Suplemento Cultural 21-05-2011

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Una idea original de Rosauro Carmín Q.

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Guatemala, 21 de mayo de 2011

SÁBATO: NUNCA MÁS

Páginas 2 y 3

Efraín Recinos, tercera parte Página 7

Los Tigres del Norte presentan nuevo disco Página 6

Recomendaciones literarias Página 8


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Nueva Guatemala de la

Desde la portada

SÁBATO: NUNCA MÁS

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urante la década del 70 la Argentina fue convulsionada por un terror que provenía tanto desde la extrema derecha como de la extrema izquierda, fenómeno que ha ocurrido en muchos otros países. Así aconteció en Italia, que durante largos años debió sufrir la despiadada acción de las formaciones fascistas, de las Brigadas Rojas y de grupos similares. Pero esa nación no abandonó en ningún momento los principios del derecho para combatirlo, y lo hizo con absoluta eficacia, mediante los tribunales ordinarios, ofreciendo a los acusados todas las garantías de la defensa en juicio; y en ocasión del secuestro de Aldo Moro, cuando un miembro de los servicios de seguridad le propuso al General Della Chiesa torturar a un detenido que parecía saber mucho, le respondió con palabras memorables: «Italia puede permitirse perder a Aldo Moro. No, en cambio, implantar la tortura». No fue de esta manera en nuestro país: a los delitos de los terroristas, las Fuerzas Armadas respondieron con un terrorismo infinitamente peor que el combatido, porque desde el 24 de marzo de 1976 contaron con el poderío y la impunidad del Estado abso-

Ernesto Sábato, escritor argentino fallecido recientemente a los 99 años de edad, fue conocido como uno de los novelistas más importantes del siglo XX. Sin embargo, su producción más extensa fue en la rama del ensayo, faceta de la cual no se le exalta mucho. Además, Sábato fue un importante activista de derechos humanos en Argentina, acercándose a los movimientos populares. Tanto así, que participó en el informe “Nunca más”, sobre el esclarecimiento histórico de la guerra sucia en Argentina, y que inspiró a informes similares en Latinoamérica, como fue el caso de Guatemala. Transcribimos a continuación el prólogo de Sábato para este informe. POR ERNESTO SÁBATO

luto, secuestrando, torturando y asesinando a miles de seres humanos. Nuestra Comisión no fue instituída para juzgar, pues para eso están los jueces constitucionales, sino para indagar la suerte de los desaparecidos en el curso de estos años aciagos de la vida nacional. Pero, después de haber recibido varios miles de declaraciones y testimonios, de haber verificado o determinado la existencia de cientos de lugares clandestinos de detención y de acumular más de cincuenta mil páginas documentales, tenemos la certidumbre de que la dictadura militar produjo la más grande tragedia de nuestra historia, y la más salvaje. Y, si bien debemos esperar de la justicia la palabra definitiva, no podemos callar ante lo que hemos oído, leído y registrado; todo lo cual va mucho más allá de lo que pueda considerarse como delictivo para alcanzar la tenebrosa categoría de los crímenes de lesa humanidad. Con la técnica de la desaparición y sus consecuencias, todos los principios éticos que las grandes religiones y las más elevadas filosofías erigieron a lo largo de milenios de sufrimientos y calamidades fueron pisoteados y bárbaramente desconocidos. Son muchísimos los pronunciamientos sobre los sagrados derechos de la persona a través de la historia y, en nuestro tiempo, desde los que

consagró la Revolución Francesa hasta los estipulados en las Cartas Universales de Derechos Humanos y en las grandes encíclicas de este siglo. Todas las naciones civilizadas, incluyendo la nuestra propia, estatuyeron en sus constituciones garantías que jamás pueden suspenderse, ni aun en los más catastróficos estados de emergencia: el derecho a la vida, el derecho a la integridad personal, el derecho a proceso; el derecho a no sufrir condiciones inhumanas de detención, negación de la justicia o ejecución sumaria. De la enorme documentación recogida por nosotros se infiere que los derechos humanos fueron violados en forma orgánica y estatal por la represión de las Fuerzas Armadas. Y no violados de manera esporádica sino sistemática, de manera siempre la misma, con similares secuestros e idénticos tormentos en toda la extensión del territorio. ¿Cómo no atribuirlo a una metodología del terror planificada por los altos mandos? ¿Cómo podrían haber sido cometidos por perversos que actuaban por su sola cuenta bajo un régimen rigurosamente militar, con todos los poderes y medios de información que esto supone? ¿Cómo puede hablarse de «excesos individuales»? De nuestra información surge que esta tecnolo-

gía del infierno fue llevada a cabo por sádicos pero regimentados ejecutores. Si nuestras inferencias no bastaran, ahí están las palabras de despedida pronunciadas en la Junta Interamericana de Defensa por el jefe de la delegación argentina, General Santiago Omar Riveros, el 24 de enero de 1980: «Hicimos la guerra con la doctrina en la mano, con las órdenes escritas de los Comandos Superiores». Así, cuando ante el clamor universal por los horrores perpetrados, miembros de la Junta Militar deploraban los «excesos de la represión, inevitables en una guerra sucia», revelaban una hipócrita tentativa de descargar sobre subalternos independientes los espantos planificados. Los operativos de secuestro manifestaban la precisa organización, a veces en los lugares de trabajo de los señalados, otras en plena calle y a la luz del día, mediante procedimientos ostensibles de las fuerzas de seguridad que ordenaban «zona libre» a las comisarías correspondientes. Cuando la víctima era buscada de noche en su propia casa, comandos armados rodeaban la manzanas y entraban por la fuerza, aterrorizaban a padres y niños, a menudo amordazándolos y obligándolos a presenciar los hechos, se apoderaban de la persona buscada, la golpeaban brutalmente, la encapucha-


