Grandes Cuentos para Peques

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Grandes

Cuentos Para Para

Peques


Proyecto de Cátedra | Parcial II | Unidad II

Diseño Gráfico Editorial | Ciclo 01 -2020

Diagramación de libro de Cuento

Docente: Lic. Michelle Vargas

· La ratita presumida – Adaptación del cuento de Fernán Caballero Recuperado de sitio web Mundo Primaria: www.mundoprimaria.com /

· Tatú y la capa de Fiesta – Adaptación del cuento popular mapuche Recuperado de sitio web Mundo Primaria: www.mundoprimaria.com

· El gato que soñaba con alcanzar la luna – Enrique Oria Ascen Manzano Muñoz Recuperado de sitio web Chiquipedia: www.chiquipedia.com / Cuentos para dormir

· El sol que quería bañarse – Salvador de Madariaga Recuperado de sitio web Tu Cuento Favorito: tucuentofavorito.com

· La Plapla – María Elena Walsh Recuperado de sitio web Cancioneros: www.cancioneros.com

Grandes cuentos para peques Diseño y Diagramación: Catherinne Cuellar Ilustración: Catherinne Cuellar Técnica ilustrativa: Flat Design

Se prohíbe su reproducción total o parcial


Dedicatoria En El Salvador, mientras desarrollamos este parcial estamos viviendo un momento difícil, mientras muchos luchan por su vida, con mi grupo de cátedra diseñamos este libro con la esperanza que un día sea utilizado por los niños del mundo, por los papás que buscan contar a sus hijos bellas historias. Dedico este libro a todos esos niños con espiritu aventurero, con imaginación y curiosidad, porque ellos son quienes cambiarán el mundo. Espero que te guste ésta recopilación de cuentos y puedas sumergirte en el maravilloso mundo de la lectura y lo disfrutes tanto como yo.



Indice Dedicatoria La ratita presumida

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Tatú y la capa de fiesta

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El gato que soñaba con alcanzar la luna

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El sol que quería bañarse

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la Plapla

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Glosario

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La ratita presumida Adaptación del cuento de Fernán Caballero

rase una vez una linda ratita llamada Florinda que vivía en la ciudad. Como era muy hacendosa y trabajadora, su casa siempre estaba limpia y ordenada. Cada mañana la decoraba con flores frescas que desprendían un delicioso perfume y siempre reservaba una margarita para su pelo, pues era una ratita muy coqueta.

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LA RATITA PRESUMIDA Un día estaba barriendo la entrada y se encontró una reluciente moneda de oro. – ¡Oh, qué suerte la mía! – exclamó la ratita. Como era muy presumida y le gustaba ir siempre a la moda, se puso a pensar en qué bonito complemento podría invertir ese dinero. – Uhmmm… ¡Ya sé qué haré! Iré a la tienda de la esquina y compraré un precioso lazo para mi larga colita.

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GRANDES CUENTOS PARA PEQUES Metió la moneda de oro en su bolso de tela, se puso los zapatos de tacón y se fue derechita a la mercería. Eligió una cinta roja de seda que realzaba su bonita figura y su estilizada cola. – ¡Estoy guapísima! – dijo mirándose al espejo – Me sienta realmente bien. Regresó a su casita con su lazo en la cabeza y se sentó en el jardín que daba a la calle principal para que todos la vieran.

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LA RATITA PRESUMIDA Al cabo de un rato, pasó por ahí un burro: - Buenos días Florinda, qué guapa estás. - Muchas gracias señor burro - dijo la ratita con voz presumida - ¿Te quieres casar conmigo? - Depende. ¿Cómo cantas por las noches? - ¡Hiooo, hiooo! - Uy no no, que me asustarás

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GRANDES CUENTOS PARA PEQUES El burro se fue triste y cabizbajo y en ese momento llegó un gallo. - Buenos días Florinda. Hoy estás especialmente guapa, tanto que te tengo que pedir que te cases conmigo. ¿Aceptarás? - Tal vez. ¿Y qué cantarás por las noches? - ¡Kikirikíiii, kikirikíiiii! - dijo el gallo esforzándose por sonar bien - ¡Ah no! Que me despertarás

