Una idea original de Rosauro Carmín Q.
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Guatemala, 8 de febrero de 2013
GENERACIÓN DEL 90: al principio del fin de la guerra
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Nueva Guatemala de la Asunción, 8 de febrero de 2013 Al pie de la letra
Más de veinte años después…
Cuando leía Veinte Años Después de Alejandro Dumas, no dejaba de maravillarme esa relación entre el presente de los tres en cuatro y el pasado que recreaba el autor en la novela Los Tres Mosqueteros, obra que también había leído tempranamente ese reencuentro en el futuro de los mosqueteros, convertidos en héroes desde mi imaginario
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umas se esmera en detallar cómo se encuentran de nuevo y qué hacían cada uno después de sus aventuras en el palacio real, descripción que propició prenderse de los 20 años después. Cuando la terminé de leer no pude más que entristecerme por haberla concluido, así como me quedé en el deleite de ese reencuentro y el peso que conlleva una amistad gestada años atrás y sustentada por diferentes ámbitos de la vida, tal como ocurre con uno cuando se junta con viejos amigos, con quienes uno vivió muchas aventuras, tuvo tantas vivencias personales y grupales, tuvo la oportunidad de conocer a los padres y hermanos de estos entrañables amigos y lo mejor, es el reencuentro sobre un pasado que no conllevaba ningún interés de por medio, sino la sana amistad, la infancia, la adolescencia, la juventud y la temprana adultez. Hoy, más de 20 años después, los Porthos, Athos, Aramis y Dartañang y otros mosqueteros se reunieron. Una llamada bastó para hacernos converger unas horas después. Poco a poco fuimos llegando y los espadachines anfitriones Hugo y Miguel estaban esperando solícitos y alegres ante cada llegada de aquellos aventureros. El verse de nuevo después de más de veinte años después significaba mucho. Las miradas brillaban ante la vista de aquél viejo amigo, el abrazo prolongado y detenido era la siguiente expresión y luego el repaso de las vidas de cada uno, nos puso al día con cada uno, como si tantos años se pudieran absorber en un instante, como si nuestros derroteros no significaban más que presentarnos de nuevo ante nuestros amigos como actualizándonos pero implicaba que el tiempo pasado sin vernos, no había dañado ese pretérito en común, esos momentos inolvidables y esas anécdotas de vida que nos fundieron en más de veinte años antes y hoy se presentaban como películas que retroactivamente mostraban a aquellos patojos hoy un poco más crecidos, pero sumamente complacidos del reencuentro con el tiempo y los amigos. En lugar de espadas, estos nobles mosqueteros, blandían sofisticados celulares; en lugar de enormes capas, los valientes mosqueteros lucían sus tacuches respectivos; cuando se esperaban briosos corceles, aquellos aventureros llegaban en sus carros; y en lugar de brindar con el vino, hoy chocaban los
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tarros de cerveza y al unísono todos pronunciaban: todos para uno y uno para todos, como en aquellos tiempos. El intercambio de pláticas se inició con Hugo y quien escribe, pues a Miguel había tenido la oportunidad de verlo no hace mucho. Me contó sobre sus aventuras en aquella villa de Los Ángeles; su esfuerzo volcado en levantar muros y casas y poder ver el crecimiento y desarrollo de sus hijos. Recordamos cuando lo visitamos en Montreal con otros aventureros e igualmente cuando lo volví a ver en Los Ángeles. Las correrías de este diabólico mosquetero se cuentan por montones, cuando huía por la noche de su castillo y el “carcelero” se molestaba enormemente cuando burlaba sus controles.
Miguel, por su parte, contaba cómo las circunstancias de la vida lo habían llevado al oriente y ahí se había fincado con su familia, pero la vida y sus vueltas lo habían dejado sin trabajo. Le hablaron de un lugar y fue a una entrevista en donde sin querer se encontró con Raúl, nuestro viejo amigo mosquetero a quien le correspondía elegir y desde esa feliz coincidencia tiene trabajo estable. Hablamos que los visité a Raúl y a Miguel allá por Salamá y fue una agradable plática. Raúl contaba dentro de sus aventuras de mosquetero veterano que ya todos sus hijos vivían acá en la ciudad y que él se había quedado trabajando en Salamá en su clínica particular y que disfrutaba de la paz de aquél lugar comparado con la bulla de la ciudad. Raúl el
espadachín más veterano, jamás dejó de sorprendernos con sus habilidades, tanto como futbolista y ni hablar de basquetbolista. Inolvidables momentos sus destrezas del mago Zobeck, ni aquellos malabares tirando desde el suelo y encestando. Sergio acudió solícito a la cita y en la entrada del castillo se encontró con Carlos Sical. Con Sergio me une una amistad desde que éramos niños, contó sobre su vida allá en Honduras y también pude compartir con el resto de aventureros, que lo visité en ese país en un par de oportunidades. Sergio es talvez nuestro mosquetero más transparente, no se inmutó para trasladarnos su vida completa a pesar de las complicaciones que en la misma sufrió y aquél se resintió mucho por ello, pero
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mosqueteros ya convertidos y me deleitaba el hecho de de joven en aquel tiempo.
