol se había asentado en la región como parte de su desarrollo. Continuaba la atención y acompañamiento médico a las personas afectadas por el evento, al igual que algunos trámites jurídicos. La emergencia en Dosquebradas quedó como un recuerdo de tristezas, logros y aprendizajes. Es importante mencionar que el Programa Dosquebradas está diseñado y planeado hasta el año 2015. Es la fecha establecida para que todos los aspectos referentes a la emergencia: sociales, de salud, infraestructura, jurídicos y ambientales queden cerrados. Este año quedará escrito en el libro del desarrollo social y de infraestructura de Pereira y Dosquebradas. Ecopetrol deja la mejor Unidad de Cuidados Intensivos del Eje Cafetero instalada en el Hospital San Jorge; adecuado el Centro Regional de Rehabilitación Física en el Hospital Santa Mónica; además el Centro de Salud de Villa Carola, el más completo de Dosquebradas. El balance también deja 149 nuevos gestores del riesgo en tres veredas y un barrio de Dosquebradas; más de 240 estudiantes capacitados en mecanismos de participación ciudadana; instituciones educativas fortalecidas con material didáctico y tecnológico;
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60 líderes juveniles en formación; 75 unidades productivas con dotación e insumos y 118 personas formadas para el empleo. Finalmente la proyección de la única Escuela de Gestión del Riesgo de Sur América. Gracias a lo anterior, Ecopetrol fue galardonado con el premio a la empresa más responsable socialmente de Risaralda, premio entregado por el periódico La Tarde de Pereira en la celebración de los 150 años de la capital risaraldense. La petrolera fue seleccionada entre 500 empresas que operan en la región. El año 2013 también deja el compromiso de Ecopetrol de continuar con presencia permanente en la zona. Lo hará a través del Departamento de Operaciones y Mantenimiento del Eje Cafetero, área de la empresa que se encargará de la operación desde la planta de Herveo en el Tolima hasta la entrada al municipio de Cartago, en el Norte del Valle. Esta nueva dependencia acogerá el Programa Dosquebradas hasta el cumplimiento de todas las metas propuestas. Ecopetrol finaliza el año 2013, consolidando su presencia en Risaralda y aportando de esa manera las bases para la construcción del futuro.
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Lecciones aprendidas
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l restablecimiento del tejido social y la reconstrucción de la infraestructura afectada por el evento del 23 de diciembre de 2011 en Dosquebradas se convirtió tanto para Ecopetrol como para la comunidad en una serie de aprendizajes, una lista de experiencias adquiridas y de conocimientos que redundarán en beneficios completos como la prevención, el trabajo en equipo, la responsabilidad social y la interacción.
La mirada de Ecopetrol Este texto busca no solo relatar lo sucedido en Dosquebradas, la experiencia de la comunidad en toda la fase de intervención, las acciones de respuesta de Ecopetrol ante la mayor emergencia de su historia y los proyectos ejecutados durante dos años: es un documento que reúne todo el proceso de atención, que le sirve a los lectores, a la comunidad en general, los organismos de socorro, los tomadores de decisiones, los líderes comunales y los funcionarios públicos y privados como una recopilación de experiencias convertidas en ejemplos de atención ante un momento de crisis. Este capítulo está dedicado a la relación de las lecciones aprendidas de todo el proceso. Experiencias adquiridas por la comunidad y por Ecopetrol, que marcaron los pasos para que este evento y su posterior atención fueran reconocidos a nivel nacional e internacional. Estas son algunas de esas lecciones:
capítulo 4 / Lecciones aprendidas
Reconocimiento de las víctimas Darles el lugar a los familiares de las personas que fallecieron en el evento, siendo conscientes de la difícil situación por la que pasaron al perder un ser querido y lo que este hecho pueda desprender en la relación con la empresa, genera factores de confianza que permiten adelantar acuerdos. Pero no se trata solo de quienes perdieron un ser querido. La tarea empieza con la identificación de los que pueden y deben ser actores de la reconstrucción, desde su condición de víctimas, ya sea de manera directa o indirecta. Lo anterior parte de un respeto por la forma particular en la que cada persona se vio afectada por la emergencia.
Uniformidad de criterio El trabajo en equipo debe reflejarse en las decisiones conjuntas que se tomen desde cada una de las áreas que intervienen en la atención de una emergencia. Decisiones tomadas en conjunto se traducen en una uniformidad de criterio frente a la comunidad, lo que genera resultados positivos integrales.
Trabajo en equipo en tiempo normal El engranaje que se generó en la empresa para trabajar con objetivos pactados de restablecer el tejido social y reconstruir la infraestructura afectada no solo debe darse en momentos de crisis: también en la operación normal de la compañía.
Documentar los procesos Los procesos de atención exitosos de la empresa con la comunidad deben ser documentados para que en futuras eventualidades estos puedan servir como referente de acción.
