Cultura 15-03-2019

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suplemento semanal de la hora, idea original de Rosauro CarmĂ­n Q.

Guatemala, 15 de MARZo de 2019

Democracias centroamericanas


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presentación

a región centroamericana ha transitado la historia de manera convulsa. Lo suyo es de carácter adolescente sin que jamás haya alcanzado la madurez, más bien al contrario, pareciera condenada a dar pasos atrás y repetir cual Sísifo un castigo de inexplicable. Así, experimentamos constantes Déjà-vus en lugares en donde creíamos haber estado antes. En esta edición, el intelectual Ricardo Sáenz de Tejada, antropólogo y doctor en Ciencias Sociales, nos ayuda a entender las vicisitudes de la vida política centroamericana, a través de las claves interpretativas de algunas de las principales obras de Edelberto Torres-Rivas. El autor, al tiempo que identifica las intuiciones de Torres-Rivas, rinde homenaje al pensador guatemalteco de reciente fallecimiento. Según Sáenz de Tejada, la reflexión es de actualidad. “Como en la década de 1980, hoy asistimos a una nueva crisis centroamericana en la que se vive una emergencia social – una de cuyas expresiones son las caravanas de migrantes que parten de los países del norte de la región – y una amenaza real e inminente a la democracia y a los derechos civiles y políticos. El legado de Edelberto Torres – Rivas, nos da pistas e ideas para enfrentar estos desafíos, bajo el entendido que solo un proyecto político que exprese la pluralidad de fuerzas y actores sociales puede contribuir a construir sociedades democráticas y con justicia social”. El Suplemento Cultural presenta con el texto anterior, la revisión crítica de la obra de Cronwell Jara, titulada, “Montacerdos”. Jorge Antonio Ortega Gaytán, devela el valor literario del libro, destacando la originalidad del escritor peruano. Más allá de lo estético, dice Ortega Gaytán, la novela o cuento largo, dibuja el drama latinoamericano de comunidades sumidas en la marginalidad, pobreza y exclusión generalizada. Lo invitamos a leer la edición completa para deleite y reflexión crítica. No pase por alto las creaciones literarias de Víctor Muñoz y Juan Fernando Girón Solares. Tampoco ignore los textos de Miguel Flores y Santos Alfredo García Domingo. En conjunto, cada propuesta comporta una visión particular cuyo examen es de provecho para los lectores. Feliz lectura. Hasta la próxima.

es una publicación de:

Edelberto Torres-Rivas y las democracias centroamericanas Ricardo Sáenz de Tejada Profesor e investigador, Escuela de Historia, Universidad de San Carlos de Guatemala

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econocido como el más importante sociólogo centroamericano, las publicaciones de Edelberto Torres-Rivas (ETR) abarcan más de 25 libros en los que es autor o coautor, 53 capítulos en libros, 25 prólogos o introducciones, 75 artículos académicos e innumerables artículos de prensa.1 ETR escribió acerca de Centroamérica y Guatemala pensando en la estructura y el cambio social; su historia; el Estado; la política; la democracia; la violencia y la coyuntura entre otros asuntos. En este artículo se busca relevar algunos aportes de ETR a la teoría de la democracia y a su comprensión en Centroamérica. Para esto, se identificaron tres textos que con una perspectiva regional sintetizan las ideas de este autor para interpretar los procesos de democratización. Estos son “La democracia posible” (1987). “¿Qué democracias emergen de una guerra civil? “(2007) y “Las democracias malas de Centroamérica” (2010). Cada uno de los artículos fueron escritos en momentos sociopolíticos distintos y en estos puede observarse el debate crítico que ETR mantiene con el mainstreem de la Ciencia Política y su sensibilidad para captar en cada momento, los problemas y desafíos de la democracia en la región. En “La democracia posible” discute el desenlace de la crisis centroamericana, que no dio lugar, con excepción de Nicaragua, a triunfos revolucionarios,

1 1 Un recuento bastante completo de la obra de Torres –Rivas se encuentra en la Antología realizada por Jorge Rovira Mas para Clacso, Centroamérica: entre revoluciones y democracia.