JUAN JOSÉ NARCISO CHÚA
hoy este noble espadachín sabe que el pasado quedó atrás y va para adelante sin mirar atrás, como un buen mosquetero. Nos cuenta también que siendo adolescente tuvo un incidente legal, por dejar un beso mimoso perdido por ahí. Carlos contó como su vida se convirtió en un cuento de hadas, en donde de mosquetero pasó a convertirse en acompañante de nobles y reinas y que dentro de los acompañantes pudo conocer a su actual compañera, con quien viven en París, previo romance en Nueva York y potencialmente instalarán su castillo en Guatemala. Carlos, como buen mosquetero, me parece una persona bien centrada en su vida y hoy es un espadachín maduro pero feliz de su desarrollo personal y familiar.
Noticias
Este mosquetero también jugó baloncesto con nosotros, allá en la cancha, que estaba muy cerca de una casa en donde habitaba una guapa dulcinea. Sergio, el mosquetero que tal vez más molestamos por la cantidad de hermanas que tuvo. Contaba con broma su discreto e imperceptible accidente en donde de mosquetero pasó casi a atacar al rey, pero sin querer, el monarca enfureció y tontamente creyó ser superior a la ley, pero no consiguió ablandar a este mosquetero y ganó con derecho su juicio, en los tribunales de justicia. Hoy, siendo médico, dedica su vida a la noble tarea de curar enfermos y ayudar personas con problemas de salud. Hubo un momento en su vida que se cruzó con la hechicería y tuvo una premonición un día, cuando nos dijo: “sáquenme de acá que me están embrujando” y ni hablar de aquella profética frase; “un trago para mis amigos”. Uno de mis mosqueteros más cercanos, casi mi lugarteniente, mi estado mayor, se concentró en Romeo. Aquel enorme amigo con quien trabamos amistad siendo unos niños de once años. Fuera del gusto por el futbol que disfrutábamos junto con Rubén, Mujica, mi hermano y yo, justo a un costado de la casa de este mosquetero y nos divertíamos jugando “paritos” por horas. Tardes inolvidables e interminables. Con este espadachín nos gastamos infinidad de bromas, hicimos un montón de travesuras y recorrimos la colonia de palmo a palmo. Este mosquetero jamás olvidará el estreno de sus botas en una noche que dejó huella para siempre y el aroma de ese momento perdura en su memoria. Este mosquetero también se dedica a servir –vaya alma noble en común de todos estos mosqueteros-. El mosquetero negro apareció repentinamente, aunque arribaba tarde, demostraba con enorme emoción su gusto por este reencuentro. Su gusto por las costuras, los hilos y botones fue grande, aunque luego prefirió destinar una parte de su tiempo en los balcones y las puertas de metal. Sus escurridizas fugas son inolvidables, pero no como aquella que ante el peligro del temido Eduardo y el aviso oportuno, se tiró en un barranco para salvar su vida, ante las risas interminables del resto de aventureros que fueron testigos de la broma de uno de los mosqueteros mencionado previamente. La tertulia se prolongó alegremente hasta que la noche nos alcanzó, los recuerdos fueron prolíficos y vívidos, las anécdotas parecieran retornarnos a lugares, personas y lugares. Los nombres y apodos se recreaban después de mencionar a alguien. Todos los mosqueteros llegaron contentos, estuvieron felices y se fueron nostálgicos de vuelta a sus vidas, con el corazón ubicado en ese espacio de tiempo, en esos bellos e intensos más de veinte años después….
