La Fulana cumple un año de vida y se encuentra en pleno proceso de desarrollo. Siguiendo la misma línea de siempre, en el mes de la primavera vuelve a invitar a sus asiduos y esperemos, nuevos lectores para sumergirlos en el espacio reflexivo de todos los meses: ese que cuestiona cada uno de los vaivenes que se suceden a diario en el seno de la sociedad y pone sobre el tapete sus oscilaciones políticas, económicas y culturales. El 16 septiembre de 1976 tuvo lugar en la Ciudad de La Plata la “Noche de los Lápices”, suceso trágico donde una decena de estudiantes fueron secuestrados y torturados. La fulana, en su sexto número, lo recuerda con ferviente anhelo de que las nuevas generaciones no lo olviden, y se cuestiona el visible desinterés político de la juventud actual: ¿En qué lugar estamos parados? ¿Desde dónde pensamos los argentinos? ¿Qué cosas nos movilizan? ¿Cuáles no? Y si existe algo que logra movilizarnos, es el fútbol. Deporte popular por excelencia. Hoy, envuelto en un enrollo de diversos intereses.
El ámbito del poder como principal objetivo de alcance. El Gobierno y el grupo Clarín, en una contienda que se presenta con forma de interminable y que parece nunca claudicar. El monopolio de Torneos y Competencias en lo que concierne al fútbol ha llegado a su culminación, y ahora el Estado maneja las riendas de este deporte a capricho y deseo propio. ¿Qué piensa la mayoría de la gente al respecto? Seguramente las opiniones difieran mucho unas de otras. Es que el embudo social admite hoy un amplio abanico de ideologías que pugnan por un lugar más cómodo dentro de la Argentina. Además, como ya es costumbre, un entrevistado de lujo va a explicar qué se siente conducir el programa radial más escuchado en la ciudad de La Plata, mientras que los nostálgicos podrán remitirse a sus más magníficos recuerdos en una nueva nota del año del pedo. Pero allí no se agota el repertorio, pues las secciones de todos los meses vuelven a conformar el cuerpo de La Fulana. En este marco, los fulaneros ya tienen un nuevo ejemplar. Léanlo, analícenlo y disfrútenlo con un sentido crítico profundo, a sabiendas de que todos son partícipes del constante desarrollo de la revista.
La Fulana año 1 nº 6 Septiembre 2009
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Una publicación digital cultural y de interés general
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Redacción: Colianni, Agustín De Angelis, Alejandro Elola, Ana Clara Funes, Laura Funes, M. Eugenia García, Juan Ignacio Giménez, Rafael Simonetti, Sebastián
Diseño e ilustraciones: Funes, M. Eugenia mariuf83@hotmail.com www.flickr.com/photos/ marujita_things
UNA ETERNA NOCHE FRIA ..................................................5 CIRQUE DU DIAL.......................................................................7 MARATÓN AUDIOVISUAL ...................................................10
Ilustración de tapa y sección Muecas:
PAISAJE URBANO....................................................................11
Rafael Giménez
LISANDRO ARISTIMUÑO: PLUG DEL SUR ........................13
Agradecimientos:
DE PUÑO Y LETRA...................................................................15
Martín Castro, (conductor de “El dueño del Circo) Lisandro Aristimuño, Fesaalp, A Nicolas Morón por las fotografías, A Ana Clara Bórmida por invitarnos a participar de la Expo Universidad y a todos nuestros lectores fulaneros.
POSIBILIDADES MÚLTIPLES................................................17 PIANTAOS................................................................................. 19 ES LO QUE HAY.........................................................................21 A MI ME MOLESTA...................................................................22 EL TÚNEL DEL TIEMPO ..........................................................23 TODOS LOS CAMINOS CONDUCEN A SPRINGFIELD.....24 MUECAS.....................................................................................25
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A más de 30 años del suceso conocido como La Noche de los Lápices se pretenderá detallar algunas de las grandes diferencias y similitudes que se encuentran entre aquella juventud y la actual. En septiembre de 1976 ocurrió lo que hoy es conocido como La Noche de los Lápices. Entre el 15 y 16 de septiembre, los militares secuestraron a alumnos secundarios de La Plata bajo la excusa de una protesta por el boleto estudiantil. El último golpe militar en Argentina es destacado por su violencia, tanto física como psicológica, el sangriento accionar de sus miembros, una ideología imperialista, la marginación y la desaparición de miles de ciudadanos. La juventud, con fuertes convicciones políticas, era su mayor enemigo. Íntimamente relacionada con las ideas revolucionarias que triunfaban en el mundo, con líderes como el Che Guevara, Fidel Castro, Juan Domingo Perón o Salvador Allende, la lucha se apoderó de ella. Con el pretexto de atacar el accionar subversivo de los estudiantes, se realizaron operativos en los que se secuestraron alumnos de la Escuela Normal N°3 , Escuela de Bellas Artes y el Colegio Nacional de La Plata, que tenían entre 14 y 17 años. Este hecho fue llamado La Noche de los Lápices. Más de 250 adolescentes fueron desaparecidos por defender los derechos de los estudiantes, preocuparse por los problemas sociales o incentivar a otros a participar en la resistencia. Ciudadanos menores de edad, no todos estudiantes, torturados y/o desaparecidos por no estar de acuerdo con quien ejercía el poder.
