TEXTOS DEL MODERNISMO RUBÉN DARÍO CARACOL En la playa he encontrado un caracol de oro macizo y recamado de las perlas más finas; Europa le ha tocado con sus manos divinas cuando cruzó las ondas sobre el celeste toro. He llevado a mis labios el caracol sonoro y he suscitado el eco de las dianas marinas; le acerqué a mis oídos, y las azules minas me han contado en voz baja su secreto tesoro. Así la sal me llega de los vientos amargos que en sus hinchadas velas sintió la nave Argos cuando amaron los astros el sueño de Jasón; y oigo un rumor de olas y un incógnito acento y un profundo oleaje y un misterioso viento... (El caracol la forma tiene de un corazón)
CAUPOLICÁN Es algo formidable que vio la vieja raza; robusto tronco de árbol al hombro de un campeón salvaje y aguerrido, cuya fornida maza blandiera el brazo de Hércules o el brazo de Sansón. Por casco sus cabellos, su pecho por coraza, pudiera tal guerrero, de Arauco en la región, lancero de los bosques, Nemrod que todo caza, desjarretar un toro o estrangular un león. Anduvo, anduvo, anduvo. Le vio la luz del día le vio la tarde pálida, le vio la noche fría, y siempre el tronco de árbol a cuestas del titán. "¡El Toqui, el Toqui!", clama la conmovida casta. Anduvo, anduvo, anduvo. La aurora dijo "Basta", e irguióse la alta frente del gran Caupolicán.
LO FATAL Dichoso el árbol que es apenas sensitivo, y más la piedra dura, porque esa ya no siente, pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo, ni mayor pesadumbre que la vida consciente. Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto, y el temor de haber sido y un futuro terror... Y el espanto seguro de estar mañana muerto, y sufrir por la vida y por la sombra y por lo que no conocemos y apenas sospechamos, y la carne que tienta con sus frescos racimos y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos, ¡y no saber adónde vamos, ni de dónde venimos...!
NATURALEZA MUERTA He visto ayer por una ventana un tiesto lleno de lilas y de rosas pálidas, sobre un trípode. Por fondo tenía uno de esos cortinajes, amarillos y opulentos, que hacen pensar en los mantos de los príncipes orientales. Las lilas recién cortadas resaltaban con su lindo color apacible junto a los pétalos esponjados de las rosas de té. Junto al tiesto, en una copa de laca ornada con ibis de oro incrustados, incitaban a la gula manzanas frescas, medio coloradas con la pelusilla de la fruta nueva y la sabrosa carne hinchada que toca el deseo; peras doradas y apetitosas, que daban indicios de ser todo jugo y como esperando el cuchillo de plata y un ramillete de uvas negras, hasta con el polvillo ceniciento de los racimos acabados de arrancar de la viña. Acerqueme, vilo de cerca todo. Las lilas y las rosas eran de cera, las manzanas y las peras de mármol pintado y las uvas de cristal.
Rubén Darío: Azul. ( Valparaíso, 1888 Sonatina La princesa está triste...¿Qué tendrá la princesa? Los supiros se escapan de su boca de fresa, que ha perdido la risa, que ha perdido el color. La princesa está pálida en su silla de oro, está mudo el teclado de su clave sonoro, y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor. El jardín puebla el triunfo de los pavos reales. Parlanchina, la dueña dice cosas banales, y vestido de rojo pirueta un bufón. La princesa no ríe, la princesa no siente; la princesa persigue por el cielo de Oriente la libélula vaga de una vaga ilusión. ¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China, o en el que ha detenido su carroza argentina para ver de sus ojos la dulzura de luz, o en el rey de las islas de las Rosas fragantes, o en el que es soberano de los claros diamantes, o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz? ¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa quiere ser golondrina, quiere ser mariposa, tener alas ligeras, bajo el cielo volar; ir al sol por la escala luminosa de un rayo, saludar a los lirios con los versos de Mayo, o perderse en el viento sobre el trueno del mar. Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata, ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata, ni los cisnes unánimes en el lago de azur. Y están tristes las flores por la flor de la corte, los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte, de Occidente las dalias y las rosas del Sur. ¡Pobrecita princesa de los ojos azules! Está presa en sus oros, está presa en sus tules, en la jaula de mármol del palacio real; el palacio soberbio que vigilan los guardias, que custodian cien negros con sus cien alabardas, un lebrel que no duerme y un dragón colosal. ¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida! (La princesa está triste. La princesa está pálida.) ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil! ¿Quién volara a la tierra donde un príncipe existe (La princesa está pálida. La princesa está triste.) más brillante que el alba, más hermoso que Abril! "Calla, calla, princesa -dice el hada madrina-; en caballo con alas hacia aquí se encamina, en el cinto la espada y en la mano el azor, el feliz caballero que te adora sin verte, y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con su beso de amor." SINFONÍA EN GRIS MAYOR El mar como un vasto cristal azogado refleja la lámina de un cielo de cinc; lejanas bandadas de pájaros manchan el fondo bruñido de pálido gris. El sol como un vidrio redondo y opaco con paso de enfermo camina al cenit; el viento marino descansa en la sombra teniendo de almohada su negro clarín. Las ondas que mueven su vientre de plomo debajo del muelle parecen gemir. Sentado en un cable, fumando su pipa, está un marinero pensando en las playas de un vago, lejano, brumoso país. Es viejo ese lobo.Tostaron su cara los rayos de fuego del sol del Brasil; los recios tifones del mar de la China le han visto bebiendo su vaso de gin. La espuma impregnada de yodo y salitre ha tiempo conoce su roja nariz, sus crespos cabellos, sus bíceps de atleta, su gorra de lona, su blusa de dril. En medio del humo que forma el tabaco ve el viejo el lejano, brumoso país, adonde una tarde caliente y dorada tendidas las velas partió el bergantín. La siesta del trópico. El lobo se duerme. Ya todo lo envuelve la gama del gris. Parece que un suave y enorme esfumino del curvo horizonte borrará el confín. La siesta del trópico. La vieja cigarra ensaya su ronca guitarra senil, y el grillo preludia un solo monótono en la única cuerda que está en su violín. Rubén Darío: Prosas Profanas (1896) 1.- Localización del poema. 2.- Estructura métrica del poema : número de sílabas, distribución de los acentos, estrofa, rima. 3.- Procedimientos estilísticos y su relación con el significado del texto 4.- Léxico del texto y su relación con el significado. 5.- Tema o idea principal. 6.- La estética modernista en el texto.
LA SANDÍA Cual si de pronto se entreabriera el día despidiendo una intensa llamarada, por el acero fúlgido rasgada mostró su carne roja la sandía. Carmín incandescente parecía la larga y deslumbrante cuchillada, como boca encendida y desatada en frescos borbotones de alegría. Tajada tras tajada señalando, las fue el hábil cuchillo separando vivas a la ilusión como ningunas. Las separó la mano de repente y de improviso decoró la fuente un círculo de rojas medias lunas. Salvador Rueda
POEMAS DE ANTONIO MACHADO RECUERDO INFANTIL Una tarde parda y fría de invierno. Los colegiales estudian.Monotonía de lluvia tras los cristales. Es la clase. En un cartel se representa a Caín fugitivo, y muerto Abel, junto a una mancha carmín. Con timbre sonoro y hueco truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco, que lleva un libro eb la mano. Y todo un coro infantil va cantando la lección: mil veces ciento, cien mil; mil veces mil, un millón. Una tarde parda y fría de invierno. Los colegiales estudian. Monotonía de la lluvia en los cristales. A. Machado Poema (Antonio Machado)
¡Colinas plateadas, grises alcores, cárdenas roquedas por donde traza el Duero su curva de ballesta en torno a Soria, oscuros encinares, ariscos pedregales, calvas sierras, caminos blancos y álamos del río, tardes de Soria, mística y guerrera, hoy siento por vosotros, en el fondo del corazón, tristeza, tristeza que es amor! ¡Campos de Soria, donde parece que las rocas sueñan, conmigo vais! ¡Colinas plateadas,
grises alcores, cárdenas roquedas!... A JOSÉ MARÍA PALACIO Palacio, buen amigo, ¿está la primavera vistiendo ya las ramas de los chopos del río y los caminos? En la estepa del alto Duero, primavera tarda, ¡pero es tan bella y dulce cuando llega!... ¿Tienen los viejos olmos algunas hojas nuevas? Aun las acacias estarán desnudas y nevados los montes de las sierras. ¡Oh mole del Moncayo blanco y rosa, allá en el cielo de Aragón, tan bella! ¿Hay zarzas florecidas entre las grises peñas, y blancas margaritas entre la fina hierba? Por esos campanarios ya habrán ido llegando las cigüeñas. Habrá trigales verdes, y mulas pardas en las sementeras, y labriegos que siembran los tardíos con las lluvias de abril. Ya las abejas libarán del tomillo y el romero. ¿Hay ciruelos en flor? ¿Quedan violetas? Furtivos cazadores, los reclamos de la perdiz bajo las capas luengas, no faltarán. Palacio, buen amigo, ¿tienen ya ruiseñores las riberas? Con los primeros lirios y las primeras rosas de las huertas, en una tarde azul, sube al Espino, al alto espino donde está su tierra...
