Suplemento Cultural 26-03-2011

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Suplemento Cultural Guatemala, 26 de marzo de 2011

Una idea original de Rosauro Carmín Q.

El Huerto de los Olivos Página 3

Jimmy Yes, bajo un cielo que no cobija Página 8

Juan Gabriel Vásquez, ganador del Premio Alfaguara

Las horas bajas de los Voladores de Papantla

Páginas 4 y 5

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ELIZABETH TAYLOR

El adiós a los Ojos Violeta

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Nueva Guatemala de la Asunción, 26 de marzo de 2011 Desde la portada

ADIÓS A LIZ, OJOS VIOLETA

Elizabeth Taylor, que murió el miércoles de esta semana a los 79 años, encarnó a la reina de Hollywood, una belleza de ojos violetas más conocida por su amor tormentoso con el actor galés Richard Burton y sus ocho matrimonios que por su desempeño como actriz, oficio que sin embargo le dio dos Oscar.

FOTO LA HORA: AFP PHOTO

Elizabeth Taylor y su entonces esposo Richard Burton, en foto de diciembre de 1962. En esta se puede observar todo el encanto que deslumbró la pantalla grande y que la convirtió en una leyenda del séptimo arte.

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aylor, cuyo nombre completo era Elizabeth Rosemond Taylor, había nacido el 27 de febrero de 1932 en Hampstead, Londres, de padres estadounidenses. En sus últimos años el rostro de “Una mujer marcada” fue titular por graves problemas de salud, y volvía a las páginas sociales en la temporada de premios de Hollywood cuando auspició con su amigo Elton John eventos pomposos para recaudar millones de dólares en favor de la investigación del sida. Su vida tuvo tanto drama como sus casi 50 papeles en el cine y fue lo que más despertó interés entre el público, que no se quiso perder ni un solo detalle de su vida amorosa y sus archiconocidas batallas contra el alcohol y las pastillas. La carrera de casi medio siglo de Taylor le trajo dos Oscar: el primero por “Butterfield 8” (Una mujer marcada, 1960), y el segundo por “¿Quién teme a Virginia Woolf” (1966), considerada su mejor obra. En 2004, a la mujer curvilínea de los años 1960, de sonrisa perfecta y ojazos de película, se le diagnosticó una insuficiencia cardiaca congestiva, una patología que impide al corazón bombear suficiente sangre oxigenada para satisfacer las necesidades de los

demás órganos del cuerpo, lo que genera una sensación extraordinaria de fatiga. Fue esta misma dolencia la que aceleró su muerte a los 79 años. Taylor murió en el Hospital Cedars Sinai de Los Ángeles, en el que había sido ingresada a mediados de febrero, rodeada de sus hijos Michael Wilding, Christopher Wilding, Liza Todd, y Maria Burton. Además, le sobrevivieron diez nietos y cuatro bisnietos. La salud de la actriz venía siendo objeto de intensa especulación. La protagonista de “Cleopatra” (1963) fue operada de un tumor en el cerebro en 1997 y en 2006 negó en televisión que sufriera la enfermedad de Alzheimer. Pese a realizar pocas apariciones públicas, fue una de las pocas estrellas en asistir al funeral de su amigo y cantante Michael Jackson en septiembre de 2009, periodo durante el cual empezó a usar una cuenta en Twitter para expresar reflexiones sobre el ídolo pop y mantener informados a sus fanáticos seguidores sobre sus recaídas médicas. En octubre de ese mismo año, Taylor fue operada del corazón tras una seguidilla de problemas de salud que le habían dificultado incluso caminar. “Mi cuerpo es un desastre. Si lo miras en el espejo es completamente cóncavo. Me he convertido

en una de esas pobres mujeres que se tuercen a los lados”, aseguró a la revista W en 2004. En abril de 2010, el rumor de que Taylor se había casado por novena vez con Jason Winters, representante de Janet Jackson, corrió como la pólvora en Hollywood. Una vez más, la veterana de ojos violeta se sirvió de la red social para negar su supuesto matrimonio: “Los rumores sobre mi compromiso de boda son simplemente falsos”, afirmó la mujer que hasta sus últimas entrevistas se refirió a Richard Burton como su alma gemela. Cuando en 2004 fue consultada si le temía a la muerte, la actriz, que en dos oportunidades casi muere de neumonía, aseguró sin vacilar: “No, realmente no”. “La gente debe pensar ‘¡Mi Dios!, ¿aún sigue viva?’”, bromeó. “Pero hay una cierta resistencia en mí que hace que siga luchando”, añadió. Taylor, acostumbrada a dar qué hablar por sus tórridos romances, vivía casi a solas en su mansión del exclusivo barrio de Bel Air, en Los Ángeles. “He aprendido a estar sola. Estar sin pareja no significa estar sola. Tengo grandes amigos, e hijos y nietos. Y muchos recuerdos maravillosos”, comentó Taylor, que se casó ocho veces, dos de ellas con Burton. Al ser interrogada sobre sus periodos más felices, la actriz señaló que hubo dos: los años compartidos con su segundo marido, el productor Michael Todd (“La vuelta al mundo en 80 días”), de quien enviudó en 1958, y luego con Burton, cuyo idilio estuvo marcado por dos casamientos, el primero en 1964 que duró 10 años, y el segundo en 1975, que duró un año. “Creí que nunca me recuperaría, ninguna de las dos veces”, aseguró.

FOTO LA HORA: AFP GABRIEL BOUYS

Una escultura de cera de Taylor, en su personificación en “Cleopatra”, una de sus películas más recordadas.

FOTO LA HORA: AFP GABRIEL BOUYS

Su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.


