La Crítica New York City 9 (Agosto 2013)

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Sin efectos especiales & Liberando la verdad sobre los Friedman & La excepción cultural & Wikileaks & ¿Qué fue de los “hijos” de Hitler? & Woody Allen & Espagnolas en Paris & Diego Galán & James Gandolfini & Jeff Koons & Rosalind Solomon & Estrenos Otoño & mucho más

New York City

Agosto & Septiembre ‘13

La Crítica


“Read, read, read, read, read, read, read, read, read, read, read, read, read...if you don’t read, you will never be a filmmaker.” Werner Herzog


La Crítica es una revista de cine internacional y bimestral. Con base en Nueva York, Madrid y México D.F. Nuestro objetivo es acercar lo más relevante del panorama cinematográfico actual sin olvidar nunca los clásicos. Analizar el presente del cine a través de un riguroso estudio sobre su pasado. También hay espacio para el buen humor y para la crítica. Puede usted suscribirse a nuestra publicación, o no. Pero siga yendo al cine.

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nº 9

Contenidos

Opinión & Actualidad

Protagonistas

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Sin efectos especiales -por Luis Perdices de Blas

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Diego Galán -por Rau García

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Liberando la verdad sobre los Friedman -por Alien de Jour

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James Gandolfini -por Raúl C. Cancio

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Nora Ephron -por Claudia Lorenzo

13 La excepción cultural -por Claudia Lorenzo 15

Jeff Kons -por Claudia Lorenzo

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Las Críticas -Mud -About Time -Upstream Color -Wikileaks: We steal secrets -Con la pata quebrada

25 Lo mejor está aún por llegar -por Sara Méndez

Documentos 30

¿Qué fue de los “hijos” de Hitler? -por Guillermo Logar

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Woody Allen, el gran epígono -por Raúl C. Cancio Fernández

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Espagnolas en París -por Molly Izaga

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Cooperación entre España & Canada -por Miguel Olid

Recomendaciones 62

Exposición: Rosalind Solomon -por ángeles García

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Cine: Il Sorpasso -por Paco Montalbán

65

Libros: Katherine Mansfield -por Winston Manrique

La última página(66) -por Marisa Flórez



Editorial

La Crítica

New York City Agosto & Septiembre 13 DIRECTOR Guillermo Logar SUBDIRECTOR Rau García JEFE DE ARTE Anabel Perujo ARTE Clara Santos Anabel Perujo Beatriz Montilla Isabel Garnelo FOTOGRAFíA Marisa Flórez Clara Bellés PORTADA Miguel Sánchez Lindo MARKETING & WEB Ivon Basterrechea ESCRIBEN Ángeles García Raúl Cancio Fernández Winston Manrique Sabogal Alien de Jour Luis Perdices de Blas Claudia Lorenzo Rubiera Molly Izaga Guillermo Logar Miguel Olid Sara Méndez Ana Vidal Egea Rau García Paco Montalbán La Crítica NYC MM S.L. Contacto@lacriticanycm.com +34 697729057 (España) 917 450 8951 (USA)

Cine a la carta

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odas las películas que quieras ver por solo 30 euros al año. Cuando una entrada de cine en España cuesta entre 6 y 9 euros, la oferta de la tarifa plana planteada por los Cinemes Girona de Barcelona es simplemente irresistible. La iniciativa, pionera en nuestro país ha superado todas las expectativas. Alrededor de 3.581 abonos vendidos en cuatro días. Una gran noticia que demuestra que la gente sigue queriendo ir a las salas y si no lo hacen más es porque, sencillamente, no pueden permitírselo. En Nueva York una entrada normal cuesta cerca de los 12 dólares. Una entrada para una película en 3D se acerca peligrosamente a los 19 dólares, unos 14 euros. Los precios actuales son ridículos y francamente insultantes para el espectador medio que quiere ir al cine. El pasado mes de junio directores de la talla de George Lucas y Steven Spielberg hablaron en la Universidad de Cine de Los ángeles sobre el futuro de las películas. Los dos maestros creen que el modelo actual de los grandes Estudios está cercano al colapso: “El público se está cansando de las grandes superproducciones y ese hastío va a provocar el fracaso paulatino de las mismas, promoviendo una regeneración que cambiará el panorama cinematográfico de forma radical”. Desde entonces se han publicado editoriales y páginas de información en varios medios estadounidenses que plantean un modelo en el cual se consideraría un amplio abanico de precios según el tipo de película que uno quiera ver. Los grandes Blockbuster de Hollywood pasarían a ser un producto de lujo cuya entrada se podría llegar a equiparar con un espectáculo de Broadway (50-150 dólares de media) y se proyectaría en salas equipadas con la última tecnología y las butacas sería algo así como camas individuales con servicio de restaurante incluido. Esas películas se proyectarían ininterrumpidamente durante un año haciéndolas competir con los espectáculos de visión obligatoria como “El Rey León” o “Wicked”. Las películas independientes tendrían un precio reducido y se proyectarían en salas más convencionales. Con butacas individuales. A veces sin respaldo para la cabeza. Incluso. Lucas y Spielberg apuestan también por el VOD (Video on Demand) cuyos máximos exponentes son Netflix en EEUU y Filmin o i-tunes en España. El espectador puede elegir entre un amplio catálogo de películas y verlas en su casa por un precio asequible, siendo más selectivo con los títulos que considera que merecen la pena ser experimentados en la gran pantalla y rodeados de otros seres humanos cinéfilos. No sabemos cómo será el futuro del Cine, pero lo importante es que el Cine tenga futuro. Y confiamos que así sea. Siga yendo al cine.

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Opinión Sin efectos especiales (8-28)

Por Luis Perdices de Blas

Sightseers (2012) de Ben Wheatley

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uando llegan los calores estivales afloran los cines al aire libre financiados gracias a presupuestos municipales cada vez más escasos. En ellos se programan los grandes éxitos del invierno con niños corriendo por todas partes y adultos comiendo -o mejor dicho engullendo- y bebiendo con la misma libertad que cuando están en el sofá de su casa. La programación suele ser una especie de resaca de los Oscars y de alguna que otra producción nacional taquillera. No faltan los dibujos animados. Las salas convencionales se vacían y entran en un largo letargo que algunas veces resulta placentero. Proyectan películas no solo estadounidenses más o menos independientes, sino de diversos países europeos y asiáticos. Son películas sin promoción mediática y con las que el espectador tiene que hacer el pequeño esfuerzo de averiguar quién es el director, qué ha hecho anteriormente y echar un vistazo rápido al tráiler por Internet. Asimismo, se estrenan películas españolas que no tienen ninguna opción de ser proyectadas cuando los cines están llenos en invierno. Pocos programadores se arriesgan con una película nacional cuando pueden llenar las salas con toda seguridad y durante muchas semanas con una de Leonardo de Caprio, por poner un ejemplo. Si al final el espectador se decide a ir al cine bajo estas condiciones siempre se lleva una sorpresa, muchas veces grata. En caso contario por lo menos puede disfrutar del aire acondicionado de la sala a menos que esté por debajo de los veintiún grados. (Continúa en la siguiente página)

The Trip (2010) de Michael Winterbottom

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Opinión

cine de verano También se aprovecha esta época estival para reponer clásicos como “Breakfast at Tiffanys” de Blake Edwards o “Death in Venice” de Luchino Visconti, como suelen hacer los cines Verdi (Madrid). Siempre es de agradecer ver obras maestras en una gran pantalla por muchas veces que las hayamos visto en DVD. El verano también se aprovecha para reponer películas buenas que se nos pasaron en los últimos meses -esta es la filosofía de los Renoir Plaza de España en Madrid y además a un precio más asequible, detalle que no está nada mal y que podía ser imitado – o de hace un par de años que no se estrenaron en su día y que tuvieron un relativo éxito en festivales como el de Cannes. Este es el caso de “The Trip” de Michael Winterbotton y “Sightseers” de Ben Wheatley. Dos comedias británicas, dos “road movies”, cuya trama se desarrolla en el campo inglés durante una semana de asueto de sus protagonistas. Son películas sin efectos especiales, ni grandes decorados, pero que cuentan historias interesantes y con actores buenos no necesariamente conocidos por el gran público. La primera es de un director afamado y con grandes títulos a sus espaldas como “Wonderland” (1999) o “24 Hour Party People” (2002) y el segundo solo cuenta con un par de largometrajes conocidos por los muy cinéfilos. Ambos vienen de la televisión y de la publicidad que alimentan a la mayoría de los que se dedican al Séptimo Arte. “The Trip” la protagonizan Steve Coogan y Rob Brydon, dos actores británicos muy populares en la radio y en la televisión. Ambos son seleccionados por el periódico dominical “The Observer” para recorrer los mejores restaurantes de su país. Los diálogos son ingeniosos y las imitaciones de actores como Michael Caine, Hopkins, Moore o Pacino buenísimas. Se ríen de sí mismo sy de los celos y envidias entre los de su profesión, de los que ellos no son ajenos. Una buena aproximación a

los muchísimos divos que pueblan la escena británica, que tienen una vida cotidiana como el resto de los mortales y que , al final, se comen el coco con las mismas cosas (amistad, éxito, sexo, familia, hijos adolescentes, etc).

Pocos programadores se arriesgan con una película nacional cuando pueden llenar las salas con toda seguridad y durante muchas semanas con una de Leonardo de Caprio, por poner un ejemplo. “Sightseers” tiene el mismo tono irónico y sarcástico. Sus protagonistas son dos “serial killers” que actúan de una forma natural y sin escrúpulos cuando asesinan y que solo se alteran cuando un mal educado tira un papel al suelo o trata estrictamente a una mascota. Una reflexión peculiar sobre la vida en pareja y de lo que cada uno busca en la misma. En ninguna de las dos películas hay moraleja, ni valoración del comportamiento de los personajes. El final de “Sightseers” es bueno y sorprendente. Por cierto, no hay que dejarse guiar por los tráilers de estos dos largometrajes que dan un poco de pereza. Invito a disfrutar de las películas “raras”, como estas dos reseñadas, que se suelen incluir en la cartelera de verano y de principio del otoño de Madrid y de otras ciudades a ambos lados del Atlántico.

El verano también se aprovecha para reponer películas buenas que se nos pasaron en los últimos meses 9

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Opinión Actualidad

La verdad sobre los Friedman

Por Alien de Jour

Arnold y Elaine Friedman con sus hijos David, Jesse y Seth

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ace ya 26 años que Arnold y Jesse Friedman fueron acusados de 56 cargos por varios delitos sexuales a menores de edad en medio de un escándalo social y mediático -estilo caza de brujas en Salem- en un pequeño condado de clase media alta de Long Island en el Estado de Nueva York. En el año 2002 el director de cine Andrew Jarecki preparaba su próximo proyecto cinematográfico que trataría acerca de los animadores en fiestas infantiles, cuando tuvo la suerte de encontrarse con David Friedman, hijo de Arnold y hermano de Jesse, que llevaba como nombre “artístico” Silly Billy en su pequeño negocio como payaso de fiestas infantiles. El proyecto de Jarecki tomó un curso un tanto distinto y desembocó en “Capturing the Friedmans” el documental que en el 2003 fue nominado a los Oscar.

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La trama gira en torno al cabeza de familia, Arnold Friedman, al que la policía le interceptó un paquete, el cual esperaba recibir en su hogar, que contenía revistas de pornografía infantil. Aquello parecía ser solo la punta del iceberg. Arnold enseñaba informática a niños de entre 8-10 años y su hijo Jesse hacía de ayudante. Después de una exhaustiva investigación a los Friedman, finalmente en 1987, padre e hijo se declararon culpables. Jesse sirvió 13 años en prisión hasta que en el 2001 fue liberado. Arnold se suicidó en su celda en 1995. Pero la historia no termina ahí. Hace dos meses, la oficina de la fiscal del distrito de Nassau, Kathleen M. Rice, recibió una carta de uno de los estudiantes del señor Friedman, en donde confesaba que su testimonio había sido resultado de la presión de la policía y de

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la histeria que corría entre las familias de los supuestos afectados. Se re-abrió el caso a petición de Jesse, de su abogado y de Jarecki. Se discutió que el cuerpo policial y los psicólogos que trabajaron en el caso, en su afán de evitar ir a juicio, orillaron a todos aquellos pequeños a admitir que habían sido abusados sexualmente y sodomizados por los Friedman, con ayuda de Ross Goldstein, amigo de escuela de Jesse. Goldstein testificó en contra en aquel entonces y se ha retractado de su testimonio a los investigadores, pero se niega a dar comentarios a la prensa. (Continúa en la siguiente página)

Jesse Friedman se declaró culpable como le aconsejaba el abogado tras varios juicios en los que mantenía su inocencia.


Opinión Actualidad

Arnold Friedman admitió haber mantenido relaciones sexuales con dos menores, aunque afirma que nunca ha abusado de sus alumnos durante las clases particulares de informática. Al igual que aquellos testimonios que se han desmentido, han existido otros anónimos en los últimos años, también de alumnos de Arnold Friedman, que afirman que aquellos actos atroces sucedieron tal y como describían sus declaraciones de 1987. Alegan que es imposible que un niño de esa edad pudiera inventar semejante historia, y con tanto detalle. Después de que el documental se presentara a los Oscar, el comité de la Academia recibió cartas que protestaban en contra del filme. Acusan a Jarecki de explotar a las víctimas para beneficio del documental. Da la impresión que aún cuando la fiscal de distrito de Nassau presentó el veredicto final el pasado 24 de Junio -después de 3 años de comenzar la revisión-, el cual no solo justificó la sentencia que se les dió a los Friedman hace un cuarto de siglo, sino que además reiteró la culpabilidad de Jesse, que parte de la historia se mantendrá en la oscuridad y todos los testimonios de los involucrados, en contra o a favor, serán por siempre cuestionados por una u otra parte. A nosotros nos toca agradecer que existan directores de cine documental que tengan tal compromiso con la verdad, y se espera, al igual, que siempre se presente de forma objetiva, sin afán de empujar hacia cierto juicio.

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Opinión Política

©Anabel Perujo

chos más fueron preguntados pero no tuvieron tiempo de atenderme), el asunto de la excepción cultural sigue pareciéndome cuanto menos gris. Por un lado el cine europeo, sin ella, se encontraría frente a frente con el temido Hollywood. Con más dinero, más películas y más presupuesto para promoción. Por otro lado, las excepciones funcionan en ambos sentidos. ¿Cuánto mercado estamos perdiendo los españoles por quedarnos de brazos cruzados? Pablo Zalba, suplente en la Comisión de Comercio Internacional, y Santiago Fisas, miembro de la Comisión de Educación y Ciencia, se reunieron conmigo para ofrecerme su punto de vista y aclararme cómo surgió la problemática. Ambos confirmaron que la Comisión Europea no tenía ninguna intención de que el asunto se tocase. El no mostrar esas cartas de entrada evitaba arriesgarse a que Estados Unidos hiciese lo propio con otra industria que nos interesase a nosotros y la sacase del tratado. Al convertirse el asunto en polémica internacional, se aceptó que la excepción cultural se mantuviese como excepción desde el inicio. Los riesgos los desconocemos aún.

¿Nos convierte la excepción cultural en una mala excepción?

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Por Claudia Lorenzo

pocos días de que comiencen las negociaciones del tratado de libre comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea (tal vez hayan comenzado cuando ustedes lean esto), el mundo del audiovisual sigue dándole vueltas a la excepción cultural, que durante un momento pareció estar sobre la mesa de negociaciones y que rápidamente se

quitó de las mismas, tras la protesta de miles de miembros del mundo del cine europeo y tras la negativa de Francia, cabecilla de la norma, a continuar negociando si eso no se iba fuera y se mantenía, igual que hasta entonces, como excepción. Después de darme un paseo por el Parlamento Europeo en Estrasburgo y charlar con un par de diputados (mu-

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La excepción cultural protege a las industrias audiovisuales europeas, sobre todo al cine, de importaciones de otros lugares. Prima el producto nacional (sobre todo en Francia, en donde lo hacen muy bien) y se subvenciona ese sector alegando que no sólo es industria, sino también arte y parte de la cultura de un país. (Continúa en la siguiente página)

El español es a día de hoy el segundo idioma más hablado del mundo por detrás del chino. También es el segundo idioma más hablado en Estados Unidos, por más de 50 millones de personas. ¿Hola? ¿Mercado en potencia? www.lacriticanyc.com


Opinión Política

arte y parte de la cultura de un país. La carencia de excepción cultural implicaría quitar las subvenciones (aunque algunos dicen que cada país podría mantener las suyas) y haría que una película nacional y una superproducción norteamericana compitiesen en igualdad de condiciones (ni cuotas de pantalla, ni financiación televisiva ni nada de nada). Mario Vargas Llosa escribió hace unos años un artículo en El País en contra de la excepción cultural que levantó ampollas. En él calificaba la norma de nacionalista en su peor sentido y de ser una versión moderna del despotismo ilustrado. Decía que habría que darle a los ciudadanos libertad para elegir con qué bien cultural quieren satisfacer su curiosidad, y que si prefieren ver “El Hombre de Acero” a “La mejor oferta” (estoy actualizando sus ejemplos), aunque la segunda se considere culturalmente superior (que sería discutible) es que habríamos fallado en educación, que es donde todo empieza. Igualmente, y esto es opinión personal, tal vez no consiste tanto en elegir entre ejemplos extremos como en saber combinar. Vargas Llosa ponía en manos del público el futuro de una industria, y ya se sabe que en ocasiones al público no se le puede dejar que elija nada. O eso dicen. Pero… ...partamos de la base de que la excepción cultural es una medida tremendamente proteccionista, que fuerza en casa productos que nadie más en el extranjero ve, productos nacionales que, según lo que decimos, además de poseer calidad, deben poseer valores añadidos por ser de nuestra tierra. Y ahora abramos los ojos y démonos cuenta de qué aceptación tiene el cine español en nuestra sociedad hoy en

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día. No es por meter el dedo en la llaga, pero los he visto más ilusionados. Los franceses, por ejemplo. Lo que está claro es que distribuir el cine español por la fuerza no está resultando muy exitoso. La excepción cultural funciona en ambos sentidos. Protegemos lo nuestro y ellos protegerán lo suyo. ¿Cuántas películas españolas se estrenan en Estados Unidos al año? Ahora tengamos en cuenta la cantidad de creativos y técnicos de la industria cinematográfica nacional que hoy en día viven o trabajan en ese país. La gente está allí ya, ¿tiene sentido seguir empeñándonos en mantener lo de aquí solo aquí? No solo eso, es que, en 2013, parece ridículo ponerle barreras a productos que a golpe de click se pueden conseguir en cualquier página de Internet.