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pero abrió las posibilidades de construcción de la democracia. Para ETR, la democratización no es necesariamente una inevitabilidad histórica, ni exclusivamente un pacto de elites. Para ETR, “… la democracia como régimen político o como forma de relación política, sólo aparece como posibilidad cuando hay fuerzas sociales capaces de proponerla como proyecto (en el sentido de voluntad colectiva, elaborada). La naturaleza de la democracia, como posibilidad histórica es, a nuestro juicio, la combinación concreta tanto de un proyecto político que este apoyado en, y expresa intereses de clase, con las condiciones estructurales que señalan el nivel económico y, en general, el estadio de desarrollo de la sociedad.” (Torres-Rivas; 1987:62). En “¿Qué democracias emergen de una guerra civil? “ ETR analizó la ruta de democratización de cada país centroamericano. En Nicaragua, se asistió al triunfo de la Revolución Sandinista, al amplio proceso organizativo que, en el marco de la guerra fría, provocó una guerra de agresión financiada por los EUA. La democracia y la derrota electoral fue el precio que los sandinistas pagaron para alcanzar la paz. En el Salvador, el golpe de octubre de 1979 abrió la posibilidad de que la Junta Cívico Militar pudiera desactivar el inminente inicio de la guerra. Los actores en conflicto se radicalizaron y en enero de 1980 el FMLN lanzó su ofensiva final que iniciaría una década de guerra civil. Tan temprano como 1982 se realizaron elecciones para Asamblea Nacional Constituyente y a partir de 1984 la insurgencia enfrentaría a un gobierno encabezado por el democratacristiano Napoleón Duarte. En Guatemala, el golpe militar de 1982 se dio a los meses de haber iniciado las campañas militares que llevarían a actos de genocidio contra varios pueblos mayas. La institucionalidad electoral se construyó en medio de masacres y desapariciones forzadas y el presidente Cerezo enfrentó tanto las operaciones guerrilleras como intentos de golpe de Estado. (TorresRivas; 2007:500-505). En los tres países, las elecciones relativamente libres y competitivas precedieron a los procesos de paz, creando una situación llamada por ETR protodemocrática, en tanto era imposible garantizar condiciones plenamente democráticas en

medio de guerras civiles, en las que las fuerzas armadas tienen preponderancia sobre cualquier actor civil o político. En Honduras, utilizada como plataforma para la agresión estadounidense contra Nicaragua, se forzó la democratización y los gobiernos civiles. Finalmente, en Panamá, la invasión norteamericana de diciembre de 1989 posibilitó la toma de posesión de Guillermo Endara, por cierto, juramentado en la zona del canal, controlada en ese entonces por los EUA. Así, las elecciones, o la democracia en su dimensión específicamente electoral, fue el resultado de una implantación desde arriba y desde afuera. Los militares no convocaron a elecciones por convicción democrática, sino para hacer impresentable el programa insurgente; y, las insurgencias no privilegiaron la agenda democrática, sino la problemática estructural. De esa forma, la democracia se implantó sin actores decididos a impulsarla y profundizarla, en Estados militarizados e incapaces de implementar la agenda social y económica correspondiente a la dimensión social de la democratización y, dejando intactos a los poderes fácticos. Los niveles de pobreza, desigualdad y exclusión, apenas cambiaron con la realización de elecciones. Finalmente, en “las democracias malas de Centroamérica”, ETR problematizó en torno al principal desafío y la contradicción de los regímenes políticos de la región: ¿es posible que la democracia pueda cohabitar con la alta desigualdad social? La persistencia de la desigualdad, crea democracias vulnerables, en las que la corrupción y el clientelismo político se constituyen en elementos centrales del régimen político. La crisis política abierta en Guatemala en 2015, el golpe de estado de 2009 el fraude electoral en Honduras en 2017; y la deriva autoritaria de Nicaragua, confirman la fragilidad de las democracias en la región y la necesidad de una profunda transformación de su institucionalidad. De la aproximación realizada por ETR, pueden identificarse tres conclusiones que tienen vigencia en la agenda política de hoy En primer lugar, las posibilidades de construcción de una sociedad democrática. Esta requiere bases materiales y actores. En cuanto a las bases materiales, en condiciones de extrema pobreza y alta desigualdad social, las asimetrías de poder

generan distorsiones en la democracia que imposibilitan que los ciudadanos puedan participar de manera decisiva e igualitaria en los problemas y asuntos que les competen. El problema estriba en que, el cambio en la distribución del producto social debe impulsarse desde la esfera política y por medios democráticos, y ahí es donde aparece la segunda carencia: los actores efectivamente comprometidos con la democracia como método y como meta. La segunda conclusión que se destaca de la revisión de la obra de TorresRivas corresponde a los límites de la democracia electoral. La realización sistemática de elecciones no fraudulentas es efectivamente un logro, sin embargo, este es insuficiente si no incluye una vinculación entre las decisiones de los electores y el ejercicio de gobierno. Y en este asunto, paradójicamente lo que se muestra es una distancia entre las necesidades y aspiraciones de los ciudadanos y las decisiones de quienes ejercen cargos públicos. Finalmente, la tercera conclusión apunta a los principales desafíos de la región. En primer lugar, está la reducción de las desigualdades sociales y económicas. Aunque los gobiernos han colocado como prioridad en sus agendas el “combate a la pobreza y a la extrema pobreza”, en la práctica no se ha cumplido con esta reducción y se evade la problemática de las desigualdades que tiene impacto en todas las dimensiones de la vida social. En segundo lugar, para la reducción de las desigualdades se requiere la construcción de Estados democráticos, lo que implica un diseño y un funcionamiento que exprese la diversidad y complejidad de las sociedades y responda al conjunto de la ciudadanía. Como en la década de 1980, hoy asistimos a una nueva crisis centroamericana en la que se vive una emergencia social – una de cuyas expresiones son las caravanas de migrantes que parten de los países del norte de la región – y una amenaza real e inminente a la democracia y a los derechos civiles y políticos. El legado de Edelberto Torres – Rivas, nos