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os cuatro evangelistas bres músicos –entre ellos- Mónico coinciden en describir de León, amenizaban la velación este momento en forma con la interpretación de áreas clásisimilar. “Llegó Jesús cas. El Padre Eugenio Novi –comcon ellos a una propiepositor y autor de célebres piezas dad llamada Getsemaní. Dijo a sus musicales- obsequiaba con caradiscípulos `siéntense aquí, mienmelos a las señoritas del coro de la tras yo voy más allá a orar.” Oculto Escuela de Cristo y muchas de sus entre los milenarios olivos, Jesús obras fueron interpretadas en las hincó las rodillas a tierra y hundió velaciones. la cabeza entre sus manos. Un rayo En los inicios de mil noveciende luna lo bañó de luz. Su cuerpo tos, el Huerto familiar pasó a la igledesfallecía mientras decía: “Padre, sia. Se elaboraba al centro del crusi es posible, aleja de mí esta copa. cero. Sobre una alfombra de chilca Pero, no se cumpla mi voluntad o trébol, se colocaron en bandejas sino la tuya.” El sudor se transforespeciales frutas y verduras que Estampas Pasionarias mó en sangre y varias gotas cayelos vecinos obsequiaban. Brotes de ron al suelo, mientras un ángel del maíz, cebada y cruces de chan. Vacielo lo tomó en sus brazos para rios floreros y candelabros y en pefortalecerlo. queños taburetes, jaulas de canarios, Los discípulos no velaron sino cenzontles, pito reales y guardabase durmieron. Era medianoche, rrancos que daba en préstamo don cuando Judas guió a Malco para Manuel Hurtarte y don Isidoro Alapresarlo. Judas le estampó un varez ofrecía peceras con mojarras beso y Jesús les dijo: “¿A quién rojas. La nave central se cubría con buscáis? –A Jesús el Nazareno. cortinajes de color morado o negro Ese soy yo. Malco le ató las manos y en las orillas de cada forma, se con una cuerda y a golpes y empuadornaba de canutillos dorados. Ese jones lo llevó a casa de Anás. trabajo lo realizaban artistas anóLos olivos fueron testigos de nimos que, cada año cambiaban la estas dos escenas y nueve olivos forma de colocar los lienzos. de ese tiempo, aun están de pie. El Viernes de Dolores fue dediDe su fruto la aceituna, se extrae cado a la Sma. Virgen de Dolores el aceite de oliva que, en el cristia- FOTO LA HORA: CORTESÍA KAREN DEL CARMEN AGUILAR de El Calvario, llamada por la devonismo es uno de los cuatro símbo- Viejos olivos que en nuestros días se pueden apreciar en el Huerto de Getsemaní. ción antigüeña: “La Reina del Penlos importantes junto con el pan, sativo”. Los sastres –en sus talleres el vino y el agua. Ya en el Éxodo, de trabajo- le dedicaron un Huerto el Señor le dijo a Moisés: “Toma especial. En un cuadro grande se aromas escogidos. De mirra pura, lucía la imagen de la Virgen de Doquinientos ciclos; de cinamomo, lores y cada quien se esmeró en que doscientos cincuenta; de caña aroel suyo fuera mejor. Sobresalía el mática, doscientos cincuenta; de del taller de don Luis García donde canela, quinientos, en siclos del laboraban varios operarios. Estaba santuario, y un sextario de aceite a la vista de los transeúntes y cada de oliva. Preparas con ello el óleo taller olía a corozo, a cera pura y para la unción sagrada, perfume a incienso. Esa tradición se perdió aromático como lo prepara el percon el paso del tiempo. Las procesiones de luces en el amane- forraba con tela morada o roja. A lo largo y fumista. Con él ungirás la Tienda de las Ci- cer del Viernes Santo, sí se realizaron. Los ancho de la base, se extendía chilca o trébol Hoy en día es diferente. Allá en la détas y el Arca del Testimonio, la mesa con indígenas de la Candelaria, sacaban en pro- cortado en trocitos. Al centro se colocaba cada de los cincuenta, los devotos de Jesús todos sus vasos, el candelabro con todos sus cesión a su Jesús Nazareno con la Cruz a –de preferencia- la imagen de Jesús Naza- Nazareno de la Merced, sustituyeron la alutensilios, el altar del incienso, el altar de los Cuestas, a la reno enmarca- fombra de chilca o trébol por una artística holocaustos con todos sus utensilios y la pila segunda hora do. A los lados, alfombra de serrín teñido y se agregaron al con su base. Así los consagrarás y serán co- del Jueves Sansendos flore- Huerto, cocos, melones, sandías, melocosas muy santas.” (Éxodo 30: 22-38) to y a las tres ros con flo- tones, naranjas, cañas de azúcar, sin faltar El aceite de oliva virgen es el preferido. de la mañana lo res de dolores las canoas abiertas de corozo que con su Su pureza es por ser la primera montura en hacían los de la y candelabros aroma, se impregna el ambiente y se respira la almazara sin ningún agregado. Puro, sali- Cofradía de Jecon candelas el ambiente propio de la Cuaresma y Sedo de las prensas. Con