Suplemento Cultural 11-01-2013

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Una idea original de Rosauro Carmín Q.

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Guatemala, 11 de enero de 2013

Exposición colectiva Mujer y Café Página 5

Viaje al centro del lenguaje Página 2 y 3


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Nueva Guatemala de la Asunción, 11 de enero de 2013 Desde la portada

Viaje al centro del lenguaje Los seres humanos escuchamos las primeras palabras aún dentro del útero materno, arrancamos a hablar transcurrido más de un año y después, nuestro cerebro pasa toda la vida jugando con mensajes. En ese proceso, él mismo se transforma. En San Sebastián, los psicolingüistas del Basque Center on Cognition, Brain and Language estudian cómo se procesan la sintaxis, los acentos, las metáforas y las matemáticas en individuos bilingües, monolingües, analfabetos y sordos. Todo para explorar las raíces neuronales de la comunicación. POR ANTONIO VILLARREAL

A

lrededor del año y medio de vida es cuando un bebé articula su primera palabra, sin embargo, su relación con el lenguaje comienza mucho antes. La ciencia aún sabe poco sobre cómo se teje este vínculo para toda la vida, pero en San Sebastián hay un centro dedicado a averiguarlo: el Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL). Desde su cuartel general en el parque tecnológico de Miramón, ubicado en una colina verde a las afueras, los investigadores del BCBL utilizan las herramientas más simples y las más sofisticadas, como escáneres por resonancia magnética, para comprender con exactitud qué ocurre en el cerebro de un ser humano antes y después de estrenar su nuevo mejor juguete: el lenguaje. Al frente de este proyecto está el director científico, Manuel Carreiras. Tras más de 25 años de carrera investigadora en las áreas de la psicolingüística y la neurocognición, Carreiras aceptó la oferta del Gobierno Vasco para dirigir el centro. “Que te den la oportunidad de crear un centro así de la nada es el sueño de cualquier investigador”, reconoce a SINC. Pese a comenzar su actividad hace solo dos años, el centro “ya tiene una excelente reputación internacional, que esperemos siga mejorando”, dice su director. En este tiempo, el BCBL ya ha producido “publicaciones con un impacto importante, como los experimentos de aprendizaje de la lectura con analfabetos, que se publicó en Nature; otras sobre la consolidación de memoria, el procesamiento de los oxímoron y de la lengua de signos, etc.”, dice Carreiras. También han experimentado con la lectura de palabras en espejo, el rol de las consonantes, el procesamiento numérico, los efectos del entrenamiento y la adquisición del habla en bilingües. ACOGIDA DE CEREBROS Contradiciendo la generalizada fuga de cerebros en la ciencia, este centro –donde trabajan unas 50 personas– importa talento investigador, a veces patrio, del extranjero. En sus pasillos se escucha con normalidad el inglés. La investigadora húngara Monika Molnar dejó Montreal por San Sebastián para trabajar en el babyLAB del BCBL, un proyecto dedicado a estudiar el lenguaje en bebés de hasta dos años. “Hasta hace poco creíamos que los bebés no aprendían apenas el lenguaje durante el primer año de vida”, explica Molnar. “Pero incluso los recién nacidos saben algo sobre el lenguaje, ya que su córtex auditivo se desarrolla tres meses antes de nacer. Sabemos que el bebé puede escuchar a su madre en la placenta y, aunque la escucha como si estuviera sumergido en una piscina, esto lo vuelve más sensible a la prosodia de su lengua materna. En su primer año de vida, los niños aprenden muchísimo más sobre el lenguaje de lo que pensábamos”. Uno de los principales intereses del proyecto está en comprobar cómo afecta al bebé crecer dentro de una comunidad bilingüe, como es la vasca.

se deberían tener en cuenta los hallazgos en neurociencia en la planificación educativa.” Manuel Carreiras Científico

“Sabemos muchas cosas sobre cómo los bebés aprenden un único lenguaje, pero muy poco sobre cómo aprenden dos lenguas los niños bilingües. Es una línea de investigación muy nueva”, apunta Molnar. “Y no, el gobierno vasco no nos ha impuesto ninguna agenda”, responde con humor Carreiras a la bienintencionada sospecha. MATERIA PRIMA PARA ESTUDIAR EL BILINGÜISMO “Sencillamente sería estúpido no trabajar sobre bilingüismo estando en un sitio donde coexisten dos lenguas tipológicamente tan diferentes. El euskera, a diferencia del castellano que es una lengua romance, es preindoeuropea. Mientras que el orden canónico en castellano es sujeto-verbo-objeto, en euskera es sujeto-objeto-verbo. Además el euskera tiene una morfología aglutinativa, es una lengua ergativa, es decir, la forma del sujeto de la oración cambia dependiendo de si el verbo es transitivo o intransitivo”, explica Carreiras.

La confluencia de dos lenguas tan diferentes permite abrir una ventana para entender cómo el cerebro negocia su adquisición desde el nacimiento, como indica Carreiras: “Hay muy pocos laboratorios en el mundo que puedan disponer de esta materia prima y sería un error garrafal desde el punto de vista científico no aprovechar esta posibilidad”. El trabajo del babyLAB en estos tres últimos años está empezando ya a dar sus frutos. En un reciente estudio, “encontramos que con tan solo tres meses y medio los bebés son capaces de distinguir entre el castellano y el euskera”, dice Molnar. Actualmente sus estudios están centrados en el habla de los bebés durante el primer año de vida, es decir, en descifrar el balbuceo. “El aprendizaje de ambas lenguas es muy interesante, porque acústicamente son muy parecidas –tienen el mismo número de vocales y consonantes– pero en términos de sintaxis y gramática son muy diferentes”. Experimentar con sujetos de tan tierna edad no resulta fácil para un científico. Los niños están agrupados en grupos de control en función de su lengua materna –castellano, euskera o bilingüe– o su predisposición a tener problemas de lenguaje. En total, catorce niños por grupo y más de 100 en cada experimento. Según apunta Molnar, después de cinco minutos es imposible tener al bebé centrado, lo cual acorta el tiempo de estudio. “Otras veces empiezan a llorar o no quieren hacer el experimento, por lo que no podemos usar los datos. Este tipo de cosas ocurren un 30% de las veces”. ¿Cómo se estudia el lenguaje de alguien que