Todo listo en Cuba para Feria del Libro
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Por ANDREA RODRIGUEZ
a Feria Internacional del Libro de Cuba abrirá sus puertas la semana que viene en La Habana con Angola como país invitado y dos homenajeados: el historiador Pedro Pablo Rodríguez y al narrador Daniel Chavarría. “Habrá una presencia internacional diversa”, dijo durante una conferencia de prensa sobre el evento Edel Morales, unos de los organizadores, y al indicar que unos 300 creadores de 37 países visitarán la isla para la 22 edición de la feria, a realizarse entre el 14 y el 24 de febrero. El evento anual suele convocar masivamente a los cubanos que se vuelcan a recorrer pabellones o comprar libros. El año pasado, en su fase habanera (tras cerrar sus puertas el evento suele haber recorridos de algunos expositores y autores por las provincias), la feria recibió a unos 270 mil visitantes. Entre los invitados a esta edición están los chilenos Claudia Apablaza y Abraham Quezada Vergara, los argentinos Adriana Vega y Vicente Battista, la cubanoamericana Sonia Rivera Valdés, el israelí Amir Or y el italiano Carlo Frabetti, entre otros. La hija del sociólogo estadounidense Noam Chomsky, Aviva (o Avi) Chomsky, presentará un libro y el español Juan Madrid dará una conferencia. Pero el plato fuerte será la presencia del escritor Chavarría (San José de Mayo, Uruguay. 1933), uno de los más destacados cultores latinoamericanos de la novela negra y quien se definió a sí mismo como
un escritor cubano nacido en Uruguay. Chavarría agradeció por el homenaje de la feria y a los lectores por la aceptación de su trabajo. “Tengo el honor de ser el autor más robado de la lectura pública”, dijo Chavarría con humor durante el encuentro con periodistas, en alusión a las estadísticas de libros no devueltos o desaparecidos de las bibliotecas estatales. Chavarría, un autor cuyos libros siempre atrae largas colas de lectores interesados en comprar su obra, ganó el Premio Edgar Allan Poe, New York, 2002, otorgado por la Mystery Writers of America a la mejor novela policíaca publicada en Estados Unidos (en inglés) durante el año 2001 por “Adiós muchachos”. También obtuvo el Premio Casa de las Américas en 2000 por la obra “El rojo en la pluma del loro”. El otro homenajeado será Rodríguez (La Habana. 1946), un académico e historiador que destacó por su trabajo de investigación de la obra del prócer cubano, de José Martí. Como era de esperar la delegación más numerosa, con 123 personas entre escritores, músicos y bailarines, será la de Angola, el país africano cuya literatura tendrá un espacio especial para exponer y algunas de las obras importantes de sus creadores serán traducidas al español, como “El rastreador de dinero”, de Roderick Nehone. Encuentros entre editores, lecturas, conversatorios con autores y paneles sobre el mercado del libro formarán parte de la feria.
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“TRIBUNA, NO MOSTRADOR”, Clemente Marroquín Rojas DECANO DE LA PRENSA INDEPENDIENTE
Nueva Guatemala de la Asunción, 8 de febrero de 2013 Caja musical
Luis Enrique celebra sus 25 años de carrera
Luis Enrique celebrará por todo lo alto sus 25 años de carrera musical haciendo lo que más le gusta: compartir con su público las canciones que lo llevaron a convertirse en uno de los artistas más reconocidos y queridos de la salsa. Por IVAN CRUZ
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a celebración del cantante nicaragüense comenzará el 16 de febrero en Miami, donde dará inicio a la gira “Soy y seré”, con la que recorrerá seis ciudades de Estados Unidos. “Estaremos entregando un poco del repertorio que he venido presentando en los conciertos del año pasado, un poquito de mi trayectoria, de mi más reciente disco ‘Soy y seré’ y ‘Ciclos’’’, dijo el cantante a The Associated Press en una entrevista telefónica desde Miami. “Estoy muy contento porque además (en Miami) estaré acompañado por grandes amigos como Gianmarco y (el grupo) Guaco para tener una
maravillosa fiesta llena de música y de buena vibra”. Además de su recorrido por territorio estadounidense, el salsero lanzará el video de “Descontrólame”, una de las canciones más bailables de “Soy y seré”. El video se realizó en Cuba bajo la dirección del director Alejandro Pérez y presenta, según el cantante, una propuesta totalmente fresca y diferente. “La verdad es que cuando el público lo vea quedará maravillado de la calidad y de la creatividad que se le ha depositado a esa historia”, dijo Luis Enrique. Pero la culminación de esta celebración por sus 25 años en la música concluirá con la grabación de un DVD el próximo
noviembre en la capital nicaragüense de Managua, durante un concierto en el cual recordará toda su historia musical. “Van a haber unas sorpresas, muchos invitados, toda la gente que ha tenido que ver conmigo y que ha ayudado a construir mi carrera durante estos 25 años”, adelantó el artista, quien acaba de cumplir 50 años de edad. Para esta producción, Luis Enrique está preparando también un detrás de cámaras en el que hablará de su vida e irá mostrando diferentes aspectos importantes de su país, de “una manera que la gente no la ha visto jamás”. Laureado con tres Latin Grammy y un Grammy, entre otros reconocimientos, Luis