aceite de oliva se un- sús Nazareno de de cera pura. mana Santa. gen las manos del sacerdote para dotarlo de la Merced con El Domingo de Ramos, era costumbre Al centro, una autoridad. Se aplica en los bautismos para su procesión bandeja con las que las Hermandades de Pasión, obsequiaabrirle las puertas del Cristianismo y bajo el que llamaron de mejores fru- ran a los fieles, ramos hechos de palma y nombre de “Los Santos Oleos” se despide “Nazarenos”. tas y verduras ramas de laurel, que bendecidos, colocaban al ser humano a su paso por este mundo. El Las dos, iban adornadas con después atrás de la puertas para evitar los aceite de oliva se conservaba en ánforas o en alumbradas por los símbolos daños que ocasionara la tempestad y las hola “Ampolla Sagrada” que un ángel del cielo cirios que portapasionarios en jas de laurel las usaban para sus guisos. trajo para el bautismo del rey Clodoveo. El Huerto de mejor lucimiento y con toban sus devotos papel dorado. El olivo simboliza la paz. La paloma y como acomEn el entorno, das las ofrendas posibles, fue el de Catedral. que retornó al Arca de Noé, trajo en su pico pañante espese colocaban El Monumento abarcaba el altar mayor y una rama de olivo. De lejanas tradiciones, cial en la probrotes de maíz al pie se elaboraba el Huerto. El Sacristán el olivo desempeña varias funciones en la cesión de “Nay cebada sem- Julio Rodríguez, invitaba con antelación a Semana Santa de Sevilla, donde es un ele- zarenos”, iba el brados en botes los feligreses y amigos a que contribuyeran mento esencial de su liturgia. El Domingo Hermano Pede sardinas o al Huerto y nadie se negó. Llegaron abunde Ramos se reparten en las iglesias, ramas dro, cargado de recipientes ova- dantes candelas de cera de una libra, flores a de olivo y sendos árboles no faltan en los pesado madero lados de maca- cuales mejores, frutas, verduras y brotes de pasos: La entrada triunfal a Jerusalén o de la de las mismas relas forrados maíz, cebada, cruces de chan y canoas de Borriquita, principalmente el de la Oración dimensiones de con papel mo- corozo. El sacristán fue un artista altarero en el Huerto de los Olivos, El beso de Judas la que cargó Jerado. También, con muchos años de experiencia y el Huerto y el Prendimiento. sús en la Vía cruces con bro- excepcional se lució. Sus ayudantas fueron Antiguamente en Andalucía, se ofrecía Sacra. tes de chan y Matilde Torres y su hija Yolanda, dueñas de al forastero o convidado, un plato de aceiMucho tiemsueltos, ramos la Tipografía Torres. Entonces, los Oficios tunas en señal de hospitalidad. El olivo, la po después de de corozo que se iniciaban a las seis de la mañana y termiaceituna y el aceite, ocupan lugar especial los terremotos de inmediato naban dos horas después. Así que el Monuel Domingo de Ramos y especialmente el de Santa Marta, esparcían su mento estaba expuesto a los fieles, durante Jueves Santo en el Triduo de la Pasión. Am- cuando los ve- FOTO LA HORA: MARIO GILBERTO GONZÁLEZ R. aroma en toda el día Jueves Santo hasta la media noche. plios campos sevillanos, están sembrados cinos de la ciu- Un huerto de velación en La Antigua Guatemala. A falta de un Huerto de los Olivos natula casa. de olivos. Por eso, Sevilla, sí tiene su huerto dad de Antigua Al medio- ral en la ciudad de Antigua Guatemala, los de los olivos. Guatemala, redía, se quema- devotos antigüeños crearon el suyo de maEn el trasvase sevillano de la Semana tomaron su culto perdido y de nuevo la Se- ba suficiente y aromático incienso y la fami- nera diferente y lo transformaron en ofrenSanta por los franciscanos, no encontraron mana Santa volvió a ser un acontecimiento lia al completo se hincaba a rezar. da. Está formado por elementos propios en el valle de Almolonga ni en el de Pan- pasional propio de la ciudad, se tomaron los Para las velaciones de Jesús Nazareno del medio y como este aporte original a las choy, los elementos propios que sí tiene elementos propios del lugar, para sustituir de la Merced y del Señor Sepultado de la celebraciones de Cuaresma y Semana SanSevilla y desde entonces, la Semana San- aquellos que se carecían. El Huerto de los Escuela de Cristo, el Lunes y el Miércoles ta, hay otros elementos que la distinguen ta en la ciudad de Santiago de Guatemala, Olivos fue ingeniosamente sustituido. Santo, se colocaba a la imagen en un trono y y hacen única la Semana Santa de Antigua empezó a nutrirse de nuevos elementos que El Huerto, nació en el hogar antigüeño. a su alrededor se encendías numerosas velas Guatemala, por lo que sólo admite un adjesustituyeran a los que no existían. Cada Viernes de Cuaresma, una mesa se para alumbrar. Orquestas dirigidas por céle- tivo: Semana Santa Antigüeña.

