Cesare Pavece ¡Moriré antes de que amanezca! Porque no quiero más Vivir con tu recuerdo. Con las migajas De este amor absurdo. Me niego a sentir El latido inútil de mis venas. ¡Amarte me hace pobre! ¡¡Me ciega, me humilla, me aniquila!! Es como un grito de auxilio amordazado… ¡Como la hambruna que todo lo devora! Estoy cansado de desearte y no tenerte. ¡Celoso de aquel que te tiene y que te besa! ¡Que socaba tu cuerpo hasta tu vientre! ¡Haciéndote gemir a mis espaldas! ¡Estoy vencido…Derrotado! ¡¡No soy nada, no soy nadie…solo humo!! ¡¡Soy aquel que no quisiste!! ¡El hombre que no pudo enamorarte! El esclavo… Tu rehén ¡¡El estúpido rehén que se suicida!!
Vladímir Mayakovski ¡Mía! ¡Toda mía! ¡Mía y de nadie más! ¡Adúlteramente mía! Y yo… Tuyo. ¡Voluntariamente tuyo! ¡Anárquicamente nuestros! Tuyo soy. Tuyo tu amo y tuyo tu rehén. Deja que me deshaga en llanto, Que escupa la hiel de tu abandono. Déjame que enloquezca, Que sangre, que delire. Que ostente con orgullo tus heridas. ¡Tuyas! ¡Todas Tuyas! Deja que me salve Hechicera Mía. Déjame al menos decidir mi muerte... ¡Que es lo último vivo que me queda!
Rubén Darío Te pareces a la noche… ¡Íntima y oscura! ¡Te agitas como el mar! Eres como el fruto que cae Mielando la tierra seca. Eres hermosa… ¡El sueño de mi ardiente infancia! ¡Mi dolor y mis ausencias! ¡Mi grito enamorado de niño! Eres como la noche, Porque la noche me sacia y me cobija. ¡¡Por fin duermo en tus brazos!!… Abrevando mis labios en tus senos, Como un niño caprichoso y hambriento. ¡Invadiendo tu cuerpo hasta tu alma! ¡Haciéndote más mía cada día! ¡Metiéndome en tus venas! ¡Respirando de tu aliento! ¡¡Anclándote a mí para que no te vayas!! Y negándome a morir, ¡¡¡ Por miedo de perderte!!!
Mihail Eminescu ¡Dios…No dejes que me vaya! ¡No quiero morirme todavía! La vida me arrastra hacia la noche Y la muerte espera por mí, Como una serpiente en su nido. ¡Tengo tanto para dar! ¡Pero este cuerpo enfermo me traiciona! Quiero ofrecerle como a un Dios mi castidad. ¡Estrenar en ella mis caricias y mis besos! ¡He ensayado tantas veces como amarla! Quiero que escuche de mí las tantas formas Que inventé para decirle lo que siento. Pero ya no queda tiempo. ¡¡La vida me destierra!! ¡Soy como un rezo detenido entre los labios! ¡Un amante enmohecido por la espera! ¡La burla despiadada del destino! ¡¡La mitad de una caricia!!
Silvia Plath Esperare la muerte aquí… ¡Acurrucada en este hueco! Desvanecida. Muda. Oxidándome de a poco. Laxa y tensa la carne Como en un sabroso deleite. Vendrá la oscuridad, Luego la luz, Después mutar… Y al fin perderme entre borrascas. Será tu fin y el mío Y así entonces serás libre. ¡Que mi adiós te aturda como un huracán! ¡Que mi fantasma te insulte y te ronde! Y aunque el mundo Y el cielo te absuelvan. ¡¡Que mi lengua te ladre por siempre!!
Federico García Lorca No Federico… No son rosas de Dalí Las que te salen del pecho. No hay perfume de olivares, Sino el olor de fusiles. Esa no es sangre de toro La que se escurre En la tierra. Es la de un perro andaluz Que agoniza en el sendero. Hoy no habrá canto de grillos, Ni habrá farolas, Ni peces. No habrá limones redondos, Ni casadas en el río, Ni gitanos, Ni alamedas. ¡Acéptalo Federico!… La luna ya no es tu luna, Sino la cíclope noche ¡¡Que te está viendo morir!!
Horacio Quiroga Ya es hora. La selva me lo anuncia. El río ruge en su cauce Y los buitres sobrevuelan Olfateando mi osamenta. ¡Está aquí y estoy dispuesto! Ningún amor fue tan constante. Todas se han ido Dejándome el peso Miserable de lo eterno. Solo ella me busca. ¡Soy su hombre desde niño! Arañó mi cuerpo y mi alma y me hizo suyo. Quiso engendrar conmigo otras muertes, Otras lágrimas y penas Y huí en busca de otros labios menos crueles. Hoy estoy solo y puedo verla, ¡Amarla y penetrarla! Penetrarla tan hondo… Hasta hundirme definitivamente en ella.