Mirko Bisesti, consejero cultural del grupo parlamentario europeo Europa de la Libertad y de la Democracia, me defendió la medida diciendo que comerciar con cultura no es lo mismo que comerciar con otros productos. Por otro lado, nosotros producimos en español, a día de hoy el segundo idioma más hablado del mundo por detrás del chino. También es el segundo idioma más hablado en Estados Unidos, por más de 50 millones de personas. ¿Hola? ¿Mercado en potencia? El cine español se trata como oro en paño en países alejados a nuestra geografía. Mientras en la península es un sector denostado y poco respetado, en Estados Unidos adoran lo

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poco que les llega de nuestra tierra. ¿Acaso estamos protegiendo la industria para un público a quien no le interesa, pero aislándonos de la clientela potencial? Una de las mayores críticas que sufre el cine español es que vive de las rentas que le dan las subvenciones. A pesar de que muchos otros sectores también están subvencionados, al cine español se le exige estructura de industria desde hace años. Es imposible hacerlo sin un mercado en el que se recupere lo invertido, y ese mercado, estamos descubriendo, no tiene por qué ser solo nuestro. Si queremos cambiar la situación de nuestra industria, y está claro que algo tiene que cambiar, y queremos que se autofinancie lo más que pueda, tenemos que pensar a lo grande. La excepción cultural, como idea, es muy romántica. Mirko Bisesti, consejero cultural del grupo parlamentario europeo Europa de la Libertad y de la Democracia, me defendió la medida diciendo que comerciar con cultura no es lo mismo que comerciar con otros productos. En su opinión, nuestra excepción cultural no tiene por qué afectar a la exportación de nuestras películas a Estados Unidos. Pero, ¿lo hace? El asunto de la excepción cultural es uno plagado de interrogantes y de dudas, de riesgos y de compromisos. Tal vez lo que beneficie a algunos, como Francia, nos perjudique a otros. O tal vez no. Es uno de esos proyectos que solo pueden demostrarse dando un salto al vacío, obviamente respaldado por buena y diplomática política, estudiando sus beneficios a pesar de sus peligros. Pero tiene que dejar de ser la vaca sagrada del cine español y convertirse en un tema sobre el que poder hablar, discutir y opinar a favor o en contra. Un tema, como muchos otros, que pase de ser blanco o negro a convertirse en gris. Y todo será entonces mucho más fácil.


Opinión

Exposiciones

"JEFF KOONS: New Paintings and Sculpture" © Jeff Koons. Por cortesía de Gagosian Gallery. Foto de Rob McKeever

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i hubiera que elegir al artista del verano tal como se hace con las canciones, no habría dudas: Jeff Koons (York, Pennsylvania, 1955) se alzaría con el trofeo. A riesgo de no contar con todos los datos, hasta finales de septiembre, su colorista y polémica obra se exhibe en lugares tan dispares como el Brihgton Museum, el Jane Voorhees Zimmerli de la Rutgers University en New Brunswick (New Jersey) y en dos de las galerías más ansiadas por un artista tan ávido de copar el mercado como él: David Zwirner y la todopoderosa Gagosian, su representante oficial. Para la próxima temporada, sus exposiciones proliferarán como los hongos en otoño (el Whitney le dedicará una gigantesca retrospectiva en 2014), pero pocos esperan grandes revelaciones.

Jeff Koons la saturación del “mago” del kitsch y del pop Por ángeles García

La segunda mitad del arte del siglo XX y la primera del XXI se entendería poco sin nombres como Damien Hirst, Takashi Murakami o Jeff Koons. Con ellos el arte se convirtió en uno de los grandes negocios mundiales y los artistas mutaron en empresarios capaces de controlar hasta el último detalle de sus poderosas firmas. Personifican, desde finales de los 80, una manera de entender la creación muy similar al mundo financiero (el propio Koons fue bróker durante un tiempo) al que tanto adoran y aunque los síntomas de saturación son ya evidentes, en este tiempo han conseguido que pocas colecciones internacionales que se precien, hayan prescindido de sus productos. Las exposiciones neoyorkinas de Koons son un claro ejemplo de su megalomanía (Continúa en la siguiente página)

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Opinión

Exposiciones artística. Las dos galerías ofrecen un espacio que el sueño para cualquier creador contemporáneo como el que nos ocupa. Las enormes dimensiones de las salas resultan perfectas para mostrar piezas descomunales. Pinturas y esculturas recién salidas de su factoría (vive y trabaja en Nueva York junto a una treintena de personas) se alternan por las salas. La exposición se vende como “las últimas obras” del artista, pero a poco que se le haya seguido, la novedad no se percibe. En el vestíbulo de Gagosian, recibe una Venus neumática de color rosa chicle oscuro y tamaño casi humano. Recuerda a sus famosas esculturas de coloridos brillantes concebidas, según él ha contado, para hacer más agradables los rincones infantiles. Es una de esas obras similar al Balloon Flower color magenta que en 2007 fue adjudicado por 16,5 millones de euros y le convirtió en el artista vivo más cotizado del mundo. Pero Venus es solo el principio y da entrada a la sala en la que se anuncian nada menos que tres nuevas esculturas: Balloon Swan (cisne azul), Balloon Rabbit ( conejo amarillo) y Balloon Monkey ( mono rojo). Es la archifamosa serie de celebración en la que empezó a trabajar hace dos décadas, inspirada en la fascinación hacia experiencias de la infancia Los elementos de una fiesta infantil son concebidos con formas apabullantes por sus tamaños (426.7 x 271.8 x 205.1 cm) formas y reflejos inmaculados que las transforma en espejos frente a los que los niños pueden actuar. Son esculturas creadas en origen para su hijo Ludwig, el niño que en 1992 tuvo con la actriz porno Cicciolina y por el que mantuvo un mediático (faltaría más) litigio tras la separación a propósito de la custodia. Desde entonces ha tenido cinco hijos de un segundo matrimonio y ha realizado innumerables versiones con distintos materiales y colores, lo que le permite seguir utilizando el término de original.

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Las que ha expuesto en Gagosian pertenecen a series de cinco ejemplares. Si cada una se vende por un millón de dólares, está claro que el disgusto inicial por no ver a su hijo le ha salido más que rentable.

Jeff Koons, equiparó su producción con la obra de Marcel Duchamp haciendo suya la frase según la cual el arte está en el ojo del observador, no en el objeto en sí. En el caso del artista francés, la sentencia rebosó originalidad, en el de koons, suena a calculado versioneo. Pero entre estos últimos trabajos hay más cosas. El personaje de Hulk arrastrando una carretilla cargada de pensamientos es lo más epatante. De apabullantes dimensiones y realizado en bronce policromado, el superhéroe procede de una de sus última series inspiradas en iconos populares. Lo combina además con las flores de jardín con las que dio forma a su conocidísimo Puppy, la escultura que adorna la entrada del Guggenheim de Bilbao y que cuenta también con varios hermanos expuestos por el mundo. El aspecto combinado entre plástico y vegetación hace las delicias de los coleccionistas multimillonarios a los que está dirigido, pero resulta chirriante cuando se expone como combinación de depurada figuración abstracta con toques kirch y lo presenta como una visión posmoderna del mundo, cuando, en realidad sugiere un tutti frutti de etiquetas mezcladas para ensalzar su marca.

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Sus nuevos óleos inspirados en el arte antiguo pero aderezadas con un toque porno son más de lo mismo. De nuevo, grandes tamaños (259.1 x 350.5 cm) para mezclar imágenes de esculturas clásicas con delfines sobre los que un remedo de Dita Von Teese copula con un mono. Las piezas tienen que impactar y verse muy bien para venderse mejor.Es su objetivo, y lo consigue. El visitante común, sale agotado de la exposición. Y el artista, contento. En uno de sus momentos estelares , Jeff Koons, equiparó su producción con la obra de Marcel Duchamp haciendo suya la frase según la cual el arte está en el ojo del observador, no en el objeto en sí.En el caso del artista francés, la sentencia rebosó originalidad, en el de koons, suena a calculado versioneo. La próxima temporada de grandes exposiciones, volverá a tener a Koons en sus mejores escaparates. Por el momento parece que su obra siegue siendo una inversión tan segura como el oro. Pero como el buen corredor de bolsa que fue sabe que la saturación puede hundir su propio mercado. Es la única esperanza de que nos de un respiro y que galerías y museos empiecen a depurar sus programaciones.

Sus nuevos óleos inspirados en el arte antiguo pero aderezadas con un toque porno son más de lo mismo. De nuevo, grandes tamaños (259.1 x 350.5 cm) para mezclar imágenes de esculturas clásicas con delfines sobre los que un remedo de Dita Von Teese copula con un mono.


Opinión

Exposiciones

"JEFF KOONS: New Paintings and Sculpture" © Jeff Koons. Por cortesía de Gagosian Gallery. Foto de Rob McKeever

"JEFF KOONS: New Paintings and Sculpture" Hulk (Wheelbarrow)© Jeff Koons. Por cortesía de Gagosian Gallery. Foto de Rob McKeever

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LasCríticas Matthew McConaughey protagoniza la tercera película de Jeff Nichols

30 de Agosto

Mud (2013) de Jeff Nichols Por Sara Méndez

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ay quienes dicen que “Las aventuras de Huckleberry Finn” es la mejor obra de la literatura americana. Escrita por Mark Twain a finales del sigo XIX, la novela sigue suscitando admiración en jóvenes y académicos no sólo por el trasfondo de la historia, que trata temas controvertidos como el racismo, sino también por la capacidad que el escritor tenía para describir lugares y crear personajes inolvidables. Eso mismo es lo que consigue Jeff Nichols en su último film, “Mud”. Tras “Shotgun Stories” (2005) y “Take Shelter” (2011) protagonizadas por el magnífico Michael Shannon, Nichols regresa con una historia sobre amistad, amor y madurez.

Escrita y dirigida por este cineasta americano nacido en el estado de Arkansas en 1978, donde tiene lugar la historia, “Mud” narra las aventuras del joven Ellis (Tye Sheridan) y su mejor amigo Neckbone (Jacob Lofland) quienes, como Huck Finn y Tom Sawyer, se desplazan en una vieja lancha por el río Mississippi hasta llegar a una isla desierta donde encuentran un barco varado en lo alto de un árbol. De corazón noble, Ellis busca escapar de su vida familiar, que se está rompiendo en pedazos, mientras explora los entresijos del amor. Neckbone, más pícaro, es un huérfano que vive con su entrañable tío Galen (Michael Shannon), un pescador de almejas cuyo visión del mundo resulta clave en la trama.

Cuando Ellis y Neckbone descubren a un hombre que dice llamarse Mud (Matthew McConaughey) viviendo en el barco, los chicos se comprometen a ayudarle fascinados por la historia que les relata. Tras matar a un hombre que maltrataba a su novia Juniper (Reese Witherspoon), Mud se refugia en la isla para escapar de un grupo de cazarrecompensas liderado por King (Joe Don Baker). Ellis, con una visión pura y romántica del amor, siente compasión por Mud mientras que Neckbone le mira con suspicacia, intentando proteger a su amigo. Cuando las cosas se complican Ellis le pide ayuda al viejo Tom Blankenship (Sam Shepard), un solitario ex marine que vive al otro lado del río y cuya relación con Mud resulta un tanto misteriosa. (Continúa en la siguiente página)

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Agosto & Septiembre Hay que reconocer que el reparto no podría haber sido más acertado. McConaughey hace el mejor papel de su carrera y el joven Sheridan, a quien vimos en “El árbol de la vida”, nos cautiva con su naturalidad y franqueza. Para Lofland, quien tiene cierto parecido al malogrado River Phoenix, este es su primer papel, lo cual no deja de ser sorprendente. Por su parte, Shepard y Shannon son extraordinarios a pesar de su reducido tiempo en pantalla. Sin embargo, lo maravilloso del film radica en la honestidad de la historia. Nichols demuestra tener una sensibilidad especial para crear personajes memorables y plasmar paisajes espectaculares (desconocidos para muchos) que se convierten en una parte fundamental de esta inolvidable aventura. La visión del mundo a través de los ojos del joven Ellis es sincera y la ingenuidad de la adolescencia resulta entrañable a la vez que dolorosa, sobre todo por la inevitable colisión a la que deben hacer frente cada uno de los personajes.

Rachel McAdams y Domhnall Gleeson Foto de Murray Close © 2013 - Universal Pictures

“Mud” recuerda a una de esas fábulas con moraleja; a uno de esos cuentos que se les cuanta a los niños. Y es que “Mud” es una aventura sobre moralidad y crecimiento personal, una película con magia que no deja indiferente y que sin quererlo, se te clava en el corazón.

“Mud” narra las aventuras del joven Ellis (Tye Sheridan) y su mejor amigo Neckbone (Jacob Lofland) quienes, como Huck Finn y Tom Sawyer, se desplazan en una vieja lancha por el río Mississippi hasta llegar a una isla desierta donde encuentran un barco varado en lo alto de un árbol.

18 de Octubre

About Time (2013) de Richard Curtis Por Claudia Lorenzo

No es una comedia romántica cualquiera

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ichard Curtis es un clásico de la cinematografía británica y mundial. Tras ser el responsable de los guiones de “Cuatro bodas y un funeral” (1994), “Notting Hill” (1999) y “El diario de Bridget Jones” (2001), se lió la manta a la cabeza y escribió, dirigió y contrató a casi todos los actores británicos para “Love Actually” (2003), que se convirtió en un éxito absoluto. Gusten o no las comedias románticas, y obviando algunos pasajes de esta última película o la totalidad de la secuela de Bridget

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Jones, innecesaria y nefasta, Curtis es un maestro de la escritura. Combina como pocos logran hacer hoy en día la sensibilidad del romance con la hilaridad de la comedia para ofrecer productos de alta calidad. Por eso, que su última película como director y guionista, “About time” (2013), fuese la proyección sorpresa en el Festival de Cine de Edimburgo llenó a muchos, y entre ellos a esta fan que escribe, de alegría. A partir de este momento, no tengo claro cómo hacer mi crítica. Hay dos opciones, o bien Curtis tenía la intención de contarnos una aventura en el tiempo y se encariñó con sus personajes demasiado como para hacerles sufrir, o ha creado el MacGuffin de la comedia romántica y ha transformado el chico-conoce-a-chica en una historia en la que nos da igual, pasado un tiempo, que el chico conozca a la chica. (Continúa en la siguiente página)

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Agosto & Septiembre Si el problema es la primera opción, no le culpo. La historia de Tim (Domhnall Gleeson), pelirrojo enamorado del amor, que conoce a Mary (Rachel McAdams) y dedica todos sus esfuerzos y el mayor de los secretos que le desveló su padre (Billy Nighy) a mantener ese amor, es tentadora. El secreto, el gran secreto, es que los hombres de su familia pueden viajar en el tiempo (con algunas reglas de por medio). El objetivo de Tim es conseguir a Mary y, ya que está, arreglar algún que otro problema que se le pone por delante. Dicho esto, os sorprenderá saber que “About Time” no emplea todo su tiempo en la clásica estructura de comedia romántica. Es más, emplea tan poco en ella que parte del metraje se convierte en una tortura para el espectador que crea que, cuando menos lo esperemos, todo se desmoronará. Pero a Curtis le encantan Tim y Mary. Para ser más específicos, a Curtis le encanta Tim, impecablemente interpretado por Domhnall Gleeson, que destila autenticidad, ternura y bondad por cada poro de su piel y de su sonrisa. Que Mary se enamore de él es inevitable. Ahora bien, a media película una se pregunta qué más va a pasar, cuál va a ser el punto en el que la historia dé un vuelco. Y ahí se descubre el MacGuffin de Curtis. “ About Time” no va de viajes en el tiempo, ni siquiera va de la conquista de una enamorada. La película se desnuda y nos confiesa que no podemos dar marcha atrás a todo pero que sí podemos abrazar un presente al lado de los nuestros, de la familia, de los amigos, de la gente que nos quiere. Curtis, o su estudio, nos han vendido una comedia romántica sobre viajes en el tiempo que muchos no han tardado en comparar con el día de la marmota de Bill Murray, pero nos entregan una historia muy diferente, mucho más costumbrista, más sencilla, alejada de famosas que se enamoran de libreros o de fiestas navideñas llenas de amor por todas partes. Aquí Curtis aprovecha la química de sus actores, como pareja pero también como integrantes de una familia más grande,

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y disecciona la felicidad, la razón por la que algunos disfrutan de ella y otros no. Siempre enmarcándola en un Londres que claramente le encanta o en la costa de Cornwall en unos paisajes a los que cualquiera se mudaría en un abrir y cerrar de ojos. El MacGuffin tiene sus problemas. Para empezar, las reglas en principio claras de los viajes en el tiempo empiezan a liarse a la mitad, con una explicación que intenta darles sentido pero que no va acompañada de los actos. Y después, por mucho que nos encanten los personajes, hay una sucesión de escenas que cargan al personal con tanta bondad y capacidad de resolución. Al fin y al cabo, las historias se hacen a base de conflictos y hay un momento en el que esta película carece de ellos. Para acabar, aunque es marca de la casa, la música está permanentemente presente en el filme. Demasiado. Todo esto lo soluciona sin embargo el cariño del autor por la historia de una familia que disfruta de la vida, una lanza rota a favor de los pequeños placeres y, sobre todo, una conclusión muy emocionante que demuestra por qué Billy Nighy es el monstruo que es y por qué, aunque parezca cursi, el optimismo de Curtis nos conquista una y otra vez.