EL HUERTO DE LOS OLIVOS

La noche estaba oscura. La luna se escondía entre negros nubarrones. Terminada la cena, Jesús junto con sus discípulos, abandonó el cenáculo y se encaminó al Huerto de Getsemaní al pie del Monte de los Olivos. Es aquí, donde se inicia el camino de sangre. Por Mario Gilberto González R.


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En primera persona

JUAN GABRIEL VÁSQUEZ:

“ESCRIBIMOS PORQUE LA REAL NOS PARECE IMPERFECTA”

El colombiano Juan Gabriel Vásquez (Bogotá, 1973)ganó esta semana el Premio Alfaguara de novela, u tigiosos de la literatura en español, dotado con 175 mil dólares, con “El ruido de las cosas al caer”, so caos de su país en los últimos años. POR RITA DE MAESENEER Y JASPER VERVAEK

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a novela está “ambientada en la Colombia contemporánea” y “narra el viaje de un hombre que busca en el pasado una explicación de su situación y la de su país”, explicó ante la prensa en Madrid el presidente del jurado, el escritor vasco Bernardo Atxaga. Es una historia “conmovedora sobre el amor y superación del miedo” y “recrea una atmósfera original y atractiva”, “un espacio propio habitado por personajes que acompañarán durante mucho tiempo al lector”, destacó. Vásquez nunca ha ocultado que cuando en 1996 viajó de Colombia a París, soñaba con perseguir el mito de los autores del boom. Confiesa el autor que al cabo de tres años en la capital francesa y uno en las Ardenas belgas, esa misma ambición inconmensurable influyó en su decisión de radicarse en Barcelona. Desde entonces Vásquez se ha ido convirtiendo en una de las figuras más emblemáticas de una nueva generación de escritores iberoamericanos. - Pregunta: Para referirse a su situación de escritor latinoamericano residente en el extranjero, en su libro de ensayos propone la noción de ‘literatura de inquilinos’. ¿Puede comentar cómo ve este concepto? - Respuesta: La idea surgió por mi cansancio ante otros conceptos usados en nuestros países para definir a los que escriben desde fuera. Los latinoamericanos hemos tenido que enfrentarnos mucho a la idea de la literatura del exilio o de la diáspora. Son ambas palabras con unas connotaciones que me incomodan mucho. Yo no soy un exiliado político: puedo volver a mi país cada vez que quiero. De hecho, me alimento de ese contacto anual con Colombia para escribir mis ficciones. Cargar con esa definición de literatura del exilio me parecía robar algo que no me pertenecía, porque tengo amigos,

compañeros novelistas, que sí están en la situación de no poder volver a sus países. En una especie de búsqueda para hablar de la experiencia del escritor expatriado me encontré con que V.S. Naipaul había usado el arcaísmo inglés inquiline. Entre sus definiciones algunos diccionarios incluyen una que es muy simple: ‘el animal que vive en el lugar de otro’. Es lo que yo soy: alguien que por razones de conveniencia intelectual, emocional, moral, ha decidido establecer una distancia con el lugar de donde viene, con el hogar, la única certeza, como dice el poema de T.S. Eliot. Mi idea era que estando fuera de mi país la escritura se haría realidad con menos resistencias y mayores elementos de juicio, y aprovechando una mayor contaminación. Desde luego es algo que no hemos inventado ni yo ni mi generación, ni tampoco los del boom, que eran todos novelistas expatriados: Cortázar, García Márquez, Vargas Llosa y Fuentes escribieron sus grandes novelas fuera de sus países. Parece estar en la raíz de una cierta metafísica del escritor latinoamericano. - P.: ¿Hasta qué punto esta misma tradición latinoamericana explica su paso por París? -R.: En París no sólo se habían escrito algunas de las grandes novelas latinoamericanas, como La casa verde o Rayuela, sino también algunas de las novelas en lengua inglesa que más me han marcado, en particular el Ulysses de Joyce. La ciudad está en mi mitología personal desde que comencé a leer de manera seria e instrumental –los escritores solemos leer sobre todo lo que nos puede enseñar a resolver un problema, lo que nos puede dar una respuesta técnica–. París era un lugar de acogida de varias literaturas, entre las cuales están la de la generación perdida −Hemingway, Fitzgerald− y, por supuesto, la latinoamericana. De hecho esa relación entre París y la literatura latinoamericana ya se produce en 1904-1905 con la lle-

gada de Rubén Darío. Luego, como es sabido, Darío entró en tensión con esa ciudad: había ido allí para que ese ombligo del mundo poético le diera la carta de identidad como poeta. Pero se encontró con que, por ejemplo, Valéry Larbaud, en un texto muy bonito por lo demás, le recriminó que se dedicara a escribir poemas sobre los boulevards de París, mientras lo que quieren leer es la selva, la pampa, las montañas, la Latinoamérica exótica. Esta tensión entre Europa y los latinoamericanos siempre ha existido y la viví. Tanto esto como el darme cuenta de mis pocas posibilidades como novelista −estaba todavía terriblemente inmaduro en ese momento− contribuyó a que yo también pasara por un desencanto de París y decidiera buscar otro lugar de residencia. Desde entonces he tenido una especie de reconciliación con París y ahora estamos en una luna de miel un poco rara, porque he vuelto con frecuencia, encontrando sin problemas, ahora sí, todas esas cosas que fui buscando originalmente. - P.: Después vivió once meses en las Ardenas belgas, la ‘Bélgica profunda’. ¿Qué imagen se ha llevado de allí? - R.: Una imagen que me hizo dedicarle más de la mitad de un libro de ficción [Los amantes de Todos los Santos]. Ese año que pasé en una casa en medio de las colinas de las Ardenas, fue probablemente el más importante de mi vida como escritor. Llegué allí porque quería irme de París, pero no quería volver a Colombia. En un estado de absoluta desorientación personal, fui acogido en Bélgica por una pareja mayor, unos muy buenos amigos. Me permitieron quedarme en su casa en las Ardenas mientras resolvía mi situación mental. Allí traté de compenetrarme lo más posible con una forma de vida muy distinta de lo que yo había vivido: salir de cacería, trabajar con caballos. Fue un mundo que me resultaba abso-