Actualmente las Universidades ofrecen, en sus diferentes facultades, agrupaciones que mediante elecciones compiten para ocupar el lugar de centro de estudiantes. Una puerta abierta a la participación política, pero no sólo algunos jóvenes prefieren estar al margen de la conformación del grupo, sino que también, la mayoría, ve como una obligación odiosa votar cada año por quienes los representarán ante las autoridades. Según un estudio realizado por la Agrupación Argentina de Estudiantes para las Naciones Unidas (AAENU) y la Asociación Civil Sumando Argentina en las últimas elecciones legislativas realizadas este año en el país apenas el 4% de los jóvenes sabía qué se votaba y sólo la mitad estaba interesada en ir a votar. La Plata cuenta con una gran cantidad de estudiantes universitarios que no se veían en la obligación de volver a sus domicilios legales para ejercer su derecho a votar por quienes serán los miembros de la Cámara de Diputados y Senadores y a partir del 10 de diciembre los representarán en el Congreso. Esto hizo que la mayoría prefiera hacer la denuncia ante la comisaría más cercana y así desligarse de este “obstáculo”. La palabra política actualmente para muchos estudiantes es una “mala palabra” y practicarla está lejos de sus intereses. Argumentan que no les atrae, algunos se excusan de no entenderla, pero la realidad es que el fraude en las urnas, la corrupción y los superpoderes son algunas razones por las que se sienten defraudados. A 33 años de La Noche de los Lápices no mucho ha cambiado. Se pueden escuchar algunas discusiones entre jóvenes eufóricos por el político de turno. Siguen existiendo quienes miran para otro lado, por comodidad o por convicción y aquellos que levantan banderas con la ilusión de formar parte de un cambio. Están los ignorantes que prefieren seguir sin
saber qué pasa, quienes olvidan y vuelven a cometer los mismos errores y los que acuden a su memoria para que no se repitan. Porque la juventud no es una masa homogénea, ni es tan diferente a la que vivieron los abuelos, no pierden la cabeza por las drogas ni salen todos de un coma alcohólico cada domingo. El problema es que se encuentran más expuestos y demasiado desprotegidos. Muchos de ellos no tienen más armas que su pensamiento, a veces superficial, otras idealista. Se encuentran excluìdos de las oportunidades laborales y en general no pueden acceder a la educación. Actualmente, si bien los derechos civiles no se encuentran en mayor medida agraviados, la desigualdad social es cada vez mayor. Aunque la aparente libertad política permita estar en oposición al oficialismo y ser portador de ideologías disidentes hay pocas voces que se alzan contra las imposiciones del poder. Pero si bien se sigue viendo que nada cambia, que el individualismo, la corrupción y la mentira siguen prevaleciendo, se debe acabar con el miedo que impuso el terrorismo de estado, tomar los lápices y comenzar a escribir la historia de
estos adolescentes que piensan y luchan por un futuro mejor como aquel que soñaron aquellos alguna vez.
Chicos desaparecidos DANIEL ALBERTO RACERO, 18 AÑOS MARIA CLAUDIA FALCONE, 16 AÑOS MARIA CLARA CIOCCHINI, 18 AÑOS FRANCISO LÓPEZ MUNTANER, 16 AÑOS CLAUDIO DE ACHA, 17 AÑOS HORACIO UNGARO, 17 AÑOS
Los sobrevivientes PABLO DÍAZ. 18 AÑOS GUSTAVO CALOTTI. 18 AÑOS EMILCE MOLER, 17 AÑOS PATRICIA MIRANDA, 17 AÑOS
En una carpa circense se pueden encontrar muchos personajes: desde payasos, domadores de leones, trapecistas, magos, entre tantos otros. Martín Castro No es sólo un personaje más. Él, es El Dueño del Circo.
Una tarde de agosto, en el segundo piso del edificio del Grupo Cielo, ubicado en 8 y 32, nos espera Martín Castro, la voz de El Dueño del Circo. Tiene 34 años, es alto y pelado. A simple vista parece un patovica, pero a medida que la entrevista va a avanzando, sale a la luz un personaje inteligente, simpático y sobre todo con un gran sentido del humor. De lunes a viernes, a partir de las 13 horas, El Dueño del Circo sale al aire por 103.5 (FM Cielo), que gracias a su formato único se convirtió en el programa más escuchado de la ciudad de La Plata. Hace dos años, fue galardonado con un Martín Fierro del interior por mejor programa de radio humorístico. En un ambiente distendido, entre mates y risas, Martín habló un poco de todo; desde la música, pasando por sus estudios, hasta la política. ¿Hace cuantos años empezaste? Hace muchos años. Desde la secundaria me gustaba la radio, pero nunca pensé que iba a ser mi modo ni método de vida. ¿Estudiaste Periodismo? Si, también soy locutor, operador, estudie periodismo, estudie humor, estudié teatro. Sigo capacitándome en cuanto lo que encuentro en mi objetivo: artística, publicidad, monólogos de humor. O sea, sigo estudiando. Ahora no tengo mucho tiempo, con todo lo del programa, porque también soy el Director de Artística y Contenido de la radio. En cierta manera cambiaron la forma de hacer radio acá en La Plata, que antes era un embole. Y han tenido muy buena respuesta de la gente. Si, es muy linda la relación con la gente. La programación está pensada para un público de 22 o 23 años para arriba. No sé si el tipo de 50 años esta tan atento, se tira mas para la AM un hombre grande. Pero la idea fue hacer una radio con mucha más actualidad, con menos joda y mas humor, y con una cierta opinión. ¿Sos ricotero e hincha del Lobo? Si. Los Redondos es la banda que más veces fui a ver, y es la banda de que más canciones sé, que las
puedo cantar. Es difícil conocer todas las canciones de una banda. No soy un fanático enfermo, me gusta. Y cuando yo era pendejo y ponía la radio, ponían un tema de Los Redondos y atrás le pegaban uno de Alex Ubago, o no sé quién y yo decía la concha de la lora. Entonces cuando pensamos hacer esta radio quisimos hacer un cambio. Repetir no las canciones, sino el intérprete. Porque a mí me gusta pasar música que a mí me gusta, no la que le gusta a otros. Lo que hicimos con El Dueño del Circo tiene un formato propio. No vas a encontrar un formato con estas características, a no ser que sea una copia de lo nuestro. Si tomas la idea de otro, está bien esta bueno, tomar lo mejor de cada referente. Pero no ser la copia de ese referente. ¿Cuáles son tus referentes? En humor a mí me gusta mucho Capusotto, me gustaba mucho lo que hacían en Todo x 2 pesos. ¿Y referentes de radio? Me gustó mucho en su momento Mario, pero se desvirtuó mucho. Después Víctor Hugo, porque no es solo un tipo que sabe, sino que tiene tiempos, maneja muy bien lo que es la conducción. De todo hay que sacar algo. Para mi ninguno es malo, en cuanto a lo profesional. Todos tienen algo. Hay que tener un manejo de tiempo, de forma, de tratar de llamar la atención. Del tipo que te escucha se pregunte, ¿y ahora que va a decir? Si esta en el auto, que no se baje. Esas cosas que
tienen que ver con el contexto, con la música que le pones de fondo, con como venís haciendo el relato, sabiendo cual es el remate. ¿Tenés un guion o unos apuntes? Casi nunca, solamente cuando tengo que hablar algo a nivel político y necesito datos. Pero cuando hago los monólogos o la reflexiones, solamente el cierre. El final lo sé. Por eso después me voy por cualquier lado. Pero se adonde tengo que volver. Yo te puedo asegurar que muchas de las cosas no me pasan, y nunca estoy enojado. Lo que pasa es que al aire lo demostrás. Tiene que ver con una actuación que esta bien al aire. La gente no tiene por qué saber si a vos te falta un pie, si tenés pelo o no. La gente tiene que creer eso que estás haciendo en el momento.