da pistas e ideas para enfrentar estos desafíos, bajo el entendido que solo un proyecto político que exprese la pluralidad de fuerzas y actores sociales puede contribuir a construir sociedades democráticas y con justicia social.

Referencias Torres-Rivas, Edelberto 1987 Centroamérica: la democracia posible. San José: FLACSO y EDUCA. 2007 “¿Qué democracias emergen de una guerra civil?” En: La democracia en América Latina, un barco a la deriva. (Ansaldi, Waldo director). Buenos Aires: Editorial Fondo de Cultura Económica. Pág.491- 527. 2010 “Las democracias malas de Centroamérica. Para entender lo de Honduras, una introducción a Centroamérica.” En: Nueva Sociedad 226, Pág. 52-66.


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Abordando la Subalternidad de Cronwell Jara en “Montacerdos” Jorge Antonio Ortega Gaytán Escritor y catedrático universitario

El tomar la realidad de la marginalidad es un asunto que va más allá de la perspectiva de los observadores ocasionales o circunstanciales, se requieren de dos elementos medulares, el primero de ellos es ser parte integrante de dicho ambiente, de preferencia oriundo. La segunda, tener la oportunidad y el valor de describir esa atmósfera desde la frontera o la marginalidad de la subalternidad.

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a postmodernidad americana permite de tajo entrar al corazón de los dogmas gravitantes de dicho entorno, a esto debe los factores que permiten el equilibrio del variante y alternativas del complejo andamiaje idiomático y cultural de nuestro continente (multiétnico, multicultural, y plurilingüe). El fenómeno social en América Latina tiene como común denominador la pobreza, que atraviesa a lo largo y ancho a todas las naciones que la conforman. La majestad de este marco referencial hace posible el abordaje del tema de la marginalidad en los extremos de la condición infrahumana en que sobreviven sectores de latinoamericanos. Lo anterior queda al descubierto en la narrativa de Jara, 1950. Particularmente, en el relato Montacerdos, en sí un conjunto de historias de la marginalidad, de lo popular extremo, el basurero del cual crea un mundo narrativo que aborda la faceta más violenta de una sociedad rústica y elemental, animado por unos personajes sencillos, agrestes, que llevan sus pasiones a la última consecuencia y actúan con la misma fuerza de las bestias en la lucha por la supervivencia. En este mundo, donde los hombres y animales pueden ser identificados por un comportamiento brutal e instintivo, los sentimientos nobles como la ternura, el coraje o el amor también afloran en los personajes, sin embargo, termina por imponerse la ley de una naturaleza devastadora y fatal. Lo que magnifica la brutalidad de la ironía de la vida y la condición infrahumana es la propia ley, representada por la autoridad. Cronwell se constituye en un arquitecto de cuentos marginales al límite de los niveles de un submundo de la subalternidad, como es el caso específico de esta narración, donde la protagonista es mujer, pobre y en buena medida abandonada por el padre, la madre y la sociedad; donde el narrador se permite introducir alguna nota de ambigüedad jugando

