Suplemento especial
Guatemala, 18 de mayo de 2011
Los políticos opinan sobre la
POLICÍA, sus avances y desafíos
Editorial
Guatemala, 18 de mayo de 2011
La Policía y nuestra dramática realidad Nunca había sido tan oportuno el abordaje de un tema coyuntural como ahora que acabamos de vivir una semana en la que se hizo evidente el enorme vacío de poder existente en el país por la ausencia de las fuerzas de seguridad que son absolutamente incompetentes para cumplir con sus funciones. La Policía Nacional Civil simplemente no está cuando se le necesita y muchas veces hace acto de presencia para esquilmar al ciudadano y nunca para protegerle. Por ello es que abundan los asaltos y por ello es que grupos criminales se pueden dar a la tarea de realizar masacres brutales como la del pasado fin de semana en Petén. Simplemente los guatemaltecos no tenemos una fuerza policial capaz de asegurar el orden y de garantizar a los ciudadanos la vida y la pacífica utilización de sus bienes porque no está a la altura de las circunstancias. Hay que entender la raíz del problema para buscarle soluciones que sean efectivas. En realidad nuestra Policía ha sido siempre, a lo largo de su historia, un aparato represivo
al servicio de los gobiernos de turno. Desde los tiempos de Barrios, la fuerza policial en Guatemala ha servido para espiar a los reales o supuestos enemigos del régimen de turno y para reprimirlos, habiendo alcanzado sus máximas expresiones durante las dictaduras, especialmente las de Estrada Cabrera y Ubico, el gobierno liberacionista y los que le siguieron para enfrentar al movimiento guerrillero y, sobre todo, durante los regímenes militares de los años setenta y ochenta. Orejas y matones actuaban en el marco del manto de impunidad y eso alentó, desde luego, la corrupción porque cada quien hacía sus propios negocios. Los jefes de policía, por lo general y salvo rarísimas excepciones, se beneficiaban piramidalmente de la corrupción porque todos los agentes tenían que guardar una parte para su jefe inmediato y éste lo hacía para sus superiores hasta llegar no sólo al Director General sino muchas veces al mismo Ministro de Gobernación para compensar el nombramiento. Cuando se firmó la paz había
que desmantelar esa fuerza corrupta y criminal, pero la necesidad tiene cara de chucho y por ello se decidió “reciclar” a la vieja Policía Nacional para darle vida a la nueva Policía Nacional Civil. Al final de cuentas el reciclaje terminó marcado sólo por el uniforme porque el ser humano no se recicla y las mañas de siempre no se erradican de la noche a la mañana ni por generación espontánea. Hoy tenemos una fuerza policial con muchas de las mañas del pasado y con desafíos mucho más grandes por la rápida expansión del crimen organizado que tiene presencia en prácticamente todo el país. En vez de controlar el narcotráfico, participan muchas veces en operaciones que no son de decomiso sino tumbes de droga. En vez de proteger a la ciudadanía, aprovechan la oscuridad del punto para morder cada vez que tienen oportunidad, amenazando con cobrarse la revancha si el parroquiano hace alguna denuncia. Las prácticas homicidas y brutales de otras épocas han quedado de manifiesto en la nueva PNC
con operaciones como el asesinato de los diputados del Parlamento Centroamericano a los que se supone que les querían tumbar droga o el dinero producto de la misma. No hay mucha diferencia entre la brutalidad mostrada por los policías que participaron en ese operativo con la que mostraron los Zetas este fin de semana, porque al fin y al cabo no se detienen a pensar en la vida del semejante y hacer daño es parte de su modus vivendi. El reto de cambiar una policía tan carcomida no es fácil. Cierto que hay buenos elementos en la institución y gente con mística de servicio y deseo de hacer bien las cosas, pero se enfrentan a ofrecimientos del crimen organizado que les puede duplicar o triplicar el salario para que sean sus guardianes, para que les protejan y por ello hay comisarías completas que trabajan para cuidar a los capos del crimen en vez de proteger a la ciudadanía. Los políticos nos presentan hoy su visión del tema. Evaluemos sus propuestas para ver si atacan realmente el fondo del problema.
TRIBUNA DIGITAL Comentarios al editorial “La madre de todos los males”, del suplemento LH Política “IMPUNIDAD, en el debate político”, del pasado 4 de mayo de 2011. CHAPINAZOS En Guatemala los políticos han arruinado al país al no saber gobernar, han usado a los votantes para llegar al poder a robar con la intención de enriquecerse fácilmente vaciando las arcas nacionales, sin preocuparse por cosas prioritarias, como la seguridad, salud, educación y el medio ambiente. Lo que prometen no lo cumplen, por algo le dicen a Colom, El Pinocho, por mentiroso, al prometer empleos y combatir la violencia con inteligencia y al final nada en dos platos, y si creen que estoy mintiendo pido me disculpen. Gilberto Armando Molina Bedoya
entidad distinta a Derechos Humanos (actualmente esta institución está politizada) que esté compuesta por todas las facultades de Derecho de las distintas universidades del país para que evalúen las violaciones a los Derechos Humanos en el país y que sus recomendaciones sean orientadas hacia el bien público. La clave para salir adelante es la continuidad en el enfoque, es por esta razón la necesidad de que existan pactos nacionales entre los diferentes partidos políticos. Es necesaria la participación de todos los sectores sociales para eliminar este mal hábito. DENUNCIE. Erick Gálvez
ESTADO DE DERECHO Para combatir la impunidad, Guatemala necesita, en primer lugar, estabilidad política que garantice el Estado de Derecho y el respeto a las reglas de juego. Es urgente una reforma al Código Procesal Penal, la cual permita al país un cambio al Sistema Judicial por un sistema adversarial con fiscales al estilo norteamericano, asimismo es importante la creación de una
PROFUNDAS RAÍCES El caso de la impunidad, como se ve, es muy grave. El problema tiene profundas raíces en nuestro sistema de justicia, el cual es obsoleto; el problema ahora con el crimen organizado es que se sienten invulnerables, la estrategia contra este flagelo debe pasar inexorablemente por la solución del problema de la impunidad en Guatemala. Víctor Hugo Salazar
COMO UNA ENFERMEDAD Esto es como una enfermedad. La impunidad es un cáncer al cual todos estamos expuestos, una enfermedad que avanza y poco a poco va llegando a los rincones de este cuerpo social; la impunidad nos puede salvar en algún momento, podemos valernos de ella en alguna ocasión; pero es muy probable que si la alimentamos, tarde o temprano seremos víctimas de ella. Rosa Melgar ¿QUÉ SE HIZO EL DINERO? La impunidad en Guatemala debe verse en completo. Los dueños de los bancos BANCAFÉ y COMERCIO se robaron más de 6 mil 500 millones de quetzales, y no hay ningún funcionario preso, ¿qué se hizo el dinero? ¿Por qué los juzgados nunca han querido accionar? ¿Por qué la CICIG Y MP no intervienen? Si vamos a hablar de impunidad, hablemos completo, sin miedo y sin compromiso. ¿Quién me va a devolver los 50 mil que perdí en este claro ejemplo de impunidad? Jorge Barillas
