Der Froschkönig (El Rey Sapo) No cambió el pretendiente sino la mirada de la dama A cambio de su ayuda incondicional ella le prometió amor eterno. Al tiempo él volvió por su recompensa. La muchacha lo rechazó fríamente. El pobre hombre permaneció un momento mirándola con profundo desconcierto. Entonces ella se enamoró de su tristeza y le abrió las puertas de su corazón. Él se acomodó en su lecho y no se movió de allí nunca más.