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ban y finalmente la arrastraban a los autos o camiones, mientras el resto de comando casi siempre destruía o robaba lo que era transportable. De ahí se partía hacia el antro en cuya puerta podía haber inscriptas las mismas palabras que Dante leyó en los portales del infierno: «Abandonad toda esperanza, los que entráis». De este modo, en nombre de la seguridad nacional, miles y miles de seres humanos, generalmente jóvenes y hasta adolescentes, pasaron a integrar una categoría tétrica y fantasmal: la de los Desaparecidos. Palabra - ¡triste privilegio argentino! - que hoy se escribe en castellano en toda la prensa del mundo. Arrebatados por la fuerza, dejaron de tener presencia civil. ¿Quiénes exactamente los habían secuestrado? ¿Por qué? ¿Dónde estaban? No se tenía respuesta precisa a estos interrogantes: las autoridades no habían oído hablar de ellos, las cárceles no los tenían en sus celdas, la justicia los desconocía y los habeas corpus sólo tenían por contestación el silencio. En torno de ellos crecía un ominoso silencio. Nunca un secuestrador arrestado, jamás un lugar de detención clandestino individualizado, nunca la noticia de una sanción a los culpables de los delitos. Así transcurrían días, semanas, meses, años de incertidumbres y dolor de padres, madres e hijos, todos pendientes de rumores, debatiéndose entre desesperadas expectativas, de gestiones innumerables e inútiles, de ruegos a influyentes, a oficiales de alguna fuerza armada que alguien les recomendaba, a obispos y capellanes, a comisarios. La respuesta era siempre negativa. En cuanto a la sociedad, iba arraigándose la idea de la desprotección, el oscuro temor de que cualquiera, por inocente que fuese, pudiese caer en aquella infinita caza de brujas, apoderándose de unos el miedo sobrecogedor y de otros una tendencia consciente o inconsciente a justificar el horror: «Por algo será», se murmuraba en voz baja, como queriendo así propiciar a los terribles e inescrutables dioses, mirando como apestados a los hijos o padres del desaparecido. Sentimientos sin embargo vacilantes, porque se sabía de tantos que habían sido tragados por aquel abismo sin fondo sin ser culpable de nada; porque la lucha contra los «subversivos», con la tendencia que tiene toda caza de brujas o de endemoniados, se había convertido en una represión demencialmente generalizada, porque el epíteto de subversivo tenía un alcance tan

vasto como imprevisible. En el delirio semántico, encabezado por calificaciones como «marxismo-leninismo», «apátridas» , «materialistas y ateos» , «enemigos de los valores occidentales y cristianos» , todo era posible: desde gente que propiciaba una revolución social hasta adolescentes sensibles que iban a villas-miseria para ayudar a sus moradores. Todos caían en la redada: dirigentes sindicales que luchaban por una simple mejora de salarios, muchachos que habían sido miembros de un centro estudiantil, periodistas que no eran adictos a la dictadura, psicólogos y sociólogos por pertenecer a profesiones sospechosas, jóvenes pacifistas, monjas y sacerdotes que habían llevado las enseñanzas de Cristo a barriadas miserables. Y amigos de cualquiera de ellos, y amigos de esos amigos, gente que había sido denunciada por venganza personal y por secuestrados bajo tortura. Todos, en su mayoría inocentes de terrorismo o siquiera de pertenecer a los cuadros combatientes de la guerrilla, porque éstos presentaban batalla y morían en el enfrentamiento o se suicidaban antes de entregarse, y pocos llegaban vivos a manos de los represores. Desde el momento del secuestro, la víctima perdía todos los derechos; privada de toda comunicación con el mundo exterior, confinada en lugares desconocidos, sometida a suplicios infernales, ignorante de su destino mediato o inmediato, susceptible de ser arrojada al río o al mar, con bloques de cemento en sus pies, o reducida a cenizas; seres que sin embargo no eran cosas, sino que conservaban atributos de la criatura humana: la sensibilidad para el tormento, la memoria de su madre o de su hijo o de su mujer, la infinita vergüenza por la violación en público; seres no sólo poseídos por esa infinita angustia y ese supremo pavor, sino, y quizás por eso mismo, guardando en algún rincón de su alma alguna descabellada esperanza. De estos desamparados, muchos de ellos apenas adolescentes, de estos abandonados por el mundo hemos podido constatar cerca de nueve mil. Pero tenemos todas las razones para suponer una cifra más alta, porque muchas familias vacilaron en denunciar los secuestros por temor a represalias. Y aun vacilan, por temor a un resurgimiento de estas fuerzas del mal. Con tristeza, con dolor hemos cumplido la misión que nos encomendó en su momento el Presidente Constitucional de la República. Esa

