EL CARNAVAL EN GUATEMALA
Guatemala, 5 de marzo de 2011
Suplemento Cultural
Una idea original de Rosauro Carmín Q.
Páginas 2 y 3
La fotografía de Paola Calderón Página 7
El traslado de Santiago de Guatemala Páginas 4, 5 y 6
2 Suplemento Cultural
Nueva Guatemala de la Asunción, 5 de marzo de 2011
SOBRE EL NACIMIENTO DE LA
Tradiciones
Una de las fiestas más antiguas de la cultura occidental es el Carnaval. Aunque ha tenido una enorme difusión y raigambre en otros países de herencia occidental, como Brasil o Venezuela, en Mesoamérica, en particular en el Sur, no lo ha tenido tanto. Sin embargo, su importancia, dentro de la historia general de la humanidad justifica en mucho que nos ocupemos brevemente de su origen. Estas notas breves quieren ilustrar al lector del Diario La Hora, sobre los orígenes del Carnaval, y ante todo, sobre las distintas acepciones que la palabra ha tenido.
C
omo el considerar al Carnaval como fiesta de origen pagano es un tópico que repite “la gente no letrada” y a la vez es base de la que parten varios estudiosos de la cultura, creemos conveniente iniciar esta búsqueda recordando los textos viejos en los que se basa aquella generalización peligrosa, como todos los que reducen a mera cuestión de orígenes cualquier tema histórico, sea la de índole que sea. Una que pudiéramos llamar “manía clasicista” ha dado lugar a la opinión difundida. La creencia de que el Carnaval desciende directamente de las Saturnales ha estado muy difundida en los países de habla romance desde el Renacimiento. La sostuvieron con su autoridad bastantes eruditos. Por ejemplo, Covarrubias, el lexicógrafo, dice que los actos que lo caracterizan “tienen un poco de resabio a la gentilidad y uso antiguo de las fiestas que llamaban Saturnales, porque se convidaban unos a otros y se cambiaban presentes, haciendo máscaras y disfraces, tomando la gente noble el tragevil de los esclavos, y los esclavos por ciertos días eran libres y no reconocían señor”. Advirtamos que Covarrubias adelantaba mucho la fecha del comienzo del Carnaval -como se hace en algunas partes- y que atribuía origen saturnalicio también a otras fiestas invernales. Otros autores se fijaban tan sólo en la razón elementalísima del disfraz para establecer la conexión. Así, en un libro del erudito aragonés del siglo XVIII ci-
POR CELSO A. LARA FIGUEROA
FOTO LA HORA: TINTA ALEGÓRICA DE ENRIQUE ANLEU DÍAZ, ESPECIAL PARA EL DIARIO LA HORA, 2011
“Baco y Arlequín celebran el Carnaval en Guatemala, antes de su interpelación en el Honorable Congreso de la República“.
tado por Julio Caro Baroja, Juan Francisco Andrés de Uztarroz, descrito por Gallardo, y que se titula Monumentos de los Santos Mártires Justo y Pastor en la ciudad de Huesca impreso en 1644, se lee: “Se disfrazaban (los romanos en las fiestas Saturnales) como se usa en España en el Antruejo”. Otros pensaron más en las Lupercalia, y hubo quienes remontaban el origen del Carnaval a las Dionysia griegas, que en una época se confunden con las fiestas de los kalendae de enero. Los que sostienen o sostuvieron todas estas tesis se apoyan también -como es natural- en algunas semejanzas y paralelismos. Pero ninguno de los paralelismos, como ninguna de las semejanzas, se puede considerar suficiente para el fin que se proponían. Las razones históricas que tengo para suponer esto se aducirán más adelante. Sigamos ahora con los escarceos clasicistas. La palabra CarFOTO LA HORA: PAUL ELLIS/AFP naval, por sí misLos fabricantes de automóviles están al borde de la quiebra y suplican ma, ha dado oriayuda al Estado. AFP
gen a otra teoría bastante aceptada en una época. Lingüista tan autorizado como F. Díez la derivaba de currus navalis, en lo que le siguieron Korting, el Historiador J. Burkchardt y otros a finales del siglo XIX. El 5 de marzo de cada año se celebraba por los romanos de la época imperial la fiesta de Isis, y con tal motivo, una procesión, en la que intervenían personas disfrazadas y en la que aparecía un barco, por lo que esta fiesta se llamaba también Isidis Navigium. En los lugares con mar cercano el barco se botaba. En pinturas decorativas romanas aparece éste sobre un carro: el currus navalis. La fiesta tuvo, probablemente, varias significaciones a los ojos de los que la celebraban. Apuleyo, en la Metamorfosis, en el libro decimoprimero, nos ha dejado una descripción muy exacta del cortejo que acompañaba al Isidis Navigium en Kenchrees, colonia de Corinto. De acuerdo con esto, el Carnaval, o sea la fiesta del currus navalis, del carro naval, sería, en un principio, la fiesta del barco de Isis paseado en pompa el mes de marzo. Tanto le satisfizo a Burckhardt esta hipótesis, que en su estudio sobre el Renacimiento italiano pretendió robustecerla señalando que en las ciudades italianas, en la época del Carnaval, salían en los siglos XIV y XV muchos carros navales, es decir, carrozas que representaban barcos. Prueba del espíritu pagano censurado en Italia a través de los siglos. Claro es que en Italia, durante el Renacimiento, el deseo de revivir la antigüedad hizo que el Carnaval fuera una especie de reconstrucción del paganismo, que escandalizaba a los hombres piadosos. Así, por ejemplo, fray Bartolomé de las Casas recordaba haber visto en 1507 el Carnaval romano, lleno de semejantes remembranzas, y de ello habla amargamente en su historia apologética, en que tiende a pintar a los indios americanos como gentes con más cordura que los pueblos antiguos. Para explicarse el éxito de la etimología de Díez hay que tener en cuenta también la existencia de fiestas germánicas en que se sacaba en procesión una nave. En efecto, en un concilio tenido en Ulm al comenzar el siglo XVI, se prohibió pasear un arado o un barco durante el Fastnacht en las proximidades de la población. Es muy probable que la idea de hacer un poema llamado la nave de los locos (Das Narranschiff) le viniera al escritor estrasburgués Sebastián Brandt de la contemplación de
FOTO LA HORA: (FOTOGRAFÍA: GUILLERMO
Los cascarones teñidos de anilina plazas de pueblos y ciudades de adultas. La tradición de los cascaen las fiestas del carnaval en
FOTO LA HORA: (FOTOGRAFÍA:
Las celebraciones del Carnaval la elaboración de vistosos “cascade anilina, se quiebran en la cay martes de carnaval en parques está muy arraigada en los pueblos
procesiones carnavalescas. Hay procesiones carnavalescas españolas que recuerdan también de modo sorprendente la del Isidis Navigium. Pero de ello no se puede sacar una conclusión general, como la que cabe extraer de otras prácticas más generalizadas. En Reus, por ejemplo (provincia de Tarragona), durante el Carnaval salía un carromato que llevaba un gran barco encima de más de setenta toneladas a veces, no una carroza artística con forma de nave, como es usual en otros puntos, para cuyo tiro eran necesarias por lo menos diez caballerías, y en él iban hombres vestidos de marineros que echaban dulces y flores por donde pasaban.