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UpstreamColor(2013)deShaneCarruth Por Ana Vidal Egea

La fuerza del accidente

“U

pstream color” podría ser traducido como “color a contracorriente”; el desconcierto comienza ahí, en el propio título. Hay películas que son como obras de arte, que interpretamos de forma diferente dependiendo del momento vital que atravesemos o simplemente del estado de ánimo. La belleza parte de la indefinición, del caos, de ese enredarse en el principio y en el final, como en un amasijo de palabras

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que nos conducen por distintos caminos a veces hasta en direcciones opuestas. Es algo que Lynch consigue magistralmente en películas como “Mulholland Drive” y que también vemos en el “Caché” de Haneke; por eso, los espectadores de esta película, que es una oda a la rareza, tienen que estar preparados para dejarse llevar sin sufrir buscando un significado, tratando de entender lo que sucede en cada momento. Si no se es capaz de un estado de relajación uno se verá abocado a la frustración. A esto se suma que “Upstream color“ es tan sólo la segunda película de Shane Carruth (guionista, protagonista, director y productor). Carruth, especializado en largometrajes de ciencia ficción, presentó su primera película “Primer” (2004) en el Festival de Sundance, consiguiendo el Gran Premio del Jurado. Han pasado nueve años para el estreno de esta segunda obra, llena de poesía visual (tratando de seguir los pasos de Terrence Malick en la equilibrada mezcla de paisajes, colores, personas) con una banda sonora excelente que nos envuelve, nos atrapa, nos sumerge en ese blanco, y que merece el Premio Especial de Sonido en el Festival de Sundance, con el que ha sido galardonada este año. Es un largometraje lento, no-lineal, se salta de una conversación a otra desordenadamente, se entrecruzan los fotogramas, pero de una forma suave, onírica; el espectador tiene un papel activo construyendo como en un puzzle, pero se le da tiempo. La película habla de una nueva forma de alienar, robar y someter a personas: los parásitos. A la protagonista (interpretada de forma magistral por Amy Seimetz) un ladrón le suministra una cápsula en cuyo interior hay una larva que la habitará convirtiéndola en una especie de autómata, con el fin de poder desvalijarla. Aunque ella se percata de que hay algo reptando bajo su piel y consigue que la liberen del parásito, nunca volverá a ser la misma persona. (Continúa en la siguiente página)


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Agosto & Septiembre Arruinada y sin trabajo, debe de reconstruir su vida, pero ya está ensombrecida para siempre. Es entonces cuando conoce a Jeff (interpretado por Shane Carruth), quién ha sufrido la misma experiencia, aunque no lo descubren hasta mucho después. Se genera entre ellos la complicidad del mismo dolor, del vacío compartido, la mirada perdida, un lenguaje inusual. El mejor diálogo de la película es el silenciado.

“Upstream color“ es tan sólo la segunda película de Shane Carruth (guionista, protagonista, director y productor) La naturaleza tiene en la obra un papel protagonista; las personas que han tenido a la susodicha larva en su cuerpo aumentan su capacidad sensorial, escuchándolo todo con más intensidad, (hasta el correr del agua bajo la tierra), lo que los acerca mucho más al mundo vegetal y animal, y los conecta más al entorno, separándolos más, paradójicamente, de los humanos. En este sentido aparece muchas veces el libro “Walden” (La vida en los bosques) de Thoreau, los portadores de la larva son forzados a estudiarlo; la película habla también de ese momento en la vida en el que el individuo siente la necesidad del cambio, de abandonar el cómodo mundo cotidiano hacia algo nuevo, buscando significados distintos y convirtiéndose en seres realmente libres y no esclavizados por la sociedad. Pero sobre todo se habla del redescubrimiento de la identidad, de esa parada obligada que experimentan los personajes, y que los conduce a un viaje introspectivo que es el que todos hemos de recorrer al final. “Upstream Color” trata de cómo el accidente transforma a los protagonistas hacia su esencia, forzándolos a la re-elección y a la formulación de preguntas. De cómo los devuelve al punto clave: el principio.

We steal secrets: the story of Wikileaks (2013)

Sin fecha de estreno

We steal secrets: the story of Wikileaks (2013) De Alex Gibney Por Claudia Lorenzo

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stán los dramas y luego las tragedias griegas. La historia que nos muestra “We Steal Secrets” parece más cercana al último caso que al primero. Y es que, en aras de la libertad de expresión, tenemos al mártir endiosado Julian Assange, al protagonista condenado, desde mucho antes de su aparición en los medios, al ostracismo, Bradley Manning, y al Judas que vive día a día con la culpa que le generó desvelar la identidad de aquel que filtró miles de documentos de datos a la web, Adrian Lamo. Alrededor de ellos, Alex Gibney (director de “Freakonomics” en 2010, o “Enron: the Smartest Guys in the Room” en 2005) reconstruye el nacimiento, desarrollo y probable caída de Wikileaks y de su cabeza pensante, el hoy atechado en la embajada londinense de Ecuador, Julian Assange. Con testimonios de antiguos colaboradores, transcripciones de las charlas privadas entre Manning y Lamo

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y entrevistas a una de las dos mujeres que denunciaron a Assange por abuso en Suecia, el espectro que presenta la película es tremendamente amplio y, en ocasiones, cronológicamente muy confuso. Repasemos los hechos rápidamente. Wikileaks, página web dedicada a la transparencia, filtra en 2010 miles de documentos que afectan profundamente a las relaciones internacionales estadounidenses, documentos relacionados con las guerras de Irak y Afganistán, pero también cables sobre sus relaciones diplomáticas con otros estados. Se descubre que Bradley Manning, un soldado del ejército estadounidense con acceso a los documentos, es el autor de las filtraciones. Cuando digo “se descubre” me refiero a que Manning, un joven confuso sobre su propia identidad pero que alegaba problemas de conciencia a la hora de seguir haciendo lo que hacía en su trabajo una vez fue consciente de ello, le da estos datos al pirata informático Adrian Lamo, confiando en él y haciéndole partícipe de muchos de sus secretos. Lamo, sobrepasado por la responsabilidad o temeroso de resultar cómplice, delata (Continúa en la siguiente página)

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Agosto & Septiembre a Manning a las autoridades, que le detienen y le someten a un trato vergonzoso (celdas de aislamiento, torturas). A día de hoy, Manning sigue en prisión pendiente de ser juzgado por delito de traición. Julian Assange, mientras tanto, fue denunciado en Suecia por dos mujeres que le acusaron de haber tenido relaciones sexuales con ellas sin permiso y sin condón. No está en busca y captura para su detención, sino para su interrogatorio. Sin embargo, su decisión personal de quedarse en Londres primero y de pedir asilo a Ecuador después, por miedo a ser extraditado a Estados Unidos desde Suecia (cosa que más de un abogado sueco ya dijo que no se podría hacer), le ha condenado al arresto domiciliario en la embajada, Garzón mediante. Uno de sus colaboradores, un joven creyente en la teoría de la transparencia que Wikileaks promulgaba en sus primeros años, menciona que el propio Assange decidió no separar su cruzada personal contra la justicia (por delitos sexuales, que no se olvide) de la cruzada de su empresa contra el secretismo institucional. El trato que muchos seguidores del llamado profeta les han dado a las mujeres que le denunciaron da, sinceramente, asco. Ahora, con el caso Snowden copando páginas y páginas de periódicos, es un buen momento para hablar de Wikileaks y su cabeza pensante, un hombre paranoico y tremendamente ególatra, que facilitó una plataforma para que otros hiciesen el trabajo sucio. Se llamen Edward Snowden o se llamen Bradley Manning. La voluntad de Assange de colocarse en primera línea de cualquier acontecimiento, a pesar de no haber dado palo al agua en él, le convierte en un personaje hipnótico. “We Steal Secrets” es, como mencioné al principio, una película llena de datos, fechas y testimonios que tiene un problema cronológico que hace que la información aparezca mucho

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más mezclada de lo que debería estar. Sin embargo, el ascenso y caída de Assange está ampliamente explorado, rehuyendo las ganas de alzarlo como un héroe pero aceptando su éxito y la valentía de sus primeros ideales, aquellos que inspiraron a muchos y que, a la larga, le alienaron del resto de la humanidad. Podría ser la historia de Manning o de Assange, podría ser la historia de la página web que los unió. Sin embargo, es la historia de un mundo que se posiciona constantemente en un blanco y negro, que define a aquellos que filtran secretos como héroes o traidores, y a aquellos que defienden la necesidad de los secretos como fascistas o protectores de la humanidad. En todos casos, al final la reflexión ideal sería pensar en qué nivel de grises queremos estar. Porque yo estoy segura de que hay muchas cosas de nuestros gobiernos que deberían ser transparentes, pero no de que todas deban serlo. Igualmente, creo que filtrar 400.000 documentos sin mirar por ellos no es filtrar, sino dar un puñetazo en la mesa sin pensar en si la mesa resistirá. La reflexión final sobre la soledad del chivato es estremecedora.

Ahora, con el caso Snowden copando páginas y páginas de periódicos, es un buen momento para hablar de Wikileaks y Assange... Snowden es el ejemplo de la ética de la transparencia llevado a la responsabilidad consciente de no poner en peligro a nadie a la hora de filtrar. Las ganas de Estados Unidos de echarle el lazo deberían ser proporcionales a la admiración que su acción causa en el mundo. Dicho esto, una ya ve los tentáculos de Assange moviéndose a su alrededor, deseando frotarse con este nuevo Buda de la transparencia. Que no nos engañe.

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14 de Junio

Con la pata quebrada (2013) de Diego Galán Por Rau García

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econozcámoslo, España siempre ha sido un país machista, por tradición. Cada vez menos, afortunadamente, pero este documental no habla sobre asuntos superados, lo que se trata en él sigue muy vigente. Tanto que al salir del cine sentí una especie de vergüenza ajena, pero cercana al mismo tiempo, pues yo no soy en absoluto machista, pero al ser hombre y español, aunque pertenezca a una generación lejana a las que se muestran en el documental, algo me toca, supongo. Muchos de los jóvenes de hoy, sin ir más lejos, habrán visto algunas de las escenas de “Con la pata quebrada” representadas en sus propias casas, por sus padres, o en las de sus abuelos. A algunos les cuesta admitirlo, pero salta a la vista: a lo largo de diferentes épocas, cada una a su manera, el machismo ha estado presente en el ADN de la sociedad española. Y todavía hoy, aunque ha habido una evolución notable al respecto, es necesario seguir luchando por conseguir la igualdad entre hombres y mujeres. A través del cine español, desde los años 30 hasta la actualidad, vemos cómo se han representado a las mujeres, pero no solo a ellas, también a los hombres (que tampoco salen bien parados). Pasando por la II República, por la dictadura franquista y por la transición democrática hasta el presente, el documental repasa problemas tales como el aborto, la liberación sexual, el derecho a voto, la igualdad laboral, los malos tratos, etc. Diego Galán, director, escritor y crítico de cine (director del Festival Internacional de Cine de San Sebastián desde 1986 al 2000), ha seleccionado escenas de 180 películas españolas (unas mejores, otras peores, unas clásicas, otras


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Agosto & Septiembre modernas, también las hay desconocidas y olvidadas, pero casi todas auténticos tesoros de nuestra filmografía) para hacer un retrato certero de la visión que ha tenido la sociedad española de la mujer en diferentes épocas influenciadas por sus contextos históricos. Es muy curioso el contraste entre las películas que parecían ser una propaganda política y religiosa, con las del “destape” en adelante. Pero a medida que los tiempos fueron cambiando, la sociedad fue adoptando mayor respeto a la mujer y eso también se plasmó en el cine, en cuyos guiones, durante mucho tiempo, solamente hubo papeles femeninos sumisos del hombre y degradantes. Ver muchas de estas películas no es tarea fácil pues, a excepción de Canal+, los canales de televisión no las suelen emitir, aunque las tengan (a veces las echan de madrugada en canales de la TDT), otras ya no están a la venta o se creían extraviadas, así que el documental de este cinéfilo empedernido es un regalo de gran valor, ya que de otra manera seguramente no podríamos disfrutarlas (lo malo es que cuando veamos un trozo de algunas, querremos verlas enteras). Además, la calidad de las copias es muy buena y es una oportunidad de lujo para recordar o conocer a actores y actrices españoles que pertenecen ya a la historia del cine de nuestro país. En definitiva, es un documental que puede gustar a público de todas las edades, hombres y mujeres, porque para todos tiene un interés, diferente y común.

Reconozcámoslo, España siempre ha sido un país machista, por tradición. Cada vez menos,afortunadamente, pero este documental no habla sobre asuntos superados, lo que se trata en él sigue muy vigente.

Se nota que “Con la pata quebrada” está hecho con cariño y sentido del humor, unido a que muchas de estas películas contienen un carácter cómico implícito que se aprecia mejor desde la perspectiva de nuestros días. Algunas películas, en lo que se refiere al argumento, a las frases del guión y al perfil de los personajes, hoy nos parecen sencillamente perlas ridículas. Pero si nos paramos a pensar, tampoco contamos con suficiente distancia como para mirar con esa perspectiva, pues lo ridículo se sigue repitiendo tristemente todavía en muchos rincones de España, da igual que sea en pueblos o en grandes ciudades. Aún así, es inevitable reírse, pues en el documental se logra reunir una colección de momentos muy representativos sobre este tema que rozan o tocan de lleno lo absurdo. Al fin y al cabo, está demostrado que a los españoles nos gusta reírnos de nosotros mismos, de nuestros defectos. Ahí está “Torrente”, por ejemplo, el personaje que interpreta Santiago Segura en la película dirigida por él mismo. Es un personaje de ficción pero existen personas así, tal cual, en la realidad. En “Con la pata quebrada” ocurre algo parecido: no se trata de una caricatura exagerada de la sociedad española, sino de un reflejo fiel de la realidad, pues el cine es un espejo que sirve también para comprender a un país. El ritmo y la in-

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teligencia del montaje, a cargo de Juan Barrero, que al principio sigue un orden cronológico, pero que luego va saltando de década en década según el tema, hacia atrás y hacia delante (igual que España, que a veces retrocede lo que consigue evolucionar), y la desenfadada voz en off del actor Carlos Hipólito ayudan a reforzar el tono del documental. Producido por Enrique Cerezo y Agustín Almodóvar (El Deseo), se presentó en la sección Classics del Festival de Cannes, fuera de competición, donde obtuvo un gran reconocimiento. De momento se puede ver en los cines Golem de Madrid y en los Boliche de Barcelona. Después podrá verse en festivales a nivel nacional e internacional. Como curiosidad, en inglés se ha titulado “Barefoot and pregnant in the kitchen” o en francés “Retourne à tes fourneaux”. Es difícil traducir un refrán tan autóctono español y que cobre el mismo sentido en otro idioma. El título original en español viene de un anticuado refrán popular que dice así: “La mujer casada y honrada, con la pierna quebrada y en casa”. Esperemos que haya caído ya en desuso, aunque retrógrados habrá siempre.

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Lo mejor aún está por llegar Los 10 estrenos más relevantes de los próximos meses

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Por Sara Méndez

e podría decir que lo mejor del 2013 aún está por llegar. Y es que muchos de los grandes directores de cine están a punto de estrenar sus nuevos films, muchos de los cuales han sido presentados recientemente en el Festival de Cannes. Desde veteranos como Lars Von Trier, Martin Scorsese o Woody Allen hasta cineastas jóvenes como Nicolas Winding Refn o Scott Cooper, pasando por talentos como Steve McQueen o los afamados hermanos Coen nos traen sus últimas creaciones; películas provocativas, transgresoras y de una estética visual única que no dejan indiferente y cuyas críticas resultan, en ocasiones, controvertidas.

1. “Only God Forgives” Estreno en España el 1 de Noviembre de 2013 Escrito y dirigido por Nicolas Winding Refn (“Drive”) el joven director danés nos trae su nuevo film nominado a la Palma de Oro en el Festival de Cannes 2013. “Only God Forgives” cuenta la historia de Julian Thompson (Ryan Gosling), un traficante de droga americano asentado en Bangkok que tras el asesinato de su hermano se sumerge en los bajos fondos de la ciudad para buscar al responsable y vengar su muerte. Reparto: Ryan Gosling, Kristin Scott Thomas, Vithaya Pansringarm.

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2. “Blue Jasmine”

22 de Noviembre de 2013 Tras varias comedias (“Vicky, Cristina, Barcelona”, “Midnight in Paris”, “A Roma con amor”), Woody Allen regresa con un drama protagonizado por la galardonada actriz australiana Cate Blanchett. Cuando su marido (Alec Baldwin) se arruina, Jasmine se instala en casa de su hermana, a quien nos ve desde hace años. Su modesto estilo de vida obligará a Jasmine a reevaluar ciertos valores. Reparto: Alec Baldwin, Cate Blanchett, Bobby Cannavale, Louis C.K., Andrew Dice Clay, Sally Hawkins, Peter Sarsgaard, Michael Stuhlbarg.

3. “Prisoners”

Sin fecha de estreno Tras el éxito de “Incendies”, el cineasta canadiense Denis Villeneuve presenta su nueva película, “Prisoners”, protagonizada por Hugh Jackman. A partir de la desaparición de dos niñas de seis años, el padre de una de ellas decide secuestrar al principal sospechoso (Paul Dano), a quien la policía se ha visto obligada a poner en libertad por falta de pruebas. Reparto: Hugh Jackman, Jake Gyllenhaal, Melissa Leo, Viola Davis, Maria Bello, Paul Dano, Terrence Howard.