NUESTRA MEJOR ARMA Pero si está todo claro, ya todo esto lo sabemos y somos tan aguados que salimos a votar por las únicas dos opciones que se nos presentan. El voto sería nuestra mejor arma para un pueblo desarmado y de rodillas, pero lo seguimos emitiendo a ciegas y no lo sabemos utilizar. Pensemos y meditemos un segundo antes de dar nuestro sufragio... y que los próximos cuatro años sean mejores que estos últimos... aguados de mente... un pueblo que calla la injusticia y se hace el ciego ante tanta violencia se hace cómplice... no les tengan miedo... solos nunca podrán hacer nada, pero si empiezan a unirse a nivel local entre sus cuadras, colonias, caseríos sería una gran diferencia. LAS AUTORIDADES Y EL SISTEMA DE JUSTICIA DE GUATEMALA nunca los ayudarán, porque ya están corruptos, solamente UDS. mismos por sus propios medios podrán hacerlo, SOMOS MÁS GUATEMALTECOS BUENOS QUE UN PUÑADO DE MALOS Y NO LES TENEMOS MIEDO... Óscar Rivera
Guatemala, 18 de mayo de 2011
La Policía Nacional Civil Otto Pérez Molina Partido Patriota - PP La ausencia de la autoridad y de las instituciones del Estado en la mayor parte del territorio nacional, cedieron el espacio y el monopolio de la fuerza a organizaciones criminales, permitiendo la infiltración en las instituciones públicas y el financiamiento de campañas políticas para asegurar el apoyo de las autoridades y mantener el control de las rutas del narcotráfico y de otras actividades criminales. El crimen ha ocupado los espacios públicos, existe un desmedido incremento de demandas de licencias de portación de armas de fuego, en parte por los altos índices delincuenciales y por otro por la enorme desconfianza en la autoridad responsable de la seguridad pública. Paralelo a esto, hay que mencionar el desarrollo de la narcoactividad, el incremento de adolescentes bajo control de las maras, el asesinato de mujeres y niños, pilotos y ayudantes del buses, tráfico de personas y trasiego de armas, esto último gracias a la indolencia y complicidad de la autoridad migratoria denunciada constantemente en los medios de prensa Las instituciones del Sistema de Seguridad y de Justicia, están debilitadas por la corrupción, la impunidad, la improvisación, la falta de voluntad política y la ausencia de un liderazgo que enfrente el reto de administrar y fortalecer las instituciones, para cumplir con funciones asignadas en ley, proteger y servir a los ciudadanos mediante la prevención y control del delito. El libre accionar de la delincuencia común, han modificado los hábitos y horarios de los guatemaltecos trabajadores y honrados, quienes para protegerse de los hechos delictivos, se han visto obligados a cerrar los espacios de convivencia ciudadana afectando su calidad de vida. Este escenario requiere asumir con responsabilidad uno de los retos evadidos por los últimos gobiernos, como lo es, refundar la PNC; que principia por institucionalizar el proceso de reforma a cargo de la licenciada Helen Mack. El Partido Patriota visualiza una PNC con un dispositivo estratégico en todo el territorio nacional, capaz de diseñar y elaborar planes de prevención
del delito, apoyada desde la comunidad, para comprender y emprender desde lo local la atención de la problemática social, para enfrentar y reducir las actividades delictivas de las diferentes amenazas; que afectan directamente a las personas en su diario vivir, con el riesgo en algunas oportunidades de perder la vida. Finalmente vemos una PNC reconocida y aceptada por los guatemaltecos; lo cual permitirá crear ciudades, barrios, colonias y comunidades seguras e intervenir eficazmente en zonas vulnerables, generalmente caracterizadas por la carestía de servicios vitales y malas condiciones socioeconómicas. La visión de seguridad ciudadana expuesta, demanda un alto desempeño policial y para lograrlo será necesario efectuar las siguientes acciones: . Crear la academia de Formación de Oficiales de la Policía Nacional Civil. Convocando a los guatemaltecos egresados de educación media (bachilleres, peritos, maestros, etcétera) e iniciar la incorporación de personal técnico y profesional, para apoyar la labor policial en cada una de las comisarías y subcomisarías. b. Dotar a la PNC de una doctrina policial basada en el conocimiento y respeto del Estado de Derecho, Régimen de Legalidad, con pleno respeto a los Derechos humanos. c. Implementar el nuevo currículo para la academia de formación policial –nivel básico– , basado en la investigación situacional, para desarrollar un accionar de carácter preventivo, con el apoyo de la comunidad y otras instituciones gubernamentales; generar capacidad de disuadir la actividad delincuencial a través de la presencia policial en áreas estratégicas o de intervenir eficientemente cuando las circunstancias lo exijan. d. Creación de la Dirección General de la Policía de Investigación Criminal. e. Mejorar la infraestructura policial e incrementar el número de efectivos para cumplir en mejor forma sus funciones. f. Mejorar las condiciones laborales y previsionales. g. Revisar el dispositivo estratégico y táctico de la PNC, con la finalidad de readaptarlo y hacerlo altamente flexible, para enfrentar con éxito la inseguridad. h. Reforzar la función de la Inspectoría General de la Policía Nacional Civil y la Oficina de Responsabilidad Profesional, por medio del fortalecimiento de las unidades de supervisión, control
y monitoreo, para mejorar el desempeño profesional, reducir los índices de corrupción y el actuar delincuencial de los integrantes de la PNC. En tanto se desarrollan estas acciones, se implementará un “El plan emergente de seguridad ciudadana”, con Fuerzas de Tarea Interinstitucionales (FTI) integradas por personal del Sistema Nacional de Seguridad, con el apoyo del Ministerio Público y la Procuraduría de los Derechos Humanos, para garantizar los derechos fundamentales de todas las personas y enfrentar el debido proceso; a fin de proteger la vida y los bienes de los ciudadanos. Este plan se pondrá en vigencia inicialmente en la ciudad capital, ampliándose en cualquier área del territorio nacional, en dónde sea necesario proteger y garantizar la vida de los ciudadanos en forma
inmediata A Cada Fuerza de Tarea se le asignará un área geográfica, en donde combatirá los principales delitos contra la vida –narcotráfico, narcomenudeo, extorsiones, el sicariato, maras–. En cada una de estas áreas se promoverá la organización ciudadana, para facilitar la recuperación de los espacios públicos y el sostenimiento de la seguridad comunitaria. Es importante mencionar, que el apoyo de las fuerzas armadas a la PNC, finalizará cuando se determine estadísticamente el descenso de los índices de criminalidad y la recuperación de la confianza en la Policía Nacional Civil, actualmente por debajo del límite aceptable según estudios serios, como la investigación acerca de “La cultura política de los guatemaltecos” (2010), que coloca a la PNC con un 31% de legitimidad.
