RONDA
Descansan las nomeolvides en una tarde de ronda manos apretadas bajo la melodĂa de sal tu Dios huyĂł en verano y tus ojos se extraviaron entre la parra del patio de tiza. Esperando a un rey mago que todo lo ve y todo lo sabe verdes dorados guirnaldas y tu cara sucia lucecita ahora perdida en un cielo mentiroso. Alicia Corrado MĂŠlin