Enrique considera que el premio más importante que ha recibido en su carrera fue el Latin Grammy al mejor álbum de salsa por “Soy y seré” el pasado noviembre. “Sin lugar a duda para mí es uno de los más importantes porque ‘Soy y seré’ lo hemos venido trabajando independientemente y es gracias al apoyo y al trabajo que hemos hecho con mi equipo, que lo hemos llevado hasta donde habíamos pensado que podíamos llevarlo”, dijo. “Me disfruté mucho el hecho de que todo ese esfuerzo de tanta gente también se viera premiado con un Grammy”. Luis Enrique, quien llegó a temprana edad a Estados Unidos y pasó los primeros años
sin documentos legales para residir en el país, celebró el reciente anuncio de un proyecto de reforma migratoria y el espaldarazo que le dio a esta iniciativa el presidente Barack Obama. “En el caso de que se apruebe la reforma migratoria y si es que se da tal cual lo ha manifestado el Presidente, muchos hispanos que vienen luchando contra todo tipo de discriminación podrán tener un futuro un poco mejor para ellos y sus hijos”, dijo el artista. Su gira de aniversario, que incluye paradas en Los Ángeles, San Diego, San Francisco, Houston y Dallas, lo llevará también a escenarios de Europa y Asia más adelante este año.
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“TRIBUNA, NO MOSTRADOR”, Clemente Marroquín Rojas DECANO DE LA PRENSA INDEPENDIENTE
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Galería de Artistas
GENERACIóN DEL 90: al principio del fin de la guerra
La galería La Antigua de la ciudad colonial es el escenario donde concluirá la muestra itinerante de escultura y pintura titulada “Al arte tiempo” de Mario García, Mauro López y Flavio Santa Cruz, que durante el 2012 recorrió las diferentes escuelas de arte donde se formaron como artistas y las galerías en las cuales iniciaron su carrera profesional al inicio de los años 90. La exposición, que se ha venido renovando en cada estación y que incluye obras antiguas y recientes, será inaugurada mañana sábado a las 16:00 horas en la mencionada galería.
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demás de celebrar y documentar dos décadas de vida artística profesional, la exposición itinerante “Al arte tiempo” comparte sus propósitos didácticos y culturales con el reclamo de legitimidad histórica para una generación de artistas que ha sabido reflejar en sus obras, desde una perspectiva existencial muy particular, las cambiantes circunstancias económicas, sociales y políticas en que ha desarrollado su trabajo creativo. Tales circunstancias externas y tal perspectiva existen-
POR JUAN B. JUÁREZ
cial se refieren al hecho de que estos artistas nacieron y se formaron bajo el signo de la guerra, la cual, para finales de los años 80, cuando ellos empiezan a surgir como artistas, había perdido el sentido revolucionario que encendió a las anteriores generaciones de artistas, dejando en los jóvenes un desencanto muy profundo con relación a la expresión artística de los temas sociales y de las intenciones documentales y de denuncia de las atrocidades del conflicto. Así, desde ese desencanto en la base de su actitud artística, Mario García buscó desde sus inicios la reintegración de la
vida humana en un equilibrio clásico que no lo encuentra, sin embargo, en las rutinas académicas sino en la idealizada plenitud de la ciudad de Antigua, apenas entrevista en los reflejos del agua, en la solemnidad ritual y poderosa de las mujeres, en la luz conventual de un farol ferviente, en el volcán inamovible por el que baja el cielo. La evolución de la obra de Mauro López acompaña, en lo temático, el proceso que va del
abandono de los campos de labranza convertidos por la lógica realista de la guerra en campos de batalla hasta el retorno de la imaginación y la poesía, desterrados por muchos años de los procesos de creación artística, y mientras que en el aspecto emotivo documenta el agotamiento del tema revolucionario y el redescubrimiento de la vida interior como fuente del trabajo artístico. La obra de Flavio Santa Cruz, por aparte, surge del
trabajo en el taller, ajeno a las ideas políticas y estéticas que predominaban en el medio, y también de una especie de inspiración al revés: no de místicos estados de gracia, de intuiciones de serenas armonías formales ni de sofisticadas teorías artísticas sino más bien de vivencias tumultuosas y perturbadoras que se dan en el contexto de su cotidianidad social y cultural. Como se puede ver, las vinculaciones de estos artistas con su medio social y su contexto histórico son muy complejas y de allí que juzgar su trabajo como evasivo no sólo es infundado sino además es dogmático, en el peor sentido del término. De allí también el sentido de que esta exposición conmemorativa revisitara las escuelas y galerías donde surgieron y dieron sus primeros pasos estos artistas, y mostrara y reclamara en diversos escenarios su representatividad como generación en el devenir del arte guatemalteco. “Al arte tiempo” permanecerá abierta al público hasta el 5 de marzo y puede ser visitada de martes a domingo en galería de arte La Antigua: 4ª. Calle Oriente No. 15, Antigua Guatemala.