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Suplemento Cultural 3
FIESTA DEL CARNAVAL Populares
VÁSQUEZ GONZÁLEZ, 2011)
son comprados en los mercados y Guatemala, por niños y personas rones es de las que aún sobrevive Guatemala.
GUILLERMO VÁSQUEZ GONZÁLEZ, 2011).
en Guatemala se caracterizan por rones“ con “pica-pica“, teñidos beza en los juegos del domingo y escuelas del país. Esta tradición de Guatemala desde el siglo XIX
LA FIESTA DE CARNAVAL EN GUATEMALA Este artículo no trata de hacer un estudio determinado sobre lo que representa la fiesta de carnaval, sino algunas consideraciones sobre el gran arraigo que ha tenido esta manifestación popular, como consecuencia de una tradición griega, romana o hispana, que se ha incorporado a la idiosincrasia nuestra. Sobre los orígenes del carnaval considero que no es oportuno extenderse, ya que muchos autores han dicho algo al respecto. Sin embargo, es interesante el auge que, en el ámbito latinoamericano, ha tenido este fenómeno tan propio de la cultura popular, representado en las fiestas de carnaval.
La llegada de los españoles a nuestras tierras trae consigo las fiestas de carnestolenda, que aunque se organizaban como complemento de una celebración de carácter religioso y comercial, también ofrecía recreación y alegría al espíritu humano. No obstante, el carnaval es por excelencia una fiesta que no tiene otro objeto que la diversión, y es la fiesta, si no más alegre, al menos la más jubilosa y entretenida que se ha conocido, ya que trae consigo el entretenimiento, el resarcimiento de nuestros estados de ánimo y el anuncio de la tradicional cuaresma. Félix Coluccio nos ofrece la siguiente información en su Diccionario folklórico argentino: Las ceremonias para festejar el carnaval son antiquísimas, creyéndose que se deriva de los saturnales romanos, aunque existen vestigios de estas fiestas en todos los pueblos de la antigüedad, celebrando el año nuevo y muy especialmente la llegada de la primavera. En B. Aires, el juego con agua durante las carnestolendas, y en muchas ciudades del interior aún persisten, aunque el entusiasmo por el carnaval en sí ha ido disminuyendo en casi todas partes. En casi la mayor parte de los pueblos de Guatemala se ha perdido el entusiasmo para celebrar las fiestas de carnaval, reduciéndose únicamente a celebraciones que tradicionalmente hace la iglesia. Sin embargo, la fiesta de carnaval tiene mayor vitalidad en las regiones costeras o de climas cálidos; en los lugares altos adquiere otros aspectos peculiares, aunque con una misma finalidad. Es posible que en Guatemala el carnaval haya sido una manifestación puramente aristocrática practicada por los españoles, quedando para el pueblo únicamente el juego de la harina, los cascarones y el agua. Don José Milla, en sus Cuadros de Costumbres, nos habla de un martes de carnal en la plaza de toros: La última vez que estuve en los toros el martes de carnaval, seis o siete años hace, entraron numerosas partidas de máscaras y como estoy poco al corriente de los cambios de los gustos caprichosos del público, creía yo que este año habría también disfraces en la plaza. En realidad los disfraces son la verdadera manifestación del carnaval, pero con el transcurso de los años ha sido totalmente transformada, quedando para un reducido núcleo el caso de las mascaradas, los bailes de disfraces y el juego de las serpentinas. En los últimos tiempos la gente del pueblo ha practicado más el juego de los cascarones y lo que en otro tiempo fuera de gran problema: el juego de la harina y el agua, ha sido desplazado por los cascarones, cuya preparación se inicia desde pasado el año nuevo, en que la gente se dedica a picar retacitos de papel de china en variedad de colores. La fabricación de cascarones en Guatemala es una industria doméstica, en cuyo procedimiento intervienen varios factores, que son: recolección
de cascarones, lavado y secado de los mismos, picado de papel de china para hacer retacitos; pintura de los cascarones con añilina en variedad de colores y formas caprichosas. Esta pintura rememora los huevos de pascua que se regalan en Estados Unidos. Posteriormente, ya pintados y secados al sol, se le pone en el interior un poco de retazo picado y se cubre la abolladura con un pequeño pedazo de papel a manera de parche, con lo cual ya está formado el cascarón y listo para que pueda jugarse con él. Los cascarones son llevados a las plazas públicas y después del día de Candelaria (2 de febrero), dan principio los domingos de carnaval, especie de preludio de los días cuaresmales. Generalmente se juega con los cascarones en los parques y plazas públicas, como es tradicional en los pueblos del país. Aún en las escuelas de enseñanza primaria, se destina un día para festejar carnaval, que muy del gusto de la gente es destriparse cascarones en la cabeza. En los mercados, plazas públicas y parque, se encuentran canastos con los cascarones. Estos se pueden adquirir aproximadamente a razón de dos por centavo o a centavo la unidad. Además se pueden comprar por bolsa o por docena, de acuerdo a las posibilidades y necesidades del usuario. Es de reconocer que el carnaval ha sido heredado de la vieja España y ha sido practicado por varios siglos en todos los países latinoamericanos. De gran renombre en toda Latinoamérica y ampliamente conocido mundialmente es el Carnaval de Río de Janeiro. También lo son los de Panamá, Venezuela y toda Sudamérica. En Guatemala ha variado notablemente la fiesta de carnaval, en un
FOTO LA HORA: TINTA ALEGÓRICA DE ENRIQUE ANLEÚ DÍAZ, ESPECIAL PARA EL DIARIO LA HORA (2011)
“Baco y Arlequín celebran el carnaval en Guatemala a pesar de la crisis económica“,
FOTO LA HORA: (GRABADO DE LA ÉPOCA).
