El pasado 5 de Agosto la familia MarichalDuluc se despertó con la noticia de que su perro adorado PACHECO había cogido la calle, cosa muy común en el canino por lo que decidieron darle un tiempito a ver si el can regresaba por si mismo. Pasaron las horas y Pacheco no aparecía por parte. Desesperada, Chiky utilizo todos los medios digitales posibles para comunicar la perdida de la mascota e inmediatamente las redes sociales se activaron y la búsqueda pro Pacheco se intensifico cada vez mas. Por recomendación externa, Chicky acudió al Facebook de la gente de DOGGIE HOUSE, una entidad sin fines de lucro que se encargan de recoger perros realengos de las calles y buscarles lugar de adopción. Horas más tarde, Chiky recibe una llamada de un vecino cercano asegurando de que Pacheco estaba en su casa y le mando una foto por Facebook. Chiky lo reconoció y justo cuando se proponían a ir a buscar al perro a la casa del joven, oh Sorpresa!!!! Pacheco había escapado!!! De nuevo empezaron de cero, a publicar la foto de Pacheco para que lo buscaran por el país entero. Pero lo curioso es que Chiky sube una fotografía de Pacheco desactualizada lo que hizo su búsqueda aun mas difícil. Se publico una foto mas actualizada del animal y toooodo el mundo estaba buscando a Pacheco por toda la ciudad,
pasaron muchos días de incertidumbre, mas de una semana y nadie sabia de Pacheco. Ya cuando todo el mundo pensó que el perro había estirado la pata, apareció una publicación en el Facebook con un retrato de un perro parecido a Pacheco. Había sido divisado en la Plaza de la Cultura por una joven que iba camino a su universidad y quien le dijo a Chiky que tenia que salir huyendo hacia la plaza porque tenia clases. Inmediatamente Chiky salió en rolos y en chancletas junto con Alexander, ya que temía que fuera una llamada para atracarla. Pues no. Pacheco estaba allí desorientado, sucio y muy asustado hasta que reconoció la voz de Alexander que lo llamo desde la distancia…PACHECO!!!! El perro salto a los brazos de su amo y lleno de felicidad lamiéndolo por todos lados retornaron a la casa eufóricos y felices. Todavía no se sabe como Pacheco atravesó la Avenida Máximo Gómez sin ser atropellado, no sabemos si paso hambre o los traumas que sufrió, lo que si sabemos es que esta experiencia le sirva de lección a Pacheco para que la próxima vez que decida dar un paseíto por la calle, lo piense dos veces.
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