4. “The Wolf of Wall Street” 5 de Diciembre de 2013

Martin Scorsese presenta un nuevo thriller basado en el vida del bróker Jordan Belfort (interpretado por Leonardo DiCaprio), quien tras su espectacular ascenso en Wall Street es acusado de corrupción y crimen. Reparto: Leonardo DiCaprio, Jonah Hill, Jean Dujardin, Matthew McConaughey, Jon Favreau, Jake Hoffman, Rob Reiner, Jon Bernthhal, Margot Robbie, PJ Byrne, Kyle Chandler.

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5. “Nebraska”

Sin fecha de estreno Alexander Payne ha presentado en el Festival de Cannes su última película cuya trama se centra en un anciano (Bruce Dern) que decide hacer un viaje en coche con su hijo a su pueblo natal en el estado de Nebraska para recoger un premio de $1.000.000 que ha ganado en la lotería. Reparto: Bruce Dern, Will Forte, Stacy Keach, Bob Odenkirk.

6. “Los juegos del hambre: En llamas” 22 de Noviembre de 2013

El director austriaco Francis Lawrence nos trae la segunda parte de “Los juegos del hambre”, protagonizada por la recientemente oscarizada Jennifer Lawrence (“El lado bueno de las cosas”). Tras ser proclamados ganadores de los juegos del hambre, Katniss Everdeen y Peeta Mellark (Josh Hutcherson) se convierten en héroes. El Capitolio decide eliminarlos para evitar las revueltas en los distritos de Panem, seguidores incondicionales de los jóvenes.

7. “Inside Llewyn Davis” 3 de Enero de 2014

Los aclamados hermanos Coen regresan con un drama protagonizado por Oscar Issac y Carey Mulligan, a quien hemos visto recientemente en “El gran Gatsby”. Basada en las memorias de Dave Van Ronk, el film se centra en la vida de un músico que frecuenta el panorama musical de Nueva York durante los años 60. La película fue presentada en el Festival de Cannes 2013 y recibió el Gran Prix. Reparto: Oscar Isaac, Justin Timberlake,CareyMulligan,JohnGoodman.

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8. “Out of the Furnace” Sin fecha de estreno

Tras dirigir a Jeff Bridges en “Corazon rebelde”, cuya interpretación le valió el Oscar a mejor actor de reparto, Scott Cooper regresa con su segundo largometraje. Cuando Rodney Baze (Casey Affleck) desaparece, su hermano mayor (Christian Bale) decide tomar las riendas del caso. Reparto: Christian Bale, Casey Affleck, ZoeSaldana,SamShepard,WoodyHarrelson, Forest Whitaker, Willem Dafoe.

9. “Nymphomaniac” Sin fecha de estreno

El polémico cineasta danés Lars Von Trier presenta su nuevo film protagonizado por su musa, Charlotte Gainsbourg, quien interpreta a una ninfómana que relata sus experiencias eróticas. Reparto: Charlotte Gainsbourg, Stellan Skarsgård, Shia LaBeouf, Willem Dafoe, Jamie Bell, Connie Nielsen, Christian Slater, Jesper Christensen, Uma Thurman.

10. “12 Years a Slave” 31 de Octubre de 2013

El cineasta británico Steve McQueen (“Shame”) dirige una vez más a Michael Fassbender en su último film basado en la autobiografía de Solomon Northup, un hombre negro que fue secuestrado y vendido como esclavo en 1841 en Estados Unidos. Reparto: Michael Fassbender, Brad Pitt, Chiwetel Ejiofor, Benedict Cumberbatch, Paul Giamatti, Paul Dano.

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Documentos cine documental

¿Qué fue de los “hijos” de

Hitler?

Los descendientes de Hermann Goering, Heinrich Himmler, Rudolf Hoess, Hans Frank y Amon Goeth hablan del papel de sus familias en el Holocausto, de la culpa y del perdón en un fantástico y necesario documental de Chanoch Zeevi “Hitler’s Children” (2011).

Por Guillermo Logar ©Anabel Perujo

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ettina Goering, Katrin Himmler, Monika Goeth, Rainer Hoess y Niklas Frank son las voces de la película documental que propone una reflexión sobre la insoportable carga que supone llevar el apellido de un asesino de masas. El periodista israelí Eldad Beck ejerce de conductor de las diferentes historias que nos cuentan los protagonistas. Monika Goeth: Hija de Amón Goeth capitán de las SS, durante la Segunda Guerra Mundial y comandante del campo de prisioneros de Plaszow en Polonia. Ahora apellidada Hertwig, descubrió la verdadera identidad de su padre gracias a la película de Steven Spielberg “La lista de Schindler”, en 1993. La hija del sádico capitán de las SS, interpretado por Ralph Fiennes, nació en 1945, diez meses antes de que ejecutaran a su padre en la horca. La madre de Monika había construido para sus hijos una compleja historia sobre Amón en la que nada de lo que se le acusaba era cierto. Según la versión de la mujer, el padre de Monika tenía en el campo de concentración de Plaszow (Polonia) a judíos acogidos para protegerles. Sin embargo, Monika comenzó a cuestionar la versión familiar y recuerda que siendo adolescente preguntaba a su madre sobre la verdadera identidad de su progenitor. La madre, eventualmente, admitió (Continúa en la siguiente página)

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Documentos cine documental que su padre “podía haber matado a unos pocos judíos”. Después de ver la película de Spielberg, Monika salió de la sala en estado de shock.

Katrin Himmler: Sobrina-nieta de Heinrich Himmler, comandante en jefe (Reichsführer) de las SS y más tarde ministro del Interior.

entre el amor que sentía por su abuela y la imborrable sensación desengaño que sintió al encontrar cartas de esta en las que mostraba su fidelidad al partido nazi una vez acabada la guerra.

Bettina Goering: Sobrina de Hermann Goering, lugarteniente de Hitler y comandante supremo de la Luftwaffe.

Para Katrin Himmler cargar con la figura de su tío abuelo, Heinrich Himmler, y los hermanos de este supuso un estigma imposible de borrar. Ha conseguido deshacerse de muchos fantasmas a través de la escritura. Die Brüder Himmler: Eine deutsche Familiengeschichte (Los hermanos Himmler: la historia de una familia alemana) es la obra más importante de Katrin y trata de comprender la transformación en monstruos de los hermanos Himmler, describiendo una infancia de frustraciones, envidias y celos. Katrin habla sobre la difícil dicotomía

Niklas Frank: Hijo del gobernador General de la Polonia ocupada por los nazis.

Hace más de 30 años que abandonó Alemania y se instaló en Santa Fé, Nuevo México . “Es más fácil convivir con el pasado desde la distancia”, explica en el documental. Bettina y su hermano, que no aparece en la película, decidieron actuar de forma drástica con respecto a su apellido y la carga simbólica que representa. Ambos acordaron esterilizarse “para que no puedan existir más Goerings”.

Gracias a la escritura y las charlas que imparte de forma desinteresada en institutos alemanes, Niklas Frank, hijo de Hans Frank (abogado alemán condenado en los juicios de Núremberg por haber colaborado estrechamente en el asesinato de miles de judíos), ha conseguido sobrevivir a su apellido. Frank declara abiertamente frente de los adolescentes que escuchan su historia que reniega de sus padres hasta el punto de sentir un odio obsesivo hacia ellos. Frank es un periodista reconocido en Alemania y tiene en su haber entrevistas a personajes como Lech Walesa.

Frank advierte en el documental de que no confía en los alemanes. “No puedo estar seguro de que en una situación parecida a la del 34, en un contexto de crisis económica importante, mis compatriotas no vayan a caer en el mismo error de votar a un líder carismático y populista que prometa trabajo para los alemanes aislando a las minorías en favor de los nacionales”.

Juicios de Núremberg. 1945-1946. (delante, de arriba a abajo): Hermann Göring, Rudolf Heß, Joachim von Ribbentrop, Wilhelm Keitel. (detrás, de arriba a abajo): Karl Dönitz, Erich Raeder, Baldur von Schirach, Fritz Sauckel.

Retrato de Hans Frank, 1939

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Documentos cine documental Rainer Hoess: Nieto de Rudolf Hoess, comandante del campo de concentración de Auschwitz. Cuándo Rainer Hoess era niño solía jugar en el patio de la casa familiar. Tenía un gran jardín con muchas plantas y árboles muy bien cuidados. Rainer recuerda una puerta de hierro que ponía límite al jardín. No era la puerta de entrada a la casa y le causaba una gran curiosidad cuando los mayores traspasaban esa puerta para observar lo que había al otro lado. El no podía pasar. Aquello rodeaba de misterio la puerta y lo que había tras ella. Un misterio que resolvería siendo adulto y que llenaría de horror sus días. Al otro lado de la puerta se encontraba uno de los más grandes y terribles campos de concentración de la Alemania Nazi: Auschwitz. Una de las escenas más conmovedoras del documental ocurre cuando Rainer Hoees se encuentra con un grupo de adolescentes israelíes que van de viaje al campo de concentración de Auschwitz. Es la primera vez que Rainer visita el campo- y va acompañado del director de la película. De repente , el profesor del grupo de estudiantes invita a Rainer a responder a las preguntas de los jóvenes. De forma educada pero con recelo los chicos van preguntando uno a uno cuestiones del tipo “¿ Te sientes culpable por lo que hizo tu abuelo?, ¿ Por qué estás aquí?, ¿a qué has venido a Auschwitz?... una joven se derrumba al explicar que parte de su familia fue asesinada allí mismo. Rainer consigue exorcizar muchos de sus fantasmas después de esa reunión, pidiendo perdón y recibiendo el perdón de un superviviente del campo que acompaña a los jóvenes y que le abraza y le dice “tu no has hecho nada, tu no eres culpable”. Entre lagrimas antiguas y profundas asistimos a un momento de humanidad de una belleza difícil de olvidar.

"Hitler’s Children" es un documental único que revela, por primera vez, cómo enfrentan los familiares de los oficiales Nazis más próximos a Hitler llevar un apellido relacionado con el horror. Durante las entrevistas, familiares de Goering, Himmler y Hoess, entre otros, compartieron sus sentimientos de culpa y responsabilidad que los acompañan en su día a día. A través de una minuciosa e intensiva investigación, el director y productor, Chanoch Ze'evi, quien pertenece a la tercera generación de supervivientesdel Holocausto, logró que descendientes directos de miembros del régimen Nazi, conversaran con él, creando así un diálogo profundo y fascinante que narra la historia del Holocausto desde un punto de vista nuevo y original. www.hitlerschildren.es (Continúa en la siguiente página)

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Chanoch Ze’evi

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Documentos cine documental

Chanoch Ze’evi

Entrevista

Director de “Hitler’s Children”

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Por Guillermo Logar

irector y productor de documentales para cine y televisión. Ze’evi se ha centrado en abordar el concepto de reconciliación y las circunstancias sociales y políticas que definen la identidad de un pueblo. En particular el pueblo de Israel. Su cine tiene la intención de forjar caminos y construir puentes entre culturas y grupos opuestos. La filmografía de Ze’evi se completa con las siguientes películas:“The Disappearance of Martin Bormann” (1998), “Revenge” (1999),“On the Frontline” (2001), “Holocaust: The Next Generation” (2003) y “Nadia’s Friends” (2006).

Durante el desarrollo de varios de los proyectos en los que he colaborado siempre me ha llamado la atención como afecta el pasado a las segundas y terceras generaciones de los protagonistas del Holocausto en los dos bandos. He encontrado muchas similitudes entre ambos. Nadie quiere hablar. Los alemanes por razones obvias y siempre con el deseo de poder empezar de cero, enterrar sus apellidos y empezar una nueva familia. Los judíos prefieren no tocar el tema al considerarlo demasiado sensible y no del todo cerrado.

¿De donde surge su interés por hacer una película sobre el nazismo? Existen varios motivos por los cuales quise hacer “Hitler’s Children”. El primero y más personal es mi abuela. Ella nación en Varsovia y emigró a Palestina en 1933. Sus padres trataron de convencerla de que se quedara en Polonia pero no lo consiguieron. Al nacer mi padre, mi abuela organizó un viaje a Varsovia para que el recién nacido pudiera conocer a sus abuelos. Era el año 1939…Unas pocas semanas antes del viaje mi abuela volvió a quedarse embarazada, esta vez de mi tía. Por culpa de eso no pudo hacer el viaje a Varsovia y gracias a eso, posiblemente, salvó su vida. Toda la familia de mi abuela fue asesinada durante el Holocausto.

¿Cual fue su primer contacto con algún protagonista del nazismo? En abril de 1999. Estaba investigando y recopilando datos para el guión de “La desaparición de Martin Bormann” de 1998 y tuve la oportunidad de entrevistar a Traudl Junge, una de las secretarias personales de Adolf Hitler. Fue por aquel entonces y tras aquella entrevista cuando empecé a sentir que debía hablar con más supervivientes y tratar de recopilar tanta información como pudiera para poder saber más y de primera mano.

Mis películas giran en torno al Holocausto, mi ciudad y mi religión. El sistema educativo de Israel no suele referirse nunca a “los otros” siempre se trata la Historia desde nuestro punto de vista. El de las víctimas. Pero desde mi perspectiva es imposible entender la Historia sin tratar de comprender las raíces del terror y de la violencia ejercida por los asesinos.

En “Hitler’s Children” usted habla con los familiares de Himmler, Goering, Goeth, Hoess y Frank. ¿Fue difícil ponerse en contacto con ellos? Conseguir hacer esta película fue un proceso muy largo y difícil. Cuatro años en total desde que empezamos a investigar sobre estas personas y a escribir un primer borrador del guión. Queríamos entrevistar a descendientes de familias nazis muy conocidas. Su particular narración de la Historia nos interesaba mucho. Al principio muchos nos colgaron el teléfono. Fue importante explicarles que nuestra intención

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no era atacarles o recordarles lo crueles y terribles que fueron sus antepasados. Queríamos construir un diálogo intercultural e intergeneracional entre dos bandos enfrentados. Por lo menos tratar de poner las bases para ello. ¿ Mantiene usted el contacto con alguno de los entrevistados? Si. Con casi todos. Alguno, incluso, ha venido a visitarme a Israel. Creo que la película fue solo el principio de una conversación mucho más profunda entre ellos y yo. ¿ Cree que las heridas causadas por el nazismo se han cerrado para siempre? Me temo que las heridas siguen abiertas. Los protagonistas de “Hitler’s Children” son una excepción. Personas que rechazan frontalmente la violencia perpetrada por sus padres. Pero lamentablemente todavía existen grupos neonazis que de forma preocupante se están expandiendo bajo diferentes banderas. ¿ Es fácil vender una película sobre el Holocausto o los nazis después de tantas que se han realizado hasta la fecha? Mucha gente me dijo comentarios del tipo “Ya hemos visto y oído todo lo que tiene que ver con el tema, estamos cansados de verlo” etc... Pero la verdad es que estamos muy contentos por que hemos podido vender la película a casi todos los países europeos, a sus canales de tv y probablemente lo que distinga a esta de otras películas de temática similar es la oportunidad de ofrecer testimonios únicos, un nuevo punto de vista. ©La Crítica New York City 2013

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Woody Allen, el gran epígono Por Raúl C. Cancio Fernández Hombre de la fila (Russell Horton): Vimos la película de Fellini el martes pasado, no es de las mejores suyas, le falta una estructura coherente, no está absolutamente seguro de lo que quiere decir. Yo siempre he dicho que era básicamente un director técnico, por supuesto que la Strada fue una gran película, grande en su uso de energía negativa, más que nada. Alvy Singer (Woody Allen): Este estúpido va a hacer que me de un soponcio. Annie Hall (Diane Keaton): Pues no lo escuches. Alvy Singer (Woody Allen):Pero es que me está gritando sus opiniones al oído. Annie Hall (1977) “De algún modo, siempre me he considerado un cineasta europeo que hace sus películas en Nueva York. Mucha gente no entiende esto, pero yo siempre me explico diciendo que me gustaría imitar a Akira Kurosawa, Federico Fellini o Ingmar Bergman sin tener que moverme de Manhattan”

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Woody Allen

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L

a asombrosa capacidad de Leonard Zelig para mimetizarse en cualquier entorno en el que se encontrara, ameritó la realización de un documental sobre su vida, en el que personalidades como Susan Sontag, Irwin Howe, Josephine Baker o Saul Below comentaban su inaudita peripecia vital, capaz de mutarse en negro en un concierto de jazz, en compañero de turno de bateo de Babe Ruth en el Yankee Stadium o en un camisa parda durante su estancia en el Berlín de 1933. Woody Allen filmó este fake en 1984, consciente quizá de que el falso documental escondía más verosimilitud de lo que la cinta pudiera reflejar. La historia del arte, como decía Ernesto Sábato, es un relato de la influencia. El artista compone su obra con elementos de su propia conciencia, pero esos elementos aluden a hechos del mundo exterior en que el artista vive, son interpretaciones o traducciones más o menos deformes del acervo cultural filtrado a través de generaciones. Coppola, Scorsese, Cimino, de Palma, Lucas o Spielberg nunca han ocultado la fascinación que sentían por Godard, Truffaut o Resnais, todos ellos maestros de una Nouvelle Vague inconcebible sin la influencia del Neorrealismo italiano, directamente tributario a su vez del realismo poético francés de Renoir y del realismo social alemán de Murnau, Lang o Pabst, movimiento estrechamente vinculado a su vez con las corrientes multidisciplinares de expresionismo que surgieron a principio de siglo. Ahora bien, acaso sea Woody Allen el único director capaz de facturar cintas no ya bajo la evidente influencia de sus maestros, sino directamente mimetizándose con ese cine, de tal forma que Allan Stewart Konigsberg abandona el Woody Allen de Annie Hall (1977), de Man-