Alejandra Pizarnik ¡Estoy enferma! ¡Perdidamente enferma! Amarrada a ti y a esta locura. En un constante vaivén. Siempre en peligro. ¡Suspendida como un ave muerta! ¡¡Este amor me está matando!! ¡Y tú tan hermosa! ¡Tan vital! ¡Tan de todos menos mía! No quiero dejarte, Pero tengo que dejarte. Me llevaré tu alma conmigo Y te quedará mi angustia. Será tu risa liviana y tus besos, Mi único equipaje. No te olvides de mí, ni me recuerdes. Mira que la muerte se halla en línea recta Y hacia ella voy… Sin vacilar ni detenerme Y no me dará tiempo Mi Amor… ¡¡Para extrañarte!!
Gustavo Adolfo Bécquer ¡Hermosa, fría y lejana! Como una estatua de mármol Intocable y gloriosa. ¡Grandes ojos insondables! Como si en ellos escondieras, Todos los secretos de tu alcoba. Y yo… insomne tras de ti Como un perro sin sueño, Suplicándote cobijo. ¡Perdido! ¡Amándote sin remedio! Tendido al umbral de tu puerta, Desesperado y vencido. ¡Enfermo de amor por ti! ¡Quiéreme tan solo un instante! ¡Hazlo…Quiéreme! ¡¡Quiéreme!! ¡¡Quiéreme!! ¿Por que te empeñas así en destruirme?… ¡¡Y me dejas morir sin abrazarte!!
José Asunción Silva Noche tras noche la muerte me visita, ¡Orgásmica y desnuda! ¡Obscena! Me recorre con sus manos suaves e invisibles Y creo que eres tú acariciándome. ¡Que has vuelto! ¡Que jamás te has ido! ¡Que el vértigo de nuestro amor aún existe! ¡¡Y sufro y me retuerzo y lloro!! Pero ella, celosa de ti Me besa y me esclaviza. Su cuerpo provocándome, Pálido, tendido junto al mío. Sus dedos febriles. Las manos anidadas Hurgando en loco empeño, ¡Irresistibles e impiadosas! Y la busco y la muerdo furioso de deseo. Y quiero poseerla y voy a poseerla. ¡Porque tenerla es tenerte! ¡Porque amarla es amarte! ¡¡¡Y porque al abrazarla me devolverá tu vida!!!
Simone de Beauvoir De que me sirve la luz Si solo hay niebla. Una inviolada niebla Que conserva tu rostro en la distancia. Una distancia apenas gris, Entre la muerte tuya y la mía. ¡¡Por qué no te amé más!! Por qué derroche en otras bocas Mis estúpidas pasiones. Hoy quiero ocultar el llanto Desolador de mi alma. Escapar de esta trastienda De mentiras y de poses, De esta insondable herida ¡Que no cierra y solo sangra! ¡Que muestra el derrumbe de mi carne! Hoy me acecha una hilera de fantasmas Que me acusan… Con bocas que no muerden, Con uñas que no hieren, Que solo juegan conmigo dejándome sola… ¡Completamente sola con tu muerte!
Alfonsina Storni La primavera es efímera, Inalterable y regia Y yo naci en otoño, ¡Envejecida! Acunada por el canto De mis heraldos negros. ¡Estoy cansada del otoño! De mi cuerpo, De su reseca geografía, De mí dormido pubis Y del vano latir de mis arterias. ¡Oh viento de octubre sopla fuerte! ¡¡Sopla y ruge!! Arráncame los verdes frutos Y échalos a rodar sobre la tierra fértil. Porque quiero ser raíz, Raíz augusta. Y morir… Sin miedo a perdurar ¡¡Inalterable y bella!!
Arthur Rimbaud Mi corazón… ¡Bóveda umbría de rígidas paredes! ¡Estrecha cavidad de mis fantasmas! ¡Negra espiral de torbellinos! Allí te detuviste vejándome el amor Y te lleve conmigo hacia el abismo. Te regalé entonces El privilegio de mi carne Y… ¡Te amé! ¡Fuiste la vana crueldad de mis deseos! ¡El verso obsceno de mis rimas! ¡La ira que se hunde en la locura! ¡Y la fría mezquindad del salvajismo! Me libré de ti, Y aún de ti no me deshago. ¡Maldita sea esta piel que te reclama! ¡Maldito el triunfo que circunda tu cabeza! Maldita tu carne vigorosa entre los hombres ¡Maldito tú y maldito yo! ¡¡Muramos de una vez y para siempre!!