Si a veces tiro un “hijo de puta”, no te va a molestar, porque está bien puesto.
¿Con la política como te llevas? Yo soy a partidario, no soy ni peronista ni radical, me chupan un huevo. Si mañana tengo que votar al peronismo, voto al peronismo, si tengo que votar al radicalismo, lo voto. Pero yo voy a votar por un hombre, por un proyecto, no por un partido.
Convengamos que actualmente los partidos están muy desvirtuados… Se desvirtuó absolutamente todo. Yo no sé cuantos hay en las radios, por lo menos acá en La Plata, que dicen las cosas que por lo menos uno dice al aire. ¡Que no nos vengan a decir nada! A mí me llaman 70 veces, o a la radio, para pedir la grabación. ¿Pero vos tenés la libertad de decir lo que quieras al aire? En esta radio sí tengo la libertad de decir lo que quiera, no porque sí. Sino convencido y argumentando lo que estoy diciendo. No putear por putear. A mí me gustan las malas palabras porque me resumen cosas, pero sé dónde ponerlas, se donde van, se cuando llaman la atención. Si a veces tiro un “hijo de puta”, no te va a molestar, porque está bien puesto. Hay un cierto discurso y una cierta cuestión de comunicar cosas. Por eso también a veces la gente te sigue, a mi me pasan las cosas que le pasan a todos. A veces exageradas y a veces no, y a veces adopto historias que no me pasan a mí, y las reflexiono, las monologueo, y me enojo como si me pasaran a mí, las actúo. Entonces les puedo asegurar que nos escuchan desde el almacenero, hasta el intendente. ¿Cómo se lleva la radio con la Municipalidad? Tenemos una cierta radio de crítica, donde podemos criticar sin problemas. Generalmente nunca estamos bien, ni tampoco estamos muy mal. Pero decimos las cosas que hay que decir.
Este mes, se llevará a cabo el 4º Festival de Artes Audiovisuales de La Plata. Durante ocho días consecutivos, se presentarán más de 100 cortos y largometrajes de todo el continente latinoamericano. Del 12 al 19 de noviembre, en el Centro Cultural Islas Malvinas (19 y 51), tendrá lugar la nueva edición del FESAALP. A lo largo de estos días, se proyectarán 140 obras audiovisuales, seleccionadas entre más de 550 recibidas. Si bien en la competencia oficial solo participarán 72 películas, también habrá lugar para muestras paralelas. Asimismo, por primera vez, se sorprenderá a los cinéfilos con una noche especial, que promete ser inolvidable e inédita en las salas platenses. Dentro de la Competencia Oficial, se incluyen trabajos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México y Paraguay, que representarán lo mejor de su cine tanto en cortos, como en largometrajes. En cuanto a los cortometrajes, se proyectarán 60 trabajos de seis categorías diferentes: ficción, documental, género fantástico, animación, video clip y video minuto. Mientras que en los
largometrajes se presentarán doce obras incluidas solamente dentro del género ficcional y documental. Sin embargo, el FESAALP no es sólo competencia, ya que se podrán encontrar las llamadas Muestras Paralelas, organizadas en diversas categorías: Zoom de cortos, La Plata filma, Ay América!, Retrospectiva Historias Breves I -con España como país invitado- Work in Progress y distintos trabajos de las facultades. De la misma manera, el Festival tendrá, como todos los años, un espacio formativo para los directores y productores de cine, como también para el público en general. Con este espacio, se pretenderá debatir, repensar y discutir el cine, con la intención de difundir conocimientos, plantear nuevos paradigmas y generar nuevos asrtisitas y espectadores con sentido audiovisual crítico. Los ganadores de este concurso, serán galardonados con premios relacionados a sus trabajos y profesión. Es así que distintos auspiciantes facilitarán elementos necesarios y útiles para que los proyectos audiovisuales sigan en carrera. Por ejemplo, el premio Kodak consiste en latas de fílmico en 16 mm, Dinamic Films ofrece durante 3 jornadas un carro de travelling y 2 jornadas de steadycam, y el Premio de Gold Dreams es un kit y soft de edición. El FESAALP, es una atracción para los amantes del cine y una buena opción para disfrutar del mundo audiovisual. Para mas información: www.fesaalp.com.ar/
No todas las ciudades del mundo cuentan con trenes, tranvías o subtes. Tampoco con puertos, aeropuertos o, incluso, autobuses. El caballo, como medio de transporte, tampoco es universal. Pero hay un elemento que puede encontrarse en todo asentamiento humano, más allá de su condición política, social, económica, demográfica o cultural. Se trata de una máquina no contaminante que ha acompañado a la humanidad por milenios, aunque su desarrollo y masificación se dio hace poco menos de doscientos años. Se trata, como el lector habrá adivinado, de la bicicleta.
Pese a que se tienen registros de bicicletas rudimentarias en las antiguas civilizaciones de China, la India y Egipto, fue en Europa y en Estados Unidos donde, desde mediados del siglo XIX, se fue perfeccionando este aparato que hoy es un elemento infaltable de cualquier paisaje urbano. Tanto los seres humanos como lo que ellos producen forman parte de una lucha constante por ocupar un lugar en la ciudad. Esta relación con el espacio es el principio básico de la urbanidad. Incluso los animales participan en esta gran negociación por el espacio compartido. Algunos elementos han encontrado un espacio privilegiado en la ciudad: las palomas se han adueñado de las torres y los gatos de los tejados. Las calles y rutas son territorio indiscutido de los automóviles que, además, suelen expandir sus dominios por sobre las veredas y las plazas, espacios tradicionales del peatón. La relación entre las bicicletas y la urbanidad es ambigua. Marginales sobre el asfalto, los ciclistas se exponen a todo tipo de riesgos al circular por las calles, rutas y avenidas. Los automovilistas se enojan y se alteran cuando deben compartir el trayecto con estos zigzagueantes y frágiles aparatos. Los peatones defienden las veredas porque allí se sienten seguros, es el espacio para caminar. Pero en una práctica ya generalizada, los automóviles son puestos a descansar sobre las veredas causando problemas en la circulación de los caminantes. Las bicicletas, constantemente, suben el cordón que delimita la calle para continuar su trayecto. Esto es muy mal visto por los peatones, que se indignan y les gritan que las veredas no son para las bicicletas.