labor fue muy ardua, porque debimos recomponer un tenebrosos rompecabezas, después de muchos años de producidos los hechos, cuando se han borrado liberadamente todos los rastros, se ha quemado toda documentación y hasta se han demolido edificios. Hemos tenido que basarnos, pues, en las denuncias de los familiares, en las declaraciones de aquellos que pudieron salir del infierno y aun en los testimonios de represores que por oscuras motivaciones se acercaron a nosotros para decir lo que sabían. En el curso de nuestras indagaciones fuimos insultados y amenazados por los que cometieron los crímenes, quienes lejos de arrepentirse, vuelven a repetir las consabidas razones de «la guerra sucia» , de la salvación de la patria y de sus valores occidentales y cristianos, valores que precisamente fueron arrastrados por ellos entre los muros sangrientos de los antros de represión. Y nos acusan de no propiciar la reconciliación nacional, de activar los odios y resentimientos, de impedir el olvido. Pero no es así: no estamos movidos por el resentimiento ni por el espíritu de venganza; sólo pedimos la verdad y la justicia, tal como por otra parte las han pedido las iglesias de distintas confesiones, entendiendo que no podrá haber reconciliación sino después del arrepentimiento de los culpables y de una justicia que se fundamente en la verdad. Porque, si no, debería echarse por tierra la trascendente misión que el poder judicial tiene en toda comunidad civilizada. Verdad y justicia, por otra parte, que permitirán vivir con honor a los hombres de las fuerzas armadas que son

inocentes y que, de no procederse así, correrían el riesgo de ser ensuciados por una incriminación global e injusta. Verdad y justicia que permitirán a esas fuerzas considerarse como auténticas herederas de aquellos ejércitos que, con tanta heroicidad como pobreza, llevaron la libertad a medio continente. Se nos ha acusado, en fin, de denunciar sólo una parte de los hechos sangrientos que sufrió nuestra nación en los últimos tiempos, silenciando los que cometió el terrorismo que precedió a marzo de 1976, y hasta, de alguna manera, hacer de ellos una tortuosa exaltación. Por el contrario, nuestra Comisión ha repudiado siempre aquel terror, y lo repetimos una vez más en estas mismas páginas. Nuestra misión no era la de investigar sus crímenes sino estrictamente la suerte corrida por los desaparecidos, cualesquiera que fueran, proviniesen de uno o de otro lado de la violencia. Los familiares de las víctimas del terrorismo anterior no lo hicieron, seguramente, porque ese terror produjo muertes, no desaparecidos. Por lo demás el pueblo argentino ha podido escuchar y ver cantidad de programas televisivos, y leer infinidad de artículos en diarios y revistas, además de un libro entero publicado por el gobierno militar, que enumeraron, describieron y condenaron minuciosamente los hechos de aquel terrorismo. Las grandes calamidades son siempre aleccionadoras, y sin duda el más terrible drama que en toda su historia sufrió la Nación durante el periodo que duró la dictadura militar iniciada en marzo de 1976 servirá para hacernos comprender que únicamente la democracia es capaz de preservar a un pueblo de semejante horror, que sólo ella puede mantener y salvar los sagrados y esenciales derechos de la criatura humana. Únicamente así podremos estar seguros de que NUNCA MÁS en nuestra patria se repetirán hechos que nos han hecho trágicamente famosos en el mundo civilizado.


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Nueva Guatemala de la Asunción, 21 de mayo de 2011 Tómelo con filosofía

SIENTO, LUEGO EXISTO

Los sentimientos, bien utilizados, no dificultan la toma de decisiones, ni son impedimentos para nuestra felicidad, sino que al contrario constituyen la forma más idónea de progresar y crecer psicológicamente. Un estudio reciente de la Universidad de Harvard señala que, para tener éxito en la vida, es necesario un 85% de actitud y sólo un 15% de habilidad. POR ALEJANDRO ROCAMORA*

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FOTO LA HORA: INTERNET

Retrato del Doctor Gachet de Vincent van Gogh.