Guatemala, 18 de mayo de 2011
“La Guardia Nacional, fuerza de tarea élite con mística y disciplina” Manuel Baldizón Libertad Democrática Renovada - Lider Desde hace ya varios años la institución policiaca, encargada de brindar seguridad a todos los guatemaltecos, se ha corrompido; muchos agentes, comisarios y directores se han visto envueltos en escándalos de corrupción, tumbes de droga y otros ilícitos. El tema de la Policía Nacional Civil es muy extenso, pero se debe ser concreto y preciso en las soluciones a la problemática que afronta la institución encargada de garantizar la seguridad y el bienestar de todas y todos. A pesar que su concepción y
creación dentro de los Acuerdos de Paz fue diseñada para que en la actualidad cumpliera con ser una fuerza pública que resguarde a toda la ciudadanía, la Policía Nacional Civil está desgastada y goza de poca credibilidad. El principal motivo del deterioro de esta institución es la falta de mística y disciplina, no existe la adecuada preparación y capacitación en materia de investigación e inteligencia, es prácticamente nulo el conocimiento. Sin embargo, el mayor problema es la falta de responsabilidad y compromiso de los funcionarios que la han dirigido y administrado, incluido el Presidente de la Republica, quienes en lugar de fortalecer
financieramente la institución prácticamente la han dejado en despojos. Manuel Baldizón y el partido Lider vienen luchando desde hace más de tres años por que en el Congreso de la Republica se pueda aprobar la Ley de la creación de la Guardia Nacional, fuerza de tarea élite con mística y disciplina, que será dirigida por un consejo interinstitucional y multidisciplinario, que pueden integrar oficiales graduados de la Escuela Politécnica, especializados en protección civil, combate al narcotráfico, terrorismo, crimen organizado y pandillas juveniles. Como en otras naciones, sobre todo las más desarrolladas en el mundo, se busca inspirar en las
fuerzas del orden publico una nueva misión de servicio, para que en las calles las personas buenas, las trabajadoras y todas las familias no solo perciban seguridad sino que disfruten de vivir en lugares seguros, no importa si son suburbios y lugares en villas de desarrollo. Involucrar a oficiales del Ejército y toda su infraestructura y logística en esta temática permitirá profesionalizar esta institución, sobre todo en materia de investigación, y operativos de alto impacto. Manuel Baldizón conocedor del funcionamiento del Estado está claro y consciente que es necesario inyectar fondos a la transformación de la PNC, porque la reforma no es funcional. La seguridad de todos los guatemaltecos y guatemaltecas demanda acciones concretas, realizables, por eso he propuesto cambiar el Impuesto de Solidaridad (ISO), por el Impuesto de Seguridad Nacional (ISENA), para que el Estado cuente con recursos propios que subsidien la seguridad de todos, que en estos momentos de crisis es urgente. El ISENA puede proveer de recursos para que se contraten y capacite a más personal de las fuerzas de seguridad, para mejorar salarios, comprar equipo y para que nuestros policías convivan en estaciones o comisarías decentes, limpias, seguras y ordenadas y no en el abandono que los han dejado por utilizar el dinero que les corresponde para programas politiqueros. El ISENA no aumenta la carga impositiva y es la única manera de recuperar la confianza perdida en las fuerzas de seguridad; porque hoy el guatemalteco le teme a los policías, se sienten inseguros y con miedo cuando los ve, porque ya sabe que la ‘mordida’ no se la quita de encima. Por eso la única solución es cortar el problema de raíz y fundar una nueva y renovada fuerza basada en la mística de servicio y disciplina de las fuerzas armadas y respetuosas en la protección de civiles.
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Espérela
Guatemala, 18 de mayo de 2011
Atendiendo un tema esencial en la seguridad: La reforma de la Policía Nacional Civil Harold Caballeros Visión con Valores -ViVaEs fundamental para la seguridad ciudadana que el guatemalteco pueda confiar en sus autoridades, tal es el caso del agente policial, quien es el encargado de resguardar el orden público, así como de la seguridad civil de la población. La percepción de muchos guatemaltecos hacia nuestras fuerzas armadas de seguridad es deplorable, pues pocos confían en ellos debido a la mala imagen e ineficiencia de esta institución, desde finales de los noventas. La creación de la Policía Nacional Civil (PNC) se dio como producto de los Acuerdos de Paz, con miras a formar una nueva Institución que respondiera a los parámetros de una política de seguridad ciudadana de corte civil, que lograra devolver la credibilidad y la confianza a las fuerzas de seguridad armadas; ya que la extinta Policía Nacional (PN) era señalada, en ese entonces, por la corrupción de sus agentes y una serie de actos delictivos cometidos por elementos de la propia institución. De forma conjunta a la creación de la PNC se instauró la Academia de la Policía Nacional Civil (APNC), para capacitar a los nuevos elementos policiales en el respeto a los derechos humanos y las técnicas de seguridad ciudadana, y así brindar a la población una renovada confianza en el Estado y sus instituciones. Pero hoy sabemos que esta academia no posee los recursos suficientes para seguir operando, lo cual es preocupante porque aunque el tema de inseguridad no se resuelve con nuevos agentes en las calles, sí es importante que el proceso no se detenga y que el mismo sea de alta calidad. La seguridad que debe brindar el Estado de Guatemala indefectiblemente pasa por una Policía Nacional Civil (PNC) capacitada, técnica, que sea intachable y actúe con pleno respeto de la Ley y los derechos humanos. Pero en la actualidad, la Policía difiere mucho de estas características ideales; por el contrario, refleja la falta de formación de los agentes policiales, quienes son enviados a ejercer sin tener la oportunidad de aprender y desarrollar técnicas y capacidades para la labor que desempeñan. Aunado a esto, carecen de una estructura jerárquica producto de una Escuela de Oficiales capacitados en planificación estratégica para dirigir las unidades policiales a su cargo. La distribución territorial y presencia policial es deficiente, puesto que ésta responde principalmente a las