Poema (Miguel de Unamuno) Tú me levantas, tierra de Castilla, tiene en ti cuna el Sol y en ti sepulcro en la rugosa palma de tu mano, y en ti santuario. al cielo que te enciende y te refresca, Es todo cima tu extensión redonda al cielo, tu amo. y en ti me siento al cielo levantado, aire de cumbre es el que se respira Tierra nervuda, enjuta, despejada, aquí, en tus páramos. madre de corazones y de brazos, toma el presente en ti viejos colores ¡Ara gigante, tierra castellana, del noble antaño. a ese tu aire soltaré mis cantos, si te son dignos bajarán al mundo Con la pradera cóncava del cielo lindan en torno tus desnudos campos, desde lo alto!
ACCIÓN No sé con qué decirlo, porque aún no está hecha mi palabra. (Eternidades) ¡Intelijencia, dame el nombre exacto de las cosas! ...Que mi palabra sea la cosa misma creada por mi alma nuevamente. .Que por mí vayan todos los que no las conocen, a las cosas; que por mí vayan todos los que ya los olvidan, a las cosas; que por mí vayan todos los mismos que las aman, a las cosas... ¡Intelijencia, dame el nombre exacto y tuyo, y suyo, y mío, de las cosas! (Eternidades) EL POEMA ¡No le toques ya más, que así es la rosa! (Piedra y cielo)
Vino, primero pura, vestida de inocencia; y la amé como un niño. Luego se fue vistiendo de no sé qué ropajes; y la fui odiando, sin saberlo. Llegó a ser una reina, fastuosa de tesoros... ¡Qué iracundia de yel y sin sentido! ...Mas se fue desnudando. Y yo le sonreía. Se quedó con la túnica de su inocencia antigua. Creí de nuevo en ella. Y se quitó la túnica, y apareció desnuda toda... ¡Oh pasión de mi vida, poesía desnuda para siempre! (Eternidades) Mariposa de luz, la belleza se va cuando yo llego a. su rosa. Corro, ciego, tras ella... La medio cojo aquí y allá... ¡Sólo queda en mi mano la forma de su huida!
POEMAS DE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ EL VIAJE DEFINITIVO ...Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando; y se quedará mi huerto, con su verde árbol y con su pozo blanco. Todas las tardes, el cielo será azul y plácido; y tocarán, como esta tarde están tocando, las campanas del campanario. Se morirán aquellos que me amaron; y el pueblo se hará nuevo cada año; y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado, mi espíritu errará nostáljico... Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol verde, sin pozo blanco, sin cielo azul y plácido... Y se quedarán los pájaros cantando. (Poemas agrestes) SOLEDAD En ti estás todo, mar, y sin embargo, ¡qué sin ti estás qué solo, qué lejos, siempre, de ti mismo! Abierto en mil heridas, cada instante, cual mi frente tus olas van, como mis pensamientos, y vienen, van y vienen, besándose, apartándose, en un eterno conocerse, mar, y desconocerse. Eres tú, y no lo sabes, tu corazón te late, y no lo sientes... ¡Qué plenitud de soledad, mar solo! (Diario de un poeta recién casado) OCTUBRE Estaba echado yo en la tierra, enfrente del infinito campo de Castilla, que el otoño envolvía en la amarilla dulzura de su claro poniente. Lento, el arado paralelamente abría el haza* oscura, y la sencilla mano abierta dejaba la semilla de su entraña partida honradamente. Pensé arrancarme el corazón, y echarlo, pleno de su sentir alto y profundo, al ancho surco del terruño tierno; A ver si con romperlo y con sembrarlo, la primavera le mostraba al mundo el árbol puro del amor eterno. (Sonetos espirituales) *haza. (Del lat. fascĭa, faja). 1. f. Porción de tierra labrantía o de sembradura.
(Piedra y cielo) ESPACIO (3 ESTROFAS) Siempre he creído que un poema no es largo ni corto, que el escribir de un poeta, como su vivir, es un poema. Todo es cuestión de abrir o cerrar. (...) Pero toda mi vida he acariciado la idea de un poema seguido(¿cuántos milímetros, metros, kilómetros’9 sin asunto concreto, sostenido sólo por la sorpresa, el ritmo el hallazgo, la luz... FRAGMENTO PRIMERO (SUCESIÓN)
“Los dioses no tuvieron más sustancia que la que tengo yo”. Yo tengo, como ellos, la sustancia de todo lo vivido y de todo lo por vivir). No soy presente sólo, sino fuga raudal de cabo a fin. Y lo que veo, a un lado y otro, en esta fuga (rosas, restos de alas, sombra y luz) es sólo mío, recuerdo y ansia míos, presentimiento, olvido. (...) (Leyenda)