Relaciones institucionales Una adecuada, oportuna y fortalecida relación con las autoridades municipales, departamentales, organismos de socorro y entes
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gubernamentales, asegura resultados no solo positivos, sino lo más importante: sostenibles.
Decisiones objetivas Las decisiones tomadas para adelantar cualquier acción en la atención de la emergencia no solo deben darse de manera colectiva y con el concurso de la comunidad objetivo: también deben ser objetivas y claras, sin el concurso de intereses personales.
Respeto por los afectados y sus voceros Las decisiones que tomen las familias de afectados por la emergencia deben ser respetadas, nunca cuestionadas. Si estas son sugeridas por sus apoderados deben acatarse de la misma manera, pues ellos son interlocutores válidos.
Autonomía responsable El empoderamiento de cada uno de los funcionarios de los procesos de atención conforme a su rol garantiza dinamismo y genera confianza en la comunidad atendida. El funcionario adquiere una autonomía responsable de acuerdo con las decisiones tomadas en equipo.
Humildad Parte de la relación acertada con la comunidad debe estar basada en la humildad. Se trata de despojar a los atendidos de cualquier prevención contra la empresa, por soberbia o falta de calidez. Los funcionarios deben quitarse cualquier investidura de poder que puedan ostentar.
Reglas claras Desde el inicio de la atención de cualquier eventualidad deben fijarse reglas claras para los procesos. Esto evitará la generación de falsas expectativas por parte del público de interés y permitirá el logro de las metas propuestas.
capítulo 4 / Lecciones aprendidas
El “no” El no es una respuesta válida ante cualquier petición. Esta debe estar debidamente sustentada y apoyada en soportes legales, técnicos y procedimentales. La aceptación de toda clase de peticiones puede generar una percepción asistencialista de la empresa.
Seguimiento El proceso de atención no funciona solo. Este requiere de un seguimiento que permita evidenciar avances, identificar falencias o fortalezas hasta cumplir con la meta.
El derecho de los más vulnerables La protección de los derechos de la colectividad y dentro de ella, de los más vulnerables, debe primar sobre los intereses de la empresa. Primero el otro.
Toda solicitud atendida Toda solicitud expuesta por la comunidad no solo debe ser escuchada y atendida: debe ser debidamente contestada. De este modo la empresa se anticipará a una posible situación problemática.
La gestión del territorio En los Planes de Ordenamiento Territorial de los municipios deben estar claramente definidas las zonas de riesgo y las áreas de influencia del poliducto, para evitar asentamientos humanos en esos lugares. Será necesario que, además de la regulación, las autoridades desarrollen las acciones tendientes a asegurar el cumplimiento del POT.
Respeto por la comunidad En un trabajo donde se involucra a la comunidad, sus creencias y sus tristezas, lo primero debe ser el respeto de parte de la empresa.
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Se debe partir de colocarse en el lugar del otro, de sus sentimientos. Se deben humanizar los procesos. Despojarse del rol de profesional y actuar primero como persona para trasladarle confianza al interlocutor.
Mitigación y preparación antes que atención Se debe trabajar en la prevención para evitar riesgos. Mitigarlos, para que cuando se presenten emergencias de gran magnitud los hechos para lamentar sean mínimos. Todas las instituciones, tanto públicas como privadas, tienen que fortalecer sus programas y planes de emergencias, de atención de desastres, de modo que puedan de una u otra forma mitigar cualquier tipo de riesgo natural, antrópico u otra clase de emergencia que se presente, porque es mejor prevenir que curar.
Trabajo en equipo Se debe contar con un equipo interdisciplinario con experiencia en la labor asignada. Trabajar unidos por una misma causa social permite mayores posibilidades de éxito. En el momento de actuar todos deben apuntar al mismo norte, de manera que se construyan alternativas en pro del bien común. Lo anterior, acompañado de un líder que brinde la confianza al equipo, capaz de exigir con el ejemplo, no imponiendo. Que sea consciente de las necesidades de la comunidad y de cómo se buscan soluciones que conduzcan a resultados palpables.
Halando para el mismo lado La necesidad de generar espacios de construcción colectiva con aliados estratégicos, con reglas claras en las cuales haya un respeto por todos los actores, indistintamente de cuál pueda ser su aporte al desarrollo del proyecto o el proceso, es un factor determinante en la atención de emergencias. Cuando un proyecto no es construido y consolidado por la colectividad que se va a ver beneficiada, no todos tienen el mismo sentimiento de apego y de pertenencia. Por lo tanto el resultado no va a ser el mismo.