todavía no ha hablado? Por ejemplo, mediante aparatos de medición de movimientos oculares (eye-tracking) o electrodos que miden la actividad cerebral. Con los pequeños utilizan, además “un aparato de luz infrarroja, que no usa un campo magnético y es totalmente seguro. A través de esto podemos ver la activación de la sangre en ciertas partes del cerebro”, dice Molnar. LA CIENCIA DEL BALBUCEO En los sesenta, el lingüista Noam Chomsky causó gran revuelo académico al teorizar que la capacidad del lenguaje no se aprendía sino que era innata, mediante la presencia de un Dispositivo de Adquisición del Lenguaje (en inglés, Language Adquisition Device o LAD) en el cerebro del niño. Aunque el concepto de LAD fue desechado a posteriori incluso por el propio Chomsky, muchas de estas preguntas siguen sin resolverse de forma contundente. “Una de las grandes preguntas es qué equipamiento traemos de serie cuando nacemos y qué aprendemos de la experiencia”, explica Molnar. “Este estudio es un método muy poderoso para responder a esto y también para predecir si el bebé tendrá algún problema de aprendizaje. Queremos saber si de la actividad cerebral en el momento del nacimiento puede predecirse cómo será el desarrollo lingüístico posterior”. Al igual que Molnar, Kepa Paz-Alonso también cruzó el Atlántico, desde Berkeley, California, para investigar en el BCBL. A través de la neurociencia, Paz-Alonso estudia cómo cambian cier-


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Nueva Guatemala de la Asunción, 11 de enero de 2013 Bilingües en matemáticas Uno de los grupos de investigación más interesantes del Basque Center on Cognition, Brain and Language estudia la relación entre bilingüismo y procesamiento matemático. Para la investigadora Elena Salillas “es muy interesante porque la aritmética se aprende de manera verbal, las tablas de multiplicar son casi como una canción que se memoriza”. En el BCBL han detectado que hay un almacenamiento de memoria muy diferente si los niños aprenden las matemáticas en una lengua o en la otra. “El procesamiento visible apenas cambia, los niños pueden decir si es más grande cinco o diez –dice Salillas–, pero tanto en el tiempo de reacción como en el correlato neurofisiológico, que es lo que estamos haciendo con magnetoencefalografía, hay una diferencia considerable a nivel cerebral”. Mientras en castellano se utiliza el sistema decimal de numeración, en euskera, como en francés, el sistema es vigesimal. Por ejemplo, el número 56 en castellano se articula como “cincuenta-seis” y en euskera como “cuarenta-dieciséis”. Los test de estos investigadores detectaron una sincronización el cerebro para el sistema vigesimal que solo se daba en el cerebro de los niños que aprendieron matemáticas en euskera pero no en los que las aprendieron en castellano pese a ser, muchos de ellos, bilingües en euskera. “No tenían esa firma electrofisiológica”, apunta Salillas. EL MISTERIO DE LA DISCALCULIA La técnica utilizada es la de potenciales evocados (en inglés, Event Related Potentials) y consiste en colocar al niño

tas funciones cognitivas a lo largo de la infancia. Sus sujetos son algo más mayores, entre 7 y 12 años. “En estas edades hay una alta plasticidad cerebral, por tanto, un entrenamiento puede ayudar a mejorar”. “La idea básica es que establecemos una función cognitiva de interés, digamos por ejemplo la memoria de trabajo”, dice Paz-Alonso. Los experimentos a los que se somete a los niños son relativamente sencillos, eso sí, los impulsos de su cerebro están controlados en todo momento. “Se preparan tareas que implican esos procesos cognitivos. Sabemos que la memoria de trabajo, por ejemplo, tiene dos componentes: uno mantiene la información en la memoria a corto plazo y hay otro que hace operaciones con ella”. ENTRENAR LA INTELIGENCIA Se le dan al sujeto del experimento varios números –por ejemplo, 7, 3, 8 y 6– y se le pide que mantenga esos números en la cabeza. A continuación, debe reordenarlos de menor a mayor, mientras Paz-Alonso y su equipo observan en un monitor su actividad cerebral. “Sabemos que esa memoria de trabajo requiere actividad en el lóbulo frontal; a la vez, la investigación muestra que hay redes entre el lóbulo frontal y el parietal que juegan un papel fundamental en la memoria de trabajo y entonces podemos plantearnos en qué medida esas conexiones se desarrollan a lo largo del curso evolutivo”, dice el investigador. Estas redes no tienen por qué ser exactamente las mismas en cada persona. De acuerdo con el trabajo de este grupo de científicos, hay gente que, tras un accidente en que se vea afectada el