Grabado italiano del siglo XVII que ilustra en forma didáctica y popular las representaciones del Carnaval y su período, opuesto a las actividades de Cuaresma. Este es uno de los grabados más antiguos con que se cuenta sobre la oposición de ambas fiestas, probablemente surgido durante el Concilio de Trento en el siglo XVI
proceso acorde con la evolución de la cultura. En la actualidad se celebra el carnaval en sociedades, clubes u otras instituciones que patrocinan un baile de carnaval, en donde únicamente hay disfraz, confeti, serpentinas y baile. Naturalmente que esta es una manifestación para determinado grupo o élite social, pero en ningún momento podría ser de tipo popular, como el juego de cascarones. El hecho de quebrarse cascarones en la cabeza, echarse pica-pica, arrojarse agua y harina, no es nada nuevo en nuestro medio y aunque ha sido prohibido por varias generaciones administrativas, también en España se ha practicado y aún persiste. Y es que siempre se ha practicado esta tradición carnavalesca, milenaria, porque es algo que el pueblo tiene dentro de su propio ser, como un escapar de las costumbres que se impone el género humano. Sirvan estos pequeños escarceos históricos y paremiológicos para que el público lector de La Hora se entere un tanto de la festividad del Carnaval, motivo de profundas meditaciones de etnólogos e historiadores, entre los que se encuentran Julio Caro Baroja, George Frazer, Mircea Eliade, Arturo Castiglioni y Umberto Eco cuyos estadios nos sirvieron para cimentar estos apuntes.
D espejos que devuelven al espectador no el reflejo familiar de su rostro rutinario sino la imagen desconocida e inquietante de su vida interior y de allí que su exposición se titule “Epiphanie couregeux” y que se exhiba en la vitrina del Proyecto Cultural Callejón del Fino, un espacio igualmente extraño y valiente en el edificio El Centro de la zona 1. Lo sugerente de sus fotografías no son los objetos que retrata o el rincón ese donde se acumulan en aparente desorden sino propiamente la atmósfera que los vuelve emotivos e intensos, evocadores no tanto de recuerdos cuanto de sentimientos y estados de ánimo que la dan esa coloración subjetiva a la percepción de los objetos y los hechos cotidianos y que, para decirlo de alguna manera, los transforma en rincones “surrealistas” en donde coinciden los objetos más imprevistos: desechos de vivencias que no habitan ni en la memoria ni el recuerdo, utilería inútiles de escenarios y dramas irrelevantes, despojos de afanes que perdieron su sentido, puntos tangenciales en los que no cuajaron los contactos, posibilidades vitales desperdiciadas y puestas ahora en fuga hacia lo que no fue, ni es ni será. Paola visita su interior: viaje difícil, a contracorriente de lo ordinario; la epifanía que se le concede no es la imagen de la vida plena en la que nos hace pensar el consumismo contemporáneo sino la imagen del mundo deshabitado por el espíritu.
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esde hace décadas se viene caracterizando a nuestra época por la preponderancia de la tecnología aplicada a la producción y a la información, el poder y la influencia de los medios de comunicación sobre las masas, la globalización de los mercados y las finanzas, etc., que determinan el consumismo frenético y la “desaparición de la realidad” sustituida precisamente por la “imagen de la realidad” creada e impuesta desde los todopoderosos medios de comunicación. A la pregunta sobre los efectos de esas condiciones de producción, comunicación y consumo sobre la forma humana de existir, usualmente se responde diciendo que la nuestra es una época de crisis y cambio de valores, pero entre el desalojo de unos y la formación de los otros se abre un vacío que es el origen del tema de nuestro tiempo. La joven fotógrafa Paola Calderón realiza un viaje al centro de ese vacío que va desde la mera superficie de los objetos abandonados y los espacios en los que se consuma el olvido hasta el corazón deshabitado de esperanza que determina su insignificancia. La acompaña su cámara que capta lo exterior y su sensibilidad que se siente afín a lo extraño, así capta la atmósfera que mejor refleja su interior. En ese sentido sus fotografías funcionan como
POR JUAN B. JUÁREZ
Por Juan B. Juárez El surgimiento de nuevos temas artísticos no está relacionado con la afanosa y superficial búsqueda de originalidad que desvela a los artistas jóvenes ni por las modas que, surgidas en algún centro internacionalmente prestigioso, uniforman temporalmente las expresiones de una generación a nivel mundial, sino más bien con el aparecimiento de otra sensibilidad cocinada lentamente al calor de acontecimientos profundos y trascendentes que marcan no una temporada sino propiamente una época. Cuando los temas son verdaderamente nuevos no constituyen un hallazgo individual sino propiamente un síntoma que anuncia algo verdaderamente inédito en el ámbito de las condiciones existenciales del género humano en su conjunto, y la renovación que imponen desde las profundidades del espíritu no se limita al arte sino a todas las manifestaciones de la cultura, desde la economía hasta la política, desde la formas del cortejo entre parejas hasta las formas de hacer la guerra entre naciones.
