Revitalizar la agricultura sin recuperar para el campo a los campesinos es tarea imposible. Y en México los jóvenes rurales se van, se alejan física y espiritualmente de un agro inhóspito y desesperanzado.
La problemática rústica se aborda hoy a partir de renovados paradigmas. La preservación del medioambiente y las prácticas agroecológicas se han vuelto insoslayables, el derecho a la alimentación y la soberanía alimentaria son asuntos centrales, se reivindica el usufructo por parte de las comunidades no sólo de la tierra sino de todos los recursos naturales incluyendo los del subsuelo, los pueblos originarios demandan el autogobierno de sus territorios, se exige el reconocimiento a los ámbitos y soportes de la religiosidad y la cultura tradicionales, las mujeres rurales han roto el silencio y exigen equidad de género…