Virginia Woolf Sobrevivir… Sin advertir siquiera, Donde termina la vida Y donde comienza la muerte ¡Así me halló tu amor! Como un paisaje quieto de invierno. ¡Tu boca me invitó al deseo! ¡Tu boca rosa, delineada y fina! ¡Tu olor desconocido! ¡Tus muslos saturados de blancura! Y tus senos…¡¡Ah tus senos!! Aquellos que dormían En el hueco de mi mano. ¡Te amé! ¡Amé tu risa, tu miedo y tu osadía! Y fui feliz acunada entre tus brazos. Después partí o partiste, no lo se. Solo se que me llegó la muerte Y se acabó la vida. ¡¡Sin advertirlo siquiera!!
Amado Nervo ¡Ven! Ven aquí quiero besarte. Déjame que entibie tus labios, Tus ojos y tu pelo frío. La noche es larga Amor para estar solo. Aduérmete a mi lado y calla… ¡Húyele a la muerte! Que no sepa que estas conmigo. ¡Cúbrete la cara! ¡Acércate a mí y ocúltate en mis brazos! ¿No ves que ha venido a buscarte? ¿Qué está dispuesta a robármelo todo? ¿No ves que agonizo si agonizas? ¡Que sin ti no tengo vida…! ¡Que tiemblo de temor y de amargura! No ves que estoy lleno de dolor Y vacío de palabras. ¡Que estoy tan vivo y tan quieto! ¡Tan quieto y tan muerto! ¡¡Tan muerto y ausente… como Tú!!
Oscar Wilde ¡Oh insomnio! Reumático inquisidor sonámbulo. Tú, que pueblas las noches Y acunas al hombre En tu artrítica garra ¡Ven! ¡Desvela mi espíritu! Arrópame como a un mendigo Y quítame el sueño para siempre. ¡Ábreme los párpados! ¡Arranca mis ojos! ¡O grítame fuerte para no dormirme! ¡No quiero soñarlo! ¡Quiero contemplarlo y necesito verlo! ¡Mantenme en vigilia para ver su rostro! ¡Su rostro de niño! ¡Aquel que fue mío y hoy siento perdido! ¡Quiero verlo aquí respirando cerca! Y habitando juntos… ¡Esta inmerecida, soledad que tengo!
Ernest Hemingway Tú… Una mujer por sobre todas las mujeres. ¡Mira lo que has hecho de mí! ¡Un ebrio sin amor! ¡Un enfermo! ¡Un demente que blasfema sin descanso! ¡Que te extraña! ¡Que te odia! ¡Que te ama como nadie! Que se imagina entre tus sábanas Enredándose contigo. ¡Que te siente gozar bajo su cuerpo! ¡Que te empuja a cada queja! Si… ¡¡Esto es lo que soy por adorarte!! ¡Una absurda pesadilla! Una estúpida réplica de hombre Sin rebelión y sin ternura. ¡Un amante acabado! ¡¡Un perro!!... ¡¡¡Mendigando la piedad de tus caricias!!!
Edgar Allan Poe ¡Mi niña! ¡Mi ángel! ¡Mi pequeña! ¡Vuelve a mí Mi dulce niña!... ¡Soy un huérfano alcohólico que espera! ¡La mitad de un hombre que agoniza! ¡La nada de un poeta que se extingue! ¡¡Es tan larga tu ausencia!! Y ese cielo inocente donde habitas Se niega a recibirme. Ya ves… Nos hemos perdido para siempre. Cuando mi alma me abandone, No habrá de alzar su vuelo. ¡Soy tan solo un esqueleto que se arrastra! ¡La miseria misma de los vicios! ¡Pertenezco al umbral de las tinieblas!… ¡Al silencio de la tumbas!… Y hacia allá voy… ¡Borracho y ebrio! ¡¡Con tu cándida voz como mi guía!!
Delmira Agustini ¡Quiero pertenecerle! ¡Reverenciarlo! ¡Adherirme a usted como su sombra! Tener cada rincón, Cada centímetro de su pecho Donde apoyar mi cabeza, Afiebrada y loca. Ayúdeme a llevar el peso de este amor Que no se cumple. ¡Un gesto! Solo regáleme un gesto De arrebato y de lascivia Y entonces seré suya. ¡Toda! ¡Entera! ¡Desmembrada! ¡Inerte, pero suya! Pronuncie usted lo que no me atrevo a decir. Haga usted lo que a mi me está prohibido. ¡Hágalo!... Y le prometo amarlo Hasta quitarle la conciencia.
Gabriela Mistral ¡Dios…! Acompáñame en este destino impar Permíteme que me arrodille ante ti Harta de dolor y de miseria. Líbrame de la farsa y la mentira Con la que ejercí la maternidad. ¡Perdona mi cobardía! ¡Absuelve mis pecados! ¡Redime mis penas! Condena éste, Mi impulso redentor Y abrázame. ¡Abrázame como al hijo pródigo! ¡Ayúdame a encontrarte! Aférrate a mi mano… ¡Y guíame! Porque voy hacia ti…ciega, Palpando tú presencia, En esta oscuridad Inalumbrable de mi alma.
Lara Ribero