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Con la lupa de la Veeduría Estas lecciones son un aporte de gran valor que el lector puede encontrar en este libro. Son resultados gozados o padecidos, pero ante todo fruto del pensar y el análisis colectivo. Son, además, la esencia y finalidad del texto, que nos permitirá en situaciones similares replicar las experiencias exitosas, revisar y mejorar continuamente aquellas cuyos resultados no fueron los esperados, al igual que los factores que le dieron mayor complejidad a este suceso, los cuales con oportunas y decididas intervenciones se hubieran logrado minimizar. No son un manual de procedimientos estandarizados, pero sí experiencias vividas, puestas en práctica. Hablamos de causas analizadas que nos deben llevar a una amplia y continua reflexión que permita conocer, evaluar y mitigar riesgos y vulnerabilidades, así como garantizar, una pronta, óptima e integral reparación y reconstrucción después de .una emergencia. No seriamos objetivos si nos dedicáramos solo a resaltar los aspectos que generaron resultados positivos, escondiendo debilidades y desaciertos, los cuales deben considerarse la lección más importante. Estos constituyen la oportunidad de mejora y son los que en futuras eventualidades nos permitirán concluir si aprendimos o no la lección. Abordamos estos análisis desde la crítica y la autocrítica, del cómo nos vemos y cómo nos ven. No nos referimos solo a la comunidad y sus organizaciones: también al sector público, la empresa privada, los organismos de socorro y toda la institucionalidad interviniente en una emergencia. Esperamos que usted amigo lector, enriquezca con su análisis cada uno de los aspectos valorados como positivos o críticos, los ubique desde su imaginario en un escenario similar al aquí vivido y haga sus propios aportes, de modo que sirvan de aprendizaje para todos.
Situaciones por corregir Conocimiento del riesgo La capacitación a la comunidad debe ser continua, abordando todos los escenarios de riesgos posibles, dejando en ella una capacidad
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de respuesta instalada, valorada y verificada a través de simulacros, con protocolos sencillos, claros, socializados y entendidos por todos.
Ocupación del territorio Cobra vigencia la actualización de los planes de ordenamiento territorial, revisando el cumplimiento de las normas respecto a la protección de las rondas de las quebradas, identificando las zonas de riesgo e impulsando programas de reubicación de viviendas asentadas en zonas vulnerables. Si esto se hubiera aplicado antes de la emergencia y con la rigurosidad que establece la normatividad, el evento hubiera causado solo el daño ambiental y afectaciones leves a algunas viviendas. Igualmente, las autoridades locales deben revisar y ajustar el cumplimiento de las normas y técnicas de construcción. Gran número de viviendas ubicadas aún en sitios seguros son vulnerables en sí mismas por sus condiciones de construcción.
Débil organización de la comunidad Las organizaciones de la comunidad deben potencializarse como un aliado estratégico en todas las etapas de la gestión del riesgo. El reconocimiento y fortalecimiento organizativo y logístico es fundamental para que estas organizaciones puedan interactuar con la comunidad. Compete a las autoridades locales impulsar procesos organizativos de la comunidad, delegando en ella funciones que le permitan mostrarse como verdadera protagonista del desarrollo de sus áreas de influencia con autonomía, independencia y sentido de responsabilidad.
Pertinencia de los actores en la zona de impacto En una zona afectada por una emergencia solo deberían entrar quienes estén prestando servicios de rescate y brindando la atención inmediata. Desde el momento mismo de una emergencia las autoridades locales deberán disponer un sitio fuera del área afectada para atender
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los visitantes y mostrarles a través de imágenes y videos la magnitud del evento. Asimismo, los medios de comunicación deberían jugar un papel más solidario. Que una comunidad afectada sepa por sus medios de comunicación qué hacer, dónde acudir, a qué centros asistenciales se están trasladando las personas afectadas. También deben generar entre sí una red de ayuda y colaboración.
Falta de comunicación con la comunidad Una vez identificada la emergencia es necesario comunicar lo sucedido por cualquier medio a las comunidades aledañas, con el fin de eliminar rumores, malentendidos y las romerías a los sitios donde solo debe estar el personal autorizado. Esta información podrá contribuir a la movilización de ayuda, la cooperación y a la presencia de expertos en la zona, que puedan facilitar la atención del evento. Tal como se dispone en la práctica internacional del Sistema Comando de Incidentes.
Atención psicológica La atención y ayuda, tanto psicológica como psiquiátrica en un evento de esta magnitud, deben brindarse desde el primer momento, con un abordaje individual, familiar y comunitario. Definir desde el principio protocolos y cronogramas de atención estable, continua y confiable. Acompañando ese proceso con profesionales en el área de orientación familiar y trabajadores sociales. Se requiere de un equipo interdisciplinario amplio, a fin de garantizar el acompañamiento oportuno a toda la población impactada. Si se deja caer a las víctimas en el concepto de que la reparación es solo económica, el acompañamiento psicosocial estaría mal dirigido. La historia, el tejido social y los lazos afectivos, así como los comunitarios deben protegerse y fortalecerse.
Preparación desde la administración La elaboración del censo, tanto de personas afectadas, como de inmuebles, enseres y especies comprometidas en una emergencia, requiere de unos protocolos establecidos que nos permitan en el
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mismo momento tener una caracterización de la comunidad. Debe iniciarse desde el momento de la emergencia. Es importante asignar esta tarea a un equipo como su única responsabilidad. Esta es información indispensable para la toma de decisiones y el direccionamiento de las ayudas y subsidios. Estas oficinas igualmente deben liderar y coordinar todo el proceso de atención.