frente al ordenador con un casco de electrodos que amplifica la señal del cerebro. Así, los investigadores analizan lo que ocurre después de un estímulo en pantalla, que estos produce cambios en la señal que manda el cerebro. Salillas ejemplifica cómo ella y su grupo traducen estas positividades o negatividades en comportamientos concretos del cerebro. “En el artículo que publicamos en Psychological Science había una disociación muy clara. Si te presento tres resultados: 2x3=6, 2x3=7, 2x3 =9, sabes que dos son incorrectos, el 7 y el 9, pero el 9 está relacionado con el 3. Para valorar la diferencia entre ‘relacionado’ y ‘no relacionado’, utilizamos una medida que se llama ‘n400’. En la lengua en que un individuo había aprendido matemáticas, la n400 era más negativa para el resultado ‘7’ que para el ‘9’. En la otra lengua teníamos que esperar hasta 600 milisegundos para observar esa diferencia, cuando en la primera lengua era casi inmediato”, explica la psicolingüista. El paso siguiente para este grupo de investigación será trabajar con personas con discalculia, problema parecido a la dislexia pero aplicado al procesamiento matemático. “Son gente completamente normal, incluso pueden ser súper inteligentes, pero no van bien en matemáticas”, dice Salillas. “Antes se decía que estos niños eran malos para las matemáticas o, incluso, que eran tontos porque las matemáticas tienen fama de difíciles. Nuestros test miden el módulo numérico y el problema es que, para los niños bilingües con discalculia, tener más de un código incrementa la dificultad del procesamiento matemático”, aclara.

área de Broca sufre afasias en su lengua nativa (L1) pero sigue desarrollando perfectamente su segunda lengua. O al revés, que la lesión afecte a la L2 pero no a la L1. Una de las aplicaciones más interesantes de estos estudios estaría en desarrollar entrenamientos tras los cuales un niño sería capaz, por ejemplo, de leer más rápido o desarrollar una memoria más precisa. “Entre los 8 y los 12 años es cuando se afinan las capacidades cognitivas, mejora la atención ejecutiva, la precisión en la memoria y habilidades relativas al lenguaje. Estos cambios contribuyen a que el cerebro se haga más adulto”, dice Paz-Alonso, que cree que en el futuro los planes educativos podrían verse beneficiados al tener en cuenta la perspectiva neurocientífica. “Hablamos de un entrenamiento de dos o tres semanas, relativamente intensivo. Ahora estamos estudiando si se producen cambios en las redes neuronales en función de haber recibido el entrenamiento o no”, dice Paz-Alonso. Su grupo de investigación en el BCBL es joven y aún no ha desarrollado esta aplicación, pero existen ejemplos más maduros, como los programas de Adele Diamond (Universidad de British Columbia, Canadá) para mejorar el control inhibitorio, la flexibilidad cognitiva y la memoria de trabajo en niños en edad preescolar. LA EDUCACIÓN NECESITA NEUROCIENCIA Carreiras cree claro “que se deberían tener en cuenta los hallazgos en neurociencia en la planificación educativa. Gracias a la neurociencia hoy sabemos mucho sobre el proceso de aprendizaje

BCBL Hechos El BCBL importa talento investigador del extranjero y en sus pasillos se escucha con normalidad el inglés El proyecto babyLAB se dedica a descifrar el balbuceo de los bebés en su primer año de vida Una de las grandes preguntas es qué equipamiento lingüístico traemos de serie y qué aprendemos de la experiencia Los científicos del BCBL crean entrenamientos para que el niño sea capaz de leer más rápido y desarrollar una memoria más precisa Ninguna de las técnicas del BCBL son invasivas y algunas se aplican a recién nacidos

de los niños con un desarrollo normal, o que la dislexia es un problema genético. La neurociencia va a permitir entender mejor las causas de muchos trastornos del desarrollo y, por tanto, va a permitir una detección más precoz de los mismos, y en consecuencia una intervención más temprana y más efectiva”. Sin embargo, este tipo de iniciativas todavía son vistas con escepticismo por parte de los políticos y técnicos de planificación educativa. “Los políticos y técnicos tienen que ser más sensibles a los avances científicos, a lo que hoy sabemos sobre el proceso y los trastornos de aprendizaje, los mecanismos cerebrales y cognitivos que se ponen en juego a la hora de aprender a leer –dice Carreiras–, y me refiero a los hallazgos científicos, no a métodos que algunos charlatanes de feria sin escrúpulos intentan vender y que no tienen base científica alguna. Por ejemplo, todavía hoy en día se está vendiendo la idea de que los chicos disléxicos en realidad son poco dotados, o ciertos métodos de intervención que solo se basan en la intuición y cuya eficacia no está avalada científicamente”. Las herramientas de la neurociencia para detectar irregularidades en los impulsos eléctricos neuronales desde el primer día de vida han abierto las puertas a las posibilidades de investigación, pero también a las consideraciones éticas y de seguridad. Carreiras dice que “siempre se tiene en cuenta esa consideración ética. De hecho, nos acaban de conceder un proyecto del European Research Council (ERC) para trabajar con niños, y para poder comenzar hemos necesitado el informe fa-

Sería estúpido no trabajar sobre bilingüismo donde coexisten dos lenguas tan diferentes, euskera y castellano.” Manuel Carreiras Científico