Allen de Annie Hall (1977), de Manhattan (1979), de Broadway Danny Rose (1984) o de La Rosa púrpura del Cairo (1985) para, en films como Interiores (1978), Sombras y niebla (1991) o Recuerdos (1980) convertirse en Bergman, Lang o Fellini. Repárese en como esos largometrajes no son obras influenciadas por los referidos directores, son en realidad películas de Bergman, Lang o Fellini pasadas por el tamiz de la cinefilia del prodigio de Brooklyn, que como hiciera su criatura Leonard Zelig cuando adoptaba la fisionomía de los que le rodeaban, es capaz de sustanciarse en el sueco, el alemán o el italiano, creando de esa manera piezas absolutamente maestras, en las que concurren la esencia del cine homenajeado con el talento desbordante del escritor neoyorquino. Veamos pues a continuación, el puñado de films en los que el prodigioso director-camaleón, adoptó el avatar de sus mitos de la pantalla, creando unas cintas cuyo mayor mérito reside en que su inmersión en la cinematografía homenajeada no las despoja de la indeleble impronta de su director. Desde un punto de vista metodológico, considero más adecuado analizar la filmografía de esta naturaleza de Allen, no por criterios cronológicos, sino atendiendo al director vinculado. De esta forma, iniciaríamos este itinerario examinando su mutación en un híbrido de Fritz Lang, F. W. Murnau y George W. Pabst , para después certificar su idolatría por Fellini, terminando por su rendición a la introspección de Ingmar Bergman. Basada en su propia pieza teatral Death –kafkiana hasta la medula-, que se publicó en la obra Without Feathers (1972), Woody Allen cerró en 1991 su etapa junto a

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Orion Pictures con la película Sombras y niebla, expresionismo alemán en estado puro, para lo que se valió, además de su talento, de la más cuantiosa producción de su carrera, que incluyó la construcción de los mayores decorados nunca hechos en los Kaufman Astoria Studios de Queens. Contemplar la kafkiana angustia del schmeliel Kleinman (Woody Allen) al ser elegido por sus vecinos para llevar a cabo un ignoto plan con el que atrapar al asesino que aterroriza el vecindario (Michael Kirby), es rememorar M. El Vampiro de Dusseldorf (Lang, 1931), La opera de los tres centavos (Pabst, 1931) o Fausto (Murnau, 1926): el blanco y negro asombrosamente fotografiado por Carlo di Palma –no en vano el romano había sido el operador favorito de Michelangelo Antonioni-; la música de Kurt Weill interpretada por Otto Klemeper o la presencia de inolvidables prostitutas brecthianas – Lily Tomlin, Jodie Foster o Kathy Bates- hacen de esta película un clásico del cine expresionista, ilusión que sólo se desvanece cuando Kleinman dice: “Una persona trastornada se supone que tiene la fuerza de diez hombres. Yo tengo la fuerza de un niño pequeño ... con polio”. Entonces nos damos cuenta quien ha escrito la película.

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Allen reconoce como sus mayores influencias a Ingmar Bergman, Groucho Marx, Federico Fellini, Cole Porter, y Anton Chekhov.

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En la encuesta de 2012 en la que Sight & Sound solicitó a Woody que señalara sus diez películas favoritas, no es casualidad que el único director citado dos veces en su relación fuese Federico Fellini, con Amarcord (1973) y 8 ½ (1963), no en vano, ésta última, es el marco argumental, estético y psicológico por el que discurre la injustificadamente minusvalorada Recuerdos (1980). La vinculación con la cinta del genio de Rimini es absolutamente umbilical: Guido Anselmi (Marcelo Mastroniani) y Sandy Bates (Woody Allen) son dos directores víctimas de su propio y universal éxito, embarcados ambos en un tren del que no pueden escapar –la belleza, la esperanza, la escapatoria en fin, personificada en una debutante Sharon Stone, viaja en otro tren-, abrumados por las exigencias de su público, de los productores, de la prensa, de los amigos, de sus amantes… que les avocan a un bloqueo creativo del que el italiano pugna por escapar escondiéndose bajo las mesas, mientras que el norteamericano pretende huir con un cambio radical de su registro cómico por otro adusto y pesimista. Ambos se ven compelidos a asistir a unos eventos promocionales –ambos con la playa como contexto-, en los cuales, vertebrados oníricamente y en un elegantísimo blanco y negro –el de Allen obra de Gordon Willis, sí, sí, el de los Padrinos copollianos-, concurren los recuerdos de toda una vida, activados por la presencia de Claudia (Claudia Cardinale) y de Isobel (Marie Christine Barrault), elemento femenino que no hacen sino remover un pasado –Woody Allen contó en el elenco con Louise Lasser, con quien estuvo casado entre 1966 y 1970- que se virtualiza con la presencia de dos mujeres que comparten un magnetismo ante la cámara cuasi milagroso: Luisa (Anouk Aimée) y Do-

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rrie (Charlotte Rampling). Nunca, en la historia del cine, una mujer ha dado en cámara como la inglesa en la última secuencia del film de Allen, ese plano en el que es imposible evadirse de la serena seducción de una Rampling irrepetible. Para los amantes de la cábala, señalar, por último, que Recuerdos pudo haberse titulado también Allen eight and half, pues si se tiene en cuenta que la participación de Woody en What’s up, Tiger Lily? (1966) se limitó al doblaje y a modificar el montaje final, en otras palabras, media película, son ocho los films rodados por el neoyorquino hasta Recuerdos.

Todos hemos visto Manhattan y por tanto, doy por reproducido el compresible horror que siente Isaac Davis (Woody Allen) al escuchar el afectado juicio que a la snobísima Mary (Diane Keaton) le merece la filmografía de Ingmar Bergman, “el único genio del cine actual” en palabras de Davis/ Allen. Es por lo tanto natural que el autor sueco sea el que más veces fuera abducido por la cinefilia alleniana.

(Continúa en la siguiente página) Charlotte Rampling y Woody Allen en el rodaje de Stardust Memories (1980)

En la encuesta de 2012 en la que Sight & Sound solicitó a Woody que señalara sus diez películas favoritas, no es casualidad que el único director citado dos veces en su relación fuese Federico Fellini, con Amarcord (1973) y 8 ½ (1963).

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En declaraciones al New Yorker en 1978, Gene Wilder – a quien Allen le hizo purgar su zoofilia emborrachándole con Woolite en un arroyo- decía que “trabajar con Woody debe ser los más parecido a trabajar con Ingmar Bergman. Todo es muy sigiloso”. Interiores, September y Otra mujer conforman la trilogía bergmaniana que tan desdeñosamente ha sido tratada por crítica y público, dando la razón al Sandy Bates de Recuerdos, cuando amenazaba con hacer películas intimistas y melancólicas. Y es que el arquetipo del Allen irónico, dicharachero y locuaz, esconde en realidad un sentido de lo trágico extraordinariamente acentuado y exquisitamente soslayado tras el sarcasmo, la sátira, el ingenio o el epigrama de la mayoría de sus guiones. Interiores (1978) es, paradójicamente, la primera cinta en la que el Allen director no interpreta ningún papel. Se podrá decir que el bergmaniano elenco femenino que eligió Allen para los papeles centrales –Keaton, Hurt, Griffith, Page, Stapleton- no le dejaba hueco en la trama, aunque también puede maliciarse que la responsabilidad de emular a su más apreciado director le exigió una dedicación exclusiva tras la cámara. Auxiliado en la dirección de fotografía por el gran Gordon Willis, Interiores es un salto al vacío en la trayectoria cinematográfica de Woody Allen, precisamente cuando su rol como director había sido homologado por la industria de Hollywood tras la apoteosis de su anterior película, Annie Hall –únicamente Orson Welles y su Kane ha sido capaz de acaparar las nominaciones al mejor actor, director y guión original, la “triple amenaza” de la que hablaba Jack Rollins-. Lejos de explotar la comedia neoyorquina de intelectuales que tan buenos resultados la había proporcionado, se enfrasca en un melodrama escan-

dinavo, desarrollado en espacios cerrados, tonos grises –excepcional el diseño de vestuario de… ¡Joel Schumacher!con desarrollos dramáticos propios de la mejor tradición ibseniana, largos monólogos en manos de excelsas intérpretes, muy en la línea europea de contención y frialdad que Bergman tanto apreciaba y que alcanza su clímax con la secuencia final de los rostros superpuestos de las tres hermanas contemplando el amanecer en los Hamptons. En un azaroso guiño del destino, Allen, que había escrito el papel de Eve (Geraldine Page) para Ingrid Bergman, está tuvo que rechazarlo muy a su pesar, toda vez que ya se había comprometido para rodar en esos mismos días en Noruega… Sonata de Otoño, de Ingmar Bergman. El colmo del paralelismo llegaría con la nominación de la Bergman y la Page, por sus papeles de madres manipuladoras para el Oscar a la mejor actriz, que finalmente se llevaría Jane Fonda por su rol en El regreso (Ashby, 1978) Nueve años después, Allen vuelve a renunciar a actuar y lo hace en su drama más chéjoviano: September (1987), una pieza de cámara propia de Turgueniev, una obra de teatro filmada, con interminables planos secuencia a cargo nuevamente de Carlo di Palma, con un elenco magro y un escenario rural, minimalista, en el que Allen muestra su faceta más sombría en la descripción de la aberrante relación entre una madre egocéntrica y su hija atormentada por la inseguridad –Geraldine Page y Mary Beth Hurt de Interiores, Ingrid Bergman y Liv Ullmann en Sonata de Otoño- esta vez interpretadas por la estupenda Elaine Stritch y Mia Farrow.

(1988), itinerario espiritual, elíptico y memorialístico desde la madurez en busca de dar un sentido a una vida que de repente se torna hueca, cuya protagonista, la profesora de filosofía Marion Post (Gena Rowlands) emula de manera magistral lo que treinta años antes hiciera el doctor Isak Borg (Victor Sjöström) en Fresas Salvajes, el impresionante viaje al interior del alma humana que le valió a Bergman el Oso de Oro del Festival de Berlín. Siguiendo los pasos del sueco, Allen no dudó en contratar como operador nada más y nada menos que a Sven Nykvist, Oscar a la mejor fotografía por Gritos y susurros (Bergman, 1972) y Fanny y Alexander (Bergman, 1982). Años después, en una pirueta solo al alcance de los más grandes, Allen volvió a manipular Fresas salvajes, haciendo de ella una comedia cáustica como fue Desmontando a Harry (1997).

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El arquetipo del Allen irónico, dicharachero y locuaz, esconde en realidad un sentido de lo trágico extraordinariamente acentuado y exquisitamente soslayado tras el sarcasmo, la sátira, el ingenio o el epigrama de la mayoría de sus guiones.

Al año siguiente, la escandinavización del neoyorquino alcanza su paroxismo de la mano de Otra mujer

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Ingmar Bergman, ciertamente, no era la alegría de la huerta, pero también nos ha dejado estupendas comedias, como Sonrisas de una noche de verano, que en 1956 obtuvo el Premio a la mejor cinta de Humor Poético en el Festival de Cannes y sobre la que tradicionalmente se ha venido considerando como inspiración para que Woody Allen escribiera en dos semanas el guión de La comedia sexual de una noche de verano (1982), pastoral vodevil romántico de enredos sexuales, no exenta sin embargo de un latente discurso sobre la culpabilidad o fatalidad por las decisiones tomadas o no y por los errores cometidos en el pasado, en la que fuera el debut accidental de Mia Farrow - nominada en la categoría de peor actriz de los Razzie Awards, en una edición en la que se alzó con la Frambuesa de Oro Pia Zadora, por su papel en La Marca de la mariposa (Cimber, 1982)- bajo la dirección del que será durante tantos años su pareja, pues el papel de Ariel llevaba escrito el nombre de Diane Keaton, pero sus obligaciones en la promoción de Reds (Beatty, 1981) la impidieron incorporarse al rodaje en las idílicas Pocantico Hills. Sin embargo, y en palabras de Woody, el film no se basó en Sonrisas de una noche de verano pues “es una de las poquísimas de Bergman que no me enloquecen (…) Es la mayor estupidez que jamás he oído. No se parecen en nada”[LAX, E.: Woody Allen, Barcelona, Ediciones B, 1991, pág. 321]. En cualquier caso, me permitirán que comparta una anécdota absolutamente deliciosa que ocurrió durante la postproducción de la cinta, cuando Dustin Hoffman, que en esos mismos días rodaba Tootsie bajo las órdenes de Sydney Pollack, coincidió en el ascensor de las oficinas de Woody Allen de la calle 57 de Nueva York con José Ferrer, que en La comedia sexual…interpretaba al profesor Leopold.

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El fetichismo cinematográfico de Woody Allen nos ha dejado huellas en prácticamente toda su filmografía. Desde los espejos “wellesianos” de Misterioso asesinato en Manhattan (1993) hasta la presencia onírica de Buñuel en Midnight in Paris (2011), pasando por el homenaje al “keatonismo” de Bananas (1971), la recuperación del noir de Wilder en La maldición del escorpión de jade (2001), la veneración por las big laugh comedies de Chaplin, Bob Hope o Jerry Lewis en toda su producción hasta Annie Hall o, finalmente, el retorno al Fellini más onírico y espiritual en Alice (1990). No obstante, el grado de metamorfosis alcanzado con sus mitos cinematográficos alcanzó cotas absolutamente asombrosas en los films que hemos brevemente reseñado, en todo caso insuficientes para un Allen, nunca

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satisfecho con sus emulaciones, considerando que no fue “lo bastante bueno para alcanzar el nivel que deseaba”. En cualquier caso, Leonard Zelig vive, y se llama en realidad Allen Stewart Konisberg, el siempre insatisfecho epígono de los más grandes.

Coppola, Scorsese, Cimino, de Palma, Lucas o Spielberg nunca han ocultado la fascinación que sentían por Godard, Truffaut o Resnais, todos ellos maestros de la Nouvelle Vague...



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Espagnolas en París … Por amor al cine P

Por Molly Izaga

arís Montparnasse, final de trayecto. El tren había salido de Hendaya, yo venía para Dífferent 6. L’Autre Cinéma Espagnol, una semana de fiesta de cine. Me había escrito Riba desde Cannes ¿te animas a venir a echarnos una mano? Y ni lo dudé. El me esperaba en la estación. Cargamos la maleta en su coche, hasta arriba de cajas llenas de programas y otros bultos variopintos relacionados con el evento, del que él es el alma pater, y me llevó a hacer un recorrido por el Chaplin, el Nouveau Latina, el Majestic Passy, el Reflet Medicis, el Instituto Cervantes, las salas donde los próximos días tendrían lugar proyecciones y encuentros; aprovechó PANTONE 186 nuestra visita para ir dejando folletos y pasquines. En los próximos días volMAGENTA 100% parisino veríamos a sortear el tráfico de manera más airosa en moto. Qué bonito París desde la moto, mon Dieu!

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Riba, José María Riba, hombre de cine donde los haya,PANTONE no debería necesitar 291 presentación a estas alturas, si no fuera porque es un tipo que elige estar PANTONE 300 en la sombra. Cinéfilo desde tiempos prehistóricos de cineclub colegial en San Sebastián, es periodista, vino a París a principios de los años setenta, se quedó y desde entonces ha tenido aquí su centro de operaciones, que se esparcen por el ancho mundo, siempre en relación directa con el cine. A él se debe el proyecto Cine en Construcción, que se empeñó en poner en pie desde el festival de San Sebastián, de cuyo equipo directivo formó parte fundamental y donde tanto Zabaltegi como la creciente relación que ese festival mantiene con el cine de Latinoaméri-

Lundi 1

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Lundi 1 Misteri Après E nuque e

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Fraga de Man

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Espagnolas en Paris … Por amor al cine

Por orden de arriba abajo escenas de “Una pistola en cada mano” de Cesc Gay; “Carta a Eva” de Agustí Villaronga y “O Apostolo” de Fernando Cortizo.

la creciente relación que ese festival mantiene con el cine de Latinoamérica nunca habrían sido ni su sombra sin el inquebrantable tesón de Riba. Dirigió la Semana de la Crítica en el festival de Cannes, en cuyo equipo seleccionador está desde hace tiempo. Muchas películas, muchos cineastas, muchos nombres y mucha industria han fluido por su vida mientras él se lo sigue tomando con postura de conductor de coloquio de cineclub, micro en mano, con seriedad guasona y sin pizca de solemnidad. Ahí, en su rica trayectoria y en su capacidad de trabajar sin que se le caiga ningún anillo debe de radicar en parte su poder de convocatoria, que una vez más he podido apreciar estos días de Espagnolas en Paris.

Han sido muchas las iniciativas, cada vez más dirigidas a incentivar la distribución en Francia –país donde el cine existe, es apreciado y valorado– para películas españolas. Para el año 2002 se había ido juntando en París un grupo creciente de iberos, como cuentan ellos mismos en su breve historia, a los que reunía una cosa: su cercanía con el cine, fuese por oficio, por afición, por amor o por vicio. Ya eran unos cuarenta cuando se pusieron a organizarse y a programar cada vez más regularmente proyecciones de películas de interés, que con buenas artes lograban traer acompañadas por sus autores. Formaron una asociación, con una pequeña aportación individual, Espagnolas en Paris, homenaje a esa película de Roberto Bodegas.

