Acaso el viento (id 61)

Page 1

ACASO EL VIENTO JUAN CARLOS LESPADA





ACASO EL VIENTO JUAN CARLOS LESPADA Este libro está dedicado a la amistad, al amor, al misterio, a la pasión, al dolor, a la alegría, a la espera, al renunciamiento, al silencio, al goce, a la esperanzada fe, a la vida, a la familia, a la fantasía, a los extraños caminos de la vida y por sobre todo a vos, mi amor, mi múltiple y repetido amor, que has sido todo eso.


PALABRAS INICIALES En los difíciles años 70, disfruté la explosión de pureza de Jukio Mishima y ahondando en su vida, resonaron en mis oídos palabras al azar: Haiku, Tanka, Senryu… Me puse a bucear en las Bibliotecas. Supe que básicamente los Haikus y Senryus son poemas japoneses muy antiguos de tres versos, con una métrica de 5-7-5 sílabas (“onji” en japonés) pero con un gran número de condiciones para su construcción. Sin embargo, aprendí que resulta relativo considerar la métrica de manera estricta, porque las sílabas japonesas tienen en sí mismas un sentido completo, característica que el idioma castellano no comparte. A pesar de ello casi todo escritor que conoció el haiku, célebre o ignoto, no ha podido dejar de subyugarse con su estructura y su interno desafío. (Hasta Borges sucumbió con alegría entre sus pocas sílabas.) El Haiku se refiere a la naturaleza, lo universal, lo objetivo. En cambio el Senryu, con iguales condiciones, permite incluir la subjetividad, lo individual y el sentimiento personal. Escribir en tres versos de cinco, siete y cinco sílabas, no resulta demasiado difícil, pero escribir Haikus o Senryus, es extremadamente duro, (aunque muy satisfactorio cuando uno logra, en un breve espacio de poesía pura, ese chispazo vital, casi mágico, imprescindible para su construcción.) Las imágenes distintas, las ideas aparentemente contrapuestas, los espacios y nexos del espíritu son bien contenidos en ellos, residiendo

4


con absoluta comodidad en esos únicos tres versos, diecisiete sílabas, que trascienden el decir de la letra para instalarse entre lo más hondo y trascendente del ser humano. A mí, el Haiku me encontró una noche sin buscarlo. Estaba muy mal herido en cuerpo y alma. Me levanté con dificultad. A través de la ventana vi un mar de trigo que se empeñaba en decirme que la vida estaba ahí, junto al misterio, y que existía la posibilidad de que mi alma de poeta desbocado, no sólo sobreviviera, sino que también hallara la disciplina, la brevedad simbólica, la esencia del ser universal en las pequeñas grandes cosas de la naturaleza entramadas con mi ser. Llegó a mi pluma, nació sin predecirlo, sin anunciarse, mi primer poema cercano a un Haiku. Noche, silencio. Rumor en los trigales. Acaso el viento. Mis sentidos (aguzados por el dolor o la alegría, por la espera o la lucha, por la locura de mirar futuros inaccesibles o pasados definitivamente cerrados) visitan con frecuencia la soledad, la contemplación y el silencio. Desde allí intento escribir sugiriendo, perfeccionando la forma de anunciar lo universal, accediendo golosamente al camino natural del símbolo que se saborea aún cuando sólo se intuye, se roza, al fin, se advierte... ....

5


Por supuesto, luego de la investigación, el Haiku y el Senryu me acompañaron siempre, de país en país, de tierra en tierra. Con ellos me aquilaté en equilibrio casi mágico, en la que la quietud no existe, sino la búsqueda constante de la armonía. Tratar de construirlos aguzó mi observación del mundo y de las maravillas atesoradas por la existencia; desarrolló mi capacidad de presentir el misterio indescriptible del ser en mí que muestra al hombre a través y más allá de los sentidos. Es frecuente verme en cualquier lugar contando sílabas con los dedos, para garabatear tres versos que imperiosamente exigen que los escriba en ese mismo instante, porque después escaparán y ya será imposible rehacerlos con el recuerdo. Mi pluma, poco a poco y con los años, fue sintiendo que el verso le daba permiso para acceder a licencias que se estiraban más allá de las fronteras de lo considerado en estos estilos poéticos centenarios que la realeza japonesa adoptó setecientos años antes de Cristo. Siento que la pasión de la letra, puede tolerar las formas y las concesiones, hasta la rima, sin traicionar la premisa de concebir un breve poema que, como si tuviera vida, permanece siempre más allá de una mera interpretación intelectual. Producida en mí la chispa del poema concluido, una especie de goce, parecido a la felicidad, recorre mis venas y se instala. Tal vez he producido versos silvestres. Sin embargo ... ¡amo estos versos! El maestro poeta Matsuo Basho sonreirá benevolente desde su morada cuando me ve enredarme entre el Kigo de cada poema que no me deja ir hasta que lo haya terminado.