con ambivalencias de significado. El resultado es la creación de un inquietante suspenso que conduce lentamente al descubrimiento de que las cosas o los actos humanos pueden presentar una dimensión distinta de la que aparentan, más aún en una atmósfera tan singular como lo es el basurero, de hecho, un domo específico de una historia, que permite una aproximación virtual, con y las imágenes sucias, sonidos colaterales, olores nauseabundos y el contacto con material en proceso o estado de descomposición. Jara, con un lenguaje sencillo traslada al lector a esa realidad de marginalidad a subniveles de comunicación, donde los códigos idiomáticos sufren una constante metamorfosis por el uso de esa colectividad que cohabita con los desperdicios de la sociedad peruana. El discurso del texto cumple con su cometido de explorar al lector en ese mundo, con sus intimidades y lo doméstico de su diario vivir. Lo sucio se pega al paladar y al olfato durante la lectura, la jergal, la jerga utilizada por los cartoneros atraviesa sin obstáculo alguno, el imaginario personal, se hace tangible, gracias al estilo del cuentista peruano, que no tiene empacho alguno, para presentar la realidad (cruda y desagradable) en forma directa, sin preámbulo, ni palabras rebuscadas, eso sí, utilizando el idioma del submundo marginal extremo. Donde seres humanos viven en un mundo de basura y desperdicios de los otros seres humanos y de latitudes sociales y lingüísticos distintas. La constante comparación de conceptos contrapuestos y lo crudo de la narración, se diluye con el diestro del idioma, hay exquisitez en sus oraciones cuando se refiere al amor, al odio, al dolor y a la muerte en sí. El texto esta sobrado de este tipo de oraciones, que le dan un sabor especial a la lectura, a pesar de su tema medular, la pobreza extrema en el vórtice del desperdicio humano y social. “Hombrecitos de moco; verde mocos que subían y bajaban con hélices mariposiando en las narices…” “Lupa de aumento y, a través de él, el mundo se hizo escándalo y magia; los alacranes, gigantes se estrechaban con descomunales y acorazadas pinzas, como bestias prehistóricas, … Dios nos pisa a todos. Al cielo iremos”. Los ejemplos anteriores, permiten una aproximación a lo fabuloso del tratamiento de la temática por parte del escritor sudamericano, que con estilo singular aborda lo menudo de esa atmósfera con su propio tiempo y espacio, al igual que en la tristeza el paso de las horas es lánguido, a diferencia de cuando la felicidad es la protagonista, el tiempo vuela; todo es un asunto de percepción, como la sensación térmica que hace que el frío sea más intenso, dependiendo

de la velocidad del viento. Cronwell Jara, es el acelerador de las palabras y los conceptos que permiten un abordaje de frente y sin reserva alguna al extremo de la vida marginal peruana, con todas sus circunstancias, variantes y alternativas de hecho sus singularidades. El marco y el fondo de toda la narración es la pobreza material, moral y en algunos instantes espiritual de los protagonistas. El andamiaje utilizado por el escritor permite conocer, observar y contrastar la realidad de ese mundo, el basurero y la podredumbre, con el contexto del lector. Las herramientas que utiliza Jara permiten transitar en los diferentes ambientes de ese submundo, la anterioridad de los personajes, el entorno de la basura, la estructura social y la dinámica que se genera en la marginalidad, es sin lugar a duda una radiografía y una fotografía panorámica que permite el análisis de la estructura antropológica de la pobreza de ese sector social peruano y que con facilidad se puede trasplantar a cualquier basurero de América latina. Además, se constituye como un testimonio y un registro de su existencia como fenómeno social, con un idioma particular (jerga), códigos de conducta y con una cosmovisión singular del mundo; todo lo anterior hace del Montacerdos esa visión integral y privilegiada de ese fenómeno que pervive en nuestras naciones. La estructuración del relato desemboca en una narrativa documental que sirve de plataforma valida para describir ciertos hechos que parecen sacados de la imaginación, pero, son tan reales como la vida misma y su desenlace. Es una narrativa corta por clasificación, pero, se transforma en una nave que transita sin obstáculo alguno por las venas de la pobreza, flota en los desagües a flor de tierra de las miserias humanas (sentimientos y realidades) atraca en el dolor y las injusticias de la marginalidad, traspasa las fronteras de la realidad y se sumerge en las podredumbres, que es otra realidad, otro mundo, otro universo, donde se hace necesario descodificar el lenguaje, porque no existen ambigüedades para el hambre, el frío y la muerte. La literatura posmoderna en América, hoy más que nunca la encuentra en los textos de la subalternidad un terreno fértil y un tema suficientemente amplio para oxigenar un sin número de hojas en un futuro mediato, de hecho, en Guatemala su proliferación es tangible y se encuentra en pleno desarrollo con muchas posibilidades de expansión y penetración en el mundo de las letras. Jara, da la pauta que se puede describir lo marginal con elegancia y sonoridad, y demuestra que aún lo desagradable tiene particularidades muy humanas y por lo tanto es necesario conocerlas. De eso se trata la literatura marginal, dar testimonio y dejar registro de su existencia.


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Los gritos, un reto para liberar al oprimido En varias ocasiones he escuchado que la calidad educativa en Guatemala está por los suelos. Evidencias hay muchas y las justificaciones son incontables.