lutamente extraño, en el cual pude vivir con una impunidad total, pues allí no había nadie que me mirara. Fue un año de no estar en el mundo, de vivir en una especie de utopía un poco rara. Durante este tiempo comprendí muchas cosas del tipo de escritor que quería ser, a quién quería parecerme. Fue un año en el ‘desierto’, un año para descubrirme a mí mismo, según el cliché filosófico. - P.: La siguiente etapa y la última, por ahora, ha sido Barcelona. ¿A qué se debe esta elección? -R.: Analizando estos movimientos de una manera un poco sicoanalítica y autoflagelante, tienen mucho que ver con un afán de ponerme en dificultades gratuitas. Cuando decidí salir de mi país, no fui a los lugares cuya lengua hablaba o cuya cultura había conocido por mi educación. Al llegar a París no hablaba francés y no conocía absolutamente a nadie. Asimismo, en Barcelona sólo conocía a una persona, el escritor Enrique de Hériz. Escogí la ciudad simplemente porque quería postergar mi regreso a Colombia de la mejor manera posible. Pensé −tal vez con una noción de la vida ya más práctica− que la calidad de las editoriales y la crítica literaria sobre la literatura latinoamericana podía hacer que Barcelona fuera un destino para mí. Probablemente, si en los años sesenta Vargas Llosa, García Márquez, Donoso y Bryce Echenique no hubiesen escogido Barcelona sino Madrid, habría acabado en la capital. Aunque evidentemente la literatura latinoamericana ha cambiado mucho, hay muchos lugares del mundo donde se siguen exigiendo las mariposas amarillas, las mujeres hermosas que vuelan por los aires, o la novela del dictador, todos esos maravillosos hallazgos de la generación del boom que se convirtieron, precisamente por lo maravillosos, en clichés. Pero Barcelona no es uno de esos lugares. La lectura de la literatura latinoamericana en

España, en general, y en Barcelona, en particular, ha evolucionado mucho. Es un placer sentir que, con mis tres libros escritos en Barcelona, he podido colaborar un poco en este cambio de perspectiva, de lo que es o no es, o debe ser o no debe ser la literatura latinoamericana. - P.: También escribe frecuentemente en periódicos tanto españoles como colombianos. ¿Cómo concibe esa labor periodística? - R.: Tiene dos vertientes. Por un lado, soy periodista cultural. Me gusta participar en el debate literario de la actualidad escribiendo reseñas en los suplementos de los diarios. Creo que, si se practica con cierto cariño y cierta generosidad, la reseña puede ser una muy menuda obra de arte. Esto está más en la tradición anglosajona de escritorescríticos como John Updike o Martin Amis. Como dice Amis, reseñar los libros de los contemporáneos es la mejor manera de crear un buen ambiente para la recepción de la propia literatura, de sembrar un territorio donde ésa tenga alguna cabida. En este sentido a veces somos groseros proselitistas de la propia obra. Sin embargo, la reseña también es un ejercicio de altruismo y creo que por eso no la practican todos los escritores: es difícil dedicar un tiempo y una concentración sostenidos a un libro de otro. Por otro lado, soy columnista, opinador profesional. Me permite tratar cosas de las que no se ocupa mi ficción y contribuir de alguna manera al debate político en Colombia. Intercalo entre las columnas políticas columnas sobre cultura, en las que hablo de libros que en Colombia no necesariamente se conozcan. En el aspecto político, el trabajo del columnista es absolutamente distinto de la labor del novelista. El novelista escribe para averiguar, desde la ignorancia. Un columnista escribe porque cree que sabe algo y quiere compartirlo. Sentir una vez por semana que sé algo es muy agradable, es el único


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LIDAD

uno de los más presobre la violencia y el KE momento de certidumbre que tengo. A este respecto, estar fuera es un handicap muy brutal, porque no dispongo de toda la información necesaria. Por otra parte, el gran columnista colombiano Antonio Caballero, una especie de conciencia moral del país, vivió en Madrid durante veinte años y fueron años en los que nadie estaba tan enterado de la política bogotana como él. Así que, pese a las dificultades, no es imposible. Además, creo que todas las sociedades tienen una especie de inercia del pensamiento que arrastra a la gente de dentro. Un novelista norteamericano que admiro mucho, Edgar Doctorow, dice que EE.UU. es una sociedad ideológica, pero que los que están dentro no se dan cuenta, porque comparten todos la misma ideología. Se puede aplicar a todos los países: existe una especie de pensamiento predominante y siempre es necesario alguien que esté fuera y que lleve la contraria, aunque se equivoque. -P.: ¿Qué nos puede comentar sobre su ensayística? - R.: Ante todo, los ensayos recogidos en El arte de la distorsión son una confesión de incertidumbre: al igual que en mis novelas, en mis ensayos escribo sobre lo que desconozco, sobre las dudas que tengo. Y, como sospecho le sucede a todo novelista, mis dudas sobre el arte de la novela son cada vez mayores. ¿Por qué escribimos novelas? ¿Para qué las leemos? ¿Cuál es el lugar de esta actividad tan misteriosa que consiste en preocuparse por el destino de gente que nunca ha existido? ¿Cómo se construyen estos universos, cómo funciona este proceso de crear algo de la nada, como decía Faulkner en su discurso del Premio Nobel? Con la probable excepción de la física nuclear, escribir una novela de verdad −no una novela formulaica de las que se hacen por razones económicas− me parece una de las cosas más difíciles que puede hacer un ser humano.

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“Que la Fuerza esté con ustedes”, dice el maestro Qui Do Quan a sus alumnos, al iniciar la primera clase en una Escuela de FOTO LA HORA: AFP Martin BERNETTI Jedis inBerrueta (C), más conocido como “Kiodo”, es el instructor de la augurada William Academia Chilena de la Fuerza, que ya tiene 20 estudiantes para enseñar por dos meditación, relajación y uso de la espada láser. chilenos que quieren replicar a los guerreros de la famosa película “Star Wars” (“La Guerra de las Galaxias”). “La agresión es parte del lado oscuro. Si van a pegarle a alguien están agrediendo, entonces la Fuerza debe ser usada sólo desde el lado claro, ya que es sólo para defenderse”, explica por su parte Sergio Angeloni o “maestro yodai”, un profesor de lenguaje de 44 años, a un grupo de seis alumnos que lo escuchan con atención. POR MIGUEL SÁNCHEZ

Chile

APRENDA A MANEJAR “LA FUERZA”