capacidades administrativas, mientras debería responder a los mapas de riesgo, y en base a una estrategia de combate al narcotráfico y al crimen organizado. Por otra parte las condiciones de trabajo y calidad de vida de los agentes policiales es también deficiente, pues carecen de los recursos materiales para hacer su labor; hay déficit de equipo, armas, municiones, vehículos, gasolina y hasta uniformes para realizar su trabajo. En muchos municipios y barrios, la misma población aporta recursos para que los policías puedan dar mantenimiento a las patrullas, o incluso para la compra del combustible que necesitan para patrullar. Aunado a esto, las estaciones y comisarías carecen de instalaciones dignas para vivir, y los salarios que reciben no van acorde a la función que desempeñan. Por todo lo anterior, en la elaboración de nuestro plan para el fortalecimiento de la justicia y la seguridad hemos considerado ciertas acciones prioritarias, que deben ser puestas en marcha de forma urgente, para fortalecer y optimizar las fuerzas policiales. Primero, debe reorganizarse la Policía Nacional Civil (PNC), esto con el objeto de atender al recurso humano de la institución; para lo cual deben establecerse claramente las jerarquías en el Cuerpo Policial. Debe priorizarse la formación de cuadros que puedan ocupar cada uno de los peldaños jerárquicos en la Institución, partiendo desde el Director de la Policía Nacional, los comisarios, los subcomisarios y los distintos oficiales, en la cadena de mando. Para lograrlo, proponemos la creación y el fortalecimiento de la carrera policial, en la que cada agente, desde su ingreso en la Academia de la Policía Nacional Civil, cuente con la formación y los incentivos que le permitan ir escalando en la jerarquía de la Institución, creando también las diferentes áreas de especialización en las que pueda desarrollarse cada agente. Para esto es necesario crear un sistema salarial que sea consecuente con la función, y responsabilidad de cada agente. En este mismo sentido, también deben desarrollarse los mecanismos de evaluación e inspectoría interna con los procedimientos necesarios para mantener la disciplina dentro de la institución, con la debida agilidad para investigar cualquier denuncia o sindicación que se haga en contra de un agente. La formación en valores éticos y morales debe ser un aspecto imprescindible en la educación de todo agente policial. Como segundo punto es importante la inversión en infraestructura y equipo técnico de la Policía Nacional Civil (PNC), ya que no pueden esperarse resultados efectivos en una institución que no cuenta con las condiciones
materiales para lograrlo. De esta manera, debe ser evaluada la estructura del Presupuesto de la Policía Nacional Civil (PNC); este debe responder a las necesidades reales de la institución. El Ministerio de Gobernación, como encargado administrativo de la Policía, debe poner prioridad en la asignación de recursos para proveer a los agentes de las instalaciones y el equipo técnico suficiente para ejercer su labor. De no ser suficiente, el presupuesto actual deberá ser revisado en congruencia al plan y objetivos planteados. Tercero, deben revisar las funciones que ejerce la Policía Nacional Civil (PNC) en apoyo a la Justicia, principalmente en lo relacionado a la investigación criminal, pues como está planteado en la Ley de la Policía Nacional Civil, esta institución debe apoyar en la investigación al Ministerio Público quien es el ente encargado de dirigir la investigación; la Policía es quien debe ejecutarla. Sin embargo, existe una indefinición: la Policía cuenta con laboratorios para este fin, pero también el Ministerio Publico y ahora el Instituto Nacional de Ciencias Forenses, INACIF, por lo que debe definirse claramente qué institución será la encargada de esta función para no duplicar o triplicar funciones. Así pues, para poder reformar la institución policial es necesario adaptar y reformar las leyes de seguridad, en específico la Ley de la Policía Nacional Civil para que responda a la realidad de sus funciones, y a la relación que debe tener con el resto de instituciones de la cadena de justicia y seguridad. Por último, es muy importante definir planes y el despliegue policial con base a estrategias y mapas de riesgo, en respuesta a inteligencia civil que debe proveer la información necesaria para el combate efectivo de la delincuencia común, así como el narcotráfico y el crimen organizado. Es claro que el tema de la inseguridad en Guatemala tiene relación directa con la situación en que se encuentra la institución policial, la cual debe ser atendida con un auténtico sentido de urgencia, y con base en un plan estratégico de largo plazo, a implementarse por funcionarios capaces y con valores éticos, que infundan en la institución la credibilidad y confianza necesarias, para ganar la credibilidad y el apoyo de todos los ciudadanos.
Guatemala, 18 de mayo de 2011
“La Nueva Entidad Policial” Eduardo Suger Compromiso, Renovación y Orden – CREO – Entrar a conocer la problemática de la Policía Nacional Civil, no es tarea fácil. Es necesario que primero realicemos un examen cuidadoso de su evolución y así determinar cómo es que llegó a ser lo que hoy conocemos como la PNC. Fundamentalmente debemos entender que la PNC se basó en un modelo policial militar, apropiado para Guatemala, pero lamentablemente mal implementado, lo que trajo consecuencias graves. Para su creación no se examinaron otros posibles modelos policiales de otros países, lo que llevó a la implementación de un modelo en forma apresurada, lo que causó una serie de descuidos estructurales, fundamentales para la buena operación de un cuerpo policíaco. La PNC nació de la mutación forzada de la anterior Policía Nacional y para integrarla, en lugar de crear un cuerpo policial diferente y moderno, se contempló el integrar a la misma a una serie de exmiembros de otros aparatos policiales, así como muchos exmiembros de la Policía de Hacienda, conocida por sus tenebrosos antecedentes y prácticas. Este método de “crear” una “nueva” policía resultó en un cuerpo que ha heredado los serios problemas de los cuerpos anteriores. Las costumbres nefastas de la tortura, de la fabricación de pruebas, de las prácticas corruptas, entre ellas brindar “protección”, proteger a influyentes, integrar equipos represivos y sicarios se convirtió en el modo de operar. A todo ello se sumó la carencia de experiencia técnica de los nuevos miembros, a los cuales se les dio poco o prácticamente ningún entrenamiento policial profesional. Supuestamente se les dieron cursos “intensivos” de una duración ridículamente corta, menos de cuatro meses efectivos. Sin embargo, el contraste entre la vieja PN y la nueva policía, la cual estaba siendo equipada con nuevos y vistosos uniformes, así como armas más modernas y aparentemente suficientes, el público quedó inicialmente impresionado, aunque muy rápidamente el deterioro de uniformes y equipos se hizo evidente. Por otra parte, los “creadores” de la nueva policía ignoraron por completo la necesidad de una buena infraestructura policial, que incluyera instalaciones adecuadas y estratégicamente colocadas. Las anteriores “instalaciones” fueron quizá repintadas por fuera, pero en su interior persistían las condiciones