Condenadas a estar entre dos mundos, entre las calles de los automóviles y las veredas de los peatones, las bicicletas trazan sus trayectos intercalando baldosas y asfaltos, adoquines y espacios verdes, lo que permite una visión y un uso de la ciudad que requiere temeridad e improvisación. A diferencia de automóviles, peatones e, incluso, motociclistas, los ciclistas son, por su carácter marginal en la vía pública, capaces de interactuar de un modo inventivo y transgresor con la ciudad. La bicicleta no respeta los límites entre calle, vereda o plaza y, muchas veces, tampoco la dirección del tráfico. Se agrupan en grandes manadas en las puertas de las facultades y se recuestan al sol junto a los estudiantes en el pasto. Llevan a los trabajadores a ganarse el pan y cargan a los niños que van a jugar. Incluso, cuando se les fue requerido, las bicicletas han llevado a los soldados a la guerra. Siempre dispuestas y dóciles. Cuando se las abandona, se dedican siempre dignas a la lenta tarea de la putrefacción y el óxido. Nunca preguntan, nunca cuestionan. Fieles y serviciales, se han puesto a disposición de la humanidad sin ninguna condición, sin exigir nada. Quizás sea esa entrega lo que, sumado a su carácter infractor, ha hecho de la bicicleta un objeto menospreciado y, a la vez, infaltable en la ciudad, con la que construye una relación muy particular. La bicicleta reinventa la ciudad, la burla y se mueve por sus calles con tal independencia que exaspera a los automovilistas y molesta a los peatones que, desde sus trayectos predeterminados, la ven deslizarse, ajena a las reglas, en descarada libertad.
Escuchar, sentir, viajar. Lisandro Aristimuño, un cantautor oriundo de nuestro sur argentino, nos traslada a paisajes de cielos eternos y vientos patagónicos. Es intérprete original y un compositor más original aún, que juega en sus arreglos con cadencias folklóricas y un uso orgánico de la electrónica que refrescan sus melodías. Contanos como viviste tu infancia en el sur…Creciste en un entorno artístico que de alguna manera debe haber influenciado el artista que sos hoy.. Mi infancia fue muy feliz, pase parte en Viedma y otra parte en Luis Beltrán (Río Negro) el entorno natural y calmo en el que habitè… el río, el viento, la gente, los campos, la siesta, etc… y el teatro por el lado de mis padres, fueron y son parte de mis influencias musicales.
El cambio de vivir en un lugar muy conectado con la naturaleza como es el sur hacia la gran ciudad es un paso impactante para cualquiera que haya pasado por este tipo de transiciones ¿De qué manera lo experi-mentaste? Sí, es muy fuerte el impacto de la ciudad al venir del interior, y siempre la música me da una mano muy grande para poder soportar estos cambio, los experimento a través de ella, filtrando todo lo que ocurre a través de sonidos, notas y palabras. Al comentar sobre sus inicios en la música Lisandro relata: “No tengo un día exacto, una fecha… Al tener padres músicos en casa era muy natural cantar, tocar una guitarra vieja, pegarle a un bombo leguero, soplar una ocarina, etc… y esto me llevo a hacerlo sin darme cuenta. Desde lo profesional comencé en el 2004 con mi primer disco: Azules
turquesas”. ¿Qué encontrás de satisfactorio en este tipo de vocación artística? Creo que sin la música no podría vivir, el hecho de poder hacer canciones, comunicarte a través de ellas y mantener una empresa independiente con esto, no tiene palabras, es enorme. Al escucharte, instantáneamente nos trasladamos a paisajes sureños, cielos puros y climas de invierno ¿Tomas al sur como fuente de inspiración? ¿Cuáles son aquellas cosas que te nutren a la hora de componer? El sur es fuente de inspiración, claro. A la hora de componer intento Ambientar las canciones para situar al oyente en un lugar, un espacio, un lugar geográfico y luego comienzo a relatar la canción.. Gracias a mi música tengo la dicha de viajar y conocer muchos lugares, siempre llevo una libreta, una maquina de foto, un grabadorcito conmigo en donde registro cosas que me estimulan de cada lugar que visito para hacer canciones…de cualquier manera nací en el sur y llevo el viento en mi cuerpo. Lisandro es un artista que busca innovar, tanto en sus registros discográficos como en la puesta en escena. En vivo, busca siempre la experimentación, jugar con su voz como instrumento, generar arreglos únicos y permitir que su música genere un ambiente en el que el espectador se sienta parte de él. El artista expresa sobre las sensaciones de tocar en vivo: _“Siento mucha felicidad, juego, diversión. Creo que lo más lindo que se genera en vivo es la autenticidad, el respeto, el oficio y la libertad con la que nos tomamos las cosas con mi banda.” Muchos te han catalogado como el nuevo cantautor de la música nacional. Desde ese
lugar ¿Qué sería lo que te gustaría trasmitir a la nueva generación? Mucha música. Lisandro Aristimuño es un músico perteneciente al under, pero contradictoriamente es escuchado por muchos, tanto en nuestro pais como en el exterior. Su carrera poco a poco esta ganando lugar en la nueva generación de cantautores de nuestro rock nacional . Aquí nos comenta su opinión sobre el lugar en donde se encuentra: “ Me siento muy bien, ya que es difícil que te escuche mucha gente desde la independencia y la autogestión… y todo sirve para seguir generando mas espacios y caminos.” Muchos han llegado a vos a través de Liniers (historietista). Con él compartís el programa de radio “Ese asunto suena raro”. ¿Como comenzó tu relación de amistad con él y cómo es proyectar un programa juntos? Fue a un concierto y me saludó al final y desde ese momento hace ya varios años que llevamos esta hermosa amistad… En el programa Liniers está los primeros miércoles de cada mes haciendo una columna en la que sortea un dibujo original luego de que le cuentes que cosas te ponen nervioso… siempre trabajar junto a Liniers es un placer enorme. Nuestra revista se llama La Fulana ya que la imagen de la misma es moldeada por aquellos que la leen, es una identidad ilusoria repleta de imágenes, acordes, palabras, etc. Si tuvieras que moldear un ser imaginario o real que pudiera ser tu referente ¿cuál seria? El viento patagónico.