a psicología clásica consideraba a la persona como un ser constituido por partes: memoria, entendimiento y voluntad, insertado o encerrado (el alma se encuentra en la cárcel del cuerpo) en lo corpóreo. La salud estaría constituida por la armonía del cuerpo como cuerpo y la mente como mente. Si el equilibrio se rompe surgiría la enfermedad: del alma o del cuerpo. La gran aportación freudiana fue el descubrimiento del

inconsciente, y sobre todo, el mundo pulsional o afectivo. Los sentimientos no son algo yuxtapuesto al sujeto sino que constituyen su misma esencia. A través de ellos es como vamos constituyendo nuestra propia personalidad, al mismo tiempo que nos permiten relacionarnos con los demás. Spinoza decía que mientras la razón uniforma a unos y otros, los sentimientos distinguen a unos de los otros. Nos podemos distinguir por nuestros conocimientos y saberes, pero lo que de verdad nos distingue

a unos de los otros es la actitud que tomamos ante las cosas y lo que nos proporciona nuestro sello de identidad propio e irrepetible. Vivimos como si los sentimientos solamente fueran un lastre para desarrollarnos en la vida. Por esto se nos educa en el convencimiento de que, cuanto más fríos y calculadores seamos, más posibilidades de éxito tendremos. Pero en la historia de la humanidad, las grandes atrocidades se han cometido cuando se han mutilado los sentimientos y se ha hipertrofiado la razón.

El ser humano no es igual al sumatorio de facultades (pensamiento, voluntad, y emoción) sino que es “algo más”: una realidad que se organiza a partir de esos elementos, pero que constituye una nueva estructura: la mente humana. La inteligencia emocional es el ‘cemento’ que hace encajar todas las piezas del gran rompecabezas que es la mente humana. La inteligencia emocional entendida como “la capacidad de la persona para entender y percibir los sentimientos de forma apropiada y precisa para asimilarlos y comprenderlos de manera adecuada y para regular y modificar el estado de ánimo propio y de los demás”. Esta habilidad de la mente humana nos permite identificar nuestros sentimientos y los de los demás, utilizar las emociones de forma correcta, comprenderlas y conducirlas para conseguir el bienestar propio y ajeno. Podemos, pues, afirmar que los sentimientos, bien utilizados, no dificultan la toma de decisiones, ni son impedimentos para nuestra felicidad, sino que constituyen la forma más idónea de progresar y crecer psicológicamente. Si mutilamos los sentimientos, mutilamos la posibilidad de ser felices. Y nos referimos tanto a los sentimientos positivos como a los negativos, pues ambos contribuyen al desarrollo completo de la persona. La emoción y la razón son las dos mitades de un todo. Así, pues, en cada persona su cociente intelectual y su cociente emocional (su gradiente de inteligencia emocional) se suman para constituir una mente más creativa, más madura y en definitiva más eficaz. La inteligencia emocional es una capacidad que todo ser humano posee, pero que puede estar más o menos desarrollada. Esta facultad de la mente humana permite que no nos dejemos llevar por los impulsos, ni tampoco por las primeras impresiones, sino que seamos capaces de “razonar con sentimientos” sobre las decisiones a tomar. La razón y los sentimientos no son dos polos opuestos de nuestra actuación sino que se encuentran fusionados a través de la inteligencia emocional. Las emociones nos pueden ayudar a razonar de forma inteligente y tomar las decisiones correctas. Es decir, podemos corregir a Descartes y pasar del “pienso, luego existo”, al “pienso sintiendo, luego existo”. * Psiquiatra y miembro fundador del Teléfono de la Esperanza www.telefonodelaesperanza.org


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Colaboraciones: La Política y los valores

UNA APROXIMACIÓN DESDE LA PERSPECTIVA HUMANA

Desarrollar ciertos planteamientos sobre La Política y los Valores constituye desde su inicio un reto y un desafío, porque se puede plantear desde la vivencia, de la praxis y desde la teoría, es decir, desde el ser o deber ser y desde esa perspectiva se encamina la reflexión a uno de esos dos ámbitos. Sin duda hay mucho escrito sobre este tema, desde cada uno de los dos y desde ambos. Se tratará de conjugar las limitaciones y las posibilidades en la teoría y en la práctica.

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a primera aproximación sería el establecer algunos criterios y consideraciones respecto al qué y al cómo de los valores. Es decir, qué significado puede tener, eventualmente para el ser humano en común, y que significado puede tener para los especialistas, los que “piensan”, los educadores, los políticos, los filósofos, que son los menos y que de alguna manera pueden despertar la conciencia en la colectividad, y hacer de los valores, criterios de vida. Pero resulta cuesta arriba, si se toman en cuenta los contextos sociales y culturales, en plural, en los cuales se transita y se posibilita una realidad existencial concreta. Es decir, donde el hombre y la mujer viven su cotidianidad y están “expuestos” a debilidades permanentes que imposibilitan la práctica de los valores, que es, en última instancia el objetivo, la meta, las competencias, en términos de currículo nacional base, CNB, el objetivo que se desea alcanzar. Se parte de la premisa, que los Valores son abstracciones, son utopías, horizontes, muchas veces inalcanzables, sobre todo en ambientes poco o nada favorables para su práctica. Ello entonces supone un desarrollo, un proceso, una madurez y un expertís muy cuidadoso, profundo, sistemático y sobretodo de convencimiento personal, para librar batallas, muchas veces difíciles y complejas que lleven a esa práctica convincente y muchas veces hasta el límite de la razón humana para, ofrecer, mediante el ejemplo, el testimonio, la verdad y la renuncia a situaciones humanas e inhumanas, para acercarse a la experiencia vital de vivir los valores, como el conjunto de principios que norman la conducta humana, en fiel observancia de la dignidad de la persona en todas su dimensiones y posibilidades. Ello requiere de un sólido y profundo conocimiento del bien y del mal, de la conciencia de lo que es bueno y lo que es malo, de la práctica de la verdad hasta el límite de la propia vida. Jesucristo, Martin Luther Quin, Monseñor Romero, Monseñor Gerardi, Juan Pablo II. y de una actitud inclaudicable, frente a los antivalores que son los más fáciles,