Dotación de los organismos de socorro No se cuestiona en ningún momento la capacidad, prontitud y profesionalismo de nuestros organismos de socorro, pero se deben buscar avances en la capacidad técnica, con la adquisición de equipos seguros, modernos y funcionales.
Vinculación de la comunidad Desde el momento del evento es fundamental vincular a los integrantes de la comunidad que estén en condiciones de asumir tareas específicas. Se debe identificar a los líderes, darles a conocer los planes de contingencia y concertar programas de reparación y reconstrucción. Esto les permite sentirse útiles, no parte del problema, sino de la solución.
Articulación de las autoridades locales Es muy importante para todos los actores involucrados en un proceso de atención y reparación de una emergencia: alcaldes, comunidad afectada, organismos de socorro, instituciones, entre otros, sentir el acompañamiento e identificar la articulación de las autoridades regionales y locales. Es papel de las autoridades competentes el empoderamiento de la comunidad, como primera respondiente frente a eventos de cualquier naturaleza.
Gerencia desde la autoridad local Después de un desastre, la recuperación y reconstrucción de las comunidades y la infraestructura afectada deben ser el punto número uno en la agenda de cualquier mandatario.
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Nombrar un gerente con capacidad de decisión y autoridad, que lidere y coordine no solo lo pertinente a la atención inmediata de la emergencia, sino todos los proyectos de reconstrucción por parte de la administración municipal, permite una comunicación fluida y directa. También concentra los procesos, define roles bajo una sola directriz. Siempre habrá un responsable de la agilidad, viabilidad, celeridad y legalidad de los proyectos.
Lecciones aprendidas Una empresa con responsabilidad social La política de responsabilidad social empresarial de Ecopetrol demostró no solo su nivel de preparación, sino su compromiso y respeto por las comunidades. Tener establecidas esas líneas de inversión en lo social agilizó la atención e intervención en este evento, generando confianza, tranquilidad y seguridad a través de su capacidad de respuesta, puesta en marcha desde el 23 de diciembre de 2011.
Transparencia en los procesos Esta lección deberá adoptarse como práctica cotidiana en el actuar empresarial, institucional y personal. La transparencia en todos los procesos permitió cumplir objetivos trazados en tiempos y calidad. A su vez generó altos niveles de eficiencia y eficacia al invertir los recursos.
La verdad como facilitadora del diálogo Decir siempre la verdad a la comunidad. El “no” rotundo como respuesta válida a las peticiones que estuvieran fuera de los alcances legales, pero también la certeza de que cuando se les decía “sí” se les cumplía. Esto facilitó el diálogo y las buenas relaciones. Sin ese nivel de sinceridad, no hubiera sido posible sacar adelante las conciliaciones, tener escenarios de participación ciudadana exitosos, lograr el nivel de posicionamiento e imagen que hoy se tiene, así como la actuación en la misma dirección de los socios y aliados en esta labor.
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Direccionamiento de la comunidad Organizar la comunidad en el nivel que se hizo fue uno de los grandes aciertos. Ese grado de empoderamiento y legitimización desde la sociedad facilitó e impulsó la ejecución de muchas de las acciones emprendidas con los mismos principios de transparencia, sinceridad, responsabilidad y cooperación, como todos los otros actores lo hicieron.
Evitar la politización Uno de los principales generadores de confianza fue mantener todos los procesos adelantados, tanto los de construcción de infraestructura física, como los de formación ciudadana y fortalecimiento económico de unidades productivas, al margen de la política. No porque los actores políticos no hayan querido intervenir en ellos, sino como un blindaje desde la comunidad y por lineamientos de todos los intervinientes.
Reconocimiento y respeto entre los actores El reconocimiento y el respeto por parte de cada uno de los actores fueron determinantes para el inicio de una construcción colectiva.
Mesa sistemática de desarrollo territorial Llevar la planificación y concertación de los programas a una mesa interinstitucional, con presencia de todos los actores, permitió un nivel de empoderamiento y seguimiento continuo a las acciones emprendidas.
Gestión del riesgo como modelo de desarrollo Entender la gestión del riesgo como un modelo de desarrollo, la conformación del Comité Operativo Local del Plan Nacional de Contingencia (Colpnc), la inscripción de Dosquebradas en la campaña mundial de Ciudades Resilientes y la socialización de la Ley 1523 de
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2012 le generan una nueva dinámica al actuar municipal en materia de riesgos y desastres.
Programas de formación ciudadana Trascender de la reparación a las víctimas y del fortalecimiento institucional a los programas de formación ciudadana y recuperación del tejido social, fue una estrategia de integralidad en este modelo de intervención.
Una comunidad propositiva El compromiso colectivo demostrado por la comunidad a través de las propuestas presentadas demostró que no había intereses particulares ni mezquinos. Esta es una comunidad con conocimiento de lo que quería pero como acción colectiva.