infrahumanas y poco sanitarias para alojar a los agentes policiales convenientemente. De no ser por ciertos programas sociales de asistencia, principalmente organizados por familiares de algunos funcionarios de turno, los nuevos policías hubieran carecido hasta de lo más fundamental, como instalaciones sanitarias y algunas facilidades para el descanso entre turnos. Es necesario darse cuenta de que los agentes no recibieron un entrenamiento militar consistente y completo ni de prácticas y técnicas policiales, por lo que tendieron a aplicar su metodología brusca, insolente y poco compatible con la sociedad civil. No dejemos de mencionar la escasez de municiones, el increíble hecho de que un agente debía pagar y posiblemente esta práctica aún subsiste, por aquellos cartuchos que fueran disparados. ¡Un excelente inhibidor para prevenir que los agentes actuaran en su lucha contra el crimen con valor y decisión! La falta de programas de mantenimiento condujo rápidamente al deterioro y descompostura de radios, vehículos, armas y de las mismas instalaciones de acuartelamiento y dormitorios de los agentes. La falta de un programa adecuado de instrucción completa ha llevado a la carrera policial a ser considerada como de una total inferior calidad, poco profesional y por lo tanto catalogada como poco seria y muy mal remunerada. Todo lo anterior condujo al desarrollo de una corrupción rampante, a pesar de varios intentos de recuperación que se realizaron durante los gobiernos de Portillo y de Berger, pero que siempre fallaron en brindarles a los agentes, prestaciones, seguro de vida, calidad profesional y reconocimiento, además de un salario decente y compensatorio para el delicado riesgo de su trabajo. Pudiéramos seguir elaborando sobre las múltiples causas del estado actual de la PNC, pero debemos entrar a proponer una solución radical, inteligente y renovadora, que introduzca el orden y la eficiencia en los servicios policiales de Guatemala. El concepto no es muy difícil, porque la larga lista de deficiencias y problemas que hemos mencionado nos trae a la mente la solución
INTEGRAL y lógica que debe implementarse. Desde luego, es fundamental la concientización del Poder Legislativo, ya que sin su participación para generar las nuevas leyes policiales, para facilitar la creación de un presupuesto de TRANSFORMACIÓN POLICIAL y de un presupuesto operacional con capacidad de ampliación, cualquier intento de resolver el problema policial será infructuoso. La institución de una comisión para la creación de la Nueva Policía Civil deberá ser una organización MUY eficiente, contando con personas de reconocida capacidad para la implementación de sistemas organizados. Se deberá hacer un estudio exhaustivo de otros modelos, siempre bajo la disciplina militar, para la estructuración básica de los nuevos cuerpos policiales. Los planes deberán, por primera vez, considerar a Guatemala como toda una Nación y no sólo como una ciudad. Es el momento de terminar con la pobre noción de dedicar unos cuantos policías para cada comunidad importante y de concentrar TODOS los recursos policiales en una sola ciudad, la capital. El crecimiento demográfico es muy acelerado y las visiones limitadas de crear cuerpos famélicos de policía ya no encajan en la realidad nacional. Tampoco encajan las visiones amenazantes y de garrote, ni
las “visiones” a un extremado e irreal largo plazo. La solución del problema policial es de IMPERATIVA necesidad e impostergable. El proceso consistirá básicamente en un proceso paralelo, de manera que absolutamente TODO lo que forme a la nueva policía sea nuevo, eficiente, capaz, moderno y completo. La vieja policía suplirá con su escasez las necesidades de seguridad, aliviada mediante un plan de contingencia inicial, de apoyo y fortificación, durante el período de estructuración y transición. El Ejército cuenta ahora con oficiales verdaderamente bien preparados y con grado académico reconocido, por lo que su participación será vital en el diseño de una nueva Policía Nacional Civil. Ya operando la Nueva Entidad Policial, se dará oportunidad, mediante un esmerado, cuidadoso y estricto proceso de selección, a aquellos integrantes de la vieja PNC para que se incorporen a la nueva, gracias a sus méritos, reconocida capacidad, honradez, y grado cultural que haya adquirido mediante sus estudios de profesionalización. ¡Este es el año en el que todos los guatemaltecos podemos hacer la selección del camino que ha de seguir nuestra Patria! Este es TU año para adoptar el Compromiso de Renovación y Orden de nuestra Guatemala. ¡En tus manos está!
Guatemala, 18 de mayo de 2011
“Más que borrón y cuenta nueva, una gerencia y dirección basada en visión” Juan Guillermo Gutiérrez Partido de Avanzada Nacional -PANCuando se habla de los enormes problemas de inseguridad en el país, inmediatamente se hace referencia a la Policía Nacional Civil; a la crasa ineficiencia, los altos niveles de corrupción y la inoperancia, de la que debería ser una institución modelo, al servicio de la seguridad de los guatemaltecos. Dicha percepción ciudadana se fortalece con los sonados casos en los que se ha visto envuelta la Policía Nacional Civil, que van desde acoso sexual a las estudiantes de la academia, a las propias agentes mujeres, hasta los escandalosos casos de tumbe de drogas, asociación de los altos mandos con el crimen organizado o abusos y violaciones a los derechos humanos. Más aún cuando en tan solo tres años de gobierno, se han registrado varios cambios en la cúpula y los mandos medios de la institución (5 ministros, 5 directores de la Policía y 11 directores del sistema penitenciario entre otros) entonces, tenemos la certeza que algo verdaderamente malo está pasando. Sin embargo es importante señalar que los problemas de la Policía Nacional Civil, tienen su origen en el ministerio del que depende, que no es otro que el Ministerio de Gobernación, el cual según el diagnóstico de un reciente estudio presentado por el Centro de Investigaciones Económicas Nacionales CIEN, “por falta de planificación y gestión de sus autoridades es ineficiente e inoperante, lo que hace que garantizar la seguridad ciudadana sea un fracaso”. En el mismo sentido, de acuerdo con los criterios expresados por la Comisionada para la Reforma Policial, Helen Mack Chang; “son los procesos centralizados por el propio Ministerio de Gobernación los que no permiten que la PNC cumpla con su tarea de garantizar la seguridad ciudadana”. Eso es una señal muy clara, si analizamos que el Ministerio de Gobernación en materia de seguridad consume el 91 % del su presupuesto (solo para el año 2011 están presupuestados Q 3 mil 274 millones, y el año pasado, se dejó de ejecutar más de 500 millones de quetzales), sin embargo la Policía Nacional Civil carece de personal, equipo, etc., por lo que vale la pena preguntarse si, es falta de recursos, planificación o administración operativa, en vista que no se cuenta tan siquiera con indicadores para evaluar el comportamiento de la delincuencia, por lo tanto no es posible atacarla, mucho menos prevenirla. Lo anterior contradice literalmente el objetivo y misión de la PNC que dice “La Policía Nacional Civil es la fuerza armada de seguridad de Guatemala, que está a cargo de resguardar el orden público, así como de la