vorable del comité ético del País Vasco y el del comité correspondiente del ERC con un montón de protocolos. Está todo súper regulado”. “Ninguna de las técnicas que usamos en el BCBL son invasivas, ni la resonancia (MRI), ni la magnetoencefalografía (MEG), ni la electroencefalografía (EEG) ni la Espectroscopia del Infrarrojos (NIRS)”, añade Carreiras. “Simplemente son medidas del flujo hemodinámico, de la electricidad que transmiten nuestras neuronas o del campo magnético que se produce en nuestro cerebro durante cuando ocurren esos impulsos eléctricos”. ESTUDIOS EN RECIÉN NACIDOS Algunas se utilizan incluso con recién nacidos, como el NIRS o el EEG. En la universidad finlandesa de Jyväskylä estudiaron con EEG a niños con antecedentes familiares de dislexia desde el mismo nacimiento y descubrieron que había respuestas eléctricas que funcionaban de forma diferente en su cerebro. Estos resultados proporcionan un marcador que podría utilizarse de forma rutinaria para detectar si alguien tiene posibilidades de padecer dislexia, para así ponerle remedio antes incluso de que llegue a la escuela. En este sentido, el BCBL trabaja también para que este conocimiento llegue a la sociedad. Además de las líneas de investigación enfocadas a la educación, entre los futuros proyectos está también crear de una clínica destinada a trastornos del lenguaje. El terreno para la neurociencia cognitiva parece, por tanto, fértil. Desde su despacho acristalado, Carreiras ve pasar a los investigadores que ha logrado traer a San Sebastián. “Intento robarle horas al descanso, porque mi estímulo es el laboratorio y la dirección requiere dedicar tiempo a la administración del centro”, dice el director. “Los mejores momentos transcurren cuando hablamos de ciencia, cuando diseñamos experimentos. Claro que eso requiere muchas horas de trabajo, a veces ingratas, pero hay un momento absolutamente sublime y único, que es cuando se han analizado los resultados y ves por primera vez algo nuevo, a veces inesperado, datos, resultados que nadie nunca ha visto antes. Es como cuando eras niño la noche de Reyes, cuando te llegaban los regalos”.


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“TRIBUNA, NO MOSTRADOR”, Clemente Marroquín Rojas DECANO DE LA PRENSA INDEPENDIENTE

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2013, Año de la Estadística

Se buscan estadísticos

para entender el mundo

Si usted quiere desarrollar su habilidad para discernir lo importante de lo trivial, aprenda estadística. Más argumentos a su favor: dicen que los que se dediquen a ella tendrán la profesión más sexi del próximo decenio y que esta ciencia será imprescindible para superar la crisis. Hoy es indispensable para la biomedicina, las ciencias sociales, la física… y el sentido común. POR MARTA PALOMO

¿Cómo podía saberlo? ¿Cómo podría comprobarlo? Cualquier estudiante puede hacer experimentos durante su clase de Física y comprobar si determinada hipótesis científica es cierta. Pero el hombre, dado que solo vive una vida, nunca tiene la posibilidad de comprobar una hipótesis mediante un experimento y por eso nunca llega a averiguar si debía haber seguido sus sentimientos o no”, reflexionaba el escritor Milan Kundera en la insoportable levedad del ser. No está muy aceptado socialmente aplicar la estadística al mal de amores, pero, por suerte para la salud humana, esta disciplina ha entrado en las ciencias de la vida para quedarse. Aplicada a la biomedicina, la estadística ayuda a explicar fenómenos biológicos, hacer predicciones médicas y diseñar experimentos sólidos. En definitiva, “transforma datos en información”, resume David Rossell, jefe de la Plataforma de Bioestadística y Bioinformática en el Instituto de Reserva Biomèdica (IRB Barcelona). Hoy en día, la capacidad de obtener y almacenar datos es colosal y requiere de profesionales que sepan analizarlos e interpretarlos correctamente. “La bioestadística es como un radar para la biomedicina: permite a los biólogos navegar con algo de luz por un mar de información inmenso, ahorrándoles en el trayecto experimentos inadecuados y ayudándoles en el diseño”, explica Rossell. Debido a la explosión de datos digitales, esta ciencia no solo está de moda en el campo biomédico. Los estadísticos crean algoritmos de búsqueda para Google, evalúan los riesgos que asumen las aseguradoras, optimizan los procesos industriales, manejan las finanzas y la bolsa y hasta es más probable que ganen más dinero que usted en el juego. “La probabilidad de ganar es la misma en cualquier momento para cualquier número, pero sí se puede maximizar el beneficio”, se sinceraba Rossell al final del congreso organizado por el

IRB y la Fundación BBVA en Barcelona, titulado “Métodos bayesianos en bioestadística y bioinformática”. Si, como es lo más probable, no le ha tocado el gordo de Navidad, puede volver a probar suerte con la primitiva y escoger mejor los números a los que juega. “Los más populares son los que van del 1 al 10, seguidos por los números del 1 al 30, que son los días en los que la gente nace, y por los correlativos –echa cuentas el científico–. Por lo que, para tener más probabilidad de ser el único ganador, escoja seis números no correlativos a partir del 31”. CAMBIAR LA ESTRATEGIA DE LUCHA CONTRA LA GRIPE Dentro de la estadística general está la bayesiana, ideada por el reverendo Thomas Bayes en sus momentos de ocio cuando estudiaba la distribución de las bolas del billar, y modernizada por el matemático Pierre Simon Laplace en el siglo XVIII. Según Rossell, esta modalidad “replica de manera matemática como razona el ser humano”. Usted tiene un conocimiento sobre algo y elabora su propia teoría

sobre cómo funciona, pero puede modificarla a la luz de nuevos datos. “La gracia de la estadística bayesiana es que permite beneficiarse del conocimiento previo”, reflexiona Marc Baguelín, uno de los ponentes del congreso. Baguelín participa en un estudio que va a cambiar la estrategia de prevención de la gripe de toda Inglaterra. Es matemático, trabaja en la Agencia de Protección de la Salud de dicho país y en la Escuela de higiene y medicina tropical de Londres. “Si no sabes cómo se transmite el virus de la gripe en la población no puedes aplicar medidas de control realmente eficientes”, especifica. Mediante estadística bayesiana los científicos han cruzado datos médicos, sociales y poblacionales y han llegado a la conclusión de que lo más eficiente no es vacunar a los grupos de riesgo, como se ha hecho hasta ahora, sino a la parte de la población que realmente difunde la enfermedad: los niños. “El año que viene habrá un estudio piloto y, si todo va bien, en 2014 todos los niños ingleses de menos de 17 años serán vacunados”, concreta Baguelín. Los datos que presentó el matemá-