Un modelo de desarrollo articulado con los procesos locales Este fue un modelo de intervención que, atendida la contingencia, le apuntó a procesos de desarrollo local y regional alejados de políticas asistencialistas, cimentado en actuaciones con prospectiva en términos de infraestructura para la salud, la recreación, la educación y la movilidad. También procesos productivos, de generación de empleo y acciones sociales en áreas como la gestión del riesgo, el liderazgo juvenil, los derechos humanos, el control social, la cultura ciudadana y en términos generales, la construcción del ser humano, su familia, su comunidad, su ciudad y la ciudadanía.
Visión de la Fundación Social Cooplarosa Transparencia en el manejo de los recursos Los recursos del Estado, y en general todo tipo de recursos, deben ser manejados con criterios de transparencia, eficacia, efectividad y eficiencia, de la mano con la comunidad y los socios estratégicos, permitiendo procesos de control social, rindiendo cuentas
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de manera periódica y cumpliendo los objetivos de los programas y proyectos, de manera que se cumplan las metas y los impactos proyectados.
Aliados legítimos y locales En los procesos de intervención en un territorio es vital contar con aliados locales que tengan el reconocimiento de los diferentes actores presentes allí. Esto da fiabilidad técnica en la ejecución de las acciones y asegura la inclusión de talento local en el modelo, lo que facilita el reconocimiento de las singularidades históricas (espacios temporales) que les son propias a una comunidad y a su territorio.
Alianzas público privadas y comunitarias Estos procesos evidencian como positivas, de impacto y con resultados sostenibles las alianzas entre entidades del sector público, las de carácter privado y la comunidad, en un modelo que busca que cada una de las partes desde sus posibilidades, su quehacer y su disposición a sumar y adaptarse al cambio, logre la consolidación de procesos capaces de dinamizar el territorio y sus habitantes. De esta manera se asegura que cada participante en el proceso desde sus competencias, experticia y conocimiento, aporte y brinde mayores posibilidades de éxito, haciendo del mundo un proyecto con futuro.
CAPÍTULO 5
El coro de la vida
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os frutos cosechados a esta altura del camino no hubiesen sido imaginables sin la experiencia y la particular visión del mundo de las organizaciones o personas que sumaron su capacidad creativa al esfuerzo por reconstruir lo estropeado. Una manera de aproximarse a la esencia de lo obtenido es escuchar algunas de esas voces. Por eso se hacía necesario conocer lo que les había dejado lo vivido en Dosquebradas a todos los participantes en el proceso de reconstrucción. Javier Gutiérrez Pemberthy, Presidente Ecopetrol El papel de la comunidad afectada directa o indirectamente por el evento se transformó, a mi modo de ver, de una desconfianza, un poco de disgusto, exigencia, a un proceso de construcción colectiva con respeto. Es una comunidad que se ha sabido organizar. Quiero reconocer en esto el trabajo de la Veeduría, que ha sido en este aspecto el vocero de la comunidad, jugando un rol entre la representación y los intereses de la comunidad con Ecopetrol y su personal en este recorrido. Parte de lo que caracteriza este proceso es esa identificación que la gente hace de las personas de Ecopetrol, sus roles, llamarlos por sus nombres, sentarse con ellos, tomar un café, tener temas comunes, compartir las inquietudes, qué funciona, qué no funciona, en general compartir todas estas experiencias. Finalmente me atrevería a decirlo, nuestra gente ha terminado siendo en cierta manera parte de la comunidad, y
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algunas veces se convierten en sus cómplices en el mejor sentido de esta palabra. Han llegado a compenetrarse tanto que, no me cabe la menor duda, se identifican claramente con lo que son esos intereses y anhelos de la comunidad”. Carlos Alberto Botero, Gobernador de Risaralda La reflexión se puede dar en muchos sentidos, empezando por la falta de control en la construcción de hace unos años en el municipio de Dosquebradas, que llevó a muchas personas a invadir y construir, con el permiso de algunas autoridades, cerca de un poliducto que obviamente tiene un riesgo. Hay muchas experiencias que se pueden sacar de aquí. La mayor reflexión es que debemos trabajar en la prevención para evitar emergencias en el futuro. La prevención evita este tipo de problemas”. Luis María Potes, líder social de Occidente Lo que me deja este proceso a hoy es un gran aprendizaje, tanto en la parte laboral como en la vida misma. Creo que hay experiencias que lo marcan a uno y le dejan un sabor agridulce. Agrio por las pérdidas que se tuvieron durante la emergencia y dulce por los resultados de la recuperación, por la alegría de los niños, por el apoyo a la comunidad en materia productiva y las demás acciones. Creo que es un aprendizaje para la vida”.