LA FOTOGRAFÍA DE PAOLA CALDERON
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LOS TEMAS DE NUESTRO TIEMPO:
Galería de artistas
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Bolivia
El tereré, refresco de yerba mate que une a los paraguayos
POR PEDRO SERVIN Frío pero no congelado, amargo pero sabroso. Solo o en ronda de amigos, así es como se bebe un refresco de yerba mate al que los paraguayos denominan tereré.
P
or una reciente ley de la República se instauró el Día Nacional del Tereré, que es el último sábado de febrero. La celebración comenzó este jueves 24 en una plaza del centro de Asunción con una exposición de artesanías de guampas (cuernos de res), vasos y tazas alusivos a la fiesta. En Yukyry, un pueblo cercano a la frontera con Brasil, se agregó un festival de arpas y guitarras. En Paraguay está generalizado el consumo de tereré en su versión refrescante, a diferencia de lo que ocurre en Argentina, Brasil y Uruguay donde se bebe caliente la infusión de las hojas machacadas de un árbol cuyo nombre científico es Ilex paraguarienses Saint Hilaire. “Tanto el mate como el tereré es un vínculo de amistad. Se lo bebe en colectividad pequeña aunque algunos prefieren tomarlo en soledad”, fue una de las descripciones realizadas por Helio Vera, un estudioso de la conducta social de los paraguayos fallecido recientemente. Marlene Sosa, promotora cultural, explicó que el tereré “es parte de la identidad nacional igual que la sopa de maíz molido, única sopa del mundo que en Paraguay es sólida y no líquida porque se la presenta en forma de pan”. “Más que un líquido rehidratante, el tereré es un elemento cultural de unión entre las personas para compartir unos minutos de charla sobre política, fút-
bol, actividades familiares, académicas o laborales”, añadió. Sosa afirmó que “el tereré es tan sagrado como la siesta. En Paraguay, debido a la alta temperatura el día laboral comienza a las seis de la mañana y al mediodía se lo bebe antes del almuerzo y finalmente se duerme una siesta”. Vera acotó con buen humor que en este país “existen dos estaciones: la del ferrocarril y el verano. Entonces, de los doce meses del año, trece tienen temperaturas superiores a los 32 grados centígrados. Imposible tomar el zumo de la yerba con agua caliente porque con el refresco se combate la deshidratación que el clima subtropical produce en el ser humano”. La traducción oficiosa al español del vocablo de la lengua guaraní tereré sería “consumo del té en ronda”, derivación del guaraní “jeré”, que significa “ronda”. “Jeré”, con el paso de los siglos y por el uso del pueblo, quedó en “teré”. El ministerio de Agricultura y Ganadería informó que la yerba mate se cultiva sólo en la fértil región oriental y no en la árida región occidental. Posee una propiedad estimulante suave llamada mateína. Existen 20 mil hectáreas de cultivos permanentes con una producción anual de 80 mil toneladas, más de la mitad para el consumo interno y el resto exportado a Brasil, Argentina, algunos países de Europa y EE.UU., ingresando al país unos 18 millones de dólares por año. El primer productor regional de
yerba mate es Brasil, luego Argentina y Paraguay en el tercer lugar. “Los frailes jesuitas vieron en el siglo XVII que los nativos de la etnia de los guaraníes bebían el jugo o zumo de la yerba en mate (calabaza seca) succionando el líquido a través de canutos, tubos o bombillas de origen vegetal. A partir de entonces, comenzó la explotación del producto para su venta a España y otros países de Europa. Durante mucho tiempo esa bebida fue conocida como Té jesuita”. En la actualidad, el tereré se bebe de una guampa (cuerno de res) que generalmente está forrada con cuero vacuno o simplemente tela sintética con grabados artesanales de insignias del equipo preferido de fútbol, nom-
bres de personas, símbolos patrios o títulos académicos como profesor, licenciado o doctor. Y el tubo ya no es vegetal sino de cobre, plata o alpaca. El agua se mantiene fría en botellones aptos para la refrigeración con trozos de hielo, también hoy presentados con los más llamativos y extravagantes ornamentos. El médico francés Aimé Bonpland inició los primeros estudios científicos de las plantitas de yerba en el siglo XIX en las actuales provincias argentinas de Corrientes y Misiones, pertenecientes siglos atrás al Paraguay, pero luego fue otro francés estudioso de las ciencias naturales, Saint Hilaire, quien la clasificó definitivamente como Ilex Paraguariensis.
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Desde mi balcón
EL DESMANTELAMIENTO DE LA CIUDAD DE SANTIAGO DE GUATEMALA
El terremoto de Santa Marta -29 de julio de 1773-, marcó un antes y un después en la vida y destino de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Santiago de Guatemala. POR MARIO GILBERTO GONZÁLEZ R.