seguridad civil de la población. Junto al Ejército de Guatemala resguardan la seguridad del territorio nacional. Fue fundada en 1997”. Asimismo el Objeto Según el Art. 1 del Decreto 11-97 del Congreso de la República de Guatemala, Ley de la PNC dice: “La seguridad pública es un servicio esencial de competencia exclusiva del Estado y para ese fin se crea la Policía Nacional Civil”. O bien, en la Definición Jurídica que reza que “La Policía Nacional Civil es una institución profesional armada, ajena a toda actividad política. Su organización es de naturaleza jerárquica y su funcionamiento se rige por la más estricta disciplina. La Policía Nacional Civil ejerce sus funciones durante las veinticuatro horas del día en todo el territorio de la República. Para efectos de su operatividad estará dividida en distritos y su número y demarcación serán fijados por su Dirección General. Está integrada por los miembros de la carrera policial y de la carrera administrativa. Aún más preocupante, por cuanto, de acuerdo con la normativa que le da origen, “El mando supremo de la Policía Nacional Civil será ejercido por el Presidente de la República, a través del Ministro de Gobernación. El funcionamiento de la Policía Nacional Civil estará a cargo de su Director General, bajo la inmediata y exclusiva autoridad del Ministro de Gobernación”. (Art. 3 de la Ley de la PNC). Y como si fuera poco: “En lo referente a cada departamento y con sujeción a las directrices del Ministerio de Gobernación, el Gobernador supervisará la actuación de la Policía Nacional Civil, sin perjuicio de la dependencia orgánica, funcional y operativa de las fuerzas de la Policía Nacional Civil del Departamento ante los mandos de está”. (Art. 4 de la Ley de la PNC). El espíritu de la Ley, marca claramente entonces, para lo que fuera fundada la PNC, los objetivos, funciones y responsables directos de su buen, o como es el caso, desastroso desempeño; de la absoluta improvisación de acciones, del abandono y negligencia en la que se encuentra sumida, y por supuesto, de los enormes impactos negativos que sufre la sociedad. Recordemos que la PNC tal como la conocemos, inicia a partir de la firma de los Acuerdos de Paz suscritos en 1996, las entonces, Policía Nacional y la Guardia de Hacienda cesaron en operaciones y surge la Policía Nacional Civil. El Gobierno de ese entonces, decidió integrar la nueva fuerza policial formando personal nuevo y reeducando parte de los miembros de la Policía Nacional y de la Guardia de Hacienda. La formación policial fue asumida por la Unión Europea (UE) y desarrollada por el “Programa de Apoyo a la Política Nacional de Seguridad” a través de la Guardia Civil Española (GCE) en 1997. En materia de investigación criminal,
la Academia recibió apoyo de ICITAP (International Criminal Investigative Training Assistance Program), y la instrucción y formación en derechos humanos estuvieron a cargo del programa de fortalecimiento de la PNC de MINUGUA. El despliegue territorial de la PNC, que comenzó a mediados de 1997, logró cubrir los 22 departamentos del país en agosto de 1999. Según información de la misma, han desplegado 6 Jefaturas de Distrito, 27 Comisarías, 127 Estaciones y 343 Subestaciones, y además cuenta con 8 unidades móviles (serenazgos) que se desplazan en puntos críticos de la ciudad capital. Nacen varios cuerpos especiales encargados de distintos rubros de la seguridad. Si se accede a la información sobre la Policía Nacional Civil que aparece en internet, podremos darnos cuenta que la organización teórica que presenta es completa, de igual manera, las secciones y departamentos para el análisis, investigación, y persecución criminal, pueden competir con cualquier policía profesional del mundo, sin embargo, los resultados, distan mucho de ser los esperados por la ciudadanía, que día a día sufre los embates de la violencia y criminalidad. ¿En donde estriba entonces la incongruencia entre una institución teóricamente estructurada y la realidad objetiva de falta de resultados? En principio debemos reconocer que existe una falta de voluntad política que dé paso a la reestructuración, de la policía nacional, en base a una reingeniería total y absoluta, que permita la utilización racional de los recursos financieros de manera eficiente, para lo cual se hace necesario efectuar análisis de procesos, revisando si las funciones de las direcciones son acordes a la misión de la institución. Por lo tanto, más que borrón y cuenta nueva, una gerencia y dirección basada en visión, planes y organización, ejecutada por verdaderos profesionales, honrados, probos y capaces es la clave para llevar adelante la institución, amén de impulsar medidas y procedimientos absolutamente necesarios para lograrlo. Se debe hacer énfasis en generar la carrera profesional de la policía nacional y en el sistema
penitenciario, en la cual, el personal y los mandos tienen que acceder por méritos personales, respetando las plazas técnicas y profesionales, no por intereses particulares, o compromisos políticos. Se deberá velar asimismo, por la idoneidad y calidad de todos los miembros de la PNC, dotarlos de formación y capacitación permanente, equipamiento necesario, una escuela especializada con currículos y programas específicos modernos y adecuados a nuestra realidad, supervisión constante de desempeño, pruebas sobre utilización de drogas, detección de mentiras, así como de informes patrimoniales, todo ello para determinar la consistencia y honorabilidad de los integrantes de todos los niveles de la institución. Por supuesto, se deberá garantizar el otorgamiento de salarios dignos, con las prestaciones sociales correspondientes para quienes su trabajo implica una seria responsabilidad y riesgo permanente; hacerlos sentirse orgullosos y comprometidos con la institución, pero igualmente, se deberá trabajar con la ciudadanía, de quienes se espera el respeto irrestricto a las leyes y obligaciones con el Estado, el reconocimiento a la autoridad, la responsabilidad ciudadana de velar por nuestra propia seguridad y la de los demás, si entendemos que la vida en sociedad es una responsabilidad de todos, un contrato social, como se ha definido en más de una ocasión en la que todos estamos dispuestos a dar un poco de nuestra propia libertad para vivir en una sociedad armónica que nos garantiza a cambio, seguridad, certeza e igualdad.
Guatemala, 18 de mayo de 2011 - LH POLÍTICA/Página7 9
Las propuestas de los principales líderes políticos de Guatemala se encuentran aquí
Suplemento especial
Suplemento especial
Suplemento especial
La
EXPLOTACIÓN de los RECURSOS NATURALES,
¿Qué proponen
para combatir la CORRUPCIÓN?