tico en el congreso de Barcelona todavía no están publicados, pero la prensa inglesa ya se hizo eco de este estudio el pasado julio. En declaraciones de Sally Davies, directora médica del Departamento de Salud de Inglaterra, recogidas por la BBC: “Solo con que el 30% de niños se vacunen habrá 11 mil hospitalizaciones y 2 mil muertes menos”. MÁS TRATAMIENTOS Y MÁS EFICIENTES CON MENOS DINERO La estadística bayesiana también guía el trabajo de Donald Berry, catedrático del departamento de Estadística del Centro de cáncer MD Anderson (Tejas, EE. UU.), que desarrolla métodos para hacer más eficientes los ensayos clínicos. Tradicionalmente, en estos estudios, a la mitad de los pacientes se les da terapia experimental y a la otra mitad una terapia estándar o placebo. Berry, reconocido y respetado en su campo, carga con acritud contra esta aproximación. “Hablamos de miles y miles de pacientes y de resultados a 10 años vista o más –explica–. Esto no tiene ningún sentido, económicamen-

te te puede llevar a la bancarrota. Ahora sabemos que los pacientes no son todos iguales y, además, al ritmo al que se generan nuevas terapias, los resultados tras 10 años no sirven de nada”. Berry y su equipo apuestan por ensayos a los que califican como “adaptables”. Empiezan con un estudio previo y personalizado de los biomarcadores de cada paciente, solo incluyen un pequeño grupo de enfermos por cada tratamiento y contemplan el número de terapias distintas que sean necesarias o adecuadas, no solo dos. “Es un desafío para el clínico y para el estadístico porque los datos se analizan a medida que se obtienen, no al final del ensayo. Si un paciente no se beneficia de la terapia le cambiamos la medicación y si una estrategia funciona bien la aplicamos a más enfermos para que se puedan beneficiar de ella”, aclara. Se trata de un nuevo paradigma en el desarrollo de estrategias terapéuticas basado en la estadística bayesiana que permite incorporar nuevos datos al conocimiento previo y modificar la estrategia por otra mejor. Esta manera de trabajar es muy nueva y tiene como objetivo encontrar más y mejores tratamientos y de manera más rápida. Según Berry, “va a cambiar el mundo”. Ante la pregunta de si ya hay en el mercado fármacos fruto de esta nueva manera de trabajar, Berry explica que se están llevando a cabo ensayos clínicos de este tipo en unos 20 hospitales de EE. UU. y un par de Canadá, y en pacientes con muchas enfermedades: cáncer, Alzheimer, migraña, Parkinson, diabetes, etc. Pero todavía no tienen toda la información necesaria, y no puede contestar. DE LA PESCA DEL JUREL A LA VICTORIA DE OBAMA Además de epidemiología y ensayos clínicos, la estadística arroja luz sobre los estudios en genética, computación, diseño experimental, etc. Por si quedaban dudas de que la estadística es una ciencia multidisciplinar, basta con escuchar a David Conesa, del departamento de estadística e investigación operativa de la Universidad de Valencia.


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“TRIBUNA, NO MOSTRADOR”, Clemente Marroquín Rojas DECANO DE LA PRENSA INDEPENDIENTE

Galería de artistas

La calidad proviene de su origen

Mujer y café son palabras que –más allá de su significado propio– expresan trabajo, esfuerzo y dedicación en el ámbito del agro guatemalteco. En La Galería Rozas Botrán estos conceptos se unen con el arte para la exposición a la que han sido convocados más de 60 artistas visuales. Por medio de ellos, el arte ha elegido deslizarse en ese espacio agrario para interpretarlo, con sus logros, dificultades y grandes retos.

POR JOSÉ ROZAS BOTRÁN

L

FOTO LA HORA: CORTESÍA

Obra de Mayra Klee.

as obras que se exhiben en La Galería de la zona 14, del 17 de enero al 22 de febrero, despliegan una gran riqueza de expresiones, así como los cafés arábigos lavados que se producen en Guatemala presentan diferentes características. Éstas se deben a la altitud, el tipo de suelo, la temperatura, la nubosidad y el régimen de la región en donde se cultivan, dando como resultado producciones con cualidades únicas. Esas cualidades se incrementan por medio del cuidado, responsabilidad y amor aportado por las manos de mujeres y hombres que intervienen en el cultivo, cosecha y procesamiento del grano. De igual forma sucede con la creación de obras de arte, representadas a través de pinturas, esculturas, fotografías

y medios audiovisuales. En este caso, la ejecución plástica dependió en gran medida del tema. Por ello, se puede hablar de resultados temperamentales y expresivos, dentro de una muestra muy ecléctica en cuanto a recursos pictóricos, volumétricos y audiovisuales. Puede decirse que la mayoría de artistas invitados presenta retratos, bodegones y paisajes figurativos particulares y contemporáneos, cada uno a su manera. Evidentemente, las obras revelan la identidad nacional que el café inspira. Después de analizar el conjunto de propuestas, consideramos que se hace notoria la presencia de la figuración, aunque en la actualidad existan grandes revoluciones artísticas que han alterado las estructuras del arte. Como bien dice la historiadora española Ana María Preckler,

FOTO LA HORA: CORTESÍA

“Tache Ayala” de Patricia Valladares.

FOTO LA HORA: CORTESÍA

Obra de Amalia Padilla-Gregg.