D
on Martín de Mayorga, investido para de sempeñar los cargos de Presidente, Gobernador y Capitán General, llegó a la ciudad de Santiago de Guatemala, en sustitución del presidente interino, el Oidor decano Juan González Bustillo. No se sabe si él trajo el mal augurio o la ciudad –como una premonición- lo rechazó desde un inicio. Porque el mismo día -11 de junio de 1773- cuando hizo su entrada a la ciudad de Santiago de Guatemala, además de ser recibido, en la finca
Cabrejo por el Noble Ayuntamiento con todos los honores propios de su rango, la naturaleza lo recibió de manera diferente. “…desde las dos de la tarde –dice la crónica- se sintieron fuertes temblores que causaron averías en el Real Palacio, sede de su gobierno y continuaron durante toda la noche.” El 12 de junio por la mañana, tomó posesión de su cargo, en un acto que revistió la solemnidad acostumbrada, pero no ajena a cortos y temerosos seísmos, que por momentos interrumpieron la ceremonia. Los temblores continuaron a lo largo de los meses de junio y julio. La ciudad se
vio azotada por un temporal de copiosa lluvia que causó daños y el río Pensativo “inundó el oriente y centro de la ciudad de Santiago.” Así fue la bienvenida al nuevo gobernador. A Mayorga apenas le dio tiempo de enterarse de sus funciones y conocer al dedillo, la ciudad de Santiago de Guatemala, porque el 29 de julio de 1773 “…a las tres y cuarto de la tarde, después de un leve movimiento de tierra, la ciudad ‘fue destruida’ por una serie de temblores.” La arquitectura de la ciudad sufrió daños considerables y los habitantes fueron presa de pánico. Esa misma tarde para prote-
gerse de los seísmos que continuaron sin cesar, sus habitantes abandonaron sus habitaciones, los religiosos sus conventos y monasterios y en improvisados “ranchos” ocuparon plazas, plazuelas de las iglesias y solares en las afueras de la ciudad. El pánico se apoderó de sus habitantes. Fue una tarde de carreras, de angustia y una noche de vigilia, tal como le escribe la madre abadesa de las Capuchinas de Guatemala, Sor María Gertrudis a la de igual rango en Oaxaca-México. La aflixiòn se refleja en el contenido de la carta. (1) “…Ya que estábamos juntas las 28 no cesaba el señor Quintana (Hermano
Nueva Guatemala de la Asunción, 5 de marzo de 2011 Francisco enviado por su Ilma. para llevarnos al alfalfar de doña Manuela Foronda en la Calle Ancha) de contarnos y nosotras le preguntábamos a dónde nos llevaba y decía que a la plaza con su Ilma…” Las monjas Capuchinas eran de clausura, así que verse de pronto en la calle y en esas condiciones, tuvo que ser un momento de sorpresa y aflicción. “Allí topamos innumerable concurso de gente, todos gritando a un tiempo y pidiendo misericordia…En esa tribulación estábamos cuando vimos venir a las Madres Theresas con el Santísimo por delante, todos nos hincamos y la gritería creció más.” Los vecinos con muestras de angustia reflejadas en sus caras, abandonaban conturbados sus viviendas. Todo fue un ir y venir en busca de refugio para guarecerse porque la réplica de los seísmos se repetía a menudo. Fue una tarde de pánico y una noche de vigilia prolongada. “Amaneció –dice el escribano de cabildo José Manuel de Laparte- el día sereno, después de una noche funestísima y miedosa al oír los retumbos de la tierra y al sentir sus movimientos que no cesaron, afligiendo también la lluvia y con todo se congregaron en esta plaza mayor algunos individuos, en representación del cabildo y a vista del estrago tan enorme, se comenzaron a tomar cuantas providencias caben en lo posible…atendiendo este ayuntamiento a que los templos, conventos y monasterios están desmoronados y sus religiosos y religiosas fuera de los claustros…” (2) Antes solo sabíamos de cómo se viven esos momentos difíciles, por medio de aflictivas y emotivas narraciones, algunas un poco exageradas por el mismo estado de pánico que se vive y los efectos por fotografías. Pero quienes ya vivimos el seísmo del 2 de agosto de 1942* y el terremoto de gran magnitud del 4 de febrero y la réplica el 6 del mismo mes de 1976 ** y que causaron severos daños en la ciudad de Antigua Guatemala, sabemos por experiencia propia que el pánico y el miedo arropan a las personas al contemplar muertos, heridos y daños materiales a sus viviendas y edificios. Lo primero que se
piensa, en esos momentos turbulentos, es buscar y encontrar un sitio seguro. Eso mismo fue lo que sucedió inmediato al terremoto de Santa Marta. En la reunión celebrada el 4 de agosto de 1773 en el Rancho que servía de alojamiento a don Martín de Mayorga, “oidores, miembros del ayuntamiento, algunos del cabildo eclesiástico, arzobispo, jefes de renta etc. Se convino en efectuar el traslado provisional a la Ermita…” (3) Esta aprobación fue verbal por lo al día siguiente 5, hubo una nueva junta para formalizar al traslado de la ciudad. El 6 de septiembre de 1773, don Martín de Mayorga, abandonó la ciudad de Santiago y se trasladó al valle de la Ermita y las comisiones empezaron a realizar el estudio de varios valles entre ellos el de la Virgen como posible sede de la ciudad capital. (4) Quienes en principio estuvieron de acuerdo en el traslado de la ciudad al valle de la Virgen, ya serenos y después de una evaluación de los daños ocasionados por el terremoto y la réplica del 13 de diciembre del mismo año, cambiaron de parecer y contemplaron la posibilidad que la ciudad debía y podía ser reconstruida, como se hizo años después con templos, edificios y casas solariegas. El Arzobispo Mons. Pedro Cortés y Larraz, el Noble Ayuntamiento, el Claustro Universitario, Superiores de las Ordenes Religiosas y vecinos, sopesaron serenamente los daños y fueron de opinión que la ciudad si era posible reconstruirla. Los que se negaban a abandonar la ciudad, argumentaban que “…perderían los derechos adquiridos por razón de hipotecas y censos sobre sus propiedades… ” mientras que los que apoyaban el traslado, lo hacían porque “…sus bienes estaban fuertemente gravados, y al efectuarse la traslación, de hecho quedaban solventes…” (5). Así fue como nacieron dos bandos, los terronistas y los traslacionistas y éstos a su vez, se dividieron en rodeistas y virgenistas. Los que preferían el Rodeo como la nueva sede de la ciudad o los que preferían el valle de la Virgen que fue el que prevaleció. A raíz del terremoto y del traslado del Capitán Mayorga al valle de la Virgen, abolió de todo tratamiento y en documentos oficiales, el nombre de Santiago y llamó a la ciudad, solo con el nombre de Guatemala. Los Oidores que se ocuparon de estudiar el sitio adecuado para la traslación, siguieron el mismo tratamiento. No volvió a mencionarse ni a escribir el nombre de Santiago al referirse a la ciudad. El Noble Ayuntamiento jugó un papel importantísimo en tales circunstancias y desobedeciendo las atilas órdenes de Mayorga, mando a limpiar los caminos vecinales, reparar las taujías de las pilas públicas y procurar los alimentos necesarios para la subsistencia. Serenos los ánimos se hizo una evaluación de los daños y se comprobó que la ruina no era total y que si era posible su reconstrucción. Los