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os resultados de la evaluación de graduandos es solamente un indicador de calidad. El Ministerio de Educación a través de la Dirección General de Investigación y Evaluación Educativa (Digeduca) con el apoyo de la Dirección General de Monitoreo y Verificación de la Calidad (Digemoca) evalúa las competencias que promueve el Currículo Nacional Base (CNB), mientras que en los centros educativos evalúan contenidos. Actualmente hay una tendencia de que las escuelas se convierten en multigrado. A los padres de familia no les gusta este fenómeno. Aunque la escuela multigrado esté a la par de sus viviendas prefieren enviar a sus hijos a una escuela gradada, sin importar obstáculos, distancias, gasto económico, entre otros. Este fenómeno ha despertado en el Ministerio de Educación y en los maestros ir en busca de estudiantes, de lo contrario se quedan sin alumnos. Cuando la Dirección General de Monitoreo y Verificación de la Calidad (Digemoca) a través de sus monitoreos llegando al aula o reincorporando estudiantes busca las razones de por qué los estudiantes abandonan el aula han tenido resultados interesantes como: a) Desinterés. Muchos padres responden: “él o ella ya no quiere ir a la escuela, para qué lo voy a obligar, mejor se va a trabajar conmigo. Cuando se entrevista al niño o a la niña,

Santos Alfredo García Domingo Educador y Escritor

a veces sus respuestas son: ya no quiero ir a la escuela, me aburre, mejor ayudo a mis papás en la casa. b) Problemas económicos. Hay pobreza y extrema pobreza en el área rural y urbana. Varios niños y niñas dejan de estudiar para dedicarse a ayudar a sus padres. La creencia de padres de familia que basta con que sus hijos aprendan a leer y escribir es suficiente, se mantiene latente. Podría seguir enumerando problemas de la realidad, pero creo que basta resumir que las creencias y la realidad son los testigos de los problemas educativos de nuestro país. En cualquier parte del país se busca justificación de por qué nuestra educación está mal. Algunos le echan la culpa a las universidades, éstas le ponen la carga al diversificado, la cadena continúa con el nivel básico, luego a la primaria, después la preprimaria lo deposita en los padres de familia. Lo maravilloso es que la legislación guatemalteca es la más bella: “Nadie debe alegar ignorancia de la ley”, “Es obligación del Estado proporcionar y facilitar educación a sus habitantes sin discriminación alguna” (Constitución de la República de Guatemala CPRG Artículo 71). “La familia es fuente de la educación y los padres tienen derecho a escoger la que ha de impartirse a sus hijos”. (Art. 73, CPRG, Art. 73). “La educación impartida por el Estado es gratuita. El Estado

proveerá becas y créditos educativos” (CPRG, Art. 74). Estos pocos artículos son un indicador de la responsabilidad del Estado hacia los habitantes de nuestro país. Hablar de educación en Guatemala es un problema muy complejo. No se pretende echarle la culpa a ninguno ni tampoco buscar justificaciones. Es un problema real como los problemas familiares de desintegración. Es un problema real como la pobreza. Es un problema que debe gritarse porque los principales agredidos son los más inocentes, los niños y niñas. ¿El presunto desinterés de padres y alumnos será una justificación o realidad? En la actualidad, para conseguir un empleo se necesitan perfiles académicos, experiencia y personas competentes. ¿Será que las personas desinteresadas podrán competir para tener un empleo digno? ¿El desinterés será resultado de la pobreza o de metodologías inapropiadas? Todavía muchas interrogantes necesitan hacer fila para encontrar respuestas a los problemas educativos. Mientras la educación no sea una prioridad para el Estado, la familia y los maestros, la calidad de nuestra educación seguirá siendo esa serpiente que se desliza cada día por los suelos áridos e infértiles. Los gritos inocentes claman justicia. Los niños no tienen que ser víctimas de un sistema desigual. Se necesita una educación inclusiva, intercultural y holística donde se respete la integridad de la niñez. Se necesita innovar la metodología docente y que las evaluaciones no sean un castigo ni tampoco para asignar un punteo o ganar un título. La educación comenzará a transformar vidas cuando provoque aprendizajes y deseos de vivir feliz.


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Foto de Juan Fernando Girón Solares

EL DESPERTAR DE UN CORTEJO… Segunda parte

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iiiiing…Riiing…El teléfono llamaba con insistencia a la secretaria de la Gerencia de la empresa Texaco de Centroamérica, localizada en su planta de la ciudad de Guatemala, y con mayor precisión en el escritorio de nuestra protagonista María Elisa, quien aquella tarde del mes de marzo de 1946 mientras se encontraba ordenando la correspondencia, y luego del tradicional Aló, escuchó la voz de la recepcionista de la compañía, quien en forma acomedida le indicó: ELISITA, “buenas tardes, tienes una llamada de parte de un señor de apellido LEHNHOFF, dice que es de la Subdirectiva de la Hermandad de la Escuela de Cristo de la Antigua”. Primero sorprendida y luego intrigada, María Elisa le pidió que le trasladasen la llamada telefónica, y luego del respetuoso saludo, el interlocutor a distancia se identificó de la siguiente manera: “Apreciable señorita, le saluda respetuosamente Ricardo Lehnhoff, trabajo actualmente en la empresa ferrocarrilera IRCA, pero a la vez soy el Presidente pro témpore de la Subdirectiva provisional que está ayudando al Presidente y demás Colaboradores de la Hermandad del Señor Sepultado de la Escuela de Cristo en Antigua Guatemala”. “Sí don Ricardo, he oído hablar de usted, mucho gusto” replicó en forma nerviosa nuestro personaje, “¿en qué le puedo