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Espagnolas en Paris … Por amor al cine Han sido muchas las iniciativas, cada vez más dirigidas a incentivar la distribución en Francia –país donde el cine existe, es apreciado y valorado– para películas españolas merecedoras del apoyo de ese grupo de amigos, profesionales de altura en esto del cine que ven posibilidades de que se hagan cosas y tienen la amplitud de ponerse a ello. La asociación, sin afán de lucro, tiene un presidente francés, Alain Coiffier, y una presidenta española, la actriz Laura del Sol, ella misma un sol, valga la redundancia, siempre alerta, cámara en mano filmándolo todo; y con Riba, que lo mismo se recorre París de punta a punta cargado de viandas para la merienda post proyección, con radar de programador, atento a las películas y al contacto con realizadores, productores, distribuidores, actores, agregados culturales y otros responsables que se acercarán a este singular festival, más bien un festín. Este es su sexto año, por eso Dífferent6. L’autre cinéma espagnol. Arranca con una cita alrededor de una mesa: una comida que reúne a vendedores de películas españolas con posibles compradores franceses. Parece ser que el encuentro ha resultado productivo: la película que inaugura la fiesta esa tarde, “Una pistola en cada mano”, dirigida por Cesc Gay, cuya productora Marta Esteban ha venido de Barcelona para defenderla con Brigitte Suárez, de la empresa alemana Match Factory, ya ha conseguido distribuidor en Francia. Y al final de la semana, en paralelo a las últimas proyecciones tiene lugar Small is biútiful –coña ortográfica–, aun otra iniciativa que, en su segundo año, consiste en la presentación ante productores franceses interesados (30 acuden, buen número) de proyectos

cinematográficos con miras a su ejecución, en apoyo de producciones independientes de cine de autor. Pas mal. Y en medio la miga, las películas, proyectadas con calidad, en v.o. con subtítulos en francés, claro. Al público se le adivina fiel a Espagnolas, por los saludos en la calle a la puerta de entrada, por el ambiente en las salas y en los coloquios que tienen lugar al acabar las proyecciones. La gente está interesada, cómoda y de buen humor. Y estamos en París… Diecinueve películas, entre largometrajes de ficción, documentales y cortos componen el programa, todas ellas representadas por sus directores, productores, actores y guionistas que se prestan a las preguntas y a un rato de amigable charleta con un vino y unos platos de jamón, chorizo y salchichón que se esfuman como por arte de magia nada más salir, como es debido. Lewis-Martin Soucy, genuino canadiense de Quebec, inaugura con un corto surrealista español sorprendente y comparte coloquio con Cesc Gay y Eduardo Noriega; la Rue de Temple delante del cine Nouveau Latina, en el Marais parisino, se tapona hasta las tantas, despedida remolona al final del primer día. Vendrá Diego Galán “Con la pata quebrada”, Cristina Hoyos con “Verde que te quiero verde”, Agusti Villaronga y Carmen Maura presentarán “Carta a Eva”. No podrá acudir Gracia Querejeta, como era su intención, el productor Gerardo Herrero presentará “Quince años y un día” en su lugar. Ni Asunción Balaguer, por culpa de una cita ineludible en el pueblo de Paco Rabal, está para el pase del documental “Una mujer sin sombra” de Javier Espada. Otro Paco, Paco León

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Tranquilos aquellos que claman furiosos contra fabulosas subvenciones de las instituciones al cine: la aportación de este año por parte del ICAA en apoyo a esta iniciativa que se afana gentilmente en promover la distribución del cine español en Europa, tras el anunciado bajón, ha ascendido a la astronómica cifra de 1000 euros, sí, al año. Que nadie se sulfure.


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Espagnolas en Paris … Por amor al cine

viene a seducir a los franceses con “Carmina o revienta” –me cuenta que ya está preparando la siguiente....–. Fernando Cortizo llega contento con “O Apostolo” recién premiada por el público en Annecy. Mireia Ross viene con todo el equipo de “Barcelona, Abans que el temps no esborri”; con “Zuloak” está Eider Rodriguez, su guionista, Fermín Muguruza, el realizador, anda por ahí de bolos... Carlos Vermut, Manuel Fernández Valdés, Coté Soler traen sus trabajos de variados metrajes (www.gnolas.org)… Coincidiendo con la fiesta de la música en París se clausura con un concierto: Espagnolas en la intimidad. No hay desfile de modelos ni alfombra roja, pero es rojo el escenario del Chaplin, donde con Agustí Galiano como maestro de ceremonias hacen buen jazz Ronnie Lynn Patterson (que sorprende versionando Txoria txori de Mikel Laboa) y Frank Cassenti; Javier Baladia al piano y Mireia Ross cantan C’est si bon; Niuver, una impresionante joven cubana encandila a todos con la versión más bonita –y mira que las hay– de El manisero. Y un repertorio de coplas y cantos de La Otxoa, a quien hace un rato se ha visto en la pantalla protagonizando el documental La Otxoa sin complejos, dirigido por Joseba Gorordo. Nadie quiere marcharse y allí mismo se improvisa un bailongo. El amor hace milagros; con dedicación a prueba de bomba, un equipo dinámico de jóvenes ha trajinado para que todo funcionase; en casa de los Riba otra gran veterana del oficio y no solo como actriz, Eva Roelens, se ha volcado en Dífferent como si se tratara de La Semana de la Crítica de Cannes –

José María Riba, hombre de cine donde los haya, no debería necesitar presentación a estas alturas, si no fuera porque es un tipo que elige estar en la sombra. Cinéfilo desde tiempos prehistóricos de cineclub colegial en San Sebastián, es periodista, vino a París a principios de los años setenta, se quedó y desde entonces ha tenido aquí su centro de operaciones, que se esparcen por el ancho mundo, siempre en relación directa con el cine. de la que ha sido secretaria general durante once años– moviendo hilos y coordinando viajes, cines, proyecciones y horarios vigilada por el perro Enyo, hasta él … por amor al cine. Sponsors privados (esta vez principalmente Vueling, una línea aérea low cost) lo hacen posible, algunas instituciones autonómicas apoyan Small is biútiful… Pero tranquilos aquellos que claman furiosos contra fabulosas subvenciones de las instituciones al cine: la aportación de este año por parte del ICAA en apoyo a esta iniciativa que se afana gentilmente en promover la distribución del cine español en Europa, tras el anunciado bajón, ha ascendido a la astronómica cifra de 1000 euros, sí, al año. Que nadie se sulfure. Y que se animen Espagnolas en NY, en LA, Espagnolas en Shanghai, en Seul; Dífferent en Mumbay en Tokio, en Caracas o en Moscú. Pourquois pas?

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Coproducciones entre España y Canada Algo más que una relación exótica

© Beatríz Montilla

Por Miguel Olid

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unque a muchos les pueda resultar extraño, la cooperación cinematográfica entre España y Canadá va en aumento y pese a que difícilmente llegará a la altura de la existente con Europa hace algún tiempo que dejó de convertirse en una excentricidad para ser una realidad y con buenos visos de consolidarse y crecer. De todos los cineastas españoles quien más estrecha relación mantiene con Canadá es Isabel Coixet. “Mi vida sin mí”, no sólo está protagonizada por una actriz nacida en Toronto, Sarah Polley, sino que es una coproducción entre los hermanos Almodóvar y una productora canadiense. Además se rodó en Vancouver, donde tiene lugar la acción de este drama.

Curiosamente, cuando varios años después Coixet adaptó al cine la novela de Philip Roth, “El animal moribundo” en “Elegy”, decidió rodarla también en Vancouver y en otras localizaciones de British Columbia a pesar de no ser una producción canadiense, sino del vecino del sur. No parece un hecho casual la elección de estos escenarios para ambientar ambas historias si tenemos en cuenta que su segundo largometraje, “Cosas que nunca te dije”, lo filmó a mediados de los 80 en la costa oeste de Estados Unidos, relativamente cerca de Canadá, en Oregón. En cualquier caso, mejor será que este somero recorrido por la cooperación cinematográfica entre España y Canadá lo hagamos por orden cronológico.

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Según los datos oficiales del Ministerio de Cultura, hay que remontarse a 1969 para encontrar la primera coproducción entre España y Canadá, “Las joyas del diablo”, una película dirigida por José María Elorrieta, cuyo hecho más notorio es la participación del exhibidor, distribuidor y productor Enrique González Macho, en esta ocasión convertido en co-guionista de esta historia policíaca y de intriga. Tras esta coproducción con Canadá y Túnez tuvieron que transcurrir casi 20 años para que de nuevo surgiera una oportunidad de cooperación entre nuestro país y el norteamericano gracias a (Continúa en la siguiente página)

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Coproducciones entre España y Canada “Amaneció de golpe”, una película mayoritariamente venezolana. Este filme narra la sublevación de una parte del ejército en febrero de 1992, en el que tuvo un papel destacado Hugo Chávez. No fue el único caso en el que España, Venezuela y Canadá participaban en una película, ya que cuatro años más tarde, en 2002, lo hicieron en “Una casa con vistas al mar”, también con participación mayoritaria del país sudamericano. A diferencia del título anterior, este filme de Alberto Arvelo era una propuesta intimista, protagonizada por Imanol Arias. La primera coproducción con participación mayoritaria canadiense fue “Las mil maravillas del universo”, dirigida por Jean-Michel Roux en 1988. Con Julie Delpy, María de Medeiros y Tchéky Karyo al frente del reparto, este filme apenas contaba con un 10% de participación española. Realmente, la primera película destacable realizada entre ambos países es “Mi vida sin mí” (2003), porque hasta entonces, además de los citados títulos se coprodujo “El este de la brújula” (2000) , dirigida por Jordi Torrent y que no contó con el respaldo del público. El mismo año que Coixet rodó la que se considera una de sus mejores películas, el veterano productor Andrés Vicente Gómez participaba como coproductor minoritario en “Lo más cercano al cielo”, una película rodada entre París y Quebec con Catherine Deneuve y William Hurt. Lamentablemente, a pesar de la presencia de estos dos grandes actores, la película no destacaba por sus virtudes ni por incluir una historia interesante, sino por ser un homenaje al “Tú y yo” de Cary Grant y Deborah Kerr. También fue otro destacado productor, Julio Fernández, a través de Castelao y Filmax, quién participó en la primera coproducción de una película de animación, “Pinocho 3.000”. Al igual que en el título anterior también participaba

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Francia, aunque en esta ocasión con menor porcentaje que Canadá, que contaba con un 44%, mientras que Francia tenía el 35% y España el 21%. Cinco años después, en 2009, se vuelven a sumar esfuerzos para sacar adelante “Santa contra Claus”, otra película destinada al público infantil e igualmente realizada en animación, pero con mucho menor repercusión de público que la mencionada versión de Pinocho. En esta ocasión, la participación española era mayoritaria (un 72%) frente a la canadiense (28%).

Hay que remontarse a 1969 para encontrar la primera coproducción entre España y Canadá, “Las joyas del diablo”, una película dirigida por José María Elorrieta. Una de las últimas coproducciones con Canadá ha sido “Transgression”, (2011) dirigida por Enric Alberich, y en la que también participaba Italia. Cuenta con la presencia de Michael Ironside, un secundario de lujo natural de Toronto que logró cierta popularidad gracias a Paul Verhoeven en “Desafío total”. Italia aportaba a Maria Grazia Cucinotta (“El cartero y Pablo Neruda”, mientras que España, con un 60% del total, a Carlos Bardem. A pesar de todo, la película no tuvo la acogida que se esperaba y recaudó algo más de 200.000 euros. Salvando la repercusión que obtuvo la citada “Mi vida sin mí” la coproducción hispano-canadiense que más éxito ha logrado hasta el momento es “Mamá”. Producida por el mexicano Guillermo del Toro y escrita, dirigida y coproducida por argentinos residentes en Barcelona, los hermanos Andrés y Bárbara Muschietti, “Mamá” se convirtió en un

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gran éxito de taquilla no sólo en España sino también en Estados Unidos, donde recaudó sólo en su primer fin de semana más de 28 millones de dólares, colocándose en primer lugar del “box office”. A través de su productora Toma 78, con la que han realizado sobre todo mucha publicidad, los hermanos Muschietti cuentan con un tercio de la producción, mientras que el 67% restante es de una productora canadiense. Hace pocas semanas quedó totalmente terminada “An enemy”, adaptación de la aclamada novela “El hombre duplicado” del escritor portugués José Saramago, premio Nobel de Literatura en 1998. Tras lograr unas magníficas críticas con su excelente película “Incendies”, Dennis Villeneuve dirige esta película para la que cuenta con Jake Gyllenhaal para encarnar al protagonista de esta historia, en la que un hombre descubre un buen día que hay un actor que es exactamente igual que él. Rodada íntegramente en Toronto, “An enemy” está producida en la parte española por Roxbury, una compañía independiente, con un 22’5%, mientras que la restante pertenece a Canadá Finalmente, la productora Canspan Film Factory, a caballo entre España y Canadá (como se puede deducir de su propio nombre), se presentó en sociedad en el pasado Festival de cine de Cannes. Su primera producción es “Woundes”, con inicio de rodaje previsto para finales de agosto. Este “thriller” dirigido por Rafa Montesinos narra la historia de un joven ex boxeador que se despierta sin recordar nada de la noche anterior y sin saber dónde está una periodista de investigación con la que se había citado. Si todo va bien, podría ser el inicio de una fructífera etapa con una estrecha vinculación entre ambos países porque esta ambiciosa productora cuenta ya con varios proyectos para lanzar en los próximos meses.


Documentos

Coproducciones entre España y Canada Presencia españolaen los cines de Quebec

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Patio de butacas con "aire español" del cine Monkland de Montreal.

orprende saber que una de las principales distribuidoras canadienses, radicada en Quebec, se llama Les Films Séville. El nombre no es en homenaje a la ciudad andaluza, sino que tiene su razón de ser en la existencia de un antiguo cine/teatro de la ciudad de Montreal. El teatro Séville se construyó donde anteriormente había una Iglesia Metodista, erigida cincuenta años antes, en 1878. Lo curioso es que no sólo hubo un cine (antes teatro) Séville en Montreal sino que en 1930 la misma compañía decidió abrir otro con el nombre de Granada. No se trataba de una empresa creada por españoles sino que este interés por recurrir a nombres de ciudades andaluzas se debía a que querían que tuvieran un “estilo español” gracias al nombre y a la decoración, que debía recordar la de un patio andaluz. Según el periódico “The Star” una de las novedades más extraordinarias del Séville era que el techo estaba diseñado para dar la impresión de que era al aire libre, por eso estaba pintado de azul con estrellas y con un diseño de iluminación que creaba el efecto de las nubes al pasar. El Granada fue considerado el más bonito teatro de Montreal, gracias al extraordinario trabajo de su decorador, Emmanuel Briffa. De hecho, afirman que este teatro es el más conseguido y el mejor de sus trabajos como decorador. Era además uno de los mayores de Montreal, con un aforo de casi 1.700 espectadores. No fueron los únicos teatros de Quebec en tener un “estilo español” ya que la misma empresa de los citados Séville y Granada abrió, también en 1930, el Monkland, cuyo patio de butacas debía dar la impresión de que el público estaba en la plaza de una pequeña localidad española; ni tan siquiera faltaba el detalle de una fuente. En este caso, lo único no español era el nombre. Desgraciadamente el cine/teatro Séville dejó de funcionar en 1984 y aunque se respetará la fachada, actualmente está pendiente de ser transformado en unos lujosos apartamentos. El Granada cambió de nombre en 1977 y desde entonces es conocido como el Théâtre Denise-Pelletier, en honor de una popular actriz canadiense que falleció inesperadamente a los 48 años. Por fortuna sigue abierto como teatro y ha conservado su nombre el teatro Granada de Sherbrooke, también en Quebec, a unos 50 kilómetros de Montreal y muy cerca de la frontera con Estados Unidos. Construido en 1928, fue testigo de la llegada del cine sonoro y durante 54 años, hasta 1983, proyectó películas con regularidad. Al igual que los casos citados, es otro buen ejemplo de espacio con un estilo español, de hecho su hall recuerda a la Alhambra y a la Mezquita de Córdoba por los arcos y los colores de los mismos. Por fortuna, está considerado lugar histórico patrimonial de Canadá.

Telón del Cine Granada de Montreal

Fachada del cine Séville de Montreal

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Protagonistas Diego Galán

Entrevista

“Es la sociedad la que es machista, no el cine.”

Photo: ©Clara Bellés

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uedamos en uno de sus rincones gastronómicos favoritos de Madrid, un restaurante con encanto del barrio de Las Vistillas, de toda la vida, llamado "Francisca" (C/ Bailén, 14). Íntimo, agradable, incluso hogareño, donde puedo afirmar que se come estupendamente y en el que el cineasta tiene hasta su mesa y silla predilectas. Al encontrarnos, le presento a Clara Bellés, la fotógrafa que le retratará durante la entrevista, y nos dice que ha estado a punto de ponerse la camiseta de "Viridiana", de Luis Buñuel, que adquirió en su momento en la tienda online de La Crítica NYC. Antes de empezar, mientras compruebo que la grabadora que me han prestado tenga suficientes rayitas de batería, le confieso que va a ser la primera

Por Rau García entrevista de mi vida. Al terminar me dirá que no será la última. Tengo el placer de entrevistar a Diego Galán con motivo del reciente estreno de su documental, producido por Enrique Cerezo y Agustín Almodóvar (El Deseo). “Con la pata quebrada” (2013) es un reflejo de la sociedad española a través del cine. Desde los años 30 hasta la actualidad, vemos cómo se han representado a las mujeres, pero no solo a ellas, también a los hombres (que tampoco salen bien parados). Pasando por la II República, por la dictadura franquista y por la transición democrática hasta el presente, el documental repasa problemas tales como el aborto, la liberación sexual, el derecho a voto, la igualdad laboral o los malos tratos.

¿De cuánto tiempo disponemos? y ¿cómo quiere que le trate a la hora de transcribir a papel la entrevista, de tú o de usted? Al contestarme me transmite confianza. Durante la entrevista me aseguro una decena de veces de que el piloto rojo de la grabadora esté encendido. Por si acaso, tomo nota de lo más importante. Hacia la mitad me dice que le estoy haciendo demasiadas preguntas sociológicas. Tiene razón, estoy nervioso y emocionado. Es Diego Galán. (Continúa en la siguiente página)

Con el micro apagado le formulo mis primeras dos preguntas de novato.