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LA RATITA PRESUMIDA Entonces llegó su vecino, un ratoncito que estaba enamorado de ella. - ¡Buenos días vecina! - Ah! Hola vecino! - dijo sin tan siquiera mirarle. Siempre había aspirado a tener un marido grande y fuerte y desde luego un minúsculo ratón no entraba dentro de sus planes. - Estás hoy muy bonita. - Ya.. gracias pero no puedo entretenerme a hablar contigo, estoy muy ocupada. El ratoncito se marchó de ahí abatido y entonces llegó el señor gato.

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GRANDES CUENTOS PARA PEQUES - ¡Hola ratita! – dijo con una voz tan melosa que parecía un actor de cine - ¡Hola señor gato! - Estás hoy deslumbrante. Dime, ¿querrías casarte conmigo? Te trataría como a una reina. – Sí, bueno… – dijo haciéndose la interesante – Pero…¿y cómo cantarás por las noches? - ¡Miauu, miauu!, dijo el gato con un maullido muy dulce – ¡Pues contigo yo me he de casar! – gritó la ratita emocionada

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LA RATITA PRESUMIDA El día de antes de la boda el señor gato le dijo a la ratita que quería llevarla de picnic al bosque. Mientras el gato preparaba el fuego la ratita cogió la cesta para poner la mesa y… - ¡Pero si la cesta está vacía! Y sólo hay un tenedor y un cuchillo… ¿Dónde estará la comida? - ¡Aquíií! ¡Tú eres la comida! - dijo el gato abalanzándose sobre ella para comérsela.

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GRANDES CUENTOS PARA PEQUES Pero afortunadamente el ratoncito, que había sospechado del gato desde el primer momento, los había seguido hasta el bosque. Así que al oír esto cogió un palo, le pegó fuego metiéndolo en la hoguera y se lo acercó a la cola del gato. El gato salió despavorido gritando y así logró salvar a la ratita. - Gracias ratoncito - De nada ratita. ¿Te querrás casar ahora conmigo? - ¿Y qué cantarás por las noches? -Lo que tu quieras Florinda, lo que tu quieras.

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LA RATITA PRESUMIDA Florinda se dio cuenta de que había cometido un grave error: se había fijado en las apariencias y había confiado en quien no debía, despreciando al ratoncillo que realmente la quería y había puesto su vida en peligro para salvarla. Agradecida, le abrazó y decidió que él sería un marido maravilloso. Pocos días después, se casaron y fueron muy felices el resto de sus vidas.

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Tatú y la capa de fiesta Adaptación del cuento popular mapuche

ada año, a orillas del lago Titicaca, se celebraba una gran fiesta que reunía a muchísimos animales de todo tipo y condición. Las encargadas de extender la noticia por cielo y tierra solían ser las gaviotas que, con sus agudos grititos, convocaban a todos a asistir en la fecha convenida. Esta vez, el guateque tendría lugar la siguiente noche en que hubiera luna llena.

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TATÚ Y LA CAPA DE FIESTA A medida que pasaban los días, los invitados se mostraban más nerviosos que de costumbre ¡El tiempo apremiaba y debían prepararse a conciencia para lucir sus mejores galas! El que más se inquietó fue Tatú, el armadillo. Su cuerpo estaba cubierto por una coraza gris que, la verdad, no le favorecía mucho. A menudo, cuando contemplaba los bellos colores de las aves o el largo y sedoso pelaje de las alpacas, pensaba que la madre naturaleza no había sido demasiado espléndida con él.