Suplemento Cultural 5 vecinos se resistieron al traslado. Ante tal actitud, la cólera del Capitán General no tardó en hacerse sentir y ordenó al Ayuntamiento que abandone “la ciudad arruinada”. La respuesta del Ayuntamiento es que “... debe de procederse con mayor prudencia en asunto de tanta gravedad, como es la traslación...”, mientras tanto envió a la Corona un extenso memorial donde explicó lo que realmente sucedió el 29 de julio y recalcó que “...no debía de ser abandonada la ciudad y para ayudar a su pobladores a reconstruir sus casas, solicitaban los alcaldes y capitulares, la exoneración, por veinte años del pago de de alcabalas.” A estas gestiones se sumó el Arzobispo Pedro Cortés y Larráz, quien también se negó al traslado. Porque él también vio posible la reconstrucción de la ciudad. Ante las terribles órdenes de Mayorga de no permitir la reconstrucción de ningún edificio real, municipal, religioso o de propiedad privada y remover los escombros de las calles, los hermanos de la Tercera Orden Franciscana, construyeron su capilla de bajareque en el atrio del templo franciscano. Hasta los Mayordomos de la Cofradía de Animas de San Sebastián, desobedecieron sus órdenes de extenderse más allá del compás de sus templos en las procesiones de Semana Santa y Mayorga ordenó su apresamiento y enviarlos de inmediato al nuevo asentamiento. El 24 de julio de 1774, se nombro oficialmente por primera vez, el nombre de antigua Guatemala a la “ciudad arruinada” como desde un principio la nombró Mayorga, que jamás, la llamó por nombre de Santiago. Lo que menos pensó Mayorga fue, en la resistencia a la que se iba a enfrentar y que a pesar de sus amenazas, no logró a cabalidad su objetivo, por la valentía y la decisión firme de sus habitantes de no abandonar su ciudad ni sus solares. Ante la negativa rebelde de obedecer sus órdenes, les mandó a cortar el suministro de agua y de alimentos. El Ayuntamiento tomó medidas precisas para que no faltara el pan. Las amas de casa no se rindieron y formaron su propia gastronomía con montes silvestres, raíces y flores, que hoy, son una delicia en la mesa antigüeña. Para que el lector se forme una idea completa de la difícil situación a la que los sometió Mayorga para forzar el traslado, vasta –por el momento- hacer referencia al mandato promulgado el 28 de junio de 1777, del que vamos a extraer lo esencial y que refleja hasta dónde fue capaz el odio que Mayorga le tuvo a la ciudad de Santiago. “...y no permitiendo...el que subsistan por más tiempo en aquel temible suelo, se ha servido resolver en fecha 22 de marzo corriente, que en el preciso término de un año, se concluya y finalice la traslación de la antigua Guatemala, y el desamparo total de dicho territorio, demoliendo las ruinas que se hallasen en pie después de cumplido el término de su Soberana Resolución...” continúa: “...que el Cabildo Eclesiástico, la Universidad, la Curia Eclesiástica, los Prelados y Comunidades de las Religiones, y los vecinos de autoridad, y conveniencias, se transfieran de la antigua Guatemala, o donde se hallaren, a la Nueva Ciudad, sin demora ni escusa, en el preciso y perentorio término de dos meses, que deben de contarse igualmente desde que llegue a noticia de todos...” Y acá viene lo bueno, el desahogo total y el mejor retrato que don Martín de Mayorga dejó para la historia
de la ciudad de Santiago de Guatemala. “...Por tanto: he resuelto declarar como por el presente declaro, que la población de Goathemala, debe quedar enteramente extinguida, y asolada, dentro del preciso término de un año contado desde la fecha de éste; cuyo tiempo prescribe para que sus avitantes y moradores, proporcionen los medios de establecerse en esta Capital, a excepción de aquellos que se consideren de conveniencias y autoridad, que deberán executarlo, dentro de dos meses contados desde el día que se les prevenga.” Y remata su atila decisión, con esta severa advertencia: “Y mando a todos los vecinos estantes, y avitantes de la antigua Guatemala que dentro del preciso, perentorio término de un año salgan de aquel proscrito suelo y se establezcan en esta Ciudad, o sus Arrabales, en la inteligencia cierta, que en no verificándose su establecimiento en esta Nueva a Capital dentro del citado término, se tomarán las providencias correspondientes, y executibas a su salida y total destrucción, y exterminio de aquel pueblo.” Firma Martín de Mayorga. (6) De esa forma, la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Santiago de Guatemala, quedó reducida en el espíritu y en la pluma de don Martín en: temible pueblo, arruinada ciudad y proscrito suelo. Con estas disposiciones, el fiel ejecutor de don Martín que lo fue don Fernando del Sobral, tuvo suficiente fuerza para ejecutarlas, pero no contó que sus habitantes fueron un sólido muro de contención. Es importante señalar que el 24 de julio de 1774 “…se registra en un documento oficial –por primera vez- el nombre de la antigua Guatemala.” (7) Ante la negativa de los vecinos de abandonar la ciudad de Santiago de Guatemala y Mayorga de que se reconstruya la ciudad de Guatemala como él la nombró, empezó a impartir órdenes terminantes y a usar calificativos despectivos. “la arruinada ciudad”, “proscrito suelo.”y ordenó el desmantelamiento de la ciudad, tanto de los centros educativos, , civiles, reales y religiosos. San Miguel de Capuchinas y la Merced, en la ciudad Capital, son dos ejemplos eviden-
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Nueva Guatemala de la Asunción, 5 de marzo de 2011 al trasladarse de la ciudad de antigua Guatemala, materiales y escombros entre los años de 1776 a 1782. El documento de varios folios, contiene una riquísima información detallada de ese traslado. “ Cuentas de los Gastos de la Traslación, materiales y escombros de la antigua Guatemala, durante los anños de 1776 a 1782. (14) “ de traslación 1776 No. 95 Contox maior de Goatema. Acompaña la Cuenta registros de traslacion correspte al anno de 76”. “ Senor: Habiendose glosado la Cuentas de gastos de translacion de la Nueba Ciudad, el respectibo al ano pasado, que presento el Pagador Dn. Manuel Galisteo, la dirijo as i despues de haber enterado en estas Reales Cajas los sesenta y un pesos siete rr. que leresultan de alcance.”