A

n g e l o n i y de la institución. defensa. Nunca para atacar. William BeLa escuela cuenta hoy Sin embargo el momento rrueta, un ex- con 30 alumnos, entre 6 y más esperado es cuando los niperto maestro 12 años. Cada clase dura un ños toman sus espadas y pracde Tae Kwon poco más de un hora y se tican los famosos movimienDo y yoga que se hace llamar realiza una vez por semana. tos de los Jedis, basados en “maestro Qui Do Quan”, son Al final de tres años, tras el algunas artes marciales como los dos únicos profesores de paso por una serie de disci- el Kung Fu o el Kendo. esta escuela, que replica una plinas de artes marciales y “La espada son de uso iniciativa similar que funcio- yoga y de conocimiento de de exhibición. No son para na en Nueva York. la filosofía Jedis, los alum- duelos ni para golpearse”, Ambos lucen un largo nos egresan como caballe- les advierte Berrueta. abrigo café con capucha. ros Jedis, los protagonistas Las espadas que utilizan Debajo visten un pantalón de la afamada “Star Wars”. los maestros -y que emboban y una chaqueta de tela grueEl curso comienza con a los niños- son dos réplisa que se cruza y ata con un ejercicios físicos o asanas, cas exactas de las utilizadas cinturón, y por encima de que se utilizan en yoga, y lue- en las películas -incluido el los hombros caen dos fle- go se da paso a una parte teó- verde del láser y el sonido cos, emulando los trajes que rica en que se explica que un que emiten en la saga-, que usan los caballeros Jedis de Jedi utiliza siempre la Fuerza Berrueta adquirió en Estados la célebre saga cinematográ- para conocimiento y como Unidos, donde pagó por cada fica de George Lucas, creada en la década de los 70 y que tiene fanáticos en todo el mundo. Los dos crearon la primera Escuela de Jedis que funciona en Chile, que nació en 2009 luego de que se dieran cuenta en una exhibición que las luchas presentadas en Star Wars podían mezclarse con técnicas de artes marciales, brindando a los niños un espacio lúdico donde aprender la sabiduría Jedi, “un icono de la nobleza, el valor y habilidad”, según FOTO LA HORA: AFP Martin BERNETTI la descripción del blog Kiodo enseña el manejo de la espada láser.

una cerca de 250 dólares. La escuela se montó en una modesta casa de la localidad de Quilpué, en la región de Valparaíso, a unos 120 km al oeste de Santiago. El curso vale unos 75 dólares mensuales. En un principio, fue objeto de burla por parte de personas que se mofaban del exacerbado fanatismo que despierta esta saga en adultos y niños, según cuenta Berrueta, pese a lo cual el número de “padawans” o aprendices de Jedis se ha duplicado en el último año, con alumnos que en su mayoría han heredado el fanatismo de sus padres. “Quería estudiar las cosas Jedi y saber todo de los Jedis. Me gustan las luchas y las clases son súper entretenidas. Quiero ser como Luke Skywalker”, comentó Cristopher Flores, de 10 años, haciendo referencia al protagonista de Star Wars. “Soy fanático desde muy chico de ‘Star Wars’, al igual que mi hijo. Lo traje para que aprenda todas las disciplinas”, manifestó Danilo Flores, padre de Cristopher, mientras ve cómo su hijo se convierte en un Jedi.

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ARTE PRECOLOMBINO

IMPONE TRES RÉCORDS

U

POR ANA MARÍA ECHEVERRÍA

na excepcional colección de arte precolombino, que incluía una escultura de una divinidad maya que logró un récord mundial y misteriosas figuras del estado mexicano de Guerrero, fue adjudicada esta semana en París por más de siete millones de euros, por encima de las previsiones. El remate de la colección amasada durante 30 años por un industrial suizo, Henry Law, totalizó 7.452.914 euros (unos 10,6 millones de dólares), comprobó la AFP en la sala de ventas Druot, donde pujaron desde modestos coleccionistas hasta representantes de instituciones europeas. La venta de esta colección de 200 obras, en la que destacaban hieráticas figuras de piedra de la cultura mezcala halladas en Guerrero (oeste de México), estaba estimada en unos 4 millones de euros, cerca de 6 millones de dólares, dijo Jacques Blazy, experto de arte precolombino que colaboró con la subasta. La hermosa escultura policroma de un dios maya del periodo clásico tardío (550-950 A.D) rompió el récord mundial para una obra maya al venderse a casi tres millones de euros (4,2 millones de dólares), indicó Blazy, que no dio precisiones sobre el comprador. “Solo podemos decir que el comprador de la ‘Gran divinidad sentada’, fue un europeo, que pagó 2.912.000 euros”, agregó. También una figura olmeca, en serpentina verde y blanca, del periodo preclásico (300-100 antes de Cristo), impuso un récord mundial al venderse por 900.000 euros (1,28 millones de dólares), indicó Blazy. El tercer récord de la subasta lo impuso “El yugo de tres caras”, representación votiva de un cinturón utilizado para el juego de pelota, de la cultura de Veracruz, que subió hasta 283.500 euros (403.000 dólares), el precio más alto por una escultura de esa cultura. “Hubo muchos compradores europeos, y no tantos estadounidenses, debido al nivel bajo del dólar”, indicó una fuente de las firmas Binoche y Bergé et Associés, organizadores de la venta, que cobraron un 25% de la cifra total del remate a título de comisiones. La colección dispersada este lunes era una de las más importantes de arte prehispánico que existían en el mundo, según Blazy, que recordó que Law decidió desprenderse de su colección después de sufrir un robo en su casa de Ginebra. Las figuras que más llamaban la atención en la colección eran las de mezcala, en piedra semipreciosa, halladas en el oeste de México, en una región donde no se construyeron templos, y que cautivó la imaginación de los poetas surrealistas André Breton y Tristan Tzara. Una escultura chontal en serpentina verde claro, que perteneció a Tristan Tzara provocó muchas pujas y fue adjudicada a 226.800 euros. La subasta fue un buen indicador de “la buena salud del mercado del arte precolombino”, señaló Blazy, que destacó que es un mercado “pequeño, íntimo”, en comparación con el del arte impresionista, moderno o contemporáneo. Había también piezas que atraían a jóvenes coleccionistas, como Quentin, un enamorado del arte precolombino, que se presentó como un piloto de avión de 28 años. El joven, que desembolsó 3.000 euros (4.200 dólares) por tres pequeñas piezas de la cultura mezcala, contó que su abuelo había coleccionado arte prehispánico, y que él seguía la tradición. La subasta se produjo en medio de las tensiones diplomáticas franco-mexicanas, luego de que el presidente Nicolas Sarkozy decidiera dedicar el Año de México en Francia a Florence Cassez, la francesa condenada por la justicia mexicana a 60 años de cárcel por complicidad en secuestros, lo que llevó a la anulación de ese ambicioso programa. La venta se desarrolló sin problemas. No fue así en setiembre y diciembre del 2008, cuando dos subastas de piezas arqueológicas mexicanas debieron ser suspendidas luego de que las obras fueron confiscadas a petición de México antes de su subasta en París. Los policías de la Oficina Central de Lucha contra el Tráfico de Bienes Culturales (OCBC) confiscaron las piezas en base a una comisión rogatoria internacional de México y las retuvieron a la espera del resultado de una investigación sobre su procedencia. La investigación duró 19 meses, tras lo cual la policía devolvió las piezas a sus propietarios.