Juan Fernando Girón Solares Colaborador Diario La Hora

servir?”. “Pues vea, sabiendo muy bien de su devoción hacia la Santísima Virgen de Soledad de la Escuela de Cristo, su nombre fue sugerido por dos personas que están colaborando asiduamente con nuestra Subdirectiva, Guillermo Lira Mollinedo, por un lado, y por el otro nuestro amigo William Penney, precisamente Gerente General de la compañía para la cual usted labora. Tenemos una iniciativa que esperamos llevar a feliz término para la Semana Santa y más concretamente para el Santo Entierro el Viernes Santo de este año, y se me encomendó para este efecto consultarle: hasta el año pasado, la Soledad era procesionada en hombros de Sayones a quienes se contrataba específicamente para el efecto, pero tenemos la visión que esto cambie, ya que las damas deben participar también en dicho Cortejo Procesional, y ese queremos sea el aporte de nuestra Subdirectiva. Queremos pues, que sean ellas las que lleven en hombros a la Santísima Vírgen; NOS AYUDARÍA USTED A CONFORMAR UN GRUPO DE DEVOTAS CARGADORAS PARA ESTE EFECTO ¿?”. De más está decir, que la noticia sacudió a María Elisa de pies a cabeza, pues el nerviosismo dio paso a la impresión y, por último, como era lógico a la emoción. En su mente, empezó a escuchar las notas de una sentida marcha dedicada a la SOLEDAD DE LA ESCUELA DE CRISTO, y recordó aquel

momento impactante de la semana santa del año anterior… ahora lo entendía a la perfección, era fuerte y claro el mensaje que la Virgencita le había mandado, y claro está, la respuesta no esperó ni veinte segundos y los labios de nuestro personaje alcanzaron a decir: “Con mucho gusto don Ricardo, será un honor, por favor cuenten conmigo…” Y así empezó aquella aventura… El señor Lehnhoff concluyó la conversación, indicándole que, como parte de este aporte de aquella Subdirectiva a la Hermandad en Antigua, existía un compromiso de parte de cada uno de ellos, cinco en total, de conformar UN TURNO de veinte damas cargadoras para el día Viernes Santo. Esto implicaría que María Elisa, debía conformar un grupo de CIEN (100) devotas cargadoras en pocos días, que durante el recorrido del Santo Entierro, el que dicho sea de paso también, era más extenso que el de pésame de cada Sábado Santo, pues llegaba allende los límites del Parque de San Sebastián. De esa cuenta, cada seis cuadras, finalizaba la vuelta y así deberían de llevar nuevamente en hombros las andas procesionales. Pero con la consabida plegaria e indudablemente la bendición de la Virgen de Soledad de la Escuela de Cristo, quien indudablemente quería salir el próximo Viernes Santo en hombros de sus devotas cargadoras, quizá la más fiel de ellas, dio inicio a la tarea de reclutamiento de aquellas valientes y

decididas mujeres, y para tal efecto, la mejor opción era de la de acudir a la organización piramidal: cada uno de los turnos tendría una encargada, y así con la mirada puesta al cielo y el corazón lleno de fervor, María Elisa alcanzó a pedir: - VIRGENCITA, POR FAVOR AYÚDAME -. Y así, la búsqueda de las primeras cinco damas comprometidas con la procesión de la Virgen de Soledad de la Escuela de Cristo dentro del Santo Entierro, mujeres entregadas a su inclaudicable fe católica, concluyó con la aceptación en pocos días, de las siguientes personas: Virginia, quien laboraba para la misma compañía en el área de ventas; doña Candelaria, la afanosa organizadora de las actividades parroquiales en pro de la ampliación y construcción del templo localizado muy cerca de donde María Elisa residía en el barrio de la Reformita; Inés, su amiga íntima de estudios en esta capital; Rosa María, maestra de educación secundaria en el Colegio Casa Central y muy apreciada entre el alumnado, y finalmente Irene del Carmen, quien no obstante había nacido en la Antigua Guatemala, residía actualmente en la capital y se trataba de una gentil dama de la sociedad capitalina de aquel entonces, con muchos contactos entre sus numerosas amistades. La Cuaresma de aquel año 1946 estaba por concluir, y el grupo empezó a conformarse…