Datos: ESE ASUNTO SUENA RARO miércoles de 22 a 24hs por FM LA TRIBU 88.7 eseasuntosuenararo.blogspot.com
¿Quién me ha robado los meses de abril, mayo, junio y julio? Con el mayor de los respetos por el gran maestro, creo que esta vez él es el afortunado. ¿Acaso el tiempo corre más rápido cuando lo necesitamos? Es curioso que la felicidad sea campeona en los cien metros libres mientras la tristeza todavía está luchando por terminar la maratón. No sé si es que el mundo está al revés o de golpe yo soy otro. “Piedra libre para la duda y que la esperanza salga de su escondite porque es muy aburrido jugar sin ella”, piensa mi conciencia malherida y la cerveza ahoga sus últimas palabras. ¿Esperanza? “Es una construcción abandonada: siempre queda en proyecto de algo, pero termina siendo un bodoque sin forma que ocupa espacio sin sentido”, entrada triunfal del pesimismo en escena, segunda etapa de la inconciencia etílica. Con el cerebro anestesiado se repasan los hechos, se salta de baldosa en baldosa bajo la lluvia y siempre se pisan las flojas, es una fija. ¿Y de quién es la culpa? ¿De la lluvia? ¿De la bebida mágica? ¿Hay culpables? Lamentablemente el Juego no es tan
sencillo, por eso se pierde tan seguido. Tiempo de la depresión y la desdicha, y así comienza el tercer capítulo del viaje en balsa de malta. ¿Es que no existe la Justicia? Como si algo parecido al equilibrio del mundo tuviese lugar en estas tierras. Cabría preguntarse aquí si la vida necesariamente debe ser justa. Por qué no aceptar que a veces no queda más que andar enterrados en el fango hasta encontrar suelo firme. Es que casi siempre la vida parece un film de Woody Allen, donde todo es tragicómico, y si no te da risa se te caen unas lágrimas. El Sol (dios supremo del día que nos recibe con toda su furia después de una noche de aventuras) asoma sus cabellos allá lejos, como espiándome, hasta salir por completo, desafiante en su magnificencia. Y a pesar de que me siento juzgado y sin el respaldo de la protectora de pobres almas nocturnas, ocurre un hecho inesperado. Un chico le regala un chocolate a una nena y ella le da un beso, no tienen más de 8 años y se miran sin nada más en sus retinas que la presencia del otro. Se sonríen y se van corriendo juntos para la entrada de la escuela. Con el repiqueteo latente todavía en mi cabeza me sonrío y pienso que la magia todavía está ahí, agazapada y débil, pero viva.
Saltar o quedarse en el borde, cantar a los gritos o tararear tímidamente, en el fondo es siempre lo mismo. Jugar o jugar a que estamos jugando. Y en esa diferencia imperceptible está el secreto que nadie nos quiere contar, la verdad jamás revelada. ¿Habrá tal misterio? Quizás exista la necesidad de mantener la incógnita, el culto a la ilusión, la oración a la esperanza. Lo curioso es que incluso el caos tiene cierto orden. Y es allí cuando uno se siente más solo: todo parece tener un curso a pesar de que hagamos lo imposible para evitarlo. O se rearma en el nuevo ramal que se dibuja en el plano y ya está, de vuelta atrapado entre líneas. Pensar que la avalancha comienza con un leve soplido y después las consecuencias son incalculables. Saltar o quedarse mirando. Parece un detalle mínimo en el que nadie repararía jamás. Casi nadie. Siempre el casi metido en el medio, entre el mundo y yo. Aunque no creo ser el único, imagino que varios tienen los bolsillos llenos de preguntas. Y sino supongo que se aburrirán en sus mundos cuadrados, perfectos en todas sus aristas. La gracia no está en lo impecable sino más bien en lo imperfecto, en aquello que contrasta con el resto. “No saltes hijo mío, es peligroso”, sus palabras rebotan en mi cabeza, de acá para allá, de allá para acá, de arriba abajo, como si fuera una cancha de squash. Pero creo que es más complicado vivir con la espina de no saber que se siente, de no experimentar el temor y la angustia de primera mano que quedarse en el pedestal de lo pulcro y cristalino. Y es que acá reina la paz y no hay más preguntas
que aquellas sobre cuál brilla más de todas las estrellas. Pero allí, a un paso, ni las ven. No pueden verlas o quizá tienen cosas más importantes que ver, como los ojos de alguien más. Ellos pueden brillar mucho más que cualquier astro, sólo hay que detenerse a contemplarlos. Y yo quiero verlos, quiero sentir esa luz tan poderosa que hace brillar al resto de las cosas. Así que voy a dar el paso adelante, y ya no habrá vuelta atrás. Así fue como renunció a las alas de aquellos que viven en el cielo y se arrojó a las vicisitudes del infierno terrenal, donde quizás no haya tanto por lo que sonreír, pero la aventura consiste en intentarlo a pesar de todo.
Durante los noventa los niños corrían desesperados a las librerías para obtenerlos. Peleas con ninjas, carreras de rally, espionaje contra los nazis, casas embrujadas, máquinas del tiempo, computadoras superinteligentes, luchas contra reyes y caballeros en la era feudal, y muchas historias más. Los libros de “Elige tu propia aventura” y un pasado donde todos fueron protagonistas. Si desea leer esta nota pase al párrafo siguiente. Cuando algún adolescente que anda por los “veintipico” se remite a su infancia, seguramente su memoria le transmite los rasgos de una singular colección de libros de ciencia ficción. Historias de aventura donde el lector era el protagonista y elegía las riendas de su propio destino. Se trata de la tirada “Elige tu propia aventura”. Escoger tomaba el tiempo y la seriedad requerida por cada situación. Y más allá de la valentía que los lectores poseían, nadie tenía ni un pelo de tonto a la hora de tomar la decisión definitiva. Es que cualquier pensamiento inoportuno podía desencadenar en el peor de los finales. Las primeras páginas sumergían de lleno al lector en la antesala de una aventura
sin igual. El título aparecía plasmado en la tapa ilustrada del libro, conformando un combo que proporcionaba alguna vaga idea acerca de lo que luego iba a venir. Claro que cuando se compraba uno nuevo, lo primero que se debía hacer era rellenar el cuadradito del número del ejemplar que se había adquirido. La lista era inmensa, y todos los deseos se harían realidad una vez que cada uno de esos pequeños cuadrados estuviera tachado. Sueño utópico que contaba con escasas esperanzas de ser cumplido. Es que el repertorio de aventuras tan diversas y fantásticas- era bastante amplio, por lo que resultaba imposible que las estanterías de alguna librería ofreciera la saga completa. Ya nada importaba cuando se comenzaba a leerlos. Lo que sucedía alrededor tomaba color de nula importancia. El reloj extraviaba sus agujas, las gentes dejaban de ser, y los problemas personales se transcribían como irreales y sin apuros de ser resueltos. Todo pasaba a segundo plano. Todo. Mientras un frenesí que se presentaba con traje de incomparable emergía con luz propia desde la primera hasta la última palabra. Era un espacio de tiempo donde sólo se atinaba a compenetrarse fielmente con la aventura en cuestión, sin más. Las madres de los chicos parecían hallar gajos de rotunda felicidad al ver a sus hijos correr a las librerías para luego sumergirse en el mundo de los libros. Es que lo hacían por su cuenta sin que nadie les dijera nada, inconscientes de practicar un modo eficaz de fomentación de la lectura. Las distintas aventuras irradiaban un vasto espectro de sensaciones y sentimientos. Como cuando las retinas