“como un tesoro preciado, en silencio, sin triunfalismos, sin rupturas, casi escondido, ha estado el arte figurativo de siempre, motivado por una vocación irrenunciable a la figura, a la realidad, al ser”. En esta exhibición apreciamos un arte figurativo innovado y transfigurado en y desde su esencia. El conjunto constituye

FOTO LA HORA: CORTESÍA

Obra de Juan Carlos Lemus.

FOTO LA HORA: CORTESÍA

Obra de Ilna de Moller.

una cosmovisión que ve y comprende el agro y nos lo enseña a través de las cosas creadas, las visibles y las invisibles. La transfiguración en el arte, como todos los cafés de altura de Guatemala,

presenta una combinación balanceada, definida y elegante. No cabe duda que la calidad, tanto de la muestra que presentamos como la del café de las distintas regiones proviene de su origen.


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A ciencia cierta

“El jueves es verde tirando

Todavía no existía una palabra para definir la sinestesia cuando en 1812 un joven estudiante de Medicina llamado Sachs escribió: “Las letras A y E son de color rojo vivo; el número ocho es marrón y el jueves es verde tirando a amarillento más que a azulado”. Dos siglos después de aquel artículo que puso en duda la percepción de la realidad, la POR NÚRIA JAR comunidad científica desconoce las bases genéticas y neuronales de la sinestesia.

E

l albinismo que emblanquecía los ojos, la piel y el pelo de Georg Tobias Ludwig Sachs contrastaba con otro fenómeno que llenaba de colores su percepción del mundo. Hace dos siglos, este austriaco de apariencia pálida detalló en un artículo científico, escrito en latín y en tercera persona, algo nunca antes reseñado. “Las letras A y E son de color rojo vivo; el número ocho es marrón y el jueves es verde tirando a amarillento más que a azulado, pero a veces hasta naranja oscuro”, cuenta Sachs en el capítulo sobre la conexión de los ojos a los colores. Cuando el estudiante de Medicina anotó las observaciones sobre sus percepciones en el año 1812, todavía no existía una palabra para referirse a esta extraña condición. Aunque su tesis trataba sobre el albinismo, en el mismo texto también documentó el primer caso de sinestesia: “No hay mejor manera de expresarlo que decir que una idea se aparece de color”. La comunidad científica de aquella época rechazó su trabajo y el joven nunca consiguió titularse. Dos siglos más tarde, los investigadores contemporáneos aún se interesan por descifrar las claves neurobiológicas de la sinestesia, pero muchos de ellos desconocen este capítulo histórico de la bibliografía médica. A día de hoy, la comunidad científica aún desconoce la base genética de la sinestesia y las redes neuronales por las que se cruzan las sensaciones. “Desafortunadamente, hemos malgastado todos estos años”, dice a SINC Jamie Ward, investigador de la Universidad de Sussex (Reino Unido), en alusión a las décadas en las que el fenómeno ha permanecido olvidado. Ver sonidos, oír colores Tal y como le sucedía a Sachs,

las personas con sinestesia perciben diversos tipos de sensaciones en un mismo estímulo. Esta condición se manifiesta de forma diferente en cada individuo, pero la variante más común es la de percibir las letras y los números de un determinado color. No es que asocie una grafía a una tonalidad cromática determinada, como cualquier occidental podría relacionar la palabra ‘muerte’ con el color negro por el luto que se viste en los entierros; sino que la persona realmente lo siente así. La pareja profesional formada por Alicia Callejas y Juan Lupiánez, investigadores del grupo de Neurociencia Cognitiva de la Universidad de Granada, recoge en libro Sinestesia (Alianza Editorial) multitud de variedades como el color de las palabras, el sabor de la música y el lugar del tiempo. Hay personas que perciben los colores como notas musicales. Por eso cuando van a una frutería llena de tomates, melocotones, berenjenas y uvas disfrutan más que nadie de la compra semanal. Cada una de las hortalizas tiene su propia melodía. Para otras, los sonidos evocan colores y un concierto se convierte en toda una composición pictórica, como si estuvieran en un auditorio y en una galería de arte a la vez. Incluso hay quien percibe las texturas como sabores. Así, el rugoso les puede saber a amargo y lo húmedo a dulzura. Las cifras varían mucho en función del estudio, pero la mayoría apuntan a que entre un 2% y un 4% de la población mundial tiene sinestesia. Esta condición afecta a seis mujeres por cada hombre y es hereditaria en un 40% de los casos. La primera vez que se llamó a la sinestesia por su nombre fue en el año 1895. Más tarde, el conductismo renunció a esta “extravagancia de la mente” y hasta la década de los ‘80 no recuperó su protagonismo en los laboratorios de todo el mundo, “después de muchos años de

desinterés”, escribe el neurólogo Richard Cytowic en su libro Sinestesia: una unión de los sentidos (The MIT Press). “En la última década hemos aprendido más sobre el cerebro que en toda la historia de la neurociencia”, añade. El sustrato de las percepciones Aunque todavía se sabe poco sobre el sustrato de las percepciones, la evolución en las técnicas de neuroimagen ha permitido a los científicos definir las fronteras anatómicas de la sinestesia en el cerebro. “Además hemos visto cierta sistematicidad, las correlaciones no son completamente azarosas”, explica a SINC David Brang, investigador en la Universidad de California en San Diego (EE UU), que, junto con Vilayanur S. Ramachandran, es uno de los mayores expertos internacionales en la materia. Los dos estadounidenses re-

cuperan en un artículo publicado en 2011 en PLoS Biology la hipótesis de la activación cruzada que Ramachandran había desarrollado años antes con su colega Edward M. Hubbard. Su teoría propuso “un exceso de conexiones neuronales entre las modalidades asociadas” para explicar este fenómeno. Una de las investigaciones más referenciadas sobre sinestesia atribuye este fenómeno al incremento y organización de la materia blanca en el cerebro, tal y como publicó Romke Rouw de la Universidad de Ámsterdam (Holanda) en la revista Nature Neuroscience en 2007. La sustancia blanca es la que contiene los axones de las neuronas, que son las prolongaciones que utilizan las células nerviosas para comunicarse entre ellas. Dos años después, Lutz Jäncke de la Universidad