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GRANDES CUENTOS PARA PEQUES

La única oportunidad que tenía para deslumbrar a los demás en esa fiesta tan distinguida, era tejer una hermosa capa que tapara su caparazón. No disponía de muchos días, así que debía ponerse manos a la obra cuanto antes. Coser se le daba muy bien ya que era muy habilidoso manejando los hilos de seda. Con paciencia y mucho tesón, se puso a trabajar durante horas para fabricar el tejido más delicado y llamativo que nadie hubiera visto antes ¡Estaba seguro de que causaría sensación!

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TATÚ Y LA CAPA DE FIESTA

Una tarde, un zorro pasó por su lado y se le quedó mirando. Viéndole tan atareado, le preguntó: – ¡Hola! ¿Qué haces que no levantas la vista ni un segundo de esa tela? – No me distraigas ¿Acaso no ves que estoy muy ocupado? – ¡Bueno, bueno, no te enfades! Sólo tengo curiosidad ¿No me lo vas a decir?

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GRANDES CUENTOS PARA PEQUES

– ¡Ay, qué pesado eres! Estoy tejiendo una capa para ponérmela el día de la fiesta del lago ¡¿Satisfecho?! El zorro sintió mucha envidia porque la capa era preciosa. Si el armadillo se la ponía en la fiesta nadie le haría sombra y en cambio a él, no le mirarían ni las moscas. No pudo evitar sentir el deseo de fastidiarle. – ¡Uy, Tatú, pues siento mucho decirte que no te va a dar tiempo de terminarla! ¡La fiesta es esta noche y mira cuánto te queda por hacer!

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TATÚ Y LA CAPA DE FIESTA El pobre armadillo se quedó de piedra y su cara se puso blanca como el nácar. – ¡¿Esta noche?! … ¡¿Se celebra esta noche?! – ¡Pues claro! Yo que tú me daba prisa porque dentro de un ratito empezará a salir la luna. Me marcho a arreglarme yo también ¡Luego nos vemos! El zorro se alejó riéndose por lo bajo ¡El inocente Tatú había picado el anzuelo! Ahora no le quedaría más remedio que acabar su trabajo a toda velocidad y el resultado sería un bodrio ¡Ni en sueños conseguiría ser el galán de la fiesta!

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GRANDES CUENTOS PARA PEQUES Mientas el zorro bribón se alejaba, Tatú, desesperado y con el sudor cayéndole a chorros por el hocico, se puso a bordar como loco. Para ir más rápido, utilizó un ovillo de lana gruesa que nada tenía que ver con la primorosa y finísima seda. Sabía que el tejido quedaría mucho más burdo, pero era la única manera de terminar la capa antes del anochecer. Encima, como las desgracias nunca vienen solas, con las prisas las hebras de lana se enredaron y formaron algunos nudos grandes como garbanzos que se veían a un metro de distancia ¡Qué desastre!

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TATÚ Y LA CAPA DE FIESTA Tatú consiguió terminar a tiempo, justo cuando la luna aparecía en el firmamento, pero no estaba nada contento con el resultado. Había trabajado muy duro para confeccionar la capa más increíble y al final había tenido que terminarla apretando el acelerador y de forma chapucera. Los fallos, pensó tatú, eran más que evidentes. Se quedó mirando a la luna con carita de pena y… – ¡Oh, no! ¡Pero si hoy no es luna llena! ¡Ese zorro me engañó!

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GRANDES CUENTOS PARA PEQUES Tatú no se equivocaba. La luna estaba creciente, lo que significaba que aún faltaban unas cuantas noches para la gran fiesta. Se enfadó muchísimo y las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojillos. Lo que más rabia le daba era que ya no podría descoser la última parte del trabajo: deshacer los nudos era misión imposible porque estaban demasiado apretados y tampoco había tiempo a cambiar la tosca lana por la seda. Tuvo que aceptar que tendría que ponérsela tal cual, con todos esos defectos incluidos.

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TATÚ Y LA CAPA DE FIESTA Unas cuantas noches después, la luna llena apareció inmensa sobre el lago ¡El momento había llegado! Tatú se colocó la capa a regañadientes, pero cuando se vio al espejo cambió de opinión. No, no era la capa más perfecta del mundo, pero sí la más original. La mezcla de hilos finos y gruesos le daban un toque muy chic y curiosamente los nudos quedaban fenomenal. Sin quererlo había creado una prenda extravagante de esas que crean tendencia en la moda que le daban un aire de tipo moderno y a la última.