6


Cuando escribo intento traducir el alma. Siento la poesía como una luz en la piel. En mí, el poeta asume al ser humano todo. Gime, ríe, llora, se enaltece, se conduele, dice, grita y se entristece, se emborracha de soles, se mete de lleno en los placeres de la carne y del sentido. Al fin me entrega solitario al mejor rincón, para leerme el corazón en la penumbra; a veces al alba, a veces al ocaso; unas en el bosque, muchas junto al mar, porque tengo pluma de gaviota y amo las olas como a mis ojos y mis oídos y allí, me devuelve la esperanza. Cada poema de éstos, en su mayoría Senryus, escrito a lo largo de toda la vida, me llegó como si me hubiera sido dictado, como si siempre hubiese estado ahí y yo no hubiera podido verlo antes. Los que más me gustan transitaron directo del alma al papel. Y aquí están. Los símbolos no son propiedad de nadie y siempre, alrededor del misterio, se cubren aún más de nuevas capas simbólicas que cada uno enriquece con sus vivencias personales. He organizado los poemas en tres partes. Entre cada una de ellas hay una pausa ritual y temática. Primera parte: Huella de haijín Segunda parte: Enhebrador de luces Tercera parte: Deshilando ausencias Confieso que arremoliné cientos de títulos para este libro sobre mi mesa, en los costados de mis documentos, en cada lugar en que se me ocurrían.

7


Al fin volví a mi primer Haiku. Le robé el tercer verso para titularlo. Difícil esto de dar nombre. Mi padre me dio el suyo. A ese amor incondicional y eterno que construyó con mi madre, en otro siglo, el destino lo convirtió en poeta. Me llamó Juan. Yo lo llamé “Acaso el viento”. Y lo siento bien llamado porque viene de lejos, a esta altura de la vida, más cerca del final, nombra el misterio. Haré una confesión. Hace años que acumulo estos poemas. He ido agregándolos uno sobre otro según el tema y la pila se iba engrosando. De vez en cuando la “poda inexorable” que recomienda José Ortega y Gasset, hacía que se redujeran otra vez. Comencé por curiosidad a hacer un juego adivinatorio y luego lo tomé por costumbre; una especie de consulta al oráculo. Preguntaba algo que me afligía o sobre lo que tenía dudas. Pensaba en ello fuertemente con el proyecto del libro entre las manos y al azar, lo abría en una página. Al leerlo, al interpretar sus símbolos, aún hoy, casi siempre creo encontrar una respuesta. He descubierto que, cuando uno pregunta algo, de una u otra manera, pregunta sobre el amor. No concibo la vida sin amor. La existencia sin amor es un desperdicio sin sentido. Considero al amor lo más importante en la vida del hombre, más aún el amor que tenemos para dar en actos, que el deseo natural de recibirlo. Este libro tiene amor. (Pasión, placer, dolor, reflexión, serenidad, contradicción, esperanza, solidaridad, repetición, cacofonía, nostalgia……) Es una invitación a develar el alma y a jugar… ¿Acaso no es un juego la vida finita en lo infinito?

8


Plumas al verso. Alas a sue単os locos. La vida pasa. Juan Carlos Lespada

9



HUELLA DE HAIJÍN


Noche, silencio. Rumor en los trigales. Acaso el viento.

12


Dulce atardecer. Lรกmpara en la penumbra flota en el aire.

13


Tersa la espera. La bruma suma orillas. Surcos de arena.

