Una mujer sobre mis espaldas En este abrazo estás y juntarte las manos y abrirte los ojos no ha sido fácil. Soltarte las riendas. Seguir tus pasos trenzados de espinas. Levantarte en cada noche amarga no ha sido fácil. En este abrazo estás invitada a doblar los sueños sellar la palabra volver al desafío entre susurros y libertad.
Galeano habla de los pies gastados de Fabiana de una estación, de una mujer con su maleta, y del vuelo de Tamara. Galeano busca otras heridas y secretos. Anuncia en las paredes que descubre la casa secreta de cada mujer. De prisa me escapo para no ser descubierta por Galeano.
La casa
Ha doblado la ausencia y sentirá el adiós. De mudanzas despide un día empedrado de distancia. No son mis versos los que la hieren Sino las lluvias tejidas de lágrimas. Y al final pensando en ella un día aparecen mis soledades antes de morir.