Nueva Guatemala de la Asunción, 26 de marzo de 2011

México

CULTO AL CURANDERO “NIÑO FIDENCIO”

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n marzo de cada año el poblado de Espinazo, enclavado en una zona desértica del norte de México, recibe hasta 100 mil visitantes, nacionales y extranjeros, que buscan ser sanados por el santo “Niño Fidencio”, un curandero muerto hace casi 70 años. La vida de esta comunidad de unos 1.200 habitantes, envuelta en los vientos del desierto y a unos 80 km de Monterrey, no sería la misma sin la leyenda de Fidencio Constatino Sintora, conocido como “El Niño Fidencio”, elevado a la categoría de santo en el imaginario popular. “Llegamos a recibir hasta cien mil personas durante una semana, peregrinos que vienen de México, del sur de Estados Unidos y también de Centroamérica porque la fe es muy grande y muy extensa”, cuenta Fabiola López, rectora de la denominada Iglesia Fidencista cristiana. La comunidad religiosa es reconocida desde 1993 formalmente por el ministerio de Gobernación (Interior) y cuenta con unos 600 ministros. La fe en el “Niño Fidencio” ha sobrevivido a más de siete décadas de su muerte y familias enteras de peregrinos recorren los sitios de Espinazo considerados sagrados, como el cerro de la Campana, la tumba del curandero la iglesia y el ‘charquito’, una pileta de aguas lodosas donde se sumergen con la esperanza de aliviar sus males. “Cada vez tenemos más visitantes y se debe principalmente a que no cobramos por nuestro servicios, e incluso a las personas más necesitadas se les alimenta mediante la cooperación de muchas personas y se les da albergue”, explica Gerardo González, responsable de asuntos jurídicos de la Iglesia Fidencista. La economía del pueblo en estos días también gira en torno a la figura del ‘santo niño’ pues en las calles los pobladores pelean la atención de los clientes para ofrecerles comida, ropa o figuras religiosas. Los fieles del “Niño Fidencio” aseguran que medía 1,80 m, una gran estatura para su época, que jamás se desarrolló sexualmente, era lampiño y su tono de voz era infantil. También se le atribuyen poderes extrasensoriales desde su infancia, como el leer la mente y pensamientos de quienes lo rodeaban. Como curandero, se cuenta que operaba cesáreas y tumores con trozos de vidrio, que sacaba muelas con pinzas eléctricas o extirpaba cataratas con espinas de maguey y sin necesidad de sedar a sus pacientes, que, cuenta la leyenda, jamás sentían dolor alguno. Las historias sobre los poderes curativos del “Niño Fidencio” llegaron hasta el mismo presidente mexicano de la época, Plutarco Elías Calles, quien lo visitó el 8 de febrero de 1928 para que lo atendiera de un mal que le provocaba llegas en la piel.

Suplemento Cultural 7

México

SE PIERDE LA ESENCIA DE LOS VOLADORES DE PAPANTLA El milenario rito mexicano de los Voladores de Papantla, representados el fin de semana en la Cumbre Tajín, y protegido como Patrimonio de la Humanidad, podría perder su espiritualidad si se lo considera un mero espectáculo indígena, temen algunos de sus maestros. POR MELINA ZURITA

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iles de personas se acercaron al municipio de Papantla (Veracruz, este) para la Cumbre Tajín, un festival cultural que combina la tradición de los voladores con actuaciones comerciales como Miguel Bosé o Calle 13. Papantla se encuentra cerca de la zona arqueológica de El Tajín y allí viven desde hace más de 900 años indígenas totonacas que han asombrado al mundo con la danza de los voladores, que la Unesco designó en 2009 como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. El presidente de Guatemala, Álvaro Colom, visitó el sábado una escuela de voladores de Papantla, ritual que también se practica en algunas zonas de Centroamérica, y emplazó a “compartir más entre nuestras culturas ancestrales”. “Es un rito sagrado, milenario, antiguo, profundo y lleno de significados. No es un espectáculo”, señaló a la AFP Francisco Hernández, maestro tradicional de la escuela de niños voladores del centro de arte indígena de Papantla. Hernández lamenta que el ritual se haya simplificado hasta el punto de que se tenga por un atractivo más en zonas turísticas como las pirámides de Teotihuacan (centro) o playas como Puerto