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Jhon Mario Ramírez, exsecretario de Educación Dosquebradas Me siento muy contento con todo el trabajo adelantado desde la Secretaría de Educación Municipal de Dosquebradas, el cual se desarrolló en coordinación con Ecopetrol. Siempre se contó con personas muy capacitadas y valiosas que no escatimaron ningún esfuerzo profesional, humano y financiero en dar lo mejor de sí para beneficio de la gente más necesitada de la zona de Villa Carola y la vereda Aguazul. En especial en la construcción de la Escuela Boqueroncito, que beneficia a más de 57 familias, inversión que alcanzó aproximadamente los 800 millones de pesos. Mi propósito es darle gracias primero a Dios y a las directivas de Ecopetrol, por todo lo emprendido en beneficio de la población de Dosquebradas y en especial por todo lo que han hecho por la educación y sus estudiantes. ¡Mil gracias!”. María Tonelli, Líder de Gestión Social Ecopetrol Como dice nuestro presidente: “La gente primero”. Realmente tenemos que pensar mucho en la gente, en cada paso que damos identificar claramente nuestros riesgos, impactos, controles. Nada es excesivo cuando estoy cuidando vidas, cuando de mis acciones depende la vida de otros. El tema de seguridad industrial en la empresa está vivo. El gran aprendizaje que puede transmitir a las otras empresas es que los
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aspectos de seguridad industrial de las operaciones nuestras tienen que ser la prioridad por encima del negocio, de todo, deben prevalecer, porque de eso depende la seguridad de la gente, de nuestros empleados y eso no tiene precio. Ese fue el gran aprendizaje”. Jhon Jaime Jiménez, Director Ejecutivo Cámara de Comercio Dosquebradas Hemos encontrado un camino que se abre luego de la tragedia, con la oportunidad de elaborar un mapa de actores sociales y de interactuar con ellos durante este tiempo. Nos ofrece magníficos resultados, que hoy se traducen en alianzas prácticas, objetivas y con sentido. En evidencias de una labor bien hecha, bien intencionada y diáfana en la cual, con la decidida participación de Ecopetrol y sus diferentes mandos, que hoy nos demuestran su compromiso con este territorio y con el país, nos comprobaron su responsabilidad en todos los aspectos”. María Lucy Labrador, Presidenta Junta Administradora Local Comuna 10 Exalto la labor de Ecopetrol y el trabajo comunitario en su esmero por la recuperación del tejido social y acompañamiento a víctimas. Esto conlleva a la solidaridad y justicia, entre otros, dando desarrollo y calidad de vida a una comunidad vulnerable”.
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Veeduría Ciudadana Queremos resaltar que sí es posible escuchar, concertar y construir de la mano con la comunidad. Sí es posible invertir recursos públicos de manera transparente en términos de eficiencia y eficacia. Se pueden construir obras en tiempo récord sin sacrificar su calidad. Nada puede detener la fuerza y la capacidad de una comunidad organizada”. Alba Lucía Idárraga, docente Institución Educativa Cartagena Cuando uno tiene la oportunidad de conocer a las empresas puede hablar. Sé que Ecopetrol tiene un gran talento humano, que son muy organizados, siempre los comparo con las hormigas: cada uno tiene su función, cada uno respeta su labor, al compañero y a la hora del resultado son uno solo. Me parece muy bonita esta estructura que tiene Ecopetrol. Quiero que sigan así, que no pierdan la calidad humana y los felicito porque la empresa ha sido una bendición para nuestra vereda, la institución y para Dosquebradas”. Martha Lucía Puerres, Gestora del Riesgo graduada en el proceso Las capacitaciones de Gestión del Riesgo en la Comuna 10 nos permitieron adquirir conocimientos y fortalecer nuestras comunidades. Además, nos ayudarán a disminuir el riesgo ante cualquier emergencia,
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lo cual mejorará la calidad de vida de la comunidad. Siempre deben existir estos programas en todas las zonas con algún índice de vulnerabilidad por el factor que sea”. Amanda Marín Hernández, beneficiaria del Programa de Capacidades Productivas Para nosotros ha sido una experiencia maravillosa. Hemos recibido capacitación, aumentado los ingresos y fortalecido nuestra empresa con una máquina que necesitábamos, que ha mejorado nuestros productos. A todas las personas les animo a asistir a las convocatorias de Ecopetrol. Yo fui con el interés de capacitarme y mi empresa terminó siendo fortalecida a través de las unidades productivas. de esa manera se apoya a una comunidad que necesita resurgir luego de la emergencia vivida”. Nancy Aristizábal Gómez, estudiante Programa de Fortalecimiento Ciudadano Me impactó la manera de reunir a toda la comunidad en torno a la formación ciudadana. Estudiantes, docentes, líderes comunales y ciudadanos, nos preparamos para ser los defensores de la sociedad dosquebradense. El aprendizaje es continuo, con gran diversidad de componentes. Esperamos que Ecopetrol mantenga estas iniciativas vivas en nuestra región, esto es lo que genera el verdadero desarrollo”.