POR RAÚL HERNÁNDEZ CHACÓN

los más cómodos y los más atractivos de las condiciones humanas. Reflexionar sobre estos escabrosos y delicados temas y establecer algunas constantes, desde la experiencia histórica de la humanidad, hasta el hoy y el aquí, así como proponer algunas directrices que orienten el alcance valorativo desde y en la práctica política, constituye el objetivo de este conjunto de aproximaciones, que deberán generar debate, discusión, oposición y contradicciones en los ámbitos de la reflexión consciente y responsable y en la práctica cotidiana de la condición humana de su existencia relacional, generacional y efímera, por tanto, de paso, de camino. EL SER HUMANO, SU EXISTENCIA Y SU ENTORNO: SER RELACIONAL Que es el hombre? ¿Qué es la mujer? Es la pregunta más común y más difícil de responder, de responderse así mismo, de responder a los otros. Es la pregunta de su ser y de su propia existencia. Es la pregunta que sólo el ser humano, por su condición natural se plantea como la interrogante más profunda, y cuya respuesta requiere un análisis y una interpretación serena, y objetiva, desde la subjetividad misma de su propia naturaleza tridimensional: biológica, psicológica y espiritual o trascendente. El ser humano es un ser biológico, su naturaleza lo constituye un conjunto de órganos y siste-

mas que, dotados de una maravillosa y armoniosa facultad para organizarse con perfección absoluta, desarrolla una actividad que se llama: vida. La vida es entonces el objeto y la razón de ser de ese individuo que llamamos mujer y hombre. Ciertas facultades inherentes a su condición humana, hacen de este ser una unidad biológica impresionante, que para los especialistas en biología constituye un verdadero milagro. Células, torrentes sanguíneos, hormonas, fibras nerviosas, una estructura ósea fenomenal, con increíble adaptación al medio circundante, hacen que este ser biológico se constituya en la perfección absoluta, en el universo. La naturaleza toda, se resume en el hombre y en mujer y el universo es así mismo, una expresión de micro y macro cosmos extraordinario. Hay un enorme camino recorrido hoy en el siglo XXI, que permite el conocimiento del funcionamiento de esta organización y estructura viviente, cambiante y extraordinaria, pero a la vez, hay un camino muy largo aún que recorrer, para conocer los enormes misterios del ser y del actuar de lo que llamamos Ser Humano. La biología, la embriología, dermatología, fisiología, y tantas otras ramas del conocimiento humano, aún no logran encontrar respuestas a condiciones humanas que se desconocen y que son retos para investigación científica. Pero también es un ser relacional, con espíritu, con alma, que se perfecciona en la medida que crece, que

cree y que aporta a su entorno. Es un ser humano que trabaja, que ejecuta acciones deliberadas, que constituye una familia, una comunidad, una nación, mediante acuerdos sociales formales y reales: acuerdos colectivos, constituciones políticas, que establecen normas de convivencia social y que desarrolla cultura. El Contrato Social de Juan Jacobo Rousseau. Enese sentido, el ser humano establece un código de valores, en muchas ocasiones derivado de una creencia religiosa, quizá mágica en principio, pero luego razonada y sustentada en una connotación que muchos le llaman fe. Tres ideas sobresalen: ciertos antecedentes del devenir histórico, demasiado simplista, un conjunto de características que se llamó modernidad, particularmente en el “desarrollo” industrial-tecnológico, en crisis y un nuevo pensamiento “postmoderno” de carácter fragmentario. Esto último llevó a la especialización a tal grado que se perdió la idea del ser humano interdisciplinario. Además es necesario puntualizar, en el devenir histórico reciente, para el caso guatemalteco, la reforma liberal de 1871, el período democrático 1944-54, el conflicto armado interno, un incipiente proceso democrático de 20 años, los acuerdos de paz y la actual coyuntura caracterizada por la presencia del narcotráfico, el crimen organizado, la crisis económica mundial y el fenómeno migratorio. Frente a esta “situación” política, que incluye un desprestigio y deterioro de institucional: Congreso Legislativo Nacional, Corte Suprema de Justicia, poder ejecutivo, Corte de Constitucionalidad, Tribunal Supremo Electoral y una sociedad seriamente afectada en sus dos instancias más significativas: la familia y la escuela, “En nuestra sociedad, es muy probable que aquel que opine con tino y justeza, tenga muy pocas oportunidades de ser entendido” (Chacón Douglas: formación Política Guatemala, 2006) Conclusión: La práctica de los valores, en una sociedad fragmentada, como la que hoy se vive en Guatemala, desde la política, es un desafío y un reto de los más difíciles y complejos.