Vallarta y Zihuatanejo, ambas sobre el Pacífico. Los voladores realizan su danza en grupos de cinco miembros, ataviados con ropas rojas y adornos con los colores del arco iris. Uno de ellos se sienta en lo alto de un mástil de unos 25 metros y toca melodías con una flauta mientras los otros se dejan caer del poste y colgados de una cuerda giran simulando que son estrellas alrededor del sol, en dirección a los cuatro puntos cardinales. Hernández trabaja con niños, incluso desde los seis años, y les inculca los conocimientos de la cosmovisión indígena. “El sentido de la escuela no es subir y volar sino que conozcan el sentido espiritual que conllevan los elementos”, afirma. La danza está asociada a la fertilidad y su objeto es expresar el respeto profesado hacia la naturaleza y el universo espiritual. El poste en el que se apoyan los voladores debe ser un tronco de un árbol recién cortado en el bosque después de implorar perdón al dios de la montaña. Los maestros tratan de que la tradición se siga transmitiendo a las próximas generaciones y de cerrar la brecha cultural abierta por la migración. “Se va perdiendo porque muchos jóvenes son moder-

nos y la tradición se va. Pero podemos recuperarla a través de los niños que van creciendo”, estimó a la AFP Flor Ramírez, coordinador de la escuela de niños voladores. “Se van a otros lugares y olvidan sus costumbres. Regresan con las ideas de otro mundo ya no con las de la tradición toponeca”, lamenta Hernández. Actualmente existen unos 600 voladores en Veracruz, una cifra que ha ido creciendo en los últimos años, explicó por su parte el maestro Marcelino García. Hernández apunta que los practicantes de la danza “tienen el compromiso de respetar las reglas y las formas” del rito, que prohíbe la participación de mujeres más allá de la confección de los trajes. “De acuerdo a la tradición totonaca, la mujer no participa dado que no puede fecundar a otra mujer ni a otro hombre”, argumentó el maestro. Los voladores son una de las grandes atracciones de la Cumbre Tajín 2011, que el sábado ofreció un concierto del cantante español Miguel Bosé con unos 45.000 asistentes y este domingo presenta a los puertorriqueños Calle 13.


Nueva Guatemala de la Asunción, 26 de marzo de 2011 Galería de artistas

Suplemento Cultural 8

JIMMY YES, BAJO UN CIELO QUE NO COBIJA

un diálogo consecuente e iluminador. Pero veamos sus cuadros. Jimmy Yes pinta pájaros. A veces solos, como perdidos en un fondo infinito y alucinado. La mayoría de las veces, en jaulas colocadas a la sombra de un árbol más solitario aún en el paisaje que se abre bajo el cielo alto e inalcanzable. La sombra de ese árbol resplandeciente, paradójicamente, los ilumina: no los protege con

su sombra sino que, se diría, los expone como espectáculo. Afuera, el sol o la luna, ajenos a los pájaros, las jaulas y el árbol solitario, ponen en el cielo prismas que descomponen el cielo en delicadas geometrías lumínicas. Tres espectáculos sobrepuestos: el del cielo, el del árbol en el paisaje y el del concierto de pájaros enjaulados, esté último muy armónico pero de una tristeza que es más

conmovedora aún por los trinos que adivinamos tristes de algún pájaro en libertad. Yo he visto a Jimmy Yes observando absorto a los sanates del parque; no me cuesta imaginármelo haciendo lo mismo en los campos de Cuyotenango. También lo he visto pintar, igualmente absorto, como uniendo mentalmente los extremos de una metáfora fugaz. Espero que no desespere.

Por Juan B. Juárez

Más que los sueños y las ilusiones, a la juventud la caracteriza la sensibilidad. Los jóvenes, en efecto, pretenden cambiar el mundo no por un exceso de energía y entusiasmo sino porque el mundo, tal como lo encuentran en el despertar de su conciencia, les hiere, les lastima la sensibilidad estética y social: les duele y les despierta una inmitigable sed de justicia. Pero también es la edad de la creación y la generosidad, y la confianza que depositan los jóvenes en los poderes humanos de creación es tan grande como las heridas que les causa el mundo: la palabra, el arte, la razón son para ellos armas suficientes para hacer una revolución —y las blanden con contagioso fervor incendiario.

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ace apenas dos o tres décadas ser joven era más fácil: el mundo estaba polarizado y entonces sólo había dos opciones, y uno decidía ser de izquierda o de derecha, guerrillero o militar (o, al menos, pro), hacer arte complaciente o contestatario, ser cuadrado o derecho. En ese mundo magnético hasta los indecisos tenían su justificación: era la represión la que los inhibía a expresar sus verdaderas preferencias o la que determinaba la dirección de sus evasiones, pero en todo caso era suficiente para no hacer del tema un asunto demasiado complicado. Los jóvenes de hoy, en cambio, tienen miles de opciones, pero la indecisión alcanza en ellos niveles de tortura: el cielo no los cobija, los árboles no les dan sombra y responden a la libertad inmovilizándose en las pequeñas jaulas de sus hábitos y rutinas consumistas y domésticas. La pintura del joven Jimmy Yes (Cuyotenango, 1980) parece surgir de esa situación existencial. Y no se trata sólo de sus temas, que de alguna manera dicen en clave poética todo lo que se agita en su interior y para lo cual le faltan las palabras pero no las imágenes. Se trata de cierta actitud artística genuina que busca un cauce para su energía todavía sin dirección, pero que no encuentra en el mundo un catalizador que la actualice y que la convierta en fuente ya no de su monólogo interno sino de


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