de Zúrich (Suiza) ofreció más datos científicos que refrendaban los mismos resultados en European Journal of Neuroscience. En relación con los dos estudios anteriores, Peter H. Weiss, neurólogo de la Universidad de Colonia (Alemania), explica a SINC que “a mayor conexión de materia blanca, mejor trabaja la materia gris”. Sus resultados se publicaron en la revista Brain en 2008. “Ahora sabemos que en el cerebro existen diferentes centros sensoriales, cómo están organizados y cómo se comunican entre sí, pero todavía conocemos poco sobre cómo las percepciones conscientes e inconscientes difieren en el cerebro”, algo que según Ward será muy útil para entender mejor la sinestesia. TU CARA ME SUENA La sinestesia es una condición extremadamente heterogénea hasta dentro de una misma familia. Ramachandran sugiere que “los matices genéticos imponen la predisposición, pero no su


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a amarillento”

expresión”. Existen hasta 60 variantes, aunque dos de las más comunes son aquellas en las que los tonos auditivos y los números producen colores vivos. La más estudiada ha sido la modalidad en la que los números y las letras evocan colores. Por ejemplo, el premio Nobel de Física Richard Feynman veía sus fórmulas de colores. De las 60 variantes de sinestesia, las más comunes son aquellas en las que los sonidos y los números producen colores. Aunque suelen citarse nombres de sinestésicos que han sido especialmente brillantes en las artes y las ciencias, según Cytowic, no son ni más inteligentes, ni más artistas, ni más torpes, simplemente tienen una forma más rica de percibir el mundo.

Fuente de inspiración Los escritores latinoamericanos del siglo XX aprovecharon la sinestesia como recurso literario para cultivar el realismo mágico. El autor colombiano Gabriel García Márquez fue uno de los escritores que popularizó este género. “Y luego un hondo silencio oloroso a flores pisoteadas”, describe en Cien años de soledad. Alicia Callejas y Juan Lupiáñez, investigadores del grupo de Neurociencia Cognitiva de la Universidad de Granada, aclaran a SINC que “la percepción del mundo es siempre multisensorial”. Los sentidos de las personas sin sinestesia se procesan a nivel cerebral de manera independiente en un primer momento y posteriormente “se integran para reconstruir una aproximación a la realidad”. Es probable que un helado de

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ntre un 2% y un 4% de la población mundial tiene sinestesia, que afecta a seis mujeres por cada hombre.

as técnicas de neuroimagen han permitido a los científicos definir las fronteras anatómicas de la sinestesia en el cerebro.

color rojo sepa más a fresa que otro de apariencia blanquecina. Así, no hace falta ser sinestésico para comer con los ojos. Quizás habrá que darle la razón a aquel que se queje de tener un día gris o al que presuma de una vida de color de rosa. La convergencia de sensaciones hace que los neurocientíficos se planteen qué es real y qué no lo es. Richard Cywotic todavía se lo pregunta. Su respuesta: “el lector deberá deducirlo él mismo”.

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e las 60 variantes de sinestesia, las más comunes son aquellas en las que los sonidos y los números producen colores.

EL CIBORG SINESTÉSICO Cuando el artista Neil Harbisson dice que le suena una cara, lo dice de veras. Por ejemplo, la del monstruo de la película de animación Shreck la percibe en un sol sostenido, pero escucha 30 notas del mismo semitono a la vez porque no se trata de un verde puro. La mayoría de rostros los percibe en un fa sostenido, que es como intuye el color de la piel. Su sinestesia es adquirida por el ‘eyeborg’ que le cuelga de la frente. Antes de inventarse este aparto junto con Adam Montandon, profesor de cibernética de la Universidad de Plymouth (Reino Unido), Neil era acromatópsico y percibía el mundo en blanco y negro. Para él los colores no existían. Pero desde que se instaló el apéndice electrónico en su propio cuerpo, Harbisson es capaz de traducir el espectro electromagnético a notas musicales. Él se considera y se presenta a sí mismo como artista ‘sonocromatópsico’, una palabra que en ciencia no existe pero que le sirve para diferenciar su sinestesia adquirida por el ‘eyeborg’. Después de ocho años, Harbisson es capaz de memorizar hasta 360 tonos musicales diferentes para percibir los colores. A fuerza de mucho entrenamiento, ha conseguido incluso superar el espectro visible del ojo humano. Una persona sólo puede ver los colores que se comprenden entre el rojo y el violeta, una paleta que contiene otros tonos como el azul, el verde y el amarillo. En cambio, él es capaz de captar los infrarrojos y los ultravioletas cercanos gracias a la tecnología. Siempre bromea con los rayos ultravioletas, porque si mira al cielo antes de salir de casa le chivan si ese día va a llover. Así se asegura de no cargar con el paraguas todo el día y que al final no caiga ni una gota.


8 Suplemento Cultural

Nueva Guatemala de la Asunción, 11 de enero de 2013

Efemérides

150 años de Svami Vivekananda

Svami Vivekananda nació en Calcuta, Bengala, India, el 12 de enero de 1863, y falleció en - Belur Math, Bengala, India, el 4 de julio de 1902. Su nombre original fue Narendranath Datta. Fue un pensador, místico y líder religioso indio, discípulo del místico Ramakrishna. Mañana cumpliría 150 años de nacido.