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Colaboraciones
Nahuahtlizando la novelística: De infier estereotipos en las prácticas discursivas
“—Uff, tlaluel ni tlaxikojtok –ki ijtoyaya Mundo ua ki melauayaya i mets ixipepestik, sokiyo ua tochoyoltok ma ual tlachixtok ika tekpatl ki machiliyaya nopa ajakatl sesek ipan i xayak, tlauel teotlatojtoya ua ayok tlali, ipan aljuikak nesiyaya tlayekajtiyas ika tlayoua.”
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Cómo reaccionamos al confrontar por primera vez esta discursividad? ¿Cómo especulamos sobre la problemática naturaleza de definir retóricas desconocidas? Pero, ¿lo son? Al fin, estamos hablando de náhuatl, llamada también mexicatlahtolli o lengua mexicana, lingua franca de buena parte de la zona mesoamericana, en especial bajo los territorios conquistados por el imperio mexica, término que se deriva de nâhua-tl, “sonido claro o agradable” y tlahtôl-li, “lengua o lenguaje,” y que hoy continúan hablando (y escribiendo) aproximadamente dos millones y medio de ciudadanos mexicanos desde el norte de su país hasta Centroamérica. No es una presencia perdida, ni la imposibilidad potencial de una presencia. Es el señalamiento de la imposibilidad de la univocidad de sentido, unida a la noción moderna de “idioma nacional” o “comunidad lingüística,” es la marca de los signos aparentemente herméticos cuestionando nuestro sistema de significaciones. Desplaza nuestro posicionamiento en tanto que sujetos supuestamente mesoamericanos, en mi caso, enraizados en ciertas memorias culturales e imaginarios nacionales permanentemente recordados, es decir, pasados continuamente sobre nuestro corazón. La palabra “recordar” viene del latín “recordan” formado de re (de nuevo) y cordis (corazón). Significa entonces “volver a pasar por el corazón.” Como señala Adam Coon, los nahuas aun piensan con el corazón. Para ellos, la razón se encuentra en el corazón y no en el cerebro. (1) Sin embargo, aquí tenemos una novela, forma literaria occidental, pero escrita en náhuatl, titulada, en castellano, El infierno del paraíso, publicada en 2005. Su autor es Crispín Amador Ramírez, co-autor de un vocabulario nauatl-español (sin “h”), y autor de Tlajtolchiuali, palabra en movimiento: el verbo (2002), además de su segunda novela El tiempo no abortó/Tonali Amo Tlanki (2008), todos publicados por el Instituto Mexiquense de Cultura. Las novelas fueron escritas en versión bilingüe español-nauatl. O náhuatl. (2) Estos textos empujan el “derecho a
la opacidad” articulado por Edouard Glissant casi hasta un extremo inusitado, pero no en términos de contenido. Tampoco en términos referenciales. No lo hacen en términos retóricos a la hora de leer la traducción castellana, accesible y fácil, sino en términos de la no-accesibilidad de un lenguaje original que se supone “nuestro;” un conjunto de signos marcando nuestra propia extranjería de lo que afectivamente hemos considerado siempre nuestro “hogar,” nuestro espacio, nuestro habitus en el sentido de Bourdieu, en tanto que hispano-hablantes. La retórica aquí más bien es indicadora de nuestra propia extranjería, si no nues-
tra usurpación, de este espacio un tanto descuidadamente denominado como “nuestro” sin mayor reflexión. No se trata tampoco de una reinscripción fetichista de la diferencia primitivista en tanto que alteridad radical. No es un ámbito utópico o irrealizable, una dimensión espectral cuya radicalidad se ubica precisamente en su espectralidad, en la incapacidad de materializar el presente como hace unos diez años lo propusieron teóricos asiático-americanos tales como Victor Li o Rey Chow (Chow 182–3; Li 37). Es otro fenómeno. Estamos vislumbrando, en tanto que espectadores, con todas las dificultades imaginables, con empiris-
mos, con improvisaciones en algunos casos, con visceralidad desatando cóleras a veces desubicadas, la construcción de la decolonialidad. La misma intenta minar las estructuras eurocéntricas del poder, del saber y del ser, a la vez que reconceptualiza las estructuras epistémicas con el fin de re-fundar modos culturales diversos de pensar y vivir. “Por eso,” explica Catherine Walsh, “la interculturalidad no es un hecho dado sino algo en permanente camino y construcción”. Walsh agrega: “(Interculturalidad)…significa potencia e indica procesos de construir y hacer incidir pensamientos, voces, saberes, prácticas, y poderes sociales “otros”; una forma “otra” de pensar y actuar con relación a y en contra de la modernidad/colonialidad.”