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Caja musical

TIGRES DEL NORTE PRESENTAN DISCO ACÚSTICO

Jorge Hernández, vocalista de Los Tigres del Norte, dijo esta semana que si las autoridades censuran canciones, telenovelas o películas que abordan el tema de la violencia del narco en el país, también deberían crear de un diálogo con la sociedad civil para resolver los problemas en México.

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esafortunadamente el gobierno mexicano ha separado a la gente, el pueblo necesita saber que está cerca de éste. Los ciudadanos necesitamos más que palabras bonitas, queremos que nos tomen en cuenta. Ellos (las autoridades) nos empujan a no tener relación, así que mientras existan gobernantes con quienes no podamos comunicarnos, los problemas seguirán ahí”, dijo Hernández. En el transcurso de 40 años de carrera musical, Los Tigres del Norte han padecido la censura en algunas de sus canciones y esta se ha relacionado frecuentemente con sus llamados “narcocorridos”. “Yo canto mis canciones y la gente escucha. Los actores actúan y ahí está la escena. Según las autoridades, la censura está calificada, pero algunas veces ésta es errónea, así que creo debería haber un balance. Esas autoridades que prohíben las canciones, telenovelas o películas que, ellos consideran, exaltan a narcotraficantes, deberían hacer también una ley que justifique con razones válidas por qué no deben ser difundidas. Yo creo, que la realidad

POR NATALIA CANO

que se vive en México no se puede ocultar”, dijo Hernández. “Sí hay autoridades para que sancionen una canción o una telenovela, también debería haber autoridades para hacer un balance entre los seres humanos. Insisto, estamos muy separados del gobierno, es mentira que nos tomen en cuenta, no lo hemos vivido de hoy, lo hemos vivido de siempre”, agregó. Su tema “La reina del sur”, del 2002, fue retomado por el escritor español Arturo PérezReverte para el título de su novela homónima, aunque en realidad fue el popular corrido de Los Tigres “Contrabando y traición” el que inspiró al autor. Recientemente la obra fue adaptada para una telenovela en la cual la versión original de la canción, grabada por la banda de Rosa Morada en el estado de Sinaloa, no fue incluida. La producción de Telemundo utilizó una versión interpretada por la banda Los Cuates de Sinaloa. La telenovela, protagonizada por la actriz mexicana Kate del Castillo, se quedó sin usar algún tema de Los Tigres. Esta semana, la agrupación ganadora del Grammy y que cuenta con más de 30 álbumes grabados, viajará a la Ciudad de México para

presentar su nueva producción discográfica “Los Tigres del Norte and Friends: MTV Unplugged”, resultado del concierto acústico que grabaron en febrero pasado para la cadena MTV. El “unplugged” Los Tigres del Norte se estrenará mañana, 22 de mayo, a través de los canales de paga Tr3s: MTV, MTV España, Música y Más, MTV y VH1 Latinoamérica. La grabación se realizó en el Hollywood Palladium, en Los Ángeles, y en ella participaron la mexicana Paulina Rubio, el colombiano Juanes, los puertorriqueños de Calle 13, los argentinos Diego Torres y Andrés Calamaro, así como Zack de la Rocha del grupo Rage Against The Machine. De la Rocha reavivó sus raíces mexicanas para realizar una sentida versión de “Somos más americanos”. Hernández dijo que la relación con de la Rocha surgió a partir de la iniciativa que el rockero lanzó a través de su organización The Sound Strike, por la que diferentes figuras de la música, incluidos Los Tigres del Norte, se comprometieron a no presentarse en el Estado de Arizona como señal de protesta ante la ley migratoria SB1070. “Es una persona que ha luchado por todos los migrantes y por las injusticias que le suceden a nuestra gente en Estados Unidos, nosotros (Los Tigres del Norte) estamos en la misma lucha. Un amigo en común nos juntó precisamente con este antecedente, porque ambos estamos en esta lucha contra las injusticias, cada quien en su estilo pero por la misma causa”, dijo. El vocalista comentó que hay propuestas por parte de varios promotores en México y América Latina para una gira de “Los Tigres del Norte and Friends: MTV Unplugged”, y que se planea tener cada noche a uno o dos músicos invitados para el disco acompañándolos en sus recitales.