14


Se acurruca el sol. Entramados de juncos doblan el viento.

15


Entre ĂĄrboles se desata el camino. OtoĂąo lento.

16


Viento temprano. Va envolviendo el oto単o sus hojas mansas.

17


Tirita el mar. ยกTan cรกlida y liviana gime la aurora!

18


Bajo la roca cosquillean las olas. Nace el murmullo.

19


Noche, verano. Sombras y luciĂŠrnagas bordan la espera.

20


Vasijas quietas. Alfarero de prisas parece el viento.

21


Pureza extrema. Cascada rumorosa. Risa de ni単o.

22


Morera clara. Tesoro de misterios sobre la plaza.

23


Un mar rugoso. Repiqueteo de estrellas hiere la roca.

24


Naranja y azul. Rojo dulce y bravĂ­o. Espera de luz.

25


Las huellas del sol cuentan misterios ocre. ยกVendrรก el silencio!

26


MĂŠdano claro. Campo, mar y nostalgia. Huella de luna.

27


Huella terrosa. El oto単o se siembra sobre los campos.

28


Viento, rompiente. Crepitar sobre el tiempo. Luna enlutada.

29


Color que muere. Huella sobre la tarde. Pinceles mudos.

30


Arco de luna. Sauce que llora ausencias. Prisi贸n de nubes.

31


Caracol de mar. ยกTan repetido y solo! Ciego de orillas.

32


Mar incansable. Ola, susurro, playa. Alma encendida.

33


La vida tiembla. Cazador escondido. Gaviotas blancas.

34


Aullidos cortos. Agua en los techos crespos. Llora la tarde.

35


Campos de julio. La luna alisa escarchas. Huyen las garzas.

36


FrĂ­o en la tarde. Bajo el puente del rĂ­o la luz estalla.

37


Ramajes quietos. Hendidura sesgada. Llanto en penumbras.

38


Lluvia y aullidos. En la ventana mansa tiembla una vela.

39


Viento salobre. Mil mundos minĂşsculos cubre el invierno.

40


Distancia. Luna. Sobre la noche tejen las esperanzas.

41


Puerto sin hombres. Los ojos de los barcos tiemblan de frĂ­o.

42


Veleros, olas. Viento que se desnuda. Silencio herido.

43


En lo insondable amanece la canci贸n. Voces lejanas.

44


Barco velero. Se単ales de amanecer. Gaviotas grises.

45


Puerto sin barcas. LejanĂ­a sin alma. Orilla tierna.

46


Huella en las olas. Caminos en el agua. Cuarto menguante.

47


Vinos a単ejos. Los colores inventan abrazos nuevos.

48


Ola que escapa. Deshilando distancias se desata el sol.

49


Semillas tiernas. Gaviotas y rumores. Pu単ado de luz.

50


Reflejos mansos. Dorados los trigales. Maduro el tiempo.

51


Espuma y olas. Suele ta単er la luna como un cencerro.

52


Dos mariposas. Planeo sobre un soplo. Chispas de color.

53


Vientos helados. Con sus penas a cuestas andan las hojas.

54


Tiembla la escarcha. Lentamente el invierno quiebra su queja.

55


Campi単as ocres. Lejos, balidos mansos. Amores nuevos.

56


Copos de luna hieren la tibieza. Sabor de espera.

57


Camino tibio. Se entroniza en la noche una cigarra.

58


Duendes traviesos. Hojas, cantos, reflejos, pueblan las uvas.

59


Soles radiantes. MĂŠdanos y distancias se hunden en el mar.

60


Hilos de ca単a dibujan el atardecer. Canto labriego.

61


Cuencos sonoros. Barro dĂşctil y fresco es la esperanza.

62


Entre los cerros. sobre verdes silencios entierran al sol.

63


Nada termina. Siempre quedan rescoldos en la esperanza.

64


Infinitivo. Amar, temer y partir. ยกCuรกnto misterio!

65



DESHILADO DE AUSENCIAS


Huyen las sombras. Enhebrador de luces es el misterio.

68


Horneros pardos construyen nidos nuevos. Como mis sue単os

69


El hombre que habito corre tras la esperanza. Ciudad dormida.