tes. Los conventos, monasterios e iglesias de la ciudad de Santiago de Guatemala, quedaron vacíos. El 7 de enero de 1775 se ordenó el descombramiento del Hospital de San Pedro “…para enviar al sitio donde será trasladada la ciudad, todo aquello que fuera utilizable.” (8) “El 16 de enero de 1775, el maestro mayor de obras, Bernardo Ramírez, inició, en el que fuera real palacio, la extracción de puertas, rejas, balcones, basas…para trasladar lo bueno que hubiere al nuevo asentamiento…” (9) “El 27 de enero de 1776, don Martín de Mayorga envíó una carta al alguacil mayor de corte de la audiencia, José Manuel Barroetea, para ordenarle que “proceda al traslado ‘de balconaje, vigas, clavazón, puertas, varillas, calzonete, piedras, lozas…” (10) “22 de septiembre de 1777. el maestro mayor de obras Bernardo Ramírez, fue comisionado para “…que pase a la antigua Guatemala y traslade rejas, ventanas, lozas, clavazón, chapas, vigas, viguetas, marcos de puertas a la Nueva Guatemala de la Asunción, para ser empleados en las casas consistoriales.” (11) “El 27 de sep. de 1777. Mayorga después de haber visitado el ex palacio de los capitanes generales, ordenó se proceda a “arrancar” puertas, ventanas, rejas, lozas, maderas, tapices, cañerías de agua corriente, búcaros, escudos y todo lo que pueda ser utilizable en la Nueva Guatemala de la Asunción. En esa misma visita dejó ordenado al justicia mayor Fernando del Sobral, quien dicho sea de paso fue fiel interprete de las despóticas ordenes de su jefe “…que si faltaba piedra en la Nueva capital, arrancara las piedras de las calles.” (12) También se ordenó el traslado de las pilastras de piedra del real palacio. La llegada el l 4 de abril de 1779 de don Matías de Gálvez en sustitución de don Martín de Mayorga -acérrimos enemigos por el Virreinato de Nueva España, no fue una panacea para la ciudad de antigua Guatemala. Al contrario, un azote más fuerte que su antecesor, pues le quiso demostrar que él si era capaz de realizar al completo la traslación y las órdenes de traslado y desmantelamiento fueron más severas que las de su antecesor. Su fiel ejecutor don Guillermo de Mancé, fue implacable pero el muro de contención de los vecinos fue más sólido. Juzgue el lector, hasta donde llegó la altanería del señor Mancé y qué fuera de sus habitantes y ciudad, si otros aconteci-
mientos no lo hubieran impedido. Mancé, le puso la guinda al pastel. “9 de junio de 1779..Por tanto: y para que una vez se verifique su total desolación, allándome para ello con órden superior, debía mandar y mando: que en término perentorio de veinte y dos dias...salga de este terrible suelo, todo seglar sin distinción de sexo o calidad ni jerarquía, pues deben comprenderse tanto hombres, como mujeres, principales y medianos, ricos y pobres, blancos pardos y negros, para cuyo día en que se cumpla el término a que se refiere, en que han de haber salido los seglares, deben de cerrarse las puertas de las casas de habitación y en el caso de encontrarse algún moroso irremisiblemente será remitido en partida, sin excepción de persona al presidio de la nueva capital, en el que existirán el tiempo que se gradúe bastante y compurgar su exceso y resistencia, debiendo estar advertidos de que no oiré a alguno que pretenda rehusarce al cumplimiento de lo que va dispuesto, antes si dará motivo para que en el acto mismo se presentarseme, lo remitiré al enunciado presidio.” (13) Veintidos días indiscutibles para el traslado, colmó el vaso y la resistencia fue contundente. Don Martín de Mayorga y su ejecutor Fernando del Sobral, don Matías de Gálvez y su ejecutor Guillermo de Mancé, son los cuatro jinetes de la apocalipsis de la modernidad en la ciudad de Santiago de Guatemala. Personajes nefastos que empañan la riquísima historia de la muy noble y leal ciudad de Santiago de Guatemala El desmantelamiento fue un segundo daño irreparable que sufrió la ciudad de Santiago de Guatemala, después el abandono de largos años y luego el los salitreros que a punta de piocha derribaron muros, con tal de obtener el salitre para la fabricación de pólvora y en poca medida para la gastronomía. El desmantelamiento es un tema no tratado aun con el rigor que merece, a pesar de los daños irreparables que ocasionó. Iglesias, conventos, monasterios, fábricas reales y del municipio, quedaron limpias sus paredes y habitaciones. La orden fue llevarse hasta las piedras si se requerían para el nuevo asentamiento. Por primera vez, doy a conocer en una apretada síntesis, el puntual registro de los gastos que ocasionó el desmantelamiento,