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Galería de artistas

EL ESTILO DE EFRAÍN RECINOS (III) POR JUAN B. JUÁREZ

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ese a que la obra de Efraín Recinos, sobre todo la arquitectónica y la muralística, tiene una acusada presencia en el entorno urbano de la ciudad de Guatemala y de que en general su pintura y escultura donde sea que se encuentren d e s p i e r t a n notoriamente el interés y la admiración del gran público, no existen a la fecha estudios serios sobre sus valores estéticos ni sobre la influencia que ejerce en el desarrollo del arte y la cultura guatemalteca; abundan, por el contrario, elogiosas notas escritas que se detienen en lo superficial y anecdótico, pero que registran -eso sí- la positiva actitud con que el público la recibe. Por otro lado, no deja de ser curioso que pese a ese interés y a esa admiración, el “estilo” de Recinos no haya creado “escuela” y no tenga seguidores como los tiene -o los tuvo-, por ejemplo, Elmar Rojas; a pesar, repito, de que aborda con frontal lucidez el tema central que de una u otra manera preocupa tradicionalmente a los artistas locales que quieren ser consecuentes con su entorno histórico, social y cultural. La razón tanto del interés y la admiración del público como de la indiferencia de los artistas y estudiosos del arte y la cultura ante la obra de Recinos, quizás habría que buscarla en lo que en estas notas he llamado el carácter mítico de su obra y la estructura alegórica de su lenguaje artístico. En el caso del lenguaje, se trata, por un lado, de formas y elementos formales que a todos nos resultan familiares aunque en un primer momento no podamos precisar el sentido que adquieren dentro del contexto -el discurso- artístico, sea éste pictórico, escultórico o arquitectónico; es decir, se trata de formas a las que no basta reconocer sino que exigen además ser interpretadas de acuerdo a un

código que tiene que ser descubierto (a través de un estudio serio y metódico) y que está, como en parte lo ha demostrado José Toledo, en la estructura psicobiológica -el estilo- del artista. Por otro lado, no es que esas formas y elementos formales sean inimitables en sí mismas o se agoten en su obra al extremo de que no puedan ser tomados por otros creadores como raíces para nuevas derivaciones significativas, sino que su “combinatoria” no obedece a una lógica racional como la que rige en la ciencia, sino a una “mítica” personal, esa sí, inimitable. Hemos dicho que la obra de Recinos no aborda el tema de la Cultura Guatemalteca sino que propiamente se levanta sobre él. Es decir, tal tema no representa para él un campo de indagaciones antropológicas en el que eventualmente sus investigaciones lo llevarían a determinar los rasgos esenciales de esa construcción histórica y social que llamamos nuestra cultura sino que da por sentada su existencia real y su presencia plena y tangible aunque quede señalado el conflicto (temporal y solucionable, por otro lado) de la identidad de los guatemaltecos con su cultura. Digamos que el artista no se pregunta sobre el ser de la Cultura Guatemalteca sino que responde, incluso antes de plantearse la pregunta, que esa cultura existe y esté presente y que por tanto puede incluso re-presentarse como la re-unión de todos sus signos y todos sus símbolos, trabajo que cumple su obra con admirable coherencia. Es un hecho conocido que el pensamiento mítico se expresa por medio de leyendas que, tomadas cada una por separado, pueden parecernos carentes de sentido pero que en su conjunto forman una estructura en torno a la cual cada cultura ordena el mundo social, natural y divino en que vive y que, a nivel inconsciente, rige como destino en la vida de los individuos y de la comunidad. Pues bien, cada obra de Recinos se presenta como una leyenda, como un fragmento de esa estructura originaria que ordena el Universo de la Cultura Guatemalteca considerada, en ese caso, como una entidad mítica que

existe tanto al exterior como en el inconsciente de los individuos guatemaltecos en un momento dado de la historia y que rige, tanto colectiva como individualmente como destino nacional. Así, la familiaridad formal que encontramos, por ejemplo, en sus personajes, que por otro lado encontramos al mismo tiempo tan extraños como extraterrestres, se debe a que pertenecen al universo mítico, a nuestro universo mítico, dentro del cual signifi can otra cosa, más esencial por cuanto están más cercanas a la esencia de la Cultura Guatemalteca míticamente construida. En el nivel mítico en que se desarrolla la obra de Efraín Recinos lo que predomina es la atmósfera y dentro de ella, la leyenda. Su obra, en efecto, es una narración de los hechos que protagoniza la Cultura Guatemalteca en escenarios que aluden a circunstancias reales, por ejemplo, el Teatro Nacional frente al Centro Cívico, o bien al ambiente urbano en sus versiones modernas, nocturnas, pobres o deterioradas que distorsiona a la Cultura y con ella a la imagen y a la conducta de los individuos. De allí, el aspecto visible y la actitud vital que adquieren los elementos significativos durante esos avatares por los que atraviesa esa mítica entidad que es la Cultura Guatemalteca dentro de la obra de Recinos: bélica, defensiva, cínica, imponente, deforme, orgullosa, desafiante, protectora, etc., y que marca la “estilización formal” que de acuerdo a su función narrativa nunca pierde su carácter gráfico y directo.