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Santiago González Hincapié, estudiante Institución Educativa Bombay La sala de sistemas que nos dio Ecopetrol me parece muy buena. Puedo hacer actividades, tareas, escribir historias, hacer dibujos en Paint. Lo que más me encanta dibujar es el universo y lo que más escribo son historias de amistad. He aprendido a navegar en internet. Yo, Santiago, en nombre de todos mis amiguitos, le doy gracias a Ecopetrol porque tenemos nuestra sala de sistemas”. Audonías Ávila, Presidente Asojuntas Comuna 10 Dios nos permitió levantarnos, ser solidarios, capacitarnos, trabajar en equipo por encima de nuestros intereses, hacer veeduría a la inversión de los dineros públicos sin ser tropiezo, proponiendo, sin entregar nuestra comunidad. Así Asojuntas Comuna 10 sigue trabajando de la mano con Ecopetrol, para que la comunidad alcance progreso, desarrollo y una mejor calidad de vida”. Sara Campuzano, representante estudiantil Institución Educativa Cartagena Trabajando en equipo y siendo correctos poco a poco hemos construido nuestros sueños, siendo cada día mejores. Desearía que todos los niños estudiaran acá. Soy feliz en mi escuela”.
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Jorge Diego Ramos, Alcalde municipio de Dosquebradas Ha sido un aprendizaje muy grande. Cuando pasa un evento de estos aprendemos todos. Ecopetrol encontró fórmulas para recuperar la confianza de la gente y lograr el desarrollo en las comunas. Por eso en esta entidad hemos encontrado un gran respaldo y una alianza estratégica. Hoy nos preparamos en mayor medida todos los actores sociales, en especial los organismos de socorro y la comunidad, que ahora están más capacitados. Ha quedado un gran desarrollo, con más de 15 mil millones de pesos invertidos en la Comuna 10 de Dosquebradas. Un desarrollo que sigue llegando a otras comunas y en general a los pobladores del municipio”. Jaime Bocanegra Bernal, Vicepresidente Transporte y Logística Debo decir con toda seguridad que es un proceso digno de replicar en todo el país. Nos ha ayudado a crecer como empresa. Por eso debemos impulsar que otras compañías lo implementen. De ese modo hacemos gestión teniendo en cuenta a la gente, a la sociedad, a ese entorno que nos acompaña y está presente en nuestras actividades. Es un modelo en el cual la gestión, la obra y el trabajo se logran con un equipo multidisciplinario integrado, con el desarrollo de las habilidades profesionales de cada persona y un objetivo preciso: la comunidad. Este modelo nos permite sacar aprendizajes en muchos aspectos: cómo armar un equipo de trabajo, cómo hacer una gestión
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social, cómo desarrollar obras de ingeniería, cómo manejar programas comunitarios”. Juan Manuel Álvarez, Director Carder De esta emergencia quedan grandes aprendizajes, muchas reflexiones. Quizás para la entidad que dirijo y su misión ambiental, la enseñanza va encaminada al trabajo en equipo e interinstitucional entre los actores que convergen en la toma de las decisiones. El papel de Ecopetrol en la recuperación ambiental de la zona afectada fue determinante y responsable. La empresa siempre estuvo atenta a lo que hubiera que hacer para reparar la zona afectada, y ese sentido de responsabilidad ambiental ha hecho que aunemos fuerzas en otras alianzas para trabajar por el cuidado ambiental, no solo en Dosquebradas, sino también en Pereira y Santa Rosa de Cabal”. Manuel Villa, lesionado en la emergencia A todos los que sufrimos por algún motivo en la vida, les animo a seguir adelante. Desde que estemos vivos nada nos detiene. Hay que seguir con más fuerzas cada día. No dejar cada proyecto ni cada sueño a un lado, debemos lograrlos como sea. Luchándola, guerreándola, conquistando lo que queremos. Ánimo que pa´lante es pa´llá. Dios está con nosotros, Él no nos va a dejar”.
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Alberto Araméndiz Uribe, Presidente Cruz Roja Seccional Risaralda Para la Cruz Roja Risaralda es un orgullo haberse convertido en el aliado más estratégico de Ecopetrol para cumplir varias de las metas planteadas en la recuperación de la zona. La reflexión que nos queda es que la unión hace la fuerza, que trabajando de la mano sector público, el privado y las entidades gubernamentales se pueden hacer cosas muy grandes. La mejor muestra de ello está en la Comuna 10 de Dosquebradas”. Jhon Jairo de la Pava, Coordinador de Socorro Cruz Roja Risaralda Pienso que estos dos años nos han dejado muchas reflexiones. Desde mi profesión lo que más puedo destacar de todo el trabajo realizado por Ecopetrol en conjunto con tantos aliados es la generación de una cultura de la prevención. Las comunidades se han formado y lo siguen haciendo en gestión del riesgo. Si desde cada uno de nuestros hogares se interiorizan y ponen en práctica todos esos conocimientos impartidos por Ecopetrol y los organismos de socorro, podremos evitar emergencias futuras”. Leonardo Herrera Yonda, Gestor Social Ecopetrol Dosquebradas A partir de esta experiencia Ecopetrol ha fortalecido su metodología y su modelo de intervención y relación con los grupos de interés.