en la agenda política
IMPUESTOS Y REFORMA FISCAL, Guatemala, 2 de marzo de 2011
en el centro del debate
Guatemala, 16 de marzo de 2011
Suplemento especial
Guatemala, 4 de mayo de 2011
IMPUNIDAD, en el debate político 74 mil 826 expedientes recibió el OJ en todo el 2009 7.2 por ciento de los casos ingresados en 2009 fueron resueltos en 2010 300 mil expedientes penales permanecen inactivos en el OJ 55 procesos de alto riesgo se registran desde marzo de 2010 5 mil 397 sentencias emitió el OJ en el 2010
Guatemala, 30 de marzo de 2011
Guatemala, 18 de mayo de 2011
Adela de Torrebiarte y su lucha por la Reforma Policial Adela Camacho de Torrebiarte Acción de Desarrollo Nacional -ADNPara abordar la problemática de la Policía Nacional Civil, hay que partir de dos ejes metodológicos fundamentales: 1. El incumplimiento del Estado en su obligación constitucional de garantizar el “Desarrollo”, componente básico de la reacción violenta del ciudadano y su migración hacia otros países con mejores oportunidades, y por ende del desmedido incremento del índice criminal; el aparente desinterés del Estado ante la falta de desarrollo y superación de sus ciudadanos, deja sin aparentes opciones a estos que a la vuelta de la esquina deciden incorporarse en una banda de delincuentes o se aventuran por sí mismos. Proyectos locales de empleo mínimo en los barrios menos acomodados, debiera ser una política de Estado que tengan por único fin proveer a las madres solteras o jóvenes en riesgo del ansiado salario mensual. 2. Entender que la efectividad de la PNC es la parte medular del sistema de Seguridad y Justicia en Guatemala. Otras instituciones, como el Ministerio Público y el Organismo Judicial son vitales, pero la Policía Nacional Civil es por Ley, la encargada de cumplir con la obligación constitucional que tiene el Estado de garantizar la “seguridad”; y por estrategia, la Institución clave para alcanzarla. Además, la PNC es quien genera el proceso que debiera culminar en sentencias firmes y justas; mismo que dé certeza en el cumplimiento efectivo de las condenas. Los Acuerdos de Paz plantearon la creación de una nueva fuerza policial. Si bien, se cumplió con el Acuerdo en cuanto a “crear” una nueva figura institucional, en la práctica, la estructura funcional y el recurso humano, partieron de la antigua “Policía Nacional”. Las facilidades para “reciclar” personal y el mantenimiento de las viejas prácticas tuvieron su mejor basamento en un sistema de corrupción de variadas formas. Los poderes paralelos vencieron a quienes sí manifestaron la voluntad política por crear la institucionalidad efectiva de las Fuerzas de Seguridad. Aunado a la presión de estas fuerzas fácticas, debe mencionarse el temor de dejar desempleados a miles de personajes oscuros sin más oficio que la corrupción, las violaciones a los derechos humanos y al más elemental de los derechos, el derecho a la vida. Las escasas excepciones no alcanzan para salvar a la Institución. La creación de mesas técnicas de Reforma Policial, tanto por parte del Estado, como de la Sociedad Civil y Partidos Políticos, devinieron en un círculo vicioso. Surgió nuevamente la tradición jurista de crear y/o reformar normativas o la tradición burocrática de generar instancias, mesas de diálogo, pero sin abordar la compleja causalidad del problema. La nueva PNC, creada en 1997,
e implementada con la asesoría y acompañamiento de la Guardia Civil Española, nació con muchos bríos, pero no continuó con las tareas encomendadas por su Institución mentora; como lo fueron: Profesionalización del mando, continua evaluación del desempeño, y depuración del estado de fuerza. Mi experiencia al frente del Ministerio de Gobernación me permitió conocerlo desde adentro y me permitió además, entender la multi-causalidad del problema y el carácter integral con el que se debe abordar una Reforma como solución sostenible. Pero, sobre todas las cosas, me sensibilizó en el factor humano, esa arista que muchos obvian pero que es vital para entender la problemática. No se le puede exigir resultados a un recurso humano policial que carece de las cuestiones más elementales en cuanto a infraestructura, equipo, formación y capacitación, y lo más importante: la dignificación del elemento, de la carrera y de la función policial. En el partido Acción de Desarrollo Nacional –ADN–, creemos que el objetivo de dignificar y hacer efectiva la función de la PNC, se cumplirá si se cumple con los siguientes lineamientos: A. Profesionalización del Mando Policial: Creando una Escuela de Oficiales Superiores de Policía, en la que se prepare al policía para hacer gerencia dentro de sus unidades. Los mandos de la Institución Policial deben ser capaces de optimizar sus recursos y dominar el arte de la estrategia basada en la administración efectiva de la información que encuentran en las calles; y lograr de sus elementos el mejor desempeño posible a partir de estímulo y motivación. También debe crearse la Escuela de Especialidades que lleve control de las capacidades que deben tener los elementos que conforman las unidades especialistas, como Antinarcóticos, Investigadores, Fuerzas Especiales y demás.; y que al mismo tiempo regule las actualizaciones y derechos adquiridos por los especializados. Todo esto, sin dejar de lado la revisión y fortalecimiento de la “Academia de Curso Básico” y el proceso de “Ascensos”; requisitos de ingreso y pénsum; procedimientos que no son efectivos ni alcanzan el objetivo que corresponde. B. Prevención: De la mano de una Institución “capaz” gerencialmente hablando, se debe trabajar en prevención. Prevención mediante campañas de comunicación para la generación de confianza “Desde y hacia la ciudadanía”; así como la difusión de principios y valores en los programas del Ministerio de Educación. Campañas que también presenten una policía honesta, servicial y capaz que muestren por ejemplo, ¿Cómo trato?, vrs ¿Cómo quiero que me traten?, Orgullosos del esfuerzo, y demás. C. Control y Supervisión: Mecanismos indispensables para el funcionamiento efectivo de cualquier institución; y sin
embargo precarios, si no ausentes, en la institución policial. Inspecciones periódicas al cumplimiento de órdenes y procedimientos de cada unidad policial por parte de la Inspectoría General de la PNC, lograrían presionar adecuadamente a los mandos subalternos a cargo de dichas unidades, y de allí hacia abajo por toda la escala jerárquica; así como la supervisión efectiva para que toda la institución se dirija en el rumbo correcto. D. Tecnificación, Equipamiento e Infraestructura: Para poder operar adecuadamente, la PNC necesita de apoyo logístico y el estricto cumplimiento de una planificación adecuada. Los filtros de discriminación básicos del plan deben incluir la priorización por importancia en el impacto al índice criminal, así como por costo, según capacidad presupuestaria. Es indispensable reforzar las mejoras a la infraestructura de sedes policiales, implementos personales (camas, uniformes, equipo personal), computadoras; sistemas y soporte de redes, comunicaciones, armamento; y contar con mantenimiento descentralizado, por lo menos por Distrito. E. Investigación Criminal: Importante concentrarse en mejorar la reacción policial, ejerciendo las funciones que corresponden dentro del sistema de justicia; una investigación profunda para llevar a los sindicados ante tribunal, en coordinación con el Ministerio Público, y con el respaldo documental necesario para garantizar la condena en tribunales. Apoyados con sistemas electrónicos de fiscalización y vigilancia, como lectores de placas, GPS, cámaras de vigilancia y acceso al registro de celulares y otras bases de datos.