divisaban el lóbrego “Fin” al término del texto de la página a la que se arribaba. Allí uno comprendía que el desenlace alcanzaría su límite prontamente, y que la suerte ya estaba echada sobre el tapete. No quedaría, entonces, nada más que resignación. Tomar el coraje suficiente y ojear, palabra por palabra, la última hoja del osado episodio, resultaría siendo el acto más difícil de concluir. Si bien eran variadas, dos posibles resoluciones podían surgir: una feliz y alegre, que proporcionaba cuotas de superación en el lector; y otra terriblemente angustiante, que emanaba la obligación de volver a intentar salir airoso de la aventura. Entonces, borrón y cuenta nueva: se volvía al principio con el propósito de no cometer los mismos errores. Pero sin embargo, no todo tenía color de rosas. Porque existía algo verdaderamente latoso. Eran aquellas hojas que no permitían la elección y obligaban al lector a continuar en una página determinada. En esos casos el fastidio decía presente de manera irremediable. Es que inclusive, lo que se hacía antes de leer una página era fijarse si ésta admitiría la posibilidad de una futura elección. Aptitudes como la imaginación, la razón y la intuición confluían en su mismo recinto para trasladarse hacia el pensamiento profundo. “¿Qué me conviene hacer?”, “¿Correré riesgos si me vuelvo microscópico?”, “¿Contesto que mi deseo es ser millonario?”. Las opciones se transcribían como infinitas y el suspenso intimaba al lector a tal punto de no distraerse ni por un instante. Los finales brillaban por su extravagancia. A uno le podían acontecer todo tipo de sucesos, hasta los menos imaginables. Desde una muerte abrupta y nada piadosa, hasta terminar consolidado como amo supremo del universo.
Entre tantos otros títulos se encontraban: “El castillo prohibido”, en el que el protagonista viajaba a través del tiempo hacia una época medieval plagada de todo tipo de amenazas y misterios a la espera de ser descifrados; “Buscadores de tesoros”, donde había que ponerse el traje de buzo y explorar las oscuras aguas del océano en busca del tesoro perdido; “El misterio de la casa de piedra”, quizás una de las aventuras más complicadas, pues salir victorioso con un final feliz era bastante improbable. Se trataba de una tenebrosa casa llena de maldiciones y habitada por una vieja bruja; “La supercomputadora”, que cumpliría todos los deseos del protagonista, pero los problemas no tardarían en llegar para complicar el panorama. ”La carrera interminable”, “Supervivencia en el mar”, “Te has vuelto microscópico” y “El misterio de los mayas”, son algunos de los títulos que comple-taban la saga. Los libros de “Elige tu propia aventura” representaron un hito ineludible en el mundo aventurero de los infantes de los noventa. Ayudaban a fomentar la lectura y, aquellos niños que jamás se hubieran planteado la posibilidad de acercarse a un libro, encontraron en estos ejemplares un espacio de entretenimiento saludable. Fue así que, con un entusiasmo digno de los más apasionados, hubo una época sana donde los chicos hacían por sí solos lo que, en tiempos actuales, resulta la más insospechada quimera: disfrutaban leer.
FIN
La cortina de humo caía pesadamente sobre el lugar. Las personas fumaban al compás del reloj, y los ceniceros se iban colmando, como la paciencia de los hombres sentados en la mesa. La vida presentaba su versión más monótona y el tiempo se hacía más largo de lo habitual. Mengano miraba el paisaje, y sentía algo de angustia por dentro. -¿Nunca pasa nada interesante en este lugar? La gente viene, toma, fuma y se va. No hay compromiso, no hay un sentimiento de pertenencia. --Es que en algún punto siempre estamos haciendo eso. Ir y venir, ocupar espacios durante un tiempo y después abandonarlos para quizás volver algún día. Llamalo búsqueda de identidad o aburrimiento. Tal vez sólo sea el deseo de dejar una huella en todos lados y a la vez ninguna muy profunda -, contestó Sultano absorto en el contenido de su vaso, aunque parecía estar mirando para adentro Mengano miró resignado a un hombre, que abrazado a su guitarra ensayaba letras maravillosas, que se perdían entre el murmullo y la humareda. -Es que no debiera ser así. Al menos no para mí. Mirá a ese tipo, cantando y tocando como si fuera su última presentación. Y sin embargo, nadie le presta atención, nadie oye lo que está comunicando con su música. Todos acá seguimos mirando hacia adelante como si nada de lo que está alrededor valiera la pena. Sultano observó admirado al cantante solitario y de golpe lo invadió la necesidad de acercarse a escucharlo, de sentir de primera mano esa incursión del alma en el aire que parecían las canciones. -Tenés razón che, ¿Por qué no nos acercamos y le
regalamos unos aplausos? Con un rostro entre sorprendido y alegre, Mengano asintió con la cabeza e inmediatamente se paró. -Vamos - dijo mientras juntaba sus pertenencias. Y ahí fueron nomás los dos amigos, acercándose a aquel cantante que tanto atraía su atención. Notaron su estilo particular, una voz no menos llamativa, y una prosa tan de barrio como el propio bar. -¡Muy bueno maestro!- exclamó Sultano al tiempo que aplaudía con fuerza, como para que lo notaran de las demás mesas y se arrimaran también. -Mozo, tráigame un escocés y otro para el amigo cantor. Pero una voz interrumpió la escena -Para mí que sea vino -dijo el hombre de la guitarra, que ya empezaba a sentirse a gusto. -Disculpe el atrevimiento de mi amigo señor dijo Mengano entre avergonzado y risueño. -Es que él todavía no ha aprendido que un buen vino es irreemplazable - y los tres rieron por un segundo. Como si algo en su interior los conectara desde hace tiempo En seguida surgió una conversación sobre la vida y sus aristas. El hombre, apodado "Alorsa", le comentó a sus pares las vicisitudes que atraviesa un cantor y coincidió con ellos en que muchas veces todo pasa tan rápido, que no hay tiempo de dejar una huella. -Pero yo creo que ya estás dejando marcas. Ahora, en este preciso momento dejaste una marca en nosotros. No importa si son uno, dos, cien o mil las personas a las que le llegues, lo importantes es lograr emocionar a alguien aunque sea una sola vez -explicó Sultano señalando a las personas que tímidamente comenzaban a acercar sus mesas. -Pasó con el tango muchachos, y eso es mucho decir -comentó Alorsa mientras Sultano no paraba de asombrase con sus palabras.