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ernos, paraísos y rupturas de decoloniales (primera parte) atitla, ki toxomayaya ika i chene tlatotoniyaya ipan ne
POR ARTURO ARIAS
En el espacio de la literariedad, es el inicio de una tendencia que sin duda, hacia mediados del presente siglo, dominará el plano literario demográficamente, pese a la evidente dificultad de leerla en sus idiomas originales para la mayoría de los habitantes del continente. Su aparición novelística, sin embargo, trae importantes desafíos para los debates contemporáneos en torno a la producción cultural, los signos escriturales y sus implicaciones. Implica la incorporación discursiva de pensamientos, voces, saberes, prácticas y poderes que han surgido de comunidades indígenas y opuestas a las normas dominantes de carácter eurocéntrico dominando los Estados-naciones latinoamericanos, y radicalmente desafiando dichas concepciones, para así abrir la
posibilidad de contribuir discursivamente a una descolonización En este trabajo, que forma parte de un proyecto más amplio, me interesa recoger el fenómeno de la novelística escrita en lenguas indígenas precisamente por representar, en los espacios escriturales, algunas de las complejidades y contradicciones mayores como ya he indicado en una serie de artículos previos apuntando en dirección de un libro sobre la novelística indígena del continente. (3) A diferencia de la poesía, el cuento, o incluso el teatro, nadie puede argumentar que el género novelesco tuviera alguna presencia o raigambre en el mundo pre-hispánico. Es un producto eminentemente occidental, pese a sus manifestaciones anteriores en la China.(4) Sin embargo, su entrada y su circulación como producto cultural en ámbitos indígenas es exclusivamente de corte occidental. Las novelas ingresaron, casi en todo el continente, desde principios del siglo diecinueve, proviniendo de España, Portugal, Francia e Inglaterra principalmente. Estamos en efecto confrontando pues, en la producción novelística, lo que Mignolo denominó “border gnosis,” relativamente análogo la liminalidad de Bhabha, ese pasaje intersticial entre dos formas diferentes de producción de sentido, de universos simbólicos, de patrones de expresión y de objetivación de la subjetividad. Estas categorías se asemejan a la noción mayak’iche’ de “tz’ib’,” que en la mayoría de lenguas mayas contemporáneas es la raíz de “escribir,” sea alfabética o jeroglíficamente (Otzoy 151). Asimismo, se emparenta con lo que Silvia Rivera Cusicanqui ha denominado “ch’ixi, algo que es y no es a la vez.” Según esta autora, la simultaneidad inherente en el término lleva una tensión constante que fomenta el proceso de renovación en vez de impedirlo (69).Todas estas categorías se articulan a su vez, con algo muy similar a lo cual Bajtín desde mucho antes había ya denominado heteroglosia lingüística para la especificidad del género novelesco: “Una mezcla de dos lenguajes sociales dentro de los límites de una misma enunciación, un encuentro, dentro del mismo espacio de la enunciación, de dos diferentes conciencias lingüísticas, separadas la una de la otra por una época, por una diferenciación social, o bien por cualquier otro factor (358; mi traducción).”(5) En el presente trabajo exploraré, de manera un tanto abierta, algunos de