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La espantosa venganza de Carmelina Cruz Víctor Muñoz Premio Nacional de Literatura

Carmelina Cruz jamás pudo imaginar que el día que conoció a Venancio Canales su vida cambiaría de manera radical. Ella, que siempre había sido reacia a las cosas de amores intuyó que Venancio Canales era el hombre con quien podría compartir su vida. Es que el individuo desde el mero principio se mostró atento, cariñoso y servicial; y es más, estuvo de acuerdo cuando ella le propuso llevarlo a su casa para que lo conociera la familia.

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la familia lo conoció y estuvo de acuerdo con la relación porque este Venancio era un hombre atento, cariñoso y servicial. Y las cosas comenzaron a caminar bien. Un viajecito a La Antigua, cine los domingos por la tarde, fiestecitas familiares, etc. Al cabo de unos ocho o nueve meses de amable relación, Venancio, con ese su modo tan amable y educado le propuso a Carmelina tener relaciones más cercanas y más íntimas, cosa que la hizo escandalizar absolutamente, pero al cabo de tres fines de semana de suave persuasión, de que no va a pasar nada y de promesa de futuro matrimonio, ella cedió. Luego de un primer encuentro, Venancio se comportó todavía más amable y cariñoso. Lo que al principio le había parecido a Carmelina algo inaudito, de la noche a la mañana llegó a ser la cosa más natural y corriente del mundo, como debe ser. Y comenzó a hacer planes para el futuro matrimonio; planes que le hizo saber a su cariñoso novio. Éste solo la escuchó muy atentamente, le dijo que estaba de acuerdo y que comenzaría a prepararse para tan trascendental acontecimiento. Y en esas estaban cuando Carmelina descubrió que venía familia en camino. Un poco asustada al principio, pero llena de una felicidad un tanto pueril, se lo hizo saber a su novio, quien sin mostrar ninguna emoción sólo se la quedó mirando despacio y le dijo que no tuviera pena, que solo arreglaría un par de cosas pendientes y arreglarían lo de la boda. El tiempo comenzó a pasar y ella a sugerirle, un poco tímidamente al principio, pero un poco más incisivamente después, lo de la boda, a lo que él siempre le respondía que sí, que claro, que solo arreglaría lo pendiente y ya hablarían de eso; y de manera amable y educada le recordaba que no tuviera pena, que su palabra estaba empeñada y que estando así las cosas, en menos de lo que ella se imaginaba estarían arreglando lo de la boda. Cierto viaje de última hora hacia Sudamérica de parte de la empresa en la que trabajaba el hombre; una enfermedad viral que se complicó al extremo de sufrir una hospitalización de más de un mes, saldar ciertas cuentas y arreglar ciertos asuntos hicieron que el tiempo transcurriera sin que se concretara nada,

pero eso sí, Venancio siempre hacía promesas de pronta solución a todo; sin embargo, entre arreglar esto o aquello llegó la hora del nacimiento de la criatura. Venancio estuvo atento a todo, pagó puntualmente los gastos, hizo los trámites de la inscripción de su hijo en el Registro Civil; ante la mirada un poco hostil de la familia de Carmelina, acudió al bautizo de la criatura, que se llamó Venancio Canales Cruz, tal como debía ser; pero al cabo de tres meses se desapareció. Al principio Carmelina no extrañó su súbita desaparición, ya que le tenía absoluta confianza, sin embargo luego de un mes de no saber nada de él comenzó a buscarlo, pero resultó que ya no trabajaba donde mismo ni vivía donde mismo; entonces Carmelina se vino a dar cuenta de que lo que sabía de Venancio era bien poco y se puso triste, y conforme fueron pasando los días y aumentando los reproches de su familia, su tristeza fue dejando paso a un enojo molesto hasta convertirse en furia resentida. Y claro, puntualmente llegaron los “te lo dije, que ese hombre no te convenía”, “ya viste, los hombres son todos iguales”, etc. Y sí, ella estaba furiosa, pero en el mero fondo de su corazón conservaba la esperanza de que cualquier día se aparecería Venancio con una explicación razonable, amable y convincente. Pero Venancio nunca se apareció. Las casualidades a veces suceden porque sí,