-Lo habían apoliyado tenores engolados. Lo encerraron en museos repetidos, en telarañas de sombras de versiones... Lo hicieron tan cornudo que aburrieron, lo exportaron, le llenaron de sellos el pasaporte... A él, que nació maldito y malparido en pesebres de patios y quilombos, lo crucificaron en la resurrección de cumparsitas. Pero no, nunca dejó de ser parte nuestra, y volvió como hace siempre. En mi voz y en la de tantos otros que caminan por las calles empedradas de algún barrio. Y el salón se aglutinaba en un solo lugar, el cantante deslumbraba a propios y extraños que miraban con asombro sus movimientos, su facilidad de palabra, ese "no se qué" que lo hacía distinto. - Vos tenés algo - dijo Mengano mientras su dedo índice apuntaba directo a Alorsa. - Tenés algo que no es para desaprovechar y eso es lo que daña a uno. Que seamos tan injustos de no sentarnos a escucharte, y así aprender un poco más. Sultano se quedó mirándolos unos instantes, pensando en que quizás sería la única vez que
vería a tan agradable personaje y eso lo entristeció un poco. Bebió de un golpe el whisky y dijo casi gritando: -¡Gracias viejo! ¡Esto no se ve todos los días y no olvidaremos tus enseñanzas! Y en medio de ese clima tan difícil de explicar, ese que se genera cuando hay una mezcla de alegría con tristeza. Alegría por haber presenciado semejante momento, y tristeza por dejar llevarse por el tirano reloj y terminar con el encuentro. Ahí se iba Alorsa con su guitarra, un último trago de vino, y esa sonrisa que lo hacía tan particular. Como si no fuera consciente de su huella, como si los corazones que marcó no lo extrañaran. Sultano y Mengano se sentaron algo vencidos -¡Qué picardía che!- dijo alguien por ahí. Pero ellos hicieron oídos sordos, porque supieron que su partida no era tal, a pesar de que sus rostros expresaban desilusión. Alorsa dejó palabras, letras, acordes que no dejarán de ser recordados por todo aquel que se atreva a hablar de milonga, de barrio, de la vida y sus vueltas. Y hasta quizás de la muerte, de la puta e injusta muerte.
24/9 ARGONAUTICK,
Pura Vida Bar
00:00 hs
WHISKEY Y MATASIETE
26/9 FALSO PRIMER MINISTRO C.C. Islas Malvinas 22:00 hs 26/9 EL MAJEBRÍ & LOS SONIDOS ANTI SISTEMA Y EL NATTY COMBO
El Teatro Bar
00:00 hs
28/ 9 EXPO UNIVERSIDAD
Pasaje Dardo Rocha 10:30 hs
2 /10 LOS NATAS
El Ayuntamiento
20:00 hs
3/10 ANTONIO BIRABENT
El Teatro Bar
21:30 hs
10/10 FESTIROCK | CICLO
El Teatro Bar
00:10 hs
10/10 KARAMELO SANTO
El Teatro Bar
22:00 hs
17/10 ME DARAS MIL HIJOS
El Teatro Bar
21:30 hs
INAUGURACIÓN
DE BANDAS LOCALES
A veces es complicado no sentirse una vieja que barre la vereda a las 6 de la mañana al hablar de este nuevo mundo y criticarlo. Pero hay ciertas cosas que colman la paciencia de todos, de la señora sin nada interesante para hacer y de cualquiera. Esta vida moderna actual sorprende día a día. Siempre estarán lo defensores a ultranza de la nueva era, y quienes añoran tiempos pasados. Sin embargo, el equilibrio entre ambos nunca viene mal. La tecnología, tan característica de estos días, es un tema que invita a debates eternos. Nadie niega su utilidad, y muchos menos lo efectivo de ciertos aparatos, pero es inevitable admitir que en las manos equivocadas termina siendo un fiasco. Comunicarse hoy en día, es más difícil que pedirle paz a Bush. A pesar de ello, existe una sensación algo cuestionable de que se está más comunicado. El detalle, son los obstáculos que la tecnología brinda, tan reales como insoportables. Si la idea es hablar por celular, entre la señal que
vive perdida, el crédito que desaparece, y los aparatos que nunca funcionan, la misión se torna inabarcable. El mundo se encuentra con un montón de gente gritándole a un aparatito de plástico, tratando de escuchar una voz lejana entre tanta interferencia, e insultando al aire como quién se encuentra en una isla desierta. Si a la computadora se recurre, no hay chance alguna de tener éxito. Primero la conexión, luego la falta entendimiento, son armas letales. Sumándose a esto, la invención de un aborrecible nuevo vocabulario electrónico, lleno de abreviaturas y faltas de ortografía, que convierten a una oración en jeroglífico, y al que lo lee en un absoluto inútil. No hay razón para escribir tan mal, no hay razón para tener que esforzarse tanto ante una simple frase. A esta alteración brusca e inentendible del vocabulario se le agregan los mensajes de texto. Arma fundamental de quienes no son capaces de gastar un centavo más por una letra, y mucho menos por una llamada, que en este caso no solucionaría nada la incomunicación reinante. Sin embargo, estos individuos recurren a artimañas impensadas con tal de no malgastar su preciado tiempo y dinero. En fin, una molestia moderna, de estos tiempos. Un momento más de amargura, un causante más de los rutinarias e inevitables enojos.