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GRANDES CUENTOS PARA PEQUES Cuando apareció en la fiesta, se formó un revuelo de animales a su alrededor ¡Todos se quedaron fascinados de lo elegante que iba y de lo especial que era su capa! Tatú se dio cuenta de que la mala jugada del zorro al final le había beneficiado. Se convirtió en el centro de todas las miradas y fue la mejor fiesta de su vida.

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El gato que soñaba con alcanzar la luna ace mucho tiempo existió un pueblo con casas de madera y calles de piedra, donde vivían felices muchos gatos. Durante el día acompañaban a sus dueños que los acariciaban y les daban de comer, y en la noche iban saltando de tejado en tejado.

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GRANDES CUENTOS PARA PEQUES Había gatos de todos los tamaños y de las razas más extrañas, pero entre todos ellos Fígaro era especial. Fígaro era un gato de pelaje muy blanco, ojos negros y grandes bigotes. Mientras los demás felinos perseguían a los ratones o jugueteaban sobre los tejados, él prefería contemplar la luna. Pasaba largas horas anonadado, viendo cómo su reflejo plateado bañaba todo el pueblo. -“Te vas a quedar tonto de tanto mirarla”, – le decían los otros gatos que no entendían su interés.

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EL GATO QUE SOÑABA CON ALCANZAR LA LUNA

Pero a Fígaro esto no le importaba. Aquella vida rutinaria de salir a cazar ratones lo aburría. Aquella misteriosa y distante luna redonda lo hacía soñar. Soñaba con alcanzarla, con abrazarla y con entender qué magia le permitía transformarse de manera tan increíble. Solo su amiga Calipso se preocupaba por él y trataba de que se olvidara de aquella obsesión. Fígaro que disfrutaba hablando con ella le decía: -“¿No ves lo hermosa que es? Hoy está más brillante y grande que nunca, pero también más lejos. ¿Podremos algún día llegar hasta donde está?”

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GRANDES CUENTOS PARA PEQUES Un buen día los gatos dejaron de hacerle caso e incluso Calipso se cansó de escucharlo suspirar. Hasta que Fígaro desapareció de aquel pueblo y nadie fue capaz de encontrarle. -“Se ha ido a perseguir sus sueños. ¿Habrá alcanzado la luna?” – Se preguntaba Calipso nostálgica.

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EL GATO QUE SOĂ‘ABA CON ALCANZAR LA LUNA

Lo cierto es que en las noches de luna llena, si la miras con detenimiento, entre algunas de sus manchas oscuras se distinguen unos bigotes alargados. Y hay quienes dicen que incluso han visto una forma de gato. Pero no todos lo pueden ver, solo aquellos que tienen alma de soĂąadores.

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El sol que quería bañarse SALVADOR DE MADARIAGA

l sol quería bañarse porque tenía calor. Llevaba el calor por dentro la luna se lo advirtió; pero no le hizo caso, ni siquiera la escuchó, porque el calor que tenía le quitaba la razón,

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EL SOL QUE QUERÍA BAÑARSE y hacia el caer de la tarde se tiró al mar y se ahogó. Al ver que se ahogaba el pobre, el cielo se oscureció, las estrellitas lloraban lágrimas de compasión; negro todo el mar se puso de tristeza que le dio.

Sólo la luna en el cielo muy serena se quedó. -No os asustéis- les decía-, que no hemos perdido el sol. Mañana de mañanita saldrá por otro rincón, mas fresco que una lechuga con el baño que se dió.

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GRANDES CUENTOS PARA PEQUES

A la mañana siguiente sonriendo salió el sol. El cielo se puso alegre, el mar de gozo bailó, las estrellas se reían del susto que el sol les dio; y la luna satisfecha, en su cuarto se durmió.