los elementos heteroglósicos en la primera novela de Crispín Amador Ramírez, El infierno del paraíso (2005) con el fin de hurgar en las significaciones decoloniales en la novelística escrita en lenguas indígenas como procesos de transformación epistémicos con potenciales repercusiones de índole global. NOTAS (1) “Iahqui Estados Onidos: The Articulation of Nahua Identities in Migration in Contemporary Nahua Literature, 1985-2012,” disertación de doctorado, capítulo 1. (2) Ramírez dice: “Las lenguas indígenas también tienen sus variantes dialectales y no se diga la nauatl, que va desde la variación fonética en nauatl, nauat y naual; de términos como para decir ladino o citadino: coyotl, pinotl, tsujmi, kixtiani; no se diga el saludo por la mañana piale, nolti, panolti, panolti tsino, tlanextili, tlanestsi, jlanesi, lanesi, youatsinko entre otros, por eso las lenguas Méxicanas no son dialectos, son lenguas vivas en constante evolución por su uso, que tienen sus dialectos, es cierto y si no se conocen, es por descuido o desinterés.” Ver “Todos hablamos nauatl.” (3) Ver “¿Tradición versus modernidad en las novelas yukatekas contemporáneas? Yuxtaponiendo X-Teya, u puksi’ik’al ko’olel y U yóok´otilo´ob áak´ab” entre otros. (4) Estoy pensando en obras como Romance de los Tres Reinos (1330) de Luo Guanzhong, A la orilla del agua (1373?) de Shi Nai’an y Luo Guanzhong, Viaje al Oeste (1590) atribuido a Wu Cheng’en y Sueño en el pabellón rojo (1792) de Cao Xueqin, que datan de las dinastías Ming y Qing. Podríamos agregar una quinta, El ciruelo en el vaso de oro, conocida también como El loto de oro escrita bajo el seudónimo Lanling Xiaoxiao Sheng, la cual ha pasado buena parte de la historia proscrita por describir escenas sexuales un modo gráficamente explícito. Las versiones más tempranas de la novela sólo existen en documentos manuscritos. La primera versión impresa está fechada en 1610. Con la posible excepción de Sueño en el pabellón rojo, la totalidad de estas obras es mayormente desconocida en América Latina, y aun ésta última circula más bien en estrechos círculos de literatos. (5) Ver The Dialogic Imagination.
Revista de libros
“Jinetes en el cielo”, de Mario Roberto Morales Publicado en La Jornada, México
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iembro de número de la Academia Guatemalteca de la Lengua, Premio Nacional de Literatura en su país de origen, este prolífico narrador guatemalteco permanece, al menos en México, bajo un anonimato al mismo tiempo injusto y absurdo. Autor, entre otras, de las novelas Los demonios salvajes, Señores bajo los árboles y Los que se fueron por la libre, en estos Jinetes en el cielo refrenda no sólo su exquisita eficacia a la hora de contar historias sino, igual de importante, su notable capacidad para llevar a la ficción, como si de radiografías se tratara, hechos y personajes emanados de la realidad analizados a fondo y sin concesiones. La presente novela se verifica “en los días previos a la firma de los Acuerdos de Paz de 1996” y habla “sobre la red de complicidades generada por la política y los intereses económicos”. En su “Advertencia oportuna”, el propio autor sugiere que “no resulta pertinente equiparar la ficción […] con los hechos y las personas que la inspiraron”, y menos aún “tratar de establecer grado alguno de veracidad histórica en las inevitables coincidencias” aunque, al final de la lectura, eso sea precisamente lo que el lector acabe haciendo, casi invariablemente, máxime si, como es el caso, el personaje que protagoniza la historia es, como en la realidad sucede tantas veces, un periodista, pero uno probo y con convicciones, quizá por variar.