ya que en cierta ocasión se encontraron dentro de un supermercado. Él lucía bastante bien y no había cambiado. Seguía siendo el hombre educado, amable y servicial. La saludó muy amorosamente, le explicó ciertas cosas de la vida, acarició a su pequeño hijo, le dio sus señales de su nuevo trabajo y vivienda y le ofreció que ese mismo fin de semana se estaría comunicando con ella para finiquitar los detalles de sus asuntos y que para mientras tal suceso llegaba le daría el dinero necesario para los gastos del niño; leche y esas cosas. Y ella le creyó. Pero llegó ese fin de semana y el otro y otros más y el hombre no se apareció. Ella lo llamó a su trabajo y él, de manera amable siempre le explicó que debido a esto y a lo otro no se había aparecido, pero que a más tardar ese fin de semana… Cuando el niño hubo cumplido dos años Carmelina supo que no habría boda ni ayuda económica ni nada; entonces decidió vengar la afrenta y en un arranque de justo enojo se dirigió al Registro Civil. Luego de los trámites de ley su hijo pasó a llamarse Carmelino Cruz. Una vez hecho el cambio llamó a Venancio y le dijo que su hijo ya no se llamaba Venancio Canales Cruz sino Carmelino Cruz. Y se sentó, totalmente satisfecha de haberse vengado de tal forma del falso y mentiroso hombre que era el papá de su hijo.


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xxxx Banquitos (2019). Instalación. Kurtis Brand.

Banquitos Miguel Flores castellanos Doctor en Artes y Letras

La galería Sol del Río pone en discusión –otra vez– el concepto de arte, al exhibir la instalación Banquitos de Kurtis Brand, una pieza que aborda el asunto de la memoria, la condición social de los sujetos y pone en entredicho el trabajo artístico de todos los que se creen iluminados por las musas en pleno siglo XXI.

E

sta instalación colocada en un cubo blanco, iluminada en forma estratégica muestra 15 banquitos de lustrador pegados en la pared, el más grande, sobre un plinto circular; encima de él, un cepillo de lustrar zapatos. Este humilde objeto es usado por los lustradores para sentarse mientras cepillan, aplican tinta y frotan los zapatos. Aunque no se piensa así, éstos forman parte de la caja de lustre, y dentro del mundo de trabajadores es

Detalle de baquito, pieza que genera todo un discurso estético.

parte esencial de su equipo de trabajo. Por su uso frecuente se manchan de tinta, de betún, por la frotación adquiere una pátina negruzca y por el peso de su propietario con el tiempo tienen de desarmarse. Brand muestra demás en dos paredes laterales fotografías de los lustradores que fueron sus propietarios. El observador neófito exclamará ¡esto no es arte! Como lo indica Jaques Maquet un concepto de arte puede deducirse de nuestras categorías y conductas diarias. La categoría del objeto de arte no se fundamenta solo en lo que representa, o solo en lo económico, también se reconoce como un portador de significados, por lo tanto con valor artístico. A esto se le suma que estos banquitos son presentados en una institución prestigiosa y con una trayectoria de más de treinta años. La forma en que el observador percibe los objetos es diferente, en un casi altar, el visitante entra con reverencia y silencio. Sol del Rio y Brand los han transformado en objetos para su contemplación, es su única y exclusiva utilidad. Se esta frente a una categoría de arte por metamorfosis, como lo es la famosa silla Victoria Ghost de Philiphe Starck que se encuentra en el MoMA de Nueva York. Estos banquitos pertenecen a un contexto más que al del arte. Maquet vuelve a dar luces “…la categoría cotidiana de arte incluye primero aquellos objetos artificiales que se exhiben en los museos y se negocian en las galerías. Los objetos identificados así como objetos de arte están en el centro de una red especializada de instituciones”, galerías, museos, coleccionistas. Al momento de terminar colocar estos banquitos en los muros de la galería, y por el poder de designación del artista, estos objetos se transformaron en arte. De la observación detenida en la

Fotografía: Galería Sol del Río.

Vista lateral de la instalación Banquitos de Kurtis Brand.

instalación, emergen significados dramáticos como, historias de pobreza y precariedad, pero también la designación de propiedad, en el acto de marcarlos con su nombre en forma enfática indicando exclusividad de uso. El sentido de poseer algo, es propio de la condición humana, en cualquier estrato social. Pero también esos pequeños objetos de madera significan el último recurso del trabajador ambulante para expresar dignidad, para no sentarse en el suelo y así no rendir pleitesía, a quien pone sus pies en su caja lustre con determinación. El acto de lustrar zapatos implica sin querer una sumisión al otro, el lustrador ve de abajo para arriba a su interlocutor, lo que lo empequeñece. Kurtis Brand es un artista estadounidense que vive y trabaja en Antigua Guatemala, graduado en pintura y diseño. Su visión estética sin prejuicios desafía el estatus quo, y a los más conservadores en el arte, muchos dirán que esto ya se ha hecho antes, desde Warhol, pero en Guatemala, Brand hace abrir los ojos a los chapines.


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