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la Plapla María Elena Walsh

elipito Tacatún estaba haciendo los deberes. Inclinado sobre el cuaderno y sacando un poquito la lengua, escribía enruladas “emes”, orejudas “eles” y elegantísimas “zetas”.

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GRANDES CUENTOS PARA PEQUES De pronto vio algo muy raro sobre el papel. – ¿Qué es esto?, se preguntó Felipito, que era un poco miope, y se puso un par de anteojos. Una de las letras que había escrito se despatarraba toda y se ponía a caminar muy oronda por el cuaderno. Felipito no lo podía creer, y sin embargo era cierto: la letra, como una araña de tinta, patinaba muy contenta por la página.

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LA PLAPLA

Felipito se puso otro par de anteojos para mirarla mejor. Cuando la hubo mirado bien, cerró el cuaderno asustado y oyó una vocecita que decía: –¡Ay! Volvió a abrir el cuaderno valientemente y se puso otro par de anteojos y ya van tres. Pegando la nariz al papel preguntó: –¿Quién es usted señorita? Y la letra caminadora contestó: –Soy una Plapla.

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GRANDES CUENTOS PARA PEQUES

–¿Una Plapla?, preguntó Felipito asustadísimo, ¿qué es eso? –¿No acabo de decirte? Una Plapla soy yo. –Pero la maestra nunca me dijo que existiera una letra llamada Plapla, y mucho menos que caminara por el cuaderno. –Ahora ya lo sabes. Has escrito una Plapla. –¿Y qué hago con la Plapla? –Mirarla. –Sí, la estoy mirando pero... ¿y después? –Después, nada.

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LA PLAPLA

Y la Plapla siguió patinando sobre el cuaderno mientras cantaba un vals con su voz chiquita y de tinta. Al día siguiente, Felipito corrió a mostrarle el cuaderno a la maestra, gritando entusiasmado: –¡Señorita, mire la Plapla, mire la Plapla! La maestra creyó que Felipito se había vuelto loco. Pero no. Abrió el cuaderno, y allí estaba la Plapla bailando y patinando por la página y jugando a la rayuela con los renglones. Como podrán imaginarse, la Plapla causó mucho revuelo en el colegio. Ese día nadie estudió.

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GRANDES CUENTOS PARA PEQUES

Todo el mundo, por riguroso turno, desde el portero hasta los nenes de primer grado, se dedicaron a contemplar a la Plapla. Tan grande fue el bochinche y la falta de estudio, que desde ese día la Plapla no figura en el Abecedario. Cada vez que un chico, por casualidad, igual que Felipito, escribe una Plapla cantante y patinadora la maestra la guarda en una cajita y cuida muy bien de que nadie se entere. Qué le vamos a hacer, así es la vida. Las letras no han sido hechas para bailar, sino para quedarse quietas una al lado de la otra, ¿no?

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Glosario

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Hacendosa:

Que hace con cuidado o esmero las tareas de la casa

MercerĂ­a:

Establecimiento en el que se venden artĂ­culos para coser y hacer labores, como hilo, alfileres, botones, etc.

Presumida:

Que presume o cuida mucho su aspecto personal para resultar atractivo

Abatido:

Afligido, preocupado


Ruborizó:

ausar sonrojo

Balanzándose:

Arrojar, lanzar, dar impulso hacia adelante, especialmente de forma violenta y rápida.

Despavorido:

Que siente gran pavor o miedo

Fastidiarle:

Causar disgusto, molestia o perjuicio

Bribón:

Que es astuto y taimado, especialmente si utiliza artimañas para engañar o cometer delitos menores.

Despatarraba:

Cierta mudanza en algunos bailes, que se ejecuta abriendo las piernas desmesuradamente.

Oronda:

Que es o está muy gordo o grueso.

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Esta ediciรณn se terminรณ de imprimir el dia 31 de marzo de 2020 en los talleres de grรกfica fenix,, san salvador, el salvador




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