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Esta experiencia ha demostrado que en un proceso de construcción participativa los diferentes actores presentes en un territorio pueden sumar. Si lo hacen de manera articulada y con un horizonte común, se logran mayores impactos y mayor orientación en el cumplimiento de los objetivos”. Javier Alejandro Gaviria, Gerente Hospital Santa Mónica de Dosquebradas Los retos no solo fueron para Ecopetrol, sino para los que tuvimos que afrontar la emergencia y las diferentes acciones que se derivaron de ella. A nuestro hospital no solo le tocó asumir el desafío de brindar la atención primaria a los afectados por el evento: también la responsabilidad de administrar el mejor Centro de Salud de Dosquebradas y el Centro Regional de Rehabilitación Física, ambos adecuados por Ecopetrol. Dos años después de la emergencia, el sector salud de Dosquebradas es uno de los más beneficiados”. María Nidia Sánchez, familiar de fallecido y abuela de Juan Esteban Sánchez Hay que luchar por salir adelante, por educar y acompañar a Juan Esteban. El pariente más cercano que le quedó soy yo. Uno debe superarse, hacer a un lado el dolor y mirar hacia adelante para que Juan sea un niño feliz”.
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Epílogo
SuperJuan Érase una vez un niño llamado Juan Esteban, o sea yo. A Juan le encantaba jugar con sus amiguitos y sus juguetes. La madrugada del 23 de diciembre de 2011 le tocó afrontar una difícil situación cuando tan solo tenía 6 años de edad. Desde ese momento a mí, perdón, a Juan Esteban, le fascina la idea de ser policía para salvar vidas, pues a él unos policías le salvaron la suya. Juan Esteban era un niño muy valiente, pues salió adelante de esa difícil situación y con todas las ganas del mundo volvió al colegio. Allí una profesora le regaló una camiseta con su nombre de héroe: SuperJuan. Cuando SuperJuan se pone su uniforme se convierte en un niño juguetón, alegre, cariñoso y sobre todo un niño con sueños. Sueños que cuida su abuelita, María Nidia. Mi abuelita, perdón, la abuelita de SuperJuan lo cuida con todo el amor, lo acompaña a todos sus tratamientos y le hace los mejores espaguetis del mundo. SuperJuan creó un grupo de superamiguitos: Isabella, la primita que siempre lo acompañó cuando estuvo en silla de ruedas; Jerónimo, Sara, Karen, Armando, y Carlitos, el más travieso de todos. Con ellos SuperJuan vive todas sus aventuras y los juegos más emocionantes, como Lleva y Escondite. Hoy SuperJuan es un niño feliz, como siempre lo fue, sus amiguitos lo quieren tal y como es, comparten, se ríen y juegan con él.
epílogo
En el colegio los compañeritos lo aprecian mucho. Sus amigos de Ecopetrol le regalaron un computador y una bicicleta en la que recorre las calles del barrio donde vive. También lo llevaron a Bogotá, donde fue a un lugar en el que pudo jugar a ser piloto de avión, luego granjero y minero. SuperJuan soy yo, Juan Esteban Sánchez Ríos. Hoy tengo 8 años. Mi misión es mostrarles a todos los niños que están tristes, que tienen algún problema o que simplemente atraviesan por una situación difícil, que todo puede salir bien con la ayuda de Dios. Voy a seguir adelante siendo ejemplo para muchos niños y feliz jugando con mis amigos. Gracias por hacer parte de mi vida.
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“Este libro es un reconocimiento a todas las personas de Dosquebradas y de Ecopetrol que hacen parte de sus páginas; algunos identificados y muchos anónimos, seres que con amor y dedicación han hecho posible estas nuevas realidades personales, familiares y sociales, permitiendo que la alegría retornara poco a poco a los rostros de los habitantes de la Comuna 10”. Javier Genaro Gutiérrez Pemberthy Presidente de Ecopetrol
Huellas de esperanza Este libro ha sido una escuela de trabajo colectivo en el que desde los altos directivos de Ecopetrol y personalidades del orden nacional hasta los integrantes de la comunidad entregaron con humildad sus testimonios y agendas para hacerlo realidad. La Veeduría Ciudadana planteó la conveniencia de escribir las memorias de este proceso, por considerarlo ejemplar. Asimismo solicitó que cada uno de los municipios del país conociera, no solo cómo había sido la tragedia, sino cómo se dio toda la intervención, cómo participó la comunidad y qué lecciones dejó este ejercicio. Aquí el lector encontrará un modelo de construcción de ciudadanía, en el cual las partes acuerdan actuar a partir de sus coincidencias y fortalecerse en sus diferencias, con el objetivo de hacer realidad los sueños de transformación de una comunidad y su tejido social.
ISBN 978-958-9287-33-0