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Boulevard Liberación y 41 ca
from La Hora 2-08-2021
by La Hora
EL SILENCIO ESPAÑOL
Algunas personas expresan su asombro ante la actitud que ha tenido la Embajada de España en Guatemala con relación a la crisis del Sistema de Justicia debilitado por la cooptación del Pacto de Corruptos. La misión española guarda silencio, situación que algunos explican desde el punto de vista que el embajador está más interesado en jugar un papel protagónico el 15 de Septiembre, con el bicentenario de la Independencia, que en lo que está ocurriendo aquí.
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Sin embargo hay que preguntarse si aún y con el cambio de gobierno que hubo en España hace algún tiempo no prevalece en la diplomacia española la línea que trazó en Guatemala Manuel Lejarreta, quien lejos de actuar como representante del Reino de España se convirtió en el intermediario al servicio de la Terminal de Contenedores de Barcelona para realizar el sucio negocio de la Terminal de Contenedores Quetzal que se concretó mediante un soborno jugoso a Otto Pérez Molina que ha tenido repercusiones en la llamada madre patria en el curso de los procesos contra Ángel Pérez Maura, quien luego vendió la concesión a una empresa holandesa que tranquilamente se terminó quedando con el negocio sin que hubiera la menor consecuencia legal por el sonado trinquete.
La postura actual de la Embajada, sorprende y mucho, porque por mucho interés que pueda tener un embajador en salir en las fotos del bicentenario de la Independencia no puede anteponer ese banal propósito ante lo que sus colegas de otras misiones han entendido en su justa dimensión.
Es La Hora de luchar por un verdadero ESTADO DE DERECHO
Tu cerebro necesitará tiempo para adaptarse al final del distanciamiento social
Con las vacunas COVID-19 funcionando y el levantamiento de las restricciones en los Estados Unidos, Gran Bretaña y varios otros países, por fin ha llegado el momento de que los ahora vacunados que han estado encerrados en casa se deshagan del chándal y vuelvan a salir de sus cuevas de Netflix, Hulu o HBO.
POr Kareem ClarK/ VirgiNia TeCH
Pero puede que tu cerebro no esté tan ansioso por volver a sumergirse en su antigua vida
Las medidas de distanciamiento social resultaron ser esenciales para frenar la propagación del COVID-19 en todo el mundo, evitando unos 500 millones de casos. Pero, aunque necesarias, 15 meses de alejamiento han afectado la salud mental de la gente.
En una encuesta nacional realizada el pasado otoño, el 36% de los adultos de EE. UU. — incluido el 61% de los adultos jóvenes — declararon sentirse “muy solos” durante la pandemia. Estadísticas como éstas sugieren que la gente estaría deseando salir a la escena social.
Pero si la idea de entablar una pequeña charla en una hora feliz llena de gente te parece aterradora, no eres el único. Casi la mitad de los estadounidenses declararon sentirse incómodos al volver a relacionarse en persona, independientemente de su estado de vacunación.
Entonces, ¿Cómo es posible que la gente se sienta tan sola y a la vez tan nerviosa a la hora de rellenar sus calendarios sociales?
Bueno, el cerebro es notablemente adaptable. Y aunque no podemos saber exactamente por lo que ha pasado nuestro cerebro en el último año, los neurocientíficos como yo tenemos alguna idea de cómo el aislamiento social y la resocialización afectan al cerebro.
HOMEOSTASIS SOCIAL: LA NECESIDAD DE SOCIALIZAR
Los seres humanos tienen una necesidad evolutiva de socializar — aunque no lo parezca al decidir entre una invitación a cenar y volver a ver el programa de televisión “Schitt’s Creek”.
Desde los insectos hasta los primates, el mantenimiento de las redes sociales es fundamental para la supervivencia en el reino animal. Los grupos sociales ofrecen posibilidades de apareamiento, caza cooperativa y protección contra los depredadores.
Pero la homeostasis social — el equilibrio adecuado de conexiones sociales — debe cumplirse. Las