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El 29 de Septiembre de 1964, Mafalda debutó como tira en la revista “Primera Plana”; seis meses después comenzó a salir en el diario “El Mundo” de Buenos Aires, y a fines de 1967 dejó de publicarse. Allí es cuando Quino comienza a realizar una página de humor en el semanario “Siete Días Ilustrados”. Al año siguiente los directivos deciden reemplazar ésta por Mafalda. Si bien el 25 de junio de 1973 Quino dejó de dibujarla, aún hoy se siguen vendiendo miles de libros del personaje eternamente contestatario y comprometido con las causas sociales. Mafalda parece inocente e ingenua pero esconde una gran preocupación por el destino del mundo y grandes reflexiones sobre los acontecimientos que pasaban en ese momento histórico. Tal vez el éxito que tuvo la tira cómica, y aún tiene, sea por la capacidad de su creador, Joaquín Salvador Lavado, alias “Quino”, de poner en su boca lo que nadie sabía en ese momento expresar, además de que la historieta es adaptable a todas los procesos políticos que se sucedieron. Mafalda, amante de la radio y curiosa como pocas personas, no está sola. Felipe es el más grande del grupo, detesta la escuela e imagina todo el tiempo las diferentes causas por las que la cerrarían. Su personalidad tímida y perezosa hace que nunca le declare su amor a una vecinita y que pierda más tiempo quejándose de las tareas que haciéndolas. Manolito es hijo de españoles y dueño de un almacén siempre busca la manera de ganar dinero, odia a los Beatles e idolatra a Rockefeller. Susanita es la mejor amiga de Mafalda, su mayor ambición es casarse, tener hijos y que uno de
ellos sea profesional. Tiene una personalidad egocéntrica y se horroriza con las acotaciones de su compañera. Algunas ediciones más tarde aparecen Miguelito, a quien conoce en un viaje a la playa, Libertad, una idealista amante de la gente simple, y Guille, el hermano menor de Mafalda. La niña mimada de Quino es la pesadilla de todo padre impaciente. Con sus preguntas lleva tanto a los demás personajes, como al lector, a la reflexión. Famosa por sus ideales, sus pensamientos sobre la humanidad y su contraste entre ideas revolucionarias -alejadas de una pequeña de 6 años- y el odio a la sopa -característico de los menores-, detesta la injusticia, las guerras, el racismo, y que le pregunten si quiere más a papá o a mamá. La pequeña nacida en una familia de clase media argentina, con madre ama de casa y un padre, agente de seguros, a quien lleva a tomar ansiolíticos con sus preguntas sobre política, se ganó un lugar muy especial en las bibliotecas y corazones de todos los argentinos primero y luego del resto del mundo, opinando sobre los sucesos que ocurrieron entre los 60 y 70.
Liftings, liposucción, rinoplastias, implantes con silicona rejuvenecimientos, etc, etc. La cirugía estética está aumentando cada vez más su producción. ¿Hasta dónde son capaces de llegar las personas para verse o sentirse mejor? Todo comienza con un concurso de cantineros organizado por la marca de cerveza Duff, en donde el ganador saldría en la portada del próximo almanaque de la empresa. Luego de superar una serie de pruebas, Moe Syslak, dueño de la taberna que lleva su nombre, resulta vencedor del torneo. La semana próxima, llega al bar el nuevo almanaque, pero éste presenta un pequeño detalle: sobre el rostro de Moe, habían pegado varias calcomanías. Al retirarlas, el cantinero se da cuenta de su horrible aspecto, por lo que decide someterse a cirugía. El resultado es asombroso. Moe es una persona completamente distinta, y todas las mujeres se fijan en él. Hasta es contratado por una novela de televisión para hacer un papel protagónico. La realidad es exactamente como lo muestran estos personajes amarillos. Cada vez son más las personas que se someten a cirugías estéticas para “mejorar” sus cuerpos y hasta sus estilos de vida.
Comenzando por la señora de los almuerzos, Mirtha Legrand, quien asegura haber dejado ya las cirugías, es uno de los claros ejemplos de estiramiento facial o más conocido como lifting. Nadie sabe cuántos años tiene esta mujer, pero para develar el misterio de cómo se vería sin los trabajos del bisturí, solo basta con ver a su hermana gemela. Otro caso similar, pero sin lugar a dudas mucho mas bizarro, es Guillermo Cherasny, ex candidato a Jefe de Gobierno porteño, quien según sus declaraciones quiso hacerse una implantación de pectorales, pero que más bien quedaron como prótesis mamarias. Pero esto no termina allí, sino que parece que intentó hacerse un disfraz permanente del villano “El Guasón”, ya que sus mejillas están tirantes y tiene una constante sonrisa dibujada en su rostro. Pero si de implantes mamarios se habla, no se debe dejar de nombrar a Sabrina Sabrok, esa mujer vista repetidas veces en el circo de la televisión, vistiendo un traje sadomasoquista, cantando, escupiendo y mostrando sus enormes globos terráqueos y su descolocado trasero. Como estos tres ejemplos, hay miles. No solo en nuestro país, sino alrededor del mundo. Pero, ¿cuáles son los límites de las cirugías estéticas? ¿Hasta qué punto la gente va a seguir siendo tan superficial que necesita cambiar su aspecto para entrar en los cánones de la belleza? Quizás en un futuro, las personas sean producidas en serie y todos porten el mismo cuerpo y rostro.
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Los NO lectores también tienen su voz y lo expresan de esta manera: Hola, mi nombre es Roberto Balloneta y escribía para decirles que leí su revista y me parece muy mal todo lo que ponen. No tienen respeto por la patria y no representan en nada a la juventud naciente que representa la rectitud y buenas costumbres. Imagino que la redacción de la revista será un lugar lleno de humos de cualquier tipo, hasta de los peores. Sería bueno que den la dirección de la misma para poder realizar una visita y corregir ciertas cosas. Por último, quería comentar que en realidad no leo su revista, porque imagino que son chicos sin el amor de la familia nuclear, y mucho menos de la iglesia. Además, han asistido a escuelas públicas, donde solo les enseñan a robar. Saluda a Uds atte. Norberto Batallón Sr. Director de Revista La Farolera Sr. Jorge Lanata Considero muy interesante su revista y lo felicito por el producto. Desde ya, me parece un lujo poder leer a periodistas tales como Osvaldo Bazan, Jorge Lafauci y Lita de Lazari. A usted lo sigo desde que estuvo en “Pelito”, con Julián. Siempre he admirado su labor y compromiso. Por último, quería comentar que me parecería de gran aporte la incorporación de periodistas de la talla de Eduardo Feinman, “Cacho” Rubio o “Bebe” Contepomi, que le darían un aire fresco a la redacción. Agradezco por la sección “Ama de casa” en la cual dieron consejos de cómo hacer una milanesa sin que deje olor a “fritanga” en la ropa.
Saludos cordiales, Rigoberta Hernández de Pereyra. Buenas gente, les escribía porque conozco a una de las chicas que trabaja para le revista y me parece muy interesante. Tengo muchas ganas de entablar una relación más directa con ella, pero no encontraba la posibilidad de hacerlo. La revista no la leí, porque la gráfica no es lo mío. Pero en fin, mi idea era hacerme presente para que me tenga en cuenta. Acá estoy ***** (el nombre no será develado por cuestiones de privacidad), participando de tu proyecto. Espero que valores mi esfuerzo y me entregues el rosquete de una buena vez. Abrazo, Martín S.