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Protagonistas Diego Galán

¿Qué te inspiró o qué fue lo que te incitó a hacer este documental? Eso no se sabe nunca con exactitud. Vengo trabajando sobre el cine español muchos años. Había hecho ya dos series para Televisión Española. “Memorias del cine español” y “Queridos cómicos” que me familiarizaron mucho con el material del cine español y pensé que las películas, sobre todo las populares, reflejaban, aunque no lo pretendieran, parte de lo que estaba ocurriendo en cada momento en el país, así que pensé que se podía contar la historia de España a través del cine. Como se dice que la única revolución victoriosa del siglo XX fue la de la mujer, aunque esto será según el contexto histórico de cada país, poco a poco llegué a la conclusión de que la mujer era un buen vehículo para hablar de ellas mismas, pero también del propio país. “Con la pata quebrada” se presentó fuera de competición en la 66 edición del Festival de Cannes. Esta ha sido la primera vez que has presentado un documental allí, pero llevas yendo muchos años más como crítico. ¿Cuántos años fuiste? He ido al Festival de Cannes de muchísimas maneras; como crítico de cine de la revista Triunfo y de El País, como director del Festival Internacional de Cine de San Sebastián. También fui para rodar un fragmento de uno de los capítulos de “Queridos cómicos”, como jurado de la Cámara de Oro... El primer año fue en el 71 o 73, no lo recuerdo con exactitud. Desde entonces he ido a casi todos.

“La mayoría de las películas, incluso aquellas en las que se dicen esas frases tremebundas sobre las mujeres, están hechas con ironía, criticando precisamente el machismo”. www.lacriticanyc.com

La traducción al inglés del título original del documental es “Barefoot and pregnant in the kitchen” y en francés “Retourne à tes fourneaux”. ¿En estos idiomas conserva su connotación machista o se pierde? Sí, son expresiones que se usan en otros países, pero, desde luego, nada tan explícito como el refrán español: “la mujer casada y honrada, con la pata quebrada y en casa”. ¿Alguna de las 180 películas que aparecen en el documental está dirigida, escrita o producida por una mujer? Sí, como guionista está Natividad Zaro, por ejemplo, y como directoras/guionistas Chus Gutiérrez, Icíar Bollaín, Pilar Miró. La cineasta más reciente que aparece en el documental es Elena Trapé. Pero hay tantas que no aparecen en el documental, como Cecilia Bartolomé, Ana Mariscal o Josefina Molina, entre muchas otras, a parte de las más conocidas, claro. El cine, a lo largo de toda su historia, ha sido una profesión artística, o una industria de hombres, más que de mujeres. ¿Hoy siguen predominando los hombres o esa desigualdad en el cine ya es historia? Sigue habiendo más hombres en puestos directivos, pero no solamente en la industria cinematográfica, sino en general. Pero desde hace unos años la mujer empieza a tener un papel muy relevante en el cine. ¿Igual que se habla de cine machista, existe un cine feminista? No, en todo caso había películas concretas. En el documental aparecen dos magníficos ejemplos, “Calle Mayor” y “La tía Tula”, ambas películas dirigidas por hombres, por cierto, en las que se defiende la libertad de la mujer en una época en la que también había películas machistas. Pero, sobre todo, es la sociedad la que es machista, no el cine. La mayoría de las películas, incluso aquellas en las que se dicen esas frases tremebundas sobre las mujeres, están hechas con ironía, criticando precisamente el machismo.

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¿Sabes si alguna actriz, con el paso de los años, se ha arrepentido de rodar alguna de las películas del destape o ha rechazado algún papel, por considerarlo degradante para la mujer? Desconozco si alguien se ha arrepentido. Es posible, pero no lo creo y no veo porqué debieran de hacerlo, como tampoco se arrepintió nunca Briggite Bardot, musa del destape, tanto en Francia como a nivel internacional. En uno de los capítulos, censurado, por cierto, de “Memorias del cine español” dedicado al cine de destape, entrevisté a Nadiuska, Agata Lys, Susana Estrada, María José Cantudo... y algunas de ellas criticaban los excesos que había en el rodaje de las películas cuando había que rodar una doble versión, o incluso triple, para el extranjero. Pero al mismo tiempo eso les hacía ganar el doble o triple y algunas actrices como Susana Estrada defendían el sexo, en la vida y en el cine, como una liberación. El fenómeno del destape era consumido en otros países con más desnudez y sexo explícito que el que se podía ver en España. Durante la dictadura franquista, ¿las películas o incluso el NO-DO servían de propaganda social, además de política, en cuanto al sitio ideal que debía ocupar la mujer? Sí, pero no es algo específico español, esto ocurría en todos los países, en cada cual según la época. Todo el cine es ideológico, el actual también. Efectivamente, el NO-DO era un medio de propaganda muy directo. Las películas también podían serlo, pero afortunadamente había muchos directores, guionistas, productores, etc., que trataban de sortear la censura y dar un paso más allá de lo que teóricamente estaba permitido. Gracias a eso se pudo evolucionar un poco. En cualquier caso, durante la dictadura, el cine como propaganda mostraba cual debía ser el papel de la mujer, pero también el del hombre. (Continúa en la siguiente página)


Protagonistas Diego Galán

¿El cine impulsaba a las mujeres a reproducir en la calle comportamientos o tendencias que hasta ese momento eran consideradas más masculinas, como fumar, por ejemplo? El cine siempre ha sido un ejemplo de costumbres. Cuando en la película “Sucedió una noche”, de Frank Capra, Clark Gable se quita la camisa y no llevaba camiseta interior debajo, descendió notablemente la venta de esta prenda, pues todos los hombres tendían a imitarle. A las mujeres, lógicamente, les pasaba lo mismo con otras películas y personajes. Yo siempre digo que empecé a fumar por el cine. La mujer en España empezó a fumar en el cine más tarde que en el extranjero. Por otro lado, el cine era además un escaparate de consumo. Si un nuevo electrodoméstico aparecía en las comedías italianas de la época fascista (algunas de ellas denominadas “de teléfono blanco”, muy imitadas en España) o en las cocinas de Doris Day, prototipo de mujer decente en Estados Unidos, la gente quería tenerlo en sus casas, aunque no existiera

en las tiendas de su país o en ningún sitio.

había que rezar, una solución estupenda...

Actualmente, en otros países (por ejemplo, en algunos de Oriente Medio, en los que el machismo está muy arraigado en la sociedad), la mujer se encuentra en una situación mucho peor que en España hace medio siglo y aún así hacen cine. ¿Conoces a alguna cineasta de estos países? Hay cineastas estupendas marroquíes, tunecinas, argelinas, egipcias... Por nombrar a unas de ellas, las hermanas iraníes Hana y Samira Makhmalbaf. Paradójicamente, abundan las mujeres cineastas en estos países, a pesar de que en algunos hoy tienen un atraso social que coincide con la España de hace 50 años. Aunque en España también estamos experimentando un retroceso. Hace un mes escuché en un telediario que las mujeres debían guardar cierto recato respecto a su vestuario, ¡hace un mes!, no estoy hablando del siglo pasado. Igual que escuché decir en otra ocasión hace muy poco que contra el paro

¿Un personaje femenino del cine que te guste? Ahora mismo me viene a la mente el papel protogonista que interpreta Sally Field en “Norma Rae” (1979), de Martin Ritt. ¿Puedes contarme algo sobre tu próximo proyecto? Un documental sobre el diseñador de moda Elio Berhanyer.

Crítica de “Con la pata quebrada” de Diego Galán en la página 22

Photo: ©Clara Bellés

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James Gandolfini (1961-2013) ©Anabel Perujo

rité (Berman, Pulcini 2011). Otros paradigmas del Método, como Brando, de Niro o Day Lewis, traductores de papeles absolutamente icónicos, si lograron escapar de los potentes campos magnéticos que esos personajes crearon, de manera que Vito Corleone ha podido convivir amigablemente tanto con Stanley Kowalski como con el coronel Kurtz. Asimismo, Travis Bickle no ha sido capaz de oscurecer a Jake La Motta o al Michael que volvió de Vietnam, de la misma manera que ni el mismísimo Abraham Lincoln nos hará olvidar a Christy Brown o a Bill “El Carnicero” Cutting.

Las dos muertes de James Gandolfini

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Por Raúl C. Cancio Fernández

icen que James Gandolfini ha fallecido. Lo cierto es que llevaba muerto desde hace muchos años. Concretamente, desde el 10 de enero de 1999, fecha en que se puso en el aire The Sopranos, el episodio piloto del clásico de la literatura creado por David Chase y en el que Gandolfini interpretaba el papel de Tony Soprano, rol que desde su inicial crisis de ansiedad con los patos de su piscina, fagocitó absoluta-

mente al intérprete, tanto ex ante como ex post, es decir, solapando al formidable Virgil de Amor a quemarropa (Scott, 1993), al peculiar agente de la DEA “Woody” Dumas de nuestra Perdita Durango (de la Iglesia, 1997), al inolvidable Winston Baldry de The Mexican (Verbinski, 2001) o, a partir de 2007, al baranda teniente general Miller de In the Loop (Iannucci, 2009) o al Craig Gilbert de la prodigiosa Cinema Ve-

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Anthony John Soprano no ha tenido sin embargo la misma consideración con la sólida trayectoria cinematográfica de James Gandolfini, y con la misma implacabilidad con la que dirigía su negocio desde el Bada Bing, ha mediatizado la carrera profesional del hijo del albañil y la cocinera de Westwood, cambiándole la vida para siempre a él y todos nosotros, enseñándonos a descubrir que una película de cine podía durar seis temporadas. HBO se encargaría después de hacernos reír con un negocio de pompas fúnebres; de descubrirnos el tercer mundo en el corazón de Maryland; de devolvernos la pasión por los feriantes y la mitología o de desmentir la decadencia del western. Pero todo ello fue después de la venida de Tony Soprano. Mi fervor por él, no obstante, tiene un origen mucho más prosaico. Casi pudiera describirse como una pasión identitaria. No conozco a nadie con un parecido tan extraordinario a mi padre como cuando Tony salía a recoger cansinamente el Star-Ledger por la mañana, ataviado con su albornoz, camiseta, calzoncillos, los cabellos enmarañados, el rostro somnoliento y las pantuflas en ristre. En segundo lugar, me es imposible no amar a un (Continúa en la siguiente página)

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James Gandolfini (1961-2013) hombre que lee los fútiles textos de las cajas de cereales durante el desayuno (55’). Absolutamente imposible. El corazón ha traicionado a James Gandolfini en Italia. No es mal sitio para morir cuando un hombre la amaba tanto y le era tan cercana. De hecho, su padre nació en Borgo Val di Taro, su madre creció en Nápoles y en su casa familiar de Westwood no se hablaba en inglés. No obstante, su tío Junior (Dominic Chianese) en el capítulo que cerraba la tercera temporada, en una de las secuencias más inolvidables de toda la serie, ya le advirtió sobre lo ingrato del corazón Core, core 'ngrato, t'aie pigliato 'a vita mia, tutt'è passato e nun'nce pienze chiù Desde que el maestro Welles nos lanzara el hueso de Rosebud en 1941, nunca un recurso fílmico había generado tanta literatura, debates y conjeturas como el brutal fundido a negro con el que David Chase puso fin a su obra maestra. Esos desconcertantes diez segundos a negro del capítulo “Made in America” han dado pábulo todo tipo de teorías, inferencias y suposiciones acerca del destino de Tony Soprano. ¿Será tiroteado por el hombre de la cazadora que entra en los aseos? ¿acaso los muchachos de raza negra serían los encargados de ejecutarle? ¿Terminaría él y su familia la cena en Holsten’s sin novedad? Confieso que durante todos estos años he albergado dudas acerca del sentido de ese abrupto final. Con la prematura y desgraciada segunda muerte de James Gandolfini, se han despejado todas mis inquietudes: Tony Soprano vive y vivirá por los siglos de los siglos. Amén. Ya lo decía el tema elegido por él en la juke-box de su mesa: Don’t stop believin’ (…) Oh, the movie never ends, It goes on and on and on and on…

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Filmografía Esencial 2012 La noche más oscura de Kathryn Bigelow 2012 Not Fade Away de David Chase 2011 Cinema Verite (TV) De Shari Springer Berman y Robert Pulcini 2009 In the loop De Armando Iannucci 1999-2007 Los Soprano (TV) HBO David Chase

2001 El hombre que nunca estuvo allí De Joel Coen

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"El cunnilingus y la psiquiatría nos han llevado a esto". Tony Soprano a Carmela Soprano


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Nora Ephron (1941–2012)

Nora -y todas las demásPor Claudia Lorenzo

“Sed heroínas de vuestras propias vidas, no víctimas”

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n una entrevista en la promoción de “Julie y Julia” (2009), Nora Ephron dijo: “Las comedias románticas nacen de dos raíces. O bien de ‘La fierecilla domada’, y el principal problema de la historia es el carácter de los personajes, o de ‘Orgullo y Prejuicio’, y el principal problema es la diferencia en clases sociales. Bueno, me corrijo. Esto era así hasta que llegó Woody Allen e introdujo las neurosis del personaje masculino en la ecuación. Combinar las anteriores con esto último es lo que a mí me interesa.” Nora Ephron nació y murió en Nueva York, a pesar de haber sido criada en Los Ángeles por unos padres guionistas. Estudió en la universidad femenina de Wellesley, a donde volvió en 1996 para dar el discurso de graduación y donde dijo la frase que encabeza este artículo: “Sed heroínas de vuestras propias vidas, no víctimas”. Fue periodista del New York Post antes de ser guionista y escritora. Presumió de ser la única becaria de Kennedy a quien el presidente no intentó sobar y no decidió dedicarse al cine hasta que su segundo marido, Carl Bernstein, le ofreció reescribir el guión de “Todos los hombres del presidente”, porque la visión de Willian Goldman no le convencía. (Continúa en la siguiente página)

Nora Ephron en New York en 1975 (AP Photo/Ray Howard)

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Además de películas, Nora Ephron escribió para el Huffington Post, New York Post y Esquire, entre otros, y publicó los ensayos “El cuello no engaña” o “I Remember Nothing: And Other Reflections”.


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Nora Ephron (1941–2012)

Al final el guión de Ephron no se rodó pero el gusanillo se le quedó en el cuerpo. Seguro que Bernstein no se congratuló tanto por ello cuando años después Nora escribió “Se acabó el pastel”, película basada en su novela autobiográfica, en la que relataba el matrimonio y posterior divorcio con el periodista del Washington Post. Bernstein amenazó con demandarla, pero nunca lo llevó a cabo. Ephron, sin embargo, consiguió que Meryl Streep hiciese de ella en la película. Años después, en el homenaje del American Film Institute a Streep, Nora diría: “Recomiendo encarecidamente que Meryl Streep os interprete. Si tu marido te pone los cuernos (…), haz que Meryl te interprete. Te sentirás mucho mejor.” En 1989 escribió la que probablemente sea su obra maestra, “Cuando Harry encontró a Sally”, la historia de dos personajes que se conocen, se hacen amigos a pesar de la creencia de que miembros del sexo opuesto no pueden serlo, y se enamoran. Combinando las neurosis de Harry, interpretado por Billy Crystal, con la racionalidad de Sally, a quien puso cara Meg Ryan, la comedia romántica alcanzó una calidad que llevaba años sin ver, con personajes completos y complejos, con situaciones reales pero divertidas, y con risas que emanaban de cada fotograma de su metraje. Es curioso cómo Hollywood se decidió a vender “La boda de mi mejor amiga” como la película en la que las mujeres eran divertidas cuando años, décadas antes, ya se había demostrado con los rostros de Katharine Hepburn o Rosallind Russell y, posteriormente, con el trabajo de Nora Ephron sobre el papel. Tras debutar como directora en 1992, escribió y dirigió su segundo gran éxito con Ryan, “Algo para recordar”, en 1993, una comedia romántica en la que los protagonistas no coincidían en pantalla más de cinco minutos. Con pericia, saber hacer y, sobre todo, mucho humor, lo que parecía imposible, que el público

Meg Ryan y Billy Crystal en “Cuando Harry encontró a Sally” película de 1989 escrita por Ephron y dirigida por Rob Reiner.

Tom Hanks y Meg Ryan en “Tienes un e-m@il” película de 1998 escrita y dirigida por Ephron.