Guatemala, 18 de mayo de 2011
“Situación actual con la Policía Nacional Civil, Reorganización o Cambio Total”. Mario Estrada Unión del Cambio Nacional -UCNAnte la actual debacle caótica en el tema de seguridad nacional, se nos hace imperativo echar un vistazo, del porqué en tan poco tiempo hemos llegado de nuevo a la percepción del colapso institucional de las fuerzas policiales, hoy en día ya vemos ideas y ofertas políticas, sobre el cómo desboronar a la institución policial en base a la profunda decepción de sus resultados y a la falta de credibilidad institucional, por ello pareciera que es factible hacer una nueva suplantación y desvanecer una estructura, sumamente deteriorada y con fuerte falta de aceptación poblacional, pero hacer esta oferta no es más que una proclama incoherente a la realidad de la seguridad, por ignorar abiertamente muchas de las limitantes que hacen implausible un proyecto de este tipo. Debemos de reconocer que a su fundación la Policía Nacional Civil, como un proyecto piloto de 3,000 agentes para el año 1997, dio una expectativa positiva de la suplantación de la totalmente desacreditada Policía Nacional de antaño, sin embargo hoy a apenas 14 años después de su concepción la PNC nos presenta márgenes muy similares de descrédito y corrupción que su antecesora, el proyecto dirigido con el modelo místico de la Guardia Civil Española, con el apoyo y total patrocinio de la comunidad internacional, hoy en día se ha convertido en un monumento de vergüenza, al ser de nuevo observados por quienes se esforzaron en su fundación, con la esperanza de dar un apoyo sustancioso a la recién salida de la guerra tierra del quetzal. Para poder tener un diagnostico objetivo de la situación institucional de la PNC, necesitamos remontarnos a los primeros errores que se dieron en su fundación, entre los que podríamos mencionar: El que se haya diseñado una estructura lineal, carente de cuadros capacitados de mando, la carencia de un fuero legal especial que regule drásticamente la organización jerárquica, limite artimañas legales como la sindicalización de una fuerza de seguridad y permita tener un régimen al extremo drástico en lo que respecta a las sanciones, de forma que la sola idea de faltar a sus valores institucionales, provoque la certeza de un
escarmiento tal, que desmotive instantáneamente su corrupción, el haber considerado que la totalidad de la Policía Nacional, podría mediante un curso, transformarse de un estamento corrupto a uno nuevo, fue una ilusoria idea, que solo sirvió para contaminar el sano proyecto que se pretendía en un inicio. Por otro lado, legislaciones obsoletas en lo que respecta a las compras y contrataciones, hace que la burocracia y la falta de dinamismo para la adquisición de suministros y equipo, atasquen buena parte de su eficiencia, figuras de contrataciones modernas como los outsourcing, para subencargarse de mantenimiento de vehículos u otras funciones administrativas, asimismo, la imposibilidad de hacer compras o arrendamientos tipo leasing, nos atan a la toma de decisiones que deben de manejarse de una forma ágil y pronta, para que el centro operativo de la institución se encargue directamente de lo que le atañe en la lucha contra la delincuencia, con los suministros adecuados para el cumplimiento de su misión. Por otro lado, la desvalorización del esfuerzo de la fuerza policial y su misión, subremunerados en relación a su riesgo e importancia, genera incentivos para la tendencia a la corrupción, dejándoles también a su suerte, a ser abordados por las nuevas expresiones de crimen organizado, quienes en su actividad delictiva, les sobreabundan los recursos económicos y materiales, por lo que se les hace abiertamente rentable patrocinar económicamente a las unidades policiales y con ello asegurarse su seguridad y la lealtad de estas. Ahora bien, es totalmente injusto hacer un generalismo de un 100% de la pérdida de valores de las unidades policiales, pues ello desmeritaría el esfuerzo de una minoría, que lucha por conservar sus principios morales y deseo de servicio ante la comunidad, sin embargo, bien podríamos hacer una relación asimétrica de que mientras se cuenta con un 25% de la totalidad de la fuerza policial, luchando por sobrevivir en medio de un ambiente abiertamente corrupto, asimismo se tiene para hoy en día más de un 75% del territorio con necesidades de seguridad agravadas por las nuevas amenazas, tales como los grupos antisistema, que denominamos maras,
narcotraficantes, narcoterroristas (unidades paramilitares tales como “los Zetas”), bandas organizadas de extorsionadores, sicarios, secuestradores, asaltabancos, etc. Bueno ante este caos, qué soluciones podemos plantear; se deben de efectuar las modificaciones legislativas que correspondan, para que con ello se pueda evolucionar a una fuerza eficiente, con la capacidad de ser sometida a depuración constante si esta llega a corromperse, dejarle un tamaño modesto pero versátil a sus misiones especializadas, debemos de crear las herramientas legales que permitan que las policías municipales, sean los brazos de apoyo en el combate de la delincuencia común en sus comunidades, generando un modelo descentralizado de administración de seguridad, se debe de efectuar una depuración radical en la fuerza policial, apoyada en la tecnología moderna, para que esta fuerza conserve su limpieza por medio de evaluaciones poligráficas ya sean trimestrales o semestrales a lo sumo y del resultado de esta evaluación dependa su asignación a puestos, así como la certeza o pérdida de confianza en el desempeño de los agentes, profesionalizar los cuadros medios, de tal forma que se tengan los incentivos materiales y morales de capacitación a los cuadros de oficiales, efectuar asignaciones
de mando asegurándose que quienes vayan a la alta esfera de comando de las unidades sean ejemplos adecuados a seguir, es vergonzoso el recordar que en la administración actual, la PNC ha tenido que cargar con la humillante tarea de aprehender a sus ministros de Gobernación, sembrando ello un sentimiento de pérdida de autoestima. Se debe de reforzar la mística de servicio de este personal, conforme la formación de unidades con disciplina y jerarquías radicales, al estilo que las fundó con modelos a compararse, como el de la Guardia Civil Española, las unidades de carabineros del mundo, la gendarmería y otras unidades de eficiencia reconocida, por otro lado, se debe de afrontar que la amenaza del terrorismo, narcotráfico, narcoterrorismo, son amenazas al Estado y como tal su combate no se lleva a cabo con unidades de seguridad pública, sino con unidades de defensa, este modelo ha sido demostrado por los diferentes países se la región que han tenido que emprender una lucha por la neutralización de esta amenaza. Se deberá de priorizar la prevención del delito, antes de reaccionar a su fracaso de anticiparlo, se debe de buscar que el Estado recupere sus capacidades de anticiparse a las amenazas y tomar acciones correctivas, por encima de su actual tardía reacción correctiva.
Página 12/LA HORA Guatemala, 18 de mayo de 2011
¿Qué clase de justicia tenemos?
Los políticos opinarán sobre el tema. Exija su ejemplar el 1 de junio de 2011