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ropagador de la escuela de advaita del vedanta en occidente y fundador de la organización Ramakrishna Mission en 1897 y de la orden monástica Ramakrishna Math en 1899. Asisitó a Chicago en 1893 para participar en el Parlamento Mundial de Religiones en el que fue orador. Tras el Congreso se dedicó a difundir su mensaje por varias ciudades de EE.UU. y escribió diversos libros sobre el mensaje de la escuela Vedanta. Introdujo simultáneamente el yoga y el vedanta en Estados Unidos e Inglaterra con sus conferencias, seminarios y discursos privados de filosofía vedantina. Vivekananda fue el primer religioso hindú en viajar a Occidente. CON RAMAKRISHNA Narendra conoció a Ramakrishna por vez primera en noviembre de 1881. Hizo a Ramakrishna la misma pregunta que hizo tantas veces a otros: «Mahashaya [venerable señor], ¿usted ha visto a Dios?» La respuesta instantánea de Ramakrishna fue: «Sí, veo a Dios como te veo a ti aquí, solo que de manera mucho más intensa. Se puede conocer a Dios, se puede ver a Dios y hablar con Él como te estoy viendo y hablando a ti, pero ¿A quién le importa? La gente derrama torrentes de lágrimas por esposas, hijos, riquezas o prosperidad, pero ¿quién hace lo mismo por Dios? Dios se manifiesta con toda seguridad a todo el que llora por Él». Narendra quedó asombrado y desconcertado. Sentía que las palabras de este hombre eran sinceras y venían de la profundidad de la experiencia y comenzó a visitar a Ramakrishna con frecuencia. Al principio no podía creer que un hombre tan sencillo hubiera visto a Dios pero gradualmente empezó a tener fe en lo que decía Ramkrishna. Aunque Narendra no pudiese aceptar a Ramakrishna y sus visiones, no podía rechazarle. Siempre fue parte de la naturaleza de Narendra probar algo a fondo antes de aceptarlo o rechazarlo. Puso a prueba a Ramakrishna al máximo, pero el maestro era paciente, compasivo, con buen humor, y lleno de amor. Nunca pidió a Narendra que abandonase el raciocinio y sobrellevó todas las discusiones y sondeos de Narendra con pa-

ciencia. Después de un tiempo Narendra aceptó a Ramakrishna y cuando le aceptó su aceptación fue de todo corazón. Aunque Ramakrishna enseñaba a sus demás discípulos principalmente dualidad y bhakti (devoción a Dios), a Narendra le enseñó el aduaita vedanta, la filosofía del no dualismo. Durante los cinco años de su educación bajo Ramakrishna, Narendra pasó de ser un joven agitado, desconcertado e impaciente a ser un hombre maduro y preparado para renunciar a todo por conseguir realizar a Dios. Ramakrishna falleció en agosto de 1886 y después Narendra y un grupo de los principales discípulos de Ramakrishna tomaron votos monásticos renunciando a todo, y empezaron a vivir en una casa (supuestamente hechizada) en Baranagar (Baranagore). Pedían limosna para calmar el hambre y sus demás necesidades eran asumidas por otros discípulos más ricos con familia. VIVEKANANDA Y LA CIENCIA En su libro Raja Yoga, Vivekananda escribe que la práctica del Raja Yoga puede conferir poderes psíquicos como “leer los pensamientos de otros”, “controlar todas las fuerzas de la naturaleza”, llegar a ser “casi omnisciente”, “vivir sin respirar”, “controlar los cuerpos de otros” y levitar. También explica conceptos espirituales tradicionales del este como kundalini y los centros espirituales o chakras. Sin embargo, Vivekananda mismo dice en el libro: “No es signo de una mente sincera y científica despreciar algo sin investigación. Los científicos superficiales, incapaces de explicar los fenómenos mentales extraordinarios, se esfuerzan en ignorar su existencia”. Asimismo, en la introducción del libro dice que se deben comprobar las cosas por uno mismo, y que no debe haber fe ciega. “Os contaré lo poco que sé, en la medida en que puedo razonarlo, pero respecto a lo que no sé, os repetiré lo que dicen los libros. Es incorrecto creer ciegamente. Se debe usar la propia razón y juicio; se debe practicar para ver si estas cosas suceden o no. El estudio de esta religión se debe abordar igual que se hace con cualquier otra ciencia.” Vivekananda creía en el éter

FOTO LA HORA: ARCHIVO

Svami Vivekananda (12 de enero de 1863 - 4 de julio de 1902) fue un pensador, místico y líder religioso indio, discípulo del místico Ramakrishna.

(sustancia mítica hinduista, que llena todo el espacio y sostiene la luz), pero consideraba que la ciencia no podía descubrirlo porque el éter «no se puede explicar». El gran científico de la electricidad, Nikola Tesla se interesó mucho por la cosmogonía hinduista y sus teorías acerca de los kalpas (eones cíclicos), el prana y el éter. Obras Vivekananda nos legó obras fi-

losóficas (véanse las obras completas de Vivekananda). Sus libros (recopilados de conferencias dadas alrededor del mundo) sobre las cuatro variedades del yoga (raja yoga, karma yoga, bhakti yoga y jñana yoga) son textos muy influyentes y considerados aún como fundamentales para cualquiera que se interese en la práctica del yoga. Sus cartas son de gran valor literario y espiritual. Él se consideraba cantante y

poeta.[cita requerida]Compuso algunas canciones, incluyendo su favorita: Madre Kali. Usó el humor en sus enseñanzas y también era un excelente cocinero. Su lenguaje fluía muy libremente y sus propios escritos en bengalí son testimonio de su creencia de que la palabra, hablada o escrita, debe servir para hacer las cosas más fáciles de entender más que para exponer los conocimientos del orador o escritor.


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