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Protagonistas

Nora Ephron (1941–2012) se tragase semejante argumento, funcionó tanto que Ryan y Tom Hanks, su co-protagonista, se volvieron a juntar en 1998 para rodar “Tienes un e-mail”, remake de “El bazar de las sorpresas”. La película, que hoy en día se queda antigua por culpa de la tecnología, volvía a demostrar que las historias de Ephron estaban llenas de personajes tridimensionales. Y que la comedia, y hacer divertidas a las actrices, no tenía por qué significar una diarrea en público. Su último éxito cinematográfico fue “Julie y Julia”, una película que intercalaba las historias de Julia Child, leyenda norteamericana que introdujo la cocina francesa en los hogares estadounidenses, y Julie Powell, bloguera que decidió dedicar un año entero de su vida a crear, punto por punto, todas las recetas del famoso libro de cocina de Child. Interpretadas por Meryl Streep y Amy Adams, ambos personajes suscitaron el apoyo de público y crítica y Streep volvió a ser nominada al Óscar. También fue responsable de “Embrujada” o “Michael”, pero muchos probablemente agradecemos no acordarnos de ellas demasiado. Además de películas, Nora Ephron escribió para el Huffington Post, New York Post y Esquire, entre otros, y publicó los ensayos “El cuello no engaña” o “I Remember Nothing: And Other Reflections”. A la gente no se la echa de menos por sus biografías de Wikipedia, sino por lo que se oculta entre las líneas del relato. Ephron, que siempre dijo que, a pesar de su generación, había sido educada para ser una mujer trabajadora, fue una proactiva feminista pero, incluso si no hubiese sido ésta su intención, se habría convertido en ello. Abrió camino a las guionistas del futuro, aquellas que no tenían tantos referentes a la hora de indicar como quién querían ser. Ephron escribió sobre mujeres reales y hombres reales, y

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decidió que, si nadie quería dirigir sus guiones, ella misma se pondría tras la cámara. “A los hombres en Hollywood no les interesa contar historias que no sean de ellos mismos”, declaró una vez. A la hora de ponerse a escribir, Ephron era irónica y eso la convertía en descacharrante. Su humor es el de aquella persona que sabe reírse de sí misma, y de todo lo que la rodea. Era sumamente inteligente y eso le añadía puntos a sus chistes, ya que no buscaba la carcajada fácil sino el trabajo complejo, el guión que exige ser muy pensado para que no lo parezca. Se rodeaba de grandísimos actores, muchos de los cuales repitieron con ella, y sabía sacar lo mejor de su trabajo. Convirtió la comedia romántica en un género digno de ser visto, una vez más, y nunca se avergonzó de decir que ése era el tipo de películas que ella hacía (como sí que le pasa, incomprensiblemente, a Nancy Meyers). Tal vez porque la grandeza del género en los 90 se debe, en gran parte, a su labor. Escribía grandes personajes femeninos, pero también masculinos. Stanley Tucci en” Julie y Julia” es sólo uno de los últimos ejemplos. Defendía la igualdad en sus guiones, no la superioridad de un género sobre otro. Cuidaba a sus secundarios, desde la pareja de amigos de Harry y Sally hasta Rob Reiner y Rosie O’Donnell en “Algo para recordar”, pasando por los respectivos amores de los protagonistas de “Tienes un e-mail”. En eso se le distinguen el trabajo y el compromiso. Nunca hizo que los novios o novias de los personajes que iban a acabar juntos fuesen insulsos o antipáticos. Sí, Bill Pullman en “Algo para recordar” tiene alergias, pero no deja de ser un cómico contrapunto. Nunca se escudó en la vacuidad de los secundarios para defender el destino de los principales, y eso es algo que la honra y que no muchos guionistas llevan a cabo hoy en día, tanto en las comedias románticas como en muchos otros géneros. Crear

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pobres contrapuntos te lleva a la pobreza argumental, y eso ella no lo permitió. Nora Ephron defendió continuamente su impronta en cada una de sus obras. Eran tremendamente personales y no temía decirlo. Escribía sobre sí misma, sobre su vida, sobre la gente a la que conocía. Por lo que dicen sus conocidos era dicharachera y por lo que se puede ver en Youtube era muy divertida. En una entrevista colgada en ese portal le preguntaron qué les aconsejaría a los jóvenes que quieren ser guionistas. Les aconsejaría no serlo... de momento. "Haceos periodistas, como yo, porque a esa edad no conoces el mundo lo suficiente como para escribir sobre él. Ved otras historias, vivid un poco, y ya después escribid guiones." Si Ephron fuese sólo una gran guionista, ya merecería ser recordada un año después de su muerte. Pero si además se convirtió en un símbolo, un referente, una imagen para otras cineastas, esas valientes que hoy en día quieren seguir escribiendo comedias románticas como “Cuando Harry encontró a Sally”, es un hecho que no puede, ni debe, ser olvidada. Como ella dijo: “Tal vez las mujeres jóvenes ya no se preguntan si pueden tenerlo todo, pero en caso de que os lo estéis preguntando, por supuesto que podéis tenerlo todo”.

Ephron recomendaba a los aspirantes a escritores:“Haceos periodistas, como yo, porque a esa edad no conoces el mundo lo suficiente como para escribir sobre él. Ved otras historias, vivid un poco, y ya después escribid guiones.”



Recomendaciones La Crítica

La exposición imprescindible

Cortesía del artista y la galería Bruce Silverstein, NY/Artists Rights Society (ARS), New York “Rosalind Solomon: Portraits in the Time of AIDS, 1988” (retratos en los tiempos del SIDA)

Rosalind Solomon: Retratos en los tiempos del SIDA Por ángeles García| Nueva York

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ock Hudson, Severo Sarduy, Néstor Almendros, Robert Mapplethorpe, Rudolf Nureyev, Freddie Mercury.... La lista de famosos muertos de SIDA es sobrecogedora. La pandemia que paralizó el mundo en junio de 1981 se llevó por delante a innumerables personajes conocidos en el mundo de la cultura, aunque (Continúa en la siguiente página)

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Recomendaciones ellos eran solo los rostros de un drama mundial que arrasó con la vida de millones de adultos y niños. Pero puede que la pérdida de la vida al final de terribles procesos degenerativos no fuera lo peor. Con la manifestación de los primeros síntomas, empezada para los enfermos un infierno que les excluía y apartaba de la sociedad como auténticos malditos. Ahora, los portadores del VIH pueden llevar una vida perfectamente normal gracias a los tratamientos antirretrovirales, nada que ver con la confusión, desinformación y mala fe de aquellos primeros años en la que muchos exhibieron sus prejuicios homófobos para encerrar en zulos a los moribundos. La fotógrafa Rosalind Solomon, experta en retratar el sufrimiento, realizó en los 80 una de sus series más conmovedoras: Retratos en los tiempos del SIDA. Expuestos por primera vez en 1988, la galería Bruce Silverstein de Nueva York ha recuperado unas imágenes cargadas de emoción. Son 75 fotografías tomadas en blanco y negro en las que la cámara entra en los rincones privados en los que los enfermos convalecían. Son hombres jóvenes asustados por el descubrimiento de la enfermedad o a la espera del desenlace final tumbados en colchones en los que a duras penas se pueden distinguir sus enflaquecidos cuerpos. A veces no aparecen solos. Una madre, posiblemente una hermana, les acompaña en el lecho intentando ventilar con abanicos las habitaciones cerradas de ambiente irrespirable.

No hay nombres ni datos de la ubicación de los protagonistas. Su sufrimiento es lo único que importa.

Las imágenes de Solomon muestran tan al detalle el drama vivido por estos hombres, que el espectador percibe los olores y los ruidos de los dormitorios en los que esperaban la muerte. Solomon se acerca a ellos con el mayor respeto, con compasión y con amor. El dramatismo de las obras se acentúa cuando el enfermo quiere posar con un retrato del compañero ya muerto o del que le ha dejado por temor a infectarse. No hay nombres ni datos de la ubicación de los protagonistas. Su sufrimiento es lo único que importa. Solomon inició su carrera fotográfica pasados los 35 años. Antes, fue un ama de casa tradicional, aunque siempre volcada en acciones solidarias. Un viaje a Japón y un encuentro con Lisette Model, la gran maestra la que Mapfre dedicó no hace mucho una excepcional antológica, trasformaron su vida. Con más de 80 años, sigue dedicada a fotografiar la pena de los más desfavorecidos y de los que más sufren en el mundo. Con obra en más de 50 grandes museos Solomon ha viajado por todo el mundo para certificar y difundir las desigualdades sociales. Una de sus fotografías más famosas nos muestra a una joven mujer amamantando a un cordero en las montañas de Perú. Es un acto de amor y supervivencia de una belleza indescriptible. Pocos como Solomon consiguen componer poesía sobre la dureza extrema de la vida. Ella lo logra con cada uno de sus trabajos por duro que sea el discurso. Es su contribución para que todos seamos menos infelices.

El clásico a revisar

Il Sorpasso (1962) De Dino Risi

Por Paco Montalbán

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erragosto romano de 1962. Bruno (Vittorio Gassman) recorre en su coche la Roma deshabitada, en desesperada búsqueda de una cabina de teléfono para contactar con sus amigos y celebrar la fiesta. Roberto (Jean Louis Trintignant), un joven estudiante de 4º de Derecho, está sólo en su casa y prepara con desgana los exámenes de septiembre cuando, asomado a la ventana, se encuentra con Bruno quien le pide hacer una llamada. Arrastrado por su arrolladora personalidad, Roberto no puede resistirse a salir de casa y emprender un viaje por la Italia del desarrollo de los sesenta. El auto –un Lancia Aurelia Sport- les conduce, en un improvisado viaje de día y medio de duración, desde Roma hasta la playa de Castiglioncello, pueblo de la costa toscana donde veranean su mujer –de la que está separado- y su hija (Catherine Spaak). Entremedias visitan la casa del pueblo de los tíos de Roberto, donde Bruno le descubre evidencias de su familia que ni siquiera imaginaba. La simpatía envolvente de Roberto y la timidez de su amigo reciente se van imponiendo en la película que, con el Lancia Aurelia como un personaje adicional, les transporta desde los paisajes urbanos de la Roma vacía, por carreteras plagadas de domingueros con sus coches recién comprados, toques de cláxones, gasolineras, restaurantes, verbenas de los pueblos donde los campesinos bailan el twist con la boina puesta -esos primeros planos de los rostros curtidos por el sol, concentrados en el ritmo moderno-, el creciente turismo de las exhuberantes suecas o la vida cotidiana en los abarrotados restaurantes portuarios. Todo este conjunto va configurando un escenario de los cambios de costumbres en la Italia de los sesenta.

Con guión del propio Rissi, Ettore Scola y Ruggero Maccarsi, Il sorpasso es una de las primeras road movie de la época www.lacriticanyc.com


Recomendaciones Cuando llegan a la playa el paisaje cambia y los escenarios urbanos y rurales se sustituyen por los de esas playas italianas atestadas de gente, en perpetuo contacto, con los incipientes biquinis –primeros planos muy sensuales-, lanchas de nuevos ricos, esquí acuático, sombrillas sobre la arena, bailes –el Twist de Saint Tropez de Pepino di Capri se estrenó en esta película-, y ligoteo. Mientras tanto, la relación entre ambos se estrecha, a medida que van contrastando sus diferentes formas de entender la vida. Viaje profundo al interior de los personajes en el que la superficialidad de Bruno sólo es aparente y constituye toda una consciente y elegida filosofía de la vida, basada en aprovechar el momento sin pensar en el futuro; visión práctica que contrasta con la vida organizada de Roberto quien aspira a terminar la carrera, buscar un trabajo, casarse con la vecina de enfrente –enamorado pero, por timidez, no declarado- y formar una familia estable, pero que, a lo largo del día y medio de convivencia con Bruno, la irá modificando. Precisamente, estimulado por el ambiente que ha vivido en las últimas horas, Bruno decide romper su timidez, telefonea a su vecina romana, que veranea en un pueblo cercano y acuerdan su visita. Otra vez en el Lancia Aurelia dispuestos a todo, cuando sucede algo inesperado.

Con guión del propio Rissi, Ettore Scola y Ruggero Maccarsi, y filmada en blanco y negro con un ritmo vertiginoso, Il sorpasso es una de las primeras road movie de la época, rodada como un itinerario que conducirá a los personajes a experimentar los cambios de la Italia del desarrollo de los sesenta, así como al propio descubrimiento interior de sus anhelos más insatisfechos. Películas de este género vendrían después, como “Easy rider” (1969) de Dennis Hopper y otras que tienen al viaje -en automóvil o moto- como hilo conductor de la historia, en un recorrido cuyo último fin es la búsqueda del destino. La visión de Rissi de la sociedad italiana de la época es clínica –por algo fue psiquiatra en Milán-, radiográfica, corrosiva -al modo de Chejov o Wilder-, desencantada y distante, pedagógica, pero ausente de toques moralistas al plasmar la transformación que impone el desarrollo económico. Como buena comedia a la italiana de los sesenta, la crítica social y la sátira de las costumbres se cuenta a través de situaciones cómicas, pero con un humor amargo, nostálgico y melancólico, que las acaba convirtiendo en tragicómicas. La película fue muy bien acogida en su momento y Vittorio Gassman obtuvo como recompensa el David de Donatello como premio al mejor al actor en el festival de cine de Venecia, Catherine Spaak y Vittorio Gassman

en una edición que contaba con películas tan competitivas con El Gatopardo de Luchino Visconti o Matar a un ruiseñor de Robert Mulligan, que obtuvo el premio al mejor actor extranjero con Gregory Peck. Cuarenta años más tarde el mismo Rissi afirmó que aquella comedia estaba muerta y que no creía que lograse resucitar "porque la sátira y la parodia sobre la actualidad hoy se hacen a diario por la TV: basta ver a los políticos".

De libros

Un viaje a Nueva Zelanda con parada en el ser humano contemporáneo Por Winston Manrique

E

l cine ha sido uno de los elementos que más ha ayudado a modelar y moldear nuestras vidas, ayudado a reflexionar sobre muchos aspectos, a descubrir cosas, llevado a lugares deseados o soñados, e incluso creado necesidades desconocidas hasta el mismo momento de ver una película. Y su poder de colonización en el imaginario popular es tan grande que eclipsa a los pioneros o a quienes en realidad hicieron ese algo al que se refiere una película por primera vez. Nueva Zelanda es un ejemplo. En 2001 medio mundo descubrió Nueva Zelanda, y desde entonces medio mundo ha querido ir allí. Fue a través de la adaptación cinematográfica de “El señor de los anillos”, de J.R.R. Tolkien, que su director Peter Jackson rodó en aquellas tierras y que el mundo vió a través de las pantallas en 2001, 2002 y 2003. (Continúa en la siguiente página)

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Recomendaciones Hasta entonces, Nueva Zelanda no existía para muchas personas o apenas era un país, unas islas grandes, medio extraviadas por allá en el Pacífico cerca de Australia, vistas en la clase de geografía del colegio. La verdad es que casi un siglo antes de la versión cinematográfica que hiciera el neozelandés de El señor de los anillos, Nueva Zelanda, ya había entrado en la eternidad, y ocupado un lugar privilegiado en la mente de la gente, gracias a la literatura de Katherine Mansfield (Wellington,1888-París, 1923), artista clave del círculo de la época y del grupo de Bloomsbury. Ella es, sino la primera, sí una de las principales personas que creó arte a partir de su país. La mayoría de sus maravillosos cuentos tienen como escenario sus playas y paisajes evocados desde Londres, a donde la escritora viajó en 1909. En esos relatos el lector descubre y viaja por una Nueva Zelanda donde la belleza exuberante y serena de la geografía y del paisaje son parte consustancial de las historias y de los personajes. Naturaleza e individuos protagonizan estos magistrales cuentos que logran ser pinturas impresionistas debido al detalle y al preciosismo de la escritura cargada siempre de contenido y simbología. Junto a Chéjov, Mansfield es una de las renovadoras del cuento moderno. Con esos hermosos lugares como fondo, la escritora contó historias en las cuales, según ha escrito Ana María Moix, se ve “el aislamiento y la incapacidad de los personajes para comprender a los demás o para ser comprendidos”. La belleza de un territorio remoto, como de otro tiempo, sirvió a Mansfield para hablar de lo que carcome a la vida cotidiana sin que nadie se percate de ello. Belleza preñada de soledad y silencios. Sus cuentos y novelas cortas son un doble viaje: uno al país al que ahora medio mundo quiere ir porque ha visto en el cine, pero en esos cuentos descrito un siglo antes; y una visita

K. Mansfield

Selección de relatos cortos Germans at Meat (1911 The Woman At The Store (1912) How Pearl Button Was Kidnapped (1912) Millie (1913) Something Childish But Very Natural (1914) The Little Governess (1915) Pictures (1917) Feuille d'Album (1917) A Dill Pickle (1917) Je ne parle pas français (1917) al ser humano contemporáneo rodeado de la infinita hermosura, comodidad y sueños pero acompañado de soledad y asediado de silencio. Incluso de angustia y zozobra. Podemos asistir a ello en libros como Fiesta en el jardín y otros cuentos o Felicidad y otros cuentos. Un buen itinerario podría empezar por el relato En la bahía:

Prelude (1918) An Indiscreet Journey (1920) Bliss (1920) Miss Brill (1920) Psychology (1920) Sun and Moon (1920) The Wind Blows (1920)

“De mañana, muy temprano. Aún no se

Mr Reginald Peacock's Day (1920)

había levantado el sol, y toda la bahía

Marriage à la Mode (1921)

de Crescent estaba oculta bajo la niebla blancuzca del mar. Las colinas cubiertas de maleza, en la parte de atrás, quedaban difuminadas. No se podía ver dónde terminaban y dónde empezaban los campos y los bungalows. La arenosa carretera había desaparecido y con ella los campos y bungalows del otro lado; detrás de ellos no se veían las blancas dunas cubiertas de matojos rojizos; no había nada que sirviese para distinguir lo que era playa y dónde empezaba el mar. Había caído un fuerte rocío. La hierba era azulada.

The Voyage (1921) Her First Ball (1921) Mr and Mrs Dove (1921) Life of Ma Parker (1921) The Daughters of the Late Colonel (1921) The Little Girl (1912) The Stranger (1921) The Man Without a Temperament (1921) At The Bay (1922) The Fly (1922) The Garden Party (1922) A Cup of Tea (1922)

Gruesas gotas colgaban de la maleza,

The Doll's House (1922)

sin acabar de caer; el toï-toï, esponjoso

A Married Man's Story (1923)

y plateado, colgaba flácido de sus largos

The Canary (1923)

tallos, y las caléndulas y los claveles de

The Singing Lesson

los jardines de los bungalows se doblaban

An Ideal Family

hacia el suelo, rezumando humedad…”.


LaLaúltima últimapágina página PorPor Marisa Marisa Flórez Flórez La última página Por Marisa Flórez

Fue en mayo de 1980, cuando Cary Grant paso por Madrid para promocionar los productos Faberge, la compañía norteamericana de cosméticos a cuyo consejo de dirección pertenecía desde que dejo el cine. Tenía 75 años aunque no los aparentaba, cuando apareció en el hall del hotel con un traje gris impecable. Detrás del caballero genuinamente americano que representó en sus casi 50 años de actor, estaba el inglés nato de acento tan impecable como el traje. El hombre de “Charada”, “Con la muerte en los talones”, “Atrapa a un ladrón” y tantas otras, seguía siendo el galán por antonomasia de la comedia americana, la encarnación del atractivo anglosajón distante y lleno de humor, con gestos hechos para fascinar y que fascinaban.

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