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Séptimo arte
Al Pacino regresa a sus orígenes cómicos
Al Pacino se emociona al hablar de actuación. El actor de 72 años quizá tenga el pelo cano y se vea algo viejo, pero sigue igual que un bailarín con los pies listos para entrar en la pista y enamorado de la “locura, locura, locura” que es actuar: “Uno siempre busca lo que le llena, lo que llena el espíritu y te hace avanzar”. Por JAKE COYLE
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acino sigue avanzando pero el asunto del tiempo, lo que se necesita para encontrar un personaje (a veces se necesitan años, según dice) y cómo define el tiempo los papeles que elige ahora, ocupó gran parte de una entrevista reciente con el actor en el hotel Waldorf Astoria de Nueva York. “A veces estoy tentado a decir ‘¿Por qué estoy haciendo esto? ¿Por qué sigo haciendo esto?’’’, dijo. “Luego, después de que lo he dejado de hacer un tiempo, digo: ‘Ahora sé por qué lo sigo haciendo’. Si de repente decidiera que ya no lo quiero hacer eso también está bien, seguramente volvería a ser un acomodador en un teatro”. Si Pacino siente algo de añoranza por sus comienzos como un actor del Bronx que tocaba las puertas de los teatros y cafés de Nueva York de la década de 1960, es en parte porque su trabajo reciente refleja sus comienzos. Pocos saben que Pacino era un comediante. Ahora bromea que aunque hizo una película con Robin Williams (“Insomnia”), “no supo que en verdad yo quería ser como él”. Pacino, quien es de por sí gracioso, ha dejado entrever esto un poco. Ahora, tras una carrera famosa por sus papeles de mafioso, ladrones y villanos shakesperianos, Pacino ha estado ejercitando sus habilidades cómicas. Tras terminar una reposición en Broadway de “Glengarry Glen Ross” en la que hizo reír al público con su interpretación del exagerado vendedor Shelley, Pacino protagoniza la comedia de crimen “Stand Up Guys” (“Tres tipos duros”), que se estrenó recientemente en Argentina, Chile y Estados Unidos y llegará a España en abril. En la cinta Pacino interpreta al exmafioso Val, quien sale de prisión tras 28 años y va a celebrar con su viejo amigo Doc (Christopher Walken), quien sabe que su jefe quiere matar a Val al amanecer. Su amigo Richard (Alan Arkin) se une a la fiesta. Como lo demostró en “Perfume de mujer”, Pacino es una buena compañía para una última celebración. Parte de su atractivo es su gusto por la vida. Ya sea disparando una pistola (“Scarface”), buscando una historia (“The Insider”) o animando a una multitud en una protesta (“Dog Day Afternoon”), Pacino es el gran agitador en las
películas estadounidenses. Los críticos lo señalan por sobreactuar, pero la verdad es que nadie queda indiferente ante una de sus actuaciones. “Algunos actores no sienten una conexión y no invierten”, dijo el director de “Stand Up Guys” Fisher Stevens, actor veterano de Nueva York y productor de documentales. “Al está comprometido con todo lo que hace, incluso si sólo tiene que jugar póker. Hace todo así”. Walken sólo había trabajado una vez con Pacino (aunque fue en escenas separadas en ¡la película de Ben Affleck y su exnovia Jennifer López “Gigli”!), pero han sido amigos por años y cuando leían el guion juntos decidieron cambiar de papeles en “Stand Up Guys”. Es irónico que el mayor logro de un actor famoso por su grandeza (a pesar de ser bajito de estatura) fue una actuación muy auto-controlada: Michael Corleone. Los vestigios de esa actuación — la maduración de un déspota frío en las películas de “El Padrino” — dejaron una marca en Pacino, quien a pesar de tener unos 32 años en ese entonces, sólo había hecho dos películas antes. “Ese personaje era tan exigente”, dijo Pacino. “En parte era por su control, por lo que se requiere con ese estilo. Las entrañas del personaje, por lo que pasa su psique. Retratar eso probablemente me afectó de alguna manera”. Aunque el compañero de reparto de Pacino en el “Padrino II” y su contraparte en el cine, Robert De Niro, se ha enfocado en la comedia últimamente, Pacino lo ha hecho más esporádicamente. Su trabajo más notable en los últimos años fue interpretar a Shylock en la aclamada producción de 2010 de “El mercader de Venecia” y un papel ganador del Emmy como el doctor Jack Kevorkian en la cinta de HBO “You Don’t Know Jack”. (En marzo Pacino regresará a HBO con una película biográfica en el papel del productor musical Phil Spector). “Lo que me pasó en la vida es que comencé a acostumbrarme a otras cosas fuera de hacer algo divertido o contar chistes, y comencé a entrar en lo que es la dramaturgia y lo que dicen los dramaturgos y en pensar que la obra lo es todo, como dice Hamlet”, dijo Pacino. “Por eso me quedé en esta profesión, porque me enamoré del teatro, ya sea comedia o tragedia...Me volví algo serio”.
GANADORES DE LA PROMOCIÓN
A
gradecemos la participación masiva para la promoción de “El libro de la vida de Alberto Masferrer y otros escritores vitalistas” de Marta Elena Casáus Arzú, publicado por F&G Editores. Los ganadores de la promoción son: José Joaquín Godoy y Marco Vinicio Portocarrero García, a quienes les rogamos que pasen a recoger sus libros a oficinas centrales de Diario La Hora (9ª. calle “A” 1-56 zona 1).