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Revista de libros

EL COLOSO DE MARUSI, DE HENRY MILLER

Epidauro era un centro de curación natural en el Peloponeso. El autor de Trópico de Cáncer escribe: “No hay para mí ningún misterio en la naturaleza de las curas que antiguamente se operaban en este gran centro terapéutico. Aquí el curado encuentra él mismo la curación… El paciente se curaba antes de empezar la cura”. Por J. C. Gª Fajardo*

I

r a pie a Epidauro es como caminar hacia la creación. No se busca nada más, no se pide nada más. Las palabras, si se pudieran pronunciar, se convertirían en

melodía… Tuve que ir a Epidauro para conocer el verdadero sentido de la paz… La paz del corazón es positiva e invencible, no exige condiciones, no requiere salvaguardias… Lo que el hombre quiere es paz para poder vivir… Lo que rige al mundo es el corazón, no el cerebro. Hemos vuelto la espalda al único reino donde se encierra la libertad. Sé cual es la salvación: abandonar, renunciar, rendirse, para que nuestro corazón pueda latir al unísono con el gran corazón del mundo… Ser libre es reconocer la vanidad de toda conquista, incluso la del yo, que es el último acto de egoísmo… La paz está en el centro y cuando se la toca, la voz brota en alabanzas y bendiciones. Y la voz va lejos, muy lejos, hasta los confines del universo. Y la voz, entonces, cura, porque lleva consigo la luz y el calor de la compasión. Epidauro no es más que un símbolo en el espacio; el lugar verdadero está en el

corazón del hombre, si quiere detenerse y buscarlo… Si se pudiera reunir en Epidauro a todos los médicos, cirujanos, psicoanalistas para debatir, en la paz y el silencio, las necesidades urgentes e inmediatas de la humanidad, la respuesta unánime no se haría esperar: revolución mundial, de arriba abajo, en todos los países, en todos los campos de la conciencia. El enemigo del hombre no son los microbios: es el hombre mismo, el orgullo, los prejuicios, la estupidez, la arrogancia. Es necesario que todos, individualmente, nos rebelemos contra una forma de vivir que no es la nuestra… La vida exige que se le dedique algo más: espíritu, alma, inteligencia, buena voluntad… Nada más que nuestro deseo de cambiarlo puede producir un mundo mejor y más justo. El hombre mata por miedo, y el miedo es una hidra de cien cabezas… ¿Quién ha puesto a los demonios en nuestro corazón para atormentarnos? El único medio de encontrar respuesta es ir a Epidauro; por eso os encarezco que dejéis todo y vayáis allí enseguida. * Centro de Colaboraciones Solidarias

Miller, Henry. “El Coloso de Marusi”. España: Seix Barral. Disponible bajo pedido en Sophos. Precio aproximado: Q50.

Amazon:

VENTA DE LIBROS

ELECTRÓNICOS SUPERA LA DE IMPRESOS

A

mazon.com informó esta semana que la venta de libros electrónicos ha superado la de los libros impresos, a cuatro años de haber iniciado la venta de aquéllos. Desde el 1 de abril, ha vendido 105 electrónicos por cada 100 libros impresos, incluyendo los impresos para los cuales no existe versión electrónica, dijo Amazon. La comparación excluye los libros electrónicos gratuitos. Los impresos incluyen tanto los de tapa dura como los encuadernados en rústica. Por otra parte, Amazon dijo que la versión más reciente y económica de Kindle, su aparato para la lectura de libros electrónicos, es la de mejor venta de la línea, cinco semanas después de su lanzamiento. Cuesta 114 dólares y muestra publicidad cuando está en stand-by.

Ciencia ficción,

EN SITIOS INESPERADOS

E

Por RAPHAEL G. SATTER

s ciencia-ficción, pero no de la forma usual. Un género normalmente asociado con extraterrestres siniestros y robots destructores está siendo mostrado a una nueva luz por la Biblioteca Británica, que emplea manuscritos del siglo XVII, literatura feminista e incluso un anuncio de bistec líquido para ilustrar las formas inesperadas en las que la cienciaficción ha influido nuestro mundo. Los organizadores de la exposición dijeron el jueves que uno de sus objetivos era mostrar que la ciencia-ficción no era solamente “La guerra de los mundos” o “20.000 leguas de viaje submarino”. “Es mucho, mucho más amplio”, dijo la co-curadora Katya Rogatchevskaia. “H.G. Wells y Jules Verne, son influencias fantásticas, pero se trata de un género muy diverso”. Es en reconocimiento a esa diversidad que se muestran prominentemente obras de escritores soviéticos, chinos y bengalíes, así como mujeres novelistas como Mary Shelley, la creadora de “Frankenstein”, y Jane Loudon, cuyo libro de 1827 “La momia” tiene lu-

gar en una Gran Bretaña futurista, con controles climáticos y casas alimentadas por energía de vapor. Existe una buena cantidad de literatura barata — novelas y cuentos cargados de acción y mujeres voluptuosas perseguidas por criaturas horribles — pero también hay material desconocido, tales como postales de 1914 que muestran un Moscú futurista dominado por trenes elevados, o una pieza satírica británica de 1820 en la que un enorme tubo al vacío transporta a personas y mercancía “directamente a Bengala”. Uno de los ejemplos más sorprendentes es un cuento del siglo II del italiano Lucian of Samosata, cuya narración tiene a un grupo de aventureros lanzados al aire por un remolino que los deposita en la Luna. La historia fue pensaba como una alusión a los cuentos exagerados de los viajeros, pero la Biblioteca Británica dice que es considerada por muchos como una de los primeros trabajos de ciencia-ficción en el mundo. ___ En la internet: http://www.bl.uk/sciencefiction


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