70


La entrega de amor nunca sacia las ansias. Manos de trigo.

71


Sombras que aĂąoran como el abrazo abrigan. ÂĄTan mansamente!

72


DĂ­a por dĂ­a se teje mi destino junto a tu aliento.

73


Nada se escucha. Reflejos y recuerdos zurcen la noche.

74


De piel y encuentros. De espumas sobre el viento saben mis sue単os.

75


Bellos sus ojos. Un esplendor de besos me sube al alma.

76


Nombre de aurora. La sonrisa colgada como una estrella.

77


Blanco su pecho. Alado su coraz贸n. Su risa plena.

78


Pan de esperanza. Abrazo entre caminos. Mi amor se espeja.

79


Lo siento, es tarde. 隆Ya me atraves贸 tu amor a quemarropa!

80


Sobre esta calma se prepara la batalla. ÂĄVen, acĂŠrcate!

81


En desafĂ­o, todas mis fuerzas quiebran el horizonte

82


Amor sin nombre. Yo s贸lo soy culpable de tus suspiros.

83


Como un ancla. Me olvido del ma単ana clavado en vos.

84


En los milenios, un instante de color. Beso furtivo.

85


A pura pasi贸n abro el paso a tu espalda. Tus ansias ruegan.

86


Tibia almohada. Cien recuerdos ya crujen sobre sus alas.

87


S贸lo suspiras. En la ma帽ana abres caricias plenas.

88


Cuando me besas, no importa si es muy tarde. Crepita mi alma.

89


ÂĄMuerde mi carne, tiĂŠntame con palabras enamoradas

90


Nido de estrellas. Caminos de caricias calman la tarde.

91


Refugio de miel. Zumbido de picaflor. Se anuda el amor.

92


Atardece. Tu mirada apura. Mi abrazo parte.

93


Arde mi cuerpo. ยกTodas mis ansias claman entrelazadas!

94


Paz y dulzura hilan sobre la noche tu cuerpo tibio.

95


Si no son tuyos, no acallan mi nostalgia, caricia y beso.

96


Se eleva el viento. SonrĂ­en los capullos. Duerme la pena.

97


Tras el cansancio, vivir sobre tu pecho es mi esperanza.

98


S贸lo alegr铆a. Renovando misterios pasa la tarde.

99


Caricia y luna. Tu mirada en la noche me enciende hombre.

100


ÂĄDesordenados, tan locos como el tiempo son nuestros sueĂąos!

101


Toda nostalgia en tu boca naufraga. Canto en el rĂ­o.

102


Casi inocente, tu piel crea mi mundo despuĂŠs del grito.

103


Tus manos mansas esconden el tiempo. Rumor de alas.

104


Nuestra mirada se hace esperanza y eco. ยกCallas y callas!

105


Lilas. Cansancio. Besan la aurora mansa labios de bruma.

106


Huellas de estrella empaĂąan los cristales. Tibia estĂĄ el alma.

107


Suspiro y piel. Murmullo de arreboles. Renace el beso.

108


Tengo tus manos. Susurro manso de luna. Cu単o de luces.

109


Mirada clara. LĂ­nea azul de nostalgia. El puerto, lejos.

110


VaivĂŠn de prisas sobre tu pecho encuentra nido de soles.

111


Los dos desnudos. Ríen mansos los bosques. ¡Cuánto te amo!

112


Ojitos negros. Arena despeinada. Pasi贸n de vientos.

113


Cuando se encuentran, tu mirada y la mĂ­a hacen el alba.

114


Nudo de fuego. Nostalgia que naufraga. Tus ojos cantan.

115


Burbuja veloz explora las pasiones sobre mi pecho.

116


En la montaña hundiré nuestras almas y seré frío.

117


La luna, tierna. Tu ternura en la almohada. Mi tierra lejos.

118


Caricia suave. Ternura que desborda. Amaneceres.

119


Horizonte azul. Lecho desordenado. Danza de amores.

120


AgĂźita clara. LĂĄgrimas sin cansancio. Fruta madura.

121


Alas que parten. Mansamente la vida comienza nueva.

122


Tarde, promesas. Sobre el campo, la luna teje quimeras.