“Nuestro senorque s imuchos anos como deseo. Nueba Goathe-mala de la Asumpcion lo. de Noviembre 1777”. “Su fflO.S. Ramirez Illmo. Sr. don Herrera Galvez”. ******** “El contador maior de Goathemala con su ad .junta carta del lo. de Nov. del ano pasado Num. 95 acompana la Cuenta de Gastos de translacion correspondiente al ano 76 que presento el Pagador dn. Manuel Galisteo y la paso a V.S. y conocimiento del Rey para no— ticia de la Contaduria Gral. de su cargo, o que informe lo que se le ofreciere y pareciere. Dios que a US me al el Pasado. 8 de marzo de 1778. Jph de Glavez”. “Tribunal de Cuentas de Goathemala. Ano 1777. “Pliego de fenecimiento de las cuentas de la thesoreria de gastos de la translacion de la capital desde 16 de marzo de 1776 en que se establecio, hasta 31 de Diciembre del mismo”.Pagador General D. Manuel de Galisteo”. “En veinte de Octubre de mil setecientos, setenta y siete: en este tribunal, y Contaduria mayor de Cuentas, se vieron pasaron, y afenecieron, las de thesoreria de traslacion, y obras de la Nueba Ciudad dela Asumpcion que administro el Contador Pagador General Dn. Manuel de Galesteo, en los quatro Ramos o separaciones que comprehends, a saber: el de Real Haciencia, el del total de Alcabal as, el de Quarta parte della y el de los tres quartas partes restantes, desde diez y seis de Marzo de mil setecientos y seis en que se creo la Plaza de Pagador, hasta treinta y uno de Diciembre del mismo y segun la resduccion de toda la cantidad de Ciento treinta y siete mil ciento ochenta y siete pesos scs y medio rr. s y la data general de la de Ciento veinte ocho mil, ochocientos nobenta y siete pesos, cinco r y quartillos rr. por lo que quedaron de liquido alcanca a fabor de los quatro Ramos Ocho mil doscientos ochenta y nuebe pesos quatro y tres quartillos rr. pues aunque el enunciado Galisteo en la Relacion (paxada) de <viarle) de total abono, ciento veinte y ocho pesos quatro y tres quartillos rr. proviene esta diferencia deque dela data
del Ramo de Real Audiencia ban incluidos treinta pesos tres y medio rr pagados demas: de la total de Alcabalas veinte y queatro pesos quatro rr dela del Ramo de quarta parte, seis pesos siete y medio rr que todo importa sesenta y un pesos siete rr.s de los siguientes. “Goathemala. Cuenta de los escombros de la arruinada desde 1776 al 1784 y de 78 se inclusive con la de materiales éter.” No, 97. Acompañara la Cuenta de los escomgbros que se han aprobechado en la arruinada Ciudad en el año pasado.” “Presentada por el Guarda Materiales Francisco Geraldino. CUENTAS DE LOS FRAGMENTOS Y MATERIALES APROBECHABLES DE LAS REALES FABRICAS DE LA ARRUINADA GOATHEMALA. Puertas: 027 Ventanas: 027 Dhas con rejas de hierro: 004 Dhas con balaustres de madera: 004 Tercios de calzonete: 002 Chapuetes: 010 Losas: 081 Trozas de vigas y cuarterones: 402 Docenas de tablas: 122-1 Reglas de madera: 006 Tabloncillos: 008 Guardatorres: 054 Baranda de madera: 001 Fierro: 476 @ 17 1/2r Dn. Manuel de Arredondo comisionado de estas circunstancias. Se recibieron 12 de abril del 76: 8 puertas del Real Palacio y remite don Joseph Manuel Barroeta. 16/17 de abril: 24 tercios de calzonete de 6 arrovas cada uno perteneciente al Real Hospital de San Juan de Dios. 18 tercios item.; 23 de abril: 16/3 de varillas de seis arrovas cada uno, pertenecientes al Hosp.. de San Juan de Dios y enviados por Manuel Barrientos. 2 de marzo. 15/3 de varilla del Real Hospital de San Juan de Dios. 4 de marzo, 14 lozas pertenecientes al Real Palacio. 23 de de marzo: 101 arrovas de fierro del Real Palacio. 27 de marzo, puertas y ventanas del Real Palacio.” Se trasladaron: puertas, capiteles, lozas, varillas, ventanas, calzonete, plomo, tablas, vigas, balcón, barandas, clavos etc. Etc. Se llevaba un libro que servía de control de los escombros trasladados de la ciudad de antigua Guatemala al valle de la Virgen. Estas cuentas juradas, fueron presentadas ante el Tribunal de Cuentas de Guatemala y sufrieron la glosa y en su caso, se extendió el pliego de Reparos, previo a su aprobación. No quiero terminar este pequeño esbozo de la traslación de materiales y escombros de la ciudad de antigua Guatemala al nuevo asentamiento de la Nueva Guatemala de la Asunción, sin dejar de transcribir la honestidad con que fueron manejados los gastos, por su Contador don Manuel Galisteo, ejemplo de funcionario probo. “Y esta cuenta y Relación va fe u verdadera sin fraude alguno, salvo yerro de pluma, y otra equivocación inadvertida, y así lo juro por Nuestro Señor, y una señal de su Santa Cruz, y me obligo a pagar la pena del tres tanto más cualquier partida o partidas que se verifique haver ocultado en el Cargo o supuesto en la Data declarando que va cierta y así mismo puntual esta Relación formada en tres fojas útiles y todas rubricadas por mi. Real Contaduría de Translación, y Abril 8 de 1777. Manuel Galisteo.”