123



DESHILADO HUELLA DE AUSENCIAS HAIJÍN


Busco el silencio. Deshilado de ausencias gritan mi nombre.

126


Fiebre de pena. Párpados y montañas sufren el adiós.

127


Se irรก hacia el alba. Aromada de luna viaja mi pena.

128


Me duele el alma. Como puente de sue単os es tu palabra.

129


Sombras de invierno. Rastro de soledades. Brasa en la noche.

130


Sobre la espalda se carga la locura. La angustia aĂşlla.

131


Se fue despacio. Entre sus manos lleva mi pasi贸n ciega.

132


Huyendo del mar, hacia el mar me encamino. Destinos locos.

133


Menos me duelen cobijado en el bosque los desenga単os.

134


Inexorable. Arrastrando su paso, viene el suspiro.

135


Lirios violรกceos desenredan recuerdos. Calmo el silencio.

136


Bordado en besos entre las voces tibias flota tu nombre.

137


No me lastimes. ยกQuedo tan indefenso cuando suspiras!

138


En la distancia resiste la esperanza. Pasta el reba単o.

139


A orillas del mar. Entre olas y recuerdos viaja la espera.

140


Arde el silencio canci贸n entre mimbrales. El dolor llama.

141


Abro mi mano. Puerto de los encuentros por sobre el agua.

142


Cruje el estĂ­o. DetrĂĄs de sus quimeras mueren mis pasos.

143


Porque no hay luces mis viejas sombras vienen a verme ardiendo.

144


Tierna violeta. Como si fuera mi alma resiste al frĂ­o.

145


Nada se mueve. El mar arrulla lunas para ma単ana.

146


¿A dónde estabas? Casi me mata el dolor, la sed‌ las ansias.

147


Corazón…¡calla! Violín manso sin sueño. baila en el aire.

148


Inesperado, traza el dolor su raya. 多No sangra el alba?

149


No temo al tiempo. Enarbolo palabras enamoradas.

150


Quiero matarte. Mรกs cuando llegas caigo sobre tus besos.

151


Sabia mi pena. ยกEn bravas tempestades canta sonrisas!

152


Coraz贸n vac铆o. Sin nombre ni huracanes. Ciego de azahares.

153


Cuando desperté aborrecí mis sueños. Ya habías partido.

154


¡Cuánto te extraño! Sólo el mar me arrebata. El dolor mudo.

155


Pasan las noches. Abrazado a este vino recuerdo tu sed.

156


Mi amor sin tu amor. En distintas orillas. Tu amor sin mi amor.

157


Deshechos mis sueĂąos se hundirĂĄn despacio en tus cabellos.

158


Sobre tu nombre se anuda mi pasado. Y tĂş, te has ido.

159


Mi hombre secreto siempre a単ora tu aroma. Pasiones nuevas.

160


Caigo a la ausencia. Los pinos siembran lunas sobre sus plantas.

161


Un alma en llamas. Dos pasos en la noche. La nostalgia va.

162


Parte una barca. Recuerdos de canela. Nombre de olvido.

163


Sue単o de abrazos. Pecho sin su tibieza. Amaneciendo.

164


Se encoge el tiempo. Aguij贸n de veneno es la nostalgia.

165


Ecos de risa. Su tintinear no sabe de tu partida.

166


Voces y gritos se cobijan del frĂ­o. Suenan guitarras.

167


Campos helados Humo sobre las cumbres Desencajados.

168


Parti贸 en silencio. Sobre la mesa quedan sus versos tibios.

169


Luna de oto単o. Sobre la espera mansa. reza mi pena.

170


Me inclino al viento. Refugiada en mi abrazo viene la luna.

171


Cerrada y muda, como dolor sin cauce anda mi estrella.

172


Es mรกs que eterna la huella desgarrada de tu caricia.

173


Sombras de invierno. Rastro de soledades. Brasa en la noche.

174


Llaves, Ausencias. Balcones solitarios. Llantos al aire.

175


MaĂąana frĂ­a. Luces que nunca parten entibian mi ser.

176


Nunca voy solo. Con tus ojos inmensos vas en mi paso.

177


178


179


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.